brial


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  • nombre

Sinónimos para brial

guardapiés

Sinónimos

tonelete

Sinónimos

Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.
Ejemplos ?
La Alameda entonces sería cual una especie de jardín de encantamiento con tanto brial de brocado, con tanto manto de tafetán de Florencia, con tanto encaje de Flandes, con tantas plumas y sombrerillos, con tantas ropillas de varios y risueños terciopelos o de espléndidos y brillantes rasos, con tantas calzas de diferentes colores, con tantas capas bordadas.
Respondió el poeta: Trata de lo que dejó de escribir el Arzobispo Turpín del Rey Artús de Inglaterra, con otro suplemento de la Historia de la demanda del Santo Brial, y todo en verso heroico, parte en octavas y parte en verso suelto; pero todo esdrújulamente, digo en esdrújulos de nombres sustantivos, sin admitir verbo alguno .
De un balcón sentóse cerca, muy pensativa la dama, en un gran sillón dorado, cuyo respaldo formaba un dosel o guardapolvo en una curva gallarda, de castillos, de leones y de corona adornada; un vistoso brial de seda verde y con labores varias de sirgo y perlas, y en torno de oro recamos y franjas, era su traje; una toca muy más que la nieve blanca y un claro cendal cubrían sus trenzas negras y largas.
En un camarín pequeño, vestido con pabellones de berberiscos damascos y una alfombra de colores, junto a un cuadrado bufete, que rico tapete esconde de carmesí terciopelo con franjas de oro y borlones, enfrente de un oratorio de concha, nácar y bronces, donde la imagen brillaba del Redentor de los hombres, y a la luz de dos bujías, de aquel breve cielo soles, que en candeleros de oro daban vivos resplandores, sentada en la regia silla, con la presencia más noble que jamás tuvo matrona, que jamás respetó el orbe, doña Isabel, la gran reina de Castilla y León, mostrose a los admirados ojos del genovés sabio y pobre. Un brial de raso morado...
Iba aquel día bizarramente ataviada; brial de raso azul, justillo recamado de seda y oro y bien peinada la negra y undosa mata de pelo, sujeta en rodete en lo alto de la gentil cabeza por rascamoño de oro, lleno de piedras preciosas.
Mas vi venir una donzella; pues nací, non vi tan bella; blanca era e bermeja, cabelos cortos sobr’ ell oreja fruente blanca e loçana, cara fresca como maçana; nariz egual e dreita, nunca viestes tan bien feita; ojos negros e ridientes, boca a razón, e blancos dientes; labros bermejos, non muy delgados, por verdat bien mesurados; por la centura delgada, bien estant e mesurada; el manto e su brial de xamet era, que non d'ál; un sombrero tien’ en la tiesta, que nol' firiese mal la siesta; unas luvas tien’ en la mano, sabet, non ge las dio villano.
Parece que la leyenda contenida en la monografía que hoy saco a luz, es la misma que representa una tapicería gótica perteneciente al barón de Rothschild, y en el cual, con donoso anacronismo, Alejandro luce una armadura de punta en blanco, del siglo XIV, y Zenana el luengo corpiño, el brial y el ancho tocado de las damas contemporáneas de la Santa Sede en Aviñón.
Salto diera de la cama como la parió su madre, vistiérase una alcandora no hallando su brial; vase para los palacios donde sus damas están; dando palmadas en ellas las empezó de llamar: –Si dormís, las mis doncellas, si dormides, recordad; las que sabedes de amores consejo me queráis dar; las que de amor non sabedes tengádesme poridad: amores del conde Ayruelo no me dejan reposar.– Allí hablara una vieja, vieja es de antigua edad: –Agora es tiempo, señora, de los placeres tomar, que si esperáis a vejez no vos querrá un rapaz.– Desque esto oyó Melisenda no quiso más esperar y vase a buscar al conde a los palacios do está.
Ferrán Gonçález non vio alli do s’ alçasse, nin cámara abierta nin torre, metios so ‘l escanno tanto ovo el pavor; Diego Gonçález por la puerta salió diziendo de la boca: «¡Non veré Carrión!» Tras una viga lagar metios’ con grant pavor, el manto & el brial todo suzió lo sacó.
En 1817 algunos de los antiguos mauristas intentaron restaurar la congregación, pero el proyecto no consiguió la aprobación de la Santa Sede. El último de ellos, Dom Brial, murió en 1828.
Aguirre, autor del Diccionario Geográfico y Estadístico de Asturias (La Habana 1897), describe sus linderos señalando «limita por el Norte con el campo de la Mula y el río de Perdigueiros, Miudes; por el Este con la cordillera que forman los picos de la Cruz de Abredo, el Cuadramón, Pena, Carrobos de Pena, la Pumarega, Montes de las Antiguas, Penas de mendo, Brial Carvajal y otros que le separan de Cartavio; por el sur con el alto pico de Savinto que lo separa de Boal y por el Oeste con los montes Bodie y Prendones».- Dado el poblamiento disperso de la población, existe aparte del núcleo de Arancedo, varios lugares o agrupaciones de caseríos.
La reina luce el brial y el manto con un rico estofado con adornos de tipo vegetal, predominando los colores rojos y dorados; el rey se encuentra vestido con un manto rojo forrado de armiño y adornado con símbolos y emblemas de los monarcas.