Anonimo - Mabinogion
Anonimo - Mabinogion
Anonimo - Mabinogion
Indice
INTRODUCCIN......................................................................................................................................1
LA CIVILIZACIN CELTA.....................................................................................................................2
Los MABINOGI.........................................................................................................................................6
EDICIONES Y TRADUCCIONES DE LOS MABINOGI......................................................................29
BIBLIOGRAFA.......................................................................................................................................34
CIVILIZACIN CELTA..........................................................................................................................34
ESTUDIOS SOBRE LOS MABINOGI ...............................................................................................35
EDICIONES Y TRADUCCIONES..........................................................................................................36
ABREVIATURAS....................................................................................................................................37
PARTE PRIMERA...................................................................................................................................38
PARTE SEGUNDA..................................................................................................................................98
PARTE TERCERA.................................................................................................................................152
INTRODUCCIN
Los Mabinogi constituyen una de las mejores obras en prosa de la literatura cltica medieval. Conocidos
y estudiados desde el siglo pasado en Inglaterra y Francia, nadie duda hoy da de su coherencia interna,
riqueza y calidad literarias. Al mismo tiempo, estos relatos poseen un gran inters como documento
histrico, ya que se suman a las escasas fuentes que nos informan de aquella sociedad instalada en los
lmites occidentales de Europa, concretamente en el Pas de Gales. Esta regin, a pesar de haber
mantenido estrechos contactos con la Francia del Norte desde mediados del siglo XI, permaneci en
cierto modo recluida en su tradicin. Junto con Irlanda y la Pennsula de Armrica, el Pas de Gales
posey una fuerte unidad y homogeneidad cultural, y si bien todo parece indicar que sigui la evolucin
y ritmo del resto de las sociedades medievales de la Europa occidental, tambin conviene sealar que
estas tres regiones constituyeron el ltimo reducto de la civilizacin celta.
LA CIVILIZACIN CELTA
Los conocimientos acerca del mundo celta se encuentran en estrecha relacin con el carcter y la
naturaleza de las fuentes que lo documentan. En muchos aspectos la imagen que poseemos del mundo
celta resulta parcial y poco objetiva. Ello se debe de modo especial a la escasez de fuentes escritas
propiamente celtas. En lo que respecta a los celtas continentales, solamente se dispone de fuentes
indirectas, de modo que para el estudio de la Galia en poca romana se ha tenido que recurrir a
historiadores como Tito Livio, Julio Csar o Tcito. Por su parte, los celtas insulares nos han legado una
abundante produccin literaria que posee un inapreciable valor documental, pero que exige del
constante desciframiento por parte del historiador entre mito y realidad, lo cual constituye una tarea
difcil. En este sentido, la civilizacin celta se ha convertido en un tema de estudio que ha despertado la
imaginacin de ciertos eruditos e historiadores, guiados en ocasiones ms por afanes nacionalistas que
por el rigor histrico. Por otro lado, la civilizacin celta no puede entenderse como una estructura
esttica, ajena a la evolucin histrica y a las distintas influencias que habra de sufrir a lo largo de su
historia. A pesar de la existencia de un sustrato religioso y lingstico comn a las mltiples tribus
celtas y a la permanencia de lo tradicional, estos pueblos acusaron profundos fenmenos de aculturacin
y de inculturacin, de modo que su civilizacin no puede entenderse desligada de las circunstancias
histricas de su entorno.
No debe olvidarse que al hablar de civilizacin celta nos referimos a una cultura de ms de mil
quinientos aos de duracin. En efecto, al final de la poca de Hallstatt tuvo lugar la primera gran
convulsin de los pueblos celtas. Procedentes del ngulo sudoeste de Alemania (Turingia), comenzaron
las primeras migraciones en direccin oeste, hacia Italia y Espaa. Algunos historiadores fechan la
aparicin de los celtas en un perodo anterior. As, H. Hubert sita en la Edad del Bronce una hipottica
disolucin de la comunidad italocltica en goidlicos y britnicos, a la que sucedi una primera
migracin de los goidelos a las islas Britnicas y su instalacin en Irlanda. Segn una fuente del siglo
XI, Leabhar na Gabhala (El libro de las conquistas), Irlanda haba sido invadida por cinco pueblos
distintos procedentes en su mayor parte de Espaa, correspondiendo la cuarta invasin a las tribus de la
diosa Danu (Tuatha d Danann) y la quinta a los goidelos. Entre los pueblos ms importantes sometidos
por los goidelos se encontraban los arainn o iverni, de los que posiblemente derivara el nombre de
Iwerdon (Irlanda). Al final de la Edad de Bronce, los pictos, posiblemente tambin celtas, emigraron a
las islas y sin abandonar la isla de Bretaa pasaron a Irlanda. Estos pueblos, denominados picti o
cruithnig por su fundador Cruidne, habran de dar el nombre por el que se conoce a la isla de Bretaa en
las fuentes celtas: cruithnig, qurteni o qretani, que transform la qu en la p britnica, dando lugar a
Pretanis o Prydain (Ynys Pridain). A goidelos y pictos se debi la construccin de tmulos circulares,
que heredaron los pueblos que los sucedieron en las posteriores colonizaciones de las islas1.
Hay que sealar que no todos los historiadores admiten la irrupcin de los celtas antes de la poca de La
Tne, considerando que la invasin de Irlanda por pictos y goidelos fue muy posterior a la poca
sealada por Hubert y atribuyendo, por tanto, a pueblos aborgenes las construcciones megalticas de las
islas2. Las fuentes arqueolgicas, la onomstica y las inscripciones indican el siglo V a. JC como el
inicio seguro de las grandes expansiones clticas que se centraron en dos focos fundamentales: el valle
del Po en Italia y la zona del Danubio. Durante este primer perodo de La Tne los celtas asentados en la
Galia ofrecieron a los latinos una cultura tcnicamente superior y las influencias se ponen de manifiesto
de modo especial en la lengua, pues los latinos adoptaron muchos trminos celtas. En un segundo
perodo, tribus celtas y bandas de mercenarios se lanzaron bajo el mando de Breno a la conquista de
H. Hubert, Los celtas y la expansin cltica, t. XXIII y XXIV, Mxico, Uteha, 1957 (t. XXIII, p. 115 y
ss.).
2
As por ej. O'Rahilly, Cf. J. Marx, Les littratures celtiques, Paris, P.U.F., 1967, p. 6
1
Macedonia y Delfos, donde habran de sufrir una gran derrota. J. Markale asimila la figura histrica de
Breno y el desastre de Delfos, donde muri la mayor parte del ejrcito, a la figura mtica de Bran, hijo
de Llyr, quien, segn la segunda rama de los Mabinogi acudi a Irlanda para vengar el deshonor a su
hermana Branwen y conquistar el Caldero de la Resurreccin. En Irlanda, al igual que en Delfos, muri
todo el ejrcito galo, y si al parecer el histrico Breno se suicid, el mtico Bran orden a los siete
ltimos galeses que le cortaran la cabeza3.
A partir del siglo III, los celtas de la Galia mantuvieron luchas constantes con los romanos, cuyas
aspiraciones de constituirse en un gran imperio comenzaban a ser realidad. Tras un perodo de simbiosis
cultural, la romanizacin se impuso en el territorio galo y bajo Julio Csar se anexion definitivamente
al Imperio. La Cltica Danubiana tambin se encontr sometida cuando Csar consigui el mando de
Illyricum. As, el primer intento de lograr una unidad territorial poltica fracas en la Galia, donde a
partir del siglo I a. JC la lengua oficial fue el latn, si bien la religin celta permaneci e incluso fue
asimilada en algunos aspectos por los romanos.
En Britania, la romanizacin penetr con ms resistencias y no impidi el desarrollo de la cultura celta.
Si Julio Csar no logr el sometimiento de Bretaa por la oposicin que le presentaron Comm el
Atrbata y Cassivellanus, bajo Septimio Severo la isla qued completamente sometida, a excepcin de
Caledonia.
Durante la dominacin, el latn fue la lengua oficial segn demuestran las inscripciones, pero
contrariamente a lo que sucedi en la Galia, la lengua celta subsisti despus de la colonizacin romana.
Durante el dominio romano tuvieron lugar algunas tentativas militares que han sido interpretadas por
los historiadores como resistencias, destacando la de Mximo, dux Britanniarum, que en el ao 387
abandon Britania con su ejrcito, que fue dispersado y aniquilado por Teodosio; siglos ms tarde, la
ficcin literaria recre la figura de Mximo, dando lugar a uno de los cuentos ms bellos de los
Mabinogi, el Sueo de Maxen Wledig. Pocos aos ms tarde el peligro dej de proceder de Roma y
la sociedad instalada en el sur del Pas de Gales se vio amenazada por pictos y sajones. Historiadores
como Gildas (De excidio et conquestu Britanniae, 569-570) y Nennius (Historia Brittonum, 687-801)
concuerdan en atribuir a Vortigern el error de haber pactado con los sajones en el ao 449 para luchar
contra los pictos, pues fue traicionado y tuvo que refugiarse en el pas de los ordovicos, denominado
Venedotia (Gwynedd), y cuya capital se encontraba en Aberffraw, en la isla de Anglesey. Desde
mediados del siglo V las tribus del sur de Gales aparecen unidas bajo el nombre de Combrog (del que
posiblemente deriva Kymry, nombre nacional del Pas de Gales) 4 para combatir bajo el mando de un
jefe (gwledig) contra irlandeses, pictos y sajones. En el ao 537, Arturo, un gwledig o dux de los
britanos o combrog, fue derrotado en la batalla de Kamlan, tras haber conseguido algunas victorias
sobre los sajones, como, por ejemplo, en la batalla de Mont Badon. A finales del siglo VI, los sajones
alcanzaron el Severn, separando Gales de Cornualles. Fundando el reino de Mercia, encerraron a los
bretones en las montaas del Pas de Gales y ante la amenaza sajona, pueblos originarios de Devon (los
domonae o dummonii) y de Cornualles (los cornovi) emigraron a la pennsula armoricana,
producindose un conglomerado hbrido de antiguos galos romanizados y de bretones insulares.
Por el contrario, Irlanda se vio libre de invasiones hasta el siglo X, y durante los siglos V al VIII vivi
un extraordinario apogeo cultural motivado, entre otros factores, por la importante labor de
cristianizacin que estableci numerosos focos de actividad cultural en los monasterios.
A mediados del siglo XI los territorios celtas insulares se vieron afectados por una nueva invasin, que
habra de conceder un nuevo carcter y sentido de identidad a los pueblos de Gales, y a Irlanda y
3
4
J. Markale, Les celtes et la civilisation celtique, mythe et histoire, Pars, Payot, 1969, p. 95 y ss.
Cf. H. Hubert, cit., p. 158.
- -
Escocia en la segunda mitad del siglo XII. Ayudados e impulsados por los bretones de la pennsula
armoricana, los normandos llegaron a la isla de Bretaa para librar a los galeses del dominio sajn, pero
una vez all conquistaron todo el territorio.
Los reyes galeses lucharon contra los nuevos invasores con la ayuda de los irlandeses, logrando algunos
triunfos, como la batalla de Carno del ao 1136, que dirigi Gruffyd, rey de Gwynedd (1075-1137).
Pero Owein Gwynedd, hijo de Gruffyd, se someti a los normandos; al casarse con una hermana de
Enrique II Plantagenet inaugur entre galeses y franceses un sistema de alianzas matrimoniales. La
ltima tentativa de erigir un reino gals se debe a Llywelyn ab Gruffyd (1246-1282), pero sus victorias
contra los anglonormandos fueron efmeras y Eduardo I reserv el ttulo de prncipe de Gales para su
propio hijo, el futuro Eduardo II. Con todo, la continuidad de la cultura y la lengua galesa dentro del
reino franco anglo-normando de la isla de Bretaa fue posible tal y como demuestran los manuscritos
conservados en lengua galesa desde el siglo XIII.
La falta de unidad poltica y territorial que caracteriz la historia de los pueblos celtas, no impidi la
existencia de un sentimiento unitario y el desarrollo de una cultura con elementos propios originales.
Ello se debi, sin duda, a dos factores de capital importancia: la religin y la lengua.
Son muy escasos los conocimientos que poseemos acerca de los dioses y las prcticas rituales clticas.
La mitologa cltica nos ha sido transmitida a travs de textos por lo general tardos, que remontndose
a un pasado muy lejano nos presentan de modo fragmentario aspectos mitolgicos. Los historiadores de
las religiones han intentado reconstruir a travs de estos textos (entre los cuales, los Mabinogi ocupan
un lugar destacado) la mitologa de estos pueblos y se han podido comprobar las indudables relaciones
entre los mitos irlandeses y los mitos galeses. As, el dios irlands Nuadha corresponde al gals Nudd,
Manannan a Manawyddan, existiendo adems relevantes elementos comunes entre las historias de
hroes irlandeses y hroes galeses, como, por ejemplo, se pone de manifiesto en la historia de
Cuchulainn, que conocemos por el ciclo de Ulster, y la historia de Pryderi, que se desarrolla en las
cuatro ramas de los Mabinogi5. Con todo, no se ha podido realizar todava de modo satisfactorio una
sistematizacin de la mitologa cltica y algunos autores han intentado subsanar la carencia de fuentes
aplicando el sistema de clasificacin indoeuropea a los dioses celtas, o bien asimilndolos a las
divinidades clsicas6.
La transmisin de la mitologa cltica a travs de textos tardos se debe fundamentalmente a una posible
prohibicin entre los druidas de fijar los mitos en la escritura. Esta casta sacerdotal que posea funciones
polticas, religiosas y jurdicas, fue muy admirada entre los clsicos por su sabidura y conocimientos.
Aristteles habla de los druidas como los inventores de la filosofa y Cicern haba entablado estrecha
amistad con el druida Divitiacus. Csar hace constar la importancia del druidismo en la vida poltica y
social de los galos y, al parecer, todos los druidas de las mltiples tribus celtas se reunan anualmente,
congregados por un jefe, en el territorio de Carnutum. Entre los celtas insulares, el druidismo se vio
absorbido por el cristianismo. As, a partir del siglo V, y en especial en Irlanda, donde la labor de San
Patricio logr duraderos frutos, el druidismo perdi su preponderancia cultural y su saber fue adoptado
por los filid y posteriormente por los bardos, cuya literatura denota una simbiosis entre el cristianismo y
la tradicin pagana.
Las correspondencias entre la mitologa irlandesa y la galesa se ponen claramente de relieve en J. de
Vries, La religion des celtes, Pars, Payot, 1963, p. 38 y ss.
6
La insercin de las divinidades celtas en el sistema de clasificacin indoeuropea se debe a J. Markale,
Les celtes, cit. p. 383 y ss. Las posibles relaciones entre los dioses celtas y las divinidades clsicas las ha
puesto de relieve, P. Mac Cana, Celtic Mytbology, London, Hamlyn, 1970.
5
Si el druidismo cumpli una funcin cohesionadora entre todos los pueblos celtas, la lengua constituy
el sustrato comn de toda esta civilizacin.
Segn Bopp, el cltico pertenece a la familia de las lenguas indoeuropeas. La gramtica, la fontica y el
vocabulario de esta lengua indican su carcter indoeuropeo, y nos presentan a los celtas como
indoeuropeos de origen y no de adopcin como fueron los germanos. Con todo existen cuatro elementos
diferenciales del cltico con respecto al indoeuropeo que pueden sintetizarse del siguiente modo:
1. Cada de la p indoeuropea (pater en latn, pitr en snscrto, pero athir en viejo irlands). La p se
conserv posiblemente en el grupo pt, con toda seguridad en el grupo ps y en el sp intervoclico,
pero para convertirse ms tarde en gutural (upsello, en gals uchel).
2. El indoeuropeo posea unas consonantes vocales denominadas sonantes: m, n, r, 1,. La r est
representada en celta por ri de modo regular delante de una consonante.
3. El diptongo indoeuropeo ei se convirti en e, en cltico.
4. La e indoeuropea dio en cltico (rex en latn, rix en cltico)7.
Estos cuatro fenmenos definen el cltico con respecto al conjunto de lenguas indoeuropeas, aunque
existen otras diferencias, como, por ejemplo, el cambio de la o indoeuropea en a, el desarrollo de u en
gw, pero que resulten menos fijas e invariables.
Siguiendo la divisin del indoeuropeo que ofrecieron los lingistas en los grupos centum y saetum,
segn la forma en que evolucion la consonante inicial de la palabra que indica ciento, el cltico
pertenece al grupo cuya consonante inicial es una palatal oclusiva (centum). En efecto, en cltico se
alude a esta palabra con el concepto ct, cead (irlands) o cant (gals).
El cltico posee numerosas afinidades con otras dos lenguas indoeuropeas occidentales: el germano y el
itlico. Las afinidades fundamentales entre el cltico y el germano se ponen de manifiesto de modo
especial en el vocabulario, si bien existen tambin similitudes fonticas -como, por ejemplo, la
fragilidad de las finales que sigue el reforzamiento de la inicial, la alteracin de las consonantes
intervoclicas o la sensibilidad de las vocales a la influencia de fonemas vecinos-, y morfolgicas, como
la acentuacin en el verbo de la nocin de tiempo. Por el contrario, las afinidades que se observan entre
el cltico y el itlico son especialmente gramaticales, aun cuando en las lenguas itlicas quedaron
muchos elementos de un vocabulario italocltico. Por otro lado, el cltico tambin mantuvo indudables
contactos con las lenguas eslavas. As, por ejemplo, una misma raz val o vla designa la idea de poder,
grandeza y territorio en eslavo (vladi), en irlands (flaith), en gals (gwlad o gwledic, prncipe).
El cltico se descompuso en diversas lenguas, de modo que cabe afirmar que existieron tantas lenguas
clticas como territorios ocupados por los celtas. Todas las lenguas celtas poseyeron una estrecha
relacin entre s; determinada por la concordancia de sus vocabularios y por la concordancia de la
declinacin de los nombres (temas en o de genitivo en i; temas en a de genitivo en as; temas en i y
temas consonnticos de genitivo en os) y conjugacin de verbos (primera persona en u o i).
Los celtas continentales se encuentran representados en la lengua gala en que se confundieron
numerosos dialectos y que conocemos a travs de las inscripciones. En el antiguo irlands se han podido
distinguir dos etapas diferenciadas: la poca arcaica (600 al 750 d. JC) y la del antiguo irlands,
propiamente dicho, desde el ao 750 al 900 d. JC. A la Primera poca corresponden las inscripciones
oghmicas, que son las fuentes ms antiguas de la lengua de los celtas irlandeses. Al parecer, el alfabeto
As lo resume, H. Hubert, cit., p. 36 y ss. Ver asimismo, V. Pisani, Le lingue indoeuropea, Brescia,
Paideia, 1964, p. 36y ss.
7
- -
oghmico se basaba en el latino y sus letras se formaban por la combinacin de lneas cortas y puntos a
ambos lados de una lnea media, y su uso se limitaba a las inscripciones en piedra 8. El antiguo britnico
se conoce por las inscripciones de nombres propios que se han encontrado en la Gran Bretaa. Los
lingistas han intentado reconstruir a partir de los distintos dialectos o lenguas un vocabulario raz que
representase un cltico comn, demostrando adems el estrecho parentesco entre todas estas lenguas9.
Durante la Edad Media se realizaron en los territorios de los celtas insulares obras literarias escritas en
irlands y gals. Si bien en Irlanda predominaron las sagas epopeicas como gnero literario, no ocurri
lo mismo en el Pas de Gales, donde slo se realizaron obras poticas y en prosa. Del mbito potico se
han conservado numerosos englynion (estrofas en verso) y poemas en alabanza de hroes, destacando el
Libro de Taliesin. Entre la produccin en prosa, los mabinogi ocupan un lugar preponderante no slo
dentro de la literatura galesa, sino de las literaturas clticas en su conjunto. Asimismo, estos relatos
deben entenderse como una de las mejores fuentes que se han conservado de la civilizacin celta, o de
un modo ms preciso, de una sociedad situada en el sur del Pas de Gales que, asumiendo su propia
tradicin, se abri a las innovaciones de organizacin social y cultural procedentes del norte de Francia
y con las que entraron en contacto desde la invasin normanda.
Hay que destacar tambin, dentro de la literatura galesa, una curiosa produccin consistente en cortas
listas de tres personas, objetos o acontecimientos conocidos por el nombre de tradas. Constituy un
mtodo idneo para recordar los parentescos de los personajes tradicionales (de ficcin o histricos), as
como los sucesos ms importantes, que todo bardo deba conocer. Esta forma result muy popular entre
los pueblos celtas hasta la Edad Media10.
Los MABINOGI
Con el concepto comn de Mabinogion o Mabinogi se suele aludir a once relatos de distinta ndole y
naturaleza que se pueden dividir en tres grupos fundamentales: un primer grupo se encontrara formado
por las cuatro ramas de los mabinogi, trmino que se puede leer al final de cada uno de estos relatos
(Pwyll, prncipe de Dyvet, Branwen, hija de Llyr, Manawyddan, hijo de Llyr, Math, hijo de
Mathonwy); a un segundo grupo perteneceran cuatro relatos de tradicin propiamente galesa (El
sueo de Maxen Wledig, Lludd y Llevelys y dos de materia artrica: Kulhwch y Olwen y El
sueo de Rhonabwy); por ltimo, se podran reunir en un tercer grupo tres relatos que ofrecen una
temtica muy similar a los tres romans de Chrtien de Troyes (La Dama de la Fuente = Ivain ou le
Cf. J. Pokomy, Antiguo irlands, en cuad. VIII del Manual de lingstica indoeuropea dirigido por
A. Tovar, Madrid, C.S.I.C., 1952, p. 23.
9
As por ejemplo, G. Dottin, La langue gauloise, Pars, 1920.
10
Acerca de las tradas R. Bromwich escribe: Some of the most curious and significant evidente
concerning the Welhs medieval tradition of Arthur and the figures associated with him is to be found in
the short lista of three persons, objects or events known as triads. This form has been popular as a
literary device among the Celtic peoples since the early Middle Ages, if not longer. It vas used
commonly as a means of codifying moral aphorisms, general gnomic and antiquarian matter, and the
technicalities of poetic compostion and of the law. How ancient may be this addiction to the triple form
must remain a matter of doubt; there are triads in the early poetry attributed to Aneirin and Taliesin; and
one is tempted to connect the medieval predilection for the triad with the recurrent triple grouping of
Celtic deities in Gaul and Ireland (The Welsh Triads, en R. S. Loomis, Arthurian Literature in the
middle
8
chevalier au lion; Peredur hijo de Evrawc = Perceval ou li contes du graal; Gereint, hijo de
Erbin = Erec).
Los historiadores de la literatura han acostumbrado a denominar todos estos relatos con el concepto de
mabinogion, admitiendo que se trataba de una utilizacin abusiva y que desde un punto de vista estricto,
tal concepto slo se poda aplicar a las cuatro ramas11. Incluso algunos autores denominan
pseudomabinogi a los tres relatos relacionados con los romans de Chrtien de Troyes, por considerarlos
traducciones galesas de originales franceses. Por nuestra parte hemos preferido presentar estos relatos
con el concepto tradicional de Mabinogion que le otorgaron sus primeros traductores (Lady Guest y
Loth), as como los ms recientes (Jones), incluyendo tambin los tres relatos que algunos estudiosos
pueden considerar como simples traducciones, pero que otros hacen derivar de una fuente comn a
Chrtien de Troyes y a los autores galeses12.
El concepto mabinogi
Lady Charlotte Guest entendi que la forma mabinogion era un plural de mabinogi, lo cual ha sido
rebatido, pues en el manuscrito del Libro Blanco de Hergest, al final de la primera rama aparece el
trmino mabynnogyon (no as en el libro rojo, donde siempre se lee mabinogi o mabinyogi)13. Por ello
resulta difcil aceptar que la forma mabinogion sea plural de mabinogi, al referirse a una nica rama o
un nico relato. Con todo, Ifor Williams atribuy la aparicin de la forma -on en la primera rama de los
Mabinogi a una contaminacin de la forma precedente (dyledogyon14). As todo parece indicar que el
trmino correcto para aludir a las cuatro ramas es el de mabinogi, que, segn J. Loth, sera utilizado para
referirse a un tipo de cuentos tradicionales, que fueron entendidos como diferentes a los dems relatos15.
Existen diversas interpretaciones acerca del significado preciso de este concepto gals. Lady Guest
entendi que poda ser traducido por cuentos juveniles y G. Evans perfil esta interpretacin
hacindolo derivar del trmino mabol (y) aeth, que sera sinnimo del concepto latino infantia o del
francs enfances16. Los Jones ampliaron esta teora proporcionando otra dimensin de significado, pues
asociaron la idea de cuento de juventud a cuento de hroe 17. J. Rhys y J. Loth consideraron que el
concepto haca referencia al material propio de un mabinog, es decir, de un aprendiz a bardo 18. Por su
parte, W. J. Gruffyd ofreci una atractiva teora que ha sido muy discutida. El autor seal que las
cuatro ramas aluden a la historia de un personaje, concretamente a Pryderi, hijo de Pwyll,
As lo afirman G. y T. Jones, The Mabinogion, London, Dent, 1968 (1 edic. 1964), p. X.
Respecto a este problema, ver por ej. R. S. Loomis, A common source for Erec and Gereint,
Medium Aevum, XXVII, 3, 1958, pp. 175-178; en su edicin crtica sobre Owein o La Dama de la
Fuente, R. L. Thomson (Owein or Chwedyl Iarlles and Ffynnawn, Dubln, 1968) tambin estableci en
su extensa introduccin (ciento seis pginas) una fuente comn para el Yvain y el Owein. Una visin
general sobre esta cuestin en I. Ll. Foster, Gereint, Owein and Peredur, en R. S. Loomis Arthurian
Literature in the Middle Ags, Oxford, Clarendon Press, 1959, pp. 192-206.
13
Cf. G. y T. Jones, cit. p. IX.
14
I. Williams, Pedeir Keinc y Mabinogi (Las Cuatro Ramas de los Mabinogi), Cardiff, 1930, p.
XLII.
15
J. Loth, Les Mabinogion, t. I y II, Pars, Ernest Thorin, 1889 (r. I, pp. 12-13). Citar siempre por esta
edicin, aunque tendr en cuenta las variantes introducidas por Loth en una segunda edicin de 1913.
16
J. G. Evans, The White Book Mabinogion, Pwllheli, 1907, pgina 16
17
Cf. T. y G. Jones, cit., p. X
18
J. Loth, cit., t. I, p. 7.
11
12
- -
Contenido y estructura
Los once relatos que han sido agrupados bajo el concepto mabinogi no guardan estrecha relacin
interna, salvo las cuatro ramas que deben ser entendidas como una unidad. K. Jackson ya puso de
manifiesto la coherencia estructural y narrativa de estos cuatro relatos 23, que a pesar de carecer de un
orden racional y aristotlico de principio, desarrollo y final, no por ello carecen de lgica. En efecto, la
estructura de estos relatos debe buscarse en los distintos elementos de entrelazamiento que ordenan la
narracin y la llenan de significado. El interlace method que con tanto acierto advirtiera E. Vinaver para
distinguir la literatura medieval de la literatura moderna24, se pone de manifiesto no slo en las cuatro
ramas, sino tambin en los otros relatos, incluso en aqullos que han sido considerados como versiones
galesas de los romans de Chrtien de Troyes. En efecto, al profundo sentido racional que caracteriza las
obras del gran poeta de Troyes se opone una concepcin aparentemente catica de la narrativa, lo cual
constituye el elemento diferenciador entre los relatos galeses y los romans franceses.
W. J. Gruffyd, Rhiannon. An Inquiry into the Origins ot the First and Third Branches of the
Mabinogi, Cardiff Wales, Univ. of Wales Press, 1953.
20
P. Mac Cana, Branwen, Daughter of Llyr. a study of the Irish affinities and of the composition ot the
Second Branch of the Mabinogi, Welsh University Press, 1958, p. 174
21
As lo manifiesta en una recensin dedicada a este libro en Speculum, pp. 882-883.
22
E. P. Hamp, Mabinogi, THSC, 1975, pp. 243-249 (p. 247 y ss)
23
K. Jackson, The International Popular Tale and Early Welsh Tradition, Cardiff, Univ. of Wales Press,
1961, pp. 124-125
24
E. Vinaver, The Rise of Romance, Oxford, 1971, cap. V
19
otra mujer. Pwyll les pidi que le concedieran un plazo, y en ese plazo Rhiannon concibi. La
noche del nacimiento del nio enviaron mujeres para cuidarle, pero stas se durmieron y
Rhiannon tambin, y cuando despertaron, el nio haba desaparecido. Por temor al castigo,
todas afirmaron que Rhiannon haba matado a su hijo, y por mucho que Rhiannon lo neg le
impusieron una penitencia que consista en contar a todas las gentes que pasaran por la corte
su crimen y llevarlos sobre sus espaldas hasta la corte en caso de que as lo desearan. En aquel
tiempo, Teyrnon, seor de Gwent Iscoed, tena una yegua que para todos los primeros de mayo,
pero nunca conseguan quedarse con el potrillo porque a la maana siguiente ya haba
desaparecido. Un primero de mayo dijo a su mujer que aquella noche no iba a permitir que
desapareciera el potro, pues vigilara con todas sus armas. Teyrnon logr impedir que un
extrao animal se llevara el potro y despus de or un gran tumulto y dirigirse en aquella
direccin encontr a su regreso a un nio pequeo. Teymon y su mujer adoptaron al nio y lo
llamaron Gwri Wallt Euryn (de los cabellos de oro). Pasaron los aos y Teyrnon se enter de la
triste historia de Rhiannon y de su penitencia. Advirtiendo que el nio se pareca enormemente
a Pwyll, su antiguo seor, comprendi que Gwri era el hijo de Pwyll y Rhiannon, y se dirigi a
la corte de Pwyll para devolvrselo a sus padres. Mucho se alegraron por recuperar al nio y
Rhiannon exclam que por fin se libraba de su inquietud (pryderi en gals). Todos convinieron
que el nio deba llamarse Pryderi, tal como lo haba nombrado su madre. A partir de entonces,
rein la paz y la tranquilidad en Dyvet y despus de la muerte de Pwyll, Pryderi hered los siete
cantrew de Dyvet.
El relato de Pwyll, prncipe de Dyvet, puede ser ordenado en tres partes: 1, el encuentro de Pwyll con
Arawn y los acontecimientos que se derivan del encuentro; 2, el encuentro de Pwyll con Rhiannon y su
historia y 3, el nacimiento de Pryderi. J. Gantz ha observado que la estructura de la primera parte (Pwyll
I) y la estructura de la segunda parte (Pwyll II) poseen elementos idnticos y que se corresponden
simtricamente: I.1 Pwyll encuentra a Arawn = II.1 Pwyll encuentra a Rhiannon; I.2 Pwyll se apodera
del ciervo de Arawn = II.2 Pwyll entrega a Rhiannon a Arawn; I.3 Estancia de Pwyll en la corte de
Arawn = II.3 Estancia de Pwyll en la corte de Rhiannon; I.4 Pwyll rechaza a la mujer de Arawn = HA
Pwyll mete a Gwawl en el saco; I.5 Pwyll concede merced a Hafgan = II.5 Pwyll concede merced a
Gwawl; I.6 Amistad con Arawn = II.6 matrimonio con Rhiannon 25. Se trata, efectivamente, de una
estructura binaria con la inclusin de un tercer elemento narrativo que consiste en la historia del
nacimiento de Gwri-Pryderi.
Branwen, hija de Llyr (segunda rama)
Matholwch, rey de Irlanda, acude a Gales para pedir como esposa a Branwen, hija de Llyr y
hermana de Bran. Este acepta entregar a su hermana y durante la fiesta le regala unos
hermosos caballos. Das despus, Evnyssyen, hermano de Bran por parte de la madre, se entera
de todo lo ocurrido y con gran irritacin porque nadie le ha consultado, mutila y desfigura
horriblemente todos los caballos de Matholwch, quien entiende el acto como una afrenta contra
l. El rey de Irlanda decide partir antes de que termine el banquete en Abberfraw, pero Bran se
lo impide ofrecindole otros caballos para compensar sus prdidas y un caldero cuya virtud
consiste en hacer resucitar a todos los muertos, quienes al volver a la vida habrn perdido el
habla. El caldero haba pertenecido a Llasar Llaesgyvnewit, que con su mujer haba escapado
de una casa calentada al rojo blanco en Irlanda, y haban llegado a Gales, donde haban
formado una casta de guerreros inigualables. Acabado el banquete, Matholwch parte con
Branwen y sus hombres a Irlanda, pero una vez all sus nobles le recuerdan la gran afrenta
J. Gantz, Thematic structure in the four branches of the mabinogi, Medium Aevum, XLVII, 1978,
pp. 247-254 (p. 248 y ss.)
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sufrida en Irlanda y le piden compensacin. Imponen un castigo a Branwen, que a partir de ese
momento se ver relegada a las cocinas y deber sufrir una bofetada diaria; para hacer saber a
su hermano Bran las vejaciones que sufre en Irlanda, Branwen le enva una carta entre las alas
de un pjaro que ella misma ha educado. Enfurecido, Bran rene a todos sus hombres y a todas
sus huestes y decide marchar a Irlanda para vengar a Branwen. En Gales deja a siete hombres,
con Cradawc a la cabeza. Todas las huestes galesas se dirigen a Irlanda en barco, salvo Bran,
cuyo inmenso tamao se lo impeda. As los irlandeses ven acercarse un inmenso bosque (las
vergas y los mstiles de los barcos), una montaa (Bran), una elevada cresta (su nariz) y dos
lagos (sus ojos). Atemorizados, los irlandeses huyen allende el ro Llnon y destruyen el puente,
de modo que nadie poda cruzar el ro, ya que una piedra imantada impeda que fuera
atravesado por cualquier barco. Entonces Bran hace de puente y las huestes galesas
atraviesan el ro. Los irlandeses intentan pactar, ofrecindose a construir una gran casa de
hierro que le pueda contener a l y a toda su gente; adems, Matholwch renuncia al gobierno
de Irlanda, delegndolo en su hijo Gwern, sobrino de Bran. As lo hacen y antes del banquete
que habr de tener lugar en la inmensa casa de hierro. Evnyssyen entra en la casa y se da
cuenta de que en unos grandes sacos donde los irlandeses afirman que slo contienen harina, se
encuentran guerreros armados. Los mata a todos y Bran no se entera de la traicin. Una vez
reunidos galeses e irlandeses en la gran casa, Evnyssyen, enfurecido por la traicin, se apodera
de Gwern, hijo de Branwen, y lo echa al fuego. Se entabla una gran batalla, pero los irlandeses
muertos resucitan en el caldero, de modo que es imposible acabar con su ejrcito. Hacindose
pasar por irlands, Evnyssyen es echado en el caldero y distendindose, lo hace estallar en
pedazos. Todos los irlandeses murieron, Bran fue herido con una lanza envenenada y del
ejrcito gals slo quedaron siete hombres. Bran les obliga a que le corten la cabeza y les pide
que la entierren en la Colina Blanca, cerca de Londres, advirtindoles que transcurrir mucho
tiempo hasta que lleguen a la colina; primero se detendrn en Harddlech, donde un banquete
durar siete aos y los pjaros de Rhiannon cantarn para ellos, despus habrn de pasar
ochenta aos en Penvro (Pembrolce), y hasta que se abra la puerta que da sobre Aber Henvelen
hacia Cornualles ninguno de los siete hombres habr de notar el transcurso del tiempo y
ninguno recordar la muerte ni ninguna otra de las desventuras ocurridas. Y los siete hombres
le cortaron la cabeza y Branwen les acompa, pero en su viaje el corazn de Branwen se
quebr y muri. Una vez en Gales, los siete hombres se enteraron de que Caswallwn, hijo de
Beli, haba matado a los hombres de Bran y que haba sido coronado rey de Londres.
Continuaron su camino y todo ocurri tal y como les haba anunciado Bran. Despus de
muchos aos enterraron su cabeza en la Colina Blanca.
La estructura de Branwen, hija de Llyr, es muy semejante a la de Pwyll, pudindose distinguir dos
secciones que poseen elementos que se corresponden simtricamente. Segn J. Gantx, ofrecera la
siguiente estructura: I.1 Matholwch deja sus caballos al cuidado de Bran = II.1 Bran deja a Branwen al
cuidado de Matholwch; I.2 Evnyssyen maltrata a los caballos = II.2 Matholwch maltrata a Branwen; I.3
Matholwch pide compensacin = II.3 Bran pide compensacin; I.4 Bran ofrece caballos como
compensacin = II.4 Matholwch ofrece a Bran el reino a travs de su hijo, sobrino de Bran, como
compensacin; I.5 Matholwch es dominado por los irlandeses = II.5 Bran es dominado por Evnyssyen26.
Manawyddan, hijo de Llyr (tercera rama)
Entre los siete hombres que regresaron de Iwerddon se encontraban Pryderi, hijo de Pwyll, y
Manawyddan, hijo de Llyr, hermano de Bran. Manawyddan no desea permanecer en la misma
J. Gantz, Thematic structure in the four branches of the mabinogi, Medium Aevum, XLVII, 1978,
p. 249
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casa que Caswallawn por la traicin que ha cometido contra Bran, y Pryderi le ofrece sus siete
cantrew de Dyver y a su madre, Rhiannon, como esposa. Manawyddan acepta y se establece en
la corte de Arberth junto con su nueva mujer, Rhiannon, Pryderi y Kicva, mujer de Pryderi.
Dyvet era una de las regiones ms pobladas y prosperas de Gales, hasta que un da estando los
cuatro sentados en una colina, se vieron envueltos en una extraa nube. Cuando pas la nube,
vieron que la corte y toda la regin se haba quedado desierta y que no haba ms habitantes a
excepcin de ellos cuatro. Cuando la comida empez a escasear, decidieron ir a Lloegyr y
ganarse la vida como guarnicioneros. Pryderi y Manawyddan se convirtieron en los mejores
guarnicioneros y todos los del oficio pensaron en matarles porque sus ganancias haban
disminuido considerablemente. Pero fueron advertidos y marcharon a otra ciudad, donde se
dedicaron a hacer zapatos. Pero en aquella ciudad les ocurri lo mismo que en la anterior y se
vieron obligados a huir, ya que Manawyddan no deseaba enfrentarse. Decidieron volver a
Arberth para examinar el pas. Toda la regin permaneca desierta. Un da, Pryderi y
Manawyddan fueron a cazar, y persiguiendo a un jabal divisaron un castillo que jams haban
visto con anterioridad en aquel lugar. Los perros siguieron al jabal y desaparecieron en el
interior del castillo. Contra todo consejo de Manawyddan, Pryderi se obstin en entrar en el
castillo. As lo hizo, y al entrar vio una gran fuente en cuyo borde de mrmol haba un
recipiente de oro sujeto por unas cadenas. Cuando se acerc y lo toc, sus dos manos ya no se
pudieron despegar, perdi la voz y no pudo pronunciar palabra. Despus de esperarle largo
rato, Manawyddan regres a la corte y se lo cont todo a Rhiannon, que en seguida se dirigi al
lugar donde se encontraba el castillo. A Rhiannon le sucedi lo mismo que le haba ocurrido a
Pwyll. Manawyddan decidi volver a Lloegyr y reemprender su trabajo de zapatero. Al poco
tiempo, todos los zapateros le envidiaban y haban decidido matarle. Junto con Kieva,
Manawyddan abandon la ciudad y regres a Dyvet. Sembr tres cercados de trigo y cuando
los crey maduros fue a recolectarlos. Pero en dos das sucesivos no encontr ms que paja
desnuda en dos de los cercados, de modo que decidi vigilar por la noche el tercero para poder
hacer la recoleccin a la maana siguiente. Durante la noche oy grandes ruidos y vio una
gran hueste formada por multitud de ratones que atacaban su cercado. No pudo hacer nada
contra ellos, pero logr atrapar a uno. Al da siguiente, cuando se dispona a colgarlo, como
era costumbre hacer con los ladrones, encontr a dos sacerdotes que sucesivamente se lo
intentaron comprar, para que un noble como l no se viera en la situacin de matar a un animal
tan despreciable. Pero Manawyddan no acept y finalmente lleg al lugar donde se encontraba
un obispo acompaado de todo su squito. Tambin el obispo se lo intent comprar, pero
Manawyddan no acept. Entonces le ofreci concederle lo que quisiera y Manawyddan le pidi
que hiciera desaparecer el encantamiento sobre Dyvet, que jams hubiera otro hechizo en aquel
pas, que liberara a Pryderi y Rhiannon y que no se tomara venganza sobre l. El obispo
acept, puesto que el ratn era su mujer, que haba sido hechizada junto con todos los dems
ratones para provocar la desgracia de Manawyddan. Era el obispo de Llwyd quien haba
encantado la regin por amistad con Gwawl, hijo de Clut, para vengar y castigar a Pryderi
porque Pwyll haba metido a Gwawl en un saco en la corte de Eveidd Hen. En aquel momento
aparecieron Pryderi y Rhiannon, libres de su cautiverio.
La estructura de esta relato resulta mucho ms sencilla que la de Pwyll o la de Branwen, pues la
narracin es lineal y sus elementos son inmediatos y no corresponden a dos secciones distintas (Llwyd
captura a Rhiannon y Pryderi / Manawyddan captura a la mujer de Llwyd / Llwyd libera a sus
prisioneros / Manawyddan devuelve a su prisionero). Este mabinogi se puede entender como la
continuacin de la primera rama, ya que el suceso principal, el hechizo sobre Dyvet, es un
desencadenamiento de un hecho ocurrido en el relato de Pwyll (la captura de Gwawl en el saco, II.4).
En este sentido, la segunda rama se podra considerar como un interludio en la historia, aunque
necesario, pues sirve para centrar la figura de Manawyddan. Este personaje posee un carcter
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fundamental en la tercera rama, pues uno de los temas fundamentales del relato consiste en el
matrimonio de Manawyddan y Rhiannon que no debe entenderse como la simple unin de dos personas,
sino mucho ms como la unin de dos linajes 27, el de Pwyll, que conocemos por la primera rama, y el de
Manawyddan, hijo de Llyr, que conocemos por la segunda rama. Por otro lado, sabemos por una breve
alusin en el cuento de Branwen y por el principio de la tercera rama, que Pryderi form parte de la
hueste de Bran y fue uno de los siete hombres que regres a Gales, estuvo en el banquete de Hardlech
durante siete aos, permaneci otros ochenta en Penvro y enterr la cabeza de Bran en la Colina Blanca.
En este sentido, la ordenacin de los relatos se encuentra plenamente justificada.
Math, hijo de Mathonwy (cuarta rama)
Math, seor de Gwynedd, tena que vivir en tiempos de paz con los pies apoyados en el regazo
de una virgen. La doncella que sostena sus pies era Goewin y un sobrino de Math, hijo de su
hermana Don, se enamor de Goewin y quiso poseerla. Gwydyon decidi ayudar a su hermano
Gilvaethwy para obtener a la doncella, provocando una guerra, nica forma de que Math
abandonara a la doncella. Al enterarse de que Pryderi, seor de los cantrew del Sur, haba
recibido unos animales extranjeros (puercos), pidi permiso a Math para ir a requerir a
Pryderi aquellos animales. Obtuvo permiso y acudi a la corte de Pryderi en guisa de bardo
acompaado de sus gentes. Como Pryderi se negara a regalrselos, le ofreci a cambio doce
caballos con todo su equipamiento, doce lebreles y doce escudos de oro. Pryderi acept y
Gwydyon y sus gentes se marcharon a toda prisa, pues Gwydyon haba conseguido todo aquello
por hechizos que slo duraran un da. Cuando Math se enter de que las huestes de Pryderi
perseguan a Gwydyon, reclut a todas sus gentes. Entablaron batalla y al final se decidi que
el asunto slo se poda solucionar en un combate entre Gwydyon y Pryderi. Apelando a su
magia, Gwydyon mat a Pryder. Al regresar a su corte, Goewin cont a Math que Gilvaethwy
la haba posedo contra su voluntad mientras l haba acudido a la guerra. En compensacin
Math la tom por esposa y para vengarse de Gwydyon y Gilvaethwy los convirti por un ao en
ciervo y cierva, dotndoles de los mismos instintos que estos animales. Al ao siguiente se
presentaron en la corte de Math con un cervatillo y Math los convirti en jabal y jabalina. Al
cabo del ao regresaron con un pequeo jabal y Math los transform en lobo y loba.
Transcurri otro ao y acudieron junto a Math con un lobezno. Entonces Math les devolvi su
forma, considerando que ya haban sufrido bastante la vergenza de haber tenido hijos uno de
otro y les restituy su amistad y confianza. Les pidi consejo acerca de qu virgen podra
sostener sus pies y Gwydyon le sugiri a su hermana Aranrot. Cuando la joven lleg a la corte
de Math, ste quiso comprobar si efectivamente era virgen y la hizo pasar por encima de su
vara mgica. Al pasar, dej tras de s un nio rubio y hermoso al que bautizaron con el nombre
de Dylan y un segundo muy semejante al anterior del que Gwydyon, antes de que lo viera nadie,
se apoder. Gwydyon se ocup del nio y un da lo llev a la corte de Aranrot para que le diera
nombre, pero su hermana se ofendi y jur que jams tendra nombre. Por medio de un hechizo,
Gwydyon logr que Aranrot le pusiera involuntariamente un nombre y desde entonces se llam
Llew Llaw Gyffes (Len de Mano Diestra). Del mismo modo consigui que le diera armas y
cuando las obtuvo, Aranrot jur que jams tendra mujer. Entonces Gwydyon acudi junto a
Math y le rog que le ayudara a formar una mujer para Llew, y de las flores hicieron una mujer
a la que llamaron Blodeuwedd. Llew y Blodeuwedd fueron a vivir al cantrev de Dinodig que
Math le haba cedido. Un da Llew fue a ver a Math y en su ausencia fue a cazar a sus tierras
Gronw Pebyr, seor de Pennllynn. Blodeuwedd no quiso mostrarse descorts y le invit a pasar
Para una teora acerca del sistema de parentesco feudal, vase J. E. Ruiz Domenec, Systeme de
patent et thorie de l'alliance dans la socit catalane (env. 1000-env. 1240, Revue Historique, 532,
oct.-dc. 1979, pp. 305-326.
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la noche en su corte. En cuanto se vieron, se enamoraron y decidieron matar a Llew para poder
vivir juntos. Blodeuwedd pregunt a Llew la forma en que se le podra matar simulando gran
preocupacin por su vida y ste se lo cont: slo podra darle muerte aqul que durante un ao
estuviera confeccionando una jabalina y se la arrojase en el momento en que pusiera un pie
sobre el borde de una tina junto a un ro y otro sobre la espalda de un macho cabro.
Blodeuwedd se lo hizo saber a Gronw y al cabo de un ao le pidi a Llew que le mostrara con
precisin la forma en que podra ser matado. Y cuando Llew tena un pie sobre la tina y el otro
sobre el macho cabro, Gronw le arroj la lanza y Llew se transform en un pjaro y sali
volando. Math y Gwydyon se enteraron de la historia y Gwydyon decidi ir en busca de Llew.
Siguiendo a un puerco que siempre desapareca por un camino desconocido por todos, encontr
en la copa de un rbol a un cuervo comiendo carne podrida. Comprendi que se trataba de
Llew, cant un englyn hasta que el cuervo se pos sobre l y tocndole con su vara le devolvi
su aspecto y figura. Cuando Llew se hubo restablecido, Gwydyon, Llew y toda su hueste se
dirigieron a Ardudwy. Gwydyon transform a Blodeuwedd en bho y la conden a ser odiada
por todos los dems pjaros, y Llew exigi a Gronw como compensacin que ocupara el mismo
lugar que l, cuando le arroj la lanza y que ahora debera recibir l el golpe. Nadie de la casa
de Gronw quiso recibir el golpe en su lugar y Gronw le rog que le permitiera colocarse una
piedra plana, pero Llew atraves la piedra, y mat a Gronw. A partir de entonces, Llew
gobern prsperamente y ms tarde se convirti en seor de Gwynedd.
Posiblemente ste sea uno de los relatos ms complejos de las cuatro ramas de los Mabinogi. Puede ser
dividido en tres partes distintas: la primera (I) tratara de la obtencin de Goewin por parte de Gwydyon
y Gilvaethwy, y el castigo infligido por Math; la segunda (II) comenzara en la reconciliacin de Math
con sus sobrinos y la historia de Gwydyon, Aranrot y Llew, y la tercera (III) se iniciara con el
matrimonio de Llew y Blodeuwedd. Segn J. Gantz, la primera parte consta de unos elementos
temticos que encuentran su correspondencia en la segunda y tercera parte: I.1 Gwydyon despoja a
Goewin de su honor; II.1 Aranrot priva a Llew de nombre y armas; I.2 Gwydyon despoja a Math de
Goewin; 111.2 Gronw despoja a Llew de su mujer; I.3 Gwydyon mata a Pryderi; III.3 Gronw mata a
Llew; I.4 Math castiga a Gwydyon; III.4 Llew castiga a Gronw 28. Como puede observarse, la primera,
segunda y cuarta rama de los mabinogi estn construidas segn un modelo estructural muy semejante,
basado fundamentalmente en la correspondencia de elementos temticos entre sus partes respectivas.
