Leyendo “notas sin texto” de Maria Angélica Madero, me puse a escribir sobre lo ya escrito:
Un personaje cualquiera, intentando hablar de alguno de sus objetos favoritos, podría
llegar a expandir dicho objeto hasta el infinito ya desde el simple acto de la descripción.
Tal vez, si se queda demasiado tiempo pensando alrededor de un solo aspecto, dicho
objeto desaparecería como se le conocía en el principio o simplemente su existencia
llegaría a su fin.
Describiendo, por ejemplo, el color de la sangre que brota desde sus heridas, el
personaje en cuestión diría:
-Veo un rojo frambuesa, veo bermellón, veo magicolor escarlata, veo rojo petirrojo del
oeste, veo rojo petirrojo de las filipinas, veo vino tinto… En medio de este gesto llegaría
a un absurdo, como si los objetos no existieran individualmente (aunque cada cual tenga
un cuerpo) pero en cambio en su conjunto sean enteros y tengan un contorno y un peso. Tal
vez, los objetos no existirían pero sí su fin. En presencia y en ausencia, reposarían en un
limbo en el que pareciera no haber ni adentro ni afuera, ni punto de fuga ni perspectiva,
como si solamente existiera la idea del color pero el color en sí mismo no estuviera allí,
como si solamente existiera el momento en que intentamos verlo, pero por desgracia
el mismo recuerdo de dicho acto tampoco sería: dicho recuerdo es una sensación y las
sensaciones no se recuerdan sino se experimentan. ¿Cómo puede alguien recordar la sed?
El ejercicio de bodegón es un impulso por ver antiobjetos, ¿Un paisaje?, solamente
uno, éste o cualquiera. Funciona porque fue y nunca más será. Ver es un artificio para
establecer lo imposible con la mirada (en la distancia).
Uno siempre está parado sobre el punto de fuga. Los ojos no miran hacia dentro.
En Facebook después de una exposición.
A mí ya me parecen una estupidez esas obras de arte que lo creen a uno idiota. Tan
desesperadas por llamar la atención, por demostrar destreza, esfuerzo, showceras
y melodramàticas, te quieren dejar con la boca abierta y con la mente cómoda.
¿Te demoraste 3 años dibujando puntitos para llenar una pared entera de puntitos?
WOOOOOOOOOOOW ¿Te diste latigazos por 5 horas mientras recitabas
poemas de Rilke? uuuuuuuuuuuuuuUUUUUUUUUUUUUUUUuuuu ¿Entrevistaste a
5676899876543245678 personas que mueren de hambre e hiciste un documental que
dura 5676899876543245678 X 2 horas y vale (5676899876543245678 X 2) mil
pesos? WAAAAAAAAAAAAAAAA. Es como con las personas, como cuando uno conoce
esa gente insoportable que solamente sabe llamar la atención y, aunque quieran parecer
distantes e inalcanzables, con su actitud demuestran que están desesperadas por ganar
tu admiraciòn y respeto. Igual que tanta obrita estúpida, plana y vacía aunque llamativa,
entendible, comprensible y explicable en cuestión de segundos, como un comercial de
perfume. Detesto las cosas sin misterio, sin carisma, que sólamente se exigen parecer
pensadas pero no se preocupan por ser pensantes, que tratan de compensar pobreza
espiritual con fanfarronería retínica. Sin duda prefiero las personas que sin exhibirse se
dejan conocer, que están allí sin querer llamar mi atención pero tampoco me niegan un
gesto amable si lo necesito, como cualquier otro sujeto que me cruce todos los días por mi
barrio sin haberlo realmente conocido, y si alguna vez quiero hablarle para preguntarle
una dirección o pedirle un cigarrillo me responderá amablemente, y empezaremos
a dialogar, y de pronto tendremos cosas en común y nos hagamos amigos, o si no
simplemente me dará el cigarrillo y no volveremos a hablar, o la dirección y ya, ni más,
porque igual no había nada más que decirnos. Odio los objetos que viven buscando
admiraciòn pero no quieren ser mis amigos, obras de arte que se visten a la moda y
hacen dieta pero no pueden hablar de nada interesante ni hacerme reír. Como las de
Johanna Calle.
Y después de hablar con alguien que se dedicó a la brocha gorda:
Sería injusto asumir que porque un artista dejó de pintar, digamos, puertas en óleo sobre
lienzo, dicho artista abandonó el arte: es posible que ahora esa persona se dedique a
pintar puertas de verdad, con la misma dedicación y placer, pero ahora sin imaginarse
la puerta sino tocándola, sintiéndola, conociéndola. Tal vez nuestro artista no necesitó
más de la metáfora, sino que su pensamiento absorbió y naturalizó la necesidad de la
declamación, quedándose ahora únicamente con la forma más abstracta de la poesía: el
actuar cotidiano.
