AURELIO PRETEL MARÍN
Edita:
Asociación Cultural
Alcaraz Siglo XXI
Colaboran:
Ecomuseo de la Sierra de Alcaraz
y Campo de Montiel
Excmo. Ayuntamiento
de Alcaraz
LOS JUDEOCONVERSOS DE ALCARAZ ENTRE
LOS SIGLOS XV Y XVII: LLERENAS Y BARRERAS,
ÁLVAREZ Y TOLEDOS, VANDELVIRAS, SABUCOS
Y PAREJAS ANTE LA INQUISICIÓN
AURELIO PRETEL MARÍN
LOS JUDEOCONVERSOS DE ALCARAZ ENTRE
LOS SIGLOS XV Y XVII: LLERENAS Y BARRERAS,
ÁLVAREZ Y TOLEDOS, VANDELVIRAS, SABUCOS
Y PAREJAS ANTE LA INQUISICIÓN
Cubierta: Auto de fe. Pedro de Berruguete (aprox. 1495).
Portada: Quema de herejes. Grabado de Jan Luyken.
Contracubierta: La Cruz Verde, en la Calle Barrera de Alcaraz.
D.L.: AB-484/2017.
ISBN: 978-84-17238-10-0
© El autor
Edita: Asociación Cultural Alcaraz Siglo XXI
Colaboran: Ecomuseo de la Sierra de Alcaraz y Campo de Montiel.
Excmo. Ayuntamiento de Alcaraz.
Maquetación e impresión:
Gráficas Cano. Ctra. de Valencia, nº 10.
Telf. y Fax 967 246 266. 02006 ALBACETE
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN.........................................................................................................................7
LOS ANCESTROS: JUDÍOS Y CONVERSOS EN LA BAJA EDAD
MEDIA ALCARACEÑA................................................................................................. 11
LAS HOGUERAS Y EL MIEDO: LA NUEVA INQUISICIÓN Y
LOS MONTIEL, LLERENA, ÁLVAREZ Y BARRERA................................ 29
EL ESTIGMA Y LA BÚSQUEDA DE APELLIDOS SIN TACHA:
LAS FAMILIAS VANDELVIRA Y SABUCO..................................................... 47
LA FALSIFICACIÓN DE LAS GENEALOGÍAS: LOS QUESADA,
PEÑARRUBIA y PAREJA.............................................................................................. 69
APÉNDICE DOCUMENTAL.............................................................................................. 97
FUENTES DOCUMENTALES Y BIBLIOGRAFÍA............................................ 135
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
INTRODUCCIÓN
Siempre habíamos pensado, aunque nunca pasó de ser una sospecha,
que una buena parte de los más conocidos linajes de Alcaraz a lo largo del
siglo XVI pudieran descender de judíos del XIV. Hoy, gracias a la ayuda de
nuestro buen amigo Francisco Carcelén, que nos puso en la pista de unas
pruebas de limpieza de sangre del siglo XVII (AHN, Inquisición; 1462, Exp.
7), que eran ya conocidas, aunque no desveladas ni explotadas, por Casco y
Fernández, podemos afirmarlo con total garantía. Es más, tras contrastarlas
con los libros de actas o bautismos y otros documentos, podemos dar detalles
y aclarar en gran parte los enigmas pendientes sobre algunas familias que,
quisiéranlo o no, descendían, entre otros, de Mayor González de Montiel,
judaizante que fue exhumada y quemada en 1504; y de paso explicar quiénes eran algunos personajes de apellidos cambiantes y nombres repetidos por
cuya relación con los Sabuco nos hacíamos preguntas en un libro editado
hace casi veinte años1, y de los que alguien dijo, con peor intención que lucidez, aunque no sin un punto de razón y gracejo, que andaban por sus páginas
como aquel que se cuela en una boda2.
Pues bien, no se colaban: hoy podemos decir que casi todos eran de
la familia del bachiller Sabuco, en la que confluían tres o cuatro linajes de
conversos –los Álvarez, Barrera, Llerena y Montiel– a cuál menos amigo de
airear sus orígenes, lo que explica en gran parte aquel embrollo. Esto, a nuestro entender, añade un punto más de interés a este libro, que aporta novedades
sobre Oliva Sabuco, personaje que en los últimos años ha ocupado a varias
estudiosas en Estados Unidos, Canadá, Puerto Rico…, y también en España,
por no hablar de Albacete, donde los profesores González y Henares, cada
uno a su modo y con su estilo, han añadido nuevos documentos a aquellos que
encontró Marco Hidalgo hace ya más de un siglo. Al tiempo ofreceremos un
ejemplo mejor documentado de lo que es habitual sobre el comportamiento
de los judeoconversos castellanos y sobre la manera en que se “cocinaban” en
la España moderna las famosas probanzas de limpieza de sangre; y de paso
podremos demostrar que este modesto “tuerto del país de los ciegos”, como
1
PRETEL MARÍN, A., Alcaraz en el siglo de Andrés de Vandelvira, el bachiller Sabuco y el
preceptor Abril, IEA, Albacete, 1999, pp. 239–251.
2
GONZÁLEZ, R., El Enigma Sabuco, Albacete, 2008, pp. 220–221. Véase nuestra respuesta
en PRETEL MARÍN, A., “El enigma Sabuco: el parto de los montes”, Revista Cultural Albacete, Nº 12–13, Septiembre, 2008, pp. 10–26, p. 15. Disponible en la red con solo teclear en
cualquier buscador: Cultural Albacete Revista 12/13.
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Aurelio Pretel Marín
nos ha llamado caritativamente el furioso olivódulo González, todavía es capaz de aportar algo más que vaguedades sin que hayan de venir las musas
transatlánticas a alumbrarle el camino de la investigación.
Aunque tiene argumentos para varias novelas y para algún ensayo sobre
la necedad y la brutalidad de una religión impuesta a sangre y fuego –y nunca
mejor dicho– y de una sociedad basada en la apariencia y en la absurda obsesión de la pureza o limpieza de sangre, este no es propiamente un libro de
lectura, sino más bien de historia de unas pocas familias de Alcaraz, algunas
de las cuales serán muy conocidas por su obra intelectual. Un trabajo en la
línea que propugna Enrique Soria Mesa, superador no solo del absurdo recelo
a la genealogía como objeto de estudio, sino de la “grotesca” división entre el
campo de los medievalistas y el de los modernistas, que tanto daño ha hecho
a la Historia Social3. Un estudio que muestra algunas estrategias que usarán
los conversos para sobrevivir, en un primer momento, y para renacer al cabo
de los años con otros apellidos pero con ambiciones incluso superiores a las
de sus abuelos. Pero a la probanza que nos sirve de base y fuente principal, y
que puede leerse en internet a través del Portal de Archivos Españoles, todavía se le puede sacar mucho partido para otros estudios diferentes del nuestro,
pues aparte de otros testimonios contiene un documento excepcional –y raro–
como es un amplio extracto del “mote” o apartado referido a Mayor González
de Montiel y a su descendencia en los registros de la Inquisición, que por su
trascendencia publicamos entero en nuestro apéndice con el número 13, y que
es susceptible de más aplicaciones, aunque por el momento vamos a limitarnos a las ramas que acaban en Oliva Sabuco y Gabriel de Pareja, su sobrino.
En este mismo apéndice ofrecemos también distintos documentos respecto a la actuación de la familia Llerena y Montiel en la guerra contra Isabel
I (1475) y en unos incidentes, diez años posteriores, que quizá dieron pábulo
a que la Inquisición actuara en Alcaraz y se cebara en ella, condenando a
la hoguera a la abuela, Mayor González de Montiel (cuya sentencia damos
también por gentileza de nuestro buen amigo Carlos Ayllón Gutiérrez), y a
bastantes personas de su entorno, así como a otras muchas de la misma Alcaraz, como los bisabuelos del bachiller Sabuco, con cuyos descendientes
coincide andando el tiempo una rama de aquel mismo linaje en casa de su
SORIA MESA, E., “De la represión inquisitorial al éxito social. La capacidad de regeneración de los judeoconversos andaluces entre los siglos XV y XVII: el ejemplo del linaje
Herrera”, Medievalismo, 24 (2014), pp. 399-417.
3
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Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
padre, Miguel Sabuco “el Viejo”. Por último, ofrecemos algunos testimonios
del siglo XVII –que podrían ser más, pero no aportarían demasiado al respecto– escogidos entre los más adversos y los más favorables a Gabriel de Pareja
y su linaje durante la probanza de limpieza de sangre que este tataranieto o
retataranieto emprenderá siglo y medio después; y acabamos con una relación
de instrumentos empleados que habla de los procesos de fe que se siguieron
contra distintos miembros de aquella gran familia, que durante el reinado de
los Reyes Católicos pasó del privilegio y el poder a la hoguera, o a la “muerte
civil” y la marginación en los mejores casos, y se irá diluyendo, cambiando
de apellidos o enlazando con otras, como los Vandelvira, Sabuco y Pareja, en
busca de mayor respetabilidad, a lo largo del siglo XVI.
Por desgracia ya no hay en Albacete ninguna editorial, como fue el
IEA hasta hace diez años, que publique este tipo de trabajos sin que tenga el
autor que someterse al caprichoso arbitrio del amo cortijo, curioso personaje
que solo ha escrito un libro (de unas 60 páginas, 30 de ellas de texto), pero
se ha convertido en el omnipresente factótum y gurú de la investigación albacetense, cobra por deshacer lo que otros hicieron completamente gratis, y
resulta infalible -inapelable, al menos- a la hora de decir qué obras se merecen
ediciones de más de ¡cincuenta ejemplares! e incluso reediciones, sin son de
algún amigo. Pero aún queda, por suerte alguna asociación como la de Alcaraz Siglo XXI y el Ecomuseo de Alcaraz y el Campo de Montiel, que en
la última década han hecho mucho más que las instituciones oficiales por el
conocimiento y promoción de esta antigua comarca.
A ellas, y a su forma generosa y desinteresada –y puede que por ello
no siempre agradecida– de luchar por su pueblo, que se muere irremediablemente, queremos dedicar estas breves palabras de reconocimiento. También
a Paco Cano y a Miguel Picazo, artesanos del libro, que se han esmerado en
el trabajo, como suelen hacer, y a los buenos amigos, como Carlos Ayllón,
Alfonso Antolí, Valentín Casco y Paco Carcelén, que nos han aportado documentos y pistas de interés. Y de paso, un recuerdo de homenaje a José Marco
Hidalgo y Fernando Rodríguez de la Torre, historiadores serios, aunque ellos
jamás se arrogaran tal título, y dotados de freno y marcha atrás, que fueron
calumniados y hasta vilipendiados por algún mentecato que ni en sueños podría compararse con ellos, y todo por decir, con toda la razón, que doña Oliva
no fue autora del libro publicado a su nombre. Que estas páginas sirvan para
reivindicar sus trabajos pioneros.
Albacete, septiembre de 2017
9
Aurelio Pretel Marín
Una entre varias páginas del Fuero de Alcaraz en que se habla del trato a los judíos
10
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
LOS ANCESTROS: JUDÍOS Y CONVERSOS EN LA BAJA EDAD
MEDIA ALCARACEÑA
Aunque seguramente no hace sino adaptar los preceptos del Fuero de
Cuenca al de esta villa recién reconquistada, por lo que no refleja la situación
real de la aljama judía de Alcaraz4, lo cierto es que el código por el que se
rigió su vida cotidiana durante el siglo XIII protege a los hebreos instalados
en ella: no solo les consiente mantener sus creencias y tener su juez propio,
el albedí, sino que les reserva los viernes y domingos para el uso del baño,
les defiende en sus tratos civiles con cristianos e incluso equipara en validez jurídica el juramento que estos
hagan sobre la Cruz con el
de ellos sobre sus escrituras
(la Torá o “Atorá”)5. En tales
condiciones se comprende
muy bien que la comunidad
conociera cierto auge durante esta centuria y estuviera
a finales de la misma entre
las de tamaño mediano de
Castilla la Nueva, por detrás
de las grandes de Almoguera, Toledo, Hita, Villa Real,
Cuenca, Uclés, Talavera…,
pero muy por delante de MaContribución de aljamas en el Arzobispado de Toledo,
drid, Alcalá o Montiel, entre
según repartimiento hecho en Huete en 1290
otras menores, y que la ma(Amador de los Ríos).
6
yoría de Castilla la Vieja .
Véase nuestro artículo “Mejoras y adiciones al Fuero de Alcaraz durante el siglo XIII”, Revista de la CECEL, 12 (2012), pp. 7–33, pp. 9–12.
5
Además de la clásica edición de Roudil, puede verse la nueva de CARRILERO, R. y AYLLÓN GUTIÉRREZ, C., El fuero de Alcaraz: versión romanceada de 1296, IEA, Albacete,
2008.
6
AMADOR DE LOS RÍOS, J., Historia social, política y religiosa de los judíos de España y
Portugal, Madrid,1876, vol. II, pp. 53–57. CARRETE PARRONDO, C., ‘El Repartimiento
de Huete de 1290’, Sefarad 36 (Madrid 1976) 121–140. LACAVE, J. L., Juderías y sinagogas españolas, Mapfre, Madrid, 1992, pp. 288, 334–335.
4
11
Aurelio Pretel Marín
La aljama de Alcaraz todavía parece conocer cierta prosperidad a mediados del siglo XIV, cuando hallamos en ella a Mayr el Levi de Alcaraz –¿un
pariente tal vez de Samuel Ha-Leví, el tesorero real, de quien se dice costeó la
sinagoga de la villa de Huete7 y erigió la del Tránsito en Toledo?– arrendando
las rentas de este arcedianato y del reino de Murcia al rey Pedro I8. Negocios
semejantes a los que ocuparán a un tal Zag el Leví de Alcaraz, que bien pudiera ser miembro de su familia, pero no vive ya en esta población, sino en
Toledo y en Garcimuñoz, en los años setenta y ochenta9, lo que es un indicio
de que ha comenzado el retroceso, acaso a consecuencia del antisemitismo de
la guerra civil entre don Pedro y Enrique de Trastámara, que provocó la ruina
de bastantes aljamas10, y también de la villa de Alcaraz11. Por esas mismas
fechas, en diciembre de 1378, tenemos evidencias de que la alcaraceña estaba
en decadencia, pues el concejo pide a la reina que exima de tributos a los pocos judíos que la habitan, “que son pocos e pobres, lo vno con lo que pechan
al rey mio sennor e a mi, e lo al que non an bienes algunos, et que por esta
razon son perdidos e se van a beuir a otras partes”12. Todavía quedará algún
especialista como Samuel Bar Iom Tob, que copiaba hacia 1380 una obra
de Maimónides para uso del rabino Samuel Abravanel13, miembro de una
importante familia financiera, que ignoramos si vive en la ciudad. Pero es de
pensar, en todo caso, que los robos y asaltos contra las juderías que recorren
Castilla en los noventa y extinguen o reducen de forma radical las de Ciudad
Real y Cuenca, por ejemplo, y de Baeza y Úbeda, un poco más al sur, pero no
más lejanas ni ajenas a Alcaraz, y el “Ordenamiento sobre el encerramiento
de los judíos e los moros”14, en enero de 1412, si es que para estas fechas aún
BLÁZQUEZ MIGUEL, J., Huete y su tierra: un enclave inquisitorial conquense, Aytº Huete, 1987, p. 43.
8
MOLINA MOLINA, A.L., Documentos de Pedro I, CODOM, VII, Murcia, 1978, pp. 49–52.
9
PASCUAL MARTINEZ, L., Documentos de Enrique II, CODOM, VIII, Murcia, 1983, p.
95, 164–165. ROTH, N., Miscelánea Medieval Murciana, XV (1989, p. 43 y sigs. PRETEL
MARÍN, A., “Notas sobre judíos y conversos en la Baja Edad Media albacetense”, Cultural
Albacete, 63, Albacete, Junio de 1992.
10
HINOJOSA MONTALVO, “Los judíos en la España Medieval: de la tolerancia a la expulsión”, en Los marginados en el mundo medieval y moderno, Almería, 2000, pp. 25–41, p. 28.
11
PRETEL MARÍN, A., Una ciudad castellana en los siglos XIV y XV, IEA, Albacete, 1978,
pp. 23 y sigs.
12
PRETEL MARÍN, A., Una ciudad castellana…., p. 254, Doc. IX.
13
Debemos este dato a nuestro buen amigo Carlos Ayllón Gutiérrez, que lo extrae a su vez de
Rodríguez de Castro.
14
ESCUDERO, J. A., “Netanyahu y los orígenes de la Inquisición española”, Revista de la
Inquisición, Nº 7, pp. 9–46, pp. 13–14.
7
12
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
quedaba alguno, terminaran de darle el golpe decisivo. Lo cual no significa
que desaparecieran, sino que la mayor parte de los hebreos recibieron las
aguas del bautismo…, y muy probablemente siguieron practicando su antigua
religión dentro de sus hogares. Hace muy poco tiempo hemos podido ver un
caso semejante, el de Garcimuñoz15, donde no parecía que quedara ninguno
hasta fines del XV, cuando una buena parte de las familias ricas, y no pocas
modestas, serían procesadas por haber judaizado.
De la misma manera, en Alcaraz, donde ni tan siquiera fray Vicente Ferrer, que predica en la villa durante varios días en el año 1411, parece hallar
judíos a los que convertir16, solamente veremos durante el siglo XV algún
recaudador, casi siempre de paso, y algún físico o médico de aquella religión,
y parece evidente la ruina de la aljama a juzgar por algún documento que
habla de “una carta del príncipe don Enrrique en que mando que no ouiese
tributo en esta ciudad de moros y judíos”, sin duda por las mismas razones
enunciadas en la anterior centuria. Después solo tenemos alguna referencia
general e inconcreta a la exención de pechos que el rey Alfonso XII (Príncipe
don Alfonso) concedió en 1466 a todos los cristianos, judíos y mudéjares que
quisieran venir a establecerse en ella o en sus arrabales para paliar los daños
que don Pedro Manrique infligió a la ciudad en los comienzos de la guerra
civil contra su hermano17. Y ya no se menciona a ningún otro hebreo, ni sabemos que hubiera judería durante el siglo XV: a finales de este se acusaba
a Mayor González de Montiel de haber dado limosna para cera y aceite con
los que iluminar la sinagoga18, pero no hay más noticias sobre este edificio ni
sobre los hebreos que pudieran haberlo utilizado, por lo que es de creer que se
tratara de un pequeño oratorio de ámbito privado y no muy concurrido. Solamente sabemos que la gente acusada con posterioridad de prácticas judaicas
tiene nombre cristiano, se comporta como sus convecinos de los mismos niPRETEL MARÍN, A. y SALAS PARRILLA, M., Garcimuñoz medieval: la villa y el castillo del siglo XIII al XV, Ayuntamiento de Castillo de Garcimuñoz (Cuenca), Albacete, 2016.
16
AYLLÓN GUTIÉRREZ, C., La orden de Predicadores en el sureste de Castilla, IEA, Albacete, 2002, p. 35–36. Conviene señalar que en los años siguientes se fundan dos conventos
de la orden dominica, alguno de los cuales se pudo edificar sobre la sinagoga o en terrenos
de esta, como en Villa Real, actual Ciudad Real. Y aunque ya no tenemos noticias de judíos,
nos llama la atención que precisamente en 1391, el año de los pogromos, crearan los cristianos la cofradía de San Pedro Mártir en la Peña del Santo de “Alcaraz el Viejo”, donde luego
veremos que funciona la de San Salvador (PÉREZ DE PAREJA, Historia de la primera fundación de Alcaraz y milagroso aparecimiento de Nuestra Señora de Cortes, Valencia, 1740,
Ed. Facsímil, IEA, 1997, pp. 161-162).
17
PRETEL MARÍN, A., Una ciudad… p. 254, Doc. XXXVII.
18
Véase el documento 4 de nuestro apéndice.
15
13
Aurelio Pretel Marín
veles sociales y económicos, con los que rivaliza en muestras de piedad como
la concurrencia a procesiones o la adquisición de capillas privadas19 (la citada
Mayor González de Montiel y su esposo fundan la de Santiago en el convento
de frailes dominicos), y es irreconocible hasta que se descubre su supuesta
o real apostasía. Esto hace que sean invisibles, o que apenas resulte posible
distinguirles, salvo por los oficios que suelen practicar (medicina, botica, derecho, arrendamientos y trabajos manuales como la orfebrería), que tampoco
resultan indicios muy seguros, pues hay cristianos viejos que se emplean en
ellos. Algunos, hasta son tenidos por hidalgos, como podremos ver.
¿Son conversos sinceros? Para Baer, seguían judaizando en su gran
mayoría; en cambio, Netanyahu piensa que casi todos serían ya cristianos y
además rechazados por los buenos judíos por haber renegado de su fe. Suponemos con Rábade Obradó20 que pudo haber de todo: criptojudíos, escépticos,
sincréticos y cristianos auténticos, por no hablar de personas de religiosidad
basada en la costumbre y no muy avezadas en cuestiones dogmáticas, o las
niñas que solo repetían los gestos de sus padres, como las que encontraba
Hernando del Pulgar21. No vamos a enredarnos en esta problemática ni en
consideraciones bibliográfico-teóricas como las que hacen otros, que no aportan un solo documento respecto a la ciudad que se supone es objeto de su
estudio, pero descalifican opiniones y datos de anteriores autores como el
mayor experto que imaginarse pueda22. Vamos a limitarnos a exponer brevemente las noticias que hay de unas pocas familias que sabemos ahora pudieron ser conversas, y a seguir las andanzas durante un par de siglos, del XV al
XVII, de una de las mejor documentadas: la de los descendientes de Mayor
González de Montiel y su marido, Ruy González de Llerena, y sus inesperadas confluencias (ver pág. 63) con las de Mari López y María Barrera, dos
herejes quemadas poco antes que ella, precisamente en casa de un tal Miguel
Sabuco, tintorero, padre del conocido bachiller y abuelo de la célebre doña
Oliva Sabuco.
Véase, por ejemplo, MARTZ, L., “Relaciones entre conversos y cristianos viejos en Toledo
en la Edad Moderna”, Toletum, Nº 37 (2013), pp. 45–70, pp. 47 y sigs.
20
RÁBADE OBRADÓ, M. P. “Expresiones de la religiosidad cristiana en los procesos contra
los judaizantes del tribunal de Ciudad Real-Toledo, 1483-1507” En la España Medieval, 13
(1990), pp. 303-330, p. 307.
21
MACKAY, A., “El problema converso en la literatura del Renacimiento”, Manuscrits, Nº
11, 1993, pp. 127-141, p. 137.
22
PÉREZ GARCÍA, J.C, “Herejía y desestabilización. El Santo Oficio en los orígenes del
absolutismo monárquico”, II Congreso de Historia de Albacete, Vol. II, Edad Media, IEA,
Albacete, 2002, pp. 215-229.
19
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Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
Los Llerena y Montiel alcaraceños fueron letrados, médicos, bachilleres, licenciados e incluso caballeros que pasan por hidalgos a mediados del
XV: en enero de 1458 están empadronados como tales Fernán y Sancho Sánchez, hijos de Sancho Sánchez de Montiel, junto al bachiller Diego González
de Montiel, letrado del concejo; y también Ruy González de Llerena, que es
procurador universal, o sea representante de los nobles o hidalgos de la localidad23. Es de creer, no obstante, que no fueran autóctonos, sino que sus familias vinieran de los pueblos que les dan su apellido: la Llerena extremeña y
el Montiel del Campo de su nombre, donde sabemos hubo aljamas de judíos,
aunque no está muy clara la razón ni el momento en que se asentarían en la
villa (hasta 1429) o ciudad de Alcaraz (desde esa fecha). Pedro y Lope González de Montiel, padre e hijo, aparecen en ella en documentación de fines del
XIV y comienzos del XV24, aunque el más importante del linaje será Diego
González de Montiel, “el bachiller Montiel”, prestigioso patriarca de un grupo familiar capaz de decidir en contra o a favor de su corregidor la suerte de
Alcaraz durante la revuelta de 145825. En la misma asonada, pero en una actitud bastante más activa y contraria a la suya, se distingue Rodrigo González
de Llerena, de quien hasta el momento no teníamos noticia en la localidad, a
la que suponemos llegaría muy poco tiempo antes, quizá cumpliendo órdenes
del príncipe de Asturias, del que era secretario, como podremos ver. En todo
caso, aún no parece que exista en esas fechas especial amistad o solidaridad
política entre ellos ni, en general, con otras familias de conversos, como Carlos Carrete ha visto en otros pueblos26. Al contrario, parece que serán bastantes los que entronquen con hidalgos auténticos, se igualen con los mismos e
incluso desempeñen oficios reservados a este grupo social como las alcaidías
o la procuraduría universal.
Tampoco nos parece que los mismos conversos hubieran influido todavía en los bandos que había en la ciudad, que venían de lejos y se deben más
bien a las tensiones entre cristianos viejos, caballeros villanos y escuderos o
hidalgos, movidos a distancia por los grandes poderes del contorno: don Álvaro de Luna, el príncipe de Asturias (más tarde Enrique IV) y el marqués de
ROMERO MARTÍNEZ, A., Los papeles del fisco. Estudio diplomático de la documentación fiscal castellana bajomedieval, Granada, 1998, p. 351.
24
PRETEL, Una ciudad…, p. 64.
25
MACKAY, A., Anatomía de una revuelta urbana: Alcaraz en 1458, IEA, Albacete, 1985,
p. 51-57 y 59.
26
Así lo ve también CARRETE PARRONDO, C., “La integración de los judeoconversos en
la sociedad castellana”, Cuadernos Salmantinos de Filosofía, 13 (1986), pp. 173-178.
23
15
Aurelio Pretel Marín
Villena, Juan Pacheco, o algunos revoltosos como Alonso Fajardo y Rodrigo
Manrique. Ya a finales de 1439 la ciudad se negaba a abrir sus puertas a un corregidor, Alfonso Álvarez de Toledo, que venía a tomar posesión de la misma
por el citado príncipe, aunque pronto se vio forzada a someterse, solicitando
a cambio algunas garantías para sus privilegios y usos ciudadanos; y en el
ayuntamiento que le hace acatamiento, encontramos a un Fernando de Peratal27, que puede ser Peralta, y en tal caso sería miembro de una familia que
presume de hidalga, como podremos ver, pero cuyo apellido ya era conocido
en el siglo anterior entre judíos y conversos conquenses como los que vivían
en Valdeolivas28 o en Garcimuñoz29. Junto a él aparece algún vecino como el
propio escribano, Diego López de Toledo, que pudiera tener el mismo origen,
y hasta podría serlo el mismo Alfonso Álvarez de Toledo, que bien pudo dejar
en Alcaraz estos dos apellidos, Álvarez y Toledo, connotados de heréticos
con posterioridad; pero ni esto es seguro ni parece que tenga, de momento, la
menor incidencia en la vida local.
En el año siguiente, cuando el príncipe entrega a Juan Pacheco El Bonillo, Munera, Lezuza y Villanueva, las mejores aldeas de Alcaraz (1440),
hay un conflicto grave entre los principales clanes de la ciudad, pero es solamente entre cristianos viejos: Juan Martínez Guerrero, bachiller y letrado,
además de patriarca de un linaje importante, obedece la carta que ordenaba
amojonar los términos de aquellas nuevas villas, pero el bachiller Sánchez de
Bustamante y García Ferrández de Ballesteros se oponen frontalmente a su
actitud colaboracionista y hacen que el concejo responda “asaz feamente” y
obligue al enviado huir a toda prisa30. Estos hechos, unidos al recelo frente a
las ambiciones del mismo Juan Pacheco, protegido del príncipe de Asturias, y
PRETEL, Una ciudad…, pp. 85-90 y Doc. XVII.
FITA, F., “Padrón de los judíos de Valdeolivas, 1388”, BRAH, T. 12, enero de 1888. Además
de Simuel, el empadronador de la aljama judía de Valdeolivas, se cita a sus parientes, Abraham, Salomón y Suantó –¿Semtob, o Yanco?– Peralta (CARRETE PARRONDO, C., “La
aljama hebrea de Valdeolivas en 1388”, p. 314). En esa misma aljama –digámoslo de paso–
destacaba también don Simuel el Leví, cuyo apellido ya vimos en Alcaraz. Pero además
sabemos que toda una familia de Peraltas sería procesada en Socovos en 1725 (BLÁZQUEZ
MIGUEL, J., La Inquisición en Albacete, IEA, Albacete, 1985, Pp. 79–90.
29
De aquí procedería el doctor Pedro Sánchez del Castillo, oidor en la corte de Enrique III de
Castilla y señor de la Puebla de Almenara, cuyo hijo recobra el apellido Peralta y lo extiende
a Segovia. PRETEL MARÍN, A. y SALAS PARRILLA, M., Garcimuñoz medieval, pp. 105,
121, 158 Y 162–163 Y 245.
30
AHN. Nobleza, Frías, C 121 D 51. PRETEL MARÍN, A., El señorío de Villena en el siglo
XV, Albacete, 2011, pp. 135-136.
27
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Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
las interferencias de Alonso Fajardo y Rodrigo Manrique, determinaron ya la
alineación de los alcaraceños en dos bandos opuestos: el de los Bustamante y
Ballesteros, que contaban con muchos apoyos en familias como los Hontanar,
Córdoba y Peñarrubia (y más tarde en Toledos y Llerenas), y el “oficialista”
del bachiller Guerrero, que siempre respaldó a los corregidores. En medio se
sitúa, como pronto veremos, el bachiller Montiel, cuyo apellido luego resulta
ser converso; pero por el momento no hay noticias de Ruy González de Llerena, que era secretario del príncipe de Asturias hasta 1447 por lo menos31.
Quizá fuera enviado a Villanueva de la Fuente, de cuya torre fue alcaide, al
parecer, aunque solo sabemos que lo será su hijo. O puede que viniera con
Alonso de Zayas, nuevo corregidor, que ya antes tuvo oficios en Cáceres y en
otras ciudades castellanas, y desde Extremadura llegaría a Alcaraz poco antes
de 1450. Dicho sea de paso, parece que el tal Zayas fue expulsado por los alcaraceños, pues tenemos noticia de “otra carta del prínçipe don Enrrique de
perdón a los que fueron en echar desta çibdad a Alonso de Çayas”32, y que no
se quedó ni a cobrar su salario33; pero no es de creer que su más que probable
condición de converso34 tenga nada que ver con el suceso, que tampoco sería
extraordinario en aquel Alcaraz de mediados del XV.
Las revueltas urbanas y las conspiraciones aún se incrementarían desde
la ejecución del condestable don Álvaro de Luna y la muerte del rey, al que
sucedería el príncipe de Asturias, ya como Enrique IV, sometido como antes
al marqués Juan Pacheco; pero no encontraremos noticias de conversos, al
menos como tales, durante algunos años. En los libros de cuentas de los dos
mayordomos del concejo entre 1453 y 1456 solamente aparecen los Guerrero, junto a otros hijosdalgo como son los Auñón, Busto, Sotomayor y cierto
Juan de Alfaro (que es el procurador universal o portavoz del conjunto de
hidalgos), y algunos “caballeros” como Clemente Sánchez, Gonzalo y Juan
Fernández o Gonzalo Piñero. Veremos igualmente como comisionados de la
PRETEL, Una ciudad…, Docs. XXII y XXIV.
PRETEL, Una ciudad…, Doc. LXIX, p. 323, y 100-102.
33
PRETEL MARÍN, A., El castillo de Peñas de San Pedro…, Doc. 27.
34
Zayas pudiera ser hijo del halconero real del mismo nombre (FRANCO SILVA, A., Personajes, poderes, fortalezas, y otros temas de la historia de Andalucía, UCA, Cádiz, 2009, pp.
147 y 169-173), o bien de un arcediano de Galisteo (Cáceres) y de una “judía de señal” (o sea,
no bautizada y obligada por tanto a llevar en su ropa la rodela bermeja), como luego revela
un pleito de hidalguía (CORONAS TEJADA, L., “Los judeoconversos en el reino de Jaén”,
Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, pp. 79-105, p. 92). En todo caso Çayas –como
aparece escrito– o Zayas, pueden ser derivados de Sayas, nombre propio judío.
31
32
17
Aurelio Pretel Marín
ciudad a otros, como Pedro de Alfaro, los Reolid y Alfonso de Córdoba, enviados estos últimos tratar con el conde de Paredes, don Rodrigo Manrique
sobre la usurpación de su jurisdicción y términos…, y los nombres de aquellos que fueron a caballo a la guerra contra los musulmanes bajo capitanía de
Manrique, como Sancho de Busto, Juan de Busto, García de Arévalo, y los
hijos de Juan de Claramonte. Pero por vez primera ya encontramos con ellos
a un converso importante, Fernando de Montiel, que ocupa un regimiento,
y a Alfonso de Montiel, enviado como alcaide al castillo de Ayna cuando
aumenta el peligro de los moros y de los partidarios de Alonso Fajardo en
1456. También, al escribano Alfonso Díaz de Toledo, que ejercía, además
como “procurador síndico de la comunidad desta dicha çibdad” –o sea, representante de la gente modesta o no privilegiada– pleiteando por ella contra
“los Zamoranos”, Juan y Antón de Zamora, que dicen ser hidalgos y exentos
de pechar35; y a Fernando y Diego López de Toledo, que son recaudadores de
pechos concejiles o pedido y monedas, al igual que García de Alcaraz, que
parece converso como ellos. Pero ni los Montiel –que no se diferencian de
otros caballeros– ni estos recaudadores de apellido Toledo y Alcaraz parecen
suscitar todavía rechazo ni recelo en sus conciudadanos.
Los sucesos de 1458, de los que hemos hablado de pasada, permiten
ya entrever la participación, en absoluto unánime, de los clanes conversos.
En esencia, se trata de un intento de un grupo comandado por los dos Ballesteros, los Bustamante y otros partidarios de Alonso Fajardo, que estaban
desterrados, de echar de la ciudad a su corregidor, Pedro de Silva, y al clan de
los Guerrero, dominando los puntos estratégicos con apoyo de otros como los
Hontanar, Piñero, Cabrejano, Alarcón, algún hijo de Juan de Claramonte… Y,
por primera vez, de Rodrigo González de Llerena, que envió pan y vino de su
casa para los que ocuparon las torres del Reloj y de la Trinidad36. En cambio,
el bachiller González de Montiel pasó toda la noche en su morada, armado
y rodeado por cincuenta hombres suyos, pero sin decidirse a apoyar o frenar
la sedición (de hecho, fue su inacción, o más bien sus promesas de ayuda a
A finales de siglo, Juan de Zamora sigue todavía pleiteando: el 9 de octubre de 1496 se estudia en el concejo una petición de Juan de Zamora, pero los oficiales se lavarán las manos:
dicen que la sentencia dada por los regidores del año anterior era nula por no ser competentes, y “que el dicho Juan de Çamora alegase su derecho, sy alguno cree que tenía, ante juez
competente”, y el 31 de agosto de 1501 “requirió Fernando Alonso al señor corregidor que
determine en el pleyto que la çibdad trae con Juan de Çamora, pues está concluso”(Archivo
Municipal Alcaraz, AMA, Actas municipales de las fechas citadas).
36
MACKAY, A., Anatomía de una revuelta urbana, p. 51–57 y 59.
35
18
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
las dos partes, que parecen más bien una traición a un compromiso previo, la
que permitiría a los Guerrero y al corregidor hacer que fracasara el golpe sedicioso). Es la misma postura que adoptaron los hidalgos Frutoso o Fructuoso
y otros muchos vecinos, que estuvieron al pairo, esperando el final del movimiento, hasta ya bien entrada la mañana, cuando manifestaron su adhesión a
la ley y al corregidor. Entre ellos se cuentan Rodrigo de Toledo y Hernando
de Alcaraz, que aseguran no haber tomado parte activa, pero no se perdieron
detalle de los hechos. Otros, por el contrario, como Alfonso y Fernando de
Alcalá –que creemos serían igualmente conversos y probablemente hijos de
un Rodrigo que llegó a regidor a mediados de siglo37– habían ayudado desde
el primer momento a su corregidor38. Por lo tanto, parece que hubo cristianos
nuevos –y viejos– en las tres actitudes que cabía adoptar respecto al golpe:
apoyo, inhibición y rechazo frontal.
Desde luego, creemos que ni el bando insurgente estaría compuesto por
conversos (de hecho, los Ballesteros, Bustamante y Peñarrubia, entre otros,
presumían de hidalgos), ni que no los hubiera en el contrario. De algunos
apellidos que encontramos en ambos, como los Vandelvira (que eran “Yvandelvira” con anterioridad), nos consta que después contraerán matrimonios
con mujeres de aquella condición; pero en el siglo XV todavía parece que
son cristianos viejos, si bien poco importantes. Aunque nunca se sabe: hasta
un personaje como Diego de Bustamante, hacendado en Viveros, que parece
venir de Sancho Díaz de Bustamante, hidalgo y justicia del rey en Alcaraz a
finales del XIII, “descendía también de condenados”, según dice de él la Inquisición a mediados del siglo XVII, probablemente a causa de un imprudente enlace con alguno de los Montiel-Llerena. Pero, como decíamos, no parece
que exista una común postura ni entre los conversos ni entre sus convecinos
hidalgos o pecheros, ni en este ni en distintos alborotos urbanos, menos documentados, que se registrarán en los años sesenta, como el que en 1463
culminó en la expulsión de Lope de Mayorga, otro corregidor, y de varios vecinos, a los cuales hicieron “cosas ynormes e feas”, lo que obligó al monarca
a ordenar el embargo de los bienes de muchos responsables, “porque a ellos
sea castigo e a los que lo oyeren exenplo, por que non se atreuan fazer lo tal
nin semejante”39.
AMA. Libro del mayordomo Diego Ordóñez de Gámis.
MACKAY, Anatomía…, p. 62.
39
PRETEL, Una ciudad…, p. 125 y Doc. XXXI.
37
38
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Aurelio Pretel Marín
Sin embargo, sabiendo lo que ocurre en otras poblaciones, sobre todo a
partir de sentencia de Medina del Campo y la guerra civil, que hicieron resurgir las antiguas pulsiones antihebraicas40, parece muy probable que algunos
convecinos comenzaran ya a hacer objeto de sus iras a los cristianos nuevos,
ya que la propaganda de los nobles rebeldes y de sus clientelas –por no hablar
de fanáticos como Alonso de Espina, que por aquellas fechas compendiaba
en un libro las calumnias y tópicos respecto a los judíos– solía utilizar el antisemitismo como aglutinador del descontento, que canalizarían hacia sus propios fines41. Y como consecuencia, que la necesidad de autodefensa reforzara
los lazos entre clanes conversos animándoles a “meterse en política” bajo la
protección del marqués de Villena –aunque este no sería demasiado de fiar– y
del propio monarca, fuera este quien fuese (el joven don Alfonso concedió a
Ruy González de Llerena 400 florines en juro de heredad y 30 excusados en el
arcedianato de Alcaraz42, que al parecer mantuvo después Enrique IV, su hermano y enemigo, igualmente sumiso a Juan Pacheco). Sin embargo, es difícil
todavía distinguirlos de los “cristianos viejos” –o “lindos”, como a veces se
les llamaba entonces- entre otras razones porque los más modestos son plateros, tintoreros o sastres, cuando no arrendadores, como sus convecinos, y los
más hacendados poseen heredades y casas, numerosos criados y excusados de
pechos, como los caballeros e hijosdalgo, e incluso algún que otro pequeño
señorío, como el de Pinilla, que era de Mayor González de Montiel o de su
esposo, Ruy González de Llerena, y hasta pueden poner sobre las armas unos
cincuenta hombres, más o menos los mismos que el bachiller Guerrero, como
vimos hacer al bachiller Montiel. Aunque sigan casándose entre ellos (como
por otra parte hacen también los ricos y hasta los menestrales de los mismos
oficios) con preferencia a otros, medio siglo después de la aparente extinción
de la aljama solamente encontramos apellidos cristianos, y tan solo podemos
sospechar un origen converso por documentación de fecha posterior, como
ocurre en el caso de los Montiel, Llerena, Arenas y Toledo, de los que hemos
40
SUÁREZ BILBAO, F., “Cristianos contra judíos y conversos”, XIV Semana de Estudios
Medievales, Nájera, 2004, pp. 445–482, p. 471-472.
41
RÁBADE OBRADÓ, M. P., “Judeoconversos e Inquisición”, en J. M. Nieto Soria (Dir.),
Orígenes de la monarquía hispánica: propaganda v legitimación (ca. 1400-1520), Madrid,
1999, pp. 239-272. “Cristianos nuevos”, Medievalismo, 13–14, 2004, pp. 275–2002., pp. 276
y 280-281.
42
CAÑAS GÁLVEZ, F. de P., Burocracia y cancillería en la corte de Juan II de Castilla
(1406–1454), Univ. Salamanca, 2012, p. 375.
20
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
hablado, o de los Alcaraz43, Algazí44 y Alcalá45, que parecen amigos o clientes
del bachiller Montiel.
Tras la guerra civil de Enrique IV contra su hermano Alfonso (1465–
1468), el cambio de partido del ahora maestre Juan Pacheco permitió que
Alcaraz cayera en su poder. Entonces, aunque de una manera subrepticia,
nombró o hizo nombrar corregidor y alcaide a su pariente, Juan Alonso de
Haro, que mantuvo el apoyo de hidalgos como el ya mencionado Juan Martínez Guerrero y Gil Rodríguez Noguerol, cuya familia ya vivía en Alcaraz y
estaba a su servicio46, y se atrajo además a las personas más representativas de
Como ya hemos visto, a mediados de siglo, en Alcaraz, los de este apellido eran recaudadores de pechos concejiles y monedas reales, y uno de ellos síndico o portavoz de la Comunidad. Pueden ser descendientes del famoso Mayr el Leví de Alcaraz, y quién sabe si
no parientes de otros Alcaraz que más tarde serían procesados en Chinchilla, Hellín y en el
Castillo de Garcimuñoz. A Pedro de Alcaraz, vecino de Chinchilla, lo quemaron a finales del
XV (PRETEL MARÍN, A., Chinchilla Medieval, Albacete, 1992, notas 971 y 988). A Inés de
Alcaraz y Olivares, que vivió en El Castillo, se la acusa de no guardar las fiestas ni ir a misa,
lavar la carne con sal y agua, quitarle el sebo, echar bolas de masa en el fuego, comer carne en
cuaresma, sabadear y rezar de cara a la pared, no comer tocino, entrar en cabañuelas, rodearse
de judíos e intentar casar a sus hijas con ellos, y decir que no había sino nacer y morir. Su
proceso se reactivó a instancias del fiscal en 1513. ROMERO DOMÍNGUEZ, El Hospital de
Santo Tomás, VII. La Capilla de San Pedro y San Pablo de la colegiata de Belmonte, Marbella, 2003. pp. 44-45. En Alcaraz sabemos que una tal Mari López, la mujer de Francisco
de Alcaraz, será reconciliada, pero ya no tenemos más datos al respecto. Respecto a los de
Hellín habla Carlos Ayllón en su citado estudio sobre la inquisición en tierras de Albacete.
44
A finales de siglo, un tal Pedro Algazí, sin duda el mismo al que de joven encontramos tomando parte activa en el golpe de 1458, será condenado por la Inquisición (AGS, RGS, Leg.
149602,170). Otro Alfonso Fernández Algazí se encontraba en el grupo de clientes armados
del bachiller Montiel (MACKAY, A., Anatomía…, p. 62).
45
Los hermanos Fernando y Alfonso de Alcalá estuvieron en casa del bachiller Montiel en la
noche del golpe de 1458. Un Pedro de Alcalá se distinguió siete años después haciendo fracasar una emboscada de don Pedro Manrique, al que había advertido “que primero pasaría
por ençima del e de los otros vezinos de Alcaraz que le dexasen entrar” (PRETEL, Una ciudad…, p. 129). Nadie lo hubiera dicho, pero, como veremos, tienen todo el aspecto de haber
sido conversos, aunque luego serán tenidos por hidalgos.
46
Ya en el siglo XIV Gil Rodríguez Noguerol tenía a su servicio escuderos (hidalgos) como
Pedro López Fajardo (TORRES FONTES, J., “Los fajardo en los siglos XIV y XV”, Miscelánea Medieval Murciana, IV, 1978, p. 132). En 1441 Juan Pacheco nombraba alcaide de
Munera a Pedro Noguerol, y en septiembre de 1442 Alcaraz recibía el homenaje del castillo
de Peñas de San Pedro a través de Sancho Noguerol, “regidor de la dicha çibdat, omne fijodalgo” (PRETEL MARÍN, A., El castillo de Peñas de San Pedro, del encastillamiento al
villazgo (siglos X– XVI), IEA, Albacete 2005, pp. 108 y 118).
43
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Aurelio Pretel Marín
los clanes conversos, como el bachiller Ruy Díaz de Montiel, al que nombró
justicia mayor del marquesado, o Diego de Llerena, que tuvo por merced de
este o de Juan Pacheco la renta del mostrenco de Alcaraz y su término47, o el
mismísimo Ruy González de Llerena, casado con Mayor González de Montiel, que será contador y secretario del marqués de Villena, como antes lo fue
del príncipe de Asturias. Tal vez el bachiller González de Montiel, jefe de esta
familia y conocido ya por su antigua postura equidistante entre las banderías
que había en la ciudad, no pudiera contarse entre sus paniaguados, pero sí fue
oidor y miembro del Consejo Real de Enrique IV y de su hermano Alfonso48,
monarcas que Pacheco manejó uno tras otro, lo que hace pensar que también
estuviera entre sus partidarios, aunque no figurara como tal.
A otra escala, también se beneficiará de su lealtad al rey y su proximidad al marqués de Villena el linaje Alcalá, que pasa por hidalgo mucho
tiempo después, pero probablemente lo fuera solamente por ennoblecimiento
de un Pedro de Alcalá que se había distinguido en los días del cerco a la ciudad por don Pedro Manrique, porque los Alcalá que hemos conocido durante
el siglo XV eran arrendadores e incluso mercaderes, si no contrabandistas.
De Sancho de Alcalá, que acaso fuera padre de otro del mismo nombre que
luego se casó con una nieta o bisnieta de Ruy González de Llerena49 (por su
edad, no creemos que pueda ser el mismo, aunque todo es posible), sabemos
que arrendaba al marqués de Villena las rentables salinas de Pinilla50, y que
se dedicaba, con Diego de Alcalá, a vender a los moros de Granada “çiertas
mercaderías”, con permiso especial de Enrique IV, sin duda gestionado por
el mismo marqués, lo que llevó al concejo, conforme a la ordenanza, a prohibir su acceso a los oficios públicos51. Fernando de Alcalá, no sabemos si el
mismo al que apodarían “el Judío”, arrendaba las rentas de tercias, alcabalas
y almojarifazgos, diezmo de lo morisco y servicio y montazgo, de Murcia
y su obispado, avalado por los Aventuriel y otros hebreos murcianos, y por
Juan de Chinchilla, Juan de Siles y Sancho de Alcalá, vecinos de Alcaraz52.