Esta cuarta rama inicia la historia de un nuevo linaje, el de Don, que al entrar en guerra con el linaje de
Pryderi y provocar la muerte de ste concluye de algn modo las anteriores ramas. En efecto, el relato
se inicia con un nuevo tema, el deseo de Gilvaethwy de poseer a Goewin, pero se desarrolla enlazndolo
con un tema anterior: Pryderi y los puercos que le manda Arawn desde Annwvyn. Math no habra
castigado a Gwydyon y Gilvaethwy de semejante modo si no le hubiera dolido tanto la muerte de
Pryderi.
Desde un punto de vista de conjunto, algunos autores han considerado que la primera y tercera ramas
guardan una estrecha relacin, mientras que la segunda se relaciona a su vez con la cuarta, formando as
dos ncleos diferenciados. Esta estructura general de los Mabinogi se justifica por motivos territoriales
(la primera y tercera rama transcurren en el sur de Gales, la segunda y la cuarta en el norte) y por el
carcter que se atribuye a los cuentos, considerando que la primera y tercera ramas se desenvuelven en
un ambiente pacfico, corts, influido por los romans franceses, mientras la segunda y cuarta ramas se
definiran por su sentido heroico y catastrfico 29. Por el contrario, J. R. Bollard los entiende como un
continuum y seala que cada uno de los cuentos desarrolla tres temas fundamentales (amistad,
matrimonios y feudos) que se van enlazando por medio de elementos semejantes. As, para Bollard,
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14
cada rama posee una independencia y desarrolla los tres temas, pero en su conjunto se advierte una
linearidad por su susceptibilidad a ser comparados a travs de los elementos enlazantes30.
Por nuestra parte hemos observado que desde un punto de vista de contenido, se exige tal ordenacin
lineal y no alternante como pretende Gantz, y que la sucesin de las ramas presenta una coherencia
argumental y queda plenamente justificada.
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entonces gobern con prosperidad y entreg a Kynon y Adeon todo un ejrcito para que
conquistaran la parte del mundo que quisieran.
El relato posee una estructura sencilla, pudindose distinguir en l tres partes: I, el sueo de Maxen; II,
la bsqueda de la doncella; III, el matrimonio y el asedio de Roma. La segunda parte puede entenderse
como un desdoblamiento de la primera, pues se repite dos veces el tema fundamental: el recorrido
geogrfico que hace Maxen en sueos hasta llegar al castillo de la doncella, vuelve a aparecer en el
viaje de los mensajeros y en el viaje real de Maxen. La minuciosa descripcin de los lugares y su doble
repeticin prestan al relato una belleza singular que no ha sido igualada en ninguno de los otros cuentos.
La tercera parte puede entenderse como una ficcin literaria basada en un hecho real. En efecto, Maxen
o Mximo, segn se le conoce en las fuentes, se dirigi con un ejrcito de bretones contra Roma a
finales del siglo IV, pero fue derrotado por el emperador Teodosio.
Lludd y Llevelys
Lludd, hijo de Beli, hijo de Manogan, era rey de la isla de Bretaa y su hermano Llevelys
gobernaba en Francia despus de haber contrado matrimonio con la hija del rey francs. En
aquel tiempo se abatieron sobre la isla de Bretaa tres plagas: la primera era la invasin de
una tribu extranjera, los Corianneit; la segunda, un grito espantoso que se oa cada noche de
primero de mayo y que causaba terribles estragos, y la tercera, la continua desaparicin de
vveres y provisiones de la corte del rey. Como Llevelys siempre se haba distinguido por sus
sabios consejos, Lludd decidi ir a Francia a verle y prepar su viaje con el mximo secreto
posible, pues los Coriamaeit eran capaces de or cualquier conversacin si el viento se la
llevaba. Una vez en Francia, Llevelys explic a Lludd, a travs de un cuerno para que los
Corianneit no se enteraran, las causas de las tres plagas y cules eran los medios para librarse
de ellas. En primer lugar, slo podra aniquilar a los Corianneit virtiendo sobre ellos unos
insectos triturados en agua. As, debera reunir a todo su pueblo y a los Corianneit con el
pretexto de hacer la paz y derramar el agua sobre todos. Esta slo debera afectar a los
invasores. En segundo lugar, el grito era el de un dragn que luchaba con otro dragn
extranjero; para acabar con aquel grito, debera medir la isla hasta encontrar su punto central;
all cavara un agujero y en l depositara una tina llena de aguamiel, cubrindolo todo con una
capa. Aquella noche debera velar en persona y vera combatir a los dragones que al final,
agotados, caeran sobre la cubierta y la arrastraran hasta el fondo del agujero. Una vez all
beberan aguamiel y se quedaran dormidos. Seguidamente plegara la tela alrededor de ellos y
los hara encerrar en un cofre de piedra, enterrando despus el cofre. La tercera plaga era
debida a un mago, que haca dormir a todo el mundo en todos los banquetes para entrar en su
corte y apoderarse de todas las provisiones. Lludd debera velar l mismo y para no dormirse se
sumergera en una tina llena de agua fra. Entonces llegara el mago y debera combatir con l.
Llud hizo todo lo que le indic su hermano Llevelys: aniquil a los Corianneit, encerr en el
cofre a los dragones y por ltimo venci al hombre que con su magia se apoderaba de sus
provisiones. As logr Lludd, hijo de Beli, terminar con las tres plagas de la isla de Bretaa.
El relato se resuelve en dos partes. A una primera pertenecera la aparicin de las plagas, su explicacin
y su remedio, siendo Llevelys el personaje fundamental, pues es l quien revela a Lludd las causas de
las plagas y el modo en que debern ser combatidas. En la segunda parte se desarrolla la accin de
Lludd contra las plagas y su destruccin. Tambin en este relato se recurre a la tcnica de repeticin (la
explicacin de Llevelys del significado de las plagas y la forma de luchar contra ellas, y la accin de
16
Lludd contra las plagas)que ya vimos utilizada en el relato de El sueo de Maxen Wledig. J. Loth
entendi este relato como una triada desarrollada31.
Kulhwch y Olwen
Kilyd, hijo de Kelyddon Wledig, se cas con Goleudydd, hija de Anllawd Wledig, y de ellos
naci un hijo llamado Kulhwch. Poco tiempo despus, Goleudydd muri y Kilyd se volvi a
casar con la mujer del rey de Doged, que tena una hija. Esta pretenda que su hija se casara
con Kulhwch, y ante la negacin de ste jur que slo tendra por mujer a Olwen, la hija de
Yspadadden Penkawr. Kilyd aconsej a Kulhwch que fuera a ver a Arturo, su primo hermano, y
le pidiera ayuda. As lo hizo Kulhwch y cuando lleg a la corte de Arturo le rog delante de
toda su corte y todos sus guerreros que consiguiese a Olwen para l. Durante un ao los
mensajeros de Arturo estuvieron buscando a la doncella, pero no la encontraron. Entonces
Arturo organiz una compaa formada por sus mejores hombres para que salieran en
bsqueda de la doncella. Estos eran: Kei, Bedwyr, Kynddelic el Gua, Gwrhyr Gwalstawt
Ieithoedd (Intrprete de Lenguas), Gwalchmei, hijo de Gwyar; Menw, hijo de Teirgwaedd, y el
propio Kulhwch. Estos siete hombres se pusieron en marcha y llegaron a una vasta llanura,
donde divisaron un castillo. En la cima de la colina se encontraba un pastor, que les indic que
se encontraban en el castillo de Yspadadden Penkawr y les acompa a su casa. La mujer de
Kustenin el pastor era ta de Kulhwch y hermana de Yspadadden. Todos sus hijos haban sido
aniquilados por Yspadadden a excepcin de uno solo: Goreu, que guardaba en un cofre. Les
rog que cejaran en su empresa, porque no saldran con vida del castillo. Ellos le pidieron que
mandara venir a su casa a Olwen y ella se lo concedi. Olwen le dijo a Kulhwch que slo la
podra conseguir aceptando todas las condiciones que su padre le impusiera y prometindole
conseguir todo lo que le pidiese por muy difcil que le pareciera. Acudieron todos a la corte de
Yspadadden para hacerle su peticin y en tres ocasiones distintas Yspadadden les lanz una
jabalina envenenada a traicin. En las tres ocasiones, la jabalina le fue devuelta por Bedwyr,
Menw y Kulhwch, atravesndole una rodilla, el centro del pecho y un ojo. Finalmente acept
tratar con ellos y pidi a Kulhwch lo siguiente: sembrar en un solo da un campo de trigo para
hacer con l la bebida y comida del festn de su boda, para lo cual necesitara a maethon, hijo
de Don, para preparar la tierra; a Govannon, hijo de Don, para sacar el hierro de la tierra; los
bueyes de Gwlwyd Wineu para arar la tierra; los bueyes Melyn Gwanwyn y Brick y los bueyes
cornudos de Ych Brich; granos de lino que salieran de una tierra roja para hacer el tocado de
novia de su hija; una miel dulcsima para el banquete; la copa de Llwyr, que contiene un fuerte
licor; el cesto de Gwyddneu Garanhir, donde siempre haba comida suficiente para cien
hombres; el cuerno de Gwlgawt Gogodin para derramar la bebida del banquete; el arpa de
Teirtu, que tocaba sola para la fiesta; los pjaros de Rhiannon para distraerle durante el
banquete; el caldero de Diwrnach el irlands para hervir los manjares del banquete; el colmillo
del jefe de los jabals; Yskithyrwynn para afeitarse el da de la boda de su hija, para lo cual
debera encontrar a Odgar, hijo de Aedd, el nico que se lo podra arrancar, y a Kado de
Prydein, que debera custodiar el colmillo; la sangre de la bruja Gorddu para alisar los pelos
de su barba, para lo cual necesitara las botellas de Gwiddolwyn Gorr, nicos recipientes que
la podan mantener caliente; las botellas de Rinnon Rin Barnawt para conservar la leche
fresca; finalmente tendra que conseguir el peine y las tijeras que llevaba el jabal Twrch
Trwyth para arreglar sus cabellos. Pero no podra conseguirlos sin Drutwin, el cachorro de
Greit, que llevara la correa de Kwrs Kant Erwin, el collar de Kanhastyr Kanllaw, la cadena de
Kyludd Kanhastyr; slo Mabon podra cazar al jabal y debera montar a Gwynn Mydwnn, el
caballo de Gweddw, y para encontrar a Mabon, desaparecido desde la tercera noche de su
31
J. Loth, cit., t. I, p. 15
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17
sueo: Se diriga con sus compaeros hacia Rhyd y Groes, en el Havren, cuando oy un gran
ruido y vio a un caballero vestido de amarillo y verde, al igual que su caballo. El caballero era
Iddawc Cordd Prydein (el Intrigante de Bretaa) y el apodo le fue impuesto por haber
sembrado la discordia entre Arturo y Medrawt y haber provocado as la batalla de Camlan.
Despus de hacer penitencia en Prydein durante siete aos fue perdonado. Iddawc les
acompa en su camino y llegaron al Havren. A ambos lados del vado vieron multitud de
pabellones y a Arturo sentado en una isla acompaado de Bedwin, el obispo, Gwarthegyt, hijo
de Kaw, y un gran joven de cabellos castaos. Iddawc y sus compaeros saludaron a Arturo y
ste sonri amargamente diciendo que mucho le entristeca ver a hombres tan despreciables
defendiendo la isla, cuando antao haban sido tan valerosos. Iddawc explicaba a Rhonabwy
quines eran todos aquellos hombres que estaban all reunidos, cuando un caballero, Karadawc
Vreichvras, dirigi palabras speras a Arturo, dicindole que ya era momento de dirigirse a
Baddon para luchar con Osla Gyllellvawr. Se pusieron en marcha y Iddawc y Rhonabwy se
detuvieron para contemplar cmo se levantaban los pabellones y avanzaban los ejrcitos, que
se distinguan por sus mltiples colores. Llegaron a Kaer Baddon y en medio de un ejrcito
vieron cabalgar a un caballero y todos se acercaban para verle; era Kei. En esto, Arturo se
dispuso a jugar al ajedrez con Owein. Durante la partida acudieron tres hombres a advertir a
Owein que los escuderos de Arturo estaban molestando a sus cuervos. Tres veces consecutivas
pidi Owein a Arturo que llamara a sus hombres, y ste le rog que continuara su partida sin
prestar atencin a la peticin de Owein. Al final, Owein orden al escudero que enarbolara el
estandarte para que los cuervos pudieran volar. El escudero as lo hizo y ellos continuaron la
partida. Mientras jugaban, acudieron tres hombres de Arturo a pedir a Owein que detuviera a
sus cuervos, pues estaban causando estragos. Arturo le rog que llamara a sus cuervos y Owein
le pidi que continuara la partida. Por ltimo, Arturo aplast las piezas que haba en el tablero
y Owein orden que bajaran el estandarte. Iddawc explic a Owein quines eran los tres
hombres que haban ido a advertir a Owein lo que ocurra con sus cuervos y quines eran los
tres que haban ido despus a advertir a Arturo que los cuervos estaban matando a su gente. En
esto llegaron veinticuatro caballeros de Osla Gyllellvawr a pedir a Arturo una tregua de un mes
y quince das. Arturo la concedi y en el tumulto, Rhonabwy se despert. Haba dormido tres
noches y tres das.
Rhonabwy se traslada en su sueo a una poca anterior, a principios del siglo VI, cuando Arturo venci
a los sajones en la batalla de Mont Baddon. Toda la accin tiene lugar antes de la batalla de Mont
Baddon y el objetivo fundamental del relato consiste en describir un mundo deslumbrante por la riqueza
de las armas, el valor y las actitudes de los caballeros, el brillante colorido de sus vestimentas y
pabellones. Es tal la riqueza descriptiva del relato que al final el autor afirma que ningn bardo o relator
podr recordarlo sin libro por la gran cantidad de colores de caballos, armas, vestimentas y piedras
mgicas. Adems tiene lugar la presentacin de los caballeros de Arturo, entre los que destaca Kei.
Dentro de la descripcin de caballeros se inscribe una historia que puede entenderse como el ncleo del
relato: la partida de ajedrez de Arturo y Owein, que transcurre segn una estructura simtrica y doble,
pues tres veces consecutivas Arturo se niega a acceder a lo que Owein le pide y a su vez Owein har
caso omiso de la peticin de Arturo de llamar a sus cuervos en otras tres ocasiones, instndole a
continuar la partida como hiciera Arturo con anterioridad. As, El Sueo de Rhonabwy poseera tres
partes fundamentales: una primera en que tiene lugar la descripcin de los ejrcitos acampados en el ro
Havren, una segunda cuyo tema es la partida de ajedrez en Mont Baddon y que se desdoblara en dos
secciones con elementos que se corresponden simtricamente, y una tercera en la que Arturo accede a
conceder a Osla una tregua de un mes y quince das. El relato se encontrara precedido de un breve
prlogo, donde se nos explica quin es Rhonabwy y el objetivo de su viaje y un breve eplogo, donde
tiene lugar el despertar de Rhonabwy.
- -
19
que fue venciendo, hasta que al final slo quedaron Gwalchmei y Arturo. Entonces Owein luch
contra Gwalchmei y no le reconoci hasta que de un golpe apart el yelmo de su rostro. Se
acabaron entonces los combates y Owein invit a Arturo y a todos sus hombres a su corte.
Cuando decidieron partir Owein les acompa y jur que estara de vuelta en tres meses, pero
permaneci en la corte de Arturo tres aos. Un da lleg una doncella a la corte de Arturo y
llamando a Owein embustero y traidor le quit el anillo que le haba regalado Lunet. Se
apoder de Owein una gran tristeza y al da siguiente se march de la corte de Arturo en busca
de tierras salvajes y desiertas. Pas mucho tiempo en soledad acompaado de animales, hasta
que su aspecto se transform, y se debilit tanto que tuvo que bajar de las montaas. Lleg a
una corte, donde le cuidaron, y se pudo restablecer gracias a un ungento maravilloso. La corte
perteneca a una condesa viuda y un conde pretenda arrebatarle sus dominios. Owein salv a
la condesa de la amenaza del conde y sigui su camino. De pronto encontr en un bosque a un
len y a una serpiente que le amenazaba. Owein mat a la serpiente y desde entonces el len le
sigui a todos los lugares donde iba. Estando una noche en un bosque se encontr con una
doncella que dijo ser Lunet y le explic que dos escuderos de la corte de su seora la mataran
si no iba a defenderla Owein, contra quien aquellos hombres haban dicho palabras injuriosas
por haber abandonado a su seora. Lunet no reconoci a Owein y ste fue a pasar la noche a
un castillo donde reinaba la ms profunda tristeza, pues al da siguiente un gigante que haba
apresado a los dos hijos del dueo del castillo tos matara si el dueo no le entregaba a su hija.
Owein venci al gigante con ayuda del len y salv a los dos muchachos. Entonces se dirigi al
lugar donde se encontraba Lunet y combati contra los dos jvenes, que pretendan quemarla
en una hoguera, y con ayuda del len logr vencerlos. Owein y Lunet regresaron juntos al
castillo de la Dama de la Fuente y Owein no abandon a la Dama mientras vivi. Un da,
Owein se dirigi a la corte del Negro Opresor y el len no le abandon hasta que le hubo
vencido. Le concedi gracia y el Negro Opresor le jur que a partir de entonces sera
hospitalario. Owein liber a las veinticuatro mujeres que tena all apresadas y regresaron
todos juntos a la corte de Arturo. Despus de un tiempo, Owein regres a sus tierras.
En esta historia se distinguen tres partes: una primera parte (I) que se iniciara con el relato de Kynon y
terminara con la llegada de Arturo y sus caballeros al castillo de la Dama de la Fuente; una segunda
parte muy breve (II) que puede entenderse como un intermedio y tambin como un laxo de unin entre
la primera y tercera parte, y correspondera a la estancia de Owein en la corte de Arturo durante tres
aos y a la aparicin de la extraa doncella que le quita el anillo; finalmente, una tercera parte (III)
comenzara con el retiro de Owein a los lugares desolados y se desarrollara en las aventuras de Owein
hasta la reconciliacin con la Dama de la Fuente. Un breve eplogo narra una nueva aventura de Owein,
su vuelta a la corte de Arturo y la toma de posesin de sus tierras.
La I parte consta a su vez de cuatro secciones: a, el relato de Kynon; b, la victoria de Owein sobre el
Caballero Negro; c, el matrimonio de Owein y la Dama de la Fuente, y d, la llegada de Arturo y sus
caballeros a la fuente. Hay que hacer notar que a, b y d estn formados por los mismos elementos, pues
en cada una de estas secciones se describe en qu consiste la aventura de la fuente (la llegada al castillo
del hombre de cabellos rubios con las veinticuatro doncellas / el encuentro con el Hombre Negro / la
llegada a la fuente, donde se vierte el recipiente lleno de agua, el trueno, el aguacero, el rbol deshojado,
los pjaros y la aparicin del Caballero Negro, que en d es Owein).
La tercera parte se puede desglosar en distintas secciones: a, el retiro de Owein; b, la aventura en la
corte de la condesa viuda; c, la conquista del len; d, la aventura del gigante; e, Owein salva a Lunet de
la hoguera; f, la reconciliacin de Owein y la Dama de la Fuente.
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21
Si, en lneas generales, la trama y los temas presentan indudables similitudes con el relato de Chrtien,
hay que sealar que en esta versin galesa no consta una importante aventura desarrollada en el roman
francs. En efecto, en el Chevalier au lion, Yvain no regresa junto a la Dama de la Fuente despus de
haber salvado a Lunet de la hoguera, sino que antes tiene lugar la Pesme Aventure (v. 5107-5809), que
viene precedida por el encuentro de Yvain con las dos hijas del seor de la Negra Espina y que finaliza
con el combate entre Yvain y Gauvain. Por otro lado existen innumerables detalles significantes en el
roman francs que no
encuentran correspondencias en la versin galesa, no slo en lo que respecta a matices, sino incluso en
lo que se refiere a ciertos elementos de contenido32.
Peredur, hijo de Evrawc
Peredur fue criado junto a su madre, que despus de la muerte de su marido, Evrawc, en la
guerra, haba decidido apartar a su hijo de la caballera. Un da, Peredur vio a tres caballeros
(Gwalchmei, Gweir y Owein) y se qued tan admirado por el resplandor de sus armas que
decidi seguirles y hacerse ordenar caballero. Siguiendo los consejos de su apenada madre, se
dirigi a la corte de Arturo. En su camino encontr un pabelln en medio de un prado en el que
haba una doncella a la que salud, pidi comida y las joyas que tena, segn le haba
recomendado su madre. La doncella accedi y cuando lleg el dueo del pabelln se molest
mucho con ella, convencido de que haba tenido relaciones con el joven. La ech de su pabelln
y jur que buscara a aquel joven. En esto, Peredur lleg a la corte de Arturo y dos enanos lo
anunciaron como la flor de los guerreros y la caballera, lo que provoc el sarcasmo y la ira de
Kei, pues iba muy pobremente armado y no tena aspecto de caballero. Despus de propinar
sendos puntapis a los enanos, envi a Peredur a combatir con un caballero que poco antes
haba ultrajado a Gwenhwyvar y con el que nadie se haba atrevido a enfrentarse. Peredur
venci al caballero y cuando estaba intentando quitarle las armas lleg Owein, quien mucho se
admir por el valor del joven. Peredur se neg a acompaarle a la corte y le dijo que en todos
los lugares donde fuera se anunciara como hombre de Arturo, que le procurara todos los
servicios que pudiera y que no regresara a su corte antes de haber vengado el ultraje de Kei
hecho a los enanos.
A partir de este momento se inician las aventuras de Peredur: despus de vencer a muchos
caballeros y de enviarlos a la corte de Arturo ordenndoles le dijeran que no pensaba regresar
antes de haber vengado el ultraje hecho a los enanos, Peredur llega a un gran bosque, donde
encuentra a un hombre de cabellos blancos, cojo, y a unos criados pescando. El anciano le
invita a entrar en su castillo y le dice ser el hermano de su madre, recomendndole que no
pregunte nada por muy extraas que sean las cosas que vea. Al da siguiente, Peredur lleg a
otro castillo y un anciano le acogi y le dijo ser hermano de su madre. Cuando estaban
comiendo, Peredur vio a dos jvenes llevando una lanza enorme de la que manaba sangre y a
dos doncellas que llevaban una bandeja sobre la que haba una cabeza cortada. Peredur no
pregunt nada y al da siguiente sigui su camino con el permiso de su to. Lleg a un bosque y
vio a una doncella lanzando grandes gritos junto a un cadver. La doncella dijo ser su hermana
de leche, le cont que su madre haba muerto de dolor despus de su partida y le acus de ser
culpable de todas las desgracias que le haban sucedido. Peredur venci al caballero que haba
matado al marido de la doncella y le oblig a casarse con ella. Despus de esto, Peredur lleg a
un castillo cuya duea era una hermosa doncella de piel blanqusima, cabellos muy negros y
pmulos rojos. La doncella le pidi ayuda, pues un conde iba a asediar su castillo al da
Para una comparacin entre el Owein y el Yvan, ver J. Frappier, Etude sur Yvain ou le Chevalier au
lion de Chrtien de Troyes, Pars, Soc. d'ed. d'enseignement suprieur, 1969, p. 47 y ss. y p. 65 y ss
32
22
siguiente. Peredur venci a todos los hombres del ejrcito del conde y al propio conde,
obligndole a devolver a la doncella todo lo que le haba arrebatado con anterioridad. Despus
de esta aventura, Peredur se encuentra con el Orgulloso del Prado, y le obliga a reconocer
inocente a la doncella que le haba regalado las joyas en el pabelln del prado. Ms tarde,
Peredur libera a una gran dama de unas brujas y stas le llevan a su corte para ensearle a
cabalgar y a manejar bien las armas. Terminado el aprendizaje, Peredur pasa la noche en la
celda de un ermitao y a la maana siguiente, al partir, se apodera de l un pensamiento:
aquella noche haba nevado y un halcn haba matado un pato delante de la celda; el ruido del
caballo haba espantado al halcn y un cuervo se haba posado sobre la presa. La negrura del
cuervo le record los cabellos negros de la mujer que ms amaba, las gotas de sangre a sus
mejillas y la nieve a la blancura de su piel.
Arturo y su corte haban decidido ir en bsqueda de Peredur y llegaron al mismo lugar donde
se encontraba Peredur abstrado en sus pensamientos. No le reconocieron y Arturo envi a
distintos hombres para saber quin era. Nadie obtuvo ninguna respuesta y todos fueron
vencidos, incluso Kei, que recibi graves heridas. Finalmente acudi Gwalchmei y con sus
buenas maneras logr que Peredur le contestase. Peredur fue con Arturo y sus hombres a la
corte y all encontr a una joven (Angharat Llaw Eurawc) que rechaz su amor y Peredur jur
no decir palabra a cristiano antes de que le aceptase. Despus de varias aventuras que le
valieron a Peredur el apodo de Caballero Mudo, la doncella le reconoci su amor.
Un da que estaba cazando con Arturo, se dirigi a una casa cuyo dueo era el Hombre Negro y
con el que Peredur tuvo que combatir. Antes de darle muerte, le confes que haba perdido un
ojo combatiendo con la Serpiente Negra, en cuya cola haba una piedra. Tena la virtud de que
cualquiera que la tuviera en su mano poda tener en la otra todo el oro que quisiera. Hasta
llegar a la Serpiente Negra tendra que pasar por la corte de Los Nios del Rey de los
Sufrimientos, llamado as porque un addanc (animal monstruoso) de un lago los mataba cada
da, y llegar a la corte de la Seora de las Proezas, denominada as porque los huspedes no
podan sentarse a su lado y la rodeaban trescientos hombres que contaban las proezas de la
casa. Peredur logr acabar con el addanc ayudado por una doncella que le ofreci una piedra
para no ser visto por el animal, y cuando se diriga a la corte de la Seora de las Proezas, un
caballero de armas rojas (Etlym) se ofreci a ser su vasallo. En la corte de la Seora de las
Proezas, Peredur derrib a los trescientos caballeros y su vasallo, Etlym, se dirigi con l al
Monte Doloroso, donde se encontraba la Serpiente. Haba all numerosos hombres acampados
en pabellones que intentaban vencer a la Serpiente, pero Peredur los convirti en sus vasallos y
acab con la Serpiente. Regal la piedra maravillosa a Etlym. Despus de esto, Peredur resulta
vencedor en un torneo organizado por una emperatriz para conseguir al hombre ms valeroso
del mundo. Peredur reconoci en la emperatriz a la doncella que le haba regalado la piedra
con la que pudo vencer al addanc y permaneci con ella durante catorce aos.
Un da que Peredur se encontraba en la corte de Arturo, lleg una mujer negra de aspecto
horrible que le dirigi duras palabras, dicindole que haba visto grandes prodigios en la corte
del Rey Tullido (la lanza de la que manaba sangre y la cabeza en la bandeja), pero que no
haba preguntado por su significado, y por su culpa el rey no haba logrado salud ni paz para
sus dominios. Despus de esto, Peredur decide no descansar hasta saber el significado y el
sentido de la lanza. Gwalchmei decide tambin partir en su bsqueda, pero ambos eligen
caminos distintos. Despus de una aventura de Gwalchmei donde es acusado de haber matado a
un hombre, la historia sigue con Peredur. En Viernes Santo se encuentra con un sacerdote que
le reprocha ir a caballo en un da como aqul. Le aloja en su casa y Peredur le pregunta por el
Castillo de los Prodigios. El sacerdote le indica el camino que debe tomar para llegar a una
- -
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corte donde le darn noticias del Castillo de los Prodigios. Despus de otra aventura, Peredur
llega finalmente al Castillo de los Prodigios, donde una doncella le obliga a combatir y matar a
Ysbidinogil, a cazar y matar a un ciervo, lo que ms tarde le reprochar una dama. Para
conquistar la amistad de aquella dama, Peredur lucha con un caballero que surge de una
piedra plana y que de pronto desaparece. Despus de errar por la montaa, Peredur encuentra
un castillo. Entra y ve al hombre tullido de cabellos grises. Junto al anciano se encuentra
Gwalchmei. Un joven de cabellos rubios le confiesa que se le haba aparecido en formas muy
diversas: como la mujer que le acus en la corte de Arturo, como la doncella que le hizo luchar
con Ysbidinogil, como la dama que se le apareci despus de haber matado al ciervo y como el
caballero que haba surgido de la piedra plana. Era l el joven que llevaba la lanza de la que
manaba sangre. Entonces le explic el significado del suceso: las brujas de Kaernloyw haban
matado a su primo hermano, cuya cabeza haba visto en la bandeja, y haban dejado tullido a
su to. Le dijo que l era su primo y que estaba predicho que se tomara venganza. Todos los
hombres de Arturo acudieron a luchar contra las brujas y Peredur les dio muerte.
Segn el anlisis estructural que ofrece Thurneysen del relato, ste constara de tres partes: I, desde el
inicio hasta el incidente de las gotas de sangre en la nieve, incluyendo tambin la historia de Peredur y
Angharad Llaw Eurawc; II, desde el suceso del Negro Opresor y la aventura de la Serpiente Negra hasta
el torneo de la emperatriz con la que Peredur permaneci catorce aos, y III, desde la aparicin de la
Mujer Negra en la corte de Arturo hasta el final. Thurneysen considera que la primera parte procede
directamente de Chrtien, salvo la historia de Angharad, con escasos elementos de tradicin galesa 33. La
segunda parte se presenta absolutamente original, mientras que en la tercera se utiliz material del
romancier de Troyes, aadindose algunos elementos nuevos. Por su parte, Bruce destac cinco
elementos diferenciales entre la versin galesa y la francesa: 1, las breves apariciones de Gwalchmei; 2,
la omisin de temas referentes a la vida caballeresca; 3, la ausencia del grial como bsqueda; 4, la
introduccin de motivos de origen propiamente gals como las brujas de Kaerloyw y el addanc; 5, la
sustitucin del nombre de Perceval por el de Peredur. Por su parte, I. Ll. Foster seala otros elementos
divergentes entre los dos relatos, como, por ejemplo, la confusin de los dos tos de Peredur que
curiosamente corresponden a la confusin de Gornemant con el Rey Pescador en la continuacin del
Perceval, el desplazamiento del incidente de Blancaflor (las gotas de sangre en la nieve) en Peredur, la
identificacin de la Mujer Negra que acude la corte de Arturo con la portadora de la bandeja 34. En este
sentido, cabe afirmar que Peredur posee muchos elementos originales que lo apartan del Perceval de
Chrtien, y que le conceden un significado de conjunto distinto del que se desprende del roman francs.
Gereint, hijo de Erbin
Arturo y sus hombres salen al amanecer a cazar un ciervo. Gwenhwyvar se queda dormida y
ms tarde se dirige con una doncella al bosque; en el camino se encuentra a Gereint, que
tambin se haba quedado dormido, y juntos se disponen a or los ladridos de los perros,
cuando ven a un caballero, a una doncella y a un enano. Gwenhwyvar le pide a su doncella que
vaya a averiguar quin es aquel caballero y la doncella se acerca al enano y se lo pregunta.
Este se niega a responderle, y al ver que la doncella se diriga al caballero, le da un latigazo en
la cara. La doncella regresa junto a Gwenhwyvar, quejndose por el golpe recibido, y Gereint
se ofrece a averiguar l mismo quin es el caballero. Pero sufre la misma suerte que la doncella
y como no lleva armas regresa junto a Gwenhwyvar para decirle que se propone seguir al
caballero y vengar la afrenta en cuanto disponga de armas. Gereint se aleja y siguiendo al
caballero, al enano y a la doncella llega a una ciudad fortificada, donde stos son recibidos con
33
34
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gran alegra. Algo alejada de la ciudad, ve una corte y a un anciano sentado en la entrada. Le
pide alojamiento y a pesar de la gran pobreza que reinaba en aquella corte Gereint fue bien
servido por la hermosa hija del anciano. Mientras coman, el anciano le cont a Gereint su
triste historia: antao haba sido el dueo de la ciudad y posea un condado que le fue
arrebatado por su sobrino, el conde actual de la ciudad. A su vez, Gereint le pregunt quin era
el caballero que acababa de llegar a la ciudad acompaado de una doncella y un enano y le
cont su aventura. El anciano le explic que al da siguiente tendra lugar un torneo para
conquistar el gaviln y que slo podan participar aqullos que se declararan campeones de
una doncella. El caballero que haba llegado a la ciudad acompaado del enano y la doncella,
haba conquistado el gaviln durante dos aos consecutivos. Como Gereint diera muestras de
querer participar en el torneo, el anciano le ofreci sus armas en prstamos. Gereint se
declarara campen de su hija. Al da siguiente acudieron al campo Gereint, el anciano, su
mujer y su hija. Gereint venci al caballero y conquist el gaviln para la hija del anciano.
Concedi merced al caballero, pero le orden que fuera a la corte de Arturo para dar
satisfaccin a Gwenhwyvar por la afrenta que le haba hecho. El conde les invit a todos a su
castillo y Gereint logr que devolviera su condado a Ynywl y as lo hizo. Entonces Gereint y la
doncella se dirigieron a la corte de Arturo, pues Gereint quera recibirla de la mano de
Gwenhwyvar y Arturo. Con anterioridad haba llegado el caballero en compaa del enano y la
doncella, y como Arturo reconociera en l a Edern, hijo de Nudd, y le viera mortalmente herido,
orden que le cuidaran y en caso de que viviera ya dara ms tarde satisfaccin a Gwenhwyvar.
Gereint se cas con Enid y permanecieron un tiempo en la corte de Arturo, hasta que llegaron
mensajeros de Erbin para reclamar a Gereint, pues el viejo rey ya se vea incapaz de hacer
respetar los lmites de sus tierras. Con gran pesar por abandonar a Arturo y dejar los torneos
que tanta fama le haban dado; Gereint regres a sus tierras en compaa de Enid y de los
hombres de Arturo que ms amaba, entre los cuales se encontraba Edem, al que Gwenhwyvar
ya haba perdonado. Una vez en sus tierras, Gereint puso orden, todos los vasallos de su padre
le prestaron homenaje y de nuevo volvi a los torneos, hasta que se cans y cada vez se fue
recluyendo ms y distancindose de sus compaeros para dedicarse tan slo a Enid. Las gentes
empezaron a murmurar y Erbin habl con Enid y le cont cmo criticaban a Gereint. Enid se
entristeci mucho y un da que estaban en la cama, ella despierta y l dormido, comenz a
llorar y exclam cuan desgraciada era. En esto Gereint se despert y creyendo que Enid ya no
le amaba orden que ensillaran su caballo y dijo a Enid que se preparara para viajar. Y as se
fueron los dos solos. Enid delante y sin dirigirle la palabra, tal y como le haba ordenado
Gereint. Pero Enid no pudo cumplir sus rdenes, pues cada vez que vea algn peligro avisaba
a Gereint. As sucedi con cuatro caballeros ladrones, con otros tres caballeros ladrones, con
otros cinco caballeros y todos fueron vencidos por Gereint, que se irrit mucho con Enid por
haberle advertido del peligro. Pasaron la noche en un bosque y al da siguiente por la maana
reanudaron su camino. Se encontraron con un joven escudero que les ofreci bebida y se ocup
de procurarles alojamiento en una posada de una ciudad cercana. All se dirigieron y fue a
verles el seor del escudero, un conde, que se enamor de Enid y le pidi que se quedara con l.
Enid juzg prudente darle nimos y le rog que acudiera a la maana siguiente para llevrsela
por sorpresa, de modo que nadie pudiera acusarla de infiel. Antes del amanecer, Enid advirti a
Gereint que el conde pensaba matarle y que deban partir. As lo hicieron, pero el conde y sus
gentes les persiguieron. Gereint derrib a todos los hombres del conde y al propio conde.
Llegaron a un hermoso valle y a una ciudad fortificada y Gereint sigui un camino que le
haban advertido que no podra atravesar sin combatir con Gwiffret Petit. Combati con l y le
venci, y ste prometi que acudira en su ayuda si lo saba en peligro. Agotado por los
combates, las heridas y el calor, Gereint se detuvo bajo un rbol. Cerca de aquel lugar se
encontraba Arturo acampado con todos sus hombres en los pabellones. El senescal Kei se
- -
25
acerc a Gereint, no le reconoci y le dijo con descortesa que fuera a ver a Arturo. No lo
consigui y despus fue Gwalchmei, que reconoci a Gereint, y valindose de su ingenio le
oblig a ver a Arturo. Arturo, al ver el triste estado en que se encontraba Gereint, le orden que
permaneciera con l hasta que se curaran sus heridas. Cuando se hubo restablecido, Gereint y
Enid siguieron su camino y se encontraron a una doncella cuyo marido acababa de ser
asesinado por tres gigantes. Gereint luch con los tres gigantes y acab con ellos, pero sus
heridas se volvieron a abrir y cuando regresaba junto a Enid cay desvanecido del caballo.
Creyndolo muerto, Enid comenz a hacer un gran duelo y el conde Limwris y su squito la
oyeron. Trasladaron a Gereint a la corte en el escudo a modo de fretro y el conde propuso a
Enid casarse con ella, a lo que Enid se neg obstinadamente. El conde la abofete y Enid lanz
tal grito que Gereint se recobr de su desmayo, mat al conde y se llev a Enid en su caballo.
Mientras marchaban as, encontraron a Gwiffret, que se haba enterado de que Gereint estaba
en un apuro y acuda a ayudarle. Gwiffret les condujo a la corte de su cuado, donde Gereint se
repuso de sus heridas. Cuando estuvo completamente sano, Gereint y Enid siguieron su camino
acompaados por Gwiffret. Llegaron a una ciudad y se hospedaron en la corte del conde. Este
haba instituido unos juegos a los que Gereint dese ir. Despus de comer, Gereint cogi sus
armas y se dirigi al cercado donde tenan lugar los juegos. El cercado estaba cubierto por una
nube, atraves la nube y se encontr en un hermoso jardn, donde vio a una doncella. En esto
lleg un caballero y combatieron. Gereint le venci y le prometi gracia si le deca cmo
acabar con aquellos juegos. El caballero le dijo que tocara un cuerno. Gereint hizo sonar el
cuerno y de inmediato desapareci la nube, y en aquel lugar no volvi a haber nunca ms
juegos. Despus de esto, Gereint y Enid regresaron a sus tierras y a partir de entonces no volvi
a abandonar los torneos y obtuvo gran gloria y fama.
Cabe distinguir tres partes: una primera parte comenzara en la caza del ciervo y terminara en la corte
del padre de Gereint; una segunda parte se iniciara con la marcha de Gereint y Enid en busca de
aventuras; en la aventura del conde de Limwris la actitud de Gereint cambia con respecto a Enid, pues
comprueba su inocencia. Por ello se podra iniciar aqu una tercera parte, que se prolongara hasta el
final del relato.
Los estudiosos del tema no consideran que el relato gals proceda del Erec de Chrtien, sino que
hacen derivar ambas historias de una fuente comn. Por un lado, los conceptos no parecen tomados del
francs, sino del anglonormando35. Por otro, existen notables diferencias: en lo que respecta al
contenido: 1, aparecen personajes distintos (por ejemplo, el caballero de los Juegos de la Corte no es
conocido por ningn nombre, mientras que en el Erec se le conoce por Mabonagrain, el padre de Enid
es en Gereint un conde despojado de sus bienes y en el Erec un pobre valvasor, etc.); 2, en el
roman de Chrtien, la boda de Erec y Enid es descrita con todo detalle, mientras que en el Gereint
casi pasa desapercibida; 3, el tema de la recreantise posee en el Erec una importancia fundamental y
es tratado de forma muy distinta a como lo presenta el autor del Gereint; 4, el encuentro de Gauvain y
Erec resulta muy diferente al encuentro de Gwalchmei y Gereint, pues Gauvain no logra reconocer a
Erec, adems de otros detalles; 5, la aventura de los Juegos de la Corte del Gereint es denominada
en el Erec la Alegra de la Corte; 6, el roman francs termina con la coronacin de Erec en Nantes.
Como se ha podido observar, estos tres relatos galeses ofrecen en su conjunto una gran similitud con los
romans de Chrtien, pero todos ellos ofrecen diferencias. Posiblemente sea La Dama de la Fuente el
relato ms cercano a Chrtien, pues el autor gals no introdujo ningn tema o elemento nuevo. Por el
contrario, en el Gereint se ha podido comprobar la introduccin de elementos distintos y en el
Peredur el desarrollo de unos temas que slo se explican dentro de la propia tradicin galesa. En este
35
26
sentido, cabra afirmar que este ltimo es el relato ms original y justificara tambin la posible
existencia de una fuente comn para el Peredur y el Perceval.
Fecha
Uno de los aspectos ms discutidos entre los estudiosos de los Mabinogi es de orden cronolgico y
todava no se ha llegado a una conclusin definitiva acerca de la fecha en que fueron redactados estos
relatos. Sin duda, posean una forma definitiva en una poca anterior a los manuscritos que de stos se
nos han conservado, abrindose as un arco cronolgico que abarcara desde el siglo XI hasta finales del
siglo XIII. Por otro lado, todos estos relatos pueden ofrecer fechas distintas, pues, como ya hemos
comprobado, no guardan ninguna relacin entre s, a excepcin de las cuatro ramas de los mabinogi que
pueden ser entendidas como una nica historia.
Al parecer, las cuatro ramas de los mabinogi son los relatos ms antiguos. La mayora de los autores los
fechan en una poca posterior a la conquista normanda, aunque otros los consideran anteriores. As, Sir
Ifor Williams sostuvo que debieron ser compuestos hacia el ao 1060 y argument esta fecha alegando
razones lingsticas36. Ms recientemente, T. M. Charles-Edwards ha corroborado la temprana fecha
otorgada por Williams a las cuatro ramas, aportando nuevos elementos de datacin. Por ejemplo,
interpreta el suceso de la casa de hierro construida por Matholwch para Bran en el mabinogi Branwen
como un ejemplo de una costumbre poltica irlandesa que significaba sumisin. Tal mtodo de sumisin
aparece :descrito por vez primera en los Anales de Inisfallen de 1159, por lo que Charles-Edwards
considera el ao 1150 como terminus post quem para Branwen37.
En cualquier caso, la mayor parte de autores concuerdan en atribuir a estos relatos una fecha posterior a
la conquista normanda, pues se ha advertido en su conjunto una importante influencia de la cultura
francesa. J. Loth los sita en el siglo XII, basndose en dos hechos fundamentales: 1, las faltas de los
copistas parecen indicar que seguan un manuscrito coetneo al Liber Landavensis o al libro de las
leyes de Gwynedd de finales del siglo XII; 2, la geografa de los mabinogi indicara a su vez los
trminos a quo y ad quem, pues Gales en Penvro (Pembroke) no puede ser anterior a comienzos del
siglo XII y, por otro lado, la divisin de Dyvet en siete cantrevs no puede ser posterior al siglo XIII 38.
Adems, uno de los episodios finales de Branwen recuerda a un tema anlogo tratado en la Historia
Regum Britanniae de Geoffroy de Monmouth, obra mencionada por vez primera en el ao 1139. Por su
parte, S. Lewis intent precisar la fecha, situndolos entre los aos 1170-1190, pues, segn este autor,
los mabinogi reflejaban el ambiente cultural de Enrique II el Plantagenet 39. Despus de un detenido
anlisis de los distintos conceptos galeses, M. Watkin refut las teoras lingsticas de I. Williams y
logr determinar las mltiples influencias del francs antiguo; por ello, concluy que eran insostenibles
las teoras que intentaban situar las cuatro ramas en un perodo anterior a la conquista normanda y que
el terminus a quo de estos relatos deba fijarse en la primera mitad del siglo XII40.
As, las teoras ms convincentes acerca de la fecha de las cuatro ramas de los mabinogi indican que
estos relatos fueron redactados durante el siglo XII, resultando difcil por el momento ofrecer una
cronologa ms precisa.
- -
27
Si bien la datacin de las cuatro ramas no ofrece precisin, los cuentos de tradicin galesa an presentan
mayores dificultades. Segn Evans, el relato ms antiguo es posiblemente Kulhwch y Olwen 41,
opinin que parece compartir J. Loth, pues en este relato se menciona a Alan Fergan, que el autor
asimila con Alain Fergent, duque de Bretaa entre 1084 y 1119 42. Sin embargo, M. Watkin ha
comprobado que la ortografa y la fontica del relato ofrecen unas caractersticas que no pueden
encontrarse en una poca anterior a la segunda mitad del siglo XIII43.
Segn J. Loth, Lludd y Llevelys, as como El sueo de Maxen Wledig, son posteriores a la obra de
Geoffroy de Monmouth y El sueo de Rhonabwy se puede situar a mediados del siglo XII, pues la
aventura transcurre en tiempos de Madwc ab Maredudd, prncipe de Powys, que muri en el ao 1159 44.
M. Watkin retrasa considerablemente la fecha de este relato alegando razones de ambiente y de cultura
que no permitiran considerarlo anterior a la segunda mitad del siglo XIII. Sin embargo, sus pruebas
ms convincentes son de orden fontico y contribuyen a justificar tal fecha45.
Los relatos de tradicin francesa (Owein, Peredur y Gereint) se suelen fechar en una poca
posterior a Chrtien de Troyes, pero al parecer no hay en ellos ningn dato que permita ofrecer una
datacin precisa. Por lo general se considera que estas versiones galesas fueron redactadas en el siglo
XIII46.
Los Mabinogi fueron escritos por autores de los que ni siquiera conocemos el nombre. J. Loth seala
que en los Iolo ms. aparece citado el nombre de Ieuan ap y Diwlith, que es mencionado como autor de
mabinogion. Pero parece improbable que ste fuera el autor de algunos de estos relatos, pues al parecer
vivi en el siglo XIV y no en el XII, como pretenden algunos bigrafos galeses. Un personaje mucho
ms importante fue Bledhericus, que es citado por Giraluds Cambrensis en los siguientes trminos:
famosus ille Bledhericus fabulator qui tempora nostra paulo praevenit47. En cualquier caso, nada permite
atribuir a Bledhericus la redaccin de ningn mabinogi, por lo que estos cuentos deben considerarse de
autor annimo.
28
Ediciones
J. Rhys y J. G. Evans ofrecieron en el ao 1887 una edicin diplomtica de los Mabinogi, extrada del
manuscrito denominado Libro Rojo de Hergest (llyfr coch Hergest) y que actualmente se encuentra en
la Bodleian Library de Oxford49. El Libro Rojo es un autntico corpus de la literatura galesa y consta de
362 folios. El manuscrito est fechado entre 1375 y 1425. Algunos aos ms tarde, J. G. Evans realiz
otra edicin del manuscrito denominado Libro Blanco de Rhydderch (llyfr gwyn Rhydderch),
actualmente en la National Library of Wales, fechado entre los aos 1300-25. Segn J. G. Evans, el
Libro blanco fue utilizado posblemente por el copista del Libro rojo, pues en el relato de Kulhwch y
Olwen llen una laguna originalmente en blanco en la columna 467 y 468 del manuscrito de Rhydderch.
La edicin de Evans posee un extraordinario inters, pues algunas pginas del mabinogi de Branwen
(pp. 279-280) estn extradas de un manuscrito muy anterior, fechado en el ao 1235. Asimismo, Evans
introdujo otros fragmentos del manuscrito Peniarth50.
En 1930, Ifor Williams public una edicin de las cuatro ramas de los mabinogi (Pedeir Keinc y
Mabinogi), que sirvi de base para otras ediciones posteriores 51. Las ms recientes suelen ofrecer un
solo cuento, pero el texto intenta recoger todas las posibles variantes. As, en 1957, R. L. Thomson
realiz una edicin de la primera rama de los Mabinogi segn el Libro blanco de Rhydderch, pero
introduciendo de modo sistemtico todas las variantes del Libro rojo de Hergest 52. En 1968 este mismo
autor public la primera edicin crtica completa de Owein o La dama de la fuente, acompaando el
texto ingls de numerosas notas y de un extenso vocabulario 53. La publicacin corri a cargo del Dublin
Institute for advanced Studies, que tambin nos ofreci una edicin de Branwen hija de Llyr debida a D.
S. Thomson. Este autor presenta el texto del cuento a partir del Libro blanco de Rhydderch con
variantes del Libro rojo de Hergest y del Peniarth54.
