)RUPDFLµQHQHOVDEHUGLG£FWLFR
SDUDODHQVH³DQ]DXQLYHUVLWDULD
Education in Didactic Knowledge
for University Teaching
'LHJR)HUQDQGR9LOODPL]DU*µPH]
-RUJH$UPDQGR5RGU¯JXH]&HQGDOHV
Universitaria Agustiniana, Bogotá, Colombia
5HVXPHQ
Para una mejor educación se necesitan mejores profesores. Estudiar las prácticas de enseñanza de los docentes universitarios en la Universitaria Uniagustiniana
LPSOLFD GHWDOODU VL H[LVWH OD UHĂH[L´Q HQ OD DFFL´Q R OD
UHĂH[L´Q GH OD DFFL´Q 6FK·Q \ VL UHDOPHQWH ORV
docentes universitarios, además de poseer un domiQLRHQVXVDEHUGLVFLSOLQDUHVSHF®āFRWLHQHQQRFLRQHV
VREUH OR TXH VLJQLāFD OD SHGDJRJ®D \ OD GLG¢FWLFD 8QR
de los aspectos que indagó esta investigación, como lo
señala Herrán (2013), es detallar si para enseñar en la
XQLYHUVLGDGVROREDVWDFRQVDEHUODGLVFLSOLQDHVSHF®āFD
pues la docencia universitaria no exige algún estudio en
pedagogía y didáctica y esto antepone algunas situaciones problemáticas en los procesos de enseñanza y
aprendizaje. Este trabajo respondió a la siguiente problematización: ¿cómo formar a los docentes universitaULRVHQHOVDEHUGLG¢FWLFRGHVGHHODQ¢OLVLVODUHĂH[L´Q\
la transformación de sus prácticas de enseñanza basado
en la construcción del concepto de la buena enseñanza?
El proyecto se enmarca en la necesidad de formación
didáctica de los docentes universitarios. Cada uno de
los docentes y a su vez cada uno de los programas de
la universidad tuvo la oportunidad de analizar desde la
estructura administrativa y pedagógica lo que implica
SODQHDUGHVDUUROODUHYDOXDU\UHĂH[LRQDUDFHUFDGHORV
procesos de enseñanza en la docencia universitaria y lo
que conlleva formar docentes para la calidad académica,
pues la buena enseñanza es un equilibrio entre el saber
disciplinar y el saber didáctico. Por medio de observaciones de clase, entrevistas semiestructuradas y grupos
IRFDOHVORVGRFHQWHVSXGLHURQUHĂH[LRQDUGHVGHV®PLVmos sus prácticas de enseñanza y proponer el concepto de buena enseñanza para la formación didáctica en
la universidad desde las necesidades, experiencias y el
contexto propio, y concluyeron que es necesaria la formación didáctica en los docentes universitarios.
Palabras clave: didáctica universitaria, formación docente, saber didáctico, la buena enseñanza.
[146]
Formación de docentes en universidades latinoamericanas
$EVWUDFW
A better education requires better teachers. Studying
teaching practices by university teachers at Univeristaria Uniagustiniana implies detailing whether there is
DUHĂHFWLRQLQDFWLRQRUDUHĂHFWLRQRIDFWLRQ 6FK·Q
1992), and whether university teachers, besides an exWHQVLYHGRPDLQRIWKHLUVSHFLāFDUHDRINQRZOHGJHKDYH
notions of pedagogy and didactics or not. One of the
aspects this research addresses, as mentioned by HerU¢Q LVGHWDLOLQJLIWKHNQRZOHGJHRIDVSHFLāFGLVcipline is enough to teach at the university level, since
university teaching does not require any studies in pedagogy and didactics, thus creating some problematic
situations in teaching and learning processes. This work
answered the following problem: How to train university teachers in didactic knowledge from the analysis,
UHĂHFWLRQ DQG WUDQVIRUPDWLRQ RI WKHLU WHDFKLQJ SUDFtices based on the construction of the concept of good
teaching? In this sense, the project is framed in the need
of didactic training for university teachers. Each teacher
and, in turn, each university program had the opportunity of analyzing the implications of planning, developLQJHYDOXDWLQJDQGUHĂHFWLQJRQWKHWHDFKLQJSURFHVVHV
of university teaching and what takes to train teachers
for academic quality from the administrative and pedagogical structure, as good teaching is a balance between
the disciplinary knowledge and the didactic knowledge.
Through class observations, semi-structured interviews
DQGIRFXVJURXSVWHDFKHUVUHĂHFWHGRQWKHLUWHDFKLQJ
practices and proposed the concept of good teaching
for didactic training at university level, considering the
needs, experiences and their context. This process allowed concluding that didactic training is a need for
university teaching.
Keywords: University didactics, teacher training, didactic
knowledge, good teaching.
7HDFKHU6RFLDOL]DWLRQDQG,GHQWLW\1HJRWLDWLRQRI7UDQVQDWLRQDO0H[LFDQ()/7HDFKHUVLQ&HQWUDO0H[LFR
>@
6REUHORVDXWRUHV| About the authors
Diego Fernando Villamizar Gómez [diego.villamizar@uniagustiniana.edu.co]
Licenciado en educación física de la Universidad Pedagógica Nacional (Colombia), MaJ®VWHUHQHGXFDFL´QGHOD3RQWLāFLD8QLYHUVLGDG-DYHULDQD &RORPELD \'RFWRU F HQ
educación de la Universidad Autónoma de Madrid (España). Sus líneas de investigación
incluyen: formación docente, pedagogía, educación y didáctica y didáctica de la educación física. Docente e investigador de la Especialización en Pedagogía, Universitaria
Agustiniana, Bogotá, Colombia.
Jorge Armando Rodríguez Cendales [jorge.rodriguez@uniagustiniana.edu.co]
Psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia (sede Bogotá) y Magíster en eduFDFL´QGHOD3RQWLāFLD8QLYHUVLGDG-DYHULDQD &RORPELD 'RFHQWHHLQYHVWLJDGRUGHOD
Especialización en Pedagogía, Universitaria Agustiniana, Bogotá, Colombia.
&µPRFLWDUHQ$3$| How to cite in APA
Villamizar-Gómez, D. F. y Rodríguez-Cendales, J. A. (2019). Formación en el saber didáctico para la enseñanza universitaria. En M. L. Cárdenas-Beltrán, C. R. Cáceda y L. A.
Murillo (eds.). Formación de docentes en universidades latinoamericanas (pp. 145-178).
Bogotá, D. C.: Editorial Uniagustiniana. Doi: https://doi.org/10.28970/9789585498273.04
[148]
Formación de docentes en universidades latinoamericanas
Introducción
A mejores maestros mejores prácticas de enseñanza. Principalmente,
esta investigación procuró evidenciar que la didáctica está ausente en
las aulas universitarias (Herrán, 2015; Perrenoud, 2004; Postic, 1996),
por lo cual la propuesta para la formación en el saber didáctico para
los docentes universitarios se hace necesaria para crear mejores escenarios de enseñanza y aprendizaje para los futuros profesionales.
El trabajo respondió a la siguiente pregunta: ¿cómo formar a los
docentes universitarios en el saber didáctico desde el análisis y la
UHĂH[L´QGHVXVSU¢FWLFDVGHHQVH²DQ]DEDVDGRHQODFRQVWUXFFL´Q
del concepto de la buena enseñanza? El proyecto se enmarca en la
necesidad de formación didáctica de los docentes universitarios basada en el concepto de “buena enseñanza”, cuestión que carece de
importancia, pues para enseñar en la universidad pareciera que no se
necesitara alguna formación en pedagogía y didáctica (Herrán, 2013).
/RTXHVHEXVFDHVTXHGHVGHHODQ¢OLVLV\ODUHĂH[L´QGHODVSU¢FWLFDV
de enseñanza de los docentes universitarios, se construya el concepto de buena enseñanza y se proponga un camino de formación
en didáctica que pueda ser desarrollado por todos los docentes de la
Universitaria Agustiniana a partir de la creación de un centro de pensamiento y formación docente desde la facultad de Humanidades,
Ciencias Sociales y Educación.
Entonces, estudiar las prácticas de enseñanza de los docentes uniYHUVLWDULRV LPSOLFD GHWDOODU VL H[LVWH OD UHĂH[L´Q HQ OD DFFL´Q R OD
UHĂH[L´QGHODDFFL´Q 6FKRQ RVLH[LVWHODUHĂH[L´QVREUHOD
práctica (Perrenoud, 2004), y si realmente los docentes universitaULRVDGHP¢VGHSRVHHUXQGRPLQLRHQVXVDEHUGLVFLSOLQDUHVSHF®āFRWLHQHQQRFLRQHVVREUHORTXHVLJQLāFDODSHGDJRJ®D\ODGLG¢FWLca, pues para que se desarrolle la buena enseñanza debe existir un
equilibrio entre el saber disciplinar y el saber didáctico (Camilloni et
al., 2008). Uno de los aspectos que indagó esta investigación, como
lo señala Herrán (2013), es detallar si para enseñar en la universidad
7HDFKHU6RFLDOL]DWLRQDQG,GHQWLW\1HJRWLDWLRQRI7UDQVQDWLRQDO0H[LFDQ()/7HDFKHUVLQ&HQWUDO0H[LFR
>@
solo basta con saber sobre el saber disciplinar, pues la docencia universitaria, al parecer, no exige alguna preparación en pedagogía y
didáctica y esto antepone algunas situaciones problemáticas en los
procesos de enseñanza y aprendizaje.
