divertido


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  • adjetivo

Sinónimos para divertido

Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.
Ejemplos ?
Una noche de tertulia, casa de uno de los caciques de más fuste, la instaron, de sobremesa, para que contara algo de lo bueno y divertido.
¡Desdichadiña de mí! -¡Ea -ordenó el doctor, entre divertido e impaciente-, a recoger los que quedaron sanos, y a consolarse!... ¿Adónde ibas tú con esos huevos, mujer?
Lo cierto es que Dolores, encarándose con su esposo, en vez de referirse a la catástrofe, hizo una extraña pregunta: -Os habéis divertido mucho, ¿eh?
¡Qué pueblo de cínicos elegantes el que rompiendo la ley de todas las cosas, la ley suprema que une a las hormigas con los astros, renuncie a dar la vida, y en un alegre balneario se disponga a la muerte! ¿Acaso no sería ese el más divertido fin del mundo, con la coronación de Safo y Ganimedes?...
Por fortuna siempre en ellos vencen lo buenos. Mañana regresaré a buscar otro libro que espero sea así de divertido. Ojalá que encuentre libros donde se narren muchas aventuras increíbles.
Son parleros los ojos, y suelen las acciones del cuerpo ser chismes de la negociación del entendimiento. El que piensa divertido, suspenso dice lo que calla.
Hacía buen tiempo, Las campanas resonaban en el aire, y la gaita, delante de los invitados a la boda, creaba un ambiente divertido.
Le dimos una sincera bienvenida porque había en aquel hombre casi tanto de divertido como de despreciable, y hacía varios años que no le veíamos.
Pero si es una moneda de mi país, un bueno y auténtico chelín de casa, que agujerearon y ahora tienen por falso. ¡Vaya caso divertido!
No era usual que los viejos vendedores de la calle se reunieran, sino que cada cual permanecía en su tenducho, que se cerraba al atardecer, y entonces la calleja quedaba completamente oscura; sólo un tenue resplandor salía por la pequeña placa de cuerno del rejado, y en el interior de la casucha, el viejo, sentado generalmente en la cama con su libro alemán de cánticos, entonaba su canción nocturnal o trajinaba hasta bien entrada la noche, ocupado en mil quehaceres. Divertido no lo era, a buen seguro.
Lo divertido es que el domingo anterior, teniendo que quedarme en Ancón por negocios, había navegado en la lancha del Thetis y subido a bordo.
¡jo, jo, jo! —reía nuestro visitante, profundamente divertido— ¡Oh, Dupin, usted me va a hacer reventar de risa! — ¿Y cuál es, por fin, el asunto de que se trata?