RELATOS DE LA MEMORIA
LA EROSIÓN DEL CENTRO HISTÓRICO
EN LA CIUDAD FRONTERIZA
HéCTOR RIvERO PEñA
(COORDINADOR)
Proyecto de Investigación del Cuerpo Académico
Estudios de Ciudad
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
Jorge M. Quintana Silveyra
Rector
David Ramírez Perea
Secretario General
Laura Galicia Robles
Directora del Instituto
de Arquitectura, Diseño y Arte
Servando Pineda Jaimes
Director General de Difusión Cultural
y Divulgación Cientíica
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
RELATOS DE LA MEMORIA
LA EROSIÓN DEL CENTRO HISTÓRICO
EN LA CIUDAD FRONTERIZA
Proyecto de Investigación del Cuerpo Académico
Estudios de Ciudad
La edición,
diseño y producción
editorial de este
documento estuvo a
cargo de la Dirección
General de Difusión
Cultural y
Divulgación
Científica, a través
de la Subdirección
de Publicaciones.
Diagramación:
Alejandro Cháirez
Diseño de cubierta:
Alejandro Cháirez
Primera edición, 2010
© Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, Avenida Henri Dunant 4016, zona Pronaf, C.P. 32310,
Ciudad Juárez, Chih., México.
www.uacj.mx
ÍNDICE
Introducción
Estela Meza Carpio
3
Breve historia del centro y su ciudad
Ángel Gómez Martínez
7
Amor viejo
Eugenia Hernández Sánchez
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Los límites de un museo urbano para
Ciudad Juárez. Museo Logos
Fausto Gómez Tuena
45
Del centro a la centralidad.
Representaciones territoriales
Salvador Salazar Gutiérrez
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Completar el relato. La intervención
urbano-arquitectónica en el centro
histórico de Ciudad Juárez
Héctor Rivero Peña, Fausto Gómez Tuena
Caminar y ver la ciudad
Graciela Manjarrez González y Jaime Bailleres Landeros
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INTRODUCCIÓN
Estela Meza Carpio
E
n La invención de Morel, de Bioy Cásares, el protagonista narra su diario cotidiano en una isla desértica
a la que huyó tras ser condenado injustamente. A
pesar de que se percata de la presencia de algunos
turistas en la isla, parece ser que este fugitivo es el único ser
viviente que interviene en aquel espacio público, aún y cuando los antiguos moradores, muertos a causa de una extraña
enfermedad, habían construido un complejo que contaba con
un museo, una capilla y una pileta de natación. Dichas obras
habían sido concluidas, pero se encontraban en total abandono. Toda ciudad, cuyo centro histórico se compone de lugares
emblemáticos y representativos para el habitante, se revitaliza a
partir de las acciones propias de los ciudadanos. Sin estas intervenciones, los centros se empobrecen, deshabitan y se vuelven
fantasmales.
Analógicamente, nos encontramos en nuestra ciudad con
una situación similar, pues aunque existe una intervención directa con el centro, somos incapaces de interactuar en él. Paralelo a esto, una serie de espacios abiertos, que invitan al horror
vacui, suelen ser la solución emergente, pero disfuncional, de
los gobiernos en turno para reactivar la convivencia social, cul-
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tural y deportiva de los ciudadanos. Esta visión errónea se ve
relejada en el abandono total en el que terminan los parques,
plazas y de corredores deportivos la ciudad.
Ante esta situación, es inevitable recordar y relacionar estas
soluciones descontextualizadas con la terquedad de Fitzcarraldo, cuyo obstinado deseo de construir un teatro de ópera en la
selva más alejada del Perú, lo llevó a realizar la empresa faraónica de subir y bajar montaña con un barco cargado de caucho, o
como aquella utopía del tren selvático en Cien años de soledad,
de Gabriel García Márquez, donde inalmente las vías quedaron abandonadas y desaparecidas bajo la maleza.
Aún y con las diversas manifestaciones culturales que se
han dado en nuestra ciudad en los últimos años, tal parece que
no hay una verdadera consideración de las necesidades más básicas de la recuperación del centro histórico. En este sentido,
este proyecto de investigación presenta distintas visiones de la
ciudad y su centro histórico, así como diversas formas de abordar la problemática de su recuperación y revitalización. En este
recorrido, una diversidad de discursos pone de maniiesto la
necesaria revitalización del centro histórico desde “otras” miradas, otros lenguajes, otras esencias más elementales que tienen
que ver con el respeto al factor más importante de la ciudad,
sus habitantes y sus visitantes. Es imperativo que las autoridades y las partes involucradas se interesen por la revitalización
del centro histórico de la ciudad, en el sentido de darle su genuina signiicación y no con soluciones “reinventivas” de hacer
espacios desérticos e inhabitables (plazas, corredores y demás)
que, lejos de propiciar una verdadera vida pública, sólo incitan
a la aridez de la convivencia social.1
1
Nos referimos aquí a las renovaciones urbanas que el barón Haussmann realizara
en la ciudad de París en los años de 1860 por encargo de Napoleón III. Las reformas urbanas propuestas por Haussmann (cuyas anchas avenidas conectaban
monumentos públicos con monumentos públicos y no grupos de población con
otros grupos sociales), han venido a dominar nuestro tiempo en la ideología de
Introducción
Hemos de entender que, en este recorrido de diversas visiones, se hace evidente que la implementación de proyectos
y estudios urbanísticos ajenos a nuestro contexto, no son la
solución para recuperar el centro histórico, ni tampoco la extrapolación de propuestas son lo indicado para la reactivación
de la economía de la ciudad. Esta idea es expresada claramente
en el texto “Breve historia del centro y su ciudad”, donde se nos
invita a una relexión sobre las propuestas de reactivación económica que el gobierno en turno de los años sesenta creó para
las zonas fronterizas, en donde la intervención de intereses políticos y personales terminaron por desvirtuar lo que pudo haber sido la gran oportunidad de dar proyección internacional a
Ciudad Juárez.
No obstante a todo lo anterior, la misma ciudad tiene sus
propios potenciales para su recuperación. El centro, como manifestación de lo antiguo, de lo multicultural, de lo intercultural, da muestras de que lo recuperable está implícito en él. Un
“Amor viejo” se da en uno de los lugares más emblemáticos
y signiicativos no solo del centro, sino de toda la ciudad: La
Nueva Central, donde los lenguajes corporales y el intercambio de miradas entre senectos, habla de una antigua forma de
socializar. Esta aproximación antropológica y etnográica nos
muestra todo un microcosmos en donde la vida pública se maniiesta en su más alto grado de convivencia social y cultural.
Las distintas visiones expuestas aquí, nos dicen, además,
que hacen falta mecanismos de recuperación, revitalización
y sustentación del centro histórico. La propuesta más interesante, como la intervención del espacio por medio del “Museo
Logos”, intenta activar y mantener viva la cultura en Ciudad
Juárez. Sin embargo, este proyecto es una muestra de cómo los
vacíos sociales, culturales, políticos y económicos hacen imposible la implementación de una propuesta cultural emergente.
la planiicación, siendo éstas reducidas a una simplicidad total.
Estela Meza Carpio
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Este texto hace evidente la falta de seguimiento, interés y apoyo
por parte de las autoridades para este tipo de propuestas, pues
pareciera que el gobierno en turno no tiene interés por que sus
habitantes accedan fácilmente a la cultura.
Por otro lado, el centro, entendido como un emplazamiento
geográico que delimita un espacio, es un punto de referencia
de toda ciudad. Los mapas son un método para racionalizar el
orden en los territorios de representación, y en ese sentido, el
centro, representado bajo este esquema, queda conigurado
como punto ijo a partir del cual se organiza el espacio restante.
Nelly Richard lo deine así:
El centro tradicionalmente marca el lugar de reconcentración simbólica de los valores de los poderes. Siguiendo la tradición de la metafísica occidental, el centro simboliza el lugar pleno que condensa el signiicado
fundante del origen y de la verdad. El centro articula la
representación del espacio delineando contornos (ijando límites) a la vez que graduando las variaciones de intensidad entre el medio (el punto de mayor saturación y
gravedad del sentido) y los bordes o conines: la periferia
como zona donde la pérdida de nitidez roza la indeinición. (Richard, 1998: 68)
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En este sentido, la recuperación del centro supone también
la recuperación de la periferia, ya que la interacción entre ambas se entrelaza constantemente. Tal es la propuesta del proyecto “Del centro a la centralidad. Representaciones territoriales”,
que hace referencia a las relaciones de dominio y poder al presentarse la reapropiación de los límites del espacio urbe. Aquí,
el autor nos habla sobre la construcción simbólica del espacio y
su apropiación por parte de los sujetos-actores, a partir del reconocimiento y el relato, en donde quedan excluidos aquellos
lugares que no le son familiares al ciudadano.
Introducción
Así pues, queda claro que muchos de los espacios son inaccesibles para la mayoría de los que transitan por el centro de
Ciudad Juárez. No hay una verdadera convivencia en el sentido
de compartir vida pública, pues la calidad de ésta ha terminado por desplazarse a zonas de “más accesibilidad y seguridad”
(zonas habitacionales, centros comerciales, etcétera). Esta es la
visión que nos presentan las “Relexiones sobre la intervención
urbano-arquitectónica en el centro histórico de Ciudad Juárez”, donde las representaciones territoriales son una evidencia
de cómo se ha ido desplazando la vida pública y la intervención
segura de los espacios, hacia fuera del centro de la ciudad, donde el reconocimiento no se da sino a partir del anonimato.
Finalmente, en este recorrido de visiones y miradas de y
desde el centro histórico, nos encontramos con el texto, “Caminar y ver la ciudad”, relato de aproximación empírica que desdibuja una ciudad llena de intensas manifestaciones sociales y
culturales como lo es Ciudad Juárez. Aquí, la visualidad de la
ciudad se presenta a partir de la comprensión del espacio y el
tiempo de los imaginarios, una visualidad que recorre desde
los lugares más emblemáticos y antiguos de la ciudad, hasta los
más nuevos y alejados del centro.
Así pues, el terreno explorado hasta ahora plantea necesidades proyectivas para el ordenamiento o distribución del
centro. Esta investigación, realizada por el Cuerpo Académico
Estudios de Ciudad, invita a relexionar sobre estas necesidades, ya que la falta de proyectos de calidad y la degradación de
los pocos espacios públicos de nuestra ciudad hacen difícil la
reactivación del centro histórico, así como la convivencia de los
ciudadanos.
Estela Meza Carpio
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Imagen 1
Tren cruzando el centro histórico de Ciudad Juárez.
Foto: Jaime Bailleres
Introducción
BREVE HISTORIA
DEL CENTRO Y SU CIUDAD
Ángel Gómez Martínez
O
riginalmente la economía local se basada en el
aprovechamiento agrícola del valle circundante,
lo que permitía el intercambio de excedentes y
derivados con los viajeros del camino de Santa
Fe. Si bien el aislamiento, la distancia, las guerras indias, contribuyeron a deinir el carácter regional, otros eventos permitieron establecer un vínculo estrecho con la identidad nacional:
como la participación en la guerra entre México y Estados Unidos (y el posterior nacimiento de la frontera en 1848), el establecimiento provisional del gobierno de Benito Juárez durante
la intervención francesa (1865-1866) y la toma de la ciudad en
la primera etapa de la Revolución Mexicana (1911).
El régimen de zona libre que funcionaba intermitentemente más o menos desde 1858, impulsó un breve auge de las actividades comerciales en la ciudad hacia inales del siglo XIX,
aunque la actividad preponderante seguía siendo la agricultura.
La llegada de productos extranjeros libres de impuestos supuso
un beneicio para los consumidores directos y las casas comerciales de capital europeo que se establecieron en la ciudad. El
cambio de siglo atestiguaba la creciente pérdida de competitividad de los productores locales, comparados con sus similares
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estadounidenses, ante la carencia de tecnología aplicable a la
producción y acceso a mayores mercados que contribuya a reducir sus costos.
En ese entonces los asentamientos se congregaban en torno a la misión, que ocupa el costado poniente de la Plaza de
Armas, los establecimientos de la calle del comercio (hacia el
oriente) y el cruce internacional (hacia el norte). Seguramente también existían hogares dispersos entre las tierras de labor
circundantes, a medio camino entre los distintos poblados. La
presidencia municipal, ediicada en 1885 sobre la sede de la jefatura política original (1685), se encuentra más al poniente,
por así decirlo, detrás de la misión a contrapunto de las Leyes
de Indias. Sin embargo, la recientemente bautizada Ciudad
Juárez aún no mostraba un peril urbano consolidado, pues en
muchos casos el trazo de las calles, no era regular, continuo ni
homogéneo.
La llegada del ferrocarril sentó las bases para la futura transformación económica de la región y su consolidación urbana
(El Paso quedó unido a una línea transcontinental en 18811882 y Ciudad Juárez con el Ferrocarril Central Mexicano en
1884). Es importante destacar cuatro consecuencias de la llegada del ferrocarril:
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en primer lugar, atrajo inmigrantes temporales y permanentes. Solamente para construir las vías del tren
llegaron cerca de dos mil obreros. Además se hizo común la presencia de extranjeros europeos y asiáticos,
que llegaron a esta región como parte de su búsqueda
de oportunidades en América;
en segundo lugar, permitió comunicaciones más ágiles,
el arribo de nuevos productos, capitales, tecnologías y
población (vinculación de cada una de las ciudades a
sus respectivos mercados nacionales); y se abrieron
nuevos mercados para los productos locales, lo que
Breve historia del centro y su ciudad
•
•
hizo viable la explotación de algunos recursos naturales de la región;
en tercer lugar, la especialización de actividades para
prestar servicios complementarios al cruce fronterizo
de personas y bienes, lo que favoreció la aparición y
concentración de prestadores de servicios; y
en cuarto lugar, el incremento de cruces aumentó y
densiicó las relaciones transfronterizas, ampliando sus
posibilidades de desarrollo. Desde este momento Ciudad Juárez y El Paso quedaron fuertemente unidas en
torno al cruce fronterizo.
Con la llegada del ferrocarril también se erigió una de las
construcciones más emblemáticas de la ciudad: la aduana ronteriza emplazada en lo que entonces era el límite de la ciudad,
apenas a 250 metros al oriente de la Plaza de Armas.
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Imagen 1.
Ex aduana fronteriza, centro histórico de Ciudad Juárez.
Foto: Jaime Bailleres
El primer lustro del siglo XX fue particularmente difícil para
la economía local. Por un lado, el gobierno del presidente PoriÁngel Gómez Martínez
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rio Díaz reforzó las medidas de control aduanero para suprimir
la zona libre; se perdieron las cosechas locales debido a la carencia de agua, provocada a su vez por la presas construidas en
Texas y Nuevo México, llegando al punto en que las autoridades locales tuvieron que importar alimentos para distribuirlos
entre la población; y el gobernador Enrique Creel decretó el
cierre de las casas de juego, que resultaban ser las principales
contribuyentes del municipio.
Para reactivar la ciudad, el gobernador Creel propuso darle
una nueva imagen a Ciudad Juárez, promoviendo la prolongación, ensanchamiento y trazo de nuevas calles, así como la introducción de obra pública. El resultado fue la creación de un
perímetro dentro de cual se reguló la incorporación de propiedades urbanas denominado ciudad moderna; se introdujo agua
entubada en las calles del centro de la ciudad y se instalaron
hidrantes; se contrató el servicio de alumbrado público de la
International Light Power Company de El Paso; se pavimentaron algunas calles; se consideró la idea de introducir el drenaje
(lo que inalmente no se realizó debido a la falta de dinero);
se construyó el Mercado Luis Terrazas y posteriormente se autorizó a El Paso and Juarez Traction Company para construir y
operar un tranvía eléctrico entre Ciudad Juárez y El Paso.
Si bien esta renovación urbana se inscribía en un proyecto
que buscaba ampliar las zonas de inluencia del gobernador y
crear nuevos mercados para sus intereses industriales, mercantiles y ganaderos, esta incipiente regulación del suelo urbano
le permitió al municipio controlar las licencias de uso de suelo, por lo que el cabildo se convirtió en renovada arena para la
defensa de los intereses de los terratenientes locales.Además,
la nueva infraestructura revaloró las propiedades urbanas, muchas de las cuales habían sido compradas directamente al municipio a bajo costo y ahora se revendían multiplicando su valor.
Originalmente la venta de tierras municipales baratas buscó estimular la ocupación y construcción en el centro de población,
Breve historia del centro y su ciudad
pero solamente propició el acaparamiento con la consiguiente
especulación traducida en proliferación de baldíos.
La lucha revolucionaria tomó como escenario a nuestra región, y por lo menos entre 1911 y 1919 azotó particularmente
a los ediicios públicos de la ciudad. La inestabilidad provocó
que miles de familias mexicanas salieran del país, muchas de
ellas estableciéndose en El Paso, con el consecuente decaimiento de las actividades económicas. Ya entonces comenzó
a ofertarse alojamiento temporal para los migrantes originarios de interior del país. Los gobiernos locales eran débiles y
el municipio apenas lograba obtener ingresos, principalmente
de los permisos para la venta de cerveza y elaboración de licor
embotellado, con los que se pagaban alimentos y servicios públicos provistos por empresas de El Paso. De cualquier forma la
interrelación entre los fronterizos continuó incrementándose
hasta que los estadounidenses decidieron restringir el tránsito
a través de la frontera, estableciendo el uso de los pasaportes
para internarse a su país (1917).
Esa época también corresponde a la fundación de los barrios más tradicionales de la ciudad, los que se desarrollaron
en los límites de la ciudad moderna y terminaron por encerrar
al antiguo Paso del Norte, convirtiéndolo en el centro. Muchos
de estos barrios se lotiicaron sin calles delimitadas ni servicios
públicos, incluyendo sembradíos (colonia Bellavista, 1913),
sin calcular los riesgos que implicaba asentarse a unos metros
de escurrimientos naturales (colonia Arroyo Colorado, 1917),
en las áreas más elevadas del fundo legal (Barrio Alto), o bien
sobre las vías del ferrocarril, donde los campamentos de los
trabajadores que vinieron a terminar las vías se volvieron permanentes (La Chaveña). Precisamente a esta última zona se
mudaron la zona de tolerancia, cantinas, bares y burdeles.
En 1923 comenzó el cultivo masivo de algodón en el Valle
de Juárez, intentando emular la exitosa experiencia del estado
de Sonora. Pronto la exportación del algodón hacia Estados
Ángel Gómez Martínez
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Unidos e Inglaterra había crecido en importancia, incluso en la
época de mayor producción se instaló en la ciudad una fábrica
de textiles.Junto al algodón lorece también el entretenimiento.
La prohibición del consumo de alcohol en los Estados Unidos,
establecida en 1920, generó una demanda que se satisfacía con
la oferta establecida al otro lado de la frontera. La demanda la
integran personalidades variadas, pero sobresalen los soldados
acantonados en Fort Bliss.
Existen diversos testimonios acerca de los excesos de aquellos años, pero también de los esfuerzos de las autoridades y
los ciudadanos organizados por moralizar la ciudad. Esta época representa también el momento de acumulación originaria
de capital para muchas de las familias fronterizas, que en las
siguientes décadas conformarán una incipiente burguesía urbana. Aparecen en la ciudad bares, cantinas, salones de baile,
casas de juego y de prostitución, así como los primeros distribuidores de drogas.
Aunque la demanda se redujo cuando se abolió la prohibición en 1933, la vida nocturna no se detuvo. Más bien dio un
giro buscando atraer turismo diurno. Se establecieron tiendas
de curiosidades, restaurantes y hoteles. La gran depresión provocó que los estadounidenses expulsaran a miles de connacionales, muchos de los cuales decidieron quedarse en la frontera.
El inal de los años treinta y el principio de los cuarenta fueron
testigos del éxito de pequeños establecimientos industriales locales, que producían aceite y grasas, manteca, jabón, medias,
hilados, escobas, molinos de harina, despepitadoras de algodón, la destilería de whiskey, entre otras.
La segunda guerra mundial trajo importantes repercusiones para el estilo de vida local:
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en primer lugar, la reorientación de la producción estadounidense debido al esfuerzo bélico generó escasez
de ciertos artículos;
Breve historia del centro y su ciudad
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en segundo lugar, los campos agrícolas estadounidenses demandaron abundante mano de obra para suplir a
los hombres desplegados en el frente, por lo que el gobierno de los Estados Unidos desarrolló los mecanismos formales que permitieron la internación temporal
de trabajadores mexicanos, lo que supuso la llegada de
miles de braceros e indocumentados en busca de una
oportunidad; y
en tercer lugar, la estrategia de defensa estadounidense propició la concentración de soldados en Fort Bliss,
quienes en sus días libres dieron un nuevo impulso al
turismo, diurno y nocturno, en Ciudad Juárez.
En 1946 un incendio consumió al antiguo mercado que se
reconstruyó y cambió su nombre a Cuauhtémoc. La centralidad
fue reforzada con un segundo mercado denominado Juárez.
Otros ejemplos de la bonanza de la época son la construcción
del ediicio del correo, la ampliación de la presidencia municipal, el ediicio de salubridad y la estación de bomberos número
1, todos ellos relevantes porque fueron construidos en 1947
bajo el mismo diseño arquitectónico.
El in de la guerra no supuso el retorno inmediato de los soldados movilizados. Muchos de ellos se encargaron de la ocupación de las naciones derrotadas y posteriormente sirvieron
en la guerra de Corea. El esfuerzo de reconstrucción en Europa y Asia dinamizó la economía estadounidense y mantuvo la
demanda de mano de obra agrícola. Pero en la primera mitad
de la década de los sesenta cuatro factores se conjuntaron para
poner a prueba la fortaleza de la economía juarense:
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en primer lugar, variaron los precios internacionales
del algodón debido a la entrada de nuevos productores
al mercado internacional, lo cual afectó a los productores locales;
Ángel Gómez Martínez
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en segundo lugar, el retorno de los soldados movilizados implicó que muchos de ellos volvieran a sus antiguas actividades y que por lo tanto decayera la demanda de trabajadores agrícolas; inalmente, el programa
de braceros fue cancelado y los trabajadores tuvieron
que regresar por miles a México. Muchos de ellos no
regresaron a sus lugares de origen y, de nueva cuenta,
se establecieron en Ciudad Juárez;
en tercer lugar, la reducción de actividades militares en
Fort Bliss tuvo como consecuencia una signiicativa reducción de las actividades turísticas; y
en cuarto lugar, la pequeña industria local perdió competitividad debido al incremento de los costos de la
energía y del transporte, lo que resultó fatal dada su
lejanía respecto a sus fuentes de materias primas y sus
mercados; algunas empresas migraron a otras regiones
y otras cerraron deinitivamente. Como resultado de
todos estos factores, la ciudad experimentó altas tasas
de desocupación.
El desempleo prevalecía en la frontera norte y el gobierno federal abandonó su tradicional política de abandono a las
fronteras e inició una serie de programas para intervenir positivamente en la región. El primero de ellos fue el Programa Nacional Fronterizo (PRONAF, 1961) que invirtió importantes
cantidades de dinero en las ciudades de la frontera norte para
modernizar la infraestructura urbana, reactivar el comercio y
atraer el turismo.
Al amparo del PRONAF se realizó una importante inversión en infraestructura urbana (Martínez Toyes, s.f.; Uranga,
s.f.; Martínez, 1982; Chavira, 1990), que incluyó:
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La avenida Abraham Lincoln.
El anillo envolvente del Pronaf.
Breve historia del centro y su ciudad
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La pavimentación de calles, las vías de acceso a la Isla
de Córdoba y al malecón Río Bravo y las obras de prolongación de la avenida Insurgentes.
La construcción del Hotel Camino Real.
La ediicación de la sala de convenciones (hoy Centro
Cultural de la Ciudad).
El Museo de Arte e Historia.
El Supermercado Del Real.1
El Lienzo Charro.
El Monumento a Lincoln.
La avenida Adolfo López Mateos (tramo comprendido
entre los Nogales y la carretera a Casas Grandes) que
incorporó a la zona más poblada de la ciudad.
La construcción del Puente de la Amistad (que ligó el
corte de Córdova y la avenida Lincoln),
Así como la ampliación y pavimentación del Puente
Internacional Zaragoza-Isleta.
Luego vino el Programa de Industrialización Fronteriza
(PIF, 1965) que pretendía introducir nuevos esquemas productivos, basados en un uso intensivo de mano de obra, similares a los establecidos exitosamente en el sureste asiático, pero
aprovechando la cercanía a los Estados Unidos. El esquema de
la maquiladora implica importar temporalmente componentes
prefabricados para ensamblarlos aquí y regresarlos a Estados
Unidos para su integración inal. La intención del gobierno era
asociar capital nacional y extranjero para progresivamente generar proveedores capaces de abastecer a la maquiladora.
1
En términos estrictos la primera tienda de autoservicio de la ciudad, el Supermercado Del Real, fue erigido con recursos del PRONAF en 1962; este fue el
primer indicio de la modernización de la estructura de abasto de la ciudad; no
obstante, el centro comercial del PRONAF tenía una profunda orientación hacia
el consumidor paseño; el primer centro comercial planeado para el consumidor
local y que incluyó tiendas departamentales, fue Río Grande Mall, inaugurado
hasta 1976.
Ángel Gómez Martínez
21
Y posteriormente se creó el programa de artículos gancho,
que restablecía algunos privilegios de la antigua zona libre,
pues permitía la importación de productos de primera necesidad siempre y cuando fueran dedicados a la venta directa al público y al consumo dentro de la zona fronteriza. En esos años,
la ciudad es escenario de un conjunto de transformaciones que
anticipan su modernización y los conlictos venideros:
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en primer lugar la inversión federal generó un nuevo
centro de atracción turístico y comercial ubicado hacia
el oriente de la ciudad, fuertemente dinamizado por el
Cruce Córdova-Américas, lo que motivó la transición de
la estructura urbana rompiendo con su tradicional estructura monocéntrica;
en segundo lugar, se genera un nuevo mecanismo de
asignación del suelo urbano: anteriormente las autoridades municipales solamente facilitaban la adquisición
de propiedades urbanas, pero ahora es el Estado que ha
iniciado la corporativización de la sociedad y negocia políticamente la distribución del espacio urbano organizando a los colonos, a los sindicatos y asociaciones gremiales en torno a las estructuras del partido oicial; y
en tercer lugar, las clases medias y altas que residían sobre las principales avenidas y en caseríos localizados en
la zona agrícola se congregan en fraccionamientos exclusivos a las afueras de la ciudad, permitiendo que las
clases medias y los trabajadores formales encuentren
vivienda en la zona oriente, en la que las tierras agrícolas pierden su valor y se incorporan progresivamente a
la especulación urbana, mientras que la zona poniente,
deicientemente articulada al resto de la ciudad, accidentada y poco apta para el desarrollo urbano, queda
para los que no se han acomodado en el mercado laboral y para los inmigrantes recién llegados.
