Ayape, Eugenio - Semblanza de San Ezequiel Moreno

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Eugenio /\yape

EUGENIO AYAPE

SEMBLANZA DE SAN EZEQUIEL MORENO

EDITORIAL AUGUSTINUS - MADRID,

1994

CONTENIDO Prlogo Nota liminar Los s a n t o s son siempre a c t u a l e s Alfaro Le p u s i e r o n por n o m b r e Ezequiel Fisonoma. Algunos rasgos Rector de Monteagudo, 1 8 8 5 - 1 8 8 8 Misionero en Filipinas, 1 8 7 0 - 1 8 8 5 Restauracin de la Orden e n Amrica E n C a s a n a r e , 1893-1896 Obispo de Pasto, 1 8 9 6 - 1 9 0 6 Obispo de s u tiempo y del n u e s t r o Predicador y confesor. Amor a los enfermos El Corazn de J e s s y s a n Ezequiel S u a m o r a la Virgen Hombre de oracin Liga S a n t a El p a d r e D e t r o u x y s a n Ezequiel Dolores internos. Religiosas betlemitas P r u d e n c i a y caridad La concordia nacional Insultos, c a l u m n i a s , desprecios E r a pobre El problema del colegio d e T u l c n E n m a n o s de Dios J e s s y yo C a r t a s pastorales y otros escritos Epistolario Algunas c a r t a s de s a n Ezequiel Me b a s t a mi celda S a n Ezequiel y m o n s e o r Nicols C a s a s S a n Po X y s a n Ezequiel Hijo de s a n Agustn Con las monjas a g u s t i n a s recoletas ltima enfermedad Su m u e r t e Testamento Curiosidades Bibliografa 1 9 10 13 18 20 23 26 31 35 39 47 50 54 56 58 61 65 69 73 74 79 82 85 90 94 95 99 101 107 109 112 115 118 122 126 130 132 140

Edita: Editorial Augustinus General Dvila, 5, bajo D Telfono 91/534 20 70 28003 MADRID Depsito Legal: Z. 2801/94 Imprime: Arte-Impress, S.L. C/. Albacete, 1 50007 ZARAGOZA Printed in Spain - Impreso en Espaa

PROLOGO
El padre Eugenio Ayape, viejo amigo de san Ezequiel y propulsor incansable de su devocin, ofrece a sus devotos un nuevo libro sobre el santo. Porque nuevo es este libro, por ms que su ttulo y parte de su contenido puedan sonar a ms de uno de sus lectores. Merece el calificativo de nuevo porque nuevas son gran parte de sus noticias y nuevas son tambin muchas de las reflexiones y comentarios que en l se tejen sobre san Ezequiel, sobre la orden a que perteneci y los lugares en que trabaj. Pocos escritores estn tan capacitados como el padre Ayape para aprisionar en unas breves pginas la rica personalidad de san Ezequiel. Lo ha frecuentado desde joven, ha ledo y paladeado lentamente sus escritos, ha dialogado largamente con personas que lo trataron en vida, ha vivido en conventos en que todava se respiraba el aroma de sus virtudes y ha recorrido la mayora de los lugares ligados a su memoria. Fruto de todo ello ha sido una profunda compenetracin con su espritu, un autntico enamoramiento, que le ha llevado a identificarse con su espritu, a comprender sus actitudes y comportamientos, a compartirlos totalmente y a intentar trasmitirlos a los dems. Est convencido de que san Ezequiel tiene un mensaje muy vlido para el mundo de hoy y se ha impuesto la tarea de comunicrselo. Ese ha sido siempre su objetivo, sa es tambin la intencin que ha guiado su pluma en la composicin de este librito. Intencin que aparece en todas sus lneas y que el padre Ayape no hace nada por ocultar o disimular. No espere, pues, el lector u n libro asptico de historia o u n a biografa completa en que se pase revista crtica y desapasionada a cada uno de los actos de la vida del santo, a sus trabajos misionales, a su modo de dirigir una parroquia, a su amor a los pobres y a los enfermos, a su oratoria o a su asiduidad al confesonario y a la direccin de almas, a su labor al frente de la comunidad de Monteagudo y a otras actuaciones en el seno de la orden agustino-recoleta o a sus diversas intervenciones en la vida pblica de la Iglesia y de la nacin colombiana. 7

Con esto n o quiero decir q u e el lector deje de e n c o n t r a r todo eso en las pginas de este libro. Slo q u e las e n c o n t r a r e n c u a d r a d a s e n u n a perspectiva espiritual y p a s t o r a l , que, d e s p u s de todo, quiz sea la m s a d e c u a d a p a r a a c e r c a r n o s a la figura del s a n t o , y, por tanto, la q u e m s d e r e c h a m e n t e c o n d u z c a al lector a p e n e t r a r en s u interior y llegar a conocerlo y a m a r l o mejor. S a n Ezequiel Moreno es, a n t e todo, u n s a n t o , u n h o m b r e e n a m o r a d o d e Dios, c o n s c i e n t e d e s u a b s o l u t a soberania; y, d e s p u s , u n fraile y p a s t o r a m a n t e de la Iglesia y convencido de q u e slo e n ella p u e d e h a l l a r el h o m b r e s u felicidad. Ayape s a b e m u y bien todo esto y, lgicamente, h a optado p o r privilegiar s u vida e s p i r i t u a l , q u e es la fuente y el motor de t o d a s u actividad, la que d a u n i d a d , sentido, cons i s t e n c i a y vigor a s u vida e n t e r a . De a h q u e d e d i q u e la m a y o r p a r t e de s u s pginas a p r e s e n t a r n o s s u entrega incondicionada al Seor, s u amor al Sagrado Corazn y a la Virgen y s u i n q u e b r a n t a b l e fidelidad a la Iglesia. Afortunadamente, e n la exposicin de estos t e m a s h a podido disponer de u n a envidiable sensibilidad h u m a n o - r e l i g i o s a y d e u n a c u l t u r a teolgica e histrico-literaria n a d a despreciable. E l l a s explic a n la h o n d u r a y finura de las preciosas calas q u e h a logrado h a c e r en la psicologa y espiritualidad del s a n t o y la s o l t u r a con q u e h a acertado a trasmitirlas a s u s lectores. Ojal que stos s e a n a b u n d a n t e s y permeables a mensaje t a n t a n valioso y actual!
ngel MARTNEZ CUESTA

N O T A LIMINAR C o n m o t i v o d e la b e a t i f i c a c i n e n 1 9 7 5 del hoy s a n Ezequiel Moreno p u b l i q u en s u h o n o r u n a breve semblanza que a h o r a se reedita, corregida y a u m e n t a d a , t r a s el faustsimo acontecimiento de s u canonizacin, en 1992. Ha de ver el lector q u e el texto primero h a recibido retoq u e s y perfeccionamientos, y q u e h a a u m e n t a d o el n m e r o de p g i n a s . Esto viene exigido por el intento de fijar y explicar m s a m p l i a m e n t e a l g u n o s h e c h o s y aspectos del biografiado. Y es que, a medida q u e p a s a el tiempo, s u silueta espiritual y apostlica se va perfilando y conociendo mejor, y aparece con e s p l e n d o r e s m s claros el valor de s u escogida alma. Qu r i c a s y b e l l a s r e s u l t a n s u s facetas d e religioso, m i s i o n e r o , prelado, h o m b r e de accin y contemplacin, hijo fidelsimo de la Iglesia y defensor integrrimo de la verdad! R e p s e s e con a t e n c i n el contenido de e s t o s sencillos captulos, q u e p r e t e n d e n p a r t i c u l a r m e n t e d e s t a c a r los valor e s msticos y apostlicos de t a n eximio varn. En adelante h a b r q u e agregar sin falta a la lista de los g r a n d e s a m a d o r e s de Dios y de los apologistas cristianos, as como de los m s ntimos amigos del Sagrado Corazn de J e s s , el nombre de este humilde fraile a g u s t i n o recoleto. Otros a u t o r e s se ocupar n preferentemente de b r i n d a r con m s detalles y m s deten i d a exposicin los h e c h o s y c u a l i d a d e s de u n t a n excelso prelado de la Iglesia, q u e brill con fuerza d u r a n t e las ltim a s d c a d a s del siglo XIX y principios del XX. Va a q u la exposicin del apartados y hasta, a primera deseable u n i d a d o coherencia. p o d r n servir p a r a la definitiva tagonista de e s t a s p g i n a s . t e m a , e n c a p t u l o s o breves vista, e s c a s o s de la siempre Son p i n c e l a d a s sueltas, q u e semblanza del hroe, del pro-

Q u e d e consignado el m s vivo agradecimiento a quienes h a n colaborado en la preparacin e impresin de este libro, especialmente al p a d r e F o r t u n a t o Pablo Urcey. 9

LOS SANTOS SON SIEMPRE ACTUALES


Los santos constituyen u n verdadero tesoro para la humanidad y son siempre actuales. Encarnan el Evangelio que nunca envejece, que nunca pasa. Con su gran amor a Dios y al prjimo, y con los dones y gracias que el Parclito les concedi, permanecen fuertes y lozanos, a pesar de las vicisitudes y borrascas de los tiempos. Y continan sosteniendo siempre la fe y asegurando a su siglo, a nuestro siglo, a todos los siglos -como lo afirm Su Santidad Pablo VI- la perenne presencia del Espritu vivificante de la Iglesia de Cristo. San Ezequiel Moreno es, no cabe duda, una figura de santidad de gran tamao y de singularsima actualidad. Ofrece, ciertamente, maravillosos contrastes que van a obligar a los estudiosos a dedicar especiales esfuerzos para conocerle a fondo. Su vida est cuajada de incidentes, de aspectos y tonos muy variados y sorprendentes. En las circunstancias eclesisticas del momento, en esta hora de renovacin, de incesante proceso y tambin de confusin y de mezcla turbia del bien y del mal, el dulce y batallador obispo, el abnegado e intrpido misionero, el observantsimo y humilde fraile de la recoleccin agustiniana destaca como modelo de hombre completo, de santo prelado de la Iglesia y como maestro egregio de la verdad. A nuestro Ezequiel Moreno le dieron ya fama y popularidad su propia conducta excepcional, santa, austera y pura, y las mismas persecuciones que padeci por parte de los enemigos de la verdad. stos, sin duda, contribuyeron a realzar su prestigio. Es un caso muy curioso el suyo: amaba la celda, el silencio, la oracin de recogimiento, como buen fraile recoleto. Y como obispo era sumamente discreto y entregado en cada instante al cumplimiento de sus deberes y a la contemplacin eucarstica. Sin embargo, lleg a encontrarse en el centro de las ms conflictivas y ruidosas situaciones. Al morir se hizo mucho ms notorio su valor, su intrnseco valor. Y comenzaron a ser entonadas loas a su virtud, a sus mritos. Se invocaba su intercesin y se narraban prodigios obrados por l. Se le llamaba el Atanasio de los tiempos modernos. Tuvo un familiar, u n religioso agustino recoleto, el padre Alberto Fernndez, que fue revelando secretos del hombre interior, del amigo ntimo de Dios que p a s a b a
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muchas horas en coloquios privilegiados con el Prisionero del Sagrario. Y u n obispo y fraile como el padre Ezequiel, el padre Toribio Minguella 1 , escribi pronto su Biografa y public sus escritos pastorales y sus preciosas cartas. El acadmico padre Pedro Fabo lanz u n opsculo titulado Olor de saniidad. Y el padre Tefilo Garnica, otro hermano suyo de hbito, recogi su pensamiento espiritual y sus sentencias y finsimas ideas. El autor del presente trabaj public lo que llam Intimidades y ancdotas de fray Ezequiel. Y al padre ngel Martnez Cuesta se debe una amplia y muy documentada biografa. Luego aparecieron otros estudios. La fama de santidad de tan insigne siervo de Dios fue creciendo y se abrieron los procesos cannicos que transcurrieron entre los aos 1910 y 1921. Por fin, Su Santidad Po XI firm la introduccin de la Causa ante el dicasterio correspondiente de Roma, el 25 de noviembre de 1925. Pablo VI proclam la heroicidad de las virtudes del siervo de Dios, el 1 de febrero de 1975, y lo inscribi en el catlogo de los beatos el 1 de noviembre de 1975. Su Santidad Juan Pablo II lo canoniz en Santo Domingo el 11 de o c t u b r e de 1 9 9 2 2 , en la c o n m e m o r a c i n del V Centenario de la Evangelizacin de Amrica y Filipinas. Estos son los prrafos de la homila papal referentes al nuevo santo. "Ah est esa admirable plyade de santos y beatos que adornan la casi totalidad de la geografa americana, cuyas vidas representan los ms sazonados frutos de la evangelizacin y son modelo y fuente de inspiracin para los nuevos evangelizadores. En este marco de santidad se sita la presente canonizacin del beato Ezequiel Moreno, que en su vida
1 El padre Toribio Minguella (1836-1920) fue un religioso muy distinguido. Nacido en Igea de Cornago (La Rioja) y misionero en las Islas Filipinas, escribi y public una gramtica hispano-tagalog. Fue comisario general de los agustinos recoletos en Madrid, rector del monasterio de San Milin de la Cogolla, obispo de Puerto Rico y de Sigenza. Acadmico de la Historia y autor de libros importantes, mantuvo amistad muy cordial con san Ezequiel. Escribi su vida y recogi sus escritos y fue el encargado de pronunciar la oracin fnebre ante el cadver del santo, en Monteagudo.

^ Registrar para la historia, que en la fecha de la canonizacin, era arzobispo primado de la capital y primado de las Amricas el cardenal D. Nicols de J e s s Lpez Rodrguez, y rega los destinos de la Repblica Dominicana D. Joaqun Balaguer, quien se hall presente en la ceremonia de la exaltacin de fray Ezequiel.

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y obra apostlica compendia admirablemente los elementos centrales de la efemrides que celebramos. En efecto, en su vida aparecen Espaa, Filipinas y Amrica Latina como los lugares en que desarroll su incansable labor misionera este hijo insigne de la Orden Agustina Recoleta. Como obispo de Pasto, en Colombia, se sinti particularmente urgido por el celo apostlico que hace exclamar a san Pablo: Cmo invocarn a aqul en quien no han credo? Cmo creern en aqul a quien no han odo? Cmo oirn sin que se les predique? (Rm 10, 14). El nuevo santo se nos presenta ante todo como modelo de evangelizador, cuyo incontenible deseo de anunciar a Cristo gui todos los pasos de su vida. En Casanare, Arauca, Pasto, Santaf de Bogot y tantos otros lugares se entreg sin reserva a la predicacin, al sacramento de la reconciliacin, a la catequesis, a la asistencia a los enfermos. Su inquebrantable fe en Dios, alimentada en todo momento por una intensa vida interior, fue la gran fuerza que le sostuvo en su dedicacin al servicio de los ms pobres y abandonados. Como pastor profundamente espiritual y vigilante, dio vida a diversas asociaciones religiosas; y adonde no poda llegar en persona procuraba hacerse presente mediante la publicacin, el peridico, la carta particular. San Ezequiel Moreno, con su vida y obra de evangelizador, es modelo para los pastores, especialmente de Amrica Latina, que bajo la gua del Espritu quieren responder a los grandes desafios con que se enfrenta la iglesia latinoamericana, la cual, llamada a la santidad, que es la ms perfecta riqueza del cristianismo, ha de proclamar sin descanso a Jesucristo ayer, hoy y siempre (Hb 13, 8)". Los dos milagros exigidos para la beatificacin y canonizacin 3 consistieron en la repentina y maravillosa curacin de dos personas distintas, que padecan la enfermedad del cncer y se encomendaron al santo fray Ezequiel. Paso a destacar algunos rasgos ms caractersticos de tan gran hijo de Dios y de la Iglesia.
3 En el proceso de canonizacin de san Ezequiel han trabajado, en calidad de postuladores, los siguientes religiosos agustinos recoletos: Padres Daniel Delgado, Pedro de la Dedicacin, Jenaro Fernndez y Romualdo Rodrigo.

ALFARO Hay en La Rioja, Espaa, un municipio llamado Alfaro, que actualmente tiene ms de nueve mil habitantes y se halla situado junto al ro Alhama. Es muy antiguo. Posee dos iglesias notables que son, a la vez, parroquias: la de San Miguel (siglos XVI-XVII) y la de Nuestra Seora del Burgo (principios del siglo XVIII). Y adems de varias escuelas, funciona en su suelo u n colegio de Hijas del Amor Misericordioso. Tambin all hubo dos conventos de monjas de clausura que imprimieron a la poblacin u n especial tono religioso: uno de concepcionistas y el otro de dominicas; este ltimo ha sido trasladado a Zaragoza. Contina aqu muy floreciente, y otrora existieron conventos de religiosos franciscanos, trinitarios y de la Orden hospitalaria de San J u a n de Dios. El de franciscanos cobr nueva vida en 1895. Reemplazaron a los claretianos que ocupaban el lugar. Es que haban fundado don Santiago Tejada y su esposa, a fines del siglo XIX, el patronato de Santiago y de santa Isabel, con el fin de sostener una obra pa de beneficencia, caridad e instruccin en favor de los hijos de Alfaro, y para ello vinieron los religiosos nombrados. La historia larga de esta privilegiada ciudad ha sido escrita recientemente por un digno y diligente sacerdote, Joaqun Martnez Diez, quien ha recogido y ordenado con gran meticulosidad y competencia datos y noticias de sumo inters. Asegura l, que "ha puesto en su ardua tarea el mayor empeo y su mejor cario". Ha visto la luz su trabajo en 1983. Es, pues, muy reciente y a sus pginas remito al lector, quien en ellas encontrar abundante informacin acerca de la ciudad en pocas anteriores y modernas, en particular sobre los principios y su desarrollo material, poltico y espiritual, sobre la nueva colegiata, en donde precisamente fue bautizado nuestro san Ezequiel, y sobre la parroquia de Nuestra Seora del Burgo. Al-faro. Faro es vocablo de origen rabe, que viene a significar atalaya, centinela. Y es que se levant la ciudad a orillas del ro Ebro, para garantizar con su luz la navegacin. A lo largo de los tiempos se le denomin tambin Gra-ccurris. Por ltimo vino a quedar en Alfaro. El Cid Campeador la conquist en 1072. En 1126 el rey Alfonso VII la engrandeci y estableci en ella a muchos cristianos que regresaron del destierro. En su suelo concertaron
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una tregua el ao 1208 los reyes de Castilla, Len, Aragn y Navarra. Sancho IV celebr en ella Cortes, que fueron notables por haber ocasionado la muerte de Don Lope de Haro. En mayo de 1497 se pact all la paz entre los reyes de Castilla y Navarra. Fue sitiada en 1466 por el Conde de Foix, que pronto fue obligado a levantar el cerco y a retirarse. El mencionado historiador Martnez Daz ofrece datos abundantes y ricos. Particularmente interesa lo que afirma de nuestro santo Ezequiel, de quien teje una breve semblanza y a quien califica como "el ms ilustre hijo del pueblo". Pertenece Alfaro en lo eclesistico a la dicesis de Calahorra y Logroo. La comarca, denominada La Rioja, tan famosa e histrica, ha producido a lo largo de los siglos eminentes figuras de la virtud y del saber: en su suelo vive y trabaja una raza de hombres creyentes, sanos de espritu, fuertes de voluntad, sencillos y generosos en el trato social. Entre otros muchos lugares riojanos dignos de singular mencin, que enriquecen la vida e historia de tan bella regin, sobresalen con fuerza el antiqusimo santuario de Nuestra Seora de Valvanera, que es patrona y muy venerada por el pueblo riojano, y el muy digno y grandioso monasterio de San Milln de la Cogolla, considerado como una de las joyas ms preciosas de Espaa. A estos dos conocidos santuarios se hallan ligados los agustinos recoletos. A Valvanera, porque varios de sus hijos contribuyeron eficacsimamente a la reconstruccin de su templo y del monasterio benedictino, que se hallaban abandonados y en ruinas. Uno de los ms activos entre ellos fue el despus obispo fray Toribio Minguella, quien sera el primer bigrafo de nuestro santo. Y a san Milln de la Cogolla, por la misma razn, y porque adems desde septiembre de 1878 estn en su posesin y cuidado, porque lo han convertido en colegio misional y en noviciado, y le han dado una vida exhuberante, y hasta han escrito libros en torno a sus orgenes y a sus tesoros espirituales y artsticos. No olvidar el lector que en sus claustros la lengua castellana comenz su vida hace ms de mil aos. Aadir que de ah salieron muchos religiosos para predicar el Evangelio en Amrica y en el Extremo Oriente. Y, precisamente, de sus claustros eran moradores algunos de los
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misioneros que acompaaron al santo fray Ezequiel en su viaje de r e s t a u r a d o r de la Orden agustino-recoleta en Amrica. Esta fue una empresa de gran transcendencia en la que, sin duda, el personaje central fue nuestro biografiado. De tal hecho proceden las fundaciones de centros religiosos y misionales, que han ido luego surgiendo en el norte, centro y sur de Amrica. Y an cabe agregar al final de este captulo otros significativos apuntes, sobre Alfaro y su comarca. En el peridico de Bilbao La Gaceta del Norte, 5 de febrero de 1975, cuando aparecieron las primera noticias acerca de la beatificacin prxima de fray Ezequiel, hizo el cronista oficial de La Rioja, Felipe Abad Len, u n recuento valioso de las riquezas riojanas en el aspecto catlico y heroico. Y record que el ltimo riojano beatificado haba sido fray Jernimo Hermosilla, el 20 de mayo de 1906 (el ao en que muri fray Ezequiel) canonizado en 1988 por J u a n Pablo II. En 1867 fueron beatificados Alonso de Mena y Alonso Navarrete. Era aquel n a t u r a l de S a n t o Domingo de la Calzada, y ste, de la ciudad de Logroo. Tambin anot el cronista que u n a de las pginas ms gloriosas de la historia de La Rioja se halla escrita precisamente en el siglo XIX, y en las Islas Filipinas. Aporta este significativo dato: 146 agustinos recoletos riojanos misionaron en aquel archipilago en los aos que van de 1853 a 1898. De ellos 27 eran nacidos en Alfaro, 24 en Arnedo, 14 en Calahorra, 11 en Igea, 10 en Cornago, 9 en Berceo, 9 en San Milln de la Cogolla, 4 en Aldeanueva del Ebro, 3 en Uruuela, 2 en cada uno de los pueblos de Quel, Rincn de Soto, San Andrs del Valle, Villar de Arnedo, Valgan. Y uno de cada u n o de los pueblos de Autol, Ausejo, Estollo, Grvalos, Nalda, Muro de Aguas, Rincn de Soto, Logroo, Pedroblasco, Recilla, Bergasa, San Romn de Cameros, Pazuengos, San Romn de la Sonsierra, Tudelilla, Torrecilla, Ventosa, Villarroya, Viguera y Villaverde. Ahora en este pueblo de Alfaro, en esta comarca de La Rioja, reina un jbilo nuevo, muy puro, muy hondo, con la elevacin al honor supremo de los altares de uno de sus hijos ms representativos y clebres: san Ezequiel Moreno y Daz. Y el mismo cronista public, tambin en la Gaceta del Norte, estas otras riqusimas lneas que transcribo: La Rioja, tierra de santos. El primer comentario que se me ocu15

rre es proclamar esta verdad: que los riojanos pisamos tierra de santos. Cuentan que Valentn de Berrio Ochoa, natural de Elorrio, entonces obispo de Calahorra, dijo en cierta ocasin: "Voy a h a c e r m e s a n t o p a r a q u e t e n g a u n o Vizcaya". Efectivamente, Berrio Ochoa se hizo santo y fue beatificado por Po X, en 1906, y desde entonces tiene un santo Vizcaya. Uno solo que, adems, hizo todos sus estudios en el seminario de Logroo y celebr su primera misa en Calahorra. La Rioja es ms privilegiada en este aspecto. El padre Mateo Anguiano, en 1701, escriba una obra, ya clsica, sobre la historia de "La Rioja y sus santos y milagrosos santuarios", donde se recogen noticias de no menos de cincuenta santos riojanos. En nuestros das, concretamente en 1962, el museo catequstico diocesano, en colaboracin de varios autores, public un libro de 246 pginas titulado Santos de la Rioja, que consideramos muy til como lectura a todos los niveles. En este libro se recogen las semblanzas de 21 santos riojanos, de 6 beatos y de otros venerables, entre ellos el padre Ezequiel Moreno, que pasa a ser el sptimo de La Rioja. En esta ciudad de Alfaro, en donde Ezequiel haba nacido, germin su anhelo de ser fraile. Y, por cierto, en la vida de fray Ezequiel aparece la palabra "fraile", llena de sentido espiritual y con encantos singulares. Una humilde religiosa dominica, sor Catalina Les, que profes especial simpata al monaguillo Moreno, hace referencia a una escena significativa. En cierta ocasin fue Ezequiel con su padre al locutorio, y la portera pregunt al nio: T, qu vas a ser? Y respondi rpidamente: fraile. Y la portera le contest: T fraile? Tan calandrajo, para qu te quieren? Y l replic: Me pondr sombrero de copa para ser ms alto. Pues fraile y fraile agustino recoleto vino a ser. Y fraile cabal. Varias circunstancias concurrieron para llevarle al convento de los misioneros destinados a Filipinas. Fue en Alfaro donde el ao 1825 los agustinos recoletos establecieron un colegio seminario, autorizado por el Rey, para seguir conservando las misiones de las Islas Filipinas. El local comprado era por cierto muy pobre, escaso de capacidad y falto de agua, como se anota en algunos documentos. Pero de esta casa salieron con destino a Filipinas nada menos que tres expediciones. Porque tiene relacin con el pueblo en que naci fray Ezequiel, anotar que los recoletos, antes de abandonar 16

Alfaro, llegaron a solicitar, para ampliar su espacio de vida, la ermita de san Roque, que estaba prxima al colegio, y queran comprar una huerta aledaa; tambin pensaron en trasladarse a la ermita de la Virgen del Pilar, pero tampoco hallaron apoyo. En el ao 1829 se trasladaron a Monteagudo, Navarra. Aquella tan fugaz fundacin sirvi para que muchos hijos de Alfaro sintieran simpata profunda hacia los agustinos recoletos. Y muchos han sido los que han profesado en s u s c l a u s t r o s . El propio h e r m a n o de fray E z e q u i e l , Eustaquio, entr al convento navarro e hizo su profesin el 1 de octubre de 1861. En la ceremonia estuvo presente su hermano Ezequiel, quien qued atrado para siempre hacia la vida religiosa. Su permanente pensamiento fue el ser fraile. El padre Ezequiel, tras una larga ausencia, volvi a su pueblo en julio de 1885. Vena de Filipinas para hacerse cargo del rectorado del convento de Monteagudo. Luego estuvo varias veces para ver a su familia y para predicar en la esta de Nuestra Seora del Rosario. Qu emocin produca su palabra suave, evanglica...! Despus, ya obispo en Colombia, de camino a Roma, quiso acercarse hasta los suyos. Ahora vena precedido de mucha fama, de fama de santo y de "mrtir". Se saba cunto haba luchado y padecido por la fe. El ayuntamiento lo nombr hijo predilecto y le otorg su correspondiente diploma, que l recibi agradecido. Aprovech para exhortar a s u s compueblanos a ser eles al Evangelio. El pueblo de Alfaro nunca lo olvid 4 . Cuando estuvo enfermo en Monteagudo, algunos vecinos fueron a visitarle. Y en los funerales su paisanos estuvieron representados por el clero y el ayuntamiento. Y ms tarde, al verificarse en 1915 y en 1928, la exhumacin y reconocimiento de su cadver, tampoco faltaron. Y a su tiempo pidieron la introduccin de la causa de beatificacin por medio del ayuntamiento, del clero y de las ordenes religiosas y piadosas asociaciones.
4 La ciudad de Alfaro ha proclamado a este muy distinguido hijo su patrono, junto con san Roque, que ya lo es desde tiempo Inmemorial, y le ha dedicado una de sus calles. Todava conserva, como un precioso tesoro, la humilde casa en donde naci. Recientemente ha erigido un busto del santo en uno de los jardines prximos a su casa natal.

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De Alfaro, en donde han nacido muchos religiosos agustinos recoletos insignes, fue tambin un provincial recoleto notabilsimo, gran telogo, el padre Salvador Malo y Escrroz, que profes el 19 de febrero de 1630, pas a Nueva Granada y dio fuerte impulso precisamente a las misiones de los Llanos de Casanare, donde ms tarde haba de pastorear nuestro padre Ezequiel Moreno. LE PUSIERON POR NOMBRE EZEQUIEL En la ciudad de Alfaro, en una humilde casa de la calle del Hospital Viejo, nmero 2, naci Ezequiel Moreno y Daz; esta calle ahora lleva el nombre de Adriano VI. Y pronto se pens en hacerlo cristiano. "Los seguidores de Cristo, llamados por Dios no en razn de sus obras, sino en virtud del designio y gracia divinos y justificados en el Seor Jess, han sido hechos por el bautismo, sacramento de la fe, verdaderos hijos de Dios y partcipes de la divina naturaleza, y por lo mismo realmente santos. En consecuencia es necesario que con la ayuda de Dios conserven y perfeccionen en su vida la santificacin que recibieron" (L g, 40). Estoy seguro de que a fray Ezequiel le agrada sobremanera que se recuerde esta doctrina conciliar. Nunca estim ms otra cosa que ser hijo de Dios y de la Iglesia. Traslado aqu una copia de su partida de bautismo, tal como est en el folio 357, vuelto, del libro de bautizados de la parroquia mayor de San Miguel, y que reza as: Ezequiel Moreno.- En diez de abril de mil ochocientos cuarenta y ocho, yo Lie. Julin Garca, cannigo penitenciario y como tal cura-prroco de la real e insigne iglesia colegial de esta ciudad de Alfaro, bautic solemnemente un nio que, segn la comadre, haba nacido a las once de la maana del da anterior, y le puse por nombre Ezequiel, hijo legtimo de Flix Moreno y Josefa Daz, abuelos paternos Bruno y Manuela Garca, maternos Antonio y Josefa Oscoz. Todos naturales y vecinos de esta ciudad. Padrinos Sebastin Pascual, consorte de Simona Martnez, y Vicenta Benito, consorte de Tiburcio Buenqfuente, a quienes advert lo necesario.- Lie. Julin Garca. Eran muy sencillos los padres de Ezequiel y muy ejemplares. l, Flix, tena una pequea sastrera; ella, Josefa,
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estaba por completo entregada a los quehaceres domsticos. Tuvieron seis hijos: Eustaquio, que fue tambin religioso agustino recoleto, J u a n a , Ezequiel, Valentina, Benigna y Mara de las Candelas, que muri siendo muy nia. Viven an algunos parientes lejanos. Un sobrino suyo, tambin agustino recoleto, el padre Julin Moreno, cayo vctima de la persecucin en 1936, en Motril, Espaa. Este religioso lleva los apellidos Moreno y Moreno, porque su madre Valentina estuvo casada con Ignacio Moreno. En u n sermn que predic san Ezequiel en la iglesia de las monjas dominicas, al volver de Filipinas en octubre de 1885, dijo muy emocionado: "A este templo me traa mi difunto padre de la mano, y aqu rezbamos y cantbamos el santo rosario, cuando yo apenas poda balbucir las palabras". Y le pusieron por nombre Ezequiel, vocablo hebreo que significa: "Dios fortalece". Singular y significativo nombre. Algo hace recordar en la vida y obras de nuestro hroe el predicador y prelado, fray Ezequiel, al grande, al profundo profeta del antiguo Testamento, llamado Ezequiel, hijo de Buzi, el de los orculos contra las naciones prevaricadoras, el de las sublimes visiones, el ardiente defensor de Yahvh. Este profeta bblico, que era de familia sacerdotal, conoci la persecucin y el destierro tras la cada de la ciudad de Nnive y del ascenso del nuevo imperio babilnico, y fue autntico intrprete de la tragedia de su pueblo, de los sufrimientos del destierro, con la cada de Jerusaln. Sus orculos eran formidables ante las calamidades que afligan a su patria. Apelaba en todo momento al juicio de Dios sobre la historia. Su influencia en el pueblo fue muy honda y duradera. Gracias a l hallaron consuelo y esperanza los desterrados, y se convirtieron muchos que andaban apartados de la ley y no comprendan el sentido religioso de la catstrofe que padecan. Durante su infancia y juventud ocurrieron en Palestina sucesos muy graves que dejaron huella duradera y amarga en su alma. Parece que conoci a Jeremas y que escuch sus duros avisos al pueblo, as como sus lamentaciones. Pues como aquellos profetas, tambin nuestro fraile y obispo lleg a ser un anunciador incansable de la verdad, un debelador de las injusticias y errores, un centinela fiel, un celoso pastor de las almas, preocupado siempre por formar
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bien las conciencias, disipar las tinieblas y afianzar las voluntades en el bien. Ante las ruinas y pecados repite el bblico profeta que Yahvh tiene poder suficiente para dar vida a u n pueblo muerto, para vivificar unos huesos secos (37, 4-14). Habr una nueva alianza y ser "alianza de paz" (37, 26). La accin de Dios ser, sobre todo, de orden espiritual. Actuar Dios directamente en el corazn de los hombres, comunicndoles su santidad. Les dar u n corazn nuevo y un espritu nuevo (36, 25-27). El don del Espritu actuar para cada individuo, misteriosamente, el principio de una renovacin interior que le procurar la fuerza necesaria para observar la ley de Dios (36,27; 11, 19). Fray Ezequiel Moreno y Daz hizo honor a su nombre. De seguro que lea y meditaba las enseanzas de su homnimo, el admirable profeta del antiguo Testamento. Como l aparecer siempre preocupado por salvaguardar "el honor de Yahvh, la gloria que se debe a su nombre". FISONOMA. ALGUNOS RASGOS Era el padre Ezequiel de talla regular, ms alto que bajo, de sobrios modales, de fisonoma ms bien austera, aunque muy afable; de muy singular bondad que atraa, y de una suave manera de armonizar la severidad para consigo y la dulzura para con los dems. Respiraba tranquilidad y entereza. Siempre digno, responsable y algo tmido en apariencia, fue batallador y de carcter muy pacfico y muy pacificador. Todo en l era sencillo y ordinario. Nada llamaba la atencin. De l se repeta: es un buen religioso; es un prelado modelo de rectitud; es manso y caritativo con las personas que lo rodean; slo busca a Dios y hacer el bien. En su vida no existi esa aureola asombrosa de milagros y de actos estupendos que causan pasmo arrebatador en las historias de los taumaturgos. Ha odo el lector hablar de aquello que se escribe o se dice en las esferas catlicas sobre algunos individuos privilegiados y que se llama olor de santidad? Pues a nuestro personaje, sin brillos muy relumbrantes, le iba siguiendo u n destello blanco e impalpable, u n a estela pura de gracia y grandeza, un riqusimo aroma de sobrenatural encanto.
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Cuando fue novicio en la casa de Monteagudo e hizo sus votos religiosos; cuando fue ordenado sacerdote y pas a las Islas Filipinas, y en el ejercicio de su ministerio sacerdotal cuando fue superior, obispo, y en el pulpito y en toda su manera de ser, de hablar y de proceder, siempre apareca o se reflejaba en l un algo muy llamativo. Podemos destacar ciertos rasgos particulares en sus primeros aos de vida. Fue u n nio como los dems de su pueblo, aunque con algn matiz significativo. En su hogar dominaba con fuerza la idea religiosa, y sus padres se distinguan precisamente por la dedicacin constante al trabajo, por su honradez acrisolada. Viva su familia cerca del convento de clausura de las religiosas dominicas, de cuya capilla fue aclito el nio Ezequiel, y hasta participaba con su buen padre en el rosario de la aurora, que se rezaba recorriendo algunas calles. Asista asiduamente a la escuela y llegaba a cursar latinidad con dos o tres sacerdotes que vivan en el pueblo. Jugaba al tejo y a la pelota, y no se perda el acudir a las vaquillas de las fiestas de san Roque. Consta que algunas veces se priv de tal distraccin por acompaar a un amiguito enfermo. En Jas actas del proceso de su canonizacin ctanse algunos de estos detalles. Su padre era sastre de profesin. Cuando el hermano mayor, Eustaquio, hizo su profesin religiosa en el convento de agustinos recoletos de Monteagudo, se sinti el nio Ezequiel muy conmovido, y ya principi a latir en l muy fuerte la idea de hacerse fraile y hasta soar con el pensamiento de ser misionero e ir un da a las Islas Filipinas para predicar el Evangelio. Esto se hizo en l predominante, aunque el obispo de Tarazona, monseor Cosme Marrodn, quera encaminarlo hacia el seminario diocesano. En septiembre de 1864 hizo su ingreso en el mencionado convento y empez a vivir enamorado de la Virgen del Camino que presida y preside la vida de la comunidad. Hizo el noviciado y profes el da 23 de septiembre de 1868. Por cierto que, como estaba prescrito, aadi que se obligaba con juramento a ir a las misiones filipinas, si el superior as lo dispusiera. Se debe anotar que ya desde entonces no pens, en calidad de consagrado, sino en permanecer totalmente sujeto a Dios, en imitar y seguir a Cristo, y en servir a la Iglesia; todo conforme a la regla de s a n A g u s t n y a l a s p r o p i a s Constituciones de la Orden que abrazaba. Fueron en l
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entraables y fuertes siempre sus amores a su padre san Agustn y a la familia religiosa a que perteneca. Y tanto am a su Orden, tanto influy en sus destinos y tanto se identific con su carisma, que "quizs es el religioso que ha dejado huella ms profunda en su ser". As lo afirma el padre ngel Martnez Cuesta. Por la grandeza de espritu, por la serie de intervenciones dentro de la Orden y en el gobierno de una parte importante de la Iglesia, por el amor divino que inflamaba su alma, por su entrega a la oracin y a la penitencia, por la caridad que colmaba y mova su corazn y por la poca en que transcurri su existencia mortal, es personaje de primersima categora y de influencia decisiva en la historia de los agustinos recoletos. Uni la poca antigua y la moderna con su ser y su hacer, y con su celo alcanz a fortalecer el mantenimiento del fervor en varios monasterios de agustinas recoletas que, en medio de las turbulencias ms espesas, lograron conservar sus esencias puras de amor a la perfeccin, de una vida estricta, de mayor recogimiento, en lo que propiamente se cifra el carisma agustino recoleto. Place consignar aqu algunos detalles biogrficos sobre su hermano Eustaquio, por la importancia de su propia personalidad, que la tuvo brillante y benfica, y por la muy distinguida devocin afectuosa que l siempre manifest hacia su santo hermano Ezequiel. Era Eustaquio el primero de los hermanos. Haba nacido el 2 de noviembre de 1842 y profes como religioso agustino recoleto en Monteagudo, en 1851. Ordenado sacerdote fue enviado a las misiones de Filipinas en 1866, en compaa de nueve religiosos. Era la quincuagsima misin de agustinos recoletos que hacia el archipilago magallnico sala de Espaa. La existencia de este padre Eustaquio fue ciertamente fecunda y muy discreta. Fue uno de los religiosos que dej huella muy marcada. Se especializ en el conocimiento del idioma tagalo que domin a la perfeccin. En Calapn, Mindoro, a donde pronto fue destinado, alcanz gran crdito. Y precisamente all fue padrino de su hermano Ezequiel en su primera misa solemne. Con l nuestro santo aprendi mucho en sus jvenes aos de ministerio apostlico. Nuestro hroe sali de all para trabajar en Palawan, en donde celebr su misa, apenas llegado, en un pobrsimo cobertizo. Enferm y fue destinado a Manila. Y luego, en 1873, acab de resta22

blecerse en Calapn con su hermano Eustaquio, quien, por h a b e r sido nombrado secretario provincial, parti p a r a Manila y dej a fray Ezequiel como prroco. A la sombra de su hermano fue adquiriendo experiencia misionera el que iba a ser tan ardiente y eficacsimo apstol. Luego fray Eustaquio fue designado secretario del provincial y a continuacin prroco de Dumaguete, de Baclayon, de Taytay; y definidor general con residencia en Madrid, Espaa. Y aunque regres a Filipinas, otra vez tuvo que volver a Espaa. En 1901 muri en Madrid. Por cierto que su hermano, nuestro fray Ezequiel, alcanz a verlo vivo y pas con l varios das. En su interesante volumen titulado Catlogo de agustinos recoletos que pasaron de Espaa a las Islas Filipinas. Madrid, 1906, dedica su autor, el padre Francisco Sdaba, un merecido elogio a nuestro padre Eustaquio, "religioso de vasta ilustracin y excelente tagalista". El padre ngel Martnez Cuesta anota que se conservan tres cartas de san Ezequiel dirigidas a su hermano. Fray Eustaquio a punto estuvo de viajar destinado a Bogot para reemplazar a su hermano, cuando ste fue nombrado vicario apostlico de Casanare; y ms adelante se pens en destinarlo a Pasto, para acompaarlo y ayudarle. Con ilusin escriba el santo en la posdata de una carta al padre Iigo Narro, que era el superior religioso residente en Madrid de Espaa: "Mucha ayuda ser para m mi hermano, porque no tengo ms que el actual provisor, ya viejsimo, que no puede ms, y no hay quien lo reemplace en todo el clero que tengo". RECTOR DE MONTEAGUDO, 1 8 8 5 - 1 8 8 8 En la villa navarra de Monteagudo reposan los restos mortales, muy venerados por el pueblo, de nuestro s a n Ezequiel Moreno. Y en esta villa, en donde muri muy santamente, haba vivido y ejercido el cargo de rector del convento que ah tienen los agustinos recoletos. Este convento posee u n a iglesia, que es santuario de Nuestra Seora la Virgen del Camino. Muy querida es Mara Santsima en este su ttulo. Segn la tradicin aqu, en el monte Itura, pequea elevacin de terreno muy cercana al pueblo, se apareci en el ao 1114, cuando esta villa fue
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reconquistada del poder de los sarracenos por Alfonso I el Batallador. Haba estado ocupada desde el ao 716. Desde 1829 los agustinos recoletos viven en este lugar y son los capellanes de Nuestra Seora. Vinieron de Alfaro. En el sermn predicado el mismo da de la inauguracin dijo el vicario general de los Recoletos, padre fray Justo Garca del Espritu Santo: "A este colegio e ilustre seminario nuevamente establecido 5 , vens vosotros, los que formis la comunidad, como elegidos por la Virgen Mara, que ser vuestra principal rectora y maestra, por la que es trono de sabidura, la Madre de Jess, el Camino, la Verdad y la Vida. Puestos aqu bajo su proteccin y magisterio, os llenaris de su virtud y de su gracia; y preparados y bien dispuestos, iris despus a dar abundantes frutos de celo apostlico, de fe y de caridad en aquellas islas remotas del Oriente". El padre Ezequiel Moreno tom el hbito el 21 de septiembre de 1864 y profes el 22 de septiembre de 1865. Nunca olvidara que fue testigo de su consagracin la misma Seora, Madre de Dios. Desde Filipinas vuelve el padre Ezequiel a Monteagudo, nombrado rector, en el ao 1885. Aqu se manifest su riqueza espiritual. Fue vicerrector un religioso digno del mayor crdito por sus condiciones morales, el padre Antonio Muro. Y ste nos dej unos recuerdos e impresiones del padre Ezequiel que contribuyen mucho a reflejar lo que era fray Ezequiel: "El carcter dulce del padre Ezequiel era tal que jams se le vio alterado, y eso que ocasiones hubo en que cualquier otro de menos virtud hubiera prorrumpido en actos de enojo o impaciencia. Pero el padre rector nunca perdi la serenidad ni la calma de su espritu. Cuando se vea precisado a reprender, lo haca con tanta dulzura que ms que superior dominante pareca un amigo carioso. Durante el tiempo que yo permaneca en la enfermera con las viruelas not, y conmigo lo notaron los dems, que todas las noches, mientras
5 Tiene el convento de Monteagudo una historia importante. Consignar este dato: la Ley general de desamortizacin, promulgada el 27 de julio de 1837. extingui en Espaa y en sus dominios todos los conventos, masculinos y femeninos, excepto algunos dedicados a obras benficas, y los colegiosseminarios de Monteagudo, Valladolid y Ocaa. pertenecientes a los agustinos recoletos, agustinos y dominicos, respectivamente. Los tres se libraron de la extincin por el carcter de colegios-seminarios, en donde se haban de formar misioneros para trabajar en Filipinas.

