No faltó de la junta Guiomar, la negra; el negro sí, porque, así como oyó que su amo había despertado, se abrazó con su guitarra y se fue a esconder en su pajar, y, cubierto con la manta de su pobre cama, sudaba y trasudaba de miedo; y, con todo eso, no dejaba de
tentar las cuerdas de la guitarra: tanta era (encomendado él sea a Satanás) la afición que tenía a la música.
Miguel de Cervantes Saavedra
eñores: En el mes de Setiembre próximo pasado, tuve el honor de exponer á la Sociedad el proyecto que había concebido: efectuar un viaje al través del territorio patagónico, y tentar el paso de los Andes, siguiendo las huellas de Villarino, Cox y Musters, en la exploración de la Patagonia Septentrional.
Miá tú: al tranvía nos subimos y te llevo dacia mi casa, ¿oyes?, que tengo allí pa que te hartes de rosco... No era necesario
tentar a la golosina: la mujer frescota había pronunciado la mágica palabra...
Emilia Pardo Bazán
No obstante, si queremos darnos cuenta de lo que han hecho Platón y Aristóteles, Descartes y Bacon, Kant y Cousin, cada vez que han filosofado, veremos que no han hecho otra cosa que
tentar la solución del problema del origen, naturaleza y destinos de las cosas.
Juan Bautista Alberdi
Se enamoró hasta la coronilla de Visitación, gentil muchacha de veinte primaveras, con un palmito y un donaire y un aquel capaces de
tentar al mismísimo general de los padres beletmitas, una cintura pulida y remonona de esas de mírame y no me toques, labios colorados como guindas, dientes como almendrucos, ojos como dos luceros y más matadores que espada y basto en el juego de tresillo o rocambor.
Ricardo Palma
RUODI. Tell sabe también manejar el remo; él os dirá si es posible tentar ese paso. TELL.—Cuando la necesidad apremia, batelero, se pasa todo.
En esto, Cortado y Rincón se dieron tan buena maña en servir a los caminantes, que lo más del camino los llevaban a las ancas; y, aunque se les ofrecían algunas ocasiones de
tentar las valijas de sus medios amos, no las admitieron, por no perder la ocasión tan buena del viaje de Sevilla, donde ellos tenían grande deseo de verse.
Miguel de Cervantes Saavedra
Y los Reyes, tranquilos, repletos de paternal bondad, riendo el negrito con todos sus dientes, más blancos que piñones, presidían tal exposición, la de las canastas y la del escaparate, donde todas las variedades del aire de divertir a la infancia se agolpaban, colocadas hábilmente para
tentar el deseo y el capricho de los chiquitines.
Emilia Pardo Bazán
En suma, el rey no sacaba más en limpio del congreso de sabios que de las Memorias del concurso, y entonces resolvió
tentar el extremo opuesto, es decir, llamar a una porción de mujeres sencillas del pueblo y consultarlas acerca del caso.
Emilia Pardo Bazán
Como sus ratos de ocio iban siendo cada día mayores, porque los médicos le obligaban a dejar en reposo la vista horas y horas, sobre todo de noche, don Jorge, que no sabía estar sin ocupaciones, discurrió, o mejor, fue haciéndolo sin pensarlo, sin darse cuenta de ello, tentar él mismo fortuna, dejando resbalar los dedos sobre las teclas.
"¿No es eso ruinoso para la disciplina de la cofradía, por tentar a los candidatos a intrigar para que les apoyen los trabajadores que tienen por debajo de ellos?" "Así podría ser, sin duda," replicó el Dr.
Pero, en verdad, hechas ya vulgares estas cosas, hallándose apenas uno de los que asisten al circo que no esté, si no del todo instruido en los principios de estos estudios, al menos tinturado, es ya necesario tentar otras sendas de elocuencia nuevas y exquisitas por las cuales evite el orador el fastidio del oído, y, principalmente, en presencia de unos jueces tales, que más bien conocen en las causas por violencia o poder, que por ley ni derecho; que no reciben término de tiempo, sino que lo prescriben; que no tienen que esperar al orador a que hable del asunto por el espacio que parezca, sino que muchas veces le amonestan a su arbitrio, y que si se desvía del asunto, le hacen volver a él y le insinúan a que se dé prisa.