Plinio Apuleyo Mendoza: Detestas la fantasía… ¿por qué?
Gabriel García Márquez: Porque creo que la imaginación no es sino un instrumento
de elaboración de la realidad, pero la fuente de creación al fin y al cabo es siempre
la realidad misma. Y la fantasía, o sea la invención pura y simple, a lo Walt Disney, sin
ningún asidero de la realidad, es lo más detestable que pueda haber.
Recuerdo que alguna vez, interesado en escribir un libro de cuentos infantiles, te mandé
como prueba “el mar del tiempo perdido”. Con la franqueza de siempre me dijiste que
no te gustaba, y creías que era por limitación tuya: la fantasía no te decía nada.
Pero el argumento me resultó demoledor, porque a los niños tampoco les gusta la
fantasía. Lo que les gusta, por supuesto, es la imaginación. La diferencia que hay entre la
una y la otra es la misma que hay entre un ser humano y el muñeco de ventrílocuo
James Joyce
En boca de Stephen, uno de sus personajes en “El retrato del artista adolescente”
James Joyce
En boca de Stephen, uno de sus personajes en “El retrato del artista adolescente”
Hace algunos días, una muchacha tomó un coche de punto en Londres. Iba a reunirse
con su madre, a la cual no había visto desde hacía muchos años. En la esquina de una
bocacalle, la vara de un carro de carga hace añicos la ventanilla del coche, que queda
estriada como un asterisco. Una esquirla larga y aguda se le clava a la muchacha
atravesándole el corazón. Muere instantáneamente. Un periodista calificaba esta muerte
de trágica. No hay tal cosa. Está muy lejos de todo terror y piedad, según los términos de
mis definiciones.
La emoción trágica, efectivamente, es una cara que mira en dos direcciones: hacia el
terror y hacia la piedad, y ambos son fases de ella. Habrás visto que hace algunos
días usé la palabra “parálisis”, quiero decir que la emoción trágica es estática. O más
bien que la emoción dramática lo es. Los sentimientos excitados por un arte impuro son
cinéticos, deseo y repulsión. El deseo nos incita a la posesión, a movernos hacia algo;
la repulsión nos incita al abandono, a apartarnos de algo. Las artes que sugieren estos
sentimientos, pornográficas o didácticas, no son, por tanto, artes puras. La emoción
estética (ahora uso el término general) es por consiguiente estática. El espíritu queda
paralizado por encima de todo deseo, de toda repulsión.
El deseo y la repulsión excitados por medios no puramente estéticos no son emociones
estéticas, no sólo por su carácter cinético, sino también por su naturaleza simplemente
física. Nuestra carne retrocede ante lo que le espanta y responde al estímulo de lo que
desea por una simple acción refleja del sistema nervioso.
Nuestros párpados se cierran antes de que tengamos conciencia de que una mosca está a
punto de entrarnos en el ojo.
Para ver aquella cesta que está ahí, sobre la mesa, tu mente necesita antes que nada
aislarla del resto del universo visible que no es la cesta misma. La primera fase de la
aprehensión es una línea trazada en torno del objeto que ha de ser aprehendido. Una
imagen estética se nos presenta ya en el espacio o ya en el tiempo. Lo que es perceptible
por el oído se nos presenta en el tiempo; lo visible, en el espacio. Pero, temporal o
espacial, la imagen estética es percibida primero como un todo delimitado precisamente
en sí mismo, contenido en sí mismo sobre el inmensurable fondo de espacio o tiempo que
no es la imagen misma. La aprehendemos como una sola cosa. La vemos como un todo.
Aprehendemos su integridad. Esto es integritas.
De nuevo:
El deseo y la repulsión excitados por medios no puramente estéticos no son emociones
estéticas, no sólo por su carácter cinético, sino también por su naturaleza simplemente
física. Nuestra carne retrocede ante lo que le espanta y responde al estímulo de lo que
desea por una simple acción refleja del sistema nervioso.
Gargajo diagramado en papel milimetrado por Gabriel Orozco
Concepción Arenal en su libro “La instrucción del pueblo”
Es verdaderamente triste darse cuenta que el absurdo de las acciones humanas pareciera
ser el imperante de la tradición nuestra. Un cúmulo obsoleto de buenas costumbres
opresoras gestadas en una sociedad maquínica, una colmena de mentes zánganas en
cuerpos obreros. La cultura es finalmente la putrefacción de las acciones en costumbres
mecanizadas, la costra moral que sale para cubrir las heridas abiertas por ideales
pasados de moda, lo que conocemos como cultura es el cadáver de lo que antes fue
conocido como individuo.