hubo alguno grave, suba el padre rector, entre una y dos de la maana, a la enfermera y entraba en las celdas de todos, sin duda con el fin de ver si nos faltaba algo. Deba andar con alpargatas, pues no haca el menor ruido". Y un hermano sencillo, fray ngel Morras, testifica: "En el ao que le tuve de rector de 1887 al 1888, puedo decir que todos sus actos fueron ote un verdadero modelo de religiosos...; en el coro se le encontraba a cualquier tiempo, pues adems de las horas de obligacin, sola ir con frecuencia". Monteagudo y el padre Ezequiel andan para siempre unidos. Escogi para morir este sitio. Vol al cielo en u n a celda que tena un ventanuco desde donde se poda ver a la Virgen del Camino, que fue un imn para su corazn. Un destino histrico singular ha tenido y tiene este convento recoleto de Monteagudo, abierto precisamente para nutrir de misioneros a las Islas Filipinas, y tolerado con ese exclusivo objetivo por los gobiernos desamortizadores. Este convento en la Orden de agustinos recoletos aparece hoy como u n smbolo. Es la cuna de su restauracin. Hasta adquiri despus el privilegio de ver nacer all, cabe el sepulcro de fray Ezequiel, la prspera congregacin de misioneras agustinas recoletas. Ahora Monteagudo, por hallarse tan vinculado a fray Ezequiel, est adquiriendo un nuevo brillo y una fuerte atraccin popular. Resulta maravilloso recordar lo que fray Ezequiel escriba, cuando era obispo en Amrica, aorando el recogimiento y la paz de su amado convento, en donde todo lo presida s u m a d r e del cielo, la Virgen del Camino. Anhelaba su silencio y suspiraba por tener la dicha de acabar all sus das en la tierra. Y algo presenta: "Oh, qu feliz fuera yo si quedara ciego! Podra as vivir en mi convento, sin que las ocupaciones me impidieran estar siempre con nuestro amadsimo Jess, sin tener que leer peridicos, ni saber que a Jesucristo lo quieren echar de las escuelas, de la sociedad, de los corazones. |Oh, qu dicha el quedar ciego! Algunas veces cierro los ojos y me contemplo ciego, y que me llevan a mi convento a morir all. Oh, feliz enfermedad la que me llevara a mi convento y que yo muriera all!" Esta enfermedad feliz para el bendito siervo de Dios fue el cncer, que l ha curado en las personas que imploraron su intercesin.
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MISIONERO EN FILIPINAS, 1 8 7 0 - 1 8 8 5 Durante el siglo XIX Espaa sufri tormentas polticas graves y frecuentes. Tambin la Iglesia lleg a ser vctima, y sus efectos se sintieron muy en particular en el ser y en el desarrollo de los institutos religiosos. Alguna influencia tuvo aquella revolucin, llamada La Gloriosa, en determinar la fecha de salida a Filipinas de una expedicin en la que figuraba fray Ezequiel. Era la marcada con el nmero setenta de aquella serie que fue mandando al archipilago magallnico la Orden de agustinos recoletos, que empez en el ao 1606, y lleg al nmero de cien y ms. Qu historia, por cierto, tan rica en abnegaciones y en frutos espirituales, la que ha ido escribiendo este instituto con sus hijos, sus misioneros, algunos de los cuales acabaron con el martirio! Con sus compaeros sali el joven Ezequiel de Marcilla, en donde haba permanecido tres aos estudiando, el 4 de o c t u b r e de 1869. E m b a r c en Cdiz, en la fragata Concepcin, el 14 del mismo mes. Y lleg a Manila el 10 de febrero de 1870. En el convento de Manila permaneci fray Ezequiel quince meses, dedicado al estudio de la lengua tagala, de la teologa moral, y preparndose para el desempeo de los oficios pastorales. El 13 de junio de 1871 fue ordenado sacerdote. Su primer destino fue Calapn, en la isla de Mindoro. Estaba all su hermano mayor Eustaquio, con quien aprendi a la perfeccin el idioma tagalo. Cuando an no llevaba un ao en aquel puesto los superiores le agregaron, como capelln, a u n a expedicin militar organizada por el gobierno contra los piratas de Jol, que infestaban la isla de la Paragua o Palawan y todas las islas Calamianes. Aprovech para catequizar a las tribus de Iraguan e Iwahig, y para bautizar a muchos nios y mayores. En esta correra contrajo una muy seria enfermedad que lo obligo a retirarse por algn tiempo a la isla de Negros. Volvi a Calapn, y entonces con el nombramiento de prroco, de vicario provincial de Mindoro y de vicario forneo del partido. En 1876 fue trasladado al pueblo de Las Pinas. Aqu hizo prodigios. Todava se le recuerda. Yo mismo pas por all, y me di cuenta del rastro de santidad que dej fray Ezequiel. Otro recoleto, el padre Diego Cera, haba permane26

cido all durante 34 aos seguidos, y haba realizado obras de gran importancia. A l se debe el famoso rgano de caa que se conserva como un originalsimo monumento. En 1879 tom posesin de la parroquia de Santo Toms, en Betangas, en donde permaneci un ao. Su compaero el padre Toms Roldan vino luego a declarar: "Era el padre Ezequiel un santo, era un ngel". En 1880 fue nombrado predicador conventual de Manila. Su salud era dbil y fue trasladado con el cargo de presidente a la casa-hacienda de Imus (Cavite). Esto fue en 1882. En el mes de mayo de 1885 fue elegido en captulo provincial rector del colegio-noviciado de Monteagudo. Nunca olvidara el padre Ezequiel sus aos transcurridos en Filipinas. Haba sido fiel. Haba cumplido lo prometido. El 22 de septiembre de 1865, al pronunciar sus votos de castidad, pobreza y obediencia ante la Virgen del Camino, en Monteagudo, haba hecho promesa, segn lo establecido en la provincia de san Nicols de Tolentino de la Orden a la que perteneca, de ir a las misiones del archipilago filipino cuando los superiores lo dispusieren. Imprimieron carcter en nuestro san Ezequiel los primeros aos sacerdotales vividos en aquellas islas legendarias que, cultivadas espiritualmente por misioneros de varias Ordenes religiosas enviados desde Espaa, son ahora u n a gloriosa realidad, dentro de nuestra santa Madre la Iglesia catlica, en el Extremo Oriente. Ya es sabido que fueron descubiertas en 1520 y que de ellas tom posesin, en nombre de Espaa, Hernando de Magallanes, a quien acompaaban el religioso agustino y cosmgrafo fray Miguel Lpez de Legazpi y los tambin agustinos Martn de Rada, Diego de Herrera, Andrs de Aguirre, Lorenzo Jimnez y Pedro de Gamboa, que fueron los primeros evangelizadores, a los que luego sucedieron otros muchos, dominicos, franciscanos, jesutas... Los primeros agustinos recoletos, que formaban u n grupo de trece, salidos de Talavera de la Reina, llegaron a Filipinas en los ltimos das del ao 1606. Iban -anot el cronista- "llenos de Dios, y as no perdieron un punto en su observancia, cumpliendo con las obligaciones religiosas como si estuvieran en el ms retirado noviciado de los que haban dejado en su provincia. No omitan la oracin mental de las
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dos horas diarias, el oficio divino a coro, el silencio, el ayuno y la disciplina". Y as pronto se lanzaron a su increble tarea evangelizadora. Antes de que acabase el ao de la llegada a su destino, ya se hicieron cargo de la misin de Mariveles en la provincia de B a t a n , y a c o n t i n u a c i n de las hoy provincias de Zambales y Pangasinn, en donde fundaron las misiones de Bagac, Masinloc y Bolinao. Y pronto entraron en la isla de Mindanao, que es la segunda en extensin del archipilago filipino. Place, por cierto, consignar aqu, porque el hecho tuvo lugar en Filipinas, un dato referente a la persona del protagonista de estos recuerdos sueltos, san Ezequiel Moreno. Me envi desde Talisay el padre Valeriano Agustn u n a carta muy interesante a Roma. Saba l que yo andaba buscando apuntes y detalles acerca del padre Moreno. Y me transcribi lo que ahora voy a dar a luz. Lo pongo al pie de la letra. "Parroquia de san Nicols de Tolentino. Talisay. Negros Occidental. Filipinas. Nota acerca del V. P. fray Ezequiel Moreno, obispo de Pasto, Colombia, consignada en el libro de Cosas notables del ministerio, de Talisay. 'En el ao 1849 a fines de junio, el M. R. P. fray Fernando Cuenca de san Jos, recoleto de san Agustn, manifest a nuestro padre provincial, fray J u a n Flix de la Encarnacin, su deseo de dedicarse por el sistema hidroterpico de Priessnitz a la curacin de la humanidad doliente. Todo esto sin faltar a su ministerio sacerdotal y de su estado religioso. Nuestro padre examin la obra de Priessnitz y concedi benignamente al padre Fernando Cuenca la curacin de los enfermos, sin ms restriccin de que en casos graves consultase a un mdico facultativo. Este gran hospital lo instal en el convento de Talisay, ministerio conocido antiguamente con el nombre de Minuluan. Las curaciones ms notables han sido en heridas de arma blanca, asociando a la hidroterapia el blsamo tagulauay y otras plantas medicinales. Fracturas y dislocaciones se han curado bien por medio de la reduccin, fomentos y entablillados, evitando inamaciones y calenturas. Antras, pstulas, mordeduras venenosas se han c u r a d o por m e d i o de c a u t e r i o s con feliz xito. Empobrecimiento de sangre, anemia, fiebres, etc., se han curado felizmente por medio de sbanas y otras aplicaciones hidroterpicas. Entre los ilustres visitantes curados por estos
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medios aparece ocupando el n 33 el R. P. fray Ezequiel Moreno: anemia y empobrecimiento de sangre". Firma esta nota en el libro de Cosas notables el padre fray Marcelino Simonena de san Luis Gonzaga. Ao 1902. Lstima que no se indica el da y el ao en que el padre Ezequiel fue a Talisay. Quiz cuando sali enfermo de Palawan. Pero hay que agradecer al recoletsimo y diligentsimo padre Simonena este servicio que prest a la historia, as como al padre Valeriano Agustn, otro gran religioso, que tuvo la atencin de transmitir la notcula. A este respecto no sobrarn unas lneas para encarecer lo mucho que tambin en este campo de la salud corporal y en el de las medicinas hicieron los misioneros agustinos recoletos en el archipilago filipino a travs de los siglos. El padre ngel Martnez Cuesta bien destaca este aspecto en su History of Negros, ao 1980. Y el padre Jos Luis Senz dedica a ello varias pginas en la revista Recoectio, Roma, volumen XVII, ao 1993. Del citado padre Simonena existe u n buen trabajo publicado en Barcelona que se titula La medicina aplicada por los agustinos recoletos en Filipinas, ao 1930. Sobre la salud del padre Ezequiel sabemos que nunca fue robusta, sino ms bien frgil, aunque no le impidi el trabajo ordinario. Siendo corista ya sufri varios achaques. Durante el viaje a Filipinas, a ltimos de 1869, fue atacado por fuertes calenturas. De Palawan se vio obligado a salir porque la fiebre invadi su organismo. El paludismo, contrado en Extremo Oriente, se manifest tambin en los Llanos de Casanare. Un cncer fortsimo lo llev al sepulcro. Eso s, como hombre de Dios, de espritu sobrenatural, todo lo aprovech para su bien, para su santificacin. "Yo, amado de mi alma -deca- para imitaros abrazo con el ms tierno afecto los dolores, las enfermedades, la pobreza y las humillaciones, y las considero como hermosas partecitas de tu cruz". Y tuvo en abundancia todo eso. En octubre de 1905, herido ya de muerte, escriba: "La enfermedad me lleva ms a Jess". En u n informe presentado al captulo general, que se celebr en Monteagudo el ao 1982, el religioso filipino Vctor Lluch expuso: "Como recoleto filipino he venido a este captulo general representando a nuestra vicara y, naturalmente, siento orgullo de ser miembro de una Orden que tanto se 29

comprometi y luch por moldear la vida y el carcter filipino dentro del marco cristiano. Pronto celebraremos el 500 aniversario de la cristianizacin de Filipinas. Estaremos siempre reconocidos cuando, al mirar el glorioso pasado, reconozcamos a aquellos intrpidos hermanos nuestros que tan generosamente trabajaron y dieron sus vidas por la fe, poniendo as el fundamento de una nacin cristiana, la nica en el Extremo Oriente. Ella recordar a los trece primeros recoletos que, inflamados por el fuego de su celo, esparcieron el Evangelio e hicieron frente a innumerables obstculos: el calor tropical con todo lo que lleva consigo, las grandes distancias, la multitud de dialectos, los fieros ataques de los moros nativos esparcidos por las Islas, la falta de asistencia civil. Recordar tambin los 235 pueblos fundados por los recoletos desde 1906 a 1961, y que, como lderes, sintieron la grave obligacin de educar, proteger y defender a su grey, mejorando la agricultura, construyendo puentes, calzadas, pantanos, fortalezas, etc. Los recoletos fundaron, en el espacio de 300 aos, 630 escuelas parroquiales. Tambin se debe a ellos la introduccin de productos agrcolas tales como el abac, tabaco, cacao y azcar". Hasta aadir que, insatisfechos con todo ello, no tardaron en avanzar impulsados por su celo apostlico, hasta el Japn, en donde dieron su tributo de sangre con el martirio de varios religiosos ya beatificados y de la insigne terciaria de la Orden, la joven llamada Magdalena de Nagasaki, ltimamente canonizad. Ms tarde, en 1924, se realizara el anhelo de dar principio al apostolado agustino recoleto misional en el imperio de China, tan misterioso y difcil. Fueron llegando sucesivas expediciones juveniles, procedentes de Espaa. Haba clima de sacrificio. La Santa Sede cre un vicariato apostlico y fue nombrado primer prelado monseor fray Francisco Javier Ochoa. Y tambin llegaron pronto, movidas por Dios, las agustinas recoletas sor Esperanza Ayerbe de la Cruz, que luego vino a ser la primera superiora general de su instituto y cuya causa de canonizacin, por cierto, ha tenido principio formal, y las religiosas compaeras suyas, sor Carmela Cruz y sor Angeles Garca. Tal empeo misionero quedara sin mucho tardar interrumpido, a causa de u n a honda y larga revolucin poltica, cuyas consecuencias religiosas todava se estn sintiendo.
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RESTAURACIN DE LOS RECOLETOS EN AMRICA El descubrimiento y la evangelizacin de Amrica, del continente de la esperanza, pomo se le denomina, fue algo realmente maravilloso, uno de los acontecimientos ms prodigiosos de la historia de la humanidad. No hace falta detenernos aqu en ponderar su importancia, atendiendo a sus aspectos meramente geogrficos y, sobre todo, humanos y religiosos. De labios del actual Pontfice de la Iglesia catlica, J u a n Pablo II, y de hombres conspicuos y representativos de la ciencia, al cumplirse los 500 aos de tan gran efemrides, han salido las expresiones ms altas y bellas. En las celebraciones conmemorativas se han ido agotando los recursos del ingenio y del entusiasmo. El hecho de canonizar a fray Ezequiel Moreno en la Repblica Dominicana, al cumplirse los 500 aos del descubrimiento del Nuevo Mundo y de la primera misa que se celebr en su suelo, puso ms de relieve la gigantesca figura del humilde santo agustino recoleto. Haba trabajado en las Islas Filipinas durante sus aos juveniles, y luego le seal la Providencia un distinto campo de accin apostlica en el llamado Nuevo Mundo, en donde la Iglesia catlica se encontraba muy necesitada de apstoles de Jesucristo, de sembradores de verdad y de caridad. Conviene anotar que tanto en las islas magallnicas como en la muy extensa tierra americana era muy abundante la mies y muy escasos los operarios. Espaa, encargada en modo particular por la Providencia de la magna e indescriptible tarea de ir sembrando la semilla salvadora de la verdad y del bien en un sitio y en otro, desde el inicio del descubrimiento, del ensanchamiento del orbe, no dej de preocuparse de proporcionar su ayuda a la sublime empresa evangelizadora del Nuevo Mundo. Con el agrado, las bendiciones y estmulos del Vicario de Cristo en la tierra fue proporcionando constantemente misioneros para la sublime empresa. Los reyes lo facilitaron. Las Ordenes religiosas de franciscanos, dominicos, agustinos, mercedarios, jesuitas, carmelitas, agustinos recoletos fueron generosas al ir mandando esfuerzos continuos. Y, por supuesto, aqu destacamos en forma particular la participacin de los hijos de san Agustn. A Colombia lleg, el primero de todos y solitario en 1527, el padre Vicente de
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Requexada, primer cura de Tunja; y la primera expedicin en grupo de agustinos destinada a la Amrica se hizo en 1538. Despus hubo otras muchas. En 1678 el Rey de Espaa dio licencia para que pudieran pasar a la Amrica 24 religiosos destinados a "fundar casas y monasterios" en las provincias del Nuevo Reino de Granada", Quito, Popayn y Cartagena. Luego se fueron multiplicando y crearon provincias de la Orden en Ecuador, Per y Colombia. Los religiosos iban llegando de Espaa, se establecan noviciados para nativos y as iban multiplicndose. El hecho real fue que creca de manera prodigiosa el nmero de los adoradores de Jesucristo, aun en medio de dificultades de todo gnero, hasta que se desat la tormenta de la persecucin, como a travs de la historia del cristianismo ha venido aconteciendo. A su divino fundador, Jesucristo, tambin lo persiguieron y hasta lo mataron. No hace falta recordar en estos momentos la serie de contratiempos que ha tenido que vencer la Iglesia catlica en las largas etapas de su desarrollo. Tambin en nuestro caso. En el Nuevo Reino de Granada, o Colombia, de manera particular las familias religiosas conocieron u n desmoronamiento casi total. Y entre ellas la de los recoletos de san Agustn. Una de sus provincias, llamada de Nuestra Seora de la Candelaria, que haba tenido su origen en el histrico y legendario Desierto de la Candelaria, en Rquira -Boyac-, y que tuvo un tiempo de gran expansin y riqueza interior y apostlica, estaba casi a punto de extinguirse. Ya en 1810 se dio el grito de independencia de la llamada anteriormente Nueva Granada y luego Colombia, y quedaron cortadas las comunicaciones con Espaa y con el gobierno general de la congregacin. En 1821 quedaron extinguidos los conventos menores a causa de los decretos de los nuevos dirigentes de la Repblica, de manera que slo permanecieron con vida los de Bogot y del Desierto de la Candelaria. La situacin cada da fue empeorando de una forma muy alarmante. Y finalmente en 1861 se promulgaron los decretos de tuicin y desamortizacin de los bienes de "manos muertas". Los religiosos fueron arrojados de sus conventos y sus bienes confiscados por el Estado. En nuestro caso eran ya muy pocos los religiosos que q u e d a b a n . Y a c u d i e r o n a E s p a a p a r a no s u c u m b i r . Imploraron ayuda; enviaron un mensajero, el padre J u a n
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Nepomuceno Bustamante, que hizo dos viajes a Roma y a Madrid, en 1876 y en 1884. Su reclamo insistente encontr eco. El comisario general, padre Gabino Snchez, hizo gala de generosidad. Cuando al padre Ezequiel Moreno, que acababa su rectorado en Monteagudo y que haba sido designado confesor del convento de Marcilla, se le hizo la propuesta de pasar a Colombia, r e s p o n d i , s e g n lo relata el p a d r e Toribio Minguella, encargado de transmitirle el mensaje superior: "Hace ya algn tiempo que me parece me llama el Seor para estas misiones; pueden contar conmigo". Al padre Ezequiel se le unieron los p a d r e s Ramn Miramn, Santiago Matute, Gregorio Segura, Anacleto Jimnez y los hermanos Luis Senz e Isidoro Sinz, y a l se le dio el nombramiento de presidente de la misin restauradora y de provincial en Colombia. Y se le invisti de amplias facultades. En Madrid los siete recibieron la bendicin del Sr. Nuncio de Su Santidad Di Pietro. El 28 de noviembre de 1888 se embarcaron en Santander en el barco francs SaintLaurent 6 . Llegados a Colombia los restauradores, cinco de ellos fueron destinados al Desierto de la Candelaria, y el padre Santiago Matute y el padre Ezequiel Moreno quedaron en Bogot, en el convento de la Candelaria. El Sr. arzobispo de Bogot, D. Telsforo Pal, los recibi con amplia amabilidad. El que haba sido y era hasta entonces provincial de la dbil provincia de la Candelaria, fray Victorino Rocha, hizo asimismo alarde de su desprendimiento y bondad. Desde este momento, un soplo de vida fuerte y nueva fue impulsando el ser y el desarrollo de la comunidad agustino-recoleta. Y la figura del padre Ezequiel fue cobrando esplendor y grandeza en un ambiente de autntica santidad. Y no se deber omitir en este punto la parte que le corresponde a un religioso clebre, fray Patricio Adell, quien
6 Esta fue la primera de las misiones. La segunda tuvo lugar en 1890, y la tercera, en el mes de mayo de 1892. El mismo ao, en el mes de agosto, parti la cuarta. La quinta y sexta, en 1894. La sptima, en 1895. La novena y dcima tuvieron lugar el ao 1899. Los nombres de cada uno de los religiosos aparecen en el Catlogo del padre Francisco Sdaba. publicado en 1906. En l figura tambin una brevsima nota biogrfica de todos los misioneros. El cronista general, padre Manuel Carceller, dedica el capitulo XIII del tomo XII de la Historia de la Orden al tema de la restauracin y de los restauradores.

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con otros agustinos recoletos, a causa de los acontecimientos polticos independentistas se vieron obligados a salir de las Islas Filipinas en el ao 1898, y se establecieron en Panam. Luego les siguieron otros grupos y se disperdigaron por varios pases hispanoamericanos. Con gran pena abandonaron ms de doscientos pueblos en tres docenas de islas. Veinticinco misioneros de la misma Orden agustino-recoleta haba sido asesinados. Hoy la Orden de agustinos recoletos en Colombia, en donde ha realizado una obra muy notable en el campo espiritual y apostlico, es fuerte y prspera. Y lo es en Amrica entera, en Estados Unidos, Mxico, Guatemala, Costa Rica, Panam, Repblica Dominicana, Venezuela, Per, Brasil y Argentina. El restaurador fue nuestro fray Ezequiel, el hombre contemplativo de maravillosos empujes evanglicos. Con ocasin de la beatificacin de fray Ezequiel Moreno en el ao 1975, escribi el colombiano recoleto Jos Abel Salazar un bello artculo en la Resista de misiones7, en donde hace ver que de las Ordenes religiosas existentes en la citada nacin slo hay una, la de los agustinos recoletos, que tiene races fundamentales en Colombia. Y canta los mritos y excelencias del muy legendario convento del Desierto de la Candelaria, en donde nuestro fray Ezequiel inici su labor restauradora y en donde, por cierto, ahora en sus vetustos claustros recibe formacin espiritual y misionera una juventud llena de promesas 8 . Convendr brindar aqu una explicacin para comprender mejor el hecho histrico, pues sucedi que en las postrimeras del siglo XVI unos ermitaos, intrpidos y ardientes, deseosos de mayor perfeccin, erigieron, a la orilla del ro Gachaneca, en el pueblo de Rquira (hoy perteneciente al departamento de Boyac) u n a rstica capilla dedicada a
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Nuestra Seora de la Luz de la Candelaria. Y la ofrecieron a la provincia agustiniana de Colombia, por consejo del misionero agustino fray Mateo Delgado, con la condicin de que los religiosos, que ah haban de vivir, seran recoletos. En 1604 fue la aceptacin. As brot la recoleccin agustiniana en el continente que descubri Coln.

EN CASANARE, 1893-1896
Hay en la parte oriental de Colombia una regin muy extensa que se conoce con el nombre de Llanos de Casanare, en donde tenan y tienen an su morada los indios de las tribus salivas, goahivos, yayuros, achaguas... Comprende una extensin aproximada de cuarenta y cinco mil kilmetros cuadrados. Aqu estuvieron trabajando en distintas pocas misioneros j e s u i t a s , c a p u c h i n o s y agustinos recoletos. Fundaron pueblos, catequizaron a muchos grupos humanos, escribieron gramticas y vocabularios de dialectos indgenas. Los agustinos recoletos haban entrado en este lugar en 1662, a peticin de la J u n t a de autoridades conocida con el nombre de Santiago de las Atalayas. Hicieron proezas. Luego extendieron su actividad hasta las riberas del Arauca. Los sucesos polticos les obligaron a retirarse de all en 1855. Lleg a Colombia el padre Ezequiel Moreno para restaurar la provincia de Nuestra Seora de la Candelaria, de la Orden de agustinos recoletos, que haba quedado casi extinguida, por efecto de los trastornos poltico religiosos ocurridos en el siglo XIX en Colombia. Se determin comenzar su empresa por la restauracin de la obra misional en los legendarios Llanos de Casanare, que se hallaban en un total y tristsimo abandono. Y hasta hay que agregar que luego aquella provincia, casi desaparecida, crecera y dara lugar al nacimiento de la provincia agustino-recoleta de San Agustn, en Estados Unidos de Amrica, y al de la ms reciente de Nuestra Seora de la Consolacin, en Espaa y Centro Amrica. A ltimos de 1890 hizo nuestro hroe su primer viaje a Casanare, impulsado por el ms puro ideal apostlico. Y se recuerda que, desde cada uno de los sitios por donde pasaba, fue redactando una serie de cartas que se publicaban en Bogot y despertaban un gran entusiasmo en los lectores. Firma en Labranzagrande, Nuncha, Man, Orocu. Se remo35

Editada en Santaf de Bogot, ao 1975, n 568.

Actualmente este convento del Desierto de la Candelaria es noviciado para los agustinos recoletos de varias naciones americanas. En su iglesia se venera una antigua imagen de Nuestra Seora de la Luz de la Candelaria, a la que profes muy honda devocin el padre Ezequiel. Est situado este convento en el municipio de Rquira, departamento de Boyac, entre las ciudades de Tunja y Chiquinquir. Cf. AYAPE, E.: Historia del Desierto de la Candelaria, Bogot. 1935, y RESTREPO, A.: Recuerdo histrico de la provincia de la Candelaria (1940-1989), Bogot, 1989. 34

vio el inters por aquel territorio en los fieles, en la comunidad agustino-recoleta, en las esferas eclesisticas y en el gobierno. Hay que notar que el viaje a travs de las llanuras ilmites se realizaba en mua. Fueron publicadas estas maravillosas cartas por el padre Santiago Matute en la revista que l mismo haba fundado, y despus en La Ciudad de Dios, revista de los agustinos de El Escorial, Espaa, y en otros peridicos y revistas. Produjeron gran revuelo misionero. Y comenzaron a sonar los nombre de los ros Cusiana, Cravo, Meta... y los de las tribus salvajes de Guahivos, Salivas y Piapocos. En Orocu los padres misioneros Manuel Fernndez y Marcos Bartolom se haran clebres, porque pronto aprendieron la lengua de los indios y escribieron su clebre Ensayo de gramtica hispano goahiva9, Bogot 1895, XTV"; 225 pgs. Ayud a ello notablemente el hermano Isidoro Sinz. Este trabajo fue aplaudido por nuestro fray Ezequiel y, por supuesto, por los ms ilustres hombres de letras de Amrica y Europa. Hasta el momento el padre Ezequiel era sencillamente superior provincial de los agustinos recoletos, con residencia oficial en Bogot, lleno de ardores misionales. Soaba con restaurar aquella vida apostlica de los antepasados recoletos agustinos, que haban sido expulsados, y ayudar de forma estable a los habitantes de la pampa. Copio algunos de sus prrafos y varias de sus cartas, fruto de su apostlico corazn. El 22 de febrero de 1891 firma en Tame, pueblo antiguo semiderruido, una de sus cartas, en la que se lee: "Siento que mi corazn desea volver a estas tierras para quedarme en ellas y entregar mi alma al Seor en el temido Casanare. Se puede trabajar tanto por la gloria de Dios y el bien de las almas...! No puedo hablar hoy con mis hermanos; puedo decir que estoy solo, debajo de unos rboles, en estas inmensidades desiertas, y me distrae agradablemente el acordarme de mi Dios, hablar con l, pensar en sus cosas y en lo mucho que le debe agradar el que todo lo sacrifiquemos por l, y que nos entreguemos a esta vida de privaciones de todo gnero.
9 Bogot, 1895, XIV; 225 pp. Este trabajo fue muy bien recibido en los ambientes cultos de Colombia y de otros pases.

Adems, pasa tan pronto la vida! Y si de estos Llanos voy al cielo, qu ms necesito, y qu ms quiero". Un mes largo despus escribe desde el centro mismo de la pampa a los tres religiosos nombrados, Manuel, Bartolom e Isidoro. "Mis queridos hermanos: An me tienen por Casanare en la fecha que ven, pensando yo haber estado por estos das, o por El Desierto, o por Bogot. Qu pasar por all despus de cinco meses que hace que falto? Recibiran en mano la carta que les mand desde Cravo. Me confirmo en que, por ahora y mientras no haya ms misioneros, estn mejor ah que en Cravo, porque hay ms recursos, podremos saber de vosotros con alguna frecuencia y se puede ir haciendo algo en las Capitanas de por ah, y, sobre todo, aprendiendo el guahivo y saliva, si se puede. Obren con libertad en eso de salir de Orocu cuando les parezca para las rancheras, y procuren ir todos adonde sea, porque va uno ms animado y mejor. Es Cravo un gran punto para una misin, pero cuando haya ms personal. Como a unas cuatro horas de Cravo, y acercndose a la desembocadura del Casanare, en el Meta, viven unos veinte indios yayuros, amigos de D. Socorro, a quien trat en Cravo. El capitn de ellos es todo u n buen mozo y todo un hombre, por su trato y inteligencia. ste se comunica con los guahivos, y por su medio es fcil introducirse entre aqullos. Adems, una misin donde estn esos indios sera el punto de partida para ir conociendo el rincn de los Llanos que hay del Casanare al Arauca, donde hoy no hay ni pueblos, ni h a t o s , ni nada, sino campo libre de indios". Se divulgaron las noticias de los Llanos. Se encendi u n a fuerte llama m i s i o n e r a . Y pareci al gobierno de Colombia, al delegado de Su Santidad y a las personas ms interesadas del pas que, para que las misiones de Casanare adquieran fuerza y madurez, sera muy conveniente la creacin de un vicariato apostlico. Y as lo pidi el obispo de la dicesis de Tunja, a cuya jurisdiccin pertenecan los Llanos. El Breve de ereccin lleva fecha de 17 de julio de 1893. Se citan estos p u e b l o s : Nuncha, Tame, A r a u c a , Orocu, Moreno, Pore, Trinidad y Tmara. Tmara qued constituida
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en sede del vicariato, que tena carcter episcopal. Y fue designado primer vicario apostlico fray Ezequiel Moreno, porque -se dice en el decreto de nombramiento- "en el distinguido ejercicio del cargo de superior de los religiosos descalzos de la Orden de San Agustn, en la repblica de Colombia, has dado esplndidas pruebas de piedad, celo, doctrina, prudencia y consejo". Conviene anotar que el Papa Benedicto XV en el ao 1915 dividi el vicariato en dos partes, con la creacin de la prefectura apostlica de Arauca. El Breve en que erige el Papa Len XIII el vicariato lleva fecha de 17 de julio de 1893. Sin duda quien ms empeo puso en ello, hasta llevarlo a la prctica, fue el delegado apostlico en Colombia, monseor Antonio Sabatucci, y lo mismo en que fuera nombrado para dirigirlo el hoy san Ezequiel Moreno. Hubo que hacer al padre Ezequiel mucha fuerza para que aceptara el cargo. Slo tras algn tiempo y tras rogar mucho y pedir consejo, vino a exclamar: "Acepto porque veo que es la voluntad de Dios, y prometo ser obispo como debo serlo". Era el primer territorio misional colombiano presidido por un prelado con tal carcter. Con sencillez de estilo y con amor vivo, dirigi la primera carta pastoral a sus casanareos. Les propona como salvacin nica a Jess, luz del mundo, camino, verdad y vida. Y se ofreca a servirles con toda su voluntad, dispuesto a soportar pobreza, escasez, privaciones, trabajos, sacrificios y cruz larga y pesada. Pronto inici una visita al territorio. Lleno de celo. A lomos de una mua. En su primera salida como obispo, segn cuenta su compaero el padre Gregorio Segura, al acabar de pasar el rio Ariporo y comenzar a subir una cuesta muy pendiente, fue lanzado el padre Ezequiel por la bestia en que cabalgaba y recibi un fuerte golpe. Se levant muy sereno y sonri. En la misin trabajan actualmente religiosos y religiosas misioneros de la Orden de agustinos recoletos y tambin de otros muy benemritos institutos. Han ido sucediendo a nuestro s a n Ezequiel en el gobierno de las misiones de Casanare los siguientes prelados: Nicols Casas, desde 1896 hasta 1906; Fray Santos Ballesteros y Lpez, desde 1906 hasta 1934; Fray Pablo Alegra Iriarte, desde 1934 hasta 1939; Fray Nicasio Balisa Melero, desde 1941 hasta 1965; Fray Arturo Salazar Meja, desde 1966 hasta 1977, en que
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fue trasladado a la dicesis de Pasto. Fray Olavio Lpe^ Duque sigue rigiendo la misin en 1994. En su muy interesante libro Recuento histrico de la pr<X vincia de Nuestra Seora de la Candelaria, su autor el padr^ Alonso Restrepo Mesa nos ofrece este dato precioso: "Los ceru tros de misin eran bsicamente cuatro en Casanare el a^ 1893: Tmara, Chmeza, Orocu y Arauca, pero exista^ otros pueblos que se a t e n d a n con cierta regularidad; Nuncha, Tame, Pore, Moreno, Ten, Manare, Chire, Scarna^ San Lope, Arauquita, Todos los Santos, Marroqun, El Man La Parroquia o Trinidad, San Salvador o Puerto de Casanare Zapatosa, San Pedro de Upa, Taraumena y Santa Elena. S^ extendan del ro Meta hasta el actual territorio de Arauca^ lmite con Venezuela, el cual fue desmembrado del vicariato de Casanare en 1915, para crear la prefectura apostlica d^ Arauca, la cual fue encomendada inicialmente (1915) a lo^ padres Lazaristas (hoy Vicentinos), quienes la entregaran ^ los misioneros de Yamural en la dcada de los cincuenta". Acerca de los Llanos de Casanare han publicado pgina^ muy ricas algunos misioneros agustinos recoletos 10. En lo^ ltimos aos se han sumado a la tarea los padres Jos Abe) Salazar y Daniel Salas. Se debe anotar que en todo lo escrita y publicado estn presentes el recuerdo y el panegrico d^ san Ezequiel Moreno. OBISPO DE PASTO, 1 8 9 6 - 1 9 0 6 Existe una ciudad, Pasto, al suroeste de Colombia, conss truida en una meseta de dos mil quinientos noventa y cuatro metros sobre el nivel del mar, muy cercana al gran volcar) denominado Galeras, que tiene cuatro mil doscientos setenta y seis metros de altura. Hubo un tiempo en que esta ciudad, segn lo escribe Daz Lemos en su texto de Geografa, ocupa^

10 CASAS, N.: Hechos de la revolucin en las misiones de Casanare. Bogot, 1900. GANUZA. M.: Monografa de tas misiones vivas de los padres agustinos recoletos en Colombia desde el siglo XVII liasta el presente. 3 vols. Bogot, 1921. FABO. P.: Restauracin de la provincia de la Candelaria, de agustinos recoletos. Bogot, 1911; Idiomas y etnografa de la regin oriental de Colombia. Barcelona, 1911; Liheratadas de una revolucin. Pamplona, 1914. DELGADO, D.: Excursiones por Casanare. Bogot, 1909; El vicariato de Casanare. Barcelona, 1914.