No se duda de la existencia de algunos rasgos de la didáctica en las acciones que el docente desarrolla en su cotidianidad en el aula; lo que
se pretende es que, a partir del proyecto, los docentes sean conscientes de que existe la didáctica como saber conceptual, procedimental
\UHĂH[LYRDFHUFDGHODHQVH²DQ]DHQODXQLYHUVLGDG3DUDORDQWHULRU
se analizarán las prácticas de enseñanza del docente universitario,
detallando lo que es en sí mismo la didáctica, sus implicaciones y desarrollos, en oposición a la pedagogía bancaria que menciona Freire
(2012) y poniendo en relación estas prácticas con la buena enseñanza
(Edelstein, 2011; Camilloni et al., 2008) y con el desempeño docente en
la universidad, de manera que se propone un escenario en el cual la
didáctica universitaria sea relevante, necesaria e investigada.
Una de las formas de investigar en el aula es por medio de la investigación participativa y la investigación acción, como señala Díaz-Barriga (2009). El autor menciona que son modelos independientes de
investigación pero que se unen cuando ambos buscan mejorar la realidad de los propios actores, pues este proyecto plantea la propuesWDGHIRUPDFL´QHQGLG¢FWLFDGHVGHODVH[SHULHQFLDVODUHĂH[L´QOD
construcción y el desarrollo de teorías de la didáctica que propicien
la transformación de las prácticas de enseñanza de los docentes. InYHVWLJDUHQWRQFHVVLJQLāFDHQSDODEUDVGHODXWRUÜORJUDUTXHHOGRcente se perciba a sí mismo como un profesional que tiene bajo su
responsabilidad el aprendizaje” (Díaz-Barriga, 2009, p. 143).
Para lograr estas cuestiones se hicieron algunas entrevistas semiestructuradas y observaciones de clase a los docentes, con el propósito
de evidenciar su didáctica en el aula de clase. Tanto entrevistas como
observaciones de clase sirvieron de insumo para la conformación de
los grupos focales que tuvieron como objetivo discutir acerca de las
prácticas de enseñanza de los docentes universitarios, y lo que ge-
[150]
Formación de docentes en universidades latinoamericanas
nera, implica y necesita el docente para ser un didacta en el aula universitaria desde el concepto de buena enseñanza.
Los grupos focales se centraron en discutir tres elementos fundamentales: (1) la forma de construcción del saber didáctico de los doFHQWHV XQLYHUVLWDULRV HO FRQFHSWR \ VLJQLāFDGR GH OD GLG¢FWLFD
XQLYHUVLWDULD HOFRQFHSWR\VLJQLāFDGRGHODEXHQDHQVH²DQ]DHQ
sus propias prácticas de enseñanza y, por último, (4) en construir la
propuesta de formación permanente para los docentes de la Universitaria Agustiniana. Frente a lo mencionado anteriormente, se toman
las posturas de diversos autores sobre los vocablos fundamentales
que desarrolla la investigación: saber didáctico, práctica de enseñanza y buena enseñanza.
4X«FRPSUHQGHHOVDEHUGLG£FWLFR"
Camilloni et al. (2008) señalan tres tipos de saber didáctico. Mencionan en primer lugar la “didáctica ordinaria o del sentido común”,
sobre la cual señala que el docente enseña cómo le enseñaron. Estos
imaginarios suponen que el docente que domina totalmente su saber
disciplinar sabe de por sí enseñarlo. El segundo tipo de saber didáctico para Camilloni et al. (2008) es la “didáctica pseudoerudita”. Este
WLSRGHVDEHUVHSXHGHGHāQLUFRPRODPRGDSHGDJ´JLFDHVFXDQdo el docente supone saber enseñar porque aplica o maneja algunas
HVWUDWHJLDV SDUD GLQDPL]DU VXV HQVH²DQ]DV 3DUD āQDOL]DU HO WHUFHU
aspecto del saber didáctico que tratan estos autores es la didáctica
erudita. “La didáctica erudita es una teoría de la acción pedagógica,
una teoría de la enseñanza” (p. 53). Siendo así, aquí pertenecen los
docentes que se preocupan por el saber didáctico, por estudiar la
enseñanza en sus todas sus condiciones, aquellos que investigan en y
sobre la didáctica (Díaz-Barriga, 2009).
Por su parte, Zambrano (2007) propone algunos saberes que conciernen al profesor –el saber disciplinar, el saber pedagógico y el saber académico–. Entonces, el saber didáctico para Zambrano es: a)
7HDFKHU6RFLDOL]DWLRQDQG,GHQWLW\1HJRWLDWLRQRI7UDQVQDWLRQDO0H[LFDQ()/7HDFKHUVLQ&HQWUDO0H[LFR
>@
el conjunto de comprensiones del acto de aprender; b) el ejercicio
GHUHĂH[L´QHQWUHHOPDUFRWH´ULFRGHODGLG¢FWLFDFRPRGLVFLSOLQD
FLHQW®āFD\ODSU¢FWLFDGHDSUHQGL]DMHLPSXOVDGDSRUHOSURIHVRU XQ
saber de actuación importante para la innovación pedagógica; 4) la
manera como un profesor puede explicar lo que hace, cómo lo hace y
qué resultados obtiene cuando los estudiantes aprenden; 5) y lo que
potencia el discurso del profesor y visibiliza la transformación de las
prácticas de enseñanza.
7HQLHQGR HQ FXHQWD OR DQWHULRU VH MXVWLāFD HO SDUD TXª HVWXGLDU OD
didáctica. Camilloni et al. (2008) mencionan que la didáctica es importante porque en el ambiente de formación docente se cree que
no importa cómo se enseñe, y todo está bien desde que el estudiante
aprenda; no es relevante cómo aprenda. Esto debe llevarnos a reĂH[LRQDUTXHQRWRGDVODVIRUPDVGHHQVH²DQ]DUHVXOWDQDSURSLDGDV
pues el conocimiento está diseñado en términos lógicos propios, y
para poder enseñarlo, es necesario decantar esos términos en algo
P¢VDPHQRFRQWH[WXDO\VLJQLāFDWLYRHVGHFLUGHFRQVWUXLUORGLG¢Fticamente hablando. Teniendo en cuenta lo anterior y siguiendo la
idea de Camilloni et al. (2008), la función del profesor radica en potenciar a todos sus estudiantes y en desarrollar su talento. Para esto
la intuición no les basta para enseñar. Deben formarse técnicamente
y desde su ser como maestro y como didacta.
Entonces, ¿qué es la didáctica? Sin querer reducirlo, la investigación
VH EDV´ HQ DOJXQDV GHāQLFLRQHV \ VLJQLāFDGRV UHOHYDQWHV VREUH HO
concepto de didáctica que tienden a comprender la didáctica más
DOO¢GHGHāQLUODFRPRWªFQLFDVSURFHGLPLHQWRVRSDVRVSDUDHQVH²DU
Compréndase que Comenio (2012) señala que la didáctica es un arte
y que, como arte, debe estudiarse, prepararse para ser maestro y
propiciar todas las condiciones, para que aquello que el autor checo
llamaba “método”, sea algo ameno, organizado, secuencial y en pro de
la naturaleza como arte. Para Litwin, la didáctica es la “teoría acerca
de las prácticas de enseñanza” (2000, p. 40). Con esta connotación
de práctica, la didáctica ya se convierte en el estudio de la acción, de
las implicaciones y los actores de la enseñanza. Estudiarla entonces
[152]
Formación de docentes en universidades latinoamericanas
le da un sentido a lo que hace el docente en al aula. Para Camilloni
et al. (2008) la didáctica es “una disciplina teórica que se ocupa de
estudiar la acción pedagógica, es decir, las prácticas de enseñanza, y que tiene por misión describirlas, explicarlas y fundamentar y
enunciar normas para la mejor resolución de problemas que estas
prácticas planteen a los profesores” (p. 22). Complemento de Litwin,
Camilloni et al. la posicionan como una disciplina, es decir, que posee un corpus epistemológico y, por ende, necesario de tratamiento
académico. Siguiendo a Zambrano (2011), la didáctica es algo que se
FRQVWUX\HGHVGHV®PLVPRFRPRXQDFRQāJXUDFL´QLQWHUQDSDUDHO
desenvolvimiento profesional del docente y que estudia la génesis, la
circulación y la apropiación del saber en condiciones prácticas.
Así pues, la didáctica es una disciplina que estudia las prácticas de
enseñanza para posibilitar la mejora del docente en sí mismo y en el
ejercicio de su profesión. Ya no solo es estudiar el método como lo
mencionaba Comenio, sino las implicaciones y el sentido que tiene
enseñar. La investigación también tomó otros conceptos fundamentales que, entre su diálogo, dan cuenta de la propuesta de formación
en el saber didáctico. Estos conceptos son: práctica de enseñanza,
transposición didáctica y buena enseñanza.