Quien crea que la entrega a los antojos de la intuición y a los designios del gusto es
señal de irresponsabilidad o un lujo banal podría pensarlo dos veces: Un individuo en
mayor contacto con sus propios deseos y que entiende con gran respeto los impulsos de
su subjetividad es un individuo más cercano a sí mismo, no solamente al conocimiento que
confía propio, sino también al misterio que en igual medida lo conforma.
¿Cuántos siglos necesita la razón para alcanzar el sentido de justicia que el corazón
comprende de inmediato?
Danilo Dueñas con un dibujo de Gilles Deleuze coronado
“Peleando” con Mauricio Cruz respecto a Danilo dueñas
En un universo de la información dignificar la experiencia corpórea es absolutamente
necesario. Estamos en un oscurantismo mediático donde no nos evade la luz de las ideas
sino nos cubre la sombra del hostigamiento sígnico. No es cuestión de buen gusto meloso
sino de experimentación gozosa, el pensar desde un aquí y un ahora, y eso puede que
se sirva de un juego plástico light pero, valga la pena decirlo, no todo lo interesante es
importante y gran parte de la vida se conforma de pequeños momentos, de instantes de
inocencia en los que se actúa sin un significado más allá del actuar mismo. ¿Si de esta neutralidad está repleta la vida, porque no es válida esta neutralidad dentro de la estética?
Martin Creed
“Trabajo #470 (If you are lonely…)”
Trabajo… esto es trabajo. Esto es trabajo duro. Hablar sobre trabajo es trabajo.
Pensar es trabajo. Las palabras son trabajo. Las palabras son cosas, formas.
Es difícil componerlas, darles algún tipo de orden. Las palabras no se apilan.
Los números se apilan! Las cosas están en todas partes. Todo es algo, todo tiene su algo,
pero no todos tienen a alguien. Es difícil distinguir entre cosa y cosa, separar una cosa de
otra. Estoy en una sopa de pensamientos, sentimientos y cosas, y palabras.
La verdad, es más como un puré… o denso y duro, como paté. Estoy en un paté y es
difícil moverse. Se necesita mucho trabajo para salir de aquí (o hacerse espacio y
encontrar algo aquí). Pensamientos, pensamientos a veces quiero frenarlos, pero es muy
difícil frenarlos. Es mucho trabajo. Lidiar con pensamientos, eso es trabajo.
Pensamientos, pensamientos, no vengan! Paren! Por favor! Cuando vas a dormir y no
puedes parar de pensar, pensamientos haciendo fila, uno tras otro, ahí es cuando
necesitas drogas (o una libreta para anotar).
Imbéciles… ellos son algo para emocionarse, algo para trabajar.
El trabajo es una lucha contra la soledad, contra quererse poco, contra la depresión,
contra estarse en la cama. A veces mi autoestima está tan abajo que no puedo
alcanzarla.
Quiero tener mis propias reglas, pero no quiero sentirme solo.
Trabajo es todo, creo yo. Todo es trabajo. Todo lo que involucre energía, mental o física.
Entonces… todo, aparte de estar muerto. Vivir.
No sé como hace la gente. ¿Cómo puede alguien soportarlo?
Ya veo porqué la gente se esconde. Ya veo porque la gente recurre al suicidio
Si estás solo
Si estás triste
Si estás mal
Si estás divinamente
Entonces esto va para ti.
Quisiera algo que me libre del dolor. Quisiera poder salir de mi cabeza.
Fumar solía servir. Por mucho tiempo fumar hacía mi vida más fácil (o al menos podía con
ella). Dejé de fumar porque no podía hacerlo lo suficiente. No podía fumar lo suficiente.
Nunca era suficiente. Quería fumar todo el tiempo, inhalar todo el tiempo, pero no podía,
no en la ducha, no cuando hablaba, no mientras comía. Quería algo que pudiera hacer
todo el tiempo. NO FUMAR, eso era algo que podía hacer todo el tiempo. Soy un adicto
en búsqueda de drogas.
Tal vez trabajar es intentar, y trabajo (el resultado del trabajo) es todo lo que uno intenta
hacer. Intentar… buscar emoción, o intentar manejarla y usarla para salir del paté,
intentar hacer cosas; hablar. O tal vez probar es una buena forma de ponerlo: probar
cosas. Probar cosas disponiendo cosas por ahí, todo el tiempo, intentar, esperar ser
emocionado, querer. Querer es lo que me hace trabajar: emoción, desear algo.
La gente dice a veces: ¿Qué carajo crees que haces? ¡Eso no es arte!
Yo les digo: ¡Púdranse imbéciles!
Concepción arenal también diría:
Lewis Carroll en “The Hunting of the snark (An agony in 8 fits)”
Un poema verdaderamente estremecedor
Es sin duda mal medio para apelar a la razón de una persona el asegurarle de plano
que no la tiene.