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ba en la nacin el tercer lugar por nmero de habitantes, despus de Bogot y Medelln. Su nombre primero, anota Jaime Alvarez en la biografa de nuestro Ezequiel, fue San J u a n de Pasto. Fundse en 1539, despus de Panam, Santa Marta, Cartagena, Cal, Bogot y Popayn. Desde 1545 en lo eclesistico estuvo agregada a la dicesis de Quito. En 1835 se erigi la dicesis de Pasto, como auxiliar de la de Popayn, y fue nombrado obispo auxiliar un religioso agustino, nacido en Pasto, fray Antonio Burbano, que muri en 1837, antes de recibir la consagracin. En 1859 fue declarada dicesis independiente. Se la denomin en la Bula de la creacin San J u a n Bautista de Pasto. Su territorio eclesistico, el ms extenso de Colombia, iba desde el ro Mayo hasta el Carchi, y desde el Caquet hasta el mar Pacifico. Limitaba con Ecuador, Per y Brasil. ltimamente se han ido creando nuevas dicesis, desmembradas de la de Pasto: Caquet, en 1904; Tumaco, en 1927; Putumayo, en 1951; Guapi, en 1954; Ipiales, en 1964. Los antecesores de san Ezequiel en el gobierno de la dicesis fueron: Mateo Gonzlez Rubio (1840-1845), Jos Elias Puyana (1850-1864), J u a n Manuel Garca Tejada (18661869), Manuel Canuto Restrepo (1870-1881), Ignacio Len Velasco (1882-1889) y Manuel Jos Caycedo (1892-1895). De esta ciudad y dicesis fue preconizado obispo, en consistorio del da 2 de diciembre de 1895, el padre Ezequiel Moreno. Qued l desconcertado cuando se le comunic la noticia. Pero sumisamente se entreg a cumplir la voluntad de Dios. En carta de despedida que dirigi desde Tmara, el 7 de febrero de 1896, al padre Manuel Fernndez, su muy querido hermano en religin, le dice : "Llevndome el Seor maana me pongo en camino para Bogot". Hizo este viaje l solo. Enfermo lleg. Y el 7 de mayo de 1896, hechos los preparativos necesarios, sali rumbo a Pasto 11 . Un hermano de obediencia agustino recoleto, fray Luis Senz Ureta, le acom1 * Segn relat en una conferencia el actual obispo de Pasto, fray Arturo Salazar, tambin agustino recoleto, le dijo en serio el historiador monseor Jos Restrepo Posada que fray Ezequiel fue trasladado a esa ciudad, porque el nuncio no encontr quien aceptara la mitra de Pasto, debido a la distancia que la separa de la capital de la Repblica: treinta das a lomo de bestia. Y no haba otra manera de viajar entonces (Boletn de la Candelaria, n 554. ao 1976).

pao en su viaje a la capital de su dicesis de Pasto. El da 10 de junio de este ao 1896 entr en la ciudad. Tuvo un recibimiento triunfal, que concluy en la iglesia catedral, en donde dirigi a los fieles un saludo paternalsimo. A los dos das se celebr la fiesta del Sagrado Corazn de Jess, y aprovech para presentarse ya oficialmente a sus feligreses, a quienes rog que no mirasen en l la personalidad pobre y sin mrito alguno, que reparasen en que era el enviado de Dios, el representante de Jesucristo, el continuador de su sublime ministerio. "Hedme aqu, pues. Aqu tenis a vuestro padre que considera ya, como suyos, vuestros goces, como suyos vuestros sentimientos, que viene dispuesto a identificarse con vosotros, a sacrificarse por vosotros, sin acepcin de personas ni distincin de clases ni de color, porque ha de ser el padre de las almas, y las almas no se distinguen por la clase ni por el color. Nuestro deber es presidir vuestra marcha hacia vuestro ltimo fin, que es Dios en el cielo". Y porque pronto comenz a conocer la situacin de aquella dicesis y los peligros espirituales que la acechaban, dirigi a los fieles una primera Pastoral que titul: Voz de aliento y voz de alerta. E inspirando, sembrando alientos espirituales y guiando a sus ovejas por senderos seguros, y defendindolas de sus enemigos como buen pastor, ejerci su ministerio episcopal hasta su ltima enfermedad. Qu estampa tan perfecta, tan hermosa y edificante, la de este prelado! Qu celo, qu abnegacin, qu inagotable caridad! Y qu temple apostlico el suyo, en la predicacin del Evangelio, en la propagacin y defensa de la fe! Viva en preocupacin incesante por la santificacin del clero, de las comunidades religiosas, del pueblo. Oraba, predicaba, catequizaba, visitaba las parroquias con paciencia y cario, acuda a los hospitales y a la cabecera de los enfermos. Escriba pastorales e instrucciones. Refutaba los errores. No descansaba. Su clara inteligencia le haca pronto ver en dnde apareca el peligro, y corra con amor, voluntad y solicitud a evitarlo, a vencerlo para salvar a todos. En su biografa son abundantes los datos sobre todo esto. Los documentos resultan de una fuerza inapelable. Tuvo el padre Ezequiel que enfrentarse -y lo hizo con valenta de mrtir, con tranquila entereza, con intrepidez y
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nimo generoso- a muchas y muy graves situaciones, famosas, difciles, en que intervinieron personas de mala intencin, tambin a veces personas de buena fe y hombres, algunos muy poderosos y muy acreditados en ciertas esferas, que no saban comprender la altura de miras del obispo, o que se empeaban en entorpecer su labor iluminadora. Las campaas contra el liberalismo condenado por la Iglesia, que el prelado juzgaba muy daino en aquellas circunstancias de su dicesis, le acarrearon disgustos continuos, ataques y contradicciones. Se le acusaba de intransigente, cerrado de criterio, obstinado. Y l no se cansaba de repetir: o con Jesucristo, o contra Jesucristo 12 . El obispo de Pasto se vio precisado a dar particular explicacin a la Santa Sede sobre alguna de sus actuaciones. En las letras de la secretara de Estado de 30 de diciembre de 1974, en donde se anuncia que Su Santidad Pablo VI quiere que se ejecute el decreto acerca de sus virtudes heroicas en orden a su beatificacin, se recogen aquellas palabras, ya clebres, que pronunci Su Santidad Len XIII, despus de haber escuchado las explicaciones y aclaraciones del padre Ezequiel: "Obispos como ste se necesitan en la Iglesia". En Pasto fray Ezequiel es recordado todava con profundsima veneracin. Su obispo sucesor ya fallecido, Jorge A. Giraldo Restrepo, lo aseguraba en 1975: "La fama de su santidad perdura entre los feles a quienes ha seguido protegiendo despus de su muerte. Ahora no slo para nosotros es un honor, sino tambin un estmulo a la conversin y a la santificacin del obispo, los sacerdotes, religiosos y fieles. Ahora el padre Ezequiel es plenamente nuestro pontfice, el puente tendido entre Dios y nosotros, el mediador por el cual suben hacia el cielo nuestras oraciones y descienden hasta nosotros las bendiciones de Dios". El actual obispo, fray Arturo Salazar, no se cansa de ensalzar las virtudes heroicas de su santo antecesor. Fue en
12 Es de gran valor el trabajo, exigido por la seccin histrica de la entonces llamada Congregacin de Ritos, Dsquisitio de agendi ratione Serv Del circa liberalismum in Cotumbia (Ciudad del Vaticano, 1959, seccin histrica, n 85), que present el vice-relator general del oficio histrico de la Congregacin para la causa de los Santos, monseor Giovanni Papa. La figura de san Ezequiel, en medio de las dificultades y complejas circunstancias que le rodearon, aparece brillantsima y pura.

todo admirable este buen prelado. Hombre de mucha oracin y celo pastoral ardentsimo, dej imborrable ejemplo de vida. Su programa era darse todo para todos, y es que viva empapado en Cristo. Recorri todo el territorio de su dicesis, pueblos y veredas. Y atenda con calma y dulzura a sus fieles, que consideraba hijos suyos; los exhortaba, instrua y consolaba en sus penas. Escribi muchas circulares, llenas de doctrina sana, limpia y sustanciosa. Al llegar san Ezequiel, haba en la dicesis religiosos filipenses, jesutas y capuchinos. Y tambin se hallaban establecidas comunidades femeninas, religiosas conceptas, hijas de la caridad y betlemitas. Anteriormente hubo conventos de religiosos dominicos, franciscanos y agustinos. El santo fray Ezequiel gema porque no poda dar cumplimiento perfecto a las obligaciones de su cargo episcopal. Los problemas eran angustiosos. Logr sin tardanza remedio p a r a el C a q u e t , que c o m p r e n d a el P u t u m a y o y el Amazonas, con la venida de los capuchinos espaoles, que extendieron su accin a parajes muy abandonados. Y de una manera particular trat de lograr algn remedio para los habitantes de la costa del Pacfico. En su carta pastoral de 1898 escriba: "Creemos que los pueblos de la costa del Pacfico y nuestros sacerdotes mirarn como suyo este proyecto, y a u n nos lo agradecern, porque los primeros se vern socorridos en sus grandes, grandsimas necesidades espirituales, y los segundos no tendrn ya que temer los grandes peligros que en todo sentido existen en esos puntos". De esta primera divisin nacieron despus los vicariatos de Sibundoy y Florencia, y la prefectura de Leticia, hoy regentada por los padres redentoristas, por los misioneros de la Consolata y por los padres capuchinos respectivamente. Pero la brecha fue abierta en toda la regin por los capuchinos. Hay que reconocerlo, dice monseor fray Arturo Salazar, que fue vicario apostlico tambin de los Llanos de Casanare y es en la actualidad obispo de Pasto: "El origen de los actuales vicariatos del Caquet y Putumayo est en el celo de monseor Moreno, quien al dar noticias de su dicesis a la Santa Sede propona para esa vastsima regin la creacin de n vicariato como el de Casanare, y as fue como en 1905 se cre la prefectura apostlica del Caquet, administrada por los padres capuchinos, a quienes siempre apreci y de quie43

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nes hizo clida defensa ante una serie de dificultades aparecidas en el pueblo de Sibundoy". A san Ezequiel Moreno tambin se le debe considerar casi como fundador de las misiones de la costa del Pacfico, de Tumaco y de Guapi. Nos encontramos ante la figura gigante de un misionero excepcional, de uno de los ms notables en la historia de la iglesia hispanoamericana. Cuando el Papa J u a n Pablo II, en el ao 1986, en un viaje a Colombia se acerc a Tumaco, ciudad de la costa del Pacfico, alab con ardor los trabajos de los misioneros e hizo mencin elogiosa de n u e s t r o santo con estas p a l a b r a s : "Demostrando particular atencin a los lugares ms apartados, la Sede Apostlica encarg a Propaganda Fide algunos territorios, y fue el primero Casanare, encomendado al celo pastoral del santo obispo Ezequiel Moreno, el cual vendra despus a esta bendita tierra de San Andrs de Tumaco, vicariato apostlico desde hace veinticinco aos". Y cuando visit la ciudad de Cartagena de Indias el Papa evoc u n lugar que quiso mucho n u e s t r o san Ezequiel Moreno: "Nos hallamos, dijo, al pie del cerro de la Popa, desde donde la Madre de Dios, la Virgen de la Candelaria, cuya venerada imagen vamos a coronar solemnemente, protege desde hace ms de cuatro siglos al pueblo que aqu peregrina" 13. Y es que este convento lleva el nombre de la Candelaria por la relacin histrica que guarda con la Candelaria del Desierto y con la Candelaria de Bogot, en donde residi nuestro san Ezequiel. Son tres conventos de idntico origen, que fueron base principal de la vida de los agustinos recoletos en sus orgenes, en los aos fundacionales de principios del siglo XVII. El de la Popa, fundado por el padre Alonso Paredes el ao 1606, fue abandonado, debido a los acontecimientos revolucionarios del siglo XIX. ltimamente fue recuperado, y ya se encuentra otra vez en manos de los agustinos recoletos desde el ao 1961. Con la coronacin solemne que hizo el mismo Santo Padre y con la atencin fervorosa de sus autnticos fundadores, el culto ha tomado impulsos fuertes.
13 Tomo estas palabras del Papa Juan Pablo II del bello opsculo titulado As nos habl. Mensq/es de Su Santidad a os colombianos. Bogot. 1986.

Vamos a consignar aqu que a punto estuvo de encargarse nuestro Ezequiel de este clebre santuario cuando lleg a Colombia. Era uno de sus intentos ms codiciados. El 13 de agosto de 1891 escribe al padre comisario de Madrid y le dice que le ofrecen el convento e iglesia por parte del gobierno que est en su posesin. El obispo de Cartagena, Eugenio Biffi, que lo fue desde 1882 a 1896, siempre pens en ello y lo pidi con insistencia. Y el sucesor suyo, Pietro Brioschi, lo mismo. El padre Ezequiel tambin estaba empeado en ello, pero se encontraba sin religiosos disponibles. A este respecto copio el prrafo de una carta suya dirigida al padre Manuel Fernndez con fecha 7 de octubre de 1891: "Ahora nos invitan a ir a Cartagena a tomar posesin del convento que all tenemos y de la iglesia de Nuestra Seora de la Popa. El presidente de la Repblica doctor Nez cede todo, y el seor obispo nos desea. Lstima que no haya ms frailes, porque podamos ya decir que la provincia estaba formada de nuevo. El obispo aade que entre los que fueran se necesitaba un religioso de valer para el pulpito, y que edificara adems con sus costumbres al pueblo y al clero. He escrito a nuestro padre dando cuenta de todo". Incansable fue este prelado, hoy ya canonizado. Tres visitas hizo, lleno de santo celo, a la costa del Pacfico: la primera en 1896, la segunda a finales de 1899 y principios de 1900, y la tercera en 1905, en viaje a Espaa, ya muy enfermo, acompaado del padre Alberto Fernndez. Se recuerdan los ejemplos de paciencia y de caridad apostlica que fue s e m b r a n d o a s u p a s o por los p u e b l o s de T q u e r r e s , Mosquera, Guapi, Barbacoas, Tumaco... Y pronto tuvo el gran gozo de abrazar aqu a dos religiosos agustinos recoletos, fray Melitn Martnez y fray Gerardo Larrondo, enviados desde Panam por el vicario provincial, fray Bernardo Garca, para hacerse cargo de la parroquia de Tumaco, que les fue entregada por el dominico Reginaldo Mara Duranti, en mayo de 1899. Este fue el germen de lo que ms tarde, en 1927, vino a convertirse en la prefectura apostlica del mismo nombre, de la que fue temporalmente administrador apostlico otro gran misionero, el padre Hilario Snchez, y primer prefecto el muy culto padre colombiano fray Bernardo Merizalde, agustinos recoletos ambos. Subdividida esta prefectura de Tumaco en 1954, quedaron en ella los carmelitas descalzos, y en Guapi los religiosos franciscanos. 45

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San Ezequiel dio desde el principio de su gobierno una gran importancia a las visitas pastorales, pues con ello cumpla un deber y lograba conocer a sus feligreses para mejor ayudarles en sus problemas. Y mucho contribuy esto para la ereccin de nuevos territorios de misiones. Nuestro hroe, como se advertir, aparece muy vinculado a Colombia, sobre todo en el aspecto eclesistico. Sus servicios espirituales y sus ejemplos de vida no es fcil que puedan ser olvidados. As se comprender mejor el sentido y alcance de la carta que los obispos de esta muy catlica nacin dirigieron el 25 de julio de 1974 a Su Santidad el Papa, y que aqu se transcribe: "Beatsimo Padre: La conferencia episcopal de Colombia, en su XXX Asamblea plenaria, al considerar la vida de monseor fray Ezequiel Moreno Daz, ve en l a uno de aquellos servidores de Dios que de manera admirable entregaron todas sus energas a la causa del Evangelio. Estuvo siempre donde lo llam el deber apostlico: en Espaa, su patria, en Filipinas, en Colombia, y en las variadas vocaciones a que fue llamado por el Seor: religioso, misionero, obispo. Vino a nuestra patria por obediencia, como provincial de la Orden de agustinos recoletos, a la que perteneci. Al poco tiempo, por disposicin de la Santa Sede, vuelve a la labor misional, tan cara para l, y que ya haba desempeado en Filipinas. Esta vez, como vicario apostlico, lleva la consigna de revivir las misiones de Casanare y Arauca, convirtindose as en el restaurador de la actividad misionera en Colombia, despus de largos aos de extincin. La Santa Sede definitivamente lo enva a ocupar la sede episcopal de Pasto, en la que permanece como pastor solcito hasta que su ltima enfermedad lo lleva a su patria, contra su voluntad de morir en medio de sus diocesanos. Una vida abnegada, siempre al servicio de los dems, marcada con una piedad que supo irradiar invariablemente, se recuerda ahora con admiracin y gratitud, y su intercesin ante Dios se considera poderosa. Tal testimonio de un miembro del episcopado sirve de ejemplo al pueblo de Dios, es aliento vigoroso para los Pastores y constituye un valor de la Iglesia colombiana.
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Su proceso de beatificacin introducido en 1925, despus de cuidadoso estudio, ha llegado a su ltima fase. En consecuencia, la conferencia episcopal de Colombia confiada y ahincadamente eleva votos a Vuestra Santidad para que, como gracia del Ao Santo, el siervo de Dios Ezequiel Moreno Daz sea inscrito en el nmero de los Beatos. La ejemplaridad de su vida en los diferentes estados traer frutos de santidad, y tendrn religiosos, misioneros y obispos y, en general, el pueblo cristiano un modelo que imitar. El episcopado colombiano renueva humildemente a vuestra santidad su permanente devocin e implora la paternal bendicin". Siguen las firmas de los sesenta prelados asistentes a la conferencia, encabezados por la del seor cardenal Anbal Muoz Duque, arzobispo de Bogot. OBISPO DE SU TIEMPO Y DEL NUESTRO El padre Ezequiel no es un obispo de quien se pueda afirmar que slo vala para su tiempo. Sus virtudes, su ilustracin, su celo intrpido, su firmeza, su fervor y su entrega lo hacen aptsimo para nuestro tiempo, para todos los tiempos. Es menester que los obispos, vicarios y legados de Cristo, renan algunas cualidades indispensables, que enumera san Pablo, para que puedan cumplir cabalmente su oficio de regir y apacentar, de ensear y santificar. Ellos, como el concilio Vaticano II pide en la constitucin dogmtica sobre la Iglesia (Lg 26), deben edificar a sus subditos con el ejemplo de su vida, guardando su conducta de todo mal y, en la medida que puedan y con la ayuda de Dios, transformndola en bien, para llegar, juntamente con la grey que les ha sido confiada, a la vida eterna. En el decreto Christus Dominus del mismo concilio, n 16, se les insta a los obispos: "En el ejercicio de su oficio de padre y pastor, sean los obispos en medio de los suyos como los que sirven, buenos pastores que conocen a sus ovejas y a quienes ellas tambin conocen, verdaderos padres que se distinguen por el espritu de amor y solicitud para con todos, y a cuya autoridad conferida desde luego por Dios todos se someten de buen grado. De tal manera congreguen y formen a la familia entera de su grey, que todos, conscientes de sus
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deberes, vivan y acten en comunin de caridad. Para que puedan realizar esto eficazmente, los obispos 'prontos a toda obra buena' (2 Tim 2, 21), y soportndolo todo por amor de los elegidos (2 Tim 2, 10) es menester que ordenen su vida de forma que se ajusten a las necesidades de los tiempos". Nuestro santo, sin duda, era de los que buscaban a conciencia cumplir la voluntad de Seor; no andaba mirando lo que el mundo quiere; a todo trance cimentaba su doctrina en Jesucristo, en el Evangelio, en el magisterio seguro de la Iglesia, del Papado de todos los tiempos; no se buscaba a s mismo, sino la mayor gloria divina y el mayor bien de sus ovejas. Poco despus de su muerte, cuando an estaba muy fresca su memoria en su dicesis, expidi e hizo pblica, sin miedo a ser desmentido, u n a declaracin el seor vicario capitular Rafael Chaves. Hizo afirmaciones que honran y enaltecen de veras a nuestro obispo: "La observacin atenta y constante de la vida del ilustrsimo prelado me permiti formar concepto fundado de las virtudes cristianas del preclaro padre Moreno. Tan encendido fue su amor a Dios, que cuando hablaba de las ofensas de los hombres contra la Divina Majestad no poda contener el llanto. Pero en lo que ms se dejaba ver su amor para con Dios era en el deseo de imitar en su vida a Jesucristo, modelo ejemplar de todas las virtudes. Siempre se manifest expedito, animoso, infatigable, cuando se trataba de empezar, continuar y llevar a cabo alguna obra que haba de redundar en gloria de Dios o en provecho de las a l m a s . Como quiera que el espritu de Nuestro Seor Jesucristo es enteramente opuesto al espritu del mundo, el ilustrsimo padre Moreno hua de todo cuanto apetece ste, y con toda diligencia, con sumo cuidado, vigilaba para que no penetrase el mundo en su palacio. Las personas que le acompaaban aseguran que la madre ms amorosa no cuida de sus hijos con mayor celo, que el padre Moreno cuidaba hasta del portero. Todos saben con cunto fruto trabajaba el seor Moreno por la santificacin de sus cooperadores y de los dems fieles. Con santa destreza se insinuaba hasta en el fondo del espritu ms desolado; para lo cual estudiaba prudentemente la naturaleza, la ndole, el carcter de cada uno, y de esta manera saba cundo deba mover con el resorte de la mansedumbre, o con el de la recompensa o del temor. Con invicta paciencia y fortaleza, con peligro de la
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misma vida, defendi los derechos de Dios, de la religin y de la conciencia. Nunca olvid, sin embargo, alumbrar y dirigir su celo con el faro de la prudencia. El amor de Dios y del prjimo le movieron a predicar con frecuencia y con gran fruto. En el cumplimiento de este deber jams se lo oy una alusin siquiera a su propia persona. Slo predicaba a Jesucristo. Era hombre de trabajo. En los aos, no pocos, que le acompa como vicario general, jams le vi desocupado. En toda ocasin se dej conocer como persona sumisa y obediente a la autoridad de la Iglesia y al gobierno secular. En vano se le acusa de insubordinacin a la autoridad laica... Siempre declar que acataba cuanto viniere de la autoridad legtima, con tal que no estuviera en pugna con las leyes de la Iglesia. Se senta fray Ezequiel obligado a corregir, a dar avisos al pecador. El obispo no poda descansar cuando su pueblo estaba cansado, vctima de tribulaciones y acosado por el enemigo. l era su padre y su defensor, su gua y su maestro. l era un centinela, siempre en actitud de alerta. Escuchaba, como el profeta homnimo, la voz de su Seor: "Al cabo de los siete das la palabra de Yahvh me fue dirigida en estos trminos: Hijo de hombre, yo te he puesto como centinela de la casa de Israel. Oirs de mi boca la palabra y les amonestars de mi parte. Cuando Yo diga al malvado: vas a morir, si t no le amonestas, si no hablas para que el malvado abandone su mala conducta, a fin de que viva, l, el malvado, morir por su pecado, pero de su sangre yo te pedir cuentas a ti. Si por el contrario amonestas al malvado y l no se convierte del mal y de su mala conducta, morir l por su pecado, pero t habrs salvado tu vida. Cuando el justo se desvie de su justicia para cometer injusticia, yo pondr un obstculo ante l y morir. Por no haberle advertido t, morir l por su pecado, y no se recordar la justicia que haba practicado, pero de su sangre yo te pedir cuentas a ti. Si por el contrario amonestas al justo que no peque, y l no peca, vivir l por haber sido amonestado, y t habrs salvado tu vida' (Ez 1621)". Me figuro que el obispo fray Ezequiel Moreno va a ponerse de actualidad y va a ser estudiado muy atentamente en su espritu y en sus procederes. Fueron ruidosas y sonadas sus actuaciones, y suscitaron vivsimo inters y arduas polmicas. 49

En el acto solemne de su beaticacin en Roma, el Papa Pablo VI lo proclam y propuso como "ejemplo de obispo santo". La Iglesia de hoy, como la Iglesia de siempre, necesita obispos como este obispo de Pasto. Con alguna frecuencia san Ezequicl, lleno de gozo, recuerda a s u s fieles en sus escritos que era obispo de la Iglesia catlica y apostlica. Qu bien imitaba en ello a su padre san Agustn, el gran obispo de Hipona, el que tierna y ardientemente hablaba de nuestra santa madre la Iglesia, que nos gua por caminos seguros, con su doctrina, su tradicin y con los P a p a s que son Vicarios del mismo Jesucristo. Voy a recordar aqu el consejo, el aviso de un santo, del patrono del clero de Espaa. San Juan de Avila, el siervo de Dios que hablaba con sincera libertad y altsima intencin, le daba a su amigo don Pedro Guerrero, electo arzobispo de Granada, Espaa, estos consejos: "Lo primero es que vuestra seora se convierta de todo su corazn al Seor, frecuentando el ejercicio de la oracin, encomendando a la misericordia divina el buen suceso del bien de sus ovejas, y pidiendo sustento al cielo, para que tenga qu darles. Porque si de all no viene, qu les podr dar sino cosa que no les engorde ni vivifique? Que de Moiss leemos que en todas sus dudas acuda al tabernculo del Seor, y de all sala enseado lo que haba de hacer, y con fuerza para ponerlo en obra. Lo segundo sea el ejercicio de predicar, el cual ha de ser muy continuo, como san Pablo dice: 'opportune et importune'; que pues los lobos no cesan de morder y matar, no debe el prelado dormir y callar. Y aparjese vuestra seora a sufrir importunaciones y aun a sufrir odios y blasfemias: 'quia a pravis maledici a Christo benedici est'" u . PREDICADOR Y CONFESOR AMOR A LOS ENFERMOS Tuvo fama el padre Ezequiel de predicador suave y evanglico, sencillo e inflamado, que nunca se busc a s mismo, que no halag el odo con frases preciosistas y huecas, que no pretenda sino hacer conocer el Evangelio, a Jesucristo, y a ste crucificado, como san Pablo. A travs de su vida sacerdotal le correspondi ejercer el ministerio de la predicacin
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en forma casi constante. Sola escribir el texto. Era muy cuidados en este punto. Se conservan, gracias a la diligencia de su bigrafo, padre Toribio Minguella, y de su encendido panegirista, padre Pedro Fabo, hasta 104 sermones suyos, todos escritos a mano, con su letra clara y pulcra. Son homilas, instrucciones, panegricos, plticas a religiosas y discursos catequticos. Se inspira en las Sagradas Escrituras, en la Liturgia y en los Santos Padres. Y porque andaba ocupadsimo y careca de tiempo y de reposo suficientes, es preciso anotar que se vali de autores de su tiempo, de los que a veces copia prrafos enteros. Del efecto que en los oyentes produca su palabra, siempre llena de uncin, da buena idea lo que afirm un protestante conocido, D. Jorge W. Price, que en Bogot escuch al padre Ezequiel. D. Jorge se convirti al catolicismo, se cas con una colombiana muy digna y ha sido tronco de una respetabilsima familia. Tuve el gusto de conocerle y de tratarle bastante. As se expresa: "Un da en que yo me hallaba en el templo de la Orden tercera de esta ciudad (Bogot) subi al pulpito u n religioso de la Orden agustiniana y predic sobre no s qu tema, pero s recuerdo que en su suave enumeracin, su tierna uncin, su porte apostlico y la conviccin con que emita las frases, que bien se notaba salan ms del corazn que del entendimiento, me llenaron el alma de gozo. Y recuerdo haber experimentado la sensacin de haber odo predicar a un religioso agustino como, sin duda, predican los santos. Supe luego que era el padre fray Ezequiel Moreno y Daz. Ms tarde le o predicar de nuevo y sent la misma impresin que la primera vez, y esto mismo parece que suceda en la mayora de sus oyentes. l se ganaba los corazones de los fieles en sus plticas y, semejante al profeta cuyo nombre llevaba, infunda el espritu en los corazones secos y ridos para vivificarlos en la llama del amor divino que abrasaba su corazn. Slo el da del juicio se sabr cuntas almas debern su dicha eterna a la pesca evanglica de los sermones del padre Ezequiel Moreno". Pona el padre Ezequiel el alma entera en sus labios. Y cuando se manifiesta ms efusivo y ms tierno, como se puede ver con la lectura de sus escritos y de sus plticas, es al tratar del Santsimo Sacramento, del Sagrado Corazn de Jess, o de la Santsima Virgen Mara. Se inflama, se deja
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Carta firmada en Mor tilla, 2 abril 1547.

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arrebatar del entusiasmo y agota los recursos oratorios, que le brotan, no del entendimiento, sino del pecho, de sus entraas. Es el padre Ezequiel uno de los ms evanglicos predicadores. Y quiero aqu notar la importancia que el historiador Martnez Cuesta concede a esta faceta. "Predic mucho, y siempre slo aspir a dar gloria a Dios y a orientar y edificar a los oyentes, sin ningn otro designio ms o menos bastardo", sin dejarse atrapar en las redes del halago o de la vanidad. Y recoge las primeras palabras del sermn que predic el ao 1892, el da de san Ignacio de Loyola. En estos trminos dio comienzo a su encargo: "No subo al pulpito para entreteneros con frases escogidas o con flores de estilo. Sera u n atentado en presencia del Santo a quien quiero alabar. Vengo a dar gloria a Dios y a excitaros a que tambin se la deis vosotros. No vengo a recrear vuestros odos sino a haceros percibir el aroma celestial que Ignacio exhala y con que embalsam a la Iglesia entera". Por aquellos das se haba hecho una propaganda menos favorable de la Compaa de Jess. Y por eso en un momento de su predicacin hizo su defensa, la defensa de sus hijos tambin, con estas palabras: "S, catlicos, Ignacio vive en sus hijos preclaros; en ellos est el espritu, el celo, el fuego del padre. Y gloria es de Ignacio cuanto han hecho, hacen y harn". En la ciudad de Pasto, de que fue obispo, mantuvo especiales relaciones de amistad con los jesutas, quienes regan el seminario conciliar. En otro lugar se hace particular mencin de s u espiritual u n i n con el j e s u t a belga padre Maurilio Detroux. Y con el trabajo del pulpito hay que juntar el de otros servicios pastorales. El citado padre Martnez Cuesta lo anota con nfasis, y recoge las mismas palabras de san Ezequiel: "El padre Santiago y yo estamos trabajando aqu en Bogot todo lo que podemos en pulpito y confesonario, y ya nos conoce la ciudad entera y se ocupa de nosotros, por ms que nosotros no conocemos an a nadie. Nos buscan a todas las horas para confesar presos, soldados, ejercitantes, y nuestra iglesia se ve de continuo con mucha gente que viene a confesarse". As lo dice el santo en carta de 5 de abril de 1889, dirigida al comisario general residente en Madrid. Para ponderar su amor muy singular a los enfermos y su diligencia en visitarlos y llevarles consuelo y ayuda me
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sirvo de una pgina del libro El camino del deber, del padre Martnez Cuesta, que ya he citado en otros lugares de este mi trabajo. He aqu el texto: "'Puerta de la Candelaria! qu noche no has sido golpeada y bien a deshora, por quien vena en busca del padre Moreno para asistir a un moribundo? Cuntas noches habr pasado tranquilo en su pobre lecho, sin ser despertado una o ms veces, a las doce, a las dos de la maana, para ir a esos barrios del Derrumbe, de Beln y de Egipto ordinariamente llenos de lodo y de charcos, para asistir a un enfermo?' En estas palabras condensa el padre Nicols Casas la consagracin del padre Moreno a los enfermos. Trepidan en ellas la admiracin y la circunspeccin y reserva. Como si el padre Casas hubiera querido subrayar este lado de su fisonoma espiritual y no hubiera querido traspasar el umbral por miedo a desvelar secretos o profanar intimidades, y se hubiera contentado con guiar al lector hasta el vestbulo y mover all su pensamiento y excitar su imaginacin. Recurdese que escriba mientras el padre Ezequiel estaba todava en Bogot, y, ms en concreto, con ocasin de su ordenacin episcopal. Si tales fueron sus intenciones, hay que confesar que acert al trasladarlas al papel. Con su mezcla de concisin, encarecimiento y lirismo, suscitan en el nimo del lector altos sentimientos de aprecio y estima por esta actividad de nuestro beato. Claro que al cernerlas por el tamiz de la crtica quedan cercenadas y recortadas. Mas sera un error abusar demasiado del bistur. Esas breves frases de Casas reflejan, al modo lrico, una realidad objetiva. Los enfermos constituyeron siempre el objeto preferente de la caridad del padre Moreno. Lo haban sido ya en Filipinas y en Monteagudo. En Colombia prosigui la misma lnea de conducta. Slo que con las ocasiones aument tambin la solicitud. Tanto en Bogot como en Casanare y Pasto continu interesndose vivamente por los enfermos, acudiendo a su cabecera y llevndoles, a veces, algn socorro material, y siempre calor humano y auxilio espiritual. Reina en esto acuerdo total entre los testigos de los diversos procesos. El notario Augusto Garca, que lo trat con cierta familiaridad desde el ao 1890, declar en 1919 que 'era muy solcito en ir a confesar a los enfermos, a cualquier hora del da o de la noche'. Lo mismo afirma la ya citada Susana Gonzlez: Tena el Sr. Moreno un celo e inters particular
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por asistir a los enfermos... Estaba siempre tan dispuesto a ir a confesarlos que, a pesar de sus mltiples ocupaciones, pareca que no tena otra cosa que hacer'. El Sr. Enrique de Narvez aade que se senta feliz cuando lo llamaban a la cabecera de un enfermo y acuda con toda diligencia. l mismo se vio precisado ms de una vez a solicitar sus servicios 'a diversas horas de la noche' y siempre le atendi 'con benevolencia y sin prdida de tiempo'. Con palabras muy similares corroboran estos testimonios Isaac Parra (Bogot), el cirujano Aurelio Sicard, familiar suyo durante algunos aos (Bogot, Casanare, Pasto), monseor Santos Ballesteros (Casanare), la hermana Mara Luisa Ferreira (Casanare), el padre Julin Moreno (Pasto) y otros varios. Durante su ltima enfermedad, cuando las fuerzas apenas le sostenan en pie, todava encontraba nimos para visitar y confortar a los enfermos hospitalizados en las salas pobres de la clnica". EL CORAZN DE J E S S Y SAN EZEQUIEL Produce vivsima satisfaccin ver que en varias revistas muy difundidas van apareciendo valiosos escritos que tratan de nuestro santo Ezequiel Moreno, de su tan bella y alta figura espiritual, de su temple heroico, de su amor profundo y ardiente a Dios y al prjimo, de su inagotable celo misionero, de su conducta santa como prelado de la Iglesia, de sus ntimas efusiones eucarsticas, de la austeridad de su vida... Leo u n artculo precioso que firma el p a d r e J o s Francisco Corta SJ, publicado en Reino de Cristo, rgano oficial del Apostolado de la Oracin en Espaa, que se reparte cada mes y tiene bastantes miles de lectores espaoles e hipanoamericanos. Es digno de recordar y recoger lo que all se estampa. En particular lo que se anota acerca de las relaciones, muy singulares relaciones, entre el Sagrado Corazn de Jess y san Ezequiel. "El desprendimiento total de los propios intereses y su ejercicio continuo de la presencia divina tenan que proceder de alguna fuente secreta de su alma, de algn amor superior. Tal amor fue el del Sagrado Corazn de Jess. Si se toma con empeo la devocin al Sagrado Corazn de Jess -deca el padre Ezequiel- tiene que venir la perfeccin, porque el mismo Jesucristo Seor Nuestro lo ha prometido as, y no puede faltar a su promesa. Mientras tengamos una entera
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confianza en el Sagrado Corazn de Jess el trabajo no ser intil. El resultado ser feliz y provechoso. Mi devocin predilecta es la del Sagrado Corazn de Jess. Ojal me abrase el divino fuego de su corazn". En el escudo del fervorossimo obispo hizo que se pusieran estas palabras: Mi fortaleza y mi refugio eres t. Y en el centro se destacaba la imagen del Divino Corazn. Porque escriba: A ti me acojo, divino Corazn de mi Jess, en todos los trances, en todas mis necesidades. T eres toda mi esperanza y t sers mi ayuda, mi tesoro, mi sabidura, mi fortaleza y mi refugio. En Pasto se preocup de levantar un templo en honor del Sagrado Corazn de Jess. Al Divino Corazn consagr su dicesis. El da 25 de cada mes, escribe l mismo: "Es da especial para m desde que escrib mi librito sobre los Dolores internos del Sagrado Corazn". Fund con un padre jesuta y una religiosa betlemita la famosa Liga Santa de vctimas del Sagrado Corazn, y cuyos miembros haban de ser amantsimos devotos del Sagrado Corazn y sus fervorosos propagandistas, y sobre todo, haban de profesar un amor entraable a Jess presente en el Santsimo Sacramento. Cuando el santo fray Ezequiel, recin recibida su consagracin episcopal, hizo su entrada en Tmara, la humilde capital entonces del vicariato de los Llanos de Casanare, en 1894, escribe l mismo lo que sigue: "Consagr el vicariato al divino Corazn para que l mire como a cosa que le pertenece especialmente. No quise dilatar la consagracin, porque slo ese Corazn divino puede remediar las multiplicadas necesidades que hay por aqu". Len XIII an no haba consagrado el mundo al Sagrado Corazn de Jess y ya el pueblo cristiano cultivaba solemnemente esta devocin. Veamos lo que el mismo monseor Moreno nos cuenta de Pasto, capital de su dicesis. "Estamos en el mes del Sagrado Corazn de J e s s y aqu, en esta poblacin, se le hacen funciones grandiosas. El da del Sagrado Corazn celebr de pontifical, con sermn, etc. Despus de la misa, al concluir, se renueva el acto de la consagracin de toda la dicesis al Sagrado Corazn. La poblacin se engalana con cortinajes, arcos y banderas, y por la tarde se lleva en procesin el Santsimo Sacramento con un lujo extraordinario. Durante la procesin se cantan motetes en cuatro altares elegantsimos, como nunca he visto por ah,
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y al llegar de vuelta a la iglesia, y antes de entrar en ella, se da la bendicin a los miles de fieles que la esperan arrodillados en una gran plaza. Al domingo siguiente la fiesta se celebra en la iglesia de los padres jesuitas, que tengo cerca, y tambin asist y ofici de semipontifical. Tambin se adornaron los balcones y hubo iluminacin la vspera y el da en honor del Sagrado Corazn de Jess. Ya ve que se hace algo por aqu para honrar al Sagrado Corazn de J e s s . En la actualidad estamos recogiendo peticiones y representaciones de los pueblos para que las enven al Congreso, y ste consagre por una ley toda la Repblica al Sagrado Corazn de Jess. No sabemos si se conseguir esto; pero por de pronto, los pueblos de mi dicesis, con sus consejos municipales, lo piden y lo suplican, y el Corazn de Jess pagar ese acto, aun cuando de otras partes no lo pidan, y por eso lo nieguen o no lo tengan en cuenta los representantes de la nacin. No dudemos que en l se verificaron las palabras que l aconsejaba a otras almas: 'Si se toma con empeo la devocin al Sagrado Corazn de Jess, tiene que venir la perfeccin'". El citado padre Corta termina as sus prrafos: "El santo Ezequiel Moreno es considerado como la figura moderna de mayor influjo espiritual en su Orden de agustinos recoletos y u n a de las encarnaciones ms vivas de su espritu. Esa esclarecida Orden y todas las dems, se enrumbaran hacia la ms alta santidad si, como l, practicasen la slida devocin al Corazn de Jess. Tal parece ser la gran misin del santo Ezequiel Moreno" '5. SU AMOR A LA VIRGEN Es muy explicable que dediquemos unas lineas a resaltar el amor y devocin que nuestro san Ezequiel profesaba a Nuestra Seora del cielo la Virgen Mara. Lleg en este punto a trminos filiales sumamente elevados. Sabido es que en el pueblo de Alfaro se rinde un culto muy ardiente a Mara Santsima y que una de las dos parroquias lleva el ttulo de Nuestra Seora del Burgo. Ezequiel fue monaguillo de la capilla que las monjas dominicas tenan en Alfaro, dedicada a Nuestra Seora del Rosario. Cuando
Reino de Cristo, 1 de noviembre de 1975.

fray Ezequiel ingres en la Orden de agustinos recoletos quiso apellidarse fray Ezequiel Moreno de Nuestra Seora del Rosario. En la restauracin de los agustinos recoletos en Colombia, de la que fray Ezequiel fue alma y vida, todo su empeo fue realizar la empresa, como superior, con el nombre y ayuda de la Virgen de la Candelaria. Siendo obispo de Pasto, todo lo quiso hacer para la mayor gloria de Dios, con la proteccin de Mara Santsima. Basta como prueba lo que realiz en favor del famossimo santuario de las Lajas, segn lo confirma el siguiente escrito 16 . "Cuando el limo, padre Moreno emprendi su viaje a Espaa, del que no haba de regresar, entr a despedirse de la Santsima Virgen a su santuario de las Lajas. Sor Mara Marta, franciscana, nos contaba a ltimos de octubre que ella se encontraba en las Lajas en esta ocasin y recuerda que ella vio al padre Moreno despus de la santa misa llorando un rato de rodillas a las plantas de la Virgen. Estaba gravemente enfermo y haba llegado la hora de cumplirse aquella afirmacin proftica que le hiciera antes a su hermana en Espaa: 'Dentro de seis aos volver, pero de una manara muy distinta'. Y la separacin definitiva aqu en la tierra de su querida madre de las Lajas, a quien amaba con candor de nio y con fuerza de serafn, y el dolor de dejar a sus amados feligreses, que confiaba para siempre a la proteccin de tan buena madre, le emocionaron profundamente hasta derramar abundantes lgrimas. El limo, padre Ezequiel Moreno tuvo el mayor inters por el esplendor del culto a Nuestra Seora en este clebre santuario. Cuando hizo su visita oficial a las Lajas en 1896 orden al entonces capelln, padre Lenidas Rojas, filipense, solicitar a monseor Schumacher, que viva en su destierro de Samaniego, el envo del arquitecto alemn Antonio Doring para que estudiara bien el lugar y resolviera el punto donde deba construirse el nuevo templo a la madre de Dios, pues la capilla anterior era insuficiente. Doring opin que deba construirse en el lugar que ocupa actualmente, y que es el punto donde, segn la tradicin, se apareci la Virgen. Despus, conforme a los planos del padre Enrique Collins, ingls, el limo. Sr. Moreno coloc solemnemente la primera
Revista El hogar, Manlzales, Colombia, nn.. 135 y 136. 1948.

