Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
COMENTARIOS A LAS INSTITUTAS DE JUSTINIANO POR EL
PROFESOR TULIO ALBERTO ÁLVAREZ-RAMOS
LIBRO III
- 14 TITULO XXIV:
TITULO XXIV
DEL ARRENDAMIENTO
El arrendamiento se asemeja mucho a la
venta y se rige por las mismas reglas de
derecho. En efecto se forma desde que ha
habido convención acerca del precio, del
mismo modo desde que se ha constituido
el precio del arrendamiento existe, y
produce para el locator la acción locati, y
para el locatario la acción conducti.
DE LOCATIONE ET CONDUCTIONE.
Locatio et conductio proxima est
emptioni et venditioni iisdemque iuris
regulis consistit. Nam ut emptio et
venditio ita contrahitur si de pretio
convenerit, sic etiam locatio et conductio
ita contrahi intellegitur si merces
constituta sit. Et competit locatori
quidem locati actio, conductori vero
conducti.
1. Y lo que hemos dicho antes de la venta,
cuyo precio se hubiese dejado al arbitrio
de un tercero, debe entenderse
igualmente del arrendamiento, por cuya
causa si alguno da al batanero o al sastre
vestidos para que los limpien, los cuiden
o
los
compongan,
sin
fijar
inmediatamente el precio, sino con la
obligación de pagar más adelante
aquello en que convengan entre sí, no se
ve en esto un contrato de arrendamiento
propiamente dicho; pero se da por este
hecho la acción proescriptis verbus.
1. Et quae supra diximus, si alieno
arbitrio pretium permissum fuerit,
eadem et de locatione et conductione
dicta esse intellegamus, si alieno arbitrio
merces permissa fuerit. qua de causa si
fulloni
polienda
curandave
aut
sarcinatori sarcienda vestimenta quis
dederit nulla statim mercede constituta,
sed postea tantum daturus quantum
inter eos convenerit, non proprie locatio
et conductio contrahi intellegitur, sed eo
nomine praescriptis verbis actio datur.
2. Además, del mismo modo que se
pondría en cuestión si por un cambio de
cosas se forma contrato de venta, así se
suscitaría
cuestión
respecto
del
arrendamiento, en el caso en que alguno
te haya dado una cosa para que la uses o
percibas los frutos, y de la misma manera
a su vez ha recibido otra de ti. Se ha
decidido también que no es esto un
arrendamiento,
sino
un
género
particular de contrato. Por ejemplo, si
dos vecinos, que tenga cada uno un buey,
convienen en prestarse recíprocamente
su buey durante diez días para ejecutar
2. Praeterea sicut vulgo quaerebatur, an
permutatis rebus emptio et venditio
contrahitur: ita quaeri solebat de
locatione et conductione, si forte rem
aliquam tibi utendam sive fruendam quis
dederit et invicem a te aliam utendam
sive fruendam acceperit. Et placuit, non
esse locationem et conductionem, sed
proprium genus esse contractus. Veluti
si, cum unum quis bovem haberet et
vicinus eius unum, placuerit inter eos, ut
per
denos
dies
invicem
boves
commodarent, ut opus facerent, et apud
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
una obra, y el buey del uno muere en casa
del otro, no tendrá aquél acción ni locati,
ni conducti, ni commodati, pues el
prestamo no era gratuito, sino acción
proescriptis verbis.
3. Hay tal afinidad entre la venta y el
arrendamiento, que en ciertos casos se
duda si el contrato es una venta o un
arrendamiento. Tal es aquel en que se
dan fundos a ciertas personas para que
los disfruten perpetuamente, es decir, de
tal modo que el propietario mientras que
la renta o el interés le sea pagado, no
pueda quitárselos ni al locatario, ni a su
heredero, ni a ninguno que los hubiese
adquirido del lotacario, de su heredero,
por venta, donación, dote o cualquier
otro título. Como los antiguos se hallaban
en duda acerca de este contrato,
considerándole
unos
como
un
arrendamiento, y los otros como una
venta, una constitución de Zenón ha
atribuido al contrato de enfiteusis una
especial naturaleza, no confundiéndole
ni con el arrendamiento ni con la venta, y
tomado su fuerza de sus propias
convenciones. Y si en estas interviniese
algún pacto, será observado como si tal
fuese la naturaleza del contrato. Pero si
nada se ha convenido en cuanto a los
riesgos de la cosa, el peligro de la pérdida
total recaerá sobre el propietario y el
perjuicio de la pérdida parcial sobre el
enfiteuta. Tal es el derecho que seguimos.
4. Se pregunta igualmente si cuando
Ticio ha convenido con un platero en que
este de su oro ha de hacer a Ticio anillos
de cierto peso y de cierta forma, y que de
él ha de recibir, por ejemplo, diez escudos
de oro, hay contrato de venta o de
arrendamiento. Casio dice que hay venta
de la materia y arrendamiento del
trabajo; pero se ha decidido que hay sólo
contrato de venta. Que si Ticio hubiese
alterum bos periit: Neque locati vel
conducti neque commodati competit
actio, quia non fuit gratuitum
commodatum, verum praescriptis verbis
agendum est.
3. Adeo autem familiaritatem aliquam
inter se habere videntur emptio et
venditio, item locatio et conductio, ut in
quibusdam causis quaeri soleat, utrum
emptio et venditio contrahatur, an
locatio et conductio. Ut ecce de praediis
quae perpetuo quibusdam fruenda
traduntur, id est ut, quamdiu pensio sive
reditus pro his domino praestetur, neque
ipsi conductori neque heredi eius, cuive
conductor heresve eius id praedium
vendiderit aut donaverit aut dotis
nomine dederit aliove quo modo
alienaverit auferre liceat. Sed talis
contractus
quia
inter
veteres
dubitabatur et a quibusdam locatio, a
quibusdam venditio existimabatur: lex
Zenoniana lata est, quae emphyteuseos
contractui propriam statuit naturam
neque ad locationem neque ad
venditionem inclinantem, sed suis
pactionibus fulciendam, et si quidem
aliquid pactum fuerit, hoc ita optinere ac
si natura talis esset contractus, sin autem
nihil de periculo rei fuerit pactum, tunc si
quidem totius rei interitus accesserit, ad
dominum
super
hoc
redundare
periculum,
sin
particularis,
ad
emphyteuticarium huiusmodi damnum
venire. quo iure utimur.
4. Item quaeritur, si cum aurifice Titio
convenerit, ut is ex auro suo certi
ponderis certaeque formae anulos ei
faceret et acciperet verbi gratia aureos
decem, utrum emptio et venditio contrahi
videatur, an locatio et conductio? Et
Cassius ait, materiae quidem emptionem
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
suministrado
su
oro
habiéndose venditionemque contrahi, operae autem
convenido en un salario por la hechura, locationem et conductionem. sed placuit,
habría evidentemente arrendamiento.
tantum emptionem et venditionem
contrahi. quodsi suum aurum Titius
dederit, mercede pro opera constituta,
dubium non est quin locatio et conductio
5. El locatario debe conformarse en todo sit.
a la ley de contrato; y sobre los puntos
que en él se omitiesen, se arreglan sus
obligaciones por la equidad. El que ha 5. Conductor omnia secundum legem
dado o prometido un precio por alquiler conductionis facere debet et, si quid in
de vestidos, plata labrada, o una bestia lege praetermissum fuerit, id ex bono et
de carga, debe aplicar a la custodia de las aequo debet praestare. qui pro usu aut
cosas alquiladas el cuidado que el más vestimentorum aut argenti aut iumenti
diligente padre de familia tiene en sus mercedem aut dedit aut promisit, ab eo
negocios; si ha puesto este cuidado, y por custodia talis desideratur qualem
algún accidente pierde la cosa, no está diligentissimus paterfamilias suis rebus
adhibet. quam si praestiterit et aliquo
obligado a su restitución.
casu rem amiserit, de restituenda ea non
6. Si el locatario muere durante el tenebitur.
arrendamiento, su heredero le sucede en
la locación.
6. Mortuo conductore intra tempora
conductionis heres eius eodem iure in
conductionem succedit.
14.0. ASPECTOS GENERALES
La locatio conductio (actualmente locación o arrendamiento) es un contrato
consensual por el cual una de las partes [locator] coloca temporalmente bajo el
control de otra [conductor] una cosa, trabajo o servicios, mediando una cierta
finalidad y a cambio de un precio. Ahora bien, la primera observación que debo
hacer es que esta triple modalidad no es necesariamente una conceptualización
quiritaria y, con toda seguridad, no se corresponde con el derecho moderno; en el
que el trabajo es regulado fuera del ámbito iusprivatista, en virtud de su carácter
social y la dignidad de la persona humana.
Me inclino a considerar que existió una variedad de convenciones de buena fe que
se identificaban entre sí por la terminología [locatio] y la identidad de acciones
[actio conducti et locati] para definir las controversias que se presentaban. Un buen
ejemplo de esta pluralidad es la atípica situación en la que una parte presta una cosa
para que la use y a cambio la contraparte recibe otra para usarla también;1 o el
1
« Asimismo, se discute si hay arrendamiento cuando te presto una cosa para que la uses, y tú me prestas
otra para que la use yo »; Gaius, Inst. III.144: « Item si rem tibi utendam dederim et inuicem aliam rem
utendam acceperim, quaeritur, an locatio et conductio contrahatur »
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
arriendo a perpetuidad;2 o el de la colonia partiaria donde la merced consiste en
una cuota [pars quota] de los frutos del fundo,3 todos casos dudosos referidos por
los comentaristas, que reflejan la inexistencia de un concepto unitario del
arrendamiento en la realidad quiritaria.
Para el romano, se trata de un negocio de buena fe que Gayo califica como similar a
la compraventa, aunque la variedad del arrendamiento fuera mayor.4 En cuanto al
precio, en el derecho clásico se discutía si existía arrendamiento cuando se dejaba el
precio al arbitrio de un tercero.5 Será en el derecho post clásico, por verificación en
el Corpus Iuris Civilis, en el que se afirma la posibilidad del arbitrium de un tercero
para definir la merces; sin embargo, si este no podía o no quería definirlo, el
contrato carecía de eficacia.6
2
« Y es tanto el parentesco entre la compraventa y el arrendamiento, que a veces se suelen preguntar qué
contrato hay de los dos, por ejemplo cuando se arrienda a perpetuidad. Esto se hace en los predios de los
municipios que se arriendan de manera que mientras se pague la renta no se puede quitar el predio ni al
mismo arrendatario ni a su heredero. Pero en este caso prevalece la opinión de que hay arrendamiento »;
Gaius, Inst. III.145: « Adeo autem emptio et uenditio et locatio et conductio familiaritatem aliquam inter
se habere uidentur, ut in quibusdam causis quaeri soleat, utrum emptio et uenditio contrahatur an locatio
et conductio, ueluti si qua res in perpetuum locata sit. quod euenit in praediis municipum, quae ea lege
locantur, ut, quamdiu [id] uectigal praestetur, neque ipsi conductori neque heredi eius praedium auferatur;
sed magis placuit locationem conductionemque esse ».
3
En principio, no hay arrendamiento cuando el canón no consiste en dinero, Paulus, libro quinto
quaestionum, D.19.5.5.2: « At cum do ut facias, si tale sit factum, quod locari solet, puta ut tabulam pingas,
pecunia data locatio erit, sicut superiore casu emptio: si rem do, non erit locatio, sed nascetur vel civilis
actio in hoc quod mea interest vel ad repetendum condictio. Quod si tale est factum, quod locari non possit,
puta ut servum manumittas, sive certum tempus adiectum est, intra quod manumittatur idque, cum potuisset
manumitti, vivo servo transierit, sive finitum non fuit et tantum temporis consumptum sit, ut potuerit
debueritque manumitti, condici ei potest vel praescriptis verbis agi: quod his quae diximus convenit. Sed
si dedi tibi servum, ut servum tuum manumitteres, et manumissisti et is quem dedi evictus est, si sciens dedi,
de dolo in me dandam actionem iulianus scribit, si ignorans, in factum civilem »; y Ulpianus, libro 30 ad
edictum, D.16.3.1.9.: « Si quis servum custodiendum coniecerit forte in pistrinum, si quidem merces
intervenit custodiae, puto esse actionem adversus pistrinarium ex conducto: si vero mercedem accipiebam
ego pro hoc servo, quem in pistrinum accipiebat, ex locato me agere posse: quod si operae eius servi cum
custodia pensabantur, quasi genus locati et conducti intervenit, sed quia pecunia non datur, praescriptis
verbis datur actio: si vero nihil aliud quam cibaria praestabat nec de operis quicquam convenit, depositi
actio est ».
4
Gayo es uno de los que afirma que el arrendamiento se rige por las mismas reglas de la venta y advierte
que de no fijarse un precio cierto no existe el contrato. En este sentido, Gaius, Inst. III.142: «Locatio autem
et conductio similibus regulis constituitur; nisi enim merces certa statuta sit, non uidetur locatio et
conductio contrahi ».
5
Por ejemplo, Gayo lo plantea en Inst., III.143: « Por lo cual, se discute si hay arrendamiento cuando se
dejael precio al arbitrio de un tercero, por ejemplo, lo que Ticio estime. Se discute también si hay
arrendamiento cuando entrego un vestidoftl tintorero para que lo remiende, sin fijar el precio, sino
quedando solamente en que le daré lo que convengamos después »; «Unde si alieno arbitrio merces
permissa sit, uelut quanti Titius aestimauerit, quaeritur, an locatio et conductio contrahatur. qua de causa
si fulloni polienda curandaue, sarcinatori sarcienda uestimenta dederim nulla statim mercede constituta,
postea tantum daturus, quanti inter nos conuenerit, quaeritur, an locatio et conductio contrahatur ».
6
Así se establece en este mismo libro de las institutas para el caso de la venta, cfr. Institutas III.23.1.; en el
digesto se da una extraña referencia a Gayo, el mismo que se planteaba la duda en sus Institutas, pero en su
obra sobre el edicto provincial parece pensar distinto, lo que supone una interpolación o intervención
bizantina: Gaius, libro decimo ad edictum provinciale, D.19.2.25.pr.: « Si merces promissa sit generaliter
alieno arbitrio, locatio et conductio contrahi non videtur: sin autem quanti Titius aestimaverit, sub hac
condicione stare locationem, ut, si quidem ipse qui nominatus est mercedem definierit, omnimodo
secundum eius aestimationem et mercedem persolvi oporteat et conductionem ad effectum pervenire: sin
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
14.1. LOCATIO CONDUCTIO REI (LOCACIÓN DE COSA).
En este caso el locator cede al conductor el uso de una cosa inmueble o mueble
mientras sea no consumible, obligándose este a pagar un precio [Merces] por dicho
uso. Inclusive, cabe el arrendamiento de los derechos existentes sobre la cosa ajena
[iura in re aliena]; específicamente, el usufructo y la superficie. En la terminología
quiritaria existe diferencia entre el arrendamiento de casas o edificios, caso en el
cual el arrendatario se denomina inquilinus; y el de terrenos en suelo provincial, en
el que se denomina colonus.
El locatario (conductor) era un simple detentador por lo que la protección
interdictal se limitada al interdictum de vi armata,7 gozando sólo de la actio ex
conducto contra el locador y, en general, carece de toda protección respecto de
terceros. Si el locador decide vender la cosa alquilada o constituye sobre ella un
usufructo o un pignus, el locatario no tiene ningún derecho contra dichos terceros,
quienes podrían expulsarlo de la cosa; salvo que en la venta o en la constitución de
los derechos mencionados, el locador hubiera tomado la precaución de definir que
el adquirente se obligaba a respetar la locación. El único recurso que tiene el
autem ille vel noluerit vel non potuerit mercedem definire, tunc pro nihilo esse conductionem quasi nulla
mercede statuta ». Finalmente, en el Codex se confirma la posibilidad de un tercero fijando el canón o el
precio, además la ineficacia si finalmente no lo hace: C.4.38.15: « Imperator Justinianus. Super rebus
venumdandis, si quis ita rem comparavit, ut res vendita esset, quanti titius aestimaverit, magna dubitatio
exorta est multis antiquae prudentiae cultoribus. 1. Quam decidentes censemus, cum huiusmodi conventio
super venditione procedat "quanti ille aestimaverit", sub hac condicione stare venditionem, ut, si quidem
ipse qui nominatus est pretium definierit, omnimodo secundum eius aestimationem et pretia persolvi et
venditionem ad effectum pervenire, sive in scriptis sive sine scriptis contractus celebretur, scilicet si
huiusmodi pactum, cum in scriptis fuerit redactum, secundum nostrae legis definitionem per omnia
completum et absolutum sit. 2. Sin autem ille vel noluerit vel non potuerit pretium definire, tunc pro nihilo
esse venditionem quasi nullo pretio statuto: nulla coniectura, immo magis divinatione in posterum
servanda, utrum in personam certam an in viri boni arbitrium respicientes contrahentes ad haec pacta
venerunt, quia hoc penitus impossibile esse credentes per huiusmodi sanctionem expellimus. 3 . Quod et in
huiusmodi locatione locum habere censemus. * IUST. A. IULIANO PP. *<A 530 D. K. AUG. LAMPADIO
ET ORESTE CONSS.> ».