PRETEL, Una ciudad…, Doc. XLIX, p. 296.
Eso dice después la reina Isabel, al devolverle el cargo. PRETEL, Una ciudad…, Doc. LVII,
p. 304.
49
Véase el documento 13 de nuestro apéndice.
50
AGS, RGS, LEG. 149509,82.
51
En enero de 1490 los reyes les perdonan y permiten que accedan a cargos del concejo.
(AGS, RGS, LEG. 149001,49)
52
RUBIO, L., Los judíos de Murcia en la Baja Edad Media, Murcia, 1992, Doc. 972. Archivo
de la Región de Murcia, FR, AGS, R–34/104.
47
48
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Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
Actividades todas que, más que a unos hidalgos, nos remiten a una familia de
conversos, y más cuando sabemos que Sancho de Alcalá sería relajado más
tarde por hereje, y que el linaje tiene un capítulo propio en las genealogías
de los inquisidores: “La deçendençia del dicho Alonso de Alcala rexidor y
de su hermano Luis de Ballesteros esta puesta y declarada en el capitulo de
Hernando de Alcala que es numero 45”.53
Del servicio a Pacheco y a la monarquía vendría, en cualquier caso, la
fortuna de algunos de estos clanes, que alcanzarán poder, harán buenos negocios y tendrán oficios y mercedes no solo en la ciudad y en su arcedianato,
sino en el marquesado y en la misma corte, lo cual les permitió enlazar con
hidalgos, que sin duda habrían sido en otro tiempo mucho más reticentes, o
con familias ricas de conversos foráneos. Por ejemplo, Rodrigo de Montiel,
probablemente hermano de Mayor González de Montiel, contraerá matrimonio en El Bonillo con cierta María Álvarez, nieta de Mari López y Juan Sánchez Jabalí, e hija de maestre Alonso, un médico hacendado en la ciudad del
Tajo, que habrá de ser la abuela –no la madre, como la cataloga después la
Inquisición– del bachiller Sabuco. No sabemos muy bien si aquel maestre
Alonso –que sería Alonso Álvarez, lo mismo que su hija– pudiera ser el mismo Álvarez de Toledo que fue corregidor en representación del príncipe de
Asturias, o quizá un hijo suyo, pero ambos apellidos, que parecen estar en
relación entre ellos y con el de Castillo, tendrán en Alcaraz, como ya señalamos, fama de judaizantes. Creemos muy probable que enlazara también con
los Pareja, sedicentes hidalgos que habían sido alcaides por los Sotomayor en
la torre o cortijo de Pinilla, no lejos de El Bonillo54, a los que luego vemos
afincarse en Munera y Alcaraz, donde les consideran como “infectos” “por
comunicársele con apellido de Toledos judíos”55. Y se puede añadir que otro
nieto de Sánchez Jabalí, apodado “Orejón” 56, llevaría el de Castillo, que aparece extendido por todo el marquesado y tierras aledañas, donde luego vere-
Véase el documento 13 de nuestro apéndice.
PRETEL MARÍN, A., “Villazgo de El Bonillo: precedentes, proceso y consecuencias”, en
Privilegios de El Bonillo (Ed. facsímil con texto y comentarios), IEA, Albacete, 2001, pp.
12-74, pp. 18-19.
55
Ver el último párrafo del documento 14 del apéndice, al final de este libro.
56
“Mari Lopez muger de Juan Sanchez Jauali vezina del Bonillo, erexe quemada, esta fue
abuela de Alonso del Castillo Orejon y de Maria Albarez, muger de Miguel Sabuco y deçendientes deste Castillo estan asentados…” (Véase pág. 63 y documento 13 de nuestro apéndice).
53
54
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Aurelio Pretel Marín
mos numerosos herejes que lo tienen y hasta presumen de él, disimulando su
pasado converso57.
En lo que se refiere a los hijos de Ruy González de Llerena y Mayor
González de Montiel, sabemos por los libros de los inquisidores solamente de
uno, al que se llama “licenciado Llerena” –al parecer, Alonso, aunque otros
documentos dan el título a Juan– que casó con una “Fulana de Ballesteros” y
vivió en Povedilla (donde, en efecto, vemos que tenían propiedades los Llerena), casando a su hijo Diego “con una muger del linaje de los Arenas”58.
Otra hija, Mayor, contrajo nupcias con el hidalgo Gil Rodríguez Noguerol59,
alcaide de Jumilla y hombre de confianza del marqués de Villena, y tuvo
como hijo al bachiller –y luego licenciado– Noguerol, pues se dice de él que
“el licenciado Noguerol que siempre vivió junto al relox de arriba fue nieto
de la dicha Mayor González de Montiel”. La Inquisición no tiene noticias
de otros hijos, pero hubo algunos más, casi todos con cargo o beneficio del
marqués de Villena: al comenzar la guerra de este contra los reyes (1475) un
documento cita a Francisco y a Diego de Llerena, a los que en esa fecha se
confisca su hacienda en Povedilla por estar resistiendo en Villanueva a las
tropas reales60, y otro de finales de enero del siguiente, por el que se devuelven los bienes embargados a toda la familia, habla de “el liçençiado Juan de
Llerena e Rodrigo de Llerena e Alfonso de Llerena, fijos de Ruy Gonçalez de
Llerena”61. Por lo tanto, son cinco: Francisco, Diego, Juan, Rodrigo y Alfonso, a los que hay que añadir a Hernando de Llerena, que sabemos emigrará a
Canarias; y al menos un par de hijas, la casada con Gil Rodríguez Noguerol
y María González de Llerena, que será procesada junto a Diego y Hernando
mucho tiempo después62.
PRETEL, Chinchilla Medieval, pp. 159. Garcimuñoz medieval…, passim. Obviamente, no
todos los Castillo tienen que ser conversos. En Cieza los hermanos Juan y Fernando del
Castillo promovían un temprano expediente de limpieza de sangre “por quanto algunos presentes vezinos se avian dexado dezir que el dicho Juan del Castillo e Fernando del Castillo
tenían parte de confesos, lo que nunca Dios mandase que lo tal ellos fuesen” (RUBIO GARCÍA, Los judíos de Murcia…”, p. 190). Lo cual, visto lo visto, tampoco significa que estos
no lo fueran. Desde luego, lo son casi todos los que hemos conocido en otras poblaciones.
58
“Diego de Llerena, el qual casso con muger del linage de Arenas, que tanbien vbo dellos
muchos condenados”. Véase el documento 13 de nuestro apéndice.
59
Debemos este dato a nuestro amigo Alfonso Antolí, gran experto en la historia de Jumilla.
60
AGS, RGS, 147510, 832. Véase nuestro apéndice, al final de este libro.
61
PRETEL MARÍN, A., Una ciudad castellana… Doc. LIV, p. 302.
62
Véase el documento 15 de nuestro apéndice.
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Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
Frente a estos y otros partidarios de Pacheco, los del bando contrario,
como los Bustamante, Peñarrubia, Claramonte, Hontanar, Ballesteros, Alfaro,
Royo, Busto…, derrotados en 1458 y en el fallido cerco que don Pedro Manrique y sus hermanos pusieron a Alcaraz tras la Farsa de Ávila y el comienzo
de la guerra civil de 1465 a 1468, siguieron conspirando cuando esta acabó a
favor de Isabel, la princesa de Asturias, que debía recibir la ciudad de Alcaraz,
entre otras posesiones, conforme a los acuerdos del pacto de Guisando, pero
no conseguía que le fuera entregada. Con permiso real, Juan Pacheco y su
hijo la habían ocupado y habían puesto al frente a Juan Alonso de Haro, que
aparentemente representaba al rey, pero era pariente y servidor de aquellos,
pese a la oposición de muchos ciudadanos. A principios de 1471 fracasó una
intentona preparada por algunos de ellos con apoyo de don Pedro Manrique,
principal valedor en la comarca del bando isabelino, y el de Haro mandó
degollar a varios miembros de las familias Busto, Alfaro y Royo (o Arroyo,
como luego se llama este linaje). Lo cual, lógicamente, aumentó las rencillas
y rencores entre los defensores de los dos grandes bloques que venían perfilándose en Castilla: el de La Beltraneja, más identificado con los cristianos
nuevos, aunque no de manera completa ni automática, y el que habría de
apoyar a los Reyes Católicos.
Aunque probablemente el problema converso no fue determinante en
unas banderías que venían de lejos y en las que participan gentes de diferentes
condiciones sociales y por causas ajenas a los cristianos nuevos, la difundida
idea de que eran protegidos del marqués y su padre63 pudo dar al conflicto
un matiz religioso, que a penas si será visible en Alcaraz, aunque algunos
Llerenas y Montieles que habían ejercido oficios de justicia y administración,
o detentado oficios y rentas concejiles por merced del señor, concitaban envidias y rencores no solamente ya entre sus convecinos (sobre todo en aquellos
que decían ser hidalgos y se consideraban postergados por ellos), sino en
otros lugares donde tuvieron cargos. Y cuando estalla en 1475 la guerra entre el marqués y los Reyes Católicos, y Alcaraz se subleva contra aquel con
el apoyo de Rodrigo Manrique, muchos comenzarán a pasarles factura: de
Aunque a veces actúan contra ellos, e incluso promueven asaltos a sus barrios, los Pacheco
tuvieron fama de ser amigos de judíos y conversos, e incluso no faltó quien les adjudicara a
ellos este origen. Todavía en el XVI, el rencoroso Francisco de Mendoza decía que descienden del judío converso Ruy Capón, cuya hija María –nieta, en otra versión– casó con Lope
Fernández Pacheco (el de El Salado), del que vienen después Diego Fernández y su hijo
Juan Fernández Pacheco, que a su vez fue el abuelo del marqués de Villena (MENDOZA Y
BOVADILLA, F., Tizón de la nobleza española. Madrid, 1849, p. 14 y sigs, 18, y 39, y 53).
63
25
Aurelio Pretel Marín
momento, sus bienes quedaron confiscados y fueron entregados a distintos
vecinos, aunque ya no nos consta que los de aquí sufrieran ataques personales
como los que se dieron en Iniesta, Jorquera o Villena (donde hubo una masacre) y otras localidades sujetas a Pacheco64. En Alcaraz también hay alguna
violencia, sobre todo al principio de la sublevación, pero no se dirige específicamente contra estos “judíos” (que no lo eran ya, pero habían de cargar con
ese remoquete), sino contra supuestos o reales vasallos del señor, incluidos
hidalgos como Hernando de Auñón, a quien sus convecinos García de Vandelvira y Fernando de Orcera quemaron unas casas; o García Noguerol, cuya
viuda reclama mucho tiempo después resarcimiento por los bienes perdidos
en aquellos momentos. Otros se salvarían por estar residiendo en los lugares
donde tenían cargos, como ocurre con Gil Rodríguez Noguerol, alcaide de
Jumilla, que perderá, no obstante, los oficios y rentas que venía disfrutando65.
Los hijos de Rodrigo González de Llerena, como Diego, “criado del
marqués de Villena” y su alcaide en la torre de Villanueva de la Fuente, en la
cual resistió frente a las tropas de los Reyes Católicos, o su hermano Francisco, por ejemplo, verían confiscadas sus fortunas y bienes, muy en particular
la heredad que tenían en Povedilla, que sería entregada a Juan de Bustamante
y Juan de Reolid66, o la renta del ganado mostrenco y algarino que Diego de
Llerena venía disfrutando por merced de Pacheco67. Sin embargo, muy pronto, en enero de 1476, Juan, Rodrigo y Alfonso de Llerena ya habían acatado a
los Reyes Católicos y recibían de ellos el perdón y la restitución de los bienes
perdidos, con apercibimiento de que, si los vecinos o el concejo no se los devolvieran, don Rodrigo y don Pedro Manrique, capitanes reales, les forzarían
a hacerlo. El mismo Diego no tardaría en volver, e incluso le veremos como
procurador universal –o sea, representante de los nobles o hidalgos– en el
ayuntamiento de 1477, junto con destacados leales a Isabel, como son los Alfaro, Ballesteros, Reolid…, y a Fernando y Pedro de Montiel, que al parecer
64
SOLER GARCÍA, J. M. La relación de Villena, p. 104-105. GARCÍA MORATALLA, P. J.,
Iniesta en el siglo XV, pp. 249-251, 278-289, 292, 296 y 305-308. GARCÍA MORATALLA,
P. J., La tierra de Alarcón en el señorío de Villena (siglos XIII-XV), IEA, Albacete, 2003, pp.
193-197. PRETEL MARÍN, A, Garcimuñoz medieval, p. 243 y sigs.
65
PRETEL MARÍN, A., “La guerra sucesoria de los Reyes Católicos y sus repercusiones
dentro del señorío de Villena”, II Congreso de Historia de Albacete, IEA, Albacete, 2002, pp.
115-150. También, Una ciudad…, pp. 166–168.
66
AGS, RGS, LEG. 147601,13.
67
PRETEL, Una ciudad…, Doc. XLIX,–p. 296.
26
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
también han cambiado de bando68. Y aunque los monarcas habían confiscado
y entregado los bienes de Hernando de Montiel a personas adictas como los
Bustamante y Hontanar69, sabemos que el linaje resurgirá muy pronto: en
agosto de 1476 había sido nombrado oidor de la Audiencia y miembro del
Consejo Real el bachiller Diego González de Montiel, que ya tuvo estos cargos en tiempos anteriores70.
No parece, por tanto, que la llegada al trono de los Reyes Católicos y
el ocaso del linaje Pacheco supusiera un perjuicio irreversible para estos conversos poderosos, sobre todo en el caso del bachiller Montiel y de sus hijos,
que pudieran estar menos comprometidos al servicio del marqués de Villena.
Los Montiel ocuparon con frecuencia los cargos del concejo en la primera
década de este nuevo reinado y desempeñarán corregimientos y otros altos
cargos fuera de la ciudad. Los Llerena, aunque Diego todavía desempeña la
procuraduría universal en los años setenta, brillarán mucho menos71. Pero la
elevación de linajes modestos del bando vencedor a la caballería (en los años
ochenta la ciudad llegará a tener hasta 200 caballeros e hidalgos72), dispuestos todavía a tratar matrimonios con linajes que fueron poderosos y estaban
recobrando propiedades y honores, les abrirá una nueva vía de integración.
Ya hemos visto a un Alonso de Alcalá que es hermano de Luis de Ballesteros,
y que otra Ballesteros se casó con un hijo de Rodrigo González de Llerena
que vivió en Povedilla, y más tarde veremos a otros parientes suyos casar con
Bustamantes, linaje al que los reyes habían entregado las tierras que este tuvo
en esa misma aldea. Otro nieto de Ruy González de Llerena, Diego “el Tuerto”, contrajo matrimonio con una Peñarrubia, posiblemente nieta del famoso
bachiller Peñarrubia, letrado del concejo a finales del XV; aunque luego su
hijo, Francisco de Llerena, mucho menos selecto, casaría con Bárbara Barrera, nieta de relajada, de la que nacerían Juana de Peñarrubia y María Barrera
–tomemos buena nota de los nombres de estas dos muchachas– además de
otra niña que murió siendo joven, sendos hijos legítimos y un bastardo que
tuvo con una regatera apellidada López. Otra nieta lo haría con Francisco
de Villapérez, viudo de una hija de otro Bustamante que vivía en Viveros,
PRETEL, Una ciudad…, p. 168.
AGS, RGS, LEG. 147512,775.
70
PRETEL, Una ciudad…, Doc. LVII, p. 304.
71
Véase la relación de cargos del concejo en PRETEL MARÍN, A., La integración de un
municipio medieval en el Estado autoritario de los Reyes Católicos, IEA, Albacete, 1979,
pp. 37 y sigs.
72
AGS, RGS, LEG. 148704,97.
68
69
27
Aurelio Pretel Marín
y tendría tres hijas: una que casaría en Villaverde con Cristóbal de Arenas,
otra con Juan de Mesto, Andreola con Diego de Buitrago (origen del linaje
de Buitrago-Moneda de Alcaraz), y un hijo, Antonio Pérez, que se casó en
Chinchilla. Y, en fin, otras dos nietas casarían con Pedro de Montoya y con
Juan de Henarejos, y otra, que se llama Francisca de Llerena (aunque luego
la llamen Francisca de Quesada), con un hijo de Elvira García ¿de Llerena?
y Diego López de Vandelvira, Rodrigo, que parece su primo o su sobrino73.
Todos estos enlaces vendrían a sumarse a otros concertados con anterioridad a la guerra civil con linajes hidalgos como los Noguerol, Sotomayor,
Frutoso, Bargas, Molina, y Cano74 (suponemos que este descendiera de la
familia Elcano, una de las más viejas y nobles de Alcaraz, rival de los Reolid
ya en el siglo XIV75), y quizá forasteros, como el de los Montoya, procedentes
de Alarcón y Belmonte y antiguos servidores del marqués de Villena (Alfonso de Montoya fue su alcaide de Riópar, pero también los hay en Chinchilla,
Albacete y otras poblaciones), pues sabemos que cierta Inés Guedeja, nieta
de Ruy González, casó en El Cañavate con Pedro de Montoya. Lo cual, de
no mediar factores imprevistos –léase Inquisición– pudo haber ayudado a la
reconstrucción del prestigio social, ya que no del poder, que habían disfrutado en tiempos de Pacheco el clan de los Llerena y algunos otros más, que
se beneficiaron de la benignidad de la primera década de Isabel y Fernando.
En cualquier caso, son familias integradas plenamente en la vida cristiana de
Alcaraz y unidas a otras muchas por lazos familiares y solidaridades de diferentes tipos. Y aunque algunos hidalgos y simples ciudadanos, agrupados en
sendas cofradías –las de San Salvador y de La Peña- que exigían a sus miembros la limpieza de sangre, y que precisamente resurgen por ahora, quisieran
marginarlas, contaban con apoyos no solo en el concejo, sino en el arzobispo
de Toledo, don Alonso Carrillo, que prohibió poco antes de su fallecimiento
aquellas exigencias. Pero la situación cambiaría muy pronto, como podremos
ver.
Sobre estos enlaces, véase el documento 13 de nuestro apéndice y lo que referimos sobre
Elvira García en el siguiente epígrafe.
74
Ver el padrón de Hidalgos de Alcaraz en 1458 en ROMERO MARTÍNEZ, Los papeles del
fisco…, Doc. 2, pp. 349-354; y comparar con los enlaces que cita el documento 13 de nuestro
apéndice.
75
PRETEL, Una ciudad…, pp. 64, 65, 50, 51, 64-65.
73
28
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
LAS HOGUERAS Y EL MIEDO: LA NUEVA INQUISICIÓN Y
LOS MONTIEL, LLERENA, ÁLVAREZ Y BARRERA
Como ya adelantamos, el panorama cambia de los años ochenta en adelante, cuando, por una parte, muere Alonso Carrillo, el arzobispo, al que sucederá el cardenal Mendoza en la sede primada de Toledo, y por otra comienza
a actuar la Inquisición (en el 81 ya quemaban a 6 personas en Sevilla, y en
el 84 hay en Ciudad Real treinta quemados vivos y cuarenta en estatua), haciendo renacer dentro de las ciudades las antiguas tensiones entre cristianos
nuevos, cuando menos los más ricos y poderosos, y los viejos, que ahora
tienen un instrumento para actuar contra ellos, aunque hay que decir que en
Alcaraz bastantes convecinos, e incluso el municipio, donde siguen teniendo
relaciones, intentan protegerlos en alguna medida. Sin llegar al extremo de
otras localidades, como la de Teruel, que sería obligada por la fuerza a aceptar
la presencia de los inquisidores, y sin que los conversos estén organizados
como los de Aragón, que mataron a Pedro de Arbués, primer inquisidor, en
septiembre de 148576, lo cierto es que parece que aquí también habría alguna
resistencia, aunque no está muy clara la razón de los acontecimientos.
Solamente sabemos que hacia 1485 –cinco años después de acabada
la guerra, aunque los documentos no precisan la fecha– se produce un motín
que en su día no pudimos valorar ni entender, pero que ahora parece denotar
cierto matiz converso, a juzgar por la gente que participa en él. Cuando el corregidor Talavera pretende detener por mandato de los reyes al bachiller Ruy
Díaz (Ruy Díaz de Montiel, conocido por otros documentos), se lo impide
una turba de vecinos que le quitan al preso por la fuerza. Entre los implicados aparecen personas de distintas condiciones sociales, desde el noble Juan
Méndez de Sotomayor a un hijo de Álvar López, de oficio zapatero; desde los
hijosdalgo Pedro Fernández Noguerol, Fernando Bracamonte, Juan Rodríguez de Molina, los Bonjorne y Sancho de Peralta, al boticario, el físico, Gonzalo de Montoro, Alonso de Escalante, Juan de Hellín, uno de los Arenas…,
y casi todo el clan de los Montiel-Llerena: Pedro de Montiel y sus sobrinos,
junto a Sancho y Alfonso de Montiel, y por lo menos Diego y Alonso de Llerena. Algunos, como Sancho de Peralta, que incluso ejercerá la procuraduría
universal, pretenden ser hidalgos, pero ya señalamos que este apellido existe
en aljamas conquenses, y conviene añadir que los de Alcaraz parecen vinculados más tarde a los Arenas mediante el matrimonio de Mencía de Peralta
KAMEN, La Inquisición española, una revisión histórica, Barcelona, 2002, p. 56–59 y 75.
76
29
Aurelio Pretel Marín
con Sebastián de Arenas, “que también deçendió de condenados, como está
dicho”. En realidad es difícil distinguir entre los hijosdalgo de verdad, como
los Noguerol (uno de ellos yerno de Sebastián de Arenas) y hasta los Avilés,
que también son Arenas, aunque pudieran ser descendientes remotos del hidalgo Rodrigo Rodríguez de Avilés, el señor de Santiago de la Torre, y los que
dicen serlo pero tienen orígenes conversos, como los mencionados Alcalá,
sobre cuya hidalguía tenemos muchas dudas77. Incluso los que son hijosdalgo
notorios, como Sotomayor y Juan Rodríguez de Molina, parecen vinculados
mediante matrimonios con los hijos y nietos de Ruy González de Llerena
y Mayor González de Montiel78. Y aunque este apellido abunda demasiado,
cabría suponer que otros más humildes, como el zapatero Álvar López y su
hijo, pudieran ser parientes de Alonso López Pollo (o Apollo) y su esposa,
que serán condenados por herejes, y que también lo son de María de Molina,
casada con Rodrigo de Llerena; o de una Mari López casada con Francisco
de Alcaraz y que será igualmente relajada con él por judaizante, o bien de
Mayor López, la mujer de Pedro de Montiel, que sería exhumada y quemada
también, cuando no de “la López regatera” que dio un hijo bastardo a Diego
de Llerena79, o de aquella otra hereje, Mari López, la mujer de Juan Sánchez
Jabalí, de El Bonillo, que fue tatarabuela del bachiller Sabuco.
No se indica la causa de la orden de arresto del bachiller Ruy Díaz, y
aunque dudamos mucho que tuviera que ver con su bien conocida condición
de converso, sino acaso con cuentas que dejara pendientes en los pueblos en
los que tuvo el cargo de alcalde mayor por los Pacheco80, lo cierto es que un
motín en el que participan los Montiel, Llerena y Arenas, entre otras familias
vinculadas con ellos, aunque fuera tan solo por solidaridad con un pariente
preso, pudo dar la impresión de ser un movimiento de los cristianos nuevos
contra la autoridad. Los reyes, desde luego, decidieron tratarlo con más severidad de la habitual en ellos, que nunca fue pequeña: de momento, enviaron a
investigar los hechos al contino Dia Sánchez de Quesada, que inmediatamen77
PRETEL, Alcaraz en el siglo…, p. 199, p. 443. Y véase también el documento 13 de nuestro
apéndice, y págs. 21-23 de este mismo libro.
78
Véase el documento 13 de nuestro apéndice.
79
Véase el documento 13 de nuestro apéndice.
80
Por ejemplo, sabemos que le acusan de condenar a muerte, siendo alcalde mayor del marquesado, a un pariente de un clérigo de Villanueva de La Jara, Benito de la Osa, “que lo
mandó ahorcar el bachiller Ruy Días de Montyel, vezino de la çibdad de Alcaraz, alcalde
mayor que fue del Marquesado, que disían que era converso”. Ver GARCÍA MORATALLA,
P. J., La tierra de Alarcón... p. 220.
30
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
Carta sobre el tumulto habido en Alcaraz al prender al bachiller Ruy Díaz (RGS,1485)
31
Aurelio Pretel Marín
te desterró a los culpables y derribó sus casas, empezando por las del bachiller
y de algunos parientes, como Diego y Alonso de Montiel, Pedro Díaz, Catalina y Francisca, Inés y Mari Díaz, a los que las hundieron pensando que eran
suyas, cuando él no tenía sino la octava parte81. Además, el Consejo Real ordenaría a finales de 1485 pagar todos los gastos del proceso según el compromiso y participación de cada condenado82, y aunque a algunos de ellos, como
Juan Sevillano83, Luis de Ortega y Pedro Noguerol o Sancho de Montiel, les
serían devueltos los bienes embargados o anulada la orden de destierro por
esas mismas fechas, sus moradas ya estaban por completo arrasadas84.
No está documentada la relación directa entre este tumulto y la llegada
de los inquisidores, pero probablemente por haber sucedido más o menos al
tiempo de la muerte de Pedro de Arbués y de las instrucciones que Torquemada dio contra falsos cristianos, apóstatas y herejes, y al estar implicadas unas
cuantas familias de conversos más o menos odiados en una amplia comarca,
tanto la Inquisición como los mismos reyes pensaran que sería el momento
adecuado para su implantación en la ciudad y en su amplio arcedianato, que
se extendía al término y al Campo de Montiel. Desde junio de 1486, en que se
daba plazo de gracia a los conversos que estuvieran dispuestos a confesarse
herejes y empezaban a arder las primeras hogueras en Toledo (25 personas el
16 de agosto, a las que seguirían 23 en mayo del siguiente, sin contar las quemadas en estatua), debieron de empezar las delaciones y autoinculpaciones,
sin duda propiciadas por el clima de miedo que habría en la ciudad. Muchos
de los culpables, o acusados, al menos, serían trasladados a la ciudad del Tajo,
donde en un solo día, el 15 de enero de 1487, según el padre Fita, “salieron en
prosesçion todos los reconçiliados del arçedianazgo de Alcaraz; e yvan fasta
seteçientas personas hombres y mugeres; e salieron de Sant Pedro Martir y
fueron fasta la iglesia mayor en la forma sobredicha de los del arcedianazgo
de Toledo e les fue dada la penitençia de la mesma forma que a los otros fue
AGS, RGS, LEG. 148512,92 .
AGS, RGS, LEG. 148512, 93. Véase en nuestro apéndice el documento 2.
83
Años antes, hacia 1462, este Juan Sevillano y algunos comerciantes habían sido asaltados
por Juan de Bustamante y otros miembros del grupo disidente, que incluso les dejaron atados
en la sierra, pero aún en 1478 no se había hecho justicia “por la poca justicia que ha auido
en estos mis regnos” (PRETEL, Una ciudad…, p. 125). Hoy podemos situarlo en el círculo
del bachiller Montiel, pues sabemos que una Leonor López Sevillana, mujer de Alfonso de
Montiel, sería condenada por la Inquisición unos años a finales de siglo.
84
AGS, RGS, LEG. 148512,90, AGS, RGS, LEG. 148512, 100, AGS, RGS, LEG. 148512,140.
81
82
32
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
dada” 85. Una cifra dificil de creer, y más teniendo en cuenta que entre Guadalajara, Madrid y Talavera, arcedianatos bastante más poblados, “solamente”
salieron 1.200; pero después de ver que solo los Montiel de Alcaraz tendrían
que afrontar hasta 15 procesos, y otros tantos o más los Llerena y Arenas,
por ejemplo, y que lo mismo ocurre en Munera, El Bonillo y otros puntos del
término, cada vez nos parece menos exagerada. Y aunque no se concreta de
dónde procedía cada uno de ellos, es de creer, a la vista de otros documentos,
que un buen porcentaje del centenar y medio de quemados en vida o en estatua a lo largo de ese año y el siguente vinieran de Alcaraz y de su arcedianato,
que incluía además el Campo de Montiel.
Seguramente uno de los ejecutados en aquellas primeras hogueras toledanas fuera maestre Alonso, el médico casado con la hija de Juan Sánchez
Jabalí, de El Bonillo, padre de María Álvarez, la mujer de Rodrigo de Montiel; un matrimonio este de María y Rodrigo que también moriría algún tiempo después –imaginamos que por la misma causa, pues sus bienes quedaron
confiscados– sin haber conseguido que sus hijos menores pudieran heredar
las casas y almacenes requisados al abuelo en Toledo. Y por más que la reina, “usando de clemencia e piedad”, mandó a los receptores de este tipo de
bienes devolver 20.000 maravedís de limosna a los huérfanos, Alonso, Juan,
Fernando, Mayor y Catalina, que se habían quedado en la miseria, no parece
que hubieran llegado a percibirla todavía en 1494, ante la negativa, de los dos
funcionarios que se habían sucedido en este cargo86. Alfonso Jabalí, tal vez
hijo o hermano de la tal Mari Álvarez, pues lleva el apellido o mote de su padre y es vecino igualmente de El Bonillo, y que acaso sería el mismo Alonso
del Castillo Orejón al que nos referimos con anterioridad, y quizá padre o tío
de otro del mismo nombre al que vemos después en Alcaraz87, se hizo cargo
FITA, F., “La Inquisición toledana. Relación contemporánea de autos y autillos que celebró
desde el año 1485 al de 1501”, BRAH, XI, Madrid, 1887, p. 289–322.
86
AGS, RGS, LEG. 149409,161. Véase el documento 3 de nuestro apéndice, al final de este
libro.
87
Alonso del Castillo, arrendador de rentas, aparece a menudo en los libros de acuerdos de
finales del XV y comienzos del siglo XVI. El 12 de enero de 1507 comparece ante el ayuntamiento: “Relaçion de Castillo sobre lo del pecho de sus hermanas, que por quanto el mostro
la donaçion de sus hermanas por ante Fernan Garçia escribano, que le avian fecho sus hermanas, que le mandaban dar vn mandamiento para el cogedor” (AMA, Actas municipales
de la fecha citada). No obstante, en esos años encontramos a un Alonso Jabalí que vive en
El Bonillo y bautiza a sus hijos en Santa Catalina. Tal vez fueran padre e hijo, o parientes
cercanos, pero no lo podemos afirmar.
85
33
Aurelio Pretel Marín
del pago de unas rentas que tenía arrendadas Fernando de Montiel, poniéndolas en precio en almoneda pública, y comenzó a abonar la deuda de este
último, que sería pariente de Rodrigo y también había sido condenado; pero
el receptor Fernández Castroverde le seguía apremiando en diciembre de ese
año, lo que motivará una carta real a los inquisidores88. La misma cantidad de
20.000 maravedís habían destinado igualmente los reyes para ayuda a la boda
de María González, hija de Pedro Algazí o Algacir, que sin duda habría sido
relajado también; pero el mismo Fernández de Castroverde no los quiso pagar, haciendo necesaria otra orden real, en febrero de 1496, esta vez dirigida
a su corregidor89. Lo cual, sabiendo el celo con que hacían cumplir sus mandamientos cuando les convenía, nos hace dudar mucho de la sinceridad de
unos soberanos que, aparentando ser justos y compasivos, dejaban estancarse
los problemas entre la burocracia de la corte y las contradictorias órdenes que
impartían a sus autoridades o a las del Santo Oficio.
Pero lo de Toledo era solo el principio. Desde 1488 venía funcionando
en Alcaraz un tribunal autónomo, aunque parece ser filial del de Jaén90, ciudad
mucho más próxima si bien no dependiente de la misma archidiócesis. Sus
abusos sobre la población, inocente o culpable, y puede que los lazos entre
los regidores y algunos condenados, hicieron que el concejo pusiera inconvenientes a su establecimiento; pero iba a servirle de muy poco: los reyes, por
impulso del mismo Torquemada, escriben en noviembre de este año exigiendo acoger a los inquisidores y demás funcionarios, proporcionarles ropa y
alojamiento digno91, y a la población que denunciara a posibles culpables de
herejía y a los que se ausentaran huyendo de la quema, y nunca mejor dicho.
Quizá lo hubiera antes, pero hasta 1490, en que es nombrado cierto Alonso
de Torres, no sabemos el nombre de ninguno de los inquisidores de Alcaraz
(cinco años después se cita a Alonso Hernández92), y parece probable que
en todos estos años, que son los más violentos y peor conocidos, existieran
conflictos entre los enviados de Toledo y Jaén, y que esto redundara en alguAGS, RGS, 149412,323.
AGS, RGS, 149602,170.
90
DOMÍNGUEZ NAFRÍA, J. C., “Derecho real y autonomía concejil en la evolución del
Fuero de Alcaraz”, Murgetana, 95, Murcia, 1997, p. 100–102, pp. 101 y sigs. Resumiendo
noticias de KAMEN, La Inquisición Española, 1979, p. 89, y de CONTRERAS, J. y DEDIEU, J. P. “Estructuras geográficas del Santo Oficio en España”, en J. Pérez Villanueva y B.
Escandell Bonet, Historia de la Inquisición en España y América, Vol. II. Las estructuras del
Santo Oficio, B.A.C. Madrid, 1993, pp. 26.
91
AGS, AGS, RGS, 148811,222.
92
DOMÍNGUEZ NAFRÍA, “Derecho real…”, p. 101.
88
89
34
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
Sobrecarta ordenando pagar una limosna a los huérfanos de Rodrigo de Montiel y Mari Álvarez, los nietos del
maestre Alfonso, de Toledo. Entre ellos, Catalina, que luego fue la madre del bachiller Sabuco. (RGS, 1494)
35
Aurelio Pretel Marín
na actuación incontrolada, incluso algunas muertes, de las que no nos queda
siquiera la noticia. En cualquier caso, pronto vemos una condena regular:
María de la Barrera fue llevada a Jaén y quemada en la hoguera. Por cierto, no
sabemos muy bien si este apellido o mote vendrá de una familia de conversos
conquenses –en aquel obispado procesan a Fernando y a Pedro de Barrera93–
o si procedería de la puerta y la calle de ese nombre, por la que luego dicen
que salió de Alcaraz la condenada94, y
en la que pudo haber algún auto de fe o
ejecución de herejes (en Chinchilla las
hubo95, aun cuando fuera de forma ocasional), o quizá solamente un quemadero de huesos exhumados. Precisamente
allí, donde empieza la calle Barrera de
Alcaraz, se encuentra “la Cruz Verde”,
cuyo nombre es frecuente en los lugares
donde se realizaba este tipo de actos96.
Aunque a fines de 1490 vemos
a Elvira Núñez, la viuda de Fernán
Sánchez de Montiel, suplicar a los reyes protección porque teme que algunos quieran perjudicarla “veyéndola
indefensa”97, no parece que hubieran
comenzado todavía los procesos contra La Cruz Verde, en la calle Barrera de Alcaraz
CARRETE PARRONDO, C., “La Inquisición y los clérigos judaizantes de Cuenca”, Helmántica, 30, Nº 91 (1971), pp. 51-61. BLÁZQUEZ MIGUEL, J., Huete y su tierra: un enclave inquisitorial conquense, pp.48-49 y 59.
94
El presbítero Ginés de Parada, cura en la Trinidad, declara en 1645 que “a la madre de esta
María de Barrera la quemaron en Jaen, y que por la puerta donde la sacaron esta çerrada
y asta oy no a perdido el nombre de la puerta de la Barreda” (AHN, INQUISICIÓN, 1462,
Exp. 7, Fol. 295. Im. 785). Pero es más de creer que la familia tome el nombre de la puerta,
que estaría en una tapia o “barrera” en la cerca entre el mismo Alcaraz y su arrabal.
95
El 29 de mayo de 1489 “se fizo la primera quema de los herejes en Chinchilla, cuando
quemaron a los escriuanos de Murçia que se dezian los de Santa Maria, que fueron todos los
que se quemaron catorze omnes e mujeres”. Y además hay noticias de una compra de vigas
“para la horca que ahorcaron los judíos”. PRETEL, Chinchilla medieval, p. 432.
96
VILLA, R., “Propuesta metodológica de estudio de las juderías de la provincia de Toledo”,
en Passini e Izquierdo (coords.), La Judería de Toledo, un tiempo y un espacio por rehabilitar, Cuenca, 2014, p. 263.
97
AGS, RGS, LEG. 149010,75.
93
36
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
los descendientes del bachiller Montiel, que habían sido exculpados por los
Reyes Católicos de su antigua afección al marqués de Villena y habían ocupado con alguna frecuencia los cargos concejiles. Al menos, no se dice que el
temor de la viuda se deba al Santo Oficio (de hecho los monarcas le brindan
protección), aunque sí que sabemos que después fue exhumado y quemado el
cadáver de alguien del mismo nombre y el de su mujer, llamada Mari Díaz98
(posiblemente hermana del bachiller Ruy Díaz y quién sabe si madre del futuro arcipreste Fernán Sánchez Celdrán, del que luego hablaremos), por lo que
suponemos que se trate de otro Fernán Sánchez de la misma familia, o que
este se hubiera casado con Elvira tras enviudar de Mari. Todavía en septiembre de 1491 el concejo rechaza a Sancho de Montiel como aspirante al sorteo
de oficios, pero no por converso, como era habitual, ni por haber estado implicado en los hechos de seis años atrás, sino precisamente por todo lo contrario:
por estar al servicio de los reyes, que le habían enviado como corregidor a
Badajoz, y que ahora intervinieron para que le dejaran ostentar dichos cargos
(de hecho, le veremos pocos años después desempeñando aún la procuraduría
universal –que antes ocupó Alonso de Llerena– en representación de los hidalgos99). Sin embargo, hacia el año 1492, según dicen algunos testimonios100
(aunque otros lo retrasan a 1504, que en realidad no es sino es el de la sentencia101), comienza el más famoso proceso de Alcaraz: el de “la Condenada”,
como siglos después aún será conocida la citada Mayor González de Montiel.
A Mayor la acusaron de las típicas –tópicas– prácticas judaizantes: observar el ayuno mayor y la pésaj o pascua, encender los candiles en la noche
del viernes, decir la berajá o bendición judía al despedirse de alguien, recitar
oraciones judiegas, apartar la grasa de la carne… Pero probablemente pesarían también el ajuste de cuentas con algunos linajes servidores del marqués
de Villena102, los rencores locales contra una familia protegida por este, que
Véase en nuestro apéndice el documento 15.
PRETEL, La integración…, p. 39, 46, 49.
100
Por ejemplo, el testigo Ambrosio Blázquez, familiar la Santa Inquisición, cuya declaración
ofrecemos transcrita en nuestro apéndice con el número 8.
101
Hay testigos del pleito de limpieza de sangre de Gabriel de Pareja, como Ambrosio Blázquez, y el licenciado Parada, cura en la Trinidad, que sitúan los hechos en 1492 (AHN, INQUISICIÓN; 1462, Exp. 7, Fol. 295 vto. Im. 1004), aunque la Inquisición habla de 1504, que
es el de la sentencia. BLÁZQUEZ MIGUEL, J., La Inquisición en Albacete, IEA, Albacete,
1985, p. 73. PRETEL MARÍN, Alcaraz en el siglo…, pp. 93, 113, 117, 150, 250.
102
Aunque muchos de ellos serían perdonados en un primer momento, y aunque la Inquisición
no naciera, obviamente, con la finalidad de perseguir enemigos políticos, no deja de llamar la
atención que se cebe en familias como los Arboleda, Plazuela, Castillo y Alcaraz, conocidas
98
99
37
Aurelio Pretel Marín
verá procesados a muchos de sus miembros y colgados después sus sambenitos durante más de un siglo en el convento de frailes dominicos103, y el deseo
de los reyes y los inquisidores de apropiarse de parte o toda su riqueza, que
sería la auténtica razón de otras muchas condenas semejantes: recordemos
que el papa Sixto IV se quejaba de que la Inquisición actuaba movida “no por
celo de fe y salvación de las almas, sino por la codicia de riqueza…, dando
un ejemplo pernicioso y causando escándalo a muchos”, y los propios conversos decían que “quemauan non por que los meresçian, sino por les tomar
las faziendas”104. De hecho, ya hemos visto varias confiscaciones de herejes
hacendados que dejan a los huérfanos en situación precaria, y en el caso concreto de Mayor González de Montiel sabemos que le fue expropiada, entre
otras, la heredad de Pinilla, con término redondo y su jurisdicción exenta de
Alcaraz. En 1504, tras el fallecimiento de la reina Isabel, su hija, Juana I,
mantendría sus órdenes de obligar al concejo a comprarla por 700.000 maravedís, a pesar de su falta de dinero y su poco entusiasmo, debido, entre otras
causas, a que Villarrobledo y las villas del conde de Paredes, que fueron sus
aldeas y debían contribuir al pago, no querían hacerlo. En febrero 1507 un tal
Pedro de Busto, receptor de los bienes confiscados en el arcedianato de Alcaraz y obispado de Jaén, había encarcelado a varios regidores por no abonar a
tiempo 160.000 maravedís que debían aún de aquella operación, por lo que
doña Juana tendría que escribir al licenciado Jorge Mejía, juez competente en
el caso, pidiéndole que diera 170 días de espera a tal efecto105.
Creemos que Mayor falleció en el transcurso del proceso, tal vez a consecuencia del “interrogatorio”, pues llegó a confesar su culpabilidad antes de
por haber desempeñado cargos por Juan Pacheco y su hijo. PRETEL MARÍN, A., El señorío
de Villena en el siglo XV, Albacete, 2011, pp. 438, 449, 458, 459, 476.
103
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 11, Im. 214.
104
CARRETE PARRONDO, C., “Críticas a la Inquisición por judaizantes castellanos”, Cuadernos Salmantinos de Filosofía, 17 (1990), Homenaje al profesor Álvarez Turienzo, pp.
523–527. p. 525.
105
PRETEL MARÍN, A., Fondos medievales del Archivo Municipal de Alcaraz, Albacete
1976, nº 207 y 208 (Palencia, 19 y 20 de febrero de 1508), y La integración…, p. 57). Hay
varias referencias al asunto en el mismo Archivo de Alcaraz, Docs. 56, 352 y 451 (cartas de
doña Juana en 1507 y apelación de la ciudad en el proceso por la compra de Pinilla, el 18 de
enero de 1504), y discretas menciones, que no traslucen nada del fondo del asunto, en los
libros de actas de esos años. También existe un pleito que siguió la ciudad contra las villas
del Conde de Paredes para que contribuyeran en la compra de Pinilla, en AGS, Consejo Real,
Leg. 68, del que hemos extraído todas estas noticias.
38
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
que los jueces dictaran la sentencia. Sus hijos, Fernán Sánchez de Llerena y
hermanos, apelaron contra ella, de forma que el proceso llegaría a 1504, cuando efectivamente se leyó en Alcaraz el dictamen final de los doctores Gonzalo
de Velasco y Antonio de Contreras que mandaba exhumar el cadáver y quemar en efigie a la acusada106 (la Inquisición prefiere hacerlo con los muertos,
con lo que asusta igual matando mucho menos). Pero parece ser que por aquellas fechas algunos de esos hijos ya estaban condenados y otros penitenciados
y privados de bienes y derechos, incluido el de aspirar a los oficios públicos y
entrar en las honrosas órdenes militares, así como del uso de armas y caballo
o vestidos de lujo. El propio Fernán Sánchez no comparecería siquiera como
parte ante las citaciones de los inquisidores, pues se había perdido, y nunca
mejor dicho, huyendo de la quema: la Historia de la Casa de Llarena, de
Peraza de Ayala107, inspirada en el genealogista Fernández Bethencourt, que
embellece los hechos a su modo, da cuenta de que Hernando de “Llarena”,
descendiente de Ruy González de Llerena, que fue alcaide de Villanueva de
la Fuente, emigró a Tenerife, isla que por entonces se estaba conquistando,
y en la que fundaría capilla en La Laguna (ya figura en las actas del cabildo
en 1497, y en los años siguientes, junto a su hermano Diego108). Pero lo más
curioso es la razón que da el citado Peraza: “asolado el referido lugar por
una epidemia de peste, viéronse los individuos de esta familia histórica en la
necesidad de abandonar su residencia y a tal objeto trasladáronse a Llerena,
desde cuya villa pasaron a Canaria, donde tanto lustre y renombre habrían
de adquirir”. Desde luego, no pudo buscar mejor refugio, ante a la “enfermedad” que venía diezmando a su linaje, que una isla todavía prácticamente
libre de los inquisidores y poblada por gente de aluvión, como toda conquista.
106
Debemos al amigo Carlos Ayllón Gutiérrez la sentencia de 1504, que ofrecemos con el nº
4 en nuestro apéndice. Él la va a publicar en un trabajo llamado “Inquisidores, conversos y
cambio social”, que está en preparación.
107
PERAZA DE AYALA, J., “Historia de la Casa de Llarena”, Revista de Historia, 25, Univ.
de La Laguna, Tenerife, 1930, p. 23.
108
VALLADARES, J. M., “Historia judía de Canarias”, En Tarbut Sefarad, Red de Cultura
Judía, y en VALLADARES, “Mansiones de La Laguna”, en eSefarad.com Enero 2012. Hablando de la casa Llarena-San Martín, que aún se conserva en La Laguna, dice que Hernando
vino con un hermano, Diego, y más tarde un sobrino, Alonso de Llerena, al que el tío reclamó. Pero añade que vino de Llerena y que era hijo de Juan González Bermejo y de Juana
González Alarif, versión que no concuerda con la que da Peraza, que parece la auténtica.
Sin duda, a su llegada quiso romper cualquier relación anterior con su pueblo y su familia
auténtica.