Breve historia del centro y su ciudad
Comienza en ese momento un decidido tránsito a una nueva estructura económica. El inicio de la maquiladora fue muy
lento, pero su llegada cambió radicalmente la forma de vida de
los fronterizos para siempre. El trabajo industrial generó un
nuevo estilo de vida para los juarenses con sus correspondientes manifestaciones urbanas. También, con su consolidación,
encadenó las actividades productivas a los ciclos de la economía estadounidense. El primer cierre de plantas maquiladoras
debido a una recesión estadounidense ocurrió entre 19741975. Para amortiguar la crisis, las empresas recurrieron a reducciones de la jornada laboral con pagos proporcionales. La
segunda crisis ocurrió en 1980 y se extendió hasta 1982, pero
las devaluaciones de ese año prácticamente redujeron los costos de la mano de obra a más de la mitad, con lo cual se atrajo
nuevas inversiones y la industria maquiladora instalada inició
un nuevo periodo de crecimiento. A inales de los años ochenta
y principios de los noventa, la maquiladora transitó a procesos
cada vez más especializados, que muchas veces incluían diseño
in situ, contribuyendo a una modiicación sustantiva del contenido y el carácter estructural de la industria.
Los momentos más agudos de la crisis económica mexicana (1976, 1982, 1987, 1995) obligaron a miles de familias
a abandonar sus lugares de origen y emigrar hacia las grandes
ciudades en busca de empleo. El acelerado crecimiento de la
maquiladora no generó la inmigración hacia la frontera norte,
pues esta tendencia ya existía desde la década de los cuarenta,
pero sí la agudizó atrayendo población de lugares cada vez más
alejados. La ciudad pasó de 10 mil habitantes a principios del
siglo XX, a 500 mil en la década de los setenta, y a 1.3 millones
en 2005. Obviamente este enorme incremento demográico
motivó una acelerada expansión de la estructura urbana, que
las autoridades locales fueron incapaces de moderar y ordenar.
Como consecuencia de todos estos cambios, el estilo de
vida de los fronterizos se transformó rápidamente, ya que:
Ángel Gómez Martínez
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las actividades cotidianas comenzaron a depender y/o
tuvieron que sincronizarse con el ritmo del trabajo industrial;
se incrementó del empleo formal y asalariado, lo que
motivó un uso eiciente del tiempo y del dinero;
el mercado de trabajo se democratizó forzadamente,
incluyendo a las mujeres y los jóvenes;
el ingreso se volvió seguro y constante, lo que le permitió a las familias espaciar sus compras, aumentar su
volumen y planear su gasto semanalmente;
se incrementó la demanda de bienes de consumo y servicios como consecuencia del acelerado crecimiento
demográico de la ciudad;
la ubicación de las plantas determinó las distancias
recorridas, la magnitud, intensidad, orientación y frecuencia de la movilidad a la que quedó sujeta la mayoría de los trabajadores juarenses, alterando las rutas de
transporte público y el desarrollo de vialidades;
se incrementó la propiedad de automóviles, lo que dotó
a las familias en su papel de trabajadores y consumidores de una movilidad desconocida hasta entonces; y al
mismo tiempo
se concentró la demanda gracias al desarrollo de unidades de vivienda popular dirigidas por el Estado a través
del Instituto del Fondo Nacional para la Vivienda de los
Trabajadores (INFONAVIT), lo que tuvo como resultado la concentración de grupos sociales homogéneos.
A inales de los años setenta y principios de los ochenta, una
serie de reformas institucionales brindó nuevas atribuciones a
las autoridades de los tres niveles de gobierno para intervenir
en la regulación del mercado de suelos, primero, y en la planeación del desarrollo urbano, después. Se trata de la Ley General
Breve historia del centro y su ciudad
de Asentamientos Humanos (1976), la Ley de Planeación y la
reforma al artículo 115 constitucional (1983).
Este nuevo marco institucional generó oportunidades para
que las élites políticas y económicas locales condujeran el desarrollo urbano y lucrarán con él. Diversos reportes periodísticos
señalan que entre 1977 y 1992, los expresidentes municipales
Manuel Quevedo Reyes (1977-1980) y Jaime Bermúdez Cuarón (1986-89), ambos priístas, adquirieron enormes propiedades en el sur de la ciudad y orientaron la planeación urbana y el
desarrollo de infraestructura en esa dirección para beneiciarse.
Durante cuatro administraciones municipales el Plan Parcial de
la Zona Sur estableció que el crecimiento de la ciudad debería
realizarse hacia allá bajo el argumento de que existen mayores
posibilidades de proporcionar servicios e infraestructura a la
industria y a la vivienda. Esta tendencia de crecimiento se detuvo brevemente durante la administración panista de Francisco
Barrio Terrazas (1983-86) y a partir de 1992 cuando el Partido
Acción Nacional (PAN) ganó la gubernatura y la alcaldía.
La administración de Francisco Villarreal Torres
(1992-95) creó el Instituto Municipal de Investigación y
Planeación(IMIP), y elaboró un nuevo Plan de Desarrollo
Urbano (1995) en el que se propone detener el crecimiento
hacia el sur, continuar hacia el suroriente, sobre la ribera del
Río Bravo y paralelo a El Paso. Para reorientar el crecimiento
de la ciudad, el municipio tuvo que conseguir nuevas reservas
territoriales y ante la imposibilidad de una negociación efectiva
se procedió a la expropiación del Lote Bravo.
Tan pronto como el Partido Revolucionario Institucional
recuperó la gubernatura (1998) inició un fuerte conlicto con
el gobierno municipal (panista), en la búsqueda por incidir en
el crecimiento urbano. Una vez recuperada la alcaldía, la administración de Héctor Murguía Lardizábal (2004-2007) modiicó el Plan de Desarrollo Urbano para incluir dentro del límite
de centro de la población el cruce fronterizo de Jerónimo-Santa
Ángel Gómez Martínez
25
26
Teresa, al poniente de la Sierra de Juárez, más 15 mil hectáreas
del sur de la ciudad, además de la construcción del controversial Camino real para unir el poniente de la ciudad, haciendo
evidente que el cambio de gobierno encarna una renovada propuesta para la ciudad.
Según datos del IMIP, entre 1950 y 2005 el centro de la
ciudad perdió una tercera parte de sus residentes. Este despoblamiento se debe a un conjunto de factores que conforman
un círculo vicioso, pero principalmente vale la pena mencionar
dos: por un lado, la política de vivienda pública que estimula especulación y ésta a su vez la incorporación constante de
suelo urbano en las periferias de la ciudad; y por otro, la falta
de inversión que permitió la saturación y desgaste de la infraestructura urbana; esto dio como resultado que los espacios recientemente desocupados se incorporaran al conjunto de la infraestructura comercial, o de otros giros más redituables como
el entretenimiento, o se abandonaran deinitivamente.
Aún cuando se expulsó a la población original, se retuvo a
la población en tránsito. Las vías del ferrocarril, los patios de
maniobras y la antigua zona industrial, localizadas al sur del
centro de la ciudad, forman una cuchilla que divide a la ciudad
en dos grandes zonas, al oriente, las antiguas tierras de cultivo,
cuyo valor comercial expulsó a los más pobres, localizándolos
precisamente en el poniente, en las faldas de la Sierra de Juárez.
La falta de vialidades propició una desarticulación funcional
entre ambas zonas y el centro vino a ser la bisagra que los une,
papel reforzado por las rutas de transporte público que, desde
todos los rincones de la ciudad convergen ahí, aunque reconocen las nuevas centralidades, solamente las incorporan dando
otro rizo en sus intrincadas rutas.
Gracias a su accesibilidad el centro concentra la máxima
cantidad de peatones y la mayor congestión vehicular de toda la
Breve historia del centro y su ciudad
ciudad2, por lo que concentra una importante oferta comercial
que genera una ocupación densa del suelo, valores del suelo muy
altos (al menos lo suicientemente para que el comercio y los
servicios desplacen la vivienda, y para que los negocios sobrevivan basados en el consumo masivo3) y una mezcla de diversos
usos comerciales, tradicionales y modernos, que incluyen venta y consumo de alimentos preparados, venta de alimentos por
mayoreo y menudeo, vendedores ambulantes, calles cerradas a
los automóviles convertidas en pasajes comerciales, mercados
municipales y tiendas formales. Sin embargo, el centro enfrenta
una feroz competencia por las distintas clases de compradores:
por un lado, los de medianos y altos ingresos se dirigen a los
centros comerciales modernos que se ubican fuera del centro
o se escapan a comprar en El Paso, dependiendo de la variabilidad del tipo de cambio; mientras que los de ingresos menores
encuentran opciones en las promociones de las cadenas comerciales nacionales y en los tiendas de abasto local.
El otro giro comercial que tradicionalmente ha ocupado el
centro de la ciudad es el que tiene que ver con el entretenimiento (restaurantes, bares y centros nocturnos), presente en la ciudad de manera constante desde los tiempos de la prohibición.
Quizá lo que varía por épocas es su orientación: a veces más
2
3
En Ciudad Juárez, el centro tradicional concentra una importante aluencia de
peatones que en puntos alcanzan la cifra de 250 mil personas diarias, según sondeos realizados por el IMIP (Cfr. Francisco Luján, “El jugoso negocio del arrendamiento comercial”, Norte de Ciudad Juárez, 20 de Mayo de 2003: 15A).
Las rentas de los locales establecidos en el centro se cobran en dólares, ya que
muchos de sus propietarios residen en El Paso. Los módulos más pequeños pagan 400 dólares mensuales, mientras que negocios establecidos sobre la calle
Rafael Velarde, pagan de 2 mil a 2 mil 500 dólares mensuales. Sobre la calle La
Paz en una tienda de autoservicio, el dueño del ediicio capta 12,000 mil dólares
mensuales por renta. Pasajes o ediicios austeros que albergan módulos comerciales que comunican al menos dos calles, tienen un valor comercial entre los
380 y 400 mil dólares, según algunos de sus propietarios. Además se practica
comúnmente el pago del ‘guante’, que es suma que se paga a los propietarios por
anticipado para reservar los espacios a quienes tienen la capacidad para pagarles
(Cfr. Francisco Luján, “El jugoso negocio del arrendamiento comercial”, Norte
de Ciudad Juárez, 20 de Mayo de 2003: 15A).
Ángel Gómez Martínez
27
28
acorde a los gustos de los paseños y a veces más acorde a los
gustos y posibilidades de los juarenses. Existen varios sectores:
en torno a las avenidas Juárez y Mariscal, en la 16 de septiembre
entre Constitución y Francisco Villa, por la Vicente Guerrero
pasando el monumento a Benito Juárez, más al sur por la calle
de la Paz, cada uno de ellos se ha especializado en diferentes
niveles de consumo y estilos de vida, pero caracterizados por el
consumo de drogas legales. En los contornos de estos sectores,
amparados por el abandono de la zona y la tolerancia oicial, se
asienta el consumo de drogas ilegales y la prostitución.
En resumen, el centro ofrece mucha rentabilidad gracias a la
concentración diaria de personas, pero dicha rentabilidad está
limitada y amenazada por el deterioro y por la saturación, que
aleja a ciertos segmentos de consumidores y coarta la oferta
posible para otros, pues se reduce al mínimo la inversión para
mantener bajos los costos y estimular el consumo masivo. Desde el punto de vista urbano, esto se aprecia en las condiciones
prevalecientes en la zona: propiedades viejas y semidestruidas,
malas condiciones de los sistemas de agua y drenaje, la falta de
estacionamiento, la saturación vehicular por las estrechas dimensiones de las calles que además se congestionan con obras
de mantenimiento y la omnipresencia del transporte público,
inseguridad. Según las autoridades el panorama se complica
dado que existe muy poco interés por parte de los dueños para
invertir o participar en el mejoramiento de sus propiedades,
pues la mayoría de ellos solo rentan los locales ya que ni siquiera residen en la ciudad.
En 2004, los gobiernos municipal y estatal anunciaron tener un plan de regeneración del centro histórico de la ciudad, pero
hasta mediados de 2007 no se había difundido públicamente.
Funcionarios de ese momento, incluidos el gobernador y el
presidente municipal, airmaron en varios foros su compromiso
con el plan y que la inversión sería bipartita. El gobernador dijo
que, aunque las áreas especíicas no se habían deinido, pues se
Breve historia del centro y su ciudad
buscaba elegir la mejor opción para cada área,4 quedaban comprendidas en un perímetro delimitado desde la calle Santos
Degollado hasta el PRONAF y de la avenida Heroico Colegio
Militar hasta las avenidas Vicente Guerrero e Insurgentes. La
justiicación para mantener cierta información reservada era
evitar falsas expectativas, pues debido al costo del proyecto,
cercano a los mil millones de pesos, la ejecución estaría sujeta
a la disponibilidad presupuestal del estado y del municipio;
así como evitar la especulación, pues la realización del plan requería negociar y adquirir propiedades para convertirlas en las
nuevas infraestructuras necesarias para transformar la zona.
Versiones periodísticas aparecidas entre 2004 y 2007, airmaban que, basados en el Plan Parcial para el Centro (elaborado en 1997), la propuesta del IMIP incluía rescatar la Escuela
Primaria No. 29 (que se encuentra enfrente del Monumento a
Benito Juárez), la Escuela Primaria Revolución (inaugurada por
Lázaro Cárdenas), el ediicio Río Bravo y el Bar El Sol (que se
encuentra en la esquina de las avenidas Lerdo y Mejía), mientras que declaraciones de funcionarios señalaban la realización
obras como las siguientes:
•
•
4
la demolición de los cines Alameda y Coliseo y la construcción de las plazas del Periodista y Tiempo de Juárez
sobre los emplazamientos mencionados;
La construcción de un andador peatonal y estacionamientos sobre la avenida Ignacio Mariscal, entre la avenida 16 de septiembre y el puente internacional Paso
del Norte;
Al menos en las declaraciones a la prensa se reconocía que el centro no es homogéneo, sino que está compuesto por un conjunto de áreas y que cada una cuenta
con una problemática en particular; se mencionaban las siguientes: el puente
internacional Paso del Norte, el cruce de las avenidas Mejía y Juárez, la Plaza de
Armas y sus alrededores, el Monumento a Benito Juárez, la zona entre el centro y
el PRONAF y la zona hacia la colonia Altavista.
Ángel Gómez Martínez
29
•
•
•
•
la construcción de andenes peatonales entre el Monumento a Benito Juárez, el Museo Histórico de la Ex
Aduana y la Misión de Guadalupe;
la reapertura de la plaza de toros Alberto J. Balderas y la
construcción de dos plazas comerciales alrededor;
la construcción de la plaza Francisco Villa frente al ediicio de la presidencia municipal; y
la construcción de un centro de convenciones.
Para llevar adelante la primera etapa del plan, el Gobierno
del Estado creó una oicina de negociación de la regeneración del
centro encargada de contactar a los propietarios y negociar la
adquisición de las propiedades, cuyo titular, Valentín Trevizo,
sería la misma persona que, según versiones de prensa, habría
desempeñado el mismo rol en el proceso de regeneración del
centro histórico de la ciudad de Chihuahua. En entrevista realizada en abril de 2007, se daba cuenta que:
A la fecha, informó, las negociaciones han avanzado con
23 dueños que ya están en proceso de escrituración y
pago, y con otros 48 cuyas propiedades ya están en proceso de avalúo. En la zona, dijo, hay además otros 43
dueños con quienes ya se iniciaron pláticas, pero sin
avances ni compromisos, otros 36 con quienes no han
iniciado las conversaciones y otros tantos, dijo, que de
plano “no están renuentes, sino resistentes al cambio”.
30
Al inal de la administración 2004-2007, Roberto Chaires,
Director de Desarrollo Urbano Municipal airmaba:
El funcionario dijo que en este trienio el Estado y el Municipio invirtieron 30 millones de pesos en el rescate del
centro histórico. Agregó que las dos esferas de gobierno
Breve historia del centro y su ciudad
han adquirido 33 propiedades que serán demolidas; siete
están en proceso y faltan 80 más.
Cabe señalar que, aunque todavía no está disponible el plan
para la captura, las principales acciones realizadas en el mejoramiento del centro hasta la fecha (agosto de 2009) son:
•
•
•
•
•
La remodelación del antiguo Monumento a Benito
Juárez que se convirtió en Plaza Benito Juárez.
La Creación de la plaza Misión de Guadalupe en el estacionamiento de la Exaduana.
La construcción de la Plaza del Periodista, en el espacio que ocupaba el cine Alameda.
La demolición de varios ediicios municipales, como
la Dirección de Catastro, la Estación de Bomberos, la
Sindicatura y la Dirección de Tránsito, para construir
un corredor turístico-comercial la plaza Santa Fe.
La ampliación de estacionamiento alrededor del Gimnasio Josué Neri Santos.
La segunda etapa del plan consistió en el desalojo de los
ambulantes del centro. Ciertamente el problema del comercio
informal en la ciudad se agudiza cuando hay crisis económica,
pero también es cierto que los gobiernos municipales toleran
y auspician estas prácticas cuando conviene a sus intereses.
Precisamente al inicio de la administración del priísta Héctor
Murguía se denunciaba que en los últimos días de la administración anterior, la del panista Jesús Alfredo Delgado, se habían
expedido cientos de licencias para vendedores ambulantes con
la inalidad de generarle conlictos a la nueva administración.
Una vez iniciado el plan de regeneración del centro histórico,
el gobierno municipal reconocía tener interés en eliminar el comercio informal en la zona mediante negociación directa con
las organizaciones de ambulantes, y reubicaciones a los mercaÁngel Gómez Martínez
31
dos municipales, a lo que las organizaciones de comerciantes
se negaron sistemáticamente porque airmaron dañaba sus intereses. El conlicto fue inevitable y la policía municipal intervino para desalojarlos. En los siguientes meses se mantuvo la
vigilancia para impedirles regresar, hasta que inició la siguiente
administración, la del priísta José Reyes Ferriz.
Imagen 2.
Demoliciones del centro histórico de Ciudad Juárez
como parte del plan de regeneración.
Foto: Jaime Bailleres
32
Posteriormente se anunció que se sacarían las terminales de
camiones de transporte urbano del centro. No obstante, a mediados de junio de 2006, todo operaba normalmente incluso:
“En un recorrido que este medio realizó por la zona, no se registró cambio alguno, ni operativos especiales para el desalojo
de los camiones de transporte público”.
Un último conlicto tiene que ver con la construcción del
centro de convenciones. Actualmente la ciudad cuenta con un
centro de comercio y convenciones localizado en la zona PRONAF
que ya se encuentra en desuso. Los empresarios locales han
Breve historia del centro y su ciudad
aplaudido la iniciativa de construir el centro de convenciones
pero lo que ha generado controversia es su ubicación: originalmente se pensó en ponerlo cercano al puente internacional
Paso del Norte, pero requiere la adquisición de muchas propiedades y el procedo de adquisición llevaría varios años y consumiría demasiados recursos. Luego se pensó en llevarlo al galgódromo, pero análisis técnicos descartaron la posibilidad; inalmente se propuso utilizar parte del corredor deportivo Bertha
Chiu o colocarlo en el corazón del parque Chamizal, pero en
ambos casos surgieron importantes crítica sobre la conveniencia de destruir parte de la poca infraestructura deportiva y de
áreas verdes que posee la ciudad.
Imagen 3.
Centro histórico de Ciudad Juárez.
Foto: Jaime Bailleres
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36
Breve historia del centro y su ciudad
AMOR VIEJO:
ENCUENTROS y MIRADAS
EN UN ESPACIO PúBLICO E íNTIMO
Eugenia Hernández Sánchez
César Esau Araujo
Andrés Pérez
CONTExTUALIZANDO
E
l tema de la vejez es de importancia mundial; por
primera vez, el grupo de adultos mayores se equiparará para el 2050 igual al de los jóvenes y niños. Aún
más, el 80% de las personas adultas estarán viviendo
en países en desarrollo (ver tabla siguiente), esto es un cambio demográico importante. En la zona centro de Ciudad Juárez, al igual que en otros centros urbanos en el mundo se está
despoblando, en su mayoría quedan sólo personas mayores.
En consecuencia, las preguntas más importantes a nivel país/
ciudad probablemente serán en torno al signiicado de una población cada vez más grande de personas de la tercera edad.
Primero, hay una creciente y hasta obvia necesidad de generar
empleo para estas personas de acuerdo al Instituto Nacional de
las Personas Adultas Mayores (INAPAM)1, servicios médicos
y de esparcimiento.
1
Empleo-iniciativa
php?sec=53
del
inapam
htp://www.inapam.gob.mx/index/index.
37
Esto se puede abordar como un problema, pero también
puede ser una oportunidad de crecimiento de una fuerza de
trabajo con experiencia.
Pero a pesar de todas las interrogantes, lo más duro de reconocer es que no conocemos a este grupo social y nos tenemos que preparar para desmitiicar lo que signiica envejecer
antes de generar propuestas de acción. Por ejemplo, contraria
a la idea de inactividad que se tiene de los adultos mayores, la
pérdida de proyectos es uno de los índices más altos, de lo más
feo de envejecer, que reporta el estudio Vejez e imaginario social
(Arias, 1980: 7-8). Esta es una preocupación que se reporta
por encima de las enfermedades y que más bien es un problema que hemos construido desde fuera para imponer una idea
sobre la vejez en relación con la inactividad y el detrimento.
Inclusive, podemos observar como se ha excluido a este grupo
al momento que vemos la necesidad de generar una discusión
sobre derechos humanos –una discusión cada vez más constante- pensados desde la vejez. Sobre todo porque cada vez que
vemos la necesidad de generar un diálogo sobre derechos humanos2 es porque estos no se están ejerciendo.
38
Tabla 1. Fuente: ONU/DAES
2
Políticas públicas y derechos humanos htp://www.cepal.org/publicaciones/
xml/1/32261/lcg2346-P_7.pdf
Amor viejo: Encuentros y miradas...
El trabajo que aquí se muestra es una etnografía intencional,
parte de un estudio para revitalizar el Centro Histórico de Ciudad Juárez y se enfoca en un análisis exploratorio de los adultos mayores en esta zona de la ciudad. En un estudio previo
realizado junto con el Instituto Municipal de Investigación y
Planeación (IMIP) se documentó que el grupo más numeroso
que habita el centro de la ciudad son los adultos mayores, siendo esta además la zona más equipada por infraestructura cultural de la ciudad; por lo tanto, no es casualidad que los adultos
mayores puedan desarrollar todas sus actividades y suplir sus
necesidades en esta zona. Sin embargo, el centro de la ciudad
en tanto a residencia habitacionales se está despoblando, lo
cual genera las siguientes preguntas: ¿Las personas mayores en
realidad participan de manera directa en el centro?, ¿en dónde
están?, ¿qué hacen? Por estas razones, hemos querido acercarnos un poco más a este grupo, tratando de abordarlo desde los
espacios que generan relaciones afectivas que nos permita alejarnos de los prejuicios que idealizan o victimizan a las personas
mayores. Esto es, es necesario crear espacios que nos permitan
observar la convivencia y no sólo las actividades concretas. El
espacio privilegiado para este estudio está representado por
una cafetería llamada La Nueva Central, en donde se discute
más adelante como este espacio expone una dimensión poco
explorada del adulto mayor: la dimensión de los afectos.
Parece que en nuestra cultura hablar de los adultos como
personas que aman, que tienen vida sexual3, que trabajan es una
discusión oculta. Acaso, ¿los encuentros que presenciamos en
La Nueva Central se pueden catalogar como amorosos? ¿Qué
3
Otra de las conclusiones es que las mujeres, a los sesenta años, a pesar de todos
los tabúes y los prejuicios sociales, según los cuales la mujer cierra su vida sexual
con la menopausia y, por tanto, con la posibilidad de procreación, son hoy capaces de gozar haciendo el amor en un 84%. Hacen menos veces el amor, pero sólo
porque su pareja se retira, en tanto que aumenta en el autoerotismo y los sueños
eróticos acompañados de orgasmo (Arias, 1980).
Eugenia Hernández S.•César Esau Araujo•Andrés Pérez
39
nos puede explicar una cafetería sobre un espacio más amplio y
complicado como lo es el centro de la ciudad? Por lo tanto, entender esta cafetería donde pasan tantas actividades nos llevó a
utilizar conceptualizaciones fuera de nuestra cultura, pero que
tienen poder explicativo para delimitar la situación de estudio
en relación a un espacio deinido. Retomamos los aportes de
Mauss para explorar el poder simbólico de la circulación de objetos signiicativos. De esta manera, en la última parte se discute el tejido entre los encuentros afectivos, los aspectos laborales
y económicos de este grupo observado desde el lente de un espacio público y privado como lo es esta cafetería.
40
Amor viejo: Encuentros y miradas...
ACERCAMIENTO
“La etnografía se orienta a entender,
por qué la gente hace lo que hace”.
-Bohannan y Van der Elst
Imagen 1.
Puesto de revistas sobre la 16 de Septiembre. Foto de César Esau Araujo
Vamos caminando por el centro de Ciudad Juárez, desde
un estacionamiento municipal situado a un costado del Centro
Municipal de las Artes (CEMA) y Catedral, rumbo al oriente,
sobre la calle 16 de septiembre, una de las calles que recorren
toda la ciudad. Hay un señor y un puesto de revistas en cada
esquina que alcanzamos a ver, varios parqueros -aunque ya no
hay espacio para un auto más-, otro señor muy sonriente con
un carrito de supermercado, vende elotes en la Plaza de Armas
frente a la catedral. La Plaza está llena de hombres y mujeres
que simplemente platican, y está justo antes de entrar a la cafetería La Nueva Central4, un puesto más de revistas, otro señor
4
En el mes de agosto (1958) abrió sus puertas la cafetería La Nueva Central, ocupó los espacios de los negocios de la farmacia Cruz Verde, de la zapatería Condesa y del café El Repúblicano. Sus fundadores fueron los chinos Francisco Lay
Eugenia Hernández S.•César Esau Araujo•Andrés Pérez
41
atendiéndolo y su compañera entregándole unos contenedores
que parecen ser su comida del día. Entramos, olvidamos que
venimos a observar formalmente; pedimos café, “ojos de pancha” (pan dulce) y empezamos a conversar sobre todo menos
sobre la investigación que venimos a realizar. ¿Quién dijo que
la investigación no es divertida?
