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Filosofía y crisis: una aproximación

2013, Revista de Filosofía Nuestramericana: Posibilidad, Crítica y Reflexión.

Ya sea en su forma embrionaria como comienzo de la estimulación lógica, o como punto de referencia y contraposición frente a lo que no es físico, la filosofía regresa a lo aprehensible-sensorial para poder ser proyecto. Lo evidente o aprehensible a tratar acá y que de antemano damos por hecho, es la existencia de una crisis que abraza múltiples dimensiones de la vida en el planeta.

Posibilidad, Crítica y Reflexión – ISSN 0719-1359 Filosofía y Crisis: Una aproximación La crisis económica no sólo ha recordado sino también resucitado viejos temores apocalípticos; y no ha sido para menos, pues la crisis se entiende también como un estado de continua expectación frente a un ambiente general de incertidumbre. Si bien esta crisis es reconocida y recordada a cada momento en los medios, ya sea como justificación o como advertencia, parece no existir una toma masiva de conciencia sobre la importancia de “esas otras crisis” que ayudan a complementar el panorama de las grandes antinomias de nuestra época. ¿Dónde queda por ejemplo la crisis ética?, ¿Aquél problema que al asumir nuestra contemporaneidad como problemática, desemboca de nuevo en la inexorabilidad de una re-creación de valores después de la inundación provocada por el mar de la nada, cosa ya augurada en su tiempo por Nietzsche y que ahora reaparece para de esta manera cobrar una inusitada vigencia? Carlos Rodrigo Maida Avalos Universidad Nacional de El Salvador, San Salvador, El Salvador Semillero Internacional de Metafísica y Ontología (SEMEyON) Tercer Lugar de la Categoría C Del Concurso de Ensayo Filosófico Internacional 2011 Las crisis dan siempre que pensar. Son en el fondo fecundas porque siempre vislumbran un nuevo modo de concebir lo que nos pasa. Irrumpe una nueva, o, mejor, una muy antigua verdad. (Kusch, 2008:13) Introducción Ya sea en su forma embrionaria como comienzo de la estimulación lógica, o como punto de referencia y contraposición frente a lo que no es físico, la filosofía regresa a lo aprehensible-sensorial para poder ser proyecto. Lo evidente o aprehensible a tratar acá y que de antemano damos por hecho, es la existencia de una crisis que abraza múltiples dimensiones de la vida en el planeta. Estos últimos años han sido “prolijos” en evidencias. Poco a poco el cúmulo de hechos que han resquebrajado nuestra comprensión del mundo se ha ido amontonando a tal punto que además de afectarnos de forma directa, también nos ha llenado -sobrecogiéndonos así- del más puro asombro. Es precisamente ahí donde se abre la puerta para que entre la filosofía, sin presentaciones y sin pedir permiso empieza la búsqueda del origen de todo aquello que a simple vista no tiene consistencia. 24 Las crisis han estado ahí y eso no debería sorprendernos. Mejor preguntémonos si la filosofía también ha estado junto a ellas; si nos aproximamos a la relación crisis-filosofía, es posible observar como los procesos de crisis, han generado escuelas y filósofos. Esos “hijos de su tiempo” tienen un caso emblemático en el florecimiento de un tipo de filosofía griega a la sombra de una configuración de la subjetividad cuya base fue la más rampante ataraxia, situación relacionada en buena medida con la fragmentación política del concepto de ciudadEstado como institución helénica por antonomasia. El ejemplo ilustra que esa relación entre crisis y filosofía, no es una cuestión gratuita aunque tampoco automática; la filosofía también constituye una respuesta a los momentos de rupturas, levanta la mano y propone; no siempre es escuchada, no Erstaunens steht nicht einfach so am Beginn der Philosophie wie z. B. der Operation des Chirurgern das Waschen der Hände voraufgeht. Das Erstaunen trägt und durchherrscht die Philosopie”. Martin Heidegger. QU'EST-CE QUE LA PHILOSOPHIE? Was ist das–die Philosophie? Tübingen, G. Neske. 1966 p. 25. 