He had bought a large map representing the sea,
Without the least vestige of land:
And the crew were much pleased when they found it to be
A map they could all understand.”
Michel Foucault en “Los Anormales”
¿Cómo podríamos resistir la tentación de siempre tener que asumir una posición? […]
Para establecer una concreta relación con el presente (con las cosas, con los demás, con
uno mismo) uno debe permanecer cerca a los eventos, experimentarlos, estar dispuesto a
ser afectado por ellos. Esto no es querer homenajear la vacilación, ni la indecisión, o una
completa falta de perspectiva. […]
No nos debemos dejar chantajear al tener que escoger entre una identidad que no
cambia, unificada, y una transgresión perpetua y obligatoria.
La forma de no permanecer igual es por definición la parte más singular de quien soy. Sin
embargo esa singularidad no es una negación que nos cobija. Si uno supiera de antemano
que todo, incluyendo uno mismo y el estado actual de las cosas, es malo, ¿qué habría
para aprender? ¿Qué sentido tendría el hecho de actuar? ¿Porqué pensar? Una vida sin
la posibilidad del error no sería concebible. Uno podría decir que tal vida no estaría viva.
El quién es uno emerge aguadamente de los problemas con los cuales uno se enfrenta.
Experimentar con, en vez de comprometerse con. El privilegiar la experiencia sobre el
compromiso hace cada vez más difícil el permanecer absolutamente de acuerdo con
uno mismo. Ya que las identidades se definen por trayectoria, no por mantener una
posición. Tal actitud es incomoda ya que se toma el riesgo de que uno se equivoque, y
sea vulnerable a la perspectiva de perfección de aquellos que si adoptan una posición
firme (especialmente cuando los eventos ya han sucedido), quienes hablan con seguridad
de “universales”, como si lo singular fuese secundario. […] Uno podría afirmar que esta
actitud está basada en una ética y no una moralidad. Una práctica en vez de buscar una
posición ventajosa, una experiencia activa en vez de un esperar pasivo.
Phillipe Parreno: What is the meaning of life?
Rafaël Rozendaal: I never understood why this question is so important to everyone. Do
people wonder about the purpose of life? A prime directive to guide them? Or are they
looking for meaning in things that seem too straightforward? What does this tree mean?
What do pumpkins mean? What do roads mean? What does school mean? What does
love mean? What does war mean?
I honestly do not understand the question. I don’t really understand the word meaning. As
if objects behave as aliases, insignificant by themselves, to guide you to a bigger mental
platform.
I honestly don’t have any intentions. I think meaning is speculation more than anything else.
I don’t really think, i just walk
Paris Hilton
Zen is very simple. Dishwashing time, just wash dishes; sitting time, just sit; driving time, just
drive; talking time, just talk; walking time, just walk
Zen Master Seung Sahn
¿Podría existir entonces un minimalismo conceptual?
Gloria Valencia de Castaño, en conversación con Marta Traba hace mucho tiempo
http://www.flickr.com/photos/dinosonic/2030440080/
Bossuet, Oración fúnebre de Enriqueta Ana de Inglaterra
“...la sabiduría insensata, ingeniosa en atormentarse, hábil en engañarse a sí propia, que
en el presente se corrompe, que se extravía en lo porvenir; que por medio de infinitos
razonamientos y de grandes esfuerzos sólo consigue consumirse inútilmente amontonando
obras que el viento arrastra.”
Robert Musil en “El hombre sin atributos”
“Si se pudieran medir los saltos de la atención, el rendimiento de los músculos de los ojos,
los movimientos pendulares del alma y todos los esfuerzos que tiene que hacer un hombre
para conseguir abrir brecha a través de la afluencia de una calle, es de presumir que
resultaría – él así lo había imaginado al jugar a investigar lo imposible - una dimensión
frente a la cual sería ridícula la fuerza que necesita Atlante para sostener el mundo. De
ahí se podría deducir qué esfuerzo tan titánico supone el de un individuo moderno que no
hace nada.”
A Hans Ulrich-Olbrist:
Querido Hans Ulrich:
París estaba muy bonito, visité la torre Eiffel i el Sacré Coeur. Hacía Calor y sol…
… Un prado verde, muy verde, hierba espesa, ni una mala hierba, ni una flor, un verde
resplandeciente. No muy grande, quizás 20x20 metros. Y a su alrededor una valla de
madera. La versión más clásica, de latas de madera terminadas en punta, tal vez 1.50
metros de altura. Unas latas horizontales hacen la trabazón, y en cada esquina hay un
poste. A otro lado de la valla hay el mismo prado, pero no tan ideal. Aquí y allá un
árbol, un camino, piedras, casas a lo lejos, etcétera; en suma, el mundo.
