Crónica de Una Muerte Anunciada. Historia y Mito

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"CRONICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA": HISTORIA Y MITO Author(s): Esther P. Mocega-Gonzlez Source: Confluencia, Vol. 2, No.

2 (Spring 1987), pp. 78-84 Published by: University of Northern Colorado Stable URL: http://www.jstor.org/stable/27921725 . Accessed: 03/05/2013 16:50
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CRONICA DE UNAMUERTE ANUNCIADA: Y MITO HISTORIA


NorthernIllinoisUniversity
La constante de la historia y la preocupa ci?n por el destino de Colombia, por exten si?n de Hispanoam?rica, calan toda la na rrativade Garc?a M?rquez. Precisa aclarar que cuando hablamos de laHistoria pensamos en primeros registrados en las Cr?nicas pasan a ser aconteceres cr?nicos en el futuro hist?rico del continente. La total confusi?n sobre el tiempo f?sico una del d?a de la tragedia constituye caracter?stica bien visible de este discurso literario. Unos lo identifican como un d?a de una ma?ana "... radiante con una brisa de mar que llegaba a trav?s de los platanales."4 en que lamayor?a concuerda "... Empero era un tiempo f?nebre, con un cielo turbio y bajo y un denso olor de aguas dormidas, y que en el instante de la desgracia estaba como la que cayendo una llovizna menuda hab?a visto Santiago Nasar en el bosque del sue?o"

Esther P. Mocega-Gonz?lez

permite salvar la linearidad hist?rica. Por eso en el texto que vamos a considerar no visualizamos una narraci?n de acontecimien tos cronometrados, lo que de ninguna manera

la narraci?n de acontecimientos que o suceden en un orden sucedieron lineal. Sin embargo, otra de las cronol?gico constantes del escritor, la alegorizaci?n, le

literarios para ordenar las funciones de los personajes actantes dentro de una corriente en temporal que pareciera dispersarse diferentes laberintos entremezcl?ndose y vol te?ndose sobre s?misma, dificultando as? el rastreo de su curso desde una lectura super este hecho, por supuesto, ficial. Aunque con el t?tulo que el choca aparentemente autor seleccion? para su libro "Cr?nica,"1 no contradice sus repetidas declaraciones de que

en su comprime la historia hispanoamericana se vale totalidad. Y es que Garc?a M?rquez de una multiplicidad de procedimientos

le impide al autor otorgarnos un discurso literario de singular brevedad?156 p?ginas? en el que con su aguzado talento art?stico

Nasar

(11). Se constata as? que Santiago muere el d?a del sue?o, en este caso significante de vida. Significaci?n subrayada cuando se lee que "... so?oliento pero de buen humor ..." (10) lo encontraron el d?a de su tragedia. M?s a?n. Despu?s de la boda, en medio del esc?ndolo de todos "... San en voz so?? Nasar alta.?As? ser? mi tiago ? . . .No les alcanzar? la vida matrimonio suerte que a la con para contarlo" (28). De

sus ficciones parten de la realidad.2 De ah? que nosotros pretendamos aproximarnos al texto para tratarde mostrar que las conocidas Cr?nicas que nos cuentan los acontecimien tos de nuestro continente en sus comienzos devienen, por la constante repetici?n del mismo hecho, en el modelo m?tico de la historia hispanoamericana despu?s.3 Siguien do el ritmo de los juegos de palabras espar cidos en el texto por Garc?a M?rquez pudi?ramos se?alar que los acontecedores 78

de ejemplos que subrayan esta muerte-vida muerte propuesta, que, como para que no quede duda, se nos ofrece desde todos los

deposita en un mundo en el que se han roto las fronteras entre el mundo de los vivos y el de losmuertos. Hay un enorme repertorio

esfera del sue?o, tambi?n es en ella que habita el pueblo. Por otra parte, el reino de lo ir?nico est? dominado por lo inconsciente e intuitivo; el sue?o es, como se sabe, un vaso comunicante de lamuerte por lo cual se nos