39
Aurelio Pretel Marín
Los registros del propio Santo Oficio nos hablan, en efecto, del proceso
incoado contra estos dos hermanos, Fernán y Diego Sánchez de Llerena, contra María González y Francisco de Llerena, así como también de los que se siguieron contra Hernán Sánchez de Montiel y su esposa, o contra Mayor López
(mujer de Pedro de Montiel), Fernando de Montiel y Diego y Hernán Sánchez
de Montiel, casi todos quemados o exhumados. Nombres a los que habría que
añadir todavía los de Alonso Sánchez de Montiel, el hombre de confianza de
Gil Rodríguez Noguerol, alcaide de Jumilla, y su esposa, procesados allí en
1500109, y el de la mujer de Alonso de Montiel, Leonor López Sevillana (que
sería hija o hermana aquel Juan Sevillano que hemos mencionado como participante en el motín de 1485, y víctima de un asalto de Juan de Bustamante
en los años sesenta). Pero además figuran los de otros parientes y allegados,
como Francisca Díaz, una hermana del bachiller Ruy Díaz de Montiel, que
sería quemada, y los de Bernaldina de Llerena y Alonso Sánchez de Montiel,
ella reconciliada y él penitenciado. Y esto es solo una parte, porque en un
documento de la misma probanza que traslada los libros del secreto del tribunal murciano,
y a continuación
de la genealogía y
descendencia del
bachiller Sabuco,
se dice textualmente: “y asimesmo la doy [fe] que
por dicho libro
Noticia de procesos contra quince personas de apellido Montiel
y otros tantos Llerena, según la Inquisición
consta aber quince proçesos contra los Montieles de Alcaraz, por los quales consta de la ynficcion de sangre que padecen y ser descendientes de conbersos, y lo mismo
consta de otros procesos tocantes al apellido de Llerena de dicha ciudad”110.
Lo que ya no nos dice este traslado es cuándo fue quemado o se reconcilió cada uno de ellos, aunque es de suponer que la gran mayoría lo fuera en
esos años de finales del XV en que la Inquisición actúa en Alcaraz con una
contundencia que llama la atención incluso en tal momento. No nos entretendremos sobre esta cuestión, que en breve será objeto de un estudio más
amplio sobre la Inquisición en tierras de Albacete que prepara Carlos Ayllón
Debemos este dato a nuestro buen amigo Alfonso Antolí.
Véanse los documentos 13 y 15 de nuestro apéndice.
109
110
40
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
Gutiérrez, a quien una vez más hemos de agradecer su generosidad al dejarnos leer el borrador, darnos algunos datos y ofrecernos transcrita la sentencia
de Mayor González de Montiel, que resulta importante para nuestro trabajo.
Es de creer que muchos miembros de la familia hubieran perecido en la
espantosa purga, y que otros huyeran, como hizo Hernán Sánchez de Llerena,
creando otros hogares muy lejos de Alcaraz (la emigración parece un recurso
habitual en casos semejantes111). Sus hijos quedarían a menudo al cuidado
de parientes y amigos, algunos de los cuales pudieron prohijarlos, lo cual
explicaría el hecho de que luego haya hermanos que llevan apellidos distintos. Carlos Ayllón nos habla de un hijo de Fernando Sánchez de Montiel, que
cambió el de su padre por Celdrán, llego a ser arcipreste de Alcaraz y luchó
sin descanso, como podremos ver, contra los privilegios de los “cristianos
viejos”. De los que se quedaron, muchos, “reconciliados” o estigmatizados
por tener simplemente un apellido “infecto”, sobre todo, mujeres, intentarán
mudarlo –como vemos hicieron en Toledo112– u ocultarlo detrás de otros más
comunes, como pudieran ser González o García, aunque la mayoría lo mantienen aún durante décadas en la misma Alcaraz o en otras poblaciones. Por lo
menos sabemos que Diego de Llerena –ignoramos cuál de ellos– se estableció
en la villa santiaguista de Liétor, donde ya trabajaba como médico en los años
ochenta y noventa, y logrará arraigar en esta población, donde tiene negocios
y es alcalde a partir de 1507113. Y que Ambrosio y Rodrigo de Llerena intentarán plantar cara a los poderosos en la misma Alcaraz, en tanto que Francisco
de Llerena ejerce de escribano en la segunda década del siglo XVI.
Pero si estos, letrados y escribanos, hombres cultos y ricos, aunque menos que antes, todavía podían defenderse conociendo los trucos del oficio y
explotando sus buenas relaciones, peor será la suerte de las amas de casa que
no pueden hacerlo, tanto de la familia de Mayor González de Montiel, donde
ya hemos visto que las féminas fueron las que sufrieron mayor persecución,
como de otras que están menos documentadas: Catalina González, la mujer
de Juan de Zamora, hija de Gonzalo de Arenas y consuegra de Hernán Sánchez de Montiel, cuya sentencia fue leída en acto público ante La Trinidad
en el último año de este siglo, será “reconciliada”, pero ya no podrá ponerse
SORIA MESA, “De la represión inquisitorial…”, pp. 406-407.
En Toledo se dice que “todos o los más, se han quitado y mudado los nombres antiguos que
tenían de sus agüelos y antepasados, que ya en esta çibdad no se hallará quien de aquellos
nombres y apellidos antiguos de confessos se llame…” (FITA, “La Inquisición toledana…”,
p. 309).
113
RODRÍGUEZ LLOPIS, M, La villa santiaguista de Liétor en la Baja Edad Media, IEA,
Albacete, 1988, pp. 38, 49, 56, 58 y 70.
111
112
41
Aurelio Pretel Marín
joyas el resto de su vida ni salir de su casa en un año sin permiso de los inquisidores114. Ya hemos señalado que una tal Mari Díaz, la mujer de Hernán
Sánchez de Montiel, o una de ellas, al menos, sería igualmente exhumada y
quemada, al igual que el marido y que la esposa de Pedro de Montiel, o que la
de Alonso de Montiel, de la que solo consta que será relajada al brazo secular,
probablemente en vida, pues no se dice nada de que fuera en efigie115. Y es de
pensar que hubiera bastantes casos más: los registros de los inquisidores nos
hablan por lo menos de una tal Mari Sánchez, la mujer del tendero Pedro Suárez, “que fue relaxada por aver judayçado” y de la que al parecer no quedó
descendencia116 y de una “Catalina Gonçalez muger del liçençiado Gonçalez
de Arenas, condenada”, añadiendo además que de estos Arenas, vinculados
por varios matrimonios con Llerenas, Parejas y Avilés, “tanbien vbo dellos
muchos condenados”117.
Sin embargo, a pesar del clima de terror que debía de haber en la ciudad, apenas si tenemos referencias a quejas en documentación municipal, y
las pocas que hay no aluden al horror que estos actos pudieran producir, sino a
las corruptelas y abusos económicos de los inquisidores y de sus ministriles...
O a sus interferencias en las cuentas del concejo o la Iglesia: a mediados de
julio de 1498, el que fue mayordomo, Sancho de Peralta, requería al corregidor y a los oficiales para que le sacaran de la cárcel, pues quería defenderse
de las acusaciones de malversar las rentas que tenía arrendadas por cinco
años Gonzalo de Arenas cuando la Inquisición lo encarceló y le embargó sus
bienes, siendo así que la venta de las casas de este no se hizo en el tiempo
de su mayordomía118. Y antes, en febrero de 1495 los reyes escribían a los
procuradores del vicario Fernando González de Arenas, reconciliado y preso,
y a los representantes del cura de San Pedro y el cabildo de los beneficiados,
citándolos a juicio para dilucidar si los frutos y rentas debidos al primero habrían de quedar en poder de este último o de la Inquisición119.
114
AHN, Inquisición, Leg. 2800. Debemos estos datos respecto a Catalina a Carlos Ayllón.
Podemos añadir que Gonzalo de Arenas solicita en 1507 un sitio para hacer un batán en el
río de Villalgordo (que será el del Arquillo), encima de la Puente de la Gallina (AMA, Acta
municipal de 16 de febrero de 1507). Más tarde erigirá una nueva capilla funeraria en San
Ignacio (PRETEL, Alcaraz en el siglo…, p. 150).
115
Véase el documento 15 de nuestro apéndice.
116
Véase el documento 13 de nuestro apéndice: “Mari Sanchez muger que fue de Pedro Suarez tendero vecina de Alcaraz, que fue relaxada por aver judayçado, desta no ay jeneraçion”.
117
Véase en documento 13 de nuestro apéndice.
118
AMA, Actas municipales, 17 de julio de 1498.
119
AGS, RGS, LEG. 149502,200. AYLLÓN GUTIÉRREZ, C., Iglesia rural y sociedad a
finales de la Edad Media, Madrid, 2015, p. 328.
42
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
Como vemos, el clero –sobre todo el de ciertos apellidos– tampoco se
libraba de las garras de los inquisidores. Pero también había sacerdotes “colaboracionistas”, como el sustituto de Fernando González de Arenas, el bachiller Grajal, un forastero que llegó a la ciudad, se hizo vicario desplazando a
su predecesor, acumuló otros cargos y prebendas en ella, y acabará ejerciendo
como inquisidor120. Y parece que alguno usaba la influencia que le daba el poder ver a los detenidos y cuidar de sus almas con fines muy distintos: tal pudo
ser el caso de uno que confesaba a los encarcelados en 1492, y al que el corregidor, Pedro Ortiz, acusaba de estar amancebado –¿quizá con la mujer de
alguno de los presos?– y había pretendido detenerlo in fraganti, penetrando
de noche en su morada y por una ventana e “ynjuriandole con palabras muy
feas”121. Y es que el corregidor debía de estar harto y actuaba al parecer junto
con el concejo –se le acusa también de haber nombrado a nueve de sus doce
oficiales– contra la Inquisición y sus abusos, lo que determinó una investigación, en enero de 1493, que quizá concluyó con su cese, condena en residencia, y traslado a Carmona, aunque parece ser que no pagó la multa122. Al fin y
al cabo, había que mantener el juego del apoyo real al Santo Oficio, pero de
la manera y en la medida justas, para que el equilibrio de poderes entre los
delegados de los propios monarcas –que a su vez controlaban al concejo– y
los inquisidores no llegara a romperse.
Isabel y Fernando intervendrán también, por una nueva carta fechada
en Barcelona el 11 de diciembre de 1493, y reiterada en julio123 a instancias
del concejo, que corría con los gastos, para que el bachiller Fernández de
Castroverde, receptor de los bienes confiscados, diera ropa de cama y abonara
con cargo a estos últimos los gastos y alquileres de los inquisidores y demás
funcionarios, relevando al concejo de esta obligación. Pero aún en noviembre de 1494 Castroverde no había pagado el alquiler ni devuelto las ropas
que pidió a los vecinos, lo que lleva a otra nueva queja del municipio y otra
incitativa por parte de los reyes, que tampoco debió de servir para mucho124,
pues seis años después veremos que la ropa se ha perdido en gran parte y los
dueños no han podido recobrarla.
AYLLÓN GUTIÉRREZ, Iglesia rural…, p. 194.
AGS, RGS, LEG. 149301,258.
122
PRETEL, La integración…, p. 35 y 49.
123
AGS, RGS, LEG. 149407,301.
124
AGS, RGS, LEG. 149411,425. PRETEL MARÍN, A., Fondos medievales…, p. 25, Nº 111.
120
121
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Aurelio Pretel Marín
Cédula del Consejo de
los Reyes Católicos a los
inquisidores de Alcaraz
ordenando pagar los
alquileres y devolver las
ropas que les facilitaron
El mismo receptor se excusará también de pagar a la hija de Pedro Algazí –miembro de otra familia numerosa que será exterminada o poco menos– los 20.000 maravedís que los monarcas le habían concedido para su
matrimonio, lo que les obligó, en febrero de 1496, a enviar otra orden a su
corregidor para que viera cómo se podría abonar125. Y es que, como apuntamos, Isabel y Fernando acostumbran a decir una cosa por escrito y otra en sus
instrucciones reservadas a sus autoridades: un Francisco de Vargas, receptor
de los bienes embargados a maestre Alonso, el físico condenado en Toledo,
justifica no haber entregado a los nietos de este la limosna que aquellos les
habían concedido diciendo no tener dinero para ello, y que, aunque lo tuviera,
antes abonaría los 400.000 maravedís que debía pagar a los inquisidores de
Toledo y a otras muchas personas que estaban esperando, cumpliendo con las
órdenes de los propios monarcas126.
Otras veces saldrán perjudicadas las terceras personas que tenían negocios o lazos familiares con los penitenciados o quemados. A finales de 1494
cierta Pascuala Sánchez reclamaba 300 cabezas de ganado que su difunto
padre dejó a un tal Juan Panchota y que a este le fueron confiscadas cuando
le condenaron por hereje127. Pero el caso que más nos interesa es el de Diego
AGS, RGS, LEG. 149602,170.
Véase el documento 3 de nuestro apéndice, al final de este libro.
127
AGS, RGS, LEG, 149412,153.
125
126
44
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
López de Vandelvira, o Vandelvira a secas, como se le conoce de manera
habitual en el ayuntamiento, del que fue mayordomo al menos hasta 1492 (él
es quien justifica todavía los gastos de las fiestas que se hicieron para conmemorar la toma de Granada). Casado con Elvira García, que se decía era descendiente de Ruy González de Llerena y de Mayor González de Montiel, este
cristiano viejo salido de la nada cayó en muy poco tiempo desde su posición
de privilegio, que le había granjeado dinero y donaciones de tierras del concejo, a la de apestado, cuando no perseguido, y despojado. Desde 1494 por
lo menos le vemos enredado en un sinfín de pleitos contra Pedro de Busto,
receptor de los bienes confiscados por los inquisidores de Jaén y Alcaraz, contra el propio concejo y contra otros vecinos, que al parecer compraron o eran
depositarios de algunas de estas “prendas” o propiedades suyas. Más tarde se
dirá que sus querellas con el ayuntamiento se debían a embargos por impago
de impuestos de los que él se creía exento por hidalgo, pero da la impresión,
como veremos, de que la mayoría de estas confiscaciones son por receptación
de bienes de su esposa o de parientes de esta, tratando de burlar a los inquisidores (por lo menos le piden que demuestre que es suyo un herrenal que le
habían confiscado, y sabemos que ella “compraría” con la complicidad de los
predicadores, la capilla que fue de los Llerena); aunque también parece que
él y otros Vandelvira de El Horcajo, adegana o aldea sin parroquia situada a
una legua de Alcaraz, pleiteaban con cierto Alonso de Alcalá128 y Sancho de
Peralta, que será mayordomo y parece actuar en nombre del concejo129, o con
Pedro de Busto, el receptor citado.
Entre estos parientes pudiera estar un cierto Pedro de Vandelvira, que es
de pensar sería López de Vandelvira, igual que el propio Diego y que los tintoreros Juan y Hernán López de Vandelvira, de los que Juan parece sobrino de
los otros y reside también en El Horcajo. Este Pedro figura en los padrones de
finales del XV entre los más pudientes de la pequeña aldea, pero nunca apa-
128
“Paresçio Alonso de Alcalá ante los sennores e dixo que el tiene vn debate con los del
Forcajo, y que por que el no quiere con ellos enojo pyde sennalen vn regidor con el alguazil
y vn escriuano que lo vayan a ver; e asy mismo junta mente con el dicho Alonso de Alcala
pidieron Vandelvira e Ramon Gil e Pascual Perez e Juan de Vandelvira su sobrino, todos
juntos e de vna concordia pidieron al sennor corregidor juntamente con los regidores con el
escribano vayan a ver sobre lo que se trae e debate, y visto, que sus merçedes determinen lo
que sea justiçia” (AMA, Actas municipales de 6 de septiembre de 1498).
129
“Relaçion de Sancho de Peralta, que le manden librar los 22 reales que gasto para el onbre que fue cabo del pleyto de Diego de Vandelvira”. AMA, Actas municipales, 12 de agosto
de 1494.
45
Aurelio Pretel Marín
rece, al contrario que Diego, en los libros de actas del concejo, quizá porque
estuviera ausente mucho tiempo. Creemos que pudiera ser el “maestre Pedro”
por el que en septiembre de 1504 se intercede de forma cautelosa ante los
regidores: “Relaçion que rueguen a Pedro de Busto por maestre Pedro por
amor de Dios”, a lo que se responde con sigilo: “memoria de la carta para
maestre Pedro para Jaen, que la haga el letrado”130. Y aunque aún no podemos afirmar que sea el Pedro López que por aquellas fechas dirigía las obras
de la gran catedral de Jaén, en la que sigue aún en 1513, y menos el famoso
Pedro de Vandelvira, padre y maestro de Andrés, cuya existencia misma ha
sido puesta en duda, cada vez nos parece más probable. La mujer del maestro
de Jaén –y de Málaga- era Leonor García, con el mismo apellido que la esposa de Diego López de Vandelvira, la nieta de Mayor González de Montiel,
lo cual no significa que hayan de ser parientes, pero es otro indicio a favor
de la hipótesis (los dobles matrimonios de hermanos con hermanas tampoco
son tan raros). Y si Andrés fuera su hijo –cosa que no afirmamos, pero no
descartamos todavía– se podrían entender mejor la confusión que él mismo
sembrará sobre su nacimiento, en 1505 o en 1509, y el cambio de apellido por
el de “Vandaelvira”, de apariencia flamenca, que sería más exótico y menos
conocido que el de Vandelvira, del que todos sabían que estaba contagiado
con el “mal recibido” de Llerena.
En todo caso, Andrés no sería descendiente de Elvira y Diego López,
aunque no es imposible que lo fuera de algún pariente suyo, quién sabe si
Rodrigo, que vivió en Alcaraz y en El Bonillo, donde bautiza un hijo en 1508,
aunque regresará a la ciudad en 1510, como podremos ver; o acaso de Ferrand
López de Vandelvira, que en ese mismo año es nombrado veedor de tintoreros
de Alcaraz y su tierra junto a Pascual García131; o de aquel hacendado de El
Horcajo, Pedro de Vandelvira, que bien pudiera ser el mismo de Jaén, y acaso
el maestre Pedro que a comienzos de 1514 construirá en Alcaraz, en compañía de Francisco de Luna, el convento de frailes franciscanos, cuya obra
prosigue durante veinte años, hasta su conclusión, Andrés de Vandelvira.132
PRETEL, “Vandelvira y su gente de Alcaraz: la obra y el entorno social y laboral”. Andrés
de Vandelvira, V Centenario, Albacete 2005, p. 77.
131
AMA, Actas municipales. Sesión de 27 de agosto de 1510.
132
Sobre esta sospecha –que no seguridad– hemos hablado ya en distintos trabajos; sobre
todo en el libro Alcaraz en el siglo de Andrés de Vandelvira…”, “Vandelvira y su gente de
Alcaraz…” y Arquitectura y sociedad en el Renacimiento…, Albacete, 2015, pp. 12–14 y
28. Ahora retomamos el tema en un artículo titulado “En torno a los orígenes de Andrés de
Vandelvira”, que hemos enviado en 2017 al Boletín del Instituto de Estudios Giennenses.
130
46
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
EL ESTIGMA Y LA BÚSQUEDA DE APELLIDOS SIN TACHA:
LAS FAMILIAS VANDELVIRA Y SABUCO.
En las genealogías de los inquisidores solamente aparece un hijo de
Mayor González de Montiel, al que se llama “licenciado Llerena” (que es
Alonso, el casado en Povedilla), lo que puede indicar que los demás hubieran
fallecido, o estuvieran muy lejos, como Diego y Hernán. En cambio, sí nos
dicen (véase el documento 13 de nuestro apéndice) que Mayor “fue abuela de
Ambrosio de Llerena –hijo del licenciado– y Rui Gonzalez de Llerena, Francisco de Llerena, Diego de Llerena el Tuerto, el licenciado Noguerol de cabo
del relox de la plaça de Arriba, y la muger de Rodrigo de Vandelvira”. Y otro
apunte, anterior y algo más detallado, añade: “dicen todos, asi los catalogos
como los que se aquerdan, ser abuela de Ambrosio de Llerena y de Francisco
de Llerena que labraua en el Horcajo, y de Diego de Llerena el Tuerto y de
Ruy Gonçalez de Llerena y de Andreola de Llerena muger de Francisco de
Villaperez, y de Francisca de Llerena muger de Rodrigo de Bandelvira, y
otra que se caso con Juan de Henarexos que se diçe Mayor de Llerena, y otra
Ynes Guedeja que casso con Pedro de Montoya en el Cañavate, todos nietos
desta Mayor Gonçalez”. A principios del siglo XVI todos estos Llerenas deberán elegir entre la emigración –a finales del XV ya hemos visto los casos
del médico de Líetor y del conquistador de Tenerife– o la utilización de otras
estrategias para permanecer en la ciudad y salvar del naufragio lo que fuera
posible sorteando los efectos de la “muerte civil” que llegaba a alcanzar a tres
generaciones después del condenado133.
Los varones, por regla general, mantendrán su apellido con mucha
dignidad, ejerciendo como procuradores y escribanos para sobrevivir en un
ambiente hostil, aunque a veces veamos que les llaman “Lerena” o “del Arena” –y más tarde “Llarena”, como los de Canarias– en lugar de Llerena. Rodrigo de Llerena buscará congraciarse con los corregidores, alguno de los
cuales le nombró su alguacil en 1500 a pesar de la clara oposición de otros
ciudadanos134, y será mayordomo del concejo en 1504; pero luego le vemos
133
PORRAS ARBOLEDAS, P. A., “Nobles y conversos, una relación histórica difícil de ser
entendida aún hoy: el caso de los Palomino, conversos giennenses”, En la España Medieval,
Extra, 1, 2006, pp. 203–224, p. 208.
134
PRETEL, La integración…, p. 21. No se dice que esta oposición se deba a ser converso,
como es habitual, sino a que es natural de Alcaraz, y ha abusado del cargo en alguna ocasión.
Y lo que sí sabemos es que para ganarse la buena voluntad de aquel corregidor firmará un
documento como su fiador de que habrá de pasar su residencia.
47
Aurelio Pretel Marín
trabajando de contratista de obras y servicios, o bien como abogado en litigios civiles, alguna vez en contra de las autoridades, y acabar ejerciendo
como procurador síndico del común –es decir, del conjunto de vecinos que
carecen de cualquier privilegio, frente a los caballeros e hijosdalgo– en un
tiempo en que apenas se habían encauzado en Alcaraz las tensiones entre
los populares de la Comunidad y los privilegiados que solían controlar los
cargos públicos135 (por ejemplo, le vemos en 1523 diciendo que se opone a la
compra de sillas para los regidores y oficios de justicia que quieren ver más
cómodos procesiones y actos dentro de las iglesias, y en el año siguiente se
oponía al reparto a los pecheros de un préstamo especial para evitar que el
fisco embargara los bienes de un hidalgo136). Ambrosio de Llerena, llamado
algunas veces “Ambrosio de Lerena”, e incluso “del Arena”137, llega a ser
regidor en 1503, pero es más conocido como procurador, arrendador de rentas o enviado del concejo a distintas gestiones, lo que a veces le vale recibir
donaciones de tierra cultivable y otras atenciones, aunque no impedirá que se
enfrente con ciertos regidores y algún corregidor (por ejemplo, en 1511 consigue que la reina ordene rehacer una fuente de agua y que sea pagada por las
autoridades negligentes que la habían dejado estropearse, y que el corregidor
vuelva a hacer las sesiones en las viejas casas consistoriales, donde no quería
hacerlas138), o que sea muy crítico, como podremos ver, con los cristianos
viejos que pretenden crear o mantener diferencias sociales mediante cofradías
que exigen demostrar la limpieza de sangre. Ruy González, llamado algunas
veces de “Llerena” y otras de “Llarena”, llegará a regidor en 1525; y por los
mismos años encontramos a Alonso y a Diego de Llerena en sendos regimientos139. Las mujeres, en cambio, aunque con excepciones, tenderían, al menos
FORTEA PÉREZ, J. I., “Los abusos del poder: el común y el gobierno de las ciudades de
Castilla tras la rebelión de las Comunidades”, Furor et Rabies: violencia, conflicto y marginación en la Edad Moderna, Univ. Cantabria, Santander, 2013, pp. 185, 190, 195, 194,
201–202, 205.
136
PRETEL, Alcaraz en el siglo…, pp. 30, 86-87 y 322.
137
Igualmente aparece cierto Juan del Arena, que parece su hijo: “sus merçedes mandaron
lo notificar a Juan del Arena, hasta que venga Anbrosio” (PRETEL, Alcaraz en el siglo…,
p. 93. También, 86 y 126). Hacia 1427 Ambrosio solicita que permitan a su hijo usar para
escribir una tienda en la lonja.
138
PRETEL, Fondos medievales…, 226.
139
AMA, Actas Municipales de 28 de septiembre de 1520. El 30 de septiembre, en el sorteo de
oficios, corresponde, además, una caballería de la sierra, por la parroquia de Santa María, a
Diego de Llerena, y otra caballería y un regimiento por la de San Ignacio a Ruy González de
Llerena y Francisco de Llerena. Alonso de Llerena todavía mantiene su apellido a mediados
1524, cuando es enviado como procurador del concejo a la corte.
135
48
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
en un primer momento, a usar un primer apellido más corriente, que quizá se
debiera a una nueva familia de adopción, y a buscar un marido que legara a
sus hijos otro más “respetable”, como ya habían hecho la de Gil Rodríguez
Noguerol o la de Diego López de Vandelvira. Pero no faltan casos, como el de
Francisca de Llerena, casada con Rodrigo, hijo de Diego López de Vandelvira
y de Elvira García, y sus dos nueras, hijas de Francisco de Llerena, que lo
siguen llevando aun después de casarse con los hijos de aquellos.
Quizá el caso mejor o más documentado, aunque la información tenga
contradicciones, sea precisamente el de Elvira García la mujer del antiguo
mayordomo Diego López de Vandelvira, hija según algunos de Catalina Gómez y Ambrosio de Llerena140, aunque probablemente solo fuera una hermana o una prima de este, puesto que no figura entre sus descendientes, que se
llaman Guedeja –salvo Juan de Llerena– según la Inquisición141. Si fuera una
Llerena, como dicen distintos testimonios, bien pudiera ser hija de Mayor
González de Montiel, y quién sabe si haberse camuflado bajo ese apellido de
García, que parece el de una familia de El Bonillo, como luego veremos, haciéndose pasar por nieta con el fin de escapar a la inhabilitación y el secuestro
de bienes que afectaba a los hijos de aquella “Condenada”. En realidad, su
origen, y hasta su propio nombre (el testigo Miguel Criado dice que se llamó
Lucía142), sigue siendo un misterio. Ni siquiera se puede descartar, puesto que
semejantes errores son frecuentes, que no fuera Llerena y que todo se deba
a alguna confusión, al correr de los años, con su futura nuera, Francisca de
Llerena, que sí es nieta de Ruy González de Llerena; aunque son demasiados
los testigos que la hacen descendiente de aquel y de Mayor González de Montiel como para pensar que todos se equivoquen. Pero lo que interesa es ver
cómo su esposo, Diego López de Vandelvira, ha caído en desgracia y aparece
140
Por ejemplo, García de Montoya y Córdoba, regidor y familiar del Santo Oficio, que parece
saber mucho de la familia, aunque a veces confunda el parentesco, declara en 1645 que “la
dicha Elbira Garcia de Llerena es hija de Anbrosio de Llerena y de Catalina Gomez de San
Gines, y nieta de Mayor González de Montiel y Ruy Gonzalez de Llerena” y la misma versión mantienen Juan Auñón e Isidro del Moral, entre otros familiares (AHN, INQUISICIÓN,
1462, Exp. 7, Fol. 9vto, Im. 211. Fol. 73, Im. 338. Fol. 302vto. Im. 801). Por su parte, Ginés
de Parada, presbítero, confirma lo anterior, pero se equivoca al decir que Elvira y su marido,
Diego López de Vandelvira, fueron padres de Gabriel de Quesada, que en realidad es su nieto
(AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 284-295, Im. 783).
141
Véase el documento 13 de nuestro apéndice.
142
Véase el documento 7 de nuestro apéndice. Es un solo testigo, pero es familiar del Santo
Oficio y parece mejor informado que otros (acierta, por ejemplo, al decir que fue mujer de
Diego y madre de Rodrigo de Vandelvira, el padre de Gabriel de Quesada).
49
Aurelio Pretel Marín
enredado desde 1494, como ya señalamos, en numerosos pleitos contra Pedro
de Busto, receptor de los bienes incautados por los inquisidores, contra el
ayuntamiento y contra otros vecinos. La versión familiar –altamente dudosa–
será que defendía sus franquezas de hidalgo143, pero lo más probable es que
aquellos litigios, o gran parte de ellos, vinieran del embargo de los bienes de
Elvira y sus parientes, receptados por él como si fueran propios. En noviembre de 1496 ya se había producido una sentencia adversa y Diego comparece
ante los regidores pidiendo “que se ayan piadosamente con él”, aunque sin
mucho éxito: a su reclamación sobre cierto herrenal que le habían confiscado
le responden “que muestre la robra como aquel ferrenal es suyo y el perjuyzio
que la çibdad le faze, e que sus merçedes se lo mandaran pagar, e que pague
las costas a la çibdad”144.
A lo largo del año seguirán los embargos de otras propiedades, aunque
el 5 de enero del siguiente “mandaron suspender la execuçion de bienes de
Diego de Vandelvira que se le faze por virtud de la secutoria en los XIXM
maravedis porque a su merçed le consta tener pagado VIIMCXLVII por vna
parte y dos mill maravedis por otra…” Pero probablemente ya no esté en la
ciudad por esas fechas: parece que se ha ido a la guerra, con armas y caballo,
como si fuera hidalgo –cosa que no nos consta e incluso nos parece un tanto
inverosímil– obligado por un acostamiento con los Reyes Católicos, tal vez
aprovechando que su nombre pudiera confundirse con el de Diego López de
Perea, que sí está convocado145. Según un documento que debemos tomar con
muchas precauciones, aunque puede tener un fondo de verdad, estará destacado en la frontera del reino de Navarra hasta el 20 de marzo de 1497, cuando
es licenciado en Santo Domingo de la Calzada, el cuartel general de aquellos
hijosdalgo. Como hemos apuntado, tenemos muchas dudas de que él lo fuera
143
Según algún testigo favorable al linaje, el secuestro de bienes se habría producido después
de muerto Diego, pero hay numerosos testimonios de que este pleitea en vida contra Pedro
de Busto, receptor de los bienes confiscados por los inquisidores, contra el ayuntamiento y
contra las personas que tenían sus prendas, aunque será la viuda quien gane por lo menos una
parte del pleito en 1519.
144
PRETEL, Alcaraz en el siglo…, p. 100.
145
AMA Actas municipales de 1 de diciembre de 1496. Declaración del bachiller Peñarrubia
de que los hidalgos y caballeros ciudadanos están listos para ir al llamamiento de Sus Altezas,
y se cita: “Fidalgos, Diego López de Perea, Juan Sánchez de Mesto, Alonso del Franco, Juan
González de Vizcaya, Gonzalo Rodríguez de Molina, Diego de Buitrago, Diego de Montiel”,
sin que entre ellos figure Diego de Vandelvira.
50
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
antes146, pero en el ejército nadie iba a preguntar si de verdad lo era quien venía a servir con su armamento y su cabalgadura, y desde luego fue una forma
perfecta de “blanquear” su imagen –o la de su familia– y empezar a arreglar
el desastre causado en su fama y hacienda. Sus hijos y sus nietos pudieron
alcanzar, después de muerto él, el reconocimiento como hidalgos por parte
del concejo, aunque quizá por vía bastante diferente y no sin reticencias. Con
el tiempo hasta habrá una cierta leyenda, completamente falsa, que le hace el
primero de un linaje “que vino a esta dicha çibdad de las montañas”147. Pero
por el momento solamente sabemos que en abril de 1498 se ordenaba dejar en
suspenso la venta de sus bienes y en junio se pedía al mismo Vandelvira y a
sus acreedores Alonso de Alcalá y Sancho de Peralta “que dentro de seys dias
se asienten a cuenta, y sy no, que les meterian en la carçel fasta que la fagan
y sepa la çibdad que le deuen…”
En diciembre de 1501 todavía comparece Diego López ante los regidores exigiendo “que le bueluan sus prendas”, a lo que le responden “que gelas
mandan boluer”; pero aún a mediados de 1504 se quejaba, a través de un
intermediario, de otra confiscación148. Entre tanto, parece que lleva años ausente, enfermo o en prisión; y sabemos que en 1503 la mujer de cierto Vandelvira que vivió en El Horcajo se había refugiado con sus hijos en El Bonillo,
en casa de un Alonso García Romero, que comparte apellido con la mujer de
Diego:“mandaron los sennores que se sepa de Bartolomé de la Puerta sy pechan los menores fijos de Vandelvira del Forcajo, y sy pechan por sy non pague la madre, que biue en El Bonillo, que marchó con Alonso Garçia Romero,
vezino del Bonillo” 149. Lo cual deja bien claro que el padre no está a cargo de
la joven familia y que los hijos, o la madre en su caso, tienen la obligación
de pechar por sus bienes, como si fuera viuda o separada de él. Creemos que
esta mujer es “la de Vandelvira” que suele aparecer en los libros de acuerdos
del concejo, y es bastante probable que se trate de Elvira, pero queda una
146
En el padrón de 1458 solamente figuran como tales los hijos de Juan Sanz de Vandelvira
(ROMERO MARTÍNEZ, Los papeles del fisco…, p. 352). Pero los Vandelvira (Yvandelvira)
que hemos conocido hasta principios del siglo XVI eran arrendadores, alcaldes de las ferias,
tintoreros o sastres, y si tienen un cargo es el de síndico, en representación de las clases comunes. PRETEL, Alcaraz en el siglo…, pp. 98 y sigs.
147
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 314. Im. 826. Declaración de Miguel de Mora.
148
“Relaçion de Diego de Vandelvira sobre vna prenda que le sacaron y no sabe por que, y le
piden los almotazanes doscientos reales. Que venga el y el que se quexo ante señor alcalde
y les fara justiçia (30 de mayo de 1504).
149
Todo esto en PRETEL, Alcaraz en el siglo…, pp. 101-103.
51
Aurelio Pretel Marín
duda, por pequeña que sea, puesto que en un padrón treinta años posterior se
distingue entre “la de Diego de Vandelvira” y “la de Vandelvira”150. También
tenemos dudas de si Alonso García Romero es el Alonso Romero que en 1505
y 1508 bautizaba en la iglesia de El Bonillo a sus hijos Gabriel y Francisco151,
cuyos nombres coinciden con dos de los de Elvira García y su marido, aunque
difícilmente podrían ser los mismos; y de su parentesco con una de las dos
o tres personas llamadas Juan Romero152 que encontramos viviendo en esta
aldea, de los que al menos uno es el padre de otro Vandelvira, Rodrigo, que a
su vez lo es de otro Juan Rº –creemos que Romero– bautizado en 1508153. Un
verdadero enredo, en el que por ahora no queremos entrar, porque no afecta
mucho al objeto principal de este estudio y porque no se puede constatar la
presencia de otro Vandelvira que no sea Rodrigo ni de Elvira García en El
Bonillo durante aquellos años.
Volviendo a Diego López, su ausencia de Alcaraz hasta mediados de
1504 y la falta de otras noticias desde entonces nos hacían pensar que hubiera
muerto o estuviera impedido, pero el 26 de abril de 1514:“se presento Vandelvira en grado de apelaçion de vna sentençia que el sennor corregidor dio
contra el, e nombraron por juezes a los dichos regidores Juan de la Duenna
e Francisco de Beluas, los quales juraron e mandaron traer el proçeso e fazer los abtos, etcétera…” Y aunque no es imposible que se trate del mismo
TORAL PEÑARANDA, E.: “Origen castellano de los antepasados de Andrés de Vandelvira”, Boletín del Instituto de Estudios Giennenses, Jaén, abril–junio de 1989, p. 31.
151
Archivo Parroquial El Bonillo, Libro 1 de Bautismos de Santa Catalina. 20 de enero de
1505 y 10 de octubre de 1508.
152
Archivo Parroquial El Bonillo, Libro 1 de Bautismos. El 20 de junio de 1507 Juan Romero,
hijo de Romero Sánchez, bautizaba a una hija que se llamó María, pero pocos días antes, el
17 de junio, bautizaba a otro hijo Juan Romero Caballero, que debe ser distinto. Pero además
tenemos a Juan García Romero, ¿o Recuero?, que bautiza a su hija Ana el 17de enero de
1507, y a Juan Romero Caballero, padre de Rodrigo de Vandelvira y de Romero Sánchez.
En 1510 comparecían “Juan Romero cauallero e Romero Sánchez e Rodrigo de Yvandelvira,
sus fijos, vezinos del Bonillo, e dixeron que por quanto ellos syenpre an seydo vezinos desta
çibdad e que andauan en el padron de los de los fijos dalgo, e que agora se retificavan en su
vezindad e se avezindavan…” De estos “hijos”, Romero es el que hereda los bienes familiares y a menudo le vemos en El Bonillo, en tanto que Rodrigo vivirá en Alcaraz, donde lleva
una vida más modesta, aunque tiene una “yguala” con el ayuntamiento, como otros hidalgos,
para pagar un canon en concepto de alcabala del viento o de los forasteros (PRETEL MARÍN, “Vandelvira y su gente de Alcaraz…”, p. 74).
153
Archivo Parroquial El Bonillo, Libro 1 de Bautismos. Bautizo de Juan Romero, hijo de
Rodrigo de Vandelvira, el 17 de diciembre de 1508. Padrinos, Juan Martínez Guerrero y su
mujer, Romero Sánchez y la suya.
150
52
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
Diego López, también podría ser un procurador actuando en su nombre, como
diez años antes, o su hijo Rodrigo, que le sucedería al frente de la casa a no
mucho tardar. Menos de un mes después, el 23 de mayo, se vuelve a designar
a aquellos mismos jueces para dictar sentencia “en lo de la de Vandelvira”154
(de donde se desprende que Diego ya está muerto y es la viuda la que sigue
su pleito).
Casi un año después, el día 15 de marzo de 1515, Elvira comparece con
su hijo mayor, Rodrigo de Vandelvira, “por sí y en nombre de los demás hijos
e hijas”, y compran al convento de frailes dominicos el derecho a enterrar a
su “honrado” marido y a sus descendientes en aquella capilla de Santiago que
cuarenta años antes fundaron Ruy González y Mayor González de Montiel
y que supuestamente habían adquirido a herederos de estos mediante una
escritura que, sospechosamente, tardará más de un siglo en salir a la luz. De
esta forma, si Elvira fuera una Llerena, como todos pensaban, los nietos o
bisnietos de Mayor González de Montiel podrían descansar eternamente en
la misma capilla de sus antepasados, lo cual rizaba el rizo de lo que era habitual en los conversos, que solían fundarlas intentando ganar respetabilidad y
mostrar su ortodoxia religiosa155, pero muy raramente recobrarlas después de
confiscadas. La compra tiene trazas de ser “supuesta y falsa”, como opina el
fiscal del Santo Oficio siglo y medio después156; pero sin duda hubo algún tipo
de acuerdo con los predicadores, que no iban a poner reparos al traspaso de un
enterramiento dentro de la familia, y menos si seguía dejando en su poder, y
evitando que fuera requisada, una rica heredad, la de La Covatilla, cercana a
Villaverde, con la que los abuelos lo dotaron cuarenta años atrás157.
Toda una mujer, la tal Elvira, capaz de soslayar a los inquisidores y
sacar adelante a su familia bajo la cobertura del “honrado” apellido de su esposo, a pesar de que era analfabeta, como dice al comprar la citada capilla158.
Y para mantenerla se meterá en negocios de reparo de caminos y puentes,
como el denominado del Vado de Reolid, donde habían fracasado conocidos
PRETEL, Alcaraz en el siglo…, p. 104.
SORIA MESA, E., La nobleza en la España moderna, Madrid, 2007, p. 104.
156
Tiene serias sospechas de la compraventa fuera “supuesta y falsa”, pero además supone
que “el pretendiente y el conuento se conuinieron en esta tramoya y falsedad para huir esta
infeccion que por descendiente de Llerena poseía esta capilla y no por titulo de compra”.
Véase el documento 14 en nuestro apéndice, al final de este libro.
157
AYLLÓN GUTIÉRREZ, La orden de predicadores…, p. 127. También se alude a ello en
varias ocasiones en el pleito de Gabriel de Pareja (AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7).
158
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, fol. 7–10 vto. Im. 42..
154
155
53
Aurelio Pretel Marín
canteros159; todo ello sin dejar de mantener su pleito: según un documento
bastante sospechoso, pero que acaso tenga un fondo de verdad, el primero de
junio de 1519 el municipio ordena devolver a la viuda lo que habían cobrado
a su marido “por prendas del seruiçio” (es decir, por impago de este impuesto). Al menos eso dice el traslado que firma el escribano Francisco de Llerena,
que podría ser tío o hermano de Elvira –aunque no lo sabemos con certeza– y
que en aquellas fechas no era el del concejo, lo que lo hace más sospechoso si
cabe160. Siglo y medio después, cuando aparece el equívoco escrito, sus bisnietos lo aportan como prueba de supuesta nobleza161, aunque precisamente
faltan todas las actas del concejo entre mayo y octubre de aquel año, quizá
por accidente, y además no parece que entre tanto lo hubieran exhibido los
del mismo linaje que ya bien avanzado el siglo XVI emprendieron sus pleitos
en la Chancillería, que empiezan a ganar a finales del mismo, si bien no faltará quien les niegue este honor162 o les recuerde la ascendencia “judía” de la
tatarabuela. Pero, por el momento, esto no preocupaba demasiado a los hijos
y nietos de Elvira y Diego López, bastantes de los cuales contraerán matrimonio con mujeres de apellido Llerena, como podremos ver; ni al resto de
parientes, que vuelven a ostentar oficios de concejo, aunque menos que antes,
y a recobrar en parte su prestigio social.
159
En diciembre de 1518, “ante sus merçedes paresçio Graviel de Bandeluira e dixo que sy la
çibdad da a su madre el camino viejo del vado de Reolid, que pagara el nueuo de la puente
segund lo asentado el anno pasado” PRETEL, Alcaraz en el siglo…, p. 125. Obviamente,
Gabriel no es el que luego se llama de Quesada, sino un tío suyo, hermano de Rodrigo.
160
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 152, Im. 496.
161
Como ya señalamos, la versión familiar es que “auiendo falleçido Diego Lopez de Vandelvira, a Elvira Garçia su muxer los coxedores de los pechos desta ciudad le habían intentado
sacar prendas por los repartimientos de los dichos pechos, e que auiendose ydo a quexar de
este agrauio el ayuntamiento de esta ciudad mandaron le fuesen vueltas” y en efecto presentan una cédula de 1º de junio de 1519 por la que se ordenaba a Gonzalo de Alcaraz que
devuelva las prendas que le habían tomado, puesto que ella decía que era mujer de hidalgo
y por lo tanto exenta de pagar el servicio (AHN, INQUISICIÓN; 1462, Exp. 7, fol. 13vto.),
pero no nos fiamos demasiado de ella. Parece que un Rodrigo de Vandelvira obtuvo el reconocimiento como hidalgo, aunque solo por parte del concejo, pero no está tan claro si es el
mismo, ni si fue por descender de Diego o por “hijo” de Juan Romero Caballero.
162
AHP Ab, MUN 245, fol. 351. Carta de Felipe II –21 de febrero de 1576– sobre probanzas
de hidalguías de sesenta vecinos de Alcaraz. Parece que Rodrigo será reconocido como tal
hijodalgo, al menos por un tiempo, pero también sabemos que en 1599, Diego de Córdoba
“protesta porque dice que a los Vandelvira... los tiene por hombres llanos”; aunque el repartidor Alonso Rodríguez de Munera opina lo contrario (TORAL PEÑARANDA, E.: “Origen
castellano…”, pp. 31 y 33.
54
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
En efecto, a partir de las primeras décadas del siglo XVI, al desaparecer la Inquisición local con el traspaso a Murcia de la jurisdicción sobre el
arcedianato de Alcaraz, la ciudad pareció recobrar rápidamente cierta tranquilidad, aun cuando no se hubieran apagado del todo los rescoldos de las
viejas hogueras. Los Montiel, Alcalá, Arenas y Llerena ocuparían con alguna
frecuencia cargos municipales (otra cosa serían los Barrera y Álvarez o Castillo, que tampoco solían detentarlos con anterioridad, al tener mucho menos
patrimonio; pero incluso estos últimos tienen algún oficio y trabajan a veces
para el ayuntamiento), y aunque es de pensar que las hubiera, apenas se detectan indicios de tensiones entre los descendientes de los penitenciados y los
cristianos nuevos. Ni siquiera nos consta que tengan relación con aquellas
–aunque pueden tenerla con los lazos de solidaridad que antes mencionamos– los sucesos de 1513, cuando un tal Bernaldino de Montiel y el bachiller
Montiel –que sería su padre, Diego González de Montiel163– se enfrentaron
a una acusación del alguacil mayor porque “avian acogido en sus casas a
çiertos malhechores que diz que les estaua mandado so çiertas penas que no
los acogiesen ni quebrantasen las carçelerias” 164. Aunque el ayuntamiento
en este caso se puso de su parte, Bernaldino sería asesinado poco tiempo
después por Diego Vaca, hijo de Pedro Vaca, que fue corregidor y capitán de
los Reyes Católicos, lo que provocaría una gran división en la ciudad165; pero
es muy dudoso que estos hechos tuvieran conexión con los antecedentes del
linaje, que seguía pasando por hidalgo. Desde luego, no la hay con la prisión
decretada por el corregidor contra los regidores Ruy González de Llerena o
“Llarena” –que por entonces va cambiando su apellido166– y Juan Rodríguez
Noguerol, a mediados de 1526, por no abonar a tiempo el servicio real. Al
contrario, la misma noticia, que tampoco resulta rara en aquellos años, permite ver en cargos, y bien considerados167, a estos dos descendientes de Mayor
González de Montiel, lo que indica una vuelta a la normalidad; y más cuando
sabemos que en ese mismo año tiene otro regimiento Gonzalo de Arenas y
Nos ofrece este dato nuestro amigo Carlos Ayllón Gutiérrez.
AMA, Actas municipales, 3 de noviembre de 1513.
165
PRETEL, La integración…, p. 53, 59–60. Sobre esta familia de los Vaca, ver AYLLÓN
GUTIÉRRREZ, C., “Pedro Vaca, héroe alcaraceño en la batalla de Toro”, Al-Basit, 70 (2015),
pp. 171–212.
166
En realidad es llamado por los dos apellidos, aunque empieza a imponerse el de “Llarena”,
desde fines de 1525.
167
A pesar del arresto en la sala del propio ayuntamiento, la autoridad permite que los presos
se asomen al balcón o salgan de paseo (AMA, Actas municipales, 15 y 16 de junio de 1526).
163
164
55
Aurelio Pretel Marín
la mayordomía del concejo Sebastián de Arenas, al tiempo que ejercía como
síndico de la comunidad de hombres buenos pecheros “el honrado Rodrigo de
Llerena”, seguramente padre del citado “Llarena”. Aunque por poco tiempo,
la familia parece haber recuperado parte de su influencia: ya en 1520 y 1523
Francisco de Llerena y Diego de Llerena ocupan regimientos, y Alonso de
Llerena, que en 1504 ya fue a Ciudad Real como representante del concejo,
será procurador universal, en representación de los hidalgos, en octubre de
1527, y viajará a la corte en nombre de Alcaraz en 1528.