El prado que queda dentro de la valla se llama arte, y todo lo que queda fuera se llama
mundo. De pronto la valla se caiga. De pronto un día ya no haya arte, o el arte esté en
todas partes, entonces te darías cuenta que ya no tienes ningún problema.
A Hans-Peter Feldmann
Querido Hans-Peter
No puedo quitarme de la cabeza tu historia de la valla.
Si, París es muy bonito
Un saludo
Hans Ulrich
Bruce Lee
Extractos de su única entrevista conocida en “Pierre Berton Show”, 1971
Para mí, todo tipo de conocimiento lleva automáticamente al autoconocimiento.
Por lo tanto, cuando alguien viene a mí, no considero que quiera ser enseñado o que
espere que yo le diga como hacer las cosas o luchar. En cambio creo que quieren que les
ayude a expresarse a ellos mismos a través del movimiento. Quieren que les muestre en
una manera combativa el arte de expresar al cuerpo humano.
Dejé de enseñar Karate porque dejé de creer en el estilo. No hay una “manera china”
de pelear o una “manera japonesa” de pelear, porque a menos que aparezcan humanos
con 3 brazos y 4 piernas que quieran pelear, si todos somos iguales y estamos en las
mismas condiciones como seres vivientes, la manera en que vivimos y peleamos será en
principio idéntica, y después por las particularidades de cada quien se hará tan distinta
que cada quién tendrá su manera de pelear única e irrepetible; en ambos sentidos las
definiciones son insuficientes. Los estilos tienden a separar a la gente porque cada cual
tiene su propia doctrina y cada doctrina propone una verdad indiscutible, cosas que no
permiten el cambio. Si te haces la pregunta “¿Cómo puedo expresar lo que necesito, de
una manera total y completa?”, de esa manera no estarías creando o repitiendo un estilo,
pues un estilo es una cristalización y la verdadera comunicación es un proceso, necesita la
oportunidad de tener un crecimiento continuo.
La expresión honesta de uno mismo es algo realmente difícil de lograr: es muy fácil armar
un espectáculo alrededor de uno mismo, mostrar lo más llamativo que se tiene, enceguecer
a alguien. Pero ser leal a lo que se conoce de sí mismo, expresar lo que se necesita
expresar honestamente, eso es lo más complicado. Puede lograrse, eso sí, pero gracias
a un diálogo constante con el propio yo. Si esto ocurre, cuando uno se mueva o cuando
uno actúe, uno tendrá la certeza de hacerlo cada vez más en la manera en que se quiso
hacer, cada vez más cerca al movimiento o a la decisión que se tomó.
Cada expresión de la conciencia es un aprendizaje en sí mismo.
Sobre la autenticidad en las artes de combate, Lee concluye:
Puede sonar muy filosófico, pero podría decirse que yo actúo el actuar: hay instinto
natural y hay control, y debes tener la habilidad de combinar los dos sin llevar ninguno
al extremo. Si exageras en el primero puedes volverte una bestia, si llevas al extremo al
otro, de repente te verás convertido en un hombre mecánico, ya no más un ser humano. No
se trata de ser pura naturalidad ni completa artificialidad, sino de poder actuar también
con natural innaturalidad o innatural naturalidad, ese es el ideal.
Vacía tu mente, sé informe, como el agua: si viertes agua en un pocillo se convierte en el
pocillo, si la viertes en una botella se convierte en la botella, si la viertes en una taza de
té se convierte en la taza.
El agua puede fluir o puede chocar. Sé agua, amigo mío.
Una obra en pequeño formato de Álvaro Barrios que siempre me ha gustado mucho
(“siempre” quiere decir de unos 5 años para acá)
Un texto viejo
A éste si le puse título, se llama “Nudo por garganta”
¿Y que tal si la vida no tiene ni principio ni fin, sino que es un círculo?
¿Podríamos decir que la catástrofe es el triunfo del hecho en sí mismo?
Imaginemos una pista de atletismo ovoide, y a competidotes de dicho deporte
preparados para una contienda. Imaginemos ahora un evento que parte el tiempo en dos:
el revólver del juez corta el silencio de un disparo y los atletas salen a correr sin más en
mente que una meta: dar la vuelta entera y regresar al lugar en el que empezaron.
Imaginemos ahora una broma macabra: sin que nadie se dé cuenta, borramos la línea de
cal que determina el principio y el fin de la pista. ¿Qué le ocurriría a los atletas?
Después de un tiempo, ¿recordará el público cual era aquel principiofin del perfectamente
delimitado circuito? ¿Se quedarían los corredores suspendidos? ¿Suspendidos, digo,
en medio del trayecto, impulsados eternamente por llegar de nuevo al lugar del que
partieron?