Ch. Guest, The Mabinogion from the llyfr Coch o Hergest and other welsch manuscripts with an
english translation and notes, 3 vols., London, 1849
49
J. Rhys y J. G. Evans The Text of the Mabinogion and other Welsb Tales trom the Red Book of
Hergest, Chdord, 1887
50
J. G. Evans, cit., p. VIII
51
I. Williams, cit
52
R. L. Thomson, Pwyll Pendeuic Dyuet, Dublin Inst. for Advanced Studies, 1957
53
R. L. Thomson, cit
54
D. S. Thomson, Branwen Uerch Lyr, Dublin Inst. for Advanced Studies, 1968
48
- -
29
Traducciones
Pocos aos despus de la traduccin de Lady Guest, A. Schultz (San Marte) tradujo al alemn algunos
cuentos de los mabinogi55; sin embargo, el conocimiento y la difusin de estos relatos se debi, sin
duda, a la excelente traduccin realizada por J. Loth. Basndose en la edicin del Libro rojo, Loth llev
a cabo la primera traduccin al francs de los once relatos, acompandola de numerosas notas a pie de
pgina y de notas crticas donde justificaba sus interpretaciones de distintos conceptos y expresiones, y
las comparaba con los que haba ofrecido Lady Guest. Son muy numerosas las discrepancias entre la
traduccin de Lady Guest y la de Loth, aunque a pesar de todo el propio Loth reconoce la gran utilidad
de la obra de esta autora inglesa. En su libro, Loth incluy un apndice con las tradas extradas del
Libro Rojo, que haban sido ya publicadas por J. Rhys, de la Myvirian Archaeology of Wales, y del
segundo volumen de Skene56. Por su parte, Gwyn Jones y Thomas Jones realizaron otra cuidadossima
traduccin de los Mabinogi al ingls. Estos autores se basaron de modo especial en el Libro blanco de
Rhydderch, y al igual que Loth ofrecieron la traduccin de los once relatos aadiendo notas crticas en
las que constaban algunas variantes comprobadas en los dems manuscritos (Libro rojo y Peniarth 6, 7,
14, 16). Los Jones supieron conceder un estilo gil a estos relatos, intentando respetar, en la medida de
lo posible, el original gals57.
Recientemente ha aparecido en Los Angeles (California) una traduccin de los Mabinogi y otros
cuentos galeses realizada por P. K. Ford. El autor no incluye en su traduccin El sueo de Maxen
Wledig ni El sueo de Rhonabwy, as como tampoco los tres relatos de posible origen francs.
Segn J. K. Bollard, Ford ha realizado una traduccin cuidada, aunque en muchas ocasiones
excesivamente literal, de modo que su ingls resulta casi incomprensibles58.
La presente traduccin
La traduccin de los Mabinogi que aqu presentamos se ha podido realizar gracias a las traducciones de
J. Loth y G. y Th. Jones. Naturalmente, se han tenido en cuenta las ediciones existentes sobre los
Mabinogi, en especial la de D. G. Rhys y G. Evans (The text of the Mabinogion and other Wersh rates
from the Red Book of Hergest, 1887), la de G. Evans (The White Book Mabinogion, 1907) y las de R. L.
Thomson (Owein, 1975) y D. S. Thomson (Branwen, 1976).
Las enormes dificultades que ofrece la lengua galesa se ponen de manifiesto cotejando las diversas
traducciones que se han ofrecido a uno de los pasajes ms bellos de los Mabinogi. Me refiero al cuento
de Kulhwch y Olwen, cuando ste abandona la casa de su padre para dirigirse a la corte de su primo
Arturo:
Mynet a oruc y mab ar orwyd penlluchlwyt pedwar gayaf gauylgygwng carngragen. A frwyn eur
kymibiawc yny penn. Ac yftrodur eur anllawd y danaw. A deu par aryanhyeit Wueit yny law.
Gleif penntirec yny law, kyuelin dogyn gwr yndy o drum hyt awch. Y gwaet yr ar y gwynt
adygyrchei bydei kynt nor gwlithin kyntaf or konyn hyt y llawr pan uei uwyaf y gwlith mis
A. Schultz (San Marte), Die Arthur-Sage und die Marchen des Rotben Bucb von Hesgest,
Quedlindburg und Leipzig, 1842
56
J. Loth, cit., p. II
57
G. y T. Jones, cit
58
P. K. Ford, ed. y trad., The Mabinogi and Other Medieval Welsh Tales, Berkeley, Los Angeles,
London, Univ. of California Press, 1977
55
30
meheuin. Cledf eurdwrn ar y glun arac llauyn eur itaw. Ac hroys eurcrwydyr arna. A lliw
luchet nef yndi. A llozing elifeint yndi. A deu uilgi uronwyn yon urchyon racdaw a gordtozch
rudeur am uynwgy1 pob un o cnwch yfcwyd hyt yfkyuam yr hwn a uei or parth affeu auydei or
parth deheu. Ar hwnn auei or parth deheu a uydei or parth affeu. Mal dwy mozwennaw1
yndarware yny gylch. Pedeir tywarchen a ladei pedwarcam y gorwyd mal pedeir gwennawl yn
yr awyr uch y benn gweitheu uchtaw gveitheu iftaw. Llen borfor pedeir ael ymdanaw ac aual
rudeur vrth pob ael iti. Canmu oed werth pob aual. Gwerth trychan mu o eur gwertuawr a oed
yny archenat. Ae warthafleu sangnarwy o benn y glun hyt ymblayn y uys. Ny chwynei ulaen
blewyn arnaw rac yfcawnhet tuth y gorwyd y danaw yn kyrchu porth llys arthur.
(Evans, WM, col. 454-455, pp. 227-228).
El pasaje fue traducido por J. Loth del siguiente modo:
Le jeune homme partit sur un coursier la tte grispommele, vieux de quatre hivers, aux
cuisses puissamment articules, au sabot brillant comete un coquillage, une bride aux chalnons
d'or articuls la bouche, avec une selle d'or d'un grand prix. Il portait deux javelots d'argent
bien aiguiss, un glaive recourb, d'une bonne coude jusqu' la pointe, en prenant pour mesure
le coude d'un homme de forte corpulence, capable d'atteindre le vent et de lui tirer du sang: il
tait plus prompt que la chute de la premire goutte de rose de la pointe du roseau sur le sol au
moment o elle est le plus abondante, au mois de juin. A sa hanche pendan une pe poignee
d'or, lame d'or, la Barde forme d'une croix maille d'or et de la couleur de l'clair du ciel;
son cor de guerre tait d'ivoire. Devant lui s'ebattaient deux levriers su poitrail blanc, la peau
tachete, portant chacun su cou un collier de rubis allant de la jointure de l'paule l'oreille.
Celui de gauche passait droite, celui de droite gauche, jouant ainsi autour de lui comete
deux hirondelles de mer. Les quatre sabots de son coursier faissaient voler quatre mottes de
gazon, comme quatre hirondelles en l'air, par dessus sa tte, tantt plus haut, tantt plus has. Il
avait autour de lui un manteau de pourpre quatre angles, une pomme d'or chaque extremit
de la valeur de cent vaches chacune. Sur ces chausses et ses triers, depuis le haut de la cuisse
jusqu'au bout de son orteil, il y avait de l'or pour une valeur de trois cent vaches. Par un brin
d'herbe ne pliait sous lui, si lger tait le trot du coursier qui le portait la cour d'Arthur
(Mab. I, pp. 191-193).
A su vez, los Jones tradujeron:
Off went the hoy on a steed with light-grey head, four winters old, with well-knit fork, shellhoofed, and a gold tubular brde-bit in its mouth. And under him a precous gold saddle, and in
his hand two whetted spears o silver. A battle-axe in his hand, the forearm's lenght of a full
grown man from ridge to edge. It would draw blood from the wind; it would be swifter than the
swiftest dewdrop from the stalk to the ground, when the dew would be heaviest in the month o
June. A gold-hilted sword on his thigh, and the blade of it gold, and a gold-chased buckler upon
him, with the hue of heaven's lightning therein, and an ivory boss therein. And two greyhounda,
whitebreasted, brindled, in front of him, with a rnllar of red gold about the neck of either, from
shoulder-swell to ear. The one that was on the left side would be on the right and the one that
was on the right side would be on the left, like two seaswallows sporting around him. Four clods
the four hoofs of his steed would cut, like four swallows in the sir over his head, now before him,
now behind him. A four-comered mantle of purple upon him, and an apple of red gold in each of
its corners; a hundred kine was the worth of each apple. The worth of three hundred kine in
precious gold was there in his foot gear and: his stirrups, from the top of his thigh to the tip O
- -
31
liis toe. Never a. hair-tip stirred upon him, so exceeding light his stedd's canter under him on his
way to the gate of Arthur's court
(Mab., p. 97).
En la presente traduccin se puede leer:
El joven parti en un corcel de cabeza gris cenicienta de cuatro inviernos de edad, con los
muslos poderosamente articulados, cascos brillantes como conchas y un freno tubular de oro en
la boca. Montaba sobre una silla de oro de gran precio. Llevaba dos jabalinas de plata bien
aguzadas, una lanza empendonada cuya longitud desde el asta hasta el extremo de la punta de
hierro era de un codo, tomando por medida el codo de un hombre corpulento. Le habra sacado
sangre al viento: era ms veloz que la ms veloz gota de roco cayendo de la punta de la caa al
suelo cuando ms intenso es el roco en el mes de junio. De su cintura colgaba una espada con
empuadura de oro y hoja de oro y se cubra con un escudo labrado en oro del color del
relmpago del cielo, con brocal de marfil. Delante de l retozaban dos lebreles de pecho blanco
y piel moteada, llevando cada uno en el cuello un collar de oro rojo desde la coyuntura de la
espalda hasta las orejas. El de la izquierda pasaba a la derecha y el de la derecha a la
izquierda, jugueteando as alrededor de l como golondrinas de mar. Los cuatro cascos de su
corcel iban segando cuatro terrones de hierba, como cuatro golondrinas en el aire por encima
de su cabeza, ora delante de l, ora detrs. Encima llevaba una capa prpura cuadrangular;
con cuatro manzanas de oro rojo en cada uno de sus ngulos por valor de cien vacas cada una.
En las calzas, estribos y la espada noruega que colgaba de lo alto del muslo hasta la punta del
pie, haba precioso oro por valor de trescientas vacas. Ni un pice de su pelo se le agitaba, tan
ligero era el galope del corcel en su camino hasta la puerta de la corte de Arturo.
Si bien en lneas, generales las tres traducciones se asemejan bastante, hay que sealar que se han
concedido interpretaciones distintas a muchos conceptos:
1. frwyn eur kymibiwc = une bride aux chanons d'or / a gold tubular bridle-bit / freno tubular de
oro.
2. a deu par aryanhyeit lliueit yny law. Gleif penntirec = deux javelots / deu par) ... glaive recourb
(gleif) / two spears, battle-axe / dos jabalinas, lanza empendonada, segn la teora acerca de la
expresin gleif penntirec que ofrece M. Watkin.
3. o drum hyt awch: Loth no traduce drum, los Jones: from ridge to edge / desde el asta hasta el
extremo de la punta de hierro, segn los convincentes anlisis que ofrece M. Watkin de estos
trminos.
4. Basndose en el Libro rojo y siguiendo a Lady Guest, Loth traduce a chroes (WM, ac ays)
eurcrwydyr arnaw, a la garde f orme d'une croix maill d'or; los Jones, basndose en el WM,
entienden que ac ays se refiere a las planchas del escudo: a gold-chased buckler upon him /
escudo labrado en oro.
5. En lugar de lloring, Loth lee en el Libro rojo, llugorn, que traduce por cuerno. Por el contrario,
lloring parece hacer referencia, segn los Jones, al brocal del escudo.
6. Ni los Jones ni Loth traducen el concepto sangnarwy que, segn M. Watkins, significa espada
noruega.
Todas las traducciones de estos conceptos que no corresponden a las interpretaciones de Loth o de los
Jones, se encuentran justificadas en las notas a este relato. Hemos discrepado con estos traductores en
otros conceptos, por ejemplo, en el de aureu, que tanto Loth como los Jones traducen por armadura
(armour, armure). En distintas ocasiones hemos intentado demostrar en las notas que tal concepto no
32
puede hacer referencia a una proteccin corporal realizada a base de piezas de metal rgido (a tal tipo de
proteccin se refiere de modo preciso el concepto armadura), sino al conjunto de armas defensivas, por
lo que lo hemos traducido por el concepto genrico de armas.
En esta traduccin se ha procurado mantener el estilo caracterstico de estos cuentos galeses, que
consiste de modo especial en el constante uso del pleonasmo. As, por ejemplo, en el mabinogi de
Pwyll se lee varias veces: am pzyt inheu am gosged (WM ansawd) arnat ti (RB 3, WM, 4), tendrs mi
figura y mi aspecto. El estilo pleonstico aparece frecuentemente a lo largo de todos los mabinogion, as
como la constante repeticin de la conjuncin ac / ar (y), que se ha procurado mantener siempre que ha
resultado posible.
En lo que respecta a la transcripcin de los nombres propios hemos seguido las normas establecidas por
J. Loth, quien, segn sus propias palabras, asumi un compromiso entre la ortografa de los Mabinogi y
la moderna. As la aspirante dental sonora (aproximadamente la th inglesa) se expresa en los Mabinogi
por una d que Loth sustituye por una dd moderna para no confundirla con la d. Asimismo adopt
comnmente la v para la f = v que aparecen al final de las palabras en los Mabinogi. Los dems signos
ortogrficos pertenecen al gals moderno59. Por lo general, Loth no ha traducido en el texto aquellos
nombres que poseen significado, dando a lo sumo una idea aproximativa de su sentido en las notas. Por
el contrario, los Jones han traducido los nombres galeses con significado en el texto. Por nuestra parte,
hemos preferido mantener el nombre en gals aadiendo entre parntesis las traducciones a los nombres
que ofrecen los Jones.
Los once relatos han sido divididos en tres partes distintas. En una primera parte hemos incluido las
cuatro ramas de los Mabinogi; en una segunda parte, los cuatro relatos de tradicin galesa, para
diferenciarlos en una tercera parte de los otros tres relatos de posible tradicin francesa. Los once
relatos siguen en esta traduccin el orden que suelen seguir en otras traducciones, como la de J. Loth o
los Jones, pero debe advertirse que en los manuscritos aparecen segn otra ordenacin. Por ejemplo, en
el Libro rojo de Hergest, Kulhwch y Olwen aparece despus que el Gereint.
Las notas a pie de pgina poseen tres funciones principales: justificar algunas traducciones, ofrecer la
mayor informacin posible acerca de los distintos personajes que aparecen en los cuentos y situar los
lugares geogrficos ofreciendo, cuando es posible, su nombre actual. Las Tradas ofrecen un material
inapreciable para reconocer a los personajes y siguiendo la afirmacin de J. Loth, segn la cual stas
constituyen el comentario natural de los Mabinogi, nos hemos permitido utilizarlas como la fuente
primordial para el reconocimiento de los personajes, as como para desvelar el sentido de algunos
sucesos60.
59
60
J. Loth, cit., I, P. 25
J. Loth, cit., I, p. 22
- -
33
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CIVILIZACIN CELTA
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RHYS, J. G.; EVANs (ed.): The text of the Mabinogion and other Welsb Tales f rom the Red Book of
Hergest, Oxford, 1887.
SCHULTZ, A. (SAN MARTE) (tr.): Die Arthur-Sage und die Mrchen des Rothen Buch von Hergest,
Quedlindburg und Leipzig, 1842.
THOMSON, D. S. (ed.): Branwen Uerch Lyr, Dublin Institute for Advanced Studies, 1968.
THOMSON, R. L. (ed.): Owein or Chwedyl Iarlles y Ffynnawn, Dublin Institute for Advanced Studies,
1968; Pwyll Pendeuic Dyuet, Dublin Institute for Advanced Studies, 1957.
WILLIAMS, I. (ed.): Pedeir Keinc y Mabinogi (Las cuatro ramas de los Mabinogi), Cardiff, 1930.
36
ABREVIATURAS
BBCS: Bulletin of the Board of Celtic Studies.
BBIAS: Bibliographical Bulletin of the International Arthurian Society.
CASJ: Chester Archaeological Society's Journal.
Et. Celt.: Etudes Cltiques.
Ll. C.: Lln Cymru.
MLQ: Modera Language Quaterly.
RM: Red Book of Hergest (edicin Rhys y Evans).
Rom.: Romania.
THSC: Transactions of the Honourable Society of Cymmrodorion.
WM: White Book of Rhydderch (edicin de Evans).
- -
37
PARTE PRIMERA
38
- -
39
su jaura apareci por el lindero del dato, vio un ciervo que hua perseguido por la otra jaura. Lleg al
centro del dato cuando la jaura que lo persegua, lo alcanz y derrib. Pwyll contemplaba el color de
aquellos perros sin acordarse ms del ciervo, y de todos los perros que haba visto en el mundo, jams
haba visto perros de aquel color. Eran de color blanco reluciente y lustroso, y sus orejas eran rojas; y
como resplandeca la extraordinaria blancura de los perros, as tambin resplandeca el extraordinario
rojo de sus orejas. Pwyll avanz hacia los perros, ahuyent a la jaura que haba matado al ciervo y
azuz a sus perros a la encarna. En aquel momento vio venir detrs de la jaura a un caballero montado
en un gran caballo gris acero que llevaba una vestimenta de caza de lana gris y un cuerno de caza en
torno al cuello.
El caballero se adelant hacia l y le habl as:
-Prncipe, s quin eres y no te saludar.
-Posiblemente posees un rango que te dispensa hacerlo -respondi Pwyll.
-Con toda seguridad no es la eminencia de mi rango lo que me lo impide.
-Entonces, qu es, seor?
-Por Dios y por m, tu ignorancia y carencia de cortesa68
-Qu descortesa has notado en m, seor?
-Jams haba visto a nadie cometer una mayor, cual es la de ahuyentar a una jaura que ha matado un
ciervo y azuzar a la suya para la encarna. Eso es descortesa y, a pesar de todo, no me tomar venganza;
por m y por Dios, te causar deshonor por el valor de ms de cien ciervos.
-Si te he perjudicado, me ganar tu amistad.
-De qu modo?
-Segn tu rango, pero no s quin eres.
-Yo he sido coronado rey en mi pas de origen.
-Seor, seas bienvenido! Y de qu pas eres?
-De Annwvyn69; soy Arawn70, rey de Annwvyn.
-De qu modo, seor, conquistara tu amistad?
40
-De ste: Hafgan, rey de Annwvyn, cuyos dominios se encuentran frente a los mos, me ha declarado
guerra continua71. Si me libras de esa calamidad, y t podrs hacerlo fcilmente, conquistars sin
esfuerzo mi amistad.
-Lo har con mucho gusto. Indcame cmo podr hacerlo.
-Lo har. Estableceremos un estrecho lazo de amstad 72; te pondr en mi lugar en Annwvyn, y para
dormir, te dar la mujer ms bella que nunca hayas visto. Tendrs mi figura y mi aspecto 73, de tal modo
que no habr criado de cmara, ni oficial, ni nadie de entre los que han estado conmigo que dude de que
t no seas yo mismo; as ser desde maana hasta el final de este ao. Entonces nos volveremos a
encontrar en este mismo lugar.
-Bien -respondi Pwyll-, pero despus de haber pasado un ao all, cmo deber buscar y podr
encontrar al hombre que t dices?
-El encuentro entre l y yo est fijado esta misma noche dentro de un ao en el vado. Y t estars all
con mi apariencia; y le dars un solo golpe y no sobrevivir, y te pedir un segundo golpe, pero no se lo
des por mucho que te suplique. Yo, en, cambio, por ms que- le he golpeado, no consegu nada, porque
al da siguiente combata conmigo mejor que la vez anterior.
-Bien -dijo Pwyll-, pero qu har con mis tierras ?
-Ya me ocupar -respondi Arawn- de que en tus tierras no haya hombre o mujer que pueda sospechar
que soy yo quien ha tomado tus rasgos-, ocupar tu lugar.
-Conmucho gusto, ahora me marcho -dijo Pwyll.
-No habr obstculos en tu camino y nada te impedir Regar a mis tierras: yo ser tu gua.
Acompa a Pwyll hasta la corte y las casas.
-Pongo en tus manos mi corte y mis dominios -dijo-. Entra, no habr nadie que vacile en reconocerte y a
medida que veas el servicio de all dentro, aprenders las maneras de la corte.
Pwyll entr en la corte. Vio all dormitorios y salas y habitaciones con las decoraciones ms bellas que
se hubieran podido ver en una casa. Y entr en la sala para quitarse las botas 74. En seguida acudieron
escuderos y criados de cmara a quitrselas y todos cuantos llegaban le saludaban. Dos caballeros le
libraron del: traje de caza y le ataviaron con ropas de brocado75 de oro y dispusieron la sala. Vio entrar
all a la familia, al sequito y a la tropa ms hermosa y mejor equipada que jams se hubiera podido ver
ryuelu (=declarar guerra continua) (RB, 2, WM, 3). Segn M. Watkin, La civilisation franaise dans
les Mabinogion, p. 183, el sustantivo ryuel, ryvel as como el verbo ryuelu o ryvelu parecen proceder
del francs antiguo revel (=rebelin, revuelta) que entre los galos significaba guerrear, hacer la guerra
72
Segn Loth, Mab., t. I, p. 31, la expresin equivale al concepto francs compagnonnage
73
am pryt inheu am gosged (WM ansawd) arnat ti (RB 3; WM 4). El mismo pleonasmo se repite varias
veces a lo largo de esta historia
74
He preferido traducir el concepto diarchenu en su sentido propio (=descalzarse, quitarse las botas) tal
como entienden G. y Th. Jones, The Mabinogion, p. 5 y no como lo vierte J. Loth, Mab., t. I, p. 33
(=desarmar), al considerarlo expresin equivalente al dsarmer de los romans de caballera (ver sus
notas crticas, p. 316)
71
- -
41
y, con ellos, a la reina, la mujer ms bella del mundo, vestida con un traje de resplandeciente brocado de
oro; en seguida fueron a lavarse, se acercaron a las mesas y se sentaron del siguiente modo: la reina a un
lado de Pwyll, y el conde, segn crea l, al otro lado. Comenz a conversar con la reina y por su
conversacin estim que era la mujer ms prudente, con un carcter y forma de hablar ms nobles que
jams hubiera visto. Y el tiempo transcurri entre manjares, bebida, msica y jolgorio. Realmente, de
todas las cortes que haba visto en la tierra, aqulla era la mejor provista de alimentos, bebidas, vajilla
de oro y joyas reales.
Lleg el momento de dormir y la reina y l se fueron a acostar. Cuando estuvieron en la cama, le dio la
espalda y permaneci con el rostro fijo en el borde de la cama, sin decirle ni palabra hasta la maana. Al
da siguiente mantuvieron una amable y afectuosa conversacin. Pero fuese cual fuese su afecto durante
e da, ni una sola noche hasta al cabo del ao se comport de modo distinto a la primera. Pas el ao en
caceras, cantos, festines, relaciones cordiales y conversaciones con sus compaeros, hasta la noche
fijada para el encuentro. No hubo ni un solo hombre, incluso en los parajes ms alejados del reino, que
no recordara aquel encuentro. Y se dirigi hacia all con los nobles de sus tierras.
Cuando lleg al vado, un caballero se levant y habl as:
-Nobles, escuchadme bien, este duelo es slo entre dos reyes y entre sus dos cuerpos solamente. Ambos
se reclaman tierra y dominios. Vosotros podis permanecer aqu tranquilamente, si permits que ellos
dos libren la batalla.
En seguida, los dos reyes se acercan hasta el centro del vado. En el primer ataque, el hombre que
ocupaba el lugar de Arawn, alcanza a Hafgan en medio del brocal76 del escudo de tal forma que lo parti
en dos, y rompi todas las armas 77 y Hafgan cay al suelo, cuan largo era su brazo y su lanza, por
encima de las grupas del caballo, mortalmente herido.
-Ay, seor -exclam Hafgan-, qu derecho tienes para matarme? Nada te reclamaba; que yo sepa, no
hay motivo para darme muerte. En nombre de Dios, ya que has comenzado mi muerte, llvala a cabo.
-Seor -respondi l-, podra arrepentirme de lo que te hiciera; busca a quien te mate por m, yo no lo
pienso hacer.
En gals ball o pali (RB, 4). Segn M. Watkin, La civilisation franaise dans les Mabinogion, p. 87, el
trmino deriva del francs antiguo pali o palie (=rica tela de brocado de seda).
76
bogel (=brocal) (WM 7; RB 5). Del latn buccula derivan los conceptos franceses bacle, bucle, boucle,
bougle, bloge; que en gals dieron lugar al trmino bogel, segn M. Watkin, La civilisation franaise, p.
162. El concepto hace referencia a la parte central de los escudos en forma de almendra caractersticos
de los siglos XI y XII y, realizado por lo general en hierro o acero, serva como refuerzo a este arma
defensiva. Tal pieza desapareci hacia 1200 con la implantacin definitiva del escudo triangular, cf. H.
Nickel, Der mittelalterlicbe Reiterschild des Abendlandes, Berln, 1958, pp. 26-40
77
arueu (RB 5) (=armas). J. Loth y los Jones traducen este concepto por armadura (armure, t. 1, p. 34; y
armour, p. 6). La armadura hace referencia a una proteccin corporal realizada con piezas de metal
rgido que apareci en Europa hacia mediados del siglo XIV, relegando a un segundo plano la cota de
mallas, cf. C. Blair, European armour circa 1066 to circa 1700, London, 1958, p. 53. No creo que el
concepto arueu gals haga referencia a tal tipo de proteccin corporal, sino que por el contrario debe
indicar el conjunto de las armas defensivas, lo que en castellano se denomina arns, trmino que
tambin puede referirse nicamente a la loriga o haubert francs, vase M. de Riquer, Las armas en el
Amads de Gaula, t. LX, Cuad. CC=, Boletn de la Real Academia Espaola, 1980, p. 376
75
42
-Mis nobles fieles -dijo Hafgan-, sacadme de aqu. Mi muerte ha sido consumada. No estoy en situacin
de asegurar por ms tiempo vuestra suerte.
-Mis nobles -dijo el hombre que estaba en lugar de Arawn-, quiero que os informis y enteris de
quines deben ser mis vasallos.
-Seor -respondieron los nobles-, todos los que estn aqu deben serlo; en Annwvyn ya no hay ms rey
que t.
-Bien, justo es acoger a aquellos que vengan sumisos; a los que no acudan humildemente que se les
obligue a fuerza de espadas.
Y en seguida recibi homenaje de los vasallos y empez a tomar posesin del pas, y al da siguiente,
hacia medioda, los dos reinos estaban en su poder y en seguida parti haca el lugar de la cita y lleg a
Glynn Cuch.
Y cuando lleg, encontr a Arawn que le estaba esperando; ambos se recibieron con alegra.
-Dios te recompense -dijo Arawn-, s que te has comportado como compaero. Cuando ests de vuelta
en tu pas, vers lo que he hecho por ti.
-Dios te recompense lo que hayas hecho por m -respondi Pwyll.
Entonces Arawn devolvi su propia forma y semblanza a Pwyll, prncipe de Dyvet, y l recobr su
propia forma y semblanza; luego regres a su corte en Annwvyn y mucho se alegr al volver a ver a sus
gentes y a sus parientes, a los que no haba visto desde haca mucho tiempo. En cambio ellos no haban
notado su ausencia y su llegada no pareci esta vez ms extraordinaria que de costumbre. Dedic el da
a la distraccin y al reposo, conversando con su mujer y sus nobles. Cuando le pareci que haba
llegado el momento de dormir ms que de beber, se fueron a acostar.
El rey se meti en la cama y su mujer fue a reunirse con 6. Lo primero que hizo fue hablar con su mujer
y abandonarse con ella a los placeres del amor y la ternura. Ella no estaba habituada desde haca un ao
y en eso fue en lo que pens.
-Dios -dijo ella-, qu le habr ocurrido para que esta noche tenga sentimientos tan distintos a todas las
otras noches desde hace un ao?
Permaneci largo rato pensativa y despus de aquella meditacin l se despert y le dirigi la palabra
una primera vez, luego una segunda, despus una tercera, pero no obtuvo respuesta alguna.
-Por qu no me respondes? -le pregunt.
-Te dir ms de lo que te he dicho en este lugar desde hace un ao -respondi ella.
-Cmo? -dijo l-. Hemos estado hablando de muchas cosas.
-Que caiga sobre m la vergenza, si hemos tenido deleite y conversacin hasta el momento en que nos
hemos encontrado entre los pliegues de estas sbanas, pues ni siquiera me has dirigido la mirada ni la
palabra desde hizo un ao ayer tarde, sin duda, debido a asuntos ms importantes.
- -
43
Se sent en la colina y cuando estaban sentados vieron venir por el camino principal que parta de la
colina a una mujer montada en un caballo blanco, grueso y grande; llevaba una vestimenta de
resplandeciente brocado de oro. El caballo avanzaba a paso lento y acompasado, segn crean los que lo
estaban viendo, y lleg a la altura de la colina.
-Hombres -dijo Pwyll-, hay alguien de entre vosotros que conozca a esta mujer a caballo?
-Nadie, seor -respondieron ellos.
-Que alguien vaya a su encuentro, para saber quin es.
Uno de ellos se levant apresuradamente y fue a su encuentro; pero cuando lleg delante de ella en el
camino, ya haba pasado de largo. La persigui con la mayor rapidez posible, pero cuanta ms prisa se
daba, ms se alejaba ella de l.
Al ver que de nada le serva perseguirla, retorn junto a Pwyll y le dijo:
-Seor, a cualquier hombre del mundo le resultara vano seguirla a pie.
-Pues bien -respondi Pwyll- ve a la corte, coge el caballo ms veloz que encuentres y parte en su
persecucin.
El criado fue a buscar el caballo y parti. Cuando lleg a una llanura hizo sentir las espuelas a su
caballo; pero cuanto ms le espoleaba, ms lejos se encontraba ella de l y, no obstante, ella pareca
mantener el mismo paso que al principio. En cambio, su caballo se debilitaba y cuando vio que
disminua velocidad, regres junto a Pwyll.
-Seor -dijo-, a cualquiera le resultara vano perseguir a esta dama. No conozco caballo ms veloz que
ste en todo el reino, y, sin embargo, no he podido perseguirla.
-Con toda seguridad -respondi Pwyll- debe haber aqu algo de magia. Regresemos a la corte.
Llegaron a la corte y all pasaron toda la jornada. Al da siguiente se levantaron y permanecieron all
hasta el momento de comer. Despus de terminar la primera comida, Pwyll dijo
-Vamos a ir a lo alto de la colina, todos los que estuvimos all ayer. Y t -dijo a un criado- trae el
caballo ms veloz que conozcas en el campo.
El criado obedeci y se dirigieron a la colina con el caballo. Cuando estaban sentados, vieron a la mujer
sobre el mismo caballo y con la misma vestimenta, que segua el mismo camino.
-Ah est la amazona de ayer -dijo Pwyll- Preprate, criado, para saber quin es.
-Lo har con mucho gusto, seor -respondi.
El joven mont a caballo, pero antes de que estuviera bien sentado en la silla ella ya haba pasado de
largo, dejando entre ellos una cierta distancia. No pareca apresurarse ms que el da anterior. Entonces
el joven hizo trotar a su caballo y pens que a pesar del holgado paso de su caballo, la alcanzara. Pero
no lo logr y lanz su caballo a todo galope. Sin embargo, no por esto se acerc ms a ella y cuanto ms
- -
45
-S, por m y por Dios -respondi ella-, el asunto ms importante era venir a verte.
-Ese es para m el asunto ms complaciente por el cual pudieras venir. Me dirs quin eres?
y
Por m y por Dios, sta es: si me dieran a escoger entre todas las
damas y las doncellas del mundo, te escogera a ti -dijo Pwyll.
-As sea, seor -dijo ella-; esta noche dentro de un ao en la corte de Eveidd ser preparado un festn a
mi cuidado para esperar tu llegada.
-Con mucho gusto estar all ese. da -contest Pwyll.
-Permanece en buena salud, seor, y recuerda tu promesa. Ahora me voy -respondi Rhiannon.
Se separaron y Pwyll regres junto a su gente y su squito. Despus de algunas preguntas que le
hicieron referentes a la joven, pas a otros temas.
Permanecieron el ao en Arberth hasta el momento fijado y se equip, as como otros noventa y nueve
caballeros, y fue a la corte de Eveidd Hen. All fue bien acogido. Haba muchas gentes y alegra y
grandes preparativos para su llegada y todo lo que haba en la corte estaba a su disposicin. Se prepar
la sala y se sentaron a las mesas: Eveidd Hen se sent a un lado de Pwyll y Rhannon al otro; y despus
de ellos, cada uno segn su rango.
Empezaron a comer, beber y conversar. Y despus de comer, cuando empezaban a beber, vieron entrar a
un joven alto de cabellos castao-rojizos, aspecto regio, vestido con brocado de oro. Desde la entrada de
la sala, dirigi su saludo a Pwyll y a sus compaeros.
-Dios te bendiga, amigo -dijo Pwyll-, ven a sentarte.
-No -respondi l-, soy un solicitante y vengo a exponer mi solicitud.
-Con mucho gusto.
- -
47
-Seor, mi solicitud tiene que ver contigo y he venido a hacerte una peticin.
-Sea cual sea tu peticin, si puedo te la conceder79.
-Por qu das semejante respuesta? -dijo Rhiannon.
-Lo ha concedido, seora, en presencia de nobles -dijo el extranjero.
-Cul es tu peticin, amigo? -dijo Pwyll.
-Acostarme esta noche con la mujer que ms amo y he venido para reclamrtela, as como los regalos y
los preparativos que hay aqu.
Pwyll permaneci silencioso, sin saber qu responder.
-Cllate tanto como quieras -exclam Rhiannon-, jams he visto a hombre hacer menos uso de su
sentido que el que t has hecho.
-Princesa -respondi-, no saba quin era.
-Es el hombre al que me queran entregar contra mis deseos, Gwawl, hijo de Clut, hombre rico en
huestes y dominios. Pero puesto que has hablado as, entrgame a l para evitarte el deshonor -dijo
Rhiannon.
-Princesa, no s qu tipo de respuesta es sta; jams podr hacer lo que dices -contest Pwyll.
-Entrgame a l y har que jams me posea -le dijo ella.
-Y cmo podrs hacerlo? -pregunt Pwyll.
-Te dar un pequeo saco, gurdalo bien. Te reclamar el banquete, los regalos y todos los preparativos,
pero nada de eso te concierne; yo misma lo distribuir entre las tropas y mis parientes, y sa ser tu
respuesta. En lo que a m respecta, fijar un plazo de un ao a partir de esta noche para acostarme con
l. Al cabo de un ao, t estars con tu saco y tus noventa y nueve caballeros en el vergel de all arriba.
Cuando l est en plena diversin y con la bebida, entrars con ropas radas y con el saco en la mano, y
pedirs solamente que llene tu saco de alimentos. Aunque metiera todos los alimentos y bebidas que hay
en los siete cantrefs, no dejar que tu saco se llene. Cuando haya metido grandes cantidades, l te
preguntar por qu tu saco no se llena jams. T le responders que no lo estar mientras un verdadero
propietario de un gran dominio no se levante y pise la comida del saco con sus dos pies y diga: Ya he
metido suficiente. Har que vaya l y pise la comida del saco; una vez lo haya hecho, desenrollars el
saco hasta que lo tenga por encima de la cabeza y hars un nudo con las correas del saco. Lleva contigo
un buen cuerno de caza alrededor del cuello y en cuanto l est en el saco, tcalo y sa ser la seal
convenida entre t y tus caballeros. Cuando oigan el sonido de tu cuerno, debern caer sobre la corte.
Gwawl dijo a Pwyll:
-Ya es tiempo para que se me conceda una respuesta con respecto a mi peticin.
Siguiendo las teoras de M. Mauss, H. Hubert, Los celtas desde la poca de La Tene, pp. 185-186
considera este pasaje revelador del sistema de donaciones o potlatch, caracterstico de ciertas sociedades
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48
-De todo lo que me has pedido tendrs cuanto est en mi posesin -respondi.
-Amigo -aadi Rhiannon-, el festn y todos los aprovisionamientos los dispuse para los hombres de
Dyvet, mis parientes y las tropas que estn aqu. No permitir que todo esto se d a nadie. Esta noche
dentro de un ao, se encontrar preparado un festn para ti en esta sala, amigo mo, y ser la noche en
que te acostars conmigo.
Gwawl regres a sus tierras, Pwyll a Dyvet y all pasaron el ao hasta el momento fijado para el festn
en la corte de Eveidd Hen.
Gwawl, hijo de Clut, acudi al festn preparado en su honor; lleg a la corte y all fue bien recibido.
Pwyll, jefe de Annwvyn, se dirigi al vergel con sus noventa y nueve caballeros, provisto de su saco tal
y como Rhiannon le haba pedido. En cuanto supo que haban acabado de comer y que empezaban a
beber, se fue a la sala, y antes de haber traspasado la entrada, salud a Gwawl y a sus compaeros,
hombres y mujeres.
-Dios te bendiga -dijo Gwawl-, seas bienvenido en su nombre.
-Seor -dijo l-, quiero hacerte una peticin.
-Sea bienvenida. Si me haces una peticin razonable, te la conceder.
-Es razonable, seor -respondi-, slo pido por necesidad. Slo quiero que llenes el pequeo saco de
comida que ves aqu.
-Es sta una peticin bien modesta; te la concedo con gusto: traedle la comida -dijo.
Un gran nmero de sirvientes se levantaron y comenzaron a llenar el saco, pero a pesar de todo lo que
metan, el saco no estaba ms lleno que al principio.
-Amigo -dijo Gwawl-, jams se llenar tu saco?
-Por m y por Dios, no lo estar jams, a menos que un verdadero propietario de tierras, dominios y
vasallos no se levante y pise con sus pies la comida que hay en el saco y diga: Ya se ha metido
suficiente.
-Valeroso seor -dijo Rhiannon a Gwawl, hijo de Clut-, levntate en seguida.
-Lo har con mucho gusto -respondi.
Se levant y meti sus pies en el saco. Pwyll desenroll el saco de modo que cubri a Gwawl hasta por
encima de la cabeza y entonces lo cerr rpidamente, lo anud con las correas y toc el cuerno y las
gentes de su casa invadieron la corte, apresaron a todos los que haban ido con Gwawl y los metieron en
prisin, y Pwyll se quit los harapos, las gruesas botas y todas aquellas ropas viejas. Y cada vez que
entraba uno de su hueste daba un golpe en el saco y preguntaba: Quin hay aqu dentro? Un tejn,
respondan los otros. De este modo jugaron: cada uno de ellos daba un golpe en el saco, ya fuera con el
pie, ya fuera con el garrote. Cuando entraban, todos preguntaban: A qu estis jugando? Al juego
del tej6n, respondan. Y as fue como por vez primera se jug al juego del tejn en el saco.
- -
49
-Seor -dijo el hombre del saco a Pwyll-, si quisieras escucharme, ste no es tratamiento digno de m,
ser golpeado en un saco.
-Seor -dijo tambin Eveidd Hen-, dice verdad. No es tratamiento digno de l.
-Bien -respondi Pwyll-, seguir tu consejo.
-Oye tambin mi consejo -dijo Rhiannon-. En tu situacin, te corresponde satisfacer a los solicitantes y
msicos. Deja que lo haga l en tu lugar y toma su palabra de que jams se vengar, ni reclamar nada
con respecto a esto, y eso ser suficiente castigo.
-Consiento a ello con gusto -dijo el hombre del saco.
-Aceptar -dijo Pwyll-, si es el consejo de Eveidd y de Rhiannon.
-Es nuestro consejo -respondieron ellos.
-Acepto, pues.
-Nosotros respondemos por l -dijo Eveidd- hasta que este hombre est libre para responder por si
mismo.
Le dejaron salir del saco y liberaron a sus nobles.
-Pide ahora los gajes a Gwawl -dijo Evedd a Pwyll-, conocemos todos los que podemos aceptar de l.
Eveidd enumer los gajes.
-Ahora -dijo Gwawl a Pwyll-, arregla t mismo el convenio.
-Me contento con lo que ha propuesto Rhiannon -respondi l.
Aquel convenio fue confirmado por los gajes.
-En verdad, seor, estoy molido y lleno de contusiones -dijo entonces Gwawl-. Necesito un bao. Con
tu permiso seguir mi camino y dejar a los nobles aqu en mi lugar para responder a todos los que
acudan como solicitadores.
-Lo permito con gusto -respondi Pwyll.
Gwawl regres a sus tierras. Se prepar la sala para Pwyll, su gente y los de la corte. Luego todos se
sentaron a la mesa y como se haban sentado la noche del ao anterior, as se sentaron aquella noche.
Comieron y bebieron, y lleg el momento de dormir, y Pwyll y Rhiannon se dirigieron a su habitacin y
la noche transcurri entre placeres y deleites. Al da siguiente, en la juventud del da, Rhiannon dijo:
-Seor, levntate y empieza a satisfacer a los msicos; hoy no rehuses a nada que se te pida.
-Lo har con gusto -dijo Pwyll-, hoy y los prximos das, mientras dure la fiesta.
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Pwyll se levant e hizo anunciar que invitaba a presentarse a solicitadores y msicos, indicndoles que
se les satisfara a cada uno de ellos segn su voluntad Y deseos. Y as se hizo. Continu la fiesta, y
mientras dur, a nadie le fue denegado lo que haba pedido. Cuando termin, Pwyll dijo a Eveidd:
-Seor, con tu permiso, partir para Dyvet maana.
-Muy bien -respondi Eveidd-, que Dios allane el camino ante ti. Fija el plazo y el momento en que
Rhiannon deba ir a reunirse contigo.
-Por m y por Dios -respondi-, partiremos juntos de aqu.
-Es se tu deseo, seor? -pregunt Eveidd.
-S, por m y por Dios --contest Pwyll.
Al da siguiente se pusieron en marcha hacia Dyvet, y llegaron a la corte de Arberth, donde haba sido
preparado un festn en su honor. Acudieron all de todos los pases y de todas las tierras, los hombres y
mujeres ms nobles. Rhiannon no dej de regalar ni a un solo hombre ni a una sola mujer un presente
notable, ya fuera un collar, un anillo o piedra preciosa.
Gobernaron el pas de modo prspero aquel ao y el siguiente. Al tercer ao los hombres del pas
comenzaron a concebir sombros pensamientos, al ver sin heredero al hombre que amaban como a su
seor y hermano de leche80. As le rogaron que acudiera junto a ellos, y la reunin tuvo lugar en
Presseleu81, en Dyvet.
-Seor -le dijeron-, no sabemos si vivirs hasta tan viejo como ciertos hombres de este pas, y tememos
que no tengas heredero de la mujer con la que vives. Toma a otra mujer que te pueda dar un heredero.
No vivirs eternamente y, aunque quisieras permanecer as, nosotros no lo permitiramos.
-Todava no ha transcurrido demasiado tiempo desde que vivimos juntos -respondi Pwyll- Pueden
suceder an muchas cosas. Aplacemos cualquier resolucin hasta que pase un ao. Dentro de un ao
nos volveremos a reunir y seguir entonces vuestro consejo.
Fijaron el plazo. Antes de que se cumpliera el tiempo, naci un hijo de l, y naci en Arberth. La noche
de su nacimiento enviaron mujeres para vigilar a la madre y al nio. Las mujeres se durmieron, al igual
que Rhiannon, la madre del nio. Eran seis mujeres las que fueron a la habitacin. Vigilaron buena
parte de la noche, pero antes de medianoche, se durmieron y no se despertaron hasta el amanecer, y
cuando se despertaron, sus miradas se dirigieron hacia el lugar donde haban colocado al nio; pero all
no haba rastro de l.
-Ay! -exclam una de ellas-, el nio se ha perdido!
-Ay! -dijo otra-, dbil venganza ser quemarnos o matarnos a causa del nio.
-Existe en el mundo un consejo a seguir en esta situacin? -exclam otra.
La expresin hace referencia a la institucin conocida por el concepto anglonormando de fosterage,
segn la cual los nios se confiaban a padres nodrizos adquiriendo as autnticas relaciones de
parentesco en la familia donde se criaban, H. Hubert, Los celtas, P. 193.
81
Presselly, en la actualidad, y designa la cadena de colinas ms elevada del condado de Pembroke
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- -
51
52
En aquel tiempo, Teyrnon Twryv Vliant82 era seor de Gwent Iscoed83 y era el mejor hombre del
mundo.
Tena en su casa una yegua a la que ningn caballo o yegua de todo el reino superaba en hermosura.
Todos los aos, en la noche del primero de mayo84, para, pero nadie saba nunca nada del potro. Una
noche Teyrnon dijo a su mujer:
-Mujer, somos muy descuidados: cada ao tenemos un potro de nuestra yegua y no conservamos
ninguno.
-Qu podemos hacer? -respondi ella.
-Esta noche es la de primero de mayo; que la venganza de Dios caiga sobre m si no logro saber qu
destino me quita de este modo mis potros.
Hizo entrar a la yegua en la casa, se puso sus armas y comenz a montar guardia para la noche.
Al empezar la noche, la yegua pari un potro, grande y hermoso, que se enderez en seguida sobre sus
patas. Teyrnon se levant y consider las hermosas proporciones del caballo. Mientras estaba as
ocupado, oy un gran ruido y despus del ruido vio a travs de la ventana de la casa una gran garra que
apresaba al potro por la crin. Teyrnon desenvain su espada y cort el brazo hasta el codo, de tal modo
que aquella parte y el potro quedaron en el interior. En esto se oy tumulto y ruido. Abri la puerta y se
lanz en direccin del ruido. Nada pudo ver del tumulto, pues la noche era muy oscura. Se precipit
hacia all, empez una persecucin y record que haba dejado la puerta abierta y regres, y en la misma
puerta encontr a un nio fajado y envuelto en una capa de brocado. Lo levant y el nio era fuerte para
la edad que pareca tener. Cerr la puerta y se dirigi a la habitacin donde estaba su mujer.
-Seora, duermes? -dijo.
-No seor, dorma, pero me he despertado cuando has entrado.
-Traigo un hijo para ti -dijo-, si quieres tener uno que no ha estado nunca dentro de ti.
-Seor, cul es esta aventura?
-Esta es la historia -y se la cont toda.
-Y bien, seor, qu vestimenta lleva el nio? -dijo ella.
Deriva del antiguo Tigernos (seor, jefe de familia), P. Mac Cana, Celtic Mytbology, p. 83
Literalmente significa Gwent ms bajo que el bosque. El Gwent, cuyo nombre procede de Venta
Silurum, capital del pueblo bretn de los silures, es la parte sudeste del Pas de Gales y comprende el
condado de Monmouth y una parte de los condados de Hereford y Gloucester. Gwent Is Coedd era uno
de los tres cantrevs del Gwent
84
En la noche del primer da de mayo se celebraba una importante fiesta en Irlanda, dedicndose
grandes fuegos a Beltenos, dios sol- que se asocia al Apolo griego. En el mabinogi de Kulhwch Y
Olwen Arturo restablece la paz entre Gwynn y Gwythyr, hacindoles luchar cada primero de mayo, lo
que segn Markale se encuentra estrechamente ligado al culto irlands de Beltenos, J. Markale, Les
celtes et la civilisation celtique, P. 53 y 260
82
83
- -
53
54
Al da siguiente, Teyrnon se equip con otros dos caballeros y con su hijo, que mont el caballo que le
haba regalado. Se dirigieron a Arberth y no tardaron mucho en llegar. Vieron a Rhiannon sentada junto
al montador de piedra. Cuando estuvieron junto a ella, Rhiannon les dijo:
-Seores, no vayis ms lejos; llevar a cada uno de vosotros hasta la corte: sta es mi penitencia por
haber matado a mi hijo y por haberlo despedazado.
-Ay, seora -respondi Teyrnon-, no creo que ni uno solo de los que estamos aqu quiera ir sobre tus
espaldas.
-Deja que vaya quien quiera -dijo el nio-, yo no ir.
-Ni nosotros tampoco, por cierto -dijo Teyrnon.
Entraron en la corte y hubo all gran alegra por su llegada. En aquel momento empezaba un banquete,
Pwyll acababa de hacer una expedicin85 por Dyvet. Fueron a la sala y se lavaron y Pwyll acogi bien a
Teyrnon y se sentaron: Teyrnon entre Pwyll y Rhiannon, y los dos compaeros de Teyrnon al lado de
Pwyll, y el nio entre ellos. Cuando terminaron de comer, al empezar a beber, se pusieron a conversar.
Teyrnon le cont toda la aventura de la yegua y del nio, cmo el nio haba pasado por hijo suyo y de
su mujer, y cmo lo haban criado.
-Este es tu hijo, princesa -aadi Teyrnon-; mucho se han equivocado los que te han acusado
falsamente. Cuando me enter de la pena que te abrumaba, sent gran tristeza y compasin. Y no creo
que haya aqu, entre todos los asistentes, alguien que no reconozca al nio como hijo de Pwyll.
-Nadie lo duda -respondieron todos.
-Por m y por Dios -dijo Rhiannon-, si eso es cierto, mi espritu se librar de su inquietud.
-Princesa -exclam Pendaran Dyvet86- bien has nombrado a tu hijo, Pryderi 87; es el mejor nombre que
puede recibir: Pryderi, hijo de Pwyll, seor de Annwvyn.
-Ved si su propio nombre no le ira mejor -dijo Rhiannon.
-Qu nombre tiene? -pregunt Pendaran Dyvet.
-Le habamos dado el nombre de Gwri Wallt Euryn.
-Pryderi ser su nombre -dijo Pendaran.
Se trata de cylchaw, expedicin o recorrido circular que realizaban los seores y jefes para mantener
el orden en sus dominios, J. Loth, Mab., I, p. 59.