Entre tanto, las prácticas de enseñanza hacen referencia a todo el
conjunto de dinámicas que se presentan en el trascurrir de la enseñanza. Para Jaramillo (2009) las prácticas de enseñanza son procesos de transmisión y apropiación de saberes y contenidos en los
que se gesta toda una relación cultural y social entre el alumno, el
docente y el conocimiento. Además, tienen características que para
HVWDLQYHVWLJDFL´QVRQY¢OLGDVPHQFLRQDUHQFXDQWRGDQVLJQLāFDGR
al momento de acción de enseñanza del docente. Las prácticas de
enseñanza para Jaramillo (2009) son: intencionales; jerárquicas; poseen un tipo de racionalidad; son procesos que entrecruzan distintas
variables para llegar a sus propósitos y a su vez son interactivos; son
singulares, aunque exceden lo individual; median lo cultural y lo social; manejan el saber disciplinar, pero conjugando el pedagógico, y
7HDFKHU6RFLDOL]DWLRQDQG,GHQWLW\1HJRWLDWLRQRI7UDQVQDWLRQDO0H[LFDQ()/7HDFKHUVLQ&HQWUDO0H[LFR
>@
SRVHHQFRQĂLFWRV\FRQWUDFFLRQHVSRUODVWHQVLRQHVTXHVHPDQHMDQ
al interior de ellas.
La investigación tomó también el concepto de transposición didáctica. La paternidad del concepto de transposición didáctica es atriEXLGD D 0LFKHO 9HUUHW TXLHQ OD GHāQH FRPR ÜOD WUDQVPLVL´Q
de aquellos que saben a aquellos que no saben. De aquellos que han
aprendido a aquellos que aprenden” (p. 137). Luego, Chevallard (1998)
concibe la trasposición didáctica como el proceso en que el saber
del experto –saber sabio– se convierte en saber que hay que enseñar y que hay que aprender –saber enseñado–. El autor, en primera
medida, hace mención al saber que se ha determinado como “el saber a enseñar”, por lo cual este sufre una serie de trasformaciones
de adaptación que terminan originando que sea apto para ocupar
un lugar entre los objetos de enseñanza, es así que Chevallard (1998)
establece que el trabajo que transforma desde un objeto de saber
a enseñar en un objeto de enseñanza se denomina “transposición
didáctica”, posteriormente establece que la transposición didáctica
hace referencia a la trasformación de un contenido de saber preciso
en una versión didáctica del objeto de ese saber y se representa por
el siguiente esquema:
Objeto de saber
2EMHWRDHQVH³DU
2EMHWRGHHQVH³DQ]D
Por último, el concepto de “buena enseñanza” se aborda desde Bitar
(2011), titulado Marcos para la buena enseñanza, en el que se plantean
algunas generalidades de este.
Desde el referente anterior la buena enseñanza se comprende como
esa capacidad de los maestros de llegar a sus estudiantes; es decir,
el compromiso del profesor de realizar un buen trabajo que aporte
a la construcción de la sociedad a través de la enseñanza dada en la
escuela. Esta capacidad trasciende los elementos conceptuales y el
EDJDMHGHXQFRQRFLPLHQWRHVSHF®āFRGHDOJXQDDVLJQDWXUDWDPELªQ
está permeado por lo actitudinal del maestro, por cierto sentimiento
de cercanía con sus estudiantes.
[154]
Formación de docentes en universidades latinoamericanas
Litwin (2000), pedagoga argentina, establece la noción de “buena enseñanza” como aquella forma particular que el docente realiza para
alcanzar la construcción del conocimiento, lo que implica reconocer los modos en que los docentes hacen abordaje de las diferentes
WHP¢WLFDVTXHFRPSHWHQHVSHF®āFDPHQWHDVXGLVFLSOLQD\TXHPDQLāHVWDQHQHOWUDWRTXHVHGDDORVFRQWHQLGRVHVGHFLUODMHUDUTXLzación y elección de los mismos, el apoyo con el trabajo práctico, el
DSR\RFRQSU¢FWLFDVPHWDFRJQLWLYDVODVLJQLāFDFL´QTXHVHREWLHQH
de los mismos, lo que evidencia la intencionalidad de realizar efectivamente el proceso de enseñanza y, por lo tanto, favorecer la construcción de conocimiento.
Con los autores, teorías y argumentos anteriormente expuestos es
TXHVHMXVWLāFD\VHFRQVWUX\HODSURSXHVWDGHIRUPDFL´QHQHOVDEHU
didáctico en la docencia universitaria.
(QIRTXHPHWRGROµJLFR
7LSRGHLQYHVWLJDFLµQ
La formación en el saber didáctico para la enseñanza universitaria se
construye desde el enfoque de la investigación-acción, pues ella “se
relaciona con los problemas prácticos cotidianos experimentados por
los profesores […] su propósito es profundizar la comprensión del profesor de su problema, interpretando lo que ocurre, describiendo y explicando lo que sucede” (Elliot, Manzano y Pérez-Goméz, 2010, p. 24).
Díaz-Barriga (2009) señala que existen dos posibles caminos para
abordar el estudio investigativo en la didáctica: las investigaciones
sobre una teoría de la didáctica y sus derivaciones técnicas en el aula
y las investigaciones en el aula y sus aportaciones para una construcción teórica de la didáctica. Para el caso de este proyecto, el trabajo de investigación se centró en la segunda modalidad, ya que el
objetivo fundamental es formar en el saber didáctico a los docentes
XQLYHUVLWDULRVGHVGHHODQ¢OLVLV\UHĂH[L´QGHVXVSURSLDVSU¢FWLFDV
7HDFKHU6RFLDOL]DWLRQDQG,GHQWLW\1HJRWLDWLRQRI7UDQVQDWLRQDO0H[LFDQ()/7HDFKHUVLQ&HQWUDO0H[LFR
>@
de enseñanza, para construir el concepto de buena enseñanza desde
HVWDVUHĂH[LRQHV\SURSRQHUXQSODQSDUDODIRUPDFL´QHQGLG¢FWLFD
Para ampliar el concepto, la investigación-acción es comprendida como la resolución de problemas cotidianos e inmediatos (Álvarez-Goyou, 2003, citado por Hernández-Sampieri, Fernández y
Baptista, 2010) para mejorar prácticas concretas. “Su propósito fundamental se centra en aportar información que guíe la toma de decisiones para programas, procesos y reformas estructurales” (Sandín,
2003, p. 61). Hernández-Sampieri et al. (2010) mencionan que este
tipo de investigación construye el conocimiento por medio de la
práctica, y concuerdan con Álvares-Goyou (2003) en que uno de los
aspectos que se destaca en este tipo de investigaciones es la perspectiva emancipadora, apropiada para esta propuesta, pues más allá
de proponer mejoras, pretende que los participantes generen un
profundo cambio social, de manera que crea conciencia de las circunstancias sociales y la necesidad de mejorar.
Es así como la investigación-acción se ubica como pilar fundamental
de esta investigación, por lo que implica la participación del mismo
docente en su propia práctica de enseñanza y propicia un escenario
GHUHĂH[L´QFROHFWLYDHQHOTXHVHMXVWLāFDTXHHOGRFHQWHLQYHVWLJXHVREUHVXSURSLDSU¢FWLFDFRPRORDāUPD(OOLRWet al. (2010): “El
desarrollo profesional del docente depende, en cierta medida, de la
capacidad de discernir el curso que debe seguir la acción en un caso
en particular, y ese discernimiento se enraíza en la comprensión profunda de la situación” (p. 176).
7«FQLFDVHLQVWUXPHQWRVGHUHFROHFFLµQGHLQIRUPDFLµQ
Como se mencionó anteriormente, la propuesta de investigación
VHEDV´HQODLQYHVWLJDFL´QDFFL´QSDUDSHUPLWLUODUHĂH[L´QGHORV
docentes sobre su propia práctica, y bien pudiesen proponer algunos aspectos para crear la propuesta de formación docente para la
docencia universitaria. Con lo anterior, se diseñaron y aplicaron los
siguientes instrumentos:
[156]
Formación de docentes en universidades latinoamericanas
Entrevistas semiestructuradas
Para Hernández-Sampieri et al ODVHQWUHYLVWDVVHGHāQHQFRPR
una reunión para establecer una conversación en la que se intercambia alguna información relevante de un teme seleccionado. Asimismo,
señalan que las entrevistas semiestructuradas “se basan en una guía
de asuntos o preguntas y el entrevistados tiene la libertad de introducir preguntas adicionales para precisar conceptos” (p. 418).
Observaciones de clase
La observación participante es una técnica de recolección de información que permite obtener percepciones de la realidad estudiada
que difícilmente se podrían lograr sin implicarse en ella (Rodríguez,
Gil y García, 1996, citado por Hernández-Sampieri et al., 2010). La intención de observar la clase de los docentes es detectar en la acción
de enseñanza algunos aspectos que ya han mencionado en las entrevistas y que han expresado en los cuestionarios. Es decir, detallar la
coherencia de la teoría con la práctica.
Grupos focales
Los grupos focales son una reunión de los protagonistas de la investigación –en este caso los docentes universitarios– en la cual el investigador o investigadores comentan el tema de investigación con base a
ODUHĂH[L´QGHXQDSU¢FWLFDGHWHUPLQDGD(QHVWRFDEHFRPHQWDUTXH
Los grupos focales son una técnica de recolección de datos mediante una
entrevista grupal semiestructurada, la cual gira alrededor de una temáWLFDSURSXHVWDSRUHOLQYHVWLJDGRU6HKDQGDGRGLIHUHQWHVGHāQLFLRQHV
de grupo focal; sin embargo, son muchos los autores que convergen en
que este es un grupo de discusión, guiado por un conjunto de preguntas
diseñadas cuidadosamente con un objetivo particular (Aigneren, 2006;
Beck, Bryman y Futing, 2004, citados en Hernández-Sampieri et al., 2010).
La anterior técnica permitió que los docentes participantes de esta
LQYHVWLJDFL´Q SXGLHVHQ UHXQLUVH SDUD SULPHUR GHāQLU HO FRQFHSWR
de “buena enseñanza” y segundo, para dar sus impresiones sobre lo
que debe tener en cuenta un plan de formación para el profesorado.