Desde luego, parece que no hay preocupación por la eventualidad de un
brote judaizante. Al menos, no hay noticias, cuando sí las tenemos respecto a
los escándalos –que llegaron incluso a poner la ciudad en entredicho- suscitados entre los franciscanos y los predicadores sobre la Inmaculada Concepción
de la Virgen168, los sermones impíos de algún cura, como Miguel Martínez,
para el que se pedía un castigo ejemplar en 1514, e incluso algún temprano
ejemplar de erasmista o luterano como fue Luis de Vega169. Sin embargo,
creemos que la marginación, por pequeña que fuera, de los hijos y nietos de
los penitenciados, y su resentimiento contra los privilegios de los cristianos
viejos, pudo encontrar un cauce en el extraordinario desarrollo que venían
conociendo cofradías como la de Santa Lucía, cuyos prebostes eran Francisco
de Alcalá y Diego de Llerena170, que se dicen hidalgos, pero tienen apellidos
“infectos”, y muy en especial la de la de Virgen de Cortes, de la que ya a
finales de la anterior centuria eran cofrades un tal Pedro de Cuenca171, que
AYLLÓN GUTIÉRREZ, C., La orden de predicadores… p. 44 y sigs., 157-162. Transcribe
la sentencia de 1508 en que se dice que el dominico Estrada predicó en Alcaraz contra los
franciscano y la Inmaculada Concepción “estando él descomulgado e entredicho todo el
pueblo”. Y aún en mayo de 1519, “sus merçedes mandaron librar a Martin Saquero quatroçientos e sesenta e dos maravedis e medio, de dos carneros que por su mandado dio a los
frayles del monesterio de sennor Sant Françisco e de sennor Santo Domingo porque fueron
a dezir misa a Cortes el dia del voto de Nuestra Sennora de Cortes porque estava entredicha
la çibdad”(AMA, Actas municipales de 25 de mayo de 1519.)
169
PRETEL, Alcaraz en el siglo…, p. 52. BLÁZQUEZ MIGUEL, La Inquisición…, p. 82.
170
PRETEL, Una ciudad…, p. 235.
171
La primera noticia que tenemos es de 1 de julio de 1490: “Relaçion que fezieron Pedro del
Castillo, mayordomo de la Señora de Cortes, e Pedro de Cuenca commo cofradre, que un
santero que está en la Señora de Cortes que no le manden echar pecho...”. Pero la romería
se va consolidando en las primeras décadas del siglo XVI. PRETEL MARÍN, A., “Orígenes
históricos del santuario y el culto de la virgen de Cortes”, en Nuestra señora de Cortes: los
senderos de la fe, Albacete, 2011, pp. 24-77.
168
56
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
más tarde perdió su escribanía por ser hijo de sendos condenados172, y Pedro
del Castillo, de apellido converso, que fue elegido síndico de la Comunidad
de hombres buenos pecheros –otra organización que también les daría una
oportunidad– en 1517 (en los años siguientes serán síndicos Juan Hernández
Salinero, Rodrigo de Llerena y Gonzalo de Alcaraz).
La nueva romería a la ermita de Cortes, que cuenta con un gran arraigo
popular y va tomando fuerza en las primeras décadas del siglo XVI, es en
cierta medida el contrapunto de la más elitista que se hacía anualmente a la de
El Santo, o de San Salvador, en cuya cofradía se agrupaban supuestos descendientes de cristianos tan viejos que decían que sus antepasados habían resistido en aquellos inhóspitos parajes del Alcaraz antiguo –antes de que existiera
la población actual– a la dominación musulmana de España173. El bachiller
de Luna, hidalgo forastero que se había afincado en la ciudad174, ni siquiera
parece ser consciente del malestar que crea el folclórico evento, cuando dice:
“…como la dicha ermita está casi una legua de la dicha çiudad de Alcaraz,
y aquel dia que alli van es de regoçijo e fiesta, van los dichos cofrades a ca172
Pedro de Cuenca aún ejerce de escribano a mediados de 1499, cuando saca traslado de
una carta real a Rodrigo Manrique (AGS, R–82/18). Sin embargo, en febrero de 1501 (AGS,
AGS, RGS, LEG. 150102,66) los reyes concedían a un Antonio de Bárcena la escribanía
que le habían confiscado a raíz de la condena de sus padres, Juan López de Cuenca y María
González. Quizá Pedro de Cuenca pudiera ser hermano de cierto Juan de Cuenca, cirujano,
que en 1504 intentaba ganarse la vida curando a los enfermos, aunque el concejo ordena que
no sangre ni cure sin licencia del físico so pena de destierro (AMA, Actas municipales, 23 de
noviembre de 1504).
o más bien curandero,
173
Sobre las cofradías de La Peña y de San Salvador, opuesta a la de Cortes, ver PÉREZ DE
PAREJA, Historia de la primera fundación…, p. 149 y sigs., y dos trabajos nuestros: “Orígenes históricos del santuario y el culto de la Virgen de Cortes”, pp. 24–77, y “La herencia de
Mentesa, ¿rebeldes y mozárabes en tierras de Alcaraz de 711 a 713?, en Alcaraz, del Islam al
concejo castellano, Albacete, 2013, pp. 11-54.
174
El bachiller Cristóbal de Luna, letrado de Alcaraz en varias ocasiones, fue un hombre
respetado por su preparación y por los cargos públicos que había ejercido en nombre de los
reyes. El 9 de diciembre de 1517, discutiendo el concejo de Alcaraz a quién debía otorgarse el
cargo de letrado, un regidor apunta que ese oficio requiere “çiençia, conçiençia y espirençia,
e que estas tres cosas a su pareçer las tiene el bachiller Xristoual de Luna vezino desta
çibdad, porque de mas de ser honbre noble e fijo dalgo e de quien se debe presumir que tiene
buena conçiençia, es muy buen letrado e tiene su intuiçion fundada çerca de las letras e de la
espirençia en muchos annos que ha seydo letrado del cabildo[…]demas, que el dicho bachiller Luna ha seydo juez de Sus Altezas mas de veynte annos e ha governado bien los pueblos
en que estuvo...” Algunos regidores –defensores del licenciado Blázquez– se oponían a este
nombramiento diciendo que el de Luna ya tuvo aquel oficio en el año anterior y el de regidor
en el antepasado de 1515. Sin embargo, volvió a desempeñarlo en varias ocasiones.
57
Aurelio Pretel Marín
vallo; e que saliendo al canpo salen algunos dellos con sus espadas çeñidas
e sus moços de algunos dellos con lanças y otros con sus bohordos y cascaveles en los caballos, porque es dia de plaçer y exerçicio de cavalleros. Y el
pueblo, o muchos del, se huelgan y esperan aquel dia, y asi vienen de vuelta
a la dicha çiudad a la carrera, y son reçibidos muchas vezes de la justiçia de
la dicha çibdad e de otros cavalleros del pueblo, que salen a los resçebir”175.
Pero hay otra visión mucho más negativa: Juan de Alcalá el Viejo dirá que
estos cofrades generan división entre los ciudadanos al querer distinguirse
“de los otros vezinos e personas honradas e hidalgos que hay en el pueblo…”
advirtiendo de paso del peligro de ir a dicha romería con espadas y lanzas.
Y Ambrosio de Llerena declara en 1540 que es “cofadria escandalosa y es
oprobio del pueblo, porque ellos mismos sin ninguna otra abtoridad se quieren diferençiar de los otros vezinos hidalgos y çibdadanos muy honrrados e
ricos vezinos de la dicha çibdad de Alcaraz”, cuando “ha oydo dezir que en
tienpos pasados entravan en ella a ser cofrades todas las personas que querían, y que de sesenta años a esta parte se an alçado a no querer que entren
en ella syno personas que ellos dizen que son hidalgos…”176
Los inscritos en esta cofradía exclusiva, que a tenor del trabajo de Adelina Romero177 son los Reolid, Alfaro, Vizcaya, de la Dueña, Muñoz, Cano,
Belvás y Blázquez (sobre todo estos últimos, que serán familiares de la Inquisición y llevarán la cuenta de los reconciliados y de sus descendientes), a los
que hay que añadir a los Guerrero, Zamora, Córdoba y Sandoval, que citan
otras fuentes178, tienen fama de hidalgos, aunque algunos ya habrían casado
a un hijo o hija con otros de conversos más o menos notorios. Quizá precisamente por sus contradicciones y por el aislamiento de sus “limpios” cofrades,
tanto esta hermandad como la paralela de La Peña, que es de cristianos viejos,
aunque ya no hijosdalgo, comienzan su declive hacia los años treinta del siglo
XVI. Incluso un arcipreste, Fernán Sánchez Celdrán, hijo, como dijimos, de
Fernando o Hernán Sánchez de Montiel, y quizá de su esposa, Mari Díaz,
exhumados los dos y echados a la hoguera a finales del siglo anterior, querrá
acabar con ellas, como ocurre también en otras diócesis179, restaurando las
ROMERO MARTÍNEZ, A., “El asociacionismo del poder: las cofradías de hidalgos y
caballeros”, En la España Medieval, Nº 18, Madrid, 1995, p. 160.
176
ROMERO MARTÍNEZ, “El asociacionismo…” pp. 157–158.
177
ROMERO MARTÍNEZ, “El asociacionismo…”, p. 147, 155 y 158.
178
ROA EROSTARBE, Crónica de la Provincia de Albacete, II, Albacete, 1894, p. 57.
BLÁZQUEZ MIGUEL, La Inquisición en Albacete, p. 41.
179
Véanse los debates del cabildo de Jaén en los años sesenta, en CORONAS TEJADA, L.,
“Los judeoconversos en el reino de Jaén”, pp. 90–91.
175
58
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
normas de Carrillo, abolidas en tiempos del cardenal Mendoza. Sabiéndose
arropado por el clero local y por muchos vecinos, es de creer que conversos
buena parte de ellos, por el deán, el cabildo de Toledo y hasta por el mismísimo arzobispo Tavera, Fernán Sánchez Celdrán conseguiría en Roma y en
la corte una bula y una orden real que prohibían las pruebas y estatutos de
limpieza de sangre en dicha cofradía; incluso excomulgó e hizo encarcelar a
algunos “colegiales” o miembros de la misma, provocando un problema de
orden público, ante el apoyo a estos de los que estaban libres, que inundaron
la cárcel de alimentos en señal de solidaridad. Además, los citados “colegiales” protestaron ante la emperatriz, que intervino en septiembre de 1536 por
vía diplomática ante la Santa Sede, y alcanzaron en 1537 una real provisión
que confirmaba todos sus estatutos e incluso una misiva del propio emperador
en que solicitaba ser admitido en ella como un cofrade más, como harían después todos sus sucesores, según Pérez Pareja180. También mandaron sendos
colegiales al Papa, que acabó por revocar la bula arguyendo que había sido
engañado. Pero aun así sería inevitable que tanto esta hermandad como otras
más modestas, reservadas también a los cristianos viejos sin tantos apellidos,
como las de La Peña y de la Concepción, que no había de tardar en desaparecer, fueran languideciendo frente a la competencia de la Virgen de Cortes, que
tenía más apoyo popular y oficial. La de San Salvador seguirá funcionando,
pero, como veremos en el curioso caso de Gabriel de Pareja, ya a mediados
del siglo XVII, la limpieza de alguno de sus miembros será muy discutible,
y puede que por ello los más recalcitrantes se habían refugiado en la de San
Antón, sita en la parroquial de San Miguel Arcángel, en la cual entrarían solo
los que pudieran demostrarla, fueran nobles o no.
Desde luego, los “limpios” cada vez eran menos y se iban quedando
más aislados en estas anacrónicas hermandades de hidalgos o de “cristianos
lindos” y en las familiaturas de la Inquisición, mientras que los Llerena y Alcalá, por ejemplo, e incluso los Arenas, iban recuperando parte de su influencia; pero aun así podían cerrar bastantes vías de promoción social a aquellos
convecinos tenidos por “infectos”, por más ricos que fueran. Es verdad que
el dinero abre todas las puertas, incluidas las de la aristocracia, como muestra el trabajo de Porras Arboledas181; pero esto resulta bastante más difícil
180
E. Pérez de Pareja, Historia…, pp. 153–159. ROA EROSTARBE, Crónica…, II, pp. 55-58.
PRETEL, “Orígenes históricos…” p. 61. Se extiende sobre el tema Carlos Ayllón Gutiérrez,
que es el que proporciona más datos de Celdrán, en el citado artículo “Inquisidores, conversos y cambio social” (en preparación).
181
PORRAS ARBOLEDAS, “Nobles y conversos…”, p. 204.
59
Aurelio Pretel Marín
en ambientes estrechos y cerrados como era el de Alcaraz, en el que todo el
mundo sabía qué familias tenían un abuelo procesado o quemado. Por eso,
y por pasar más desapercibidos y poder prosperar en otras latitudes, algunos
descendientes de Mayor González de Montiel buscarán matrimonios en Madrid, como los hijos de Pedro Noguerol; o en Medina del Campo, donde el licenciado Juan de Sotomayor, casado con la viuda de un alto funcionario de la
Casa de Contratación de Sevilla, será alcalde mayor; o en Castilla la Vieja y el
Campo de Montiel (sobre todo en Infantes y Almedina y Fuenllana) como los
Sandoval y la hija de Antonio de Montiel; o en Chinchilla y Almansa, como
Andreola Pérez y Diego de Llerena o uno de los de Juan Rodríguez Noguerol;
o en Granada, como algunos de Ambrosio de Llerena; o en Sevilla, donde
hizo su carrera un bisnieto de Gil Rodríguez Noguerol, o incluso en Salamanca, a donde irán los hijos del doctor Sandoval, es de creer que a estudiar,
aunque no es menos claro el objetivo de llegar a un lugar donde nadie supiera
de sus antecedentes (la Inquisición no sabe dónde vive buena parte de ellos
o ha perdido su pista182). De hecho, los Llerena casi desaparecen de nuestros
documentos y de los cargos públicos en unos pocos años, bien porque han
emigrado –como Diego, el hijo de Rodrigo de Llerena y María de Molina,
que acabará en Las Indias– o porque están ocultos bajo otros apellidos más
o menos ilustres, pero limpios, como son Vandelvira, Noguerol, Peñarrubia,
Henarejos o Pareja.
Las mujeres de otros linajes más modestos o menos conocidos también
se casarían con varones de aquellas familias importantes, aunque algunas tendrán que conformarse con otros mucho menos ricos y prominentes, pero con
apellidos igualmente “respetables” y “limpios”, alguno de los cuales contraerá matrimonio con más de una de ellas. Tal puede ser el caso de un tal Miguel
Sabuco, tintorero de oficio y quizá no sobrado de medios económicos183, pero
Véase el documento 13 de nuestro apéndice.
La familia Sabuco no era nada importante. El primero que hemos conocido es un Pedro
Sabuco, encarcelado en 1491 por haberse encontrado en su casa pertenencias de Gonzalo
de Bustamante, cuya mujer, llamada Catalina de Vandelvira, le engañaba con cierto Juan
Jiménez. Una vez escapado, y refugiado fuera de la ciudad, temía represalias de este Juan
Jiménez, por lo que solicita un seguro a los reyes (AGS, RGS, Leg. 149102,165 y 166). No
sabemos si es el Pedro Tintorero que aparece en las actas del concejo en los años siguientes,
pero pudiera serlo, porque Miguel Sabuco, padre del bachiller, tenía el mismo oficio y un
tinte –suponemos que unido a alguna casa– en las huertas de El Piélago, cerca de la ciudad.
Seguramente este es el Miguel Sabuco que se queja hacia 1524, junto a otros propietarios, de
los daños que hacía el ganado en cultivos de los alrededores de Alcaraz. Pero de él tampoco
sabemos mucho más hasta mediados del siglo XVI, cuando vemos al hijo, al padre y a un Miguel Sanz Sabuco, que creemos pudiera ser el mismo, aunque es “labrador” y proporciona cal
para la obra del nuevo acueducto (PRETEL, Alcaraz en el siglo…, pp. 98, 209, 241 y 274).
182
183
60
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
cristiano viejo e incluso preboste de una cofradía, la de la Concepción, que
exigía a sus miembros la limpieza de sangre184. Como podremos ver, llegaría
a reunir bajo un mismo techo (es de creer que el del tinte que tenía en las
huertas del Piélago, un paraje discreto, cerca de la ciudad, pero no dentro de
ella185) a los hijos habidos con dos o tres mujeres descendientes de tres o cuatro herejes: con Catalina Álvarez -que no María Álvarez, como reza el registro de los inquisidores-, nieta del maestre Alonso condenado en Toledo y bisnieta de aquella Mari López que vivió en El Bonillo y también fue quemada,
y con María Barrera y/o Juana de Peñarrubia, que eran rebisnietas de María
Barrera y de Mayor González de Montiel. Con Catalina Álvarez, que parece
haber sido la primera de ellas, contraería matrimonio hacia los años veinte, a
juzgar por las fechas
en que estudia el mayor de sus retoños,
que más tarde sería el
bachiller Sabuco, enviado en los cuarenta
a la universidad de
Alcalá de Henares186.
Después tuvo a otros
dos, Juan y Gabriel
Sabuco, aunque puede caber alguna duda
de si el último no es
de la segunda espoGenealogía del bachiller Sabuco y sus hermanos,
sa.
según la Inquisición (ver pág. 63)
184
Eso dicen, al menos, diferentes testigos, como Miguel de Mora y Luis de Buedo (AHN,
INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 313 y 316. Im. 824 y 830). Pero cuando el comisario va a
buscar sus registros a fin de comprobarlo, en enero de 1646, “no a podido allar cosa alguna
por aber sido informados que a mas de noventa años que no se vsa della” (Ibíd. Fol. 324.
Im. 846).
185
Esto concordaría con la declaración del bachiller Sabuco, que en 1566 rehúsa ser nombrado como repartidor de moneda forera en representación de los pecheros diciendo que “no
se alla abil ni suficiente para el dicho efeto por no averse criado en esta çibdad, sino fuera
della” (Documento en PRETEL, “El enigma Sabuco…”, p. 22). El tinte lo heredó el mismo
bachiller, que lo vendió después, según dice en su propio testamento.
186
Entre 1542 y 1544 coincidió en Alcalá con tres paisanos suyos, Juan de Busto y Alonso de
Vizcaya, que parecen hidalgos, y un Bartolomé Saquero que más tarde será maestro Cantero.
Véase SERRANO Y SANZ, M., Apuntes para una biblioteca de escritoras españolas desde
el año 1401 al 1833, Vol. II, Madrid, 1905, p. 173.
61
Aurelio Pretel Marín
En efecto, el registro genealógico que solía manejar la Inquisición, aunque está equivocado al creer que la primera mujer del tintorero era María
Álvarez (que en realidad es su suegra, madre de Catalina), confirma en lo
esencial lo que sabíamos por documentación de los Reyes Católicos187: “Mari
López, muger de Juan Sánchez Jauali, vezina del Bonillo, erexe quemada,
esta fue abuela de Alonso del Castillo Orejon y de Maria Albarez, muger de
Miguel Sabuco; y de los descendientes deste Castillo están asentados; de la
Maria Albarez se ponen aquí, que son: el bachiller Miguel Sabuco, Juan Sabuco, Grabiel Sabuco, Maria de la Barrera muger de Albaro Gonçalez escribano…” Y en la siguiente página siguen otras tres hijas, de las que solamente
se da el nombre del cónyuge188; pero justo a la altura de Gabriel, e incluyendo
a María de la Barrera, se abre una llave o raya con una nota al margen donde
dice: “María de la Barrera”, que es también el nombre de la madre de esta (la
casada con Álvaro González), de “otra que se casó con Gabriel de Quesada”
(y que también recibe el nombre de María, como podremos ver), y de otras
dos más, una de ellas casada con Hernán Cano Guerrero, regidor, que se llamó Isabel, y que será la madre del futuro azobispo de Manila, fray Hernando
Guerrero189, y otra, Juana Barrera, casada con maestre Ruberto, “entallador”
(es decir, escultor190), que lo será de Bárbara Barrera, madrina de dos hijos
del bachiller Sabuco y de uno de su hermana. Esta Juana, y tal vez la María
casada con Álvaro González, regidor y escribano, pudieran ser mayores que
el resto de la prole, y tal vez aportadas por María Barrera al matrimonio, pues
ambas llevarán el apellido de esta de manera exclusiva y sus hijos parecen
haber nacido antes que los del bachiller191. También pudiera ser que Catalina
187
Véase en nuestro apéndice el documento 3, que habla de Mari Álvarez, Rodrigo de Montiel, y sus hijos, entre ellos Catalina que sería la mujer del tintorero y la madre del bachiller
Sabuco.
188
Ver pág. 63 y los últimos párrafos del documento 13 de nuestro apéndice.
189
BERMÚDEZ LÓPEZ, L. J., Apuntes bibliográficos sobre Alcaraz y sus personajes más
ilustres: Vandelvira, Simón Abril, Sabuco, Pareja… Siglo XXI, Alcaraz, 2015, pp. 204-205.
190
Ruberto ya vivía en Alcaraz en febrero de 1526, cuando hace un crucifijo para una capilla
que el concejo tiene en la Trinidad. Después trabajará en esta misma iglesia repasando retablos en 1540. Sabemos que es el padre de Bárbara Barrera, hija de una hermana del bachiller
Sabuco, y muy probablemente de Juan de la Barrera, cantero y escultor que trabajaba ya en
Santa Catalina de El Bonillo a mediados de siglo (PRETEL, Alcaraz en el siglo…, pp. 53,
192, 222, 224, 246 y 248).
191
Como luego podremos comprobar, la María Barrera casada con Álvar González ya bautiza
a sus hijos a partir de 1542, siete u ocho años antes de que el bachiller cristianara al primero
de los suyos en 1550. Y es de creer que Juana, la mujer de Ruberto, también fuera mayor,
ya que su hija Bárbara, casada con Rodrigo de Padilla, bautizaba a una hija –que sería nieta
suya– en septiembre de 1552 (PRETEL, Alcaraz en el siglo…, p. 248).
62
LOS ÁLVAREZ, BARRERA , LLERENA Y MONTIEL, Y SUS ENLACES CON SABUCO, VANDELVIRA-QUESADA Y PAREJA
P
A
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R
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J
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S
N
I
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T
O
S
María de la Barrera
¿…? Hija de Mari
López, Casada con
Maestre Alfonso, físico,
condenado en Toledo.
¿Inés? de la Barrera,
casada con Francisco de
Llerena, que además se casó
con una Peñarrubia.
LOS ÁLVAREZ- MONTIEL
¿TOLEDO Y CASTILLO?
N
I
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O
S
B
I
S
N
I
E
T
O
S
Mari López
(quemada), casada con
Juan Sánchez Jabalí, de
El Bonillo
¿Alonso del Castillo, el
Orejón?
y
Mari Álvarez, hija de
maestre Alfonso, de
Toledo, casada con
Rodrigo de Montiel
´
HIJOS DE MARI ÁLVAREZ
Alonso, Juan, Fernando,
Mayor y
Catalina Álvarez,
Casada con
Miguel Sabuco “el Viejo
↔
S
5os
N
I
E
T
O
S
LOS BARRERA
Bárbara Barrera, casada
con Francisco de Llerena
Peñarrubia, hijo de Diego de
Llerena “el Tuerto”.↗
LAS LLERENA-BARRERA
(O PEÑARRUBIA)
María de la Barrera y
Juana de Peñarrubia,
Hijas de Francisco de
Llerena Peñarrubia.
2ª y ¿3ª? esposas de
↔ Miguel Sabuco “el
Viejo”
Mayor González de Montiel (“la Condenada”),
casada con Ruy González de Llerena
HIJOS DE MAYOR GONZÁLEZ DE MONTIEL:
Juan, Rodrigo, Francisco, Alfonso, María, Mayor,
etc.
LOS NIETOS DE MAYOR GLEZ. DE MONTIEL
Diego “el Tuerto” (casado
Más
Más nietas: nietos:
con una Peñarrubia y
Andreola,
padre de Francisco
Mayor, etc. Ambrosio
↙Llerena Peñarrubia)
y
y
Francisco
Francisca
¿Elvira García? Casada
de Llerena
Ruy
con Diego López de
( o de
González,
Vandelvira y madre de
Quesada)
etc.
Rodrigo de Vandelvira ↓
↙
LOS VANDELVIRA
Rodrigo de Vandelvira,
casado con
Francisca de Llerena ↗
(luego, de Quesada).
Padres de Gabriel de
Vandelvira o de
Quesada↓
Véanse otros bisnietos
de Mayor González de
Montiel en documento
13
de
nuestro
apéndice.
HIJOS, HIJAS Y YERNOS DE MIGUEL SABUCO EL VIEJO
Con Catalina Álvarez
Juan y Gabriel Sabuco
y
Bachiller Miguel Sabuco,
casado con
Francisca de Cózar
DESCENDIENTES DEL BACHILLER
SABUCO y FCA. DE CÓZAR
T
A
T
A
R
A
N
I
E
T
O
(quemada en Jaén)
Alonso, Miguel, Catalina, Juan,
*, Lorenzo, Mateo
y
*Luisa de Oliva, 5ª hija del Bachiller,
casada en 1580 con
Acacio de Buedo
Con María Barrera y/o Juana de Peñarrubia
María Barrera o
Sabuco Barrera 1ª,
casada con Álvar
González de
Peñarrubia
María Barrera o
Sabuco 2ª, o
Peñarrubia, casada con
Gabriel de Quesada o
Vandelvira.↑
Isabel
Barrera,
casada con
Hernán
Cano
Juana
Barrera
casada con
maestre
Ruberto
DESCENDIENTES DE MARÍA (1ª y 2ª), ISABEL Y JUANA BARRERA
Hijos de María 1ª
Juan de Peñarrubia
Miguel Sabuco
Peñarrubia, casado
en 1582 con
Magdalena de Soto.
Hijos de Luisa de Oliva:
Hijos de Miguel Sabuco
Pablo (cura), Félix (fraile),
de Peñarrubia:
Catalina (monja), Francisca y Luisa de
Juan de Peñarrubia y
Buedo, casadas con Juan de Peñarrubia
Miguel de Pareja de
y Miguel de Pareja Peñarrubia
↔
Peñarrubia
Hijos de María 2ª
Miguel, Francisco,
Rodrigo y Juan de
Valdelvira.
Catalina de Valdelvira,
casada con Diego de
Pareja, de Munera
Hijo de Catalina
de Valdelvira:
Hijos de
Isabel:
Paula y
Diego Cano
de Buedo.
Hernando
Guerrero,
arzobispo de
Filipinas
Hija de
Juana:
Bárbara
Barrera
Gabriel de
Pareja Quesada,
entre otros
63
Aurelio Pretel Marín
Álvarez no fuera la primera mujer del tintorero, sino que este se hubiera casado primero con María y tenido dos hijas por lo menos; luego con Catalina, de
la que nacerían Miguel, Juan y Gabriel, y puede que por último se casara otra
vez con la llamada Juana de Peñarrubia, hermana de María192, de la que dicen
ser descendientes no pocos de los nietos y bisnietos de aquel. El problema es
que estos testimonios, como podremos ver, son poco de fiar.
Como ya queda dicho, los nietos y bisnietos de Sabuco dirán mucho
después que su abuela era Juana (no María), lo que es imposible en algún
caso –como el de doña Oliva, que no es nieta de ninguna de ellas, sino de
Catalina– y dudoso en el resto. No consta en los registros de los inquisidores
ni en otros documentos, salvo en los presentados como prueba de parte, que
son muy sospechosos, que esta Juana llegara a ser mujer del viejo tintorero,
pero puesto que muchos de sus nietos afirman que descienden de ambos, no
podemos negar la posibilidad. Hasta cabe pensar que la tal Juana fuera la
última esposa y se hubiera hecho cargo de toda la familia, una vez fallecidas
Catalina y María, y pasara por madre de los hijos de estas, además de las propias, María e Isabel, que parecen más jóvenes. Pero hemos de advertir que en
tal caso estarían confundidos no solo los registros, sino los testimonios unas
cuantas personas ajenas al linaje y –lo que importa más– los libros de bautismo de mediados del siglo XVI que hemos conservado, en que todas las hijas
se apellidan Barrera, alguna vez Sabuco, y nunca Peñarrubia, por lo cual sospechamos que esta contradicción es el fruto de una operación planeada en la
segunda mitad del XVI para llevar a cabo no solamente ya el cambio de apellidos, sino del abolengo de toda la familia. Por de pronto, debemos apuntar
que el citado apellido, Peñarrubia, que al final se atribuye a Juana y a María,
no viene a nuestro juicio, como afirman más tarde sus supuestos bisnietos,
de Gonzalo Sánchez de Peñarrubia, miembro de una familia de letrados que
192
Los registros de los inquisidores, hechos cuando las dos aún eran solteras, apuntan que
“Los hijos de Francisco de Llerena y su muger Bárbara Barrera son: María de la Barrera y
Juana de Peña Rubia, doncellas” (Véase el documento 13 de nuestro apéndice). En apariencia, esto contradice un apunte del libro de bautismos de la iglesia más vieja, la de Santa María, cuya foto nos hace llegar Valentín Casco, según el cual el mismo Francisco de Llerena,
u otro del mismo nombre, y su esposa, llamada Inés Barrera, bautizan una hija, amadrinada
por María Sabuco, la mujer de Gabriel de Quesada, el 8 de mayo de 1569. Puede ser un error
del cura párroco, o quizás un segundo matrimonio del citado Francisco de Llerena con la
hermana menor de Bárbara Barrera, o una coincidencia de nombres y apellidos con los de
otra pareja; porque María y Juana, las dos hijas de Bárbara y nietas de otra Inés (que puede
ser un nombre frecuente en la familia), son bastante mayores que esta Inés Barrera, puesto
que tienen hijos, incluso alguna nieta, a mediados de siglo.
64
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
presumen de hidalgos e incluso de cofrades de la estricta hermandad de San
Antón, que exigía a sus miembros la limpieza de sangre193, sino de una “Fulana de Peñarrubia” que se había casado con Diego de Llerena, “el Tuerto”,
descendiente de Mayor González de Montiel194, y fue madre del padre de
María Barrera y de la tan citada Juana de Peñarrubia, Francisco de Llerena
Peñarrubia. Pero estas mentiras y mixtificaciones serán cosa del siglo XVII,
cuando los descendientes de aquellos matrimonios se empeñen no ya solo en
labrar su futuro, sino en modificar o cambiar su pasado, como podremos ver.
De momento, a mediados del siglo XVI, aunque la Inquisición mantiene su presencia a través de los quince o veinte familiares que sabemos había
en la ciudad y de algunas visitas espaciadas los inquisidores, y aunque cualquier vecino conoce más o menos los linajes de todos los demás, no existe
propiamente un “problema converso” en Alcaraz. Si bien ya no es frecuente
encontrar Montieles o Llerenas en puestos del concejo, los nietos y bisnietos
de los ejecutados o los reconciliados que carecen de más aspiraciones que la
de una vida lo más normal posible viven tranquilamente, sin siquiera ocultar
sus apellidos. De hecho, los Vandelvira, Rodrigo y Francisco, descendientes
de Ruy González de Llerena, se casaron con sendas primas suyas, las hijas de
Francisco de Llerena, que jamás cambiarían el paterno; igual que las Barrera,
hijas del tintorero Miguel Sabuco “el Viejo”, que podrían haber usado el de
este, como hace el bachiller, su medio-hermano, pero eligen llevar el de su
madre –como por otra parte es bastante habitual en las mujeres– según muestran los libros de bautismos y amonestaciones, mucho más fidedignos, porque
son anteriores y no contaminados por otros intereses, que las declaraciones de
testigos del siglo XVII.
En efecto, en el libro de bautismos de la mayor parroquia, la de La Trinidad195, aparece a menudo, desde 1542 a los años sesenta, una de las Marías
hijas del tintorero, la casada con Álvar o Álvaro González de Peñarrubia,
escribano, como Mari Barrera, y aunque en una ocasión, en febrero de 1546,
es llamada María Sánchez o Sanz de Peñarrubia, creemos que se trata de una
confusión con la esposa de un tal Cristóbal de Henarejos, mayordomo de esta
misma iglesia, que suele acompañar al clan de los Sabuco en sus celebraciones. En septiembre de 1561, al bautizar a su hijo Miguel, la esposa de Álvar
PRETEL, Alcaraz en el siglo…, pp. 58 y 71 y 249. AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7,
Fol. 43, Im. 103. Certificado de limpieza de sangre del cofrade Gonzalo Sánchez de Peñarrubia (1430).
194
Véase el documento 13 de nuestro apéndice y el cuadro de la pág. 63 de este libro.
195
AMA, Leg. 616, Exp. 1. Libro de bautismos de La Trinidad.
193
65
Aurelio Pretel Marín
es “María de Barreda”196, pero pudiera ser otro error de escritura o de pronunciación (como vimos, la Puerta de Barrera es llamada también “Puerta de la
Barreda”), porque
en mayo de 1563,
al cristianar a otro
con el nombre de
Pedro, del que será
madrina Bárbara,
su sobrina, ya vuelve a ser Barrera, y
así siguen llamándola en las siguienBautizo de una hija de Mari Barrera y Álvar González,
tes décadas197. Los
el 16 de agosto de 1553
hijos de esta Mari sí
serán Peñarrubia, pero es por su padre, que no por el abuelo ni por la abuela
Juana. En cambio, no llevaron este último apellido ni ella ni sus hermanas,
María, Isabel y Juana, a algunas de las cuales le será atribuido mucho tiempo
después, como veremos. Desde luego, Isabel, la mujer del regidor Hernán
Cano Guerrero, aparece muy poco con su nombre, pero cuando lo hace conserva el apellido materno de Barrera198, y la otra figura como Juana Barrera,
en compañía de su hermana María y de un Miguel Sabuco, que creemos es
el padre, cuando el 8 de marzo de 1546 asisten al bautizo del neófito Pedro,
hijo de Pero Bueno, del que “fueron sus comadres María Barrera y Juana
Barrera, hijas de Miguel Sabuco”.
Miguel Sabuco y sus hijas, María y Juana Barrera, en un bautizo de 1546.
PRETEL, Alcaraz en el siglo…, pp. 222 y 248.
Todavía en octubre de 1579, cuando su hija Mari se casa con Alonso de Orgaz, el sacerdote
dice que esta es “Mari Sabuca, hija de Álvar Gonçalez y de Mari Barrera”, y tres años después, al publicar las amonestaciones de boda de su hijo, Miguel Sabuco Peñarrubia, que contrae matrimonio el 10 de noviembre de 1582 con doña Magdalena de Soto y Avilés, se apunta
que este es “hijo de Álbaro Gonçalez de Peñarrubia y de María de La Barrera, vezinos desta
çibdad”. Debemos una copia de estos dos apuntes extraídos del libro de matrimonios de La
Trinidad, a D. Valentín Casco, a quien agradecemos su generosa ayuda.
198
PRETEL, Alcaraz en el siglo…, Notas 541 y 545.
196
197
66
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
Puesto que la María que sabemos casada con Álvaro González (llamémosla 1ª) ya lo está en esas fechas y suele aparecer con él en los bautizos,
tenemos que pensar que la que se menciona en el de Pedro Bueno, y en otro
de un hijo de un tal Miguel Colano, celebrado en abril del mismo año, del que
“fueron comadres María Barrera, su tía, y Bárbara Barrera, hija de maestre Ruberto”, tiene que ser la otra (llamémosla 2ª), que estaría aún soltera,
aunque no tardará en contraer matrimonio con Gabriel de Quesada, todavía
llamado poco antes Gabriel de Vandelvira. No se puede afirmar de manera
rotunda, porque esta María casi nunca es citada por su nombre, sino como
“mujer de Gabriel de Quesada”, excepto en los bautizos de sus hijos en su
propia parroquia de San Pedro, donde se le apellida Sabuca o Sabuco en 1554
y 1559199, y en el de una hija de Inés de la Barrera –¿sobrina o prima suya?–
celebrado en la de Santa María en 1569, donde es “María Sabuco, muger
de Gabriel de Quesada”. Pero, a nuestro entender, antes del matrimonio se
llamaba Barrera, igual que sus hermanas: en el siglo siguiente, aunque ya es
conocida por María Sabuco Peñarrubia, el anciano presbítero don Ginés de
Parada, cura en La Trinidad200, hablará de un “Fulano Sabuco, el tintorero,
que caso con Maria Barrera, los quales tubieron por hija a Maria Sabuco de
Barrera…, y por si hubiera dudas, García de Montoya, familiar de la Santa
Inquisición, apunta que Gabriel de Quesada “caso con María Sabuco Peñarubia y Barrera, que era hija de Sabuco el tintorero y nieta de Maria de la
Barrera”201. Por lo tanto, parece que aquellas cuatro hermanas se llamaban
Barrera o Sabuco Barrera hasta mediados del siglo XVI. El problema es que
todo se complica, como podremos ver, a raíz de la entrada en la familia del
citado Gabriel, un verdadero genio en el difícil arte de cambiar el pasado eliminando abuelos y mudando apellidos.
Hasta entonces, Barreras y Sabucos, medio-hermanas y hermanos, aunque sean de madres diferentes, configuran un grupo familiar bastante cohesionado en torno a la figura del viejo tintorero, y después de su hijo, el bachiller,
que parece heredar el papel de patriarca. En él se integrarán los cuñados, Hernán Cano Guerrero y el escultor Ruberto, e incluso el mayordomo parroquial
Cristóbal de Henarejos, casado con María Sánchez o Sanz de Peñarrubia, y
un Juan de La Barrera, cantero y escultor, que pudiera ser hijo de Ruberto y
199
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 276, Im. 743. Bautizos de Diego y Rodrigo, hijos
de María Sabuca o Sabuco y Gabriel de Quesada.
200
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 295. Im. 794.
201
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 302vto, Im. 801.
67
Aurelio Pretel Marín
de Juana Barrera y es padrino de alguno de los hijos del mismo bachiller, e
incluso Rodrigo de Padilla, que se casa con Bárbara Barrera y a cuya hija,
Luisa, apadrina Miguel Sabuco el 4 de septiembre de 1452202. En cambio, pocas veces veremos junto a ellos a Gabriel de Quesada, quien raramente asiste
a eventos familiares, en los que, por ejemplo, deja solos a su esposa, María, o
a su hijo, Miguel, en el bautizo de algunos de los hijos del bachiller Sabuco203,
aunque sí va al de Juana, hija del regidor Álvar González y María Barrera, en
agosto de 1553. Creemos que la causa puede ser el deseo de evitar un contacto
demasiado frecuente con personas tenidas por “infectas”, y un orgullo insensato que, a decir de un testigo204, le llevó a no volver a hablar a sus hermanos
por haberse casado con mujeres de apellido Llerena (y en efecto, sabemos
que Francisco de Vandelvira lo hizo en Villanueva de la Fuente con una de
las hijas de Francisco de Llerena, Luisa, y el otro hermano, Diego López de
Vandelvira, con una hermana de esta, llamada Catalina de Llerena, que sería
a la vez su esposa y su cuñada).
Por supuesto, Gabriel procedía también de la familia Vandelvira-Llerena, pero, como veremos, ha renegado de ella, cambiando el apellido de su
madre, e incluso el de su padre, que está contaminado tras varios matrimonios
con mujeres de aquel mismo linaje. Lo bueno es que, tratando de escapar del
estigmatizado de Llerena, acabará casándose con María Barrera, descendiente de aquella que quemaron en Jaén y de otros dos Llerena; pero él se encargará de que deje, primero, de usar el de Barrera y sea conocida solamente por
María Sabuco o Sabuca, y después, de añadirle otro, el de Peñarrubia, mucho
más “presentable”, convirtiéndola en hija de Juana –no María– y en nieta de
un Gonzalo Sánchez de Peñarrubia, que nunca fue su abuelo. Si acaso, bisabuelo, si es que fuera el padre de la desconocida que se había casado Diego
de Llerena, con lo que la ascendencia no sería completamente falsa, sino fruto
de un salto intencionado de una generación, que habría permitido prescindir
del incómodo y verdadero abuelo Francisco de Llerena205.
PRETEL, Alcaraz en el siglo..., p. 249.
MARCO HIDALGO, Biografía de doña Oliva Sabuco, Madrid, 1900, pp. 23–24.
204
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 312. Im. 822. Fol. 320, Im. 839. Declaraciones
de Alonso Rodríguez y Pedro Martínez Escudero. El testigo confunde a Diego López de
Vandelvira, hermano de Gabriel, con su hijo Agustín, que nacería mucho tiempo después, en
1548. Consúltese también el documento 13 de nuestro apéndice.
205
Véase el documento 13 de nuestro apéndice. Descendencia de Diego de Llerena “el Tuerto”.
202
203
68
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
LA FALSIFICACIÓN DE LAS GENEALOGÍAS:
LOS QUESADA, PEÑARRUBIA Y PAREJA.
Frente a la desafiante actitud de la viuda de su hermano Rodrigo, Catalina, que se sigue llamando de Llerena cuando funda su propia capilla funeraria en diciembre de 1550206, o la de su cuñada María de Barrera, que aún
se apellida así al casar a su hijo en los años ochenta, y frente a la prudencia
del bachiller Sabuco, que no renegará de su apellido Álvarez, entre otras razones porque no tiene necesidad, pero usa tan solo el de su padre, y aconseja
“si algún caso de deshonra acontece en tu casa, callarlo y cubrirlo y no
publicarlo con el enojo…”207, Gabriel de Vandelvira, ahora “de Quesada”,
ha emprendido el camino diametralmente opuesto. Sin rayar a la altura de
aquellos que trabajan “arreglando” los árboles de los grandes linajes cortesanos (Álvarez de Toledo, Cabrera, Arias de Ávila208), se convierte en un buen
“genealogista” capaz de reinventar la historia familiar; tarea que requiere un
tiempo prudencial y algunos documentos, unos falsos y otros “retocados”, o
bien “prefabricados” mezclando ante notario datos ciertos con otros inventados, que consolidarán una “nueva verdad” al cabo de los años, cuando sean
encontrados en poder de sus nietos, en archivos de las instituciones o en los
protocolos de escribanos difuntos. Aunque puede que al menos una parte del
mérito sea de sus descendientes, que aún podrán aportar alguna más, es él
el que comienza a sembrar estas “pruebas”, que habrán de ver la luz mucho
tiempo después, en el curso de dos o tres generaciones.
En efecto, Gabriel de Vandelvira empezará cambiando sus propios apellidos por el de una tía suya, María de Quesada, que se supone era hermana
de su madre e hija de una tal María de Claramonte –de una familia hidalga
que dirá ser pariente de los reyes de Francia– y de Antón de Quesada (del
PRETEL, Alcaraz en el siglo…, p. 113, nota 333, y 250, nota 557. Destina a la capilla 6
ducados de renta vitalicia, mil reales para un cáliz y “una saya de terçiopelo y lienço para
que se hiziese un recabdo para dezir misa”
207
SABUCO ÁLVAREZ, M., Nueva Filosofía, Ed. crítica de S. García Rubio y D. Henares,
IEA, Albacete, 2009, p. 218.
208
RÁBADE OBRADÓ, “La invención como necesidad: Genealogía y judeoconversos”, En
la España Medieval, Nº Extra 1 (2006), pp. 183-202. También, SORIA MESA, E., «Genealogía y poder. Invención de la memoria y ascenso social en la España Moderna», Estudis.
Revista de Historia Moderna, 30 (2004), pp. 21-51; y CUART MONER, B., “El Juego de
la memoria. Manipulaciones, reconstrucciones y reinvenciones de linajes en los colegios
mayores salmantinos durante el siglo XVI”, en Cultura política y práctica del Derecho, Universidad de Salamanca, 2012.
206
69
Aurelio Pretel Marín
que solo sabemos había sido notario). Se supone que el 8 de marzo de 1547
esta le había hecho heredero suyo “con condiçion que se a de llamar e lleuar
adelante por todos los días de su vida el apellido de Quesada según y como
se llama la dicha otorgante y se llamaron su padre e demas acendientes…”
Condición que permite convertir a su madre en Francisca de Quesada209, en
lugar de Francisca de Llerena, y olvidarse de paso de su abuela paterna, que
también era nieta de Rodrigo González de Llerena210. Pero además refuerza su
supuesta ascendencia con otro sospechoso documento fechado en diciembre
de 1525 por el que Rodrigo de Vandelvira, su verdadero padre, y su supuesta
madre, Francisca “de Quesada”, vendían un molino, que al final pararía en
poder del convento de jesuitas, en cuyo archivo obraba211. Documento que
luego servirá, entre otras cosas, para que algún testigo, como Gabriel Guerrero212, declare disipadas las dudas que tenía sobre si ella sería una Llerena, y
otros aseguren que siempre se llamó Francisca de Quesada213.
Paradójicamente, mucho tiempo después el fiscal atribuye equivocadamente el Quesada a
su padre, y no a su madre: “…y dicho Grabiel de Quesada deçendiente de Mayor Gonçalez
de Montiel, muger de Ruy Gonçalez de Llerena, relajada por judayçante…, que es abuela de
Francisca de Llerena, muger de Rodrigo de Baldelbira Quesada, que tuvieron por hijos a
Grabiel de Quesada que caso con Maria Sabuco, que son los mesmos que el pretendiente da
por abuelos maternos”. Véase el documento 5 de nuestro apéndice.
210
“…Iten otra escriptura de donaçion que otorgo Maria de Quesada, doncella, hermana
de la dicha Francisca de Quesada, en fauor de Gabriel de Quesada su sobrino, hijo lijitimo
del dicho Rodrigo de Valdelvira y de la dicha Francisca de Quesada, de los vienes de ella,
porque tuviese y aceptase el nombre de Quesada y con cargo de çiertas misas; su fecha en
ocho de março de ml y quinientos y quarenta y siete años, ante Diego de Bustos escribano”…
“Con condiçion que se a de llamar e lleuar adelante por todos los días de su vida el apellido de Quesada según y como se llama la dicha otorgante y se llamaron su padre e demas
acendientes…” Se dice que María era hija del escribano Antón de Quesada y María de Claramonte, y hermana de Francisca de Quesada, la madre de Gabriel. AHN, INQUISICIÓN,
1462, Exp. 7, Fols. 14vto y 22 vto-23. Im. 55 y 69–70 (documento completo). Al cabo de los
años veremos a testigos como Juan de Auñón, familiar del Santo Oficio, que habla mal de las
líneas Vandelvira y Sabuco de la misma familia, que según él proceden de Ambrosio de Llerena y María Barrera, pero no de Francisca de Quesada, la mujer de Rodrigo de Vandelvira,
de la que ignora que era también una Llerena (Ibíd. Fol. 9 vto. Im. 211). Y obviamente, el testigo Miguel de Vandelvira, repetirá la historia de que Francisca era hija de Antón de Quesada
y María de Claramonte, que eran sus bisabuelos (Ibíd. Fol. 268. Im. 727–728).