86
En las Tradas de la Myvyrian Archeology of Wales, la familia de Pendaran aparece como uno de los
tres principales orgenes de la raza de los galeses o kymry, J. Loth, Mab., II, pp. 280-281
87
En gals significa inquietud. Pryderi es asociado en la mitologa celta con Mabon o Maponos, dios
irlands, el Gran Hijo o el Joven Dios, P. Mac Cana, Celtic Mythology, pp. 33-34 y 83. Algunos autores
justifican el concepto mabinogi a partir de esta asociacin, pues adems se ha considerado que Pryderi
es el hroe de las cuatro ramas de los mabinogi (ver introduccin). R. S. Loomis ve en este personaje el
prototipo del Peredur/Perceval (ver el mabinogi de Peredur, hijo de Evrawc), R. S. Loomis, Arthurian
Tradition and Chrtien de Troyes, p. 341
85
- -
55
-Nada ms justo -dijo Pwyll- que el nombre del nio haya salido de las palabras de su madre cuando ha
recibido alegres noticias de l.
Y as lo decidieron.
-Teyrnon -dijo Pwyll-, Dios te recompense haber criado al nio hasta este momento. Tambin es justo
que l te recompense, si es realmente noble.
-Seor -respondi Teyrnon-, no hay mujer en el mundo que tenga mayor pena por su hijo que la mujer
que lo ha criado, no la tenga por l. Es justo que no nos olvide, ni a m ni a ella, por lo que hemos hecho
por l.
-Por m y por Dios -respondi Pwyll-, mientras viva te mantendr a ti y tus bienes, tanto como pueda
mantener los mos y a m mismo. Y si l vive, mayores razones tendr para hacerlo, y si es tu consejo y
el de tus nobles, como t lo has criado hasta el momento, se lo daremos en lo sucesivo a Pendaran
Dyvet para que lo eduque. Seris para l compaeros y padres putativos.
-Ese es consejo justo -dijeron los dos.
Y entonces se entreg el nio a Pendaran Dyvet y los nobles del pas partieron con l y Teyrnon Twryv
Vliant y sus compaeros se pusieron en marcha hacia sus tierras en medio de testimonios de afecto y
alegra y no parti sin que le hubieran ofrecido las ms bellas joyas, los mejores caballos y los ms
buscados perros; pero l no quiso aceptar nada.
Entonces permanecieron en sus dominios y Pryderi, hijo de Pwyll, seor de Annwvyn, fue educado con
cuidados, tal como se deba, hasta que se convirti en el joven ms agradable, ms hermoso y de
mayores proezas que hubo en el reino. Pasaron as los aos y los anos, hasta que la vida de Pwyll, seor
de Annwvyn, lleg a su fin.
Y Pryderi gobern los siete cantrevs de Dyvet de modo prspero, amado por sus vasallos y por todos los
que le rodeaban. Ms tarde aadi a sus tierras los tres cantrevs de Ystrat Tywi 88 y cuatro cantrevs de
Ceredigyawn: fueron denominados los siete cantrevs de Seisyllwch 89. Y Pryderi, hijo de Pwyll, seor de
Annwvyn, estuvo ocupado en estas conquistas hasta que decidi tomar mujer. Escogi por mujer a
Kicva, hija de Gwynn Gohoyw, hijo de Gloyw Wal1t Lydan, hijo de Casnar Wledc, del linaje de los
prncipes de esta isla.
Y as termina esta rama90 de los Mabinogion.
56
En las Tradas de la Myvyrian Arcbeology ot Wales (Loth, Mab., II, p. 284285) aparece como uno de
los tres reyes y consolidadores de la realeza en Prydein. En Les celtes et la civilisation celtique, p. 104 y
ss. J. Markale reconstruye la historia y el mito de este personaje fundamental. El autor lo identifica con
Brennus o Brennius hermano de Belinus (segn Geoffroy de Monmouth), y en este trmino reconoce el
trmino celta antiguo Brannos que en irlands, gals y bretn dio Bran (=cuervo). La cristianizacin del
hroe celta dara lugar a San Brandan
92
A la casa de Llyr pertenecen los dos hermanos Bran y Branwen, los personajes fundamentales de esta
segunda rama y Manawyddan, aqu tambin citado, pero cuya historia se relatar en la tercera rama de
los mabinogi. Llyr Lledyeith aparece mencionado en las Tradas del Libro rojo como uno de los tres
prisioneros eminentes de la isla de Prydein, junto con Mabon, hijo de Modron y Gweir, hijo de
Gweryoedd, J. Loth, Mab., II, p. 244
93
Actualmente Harlech, en Merionethshire
94
Forma parte del cantrev de Dinodic en Arvon
95
En las Tradas del Libro rojo aparece citado como uno de los tres prncipes desinteresados (que
evitaron serlo) de la isla de Prydein, lo cual se pondr de manifiesto en la tercera rama (J. Loth, Mab.,
II, p. 74)
96
Beli, hijo de Mynogan, se cas con Don, hermana de Math (la casa de Don aparece en la cuarta rama
de los mabinogi) y la hija de Beli y Don, Penardim se cas con Llyr y tuvo un hijo, Manawyddan, y con
Euroswidd y tuvo dos hijos Nyssyen y Evynyssyen. De este modo se emparent la casa de Llyr con la
casa de Don, T. W. Rolleston, Myths and legends of the celtic race, pp. 350-351
91
- -
57
Mientras estaban sentados all, vieron trece navos procedentes del sur de Iwerddon (Irlanda) que el
viento, detrs de ellos, los acercaba ligera y velozmente.
-Veo navos all abajo, que vienen rpidamente a tierra; ordenad a los hombres de la corte que se
equipen y vayan a ver sus intenciones -exclam el rey.
Los hombres se equiparon y descendieron a la orilla. Cuando pudieron verlos de cerca, se convencieron
de que jams haban visto ningunos en mejores condiciones que aqullos. Bellos estandartes de brocado
ondeaban por encima de ellos. De pronto un navo se separ de los otros y vieron alzar un escudo por
encima de la cubierta del barco con el brocal hacia arriba en signo de paz 97. Los hombres de Bran
avanzaron hacia ellos con el fin de conversar.
Los extranjeros echaron botes a la mar, se acercaron a la orilla y saludaron al rey. Este les escuch
desde lo alto del peasco donde estaba sentado, por encima de sus cabezas.
-Dios os bendiga -dijo-, sed bienvenidos. A quin pertenecen estos navos y quin es el jefe?
-Seor -respondieron-, Matholwch, rey de Iwerddon, est aqu y sus navos estn con l.
-Qu desea? Quiere desembarcar en tierra?
-Slo lo har si consigue el objeto de su viaje, pues viene como solicitador.
-Cul es el objeto?
-Seor, quiere aliarse contigo; ha venido a pedir a Branwen 98, hija de Llyr, y si esto te agrada,
establecer entre Iwerddon y la isla de Fuertes99 un lazo que aumentar su poder.
-Que venga a tierra y deliberaremos a este respecto.
Llevaron esta respuesta a Matholwch.
-Con mucho gusto -dijo l.
Y se dirigi a tierra y fue bien recibido y aquella noche hubo en la corte una gran concentracin
formada por sus tropas y las de la corte. Al da siguiente mantuvieron consejo y decidieron dar a
Branwen a Matholwch, y ella era una de las tres matriarcas de la isla y la joven ms bella del mundo.
Convinieron que Matholwch se acostara con ella en Abberfraw 100. Se pusieron en marcha y todas las
tropas se dirigieron a Abberfraw, Matholwch y los suyos por mar, Bendigeit Vran y sus gentes por
tierra.
Segn M. Watkin, La civilisation franaise, 'pp. 199-200, era sta la forma usual de indicar la paz
entre los distintos pueblos europeos durante toda la Edad Media
98
Segn la interpretacin de J. Markale, Les celtes, p. 106, Branwen significara cuervo blanco
99
Ynys y Kedyrn (WM, 20). Este nombre aparece con frecuencia en los Mab. Despus de ser
conquistada por Prydein hijo de Aedd Mawr, la isla se llam Ynys Prydein (J. Loth, Mab., I, p. 70).
100
En el siglo X, Abberffraw al sur de Anglesey era la corte del reino del norte del Pas de Gales
(Gwynedd), M. Dillon, N. Chadwick, The Celtic Realms, p. 104.
97
58
- -
59
-Con toda seguridad, seor, no ha sido con el asentimiento del que posee esta corte, ni con el de nadie
de los de su consejo, quien te ha hecho la afrenta. Y si t, te sientes ultrajado, Bendigeit Vran deber
sentir an ms esta afrenta y este engao.
-Lo creo, pero l no puede librarme del ultraje recibido.
Aquellos hombres regresaron con la respuesta al lugar donde estaba Bendiget Vran y le transmitieron la
respuesta de Matholwch.
-En nada nos favorece que se marche enemistado; no dejaremos que parta.
-Bien, seor, enva de nuevo unos mensajeros junto a l.
-Eso har. Levantaos, Manawyddan, hijo de Llyr, y Eveidd Hir, Unic Glew Ysgwydd. Id a buscarle y
decidle que recibir un cabello sano por cada uno de los que le han mutilado. Adems, le dar en
compensacin una vara de plata tan gruesa y larga como un dedo meique y un plato de oro tan amplio
como su cara, y hacedle saber qu especie de hombre le ha hecho
esto y cuan lejos de mi voluntad estaba, y que el culpable es hermano de parte de mi madre y que no me
es posible deshacerme de l ni matarle. Que venga a verme y har la paz segn las condiciones que l
disponga.
Los mensajeros fueron en bsqueda de Matholwch y le transmitieron las palabras en forma amistosa.
Despus de haberles odo, dijo:
-Hombres, vamos a tomar consejo.
Fue a tomar consejo. Pensaron que si rechazaban aquellas proposiciones, resultara para ellos mayor
vergenza que si aceptaban una reparacin tan importante. Y resolvi aceptarlas y se dirigieron a la
corte como amigos.
Les prepararon pabellones y tiendas, segn la forma de arreglar las salas, y se sentaron a la mesa, y
como empezaron a sentarse al inicio de la fiesta, as se sentaron entonces. Y Matholwch y Bendigeit
Vran empezaron a conversar, y en la conversacin, Bendigeit Vran lo encontr triste y abatido, mientras
que antes de todo aquello, Matholwch haba mostrado constante alegra. Y pens que el prncipe estaba
dolorido porque estimaba la reparacin demasiado pobre para el dao que haba recibido.
-Seor -le dijo-, esta noche no te muestras tan buen conversador como las anteriores. Si la reparacin no
te parece suficiente, aadir a ella lo que t quieras; y maana mismo tendrs tus caballos.
-Seor -respondi l-, Dios te lo pague.
-Aumentar la reparacin. Te dar un caldero 101 cuya virtud es la siguiente: si hoy te matan a un
hombre, lo metes dentro y al da siguiente estar mejor que nunca, salvo que habr perdido el poder de
hablar.
peir (RB, 31, WM, 44-45). En el mundo celta el caldero posee un sentido sagrado y mgico, J.
Markale, L'pope celtique en Bretagne, p. 44
101
60
Matholwch se lo agradeci y tuvo una gran alegra por ello. Al da siguiente le sustituyeron los caballos
por otros que incluso estaban ya domados. Despus viajaron a otro kymmwt 102 y le dieron potros hasta
que el nmero estuvo completo. Por esa razn el kymmwt llev en lo sucesivo el nombre de Talebolyon103.
La noche siguiente, se sentaron juntos.
-Seor -dijo Matholwch a Bendigeit, de dnde procede el caldero que me has dado?
-Me lo dio un hombre que haba estado en tu pas, pero no s si fue all donde lo encontr -respondi
Bendigeit.
-Quin era? -le pregunt Matholwch.
-Llasar Llaesgyvnewit. Vino aqu desde Iwerddon, con Kymideu Kymeinvoll, su mujer. Escaparon de la
casa de hierro, en Iwerddon, cuando sta haba sido calentada al rojo blanco 104. Mucho me extraara
que no supieras nada de esto.
-En efecto, seor, lo saba y te contar todo lo que s. Un da estaba de caza en Iwerddon, en lo alto de
una colina que dominaba un lago llamado Llyn y Peir (el lago del Caldero), y vi salir a un gran hombre
de cabellos pelirrojos con un caldero sobre la espalda. Era de una estatura desmesurada y pareca
enloquecido.Le segua una mujer, y si l era enorme, la mujer era dos veces ms enorme que l. Se
dirigieron hacia m y me saludaron. Cul es vuestro viaje?, pregunt. Este, seor -respondi-. Esta
mujer concebir dentro de un mes y quince das y el hijo que nazca de sus entraas al cabo de un mes y
quince das ser un guerrero armado de todas las piezas. Me encargu de procurarles mantenimiento y
permanecieron conmigo un ao sin que hubiera resentimientos. Pero a partir de entonces tuve
dificultades por su causa y antes del final del cuarto mes ellos mismos se hicieron odiar al cometer sin
moderacin excesos en el pas, molestando y enojando a hombres y mujeres nobles. A consecuencia de
esto, mis vasallos se reunieron y vinieron a requerirme que me separara de ellos, dndome a escoger
entre aquellas gentes y mis dominios. Dej al consejo del pas la decisin acerca de su suerte.
Ciertamente, ellos no se habran ido de buen grado y tampoco necesitaban marcharse contra su voluntad
a causa de su poder guerrero. En aquel aprieto, mis vasallos decidieron construir una casa de hierro.
Cuando estuvo dispuesta, hicieron venir a todos los herreros de Irlanda que tuvieran tenazas y martillos,
e hicieron acumular carbn alrededor de toda la casa hasta la cspide. Dieron abundante comida y
bebida a la mujer, al hombre y al hijo y cuando los supieron ebrios, empezaron a poner fuego en el
carbn alrededor de la casa y a soplar los fuelles hasta que todo estuvo calentado al rojo blanco. Los
extranjeros mantuvieron consejo en la casa. El hombre permaneci all y esper a que la pared de hierro
estuviera blanca y debido al insoportable calor, golpe la pared con su hombro, la rompi y sali fuera,
seguido de su mujer. No escap nadie ms que ellos dos. Supongo que atraves el mar y lleg hasta
aqu.
-Sin duda fue entonces cuando vino y me dio el caldero -dijo Bendigeit.
Subdivisin del cantrev (ver nota 3 de Pwyll)
tal (=pago) y ebolyon (=potros). Dos Kymmwd del cantrev de Cemmais en Anglesey (D. S.
Thomson, Branwen verch Llyr, The Dublin Institute for advanced Studies, 1976, p. 27)
104
El personaje y el episodio presentan grandes similitudes con otro pasaje de un relato irlands (La
destruccin de la casa de Da Derga), ver J. Markale, L'pope celtique d'Irlande, p. 179. Este, junto
con otros elementos, han permitido a P. Mac Cana afirmar el origen irlands de esta rama de los
Mabinogi (Branwen, daugther of Llyr, Cardiff, 1958)
102
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- -
61
62
hombres como gobernantes y a Cradawc108, como su jefe. Eran siete caballeros y se estableceran en
Edeirnon y por este motivo llamaron a la ciudad Seith Marchawc (Siete Caballeros). Los siete hombres
eran: Cradawc, hijo de Bran; Eveidd Hir; Unic Glew Ysgwydd; Iddic, hijo de Anarawc Walltgrwn (de
los cabellos redondos109); Ffodor, hijo de Ervyll; Wlch Minascwrn; Llashar, hijo de Llaesar
Llaesgywydd y Pendaran Dyvet, que permaneci con ellos como joven criado. Aquellos siete hombres
se quedaron como administradores para vigilar la isla; Cradawc, hijo de Bran, era su jefe supremo.
Bendigeit Vran y todas las huestes de las que hemos hablado izaron las velas hacia Iwerddon. En aquel
tiempo la profundidad del agua no era muy grande y marcharon a lo largo de los bajos. Haba all dos
ros, llamados Lli y Archan. Luego, las profundidades del agua se extendieron y el agua inund los
reinos110. Y Bendigeit avanz, llevando sobre sus espaldas a todos los msicos 111 y lleg a la tierra de
Iwerddon.
Los porqueros de Matholwch estaban en las orillas de las aguas ocupados en sus cerdos. Y a causa de lo
que vieron en el mar, acudieron a Matholwch.
-Seor, que disfrutes de salud -dijeron.
-Dios os bendiga -respondi-. Trais noticias?
-S, seor, noticias sorprendentes. Hemos visto un bosque sobre las aguas, en un lugar donde antes
jams habamos visto un solo rbol.
-Esto es algo sorprendente -respondi-. Habis visto algo ms?
-Adems hemos visto, seor, una gran montaa junto al bosque y la montaa avanzaba, y una elevada
cresta en la montaa, y a cada lado de la cresta, un lago. Y el bosque, la montaa y todo lo dems
avanzaba.
-No hay nadie aqu que pueda reconocer eso, a excepcin de Branwen. Interrogadla.
Los mensajeros acudieron junto a Branwen.
-Princesa dijeron-, qu es todo esto, segn tu opinin?
-Aunque no sea princesa, s de qu se trata -respondi ella-. Los hombres de la isla de Fuertes
atraviesan el agua para venir aqu, pues han sabido de mis sufrimientos y deshonor.
-Qu es ese bosque que hemos visto sobre las olas? -le preguntaron.
En las Tradas de la Myvyrian Archeology of Wales (Loth, Mab., II, p. 281) Cradawc, hijo de Bran,
aparece como uno de los tres reyes, por la ley (no era primognito) de la isla de Prydein; los otros dos
fueron Caswallawn, hijo de Lludd y Chvain, hijo de Macsen Wledig
109
Segn M. Watkin, La civilisation franaise, esta expresin hace referencia a la moda masculina de
llevar los cabellos cortos, p. 206
110
Segn algunos autores se trata de una glosa por parte del copista. La mencin de los dos ros tambin
parece una interpolacin. En una trada traducida del gals al latn, se habla de tres reinos destruidos por
la inundacin, uno de ellos, Irlanda (cf. P. Mac Cana, Branwen, cit. pp. 109-111)
111
La relacin de Bran con la msica aparece en un poema de Taliesin, donde Uthr Ben se jacta de ser
bardo, arpista y flautista a un mismo tiempo, J. de Vries, La religion des celtes, p. 91
108
- -
63
64
arueu (RB, 38, WM, 54 Thomson, cit. p. 13) sirve aqu para aludir al casco. Respecto a este concepto,
ver nota 17 a Pwyll
113
Estancia o epigrama; una de las tres principales mtricas galesas, Loth, Mab., I, p. 87
112
- -
65
Y en esto entraron las huestes en la casa. Los hombres de la isla de Iwerddon entraron por un lado y los
hombres de la isla de Fuertes por otro. En cuanto estuvieron sentados, se hizo la paz entre ellos y el
reino fue entregado al hijo de Matholwch. Concluida la paz, Bendigeit Vran hizo venir al nio. De
Bendigeit acudi a Manawyddan. Todos los que le vean le tomaban afecto. Estaba con Manawyddan
cuando Nyssyen, hijo de Eurosswydd, lo llam junto a l. El nio se dirigi a l amistosamente.
-Por qu mi sobrino, el hijo de mi hermana, no viene, a m? -exclam Evnyssyen-. Mucho me
agradara, antes de que sea rey de Irlanda, mostrarte mi afecto.
-Dejadle ir -dijo Bendigeit Vran.
El nio fue hacia l muy contento.
-Pongo a Dios por testigo -se dijo Evnyssyen-, la familia no piensa que pueda cometerse la atrocidad
que voy a cometer en este momento.
Se levant, cogi al nio por los pies y, antes de que nadie pudiera detenerle, lanz al nio de cabeza en
el fuego ardiente.
Y cuando Branwen vio a su hijo en medio de las llamas, quiso lanzarse al fuego desde el lugar en que se
encontraba entre sus dos hermanos. Pero Bendigeit Vran la cogi con una mano y asi su escudo con la
otra y todos se levantaron por toda la casa y hubo all el mayor tumulto jams visto, producido por una
hueste en una casa, cuando cada hombre cogi sus armas. Morddwyt Tyllyon114 exclam entonces:
-Perros de Gwern, guardaos de Morddwyt Tyllyon.
Y mientras todos se lanzaban a sus armas, Bendigeit Vran mantuvo a Branwen entre su escudo y su
hombro. Los Gwyddyl comenzaron a encender el fuego bajo el caldero de la resurreccin y echaron los
cadveres en el caldero hasta que estuvo lleno. Al da siguiente se levantaron convertidos en guerreros
ms temibles que nunca, salvo que no podan hablar. Y entonces Evnyssyen, viendo los cadveres y sin
que hubiera posibilidad de vida para ningn hombre de la isla de Fuertes, se dijo a s mismo: Oh, Dios,
que las desgracias por haber sido la causa de la destruccin de los hombres de la isla de Fuertes caigan
sobre m. Que la vergenza caiga sobre m, si no encuentro un medio de salvacin.
Se arrastr entre los cadveres de los Gwyddyl y dos Gwyddyl con los
pies desnudos acudieron junto a l y tomndolo por uno de ellos, lo
echaron en el caldero. El se distendi en el caldero de tal modo, que el
caldero estall en cuatro pedazos y su pecho tambin estall y a esto se
debi la victoria que obtuvieron los hombres de la isla de Fuertes. En
todo caso, no hubo victoria, salvo para los siete hombres que pudieron
escapar; Bendigeit Vran fue herido en el pie con una lanza envenenada.
Los siete hombres que escaparon fueron: Pryderi; Manawyddan;
Esta traduccin se basa en la transcripcin que de este texto ofreciera I. Williams (Pedeir Keinc,
Cardiff, 1930, p. 207); as tambin D. S. Thomson (Branwen, cit. p. 14), pero, sin embargo, este ltimo
editor admite la posibilidad, siguiendo la interpretacin de Mac Cana (Branwen, cit., pp. 162 y ss.) de
que Mordwyt Tyllyon no sea un nombre propio sino un epteto referido a Bran, pues as aparece
denominado este personaje en un poema de Taliesin. Tal epteto significara herido en el muslo
(mordwyd=muslo y tyllion, derivado probablemente de twll=agujero), lo cual asimilara este personaje
al Rey Tullido o Rey Pescador que aparece en Chrtien
114
66
Gliuieri Eil Taran; Talyessin; Ynawc; Grudyeu, hijo de Muryel, y Heilyn, hijo de Gwyn Hen (el viejo).
Y entonces Bendigeit Vran orden que le cortaran la cabeza115.
-Tomad mi cabeza -les dijo-, llevadla a Gwynn Vryn (la Colina Blanca), en Llundein, y enterradla en
ese lugar con el rostro vuelto hacia Francia. Transcurrir mucho tiempo durante el camino. En
Harddlech, el banquete durar siete aos y los pjaros de Rhiannon 116 cantarn para vosotros y mi
cabeza os resultar una compaa tan grata como en los mejores momentos en que estuvo sobre mis
hombros. En Gwales de Penvro pasaris ochenta aos y hasta el momento en que os abran la puerta que
da sobre Abet Henvelen, hacia Kernyw (Cornualles), podris permanecer all y conservar intacta la
cabeza. Pero eso resultar ya imposible, en cuanto os abran la puerta; id entonces a Llundein a enterrar
la cabeza y pasad al otro lado.
Le cortaron la cabeza y los siete, sin contar a Branwen, partieron hacia el otro lado con la cabeza, y
desembarcaron en Aber Alaw, en Talebolyon. All se sentaron y reposaron. Branwen dirigi su mirada
hacia Iwerddon y hacia la isla de Fuertes; todo lo que la poda divisar:
-Qu desgracia, hijo de Dios! -exclam-. Maldito sea mi nacimiento! Dos islas tan bellas devastadas
por mi causa!
Exhal un gran suspiro y su corazn se quebr. Le hicieron una tumba cuadrada y la.enterraron en aquel
lugar a la orilla del Alaw.
Los siete hombres se pusieron en camino hacia Harddlech y la cabeza con ellos. Por el camino se
encontraron con una tropa de hombres y mujeres.
-Qu nuevas trais? -pregunt Manawyddan.
-Ninguna, salvo que Caswallawn117, hijo de Beli, ha tomado posesin de la isla de Fuertes y ha sido
coronado rey en Llundein -respondieron ellos.
-Qu le ha sucedido a Caradawc, hijo de Vran, y a los siete hombres que dejamos con l en esta isla?
-preguntaron los siete.
-Kaswallawn los atac y mat a seis; el corazn de Caradawc se quebr de pena al ver cmo la espada
mataba a sus hombres sin saber quin los mataba. Kaswallawn se haba vestido con una capa mgica y
nadie poda ver quin mataba a los hombres: slo se poda ver la espada. Pero no quiso matar a
Caradawc, porque era su sobrino, el hijo de su primo hermano, y ste fue uno de los Tres Hombres cuyo
corazn se quebr de pena. Pendaran Dyvet, que estaba con los siete hombres como joven criado, se
escap por el bosque.
Se dirigieron a Harddlech y all se instalaron. Se proveyeron en gran abundancia de alimentos y de
bebida y cuando empezaron a comer y a beber llegaron tres pjaros y empezaron a cantarles una
El culto a las cabezas cortadas se remonta a la cultura de La Tne y de este perodo se conservan
impresionantes monumentos que hacen alusin a tal culto, como por ejemplo el Monstruo de Noves en
Bouches-du-Rhne, M. Dillon, N. Chadwick, The Celtic Realms, p. 296
116
Ver nota 18 a Pwyll
117
Ver ms arriba nota 18. La resistencia bretona contra los ejrcitos de Csar fue organizada por
Casivellaunos, a quien los bardos galeses dieron siglos ms tarde el nombre gals de Casswallawn,
convirtindolo en hroe nacional, J. Markale, Les celtes, pp. 139-200
115
- -
67
cancin, y todas las que haban odo con anterioridad carecan de encanto comparadas con aqullas. Los
pjaros se mantenan a lo lejos por encima del oleaje y, sin embargo, ellos los vean con tanta nitidez
como si hubieran estado junto a ellos, y aquel banquete dur siete aos.
Al cabo del sptimo ao, partieron hacia Gwales, en Penvro. Encontraron all un lugar agradable y regio
que dominaba el mar, y haba tambin una gran sala. Se dirigieron a la sala y vieron abiertas dos de las
puertas; la tercera estaba cerrada y era la que daba a Kernyw.
-Esta es la puerta que no debemos abrir dijo Manawyddan.
Pasaron all la noche, en medio de la abundancia y la alegra, y a pesar de las desgracias que haban
visto ante sus propios ojos y a pesar de las que ellos mismos haban sufrido, ninguna de ellas acudi a
su memoria, as como ninguna otra desgracia del mundo. Permanecieron all ochenta aos de tal modo,
que no recordaban haber pasado un tiempo mejor ni ms agradable en toda su vida. No se sentan ms
fatigados que cuando haban llegado y ninguno de ellos poda apreciar en su compaero el largo tiempo
que haba transcurrido. Y la compaa de la cabeza no les resultaba ms dolorosa que si Bendigeit
hubiera estado con vida. A causa de estos ochenta aos as transcurridos aquello fue designado con el
nombre de Fiesta de la Cabeza Sagrada. El tiempo de la expedicin en Iwerddon se denomina la
Recepcin de Branwen y de Matholwch. Pero he aqu lo que un da hizo Heilyn, hijo de Gwynn.
-Que la vergenza caiga sobre mi barba -exclam- si no abro esta puerta para saber si lo que de ella se
dice es verdad.
Abri la puerta y dirigi su mirada hacia Kernyw y Aber Henvelen. Y cuando mir, todas las prdidas
que haban sufrido, la muerte de sus parientes y de sus compaeros, todo el mal que les haba ocurrido y
por encima de todo, la prdida de su seor, les vino a la memoria tan claramente como si todo hubiera
acaecido en aquel mismo momento. A partir de entonces no tuvieron ya reposo y partieron hacia
Llundein con la cabeza.
Fuera cual fuese la duracin del viaje, llegaron all y enterraron la cabeza en Gwynn Vrynn (Colina
Blanca). Cuando la enterraron, fue el Tercer Buen Escondrijo, y cuando. la descubrieron, el Tercer Mal
Descubrimiento118: en efecto, ninguna plaga poda atravesar el mar hasta aquella isla, mientras la cabeza
estuviera escondida en aquel lugar. Eso es lo que dice el cuento. Esta es la aventura de los hombres que
regresaron de Iwerddon.
En Iwerddon no quedaron con vida ms que cinco mujeres encintas en una gruta de las tierras desiertas
irlandesas. Y de aquellas cinco mujeres nacieron en la misma poca cinco hijos. Los criaron hasta que
fueron jvenes y pensaron en las mujeres y desearon poseerlas. Entonces cada uno de ellos se acost
con la madre del otro. Gobernaron el pas, lo poblaron y lo dividieron entre ellos cinco: de esta
En las Tradas del Libro Rojo (Loth, Mab., II, pp. 217-219) se :puede leer: Tres cosas se hizo bien
en ocultar: la cabeza de Bendigeit Vran, hijo de Llyr, que fue ocultada en Gwyn Vryn en Llundein con
el rostro vuelto hacia Francia; mientras estuvo as los sajones no acudieron a oprimir la isla. La segunda
fueron los dragones ocultados por Llud, hijo de Beli en Dimas Emreis (ver el mabinogi de "Lludd y
Llevelys"). La tercera fueron los huesos de Gwerthevyr Vendight... Estos fueron los tres malos
descubrimientos: Gwrtheyrn Gwrtheneu descubri los huesos de Gwerthevyr Vendigeit por el amor de
una mujer, Ronnwen la pagana. Tambin l descubri los dragones. Fue Arturo quien desenterr la
cabeza de Bendigeit Vran de la Colina Blanca, pues no quiso proteger aquella isla con ms fuerza que la
suya propia.
118
68
reparticin entre cinco resultaron las cinco provincias actuales de Iwerddon 119. Examinaron el terreno
donde haban tenido lugar las batallas y encontraron all tanto oro y plata que se hicieron ricos.
Es as como termina esta rama del Mabinogi, que trata de la bofetada de Branwen, la Tercera Bofetada
Infeliz de la Isla; de la asamblea de Bran cuando fue a Iwerddon con las huestes de ciento cincuenta y
cuatro distritos para castigar la bofetada de Branwen; del banquete en Harddlech durante siete aos; del
canto de los pjaros de Rhiannon y del Festn de la Cabeza que dur ochenta aos.
En la saga de Tain B Cualnge Irlanda aparece dividida en cuatro provincias (ciceda): Ulaid
(Ulster), Connachta (Connacht), Laigin (Leinster) y Mumu (Munster); sin embargo, en la poca a la que
se refiere el Tain (edad del hierro) ya se haba creado la quinta provincia: Meath. Cf. M. Dillon y N.
Chadwick, The Celtic Realms, pp. 35 y 36
120
Ver nota 5 a Branwen, hija de Llyrn. Se identifica con Manannan Mac Lir, dios irlands del mar,
que tambin aparece como un negociante en ciertos textos. Este ltimo aspecto caracterizar a
Manawyddan en este mabinogi, donde no resulta posible atribuirle un carcter divino, J. de Vries, La
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- -
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-Aunque ese hombre sea mi primo -respondi Manawyddan-, me entristecer siempre ver a quien sea en
el lugar de mi hermano Bendigeit Vran, y jams podr ser feliz en la misma casa que l.
-Quieres seguir un consejo? -le dijo Pryderi.
-Tengo gran necesidad de ello; cul es tu consejo?
-Me han dejado en herencia los siete cantrevs de Dyvet y mi madre, Rhiannon, se encuentra all. Te la
dar, y con ella la autoridad de los siete cantrevs, y aunque no poseas ms que esos siete cantrevs, no
hay en el mundo siete cantrevs mejores que sos. Mi mujer es Kicva, la hija de Gwynn Gohoyw, y
aunque los dominios son mos de nombre, t y Rhiannon seris los usufructuarios. Si alguna vez deseas
dominios en propiedad, tambin podrn ser tuyos.
-No, seor, jams; Dios te recompense tu amistad.
-Si t quieres, tendrs toda la amistad de la que soy capaz.
-Acepto, amigo, Dios te lo recompense. Voy a ir contigo a ver a Rhiannon y tus dominios.
-Tienes razn; no creo que jams hayas odo conversar a ninguna mujer mejor que ella. Cuando estaba
en la flor de la juventud, no haba ninguna ms hermosa y aun ahora no te disgustar su rostro.
Partieron en seguida, y cualquiera que fuera la duracin de su viaje llegaron a Dyvet. Encontraron un
festn preparado en su honor al llegar a Arberth; Rhiannon y Kicva lo haban dispuesto todo. Se
sentaron todos juntos a la mesa y Manawyddan y Rhiannon hablaron. Aquella conversacin le inspir
tiernos sentimientos hacia ella y fue feliz al pensar que jams haba visto a mujer ms bella ni ms
completa.
-Pryderi -dijo-, obrar segn tus palabras.
-Qu palabras? -pregunt Rhiannon.
-Princesa -respondi Pryderi-, te he dado como mujer a Manawyddan, hijo de Llyr.
-Obedecer con placer -dijo Rhiannon.
-Y yo tambin -dijo Manawyddan.
-Dios recompense al que me testimonia una amistad tan slida.
Antes de que finalizara el banquete, l se acost con ella.
-Continuad vosotros la fiesta -dijo Pryderi-. Yo voy a prestar homenaje a Kasswallawn, hijo de Beli, en
Lloegyr121.
-Seor -respondi Rhiannon, Kasswallawn est en Kent. Puedes continuar con la fiesta y esperar que
est ms cerca.
religion des celtes, p. 94 y ss
121
Nombre que los galeses daban a Inglaterra propiamente dicha
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- -
71
que sus ganancias disminuan mucho, pues slo les compraban cuando no se podan aprovisionar en
casa de Manawyddan. Se reunieron todos y convinieron matar a Manawyddan y a su compaero. Pero
stos fueron advertidos y pensaron abandonar la ciudad.
-Por m y por Dios -dijo Pryderi , mi consejo no es partir, sino matar a esos villanos.
-No -respondi Manawyddan-, si combatimos con ellos, nos crearemos mala reputacin y nos
encerraran. Haremos mejor marchando a otra ciudad a buscar nuestra subsistencia.
Entonces los cuatro se dirigieron a otra ciudad.
-Qu oficio tendremos? -dijo Pryderi.
-Haremos escudos -respondi Manawyddan.
-Pero sabemos algo de eso? -le pregunt Pryderi.
-De todos modos, lo intentaremos -contest Manawyddan.
Se pusieron a fabricar escudos; los hicieron segn el modelo de los mejores que haban visto y les
aplicaron el mismo color que haban aplicado a las sillas. Aquel trabajo les result tan prspero que
nadie compraba un escudo en toda la ciudad ms que cuando no haban encontrado en su casa.
Trabajaban de prisa, hicieron una cantidad de escudos enorme; y continuaron as hasta que sus
conciudadanos se cansaron y se pusieron de acuerdo para matarlos. Pero fueron advertidos y se
enteraron de que aquella gente haba decidido su muerte.
-Pryderi -dijo Manawyddan-, estos hombres quieren matarnos.
-No soportemos semejante cosa de estos villanos -respondi-; marchemos contra ellos y matmoslos.
-De ningn modo -respondi-, Kaswallawn y sus hombres se enteraran y estaramos perdidos. Iremos a
otra ciudad.
Llegaron a otra ciudad.
-A qu oficio nos dedicaremos ahora? -dijo Manawyddan.
-Al que quieras de todos los que sabemos -respondi Pryderi.
-De ningn modo; seremos zapateros. Los zapateros jams tendrn suficiente valor para intentar
matarnos o crearnos obstculos.
-Pero yo no s nada de eso -dijo Pryderi.
-Yo lo conozco, y te ensear a coser -le respondi-. No nos ocuparemos de preparar el cuero, lo
compraremos todo preparado y con l trabajaremos.
tipo de silla franconormanda. Las argumentaciones de Watkin no parecen demasiado slidas, por lo que
he preferido seguir las traducciones de J. Loth y los Jones que atribuyen dos significados a ambos
conceptos
72
Y entonces compr el mejor y ms fino cordobn124 que encontr en la ciudad, y no compr otro tipo de
cuero ms que para las suelas. Se asoci con el mejor orfebre de la ciudad y le hizo hacer hebillas para
los zapatos, dorar las hebillas y le observ mientras lo haca, hasta que l mismo aprendi, y por esta
razn le llamaron uno de los Tres Zapateros Orfebres 125. Mientras se encontrara en su casa zapato o
bota, no se compraba a ningn otro zapatero en toda la ciudad. Los zapateros se dieron cuenta de que ya
no ganaban nada. A medida que Manawyddan daba forma, Pryderi cosa. Los zapateros se reunieron y
tuvieron consejo; y en su consejo decidieron matarlos.
-Pryderi -dijo Manawyddan-, estas gentes quieren matarnos.
-Por qu soportar semejante cosa de estos villanos? -dijo Pryderi-. Matmoslos a todos.
-De ningn modo -dijo Manawyddan-, no combatiremos con ellos y no nos quedaremos por ms tiempo
en Lloegyr. Nos dirigiremos a Dyvet e iremos a examinar el pas.
Fuese cual fuese la duracin de su viaje, llegaron a Dyvet y se dirigieron a Arberth. Encendieron el
fuego y se alimentaron de la caza; as pasaron un mes. Reunieron a todos sus perros y cazaron, y as
vivieron durante un ao.
Una maana, Pryderi y Manawyddan se levantaron para ir de caza; prepararon sus perros y salieron de
la corte. Algunos de sus perros corrieron delante y llegaron a un pequeo matorral que se encontraba
muy cerca. Pero apenas llegaron al matorral, retrocedieron apresuradamente, con el pelo erizado, y
regresaron junto a sus amos.
-Acerqumonos al matorral -dijo Pryderi-, para ver lo que hay.
Se dirigieron hacia all, pero cuando estuvieron cerca, un
jabal de un blanco resplandeciente se levant
repentinamente del matorral. Los perros, azuzados por
los hombres, se lanzaron sobre l. Entonces abandon el
matorral y retrocedi a una cierta distancia de los
hombres. Y hasta que los hombres se fueron acercando,
estuvo acorralado por los perros sin retroceder ante ellos.
Pero cuando los hombres lo cercaron un poco ms,
retrocedi por segunda vez y escap. Persiguieron al
jabal hasta la vista de un castillo muy elevado, que
pareca construido recientemente, en un lugar donde
jams haban visto ni piedra ni construccin alguna, y el
jabal se dirigi rpidamente hacia el castillo y los perros
en su persecucin. Cuando el jabal y los perros hubieron
desaparecido en el interior, se maravillaron al ver un castillo all donde jams haban visto rastro de
construccin. Desde lo alto de la colina miraron y prestaron odos a los perros, pero por ms que
esperaron no oyeron ni vieron a un solo perro.
cordwal (RB, 48, WM, 67) (=cuero de Crdoba o cordobn). Se trata de un cuero muy fino utilizado
para los calzados de la nobleza, M. Watkin, La civilisation, p. 76
125
Los otros dos fueron Caswallawn, hijo de Beli, y Llew Llaw Gyffes (ver la cuarta rama de los
mabinogi), cf., Tradas del Libro rojo (Loth, Mab., II, p. 250).
124
- -
73
-Seor -dijo Pryderi-, voy al castillo para ver qu ocurre con los perros.
-No es una buena idea ir a un castillo que jams has visto -respondi Manawyddan-. Si quieres or mi
consejo, no irs. El mismo que encant el pas ha hecho aparecer este castillo en este lugar.
-Con toda seguridad no abandonar a mis perros -dijo Pryderi.
A pesar de todos los consejos de Manawyddan, se dirigi al castillo. Cuando lleg al castillo no vio a
ningn hombre, animal, ni jabal, ni perros, ni casa, ni lugar habitado. En el centro de aquel lugar vio
una fuente rodeada de mrmol y en el borde de la fuente un recipiente de oro, sobre una losa de mrmol,
y el recipiente estaba sujeto por cuatro cadenas que ascendan hasta
el cielo y cuyos extremos no se alcanzaban a ver. Se sinti completamente transportado por el
resplandor del oro y la excelencia del trabajo de orfebrera del recipiente. Se acerc y lo toc. En aquel
mismo momento, sus dos manos se pegaron al recipiente y sus dos pies a la losa de mrmol y perdi la
voz y se encontr en la imposibilidad de pronunciar palabra y permaneci en esta situacin126.
Manawyddan le esper hasta que termin el da y al anochecer, cuando se convenci de` que nada iba a
saber de Pryderi ni de sus perros, regres a la corte. Cuando entr, Rhiannon le mir:
-Dnde est tu compaero? -le dijo-. Dnde estn los perros?
-Esta es la aventura que me ha ocurrido -respondi. Y se lo cont todo.
-Verdaderamente -dijo Rhiannon-, has sido muy mal compaero, pero has perdido a un buen
compaero.
Diciendo estas palabras sali y se dirigi hacia el lugar donde le haba dicho que se encontraban Pryderi
y el castillo. Vio la puerta del castillo y entr. Al entrar, vio a Pryderi con las manos pegadas en el
recipiente. Fue hacia l y exclam:
-Oh! Seor, qu haces aqu?
Y puso sus manos en el recipiente, y en cuanto las puso, sus manos se pegaron al recipiente y sus pies a
la losa y le fue imposible proferir fina palabra. Y con esto, tan pronto como anocheci, se oy un fuerte
trueno, seguido de una espesa nube, y el castillo desapareci y ellos con l.
Cuando Kicva, hija de Gwynn Gohoyw, la mujer de Pryderi, vio que en la corte no quedaba nadie ms
que Manawyddan y ella, se lament mucho y la muerte le pareci preferible a la vida. Al ver aquello,
Manawyddan le dijo:
-Con toda seguridad ests en un error si te lamentas por miedo hacia m; pongo a Dios por testigo que
ser para ti el compaero mejor que jams hayas tenido, tanto que a Dios complacer prolongar tu
situacin. Por m y por Dios, aunque estuviera en la flor de la juventud, guardar fidelidad a Pryderi.
Tambin te la guardar a ti. No tengas el menor temor. Tendrs de m la amistad que quieras, en tanto
que yo pueda y en tanto plazca a Dios dejarnos en esta miseria y calamidad.
S. Loomis, Arthurian Tradition, p. 343 y ss., establece una estrecha relacin entre esta aventura de
Pryderi y la de Peredur/ Perceval en el Castillo del Grial, lo que le permiti ver en este personaje el
prototipo de Peredur (ver nota 27 a Pwyll, prncipe de Dyvet)
126
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- -
75
-Seor Dios -exclam-, quin ha decidido consumar as mi ruina? Y s quin es: es el que empez mi
ruina quien ahora la termina, y quien arruin todo el pas. .
Fue a ver el tercer cercado; era imposible ver trigo ms hermoso y aqul estaba maduro.
-Que caiga la vergenza sobre m -dijo- si no velo esta noche. El que se ha llevado el otro trigo vendr a
buscar tambin ste; as sabr quin es.
Tom sus armas y se puso a vigilar el cercado. Advirti a Kicva.
-Qu piensas hacer? -dijo ella.
-Vigilar el cercado esta noche- respondi.
Y all se fue. Y cuando estaba all, hacia medianoche oy el mayor ruido del mundo. Mir: era la tropa
de ratones mayor del mundo y era imposible contarlos ni calcular el nmero. Antes de que pudiera darse
cuenta, stos se precipitaron en el cercado; cada uno trep a lo largo de un tallo, lo inclin, parti la
espiga y se la llev, dejando el camo desnudo. No vea ni un solo tallo que no fuera atacado por un
ratn y del que ellos no se llevasen la espiga consigo.
Arrastrado por el furor y el despecho, se precipit en medio de los ratones, pero no consegua alcanzar a
ninguno, como si se tratara de moscas o pjaros en el aire. Divis a uno de aspecto macizo, por lo que le
crey incapaz de moverse con agilidad. Empez a perseguirlo, lo cogi, lo meti en su guante, lo at
con una cuerda y se dirigi con el guante a la corte.
Entr en la sala donde se encontraba Kicva, encendi el fuego y colg el guante por la cuerda en un
clavo.
-Qu hay ah, seor? -pregunt Kicva.
-Un ladrn al que he sorprendido robndome -respondi.
-Qu tipo de ladrn podras meter en tu guante, seor?
-Esta es toda la historia -respondi.
Y le cont cmo le haban estropeado y arruinado sus cercados y cmo los ratones haban invadido el
ltimo ante sus propios ojos.
-Y uno de ellos era muy macizo -aadi-. Ese fue el que atrap en el guante. Lo colgar maana y
pongo a Dios por testigo que los colgara a todos si los tuviera.
-Seor, lo comprendo. Pero es impropio ver a un hombre de tu rango y dignidad colgando un vil animal
como ste. Y si obraras como es debido, te olvidaras de ese animal y le dejaras ir.
-Que la vergenza cayera sobre m, si no los colgara a todos si los hubiera atrapado. No voy a dejar de
colgar al nico que he atrapado.
-Seor, ninguna razn tena para acudir en ayuda de este animal; solamente quera evitarte una accin
indigna de ti. Pero haz tu voluntad, seor.
76
-Si conociera la menor razn del mundo por la que quisieras ayudarle, seora, seguira tu consejo
-contest Manawyddan-, pero como no la conozco estoy decidido a matarlo.
-Hazlo as entonces -dijo ella.
Entonces se dirigi a Gorsedd Arberth con el ratn y plant dos horcas en el lugar ms elevado del
monte. Cuando lo estaba haciendo, vio venir hacia l a un clrigo vestido con viejos y pobres hbitos.
Desde haca siete aos Manawyddan no haba visto ni a hombre ni a bestia, a excepcin de las tres
personas con las que haba vivido, hasta el momento en que dos de ellas desaparecieron.
-Buenos das, seor -dijo el clrigo.
-Dios te d bien, seas bienvenido -respondi-. De dnde vienes, clrigo?
-Vengo de Lloegyr, donde era cantor. Por qu me lo preguntas?
-Porque desde hace siete aos no he visto ms que a tres personas y ahora a ti.
-Pues bien, seor, me dirijo ahora por esta regin a mi propio pas. En qu ests ocupado, seor?
-En colgar a un ladrn al que cog robndome.
-Qu tipo de ladrn, seor? Veo en tu mano un animal que parece un ratn y no es propio de un
hombre de tu rango tocar semejante animal; sultalo.
-De ninguna manera lo soltar, por m y por Dios. Lo he sorprendido robndome y le aplicar la ley de
los ladrones: la horca.
-Seor, antes de ver a un hombre de tu rango realizar semejante tarea te dar una libra que he recibido
como limosna; suelta al animal.
-Ni lo soltar, ni lo vender.
-Como quieras, seor, si no resultara impropio ver a un hombre de tu rango tocar a semejante animal,
nada me habra importado.
Y el clrigo se alej.
En el momento en que colocaba la viga sobre las horcas, vio acercarse a un sacerdote montado sobre un
caballo enjaezado.
-Buenos das, seor -dijo el sacerdote.
-Dios te d bien -respondi Manawyddan-. Dame tu bendicin.
-Dios te bendiga. Y qu haces aqu, seor?
-Cuelgo a un ladrn que he cogido robndome.
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78
-Eso no es suficiente.
-Qu quieres entonces?
-Que hagas desaparecer el hechizo y el encantamiento de los siete cantrevs de Dyvet.
-Te lo concedo. Suelta al ratn.
-No lo soltar antes de saber quin es.
-Es mi mujer; y si no lo fuera, no intentara que lo soltaras.
-Por qu ha venido a m?
-Para hacer pillaje. Soy Llwyd, hijo de Kilcoet, y fui yo quien ech el encantamiento sobre los siete
cantrevs de Dyvet y lo hice por amistad a Gwawl, hijo de Clut, para castigar a Pryderi por el juego del
Tejn en el saco que Pwyll, seor de Annwyn, hizo sufrir a Gwawl en la corte de Eveidd Hen por un
mal consejo127. Habindose enterado que t habas venido a vivir al pas, las gentes de mi casa
acudieron a m y me pidieron que los transformara en ratones para destruir tu trigo. La primera noche
slo fueron las gentes de mi casa; la segunda noche tambin y destruyeron los dos cercados. La tercera
noche, mi mujer y las damas de la corte me rogaron que tambin las transformara a ellas y as lo hice.
Ella estaba encinta; de lo contrario, no habras podido alcanzarla. Pero puesto que ha ocurrido as y est
en tu poder, te devolver a Pryderi y Rhiannon y librar a Dyvet del hechizo y del encantamiento. Ya te
he dicho quin es, sultala ahora.
-No lo har en modo alguno.
-Qu quieres entonces?
-Esto es lo que quiero: que jams haya encantamiento en los siete cantrevs de Dyvet y que nadie pueda
hechizarlos.
-Te lo concedo. Sultale ahora!
-A fe ma que no lo har.
-Qu ms quieres?
-Que jams nadie se tome venganza de esto con Pryderi, Rhiannon o conmigo.
-Tendrs todo lo que quieras y realmente has demostrado mucho ingenio. Si no lo hubieras indicado as
todas las desgracias habran cado sobre ti.
-S, he hecho la peticin para guardarme de ello.
-Libera a mi mujer en mi presencia.
-No la liberar antes de haber visto a Pryderi y a Rhiannon aqu conmigo.
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Mynweir=collar para las bestias de carga y Mynordd, de myn= cuello y ordd=martillo, J. Loth,
Mab., I, p. 116.
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-Est bien, no digas ms, conozco tu pensamiento -dijo Gwydyon-. Amas a Goewin.
Al ver que su hermano conoca su pensamiento, Gilvaethwy exhal el suspiro ms profundo del mundo.