se suma la zona on?rica en que pareciera estar depositado Santiago Nasar. L?cito es pensar entonces que si la figura principal vive en la

del tiempof?sico fusi?n del d?ade la tragedia

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nos detendremos, Nosotros personajes.5 primero; para indicar c?mo Santiago Nasar su muerte testimonia desde la muerte. Caminando hacia la. cocina de su casa laboratorio del crimen manipulado y adver tido una y otra vez por Victoria?con los in testinos en las manos contesta a su t?a ante la urgencia de ?sta por saber lo ocurrido ? que me mataron, ni?a Wene?dijo" (156). la eliminaci?n Segundo, para documentar total del tiempo con la declaraci?n de Angela sobre el autor de su deshonra: Lo busc? en las tinieblas, lo encontr? a primera vista entrelos tantosy tantos nom bres confundiblesde este mundo y del otro, y lo dej? clavado en la pared con su dar do certero, como a una mariposa sin albedr?o cuya sentencia estaba escrita

extraordinaria maestr?a en el texto, que la cr?nica del comienzo deriva en una versi?n m?tica del fen?meno de la conquista del narraci?n parece revelarnos tanto La poder. las conquistas del poder llevadas a cabo desde el interiorpor los descendientes de la estirpe de origen, como las conquistas exteriores realizadas por elementos extra?os a nuestras tierras. Para la elaboraci?n literaria de las recurrencias de este acontecer Garc?a M?r quez se acoge a la realidad de nuestro con

despu?s, dados los elementos sem?nticos y el acopio de las repeticiones emblem?ticos, de repeticiones de un mismo acontecer, los juegos de palabras, y otros recursos extra?dos de su taller de escritor, para engarzarlos con

debi? tener el sumario" (129). Todo lo cual nos inclina a pensar que estamos revisando una "Cr?nica." Empero, logramos descubrir

desde siempre (65). (El subrayadoes


nuestro). Si no hemos ciones de la demorado en estas verifica es porque intemporalidad

confirmada. quer?amos dejarla plenamente Ella nos abre el camino para registrar el re quisito primordial del mito, o sea la intem

cr?nicas hasta el presente. como un sabio En efecto, Garc?a M?rquez se arranca como ?l, mit?logo personaje

poralidad. En este caso, la mitificaci?n del acontecimiento que se desea comprobar, desde nuestra perspectiva, claro est?, es el no el de la con de conquista. Aclaremos, amorosa en visible la superficie del quista otra nos la ha vendido libro, y que por parte el escritor para despistarnos, sino, la otra, la pol?tica, militar, econ?mica y religiosa que ha su propio sufrido Hispanoam?rica desde es decir desde los origen, tiempos de las

culo que encierra la narraci?n. Hay m?s. San tiago Nasar sale de la casa a las 6.05 de la en direcci?n encamin?ndose al ma?ana, a a de donde ha asistir la del puerto llegada obispo. All? se interrumpen los pasos del h?roe (27). Empero, casi al final, la narraci?n vuelve al puerto (134), rescata al hombre, quien conducido por lamultitud, dirige sus pasos a la plaza p?blica, frente a la cual se levanta su casa, contra cuya puerta cerrada se comete el asesinato una hora despu?s, o sea, a las 7.05.

querida por el mito y cumplidamente mar cada en la f?bula. El recorrido de los pasos de Santiago Nasar desde que sale de la casa hasta su regreso a ella conforma el gran c?r

tinente cuyo tejido art?stico denuncia en cada caso la complicidad de las autoridades de tur no, la complacencia del pueblo, y hasta la in strumentaci?n propia de cada una de ellas. Para abundar en la dimensi?n m?tica cabr?a detenerse en la estructura temporal c?clica re

pio artista, de los familiares, vecinos y as? como de los "... 322 autoridades, pliegos salteados de los m?s de 5007que 79

figuran. Pareciera, sin embargo, que la na rraci?n marca minuciosamente, d?as, horas y minutos de los hechos acontecidos que se van desprendiendo de la memoria del pro

narrador-testigo de esta f?bula, de su tiem "al po individual y profano para pasearse derecho y al rev?s"6 por la intemporalidad del las piezas que lo con discurso, ensamblando