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piedra el 15 de septiembre de 1899. La deficiencia de los planos y los trastornos de la guerra hicieron que se suspendiera la obra, cuando se haba levantado el primer arco sobre el barranco. En 1901 el padre Moreno orden al capelln de las Lajas, padre Jos Mara Calvera, que levantara un croquis de aquella regin con el fin de erigir la nueva parroquia de las Lajas. Tambin public el padre Moreno una pastoral sobre el santuario y devocin de Nuestra Seora de las Lajas, aunque esta pastoral no figura en el volumen de sus Pastorales y Circulares. El actual santuario se desarroll conforme a los planos del arquitecto quiteo Dr. Gualberto Prez; se comenz a preparar el terreno y reunir los materiales en 1914, y el 2 de enero de 1916 se coloc la primera piedra. En la fachada y sobre la puerta del lado de la izquierda hay u n hermoso medalln con la efigie del limo. Ezequiel Moreno". Para comprender mejor el afecto que profesaba nuestro san Ezequiel a su madre del cielo, transcribo la plegaria que le dirigi a propsito de un libro sobre el Corazn de Jess: "Madre ma! No era posible que concluyera este librito sin acordarme de ti, y sin decir a los hombres que te amen mucho. Era necesario que, habiendo hablado del corazn de tu divino Hijo, hablara tambin de tu corazn, porque tu corazn anda siempre junto al de tu Hijo, y no pueden estar separados. Adems, es tan dulce hablar de ti, madre ma! Gozo tanto en slo pensar que pueda contribuir con estas lneas que te dedico a que alguna alma te dirija, siquiera, un respiro de amor y de cario! Ojal consiga eso, y ms! Madrid ma!, ms, porque mucho ms mereces". HOMBRE DE ORACIN Los hombres de oracin son muy poderosos en palabras y en obras. Adquieren para s y para los dems una fuerza, una luz, una seguridad y un sosiego, un impulso y una fecundidad de eficacia pasmosa. Cuando el da 14 de septiembre de 1968 nos recibi en audiencia el Papa Pablo VI a los agustinos recoletos, vocales del captulo general celebrado en Roma, tuvo palabras de alto valor, empapadas en gran afecto paterno. Puso el acento
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sobre todo en la primaca de la vida espiritual "sin la cual -dijo- toda entrega, por magnnima y valiosa que sea, y cualquier estimable capacidad, e incluso cualquier esfuerzo voluntarioso, puramente humanos, no pueden menos que convertirse en bronce que suena o cmbalo que retie". Nos record lo que el concilio Vaticano II en el decreto Perjectae caritatis, n 6, dej establecido con palabras muy comprometedoras: "Los que profesan los consejos evanglicos busquen y amen ante todo a Dios, que nos am primero (Jn 4, 10) y procuren con afn fomentar en toda ocasin la vida escondida con Cristo en Dios (Col 3, 3), de donde fluye y se urge el amor al prjimo para la salvacin del mundo y la edificacin de la Iglesia. Esta caridad anima y rige tambin la prctica misma de los consejos evanglicos. Por eso los miembros de los institutos religiosos deben cultivar con asiduo empeo el espritu de oracin y la oracin misma, bebiendo en las genuinas fuentes de la espiritualidad cristiana. Tengan, ante todo, diariamente en las manos la Sagrada Escritura a fin de adquirir, por la leccin y meditacin de los sagrados Libros, el sublime conocimiento de Jesucristo (Fil 3, 8). En la audiencia mencionada estaban asimismo presentes los vocales de sus respectivos captulos generales de la Orden de carmelitas de la antigua observancia y de los congregacionistas del Corazn de J e s s . A cada grupo dirigi palabras confortadoras resaltando la importancia de conformarse a su caracterstica distintiva. Lo hizo con gran cario paterno. Fijando sus paternales ojos en el grupo de los agustinos recoletos, dijo el Sumo Pontfice: "Os hablamos a vosotros, que llevis por tradicin ansias de santidad y de vida interior, de neta y slida marca agustiniana, heredada desde vuestra fundacin que caracteriz los tiempos inmediatos al concilio de Trento, y que hacis de los ejercicios de la vida contemplativa el motor primero de vuestro apostolado misional". Y sigui diciendo: "La vida interior ocupa el primer puesto en la configuracin de cada uno de vuestros institutos, y, por tanto, estamos ciertos de que la ansiada renovacin sabr encontrar en ella el mvil, la inspiracin, el fuego, el mtodo, la salvaguardia, la proteccin para su eficacia y fecundidad. Sois los 'especialistas de Dios', primero y sobre todo. Lanzaos por la senda generosa de la imitacin de Cristo, del seguimiento sincero y fervoroso de su obediencia, de su pobreza, de su humildad, de su vida virginal, llevando con l la cruz".
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Y Su Santidad Juan Pablo II, el da 28 de abril de 1979, recibi en especial audiencia al padre prior general de agustinos recoletos, a sus consejeros y a los padres provinciales de la Orden y les dijo, despus de expresarles su afecto cordial a la Orden, "que no se desfigure nunca en vuestra fisonoma espiritual el rasgo eminentemente contemplativo de la secuela Christi. La contemplacin, el oficio ms noble del alma, es nota peculiar de vuestra familia religiosa. Sea esta vivencia particular, en frase de san Agustn, un volcarse hacia lo eterno: no es ociosidad sino descanso del espritu". El Papa insista ante todo en la fuerza apostlica y misionera de la oracin. Y precisamente del padre Ezequiel, cuando era obispo, se sabe que, mientras se encontraba en casa, al menos cuatro horas y media de cada da las dedicaba a estar con Jess sacramentado en el oratorio. Una hora y media empleaba en el rezo del oficio divino. Los jueves, sin falta, practicaba el ejercicio de la hora santa desde las once hasta las doce de la noche. Esto de manera ordinaria, porque su familiar, Csar Castillo, aseguraba que "de da y de noche se le vea al pie del altar, conversando con J e s s sacramentado, y a veces se oan sus exclamaciones, sus jaculatorias y hasta se vean sus lgrimas". El padre Alberto, su compaero fidelsimo, anota que "ni se daba cuenta en muchas ocasiones de que nosotros entrbamos en la capilla. Estaba como absorto, como en xtasis". Ejemplo de mtodo, de orden, de laboriosidad, de servicio, de plegaria fue su vida entera. Elabor y practic, mientras poda, este horario: Maana A las 4 o 4,15, levantarse. A las 5, oracin mental hasta las 6. A las 6, misa y accin de gracias. A las 7.15, desayuno y rezo de horas menores. A las 7.45, estudio hasta las 10. A las 10, visita de tres cuartos de hora al Santsimo. A las 11, recepcin de oficiales de curia y despacho de negocios de la dicesis. A las 11.30, comida, visita al Santsimo y un corto paseo por el claustro hasta las 12.30.
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Tarde A las 12.30, despacho de asuntos de curia hasta las 2. A las 2, vsperas, maitines y visita al Santsimo. A las 3, estudio hasta las 5.30. A las 5.30, oracin mental hasta las 6.30. A las 6.30, estudio hasta las 8. A las 8, rosario y colacin. A las 9, en la capilla hasta las 10.15. A las 10.15, retiro en su habitacin. Para las personas que tenan necesidad de visitarle y tratar asuntos urgentes siempre estaba libre. Bien se advierte que san Ezequiel, por su tendencia tan clara al recogimiento y al trato ntimo con Dios y por su ordenada distribucin del tiempo, haba sido formado en los claustros de una Orden religiosa como la de San Agustn, de este gran obispo y fundador, que dict una Regla maravillosa y que l mismo fue en su conducta de fraile y de prelado una viva Regla, un modelo de armonizacin de la plegaria, del trabajo y del estudio. La recoleccin agustiniana, de quien era miembro fervorossimo el padre Ezequiel, le imprimi u n carcter contemplativo y misionero muy marcado y hermoso. LIGA SANTA Una clebre Liga Santa surgi en Pasto, Colombia. Fueron sus fundadores el obispo fray Ezequiel Moreno, el padre jesuita Maurilio Detroux, la madre betlemita sor Asuncin y la muy pa seora Carmen Navarrete 17 . En 1899 sucedi el hecho. En este mismo ao, en la imprenta de La Verdad, apareci un opsculo que se titulaba as: Liga Santa de vctimas del Sagrado Corazn de Jess. Naca entonces u n movimiento espiritual originalsimo. Brotaba una institucin muy singular, fruto de los fervores msticos de un devotsimo religioso. Fue el padre Detroux,
17 La seora Carmen Navarrete fue una dama muy distinguida y piadosa, nacida en 1884. Se asoci a la Liga Santa. Y cuando se inici el proceso del siervo de Dios fray Ezequiel, se alegr mucho y ofreci su vida al Corazn de Jess por el xito de la causa. Muri ejemplarisimamente en 1914. De ella, de sus virtudes y del aprecio intenso que tuvo al padre Moreno hay abundantes pruebas. En sus descendientes en Pasto todava se conservan recuerdos muy vivos. El nombre que se le asign para las comunicaciones mutuas fue el de Mara Ignacia. Se sabe que recibi por lo menos 24 cartas del santo.

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con el apoyo decidido del obispo fray Ezequiel, quien lleg a ser el principal de sus miembros, y quien intervino de modo fundamental en la misma redaccin del Reglamento, y hasta compuso y agreg una de sus oraciones, con la que los socios piden a Dios penas y trabajos "para ms asemejarse a Jess crucificado". Tan santa institucin estuvo formada desde sus principios por unas cuantas personas, ms bien pocas en nmero. Varias religiosas bctlcmitas contribuyeron muy pronto al aumento. Haba establecida entre ellas una comunicacin epistolar en que expresaban sus ntimos sentimientos, y ello les serva para animarse mutuamente a continuos y mayores adelantos en la virtud y a frecuentes y encendidos actos de amor a Jesucristo. A fin de que sus expansiones fuesen secretas y, a la vez, ms libres y ms francamente santas, y para evitar asimismo el que ningn extrao indiscreto lo supiese, se firmaban las comunicaciones con nombre supuesto. En tiempos de conflicto y de ruda oposicin a la reforma carmelitana, santa Teresa de Jess en alguna de sus cartas se llama Angela. Quines eras las personas que se ocultaban detrs del seudnimo? Eran las siguientes: el siervo de Dios fray Ezequiel Moreno quien adopt el nombre de Mara Anita de Jess; el padre Maurilio Detroux, SJ, tom el de Mara de Jess; las religiosas betlemitas Mara Luisa y Asuncin eligieron los de Mara B r u n a y Mara T e r e s a de J e s s , respectivamente. Una seora de Pasto, Carmen Navarrete, se denominaba Mara Ignacia. Solan abreviar las firmas a veces, y as los dos primeros dicen Anita, Mara; y Bruna, Teresa e Ignacia, respectivamente, las tres ltimas. Con el solo nombre de Mara firma tambin el padre Detroux. Y en ocasiones slo aparece la inicial. En dos volmenes public el padre Toribio Minguella las Cartas de este obispo de Pasto. Y denomina msticas aquellas que van dirigidas a los socios de la Liga, y son catorce en el primer volumen y nueve en el segundo. La Liga Santa pas a Espaa, en donde la propag el padre jesuita Pablo Villada "entre personas religiosas y seglares fervorosos". El Sr. nuncio de Su Santidad, el cardenal arzobispo de Toledo y el Sr. obispo de Madrid-Alcal manifestaron su aprecio por ella.
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Los miembros de la Liga se comprometan a pedir para ellos a Dios trabajos, desprecios y enfermedades, y a llevar la cruz de unin con Jesucristo con espritu de reparacin, y haban de ser amantes y propagadores de la devocin al Sagrado Corazn de Jess y, sobre iodo, haban de profesar un entraable amor a Jesucristo presente en el Santsimo Sacramento. Todo en la atmsfera ntima de la vida de esta Liga a n d a impregnado de aroma de santidad. El padre Maurilio Detroux pudo escribir ms tarde: "No dudo que las hermanas difuntas, de las cuales han muerto seis en olor de santidad, se interesarn en el cielo por nuestra Santa Liga, y en particular, el santo obispo Moreno". El padre Ezequiel estim mucho las cartas de sus hermanas en la Liga, y coleccion varias con las cuales form un cuaderno que titul: Semlario dejlores msticas. Las lea algunas veces "para ms afervorarse en el amor divino". En el libro intimidades del padre Ezequiel, que publiqu en 1943, se incluy este Semlario precioso. Hay que advertir que los versos que van entremezclados se debieron a la madre Asuncin, betlemita, una de las hermanas. Se pudo salvar el contenido gracias a la diligencia del vice-postulador fray Alberto Fernndez, el que acompa hasta el fin de sus das al bendito padre Moreno, quien -hay que registrarlo- estuvo vinculado, en lo referente al culto del Corazn de Jess, a la Liga Santa de victimas y a la congregacin betlemita. Como san Claudio de la Colombiere, recientemente canonizado, director espiritual que fue de s a n t a Mara Margarita de Alacoque, difundi sin reservas el culto al Corazn de Jess, e insista mucho en el llamamiento a la reparacin y a volver al Seor, a ser tocados con su amor y a ofrecerle una ms viva fidelidad. Por eso la Liga Santa le entr tan al alma al devotsimo, al serfico obispo. Esta Liga, segn el folleto que public el padre Detroux, se compona de grupos de almas unidas entre s para reparar las ofensas que Jesucristo recibe de los hombres y para obtener la propia salvacin y la salvacin del prjimo. Sus miembros quedaban comprometidos a vivir unidos, muy unidos en espritu, adorando y amando, en compaa de Mara Santsima, a J e s s Sacramentado. La Liga consta de dos grados. Los que pertenecen al primer grado se comprometen a sobrellevar con paciencia los trabajos y tribulaciones que el Seor les mande, y han de aspirar a llegar al
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segundo. Los que entren al segundo grado han de pedir no slo conformidad y generosidad, sino adems toda clase de trabajos, adversidades, enfermedades y hasta persecuciones p a r a h a c e r s e m s s e m e j a n t e s a la i m a g e n divina de Jesucristo en la cruz. El padre Ezequiel se inscribi decididamente en el segundo grado. Y l mismo compuso para las vctimas la siguiente oracin que se hizo conocida y que fue adoptada en la Liga: "Dulcsimo Jess mo, que por mi amor os hicisteis varn de dolores, oprobio de los hombres, y que quisisteis vivir pobre, menospreciado, en trabajos y privaciones, hasta el punto de no tener donde reclinar la cabeza, para infundirnos el deseo de llevar una vida semejante a la vuestra. Yo, amado de mi alma, para imitaros, abrazo con el ms tierno afecto los dolores, las enfermedades, la pobreza y las humillaciones, y las considero como hermosas partecitas de vuestra cruz. Como Vos, oh amor mo, quiero vivir pobre, ultrajado, menospreciado, adolorido, llagado de pies a cabeza, clavado con Vos en la cruz. Y, si os place, llegar en ella, hasta el extremo de ser abandonado y privado de la sensible asistencia del Padre celestial. Contando, oh Jess mo, con vuestra gracia eficaz, que os pido humildemente, mandadme dolores, enfermedades, pobreza, desgracias, amarguras, angustias, lo que sea de vuestro beneplcito, y lo llevar gustoso por amor vuestro. Soy, amor mo, vuestra vctima. Haced de m lo que os plazca en el tiempo y en la eternidad, con tal de que se salven almas, y yo os d alguna gloria, y proporcione algn consuelo a vuestro amantsimo Corazn. Estas mismas gracias pido por las almas de la Liga Santa, con quienes estoy unido a vuestro dulcsimo Corazn". La Liga Santa alcanz cierta fuerza tambin en Espaa. Dos jesutas se distinguieron en darla a conocer y a ella pertenecieron el padre Pablo Villada y el padre Nazario Prez que, en su calidad de redactor de El mensajero del Corazn e Jess, le hizo bastante propaganda. Tambin la hizo el padre Valera, SJ, y asimismo fueron miembros notables varios religiosos agustinos recoletos, el que fue obispo de Sigenza, fray Toribio Minguella, el padre Pedro Fabo y el padre Florentino Sinz. No se olvide que el padre Ezequiel era hijo de la recoleccin agustiniana, la que siempre foment en sus claustros la vida de recogimiento e intimidad con Dios, y
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que la rama femenina de monjas agustinas recoletas, a la que tanto quiso nuestro santo, es totalmente contemplativa. A estas monjas dirigi algunas de sus famosas cartas, y en el monasterio de la Encarnacin, de Madrid, estuvo antes de ir a Colombia y luego en vsperas de su operacin. EL PADRE DETROUX Y SAN EZEQUIEL El padre Fabo public en el ao 1916 un libro que titulo Olor de santidad. Ah se afirma algo que conviene recoger y difundir acerca del padre Maurilio Detroux 18, el religioso jesuta que en unin del padre Ezequiel inspir e impuls la Liga Santa. El padre Detroux viva en Pasto, durante los aos en que nuestro hroe fue obispo de esta ciudad. Despus aparece en Guayaquil. Naci el 10 de maro de 1859 en Harz, dicesis de Lieja, en Blgica. Muy joven entr en la Compaa de J e s s , y pronto fue trasladado a la Repblica del Ecuador de donde pas a Pasto como rector del colegio que aqu tenan los jesutas. Lo fue en los aos 1897-1903. Es cuando alcanzaron a conocerse mutuamente san Ezequiel y el jesuita. Y establecieron gran santa intimidad. Sobre l y sus mritos anda escrito un libro, debido a otro miembro de la Compaa de Jess, publicado en Quito, Ecuador, el ao 1937. Consta
18 Poseo fotocopia de la carta fechada el 5 de noviembre de 1899. que el padre Maurilio escribi, desde el seminario de Pasto, al padre Luis Martin, prepsito general de la compaa de Jess. En ella se explican los principios verdaderos de la Liga Santa. Intervienen la betlemita Asuncin Rivera, el mismo padre Maurilio y el siervo de Dios fray Ezequiel, con una manifestacin de Jess a la religiosa, que ella con el pseudnimo de Anita comunica al padre Maurilio primero, y luego al obispo. ste acept y el movimiento comenz a producir sus frutos santos. Sobre el padre Maurilio hay una breve biografa, firmada por un padre de la compaa y publicada en Quito, el ao 1937, en la Prensa Catlica. Se titula El padre Maurilio Detroux de la compaa de Jess. Me prestaron un ejemplar los jesuitas de Pasto, y con su lectura pude formarme idea de la riqueza espiritual de su personalidad, toda impregnada de amor al Corazn de Jess. Haba trabajado en la misin de apo (Ecuador), de donde fue expulsado en 1896. Fue rector del seminario diocesano de Pasto, encomendado a la direccin de los jesuitas. Tena grandes cualidades apostlicas. A l se debe indiscutiblemente una parte fundamental en el movimiento victimal, aunque, como asegura el padre Pablo Villada, el padre Ezequiel "por su carcter de obispo y por su extraordinario fervor, fue como el alma de la pequea asociacin". Cf. Razn y fe. tomo 42. ao 1915. Se conservan 25 cartas del padre Ezequiel al padre Detroux.

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de 158 pginas y se imprimi en Prensa catlica, 41, carrera Pichincha. El padre Detroux vivi algn tiempo en Guayaquil y fund la misin de Manabi. Muri en olor de santidad, el ao 1935. Se debe la siguiente nota al padre Fabo: 'Tengo la suerte de guardar en mi poder 20 cartas autgrafas y un precioso documento de este hijo de la Compaa de Jess, cartas muy hermosas, dirigidas a varios asociados de la Liga Santa, cartas que me parecen reliquias de un alma gemela de la del padre Moreno. En u n a de ellas, fechada 23 de noviembre de 1909, hablando de las impresiones que le causaba la lectura de la biografa que acaba de dar a luz el obispo padre Toribio Minguella, escribe: "He comenzado a leer el libro, y me trae recuerdos que me enfervorizan, porque era verdaderamente edificante en todo su porte el limo. Sr. Moreno, y mucho ms cuando se poda alcanzar algo de lo que pasaba en el interior de su alma. Buscaba la gloria de Nuestro Seor en todo, sin reparar en dificultades o sacrificios, y a pesar de las sequedades de espritu, contradicciones, etc. Con qu fervor empleaba cualquier medio, como si fuera novicio, para adelantar en la virtud. Bien alto debe de estar en el cielo, y poderoso para ayudarnos ahora con su intercesin y alcanzarnos la generosidad en el servicio de Dios Nuestro Seor, porque la amistad fundada en Dios no se acaba con la muerte, sino que persevera ms all. Pidmosle, pues, que nos alcance del Seor abundantes gracias para santificarnos amando mucho al divino Corazn de Jess y a su Madre Inmaculada". El padre Maurilio Detroux era muy ejemplar, de una vida muy cultivada e intensa. Hay u n a carta autgrafa de doa Carmen Navarrete, fechada el 30 de junio de 1910 y dirigida a la madre superiora general de las religiosas betlemitas, en donde se afirma: "El padre Maurilio Detroux es cada da ms santo". De l dijo el Sr. Moreno: esta alma es muy santa. Despus de muerto lo colocarn en los altares. Nosotros no lo veremos. Pero lo vern las generaciones futuras. Y esto lo repiti muchas veces. De este insigne jesuita, cuya figura ser preciso estudiar con detenimiento, hay u n a declaracin extensa, metdica, serena, muy meditada, escrita en Guayaquil, Ecuador, el 21
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de marzo de 1912, de la cual trae el padre Fabo varios interesantes prrafos en Olor de santidad, pg. 23 ss., merecen ser reproducidos aqu: "Cumpli el limo. Sr. Moreno con diligencia sus deberes de Prelado; fue muy celoso para acatar las rdenes del Sumo Pontfice, aun en asuntos en que poda resentirse su amor propio y aparecer disminuida su autoridad, como sucedi en el asunto del colegio de Tulcn, en que la Sagrada Congregacin de Roma, segn los datos que recibi de la parte contraria, dio por de pronto una solucin en contra del limo. Sr. Moreno, quien la recibi, sin dejar, sin embargo, de dar posteriormente informes verdicos que merecieron la segunda resolucin de la Sagrada Congregacin que aprobaba el proceder del limo. Sr. Moreno. Fortaleza. Le consta al testigo que el Sr. Moreno tuvo mucha fortaleza para soportar adversidades, enfermedades, injurias, contradicciones, trabajos, angustias, persecuciones, por lo menos con nimo tranquilo. Y aunn se ofreca al Seor para pasar por otros y los peda con otras almas a quienes se haba asociado y unido en santa amistad para alentarse a eso. Confidencialmente dijo al testigo que de ordinario estaba en desolacin y que cuando se le presentaba algn consuelo espiritual oa una voz interior que le deca: Sacrificado por m'. Aunque a primera vista pareca de carcter sombro, en su trato era santamente alegre y dulce. No se acobardaba en los acontecimientos adversos, sino que acuda a la oracin. Templanza. Era manso y paciente, y el testigo no recuerda haberlo visto airado ni resentido por injurias o malos tratos recibidos. No era pertinaz en sostener sus ideas sino que ceda fcilmente al parecer de otros cuando haba razn para ello. Era parco en el trato de su persona, viviendo en su palacio episcopal con la pobreza de un religioso muy observante. Nunca tomaba bebidas alcohlicas. Era, asimismo, parco en el sueo. Pobreza. Su pobreza era muy notoria. Bastaba ver su vestido, su palacio episcopal para conocer su desprendimiento de las cosas de la tierra. Toda su renta la gastaba en buenas obras, ya socorriendo pobres, ya favoreciendo obras de piedad. En cierta ocasin el testigo tuvo que prestarle alguna cantidad para hacer una limosna que precisaba. Castidad. El limo. Sr. Moreno era muy casto, y por su modestia y compostura inspiraba la castidad a los que le vean y trataban. Cree el testigo que el limo. Sr. Moreno me67

recio que el Seor se desposara msticamente con su alma, p u e s en cierta ocasin u n a religiosa muy favorecida de Nuestro Seor refiri cmo haba visto efectuarse esos desposorios y cmo le haba puesto un anillo en los dedos al limo. Sr. Moreno durante la misa. El limo. Sr. Moreno no vio nada, pero sinti que algo le ponan en el dedo. Para el confesor: el testigo sabe que mientras vivi el limo. Sr. Moreno fue muy estimado y querido debido a su santidad y celo apostlico, por el Emmo. Sr. cardenal Vives, por el limo. Sr. arzobispo de Quito Gonzlez Calixto, por el Sr. obispo Schumacher, por varios padres graves de la Compaa de Jess y de otras Ordenes religiosas. Por referencia sabe que, despus de muerto el limo. Sr. Moreno, muchas personas desean tener reliquias suyas y atribuyen a su intercesin muchos favores recibidos y prodigios obrados". Y para cerrar estos dos apartados que se dedican al estudio de la Liga Santa de vctimas de Jess, hago traslado del contenido de u n muy significativo documento que se guarda, como u n rico tesoro, en la casa de los religiosos agustinos recoletos de Manizales (Colombia). Es de u n manuscrito redactado con su puo y letra por san Ezequiel, y que firman con su propia sangre l mismo, el padre Detroux con rbrica y sor Asuncin de J e s s , que es la religiosa betlemita, tambin con rbrica. El tiempo ha borrado casi la letra. He aqu la copia de tan original y expresivo documento: "Viva Jess en el corazn de sus esposas Mara de Jess y Asuncin de Jess, por las cuales, y en virtud del poder especial que me han dado para hacer este testamento en nombre de ellas, ofrezco, dedico y consagro pura e inviolablemente al Sagrado Corazn de Jess todo el bien que ellas podrn hacer durante su vida, y el que se har por ellas despus de su muerte, para que la voluntad de este Corazn Divino disponga de ello como le plazca, segn su beneplcito y a favor de quien quiera, sea vivo o sea difunto. Mis carsimas hermanas Mara de Jess y Asuncin de Jess protestan que gustosas se despojan generalmente de todo lo dicho, y de cuanto son y tienen y puedan tener, cuerpo, alma, potencias, sentidos, salud y vida, y todo en general, excepto la voluntad de ser y estar unidas para siempre al Sagrado Corazn de J e s s y de amarlo puramente por su mismo amor; fuera de esto, todo lo dicho lo ceden gustossi68

mas y con toda su alma al divino Corazn de Jess, su nico amor. En fe de lo cual y para que conste eternamente, yo y ellas firmamos este escrito con nuestra sangre en el da de la amadsima esposa de Nuestro Buen Jess, santa Gertrudis, 15 de noviembre de 1899. Anita de Jess (Sin rbrica). Mara de Jess (Con rbrica). Asuncin de Jess (Con rbrica)". La sangre aparece algo desteida ya. La firma del testamentario, y a la vez notario, san Ezequiel, est hecha con trazos gruesos y algunos rasgos emborronados 19 . Cierro este captulo, en que se ha hablado de las relaciones espirituales entre el padre Detroux y san Ezequiel con estas palabras que copio de una carta que me dirigi desde Pasto el padre superior de los jesuitas, padre Ruperto Revelo, con fecha de 18 de diciembre de 1978: "Leyendo la vida del padre Detroux y la del padre Ezequiel se convence uno de que fueron almas verdaderamente gemelas. Amas gigantes. El secreto de los dos para llegar a perfeccin tan grande y lograr ubrrimos frutos en sus arduas labores apostlicas fue, sin duda, la verdadera devocin al Sagrado Corazn de Jess. DOLORES INTERNOS. RELIGIOSAS BETLEMITAS El celossimo obispo san Ezequiel dedic atencin muy cuidadosa a todos los institutos de vida consagrada. Pero estuvo ms ligado a uno de ellos en particular. Era muy alta y distinguida la que prest siempre a la comunidad de religiosas betlemitas, hijas del Sagrado Corazn de Jess, establecida en su dicesis. En alguna carta lleg l a indicar que pareca como si hubiera sido nombrado su superior general. Esta relacin que tuvo con las religiosas fue creciendo con motivo de la fundacin de la Liga de vctimas del Corazn de Jess, a la que desde sus principios se unieron varias de ellas muy estrechamente. Y es que vivan en un ambiente espiritual muy caldeado por los mensajes msticos de encendido amor al Corazn de Jess, que les haba dejado como herencia su restauradora, recin fallecida.
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Cf. FABO, P.: Criticas y plumadas, Barcelona 1928, p. 343. 69