211
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 25vto., Im. 57, Fol.146, Im. 484.
212
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 57, Im. 347.
213
Miguel Criado, familiar de la Santa Inquisición, dirá que la mujer de Rodrigo de Vandelvira y madre de Gabriel de Quesada fue una tal Catalina de Quesada, pero el resto de fuentes
coincidirá en que era Francisca de Llerena o de Quesada (véanse los documentos 5, 7 y 10
de nuestro apéndice).
209
70
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
Aun así, quedaría flotando en el ambiente la idea de que los Vandelvira
o Quesada no eran gente muy limpia: casi un siglo después, aunque algunos
vecinos aseguran haberlos considerado siempre como cristianos viejos y sin
mezcla de moros o judíos, el párroco de Vianos, Agustín Rico, dice que Catalina, la hija de Gabriel, y todos sus parientes, tienen reputación de infectos,
aunque “no sabe ni a oído dezir en qué se funde, salvo la fama que por mayor
ha corrido y corre en esta ciudad”, y el testigo Fernando de Auñón Cózar
y Noguerol asegura que “jamás a tenido a los dichos en esta pregunta por
gente limpia, por estar anotados de decendientes de personas que castigó
el Santo Oficio de la ciudad de Murcia”. Por su parte, Martín Muñoz de
Márquez, cura en La Trinidad, declara que “no están en opinión de limpios,
sino de ynfectos, por dezirse públicamente en esta ciudad que les tocaba el
apellido ynfecto de Llerena”214; y eso que al menos este reconoce que tienen
la famosa capilla de Santiago en virtud de una compra, y no por una herencia
de Rodrigo González de Llerena, como suele decirse en Alcaraz. Capilla que,
por cierto, conserva en exclusiva el linaje de Gabriel de Quesada que ha expulsado de ella a sus hermanos, Francisco y Rodrigo de Vandelvira, con los
que no se hablaba por haberse casado con dos primas Llerena. De hecho, su
cuñada, Catalina de Llerena, la viuda de Rodrigo tendrá que fundar otra en
La Trinidad, destinando al efecto, como vimos, seis ducados anuales de renta
vitalicia, entre otros efectos.
Pero, además, sabiendo que en ninguna parroquia de Alcaraz los libros
de bautismos y amonestaciones llegaban más allá de mediados de siglo215,
Gabriel conseguirá cambiar el apellido de Sabuco o Barrera –no Álvarez,
como dice un registro equivocado216– de su esposa, María, por el de Peñarrubia (Sabuco Peñarrubia), que sería, en todo caso, el segundo de su abuelo
Francisco de Llerena, inventando otro abuelo y puede que otra madre. La fór-
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 104, Im. 402.
Por eso, cuando buscan en los mismos, mucho tiempo después, “no se alló cosa ninguna
ni motes que hiziesen averiguar la acendençia de la dicha Elvira Garçia ni la de María Sabuco…” AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 155, Im. 501.
216
Véase el documento 13 de nuestro apéndice: “Gabriel de Quessada caso con Mari Sabuca
hija de Miguel Sabuco y de Mari Albarez, tuvieron por hijos a Miguel de Vandelvira rexidor,
a Diego de Vandelvira, a Juan de Bandelvira y a Mari Sabuca…” Sin embargo, parece en
este caso que el registro está equivocado, ya que Mari Sabuca no era hija de Mari ni Catalina
Álvarez, sino de otra mujer del tintorero, María de Barrera, como dice la página siguiente,
cuando no de su hermana, Juana de Peñarrubia, como afirman la hija y los nietos con posterioridad.
214
215
71
Aurelio Pretel Marín
mula será acudir al notario con ella y con sus suegros, Miguel Sabuco el Viejo
y Juana –no María– de Peñarrubia, para otorgar poderes o contratos de dote
–de 1554217– en los que se asegura que la suegra era hija de Gonzalo Sánchez
de Peñarrubia, miembro de una familia de letrados que se decía hidalga y cofrade de la de San Antón. Escritura que “no se llevó a los fiscales”, según reza
una nota al margen del escrito218, quizá porque no fuera demasiado correcta,
pero que nos revela un “modus operandi” bastante semejante al que había
utilizado para cambiar el suyo y el de su propia madre, y al que Soria Mesa
observa en otros casos: “aprovechar cualquier excusa para sancionar por
escrito el fraude genealógico”219. El caso es convertir en documento público
una declaración tangencial al asunto del que trata un contrato o una compraventa hecha ante un escribano que no puede saber si son ciertas las cosas que
se dicen en la comparecencia, pero indirectamente da fe de que lo son.
Algunos de los hijos de Gabriel de Quesada, por lo menos Miguel220
y Juan de Valdelvira221 –que recuperarán el antiguo apellido familiar, algo
modificado222, con el fin de heredar más fácilmente la supuesta hidalguía de
su abuelo– y doña Catalina de Valdelvira, esposa de Diego de Pareja y madre
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 148. Im. 488.
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 147, Im. 486.
219
Y además, “mentir ellos y hacer mentir a los testigos, sobornados si eran extraños o interesados en el caso, si eran amigos o parientes”. SORIA MESA, “De la represión inquisitorial al éxito social…”, p. 414.
220
Miguel de Valdelvira Quesada, que debe ser el mismo al que la Inquisición da el apodo de
“El Rico”, tomaba posesión en 1584 del regimiento que le cedió su padre, Gabriel de Quesada, pero suele llamarse Sabuco Vandelvira o Valdelvira Sabuco, como su hermano Diego
de Valdelvira Sabuco, casado con la hija de Diego Bustamante el de Viveros, que tampoco
usaría el de Quesada; o su otro hermano, Juan, que se llama tan solo Valdelvira al hacer
testamento, en 1621, a favor de su esposa, Luisa de Bustamante. PRETEL, Alcaraz en el
siglo…, p. 117, AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, fol. 179, Im. 548. Consúltese también
el documento 13 de nuestro apéndice.
221
También fue regidor a finales del siglo XVI, igual que sus hermanos Miguel y Diego,
arrendador este último del abasto de carne. Suponemos Juan que sea el del mismo nombre
que se fue a Portugal como soldado en los años ochenta (PRETEL, Alcaraz en el siglo…,
p. 117), pero también sabemos que casó con Luisa de Bustamante, con la que constituye en
1621 un vínculo con cargo de cien misas anuales en la capilla familiar de Santiago, que ahora
se denomina Santiago y San Jacinto (AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 102, Im. 196).
Y después hablaremos de otro hermano, Francisco.
222
No sabemos muy bien cuándo empieza a cambiar el apellido. Probablemente sea en el
último cuarto del siglo XVI cuando se impone la forma Valdelvira que es la que permanece
en nuestros días.
217
218
72
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
del famoso don Gabriel de Pareja y Quesada, usan ya el “don” de hidalgos
y pretenden tener tal consideración, que les reconocían casi un siglo después
vecinos tan notables como Francisco Núñez de Guzmán y Gonzalo Bustamante y Molina. Este último llega a negar fundamento a la extendida idea de
que hubieran tenido una abuela Llerena, pues siempre habían sido “personas
poderosas, llamados don Miguel y don Juan de Baldelvira”, que han tenido
las varas de Hermandad y Concejo por el estado noble, y “siempre an casado
con lo mejor e mas bueno desta tierra” 223.
Pero será su nieto, Diego de Vandelvira Bustamante224, quien conserve
y aporte de manera oportuna, a mediados del siglo XVII, durante las probanzas de limpieza de sangre de Gabriel de Pareja, todos los documentos
que el abuelo Gabriel había preparado, y quizá alguno más añadido después,
previamente mostrados a distintos testigos para que estos declaren lo que
han leído en ellos. Para entonces se habrán enredado las raíces de forma que
resulta virtualmente imposible discernir si la suegra de Gabriel de Quesada
fue la reivindicada Juana de Peñarrubia, como dicen después sus descendientes e incluso buena parte de los que no lo son, o María Barrera o Sabuco
Barrera, como parece afirman otros muchos testigos y las genealogías de los
inquisidores; incluso si su madre era hija de Francisco de Llerena o de Antón de Quesada. Y es que por estas fechas casi todo el linaje había optado ya
por aceptar las reglas de los cristianos viejos e intentar ganarles por la mano
mintiendo más que ellos en el absurdo juego de las ejecutorias de limpieza
de sangre, al que habría de jugar quien quisiera medrar en la Castilla de los
Austrias Menores, por más que todo el mundo supiera que estas pruebas no
demostraban nada, salvo las influencias y el poder o el dinero que pudiera
tener el pretendiente y la mendacidad de los testigos225. El bachiller Sabuco
había sido el último en defender la idea, ética y poco práctica, de mejorar un
mundo en el que “señorea la mentira” escribiendo en silencio y buscando la
propia perfección.
El mismo licenciado Diego de Vandelvira Bustamante aportará también una carta de dote de 15 de abril de 1554 –noventa años atrás– por la que
el matrimonio compuesto por Miguel Sabuco “el Viejo” y Juana –no María–
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fols. 120 y 122. Im. 432, 436, 440.
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 12, Im. 416.
225
Véase a este respecto GARCÍA OLMO, M. A., Las razones de la Inquisición española.
Una respuesta a la Leyenda Negra, Córdoba, 2009, pp. 172-175, 345-348, etc. También,
SORIA MESA, “De la represión inquisitorial al éxito social…”, pp. 413-415.
223
224
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Aurelio Pretel Marín
de Peñarrubia, prometían a Gabriel de Quesada, su yerno, ciertas tierras que
ella heredó de su padre, al que llama Gonzalo Sánchez de Peñarrubia226, y otro
documento bastante posterior (1570), por el que el tal Gabriel paga a Pablo de
Buedo, residente en Vianos, veinte arrobas de lana que le quedó a deber su tía
la soltera, María de Quesada227, cuyo único fin es este mundo parecía haber
sido justificar el uso de este apellido suyo por parte del sobrino; y todavía
otro, tres años posterior (1573), según el cual María Sabuco Peñarrubia, que
debía de estar a punto de morir228, da poder a Gabriel de Quesada, su esposo, para hacer testamento en su nombre, encargando de paso hasta cincuenta
misas por su padre, Miguel, y por su madre, Juana de Peñarrubia229. Pero al
menos algunos de estos documentos, como el de la carta de dote del viejo
tintorero a María Sabuco y Gabriel de Quesada y el de la escritura de robra
del molino por Elvira García, “no se an podido hallar” entre los protocolos
de los dos escribanos que en teoría los hicieron, cuando el comisario Juan de
Villarroel va a buscarlos más tarde (1645), a pesar de lo cual se les da crédito
por cuanto otros declaran que, en efecto, aquellos escribanos vivieron y ejercieron su oficio en Alcaraz, lo cual es dar por buena, sin más comprobación,
cualquier copia o traslado que se refiera a ellos230.
Asimismo se aporta una instancia de Francisco de Vandelvira, fechada
en Alcaraz en diciembre de 1585, en la que solicita a su corregidor se abra
la preceptiva información, para poder pasar a Flandes o Italia, de que es hijo
legítimo de Gabriel de Quesada y María Sabuco Peñarrubia, y nieto de Francisca de Quesada y Rodrigo de Vandelvira, y de Miguel Sabuco y Juana de
Peñarrubia…, “y que el dicho Gabriel de Quesada mi padre y Rodrigo de
Valdeluira mi abuelo an estado e de presente están en posesión de hijosdalgo
notorios auidos e tenidos por dezendientes de tales, y ansi mismo todos los
dichos mis padre y abuelos son cristianos viejos limpios de toda mala raza de
moros y judíos y penitenciados por el Santo Oficio de la Inquisición ni decendientes de tales”231. Petición que vendría acompañada de varios testimonios
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 35, Im. 89, Fol. 148, Im. 488 y 147 Im. 486.
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 26vto, Im. 76.
228
No solamente ya porque el poder lo dice, sino porque Gabriel se casará después con una
hija de Cruzado de Arrabales, Francisca, que era ya su mujer en enero de 1579 y su viuda
hacia 1601. Véase el documento 13 de nuestro apéndice, y PRETEL, Alcaraz en el siglo…,
Notas 249 y 558.
229
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 142-144. Im. 478.
230
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 147-148. Im. 485-487.
231
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp.7, Fol. 38vto y sigs. Im. 95.
226
227
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Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
de criados y amigos que apoyan su hidalguía y la genealogía declarada, pero
tampoco es prueba ni de que sus abuelos fueran los que se dice, ni de la discutible nobleza del linaje; y aunque esta versión parece respaldada por bastantes
testigos –no por todos– a mediados del siglo XVII, no se puede olvidar que
ya a finales de la anterior centuria, al hacer el padrón de la moneda forera de
Alcaraz, “Diego de Córdova, repartidor nombrado por los hijosdalgo, hace
constar que protesta porque dice que los Vandelvira y sus hermanos y primos
y otros que cita los tiene por hombres llanos, y así lo ha oído a sus pasados, y
pide y suplica al señor corregidor, no embargante que su compañero esté de
parecer contrario, les mande repartir como a los demás hombres llanos […]
y que paguen los dichos diez e seis maravedís de la dicha moneda forera, que
él por su parte requiere al presente escribano ponga en el margen del dicho
repartimiento diez y seis maravedís como a los demás vecinos que están en el
dicho padrón, y esto dio por su respuesta y lo firmó de su nombre en Alcaraz
a once días del mes de julio de mil y quinientos y noventa y nueve años”232.
Todo este aluvión repentino de pruebas de supuesta hidalguía, apellidos
y abuelos diferentes a los que conocimos en libros de bautismos y en las genealogías de la Inquisición, contrasta en gran medida con la modernidad del
pensamiento del autor de la Nueva Filosofía de la Naturaleza..., que critica
–quién sabe si pensando en su hermana o su hija– las bodas que se traban
“no mirando más de la hazienda y riqueza, olvidando lo principal, que es la
perfección de la naturaleza en la persona”. En el título XIII del Coloquio de
las cosas que mejorarán el mundo y sus repúblicas, considera, además, que
“deberían los reyes cristianos y el Papa hacer una ley que contenga esta
sentencia: ‘Honos in manibus tuis’, la honra esté en tus manos y no en las
agenas, con la cual se abra la puerta a la honra para todo el mundo […] y la
bajeza del linaje y vicio y pecados ajenos no les impidan ni cierren la puerta…”; y carga en otro párrafo contra los que presumen de sus tatarabuelos,
“como el que restriba el valor y virtudes de su linaje y antepasados, como él
no tenga ninguna” 233. Desde luego, Sabuco, un puritano admirador de Kempis y Celestino V, el papa que dejó la tiara pontificia por la vida tranquila y
recoleta234; que es cofrade de Cortes y de la Vera Cruz, pero no de La Peña ni
de San Salvador; que fue procurador síndico del común (es decir, portavoz de
TORAL PEÑARANDA, “Origen castellano…,” p. 33.
SABUCO ÁLVAREZ, Nueva Filosofía, p. 194 y 224.
234
SABUCO ÁLVAREZ, Nueva Filosofía, pp. 98 y 169.
232
233
75
Aurelio Pretel Marín
los no privilegiados frente a los hijosdalgo que se eximen de pechos y controlan los cargos concejiles); que critica el error de casar a las hijas “con vacas y
ovejas” en lugar de con hombres235, y que el 8 de julio de 1566 había rehusado
un nombramiento como repartidor de moneda forera en representación de los
pecheros236, no porque se creyera superior a estos últimos, sino porque “no se
alla abil ni suficiente”, no ambiciona riquezas, honores o prebendas, ni quiere
otro apellido distinto del paterno. Y, por lo que sabemos, al menos mientras
vive, ninguno de sus hijos manifiesta apetencias semejantes a las de sus parientes Quesada y Peñarrubia… Salvo Oliva, o más bien, Acacio, su marido,
un arribista de orígenes modestos237 que llega a regidor sin dejar sus negocios
de arrendador de rentas y alcabalas, caballero de sierra, mayordomo del alhorí
del trigo, tratante de ganado, maderas y tejidos, o cualquier otra cosa que le
diera dinero, como pudiera ser la edición de la obra de su suegro a nombre de
su esposa, de la que fue editor en sociedad con él, con su cuñado Alonso y con
un morador de Solanilla238, suponemos que no sin esperar ganancia, aunque el
suegro se había reservado el provecho.
235
Aunque, por descontado, es tan solo una hipótesis, sospechamos que el mal entendimiento
entre Oliva y su padre no sea por el nuevo matrimonio de este, sino por el de ella con Acacio
de Buedo. Probablemente Acacio, que aportó algún dinero para imprimir su libro, habría
renunciado a cualquier beneficio a cambio de ponerlo a nombre de su esposa, pero luego
querría percibir las ganancias contra lo estipulado. Por esta u otras causas, el autor de la obra
parece obsesionado por la forma en que vicios y virtudes no pasan a los hijos como ocurre en
las plantas, de manera que es importante saber escoger bien a la esposa o esposo, pues “se ve
algunas veces de padres y madres hábiles salir tontos…” Y lo mismo a la hora de elegir bien
al yerno, pues “¿no examinaras al hombre que ha de ser padre de tus nietos y descendientes
para tener buenos nietos y descendientes y no bestias...?” Y en relación con esto habla de que
se debe escoger al más hábil, entendiendo por tal al más perfecto, aunque no tenga vacas ni
dinero, ganados y heredades, y recuerda el adagio de que “más quiero un hombre que tenga
necesidad de dineros que no dineros que tengan necesidad de hombre” (SABUCO, Nueva
filosofía, pp. 221–223). A nuestro juicio está retratando a su yerno, cuando no a sus cuñados;
por lo menos a Gabriel de Quesada).
236
Véase nuestro artículo “El enigma Sabuco…”, pp. 20–22. Suponemos que fuera el bachiller Sabuco, porque es de creer que su padre ya hubiera muerto por esas fechas, y las otras
personas de ese mismo nombre son demasiado jóvenes (consúltese también “En torno a los
Miguel Sabuco de Alcaraz”, Cultural Albacete, 14, enero–abril de 2009, pp. 132–136).
237
Doña Oliva casó con 18 años, en diciembre de 1580, con Acacio de Buedo, hijo de Luis Fernández Salinero, de un linaje que nunca destacó demasiado en Alcaraz, aunque uno de ellos,
Juan Hernández Salinero, había sido síndico. MARCO HIDALGO, Doña Oliva…, p. 333.
238
Poder al bachiller y a su hijo para comprometer 200 ducados en la impresión del libro.
MARCO HIDALGO, J. “Cultura intelectual y artística…”, pp. 30-31.
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Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
La Inquisición de Murcia, que lleva su registro muy desactualizado (no
lo ha revisado desde que doña Luisa de Oliva y sus hermanos, doce años
mayores, todavía eran “mozos”, lo que nos llevaría a los años setenta del
siglo XVI), conoce solamente, y quizá no muy bien, a tres de los siete hijos
que tuvo el bachiller con Francisca de Cózar, su primera mujer: “El bachiller
Sabuco se casso de primer matrimonio con Ana –que es Francisca– de Coçar
tubo hijos a Alonso Sabuco, boticario, otro Andrés, soldado, otra doña Oliba;
son todos moços”239. Sabemos que el primero, el que llevaba el nombre del
Noticia de los hijos del bachiller Sabuco, según la Inquisición
bisabuelo médico, vino al mundo en 1550; el segundo, el soldado, que ha de
ser el Miguel de que habla su padre al hacer testamento, y el Mateo que menciona Marco Hidalgo, en septiembre de 1551240, y la tercera, Oliva, o Luisa de
Oliva, en 1562. Otros hijos serían Juan, Catalina, Lorenzo, Mateo, y Miguel,
este ya de la segunda esposa, Ana García Navarro241. Casi todos habían fallecido cuando el padre dicta su testamento en febrero de 1588, pero ninguno de
ellos, que sepamos, renunció a su apellido de Sabuco… Salvo Luisa de Oliva,
que a finales de 1585, antes de publicarse la famosa Nueva Filosofía, todavía
firmaba “Luisa Oliva Sabuca”242, pero al año siguiente de la edición del libro,
cuando ha de ir al notario, suponemos que no de buen talante, a confesar que
Véase el documento 13 de nuestro apéndice.
Lo hemos comprobado y, efectivamente, en el libro de bautismos se le llama Mateo. Pero
su propio padre dice que fue Miguel, y en las genealogías de la Inquisición le llamarán Andrés, aunque seguramente están equivocadas. En realidad, parece que se llamó Miguel, y que
ya había muerto en 1609, algún tiempo después que el propio bachiller (GONZÁLEZ, El
enigma Sabuco, p. 269).
241
MARCO HIDALGO, J. Biografía de doña Oliva Sabuco, Madrid, 1900, pp. 18-23; y
MARCO HIDALGO, J. “Cultura intelectual y artística…” p. 28.
242
PÉREZ DE PAREJA, E., Historia de la primera fundación…, p. 208.
239
240
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Aurelio Pretel Marín
Inscripción de bautismo de Oliva Sabuco, el 2 de diciembre de 1562
fue escrito por su padre, en abril de 1588, ya lo hace solamente con su nombre de pila, y llamándose antes doña Oliva de Nantes243, como si renegara
de sus antepasados. Hasta da la impresión de que pudo intentar disimularlo
poniendo en su lugar el de Oliva, que no era sino el nombre con que la bautizaron: No podía negar su filiación respecto al bachiller, conocida por todos
(de hecho, los notarios o escribanos la llaman “doña Luisa Sabuco” o “doña
Luisa de Oliva y Sabuco en 1609 y 1629, cuando arregla las bodas de sus hijas con los hijos de Miguel Sabuco Peñarrubia, su primo244 ); pero le cambiará
su segundo apellido por el de Peñarrubia y el nombre de su madre, que se243
Un apellido extraño para el que aún no tenemos explicación plausible, más allá de que es
el de una madrina de bautismo de Oliva y de su hermano Juan: Bernardina de Nantes, que
sabemos sería la mujer de Juan Rodríguez de Munera, arrendador, que fue síndico en 1551.
El nombre no es extraño en distintas familias de Alcaraz, pero no conocemos a ningún otro
Nantes, aunque sí a Bernardina de la Cruz, que parece una hermana de Gabriel de Quesada
(ver pág. 127). Sin embargo, al ser Nantes una ciudad francesa, cabría sospechar, sin gran
seguridad, y obviamente sin pruebas, que tenga relación con cierto Juan Francés, casado con
Catalina Sanz, que debía de ser pariente de Sabuco, pues Miguel bautizaba a sendas hijas
suyas en unión de la esposa de Álvar González, que es María Barrera, en 1549 y 1554. O
con maestre Ruberto y Juan de la Barrera, de cuyo hijo, Francisco, será padrino Juan de la
Cruz “el Viejo” –¿el mismo Juan Francés?– el 6 de mayo de 1565 (PRETEL, Alcaraz en el
siglo…, p. 23-24 y 65).
244
GONZÁLEZ, El enigma Sabuco, p. 272-273 y 276–277. Según dice este autor, en 1609
aparece citada, por una sola vez, como “Luisa Sabuco y Oliva”, lo cual pudiera ser un error
de escribano; pero en 1629 la vuelven a llamar “Luisa de Oliva y Sabuco”, como si Oliva fuera un primer patronímico y Sabuco el segundo; y algún tiempo después, como podremos ver,
algún testigo piensa que Oliva es apellido: “Fulana de Oliba, no se aquerda del nombre”, lo
que puede indicar que el error –¿fomentado por ella?– fuera algo común.
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Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
gún ella era Juana de
Peñarrubia, y siempre
firmará “doña Luisa de Oliva”, como
hace todavía en febrero y diciembre de
1645, poco antes de
su muerte. Eso sí, no
se olvida del título de
“doña”, que se solía
dar a las hijas y mujeres de hidalgos, cosa
que nunca fueron el
padre ni el marido.
En el último
cuarto del siglo XVI,
cuando la Inquisición
ya va teniendo mucho de tigre de papel,
Firma de “doña” Luisa de Oliva al pie de tres o cuatro mentiras en
casi estaba pasada la
seis líneas de su declaración ante la Inquisición, en febrero de 1645
página ominosa de la
(véase el documento 11 de nuestro apéndice)
hoguera y la reconciliación. Si bien muchas familias de conversos habían preferido casarse entre
ellas mismas, las mezclas con el resto eran tan abundantes que sería muy
rara la casa de Alcaraz donde no hubiera algún antepasado infecto. Por eso,
el Santo Oficio no molestaba a nadie por sus antecedentes, salvo que hubiera
algún motivo en especial o un peligro evidente de recrudecimiento del judaísmo herético. Ni siquiera parece que los casos que hubiera se trataran con
gran severidad: aunque en junio de 1572 se ordena pregonar una carta de los
inquisidores invitando a ir a Murcia para un auto de fe245, el papa Pio V, según
Blázquez Miguel246, autorizó a absolver mediante penas leves a los que en la
ciudad hubieran judaizado, y aunque no es de pensar que hubiera tantos como
él imagina, es toda una señal de lo poco que ya preocupaba el asunto. Y más
teniendo en cuenta que, a partir del abuelo o de los bisabuelos del vecino, nadie tenía claro, salvo algún familiar del Santo Oficio, quiénes habían sido los
ancestros de quién, y en muchos de los casos no querían saberlo. Sin embargo,
HENARES, D., El Bachiller Sabuco…, p. 134. 26 de junio de 1572.
BLÁZQUEZ MIGUEL, La Inquisición en Albacete, p. 73.
245
246
79
Aurelio Pretel Marín
es ahora, paradójicamente, cuando la vanidad de algunos insensatos deseosos
de medrar en la hipócrita España de los Austrias, les llevará a meterse en la
boca del lobo, que aún seguía vivo, aunque tuviera poco interés en morder a
según qué personas, destapando el misterio que cubría a nuestros ojos –no a
los del Santo Oficio, que lo conoce todo, ni a los del vecindario, que lo sabe
también, aunque no con detalle– el origen de muchos ilustres ciudadanos que
se titulan “don” o “doña” en sus escritos y pretenden limpiar, pleiteando en la
corte y la chancillería, una genealogía que impide hacer carrera en la administración, las elitistas órdenes militares, o la vida local, además de escapar a
los impuestos.
En realidad se trata de una auténtica fiebre que afecta a numerosos vecinos de Alcaraz: hasta 76, incluidos Rodrigo y Gabriel de Vandelvira, unos
cuantos Arenas y Alcalá, dos Montieles, los escribanos Moneda, Buitrago y
Villapérez (que, como señalamos, descendían de Mayor González de Montiel), además de Guerreros, Nogueroles, Bustos y Bustamantes, Ballesteros,
Reolid, Mestos, Vizcayas, Claramontes, Zamoras, Juan Ruiz de Bracamonte,
el platero Cristobal de Padilla y sus hijos y el médico Velázquez, entre otros
hidalgos más o menos notorios, habían emprendido, con o sin fundamento,
sus pleitos de hidalguía en los años setenta247. Por entonces también la habían conseguido tres hermanos Pareja de Munera, Cristóbal, Pedro y Diego248
(curiosamente, no Benito de Pareja, otro hermano, casado con quien no convenía); y este último, Diego, “noble ejecutoriado, cristiano viejo y limpio de
toda mácula”, no tardará en pedir para su esposa, Catalina Sabuco Vandelvira, que en los años noventa pretendía ingresar en la más elitista cofradía, la
de San Salvador, la apertura de pruebas de limpieza de sangre; pruebas que al
parecer no llegaron a término249, pero sí que pudieron alentar a su hijo unos
años después.
Por esas mismas fechas, Miguel, Diego, Francisco y Juan de Vandelvira, los hijos de la hermana del bachiller Sabuco, habían promovido un pleito
en que pedían el reconocimiento real de su hidalguía, tratando de escapar de
AHP Albacete, MUN, 245, Fol. 351. Carta de Felipe II, de 21 de febrero de 1576.
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Cuadernillo inserto. Im. 149–186.
249
MARCO HIDALGO, J., Biografía de doña Oliva…, pp. 25–27. Dice que ha buscado sin
éxito las pruebas. Nos tememos que esta investigación no concluyera nunca, como parece
ocurra en el caso del hijo de su prima doña Oliva Sabuco, o lo hiciera de forma negativa. De
lo contrario, hubiera salido entre otras pruebas aportadas por Gabriel de Pareja en su propio
proceso. Catalina Sabuco, al fin y al cabo, era nieta de Diego López de Vandelvira y de Elvira
García, de la que todos dicen que lo era a su vez de aquella “Condenada” exhumada y quemada en 1504, y es casi seguro que también descendiera de María Barrera, relajada en Jaén.
247
248
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Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
la voracidad fiscal de la corona y avanzar algún paso en el camino al ennoblecimiento250. Y aunque esto ya no tenga demasiado que ver con nuestra historia, se podría añadir que en 1593 la familia de Hernando de Llerena, el hijo
de Mayor González de Montiel que se fue a Tenerife huyendo de la “peste”,
o más bien de la hoguera, conseguirá también, convertida en “Llarena”, su
certificación de limpieza de sangre, de manera que en 1637 un rey de armas
de aquellos que vivían, y viven todavía, de las absurdas ínfulas de grandeza
del prójimo, asegura –ironías del destino– que “los Llarena son buenos hijosdalgo, naturales de las montañas de Burgos; tienen sus solares y casa en
Espinosa de los Monteros, de donde se han venido y repartido por diversas
partes de estos reinos, especialmente de la Mancha, como son la Ciudad de
Alcaraz, Villanueva de la Fuente y Llerena y las Islas de Canaria, a cuya
conquista fueron”. Y era solo el primer paso de una carrera que llevará a
fundar mayorazgos y vínculos y acabará en los títulos de condes del Palmar y
marqueses de Acialcázar y Torrehermosa, entre otros honores251.
En cambio, no parece que la fiebre se extienda todavía a los hijos del
bachiller Sabuco. La única que parece apetecer honores –en su caso, científicos, en un primer momento– sería doña Oliva, o tal vez su marido, socio capitalista de la edición del libro Nueva Filosofía de la Naturaleza, más atento al
negocio que a la gloria. Ella es la que firma, en cualquier caso, sin escrúpulo
alguno, el libro de su padre, en principio con su consentimiento, y pretende
después quedarse la ganancia que aquel se reservaba según acuerdo previo.
La Inquisición no entra ni sale en este asunto, privado, familiar y hasta desconocido, pues parece que nadie sabía del famoso testamento en el que aquel
se proclamaba autor, todavía medio siglo después de redactado. La verdad es
que ni el uno ni la otra –en especial, Oliva, que, para decepción de algunas
feministas, era más conocida por su padre, su hijo y su marido, que por su
obra o su nombre– tenían tanta fama en su ciudad natal: un cierto Salvador
García de Pareja no conoce el de pila del bachiller Sabuco, aunque recuerda el
título y que fue boticario, y Cristóbal Saquero declara que fue padre de “una
Fulana de Oliba, no se aquerda del nombre, mas que es viuda de Acacio de
Buedo, regidor desta ciudad, padre del licenciado Pablo de Buedo, cura del
Ballestero”252. Pero, la propia Oliva se encargará muy pronto, siguiendo a sus
TORAL PENARANDA, “Origen castellano…” p. 33.
PERAZA, Historia de la casa de Llarena, p. 24. VALLADARES, “Mansiones de La Laguna”, en eSefarad.com Enero 2012.
252
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp.7, Fols. 52 y 58, Im. 296 y 308. Ambos coincidirán, además, en que María Sabuco Peñarrubia y el bachiller Sabuco eran hermanos de padre y madre,
cosa que no es verdad.
250
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Aurelio Pretel Marín
parientes, de cambiar hasta el nombre de su abuela y arrimarse a sus primos
Peñarrubia y Pareja, como podremos ver, para favorecer las pretensiones de
limpieza de sangre de su hijo, el licenciado Buedo, de su medio sobrino segundo, el abogado don Gabriel de Pareja, y quizá de sus nietos, los hijos de
sus hijas “doña” Francisca y “doña” Luisa de Buedo, que se habían casado
en 1609 y 1629 con Juan de Peñarrubia y Miguel de Pareja, primos segundos
suyos e hijos de Miguel Sabuco Peñarrubia.
Mientras tanto, parece que el propio bachiller pretenderá poner las cosas en su sitio al hacer testamento, el 20 de febrero de 1588, diciendo que
su madre fue Catalina Álvarez, la mujer de Sabuco el tintorero (del que, por
cierto, afirma que ha heredado su tinte, como consta por unas escrituras de
partición de herencia), y añadiendo que el libro del que puso como autora a
su hija es solamente suyo, y que ha hecho información ante notario público,
amenazando a Oliva con una maldición si vuelve a reimprimirlo sin su consentimiento (de hecho, en el mismo año sería secuestrada la segunda tirada,
suponemos que a instancia del verdadero autor). Pero además le da el infecto
apellido de Barrera al empezar el Diálogo de Vera Medicina, quizá para mostrar lo cerca que la ve de su hermana María, que lo había cambiado por el de
Peñarrubia. ¿Tal vez un “buscapié”, como dice Rodríguez de la Torre? ¿O una
simple advertencia a la hija y al yerno? El hecho es que los dos, al igual que
su hermano, que ha comprado a su padre los derechos de una nueva edición
en Portugal, van corriendo al notario, el 28 de abril, a declarar que aquel era
el autor del libro253.
Aunque esto no pasa de ser una intuición, creemos muy probable que el
bachiller hubiera amenazado al tiempo con sacar a la luz unos antecedentes
familiares cuando menos incómodos: en el citado diálogo entre Antonio y
Veronio, Sabuco recomienda callar cualquier posible motivo de deshonra que
tuviera en su casa, “y no publicarlo con el enojo, que los hombres ellos mismos se acarrean muchos daños y males por no saber refrenar sus afectos ni
entenderse”254; pero no dice nada de que no se pudiera publicar tras la muerte.
Y es curioso observar que a mediados del siglo XVII el secretario de la investigación de Gabriel de Pareja preguntará a sus nietas, como a otros parientes y
testigos, si sabían que el mismo bachiller o su hermana María hubieran hecho
codicilos o nuevos testamentos en sus últimos días, si habían heredado algún
bien de sus padres, y dónde se podrían hallar los testimonios, a lo que ellas
253
GONZÁLEZ, El enigma Sabuco, pp. 274–278. SABUCO ÁLVAREZ, M. Nueva Filosofía,
(Ed. García y Henares), pp. 13–19.
254
SABUCO, Nueva filosofía, p. 218.
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Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
contestan que “no sabe ni a oydo decir si el dicho su abuelo de esta testigo
yço testamento o no”255. Casi da la impresión de que la Inquisición estuviera
buscando confesiones in artículo mortis del nombre de los padres y de posibles bienes heredados de estos, que es precisamente lo que Miguel Sabuco
dice en sus conocidas –hoy día, que no entonces– últimas voluntades.
Unos años después de muerto el bachiller, Pablo de Buedo, el cura hijo
de doña Oliva, que tendría por entonces 36 aproximadamente, comenzará sus
pruebas de limpieza de sangre pretendiendo ingresar en la honrosa hermandad de San Antón. En 1630, al verse rechazado, solicitó se abriera información respecto a su genealogía, aunque esta se atascó por la falta de colaboración del preboste y cofrades, y también de los fondos necesarios para que
el comisario fuera a Villarrobledo, de donde procedía una supuesta abuela, a
seguir la pesquisa256. Pero él se fue a Madrid, creemos que bien provisto de
dinero contante, pues sin duda sabía que los pleitos los gana el que aguanta
más tiempo, y que, como apuntaba el libro de Sabuco, es frecuente el dislate
–la “barbaria”, dice él– de que puedan durar cuarenta años y “que aquí den
una sentencia y allí la revoquen y den otra en contrario y acullá den otra
que no es esta ni aquella”257. No tardó en conseguir una orden del Consejo
para la cofradía, que envió urgentemente desde la misma corte a su hermano,
fray Félix, dominico, que estaba en Alcaraz, para que la llevara al preboste y
cofrades. Estos la acatarían formalmente con fecha 31 de mayo de ese año, a
falta todavía de conocer las pruebas, pero Miguel Criado, el padre del preboste, dice que estos papeles no llegaron a venir de Madrid, y otro testigo añade
que mataron al cura de San Pedro, Garcí Martínez Criado, encargado de la
investigación, que volvía con ellas del Consejo, y que se las robaron, por lo
que Buedo trajo un juez que decretó otra investigación258. Al final hubo un
pacto: García de Montoya, familiar de la Santa Inquisición, dirá luego que
“no se recibió como otros, sino por obedecer el mandato de Su Magestad,
y en esta conformidad se recibió y es tal cofrade”259 (es decir, le admitían
mientras no pretendiera ejercer como tal). Unos años después, al buscar en el
arca que servía de archivo a la corporación, el comisario de otra probanza semejante dirá que “en la dicha arca no se allaron las pruebas del dicho Pablo
Véase el documento 9 de nuestro apéndice.
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, fol. 56, Im. 126.
257
SABUCO, Nueva filosofía…, p. 213.
258
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 37vto, Im. 267. Declaración de Diego Martínez
Plaza, cura de San Miguel.
259
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 303 vto. Im. 803.
255
256
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de Buedo ni razón dellas”, y el propio sacerdote, que venía presumiendo de
haber sido aceptado, reconoce que no las tiene en su poder porque “el orijinal
se le quemó con otros papeles en una desgracia que tubo…” Y el funcionario,
escéptico, pone al margen izquierdo de su declaración: “dize que el original
se le quemó” 260.
Pocos años después, al ser citada para dar testimonio en la probanza de
limpieza de sangre de Gabriel de Pareja, la propia doña Oliva (que no solo
no había fallecido cuando la da por muerta Fructuoso Lourenço de Basto, el
editor portugués de su obra en 1622, sino que sigue viva, con más de ochenta
años, casi un cuarto de siglo después de aquella fecha, en 1645), mentirá sin
reparos ante la Inquisición al declarar “que es hija del bachiller Miguel Sabuco de Peña Rubia, hermano de padre y madre de Maria Sabuco de Peña
Rubia, el qual fue hijo del dicho Miguel Sabuco y de Juana de Peña Rubia,
abuela de esta testigo”, añadiendo que esta le dijo que era hija de Gonzalo
Sánchez de Peñarrubia. Es la misma versión que dan otros parientes, como
Paula de Buedo, viuda de Bracamonte, y Pablo Cano de Buedo, los hijos de
Isabel Sabuco Peñarrubia (la que antes fue Barrera) y hermanos del recién
fallecido arzobispo de Manila. O el licenciado “don” Miguel de Pareja Peñarrubia, yerno de doña Oliva y abogado de los Reales Consejos, quien añade
que Gonzalo Sánchez de Peñarrubia era el padre de Juana, aunque no sabe
ya quién pudo ser la madre261. Pero lo que en su caso puede ser discutible,
porque cabe la duda de si los otros nietos de Sabuco el Viejo lo eran de María
de la Barrera o de su hermana Juana de Peñarrubia, en el caso de Oliva es una
falsedad, porque ella no desciende, y tiene que saberlo, de ninguna de ellas,
sino de Catalina (ver pág. 63).
Por lo tanto, se trata de una mentira más –o tres o cuatro en una– que
anotar en la cuenta de la “Insigne Doctriz”, la “Musa Décima”, como la llama
Lope, que no es Beatriz Galindo, Francisca de Nebrija o Luisa de Medrano,
con las que hay quien se empeña en compararla, pero miente mejor que cualquiera de estas ilustres humanistas, y hasta induce a prestar un juramento falso a toda su familia, que se remite a ella como fuente de sus afirmaciones262.
Y no puede decirse que lo haga por miedo al Santo Oficio, lo que hasta cierto
punto sería disculpable, sino por vanidad y por “limpiar” la sangre de su sobrino nieto, que pretende ingresar en dicha institución, y también de su hijo,
Véase el documento 10 de nuestro apéndice.
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp.7, Fol. 162. Im. 514.
262
Véanse los testimonios de sus hijas e hijo en documentos 9, 10 y 11 de nuestro apéndice,
al final de este libro.
260
261
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Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
el licenciado Buedo, que se había gastado un capital en obtener sus pruebas
y en el pleito para que le admitieran por cofrade en la de San Antón, aunque,
ya cincuentón, y tras haber llegado a un acuerdo de mínimos, llevaba muchos
años sin relación con ella. Sin duda, el bachiller, enemigo de toda mentira y
presunción, se hubiera removido en su tumba si viera que le habían cambiado el apellido y el nombre de su madre. Desde luego, nosotros, asumiendo
el peligro de ser considerados machistas o misóginos, como últimamente lo
son todos aquellos que no están por llevar a Oliva a los altares, suscribimos
el párrafo con que Serrano y Sanz comenzaba a hablar de ella hace ya más de
un siglo: “Pocos ejemplos como este se ven en la historia literaria, de una
gloria ficticia que se evapora ante la luz derramada por los documentos…
La sabia cuyo nombre pasó nuestras fronteras ha quedado reducida a una
mujer vulgar y aun pequeña moralmente…”263 Porque no solamente no es la
autora de la Nueva Filosofía, como apunta el ilustre historiador, y por ende es
plagiaria y vanidosa, sino que es mentirosa, descastada y desagradecida con
su propio linaje y con su padre; aunque, a decir verdad, ni siquiera creemos
que sea la culpable una pobre mujer utilizada primero por su esposo y después
por su hijo, su sobrino y sus yernos, para saciar sus ansias de reconocimiento
e importancia social. Pero basta de Oliva, que esa linde acabó ya hace tiempo,
por más que todavía se empeñen en seguirla algunos olivólatras, y tampoco
es cuestión de encarnizarse con ella ni con ellos. A nuestro juicio es mucho
más positivo limitarse al estudio de la obra plagiada, devolviendo la prez que
se le debe al bachiller Sabuco, su verdadero autor, no tanto como tal filósofo o científico, sino como persona sensata (rara avis en aquellos momentos)
que dedica gran parte del coloquio entre Antonio y Veronio a abominar de
aquellos que se meten en pleitos sin razón y engordan abogados pretendiendo
dejar la clase media y trepar a la altura, donde su vanidad no les dará sosiego,
como no lo da el aire al árbol trasplantado del valle a la montaña264.
El gran beneficiario del embrollo montado por Gabriel de Quesada sería,
sin embargo, su nieto, don Gabriel de Pareja y Quesada, vecino de Madrid y
abogado de los Reales Consejos, que en la misma portada y al pie de una piadosa calcografía orante en la que ofrece a la Virgen de Cortes su obra Praxis
edendi siue uniuersa editione…, publicada en aquella villa y corte en 1643, ya
se titula “praetor” –presidente o preboste– de la hermandad de nobles de Castaón (nombre dado por ciertos eruditos no muy bien informados y bastante
SERRANO Y SANZ, Apuntes…, p. 171.
SABUCO ÁLVAREZ, Nueva filosofía, pp. 213–218.
263
264
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Aurelio Pretel Marín
pedantes al antiguo
Alcaraz, de donde
deducimos que se
está refiriendo a la
más elitista, la de
San Salvador)265.
Pero esto no bastaba, puesto que
él pretendía hacer
carrera lejos de la
ciudad en la que
vio la luz en 1601:
a pesar del fracaso
de su madre y su tía
al iniciar sus pruebas de limpieza de
sangre266, aspiraba
no solo a demostrar la suya, sino
a entrar en la misDon Gabriel de Pareja ante la Virgen de Cortes,
ma Inquisición, e
Patrona de Alcaraz. Grabado de la época
incluso, dentro de
ella, al cargo, bien pagado, de abogado de pobres o de presos. Ya en enero de
1643 el fiscal Juan Antonio de Zerbatos, tras consultar los libros y registros
de herejes y de sus descendientes conservados en la Cámara del Secreto del
Santo Oficio en Murcia, se había pronunciado de forma terminante contra su
pretensión; pero Gabriel sabía moverse en las alturas y tenía los medios necesarios: en el año siguiente, el Consejo apremiaba a este fiscal y al inquisidor
don Antonio de Prado a dar su parecer y empezar las probanzas, y aunque el
primero aún mantiene su opinión en noviembre de 1644, ya incurre, de manera acaso voluntaria, en algunos errores que él mismo había aclarado en su anterior escrito, lo que permitiría al segundo desestimar sus tesis y autorizar las
pruebas, anticipando al tiempo que, según su opinión, “contra estos apellidos
BERMÚDEZ LÓPEZ, L. J., Apuntes bibliográficos…, pp. 128-133.
El 12 de febrero de 1645 el comisario Juan Carreño de la Fuente certifica que ha buscado
las pruebas de Francisca de Vandelvira, hermana de Catalina de Vandelvira, en todos los
notarios de Alcaraz, y no las ha encontrado (INQUISICIÓN, 1462, Exp.7, Fol. 102, Im. 196,
Fol. 131, Im. 454).
265
266
86
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
Alcaraz en el siglo XVII. Grabado de la época.
de Quesada y Sabuco no resulta nada segun los dichos papeles presentados”
(cosa que era verdad, aunque el problema es otro: si el linaje venía de María
Barrera y los Llerena). Pero antes hicieron a Gabriel de Pareja miembro del
Santo Oficio, aunque algún regidor y familiar del mismo, como es Ambrosio Blázquez, protesta y solicita que sea revisado el acuerdo, pues “en esta
ciudad a abido grande escandalo por aber visto que este pretendiente aya
entrado en la Ynquisicion” 267.
En febrero de 1645 ya estaba en Alcaraz el comisario Juan de Villarroel,
que empezó a interrogar a los testigos, algunos claramente contrarios a Gabriel, pero en su mayoría bastante favorables, entre otras razones porque eran
parientes o tenían ascendientes comunes –por ejemplo, su tía doña Oliva, y
los hijos de esta, el licenciado Pablo de Buedo y sus hermanas– en apoyo a su
tesis de la supuesta abuela, Juana de Peñarrubia, cuando, como dijimos, todo
indica que no procedían de esta, sino de otra mujer del tintorero, María de la
Barrera, o Catalina Álvarez, en el caso de Oliva y su familia. Desde luego,
hay algunos que coinciden con las genealogías de la Cámara del Secreto en
que la madre de María Sabuco Barrera o Peñarrubia, bisabuela de Gabriel de
Pareja, se llamaba María, que no Juana, y Barrera, que no de Peñarrubia, y
era descendiente de la del mismo nombre que quemaron en Jaén268; y alguno,
Véase el documento 8 de nuestro apéndice.
