Una de sus tías difuntas se acercó a ella y la dijo: -Mira hacia el altar y verás a tus hijos. La pobre madre vio en efecto a sus dos hijos, el uno estaba en la
horca y el otro en la rueda.
los Hermanos Grimm
Traitering condenó a esos cuarenta criminales a la
horca; su sentencia se ejecutó, y los cuarenta caníbales fueron colgados de las ramas de los árboles en los caminos que conducían a Monrovia.
Roberto Arlt
El enérgico Blasco Núñez con- testó que Machicao y Francisco de Almendras eran dos in- fames tales, que no merecían sino la horca, y que para vencer no necesitaba de traidores.
Promuévele un altercado en la calle; ordena á los alguaciles que lo lleven á la cárcel, por desacato á la autoridad; pono, el amenazado pies en polvorosa; le sacan de Santa Ana, donde había tomado iglesia; enciérranle en un calabozo, y tras darle el Asistente tres horas para encomendarse á Dios, le cuelga, sin más pro- ceso, de la horca.
Pues a hacerlo en grande, pero sin escándalo ni daño. No provenía este sistema de blandura de corazón, sino de cálculo habilísimo para evitar un mal negocio que parase en la
horca.
Emilia Pardo Bazán
Echáronle agua en el rostro, y ella volvió en sí, diciendo a voces: -¡La justicia de Dios y del Rey venga sobre aquel ladrón desuellacaras, sobre aquel cobarde bajamanero, sobre aquel pícaro lendroso, que le he quitado más veces de la
horca que tiene pelos en las barbas!
Miguel de Cervantes Saavedra
Fue la enfermedad caminando al paso de mi necesidad, y como la pobreza atropella a la honra y a u nos lleva a la
horca y a otros al hospital y a otros les hace entrar por las puertas de sus enemigos con ruegos y sumisiones, que es una de las mayores miserias que puede suceder a un desdichado, por no gastar en curarme los vestidos, que me habían de cubrir y honrar en salud, llegado el tiempo en que se dan los sudores en el hospital de la Resurrección, me entré en él, donde he tomado cuarenta sudores.
Miguel de Cervantes Saavedra
Encantados los habitantes de Bellver con tan ingeniosa solución, volvieron a reunirse en consejo, mandaron levantar una
horca en la plaza y cuando ya la multitud ocupaba sus avenidas, se dirigieron a la cárcel por las armas, en corporación y con toda la solemnidad que la importancia del caso requería.
Gustavo Adolfo Bécquer
La ciudad se despoblaba rápidamente, y hubiese quedado totalmente abandonada a no ocurrírseles a los jueces sentenciar a muerte a cierto vagabundo, merecedor de
horca por delitos que llamaron la atención en una época en que se mataba y robaba sin dar a esto otra importancia que la de naturales desahogos.
Vicente Blasco Ibáñez
El camino más fácil para obispar era, sin disputa, mezclarse en alguna intriga po- lítica; porque averiguada cosa es que nada lleva tan pronto á la horca y á todos los altos puestos, como tomar cartas en ese enmarañado juego.
Consideración llamo hurtar tanto que, habiendo para satisfacer al que invidia, y para acallar al que acusa, y para inclinar al que juzga, sobre mucho para el delincuente que hurtó para todos. De aquél tiene noticia la horca, que hurtó tan poco, que antes de la sentencia faltó qué le pudiesen hurtar.
¿Piensas hallarte a la mano otro viejo que me tenga por ladrón? CELESTINA Si yo me enfado, el mismo que allá te tuvo por ladrón vendrá volando, y hará ponerte en la horca.