Sin embargo, al pasar media hora alguien menciona que la
barra del centro que es un área rectángulo-circular está ocupada por hombres y las mesas de los lados por mujeres. De igual
manera, recordamos que al caminar hacia la cafetería encontramos una situación en común: la vida urbana del centro de Ciudad Juárez parece estar en gran medida estructurada por personas de la llamada tercera edad5. Se ha formalizado la primer
pregunta: ¿Habrá alguna relación entre lo laboral (público) y
los afectos (privado)?
Imagen 2.
Vendedor de periódico enfrente de La Nueva Central.
Foto de César Esau Araujo
42
5
Yepo y Enrique Wong.
No obstante, sabemos que el riesgo de detectar a un grupo de estudio es empezar
a verlo por todas partes. Cabe mencionar que el Cuerpo Académico de investigación Estudios de ciudad en el cual trabajamos relexiona sobre el concepto de ciudad desde la interacción entre sujetos y objetos. Dicho de otra forma,
pensamos la ciudad en términos de las relaciones sociales que se establecen en
espacios que cuestionan el continuo entre lo público-privado. De esta manera,
presentamos un trabajo que aborda a un grupo numeroso de personas como lo
son los viejos -grupo invisible- en un espacio público en donde así mismo, se
pueden establecer relaciones íntimas.
Amor viejo: Encuentros y miradas...
METODOLOGíA
Imagen 3.
Diario de campo de Andrés Pérez
Entrelazando los demás trabajos sobre Ciudad Juárez, decidimos aportar una mirada hacia el microcosmos de la cafetería
La Nueva Central6 o la Nueva - como se le llama en Ciudad
Juárez - desde la perspectiva etnográica que se basa en la observación continua de un grupo de estudio, pero también en
un espacio determinado. Es decir, los espacios no se pueden
entender sin incorporar a sus habitantes y de igual manera, los
actores que estudiamos, no se pueden explicar sin tratar de
entender el espacio y como este va adquiriendo signiicados.
En concreto, observamos por cerca de seis meses al grupo de
adultos mayores que habita regularmente la cafetería, y basados en el tema de las interacciones entre personas, decidimos
6
La Nueva Central es una cafetería que tiene 50 años en la ciudad, fue iniciada
por chinos, se aprecia en el techo los símbolos de dragones dorados y en el menú
incluso chop suey mexicano a base de la receta tradicional, pero con frijoles graneados. A pesar de los constantes cambios que se pretenden realizar al centro
de la ciudad, la cafetería sigue en pie. htp://docentes.uacj.mx/rquinter/cronicas/1951-1960.htm
Eugenia Hernández S.•César Esau Araujo•Andrés Pérez
43
concentrarnos en el interior de esta. Durante este tiempo se
visitó la Nueva en todos sus horarios (madrugada, mañana,
tarde y noche) con la intención de explorar la premisa con la
que partimos. En ese sentido, podemos airmar que la cafetería
La Nueva Central parece tener una estructura más cercana a la
idea de plaza, que de cafetería en el sentido estricto de venta
de servicios.
ETNOGRAFíA, SUBjETIvIDAD y ESCRITURA
44
El método etnográico usado por la antropología se basa en la
observación participante, en interactuar con las personas que
estudiamos en sus propios espacios de acción y describe por
medio de narrativas nuestras observaciones, incluso cuando
nos convertimos en los observados. “La etnográica, más que
pasos metodológicos signiica pensar que en la descripción
densa se genera la forma de conocer-conocimiento (Geertz,
6), nuestros reportes son en verdad nuestras construcciones
sobre las construcciones que hacen otras personas junto a sus
compañeros (9).”
Aproximarse a un tema no es por casualidad, pero aun y
cuando lo es, siempre se tienen ideas sobre lo otro. Por ejemplo, el primer día que estuvimos todo el equipo junto en la cafetería narramos -sin programarlo- las experiencias que cada uno
de nosotros había tenido en este lugar. Uno de los integrantes
comentó que su padre (quien creció sin su padre) lo conoció
en La Nueva Central, ya de grande. Otro integrante mencionó
que en este lugar desayunaba cada domingo con la familia, ya
que como los desayunos eran grandísimos (o eso parecían de
niño) con dos o tres desayunos comía toda la familia.
Asumiendo esta postura, es inevitable la subjetividad que
permea a la etnografía; sin embargo, más que disculparnos por
este factor, hemos decidido después de las primeras notas en
los diarios de campo que lo mejor será abordar la subjetividad
de cada participante de la investigación abiertamente e incorporar a las notas del diario de campo imágenes, que van desde
dibujos, pinturas, fotografías u objetos encontrados que nos
ayuden a entender la intención de las observaciones descritas.
Los diarios de campo se documentaron con las palabras clave que se repetían una y otra vez, estas palabras se colocaron
según el esquema espacial de la cafetería y de esta manera empezamos a observar interacciones entre categorías generales,
grupos o personas. (Ver esquema)
45
RESULTADOS
Imagen 4.
Pasteles en la vitrina de La Nueva Central. Foto de César Esau Araujo.
46
La Nueva es un espacio grande, más grande de lo que se ve
en su estrecha fachada llena de pasteles. Al entrar está la caja
de cobre en dirección a toda la clientela y a un lado la consola
de música con una variedad musical para todo público, aunque
cuando se quiere programar una canción, aparece de pronto un
encargado y te pregunta cuál quieres, para él programarla. A
la izquierda, se encuentra un pequeño espacio en donde por
las tardes hay un cantante con su órgano. Los horarios no son
del todo programados, pero cuando se presenta el organista, es
más recurrente que aparezcan hombres y mujeres mayores.
Las dos paredes de los costados están llenas de secciones de
butacas que son ocupadas en su mayoría por grupos de mujeres, familias o grupos mixtos. El centro está ocupado principalmente por hombres solos o pares de amigos. Esto siempre nos
recuerda aquellas plazas en las que las mujeres suelen caminar
juntas en una dirección y los hombres en el sentido contrario.
Igual que en las plazas, aquí las miradas dicen más que las palabras, pero la diferencia es que los hombres y las mujeres que
Amor viejo: Encuentros y miradas...
se encuentran en la cafetería son de la tercera edad. ¿Cómo se
torna este espacio tan lleno de actividades en un espacio íntimo? Por medio de las múltiples miradas y los recorridos que
se generan.
Imagen 5.
Las miradas en revistas. Foto de César Esau Araujo
47
Imagen 6.
Las miradas en los espejos. Foto de César Esau Araujo
Los puestos de revistas tienen en su mayoría ventanas en
sus entornos que permiten una visión parcial del espacio, en la
Eugenia Hernández S.•César Esau Araujo•Andrés Pérez
48
Nueva esto se da por medio de los espejos que aunque tengan
la función de vigilancia, aquí se usan con muy distintos ines.
Los espejos rodean a la cafetería y están un poco inclinados hacia abajo. De tal forma que uno puede observar desde la última
butaca, junto a los baños, como alguien se pinta los labios en
una de las primeras mesas. De cierta forma se puede observar,
pero también se permite el ser observado sutilmente. Hay una
mujer de unos 70 años, güera, con un vestido que tiene una
caída muy bonita al caminar, ella se pinta la boca de rojo, contrasta muy bien con su cabellera, se mueve al platicar viendo
a su alrededor. A esta señora la hemos visto en otras partes, le
vende medias a un grupo de amigas -están sentadas como los
demás grupos de mujeres en las butacas de los lados-, pero ella
pasa más tiempo platicando y recorriendo el café que vendiendo las medias.
En el centro de la barra, rodeando a los hombres solos, se
encuentra la mini-cafetería en donde se preparan las bebidas y
se expone también el pan dulce; ahí se hacen algunas cuentas
y las meseras platican, este espacio de alguna manera divide en
dos la cafetería ya que las meseras que atienden la sección de
la derecha difícilmente cruzan a la izquierda y viceversa. Esto,
entre otras cosas, da la apariencia de que la gerencia está impulsando el movimiento slow food ,ya que todo toma un considerable tiempo; pero también es cierto que uno no viene con prisas
a esta cafetería, no es un lugar para la rapidez, ni se le atiende
rápido, ni se debe comer rápido, ni se platica rápido, ni se vende
rápido nada, es como un desacelerador.
En el centro, en la barra los hombre tienen una manera de
comunicarse especial y espacial. Hay un señor que llega casi
cada mañana con el periódico y se sienta solo a leerlo, no platica con nadie. Pide su café y lee. Enseguida de él se sientan otros
hombres más jóvenes, empiezan a tomar las partes del periódico que él va dejando de lado, pero no platican con él aunque sí
entre ellos. Como lo mencionó un miembro del equipo, esto
Amor viejo: Encuentros y miradas...
parece una “lectura colectiva”, la cafetería está rodeada –como
el centro- de puestos de periódico y aquí empiezan todos a ponerse en un mismo canal, al compartir las noticias del día. Este
señor está solo, pero genera la lectura de los demás, es parte
del grupo de los lectores. Incluso cuando llega tarde, los demás
siempre lo están esperando (en vez de comprar el periódico)7.
Aquí nos hemos concentrado en entender el espacio, a los
participantes, no sólo a las personas que están directamente
buscando a una pareja, sino a todos los y las actore/as que estructuran el lugar. Al ver el todo se vislumbra un nuevo espacio
de posibilidades y se explica el por qué se dan los encuentros
personales entre los adultos mayores en este lugar.
Imagen 7.
Hombre solo. Foto de César Esau Araujo
49
7
Entra otro hombre solo, empieza a alinear las sillas con las mesas de manera perfecta, sólo dice “con permiso” a los clientes, las acomoda y se retira del café, nadie
le dice nada, ¿será otro habitante recurrente?
Eugenia Hernández S.•César Esau Araujo•Andrés Pérez
Así se identiicaron a los grupos de amigos, aquellos que van
a platicar y entre las cuales pueden llegar a integrarse o irse otras
personas de la misma mesa (hombres y mujeres por igual) que
pueden durar de 2 a 4 horas en el lugar. Otro grupo se sienta a
la entrada, platica, pero además están haciendo cuentas de las
ventas por catálogo de Avon, este grupo no permite que nadie
se integre a su grupo. Un tercer grupo que vimos desaparecer
como los ediicios derrumbados del centro, fue el grupo de los
jugadores de domino. Estos ya tenían su mesa ubicada al fondo,
enseguida de los baños; era un grupo que sí permitía nuevos
integrantes en sus juegos, aunque nunca observamos a ninguna
mujer participando. Después de unos meses se puso un letrero
que prohibía que se jugara.
50
Imagen 8.
No jugar domino. Foto de César Esau Araujo
Amor viejo: Encuentros y miradas...
DISCUSIÓN
“El amor…es un eterno insatisfecho”.
Ortega y Gasset
“A México le están saliendo canas”.
Directora del INAPAM
¿Dónde empieza la Nueva?, ¿en la entrada, ahí donde se
recarga el vendedor de periódicos?, ¿en las vitrinas que están
para que los caminantes compren repostería?, ¿en la Plaza de
Armas donde después de un rato de platicar se antoja comer
algo? Hablar de la cafetería es hablar, en cierta manera, de lo
que ahí sucede. Es poner énfasis sobre los adentros, pero hablar de adentro sólo funciona porque entendemos que hay algo
pasando también afuera y entre el adentro y el afuera hay movimientos. Es quizás por esto, que concretar el espacio de observación8, es en sí, admitir que no conocemos, ni entendemos
lo que queremos representar.
Por ejemplo, dentro de la cafetería circula la venta de mercancías de ambulantes, se venden objetos como osos de peluche, lores, fotos que los clientes pueden después mandarse
entre sí. Vale la pena mencionar que en la Nueva no sólo circulan mercancías, sino que recurrentemente aparecen personas
que sólo entran a saludar al personal y a los clientes, después se
van. Es como estar adentro y afuera a la vez, pero reservada sólo
para los miembros de esta dinámica.
8
Si algo opera en el centro de la ciudad es el juego de las miradas. Ya sea para cuidar la mercancía de puestos, ver al ininito para evitar el contacto visual directo o
como es en el caso de este trabajo buscando por la mirada un posible encuentro.
Eugenia Hernández S.•César Esau Araujo•Andrés Pérez
51
Imagen 9.
Meseras en La Nueva Central. Foto de Jaime Bailleres
52
Así como las personas solas tienen su rol en la dinámica
colectiva del café, los grupos de mujeres y hombres también.
La pregunta obligada es ¿por qué hablar de personas solas, de
grupos y de mercancías en un trabajo sobre el amor? Porque
queremos describir con los detalles –como donde se sientan
las personas- el espacio, porque en el interior de este nos acercamos a la pregunta ¿por qué se congregan aquí estas personas?, ¿en busca de amor o amistad?
En la Nueva hay un movimiento constante de personas,
de objetos, de comidas, de olores, todo en un entorno muy
juarense; esto es, se mezcla con un gusto por lo oriental. Estos
movimientos provocan interacciones entre personas
por lo que
9
consideramos que las ideas de Marcel Mauss nos pueden abrir
9
“…es –común- llamar Regalo a toda prestación entre grupos o personas que está
regida por las tres obligaciones fundamentales de dar, recibir y devolver. Mauss
estableció que, en gran número de sociedades, la circulación de los objetos, servicios, símbolos y personas no se desarrolla según las modalidades de compra y
venta, sino más bien según las deinidas. (Bonte e Izard, 2005).”
Amor viejo: Encuentros y miradas...
una ventana para interpretar que es lo que pasa en un espacio dinámico en donde los intercambios son tanto materiales,
como simbólicos. Otra obviedad, todo lo material está cargado
de signiicados.
En uno de los diarios se describe:
…me toco comer en la nueva central y vi un detalle que
me pareció bastante interesante y lindo. Fue que en uno
de los cuchillos que me llevaron para comer tenía la palabra de: amada grabada en un costado por puntos interrumpidos y en lo personal me parece que es un cuchillo
que en alguna ocasión llego a ser el detalle de un cliente
a una mesera, y la verdad me atrevo a imaginar toda una
historia a partir de ese cuchillo. (2 de Mayo, 2008)
Imagen 10.
El acordeonista en La Nueva Central. Foto de César Esau Araujo
Aunque Mauss basó el concepto de intercambio en estudios sobre sociedades diferentes a la aquí presentada, consideramos que la esencia del intercambio (dar, recibir y devolver)
funciona para explicar lo que pasa en La Nueva Central, ya que
las observaciones, como mencionamos anteriormente señalan
que aquí pasan más eventos muy por encima del sólo hecho de
Eugenia Hernández S.•César Esau Araujo•Andrés Pérez
53
54
prestar un servicio y cobrar por ello, el cuchillo antes descrito
es muestra de ello. Para el autor, dar es importante y sobre todo
cuando se da a alguien fuera del grupo (un nuevo amigo o una
mujer). Esto es, cuando alguien invita un café, un pan o manda un regalo a otra persona, este acto adquiere importancia; se
está demostrando que se tienen recursos para dar y la iniciativa
de hacerlo, posiciona al que da.
Sin embargo, el acto seguido de dar es recibir que puede tener dos caminos: rehusarse o aceptar. Si la persona se rehúsa,
está de alguna manera mostrándose en control de la situación,
como para rechazar lo que se ofrece, pero rechazar también
puede tener consecuencias. En el caso de La Nueva Central
puede signiicar que no se está disponible para la otra persona,
ni para los demás. Por otra parte, aceptar signiica relacionarse
con la persona y estar comprometido a devolver. Aceptar en la
cafetería, puede ser aceptar la mirada y no desviarla, acercarse,
caminar un rato por la mesa (lo cual se traduce en ir varias veces al baño para recorrer la cafetería) y por último sentarse. En
el aceptar esta el devolver, pero el que devuelve lo hace superando lo dado, es la manera de demostrar que aunque el aceptar
crea compromisos, el devolver compromete a la otra persona
de igual manera.
El argumento del intercambio se basa en establecer una
relación entre la circulación de objetos, personas y derechos
(Mauss, 1969). En la cafetería circula mercancía interna (los
platillos), pero también hay un mercado constante de vendedores (pilas, veneno para ratones, peluches, dibujos hechos a
mano, rastrillos, boletos de lotería, etcétera). Aunado a esto,
también está la circulación de personas que consumen en la cafetería, que trabajan en ella o que entran a saludar a sus conocidos. Las personas que hemos observado están al mismo tiempo
tratando de trabajar, realizando diferentes actividades que se
basan en el movimiento luido de sus mercancías de poco peso,
pero también son personas que están buscando compañía.
Amor viejo: Encuentros y miradas...
No podemos deinir con exactitud qué es el amor, pero a
pesar de la intensa vida laboral que se ejerce, el movimiento
que se lleva a cabo nos habla de la búsqueda de posibilidades
de amor y amistad que se generan en este lugar, las miradas, los
recorridos, las notas que se mandan en servilletas, son ejemplos de que tanto el espacio como las personas no se explican
en fracturas, no son sólo trabajadores (parqueros, meseras, billeteros, dibujantes), ni tampoco son sólo buscadores de compañía (viudas, hombres solos, grupos de amigos que disimulan
las miradas), sino la interacción entre los componentes más
importantes que describen al grupo de los adultos en la Nueva:
personas que necesitan ganarse la vida, pero no solo para sobrevivir, sino para disfrutarla.
Ahora bien, a pesar de que constantemente en este grupo
de personas hay un juego constante de miradas, uso de los espejos, recorridos –como en plazas- y envíos de cosas y mensajes, es difícil asegurar que en este lugar se formen parejas. Sin
embargo, lo que sí nos ha quedado claro es que es un lugar de
posibilidades en donde nada es constante, excepto el movimiento que siempre está nutrido de personas dándole sentido
y re-signiicando al lugar.
55
Eugenia Hernández S.•César Esau Araujo•Andrés Pérez
56
BIBLIOGRAFíA
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<htp://www.elpais.com/articulo/sociedad/Hacer/
Amor viejo: Encuentros y miradas...
Imagen 11.
El centro de Ciudad Juárez por lugares de reunión de parejas.
—. La Nueva Central: adultos mayores.—. Plaza Guadalupe: jóvenes parejas, llegan los camiones de la maquila.
—. Monumento a Juárez: parejas jóvenes con hijos.
Foto tomada de Google Earth, 2009.
amor/frecuencia/garantiza/actividad/sexual/durante/vejez/elpepisoc/19800606elpepisoc_7/Tes/>.
Bonte, Pierre e Izard, Michel. (2005). Diccionario Akal de
Etnología y Antropología. Trad. Mar Linares García.
Madrid: Akal, S.A.
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Mayo de 2008 <<htp://pepsic.bvspsi.org.br/scielo.
php?script=sci_artext&pid=S16693582200800010
0009&lng=pt&nrm=iso>.
57
Eugenia Hernández S.•César Esau Araujo•Andrés Pérez
LOS LÍMITES DE UN MUSEO URBANO
EN CIUDAD JUÁREZ
MUSEO LOGOS
Fausto Gómez Tuena
E
l objetivo principal del proyecto Museo-Logos fue
crear un sistema de circuitos museológicos en varias
partes de la ciudad, basado en la creación de un concepto de Museo Urbano para todo Ciudad Juárez
(MUJ). El proyecto fue desarrollado en el año 2004, a partir
d una primera exposición urbana denominada Las luces de la
batalla en las calles del centro histórico de Ciudad Juárez. El
trabajo subsecuente estuvo dividido en dos etapas a lo largo de
varios años, para las cuales se crearon indicadores que permitiesen ver los resultados y el avance logrado; en cada una de
ellas se hizo un estudio del espacio urbano para instalar circuitos museológicos de alto impacto.
La primera exposición museográica se inauguró en mayo
del 2004 y fue desmontada justo un año después, la segunda
fue en septiembre del 2006 y fue removida tres meses después.
Este documento ofrece un diagnóstico sobre ambas experiencias y delinea los ejes en los que se desarrolla actualmente la
investigación. Para comprender mejor estos ejes de trabajo, es
conveniente hacer algunas consideraciones acerca del contexto
cultural del municipio de Juárez y ligar ambas. De esta manera,
será más fácil entender los retos y el horizonte de posibilidades
59
que hacen factible la futura creación de sistemas de circuitos
museológicos, la necesidad de contemplar alternativas más
viables y sustentables de acuerdo al contexto socio-espacial y
político-administrativo en la ciudad.
CONTExTO CULTURAL
60
El municipio de Juárez cuenta con cuatro museos, dos de ellos
están ailiados a alguna institución de cultura federal son: el
Museo de Historia de la Ciudad o de la Ex-aduana localizado
en el centro Histórico, y el Museo de Bellas Artes localizado en
el área del PRONAF, además existe uno adscrito a la Dirección
General de Educación y Cultura local en el parque del Chamizal. El último es de carácter comunitario y su sede está en
San Agustín, un poblado cercano a la cabecera municipal. Juntos, estos museos dan servicio a más de un millón y medio de
personas que según los datos demográicos disponibles suman
los habitantes de este municipio, es decir, tenemos un museo
por cada 350 mil habitantes, aproximadamente. La tendencia
es equiparable en el rubro de bibliotecas y otro tipo de equipamientos culturales.
Un diagnóstico reciente caracterizaba al equipamiento cultural del municipio de Juárez como insuiciente y tendiente
al deterioro. El gobierno local dedica alrededor de 12 millones de pesos al rubro de educación y cultura, lo que equivale
a menos de un peso por habitante destinado a la inversión en
cultura. Por otra parte, el Gobierno del Estado invirtió en Ciudad Juárez alrededor de tres millones de pesos anuales, según
los datos del Instituto Municipal de Investigación y Planeación
(IMIP). Cabe resaltar que en Ciudad Juárez reside el 60% de
los habitantes del estado. En cuanto al apoyo federal, Museo de
Arte recibe del Instituto Nacional de Bellas Artes 50 mil pesos
mensuales para sufragar algunos sueldos de base y, el Instituto
Los límites de un museo urbano en Ciudad juárez
Nacional de Antropología e Historia otorga al Museo de la ExAduana una cantidad un poco más favorable, pero igualmente
exigua.
La situación de los museos es parte de una tendencia a nivel
internacional en cuanto al recorte de presupuestos para programas culturales, sólo que aunque esta realidad no favorece a los
museos en general, el caso de estas instituciones es más grave
pues no han logrado establecerse en rigor como museos bien
equipados física y administrativamente. Incluso, debido a la escasez de espacios culturales en la ciudad, su operación corresponde más a la dinámica de centros culturales de usos múltiples, y parte del espacio de exhibición o de consulta es ocupado
muchas veces por oicinas o bodegas. En contraste con Ciudad
Juárez, la ciudad de El Paso, con una población de 750 mil habitantes, mantiene en operación al menos 10 museos y en los
últimos diez años, la ciudad de El Paso construyó el Museo de
Ciencias, un Museo de Arte y un museo de historia interactivo,
como parte de las estrategias para revitalizar el centro histórico
de esa ciudad.
Otra realidad de la cultura en Ciudad Juárez es la segregación socio-espacial derivada de la concentración del equipamiento cultural en la zona del centro geográico de la cabecera
municipal. Debido a lo anterior, existen zonas desprovistas de
equipamiento cultural formal. Como ejemplo de esto, baste señalar que la zona poniente donde habita una tercera parte de
la población del Municipio, unas 500 mil personas, cuenta con
dos preparatorias y una biblioteca. Esta zona donde prevalecen
rezagos históricos en términos de infraestructura urbana básica, es también una de las más conlictivas en términos sociales.
Las autoridades estiman que en esta zona operan alrededor de
mil puestos de narco menudeo, o picaderos. Al respecto, una
activista social con trabajo en la zona, ha comentado que mientras las autoridades municipales no tienen una propuesta para
los jóvenes, el narcotráico sí la tiene. Según el Instituto NacioFausto Gómez Tuena
61
62
nal de Estadística y Geografía (INEGI), la población de jóvenes –personas entre 13 y 29 años-, en el Municipio de Juárez
representa la tercera parte de la población total. De mantenerse
las tendencias demográicas en esta entidad, su población se
duplicará en diez años, conformando una zona metropolitana
donde vivirán tres millones de personas.
Aunado a ello, actualmente el municipio de Juárez no tiene
una política cultural que se plantee abatir el rezago histórico en
materia cultural. Además de la escasa inversión en este concepto, a la administración municipal la aquejan esquemas anacrónicos de gestión cultural y la falta de peril profesional de los
funcionarios y los empleados de los equipamientos culturales.
Durante la administración 2002-2004 varios empleados sindicalizados fueron removidos de sus puestos en la Dirección
de Comercio y reubicados de un día para otro a las bibliotecas
municipales, donde empezaron a trabajar sin previa capacitación.
Al mismo tiempo, la directora de las bibliotecas municipales fue reubicada en la penitenciaría. Tal estado de incertidumbre ha prevalecido hasta nuestros días e impide que cualquier
programa a largo plazo pueda ser sustentable, como podremos
ver más adelante cuando nos reiramos al caso del proyecto de
Museo Urbano. Académicos de en la ciudad sostienen continuamente que urge un Plan Municipal de Cultura que genere
indicadores precisos sobre el rezago cultural y proponga estrategias y acciones encaminadas a abatirlo. Por otra parte, es también importante que sobre la Dirección General de Educación
y Cultura opere una cirugía mayor con objetivos claros para el
desarrollo de la cultura en Juárez. Ante este panorama, se imponen estrategias innovadoras que ayuden a combatir el rezago
cultural. El proyecto Museo-logos pretende ser eso.
Los límites de un museo urbano en Ciudad juárez
EL MUSEO URBANO DE CIUDAD jUÁREZ
(MUj)
Los autores de este proyecto deinieron al MUJ como un circuito museológico emplazado en exteriores, en diálogo con el
entorno urbano. Esta concepción de museo en exteriores nació
en el año 2004 y continúo hasta el 2006 con la idea de mostrar
una colección de fotografías históricas relevantes al entorno urbano del centro histórico de Ciudad Juárez. El objetivo general
era exhibir estas fotografías en el mismo espacio donde habían
sido tomadas casi cien años antes y de esta manera proponer al
espectador una relexión sobre la ciudad y sus transformaciones, sobre el efecto de la guerra en las ciudades y sobre el papel
de la fotografía en la construcción simbólica de la frontera.