Juan de Auñón, familiar de la Santa Inquisición, declaró, por ejemplo, que María Sabuco
Peñarrubia fue hija del tintorero y de María Barrera, y que esta lo fue de la María Barrera
que llevaron a quemar a Jaén (AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 11, Im. 214), en lo
cual coincidía con otro familiar, Miguel Criado (véase el documento 7 de nuestro apéndice),
con las genealogías de la Inquisición (ver documentos 12 y 13 en nuestro apéndice), y con
otros testigos.
267
268
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Aurelio Pretel Marín
como el cura don Ginés de Parada, dice además que cierto Sabuco, el tintorero, se casó con María Barrera, que fue madre de María Sabuco “de Barrera”
(la que otros llamarán Sabuco Peñarrubia), y añade que los padres –en realidad, abuelos– de Gabriel de Quesada, el esposo de esta, son “Elvira García de
Llerena” y Diego López de Vandelvira269. Es decir, que el linaje tenía como
mínimo dos abuelas quemadas.
Todo esto lo sabía la propia Inquisición por sus genealogías de los penitenciados, relajados, etc. Y mejor todavía –o más de cerca, aunque con distorsiones y alguna imprecisión– los familiares de esta, que hacían del control del
resto de vecinos, cuando no el cotilleo, una forma de vida y distinción social,
transmitiendo de padres a hijos las noticias y cargando las tintas en alguna
ocasión. Uno de ellos, llamado Ambrosio Blázquez, al que Gabriel acusa de
mala voluntad, cosa que es evidente (de hecho, enviará una carta proponiendo
tomar declaración a 18 testigos, en su gran mayoría curas o familiares también del Santo Oficio y contrarios a él270, aunque su testimonio encaja mucho
más con los datos de los inquisidores), no solamente afirma que su abuela,
que en caso de vivir tendría 90 años, decía que el pretendiente descendía
por su línea materna de Elvira García y María Sabuco de Barrera, “y no de
Peñarrubia”, sino que la paterna tampoco era muy limpia: “don Grabiel de
Parexa y Diego de Parexa su padre y el dicho su abuelo que a declarado
paterno, este testigo los tiene por infectos por aber oydo decir públicamente
en esta ciudad a muchas personas que en particular no se aquerdan de sus
nombres que el pretendiente por lo que tiene de Parexa decendia de unos
fulanos Toledos penitenciados en la Inquisicion de Murcia […] y tanbien a la
avido que le tocaba el apellido de Cochina al pretendiente por esta linia”. Es
decir, que tenía dos herejes procesadas por parte de la madre y dos por la del
padre, incluida esa mujer llamada “la Cochina”, que parece versión alcaraceña del mote de “marranos” que se solía dar a los judeoconversos, aunque no
descartamos que tenga relación, puesto que en la comarca es frecuente llamar
“cochino” al jabalí, con los Castillo y Álvarez de El Bonillo de los que hemos hablado, descendientes de aquel Juan Sánchez Jabalí cuya hija casó con
maestre Alonso, médico de Toledo.
No sabemos quién era “la Cochina” en cuestión, aunque el fiscal parece apuntar a una tal Catalina González “que fue relajada por judaizante”
como antepasada de Arenas y Parejas, e Isidro del Moral, familiar de la SanAHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 295. Im. 784.
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 286. Im. 764.
269
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Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
ta Inqusición, afirma que el abuelo de Gabriel de Pareja contrajo matrimonio con “vna Fulana Herrera viexa, no sabe dezir su propio nombre, y que
esta era decendiente de la Cochina, que son del apellido de Toledos infectos,
que en esta ciudad los ay, cuios sambenitos se allaran en la Ynquisición de
Murcia”271. Este último añade, además, que un hermano del padre de Gabriel,
Benito de Pareja, se tuvo que casar con dispensa eclesiástica con una tal María Alonso de Sevilla, que era también Toledo (¿descendiente del maestre
Alonso de Toledo?) y, por lo tanto, prima, de donde se deduce que también él
lo era272. Y más tarde veremos que se indaga en La Roda273, de donde procedía
la abuela de Pareja (Juana García Temprado Talavera, apellidos los últimos
que se dice venían de Minaya y Beteta), preguntando por sendas hermanas de
esta última, que eran Beatriz Martínez y Ana del Castillo (el mismo apellido
del Alonso Castillo Orejón, nieto de Mari López y de Juan Sánchez Jabalí, de
El Bonillo, de donde era también una Ana García, que bien pudiera ser Ana
García Temprado274 o García del Castillo275).
Y es que el investigado, que acusaba a Juan Núñez de la Umbría, inquisidor de Murcia, de estar en contra suya y de haber designado a un comisario
adverso, Juan de Villarroel, que a su vez se empeñaba en buscar a testigos que
le odiaban (cosa que es cierta en parte, aunque el comisario no le es desfavorable, y algunos testimonios no dejan de ser ciertos por malintencionados),
había conseguido una segunda ronda de interrogatorios en la misma Alcaraz y
en Munera, de donde procedían sus abuelos maternos y paternos, y que la Inquisición de Cuenca cometiera a don Pedro Navarro Salazar las averiguaciones en La Roda, Minaya y Beteta, lo que este y su escribano llevarían a cabo
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 73, Im. 338; y Docs. 5 y 14 de nuestro apéndice..
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 302vto–303, Im. 801–803.
273
Los interrogatorios de La Roda, en enero de 1645, figuran en cuaderno con foliación aparte, situado al final de las probanzas (AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Im. 900 y sigs.)
274
Según otra versión, don Gabriel de Pareja era hijo de Diego de Pareja y de Catalina de
Vandelvira y Quesada, de Alcaraz, y nieto de otro Diego de Pareja, de Munera, y de María
García Temprado, de La Roda, y bisnieto de Diego de Pareja, de Munera, y de Ana García,
de El Bonillo, y rebisnieto de Rodrigo de Pareja y de Catalina Morcillo, vecinos de Munera
(AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Im. 149. Cuadernillo inserto).
275
Muchos años atrás, en 1520, Juan Castillo Temprado, vecino de La Roda, que no había
logrado que Alcaraz le admitiera como tal para poder labrar en la zona de colonización del
Campo de Barrax, consigue su propósito y se viene a vivir desde Villarrobledo, donde antes
se había avecindado, a Marta, donde ya tiene casa y ha roturado tierras (AMA, Actas Municipales de 24 de abril de 1520). Firman como testigos, entre otros, Juan del Castillo y Hernán
Martínez Temprado, vecino de El Bonillo, que es de suponer serían sus parientes.
271
272
89
Aurelio Pretel Marín
durante el mes de marzo276. Los interrogatorios, sin embargo, no aportaron
gran cosa, sobre todo en el tema principal, el de los ascendientes de la abuela
paterna, sobre el que los testigos dicen no saber nada, o no se comprometen,
arguyendo que existen dos linajes Castillo, uno cristiano viejo, del que vienen
prohombres importantes, y otro que al parecer viene de un tintorero originario
de tierras de Toledo, del que no saben mucho y quieren saber menos.
En Alcaraz tampoco hay grandes novedades: en diciembre de 1645,
doña Oliva, arropada por su hija doña Luisa de Buedo, de unos 40 años, mujer de don Miguel de Pareja y madre del futuro predicador jesuita Jacinto de
Pareja, con la que es de creer que estuviera viviendo en esas fechas (aunque
por poco tiempo, pues tiene 83 años a las espaldas y su firma presenta disgrafías muy típicas de enfermedad senil, que no tenía en febrero), repite lo que
dijo en febrero anterior respecto a que la madre del bachiller Sabuco y María
Sabuco era la ya citada Juana de Peñarrubia277.
Declaración firmada por Luisa de Oliva en diciembre de 1645. Según ella, es biznieta de
Gonzalo Sánchez de Peñarrubia y nieta de su hija Juana de Peñarrubia: otras dos falsedades.
276
Los interrogatorios de Minaya y Beteta, en el mismo cuaderno citado anteriormente, a
partir del Fol. 32, Im. 958.
277
Documento 11B de nuestro apéndice. También reproducimos estas declaraciones de Oliva
de su hija Luisa, hechas ya en Alcaraz –que no en El Ballestero, como la de febrero– el 5 de
diciembre de 1645, en un pequeño artículo: “Nuevas revelaciones sobre Oliva Sabuco y su
familia: Literatura, Historia y Documentación”, en Barcarola, Nº 87, Albacete, 2017.
90
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
Lo mismo mantendrán las otras hijas de Acacio y doña Oliva: la menor, Catalina, de 34 años, que es monja dominica, y la mayor, Francisca, que
tiene unos 50 y es ya viuda de Juan de Peñarrubia, el que fue veterano de las
guerras de Italia, regidor de Alcaraz y capitán de la nueva milicia organizada
a finales del siglo XVI, primo segundo suyo, con el que se casó en 1609. Y su
prima, María de Velázquez, hija de la que antes era Isabel Barrera y ahora es
mencionada como Isabel Sabuco Peñarrubia278, entre otros amigos y parientes de Gabriel de Pareja. Pero no era verdad, aunque lo ratifiquen todos estos
testigos y algunos documentos que aparecerán tan sospechosa como oportunamente: la escritura de dote de María Sabuco Peñarrubia que otorgaron
Miguel Sabuco el Viejo y su esposa, Juana de Peñarrubia, a su yerno Gabriel
de Quesada, junto a otros más viejos, de los que hemos hablado, como el
licenciamiento de su tatarabuelo, Diego López de Vandelvira, la compra por
su viuda de la antigua capilla de Ruy González de Llerena en 1515, o la venta
que hicieron el abuelo Rodrigo y su mujer, Francisca de Quesada (que en
realidad sería Francisca de Llerena), de un molino en diciembre de 1525. Así
se irán lavando las raíces de alguien que, en realidad, parece haber tenido al
menos dos o tres bisabuelas y abuelas judaizantes, cuando no por la rama de
Barrera, por la de los Quesada y Vandelvira, casados por dos veces con otras
dos Llerenas, y por la de la abuela rodense de su padre, aunque esto no queda
por completo probado.
En sentido contrario declararán también otros tantos testigos propuestos casi todos por el gran enemigo de Gabriel de Pareja, Ambrosio Blázquez.
Entre ellos, el presbítero don Ginés de Parada, que reconoce haber sido en
tiempos amigo de dicho pretendiente, aunque ya no lo es, “pero que no por
esto dejará de decir la verdad” (y en efecto recuerda que es nieto de María de
Barrera y de Elvira García279); o el doctor Juan de Coca Claramonte, médico,
que declara que la madre de Gabriel procedía de Ruy González de Llerena, y
que su propio padre le decía que Diego de Pareja “era de los Pareja, apellido
de esta ciudad que este testigo no tiene por linpios, por estar anotados de
judíos, y que no sabe ni puede ahondar por qué parte le toquen o pertenezca,
mas de por ser común opinión…”280 O García de Montoya, muy bien documentado, puesto que es familiar del Santo Oficio, que también se remonta a
Ambrosio de Llerena y a “María Sabuco Peñarrubia y Barrera”, la hija del
tintorero, añadiendo que todos los hermanos del padre de Gabriel de Pareja
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 165, Im. 521.
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 295. Im. 794.
280
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 300 vto. Im. 795.
278
279
91
Aurelio Pretel Marín
“se casaron con gente que en esta ciudad no se tienen por limpios”, en especial un tal Benito de Pareja, que hubo de contraer su matrimonio con dispensa
eclesiástica, porque era de la misma familia de la novia, “que son dos apellidos que al Toledo quemaron y al Llerena sambenitaron en la Inquisicion de
la ciudad de Murcia”281.
Estas declaraciones llevarían a otra tanda de interrogatorios, en diciembre de 1645, pues los nuevos testigos “dan nuebos apellidos de Llerenas,
Montieles, Toledos y Barreras, y que estos son infectos, y hasta ahora no se
a podido benir en berdadero conocimiento desta berdad…”282 Entre los convocados destacamos a Fernando Chacón, que recuerda lo dicho de María Ba-
Instancia de Gabriel de Pareja y Quesada urgiendo terminar sus pruebas de limpieza, en agosto de 1646.
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 302vto–303, Im. 801–803.
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 309. Im. 816.
281
282
92
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
rrera y sobre el matrimonio con dispensa de Benito, el hermano de Diego de
Pareja, con Ana Ruiz Alonso, o Ana Ruiz de Sevilla, del linaje Toledo y Llerena, “como es público y notorio en esta ciudad”; pero además añade que dos
de los tres hijos de Rodrigo de Vandelvira, “casaron con Luisa y Francisca
de Llerena, y porque estos apellidos no tenían buena reputación, no saue por
qué ni cómo, el dicho Gabriel de Quesada no se les habló en toda su vida”
283
(lo que confirmarán los siguientes testigos, Alonso Rodríguez y Miguel
de Mora284). A otros se les nota que no quieren comprometerse mucho, como
Pedro Martínez Escudero, que no ha escuchado nada malo de los Pareja ni de
los Vandelvira, y aunque sí “ha oído hablar mal” de la ascendencia de María
Sabuco Peñarrubia y Barrera, ignora la razón, aunque la deja clara al mencionar su segundo apellido. Y obviamente tampoco aclara mucho la viuda del
citado Benito de Pareja, Ana Ruiz, que dice que su padre venía de Alcaraz,
su madre de Lezuza, “y que no sabe cómo se llamaron sus abuelos y demás
ascendientes por averse quedado criatura quando murieron”; ni siquiera si
hubo de casarse con dispensa eclesiástica o si era pariente de su esposo, porque solo tenía trece o catorce años al tiempo de su boda285.
Contra todo pronóstico, no obstante, y al igual que los Pérez de Vivero
y Herrera que estudió Soria Mesa286, don Gabriel de Pareja conseguirá probar
su limpieza de sangre. Abrumado ante varias docenas de testigos que repiten
versiones diferentes, sin contar los errores y las contradicciones de sus propios registros, el funcionario a cargo de resumir las actas de interrogatorios y
demás instrumentos de la investigación se lamenta,
en las notas que va poniendo al margen, de la dificultad de encontrar testimonios, la desaparición
de algunos documentos y la inconsistencia de otras
informaciones. Pero además añade que se han perdido pruebas, y estima improcedente bucear en los
registros del santo tribunal por ser cosa secreta y
tocar a la fama de personas que poseen buen nombre de cristianos…, como Pablo de Buedo, o Gabriel de Pareja, abogado de los Reales Consejos.
De esta forma, a pesar de los informes claramenSello del Santo Oficio
de la Inquisición
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 310–. Im. 818–819.
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 314. Im. 826.
285
AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fol. 322–323, Im. 843–844.
286
SORIA MESA, “De la represión inquisitorial al éxito social…”, p. 417.
283
284
93
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te contrarios del fiscal Juan Antonio Zerbatos y Velasco (no así del relator,
Alejo de Boxados, que cree inverosímil y malintencionado lo que dicen los
testigos adversos, desestima las pruebas de los registros propios del tribunal
de Murcia y embrolla un poco más la investigación), las probanzas terminan
aceptando que el pretendiente es “limpio, de limpia sangre sin macula ni
descendencia de moros ni de judíos…” como suelen decir muchos testigos.
Así, con influencias, dinero y desparpajo, se escribía o reescribía la historia
familiar, se borraba el pasado y se lograba fama e importancia social en la
España del siglo XVII.
En cierto modo es un acto de justicia que los tataranietos de aquellos relajados de los tiempos de los Reyes Católicos acabaran burlando la ciega burocracia de una institución que provocó la ruina de sus antepasados y usando
en su provecho la corrupción rampante que hacía presa en ella, que permitía
obviar, mediante las presiones del Consejo y suponemos que algún que otro
soborno, la opinión del fiscal –que tampoco se esmera demasiado– e incluso
los registros y las genealogías del propio Santo Oficio, que no son infalibles,
pues contienen errores, pero sí más fiables que los muchos testigos presentados. Pero, lejos de ser una vindicación o justificación, este libro pretende
limitarse a estudiar a escala regional el modus operandi de unos personajes
que logran eludir la deshonra legal heredada de sus antepasados y trabar una
extensa maraña de intereses y lazos familiares con otros como ellos y con
cristianos viejos no solo de Alcaraz, sino de un amplio espacio alrededor, expandiéndose incluso al resto de Castilla. Solamente tenemos una genealogía,
la de los descendientes de Mayor González de Montiel, pero en ella aparecen
rastros de sus enlaces con linajes tan representativos como los Noguerol, Vandelvira, Sabuco, Pareja, Bustamante, Sandoval, Bustos, Sotomayor…, algunos de los cuales son claramente hidalgos, o presumen de ello, por lo menos.
Y de paso sabremos que otros apellidos, como los de Guedeja y Moneda, que
son protagonistas de la vida local a finales del siglo XVI, vienen directamente
de mayor González de Montiel; o que los Henarejos –el doctor Henarejos, por
ejemplo, que es letrado y no médico como habíamos supuesto– proceden de
una nieta de aquella “Condenada”. En realidad, el linaje, refundido con otros
tan “infectos” como él de la misma Alcaraz, El Bonillo y Munera, estaba ya
extendido por todo el marquesado de Villena –San Clemente, Chinchilla o
Almansa- y las villas del Campo de Montiel, donde enlazan con los Busto de
Infantes y con otros linajes de Almedina, por no hablar de ciudades mucho
más importantes y lejanas como Madrid, Medina del Campo, Salamanca, Sevilla o Granada.
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Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
Las pruebas de limpieza de Gabriel de Pareja también nos dan noticias
de otros relajados de la misma familia, de la de los Arenas, “que tanbien vbo
dellos muchos condenados” y de otras de Alcaraz, como los Alcalá, de los
que solamente sabemos que tenían un capítulo aparte en las genealogías de
la ya mencionada Cámara del Secreto, y que están doblemente emparentados con la de los Llerena287. Sin duda habría muchas de las que no tenemos
siquiera referencia, por lo que es de pensar que gran parte de los alcaraceños
tuvieran un quemado o un penitenciado entre sus ascendientes. Sin embargo,
muy pocas están documentadas como esta, que arranca de Rodrigo González
de Llerena y Mayor González de Montiel, entronca por dos veces, por Inés
y por Bárbara Barrera, con la de otra famosa condenada en Jaén, y coincide
en la casa de Miguel Sabuco, el tintorero, con la de los Montiel y Álvarez de
El Bonillo, que a su vez descendían de aquella Mari López y aquel maestre
Alfonso quemados en Toledo. Y ninguna de ellas, desde luego, alcanzará la
fama y la presencia en la bibliografía288 que tienen por sus obras el bachiller
Sabuco, bajo el nombre de Oliva (Nueva filosofía de la Naturaleza…”), o el
agustino Hernando Guerrero, su sobrino, obispo en Nicaragua y arzobispo
en Manila, del que se han conservado algunas cartas sobre la situación en
Filipinas, sus problemas con el gobernador y la expedición de este contra
Joló; o su sobrino nieto, don Gabriel de Pareja (Praxis Edendi siue Tractatus
de Universa Editione…), o un bisnieto, el jesuita Jacinto de Pareja y Buedo
(que nació en 1636 de Miguel de Pareja y de Luisa de Buedo y fue autor de
distintos sermones que tuvieron el honor de la imprenta); o el franciscano
Esteban Pérez de Pareja, que lo fue de la Historia de la Primera Fundación
de Alcaraz y milagroso aparecimiento de Nuestra Señora de Cortes, y que es
de suponer sería descendiente de los mismos Pareja, cuando no de los Pérez,
que lo fueron de Antonio y Andreola Pérez, bisnietos de Mayor González
de Montiel289. Este autor, engolado y mal documentado a pesar de tener a su
disposición un magnífico archivo, es un historiador bastante deficiente, pero
un perfecto ejemplo de las absurdas ínfulas de limpieza de sangre de un linaje
que ya ignora sus orígenes, o no quiere saberlos, porque ha recuperado el
prestigio social y la falsa hidalguía que llegó a disfrutar durante el XV, después de haber pasado por la hoguera y la marginación desde fines de este y a
lo largo del siglo XVI.
Documento 13 de nuestro apéndice.
Véase el citado libro de BERMÚDEZ, Apuntes bibliográficos…, pp. 44-72, 128-139 y
204-205.
289
Véase el documento 13 de nuestro apéndice.
287
288
95
Aurelio Pretel Marín
Portadas de las obras del bachiller Sabuco (bajo el nombre de Oliva), y Gabriel de Pareja,
el jesuita Jacinto de Pareja y el franciscano Esteban Pérez de Pareja.
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APÉNDICE DOCUMENTAL
1
1475, Octubre, 30, Valladolid. La reina Isabel concede a Juan de Bustamante
y Juan de Reolid, vecinos de Alcaraz la heredad confiscada en Povedilla a los
hijos de Ruy González de Llerena, declarados rebeldes por estar en favor del
rey de Portugal y el marqués de Villena. Archivo General de Simancas, RGS,
147510, 832.
Donna Ysabel e cetera. Por quanto yo soy ynformada que Diego de Llerena,
alcayde de la torre de Villa Nueua de la Fuente, e Françisco de Llerena e (espacio
en blanco) de Llerena sus hermanos, fijos de Ruy Gonçalez de Llerena, han seydo
e son rebeldes e desleales por seguir el partido del aduersario de Portogal e del
marques de Villena en deseruiçio del rey mio sennor e mio e menospreçio de su
fama e honrra, yendo contra las cartas e mandamientos que el dicho rey mi sennor
e yo mandamos dar e dimos contra todas e quales quier personas, caualleros de qual
quier ley estado o condiçion que se sean que siguen el partido del dicho aduersario
de Portogal e del dicho marques de Villena e de los otros sus parçiales e secaçes,
que dentro en çierto termino en las dichas cartas contenido e so çiertas penas en
ella contenidas dexasen de seguir al dicho aduersario e a los dichos sus secaçes e
viniesen a nos seruir e seguir commo a su rey e reyna e sennores naturales commo
eran obligados segund las leyes destos mis regnos lo disponen; e commo quiera
que los dichos Diego de Llerena e Françisco de Llerena e (espacio en blanco) de
Llerena, fijos del dicho Ruy Gonçalez de Llerena, e cada vno dellos han seydo
requeridos por algunas vezes por parte del conçejo de la çibdad de Alcaraz que
dexen de seguir el dicho partido e que sigan al rey mio sennor e a mi commo son
obligados e nos siruan commo a sus reyes e sennores, e non han querido nin quieren
fazer, mas an perseuerado en su rebelion e deslealtad e estan reuelados en deseruiçio
nuestro en contra el dicho sennor rey e mio en la torre de la dicha Villa Nueua de
la Fuente, por lo qual ellos e cada vno dellos por el mismo caso han perdido todos
sus bienes muebles e rayzes e semouientes, los quales son confiscados e aplicados
para la mi camara e fisco e por tales los declaro. E agora acatando los muchos e
buenos e leales seruiçios que vos Juan de Bustamante e Juan de Reolid vezinos
de la dicha çibdad de Alcaraz cada vno de vos me avedes fecho e fazedes de cada
dia, espeçialmente en el çerco que por mi mandado se puso sobre el alcaçar de la
dicha çibdad de Alcaraz donde vos otros estouiestes con el maestre don Rodrigo
Manrrique e con el reuerendo obispo de Auila que posieron el dicho çerco fasta
que se gano, e asy mismo en el çerco que agora esta sobre la dicha torre de Villa
97
Aurelio Pretel Marín
Nueva donde los dichos rebeldes estan reuelados contra mi seruiçio, e en enmienda
e remuneraçion dellos, por esta mi carta vos fago merçed e donaçion pura e non
reuocable que es dicha entre biuos de la parte el heredamiento de las tierras e casas
e vinnas que a los dichos Diego de Llerena e Francisco de Llerena e (en blanco)
de Llerena e sus herederos e a cada vno dellos cabe en el heredamiento que tienen
en el dicho logar de la Pouedilla que es termino e jurediçion de la dicha çibdad de
Alcaraz, para que lo ayades e tengades por juro de heredad para vos e para vuestros
herederos e suçesores e para qual quier o quales quier que de vos oviere cabsa e
razon, e vos do poder conplido para que podades entrar e tomar por vuestra propia
autoridad la parte del dicho heredamiento de la Pombledilla (sic) que asi les cabe e
copiere en qual quier manera e la posesion çeuil e natural de todo ello, e lo podades
labrar e plantar e hedificar e desfrutar e leuar la renta de todo ello e vender e trocar
e cambiar e enajenar e fazer de todo ello e de cada cosa dello todo lo que vosotros
quisieredes e por bien touieredes commo de cosa vuestra propia libre e quita e
desenbargada; e por esta dicha mi carta o por vn traslado signado de escriuano
publico fago sano e de paz toda la parte del dicho heredamiento que cabe e copiere
a los dichos Diego de Llerena e Françisco de Llerena e sus hermanos e cada cosa
e parte dellos, agora e para todo tiempo e siempre jamas a qual quier persona que
vos los dichos Juan de Bustamante e Juan de Reolid lo vendiesedes; e sy para tomar
la posesion del dicho heredamiento vos los dichos Juan de Bustamante e Juan de
Reolid ouieredes menester fauor e ayuda por esta dicha mi carta mando al conçejo,
justiçias, regidores, caualleros, escuderos de la dicha çibdad de Alcaraz que vos
lo den e fagan dar, e a los dichos alcaldes e otras quales quier justiçias de la dicha
çibdad que vos defiendan e anparen en la posesion del dicho heredamiento e que
non consientan nin den logar que por personas algunas que podays tener e poseer
paçificamente el dicho heredamiento e gozar enteramente de la dica donaçion e
merçed que vos yo asy fago, que en ello nin en parte dello vos non pongan nin
consientan poner embargo nin otro ynpedimento algunos. E los vnos nin los otros
non fades ende al por algunas maneras so pena de la mi merçed e de priuaçion de
los ofiçios e de confiscaçion de los bienes de los que lo contrario fizieren para la
mi camara. E demas mandamos al omme que vos esta mi carta mostrare que vos
enplaze que parescades ante mi en la mi corte do quier que yo sea del dia que vos
enplazare a quinze dias primeros siguientes, so la qual mando a qual quier escriuano
publico que para ello fuere llamado que de ende al que gela mostrare testimonio
signado con su signo por que yo sepa en commo se cunple mi mandado. Dada en la
noble villa de Valladolid, treynta dias del mes de otubre, anno del nasçimiento del
nuestro Saluador Ihesu Xpo de mill e quatroçientos e setenta e çinco annos. Yo la
reyna. Yo Alfonso de Auila secretariode nuestra sennora la reyna la fiz escreuir por
su mandado. Registrada, Diego Sanchez.
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Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
2
1485, diciembre, 10, Alcalá de Henares. Cédula del Consejo de los Reyes Católicos
ordenando cobrar ciertas multas impuestas a distintos vecinos de Alcaraz que
impidieron a su corregidor prender al bachiller Ruy Díaz (de Montiel). Archivo
General de Simancas, RGS, 148512, 93.
Don Fernando e donna Ysabel etc. a vos Juan Manuel nuestro portero
de camara, salud e graçia: Sepades que por cabsa que nos fuymos ynformados
que queriendo el nuestro corregidor de la çibdad de Alcaraz por nuestro mandado
prender al bachiller Ruy Diaz vezino de la dicha çibdad, çiertos vecinos della en
menospreçio de la nuestra justicia gelo quitaron, ouimos enviado a Dia Sanchez
de Quesada, contino de nuestra casa, para que hiziese la pesquisa que proçediese
contra los culpantes en las mayores penas çeiules e criminales que fallase por
derecho; el qual dicho Dia Sanchez fue a la dicha çibdad e fizo la dicha pesquisa e
la truxo e presento ante nos en el dicno nuestro Consejo e proçedio contra algunos
de los que por la dicha pesquisa fallo culpantes e les sequestro sus bienes e cobro
los maravedis de salario que su escriuano auia de auer de salario al tiempo que
estouieron en fazer lo suso dicho, segund que esto e otras cosas mas larga mente en
la dicha pesquisa se contienen. La qual dicha pesquisa vista en el nuestro Consejo,
fue acordado que por ella se fallaron culpantes Fernando de Bracamonte e el
bachiller fysico e Pedro de Montiel e sus sobrinos, e Sancho de Peralta e Diego
de Llerena e Alfonso de Montiel e Juan Boticario e Iohan de Fellin, e Garçia de
Bonjorne e Diego de Bonjorne, e su fijo de Aluaro Lopez çapatero, e Fernando
Algazir e Rodrigo Gorron e Iohan Rodriguez de Molina e Garçia de Montiel, e
Alfonso D´Escalante e Sancho Sanchez de Montiel e Alfonso de Llerena e Gonçalo
Ruiz de Montoro e Juan Mendez de Sotomayor e Martin de Arenas, que de mas e
allende de la pena que por el dicho pesquisidor les fue dada para pagar los dichos
maravedis se repartiesen por cada vno dellos las quantias de maravedis seguientes
esta guisa:
El dicho Fernando de Bracamonte dos mill maravedis. IIM.,
El bachiller fisico cinco mill maravedis. VM.,
El dicho Pedro de Montiel e sus sobrinos syete mill maravedis. VIIM.,
El dicho Sancho de Peralta mill e quinientos maravedis, IMd.,
El dicho Diego de Llerena dos mill maravedis. IIM.,
El dicho Alfonso de Montiel mill maravedis. IM.,
El dicho Juan Boticario quatro mill e quinientos maravedis. IIIIM.,d
El dicho Juan de Hellin quatro mill maravedis. IIIIM.,
El dicho Garçia de Bonjorne tres mill maravedis. IIIM.,
El dicho Diego de Bonjorne quatro mill maravedis. IIIIM.,
Su fijo de Aluar Lopez dos mill maravedis. IIM.,
Fernando de Algazir quatro mill maravedis. IIIIM.,
Rodrigo Gorron mill maravedis. IM.,
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Aurelio Pretel Marín
Garçia de Montiel tres mill maravedis. IIIM.,
Alonso d´Escalate mill maravedis. IM.,
Sancho Sanchez de Montiel tres mill maravedis. IIIM.,
Alonso se Llerena quatro mill maravedis. IIIIM.,
Gonçalo Ruiz de Montoro dos mill maravedis. IIM.,
Juan Rodriguez de Molina quatro mill maravedis. IIIIM.,
Garçi Mendez de Sotomayor quatro mill maravedis. IIII.,
Martin de Arenas ocho mill y dozientos maravedis. VIIIMcc.,
E que deuiamos mandar dar esta nuestra carta para vos en la dicha razón, por que
vos mandamos que luego vayades a la dicha çibdad de Alcaraz e a otras partes que
entendades que cunpla e resçibadese cobredes de los suso dicho e de cada vno dellos
las quantias de maravedis suso declaradas en que asy por los del nuestro Consejo
fueron condenados, e sy luego non vos los dieren e pagaren o escusa o dilaçion en
ello pusieren por esta nuestra carta vos mandamos que fagades entrega e esecuçion
en ellos e en cada vno dellos en sus bienes muebles e rayzes por las quantias
de maravedis que a cada vno dellos esta repartido, e los vendades e rematedes
en publica almoneda e fuera della e de su valor vos entreguedes de los dichos
maravedis que asy vos non quisieren dar e pagar, e sy bienes desenbargados non los
fallaredes para conplimiento de pago de lo que dicho es les prendades los cuerpos e
los tengades presos e bien recabdados e los non desdes sueltos nin fiados fasta que
vos den e paguen los dichos maravedis cada vno dellos la quantia suso declarada, e
asy reçibidos e cobrados vos mandamos que fagades lo que vos mandaremos, e sy
para ello fauor e ayuda ouiesedes menester por esta dicha nuestra carta mandamos
al nuestro corregidor e alcaldes e justiçias quales quier de la dicha çibdad de Alcaraz
e de otras quales quier çibdades e villas e logares de los nuestros reynos e sennorios
e a cada vno e qual quier dellos que sobre ello fueren requeridos que vos lo den e
fagan dar e que en ello inpedimento alguno non vos pongan nin consientan poner.
Para lo qual todo que dicho es e cada cosa e parte dello fazer e conplir e esecutar, e
para les fazer sobre ello todas las prendas e premias e exacuçiones e vençiones de
bienes que requerirán vos damos poder conplido por esta nuestra carta con todas
sus inçidençias e dependencias e mergençias e conexidades. E los vnos nin los otros
non fagades nin fagan ende al por alguna manera so pena de la nuestra merçed e de
diez mill maravedis para la nuestra cámara; e demas mandamos so la dicha pena a
qual quier escriuano publico que para esto fuere llamado que de ende testimonio
synado con su sino por que nos sepamos en commo se cunple nuestro mandado.
Dada en la villa de Alcala de Henares a diez dias del mes de dizienbre, anno del
nasçimiento del Nuestro Saluador Ihesu Xº de mill e quatroçientos e ochenta e cinco
annos. Didacus deanus yspalensis. DonAluaro. Iohanis doctor. Andreas doctor. Yo
Luys del Castillo escriuano de cámara del rey e de la reyna nuestros sennores la fize
escreuir por su mandado con acuerdo de los del su Consejo.
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Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
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1494, noviembre, 10, Madrid. Sobrecarta de una orden anterior de los reyes
por la que se mandaba abonar a los huérfanos de Rodrigo de Montiel y Mari
Álvarez (Alonso, Juan, Fernando, Juan, Catalina y Mayor) 20.000 maravedís
de limosna, al haber quedado en la pobreza tras haber embargado el Santo
Oficio los bienes de su abuelo, físico de Toledo. Archivo General de Simancas,
RGS, LEG. 149411,151.
Don Fernando e doña Ysabel etc. a vos el bachiller Juan Alvarez Guerrero,
salud e graçia: sepades que nos mandamos dar e dimos vna nuestra carta sellada
con nuestro sello e librada de los del nuestro Consejo de la Santa Ynquisicion,
su thenor de la qual es este que se sigue: Don Fernando e Donna Ysabel, etc., a
vos el jurado Francisco de Vargas reçebtor de los bienes confiscados aplicados a
nuestra cámara e fisco por el delito de la erejia en la dicha çibdad e arçobispado
de Toledo, salud e graçia: bien sabedes commo por que nos fue fecha relación
por Alonso e Fernando e Juan e Catalina e Mayor huerfanos hijos de Rodrigo de
Montiel e de Mary Aluarez, su padre e madre ya defuntos, vezinos de la çibdad de
Alcaraz, que maestre Alonso fysico, su ahuelo, al tyenpo de su fin e muerte, le ovo
dexado a ellos con sus menores hijos de Mary Aluarez su hija su madre vnas casas
e almaçenes que el tenia en la çibdad de Toledo, por lo que ellos avian tomado la
posesion de las dichas casas e almaçenes e la avian tenido paçifica mente hasta
tanto que avia siete annos poco mas o menos que por que el dicho maestre Alonso
fysico su ahuelo fallado culpante en el delito de la heretica preyuedad avya sido
condepnado por los inquisidores de la dicha çibdad de Toledo, por lo qual le fueron
tomadas las dichas casas e almaçenes que tenia en la dicha çibdad, que asy les auia
dexado a ellos commo a sus nietos commo a ellos avian quedado a esta cabsa muy
proves e perdidos, Garçia de Montiel su hermano ya defunto se nos auia quexado
dello, e sabido por nos la proveza en que quedauan a cabsa de les tomar las dichas
casas e almaçenes, vsando con ellos de clemençia e piedad yo la reyna les hize
merçed e limosna de veynte mil maravedís, los quales les avian seydo librados por
mi çedula firmada de mi nombre en el comendador Anton de Gamarra receptor
que a la sazon era de los dichos bienes, el qual seyendo requerido con ella non
gelos auia querido dar nin pagar poniedo a ello muchas dilaçiones segund que
paresçia por su petiçion, y nos fue suplicado y pedido por merçed que sobre ello
les proueyesemos de manera que ellos oviesen e cobrasen los dichos maravedís, e
los del nuestro Consejo que entienden en los bienes confiscados y cosas tocantes a
la Santa Ynquisicion dieron su mandamiento para vos en las espaldas de la dicha
petiçion, por el qual vos mandaron que viesedes la dicha petiçion y la dicha çedula
de mi la reyna que en la dicha petiçion e confiando vos la relación de la dicha
çedula ser verdadera la guardasedes e cunpliesedes e fiziesedes guardar y conplir
realmente y con efeto segund e commo e por la via e forma que en la dicha mi
çedula se contenia, commo sy la dicha çedula a vos se dirigiera e fuerades en ella
101
Aurelio Pretel Marín
nombrado segun que mas larga mente en el dicho mandamiento se contiene, con
la qual dicha mi çedula e con el dicho mandamiento paresçe por vn testimonio que
vos fuestes requerido que los cunpliesedes segund que en ellos se contenia lo qual
non fezistes, antes paresçe que respondistes que non teniades maravedís algunos
del dicho vuestro cargo para los poder pagar los dichos veynte mill maravedís, et
puesto caso que algunos toviesedes, lo que non teniades, aquellos eran devidos
a los inquisidores y ministros de la Santa Ynquisicion desa çibdad de Toledo, a
los quales se devian quatro çientos mill maravedís, e mas a mujeres e fijos de
personas que avian seydo declarados se deuian grandes contias de maravedís, et
que aquellas pagariades ante todas cosas sy oviesedes de que, por que nuestra
voluntad era aquella y asy vos era mandado segund que mas larga mente en la
dicha vuestra respuesta se contiene. Lo qual visto por los del nuestro Consejo
que entiende en los bienes confiscadosy cosas tocantes a la Santa Ynquisicion,
et commo nos fue suplicado e pedido por merçed por parte de los dichos Alonso
y Fernando e Juan e Catalina e Mayor, huerfanos fijos de los dichos Rodrigo de
Montiel y Mari Aluarez sus padre y madre ya defuntos, que mandásemos ver la
dicha vuestra respuesta e les mandásemos proveer de manera que ellos cobrasen
los dichos veynte mill maravedís contenidos en la dicha merçed de mi la reyna o
como la nuestra merçed fuese, fue acordado que sin embargo de la dicha vuestra
respuesta deuiamos mandar dar nuestra sobre carta de la dicha çedula e del dicho
mandamiento para vos en la dicha razón; et nos tovimos lo por bien, por que vos
mandamos que luego veades la dicha çedula que yo la reyna mande dar e el dicho
mandamiento dado para vos por los de nuestro Consejo et syn enbargo de vuestra
respuesta que distes al requerimiento que con ellosvos fue fecho, la guardedes e
cunplades y fagades guardar y cumplir real mente y con efecto en todo e por todo
segund que en ella se contiene, bien asy e tan conplida mente commo si la dicha
mi çedula fuese a vos dirigida y en ella fuesedes nombrado, y en guardándola e
conpliendola dedes e paguedes a los hijos del dicho Rodrigo de Montiel los dichos
veynte mill maravedís de que asy yo la reyna les fize merçed e limosna, e sy asy
non lo quisieredes o escusa o dilaçion en ello pusieredes, mandamos al liçençiado
Hernando de Mazuecos, nuestro Juez de los bienes confiscados en la dicha çibdad
e arçobispado de Toledo que vos costringa e apremie a que gelo pagueys, et contra
el thenor y forma dela dicha nuestra çedula e del dicho mandamiento non vayades
nin pasedes nin consintades yr nin pasar en tiempo alguno nin por algunas maneras
nin consientan yr nin pasar en tienpos algunos nin por alguna manera. Et los unos
nin los otros non fagades ende al etc. Dada en la çibdad de Segouia a nueue días
de setienbre de noventa e quatro annos. Arçobispo de Meçina, F. obispo de Avila.
Filipus Doctor, Mateos doctor. Yo Pedro de Villacis escriuano de cámara del rey e
la reyna nuestros sennores la fize escriuir por su mandado con acuerdo de los del su
Consejo. Registrada doctor Pedro Gutierrez chançiller.
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Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
Con la qual paresçe que el dicho jurado Françisco de Vargas fue requerido para
que la obedeçiese e cunpliese en todo e por todo segund que en ella se contenia, e
non enbargante que la obedeçio pero non la cunplio, antes respondio a ella dando
algunas cavsas e dilaçiones indeuidas. E agora por parte de los dichos fijos de
Rodrigo de Montiel, ya defunto, nos fue suplicado e pedido por merçed que, pues el
dicho jurado Françisco de Vargas non queria conplir la dicha nuestra carta aviendo
muchos bienes que estauan confiscados a la nuestra camara de donde les poder
pagar los dichos maravedis, aviendo sydo sobre ello muchas vezes requerido a las
quales avia dado la misma respuesta, que le mandasemos dar vn executor para que
fisiese execuçion en quales quier bienes que estoviesen condepnados e aplicados
a nuestra Camara por los dichos veynte mill maravedis, e les fisiese pago de ellos
o commo la nuestra merçed fuese. Lo qual visto por los del nuestro Consejo de
la Santa Inquisyçion e asy mismo la dicha respuesta dada por el dicho jurado
Françisco de Vargas, touimoslo por bien. Por que vos mandamos que luego que
con esta nuestra carta fueredes requeridos, veades la dicha nuestra carta que de
suso va encorporada e la çedula que yo, la reyna, mande dar por la qual fise merçed
a los suso dichos de los dichos XX M, e la guardedes e cumpliedes e executeys
e fagays guardar e conplir e executar, e en guardandola e cumpliendola fagays
entrega e execuçion en quales quier bienes muebles e rayzes que fallaredes que
estan aplicados e confiscados e rematados en esta dicha çibdad e su tierra a nuestra
camara e fisco e los vendades e rematedes en almoneda publica segund fuero, e de
los maravedis del su valor entreguedes e fagades pago a los fijos del dicho Rodrigo
de Montiel o a quien su poder ouiere de los dichos XX M, de manera que la dicha
nuestra carta que de suso va encorporada e la dicha çedula que yo, la reyna, mande
dar aya conplido efecto para lo qual todo e para otorgar la carta o cartas de venta a
la persona o personas que en la manera suso dicha de vos conprare los dichos bienes
confiscados a la nuestra camara vos damos poder conplido por esta nuestra carta
con todas sus ynçidençies e dependençias, anexidades e conexidades, e mandamos
a los nuestros consejos e personas que tomaren las nuestras cartas del dicho nuestro
reçebtor que con el pasen e ¿encuentren? los bienes que fueren vendidos. E los
unos nin los otros non fagades nin fagan ende al por alguna manera, so pena de la
nuestra merçed e de diez mill maravedis para la nuestra camara; e mandamos al
omne que vos esta nuestra carta mostrare que vos enplaze que parescades ante nos
en la nuestra Corte doquier que nos seamos del dicha que vos enplasare fasta quinse
dias primeros syguientes so la qual mandamos a qual quier escriuano publico que
para esto fuere llamado que de ende al que vos la mostrare testimonio sygnado con
su sygno por que nos sepamos en commo se cumple nuestro mandado. Dada en la
villa de Madrid, a diez dias del mes de nouiembre, anno de mill e quatroçientos e
noventa e quatro annos.
Archiepiscopus (His)palensis, episcopus Abulensis. Felipus, doctor. Yo, Rodrigo
de Villaçis, escriuano del rey e de la reyna, nuestros señores, la fiz escreuir por su
mandado con acuerdo de los del su Consejo.
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Aurelio Pretel Marín
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1504, abril 5. Murcia. Traslado de la sentencia contra Mayor González de
Montiel, vecina de alcaraz. AHN, INQUISICIÓN, Leg. 2800. Hemos de agradecer
la transcripción de este documento a nuestro amigo, Carlos Ayllón Gutiérrez, que
prepara un trabajo sobre la Inquisición en tierras de Albacete.
Por nos, el doctor Gonçalo de Velasco, dean de Talavera y canonigo
de Cordoua, y el doctor Antonio de Contreras, ynquisidores contra la heretica
pravedad y apostasia por autoridad apostolica en la çiudad y obispado de Jaen y
arçedianazgo de Alcaraz con el obispado de Guadix y adelantamiento de Caçorla
y arçiprestazgo de Quesada (y) en la villa de Beas, ynquisidores y ordinarios en el
dicho arçedianazgo de Alcaraz y adelantamiento de Caçorla por el reverendisimo y
muy magnifico señor, el señor don fray Françisco Ximenez, por la diuina miseraçion
arçobispo de Toledo, primado de las Españas, chançiller mayor de Castilla.