7HDFKHU6RFLDOL]DWLRQDQG,GHQWLW\1HJRWLDWLRQRI7UDQVQDWLRQDO0H[LFDQ()/7HDFKHUVLQ&HQWUDO0H[LFR
>@
Las entrevistas permitieron indagar sobre las percepciones, concepciones y apropiación o no de conceptos que lo docentes universitarios tienen y manejan en sus clases, lo cual evidencia su saber didáctico en la teoría discursiva. Las observaciones de clase permitieron
evidenciar al docente en su acción didáctica y rescatar los aspectos
más importantes sobre la enseñanza en la universidad. También permitió que los docentes, al no sentirse evaluados, pudieran expresar
libremente lo que hacen de manera cotidiana en sus prácticas de enseñanza. Por último, los grupos focales se propusieron como espaFLRVGHUHĂH[L´QHQWRUQRDODGLG¢FWLFDXQLYHUVLWDULD\DFRPSDUWLU
experiencias de aula que redundaron en el reconocimiento de lo que
saben y no al respecto de enseñar en la universidad.
7«FQLFDGHDQ£OLVLVGHODLQIRUPDFLµQ
La técnica utilizada para analizar la información que arrojaron las entrevistas semiestructuradas, las observaciones de clase y los grupos
focales fue el análisis del discurso. Esta técnica permite estudiar las
estructuras presentes en el discurso desde una óptica lingüística o
semántica. Es así como para cada uno de los instrumentos, luego de
ser transcritos, se procedió a desarrollar la lógica para el análisis del
discurso desde lo propuesto por Santander (2011), quien en primera instancia señala que esta técnica permite, a partir del paradigma
LQWHUSUHWDWLYRFRGLāFDUGHVGHODREVHUYDFL´QODVFDUDFWHU®VWLFDVGHO
discurso de los sujetos en un contexto determinado.
Esta técnica parte de la base de la lengua –escrita y oral– y toma elementos semióticos y lingüísticos que permiten analizar la naturaleza
de los signos y su relación con otros en distintos contextos. Otra de las
características es que, como el lenguaje es el principal proveedor para
el análisis, se toman distintas manifestaciones desde los juegos de palabras, las asociaciones libres y hasta las bromas, pues todo es material
lingüístico que importa a la hora de hacer el análisis del discurso.
Pero en algo que debe tenerse claridad a la hora de establecer un
análisis del discurso es en la relación directa que se establece entre
[158]
Formación de docentes en universidades latinoamericanas
las categorías para permitir el trabajo. Santander (2011) señala que:
Ü6LELHQQRH[LVWHXQPRGHOR»QLFRGHDQ¢OLVLVV®VHSXHGHDāUPDU
que toda investigación que contemple el análisis del discurso debe
mostrar una coherencia rigurosa entre categorías conceptuales, categorías discursivas, categorías lingüísticas o semánticas y recursos
gramaticales” (p. 217).
Teniendo en cuenta lo anterior, se toma la lógica antes mencionada
para analizar el discurso de los seis docentes que participaron en
esta investigación del saber didáctico universitario. Así pues Santander (2011) propone que las categorías conceptuales son aquellos
conceptos claves que guardan directa relación con el objeto de investigación; las categorías discursivas –sustrato de las anteriores
categorías– son la representación discursiva del objeto de estudio,
HV GHFLU OR TXH ORV DFWRUHV PDQLāHVWDQ HQ VXV SU¢FWLFDV GHVGH ODV
categorías conceptuales; las categorías lingüísticas o semánticas
son propiedades de las categorías discursivas, una especia de subconjunto que responde al mundo de los signos; por último, están los
recursos gramaticales que son proporcionados por la lengua y que
guardan directa relación con las categorías lingüísticas. Entonces se
propone el análisis del discurso únicamente tomando las categorías
conceptuales y las categorías discursivas.
7DEOD Categorías conceptuales y categorías discursivas desde el análisis del discurso
Categorías conceptuales
Categorías discursivas
Práctica de enseñanza
*HQHUDFLµQGHODSUHQGL]DMHVLJQLȨFDWLYR
5HȩH[LµQGHODWHRU¯DYVODSU£FWLFD
Didáctica universitaria
Transmisión de saberes
Las herramientas son importantes a la hora de
enseñar
Buena enseñanza
Transmisión del conocimiento para que sea útil
7UDQVIHULUFRQRFLPLHQWR¼WLO\HȨFD]
7HDFKHU6RFLDOL]DWLRQDQG,GHQWLW\1HJRWLDWLRQRI7UDQVQDWLRQDO0H[LFDQ()/7HDFKHUVLQ&HQWUDO0H[LFR
>@
'LVH³R\SURFHGLPLHQWRV
El diseño de la investigación es meramente cualitativo. Como se mencionó anteriormente, se toma la investigación-acción como esencia
del trabajo desarrollado en la propuesta. En esto, Stringer (1999), citado por Hernández-Sampieri et al. (2010), menciona que las tres fases
de la investigación-acción son: observar (mediante la construcción de
un bosquejo del problema y recolectar datos), pensar (analizar e interpretar) y actuar (resolver problemas y presentar mejoras).
Por otra parte, Sandín (2003) menciona algunos ciclos que la investigación-acción debe cumplir para lograr su cometido. Primero, menFLRQD TXH VH GHEH LGHQWLāFDU \ GLDJQRVWLFDU HO SUREOHPD VHJXQGR
formular un plan para resolver el problema o incentivar el cambio;
tercero, implementar el plan; cuarto, realizar una retroalimentación
TXHFRQGXFHDXQQXHYRGLDJQ´VWLFR\DXQDQXHYDUHĂH[L´QGHOD
acción. Teniendo en cuenta lo anterior, la investigación se desarrolló
en las siguientes fases:
•
•
•
•
[160]
Primera fase: contacto con los docentes y consentimiento
para la participación, explicación de lo que se busca con la
LQYHVWLJDFL´Q\āUPDGHFRQVHQWLPLHQWRVLQIRUPDGRV'LIXsión del trabajo a la Decanatura de Humanidades, Ciencias
Sociales y Educación de la Universitaria Agustiniana.
Segunda fase: aplicación de los instrumentos. Entrevistas
semiestructuradas, las observaciones de clase y planteamiento de los grupos focales.
Tercera fase: desarrollo de los grupos focales para determinar el concepto de buena enseñanza y los aspectos relevantes para proponer un plan de formación en el saber didáctico para la enseñanza universitaria; tarea desarrollada por
medio del análisis del discurso.
Cuarta fase: presentación de la propuesta para la formación en
el saber didáctico para la enseñanza universitaria y del concepto de buena enseñanza desde la investigación misma.
Formación de docentes en universidades latinoamericanas
3DUWLFLSDQWHV
Dado que la Universitaria Agustiniana es una institución joven en el
contexto colombiano, pero que en la última década ha crecido de
manera exponencial, es importante tener en cuenta los requerimientos sobre la calidad académica exigidos por el Ministerio de Educación Nacional. Dada esta circunstancia, los programas de la Universitaria están desarrollando el proceso de calidad que les permite
no solo el funcionamiento académico y administrativo, sino también
SHUāODUVHFRPRXQDXQLYHUVLGDGGHUHFRQRFLPLHQWRDQLYHOQDFLRQDO
e internacional.
Teniendo en cuenta que esta investigación principalmente buscó la
formación en el saber didáctico de los docentes universitarios, se tomaron algunos programas de la Universitaria Agustiniana que están
desarrollando este proceso de calidad académica, con la conciencia
de que el Consejo Nacional de Acreditación (CNA), en su factor No.
SURIHVRUHV FRQWHPSOD OD LPSRUWDQFLD GH OD FXDOLāFDFL´Q FDSDFLtación y formación docente. Los programas que hicieron parte de
esta investigación fueron la Licenciatura en Filosofía y el programa
de Administración de Empresas, los cuales para el año 2017-2018 estaban en proceso de acreditación de alta calidad ante el Ministerio de
Educación Nacional colombiano.
Mediante el muestro de participantes voluntarios (Hernández-Sampieri et al., 2010), en la investigación participaron tres docentes de
cada programa, para un total de seis docentes universitarios. Para su
elección y participación se tuvieron en cuenta algunos aspectos que
se relacionan a continuación.
•
Docente de tiempo completo durante el año 2017-2018 en la
Universitaria Agustiniana: esto permitió que desde la Vicerrectoría de Investigaciones y de la dirección de cada programa se concedieran los espacios y tiempos para que los
docentes pudiesen participar de la investigación.
7HDFKHU6RFLDOL]DWLRQDQG,GHQWLW\1HJRWLDWLRQRI7UDQVQDWLRQDO0H[LFDQ()/7HDFKHUVLQ&HQWUDO0H[LFR
>@
•
•
Evaluación docente sobresaliente: con una ponderación
de 4,5 (sobresaliente), los docentes que participaron en la
LQYHVWLJDFL´Q āJXUDQ GHVGH FDGD XQR GH VXV SURJUDPDV
como bien evaluados por sus estudiantes. Esto puede sigQLāFDUTXHVXVSU¢FWLFDVGHHQVH²DQ]DVRQELHQYLVWDVSRU
sus alumnos y que la buena enseñanza está presente en sus
sesiones de clase. Se aclara que la evaluación docente es
un punto de referencia en todas las instituciones, pero en
GHWHUPLQDGRVFDVRVQRVLJQLāFDORTXHVXSRQGHUDFL´QSUHtende mostrar.
