En vez de calmarse con la disculpa, el señor
Arcediano se subió más al cerezo, y prosiguió gritando: — He mandado que se vaya esa mujer irreligiosa...
Ricardo Palma
Después, hecho ya Arcediano de Guadalaxara, pasó á Salamanca, en donde acabó su carrera eclesiástica, y en el año de 1452 vino á la Corte de Juan el Segundo de Castilla, en la qual, aunque jóven, tuvo la mayor influencia.
El
Arcediano, crispando los puños, quiso levantarse en persecución de la señora; mas se lo estorbaron el sacristán y el perrero de la Catedral.
Ricardo Palma
Marqués de Espinardo y Aguilar.- El Arcediano de Villena.- Vicente Hezeta.- Conde de Campo Hermoso.- Antonio Abat.- Marqués de Villar.- Antonio Fernández de Santo Domingo.- Vizconde de Huerta.- Luis Santiago Bado.- Francisco López de Aguilar.- Josef Henarejos.- Por acuerdo de la Junta.- Antonio Josef de Calahorra.
Viento favorable había elevado al licenciado Prez y honra le dieron sus talentos, su saber, los altos puestos que ocupó y los grandes personajes que frecuentaba. A mayor abundamiento, un su tío,
arcediano opulentísimo, lo instituyó su único heredero.
Tomás Carrasquilla
El caso es que su señoría el
Arcediano, aunque nacido en España y de padres españoles, era bastante trigueño, como si en sus venas circularan muchos glóbulos de sangre morisca.
Ricardo Palma
Las principales señoras del Cuzco, entre las que doña Antonia gozaba de predicamento, varios regidores del Cabildo, el superior de los jesuitas y el comendador de la Merced, iban del Provisor al
Arcediano, y de éste á aquél, con empeño para que se levantase la terrorífica censura.
Ricardo Palma
El Provisor, poniendo cara de Padre Eterno melancólico, contestaba que por su parte no habría inconveniente, siempre que la excomulgada se aviniese a pagar multa de doscientos pesos (la mosca por delante), y que el
Arcediano se allanase á perdonar á su ofensora.
Ricardo Palma
Algo debia valer esta posesion, y alguna importancia tenia, cuando dice la historia que Veremundo queria retener "tantum talemque municipium." Presentáronse á cortar la cuestion Fernando y Munio Consul, hermano aquel y cuñado este, de Veremundo, quien al fin cedió y entregó la fuerza al arzobispo; este la puso á cargo de un arcediano de Santiago, llamado Pedro Crescónides.
Habiendo santo Domingo venido a Francia con el obispo de Osma, del que era arcediano, declamó con celo contra los Albigenses, y se hizo amar de Simón conde de Montfort.
Sebastián) para ejemplo y escarmiento universal.» Este
arcediano justiciero, que á juzgar por el retrato de Pacheco tenía cara de hiena, acabado aquel acto, se volvió tranquilamente «á su casa y quietud, donde con admirable ejemplo de singular modestia y compostura gastó el resto de la vida en el ejercicio de todas las virtudes.» Por no hacer demasiado prolijo este informe, no señalaré episodios muy interesantes y completamente desconocidos en las vidas de otros muchos de los hombres preclaros que figuran en el Libro de Francisco Pacheco.
Pedro de Madrazo
También se efectuó en Lima un sínodo en el que, por cuestión de asiento, se armó gorda pelotera entre el
arcediano y el previsor, que era el favorito del arzobispo Lobo Guerrero.
Ricardo Palma