24 Esta idea proveniente de la filosofía antigua, encuentra un desarrollo interesante en Heidegger. Para éste, el vínculo entre filosofía y asombro no sólo se da en el comienzo. Es mucho más importante, ya que el asombro como tal, es condición necesaria para sostener el filosofar mismo: “Das πάθος des 63 Posibilidad, Crítica y Reflexión – ISSN 0719-1359 siempre les interesa. Ahora bien, si tenemos en cuenta esta relación y asumiendo la existencia de una crisis generalizada, entendida aquí como un resquebrajamiento del conjunto de vínculos sociales desde la perspectiva de un amplio conflicto, en el cual la dilucidación de nuestros actuales límites de comprensión del ser humano y sus realidades tienen a su base una incertidumbre que se manifiesta sobretodo en una dimensión ética y política, se vuelve necesario para auscultar esa relación, delimitar y radicalizar nuestro binomio crisis-filosofía, para preguntarnos, no si existe una crisis dentro de la crisis (que haría referencia a eso que suele denominarse crisis actual), sino para arriesgarnos a problematizar más el asunto preguntándonos si existe una eventual crisis dentro de la filosofía misma. Si la crisis se caracteriza por ser cambio sin que se sepa exactamente hacia que o hacia donde, el pensamiento filosófico –que es cambio que busca estructurarse a sí mismo- tiene la suficiente experiencia y capacidad para sumarse a ese proceso, en el mejor de los casos como necesaria interpretación y replanteamiento de las inquietudes que nos asechan. En consecuencia y como compromiso -de por sí arriesgado- puede atreverse a proponer bases que cuando sea necesario, vayan más allá de una normatividad circunscrita a lo meramente críptico. Entonces el problema de la relación filosofía-crisis, es una relación real, hasta cierto punto necesaria. Pero también es necesario precisar que al hablar de “filosofía” así sin más, podemos caer fácilmente en ligeras conclusiones. Quizás sería más apropiado hablar de “las filosofías” o del pensamiento filosófico. Pero por su complejidad y su variedad de enfoque, ni eso excluye la posibilidad de encontrarnos frente a una falacia, pues fácilmente se tiende a crear la ilusión de que el problema se reduce a la yuxtaposición y amalgama de las distintas corrientes o –desde un punto de vista mucho más limitado- a percibir cuál de los distintos enfoques filosóficos “tiene la razón” y a demostrar la existencia de una competencia por la búsqueda de “la verdad”, o en términos políticos, de: “la solución”. Su origen estaría ubicado, al interior de las distintas corrientes de la metafísica actual26. No Filosofía, crisis y filosofía de la crisis. Desde una perspectiva interior, es obvio que la filosofía comparte elementos que implícitamente están emparentados con la transformación. Una filosofía que no avanza, que no se ve a sí misma de manera crítica, más que una filosofía es un tosco decálogo. Asumiendo esa lógica, la filosofía se constituye así misma dentro de las fronteras de un conjunto de máximas que buscan un fin determinado, para asumir los beneficios que conlleva la defensa a ultranza de una prerrogativa de lo inamovible. No sólo en la Edad Media o en la Rusia soviética, se ha visto como la filosofía ha derivado en sistemas cerrados en sí mismos, convirtiéndose en una especie de dogmatización puesta a la orden del día, donde el rescate o revisión de elementos de carácter relevante se ve ofuscado no sólo por la dificultad intrínseca a tal proyecto, sino también por lejanos avatares de tipo político.25 movimiento estudiantil de los años sesenta del siglo pasado ha tenido efectos perjudiciales para su recepción posterior. (…) Esta identificación le ha conferido al pensamiento de Marcuse una problemática positividad como ideología del movimiento estudiantil de los años sesenta, lo cual le ha hecho perder su atractivo a la academia de una época como la nuestra, que contempla desde un supuesto realismo desencantado y despolitizado las ingenuidades utópicas de aquellos años”. Herberth Marcuse. Contribuciones a una fenomenología del materialismo histórico (1928) y Sobre filosofía concreta (1929). Introducción y traducción a cargo de José Manuel Romero Cuevas. Madrid, Plaza y Valdés Editores. 2010 p. 7 y 8. El subrayado es nuestro. 