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Memes y bulos, armas de persuasión masiva

2020, Revista Ejército

Hybrid war is today the most fashionable concept in relation wiht armed conflicts but, within, we can find a lot of variable units o cells. The memes and fake news are cheaper weapons than missiles and sometimes show themselves as more effective ones.

MEMES Y BULOS, ARMAS DE PERSUASIÓN MASIVA La Guerra convencional parece quedar cada vez más arrinconada dentro de las diferentes formas que adopta la guerra moderna. En esta, la ciberguerra cobra inusitada importancia y las campañas de persuasión son cada día más sibilinas y elaboradas. Los memes, elementos de enorme simpleza, se encuentran en la base de esas nuevas batallas, son su munición ligera y, tanto es así, que el objetivo de ese fuego no llega a percatarse; de ahí su peligrosidad. Es prioritario para las Fuerzas Armadas conocer cómo trabaja este no tan nuevo elemento de la batalla moderna para así poder contrarrestarlo y minimizar sus efectos Raúl Suevos Barrero Coronel de Infantería retirado UN BREVE REPASO HISTÓRICO Desde que el hombre se organiza colectivamente las élites dirigentes, cada una en su espacio y tiempo, se han esforzado en actuar sobre la voluntad de sus administrados; la coerción en sus distintas formas ha sido lo más habitual, pero en las grandes civilizaciones de la Antigüedad se observa que el poder usa de los actos de masas o de la construcción de grandes obras para reforzar su imagen y con ello su mensaje o narrativa. 44 / La democracia de la antigua Atenas representa un salto cualitativo gigantesco, en cuanto que es la colectividad la que se gobierna a sí misma. Para ello utilizaba el método del sorteo en la selección de la mayor parte de los puestos de dirección de la ciudad y dejaba unos pocos, entre ellos la dirección militar de los estrategas, para la elección directa de los ciudadanos. Aquí la imagen del elegible, su oratoria, sus promesas más o menos encubiertas y la pertenencia a un grupo familiar o político determinado también contaban para el resultado. Ya tenemos aquí la persuasión como elemento político, en una civilización que nos han legado piezas imperecederas en la construcción humana como la Oración fúnebre de Pericles o Revista Ejército n.º 957 • diciembre 2020 el discurso que este mismo hizo para subir la moral de los atenienses tras el desastre de la peste. En Roma, en el período republicano, la financiación de obras públicas, juegos circenses o directamente el pago a los votantes (César gastó fortunas para lograr el puesto de tribuno de la plebe) era uno de los elementos clave para acceder a algunos puestos públicos, tanto en el ámbito de la plebe como en los que dependían del Senado. Podríamos hablar de propaganda y también en sentido negativo, puesto que los grafitis denigratorios de figuras públicas o los pasquines eran algo común en la época. Hablamos entonces de influir en el ánimo de algunos, cuantos más mejor, mediante algún tipo de simbología. Durante la Primera Guerra Munidal los gobiernos beligerantes lanzaron campañas radiofónicas hacia sus poblaciones, sobre todo, y también hacia las del contrario pero en los frentes también se intentaba persuadir a los combatientes con soportes más directos como la megafonía y el lanzamiento de volantes u octavillas en los que se les animaba a la deserción, para lo que se les transmitía información elaborada sobre las campañas. Es esta época, el triunfo de la propaganda en todos los ámbitos y sobre todos los medios, prensa escrita, cine, carteles, octavillas, todo se utiliza para persuadir a la población propia de la bondad de nuestros valores y mostrar al enemigo como campeón de todo tipo de atrocidades. Se llegó al máximo aprovechamiento cuando se intentó (y se logró) modificar la postura no beligerante de la población de los EE. UU. para que el país entrase en la guerra y sus jóvenes se alistasen en los ejércitos. Las ondas electromagnéticas pueden llegar muy lejos, solo hace falta un aparato receptor y una antena, y para cuando estalla la «guerra incivil» en España ya la radiodifusión está muy extendida y es empleada profusamente para mantener la moral propia y erosionar la del enemigo. El general Queipo de Llano, desde Sevilla, será quizás el mayor exponente, con sus charlas radiofónicas de cada tarde durante más de dos años. En el frente1, además, la megafonía