Derecho Agrario
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Derecho Agrario
INTRODUCCIÓN
En nuestro país se percibió el efecto de un régimen que no opuso
trabas a la libre disponibilidad de los bienes agrarios, y que tuvo que ser
modificado con la mayor urgencia, con la promulgación de la Ley de
Reforma Agraria, actualmente derogada y posteriormente con la Ley de
Tierras y Desarrollo Agrario.
El régimen imperante que existió, permitió el abuso de la
disponibilidad de las tierras, ya sea por la concentración excesiva de las
mismas en un solo titular denominado latifundista, así como en la
dependencia de un considerable número de arrendatarios y aparceros
según la tradición de la voluntad del propietario de la tierra para poder
continuar trabajando los predios dados en arriendo o como figuras
jurídicas agrarias según la tradición, figuras hoy no permitidas en nuestra
actual legislación agraria.
En tal sentido las distintas reformas agrarias trataron de eliminar
estas irregularidades llegando al caso de liquidar el dominio tradicional,
proponiendo otro más justo, en el cual el interés colectivo debía privar
sobre el interés particular. Caso vigente en nuestro país la promulgación
de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario del año 2001, que estableció en
la mayoría de sus artículos como base del desarrollo agroalimentario del
país la justa distribución y redistribución de la tierra.
El régimen de tenencia de la tierra equivale a la relación jurídica
entre el titular del dominio y la comunidad jurídica, en todo lo concerniente
al poder del titular a disponer de la cosa o de usarla solamente o de
usufructuarla.
Por ello la antigua Ley de Reforma Agraria del año 1960 y la actual
Ley de Tierras y Desarrollo Agrario del año 2001, introdujeron cambios
importantes en esta materia, tratando por todos los medios de fomentar la
propiedad o el uso de la tierra de forma individual o colectiva, y coartando
la posibilidad de concentrar el derecho de dominio en un solo titular. La
eliminación del latifundio ha sido la premisa de ambas leyes. Tal como se
desprende del artículo 1 de la Ley de tierras y Desarrollo Agrario y el
artículo 1 de la antigua Ley de Reforma Agraria.
Bien podemos comparar la existencia de tres tendencias doctrinarias
muy precisas en cuanto el régimen de tenencia de la tierra: una que
propicia la propiedad sin limitaciones de ninguna clase, la segunda que la
elimina de los particulares, y la tercera que la admite; pero con ciertas
limitaciones.
A nuestro parecer Venezuela estaría dentro de la tercera tendencia
doctrinaria la cual admite la propiedad agraria como tal, pero con la
limitación legal pertinente, es decir el cumplimiento de la función social.
Como resultado de ello en el régimen de tenencia de la tierra se
pueden distinguir las siguientes instituciones agrarias:
La Propiedad agraria: es el derecho que tienen las personas de usar,
gozar, y percibir los frutos de las tierras que están bajo su cuidado, o más
precisamente el derecho de disfrute del bien y el ejercicio del mismo
derecho. La posesión agraria: es una forma de tenencia de la tierra;
constituye una relación de hecho sobre la tierra que se trabaja.
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DERECHO AGRARIO
las tierras que han venido ocupando y trabajando por cierto tiempo
interrumpiéndole de esta forma la continuidad agroalimentaria, bien
prevista en nuestra Carta Magna y en la Ley de Tierras y Desarrollo
Agrario.
Ahora bien, esta garantía del derecho de permanencia puede
solicitarse por vía administrativa o judicial.
ADMINISTRATIVA:
El derecho de permanencia encuentra su fundamento en el artículo
17 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario ordinales 1, 2, 3, 4. Por tal
sentido, la declaratoria de permanencia no constituye derechos sobre el
lote de terreno de los ocupantes que lo solicitan, sólo se reconoce la
permanencia sobre el mismo, tal como lo establece la propia Ley.
Siendo el Instituto de Tierras el ente rector de las políticas de
regularización de tenencia de la tierra tal como lo establecen los artículos
117 y 119 de la Ley de Tierras y Desarrollo Agrario. Es de su competencia
garantizar la permanencia a aquellos ocupantes de terrenos que
mantengan una actividad agraria y que puedan ser desalojados del lote
de terreno que ocupan.
El procedimiento se inicia a solicitud de la parte interesada por ante
la Oficina Regional de Tierras competente por el territorio. Luego de
recibida la solicitud, la Oficina Regional de Tierras correspondiente
procederá a aperturar el procedimiento y seguir las actuaciones y
diligencias pertinentes para la verificación de los hechos planteados.
Inmediatamente después del procedimiento realizado por la Oficina
Regional de Tierras, se ordenará remitir las actuaciones al Directorio del
Instituto Nacional de Tierras que decidirá lo procedente.
La decisión versará sobre la declaratoria o no del derecho de
permanencia referente al lote de terreno ocupado, en tal sentido, si se
otorga la declaratoria de permanencia los ocupantes no podrán ser
desalojados.
CARTAS AGRARIAS
De conformidad con el Decreto Ejecutivo 2.292 de fecha 04 de
febrero de 2003 y la resolución 177 de la misma fecha queda facultado el
Instituto Nacional de Tierras para emitir cartas agrarias, las cuales avalan
la ocupación de grupos de campesinos organizados que se comprometan
a realizar una actividad agraria.
Las cartas agrarias pueden ser otorgadas en terrenos que sean
propiedad del Estado o de sus entes y demás órganos que lo componen y
en terrenos baldíos, todo esto de conformidad con el decreto citado.
El procedimiento a seguir es a solicitud de parte interesada de
aquellos grupos organizados de campesinos que de verdad estén
interesados en trabajar la tierra o de aquellos que se encuentren
trabajando la tierra, por ante el Instituto Nacional de Tierras a través de
las Oficinas Regionales de Tierras.