26 Para una lectura en esta dirección (relacionada especialmente con la relación metafísica moderna y crisis), referirse a: Juan Antonio Nicolás. Alternativas actuales a la crisis de la metafísica moderna. Realidad. Revista de Ciencias Sociales y 25 El filósofo español José Manuel Romero, señala con respecto a una disposición actual para la re-lectura de Marcuse, la existencia de un elemento que a mi juicio es producto del anquilosamiento sugerido: “sin duda alguna, el modo en que el pensamiento de Marcuse fue identificado como guía del 64 Posibilidad, Crítica y Reflexión – ISSN 0719-1359 arremete contra la filosofía y el pensamiento humanístico encontrándolo inútil e inclusive pernicioso? obstante a todo ello, sí se mantiene en pie algo mucho más inquietante: la dificultad de posibilitar la articulación de un diálogo coherente entre expresiones filosóficas disímiles, que en materia de ética y política, abordan en última instancia la misma preocupación: el ser político. El interés como tal de una posible filosofía política, no se reduce solamente a las distintas formas de coerción y sus posibles legitimaciones, va más allá. Es ahí precisamente donde nos damos cuenta como la problemática de la filosofía como crisis, encuentra una faceta más, en la crisis de la metafísica misma, vista como conjunto de alternativas teóricas que a lo largo del siglo XX y hasta nuestros días, han intentado interpretar y en el mejor de los casos, solucionar lo que con una categoría podemos denominar como cri(sis)tema.27 Entonces que la filosofía esté en crisis no sólo no es algo nuevo sino que es también, un resultado de las crisis mismas. La filosofía sólo puede tener pretensiones de validez explicativa si asume su relación con la crisis como algo conflictivo. El verdadero reto está en auscultar esa relación, y en el modo en cómo la primera la aborda. Sólo comprendiendo esta relación como una relación necesariamente problemática, podrá aquel que hace filosofía, asumir su rol con mayor claridad. Quizás la filosofía y toda la tradición humanística tengan mucho que decir sobre la crisis mundial actual. Pero ¿se dan a escuchar? ¿No es que también esa crisis Esa misma crisis ha perpetrado la pérdida de la formación humanística. Ha convertido a los individuos mediante un proceso de estructuración donde la subjetividad es subyugada y obligada a responder a la necesidad de involucrarse en la búsqueda urgente e inmediata de lo material y de lo que produce un beneficio palpable, inmediato. ¿Dónde queda el papel de la filosofía? ¿Qué puede intentar al respecto? No tiene por qué recurrir a fórmulas inconcebibles… ¿Qué tal si comienza otra vez por ver más allá de lo meramente dado? Veamos: ha sido una opinión extendida inclusive entre académicos, que en los recientes sucesos de Inglaterra lo que prevaleció fue un gamberrismo sin más. Yo creo que eso todos lo vimos, pues eso es lo evidente. Lo interesante sería preguntarnos por qué fueron atacadas las tiendas, sobre todo aquellas que obtienen usufructo directo del neoliberalismo. (Subproducto del capitalismo que recientemente y no sin dudas todavía, fue puesto a salvo de la tercera gran crisis económica después de las de mil novecientos veintinueve y mil novecientos setenta y tres) ¿Por qué fue enfocada esa furia y desatada contra símbolos inequívocos de la sociedad de consumo?28 ¿Por qué se vieron involucrados no sólo los sectores bajos sino también la clase media, y en menor medida, estudiantes universitarios e inclusive Humanidades, No. 96, San Salvador. UCA, 2003. pp. 765787. 27 Esta categoría está inspirada en una de las tesis sobre filosofía de la historia de Walter Benjamin. En la octava tesis se plantea que la tradición enseña que la regla es en realidad el estado de excepción en el que vivimos. Un continuo estado de excepción se implanta como realidad constante y la misión consiste en traer o crear “el verdadero” estado de excepción. La crisis se asemeja al estado de excepción en su calidad de continuidad histórica y su perpetuidad en el Status Quo económico. La crisis por tanto se inserta en un conjunto de elementos culturales que le dan coherencia a un todo social y político de carácter caótico, pero funcional; en esa medida se vuelve sistema. Ver: Walter Benjamin. Discursos Ininterrumpidos I, Filosofía del arte y la historia. Prólogo, traducción y notas de Jesús Aguirre. Madrid, Taurus. 1987 p. 182. 