En ella se reconoce la «obra incesante del Espíritu Santo, que a lo largo de los signos difunde las riquezas de la práctica de los consejos evangélicos a través de múltiples carismas, y que también por esta vía hace presente de modo perenne en la Iglesia y en el mundo, en el tiempo y en el espacio, el misterio de Cristo».
Safioddín permaneció durante 35 años como discípulo del sheij Zahed, y por indicación de este procedió a construir una janqah en Ardebil, además de viajar a Maraghé y Tabriz para difundir sus enseñanzas, reuniendo numerosos discípulos y extendiéndose la fama de su austeridad y sus carismas, de modo que cuando antes de fallecer el sheij de Guilán hacia 1301 d.C., lo designó como sucesor suyo a la cabeza de la tariqa Zahediya en perjuicio de Shamsoddín Mohammad, Safioddín retuvo el favor de los discípulos y su renombre llegó a alcanzar a los emires y sultanes mongoles.
Otras veces se otorga el nombre de apóstoles a los diversos predicadores del Evangelio, incluso no pertenecientes a la jerarquía eclesiástica, a punto que se hace referencia al apostolado como uno de los carismas propios de la comunidad cristiana.
Existen multitud de carismas o formas de vida religiosa dentro del catolicismo, habiéndose multiplicado desde el siglo XVI, en el que se solía hablar de órdenes religiosas, mientras que las fundadas a partir de entonces suelen llamarse congregaciones.
II-II Segunda parte, segunda sección (Secunda secundae): Virtudes teologales: fe, esperanza, caridad. Virtudes cardinales: prudencia, justicia, fortaleza, templanza. Carismas.
Nada confirma tan claramente la divinidad de la Iglesia como el glorioso esplendor de carismas que por todas partes la circundan, corona magnífica que ella recibe del Espíritu Santo.
Para cumplir mejor y más eficazmente nuestro deseo, en vísperas de la solemnidad de Pentecostés, queremos hablaros de la admirable presencia y poder del mismo Espíritu; es decir, sobre la acción que El ejerce en la Iglesia y en las almas merced al don de sus gracias y celestiales carismas.
Por obra del Espíritu Divino tuvo lugar no solamente la concepción de Cristo, sino también la santificación de su alma, llamada unción en los Sagrados Libros(18), y así es como toda acción suya se realizaba bajo el influjo del mismo Espíritu(19), que también cooperó de modo especial a su sacrificio, según la frase de San Pablo: «Cristo, por medio del Espíritu Santo, se ofreció como hostia inocente a Dios»(20). Después de todo esto, ya no extrañará que todos los carismas del Espíritu Santo inundasen el alma de Cristo.
Y entonces los apóstoles descendieron del monte, como escribe el Crisóstomo, no ya llevando en sus manos como Moisés tablas de piedra, sino al Espíritu Santo en su alma, derramando el tesoro y fuente de verdades y de carismas(25).
Ya San Ireneo enseñó(34) que, allí donde Dios ha puesto sus carismas...
El texto indica una cierta tendencia a calificar nuevas formas en la Iglesia con las categorías acostumbradas, no siempre acordes a los nuevos carismas.
italiana y portuguesa El Fenómeno Religioso (Trotta, Madrid 2000). Los carismas de la Iglesia. Presencia del Espíritu Santo en la historia (con N.