Alzó la cabeza para saludarnos, y
vimos un rostro de mico maligno, en que se pintaban a las claras la desconfianza, la truhanería y los instintos viciosos.
Emilia Pardo Bazán
En el Congo se dieron fugazmente estas características impulsadas por el recuerdo de Lumumba, pero han ido perdiendo fuerza en los últimos meses. En Asia, como vimos, la situación es explosiva, y no son sólo Vietnam y Laos, donde se lucha, los puntos de fricción.
Fuimos al Metropole, y desde la penumbra rojiza del palco
vimos aparecer, enorme y con el rostro más blanco que a la hora de morir, a Duncan Wyoming.
Horacio Quiroga
No sazona la fruta en un momento aquella inteligencia que mensura la duración de todo a su talento. Flor la vimos ayer hermosa y pura, luego materia acerba y desabrida, y sabrosa después, dulce y madura.
A medida que aumentaba nuestra distancia del buque casi sumergido, vimos que el loco (ya que sólo podíamos considerarlo como tal) aparecía otra vez en cubierta y, con fuerzas que parecían las de un gigante, arrastraba consigo la caja oblonga.
Nomás tienen tantito y se les sube... - Nosotras los
vimos cuando estaban en la vil calle, muertos de hambre y ahora se creen los millonetas.
Antonio Domínguez Hidalgo
Chenaya (chena, en realidad) moraba, según vimos, en la región del “Río Rosario” y, por ello, es de pensar que a él le debe aquélla el nombre de Colla con que se le designa desde lejanos tiempos.
Aunque nosotros no lo vimos como costo fiscal, lo vimos como una inversión en el tema de sostener la demanda agregada y dar mayor poder adquisitivo.
Carvajal: -La Escuela le Suboficiales con el comandante Canessa y la artillería del Tacna y los blindados. Los carabineros se retiraron de La Moneda, los vimos salir de La Moneda.
El cachorro, erizado aún, se adelantaba y retrocedía con cortos trotes nerviosos, y supo de la experiencia de sus compañeros que cuando una cosa va a morir, aparece antes. — ¿Y cómo saben que ése que vimos no era el patrón vivo?
Fueron muchas ilusiones, sueños, creímos en serio que se podía construir una Patria diferente y también cuando escuchaba a H.I.J.O.S. recién vimos la claudicación a la vuelta de la esquina.
Mirando a través de los cristales
vimos árboles plantados en el centro de una acogedora habitación, adornados con los objetos más preciosos: manzanas doradas, pastelillos, juguetes y centenares de velitas.
Hans Christian Andersen