Suspendidos por un estado de arremetimiento sin retorno, algunos cuerpos solamente
vuelven en sí una vez el cuerpo se traiciona tomando su propio camino, y desobedeciendo
los mandatos de la voluntad empiezan a caer uno a uno sobre la pista. Posiblemente
ahora los corredores serán liberados de su propio impulso por el cansancio, el desmayo o
la insolación.
¿Podríamos decir que la catástrofe es el triunfo del hecho en sí mismo?
¿Cómo más podríamos nosotros llegar al punto de armonía que solamente entre la
dignidad del desenfreno y la desfachatez de la humildad tan raramente nos permitimos?
Propongo ahora pensar de nuevo en ese atemorizante estado de suspensión.
Propongo a la gloria como ese estado de la suspensión.
Propongo entonces como consecuencia que este texto no lo he escrito yo, sino que es usted
quien lo esta haciendo.
Y esa, si usted me lo permite, será por ahora nuestra gloria
Apartes de una entrevista con Brigitte Bardot
(París, Febrero de 1969)
Pregunta: Ud tenía una gran colección de pintura. Recuerdo ver una foto de su casa con un
Caro y un Poons en ella. Sin embargo, la ha vendido toda. ¿Por qué?
Bardot: ¿Porqué? ¿Qué acaso no lo sabe? El arte ahora es completamente reaccionario.
Como un elemento de la sociedad (la pureza del arte es solamente un mito) siempre ha
estado ligado a las condiciones sociales dominantes o ha funcionado como negación de
las mismas. El arte ahora se ha integrado a la sociedad de consumo, complementado con
slogans y análisis de mercadeo. La rebelión de los artistas avant-garde no es más que
un apacible espectáculo que escenifica lo que la gente está acostumbrada a entender
como libertad, hecha ésta inefectiva por la aceptación de una cultura que corre a toda
velocidad.
Cioran, no sé en donde.
“Siempre he vivido en medio de contradicciones y nunca he sufrido, Si hubiera sido un
sistemático, tendría que haber mentido para encontrar una solución.
Ahora bien, no sólo acepté ese carácter insoluble de las cosas, sino que incluso encontré
en ello cierta voluptuosidad, la voluptuosidad de lo insoluble. Nunca busqué reunir o, como
dicen los franceses, conciliar lo irreconciliable. Siempre tomé las contradicciones como
venían, tanto en mi vida privada como en teoría. Nunca tuve una meta, nunca busqué
ningún resultado. Creo que no puede haberlos, ni en general ni en lo personal. Todo es no
sin sentido —la palabra me disgusta un poco— sino sin necesidad [...] “
El arte puede ser comprendido solamente al ser superado, y comprender el arte es parte
del mismo proyecto que revigoriza la experiencia cotidiana. Estos actos de plausible
resistencia a una vida organizada por fuerzas externas contienen, al menos, tanta poesía
como todos los mejores volúmenes de poesía y prosa juntos. La poesía está contenida en
todo lo que no esté conforme con una moralidad que, en un intento por mantener orden
y prestigio, no tiene nada mejor que ofrecer sino bancos, cárceles, cuarteles, escuelas,
iglesias, moteles y teatros. Esta sociedad está lo suficientemente enferma como para
comprar de nuevo mis Bridget Rileys y darme beneficios adicionales por el intercambio.
Retomando, el dinero podrá ser la causa del poder jerárquico, pero así mismo lo será de
su destrucción. Hay otra realidad más allá de las estructuras de poder, forzadas éstas
contra nosotros por el dinero. ¡Propongo que hagamos crecer a esta flor salvaje que se va
haciendo camino a través de tanta mierda incrustada en todo.!
Pregunta: ¿Qué opina sobre…
Bardot: No, no más preguntas sobre arte, economía o política. Los días de la crítica
particularizada han acabado. Nos preguntan sobre nuestra opinión respecto a detalles
para que dejemos de lado una perspectiva global, pero es la totalidad la que cuenta.
Nos piden que contemos centavos mientras ellos se embolsillan millones, pero sus días
están contados. La verdad es la totalidad y la totalidad es una farsa. Los nuevos choques
sísmicos penetrando la atmósfera están ahora en mi cuerpo. ¡Vamos! ¡hagamos cosas! …
Juan Mejía
De la serie “Happy days”
Georges Perec en “Things: A story of the sixties; a man asleep”
(la traducción me resultó imposible)
“As the hours, the days, the weeks, the seasons slip by, you detach yourself from
everything.
You discover, with something that sometimes almost resembles exhilaration, that you are
free. That nothing is weighing you down, nothing pleases or displeases you.
You find, in this life exempt from wear and tear and with no thrill in it other than these
suspended moments, in almost perfect happiness, fascinating, occasionally swollen by new
emotions. You are living in a blessed parenthesis, in a vacuum full of promise, and from
which you expect nothing.
