fascinar

(redireccionado de fascinada)
También se encuentra en: Diccionario.
Búsquedas relacionadas con fascinada: fascinar, diccionario
Graphic Thesaurus  🔍
Display ON
Animation ON
Legend
Synonym
Antonym
Related
  • all
  • verbo

Sinónimos para fascinar

Diccionario Manual de Sinónimos y Antónimos Vox © 2022 Larousse Editorial, S.L.

Sinónimos para fascinar

Ejemplos ?
Tagore falleció once años después, en 1941. En 1924, Ocampo quedó fascinada al asistir a un concierto brindado por Ernest Ansermet en Buenos Aires.
Les pueo enseñar las cartas. La madre oía, fascinada, inmóvil. Una ola de sangre subía del corazón al rostro siempre descolorido, y lo enrojecía de púrpura.
Ella permanecía de pie, mirando, fascinada, aquel rostro curtido, afeitado y seco que relucía con este barniz especial del presidio.
Y deslizando la mano bajo un montón de medias de seda, sin estrenar, largas y elásticas como víboras, que parecían retorcerse, sacó la niña un objeto que se quedó mirando, fascinada.
Las palmeras derramaban su polen, las semillas reventaban, los leones movían blandamente su crin. Una vez voló un clavel de su tallo hecho mariposa roja, y una estrella descendió fascinada y se tornó flor de lis.
Y como si cometiera una debilidad, y al advertirlo se sublevase en ella el noble orgullo de su pura inocencia, clavando severos los ojos en el patricio, añadió: -Y tanto peor para Vd., capitán, si no me comprende, si juzgándome por las reglas vulgares del mundo, me toma Vd. por una conquista fácil, por una inexperta niña, fascinada por el garbo de su persona o el lustre de sus galones de oro.
Fabiana tomó temblorosa con disimulada emoción aquella alcancía. La miró silenciosa y fascinada. En su rostro se reflejaba la ambición y cuando quiso preguntarle a aquel hombre cuánto duraría produciéndole dinero, se dio cuenta que éste había desaparecido.
Esta es la primera etapa. La Vida, después, fascinada por esa nueva maravilla, solicita su entrada en el círculo encantado. El Arte toma a la Vida entre sus materiales toscos, la crea de nuevo y la vuelve a modelar en nuevas formas, y con una absoluta indiferencia por los hechos, inventa, imagina, sueña y conserva entre ella y la realidad la infranqueable barrera del bello estilo, del método decorativo o ideal.
Séfora, fascinada, miraba el retablo, recientemente colocado, resplandeciente, con sus dorados nuevos, flamígeros, y sus frescas pinturas, obra de lo que hoy llamamos un primitivo -pues esta historia es contemporánea del arte que enseñaron los Van Eyck-.
Cuando alguna vez cruzaba ante las tabernas, en su paseo dominguero, deteníase fascinada, mirando hacia las mesas donde, resobados y mugrientos, caían los naipes, empujados por la suerte; y empezaba a formularse en el espíritu de Micaela la idea de que los coquetones cartoncitos que ella recortaba con tal arte y presteza eran cosa del diablo, añagaza para perder a los hombres.
El hombre sería joven y hermoso, pero no era fácil comprenderlo, porque el semblante apenas podía distinguirse entre las guedejas del pelo pegado a las sienes por el sudor de la agonía y la coagulada sangre que había corrido por la frente abajo. Berenice no sollozaba, no gritaba; permanecía con los ojos dilatados de horror, fascinada por la intensidad del sentimiento.
Vi la ciudad que fundaron, y a la que dieron abolengo de valentía, espejarse en el mar quieto y de plomo como si mirase fascinada la ruta que trajeron los hombres blancos: A un lado, sobre desierto islote de granito., baña sus pies en las olas el Castillo de Ulúa, sombra romántica que evoca un pasado feudal que allí no hubo, y a lo lejos la Cordillera del Orizaba, blanca como la cabeza de un abuelo, proyéctase con indecisión fantástica sobre un cielo clásico, de límpido y profundo azul.