Después de haber examinado el tesoro amasado por su padre, volvió a la cámara mortuoria con el alma llena de un tremendo egoísmo.
Pero, poco a poco, se fue debilitando este impulso, y caí en un estado de ensoñación. Esta estancia no tenía el aspecto de una cámara mortuoria.
Helada y serena, me señaló una silla, y emprendimos larga conversación entre el olor de iglesia de los encendidos cirios y el tétrico silencio de una habitación tan semejante a una cámara
mortuoria.
Emilia Pardo Bazán
El cortejo, en el mismo orden en que había acompañado al cadáver a la iglesia, y de la iglesia al cementerio, volvió a la casa mortuoria; delante los hombres, e inmediatamente después, las mujeres, y todos en traje de día de fiesta.
El Prelado estuvo largo tiempo arrodillado cerca del féretro. Para mí la velada mortuoria fue una impresión mística superior a todas las que he sentido en mi vida.
El señor Paco, tras pasarse el dorso de la encallecida mano por los ojos, intentó arrancar a su amigo de junto a la muerta, a la vez que todos los que formaban el duelo, sorprendidos por el ruido de la terrible escena, penetraban en tropel en la estancia mortuoria...
De la honda, azul entraña llovían monstruos y santos: y eran tales, y eran tantos, ¡que gemía la montaña!… Desde la torpe alimaña del alma vil de Nerón, al concepto, a la noción más alta del supergenio, en aquel breve proscenio ¡tomaron colocación! De aquella invasión
mortuoria quedó repleto el calvario; resonante, tumultuario ¡cuál una copa de gloria!
Pedro Bonifacio Palacios
Sugiéreme esta observación el bando del alcalde popular de Madrid y el sinnúmero de periódicos liberalísimos que he visto enlutados en la pasada semana, al hablar de las victorias del «2 de mayo», lanzando el gemido y el sollozo, que no parece sino que los llorones son de la casa mortuoria.
Si la comisión de ingenieros, mandada de Londres por Morrel & Blundell, da un dictamen favorable, sobre las minas de oro que tengo casi negociadas con ellos y que en la mortuoria de mi padre se avaluaron en una suma insignificante, las minas me darán al vendérselas varios millones de francos.
En el centro del templo, débilmente iluminado, y sobre un modesto catafalco, se veía una caja
mortuoria rodeada de los indispensables blandones.
Ricardo Palma
Porque todas las noches desde la muerte de Sir Robert, había sonado el silbato de plata desde la cámara mortuoria, como lo solía hacer por la noche, en vida de Sir Robert, para llamar a Dougal a que le ayudase a darse la vuelta en la cama.
El silencioso sirviente que conducía al joven hacia la cámara mortuoria alumbraba bastante mal a su amo, de modo que la Muerte, ayudada por el frío, el silencio, la oscuridad, y quizá por la embriaguez, pudo deslizar algunas reflexiones en el alma de este hombre disipado; examinó su vida y se quedó pensativo, como un procesado que se dirije al tribunal.