Tal congregacin, debida al muy famoso beato Pedro de Betancourt, oriundo de las Islas Canarias, que lleg a Guatemala en el ao 1651, y all fund el instituto que llam betlemtico por su especial devocin al misterio de Beln, se dedicaba al cuidado de los enfermos y de los pobres. Lleg a tener bastante vida en varios pases hispano-americanos. Y luego, por motivos distintos y por razn de las circunstancias poltico-sociales, casi termin extinguindose. Se salv la rama femenina con algunos de sus miembros. Y en 1830 una joven de Quezaltenango, de nombre Vicenta Rosal, que luego se llamara sor Encarnacin, entr a la nica casa que an quedaba. Y fue el instrumento providencial, una verdadera restauradora. Fund muchos centros y se le unieron bastantes entusiastas seguidoras. Vino a morir en Tulcn, en olor de santidad en 1886. Sus restos fueron trasladados a Pasto. Por su ardentsimo afecto al Sagrado Corazn de Jess se le vino a comparar con santa Margarita Mara de Alacoque. El padre Ezequiel se identific con el espritu de sor Encarnacin, sobre todo en lo que haba en ella de ansia de amar a Jesucristo y de vivir en continua reparacin por las ofensas que recibe por parte de los pecadores, de los apstatas, de sus amigos, que lo olvidan o desprecian, de los malos sacerdotes, de los perseguidores de la Iglesia, de los religiosos nfleles a sus promesas. Se hizo campaa en favor de lo que se denominaba celebracin de los Dolores internos del Sagrado Corazn. Esta palabra "internos" no agrad a muchos. El santo oficio puso algn reparo. El padre Ezequiel, que todo lo quera realizar con el ms absoluto acatamiento a la autoridad, no tuvo conocimiento de lo decretado por el Santo Oficio, y mientras tanto se divulgaron copias de un opsculo que l haba escrito sobre ello. Esto produjo alguna dificultad. Aunque consta ciertsimamente que el padre Ezequiel estaba preparado para aceptar con pleno asentimiento lo dispuesto, de Roma vino lo siguiente: "Ensese a los fieles que el culto a los Dolores del Santsimo Corazn de Jess est comprendido en el que ya se le tributa, y procrese prudentemente que la nueva forma de devocin se reduzca a la que ya est recibida por el uso".
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Es un detalle significativo del celo que animaba al padre Ezequiel en todo cuanto se refera al amor hacia el Sagrado Corazn de Jess. Conviene aqu anotar que algunas de las hermanas ms fervorosas y constantes de la Liga Santa pertenecan al instituto de religiosas betlemitas. En una de sus cartas, fechada en Pasto el 30 de septiembre de 1904, llega a estampar el padre Ezequiel: "Sabe por qu no le escribo ms largo? Por todas las betlemitas. Quiere creer? Tengo en la mesa doce cartas cerradas para las betlemitas, y adems las dos que le mando y sta. Pues es u n a verdad, y estaba escribiendo, y me preguntaba: Pero, quin me ha hecho general de las betlemitas?" Y todo tena intima relacin con la Liga Santa o con la devocin a los Dolores del Sagrado Corazn. A mayor abundamiento cabe anotar que el padre Ezequiel apoy, y casi se podra decir que dio la vida, a una congregacin que se titul: Esclavas del Corazn de Jess, reparadoras de sus Dolores Internos. Tambin se les llamaba algunas veces Esclavas de Jess, aliviadoras de los Dolores Internos de su amorossimo corazn. Esta congregacin, que luego se disolvi, haba tenido principio en la decisin de una piadosa seorita, Tefila Cabrera, que junto con varias compaeras, se empe en ir a las tierras de Caquet para ensear la doctrina a los pobres indgenas. El padre Moreno escribi su Reglamento, en donde se afirma que el fin especial de la congregacin es la enseanza de la doctrina cristiana a los ignorantes con objeto de aliviar de algn modo los Dolores Internos del Corazn de Jess, causados por los pecados de los hombres. En una carta de 19 de enero de 1904 el padre Ezequiel se manifiesta entusiasmado con esta fundacin. Tengo unas seoritas que fuer o n a e n s e a r la d o c t r i n a a los indios de Sibundoy y Santiago. El hbito que llevan es negro; con una cadenita al cuello que baja a un Corazn de Jess con los dardos, que lleva colocados al lado del corazn". En la citada epstola hace alusin al novenario solemnsimo que en la iglesia de la Candelaria de Bogot se haba tenido para aliviar los dolores internos del Sagrado Corazn. El da 25 de agosto de 1903 pontific el padre Ezequiel y predic. Los 25 de cada mes se celebraban entre los amigos del Divino Corazn de manea muy ntima. Era la fecha de los hermanos de la Liga Santa.
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El libro del beato Ezequiel titulado Devocin a los Dolores Internos del Sagrado Corazn de Jess fue publicado, por vez primera, el ao 1900 en la ciudad de Pasto; en el ao 1901 en Palmira; en 1902 en Bogot; en 1947 en Zapatoca; en 1955 en Bogot de nuevo; en 1904, en lengua italiana, en Roma; en 1928 en aples. En la dedicatoria el autor dice: "Queridsima madre ma, Mara Santsima. Os ofrezco, con todo el afecto de mi corazn, este pequeo trabajo, hecho exclusivamente con el fin de infundir devocin en alguna alma a los dolores internos del Sagrado Corazn de J e s s , vuestro santsimo Hijo, y se anime a sufrir en su compaa, para reparar las ofensas que le hacen los hombres, y la ingratitud con que responden a su amor, causas de sus dolores". Y al final de la introduccin, que es muy breve, estampa estas palabras: "Recibe esta obrita, en la que slo busco tu gloria y el que seas ms amado". Tengo a la vista un ejemplar de la impresin del libro, que se hizo en Zapatoca (Colombia), imprenta de San Jos. Va precedido de unas pginas extractadas de la biografa de la fundadora de las religiosas betlemitas, escrita por el claretiano padre Francisco Broto. Termina con una invocacin tiernsima a Mara Santsima, a la que siempre profes una entraable devocin. As le dice: "Madre ma, no era posible que concluyera este librito sin acordarme de ti y sin decir a los hombres que te amen mucho. Era necesario que, habiendo hablado del Corazn de tu divino Hijo, hablara tambin de tu Corazn". De la madre Encarnacin Rosal (1820-1886), public el padre Carlos E. Mesa en 1983 un volumen titulado Historia de la fundacin del convento de Quezaltenango y su epistolario, y es i n t e r e s a n t e lo que escribe sobre ella el padre Alejandro Ortiz Lpez en Historia de la religin betlemita (1627-1909), tomo I. Bogot, 1955. Muy apreciada del padre Ezequiel fue la madre betlemita Mara Luisa Salinas (1861-1924), superiora general de la dicha congregacin y perteneciente a la Ligia de vctimas, como lo fueron otras religiosas suyas, a varias de las cuales alcanc a conocer. Como algo singular en nuestro caso vale recordar que ya en el siglo XV la beata Bautista Varani, monja clarisa del
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monasterio de Urbino, en Italia, escribi un Tratado sobre los dolores mentales de Jess. Y como dato significativo se puede registrar aqu lo que en la Historia de Colombia, debida a Henao y Arrubla, edicin del ao 1986, se dice: Septenario al Corazn doloroso de Mara Santsima, sacado a luz por el doctor don Juan de Ricaurte y Terreros, cura y vicario eclesistico de la ciudad de Vlez, en el Nuevo Reino de Granada 2 0 . Con licencia en Santaf de Bogot. En la imprenta de la Compaa de Jess, 1938. Por tener la caridad de san Ezequiel u n a inclinacin muy viva y predominante hacia el dolor y hacia el que lo sufre, existe con su nombre una asociacin, cuyos miembros se dedican a visitar a los enfermos graves, y a llevarles consuelo y ayuda. La fund en Colombia el agustino recoleto padre Sebastin Lpez de Murga. PRUDENCIA Y CARIDAD El Espritu Santo haba colmado al padre Ezequiel del don de fortaleza. Esta virtud, en l tan sobresaliente, vino a constituir como su sonoma moral, su carcter distintivo. Y, sin embargo, hay que hacer resaltar en el obispo de Pasto su caridad y prudencia. No se le puede tachar en absoluto de precipitado ni irreflexivo en sus actuaciones. Antes de tomar cualquier determinacin oraba, consultaba, se asesoraba con personas cualificadas. En la dicesis que rega existe constancia de las consultas que frecuentemente haca a su clero, as como a las comunidades de jesuitas y capuchinos. En cuanto al modo de corregir, como superior y prelado, tena verdadera fama de ser suave y comprensivo: "En vez de marcada, ni mucho menos spera reprensin, avisaba con ternura de padre a quien tena que corregir. A veces con una dulce mirada era bastante. No sola mandar, sino que indicaba suavemente lo que haba de hacerse con ruego, no con imperio, y claro es que nadie se resista a modos tan atentos e insinuantes. En solucionar cuestiones y asuntos graves nunca fue precipitado; preceda la oracin y se inspiraba en la divina voluntad". As lo declara una persona que trat al siervo de Dios con muy particular intimidad.
Editado en Bogot, 1938. y anteriormente lo haba registrado Eduardo POSADA en su Bibliografa bogotana, 1917. 73
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El Sr. a r z o b i s p o de P o p a y n , D. Manuel Antonio Arboleda, cuenta que alguien un da, hablando con el padre Ezequiel, aludi a los liberales y les llam "rojos". El padre Ezequiel repuso: No me gusta, no me parece bien el que se use tal adjetivo que parece envolver una nota de menos aprecio a las personas. Combatir las ideas es santo, y es muy santo respetar a las personas. De elevado valor es el testimonio del p a d r e ngel Avionet, capuchino, que acompa en varias ocasiones y visitas pastorales al padre Ezequiel. "Trataba con suma caridad y moderacin a sus sacerdotes, mirando siempre por su bien espiritual y temporal, y dirigindolos constantemente en su ministerio; y por ms que hubiese alguno o algunos de ellos poco ajustados a sus deberes, nunca se le oa murmurar de ellos o revelar sus faltas. Las amarguras que le causab a n l a s d e v o r a b a en silencio y a s o l a s con J e s s Sacramentado. A los sacerdotes ancianos, y que haban trabajado en servicio de la Iglesia, amaba con singular ternura. En una palabra: el Sr. Moreno era, ms que obispo, un verdadero padre para su clero". Leo en Vita riostra, la revista diocesana de Pasto, en un nmero correspondiente a octubre-diciembre de 1992, u n bello resumen de la vida de san Ezequiel, que firma Ignacio Araujo Aux, sacerdote eudista, del que traslado aqu u n prrafo: "Cuando se mira la vida personal de fray Ezequiel, sta se descubre: austera, exigente, de mucha oracin y siempre atenta al bien de las almas. En su minuta figuran 6 horas diarias de oracin, hora santa todos los jueves de 11 a 12 de la noche. En julio de 1904, introdujo en la catedral la adoracin nocturna. Testigos oculares dan fe de que el Sr. Moreno en estas visitas no poda contener su mpetu y eran frecuentes los soliloquios prolongados; tambin atestiguan varios sacerdotes, que escucharon fuertes exclamaciones y encontraron luego, que su obispo hablaba con Dios. Muchas de sus cartas personales manifiestan el fervor de su oracin, y que el centro de su vida estaba fuera del mundo, buena parte de su renta perteneca a los pobres, ya en ropa, ya en dinero, o bien en alimentos. No haca exigencia alguna en su comida pobre o en sus vestidos toscos; gozaba con el bienestar de los dems, mientras l se deleitaba en la pobreza. El palacio episcopal viva lleno de mendigos y, antes de marcharse para
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no volver ms, l mismo les reparti la limosna y a u n a anciana le dej la nica cobija que l tena para dormir. Cumplidor de los ayunos de su Orden, tambin dorma con frecuencia en el duro suelo; deseaba imitar a su Seor en los dolores, humillaciones y pobreza. El Maestro lo purific con toda clase de tormentos, fiebres y enfermedades; a todo esto hay que aadir los duros combates de orden moral: insultos, ultrajes, calumnias. Nunca perdi la calma y trabaj siempre con la misma entereza de nimo. Poco antes de su ltima enfermedad, encontraron en su habitacin varios cilicios punzantes y con malla para los brazos, las piernas y cintura; ms parecan instrumentos de martirio que de mortificacin". LA CONCORDIA NACIONAL En la tipografa polglota vaticana est impreso un rico volumen que contiene la prolija documentada disquisicin histrica, que mand elaborar la Sagrada Congregacin de Ritos para poner luz en los puntos ms conflictivos de la vida y conducta del padre Ezequiel Moreno. Su causa de canonizacin ha supuesto mucho trabajo, sobre todo en lo referente a sus relaciones con el liberalismo de entonces, que combati insistentemente. Eso s, es cierto que el siervo de Dios, tan valiente y tan firme, dio continuamente pruebas de limpieza de visin, de adhesin total a la Iglesia, al Sumo Pontfice y a sus representantes en Colombia, de integridad de carcter, de coherencia en el modo de obrar, y de extrema humildad". As se expresa el italiano, laureado en historia eclesistica y ayudante de estudios de la Sagrada Congregacin, monseor J u a n Papa. El padre Flix Zubillaga, S.J., profesor de historia eclesistica hispano-americana en la universidad Gregoriana, a quien se le encomend que diese su parecer razonado, escribe: "Ante las deplorables consecuencias que con toda probabilidad, y aun con plena seguridad, se vean venir para la Iglesia en Colombia con motivo de la Concordia, la concordia proclamada como programa de gobierno por el presidente Reyes y apoyada por el prelado monseor Ragonesi, era justo que u n prelado alzase su voz para dar la seal de alarma.
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Habl humildemente y con fuerza y coraje, y la Santa Sede vino a aprobar la conducta del siervo de Dios". Y el rector general de la Sagrada Congregacin de Ritos, monseor F. Antonelli, en el prefacio de la Disquisitio, crey oportuno anteponer estas palabras: "Este decenio, 18961906, es un perodo particularmente atormentado de la muy agitada historia de la Amrica Latina, y en particular de Colombia, en donde las viejas corrientes polticas de liberales y conservadores alcanzaron entonces violentos contrastes y asumieron u n agudo tono poltico que alcanz a tener grandes repercusiones en el plano religioso. El padre Moreno se crey en el deber, como obispo, de tomar una posicin neta contra todas las formas de liberalismo, tanto ms cuanto iba avanzando u n liberalismo llamado cristiano, sumamente insidioso". Alcanz una enorme resonancia el problema suscitado en torno a la Concordia. El presidente de la Repblica, el delegado apostlico, varios obispos, la prensa, la opinin pblica, todo se movi. Del Vaticano llegaba un cable firmado por el cardenal Merry del Val con llamadas y quejas. Hay una carta del obispo de Pasto, de fecha 27 de enero de 1905, que habla precisamente de la unin de los catlicos. "Quiere Dios que tengamos unin con s u s enemigos? Pueden los obispos aceptar que los catlicos hagan u n a concordia a la que se pone por base un error impo? Oh Jess, el Padre vincul todas las cosas en Vos, y Vos sois el fundamento de todo orden estable. No comprendern por fin los hombres esta verdad? Ah! Acaso vuestro sacrificio, la sangre de vuestros ministros tengan ms eficacia que sus enseanzas, y que muchos hoy desprecian, o llaman exageradas. Prontos estamos, oh J e s s , a dar esa sangre, con vuestra gracia. Qu dicha morir para que reinis Vos, Rey eterno y amable". Ante aquel remolino increble no se turb el padre Ezequiel. Sereno, impvido, defendi la verdad, la pura verdad, en la ms humilde actitud, dispuesto a ser mrtir. Parece oportuno anotar que el concepto "liberal", aplicado entonces a la vida poltica, envolva una connotacin que merece ser tenida en cuenta. Implicaba, dentro de la sociedad en que actuaba nuestro santo, un rechazo en lo poltico y civil del influjo de la doctrina de la Iglesia. Cunta confusin
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ha existido sobre este aspecto en algunas naciones y en muchos escritores! El obispo fray Ezequiel, en una situacin tan confusa, sufra cuando se le interpretaba desfavorablemente, y quera ser comprendido. Y exclamaba: "Ojal pudiramos abrir nuestro corazn para que todos pudieran ver nuestros sentimientos. Acaso podemos tener odio a persona alguna? A quin podemos odiar? Habindonos encargado Jesucristo las almas de todos, cmo hemos de abrigar mala voluntad para nadie? Clamamos y clamaremos siempre que veamos peligros para las almas, porque es nuestra obligacin. Pero Dios no permita que esos clamores no procedan de la caridad. Dios mo, que nos comprendan! As se lee en una pastoral suya del 28 de agosto de 1896. Pas por amargos momentos el corazn de n u e s t r o santo. En una de sus magnficas cartas pastorales escriba el celossimo prelado: "O con Jesucristo, o contra Jesucristo. O con los que piden que reine Jesucristo en los individuos, en las familias, en los pueblos y en las naciones, diciendo con san Pablo 'es necesario que reine Cristo', o con los que gritan, blasfemando y con rabia, no queremos que reine Cristo sobre nosotros. No hay trmino medio: en uno de esos dos campos tan opuestos entre s hemos de estar necesariamente. El que pretende ser neutral se convierte en un traidor. Se deduce del Evangelio donde se encuentra una frase que es un rayo que mata y acaba con los neutrales y con los catlicos a medias que quieren unir el error con la vedad, la luz con las tinieblas, y la justicia con la iniquidad. Jesucristo es el que habla y dice: 'El que no est conmigo est contra m' (Mt 12, 30)" 21 . La claridad de su doctrina era fulgurante. Y al traducirla a la prctica pona lgica y vigor. Buscaba en todo la perfeccin. Y no se quedaba atrs la grandeza bondadosa de su corazn. Tuvo que afrontar dificilsimos trances en el caso de la denominada Concordia, proyecto poltico del presidente de Colombia, general Rafael Reyes, quien pretenda gobernar con principios y personas que al integrrimo obispo de Pasto le parecan no aceptables. Se inclin inclusive en favor de tal proyecto el delegado apostlico en Colombia, Francisco Ragonesi, quien luego pas a la nunciatura de Madrid, y despus fue nombrado cardenal. La inflexibilidad ortodoxa de nuestro fray Ezequiel fue clebre frente a otras opiniones. A
Pastorales, pg. 465. 77

l se le lleg a denominar "el nuevo san Atanasio". Muchos le acompaaban ardorosamente. Y ser preciso anotar que en medio de tanta divisin de pareceres, todos rendan homenaje a la pureza de vida, a la santidad del obispo fray Ezequiel. Uno de los prelados que ms cerca estuvo de l en sus afanes, en sus luchas, fue el obispo de Garzn, Esteban Rojas, de muy santa memoria. En cambio su hermano de hbito y sucesor suyo en el gobierno del vicariato de los Llanos de Casanare, Nicols Casas (1851-1906), opinaba de distinta manera al encarar el liberalismo prctico, y explic su pensamiento en un libro que titul Enseanzas de la Iglesia sobre el liberalismo. Bogot, 1901, 382 pgs. Alcanz gran resonancia el caso, pues ambos prelados eran muy conocidos y hasta miembros de la misma Orden religiosa, y muy unidos y ejemplares en la mutua confianza fraterna que se profesaban. Cuando yo me determin a publicar mi libro titulado Intimidades y ancdotas del siervo de Dios fray Ezequiel Moreno, en el ao 1943, tuve la libertad de pedir al entonces arzobispo de Bogot, monseor Ismael Perdomo, alguna impresin suya sobre el hoy san Ezequiel Moreno. Es sabido que ambos personajes, Moreno y Perdomo, se conocieron, trataron, y en la aplicacin de los principios no coincidieron plenamente. He aqu las palabras de monseor Perdomo: "Monseor Moreno fue trasladado a la dicesis de Pasto y yo fui consagrado como obispo de Ibagu. Me hallaba en una poblacin limtrofe de la dicesis de Manizales practicando la visita pastoral, y aprovech esta ocasin para ir a saludar al limo. Sr. Nacianceno Hoyos y a monseor Moreno que se hallaban all. l haba impuesto normas que me parecan muy severas para tratar a los liberales en el sacramento de la penitencia. Aprovech la ocasin para tratarle este asunto y le expuse que yo, sin ese rigor, tratando a los liberales por las vas de la conviccin y del cario, haba logrado que entrasen por el cumplimiento de sus deberes cristianos. l me oy con mucho inters y, al terminar, me dijo: Si ese mtodo le da ese resultado, sgalo: lo importante es llevar las almas a Dios. Yo he tenido siempre la conviccin de que monseor Moreno era un prelado que en grado heroico se ejercitaba en la penitencia y en la oracin. Por eso, despus de su muerte,
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procur adquirir prendas de su uso personal que yo aplicaba como reliquias a los enfermos, y varias veces se obtuvieron gracias sealadas". INSULTOS, CALUMNIAS, DESPRECIOS Anota bien su bigrafo ms autorizado, fray Toribio Minguella: "En vida y en muerte fue alabado el ilustrisimo padre Ezequiel por los buenos catlicos, y, vivo y despus de su muerte, fue escarnecido por los malos; y por cierto que apreciaba an ms los escarnios de stos que las alabanzas de aqullos. No ambicionaba fray Ezequiel otra cosa sino seguir e imitar a Nuestro Seor Jesucristo. No quera gloriarse sino en Jess, como el apstol san Pablo, y en Jesucristo crucificado. Es difcil ponderar todo cuanto tuvo que sufrir en el desempeo de sus deberes de pastor y maestro, y la fortaleza y la calma y generosidad de su espritu, de su maravilloso, de su heroico espritu. l mismo se desahogaba y escriba: 'Comprendo que buscan algn modo de hacerme callar, a fin de que siga la mezcla que estn haciendo entre catlicos y liberales. Dichoso de m, si algo sufro por el nombre de nuestro buen Jess. Pidan por m, para que si sufro, sea por su Santo Nombre y para su gloria. Tengo ya un gran acopio de injurias que lanzan contra m los peridicos liberales de varias poblaciones de la Repblica, y las conservo como preciosidades...' 'Qu queda contra m? El odio de los enemigos de mi Seor Jesucristo? Sus ultrajes y calumnias? Ah, si estos enemigos me alabaran, tendra miedo. No quiero que me alaben los que insultan a mi Seor Jesucristo'. En una carta dirigida a una seorita protestante, muy sincera y fervorosa, que le expresaba su admiracin, dice fray Ezequiel: 'He llegado a comprender por ciertas expresiones que se le escapan que usted ha credo o, por lo menos, se ha figurado, que yo deba estar como satisfecho y dichoso porque todos me quieren... Pues bien: tengo, no uno, ni dos, sino ya un montn de peridicos, en los que se dice: 'que soy u n capitn de bandidos, que tengo causas pendientes por delitos comunes, que soy cruel, que soy bruto, que doy coces, etc. etc. Dnde se queda mi don de gentes? No ve cmo hay que aspirar a otra vida mejor que sta? Gracias a que yo 79

aspiro a ella. Y aunque s que habrn ledo esas cosazas, dichas contra m, cientos y cientos de personas, quedo tan tranquilo, porque espero la rehabilitacin en el gran juicio que creo firmemente ha de venir para todos, y en la recompensa con que premiar el gran juez a sus servidores'". Tarea imposible sera trasladar ni siquiera la mnima parte de los improperios con que fue obsequiado el intrpido defensor de la fe catlica. As lo advierte el padre Minguella. Y reproduce, sin embargo, lo que escribieron algunos peridicos del Ecuador y Colombia. No cito el ttulo de las publicaciones, pero reproduzco algunas de sus frases: "Un prelado imposible. Es el colmo de la intolerancia. Fray Ezequiel Moreno, en virtud de sus facultades como obispo de Pasto y, cumpliendo, segn advierte, uno de sus ms sagrados deberes, condena los esfuerzos de paz, tolerancia y progreso del presidente Rafael Reyes. Al i n t r a n s i g e n t e discpulo de Torquemada le sulfura esto. Y hay que soportar los impulsos de este fantico prelado, que no se da cuenta de que vive en el siglo XX. La vuelta de fray Ezequiel a su convento de agustinos descalzos, en un apartado rincn de Espaa, la reclaman la tranquilidad de los colombianos y la seguridad del gobierno". "El reverendo obispo de Pasto pertenece a esa califa de frailes importados de Espaa, y rechazados hoy de all y de todas las naciones civilizadas; y osa el cuitado el dar principio a la guerra en nombre de 'su Religin' contra el gobierno. Lo vern los lectores en la Pastoral que nos mand, y que ms que circular de un obispo, parece una proclama de guerra revolucionaria. Pero, cmo no, si ese fray, por no decirle fraile, pertenece a la escuela de aquellos ministros de su religin que en las guerras carlistas rivalizaron en ferocidad con las panteras?". "En Pasto est fray Ezequiel, hombre de cerebro obtuso. La ctedra del Espritu Santo no le basta para predicar el odio, sino que hasta en la prensa desarrolla su d o c t r i n a d i s o c i a d o r a : odiaos los u n o s a los o t r o s " . Bienaventurado fray Ezequiel, que fue digno de sufrir por su Seor Jesucristo. Tambin tuvo en vida y en muerte quien le prodig elogios, encendidos elogios. Copio unos prrafos que escribi en mayo de 1907 un ingls convertido al catolicismo, don Jorge W. Price. Era un hombre admirable por su integridad y sinceridad en la fe. "En el trato ntimo pude confirmar la opinin
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que de l me haba formado, a saber: que era un justo, un religioso ejemplar, un obispo al estilo de su gran padre san Agustn, que no andaba con equvocos, ni componendas, ni en transacciones, ni en concesiones, en donde la pureza de la doctrina y la integridad de la fe no permitan las concordias tan en boga en los tiempos presentes. l era de la casta de los apstoles, de los misioneros, de los mrtires; en una palabra, alma grande templada al fuego del Corazn sacratsimo de Jess, a quien tanto am y cuyo fuego comunicaba a los que tuvieron la dicha de tratarle. Quines eran sus enemigos? Los enemigos de Jess y de su Iglesia. Quines lo consideraban intransigente? Los intransigentes con el Evangelio y las enseanzas de la Iglesia catlica. Quines le tenan por retrgrado? Los que fomentaban el retroceso al paganismo, y el liberalismo, la ms grande y solapada hereja de la poca actual, lo perseguan sin tregua, porque fue su martillo incansable". El que fue notable escritor, gran humanista y presidente de la Repblica de Colombia, don Miguel Antonio Caro, dej esta constancia: "Fue el padre Ezequiel Moreno u n varn apostlico, un hombre espiritual, un carcter entero, intransigente en doctrina, caritativo en obras, manso y humilde de corazn, predicador del Evangelio no de s mismo, sin artificios ni afectaciones, fcil, abundante de afectos, cautivador, un confesor prudentsimo, amigo de los pobre, consolador de los tristes, cumplidor, en suma, de todas las obras de misericordia" 22 . Hay que advertir que Miguel Antonio Caro era sobrio en sus alabanzas. Y tambin que tuvo ocasin de conocer y tratar muy de cerca a nuestro fray Ezequiel.
22 El prrafo transcrito corresponde a un articulo que. a la muerte del padre Ezequiel, escribi el seor Caro y fue publicado en el diario de Bogot El nuevo tiempo, ao V, n 1.395. 28 de agosto de 1906. Miguel Antonio Caro fue un poltico y escritor notable en Colombia, que lleg a ser presidente de la nacin. Era de sentimientos muy cristianos. Conoci y trat bastante a san Ezequiel. Tambin varios de sus familiares mantuvieron relaciones estrechas de amistad con el santo, y hasta algunos fueron dirigidos espiritualmente por l. Hay algunas cartas del santo al seor Caro, en las que le llama "mi querido amigo" y "mi querido padrino", pues lo fue de su consagracin episcopal. Conviene leer el libro de Carlos Valderrama titulado Epistolario del beato Ezequiel Moreno y otros agustinos recoletos con Miguel Antonio Caro y su familia, Bogot, 1983. Y es tambin importante el libro de Margarita Holguin y Caro Los Caros en Colombia.

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ERA POBRE
Conformarse con Cristo. Esto es fundamentalmente ser cristiano. Y Cristo fue pobre. En su pobreza tenemos el paradigma de cmo se puede vivir absolutamente entregado a los intereses del Reino. Su real pobreza fue, sigue siendo, el signo inequvoco de su accin proftica. No hay duda. Para la Iglesia catlica entera, y en particular para los institutos religiosos, resulta de suma urgencia volver a la pobreza de Cristo, a la pobreza evanglicamente entendida y practicada. Su Santidad Pablo VI se esforz en hacer comprender que si "Cristo realiz la obra de la redencin en pobreza y en persecucin, de igual modo la Iglesia slo comunicar los frutos de la salvacin a los hombres recorriendo el mismo camino" (Lg 8). Se est esforzando en reclamar la pobreza evanglica como algo muy necesario especialmente hoy. Y u n a pobreza sin ambigedades, que sea efectiva, autntica, generosa, dinmica, como la de Cristo. Ha de ser la pobreza de la Iglesia "una imitacin de Jess pobre, una bsqueda de los pobres en el cuerpo y en el espiritu, un rechazo del mundo con sus tres concupiscencias". A los institutos religiosos se les encomienda que, a fin de lograr su verdadera renovacin, han de cultivar diligentemente la pobreza voluntaria, para el seguimiento de Cristo, del cual es, especialmente hoy, distintivo muy estimado, y, si fuere preciso, han de expresar la pobreza en formas nuevas (Pe 13). La pobreza "gozosamente, generosamente vivida por los religiosos" ha de ser y aparecer signo del sentido transcendente de la vida del hombre en el mundo; signo de la libertad del hombre sobre los bienes del mundo; signo de fraternidad humana. Es cierto, es muy claro: en el mensaje de Cristo lo que cuenta, en definitiva, es el Reino de los cielos. Todo lo dems puede darse por bien empleado si se utiliza en orden a la consecucin del Reino. Jess repetir, apremiar: "No amontonis tesoros en la tierra, donde hay polilla y herrumbre que corroe y ladrones que socavan y roban. Amontonad, ms bien, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que corroan, ni ladrones que socaven y roben (Mt 6, 19-21). Buscad primero su Reino (el del Padre) y su justicia (Mt 6, 33).
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Sirvan estas lneas que anteceden para enmarcar la figura "del pobre Ezequiel". Pocos rasgos ofrece tan fuertes y tan sealados el austero, el humilde, el desprendido fraile agustino recoleto, el obispo ejemplarsimo, que nunca olvid que haba profesado la Regla de san Agustn en su austersima recoleccin, que estampa este principio en su primitiva Forma de vivir. "En todo y por todas partes la pobreza eche rayos de s", y que establece que al cambiar de residencia los religiosos "no lleven consigo ms de un breviario y una biblia, y sus papeles y hbitos" (cap. TV). Recuerdos y casos hay a granel en la vida del padre Ezequiel que hablan de su pobreza, de aquella "verdadera pobreza -como se lee en la citada Forma de vivir de la recoleccin agustiniana- que no est solamente en no tener cosa propia, sino en no tener asido ni aficionado el nimo a cosa ninguna, que es el fin para que se ordena la pobreza exterior". Ni en Espaa, ni en Filipinas, ni en Amrica -observa el padre Toribio Minguella- sabemos que hubiese faltado en lo ms mnimo a la pobreza que profes. Y cuando pareca que le obligaba menos estrictamente, o sea, desde que recibi la consagracin episcopal, y, sobre todo, desde que fue prelado de Pasto, se le ve mucho ms escrupuloso en la observancia de este voto y de esta virtud. Es muy elocuente el relato que hace la seora, la muy humilde seora Mariana Sobern, que atenda al cuidado del palacio del obispo de Pasto. "A poco de haber llegado el limo. Sr. Moreno hice la provisin de vveres y en ello invert muy pocos recursos, siguiendo las rdenes del prelado, pues su mesa era muy frugal y puedo llamarla pobre. Y al mismo tiempo recib orden de preparar vestidos para hombres y mujeres, grandes y chicos, y muy frecuentemente se me ordenaba dar esos vestidos a gentes sumamente pobres, algunas de ellas casi enteramente desnudas o cubiertas con miserables harapos. Esta munificencia con los pobres agolaba casi toda la renta del prelado, porque hubo casos en que no tuvo recursos para comprar los vveres necesarios para su subsistencia. Me encargu de lavar su ropa. Y no pudo menos de llamarme la atencin el no encontrar sino dos tnicas de estamea". El padre Alberto Fernndez testific que cuando l fue a Pasto, para acompaar a su hermano de hbito el obispo, vio
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que no tena ni siquiera lo necesario para vestirse. Todo se reduca a dos tnicas de estamea, dos o tres pares de calzoncillos, unos pantalones muy viejos que l mismo se los remendaba, y unos cuantos zapatos destrozados. Y ms todava: cuando viajamos de Colombia a Espaa, porque la enfermedad le haba obligado a ello, tuvo el padre Alberto que quedarse casi sin nada de ropa, porque la necesitaba el sufrido y abnegado obispo. Una hoja annima que circul en contra del tesorero general de diezmos, D. Victoriano Rosero, y del cura prroco de San Agustn, D. Jos Flix Vergara, acusados de ser poco adictos al obispo fray Ezequiel, dio ocasin a que ellos se sincerasen y, en un impreso que firmaron y que profusamente repartieron, se lee: "As como los cuerpos que estn ms cercanos al sol reciben mejor el benfico influjo de su calor y de su luz, as nosotros, que vivimos junto al prncipe de la iglesia pastopolitana, hemos recibido incesantemente de l toda clase de bienes. Decimos que por nuestras manos pasa su renta, que no es pinge ni mucho menos y que de ella gozan ms los pobres que el obispo. Podemos asegurar que con ella el digno prelado no ha podido renovar dos veces en ocho aos su hbito religioso, que no ha renovado ni una sola vez su hbito episcopal. Podemos asegurar que esta renta pinge no alcanza, a las veces, para atender a las necesidades ms urgentes de la vida". Un familiar del padre Moreno, llamado Csar Castillo, viva edificadsimo. No saba cmo alabarlo. Lo contemplaba siempre como la imagen de Jess, que, siendo rico, se hizo pobre por los hombres. "El voto que haba hecho como religioso de amor a la pobreza lo observaba tan fielmente que se notaba, a pesar de su portentoso talento, que ni siquiera saba contar dinero. Tal era el desprecio, que cuando le entregaban su nunca deseada renta no saba cmo desprenderse de ella y la reparta a los pobres profusamente". En el sanatorio de Nuestra Seora del Rosario, de Madrid, permaneci una temporada con motivo de la operacin que sufri. No saban cmo ponderar su sencillez y su paciencia los mdicos y las hermanas de la comunidad de Santa Ana que le asistan. Nos queda el testimonio de la religiosa Nicolasa An, que declar: Era observantsimo de la pobreza. Todos sus objetos eran pobres. Llamaban la atencin sus ropas tan remendadas. Me cont que l se las arre84

glaba muchas veces. Y me deca: hija, esta virtud la tenemos que mirar mucho los religiosos, porque en la pobreza es muy fcil faltar. Una vez, hablando en confianza -cuenta un padre jesuta- tratamos del desasimiento de lo terreno y me deca con sencillez que estaba desprendido de todo lo que no era necesario para la vida. Al venir a Roma, con motivo de la visita "ad limina", senta fuertes escrpulos de acercarse a Espaa, porque aquello supona que debera gastar algo que no era puramente necesario. Hubo que animarle e invocar la obligacin de la piedad y de la caridad hacia su familia. No le pareca bien emplear en ello dinero de su dicesis. Al moruno se e n c o n t r a r o n p r e n d a s p a r a a m o r t a j a r l o . En Monteagudo, la celda que l mismo escogi, estaba destartalada; era la ms retirada y humilde. EL PROBLEMA DEL COLEGIO DE TULCN Un muy clamoroso incidente estall en 1896. Y ardi la polmica. El padre Ezequiel estuvo en medio de la sonada controversia. Haba sucedido lo siguiente: antes de que el padre Moreno hubiera tomado posesin de su dicesis, en un colegio de Ipiales, ciudad situada en la frontera colombiana con el Ecuador, haba un rector, apstata pblico y ferviente defensor de ideas antirreligiosas. El entonces obispo, monseor Manuel Jos Caicedo y Cuero, visto el influjo destructor que ejerca con sus ejemplos y enseanzas, prohibi a los padres de familia que mandaran a sus hijos a tal centro. La misma autoridad civil dict contra tal seor auto de prisin, y entonces l paso a la ciudad de Tulcn, Ecuador, y all abri un colegio frecuentado tambin en su mayora por feligreses de Pasto. Hay que advertir que Tulcn se encuentra en la frontera de Colombia, limtrofe con la dicesis de Pasto. El padre Ezequiel renov esta prohibicin con fecha 8 de diciembre de 1896. Y, puesto que no se le haca caso, renov tambin la excomunin que asimismo impuso monseor Caicedo. Llovieron protestas contra el padre Ezequiel. Se levant un verdadero gran escndalo. Se repetan los improperios contra su persona, se le echaba en cara su exagerado celo y su intervencin en asuntos que no le correspondan, segn se afirmaba. El obispo de Ibarra, Ecuador, en donde se hallaba el colegio del caso, aleg que se conculcaban sus derechos y se quej ante la Santa Sede. Era a la sazn obispo de Ibarra monseor Federico Gonzlez y Surez, que luego 85

pas a Quito y que tena prestigio en las esferas gubernamentales. Puso tanto empeo en defender su punto de vista, que protest fuertemente ante Roma, Quito y Bogot, ante la S a n t a Sede, el gobierno del Ecuador, el presidente de Colombia y el arzobispo de Bogot. Insisista en que se haba invadido su jurisdiccin y en que se estaba produciendo un dao espiritual muy fuerte y lastimoso, con u n a perturbacin insoportable de las conciencias. La Sagrada Congregacin de obispos y regulares no encontr razn, conforme a los documentos que le fueron presentados, para quitar la autoridad al Sr. obispo de Ibarra, y reconoci precipitadamente su derecho, el 27 de abril de 1898. Tuvo que ejercitar la humildad el padre Moreno. Se desencaden contra l la ms furiosa y descarada campaa pblica y privada. Guardaba silencio. Pens que tal vez seria mejor presentar la renuncia en secreto. El haba dicho: "Recibir humildemente lo que venga de Roma, lo besar con devocin, lo apretar contra mi pecho; lo que sea, un consejo, un mandato, una correccin, un castigo..." Sucedi que vino a saber la resolucin, cuando ya se haba puesto en viaje a la ciudad eterna. Tena que practicar la visita "ad limina". El da 10 de septiembre de 1898 fue recibido en audiencia por el s u m o pontfice Len XIII. Hablaron muy cordialmente en latn. El padre Ezequiel no deca nada acerca del problema. Al contrario, por escrito entreg su renuncia: "Porque deseo evitar conflictos, porque prefiero que la Santa Sede no tenga disgustos, porque se encuentra de por medio u n hermano en el episcopado... Aunque yo pueda pasar a la historia con nota de belicoso, dscolo o ignorante". El Papa estaba maravillado, extraado del silencio del padre Ezequiel. Se dio cuanta exacta del caso con su espritu p e r s p i c a z . E n r g i c a m e n t e d i s p u s o q u e la S a g r a d a Congregacin reconsiderara aquello, y pidi al obispo de Pasto que por escrito hiciese una exposicin. Los cardenales Rampolla y Vannutelli se mostraron favorables a esto, y monseor Sibilia, que conoca a fondo todo y al padre Ezequiel, porque haba estado encargado de la delegacin apostlica en Bogot, lo apoy vivamente. A la postre se le dio la razn al obispo de Pasto, a fray K/.cqiilcl Moreno. He aqu el texto de la sentencia que tiene Ir.lui de 27 de abril de 1898:
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"Es indudable que el obispo de Pasto, a quien incumbe el bien espiritual de los fieles confiados a su cuidado, est en perfectsimo derecho de mantener la prohibicin de su predecesor, de confirmarla y de recordarla oportunamente a los padres de familia de su dicesis... Es necesario, o que Mora sea removido de la direccin del colegio de que se trata, o que, mediante la cooperacin benvola del obispo de Ibarra, sea inducido a dar al obispo de Pasto las satisfacciones que en fuerza de su oficio pastoral justamente exige, antes de revocar la prohibicin hecha a sus diocesanos de asistir al colegio que dirige el mismo Mora. Esto es lo que tengo que comunicar a V. S I , desendole prosperidad en el Seor. Roma, 6 de febrero de 1899. De V. S. I. como hermano, Serafn Cardenal Vannutelli, Prefecto. Luis Trombeta, Secretario". Un comentario de monseor Moreno sobre la decisin anterior ocupa tres renglones de una carta suya, fechada en Pasto el 28 de julio de 1899: "En Europa tuve la satisfaccin de que en una cuestin magna que tuve por aqu y que se llev hasta Roma, me dieron la razn y resolvieron a mi favor". Al regresar a su dicesis, el 30 de mayo de 1899, tuvo un recibimiento de apoteosis. Una entrada triunfal fue aquella -anota el padre Martnez Cuesta- que super en pompa y grandiosidad a la primera, cuando lleg a tomar posesin del gobierno de la dicesis. No faltaron ni arcos de triunfo, ni comisiones de damas y caballeros, ni banderas, ni flores, ni repique general de campanas, ni fuegos artificiales, ni discursos de bienvenida. De todo este problema ofrecen exactas y abundantes noticias Toribio Minguella y Martnez Cuesta en las voluminosas biografas de nuestro Ezequiel. Y por cierto, resulta satisfactorio entresacar el siguiente prrafo de la respuesta del arzobispo de Bogot, monseor Bernardo Restrepo, al requerimiento que el obispo de Ibarra le hizo pidindole una opinin. Todo referido al caso de nuestro fray Ezequiel: "Conociendo, como conozco, las dotes de prudencia y sabidura que adornan al limo, y Rvdmo. Sr. obispo de Pasto, estoy seguro de que al hacer uso de la jurisdiccin inmediata que, como es obvio, tiene sobre las personas de su dicesis, no ha credo, ni mucho menos intentado, invadir la jurisdiccin local y personal de V. S. I. y Rvdma. El limo. Sr. Moreno
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habr credo que es deber de conciencia mantener en su vigor disposiciones que, por motivos poderosos, haban sido dictadas por su predecesor, el limo, seor Caicedo". Y, para que se vea la pura y sana intencin que guiaba a nuestro san Ezequiel en asunto tan enojoso, copio dos cartas que el gran obispo de Pasto dirigi, antes de llegar la sentencia de Roma, al seor arzobispo de Quito. Primera carta, Pasto, 31 de marzo de 1898 "limo, y Rvdmo. Sr. y respetado y querido hermano: Me dirijo a V. S. I. no como a metropolitano de esa respetable provincia eclesistica, sino como a hermano en el espiscopado, aunque hermano mayor, si as me puedo expresar, para manifestarle lo que pienso y siento sobre el enojoso y triste asunto del colegio de Tulcn, cuya historia no creo necesario hacerla, porque debe estar ya enterado de todo, con lo mucho que se ha escrito sobre el particular. No haba sabido que el limo. Sr. obispo de Ibarra hubiera llevado a la Santa Sede la cuestin de que se trata. Lo supe en los primeros das de este ao, cuando recib el escrito que dicho limo. Sr. remiti a la Sagrada Congregacin de obispos y regulares, y que sta me mand para que la contestara. Desde que recib esos papeles de Roma, como era natural, nada he dicho relativo al colegio, esperando tranquilo la resolucin de la Santa Sede, para sujetarme a ella con el mayor gusto y la ms ciega obediencia. Se han publicado algunos escritos a mi favor, pero confieso que ha sido sin mi conocimiento. Los peridicos han publicado varias cartas del limo. Sr. obispo de Ibarra que habr visto V. S. I. Ha escrito, adems, que yo sepa, al limo. Sr. arzobispo de Bogot y tambin, no s por qu, al Excmo. Sr. Dr. D. Miguel Antonio Caro, presidente de esta Repblica. El limo. Sr. arzobispo de Bogot le contest la nota oficial cuya copia acompao. No me quejo de lo que ha hecho el limo. Sr. obispo de IbiiiTu, ni me dirijo en queja a V. S. I., pero esto va tomando un carcter alarmante, y no quiero tener ni el temor ms pcquciu) de responsabilidad en lo que llegue a ocurrir. Nunca MU* resolver a discutir en los peridicos asuntos como el que

nos ocupa, para no dar a los enemigos de la Iglesia el gran gusto de ver que disputan dos obispos sobre sus respectivos derechos, y, sobre todo, porque estando como est en Roma la cuestin, he credo y creo que debamos esperar en silencio la resolucin y no anticiparnos a decidir cada uno por su cuenta. Ayudado de la gracia de Dios, no he tenido, ni espero tener, resentimiento alguno con el limo. Sr. obispo de Ibarra, y puedo decir que al dar mis mandatos, ni me ocurri siquiera la idea de invadir su jurisdiccin. Roma hablar, y si declara que invad la jurisdiccin del limo. Sr. obispo de Ibarra, yo me cuidar de publicarlo a los cuatro vientos, porque ni deseo ni busco triunfos, si no han de ser para gloria de Dios. Los insultos de los impos no me hacen miedo. Si en vez de insultos me prodigaran alabanzas, entonces s tendra miedo y examinara mi conciencia para ver en qu haba faltado. Si slo se tratara de esos insultos, yo no me preocupara, como no me he preocupado en los tiempos pasados, en los que tambin fui insultado; pero ahora s me preocupan la afliccin de los buenos, por una parte, y la risa de los impos, por otra, y esto me hace desear un remedio a esta situacin, cueste lo que costare por mi parte. Ojal ocurriera a V. S. I. ese remedio! Si le ocurriere, propngalo al Excmo. Sr. delegado y, aprobado por ambos, yo me sujeto a lo que digan y dispongan, siempre sobre la base de estar a lo que disponga la Santa Sede, puesto que all est la cuestin y se ha de resolver. Me coloco en ese terreno por el bien de la Iglesia y de los fieles, sin que eso quiera decir que opine, ni en este asunto ni en otros, como el limo. Sr. G. S., como tampoco significa la diversidad de opinin resentimiento alguno, como ya dijera arriba. Yo personalmente nada perdera con que siguieran las cosas como estn, porque ya no se puede decir contra m ms de lo que se ha dicho por unos y por otros; pero sufren los fieles y la Iglesia, y por esto estoy dispuesto a todo. Es evidente que los impos han hecho suya la cuestin de que tratamos, y que desean mi derrota, o ms bien ya la cantan alegres y contentos. V. S. I. y el Excmo. Sr. delegado pesarn las circunstancias y tendrn en cuenta todo lo que ha pasado y pasa, para deliberar si ser mejor esperar la resolucin de Roma, ya que no puede tardar mucho, o dispo89

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ner interinamente alguna cosa. Repito que me sujeto por completo a lo que dispongan, y que lo har sin falta. Suplico a V. S. I. que salude en mi nombre al Excmo. Sr. delegado y que le presente mis respetos y ofrezca mis servicios. Queda de V. S. I. obsecuente servidor y afectsimo y menor hermano, Fr. Ezequiel, obispo de Pasto". Segunda carta. Pasto, 22 abril de 1898 "limo, y Rvdmo. Tengo el gusto decirle que recib su agradezco en cuanto Seor y respetado hermano: de dirigirme de nuevo a V. S. I. para muy grata de fecha 9 del actual y que la se merece.