La hora cero. El c?rculo perfecto. Resaltan entonces dos elementos de la singular importancia: primero, minuciosidad de la cr?nica cronol?gica testimonia la circularidad. Segundo, dada la interrupci?n de los pasos del h?roe se nos concede una estructura inmedias res lo que tambi?n confirma la precisa cronolog?a de la cr?nica si consideramos que Santiago Nasar para iniciar las operaciones del d?a se levan ta a las 5.30. En este caso el lapso del tiem

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po se extiende a una hora y treinta y cinco minutos, o sea la corriente temporal se ha convertido en una nebulosa en espiral fatig?n dose

en su girar constante sobre s?misma. Este hecho bastar?a para asegurarnos que el instrumento usado para lamitificaci?n de la historia es la propia cr?nica. Nuestro origen dicta nuestra futuridad. Pero vayamos a las conquistas. El texto nos en el desa ofrece dos fiestas carnavalescas rrollo de su curso. Fiestas que parecieran ser, por una parte, emblem?ticas de la consuma ci?n de la conquista de turno, por otra, de su propia desaparici?n como tal, cuyo significante recae en los desperdicios donados al t?rmino de su celebraci?n

alboroto de su canto, a la alborada de nuestro tiempo hist?rico. Ir?nicamente el obispo pas? tan precipitamente que no tuvo tiempo de su percartarse de propia obra. De ah? que los gallos tra?dos para agasajarle pasaran a ser los del tiempo en que se iniciara: desperdicios " . . . (E)l obispo pas? sin dejar su huella en a la tierra ..." (32). Ciertamente que se en le coloca el mapa Hispanoam?rica mundial y enseguida se le abandona. La co rriente temporal se estatiza. De ese modo se le visualiza sobreviviendo en el principio, en una ?poca feudal y pastoril. Si lo que acabamos de explorar vale no existe lamenor duda entonces que nuestro primer violador es Santiago Nasar. De acuerdo con lo cual proponemos que Angela abraza la imagen de la tierra violada. La segunda fiesta corresponde a la celebra

aban inicial. La primera fiesta aparece proyectada en el primer cap?tulo, hecho que de por s? carga una gran importancia. Se lleva a cabo un

de componentes representa el desembarco en Am?rica con sus dos in los espa?oles strumentos principales: la religi?n y las ar mas. Garc?a M?rquez remata la escena de la primera violaci?n de las tierras de hispanoamericanas con ciertos matices acontecimiento cr?nicas con la narraci?n del

de espa?oles. En el acto de la bendici?n de estas tierras por el obispo est? presente San tiago Nasar, vestido de blanco, como ?l. Tenemos entonces la impresi?n que estamos frente a una figura doble. Por dem?s no nos ofrece ninguna dificultad el proponer que esa figura representa a nuestro primer con con el se completa quistador. La escena alcalde y el cura. El cuadro con todos sus

lunes de madrugada. El lunes es tambi?n el primer d?a de la semana. Se celebra entonces la llegada del obispo, que viene en un bu que distorsionado, con insignia feudal y lleno

en los de Angela?s? podemos su despliegue una delata como en ocurre el significaci?n plurivalente, caso de Santiago Nasar, proponi?ndonos am bos conquistadores una sola figura intercam biable. Sin embargo, ahora lo que nos interesa es indicar que en ?l recae la representaci?n del conquistador norteamericano. La riqueza del personaje, proyectada por sus "ojos de oro" m?s el poder ilimitado de su familia, con para stituyen los instrumentos manipulados esta conquista. La boda es as? emblem?tica de la alianza concertada por las autoridades de ambos continentes, o sea, los padres de Rom?n,?ni asegurar que los novios. Uno, el de ?l, poderoso y en el de de conquistas; chapado en medallas tanto con su luchar de ella, pobre y ciego oro. de orfebre de La alcan fiesta, que trabajo za proporciones de "acontecimiento nacional," se celebra el domingo anterior??o

