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DIMENSIÓN EDUCATIVA Y DEONTOLOGÍA DEL PROFESOR

RESUMEN DIMENSIÓN EDUCATIVA Y DEONTOLOGÍA DEL PROFESOR César Augusto Gutiérrez Rodríguez UNIVERSIDAD CUAUHTÉMOC DOCTORADO EN CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN SANTIAGO DE CALI 2017 DIMENSIÓN EDUCATIVA DE LA PROFESIÓN DOCENTE Actualmente la profesión de educar no es una tarea sencilla, constantemente se presentan conflictos y tensiones, no solo a nivel escolar, sino también políticamente. Se puede clasificar al trabajador de la educación de dos maneras: Docente: Profesional de la enseñanza que realiza su trabajo en centros de enseñanza siguiendo un currículo instructivo. Educador o formador: Persona con vocación por la misión, simpatía por los niños y atraído por la función educativa de manera desinteresada. Se podría comparar al maestro con un sacerdote en su labor, sin embargo, el sacerdote solo se ocupa de lo espiritual y no del total de los aspectos de un individuo como podría hacerlo un educador. (Lemus, 1969). No es extraño encontrar docentes con un gran conocimiento disciplinar, pero con poca idea de pedagogía y didácticas, otros que instruyen bien en la educación básica, pero apenas educan y unos muy buenos educadores con poco conocimiento en materia de enseñanza. Quien tiene vocación para la labor educativa, es quien busca conducir a la perfección a los jóvenes con un conjunto de aptitudes para el desempeño de la misión. (Sánchez B., 1964) Actualmente el termino vocación ha sido reemplazado por profesión, llevando la labor educativa a ser un empleo como cualquier otro, con una formación específica, y normas que cumplir bajo un sustento económico. (Sánchez Cerezo, 1983) Existe varias razones por la cuales se define al profesor más como un profesional que como vocacional: La tendencia de preparar a la sociedad hacia el saber-hacer. Las connotaciones religiosas y valores espirituales son rechazados. El rechazo de ciertos vocablos de vocación y conducta moral ejemplar. La alta valoración al sustento económico. La defensa de los intereses laborales por medio de acciones sindicales. El principal cuestionamiento surge de saber si esta separación es posible y acertada en la educación, pues no beneficia en nada al docente y en consecuencias a los estudiantes. Existen unos hechos que definen al profesor vocacional como son: En el profesor la vocación y profesión son difícilmente separables. La vinculación de las dimensiones humanas hace que una persona sea única y por tanto no es posible aislar uno o varios aspectos de los demás. Cada profesor al enseñar transmite una serie de valores que también ha aprendido. Toda profesión docente posee una dimensión educadora que vincula estrechamente la vocación y la profesión. ESTRATEGIAS DEL EDUCADOR Son las acciones mediante las cuales el educador plantea unos objetivos y la forma de cumplirlos, los objetivos atienden a las diferentes dimensiones de una persona, por tanto, selecciona un modelo antropológico acorde al contexto y la diversidad de los estudiantes. El educador es quien condiciona las actuaciones según su estilo personal e innovador, sin embargo, no es legítimo conseguir la eficacia a cualquier precio pues debe regirse por unos principios morales, con lo cual entra a discusión el tema de premios y castigos. El premio es una recompensa que se concede al estudiante por un trabajo bien realizado o una conducta correcta, sin embargo, obrar por un premio puede ser una conducta viciada al no valorar el bien por sí mismo, y aunque no se opone al bien, tampoco se lo propone exclusivamente, de igual forma es mejor realizarlo de esta manera, que dejar de hacerlo. (Millán, 1973). Por otro lado, el castigo es un medio destinado a mejorar el comportamiento de un sujeto, y aunque aplicado correcta y humanamente es un medio de reflexión y de estimulación eficaz, según las normas de moralidad una educación basada en el castigo, no debería llamarse educación. LA DEONTOLOGÍA DE LA PROFESIÓN EDUCADORA La deontología es el conjunto de obligaciones morales vinculadas a una profesión, en los procesos educativos es imprescindible combinarla con la ontología pues el estudio del ser y no puede separarse del cómo debe ser. El profesional docente en su labor educadora debe apoyar a sus compañeros de forma respetuosa y responsable en toda la gestión de la labora a nivel institucionales, debe respetar a sus estudiantes y estimular el aprendizaje ofreciendo tos su conocimiento y buscando unos objetivos provechosos con méritos justos. Con respecto a la sociedad debe considerarse un ciudadano ejemplar, sometido a cumplir con todas sus obligaciones velando por sus derechos. Es por todo lo anterior que la profesión docente es quizás la que más demanda una dimensión humanizadora con repercusión social que sirva de base y orientación a todas las generaciones. BIBLIOGRAFÍA Gervilla C. E. Dimensión educativa y deontológica del profesor. 5