-Deja de suspirar, amigo -dijo Gwydyon-; no es se el camino para lograr el xito en una empresa.
Puesto que no hay otro medio, har que los reclutamientos de Gwynedd, Powys y Deheubarth' 134 se
subleven, de modo que puedas tener a la doncella. Algrate; har esto por ti.
Y en esto acudieron junto a Math, hijo de Mathonwy.
-Seor -dijo Gwydyon-, he odo que han llegado al Sur una especie de animales que jams hemos visto
en esta isla.
-Cmo les llaman? pregunt Math.
-Hob (cerdos), seor.
-Qu tipo de animales son?
-Son pequeas bestias, pero con una carne mejor que la de los bueyes. Son pequeos y cambian de
nombre. Ahora les llaman moch (puercos).
-A quin pertenecen?
-A Pryderi, hijo de Pwyll, y se los ha enviado desde Annwvyn Arawn, rey de Annwvyn, y en estos das
all siguen llamndose: Hannerhwch, Hannerhob'135.
-Y bien! -replic-, de qu forma podramos obtenerlos?
-Ir, seor, con otros once compaeros en guisa de bardos 136, a pedir los cerdos. No me los negar, mi
idea no es mala y no quiero volver sin los puercos.
-Con mucho gusto. Parte hacia all.
Parti con Gilvaethwy y otros diez compaeros hasta Keredgawn, en el lugar que ahora llaman
Ruddlan Teivi137. All se encontraba una corte de Pryderi y entraron all en guisa de bardos. Les
recibieron bien. Aquella noche, Gwydyon se sent a un lado de Pryderi.
Powys era una de las tres grandes divisiones del Pas de Gales; limitaba al oeste y noroeste con
Gwynedd, al sur con Cardiganshire y al este con las marcas de Inglaterra. Deheubarth, al sur,
comprenda el resto del Pas de Gales, es decir, el antiguo pas de los demetae y los silures
135
banner=mitad y bwcb=cerdo (Loth, Mab., 1, p. 123). El pasaje parece una glosa del copista
136
Este nombre, utilizado para referirse a los poetas que habran de sustituir a la antigua casta de los
filid, aparece entre muchas ramas del mundo celta, y en especial, en gals, bretn armoricano y galico
de Escocia; J. Marx, Las literaturas clticas, p. 22. Y en el siglo XII se crearon en Irlanda las escuelas
de bardos que impusieron reglas mtricas y convenciones de forma y diccin, M. Dillon, N. Chadwick,
Tbe Celtic Realms, p. 273
137
Rudddlan significa orilla roja; en este caso orilla del ro Teivi (Loth, Mab., I, p. 123)
134
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83
Decidieron dar los puercos a Gwydyon a cambio de los caballos, los perros y los escudos. Las gentes
del Norte se despidieron y se pusieron en camino con los puercos.
-Compaeros -dijo Gwydyon-, tenemos que marchar a toda prisa. El encantamiento durar slo un da,
hasta maana.
Aquella misma noche marcharon hasta las tierras altas de Keredigyawn, lugar que an se llama, por este
motivo, Mochdref (la ciudad de los puercos). Al da siguiente se pusieron en marcha, atravesaron Elenit
y a la noche se encontraban en Keri y Arwystli 138, en la ciudad que desde entonces tambin se llam
Mochtref. Reanudaron su marcha y a la noche llegaron a un kymmwt 139 de Powys, que por esta razn,
se llama Mochnant. Luego alcanzaron el cantrev de Ros y pasaron la noche en la ciudad conocida an
con el nombre de Mochtref.
-Hombres -dijo Gwydyon-, refugimonos con los animales en el corazn de Gwynedd; han salido
ejrcitos en nuestra persecucin.
Se dirigieron a la ciudad ms elevada de Arllechwedd140 y construyeron all cuadras para los puercos, y
por esta razn la ciudad fue llamada Creuwyryon141. Hechas las cuadras, se dirigieron junto a Math, hijo
de Mathonwy, en Kaer Dathyl. Cuando llegaron, estaban llamando a las gentes del pas a las armas.
-Qu ocurre? -pregunt Gwydyon.
-Pryderi -le dijeron- est reclutando a las gentes de sus veintin cantrem para perseguiros. Mucho nos
ha sorprendido la lentitud de vuestra marcha. Dnde estn los animales que habais ido a buscar?
-pregunt Math.
-Construimos cuadras para ellos en el otro cantrev -dijo Gwydyon.
En esto oyeron las trompetas y el reclutamiento por todo el pas. Ellos tambin se armaron y marcharon
hasta Pennardd142, en Arvon. Y aquella noche Gwydyon, hijo de Don, y Gilvaethwy, su hermano,
volvieron a Kaer Dathyl; y Gilvuethwy se acost con Goewin, hija de Pebin, en el lecho de Math, hijo
de Mathonwy; y todas las doncellas fueron echadas violentamente de all, y ella se acost con l contra
su voluntad. Al da siguiente, cuando vieron despuntar el alba, se dirigieron junto a Math, hijo de
Mathonwy, y sus tropas. Cuando llegaron, se disponan a decidir en qu lado esperaran a Pryderi y a
los hombres del Sur. Ellos tambin tomaron parte en la deliberacin. Se decidi que esperaran en el
corazn de Gwynedd. En efecto, esperaron en el centro de dos distritos, Maenawr Pennard y Maenawr
Coet Alun143. Pryderi fue all a atacarles, y all se entabl la batalla y fue grande la matanza por ambas
partes, y los hombres del Sur fueron forzados a la retirada. Retrocedieron hasta el lugar que an hoy se
llama Nantcall144, perseguidos por sus adversarios. All la matanza fue indescriptible. Entonces se
Keri era un kymmwd del cantrev de Melienydd. Arwysdi era un cantrev del Meirionydd. En la
actualdad pertenecen al condado de Montgomery
139
Ver nota 12 a Branwen, Hija de Llyr
140
Kymmwd de Arvon
141
Segn Loth, Mab., I, p. 127, de craw=tejado para puercos, o craou=establo, cuadra
142
Al oeste del rlo Seint, frente a Caernarvon
143
maenawr o maynawl es una subdivisin del Kymmwd (Loth, Mab., I, p. 128)
144
Segn Lady Guest un ro que atraviesa actualmente la carretera de Dolpenmaen y de Caernarvon, a
nueve millas de esta ciudad (Loth, Mab., I, p. 129)
138
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batieron en retirada hasta el lugar llamado Dol Penmaen 145, y entonces se concentraron y pidieron la
paz. Pryderi entreg rehenes; los rehenes eran Gwrgi Gwastra y otros veintitrs hijos de nobles.
Despus de aquello avanzaron en paz hasta Traeth Macar146; pero cuando se encontraron reunidos en
Melenryt147, nada pudo impedir que las gentes a pie se lanzaran flechas. Pryderi envi mensajeros para
pedir a Math que detuviera a sus huestes y que permitieran que el asunto se arreglara entre l y
Gwydyon, hijo de Don, que era el causante de todo aquello. Cuando Math, hijo de Mathonwy, hubo
odo su mensaje, dijo:
-Por m y por Dios, si a Gwydyon, hijo de Don, le parece bien, lo permito con gusto; no es mi deseo
forzar a nadie a combatir mientras nosotros mismos podamos hacer algo.
-Pryderi considera que lo adecuado sera oponer su cuerpo al cuerpo del hombre que le ha causado
semejante perjuicio y dejar aparte a las dos huestes.
-Pongo a Dios por testigo -dijo Gwydyon-, que no pido a los hombres de Gwynedd que combatan por
m, desde el momento en que puedo luchar solo con Pryderi. Opondr con mucho gusto mi cuerpo al
suyo.
Llevaron la respuesta a Pryderi.
-No pido a nadie que busque compensacin ms que a m mismo -dijo Pryderi.
Los dejaron solos y apartados; se armaron y combatieron. Y por su valor y fortaleza, su magia y sus
encantamientos, Gwydyon venci y Pryderi muri. Fue enterrado en Maentyvyawc, encima de
Melenryt, y all est su tumba.
Las gentes del Sur se dirigieron a su pas con amargas lamentaciones. No era nada extrao. Haban
perdido a su seor, y a muchos de sus nobles, sus caballos y gran parte de sus armas.
Los hombres de Gwynedd regresaron llenos de alegra y entusiasmo.
-Seor -dijo Gwydyon a Math-, no haramos un acto de justicia devolviendo a las gentes del Sur los
rehenes que nos entregaron por la paz? No tenemos derecho a tenerlos en cautiverio.
-Que los dejen en libertad -respondi Math.
Permitieron a Gwrgi y a los otros rehenes que fueran a reunirse con los hombres del Sur. Math se
dirigi a Kaer Dathyl, mientras que Gilvaethwy, hijo de Don, y todas las gentes de su casa que estaban
con l, fueron a hacer el recorrido de Gwynedd, como de costumbre, y no acudieron a la corte. Cuando
lleg a su habitacin, Math hizo preparar un lugar donde pudiera reclinarse y reposar sus pies en el
regazo de la doncella.
-Seor -dijo Goewin-, busca a una virgen que soporte tus pies: yo soy mujer.
-Qu quiere decir eso? -respondi l.
En el antiguo cantrev de Dunodig y actualmente en el distrito de Eivionydd
Traeth=superficie arenosa de la orilla cubierta por las olas de alta mar, macar=grande. Traeth macar
es una especie de estuario en los confines de Arvon y de Merioneth, Loth, Mab., 1, 129
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ryt=vado. Su situacin es desconocida
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-Me han asaltado abiertamente, seor. No permanec silenciosa; no hay persona en la corte que no lo
sepa. Los que vinieron fueron tus sobrinos, los hijos de tu hermana, Gwydyon, hijo de Don y
Gilvaethwy, hijo de Don. A m me violaron y sobre ti echaron vergenza. Se han acostado conmigo, en
tu habitacin y en tu propio lecho.
-Muy bien -respondi l-, har lo que pueda: lo primero compensacin para ti y despus buscar
compensacin para m. Te tomar como mujer y pondr en tus manos la posesin de mi reino.
Y, mientras tanto, los dos hijos de Don no se acercaban a la corte; continuaron haciendo el recorrido por
el pas hasta el momento en que se prohibi darles alimentos y bebidas. Al principio se mantuvieron
alejados, pero luego acudieron junto a l.
-Buenos das, seor.
-S -dijo l-, habis venido para darme satisfaccin?
-Seor, estamos dispuestos a hacer tu voluntad.
-Si siempre hubiera sido as, no habra perdido ni hombre ni caballos; no podis reparar mi vergenza
despus de la muerte de Pryderi. Pero ya que habis venido hasta m quiero castigaros.
Cogi su vara mgica y con ella toc a Gilvaethwy, transformndolo en una cierva bien formada; el otro
quiso huir, pero le alcanz y le toc con la misma vara y lo transform en un ciervo.
-Como siempre habis sido afines, har que marchis juntos -dijo Math-, os aparearis del mismo modo
que los animales cuya forma tenis y procrearis en la poca acostumbrada para ello. Y dentro de un
ao desde este da, regresaris junto a m.
Aquel mismo da despus de un ao se oy gran alboroto en las paredes de debajo de la habitacin y los
ladridos de los perros de la corte en respuesta al alboroto.
-Id a ver qu pasa fuera -dijo Math.
-Seor -dijo uno-, acabo de verlo: hay un ciervo, una cierva y un cervatillo.
Entonces Math se levant y sali. Y cuando estuvo fuera vio tres animales: un ciervo, una cierva y un
cervatillo. Levant su vara mgica y dijo:
-Aqul que haya sido cierva el ao pasado, ser jabal este ao, y el que fue ciervo ser jabal hembra -y
les toc con su vara-. Me quedar con el pequeo -aadi-; har que lo cren y bauticen.
Le dieron el nombre de Hyddwn.
-En cuanto a vosotros -dijo-, seris jabal macho y jabal hembra, y los instintos de los jabals sern los
vuestros. Dentro de un ao desde este da, estaris bajo los muros de esta casa con vuestro vstago.
Al cabo de un ao oyeron los ladridos de los perros bajo los muros de la habitacin y toda la corte
acudi hacia all. El mismo se levant y sali. Fuera vio tres animales: un jabal macho, un jabal
hembra y con ellos un pequeo muy crecido.
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cogi al nio, lo envolvi en una capa de brocado y lo escondi en el fondo de un cofre, al pie de su
lecho.
-Y bien -dijo Math, hijo de Mathonwy, dirigindose al nio rubio-, te voy a hacer bautizar aqu y har
llamarte Dylan.
Le bautizaron. Apenas fue bautizado, se dirigi al mar. En cuanto se meti, recibi la naturaleza del mar
y nad tan bien como el ms rpido de los peces. Por esa razn le llamaron Dylan Eilton (Dylan, hijo de
la ola). Jams hubo ola que rompiera bajo l. El golpe que caus su muerte fue asestado por Govannon,
su to, y fue uno de los Tres Golpes Funestos.
Como Gwydyon estuviera despierto en la cama, oy los gritos en el cofre al pie de su lecho. No eran
muy fuertes, aunque lo suficiente para que l los oyera. Se levant precipitadamente y abri el cofre.
Vio a un nio moviendo los brazos en medio de la capa y apartndola a un lado cogi al nio entre sus
brazos y se dirigi con l a la ciudad, donde conoca a una mujer que le dara el pecho, y acord que ella
alimentara al nio. Aquel ao, el nio ya se pona de pie y al cabo de un ao pareca dos aos mayor
por su gran tamao. Al cabo de un segundo ao era un nio grande capaz de ir solo a la corte. Cuando
fue a la corte, Gwydyon se ocup de l; el nio se familiariz con l y lo am ms que a nadie.
Entonces fue educado en la corte hasta la edad de cuatro aos; y ya habra resultado admirable que un
nio de ocho aos de edad fuera tan grande como l. Un da fue a pasear detrs de Gwydyon. Este se
dirigi con l a Kaer Aranrot. Al verle entrar, Aranrot se levant para ir a su encuentro, darle la
bienvenida y saludarle.
-Dios te d bien -dijo l.
-Quin es el nio que te sigue? -dijo ella.
-Este nio es tu hijo -respondi Gwydyon.
-Hombre -exclam ella-, por qu quieres ultrajarme as, buscar mi vergenza y mantener durante tanto
tiempo mi deshonor?
-A menos que sufras mayor vergenza que la ma por educar a un nio tan hermoso como ste, poca
cosa ser tu vergenza.
-Cul es el nombre de tu hijo?149 -pregunt ella.
-En realidad, todava no tiene -le respondi.
-Pues bien, juro que su destino ser carecer de nombre hasta que lo reciba de m -dijo Aranrot.
-Pongo a Dios por testigo; eres una mujer perversa, pero el nio tendr un nombre aunque te resulte
enojoso y t jams volvers a tener aqul que te enfurece haber perdido. Nunca ms sers llamada
doncella!
Diciendo estas palabras, se march encolerizado, y regres a Kaer Dathyl y all pas la noche.
Al da siguiente se levant, cogi a su hijo y se fue a pasear a la orilla del mar, que se prolongaba desde
all hasta Aber Menei. Y cuando vio algas y varec hizo aparecer por magia un navo en el lugar, y de las
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algas hizo gran cantidad de cordobn y le dio diversos colores, de modo que nadie habra visto nunca
cuero ms hermoso. Iz la vela del barco y se dirigi con el nio a la puerta de entrada de Kaer Aranrot.
Y all empezaron a hacer zapatos y a coserlos. Cuando se dio cuenta de que haban sido vistos desde el
castillo, cambi su propio semblante y el del nio por otros para que no pudieran reconocerles.
-Quines son esos hombres que estn en el barco? -pregunt Aranrot.
-Son zapateros -le respondieron.
-Id. a ver qu tipo de cuero tienen y cmo trabajan -les orden.
Se dirigieron junto a ellos y encontraron a Gwydyon coloreando el cuero y lo haca con oro. Los
mensajeros fueron a llevrselo a Aranrot.
-Muy bien -dijo-, llevad la medida de mi pie a ese zapatero y decidle que me haga zapatos.
El le hizo los zapatos, pero no a su medida, sino mayores. Le llevaron los zapatos, pero eran demasiado
grandes.
-Son demasiado grandes -dijo-. Se los pagar, pero que me haga un par ms pequeos.
Entonces le confeccion un par mucho ms pequeos para su pie y se los envi.
-Decidle -dijo- que stos tampoco me van bien.
Le llevaron sus palabras.
-Y bien -exclam l-, no har otros zapatos antes de haber visto su pie.
Fueron a decrselo.
-De acuerdo -exclam ella-, ir donde est l.
Y se dirigi al barco. Y cuando lleg l estaba cortando y el nio cosiendo.
-Buenos das, seora
-Dios est contigo -respondi-. Mucho me sorprende que no logres hacer unos zapatos a mi medida.
-Es verdad, pero ahora s ser capaz.
En aquel momento, un reyezuelo se pos en la borda del barco. El nio le apunt y lo alcanz entre el
tendn de la pata y el hueso. Ella se ech a rer.
-En verdad -exclam-, con mano diestra le ha alcanzado el hermoso.
- -
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-Acaba de recibir un nombre, sin que tengamos que rogar a Dios para recompensarte, y el nombre no es
malo: de ahora en adelante se llamar Lleu Llaw Gyffes150 -exclam Gwydyon.
Y entonces de inmediato, todo lo que haba hecho se transform en alga y varec y no continu con
aquel trabajo, que le vali el nombre de uno de los Tres Zapateros Orfebres151.
-En verdad -dijo ella-, nada te hace disfrutar tanto como hacerme dao.
-Nada malo te he hecho ahora -respondi.
Y entonces devolvi al nio su propio semblante y l tambin recobr su aspecto.
-Bien -dijo Aranrot-, juro que el nio tendr como destino carecer de armas 152 hasta que yo misma no se
las haya dado.
-Por m y por Dios -dijo Gwydyon-, puedes ser tan perversa como quieras, pero el nio tendr
armas.
Entonces se dirigieron a Dinas Dinllev. Lleu Llaw Gyffes fue criado hasta que estuvo en situacin de
montar cualquier caballo y hubo alcanzado un desarrollo completo en sus rasgos, estatura y corpulencia.
Gwydyon se dio cuenta de que se senta humillado por carecer de caballo y de armas' y le llam junto a
l.
-Joven -le dijo-, maana iremos de viaje t y yo: algrate.
-Lo har -respondi el joven.
Al da siguiente, se levantaron al despuntar el alba y remontaron la costa hasta Brynn Aryen. Cuando
llegaron a lo alto de Kevyn Clutno, equiparon sus caballos y se dirigieron a Kaer Aranrot. Entonces
cambiaron sus semblantes y acudieron a la entrada con el aspecto de dos jvenes, aunque de todos
modos Gwydyon adoptara un rostro ms grave que el de su compaero.
-Portero -dijo-, entra y di que hay aqu bardos de Morgannwc.
El portero obedeci.
-Que sean bienvenidos; en nombre de Dios, dejadles entrar -dijo ella.
Hubo all gran alegra por su llegada. La sala fue preparada y se sentaron a la mesa. Cuando hubieron
terminado de comer, ella convers con Gwydyon de cuentos e historias. Gwydyon era buen narrador de
cuentos. Cuando lleg el momento de dejar de beber, les prepararon una habitacin y se fueron a
acostar. Gwydyon se .levant de madrugada y apel a su magia y poder. Cuando empezaba a clarear se
Llew=segn Loth, Mab., I, 139, len, interpretacin que rectific en su nueva edicin de 1913, ver p.
195, nota 1, al considerar que no se deba leer Llew, sino Llev=brillante, resplandeciente; segn los
Jones, Mab., 66=hermoso; J. Markale, L'pope celtique, traduce pequeo, p. 69
151
Ver nota 6 a Manawyddan, hijo de Llyr
152
Tambin aqu se utiliza el concepto arueu para designar el conjunto de las armas; ver nota 17 a
Pwyll, prtncipe de Dyvet
150
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oy gran agitacin y un gran ruido de trompetas por todo el pas. Cuando lleg el da, oyeron golpear en
la puerta de la habitacin y a Aranrot pidiendo que la abrieran. El joven se levant y abri. Ella entr
seguida de una doncella.
-Ay, seores -dijo-, nos encontramos en una mala situacin.
-S -respondieron ellos-; hemos odo el sonido de las trompetas y gritos: qu ocurre?
-En verdad -dijo,-, es imposible ver el color de las olas, de tan apretados que estn los barcos,
y se dirigen a tierra con toda la rapidez que pueden. Qu podemos hacer?
-Seora -dijo Gwydyon-, no hay ms consejo que el de encerrarnos en el castillo y defenderlo lo mejor
que podamos.
-Dios os lo recompense. Preparaos para defenderlo; encontraris aqu muchas armas.
Y en esto fue en bsqueda de armas. Regres con dos doncellas que llevaban armas para los hombres.
-Seora -dijo Gwydyon-, arma a este joven y que las dos doncellas me ayuden a m. Ya oigo el tumulto
de la gente que llega.
-Lo har con mucho gusto -respondi ella. Y gustosamente le arm de todas las armas.
-Has acabado de armar a este joven? -dijo Gwydyon a Aranrot.
-Ya est completamente armado -respondi.
-Yo tambin he terminado. Dejemos ahora las armas, ya no las necesitamos.
-Oh! Por qu? La flota est rodeando la casa.
-No, seora, no hay aqu ninguna flota.
-Qu significa entonces todo este reclutamiento?
-Ha sido para romper el sortilegio que lanzaste sobre tu hijo y para procurarle armas y las ha obtenido
sin que t tengas derecho a agradecimientos.
-Por m y por Dios, eres un hombre malvado. Muchos jvenes podran haber perdido sus vidas a causa
del reclutamiento que has ocasionado hoy en este cantrev. Juro que este joven estar destinado a no
tener jams mujer de la raza que puebla esta tierra.
-En verdad -dijo l-, siempre has sido una mujer perversa y nadie debera apoyarte. A pesar de todo,
tendr mujer.
Acudieron junto a Math, hijo de Mathonwy, y le presentaron las mayores quejas del mundo contra
Aranrot, y Gwydyon le cont cmo le haba procurado las armas al joven.
-Bien -dijo Math-, intentemos por medio de nuestra magia y encantamientos que de las flores salga una
mujer para l.
- -
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-Con mucho gusto. No es fcil matarme de un golpe, y quien quisiera matarme tendra que fabricar una
jabalina sin hacer ninguna otra cosa, menos cuando la gente estuviera en misa de domingo.
-Es eso cierto? -le pregunt ella.
-Completamente. No se me puede matar en una casa, ni tampoco fuera. No se me puede matar montado
a caballo; ni tampoco si voy a pie.
-Entonces, de qu modo se te puede matar?
-Voy a decrtelo: se me tendra que preparar un bao en la orilla de un ro, colocar encima de la tina un
entramado arqueado y despus cubrirlo bien con paja, traer un macho cabro y sentarlo junto a la tina;
yo tendra que poner un pie sobre la espalda del macho cabro y el otro en el borde de la tina: me dara
muerte quien me alcanzara en estas condiciones.
-Doy gracias a Dios, es sta una cosa fcil de evitar.
En cuanto obtuvo esta informacin, se la hizo llegar a Gronw Pebyr. Gronw se ocup en la fabricacin
de la lanza y aquel mismo da despus de un ao estuvo dispuesta, y le hizo saber el da a Blodeuwedd.
-Seor -dijo sta a Lleu-, me pregunto cmo podra ocurrir lo que me dijiste. Querras ensearme cmo
te mantendras sobre el borde de la tina y sobre el macho cabro, despus de que yo misma hubiera
preparado el bao?
-Lo har -respondi.
Entonces envi un mensajero a Gronw y le advirti que estuviera al abrigo de la colina que ahora
llaman Brynn Kyvergyr, en las orillas del ro Kynvael. Reuni todas las cabras que encontr en el
cantrev y las llev al otro lado del ro, frente a Brynn Kyvergyr. Al da siguiente dijo a Lleu:
-Seor, he hecho preparar el entramado y el bao: y ya estn dispuestos.
-Ir con gusto a verlo -respondi.
Fueron a ver el bao.
-Quieres baarte, seor? -dijo ella.
-Con mucho gusto -respondi. Y fue al bao y l mismo se ba.
-Seor dijo ella-, aqu estn los animales que dices, se llaman machos cabros.
-Bien -respondi-, haz coger uno y haz que me lo traigan.
Le llevaron el macho cabro. Lleu sali del bao, se puso sus calzones y coloc un pie en el borde de la
tina y el otro en la espalda del macho cabro. Entonces Gronw sali de la colina a la que llaman Brynn
Kyvergyr y apoyado sobre una rodilla le arroj la lanza envenenada y lo alcanz tan violentamente en el
costado que el asta salt y la punta qued en el cuerpo. Lleu ech a volar bajo la forma de un guila y
lanz un espantoso grito. Despus de esto no le volvieron a ver.
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En cuanto hubo desaparecido, ellos se dirigieron a la corte y aquella misma noche se acostaron juntos.
Al da siguiente, Gronw se levant y tom posesin de Ardudwy. Despus de haber sometido el pas,
gobern y se convirti en seor de Ardudwy y de Pennllyn.
La historia lleg a odos de Math, hijo de Mathonwy. Math concibi un profundo dolor y gran pena y
Gwydyon una mucho mayor.
-Seor -dijo Gwydyon-, no me tomar reposo antes de tener noticias de mi sobrino.
-Bien -dijo Math-, Dios te ayude.
Parti y empez a recorrer el pas; atraves Gwynedd y Powys en toda su anchura y longitud. Luego se
dirigi a Arvon y lleg a la casa de un villano que habitaba el maenawr de Pennardd. Se hosped en su
casa y all pas la noche. El dueo y las gentes de la casa entraron y el porquerizo entr el ltimo. El
dueo le dijo:
-Compaero, ha vuelto la cerda esta noche?
-S -respondi-; en este momento acaba de reunirse con los puercos. .
-Qu camino hace la cerda? -pregunt Gwydyon.
-Todos los das, en cuanto se le abre la cuadra, sale y no se la vuelve a ver; no se sabe el camino que
toma, igual como si fuera bajo tierra!
-Querras hacerme el favor de no abrir la puerta de la cuadra antes de que yo est all contigo?
-pregunt Gwydyon.
-Lo har con gusto.
Y se fueron a acostar.
Y cuando el porquerizo vio la luz del da, se levant y despert a
Gwydyon. Se levant, se visti, fue con el porquerizo y se coloc
junto a la cuadra. El porquerizo abri la puerta y en cuanto estuvo
abierta, la cerda salt fuera y con paso rpido se march.
Gwydyon la sigui. Remont un ro, se dirigi al vallejo que
ahora llaman Nant y Lleu (la hondonada de Lleu) y all se detuvo
y empez a pastar. Gwydyon se situ bajo un rbol y mir lo que
coma la cerda. Vio que era carne podrida y gusanos. Levant los
ojos a la copa del rbol y cuando mir, vio en la copa a un guila.
Cada vez que el guila se sacuda, dejaba caer gusanos y carne
podrida que la cerda coma. Gwydyon pens que el guila no era
otro que Lleu y cant este englyn156
Crece un roble entre dos lagos,
oscuramente ensombrece cielo y valle,
si no me equivoco
156
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-No acepto, pongo a Dios por testigo -respondi-. Slo aceptar que se dirija al lugar donde yo me
encontraba cuando me arroj la lanza y yo estar en el mismo lugar que l, y permitir que le arroje la
lanza. Esa es la menor satisfaccin que puedo aceptar.
Se lo dijeron a Gronw Pebyr.
-Bien -dijo-, tengo que hacerlo. Nobles fieles, gentes de mi casa, hermanos de leche, hay alguien de
entre vosotros que quiera recibir el golpe en mi lugar?
-Nadie -le respondieron.
Y debido a que se negaron a recibir el golpe en lugar de su seor, fueron llamados desde aquel da una
de las Tres Familias Infieles157.
-Bien -dijo l-, entonces ser yo quien lo reciba.
Ambos se dirigieron a las orillas del ro Kynvael. Gronw se situ en el lugar donde estaba Lleu Llaw
Gyffes cuando le arroj la lanza, mientras que Lleu ocup su sitio. Gronw Pebyr dijo entonces a Lleu:
-Seor, como fueron los perversos artificios de una mujer los que me indujeron a hacerlo, te ruego, en
nombre de Dios, que me dejes colocar entre m y el golpe esta piedra plana que veo en la orilla del ro.
-No te lo niego -respondi Lleu.
-Dios te lo pague.
Gronw cogi la piedra y la coloc entre l y el golpe. Entonces Lleu arroj su lanza, atraves la piedra
de parte a parte y al propio Gronw de tal forma que le rompi la espalda y entonces Gronw Pebyr
muri. En la orilla del ro Kynvael todava est la piedra agujereada. Y por esa razn se le ha llamado
hasta ahora Llech Gronw.
Lleu Llaw Gyffes volvi a tomar posesin de su pas y gobern felizmente. Segn lo que dice el cuento,
despus se convirti en seor de Gwynedd.
As se termina esta rama del Mabinogi.
As aparece escrito en las Tradas del Libro Rojo (Loth, Mab., 11, 241): Trece familias infieles en la
isla de Prydein: la familia de Goronwy Pevyr de Penllyn que neg a su seor recibir en su lugar el golpe
de la jabalina envenenada de Llew Llaw Gyffes; la familia de Gwrgi y de Peredur que abandon a sus
seores en Kaer Greu, cuando deban combatir con Eda Glingawr /.../ y la familia de Alan Fergan que
abandon a su seor en su marcha a Kamlan
157
- -
97
PARTE SEGUNDA
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El Sueo De Maxen
Maxen Wledic158 era emperador de Ruvein (Roma), y era el ms
hermoso y sabio de los hombres y el ms adecuado para ser
emperador de todos los que lo haban sido antes que l. Un da
convoc una asamblea de reyes y dijo a sus amigos:
-
Y entonces tuvo un sueo. En el sueo remontaba la cuenca del ro hasta su nacimiento y llegaba a la
montaa ms alta del mundo, la montaa le pareca tan alta como el cielo. Despus de franquear la
montaa, atravesaba, por el otro lado, las regiones ms bellas y ms llanas que mortal hubiera visto
jams. Y vio grandes ros que se dirigan desde la montaa hasta el mar. March a lo largo de los ros y
fuera cual fuese el tiempo que empleara, lleg a la desembocadura de un gran ro, la mayor que nadie
hubiera visto nunca, y en la desembocadura vio una gran ciudad y en la ciudad un gran castillo y en el
wledic=jefe o dux. En las Tradas del Libro Negro de Caermarthen Maxen Wledic aparece como el
que dirigi una de las tres expediciones a Escandinavia (Loth, Mab., 11, 209). En este personaje se
reconoce al histrico rey Maxmo, dux usurpador del ao 387, cuyas tropas despus de reconquistar
Roma no volvieron jams a Bretaa, J. Markale, Les celtes, p. 244.
158
- -
99
castillo vio muchas torres de diferentes colores. Vio una flota en la desembocadura del ro y realmente
se trataba de la ms grande que nadie hubiera visto jams. En medio de la flota vio un barco mucho ms
bello que los dems. Todo lo que poda ver del barco por encima de las olas estaba formado por tablas,
una de oro y la siguiente de plata, y vio un puente de huesos de cetceos desde el barco a tierra.
Atraves el puente y entr en el barco. Se izaron las velas y el barco parti a travs del mar y el oleaje.
Vio cmo llegaban a una isla, la ms bella del mundo, y despus de haber atravesado la isla desde un
mar a otro hasta los confines ms alejados de la isla, vio unos valles y precipicios y peascos elevados y
muy abruptos y un terreno escabroso como nunca haba visto. Desde all vio en el mar, frente a aquella
tierra escabrosa, una isla, y entre l y aquella isla vio un pas cuya llanura era tan larga como el mar que
la bordeaba y su montaa se extenda tanto como sus bosques. Vea como un ro atravesaba el pas
desde la montaa y se diriga al mar. En la desembocadura del ro vio un gran castillo, el ms bello que
jams nadie hubiera visto. La puerta del castillo estaba abierta y entr. Dentro vio una bella sala. El
techo de la sala pareca ser de oro y las paredes, formando un crculo 159, de piedras preciosas
destelleantes; todas las puertas de la sala eran de oro macizo. Vio lechos 160 de oro y mesas de plata. En
el lecho, frente a l, estaban sentados dos jvenes morenos que jugaban al ajedrez 161. El tablero era de
plata y las piezas de oro; los jvenes iban vestidos de brocado negro y sus cabellos se sujetaban con
diademas de oro rojo, llenos de piedras preciosas; alternaban rubs, gemas y piedras imperiales.
Calzaban zapatos de cordobn162 nuevo, cerrados con placas de oro rojo.
Al pie de una de las columnas de la sala vio a un hombre de cabellos blancos sentado en una ctedra 163
de hueso de elefante adornada con dos guilas de oro rojo. Llevaba en los brazos brazaletes de oro,
numerosos anillos en los dedos, un torque de oro en el cuello y una diadema dorada que recoga sus
cabellos; su aspecto era majestuoso. Delante de l haba un tablero de oro con sus piezas y en la mano
sostena una vara de oro y resistentes limas con las que tallaba las piezas del juego de ajedrez. Y vio a
una doncella sentada frente al anciano en una ctedra de oro rojo y no le habra resultado ms difcil
mirar al sol cuando brilla, que contemplarla a ella, debido a su extraordinaria belleza. Vesta camisa de
seda blanca cerrada sobre el pecho con hebillas de oro rojo, un brial 164 de brocado de oro y una capa de
la misma tela, cerrada con un broche de oro rojo. Llevaba en la cabeza una diadema de oro rojo con
cant (WM, 180, RB, 84). Los Jones, Mab., p. 80, traducen lado de la sala. He seguido aqu la
interpretacin de Loth, Mab., 1, 159, y de M. Watkin, la civilisation franaise, p. 304, que hacen derivar
este concepto del francs antiguo (cant, chant, chantel, chanteau=lado de un crculo).
159
lleithigeu (WM 180, RB 84) (de lectica) he preferido traducirlo en su sentido literal. Tngase en
cuenta que el lecho sola utilizarse como asiento.
160
Los Jones, Mab., p. 80, no traducen el concepto gwyddbwyll (RB, 84; WM 180), por considerarlo
un juego distinto al ajedrez, fundamentalmente de caza. En cualquier caso, parece que este juego se
confunda con el ajedrez en la poca en que fue escrito el relato (ver M. Watkin, La civilisation, p. 331).
161
Cintasseu o gordwal (RB, 84). En lo que respecta al trmino gordwal, vase nota 5 a
Manawyddan, hijo de Llyr. Cintasseu o cwyntys es, segn Watkin, La civilisation, 319, la grafa
galesa de quintece (zapato) y no tiene nada que ver con los buskins (Jones) o los brodequins (Loth).
162
Kadeir (RB, 84) (=ctedra) segn el sentido que en la Edad Media se conceda a cualquier silla con
brazos.
163
crisseu (WM, 181; RB, 84)=camisa o chainse en francs antiguo que se sola colocar debajo del brial
(=bliaut o surcot, en gals srcot). Encima del brial se colocaba la capa.
164
100
rubs y gemas que alternaban con perlas y piedras imperiales: su cinturn era de oro rojo. No haba
criatura mortal que ofreciera una visin ms bella.
La doncella se levant de su ctedra y se acerc a l. El le ech los brazos alrededor del cuello y los dos
se sentaron en la ctedra de oro, que no pareci ms
estrecha para ellos que para la doncella sola.
Y cuando tena los brazos alrededor del cuello de la doncella y su mejilla contra la de ella, el emperador
se despert: los perros tiraban de las cadenas, los escudos chocaban entre s, las astas de las lanzas
entrechocaban y los caballos relinchaban y piafaban.
Y cuando despert, el emperador no conoci vida ni existencia por la doncella que haba visto en
sueos. No haba en l juntura de huesos ni un solo punto en el interior de una ua, que no estuviera
enteramente penetrado del amor de la joven para no hablar de la parte que ms debera estarlo. Las
gentes de su casa le decan:
-Seor, ya es tiempo de que comas.
El emperador mont entonces su palafrn y se dirigi a Roma, como el hombre ms triste que jams se
hubiera visto. Permaneci as toda la semana. Cuando las gentes de su casa iban a beber vino y
aguamiel en vasos de oro, l no iba con ninguno de ellos; si iban a escuchar msica o distrados relatos,
tampoco les acompaaba, y no deseaba hacer nada ms que dormir. Tantas veces como durmiera, poda
ver en sueos a la mujer que ms amaba, pero cuando no dorma se afliga mucho por su causa, pues no
saba en qu parte del mundo se encontraba ella.
Y un da, un criado le habl:
-Seor -dijo-, todos los hombres hablan mal de ti.
-Por qu? -respondi el emperador.
-Porque no obtienen de ti ni misin ni respuesta, como acostumbran a tener los vasallos de su seor. Y
sta es la razn por la que hablan mal de ti.
-Bien -dijo el emperador-, traedme a todos los sabios de Roma y dir por qu estoy triste.
Reunieron a los sabios de Roma alrededor del emperador y les dijo:
-Sabios de Roma, tuve un sueo y en ese sueo vi a una doncella. A partir de entonces no he conocido
vida ni existencia a causa de ella.
-Seor -respondieron-, puesto que has juzgado oportuno consultarnos, vamos a darte un consejo. Este es
nuestro consejo: enva mensajeros durante tres aos a las tres partes del mundo para buscar el objeto de
tu sueo. Como no sabes qu da ni qu noche recibirs noticias, la esperanza te mantendr siempre.
Entonces los mensajeros comenzaron a errar a travs del mundo y a buscar noticias de la joven durante
todo un ao. Cuando regresaron al cabo del ao, no saban ms que el da en que haban partido. El
emperador se entristeci pensando que, con toda probabilidad, jams tendra noticias de la mujer que
ms amaba. El rey de Romani dijo entonces al emperador:
- -
101
-Seor, ve a cazar y recuerda qu camino tomaste, si fue hacia Oriente o hacia Occidente.
El emperador parti de caza y lleg a las orillas del ro.
-Estaba aqu cuando vi aquel sueo -dijo-, marchaba remontando el ro hacia Occidente.
Y en seguida trece hombres se pusieron en ruta como mensajeros del emperador. Delante de ellos
vieron una gran montaa que les pareca se elevaba hasta el cielo. Los mensajeros iban equipados de la
siguiente forma: cada uno de ellos llevaba delante de su capa una manga 165, como insignia de
embajadores, para que no les molestaran en los pases en guerra que tuvieran que atravesar. Despus de
haber franqueado aquella montaa vieron grandes regiones llanas y grandes ros corran a travs de
ellas.
-Este es -dijeron- el pas que vio nuestro seor.
Marcharon a lo largo de los ros que vieron verter en el mar; vieron en la desembocadura una gran
ciudad y en la ciudad un gran castillo y grandes torres de colores variados en el castillo. Vieron en la
desembocadura del ro una flota, la mayor del mundo, y en el centro un barco mayor que los dems.
-Esto es lo que nuestro seor vio en su sueo -dijeron.
Atravesaron el mar en aquel gran barco y llegaron a la isla de Bretaa. Atravesaron la isla hasta Eryri.
-Esta es la escabrosa tierra que vio nuestro seor -dijeron.
Avanzaron hasta que vieron Mon (Anglesey) frente a ellos y hasta que pudieron ver Arvon.
-Esta es la tierra que vio en sueos nuestro seor -dijeron.
Y vieron Aber Sein y el castillo en la desembocadura del ro. La puerta del castillo estaba abierta.
Entraron en el castillo y en el interior vieron una sala.
-Esta es la sala que nuestro seor vio en sueos -dijeron.
Entraron en la sala: vieron a dos jvenes jugando al ajedrez sentados en un lecho de oro y vieron al
hombre de los cabellos blancos al pie de la columna, sentado en una ctedra de marfil, tallando las
piezas del juego de ajedrez, y vieron a la doncella sentada en una ctedra de or rojo.
Los mensajeros cayeron de rodillas ante ella.
-Salud!, emperatriz de Roma -dijeron.
-Seores -respondi la doncella-, veo en vosotros las marcas de hombres nobles y las insignias de
embajadores: por qu os burlis de m?
Se trata de una larga banda de seda, cf. Viollet-le-Duc, Dictionnaire raisonn du mobilier franais,
Pars, 1872, t. III, p. 101.
165
102
-En modo alguno nos burlamos de ti, doncella. El emperador de Roma te ha visto en sueos. Por tu
causa no ha conocido desde entonces ni vida ni existencia. Te dejamos escoger: o vienes con nosotros
para que se te haga emperatriz de Roma, o el mismo emperador vendr aqu para tomarte como mujer.
-Hombres gentiles, no quiero dudar de lo que me decs, ni tampoco tener demasiada fe en ello. Si el
emperador me ama, que venga a buscarme aqu.
Los mensajeros se apresuraron en regresar, marchando noche y da, y cuando los caballos se
debilitaban, los dejaban y compraban otros. Al llegar a Roma, fueron a saludar al emperador y le
pidieron su recompensa. Obtuvieron todo lo que le pidieron.
-Nosotros te guiaremos, seor, por mar y por tierra, hasta el lugar donde se encuentra la mujer a la que
ms amas -dijeron-. Sabemos su nombre, su parentesco y su linaje.
El emperador parti inmediatamente con sus tropas, y con aquellos hombres como guas. Se dirigieron a
la isla de Bretaa, a travs del mar y el oleaje. Conquist la isla de Beli 166, hijo de Manogan, y a sus
hijos y los expuls hasta el mar. Avanz hasta Arvon y el emperador reconoci el pas en cuanto lo vio.
Cuando vio el castillo de Aber Sein dijo:
-Este es el castillo donde vi a la mujer que ms amo.
Se dirigi al castillo y entr en la sala. Vio all a Kynan, hijo de Eudav, y a Adeon, hijo de Eudav,
jugando al ajedrez, y vio a Eudav, hijo de Karadawc, sentado en una ctedra de marfil, tallando las
piezas del juego de ajedrez. Vio a la doncella que haba visto en su sueo sentada en una ctedra de oro.
-Salve, emperatriz de Roma -dijo.
Y el emperador le ech los brazos alrededor del cuello. Aquella misma noche se acost con ella.
Al da siguiente, la doncella le pidi su regalo conyugal (Agweddi), puesto que haba perdido su
virginidad. El le pregunt lo que deseaba. Ella pidi la isla de Bretaa para su padre, desde el mar Rud
(Mar del Norte) hasta el mar de Iwerddon y las tres islas adyacentes 167 para poseerlas bajo la emperatriz
de Roma, y para ella tres fortalezas que se construiran en los tres lugares que escogiera en la isla de
Bretaa. Y entonces decidi que su fortaleza ms elevada se construira de Arvon. Llevaron all tierra de
Roma para que al emperador le resultara ms sano dormir y sentarse y pasear por all. Despus le
construyeron otras dos fortalezas, y fueron Kaer Llion y Kaer Vyrddin168.
Un da, el emperador fue a cazar a Kaer Vyrddin y lleg hasta la cima de Brevi Vawer. All hizo el
emperador levantar su pabelln y el lugar an lleva el nombre de Kadeir Maxen (Ctedra de Maxen).
Kaer Myrddn se llam as porque fue construida por una mirada de hombres.
Beli hijo de Manogan, se cas con Don (ver sobre Don nota 4 a Mach, hijo de Mathonwy) segn T.
W. Rolleston, The Celtic Race, p. 350.
166
167
Kaer Llion procede de Castra Legionum. Se trata de Caerlleon en el Wysk. Myrddin o Vyrddin
procede de Maridunum, ciudad de los Demetae y aqu se hace derivar del gals myrdd, mirlada, Loth,
Mab., 1, 168.
168
- -
103
Entonces Elen pens en hacer construir dos grandes carreteras desde una fortaleza a la otra a travs de la
isla de Bretaa y las carreteras fueron construidas. Por esta razn se llaman las carreteras de Elen
Lluyddawc (Conductora de Ejrcitos), porque ella era originaria de la isla de Bretaa y las gentes de la
isla no se habran reunido jams en semejante nmero por nadie, salvo por ella. Siete aos permaneci
el emperador en aquella isla.
En aquella poca las gentes de Roma tenan la costumbre segn la cual todo emperador que residiera en
un pas extranjero ms de siete aos seguidos deba quedarse all y no volver ms a Roma. Entonces
proclamaron un nuevo emperador. Y aquel emperador escribi una carta amenazadora a Maxen. Esta
slo contena las siguientes palabras: Si vienes, s, si vienes alguna vez a Roma... La carta y las
noticias fueron llevadas a Maxen, a Kaer Llion. Entonces l tambin envi una carta al hombre que se
deca emperador de Roma. En aquella carta slo haba estas palabras: Si voy alguna vez a Roma, s, si
voy...
Entonces Maxen se puso en marcha con sus tropas hacia Roma y someti Francia, Burgundia y todas
las regiones que encontr a su paso hasta Roma y asedi la ciudad de Roma. Un ao estuvo el
emperador ante la ciudad, y no estuvo ms cerca de tomarla que el primer da. Pero detrs de l vinieron
los hermanos de Elen Lluyddawc, desde la isla de Bretaa, con una hueste poco numerosa, y en aquella
hueste haba mejores guerreros que dos veces el nmero de soldados romanos. El emperador fue
advertido, cuando vieron a aquella tropa detenerse junto a su ejrcito y levantar los pabellones. Jams
nadie haba visto un ejrcito ms bello, mejor equipado ni provisto de los estandartes ms vistosos. Elen
fue a ver el ejrcito y reconoci los estandartes de sus hermanos. Entonces Kynan, hijo de Eudav y
Adeon, hijo de Eudav, fueron a visitar al emperador, que los recibi bien y los abraz.
Entonces fueron a ver cmo los romanos libraban el asalto en las murallas de la ciudad y Kynan dijo a
su hermano:
-Intentaremos asaltar Roma de una forma ms hbil que sta.
Y durante la noche midieron la altura de las murallas y enviaron a sus carpinteros a los bosques.
Ordenaron hacer escaleras a cada cuatro de sus hombres y pronto estuvieron dispuestas. Cada da los
emperadores coman hacia medioda y el combate cesaba por ambas partes hasta que todos haban
terminado de comer. Sin embargo, los hombres de la isla de Bretaa comieron por la maana y bebieron
hasta enardecerse. En el momento en que los dos emperadores haban ido a comer, los bretones
avanzaron hasta las murallas y colocaron sus escaleras. En un instante subieron la muralla y penetraron
en el interior. Sorprendieron al nuevo emperador antes de que tuviera tiempo de armarse, y lo mataron y
a otros muchos hombres con l. Tardaron tres das y tres noches en someter a los hombres que se
encontraban en la fortaleza y en apoderarse del castillo y una parte de este ejrcito guardaba la ciudad
para que no entrara nadie de la hueste de Maxen, hasta que hubieran terminado de someterla
completamente. Maxen dijo entonces a Elen Lluyddawc:
-Me sorprende mucho, seora, que tus hermanos no hayan conquistado la ciudad por m.
-Seor emperador -respondi ella-, mis hermanos son los hombres ms sabios del mundo. Ve t mismo
a reclamar la ciudad, y si la tienen en su poder, te la entregarn con mucho gusto.
Entonces el emperador y Elen fueron a reclamar la ciudad. Los dos hermanos dijeron entonces al
emperador que slo deba la conquista de la ciudad y su rendicin a los hombres de la isla de Bretaa y
se abrieron las puertas de la ciudad de Roma y el emperador fue a sentarse en el trono y todos los
romanos le prestaron homenaje.
104
Lludd Y Llevelys
Beli el Grande, hijo de Manogan, tuvo tres hijos: Lludd,
Kasswallawn y Nynnyaw, y segn la historia tuvo un cuarto,
Llevelys169. Despus de la muerte de Beli, el reino de la isla de
Respecto a Beli, ver nota al Sueo de Maxen Wledic. Al parecer se trata del mismo Beli, hijo de
Manogan, esposo de Don, J. de Vries, La religion des celtes, p. 90. Lludd, hijo de Beli, no deber
confundirse con Lludd Llaw Ereint que aparece en el relato de Kulhwch y Olwen, P. Mac Cana,
Celtic Mythofogy, p. 67.
169
- -
105
Bretaa cay en manos de Lludd, su primognito, y Lludd gobern, de modo prspero, reconstruy las
murallas de Llundein y las rode de innumerables torres. Luego orden a todos los ciudadanos que
construyeran casas de modo que en todo el reino no hubo casas de semejante esplendor. Era tambin un
buen guerrero y muy generoso, pues distribua alimentos y bebidas a todos los que se lo pedan. Aunque
posea castillos y ciudades, era aqulla su ciudad preferida. Pasaba all la mayor parte del ao y por ello
la llamaron Kaer Lludd y al final Kaer Lundein. Y fue despus de la llegada de una nacin extranjera
cuando recibi el nombre de Llundein o de Llundrys. Por encima de todos sus hermanos Lludd amaba a
Llevelys porque era un hombre prudente y sabio.