y las octavillas lanzadas desde el aire tratarán de influir en la moral de los combatientes y, casi sin interrupción, seguirán siendo piezas fundamentales en la Segunda Guerra Mundial, junto con el resto La piedra o el ladrillo eran entonces el soporte para este tipo de mensajería más o menos subliminal; es decir, las ideas necesitan apoyarse en un medio de transmisión y entre las élites este soporte fue la palabra escrita durante muchos siglos. No sería hasta la invención de la imprenta que esta situación daría un salto cuantitativo gigantesco. Con ella, aunque los sistemas de gobierno fuesen de carácter absolutista, el ámbito numérico de aquello que podríamos llamar opinión pública pasó a ser mucho mayor. Hasta aquí no hemos ido más allá de lo que podríamos considerar como la gestión de las voluntades internas, las del propio país o reino. El medio, el soporte, aún no tenía la potencia o capacidad suficiente como para intentar llegar a la voluntad de los ciudadanos o súbditos de los oponentes. Habría que esperar al siglo xx para que esto cambiase radicalmente, y lo haría de la mano de un invento que aún hoy mantiene su vigencia y potencia, la radiodifusión. Durante la Gran Guerra, la Primera Mundial, aún estaba desarrollándose la radio, los gobiernos beligerantes lanzaron campañas de doble dirección, hacia sus poblaciones, sobre todo, y también hacia las del contrario, 45 información. Una guerra que combina la ahora tradicional o convencional guerra electrónica, que busca neutralizar o destruir las comunicaciones electromagnéticas del enemigo; la ciberguerra, que tiene lugar en el ciberespacio, en la cual los objetivos vienen definidos por las redes digitales que apoyan o sustentan tanto la organización militar como las infraestructuras (hoy de todo tipo) del país enemigo o que, simplemente, se busca hostigar; y, como tercera componente de esta guerra de la información, nos encontramos con las operaciones psicológicas dirigidas comúnmente a la desinformación, el rumor o simplemente las noticias falsas dirigidas a la audiencia objetivo de la campaña. Esta guerra de la desinformación es el área en la que pretendemos centrarnos como parte no despreciable de ese ciberespacio que marcará la guerra del futuro. de medios y soportes, que al igual que en la Gran Guerra continuarán siendo empleados sobre las retaguardias. El siguiente salto técnico vendrá de la mano de la televisión, que ya forma parte de la parafernalia hogareña para la guerra de Corea y llegará casi en directo para la de Vietnam, lo que será determinante para la moral de la opinión pública norteamericana y factor fundamental en la retirada de su país. En los conflictos subsiguientes pocos elementos se modifican. La acción persuasiva de los gobiernos se conducirá a través de los mismos soportes hasta que la situación empieza a cambiar con la llegada de un nuevo invento, internet. Con inicios lentos y titubeantes, como con todas las revoluciones, hoy en día domina todos los espacios. EL CAMBIO DE PARADIGMA La digitalización, o el lenguaje binario si así lo prefieren, ha sido el gran salto de la humanidad en el siglo xx. Ello 46 / permitió el crecimiento exponencial del cálculo y con él llegó todo lo demás. Arpanet, la primitiva red militar, apareció en 1969 y a partir de ahí todo se aceleró en una ultrarrápida carrera digital. Los Estados Unidos de América han sido los que han marcado el paso en la evolución de la técnica, y en lo que a doctrina militar se refiere también han señalado la diferencia. Así, a finales de la década de los noventa promueven el concepto de Network Centric Warfare como elemento fundamental para su visión del futuro campo de batalla de 2010. En Europa se estaba produciendo entonces la digitalización de los sistemas de transmisiones, el conocido como sistema CIS (communication and information systems). Con esta evolución se empezaba a percibir un nuevo campo de batalla que no estaba únicamente en la zona de despliegue, sino que abarcaba desde las retaguardias, o Home Base, a las trincheras, la guerra de la Revista Ejército n.º 957 • diciembre 2020 La digitalización, o el lenguaje binario si así lo prefieren, ha sido el gran salto de la humanidad en el siglo xx Si antes señalábamos cuán temprano los EE. UU. entendieron y se prepararon para este nuevo campo de batalla, cabe decir que España como nación y sus Fuerzas Armadas no han tardado en entender la importancia del mismo, y así nos encontramos en el Global Cybersecurity Index posicionados entre los primeros países del mundo2 con un Mando Conjunto de Ciberdefensa3, creado en 2013, y un Grupo de Operaciones Psicológicas4, desarrollado en el 2005 y encuadrado dentro del Regimiento de Inteligencia n.