Luego seguían los faroleros de Rusia y la India, después los de África y Europa y finalmente, los de América del Sur y América del Norte.
No he sido muy honesto al hablar de los faroleros y corro el riesgo de dar una falsa idea de nuestro planeta a los que no lo conocen.
Los movimientos de este ejército estaban regulados como los de un ballet de ópera. Primero venía el turno de los faroleros de Nueva Zelandia y de Australia.
El 25 de septiembre de 1765, el rey, debido a la constante queja de los madrileños por tener que encargarse del mantenimiento del sistema de alumbrado de gas de las calles, creó un servicio de serenos (denominados inicialmente faroleros) con el objeto de zanjar este polémico tema.
Para darles una idea de las dimensiones de la Tierra yo les diría que antes de la invención de la electricidad había que mantener sobre el conjunto de los seis continentes un verdadero ejército de cuatrocientos sesenta y dos mil quinientos once faroleros.