Cuando Llevelys oy que el rey de Francia haba muerto sin otro heredero que una hija y que haba
dejado todos sus dominios en sus manos, fue a ver a su hermano Lludd para pedirle consejo y ayuda,
pensaba menos en su propio inters que en el acrecentamiento de honor, elevacin y dignidad que de
ello resultara para su casa, si poda ir al reino de Francia a pedir por mujer a aquella doncella. Su
hermano estuvo de acuerdo con l y aprob su idea.
En seguida equiparon barcos y los llenaron de caballeros armados, y Llevelys parti para Francia. En
cuanto desembarcaron, enviaron mensajeros a los nobles de Francia para exponerles el objeto de su
expedicin. Despus de deliberar, los nobles y los jefes de aquel pas entregaron de comn acuerdo a
Llevelys la doncella con la corona del reino. Desde entonces no dej de gobernar sus estados con
prudencia, sabidura y felicidad hasta el fin de su vida.
Transcurri algn tiempo hasta que se abatieron tres plagas' 170 sobre la isla de Bretaa, como jams se
haban visto otras iguales. La primera de ellas fue la llegada de una raza particular a la que llaman los
Corannyeit: su saber era tal, que no se poda mantener una conversacin en toda la superficie de la isla,
por muy bajo que hablaran, sin que la conocieran, pues el viento se la llevaba 171. Por esta razn no se les
poda causar ningn dao. La segunda plaga fue un gran grito que cada noche de primero de mayo' 172 se
dejaba or en todos los hogares de la isla de Bretaa. Atravesaba el corazn de las gentes y les causaba
tal pavor que los hombres perdan el color y las fuerzas, las mujeres el fruto de sus vientres, los jvenes
perdan el juicio y todos los animales, rboles, tierra, y aguas quedaban estriles. La tercera plaga
consista en que por muchas provisiones y comidas que se preparaban en las cortes del rey, aunque
hubiera all un ao de provisiones en comida y bebidas, no podan disfrutar de nada de aquello, salvo lo
que haban consumido en la primera noche.
La primera plaga fue clara y manifiesta, pero nadie conoca la, causa de las otras dos; as, haba ms
esperanzas de desembarazarse de la primera que de la segunda o de la tercera. El rey Lludd concibi por
ello mucha preocupacin e inquietud, no sabiendo cmo podra librarse de ellas. Hizo acudir junto a l a
todos los: nobles de sus dominios y les pidi consejo respecto a las medidas a tomar contra aquellas
plagas. Y por comn consejo de sus nobles, Lludd, hijo de Beli, fue a reunirse con Llevelys, su
hermano, rey de Francia, conocido como hombre de gran sabidura en sus consejos, con el fin de pedirle
opinin.
En las Tradas del libro Rojo se lee: Tres invasiones opresivas cayeron sobre la isla y no se
marcharon: la de la tribu de los Korannyeit que lleg en tiempos de Lludd hijo de Beli, la de los pictos...
y la de los sajones... (Loth, Mab., 11, 256).
170
Al parecer los Corannyeit venan del pas de Pwyll y se establecieron en las costas del mar del Norte
(Loth, Mab., 1, 175). Respecto a su peculiaridad, vase nota al mabinogi Math, hijo de Mathonwy.
171
172
106
Prepararon una flota y lo hicieron en secreto, silenciosamente, para que ni aquel pueblo ni nadie, a
excepcin del rey, y de sus consejeros, se enterara del motivo de aquella expedicin. Cuando estuvieron
dispuestos. Lludd y aquellos a los que haba escogido embarcaron y comenzaron a surcar las olas en
direccin a Francia.
Al enterarse de que aquella flota se aproximaba. Llevelys, que desconoca la causa de la expedicin de
su hermano, avanz a su encuentro desde el otro lado con una flota muy considerable. Al ver aquello,
Lludd dej todos sus navos en alta mar, a excepcin de uno en el que embarc para ir al encuentro de
su hermano, y ste fue en otro barco a reunirse con su hermano, y en cuanto se reunieron se abrazaron y
saludaron con una ternura fraternal.
Y despus de que Lludd expusiera a su hermano el motivo de su expedicin, Llevelys le respondi que
conoca las razones del viaje a su pas. Entonces acordaron discutir sus asuntos de otro modo, para que
el viento no pudiera alcanzar sus palabras y los Corannyeit no pudieran saber lo que estaban: hablando.
Entonces Llevelys orden hacer un gran cuerno de bronce y conversaron a travs de aquel cuerno. Pero
fuesen cuales fuesen las palabras que se decan a travs del cuerno, no oan ms que contradicciones
llenas de odio, y cuando Llevelys se dio cuenta de que un diablo les estaba molestando y causando
daos a travs del cuerno, verti vino en su interior, lo lav y expuls del cuerno al diablo por la virtud
del vino. Cuando pudieron conversar sin obstculo, Llevelys dijo a su hermano que le dara ciertos
insectos, de los que debera guardar una parte con vida para perpetuar la especie en caso de que la
misma plaga volviera a aparecer por segunda vez, y triturara el resto en el agua. Le asegur que ste era
un buen medio para destruir el pueblo de los Corannyeit y he aqu cmo:
En cuanto llegara a su reino, reunira en una misma asamblea a todo su pueblo y al pueblo de los
Corannyeit bajo el pretexto de hacer la paz entre ellos. Cuando estuvieran todos reunidos, cogera aquel
agua mgica y la echara indistintamente sobre todos. Llevelys aseguraba que aquel agua envenenara al
pueblo de los Corannyeit, pero que no matara ni causara dao alguno a nadie de su propio pueblo.
-En lo que respecta a la segunda plaga de tus dominios -aadi-, se trata de un dragn. Un dragn de
otro pueblo extranjero combate con l e intenta vencerle. Por ello vuestro dragn lanza un grito
espantoso. Lo comprobars de la siguiente forma: de regreso a tu pas haz medir la isla a lo largo y a lo
ancho: y en el lugar donde encuentres exactamente el punto central de la isla, haz cavar un agujero y haz
depositar una tina llena de aguamiel, la mejor que puedas encontrar, y cubrir la tina con una seda.
Hecho esto, vela t mismo en persona y vers combatir a los dragones con forma de animales
monstruosos. Pero al final desaparecern en el aire con la forma de dragones y, en ltimo lugar, cuando
estn agotados a consecuencia de su espantoso y terrible combate, caern sobre la tela con la forma de
dos pequeos cerdos, la arrastrarn consigo hasta el fondo de la tina y all bebern el aguamiel, y
despus se quedarn dormidos. Entonces, pliega la tela alrededor de ellos y hazlos enterrar encerrados
en un cofre de piedra en el lugar ms fortificado de tus dominios y ocltalos bien en la tierra. Mientras
se encuentren en ese lugar fortificado no podr llegar a la isla de Bretaa ninguna plaga desde ningn
lugar.
-La causa de la tercera plaga es un poderoso hombre de magia que se lleva tus alimentos, bebida y
provisiones; con su magia y sus encantamientos hace dormir a todo el mundo. Por este motivo tendrs
que velar en persona los manjares de tus banquetes y fiestas. Para que el sueo no te venza, debes tener
una tina llena de agua fra a tu lado y cuando sientas que el sueo se apodera de ti, mtete en la tina.
Lludd regres entonces a su pas. En seguida orden reunirse a todo su pueblo y al de los Corannyeit.
Siguiendo las instrucciones de Llevelys, tritur los insectos en agua y la ech indistintamente sobre
- -
107
todos. De inmediato todo el pueblo de los Corannyeit qued destruido, sin que ninguno de los bretones
experimentara mal alguno.
Algn tiempo despus, Lludd hizo medir la isla de Bretaa a lo largo y a lo ancho y encontr el punto
central en Rytychen (Oxford). En aquel lugar hizo cavar un agujero y depositar en el agujero una tina
llena con la mejor aguamiel que fuera posible hacer, con una cubierta de seda por encima y l mismo
vel aquella noche. En esto, vio luchar a los dos dragones y cuando estuvieron fatigados y no pudieron
ms, descendieron sobre la cubierta y la arrastraron con ellos hasta el fondo de la tina. Despus de haber
acabado de beber aguamiel, se durmieron. Durante su sueo, Lludd pleg la cubierta alrededor de ellos
y los enterr, encerrados en un cofre de piedra, en el lugar ms seguro que encontr en las montaas de
Eryri173. Aquel lugar, que antes se llamaba Dinas Ffararon Dandde, fue llamado desde entonces Dinas
Emreis174. As termin aquel espantoso grito que turbaba sus dominios.
Hecho esto, el rey Lludd hizo preparar un grandioso festn. Cuando todo estuvo dispuesto, hizo colocar
a su lado una tina llena de agua fra y vel all en persona. Mientras se hallaba as, armado con todas sus
piezas, hacia la tercera vigilia de la noche, oy muchos y extraordinarios relatos y una msica variada, y
sinti que no poda resistirse al sueo. Antes de dejarse detener en su propsito y ser vencido por el
sueo, se meti en el agua varias veces. Al final, un hombre de gran estatura, protegido con pesadas y
resistentes armas, entr con un cesto y empez a amontonar all, como tena por costumbre, todas las
provisiones de alimento y bebida. Luego se dispuso a salir con todo. Nada le resultaba ms sorprendente
a Lludd que el hecho de que pudieran caber tantas cosas en la cesta. Finalmente el rey Lludd se lanz en
su persecucin y le habl as:
-Espera, espera. Si hasta este momento me has hecho mucho dao y ocasionado muchas prdidas, de
ahora en adelante ya no lo hars ms, a menos que las armas demuestren que eres ms fuerte y valiente
que yo.
Y en seguida el hombre deposit la cesta en el suelo y esper. Se entabl un furioso combate entre
ambos: de sus armas saltaban chispas de fuego. Al final Lludd le alcanz y la suerte quiso que obtuviera
la victoria, pues derrib a su opresor. Vencido por la fuerza y el valor de Lludd, le pidi clemencia.
-Cmo podra concederte clemencia despus de todas las prdidas y daos que me has ocasionado?
-dijo el rey.
-Te sabr recompensar completamente de todas las prdidas que te he ocasionado. No volver a hacer
nada semejante y de ahora en adelante ser para ti un fiel vasallo.
Y el rey acept.
Fue as como Lludd libr a la isla de Bretaa de estas tres plagas. A partir de entonces hasta el final de
su vida, Lludd, hijo de Beli, gobern la isla de Bretaa en paz y de forma prspera.
Esta fue una de las tres cosas que se hizo bien en ocultar, ver nota 28 al mabinogi Branwen, hija
de Llyr. Talismn que garantiza que ningn invasor penetrar en Bretaa, como afirma G. Dumzil
(Mito y epopeya, Barcelona, 1977). en un anlisis d las Tres Plagas. El autor las asimila a las tres
funciones indoeuropeas los corannyeit=sabidura (1 funcin); los dragones =batalla (2 funcin); el
mago que roba los alimentos =nutricin (3 funcin), pp. 587-589
173
Pequea colina aislada en medio de los valles de Snowdon, entre Beddgelert y Capel Curig en el
Carnamonshire, Loth, Mab., 1, 181
174
108
Kulhwch Y Olwen
Kilydd, hijo del prncipe Kelyddon Wledig, quiso una mujer tan bien
nacida como l y eligi a Goleuddydd175, hija de Anllawdd Wledig.
Cuando estuvieron bajo el mismo techo, el pas rez para que tuvieran
un heredero y gracias a sus rezos naci un hijo. Pero desde que se qued
encinta, se volvi loca y no se acerc a ninguna casa habitada. Cuando
lleg el momento del parto, recobr el buen sentido y volvi. Lleg a un
lugar donde un porquerizo estaba guardando un rebao de cerdos y por
terror a estos animales la reina dio a luz. El porquerizo cogi al nio y lo
llev a la corte. Le bautizaron y le dieron el nombre de Kulhwch176,
porque lo haban encontrado en el revolcadero de los cerdos. No
obstante, el nio era de noble linaje: era primo hermano de Arturo 177.
Entregaron al nio al cuidado de una nodriza.
Despus del acontecimiento, la madre del nio, Goleuddydd, hija de
Anllawd Wledig, cay enferma. Hizo venir a su marido y le dijo:
a
En gals, da brillante
kul: escondrijo y hwch: cerdo
177
En las Triadas Arturo aparece: como jefe de reyes (Ms. Hengwrt 536, Loth, Mab., 11, 254); como
uno de los tres reyes valerosos de la isla de Prydein, junto con Cynvelyn Wledig y Caradawc, hijo de
Bran (Myvyrian Arch. of Wales, Loth, Mab., 11, 283), y como un bardo poco serio (puesto que
abandon la poesa por las armas) (Libro Rojo, Loth, Mab., 11, 216).
Las dos fuentes que nos hablan del Arturo histrico son los Annales Cambriae (hacia mediados del siglo
x) y la Historia Brittonum de Nennius, donde aparece como un dux bellorum de los bretones. En los
textos galeses se le denomina amherawdyr (=emperador, en el sentido militar del trmino). La mayor
parte de los eruditos hacen derivar el nombre del latino Artorius (vase J. Rhys, Studies in the Arthurian
Legend, pp. 1-48 y en especial p. 48). Segn J. Markale, Le roi Arthur: el nombre parece
sorprendentemente bretn dentro de un contexto latinizado, p. 199
175
176
- -
109
El se lo prometi. Entonces ella llam a su preceptor y le pidi que limpiara su tumba todos los aos de
forma que nada pudiera crecer encima.
La reina muri. Cada da el rey enviaba a un servidor para ver si creca algo sobre la tumba. Al cabo de
siete aos, el preceptor descuid lo que haba prometido a la reina. Un da en que el rey estaba cazando,
se dirigi al cementerio; necesitaba ver la tumba porque deseaba tomar mujer. Vio all el zarzal. En
seguida mantuvo consejo para saber dnde encontrara mujer. Uno de sus consejeros le dijo:
-Conozco una mujer que te convendra. Es la mujer del rey Doged.
Decidieron ir a buscarla. Mataron al rey, se llevaron a su mujer y a su hija nica y tomaron posesin de
las tierras del rey.
Un da la reina fue a pasear y lleg hasta la casa de una vieja que estaba en la ciudad, y a la que no le
quedaba ms que un diente en la boca. La reina le dijo:
-Vieja, quieres decirme, en nombre de Dios, lo que te voy a preguntar? Dnde estn los nios del que
me rapt?
-No tiene hijos -dijo la vieja.
-Qu desgraciada soy de haber cado en manos de un hombre sin hijos! -dijo la reina.
-Intil quejarse -respondi la vieja-. Est predicho que tendr un heredero y lo tendr de ti, puesto que
no lo ha tenido de otra. Por lo dems, consulate: tiene un hijo.
La princesa regres gozosa a la casa y dijo a su marido:
-Por qu me ocultas a tu hijo?
-No lo har por ms tiempo -dijo el rey.
Envi a buscar a su hijo y lo llev a la corte. Su madrastra le dijo:
-Hars bien en tomar mujer. Justamente tengo una hija que convendra a cualquier noble del mundo.
-No tengo todava la edad de tomar mujer -respondi l.
Entonces ella replic:
-Quiero jurar tu destino: tu costado no chocar jams contra una mujer hasta que conquistes a Olwen, la
hija de Yspadadden Penkawr178.
El joven enrojeci y el amor de la joven le penetr en todos sus miembros, a pesar de que no la haba
visto nunca.
-Hijo -le dijo el padre-, por qu cambias de color? Qu es lo que te aflige?
Segn J. Markale, L'pope celtique, p. 138, se trata de un geis, obligacin mgica, similar a la que
lanza Aranrot sobre su hijo en el mabinogi de Math
178
110
-Mi madrastra ha jurado que no tendr mujer hasta que conquiste a Olwen, la hija de Yspadadden
Penkawr.
-Eso es fcil para ti. Arturo es tu primo hermano. Ve a ver a Arturo para que arregle tus cabellos 179:
pdeselo como presente.
El joven parti en un corcel de cabeza gris cenicienta de cuatro inviernos de edad, con los muslos
poderosamente articulados, cascos brillantes como conchas y un freno tubular de oro180 en la boca.
Montaba sobre una silla de oro de gran precio. Llevaba dos jabalinas de plata bien aguzadas, una lanza
empendonada181 cuya longitud desde el asta hasta el extremo de la punta de hierro 182 era de un codo,
tomando por medida el codo de un hombre corpulento. Le habra sacado sangre al viento: era ms veloz
que la ms veloz gota de roco cayendo de la punta de la caa al suelo cuando ms intenso es el roco en
el mes de junio. De su cintura colgaba una espada con empuadura de oro y hoja de oro, y se cubra con
un escudo labrado en oro del color del relmpago del cielo183, con brocal de marfil184.
Era costumbre entre las familias nobles hacer por vez primera cortar los cabellos a los nios por
gentes de alto rango o por personas a las que se tena en gran estima. Estos se convertan en padres
espirituales o padrinos de los nios (Loth, Mab., 1, 191).
179
frwyn eur kymibiawc (WM, 454; RB, 102) (=freno tubular de oro). Loth traduce: Une bride aux
chalnons d'or (Mab., 1, 191); los Jones: a gold tubular bridle-bit (Mab., p. 97). Todo parece indicar
que el trmino frwyn gals se confundi con el francs froinn, froin ( < frenum). Segn M. Watkin, La
civilisation, p. 364, kymibiawc se compone de kym- y de pibiac < pib (tubo) y del sufijo adjetival
gals -iac; la p de pibiac habra evolucionado segn las reglas galesas en m
180
deu par aryanhyet lliueit yny law. Gleif penntirec yny law... (WM, 454-5; RB, 102). Esta oracin ha
sido objeto de varias interpretaciones. Los Jones, Mab., p. 97, traducen deu par por two spears y gleif
por battle axe (T. Jones entiende gleit como una glosa de par). J. Loth, Mab., 1, 191, traduce deu par
por deux javelots y gleif por glaive recourb, tomando penntirec por un concepto propiamente
gals (`punta aguzada'). Ms acertada me parece la interpretacin de M. Watkin, La civilisation, p. 370,
quien considera la expresin glel penntirec surgida directamente de la expresin francesa antigua gleive
penonier o gleive bennieret, esto es, lanza con pendn o lanza empendonada
181
o drum hyt awch (WM, 455; RB, 102). Loth no traduce el trmino drum (d'une bonne coude
jusqu' la pointe, Mab., 1, 191) y los Jones pensando que se trata de un hacha y no de una lanza
traducen: froin ridge to edge (Mab., p. 97). Por su parte, M. Watkin, La civilisation, p. 372, considera
que trum y ach son las dos partes fundamentales de la lanza, esto es, el asta (trum, del francs antiguo
trum=extremidad) y de la punta (ach). De otro lado, las medidas que proporciona el texto,
corresponden perfectamente a la longitud total de la punta de la lanza
182
Ac ays (RB, a chroes) eurcrwydyr (RB, eur grtydyz) arnaw (WM, 455; RB, 102). Siguiendo a Lady
Guest, J. Loth traduce: A la garde forme d'une croix maille d'or, (Mab., 1, 192). Por el contrario,
los Jones: a goldchased buckler upon him (Mab., 97). Ais=planchas (elementos del escudo) y
eurgrydyr, de eur=oro y eurgrwydyr que significa meandro, lo que indicara la forma en zig-zag de
las planchas del escudo
183
a lloring (RB, Ilugorn) eliteint yndi (WM, 455; RB, 102). Basndose en el RB, Loth interpreta
luugorn o lugorn como cuerno, traduciendo son cor de guerre tait d'ivoire (Mab., 1, 192). Por el
contrario, los Jones (Bab., 97): and an ivory boss therein (boss=umbo). M. Watkin, La civilisation,
pp. 379-384), propone tina interpretacin quizs ms precisa pero no excesivamente justificada,
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- -
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Huandaw=que oye bien; el sentido de Gogfgwc no es seguro; Llaeskenym, probablemente llaes del
latn laxus y Pennpinglon probablemente cabeza con ramas (Loth, Mab., 1, 193)
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112
-No har nada de eso -dijo el joven-. Si abres la puerta, no pasar nada; si no la abres, har que caiga la
vergenza sobre tu seor y mala reputacin sobre ti y lanzar tres gritos tales 187 en esta puerta que no se
podr or nada en la cima de Pengwaed, en Kernyw (Cornuailles ingls); ni en las profundidades de Din
Sol, en el Norte; ni en Esgeir Dervel, en Iwerddon188, y todas las mujeres encintas de esta isla abortarn
y las dems tendrn una carga dentro de sus vientres de forma que a partir de este da no concebirn
jams.
Glewlwyt Gavaelvawr le respondi:
-Por ms que grites contra las leyes de la corte de Arturo no te dejarn entrar antes de que primero haya
hablado con Arturo -y Glewlwyt entr en la sala.
-Ocurre algo en la puerta? -dijo Arturo.
-Han pasado dos tercios de mi vida y tambin dos tercios de la tuya. He estado en Kaer Se y Asse, en
Sach y en Salach, en Lotor y en Fotor; he estado en India la Mayor y en la Menor; he estado en la
batalla de los dos Ynyr cuando los doce rehenes fueron trados de Llychlyn (de Escandinavia); he
estado en Europa (Egrop) y en Africa, en las islas de Crcega (Corsica), en Kaer Brythwch, Brythach y
Nerthach. Estuve all cuando mataste a gentes de la casa de Cleis, hijo de Merin; cuando mataste a Mil
Du, hijo de Ducum; estaba contigo cuando conquistaste Grecia en Oriente; he estado en Kaer Oeth y
Anoeth; he estado en Kaer Nevenhyr; all vimos a nueve poderosos reyes, hombres magnficos; pues
bien, jams he visto a nadie tan noble como el que est en la puerta de entrada en este momento!
-Si has venido dando un paseo, vuelve corriendo -dijo Arturo-. Que todos los que ven la luz, que abran
los ojos y los cierren, sean sus esclavos; que unos le sirvan con los cuernos de oro y otros rodajas de
carne caliente y pimienta, mientras espera que su comida y bebida estn dispuestas. Es una vergenza
dejar bajo la lluvia y el viento a un hombre semejante.
-Por la mano de mi amigo -exclam Kei189-, si se siguiera mi consejo, las leyes de la corte no se
violaran por su culpa.
-Ests en un error, querido Kei -dijo Arturo-. Somos hombres nobles en la medida en que se recurre a
nosotros. Mayor ser nuestra generosidad y mayor ser nuestra nobleza, gloria y reputacin.
Y Glewlwyt volvi a la entrada y abri la puerta al joven. Aunque todo el mundo desmontara en el
montador de piedra de la entrada, Kulhwch no lo hizo y entr con su corcel.
-Salud!, prncipe soberano de esta isla -exclam-. Saludo tanto a los de arriba como a los de abajo de
esta casa. Saludo a tus nobles, a tu squito y a los conductores de huestes. Que todos reciban por igual
mi saludo. Y as como te he saludado, que tu gracia, gloria y lealtad estn siempre en esta isla.
Era un medio legal de protesta contra las leyes (diaspat) (Loth, Mab., I, 194)
El Norte es el pas de los bretones del norte de Inglaterra; Iwerddon=Irlanda
189
Uno de los personajes ms conocidos de las leyendas galesas. En Owein y Lunet (ver ms adelante)
aparece cumpliendo funcin de dystem de Arturo (senescal), tal y como aparece en los romans artricos
(Keu)
187
188
- -
113
-Salud! -dijo Arturo-. Sintate entre dos de mis guerreros; te ofrecern los deleites de la msica y sers
tratado como un prncipe, futuro heredero de un trono. Mientras ests aqu, comenzar por tu mano
cuando distribuya mis dones en esta corte y entre los huspedes y las gentes de lejos.
-No he venido aqu a buscar alimentos o bebidas -dijo el joven-. Si obtengo el presente que deseo, sabr
reconocrtelo y celebrarlo. Si no lo obtengo llevar tu deshonor hasta las cuatro esquinas del mundo, tan
lejos como ha llegado tu fama.
-Puesto que no quieres permanecer aqu -dijo entonces Arturo-, obtendrs el presente que nombren tu
boca y tu lengua, tan lejos como seque el viento, moje la lluvia, gire el sol, se estreche el mar, se
extienda la tierra, a excepcin de Kaledvwlch190, mi espada; Rongomyant, mi lanza; Gwyneb
Gwrthucher, mi escudo; Karnwenhan, mi cuchillo, y Gwenhwyvar 191, mi mujer. Pongo a Dios por
testigo, te lo dar con placer. Indcame lo que quieres.
-Quiero que arregles mis cabellos.
-Lo har.
Arturo cogi un peine de oro, tijeras con los anillos de plata y le pein la cabeza y le pregunt quin
era:
-Siento cmo mi corazn se ensancha frente a ti; s que eres de mi sangre. Dime quin eres.
-Lo har -respondi el joven-. Soy Kulhwch, hijo de Kilydd, hijo del prncipe Kelyddon Wledig y de
Goleuddydd mi madre, hija del prncipe Anllawdd Wledig.
-Entonces es cierto -respondi Arturo-. Eres mi primo hermano. Dime todo lo que quieres y tendrs
todo lo que nombren tu boca y tu lengua.
-Lo juras por la verdad de Dios y la verdad de tu reino?
-S, te lo dar con gusto.
-Pido que consigas para m a Olwen, hija de Yspadadden Penkawr 192, y la invoco aqu en nombre de tus
guerreros.
Invoc su peticin en nombre de Kei; Bedwyr; Greidawl; Galltovydd; Gwythyr, hijo de Greidawl;
Greit, hijo de Eri; Kynddelic Kyvarwydd; Tathal Tywyll Goleu; Maelwys, hijo de Baeddan; Knychwr,
hijo de Nes; Kubert, hijo de Daere; Percos, hijo de Poch; Lluber Beuthach; Korvil Bervach; Gwynn,
hijo de Esni; Gwynn, hijo de Nwyvre; Gwynn, hijo de Nudd; Edern, hijo de Nudd; Garwy, hijo de
Gereint; el prncipe Flewddur Flam; Ruawn Pebyr, hijo de Dorath; Bratwen, hijo del prncipe Moren
Mynawc; Moren Mynawc; Dalldav, hijo de Kimin Cov; el hijo de Alun Dyved; el hijo de Saidi; el hijo
de Gwryon; Uchtrut Arddwyat Kat; Kynwas Kurvagyl; Gwrhyr Gwarthegvras; Isperyr Ewingath;
Gallcoyt Govynyat; Duach, Grathach y Nerthach, hijos de Gwawrddur Kyrvach, todos ellos procedentes
De caled=duro y vwlcb=cortadura. Que corta con dureza
Segn J. Rhys, Studies in the Arthurian Legend, p. 38, el nombre podra derivar de gwenn (blanco) y
hwyvar, afn al irlands siabur: fantasma o espritu. Es la Guenivre de los romans anglonormandos. la
Wannorr o Wannore de los ingleses (tambin Gwenore, Gonore o Gaynore) (Rhgs, 49)
192
Pennkawr=jefe gigante o cabeza gigante
190
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114
de las inmediaciones del infierno; Kilydd Kanhastyr; Kanhastyr Kanllaw; Kors Kantewin; Esger
Culhwch Govynkawn; Drustwrn Hayarn; Glewlwyd Gavaelvawr; Loch Lawwynnyawch; Annwas
Adeinawc; Sinnoch, hijo de Seithvet; Gwennwynwyn, hijo de Nav; Bedyw, hijo de Seithvet; Gobrwy,
hijo de Echel Vorddwyt twll; el mismo Echel Vorddwyt twll; Mael, hijo de Roycol; Dallweir Dallpenn;
Garwyli, hijo de Gwythawc Gwyr; el mismo Gwythawc Gwyr; Gormant, hijo de Ricca; Menw, hijo de
Teirgwaedd; Digon, hijo de Alar; Selyf, hijo de Sinoit; Gusc, hijo de Atheu; Nerth, hijo de Kadarn;
Drutwas, hijo de Tryffin; Twrch, hijo de Perif; Twrch, hijo de Annwas; Iona, rey de Francia; Sel, hijo
de Selgi; Teregut, hijo de Iaen; Sulyen, hijo de Iaen; Bratwen, hijo de Iaen; Moren, hijo de Iaent; Siawn,
hijo de Iaen; Cradawc, hijo de Iaen; stos eran hombres de Kaer Dathal, de la casa del propio Arturo por
parte de su padre; Dirmyc, hijo de Kaw; Iustic, hijo de Kaw; Etmyc; hijo de Kaw; Angawd, hijo de
Kaw; Ovan, hijo de Kaw; Kelin, hijo de Kaw; Konnyn, hijo de Kaw; Mabsant, hijo de Kaw; Gwyngat,
hijo de Kaw; Llwybyer, hijo de Kaw; Koch, hijo de Kaw; Meilic, hijo de Kaw; Kynwas, hijo de Kaw;
Ardwyat, hijo de Kaw; Ergyryat, hijo de Kaw; Neb, hijo de Kaw; Llwybyer, hijo de Kaw; Koch, hijo de
Kaw; hijo de Kaw, que no prest jams homenaje a ningn seor; Samson Vinsych; Teleessin
Pennbeirdd; Manawyddan, hijo de Llyr; Llary, hijo de Kasnar Wledic; Ysperin, hijo de Flergant, rey de
Llydaw; Saranhon, hijo de Glythwyr; Llawr, hijo de Erw; Annyannawc, hijo de Menw, hijo de
Teirgwaedd; Gwynn, hijo de Nwyvre; Flam, hijo de Nwyvre; Gereint, hijo de Erbin; Ermit, hijo de
Erbin; Dyvel, hijo de Erbin; Gwynn, hijo de Ermit; Kyndrwyn, hijo de Ermit; Hyveidd Unllenn; Eiddon
Vawrydic; Reidwn Arwy; Gormant, hijo de Ricca, hermano de Arturo por parte de su madre, y
Pennhynev Kernyw era su padre; Llawnroddet Varvawc; Noddawl Varyv Twrch; Berth, hijo de Kado;
Reidwn, hijo de Beli; Iscovan Hael; Iscawin, hijo de Panon; Morvran, hijo de Tegit (nadie le toc con
un arma en la batalla de Kamlan a causa de su fealdad: todos pensaron que era un demonio para ayudar.
Estaba cubierto de pelos semejantes a los de un
ciervo); Sandee Bryd-angel (nadie le toc con un arma en la batalla de Kamlan, a causa de su belleza:
todos pensaron que era un ngel para ayudar); Kynnwyl Sant: uno de los tres hombres que escap de
Kamlan. Fue el ltimo en separarse de Arturo en su caballo Hengroen; Uchtryt, hijo de Erim; Eus, hijo
de Erim; Henwas Adeinawc, hijo de Erim; Henbedestyr, hijo de Erim; Sgilti Ysgawndroet, hijo de Erim
(cada uno de estos tres hombres posea un privilegio: Henbedestyr no encontr jams a nadie que
pudiera seguirle ni a caballo ni a pie; Henwas Adeinawc, a quien jams pudo cuadrpedo alguno correr
a su lado en una longitud de un acre y mucho menos a una distancia mayor que sa; Sgilti Ysgawndroet,
cuando se le antojaba cumplir una misin de su seor jams busc un camino cuyo limite conociera,
mientras hubiera rboles por los que trepar hasta las cimas; y en toda su vida jams se dobl bajo sus
pies, y mucho menos se rompi, una brizna de hierba, de tan extraordinariamente ligeros que eran sus
pies), Teithi Hen, el hijo de Gwynhan, cuyos dominios fueron inundados por el mar y con dificultad
logr l mismo escapar y llegar junto a Arturo: desde que lleg all su cuchillo tuvo la particularidad de
no soportar jams ningn mango, lo que hizo nacer en Teithi Hen una enfermedad y una languidez que
no le abandonaron ya mientras vivi y de la que muri; Karnedyr, hijo de Govynyon Hen;
Gwenwenwyn, hijo de Nav Gyssevin, primer guerrero de Arturo; Llygatrudd Emys y Gwrbothu Hen,
tos de Arturo, hermanos de su madre; Kulvanawyd, hijo de Gwryon; Llenlleawc el Gwyddel (irlands),
del cabo de Gmon; Dyvynwal Moel; Dunart, rey de Norte; Teirnon Twryv Bliant; Tecvan Gloff; Tegyr
Telgellawc; Gwrdival, hijo de Ebrei; Morgant Hael; Gwysty, hijo de Run, hijo de Nwython; Llwyddeu,
hijo de Nwython; Gwydre, hijo de Llwyddeu y Gwenabwy, hija de Kaw, su madre: Hueil, su to, le
hiri y a causa de aquella herida hubo enemistad entre Hueil y Arturo; Drem, hijo de Dremidyt, que
vea desde Kelliwic, en Kernyw, hasta Pen Blathaon, en Prydeyn (Escocia), cuando una mosca quera
levantarse por la maana con el sol; Eidyol, hijo de Ner; Glwyddyn Saer, que construy Ehangwen, la
sala de Arturo; Kynyr Keinvarvawc se deca que Kei era su hijo. Haba dicho a su mujer: Si hay algo
de m en tu hijo, su corazn jams ser clido, jams tendr calor en sus manos. Poseer otra
particularidad: si es mi hijo, ser testarudo. Poseer otra particularidad: cuando lleve una carga, ya sea
grande o pequea, no se le ver jams ni por delante ni por detrs. Poseer otra particularidad: nadie
soportar el agua y el fuego durante tanto tiempo como l, y poseer otra particularidad: no habr
- -
115
servidor ni criado como l; Henwas, Henwyneb y Hen Gedymdeith; Gwallgoyc: cuando llegaba a
cualquier ciudad, aunque hubiera cien casas, si necesitaba algo, no dejaba que el sueo cerrara los
prpados de una sola persona mientras estuviera all; Berwyn, hijo de Cerenhir; Paris, rey de Francia, de
ah el nombre de Kaer Baris (la ciudad de Paris); Osla Gyllellvawr, que llevaba un pual corto y ancho
(cuando Arturo y sus tropas llegaban delante de un torrente, buscaban un lugar angosto en el agua y
colocaban su cuchillo envainado a travs del torrente. As disponan de un puente suficiente para el
ejrcito de la isla de Bretaa y de sus tres islas adyacentes con su botn; Gwyddawc, hijo de Menestyr,
que mat a Kei y al que Arturo mat a su vez, al igual que a sus hermanos, para vengar a Kei;
Garanwyn, hijo de Kei; Amren, hijo de Bedwyr; Ely; Myr; Reu Rwydd Dyrys; Run Ruddwern; Ely y
Trachmyr, jefes cazadores de Arturo; Llwyddeu, hijo de Kelcoet; Hunabwy, hijo de Guryon; Gwynn
Gotyvron; Gweir Dathar Wennidawc; Gweir, hijo de Kadellin Talaryant; Gweir Gwrhyt Ennwir y
Gweir Baladyr Hir, tos de Arturo, hermanos de su madre; los hijos de Llwch Llawwynnyawc del otro
lado del mar Terwyn (Tirreno); Llenlleawc el Gwyddel (irlands); Cas, hijo de Saidi; Gwvran Gwallt
Avwyn; Gwillennhin, rey de Francia; Gwittard, hijo de Aedd, rey de Iwerddon; Garselit el Gwyddel;
Panawr Penbagat; Flendor, hijo de Nav; Gwynnhyvar, mayordomo de Kernyw y de Dyvneint (uno de
los nueve que tramaron la batalla de Kamlan); Keli y Kueli; Gilla Goeshydd: saltaba trescientos acres de
una vez: era el jefe de saltadores de Iwerddon; Sol; Gwadyn Ossol y Gwadyn Odyeith (Sol poda
mantenerse durante todo un da sobre el mismo pie; la montaa ms elevada del globo se habra
convertido bajo los pies de Gwadyn Ossol en un valle llano; Gwadyn Odyeith haca salir de la planta de
sus pies tantas chispas como el metal calentado al blanco al retirarlo de la forja, cuando tropezaba con
algo duro; libr el camino de tdo obstculo delante de Arturo); Hir Erwm y Hir Atrwm (el da que iban
a algn banquete se apoderaban de tres cantfres para ellos solos: coman hasta la hora de nonas y beban
hasta la noche. Cuando iban a acostarse, el hambre les haca devorar las cabezas de los insectos como si
jams hubieran comido nada; cuando iban a un banquete no dejaban nada, ni gordo ni delgado, ni fro ni
caliente, ni agrio ni dulce, ni fresco ni salado, ni cocido ni crudo); Huarwar, hijo de Avlawn, que pidi a
Arturo como presente su saciedad. Fue una de las Tres Plagas Fuertes de Kernyw hasta que encontr su
saciedad; jams se le vea esbozar una sonrisa, salvo cuando estaba saciado; Gware Gwallt Euryn; los
dos cachorros de la perra Rymi; Gwyddawc y Gwydneu Astrus; Sugyn, hijo de Sucnedydd, que poda
absorber el mar en el que hubiera trescientos navos hasta que no quedara ms que arena seca en el
lugar: tena un estmago de piedra roja; Kacymwri, servidor de Arturo: si se le enseaba un granero,
pona en marcha treinta arados, lo trillaba con un mayal de hierro de modo que las vigas, los travesaos
y las tablas no corran mejor suerte que los menudos granos de avena del montn de trigo en el fondo
del granero; Llwng y DygyvIwng; Anoeth Veiddawc; Hir Eidyl y Hir Amren, ambos servidores de
Arturo; Gwevyl, hijo de Gwestat: cuando estaba triste, dejaba caer uno de sus labios hasta el ombligo y
el otro le serva de capuchn en la cabeza; Ychdryt Varyvdraws, que diriga su barba roja erizada por
encima de las cincuenta vigas de la sala de Arturo; Elidyr Gyvarwydd; Yskyrdav y Yscudydd,
servidores de Gwenhwyvar, cuyos pies eran tan rpidos como sus pensamientos en la realizacin de sus
misiones; Brys, hijo de Bryssethach, de Tal y Redynawc Du, en Prydein; Gruddwyn Corr; Bwlch,
Kyvwlch, Sevwlch, hijos de Cleddyv Kyvwlch y nietos de Cleddyv Divwlch, tres resplandecientes
luces eran sus tres escudos; tres puntiagudos punzones sus tres lanzas; tres afilados trinchantes sus tres
espadas; Glas, Gleissic y Gleissat...: Kall, Kuall y Kavall eran sus
tres perros; Hwyrdyddwc, Drwcdyddwc y Llwyrdyddwc, sus tres caballos; Och, Garym y Diaspat sus
tres mujeres; Lluchet, Nevet y Eissiwet sus tres nietos; Drwc, Gwaeth y Gwaethav Oll sus tres hijas;
Eheubryd, hijo de Kyvwlch, Gorascwrn, hijo de Nerth y Gwaeddan, hijo de Kynvelyn Keudawt Psyll
Nanner Dyn; Dwn Diessic Unbenn; Eiladyr, hijo de Pen Llorcan; Kyvedyr Wyllt (el salvaje), hijo de
Hettwn Tarayant; Sawyl Bennuchel; Gwalchmei, hijo de Gwyar; Gwalhavet, hijo de Gwyar; Gwrhyr
Gwalstawt Ieithoedd (intrprete de lenguas): sabia todas las lenguas; Kethtrwn Offeirat (el sacerdote);
Klust, hijo de Klustveinat: si se le hubiera enterrado a cien codos por debajo de la tierra habra odo a
una hormiga levantarse por la maana a cincuenta millas de distancia; Medyr, hijo de Methredydd,
quien desde Kelliwic poda herir a un reyezuelo en Esgeir Oervel, en Iwerddon, exactamente en sus dos
116
patas; Gwiawn Llygat Cath, que poda sacar cualquier cosa del ojo de un mosquito, sin daar el ojo; Ol,
hijo de Olwydd (siete aos antes de su nacimiento haban robado los cerdos a su padre; cuando se hizo
hombre, sigui su pista y volvi a su casa con los siete rebaos; Bedwini, el obispo que bendeca la
comida y la bebida de Arturo.
Las nobles doncellas con torques de oro de la isla en cuyo nombre Kulhwch invoc su presente eran:
Gwenhwyvar, la reina de Bretaa; Gwenhwyvach, su hermana; Rathtyeu, hija nica de Clemenhill;
Rhelemon, hija de Kei; Tannwen, hija de Gweir Dathar Tennidawc (el servidor); Gwennalarch, hija de
Kvnwyl Kanhwch; Eurneid, hija de Clydno Eiddin; Enevawc, hija de Bedwyr; Enrydrec, hija de
Tutuathar Gwennwledyr, hija de Gwaleddur Kyrvach; Erdutvul, hija de Tryffin; Eurolwen, hija de
Gwiddolwyn Gorr (el enano); Teleri, hija de Peul; Morvudd, hija de Uryen Reget; Gwenllian Dec, la
magnnima doncella; Kreiddvlat, hija de Lludd Llaw Ereint (Mano de Plata), la doncella ms
majestuosa de la isla de Bretaa y sus tres islas adyacentes. Por su causa Gwythyr, hijo de Greidiawl y
Gwynn, hijo de Nudd, luchan cada primer da de mayo y lucharn hasta el da del juicio; Ellylw, hija de
Noel Kynn Kroc (vivi tres generaciones); Essyllt Vinwen y Essyllt Vingul. En nombre de todas ellas
invoc Kulhwch su presente.
Arturo le dijo entonces:
-Jams he odo hablar de la doncella que dices, ni tampoco de sus parientes. Con mucho gusto enviar
mensajeros en su bsqueda.
Desde aquella noche hasta la misma noche al cabo de un ao, los mensajeros estuvieron buscando a la
doncella. Y al cabo de un ao, como los mensajeros de Arturo no haban encontrado nada, Kulhwch
dijo:
-Todos han obtenido su presente y yo todava estoy esperando el mo. Me voy y me llevar tu honor
conmigo.
-Prncipe -exclam Kei-, injustamente reprochas a Arturo! Ven con nosotros, y hasta que t mismo
reconozcas que la joven no se encuentra en ningn lugar del mundo o bien hasta que la hayamos
encontrado, no nos separaremos de ti.
Diciendo estas palabras, Kei se levant. Kei tena el privilegio de que poda respirar nueve noches y
nueve das bajo el agua y permanecer nueve noches y nueve das sin dormir. Ningn mdico poda curar
una herida de la espada de Kei; adems tena una facultad maravillosa cuando quera: poda ser tan alto
como el rbol ms alto del bosque. Otro privilegio: cuando ms copiosamente caa la lluvia, todo lo que
tuviera por encima y por abajo de la mano permaneca seco a la distancia de un palmo, debido a su gran
calor natural, y tambin haca las veces de combustible para sus compaeros cuando el fro era muy
intenso.
Arturo llam a Bedwyr193, quien jams retroceda ante una empresa en la que Kei participara. Nadie era
ms noble que l en aquella isla, a excepcin de Arturo y de Drych, hijo de Kibddar: y aunque slo
tena una mano, tres combatientes no hacan salir la sangre con ms rapidez que l en el campo de
batalla. Posea otra virtud: su lanza produca una herida al entrar, pero nueve al retirarla.
Arturo llam a Kynddelic el Gua:
En las Tradas del Libro Rojo figura junto con Arturo, March y Kei; los cuatro intentaron quitarle los
cerdos a Drystan, el segundo gran porquerizo de la isla de Prydein (Loth, Mab., II, 248).
193
- -
117
-Ve a esta empresa con el prncipe -dijo. Kynddelic no era peor gua en un pas que jams
hubiera visto que en el suyo propio.
Arturo llam a Gwrhyr Gwalstawt Ieithoedd (intrprete de lenguas), porque saba todas las lenguas.
Llam a Gwalchmei194, hijo de Gwyar, que jams regresaba sin lo que haba ido a buscar. Era el mejor
de los caminantes y el mejor de los jinetes. Era sobrino de Arturo, hijo de su hermana y su primo
hermano. Arturo llam tambin a Menw195, hijo de Teirgwaedd: si llegaban a un pas pagano, poda
hechizarlos de tal forma que nadie podra verlos y ellos podran ver a todo el mundo.
Marcharon hasta una vasta llanura en la que vieron un gran castillo fortificado, el ms bello del mundo.
No descansaron en todo el da y cuando ya se crean muy cerca del castillo, no se haban aproximado
ms que por la maana. Continuaron su marcha tres das y con mucho esfuerzo lograron llegar hasta
all. Cuando estuvieron delante, vieron un rebao de corderos, del cual no se vea ni principio ni fin.
Desde la cima de la colina, un pastor vestido con una casaca de piel los guardaba; junto a l haba un
mastn de pelo erizado, ms grande que un semental de nueve inviernos. Tena la cualidad de no haber
perdido nunca un cordero y mucho menos una bestia ms grande. Jams nadie haba pasado por su lado
sin perjuicio o mortal herida; su aliento quemaba toda la madera seca y los matorrales que haba en la
llanura.
-Gwhrhyr Gwalstawt Ieithoedd (intrprete de lenguas) -dijo Kei-, ve a hablar con aquel joven!
-Kei -respondi l-, slo he prometido ir hasta donde vayas t mismo.
-Entonces iremos juntos -dijo Kei.
-No temis -dijo Menw, hijo de Teirgwaedd-; lanzar un encantamiento sobre el perro y no har dao a
nadie.
Se dirigieron al lugar donde estaba el pastor y le dijeron:
-Eres rico, pastor196?
-Que a Dios no plazca que seis ms ricos que yo alguna vez.
-Por Dios, t eres el dueo.
-No hay afliccin que pueda daarme, salvo mi mujer.
-De quin son las ovejas que guardas y de quin es aquel castillo?
-Sois hombres locos! En todo el universo se sabe que ste es el castillo de Yspadadden Penkawr.
Segn J. Rhys, Studies in the Arthurian, cit. p. 13, se compone de gwalch=halcn y mei=mayo
(Halcn de mayo). En latn aparece como Walganus, en francs como Gauvain y en ingls como
Gawayne
195
menw=espritu, inteligencia. En las Tradas del Libro Rojo aparece como uno de los tres primeros
magos de la isla de Bretaa. La magia se la ense Uther Pendragon (Loth, Mab., 11, 229).
196
Segn J. Loth se trata de un dilogo oscuro, debido posiblemente a un juego de palabras de berth
(bello, brillante) y de priawt (bien), Mab., I, 229
194
118
-Y t quin eres?
-Soy Kustenin, hijo de Dyvnedic, y por culpa de mi mujer, Yspadadden Penkawr ha labrado mi ruina.
Y vosotros quines sois?
-Mensajeros de Arturo, que hemos venido hasta aqu para pedir a Olwen, la hija de Yspadadden
Penkawr.
-Oh, hombres! Dios os proteja! Por nada del mundo hagis eso. Ni uno solo de los que han venido a
hacer esta peticin, ha regresado con vida.
El pastor se levant y Kulhwch le dio un anillo de oro. Intent ponrselo, pero como no le iba bien, lo
coloc en un dedo de su guante y se fue a la casa.
Dio el guante a su mujer y ella sac el anillo, y le dijo:
-De dnde has sacado este anillo? No encuentras tesoros con frecuencia.
-Haba ido a buscar alimentos de mar, cuando de pronto vi un cadver que lo traan las olas; jams haba
visto un cuerpo ms bello: en su dedo encontr este anillo.
-Como el mar no deja muerto con joyas, ensame ese cuerpo.
-Mujer, pronto vers aqu a aqul a quien pertenece el cadver.
-Quin es?
-Kulhwch, hijo de Kylydd Kyleddon Wledig y de Goleuddydd, hija de Anlawdd Wledig, su madre, y ha
venido a pedir a Olwen como mujer.
Se apoderaron de ella dos sentimientos: le alegraba la llegada de su sobrino, el hijo de su hermana;
tambin le entristeca, porque jams haba visto salir con vida a nadie de los que haban hecho
semejante peticin.
Ellos ya estaban llegando a la corte de Kustenin el pastor. Ella oy el alboroto de su llegada y corri con
alegra a su encuentro. Kei arranc un leo del montn de madera y en el momento en que ella iba a su
encuentro para abrazarles, l le puso el leo entre sus manos. Ella lo apret hasta que se convirti en un
junco retorcido.
-Ay, mujer! -exclam Kei-, si me hubieras estrechado as, nadie habra necesitado amarme nunca ms,
peligroso amor el tuyo!
Entraron en la casa y les sirvieron. Despus de un rato, cuando todos estaban ocupados, la mujer abri
un cofre de piedra que estaba junto al fuego y un muchacho de cabellos rubios rizados sali de all.
-Es una lstima tener oculto a semejante muchacho -dijo Gwrhyr-. Estoy completamente seguro que no
son sus propias malas acciones las que le castigan as.
- -
119
-El es el nico que ha quedado -dijo la mujer-. Yspadadden Penkawr me ha matado veintitrs hijos y no
tengo ms esperanza de conservar a ste que a los dems.
-Deja que sea mi compaero, y slo lo podrn matar al mismo tiempo que a m -dijo Kei.
Se sentaron a la mesa.
-Para qu asunto habis venido? -dijo la mujer.
-Hemos venido a buscar a Olwen.
-Por Dios, ya que nadie del castillo os ha visto an, volved sobre vuestros pasos.
-Dios sabe que no nos marcharemos antes de haber visto a la joven doncella.
-Viene ella aqu? -pregunt Kei.
-Viene aqu todos los sbados a lavarse la cabeza. Deja todos sus anillos en el recipiente donde se lava,
y jams vuelve a buscarlos ni tampoco enva a nadie para que lo haga.
-Vendra aqu si se enviara a alguien a buscarla?