7
Marcellus libro 19 digestorum, D.43.16.12.: « Colonus eum, cui locator fundum vendiderat, cum is in
possessionem missus esset, non admisit: deinde colonus vi ab alio deiectus est: quaerebatur, quis haberet
interdictum unde vi. Dixi nihil interesse, colonus dominum ingredi volentem prohibuisset an emptorem, cui
iussisset dominus tradi possessionem, non admisit. Igitur interdictum unde vi colono competiturum
ipsumque simili interdicto locatori obstrictum fore, quem deiecisse tunc videretur, cum emptori
possessionem non tradidit, nisi forte propter iustam et probabilem causam id fecisset »; igualmente,
Papinianus libro 26 quaestionum, D.43.16.18.pr. « Cum fundum qui locaverat vendidisset, iussit
emptorem in vacuam possessionem ire, quem colonus intrare prohibuit: postea emptor vi colonum expulit:
de interdictis unde vi quaesitum est. Placebat colonum interdicto venditori teneri, quia nihil interesset,
ipsum an alium ex voluntate eius missum intrare prohibuerit: neque enim ante omissam possessionem
videri, quam si tradita fuisset emptori, quia nemo eo animo esset, ut possessionem omitteret propter
emptorem, quam emptor adeptus non fuisset. Emptorem quoque, qui postea vim adhibuit, et ipsum
interdicto colono teneri: non enim ab ipso, sed a venditore per vim fundum esse possessum, cui possessio
esset ablata. Quaesitum est, an emptori succurri debeat, si voluntate venditoris colonum postea vi
expulisset. Dixi non esse iuvandum, qui mandatum illicitum susceperit ».
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
locatario es ejercer la actio conducti contra el locador para reclamar del perjuicio
sufrido, pero no así contra el tercero.8
Si una de ambas partes fallece, en principio, la locatio conductio continúa ya que los
herederos del locatario continúan gozando del mismo contrato que su causante; y
los herederos del locador seguirán cobrando los alquileres.9 En cuanto al plazo, la
locatio conductio está sujeta al plazo que las partes hayan establecido aunque era
costumbre, en los arrendamientos de fundos rústicos establecerlo en un lapso de 5
años.
Una institución particular en este contrato, mantenida en el arrendamiento
moderno era la renovación automática del mismo si las partes seguían cumpliendo
sus obligaciones a pesar del vencimiento del término, lo que se definía como
relocatio tacita [nuestra tácita reconducción]. Existía una diferenciación en la
relocatio tacita dependiendo si se trataba del arrendamiento de un fundo rústico,
caso en el cual se extendía por un año; al de un fundo urbano, en el que se extendía
por el plazo convenido originalmente o por el tiempo de efectiva ocupación.10
14.2. LOCATIO CONDUCTIO OPERIS (LOCACIÓN DE OBRA).
Aquí el conductor se compromete a la realización de un trabajo que concluye en una
determinada obra (transporte de personas, hacer una estatua, construir una casa,
confeccionar un traje) obligándose el locator a pagar un precio por la misma. El
locator es quien paga el precio y el conductor es quien debe realizar una actividad
y entregar un trabajo ya terminado [opus]. La obligación del arrendatario es de
8
Cfr. C.4.65.9: « Imperator Alexander Severus . Emptori quidem fundi necesse non est stare colonum, cui
prior dominus locavit, nisi ea lege emit. Verum si probetur aliquo pacto consensisse, ut in eadem
conductione maneat, quamvis sine scripto, bonae fidei iudicio ei quod placuit parere cogitur * ALEX. A.
AURELIO FUSCO MIL. *<A 234 PP. VII ID. SEPT. MAXIMO II ET URBANO CONSS.> »; y Gaius libro
decimo ad edictum provinciale D.19.2.25.1: « Qui fundum fruendum vel habitationem alicui locavit, si
aliqua ex causa fundum vel aedes vendat, curare debet, ut apud emptorem quoque eadem pactione et colono
frui et inquilino habitare liceat: alioquin prohibitus is aget cum eo ex conducto ».
9
C.4.65.10: « Imperator Gordianus. Viam veritatis ignoras in conductionibus non succedere heredes
conductoris existimans, cum, sive perpetua conductio est, etiam ad heredes transmittatur, sive temporalis,
intra tempora locationis heredi quoque onus contractus incumbat. * GORD. A. POMPONIO SABINO. *<A
239 D. VIII K. MART. GORDIANO ET AVIOLA CONSS.> ». En este punto, Labeo, libro quinto
posteriorum a Iavoleno epitomatorum, D.19.2.60.1.: « Heredem coloni, quamvis colonus non est, nihilo
minus domino possidere existimo ».
10
Cfr. Ulpianus libro, 32 ad edictum, D.19.2.13.11.: « Qui impleto tempore conductionis remansit in
conductione, non solum reconduxisse videbitur, sed etiam pignora videntur durare obligata. Sed hoc ita
verum est, si non alius pro eo in priore conductione res obligaverat: huius enim novus consensus erit
necessarius. Eadem causa erit et si rei publicae praedia locata fuerint. Quod autem diximus taciturnitate
utriusque partis colonum reconduxisse videri, ita accipiendum est, ut in ipso anno, quo tacuerunt, videantur
eandem locationem renovasse, non etiam in sequentibus annis, etsi lustrum forte ab initio fuerat
conductioni praestitutum. Sed et si secundo quoque anno post finitum lustrum nihil fuerit contrarium actum,
eandem videri locationem in illo anno permansisse: hoc enim ipso, quo tacuerunt, consensisse videntur. Et
hoc deinceps in unoquoque anno observandum est. In urbanis autem praediis alio iure utimur, ut, prout
quisque habitaverit, ita et obligetur, nisi in scriptis certum tempus conductioni comprehensum est ».
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
facere y, en consecuencia, indivisible por la afectación del resultado. El locator debe
facilitar los materiales, aunque sea parcialmente, hecho que diferencia al contrato
con la compra – venta.
El conductor que ha recibido el material con el cual debe trabajar responde por la
custodia de la cosa, al punto de que se le concede la actio furti. Además, responde
por su imperitia por su falta de aptitudes para realizar la obra a la cual se
comprometió.11 Gayo refiere un caso concreto de una locatio operis en la que se
confiere al conductor la actio furti:
205. Así también, si a un tintorero le roban los vestidos que recibió para limpiar
o arreglar por un precio determinado, o a un sastre los que recibió para
remendar del mismo modo, se le da a él la acción de hurto y no al dueño, pues
este no tiene ningún interés en que los vestidos no perezcan, ya que puede
obtener indemnización del tintorero o del sastre mediante la acción de
arrendamiento, siempre que aquellos estén en condición de poderla satisfacer,
en caso de que sean insolventes, como el dueño no puede conseguir de ellos una
indemnización, tiene la acción de hurto, pues entonces sí que tiene interés en la
conservación de la cosa.12
En esta modalidad la casuística es múltiple:
i.
11
La Isla de Rodas era el eje central del comercio marítimo durante la Edad de
Oro de la civilización griega (siglo IV a.C.).13 Resulta lógico que los rodios se
guiaran por normas avanzadas de derecho marítimo; sin embargo, la
existencia del Código Marítimo de los rodios ha sido puesta en duda, a lo largo
del tiempo, por eminentes investigadores mientras otros la defienden
basados, por una parte, en el señalamiento expreso que de él se hace en los
Alegatos de Demóstenes y, adicionalmente, por el hecho de que el capítulo
correspondiente del Digesto de Justiniano lleve como título « De Lege
Rhodiae de Iactu ». Pardessus, afirmaba sobre este punto que «...un hecho
incuestionable es que los romanos tomaron prestado de los rodios, si no toda su
legislación marítima, al menos aquello que concierne a la echazón y la
contribución...». 14 Ashburner, citado por Schoenbaum,15 al referirse a la
Cfr. Ulpianus, libro 32 ad edictum, D.19.2.9.5.: « Celsus etiam imperitiam culpae adnumerandam libro
octavo digestorum scripsit: si quis vitulos pascendos vel sarciendum quid poliendumve conduxit, culpam
eum praestare debere et quod imperitia peccavit, culpam esse: quippe ut artifex, inquit, conduxit ».
12
Gaius, Inst. III.205: « Item si fullo polienda curandaue aut sarcinator sarcienda uestimenta mercede
certa acceperit eaque furto amiserit, ipse furti habet actionem, non dominus, quia domini nihil interest ea
non periisse, cum iudicio locati a fullone aut sarcinatore suum consequi possit, si modo is fullo aut
sarcinator rei praestandae sufficiat; nam si soluendo non est, tunc quia ab eo dominus suum consequi non
potest, ipsi furti actio conpetit, quia hoc casu ipsius interest rem saluam esse ».
13
Cfr. Tulio Álvarez, Derecho Marítimo. Caracas: Ediciones UCAB, 2011. Tomo I, p. 45.
14
Kaldone Nweihed, La vigencia del mar. Caracas: Equinoccio, Ediciones de la Universidad Simón
Bolívar, 1973. Tomo I, pág. 88
15
Thomas Schoenbaum, Admiralty and Maritime Law. St. Paul, Minnesota: West Publishing Co., 1987,
p.6.
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
denominada « Ley Pseudorodia » contenida en el libro tercero de las «
Basílicas », confirma el origen bizantino del Código pero concluye que su
contenido emana de diversas fuentes y que aun cuando no se haya realizado
una codificación del derecho marítimo por los rodios, siendo Rodas un gran
centro marítimo, debía necesariamente haber leyes marítimas, y que es
significativo el hecho de que los compiladores del Código Marítimo Bizantino,
en el siglo después de Cristo, lo titularan « Rodio » para aumentar su
autoridad. Señala Ray que del período romano ha sido poco lo que ha
quedado16 y citando a Rodiere afirma que «...señala las tres instituciones
clásicas: la referencia a la avería gruesa en el Digesto (De Lege Rhodiae de
Iactu), el nauticum foenus y el edicto del pretor, a quien se debe la institución
del receptum que pudo influir en la responsabilidad del transportador
marítimo ». Bello, en cambio, señala que «...acaso la parte principal del
derecho marítimo de los romanos se conserva, aunque esparcida según la
conexión de materias, en el Digesto y el Código de Justiniano. M. Pardessus ha
recopilado todas las leyes romanas relativas a negociaciones marítimas, y por
ellas se ve cuanto deben a la jurisprudencia de Roma las naciones modernas,
aún relativamente al comercio del mar, que se supone haber sido mirado con
indiferencia por los conquistadores del mundo... ». 17 La especificidad a la que
hago referencia esta relacionada con el contrato de trasporte de mercaderías
por mar. Este era, en la práctica, un arrendamiento de obra regulado por las
reglas especiales contenidas en la lex Rhodia de iactu. De acuerdo a la
misma, cuando el capitán de una nave [magister navis], como consecuencia
de una tempestad o de una vía de agua echaba parte de la carga por la borda,
para salvar la nave y el resto de las mercaderías, la pérdida ocasionada debía
ser soportada proporcionalmente por todos los propietarios de mercancías
que habían cargado la nave.18 La regla es griega pero su aplicación es
universal gracias a la recepción romana que le daba un tratamiento como
locatio conductio. El propietario de la mercancía que había sido echada
[iactus] tiene la actio locati contra el trasportista, para obtener
indemnización por dicha mercancía perdida. El trasportista gozaba, a su vez,
de la actio conducti contra los propietarios de las mercaderías que se
salvaron, para que se reparta proporcionalmente el perjuicio.19 Es el
antecedente antiguo de lo que será el régimen de las “averías” en el Derecho
Marítimo moderno.
16
José Domingo Ray, Derecho de la Navegación. Buenos Aires: Abeledo-Perrot., 1992. Tomo I, p. 44.
Andrés Bello, Derecho Internacional I. Obras Completas de Andrés Bello, Tomo X. Ministerio de
Educación. Caracas, 1954. Pág. 133
18
Cfr. Paulus, libro secundo sententiarum, D.14.2.1: « Lege Rodia [Rhodia] cavetur, ut si levandae navis
gratia iactus mercium factus est, omnium contributione sarciatur quod pro omnibus datum est ».
19
Cfr. Paulus, libro 34 ad edictum, D.14.2.2.pr.: « Si laborante nave iactus factus est, amissarum mercium
domini, si merces vehendas locaverant, ex locato cum magistro navis agere debent: is deinde cum reliquis,
quorum merces salvae sunt, ex conducto, ut detrimentum pro portione communicetur, agere potest. Servius
quidem respondit ex locato agere cum magistro navis debere, ut ceterorum vectorum merces retineat, donec
portionem damni praestent. Immo etsi "non" retineat merces magister, ultro ex locato habiturus est
actionem cum vectoribus: quid enim si vectores sint, qui nullas sarcinas habeant? Plane commodius est, si
sint, retinere eas. At si non totam navem conduxerit, ex conducto aget, sicut vectores, qui loca in navem
conduxerunt: aequissimum enim est commune detrimentum fieri eorum, qui propter amissas res aliorum
consecuti sunt, ut merces suas salvas haberent ».
17
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
ii.
El contrato que podía celebrarse con un médico presenta sus dudas aunque
pueda asemejarse.20
iii.
Caso especial de la mezcla [aversio], como modalidad de carga, cuando la
nave transportaba granos, de tal modo que en la bodega quedaban
mezclados. El capitán de la nave se obligaba no sólo a transportarlos, sino a
entregar la cantidad convenida a cada uno de los destinatarios. En esta
variedad de locación de obra por trasporte, se entendía que no se regía por
las reglas de la simple copropiedad, como si se tratara de una simple
commixtio o confusio, ni tampoco por la del mutuo, sino como una forma
particular de transporte conductio navis per aversionem. Los propietarios
de la carga tenían una actio operis aversi para recuperar lo que les
correspondía. Como el Magister Navis era responsable por culpa en el
trasporte,21 era factible una declaración expresa de seguro del transportista
[receptum res salvas fore] en la se extiende su responsabilidad por la
custodia de las cosas. Procede también aquí una especial actio in factum,
distinta de la acción penal adversas nautas.
iv.
Una tarea especial que se traducía en obra concreta era la de los medidores
de terrenos referida por Paulo.22
20
Cfr. Ulpianus, libro 18 ad edictum, D.9.2.7.8: « Proculus ait, si medicus servum imperite secuerit, vel
ex locato vel ex lege Aquilia competere actionem »
21
Caso referido por Alfenus, libro quinto a Paulo epitomarum, D.19.2.31: « In navem Saufeii cum
complures frumentum confuderant, Saufeius uni ex his frumentum reddiderat de communi et navis perierat:
quaesitum est, an ceteri pro sua parte frumenti cum nauta agere possunt oneris aversi actione. Respondit
rerum locatarum duo genera esse, ut aut idem redderetur (sicuti cum vestimenta fulloni curanda
locarentur) aut eiusdem generis redderetur (veluti cum argentum pusulatum fabro daretur, ut vasa fierent,
aut aurum, ut anuli): ex superiore causa rem domini manere, ex posteriore in creditum iri. Idem iuris esse
in deposito: nam si quis pecuniam numeratam ita deposuisset, ut neque clusam neque obsignatam traderet,
sed adnumeraret, nihil alius eum debere apud quem deposita esset, nisi tantundem pecuniae solveret.
Secundum quae videri triticum factum Saufeii et recte datum. Quod si separatim tabulis aut Heronibus aut
in alia cupa clusum uniuscuiusque triticum fuisset, ita ut internosci posset quid cuiusque esset, non potuisse
nos permutationem facere, sed tum posse eum cuius fuisset triticum quod nauta solvisset vindicare. Et ideo
se improbare actiones oneris aversi: quia sive eius generis essent merces, quae nautae traderentur, ut
continuo eius fierent et mercator in creditum iret, non videretur onus esse aversum, quippe quod nautae
fuisset: sive eadem res, quae tradita esset, reddi deberet, furti esse actionem locatori et ideo supervacuum
esse iudicium oneris aversi. Sed si ita datum esset, ut in simili re solvi possit, conductorem culpam dumtaxat
debere (nam in re, quae utriusque causa contraheretur, culpam deberi) neque omnimodo culpam esse, quod
uni reddidisset ex frumento, quoniam alicui primum reddere eum necesse fuisset, tametsi meliorem eius
condicionem faceret quam ceterorum ».
22
Paulus, libro 23 ad edictum, D.10.1.4.1: « In iudicio finium regundorum etiam eius ratio fit quod interest.
Quid enim si quis aliquam utilitatem ex eo loco percepit, quem vicini esse appareat? Non inique damnatio
eo nomine fiet. Sed et si mensor ab altero solo conductus sit, condemnatio erit facienda eius, qui non
conduxit, in partem mercedis ».
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
14.3. LOCATIO CONDUCTIO OPERARUM (LOCACIÓN DE
SERVICIOS).
En este supuesto el locator arrienda sus servicios, generalmente relacionados con el
trabajo doméstico o en el campo, a cambio de una remuneración que debía pagar el
conductor. Es el caso de que una de las partes [locator] arrienda sus servicios o
trabajos a otra [conductor] que se obliga a pagarle un precio por ellos. Esta
variedad, que no está especificada como figura independiente en los textos romanos,
sino como uno de los supuestos de [locatio conductio], no tuvo en Roma el
desarrollo que tiene en los tiempos modernos la relación laboral. Lo que ocurre es
que en la sociedad romana, la mano de obra, cuando no era personal, estaba
ampliamente cubierta por los esclavos y los libertos, en este último caso con las
operae debidas al patrono. El trabajo de hombres libres pagados por otro resultaba
bastante limitado.
14.4. OBLIGACIONES DEL LOCADOR (ARRENDADOR).
i.
ii.