La primera exposición denominada Las luces de la batalla, buscaba rescatar lo que Michel De Certeau ha llamado el
carácter mito-poético del espacio urbano. De esa manera, se
procedió a la realización de un guión museográico para ambas
exposiciones que planteaba un recorrido por ese espacio mítico-poético donde se llevó a cabo la Toma de Juárez de 1911. El
guión contemplaba visitas autoguiadas por un circuito de varias
estaciones, pero también la posibilidad de que al asomarse a un
solo módulo, el visitante pudiera obtener la información suiciente que le permitiera tener la experiencia de haber visitado
el museo. Los criterios de instalación obedecieron al guión museográico, el cual tomó en cuenta la colección de fotografías y
el contexto urbano. El guión señalaba que las fotografías debían
componer un circuito desplegado en algunas de las principales calles del centro de la ciudad. Por otra parte, algunos rasgos
urbanos que aparecían en las fotografías, como el ediicio de
la Aduana y la Misión de Guadalupe, aún en pie, planteaban
la necesidad de ser emplazadas de tal forma que los visitantes
pudieran apreciar el contraste entre el presente y el pasado.
Fausto Gómez Tuena
63
El diálogo del Museo Urbano no estribaba únicamente en
estos viajes entre presente y pasado a través de estas fotografías,
sino que también debería tener un mobiliario que se adaptara al uso de la vía pública o que aprovechara espacios ociosos
o deteriorados, como fue el caso de una pieza colocada en la
marquesina de un cine en la Plaza de Armas que posteriormente fue demolido para dar lugar a un mercado. Sobre todo, se
buscaba involucrar al espectador en una pluralidad de lecturas
sobre la ciudad.
MUj 2004
64
El primer circuito fue inaugurado en el año 2004 y presentaba opciones de diseño muy ambiciosas, con bancas y anuncios
espectaculares que contenían las fotografías de la Batalla dentro de un circuito museográico en el centro de la ciudad. Es
importante señalar, que en este caso la Dirección General de
Educación y Cultura no se hizo cargo del Museo Urbano y los
cuidados y la construcción de los módulos quedaron a cargo
de la Dirección de Servicios Públicos Municipales, especíicamente del Departamento de Parques y Jardines que por razones obvias no contaban con un presupuesto para proporcionarle el mantenimiento necesario, ni con personal especializado
para su construcción. Aunque el Ayuntamiento aprobó cien
mil pesos para el Museo Urbano en el Presupuesto de Egresos
de 2004, la partida no fue utilizada en este proyecto.
Ese dinero hubiese sido suiciente para utilizar materiales
más duraderos y mantenerlo en buenas condiciones durante
varios años. Por lo tanto, en este primer caso se optó por materiales baratos, estructuras metálicas recubiertas por tabla roca
para la construcción de cada módulo. Es importante anotar
que los módulos terrestres tenían dos versiones: cubos de luz
y estaciones con bancas de madera. Para las fotografías y cédulas se diseñaron piezas de manta translúcida. Ambos módulos
Los límites de un museo urbano en Ciudad juárez
tenían iluminación interna y su fuente de energía provino del
alumbrado público y los costos de instalación fueron mínimos.
Para proteger las piezas se colocaron micas transparentes de
una pulgada de grosor.
MUj 2006
En la segunda etapa el proyecto contó con inanciamiento de
los proyectos denominados Fondos Mixtos del Gobierno Municipal y CONACYT10. Considerando la problemática de la
primera experiencia, se procedió al diseño de varias estaciones
de información en forma de columnas metálicas que resultaban mucho más resistentes y fácil de instalar; así mismo, la producción de las fotografías y el cedulario fueron impresos en un
material que resistiera el calor y el impacto del sol. El circuito
fue mucho más pequeño y fue colocado enfrente del Museo de
Historia de la Ciudad, como parte de sus exhibiciones. En este
caso la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, se comprometía a cambiar las exposiciones cada seis meses y a mantener
en buen estado las estaciones, el museo a su vez debería cuidar
y avisar de cualquier deterioro. No obstante los acuerdos tomados, a los tres meses el gobierno municipal realizó un plan de
remodelación de banquetas en zona centro, las columnas fueron removidas sin previo aviso y hasta el día de hoy nadie en el
municipio sabe donde están.
65
10
Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología
Fausto Gómez Tuena
Imagen 6.
Museo Urbano de Cd. Juárez (2006) sobre la 16 de Septiembre enfrente
del Museo de la Ex-aduana. Foto Fausto Gómez Tuena
66
Aunque hubo debilidades y limitaciones, ambas exposiciones
fueron una experiencia altamente exitosa con un amplio impacto comunitario y resonancia mediática. El proyecto del Museo
Urbano es una experiencia que no escapa al contexto en que
fue realizado y su desaparición prematura, a pesar de su éxito, no debe extrañar ya que las condiciones de incertidumbre
institucional referidas inluyeron en la falta de mantenimiento
en el primer caso, y a la remoción en el segundo caso. Todo
ello, inalmente, lleva a la consideración de que resulta muy
difícil trabajar dentro de sistemas institucionales sin planes de
desarrollo cultural.
Los límites de un museo urbano en Ciudad juárez
Imagen 7.
Museo Urbano de Ciudad Juárez (2006) sobre la 16 de Septiembre
enfrente del Museo de la Ex-aduana. Foto Fausto Gómez Tuena
ExPOSICIONES AL AIRE LIBRE, ESTRATEGIAS ITINERANTES y EL MUSEO URBANO
67
Museo es un concepto dinámico decimonónico derivado de
la apertura de colecciones particulares en la Europa del siglo
XVIII. Durante el siglo XX la idea de museo fue cuestionada
por artistas, teóricos e incluso los usuarios. Tales cuestionamientos, en su mayoría, dirigidos al carácter elitista de estas
instituciones derivaron, en acciones en las que se buscaba
destruir o por lo menos relativizar el poder del museo como
Fausto Gómez Tuena
68
espacio de consagración del arte y legitimación de la cultura
dominante. Sobresalen entre estas acciones aquellas que buscaban acercarse al público a través de exposiciones al aire libre,
o el llamado arte público que comprendía desde el muralismo,
la construcción de monumentos y memoriales, los jardines escultóricos y en las últimas décadas del siglo, la instalación y el
performance.
En la actualidad es común que los museos tengan secciones
al aire libre, como el jardín escultórico del Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México, o programas de exposiciones itinerantes con mobiliario de exhibición liviano, concebido para
realizar actividades de extensión. Es común que las bienales de
arte recurran a la construcción de espacios de exposición alternativos y efímeros. En la reciente Bienal de La Habana se construyó un espacio con andamios en una plaza pública, y durante
el Houston Fotofest el piso de un supermercado se convirtió en
el exhibidor de obra fotográica digital. En otros contextos se
ha recurrido a vagones de ferrocarril; autobuses, que recorren
el interior de las ciudades llevando propuestas museográicas
a niños y jóvenes, fundamentalmente en escuelas. En México,
los museos comunitarios son también un referente digno de
tomarse en cuenta si se trata de valorar experiencias de desacralización del espacio museológico y su apropiación por parte
del público. Otra experiencia reciente es la exposición de fotografías históricas en gran formato colgadas en una verja del
parque de Chapultepec en el Paseo de la Reforma de la ciudad
de México.
El MUJ retomó algunas de estas estrategias para formular un proyecto museográico que, como ya se ha dicho, tenía
como objetivo exhibir una colección fotográica sobre la Toma
de Juárez de 1911. Sin embargo, el Museo Urbano se diferenciaba de otras experiencias, puesto que además de pretender
museísar la ciudad, pretendía constituirse en un museo en exteriores, un proyecto que cumpliera de manera innovadora con
Los límites de un museo urbano en Ciudad juárez
la deinición convencional de museo, es decir, que tuviera una
visión y misión, así como una política de exposiciones y en determinado momento una colección propia que pudiera exhibirse a la intemperie y, sobre todo, que contara con estrategias
de gestión que le dieran sustentabilidad.
El trabajo de investigación se ha hecho de acuerdo al estudio
de la problemática de la museología urbana en la actualidad, no
sólo en Ciudad Juárez. Lo cual da como resultado propuestas de diseño pensadas para crear ecologías culturales, a través de circuitos museológicos en cualquier tipo de vecindario
que se construyan en el futuro, para adaptar espacios actuales
con cierto grado de consolidación, o en parques que carecen
de equipamiento completo, con el objetivo de convertirlos en
museos al aire libre. La museográica deberá generar propuestas de exhibiciones innovadoras y adecuadas a los espacios seleccionados, siempre en diálogo con su contexto social. Por su
parte, es importante señalar que siempre es esencial el diseño
de un modelo de gestión que deberá abordar la creación de un
esquema que facilite los permisos sobre el espacio a intervenir,
y que al mismo tiempo inancie y de sustentabilidad a cualquier
proyecto cultural dentro de la ciudad de lo contrario estos tenderán ser efímeros.
Los nuevos proyectos de investigación se apegan a los objetivos y la metodología empleados en el Museo Urbano: crear
sistemas de circuitos museológicos emplazados en lo público
y en diálogo con el entorno urbano inmediato. Además, busca crear un modelo sustentable de gestión, para desarrollar un
modelo de construcción lexible que permita las adecuaciones
de acuerdo a los espacios donde se considere pertinente establecerlos. La función dialógica de Museo-logos estriba en que
si bien la ciudad es una herramienta que contribuye a construir
el sistema de circuitos museológicos, esta estrategia para establecer museos extramuros es también una herramienta para
reconstruir la ciudad.
Fausto Gómez Tuena
69
DEL CENTRO A LA CENTRALIDAD.
REPRESENTACIONES TERRITORIALES11
Salvador Salazar Gutiérrez
“… desde la perspectiva de los estudios socioculturales o
mejor llamados ´estudios culturales´, se reconoce a la cultura
como una dimensión co-constitutiva del orden social, esto
lleva a pensar a la sociedad como un movimiento continuo,
donde los sujetos desde distintas posiciones (por ejemplo de
clase, de género, de etnia) van apropiándose, produciendo y
transformando distintos signiicados sociales.”
(Reguillo, 1999:21)
¿
Qué signiica pensar el espacio urbano en el contexto actual? ¿Cómo se viene reconigurando la ciudad en la dinámica globalizadora y el dominio del mercado y el consumo? ¿Qué rumbo debe de adquirir los escenarios urbanos
para generar un nuevo espacio de articulación y diálogo?, en lo
particular ¿qué ocurre hoy en día, teniendo como referencia las
contradicciones relacionadas desde los procesos globalizadores, con los centros históricos en América Latina y en el caso
concreto con el de la ciudad ronteriza tomando como referencia Ciudad Juárez? Sin llegar a caer en visiones apocalípticas
–discurso del in o de la catástrofe- o apologéticas –discurso
de alabanza o defensa-, que parecieran dominar el transcurso
11
Agradezco el aporte realizado por Rita Sofía Trillo, alumna de la Licenciatura en
Artes Visuales de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), por sus
comentarios, observaciones y ánimo para la realización del proyecto.
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de aproximaciones instrumentales a las visiones sobre la ciudad y lo urbano, quiero partir enmarcado por condiciones de
pesimismo12 ante el rumbo que adquiere el pensamiento de lo
social y cultural con respecto al estudio de la ciudad y sus actores.
El dominio de la dimensión funcional, que ha marcado el
rumbo del punto de vista de lo que implica entender al escenario urbano, ha dado como resultado un encasillamiento que
pareciera partir del establecer como in la necesidad de “hacer
funcionable” el espacio de la urbe. Comparto la aseveración del
ilósofo francés Castoriadis (2000), al airmar que “la sociedad
en la que vivimos ha dejado de cuestionarse”; convirtiéndose en un conglomerado de individuos que comparten un territorio y que deinen sus relaciones a partir del principio del
bien utilitario y la ganancia individual. Mayor nivel de crisis al
observar la disminución de la presencia crítica que parta de
cuestionar la labor académica, donde el escenario de la generación de conocimiento se incorpora a esta lógica funcional, perdiendo de vista otras visiones y alternativas de entendimiento
y comprensión que favorecen al análisis, y principalmente, al
establecimiento de una agenda que parta por deinir el rumbo
de la ciudad y sus sujetos-actores.
Como parte de la búsqueda de aportar un incipiente giro a
este empantanado campo de los estudios de la ciudad, el presente trabajo se ubica desde una perspectiva sociocultural que
analiza al escenario urbano visto desde la condición del sujetoactor; donde las relaciones de dominio y poder, así como el peso
que adquiere lo cultural y sus dimensiones de signiicación y representación, indagan con respecto a la construcción simbólica
del espacio y su apropiación desde las lógicas de interacción,
12
Rossana Reguillo (2006) habla de la urgente necesidad de partir desde posturas
“realismo pesimistas” en nuestros abordajes de estudio, con la inalidad de superar las constantes visiones de dominio que parten más de valoraciones apologéticas o apocalípticas de los procesos sociales, económicos, políticos o culturales.
Del centro a la centralidad.
representación, narrativas y prácticas de los individuos. Ahora
bien, para establecernos en el núcleo de análisis planteado a lo
largo de éste trabajo, lo que nos importa cuestionar es el centro
urbano y sus implicaciones en el momento actual.
Podemos sintetizar a tres grandes procesos que caracterizan
el desarrollo de las zonas centros en las ciudades latinoamericanas: el incremento de la pobreza y de zonas de marginación,
la transición demográica y la globalización y la revolución
cientíico-tecnológica. Estos tres grandes procesos, entre otros,
están dibujando un nuevo escenario a las ciudades, de manera
concreta a los centros históricos, y a partir de sus implicaciones y consecuencias nos puede llevar a la pregunta ¿qué puede
ocurrir con los centros histórico” en este escenario, si partimos
de que son un producto histórico que se transforma constantemente? Podemos establecer tres grandes consecuencias como
lo menciona Fernando Carrión (2005):
•
•
•
Podemos estar viendo su in o muerte. Los centros históricos están careciendo de sentido en cuanto núcleo
de identiicación y centralidad.
Podemos estar viendo nuevas formas de centralidad,
donde el “centro histórico” se transforma de un espacio de encuentro a un espacio de lujo (Castells, 2000);
transformándose a partir de la lógica de Augé de los
“no lugares”.
Podemos estar ate el fortalecimiento de la centralidad
histórica, y resalto centralidad histórica. En el que el
centro es visto más a partir de la base del desarrollo sustentable y no tanto como lugar de conservación o preservación, lo cual supone inserción en las redes urbanas, refuncionalización de la centralidad en el contexto
de la ciudad, reconversión tecnológica, posicionamiento global, competitividad y principalmente, espacio de
encuentro y convivencia intercultural.
Salvador Salazar Gutiérrez
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Ahora bien, como mencionaba al inicio del texto, comprender la ciudad en la lógica global actual y sus procesos de contradicción, y en particular a la ciudad fronteriza –desde donde es
pensado Ciudad Juárez-, implica establecer una aproximación
de análisis que permita comprender cómo se dinamiza el escenario de la urbe en el marco de múltiples procesos globalizadores, en los que la contradicción, desigualdad, diferenciación, se
constituyen como centrales; retomando a Mato (2004) debemos entender por globalización procesos de interconexión a
escala global, asociados con el desarrollo reciente del Neoliberalismo y su libre mercado y libre competencia.
En este panorama de contradicción y visiones dominantes,
la imagen, lo imaginado, el imaginario son términos que apuntan hacia algo verdaderamente crítico y nuevo en los procesos
culturales globales: a la imaginación como condición de dominio en la práctica social (Appadurai, 2001); la imaginación se
volvió un campo organizado de prácticas sociales, una forma
de trabajo y una forma de negociación a todas las formas de
agencia, “es un hecho social en sí mismo y es el componente
fundamental del nuevo orden global (Appadurai, 2001: 45),
que apunta más a una búsqueda de comprender la representación de lo cotidiano enmarcada desde la aproximación al imaginario.
La generación de imaginarios interactuando a nivel global,
con la realidad de manifestaciones de exclusión y marginación
en la vida de los actores, estableciéndose un proceso de generación de desigualdades en el que se está polarizando el mundo
(Vilas, 2000), por un lado los incluidos y privilegiados por el
acceso y la participación de las ventajas que les otorgan un apoderamiento de las condiciones de ganancia, por el otro la gran
cantidad de excluidos que vienen a ubicarse como la gran pesadumbre necesaria que justiica la condición de dominio por
parte de los incluidos (Chiapello y Boltanski, 2002).
Del centro a la centralidad.
Ante este panorama de contradicciones, la pregunta clave
en el entendimiento de la ciudad desde una dimensión sociocultural, se fundamenta desde el sujeto-actor: sujeto entendido a partir de la apropiación histórica, que determina las condiciones en las que se encuentra el individuo como parte de
un entramando de relaciones y asociaciones que constituyen
escenarios de historicidad (Zemelman, 1999); actor a partir
de la lógica de interacción en escenarios de representación, y
construcción contante de sentido en una dinámica intersubjetiva (Gofman, 2000); es decir, un sujeto-actor que se hace
como conciencia de su temporalidad histórica.
La pregunta se dirige hacia ¿qué sujeto-actor se viene a
establecer en éste escenario de representaciones y apoderamiento llamado ciudad? y ¿hacia dónde deberíamos de voltear
la mirada para repensar su condición como sujeto-actor, que
se reapodere del espacio social de la urbe a partir de relaciones de diálogo y apertura? Si el individuo, o la sociedad como
marco de referencia general, se ha dejado de cuestionar, el virar
hacia la búsqueda de un sujeto-actor crítico, inclusive en escenarios académicos, que parta de comprender y comprenderse en escenarios con procesos y dinámicas complejas en una
dimensión de historicidad, exige el replantear el abordaje de
los estudios sobre la ciudad desde diálogos y aperturas, no sólo
disciplinares, sino más allá; entendiendo que la ciudad se convierte a principios del siglo XXI, en el gran potencial de enclave
–perdido por la igura de Estado-Nación- para redescubrir y
restablecer lo que Renato Ortiz denomina como el “carácter
heroico”13, la capacidad de regenerar un “lugar” en el que se decida el destino común de sus integrantes.
13
Airma Renato Ortiz: “Marx decía, en el in del siglo XIX, que la burguesía ya no
tenía carácter heroico. Yo diría hoy que el Estado ya no tiene carácter heroico.
Está presente y va a continuar estándolo, pero el carácter heroico era la idea de
que dentro del Estado se podía decidir el destino común de todos los habitantes
de una nación.” (Ortiz, 2007)
Salvador Salazar Gutiérrez
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“Cuando los Estados-Nación pierden capacidad de convocatoria y administración de lo público, las ciudades
resurgen como escenarios estratégicos para el avance de
nuestras formas de ciudadanía con referentes más “concretos” y manejables que los de las abstracciones nacionales. Los ámbitos urbanos ofrecen posibilidades de especiicar la participación en los lujos trasnacionales de
bienes, ideas, imágenes y personas…” (García Canclini,
2000; 16)
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Es bajo esta lógica en la que desarrollo el presente texto: el
análisis y la relexión del rumbo al que se encamina el escenario urbano –y en concreto el análisis de lo que sucede con ese
territorio enmarcado como centro histórico de Ciudad Juárez-,
a partir de enfatizar una aproximación desde las representaciones territoriales que los individuos reconstruyen deiniendo
zonas de privilegio-dominio, de exclusión, de inaccesibilidad o de
abandono. Para ello, el documento se divide en tres apartados:
el primero, que he titulado “Redeiniendo el centro: hacia la
centralidad” lleva la crítica a la concepción funcional del centro
como delimitación territorial, y dirijo la atención a repensarlo
hacia la centralidad, la cual entiendo como la representación
de apropiación del espacio que desde el sujeto-actor establece
los dominios de lo propio y lo ajeno; en un segundo apartado,
me enfoco al resultado del análisis de la estrategia de “Representaciones territoriales”, ejercicio realizado con dos grupos de
jóvenes –con características similares, pero al mismo tiempo
contradictorias-, en el que el resultado fue la representación de
los territorios que identiican como usado, desconocido e inaccesible, y que permiten el entendimiento de la coniguración
de zonas de dominio, apropiación o exclusión; para concluir
en un tercer momento, con la relexión que exige replantear el
estudio y abordaje de la ciudad desde lo transdisciplinar, la ruptura de los referentes de fronteras disciplinares donde la tradiDel centro a la centralidad.
ción del pensamiento disciplinar busca ser fragmentado, bajo el
principio de la deconstrucción, para buscar nuevas dinámicas
de entendimiento y aproximación a los centros urbanos como
objetos de estudio.
No debo dejar a un lado, que este documento forma parte
de un trabajo más amplio llevado a cabo por el Cuerpo Académico de Estudios de la Ciudad de la Universidad Autónoma
de Ciudad Juárez, por lo que debe ser entendido y ubicado en
el marco de referencia que implicó abordar principalmente la
problemática de la Revitalización del centro histórico de Ciudad Juárez.
REDEFINIENDO EL CENTRO; EL TRASLADO
HACIA LA CENTRALIDAD
Hablar de centro, es entrar a la discusión con respecto a la
disyuntiva entre lo territorial y lo espacial. Fuera de un análisis
más arquitectónico y urbanista, que es desarrollado a lo largo
del proyecto, de lo que se trata es de comprender la construcción representativa del imaginario centro a partir del entendimiento de su dimensión social-comunicativa. No podemos
hacer a un lado una primera aproximación a la idea de centro
con la concepción moderna de dominio territorial y espacial;
el centro de la ciudad como lugar donde se han ubicado históricamente las instituciones de dominio –principalmente civil
y eclesiástica- desde donde es posible controlar y proteger a
todo aquel que forma parte de la grupalidad de individuos pertenecientes a una comunidad política.
Esta referencia se establece tanto en los límites geográicos del poblado como en una mención más amplia y compleja
como es el establecimiento de la igura del Estado-Nación moderno –debemos de recordar que los ejes que caracterizan este
modelo de Estado son: un representante (autoridad) a quien
Salvador Salazar Gutiérrez
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se le otorga el derecho de mandato y control sobre el grupo de
individuos que se instituye como pueblo, una lengua común
que permita el establecimiento de un arraigo identitario, la incorporación a una misma institución religiosa, y por último, y
como punto central para nuestro trabajo, el decretar una extensión territorial que limite el dominio y control de la igura autoridad y el súbdito-; la ciudad se convierte en un escenario de
reproducción de poder centralizado, donde las iguras de autoridad se deberán establecer en un marco territorial de control
en el que el centro como espacio de dominio y pertenencia es
la base.
Ahora bien, y a partir del tránsito de lo territorial a lo espacial, la pregunta sería ¿qué debemos de entender por espacio a
partir de su dimensión sociocultural y comunicativa?
… los espacios se entremezclan con marcos temporales:
los lugares de la memoria se ubican en el tiempo de la
cotidianeidad, del calendario, del ciclo de la vida, de la
historia; y los momentos recordados están anclados en
los locales, paisajes, territorios físicos o sociales concretos… (Carles Feixa, 2000;55)
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Mientras que el hablar de territorio es ubicarse en el campo
geográico, haciendo referencia a una supericie terrestre delimitada, al hablar de espacio nos trasladamos hacia un cruzamiento de movilidades, un intercambio de experiencias e interpretaciones. El espacio es al lugar –orden según el cual sus
elementos se distribuyen en relaciones de coexistencia- que se
vuelve la palabra al ser articulada (De Certau, 2000), perdiendo unicidad y entrando al entramado de la polisemia y la multiplicidad de interpretaciones. Más que la característica de limitación dura que caracteriza al territorio, el espacio se constituye
en lo efímero y dinámico, carece de univocidad y de estabilidad
de un sitio duro y formal; el espacio es un lugar practicado, un
Del centro a la centralidad.
lugar en el que convergen múltiples relatos que le otorgan vida
y que se convierten en la fuente de construcción de las representaciones compartidas entre los sujetos, por lo que se constituye como lugar de lo sociocultural y lo comunicativo, que se
visualiza a partir de la narración como capacidad comunicativa
y el relato como manifestación colectivizada de la narración.
… todo relato es un relato de viaje, una práctica de espacio. Por esta razón, tiene importancia para las prácticas
cotidianas; forma parte de éstas… Aventuras narradas,
que de una sola vez producen geografías de acciones y
derivan hacia lugares comunes de un orden… organiza
los andares… (De Certau, 2000; 128)
Las representaciones encuentran su manifestación concreta en los relatos, los cuales efectúan un trabajo que transforma
los lugares en espacios, “Estar en el mundo” signiica, y para
nuestro caso los mundos vida (Alfred Schutz, 1974) que conforman la ciudad, signiica colocarse en medio de una marejada al interior de corrientes ininitas de sentido; signiica vivir
múltiples dimensiones, órdenes, realidades dentro de las cuales el sujeto despliega capacidades, percibe fenómenos, se relaciones y espera cosas distintas; espacios que se constituyen
como subuniversos de sentido delimitados por el mundo vida.
Estos subuniversos de sentido se encuentran dentro de lo que
Mafesolli (2002) denomina como “el mundo del ejecutar”, el
cual constituye el fundamento de nuestro existir, ya que en él
nos comunicamos, trabajamos y vivimos. A partir de ello, el
espacio, como construcción de sentido desde el mundo vida
y el mundo del ejecutar y manifestada desde lo narrativo en
el relato, se presenta como escenario intersubjetivo donde el
individuo lleva a cabo sus propósitos a partir de sus representaciones hechas prácticas, y que al mismo tiempo que se desplaza
en él, también lo constriñe y le genera límites.
Salvador Salazar Gutiérrez
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Ahora bien, si la inalidad es trasladarse de la delimitación
de lo territorial que ha dominado a la concepción del espacio,
a la de centralidad como resultado de múltiples ubicaciones en
intercambio y confrontación constante con respecto a las representaciones y prácticas de apropiación y desplazamiento,
el punto de partida se encuentra en la manifestación narrativa
que se traduce en representaciones de lo territorial; es decir, el
pasar de considerar al territorio como el eje que deine lo social
comunicativo en relación al espacio, hacia el espacio que construye, a partir de múltiples sentidos en proceso intersubjetivo,
la representación de lo territorial: Mientras desde una concepción del centro se deine en la unicidad y control territorial;
desde la centralidad logramos romper con límites superpuestos para trasladarnos a comprender, desde los sujetos-actores
y sus imaginarios, las múltiples conexiones y condiciones de
apoderamiento de los espacios urbanos. Espacios como lugares
practicados, que vienen a constituirse en el imaginario colectivo a partir de interacciones e intercambios de sentido, donde el
imaginario se constituye como referente central, a partir de sus
representaciones y relatos, para comprender la construcción
compleja de procesos de apoderamiento y exclusión que constituyen la dinámica actual de los escenarios urbanos.