You are invisible, limpid, transparent. You no longer exist. Across the passing hours, the
succession of days, the procession of the seasons, the flow of time, you survive without joy
and without sadness. Without a future and without a past.
Just like that: simply, self evidently, like a drop of water forming on a drinking tap on a
landing.”
Harlene Anderson y Kenneth Gergen advierten:
“El saber (la illusion de entender o la seguridad de un método) reduce la posibilidad
de ver y empeora nuestra sordera para lo inesperado, lo no-dicho y lo todavía nodicho. Si siempre oímos y escuchamos de la misma manera, no podemos ver ni oír lo
diferente y único. La posición del no-saber, apoyada en movimientos posmodernos como
la hermenéutica contemporánea y el construccionismo social, cuestiona el dualismo objetosujeto y conocedor-conocido. Se basa en el supuesto de que la creación dialógica de
sigificados es siempre un proceso intersubjetivo, que da posibilidades que el “saber” no
permite. Una de esas posibilidades es el diálogo”
“Cuando buscamos lo que ya tenemos claro como afrontar, lo que reconocemos familiar
por comodidad, nos cegamos para lo que es especial en cada cosa y único de su
situación. Una vez fijados en una determinada interpretación, aumentar la cantidad de
acontecimientos no refuerza la veracidad de la interpretación: meramente demuestra la
agilidad conceptual del observador que le permite generar una aparente coherencia
entre las interpretaciones”.
Difícil decir porque hace uno las cosas, o decir siquiera que cosa es la cosa que uno hace. Si
uno la hace, ¿Para que meterle decir al hacer? Puntualmente, si me exigen un “decir sobre
el hacer” sobre esto, yo diría que esta es una exposición de fotos que me interesan. No una
serie de fotos porque no ha sido un trabajo serial, por el contrario es más bien accidental,
desordenado y esporádico. No son necesariamente fotos que me parezcan “bien logradas”
(porque ni siquiera entiendo que significa eso). No giran alrededor de un tema específico
(¿tendrían que hacerlo?) y ni siquiera puedo saber a ciencia cierta si me gustan o me
disgustan (pero es que la verdad eso no me parece lo más importante). De hecho ni siquiera
todas las piezas son fotografías en el sentido exacto de la palabra, porque si nos ponemos
puristas, hay un par de videos, hay fotos tomadas a otras fotos, hay unas imágenes tomadas
en un scanner, fotos de otras personas que igual retomo como propias. ¿Dónde poner el
límite? ¿Debería preocuparme por hacerlo?
Cuando la gente me pregunta “¿Sobre que es tu obra? Realmente no sé que responder,
es una pregunta muy extraña para mí, es como si me preguntaran ¿Y tu de que te tratas?
¿Qué significas? Si es cuestión de interpretación, la verdad es que cualquier cosa puede
ser interpretada y organizada para que diga algo. Algún escritor ruso incluso nos dirá que
cualquier marioneta sirve para actuar, pero porque precisamente el actuar no es asunto de la
marioneta.
He preferido confiar en la intuición como una forma de la inteligencia igual de válida que
la argumentación. A veces las cosas más interesantes de la vida solamente ocurren, como el
clima, o los sentimientos, o las ideas. Todas ellas de un chispazo ¡BAM!, aquí están. No es que
vengan de la nada, pero a veces las explicaciones sobran, o pueden esperar. Igual el hecho
de no dar explicaciones no significa que nadie más las vaya a sacar, de hecho está bien que
las saquen si las quieren sacar, y apuesto que si no doy explicaciones, quien quiera sacarlas
podrá sacar muchas más a su gusto. Las interpretaciones no me molestan, lo que me molesta
es que se entiendan como la razón de ser de las cosas. Que mundo más aburrido si así fuera.
Crilling Wood
Jose Luis Velázquez
Chris Marker
“Expresar una emoción no es lo mismo que describirla, pues la descripción debe
necesariamente generalizar para poder expresarse a través del lenguaje.
Dicha generalización arrastra a los conceptos al plano racional, exigiendo una
“comunicabilidad” a las cosas que en si mismas no tienen, presionando la interpretación
de los hechos para lograr una descripción enunciable. Comunicar una emoción es entonces
al mismo tiempo perderla”.
“Nosotros los ingenieros decimos que no hay forma de medir algo sin modificar al
menos un poco ese algo. Siempre que se tome una muestra de cualquier elemento de la
naturaleza, dicho elemento se modifica así sea mínimamente.