Visto un proceso de pleito y causa que ante nos a pendido y pende entre
partes, conviene a sauer: de la una el venerable bachiller Joan de Churruca,
promotor fiscal deste sancto offiçio, actor denunçiante, y de la otra Fernan Sanchez
de Llerena y los otros sus hermanos, hijos de Mayor Gonçalez de Montiel, muger
que fue de Rui Gonçalez de Llerena, defuncta, vezina que fue de la çiudad de
Alcaraz, reos defendientes de la memoria y fama de la dicha Mayor Gonçalez
de Montiel, su madre, sobre raçon de una denunçiaçion y acusaçion que el dicho
promotor y abogado fiscal contra la memoria y fama / de la dicha Mayor Gonçalez
de Montiel puso e intento en el crimen de la heregia y apostasia en que dixo que la
dicha Mayor Gonçalez de Montiel mientra que viuio y estubo en la presente vida
judaiço, heretico y apostato de Dios y de nuestra sancta fee catolica en su ynjuria,
ofensa y menospreçio y seguio la ley de Moysen e hiço sus rictos, preçeptos y
çeremonias, en espeçial que auia comido y comio carne y huebos en biernes y
sauados y en las quaresmas y en otros defendidos estando buena y sana, y ayuno
muchos ayunos y fiestas de los judios, mayormente que ayuno el dia del ayuno
mayor, no comiendo en todo el dia hasta la noche salida el estrella, y que auia
preguntado y pregunto muchas vezes por el y lo dixo a otras personas para que lo
ayunasen diçiendo que no comiesen aquel dia por que era cosa sancta no comer en
todo el dia hasta que anocheçiese, y que auia dado y dio dineros y limosna para
pobres judios y para çera y azeite a las lamparas de la sinagoga, y que auia comido
y comio pan çençeno y que guardo y obseruo la pasqua del, y que auia y sebo
purgado y dessebado la carne que auia de comer, y que auia estado y estubo en
cofruergos (sic, por confuerzos) comiendo en el suelo pescado y no carne por duelo
y çeremonia de los defuntos, y que rezaua y rezo oraçiones judaicas, en espeçial
una que dezia “Bendito sea el Dios que no me hizo pajaro ni me hizo perro ni cabra,
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Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
etcetera”, y que quando partian algunas personas de su cassa a quien ella bien queria
e yuan camino las mandaua hazer la beraya, que es una bendiçion que acostumbran
los judios dezir a los que parten alguna parte porque Dios los guarde y dize assi:
“Bendigate Adonay y guardete e labre Adonay sus prados a ti, alce Adonay su yra
de ti y ponga / en ti paz. Anda en paz”, y que si alguna confeçion avia fecho y fizo
la dicha Mayor Gonçalez, aquella no le releuaua ni releuo de pena porque no la avia
fecho ni en en (sic) tiempo ni en forma ni tuvo aquellas calidades que de derecho
se requiere, porque no avia sido ni fue entera ni verdadera, porque della ni de las
otras personas con quien hizo y partiçipo las dichas herejias ni dixo ni avia dicho
el fecho de la verdad; antes las avia encubierto y encubrio, y que lo avia çelado
de si los dichos pecados mas graues y solo manifesto los pequeños y menores,
y que aun aquellos avia colorado e coloro desimulando negando la yntençion,
voluntad y animo con que los avia cometido y cometio, y que asimismo avia fecho
y perpetrado y fizo y perpetro otros muchos de herejia y apostasia que protesto
declarar en la prosecusion de este juiçio, y porque nos pidio que pronunçiando la
relaçion por el fecha ser verdadera pronunçiasemos e anatematizasemos a la dicha
Mayor Gonçales por hereje apostata descomulgada y por tal la declarasemos aver
sido y muerto condenando su memoria con perdimiento y confiscaçion de todos
sus bienes aplicandolos a la camara y fisco del rey y de la reyna, nuestros señores,
y que mandasemos exumar y alançar sus huesos y cuerpo de lugar sagrado dode
estaua sepultado assi como a miembro podrido de entre los cuerpos de los fieles
christianos para que los remitiessemos a la curia y braço seglar, lo qual dixo que
nos pedia y pidio en la mejor manera, via y forma que podia y de derecho devia,
para lo qual y en todo los nesçesario y complidero dixo que ymploraua e ymploro
nuestro ofiçio y protesto las costas y sobre todo pidio serle fecho cumplimiento de
justiçia segun que mas largo en la dicha su acusaçion y denunçiasion se contenia,
y visto como los dichos defensores fueron por nos çitados y emplazados. Y como
paresçieron ante nos a ver poner la dicha acusaçion y como les fue dada copia y
traslado de la dicha acusaçion y denunsiaçíon y termino para responder a ella y
todo lo que contra la dicha denunçiasion y acusaçion quisieron dezir y alegar fasta
que ambas las dichas partes / fueron por nos resçebidas a prueva, y como despues
de las provanças fechas a su pedimiento fue por nos mandado fazer publicaçion
de los testigos por el dicho promotor fiscal presentados y se les dio copia dello
segun forma de derecho, y visto todos los otros autos y meritos del proçesso fasta
la final conclusion, y como los dichos defensores fueron çitados en persona para
concluir e oyr sentençia en la dicha causa y negoçio, y como en el dicho termino
no paresçieron, el dicho promotor fiscal acuso sus rebeldias y contumaçias, y por
nos visto avidos por rebeldes y contumaçes en su rebeldia y contumaçia, y señalado
cierto dia para dar en el sentençia quando tuviessemos deliberado e acordado de la
dar, y comunicado con personas graues de mucha sçiençia sanas y rectas consiençias
siguiendo sus votos y paresçer y avido sobre todo nuestro acuerdo y deliberaçion
105
Aurelio Pretel Marín
teniendo a Dios ante mis ojos, hallamosque el dicho promotor fiscal probo bien y
cumplidamente su yntençion, assi por sufiçiente numero de testigos como por la
propia confeçion, que la dicha Mayor Gonçales hizo antes que muriesse e que los
dichos defensores de la memoria y fama de la dicha Mayor Gonçales de Montiel
no provaron cosa alguna que releuar ni aprovecharles pudiesse ni deuiesse; por
ende que deuemos declarar y declaramos la yntinçion del dicho fiscal por bien
y cumplidamente probada y que la dicha Mayor Gonçales aver sido y ser hereje
apostata ficta y simulada penitente factora y exapfatora (sic) y encubridora y
defensora de herejes, eresiarca y assi aver fenesçido los dias de su vida e que por
tal la deuemos declarar y declaramos y por el mismo fecho mientras biuio en este
siglo estaua y estuvo ligada y puesta en sentençia de excomunion mayor y en todas
las otras penas y çensuras contra los tales herejes por derecho establesçidas e en
pena de perdimiento y confiscaçion de todos sus bienes y aquellos pertenesçer y ser
deuidos a la camara y fisco / del rey y de la reyna, mis señores, y que le deuemos
relaxar y relaxamos a la justiçia y braço seglar en su estatua, y mandamos que sus
huesos sean desenterrados e exumados del lugar sagrado do estan enterrados si
pudieren ser diçernidos y apartados de los fieles christianos por que no comuniquen
en muerte con quien no pudiera comunicar en vida. Y asimismo damnamos y
condenamos la memoria y fama de la dicha Mayor Gonçales en señal de eterna
damnaçion. E que a todos los hijos y hijas de la dicha Mayor Gonçales deuemos
privar e privamos e ynhabilitar e ynhabilitamos de todos los ofiçios publicos e
benefiçios si algunos tienen; e por tales ynhabiles e yncapaçes los deuemos declarar
y declaramos para que de oy en adelante no puedan tener, usar ni exerçer benefiçios
ni ofiçios publicos a los tales ynhabiles e yncapaçes prohibidos, e que no puedan
caualgar ni caualguen en cauallo ni trayan armas ni vistan seda ni otras ropas de oro
ni plata ni perlas ni aljofar ni corales ni cuentas de ambar ni grana ni chamelote, lo
qual todo lo mandamos que lo fagan, cumplan y guarden, so pena de perdimiento
de todos sus bienes e so las otras penas contra los tales por derecho puestas. Y por
esta nuestra sentençia difinitiva assi lo pronunçiamos, declaramos, sentençiamos y
mandamos jusgando pro tribunalli sedendo en estos escriptos y por ellos.
Gundisaluus doctor. Decanus de Talauera. A(ntonio) doctor de Contreras.
5
1643, enero, 10, Murcia, Cámara del Secreto de la Inquisición. Parecer del fiscal
del Santo Oficio sobre lo que aparece en las genealogías de Alcaraz de los
antepasados de Gabriel de Pareja y Quesada. Solicita traslado de algunos de
los folios de las mismas en lo que se refiere a los Sabuco, Llerena, Pareja y
Quesada. Fol. 345, Im. 885.
Primer parecer del licenciado fiscal:
E bisto esta genealogía de don Gabriel de Quesada y Pareja y, abiendo
recorrido los libros y registros deste Santo Oficio, e allado el apellido de Pareja por
106
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
línea paterna notado en las genealogías de Alcaraz al folio 93 a la buelta y al folio
115, y en las dichas genealogías de Alcaraz e reconocido entroncado el apellido de
Sabuco y Quesada al folio 101, desde Mari Lopez muger de Juan Sanchez, herege
quemada, hasta una Maria Sabuco casada con Grabiel de Quesada, hija de Maria
Albarez y Miguel Sabuco, y rebisnieta de Maria Lopez, quemada, porque dicha
Maria Albarez es nieta suya, y dicho Grabiel de Quesada deçendiente de Mayor
Gonçalez de Montiel, muger de Ruy Gonçalez de Llerena, relajada por judayçante,
a folio 83, que es abuela de Francisca de Llerena, muger de Rodrigo de Baldelbira
Quesada, que tuvieron por hijos a Grabiel de Quesada que caso con Maria Sabuco,
que son los mesmos que el pretendiente da por abuelos maternos, A V S suplico que
de las dichas genealogías de Alcaraz se saquen las notas de Pareja desde folio 93 a
la vuelta, que enpieza en vna Catalina Gonçalez relajada por judaiçante, hasta Juan
Rodriguez Noguerol, y para el mesmo apellido desde el folio 115 que enpieça en
vna Catalina Çonçalez hasta folio 115 en vn Diego de Pareja que casso en Cuenca.
Y para lo entroncado del apellido de Quesada y de Sabuco desde el folio 101 desde
Maria Lopez hasta acabar la oja, y para el de Quesada desde folio 87 que enpieza en
Mayor Gonçalez hasta folio 89 a la vuelta en vn Grabiel de Quesada. En la Camara
del Secreto, 10 de enero de 1643. El licenciado don Juan Antonio de Cerbatos y
Velasco.
6
1644, noviembre, 4 y 7, Murcia. Segundo Informe del fiscal y réplica en la
Audiencia del Santo Oficio, respecto a la limpieza de Gabriel de Quesada,
con parecer contrario del inquisidor Antonio de Prado, que ordena comenzar
las pruebas de limpieza. AHN, INQUISICIÓN; 1462, Exp. 7, Fols 345-347. Im.
885-888.
Parecer del señor fiscal.
He visto estos papeles nuebamente presentados por parte de don Gabriel
de Pareja y Quesada, abogado de los Reales Consejos, que pretende ser miembro
del Santo Ofiçio de la Inquisicion, por que no se me ofrece que decir mas de lo que
tengo dicho en un parecer de nobiembre de 1643 cuya copia esta a la vuelta, donde
con toda distinçion y claridad se conocen las infecciones que se le comunican al
pretendiente por el apellido de Quesada y de Sabuco, sin que en ninguna manera
puedan releuarle los papeles presentados en este Consexo por la sospecha que
consigo trahen opponiendose a los libros y rexistros del Santo Ofiçio a que tanto
credito se debe dar como a tan antiguos instrumentos, porque no es accion ni
salida releuante deçir que es diferente la madre de Gabriel de Quesada que la que
dan los libros y rexistros, que la vna es Francisca de Quesada y la que dan los
dichos rexistros Francisca de Llerena, porque por la descendencia de las personas
de Mayor Gonçalez de Montiel tan ajustada con la que da el pretendiente en sus
107
Aurelio Pretel Marín
papeles se ve constantemente ser vna mesma cossa la madre del dicho Gabriel de
Quessada, pues la dicha Francisca de Llerena y Rodrigo de Valdeluira tuvieron un
hijo llamado Gabriel de Quesada cassado con Maria Sabuco, y los mesmos dan sus
papeles por abuelos maternos que son Gabriel de Quesada y Maria Sabuco, y pudo
llamarse la dicha Francisca de Llerena por algun quarto Quessada, pues su hijo se
apellido con el sobre nombre de Quessada, y pruebasse que la dicha Francisca de
Llerena es la madre de Gabriel de Quessada porque doña Cathalina de Valdeluira
madre del pretendiente tomo el apellido de Valdeluira que es el del marido de la
dicha Francisca de Llerena llamado Rodrigo de Valdeluira, con que si no fuera la
dicha Francisca de Llerena madre de Gabriel de Quesada no se llamara la hija de
Gabriel de Quesada doña Chatalina de Valdeluira, que como nieta de Francisca de
Llerena y Rodrigo de Valdeluira se nonbro con el sobrenombre de Valdeluira; y
por mas constante verdad vease a folio 135 a la buelta donde se hallara a la misma
madre del pretendiente doña Chatalina Sabuco, hija de Gabriel de Quesada y Maria
Sabuco, que casso con Diego de Pareja, de la villa de Munera, que es donde el
pretendiente da por orijinarios los Parejas, y asi siempre se queda dentro de la
infeccion que se le comunica por la dicha Francisca de Llerena nieta de Mayor
Gonçalez de Montiel relaxada. Y en quanto a la infeccion de Sabuco, supuesto el
pretendiente a su abuela materna Maria Sabuco por madre de Juana de Peñarrubia,
siendo la verdadera Maria Alvarez, muger de Miguel Sabuco, nieta de Maria Lopez,
mujer de Juan Sanchez, hereje quemada, conociendo ser constante esta infeccion
y ser imposible huirla de otra suerte. Y assi a V S suplico se sirva denegar a este
pretendiente la graçia que pido de ministro de este offiçio, pues asi conbiene a la
integridad y pureça de sus estatutos.
Otrosi a VS suplico mande que de los dichos rexistros se saque testimonio en
relacion de las notas que tengo pedido en dicho mi primer pareçer, y mas los a
folio 135 a la buelta asta doña Chatalina Sabuco muger de Diego de Pareja. En la
Camara del Secreto, 4 de nobiembre 1644.
Autos:
En la Avdiençia de la tarde del Santo Oficio de la Inquisicion, a siete dias del
mes de noviembre de mil seisçientos y quarenta y quatro, estando en ella el señor
inquisidor licenciado don Antonio de Prado, que asiste solo en el tribunal, y
habiendo la carta de los señores del Consejo de Su Magestad de 20 de agosto
proximo pasado deste año, con la copia de la peticion presentada y papeles que con
ella vinieron por el liçençiado don Grabiel de Pareja Quesada y pareçeres del señor
fiscal de 10 de enero de 1643 y 4 del presente deste año, con todo lo demas que ver
combino, dijo que sin embargo de lo dicho y alegado por dicho fiscal se reconoce
de dichos papeles haber avido yerro en los dichos registros deste Santo Oficio
dichas genealogias de Alcaraz, en que por ellos se dice que Grabiel de Quesada fue
hijo de Francisca de Llerena y Rodrigo de Valdelbira, siendo asi que segun dichos
papeles sus padres fueron Rodrigo y Francisca de Quesada, de quien no se conoce
108
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
ynfeccion ninguna, vltra que de dichos registros no consta que Mayor Gonçalez de
Montiel, relaxada, dexase hijos ni que fuese su nieta la dicha Françisca de Llerena;
y por lo que toca a Maria Sabuco, en esta parece que se tubo el mesmo yerro en que
diçen que Maria Sabuco fue hija de Maria Alvarez muger de Miguel Sabuco, siendo
asi que no fue sino de Juana de Peña Rubia y Miguel Sabuco como consta de dichos
papeles, con que pareçe que falta todo el fundamento para lo que el dicho fiscal le
opone y las dichas genealogias diçen de su deçendençia, conforme a lo qual parece
que contra estos apellidos de Quesada y Sabuco no resulta nada segun los dichos
papeles presentados. Y assi en cumplimiento de lo mandado por dicha sentencia del
consejo en dicha carta, su pareçer es que se le pueda haçer al pretendiente la graçia
que pretende, mandando se entre en sus pruebas, mandando las haga vn secretario
de este Santo Oficio de toda satisfaccion, maña e inteligencia, y le oserbo que a los
informantes se les den las instrucciones neçesarias.
Ante mi Domingo de Artiz (rubricado).
7
1645, febrero, 1. Declaración de Miguel Criado, jurado de Alcaraz, familiar del
Santo Oficio y cofrade de San Antón, en la probanza de limpieza de sangre de
Gabriel de Pareja. AHN, INQUISICIÓN; 1462, Exp. 7, Fols. 16-19. Im. 224-231.
En la dicha ziudad de Alcaraz, dicho dia, mes y año, para la dicha
ynformacion ante dicho comisario parecio llamado, juro en forma y prometio decir
verdad don Miguel Criado, que asi se dixo llamar y ser vezino y natural de esta
ciudad y jurado de ella y familiar del Santo Officio; y siendo preguntado a tenor
del interrogatorio,
A la primera pregunta, dixo que conoce de vista, trato y comunicación de quarenta
años a esta parte a don Grabiel de Parexa y Quesada, abogado de los reales consexos
y sabe que es vezino de la villa de Madrid donde tiene su casa y domicilio y natural
de esta ziudad.
A la segunda, dixo que conocio de vista, trato y comunicación, cosa de diez años, a
Diego de Parexa y a doña Catalina de Baldelvira su muxer, y sabe que fueron padres
lixitimos del dicho don Grabiel de Parexa, vecinos que fueron de esta ziudad; el,
natural de la villa de Munera y ella lo fue de esta ziudad.
A la tercera dixo que no la sabe ni tiene noticia de lo contenido en ella.
A la quarta, dixo que no conocio a los contenidos en ella, mas tiene largas noticias
por aberlo oydo decir públicamente a su padre de este testigo y a Juan Galdon
Cabeçuelo rexidor que fue desta ciudad, y a don Fernando de Montoya y a Pedro
de Vargas Machuca, defuntos, que si vivieran tuvieran mas de cien años algunos de
ellos, y es publico y notorio en esta ziudad y comun opinion que Grabiel de Quesada
y Maria Sabuco de Peña Rubia fueron padres de doña Catalina de Valdelvira y
Quesada y abuelos maternos del pretendiente; y por las dichas noticias sabe que
109
Aurelio Pretel Marín
Rodrigo de Baldelbira fue casado con Catalina de Quesada y que fueron padres del
dicho Grabiel de Quesada y bisabuelos maternos del pretendiente; y por las dichas
noticias sabe que Diego Lopez de Valdelvira fue casado con Lucia Garcia y fueron
padres de Rodrigo de Baldelvira y revisabuelos del pretendiente; y por las dichas
noticias sabe que Ambrosio de Llerena fue casado con Ysabel Gomez de San Jines,
y que fueron padres de la dicha Lucia Garcia y quartos abuelos del pretendiente;
y asi mesmo por las mismas noticias sabe que Ruy Gonçales de Llerena y Mayor
Gonçales de Montiel, relaxada, fueron padres o abuelos del dicho Ambrosio de
Llerena y quintos abuelos del pretendiente; y asimismo por dichas noticias sabe
que vn Fulano Sabuco tintorero fue casado con vna Fulana de la Barrera, no sabe
decir sus nombres, mas de que fueron padres de la dicha Maria Sabuco y visabuelos
por esta parte del pretendiente, y que la dicha Fulana de la Barrera muger de Sabuco
el tintorero fue hija de una Maria Barrera que penitenciaron en Jaen o en Cordoba,
que la llebaron desta ziudad, no sabe ni a oydo dezir el tiempo que a que sucedió
lo dicho, solo sabe por dichas oydas que le confiscaron sus bienes, no sabe quales
fueron ni si tubo mas hijos que la dicha muger del tintorero, del qual decienden la
dicha Maria Sabuco y el bachiller Sabuco su ermano, y fue casado con Maria de
Coçar, del qual matrimonio tubieron a doña Luisa de Oliba que caso con Acacio
Bohedo, que tubieron por hijo al licenciado Pablo de Buedo que oy es cura en El
Ballestero juridiccion de esta ziudad, el qual es primo segundo del pretendiente. Y
el dicho cura abra catorce o quince años poco mas o menos que pretendio en esta
ciudad ser cofadre en la cofadria de limpieza de señor San Anton, y para ello se le
ycieron sus pruebas y se vieron en el cabildo de dicha cofadria estando presente
este testigo, y en su vista dellas la dicha cofadria mando se escluyese por no ser
corrientes dichas pruebas y ynputarle en ellas lo que tiene dicho; y de este decreto
el dicho licenciado apelo al Consejo Real y se llebaron los autos y gano probision
para que sin enbargo de lo que abia acordado la cofadria fuera admitido, como
con efeto se yço y se puso vn tanto della en los libros de dicha cofadria; y dicha
ynformacion sabe se llebo original al Consejo y no se volvió a remitir ni esta en el
archivo de la cofadria, porque en poder de este testigo paran las llabes del por ser
como es padre del licenciado don Gaspar Criado prior de la villa de Albanchez y
peostre de dicha cofadria, y presume se yço la dicha ynformaçion ante Francisco de
Villarreal el Viejo o Juan Lopez de Parada escribanos que fueron de esta ziudad, ya
defuntos. Y no tiene noticia de mas ascendientes, y sabe que todos los susodichos
fueron vecinos y naturales de esta ziudad y orijinarios della.
Preguntado que supuesto a declarado tener noticias de Ruy Gonçales de Llerena
penitenciado por el Santo Oficio y de Mayor Gonzalez de Montiel su muxer, padres
de Ambrosio de Llerena y abuelos de la dicha Lucia Garcia y quintos abuelos
del pretendiente, diga y declare si sabe o a oydo decir si los suso dichos o sus
ascendientes tubieron y dexaron mas hijos de lo que tiene declarados, como se
llaman o llamaron y con quien fueron casados, y si por su fin y muerte dexaron
110
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
algun caudal en rayces o muebles, o si fundaron alguno o algunos vínculos o
mayoradgos, capellanías o patronatos, y si para ello ycieron algunos testamentos y
codicilos, costas de dotes o escrituras de partición, y quien goça y posee los dichos
vienes y por que titulo y causa y a donde se podra allar raçon de lo referido y ante
que escribano o escribanos se ycieron los dichos testamentos y demás papeles que
toquen o puedan pertenecer para que por ellos se pueda benir en conocimiento de
lo referido, dixo que no sabe cosa ninguna de lo que la pregunta contiene mas de lo
que tiene declarado, y lo mesmo dice por lo que toca a los ascendientes de Maria
Sabuco. Solo puede decir que lo que a declarado aber oydo a su padre deste testigo
y a Juan Galdon Cabeçuelo y a don Fernando de Montoya y a Pedro de Bargas
Machuca, tiene por cierto e sin duda lo dixeron sin pasión ni odio que tubieran con
los que a declarado, solo movidos de la verdad, porque fueron onbres onrados y
principales.
A la quinta y generales de la ley, dixo ser de hedad de cinquenta y ocho años poco
mas o menos.
A la sesta y setima, dixo que don Grabiel de Parexa y Diego de Parexa su padre
este testigo los tiene por ombres onrados y hijosdalgo, y como tales la ziudad les a
nombrado por alcaldes; no sabe otra cosa de lo que la pregunta contiene.
A la otaba y novena, dixo que doña Catalina de Baldeelvira madre del pretendiente
y los dichos sus padres y abuelos maternos asta el quinto que a declarado, por lo que
tiene el pretendiente de Ruy Gonçales de Llerena y de Mayor Gonçalez de Montiel
y por la Fulana Barrera, este testigo lo tiene por ynfecto y decendiente de tales,
por lo que tiene declarado en la quarta pregunta, y tal es publico y notorio en esta
ciudad; y por el quarto de Sabuco y Valdelvira que tiene la madre del pretendiente,
este testigo los tiene por limpios y xristianos viexos y por tales an sido avidos y
tenidos en esta ciudad sin aber oydo cosa en contrario. Esto responde y no sabe
otra cosa.
A la decima dixo que no lo sabe.
A la oncena dixo que el pretendiente es quieto y pacifico de buena vida y costumbres.
A la duadecima dixo que todo lo que dicho tiene es la verdad, publico y notorio, por
el sacramento que tiene fecho. Leyosele y dixo estar bien escrito y lo firmo. Entre
renglones, bas, vala.
Miguel Criado (rúbrica). Joan Carreño de la Fuente (rubrica).
8
1645, febrero, 5, Alcaraz. Declaración de Ambrosio Blázquez de Córdoba,
regidor de Alcaraz y familiar de la Santa Inquisición, en la probanza de
Gabriel de Pareja. AHN, INQUISICIÓN; 1462, Exp. 7, Fols. 69-74. Im. 330-338.
En la ciudad dicha de Alcaraz, dicho dia e mes e año, para la dicha
ynformacion, ante dicho comisario, parecio llamado, juro en forma y prometio
111
Aurelio Pretel Marín
decir verdad, don Ambrosio Blazquez de Cordoba, vecino y rexidor desta ciudad y
familiar del Santo Oficio y natural que dixo ser della, y siendo preguntado a tenor
del interrogatorio:
A la primera pregunta, dixo que conoce de vista y de comunicar de algunos treinta
años a don Graviel de Parexa y Quesada abogado y vecino de Madrid y natural
desta ciudad.
A la segunda, dixo que no conocio a Diego de Parexa, mas tiene largas noticias
de el por aberlo oydo decir a sus padres deste testigo y en común en esta ciudad,
y conocio a doña Catalina de Bandelbira su mujer de vista y comunicación quatro
o cinco años, y sabe que fueron padres lejitimos por las razones que lleba dichas
del dicho don Grabiel de Parexa y vezinos desta ciudad, él natural de la villa de
Munera y ella sabe que lo fue desta ziudad.
A la tercera dixo que no conocio a los contenidos en ella, mas tiene noticias por
averlo oydo dezir a algunas personas en la villa de Munera, donde este testigo a
estado algunas veces, de cuios nombres no se acuerda, que Diego de Parexa fue
padre de Diego de Parexa, el que caso con doña Catalina de Bandelvira, y que fue
abuelo paterno del dicho don Grabiel, y que fue vecino y natural de la dicha villa
de Munera; no tiene noticia de su mujer ni de mas ascendientes.
A la quarta, dixo que no conocio a los contenidos en ella, mas tiene largas noticias
por averlo oydo decir a doña Juana de Auñon, abuela paterna deste testigo, y a su
padre, ya difuntos, y ser publico en esta ciudad, que Grabiel de Quesada y Maria
Sabuco de Peña Rubia fueron padres de doña Catalina de Bandelvira y abuelos
maternos del pretendiente, y sabe por averselo dicho su padre y abuela deste testigo
dichos, que sy bibiera la dicha su abuela tuviera noventa años, que la dicha Maria
Sabuco se llamo Maria Sabuco de la Barrera y no de Peña Rubia; y por dichas
notiçias sabe que Diego López de Valdelvira y Elvira Garçia fueron padres del
dicho Graviel de Quesada y bisabuelos del pretendiente, y la dicha Elvira Garçia
fue hija de Ambrosio de Llerena y de Catalina Gomez de San Jines su mujer, y que
el dicho Ambrosio de Llerena fue hijo v nieto de Ruy Gonçales de Llerena y de
Mayor Gonçalez de Montiel, el fue reconçiliado y ella relaxada por los años de mil
y quatroçientos y noventa y dos, y que dichas penitencias fueron en la Ynquisiçion
de Murçia, donde estarán sus proçesos y por ellos constara lo referido; y además se
remite a un libro de xenealoxias que el señor Inquisidor don Garçia de Ceniceros,
en la visita que yzo en este partido no sabe el tiempo que a, le mando a su padre
de este testigo que lo tenia lo esibiesse como lo yço y asi se lo dixo a este testigo
dicho su padre, y que se lo auia lleuado el dicho señor inquisidor para ponerlo en
el secreto adonde entiende este testigo que estará y se podrá allar, por el qual se
comprobara lo que tiene declarado, y no sabe de otros papeles ni lo a oydo dezir.
Y por las dichas noticias sabe que Miguel Sabuco y Catalina de la Barrera fueron
padres de María Sabuco de la Barrera y bisabuelos del pretendiente, y que la dicha
Catalina de la Barrera fue hija de María de La Barrera, no sabe con quien fue
112
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
cassada ni lo a oydo decir, mas de que la quemaron en Jaen, no a oydo decir por
que causa ni en el tiempo que sea; remítese a su proceso que entiende se allará en
la Ynquisicion de Cordoua. Y por las razones que tiene declaradas sabe que todos
los suso dichos ecepto la Barrera quemada fueron vecinos y naturales desta ciudad;
y no tiene noticias de mas ascendientes ni de donde se podrán allar papeles para
comprobar lo que a declarado, mas de las noticias que tiene referidas.
Fuele dicho que supuesto que a declarado aver oydo decir a la dicha su abuela y
padre lo que lleva dicho, diga en que ocasión lugar y tiempo se lo dixeron y si fue
en alguna pasión o enemistad que tuvieren con el pretendiente o sus deudos. Dixo
que no sabe mas de que este testigo estando ablando con dicho su padre y abuela
de negocios tocantes a las cofradrías de limpieza que ay en esta ciudad, siendo este
testigo de diez u once años, les pregunto si la dicha doña Catalina de Bandelvira era
cofradre en alguna de las dichas cofradrias, le respondieron que no lo era ni podía
serlo por las razones declaradas arriba, y tampoco lo avia sido Diego de Parexa su
marido, y no sabe este testigo tuvieren odio ni enemistad con los suso dichos ni con
el pretendiente y su familia, sino movidos de la verdad.
A la quinta y jenerales de la ley, dixo ser de edad de treynta y seys años.
A la sesta y setima, dixo que don Grabiel de Parexa y Diego de Parexa su padre y el
dicho su abuelo que a declarado paterno, este testigo los tiene por infectos por aber
oydo decir públicamente en esta ciudad a muchas personas que en particular no se
aquerdan de sus nombres que el pretendiente por lo que tiene de Parexa decendia de
unos fulanos Toledos penitenciados en la Inquisicion de Murcia, no sabe ni a oído
dezir como se llamaran de propios nombres ni el tiempo que los penintenciaron ni
en que grado estén con el pretendiente ni por que linia le toque la ynficcion mas
de lo que tiene dicho y ser vna voz en confuso; y tanbien a sabido que le tocaba el
apellido de Cochina al pretendiente por esta linia.
Fuele dicho que puesto que a dicho y declarado aber oydo dezir que al pretendiente
por lo paterno le toca el apellido Cochina, diga y declare si sabe o tiene noticias que
sy el dicho apellido de Cochina es ynfecto, de donde se orijina, en que lugar lo ay,
y si la mala voz es por penitencia y reconciliación o relaxacion, quien fueron tales
y como se llamaron y en que grado de parentesco están con el pretendiente. Dixo
que no sabe cosa ninguna de lo que la pregunta contiene, mas de aber oydo decir
como dicho tiene que el apellido de Cochina no era limpio, no sabe por que razon
A la otaba y novena, dixo que la dicha doña Catalina de Bandelvira madre del
pretendiente y los demás sus ascendientes que a declarado en la quarta pregunta,
y por las razones en ella contenidas, este testigo tiene al pretendiente y a ellos
por infectos y descencientes de tales e incapaces de poder tener ni obtener oficio
de Inquisicion ni otros ningunos que tengan estatutos de limpieza; y por lo que
tiene el pretendiente y la dicha su madre de Baldelvira y Sabuco los tiene por
xristianos viexos limpios de limpia sangre sin ralea ni decendencia de moros y
judíos, tal como la pregunta lo dize, sin aber entendido lo contrario. Y además de lo
113
Aurelio Pretel Marín
dicho declara que en esta ciudad a abido grande escandalo por aber visto que este
pretendiente aya entrado en la Ynquisicion, y asi suplica al tribunal mire esta causa
con la rectitud que acostumbra a mirar otras semexantes.
A la decima, dixo que el pretendiente ni los que a declarado no ayan tenido actos
positivos ningunos porque en las cofradrias de limpieza desta ciudad no a entrado
ninguno ni lo a oydo decir que de abuelos y bisabuelos abaxo ayan entrado.
A la undeçima, dixo que todo lo que dicho tiene es la voz publica y notoria publica
voz y fama, so cargo del juramento. Leyosele, dixo estar bien escrito y lo firmo.
Y además de lo referido pide y suplica se examine a fray Tomas de Munera, de la
orden de Santo Domingo, que reside en El Bonillo, a quien a oydo dezir muchas
vezes que el pretendiente no es limpio; el dira las razones que tiene para ello.
Don Ambrosio Blázquez de Cordoba (rúbrica). Ante mí, Juan Carreño de la Fuente.
9
1645, febrero, 15, Alcaraz. Declaración de Luisa de Buedo, hija de doña Oliva.
AHN, INQUISICIÓN. 1462, Exp. 7, Fols. 156-157. Im. 503-505.
En la ciudad de Alcaraz a quince días del mes de febrero de mil y
seyscientos y quarenta y cinco años, estando en las casas de morada del licenciado
don Miguel de Parexa, abogado, el licenciado Juan de Villarroel comisario del
Santo Oficio, recibió juramento en forma de derecho, lo prometio decir verdad y
guardar secreto, doña Luisa de Buedo, que asi se dixo llamar y ser muger del dicho
don Miguel de Parexa y vecina y natural desta ciudad, y siendo preguntado al tenor
del interrogatorio,
A la primera pregunta dixo que conoce de vista y comunicación desde que esta
testigo tiene vso de razón a don Gabriel de Parexa y Quesada y sabe que es vecino
de Madrid y natural de esta ciudad.
A la segunda, dixo que conocio de vista y comunicación a Diego de Parexa y a doña
Catalina de Valdelvira su muger, padres lexitimos del dicho don Gabriel, vecinos
que fueron de esta ciudad; el a oydo dezir fue natural de Munera y ella sabe lo fue
de esta ciudad.
A la tercera dixo que no la sabe.
A la quarta, dixo que no los conocio a los contenidos en ella, mas tiene largas
noticias por aberlo oydo decir a doña Luisa de Oliba Sabuco, madre de esta testigo,
que oy reside en El Ballestero con su hijo Pablo de Buedo, ermano de esta testigo,
que Grabiel de Quesada y María Sabuco de Peña Rubia fueron padres de doña
Catalina de Baldelvira y abuelos maternos del pretendiente, y por dichas noticias
sabe que Miguel Sabuco y Juana de Peñarrubia su mujer fueron padres de doña
María Sabuco de Peñarrubia y bisabuelos por esta parte del pretendiente, y no tiene
noticia de mas acendientes, todos vecinos y naturales y orijinarios de esta ciudad.
A la quinta y jenerales de la ley, dixo ser de edad de quarenta años poco mas o
menos, y ser parienta del dicho don Gabriel en segundo grado, porque la dicha doña
114
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
Luisa de Oliba, madre de esta testigo, y doña Catalina de Baldelbira fueron primas
ermanas, y el bachiller Miguel Sabuco, padre de la dicha doña Luisa de Oliba fue
ermano de padre y madre de la dicha Maria Sabuco, abuela del pretendiente, porque
el dicho bachiller fue hijo de Miguel Sabuco y Juana de Peñarrubia, bisabuelo del
pretendiente. No sabe ni a oydo decir si el dicho su abuelo de esta testigo yço
testamento o no, por lo qual y constar el dicho parentesco no se prosiguió en el
examen.
A la duodecima, dixo que todo lo que dicho tiene es la verdad, publico y notorio,
publica boz y fama, so cargo de su juramento. Leyosele, dixo estar vien escrito y
lo firmo:
Doña Luisa de Buedo. Ante mi, Juan Carreño de la Fuente (rubricado).
10
1645, febrero 16, El Ballestero. Testimonio de Pablo de Buedo, cura de El
Ballestero e hijo de doña Oliva, respecto a la limpieza de Gabriel de Pareja,
su pariente. AHN, INQUISICIÓN; 1462, Exp. 7, Fols. 167vto-170. Im. 526-531.
En el lugar del Ballestero, a diez y seys días del mes de febrero de mil y
seiscientos y cuarenta y cinco años, ante dicho comisario pareció llamado, juró en
forma y prometio decir verdad y guardar secreto, el licenciado Pablo de Buedo, que
así se dixo llamar y ser cura párroco de dicho lugar y vecino y natural de la ciudad
de Alcaraz; y siendo preguntado a tenor del interrogatorio,
A la primera pregunta dixo que conoce de vista, trato y comunicación desde que
este testigo tiene vso de razón a don Graviel de Parexa que se dice abogado de los
Reales Consexos y vecino y natural de la ciudad de Alcaraz.
A la segunda, dixo que conocio de vista y comunicación a Diego de Parexa y a
doña Catalina de Baldelvira su muger mas de veynte años, padres lexitimos de don
Grabiel de Parexa vecinos que fueron de Alcaraz y natural de Munera el y ella de
la dicha ciudad.
A la tercera dixo que no la sabe.
A la quarta, dixo que no conocio a los contenidos en ella, mas tiene largas noticias
por aberlo oydo decir a doña Luisa de Oliba Sabuco, su madre deste testigo, y a
otras muchas personas, y ser publico y notorio en la dicha ciudad de Alcaraz, que
Grabiel de Quesada y Maria Sabuco de Peña Rubia fueron padres de doña Catalina
de Bandelvira y abuelos maternos del dicho don Grabiel, y por la dicha raçon sabe
que Rodrigo de Bandelvira y Francisca de Quesada su muger fueron padres de
Grabiel de Quesada y bisabuelos del pretendiente, y por lo dicho sabe que Miguel
Sabuco y Juana de Peña Rubia su lexitima muger fueron padres de María Sabuco
de Peña Rubia y bisabuelos por esta parte del pretendiente, y no tiene noticia de
mas ascendientes, y sabe que todos los suso dichos fueron vecinos y naturales de
dicha ciudad de Alcaraz.
115
Aurelio Pretel Marín
A la quinta y jenerales de la ley que le fueron dichas dixo ser de edad de cinquenta
y vn años poco mas o menos y ser pariente del dicho don Graviel de Parexa en
tercero grado, porque la madre de este testigo que es declarado y la del pretendiente
fueron primas ermanas, porque la dicha su madre deste testigo fue hija del bachiller
Miguel Sabuco de Peñarrubia, ermano de María Sabuco de Peña Rubia, madre
de la dicha doña Catalina, ambos hijos del dicho Miguel Sabuco y Juana de Peña
Rubia, asi mesmo bisabuelos deste testigo.
Fuele dicho si este testigo avia sido ermano en la cofradria de limpieza de señor
San Antón de la dicha ciudad de Alcaraz, y si para serlo se le ycieron sus pruebas de
limpieza, ante que persona se recibió la dicha ynformacion y a donde se podra allar
recado della. Dixo que abia diez veinte años poco mas o menos que es cofradre
en la dicha confadria de limpieza de señor san Anton, y para serlo se ycieron
informaciones por orden de la dicha cofradria y ¿promocion? del Real Consexo
de Justicia, los quales pasaron ante Juan López de Parada escribano del numero
de la dicha ciudad de Alcaraz ya defunto y se llevaron al dicho Consexo y en vista
dellas acordó el dicho Consexo fuese admitido este testigo a la dicha cofadria y
para ello despacharon su real provisión como se acostumbra para otros ermanos, y
por allarse este testigo ocupado en la villa de Madrid en aquel tiempo, dio su poder
a Fray Felis de Buedo su hermano, relixioso de la orden de Santo Domingo en la
probincia de Andalucia, no sabe si es vivo o difunto ni a donde esta, y en virtud de
dicho poder y probision fue admitido este testigo en la dicha cofadria, y se puso
vn tanto del dicho poder y provision en los libros della, a donde se allara, por que
el orijinal se le quemo con otros papeles en vna desgracia que tubo. Esto responde
que es la verdad y lo que tiene dicho so cargo de su juramento publico y notorio.
Leyosele, dixo estar bien escrito y lo firmo:
Pablo de Buedo (rubricado). Ante mí, Juan Carreño de la Fuente (rúbrica).
11
1645, febrero 16, El Ballestero. Declaración de Luisa de Oliva, hija del bachiller
Sabuco y viuda de Acacio de Buedo, en la probanza de Gabriel de Pareja.
AHN, INQUISICIÓN; 1462, Exp. 7. Fols. 170-171vto. Im. 531-534.
En el dicho lugar del Ballestero, dicho día, mes y año, ante el dicho
comisario, parecio llamada, juró en forma, prometio decir verdad y guardar secreto
Doña Luisa de Oliba, que asi se dixo llamar y ser viuda de Acacio Buedo, rexidor
que fue de la ciudad de Alcaraz y vecino della, y esta testigo lo es, y natural; y
siendo preguntada al tenor del interrogatorio,
A la primera pegunta dixo que conoce de vista y comunicación desde que nacio a
don Grabiel de Parexa abogado de los Reales Consexos, vecino de Madrid y natural
de Alcaraz.
A la segunda, dixo que conoció de trato y comunicación de mas de treynta años a
Diego de Parexa y a doña Catalina de Baldelvira su muger, padres lexitimos del
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Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
dicho don Grabiel, vecinos que fueron de Alcaraz, él natural de Munera y ella de
la dicha ciudad.
A la tercera dixo que no la sabe.
A la quarta dixo que conocio de vista y comunicación a Graviel de Quesada y a
María Sabuco de Peña Rubia, padres lixitimos de doña Catalina de Baldelvira y
abuelos maternos del dicho don Grabiel de Parexa. Yten tiene noticias por aberlo
oydo decir a su padre de esta testigo, que fue el bachiller Miguel Sabuco, y a
Francisca de Coçar, sus padres de esta testigo, que Miguel Sabuco y Juana de Peña
Rubia, que esta testigo conocio muy bien, fueron padres de María Sabuco de Peña
Rubia y bisabuelos por esta parte del pretendiente, y por lo oydo decir a la dicha
Juana de Peña Rubia sabe que Gonçalo Sanchez de Peña Rubia fue padre de la
dicha Juana y rebisabuelo del pretendiente, no se aquerda del nombre de su muger
ni de mas acendiente por ninguna parte, mas de aber oydo decir a su padre de esta
testigo y ser publico que Rodrigo de Baldelvira y Francisca de Quesada fueron
padres de Gabriel de Quesada y bisabuelos del pretendiente, y no tiene noticia de
mas acendientes, naturales y orijinarios que fueron de la ciudad de Alcaraz.
A la quinta y jenerales de la ley, dixo ser de edad de ochenta años y es parienta del
pretendiente porque doña Catalina de Baldelvira madre del pretendiente fue prima
ermana de esta testigo, porque esta testigo es hija del bachiller Miguel Sabuco de
Peña Rubia, ermano de padre y madre de María Sabuco de Peña Rubia, el qual
fue hijo del dicho Miguel Sabuco y Juana de Peña Rubia, abuelos desta testigo y
visabuelos del pretendiente.
A la duadecima, dixo que todo lo que dicho tiene es la verdad y notorio publica
voz y fama. So cargo de su juramento, leyósele, dixo estar bien escrito y lo firmó.
Doña Luisa de Oliva. Ante mí, Juan Carreño de la Fuente (rúbrica).
11B
1645, diciembre, 5, Alcaraz. Nueva declaración de doña Oliva ante el comisario
Fernando de Melgar. AHN, INQUISICIÓN; 1462, Exp. 7, Fols. 269vto- 270. Im.
730-731.
En la dicha ciudad de Alcaraz, en el dicho día, mes y año dichos, su merced del
dicho comisario para las dichas dilijencias recivio juramento en forma de derecho
de doña Oliva Sabuco, viuda de Acacio de Buedo, regidor que fue desta dicha
ciudad y natural della, y la suso dicha hiço e prometio decir verdad, y siendo
preguntada por el dicho auto,
Dijo que esta declarante es tía del dicho licenziado don Gabriel de Pareja,
pretendiente, prima hermana de doña Catalina de Valdelvira su madre, porque
ambas fueron y son nietas de Miguel Sabuco el Viejo y de Juana de Peña Rubia
su muger, los quales tubieron por su hija legitima a María Sabuco de Peña Rubia,
que casó con Gabriel de Quesada, y a Miguel Sabuco, padre de esta declarante; y
117
Aurelio Pretel Marín
los dichos Gabriel de Quesada y María Sabuco de Peña Rubia tubieron por su hija
legitima a la dicha doña Catalina de Balde Elvira, la qual caso con Diego de Pareja,
natural de la villa de Munera, de cuyo matrimonio tubieron al dicho don Gabriel
de Pareja. Sauelo esta declarante por aber conocido muy bien a los dichos Gabriel
de Quesada y María Sabuco de Peña Rubia y la noticia que tiene de sus mayores,
y de como la dicha Juana de Peña Rubia su abuela era hija de Gonçalo Sánchez de
Peña Rubia, y no tiene noticia de mas ascendientes. Y esta es la verdad so cargo del
juramento que a fecho, y que es de edad de mas de ochenta años, y lo firmo.
Comisario Fernando Melgar y Cuéllar (rubricado). Doña Li i sa de Li ua. Ante mi
Alonso Martinez Garay (rubricado).
12
1645, marzo, 8, El Bonillo. Parecer del comisario Juan de Villarroel sobre
las investigaciones realizadas en Alcaraz y Munera respecto a la limpieza de
Gabriel de Pareja. Se añade diligencia del fiscal Juan Antonio de Zerbatos de
27 de abril. AHN, INQUISICIÓN; 1462, Exp. 7, Fols. 206-207. Im. 602-604.
Por mandado de V. Sª, en compañía del secretario Juan Carreño de la Fuente fuy
a la ziudad de Alcaraz y a la villa de Munera a la averiguación de la naturaleza y
limpieza de el licenciado don Grabiel de Parexa vezino de la villa de Madrid y
abogado de los Reales Consejos. Y por lo que toca a la dicha ziudad de Alcaraz, en
ella se examinaron setenta y tres testigos de los mas anzianos y notiziosos y entera
fe y crédito que pudieron ser ávidos; entre ellos, el testigo 2 y 5 y 30 y 31 dan al
pretendiente por dezendiente de Ruiz Gonzalez de Llerena y Mayor Gonzalez de
Montiel, penitenciados; y por la linia de Grabiel de Quesada y de Maria Sabuco su
muger por dezendiente de Maria de la Barrera que dizen quemaron en Jaen; y el
testigo 3 y 20 y 17 y 46 y 56 dizen mal de la opinión del pretendiente por poseer
una capilla que esta en el convento de Santo Domingo de dicha ziudad, que fue
de los Llerenas, si bien adelante dicen que de poco tiempo a esta parte an visto
instrumentos por donde parece que el pretendiente no es heredero de esta capilla
por dezendiente de los dichos Llerenas, sino que la tiene por conpra que de ella
hizieron sus antezesores, y por esta razón los tienen por linpios como consta de la
dicha venta a foxas 87 asta foxas 190, por lo que al dicho Miguel Sabuco y Juana de
Peña Rubia los tienen por linpios los testigos, y que el dicho pretendiente deziende
de tales, lo qual pareze se prueba de un poder que esta en estos autos a foxa 36 y de
una carta de dote del dicho Miguel Sabuco y Juana de Peña Rubia para que casase
con Grabiel de Quesada la dicha su hija, que esta a foxa 16, y por la información
de limpieza que se hizo a pedimiento de Francisco de Baldelvira hermano de la
dicha doña Catalina de Valdelvira, madre del pretendiente que esta a foxas 77; y los
demás testigos todos dizen bien del pretendiente en conformidad de la genealogía
que el pretendiente a dado. Tanbien se hizo dilixenzias en saber si abia algunos del
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Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
apellido de Llerena y no se a allado ninguno del dicho apellido de Llerena.
Y por lo que toca a las diligenzias hechas en la villa de Munera cumpliendo con
lo que el interrogatorio dispone, por lo que toca al apellido Parexa se examinaron
doze testigos, los mas notiziosos e fedidinos que se allaron en dicha villa, y todos
dizen bien. Y asi por los enquentros que se ofrezen en estas ynformaçiones no me
atrevo a dar mi parecer en ellos, sino remitirme en todo a lo que V Sª determinare,
que será lo más azertado.
Ocupamos en estas informaciones el presente secretario y yo teynta y seys días en
yda y toda vuelta, que mandara V Sª se tasen y que dello se nos de libramiento.
De la villa del Bonillo y marzo 8 de 1645.
El Licenciado Joan de Villarroel y Prado (rubricado).
