Ha nacido una Femme Fatale
Esta mañana mientras desayunaba, me topé con la imagen de portada del periódico “AS” que decía “Jenny deja caer a Rubiales”. Gracias a la lectura de la situación que hacía @pablomm me di cuenta de que la historia estaba girando hacia el lugar al que lleva girando desde el principio de los tiempos.
Desde Lilith -primera mujer de Adán- hasta la Lolita de Nabokov, en todas las artes la figura de la Femme Fatale ha protagonizado libros, pinturas y películas y forma parte del imaginario colectivo. Es posible que no sepamos mucho de ella pero sí la reconocemos nada más verla -un ejemplo, la Carmen de Mérimée que Paz Vega encarna en la película de Vicente Aranda-.
Pero cuando esta mañana fui capaz de reconocer que el giro que estaba tomando el incidente del beso de la final del Mundial de Fútbol Femenino, era provocado en gran parte por hombres -o por una visión machista- a través de entre otras cosas -en palabras de Iñaki Gabilondo- un “paraperiodismo” pensé “han perdido”, porque yo, al igual que muchos otros, ya me había dado cuenta de que el cambio de roles era intencionado.
Para llegar a esta conclusión, en mi caso he tenido que conocer un poquito de la Historia del Arte. ¿Quién de nosotros no se ha sentido atraído por esa mujer que con su belleza y poder de persuasión consigue lo que quiere de algún hombre en particular? Para conocer -y reconocer- a esta figura, vamos a hablar un poco de ella y sus creadores, empezando por saber desde cuándo existe. Pues “desde el principio”. Antes incluso que la Eva cristiana – otra mujer fatal- y seguiremos viéndola a lo largo de la Historia, especialmente a mitad del siglo XIX, cuando el Romanticismo, los Historicismos y Academicismos- muchos ismos- hacen que se representen muchas de estas mujeres fatales de la Historia y la mitología, como por ejemplo Helena de Troya , Pandora o la propia Lilith que representaron por ejemplo los Prerrafaelitas. Edvard Munch por ejemplo, el famoso autor de “El Grito”, tiene al menos dos cuadros en los que aparece una mujer y que ya solo el título deja muy claro el papel de sus protagonistas: “Amor y dolor. Vampiresa” y “Mujer con pelo rojo y ojos verdes. El pecado”.
"Amor y dolor. La Vampiresa"
A mí me encanta estudiar el siglo XIX porque en él hay tanto que explica lo que ocurre en el XXI...
Cuando estudiamos por ejemplo los cambios sociales de esta época vemos por ejemplo que las mujeres empiezan a reclamar sus derechos, coincidiendo el protagonismo que alcanza este mito con el movimiento sufragista. Más adelante, cuando a mitad del siglo XX el cine negro norteamericano vuelve a representar a la femme fatale, vemos que coincide con que la mujer gana terreno en lo laboral después de la II Guerra Mundial, alejándose de la imagen de ángel del hogar -básicamente madres y esposas- que tanto gustaba.
En nuestros días, esta idea de la mujer como devoradora de hombres y provocadora de los males del mundo está muy presente, pero por si cuesta un poco reconocerla, aquí van algunos trucos:
-Forma parte de los personajes principales de la trama.
-Es bella, atractiva y sexi.
-Vuelve loco a algún hombre y es la responsable máxima de sus acciones por haberlo “hechizado”.
-No tiene sentimientos recíprocos hacia su amante, o al menos la historia no nos los muestra, quedando ella reducida a puro fetiche.
-Es independiente y toma sus propias decisiones.
El hombre en estas mismas historias se convierte en un sujeto pasivo, alguien sin voluntad que solo llega a realizar acciones por mediación de ella y que es incapaz de abandonarla si no es matándola.
Pero, ¿qué tiene que ver esta figura con las últimas noticias sobre el beso de la final del Mundial de fútbol femenino? Pues que desde el periodismo y los medios de comunicación en general, se está cambiando el discurso y la mujer comienza a tomar protagonismo no cómo víctima, sino como provocadora de una situación que se le está yendo de las manos al propio culpable, que pasa a convertirse en víctima automáticamente.
Muchas veces, para ver si en un hecho concreto hay una situación de machismo, solo hay que darle la vuelta y cambiar de lugar a sus protagonistas. ¿qué habría pasado si en vez de ser un hombre -en este caso además ejerciendo un abuso de poder- hubiese sido una mujer quien lo hubiese besado sin su consentimiento? ¿Habría tenido lugar ese beso si en vez de ser una mujer el jugador fuese un hombre? Ya os adelanto que la idea de “hombre fatal” no existe. Si estudiamos la literatura y las artes, la mujer fatal es un invento de la imaginación masculina, de escritores y artistas siempre hombres que pasan a convertirse en víctimas y que no pueden resistirse ni alejarse de la mujer en cuestión. Han sufrido también un proceso de victimización, como por ejemplo el de Humbert Humbert, a quien Lolita de 12 años, maneja a su antojo en la novela de Vladimir Nabokov.
Pero es muy fácil caer en ese juego. Yo misma me sorprendí pensando que era una pena que al final por la situación, se perdiese la atención en esta hazaña que han hecho las jugadoras y solo nos centrásemos en este beso. Pero me di cuenta de dos cosas: la primera, que sin darme cuenta estaba haciéndola a ella “culpable” y la segunda, que sin quitar valor a lo que han conseguido, ¿qué hay más importante que luchar por los derechos humanos?