º 1. Es decir, las Fuerzas Armadas españolas son plenamente conscientes de la importancia de la guerra de la información y tratan de responder a la evolución que el medio exige, sin dejar de lado, aunque no está en nuestro ánimo tratarlo aquí, la información pública y la cooperación cívico-militar, cooperantes necesarios en este apartado de la guerra moderna. Elon Musk, el magnate norteamericano impulsor del coche eléctrico autónomo (el revolucionario Hyperloop) o iniciativas privadas en el campo espacial, se ha expresado recientemente ante un foro de oficiales de las fuerzas aéreas estadounidenses, en el sentido de que la era de la aviación de combate estaba ya obsoleta5. Parece claro que los UAV (unmanned aerial vehicles), los conocidos como drones, estaban detrás de su afirmación. En el campo de batalla moderno la tendencia irá hacia el ahorro de vidas de los combatientes propios6, pues el coste político para los gobiernos democráticos es cada vez más difícil de soportar. Las unidades de infantería, imposibles de eliminar, tratarán cada vez más de evitar el choque, limitado en la medida de lo posible a las operaciones especiales, y serán empleadas en la fase de ocupación del territorio. La guerra convencional alcanzará cada vez un menor espectro en el campo de batalla dominado por la guerra híbrida, pero, en esa línea amplia y difusa que antes era una zona definida por las trincheras y alambradas, aún quedan muchas cosas que hacer. LA CIBERGUERRA Parece innecesario resaltar el hecho de que la vida moderna está interconectada digitalmente hasta la exasperación. Quizás lo tópico sea utilizar de nuevo los vehículos autónomos Tesla del señor Musk como ejemplo de por dónde parece que van las cosas hoy en día. Al tiempo que eso sucede, nos encontramos con los grupos terroristas de Ansar al Din desplazándose en toyotas o motocicletas por el Sahel con sus teléfonos satelitales y sus sistemas GPS. Es difícil encontrar un ámbito vital en el que las IT (information technologies) no estén presentes, pero ello también conlleva nuevas vulnerabilidades. instalaciones industriales de todo tipo, nos hemos ido habituando a noticias que nos informan de ataques por denegación de acceso, intrusiones ilegales en reservorios de información o, simplemente, al robo de información clasificada, especialmente en el ámbito industrial. Es difícil encontrar un ámbito vital en el que las IT (information technologies) no estén presentes, pero ello también conlleva nuevas vulnerabilidades Junto con estas actividades, y retomando el hilo de los grafitis denigratorios contra Julio César en las paredes de Roma o los carteles que inundaron Barcelona en 1937 mostrando al POUM y sus miembros como traidores para justificar su eliminación, nos encontramos con las operaciones de influencia digital u operaciones de ciberinfluencia. Aquí es donde los memes y bulos que dan título al artículo aparecen con personalidad propia, ahorrándonos la agotadora batalla terminológica en la que se encuentra el concepto. ¿Es un problema del ámbito político o lo es también del militar? Bulos y memes han alcanzado importancia global a caballo de acontecimientos que los medios de comunicación social nos han traído hasta nuestras casas, como, por ejemplo, las elecciones en los EE. UU. o la anexión de Crimea por parte de Rusia y la guerra en el este de Ucrania. Los memes son esas imágenes con carga ideológica, explicita o no, que nos llegan sistemáticamente vía redes y que, en algunas ocasiones, por su viralidad, entendiendo esta como su capacidad para difundirse exponencialmente en brevísimo tiempo, alcanza a convertirse en noticia en los medios de comunicación social. Algo distinto son los bulos, las fake news, con siglos de existencia y que entran en nuestra zona de interés cuando son creadas intencionadamente con finalidad subversiva en el campo contrario o manipuladora en el propio. Tanto bulos como memes, en un tiempo en el que la tecnología en general y particularmente la militar requieren ingentes inversiones, se ofrece como un medio ágil y barato que, además, por la dificultad de