28 Es posible argumentar en contra –como de hecho fue la constante- un actuar inmediatista caracterizado por el accionar sin más. Algo que de manera un tanto elíptica se manifiesta en expresiones como: “sólo lo hicieron así, sin más, sin saber porqué, sin ninguna ideología”. Quizás en este término se encuentre el problema. Sobre esta noción, Žižek remontándose a Marx señala: “la definición más elemental de ideología es probablemente la tan conocida frase de El capital de Marx: “Sie wissen das nicht, aber sie tun es” –“ellos no lo saben, pero lo hacen”. Slavoj Žižek. El sublime objeto de la ideología. Buenos Aires. Siglo XXI Editores Argentina, 2003. p. 55. Con el ejemplo sólo intento poner de manifiesto un modus operandis de un pensamiento crítico y de sospecha (una voluntad filosófica) frente a un hecho concreto. 65 Posibilidad, Crítica y Reflexión – ISSN 0719-1359 profesionales? Si bien de manera anárquica y sin la pretensión de un cambio de eso contra lo que se ataca, no podemos dejar de ver en todo ello un símbolo que tomado como tal, nos ayude a penetrar en la problemática mediante la obtención de nuevas ideas que nos posibiliten por medio de la reinterpretación, explicárnoslo. Esa hermenéutica de la realidad sólo es realizable si se tiene en cuenta que el papel de la filosofía y el filósofo pasan por reenfocar y redefinir las interrogantes con las cuáles no sólo la clase política y económica ha hecho corto circuito. ¿Qué fue lo que vio Walter Benjamin en el acto que se volvió una constante -y que aparentemente era inexplicable o sin razón- de dispararle a los relojes de las iglesias en diferentes lugares de una Francia revolucionaria?29 ¿Cómo fue que Marx interpretó un advenimiento políticohistórico como una segunda edición del dieciocho Brumario reflexionando sobre procesos decisivos que van hacia adelante pero al mismo tiempo mirando hacia atrás?30; o recientemente Slavoj Žižek (2005), que dentro del ámbito de la filosofía cultural plantea un argumento que podemos formularlo con la siguiente pregunta: ¿Cómo es posible que toda una avalancha de películas nos hablen sobre el fin del mundo, ya sea por desastres naturales, profecías de culturas antiguas o invasiones extraterrestres y no sea posible ver una tan sola que contemple el fin de un sistema económico o al menos su modelo, creando con ello la imagen que será asumida por millones de subjetividades, donde la idea que subyace, es aquella donde lo más fácil es que el mundo sea físicamente destruido a que solamente cambie el rumbo económico? alternativas donde los valores imperantes no sean simplemente reeditados. Si la meta es profundizar la democracia, en la actualidad eso pasa necesariamente por criticarla a profundidad y sin miedos. En este sentido, si el consejo número seis de Roberto Bolaño (2004:234,235) concerniente a escribir un cuento es verdadero, entonces para la escritura filosófica, debe ser doblemente cierto. Por ello, además de la curiosidad intelectual y de esa tendencia a dejarse apasionar por el asombro (el cual muta luego en asombro filosófico), el quehacer de este tipo debe tener la valentía de asumir el desafío intelectual donde los elementos sagrados de una sociedad sean sometidos a puntos de vista radicales, aun a costa de comprometer con ello la integridad física o moral del individuo que asume tal postura. Sobre todo en estas sociedades donde no se escatiman oportunidades para recurrir a la violencia sobre el que piensa distinto o sobre el que se interpone en el camino que va del vendedor de ilusiones a la recompensa ¿Es esto una económica inmediata.31 irresponsabilidad?, ¿matonería intelectual? Yo creo que para estos lugares es casi una consecuencia inevitable. Es una decisión, porque pensar en abocarse a una reflexión radical no simplificadora, con la cual se asume la lucha contra la crisis, es abocarse a un pensar ineludiblemente político. Ante todo, nos surge la interrogante: ¿Se hace escuchar la filosofía más allá de los paraninfos? ¿Llega su mensaje? Los “filósofos representativos”, aquellos que alcanzan la categoría de “super-star” de la academia, son los que inciden en la conciencia 31 A propósito de los peligros para el ser humano y la pérdida de una conciencia ética, García de Cortázar señala: “resulta inevitable establecer una relación entre este proceso de huida intoxicada, de salto en el vacío, y la escasa capacidad de respuesta que la sociedad y el Estado han dado a la falta de ideales y a la desmotivación en los jóvenes”. Fernando García de Cortázar (dir.) El siglo XX. Diez episodios decisivos. Madrid. Alianza Editorial. 