A continuación muestro, desde el análisis de lo que llamo
“Representaciones territoriales”, el resultado de una estrategia
aplicada14 a dos grupos de jóvenes, en las que se observa a partir del relato, la comparación que lleva a cuestionar la visión de
la idea de centro histórico como referente de identiicación e
integración.
14
Debo de aclarar que el resultado que presento en este trabajo es parte de un
proyecto más amplio de análisis con respecto a “Ciudadanía, ciudad y expresión
artística”; por lo que debe de ser considerado en sus límites en cuanto su aplicabilidad y la muestra que representa los dos grupos de jóvenes con los que se
trabajó.
Del centro a la centralidad.
Salvador Salazar Gutiérrez
Foto 1.
Centro histórico de
Ciudad Juárez, autor:
Jaime Bailleres.
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REPRESENTACIONES TERRITORIALES
“Los centros históricos nacen –de manera paradójicaen el momento en que empieza su deterioro o,
lo que es lo mismo, cuando empiezan
a vaciarse de centralidad urbana.”
Fernando Carrión
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Como mencioné en el apartado anterior, lo social es indisociable de la representación. El análisis de las narrativas que se
construye, en el entramado de lo social y lo cultural, dentro
de los relatos e imaginarios que los sujetos maniiestan y comparten, nos permite abordar la lógica de representación que
implica el territorio como centralidad –entendido éste como
espacio donde lo constitutivo de los límites es marcado por
una apropiación de sentido y delimitación intersubjetiva; es
decir, va más allá de la lógica físico territorial-. Lo que quiero
decir por Representaciones territoriales, centra el enfoque en
la signiicación, entendido como el proceso de simbolización o
el conjunto de procedimientos mediante los cuales los sujetos
dotan, intersubjetivamente, de sentido a la realidad (Reguillo,
2005); es decir, por representaciones territoriales asumo la manifestación de una intersubjetividad constituyente que a partir
del relato visualiza la apropiación o pérdida del espacio como
lugar de pertenencia y dominio.
Quien nos permiten comprender mejor, la relación entre representación y signiicación, es el austriaco Alfred Schutz –uno
de los principales representantes de la escuela Fenomenológica
y etnometodológica de la Escuela de Chicago-, el cual, en su relexión sobre Mundo vida y acervo de conocimiento, nos traslada
a la construcción de sentido desde el nivel de lo micro dinámico, donde las relaciones cotidianas y la apropiación del sujeto
del sentido, son fundamentales en el entendimiento del imaginario y las representaciones que de él surgen, “la interacción
Del centro a la centralidad.
alude al movimiento, permite entender que las relaciones entre
estructuras y sujetos no están dadas de una vez y para siempre;
esto hace posible trabajar desde las tensiones y contradicciones
de la vida social…” (Reguillo, 1999: 21). Para Schutz, el mundo de la vida es el ámbito inito de sentido correspondiente a
la vida cotidiana, el cual constituye el fundamento de nuestro
existir puesto que en él nos comunicamos, trabajamos y vivimos; se presenta como “un escenario intersubjetivo donde el
hombre desenvuelve sus acciones y al mismo tiempo le otorga
límites” (Schutz, 1974).
Es el escenario de la apropiación del nosotros, que lleva
a una relación de oposición hacia el ellos; es decir, hablar del
mundo de vida es entender que la lógica del sujeto se establece
en el escenario de la intersubjetividad más allá de circunscripciones territoriales –por ejemplo, la delimitación territorial que
el Estado necesita para justiicar su dominio político, no constituye el punto de referencia de lo mexicano, como si hubiera
una sola representación o apropiación de ello; lo mismo surge
para escenarios más limitados, como veremos más adelante,
es el de Ciudad Juárez-. El mundo vida construido a partir de
la signiicación, se debe de entender como procesos mediante
los cuales los sujetos dotan, intersubjetivamente, de sentido
a la realidad. Ahora bien, para realizar cualquier movimiento
dentro de su escenario de dominio, el ser humano se vale de
un acervo de conocimiento que le permite realizar prácticas,
narrativas y acciones acerca de aquello que considera real. Éste
sirve de esquema de referencia e interpretación del mundo de
la vida, sus experiencias anteriores, que constituyen un almacén, un esquema de referencia, de interpretación y soluciones
para los problemas del mundo de la vida.
Es por ello que, como mencioné en el apartado anterior,
hablar de centralidad es hacer referencia a la construcción que
del espacio, generan los sujetos a partir del proceso de resigniicación en procesos de intersubjetividad, donde las interaccioSalvador Salazar Gutiérrez
83
nes, las experiencias y vivencias cotidianas, llevan a una reconiguración constante del escenario. Superar la concepción de
centro es trasladarse a la lógica del sujeto-actor, desde donde
la centralidad es la que deine las ubicaciones y apropiaciones
desde donde él se apodera y domina las representaciones del
territorio.
La estrategia establecida para este ejercicio, tiene por característica la de llevarse a cabo en una dinámica artesanal, es
decir, que no se malentienda el sentido de lo artesanal en una
visión desvalorizada del proceso, sino en el sentido básico del
término como una elaboración doméstica en la que el individuo impregna no sólo la técnica de elaboración, sino un sello
de apropiación y dominio con respecto al material ofrecido. Veamos a continuación, el resultado de los dibujos que diversos
jóvenes –miembros de un colectivo de estudiantes universitarios-, realizaron a partir de describir tres tipologías de territorios: lo usado, lo desconocido y lo inaccesible, en un mapa que
corresponde a lo encuadrado como centro histórico de Ciudad
Juárez15. La estrategia de aplicación consistió en dos momentos:
•
84
15
Se les solicitó a cada integrante del grupo de jóvenes,
que con tres colores distintos, iluminara en un mapa
de la zona centro histórico lo que consideraban como
territorios usados, desconocidos e inaccesibles.
No se debe de perder de vista que el ejercicio que aquí se muestra se llevó a cabo
en el mes de abril del 2008, periodo en el que realiza el operativo de Seguridad
Federal dirigido por el Ejército y la Policía Federal llamado “Operativo Juárez”
-lo que signiicó la llegada de contingentes importantes de elementos de élite llamados “fuerzas especiales”, así como una serie de acciones como cateos, decomisos de productos ilegales como droga, y enfrentamientos armados con grupos de
“delincuentes” supuestamente ligados al narcotráico-. No se debe de caer en el
grave error de limitar el juicio presentado sólo a partir de este evento, el problema
de la conlictividad y la violencia, que en el caso concreto de Ciudad Juárez hace
referencia a acontecimientos como Las muertas de Juárez, nos exige a profundizar en el estudio de los resultados que aquí se muestran.
Del centro a la centralidad.
•
Además, y relacionada estrechamente a la práctica del
dibujo, se les entregó un cuestionario en el que se les
preguntó sobre cinco conceptos –palabras- con las que
relacionan en este momento a la ciudad en general y a
la zona centro; junto a esto, se les pidió que escribieran
las razones por las que decidieron dibujar cada uno de
los territorios, el de lo usado, lo desconocido y lo inaccesible.
El análisis de las representaciones viene fundamentado
a partir de tres niveles de la experiencia espacial (Alicia Lindón Villoria, 2005): La tierra conocida o el territorio personal
que constituye el mundo percibido por el sujeto, las prácticas
–el individuo puede reconocer el escenario porque es el lugar
donde despliega sus prácticas- y el sentido del lugar –la resemantización del imaginario espacial colonizado- . A partir de
las oposición conocido-inaccesible, conocido-desconocido y
desconocido-inaccesible, retomaría la conceptualización trabajada por Alicia Lindón Villoria (2005) la cual construye las
iguras de topoilia –referida a la experiencia grata y placentera
del lugar-, toponegligencia –desarraigo, falta de pertenencia,
indiferencia, sin llegar al rechazo o a la incomodidad- y topofobia –es el territorio de la incomodidad al grado de generar
miedo y pánico (agorafobia)-. A continuación veamos el resultado en dos mapas; el primero hace referencia a la totalidad del
territorio que comprende la ciudad -Cuadros A y A1-, mientras
que en el segundo se ubica concretamente la zona de estudio
que comprende el centro histórico de Ciudad Juárez –Cuadro
B y B1:
Salvador Salazar Gutiérrez
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Imagen 1.
Ciudad Juárez, Chihuahua, 2008
86
Imagen 1.1
Ciudad Juárez, Chihuahua, 2008
Del centro a la centralidad.
Imagen 2.
Zona centro histórico, Ciudad Juárez
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Imagen 2.1
Zona Centro Histórico, Ciudad Juárez
Salvador Salazar Gutiérrez
En el cuadro B podemos ver la zona que limita lo que corresponde al centro histórico; lo interesante, es que la estrategia nos permite observar el establecimiento de los límites
imaginarios que generan fronteras de acceso, apropiación y
abandono o exclusión. Como podemos observar, la distribución que se presenta en la representación territorial de lo usado
(topoilia), lo desconocido (toponegligencia) y lo inaccesible (topofobia-agorafobia), da pie para una aproximación a las lógicas
de apoderamiento y diferenciación en las que se desenvuelve
el espacio, sus características geográicas permiten entender la
disminución que el territorio zona centro ofrece en cuanto espacio de pertenencia e identiicación, es decir, en un mismo referente territorial hay diversas aproximaciones a lo apropiado,
lo conocido o lo abandonado.
Además y a partir de ambas imágenes, veamos el resultado
del análisis del cuestionario –en el que se les pidió a los participantes que mencionaran el porqué dibujaron cada zona,
además de hacer referencia con términos a la idea con la que
asociaban la ciudad y la zona centro-, del que se pueden generar dos tablas en las que observamos el nivel de valoración y
la referencia narrativa a la que asocian cada una de éstas zonas
representadas. Tomando como referencia las categorías elaboradas por Alicia Lindón podemos observar la valoración que se
ubica en cada una de ellas:
Ciudad Juárez (Total del territorio de la ciudad)
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Valoración
(alta-media-baja)
Topoilia
Media
Toponegligencia
Media
Topofobia
Alta
Topoilia
Baja
Toponegligencia
Alta
Topofobia
Alta
(agorafobia)
Zona centro
Valoración
(alta-media-baja)
Del centro a la centralidad.
En cuanto la valoración en el imaginario de la totalidad del
espacio que hace referencia al territorio que comprende Ciudad Juárez, podemos ver el nivel medio en cuanto los escenarios de topoilia vinculados a la apropiación y pertenencia, esto
debido a que la mayoría de los jóvenes hicieron mención a que
sus territorios de lo usado se relacionaban principalmente con
las zonas donde transitaban hacia el lugar de estudio, diversión,
relación con familiares o amigos, y el hogar en el que habitan.
En el caso de los territorios desconocidos (toponeglicencia)
en el mapa, podemos observar una franja territorio importante
con respecto a lugares que no se ignoran o a los que no es necesario asistir cotidianamente; parte importante del relato que
se asociaba en esta condición de lo ignorado hacía referencia al
mínimo o nulo acceso por condiciones o causa de no necesidad
de tránsito por el lugar, aunque destaca varios que lo relacionaban a lugares peligrosos a partir de lo que otros relataban.
En el caso de la representación de lo inaccesible (topofobia) podemos observarla en el nivel de alta, no sólo por los territorios amplios que se pueden verse en los mapas, sino por la
relación que los individuos hacen de ellos como lugares peligrosos y de delincuencia, no tanto por haber sufrido alguna situación directamente relacionada con un delito o peligro, sino
más a partir de la reproducción en las narrativas que dentro del
proceso de lo intersubjetivo enmarca lo inaccesible en relación
al peligro y al delito.
Ahora bien, y como parte central en el entendimiento de las
implicaciones que deinen parte de la lógica de reproducción
de las narrativas, podemos partir en el caso de la topofobia, su
importancia radica en que instaura dinámicas de rechazo a partir de relaciones de ruptura, desvinculación y hasta confrontación hacia lugares y habitantes generando una reproducción
narrativa de agorafobia, en la que me asumo como “seguro”
sólo desde aquellos lugares enmarcados a partir de una representación de topoilia. Para el caso de la zona centro el panoraSalvador Salazar Gutiérrez
89
90
ma muestra disminución o pérdida, ya que la referencia hacia
espacio de identiicación y pertenencia (topoilia) llega al nivel de baja –e inclusive para varios de los individuos a nivel de
nula-; incrementándose en el caso de la representación de los
desconocido, en un nivel de alto, y como punto importante de
la problemática, la representación de este territorio se asocia a
un escenario de nivel alto de topofobia, al grado de establecerse una agorafobia, que es el máximo de resquebrajamiento y
abandono del espacio en relación a la peligrosidad y el temor a
ubicarse o pertenecer a él.
El caso de la zona centro muestra los niveles de ruptura y
desdibujamiento de la ciudad como escenario de encuentro y
convivencia, principalmente referido a su transformación en
lugar relacionado a inseguridad, violencia, soledad, etcétera,
manifestando una pérdida de espacio central de referencia de
lo ciudadano; no por su condición territorial, sino por su representación como lugar que establece y restablece el espacio
público que permite la revaloración de la identiicación, convivencia y pertenencia. Si el centro constituía históricamente
el lugar de encuentro y de pacto, su pérdida encauza hacia la
ruptura de las relaciones de compromiso y asociación colectiva
establecidas en un referente común, que dista ubicarse en el
Estado-Nación.
La problemática más crítica, no es el traslado territorial del
centro histórico hacia una ubicación periférica; sino la pérdida
de un lugar de referencia que se convierta en el núcleo de identiicación y asociación a partir de un restablecimiento del pacto
social. Ante este panorama de peligro, la pregunta que se genera en el estudio de los centros históricos como lugares referidos
a la pertenencia e identiicación ¿cómo restituir el espacio de
la centralidad como escenario de reapropiación ciudadana que
permita refundar el espacio público como lugar de encuentro y
convivencia solidaria? A continuación, veamos una de las múltiples salidas posibles para ello.
Del centro a la centralidad.
EN BúSqUEDA DE LA AGENDA.
ESPACIO PúBLICO y PERSPECTIvA
INTERDISCIPLINAR
“La pregunta central es ¿quién tiene
el poder actual para esceniicar?
Rossana Reguillo
La pregunta es ¿desde dónde y quienes construyen y bajo
que proceso se legitima la representación de la ciudad actual?
Esta pregunta, y sus implicaciones, nos llevan a la discusión sobre la ciudad y el problema del espacio público. Espacio que
ha sufrido pérdida de certidumbre y apropiación, trasladando
su confusión a una dispersa búsqueda de asociación común o
colectiva16. Para comprender mejor esta relación entre ciudad
y espacio público, retomo el texto de Nora Rabotnikof titulado
En busca de un lugar común. El espacio público en la teoría política
contemporánea, en el que parte de una síntesis muy interesante
con respecto al abordaje que del espacio público, desde diversas aproximaciones, hace la tradición del pensamiento político contemporáneo. Fuera de un análisis más profundo con
respecto a la recuperación que la autora hace de los modelos
clásicos del pensamiento que abordan la problemática –desde
Kant, pasando por Reinhart Koselleck, Hannah Arendt, Jürgen
Habermas y Niklas Luhmann-; lo que me interesa rescatar para
el problema que aquí nos ocupa, ciudad y espacio público, son
los tres sentidos básicos que la autora reiere con respecto al
análisis de lo público (Rabotnikof, 2005):
16
Inclusive los escenarios de la diversión compartida han sufrido éste desdibujamiento, como lo menciona García Canclini“… en los últimos años disminuye
el uso recreativo del espacio público. Esto se debe en parte a la inseguridad, y
también a la tendencia de preferir la información y los entretenimientos llevados
hasta los hogares por la radio, la televisión y el video en vez de la asistencia a
cines, teatros y espectáculos deportivos que requieren atravesar largas distancias
y lugares peligrosos de la urbe…” (García Canclini, 2000:14)
Salvador Salazar Gutiérrez
91
•
•
•
92
El asociar lo público a lo común y lo general, en oposición a lo individual y lo particular; en donde el ejemplo
se observa en la contraposición entre interés público e
interés privado, o del bien público y bien privado. Aquí
lo público hace referencia directa al interés o utilidad
común para los miembros de una comunidad política.
La oposición de lo público en relación a lo oculto; lo
público como lo no secreto, maniiesto, visible y principalmente conocido. Aquí lo privado hará referencia a
lo oculto, o que se ejerce de manera privada y desconocida para la comunidad.
En relación a los anteriores, el tercer sentido hace referencia a lo abierto-cerrado. Aquí es donde se sostiene la
idea de lugares públicos, en tanto sentido de lo abierto.
Como se puede ver, éstos tres sentidos asociados a lo público (lo general y común, lo visible y maniiesto, y lo abierto y
accesible) han establecido el debate desde diversas aproximaciones disciplinare, de lo que se ha establecido como el sentido
del espacio público17. Desde la concepción clásica que centró la relación público a partir de la diferencia con lo doméstico y la resolución de necesidades, donde lo público hacia referencia al ámbito “de
la acción de una ciudadanía libre en el tratamiento de los asuntos
comunes, la polis” (Rabotnikof, 2005;31); hasta la concepción
contemporánea del Estado Social, en el que lo público es la
concepción del contrato donde el ciudadano establece, a partir
de un marco institucional de identiicación dominado por la
ley, una relación de incorporación hacia una igura externa instituida como es el Estado.
17
Para una mayor profundidad en el análisis histórico de las diversas concepciones
del espacio público, ver el capítulo I “Los sentidos de lo público” en el que Nora
Rabotnikof profundiza desde la época clásica hasta la concepción moderno-Ilustrada del Estado, las distintas interpretaciones que de él se han construido.
Del centro a la centralidad.
Ahora bien, lo que nos interesa es la relación que de lo público se establece en el escenario de la ciudad. Como pudimos
observar en el apartado anterior –en donde el ejercicio de las
representaciones territoriales permite comprender, la construcción del imaginario que remite a la relación del reconocimiento
y la diferencia- el sentido de pertenencia y apropiación, fundamentos de un andamiaje social y político de la comunidad política, parece diluirse en una lógica de dispersión y ruptura. La
representación de lo usado, y su referencia directa a partir del
establecimiento de relaciones de empatía profunda –como es
el caso del escenario de lo familiar, lo laboral, lo escolar, lo íntimo-, se contrapone a la manifestación de lo inaccesible –referido principalmente a lo violento, lo inseguro, lo marginado- que
visualiza el imaginario de lo excluido a partir de la diferencia
y la desigualdad. Si en este momento, la ciudad se constituye
como el espacio más factible para el restablecimiento de la comunidad política, a partir de la pérdida de dominio y referencia
identitaria en la que se encuentra el modelo de Estado-Nación,
la representación que de lo usado ,desconocido e inaccesible
llama la atención al hacer visible la dispersión y resquebrajamiento de lo público en referencia a los tres sentidos al inicio
mencionados: como escenario de visibilidad, de pertenencia y
de la accesibilidad.
Como posible salida, y tratando de superar la visión de crisis
que mencionaba al inicio del capítulo, caracterizo dos modelos
que surgen de dos concepciones, que concuerdan en algunos
aspectos y en otros parecieran enfrentarse, que de lo público
rescatan su esencia como espacio de la reconstitución de lo político: la idea de espacio público como comunidad política de
Hannah Arendt (1974), y la de espacio público como institucionalidad legítima de Jürgen Habermas (1999). Ambos modelos permiten reconstruir el sentido hacia donde se debiera
de dirigir la ciudad como espacio de legitimidad común.
Salvador Salazar Gutiérrez
93
94
En el caso de Hannah Arendt (1974), el desarrollo que realiza con respecto al lo público/privado en su clásico texto La
condición humana, parte de una revalorización de la polis griega, deiniéndola a partir de la condición constitutiva de la vida
humana y una teoría general de la acción, donde la acción se
separa del trabajo y la reproducción como dos procesos de lo
íntimo. A partir de la teoría de la acción, lo público hace referencia a lo que aparece y puede ser visto y oído: el espacio
de aparición y apariencia, de visibilidad y luz; a partir de la acción, el espacio de la apariencia se crea con individuos que se
reúnen para actuar y hablar, es el lugar donde se establece la
palabra como posibilidad de convivencia. Esta condición de
hacer visible superando lo íntimo, transita hacia la posibilidad
de establecer condiciones de pluralidad y revalorización de la
diferencia, “lo público como lugar de apariencia, permite así
que las obras y las palabras sean mutuamente reconocidas y
apreciadas, y que la pluralidad constitutiva de la condición humana se maniieste.” (Rabotnikof, 2005: 115).
En Arendt el regreso a la comunidad como núcleo de convivencia y reconocimiento constituye el eje central de la revaloración del espacio público, que para nuestro caso se dirige hacia
la recuperación y descentralización de los espacios micros, como la
ciudad, como escenario de la participación colectiva. Ahora bien,
el problema al que nos enfrentamos en éste modelo de lo público es que resulta insuiciente para pensar la acción política en
la condición contemporánea, “… el espacio público, deinido
en primera instancia como espacio de aparición, se centraliza
por su extrema fragilidad, ya que el principio de reconocimiento mutuo y la actuación o presentación del sí mismo ante los
otros, no supone continuidad, institucionalización ni perdurabibilidad…” (Rabotnikof, 2005:117).
La revaloración de la comunidad como lugar de convivencia visible de lo común, carece de sentido si no viene acompañada de procesos que institucionalicen el reconocimiento.
Del centro a la centralidad.
Es aquí donde el aporte de Jürgen Habermas, representante de
la segunda generación de la Escuela Crítica de Frankfurt, nos
lleva a una visión en la que recupera la necesidad de la acción
común como proceso central de la revalorización de lo público
a partir de la acción comunicativa, pero partiendo de lo público
como mediación entre mundo vida y sistema.
Para Habermas (1999) la esfera pública será, a partir de la
modernidad, el lugar de reunión de los nuevos ciudadanos y el
lugar de expresión de una racionalidad entretejida en la cotidianeidad de una nueva forma de vida. Se instituye un espacio público como mediación entre sociedad y Estado, entre mundo
de la vida y sistema, entre redes de solidaridad y asociaciones y
estructura institucional, por lo que se establece el espacio público moderno como un proyecto emancipatorio.
Como se puede observar, a diferencia de Arendt y su revaloración de la polis griega, para Habermas existe una condición importante de constitución de lo público a partir del
surgimiento del modelo burgués de lo ciudadano, el problema
viene a establecerse cuando surge y domina una racionalidad
instrumental –característica de la burocratización estatal- que
empobrece al espacio público como escenario de deliberación
transformándolo sólo en lugar de lo anecdótico –característica principal de las políticas de “rehabilitación” de los espacios
urbanos-.
En Habermas el punto central se ubica en la deliberación
como lujo comunicativo no sólo en una comunidad autónoma,
sino en contextos de reconocimiento de pluralidad y diferencia; su
propuesta de la acción comunicativa se dirige hacia la idea de
instaurar un poder comunicativo que permita el “estar juntos”,
el crear comunidad, el poder a partir de la capacidad pública
sostenida en la argumentación. El problema es, en una ciudad
donde cada vez se dispersa y empobrece la condición argumentativa, ¿hacia dónde es posible el resurgimiento de un espacio
público de deliberación?
Salvador Salazar Gutiérrez
95
En ambos, tanto en Arendt como en Habermas, los espacios públicos son vistos como escenarios de la recuperación
de la política como empresa de todos; lugares de lucha contra
el monopolio de la política por parte del Estado recuperando
la acción concertada (Arendt) y de la capacidad de diálogo o
argumentación (Habermas). Para los dos modelos, el espacio
público se instituye como el lugar de la convivencia social y el
ideal de la identidad política colectiva; y en ellos podemos encontrar una revaloración hacia la ciudad como el lugar central
en el que el sujeto de la política vuelve a ser a través de la acción
y la argumentación.
Ante la incertidumbre del futuro, las inseguridades, los
miedos y las desesperanzas, las propuestas y exigencias pasan
por el rescate de la civilidad, de una pertenencia colectiva, de
revalorizar el lugar común de la convivencia y el reconocimiento. Y es aquí, en un momento donde las contradicciones de
los procesos globalizadores y la lógica del libre mercado, han
empobrecido la presencia del Estado visibilizando relaciones
de exclusión y segregación acentuando nuevas fronteras imaginarias y visibles, donde la ciudad implicaría convertirse en
el gran escenario de recuperación y revaloración del espacio
público como lugar de visibilidad, de interés, e intercambio y
tránsito común. El problema se presenta cuando las representaciones de lo territorial hacen visibles narrativas de exclusión
y abandono a partir de múltiples relatos construidos social y
culturalmente.
96
Del centro a la centralidad.
Foto 2.
Centro histórico de Ciudad Juárez, autor: Jaime Bailleres.
DEjAR HABLAR A LA CIUDAD.
TRANSITANDO HACIA LO
INTERDISCIPLINAR
He querido dejar al inal una breve relexión con respecto a
la necesidad de “colocar en la mesa” la problemática de abordar
a la ciudad a partir de visiones diversas y en varias ocasiones
enfrentadas. Titulo este breve apartado “Dejar hablar a la ciudad”, haciendo referencia a la necesidad urgente de comprenderla desde sus propias lógicas y sus manifestaciones. Si algo
caracteriza al escenario actual en el que esta insertada la ciudad,
es en una época de incertidumbre, lo que para la mayoría representa temor o una visión “de crisis” del futuro; pero para mí,
ofrece la posibilidad del potenciar las capacidades creativas de
los sujetos, y los espacios urbanos, desde la perspectiva de la
centralidad, permiten escuchar las múltiples voces que lo reconstruyen constantemente.
Salvador Salazar Gutiérrez
97
“Dejar hablar a la ciudad” es partir de una potencia liberadora que nos lleve a lo que Nelly Richard (2003) proclama
como la urgencia por desjerarquizar y descentrar los saberes;
vivimos un momento de enfrentamiento en el que el saber
cientíico moderno sigue defendiendo, bajo una muralla llamada orden, saberes sólo ligados a la tradición del método cientíico-experimental. La vida narrativa y simbólica plasmada en
lo cotidiano de los individuos se abandonó por parte de la explicación cientíica para perderse en repeticiones estructuradas
bajo el argumento de la “formulación y comprobación de leyes”. Lo que durante varios años se vio como el enfrentamiento
entre la ciencia positivista contra las ciencias del espíritu, en la
actualidad se convierte en una prioridad de diálogo y apertura
para retomar la vía de acceso a la realidad de la vida cotidiana
social, cultural política y económica a la que se enfrenta la ciudad contemporánea.