23
Debe entregar la tenencia de la cosa arrendada al locatario para que este
pueda usarla y disfrutarla. Su obligación principal se resume en la expresión
prestar al locatario el disfrute lícito.23
La cosa debe entregarse en condiciones que pueda ser utilizada teniendo en
cuenta las características de ella. Por ello, el locator responde por los vicios
que pueda tener la cosa, incluyendo los jurídicos, pero debo aclarar que la
responsabilidad del locator, en la época clásica, sólo se da por razón de los
Es la expresión praestare conductori frui licere utilizada por Ulpiano en su libro sobre el edicto. Ulpianus
libro 32 ad edictum, D.19.2.9: « pr. Si quis domum bona fide emptam vel fundum locaverit mihi isque sit
evictus sine dolo malo culpaque eius, Pomponius ait nihilo minus eum teneri ex conducto ei qui conduxit,
ut ei praestetur frui quod conduxit licere. Plane si dominus non patitur et locator paratus sit aliam
habitationem non minus commodam praestare, aequissimum esse ait absolvi locatorem. 1. Hic subiungi
potest, quod Marcellus libro sexto digestorum scripsit: si fructuarius locaverit fundum in quinquennium et
decesserit, heredem eius non teneri, ut frui praestet, non magis quam insula exusta teneretur locator
conductori. Sed an ex locato teneatur conductor, ut pro rata temporis quo fruitus est pensionem praestet,
Marcellus quaerit, quemadmodum praestaret, si fructuarii servi operas conduxisset vel habitationem? Et
magis admittit teneri eum: et est aequissimum. Idem quaerit, si sumptus fecit in fundum quasi quinquennio
fruiturus, an recipiat? Et ait non recepturum, quia hoc evenire posse prospicere debuit. Quid tamen si non
quasi fructuarius ei locavit, sed si quasi fundi dominus? Videlicet tenebitur: decepit enim conductorem: et
ita imperator Antoninus cum divo Severo rescripsit. In exustis quoque aedibus eius temporis, quo
aedificium stetit, mercedem praestandam rescripserunt. 2. Iulianus libro quinto decimo digestorum dicit,
si quis fundum locaverit, ut etiam si quid vi maiori accidisset, hoc ei praestaretur, pacto standum esse. 3.
Si colonis praediorum lege locationis, ut innocentem ignem habeant, denuntiatum sit, si quidem fortuitus
casus incendii causam intulerit, non praestabit periculum locator: si vero culpa locatoris, quam praestare
necesse est, damnum fecerit, tenebitur. 4. Imperator Antoninus cum patre, cum grex esset abactus quem
quis conduxerat, ita rescripsit: "si capras latrones citra tuam fraudem abegisse probari potest iudicio
locati, casum praestare non cogeris atque temporis quod insecutum est mercedes ut indebitas reciperabis".
5. Celsus etiam imperitiam culpae adnumerandam libro octavo digestorum scripsit: si quis vitulos
pascendos vel sarciendum quid poliendumve conduxit, culpam eum praestare debere et quod imperitia
peccavit, culpam esse: quippe ut artifex, inquit, conduxit. 6. Si alienam domum mihi locaveris eaque mihi
legata vel donata sit, non teneri me tibi ex locato ob pensionem: sed de tempore praeterito videamus, si
quid ante legati diem pensionis debetur: et puto solvendum ».
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
vicios o defectos que le son conocidos. Después, en el derecho justinianeo, se
incluyen los vicios que él ignora.24
iii.
El locator debe hacer las reparaciones necesarias de la cosa25 y, en caso de
gasto directo, reembolsar al conductor los gastos necesarios y útiles que haya
hecho en la misma.26 Además, son de su cuenta las consecuencias económicas
ante la imposibilidad del uso y disfrute, sea por culpa o por fuerza mayor. Es
el principio periculum est locatoris que refiere Gayo.27 La culpa del locator
que ocasione imposibilidad del uso o disfrute se toma en el sentido amplio
que incluye cualquier negligencia; e implica la obligación de indemnizar
todos los daños y perjuicios [pleno id quod interest]. En tales casos, el
conductor no está obligado al pago del alquiler pero debe entregar la cosa en
el estado que esté.
14.5. OBLIGACIONES DEL LOCATARIO
i.
24
La principal obligación del locatario es pagar el alquiler por la cosa
arrendada. El precio [merces] normalmente debía consistir en dinero, pero
ya los juristas clásicos admitieron que en el caso de arrendamientos rústicos,
el alquiler [pensio] podía consistir en una parte de los frutos [colonia
partiaria]. Esta situación crea tremendas complicación ante la vigencia del
contrato de enfiteusis. Un punto de interés, en cuanto a la intervención del
Estado en la formación de los contratos en función del interés social, deriva
de los rescriptos imperiales [remissio mercedis]; instrumentos que obligan
al locator al ajuste de los alquileres en arrendamientos de fincas rústicas, en
los años de mala cosecha, con la posibilidad de reintegro cuando mejorara la
situación.28
Ulpianus, libro 32 ad edictum, D.19.2.19.1: « Si quis dolia vitiosa ignarus locaverit, deinde vinum
effluxerit, tenebitur in id quod interest nec ignorantia eius erit excusata: et ita Cassius scripsit. Aliter atque
si saltum pascuum locasti, in quo herba mala nascebatur: hic enim si pecora vel demortua sunt vel etiam
deteriora facta, quod interest praestabitur, si scisti, si ignorasti, pensionem non petes, et ita Servio Labeoni
Sabino placuit ».
25
Ulpianus, libro 32 ad edictum, D.19.2.15.1: « Competit autem ex his causis fere: ut puta si re quam
conduxit frui ei non liceat (forte quia possessio ei aut totius agri aut partis non praestatur, aut villa non
reficitur vel stabulum vel ubi greges eius stare oporteat) vel si quid in lege conductionis convenit, si hoc
non praestatur, ex conducto agetur »; y Gaius libro decimo ad edictum provinciale, D.9.2.25.2. « Si vicino
aedificante obscurentur lumina cenaculi, teneri locatorem inquilino: certe quin liceat colono vel inquilino
relinquere conductionem, nulla dubitatio est. De mercedibus quoque si cum eo agatur, repudiationis ratio
habenda est. Eadem intellegemus, si Ostia fenestrasve nimium corruptas locator non restituat ».
26
Paulus, libro secundo sententiarum, D.19.2.55.1: « In conducto fundo si conductor sua opera aliquid
necessario vel utiliter auxerit vel aedificaverit vel instituerit, cum id non convenisset, ad recipienda ea quae
impendit ex conducto cum domino fundi experiri potest ».
27
Gaius, libro decimo ad edictum provinciale, D.9.2.25.6. « Vis maior, quam Graeci veou bian appellant,
non debet conductori damnosa esse, si plus, quam tolerabile est, laesi fuerint fructus: alioquin modicum
damnum aequo animo ferre debet colonus, cui immodicum lucrum non aufertur. Apparet autem de eo nos
colono dicere, qui ad pecuniam numeratam conduxit: alioquin partiarius colonus quasi societatis iure et
damnum et lucrum cum domino fundi partitur ».
28
Cfr. Ulpianus, libro 32 ad edictum, D.19.2.15: « 4. Papinianus libro quarto responsorum ait, si uno
anno remissionem quis colono dederit ob sterilitatem, deinde sequentibus annis contigit uberitas, nihil
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
ii.
El locatario debe usar la cosa conforme al modo inherente a su naturaleza y
a su propio destino, según lo convenido en el contrato y siguiendo las reglas
de la bona fídes [ex bono et aequo]. Responde por dolo y culpa, además por
custodia [diligentia in custodiendo] y, de acuerdo con el texto in comento,
como el más diligente paterfamilias por lo que responde inclusive por el
furtum de la cosa arrendada.29
iii.
Al término del contrato el arrendatario está obligado a devolver la cosa
locada y se asimila la negativa de restitución a la invasión de la posesión
ajena.30 Si se trata de un esclavo o de una cosa mueble, el locator tendrá la
actio ex locato, para obtener la devolución del bien, respondiendo el
conductor de acuerdo con la estimación de la actio.31 Pero el régimen de la
devolución dependía de la fijación o no del término ya, en la época clásica, el
conductor estaba obligado a pagar la totalidad de la merced si entrega
anticipadamente sin justa causa; pero, en el tiempo de Justiniano, la
responsabilidad del conductor estaba en función del daño causado. Inclusive,
existieron regulaciones especiales que permitían la rescisión unilateral, en el
primer año, en determinada coyuntura económica.32
14.6. TERMINACIÓN ANTICIPADA
Si no se fijaba un término, puede cesar el arrendamiento por decisión del arrendador
obesse domino remissionem, sed integram pensionem etiam eius anni quo remisit exigendam. Hoc idem et
in vectigalis damno respondit. Sed et si verbo donationis dominus ob sterilitatem anni remiserit, idem erit
dicendum, quasi non sit donatio, sed transactio. Quid tamen, si novissimus erat annus sterilis, in quo ei
remiserit? Verius dicetur et si superiores uberes fuerunt et scit locator, non debere eum ad computationem
vocari. 5. Cum quidam de fructuum exiguitate quereretur, non esse rationem eius habendam rescripto divi
Antonini continetur. Item alio rescripto ita continetur: "novam rem desideras, ut propter vetustatem
vinearum remissio tibi detur »; igualmente, en el Codex 4.65.8: « Imperator Alexander Severus . Licet
certis annuis quantitatibus fundum conduxeris, si tamen expressum non est in locatione aut mos regionis
postulat, ut, si qua labe tempestatis vel alio caeli vitio damna accidissent, ad onus tuum pertinerent, et quae
evenerunt sterilitates ubertate aliorum annorum repensatae non probabuntur, rationem tui iuxta bonam
fidem haberi recte postulabis, eamque formam qui ex appellatione cognoscet sequetur. * ALEX. A.
SABINIANO HYGINO. *<A 231 PP. K. AUG. POMPEIANO ET PELIGNO CONSS.> ».
29
La responsabilidad del arrendatario no se manifiesta sí la cosa se hubiera deteriorado o destruido aun
cuando aun cuando actuara con exacta diligencia, en C.4.65.28: « Imperatores Diocletianus, Maximianus .
In iudicio tam locati quam conducti dolum et custodiam, non etiam casum, cui resisti non potest, venire
constat. * DIOCL. ET MAXIM. AA. ET CC. TUSCIANO NEONI. *<A 294 D. XV K. OCT. CC. CONSS.>
».
30
Codex 8.4.10: « Imperator Zeno. Non ab re est, quemadmodum possessionis alienae invasores tam vetus
quam praesens sacra constitutio censuit puniendos, nec conductoribus et possessionis alienae detentoribus
impune procedere, si locatoribus forte vel possessionem rerum suarum, quam apud alios precario modo
esse concesserant, recuperare secundum leges volentibus, cum nulla sibimet cognita legibus adlegatio
competeret, duxerint resistendum, et non protinus, id est non expectato iudiciorum ordine, alienam
possessionem recte eam recuperantibus cedere patiantur ».
31
Marcellus, libro octavo digestorum, D.19.2.48.pr. « Si cui locaverim faciendum quod ego conduxeram,
constabit habere me ex locato actionem »; y D.19.2.48.1: « Qui servum conductum vel aliam rem non
immobilem non restituit, quanti in litem iuratum fuerit damnabitur ».
32
Un ejemplo fue una constitución de Zenón, referida en el Codex 4, 65, 34.
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
o del arrendatario sin previo aviso. Mediando un término, aunque no se haya
cumplido, el locator puede expellere al conductor en tres casos específicos:
i.
Alquileres insolutos por dos años.33
ii.
La cosa objeto del contrato sufre deterioro por el uso excesivo y abusivo.34
iii.
La necesidad comprobada del locator de habitar la casa o reformarla
[corrigere domum].35
El conductor también tiene la posibilidad de migrare y negarse a continuar el
arrendamiento:
i.
33
Retardo del arrendador en la entrega de la cosa arrendada.36
Paulus, libro quinto responsorum, D.19.2.54: « pr. Quaero, an fideiussor conductionis etiam in usuras
non illatarum pensionem nomine teneatur nec prosint ei constitutiones, quibus cavetur eos, qui pro aliis
pecuniam exsolvunt, sortis solummodo damnum agnoscere oportere. Paulus respondit, si in omnem causam
conductionis etiam fideiussor se obligavit, eum quoque exemplo coloni tardius illatarum per moram coloni
pensionum praestare debere usuras: usurae enim in bonae fidei iudiciis etsi non tam ex obligatione
proficiscantur quam ex officio iudicis applicentur, tamen, cum fideiussor in omnem causam se applicuit,
aequum videtur ipsum quoque agnoscere onus usurarum, ac si ita fideiussisset: "in quantum illum
condemnari ex bona fide oportebit, tantum fide tua esse iubes?" vel ita: "indemnem me praestabis?" 1.
Inter locatorem fundi et conductorem convenit, ne intra tempora locationis Seius conductor de fundo invitus
repelleretur et, si pulsatus esset, poenam decem praestet Titius locator Seio conductori: vel Seius conductor
Titio, si intra tempora locationis discedere vellet, aeque decem Titio locatori praestare vellet: quod invicem
de se stipulati sunt. Quaero, cum Seius conductor biennii continui pensionem non solveret, an sine metu
poenae expelli possit. Paulus respondit, quamvis nihil expressum sit in stipulatione poenali de solutione
pensionum, tamen verisimile esse ita convenisse de non expellendo colono intra tempora praefinita, si
pensionibus paruerit et ut oportet coleret: et ideo, si poenam petere coeperit is qui pensionibus satis non
fecit, profuturam locatori doli exceptionem. 2. Paulus respondit servum, qui aestimatus colonae adscriptus
est, ad periculum colonae pertinebit et ideo aestimationem huius defuncti ab herede colonae praestari
oportere »
34
En el Codex 4.65.3: « Imperator Antoninus . Diaetae, quam te conductam habere dicis, si pensionem
domino insulae solvis, invitum te expelli non oportet, nisi propriis usibus dominus esse necessariam eam
probaverit aut corrigere domum maluerit aut tu male in re locata versatus es. * ANT. A. FLAVIO
CALLIMORPHO. *<A 214 PP. VIII ID. IAN. MESSALA ET SABINO CONSS.> »; también, Gaius libro
decimo ad edictum provinciale, D.19.2.25.3: « Conductor omnia secundum legem conductionis facere
debet. Et ante omnia colonus curare debet, ut opera rustica suo quoque tempore faciat, ne intempestiva
cultura deteriorem fundum faceret. Praeterea villarum curam agere debet, ut eas incorruptas habeat ».
35
Esta posibilidad es en los tiempos de Justiniano, tal como se verifica en el Codex 4.65.3, ya citado.
36
Paulus, libro 34 ad edictum, D. 19.24.4: « Colonus, si ei frui non liceat, totius quinquennii nomine statim
recte aget, etsi reliquis annis dominus fundi frui patiatur: nec enim semper liberabitur dominus eo quod
secundo vel tertio anno patietur fundo frui. Nam et qui expulsus a conductione in aliam se coloniam
contulit, non suffecturus duabus neque ipse pensionum nomine obligatus erit et quantum per singulos annos
compendii facturus erat, consequetur: sera est enim patientia fruendi, quae offertur eo tempore, quo frui
colonus aliis rebus illigatus non potest. Quod si paucis diebus prohibuit, deinde paenitentiam agit
omniaque colono in integro sunt, nihil ex obligatione paucorum dierum mora minuet. Item utiliter ex
conducto agit is, cui secundum conventionem non praestantur quae convenerant, sive prohibeatur frui a
domino vel ab extraneo quem dominus prohibere potest ».
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
ii.
Defectos de la cosa arrendada que impide su uso, lo limita o dificulta.37
iii.
Temor fundado por un peligro sobrevenido si se continúa con el uso de la
cosa arrendada.38
37
Gaius, libro decimo ad edictum provinciale, D.19.2.25.2: « Si vicino aedificante obscurentur lumina
cenaculi, teneri locatorem inquilino: certe quin liceat colono vel inquilino relinquere conductionem, nulla
dubitatio est. De mercedibus quoque si cum eo agatur, repudiationis ratio habenda est. Eadem
intellegemus, si Ostia fenestrasve nimium corruptas locator non restituat ».
38
Ulpianus libro 32 ad edictum, D.19.2.13.7: « Exercitu veniente migravit conductor, dein de hospitio
milites fenestras et cetera sustulerunt. Si domino non denuntiavit et migravit, ex locato tenebitur: Labeo
autem, si resistere potuit et non resistit, teneri ait, quae sententia vera est. Sed et si denuntiare non potuit,
non puto eum teneri ».
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
LIBRO III
- 15 TITULO XXV:
DE LA SOCIEDAD
DE SOCIETATE.
Se forma ordinariamente una
sociedad, ya de todos los bienes,
llamada especialmente por los
griegos xσιvoπpαsιαv, ya para una
negociación determinada como, por
ejemplo, para comprar y vender
esclavos, aceite, vino o trigo.
Societatem coire solemus aut totorum
bonorum, quam Graeci specialiter
χοιυοπραξἰαυ, appellant, aut unius
alicuius
negotiationis,
veluti
mancipiorum
emendorum
vendendorumque, aut olei, vini,
frumenti emendi vendendique.
1. Si la convención no ha fijado las
partes de los asociados en las
ganancias y en las pérdidas, estas
partes serán iguales. Si se han fijado,
habrá que atenerse a lo fijado. Nunca,
en efecto, se ha dudado de la validez
de esta convención, que de dos
asociados, el uno tenga las dos
terceras partes de ganancias y
pérdidas, y el otro sólo una tercera.