Getseman, grita con acento transido de confianza y de entrega: "Padre, si es posible, pase de m este cliz; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya". Ciencia altsima es sta de saber conformarse con el querer del Altsimo; lleva a cumbres muy elevadas, comunica paz y firmeza, valor para arrostar las ms difciles situaciones. Es lo ms sobresaliente que aparece en la vida y conducta del padre Ezequiel Moreno, y lo que ms recomienda en sus instrucciones y en sus cartas de direccin espiritual. En carta de 25 de julio de 1894, fechada en la capital del vicariato apostlico de Casanare, Tmara, se expresa as el gran religioso y misionero: "Voluntad de Dios... Oh, qu palabras tan dulces han sido siempre sas para las almas buenas, para las almas que en su trato con Dios han llegado a conocer lo que es Dios para las criaturas que se arrojan en sus brazos paternales. Voluntad de Dios... Ese Dios amoroso, hija ma, puede querer algo que no ser para nuestro bien? Puede tener otra voluntad que la de santificarnos y salvarnos? Esta es la v o l u n t a d de Dios, v u e s t r a santificacin, se dice en la Escritura. Hgase, pues, la voluntad de Dios. Bendita esa voluntad que slo busca nuestro bien, nuestra santificacin, nuestra salvacin eterna. Quin no la amar? Cmo al slo decir Voluntad de Dios' no nos llenamos de alegra, sabiendo que Dios slo tiene voluntad de hacernos el bien? Cuanto ms nos vayamos acercando a esa voluntad santa, m s unidos estaremos; es esa voluntad divina el punto de reunin de todas las almas que se han salvado y que se han de salvar, porque slo los que mueren en perfecta conformidad con esa voluntad pueden entrar en el cielo, y, all mismo, en el cielo, la dicha de los bienaventurados es querer lo que Dios quiere, estar enteramente unidos con la voluntad de Dios. Bendita voluntad... Hgase siempre, Seor, entre nosotros... Yo estoy, en efecto, como dice, donde la voluntad santsima del Seor ha querido colocarme; en la tierra del sacrificio, en donde tambin tantos sufrimientos me esperan". Cuando el padre Ezequiel se enter de que se pensaba en l para ser el primer vicario apostlico de los Llanos, con carcter episcopal, se llen de espanto interior. Y as escribi
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Es indudable que el gran medio para que los nimos calmen es el silencio. Lo conseguiremos? El mismo correo que me trajo la carta de V. S. I. me trajo tambin varias representaciones de pueblos, manifestando deseos de que se imprimieran. Les contesto diciendo que no quiero impriman nada a mi favor. Lo mismo hubiera hecho con las que se han publicado, si algo me hubieran dicho. Creo que en la cuestin de que me defiendan o no, podr conseguir mucho; pero no me prometo lo mismo en la cuestin que se ha presentado entre ellos de si son as o son asa, si son esto o aquello, etc. Dios quiera que no vaya tomando ms calor la cosa!, a no ser que fuera para mayor gloria suya. Queda agradecido y siempre suyo afectsimo servidor y menor hermano, Fr. Ezequiel, obispo de Pasto".

EN MANOS DE DIOS
La perfeccin de la santidad consiste en hacer en todo la voluntad de Dios. El divino Maestro se complaca en repetir que su comida y su gozo residan en cumplir lo que su Padre Eterno ordenaba. Cuando sus discpulos le suplicaron que les ensease a orar l les dict la gran plegaria: "Padre nuestro que ests en el cielo, santificado sea tu nombre; venga tu Reino, hgase tu voluntad en la tierra como en el cielo..." As rezaris. Un halo de singularsima majestad rodea a Jesucristo c u a n d o , invadido de dolor y t r i s t e z a en el h u e r t o de
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al Rvdmo. padre comisario apostlico de los agustinos recoletos, fray igo Narro, el 13 de mazo de 1892: "Vuestra reverencia me ha dicho que me deje guiar por la Providencia, que prepare los hombros para cargar la cruz y frases parecidas. Pero yo necesito ms que cargar con la cruz, esa cruz que, como he dicho arriba, deseo huir, a no ser que vea muy claro que sa es la voluntad de Dios. Necesito que V. R. me diga terminantemente que quiere que lo sea. Ms an, necesito que me lo mande, y que me lo mande del modo ms serio posible, porque as, y slo as, pudiera yo abrazar esa cruz que, si para todos es pesada, para m tiene que ser ms por mi especial conciencia, que no goza de esa libertad santa de que gozan otros, sino que ms bien se encuentra en frecuentes apuros, principalmente en todo lo que se refiere a la salvacin de las almas, creyendo siempre que se debe hacer ms, y exponindome a pasar imprudentemente el justo lmite, o a dejar gritando a mi conciencia". A estas lneas del padre Ezequiel contestaba el padre igo: "En este momento recibo carta del padre Enrique Prez, procurador en Roma, con la nueva para V. R. de ser presentado como vicario apostlico, dignidad que, con el auxilio del cielo, aceptar resignado, y yo le mando con toda la fuerza y autoridad con que puedo mandar. Fortalecido con tal mandato acept el padre Ezequiel, porque as se hallaba seguro de cumplir la voluntad de Dios. Hubo un religioso muy edificante que trabaj en compaa del padre Ezequiel durante varios aos, el padre Manuel Fernndez, que luego fue provincial en Colombia. Se estimaban mutuamente. Sobrio era el padre Ezequiel en tributar elogios a las personas vivas. Sin embargo, se le escapan algunas veces alabanzas a la virtud del humildsimo padre citado. Las testificaciones del padre Manuel sobre el padre Moreno, cuando se inici el proceso de beatificacin, fueron muy valiosas y abundantes. De una de ellas copio: "Contra lo que nosotros esperbamos y contra lo que el padre Ezequiel deseaba, fue nombrado obispo de Pasto. Fue llamado urgentemente a Bogot. Yo me encontraba en Arauca. Y recib de l un aviso u orden de subir a Tmara lo antes posible para verme con l, antes de que saliera de Casanare. Emprend viaje inmediatamente. Pero, as y todo, no pude ya encontrarlo en Tmara sino en Nuncha, en donde se haba demorado para decir misa al pueblo, porque era domingo. Al verme, 92

lleno de ternura, y casi con lgrimas en los ojos, me habl poco ms o menos as: me retiran de C a s a n a r e , padre Manuel, en donde tantos mritos para el cielo se pueden adquirir por lo mismo que tanto hay que sufrir por la gloria de Dios y de las almas, y en donde yo esperaba siempre vivir. Me trasladan a Pasto. Hgase la voluntad de Dios. Lo que entonces le preocupaba, y mucho, era el pensar que en Pasto no tendra a sus hermanos los religiosos. Aqu estaba con nosotros en comunidad. Y al darme el abrazo de despedida me dijo: te quedas como vicario; no s si nos volveremos a ver. Trabajemos como buenos obreros de Nuestro Seor. Vosotros aqu, y yo all. Es inmensa la gloria que se nos tiene prometida all en el cielo". De este religioso fray Manuel Fernndez, tan unido en la historia con san Ezequiel, place estampar algunos breves datos biogrficos. Ello aparece muy justo, pues adems se trata de u n a muy edificante fraterna amistad. Creo que ambos se estimulaban en el empeo de llevar a buen trmino la empresa y de cumplir sus deberes muy a conciencia en sus respectivas tareas, y particularmente en su santificacin personal. Naci el padre Manuel en la ciudad de Corella (Navarra), en el ao 1865. Como san Ezequiel, terminados sus estudios en los conventos de Monteagudo y Marcilla, fue destinado a Colombia el ao 1890. Pronto pas a las misiones de los Llanos de Casanare, en donde permaneci durante nueve aos seguidos. Aqu aparecer junto a san Ezequiel, identificado con l en las tareas iniciales. Difcilmente se podr encontrar u n a tal compenetracin de sentimientos. Residi en Tmara, Orocu, Arauca y Barrancopelado. En el ao 1902 fue nombrado provincial en Bogot. Permaneci en el cargo dicho hasta 1911. Y luego trabaj en el Desierto de la Candelaria, en Manizales y en Suba, hasta que en 1920 fue nombrado definidor de la Orden con residencia en Madrid. Nombrado miembro de la comisin designada para el estudio y cambio de texto constitucional de su Orden pas a Roma. Luego fue a Puerto Rico, nombrado delegado para las casas de las Antillas, y despus vicario provincial de las casas de Espaa. Escribi bastante nuestro padre Manuel. Se le debe el relato de la Expedicin a Cuyloto que se public en los Apuntes para la historia del padre Santiago Matute, y justamente con el padre Marcos Bartolom es autor de la muy 93

clebre Gramtica hispano-goahiva, de la que se hace mencin en otro lugar de este nuestro trabajo. Humildemente vivi en sus postreros aos en la casa de Medelln (Colombia), en donde dej los ms altos ejemplos de h u m i l d a d y piedad. Ocurri su s a n t a m u e r t e el 12 de noviembre de 1941. Ser siempre recordado por sus virtudes y por su muy fraterna amistad con san Ezequiel Moreno. Se conservan sesenta cartas de san Ezequiel dirigidas a nuestro padre Manuel Fernndez. J E S S Y YO J e s s y yo. Con mucha frecuencia recurre el padre Ezequiel a esta frmula, que, como anota su bigrafo el padre Toribio Minguella, era como la sntesis de sus enseanzas espirituales y de su mstica, tanto para la santificacin de su propia alma como para la direccin y perfeccionamiento de las almas de sus prjimos. Este lema Jess y yo es como un resumen de la espiritualidad de san Ezequiel, la sntesis de su doctrina mstica, el secreto de su riqueza interior. Jess y yo -repite, y repitehemos de estar juntos en todas partes, en los rezos, en los quehaceres, en las comidas, en las penas y en las alegras. En ello encontraba el consuelo, el refugio, la libertad, la fuerza apostlica, el apoyo ms firme para todo lo bueno. Sobre todo es frecuente ver el Jess y yo en sus ltimas cartas. l mismo indica que al ver cercano el fin "el ponerse cara a cara con Jesucristo reconforta y vivifica". A u n a religiosa de vida puramente contemplativa, le escriba con fecha 1 de diciembre de 1902 el padre Ezequiel: "Jess y yo. He aqu una frmula corta que encierra solucin hermosa para todas las dificultades, y doctrina bastante para hacernos grandes santos. J e s s y yo. No necesito ms, ni quiero ms, ni aspiro a ms. Jess y yo. Tengo con l bastante, aunque todos me dejen y nadie se acuerde de m. Jess y yo. Siempre con l y l conmigo; en la oracin y en el rezo Jess y yo. En la labor y el recreo, Jess y yo. En la celda, en los claustros, en el refectorio, en la huerta, en el coro, en todas partes y a todas horas Jess y yo". "Procure llevar u n a vida tal que siempre pueda decir Jess y yo. He aqu una frmula corta, pero que comprende todo lo que se necesita para poder llegar a la ms alta santi94

dad. Jess y yo en la oracin. Jess y yo en los quehaceres, Jess y yo en los sufrimientos, Jess y yo, y nada ms necesito, y todo lo dems me sobra. No le parece que ah est todo? Pues no lo olvide y tampoco olvidar que me tiene que pagar esta leccin que le doy y creo que no va a olvidar. Jess y yo. No, no lo olvide y reptalo con frecuencia. Pero de tal modo que sea siempre la verdad. Jess y yo. S, no se necesita ms" (21 de enero de 1903). "Suave es, en efecto, y querido al Corazn de Jess el 'Jess y yo'. Se tiene todo con eso, nada ms se desea, y encuentra uno solucin a todas las situaciones, por tristes que sean. Jess y yo. Tengo a Jess y eso me basta, aunque todo me falta. No estoy solo en mis trabajos, en mis quehaceres, en mis sufrimientos. Oh, dulce y suave es eso y sabe como a cielo..." (6 de febrero de 1904). "Sufran con Jess, vivan con Jess, y para que se acostumbren a esa vida con Jess, les propongo, para que siempre la tengan presente, esta corta frmula: Jess y yo. Jess y yo en todas partes, en todos los momentos, en los rezos, en la comida, en los quehaceres, en las penas. Trabajar con J e s s , orar con J e s s , sufrir con Jess, vivir con J e s s , J e s s y yo. Y todo lo tengo, porque l slo basta" (10 de febrero de 1904). "Tiene razn. Qu suave y qu dulce es ese Jess y yo! Dicen tanto esas palabritas...! Son ms que un libro, y veo que en todos produce los mismos efectos, porque en las varias personas a las que he escrito y les he inculcado eso, todas me han contestado dando a entender que les sirve de mucho en su vida espiritual. Y, cuanto ms se meditan esas palabras, ms jugo se les saca de ellas, y ms hermosas aparecen. Jess y yo. No, Jess mo, no hay otra cosa para m sino Vos, mi Jess. Jess y yo. Me basta esto, no necesito ms. Jess est conmigo para hacer esa cosa, que me parece tan difcil y tan pesada. Jess y yo. No sufro abandonada. Jess, mi Jess est conmigo. Jess y yo. Oro y suplico: mis oraciones son pobres, muy pobres, ay, pero oro y suplico con Jess, y sus ruegos son de valor infinito y dan valor a los mos. Jess y yo, oh dulzura. S, Jess mo, los dos juntos en todas partes, en el rezo, en el trabajo, en el recreo, en los llantos, en las alegras" (14 de abril de 1904). "No se olvide de l ni en medio de los quehaceres, y para que lo haga as voy a darle una formulita corta que vale por 95

u n libro. La frmula es la siguiente: Jess y yo. Siempre y en todas partes Jess y yo. En casa, en la calle, en la tienda, en el templo, en todas partes. Jess y yo" (25 de abril de 1904). "Su vida sea con l y para l, y nada piense y nada haga que no sea para l. Todo se compendia en esta corta frase, que no dejo de repetir, sobre todo a las religiosas: Jess y yo. Jess conmigo en todas partes y en todas las cosas. Jess y yo en la oracin y en los quehaceres, sobre todo en los trabajos. Jess y yo en la capilla, en los pasillos, en la celda, en todas partes. Jess y yo, y esto solo basta. Lo dems sobra" (19 de mayo de 1904). "Ahora s puede repetir con ms razn todava que antes, Jess y yo; y ojal que penetre todo el significado de esa expresin, porque le proporcionara gran consuelo. Unida ms y ms a Jess, descanse en su Corazn Divino, y ande siempre en su compaa, para que no se sienta sola. Jess y yo. Jess llora tambin y sufre en nosotros, que somos sus miembros, y nos acompaa, por consiguiente, en nuestras aflicciones. Llore, pues, pero llore con Jess. No se considere solo porque puede estar con l" (octubre de 1904). "Me queda poco tiempo... Mi vida toca a su fin... Quin no se animar a luchar y trabajar en este corto tiempo...! Trabaje de tal manera -daba su consejo a cierta persona, que se lo solicitaba- que pueda repetir con verdad esa frmula: Jess y yo. No pierda de vista a Jess, ni en sus ocupaciones, ni en los lugares donde est, ni en hora o tiempo alguno. Yo con Jess y Jess conmigo, en toda ocupacin, en todo lugar, a toda hora" (23 de noviembre de 1904). "Ah s puede hacer efectiva esta corta y sabrossima frmula: Jess y yo. Medite esas cortas palabras, y ver cmo son inagotables en jugo espiritual y en sublimes enseanzas que fortifican y consuelan. Si fuera a exponerle todo lo que comprendo y saco de esa formulita, no acabara tan pronto" (9 de marzo de 1905). "Mi enfermedad es muy grave e incurable humanamente... Diga a nuestro Jess que no me deje perder un momento del tiempo que me resta, y todo sea por l" (2 de noviembre de 1905). "Pida mucho a nuestro Jess que me haga suyo y me purifique. Qu dulce es en estas ocasiones no querer ms que lo que l quiere. Voy con una enfermedad gravsima para
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ver si me pueden curar. Las comunidades y el clero as me lo han pedido, y eso me decidi" (9 de diciembre de 1905). Precisamente el padre Victorino Capnaga dedica una de sus siempre subyugadoras pginas al gran espritu de nuestro san Ezequiel. Y a propsito de la frmula "Jess y yo" lo viene a unir con el clebre convertido cardenal Newman. Escribe as: "Cuando el cardenal Newman comenz a batirse en retirada de la hereja protestante para salvar su libertad de pensamiento y fortalecer su independencia se arrim a esta frmula: "Dios y yo". Y as se forj aquel carcter invencible. Tambin el padre Ezequiel, para apoyo de su vida interior y bculo de su entereza, busc el amparo de una frmula semejante, ms risuea que la de Newman: "Jess y yo". Jess y yo en todas partes, en todos los momentos: en los rezos, en la comida, en los quehaceres, en las penas, en los sufrimientos y en todo. Jess y yo, y todo lo tengo, porque l solo basta" [Carta LXXVII). La frmula fluy de los labios del padre con una dulzura casi empalagosa, que no parece sino que est chupando la frase, saboreando el Nombre sobre todo Nombre. Y aqu est todo el secreto de la intensidad, de la fuerza, de la libertad bravia, de la riqueza apostlica, que atesora el alma del gran misionero de Casanare.

CARTAS PASTORALES Y OTROS ESCRITOS


Por fortuna estuvo solcito el padre Toribio Minguella, hermano de hbito y de episcopado del padre Ezequiel, en recoger y publicar sus escritos, los riqusimos escritos del siervo de Dios. As tenemos una coleccin de sus cartas familiares -llammoslas as- y una coleccin de sus cartas pastorales, circulares y de otros muchos trabajos. En su da se deber realizar la impresin de las Obras completas de tan santo varn. Causarn sorpresa y harn mucho bien. As se titula la coleccin que hizo el padre Miguella de las cartas pastorales y circulares: Cartas pastorales, circulares y otros escritos del limo, y Rvdo. Sr. D. fray Ezequiel Moreno y Daz, obispo de Pasto (Colombia). 1908. Madrid, I m p r e n t a de la hija de Gmez F u e n t e n e b r o . Calle de Bordadores, 10. Es un libro en cuarto, que lleva al frente el retrato del padre Ezequiel, y un prlogo del compilador, de XVI pginas. El texto del volumen consta de 560 folios.
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Se abre el libro con la primera carta pastoral dirigida a los fieles del vicariato de Casanare, y lleva fecha de 1 de mayo de 1895. Y se cierra con el precioso testamento o ltimas disposiciones que dict el 6 de octubre de 1905. El p a d r e Minguella p r e s e n t a as las p a s t o r a l e s del padre Ezequiel: "Hijas de un talento claro y de un alma fervorosa, escritas con la espontaneidad de quien expresa arraigadsimas convicciones, sin alardes oratorios ni pretensiones literarias, en ese estilo llano, dulce, y a la vez enrgico, tan propio de cartas paternales, palpita en ellas un espritu de incontrastable fortaleza, informada de caridad y de prudencia; se respira en todas sus pginas el ambiente de celo apostlico y se destaca uno de esos caracteres superiores que desgraciadamente no abundan en estos menguados tiempos". Y aade el mismo prologuista: "Escribo estas lneas con la misma pluma con que aquel insigne prelado escribi sus pastorales. Oh, si con la pluma hubiese yo heredado su espritu". Quien se ponga a leer despacio los escritos del padre Ezequiel, particularmente aquellos ms polmicos y fuertes, va a quedar asombrado ante el temple de este siervo de Dios, a quien le toc vivir en das tormentosos. El error causaba grandes estragos en los fieles. Y l, obispo tan dulce y tan manso de suyo, se muestra infatigable en defender la verdad, en establecer el alcance de las doctrinas del Evangelio y en salir a la lucha por la Iglesia y por Jesucristo. "Para qu soy obispo? Si veo que los lobos me arrebatan las almas que Dios me confi, no he de clamar? No he de luchar? Por qu soy pastor? Me repugna batallar cuando puedo ceder sin faltar a mi conciencia. Slo lucho cuando un deber de justicia o de caridad me obliga". Estoy muy seguro de que los escritos pastorales de este hijo de san Agustn, del que tanto amaba a los hombres y tanto aborreca los vicios, van a lograr, cuando sean bien presentados y bien conocidos, una muy alta resonancia, una actualidad muy bienhechora. Porque los tiempos se repiten, porque hoy hacen falta, como antes, como siempre, evangelizadores, predicadores del autntico Evangelio de Nuestro Seor Jesucristo, con la palabra, con la pluma y con el ejemplo. 98

EPISTOLARIO Alcanzaron fuerte resonancia en su tiempo las cartas que escribi el padre Ezequiel Moreno. Traspasaron los lmites de la intimidad en u n a forma tal que el autor mismo qued asombrado. En particular me refiero a las primeras que fue redactando cuando emprendi una expedicin a los Llanos de Casanare, impulsado por su ardiente celo misionero. De estas cartas hemos hablado en pginas anteriores. Adems de las denominadas Misionales escribi naturalmente otras muchas, porque se lo exiga su deber como superior, como prelado de la Iglesia, o como algo lgico en su vida sacerdotal, social o familiar. Siempre pona en todas y cada una intencin espiritual o apostlica. Despus de su muerte, al crecer su fama de santidad, se hizo el gran esfuerzo de recoger las cartas particulares. Por fortuna algunas personas, que adivinaban que entre sus lneas palpitaba algo sobrenatural, conservaban aquellas misivas como reliquias. Y as se salvaron b a s t a n t e s . Y al padre Minguella se le ocurri, despus de escribir la Biografa del siervo de Dios, la idea de reuniras y sacarlas a luz. En la tarea de b s q u e d a le ayud eficacsimamente el padre Alberto Fernndez. Jams pudo el padre Ezequiel imaginar que llegaran a ser conocidas todas aquellas cartas suyas que llevan el sello de la ms pura intimidad, que son desahogos de un corazn enamorado. Se presentan en dos volmenes. El primero, Madrid, 914, con 448 pginas. El segundo, Madrid, 1917, con 314 pginas. El padre Minguella clasifica as las cartas: apostlicas, espirituales, msticas, doctrinales, religiosas, de administracin episcopal. Pudo ya reunir el obispo de Sigenza unas mil. A los dos tomos les pone prlogo. Y da su impresin. "Las que son de direccin espiritual, como todas revelan un corazn enamoradsimo del divino Corazn de Jess, rodeado como el del celestial Maestro, de llamas de celo por la salvacin de las almas y ostentando la cruz de u n a paciencia heroica... No es difcil, aun siendo un pecador e imperfecto, escribir algunas cartas en santo; pero tengo por imposible que todas cuantas uno escriba estn tan en santo como las del limo. Sr. Moreno. Esto no lo hace ni lo puede hacer ms que un santo". 99

No era el padre Ezequiel precisamente amigo de escribir cartas. Y as lo dice expresamente. Pero se violentaba y lo haca por el bien del prjimo, o por el celo de la gloria de Dios. Hay unas, modelos de nura y delicadeza, dirigidas a una seorita protestante. Hay bastantes escritas a personas religiosas. Otras a religiosos de su Orden. Y son admirables las llamadas msticas, que suman 14, y que llevan el seudnimo de Mara Anita de J e s s y van d e s t i n a d a s a s u s Hermanas de la Liga Santa. Ha de llegar un da en que se junten a estas cartas ya impresas las otras muchas que se conservan inditas, y con todas se podr formar un riqusimo epistolario. Porque son ciertamente joyas, preciosas joyas, las cartas de san Ezequiel. Seguirn haciendo mucho bien. El padre ngel Martnez Cuesta, autor de un importante estudio sobre la vida y virtudes de san Ezequiel, se ha tomado adems el fuerte trabajo de recopilar y publicar, con abundancia de notas explicativas, las cartas todas del insigne obispo. Ya por cierto ha salido a la luz el primer volumen con u n a introduccin interesantsima de 74 pginas, con u n texto de 483, en el que se incluyen 214 cartas, casi todas h a s t a ahora inditas. Y anuncia que la edicin completa constar de cinco volmenes. El primero, ya editado, recoge las cartas del santo escritas antes de pasar como restaurador a Colombia, y van dirigidas a los superiores de la Orden. Los otros cuatro volmenes recogern las dirigidas a religiosos, obispos y miembros del clero secular, religiosas y personas seglares. Por cierto que son numerosas. Las dirigidas a obispos son 55; al clero regular 550; al clero secular 303; a religiosos 232; a autoridades civiles 132; a militares 19 y a personas particulares 188. Actualmente e s t a s c a r t a s , en su gran mayora, encuentran guardadas en el archivo general de la Orden agustinos recoletos, en Roma. Suman el nmero de 1.500, las que 833 son originales, 86 fotocpias del original, copias autenticadas, 91 copias sencillas, 264 fotocopias copias y 5 borradores autgrafos. se de de 14 de

trarse a profundizar en la figura del insigne obispo. La curia general de los agustinos recoletos, que ya se ha distinguido por la publicacin de otros fondos documentales, ha acertado a cubrir esta exigencia del mejor modo posible: poniendo en manos de los estudiosos, de los miembros de su propia Orden, de los fieles de Pasto, de Colombia y de Espaa, y de todos los animadores del beato, todas las cartas que l escribi a lo largo de su vida. Ellas nos devuelven la voz autntica y directa del mismo con todos los matices del momento, con las reacciones que los diversos acontecimientos suscitaban en su nimo, sin que haya en ellas fin histrico o publicitario alguno, y ni siquiera autobiogrfico, los cuales levantan siempre puntos interrogativos en el nimo del estudioso o simple lector. En ellas es su propia alma la que se descubre y se desnuda, expresando sus sentimientos, adelantando apreciaciones o comunicando noticias y acontecimientos con el humor del momento. Todo esto pone de manifiesto la utilidad, la necesidad, dira, del epistolario para puntualizar con propiedad y seguridad histrica su vida religiosa y pastoral. Con ellas sus famosas controversias quedan mejor iluminadas, apareciendo en ellas con ms claridad su solicitud, su espritu sobrenatural, su desinters y su amor filial a la Iglesia". El p a d r e Minguella a n o t a : "No prodigaba el p a d r e Ezequiel sus cartas, pues slo escriba aquellas que, a su juicio, eran necesarias; y a pesar de haberse perdido, inutilizado u ocultado muchas, todava, gracias a la estimacin en que eran tenidas, ha podido recogerse tan gran nmero. Las escribi el autor al correr de la pluma y respondiendo a la precisin del momento. Qu lejos estaba l de pensar ni de imaginar que algn da haban de publicarse! Por eso resulta que estas cartas vienen a formar su autobiografa, siendo cada u n a como retrato instantneo de su espritu, sorprendido en el acto de escribirlas y tomada sigilosamente".

De la introduccin o presentacin de este primer gran volumen, escrita por monseor Giovanni Papa, vice-relator general del oficio histrico de la Congregacin para las causas de los Santos, tomamos algunas lneas: "Dada la importancia de su mensaje, aureolado, adems, por la santidad de vida, era necesario y urgente aden100

ALGUNAS CARTAS DE SAN EZEQUIEL


Para que el lector de estas pginas alcance a formarse una ms perfecta idea del contenido y del estilo de las cartas de tan gran santo, ofrezco aqu copia de algunas de ellas. 101

Haba adoptado el nombre de Mara Anita, y as se firma cuando se comunica con sus Hermanas de la Liga Santa, con el "nombre que Jess quiere que lleve mi alma... Este nombre de mi Madre me gusta, me llena, y me suena con dulzura indefinible. Las Maras adems fueron, en efecto, las ms amantes de nuestro Jess y las ms constantes en ese amor que manifestaban del modo ms delicado y afectuoso". En el grupo de las hermanas era el padre Ezequiel como el motor ms poderoso, el centro, el animador ms autorizado. Para que se aprecie la estima en que se tenan sus cartas copio del Semlario unas frases que hacen al caso: "Ya sabe cunto bien me hacen sus cartas que leo, y releo, y no me canso de leer, porque ellas vienen saturadas del espritu de Jess, olorosas con el perfume que sale del Sagrario, y mi alma y mi corazn se confortan por esas lneas dictadas por un corazn que es todo de Jess". Ayer vi una carta de hermana A., y apenas la le y la sabore me pareci que aquel papel estaba impregnado de algo como divino, y al remitrmelo a M. Ig, escrib as: Ve, papel bendito, empapado en la sangre de nuestro Jess. Ve a santificar con tu contacto muchas almas, a inflamar muchsimos corazones en el Amor de Aquel que es todo amor y que slo amor quiere. Escrib ms de lo que pensaba y tengo que dejarlo ya. Su carsima hermana en Jesucristo Seor Nuestro, Mara Anita". Primera carta, 3 de mayo de 1903 "Va sta a decirles que las tengo presentes en el Sagrado Corazn de n u e s t r o a m a d o J e s s en e s t a s soledades. Cunto ayuda el pensamiento de que estoy con mis hermanas en el Corazn de nuestro Amo Jess, adorndole, glorificndole, amndole! Qu consolador es tener por estos retiros u n Dios a quien amar y con quien tratar! Y qu triste sera todo sin ese Dios amoroso! Oh dulce Jess mo, amor mo, voy en tu compaa, y en tu compaa andan tambin mis hermanas! Te amo con ellas a todas horas, y no estoy solo, no; no estoy solo, Jess mo; ests conmigo y te amo, todo lo tengo. Si te ocultas para probar mi fidelidad, te busco, y unas veces te dejas encontrar, y lleno de amor me dices: Aqu estoy!, y te siento y lloro de gratitud y de amor!, y otras quieres que llore de hambre por encontrarla, y me parece que en este caso me lo agradeces ms y me lo pagars mejor. 102

Pero no me dejes, amor mo, no me dejes solo en estas soledades. No tengo otra cosa que estos rincones, ni otra cosa quiero tampoco. Es preciso, dulce Jess mo, que por aqu lo hagas t todo, que me llames, que me menees, que me lleves y arrastres hacia Ti, porque las dems cosas del culto no me animan. Jess mo!, te veo entre paredes arruinadas, y veo tu casa llena de goteras como la de un pordiosero. Dueo del universo!, qu pobrecito ests en tantas partes del mundo por nuestro amor! Jess de mi alma! Qu hago para amarte mucho? Dime, Bien mo, dime... qu hago? Por qu, buen Jess, por qu no obras el prodigio de matarme de amor hacia Ti? Ven, J e s s mo, ven y sacia mi pobre alma! Ven y andemos juntos por estos montes y valles cantando amor! Que yo oiga tu voz en el ruido de los ros, de los torrentes, de las cascadas! Que me llame hacia Ti el suave roce de las hojas de los rboles agitadas por el viento! Que te vea, Bien mo, en la hermosura de las flores! Que los ardientes rayos del sol de la costa sean fros, muy fros, comparados con los rayos de amor que me lance tu Corazn! Que las gotas de agua que me han cado y me caigan, sean pedacitos de tu amor que me hagan prorrumpir en otros tantos actos de amor! Que mi sed, y mi cansancio, y mis privaciones, y mis fatigas, sean... qu, amor mo, qu han de ser? Ah! ya lo s, y T me lo has inspirado! Que sean suspiros de mi alma enamorada, carios, amor mo, ternuras, afectos, rachas huracanadas de amor, pero loco... Jess mo, amor loco! Te lo pido tantas veces... Cundo, mi Jess, cundo me oyes? Ah, te amo de todos modos! S, Jess mo, de todos modos te amo! Me puse a hablarles, mis buenas hermanas, y todo se lo llev l, Mejor; no es as? As es, porque hablando de l es como nos entendemos. Ese es nuestro lenguaje, y en esa lengua se entienden nuestras almas perfectamente. He vuelto ya a nuestro J e s s algunas almas que se haban apartado de l muchos aos, 12, 20, 30. Oh sangre de mi Jess, salva a las almas por las cuales fuiste derramada! 103

Dueo nuestro y amor nuestro! Bendicenos! Te lo suplica, humilde, amorosa, la ms pequea de tus esposas y la menor de las hermanas. Mara Anita de Jess". Segunda carta, TUmaco, 21 de junio de 1903 Mis carsimas hermanas en el Sagrado Corazn de nuestro amado Jess, Mara, MM. Bruna, Ignacia y Teresa: Ya es hora que pueda dirigirme a mis buenas hermanas y decirles: Jess... Jess... Jess! Viva Jess! Oh! Por qu rincones le he llamado y por qu soledades le he dicho: Te amo, Jess mo! Todo se opona a eso, todo haca resistencia; pero l, en su bondad, no me ha dejado. Bendito seas, Jess de mi alma! Slo un da he dejado de recibirle, porque fue imposible. Estuve enferma unos das, cuatro sin tomar nada de alimento; pero pude comulgar todos los das Oh bondad divina! En qu lugares he visto bajar a nuestro buen Jess! Cuan bueno eres, Jess mo, y cunto es tu amor a nosotros! He pasado todo este ltimo tiempo, desde mi ltima carta, que fue la segunda, sin saber nada de nadie, y pueden figurarse mi contento al llegar aqu a encontrar las cartas de mis hermanas, que me hablaban de Jess, de lo que deseo, quiero, busco, llamo, ansio y amo con toda mi alma. No puedo explicarles el gusto con que le las cartas y la impresin dulcsima que causaron en mi pobre alma, deseosa ya de algo o mucho de eso, que se encuentra en nuestras cartas: de eso, que nos hace buscar a Jess, deseando con afn amarlo con delirio en todas las situaciones de la vida. Jess... J e s s . . . J e s s mo! Cundo? Y casi no s decirte otra cosa en mis oraciones, J e s s de mi alma. Cundo? Y me parece que t solo, Jess mo, comprendes todo lo que te quiero decir con esa palabra. Oh, Jess de mi alma! Te quiero decir tanto... tanto. Cundo, pues, Jess mo! Creo que tambin mis hermanas penetran lo que quiero decir con eso. Cundo? Es una peticin tierna que hago; es un suspiro de mi alma que suplica; es un amoroso lamento del corazn, que ruega y pide amor, mucho amor, total entrega, unin la ms ntima a nuestro amado Jess. Cundo, pues, J e s s mo, cundo? yeme! Respndeme! Dime, Jess mo, dime, cundo? Ven ya! No tardes ms!
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Llname de los sentimientos de tu amoroso Corazn... de tu amor... de tu vida! Excelsa Madre de Dios, cariosa madre nuestra, Mara, Madre de gracia, madre de misericordia, di a tu divino Hijo que nos d la gracia eficaz de no negarle nada, y de que todo lo nuestro sea para l, sin que le quitemos ni una respiracin. Jess, dueo nuestro, amor nuestro, bendcenos! Te lo suplica humildemente tu ms pobre esposa y la menor de las hermanas, Mara Anita de Jess". Tercera carta, sin fecha "Mis carsimas hermanas Mara, Mara Bruna, Mara Ignacia y Mara Teresa de Jess: Qu triste noticia tengo que comunicarles! En la noche del 11 al 12 del actual nuestro amado J e s s fue brbaramente ultrajado en el Sacramento de su Amor. Sacaron el Sagrario del altar y se lo quisieron llevar; pero no pudieron sacarlo por el agujero que hicieron y lo dejaron cerca de la puerta de la iglesia. El seor obispo ha escrito una pastoral, que manda por este correo, y en ella hace relacin del hecho sacrilego y ordena funciones de desagravio. Ya vern esa pastoral cuando salga, y se enterarn de todo. Tambin ultrajaron a n u e s t r a b u e n a Madre Mara Santsima en su imagen del Carmen. Digmosle muchas cosas de cario a nuestra Madrecita para consolarla. Cuan misericordioso es nuestro amado Jess! En ese mismo da en que recibi tantos ultrajes, quiso estar de manifiesto, para que sus buenos hijos le vieran y le adoraran. Ah!, sin duda lo quiso as porque quera que las almas buenas lo consolaran y l a su vez consolar esas almas en la angustia que experimentaran al verlo tratado de un modo tan salvaje. Pobre nuestro Jess! Dueo nuestro! Lo fino de tu amor en la Eucarista no tiene nombre, por qu, pues, te maltratan en ese sacramento de tu amor? Jess, Jess amable, Jess dulce, amante, bello, hermossimo, te amo; te amo con todo mi ser, con toda la intensidad posible, ya que hay hombres que te odian! Es posible? Odiarte a Ti, a Ti, Jess amabilsimo! Qu negra venda cubre los ojos de los hombres, que no les deja ver lo digno que eres de todo amor? Date a conocer, Jess mo, date a conocer para que te amen, 105

pues ser imposible que te conozcan y no te amen. Atrae a los hombres con tus gracias, con tus luces, con tu hermosura divina, con tu amor arrebatador e irresistible. Ah! T lo quieres; quieres poner fuego en todos los corazones y que ardan en tu amor. Cmo no arden? Qu resistencia ponen los hombres para que ese tu querer divino quede sin efecto o no se realice en muchos de ellos? Oh, desgraciados hombres! Lejos de arder sus corazones en el fuego del amor Divino arden con el fuego del infierno, donde no hay ms que desesperacin y odio. Te amamos, dulce Dueo nuestro; te amamos todo lo posible para reparar, en lo poco que podemos, los ultrajes que recibes de nuestros enemigos. Te adoramos humildemente, como a nuestro Dios y Seor. Te alabamos y glorificamos, y llamamos a toda la creacin y a tu corazn mismo para amarte, adorarte, alabarte y glorificarte. Gloria a Ti, amado Dueo de nuestras almas; gloria a Ti sin medida y sin fin. Ya sabes, amadsimo Jess; ya sabes que puedes disponer a tu placer de cuanto son y tienen t u s esposas. Para reparar, pues, la injuria que te han hecho, dispon como gustes y mndanos dolores, sufrimientos, lo que a bien tengas. No puedo ms, carsimas hermanas. Entregadas en total sacrificio a nuestro Dueo y Seor, que l haga y deshaga. Bendcenos, Jess amado nuestro; llnanos de tus gracias y de tu amor! Te lo pide tu ms pobre esposa y la mejor de las hermanas, Mara Anita de Jess". Cuarta carta, Nazaret, 22 de enero de 1904 "Carsima h e r m a n a Mara de J e s s en el Sagrado Corazn del mismo Jess: Hace muy pocos momentos que me entregaron su cartita, y contesto para que el correo de maana lleve sta, que deseo llegue oliendo toda ella a J e s s e impregnada de su divino amor. Qu felicidad si consigo con ella aunque no sea ms que avivar un poco el fuego del divino amor que s arde en el pecho de mi buena hermana! Haz, Jess de mi alma, que as sea! Que lleve esta carta a mi hermana Mara algo que sea tuyo, Jess mo, y que ese algo la anime ms y ms a bendecirte, a amarte, a glorificarte. 106

March hermana Bruna, y quedamos slo dos, de cinco. Mara Ignacia, tan buena como siempre, y deseando vivir bajo el mismo techo con nuestro buen Jess Sacramentado; pero tiene que esperar y sufrir esperando lo que anhela su corazn. Da pena verla as; pero no se poda tomar resolucin sin consultar, porque era el primer caso que iba a ocurrir en la congregacin, y antes de sentar ese principio haba que saber de quien corresponde, si se sentaba y se admitan otras, en adelante, en la misma condicin. De todos modos, yo espero que nuestro Jess le d un sitio cerca de l, puesto que con tanta fuerza la llama; lo que no puedo adivinar es dnde y cmo ser; pero repito que espero, y yo, por mi parte, har lo posible, para que realice sus deseos. Deseo cada momento amar ms a nuestro Jess, comprendiendo que cuanto ms le ame ms har por darle gloria. Ah! Quiera ese amable J e s s purificar mi corazn en la forma que le plazca, para que quepa en l ms amor y ms santidad. Pdale, hermana ma, que as lo haga, y yo le corresponder, pidindoles lo mismo para su corazn. Va a salir el correo y tengo que cerrar sta. Que nuestro J e s s la acompae siempre y la llene de su amor desea ardientemente su afectsima hermana en el mismo Jess, Mara Anita de Jess".