San Rom?n, fina imagen del conquistador de todos los tiempos. Aunque no nos vamos a demorar en los atributos de Bayardo San

ci?n de laboda de AngelaVicario y Bayardo

de desde la perspectiva " ... cuenta Se las mujeres que quistadores. sal?an corriendo de los patios con pavos y lechones y toda clase de cosas de comer, y desde la orilla opuesta llegaban canoas ador con flores" (832). otros nadas Existen a elementos que cooperan la proyecci?n de la escena de nuestro origen, porque al puer to se trajeron enormes huacales de gallos,

las los con

Notemos,

cuyas crestas eran el plato favorito del obispo. En efecto, esos gallos tan gustados por el obispo aluden en aquella alborada, llena del 80

por otra parte, que al igual que la primera conquista, ?sta deja las se?ales de su porvenir en la propia en que se lleva a cabo con los ". . . desperdicios de la parranda p?blica" (54). A lo que se suma los desper

la llegada del obispo; pero, y posterior??a esto es de suma importancia, se relata en el nuestra historia? ?. segundo cap?tulo??de

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dicios del h?roe, la carcacha del coche con sus iniciales de oro, y los escombros de la casa de la colina, su fortaleza. Ahora bien, la celebraci?n de la boda pareciera marcar un retroceso temporal, un anacronismo. Pero este hecho pone en evidencia una estrategia literaria del autor, si recordamos que el fluir del tiempo ha sido eliminado se nos dirige a su aut?ntica significaci?n: Hispanoam?rica

la llegada del padre de la comunidad Ibrahim Nasar, cuya paternidad se traspasa a Santiago Nasar; el anuncio del destino de este ?ltimo; lamenci?n de la boda de Angela con Bayar

de ambos superposici?n festejos, como ocurre con los d?as en que se llevan a cabo: lunes-domingo, o al rev?s, o el mismo d?a. De ah? que el primer cap?tulo se ocupe de

fijada en un presente perpetuo. advertir que Conviene las dos fiestas las conquistas transparentando exploradas conforman dos ciclos cerrados con ciertos comunes que nos conducen a la matices

segundo cap?tulo se centre en la figura de como se ha com Bayardo San Rom?n, bien delineada del segun probado, imagen do conquistador, y en la conquistada Angela Vicario y su familia, representantes bien cumplidos del pueblo hispanoamericano: por eso son vicarios. El cap?tulo tres nos relata la rigurosa reconstrucci?n de los hechos del crimen. Para un lector alerta, esa reconstruc ci?n carga con la significaci?n de una segunda

Este hecho fija ya que ?sta espa?oles. a precede aqu?lla. Subraya este orden el hecho de que este cap?tulo est? dedicado, en su mayor parte, a Santiago Nasar desde el espejo de lamemoria de su madre?Espa?a ?. No es por casualidad entonces que el

do San Rom?n y la consumaci?n r?pida y sin consecuencias mayores de la primera viola ci?n del continente con la llegada de los

s?mbolo de la conquista extra?a, Rom?n, asimismo relatada en este cap?tulo. Pero luego de la ceremonia de la boda y la devoluci?n de la novia, Bayardo San Rom?n se encierra en la casa de la colina, su fortaleza, olvid?n dolo todo, en el olvido del propio pueblo. No de es hasta que se nos cuenta Nasar

a todos los con del primero, pertenecen de su misma estirpe. Son de quistadores acuerdo con nuestra percepci?n los con interiormente, los quistadores padecidos usurpadores del poder. El segundo ciclo pareciera recaer as? en el trazado o configurado por Bayardo San