Es aquí donde se ubica la relexión que ha enmarcado éste
capítulo, su única inalidad es abrir el panorama a una de múltiples posibilidades de abordar el fenómeno de la urbe. La
perspectiva sociocultural se inserta en las lógicas culturales retomando las dimensiones del poder y la dominación, ya que
abordar a la ciudad desde lo interdisciplinar18 es replantear la
tradición del pensamiento.
98
18
Para Jesús Martín Barbero (2001) interdisciplinariedad signiica la desjerarquización de los conocimientos para hacernos cargo de dinámicas y transformaciones sociales que buscamos comprender, y la visión de una pluralidad de
discursos y lenguajes sociales que exigen una perspectiva multidimensional de
lo social. Interdisciplinariedad signiica la desjerarquización de los conocimientos para hacernos cargo de dinámicas y transformaciones sociales que buscamos
comprender, y la visión de una pluralidad de discursos y lenguajes sociales que
exigen una perspectiva multidimensional de lo social; como lo menciona Jesús
Martín Barbero (2004): cuanto más se especializa una disciplina menos complejidad abarca. A lo que me reiero, al buscar “dejar hablar a la ciudad”, es el estar
allí de Cliford Geertz, con la inalidad de escuchar lo que la ciudad nos quiere
decir.
Del centro a la centralidad.
No debo dejar pasar nuevamente que la relexión aquí presentadas, y el resultado inicial de la estrategia de representaciones territoriales, forman parte de un trabajo más amplio que
parte de analizar la condición actual de lo que implica repensar el centro histórico para el caso de Ciudad Juárez. La importancia de su análisis reside en su transformación histórica
de sentido, donde el centro histórico se traslada en diversos
modelos y representaciones de apropiación, identiicación e
incluso abandono hacia dinámicas de abandono y pérdida de
referencia identitaria,
“…no se debe olvidar que el centro histórico fue alguna
vez la ciudad toda y, por lo tanto, síntesis de la diversidad que lo caracteriza. Su origen y riqueza provienen de
su heterogeneidad. Por lo general, las ciudades tienen
en su centro histórico el origen de su propia vida y así
como se desarrollaron con el paso de los años, hoy deben de retomar sus pasos desde estas raíces…” (Fernando Carrión, 2005:105).
Raíces de identiicación junto a la crisis actual a la que se
enfrentan los centros históricos, tiene que ser entendida desde
la ruptura del centro como lugar cerrado de incorporación y
dominio, y analizada ya a partir de la centralidad, de la transformación constante de fronteras y límites territoriales que parten
más de lógicas del imaginario manifestadas en lo narrativo. Si
comprendemos a la ciudad desde las dinámicas de centralidad,
creo que será posible recuperar la igura del ágora como escenario de revaloración del espacio público, ya que transformar la
pérdida de la dimensión colectiva y del reconocimiento reside
en el ágora.
“un espacio que no es ni público ni privado sino, más
exactamente, público y privado a la vez… el espacio en
Salvador Salazar Gutiérrez
99
el que los problemas individuales se reúnen de manera
signiicativa, es decir para buscar palancas que colectivamente aplicadas resulten eicientes y suicientes para
elevar a los individuos de sus desdichas individuales…”
(Bauman, 2002:12)
¿Cómo repensar a la ciudad para generar comunidades de
ciudadanos, en un mundo que se ha caracterizado por establecer dinámicas de segregación y exclusión? ¿Hacia dónde debe
ser repensado el sentido del centro en la lógica de la ciudad
fronteriza? El gran problema de la polarización de las relaciones entre los incorporados y los excluidos, manifestada a partir
de la apropiación y control de los territorios, es la falta de capacidad de diálogo y aceptación de la necesidad de restituir el
escenario de lo común.
100
“La búsqueda desesperada de certezas y demandas de
comunidad son, la reacción ante una modernización
sin modernidad. Así, la historia de la democracia en
América Latina puede leerse como la búsqueda de comunidad en una sociedad que sistemáticamente genera
exclusiones…ni el mercado como mecanismo natural
ni la nación como comunidad preconstituida logran
conjurar el fantasma de la desintegración, ni equilibrar
los mecanismos de exclusión socialmente producidos.
Esta demanda de sentido, en este caso producto de una
modernidad deicitaria, se expresaría en la necesidad de
airmar una identidad colectiva, un conjunto de certezas
compartidas, valores comunes y referencias unitarias.”
(Rabotnikof, 2005: 301)
La disputa y la lucha son parte constitutivos de la experiencia pública; la conformación del ciudadano parte de la vida política, del reconocimiento y el diálogo ante situaciones de difeDel centro a la centralidad.
rencia y desigualdad. Las posibilidades se deben de establecer a
partir de la recuperación histórica de la memoria colectiva enmarcada en el escenario de la ciudad; hay que defender la esfera
de lo público, hay que luchar por recuperar el ágora partiendo
de que no hay representación duradera sin institucionalización.
Repensar al centro histórico desde la lógica de la centralidad
permite ir más allá de aproximaciones instrumentales bajo la
lógica de la rehabilitación funcional del espacio arquitectónico
y/o urbano.
Foto 3.
Centro histórico de Ciudad Juárez, autor: Jaime Bailleres.
101
Salvador Salazar Gutiérrez
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105
Salvador Salazar Gutiérrez
REFLEXIONES SOBRE LA INTERVENCIÓN
URBANO-ARqUITECTÓNICA
EN EL CENTRO HISTÓRICO
DE CIUDAD jUÁREZ.
Héctor Rivero Peña
Fausto Gómez Tuena
“El inierno de los vivos no es algo que sucederá,
existe ya uno y está aquí entre nosotros: es el inierno que
habitamos todos los días y que formamos estando juntos.
Hay dos maneras de dejar de sufrirlo. La primera les resulta fácil a muchos: consiste en aceptar el inierno y pasar a
formar parte de él, hasta el extremo de dejar de verlo y
percibirlo. La segunda es arriesgada y requiere cuidado y
aprendizaje continuos: consiste en buscar y saber
reconocer qué y quién, en medio de este inierno, no es
inierno, y hacerlo durar y darle espacio”.
Italo Calvino, Las ciudades invisibles.
C
ómo encausar el crecimiento urbano es el dilema
latente en la actual Ciudad Juárez. Pareciera que
la necesidad de expandirse es muchísimo más
urgentes que en años anteriores, por lo que se ha
propuesto crecer, al mismo tiempo, hacia el sur, el oriente y el
poniente. Los datos, las proyecciones y la realidad que vivimos
nos dice que esto no es necesario19. Bajo este expansionismo
19
El 25% de la mancha urbana actual es suelo disponible además de contarse
con una reserva superior al 60% de la mancha urbana actual, la cual consiste en
30,052.89 ha. Plan de Desarrollo Urbano, Ciudad Juárez, 2009.
107
108
desmedido y sin sentido, cualquier esfuerzo para hacer frente
a los problemas de la ciudad se diluye en esta incapacidad de
controlar la gran dispersión urbana.
De la misma manera, se ha sobrestimado al modelo de crecimiento urbano descentralizado, basado en el raccionamiento
como unidad elemental de conformación y extensión urbana,
y aunado a esto, se ha entendido el problema de vivienda sólo
como de índole cuantitativo. La ciudad, en gran medida, se está
conigurando a partir de la construcción masiva de vivienda de
interés social, lo cual desde el siglo XIX ha demostrado su ineiciencia, sobre todo en el impacto negativo en la población
más vulnerable20.
Bajo estas circunstancias, es necesario hacer una pausa para
relexionar sobre el destino de Ciudad Juárez, para valorar el
modelo de ciudad que ha sido establecido. De esta forma, se intenta poner sobre la mesa de discusión un hecho urbano poco
estudiado en nuestra región: La coniguración física de la ciudad, un factor necesario para entender y fomentar la relación
directa y cotidiana que se da entre el habitante y la ciudad.
Hablar de vivienda es hablar de la ciudad, no sólo por la
extensión que ocupa (en Ciudad Juárez el 40.69% de la mancha
urbana en el 200821), también por su impacto en la estructura
física y urbana de la ciudad. El problema de vivienda no es exclusivo de un solo factor; cuestiones políticas, económicas, jurídicas y sociales están íntimamente ligadas a este proceso. Una
parte no menos importante es la decisión especíica de cómo
se materializarán las nuevas zonas habitacionales en la ciudad
y como éstas se relacionan con el resto e impactan en la coniguración de la misma. Como comenta Cerasi, “las viviendas
20
21
El gobierno del Estado de Chihuahua, del 2004 a inicios del 2010, ha otorgado
más de 165 000 créditos de vivienda, lo que implica la construcción de habitación para una ciudad completa del tamaño aproximado de la Ciudad de Chihuahua.
Plan de Desarrollo Urbano de Ciudad Juárez, 2009.
Reflexiones sobre la intervención urbano-arquitectónica...
quedan […] como una de las principales masas de maniobra
para la construcción y transformación de la ciudad” (Cerasi,
1990: 26). En pocas palabras, el problema de la vivienda es el
de cómo hacer ciudad.
Sin embargo, la ciudad no se puede entender como sólo
compuesta de unidades habitacionales. Hay todo un cúmulo
de espacios, construcciones, acciones, usos, manifestaciones,
signiicados, habitantes, instituciones, vacíos, etcétera, que de
alguna manera son parte tangible (o por lo menos dejan algunas huellas físicas) e indispensable de eso que llamamos ciudad.
Ciudad Juárez desde los años sesenta, debido a su constante
y explosivo crecimiento demográico, ha tenido la disyuntiva
entre expandirse, aumentando su fundo legal, o generar una
estructura urbana compacta; es decir, subir la densidad de
habitantes, limitando su expansión. Hasta este momento, la
decisión ha sido extender el área urbana para dar cabida a la
vivienda para los grupos sociales menos favorecidos. La premisa es, entre más lejos del centro urbano, el suelo para los desarrollos habitacionales se hace económicamente más accesible.
De esta manera, el fraccionamiento ha sido desde la década de
los sesentas la unidad elemental de conformación y extensión
urbana en Ciudad Juárez.
El fraccionamiento es una derivación del suburbio americano, el cual es principalmente dirigido a las familias nucleares
de clase media con hijos pequeños, donde el lote con una casa
unifamiliar es el elemento signiicativo a repetir. Los proyectos
realizados han tenido, en el mejor de los casos, inluencias teóricas del New urbanism, un movimiento que pretende urbanizar
el suburbio, o del Neighborhood unit22, deinido por Clarence
Perry en 1929, en el cual se determina la escala del vecindario
en relación a los habitantes suicientes para establecer un dis22
El texto clave para entender este concepto es Neighborhood unit, de Clarence
Perry de 1929.
Héctor Rivero Peña•Fausto Gómez Tuena
109
110
trito escolar (escuela primaria y kinder) y un espacio comercial
para aprovisionamiento básico (un centro con escuela, juegos,
tiendas, farmacia e iglesia). El parque juega aquí un papel fundamental; es el espacio donde se comprueba la igualdad social
de los vecinos, factor fundamental para la aparente tranquilidad de la vida familiar. El orden social debe prevalecer sobre
todas las cosas.
El suburbio implica una voluntaria segregación buscando,
en teoría, un espacio seguro y tranquilo para el crecimiento de
los hijos, a través de un contacto más directo con elementos naturales. Tiene como principio desaparecer a lo otro. Cualquier
conexión con usos de suelo distintos al residencial, es negada.
La ciudad, de esta manera, es una carga que debe ser apartada;
de hecho, se está huyendo de ella. La casa, mi casa, es el centro
del mundo, principal componente de estos desarrollos, símbolo
de una vida plena y feliz; idealmente, todo puede satisfacerse
ahí.
En el suburbio, cubrir otras necesidades fuera del ámbito
habitacional puede ser costoso. Generalmente, se paga un alto
precio para acceder a servicios y equipamiento difícilmente
presentes en la zona, pero se sobrentiende que hay que tener
los recursos económicos suicientes para resolver de alguna
manera esas situaciones. Lo económico pasa a segundo término, lo prioritario es la tranquilidad familiar23. El automóvil, de
esta manera, se convierte en una pieza clave para su funcionamiento, es el vínculo entre el suburbio y “la ciudad”.
Este modelo habitacional expansivo, siempre dependiente de un automóvil como medio de conexión, tiene en el mall
su espacio de socialización por excelencia, y por lo tanto, su
complemento ideal. El centro comercial es un espacio descon23
Paradójicamente, aunque se logra un contacto más directo con espacios naturales y se podría pensar que estos espacios fomentan una relación armónica con
el medio ambiente, el uso del automóvil es una de las fuentes de contaminación
ambiental más importante que impacta aquí.
Reflexiones sobre la intervención urbano-arquitectónica...
textualizado; el mismo ediicio con las mismas tiendas puede
situarse en cualquier parte del mundo. El mall, al igual que el
fraccionamiento, se desliga de la ciudad para generar un paraíso mitiicado pero ahistórico. Es por tanto una negación del
centro urbano; la ciudad no tiene espacios de representación,
más que los impuestos por las fantasías urbanas de los enclaves
comerciales. La ciudad resultante es una compuesta de muchos
que quieren representar mundos por sí solos.
En Ciudad Juárez, actualmente es muy común que el modelo de suburbio se traslade al raccionamiento de interés social,
un suburbio para personas con escasos recursos económicos.
Por las condiciones económicas críticas con las que operan estas propuestas, la casa no logra establecer su independencia y
tampoco resuelve la forma de conectar con lo demás; ni siquiera logra ser un elemento simbólico por sí misma. El suburbio,
en un contexto así, obedece más a un proceso de descentralización de la producción industrial y los centros de empleos, que a
la búsqueda de un modelo residencial que brinde condiciones
favorables para habitar (Soja, 2000: 456), un tema poco discutido y relexionado en nuestra región.
La expansión de la mancha urbana permite, a los desarrolladores de vivienda en Ciudad Juárez, acceder a suelos a bajo
costo y mantener el precio de la vivienda relativamente económico. Pero esto es una visión parcial del problema. La desconexión de la ciudad condena este tipo de desarrollo habitacional a un estancamiento de servicios públicos, equipamiento e
infraestructura (no resueltos ni planeados desde un inicio), los
cuales difícilmente serán posibles a corto o mediano plazo. Un
gasto inmediato es el costo del suelo, la construcción de vivienda e infraestructura básica, pero siempre se posterga lo más
costoso: escuelas, bibliotecas, guarderías, hospitales y demás
servicios necesarios para un conglomerado urbano (seguridad,
transporte público, limpia…), lo cual implicará una inversión
Héctor Rivero Peña•Fausto Gómez Tuena
111
112
fuerte de los recursos de la ciudad, no sólo en ediicaciones o
equipos, sino también en salarios y mantenimiento.
Esta visión considera a la ciudad como sólo un problema
de número, donde lo importante son las unidades de vivienda
construidas, sin ligarlo nunca a un proceso más amplio de desarrollo urbano y todo lo que esto conlleva, produciendo zonas
dormitorio, compuesta, casi exclusivamente, por la repetición
de viviendas. La ciudad no es únicamente la urbanización de
calles y lotes, la creación de parques y la construcción de casas; implica la consideración de un sistema complejo, donde
tomen parte los elementos para la residencia de las personas
y su desenvolvimiento social. Debido a la diicultad para articularse con los servicios básicos, el desarrollo urbano basado
exclusivamente en la construcción de vivienda económica, paradójicamente, ha resultado en altos costos para llevar a cabo la
vida cotidiana de sus habitantes.
Otro punto importante a relexionar, son los instrumentos
utilizados para tomar decisiones sobre la coniguración física
de la ciudad en este contexto. Se entiende como una consecuencia natural y lógica de decisiones políticas, económicas o
de seguimiento de la reglamentación y planeación. Como se
considera algo poco importante, hay toda una serie de vacíos
que dan libertades para la propuesta. En el mejor de los casos,
los habitantes tienen la posibilidad de proponer o completar
situaciones existentes. En el peor de los casos, los desarrolladores están decidiendo desde parámetros mercantilistas, cuál es
la conformación física de grandes sectores de la ciudad, cómo
se establecen las conexiones entre sus partes y cómo se facilita
o diiculta su uso y desarrollo… los resultados no han sido muy
positivos.
La realidad es que, por sí solos, los reglamentos y la planeación urbana no han sido instrumentos que garanticen la
calidad del desarrollo de la ciudad. Las restricciones y normativas no precisamente han incluido las cotidianidades de una
Reflexiones sobre la intervención urbano-arquitectónica...
población, condición sumamente importante para la vida de
sus habitantes. Un error muy común es considerar que la coniguración física de la ciudad es sólo una consecuencia, sin entender que puede al mismo tiempo ser una causa, la cual tiene
repercusiones principalmente en los habitantes que la padecen
o disfrutan. En resumen, podemos decir que el desarrollo urbano extensivo a partir del fraccionamiento ha generado una
ciudad fragmentada y poco atractiva, donde predominan los
espacios intermedios sin urbanizar, que difícilmente va a consolidarse en corto o mediano plazo y, por lo tanto, difícilmente
va a poder aportarnos una rica experiencia urbana.
Estamos viviendo un entorno urbano en el cual los espacios
que generalmente se desplazaban de la ciudad, el suburbio y la
industria, ahora son los que pretenden estructurarla, trayendo
como consecuencia una coniguración urbana compuesta de
elementos aislados que diiculta su funcionamiento, conexión
y sobre todo, su simbolización, entendimiento y apropiación.
El resultado es una ciudad difusa, difícilmente usada, entendida
y signiicada. Bajo estos argumentos, el fraccionamiento de interés social en Ciudad Juárez, al igual que los barrios periféricos
(el equivalente a los barrios miseria), ha aportado una forma
muy lenta, cara e ineiciente de hacer ciudad.
113
Imagen 1.
Fraccionamiento de Interés Social Riberas del Bravo, Ciudad Juárez. Promoción del Gobierno del Estado de Chihuahua. Foto. Héctor Rivero.
Héctor Rivero Peña•Fausto Gómez Tuena
RECUPERACIÓN URBANA.
COMPLETAR LA CIUDAD
La ciudad es un espacio vulnerable conformado por variables
físicas y sociales íntimamente relacionadas. Como cualquier
sistema ecológico es sumamente dinámico; constantemente se
están tomando decisiones (inconscientes, conscientes, favorables y desfavorables) e invirtiendo todo tipo de recursos en la
conformación física de la ciudad. Pero también es frágil; sí se
modiica una parte, el resto se ve afectado.
Ciudad Juárez muestra en la actualidad una situación que,
aunque ya presente años atrás, nunca había sido tan evidente:
el desarrollo involutivo de algunos de sus barrios debido principalmente a la gran expansión urbana y al proceso de maduración natural de los mismos. La recentralización trae dinámicas
nuevas donde algunas partes de la ciudad ganan y otras pierden, unas áreas se ocupan, otras se desocupan. Esto es más evidente en las zonas más antiguas de la ciudad donde la taza habitacional ha disminuido considerablemente24. Generalmente
estas zonas se han ido deteriorando (incluso estigmatizando)
a causa de su abandono y su poca rentabilidad; sin embargo
presentan tres ventajas incuestionables:
•
114
•
24
Por un lado, son zonas que cuentan con una capacidad
y calidad de equipamiento instalado, muchas veces de
impacto regional, difícilmente presente en otras partes
de la ciudad.
Son espacios con un alto contenido simbólico; barrios
antiguos que se componen, en gran medida, de lugares
donde se signiican los ritos, mitos y leyendas de sus habitantes. Recuperarlos equivale a preservar y continuar
Es casi incomprensible ver como algunos fraccionamientos de interés social de
nueva creación presenten también altos niveles de abandono en menos de cinco
años de haber sido construidos.
Reflexiones sobre la intervención urbano-arquitectónica...
•
la memoria histórica, lo cual en gran medida construye
una identidad25.
En estos lugares, la desocupación está generalmente
mezclada con un intenso uso, en algunas ocasiones
comercial y de servicios, lo cual provoca una variada y
compleja vida urbana.
Estos tres puntos están presentes en el centro de Ciudad
Juárez, lo cual lo ubica como una zona muy bien equipada, con
valor histórico para la comunidad y contendora de una riqueza
y complejidad urbana difícilmente apreciable en otros lugares de
la ciudad, aunque con altos grados de abandono y deterioro26.
Imagen 2.
Vida urbana en el centro histórico de Ciudad Juárez, foto: Héctor Rivero.
25
26
En los fraccionamientos nuevos al no existir una memoria histórica, muchas
veces se intenta inventarla con malas esculturas, arquitecturas características o
murallas.
En los últimos cuatro años la población del centro ha disminuido dramáticamente en un 31%. Se calcula que en el 2000 vivían en el centro un promedio de 6,212
habitantes, la situación ha cambiado dramáticamente y en el 2007 vivían en el
centro alrededor de 4,272 personas. Sacado del Plan Maestro de Revitalización
Social y Urbana del Centro Histórico de Ciudad Juárez, 2007, p. 26-30.
Niños menores de 17
Adultos 18 a 59
Adultos mayores
2,273
3,338
601
2000
36.59%
53.73%
9.67%
2007
1,392
2,045
368
32.58%
47.87%
8.61%
Héctor Rivero Peña•Fausto Gómez Tuena
115
Bajo estos argumentos, apostar por la dispersión urbana
como la forma de crecimiento sugiere ciertos cuestionamientos:
•
•
•
116
¿Será mejor alternativa para la ciudad invertir en suelo
urbano céntrico y disponible, aprovechando el equipamiento y la infraestructura instalada, en vez de extender cada vez más la mancha urbana?
¿Se facilitaría el desarrollo de una vida urbana más rica
y atractiva al aprovechar las dinámicas propias de algunos sectores existentes de la ciudad?
¿Podrá ser la vivienda un instrumento de articulación,
complementación y de reactivación de antiguas zonas
consolidadas pero hoy abandonadas de la ciudad?
Es apremiante la necesidad de revalorar la dimensión cultural de las antiguas áreas urbanas en abandono y analizar el papel
real que juegan los procesos de vivienda en la conformación de
la ciudad. Esto sugiere estrategias que planteen un desarrollo
desde el interior de la estructura urbana existente. Encontrar
nuevos escenarios posibles, fuera del paradigma predominante, puede ser una opción más eiciente e interesante para la ciudad. Recuperar, reintegrar y reocupar la ciudad lleva implícito
una tarea pendiente para la ciudad: buscar que se asegure su
habitabilidad.
Hablar de habitar la ciudad incluye la posibilidad de que
toda una serie de apropiaciones, quehaceres, usos y cotidianeidades de sus habitantes puedan llevarse a cabo. El habitar, implica una práctica social ligada a un espacio urbano especíico
(Castells, 1976: 128). Los objetos arquitectónicos o urbanos,
la ciudad misma, sólo son escenarios para la vida urbana. Escenarios que pueden ser más o menos atractivos, eicientes, interesantes, apasionantes...
Reflexiones sobre la intervención urbano-arquitectónica...
PRESERvACIÓN y COMPLEjIDAD DE LA
vIDA URBANA. EL CENTRO HISTÓRICO
DE CIUDAD jUÁREZ.
El Centro Histórico de Ciudad Juárez es un lugar que abarca, prácticamente en su totalidad, lo que físicamente era Ciudad Juárez hasta la década de 1930. Esto le da características
físicas, sociales y culturales especiales que no están presentes
en otras partes de la ciudad. Los elementos históricos y cívicos
representativos y la memoria histórica, en gran medida, hacen
referencia a este lugar. Su preservación es fundamental, pero
no sólo en términos económicos o de monumentos y ediicios
históricos, también de sus barrios y sus calles, sus dinámicas
sociales y su uso. Tiene encerrados ecos del pasado que no pueden desligarse de su contexto.
De esta manera, en cualquier acción sobre el centro histórico de Ciudad Juárez, es necesario entender que no se parte de
cero, lo existente es una pieza clave. Es necesaria una doble mirada. La primera es un acercamiento desde el interior; vivir el
centro desde la cotidianeidad (obligada para muchos habitantes de Ciudad Juárez). Sólo desde lo privado y lo íntimo del barrio, se pueden apreciar las tácticas y esquemas organizacionales tan particulares de sus habitantes para resolver situaciones
de la vida diaria. Con la misma atención la mirada debe explorarlo desde el exterior, desde las características extraordinarias,
desde el carácter simbólico y representativo de este espacio en
relación directa con la ciudad. Desde estos dos puntos de vista,
se puede referir al centro como un lugar de excepción.
Actualmente el Centro, es percibido por muchos habitantes
y por sus gobernantes como una zona conlictiva, sucia, peligrosa y ajena. Esta situación la convierte en una cicatriz para
el pretendido progreso de la ciudad. Bajo este punto de vista, el
centro es un problema.
Héctor Rivero Peña•Fausto Gómez Tuena
117
Imagen 3.
Borrado urbano en el Centro Histórico de Ciudad Juárez, foto: Jaime
Bailleres.
118
Para acabar con el problema, se ha intentado su reintegración bajo esquemas puros de rentabilidad urbana, los cuales,
temiendo una nueva recaída, adoptan las posturas genéricas,
ahistóricas, controladoras y repetitivas de la ciudad genérica27,
siempre temerosa de su decadencia y, por lo tanto, diseñada
para adoptar en cualquier momento la imagen adecuada; se
anhela un eterno presente y por lo tanto, no ser nunca nada.
Esta forma de actuar pareciera querer airmar que la limpieza
y el exterminio de cualquier elemento viejo (por lo tanto improductivo y feo) es necesaria para dar paso a la creación de
nuevos elementos simbólicos, en este caso, con una caducidad programada a corto o mediano plazo. Estas acciones traen
27
Algunas estrategias llevadas a cabo en otros centros históricos, han sido la inyección de grandes capitales para adecuaciones y regeneraciones de sus centros,
muchas veces aplicando la tabula rasa. Los resultados han cambiado en gran
medida la imagen de estas áreas de la ciudad, pero en el proceso generan graves
problemas de especulación inmobiliaria y por lo tanto desplazamiento de grupos
socialmente desprotegidos, para los cuales estas zonas eran una oportunidad en
cuanto a la cercanía de servicios y el acceso a vivienda de bajo costo.
Reflexiones sobre la intervención urbano-arquitectónica...
como resultado un borrado urbano, esta necesidad de suprimir,
en aras del progreso, cualquier signo de decadencia, de vejez,
de intenso uso; un concepto expuesto por Norman Klein. La
intolerancia al espacio físico, conlleva una acción tal vez más
grave: la intolerancia al espacio social.