El fiscal: He visto estas informaciones de la genealogía e naturaleza y limpieza
de don Gabriel de Pareja, y por lo que toca a este distrito pareze que están hechas
las diligenzias que se han podido hazer, si bien de ellas resulta que Maria Sabuco
abuela materna del pretendiente es hija de Alonso Sabuco y de Maria Barrera como
lo dice el testigo ¿seis? y el testigo 17, y la dicha María de la Barrera fue hija de
María de la Barrera de la qual diçen que la lleuaron de la ciudad de Alcaraz a la
ciudad de Jaen donde la quemaron, cuyo sanbenito se hallara en la Inquisicion de
Cordoba o en Dicho Jaen. V Sª lo verá y mandara se haga lo que mas conuenga
para que estas informaciones se remitan a los señores del Consejo como lo tienen
ordenado en carta de 6 de este. En la cámara del secreto, 27 de abril de 1645.
El licenciado don Juan Antonio de Zerbatos y Velasco (rubricado).
13
1645, julio, 29, Alcaraz. Certificación del secretario del Santo Oficio sobre lo
contenido en las visitas a Alcaraz de los inquisidores Ayala (1600) y Ponce de
León (1589) en relacion a la genealogía descendente de Mayor González de
Montiel1. AHN, INQUISICIÓN; 1462, Exp. 7, Fols. 208-220. Im. 606-631.
Don Juan Carreño de la Fuente, secretario del Santo Oficio de la Inquisicion
desta ciudad y su partido, en cumplimiento de lo proveydo y mandado por auto del
tribunal en dieciocho de mayo deste presente año, certifico que e visto y mirado y
Aunque a primera vista parece un poco anárquico, el documento parte de esta hereje quemada, habla de un solo hijo, el “licenciado Llerena” (aunque sabemos que tuvo al menos cuatro
o cinco), y después continúa con los nietos, añadiendo detrás de cada uno a los bisnietos,
rebisnietos y tataranietos que descienden de él, e indicando con quiénes se casaron. Para una
mejor comprensión de la fuente, hemos puesto en negrita el nombre de estos nietos y agrupado detrás sus descendientes, que en el original vienen en líneas sueltas, aunque en el mismo
orden. Así resultará de más utilidad para quienes se acerquen a la investigación con objetivos
distintos de los nuestros.
1
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Aurelio Pretel Marín
recorrido los libros, protocolos y rejistros que estan en la camara del secreto desta
Inquisicion, en el libro de jenealojias de relaxados, reconçiliados y penitenciados
de la ciudad de Alcaraz que se tomaron en la visita que hiço el señor inquisidor Dr.
Ayala por ante Juan de Juncos, secretario que fue de esta Inquisicion, presentaron
y reconocieron un memorial de jenealoxias firmados de sus nombres Alonso de
Busto y Alonso Cobo Segura, ¿numerarios? del Santo Oficio, Miguel Criado, cuio
reconocimiento esta al folio ciento y ochenta y quatro, que parece lo ycieron en
nueve de otubre de mil y seysçientos, y dichas jenealojias comiençan del folio
ciento y cinco y acaban en el folio ciento y cuarenta y cinco, y el el folio ciento y
veintinueve a la vuelta del setimo mote della es del tenor siguiente:
Mayor Gonçalez de Montiel, muger de Ruy Gonçalez de Llerena, erexe
quemada por aber judayçado, vecinos de Alcaraz, tuvieron por hijos a:
El licenciado Llerena. No se sabe el nombre de su muger.
Dicen los catalogos que fue abuela de:
Ambrosio de Llerena, Rui Gonzalez de Llerena, Francisco de Llerena,
Diego de Llerena el Tuerto, el licenciado Noguerol de cabo del relox de
la plaça de Arriba, la muger de Rodrigo de Bandelvira.
El dicho Ambrosio de Llerena, nieto de la Condenada, hijo del dicho
licenciado Llerena caso con Catalina Gomez, tuvieron por hijos a:
Visnietos: el licenciado Guedexa, relator que fue del Consexo Real, recetor de las
alcaualas. Juan de Llerena. Juana Guedexa. Francisco Guedexa. Otra que se caso
en San Clemente.
El dicho liçençiado Juan Guedexa fue casado con Bernardina de Balençuela en San
Clemente. Tuvieron por hijos a:
Revisnietos: El liçençiado Agustin Guedexa oydor que fue en Galiçia. Geronimo
de Guedexa, regidor de Alcaraz. Doña Geronima, mujer del secretario Juan Gallo
de Andarada. Doña Catalina de Balençuela, monja en Santi Spiritus. Doña Maria,
monxa en el dicho convento.
El dicho liçençiado Agustin Guedexa casso primera vez en Vtiel con Fulana
Tarraga, tuvieron por hijos: Tataranietos: Una hija que murio.
Segunda vez casso en Galiçia.Tubo hijos: Geronimo Guedexa, casso con doña
Catalina de Laserda [¿La Cerda?] en Alcaraz. Tienen vna hija que se dice
Tataranietos: doña Bernardina de Balençuela que casso con Gregorio de Balençuela
su tio, primo hermano de su padre. Juan de Guedexa casso con doña Catalina de
Argüello en Madrid, no tiene hijos. El licenciado Gallo, alcalde de hijosdalgo de
Valladolid, tiene mas hijos e hijas, no se saben sus nombres.
Pedro de Quiroga casso con doña Geronima de Madrid, no tuvieron hijos (el dicho
Pedro de Quiroga hiço penintençia publica en el conbento de Santo Domingo de
Alcaraz por el Santo Oficio de la Inquisicion de Murçia.
Juan de Llerena murio sin hijos. Juana Gedexa casso con Pedro de Parexa de la
Puerta Granada; tuvieron por hijos:
Revisnietos: Rodrigo de Parexa murio moço en yndias. Ambrosio de Parexa esta en
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Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
Yndias. Sebastian de Parexa regidor de Alcaraz a cassado tres vezes; de cada vna
muger tiene una hija, que son tataranietas.
Francisca de Guedexa casso con Pedro Noguerol que labro en el Çepillo, dexo por
hijos a:
Revisnietos: Juan Rodriguez Noguerol que caso con doña Maria Muñoz; tuvieron
por hija a: Tataranieta, doña Melchora Noguerol, doncella por cassar.
Mas revisnietos: Pedro Noguerol casso con doña Catalina de Alfaro, no tuvieron
hijos. Rodrigo Noguerol casso en Villanueva de la Fuente con Fulana de Orgaz;
tiene por hijos, que son tataranietos: Ba? Noguerol murio moço sin hijos.
Mas revisnietos: La dicha Juana Gedexa vive y es muger de Pedro de Pareja. Tubo
otra hija que se dice doña Maria de Parexa, caso con Juan de Alfaro, tubo por hijos
a: Tataranieto, Juan de Alfaro, moço por cassar.
Mas visnietos: la hija del dicho Ambrosio de Llerena que casso en San Clemente
que casso con Fulano de Montoya, tiene hijos que son revisnietos.
Mas Nietos: Ruy Gonçalez de Llerena, nieto de La Condenada,
caso con Fulana de Bargas, tubo por hijos a: Visnieta: Fulana de Bargas, que
casso con Dia Sanchez de Bustamante; tuvieron por hijos a: Revisnietos:
Antonio de Bustamante que casso en Fuenllana con hermana del cura, tiene
dos hijos muchachos que son tataranietos.
Mas nietos: Francisco de Llerena, mayordomo que fue del Alholi
de Alcaraz, tuvo por hijos a: Visnietos: Francisco de Llerena. La muger de
Francisco de Sandoval el Perulero.
El dicho Francisco de Llerena caso con la Frutosa, ermana de Diego Ordoñez
clerigo; tuvieron por hijos a: Revisnietos: Mari Frutossa. Catalina Frutossa.
La dicha mari Frutossa, muger de Juan de Sotomayor, tuvo por hijos a:
Taratanietos: el liçenciado Juan de Sotomayor, alcalde mayor que de presente es
en Medina del Campo, casso con doña Veatriz, muger que fue del doctor Almansa
oydor de la Contrataçion de Sevilla, y tiene por hijos el licenciado Juan de
Sotomayor, que seran retataranietos.
Mas visnietos: La muger de Francisco de Sandobal tubo por hijos a: Revisnietos:
Miguel de Sandoual, Quiros de Sandoual.
Dicho Miguel de Sandoual casso con Mari Guerrera hija de Juan Gomez Ortelano,
tuvo por hijos a: Tataranietos: Quiros de Sandoual que casso con Fulana de
Vallesteros, no dexo hijos. Francisco de Sandoual, soldado, no sabe si tiene hijos.
Mas revisnietos: el dicho Quiros de Sandoual que casso en Madrid dos vezes, la
primera tiene hijos que son tataranietos. Tataranietos: una hija del dicho Quiros
monja en el monasterio de los Anjeles en Madrid. Otro hijo soldado, no se sabe si
tubo hijos. Otro que se entro frayle.
Mas nietos: Juan de Llerena, nieto de la Condenada, no se saue
si dexo hijos.
121
Aurelio Pretel Marín
Mas nietos: Diego de Llerena el Tuerto casso con Fulana de Peña
Rubia; tuvieron por hijos a: Francisco de Llerena Peña Rubia. Diego de
Llerena el Balenciano. Rodrigo de Llerena que dicen el Buey. Catalina de
Llerena que murio moça. Vn hijo bastardo que se decia Juan de Llerena,
que lo vbo en la Lopez regatera.
Dicho Francisco de Llerena casso con Ynes Barrera. Tiene por hijos: Revisnietos:
dos hijas mas por cassar.
Diego de Llerena el Balenciano casso dos veces, una con Fulana de Olivares de
Santana cabo Chinchilla, de quien tubo una hija que es rebisnieta; segunda vez
casso con Pretolina Cana ermana de Blas Cano, tiene vna hija, ambas a dos por
cassar.
Mas visnietos. Rodrigo de Llerena el Buey casso con Maria de Molina. Tiene por
hijos a:
Revisnietos: Diego de Llerena que esta en Yndias. Maria de Molina, muchacha.
Juan de Llerena, muchacho. A estos toca por parte de su madre, Maria de Molina,
ser decendientes de Alonso Lopez Pollo y su muger, condenados en el capitulo
segundo.
Mas visnietos: Catalina de Llerena, visnieta de la Condenada, que tambien fue
erexe quemada, no se sabe que dexo decendencia mas de la dicha.
Mas hijos de la Condenada: Licenciado de Llerena, que fue hijo
como he dicho de la dicha mayor Gonçalez de Montiel, quemada, no se
sabe el nombre de su muger, mas de que se decia Fulana de Ballesteros, los
quales vivieron en la aldea de La Pobedilla; dejaron por hijos a:
Nietos: Diego de Llerena, el qual casso con muger del linage de
Arenas, que tanbien vbo dellos muchos condenados, el qual y la dicha su
muger tuvieron por hija a:
Visnieta: Francisca de Llerena, muger que fue de Fernando de Alcala, que decian
el Judio, los quales tuvieron por hijos a: el doctor Fernando de Alcala, abogado.
Melchora de Bargas moça por casar.
El dicho Doctor Hernando de Alcala caso con doña Maria de Bandelvira, hija de
Diego Lopez de Bandelbira; tienen vna hija niña que es tataranieta.
Mas nietos: El dicho Alonso de Llerena de la Pobedilla, hijo de la
Condenada, tuvo por hija a:
Nietos y visnieta: la muger que caso con Diego de Alcala el de
la Puerta Nueva de Abaxo, el qual caso con Fulana de Ballesteros, tuvieron
`por sus hijos a: Visnietos: Alonso de Alcala rexidor que vivio en la casa de
su padre. Luis de Ballesteros.
La deçendençia del dicho Alonso de Alcala rexidor y de su hermano Luis de
Ballesteros esta puesta y declarada en el capitulo de Hernando de Alcala que es
numero 45, y se advierte que al de estos toca los de Llerena y Fernando de Alcala
por deçendençia y linea reta.
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Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
El licenciado Noguerol que siempre vivio junto al relox de Arriba,
nieto de la dicha Mayor Gonçalez de Montiel, fue cassado con Blanca de
Sandoual, tuvo por hijos a:
Visnietos: Jil Rodriguez Noguerol. Juan Rodriguez Noguerol. El Doctor Sandoual.
El licenciado Miguel Noguerol. Pedro Noguerol. Hernando de Sandoual. Doña
Luisa Noguerol.
El dicho Juan Rodriguez Noguerol casso con doña Francisca de Perea, tuvieron
por hijos a:
Revisnietos: El licenciado Gil Rodriguez Noguerol que murio siendo teniente
mayor de Sevilla, sin hijos. Doña Maria de Perea monja en Medina del Campo.
El dicho Juan Rodriguez Noguerol fue casado primera vez con Mençia de Peralta,
hija de Sebastian de Arenas, que tambien deçendio de condenados como esta dicho.
Tubo por hijos: Reuisnietos: Juan Rodriguez Noguerol. Mençia de Peralta. La
deçendencia de estos esta declarada en el capitulo de Catalina Gonçalez, muger
de Alonso Gonçalez de Arenas, nº 14. Y segunda vez el dicho Juan Rodriguez
Noguerol fue cassado en Almanssa con Fulana Tarraga, tubo dos hijas y un hijo, no
se sabe si son casados y tienen hijos porque viven en Almansa.
El dicho Pedro Noguerol visnieto de la condenada casso fuera de Alcaraz, no se
sabe donde; tubo por hijos: Reuisnietos: Pedro Noguerol, Gil Rodriguez Noguerol,
doña Blanca de Sandoual, otra hija. Fueronse todos a Madrid con sus padres, que
fue alcayde de la carçel de corte. No se sabe si tienen hijos.
El dicho liçençiado Miguel Noguerol casso con doña Maria Noguerol; tubo una
hija que se decia doña Blanca de Sandoual, que se la llevo su madre a Castilla la
Viexa, era reuisnieta de la Condenada.
El dicho Dr. Sandoual caso en Villa Nueba de los Ynfantes con ermana del Dr.
Busto; tiene hijos en Salamanca; son revisnietos, no se sabe sus nombres.
El licenciado Hernando de Sandoual no tubo hijos.
La dicha doña Francisca de Sandoual caso con Juan Romero Bazquez: tubieron por
su hija a Mari Bazquez, reuisnieta.
La dicha doña Luisa Noguerol visnieta de la Condenada fue cassada con ¿Higuero?
Alfonso Montañez; tubieron como hijos a: Reuiznietos: Fray Diego de Sandoval
frayle agustino predicador, otra hija que murio doncella, otra hija que casso en la
Olmedilla con Fulano Caballero, no se sabe si tiene hijos.
La dicha Mayor Gonçalez de Montiel condenada dicen los catalogos que
dexo tres nietas que la una se dezia Maria de Llerena, la qual casso con Juan de
Henarexos el Bermexo, tubo por hijos a: Visnietos: Juan de Henarexos Bermexo
caballero de Sierra; la mujer de Juan de Segura, hermano de Jorge de Segura.
El dicho Juan de Henarexos, visnieto, casso con Fulana de Açorero; tuvieron por
hijos a: Reuisnietos: Al Doctor Henarejos abogado; Sebastian de Henarexos; Juan
de Henarexos rexidor; el licenciado Henarexos clerigo.
123
Aurelio Pretel Marín
El Doctor Henarexos casso con doña Antonia de Alarcon; tubo por hijos:
Tataranietos: Pedro de Henarexos estudiante; Luis de Henarexos estudiante.
El dicho Sebastian de Henarexos casso con Luisa de Busto y ¿Canorea?; tuvieron
por hijos a: Tataranietos: Juan de Arebalo moço estudiante; Sebastian de Henarexos,
moço; Antonio, muchacho; Francisca, muchacha, Mariana, muchacha. A los quales
dichos toca por parte de Catalina Gonçalez muger del liçençiado Gonçalez de
Arenas condenada. Fueron reuisnietos y tataranietos por padre de la dicha Luisa
de Busto su madre.
El dicho Juan de Henarexos rexidor casso en Biberos con Susana; no tubo hijos.
El licenciado Alonso de Henarexos, clerigo, no tiene hijos.
La ermana del dicho Juan de Henarexos que casso con Juan de Segura tuvieron
por hijos: Reuisnietos: Juan de Segura que caso primera bez con hermana de Villa
Verde, no tuvo hijos; segunda vez casso en Villanueva de la Fuente, tiene hijos, no
se sabe como se dicen, mas de que son tataranietos.
La otra nieta de la dicha Mayor Gonçalez que caso con Rodrigo de
Baldelvira tuvieron por hijos: Visnietos: Diego Lopez de Baldelvira, Graviel de
Quesada, Francisco de Baldelvira, otra que casso con Hernando de Sandobal, otra
que caso en San Clemente.
El dicho Diego Lopez de Baldelvira caso con hija de Diego de Llerena de Villa
Nueva de la Fuente; tuvo por hijos a: Reuisnietos: Agustin de Bandelvira que casso
con hija de Françisco Cano de Buedo, tuvo por hijos a… que son tataranietos, no
se sabe los nombres.
Graviel de Quesada, que casso con hija de Blas Haro, zapatero, tubo un hijo que se
dice Grabiel, es tataranieto.
Doña Maria de Bandelbira muger del licenciado Alcala abogado tiene hijos, no
bibe en Alcaraz.
Doña Catalina de Baldelbira bibe en casa de Miguel de Bandelbira su hermano,
por casar.
Mas visnietos: Grabiel de Quesada caso primera vez con Mari Sabuca hija de
Miguel Sabuco, que tubo por hijos:
Reuisinetos: Miguel de Baldelbira el Rico tiene dos hijos, no se sabe sus madres,
son tataranietos. Diego de Bandelbira caso primera vez con hija de Diego de
Bustamante de Viveros, decendiente tanbien de condenados, tiene por hijos a:
Tataranietos: vn hijo teatino en Salamanca. Rodrigo de Vandelvira estudiante.
Mas visnietos: Juan de Bandelbira que casso con doña Luisa de Bustamante hija
del dicho Diego de Bustamante de Viveros, no tiene hijos de presente; tocale lo
mismo que a su hermana.
Doña Catalina Sabuco hija de Grabiel de Quesada, caso con Diego de Parexa, de
Munera; tiene por hijos a Gregorio y Catalina, son tataranietos.
Mas reuiznietos: El dicho Grabiel de Quesada caso segunda vez con hija de Cruçado
de Arrauales y tubo por hija: Reuiznietos: doña Francisca de Quesada, que casso
124
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
con Juan de La Moneda Bustamante, decendiente del de Biberos; tiene vn hijo niño
que sera tataranieto.
Mas visnietos: Francisco de Vandelvira que casso con otra hija de Diego de Llerena
en Villanueva, que oy bibe, tuvieron por hijos a: Reuisnietos: Juan de Vandelvira
que dicen el Discreto, dicen tiene vn hijo en Maria, esclaua de Juan Lopez Saquero,
que se dice Jacinto, sobre que ay pleyto en Granada; otro, Mateos de Bandelbira,
que casso en la Solanilla con hija de Juan Sabuco, asta ahora no tiene hijos; Otra,
doña Catalina de vandelbira por casar; otra doncella por casar, con su madre.
Mas nietos de la Condenada: La otra nieta de la Condenada caso con
Francisco de Villaperez, viudo de la hija de Bustamante el de Biberos; tuvo por
hijos a:
Visnietos: Antonio Perez; Andreola Perez; otra que casso con Cristobal de Arenas;
otra que casso con Juan de Mesto Quebedo, no tubo hijos en ella.
El dicho Antonio Perez casso con hija de Juan de Henarejos, tubo por hijos a:
Reuiznietos: Andreola Perez caso en Chinchilla, tiene hijos son tataranietos;
Pretolina Perez donçella por cassar; Marina Perez doncella por cassar; Marina
Perez donçella por cassar; Antonio Perez, manceuo estudiante, por cassar.
Mas visnietos: La dicha Andreola Perez muger de Diego de Buitrago rexidor,
tubieron por hijos a:
Reuisnietos: el liçençiado Gregorio de la Moneda, moço sin hijos. Diego de
Buytrago, rexidor, sin cassar. Juan de la Moneda casso con doña Ana hija de Juan
de Peñafiel, deçendienta de condenados, tiene hijos niños, son tataranietos. Dos
doncellas que estan con su ermano el liçençiado Moneda.
La muger de Xristobal de Arenas de Villaverde caso con Francisco Alonso hijo de
Francisco Alonso, dicese Maria de Alarcon, que es reuiznieta, tiene vn hijo que se
dize Xristobal, que es tataranieto.
El dicho Ambrosio de Llerena nieto de la Condenada casso con una hija de
Grigorio de la Moneda; tubo por hijos a:
Reuisnietos: Clara de Jerez, que casso con Luis de Montiel. Juan de la Moneda que
bibe en Jaen, tiene hijos no se sabe sus nombres.
La dicha Clara de Jerez y Luis de Montiel tuvieron por hijos a: Tataranietos: el
licenciado Antonio de Montiel que caso en Granada, tiene hijos que no se sabe el
nombre, son tataranietos. Doña Ana de Arebalo muger que fue de Bitor de Busto no
tubo hijos. Otra que caso en el Almedina con un deudo suyo, tiene por hijos vienen
a ser tataranietos.
Doña Luisa de Guedexa la del pleito del administrador de las salinas tiene un hijo
que se dice Xristobal que es retataranieto.
Juan de Llerena no dexo sucesores si no fue dos hijas que cassaron con los Rubios
de Villa Palaçios; la vna dellas tuvo por hijo a Françisco Rubio, rebisnieto de la
Condenada, que caso en Chinchilla con hija de Pedro Gonçales de la Dueña de
125
Aurelio Pretel Marín
Villanueva, dexo vna hija que es tataranieta. Segunda vez casso con hermana de
Blas Cano, tiene vna hija, no se sabe el nombre. Otra hermana del dicho Françisco
Rubio casso con hijo del liçençiado Sanchez Flores, que es tataranieta, no dexo
hijos.
Mas visnietos: Juan de Llerena hijo de Diego de Llerena el Tuerto y de Lopez
regatera, tubo un hijo que se dice Juan de Llerena, que caso en Villa Palacios; tiene
hijos el dicho Juan de Llerena reuisnieto, que son tataranietos. Otro hijo que se fue
huyendo por vna muerte que hiço en Villa Verde. Otra hija moça que se fue vyendo
desta tierra.
Nº 81 Mari Sanchez muger que fue de Pedro Suarez tendero vecina de Alcaraz, que
fue relaxada por aver judayçado, desta no ay jeneraçion.
Nº 82 Mari Lopez muger de Francisco de Alcaraz, erexe reconçiliada por aber
judayçado, no se alla jeneraçion.
Asimismo la doy que en dicho libro, folio ochenta y siete, en vn memorial que
parece aberse presentado y reconocido en la visita que hiço en esta ciudad de
Alcaraz el sr. Inquisidor don Luis Ponce de Leon en primiero de dixiembre del
año pasado de mil y quinientos y ochenta y nuebe por Pedro de Bargas clerigo
presvitero y beneficiado de Santa Maria, del Santo Ofiçio, y Gregorio de Peñalosa
Cano, por ante Pedro de Villeruela secretario, entre otros motes ay uno del tenor
siguiente:
Mayor Gonçales de Montiel, muger de Ruy Gonçalez de
Llerena, vecina de Alcaraz, relajada por judayçante año de 1:5:4. Esta
dicen todos, asi los catalogos como los que se aquerdan, ser abuela de
Ambrosio de Llerena y de Francisco de Llerena que labraua en el
Horcajo, y de Diego de Llerena el Tuerto y de Ruy Gonçalez de Llerena
y de Andreola de Llerena muger de Francisco de Villaperez, y de
Francisca de Llerena muger de Rodrigo de Bandelvira, y otra que se
caso con Juan de Henarexos que se diçe Mayor de Llerena, y otra Ynes
Guedeja que casso con Pedro de Montoya en el Cañavate, todos nietos
desta Mayor Gonçalez.
Asimesmo la doy que en el dicho libro al folio ochenta y nueve comiença con vn
mote del tenor siguiente:
Mote: Nieto de Mayor Gonçales de Montiel, Diego de Llerena el Tuerto
tubo hijos: Francisco de Llerena y a Diego de Llerena.
Visnietos: Los hijos de Francisco de Llerena y su muger, Barbara Barrera, son:
Maria de la Barrera y Juana de Peña Rubia, doncellas. Y los hijos de Diego de
Llerena: casso primera bez en Chinchilla, tubo una hija, llamase Juana de Llerena,
doncella; casso segunda vez con nieta del liçençiado Mayorga, tiene vna hija,
llamase Maria de Llerena.
126
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
Los hijos de Rodrigo de Llerena: este casso con Maria de Molina; tiene
hijos, estan puestos estos hijos en la descendencia de Alonso Lopez Apollo y su
muger.
Rui Gonçalez de Llerena casso con Gostança de Bargas del Canpo de
Montiel, vecina de Villanueva de los Ynfantes, tubieron bna hija, llamase Ysabel de
Bargas, casso esta con Diego Sanchez de Bustamante, se casso en Villa Hermosa.
Nieta de Mayor Gonçalez de Montiel la Condenada, Andreola
de Llerena se casso con Francisco de Villaperez, escribano desta ziudad,
tubieron por hijos a: Visnieta: Andreola Perez, muger de Diego de Butrago
rexidor; Mari Perez, esta se casso con Xristobal de Arenas, llamase Maria
de Alarcon vna hija que tubo.
Reuisnietos: hijos de esta Andreola, mas otro hermano que se decia Antonio Perez.
Andreola de Llerena y Diego de Butrago tubieron hijos a: el bachiller Gregorio de
Butrago; otro Diego de Butrago rexidor de Viveros.
Reuisnietos: a Luis Perez de Buitrago Moneda, a Juan de Buitrago Moneda, dos
hijas; Juana de Buitrago y Maria, doncellas.
Esta es nieta: Francisca de Llerena, muger de Rodrigo de Vandelvira,
tubo hijos:
Visnietos: Diego Lopez de Vandelvira; Grabiel de Quesada; Francisco de Vandelvira;
Bernardina de la Cruz que caso en San Clemente, alla sabran la decendencia; Maria
de Llerena que se casso con Hernando de Sandoval.
Reuisnietos:
Diego Lopez de Bandelvira tuvo hijos de una hermana de Diego de Llerena de
Villanueva de Alcaraz, que se dicen: Catalina de Bandelvira, otra maria de Ribera,
otra Luisa, son todas tres doncellas.
Gabriel de Quessada caso con Mari Sabuca hija de Miguel Sabuco y de Mari
Albarez, tuvieron por hijos a Miguel de Vandelvira rexidor, a Diego de Vandelvira,
a Juan de Bandelvira y a Mari Sabuca.
Miguel de Bandelvira se casso con hija de Rodrigo de Llerena, tiene vna niña.
Diego de Bandelvira se casso con hija de Diego de Bustamante que labraua en
Biberos y se dice la muger deste Francisca, los niños de dicen Diego y Rodrigo,
son tataranietos.
Asimismo la doy que en dicho libro del dicho memorial al folio ciento y
uno, entre otros motes ay vno del tenor siguiente:
Mari Lopez muger de Juan Sanchez Jauali vezina del Bonillo, erexe
quemada, esta fue abuela de Alonso del Castillo Orejon y de Maria Albarez, muger
de Miguel Sabuco. Y deçendientes deste Castillo estan asentados; de la Maria
Alvarez se ponen aqui, que son:
El Bachiller Miguel Sabuco; Juan Sabuco; Grabiel Sabuco (a partir de
este nombre, en el margen izquierdo, hay una raya o llave que incluye a las demas
hijas, y el nombre de María de la Barrera, que es de suponer sería el de la madre,
127
Aurelio Pretel Marín
la segunda mujer); Maria de la Barrera, muger de Albaro Gonçalez escribano; otra
que esta cassada con Hernan Cano Guerrero; otra que se casso con Grabiel de
Quesada; otra que casso con maese Ruberto.
Visnietos: El bachiller Sabuco se casso de primer matrimonio con Ana de Coçar,
tuvo hijos a: Alonso Sabuco, boticario, otro Andres soldado, otra doña Oliba; son
todos moços.
Y asimesmo la doy que por dicho libro esta aber quince procesos contra
los Montieles de Alcaraz, por los quales consta la infeccion de sangre que padecen
y ser decendientes de conversos, y lo mismo consta de otros procesos tocantes al
apellido de Llerena de dicha ciudad.
Asi mesmo la doy que del processo de Mayor Gonçalez de Montiel consta que la
suso dicha fue relaxada en estatua y salieron a la defensa de su memoria y fama
Fernando Sanchez de Llerena en nombre de Diego de Llerena y Alonso de Llerena
y demas hijos de la dicha Mayor Gonçalez de Montiel, como consta de su proceso
que esta en el legaxo quarenta y quatro de relaxados a que me refiero.
Asimesmo la doy que e recorrido y mirado los libros y rexistros que estan en la
camara del secreto de esta Ynquisicion, y legaxos de suspensos, penitenciados,
reconciliados y relaxados y las demas partes donde se podia allar el proceso de
Diego Gonçalez de Llerena, y por ellos no consta aberse fulminado causa ninguna
contra el suso dicho en este Santo oficio, como todo mas largamente pareçe de dicho
libro de Jenealojias y processo de Mayor Gonçalez de Montiel de donde lo saque
por mandado del tribunal, de presente en la camara del secreto de la Ynquisiçion
de Murçia, a veintinueve dias del mes de jullio de mil y seiscientos y quarenta y
cinco años. Testado, Pedro Noguerol, laso cer doña = no vala. Juan Carreño de la
Fuente (rubricado).
14
1646, marzo, 19, Cámara del Secreto de la Inquisición de Murcia. Conclusiones
finales del fiscal Juan Antonio de Zerbatos respecto a la limpieza de sangre de
Gabriel de Pareja. AHN, INQUISICIÓN, 1462, Exp. 7, Fols. 333-335, Im. 863867.
El fiscal, cumpliendo con los que los señores del Consejo mandan por carta de 25
de septiembre de 645, en que ordenan que en estas informaçiones de mi parecer en
forma, digo que en el ingreso de ellas se hauia de hauer lleuado informacion quando
por los registros estaba tan notado el pretendiente, assi por lo Quessada como por
lo Sabuco, como se pudo ver por vn parezer de 10 de enero de 643 y otro de 4 de
noviembre de 644 en que los halle entroncados, y por lo Parexa notado el apellido
en las genealogías a folio 94 y a folio 205 del libro de Genealogias de la ciudad de
Alcaraz, por auer cassado vn Fulano de Pareja con doña Leonor de Arenas,
reuiznieta de Cathalina Gonçalez, relaxada, de quienes ay dilatada desçendençia; la
128
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
qual instruccion era mui neçesaria para que mejor se hubiese indagado la verdad,
porque quando en los registros se halla notado un apellido se ha de procurar traer
distinguidas las familias sy ay vna o mas del dicho apellido y de qual es el
pretendiente, porque de otra suerte siempre se queda en la cassa denotado e ynfecto
y decendiente del apellido manchado, no constando hauer otra familia diferente del
mesmo apellido que este limpia. Mandose entrar en estas informaciones al tiempo
que yo estaba en la corte por el año pasado, y ahora en el estado que las hallo dando
mi parezer lo que se me ofrece que decir es que el pretendiente es infecto assi por
lo paterno como por materno: por lo paterno por el apellido de Pareja por la razon
arriba dicha, pues aunque los testigos digan que es limpio y de limpia sangre el
pretendiente por esta línea no dicen con fundamento, pues el dicho apellido que
califican esta notado en la misma parte, y assi mientras no lo distinguen y hacen
diuersidad de familias, vnas limpias y otras infectas con toda claridad diciendo de
qual viene el pretendiente, siempre se queda y se a de entender que es de la del
infecto, porque no consta hauer otra; y si bien los Parejas parece que son vnos de
Munera y otros de Alcaraz no es salida porque la distancia es muy corta y assi se
entiende ser todos vnos, y esto confirma el dicho del testigo 30 al folio 69 de las
primeras diligencias, aunque no distingue como se les comunica esta infeccion de
Pareja mas de que le tiene por infecto y malo tal apellido, que junto con los libros
y registros es de grande prueba de que no ay otros de este nombre y que son todos
vnos. Y la misma oposicion hago por la parte materna, assi de lo Quesada como
Sabuco, pues vno y otro estan notados en dichos registros del Santo Oficio, y veese
quan importante hubiera sido la instruccion que aun sin ellos es conocidamente
infecto por lo Quessada por descender de Mayor Gonçalez de Montiel, que
ajustandola por los dichos registros es abuela de Francisca de Llerena muger de
Rodrigo de Valdelvira, y estos tuvieron por hijos a Gabriel de Quessada que casso
con Maria Sabuco, abuelos del pretendiente, y dichos Gabriel y Maria tubieron una
hija que se llamo doña Catalina Sabuco, cassada con Diego de Pareja, de la villa de
Munera, padres del pretendiente, a folio 236 a la vuelta del testimonio que esta en
estas informaciones, de suerte que aunque el pretendiente aya exibido vnos
instrumentos por donde da otra bisabuela diferente que la que dan diez rejistros,
porque la que dan es Francisca de Llerena y la de sus partes Francisca de Quessada,
pudo, como tengo dicho en otro pareçer, llamarse por otro quarto Quessada, y es
mucha la conformidad para que sea asi y no de otra manera, porque se llama
Francisca y ademas de esto esta casada con Rodrigo de Valdeluira, con que queda
la parte sin dubda y sin scrupulo; y si por dar por revisabuelos en dichos papeles a
Diego Lopez de Valdeluira y a Eluira Garcia, pareçe que ay la mesma dubda pues
son diferentes de los revisabuelos de los libros y rejistros, no lo es ni se sabe porque
en los dichos rejistros Mayor Gonçalez no señala los hijos que tubo y pudo tener
los que da el prentendiente por revisabuelos. Ultra de todo esto, que estas escrituras
trahen consigo gran sospecha, pues solo a el pretendiente se le han visto y hasta
129
Aurelio Pretel Marín
entonces muchos o todos los que en estas informaciones le certifican le tenían por
infecto por poseer vna capilla de los Llerena castigados por el Santo Oficio, que
despues que vieron que hera por compra dejaron esta mala opinion, la qual compra
es supuesta y falssa, pues es visto que ningun hombre bien naçido hauia de querer
tan ruin compañía como hera enterrarse y mezclarse con judíos si no fuera vno de
ellos y descendiente suyo, como en tanto tiempo de antigüedad que reçan las
escripturas no las sacaron a luz pues eran el fundamento de su limpieza, y ademas
de esto en esta escriptura se hace relacion que por quanto Diego Lopez de Valdeluira
por particular afecto que tenia a la religion de Santo Domingo hauia comprado en
dicho conuento la capilla de Santiago para enterrarse en ella, su muger Eluira
Garcia y su hijo Rodrigo de Valdeluira pedían al conuento les consintiese enterrarse
y el conuento lo hizo y de nuevo dio su consentimiento, en que se vee euidentemente
la falsedad, pues el conuento no hauia de consentir que se enterrase nadie en dicha
capilla sin que mostrase papeles suficientes por donde constase hauerla comprado,
y si el padre del dicho Rodrigo de Valdeluira fue quien la compro no hera cossa tan
antigua que se hubiesen pasado tantos años, pues es el hijo quien pretende este
derecho, para que se necesitasse de nuebo consentimiento, sino que se valiera de
las escripturas de su padre, o ya se hubieran perdido ofreciera hacer informacion y
mediante ella pidiera que de nuebo consintiese el conuento, pero sin ello y sin mas
recaudos querer que con vna simple relacion el convento consintiese no se debe
entender de toda vna comunidad, sino que el pretendiente y el conuento se
conuinieron en esta tramoya y falsedad para huir esta infeccion que por descendiente
de Llerena poseía esta capilla y no por titulo de compra, por que si lo hubiera sido
y el tal Rodrigo de Valdeluira no fuera su descendiente debia acudir a los que lo
heran de Ruiz Gonzalez de Llerena, que heran los interesados en esta parte y los
que les podían inquietar, mas como heran ellos los descendientes no tenían este
riesgo y solo procuraron desuiarse desta infeccion tan conocida por este modo tan
falso, acudiendo al conuento, que no hera dueño ni podía hazer nada por auer
vendido a los Llerenas este derecho de enterrarse en la capilla de Santiago como
consta en la escriptura que esta con estos papeles, y para mas evidencia de la
falsedad de la escriptura véase el dicho del padre prior y otro religioso al folio 55 y
56 de las segundas diligencias pues dicen en sus dichos que por mejorar de familias
mas dilatadas o porque se debieron de pasar los dos años de ofrendas vendieron a
Diego Lopez de Vandeluira, que si fuera asi lo hauian de decir en la scriptura y dar
raçon della de como hauia buelto otra vez este derecho a ser suyo. Y por la parte de
Sabuco por los mismos rejistros es infecto por descender de Maria Lopez mujer de
Juan Sanchez, hereje quemada, porque la dicha Maria Lopez tubo una hija que se
llamo Maria Aluarez cassada con Miguel Sabuco, bisabuelos del pretendiente, y
esta Maria Sabuco cassada con Gabriel de Quessada, abuelos del pretendiente, al
folio 101 del libro de Genealogias de Alcaraz; y por la dicha parte de Sabuco por
los mismos rejistros conforme al testimonio a folio 232 y 239, que esta en las
130
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
primeras diligencias, es infecto porque Juana de Peñarrubia hermana de Maria de
la Barrera fue hija de Francisco de Llerena y de Ines Barrera, y el susso dicho hijo
de Diego de Llerena y de Fulana Peñarrubia, el qual dicho Diego de Llerena es hijo
de la dicha Mayor Gonçalez de Montiel, con que se verifica la infeccion de Juana
de Peña Rubia, la qual parece ser muger de Miguel Sabuco y ambos visabuelos
maternos del pretendiente, de suerte que si los visabuelos del pretendiente no son
Maria Aluarez cassada con Miguel Sabuco no por esso se contradicen los registros,
que pudo este Miguel Sabuco hauer estado cassado con dos mujeres, y de qualquiera
manera el pretendiente es infecto, aora que este el dicho Miguel Sabuco su bisabuelo
cassado con Maria Aluarez ahora con Juana de Peñarrubia, pues vna y otra
descienden de infectos; y por lo que diçen los testigos, aunque no conuienen con la
genealogias de los libros y rejistros, conuienen en el tronco que es Mayor Gonçalez
de Montiel y Ruy Gonçalez de Llerena por la parte de Quessada en esta forma: que
estos tubieron vn hijo que se llamo Anbrosio de Llerena quarto abuelo del
prentendiente, cassado con Catalina de San Jines, y estos por hijos a Elvira Garçia
muger de Rodrigo de Valdeluira, revisabuelo del pretendiente, son el testigo 2 folio
10 y el 15 folio 16 y el 30 folio 69 y el testigo 31, todos contestes, y a estos se llega
la opinion en que le tubieron de infecto el testigo 3 folio 13 u el 9 al folio 27 y el 10
al folio 29 y el 46 al folio 5, que despues de hauer visto una scriptura que hiço el
conuento de Santo Domingo en fabor de Eluira Garçia y sus hijos para que se
enterrasen en una capilla que hauia sido de los condenados Mayor Gonçalez y Ruy
Gonçalez de Llerena le tienen por limpio hauian de hauer preguntado que de tiempo
a esta parte vieron esta scriptura y quanto tiempo estubieron en esta opinion y
cuando la dejaron, para que desta repregunta se viesse la falsedad de los instrumentos
y la opinion quan radicada ha estado sin hauer otra cosa en contrario; vease el dicho
del testigo de las segundas diligencias a folio 70, que hace para conprouaçion desto,
porque dize que ha diez años que vino a la ciudad de Alcaraz y que mucho antes
tubo este pretendiente mala voz. Procura el dicho pretendiente salirse por otro lado
que es decir que Rodrigo de Valdeluira tubo tres hijos y entre ellos a Gabriel de
Quesada su abuelo, y que los otros dos cassaron con gente del apellido de Llerenas
y Montieles, diciendo de oydas el testigo a folio 3 y folio 87 y 88 y 89 7 90 y 91 y
92 destas segundas diligencias, y esto es lo que mas prueba esta infeccion, porque
mientras no dan la descendencia de todos los hermanos ni la ascendencia se ha de
entender que quien casso fue Gabriel, porque no basta que los testigos digan que
los otros dos cassaron con Llerenas y que por esta causa habra auido alguna
confusion, porque no dan familias de los dichos dos hermanos, que para sacarles
mala opinion debían darlas, y assi los dichos testigos seran los que padezcan la
duda, pues a los que deponen en contrario les asisten los rejistros deste Santo Ofiçio
donde este Gabriel es descendiente de Llerena y Montiel. Y por la parte de Sabuco
por los mismos dichos de los testigos 2, 5, 30 y 31, si bien no conuienen con los
libros y registros de este Santo Officio, es el pretendiente infecto en esta forma: que
131
Aurelio Pretel Marín
Maria Sabuco muger del dicho Gabriel de Quessada fue hija de Alonso Sabuco
tintorero y de Maria de la Barrera, y la dicha Maria de la barrera fue hija de Maria
de la Barrera, la que dizen lleuaron de la ciudad de Alcaraz a la de Jaen, donde la
quemaron, cuyo sanbenito se hallara en la Inquisicion de Cordoba, dicen de oydas
remitiéndose a los papeles que se allaron, que importan mucho para descubrirse la
verdad los que no se hallaron.
Y en las segundas diligencias concuerdan los testigos con lo que diçen los de las
primeras, 1, 5, 30 y 31, assi en lo Quessada como en los Sabuco, que son el testigo
55 a folio 66 y el 60 a folio 74, y quatro conuienen en lo Quessada, que son el
testigo 58 a folio 71 y el testigo 58 a folio 74, y el testigo 62 afolio 8 y testigo 63
folio79; y otros dos testigos diçen mal de publica voz y fama y el vno diçe que
vino diez años a a la ziudad de Alcaraz y que siempre ha estado el pretendiente en
opinion de infecto mas que no sabe como que; el testigo 56 y otros dos dicen mal
por lo paterno tanbien por comunicarsele con apellido de Toledos judíos, que son
60 y 74. Por todo lo qual suplico a V S declare estas informaciones bastantes. En la
Camara del Secreto, 19 de março 1646.
El licenciado don Juan Antonio de Zerbatos y Velasco.
15
S. F. Memorial de instrumentos y procesos de fe solicitados en las pruebas de
limpieza de sangre de Gabriel de Pareja. (AHN, INQUISICIÓN; 1462, Exp. 7,
Fols. 345-344. Im. 882-884.
Memorial de los instrumentos y protocolos, libros de baptismo y jenealogias del
secreto y procesos de fee:
1 Un rexistro de poderes de Gonçalo de Alcaraz, donde esta el que otorgo Maria
Sabuco a Grabiel de Quessada su marido para que testara por ella, en 29 fols. vtiles.
29 fs.
2 Mas un quaderno de escrituras que la parte presento en el Consejo, con un árbol de
jenealoxias por cabeça y una probision y autos con que fue admitido en la cofadria
de San Anton el liçençiado Pablo de Buedo cura del Ballestero, en 59 foxas vtiles.
59 fs.
Nº3 Traslado de vna executoria que presento en este consejo y vn memorial y
jenealoxia al fin en 25 fojas vtiles. 25 fs.
Nº4 Escritura de conpra que yço Mayor Gonçalez de Montiel de la capilla de
Santiago y traslado de ella en 23 folios de quartilla. Escritura original a folio 175
en las ynformaçiones. 23 fs.
Nº 5 Un quaderno de escrituras para comprobar las que la parte presento de Pedro
de Mesto escribano y de Alonso de Algaz en 128 fs.
Nº 6 Otro rexistro de escrituras alladas en poder de Pedro Gomez de Almansa, de
132
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
Gonçalo de Alcaraz y Diego de Bustos escribano para comprobar, en 86 fs vtiles.
86 fs.
Nº 7 Otro legaxo de escrituras de Gonçalo de Alcaraz en 98 fs vtiles para conprobar.
98 fs.
Nº 8 Vn libro de motes de baptismos de medio pliego en 105 fs vtiles. 105 fs.
Nº 9 Otro libro de baptismos de quartilla de papel en 81 fs vtiles. 81 fs.
Nº 10 Mas otro de jenealojias de la ciudad de Alcaraz y otros lugares en 277 fs
vtiles. 277 fs.
Proçesos de fee:
Nº 11 Proçeso contra Mayor Gonçalez de Montiel, exumada, en 51 fs vtiles. 51 fs.
Nº 12 Otro proçeso contra Bernaldina de Llerena, reconçiliada, en 60 fs vtiles. 60
fs.
Nº 13 Otro proçeso contra Mari Diaz, muger de Hernan Sanchez de Montiel,
exumada, en 14 fs vtiles. 14 fs.
Nº 14 Proçeso contra Mayor Lopez, muger de Pedro de Montiel, exumada, en 13
foxas vtiles. 13 fs.
Nº 15 Otro proçeso contra Diego Sanchez de Montiel, relaxado, en 41 fs vtiles. 41
fs.
Nº 16 Otro Proçeso contra Fernando de Montiel, relaxado, en 39 fs. 39 fs.
Nº 17 Processo contra Fernan Sanchez de Montiel, exumado, folio 34 vtiles. 34 fs.
Nº 18 Otro processo contra Leonor Lopez Seuillana, muger de Alonso de Montiel,
relaxada, en 50 fojas vtiles. 50 fs.
Nº 19 Otro contra Diego y Hernan Sanchez, Maria Gonçalez y Francisco de Llerena,
en 18 fs vtiles. 18 fs.
Nº 20 Otro contra Françisca Diaz, su hermana del bachiller Ruy Diaz de Montiel,
relaxada, en 57 fs vtiles. 57 fs.
Nº 21 Otro contra Alonso Sanchez de Montiel, reconciliado y penitenciado, en 45
fs vtiles. 45 fs.
133
Los Judeoconversos de Alcaraz entre los siglos XV y XVII: Llerenas y Barreras, Álvarez y Toledos, Vandelviras, Sabucos y Parejas ante la Inquisición
FUENTES DOCUMENTALES Y BIBLIOGRAFÍA
ARCHIVOS CONSULTADOS:
Archivo Diocesano de Albacete (ADA)
Archivo Histórico Nacional (AHN)
Archivo General de Simancas (AGS)
Archivo Histórico Provincial de Albacete (AHP Albacete)
Archivo Municipal de Alcaraz (AMA)
Archivo Parroquial de El Bonillo (APB)
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AURELIO PRETEL MARÍN
Edita:
Asociación Cultural
Alcaraz Siglo XXI
Colaboran:
Ecomuseo de la Sierra de Alcaraz
y Campo de Montiel
Excmo. Ayuntamiento
de Alcaraz
LOS JUDEOCONVERSOS DE ALCARAZ ENTRE
LOS SIGLOS XV Y XVII: LLERENAS Y BARRERAS,
ÁLVAREZ Y TOLEDOS, VANDELVIRAS, SABUCOS
Y PAREJAS ANTE LA INQUISICIÓN