ME BASTA MI CELDA
Es difcil, muy difcil ponderar todo cuanto padeci el obispo fray Ezequiel en las circunstancias en que le correspondi desarrollar su ministerio. Su celo no le permita callar ni transigir ante el error, ante la impiedad, ante las acusaciones de que era objeto sin verdadero fundamento. Le venan indicaciones de la delegacin apostlica, de la presidencia del gobierno civil, de la misma Santa Sede. Estas indicaciones llevaban un sentido que l, desde su sitio, desde su concreta posicin, no vea claro. Y tuvo instantes de ntima agustina. Buscaba la luz, y a todo trance quera hacer lo que a Dios le fuese ms grato, lo que fuese voluntad divina. Quera ser obediente sin ninguna reserva a la autoridad, al vicario de Jesucristo. Hay muchos momentos en su vida que aparecen envueltos en una niebla espesa, aunque su fe y su corazn jams vacilaron. No cedi u n solo punto en su rectilnea conducta. Listo se hallaba 107

para sacrificarse a s mismo. Eso s, no sacrificara nunca su conciencia ni la verdad. En la seccin histrica de la Sagrada Congregacin de Ritos se presentan estudios minuciosos sobre dos temas o c u e s t i o n e s en que se vio envuelto, muy envuelto, fray Ezequiel Moreno y Daz, obispo de Pasto: la llamada S J y el caso de Tulcn. Dedicamos a estos puntos prrafos separados. Aqu me place trasladar algunas frases de una carta que el obispo fray Ezequiel escribi desde Pasto, el 25 de noviembre de 1901, al seor delegado apostlico, cuando se hallaba vivo el a s u n t o de las relaciones entre el liberalismo de Colombia y el liberalismo del Ecuador, y se repeta que el obispo de Pasto, dicesis limtrofe con el territorio de la Repblica ecuatoriana, intervena indebidamente. "Desde que V. E. comunic las rdenes de la Santa Sede en sus telegramas de mayo y junio fueron debidamente obedecidas. Hecha esta manifestacin same permitido manifestar tambin que, mientras la Santa Sede nos mandaba callar y la obedecamos, el gobierno del Ecuador proporcionaba al famoso masn general Avelino Rosas toda clase de elementos, para que con su gente saqueara nuestros pueblos, asesinara a los buenos catlicos y echara a Jesucristo de nuestros altares. Estos pueblo sienten, sufren y lloran las desgracias que les ha causado el gobierno del Ecuador, y si hubiera sacerdotes que intentaran hablar a favor de este gobierno, es indudable que los escandalizaran, que los fieles les perderan la confianza y que los consideraran como defensores del enemigo, que les caus tantos daos, y de los hombres impos que ese enemigo armaba y lanzaba contra ellos al grito infernal de 'muera Cristo'. Y esto en los mismos das en que consegua (el gobierno del Ecuador) de la Santa Sede que nos hicieran callar. Hay que lamentar otro grande mal, y no s qu hacer para remediarlo, atendidas las rdenes que la Santa Sede me ha dado con relacin al gobierno y cosas del Ecuador. Llegan del Ecuador a mi dicesis varios peridicos plagados de obscenidades y herejas. En vista de esta situacin, se me ocurre renunciar y salir de la dicesis. Los impos se han alegrado y cantado triunfo porque la Santa Sede me ha hecho callar, como se alegraron cuando tambin me hizo callar en la famosa cuestin del colegio de Tulcn en el Ecuador, cuestin que la Sagrada Congregacin de obispos 108

y regulares resolvi, por fin, a mi favor, cuando se estudiaron t o d o s los d o c u m e n t o s q u e j u s t i f i c a b a n mi c o n d u c t a . Conocida esa alegra de los impos, me dicen personas prudentes y temerosas de Dios que, si renuncio y me retiro de la dicesis, aumentar esa alegra de los impos y considerarn su triunfo completo. Hecha esta manifestacin, si la Santa Sede me separa de la dicesis, porque as lo crea conveniente, quitndome de ese modo el temor de 'hacer mi voluntad', en ese caso yo recibir la separacin con accin de gracias a Dios Nuestro Seor, pues por nada y para nada puedo yo apetecer ese cargo, sino por hacer su santsima voluntad y darle gloria de esa manera. Ese buen Dios, en su misericordia, me ha concedido la gracia de no apetecer, y mucho menos querer, cosa alguna de este mundo. Me basta mi celda. O mejor, slo Dios me basta. Hgame V.E. la caridad de dar cuenta a la Santa Sede de cuanto dejo dicho". Dos obispos del Ecuador hubo muy especialmente ligados, por el cario y por ser vctimas de la persecucin, con el padre Ezequiel: el de Loja, fray Jos Mara Masi, franciscano, y el de Portoviejo, padre Pedro Schumacher y Niessen, de la congregacin de san Vicente Pal. Los tres eran muy amigos de Dios y esforzados atletas de la fe. El padre Ezequiel trat con m s efusin sobre todo a monseor Schumacher que, desterrado de su dicesis, vino a encontrar refugio en la de nuestro fray Ezequiel. Cunto se quisieron y apoyaron! En las honras celebradas en la iglesia catedral de Pasto, el 9 de agosto de 1902, en sufragio del seor obispo de Portoviejo, amigo ntimo, como hemos dicho, del padre Ezequiel, ste pronunci la oracin fnebre, y dijo: "Las virtudes pastorales del limo, seor Pedro Schumacher y, en especial, su fortaleza en defender la integridad de la fe, hicieron de l un obispo tal como los necesita la Iglesia catlica en estos tiempos". SAN EZEQUIEL Y MONSEOR NICOLS CASAS En el apartado anterior aparecen estos dos nombres envueltos en un problema difcil y de conciencia. Dos modos distintos de contemplar, y hasta de ponderar bien sus consecuencias prcticas. Brindo aqu algunas rpidas pinceladas sobre la figura y carcter de cada uno de ellos. 109

Por varios motivos andan muy juntos en la historia estos dos religiosos ilustres, fray Ezequiel Moreno y fray Nicols Casas. Ambos eran nacidos en la ciudad de Alfaro. Ambos entraron pronto en la Orden de agustinos recoletos e hicieron su a n d a d u r a religiosa y sacerdotal en los conventos de Monteagudo, Marcilla y San Milln de la Cogolla. Y ambos fueron trasladados a la Repblica de Colombia para restaurar la provincia religiosa de Nuestra Seora de la Candelaria, gloriosa en su tiempo y que haba venido casi a desaparecer por efecto de los trastornos polticos que tuvieron lugar por efecto de la revolucin del general Cipriano de Mosquera. Anotemos que los dos llegaron a ser superiores provinciales dentro de la comunidad, y tambin luego vicarios apostlicos con carcter episcopal de los legendarios Llanos de Casanare, pertenecientes a la dicha Repblica suramericana. Y aadamos que uno y otro alcanzaron celebridad por sus virtudes eximias y sus actuaciones misioneras, y llegaron a ocupar puestos de alta responsabilidad dentro de la familia religiosa a que pertenecan, y como vicarios apostlicos con carcter episcopal uno y otro. Cada uno, aunque mutuamente se profesaban gran cario, tena su propio temperamento; y ello, por cierto, en un determinado momento dio lugar a situaciones de trato y comportamiento pblico bastante difciles. El padre Nicols C a s a s Conde naci en 1854. S u s padres se llamaban Escolstico y Manuela. Fue bautizado en la parroquia de san Miguel. Su nombre -advierte el padre Pedro Fabo, su bigrafo- segn consta en la correspondiente partida, era Gorgonio Nicols, aunque siempre l us el segundo de ellos. Como su compueblano Ezequiel, ingres en el noviciado de agustinos recoletos de Monteagudo, y ya profeso estuvo unos aos en el convento de San Milln de la Cogolla en calidad de profesor de fsica y de teologa. Conviene anotar que en la universidad de Madrid se haba especializado en el conocimiento de las matemticas. A Colombia el padre Nicols pas en 1892, en la cuarta misin de r e l i g i o s o s , a c o m p a a d o del p a d r e Alberto Fernndez, el religioso que despus iba a ser fidelsimo ayudante de san Ezequiel Moreno en mltiples momentos y en situaciones muy complicadas. El padre Moreno y el padre Nicols Casas se conocan y apreciaban muy santamente. Y cuando el padre Ezequiel dej 110

de ser provincial y vicario apostlico de Casanare, le sucedi en ambos cargos el padre Nicols. Entre estos dos clarsimos varones y prelados fervorosos vino a suscitarse una controversia que alcanz gran resonancia. Y precisamente en torno a la llamada concordia nacional, sobre el modo de conducirse frente al liberalismo. Muchas noticias pequeas pudieran anotarse para entender el profundo alcance de lo ocurrido, noticias sobre el carcter ingenuo del padre Nicols, sobre su gran amistad y confianza con el presidente de la Repblica, general Rafael Reyes, y con el delegado, monseor Francisco Ragonesi, que lo admita mucho en su palacio y le haca confidente y consultor. Y de aqu su conocimiento de que quiz seria el sucesor en Pasto del padre Ezequiel, a quien trasladara a Popayn. El padre Nicols se manifest, pues, abiertamente "concordista". Y escribi y public u n libro que se titulaba Enseanzas de la Iglesia sobre el liberalismo. Libro que logr ser muy alabado en Amrica y en Europa, y que, segn el plan primero, se limitara a lo doctrinal, sin descender a la prctica, pero que luego, ante algunos consejos, se extendi tambin a todo. Aqu estuvo el principio del desacuerdo que tanto dio que hablar. Al padre Ezequiel Moreno, que aplaudi la parte doctrinal, no le satisfizo la parte de aplicacin. Y resolvi redactar y dar a luz sus muy populares Instrucciones al clero de mi dicesis sobre la conducta que han de observar con los liberales, en el pulpito y en algunas cuestiones del confesonario. Lleva fecha de 8 de diciembre de 1902. Adverta el padre Ezequiel: "Someto a la correccin de la Santa Sede cuanto digo en esta obrita, y estoy dispuesto, contando con la divina gracia, a todo lo que disponga. Personas eclesisticas muy respetables nos han manifestado que no estn conformes con algunas opiniones emitidas en u n libro titulado Enseanzas..., acerca de la conducta que hay que observar con los liberales en ciertos puntos del confesonario. Todos, sin embargo, tributan elogios al ilustre autor de dicha obra, en todo lo que ha escrito referente a doctrina sobre el liberalismo y sus errores. Especialslmo es el cario que profesamos al expresado autor, por muchsimas razones, que l, mejor que nadie, comprende". Con todo, e s t a d i s c u s i n c a u s g r a n r e v u e l o . Intervinieron los ms famosos personajes. Los mismos seo111

res Moreno y Casas se pusieron de acuerdo en que lo mejor sera que decidiera la cuestin la autoridad competente de Roma, y uno y otro consultaron al seor delegado apostlico. ste escribi u n a Nota que no satisfizo al padre Ezequiel. Y consta que redact una extensa rplica, que trajo consigo a Espaa, cuando viaj ya muy enfermo, y que la mand destruir pocos das antes de su muerte. Tambin para esta fecha haba muerto el padre Nicols Casas. SAN PI X Y SAN EZEQUIEL Tuvo el padre Ezequiel en su vida episcopal, en su entrega total al cumplimiento del deber y a la defensa de la verdad, que proclam con amor y con valor, muchos contratiempos, muchas resistencias, y habr que agregar tambin, bastantes enemigos. Sinti que se le presionaba con fuerza para que abandonara el cargo. Su corona de espinas le dur hasta sus ltimos das. Y tambin tuvo, adems de la clara asistencia divina, numerosos apoyos humanos. Basta leer la serie de adhesiones y de cartas que proceden de personas distinguidsimas y de su clero y pueblo fiel, que lo rodeaba lleno de ardoroso cario. Figuran en el volumen que ha publicado la seccin histrica de la Sagrada Congregacin de Ritos, sobre el proceso de beatificacin, varios documentos magnficos: del arzobispo de Medelln, Manuel Jos Caicedo, del obispo de Garzn, Esteban Rojas, de grupos de sucesores, etc. Presento aqu copia de un prrafo tomado de cierta carta del arzobispo de Cartagena de Indias, Pedro Adn Brioschi, italiano de nacimiento, perteneciente a la sociedad de misiones extranjeras de Miln. La epstola va dirigida al sacerdote Reinaldo Herbrand, vctima tambin ste de la persecucin en el Ecuador. Est escrita en Leontica, Cantn Ticino, y lleva data del 14 de agosto de 1905. "Antes de mi salida de Miln para venir a estas montaas, donde se respira aire puro y saludable, le escrib u n a carta para manifestarle que, no habiendo quedado satisfecho de la entrevista con el Emmo. Sr. Merry del Val, resolv hablar directamente con el Santo Padre acerca de nuestro celoso obispo de Pasto. Ped en efecto una nueva audiencia, y por medio de monseor Bressan, ntimo del Pontfice, por 112

haber sido su secretario desde que era obispo de Mantua, la consegu fcilmente. Refer al Pontfice las c o s a s de n u e s t r a q u e r i d a Colombia, le manifest las intenciones que los liberales tienen para con el clero, le cont todo lo que hizo el limo. Sr. Moreno para salvar a Colombia en la ltima revolucin, y le supliqu que no lo dejara sacrificar ni lo expusiera al odio de sus acrrimos enemigos. El Papa me oy con atencin y me asegur que el Sr. Moreno no sera removido. Tom apuntes y me dio a comprender que estaba satisfecho de los informes recibidos. Creo que no hay que temer por ahora. Los adversarios h a n quedado confundidos u n a vez ms. Ahora acabo de recibir unos impresos que tambin me han gustado, porque hacen suponer que todo ha terminado bien, y que el general Reyes al fin y al cabo dejar vivir tranquilo al limo. Sr. Moreno. Le incluyo esos impresos para que est al corriente de lo que pasa" 23 . Y al j u n t a r los n o m b r e s de s a n Po X y del s a n t o Ezequiel advierto que cuando el citado Papa public su primera encclica y declar que su propsito se cifraba en restaurar todas las cosas en Cristo, para que Cristo sea todo en todas las cosas, se entusiasm el padre Ezequiel. Y escribi una carta pastoral (Cuaresma de 1904), en que trata de los derechos de Jesucristo a reinar sobre todas las cosas, de lo que es este reinado con relacin al Estado, de la guerra que hace a ese reinado el liberalismo, de los destrozos que causan en l algunos que se llaman catlicos, de lo que deben hacer los catlicos verdaderos para defenderlo y sostenerlo. Es una de las mejores pastorales del padre Ezequiel, por su plan y por el nervio de su argumentacin. Eran del mismo temple Po X y el padre Moreno. El sucesor del insigne Len XIII public su encclica Acerbo nimis sobre la enseanza del catecismo a los nios, en donde se manda erigir en todas las parroquias la asociacin o congreTodava en 1943 Pedro Adn Brioschi (1860-1943). en la ciudad colombiana de Cartagena de Indias, de la que era obispo, nos habl al padre provincial, fray Honorato Urrua, y al suscrito, con los ms encendidos acentos de cario y de veneracin hacia el santo Ezequiel, y sobre lo acontecido en las dos entrevistas que mantuvo en Roma con su amigo el Papa Po X, quien hizo alusin al tan combativo obispo de Pasto, y le asegur que "ese buen prelado no sera removido", y tom unos apuntes que. de seguro, fueron definitivos para el caso.
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gacin de la doctrina cristiana. Tambin el padre Moreno se apresur a redactar un oportuno reglamento que envi a todos los prrocos. Buscaba imprimir el amor a Dios y a su enviado Jesucristo, ante todo, en los nios. Con gran gusto obedeca a su amado Pontfice, quien estuvo precisamente preocupado de una manera preferente por el bien espiritual de los fieles, por la pureza de la doctrina cristiana y por la santificacin de los sacerdotes. Sin alardear de hallarse especializado en cuestiones de alta teologa demostr que abundaba en ciencia espiritual y en celo apostlico, y lleg a ser en la lista de los Papas uno de los ms reformadores, agudos y valientes, a lo largo de la historia de la Iglesia. Su preocupacin, y sus esfuerzos por preservarla de los errores que la amenazaban, fueron permanentes. De ah sus sabias y oportunsimas disposiciones. Era intransigente en la defensa de sus derechos y de la pureza de la fe. En su primera encclica del 4 de octubre de 1903, E suprema apostolatus cathedra, habla ya de la pesada carga que acababa de aceptar, y ello en u n momento en que "la religin es perseguida con audacia y con ira, en que se combaten los dogmas de la fe, y se pretende extirpar y aniquilar toda relacin del hombre con la divinidad". Eran los tiempos del SyUabus, de la censura de libros, de la condena de la tica modernista, c a u s a de muchos males. Pretenda imponerse el tipo de hombre marcado por el positivismo total, libre-pensador, racionalista, antirreligioso, que ya hizo sufrir bastante a los Pontfices Gregorio XVI y Po IX, a quienes mucho admiraba nuestro fray Ezequiel. Ante la situacin de la sociedad, el Papa peda una cooperacin especial de todos los obispos de la Iglesia. Y fray Ezequiel se apresur a mandar a sus fieles una pastoral, al acercarse la Cuaresma, de 1904, en la que escriba: "Segn las palabras de nuestro Santo Padre, somos uno de los auxiliares, aunque indigno, en la gran obra de restaurar todas las cosas en Cristo. En la parte, pues, que nos toca debemos trabajar por secundar las miras de nuestro Santo Padre, o sea, por hacer que Cristo sea todo y en todas las cosas. Es preciso que los que ejercen potestad en la tierra vuelvan a ser lugartenientes de Jesucristo. Es necesario que los pueblos alcancen el reinado de Cristo y vuelvan a ser cristianos tambin en lo social. Es menester que reine Cristo".
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Por eso el lema de su pontificado fue "Restaurar todas las cosas en Cristo". Y es que escriba: "Con audacia y con ira se persigue la religin en todas partes, se combaten los dogmas de la fe, se trabaja abiertamente para extirpar y aniquilar toda relacin del hombre con la divinidad. El mismo hombre con infinita temeridad se ha puesto en el lugar de Dios, de tal manera que, aunque no pueda borrar totalmente de s todo vestigio de Dios, sin embargo, rechazada su majestad, ha hecho del universo un templo de s mismo, donde ser adorado". Hay muchas semejanzas entre san Ezequiel y san Po X, en el temple y modo de proceder, en el encendido celo pastoral, en promover incesantemente la enseanza del catecismo a los nios, en procurar una mejor formacin de los sacerdotes, en el amor encendido a la Eucarista, en combatir mfenlamente los errores, en salvaguardar la pureza de la doctrina inmutable de la Iglesia y en el intrpido celo con que combati los errores que iban surgiendo en su poca. Sobre esto hay que anotar la serie de medidas que tom durante su episcopado. Hasta en la pobreza de sus orgenes familiares nuestro san Ezequiel tuvo gran parecido con este Pontfice de la Iglesia, quien, por cierto, tambin en su testamento pudo con verdad consignar: "Nac pobre, he vivido pobre y quiero morir pobre". HIJO DE SAN AGUSTN Desde lo ms ntimo de su alma fray Ezequiel renda homenaje filial en forma constante a su padre san Agustn. A su padre, como deca lleno de fruicin. Son repetidsimas las manifestaciones de simpata agustiniana. Tena gran placer en llamarse y ser hijo del Doctor de la gracia, por haber profesado su Regla en su familia, y se complaca en evocar su figura, en citar sus libros y sus frases, en presentarlo como un admirable modelo de virtud, de hombre lleno de Dios, y en proclamar sus dotes de prelado, de intrpido defensor de los derechos de la Iglesia y de maravilloso expositor de la ortodoxia. Sin cesar aparecen testimonios escritos sobre ello. "Mi buena hija en Nuestro Seor Jesucristo: Cunto siento el no poder complacerla... Tengo que hacer mis ejercicios antes de la fiesta de mi gran padre san Agustn. Comprendo la pena
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que les causar... Sobre todo por Dios... Busca, desea, suspira nuestro corazn por algo; lo consigue y no lo llena, ya porque es cosa pequea, ya porque pasa pronto, aunque sea grande. Slo Dios satisface, y slo en l encontramos gozo cumplido. Esto es lo que enseaba san Agustn a todo el universo y lo que l mismo haba experimentado: 'Nos hiciste, Seor, para ti, y nuestro corazn estar inquieto hasta que descanse en ti". Es parte de una carta escrita en Pasto, el 15 de marzo de 1901. Le brota a fray Ezequiel, como a san Agustn, el fuego de su amor a Dios, y le brota espontneo y ardentsimo. En otra epstola que dirige desde Tquerres, el 16 de febrero de 1905, le dice a una religiosa que acababa de hacer sus primeros votos: "Enhorabuenas por ser ya esposa de n u e s t r o b u e n J e s s e hija de n u e s t r o gran padre s a n Agustn... Falta que sea agradecida al favor singularsimo que acaba de recibir y que corresponda a l siendo observante y fervorosa... No quiere nuestro Jess corazones partidos, sino enteritos; ni los quiere tibios, sino ardientes, como el de nuestro gran padre san Agustn". En el ao 1887 se celebr en todos los pases en donde haba casas de agustinos o agustinas el Centenario de la Conversin del hijo de santa Mnica. En Espaa adquiri res o n a n c i a especialsima e s t a conmemoracin. Era fray Ezequiel a la sazn rector del convento de Monteagudo y puso singular esmero en ello. Aprovech la ocasin para hacer arreglos en la iglesia-santuario de su tan amada Virgen del Camino, dio luz cenital al camarn, le puso pavimento de mrmol, hizo dorar todo el altar mayor, y mand colocar barandillas de hierro en el presbiterio. Se predic un triduo y asisti la capilla de msica de la catedral de Tarazona. Quiso fray Ezequiel que se recordara lo que hizo san Agustn quien reparti sus bienes entre los pobres, e hizo que se repartieran cuantiossimas limosnas. Este fue el nmero principal del programa de festejos. La fiesta grande se tuvo el da 5 de mayo. En el mismo ao, el da 22 del mismo mes, fiesta de santa Rita de Casia, predic el padre Ezequiel Moreno en la iglesia de las agustinas recoletas, de la ciudad de Agreda, en la provincia de Soria. En tal fecha, con asistencia de mucho pblico, se celebr la conversin de san Agustn. Predic
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nuestro santo el panegrico. Desarroll la siguiente proposicin: "El Altsimo al sacar a Agustn del vicio y del error, para defensa de la religin, hizo a la Iglesia un beneficio insigne, causa y origen de multitud de beneficios". Termin con esta deprecacin: "Oh, padre mo, ruega para que tengamos valor de confesar las verdades que t defendiste con tanto valor y energa tanta, y para poner en prctica las saludables doctrinas que t enseaste con extraordinaria maestra. Ruega por la Iglesia que tanto amaste y engrandeciste, hoy perseguida y atribulada por todos lados. Ruega por la Orden agustiniana para que ella viva tu espritu, tu celo, tu fuego. Padre mo, bendicin sobre todos tus hijos en recompensa de su entusiasmo en alabarte y bendecirte especialmente en estos das del Centenario de tu Conversin". En tal ocasin estuvo acompaado de otro agustino recoleto, el padre Nicols Casas, y de un cannigo, nacido tambin en Alfaro, D. Julin Cisneros. Las monjas recoletas no olvidan un detalle significativo, que registraron en sus crnicas conventuales: los tres personajes citados se emplearon en iluminar el prtico y fachada del templo con los farolillos trados del colegio de Monteagudo, que haban servido en la fiesta celebrada el da 5 de mayo. Al terminar este sermn fray Ezequiel, en un arranque de afecto fraterno y de fe profundsima, exclam, dirigindose a las hermanas de hbito: "Hermanas mas, vosotras y yo, dnde nos encontraremos cuando otro centenario se celebre?" Y l mismo contest: Dnde hemos de estar...? Reunidos en el cielo. En dos momentos del sermn, que se conserva, se entrega a ponderar las excelencias de la Orden a que l pertenece. Mil detalles hay que pregonan el cario encendido que profesaba el padre Moreno a su padre san Agustn, a quien cita en sus escritos y sermones con frecuencia. Hasta en vestir su hbito religioso lo demostraba. Nunca se lo quit, ni cuando iba a caballo, o embarcado en cualquier frgil canoa. Y en la calle y en casa usaba todava el manto que era propio de los recoletos. Su pectoral adquira un singular brillo sobre la capucha de fraile. En su testamento dej escrito: "Deseo y pido que se me en ti erre con mi santo hbito religioso, como hijo que soy de mi gran padre san Agustn".
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CON LAS MONJAS AGUSTINAS RECOLETAS Era el padre Ezequiel un ardiente y autntico hijo de san Agustn. De ello se preci siempre: de haber abrazado su Regla, de ser miembro de una familia religiosa que se distingue ante todo por la caridad. La caridad es su lema. Y de tener hermanas contemplativas que profesaban su misma Regla. De todo esto dan testimonio las dos cartas que desde Bogot dirigi a las monjas agustinas recoletas de Len, en Espaa, y que vieron la luz en la revista Cor unum, n 57, en mayo de 1975, desde Valdemoro, Madrid. Manifiesta el padre Ezequiel sus ntimos sentimientos y declara a la vez la serie de trabajos apostlicos en que se ocupaba, antes de ser obispo, en la capital de Colombia. Hay detalles muy preciosos. Copio algunas lneas. "Mis amadas hermanas en nuestro buen Jess y en nuestro gran padre san Agustn: recib la carta que me enviaron con fecha 20 de diciembre, y no he contestado antes casi por falta de tiempo material. Seguimos trabajando por aqu lo mismo que les indicaba en mi anterior, porque el clero es muy poco y por precisin tenemos que trabajar mucho los pocos que estamos. Nuestro sitio es el confesonario, y se puede decir que no salimos de l sino para prepararnos para el pulpito. La mayor parte de los das no concluimos con la gente que viene a confesarse. Es una lstima que no haya ms sacerdotes, porque de haberlos se podra hacer mucho en este pas. Los antiguos misioneros hicieron que la semilla de la fe arraigara profundamente... No hemos comenzado an con las misiones de infieles, porque slo vinimos cinco sacerdotes y estamos ocupando dos casas o conventos. En el uno, que se titula El Desierto de Nuestra Seora de la Candelaria, estn tres para educar e instruir a los novicios que se reciben, y aqu estamos dos solamente sosteniendo en esta iglesia de Bogot el culto, haciendo lo que queda dicho. Estoy en la firme creencia de que lo poco bueno que hacemos se debe a las oraciones que hacen o dirigen al cielo por nosotros muchos conventos de religiosas. Muchas me escriben dicindome lo que hacen por nosotros, y sus oraciones nos ayudan, sus cartas me enfervorizan..." (Carta de 9 de abril de 1890).
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En esta carta expresa el padre Ezequiel su deseo de que algn da las monjas agustinas recoletas vayan a fundar a Colombia, y hasta les habla de una candidata, de una joven que l confesaba. Y hay otra carta de 30 de marzo de 1893 en que reparte a las monjas, sus hermanas, unos muy santos consejos: "Me dice que tiene -habla a la priora- 25 religiosas, y todas fervorosas y verdaderas agustinas. Qu hermosura! Con qu gusto pasear el Esposo celestial por ese jardn de sus esposas, como dijo un da a Na beata Ins de Beniganim". Por cierto que la beata Ins de Beniganim, la clebre monja agustina descalza, aparece acompaando y amparando eficazmente a los primeros religiosos, que con el padre Ezequiel llegaron a restaurar la vida agustino-recoleta en Amrica. Y por su intercesin van llegando nuevos refuerzos. Lo anota el historiador, padre Santiago Matute, que menciona a u n a seora que pint u n cuadro magnfico de la Azucena de Valencia y pona toda su confianza en ella. Y declara el padre Moreno en u n a de sus preciosas cartas escritas en Casanare: "Pido con fervor extraordinario a Dios Nuestro Seor, a su Santsima Madre y a nuestra beata Ins de Beniganim". Las misiones de los Llanos estaban bajo el protectorado especial de la humilde y bendita monja. Un dato significativo: j u n t o al sepulcro del p a d r e Ezequiel Moreno, en Monteagudo, brot, y ah tiene su casamadre, la congregacin de misioneras agustinas recoletas, que se form con religiosas salidas de los claustro de vida ntegramente contemplativa. Y destacar en particular el afecto que profes a sus hermanas de clausura de la Encarnacin de Madrid. Este clebre m o n a s t e r i o de a g u s t i n a s recoletas, t i t u l a d o de la Encarnacin, fue fundado por la reina Margarita de Austria, esposa del rey Felipe III. Trajo la reina de Valladolid, para ser la primera priora, a la venerable Mariana de san Jos, famosa por su virtud y talento, a la que mucho trat y conoci en aquella antigua sede de los reyes. La historia, el arte, el espritu sobre todo, han convertido a tan magnfico convento en u n a de las joyas ms primorosas de Espaa. Hoy todava est floreciendo de vida contemplativa muy alta y alberga una comunidad edificante y numerosa. El convento e iglesia son obra del arquitecto J u a n Gmez de Mora, uno de los sucesores de Herrera. En su restauracin y revestimiento intervino Ventura Rodrguez. Y en119