Sin estudios en pedagogía: los docentes universitarios participantes tienen, por sus estudios, un bagaje conceptual amplio
en cada uno de los saberes propios de su profesión. La mayoría
tienen estudios de maestría en ámbitos meramente disciplinares y no cuenta con algún tipo de formación académica en
pedagogía. Su experiencia en docencia oscila entre tres y doce
años, pero esto no asegura que posean un dominio pedagógico y didáctico para enseñar su disciplina (Herrán, 2015; Camilloni et al., 2008; Edelstein, 2011; Asprelli, 2014)
(QODVVLJXLHQWHVWDEODVVHPXHVWUDQORVSHUāOHVGHORVGRFHQWHVTXH
participaron en esta investigación.
7DEOD Docentes universitarios del programa de Licenciatura en Filosofía
$³RVGHH[SHULHQFLDHQ
docencia universitaria
Títulos académicos en
pregrado
Títulos académicos en
posgrado
1
Filósofa
0DJ¯VWHUHQȨORVRI¯D
3
2
Matemático
0DJ¯VWHUHQȨORVRI¯D
6,5
3
Filósofo
0DJ¯VWHUHQȨORVRI¯DGHO
derecho
[162]
8
Formación de docentes en universidades latinoamericanas
7DEOD Docentes universitarios del programa de Administración de Empresas
$³RVGHH[SHULHQFLDHQ
docencia universitaria
Títulos académicos en
pregrado
Títulos académicos en
posgrado
6
Economista
Magíster en política social
3
7
Administrador
Magíster en administración
3
8
Economista
0DJ¯VWHUHQULHVJRVȨQDQFLHURV
5
5HVXOWDGRV
En este apartado se dará a conocer al detalle lo que cada uno de los
docentes expresó, mediante los distintos instrumentos ya comentados, respecto a la formación del saber didáctico en la docencia universitaria. Como se explicó anteriormente, la investigación partió desde
algunas categorías conceptuales y estas, a su vez, mediante el análisis
del discurso, condujeron a unas categorías discursivas que constituyen
el abordaje de los resultados de esta investigación. A continuación se
explican dichos resultados bajo el análisis de las categorías discursivas.
Práctica de enseñanza
Para la presente investigación las prácticas de enseñanza hacen referencia a todo el conjunto de dinámicas que se presentan en el transcurrir de la enseñanza (Jaramillo, 2009; Herrán, 2010). Esto es, los
momentos de verdad en los cuales el docente universitario aborda el
complejo contexto del aula, es decir, cuando se dedica a enseñar con
todas las variables que pueden suscitar.
Los docentes participantes de esta investigación coincidieron en que
las prácticas de enseñanza deben remitirse siempre a una planeación
previa, a una delimitación de las estrategias y de las actividades, y en
que se debe hacer una contextualización de los saberes que se ense²DQ\DXQDSRVWHULRUUHĂH[L´QGHORVPLVPRV
7HDFKHU6RFLDOL]DWLRQDQG,GHQWLW\1HJRWLDWLRQRI7UDQVQDWLRQDO0H[LFDQ()/7HDFKHUVLQ&HQWUDO0H[LFR
>@
A partir de los aspectos anteriores, por medio de la metodología trazada en la investigación, se obtuvieron dos subcategorías a comentar
y a analizar en este apartado: las prácticas de enseñanza deben geneUDUXQDSUHQGL]DMHVLJQLāFDWLYR\GHEHQHVWDUDQFODGDVDODUHĂH[L´Q
mediante la relación de la teoría con la práctica.
*HQHUDFL´QGHODSUHQGL]DMHVLJQLĀFDWLYR
La totalidad de los docentes señalan que las clases o las sesiones
–que en esta investigación se denominan “prácticas de enseñanza
EDMRHOPDUFRGLG¢FWLFRÝ×GHEHQJHQHUDUXQDSUHQGL]DMHVLJQLāFDWLYR
(Comenio, 2012). Esto se logra mediante la puesta en común de estrategias, técnicas y actividades que, conforme el saber enseñado,
permitan que el estudiante aprehenda ciertas teorías y conceptos y
pueda llevarlos a la realidad profesional, personal y laboral. A partir
de esto, la acción docente se convierte en una dinamizadora del conocimiento establecido en los currículos de la universidad y permite,
no solo cumplir con la tarea de formar a los profesionales, sino de
generar un pensamiento crítico frente a los saberes que se plantean
dentro de los programas de la universidad.
En coherencia con lo anterior, frente a la frase establecida en una de
las entrevistas realizada a los docentes que enuncia que “No importa
cómo se enseñe, desde que el estudiante aprenda con eso basta”, los
docentes tuvieron algunas apreciaciones de especial mención que
resulta importante comentar en este apartado. Algunos de ellos señalan, desde la frase planteada, que se está en lo correcto si se piensa
TXHHOāQ»OWLPRHVHODSUHQGL]DMH\QRLPSRUWDQLHOPHGLRQLODIRUPD
(GHOVWHLQ'®D]%DUULJD RWURVPHQFLRQDQTXHHOāQMXVWLāFDORVPHGLRV\TXHDHVWRQRSXHGHHVWDUDMHQDODHQVH²DQ]DXQLversitaria; dos de ellos señalan que no es pertinente usar cualquier
medio para enseñar, pero que si no resulta la forma como se plantea
enseñar en la universidad “debe hacerse de una u otra manera”.
5HĂH[L´QGHODWHRU®DYVODSU¢FWLFD
Según podemos apreciar en los enunciados realizado tanto en las
entrevistas como en las observaciones de clase, la totalidad de los
[164]
Formación de docentes en universidades latinoamericanas
GRFHQWHVGHVDUUROODQSURFHVRVGHUHĂH[L´QGHVGHORVSUHFHSWRVWH´ricos que enseñan con la realidad inmediata del estudiante. En esta
praxis, los docentes universitarios aseveran que uno de los objetivos
GH ODV FODVHV \ GH ODV SU¢FWLFDV GH HQVH²DQ]D GHEH VHU UHĂH[LRQDU
sobre lo que los estudiantes están aprendiendo, y que necesariamente debe relacionarse lo que se está discutiendo en el aula con las
situaciones cotidianas de los alumnos. Mencionan de igual manera
TXHODUHĂH[L´Q 3HUUHQRXG HVXQSURFHVRTXHYDPDGXUDQGR
conforme los estudiantes avanzan en los tiempos académicos y que
esta debe ir impregnada de los valores propios de la institución, de
manera que brinde argumentos para el ejercicio de la profesión en la
cual se está formando a los estudiantes.
Hablan también de que se debe enseñar desde la realidad del país,
del estado de la profesión y de las posibilidades que tienen los estudiantes de desempeñar realmente lo que estudian. Esto se hace
posible desde un aprendizaje experiencial (Perrenoud, 2004) suscitado en cada clase desde el estudio propio de la asignatura desarrollando el pensamiento crítico y desde las preguntas que se hagan a
los estudiantes sobre lo que se está enseñando. Las preguntas desde
la realidad del estado actual de la profesión, del saber mismo de la
asignatura y desde la proyección al ejercicio de la profesión hacen
referencia a tres puntos clave para posibilitar esta praxis en la enseñanza en la universidad. Estas tres características deben estar sí o
sí, según los docentes participantes, en cada una de las prácticas de
enseñanza que se dan en la universidad.
'LG£FWLFDXQLYHUVLWDULD
Frente al concepto de didáctica universitaria, existieron dos voces
en el trabajo de campo manifestadas por los docentes universitarios: algunos exigen de la institución una formación fuerte en métodos y herramientas para enseñar, mientras que otros señalan, con
seguridad, que la didáctica no es necesaria para dirigir las clases:
“eso se aprende en el camino, lo importante es saber”. Esta discu-
7HDFKHU6RFLDOL]DWLRQDQG,GHQWLW\1HJRWLDWLRQRI7UDQVQDWLRQDO0H[LFDQ()/7HDFKHUVLQ&HQWUDO0H[LFR
>@
sión se centró en algunas entrevistas con los docentes y en los grupos focales, en los que se vieron estas dos posturas de los docentes
participantes en la investigación. De estas discusiones se pueden
extraer dos características importantes frente a la didáctica universitaria: la didáctica se centra en la transmisión de saberes y las
herramientas didácticas son fundamentales a la hora de un aprenGL]DMHVLJQLāFDWLYR
Transmisión de saberes
/DGLG¢FWLFDSDUDXQJUXSRGHORVGRFHQWHVSDUWLFLSDQWHVVHUHāHUHDWUDQVPLWLUVDEHUHVGHPDQHUDHāFD]HVGHFLUTXHJHQHUHQDOgún aprendizaje, lo cual es medido en las evaluaciones planteadas
en cada una de las asignaturas (Díaz-Barriga, 2009). Ven entonces
la didáctica como algo útil para captar la atención del estudiante y
que “no se duerma en clase”. Facilita el aprendizaje de los estudiantes pues se emplean varias estrategias y actividades que “aviven” las
clases y no las hagan monótonas. Entonces la didáctica es “entregar
de manera sencilla el conocimiento”, de tal forma que se dinamiza la
adquisición del mismo.
