¡Han tenido con grave avería en la línea de combate, la "Berenguela" y la "Villa de Madrid" y después han retirado, de una en una, la "Blanca", la "Almanza" y la "Resolución".
Condujéronme, pues, prisionero a la pequeña
villa de..., ocupada por los carlistas desde los comienzos de aquella campaña, y donde era de suponer que me fusilarían inmediatamente....
Pedro Antonio de Alarcón
Una mañana del mes de mayo de 1852, es decir, cuatro años después de la escena que acabamos de reseñar, cierto amigo nuestro (el mismo que nos ha referido la presente historia) paró su caballo a la puerta de una antigua casa con honores de palacio, situada en la Carretera de San Francisco de la
villa y corte, entregó las bridas al lacayo que lo acompañaba, y preguntó al levitón animado que le salió al encuentro en el portal: -¿Está en su oficina don Jorge de Córdoba?
Pedro Antonio de Alarcón
-Y quien dice el de los catites, dice la más pintá, porque es que mi niña no tiée quien la iguale; es verdad que le viée de casta, porque lo que es mi Antonio, que en paz descanse, era también una fiera pa el trabajo, y si no hubiera puesto Dios una villa en este mundo, crea usté que no hubiera tenío ni un pero el probetico de mi corazón.
RATADOS CELEBRADOS EN LA VILLA DE CÓRDOBA EL 24 DEL PRESENTE, ENTRE LOS SEÑORES DON JUAN DE O'DONOJÚ, TENIENTE GENERAL DE LOS EJÉRCITOS DE ESPAÑA, Y DON AGUSTÍN DE ITURBIDE, PRIMER JEFE DEL EJÉRCITO IMPERIAL MEXICANO DE LAS TRES GARANTÍAS.
Este nuevo organismo del poder público debía por una parte moderar el exceso de facultades del primer magistrado de la República y por la otra, atender con más acierto y eficacia a la administración de los negocios que interesan exclusivamente a la ciudad, a la villa, a la aldea, a la comuna.
Verificóse la entrevista en la villa de Córdoba el 24 de Agosto de 1821, y con la representación de su carácter el primero, y la del Imperio mexicano el segundo, después de haber conferenciado detenidamente sobre lo que más convenía a una y otra nación, atendido el estado actual y las últimas ocurrencias, convinieron en los artículos siguientes, que firmaron por duplicado para darles toda la consolidación de que son capaces esta clase de documentos, conservando un original cada uno en su poder para mayor seguridad y validación: I.
Siendo un obstáculo a la realización de este tratado la ocupación de la capital por las tropas de la península, se hace indispensable vencerlo; pero como el primer jefe del ejército imperial, uniendo sus sentimientos a los de la nación mexicana, desea no conseguirlo con la fuerza, para lo que le sobran recursos, sin embargo del valor y constancia de dichas tropas peninsulares, por falta de medios y arbitrios para sostenerse contra el sistema adoptado por la nación entera, don Juan de O'Donojú se ofrece a emplear su autoridad, para que dichas tropas verifiquen su salida sin efusión de sangre y por una capitulación honrosa. VILLA DE CÓRDOBA, 24 DE AGOSTO DE 1821.- AGUSTÍN DE ITURBIDE.- JUAN DE O'DONOJÚ.
Considerando igualmente que el espíritu de reclamación es general y unísono en todos los ángulos de la República, y que para expresar este concepto á que da lugar la conducta de las legislaturas, no es necesario pormenorizar hechos que pos su misma naturaleza han producido la dislocación general de todos los vínculos sociales, la villa de Cuernavaca...
El doctor Felipe Ferreiro Gamio nació – se me permitirá que contrariando la costumbre de esta casa, donde no hay otro grado o jerarquía que la de señor y académico – que use en este caso el doctor según lo conocimos siempre o el profesor que lo fue en la cátedra y fuera de ella, decía pues, que nació en la Villa de Artigas, hoy Río Branco, en una familia de condición media y culta (sus padres fueron maestros varelianos) el martes 23 de agosto de 1892.
Tenemos una historia completa de la revolución de los comuneros; dice el cronista Lozano, refiriéndose a la propaganda de Mompox: ”Mompox hablaba del poder del común de cualquier república, ciudad, villa o aldea, enseñando que era más poderoso que el mismo rey, y que en manos del común estaba admitir la ley o el gobernador que le gustasen, porque aunque se lo diese el Príncipe, si el común no quería, podía justamente resistirse y dejar de obedecer.
Y claro que es mucho más grande, y claro que es mucho más importante porque, además, estamos en Villa Martelli, en lo que alguna vez fueron las instalaciones del Ejército Argentino y que ahora queremos hacerlo como parque temático de la historia de la industria, de la innovación y de la tecnología de los argentinos.