Lo que se pretende con las cartas agrarias es regularizar la
ocupación de los campesinos para proceder posteriormente a la
adjudicación de tierras.
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AUDIENCIA DE PRUEBAS
Artículo 233. Verificada la audiencia preliminar y habiendo sido
evacuadas las pruebas ordenadas en la misma, el tribunal fijará dentro de
los quince (15) días calendario siguientes, la fecha y hora en que se
celebrará la audiencia probatoria.
Artículo 234. La audiencia o debate probatorio será presidido por el
Juez en presencia de las partes o de sus apoderados. Si ninguna de las
partes comparece a la audiencia, el proceso se extingue, con los efectos
indicados en el artículo 271 del Código de Procedimiento Civil. Si
solamente concurre unas de las partes, se oirá su exposición oral y se
practicarán las pruebas que le hallan sido admitidas, sin evacuar las
pruebas de la parte que no compareció.
Artículo 235. Previa una breve exposición oral, tanto del actor como
del demandado, se recibirán las pruebas de ambas partes. En esta
audiencia no se permitirá a las mismas, ni la presentación, ni la lectura de
escritos, salvo que se trate de algún instrumento documental que
constituya un medio de prueba existente en los autos a cuyo tenor deba
referirse la exposición oral, o se traten de datos de difícil recordación.
Artículo 236. Las pruebas se evacuarán en el debate oral, salvo que
por su naturaleza deban evacuarse en forma anticipada. Las pruebas
evacuadas fuera de la audiencia de pruebas carecen de valor probatorio
si no son tratadas oralmente en el debate.
La parte promovente tratará verbalmente de las pruebas promovidas
pudiendo la parte contraria hacer todas las observaciones pertinentes
sobre el resultado o mérito de la misma.
El Juez podrá interrogar a los testigos, a los expertos y a las propias
partes en el debate probatorio, pudiendo igualmente en caso de
formulación de posiciones juradas, de repreguntas de los testigos, de
observaciones de los expertos o de cualquier otra prueba, hacer cesar las
observaciones de la parte contraria.
En la audiencia oral se evacuarán los testigos, se absolverán
posiciones juradas y el reconocimiento de documentos. Las partes deben
presentar a los testigos sin necesidad de citación previa. En caso de
absolución de posiciones juradas, debe haberse citado previamente al
absolvente.
Se levantará acta de las resultas de la audiencia probatoria,
dejándose un registro o grabación de la audiencia por cualquier medio
técnico de reproducción o grabación.
Si no se concluye con la evacuación de las pruebas, el Juez fijará
otra oportunidad para que continué la audiencia oral, bien sea
oficiosamente o a solicitud de parte y así cuantas audiencias sean
necesarias hasta agotar el debate probatorio.
Artículo 237. Concluido el debate oral, el Juez se retirará de la
audiencia por un tiempo perentorio. Vuelto a la Sala, pronunciará
oralmente su decisión expresando el dispositivo del fallo y una síntesis
precisa y lacónica de los motivos de hecho y de derecho en que funda su
decisión, sin necesidad de narrativa ni de transcripciones de actas o de
documentos que consten en los autos.
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DESCONOCIMIENTO DE INSTRUMENTOS
Artículo 259. El demandado en su contestación deberá manifestar si
reconoce o niega el instrumento privado acompañado por el demandante
con su libelo y éste a su vez, si se produjo con la contestación, deberá
hacerlo en la audiencia preliminar. En dicha audiencia, la parte que
produjo el documento podrá proponer la prueba de cotejo, señalando el
instrumento o instrumentos indubitados a tal fin.
Artículo 260. Promovido el cotejo y admitida que sea su evacuación,
la misma se sustanciará en el mismo expediente principal y dentro del
lapso de evacuación que haya fijado el juez en el auto de admisión de las
pruebas. La exposición y conclusión de los expertos sobre la autenticidad
del documento será oída en la audiencia o debate oral.
Artículo 261. Si el cotejo no fuere posible, dicha prueba podrá
verificarse también por testigos, debiendo la parte a quien corresponde la
prueba, presentar el listado de los mismos en la audiencia preliminar.
Artículo 262. El demandado deberá tachar los documentos
acompañados con la demanda en la oportunidad de la contestación,
formalizando fundamentadamente en ese mismo acto la tacha. Si el
presentante insistiera en hacer valer dicho instrumento, contestará la
tacha en la audiencia preliminar.
El demandante podrá tachar los documentos acompañados por el
demandado a su contestación antes de la realización de la audiencia
preliminar o en esa misma audiencia, formalizando fundamentadamente
la tacha, pudiendo el demandado insistir en hacer valer el instrumento de
que se trate, presentando su contestación en dicha audiencia.
La incidencia de tacha se sustanciará en cuaderno separado.
El juez, al segundo día de despacho siguiente a la audiencia
preliminar, podrá desechar las pruebas aportadas si no fueren suficientes
para invalidar el instrumento. Contra dicha decisión se oirá apelación en
ambos efectos.
Si el juez encontrare pertinente la prueba de alguno o algunos de los
hechos alegados, determinará en dicho auto cuáles son aquellos sobre
los que va a recaer prueba de una u otra parte. En este caso continuará la
tacha según el trámite pautado en los ordinales 4° al 12° del artículo 442
del Código de Procedimiento Civil.
Concluido el lapso probatorio del procedimiento principal oral, se
difiere el proferimiento del fallo hasta que concluya el trámite de la tacha.
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CONCLUSIONES
RESEÑA BIBLIOGRÁFICA