La totalidad de los docentes respondieron que no conocen autor o
teoría alguna que pueda ayudarles a dirigir su manera de enseñar en
la universidad: “Uno enseña cómo le enseñaron, sacando lo mejor de
cada profesor que tuvo en el colegio o en la universidad”. No conocen las técnicas de enseñanza ni algunas de las características de la
didáctica en la universidad; esto fue expresado en el cuestionario que
se realizó al inicio del trabajo de campo: “Cuando di mi primera clase
en la universidad solamente me dijeron que si tenía títulos de maestría ya podía dar clase, así que no me he preocupado mucho de esto,
SXHVVLORVHVWXGLDQWHVPHFDOLāFDQELHQGHEHVHUSRUDOJRÝ
Un docente (entrevistado No. 5: 17-05-2018) estableció que la didáctica universitaria “se desarrolla por mera intuición. Eso de saber
cosas para enseñar no es necesario, ¿y si usted no sabe lo que va a
enseñar? Eso sí es más grave. Enseñar se puede de todas las maneras, todo es válido”.
[166]
Formación de docentes en universidades latinoamericanas
Las herramientas son importantes a la hora de enseñar
Luego de discutir qué era la didáctica universitaria, salió a relucir en
ODVHQWUHYLVWDV\HQORVJUXSRVIRFDOHVTXHODGLG¢FWLFDVHUHāHUHDODV
herramientas para poder enseñar: “La universidad ha avanzado en
eso, nos dio televisores en cada aula para uno utilizarlos en sus clases”. Otro de los puntos de discusión fue que las herramientas en la
clase deben ser creativas, como juegos, dinámicas, películas u otras
que ayuden a entretener al estudiante: “Uno debe pensar que la juventud de ahora necesita de otras cosas para que aprenda, con tanta
tecnología, uno les pone una película en clase y eso ayuda bastante”.
Los docentes mencionan que algunas de las herramientas para enseñar son los debates, los videos, los casos reales que se ponen en
situación con la temática de clase, la lectura previa de los temas, las
relatorías, la discusión en clase, el seminario alemán, los diálogos, el
poder tener pensamiento crítico en la clase y los dilemas morales
que pueden servir “para colocar en contexto al estudiante en este
país tan narcotizado y tan corrupto”.
%XHQDHQVH³DQ]D
Para la presente investigación, la buena enseñanza se comprende
como la capacidad de los maestros de llegar a sus estudiantes, es decir el compromiso del profesor de realizar un buen trabajo que aporte a la construcción de la sociedad a través de la enseñanza dada.
Esta capacidad trasciende los elementos conceptuales y el bagaje de
XQFRQRFLPLHQWRHVSHF®āFRGHDOJXQDDVLJQDWXUDTXHWDPELªQHVW¢
permeado por la actitud del maestro, por algún sentimiento de cercanía con sus estudiantes, por la pasión y manera de relacionar lo
que se enseña con la realidad total del estudiante.
Es importante precisar que este concepto se desarrolló en los grupos
focales que tuvieron lugar luego de las entrevistas aplicadas y de las
observaciones de clase. Esto permitió que los docentes emitieran sus
juicios y conceptos respecto a lo que es o debería ser la enseñanza en
7HDFKHU6RFLDOL]DWLRQDQG,GHQWLW\1HJRWLDWLRQRI7UDQVQDWLRQDO0H[LFDQ()/7HDFKHUVLQ&HQWUDO0H[LFR
>@
la universidad, derivado en tres postulados frente a este concepto en
la didáctica universitaria.
La buena enseñanza es la transmisión del conocimiento para que
sea útil
La responsabilidad de la enseñanza recae en el maestro; es lo que
mencionan la totalidad de los docentes participantes. Enuncian que
la transmisión del conocimiento debe ser útil en términos de que el
estudiante sepa qué hacer con lo que se enseña, y el maestro allí debe
hacer “una clase exitosa que haga que sus estudiantes piensen qué
van a hacer como profesionales”. En esa transmisión, es importante
tener en cuenta las emociones de los estudiantes, sus personalidades, sus estados de ánimo, “sin ser psicólogos, porque eso no es de
mi materia en la universidad, pero sí tener en cuenta lo que pasa en
esa cabecita”. La buena enseñanza entonces es “la apropiación de
conceptos referidos a teorías y a desempeños varios que hacen que
los estudiantes piensen que lo que están aprendiendo les servirá para
su vida profesional”.
/DEXHQDHQVH²DQ]DHVXQWªUPLQRPRUDOSRUORWDQWRQRH[LVWH
Otro aspecto que se discutió fue el de qué implica la buena enseñan]DP¢VDOO¢GHORTXHVLJQLāFDSRUORTXHXQJUXSRGHGRFHQWHVHQ
los grupos focales mencionó que, como tal, la buena enseñanza es
un término moral y que no existe en la didáctica universitaria: “A mí
como docente no me deben decir cómo enseño, eso es de los pedaJRJRV<RHQVH²RELHQSRUTXHORVHVWXGLDQWHVORUHĂHMDQFXDQGRPH
evalúan, entonces eso de ‘bueno’ no es tan cierto”.
/RVDUJXPHQWRVTXHUHĂHMDURQHVWRVRQYDULRVSHURFHQWUDGRVHQOD
idea de que no se puede catalogar a la enseñanza como buena o mala,
porque “depende de la intención y del lugar para enseñar. Enseñar
en la universidad es complejo, por lo que lo importante es dar todo
ORTXHXQRVDEHGHFXDOTXLHUIRUPD\HVWDQRSXHGHGHāQLUVHFRPR
buena o mala”.
[168]
Formación de docentes en universidades latinoamericanas
3RU»OWLPRVH²DODURQTXHGHāQLUTXªHVODEXHQDHQVH²DQ]D\P¢V
en la universidad, sería limitar la libertad de cátedra que tienen los
docentes universitarios y que esto reduciría la posibilidad de poder
enseñar de todas las maneras posibles, anulando así la subjetividad
del docente universitario.
La buena enseñanza es la actitud emancipadora para enseñar a pensar
El tercer grupo de docentes –organizado luego de los grupos focales–
PHQFLRQ´TXHODEXHQDHQVH²DQ]DHVÜDTXHOODTXHSHUPLWHODUHĂH[L´Q
de lo enseñado, la transferencia con amor y, sobre todo, aquella que
enseña a pensar”. La buena enseñanza en la universidad debe promover, pues, la libertad de expresión (Perrenoud 2009; Herrán, 2010), el
juicio crítico y la empatía, no solo entre los compañeros sino en términos del conocimiento mismo. Además, los docentes resaltan que
“la buena enseñanza debe permitir adquirir herramientas para la vida,
más allá de la carrera que se estudie”. Señalan que el compromiso y la
voluntad del docente es crucial para generar un buen clima de clase,
y que el docente siempre debe estar en la disposición para aprender.
Una de las intenciones de esta investigación, en un primer momento,
HUDGHāQLUORTXHHVODEXHQDHQVH²DQ]DVHH[WUDMHURQHVWDVGHāQLciones –anotadas anteriormente– por los tres grupos, desde las posturas frente al concepto, en la dinámica de los grupos focales.
'LVFXVLµQ
Para entablar la discusión frente a la presente investigación, se proponen algunos interrogantes a partir de los resultados dados desde
las categorías conceptuales y las categorías discursivas, lo que permite no solo hacer el análisis de la realidad encontrada y su contraste
con las teorías referidas, sino también seguir analizando, por medio
de más preguntas, la cuestión de la formación en didáctica de los docentes universitarios. Es así como a partir de algunos interrogantes
se hace la discusión en la presente investigación.
7HDFKHU6RFLDOL]DWLRQDQG,GHQWLW\1HJRWLDWLRQRI7UDQVQDWLRQDO0H[LFDQ()/7HDFKHUVLQ&HQWUDO0H[LFR
>@
¿Qué requiere la formación del profesorado?
Bajo la dinámica de la investigación, se pudo evidenciar que los docenWHVSDUWLFLSDQWHVV®UHFODPDQGHODLQVWLWXFL´QHVSDFLRVGHUHĂH[L´Q
capacitación y formación desde la didáctica y la pedagogía para adquirir elementos que puedan facilitar el ejercicio de su profesión. Esto
conduce a pensar que solamente la formación es vista como la adquisición de herramientas para algo, y esto no es lo único que prevalece
HLPSRUWDHQODHQVH²DQ]DXQLYHUVLWDULD1RVHWUDWDGHGHāQLUDTX®OR
que es la formación docente, se trata es de detallar sus implicaciones.
Entonces podemos decir que la formación en didáctica universitaria,
comprendida desde los resultados de esta investigación, se ve únicamente como “la adquisición de herramientas para poder enseñar”. ¿Y
la formación personal? ¿Y la formación del ser? ¿Acaso si propendemos por una formación integral solo interesan las técnicas de enseñanza? Los docenes participantes de esta investigación en su totalidad
ven la formación en didáctica como la acción de entregar una especie
de recetas para saber enseñar, y la didáctica no se ocupa solo de esto
(Camilloni et al., 2008; Edelstein, 2011; Cols, 2011; Díaz-Barriga, 2009;
Zambrano, 2011). La didáctica trasciende al sujeto mismo, por lo que
no se puede seguir viendo aquella aplicada a la universidad como una
mera “instrucción” para saber cómo se debe enseñar. Este es uno de
los requerimientos para formar a los docentes en el saber didáctico.
No se quiere decir con esto que no sea importante adquirir, conocer
y manejar las técnicas. Lo que se quiere decir es que esto no basta,
porque si fuese lo único, los docentes seríamos una especie de robots programados para “instruir, transmitir, enseñar” un contenido.
