Es un sauce corpulento y venerable pero muy viejo y contrahecho, con una hendidura en el tronco, de la cual salen hierbajos y zarzamoras. El árbol está muy encorvado, y las ramas cuelgan hasta casi
tocar el suelo, como una larga cabellera verde.
Hans Christian Andersen
Basilio.)--Es toda una historia. Escuchadla, y vosotros juzgaréis si puedo o no puedo
tocar la corneta.... Y sentándose bajo un árbol rodeado de unos curiosos y afables adolescentes, contó la historia de sus lecciones de música.
Pedro Antonio de Alarcón
No había modo de ahuyentar a los insectos, y entonces un hombre se llevó el tiesto afuera; mas al picarle en la mano una de las abejas, soltó él la maceta, que se rompió al
tocar el suelo.
Hans Christian Andersen
Pero si se retira del cuerpo mancillada, impura, como la que siempre ha estado mezclada con él ocupada en servirlo, poseída de su amor, embriagada de él hasta el punto de creer que lo único real es lo corporal, lo que se puede ver, tocar, comer y beber, o lo que sirve a los placeres del amor, mientras que hábilmente huía de todo lo que es oscuro, invisible, e inteligible, de lo cual sólo la filosofía tiene el sentido, ¿piensas tú que un alma en este estado puede salir pura y libre del cuerpo?
--¡No tanto!--respondió Ramón. --¿Cómo es eso?--exclamé. --¿Sabes
tocar la corneta? --No. --Pues no me debes la vida, sino que he comprometido la mía sin salvar la tuya.
Pedro Antonio de Alarcón
Lucina, o fuese por que el asco pudo hacer que de igual modo no se untase, o ya que del carnero el andar rudo su paso femenil mal imitase; o que al tocar su espalda el Ogro crudo, vencida por un miedo atroz, gritase; o que el cabello allí le hiciese asomo; sentida fue, y no sé decir bien cómo.
Pero a media noche despertó al duendecillo un alboroto horrible, un gran estrépito en los escaparates, y gentes que iban y venían agitadas, mientras el sereno no cesaba de
tocar el pito.
Hans Christian Andersen
Mas el viejo piano, también del tiempo de los padres, tenía aún vida; las cuerdas aunque algo roncas podían
tocar las melodías de toda una generación.
Hans Christian Andersen
En quince días con sus quince noches (pues no dormí ni reposé un momento en medio mes), ¡asombraos!... ¡En quince días aprendí a
tocar la corneta!
Pedro Antonio de Alarcón
Todos los asistentes prorrumpieron en vítores, la banda de la guardia salió a
tocar por las calles, las campanas fueron echadas al vuelo, y las pasteleras quitaron los crespones que cubrían sus tortas, pues reinaba general alegría.
Hans Christian Andersen
De pronto, cortaron las amarras que lo sujetaban, y el aeróstato se elevó en el aire con el aeronauta, el cesto, la botella y el conejo. La música rompió a
tocar, y todos los espectadores gritaron «¡hurra!».
Hans Christian Andersen
Lo botamos sin dificultad, aunque sólo por milagro no se volcó al tocar el agua, y embarcaron en él el capitán y su esposa, Wyatt y su familia, un oficial mexicano con su esposa y sus cuatro hijos, y yo con mi criado de color.