adjudicar la responsabilidad a una potencia o gobierno, reducen enormemente el riesgo de confrontación directa con el país que sufre la «agresión», algo que podemos observar fácilmente en el caso de la campaña electoral de los EE. UU. o de la anexión de Crimea y la posterior guerra del Dombás ucraniano, pero que es aplicable a cualquier escenario. En la parte física, entendiendo por ello tanto los soportes físicos, hardware, como los sistemas de almacenamiento de información o los propios sistemas digitales que sostienen 47 desde los poderes del Estado. No sucede lo mismo en países en los que el poder del Gobierno es superior y ensombrece al resto, es decir, la justicia y el legislativo, y controlan, más o menos directamente, los medios de comunicación social. Entre las grandes potencias existen casos evidentes. El meme es la munición ligera. Todos podemos contar con algún conocido capaz de crear una imagen graciosa que puede llevar un mensaje explícito o más oculto, de carácter personal, sobre un personaje social o hecho político El meme es la munición ligera. Todos podemos contar con algún conocido capaz, sobre el punto de alguna noticia, de crear una imagen graciosa que puede llevar un mensaje explícito o más oculto, de carácter personal, sobre un personaje social, sobre algún hecho o también político. Son multitud y pocos logran pasar al nivel más alto de los medios de comunicación social, y por lo tanto en su mayoría desaparecen con la misma velocidad que cambia la actualidad. Pero, pese 48 / a la brevedad de su existencia, tienen la capacidad, especialmente cuando detrás existe una organización, de ir conformando o modificando la percepción que la opinión pública, o una parte de ella, tiene sobre un determinando personaje, organización o evento político. El caso de los bulos es diferente. Tras ellos, generalmente, existe un designio político, un interés específico en lograr unos fines que pueden llegar a tener efectos importantísimos en esa opinión pública que será llamada a votar o a expresarse sobre la acción política de un gobierno. Es en estos casos cuando hablamos de «operaciones de influencia» o, si prefieren, de persuasión. Si reducimos la generalidad de las actuaciones al campo militar, algo que George Orwell pudo comprobar en el frente de Aragón, estamos entonces claramente en un área de interés de la Defensa. LOS TROLES COMO INFANTERÍA En este nuevo campo de batalla que parece querer presentarse ante nosotros, hay países que parecen contar con ventajas estructurales ante otros. Los sistemas democráticos, en los que afortunadamente los derechos son máximos y las leyes los protegen, no pueden ni deben consentir maniobras que suponen una clara conculcación de derechos personales y, cuando esto se produce, las consecuencias se dirimen en los tribunales de justicia. Resulta absolutamente impensable que según qué actividades se puedan llevar a cabo Revista Ejército n.º 957 • diciembre 2020 Estos últimos años, a raíz de la anexión de Crimea y la posterior guerra separatista en la ucraniana región del Dombás, hemos podido asistir a un gran desarrollo en este tipo de acciones de influencia. Desde 2014, en la zona de combate los soldados ucranianos empezaron a recibir mensajes SMS con amenazas personales o informaciones de deserciones de jefes de unidad. Era una nueva versión de las octavillas de las guerras del siglo xx. En las zonas de retaguardia se crearon canales de televisión local que emitían noticias apoyadas en vídeos guionizados que daban cuentan de atrocidades cometidas por soldados ucranianos. Todo parecía conducir a una «granja de troles»7, un concepto que con el paso del tiempo ha comenzado a ser familiar en el dominio de las operaciones de influencia y que nos recuerda que ya en el lejano 1923 la Unión Soviética creó una oficina para campañas de dezinformatsiya8 por orden del propio Stalin. La conocida como Internet Research Agency9 (IRA) se ubicaba en San Petersburgo y en la época de las elecciones norteamericanas llegó a contar con 90 miembros10 trabajando a tiempo completo, desde ingenieros informáticos hasta redactores de noticias, creadores gráficos, lingüistas, historiadores y sociólogos con conocimientos profundos sobre el país, zona o colectivo humano que será objeto de las operaciones de persuasión, todos ellos son importantes, todos tienen su papel y, como es fácil suponer, se trata de una empresa privada