-Dios sabe que no quiero matar mi alma. No engaar a nadie que confe en m; slo la har venir, si me
dais vuestra fe de que no le haris ningn mal.
-La damos -respondieron.
Ella la envi a buscar. La joven acudi all vestida con ropa de
seda de color rojo fuego y alrededor del cuello llevaba un torque
de oro rojo en el que haba piedras preciosas y rubs. Sus
cabellos eran ms rubios que la flor de retama, su piel era ms
blanca que la espuma de la ola, ms resplandecientes las palmas
de sus manos y sus dedos que el brote del trbol acutico
emergiendo con su flor trifoliada del centro de un estanque; ni
los ojos del halcn despus de una muda, ni los de un. gaviln
despus de tres mudas, eran ms claros que los suyos. Sus senos
eran ms blancos que el pecho del cisne blanco, sus mejillas
ms rojas que la ms roja de las rosas. No se la poda mirar sin
sentirse completamente penetrado de su amor. Cuatro trboles
blancos nacan bajo sus pasos por donde quiera que pisara: por
esa razn la haban llamado Olwen (rastro, huella, blanca).
Ella entr en la casa y fue a sentarse en el asiento ms elevado
al lado de Kulhwch, quien tan pronto como la vio la reconoci.
-
-No puedo hacerlo sin que caiga la culpa sobre nosotros -exclam-. Mi padre me ha hecho jurarle que
jams me ir sin su permiso, pues su vida acabar cuando tenga un marido. Sin embargo, puedo darte un
120
consejo, si lo quieres aceptar. Ve a pedirme a mi padre. Promete que tendr todo lo que l te pida y t
me tendrs a m. Pero si le contraras en algo, no me tendrs jams y podrs considerarte con suerte si
escapas con vida.
-Se lo prometer todo y lo conseguir.
La doncella se retir a sus habitaciones. Ellos se levantaron para dirigirse al castillo y mataron a los
nueve porteros que guardaban las nueve puertas, sin que se oyera ni un solo grito, y a los nueve
mastines sin que se oyera ni un solo grito. Y entraron directamente en la sala.
-Salud, Yspadadden Penkawr, en nombre de Dios y de los hombres -dijeron.
-A qu habis venido?
-Hemos venido para pedir a Olwen, tu hija, para Kulhwch, hijo de Kilydd, hijo del prncipe Kelyddon.
-Dnde estn los truhanes de mis sirvientes? Levantad las horquillas 197 que estn bajo mis prpados
para que pueda ver a mi futuro yerno.
Hecho esto, les dijo:
-Venid aqu maana y tendris una respuesta.
Cuando salan, Yspadadden Penkawr cogi una de las tres jabalinas 198 envenenadas que estaban al
alcance de su mano y la lanz detrs de ellos. Bedwyr la cogi al vuelo y se la devolvi, atravesndole
la rtula de la rodilla:
-Maldito yerno salvaje! Me doler cada vez que ande. Este hierro envenenado me ha hecho sufrir como
la picadura del tbano. Maldito sea el herrero que lo fabric y el yunque en el que fue forjado!
Aquella noche se hospedaron en casa de Kustenin el pastor.
Al da siguiente se dirigieron al castillo en gran boato, con los cabellos cuidadosamente peinados, y
entraron en la sala y hablaron as:
-Yspadadden Penkawr, danos a tu hija. Te pagaremos su dote a ti y a sus dos parientes. Si te niegas, te
costar la vida.
-Sus cuatro bisabuelos y sus cuatro bisabuelas an estn con vida -respondi-, tendr que mantener
consejo con ellos.
-Sea. Vamos a comer.
Cuando se iban, cogi una de las dos jabalinas que estaban al alcance de su mano y se la lanz. Menw,
hijo de Teirgwaedd, la cogi al vuelo y se la devolvi, alcanzndole en el centro del pecho.
El detalle de las horquillas sosteniendo los prpados se encuentra tambin en el relato irlands de la
Batalla de Mag-Tured, a propsito de Fomor Belor (J. Markale, L'pope celtique, p. 144).
198
llechwaew segn J. Loth, Mab., 1, 236, alude a un arma de piedra (llech) prehistrica. Este trmino
aparece varias veces en este relato y una sola en el de Peredur.
197
- -
121
-Maldito yerno salvaje! -exclam-. Este duro hierro duele tanto como la mordedura de una gruesa
sanguijuela. Maldito sea el horno donde fue fundido y el herrero que lo forj! Cuando quiera escalar
una colina me faltar aliento, me doler el estmago y tendr nuseas.
Ellos se fueron a comer. Al da siguiente se dirigieron a la corte por tercera vez.
-No nos lances ms jabalinas si no deseas tu propia muerte -dijeron.
-Dnde estn. mis sirvientes? -dijo Yspadadden Penkawr-. Levantad las horquillas, pues mis prpados
han cado sobre las pupilas, para que pueda ver a mi futuro yerno.
Se levantaron. En aquel momento, Yspadadden Penkawr cogi la tercera jabalina envenenada y se la
lanz.
Kulhwch la cogi y se la devolvi con todas sus fuerzas agujerendole la pupila, de tal forma que le
atraves la cabeza.
-Maldito yerno salvaje! -exclam-. Mi vista se resentir de esto, mientras permanezca con vida; cuando
ande contra el viento, mis ojos llorarn y cada luna nueva tendr dolores de cabeza y mareos. Maldito
sea el horno donde fue fundido! La herida de este hierro envenenado ha sido tan punzante como la
mordedura de un perro rabioso.
Ellos se fueron a comer. Al da siguiente volvieron a la corte y dijeron:
-No nos lances ms jabalinas; con eso no consigues ms que daos y martirios, y an ser peor si
persistes en ello. Entrganos a tu hija.
-Dnde est el que pide a mi hija? Ven aqu para que te conozca.
Hizo sentar a Kulhwch en un asiento frente a l.
-Eres t quien pide a mi hija? -dijo Yspadadden Penkawr.
-Soy yo -respondi Kulhwch.
-Quiero tu palabra de que obrars conmigo con justicia y no me buscars perjuicio alguno. Cuando
tenga todo lo que te pida, tendrs a mi hija.
-Con mucho gusto: dime lo que deseas.
-Esto es lo que vas a hacer: ves aquella vasta colina?
-La veo.
-Quiero que todas las races sean arrancadas y quemadas hasta la superficie del suelo de modo que las
cenizas sirvan de abono; y que en un da sea arado y sembrado, y que tambin en un solo da el grano
est maduro, de modo que se puedan hacer alimentos y bebidas de trigo, para el festn de tus bodas con
mi hija. Que todo esto sea hecho en un da.
122
- -
123
-Si lo consigues, hay una cosa que no conseguirs: la copa de Llwyr, hijo de Llwyryon, que contiene
penllad202; no hay en el mundo otro recipiente que pueda contener este fuerte licor. No te lo dar de
buen grado y no podrs obligarle.
-Si t lo crees difcil, para m es cosa fcil.
-Si lo consigues, hay una cosa que no conseguirs: el cesto de Gwyddneu203 Garanhir (Piernas Largas);
aunque el mundo entero se presentara en grupos de tres veces nueve hombres, todos encontraran all
toda la comida que soaron. Quiero comer de ah la noche en que te acuestes con mi hija. No te lo dar
de buen grado y obligarle a ello no podrs:
-Si t lo crees difcil, para m es cosa fcil.
-Si lo consigues, hay una cosa que no conseguirs: el cuerno de Gwlgawt Gogodin 204 para derramar la
bebida sobre nosotros esa noche. No te lo dar de buen grado y obligarle no podrs.
-Si t lo crees difcil, para m es cosa fcil.
-Si lo consigues, hay una cosa que no conseguirs: el arpa de Teirtu 205 para distraerme esa noche. Si un
hombre lo desea, toca sola; si se quiere que cese, ella sola se calla. No te dar de buen grado ese arpa y
obligarle no podrs.
-Si t lo crees difcil, para m es cosa fcil.
-Si lo consigues, hay una cosa que no conseguirs: los pjaros de Rhiannon 206, que velan a los muertos y
adormecen a los muertos. Los quiero tener esa noche para que me distraigan.
-Si t lo crees difcil, para m es cosa fcil.
-Si lo consigues, hay una cosa que no conseguirs: el caldero 207 de Diwrnach el Gwyddel (el irlands),
el vigilante de Odgar, hijo de Aedd, rey de Iwerddon, para hervir los manjares de tu festn de bodas.
-Si t lo crees difcil, para m es cosa fcil.
-Si lo consigues, hay una cosa que no conseguirs: tengo que lavarme la cabeza y afeitarme la barba.
Necesito el colmillo de Yskithyrwynn Penbeidd (Jefe de Jabals), con el que yo mismo me afeitar. Pero
de nada me servir tenerlo, si no se le arranca mientras est con vida.
Significa bien soberano o fuente de bendiciones. En un sentido ms material, alude a una medida
equivalente al celemn
203
El cesto aparece citado en un manuscrito como una de las trece joyas de la isla de Bretaa. Su
propiedad consista en convertir la comida de un hombre, en la de cien (Loth, Mab., 1, 244).
204
Segn otra tradicin, el cuerno mgico sera el de Bran Galed, que derramaba todo el licor que se
deseara (Loth, Mab., 1, 245).
205
J. Markale, L'pope celtique, p. 145, la relaciona con otra arpa mgica, la de Dagda en la Batalla de
Mag-Tured
206
El pasaje de los pjaros de Rhiannon slo se encuentra en el Libro Blanco de Rhydderch (WM).
Respecto a Rhiannon, ver nota a Pwyll, prncipe de Dyvet.
207
Ver nota a Branwen, hija de Llyr.
202
124
- -
125
Ver nota a Pwyll, prncipe de Dyvet. En las Tradas del Libro Rojo (Loth, Mab., II, 244-245),
Mabon, hijo de Modron, aparece citado como uno de los tres prisioneros eminentes de la isla junto con
Llyr, Lledyeith y Gweir, hijo de Gweiryoedd. Hubo tambin otro: Arturo, que estuvo tres noches en
prisin en Kaer Oeth y Anoeth, tres noches encerrado por Gwen Pendragon y tres noches en una prisin
encantada de Llech Echymeint. Las tres veces le libr
Goreu, hijo de Kustenin. Al igual que Pryderi, Mabon tambin fue arrebatado del lado de su madre
despus de su nacimiento.
210
126
-Si lo consigues, esto no lo conseguirs: una correa hecha de la barba de Dillus Varvawc (el Barbudo);
no hay otra cosa que pueda sujetar a los dos cachorros y de nada servir si no se hace con los pelos de
su barba mientras est con vida, que tendrn que ser arrancados con pinzas de madera. Jams, mientras
viva, se lo dejar hacer. Si se le arrancan muerto, la correa no ser de ninguna utilidad: ser frgil.
-Si t lo crees difcil, para m es cosa fcil.
-Si lo consigues, esto no lo conseguirs: no hay otro cazador en el mundo que pueda sujetar a los dos
cachorros de Gast REymi a no ser Kyledyr Wyllt (el Salvaje), hijo de Hettwn Glavyrawc (el Leproso).
Es nueve veces ms salvaje que la bestia ms salvaje de la montaa. Jams lo conseguirs, y a mi hija
tampoco.
-Si t lo crees difcil, para m es cosa fcil.
-Si lo consigues, esto no lo conseguirs: no se puede cazar a Twrch Trwyth hasta que se consiga a
Gwynn211, hijo de Nudd, en quien Dios ha puesto la fuerza de los demonios de Annwvyn para que el
mundo no sea destruido. No prescindirn de l.
-Si t lo crees difcil, para m es cosa fcil.
-Si lo consigues, esto no lo conseguirs: no hay caballo en el mundo que pueda llevar a Gwynn a la caza
de Twrch Trwyth salvo Du (Negro), el caballo de Moro Oerveddawc.
-Si t lo crees difcil, para m es cosa fcil.
-Si lo consigues, esto no lo conseguirs: hasta la llegada de Gwilenin, rey de Francia, no se podr cazar
a Twrch Trwyth. Sera impropio de l que abandonara su pas. No vendr jams.
-Si t lo crees difcil, para m es cosa fcil.
-Si lo consigues, esto no lo conseguirs: no se podr cazar a Twrch Trwyth sin Alun, hijo de Dyvet: es
hbil en soltar a los perros.
-Si t lo crees difcil, para m es cosa fcil.
-Si lo consigues, esto no lo conseguirs: jams se cazar a Twrch Trwyth sin Anet y Aethlen, son tan
rpidos como el viento: jams se les ha lanzado sobre una bestia que no hayan matado.
-Si t lo crees difcil, para m es cosa fcil.
-Si lo consigues, esto no lo conseguirs: Arturo y sus cazadores para cazar a Twrch Trwyth. Es un
hombre poderoso y jams te ayudar, porque es uno de mis hombres.
-Si t lo crees difcil, para m es cosa fcil.
-Si lo consigues, esto no lo conseguirs: jams se cazar a Twrch Trwyth sin Bwlch, Kyvwlch y
Syvwlch, hijos de Kilydd Kivwlch y nietos de Cleddyv Divwlch: tres resplandecientes luces son sus tres
Ha sido asimilado con el irlands Fionn (P. Mac Cana, Celtic Mythology, P. 115). Nudd es un dios
gals que ha sido asimilado con el irlands Nuadu (J. de Vries, La religion des celtes, P. 109).
211
- -
127
escudos, tres puntiagudos punzones sus tres lanzas, tres afilados trinchantes sus tres espadas; Glas,
Gleissic, Gleissyat, sus tres perros son Kall, Kuall y Kavall; sus tres caballos, Hwyrdyddwc,
Drycdyddwc y Llwyrdyddwc; sus tres mujeres, Och, Garam y Diaspat; sus tres hijos pequeos, Lluchet,
Nyvet y Eissiwet; sus tres hijas, Drwc, Gwaeth y Gwaethav Oll; sus tres sirvientes: los tres hombres
tocarn sus cuernos y todos los dems gritarn: todo el mundo pensar que el cielo se desploma sobre la
tierra.
-Si t lo crees difcil, para m es cosa fcil.
-Si lo consigues, esto no lo conseguirs: la espada de Gwrnach Gwar (el Gigante). Nadie puede matar a
Twrch Trwyth sin esa espada. Jams te la dar de buen grado, a ningn precio, ni por generosidad;
obligarle a ello no podrs.
-Si t lo crees difcil, para m es cosa fcil.
-Si lo consigues, esto no lo conseguirs: mientras busques todas estas cosas no dormirs ni una sola
noche. Esto no lo conseguirs, ni, a mi hija tampoco.
-Tendr los caballos y a los caballeros; mi seor y pariente Arturo me lo procurar todo. Y tendr a tu
hija y t perders la vida.
-Bien, parte ahora. No estars obligado a proporcionar alimentos ni vestidos a mi hija mientras duren
tus bsquedas. Cuando hayas encontrado todas estas maravillas, mi hija te pertenecer.
Aquel da marcharon hasta el atardecer, hasta que vieron un gran castillo fortificado, el ms grande del
mundo. Vieron salir de l a un hombre negro ms grande que tres hombres de este mundo.
-De dnde vienes, hombre? -le dijeron.
-Del castillo que veis all.
-Quin es su dueo?
-Sois hombres muy necios! No hay nadie en el mundo que no sepa quin es el dueo del castillo: es
Gwrnach Gawr (el Gigante).
-Cmo reciben a los huspedes extranjeros que llegan al castillo?
-Prncipe, Dios te proteja! Ni un solo husped ha salido de ese castillo con vida. No se permite la
entrada a nadie salvo a quien lleva un arte.
Se dirigieron hacia el castillo.
-Hay aqu portero? -dijo Gwrhyr Gwalstawt Ieithoedd (Intrprete de Lenguas).
-S, y t por qu me diriges la palabra y tu lengua no se queda muda en tu boca?
-Abre la puerta.
-No la abrir.
128
- -
129
-Quin es?
-Deja que el portero salga. Le reconocer por estos signos: la punta de su lanza se desprender del asta,
sacar sangre al viento y de nuevo descender sobre el asta.
Se abri la puerta y Bedwyr entr.
-Bedwyr posee un maravilloso don, aunque no practique este arte -dijo Kei.
Una gran discusin se produjo entre los hombres que se haban quedado fuera a causa de la entrada de
Kei y de Bedwyr. Uno de ellos, un joven, el hijo nico de Kustenin el pastor, logr entrar y sus
compaeros le siguieron; atraves los tres patios y lleg al interior del castillo. Sus compaeros le
dijeron entonces:
-Eres el mejor de los hombres.
Desde entonces le llamaron Goreu212 (el mejor), hijo de Kustenin. Se dispersaron en las diferentes
estancias para poder matar a los que se encontraban en ellas, sin que el Gigante se enterara.
Cuando la espada estuvo completamente pulida, Kei la puso en manos de Gwrnach Gwar (el Gigante)
para ver si el trabajo le complaca.
-El trabajo es bueno y mucho me complace -dijo el gigante.
-La vaina ha estropeado la espada -dijo Kei-. Dmela para que le quite sus accesorios de madera y haga
unos nuevos.
Cogi con una mano la vaina y con la otra la espada; se acerc y alz la espada como si quisiera
envainarla. Entonces la hundi en la cabeza del gigante y de un tajo se la cort. Devastaron el castillo y
se llevaron todas las riquezas y joyas que quisieron. En el da sealado al cabo de un ao, llegaban a la
corte de Arturo con la espada de Gwrnach Gwar (el Gigante). Contaron a Arturo su aventura. Arturo les
pregunt entonces cul de las maravillas era mejor buscar primero.
-Lo mejor ser buscar primero a Mabon, hijo de Modron, pero no lo encontraremos antes de haber
encontrado a Eidoel, hijo de Aer, su pariente -respondieron ellos.
Arturo parti con sus guerreros de la isla de Bretaa en bsqueda de Eidoel y llegaron ante el castillo
fortificado de Glini, donde Eidoel estaba encerrado. Glini estaba en la muralla del castillo y exclam:
-Arturo, qu quieres de m ahora? Ni siquiera puedo vivir en paz en este pico rocoso? Aqu no hay
bienes, ni placer, no tengo trigo ni avena, y todava quieres perjudicarme.
-No he venido aqu para causarte mal alguno, sino para buscar a tu prisionero -respondi Arturo.
-Te dar al prisionero, aunque no estaba dispuesto a drselo a nadie. Adems tendrs mi ayuda y mi
apoyo.
Los hombres de Arturo le dijeron entonces:
212
Segn las Tradas, libr a Arturo de las tres prisiones, ver ms arriba
130
-Seor, vuelve a casa; no puedes ir a la cabeza de tu ejrcito buscando cosas tan insignificantes como
sta.
-Gwrhyr Gwalstawt Ieithoedd (Intrprete de Lenguas) -dijo Arturo-, a ti corresponde esta misin:
conoces todas las lenguas, sabes incluso conversar con ciertos pjaros y ciertos animales. Eidoel, a ti te
corresponde ir con mis hombres en busca de tu primo hermano. Kei y Bedwyr, siempre he confiado en
que todo lo que vosotros busquis ser conseguido. Marchad, pues, por mi a esta bsqueda.
Marcharon hasta que encontraron al Mirlo de Cilgwri. Gwrhyr le pregunt:
-En nombre de Dios, sabes algo de Mabon, hijo de Modron, que fue arrebatado a su madre la tercera
noche de su nacimiento?
El mirlo respondi
-Cuando vine aqu por vez primera haba un yunque de herrero y entonces era un pjaro joven. Desde
entonces no ha habido all otro trabajo que el que hiciera mi pico cada tarde. Ahora no queda de l ms
de lo que hay en una nuez; que Dios me castigue si alguna vez he odo hablar del hombre por el que me
preguntis. No obstante, har lo que es justo y propio hacer por los mensajeros de Arturo. Existe una
raza de animales que Dios cre antes que a m: os guiar hasta ellos.
Fueron hasta l lugar donde se encontraba el Ciervo de Redynvre.
-Ciervo de Redynvre, hemos venido hasta ti, mensajeros de Arturo, porque no conocemos animal ms
viejo que t. Dinos, sabes algo respecto a Mabon, hijo de Modron, que fue arrebatado a su madre la
tercera noche de su nacimiento?
El ciervo dijo:
-Cuando vine aqu por primera vez slo tena dos pas a ambos lados de mi cabeza y aqu no haba ms
rbol que un joven roble que creci hasta convertirse en un roble de cien ramas; el roble cay y ahora no
queda nada de l, salvo una cepa roja y podrida. Desde aquel da hasta ahora he estado aqu. Nada he
odo acerca del hombre por quien preguntis. No obstante, puesto que sois mensajeros de Arturo, ser
vuestro gua hasta el lugar donde se encuentra un animal que Dios cre antes que a m.
Llegaron al lugar donde estaba el Bho de Kwm Kawlwyt.
-Bho de Kwm Kawlwyt, aqu estn los mensajeros de Arturo: sabes algo de Mabon, hijo de Modron,
que fue arrebatado a su madre la tercera noche de su nacimiento?
-Si lo supiera os lo dira. Cuando vine aqu por vez primera, el gran valle que veis estaba cubierto de
bosque y vino una raza de hombres que lo devast. Creci un segundo bosque y ste es el tercero, y en
lo que a m respecta, mis alas son simples muones. Desde aquel da hasta ahora, jams haba odo
hablar del hombre por el que me preguntis. Sin embargo, quiero ser gua de los mensajeros de Arturo,
hasta que lleguemos al lugar donde est el animal ms viejo de este mundo y que ha volado sobre los
lugares ms lejanos, el Aguila de Gwernabwy.
Gwrhyr dijo:
- -
131
-Aguila de Gwernabwy, nosotros, los mensajeros de Arturo, hemos venido hasta aqu para preguntarte
si sabes algo respecto a Mabon, hijo de Modron, que fue arrebatado a su madre la tercera noche de su
nacimiento.
El guila dijo:
-Hace mucho tiempo que llegu aqu y cuando llegu por vez primera haba una roca desde cuya cima
picoteaba los astros cada noche; ahora slo tiene un palmo de altura. Estoy aqu desde entonces y, sin
embargo, nada he odo del hombre por el que me preguntis. No obstante, una vez fui a buscar
alimentos a Llynn Llyw y cuando llegu all clav mis garras en
un salmn pensando que con l tendra comida por mucho tiempo; pero me arrastr a las profundidades
y slo con grandes esfuerzos pude desembarazarme de l. Mis parientes y yo nos reunimos para intentar
despedazarlo, pero envi mensajeros para hacer la paz conmigo y vino en persona para entregarme
cincuenta arpones de carne de su espalda. Si l no sabe nada
de lo que buscis, no conozco a nadie que pueda saberlo. En todo caso os guiar hasta el lugar donde se
encuentra.
Cuando hubieron llegado al lugar donde estaba, el guila dijo:
-Salmn de Llynn Llyw, he venido hasta aqu con los mensajeros de Arturo para preguntarte si sabes
algo respecto a Mabon, hijo de Modron, que fue arrebatado del lado de su madre la tercera noche de su
nacimiento.
-Os voy a decir todo lo que s. Cada marea remonto el ro hasta los muros de Kaer Loyw y fue all
donde me ocurri la mayor calamidad de mi vida. Montad dos de vosotros sobre mis hombros y nos
dirigiremos all para que me creis.
Kei y Gwrhyr Gwalstawt Ieithoedd (Intrprete de Lenguas) montaron sobre los hombros del salmn y
cuando llegaron junto a la muralla del prisionero, pudieron or quejas y lamentaciones desde el otro lado
de la muralla.
-Quin se lamenta en esta casa de piedra? -dijo Gwrhyr.
-El que est aqu tiene motivos para lamentarse. Mabon, hijo de Modron, est en la prisin. Nadie ha
sido tan cruelmente encerrado en una prisin como yo, ni siquiera Lludd Llaw Ereint 213 (Mano de Plata),
ni Greit, hijo de Eri.
-Tienes esperanzas de lograr la libertad a cambio de oro, plata o las riquezas de este mundo, o la
conseguir por combate y batalla?
-Si la consigo, tendr que ser por combate.
Se marcharon y retornaron junto a Arturo. Le contaron dnde estaba prisionero Mabon, hijo de Modron.
Arturo convoc a los guerreros de aquella isla y se dirigi a Kaer Loyw, donde Mabon estaban
prisionero. Kei y Bedwyr montaron sobre los hombros del salmn y, mientras los soldados de Arturo
atacaban el castillo, Kei abri una brecha en las paredes de la prisin y sac al prisionero sobre su
espalda. Los hombres continuaron combatiendo y Arturo regres con Mabon liberado.
Distintos autores reconocen el dios Nudd, y el paso de Nudd a Lludd se ha explicado por una
asimilacin: de Nudd Llawereint a Lludd Llawereint (J. de Vries, La religion des celtes, p. 109).
213
132
Arturo dijo:
-Cul de las otras maravillas debemos buscar primero?
-Lo mejor sera buscar los dos cachorros de Gast Rymhi.
-Se sabe en qu lugar est?
-Est en Aber Deugleddyv214 -dijo uno.
Arturo se dirigi a casa de Tringat, en Aber Deugleddyv, y le pregunt si haba odo hablar de ella y
bajo qu forma se encontraba.
-Se encuentra bajo la forma de una loba -dijo- y sus dos cachorros van con ella. Muchas veces ha
matado mi ganado. Est all abajo, en Aber Cleddyv, en una cueva.
Arturo envi una parte de sus tropas por mar, en su barco Prytwenn 215, y otra por tierra, para cazar a la
perra, y de esta forma la cercaron, a ella y a sus cachorros. Por favor a Arturo, Dios les devolvi su
forma natural. Entonces la hueste de Arturo se dispers.
Y cuando Gwythur, hijo de Greidiawl, estaba un da franqueando una montaa, oy gritos y atroces
lamentos y eran stos horribles ruidos de or. Se precipit hacia all y cuando lleg al lugar desenvain
su espada y aplast el hormiguero hasta el nivel del suelo, salvndolas as del fuego.
-Llvate contigo la bendicin de Dios y la nuestra y lo que ningn hombre podra recuperar, nosotras
iremos y lo recuperaremos para ti -dijeron las hormigas.
Estas no tardaron en regresar con los nueve sextarios de grano de lino que Yspadadden Penkawr haba
pedido a Kulhwch, sin que faltara nada ms que un solo grano. Antes de anochecer la hormiga coja trajo
el grano que faltaba.
Un da, Kei y Bedwyr estaban sentados en la cima de Pumlummon 216, en Karn Gwylathyr, en medio del
mayor viento del mundo, y mirando a su alrededor vieron a lo lejos y en el Sur una gran humareda que
el viento no desviaba lo ms mnimo.
-Por la mano de mi amigo -dijo Kei-, mira all abajo el fuego de un guerrero.
Se dirigieron a toda prisa hacia el lugar de la humareda y se acercaron con mucha precaucin hasta que
vieron de lejos a Dillus Varvawc (el Barbudo) que estaba cociendo un jabal. Era el mejor de los
guerreros, que siempre haba huido de Arturo.
-Le conoces? -pregunt Bedwyr.
-Le conozco. Es Dillus Varvawc (el Barbudo). No hay correa en el mundo que pueda sujetar a Drutwyn,
el cachorro de Greit, hijo de Eri, salvo una correa hecha con la barba del hombre que ves all abajo; de
Actualmente en ingls, Miford Haven, en el condado de Pembroke
Significa rostro blanco.
216
Actualmente Plinlimmon, montaa del condado de Cardigan
214
215
- -
133
nada servir, si no se le extrae pelo por pelo de la barba con pinzas de madera mientras est con vida; si
est muerto, la correa se romper -respondi Kei.
-Cul es tu consejo? -dijo Bedwyr.
-Dejmosle que coma carne hasta saciarse; despus se dormir.
Mientras coma hicieron las pinzas de madera. Cuando Kei estuvo seguro de que dorma, cav bajo sus
pies el agujero ms grande del mundo, le golpe con terrible fuerza y lo encerr en el agujero hasta que
hubieron terminado de arrancarle toda su barba con las pinzas de madera. Despus lo mataron y se
fueron a Kelli Wic, en Kernyw (Cornualles), con la correa hecha de la barba de Dillus Varvawc (el
Barbudo). Kei se la dio a Arturo y entonces Arturo cant este englyn:
Kei ha hecho una correa
de la barba de Dillus, hijo de Eurei:
si l hubiera vivido, esto habra sido tu muerte.
Kei se irrit de tal modo que los guerreros de aquella isla tuvieron grandes dificultades para que hiciera
las paces con Arturo. Despus de esto Kei no volvi a hacer nada por Arturo, pues cuando lo necesit,
no le ayud ni mat a ningn otro hombre por l.
Arturo dijo entonces:
-Cul de las otras maravillas es mejor buscar primero?
-Hay que buscar a Drutwyn, el cachorro de Greit, hijo de Eri.
Poco antes de todo sto, Kreiddylat, hija de Lludd Llaw Ereint (Mano de Plata), se haba ido como
mujer con Gwythyr, hijo de Greidiawl. Antes de que se acostara con ella, lleg Gwynn, hijo de Nudd,
que se la llev por la fuerza. Gwythyr, hijo de Greidiawl, reuni un ejrcito y fue a combatir a Gwynn,
hijo de Nudd. Y Gwynn venci y encerr a Greit, hijo de Eri; a Glinneu, hijo de Taran, y a Gwrgwst
Letlwm (Medio Desnudo), y a Dyvnarth, su hijo. Tambin encerr a Penn, hijo de Nethawc, y a
Nvwython y a Kyledyr Wyllt (el Salvaje), su hijo. Mat a Nwython, le sac el corazn y forz a
Kyledyr a comer el corazn de su padre; por esta causa, Kyledyr se volvi loco. Arturo, al or estas
noticias, se dirigi al Norte, orden a Gwynn, hijo de Nudd, que pusiera en libertad a sus nobles y
restableci la paz entre Gwynn, hijo de Nudd, y Gwythyr, hijo de Greidiawl, con la condicin de que la
doncella permaneciera en casa de su padre, sin ser molestada por ninguno de los dos, y cada primer da
de mayo217, hasta el da del juicio, habra batalla entre Gwynn y Gwythyr y aqul que fuera vencedor el
da del juicio se quedara con la doncella.
Despus de que los dos seores se hubieron reconciliado, Arturo consigui a Gwynn Mygdwnn (Crines
Pardas), el caballo de Gweddw, y la correa de Kwrs Kant Erennn (Cien Garras).
Despus, Arturo se dirigi a Llydaw (Armrica) con Mabon, hijo de Mellt, y Gware Gwallt Euryn
(Cabellos de Oro), para buscar los dos perros de Glythmyr Lledewic (el Armoricano). Despus de
haberlos conseguido, Arturo march hasta el oeste de Iwerddon para buscar a Gwrgi Severi, en
compaa de Odgar, hijo de Aedd, rey de Iwerddon. Luego se dirigi al monte, donde se apoder de
Kyledyr Wyllt (el Salvaje) y fue en bsqueda de Yskithyrwynn Pennbeidd (el Principal jabal), y
217
134
tambin fue Mabon, hijo de Mellt, que sujetaba a los dos perros de Glythvyr Lledewic y a Drutwynn, el
cachorro de Greit, hijo de Eri. Arturo en persona tom parte en la cacera, con su perro Kavall, Kaw de
Prydein mont sobre Lamrei, la yegua de Arturo, y fue el primero en acorralar al jabal, y entonces Kaw
de Prydein, armado con una fuerte hacha, se abalanz sobre el jabal con la mayor valenta y le rompi
la cabeza en dos y Kaw se apoder del colmillo. No fueron los perros que haba nombrado Yspadadden
Penkawr a Kullhwch los que despedazaron el jabal, sino Kavall, el perro de Arturo.
Despus de haber matado a Yskithyrwynn Pennbeidd, Arturo y su hueste se dirigieron a Kelli Wic, en
Kernyw. Desde all envi a Menw, hijo de Teirgwaedd, para ver si los tesoros estaban entre las dos
orejas de Twrch Trwyth, pues habra sido intil combatir con l si ya no tena los tesoros. En todo caso
estaba seguro de que se encontraba all: acababa de devastar la tercera parte de Iwerddon. Menw fue en
su bsqueda y lo vio en Esgeir Oervel, en Iwerddon. Menw se transform en pjaro, se pos en su cubil
e intent quitarle uno de sus tesoros, pero slo consigui una de sus cerdas. El jabal se levant
vigorosamentey se sacudi de tal forma que un poco de su veneno alcanz a Menw. A partir de
entonces, Menw no volvi a estar bien nunca.
Despus de esto, Arturo envi un mensajero a Odgar, hijo de Aedd, rey de Iwerddon, para pedirle el
caldero de Diwrnach el Gwyddel (Irlands), su vigilante, Odgar rog a Diwrnach que se lo diera.
-Dios sabe que aunque fuera el mejor, con slo mirar el caldero no lo obtendra -respondi Diwrnach.
El mensajero de Arturo regres de Iwerddon con esta negacin. Arturo parti con una tropa ligera en
Prytwenn, su barco, y lleg a Iwerddon. Una vez all se dirigieron a casa de Diwrnach el Gwyddel. Las
gentes de Odgar repararon en sus fuerzas. Cuando hubieron bebido y comido suficientemente, Arturo
pidi el caldero. Diwrnach respondi que no se lo dara a nadie, pues haba dado su palabra a Odgar, rey
de Iwerddon. Despus de esta negacin, Bedwyr se levant, cogi el caldero y lo puso en las espaldas
de Hygwydd, servidor de Arturo, hermano de Kachamwri por la misma madre, servidor de Arturo
tambin: su misin consista siempre en llevar el caldero de Arturo y encender el fuego debajo.
Llenlleawc el Gwyddel cogi a Kaletvwlch, le hizo dar vueltas y mat a Diwrnach y a toda su hueste.
Las huestes de Iwerddon acudieron y combatieron con ellos. Despus de haberles derrotado
completamente, Arturo y sus hombres partieron en seguida en su barco, llevndose el caldero lleno de
tesoros de Iwerddon. Desembarcaron en casa de Llwyddeu, hijo de Kelcoet, en Porth Kerddin, en
Dyvet. All est la Medida del Caldero.
Arturo reuni entonces a todos los guerreros que estaban en la isla de Bretaa y sus tres islas adyacentes
y a todos los que estaban en Francia, Llydaw (Armrica), Normanda y en el Pas del Verano 218 a los
mejores perros y a todos los caballos de fama. Parti con todas estas huestes hacia Iwerddon y por su
llegada hubo gran miedo y estremecimiento en Iwerddon. Cuando Arturo desembarc, los santos de
Iwerddon fueron a pedirle proteccin y l les ofreci proteccin y ellos le dieron su bendicin. Los
hombres de Iwerddon acudieron junto a l y le presentaron vveres. Arturo avanz hasta Esgeir Oervel,
donde se encontraba Twrch Trwyth con sus siete cerdos. Lanzaron los perros desde todas partes sobre
ellos. Aquel da los Gwyddel (irlandeses) combatieron con l hasta la noche y, sin embargo, devast una
de las cinco provincias de Iwerddon. Al da siguiente, las gentes de la casa de Arturo lucharon con l;
pero slo recibieron golpes y no sacaron ningn provecho. Al tercer da, el propio Arturo entabl con l
un combate que dur nueve noches y nueve das; pero slo logr matar a uno de sus cerdos. Los
hombres de Arturo le preguntaron entonces cul era la historia de aquel jabal. Les dijo que era un rey al
que Dios haba transformado en jabal por sus pecados.
Segn las Tradas de la Myvyrian arch. Of Wales, los galeses vinieron del Pas del Verano, que se
llama Deffrobani, all donde est Constantinopla (Loth, Mab., 11, 271).
218
- -
135
Arturo envi a Gwrhyr Gwalstawt para que intentara hablar con el animal. Gwrhyr fue all con forma de
pjaro y se pos en el cubil donde se encontraba con sus siete cerdos.
-Por aqul que te dio esta forma -le dijo-, si t y los tuyos podis hablar, pido que uno de vosotros venga
a hablar con Arturo.
Le respondi Grugyn Gwrych Ereint (Cerdas de Plata). Como hilos de plata eran sus cerdas y brillaban
tanto que se le poda distinguir en medio del bosque o campo. Esta fue su respuesta:
-Por el que nos dio esta forma, no haremos nada de eso; no hablaremos con Arturo. Dios nos ha causado
ya bastante mal dndonos esta forma, sin que vosotros vinierais a combatirnos.
-Sabed que Arturo lucha con vosotros por el peine, la navaja y las tijeras que se encuentran entre las dos
orejas de Twrch Trwyth.
-Si primero no le quitis la vida, no conseguirs esos tesoros -respondi Grugyn-. Maana nos iremos
de madrugada, marcharemos al pas de Arturo y le causaremos todo el dao que podamos.
Los cerdos partieron por mar en direccin a Kymry (Gales). Arturo embarc a bordo de Prytwen con
sus huestes, sus caballos y sus perros y en un abrir y cerrar de ojos, los pudo ver. Twrch Trwyth atrac
en Porth Kleis219, en Dyvet. Aquella noche Arturo avanz hasta Mynyw. Al da siguiente le hicieron
saber que haban pasado por all y les encontr matando el ganado de Kynnwas Kwrr y Vagyl, despus
de haber matado a todos los hombres y animales que haba en Deu Gleddyv. Cuando lleg Arturo,
Twrch Trwyth huy hasta Presseleu. Arturo se dirigi all con sus huestes. Envi en su persecucin a
Eli y a Trachmyr, que llevaban a Drutwyn, el cachorro de Greit, hijo de Eri, y Gwarthegyt, hijo de Kaw,
sujetaba a los dos perros de Glythmyr Lledewic; Bedwyr sujetaba por la correa a Kavall, el perro de
Arturo. Arturo aline a todos sus guerreros alrededor de Glynn Nyver 220. Tambin acudieron all los tres
hijos de Kleddyv Divwlch, que haba conquistado mucha gloria por haber matado a Yskithyrwynn
Penbeidd. El puerco sali de Glynn Nyver y se detuvo en Kwn Kerwyn 221, donde fue acorralado. All
mat a cuatro campeones de Arturo: a Gwarthegyt, hijo de Kaw; a Tarawc d'Allt Clwyt; a Reidwn, hijo
de Eli Adver; a Iscovan Hael (el Generoso). Despus de haber matado a aquellos hombres, mat a
Gwydre, hijo de Arturo; a Garselit el Gwyddel; a Glew, hijo de Yscawt, y a Yscawyn, hijo de Panon;
pero tambin lo hirieron.
Al da siguiente por la maana algunos de los hombres de Arturo lo alcanzaron. Entonces mat a
Huandaw, a Gogigwc, a Pennpingon, a los tres servidores de Glewlwyt Gavaelvawr (Fuerte Garra) y
Dios sabe 'que no le ha quedado en el mundo ningn servidor, a excepcin de Llaesgenym, del que
nunca nadie estuvo satisfecho. Mat adems a muchos hombres del pas,
entre otros a Gwlydyn Saer, el jefe de los carpinteros de Arturo. El propio Arturo lo alcanz en
Pelumyawc y entonces mat a Madawc, hijo de Teithyon; a Gwynn, hijo de Tringat, hijo de Nevet, y a
Eiryawn Pennlloran, y de all se dirigi a Aber Tywi 222. All fue acorralado de nuevo y mat a Kynlas,
hijo de Kynan, y a Gwilenhin, rey de Francia. Sigui despus hasta Glynn Ystu y entonces hombres y
perros perdieron su rastro.
220
136
Arturo hizo venir a Gwynn, hijo de Nudd, y le pregunt si saba algo con respecto a Twrch Trwyth.
Respondi que no saba nada.
Todos los cazadores fueron a cazar al puerco hasta Dyffrynn Llychwr 223. Grugyn Gwallt Ereint (Cerdas
de Plata ) y Llwyddawc Govynnyat les ofrecieron resistencia y mataron a todos los cazadores a
excepcin de uno solo, que logr escapar. Arturo y sus huestes llegaron al lugar donde estaban Grugyn
y Llwyddawc. Entonces lanzaron sobre ellos a todos los perros que haban sido nombrados con tal fin.
Cuando los jabals estuvieron acorralados, Twrch Trwyth acudi en su defensa: no le haban vuelto a
ver desde que haban cruzado el mar de Iwerddon. Hombres y perros cayeron sobre l. Logr llegar a
Mynydd Amanw224 y all mataron a uno de sus cerdos. Le devolvieron vida por vida. Twrch Lawin
tambin muri, as como otro de los cerdos, llamado Gwys. Lleg hasta Dyffrynn Amanw y all
murieron Banw y Benwic. De todos los cerdos slo se escaparon vivos Grugyn Gwallt Ereint (Cerda de
Plata) y Llwyddawc Govynnyat.
Huyeron de all hasta Lwch Ewin, donde Arturo los alcanz. Le acorralaron y mat a Echel Vorddwyt
Twll, a Garwyli, hijo de Gwyddawc Gwyr, y a muchos hombres y perros. Despus de esto fueron a
Llwch Tawy225. Entonces Grugyn Gwallt Ereint (Cerda de Plata) se separ de ellos. Primero se dirigi a
Din Tywi, luego a Keredigyawn226, seguido de Eli y Trachmyr y muchos otros. Luego lleg a Garth
Grugyn y all Grugyn fue muerto. Llwyddawc mat a Ruddvyn Rys y a muchos otros hombres y huy
hasta Ystrad Yw227, donde los hombres de Llydaw se enfrentaron con l. Mat a Hirpeissawc, rey de
Llydaw, a Llygatrudd Emys y Gwrbothw, tos de Arturo, hermanos de su madre, y l mismo fue
muerto.
Twrch Trwyth pas entonces por Tawy y Euyas 228. Arturo orden a los hombres de Kernyw
(Cornualles) y de Dyvneint (Devon) que se enfrentaran con l en la desembocadura del Havren 229.
Arturo dijo a los guerreros de aquella isla:
-Twrch Trwyth ha matado a muchos de mis hombres. He jurado por el valor de mis hombres que no
llegar a Kernyw, si sigo con vida. No le perseguir ms lejos, pero le opondr vida por vida. Vosotros
haced lo que tengis que hacer.
Su plan consista en enviar una partida de caballe-ros con los perros de aquella isla hasta Euyas y
hacerle volver hasta Havren; all le cortara el paso con todos los guerreros que hubiera en la isla, y le
empujara por la fuerza hasta el ro. Mabon, hijo de Modron, lo sigui hasta Havren montado en Gwynn
Mydwnn (Crines Blancas), el caballo de Gweddw, as como Goreu, hijo de Kustenin; Menw, hijo de
Teirgwaedd, entre Llynn Lliwan y Aber Gwy. Arturo cay sobre l con los campeones de la isla de
Bretaa. Osla Gyllellvawr (Gran Cuchillo). Manawyddan230, hijo de Llyr; Kachmwri, servidor de
Arturo; Gwyngelli, se echaron todos sobre
l y lo cercaron. Lo cogieron primero por los pies y lo sumergieron en el Havren, hasta que el agua
corri por encima de su cabeza. Por un lado Mabon, hijo de Modron, espole su caballo y le quit la
navaja. Por otro lado Kyledyr Wyllt (el Salvaje), montado en otro caballo, se sumergi en el Havren y
Actualmente Loughor en los confines de los condados de Carmarthen y Glamorgan.
Montaa de Amanw entre los condados de Brecon y de Carmarthen
225
Pantano del Tawy, ro de Glamorgan
226
Condado de Cardigan
227
Valle del Yw, antiguo distrito de la parte sur de Breconshire
228
Euyas es el nombre de un antiguo cantn de Herefordshire
229
Es el ro Severn
230
Ver tercera rama de los mabinogi
223
224
- -
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se apoder de las tijeras. Pero antes de que le pudieran quitar el peine, los pies del puerco tocaron tierra
y desde aquel momento ni perro, ni hombre, ni caballo pudieron seguirle antes de que hubiera llegado a
Kernyw. Les cost ms sacar a los dos guerreros del agua e impedir que se ahogaran, que lo que les
haba costado apoderarse de los tesoros. En el momento en que sacaban a Kachmwir del agua, fue
arrastrado hasta las profundidades por dos muelas de molino. Al correr tras el puerco, Osla Gyllellvawr
haba dejado caer su cuchillo de su vaina y lo haba perdido; la vaina se haba llenado de agua y cuando
lo sacaban fuera, sta lo arrastr al fondo.
Arturo march con sus huestes hasta que alcanzaron al jabal en Kernyw. Fueran cuales fuesen las
calamidades que haban sufrido hasta el momento, stas resultaron slo un juego comparadas con las
que habran de sufrir para conseguir el peine. Pero conquistaron el peine a fuerza de una calamidad tras
otra. Luego lo expulsaron de Kernyw y lo empujaron hasta el mar. Desde entonces nadie ha vuelto a
saber de l, ni a dnde fue con Anet y Aethlem231.
Arturo regres a Kelliwic, en Kernyw, para baarse y reposar de sus fatigas.
-Queda todava alguna maravilla que debamos conquistar? -dijo Arturo.
-S, dijo uno de los hombres, la sangre de la Bruja Gorddu (Negra), hija de la Bruja Gorwenn (Blanca),
de Penn Nant Govut (Valle del Dolor), en los confines del infierno.
Arturo parti hacia el Norte y lleg a la cueva de la bruja. Gwynn, hijo de Nudd, y Gwythyr, hijo de
Greidiawl, le aconsejaron que enviara a Kachamwri y a hermano Hygwydd a luchar con la bruja.
Cuando entraron en la cueva, la bruja los agarr, cogi a Hygwydd por los cabellos y lo tir al suelo
debajo de ella. Kachamwri, a su vez, la agarr por los pelos y la sac de encima de Hygwyd. Ella se
volvi hacia Kachamwri, le golpe y luego los desarm y los ech fuera a puntapis y puetazos. Y
Arturo se enfureci al ver a sus sirvientes medio muertos y pens en entrar l mismo en la cueva.
-Nada nos gustara ni complacera verte luchando con una bruja. Enva a Hir Amren y a Hir Eiddyl a la
cueva -le dijeron Gwynn y Gwythyr.
All fueron, y si los dos primeros haban salido malparados, stos dos no corrieron mejor suerte, de
modo que Dios sabe que ninguno de los cuatro habra podido moverse de all si Lamrei, la yegua de
Arturo, no hubiera cargado con los cuatro. Entonces Arturo se precipit a la puerta de la cueva y desde
la entrada apunt a la bruja con su cuchillo Karnwennan y la alcanz en medio del cuerpo. Kaw de
Prydein recogi la sangre de la bruja y la guard.
Entonces Kulhwch, acompaado de Goreu, hijo de Kustenin, y de todos los que queran mal a
Yspadadden Penkawr, regres a su corte con los objetos maravillosos. Kaw de Prydein fue a afeitarle la
barba, la carne y la piel hasta los huesos de una oreja a la otra.
-Ests ya afeitado, hombre? -le dijo Kulhwch.
-Lo estoy -dijo l.
-Me pertenece tu hija ahora?
El tema del jabal devastador es tambin el de una leyenda griega (el jabal del bosque de Erymanthe),
J. Markale, L'pope celtique, p. 150
231
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-Te pertenece y no necesitas agradecrmelo; agradceselo a Arturo, que la ha conquistado para ti. Por
mi propia voluntad jams la habra entregado. Ha llegado el momento de perder la vida.
Entonces Goreu, hijo de Kustenin, le cogi por los cabellos, le arrastr hasta un monte, le cort la
cabeza y la clav en una estaca del patio232. Luego tom posesin del castillo y de sus dominios.
Aquella noche Kulhwch se acost con Olwen y mientras vivi, ella fue su nica mujer. Las huestes de
Arturo se dispersaron para volver a su pas.
De esta forma conquist Kulhwch a Olwen, hija de Yspadadden Penkawr.
232
Con respecto al tema de las cabezas cortadas, ver nota a Branwen, hija de Llyr.
- -
139
El Sueo De Rhonabwy
Madawc233, hijo de Maredudd, dominaba Powys de un extremo a
otro, es decir, desde Porfordd hasta Gwauan, en las tierras altas de
Arwystli234. En aquellos tiempos tena un hermano que no posea
un rango tan elevado. Era Iorwerth, hijo de Maredudd. Un gran
dolor y una gran tristeza se apoderaron de Iorwerth al ver el honor
y el poder de su hermano, mientras l no tena nada. Reuni a sus
compaeros y a sus hermanos de leche y les pidi consejo acerca
de lo que deba hacer en aquella situacin. Decidieron enviar a
algunos de entre ellos a reclamar provisiones. Madawc le ofreci el
cargo de penteulu235 y la misma posicin que l en cuanto a
caballos, armas y honores. Iorwerth lo rechaz y se dirigi hasta
Lloeger devastando todas las tierras. Y Iorwerth mat a muchos
hombres, quem casas y se llev prisioneros.
Madawc y los hombres de Powys mantuvieron consejo. Decidieron
colocar a cien hombres en cada tres kymwt 236 de Powys para que se
pusieran en su bsqueda. Consideraron Rhychdir Powys, desde
Aber Ceirawc, en Allictwner, hasta Ryt Wilvre, en Evyrnwy237, quivalente a los tres mejores kymmtt de
Powys y el hombre que no hubiera prosperado en Powys, tampoco habra de prosperar en aquella tierra
cultivada, y aquellos hombres se establecieron en aquella tierra hasta Didlystwn, una aldea en aquella
tierra cultivada.