1. Et quidem si nihil de partibus lucri
et damni nominatim convenerit,
aequales scilicet partes et in lucro et
in
damno
spectantur.
Quodsi
expressae fuerint partes, hae servari
debent: nec enim umquam dubium
fuit, quin valeat conventio, si duo
inter se pacti sunt ut ad unum quidem
duae partes et damni et lucri
pertineant, ad aliam tertia.
2. Pero se ha promovido cuestión
acerca de la convención siguiente:
Habiendo convenido Ticio y Seyo, que
al primero corresponderían los dos
tercios de la ganancia y el tercio de la
pérdida, y a Seyo los dos tercios de la
pérdida y el tercio de la ganancia,
¿esta convención deberá sostenerse?
Quinto Murcio la consideraba como
contraria a la naturaleza de la
sociedad; y, por consiguiente, como
incapaz de sostenerse. Servio
Sulpicio, cuya opinión ha prevalecido,
juzgaba
lo
contrario:
porque
frecuentemente la industria de
ciertos socios es de tal modo
estimable para la sociedad, que es
2. De illa sane conventione quaesitum
est, si Titius et Seius inter se pacti
sunt, ut ad Titium lucri duae partes
pertineant, damni tertia, ad Seium
duae partes damni, lucri tertia, an
rata debet haberi conventio? Quintus
Mucius contra naturam societatis
talem pactionem esse existimavit et
ob id non esse ratam habendam.
Servius Sulpicius, cuius sententia
praevaluit, contra sentit, quia saepe
quorundam ita pretiosa est opera in
societate, ut eos iustum sit meliore
condicione in societatem admitti:
nam et ita coiri posse societatem non
dubitatur, ut alter pecuniam conferat,
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
justo admitirlos bajo mejores
condiciones. En efecto, no se duda que
pueda formarse una sociedad de tal
manera que el uno ponga en ella
dinero sin que el otro lo ponga. Y que,
sin embargo, sea común entre ellos la
ganancia: porque frecuentemente la
industria de un hombre equivale al
dinero. De esta manera, la opinión
contraria a la de Quinto Murcio ha
prevalecido de tal modo, que aun es
constante que se pueda convenir en
que uno de los socios tenga parte en el
beneficio sin tenerla en la pérdida.
Esto debe entenderse, sin embargo,
en el sentido de que si ha habido
beneficio en algún negocio y pérdida
en otro, se haga compensación, y el
residuo sólo se contara como
beneficio.
3. Es evidente que si la convención no
ha expresado más que la parte en un
solo sentido, por ejemplo, en la
ganancia o en la pérdida sólo, la
parte, en el sentido que se omite, es la
misma.
4. La sociedad dura en tanto que los
socios perseveren en el mismo
acuerdo; pero desde que uno de ellos
renuncia la sociedad, esta se disuelve.
Sin embargo, si ha hecho esta
renuncia
de
mala
fe,
para
aprovecharse él solo de un beneficio
que se le presenta, por ejemplo, si
asociado en todos los bienes renuncia
la sociedad para aprovecharse él solo
del beneficio de una herencia que se le
haya dejado, será obligado a hacer
común dicho beneficio. Pero si le
sucede que obtenga alguna otra
ganancia que no se haya propuesto
en su renuncia, él sólo se aprovechará
de ella. En cuanto a aquel que ha
renunciado todo lo que con
alter non conferat et tamen lucrum
inter eos commune sit, quia saepe
opera alicuius pro pecunia valet. Et
adeo contra Quinti Mucii sententiam
obtinuit, ut illud quoque constiterit,
posse convenire, ut quis lucri partem
ferat, damno non teneatur, quod et
ipsum Servius convenienter sibi
existimavit: quod tamen ita intellegi
oportet, ut, si in aliqua re lucrum, in
aliqua
damnum
allatum
sit,
compensatione facta, solum quod
superest intellegatur lucri esse.
3. Illud expeditum est, si in una causa
pars fuerit expressa, veluti in solo
lucro vel in solo damno, in altera vero
omissa: in eo quoque quod
praetermissum est eandem partem
servari.
4. Manet autem societas eo usque,
donec
in
eodem
consensu
perseveraverint:
at cum aliquis
renuntiaverit
societati,
solvitur
societas. Sed plane si quis callide in
hoc renuntiaverit societati ut
obveniens aliquod lucrum solus
habeat, veluti si totorum bonorum
socius, cum ab aliquo heres esset
relictus, in hoc renuntiaverit societati
ut hereditatem solus lucrifaceret,
cogitur hoc lucrum communicare: si
quid vero aliud lucri faceret quod non
captaverit, ad ipsum solum pertinet:
ei vero cui renuntiatum est, quidquid
omnino post renuntiatam societatem
adquiritur, soli conceditur.
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
posterioridad adquiera, él solo lo 5. Solvitur adhuc societas etiam
adquiere.
morte socii, quia qui societatem
contrahit certam personam sibi
5. La sociedad se disuelve también elegit. Sed et si consensu plurium
por la muerte de un socio, porque el societas coita sit, morte unius socii
que forma una sociedad sólo se liga solvitur etsi plures supersint, nisi si in
con persona de su elección. Y si hay coeunda societate aliter convenerit.
más de dos socios, la muerte de uno
solo disuelve la sociedad, aunque
muchos sobrevivan; a menos que en el 6. Item si alicuius rei contracta
contrato no se convenga en lo societas sit et finis negotio impositus
contrario.
est, finitur societas.
6. Si la sociedad ha sido formada para 7. Publicatione quoque distrahi
un solo negocio, el término de ese societatem manifestum est, scilicet si
negocio pone fin a la sociedad.
universa bona socii publicentur: nam
cum in eius locum alius succedit, pro
7. Es evidente que la sociedad se mortuo habetur.
disuelve también por la confiscación:
bien entendido que sea la que
comprende la universalidad de los
bienes de un socio. Porque este socio, 8. Item si quis ex sociis mole debiti
reemplazado por un sucesor, se praegravatus bonis suis cesserit et
reputa muerto.
ideo propter publica aut propter
privata debita substantia eius veneat,
8. Del mismo modo, si uno de los solvitur societas. Sed hoc casu si
socios, abrumado con el peso de- sus adhuc consentiant in societatem,
deudas, hace cesión de bienes, y que, nova videtur incipere societas.
por consiguiente, sea vendido su
caudal para satisfacer las deudas
públicas o privadas, si las mismas
personas se conforman en continuar 9. Socius socio utrum eo nomine
en sociedad, principia una nueva tantum teneatur pro socio actione, si
sociedad.
quid dolo commiserit, sicut is qui
deponi apud se passus est, an etiam
culpae, id est desidiae atque
9. ¿Él socio está obligado a su neglegentiae nomine, quaesitum est:
consocio, por la acción pro socio, a praevaluit tamen, etiam culpae
responder del dolo solamente como el nomine teneri eum. Culpa autem non
depositario, o aun de la culpa, es ad
exactissimam
diligentiam
decir, de su incuria y negligencia? dirigenda est: sufficit enim talem
Esto se ha dudado. Sin embargo, ha diligentiam in communibus rebus
prevalecido que estará obligado aún adhibere socium, qualem suis rebus
por su culpa. Pero esta culpa no debe adhibere solet. Nam qui parum
medirse por la diligencia más exacta. diligentem socium sibi adsumit, de se
Basta, en efecto, que el socio ponga en queri, hoc est suae id imprudentiae
las cosas de la sociedad todo el imputare, debet.
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
cuidado que habitualmente pone en
sus propios negocios. Porque el que
ha admitido un socio poco diligente, a
él sólo debe culparse.
15.0. ORIGEN DEL CONTRATO DE SOCIEDAD
En los primeros tiempos de un derecho en formación el término societas implicó
una asociación, unión o comunidad para desarrollar un propósito común.39 Y el
origen fue el más natural ya que estuvo vinculado a la desaparición física del pater
familias y la necesidad de ordenar los bienes indivisos entre los herederos. Gayo
(Inst., 3.154ª) refiere esta situación: « Pero hay otra [sociedad] que es propia de los
ciudadanos romanos. En efecto, antiguamente, cuando moría el padre de familia,
había entre sus herederos una cierta sociedad, legitima y natural a la vez, que se
llamaba ercto non cito, o sea, de propiedad sin división, pues erctum es la propiedad,
y de ahí crus, el propietario, y ciere es dividir, de donde decimos caedere por cortar (y
dividir) ».40 Y no estaba limitada a los romanos esa tendencia a la vida en común bajo
el poder de un patriarca y el interés de preservar la riqueza inmobiliaria.
Resulta de toda lógica que esta forma de sociedad que expresa un compromiso de
compartir la misma suerte [consortio] se extendiera más allá del ámbito familiar y
fuera asumida por aquellos que actuaban como si fueran hermanos [ad exemplum
fratrum suorum] a través de una legis actio: « Cuando otras personas querían estar
en esta clase de sociedad, podían conseguirlo ante el pretor mediante cierta acción de
la ley. Era peculiar de esta sociedad de hermanos, o de otras personas que a imitación
de los hermanos la constituían, el que al manumitir uno de los socios al esclavo común,
lo hacía libre desde luego y liberto de todos los socios; así también, cuando uno vendía
por mancipación una cosa de la comunidad la hacía de la propiedad de quien recibía
» (Gayo: Inst. 3.154b).41 Lo que implica que nacen de la voluntad de los socios y no
39
Lo que deriva de una especie de vocación para unir diferentes destinos a una suerte común; de ahí, la
palabra consortium. Cicerón, Leg. 1, 10, 28: « natos esse ad societatem communitatemque generis humani
».
40
«154a. Est autem aliud genus societatis proprium ciuium Romanorum. olim enim mortuo patre familias
inter suos heredes quaedam erat legitima simul et naturalis societas quae appellabatur ercto non cito, id
est dominio non diuiso: erctum enim dominium est, unde erus dominus dicitur: ciere autem diuidere est:
unde caedere et secare [et diuidere] dicimus ». No es unívoco el sentido de la expresión ercto non cito.
Surgen diversos significados en los pocos textos que la mencionan: Inst. 4, 6, 20; D. 10, 2, 1 pr.; Gai: Inst.
2, 219 y 3, 154 a; Cicerón, De orat., 1, 56, 237; S. Isidoro, Etim., 5, 25, 9; Festo, De verb. sign. 72 o
Servio, Aen. 8, 642.
41
«154b. Alii quoque qui uolebant eandem habere societatem, poterant id consequi apud praetorem certa
legis actione. in hac autem societate fratrum ceterorumue, qui ad exemplum fratrum suorum societatem
coierint, illud proprium erat, [unus] quod uel unus ex sociis communem seruum manumittendo liberum
faciebat et omnibus libertum adquirebat: item unus rem communem mancipando eius faciebat, qui
mancipio accipiebat ». Aunque no aparece mencionado expresamente en el texto de Gayo, el acto de
constitución ante el pretor pudo ser la legis actio sacramento in rem dada su naturaleza de actio generalis
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
de una obligación legal de permanecer en tal estado.
15.1. CARACTERISTICAS
La sociedad evoluciona como contrato consensual de una forma particular y con
especial connotación por no presentarse la reciprocidad de forma similar a la
emptio-vendictio o la locatio-condictio. Esta peculiaridad se manifestará en la
acción que de ella puede nacer, ya que dos o más personas [socii] se unen, para
aportar la totalidad de sus bienes o sólo una parte de ellos con el fin lícito de cumplir
un objetivo económico común que implica el disfrute de las ganancias y la
repartición de las cargas y gastos que se ocasionen.
Las obligaciones que derivan del contrato están regidas por la buena fe y lo natural
es que la admisión de nuevos socios requería el consentimiento unánime de los
demás; de ahí el célebre aforismo de Ulpiano: No es mi socio el socio de mi socio
[Ulpianus libro 31 ad edictum; D. 17.2.20: Nam socii mei socius meus socius non
est].
15.2. ELEMENTOS DEL CONTRATO
A. Aportes de los socios: Lo que se refleja en la afectación universal de bienes,
la disposición de uno o varios bienes determinados, el propio trabajo,
actividad o industria; además, pueden ser aportes diferenciados.42 De ese
aporte surge el derecho a disfrutar de las ventajas y ganancias de la sociedad
de manera que uno de los socios no se arrogue todos los beneficios o alguno
quede excluido por cuanto es justo que el que participa del lucro lo haga
también de las pérdidas.43 Ahora bien, los mecanismos de cumplimiento de
esta obligación variaran de acuerdo con el aporte a realizar. Si el mismo
consiste en la disposición de un bien en propiedad, el aporte se ejecutará
referida a la reivindicación de derechos reales.
42
Ha prevalecido que puede constituirse una sociedad en la que un socio aporte capital y el otro socio
trabajo. C 4.37.1: « Societatem uno pecuniam conferente alio operam posse contrahi magis obtinuit ».
43
Es del género más injusto la sociedad en la que un socio soporta las pérdidas y no comparte los beneficios,
Ulpianus 30 ad Sab., D. 17.2.29.2;.: « Iniquissimunn genus societatis est, ex qua quis damnum, non etiam
lucrum spectet ». Girard, ∫ 613., refiere el origen del término cláusula leonina como proveniente de las
famosas fábulas de Esopo sobre el León que se asoció con el asno para cazar animales salvajes. El león
utilizaba su fuerza y el asno las coces de su píes. Una vez que acumularon cierto número de piezas, el león
las dividió en tres partes y le dijo al asno: -- La primera me pertenece por ser el rey; la segunda también es
mía por ser tu socio, y sobre la tercera, mejor te vas largando si no quieres que te vaya como a las presas.
La otra fabula es del león, la zorra y el asno que también se asociaron para ir de caza. Cuando ya tuvieron
bastante, dijo el león al asno que repartiera entre los tres el botín. Hizo el asno tres partes iguales y le pidió
al león que escogiera la suya. Indignado por haber hecho las tres partes iguales, saltó sobre él y lo devoró.
Entonces pidió a la zorra que fuera ella quien repartiera. La zorra hizo un montón de casi todo, dejando en
el otro grupo sólo unas piltrafas. Llamó al león para que escogiera de nuevo. Al ver aquello, le preguntó el
león que quien le había enseñado a repartir tan bien. - ¡Pues el asno, señor! Cfr. Phèdre 1, 45.
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
mediante los mecanismos ordinarios de enajenación de acuerdo al momento
histórico en que se realice [Mancipatio o traditio, en la época clásica;
Traditio, en los tiempos de Justiniano].
B. Otro elemento es la cuota que representa la participación de los socios en las
ganancias y es el criterio definidor de las cargas y gastos por los que debe
responder.44
C. El objetivo lícito común que se traduce en un interés individual legítimo de
cada socio que deriva de su participación.45
D. La intención de formar una sociedad que Ulpiano define como ius
fraternitatis46 lo que generó la expresión justinianea de affectio
societatis.47
15.3. CLASIFICACIÓN DE LAS SOCIEDADES
Mientras que Gayo (Inst., III.148) concreta la clasificación en dos categorías: « El
contrato de sociedad puede ser o de todos los bienes o para un negocio determinado,
por ejemplo, para compra o venta de esclavos »; Ulpiano (libro 31 ad edictum)
refiere los tipos de sociedad que serán recogidas en la Codificación Justinianea (D.
17.2.5 pr.) en la mención: Societates contrahuntur sive universorum bonorum
[sociedad universal de bienes], sive negotiationis alicuius [sociedad para negocios
de una misma naturaleza], sive vectigalis [sociedad para la concesión impositiva] y
sive etiam rei unius [sociedad por un solo negocio].
15.4. SOCIETAS OMNIUM BONORUM
Se caracteriza porque todos y cada uno de los socios aportan en común todo su
44
De la misma manera que el lucro, también deben ser comunes las pérdidas que no se producen por culpa
de un socio. Ulpianus, 31 ad ed., D. 17.2.52.4; « Sicuti lucrum, ita damnum quoque commune ese oportet,
quod non culpa socii contingit ».
45
De manera que carecen de validez la sociedad o el mandato cuyo fin es ignominioso: Gaius, 10 ad ed.
Prov., D. 18.1.35.2: « Societas aut mandatum flagitiosae rei ullas vires habet »; y es nula la sociedad para
la comisión de un delito, tal como se constata en D. 27.3.1.14; Ulp. 36 ad ed. = D. 17.2.57; Ulp. 30 aded.:
« Maleficiorum societas nulla est ».
46
Ulpianus, libro 31 ad edictum, D. 17.2.63.pr.: « Verum est quod Sabino videtur, etiamsi non
universorum bonorum socii sunt, sed unius rei, attamen in id quod facere possunt quodve dolo malo fecerint
quo minus possint, condemnari oportere. Hoc enim summam rationem habet, cum societas ius
quodammodo fraternitatis in se habeat ».
47
Ulpianus, libro 30 ad Sabinum, D. 17.2.31: « Ut sit pro socio actio, societatem intercedere oportet: nec
enim sufficit rem esse communem, nisi societas intercedit. Communiter autem res agi potest etiam citra
societatem, ut puta cum non affectione societatis incidimus in communionem, ut evenit in re duobus legata,
item si a duobus simul empta res sit, aut si hereditas vel donatio communiter nobis obvenit, aut si a duobus
separatim emimus partes eorum non socii future ».