en un país donde existe libertad de mercado. En los países occidentales tenemos un ejemplo claro de cómo se puede influir en la percepción de las personas con la campaña que llevó a cabo Cambridge Analytica11 para lograr el voto de dos millones y medio de votantes mediante el envío de mensajes personalizados y el acceso previo a listados de datos aparentemente protegidos para, con ello, lograr ganar el referéndum de salida de la Unión Europea por parte británica. Estamos claramente ante una nueva dimensión del campo de batalla. EL NIVEL OPERACIONAL Parece quedar claro que nos encontramos ante un nuevo aspecto de la batalla por la mente de las poblaciones, propias o adversarias, y que sin duda podemos incluir como uno más de los que ya operan dentro de lo que se conoce como guerra híbrida. Las apariencias pueden llevarnos al error de pensar que este es un dominio que solo afecta a la población civil y las retaguardias, pero no debemos olvidar que nuestras Fuerzas Armadas desde hace años despliegan y operan en teatros en los cuales es importantísima la reacción de las poblaciones y también, por supuesto, la protección de nuestras tropas en relación con esas posibles operaciones, puesto que, parece obvio, el acceso a listados de datos personales, combinado con los adecuados algoritmos, puede dar como resultado que nuestras unidades, sus miembros, se encuentren desprotegidos en un momento dado, y el aislamiento IT de nuestro personal no siempre será una opción. Desde hace años hemos comprendido y aprendido la importancia de la información pública y también de las operaciones psicológicas. En los ejercicios de los grandes cuarteles generales hace ya tiempo que se incluyen células de trabajo que operan como prensa, otras como organizaciones no gubernamentales. Quizás ha llegado el momento de empezar a trabajar con células que nos preparen para hacer frente a esas operaciones de influencia, mucho más taimadas y sibilinas de lo que estábamos acostumbrados a enfrentar. Quizás estamos en el tiempo de modificar nuestras estructuras y empezar a crear, dentro del dominio PSYOPS, puestos de especialistas que, con una filosofía defensiva, repliquen con la adecuada dimensión la estructura de esas granjas de troles que se nos muestran tan activas en estos últimos tiempos para, de esa forma, estar preparados para hacerles frente llegado el caso. La importancia del fenómeno se ve en la creación conjunta OTAN/UE del European Centre of Excellence for Countering Hybrid Threats12 en 2017, en lo que parece una clara identificación del problema y también una declaración del principio de defensa que siempre ha prevalecido en Occidente frente a la agresión. Señala un camino a seguir. Desde hace años hemos comprendido y aprendido la importancia de la información pública y también de las operaciones psicológicas NOTAS 1. 2. 3. 4. 5. 6. George Orwell nos da una vivida imagen en Homage to Catalonia desde su experiencia personal en las trincheras del frente de Aragón, en la Sierra de Alcubierre. https://w w w.itu.int/dms_pub/ itu- d/opb/str/D -STR- GCI.012018-PDF-E.pdf P. 16. https://w w w.itu.int/dms_pub/ itu- d/opb/str/D -STR- GCI.012018-PDF-E.pdf https://ejercito.defensa.gob.es/ unidades/Valencia/rinte1/Organizacion/uops.html h t t p s : / / w w w. c n b c . com/2020/02/28/elon-musk-says-the-fighter-jet-era-has-passed.html El «Panorama de tendencias geopolíticas. Horizonte 2040» contempla un gran empleo de robots, también en operaciones terrestres. 7. h t t p s : / / w w w . i n f o b a e . com/2015/08/18/1749083-queson-los-trolls/ 8. h t t p s : / / w w w . s a l o n . com/2018/02/24/how-memes-are-being-weaponized-for-political-propaganda/ 9. https://www.bbc.com/news/technology-43093390 10. https://www.independent.co.uk/ news/world/europe/russia-uselection-donald-trump-st-petersburg-troll-farm-hillary-clinton-a8005276.html 11. : / / w w w . i n f o b a e . c o m /a m e r i c a /m u n d o / 2 0 1 8 / 0 4 / 0 1 / como-opero-cambridge-analytica-en-el-brexit-la-otra-eleccion-manipulada-con-los-datos-de-facebook/ 12. https://www.hybridcoe.fi/ BIBLIOGRAFÍA - Brangetto, P. y Veenendaal, M.: Influence Cyber Operations: The use of cyberattacks in support of Influence Operations. NATO CCD COE Publications, Tallin; 2016. - Colom Piella, G.: «La Doctrina Gerasimov y el pensamiento estratégico ruso contemporáneo». 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