De eso únicamente no se trata la enseñanza en la universidad, pues
la profesión del docente va más allá de una mera técnica.
4XªFRQĀJXUDHOVDEHUGLG¢FWLFR"
Es este apartado quisiéramos señalar dos aspectos: el primero es que
los docentes solo ven que el saber didáctico se centra en la adquisición de técnicas, estrategias y actividades para enseñar. Esto es
necesario, pero no todo. En el transcurso de la investigación, sobre
[170]
Formación de docentes en universidades latinoamericanas
todo en las observaciones de clase y en algunas entrevistas, se notó
que los docentes no tienen una alfabetización ni formación en didáctica, pues no saben con certeza qué deben conocer para saber enseñar. Confunden estrategia didáctica con recursos didácticos –en
la mayoría de los casos– y suponen que entre más empleen recursos
–sin un tratamiento didáctico adecuado– más llamativas serán sus
clases. Es decir que si utilizan juegos, películas, entre otras cosas, ya
están siendo “didácticos”. Esto deja entrever que la formación técnica es necesaria en la docencia universitaria –pero insistimos, no lo
único–. Podemos decir entonces que el analfabetismo didáctico está
presente en las aulas universitarias, al menos en este caso, por lo
TXHHOVDEHUGLG¢FWLFRGHEHHVWDUFRQāJXUDGRÜSRUXQRVP®QLPRVGH
conocimiento respecto a la didáctica y sus formas y maneras de llevar a cabo el proceso de enseñanza”. Esto puede corresponder a un
segundo aspecto de las implicaciones para la formación en didáctica.
Segundo, el saber didáctico no se puede limitar únicamente a la adquisición de saber y de herramientas para saber enseñar. Permitir
que exista la necesidad no únicamente de pasar del “saber sabio al
saber enseñado” (Chevallard, 1998) o a la didáctica erudita (Camilloni et al., 2008), sino que los docentes universitarios reconozcan que
enseñar requiere de una “gestión consciente” (Herrán, 2016); que
hay que encausarse a atender el interior de cada sujeto, es decir, a
hacer consciencia y a ser conscientes de que la acción de enseñar
requiere de una preparación del interior que permita vislumbrar la
responsabilidad social, política, cultural y pedagógica que tiene la
enseñanza en la universidad y la formación de profesionales constructores de país.
Por lo anterior, la formación en didáctica universitaria puede contemplar tener dos columnas principales: la formación en todos aquellos saberes que remitan a estrategias y técnicas para saber enseñar y
en la formación del interior, en la consciencia frente a la responsabilidad de enseñar en la universidad; de formar profesionales.
7HDFKHU6RFLDOL]DWLRQDQG,GHQWLW\1HJRWLDWLRQRI7UDQVQDWLRQDO0H[LFDQ()/7HDFKHUVLQ&HQWUDO0H[LFR
>@
6HSXHGHKDEODUGHXQDGLG¢FWLFDXQLYHUVLWDULD"
La didáctica es comprendida en esta investigación como una disciplina que estudia las prácticas de enseñanza y posibilita la mejora del
docente en sí mismo y en el ejercicio de su profesión. Ya no solo es
estudiar el método, como lo mencionaba Comenio, sino las implicaciones y el sentido que tiene enseñar.
Con los docentes participantes de esta investigación se pudo reconocer, en términos de formación didáctica, lo que Camilloni et al.
(2008) mencionan como didáctica ordinaria o del sentido común.
Existe algo vano, y se dice que es vano porque no está sembrado en
un discurso ni en unas prácticas sólidas desde el marco de la didáctica; de la formación didáctica en los docentes, cuando hablan del
supuesto sentido que dan a sus prácticas de enseñanza, en cuanto a
ODUHĂH[L´QFRQWH[WXDOL]DFL´Q\HVHVHQWLGRGLQDPL]DGRUGHODDFWLvidad docente. En conclusión, hay algo de saber didáctico común que
ha sido posibilitado por la experiencia de los docentes en la enseñanza universitaria, pero aún no existe en ellos una sólida consciencia
GHORTXHVLJQLāFDHQVH²DUHQODXQLYHUVLGDG(QORVUHVXOWDGRVPRVtrados anteriormente, se expresó algo encontrado en el trabajo de
FDPSRÜHOāQMXVWLāFDORVPHGLRVVLQRVHSXHGHHQVH²DUELHQSXHV
toca enseñar como sea; no necesito de la didáctica, necesito saber
más de lo que enseño”.(VWDVDāUPDFLRQHVYLVOXPEUDQTXHQRH[LVWH
un saber especializado, ni estudiado ni investigado para enseñar, por
lo que aquello del “equilibrio disciplinar y el equilibrio didáctico” no
es algo característico de los docentes de esta investigación, pero sí
es necesario fomentarlo.
Sí se habla de una didáctica universitaria en este caso, pero desde
un sentido común, ordinario (Camilloni et al., 2008), no estudiado ni
investigado, por intuición (Herrán 2016). La didáctica sigue siendo
vista como esa “transmisión de saberes, las herramientas para enseñar, y en algunos casos como innecesaria, desprovista de sentido,
no importante porque lo que prima es que los docentes sepan el qué
enseñar, pero no el cómo ni el para qué”.
[172]
Formación de docentes en universidades latinoamericanas
De allí que en los grupos focales se hayan conformado tres grupos
de docentes con tendencias distintas hacia la conceptualización de
la buena enseñanza en la universidad. Y no porque sea malo o bueno
tener varios puntos de vista al respecto, sino porque esta conceptualización está permeada por una “didáctica light” y simplista del
sentido y trasfondo del enseñar en la universidad. Esto entonces
supone que existe la necesidad de pasar de una didáctica común a
una didáctica erudita, como lo proponen Camilloni et al. (2008), en el
marco de la consciencia, del estudio de sí mismo (Herrán, 2016), para
posibilitar otro tipo de enseñanza en la universidad.
¿Qué se necesita para enseñar “bien” en la universidad?
Al contrario de la percepción de los docentes participantes de esta
investigación, el concepto de “buena enseñanza” estaría involucrado en todos los ámbitos de educación, aún más cuando se trata de
IRUPDUSURIHVLRQDOHV(QWRQFHVORVFDOLāFDWLYRVÜELHQÝ y “bueno” implican un esfuerzo desde el interior y exterior del docente por hacer
que sus estudiantes comprendan, analicen, piensen críticamente y
además de aprobar los correspondientes exámenes, detallen cómo
ORTXHVHOHVHQVH²DHQDODXODOHVHV»WLO\VLJQLāFDWLYRSDUDODYLGD
personal y profesional. Esto solo se logra “cuando los maestros son
maestros”, cuando dan lo mejor de sí, cuando comprender que la enseñanza es un entramado de situaciones y variables que invitan al
docente a mejorar todos los días.
Enseñar bien puede aprenderse, pero requiere antes de pensar qué
implica este concepto. Por esto, la buena enseñanza ha de estar permeada del interior del sujeto enseñante –el maestro– y debe permitir,
desde ese interior, sacar lo mejor de sí mismo para que el exterior –los
alumnos, el currículo, la institución, entre todos los entes inmiscuidos
en el proceso educativo, pedagógico y didáctico– sea posibilitador de
XQDIRUPDFL´Q\XQDSUHQGL]DMHVLJQLāFDWLYRV/RDQWHULRUHQWRQFHV
VHFRQāJXUDFRPRXQDGHODVQHFHVLGDGHVP¢VLPSRUWDQWHV\SULPDrias en la formación de docentes.
7HDFKHU6RFLDOL]DWLRQDQG,GHQWLW\1HJRWLDWLRQRI7UDQVQDWLRQDO0H[LFDQ()/7HDFKHUVLQ&HQWUDO0H[LFR
>@
Ya en el desarrollo de la investigación, al ver la confusión entre conceptos del saber didáctico, entre la multiplicidad de percepciones e
implicaciones al respecto, los docentes participantes en los grupos
focales lanzaron, desde su experiencia, algunos ejes de formación
SDUDORVGRFHQWHVFRQHOāQGHSURSRQHUXQSODQGHIRUPDFL´Q6HU¢
esto una solución para la pobreza en el saber didáctico de los docentes universitarios? ¿Cómo puede constituirse un plan de formación
para docentes en la universidad permitiendo la transformación de las
prácticas de enseñanza? ¿Podremos llegar a una didáctica erudita en
la universidad? ¿Los docentes universitarios tendrán en cuenta que
antes que otra cosa, son formadores, pedagogos, didactas?
El plan de formación que lanzan los docentes universitarios se basa
en una visión técnica y a la vez humanística. “Uno necesita formarse
en cómo aprenden los jóvenes de hoy, pero es que las capacitaciones de la universidad se quedan en las mismas clases aburridoras
que nosotros hacemos [risas]”. Frente a este reto de plantear ideas
para la formación docente, la mayoría de docentes llegan a la conclusión de que este debe tener, al menos, dos dimensiones: la primera,
aquella que se ocupe de enseñarle a los docentes universitarios las
técnicas pertinentes para enseñar en la universidad y, por otro lado,
“aquel sentido de las clases, es decir, lo humanístico, no solo desde
San Agustín porque es importante, sino valores a nivel general, cosas
que lo hagan a uno tomar consciencia”.
Es así como se constituyen en una proyección de esta investigación
–para una propuesta siguiente– las dos visiones expuestas por los
docentes para un plan de formación.
