Estos endecasilabos hacen adivinar completamente & la mujer que, como la leona herida, se alza arrogan- te 6 irritada; pero cuya exaltacion termina siempre con l&grimas.
Su hijo dormia. La desdichada se acerc 5 a su lecho y lo beso, sofocando sus sollozos y abogando sus 14- grimas. Una criada se despert6; pero no la causo estraneza ver & su senora acariciando al nino.
4 For qu£ tauto rigor para con la pobre suicida f La suerte la habia siempre perseguido : sus l&bios no se acostumbraron nunca k la sonrisa : sus ojos vertie- ron mnchasU&grimas : su alma sufri6 mil dolores.
FILOCLEÓN: Haré lo que decís, confiado en vosotros; mas acordaos si alguna desgracia me sucede, de levantarme con vuestras manos y, después de regarme con vuestras lágrimas, sepultadme bajo la cancela del tribunal.
Y calló, tal vez esperando una disculpa amante, pero yo preferí guardar silencio, y juzgué que era bastante desagravio besar su mano. Ella la retiró esquiva, y en un silencio lento, sus hermosos ojos de princesa oriental se arrasaron de lágrimas.
Hartas lá- grimas hay sobre la tierra y escasísimas risas (se ha dicho), y por eso aspira á prolongar las fiestas carnavalescas tomando la vida por su lado risueño.