Lo que no sé es qué es lo que pasa con ese pedazo de “fidelidad” que se pierde. ¿A
dónde se irá?”
me molesta Perec en inglés...
estoy haciendo un copy paste de un blog
no estoy haciendo la traducción
Con el paso de las horas, de los días, las semanas, las estaciones, te desprendes de todo,
te alejas de todo. Descubres, a veces casi con una especia de embriaguez, que eres libre,
que nada te pesa, ni te gusta ni te disgusta. Encuentras, en esta vida sin desgaste y sin
otro estremecimiento que esos instantes suspendidos que te procuran los naipes o ciertos
ruidos, ciertos espectáculos que te ofreces, una felicidad casi perfecta, fascinante, a
veces repleta de emociones nuevas. Experimentas una tranquilidad total, te encuentras, a
cada instante, preservado, protegido. Vives en un paréntesis bienaventurado, en un vacío
lleno de promesas y del que no esperas nada. Eres invisible, límpido, transparente. No
existes ya: sucesión de horas, sucesión de días, el paso de las estaciones, el transcurrir del
tiempo, tú sobrevives, sin alegría y sin tristeza, sin futuro y sin pasado, así, simplemente,
evidentemente, como una gota de agua suspendida en el grifo de una toma de agua en
un rellano, como seis calcetines remojados en una palangana de plástico rosa, como una
mosca o como una ostra, como una vaca, como un caracol, como un niño o como un viejo,
como una rata.
entiendo que en inglés pueda sentir mejor:
“As the hours, the days, the weeks, the seasons slip by, you detach yourself
from everything.”
que en español:
Con el paso de las horas, de los días, las semanas, las estaciones, te desprendes de todo,
te alejas de todo.
a veces se acerca más el inglés, a veces el español de:
“Au fil des heures, de jours, de semaines, de saisons, tu te déprends de tout, tu te détaches
de tout.”
puede que sea intencional Perec en inglés
puede que me diga: “era la intención”
pero me molesta Perec en inglés
“(la traducción me resultó imposible)”
(vive pegado a internet, no tiene que hacer la tarea)
y ¿por qué hasta ahora le resulta imposible si todo el texto son traducciones?
traducir...
¿Qué quiere decir traducir? La primera respuesta “decir lo mismo en otra lengua” sería
una buena respuesta, y también consolatoria, si no fuera porque, en primer lugar, tenemos
muchos problemas para establecer qué significa “decir lo mismo”, así como tampoco
sabríamos dar una respuesta satisfactoria para todas esas operaciones que llamamos
paráfrasis, definición, explicación, reformulación, por no hablar de las pretendidas
sustituciones sinonímicas. En segundo lugar, porque no sabemos que es el “lo”, esto es, ante
un texto no sabemos lo que debemos traducir. Y por último, porque, en algunos casos,
abrigamos ciertas dudas sobre lo que quiere decir decir.
así empieza la introducción que Umberto Eco hace a su libro “Decir casi lo mismo”.
¿y no trata todo el texto de decir casi lo mismo?
porque sólo el hecho de sacar un texto de contexto hace que lo mismo sea casi lo mismo
nunca es lo mismo
Sacado del tomo 5 de la enciclopedia ”El Quillet de los niños”
Que historia tan bonita
Blau se encontraba en un museo, visitando una exposición que no le gustaba mucho, que
en realidad le aburría. Por eso se alegró mucho al ver a un reconocido que deambulaba por allí, aparentemente sin mucho interés. Blau fue a su encuentro, y ambos fueron a
sentarse a un rincón para conversar con tranquilidad. Después de intercambiar las últimas
novedades, Blau explicó a su conocido una historia que él mismo había encontrado muy
interesante y en la que pensaba a menudo.
Explicó que la atmósfera está formada por pequeñísimas moléculas, que en número infinito dan vueltas por el universo. Con cada respiración una persona aspira más moléculas
que granos de arena hay en una isla. Una vez expelidas, estas moléculas se mezclan de
nuevo con el aire y siguen dando vueltas por el universo.
Como en un principio la atmósfera de la tierra ni se crea ni se destruye, es un hecho que
las moléculas que han sido respiradas se conservan para siempre, y que necesitan menos
de un año para ser dispersadas por todo el mundo, de manera que las personas respiran
las moléculas que ya habían respirado anteriormente.
Es claro que también inspiramos moléculas que ya han sido respiradas por otras personas.
Además, como el número de las moléculas que entran en cada respiración es tan alto,
también es muy alta la probabilidad que uno respire moléculas que ya había respirado
alguien que conozca. Moléculas que habían estado en los pulmones de la madre muerta
hace tiempo. O de personajes célebres, como Charlie Chaplin o Marilyn Monroe. Puesto
que no se pierde nada, todavía se conservan las moléculas que habían respirado César o
Aristóteles, y es muy probable que algunas de ellas se encuentren en este momento en mis
pulmones.
El conocido de Blau, que le había escuchado atentamente y en silencio, dijo después de
una breve pausa: “Que historia tan bonita”.