el descuartizamiento, dispersi?n y desapari ci?n de la v?ctima. Ahora bien, pareciera que estos conquistadores superpuestos a la figura

sia de Santiago Nasar. Si le conferimos a este acto la significaci?n atribuida al hecho anterior, la ?nica posible, estamos confron tando la ritualizaci?n de la conquista y de la suerte que corre el conquistador de turno, en este caso particular, Santiago Nasar. Vale la pena se?alar que la autopsia finaliza con

por parte de Santiago Nasar, conquista as? en su segundo crimen, por desembocando lo cual se nos entrega la figura de Santiago Nasar. Es bueno notar que en este tercer cap?tulo se relatan asimismo las aventuras de

Rom?n, ad infinitum.La p?rdida total de la identificaci?n se produce cuando la madre le cubre el rostro "con un pa?uelo." Por otra a Bayardo San Rom?n se le encuentra parte, " ... en el ?ltimo grado de intoxicaci?n et?lica" (111). Sin embargo,
"

los ciclos que ellos desarrollan. antes de ser En efecto, Santiago Nasar su descuartizado identificaci?n. pierde Primero, y esto nos parece de singular im portancia, la cara "... adquiri? una expre si?n de enemigo . . ."(98) asegur?ndonos la identificaci?n del conquistador que muere con el que le sigue, o sea, Bayardo San

la desaparici?n que reaparece y Santiago desaparece Bayardo San Rom?n. Confirm?n dose de ese modo las semejanzas de las con quistas de ambos h?roes y en consecuencia de

al igual que SantiagoNasar 1,2, y 3, pierde


su identidad cuando
. . . hasta la cabeza

lo curioso es que

se le cubre el cuerpo
con una manta

. . ."

Santiago Nasar y de sus amigos durante lo que quedaba de la noche del domingo, inci diendo en la imagen de un mundo sin fronteras temporales. El cap?tulo cuarto describe con minuciosos detalles la autop 81

son tirados "en el balde de la basura" (100) como hiciera Victoria "... cuando ella a rranc? de cuajo las entra?as de un conejo y les tir? a los perros el tripaje humeante" (18); los desperdicios de Bayardo San Rom?n se

de Santiago Nasar (112).Y si losdesperdicios

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lo contamina todo contribuyen quistadores do a la desaparici?n del pueblo. Era tal la per sistencia de la peste que los hermanos no pod?an descansar. Vicarios ". . . Pedro tan no Vicario estaba cansado que pod?a per manecer tendido en la cama, pero el mismo

s?bado, cerrando as? el ciclo de la semana. El cap?tulo va conduci?ndonos al agota miento y desintegraci?n total. La peste que exudan los cuerpos putrefactos de los con

" . . . en una la colina transportan desde hamaca colgada de un palo . . ." (112) hasta depositarlos en un "buque de carga? que los llevar?a de vuelta a su destino. Magdalena Oliver exclam? cuando los despojos pasaban por su lado ?Collons ded?u . . . ; qu? desper dicio" (112). La desaparici?n de los despo se de los jos conquistadores produce un

la corriente de la historicidad lineal. En la p?gina 45 del libro leemos: "Yo volv?a a verla a?o tras a?o, durante mis vacaciones de Navidad, (dice Garc?a M?rquez) y cada vez en m?s ventana desvalida la de la parec?a se a donde sentaba hacer de casa, trapo flores y a cantar valses de solteras con sus vecinas(El subrayado es nuestro). La vuelta en redon do nos sirve para vislumbrar el comienzo de un nuevo ciclo vaticinio de la espiral.