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
patrimonio, tanto los bienes actuales como los futuros. De este modo, los socios
afectan todos los bienes y deudas conformándose un consortium.48 La actio pro
socio tenía para el vencido la tacha de infamia por estar implicada la fides, tal como
resalta Gayo:
182. En determinados juicios el condenado es tachado de ignominia: en el juicio
de hurto, en el de bienes arrebatados violentamente y en el de injurias; también
en el de sociedad, de fiducia, de tutela, de mandato y de depósito. Pero en el de
hurto, en el de bienes arrebatados violentamente y en el de injurias, no sólo se
tacha de ignominia a los condenados en la sentencia, sino también a los
demandados que hacen transacción según está escrito en el edicto del pretor.
Esto es justo porque no es lo mismo ser deudor a causa de un contrato que a
causa de un delito. Sin embargo, en ninguna parte del edicto se dice
expresamente cuando recae sobre alguien una nota de ignominia; pero se
entiende que está tachado de ignominia el que tiene prohibido actuar como
abogado, al nombrar representante procesal solemne o procurador, o intervenir
en el juicio con estas funciones.49 «»
15.5. SOCIETAS UNIUS ALICUIUS NEGOTTI
Los socios realizan aportes patrimoniales de carácter parcial dirigidos a la
realización de negocios determinados. Ahora bien, por razones metodológicas,
trabajaré con varias categorías que resultaban de las actividades económicas en la
vida ordinaria, en esos tiempos. Las primeras formas asociativas surgen por el
convenio celebrado para prestar servicios en las propiedades agrícolas;
posteriormente, en la época del desarrollo urbano y la masificación del comercio,
surgieron las agrupaciones de prestamistas [argentarii] y de traficantes de esclavos
[venaliciarii]; además, quizás una de las más elaboradas, se desarrolló con la
consolidación de las provincias y el pago del tributo que fue privatizada, si cabe el
término, mediante una suerte de concesiones para la percepción de impuestos.50
48
Paulus, libro 32 ad edictum, D.17.2.1: « pr. Societas coiri potest vel in perpetuum, id est dum vivunt, vel
ad tempus vel ex tempore vel sub condicione. 1. In societate omnium bonorum omnes res quae coeuntium
sunt continuo communicantur ».
49
Gaius, Inst., IV.182: « Quibusdam iudiciis damnati ignominiosi fiunt, uelut furti, ui bonorum raptorum,
iniuriarum, item pro socio, fiduciae, tutelae, mandati, depositi. sed furti aut ui bonorum raptorum aut
iniuriarum non solum damnati notantur ignominia, sed etiam pacti, ut in edicto praetoris scriptum est; et
recte. plurimum enim interest, utrum ex delicto aliquis an ex contractu debitor sit. nec tamen ulla parte
edicti id ipsum nominatim exprimitur, ut aliquis ignominiosus sit, sed qui prohibetur et pro alio postulare
et cognitorem dare procuratoremue habere, item procuratorio aut cognitorio nomine iudicio interuenire,
ignominiosus esse dicitur ».
50
Este es el origen de las sociedades vediilia que agrupaban a los publicanos [publicani]. Al menos en la
época republicana, existen noticias sobre la subasta para el arriendo de los impuestos provinciales. Como
los publicanos garantizaban un ingreso al Estado contra los vectigalia futuros a cobrar, lo que implicaba un
enorme compromiso económico, se reunían para soportar proporcionalmente las sumas fijas a enterar al
aerarium. Como curiosidad histórica y teológica, el Nuevo Testamento describe como un publicano se
convirtió en discípulo de Jesús de Nazaret: « Al irse de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que
estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él se levantó y lo siguió.
Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
15.6. SOCIETAS UNIUS REI (SOCIEDAD POR UN SOLO
NEGOCIO).
Esta podría calificarse como un tipo especifico que deriva de la anterior por la
disponibilidad patrimonial limitada pero que está dirigida a un solo negocio. El socio
puede limitar su aporte al uso de determinados bienes en función del objeto a
cumplir por lo que no se hace imprescindible la transferencia de propiedad. El
Corpus Iuris Civilis trae algunos ejemplos de esta fórmula.51
15.7. SOCIETAS QUAESTUS (DE GANANCIAS Y
ADQUISICIONES):
Esta especie de sociedad parece surgir de la necesidad de los manumitidos de
conjugar esfuerzos para su supervivencia después de su liberación. Sin bienes
materiales de relevancia, solo contaban con su capacidad de trabajo por lo que
mancomunaban el esfuerzo y las ganancias.52
comer con él y sus discípulos. Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: “¿Por qué su Maestro come
con publicanos y pecadores?”. Jesús, que había oído, respondió: “No son los sanos los que tienen
necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no
sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores” (Mat 9, 9-13); también en
Mc 2, 13-17 y Lc 5. 27-32. Las referencias bíblicas a los publicanos siempre son negativas.
51
En el Codex (C.4.37.2) se refiere que en los tiempos de los Emperadores Diocletianus y Maximianus se
conocían sociedades para comprar un fundo y explotarlo, repartiéndose los beneficios: « Cum proponas te
praedium coniuncto dominio cum patruo tuo comparasse in possessionemque tam te quam ipsum inductum,
iuris ratio efficit, ut dominium fundi ad utrumque pertineat. Sane quia pretium a te solo numeratum et
sollemnibus pensitationibus cessante socio satisfactum esse dicis, iudicio societatis id quod eo nomine
praestari oportuerit consequeris ». Ulpiano, comentando un texto de Celsio (libro 31 ad edictum;
D.17.2.58 pr.), narra la asociación para constituir una cuadriga pr.: « Si id quod quis in societatem contulit
exstinctum sit, videndum, an pro socio agere possit. Tractatum ita est apud Celsum libro septimo
digestorum ad epistulam Cornelii Felicis: cum tres equos haberes et ego unum, societatem coimus, ut
accepto equo meo quadrigam venderes et ex pretio quartam mihi redderes. Si igitur ante venditionem equus
meus mortuus sit, non putare se Celsus ait societatem manere nec ex pretio equorum tuorum partem deberi:
non enim habendae quadrigae, sed vendendae coitam societatem. Ceterum si id actum dicatur, ut quadriga
fieret eaque communicaretur tuque in ea tres partes haberes, ego quartam, non dubie adhuc socii sumus ».
También refiere como una forma de sociedad el acuerdo de los vecinos que ponen en común una franja de
terreno para fijar límites a través de la construcción de un muro: « Item Mela scribit, si vicini semipedes
inter se contulerunt, ut ibi craticium parietem inter se aedificarent ad onera utriusque sustinenda, deinde
aedificato pariete alter in eum immitti non patiatur, pro socio agendum. Idemque et si aream in commune
emerint, ne luminibus suis officeretur, et alteri tradita sit nec praestet alteri quod convenit, pro socio
actionem esse ». Cfr. Ulp., D.17.2.52.13.
52
Así lo refiere Paulus, libro tertio epitomarum Alfeni digestorum, D. 17.2.71.pr. « Duo societatem
coierunt, ut grammaticam docerent et quod ex eo artificio quaestus fecissent, commune eorum esset: de ea
re quae voluerunt fieri in pacto convento societatis proscripserunt, deinde inter se his verbis stipulati sunt:
"Haec, quae supra scripta sunt, ea ita dari fieri neque adversus ea fieri? Si ea ita data facta non erunt, tum
viginti milia dari?" Quaesitum est, an, si quid contra factum esset, societatis actione agi posset. Respondet,
si quidem pacto convento inter eos de societate facto ita stipulati essent, "haec ita dari fieri spondes?",
futurum fuisse, ut, si novationis causa id fecissent, pro socio agi non possit, sed tota res in stipulationem
translata videretur. Sed quoniam non ita essent stipulati "ea ita dari fieri spondes?" sed "si ea ita facta non
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
Se configura de esta forma un esquema en el que los socios conservan su patrimonio
pero ponen en común todas las ganancias y adquisiciones que provengan de su
trabajo, o de su actividad negocial o industrial (Ulp., D. 17.2.7). 53 Es interesante
destacar que esta pudo ser un mecanismo residual ya que, si las partes nada
hubieran convenido o no surgiere de la naturaleza misma de la actividad, se
establecía una presunción de que su voluntad fue obligarse exclusivamente en las
adquisiciones y ganancias.54
15.8. DISTRIBUCIÓN DE LAS GANANCIAS Y DE LAS
PÉRDIDAS.
Una diferencia sustancial con la sociedad moderna es que la societas, en Roma, no
se constituye en persona jurídica y, en consecuencia, no puede calificarse ni
definirse un patrimonio societal. Esta es la causa fundamental de que se presente
una confusión con la comunidad de bienes. Tampoco puede hablarse de bienes o
deudas de la sociedad por lo que se hace fundamental el estudio de la regulación de
los mecanismos de distribución de las ganancias y pérdidas.
De manera que el objeto no es crear una persona moral distinta a la personalidad
individual de los socios que la conforman; esto, tomando en consideración que la
personalidad jurídica, como ficción, fue limitada a las societates publicanorum
dirigidas a los trabajos públicos y la recaudación de ingresos del Estado. Esta
afirmación sin prescindir de la existencia de interpretaciones en contrario que se
basan en un texto de Florentino.55
El principio general es el equilibrio en la distribución; tal como lo refiere el texto in
comento y, ante la dificultad de valoración del aporte que se produce con el propio
trabajo,56 el criterio es el de la división a partes iguales [lucrum vero commune sit]
essent, decem dari?" non videri sibi rem in stipulationem pervenisse, sed dumtaxat poenam (non enim
utriusque rei promissorem obligari, ut ea daret faceret et, si non fecisset, poenam sufferret) et ideo
societatis iudicio agi posse. 1. Duo colliberti societatem coierunt lucri quaestus compendii, postea unus ex
his a patrono heres institutus est, alteri legatum datum est. Neutrum horum in medium referre debere
respondit ».
53
Ulpianus, libro 30 ad Sabinum, D.17.2.7: « Coiri societatem et simpliciter licet: et si non fuerit
distinctum, videtur coita esse universorum quae ex quaestu veniunt, hoc est si quod lucrum ex emptione
venditione, locatione conductione descendit ».
54
Este criterio se apoya en Ulpianus, libro 30 ad Sabinum, D.17.2.7: « Coiri societatem et simpliciter licet:
et si non fuerit distinctum, videtur coita esse universorum quae ex quaestu veniunt, hoc est si quod lucrum
ex emptione venditione, locatione conductione descendit ».
55
Florentinus, libro octavo institutionum; D.46.1.22: « Mortuo reo promittendi et ante aditam hereditatem
fideiussor accipi potest, quia hereditas personae vice fungitur, sicuti municipium et decuria et societas ».
56
Gaius, Inst. III.149., alerta sobre este punto: « Ha habido controversia sobre si es posible hacer el
contrato de sociedad de manera que uno de los socios lleve más ganancia y menos pérdida que los demás.
Para Q. Mucio esto es contrario a la naturaleza de la sociedad; Servio Sulpicio, en cambio, estimó —y
esta es la opinión que ha prevalecido— que esta manera de sociedad es posible, tanto más cuanto, según
él, también es posible que un socio no lleve ninguna pérdida y sí una porción de las ganancias. Esto es en
el caso de que su trabajo se considere de tanto valor que sea equitativo admitirle en la sociedad en tales
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
salvo pacto expreso en contrario.57 Cada socio debe hacer participar a los otros en
los beneficios que se han obtenido en virtud de la compte commun y contribuir con
su parte a los gastos causados de forma que se produce una communicatio lucri et
damni.58 Un régimen de distribución diferente debe ser expreso pero con el límite
que comenté en el caso de las conocidas sociedades leoninas ya que la sociedad
implica algún tipo de lucro.59
Lo cierto del caso es que, en este punto y en la forma en que se desarrollaban los
asuntos sociales y la dirección de la sociedad, los textos no tienen mayores
referencias. Se puede considerar que la distribución de las ganancias y pérdidas se
perfilaba en el contrato, así como debía este definir si la administración sería común
o dirigida por uno solo de los socios.
Inclusive, la definición la distribución podía ser referida a la definición efectuada por
uno de los socios o de un tercero pero el socio que considere afectados sus derechos
e intereses podía reclamar mediante la actio pro socio.
15.9. DISOLUCIÓN DE LA SOCIEDAD.
La consecuencia de la temporalidad del acuerdo societario es la posibilidad de
disolución por la renuncia de un socio.60 Si uno de los socios se quiere retirar, basta
con la manifestación de voluntad por cuanto, como sostenía Paulo, una sociedad in
aeternum es nula (Paulus, libro 33 ad edictum; D.17.2.70: « Nulla societatis in
condiciones. Y es evidente que también es posible una sociedad en la que un socio aporte dinero y otro no,
a pesar de ser comunes las ganancias, pues frecuentemente el trabajo de una persona equivale al dinero
».
57
Como explica Ulpianus, libro 30 ad Sabinum, D. 17.2.29: « Si non fuerint partes societati adiectae,
aequas eas esse constat. Si vero placuerit, ut quis duas partes vel tres habeat, alius unam, an valeat? Placet
valere, si modo aliquid plus contulit societati vel pecuniae vel operae vel cuiuscumque alterius rei causa.
1. Ita coiri societatem posse, ut nullam partem damni alter sentiat, lucrum vero commune sit, Cassius putat:
quod ita demum valebit, ut et Sabinus scribit, si tanti sit opera, quanti damnum est: plerumque enim tanta
est industria socii, ut plus societati conferat quam pecunia, item si solus naviget, si solus peregrinetur,
pericula subeat solus. 2. Aristo refert Cassium respondisse societatem talem coiri non posse, ut alter lucrum
tantum, alter damnum sentiret, et hanc societatem Leoninam solitum appellare: et nos consentimus talem
societatem nullam esse, ut alter lucrum sentiret, alter vero nullum lucrum, sed damnum sentiret:
iniquissimum enim genus societatis est, ex qua quis damnum, non etiam lucrum spectet».
58
Es el criterio expuesto por Gaius, Inst. III.150: « Ciertamente, si nada se ha convenido sobre el reparto
de las pérdidas y ganancias, estas les tocarán por igual; y si se ha determinado tan sólo las ganancias, por
ejemplo, y no las pérdidas, se aplica a estas la misma proporción de las ganancias ».
59
Ulpianus, libro 30 ad Sabinum, D.17.2.29.2: « Aristo refert Cassium respondisse societatem talem coiri
non posse, ut alter lucrum tantum, alter damnum sentiret, et hanc societatem Leoninam solitum appellare:
et nos consentimus talem societatem nullam esse, ut alter lucrum sentiret, alter vero nullum lucrum, sed
damnum sentiret: iniquissimum enim genus societatis est, ex qua quis damnum, non etiam lucrum spectet
».
60
Ulpianus, libro 31 ad edictum: « Societas solvitur ex personis, ex rebus, ex voluntate, ex actione. Ideoque
sive homines sive res sive voluntas sive actio interierit, distrahi videtur societas. Intereunt autem homines
quidem maxima aut media capitis deminutione aut morte: res vero, cum aut nullae relinquantur aut
condicionem mutaverint, neque enim eius rei quae iam nulla sit quisquam socius est neque eius quae
consecrata publicatave sit. Voluntate distrahitur societas renuntiatione ».
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
aeternum coitio est »).61 Pero además existen otras posibilidades:
i.
La muerte de uno de los socios dado el carácter personalísimo de la
sociedad.62
ii.
La muerte civil que deriva de la capitis deminutio de uno de los socios.63
iii.
La conclusión del objeto en los casos de convención para un solo negocio
o cuando se hace de imposible ejecución.
iv.
El vencimiento del plazo determinado si este se cumplió.
v.
61
La confiscación de los bienes de un socio.
vi.
La pérdida de los aportes entregados por los socios.64
vii.
La venditio bonorum de un socio que equivalía a una especie de cesación
de pagos.
viii.
Si unilateralmente se cambia la causa de la sociedad sea por stipulatio o
en el marco de un juicio.65
Sin embargo, se reguló el rompimiento dirigido a que el socio renunciante se sustrajera de las obligaciones
económicas que derivaban del contrato, en el caso de que se hubiera pactado un plazo determinado. Si se
producía una pérdida, el socio renunciante que obraba con « dolo malo » debía responder por su parte sin
participar de los beneficios: « Item qui societatem in tempus coit, eam ante tempus renuntiando socium a
se, non se a socio liberat: itaque si quid compendii postea factum erit, eius partem non fert, at si
dispendium, aeque praestabit portionem: nisi renuntiatio ex necessitate quadam facta sit. Quod si tempus
finitum est, liberum est recedere, quia sine dolo malo id fiat »; cfr. D.17.2.65.617.2.65; Paulus, libro 32
ad edictum.
62
Pero existían excepciones. Por ejemplo, en la societas vectigalium la sociedad continúa con los herederos
del fallecido, salvo que el De cujus hubiera sido esencial en la constitución y funcionamiento de la sociedad:
« Adeo morte socii solvitur societas, ut nec ab initio pacisci possimus, ut heres etiam succedat societati.
Haec ita in privatis societatibus ait: in societate vectigalium nihilo minus manet societas et post mortem
alicuius, sed ita demum, si pars defuncti ad personam heredis eius adscripta sit, ut heredi quoque conferri
oporteat: quod ipsum ex causa aestimandum est. Quid enim, si is mortuus sit, propter cuius operam maxime
societas coita sit aut sine quo societas administrari non possit? »; cfr. Pomponius, libro 12 ad Sabinum,
D. 17.2.59.pr. Igualmente, se podía convenir la continuidad entre los socios sobrevivientes pero sin obligar
a los herederos.
63
Respecto de la capitis deminutio se produjo una evolución que limitó la disolución de la sociedad a la
pérdida del status libertatis [máxima] y del status civitatis [media].
