- Creo que aquella mujer que está de cuerpo presente en el fondo del cuadro era el alma y la
vida de este fraile que agoniza contra el suelo; creo que, cuando ella murió, él se creyó también muerto, y murió efectivamente para el mundo; creo, en fin, que esta obra, más que el último instante de su héroe o de su autor (que indudablemente son una misma persona), representa la profesión de un joven desengañado de alegrías terrenales....
Pedro Antonio de Alarcón
Entretanto, doña Teresa, y sobre todo la locuacísima Rosa (que cuidó mucho de nombrar varias veces a su ama con los dos títulos en pleito), enteraron, velis nolis, al ceremonioso Marqués, de todo lo acontecido en la casa y sus cercanías, desde que la tarde anterior sonó el primer tiro hasta aquel mismísimo instante, sin omitir la repugnancia de don Jorge a dejarse cuidar y compadecer por las personas que le habían salvado la
vida...
Pedro Antonio de Alarcón
Es decir, que Fernandito, que así le llamaba vivía a medias, como vegetando, lo cual es sobrado para una planta, pero insuficiente para un hombre. Trataba la madre de despertar por todos los medios la sensibilidad, la imaginación y la
vida psíquica de su hijo, sin lograrlo.
Emilia Pardo Bazán
¡En una caja así, tan preciosa, nos hubiesen llevado a nosotras, enfelices, que nos hemos pasado la
vida sudando para ganar el triste comer!
Emilia Pardo Bazán
Yo se la cogí; medité un momento; conocí que estaba en el caso de hablar formalmente, y le dije con todas las veras de mi alma: - Parrón, tarde que temprano, ya me quites la
vida, ya me la dejes..., ¡morirás ahorcado!
Pedro Antonio de Alarcón
Consta, al contrario, que aquella varona no gastó en su
vida más arma que la vara de aguijón que le servía para picar a los bueyes y al peludo rocín en que cabalgaba.
Emilia Pardo Bazán
Me puse a cavilar. Este hombre (pensé) me va a perdonar la
vida; mañana llego a Granada y doy el cante; pasado mañana lo cogen...
Pedro Antonio de Alarcón
Voy más lejos: creo que el pintor desconocido, y acaso ya muerto, que ha legado al mundo tal maravilla, no perteneció a ninguna escuela, ni ha pintado más cuadro que éste, ni hubiera podido pintar otro que se le acercara en mérito.... Ésta es una obra de pura inspiración, un asunto "propio", un reflejo del alma, un pedazo de la
vida....
Pedro Antonio de Alarcón
El muchacho dudó un segundo, como si no entendiese. Al cabo, entre un temblor de
vida, con un llanto salvador, con un grito, en que su espíritu nacía, exclamó: -¡Qué bonito!
Emilia Pardo Bazán
Hablé en alto, por si me respondían; grité: me contestó el eco de mi propio gritar. El sol brillaba sobre los cuerpos sin
vida, sobre la urbe trágicamente muda.
Emilia Pardo Bazán
En cuanto a ti, Basilio, no te expongas... La gloria es humo. --¿Y la
vida? --Dices bien: hazte comandante... (exclamó Ramón.) La paga no es humo..., sino después que uno se la ha fumado....
Pedro Antonio de Alarcón
En toda la Basílica no se escucha más ruido que el chisporroteo suave de los cirios y el murmullo de la oración que el Papa empieza a elevar. A las primeras palabras anímase el Niño con
vida fantástica: la carne se hace carne.
Emilia Pardo Bazán