le imped?a mantenerse cansancio de pie" una colerina (104). A Pablo se le desat? "... en su pestilente" (105), descomponi?ndose la propia agua. Ese estar y no estar m?s de los representantes del descomposici?n los indicios de su pueblo nos proporciona

desaparici?n. . . . En efecto, "Se fue la familia completa Se fueron sin que nadie se diera cuenta, al m?s servidumbre que la de su obsesi?n" amparo del agotamiento p?blico, mientras los (122). De suerte que Angela hab?a concluido ?nicos sobrevivientes despiertos de aquel d?a que no podr?a sobrevivir sin la existencia de un conquistador que le insuflara la vida, aun irreparable est?bamos enterrando a Santiago Nasar" (108). (El subrayado es nuestro). Por que este se resolviera en la mariposa de la dem?s la desintegraci?n de la quinta del viejo ilusi?n clavada en la pared. De ah? que Xius, luego fortaleza de Bayardo San Rom?n, refuerza la imagen de un pueblo en escom bros. "La quinta empez? a desmigajarse. El en la coche de bodas se fue desbaratando no puerta, y al final qued? sino la carcacha a?os no podrida por la intemperie. Durante se volvi? a saber nada de su due?o" (114). con la desaparici?n de los com Empero, ponentes de los ciclos anteriores se nos en vuelve en seguida en una voltereta que nos decidiera escribirle. "A fines de esa semana, sin haber conseguido un minuto de sosiego, le escribi? la primera carta" (121). Y sigui? escribiendo sin cesar, al extremo que lleg? no era con el instante en que ya Angela "...

quez). "Me volv? loca por ?l?(l)e dijo (ella)? loca de remate" (121). Angela, desde entonces "Se volvi? l?cida, imperiosa, maestra de su albedr?o, y volvi? a ser virgen s?lo para ?l, y no reconoci? otra autoridad que la suya ni

que l?cidamente sugiere el lugar por donde entrar? el nuevo conquistador extranjero. Por otra parte, la visi?n de la imagen cargada en s?misma le provoca una toma de conciencia a Angela: "Naci? de nuevo" (dice Garc?a M?r

En efecto, Angela, acostumbrada ya a las acunado en violaciones, ve al conquistador su "... propio pensamiento reflejado en los . . ." (120) del espejos repetidos de la sala "Hotel del Puerto" de "Riohacha." La situa ci?n del Hotel, en un puerto, es un motivo

cipio: "Su vida de casada devuelta segu?a sien do tan simple como la de soltera, siempre con sus amigas como bordando a m?quina antes hizo papel" tulipanes de trapo y p?jaros (122). No hemos avanzado nada

lanza a los tiempos iniciales. En el discurso se advierten novelesco se?ales que nos retrotraen a la Hispanoam?rica arc?dica y pastoril. A Angela se la ve?a como al prin

de su madre?es de cierta propaganda doctrinaria que ha circulado y circula en todo el con tinente y que de cierta manera ha decidido, parcialmente, el destino hist?rico de ciertas ?reas de nuestro continente. Es esa propagan escrib?a emblem?tica da el instrumento de esta nueva-vieja con quista la que le abre la puerta de nuestro con tinente al nuevo conquistador extra?o. Lleg? "Un medio d?a de agosto (tambi?n Santiago

sciente de lo que escrib?a, ni a quien le escrib?a a ciencia cierta, pero sigui? escribien do sin cuartel . . ."(124). Importa se?alar que esta correspondencia subversiva?Angela a escondidas

de en 82

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Nasar y Bayardo San Rom?n hab?an llegado en un agosto que transparenta en octubre) mientras (Angela) bordaba con sus amigas, sinti? que alguien llegaba a la puerta" (124). Advirtamos que la fecha de llegada cierra otro

ciclo el del a?o. El conquistador estaba gor a caer el pelo, y ya do y se le empezaba necesitaba espejuelos para ver de cerca . . . (Le dijo Angela al personaje-narrador) "?Pero era ?l, carajo, era ?l!" (124). En efecto, era trazos f?sicos lo Bayardo San Rom?n1cuyos con el identificaban primer conquistador eslavo que llega a nuestras tierras. Tra?a en una de las maletas "... dos mil cartas que . . ." (125), la propagan ella le hab?a escrito da que le hab?a abierto las puertas con la com placencia del pueblo. Sin embargo, en con