riquecieron su interior pintores y escultores neoclsicos, Gregorio Ferro, Jos Castillo, Francisco Ramos, Francisco Bayeu, Vicente Carducho, Gregorio Fernndez... El relicario de este monasterio es uno de los mejores del mundo. La reina doa Margarita de Austria falleci poco despus de haber sido colocada, en ceremonia solemnsima, la primera piedra en 1611. Y el rey en su recuerdo puso el mayor empeo para ver concluida con regia esplendidez la obra. Las fiestas Anales fueron, acaso, lo ms solemne de la vida madrilea de aquellos tiempos. El cuerpo de la fundadora de las agustinas recoletas, sor Mariana de san Jos, se conserva en un lugar cercano a la sacrista, incorrupto. Era -dice Elias Tormo- la "Santa Teresa de Jess de la Orden agustiniana", como el beato Orozco fue su "San J u a n de la Cruz". Pues en este monasterio, en el siglo XIX, hubo un capelln mayor notabilsimo, que fue el agustino recoleto exclaustrado padre Gabino Snchez Corts, personaje de fuerte influencia en varios acontecimientos eclesisticos importantes de s u poca. Producida la desamortizacin, el padre Gabino fue designado teniente cura de la parroquia de Chamber; y a l se deben en gran parte la existencia y el desarrollo de la congregacin de siervas de Mara, ministras de los enfermos, que haba iniciado con santa Mara Soledad Torres Acosta el sacerdote don Miguel Martnez y Sanz. El prelado Sr. Bonel y Orbe encarg al padre Gabino el cuidado del recin nacido instituto que amenazaba disolucin. El padre Gabino fue nombrado por el Sr. cardenal Garca Cuesta, arzobispo de Santiago de Compostela, de quien dependa el monasterio de la Encarnacin, confesor y director. Y las monjas, que ya lo consideraban como a padre y hermano, pues era de la misma recoleccin agustiniana, desde entonces todava sintieron ms eficazmente su proteccin y amparo. Gracias al padre Snchez Corts se salv lo que an queda de aquella real fundacin. Cmo se fue perdiendo, cmo se fue liquidando mucho de aquella propiedad, que abarcaba lo que hoy es manzana encuadrada entre las calles de San Quintn, Bailen, plaza de los Ministerios...! Y cuan grande fue el peligro de su total extincin! Consta que una noche el propio ministro de la gobernacin civil, Garca Ruiz, hizo llevar, conducido por una pareja de la guardia civil, al
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capelln padre Gabino hasta su despacho. Y lo amenaz. Le conmin para que desistiera en su oposicin . Y le habl, en trminos duros, de proceder al derribo del convento y de la iglesia. Al ser restaurada la monarqua hubo u n respiro. Y al padre Gabino corresponde en su mayor parte el mrito de las mejoras que se hicieron en 1878 y en 1885 en el monasterio e iglesia. En la casa del capelln, en donde resida el padre Gabino Snchez, que era director del monasterio y adems comisario apostlico de los religiosos agustinos recoletos, recibi muchas veces a santa Mara Soledad Torres, para hablar acerca de la congregacin de Siervas de Mara. Y aqu recibi a muchos religiosos exclaustrados de la Orden de agustinos recoletos, a los que aconsejaba y mova para que se recogieran en sus claustros. La restauracin se hizo desde aqu. Los religiosos dispersos se fueron reuniendo y volvieron a vestir el hbito. Y se abrieron casas en Espaa, y se enviaron numerosas expediciones de misioneros a Filipinas. Y al monasterio de la Encarnacin acudi el padre Ezequiel Moreno, llamado por el padre Gabino Snchez Corts, para ser nombrado jefe de la misin restauradora de la Orden en Amrica. Las conversaciones entre ambos religiosos resultaron fecundas y hasta transcendentales. El padre Ezequiel y sus compaeros, antes de salir para Colombia, en noviembre de 1889, se reunieron en el templo de la Encarnacin para recibir la bendicin del su comisario apostlico y para implorar la ayuda del cielo. No olvidan las monjas aquel providencial episodio. Lo vienen recordando de generacin en generacin. Como tampoco olvidan las visitas frecuentes que les hizo fray Ezequiel, cuando vino de Amrica para visitar al Santo Padre en Roma. Y menos olvidan su ltima visita en 1906. Lleg ya muy enfermo para ser operado, para morir en su celda recoleta de Monteagudo. Carioso, fraterno, el padre Ezequiel estuvo en el locutorio de la Encarnacin hablando con sus hermanas sobre el amor de Dios, sobre la eternidad, sobre el cielo. Hasta tuvo la delicadeza, la confianza de mostrarles, a travs de las rejas y con el auxilio de una luz, el foco de su enfermedad, el cncer de su nariz y garganta. Y les dio como ltima despedida su paterna y episcopal bendicin, conmovido l y llorando de emocin las religiosas.
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ULTIMA ENFERMEDAD
He aqu lo que escribi el santo obispo fray Ezequiel con fecha 21 de octubre de 1905. Habla desde el sagrario a una "vctima", comprometida como l a ser toda de J e s s . Era Carmen Navarrete. "Carsima hermana del alma en nuestro buen Jess: Ah va sta, sin ganas ni de buscar la ltima que me escribi, porque estoy enfermo hace tiempo, y ahora parece que la cosa va siendo seria. Comenc una carta y apenas pude concluirla; pero, como ya haca tiempo que no le escriba, cojo de nuevo la pluma para hacer lo que pueda. La enfermedad me lleva ms a nuestro Jess, y deseo amarlo mucho, mucho, y se lo digo, y parece que l no se deja, si he de juzgar por lo sensible. Pero, quin duda de que se deja el que lo pide? A veces, sin embargo, desea uno sentir ese amor, o amar con ternura, hasta que u n a luz de lo alto viene a ponernos en claro que se puede amar sin eso, y me contento con decir: "Jess mo!, todo aquello del papelito: todo aquello te lo digo, y quiero en cada instante el ms pequeo". Y lo del papelito ya sabe lo que es, y por si no se llev ninguno, ah va ese ejemplar. Pienso en estos das, ms que en otros, en la pena tan grande que ha de causar el no haberse aprovechado de tantos medios de santificacin como tenemos a la mano, y, sobre todo, el no haber pasado la vida en Jess Sacramentado, en cuanto es dable pasarla. Cmo le pido que no me deje ya pasar un momento sin estar con l y vivir con l! Pensando en que la vida se me puede acabar pronto, quiero amarle as, aprisa, todo de golpe, cmo expresarme? Yo le siento, y creo que me entiende. Oh, Jess de mi alma! Djame amarte as, aprisa, aprisa, por si me queda poco tiempo y por el tiempo que he perdido! Oh, s, s, Jess mo; djame amarte a montones, no poco a poco; quiero ms, ms...! Escrib ms de lo que pensaba y tengo que dejarlo ya. Su carsima h e r m a n a en Jesucristo Seor Nuestro, Mara Anita". La enfermedad a la que se refiere el santo obispo fue en aumento. Hubo consultas de mdicos. Y se consider lo ms acertado que se trasladara a Espaa. El padre Ezequiel se sujet al parecer y al consejo de quienes lo atendan con
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sumo cario y con los mejores deseos. "Segn los mdicos dice el padre Ezequiel en carta de 25 de noviembre de 1905, dirigida al padre Enrique Prez- tengo llagas malignas palatonasales sobre las que hay que operar, y ellos no tienen medios". "Hoy me han visitado dos padres jesutas, dos capuchinos, dos filipenses y el seor Vicario con otro sacerdote para 'mandarme' que me marche a Europa" (5 de diciembre de 1905). El 8 de diciembre del citado ao de 1905 sali de Pasto el padre Moreno, acompaado del padre Alberto Fernndez y del hermano Manuel Prez, agustinos recoletos. Quiso pasar por el santuario de Nuestra Seora de Las Lajas, para ver a su Madre amantsima del cielo, y sigui por Barbacoas y Tumaco. Aqu lo atendi el padre Gerardo Larrondo, religioso tambin de la Orden. De Tumaco en el vapor Manavi fue a Panam y se hosped en casa de sus hermanos recoletos. El 13 de enero de 1906 en el b a r c o de la Trasatlntica Antonio Lpez emprendi la travesa de Coln a Cdiz. En el mar celebr misa todos los das, aunque senta vivos dolores. Desde Puerto Rico el padre Alberto Fernndez dirigi una carta al padre Manuel Fernndez y le dice que el enfermo iba debilitndose paulatinamente a causa de lo poco que dorma la mayor parte de las noche, pero que deca misa. Y agrega que an coma bastante las cosas blandas. El 8 de febrero lleg a Cdiz y el da 10, por tren, se dirigi a Madrid. Fue recibido por los recoletos y por el buen amigo D. Gregorio del Amo, quienes lo hicieron ver pronto del famoso Dr. Compaired en el sanatorio del Rosario, de las hermanas de santa Ana. El 13 de febrero de 1906, antes de ingresar al sanatorio quiso escribir tres cartas: una al vicario general de su dicesis de Pasto, otra al padre provincial de recoletos de Bogot, y la tercera a una persona por l dirigida. Esta ltima es la nica que se conserva, y, por esta circunstancia y por su rico contenido, vale la pena transcribirla, como si fuera parte de su testamento espiritual: "Mi estimada en Jesucristo: Maana me operarn; y, por si muero, ah va esta como despedida de este mundo, y para decirle que no pude hacerle el reglamento de vida que me pidi y le promet, aunque lo tena ya en borrador. Trate mucho al Divino Maestro Jesucristo, y le ensear a vivir
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como l quiere. Recuerde lo bueno que haya visto en m, y no mis faltas de modestia religiosa, cuando tocaba la guitarra y cantaba cosas ya impropias de un religioso. Dgalo a todos los que me vieron hacer eso. No puedo escribir ms. Reciban todas la ltima bendicin que les manda desde la tierra su afectsimo en Jesucristo. Fr. Ezequiel. Obispo". El borrador de este reglamento a que se hace alusin fue conservado por el padre Alberto Fernndez y se publico en el libro Intimidades y ancdotas. La piadosa seorita a quien la mandaba era Ins Araoz. Cualquiera advertir la gran delicadeza de este santo varn. Parece que se trataba de unos villancicos que cant en tiempos de Navidad en alguna casa particular, para expresar su santo gozo. El 14 de febrero, por n, fue operado de un tumor canceroso por el Dr. Compaired, despus de haber recibido con vivsimo fervor la santa comunin. Ayudante de operacin fue D. Rogelio de la Rionda, y asistieron los doctores Amalio Roldan y P. Canalejo. Tambin asisti la hermana Apolonia Costero. Un relato tcnico de lo realizado fue hecho por el Dr. Compaired y publicado en Siglo mdico, de 11 de agosto de 1906. Durante la enfermedad, as como durante la operacin, el ejemplo del padre Ezequiel fue magnfico. Paciencia, mansedumbre, bondad. No se quejaba. Estaba en unin tan ntima con Dios, que se reflejaba ello en su mirada y en su profundo dolor. Es un santo... Es un santo... No se deca otra cosa en el sanatorio. Y aunque se levantaba algunos das, y pudo salir an alguna vez a su convento, se le hizo u n a segunda operacin. Y cuando ya se vio que no haba humano remedio l mismo dijo: quisiera morir al lado de mi Madre del Camino. Entre las religiosas hijas de la Caridad de santa Ana, que atienden a los enfermos en el sanatorio de Nuestra Seora del Rosario, en Madrid, se ha conservado con singular veneracin el recuerdo del padre Ezequiel, que all dej grabada para siempre su huella de santidad. Hubo tres hermanas que lo trataron ms de cerca, sor Nicolasa An, que le atenda en su habitacin, sor Apolonia Costero, que estuvo presente en la operacin y sor Dolores Albas. La hermana Apolonia escriba: "Puedo decir con sinceridad que al entrar en la sala de operaciones me pareci ver a un santo que, gozoso, iba a sufrir el martirio, porque realmente lo sufri.
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Una vez colocado en la mesa es cuando elevaba los ojos al cielo, hasta que le dieron el cloroformo; cuando dejaban de drselo volva otra vez a hacer lo mismo, pues tena muchos ratos de conocimiento. Tanto operador como ayudantes estaban admirados de ver un valor tan extraordinario y decan: este seor es un santo. Porque nadie podra sufrir esto sino l con su gran virtud. El mdico del sanatorio Dr. Amalio Roldan aade: "A nuestra propuesta de nueva operacin, o nueva intervencin, contestaba el padre Moreno con un 'hgase la voluntad de Dios', tan dulce, tan resignado, que slo u n espritu superior como l y su omnmoda confianza en el Seor podan explicar el no haber tenido ni u n solo momento el menor acceso de desesperacin, aceptando ms que resignado, creo que gustoso, aquella nueva prueba que el Seor le enviaba". Al p r e s e n t e vive en Madrid u n a n i e t a del Dr. Compaired, llamada Pilar Utrilla Compaired, que nos ha proporcionado el siguiente recorte de u n a carta que su abuelo dirigi a la madre de ella, y que literalmente dice: Navia 14 de febrero de 1937 "Respecto a lo que me cuentas del obispo es, efectivamente, el que yo oper; era el Rvdo. padre Ezequiel Moreno, agustino obispo de Pasto. En mi intervencin y en las curas sucesivas, horriblemente dolorosas, no quera la anestesia, y sufra estoicamente y tranquilamente cuanto se le haca (cauterizaciones al rojo candente, desgarraduras de las carnes, etc.) sin exhalar ni un quejido, ni un suspiro, diciendo de vez en cuando: 'Bendito sea Dios', 'Dios mo, dadme resignacin y valor para sufrir por Vos', y cosas por el estilo, que nos tenan a las monjas, a mis ayudantes y a m, verdaderamente admirados. Estaba entonces como ayudante mo Joaqun Canalejo Marte, y tambin Roldan (el de la casa de Salud). En el proceso de beatificacin declar yo, desde Madrid, y Joaqun desde Pamplona, y, si no estoy mal enterado, cuando muri el obispo P. Ezequiel (creo que en Monteagudo) fue Joaqun a dicho sitio a certificar o declarar algo que no se haba dicho antes. Yo guardaba en mi casa de Madrid, que, a saber dnde estar, fotografas de l conmigo, mis ayudantes y vosotras (Cruz, Carmen y t), hechas en el sanatorio del Rosario, as como su historia clnica y muchas notas, refe125

rencias y hechos curiosos y verdaderamente edificantes y santos de tan santo varn". Agrega la citada Pilar Utrilla: "Sacado de una carta que mi abuelo, el Dr. Celestino Compaired Cabodevilla, dirigi a mi madre. Las fotografas y documentos de que habla han desaparecido; se conoce que fueron de las tantas cosas perdidas durante la guerra". Y agregar otro dato, copiando lo que el mismo doctor Compaired escriba en c a r t a dirigida al p a d r e Toribio Minguella con fecha 30 de diciembre de 1908: "No me sorprendi que tuviese valor para no quejarse en medio de tan acervos dolores. Tengo una gran satisfaccin en consignar que me caus admiracin extraordinaria la fortaleza de nimo, la paciencia sin lmites, la resignacin placentera, la sumisin y obediencia admirables y la resistencia al dolor hasta el herosmo santo, herosmo de santo y de bienaventurado, con que todo lo soport". Tena delante un crucifijo y lo miraba con ojos amorosos. Hacia Monteagudo sali de Madrid el da 31 de mayo. Lleg el primero de junio. SU MUERTE Quiso el padre Ezequiel ocupar en su querido convento de Monteagudo una celda muy pequea y recogida o, mejor, una tribuna que se asoma a la iglesia. All se senta muy comunicado con el Seor, encerrado en el Sagrario, y con su Virgen y Madre del Camino 24 . De sus ltimos das y de su trnsito al Reino del Padre hay dos emocionantes y fraternos relatos, debidos a los padres Alberto Fernndez y Eugenio Cantera, sus hermanos de hbito, que lo acompaaron y asistieron 25 .
24 Esta celda, que se conserva intacta, es hoy muy visitada por los fieles que acuden a rendir homenaje de veneracin al santo fraile. Por un ventanuco el siervo de Dios poda ver a su madre del cielo y mitigar su dolor, esperando ansioso el momento de abandonar este mundo e ir a contemplarla cara a cara. En ella se guardan, como tesoros, varios objetos personales, ropa, libros, el cilicio y la disciplina con que domaba su carne. 25 Estos dos religiosos, agustinos recoletos, Fernndez y Cantera, estuvieron muy cerca de san Ezequiel y merecen una mencin de alabanza. Sobre fray Alberto Fernndez (1871-1941). muy ligado al santo por varios motivos, pues vivi con l en los Uanossde Casanare y despus en Pasto, y luego se de-

"Qu envidiable -escribe el padre Alberto- su s a n t a paciencia... La cabeza la tiene perfectamente; pero no pregunta por nadie, ni se preocupa de nada; est desligado del mundo, y no piensa ms que en la otra vida. Dos veces durante la enfermedad le envi su bendicin el Soberano Pontfice Po X. Lo ltimo que con lpiz y mano trmula escribi desde su propio lecho fue el siguiente telegrama: 'Eminentsimo seor Secretario del Estado - Roma -. Recib ayer telegrama. Agradezco de corazn b o n d a d e s de Su Santidad'. Todos los das celebraba yo all el santo sacrificio que el enfermo oa con creciente devocin. Se le haban admin i s t r a d o , a peticin suya, los s a n t o s s a c r a m e n t o s ; reconcilibase a diario y aquella alma, purificada por el sufrimiento, tenda hacia la gloria. El tiempo que dur postrado en cama tena el rosario en la mano, y con frecuencia se le vea que lo estaba rezando. Otras veces alargaba la mano para coger una de las estampas, que tena cerca, del Sagrado Corazn, de la Virgen Santsima y de san Jos. En la noche del 18 al 19 con frecuencia me apretaba la mano, con lo que me indicaba que lo absolviera, pues antes de perder el uso de
dic con una entrega eficacsima a trabajar en la preparacin y primeros pasos decisivos del proceso de su beatificacin, hay un trabajo del padre ngel Martnez Cuesta, publicado en la revista Recoectio 3 (1980) 291-380, que lleva este ttulo: Cinco aos al servicio del beato Ezequiel Moreno: recuerdos del padre Alberto Fernndez. A l se deben muchos detalles interesantsimos sobre la vida de nuestro santo, asi como la conservacin de bastantes documentos preciosos que, sin su diligente cuidado, se hubieran perdido para siempre. Lo conoc y con l habl de las cosas de fray Ezequiel. Y l me entreg personalmente el borrador del Semiliario de flores msticas, que contiene una serie de apuntes debidos a las primeras hermanas de la Liga Santa, que el padre Ezequiel leia algunas veces "para ms afervorarse". As lo anota el padre Jess Martnez. Todo el contenido de este rico conjunto de pensamientos msticos fue publicado por vez primera en mi libro Intimidades y ancdotas del siervo de Dios fray Ezequiel Moreno, Manizales, Colombia, 1943. Fray Eugenio Cantera (1888-1955), religioso de honda piedad, telogo y canonista insigne, entonces residente en Monteagudo. fue quien en el ao 1917, junto con sor Mnica de Jess, cuyo proceso de canonizacin se halla muy adelantado, dio vida a la Liga Santa en el monasterio de Baeza (Jan), siguiendo el ejemplo de san Ezequiel. La nombrada sor Mnica, todava muy joven a la sazn, asisti a los funerales del santo de Alfaro; ella haba nacido y resida en Monteagudo. Cf. AYAPE, E.: Sor Mnica de Jess y el padre Cantera: dos ntimos amigos de Jess, 1986. Agregar por ltimo que a este movimiento victimal estuvo tambin unida la cofundadora de las misioneras agustinas recoletas, madre Esperanza Ayerbe de la Cruz (1890-1967), cuya causa de canonizacin est en camino. Se pueden ver en su Biografia cartas que le fueron dirigidas por sor Mnica de Jess y otros documentos que hacen al caso.

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la lengua me lo haba dicho que lo hiciera as. Y cuando le acercbamos el crucifijo se le vea el afecto con que lo besaba, y los esfuerzos que haca por dirigir algunas jaculatorias". Y el padre Eugenio Cantera, que tuvo el privilegio de permanecer con el padre Ezequiel toda la noche anterior a su muerte, habla as con tono emocionado: "Me ofrec gustoso y tuve la dicha de acompaarlo en las ltimas horas de su vida. Quise yo acompaarle en una noche que fue para m, no slo de insomnio, sino tambin de emocin, de tristeza y de pena. Baj a su celda y lo encontr en estado de suma gravedad. Me coloqu a la cabecera de la cama, y no cesaba de observar todos sus movimientos, su rostro plido y demacrado, sus manos descarnadas, su aspecto de mortal agona. Me pareca ver en l un retrato fiel del Crucificado... Cunto se ve que sufra! Varias veces se llev las manos a la cabeza como si quisiera sujetarla para que no estallara. Una de las veces, al mirarle en esa actitud me atrev a preguntarle: Le duele mucho? El me mir con ternura y me respondi: No, hijo mo; me duele un poco. Y en seguida dirigi sus miradas hacia el Crucifijo que penda en la pared. Eso de mirar al Crucifijo era en l frecuente. Siempre me i n s p i r veneracin, pero en aquellos momentos de su agona me pareci su persona solemne y majestuosa como nunca. A duras penas pude yo reaccionar. Tom el crucifijo y con un enorme temor reverencial me acerqu al santo enfermo, le puse el crucifijo en sus labios y le exhort a ofrecer a Dios sus dolores y su vida en satisfaccin de todos los pecadores a los que l tanto am. Hecho esto sac sus brazos y los extendi con gran majestad sobre la cama. Pareca un obispo en actitud de bendecir o confirmar a sus fieles. Su agona fue tranquilsima. Permaneci inmvil como una estatua hasta que muri a las ocho y media de la maana. No habl ni respondi a nadie. Dirase que estaba absorto en Dios. Se durmi dulcemente en el Seor como uno de sus elegidos". Expir el padre Ezequiel el 19 de agosto de 1906, a las 8,35 minutos de la maana. La prensa catlica de Espaa y de Colombia se hizo eco muy fuerte. Se le ensalzaba y se le reconoca ya como un santo. La ciudad de Pasto guard, conmovida, tres das de luto y celebr solemnsimas exequias.
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En los funerales, muy solemnes, celebrados el da 22 de agosto, ofici el obispo agustino recoleto, dimisionario de la dicesis de Jairo, en las Islas Filipinas, don Andrs Ferrero, y pronunci la Oracin fnebre el tambin recoleto, obispo de Sigenza, fray Toribio Minguella, quien supo destacar con elocuencia y verdad las virtudes heroicas del gran difunto. La asistencia fue numerossima. No faltaron las autoridades del pueblo de Alfaro, las de Monteagudo ni las delegaciones de la ciudad y del clero de Alfaro. En Colombia, y particularmente en Pasto y en los Llanos de Casanare, as como en Bogot, se le rindieron homenajes muy sentidos. As dio principio a sus palabras el orador durante la santa Misa: "Llora, pobre familia, llora la muerte del ms ilustre de tus miembros. Poned luto sobre vuestro hijo, muy noble ciudad de Alfaro y nobilsima recoleccin agustiniana, madre ma querida, porque la pena que os causara la reciente defuncin del limo. Sr. D. Fray Nicols Casas y Conde, gloria vuestra y gloria nuestra, agrvase hoy con la de otro hijo no menos insigne. Cbrete de profunda tristeza, dicesis Pastopolitana, porque has quedado hurfana de tu amoroso y a m a d o p a d r e . Vierte lgrimas, Repblica c r i s t i a n a de Colombia, porque la prdida de ese esforzado campen de la fe ha sido para ti una prdida nacional. Lamenta la desgracia, oh santa Iglesia catlica, porque era el finado uno de tus ms eminentes pastores". Pero regocjase a la vez, porque: "Nuestro gran padre san Agustn nos dice que los justos hllanse en este mundo como en estado de formacin; y que verdaderamente nacen a la vida el da que nosotros llamamos el de su fallecimiento. Enjuga tu llanto, pobre familia, y bendecid al Seor, ciudad de Alfaro y recoleccin agustiniana; mitigese el dolor de la dicesis de Pasto, de la Repblica de Colombia y de la santa Iglesia, porque el limo. Sr. Moreno ha entrado ya sin duda en las regiones de la inmortalidad, en la vida de la gloria". El cadver, embalsamado y encerrado en una fuerte caja de ciprs, recibi sepultura en el templo. Exhumado en el ao 1915, previos los requisitos cannicos y civiles, fue hallado fresco, incorrupto. En 1975 otra vez fue exhumado con idntico resultado.
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Se venera ahora en una capilla, hermosa y devota, que le ha sido erigida a la derecha de la entrada al santuario de la Virgen del Camino, atendido por los agustinos recoletos. Sobre el sepulcro del padre Ezequiel, sobrio y digno, se coloc una lpida en donde se lea y se lee esta inscripcin: "Hic iacet Ilmus. et Rdmus. Dominus F. Ezequiel Moreno Diaz huius Collegii fllius ac Rector Episcopus Pastopolitanus in Columbia scientia clarus virtute clarissimus catholicae veritatis propugnator strenuus ex hac domo ad superos evolavit die XIX augusti anni MCMVI. Oremus pro eo vel ipse pro nobis oret". Traducido del latn: "Aqu reposa el limo, y Rvdmo. Sr. fray Ezequiel Moreno Daz, hijo y Rector de este colegio, obispo de Pasto en Colombia, glorioso por su ciencia y gloriossimo por su virtud y esforzado propugnador de la verdad catlica. De esta casa vol al cielo el da 19 de agosto de 1906. Roguemos por l o l niegue por nosotros". El o b i s p o fray Toribio Minguella, al p u b l i c a r su Biografa, en 1909, aade al final: "Ojal que pronto se borre el oremus pro eo -roguemos por l-, y quede perpetuamente el ipse pro nobis oret -l ruegue por nosotros. Amn". Ha llegado lo que deseaba el padre Minguella. El padre Ezequiel est en el cielo intercediendo por todos los peregrinantes, por la humanidad, por la Iglesia militante, el Papa y los obispos y por sus hermanos agustinos recoletos; por sus admiradores y devotos, y por la conversin de los pecadores. TESTAMENTO Y mejor que de testamento, habra que hablar de ltimas disposiciones y explicaciones del siervo de Dios. Firm en Pasto, a 6 de octubre de 1905, esta manifestacin de su postrera voluntad 26 . Cara a la muerte. Cara a Dios, al Dios vivo por quien suspiraba ardientemente.
26 Hay una copia fiel, conforme al original, del testamento, autorizada por el vicario general de Pasto, Rafael Chaves, fechada el 25 de enero de 1907, y a ella me remito. Fue publicada en Recoectio 1 (1978) 288-197. Viene acompaada de comentarios muy justos que hace el padre A. Martnez Cuesta. Y se debe anotar que el testamento ha sido reproducido de modo incompleto en distintas ediciones. Sin duda la ms exacta es la que nos ofrece el mencionado historiador.

As comienza su escrito: "En el nombre de la Santsima e Individua Trinidad, Padre, Hijo y Espritu santo. Amn. Yo, fray Ezequiel Moreno y Daz, de la Orden... creo y confieso todas las cosas que nuestra santa Madre la Iglesia catlica ha propuesto como reveladas por Dios, ya lo haya hecho en juicio solemne, ya en su ordinario y universal magisterio. No hago testamento porque soy religioso y nada tengo. Har, sin embargo, algunas explicaciones para dar alguna claridad al que tenga que hacer arreglos despus de mi muerte. Esa claridad resultar de dos principios siguientes, admitidos comnmente por todos los telogos y canonistas: lo que adquiere el religioso es para su convento o religin; lo que adquiere desde que es preconizado obispo lo adquiere para su iglesia". Y con detalle el exactsimo fray Ezequiel describe lo que tena a n t e s de ir a Pasto, como vicario apostlico de Casanare. Hace una lista de sus libros, todos sobre teologa dogmtica, moral y mstica. Enumera las cosas que haba trado de Casanare: el bculo, la mitra, un pectoral, un cliz, etc. Y agrega despus: "Todo lo que haya apuntado, dado o comprado, lo adquir aqu, y por consiguiente es de esta iglesia". Luego anota con humildad profundsima: "Tengo dos hermanitas pobres. No las he socorrido durante mi episcopado en Pasto, porque no he tenido para socorrerlas. Todo lo he dado a los necesitados de aqu, excepto lo gastado en comer, y algo en vestido, pues traje bastante ropa de Bogot... Pido perdn de mis faltas en el desempeo de mi cargo pastoral. A todos suplico rueguen a Dios por mi pobre alma. Deseo y pido que me entierren con mi santo hbito religioso, como hijo de mi gran padre san Agustn".

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CURIOSIDADES
Retrato con barbas Viaj el padre Ezequiel en el ao 1896 desde los Llanos de Casanare hasta el famoso convento denominado Desierto de la Candelaria, que se encuentra en las vecindades del pueblo llamado Rquira, d e p a r t a m e n t o de Boyac, en Colombia. Se encontraba en Rquira precisamente entonces u n a familia muy amiga de los Franco-Angarita. Quisieron obsequiar al misionero ya muy clebre. Vena con la barba muy crecida, que le daba una apariencia de especial majestad. Le pidieron delicadamente que se dejara retratar as. Y slo por una amistosa complacencia convino en ello. Haba en el pueblo un hbil fotgrafo que aprovech la ocasin. Esta fotografa corri por todas partes. Aparece con su hbito de fraile. Quienes lo conocieron aseguran que corresponde perfectamente a la realidad, que recoge sus rasgos ms distintivos. Aprovechando el retrato, un pintor colombiano, Rafael Palomino, hizo un cuadro muy estimable. Luego en Bogot se dej fotografiar por el padre Santiago Matute. En u n a de s u s cartas, de 5 de abril de 1896, escribe l mismo: "Recib los retratos que mandaron para m y para el padre Matute. Este padre me retrato tambin con barba, pero no lo puedo mandar porque no sac copias. El retrato que hizo se lo di a monseor Sibilia, que es el que se empe en tener un retrato con la barba". De la vida poltica de Colombia Pertenece este dato a la vida poltica de la Repblica de Colombia, muy movida, muy agitada, muy llena de episodios, a veces sangrientos, a veces pintorescos. Cuando sobrevino el golpe palaciego que consisti en desconocer como presidente al Sr. Sanclemente y colocar en su puesto al vicepresidente Sr. Marroqun, ste, que era muy amigo del padre Moreno y de los religiosos de la Candelaria de Bogot, se mostraba verdaderamente apenado y preocupado, con la actitud silenciosa del representante de la Santa Sede, monseor Antonio Vico. Y asimismo repeta entre los suyos: "Guardo con impaciencia la actitud del delegado pontificio, y adems estoy temiendo alguna fuerte 'filpica' de parte del padre Ezequiel".
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No fue as. En la primera ocasin el prudente padre Moreno le escribi una carta muy atenta y cariosa, y sin entrar a juzgar lo moral o inmoral de aquella maniobra, le deca que rogaba por l y que deseaba que todo redundara a mayor gloria de Dios y mayor prosperidad de la Repblica. Treinta dios a caballo En aquellos tiempos, y en aquellas tierras sobre todo, los viajes se hacan a lomo de caballo o de mua. No era entonces ningn herosmo especial. Yo mismo, que en el ao 1928, siendo an estudiante fui destinado con otros diez compaeros a la Repblica de Colombia, pas varias jornadas seguidas sobre mi "rocinante" y nunca consider aquello como algo exagerado. Pues bien, voy a trasladar a estas pginas un relato personal detallado del que fue compaero del padre Ezequiel en el viaje de Espaa a Colombia en 1888, y en el que hizo luego, ya nombrado obispo, desde Bogot hasta Pasto. Reproduzco ntegra y literalmente, las palabras del buen hermano Luis Senz, nacido en Estollo (La Rioja), a quien mucho trat y que me las entreg a peticin propia. "Varias veces acompa al padre Ezequiel en sus viajes del Desierto de la Candelaria a Bogot, a Chiquinquir... Y siempre era el mismo, alegre en medio de su seriedad. Cuando a uno lo notaba aburrido le echaba chistes y le contaba cuentos. En el camino le gustaba algn cigarrillo, pero haba de pedrselo al compaero; hasta en esa simpleza ejercitaba la humildad. Como era muy conocido y querido en Bogot, cuando iba de viaje, le regalaban cosas las seoras amigas de la casa; l nunca aceptaba sino para el compaero. La ltima vez que estuvo en el Desierto me dijo: Mire, hermano Luis, el liberalismo se va apoderando de Colombia; tardar ms o menos, pero triunfar y se palparn sus funestas consecuencias. Cuando fue nombrado obispo de Pasto yo fui asignado para acompaarlo de Bogot a la capital de la dicesis. Salimos de Bogot muy pobremente. Llevbamos u n a carguita con su ajuar de obispo; nada de provisiones para el camino, ni cama, ni otras cosas que se pueden ofrecer en un viaje a caballo de 30 das. Cada uno llevbamos u n bayetn, o ruana grande, que nos sirvi de cama alguna vez. Hubo noches que las pasamos a las intemperie. 133

Mi humilde persona iba muy honrada y, aunque yo me retiraba cuando a l le rendan algn homenaje, l me llamaba y me haca estar siempre cerca y a su lado. Al da siguiente de llegar a Pasto', por ejemplo, le agasajaron con un gran convite. Yo me resista a asistir, porque eso me pareca a m demasiado. Vino una comisin a llevarme. Por fin se acerc el padre Moreno y me dijo: Vamos all, hermano; yo de mi gusto tampoco ira, pero hay que ser atentos con esta buena gente. Y as fuimos los dos". "Este padre s me gusta" Conoc al padre Vicente Cayetano Rojas, religioso dominico de mucha vala. Fue admirador del padre Ezequiel, y en uno de sus apuntes ha estampado lo siguiente: "Lleg el padre Moreno a Chiquinquir, recin venido de Espaa, y se encaminaba a Tunja para avistarse con el limo. Sr. Benigno Perilla. Me parece que lo estoy viendo -simple religioso- de pie, al lado del Evangelio, mirando a la Santsima Virgen en el presbiterio de la baslica. Mi cura, el padre Buenaventura Garca, se daba cuenta de todo, y dijo en una manera sentenciosa: 'este padre s me gusta'". Buen gusto. En la citada baslica de Chiquinquir, que es un gran m o n u m e n t o y u n concurridsimo s a n t u a r i o , se venera Nuestra Seora del Rosario, la patrona de Colombia. Se encuentra a cargo de los padres dominicos. El mismo padre Rojas aade: "Estudibamos teologa e historia en Bogot y era nuestro profesor el italiano dominico, padre Pedro Moro, natural de Genova, muy ilustrado y recto. Me acuerdo del momento en que un da nos present la primera carta pastoral del padre Ezequiel a los casanareos, y, abrindola, dio a sus pginas u n largo vistazo y aadi: 'es de un hombre de Dios'. Cerr el folleto, y continu la clase". Y todava proporciona otro dato. Consagrado obispo el padre Ezequiel fue invitado a celebrar una solemne misa en Bogot, s u primera misa pontifical, en la iglesia de la Candelaria, en donde haba ejercido durante varios aos su apostolado con singularsimo fervor. Predic el clebre padre Luis Muoz, que ms tarde fue arzobispo de Guatemala y que, perseguido y desterrado, vino a morir a Bogot precisamente. En sus palabras, casi profticas, vino a proclamar que aquel vicario apostlico de Casanare, all presente en el 134

altar, haba de ser un mrtir de su deber. Caus profunda impresin. Despus se confirmaron sus predicciones. El dicho padre Rojas se constituy en el gran panegirista de las virtudes de nuestro santo fray Ezequiel. Durante unas honras fnebres celebradas en la iglesia de la Candelaria, de Bogot, lo proclam modelo de pastores de la Iglesia y nuevo san Atanasio. Este discurso fue publicado y muy repartido entre los fieles. Visita a Roma El padre Ezequiel hizo dos visitas a la Ciudad Eterna. La primera fue a ltimos de 1887, con motivo de las fiestas jubilares de Su Santidad Len XIII. Era entonces rector del convento de Monteagudo, y fue invitado por el padre Toribio Minguella, a la sazn comisario y procurador general de los agustinos recoletos en Madrid. Tuvieron ambos la dicha de que el Santo Padre pusiera las manos sobre sus cabezas, y estuvieron presentes en varias beatificaciones. En febrero fue beatificada nuestra monja agustina descalza, sor Josefa Mara de santa Ins de Beniganim. El padre Ezequiel no asisti, porque tuvo que regresar en enero de 1888. Se qued el padre Minguella. La segunda vez que el padre Moreno tuvo el gozo de acercarse a Roma fue en 1898, siendo obispo de Pasto. "Estamos en el deber de ir a presentarnos al Santo Padre, y tenemos que cumplirlo". Habl largamente con Su Santidad Len XIII en latn. Estaba ya lleno de preocupaciones por la situacin de la dicesis. Saba que haba sido acusado y que el asunto de Tulcn haba sido fallado en contra de su actuacin. Fue el Papa quien le habl de ello, porque l nada pens decir, sino obedecer. S indic respetuosamente que tal vez convendra, para bien de la Iglesia, la resignacin del obispo, su renuncia. Y el Papa le mand que se explicase, que hablara all mismo, y como resultado de la conversacin, dispuso que se reconsiderase o revsase el decreto de la Congregacin que ya haba sido dado. Con las siervas de Mara Las siervas de Mara, ministras de los enfermos, estn muy vinculadas a la Orden de agustinos recoletos desde sus mismos orgenes. Muy unidos ciertamente se encontraron a la vida y a la obra de su fundadora, santa Mara Soledad, los 135

padres Gabino Snchez y ngel Barra. Muy de cerca las trat el padre Toribio Minguella. Y tambin nuestro fray Ezequiel. Precisamente fue en Tudela, recin fundada aquella casa de las siervas de Mara, cuando las visit el padre Gabino Snchez, y entonces hizo que el padre Moreno, prior de la vecina poblacin de Monteagudo, fuera nombrado confesor de la comunidad. Esto fue el principio de una relacin muy estrecha entre los agustinos recoletos de Monteagudo y las siervas de Mara de Tudela. El padre Ezequiel iba con frecuencia a dirigirles retiros, a solemnizarles las fiestas, a darles plticas. Lo recuerda la superiora sor Lorenza Anorbar, y afirma que en una ocasin el padre Moreno enferm gravemente de anginas, y que lo atendi durante varios das una religiosa. Y asegura que la impresin de santidad que dejaba en sus palabras y en sus ejemplos era extraordinaria. Al salir para Colombia, el padre Ezequiel quiso despedirse y las exhort a ser fieles a su vocacin y a entregarse del todo al cumplimiento de su altsimo deber de ejercitar la caridad, especialmente con los enfermos. Salud en Pamplona a u n a sierva edificantsima, sor Dominica Muoz, que lleg a conocer en Chamber, Madrid, al padre Ezequiel en el ao 1899. "Vino -contaba la religiosaa quedarse con nosotras, de vuelta de Roma, porque los recoletos estaban a la sazn arreglando su casa. Qu santo! Qu h u m i l d e ! Qu p a t e r n a l ! , r e p e t a sor Dominica. Disfrutbamos oyndole porque era muy fervoroso, muy evanglico. Me acuerdo que entr a la cocina para infundir aliento a las cocineras. Todas nos quedamos maravilladas de aquel tan sencillo fraile y obispo recoleto". En 5 de febrero de 1899 escribe el padre Ezequiel desde Roma una carta al padre comisario de agustinos recoletos, en Madrid, y le dice que piensa detenerse en Barcelona "para comprar algunas cosas, ayudado siempre por las siervas que lo harn siempre mejor y ms barato". Esto manifiesta la confianza que tena con las hijas de santa Mara Soledad. San Ezequiel y los religiosos de Pasto Con las religiosas y religiosos que existan en su dicesis fue siempre muy paternal y generoso el santo fray Ezequiel. Los favoreca y apoyaba en todo cuanto estaba a su alcance y los visitaba con frecuencia. A las betlemitas, en particular, estuvo ms unido sobre todo por razn de la Liga Santa. A
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las tres comunidades masculinas de filipenses, jesuitas y capuchinos le unieron igualmente vnculos espirituales fraternos muy fuertes. De su relacin con los jesuitas algo se ha dicho ya. En la historia de los filipenses aparece muy bien el hombre de nuestro santo. De los religiosos capuchinos se podran recordar muchos casos de gran afecto recproco. Me place reproducir aqu una carta que trata de ello. En tiempo oportuno ped algn dato al superior del convento establecido en Pasto y el 1 de septiembre de 1978 obtuve esta respuesta: "El convento de los padres capuchinos de Pasto fue fundado el 14 de julio de 1896, bajo el auspicio y proteccin del glorioso apstol Santiago, junto a una vetusta capilla que los espaoles erigieron desde el tiempo de la Colonia. Los fundadores de este convento fueron los padres espaoles Alfonso Mara de Ager, ngel Mara Villaba y Fidel de Mondar, quienes llegaron a Pasto, desterrados de la vecina Repblica del Ecuador, y predicaron u n a misin tan extraordinaria que conmovi a los fieles, los que a gritos solicitaron una inmediata fundacin. El primer superior de este convento fue el padre ngel Mara de Villaba el que, a la llegada de monseor Ezequiel Moreno, nombrado como obispo de Pasto, despleg todo el entusiasmo para animar a la gente y ofrecer al nuevo obispo una entusiasta recepcin; desde esa ocasin el padre de Villaba ofreci al Excmo. Sr. Moreno toda su ayuda y su espiritual amistad, de tal manera que lleg a ser su confidente y su confesor y director espiritual; el mismo padre dio a monseor Moreno dos hermanos legos de su comunidad para que asistieran en la casa episcopal al santo Obispo. Nuestro beato Ezequiel fue muy familiar de los frailes capuchinos; con ellos se sentaba muchas veces a la mesa con gran edificacin de la comunidad; con ellos rezaba el oficio divino y paseaba por los hermosos caminos de aquella huerta adornada de rboles de pinos, cipreses y otros especiales. Sus ejercicios espirituales los haca en el convento al que haba constituido su segunda casa. Ese huerto se conserva ntegro, y entre el follaje de sus rboles, en el remanso de las ondas del plcido lago, en cuyos contornos hay arbustos y flores, en todos esos sitios se mira an la silueta adusta de tan egregio hombre de virtud, de ciencia y santidad. Me imagino que n u e s t r o queridsimo fray Ezequiel Moreno vigila insomne desde el cielo este convento que fue su
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refugio espiritual en donde habl con su Dios; pues, no obstante los tiempos aciagos que atravesamos de tanta relajacin y crisis de fe y por ende de vocaciones, an existe en el convento de Santiago un noviciado que, ao tras ao, nos ofrece el milagro de algunos sacerdotes y religiosos. Son estos pequeos datos que el padre Alfredo Romo ofrece al muy digno padre Eugenio Ayape". Rasgos y frases Recojo y presento algunos rasgos sueltos de la fisonoma del padre Ezequiel y algunas frases o dichos que ayudan a iluminar el cuadro, a dar complemento y matizacin a su figura, a su bella y muy interesante figura espiritual y humana. Refiere la h e r m a n a Dominica del c o n v e n t o de la Esperanza, de Alfaro: "Su hermano Eustaquio era nuestro sacristn, y el pequeo Ezequiel, el chiquito, como le llambamos, era monaguillo, que se distingua por lo callado, quietecito y respetuoso. Delicado, como su hermano Eustaquio, nunca tom un cabo de vela, ni los desperdicios, ni aun el vino que quedaba en las vinajeras. Lo nico que u n a vez tom, y yo misma lo vi, fue una hostia grande, de las de celebrar, que al pobre chico le apeteci, y fueron muy grandes los apuros que pas". El bigrafo del padre Ezequiel, fray Toribio Minguella, estampa esto: "Su hermano Eustaquio era muy aficionado a la msica, y tocaba el violn; l tambin se dedic al solfeo, ms para cantar que para taer instrumentos. Sin embargo lleg a entender bastante de guitarra, y la tocaba alguna vez, aun despus de ser religioso, acompandose en canciones siempre honestas. Por cierto que al venir a visitarme en Sigenza, ao 1898, le dije: Te acuerdas cuando en Imus tocabas y cantbamos? Fij en m su mirada, una de aquellas miradas dulces y penetrantes, inclin u n poco la cabeza, y... nada me contest". En Monteagudo, siendo novicio y luego profeso, se distingua por su compostura y su modo muy edificante. Amaba el retiro y le gustaba mucho recogerse, cuando poda, en el coro o en su celda. Se le conoca por "el silencioso". As lo afirma el padre Julin Funes.
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En 1866, terminados los estudios de filosofa, pas fray Ezequiel al convento de Marcilla que, con destino a teologado, se haba abierto un ao antes. Tuvo aqu por director y maestro al padre J u a n Gascn, que haba profesado en Alfaro y se distingua por su bondad y su espritu admirable de fe y de sencillez y entusiasmo. Con la ayuda de tan excelente gua indica el padre Minguella- el joven Ezequiel fue progresando visiblemente en virtud y ciencia, sntesis agustiniana. Entre la multitud de islas que componen el archipilago filipino hay una denominada Paragua, o Palawan. Se habla el visaya principalmente. Tiene ochenta leguas de larga por doce de ancha. Era centro de reunin de los piratas joloanos. En 1872 vino aqu el padre Ezequiel en calidad de capelln de una expedicin. Fue preciso abrirse paso entre matorrales, bejucos y malezas. Se levant una rstica capilla, formada con ramas de rboles, y para el altar se aprovecharon las tablas de los cajones del equipaje. Y se dijo la primera misa el 10 de marzo de 1872. Los dos pueblecitos o rancheras existentes en la isla eran los de Iraguan e Iwahig. El padre Ezequiel se senta feliz ejerciendo su labor misionera. Dej un recuerdo imborrable.

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