64
Ulpianus, libro 31 ad edictum, D.17.2.63.10: « Societas solvitur ex personis, ex rebus, ex voluntate, ex
actione. Ideoque sive homines sive res sive voluntas sive actio interierit, distrahi videtur societas. Intereunt
autem homines quidem maxima aut media capitis deminutione aut morte: res vero, cum aut nullae
relinquantur aut condicionem mutaverint, neque enim eius rei quae iam nulla sit quisquam socius est neque
eius quae consecrata publicatave sit. Voluntate distrahitur societas renuntiatione ».
65
Paulus, libro 32 ad edictum, D.17.2.65.pr.: « Actione distrahitur, cum aut stipulatione aut iudicio mutata
sit causa societatis. Proculus enim ait hoc ipso quod iudicium ideo dictatum est, ut societas distrahatur,
renuntiatam societatem, sive totorum bonorum sive unius rei societas coita sit ».
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
15.10. ACTIO PRO SOCIO
La Actio pro socio es la típica acción de buena fe [ex fide bona] vinculada al
cumplimiento de las obligaciones que derivan del contrato de sociedad. La
consecuencia de esta acción fue terrible por cuanto, una eventual condena,
aparejaba la tacha de infamia; de la misma forma, se extendía la nota de ignominia
en las acciones relacionadas con los contratos de fiducia, mandato, tutela y deposito,
así como en las acciones por los delitos de hurto, bienes arrancados violentamente
e injuria.
Nótese que no ato o vinculo la acción al término de la sociedad porque, aunque en
su origen solo procedía la disolución en caso de conflicto, fue admitida para reclamar
los aportes que no han sido hechos aun en plena actividad de la misma. Pero
también está determinada por la posibilidad de reclamo del saldo pendiente por la
compensación de las ganancias y pérdidas y por gastos efectuados para satisfacer el
interés social. En cuanto a los daños causados por un socio, se admitió los que
derivan de la culpa y la fallas en la custodia de los bienes aportados.66
A pesar de la dureza que deriva de la naturaleza de la acción, en cuanto a la buena fe
implícita en estos contratos, existía un beneficio especial limitativo de la
responsabilidad (beneficium competentiae) que permitía al condenado a pagar de
acuerdo con sus recursos (in id quod facere potest).67 La medida de la culpa se
apreciaba con relativa levedad por estar implícita cierta responsabilidad del
afectado por un error in eligendo al momento de escoger quien sería su socio.
66
Es evidente la responsabilidad por dolo pero la ampliación se encuentra sustentada en los clásicos como
Paulo, Celso y Ulpiano: Paulus, libro sexto ad Sabinum en D.17.2.36: « Et acti etiam culpam, quam is
praestaret in cuius locum successit, licet socius non sit »; y Ulpianus, libro 31 ad edictum en D.17.2.52.2:
« Utrum ergo tantum dolum an etiam culpam praestare socium oporteat, quaeritur. Et Celsus libro septimo
digestorum ita scripsit: socios inter se dolum et culpam praestare oportet. Si in coeunda societate, inquit,
artem operamve pollicitus est alter, veluti cum pecus in commune pascendum aut agrum politori damus in
commune quaerendis fructibus, nimirum ibi etiam culpa praestanda est: pretium enim operae artis est
velamentum. Quod si rei communi socius nocuit, magis admittit culpam quoque venire ».
67
Ulpianus, libro 31 ad edictum, D.17.2.63.pr: « Verum est quod Sabino videtur, etiamsi non universorum
bonorum socii sunt, sed unius rei, attamen in id quod facere possunt quodve dolo malo fecerint quo minus
possint, condemnari oportere. Hoc enim summam rationem habet, cum societas ius quodammodo
fraternitatis in se habeat ». Aunque en el derecho clásico este beneficium competentiae aplicaba solo a las
societas omnium bonorum.
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
LIBRO III
- 16 TITULO XXVI:
DEL MANDATO
DE MANDATO.
El mandato se contrae de cinco maneras,
según que alguno te da mandato en su
interés solamente, o en el suyo y en el
tuyo, y en interés de otro solamente, o en
el suyo o en el de otro, o en el tuyo y en el
de otro. El mandato en tu solo interés es
inútil, y, por consiguiente, no produce
entre vosotros ni obligación ni acción de
mandato.
Mandatum contrahitur quinque modis,
sive sua tantum gratia aliquis tibi
mandet, sive sua et tua, sive alienia
tantum, sive sua et aliena, sive tua et
aliena. At si tua tantum gratia tibi
mandatum
sit,
supervacuum
est
mandatum et ob id nulla ex eo obligatio
nec mandati inter vos actio nascitur.
1. Hay mandato en el solo interés del
mandante: por ejemplo, si alguno te da
mandato de administrar sus negocios, de
comprarle un fundo, o de hacerte sponsor
por él.
1. Mandantis tantum gratia intervenit
mandatum, veluti si quis tibi mandet, ut
negotia eius gereres, vel ut fundum ei
emeres, vel ut pro eo sponderes.
2. En tu interés y en el del mandante; por
ejemplo, si te da mandato de prestar
dinero a interés a alguno que lo toma
para los negocios del mandante, o si,
cuando queriendo tú gestionar contra el
por falta de fideyusion, te manda, ya
obrar, a su cuenta y riesgo, contra el
deudor principal; ya estipular, a su
cuenta y riesgo, lo que te deba, de una
persona que te delegue.
2. Tua et mandantis, veluti si mandet tibi,
ut pecuniam sub usuris crederes ei, qui in
rem ipsius mutuaretur, aut si volente te
agere cum eo ex fideiussoria causa
mandet tibi, ut cum reo agas periculo
mandantis, vel ut ipsius periculo
stipuleris ab eo, quem tibi deleget in id
quod tibi debuerat.
3. Hay mandato intervenido en interés de
otro por ejemplo, si alguno te manda
administrar los negocios de Ticio,
comprar un fundo, o hacerte esponsor
por Ticio.
3. Aliena autem causa intervenit
mandatum, veluti si tibi mandet, ut Titii
negotia gereres, vel ut Titio fundum
emeres, vel ut pro Titio sponderes.
4. Sua et aliena, veluti si de communibus
4. En el interés del mandante y en el de suis et Titii negotiis gerendis tibi mandet,
otro, por ejemplo: si te manda a vel ut sibi et Titio fundum emeres, vel ut
desempeñar negocios comunes entre él y pro eo et Titio sponderes.
Ticio, comprar un fundo, o hacerte
esponsor por él y Ticio.
5. Tua et aliena, veluti si tibi mandet, ut
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
5. En tu interés y en el de otro: por
ejemplo, si él te manda prestar a interés
a Ticio. Si se trata de prestamo sin
interés, el mandato sólo interviene a
favor de otro.
Titio sub usuris crederes. Quodsi ut sine
usuris crederes, aliena tantum gratia
intercedit mandatum.
6. Tua gratia intervenit mandatum,
veluti si tibi mandet, ut pecunias tuas
potius in emptiones praediorum colloces,
quam feneres, vel ex diverso ut feneres
potius, quem in emptiones praediorum
colloces. Cuius generis mandatum magis
consilium est quam mandatum et ob id
non est obligatorium, quia nemo ex
consilio mandati obligatur, etiamsi non
expediat ei cui dabitur, cum liberum
cuique sit apud se explorare, an expediat
consilium. Itaque si otiosam pecuniam
domi te habentem hortatus fuerit aliquis,
ut rem aliquam emeres vel eum crederes,
quamvis non expedierit tibi eam emisse
vel credidisse, non tamen tibi mandati
tenetur. Et adeo haec ita sunt, ut
quaesitum sit, an mandati teneatur qui
mandavit tibi, ut Titio pecuniam
fenerares: sed obtinuit Sabini sententia,
obligatorium esse in hoc casu
mandatum, quia non aliter Titio
credidisses quam si tibi mandatum esset.
6. Hay mandato en tu solo interés: por
ejemplo, si te manda colocar tu dinero en
comprar bienes territoriales, antes que
prestarlo a interés, o recíprocamente.
Este mandato es más bien un consejo que
un mandato, y por consiguiente no es
obligatorio, porque nadie se obliga por
un consejo, que podría ser perjudicial;
pues cada uno es libre de apreciar de su
interior el mérito de los consejos que se le
han dado. Si, pues, alguno, sabiendo que
tienes tú dinero sin emplearlo, te ha
invitado a prestarlo, o a comprar alguna
cosa, aunque ni en el prestamo ni en la
compra hayas obtenido alguna ventaja,
no tienes contra él la acción de mandato.
A tal punto, que se ha puesto en cuestión
si aquel te hubiese dado mandato de
prestar tu dinero a Ticio estará obligado
por la acción de mandato. Pero se ha
admitido la la opinión de Sabino, a saber:
que este mandato es obligatorio, porque
tú sin mandato no habrías prestado a
Ticio.
7. Illud quoque mandatum non est
obligatorium, quod contra bonos mores
7. El mandato no es tampoco obligatorio est, veluti si Titius de furto aut damno
cuando es contrario a las buenas faciendo aut de iniuria facienda tibi
costumbres: por ejemplo, si Ticio te mandet. Licet enim poenam istius facti
manda cometer un furtum, causar un nomine praestiteris, non tamen ullam
daño o una injuria. En efecto, aunque habes adversus Titium actionem.
haya sufrido la pena impuesta por este
hecho, no tiene ninguna acción para 8. Is qui exsequitur mandatum non debet
recurrir contra Ticio.
excedere fines mandati. ut ecce si quis
usque ad centum aureos mandaverit tibi,
8. El mandatario no debe excederse de los ut fundum emeres vel ut pro Titio
límites del mandato: por ejemplo, si sponderes, neque pluris emere debes
alguno te ha mandado comprar un neque
in
ampliorem
pecuniam
fundo, o hacerte esponsor por Ticio hasta fideiubere; alioquin non habebis cum eo
llegar a la cantidad de cien escudos de mandati actionem: adeo quidem, ut
oro, no debes excederte de esta suma ni Sabino et Cassio placuerit, etiam si usque
en la compra ni en la f ideyusion, pues en ad centum aureos cum eo agere velis,
otro caso no tendrás la acción de inutiliter te acturum. diversae scholae
mandato: de tal modo que Sabino y Casio auctores recte te usque ad centum aureos
juzgaban que aún queriendo limitarte a acturum existimant: quae sententia sane
gestionar por cien escudos de oro, lo benignior est. quod si minoris emeris,
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
harás
inútilmente.
Pero
los
jurisconsultos de la escuela opuesta
piensan que obrarás válidamente hasta
llegar a los cien escudos de oro, opinión
sin disputa más favorable. Que si tú
compras a menor precio, nadie duda de
que no tengas contra el mandante la
acción de mandato, porque en el
mandato de comprar un fundo por cien
escudos de oro se entiende que se
comprará por menos, si es posible.
habebis scilicet cum eo actionem,
quoniam qui mandat, ut sibi centum
aureorum fundus emeretur, is utique
mandasse intellegitur, ut minoris, si
possit, emeretur.
9. Recte quoque mandatum contractum,
si, dum adhuc integra res sit, revocatum
fuerit, evanescit.
9. El mandato, aunque válidamente
contratado, se desvanece si antes de 10. Item si adhuc integro mandato mors
haber recibido ninguna ejecución se alterutrius interveniat, id est vel eius qui
revoca.
mandaverit, vel eius qui mandatum
susceperit, solvitur mandatum. Sed
10. El mandato se disuelve también, si utilitatis causa receptum est, si mortuo
antes de su ejecución mueren el eo qui tibi mandaverit, tu ignorans eum
mandante o el mandatario. Sin embargo, decessisse exsecutus fueras mandatum,
motivos de utilidad han hecho decir que posse te agere mandati actione: alioquin
si después de la muerte del mandante, e iusta et probabilis ignorantia damnum
ignorando dicha muerte, has ejecutado tibi afferat. Et huic simile est quod
tú el mandato, tendrás la acción de placuit,
si
debitores
manumisso
mandato; porque sin esto, tu ignorancia dispensatore Titii per ignorantiam
legítima y plausible te causaría perjuicio. liberto solverint, liberari eos:
cum
Y se está en un caso semejante cuando se alioquin stricta iuris ratione non possent
decide que los deudores que, después de liberari, quia alii solvissent, quam cui
la manumisión del administrador de solvere debuerint.
Ticio pagan por ignorancia a este liberto,
quedan libres, aunque según el derecho
estricto no debiesen quedarlo, porque 11. Mandatum non suscipere liberum est:
han pagado a quien no debían pagar.
susceptum autem consummandum aut
quam primum renuntiandum est, ut aut
11. Cada cual es libre para renunciar un per semet ipsum aut per alium eandem
mandato, pero una vez aceptado, debe el rem mandator exsequatur. Nam nisi ita
mandatario
ejecutarlo,
o
bien renuntiatur ut integra causa mandatori
renunciarlo en tiempo oportuno para reservetur eandem rem explicandi, nihilo
que el mandante pueda desempeñar por minus mandati actio locum habet, nisi si
sí mismo el negocio o por otro. Porque si iusta causa intercessit aut non
la renuncia no se hace de tal modo que se renuntiandi
aut
intempestive
deje al mandante completa facilidad renuntiandi.
para desempeñar el mismo negocio,
tendrá siempre lugar contra el
mandatario la acción de mandato, a
menos que justos motivos le hayan
impedido renunciar, o renunciar a 12. Mandatum et in diem differri et sub
tiempo.
condicione fieri potest.
12. El mandato puede hacerse o por 13. In summa sciendum est mandatum,
término o bajo condición.
nisi gratuitum sit, in aliam formam
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
13. En fin, el mandato, si no es gratuito,
se transforma en otro negocio. En efecto;
si se constituye en precio, se hace
arrendamiento;
y
para
hablar
generalmente, en todos los casos en que
la aceptación, sin salario, de un oficio que
debe desempeñarse, constituye un
contrato de mandato o de depósito, en
estos mismos casos hay arrendamientos
desde que interviene un precio. Si, pues,
alguno da vestidos al batanero para
limpiarlos o cuidarlos, o al sastre para
repasarlos, sin constitución ni promesas
de precio, hay acción de mandato.
negotii cadere: nam mercede constituta,
incipit locatio et conductio esse. Et ut
generaliter dixerimus: quibus casibus,
sine mercede suscepto officio, mandati
aut depositi contrahitur negotium, his
casibus, interveniente mercede, locatio et
conductio contrahi intellegitur. Et ideo si
fulloni polienda curandave vestimenta
dederis aut sarcinatori sarcienda, nulla
mercede constituta neque promissa,
mandati competit actio.
16. ASPECTOS GENERALES.
El mandatum es un contrato consensual, por medio del cual una parte
[mandatarius] se obliga gratuitamente a realizar uno o varios negocios a favor de
la otra [mandans], quedando ambos recíprocamente obligados el uno con el otro a
cumplir todas las prestaciones que la fides supone. Apreciación que traduce Gayo
de la forma siguiente:
155. Hay contrato de mandato, cuando mandamos algo, bien en interés propio,
bien en interés ajeno. Así, pues, si te mando que hagas un negocio, bien mío, bien
de otro, se contrae la obligación de mandato. Y quedamos obligados, uno y otro
recíprocamente, en lo que cada uno debe hacer al otro, según la buena fe.68
La expresión mandare deriva de manum dare, porque antiguamente una vez
celebrado el negocio, el uno daba la mano al otro [manum dabat; manus datum =
mandatum]; pero también in manum dare implica confiar un encargo a otro. Quien
encomienda es denominado mandans; también mandator. La expresión
mandatarius es bizantina; en la época clásica se traducía quien acepta el mandato
[qui mandatum accipit.
16.1. ORIGEN DEL MANDATO
El origen del mandatum estuvo precedido por los encargos que se realizaban en el
marco de la amicitia y la religión. El término simboliza al amigo que toma de la mano
68
Gaius, Inst. III.155: « Mandatum consistit, siue nostra gratia mandemus siue aliena; itaque siue ut mea
negotia geras siue ut alterius, mandauerim, contrahitur mandati obligatio, et inuicem alter alteri tenebimur
in id, quod uel me tibi uel te mihi bona fide praestare oportet ».
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
al otro, en quien deposita su confianza y encarga la defensa de sus intereses. Esta
relación de amistad tenía en Roma una vigencia tal que imponía serios deberes en
cuanto al cumplimiento de obligaciones peculiares. De ahí que se regían por la bona
fides; y, por supuesto, dada tal naturaleza, las prestaciones ejecutadas lo eran en
forma gratuita. La gratuidad, la conceptualización de fides y amicitia reflejan una
connotación más allá de lo jurídico. Las complicaciones surgidas en el desarrollo de
relación tal especial justificó la definición contractual y el diseño de la actio
mandati, una in ius concepta en cuya fórmula se incluía la cláusula ex fide bona.
16.2. NATURALEZA DEL MANDATO
En Roma no se da noción de « representación directa » en la que el representante
actúa en nombre del representado. El mandatum esta limitado a una forma
indirecta de actuación por otro en la cual el mandatario acepta el contrato y realiza
el negocio encomendado pero los efectos de este se atribuyen a su propia persona;
inmediatamente después, en virtud de las pautas internas del contrato, debe
transferir los bienes o el negocio jurídico por los modos adecuados a la persona del
mandante. De manera que el mandante A le encarga al mandatario B la compra de
un bien y este, en ejecución del mandato, se la compra a C, esa compraventa tiene
efectos entre B y C, quienes se pueden reclamar por la actio venditi (C contra B) y
la actio empti (B contra C). Por efecto del mandato conferido, B se ve obligado a
ceder la actio empti a A; e, igualmente, A queda obligado a liberar a B de las
obligaciones contraídas respecto de C. Lo importante es que debe operar un nuevo
acto que transfiera los derechos adquiridos de B a A.