128-129, Julio Iberoamericana, Vol. L, Num. Diciembre, 1984, p. 1087. Angel Rama en su art?culo "Garc?a M?rquez entre la tragedia o Cr?nica la y pesquisa de la cr?nica y policial se ocupa de de una muerte anunciada," dilucidar si la narraci?n se ajusta al llamado de "Cr?nica" y si, por otra parte, "Esta in vestigaci?n narrativa es id?ntica a una in vestigaci?n period?stica o a una investigaci?n policial. Es llevada con rigor y precisi?n, como sos de lo testimonia el m?ltiple uso de recur la novela policial." Sin nombre, Oct 1982, p. 17.

cordancia con la visi?n de Garc?a M?rquez finales. Walker, ed. El cuento hispanoamericano ante la ella ser? parte de los desperdicios Pero adem?s tra?a otra maleta 1973, p. 243. Ver, Gabriel igual con la cr?tica, Castalia, I Conversaciones con Plinto Gama M?rquez ropa para quedarse. Esta ?ltima la coloca "El olor de la guayaba," de coser de Angela, sobre la m?quina Apuleyo Mendoza, Editorial La Oveja Negra, 1982. Garc?a M?r paralizando su incipiente trabajo, s?mbolo de la industria del continente. quez despu?s de discurrir sobre los hechos Las voces del pueblo perplejo frente a lo en que dice basarse para elaborar esta ficci?n, absurdo de su destino abre el cap?tulo quin to. El resto del discurso novelesco recoge al h?roe en el puerto. Ir?nicamente es el pueblo el que lo conduce a la plaza de su consagra observa: "... algo que muchas veces novelistas: que lamejor

Dec, 2En m?ltiples ocasiones Garc?a M?rquez ha insistido en que sus ficciones parten de la realidad. Ver la entrevista a Garc?a M?r quez, citada por Roger M. Piel, "Los cuen en Enrique Pupo tos de Garc?a M?rquez,"

al cabo de 30 a?os, descubr? se nos olvida a los f?rmula literaria es

ci?n y hasta la puerta del sacrificio. ha tomado Concluimos. Garc?a M?rquez relatados en las primeras los aconteceres Cr?nicas americanas para ritualizar el hecho central: la conquista. De manera que nuestra historia tan llena de conquistas y violaciones del poder plasma el mito. Con esta imagen reflejada en el espejo de la historicidad, f?cil es adivinar la historia del porvenir de nuestra Am?rica.

siempre la verdad," p. 28. En adelante citamos este libro con "El olor" e indicaci?n de la

p?gina. 3Un estudio nuestro todav?a in?dito "La mec?nica de los tri?ngulos hist?ricos y la trampa del c?rculo en Cr?nica de una muerte anunciada," trabaja los nombres de los per sonajes y su intercambiabilidad para mostrar, de acuerdo con nuestra percepci?n, la fuente verdadera de esta ficci?n. En adelante citamos como "La mec?nica" y p?gina. ^Cr?nica de una muerte anunciada, La ove ja negra, la ed., 1981, p. 10. Citamos por esta edici?n en el curso de este trabajo. El

NOTAS
1 Myrna Solotorevsky, "La escritura de un texto irreverente." La estudiosa de Garc?a busca en el texto los elementos M?rquez m?ticos y cronicales siguiendo los postulados de Lotman. Concluyendo que "No obstante el despliegue m?tico se?alado, el mito?as? como la cr?nica?ser? tambi?n transgredido en Cr?nica de una muerte anunciada!' Revista

de la p?gina quedar? indicado. 5La siguiente relaci?n verifica que nos en un mundo movemos donde coexisten muertos-vivos y viceversa: Para Divina Flor, por ejemplo, lamano de Santiago Nasar en el instante en que ?l sal?a de la casa estaba "... helada y p?trea, como una mano de

n?mero

muerto" (21). Clotilde Armenta, al verlo pasar frente a su negocio, tuvo la impresi?n de que 83