Imagen 4.
Borrado urbano en el Centro Histórico de Ciudad Juárez, foto: J. Bailleres.
119
Imagen 5.
Borrado urbano en el Centro Histórico de Ciudad Juárez, foto: J. Bailleres.
Héctor Rivero Peña•Fausto Gómez Tuena
120
La contra postura está en empezar a reconocer al centro
como un espacio de vida, no como un espacio de conlictos.
Sabemos que la zona es la principal estación de transferencia
obligada y de abastecimiento comercial de la ciudad, al mismo
tiempo genera una estructura social y física lexible y compleja,
fácilmente adaptable a los cambios, lo cual no se presenta en
ninguna otra parte de la ciudad. La vida urbana existe principalmente en torno una presencia comercial que surge a partir
de un lujo peatonal generado por el caminar de la gente entre
estación y estación. No obstante, en ese andar se desperdician
y se sacriican otras oportunidades, sobre todo las de carácter
humano, simbólico y cultural. En resumen, es una estructura
eicaz pero no eiciente28.
En el centro histórico de Ciudad Juárez se vive una complejidad urbana que implanta condiciones propicias para que la
vida urbana se pueda llevar a cabo ahí (Troitiño, 2003: 3). Esta
complejidad es una situación que no implica necesariamente una degradación. Un espacio complejo es un lugar donde
conluyen, se relacionan o mezclan todo tipo de expresiones,
pensamientos, intereses, creencias, funciones, actividades, visiones, idiosincrasias, anhelos… lo cual genera situaciones
emergentes e inesperadas. De alguna manera es entender que
la ciudad no sólo está compuesta de sujetos y objetos independientes y únicos, sino que en realidad está compuesta de las
relaciones que se dan entre estos sujetos y objetos en un marco
físico concreto que llamamos ciudad y que es producto, a su
vez, de estas relaciones. La ciudad es un hecho urbano de carácter colectivo (Rossi, 1971: 94).
28
El centro, bajo esta perspectiva, plantea una contradicción de desarrollo a nivel
ciudad: la mejoría de los sistemas de abastecimiento en el poniente de Ciudad
Juárez y la eiciencia del sistema de transporte a nivel urbano, pueden afectar directamente la estructura económica y social actual del Centro histórico.
Reflexiones sobre la intervención urbano-arquitectónica...
Históricamente, el respeto y preservación de la vida urbana
en Ciudad Juárez, ha tenido en el barrio un escenario urbano
lo suicientemente lexible para garantizar que la complejidad
de los hechos urbanos se posibiliten y tan físicamente y simbólicamente claro como para facilitar su apropiación y aparición de una identidad cultural. El barrio es unidad-diversidad,
ambigüedad-concreción, inclusión-exclusión, íntimo -público,
adentro- afuera; es en sí mismo un elemento integrador por excelencia; con naturalidad conforma una parte, pero se une a un
todo.
Por lo tanto, toda propuesta de intervención en la zona del
centro debe plantearse “preservar la vida en común en sistemas de vida compartido; permitir a la convivencia entrar en el
juego de las nuevas identidades”. Por eso es importante establecer ciertas premisas que garanticen esta convivencia29:
•
•
29
Genera como consecuencia de factores de alto impacto. Esto es, un tipo de comercio difícilmente densiica
la zona, pero una zona densiicada permanentemente
sí atrae al comercio y genera espacios seguros de convivencia.
La urbanización no se puede asumir segmentando, por
tal motivo hay que considerar la porosidad y su cercanía con la Ciudad de El Paso, Tx. Los programas de
desarrollo se deben proyectar Sólo tomando en cuenta
el contexto (histórico y actual) y partiendo de éste, se
pueden proponer vínculos. Por lo tanto, se trata de mejorar con acciones puntuales generadas desde el centro
y no desde factores externos que generalmente no tienen correspondencia con la realidad del entorno.
Los primeros cuatro puntos son relexiones de la Mtra. María Eugenia Hernández, las cuales formaron parte del Plan Maestro de Revitalización Social y Urbana del Centro Histórico de Ciudad Juárez, 2007.
Héctor Rivero Peña•Fausto Gómez Tuena
121
•
•
•
122
La vida urbana está vinculada estrechamente con el espacio público. A diferencia de otras zonas de residencia
en la ciudad, para que el centro sea habitable se tiene
que enlazar con lo público.
La economía y la seguridad de la zona se en términos
de creación de redes urbanas. El centro histórico representa un referente de la historia compartida para la región binacional de El Paso y Ciudad Juárez. Por lo que
intervenir el Centro Histórico debe ser parte de una
propuesta integral binacional.
Es indispensable incluir la visión desde quienes viven
la ciudad; desde esta perspectiva, la coniguración de la
ciudad adquiere una gran importancia. Para el habitante, su idea de la ciudad de alguna manera se basa en la
forma en que la usa y ocupa, pero también en cuál es su
experiencia de ella: cómo la disfruta o la padece.
Las premisas anteriores plantean una visión diferente del
centro, muy alejada de la construcción de imágenes bonitas, de
limpieza aséptica de fachadas y acabados adoquinados. Introduce elementos que intentan la relación del habitante con el
espacio físico. La ciudad, bajo estos puntos de vista, no puede considerarse un problema… debe ser una oportunidad. De
esta manera, más que enfocar los esfuerzos en trabajar sobre
una estructura física eiciente, ordenada y productiva, como lo
podrían ser las renombradas regeneraciones o una rehabilitaciones urbanas, el enfoque debe centrarse en un aspecto más sutil
y humano: la revitalización del lugar bajo marcos de referencia
complejos e interrelacionados entre sí. Bajo estas premisas, deben incluirse dos principios básicos:
El respeto y la preservación de lo existente; el emplazamiento debe ser el que provea los elementos de discusión para
las posibles propuestas físicas de reocupación, recuperación o
Reflexiones sobre la intervención urbano-arquitectónica...
reintegración. Es decir, trabajar con lo existente, tangible e intangible, puede ser más enriquecedor que borrar el pasado.
El fomento a la vida urbana; se trata principalmente de signiicar “la hegemonía del espacio público como escenario de
construcción de una región” 30, sobre todo en un ámbito de
violencia como el que vive actualmente Ciudad Juárez. La vida
urbana, su protección y su conservación, deben verse como
elementos claves para el desarrollo del centro histórico de Ciudad Juárez.
La naturaleza del centro plantea también, en su recuperación, estrategias complejas; propuestas que puedan abarcarse
desde lo general al mismo tiempo que desde cada una de las
partes. Fuera de todo prejuicio estético y funcional, se puede
decir que las zonas de la ciudad que mejor se consolidan, son
aquellas que han logrado crear puentes entre lo social, lo cultural y lo físico. Hay elementos que pueden marcar la diferencia:
entre más densidad de personas (habitantes y visitantes), entre
mejor se garantice la relación privado-público y entre más se
posibilite la interconexión dentro de ese lugar y con otras partes de la ciudad (acceso, movilidad, transporte), es más probable que se propicie el surgimiento de una gran variedad de actividades, el sector sea más seguro y aparezca una intensa vida
urbana. Este podría ser el primer paso para otorgar signiicado
e identidad a un lugar y por lo tanto fomentar la aparición de
una comunidad.
Lo fundamental es proveer y rescatar una rica y estimulante
experiencia urbana, que incluya la lexibilidad de los “escenarios para la vida”, la posibilidad de adaptación a la complejidad
de las prácticas urbanas, especíicas, privadas y comunitarias.
De esta manera, un verdadero rescate del centro histórico, estaría basado en trabajar con los espacios porosos y marginales,
30
Ver el Informe sobre arquitectura pública, documento de síntesis, jornadas 19 y
20 de Marzo del 2007, Córdoba, Fundación Arquitectura Contemporánea, p.11.
Héctor Rivero Peña•Fausto Gómez Tuena
123
espacios fronterizos entre áreas consolidadas, los cuales generan vacíos, huecos en el sentido de la destrucción, del descuido,
de la decadencia, del olvido, que de alguna manera han propiciado la desarticulación del centro.
124
Imagen 6.
Centro histórico de Ciudad Juárez. En blanco se pueden apreciar los espacios porosos entre zonas de actividad o uso consolidado (en colores).
En muchas ocasiones, estos espacios porosos conviven con
lugares de “ambigüedades y de múltiples signiicados”, lo que
Solà-Morales llama el terrain vague, espacios donde las cosas no
son estética, económica y funcionalmente como desearíamos
que fueran, y sin embargo, manejan una gran carga simbólica
Reflexiones sobre la intervención urbano-arquitectónica...
y de uso, que, a diferencia de las zonas planeadas, permiten
las prácticas y la vida urbana, consolidando una cultura urbana
con características propias que salen de lo funcional en pos de
lo inesperado, lo accidental, lo efímero. Una revitalización del
centro de Juárez implicaría la integración de este estado de incertidumbre del terrain vague y potencializar las porosidades a
través de complementar y conectar con el todo.
De esta manera, la imagen urbana armónica, homogénea no
puede ser el objetivo a seguir, esto implicaría no haber entendido el espacio ni sus dinámicas como lugar. Son precisamente las indeiniciones las que marcan la diferencia y hacen del
desarrollo una experiencia viva. Lo importante está en poder
articular lo existente; se trata de hacer coherente una narración
incompleta, reinventando sólo las frases perdidas de la historia,
dándole así un nuevo sentido al lugar. Es enriquecer la narración, destacando situaciones pasadas, presentes y futuras. Bajo
esta perspectiva, ni la homogenización, ni la tabula rasa serán
las opciones más inteligentes.
Esta visión implicaría también la incorporación de herramientas y estrategias más precisas y sutiles. Para lograr una autentica revitalización sensible, es necesario trabajar con acciones inas, ir más allá de lo establecido en las normativas o planes
de desarrollo. Es aquí donde las intervenciones creativas deben
enfocarse a crear puentes, en ser un instrumento importante
para complementar y al mismo tiempo posibilitar la signiicación de un lugar. Cualquier intervención debe ser entendida
como una propuesta integral, sustentable y de alto impacto,
que se inserta en un contexto predeterminado y ocupado siempre en una actitud de diálogo con el entorno existente, y que
pretende, a partir de acciones puntuales, la consolidación de la
estructura urbana y el fomento a la vida.
La arquitectura (tal vez por su escala y contundencia física) puede ser el suceso detonador que desencadene toda una
serie de acciones, relexiones, visiones, inercias, conciencias y
Héctor Rivero Peña•Fausto Gómez Tuena
125
apropiaciones sobre, de y para la ciudad. A la vez, la arquitectura genera una visión prospectiva de acciones sobre la coniguración y la transformación de la ciudad, las cuales pueden ser
evaluadas, relexionadas y, en determinado momento, corregidas o desechadas, antes de ser materializada; de esta manera,
es un instrumento para evaluar la toma de decisiones sobre la
ciudad.
Así, los proyectos urbanos arquitectónicos deben ser, por
principio, una relexión sobre la ciudad misma. Es una síntesis de toda una serie de decisiones tomadas sobre un entorno
existente, una respuesta (entre otras posibles) a una situación
determinada, única y compleja. La arquitectura no determina
como una ciudad se habita pero si plantea posibilidades para
hacerlo. Se parte así de un entendimiento e interpretación de
las prácticas del habitar (no de la formas de habitar) para tomar
decisiones de conformación de la ciudad. De alguna manera
se trata de refundar la ciudad, es decir, establecer elementos
físicos y acciones representativas que permitan resigniicar lo
existente.
A MANERA DE CONCLUSIÓN
126
Trabajar en espacios porosos implica procurar tres acciones básicas: articular, diferenciar e intervenir de forma pública.
Articular.-Una parte importante, a diferencia del suburbio o
la periferia, es entender que en los espacios porosos el contexto urbano está muy presente, de esta manera lo importante es
que la intervención ligue lo existente y enlace con la ciudad. No
basta con deinir una parte concreta, sino que, a partir de esta,
se articule un todo.
De esta manera, lo importante es identiicar la unidad de intervención que permita continuar y preservar la rica estructura
barrial del centro histórico. En el caso de Ciudad Juárez encontramos en las manzanas, deinidas a partir del trazo viario, a
Reflexiones sobre la intervención urbano-arquitectónica...
las unidades principales de coniguración urbana. La manzana
es lo que en la ciudad colonial o en la ciudad del siglo XIX ha
garantizado una intensa vida urbana con complejidad de usos
y situaciones. La manzana permite que naturalmente se logre
la continuidad urbana, al mismo tiempo que se establecen las
condiciones para la diferencia en la intervención. El reto está
en cómo desarrollar la manzana, en cómo superar la estructura
cerrada, densa e insalubre de la típica manzana sobreexplotada
del siglo XIX (contra la cual dirigieron todos sus esfuerzos los
arquitectos modernos), cuidando de su habitabilidad e introduciendo dentro de ella la vida urbana31.
En la manzana irregular del centro histórico de Ciudad Juárez, deinida a partir del trazo de las acequias, los ediicios intentan una connotación urbana y por lo tanto dirigida a lo público. Romper con esta estructura histórica es romper con una
imagen urbana consolidada (para bien o para mal) a través de
varias décadas. La continuidad de la traza urbana permite crecer “la ciudad”, sin fraccionarla, lo que garantiza que siempre
sus espacios (servicios, equipamiento e infraestructura) tengan
un carácter público, facilitando su uso eiciente y la posibilidad
de mejorar su calidad. Articular es entender que la ciudad es
un espacio común a completar; espacio para compartir y convivir.
Diferenciar. - Completar la ciudad, implica también establecer la diferencia. Se trata de encontrar la singularidad posible
en una continuidad. Esto no es sólo a partir de la pieza formalmente distinta; se trata sobre todo de la sutileza de ser diferente siendo parte de un todo. La arquitectura vernácula nos
da lecciones importantes al respecto, al utilizar el tipo y no el
modelo como instrumento de consolidación física. Es decir,
en lugar de establecer una propuesta completa y lista para repli31
Un ejemplo interesante al respecto es la propuesta de Idelfonso Cerdá para el
ensanche de Barcelona a mediados del Siglo XIX.
Héctor Rivero Peña•Fausto Gómez Tuena
127
carse exactamente sin importar las diferentes condicionantes,
se propone una propuesta inacabada y abierta que permite el
ajuste y posibilita varias formas de habitar, aunque siempre entendida como parte de un conjunto. Se pasa de la igualdad a la
semejanza. Esto debe incluir dos cosas importantes:
•
•
La posibilidad de cambio; el proyecto se establece en
proceso, lo que facilita la inclusión de las historias de
vida de sus habitantes
El establecimiento de un sistema de agregación dentro
de un marco urbano común; la disposición y forma de
las piezas debe garantizar la habitabilidad al mismo
tiempo que la conexión urbana.
La diversidad facilita la diversiicación social de las zonas
de la ciudad, evitando la segregación y permitiendo la mezcla
de personas de diferentes estratos económicos en un lugar, evitando de esta manera la concentración de familias vulnerables,
como en las periferias o barrios miseria.
128
Intervenir de forma pública.- Trabajar con la porosidad signiica también salvar la distancia entre articular (que tiene como
acción principal el unir) y diferenciar (que implica yuxtaponer);
se trata de aprovechar la capacidad sintética e integradora de
la propuesta creativa y su posibilidad de sugerir una ciudad, lo
cual está completamente ligado a la calidad de la intervención.
De esta manera, es necesario establecer algunas relexiones
sobre la propuesta habitacional para la ciudad porosa:
•
Toda propuesta urbana es una oportunidad para hacer ciudad. Un proyecto de vivienda no debe ser una
consecuencia del crecimiento urbano sino su principal
elemento organizador (Solà-Morales, 2008: 132). De
esta manera, la propuesta creativa tiene como principal
Reflexiones sobre la intervención urbano-arquitectónica...
•
compromiso proveer una estrategia para “urbanizar lo
privado: es decir, convertirlo en parte de lo público”
(Solà-Morales, 2008: 187).
Más que una visión paisajística (principalmente externa y desde un enfoque lejano), la ciudad se relaciona
sobre todo con nuestra experiencia de habitar y con
la posibilidad de materializar nuestro territorio. Por tal
motivo se trata de establecer vínculos materiales y espaciales entre lo público y privado, inexistentes en la
periferia urbana. Así, el proyecto habitacional debe ser
por concepto un umbral, espacio de amortiguamiento.
Se trata, de proponer espacios intermedios que faciliten la convivencia de variadas y sugerentes manifestaciones urbanas, potencializando la complejidad de la
vida urbana.
129
Imagen 7.
Calle La Paz, centro histórico de Ciudad Juárez, foto: Jaime Bailleres.
Héctor Rivero Peña•Fausto Gómez Tuena
El respeto a lo existente es un principio inapelable para la
intervención urbana; de esta manera, sobre la propuesta de
nivelación, la búsqueda de una imagen homogénea, el monumento como concepto o las planchas-plaza como idealización
del espacio público, se reairma que en muchos casos el silencio
puede ser la mejor forma de actuar.
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Almería.
131
Héctor Rivero Peña•Fausto Gómez Tuena
CAMINAR Y VER LA CIUDAD
Graciela Manjarrez y jaime Bailleres32
INTRODUCCIÓN
E
ste recorrido surge de la extrañeza del deambular
urbano, de algunos signiicados posibles que puede tener para el sujeto ordinario, hacer de su vida el
tránsito por las calles, los parques, los lugares de reunión públicos, entre las ediicaciones de una ciudad tan nombrada desde tiempos coloniales, como el lugar de la perdición
o con la sensación de estar en el borde de algo. Ciudad Juárez,
México, es una región amplia constituida en los momentos en
que no estaban establecidos los límites geopolíticos actuales,
se llamó entonces Paso del Norte y fue un abrevadero, un sitio
de paso.
Es una región conformada en ruta desde la ciudad de Chihuahua hasta Santa Fe en Estados Unidos, con una concentración de poblaciones establecidas por la expansión territorial de
la monarquía española. Desde ese momento ha tenido un gran
lujo comercial, de migraciones, y con el tiempo se formó una
cultura con características propias de frontera. Las formas de
nombrarla han sido variadas, entre ellas, una que ha cruzado
32
Ambos son profesores-investigadores de la UACJ, fotógrafos y sociólogos. Este
texto forma parte de la investigación “Visualidad y experiencia de la ciudad” iniciada a ines de 2007.
133
134
la temporalidad y los límites es la de borde. Situados desde la
dimensión de la localidad, los límites son más claros para comprender que los referentes impuestos por las instituciones de
dominación social que las geográicas, es como nos relacionamos con el ambiente.
¿Qué signiica andar por Ciudad Juárez?, ¿qué se ve o qué
no se ve?, ¿se imagina algo? Son algunas preguntas que se desprenden de recorridos múltiples que hacemos los que transitamos por la ciudad. Qué es la ciudad, si usualmente establecemos circuitos de tránsito por los lugares de las certezas, de la
memoria colectiva, compartida con los vecinos o en los lugares
de trabajo. El conocimiento ordinario tiene su articulación en
los movimientos de paso de un lugar a otro, ir y venir, subir
y bajar, andar o detenerse, llegar a un lugar, son los gestos del
ritmo de la modernidad. Un joven chofer de un coche decía
“hay que andar rápido para ser modernos” otro, “no veo, sólo
espero llegar”. La incertidumbre acecha la seguridad frágil del
citadino, el paso por el pavimento, los cruceros o los centros de
diversión se pueden interrumpir en instantes, por accidentes o
asaltos.
Hablar de la ciudad es referir a un espacio conigurado históricamente desde la Colonia como calles, construcciones, vialidades, un lugar de vida pública o personas extrañas. Las calles
son consideradas como exteriores, el “allá afuera” lugar de objetos concretos que se presentan ante la vista. El “aquí adentro”
parece estar guardado en una caja entre silencios, tras las paredes de una casa o de la piel corporal. La mirada, las metáforas o
los signos del lenguaje, son apropiaciones del mundo que nos
rodea, aún aquel mundo que no está tan cercano que vemos
pasar por las pantallas del televisor o la computadora.
Este escrito se ha elaborado en conjunto relacionando el
imaginario y la visualidad, con la intención de que su lectura
pueda provocar interés debido a las experiencias en común con
los lectores, al margen de la demostración de que como invesCaminar y ver la ciudad
tigadores y profesores leemos a las voces autorizadas, las cuales
se escuchan murmurando entre estas líneas. Por lo que hará un
relato de una observación de campo de una investigación cuyo
propósito principal fue conocer cómo se ve y se vive la ciudad,
de acuerdo a trescientas encuestas que se realizaron al azar en
zonas concurridas, parques como El Chamizal, el Borunda,
algunos centros comerciales y el centro histórico de Ciudad
Juárez.
Imagen 1.
Centro histórico de Ciudad Juárez, foto: Jaime Bailleres. Por la calle.
¿Quién puede decir que vive en el lugar preciso donde está
situado?, ¿en dónde vivimos realmente? Los lugares parecen
tener una organización en términos de relaciones de medición,
desde los niveles socioeconómicos, edad, sexo o lugar de origen, hasta la materialidad para construirse; sin embargo, todo
parece dar vueltas cuando se trata de situar la comprensión
del imaginario. La disposición del espacio para vivir, dormir,
trabajar, caminar, divertirse, detenerse o avanzar, se aferra a su
solidez concreta con los objetos, las ediicaciones y las vías para
Graciela Manjarrez y jaime Bailleres
135
circular por la ciudad. Cada lugar administra su uso ideal de
ocupación, como si fuera un llenado de formas.
Una cuadrícula de las calles, las ediicaciones como cajones con sus funciones de espacio útil, conluyen en esa zona
convertida en patrimonio del centro histórico, el turista guiado por una ruta de símbolos es quien ve pasar un muestrario
de paquetes de códigos autorizados o legitimados por los que
dicen “qué se puede ver”. El centro histórico es uno de los dos
lugares turísticos de la ciudad33 sin embargo, posee características particulares. La igura del turista en la ciudad obedece
a intereses económicos por la atracción de la maquiladora o el
sector de servicios, no hay una escenografía diseñada para las
miradas turísticas.34 El territorio está basado en la actividad
económica, por lo que el tránsito obedece a la circulación de
bienes de consumo principalmente, por ello, los encuestados
solicitan parques o lugares de recreación familiar. Los espacios
conigurados para los vehículos y el comercio, es la organización dominante en el centro, las personas van y vienen, algunas
se sientan en los bordes de lo que pueden ser las áreas de descanso de la pequeña plaza central.
En sus calles contiguas hay aún paradas de camión que ha33
34
136
La segunda opción turística, cercana al puente internacional, es la avenida Lincoln que desemboca en centros de diversión nocturna y restaurantes.
“La actividad turística de Ciudad Juárez no se basa en los atractivos tradicionalmente explotados en diversos lugares del planeta; sol, playas, museos, arquitectura, etc., más bien se soporta en las ventajas económicas y legales que la ciudad
ofrece a los turistas extranjeros: menor cotización del peso frente al dólar; permisibilidad de que los menores de edad estadounidenses accedan sin restricciones a
los negocios mexicanos a puertas cerradas; mayor laxitud en la legislación mexicana en la operación de este tipo de negocios; corrupción del cuerpo policiaco,
entre otros, que han permanecido sin cambios sustanciales durante decenios”.
Oswaldo Gallegos y Álvaro López López. “Turismo y estructura territorial en
Ciudad Juárez. México”, Investigaciones geográicas, boletín 53, 2004, p. 159. El
otro centro turístico es el Programa Nacional Fronterizo (PRONAF), también
ha funcionado desde su creación en 1961 como un lugar de atracción turística;
otro fue el Galgódromo de Ciudad Juárez, a la fecha del 2009 se encuentra cerrrado. Se acabó el turismo desde hace un par de años con la lucha del narcotráico
que ha invadido las calles de la ciudad.
Caminar y ver la ciudad
cen caótico el tránsito vehicular, muchas rutas no tienen porque pasar por el centro, pero siguen haciéndolo porque hay intersecciones de transborde, parece ser una vieja costumbre de
destino al centro. Es el lugar de conluencia para el pequeño comerciante de mercancías baratas y del mercado de comestibles,
muchas personas hacen sus compras ahí. Además, la ubicación
de la catedral da un motivo de peso para hacer una parada en el
viaje al centro. También es donde cruzan las dos calles más importantes en la historia de la ciudad, la 16 de Septiembre, cruza
por la ciudad hasta la carretera Panamericana; y la avenida Juárez, que termina al norte con el puente internacional hacia la
ciudad de El Paso, Texas. En el cuadro central hay un quiosco
y es lugar de tránsito de merolicos, vendedores, desempleados
y paso de personas que viven alejados del centro de la ciudad.
Razón por la que los referentes de los encuestados hablan más
por lo que viven en sus lugares de residencia que por su paso
por el centro. Entre todo, la mirada hace una cartografía de los
afectos, selecciona lo signiicativo y termina por ser un referente subjetivo importante de lo que podría asumirse como real, lo
reconocido como histórico.
Ni siquiera cuando las instituciones sociales señalan a una
colectividad la importancia por los objetos simbólicos, como
los del patrimonio histórico, la signiicación se convierte en
emoción, quizá en una acción impuesta por las técnicas de una
autoridad dominante, pero no en ailiación o apego. La ilusión
de una colectividad está organizada por experiencias compartidas, un lugar adquiere posesión por su uso, no con palabras,
aunque la narrativa del suceso le otorga intención. Hay un desfase en llevar a cabo la concreción de un proyecto urbanístico
para los habitantes de una ciudad, basado usualmente en la especulación de la tierra, entre recursos con intereses y modelos
para habitar, o lo que desde una condición atávica o conservadora pretende borrar del mapa de la inmundicia.
Graciela Manjarrez y jaime Bailleres
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El hombre ordinario no habita el proyecto original diseñado en los planos o en las juntas de trabajo en el diseño del ambiente, ni ocupa un espacio en forma cartesiana, sino que vive
lo signiicativo dado por los referentes sociales aprendidos. Esa
apropiación puede estar tanto en lo que ija su atención por la
mirada, como por la visualización imaginaria, al mismo tiempo. Entonces, caminar por las calles y el centro de Ciudad Juárez, modelado en diversas ocasiones desde la época colonial, es
también transitar por los espacios de la ilusión del imaginario
de una ciudad con más áreas verdes y más seguridad, que no se
ve más que en el deseo. De no ser una simulación, se convierte
en una real alusión a la imaginación. ¿Qué ciudad desean los
que transitan por Ciudad Juárez?