Como se puede apreciar, el mandatario es un « agente o un comisionista » del
mandante. Esta representación indirecta también se puede ver en la figura del
procurator. Generalmente, este era un liberto del pater que se ocupaba de la
administración de todos sus bienes [procurator omnium bonorum] o de un asunto
determinado [procurator unius rei], así como también de su defensa procesal. Todo
ello más para cumplir un deber moral [officium procuratoris] que para lograr una
retribución.69
16.3. CARACTERÍSTICAS
1. El mandato es consensual y, en consecuencia, no requiere de formalidades o
solemnidades en su celebración. De manera que precisa de un mandar o autorizar
la acción [iubere] por parte del mandante y la aceptación del encargo por parte del
mandatario. Sin embargo, el consentimiento requerido puede ser expreso, cuando
69
Papinianus, libro tertio responsorum, D.17.1.56.2: « Non ideo minus omnis temporis bonam fidem
explorari oportet, quod dominus post annos quinque de provincia reversus, mox rei publicae causa
profecturus non acceptis rationibus mandatum instauraverit. Cum igitur ad officium procuratoris
pertinuerit quidquid ex prima negotiorum gestorum administratione debuit ad secundam rationem
transferre, secundi temporis causa priorem litem suscipiet ».
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
existen signos inequívocos de la voluntad de las partes;70 o tácito, ya sea porque el
que está presente permite que otro maneje sus negocios71 o en la hipótesis de que
el mandatario comenzara a ejecutar el encargo. Pero el consentimiento no puede
dejar de existir por la naturaleza misma del contrato y porque una ausencia del
mismo, de manera que no apareciera el dominus negotii manifestando su voluntad,
revierte en la figura de la gestión de negocios [negotiorum gestio] que analizaré
bajo un comentario de este mismo título. Otro aspecto importante es que, en el
contrato de mandato, se admite la constitución de plazo o bajo condición, tal como
expresamente lo admite el texto justinianeo.
2. El mandato es gratuito en su origen en virtud de la característica amicitia que lo
justifica. Ya comenté que Gayo afirmaba que si hubiera una retribución se
materializaría una locatio conductio:
162. En fin, recuérdese que siempre que encargo hacer algo sin retribución (de
modo que si hubiese pagado precio sería un arrendamiento) hay acción de
mandato; por ejemplo, si doy al tintorero un vestido para que lo limpie y
arregle.72
No obstante, existen claras referencias de una evolución en la cual se admite el pago
voluntario de un honorarium a título de reconocimiento, pero no de
contraprestación.73 Como se puede verificar en el texto in comento, ya en la época
de Justiniano se podía acordar este honorarium de forma que podía ser reclamado
por extraordinaria cognitio, como pacto aparte, no así por la actio mandati.
Inclusive, se puede constatar la prohibición del pacto de cuota litis, un elemento
fundamental de la practica profesional del abogado en la actualidad; ya que, sí se
trataba de un mandato procesal, el procurator no podía convenir un honorarium
que se definiera como una parte de lo que se obtendría en la sentencia.74
3. En el mandato no se manifiesta una exacta bilateralidad ya que, en principio, solo
produce efecto con relación al mandatario. Insistiré en este punto al trabajar las
obligaciones de las partes.
70
Paulus, libro 32 ad edictum, D.17.1.1pr.: « Obligatio mandati consensu contrahentium consistit. 1. Ideo
per nuntium quoque vel per epistulam mandatum suscipi potest. 2. Item sive "rogo" sive "volo" sive
"mando" sive alio quocumque verbo scripserit, mandati actio est ».
71
Ulpianus, libro 31 ad edictum, D.17.1.6.2: « Si passus sim aliquem pro me fideiubere vel alias
intervenire, mandati teneor et, nisi pro invito quis intercesserit aut donandi animo aut negotium gerens,
erit mandati actio ».
72
Gaius, Inst. III.162: « In summa sciendum est, quotiens faciendum aliquid gratis dederim, quo nomine
si mercedem statuissem, locatio et conductio contraheretur, mandati esse actionem, ueluti si fulloni
polienda curandaue uestimenta dederim aut sarcinatori sarcienda ».
73
Ulpianus, libro 31 ad edictum, D.17.1.6.pr.: « Si remunerandi gratia honor intervenit, erit mandati actio
».
74
Papinianus, libro tertio responsorum, 17.1.7: « Salarium procuratori constitutum si extra ordinem peti
coeperit, considerandum erit, laborem dominus remunerare voluerit atque ideo fidem adhiberi placitis
oporteat an eventum litium maioris pecuniae praemio contra bonos mores procurator redemerit».
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
16.4. CONTENIDO Y VALIDEZ DEL MANDATO
1. Gayo destaca que el objeto del mandato debe ser lícito y acorde con las
buenas costumbres:
157. Es evidente que no nace obligación cuando alguien manda hacer algo
contra las buenas costumbres, por ejemplo, si te mando que robes a Ticio o hagas
algún daño en su persona.75
2. El texto de Gayo refleja la multiplicidad de posibilidades en el asunto o
negocio encomendado: (i) En interés del mandante, por ejemplo: si alguno te
da mandato de administrar sus negocios, de comprarle un fundo, o de hacerte
sponsor por él; (ii) En interés del mandante y mandatario, por ejemplo: si te
da mandato de prestar dinero a interés a alguno que lo toma para los
negocios del mandante o cuando queriendo tú gestionar contra el por falta
de fideyusion, te manda a obrar por cuenta y riesgo suyo contra el deudor
principal o estipular lo que te deba de una persona que te delegue; (iii) En
interés de un tercero, por ejemplo: si alguno te manda administrar los
negocios de Ticio, comprar un fundo, o hacerte sponsor por Ticio; (iv) En el
interés del mandante y en el de otro, por ejemplo: si te manda a desempeñar
negocios comunes entre él y Ticio, comprar un fundo, o hacerte sponsor por
él y Ticio; (v) En tu interés y en el de otro: por ejemplo, si él te manda prestar
a interés a Ticio. Si se trata de prestamo sin interés, el mandato sólo
interviene a favor de otro. Lo que no puede ocurrir es que sea en interés
exclusivo del mandatario ya que, de acuerdo con el unánime criterio de los
juristas quiritarios clásicos, un mandatum tua tantum gratia (sólo en el
interés del mandatario) equivale a un consejo [consilium].
16.5. OBLIGACIONES DE LAS PARTES
A diferencia de los otros contratos consensuales, el mandato es « sinalagmático
imperfecto ». En principio, genera obligaciones para una sola de las partes, el
mandatario, quien debe cumplir lo mandado. Pero eventualmente, el principio de
reciprocidad del synallagma está presente y el mandante puede resultar obligado.
En el mandato la carga obligacional fundamental está en cabeza del mandatario,
comprometido al cumplimiento según las instrucciones recibidas o con arreglo a la
naturaleza del negocio. La naturaleza del contrato basada en la fides y su gratuidad
explica que la responsabilidad del mandatario se limite al dolo, en la época clásica;
no obstante, existe discusión sobre si en el Derecho justinianeo se amplió a la
75
Gaius, Inst. III. 157: « Illud constat, si quis de ea re mandet, quae contra bonos mores est, non contrahi
obligationem, ueluti si tibi mandem, ut Titio furtum aut iniuriam facias ».
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
culpa.76 Ahora bien, este punto de las obligaciones de las partes se amplía en los
comentarios subsiguientes.
16.6. EXCESOS EN EL CUMPLIMIENTO DEL MANDATO
El planteamiento obligado esta vinculado a los diversos escenarios que se puden
presentar si el mandatario actúa en forma distinta o excediendo las órdenes
impartidas por el mandante. Aquí hay que distinguir las siguientes hipótesis:
1. El mandatario se aparta totalmente de lo encomendado y realiza actos
distintos a los encomendados. El negocio queda para el mandatario en virtud
de la inexistencia de representación directa.77
2. El mandatario se apartó parcialmente de las instrucciones y el compromiso
asumido fue menor al autorizado, en un negocio jurídico complejo que se
estructura en varios actos. El mandante queda obligado porque no se produjo
exceso; caso contrario, la tendencia era limitar el compromiso a lo
autorizado.78 Analicemos la opinión de Gayo:
161. Cuando mi mandatario traspasa los límites del mandato, tengo contra él la
acción de mandato, en razón de mi interés en que se hubiera cumplido el
mandato, si fuere esto posible; él, en cambio, no hubiera cumplido el mandato, si
fuere esto posible; él, en cambio, no tiene acción contra mí. Así, pues, si yo te
Veamos el completo comentario de D’ors en § 474 de su obra Derecho Privado Romano: « Se dice
generalmente que el mandatario, como no cobra por su gestión, responde tan sólo por su dolo, y se duda
de que sean clásicos los textos que hablan de responsabilidad por culpa: D.15,3,17pr.; 20,1,2. Itp. Es la
culpa «lata» de D.17,1,8,10, así como h.t.29 pr. (dissoluta neglegentia) y 50,17,23; pero la responsabilidad
por inactividad del mandatario (D.17,1,6,1) no siempre es posible con el criterio del dolo, y Cicerón, pro
Roscio Am. 38,111,habla claramente de responsabilidad por negligencia, y todavía Diocleciano
(CJ.4,35,11, del 293, y 33, del 294) y Constantino (h.t.21, del 313/315); la niega el tractatus post-clásico
de Coll. 10,2,3 (Modest.?, cfr. § 456n.7) por consideración del criterio doctrinal post-clásico de la utilitas
contrahentium (§ 456 n.4). La expresión fraus vel dolus de CJ.2,12,10 (del 227) no excluye, por sí sola, la
posible responsabilidad por culpa; D. 17,1,29,3 (aparte de ser sospechosa la aproximación al dolo de la
negligencia del mandatario que no notifica al mandante el pago por este ordenado) se refiere a la exceptio
doli contra la acción de regreso (a. mandati contraria), y no a una responsabilidad contractual exigible
por la bona fides. En conclusión, el mandatario no responde ordinariamente por su falta de éxito, pero sí
por no haber obrado con la diligencia necesaria para conseguirlo (D.17,1,12,9; 26,6s.); cfr. § 477y espec.
N.7, respecto al gestor de negocios. Por las cantidades adelantadas como provisión de fondos al
mandatario, debe este pagar intereses cuandolas utiliza para sus propios negocios, como si se tratara de
un depósito irregular (§ 469); por las cantidades que tomó prestadas en interés del mandante y luego
perdió sin su culpa, dispone de la a. mandati contraria (D.15,3,17pr.) ».
77
Paulus, libro 32 ad edictum, D.17.1.5.1-2: « pr. Diligenter igitur fines mandati custodiendi sunt: 1. Nam
qui excessit, aliud quid facere videtur et, si susceptum non impleverit, tenetur. 2. Itaque si mandavero tibi,
ut domum Seianam centum emeres tuque Titianam emeris longe maioris pretii, centum tamen aut etiam
minoris, non videris implesse mandatum ».
78
Iulianus, libro quarto ex Minicio, D.17.1.33: « Rogatus ut fideiuberet si in minorem summam se
obligavit, recte tenetur: si in maiorem, Iulianus verius putat quod a plerisque responsum est eum, qui
maiorem summam quam rogatus erat fideiussisset, hactenus mandati actionem habere, quatenus rogatus
esset, quia id fecisset, quod mandatum ei est: nam usque ad eam summam, in quam rogatus erat, fidem eius
spectasse videtur qui rogavit ».
76
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
mando que, por ejemplo, me compres un fundo en cien sestercios, y tu lo compras
en ciento cincuenta, no tienes acción contra mí, ni aún en el supuesto de que
quieras darme el fundo por el precio en que yo te mandé comprarlo. Esta es la
opinión, principalmente, de Sabino y Casio. En cambio si lo compras por menos,
si tienes acción contra mí, porque el que manda que se compre en cien mil, se
entiende que también se compre, si puede ser, por menos precio.79
3. De esta forma, podría concluirse que el mandante se libera en el caso de que
el mandatario haga algo diferente a lo autorizado; pero, aunque fuera así,
existía la excepción a esta regla general, en los casos en que no se afectara o
inclusive se beneficiara el interés del mandante.80
16.7. TERMINACIÓN DEL MANDATO
Siendo el mandato un encargo basado en la fides puede extinguirse, antes de la
ejecución de los actos y asuntos que constituyen su objeto, por la voluntad de las
partes. Enumeremos las causas en su integridad:
1. La revocatoria del mandato [revocare] puede ocurrir en cualquier momento,
pero sólo surte efectos a partir de la notificación del mandatario.81
2. La renuncia del mandato [renuntiatio] sólo procede cuando la ejecución de
los actos y asuntos objeto del mandato pueda ser realizada por el mandante
o por un tercero sin que se cause un daño a menos de que existan razones
graves que justifiquen tal actitud [Seu ob aliam iustam causam
excusationes alleget, audiendus est] tal como refiere Hermogeniano.82
3. El cumplimiento del objeto o la imposibilidad material de ejecución.
4. El cumplimiento del término o la condición resolutoria.
79
Gaius, Inst. III.161: « Cum autem is, cui recte mandauerim, egressus fuerit mandatum, ego quidem
eatenus cum eo habeo mandati actionem, quatenus mea interest inplesse eum mandatum, si modo implere
potuerit; at ille mecum agere non potest. itaque si mandauerim tibi, ut uerbi gratia fundum mihi sestertiis
C emeres, tu sestertiis CL emeris, non habebis mecum mandati actionem, etiamsi tanti uelis mihi dare
fundum, quanti emendum tibi mandassem; idque maxime Sabino et Cassio placuit. quod si minoris emeris,
habebis mecum scilicet actionem, quia qui mandat, ut C milibus emeretur, is utique mandare intellegitur,
uti minoris, si posset, emeretur ».
80
Gaius, libro tertio ad edictum provincial, D.17.1.41: « Potest ab una dumtaxat parte mandati iudicium
dari: nam si is qui mandatum suscepit egressus fuerit mandatum, ipsi quidem mandati iudicium non
competit, at ei qui mandaverit adversus eum competit ».
81
Paulus, libro secundo ad Sabinum, D.17.1.15: « Si mandassem tibi, ut fundum emeres, postea
scripsissem, ne emeres, tu, antequam scias me vetuisse, emisses, mandati tibi obligatus ero, ne damno
adficiatur is qui suscipit mandatum ».
82
Hermogenianus, libro secundo iuris epitomarum, D.17.1.25.
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
5. Muerte de cualquiera de las partes ya que el contrato era personalísimo por
la especial relación de las partes. En razón de una utilitatis causa, si el
mandante fallece y el mandatario cumple en fecha posterior a la muerte,
ignorando tal hecho, tiene la actio mandati contra los herederos del
mandante.83 Hay que hacer salvedad, en el derecho justineaneo, del caso de
mandatum post mortem collatum; el cual implicaba la orden de realizar
algún acto después de que falleciese el mandante o el mandatario, en cuyo
caso la ejecución correspondía a los herederos. Vale advertir que Gayo
califica como inútil el mandato post mortem del mandatario:
158. Así también si alguien me manda hacer algo después de mi muerte, el
mandato es inútil, porque es principio admitido que la obligación no puede nacer
en la persona del heredero.84
Si se produce la terminación del mandato en plena ejecución [re non integra], el
mandante y mandatario responden de los gastos adelantados y de los daños
causados.
16.8. MANDATO DE PRESTAR DINERO (MANDATUM PECUNIAE
CREDENDAE).
Una modalidad de garantía se formó por la costumbre de celebrar mandato con la
intención de que el mandatario prestara dinero o le diera crédito a un tercero. Esta
formula se constituía en un mecanismo simplificado para afianzar una deuda sin
recurrir a las formas más complejas de sponsio, fideipromissio y fideiussio, ya
analizadas. El mandante instruía al mandatario para que este tomara el prestamo;
de forma que, por las reglas del mandato, asumía la responsabilidad en el supuesto
de que el deudor no honrara su deuda.
La utilidad de este mecanismo era que el mandante se liberaba de los obstáculos
personales para cobrar una deuda, en el supuesto de que el deudor fuera alguien con
quien estaba íntimamente relacionado. También podía evitar formulas de extinción
de las obligaciones, como por ejemplo la posibilidad de compensación. El
mandatario no se veía perjudicado porque podía accionar contra el deudor por la
condictio certae creditae pecuniae y, de no hacerse efectiva la devolución, también
contra el mandante utilizando la actio mandati contraria.
83
Paulus, libro 32 ad edictum, D.17.1.26.pr.: « Inter causas omittendi mandati etiam mors mandatoris
est: nam mandatum solvitur morte. Si tamen per ignorantiam impletum est, competere actionem utilitatis
causa dicitur. Iulianus quoque scripsit mandatoris morte solvi mandatum, sed obligationem aliquando
durare ».
84
Gaius, Inst. III.158: « Item si quis quid post mortem meam faciendum mihi mandet, inutile mandatum
est, quia generaliter placuit ab heredis persona obligationem incipere non posse ».