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medio del "... Nasar matrimonio

estaba vestido de aluminio, "Ya parec?a un fan tasma . . . dijo* (24). Los hermanos gemelos, Pedro y Pablo "... parec?an son?mbulos de la boda, en desvelados" (25). Despu?s de todos, Santiago esc?ndolo so?? en alta voz?as? ser? mi ... no les alcanzar? la vida para

adivinaci?n" (31). 6 1 olor,"Garc?a M?rquez explica que para el crimen en todos sus detalles poder explorar " . . . introducir un narrador?que necesitaba

contarlo" (28). Es en un sue?o que Bayardo con Angela casarse decide San Rom?n ? Vicario Cuando despierte?dijo (a la pro recu?rdame que me pietaria de la pensi?n)?, el novio voy a casar con ella" (40). Cuando

estuviera por primera vez soy yo mismo?que a su gusto al en condiciones de pasearse derecho y al rev?s en el tiempo estructural de

la novela" p. 28. 7Casi pudi?ramos asegurar que al men cionar los 500 pliegos se est? refiriendo a los 500 a?os de la historia del continente. 8Refiero al lector a "La mec?nica."

Bayardo San Rom?n devuelve a la novia a Pura Vicario, su madre, declara: "Ten?a ese ? color de los sue?os." Y enseguida exclama . . . Ave Mar?a Pur?sima Contesten si todav?a son de este mundo" (63). Luis Enrique, el hermano de Garc?a M?rquez, luego de estar en la tienda con los gemelos, no record? la respuesta dada cuando ellos le preguntaron d?nde est? Santiago Nasar. M?s adelante declar?: "Santiago Nasar est? muerto" (92). Poco despu?s se le encontr? a Luis Enrique

sucedido" (82). Pedro, por su parte, cuando tratan de prevenir a Santiago Nasar de la ? muerte te le esperaba, dice Ni que ... molestes de todos modos es como si ya estuviera muerto" (133). Es tambi?n Pedro el que le grita a Cristo Bedoya cuando ?ste le advierte que Santiago Nasar est? armado ? no disparan ..." Los muertos (141).

"... tirado boca abajo en las baldosas, (del ba?o) cantando dormido." Pablo Vicario frente a las vacilaciones de su hermano, le pone el ? cuchillo en lamano, asegur?ndole Esto no ... es como si ya nos hubiera tiene remedio

10Hay otros indicios que revelan la vuelta al comienzo: Pablo, "... aprendi? el oficio del oro de su padre y lleg? a ser un orfebre depurado. Pedro Vicario, sin amor ni empleo, se reintegr? tres a?os despu?s a las Fuerzas . . .," p. 109, (el Armadas subrayado es nuestro) o sea que Pablo repite al padre y Pedro se repite a s? mismo.

9Conocemos que es olor a mierda el que exudaba el cad?ver cuando Poncho Lanao, una de las ?ltimas personas que vieron a San tiago Nasar, le confiesa al narrador-personaje: "Lo que nunca pude olvidar fue el terrible olor a mierda," p. 153.

Hortensia Baute ve los cuchillos ensangren tados antes de que se cometiera el crimen. La

era ya un hombre invisible, cuando camino de la plaza, entra en la casa de su novia (147). Pero hay m?s a?n. A este despliegue de un se de donde la vida mundo significantes confunde con lamuerte, hay que a?adir que Santiago Nasar interpretaba de Garc?a M?rquez, ten?a la vir y la conocer tud de "... noticias anticipadas que no hubiera podido conocer sino por artes de sue?os la madre de

hermana de Garc?a M?rquez, Margot, hab?a visto a Santiago Nasar y le declara a su hermano "Yo lo hab?a visto al pasar . . ., y ya ten?a cara de muerto." Santiago Nasar

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