Conclusiones
Desde el trabajo realizado en la presente investigación, se puede
concluir, en primer lugar, que la docencia universitaria debe desarrollar una didáctica erudita, de manera que permita procesos de enVH²DQ]D\DSUHQGL]DMHP¢VDPHQRVVLJQLāFDWLYRV\TXHUHGXQGHQHQ
[174]
Formación de docentes en universidades latinoamericanas
la formación profesional y personal de los estudiantes. Es necesario
que la universidad en general tome una postura radical para implementar acciones que permitan que los docentes no solo sepan de su
saber disciplinar, sino que obtengan, desarrollen y practiquen los saberes pedagógicos y didácticos en sus clases. Las acciones van desGHSURJUDPDVGHIRUPDFL´QFDSDFLWDFL´Q\HVSDFLRVGHUHĂH[L´Q\
encuentro académico, hasta todas aquellas que permitan al docente
su desarrollo profesional y personal. Esto no solo redundará en éxito
en cuanto a los procesos de enseñanza y aprendizaje, sino también
en el buen desempeño de los estudiantes de las distintas disciplinas.
Entonces, para ser eruditos en didáctica universitaria, se necesita del
apoyo institucional y de la apertura al cambio y a la renovación de los
docentes de la universidad, con la misión clara de que las prácticas
de enseñanza sean para la comprensión de las diferentes realidades,
y como visión, hacer de la academia un espacio de encuentro académico y de pensamiento crítico, todo desde la forma como el docente
pueda llevar a cabo la enseñanza.
En segundo lugar, los discursos y saberes de los docentes participantes en esta investigación, y en general, carecen de un corpus epistemológico propio de la pedagogía y la didáctica, lo cual hace caer en
FRQIXVLRQHV \ WHUJLYHUVDFLRQHV VREUH HO VLJQLāFDGR \ VHQWLGR GH OD
didáctica universitaria. Por ello, los docentes divagan entre la confusión y la incertidumbre propias de quien no saben a consciencia
lo que hace en sus prácticas de enseñanza, pues estas están dirigidas desde una visión mecánica e instrumental de la didáctica, lo que
hace necesario plantear un enfoque de formación que además de reunir la formación técnica para gestionar la didáctica en clase pueda
contribuir a trabajar desde el interior, desde el ser, todas aquellas
implicaciones inéditas y que no siempre se han tenido presentes en
los programas de formación de docentes. Una de las maneras puede
llegar a ser la implementación del enfoque radical e inclusivo de la
formación (Herrán, 2016), el cual sostiene que la formación va mas
allá de la aplicación de estrategias y técnicas didácticas y que parte
del sujeto que es maestro, es decir, del interior.
7HDFKHU6RFLDOL]DWLRQDQG,GHQWLW\1HJRWLDWLRQRI7UDQVQDWLRQDO0H[LFDQ()/7HDFKHUVLQ&HQWUDO0H[LFR
>@
Por último, es necesario poner en marcha un plan de formación doFHQWHHQODXQLYHUVLGDGSDUDODFXDOLāFDFL´QGHORVGRFHQWHVXQLYHUVLWDULRVEDVDGRHQHVSDFLRVGHDSURSLDFL´Q\UHĂH[L´QHQWRUQRDOD
didáctica. El plan de formación docente debe contener tres pilares
fundamentales: la mirada técnica de la didáctica, necesaria para
aprender a manejar ciertas estrategias para la enseñanza; una mirada humanista de la didáctica, para ser consciente de las implicaciones del acto de enseñar en la universidad; y una mirada institucional,
desde el horizonte, misión y visión de la universidad, para denotar
sentido de pertinencia con los ideales de la propia institución y así
construir identidad académica y profesional.
Referencias
Asprelli, C. (2014). La didáctica en la formación docente. Rosario, Argentina: Ediciones
HomoSapiens.
Bitar, S. (2011). Formación docente en Chile. Programa de promoción de la reforma
Educativa en América Latina y el Caribe (PREAL). Recuperado de: www.preal.
org. Julio de 2018.
Bowers, J., Shoho, A. y Barnett, B. (2015). Challenges and Opportunities of Educational
Leadership Research and Practice. The State of the Field and Its Multiple Futures. International Research on School Leadership.
Bronmberg, M., Kirsanov, E. y Longueira, M. (2008). Formación profesional docente.
Nuevos enfoques, 2ª ed. Buenos Aires, Argentina: Editorial Bonum.
Camilloni, A., Feeney, S., Basabe, L. y cols. (2008). El saber didáctico. Buenos Aires, Argentina: Editorial Paidós.
Cerda, H. (2011). Los elementos de la investigación: cómo reconocerlos, diseñarlos y
construirlos. Bogotá, Colombia: Editorial Magisterio.
Chevallard, Y. (1998). La transposición didáctica. Del saber sabio al saber enseñado.
Buenos Aires, Argentina: Editorial Aique.
[176]
Formación de docentes en universidades latinoamericanas
Civarolo, A. (2008). La idea de didáctica: antecedentes, génesis y mutaciones. Bogotá, Colombia: Editorial Magisterio.
Cols, E. (2011). (VWLORVGHHQVH²DQ]D6HQWLGRVSHUVRQDOHV\FRQāJXUDFLRQHVGHDFFL´Q
tras la semejanza de las palabras. Rosario, Argentina: Ediciones HomoSapiens.
Comenio, J. (2012). . Barcelona, España: Ediciones Akal.
Contreras, J. (1994). Enseñanza, currículum y profesorado. Introducción crítica a la
didáctica. Madrid, España: Editorial Akal.
Díaz-Barriga, A. (2009). Pensar la didáctica, 1ª ed. Buenos Aires, Argentina: Amorrortu
ediciones.
Edelstein, G. (2011). Formar y formarse en la enseñanza. Buenos Aires, Argentina: Editorial Paidós
Elliot, J., Manzano, P. y Pérez-Gómez, A. (2010). La investigación-acción en educación,
6ª ed. Madrid, España: Ediciones Morata.
Freire, P. (2012). Pedagogía del oprimido. Madrid, España: Editorial biblioteca Nueva.
Hernández-Sampieri, R., Fernández C. y Baptista P. (2010). Metodología de la investigación. México DF, México: Editorial McGraw Hill.
Herrán, A. (2010). Disparates pedagógicos o retos de la enseñanza universitaria. En
J. Paredes y A. de la Herrán (Coords.). Cómo enseñar en el aula universitaria.
Madrid: Pirámide.
-------- (2013). Enfoque radical e inclusivo de la formación. Revista Iberoamericana
VREUH&DOLGDG(āFDFLD\&DPELRGH(GXFDFL´Q, 12(2), 163-264.
------- (2015). Pedagogía radical e inclusiva y educación para la muerte. Salamanca,
España: Editorial FahrenHouse.
-------- (2016). ¿Es posible la transformación docente? Revista Internacional de Formación de Profesores, 1(2), 51-69.
Jaramillo, J. (2009). Prácticas de enseñanza. Prácticas educativas y procesos de formación en la educación superior%RJRW¢&RORPELD(GLWRULDO3RQWLāFLD8QLYHUsidad Javeriana.
7HDFKHU6RFLDOL]DWLRQDQG,GHQWLW\1HJRWLDWLRQRI7UDQVQDWLRQDO0H[LFDQ()/7HDFKHUVLQ&HQWUDO0H[LFR
>@
Litwin, E. (2000). /DVFRQāJXUDFLRQHVGLG¢FWLFDV. Buenos Aires, Argentina: Editorial
Paidós.
Mañú, J. y Goyarrola, I. (2011). Docentes competentes. Por una educación de calidad.
Madrid, España: Narcea ediciones.
Ministerio de Educación de Chile (2008): Marco para la Buena Enseñanza. Recuperado de: http://www.docentemas.cl/docs/MBE2008.pdf.
Perrenoud, P. (2004). 'HVDUUROODUODSU¢FWLFDUHĂH[LYDHQHORāFLRGHHQVH²DU. Barcelona,
España: Editorial Graó.
Postic, M. (1996). Observación y formación de los profesores. Madrid, España: Ediciones Morata.
Reardon, M. y Leonard, J. (2017). ([SORULQJWKH&RPPXQLW\,PSDFWRI5HVHDUFK3UDFtice Partnerships in Education. A volume in the series: Current Perspectives
on School/University/Community Research.
Sandín, M. (2003). Investigación cualitativa en educación. Fundamentos y tradiciones.
Madrid, España: McGraw Hill.
Santander, P. (2011). Por qué y cómo hacer análisis del discurso. Cinta Moebio, 41,
207-223.
6FK·Q' /D)RUPDFL´QGH3URIHVLRQDOHV5HĂH[LYRV+DFLDXQ1XHYR'LVH²RGHOD
Enseñanza y Aprendizaje en las Profesiones. Barcelona, España: Editorial Paidós.
Verret, M. (1975). El tiempo de los estudios. París, Francia: Librairie Honoré Champion.
Zabalza, M. (2011). Competencias docentes del profesor universitario. Calidad y desarrollo profesional, 2ª ed. Madrid, España: Narcea ediciones.
Zabalza, M. y Zabalza, A. (2012). Profesores(as) y profesión docente. Entre el ser y el
estar. Madrid, España: Narcea ediciones.
Zambrano, A. (2007). )RUPDFL´QH[SHULHQFLD\VDEHU. Bogotá, Colombia: Cooperativa
Editorial Magisterio.
------- (2011). Didáctica, pedagogía y saber, 2ª ed. Bogotá, Colombia: Cooperativa
Editorial Magisterio.
[178]
Formación de docentes en universidades latinoamericanas