1999. p 26. No es casualidad que esos factores se conjuguen para crear una industria de la violencia y la corrupción extremas, que trabaja con intensidad en América latina, la industria en cuestión es producto de un capitalismo en bruto, totalmente hipostasiado: el narcotráfico. Conclusión El rol del filósofo es tratar de quitar el velo de la intriga económico-política y también del consumismo cultural, cuyo diagnóstico debe revelar 29 Benjamin, op. cit., p. 188 y 189. Carlos Marx y Federico Engels. Obras Escogidas. Editorial Progreso, Moscú. (Sin fecha de edición). pp. 95-180. 30 66 Posibilidad, Crítica y Reflexión – ISSN 0719-1359 La filosofía puede ayudar a fecundizar la crisis para re-concebir lo que nos está pasando. Sin duda alguna, arremete de nuevo. Ya veremos qué tipo de “verdad” es la que irrumpe de todo ello. pública, ya sea mediante la publicación de opiniones que resultan polémicas, que generan intensos debates o mediante la participación política directa. En este año por ejemplo –un año que ha sido tan rico en procesos revolucionarios u acontecimientos políticos poco más que significativos, desde Madrid a los países árabes o desde New York a Santiago de Chilede filósofos, sólo recuerdo una publicación de Žižek en uno de los periódicos más grande de habla hispana. A este pensador se le cataloga de superestrella en parte gracias a su estilo, en parte gracias a lo multitudinario que suelen ser sus presentaciones. Algo parecido experimenté cuando hace un par de años asistí a una conferencia de Gianni Vattimo. Ese hálito que media entre un gurú y un rock-star, está presente en ambos. La faceta política institucional también: Žižek fue candidato a la presidencia de Eslovenia y Vattimo perteneció a la vida partidaria en Italia e incluso tuvo acceso al parlamento europeo. Pero como bien se sabe, la política y especialmente una política que se fundamente en una ética para hacerle frente a la crisis, una especie de ética de la resistencia, no sólo se hace desde esos púlpitos. Las expresiones filosóficas locales deben buscar los medios para hacerse escuchar; pero antes debe de haber trabajo humanístico propiamente dicho. Esto de por sí es una tarea pendiente, pues hay lugares –por ejemplo desde donde escribo- donde la filosofía ha sido borrada de la educación media. Y es que el hecho de que se arremeta contra las humanidades no es de exclusividad de países en “vías de desarrollo”, como la disminución de las horas dedicadas a la materia de Historia en Chile; ese ataque tiene un proceso análogo en el Reino Unido por ejemplo, donde hay interés del mercado de erigirse como el organizador de la educación superior. Luego se oyen las quejas sobre colectivos pasivos, abocados a una cotidianidad donde se confunde la cultura popular con el consumismo puro y duro, colectivos que luego se ven presos de una subjetividad coaccionada, entre otras cosas por una agresiva y no menos sutil realidad mediático-tecnológica. BIBLIOGRAFÍA: Benjamin, W. (1987), Discursos Ininterrumpidos I, Filosofía del arte y la historia. Prólogo, traducción y notas de Jesús Aguirre. Madrid: Taurus. Bolaño, R. (2004), Entre paréntesis. Barcelona: Anagrama. García de Cortázar, F. (1999) (dir.) El siglo XX. Diez episodios decisivos. Madrid: Alianza Editorial. Heidegger, M. (1966), QU'EST-CE QUE LA PHILOSOPHIE? Was ist das–die Philosophie? Tübingen: G. Neske. Jiménez, A. (2005), (editor) Elogios para un caballero derrotado. Seis ensayos sobre el Quijote. San José: Arlekín, Embajada de España. Kusch, R. (2008), La negación en el pensamiento popular. Buenos Aires: Las cuarenta. Marcuse, H. (2010), Contribuciones a una fenomenología del materialismo histórico (1928) y Sobre filosofía concreta (1929). Introducción y traducción a cargo de José Manuel Romero Cuevas. Madrid: Plaza y Valdés Editores. Marx, C y Engels, F. Obras Escogidas. Moscú: Editorial Progreso. (Sin fecha de edición) Nicolás, J. A. (2003), Alternativas actuales a la crisis de la metafísica moderna. Realidad. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades, No. 96, San Salvador: UCA. Žižek, S. (2003). El sublime objeto de la ideología. Buenos Aires: Siglo XXI Editores Argentina. Taylor, A. (2005). Žižek! Hidden Driver Productions / The Documentary Campaign. Fílmico. 67