- I - Ventura había nacido para violinista. Fue esta una convicción común a todos los de su casa desde que tuvo ocho años el futuro maestro.
Euterpe, que había entrado en el año tercero o cuarto de su publicación, volvió a hablar de Ventura Rodríguez, distinguido violinista.
No estaban los sedicientes músicos muy diestros en materia de aires señoriles, pero eran muy amables y pacientes los obsequiosos petimetres; y a fuerza de piafes y silbidos, lograron enseñar al violinista el wals de las patatas .
No así al gaitero, que era de suyo más torpe; pero en cambio, sabía tocar el « Ay, ay, ay, mutillac, » el cual aire se aceptó para rigodón, baile que ni de oídas conocía el violinista.
Me gustaría aprender. - Pues no te será difícil - respondióle el
violinista - si haces todo lo que yo te diga. - Sí, músico - asintió el lobo - te obedeceré como un discípulo a su maestro.
Hermanos Grimm
En botánica, irregular; en geología, profundo en lo que toca a manchas de barro cogidas en una zona de cincuenta millas alrededor de Londres; en química, excéntrico; en anatomía, asistemático; en literatura, sensacionalista, y en historia de crímenes, único; y además,
violinista, boxeador, esgrimista, abogado y autoenvenenador por medio de la cocaína y del tabaco.
Arthur Conan Doyle
Otras veces era la situación económica de la familia la que sacaba a relucir; hablaba de los sacrificios, del capital anticipado para hacerle un violinista eminente.
El violinista iba en cabeza, con su violín engalanado de cintas; a continuación marchaban los novios, los padres, los amigos todos revueltos, y los niños se quedaban atrás, entreteniéndose en arrancar las campanillas de los tallos de avena o peleándose sin que ellos los vieran.
Los demás hablaban de sus asuntos o se hacían travesuras por detrás, provocando anticipadamente el jolgorio; y, aplicando el oído, se seguía oyendo el rasgueo del violinista, que continuaba tocando en pleno campo.
Yo no puedo ya trabajar; o tú vuelves a tocar el violín, o tus padres, tu mujer y tu hijo se te mueren de hambre. Escoge. Ventura escogió retorcerse las entrañas y volver a ser violinista. Entonces fue cuando la cabeza se le llenó de canas.
Para teatro de la fiesta se eligió una pradera separada de la romería por un regato, o por un seto trasparente, pues sobre este punto tampoco están las crónicas muy de acuerdo, y para orquesta se ajustaron, por horas, un violinista y un gaitero trashumantes, de los muchos que había en la romería y acaso los únicos que a la sazón se hallaban desocupados.
Caminaron, pues, juntos un rato, hasta llegar a un claro del bosque en el que crecía un álamo blanco. El
violinista ató un largo bramante al cuello de la liebre, y sujetó al árbol el otro cabo.
Hermanos Grimm