El espacio de lo central es convertir los movimientos en
acciones que llevan el efecto del conjunto geométrico, en sus
líneas rectas de cuerpos erguidos, curvas con ángulos perfectos, distancias de prudencia social. La concentración en torno a lo cual la individualidad se disipa en una colectividad, se
hace anonimato. La particularidad del individuo se desdibuja
en el tránsito de las calles, lo único e irrepetible de sus rasgos
o sus preferencias abyectas o sublimes, se reducen a la matemática numérica del número de habitantes, de la cuadrícula de
las calles o del vacío con su lleno de los terrenos. Habitar una
ciudad es llenarla de sentido, hallar espacios llenos con estructuras completas y sólidas, del diseño de habitación ideal. Los
terrenos vacíos o las ediicaciones a medio construir, tienen la
fragilidad de la incompletud en la formación humana, es decir,
el desarrollo está representado como la obra completa. En la
acción se concretiza la realización de un plan, que en su uso
práctico se convierte en la irracionalidad del sentido común.
La calle es el lugar de la civilidad, a diferencia de la tierra de
lo rural o agreste, en el pavimento se desliza la ciencia con sus
materiales y mecanismos de operación de lujo. Y esto, aunque
la ciencia no aplique en diseños urbanos en sectores en donde
Caminar y ver la ciudad
los discapacitados no pueden circular con sus sillas de ruedas.
Las invenciones cientíicas rebasan el devenir del paso humano, de pies que corren a la parada del camión o del cansancio de
las mujeres cargando bolsas y niños. Las vialidades organizan la
maquinaria de la producción, en dispositivos de funcionalidad.
Sin embargo, las personas buscan su propia articulación en circuitos cortos, de acuerdo al sentido práctico de trabajar o divertirse, por ejemplo, que no haya peligro o de que las mujeres
“alojen” para los jóvenes encuestados. La ciudad es el espacio
de centralización de la población y concentración de los poderes, desde la Revolución Industrial, aunque en la actualidad
es más preciso hablar de metrópolis por la complejidad de su
distribución y de relaciones abstractas.
La mirada del foráneo permite la distancia de la comparación, para el oriundo de la ciudad –esa mirada- se convierte en
una amenaza. Por ejemplo, la negación, de que “no tiene” construcciones coloniales o “no tiene más verde”, centros recreativos como Disneylandia o el deseo de que sea como Nueva
York, relaciona alguna experiencia vivida o imaginada con la
frustración de vivir privado al placer de quienes se encuentran
en ciudades más atractivas. Entonces se culpa al forastero por
invadir la ilusión de una convivencia hermanada. Los del sur
resultan ser peligrosos, por ejemplo, en una ciudad de las más
peligrosas del país.
¿Cómo se aprende a descaliicar? En una investigación más
amplia se podrían comprender cómo actúan las instituciones
sociales dominantes en las escuelas, iglesias o las familias, para
censurar la apertura o cierre de lo extraño. Corruptos, drogadictos, forasteros, delincuentes, cuerpos con costumbres diferentes, basura o baches, impiden el regreso a la comunidad
original cuando “todos nos conocíamos” y se vivía con tranquilidad. El deseo inventa su propio territorio. La añoranza se
vuelve así, referencia obligada en el reclamo de los sectores con
más arraigo de la sociedad, que miden el grado de descompoGraciela Manjarrez y jaime Bailleres
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sición social con enunciados como: “antes dejabas abierta la
puerta de la casa por las noches” y “ahora imposible”, sin tomar
en cuenta la explosión demográica y sus consecuencias; es un
sentido de pérdida.
El territorio está en la memoria constituida en comunidad,
el ancla de imaginar una nación basada en la tierra, ha sido un
sueño de la conquista imperial. La cartografía ha servido para
imaginar la relación con la naturaleza de posesión de tierras y
gentes desde momentos antiguos, sin embargo, o a la par de
ello, la imaginación de especular por lo no visto, estimuló el
deseo de conquista en tiempos de la expansión colonial. Ver un
territorio es un modo de observar, de construir un escenario, y
en donde la mirada se reinventa en los recorridos, en el teatro
de la vida. Si hay algo que se posee en la actualidad como en
otros tiempos, es el juego de la imaginación, la estética de pensar con los recursos que se tengan a la mano, la nostalgia de lo
que podría estar o desaparecer. Entre la memoria y el olvido, la
ilusión de un desprendimiento de las certezas.
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Imagen 3.
Centro histórico de Ciudad Juárez, foto: Jaime Bailleres.
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Imagen 4.
Centro histórico de Ciudad Juárez, foto: J. Bailleres.
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Imagen 5.
Centro histórico de Ciudad Juárez, foto: Jaime Bailleres.
Caminar y ver la ciudad
ENTRE vER y MIRAR
La visualidad se construye por la cultura aprendida, sea una
experiencia vivida o no, en complemento con el sentido de la
visión, que se constituye corporalmente. Es decir, la narrativa
puede estar articulada en imágenes que pasan por las pantallas,
platicadas o imaginadas, sin que se hayan vivido como sujeto de
la acción, esa es la acción. Ambas nociones, deben diferenciarse
para acercarse a una posible interpretación de lo que se percibe
como espacio urbano, horizonte y topografías. La visualidad es
una manera de comprender el espacio y el tiempo en un sentido de amplitud y dimensiones, que permiten explicar y medir
un lugar que se cree comprender y aprehender, es decir, la visualidad permite apropiarnos de un espacio que reconocemos
con posibilidad a ser real. Esta forma visual no se muestra por
sí misma, sino que se determina en gran medida por una práctica social, por una sensación visual aprendida que nos permite
discriminar los espacios expuestos que reconocemos como cerrados, bellos, idílicos, feos, marginales y laberínticos; o los que
caminamos en ocasiones, acaso, incluso sin mediar un análisis
sobre nuestras calles, nuestras banquetas o las esquinas, se ve y
se comprende o se comprende viendo.
Los ediicios, los cuerpos en masa o lo que a lo lejos se percibe en un horizonte se invisibilizan, mientras que el espacio
se asume como propio o reconocido, lo alejado a la visión se
va asumiendo en un todo sin particularizarse en su signiicado.
Entonces se ve lo que se tiene cercano a una idiosincrasia admisible o legitimada por el poder, la visualidad es un referente
cultural que en el imaginario simbólico podría estar marcado
por analogías de discriminación, por ejemplo, podríamos tener
una zona Roja en oposición a la zona Dorada, o una colonia
Campesina en oposición a unos Campos Elíseos y los dos son
espacios simbólicos. No es plano ni lineal, tampoco unidimensional, ocurren diversas temporalidades, la complejidad es el
signo del devenir urbano.
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Al mismo tiempo, el trasiego hecho práctica cotidiana, es
una práctica visualizada a partir de esquemas aprendidos, que
permite en ocasiones caminar o transportarse sin que el sujeto
intente reconocer el terreno por donde transita de manera accidentada o permanente. Es decir, se camina en ocasiones por la
ciudad sin reconocer sus propios espacios, de manera irrelexiva o en un ínimo acto de picnolepsia,35 sin saber cómo, se da
vuelta a la esquina donde por años se llega a la casa, a la tienda del barrio o a la escuela. En oposición, habrá personas que
en detalle reconozcan lo que caminan o avanzan en la ciudad,
más allá de la práctica común del reconocer lo que se asume
como propio, hay un sujeto cognoscente en cada uno de los
que deambulan el espacio urbano. Para ello se requiere focalizar, ponerse en alerta del movimiento o los signos de diferencia
y el nexo que los pueda relacionar para reinventarse. La ciudad
se piensa y recrea en la actividad de una práctica transformada
en estética cotidiana, un arte de hacer.
En otro aspecto del reconocimiento del espacio, la visión
juega un papel importante, pero en este ejercicio que permite
discriminar la ciudad, la visión está supeditada a la capacidad
histórica del reconocimiento que permite la visualidad en dimensiones físicas y espaciales. Desde la visión, el horizonte se
construye en una abstracción geométrica que permite medir
distancias, alturas o grosores y inalmente, la ubicación del
sujeto. Para algunos podría reconocerse como el imperio dominante de los sentidos, sin embargo, aún el sentir tiene su
temporalidad y su interpretación de los símbolos aprendidos.
Deambular por la calle puede ser una experiencia estética para
los sentidos, para otros es un riesgo exento de cualquier placer.
35
Por picnolepsia se entiende una especie de desconexión irracional en el cerebro
que es mínima y que en ocasiones no percibimos como posible o evidente.
Caminar y ver la ciudad
La visión no explica el espacio urbano, lo percibe, lo que
lo explica inalmente es un lenguaje construido por símbolos
susceptibles de poder reconocer un espacio como propio, que
no es ajeno por su condición intrínsecamente histórica. La visualidad como lenguaje se convierte en un parámetro de orientación, por ejemplo, aún los discapacitados de algún sentido relacionan el concepto con la imagen para reconocer sus propios
espacios; no así la visión, que tiene límites propios en sus deiciencias o atroias isiológicas que el cuerpo parece compensar. Aquí no está en juego la posibilidad de la aprehensión de
lo real, sino la posibilidad de comprender lo que en apariencia
se vuelve invisible por la práctica racional del reconocimiento
espacio-temporal, ahora mismo podemos evocar el centro histórico sin estar presentes. En este ejercicio de investigación se
alude en cierta medida, a reconocer dos líneas de percepción
visual, aquella que se ubica en la interpretación que hacen de
la ciudad los que la habitan, y otra, que creemos que es una
referencia sobre lo que no se percibe a simple vista, o por un
análisis pormenorizado de lo que es el espacio visual por el que
se transita o camina. Es decir, lo que el estudio de la visualidad
permite entender, es que nos muestra en parte, lo que no vemos con la facultad de la visión. Uno y otro no se encuentran
separados, se ve y se imagina, se imaginan imágenes, se vive lo
narrado con imágenes.
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Imagen 6.
Centro histórico de Ciudad Juárez, foto: Jaime Bailleres.
Caminar y ver la ciudad
GENTE EN TRÁNSITO
La ciudad se transforma todo el tiempo, pero se le reconoce
como una entidad, incluso personalidad, que se mantiene ija,
como un plano cartográico de información o un derrotero al
que se le identiica sin problema en la tradición territorialista.
En esta investigación, se observa que los jóvenes en oposición
a las personas de mayor edad, perciben la ciudad de manera diferente porque sus prácticas de transporte y comunicación diieren de los adultos. Los jóvenes no conocen tan bien la ciudad
como los viejos de otra generación, también porque la ciudad
no se reduce a lo que hace tres generaciones era caminar por el
centro histórico, en aquel entonces, lugar de reconocimiento
social o diversión. Este aspecto inluye para determinar cómo
se entiende la ciudad, como una cartografía cognoscitiva, una
topología.
Los fuereños o ajenos, perciben la ciudad con más carencias en relación al lugar de donde vienen, sus opciones de vida
y desempeño en el plano de lo laboral son más variadas; la variedad da expansión de expectativas. La memoria entonces es
el abastecimiento de recursos para elaborar distinciones, con
su paquete de prejuicios sobre lo que se puede encontrar al caminar entre norteños, juarenses o fronterizos, ya se va preigurando al sujeto social de esta ciudad. Entre los encuestados, los
que visitan el centro histórico, explican con detalle recuerdos
de una práctica de su juventud lo que fue andar por el centro de
la ciudad, sólo centro sin lo del patrimonio histórico.
Pese a la conservación del recuerdo, el rememorar les permite entender cómo lo que ahora se considera zona de diversión, era lo lejano. “Era lejísimos ir a San Lorenzo”, “no imaginábamos que la ciudad fuera llegar hasta por el Valle…”. Al
menos son dos temporalidades, un imaginario de densidades
de plasticidad en el ajuste de recreación ¿quién podría decir
que no se ha transigurado una imagen real, cambiándole el
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vestido, las dimensiones o el sentido?, un juego de niños que
para los adultos puede ser surreal. Un borrado de la intención
funcional o pragmática, un sentido “escamoteado” diría Michel
d´Certeau, a la oicialidad, un torcido de la linealidad.
Los proyectos de reconiguración espacial del paisaje cotidiano, de intenciones pragmáticas y coyunturales, con intereses comerciales o de mayor rentabilidad económica, modiican
tradiciones añejas sin advertir o respetar la apropiación que le
dan los lugareños. Todos somos viajeros, andamos de un lugar
a otro, ya sea con los pies o la imaginación. Ver y leer la ciudad
como una práctica de visualidad, es una alternativa de expansión del conocimiento para comprender lo que los originarios
de un lugar han dejado de observar. La mirada del migrante
puede ser motivo de suspicacia para el otro que siente el juicio
sobre la comodidad de las certezas, de lo que no es propio de
lo reconocido.
El tiempo pasa, se dice que su dictamen es inexorable. Pero
en la dinámica citadina, al paso de su indefectible condición en
torno a la realidad, la vida cotidiana en ocasiones no nos permite ver al tiempo transformando, el paisaje que compartimos los
que estamos en la ciudad. Lo que es más, no vemos al tiempo
en especíico, a no ser por el reconocimiento de un paisaje topográico reconigurado, o los cambios evidentes en un plano
cartográico que comprende la morfología de la ciudad. Puede
asombrar el crecimiento de la ciudad por su número, pero las
más de las veces, no caemos en la cuenta de su desaparición.
Lo que permanece son los espacios públicos compartidos que
detentan un poder de convivencia en tiempo presente, es decir,
ahí donde se reúne la gente, el tiempo parece entonces detenerse. La mirada conoce y reconoce, en la familiaridad del vecino
o a los agremiados informales a una plaza o un café, con ello se
hace posible quedarse ahí o irse a otro lugar mientras se disfruta del espacio y el tiempo.
Caminar y ver la ciudad
Los espacios compartidos en la ciudad podrían enumerarse a partir de diferentes e innumerables formas en que se
le concibe como posibles o reales. Ya sea, por la ventana que
permite ver nuestra propia perspectiva espacio-temporal en
el horizonte visual o por los paisajes, que bajo la subjetividad
se aprehenden en una costumbre afectiva o de aprecio al lugar
que se considera como propio, ¿cuándo podemos decir que un
lugar es propio? El forastero observa más la ciudad a la que llega, que la persona que le habita. Para el fuereño, la ciudad hay
que conocerla, para el habitante la visualidad en su ciudad se ha
hecho costumbre, la ciudad está incorporada a su cuerpo con
sus recorridos.
La ciudad podríamos considerarla como un espacio compartido que se va transigurando. Transigurar como ininitivo
de lo que se va transformando espacialmente, pese a la indiferencia puesta sobre el tiempo en el que se destruye o transforma la ciudad. O por el contrario, reconociendo el tiempo que
nos mueve en las dinámicas compartidas de la costumbre, en la
rigidez de un sistema de producción y consumo. A no ser por
la burda noción que tenemos del tiempo, a través de una máquina como un reloj que dicta nuestra existencia, el tiempo no
lo medimos con relación a la vejez de la ciudad o su deterioro,
sino en las prácticas de relación social aprendidas y compartidas, por ejemplo, con el crecimiento corporal. El tiempo pasa
porque se ve crecer a la infancia o el deterioro corporal puede
frenar el movimiento, por la añoranza de tiempos mejores en el
pasado. La temporalidad es una noción relacionada con la idea
de desarrollo de la modernidad que se reinventa a sí misma por
etapas.
La idea de evolución progreso y cambio, se ubica en la lógica del crecimiento y rentabilidad de proyectos sociales o en las
ahora denominadas políticas públicas diseñadas, pero se aleja
de la noción de destrucción y erradicación de espacios públicos
compartidos. Poco importa si el lenguaje de un barrio se extinGraciela Manjarrez y jaime Bailleres
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gue, o si las formas societales de convivencia tradicional desaparecen. El nuevo modelo de espacio compartido es el centro
comercial o shopping mall, que se adapta a las necesidades lúdicas o de divertimento, consumo y ocio como mancuerna indefectible de lo que se percibe como incluirse en el modo de la
modernidad insoslayable. Se transforma la igura de habitante,
ciudadano a consumidor. En la ciudad se construye entonces
un nuevo paisaje, poniendo al margen la convivencia ancestral
del barrio, aquella frontera entre una banqueta y otra, entre una
cuadra y otra, las formas de socialización comunitaria. El espacio comunitario se ha privatizado.
No es propiamente que la ciudad se haga invisible, sino que
se va transformando con tal velocidad que en ocasiones no advertimos lo que se desaparece en el horizonte de su propio paisaje. Al mismo tiempo, no es que la invisibilidad se pueda ver,
sino que se comprende su aparente desaparición en el análisis
posible de su transiguración. Es decir, se requiere de una lupa
crítica que permita ubicar a los diferentes factores que inciden
en su mutación. No se trata aquí de desarrollar una discusión
bajo los preceptos tradicionales de la lógica de los opuestos: lo
visible y lo invisible. Un poco más allá de lo que se determina
por la visualidad, las ciudades pierden su memoria, es decir,
van borrando su memoria compartida, de no ser por las ediicaciones materiales. Se trata pues de lo que desaparece en el
sentido que Norman M. Klein llama “el borrado urbano” o la
erradicación de los paisajes urbanos o espacios compartidos.
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Imagen 7.
Centro histórico de Ciudad Juárez, foto: Jaime Bailleres.
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Centro histórico de Ciudad Juárez, foto: Jaime Bailleres.
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Centro histórico de Ciudad Juárez, foto: J. Bailleres.
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Imagen 10.
Centro histórico de Ciudad Juárez, foto: J. Bailleres.
LOS LUGARES
La ciudad se ve compartida no sólo en los espacios que se ubican en una retícula de identidad o frontera, ya sea el barrio, el
fraccionamiento o la colonia. Cada uno de estos tiene una carga semántica de referencia que distingue, excluye o incluye.36
Son espacios comunitarios que se van consolidando a través de
los diferentes vínculos de relación, van desapareciendo las formas de reconocimiento o relación en los lugares comerciales,
culturales o de divertimento, como son la plaza del barrio, la
gestión parroquial o los centros comunales en la tienda de abarrotes, la botica o la mercería por mencionar algunos de tantos
36
Los nuevos fraccionamientos cerrados son guetos en donde la retícula se constriñe al espacio de un habitáculo individualizado, y su paisaje interior se diseña
acorde a una idea de “seguridad” compartida. En Ciudad Juárez, hay un anuncio
televisivo de una fraccionadora urbana, en donde el vecino le grita a los demás,
que deja la llave bajo el tapete de la entrada. Se trata de una conianza reclusiva,
como antaño, el barrio la Chaveña tenía sus límites territoriales entre calles y esquinas bajo intepretaciones simbólicas que hacían sus habitantes.
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ejemplos de lugares que fungieron como centros de comunicación informal. La modalidad del cluster comercial en el nuevo
centro comercial y residencial, nuliica o al menos hace letárgica las nuevas formas de apropiación de identidad cultural en
la construcción de los espacios urbanos. Por ello el regreso o la
búsqueda de orígenes, de lazos tribales de cohesión social.
Lugares como el centro comercial de la Plaza Misiones,
convertido en prácticas de encuentro como los parques públicos, parecido al modelo de simulación de acceso a lo plural o
lo incluyente del viejo encuentro del nosotros. Es el escaparate
de lo heterogéneo lo que nos hace caer en el trampantojo37 de
la actitud complaciente, de la copia burda de una ciudad europea o norteamericana, sin pensar que Ciudad Juárez pudiera
ser motivo de copia por ser original. Al pasar de una condición
a otra o al menos, al poder comprar un producto de copia o serie, la visión del paisaje en torno al consumidor cambia. Emerge un status quo que nos permite ver logros o aciertos a través
del cristal del todo vale en el todo incluye de los slogans de la
sociedad de consumo, con relación a los fuereños, sin darle la
dimensión de su particularidad cultural. Se trata del apoltronamiento que no permite ver el horizonte de un espacio que
se conserva o que pretende guardarse como un bien común
hecho tradición.
Se crean así, espacios de icción a donde van algunos habitantes de la ciudad, de fantasía hollywoodense o del catálogo de estilos de vida de revistas. En la lejanía borrosa y miope
de lo europeo, se visita un restaurante italiano; el ritmo beat
de la zona turística en la avenida Lincoln, es lo más cercano
a Mallorca; se va a un bar y un pub en el rincón de un centro
comercial, es el émulo del cafetín-bar del Soho. Para los turistas
extranjeros en la histórica avenida Juárez, se diseña la Plaza del
Mariachi, en donde no hay mariachis ni turistas divirtiéndose,
37
Alusión a una trampa visual.
Caminar y ver la ciudad
si acaso, comprando medicinas o licor en sus cercanías. Un espejismo visual.
¿Qué plantea la destrucción de los espacios públicos en el
centro de la ciudad?38 Mientras que en la vecina ciudad de El
Paso, se promueve actualmente un resurgimiento en torno a la
práctica de ver películas en salas de proyección tradicional en
un viejo cine remodelado para ese propósito, en el centro de
Ciudad Juárez los cines de antaño han desaparecido. La vieja
práctica de sentarse en la plaza, tomar un café, beber un refresco en un bar y entrar al cine después de hacer compras, pareciera desaparecer o desvanecerse bajo la impronta de la idea
de modernidad urbana en el todavía llamado centro histórico,
y podría ser paradójico, que en la zona que se presume como
la más histórica, se pretende hacer un espacio que alude a una
modernidad comprometida más con el espacio rentable que
con las necesidades o intereses de los ciudadanos que visitan
o van cotidianamente a dicha zona. Lo histórico quedará como
un souvenir.
Un ejemplo, es el viejo café La Nueva Central, que data de
los años cincuenta, los clientes tienen varias generaciones visitando el lugar no sólo para tomar café o degustar sus alimentos,
se trata también de una rutina cotidiana para conversar, visitar, hacer negocios, ligar romances, escuchar música en vivo,
trasnochar de la madrugada al amanecer en una noche de farra,
hacer compras, hacer diversas lecturas, jugar dominó, ajedrez
o vender diversos objetos. Dentro, se puede comprar rosas de
plástico con aroma artiicial, se toma la foto del recuerdo en el
ahora viejo formato de una Polaroid, se compra un bono de
38
En 2007 el gobierno municipal de Ciudad Juárez inició el Plan de Regeneración
del Centro Histórico, con las demoliciones de tres centros de diversión entre
ellos el legendario club nocturno Dia y Noche, ubicado hasta entonces en la calle
Mariscal, una de las mas famosas por su actividad y consumo turístico. Sandra
Rodríguez, “Rescate del centro: arranca demolición” El Diario, 13 de abril del
2007.
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descuento para una prótesis dental, se obtiene un ino broche
de carey parisino para el cabello hecho en China, se buscan los
famosos panecillos “ojos de Pancha” con antelación, porque de
no ser así, se acaban.
Los viejos clientes discuten con las meseras veteranas que a
la vez los regañan si no piden con oportunidad sus alimentos y
los viejos se mezclan mesa tras mesa, con los jóvenes o personas de toda clase social o generación. Es una isla. De tirarse este
ediicio en un proyecto de rediseño en la zona central ¿dónde
habrían de socializar sus clientes asiduos? Las posibles diferencias entre el divertimento generacional se desdibuja en la zona
centro, pues los jóvenes asisten a los bares en donde hasta hace
pocos años, eran lugares casi exclusivos de personas de edad
mayor a los sesenta años. Tal es el caso del bar El Arbolito, en
donde los viejos clientes empezaron a convivir con jóvenes estudiantes y turistas que venían de la ciudad de El Paso a tomar
los famosos “chuchupastes”39 y cerveza barata.
¿Cuáles son los proyectos alternativos a la erradicación de
estos lugares? Estacionamientos y corredores peatonales para
desahogar la avenida Juárez, se dice. Acaso, un centro de convenciones y de exhibiciones, pero el letárgico plan crea incertidumbre no solo por su utópica condición de regeneración,
sino por la necesidad de los que habrán de ser despojados de
sus vínculos de relación social en la vieja burrería, el viejo hotel
de paso, la peluquería o un centro de diversión. La ruptura de
los espacios compartidos es también una isura histórica que
va delineando una nueva forma de ver las calles y sus paisajes.
Un recorrido actual por la calle Mariscal, remite a un campo
de guerra con calles y ediicios derruidos que abren la visión a
un horizonte cercano al simbólico y mas grande anuncio en la
ciudad, en las faldas de la sierra de Juárez, reza: “Ciudad Juárez,
la Biblia es la verdad, léela”.
39
Licor hecho a base de fermento de raíz de chuchupaste con sotol añejo o tequila.
Caminar y ver la ciudad
¿Qué depara el paisaje a la vuelta de la esquina? No sólo
la línea quebrada de la banqueta abierta por las raíces del árbol, o la pared con su pátina del paso de caminantes. La ciudad
también es reconocida en sus aromas de panadería, en las retahílas de taxistas que acosan al que pase frente a ellos, en el
viejo voceador de la esquina que grita la nota central del día,
en el antojo del burrito tradicional, o inalmente, en la banca
donde cada domingo habrá que sentarse para ver simplemente
a la gente pasar. El anonimato urbano en el paisaje permite al
mismo tiempo, reconocerse en el otro que no se conoce pero
que comparte un espacio social conigurado en un punto de
fuga. La ciudad también nos hace furtivos. Así, los lugares de
los deseos son calles sin pavimento, los de la convivencia social
no tienen calles, los del imaginario ni siquiera son ciudades.
¿Dónde vivimos?
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Centro histórico de Ciudad Juárez, foto: Jaime Bailleres.
Graciela Manjarrez y jaime Bailleres
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Caminar y ver la ciudad
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Centro histórico de Ciudad Juárez,
foto: Jaime Bailleres.
Imagen 13
Centro histórico de Ciudad Juárez,
foto: Jaime Bailleres.
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Centro histórico de Ciudad Juárez, foto: Jaime Bailleres.
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Imagen 15.
Centro histórico de Ciudad Juárez, foto: Jaime Bailleres.
Graciela Manjarrez y jaime Bailleres
Imagen 16.
Centro histórico de Ciudad Juárez, foto: Jaime Bailleres.
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Caminar y ver la ciudad
Esta obra se terminó de imprimir en junio de 2010
en los Talleres Gráficos Universitarios ubicados en
edificio R, campus ICB, en Av. Hermanos
Escobar y Av. Plutarco Elías Calles,
zona Pronaf, C.P. 32310
Ciudad Juárez, Chihuahua, México.
Tiraje: 1000 ejemplares
Debe quedar en 160 páginas