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Nos apresuramos a denominar como fruto de la ignorancia o de la superstición, expresiones y hábitos que requieren una mayor sutileza analítica para estimarlas en su justo valor.
El concepto de opinión pública, a pesar de sus muchas significaciones, es aceptado amplia y positivamente. El de opinión en general, transmitido desde Platón por la filosofía, está libre de toda valoración en cuanto que en su consecuencia pueden las opiniones ser falsas o correctas. A ambos se enfrenta la representación, frecuentemente vinculada con el concepto de prejuicio, de las opiniones patógenas, degeneradas, demenciales. Según esta sencilla bisección habrá de un lado algo así como opiniones sanas, normales, y por otro lado las de naturaleza extremada, excéntrica, extravagante. En América, por ejemplo, los pareceres de ciertos dispersos grupos fascistas son tenidos por pareceres en un lunatic fringe, de un borde enloquecido de la sociedad. Sus panfletos, entre cuyo bagaje intelectual cuentan, a pesar de cualquier refutación, los asesinatos rituales y los protocolos de los Sabios de Sión, pasan por "histriónicos". De hecho, apenas puede ser pasado por alto en tales producciones un momento de extravío, que es precisamente el fermento de su eficacia. Y, sin embargo, es esto lo que debería provocar desconfianza contra una consecuencia, bien pulimentada, de tan extendida representación: que por necesidad vence en la mayoría la opinión normal a la demente. El ingenuo lector liberal de los diarios berlineses de entre las dos guerras pensaba también que el mundo no era sino un mundo del common sense, que mantendría si bien estorbado a derecha y a izquierda por gentes rabiosas, la situación de derecho. Tan grande era la confianza en la opinión normal frente a la idea fija, que no pocos señores de edad seguían fiándose de su periódico de siempre, manejado hacía ya tiempo por los nacionalsocialistas que habían conservado sólo, con suficiente astucia, los antiguos tipos de imprenta. La experiencia que aquellos lectores abonados tuvieron que llevar a cabo de un día para otro tan pronto como dejaron de funcionar las reglas aprobadas para el juego, convirtiéndose su sensatez en desamparada locura, debería forzar a una actitud crítica ante esa candorosa imagen de la opinión, que pinta una normal y otra anormal en yuxtaposición pacífica y desvinculada. No sólo es por demás dudosa la suposición de que lo normal es de antemano verdadero y falso lo divergente, suposición que glorifica la mera opinión, a saber, la dominante, la que no es capaz de pensar lo verdadero de una manera distinta a como todos lo piensan. Sino que la opinión infectada, las deformaciones del prejuicio, de la superchería, del rumor, de la demencia colectiva, tal y como crecen a través de la historia, a través sobre todo de los movimientos de masas, no pueden ser en absoluto separadas del concepto de opinión.
Isagogé, 2003
Ensayo breve sobre las creencias en supersticiones de todo tipo y vigencia de un cierto pensamiento animista a comienzos del siglo XXI. se reflexiona sobre la necesidad de distinguir este tipo de manifestaciones del pensamiento racional y de otras manifestaciones irracionales válidas, pero que no constituyen ciencia.
Revista de filosofía DIÁNOIA
En esta época de la publicación de Diánoia no se incluían resúmenes.
Malos libros. La censura en la España moderna, ed. María José Vega, Madrid, Biblioteca Nacional de España, 2023
2009
Libro que analiza las características de la tradición discursiva contra las supersticiones.
2014
Este articulo se propone el rescate del discurso del paciente de los olvidos de la semiotica clasica. Tomando como punto de partida la conocida distincion en medicina entre signos fisicos (sintomas objetivos) y sintomas (sintomas subjetivos), se analiza como en la obra de Saussure, Barthes, Foucault, Peirce y, en menor medida, en la de Eco, el sintoma ha sido relegado a la posicion del signo fisico. De esta forma se ha generado una naturalizacion de la afliccion semejante a la que ejerce el modelo biomedico, que limita la atribucion de significado exclusivamente a la mirada medica. No obstante, los sintomas no son reductibles a los signos fisicos (que estan “para” alguien), pues constituyen narrativas (que ademas estan “por” alguien). Rescatar al sujeto discursivo del sintoma es tambien crear nuevas condiciones de posibilidad para una semiotica y una antropologia de las aflicciones.
2017
Nuestro trabajo se titula “Supersticiones y creencias populares”. En una primera instancia presentamos un breve recorrido teórico sobre los conceptos, teorías y enfoques didácticos analizados durante el seminario “Francés Lengua Extranjera: actualización y reflexión sobre prácticas docentes en el nivel preuniversitario”. En una segunda instancia, nos detenemos en el concepto de superstición y representación con el objetivo de describir un proyecto pedagógico a realizar en la Escuela de Lenguas (UNLP). Es importante remarcar que entre los objetivos de la Escuela la coexistencia lingüística contribuye a una dinámica compartida de enriquecimiento mutuo, a una apertura cultural y pedagógica para estudiantes y docentes. Esta apertura permitirá a los estudiantes tanto tomar conciencia de la diversidad cultural como reforzar sus competencias lingüísticas e interculturales. Introducción y marco teórico A partir de los años 90 el concepto de interculturalidad comienza a adquirir un rol cada ...
Su representante: La Reina-Hechicera. Con el título de Chie. La reina de los muiscas.
RSPT 98 (2014) 353-379
Gladius, 2015
Journal of Archaeological Science: Reports, 2024
Bilingual Research Journal, 2016
Bìologìčnì sistemi, 2023
L’Année psychologique, 2014
Journal of Public Health Education
Free Radical Biology and Medicine, 2014
Asian Journal of Medical Sciences, 2022
American Journal of Physiology-Heart and Circulatory Physiology, 2012
Biomedical Research - India, 2009