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
Es evidente que el mandatum pecuniae credendae cumplió la función de una fianza
por parte del mandante. Pero en el derecho clásico había diferencias con la
fideiussio. Una de ellas en beneficio del mandante ya que el mandato no creaba
solidaridad entre mandante y mandatario, como si ocurriría con la fideiussio entre
deudor y fiador. En caso de fianza, el acreedor que demandaba al deudor principal
agotaba la actio por los efectos de la litis contestatio y se veía impedido de accionar
nuevamente contra el fideiussor.85
Lo negativo era que el mandante no tenía la posibilidad de oponer las excepciones
de la misma manera que podían oponerlas contra el deudor los fideiussores;86 y el
beneficium divisionis, en caso de pluralidad de fideiussores, aprovechaba sólo a
éstos y no al mandante.87 En la etapa final de la evolución de estas instituciones
quiritarias, lo que conocemos modernamente como « beneficio de excusión »
beneficiaba al mandante y fiador; esto con el objetivo de obligar al acreedor a
demandar primero al deudor principal y luego al fiador.88
85
Iulianus, libro tertio ad Urseium Ferocem, D.17.1.32: « Si hereditatem aliter aditurus non essem quam
cautum fuisset damnum praestari et hoc mandatum intercessisset, fore mandati actionem existimo. Si quis
autem mandaverit alicui, ne legatum a se repellat, longe ei dissimile esse: nam legatum adquisitum
numquam illi damno esse potuit: hereditas interdum damnosa est. Et in summa quicumque contractus tales
sunt, ut quicumque eorum nomine fideiussor obligari posset, et mandati obligationem consistere puto:
neque enim multo referre, praesens quis interrogatus fideiubeat an absens vel praesens mandet. Praeterea
volgo animadvertere licet mandatu creditorum hereditates suspectas adiri, quos mandati iudicio teneri
procul dubio est ». Con Justiniano, el mandatum pecuniae credendae, en la práctica, se fusionó con la
fideiussio por lo que desapareció el obstáculo a la litis contestatio.
86
Iavolenus, libro 14 ex Cassio, D.39.5.24: « Fideiussori eius, qui donationis causa pecuniam supra
modum legis promisit, exceptio dari debet etiam invito reo, ne, si forte reus solvendo non fuerit, pecuniam
fideiussor amittat ». En el derecho post clásico el derecho de oponer excepciones se extendía a los fiadores
y a los mandantes, tal como se refleja en el Codex 4.30.12: « Imperatores Diocletianus, Maximianus. Tam
mandatori quam fideiussori non numeratae pecuniae exceptio exemplo rei principalis competit. * DIOCL.
ET MAXIM. AA. ET CC. SEVERIANO. *<> ».
87
En el mismo sentido, con Justiniano el beneficium divisionis se amplió a los mandantes de prestamo de
dinero, tal como se verifica en el Codex 4.18.3: « Imperator Justinianus . Divi hadriani epistulam, quae de
periculo dividendo inter mandatores et fideiussores loquitur, locum habere et in his qui pecunias pro aliis
simul constituunt necessarium est: aequitatis enim ratio diversas species actionis excludere nullo modo
debet. * IUST. A. IOHANNI PP. *<A 531 D. K. NOV. CONSTANTINOPOLI POST CONSULATUM
LAMPADII ET ORESTAE VV. CC.> ».
88
Cfr. Novellae 4.1: « Si quis igitur crediderit et fideiussorem aut mandatorem aut sponsorem acceperit,
is non primum mox adversus mandatorem aut fideiussorem aut sponsorem accedat, neque neglegens
debitoris intercessoribus molestus sit, sed veniat primum ad eum, qui aurum accepit debitumque contraxit.
Et si quidem inde receperit, ab aliis abstineat (quid enim ei in extraneis erit a debitore completo?); si vero
non valuerit a debitore recipere aut in partem aut in totum, secundum quod ab eo non potuerit accipere,
secundum hoc ad fideiussorem aut sponsorem aut mandatorem veniat et ab illo, quod reliquum est, sumat.
Et si quidem praesentes ei consistant ambo, et principalis et intercessor, haec omni serventur modo; si vero
fideiussor aut mandator aut qui sponsioni se subiecit adsit, principalem vero abesse contigerit, acerbum
est creditorem mittere alicubi, cum possit mox fideiussorem aut mandatorem aut sponsorem exigere. Sed
et hoc quidem curandum a nobis possibili modo. Non enim erat quoddam hic antiquae legi datum pro
sanatione remedium, cum utique Papinianus maximus fuerit qui haec primitus introduxit. Probet igitur
fideiussorem aut sponsorem aut mandatorem, et causae residens iudex det tempus fideiussori, idem est
dicere sponsori et mandatori, volentibus principalem deducere, quatenus ille prius sustineat conventionem,
et sic ipsi in ultimum subsidium reserventur: sitque solacio intercessori in hoc quoque iudex (fideiussoribus
enim et talibus prodesse sanctum est), ut illo deducto interim conventione liberentur, qui pro eo in molestia
fuerunt. Si vero tempus in hoc indultum excesserit (convenit namque etiam tempus definira iudicantem),
tunc fideiussor aut mandator aut sponsor exequatur litem, et debitum exigatur contra eum, quem fidedixit
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
16.9. GESTIÓN DE NEGOCIO SIN MANDATO (NEGOTIORUM
GESTIO)
Advertí sobre la hipótesis de que alguien, sin existir mandato, se sintiera en la
obligación de atender los negocios de una persona ausente. Esta intervención se
reguló como gestión de negocios [negotiorum gestio], aun hoy vigente, con el
especial interés de generar una acción para ambas partes que se identifica como
actio negotiorum gestorum directa. En el caso del dueño del negocio [dominus
negotii] esa acción se ejerce contra el gestor para hacerle rendir cuentas, obligarlo
al traspaso de los bienes que deriven de su gestión y la indemnización por los
perjuicios ocasionados por su intervención; y se diseño la actio negotiorum
gestorum contraria, en el caso del gestor, para que el dueño del negocio le
resarciera los gastos que hubiere incurrido en su gestión.89
Son muchas las situaciones de hecho que pueden derivar en este tipo de negocio
jurídico pero la gestión de negocios encuentra en el auxilio judicial su supuesto más
relevante. En este sentido, la gestión sin mandato se materializaba en la
representación judicial del ausente por lo que se debe vincular el tema con el del
procurator y cognitor. El edicto del pretor concedió mecanismos de actuación que
serán revisados en el tomo referido a los procedimientos en Roma.
Lo importante es que el gestor se hubiera ocupado de un negocio que fuera ajeno
con una intención que será calificada, en el derecho post clásico, como animus
aliena negotia gerendi. Este requisito adicional se instituyó al final para diferenciar
la gestión de negocios de situaciones confusas como la de aquel que administra un
asunto ajeno creyendo que es propio o, situación similar, la suposición de que los
bienes afectados eran de su propiedad. Esto a diferencia de la hipótesis en que el
gestor actuara creyendo que tenía un mandato para ejecutar el negocio, supuesto
en el cual si se asimiló a la gestión de negocio y fue objeto de protección mediante la
actio negotiorum gestorum.90
El principal problema que se presentaba era cuando la gestión se realizaba en contra
de la voluntad del dueño del negocio. Siempre fue controvertido, oscilando las
soluciones entre conceder la actio negotiorum gestorum, sobre la base del
beneficio objetivo del dueño; seleccionando una actio utilis con la misma lógica de
beneficio; o, simplemente, negando toda acción. Justiniano limitará al máximo la
aut pro quo mandatum scripsit aut sponsionem suscepit, a creditore actionibus sibi cessis ».
Se refleja el principio de otorgar protección jurídica a quien protege los bienes de los otros. Ulpianus,
libro decimo ad edictum, D.3.5.1: « Hoc edictum necessarium est, quoniam magna utilitas absentium
versatur, ne indefensi rerum possessionem aut venditionem patiantur vel pignoris distractionem vel poenae
committendae actionem, vel iniuria rem suam amittant ».
90
Ulpianus, libro decimo ad edictum, D.3.5.5.pr.: « Item si, cum putavi a te mihi mandatum, negotia gessi,
et hic nascitur negotiorum gestorum actio cessante mandati actione. Idem est etiam, si pro te fideiussero,
dum puto mihi a te mandatum esse ».
89
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
posibilidad de que surgiera una obligación a cargo del dueño del negocio;
admitiéndola solo bajo la premisa de una intención dolosa del dueño del negocio
para lucrarse a costa del gestor.
16.10. ACCIONES NACIDAS DEL MANDATO
En los comentarios de este título he mencionado tangencialmente las acciones que
corresponden al contrato de mandato; cabe recapitular para ordenar la materia. Las
básicas son la actio mandati y la actio negotiorum gestorum, nacidas
originalmente in factum para la administración de negocios de un ausente o de un
fallecido; posteriormente, transformadas en actiones in ius bajo la ex fide bona.
La naturaleza sinalagmática del contrato se constata plenamente en el ejercicio de
la actio mandati, que tiene dos acciones distintas. Por la actio mandati directa, el
mandante puede exigir que el mandatario le rinda cuentas y le transfiera todo el
beneficio adquirido, si fuere el caso. Esta acción se ejerce contra el mandatario y sus
herederos.91 Por la actio mandati contraria, el mandatario puede demandar al
mandante para que le restituya el dinero pagado, los gastos causados y lo indemnice
de los perjuicios ocasionados.92
De la misma forma, el dueño del negocio tiene la actio negotiorum gestorum
directa para obligar al gestor a rendir cuentas de su actuación y restituirle todo lo
que hubiese recibido por la gestión. El gestor de negocios responde por culpa93 y
91
Paulus, libro 32 ad edictum, D.17.1.5.1: « Nam qui excessit, aliud quid facere videtur et, si susceptum
non impleverit, tenetur »; y Ulpianus libro 31 ad edictum, D.17.1.8.10: « Proinde si tibi mandavi, ut
hominem emeres, tuque emisti, teneberis mihi, ut restituas. Sed et si dolo emere neglexisti (forte enim
pecunia accepta alii cessisti ut emeret) aut si lata culpa ( forte si gratia ductus passus es alium emere),
teneberis. Sed et si servus quem emisti fugit, si quidem dolo tuo, teneberis, si dolus non intervenit nec culpa,
non teneberis nisi ad hoc, ut caveas, si in potestatem tuam pervenerit, te restituturum. Sed et si restituas, et
tradere debes. Et si cautum est de evictione vel potes desiderare, ut tibi caveatur, puto sufficere, si mihi
hac actione cedas, ut procuratorem me in rem meam facias, nec amplius praestes quam consecuturus sis
».
92
Ulpianus, libro 31 ad edictum, D.17.1.12.9: « Si mihi mandaveris, ut rem tibi aliquam emam, egoque
emero meo pretio, habebo mandati actionem de pretio reciperando: sed et si tuo pretio, impendero tamen
aliquid bona fide ad emptionem rei, erit contraria mandati actio: aut si rem emptam nolis recipere: simili
modo et si quid aliud mandaveris et in id sumptum fecero. Nec tantum id quod impendi, verum usuras
quoque consequar. Usuras autem non tantum ex mora esse admittendas, verum iudicem aestimare debere,
si exegit a debitore suo quis et solvit, cum uberrimas usuras consequeretur, aequissimum enim erit rationem
eius rei haberi: aut si ipse mutuatus gravibus usuris solvit. Sed et si reum usuris non relevavit, ipsi autem
et usurae absunt, vel si minoribus relevavit, ipse autem maioribus faenus accepit, ut fidem suam liberaret,
non dubito debere eum mandati iudicio et usuras consequi. Et (ut est constitutum) totum hoc ex aequo et
bono iudex arbitrabitur »; y Paulus, libro quinto ad Plautium, D.17.1.45.pr.: « Si mandatu meo fundum
emeris, utrum cum dederis pretium ageres mecum mandati, an et antequam des, ne necesse habeas res tuas
vendere? Et recte dicitur in hoc esse mandati actionem, ut suscipiam obligationem, quae adversus te
venditori competit: nam et ego tecum agere possum, ut praestes mihi adversus venditorem empti actiones
».
93
En este sentido, Ulpianus, libro decimo ad edictum, D. 3.5.3.8.11: « Apud Marcellum libro secundo
digestorum quaeritur, si, cum proposuissem negotia Titii gerere, tu mihi mandaveris ut geram, an utraque
actione uti possim? Et ego puto utramque locum habere. Quemadmodum ipse Marcellus scribit, si
fideiussorem accepero negotia gesturus: nam et hic dicit adversus utrumque esse actionem »; también,
Extracto de la Obra del Profesor Tulio Alberto Álvarez-Ramos, Comentarios a las
Institutas de Justiniano. Tomo II [Contratos]. Caracas: Universidad Católica Andrés
Bello, 2012. Instituto de Investigaciones Jurídicas Universidad Católica Andrés Bello.
dolo,94 imponiéndosele la mayor diligencia en su gestión [exactissima diligentia].
El gestor tiene por su parte la actio negotiorum gestorum contraria para reclamar
los gastos realizados, condicionados a una gestión útil a los intereses del dueño del
negocio. Cabe destacar que la ratificación del negocio implica el reconocimiento de
la utilidad de la gestión realizada; ahora bien, ese eventual reconocimiento, ¿podría
implicar la conversión de la gestión de negocios en mandato?
La respuesta no era sencilla dada la contradicción de opiniones de los juristas
clásicos.95 Como en el derecho quiritario lo que priva es el acceso al magistrado o al
iudex en defensa del derecho considero que, aunque exista ratificación, corresponde
al gestor la actio negotiorum gestorum ya que la conversión que permita una actio
mandati no tendría sentido útil. Además, existe otro argumento, solo desde la
perspectiva quiritaria, no así en la actualidad; el mandato es un contrato pero la
gestión de negocios debe considerarse un cuasi – contrato. Esto lo afirmo con la
advertencia de que Gayo le otorga una dudosa forma contractual a la gestión de
negocios.96 Este tema lo resuelve el próximo título al ubicar la gestión de negocios
como el primero de los cuasi – contratos con una nota de generalidad en cuanto a la
administración de patrimonios ajenos, lo que implica que desde la perspectiva
justineana no se limita al caso de los ausentes.
Papinianus libro tertio responsorum, D.3.5.31.pr.: « Fideiussor imperitia lapsus alterius quoque
contractus, qui personam eius non contingebat, pignora vel hypothecas suscepit et utramque pecuniam
creditori solvit, existimans indemnitati suae confusis praediis consuli posse. Ob eas res iudicio mandati
frustra convenietur et ipse debitorem frustra conveniet, negotiorum autem gestorum actio utrique
necessaria erit: in qua lite culpam aestimari satis est, non etiam casum, quia praedo fideiussor non videtur.
Creditor ob id factum ad restituendum iudicio, quod de pignore dato redditur, cum videatur ius suum
vendidisse, non tenebitur ».
94
Ulpianus, libro decimo ad edictum, D. 3.5.3.8: « Si exsecutor a praetore in negotio meo datus dolum
mihi fecerit, dabitur mihi adversus eum actio ».
95
Ulpiano, en los casos de prestamo de dinero, concede al gestor la actio mandati, cfr. Ulpianus, libro
decimo disputationum, D.50.17.60: « Semper qui non prohibet pro se intervenire, mandare creditur. Sed
et si quis ratum habuerit quod gestum est, obstringitur mandati actione »; sin embargo, el mismo Ulpiano
refleja diferente solución de acuerdo al criterio de otros jurisconsultos, cfr. Ulpianus, libro decimo ad
edictum, D.3.5.9: « pr. Sed an ultro mihi tribuitur actio sumptuum quos feci? Et puto competere, nisi
specialiter id actum est, ut neuter adversus alterum habeat actionem. 1. Is autem qui negotiorum gestorum
agit non solum si effectum habuit negotium quod gessit, actione ista utetur, sed sufficit, si utiliter gessit,
etsi effectum non habuit negotium. Et ideo si insulam fulsit vel servum aegrum curavit, etiamsi insula exusta
est vel servus obit, aget negotiorum gestorum: idque et Labeo probat. Sed ut Celsus refert, Proculus apud
eum notat non semper debere dari. Quid enim si eam insulam fulsit, quam dominus quasi inpar sumptui
deliquerit vel quam sibi necessariam non putavit? Oneravit, inquit, dominum secundum Labeonis
sententiam, cum unicuique liceat et damni infecti nomine rem derelinquere. Sed istam sententiam celsus
eleganter deridet: is enim negotiorum gestorum, inquit, habet actionem, qui utiliter negotia gessit: non
autem utiliter negotia gerit, qui rem non necessariam vel quae oneratura est patrem familias adgreditur.
Iuxta hoc est et, quod Iulianus scribit, eum qui insulam fulsit vel servum aegrotum curavit, habere
negotiorum gestorum actionem, si utiliter hoc faceret, licet eventus non sit secutus. Ego quaero: quid si
putavit se utiliter facere, sed patri familias non expediebat? Dico hunc non habiturum negotiorum gestorum
actionem: ut enim eventum non spectamus, debet utiliter esse coeptum ».
96
Gaius, libro 3 ad edictum provinc., D.3.5.2: « Si quis absentis negotia gesserit licet ignorantis, tamen
quidquid utiliter in rem eius impenderit vel etiam ipse se in rem absentis alicui obligaverit, habet eo nomine
actionem: itaque eo casu ultro citroque nascitur actio, quae appellatur negotiorum gestorum. Et sane sicut
aequum est ipsum actus sui rationem reddere et eo nomine condemnari, quidquid vel non ut oportuit gessit
vel ex his negotiis retinet: ita ex diverso iustum est, si utiliter gessit, praestari ei, quidquid eo nomine vel
abest ei vel afuturum est ».