Madawc hijo de Maredudd gobern Powys desde el ao 1138 hasta 1160 (I. Ll. Foster, Culhwcb and
Olwen and Rhonabwys's dream, en R. S. Loomis, Artburian Literature, p. 41). Maredudd haba luchado
contra los anglonormandos y oblig a la retirada a Enrique I, muriendo en el ao 1124 o 1129 (Loth,
Mab., I, 287)
234
El reino de Madawc se extenda desde Chester hasta las altas tierras de Arwystli. Porfordd es
evidentemente Pulford (Loth, Mab., I, 286).
235
Jefe de familia y personaje ms importante despus del rey (Loth, Mab., I, 286).
236
Subdivisin de un cantrev (ver nota a Pwyll, prncipe de Dyvet).
237
Se trata de una zona en los alrededores de Oswestry
233
140
En aquella bsqueda particip un hombre llamado Rhonabwy. Y Rhonabwy, con Kynnwric Vrychgoch,
hombre de Mawddwy, y Kadwgawn Vras, hombre de Moelvre en Kynlleith 238, se dirigieron a casa de
Heilyn Goch239, hijo de Kadwgawn, hijo de Iddon. Al llegar a la casa vieron una vieja sala negra,
rematada en aguiln recto, de donde sala una espesa humareda. Al entrar vieron un suelo lleno de
agujeros y desigual. All donde el suelo se curvaba, apenas se poda uno mantener derecho, de tan
resbaladizo que resultaba por el excremento y la orina del ganado. All donde haba agujeros, uno se
hunda hasta ms arriba del tobillo, en medio de una mezcla de agua y de orina de animales; por el suelo
haba gran abundancia de ramas de acebo cuyos extremos haban sido ramoneados por el ganado.
Cuando llegaron a la parte principal de la casa vieron un suelo polvoriento y desnudo. En un lado haba
una vieja avivando el fuego y cuando el fro la sobrecoga demasiado echaba una baldada de cascabillos
al fuego, de modo que a cualquiera le habra resultado difcil soportar aquel humo que penetraba
profundamente en la nariz. En el otro lado vieron una piel de ternera amarilla. Habra tenido una gran
suerte aqul que de entre ellos hubiera conseguido echarse sobre aquella piel.
Cuando estuvieron sentados, preguntaron a la vieja dnde estaban las gentes de la casa. Pero la vieja no
les dirigi la palabra ms que para decirles descortesas. En esto entraron las gentes de la casa: un
hombre pelirrojo, ligeramente calvo y arrugado, llevando sobre sus espaldas un haz de lea, y una
menuda y plida mujer, que tambin llevaba bajo el brazo una brazada de ramajes. Apenas saludaron a
sus huspedes, la mujer les encendi un fuego con los haces de lea y fue a cocinar y les trajo su
comida: pan de cebada, queso y leche aguada.
En aquel momento sobrevino tal tempestad de viento y lluvia que a nadie le habra resultado fcil salir
de all, ni siquiera por necesidad. Y estaban tan cansados por el viaje, que se adormecieron y fueron a
acostarse.
Echaron una mirada a los lechos y vieron que no haba ms que una paja corta, polvorienta, llena de
pulgas, atravesada por todos lados por grueso ramaje y toda la paja, ms arriba de sus cabezas y ms
abajo de sus pies, haba sido ramoneada por los bueyes. Encima haban extendido una especie de
cobertura de sayal, de un rojo plido, duro y usado, agujereado; por encima del sayal haba una gruesa
sbana dura, totalmente agujereada, y sobre la sbana una almohada medio vaca, cuya cubierta estaba
sucia. Se acostaron. Despus de haber sido atormentados por las pulgas y la dureza de sus lechos, los
dos compaeros de Rhonabwy cayeron en un profundo sueo. Y Rhonabwy, viendo que no poda ni
dormir ni descansar, pens que sufrira menos si iba a dormir sobre la piel de ternero echada sobre el
suelo. Y, en efecto, all se durmi.
En el momento mismo en que el sueo le cerr los ojos, se vio a s mismo y a sus compaeros
atravesando la llanura de Argyngroec, y le pareci que su objetivo y finalidad era Rhyd y Groes, en el
Havren240. Haciendo camino, oy un gran ruido; jams haba odo nada semejante y mir detrs de l.
Vio a un joven con los cabellos rubios y rizados, con la barba recin afeitada, montado sobre un caballo
amarillo y verde desde lo alto de sus patas y desde las rtulas de las rodillas hasta abajo. El caballero
llevaba una tnica de brocado amarillo, cosido con seda verde; de su cadera colgaba una espada con
empuadura de oro en una vaina de cordobn 241 nuevo, cuyas correas eran de piel de gamo y la hebilla
kymmvt del cantrev de Rhaiadr en Powys Vadog
Uno de los signatarios de la paz entre Llywelyn y Eduardo I en 1274 lleva el nombre de Grono, hijo
de Helyn (Loth, Mab., I, 288)
240
Argyngroec es el actual Cyngrog. Rhyd y Groes (vado de la cruz) se encuentra en la confluencia del
Rhiw con el Havren (Severn).
238
239
241
141
de oro. Por encima llevaba una capa de brocado amarillo, cosido con hilos de seda verde, y las orlas de
la capa tambin eran verdes. Y lo que era verde en los atavos de jinete y caballo, era verde como las
hojas de abeto, y lo que era amarillo, como el amarillo de las flores de retama. Y tan terrible era el
aspecto del jinete que se asustaron y huyeron. El jinete los persigui,.y cuando el caballo exhalaba
aliento, los hombres se alejaban de l, pero cuando aspiraba, se acercaban hasta el peto del caballo. Y
cuando los alcanz, le pidieron gracia.
-Os la concedo gustoso -respondi-. No tengis miedo.
-Seor -dijo Rhonabwy-, puesto que nos la con-cedes, nos dirs quin eres?
-No os lo ocultar: soy Iddawc, hijo de Mynyo; pero no se me conoce tanto por mi nombre como por mi
apodo.
-Querras decirnos cul es tu apodo?
-Os lo dir, me llaman Iddawc Cordd Prydein242 (el Intrigante de Bretaa).
-Seor -dijo Rhonabwy, por qu razn te llaman as?
-Esta es la razn: en la batalla de Kanilan 243 fui uno de los intermediarios entre Arturo 244 y Medrawt245,
su sobrino. Era joven y fogoso. Tena tales ansias de batalla que sembr la discordia entre ellos. He aqu
cmo: cuando el emperador Arturo me envi a Medrawt para recordarle que l era su padre putativo y
to y pedirle la paz con el fin de evitar sangre de hijos
de reyes y de sus nobles de la isla de Bretaa, aunque Arturo pronunci ante m las palabras ms
afectuosas del mundo, yo le llev a Medrawt las palabras ms hirientes que conoca. Eso me vali el
apodo de Iddawc Cordd Prydein (el Intrigante de Bretaa), y fue as como se entabl la batalla de
Kamlan. Sin embargo, tres noches antes del final de la batalla les abandon y fui a Llechlas 246, en
Prydein (Escoca), para hacer penitencia. All permanec siete aos y obtuve mi perdn.
En las Tradas de la Myvyrian arch. of Wales se lee: Tres traiciones secretas en la isla de Prydein: la
primera tuvo lugar cuando Caradawc, hijo de Bran, fue traicionado por Aregwedd Voeddawg, hija de
Avarwy, hijo de Lludd y fue enviado por ella como cautivo a los romanos; la segunda, cuando Arturo
fue traicionado por Iddawc Cordd Prydein, que descubri su secreto; la tercera, cuando Llywelyn, hijo
de Gruffudd, fue traicionado por Maddawc Min. Estas fueron las tres traiciones que causaron la
destruccin completa de los Kymry (galeses) (Loth, Mab., II, pp. 282-283).
243
Esta batalla no aparece citada en Nennius (Hist. britt.) sino en los Annales Cambriae. Segn esta
fuente tuvo lugar en el ao 537 (541, en cambio, segn los anales irlandeses de Tigernach) y supuso la
gran derrota de Arturo contra los sajones y en ella el dux fue mortalmente herido, J. Markale, Le roi
Arthur, p. 200
244
Sobre el personaje de Arturo, vase nota a Kulhwch y 0lwen.
245
Aparece citado en los Annales Cambriae. En las Tradas del Libro Rojo se le menciona como uno de
los tres hombres de deshonor de la isla de Prydein por haber traicionado a Arturo (Loth, Mab., II, p.
213); tambin se le presenta como el que llev a cabo una de las tres expediciones de pillaje de la isla de
Prydein (cuando fue a la corte de Arturo en Kelliwic y no le dej ni bebida ni comida en la corte, p.
224).
En los romans artricos aparece con el nombre de Mordret y es considerado hijo involuntariamente
incestuoso de Arturo (J. Markale, Le roi Arthur, p. 200).
246
Significa piedra plana y segn Lady Guest se refiere a Glasgow (Loth, Mab., I, 292).
242
142
En esto oyeron un ruido mucho ms violento que el anterior. Cuando miraron en direccin al ruido
vieron a un joven de cabellos pelirrojos, sin barba y sin bigote, con aspecto principesco, montado sobre
un gran corcel rojo y amarillo desde lo alto de las espaldas y las rtulas de las rodillas hasta abajo.
Llevaba una vestimenta de brocado rojo, cosido con seda amarilla y las orlas de su capa eran amarillas y
lo que era amarillo en su atavo y en el del caballo era amarillo como la flor de la retama y lo que era
rojo, como la sangre ms roja del mundo. Entonces el jinete los alcanz y pregunt a Iddawc si podra
tener una parte de sus pequeos compaeros.
-Tendrs la parte que me convenga darte -respondi Iddawc-: podrs ser su compaero como yo lo he
sido.
En esto, el caballero se alej.
-Iddawc -dijo Rhonabwy-, quin era ese jinete?
-Ruawn Pebyr, hijo de Deorthach Wledig.
Atravesaron la gran llanura de Argyngroec hasta Rhyd y Groes, junto al Havren. A una milla del vado
vieron a ambos lados del camino tiendas y pabellones y todo el movimiento de un gran ejrcito. Una
vez en la orilla del vado vieron a Arturo sentado en una isla llana ms baja que el vado; y a un lado
estaba el obispo Betwin y al otro Gwarthegyt, hijo de Kaw, y un gran joven de cabellos castao rojizos
se ergua frente a ellos, sosteniendo en la mano una espada en la vaina. Su tnica era de brocado y su
rostro tan blanco como el marfil con las cejas tan negras como el azabache. Y lo que se poda ver de su
puo entre sus guantes y mangas era tan blanco como la azucena y era ms grueso que el tobillo de un
guerrero.
Entonces Iddawc y sus compaeros se dirigieron ante Arturo y le saludaron.
-Dios os d bien -dijo Arturo-. Iddawc, dnde has encontrado a tus pequeos compaeros?
-Los encontr arriba en el camino, seor -respondi Iddawc.
El emperador sonri amargamente.
-Seor -dijo Iddawc-, por qu te res?
-No me ro, Iddawc -respondi-. Me entristece ver a hombres tan despreciables defender esta isla,
despus de hombres tan valerosos como los que la defendieron antao247.
Iddawc dijo entonces a Rhonabwy:
-Ves en la mano del emperador ese anillo con la piedra engastada?
-La veo.
-Una de las virtudes de esta piedra consiste en que te permitir recordar lo que has visto esta noche. Si
no hubieras visto esta piedra, jams recordaras nada de esta aventura.
Segn J. Markale, L'pope celtique, se trata de una alusin del autor a la debilidad de los bretones
del siglo XII, convertidos en vasallos de los normandos, despus de haber sido vasallos de los sajones
(p. 211).
247
- -
143
144
As llamaban los bretones a los daneses (el nombre significa pueblos negros).
- -
145
Encontramos aqu un trmino especfico para hacer referencia a la proteccin corporal (lluruc, RB,
151, loriga) y no el concepto genrico arueu (ver nota a Pwyll, prncipe de Dyvet). Adems una
descripcin precisa del tipo de loriga: de mallas clavadas, esto es, pequeas piezas o mallas que solan ir
clavadas en su parte central. Su traduccin correcta es malla y no anillo (Loth, Mab., I, 300), pues el
anillo no se clavaba, sino que se enlazaba. Para una tipologa de la cota de mallas o loriga, vase F.
Buttin, Du costume militaire au Moyen Age et pendant la Renaissance, Memorias de la Real Academia
de Buenas Letras de Barcelona, t. xci, 1971.240
255
Ver el relato Owein y Lunet o la Dama de la Fuente. Es el Yvain de Chrtien de Troyes. En este
relato aparece como propietario de cuervos. Una alusin a sus cuervos se encuentra en el relato de
Owein y Lunet
256
146
En el momento en que ms interesados estaban en el juego vieron salir de un pabelln blanco con la
punta roja y coronado con una imagen de serpiente negra de resplandecientes ojos rojos y venenosos y
de lengua roja y llameante a un joven escudero de cabellos rubios rizados y ojos azules, con la barba
recin afeitada, vistiendo una tnica de brocado amarillo, calzas de tela amarillo verdosas y zapatos de
cordobn moteado, cerrados en el tobillo con hebillas de oro. Llevaba una espada de empuadura de oro
de tres acanaladuras257 y la vaina era de cordobn negro y rematado en fino oro rojo. Se dirigi al lugar
donde el emperador Arturo y Owein estaban jugando al ajedrez y dirigi sus saludos a Owein. Este se
sorprendi mucho de que el escudero le saludara a l y no saludara al emperador Arturo. Arturo adivin
el pensamiento de Owein y le dijo:
-No te extrae que el escudero slo te salude a ti; a m me ha saludado antes y por lo dems es a ti al
que tiene que ver.
El escudero dijo entonces a Owein:
-Seor, has dado permiso para que los jvenes y escuderos del emperador Arturo se distraigan
acosando y molestando a tus cuervos? Si no has dado permiso, haz que el emperador Arturo se lo
impida.
-Seor -dijo Owein-, has odo lo que ha dicho este escudero? Si te place, impdeles que molesten a mis
cuervos.
-Contina tu partida -respondi Arturo.
Entonces el escudero volvi a su pabelln. Ellos terminaron la partida y empezaron una segunda.
Estaban hacia la mitad del juego cuando un joven de cabellos castaos y rizados, grandes ojos bien
formados y con la barba rasurada, sali de una tienda amarilla, coronada con una imagen de len rojo.
Vesta una tnica de brocado amarillo cosida con hilos de seda roja que le llegaba hasta el tobillo, y
llevaba calzas de fino buracn y zapatos de cordobn negro cerrados con broches de oro. Sostena en la
mano una espada grande y pesada de tres acanaladuras y la vaina era de piel de gamo roja, rematada en
oro. Se dirigi al lugar donde se encontraban Arturo y Owein jugando al ajedrez y salud a Owein. A
Owein le molest que el
saludo estuviera dirigido solamente a l, pero Arturo no se mostr ms contrariado que la primera vez.
El escudero dijo a Owein:
-Es contra tu voluntad que los escuderos del emperador Arturo estn hiriendo a tus cuervos, matando a
unos y molestando a otros? Rugale que se lo impida.
-Seor -dijo Owein a Arturo-, si te place, llama a tus hombres.
-Contina tu partida -respondi el emperador.
Y entonces el escudero regres a su pabelln. Acabaron aquella partida y comenzaron otra. Cuando
empezaron a mover las piezas, vieron a cierta distancia de ellos un pabelln amarillo moteado y
coronado con una imagen de guila en oro cuya cabeza estaba adornada con una piedra preciosa. Del
A chledyf eurdwern trwm tri chanawl (RB, 146). Loth traduce tri chanawl por troi tranchants (1,
303). Parece sin embargo, referirse a las tres acanaladuras que sola presentar un tipo de espada de hoja
ancha, y que apareci en Europa en la segunda mitad del siglo XIII. Ver abundantes ejemplos en E.
Oakeshott, The sword in the age of chivalry, London, Arms and Armour Press, 1981, p. 51 y SS
257
- -
147
pabelln sala un escudero de cabellos rubios y rizados, hermosos y bien arreglados, con una capa de
brocado verde y un broche de oro en el hombro derecho tan espeso como el dedo corazn de un
guerrero, con calzas de fina tela, zapatos de cordobn moteado y hebillas de oro. Tena aspecto noble,
rostro blanco, mejillas rojas y grandes ojos de halcn. Sostena en la mano una lanza con el asta amarilla
moteada y punta recin afilada, coronada con un vistoso estandarte.
El escudero se dirigi con aire irritado y paso precipitado hacia el lugar donde Arturo y Owein jugaban
inclinados sobre el ajedrez. Se dieron cuenta de que estaba furioso. No obstante salud a Owein y le
dijo que sus mejores cuervos haban sido matados y que los otros estaban tan heridos y haban sido tan
maltratados que ni uno solo poda levantar sus alas del suelo ms de una braza.
-Seor -dijo Owein-, llama a tus hombres.
-Juega, te lo ruego -respondi Arturo.
Entonces Owein dijo al escudero:
-Apresrate, y en el lugar donde la batalla sea ms dura enarbola el estandarte y que ocurra lo que Dios
quiera.
Y entonces el escudero se dirigi en seguida al lugar donde los cuervos sufran el ms duro ataque y
enarbol el estandarte. En cuanto estuvo alzado, stos se elevaron en el aire irritados, llenos de ardor y
de entusiasmo, para desplegar sus alas y reponerse de sus fatigas. Cuando hubieron recobrado su valor y
poderes mgicos, se abatieron con el mismo impulso sobre los
hombres que acababan de causarles clera, dolor y prdidas. A unos les arrancaron la cabeza, a otros los
ojos, a otros las orejas y a unos cuantos los brazos; levantaron a algunos en el aire y hubo gran agitacin
en el aire no slo por el batir de las alas y los graznidos exultantes de los cuervos, sino tambin por los
gritos de dolor de los hombres a los que mordan, lisiaban o
mataban. El tumulto era tan pavoroso que Arturo y Owein, inclinados sobre el tablero, lo oyeron.
Cuando levantaron los ojos, vieron venir a un caballero montado sobre un caballo tordo. El caballo era
de un color extraordinario: era gris oscuro, pero su pata derecha era roja y amarilla desde lo alto de sus
patas hasta la mitad del casco. Caballero y caballo iban protegidos con armas pesadas y extranjeras 258.
La cota de armas259 de su caballo era de cendal rojo desde el arzn delantero hasta arriba y de cendal
amarillo desde el arzn trasero hasta abajo. De la cadera del joven colgaba una espada de empuadura
de oro de un solo filo, en una vaina azul rematada en latn de Espaa. El cinto de la espada era de
cordobn negro, con placas doradas y la hebilla de marfil y negra la lengeta de la hebilla. Su yelmo de
oro260 se encontraba realzado por una piedra. preciosa de gran virtud y coronado con una figura de
leopardo amarillo-rojo, con dos resplandecientes piedras rojas en la cabeza. Incluso un guerrero, por
...aruen trymyon estronawl (RB, 156). Sobre el concepto arueu /n/, ver nota a Pwyll, prncipe de
Dyvet. La calificacin de tales armas como estronawl, posiblemente se deba a que la proteccin del
caballo con cota de mallas no apareci hasta finales del siglo XIII y el autor podra recogerlo como una
novedad del armamento (M. Watkin, La civilisation, p. 73).
259
cwnsallt (RB, 156). Colocada encima de la loriga, esta tnica adornada por lo general con colores del
escudo herldico recibe en castellano el nombre de sobrevista, sobreseales, y en francs cotte
d'armes (M, de Riquer, Las armas en el Amads, p. 400).
260
helym eureit (RB, 156). Aqu tambin el autor utiliza un trmino especfico para referirse a la
proteccin de la cabeza, y no el genrico arueu como en el mabinogi de Branwen para referirse a este
arma (ver nota a Branwen).
258
148
muy intrpido que fuera de corazn, habra temido mirar al leopardo y con mayor razn al caballero. En
la mano sostena una larga y pesada lanza con el asta verde y roja desde el puo para arriba. La punta de
la lanza era roja como la sangre de los cuervos en su plumaje. El caballero se dirigi al lugar donde
Arturo y Owein estaban jugando inclinados sobre el ajedrez y vieron que se acercaba a ellos, agotado y
encolerizado. El escudero salud a Arturo y le dijo que los cuervos de Owein estaban matando a sus
jvenes y escuderos. Arturo mir a Owein y le dijo:
-Llama a tus cuervos.
-Seor -respondi Owen-, contina tu juego.
Y jugaron. El caballero regres al lugar de la batalla, sin que nadie intentara detener a los cuervos.
Arturo y Owen jugaban ya desde haca un rato, cuando oyeron un gran tumulto: eran los gritos de
socorro de los hombres y los graznidos de los cuervos que elevaban sin esfuerzo en el aire a los
hombres, aplastndolos y desgarrndolos a picotazos y dejndolos caer a trozos sobre el suelo.
En esto vieron venir a un caballero montado sobre un caballo blanco y negro desde la pata izquierda
hasta la mitad del casco. Caballero y caballo iban cubiertos por pesadas y fuertes armas azuladas. La
cota de armas era de brocado amarillo cuadriculada con orlas verdes, mientras que la cota de su caballo
era negra con orlas amarillas. De su cadera colgaba una larga y pesada espada de tres acanaladuras y
vaina de cuero rojo; el cinto era de piel de ciervo de un rojo muy fresco, con muchas placas de oro y
hebilla de hueso de cetceo con lengeta negra. Su cabeza estaba cubierta por un yelmo de oro, con
zafiros mgicos y coronado con una figura de len amarillo-rojo, cuya roja lengua llameante salla un pie
fuera de la boca y cuyos resplandecientes ojos eran rojos y venenosos. El caballero avanz, sosteniendo
en la mano una gruesa lanza de asta de fresno y con la punta recin ensangrentada guarnecida de plata.
El escudero salud al emperador:
-Seor, tus escuderos jvenes y los hijos de los nobles de la isla de Bretaa han muerto. De ahora en
adelante no resultar fcil defender esta isla.
-Owein -dijo Arturo-, llama a tus cuervos.
-Seor -respondi-, contina la partida.
Terminaron la partida y comenzaron otra.
Hacia el final de la partida oyeron de pronto un gran tumulto, gritos de socorro de gentes armadas, los
graznidos y batimientos de alas de los cuervos en el aire y el ruido que hacan al caer al suelo las armas
y los trozos de hombres y caballos. En esto vieron a un caballero sobre un hermoso caballo negro y de
cabeza erguida, cuya pata izquierda era roja por arriba y la derecha blanca hasta el casco. Caballero y
caballo iban cubiertos con armas amarillas moteadas y con latn de Espaa. La cota de armas que les
cubra, a l y a su caballo, era mitad blanca, mitad negra, y las orlas prpura doradas. Por encima de la
cota se vea una resplandeciente espada de empuadura de oro, con tres acanaladuras; el cinto era de
tela de oro amarillo, con una hebilla negra de cejas de morsa y una lengeta de oro amarillo. En su
resplandeciente yelmo de latn amarillo haba piedras de cristal transparente y estaba coronado por una
figura de grifo y su cabeza se adornaba con una piedra mgica. En la mano sostena una lanza de asta de
fresno redonda, pintada en azul, con la punta recin ensangrentada guarnecida de plata. Se dirigi muy
irritado al lugar donde estaba Arturo y le dijo que los cuervos haban matado a las gentes de su casa y a
los hijos de los nobles de la isla y le rog que ordenara a Owein llamar a sus cuervos. Arturo rog a
Owein que detuviera a sus cuervos. Entonces Arturo aplast las piezas de oro que haba en el tablero
- -
149
hasta el punto de reducirlas a polvo. Owein orden a Gwres, hijo de Reget, que bajara el estandarte; lo
baj en seguida y se restableci la paz por doquier.
Entonces Rhonabwy pregunt a Iddawc quines ran:los tres primeros hombres que haban ido a decir a
Owein que estaban matando a sus cuervos.
-Son hombres que estaban afligidos por las prdidas de Owein, jefes como l y compaeros: Selyv, .hijo
de Kynan Garwyn (Piernas Blancas), de Powys; Gwgawn Gleddyvrudd (Espada Roja) y Gwres, hijo de
Reget, el hombre que lleva el pendn los das de combate y de batalla -respondi Iddawc.
-Quines son los tres que han venido despus a decirle a Arturo que los cuervos mataban a sus gentes?
-Los mejores y ms bravos hombres, a quienes ms indigna cualquier prdida de Arturo: Blathaon, hijo
de Mwrheth; Ruvawn Pebyr, hijo de Deorthach Wledig, y Hyveidd Unllen (Una Capa).
En aquel momento llegaron veinticuatro caballeros de parte de Osla Gyllellvawr (Gran Cuchillo) a pedir
a Arturo una tregua de un mes y quince das. Arturo se levant y fue a mantener consejo. Se dirigi al
lugar donde, a poca distancia de l, se encontraba un gran hombre de cabellos castaos y rizados y
orden que acudieran all sus consejeros: Betwin el obispo; Gwarthegyt, hijo de Kaw; March, hijo de
Meirchawn; Kradawc Vreichvras (Brazo Fuerte); Gwalchmei, hijo de Gwyar; Edern, hijo de Nudd;
Ruvawn Pebyr, hijo de Deorthach Wledic; Riogan, hijo del rey de Iwerddon; Gwenwynnwyn, hijo de
Nav; Howel, hijo de Emyr Llydaw; Gwilim, hijo del rey de Francia; Danet, hijo de Oth; Goreu, hijo de
Kustenin; Mabon, hijo de Modron; Peredur Paladyr Hir (Lanza Larga); Hyveidd Unllen (Una Capa);
Twrch, hijo de Perif; Nerth, hijo de Kadarn; Gobryw, hijo de Echel Vorddwyt-Twll (Gran Cadena);
Gweir, hijo de Gwestel; Adwy, hijo e Gereint; Drystan, hijo de Tallwch; Moryen Manawc; Granwen,
hijo de Llyr; Llacheu, hijo de Arturo; Llawvrodedd Varvawc (el Barbudo); Kadwr, conde de Kernyw;
Morvran, hijo de Teig; Ryawd, hijo de Morgant; Dyvyr, hijo de Alun Dyvet; Gwrhyr Gwalstawt
Ieithoedd (Intrprete de Lenguas); Addaon, hijo de Telyessin; Liara, hijo de Kasnar Wledic; Fflewddur
Fflam; Greidyawl Galldovydd; Gilbert, hijo de Katgyvro; Menw, hijo de Teirgwaedd; Gyrthmwl
Wledic; Kawrda, hijo de Karadawc Vreichvras (Brazo Fuerte); Gildas, hijo de Kaw; Kadyrieith, hijo de
Saidi y muchos guerreros de Llychlyn (Escandinavia), de Denmarc (Dinamarca), y muchos hombres de
Grecia; buen nmero de gentes del ejrcito tomaron tambin parte en aquel consejo.
-Iddawc -dijo Rhonabwy-, quin es el hombre moreno de cabellos castaos junto al que acaban de
acudir todos?
-Es Run261, hijo de Maelgwn de Gwynedd, un hombre con tal autoridad que todos acuden a pedirle
consejo.
-Cmo es posible que se haya admitido a un hombre tan joven como Kadyrieith, hijo de Saidi, en un
consejo de hombres de tan alto rango como los que estn all?
-Porque no hay en Bretaa un hombre cuyo consejo tenga ms poder que el suyo.
En esto llegaron bardos262 a cantar para Arturo. Pero ninguno de los hombres de los que all estaban,
salvo Kadyrieith, pudo comprender nada, excepto que se trataba de un canto de alabanza para Arturo.
Uno de los tres gwyndeysn o tres reyes benditos, junto con Owein, hijo de Uryen y Ruawn Pebyr
(Loth, Mab., 1, 313).
262
Ver nota al mabinogi Math, hijo de Mathonwy.
261
150
Entonces llegaron veinticuatro asnos con cargas de oro y plata, conducidos cada uno de ellos por un
hombre fatigado, que traa a Arturo el tributo de las islas de Grecia. Kadyrieith, hijo de Saidi, opin que
se deba conceder a Osla Gyllellvawr una tregua de un mes y quince das y que los asnos que traan el
tributo, deberan entregarse con su carga a los bardos como recompensa, y que al final de la tregua se
les pagaran sus cantos. Estuvieron de acuerdo con aquel consejo.
-Rhonabwy -dijo Iddawc-, no habra resultado injusto impedir a un joven que ha dado tan generoso
consejo que fuera al consejo de su seor?
En aquel momento Kei se levant y dijo:
-Que todos los que quieran seguir a Arturo estn con l esta noche en Kernyw; y quienes no lo deseen,
se enfrenten a Arturo al final de la tregua.
Se produjo tal tumulto que Rhonabwy despert y cuando se despert, se encontr sobre la piel de
ternero amarillo despus de haber dormido tres noches y tres das.
Esta historia se llama el Sueo de Rhonabwy. Bardo o relator de cuentos no puede saber el Sueo sin
libro a causa del gran nmero de colores de los caballos, la variedad de colores raros de las armas,
vestimenta, capas preciosas y piedras mgicas.
- -
151
PARTE TERCERA
152
La Dama De La Fuente
El emperador Arturo se encontraba en Kaer
Llion, junto al Wysc263. Un da estaba sentado en
su habitacin en compaa de Owein, hijo de
Uryen264; de Kynon265, hijo de Klydno, y de Kei
266
hijo de Kynyr, y Gwenhwyvar267, y sus
doncellas cosan junto a la ventana. Se deca que
haba un portero en la corte de Arturo, pero en
Con respecto a Arturo, ver nota a Kulhwch y Olwen. En las Tradas de la Myvyrian arch. of
Wales se mencionan las tres cortes principales de Arturo: Caer Llion junto al Wysc (Usk) en Kymry
(Gales); Kelliwig en Kernyw (Cornualles) y Penrhyn Rhionedd en el Norte (Loth, Mab., II, 261).
264
Ver nota al Sueo de Rhonabwy. El padre de Owein (Yvain) era el histrico rey de Rheged (en el
sur de Escocia). A finales del siglo VI venci a los hijos de Ida, rey de Bernicia y muri, segn
Nennius, en la expedicin contra Deodric (R. S. Loomis, Arthurian Tradition and Chrtien de Troyes, p.
269). El relato gals de Owein (La dama de la fuente) sigue en lneas generales la trama argumental del
Chevalier au lion, de Chrtien de Troyes, aunque con todo existen notables diferencias entre la versin
galesa y el roman francs (ver el texto de Chrtien en la edicin de W. Foerster, t. II, Halle, 1887, o en
M. Roques, IV, Pars, 1960 (Classiques franais du Moyen ge). La relacin y diferencias entre ambos
relatos se ponen claramente de manifiesto en el estudio de J. Frappier, Etude sur Yvain, pp. 281 y ss.
Asimismo, ver una completa comparacin de todas las versiones de este relato en R. L. Thomson,
Owein or Chwedyl Iarlles y Flynnawn, The Dublin Inst. for Advanced Studies, 1975 (Intr., pp. xxii-lvi).
265
En las Tradas de la Myvyrian arch. of Gales, Kynon aparece como uno de los tres enamorados de la
isla de Prydein, junto con Caswallawn y Tristan. Aparece como amante de Morvudd, hija de Uryen
(Trada, 81; Loth, Mab., II, 261); tambin se le cita como uno de los tres caballeros del consejo de la
corte de Arturo (Trada, 97; Loth, Mab., II, 267). En la versin galesa, Kynon es quien relata la aventura
de la Fuente, mientras que en el roman de Chrtien, ser Calogrenante, primo de Yvain, quien cuente tal
aventura (J. Frappier, Etude sur Yvain, p. 24 y ss.).
266
Ver nota a Kulhwch y Olwen
267
Ver nota a Kulhwch y Olwen.
263
- -
153
realidad no haba ninguno: Glewlwyt Gavaelvawr268 (Garra Poderosa) cumpla esta funcin: reciba a
los huspedes y a las gentes que venan de lejos, les renda los primeros honores, les haca conocer las
maneras y los usos de la corte; indicaba la sala y la cmara a los que tenan derecho a entrar en ellas y la
habitacin a los que tenan derecho de alojamiento. En medio de la cmara estaba sentado el emperador
Arturo sobre un asiento de juncos verdes y un cobertor de brocado amarillo rojo, y su codo descansaba
sobre un cojn con funda de brocado rojo.
-Seores -dijo Arturo-, si no os burlis de m, dormir con mucho gusto mientras espero mi comida.
Vosotros podis hablar, beber aguamiel y comer rodajas de carne que os dar Kei.
Y el emperador se durmi.
Kynon, hijo de Klydno, pidi a Kei lo que el emperador les haba prometido.
-Pero primero quiero el relato que me ha sido prometido -dijo Kei.
-Seor -dijo Kynon-, lo mejor que puedes hacer es cumplir la promesa de Arturo, despus te contaremos
el mejor relato que sepamos.
Kei se fue a la cocina y a la bodega y volvi con cantarillos de aguamiel, un cubilete de oro y el puo
lleno de asadores con rodajas de carne. Cogieron las rodajas y se pusieron a beber aguamiel.
-Ahora -dijo Kei- me pagaris contndome el relato.
-Kynon -dijo Owein-, paga a Kei con tu relato.
-En verdad -dijo Kynon-, t eres hombre ms viejo que yo, mejor relator de cuentos y has visto cosas
ms extraordinarias: paga a Kei con tu relato.
-Empieza t con las cosas ms maravillosas que conozcas -dijo Owein.
-Empezar -dijo Kynon.
Era hijo nico de padre y madre y era fogoso, y grande era mi presuncin. No crea que existiera en el
mundo nadie que pudiera superarme en ninguna proeza. Despus de llevar a cabo todas las que se me
presentaron en mi pas, hice mis preparativos y me puse en marcha hacia los confines del mundo y a las
tierras salvajes. Al final llegu al valle ms hermoso del mundo, cubierto de rboles de igual tamao,
atravesado en toda su longitud por un ro de aguas rpidas. Un camino costeaba el ro y lo segu hasta el
medioda y continu por el otro lado hasta la hora de nonas. Llegu entonces a una vasta llanura, en
cuyo extremo haba un resplandeciente castillo fortificado, baado por las olas. Me dirig hacia el
castillo y all vi a dos jvenes con los cabellos rubios rizados y una diadema de oro en la cabeza; vestan
una tnica de brocado amarillo y calzaban zapatos de cordobn nuevo con dos hebillas de oro; en la
mano llevaban un arco de marfil cuyas cuerdas eran de nervios de ciervo, y las flechas y las lanzas de
hueso de cetceos, con plumas de pavo real y las puntas de las lanzas eran de oro. Las hojas de sus
cuchillos eran de oro y el mango de hueso de cetceo. Estaban lanzando sus cuchillos. A poca distancia
de ellos vi a un hombre con los cabellos rubios rizados y barba recin afeitada. Iba vestido con una
tnica y una capa de brocado amarillo; un ribete de hilo de oro bordeaba su capa. Calzaba altos zapatos
Aparece tambin en el relato de Kulhwclh y Olwen cumpliendo la funcin de portero de Arturo
cada primero de enero.
268
154
de cordobn moteado, cerrados con dos hebillas de oro. En cuanto lo vi, me acerqu a l con la
intencin de saludarle, pero era un hombre tan corts que su saludo precedi al mo. Me acompa al
castillo.
No haba all otros habitantes que los que se encontraban en la sala. Veinticuatro doncellas cosan la
seda junto a la ventana y te dir, Kei, que no creo equivocarme al afirmar que la ms fea de entre ellas
era ms bella que la joven ms bella que hayas visto en la isla de Bretaa; la menos bella era ms
encantadora que Gwenhwyvar, la mujer de Arturo, cuando est ms hermosa, el da de Navidad o el da
de Pascuas para la misa. Se levantaron a mi llegada y seis de ellas cogieron a mi caballo y me quitaron
las botas; otras seis cogieron mis armas y las lavaron en un estanque de tal modo que no se poda ver
nada ms blanco, un tercer grupo de seis doncellas puso los manteles sobre las mesas y prepar la
comida. El cuarto grupo de seis doncellas me quit mis ropas de viaje y me dio otras: camisa, calzas,
tnica, cota de armas y capa de brocado amarillo con anchos galones. Extendieron debajo de nosotros y
a nuestro alrededor numerosos cojines con fundas de fina tela roja. Nos sentamos. Las seis que se
haban encargado de mi caballo, le quitaron todos sus aparejos y lo hicieron tan bien como el mejor
escudero de la isla de Bretaa. En seguida nos trajeron cuencos de plata para lavarnos y servilletas de
tela fina, unas verdes y otras blancas; y as nos lavamos. El hombre del que he hablado antes, se sent a
la mesa y yo me sent a su lado y todas las doncellas junto a m, a excepcin de las que servan. La
mesa era de plata y los manteles de tela fina; en cuanto a los vasos que haba en la mesa, no haba uno
que no fuera de oro, de plata o de cuerno de buey salvaje. Nos trajeron nuestra comida y puedes estar
seguro, Kei, que no haba bebidas ni manjares por m conocidos que no fueran all servidos, con la
diferencia de que tales manjares y bebidas estaban mucho mejor preparados que en cualquier otro lugar.
Llegamos a la mitad de la comida, sin que el hombre o las doncellas me hubieran dicho palabra.
Cuando a mi husped le pareci que estaba ms dispuesto a hablar que a comer, me pregunt quin era.
Le dije que me alegraba de encontrar a alguien con quien conversar y que el nico defecto que vea en
su corte era la falta de conversacin.
-Sor -dijo-, habramos hablado contigo si no hubiramos temido molestarte en tu comida. Ahora
conversaremos contigo.
Le hice saber quin era y cul era el objetivo de mi viaje: quera encontrar a alguien que pudiera
vencerme o yo vencer a todos. Me mir, sonri y me dijo:
-Si no creyera que iban a ocurrirte demasiados males te indicara lo que buscas.
Conceb gran pena y gran dolor. Lo reconoci en mi rostro y me dijo:
-Puesto que prefieres que te aconseje algo malo en 'lugar de algo bueno, lo har: duerme aqu esta
noche. Levntate maana temprano, sigue el camino por el que viniste a travs del valle hasta que
llegues al bosque. A cierta distancia del bosque encontrars un atajo a la derecha. Sguelo hasta un
claro; en el centro se eleva una colina, en lo alto de la cual vers a un gran hombre negro, tan grande al
menos como dos hombres de este mundo; tiene un solo pie y un solo ojo en medio de la frente; en la
mano lleva una maza de hierro y puedes estar seguro que esa maza pesa ms que dos hombres juntos.
No es un hombre temible, sino tan slo de horrible aspecto. Es el guarda del bosque y vers a mil
animales salvajes a su alrededor. Pregntale por el camino que conduce fuera del claro. Se mostrar
hurao contigo, pero te indicar un camino que te permitir encontrar lo que buscas.
Aquella noche me pareci larga. Al da siguiente por la maana, me levant, me vest, mont a caballo
y atraves el valle y el bosque; segu el atajo hasta el claro. Al llegar all, me pareci ver al menos tres
- -
155
veces mayor cantidad de animales salvajes de los que me haba dicho mi husped. El Hombre Negro'269
estaba sentado en la cima de la colina y era mucho ms grande de lo que me haba dicho mi husped.
Puedes estar seguro, Kei, de que la maza de hierro que segn l pesaba ms que dos hombres, pesaba en
realidad ms que cuatro guerreros. El Hombre Negro la sostena en la mano. Le salud, pero slo me
respondi con descortesas. Le pregunt qu poder tena sobre aquellos animales.
-Te lo mostrar, hombre pequeo -dijo.
Y cogi su maza y descarg un buen golpe sobre un ciervo. Este lanz un gran bramido y de inmediato
acudieron a su voz tantos animales como estrellas hay en el firmamento, de tal modo que me resultaba
difcil seguir de pie en medio de todos ellos en aquel claro. Haba all serpientes, leones, vboras y toda
especie de animales. Lanz la mirada sobre ellos y les orden ir a pastar. Bajaron la cabeza y le
testimoniaron la misma obediencia que humildes hombres demostraran a su seor.
-Ves, hombre pequeo, el poder que tengo sobre estos animales? -me dijo entonces el Hombre Negro.
Le pregunt por el camino. Se mostr rudo, pero no obstante me pregunt dnde quera ir. Le dije
quin era y lo que quera. Entonces me lo mostr y me dijo:
-Coge el camino del final del claro y marcha en direccin de aquella colina rocosa. Cuando llegues a la
cima, vers una llanura, una especie de gran valle regado. En el centro vers un gran rbol y sus ramas
son ms verdes que el ms verde de los abetos. Bajo el rbol hay una fuente, y en el borde de la fuente
una losa de mrmol sobre la cual hay un recipiente de plata sujeto por una cadena de plata de modo que
no se puede arrancar270. Coge el recipiente, llnalo de agua y chala sobre la losa. En seguida oirs un
trueno y te parecer que cielo y tierra tiemblan; despus del trueno vendr un aguacero muy fro y slo
con esfuerzo podrs soportarlo y salvar la vida: ser un aguacero de granizo. Despus del aguacero har
buen tiempo. No habr en el rbol ni una sola hoja que el aguacero no se haya llevado; despus de esto
vendr una bandada de pjaros que se posarn en el rbol; jams habrs odo en tu pas una msica
comparable a su canto. Y cuando ms extasiado ests con su canto, oirs llegar hasta ti gemidos y
quejas procedentes del valle y de inmediato se te aparecer un caballero montado sobre un caballo
negro, vestido de brocado negro; y con una lanza cuyo pendn es de tela fina negra. Te atacar con la
mayor rapidez posible y si huyes ante l, te alcanzar; si le esperas, pasars de ser caballero a ser
hombre a pie. Si esta vez no encuentras sufrimiento, es intil que lo busques mientras ests con vida.
Segu el camino hasta la cima de la colina, desde donde vi lo que me haba anunciado el Hombre
Negro. Fui hasta el rbol y debajo vi la fuente con la losa de mrmol y el cuenco de plata atado a la
cadena. Cog el cuenco y lo llen de agua que derram sobre la losa. Y en seguida el trueno, mucho ms
fuerte de lo que me haba dicho el Hombre Negro, y despus el ruido del aguacero. Estaba
Este personaje ha sido asimilado al dios Curoi que en la mitologa celta asuma funciones distintas e
incluso contradictorias, ya que se poda presentar como adversario o como husped. De ah que el
gigante se haya entendido como un desdoblamiento del husped que recibe en el castillo a Kynon y
posteriormente a Owein. La interpretacin del Hombre Negro como el dios Curo tambin se debe a
que ste sola presentarse como pastor (de ah que este personaje del Owein se relacione con el pastor
Kustenin de Kulhwch) y con aspecto terrorfico y monstruoso. El personaje es interpretado como
guardin de las maravillas del Otro Mundo (ver J. Frappier, Etude sur Yvain, p. 93 y ss.).
270
El episodio guarda estrecha relacin con la aventura de Pryderi y Rhiannon en el mabinogi de
Manawyddan, hijo de Llyr. La fuente de Yvain se sita en el bosque de Brocelandia (actualmente el
bosque de Paimpont) donde se encuentra todava la fuente conocida como la fuente de Barenton (J.
Frappier, Etude sur Yvain, p. 85).
269
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completamente convencido, Kei, de que ni hombre ni animal alguno escapara con vida de aquel
aguacero. Ni un solo granizo se detena ante la piel o la carne, sino que penetraba hasta el hueso. Volv
grupas a mi caballo contra el aguacero, coloqu la punta de mi escudo sobre la cabeza de mi caballo y
sobre sus crines, puse la gualdrapa sobre mi cabeza y soport as el aguacero. Ech una mirada al rbol
y no haba ni una hoja. Entonces el temporal se apacigu y los pjaros se posaron en el rbol y
empezaron a cantar; y estoy seguro, Kei, de jams haber odo, ni antes ni despus, canto tan maravilloso
como aqul. Cuando ms extasiado estaba en su canto, me llegaron las quejas procedentes del valle y
una voz me dijo:
-Caballero, qu queras de m? Qu mal te he hecho para que me hayas causado tantos daos a m y a
mis dominios en el da de hoy? No sabes que el aguacero no ha dejado con vida en mis dominios a
ningn hombre ni a ningn animal?
Despus de esto se present el caballero sobre un caballo negro, vestido de brocado negro, con un
pendn de fina tela negra. Nos enfrentamos y el encuentro fue duro y pronto fui derribado. El caballero
pas el asta de su lanza a travs de las riendas de mi caballo y se fue con los dos caballos, dejndome
all. Ni siquiera me hizo el honor de hacerme prisionero, ni tampoco me despoj.
Regres por el camino que ya haba seguido antes. Encontr al Hombre -Negro en el claro y te
confieso, Kei, que fue un milagro que no me fundiera de vergenza al or las burlas del Hombre Negro.
Aquella noche llegu al castillo donde haba pasado la noche anterior. All se mostraron an ms
corteses que la noche anterior, me prepararon buena comida y pude conversar a mi gusto con hombres y
mujeres. Nadie hizo la menor alusin a mi expedicin a la fuente. Yo tampoco dije ni palabra a nadie.
All pas la noche. Al levantarme al da siguiente por la maana, encontr un palafrn castao oscuro,
con resplandecientes crines rojas, tan rojas como el kenrt271, completamente equipado. Despus de
armarme, les di mi bendicin y regres a mi corte. Todava conservo el caballo; est en el establo y por
Dios y por m, Kei, no lo dara ni por el mejor palafrn de la isla de Bretaa. Dios sabe que nadie ha
confesado jams por s mismo una aventura ms infeliz que sta. Y, no obstante, me resulta extrao no
haber odo hablar a nadie, ni antes ni despus, de esta aventura, a excepcin de lo que acabo de contar, y
que nadie la conozca, aunque haya tenido lugar en los dominios del emperador Arturo.
-Seores -dijo Owein-, no sera necesario ir a ese lugar?
-Por la mano de mi amigo -dijo Kei-. No es la primera vez que tu lengua propone lo que tu brazo no
har.
-En verdad -exclam Gwenhwyvar-, ms te valdra verte colgado que decir esas palabras tan ultrajantes
con respecto a un hombre como Owein.
-Por la mano de mi amigo, seora, nunca has alabado ms a Owein de lo que no lo haya hecho yo
mismo -respondi272.
En ese momento Arturo se despert y pregunt si haba dormido mucho tiempo.
-No poco, seor -dijo Owein.
Se trata de una especie de musgo utilizado para colorear en rojo (Loth, Mab., 11, 13).
Se trata de un pasaje cuyo sentido todava no se ha aclarado suficientemente. Los traductores (Jones
y Loth) han interpretado la respuesta de Kei como ambigua y contradictoria con sus palabras anteriores;
R. L. Thomson (Owein, cit.) seala que no parece ser sta la traduccin precisa (p. 45), aunque no
ofrece otra solucin al texto nyt mwy o volyant y Owein a dywedeist di no minneu (10, 225).
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la piel, la carne y el hueso hasta el cerebro. El Caballero Negro sinti que estaba mortalmente herido,
volvi grupas y huy. Owein lo persigui, y si bien no le poda alcanzar con su espada, lo segua de
cerca. Vio una resplandeciente ciudad amurallada y llegaron a la entrada. Dejaron entrar al Caballero
Negro, pero hicieron caer sobre Owein el rastrillo, que alcanz el arzn trasero de la silla, de modo que
parti el caballo en dos, arranc las rosetas de las espuelas de Owein y slo se detuvo en el suelo. Fuera
quedaron las rosetas de las espuelas y un trozo del caballo y Owein con el resto del caballo entre las dos
puertas. La puerta interior se cerr, de modo que Owein qued aprisionado.
Se encontraba en el mayor apuro cuando vio a travs de la juntura de la puerta una calle frente a l con
una fila de casas a ambos lados y a una joven con los cabellos rubios rizados, la cabeza adornada con
una diadema de oro, vestida con brocado amarillo y los pies calzados con zapatos de cordobn
moteados, dirigindose hacia la entrada. Le pidi que le abriera.
-En verdad, seora -dijo Owein-, es tan imposible abrirte desde aqu como que t me liberes desde all.
-Es realmente una gran lstima que no te pueda liberar -dijo la doncella-. El deber de una mujer sera
rendirte servicio. Con toda seguridad jams he visto a un joven mejor que t para una mujer. Si tuvieras
una amiga, seras el mejor de los amigos; si tuvieras una amante, no habra mejor amante que t. Har
todo lo que pueda para sacarte de este apuro. Coge este anillo y ponlo en tu dedo. Vuelve el engaste
hacia el interior de tu mano y cirrala. Mientras lo ocultes, l tambin te ocultar. Cuando hayan
deliberado, acudirn para encerrarte y matarte por causa del caballero. Se irritarn mucho cuando no te
encuentren. Yo estar en aquel montador de piedra esperndote. T me vers sin que yo te vea. Ven
hacia m y pon tu mano sobre mi hombro; as sabr que ests ah y sgueme donde vaya.
En esto, ella dej a Owein.
El hizo todo lo que la doncella le haba ordenado. Los hombres de la corte fueron a buscar a Owein para
darle muerte, pero slo encontraron la mitad de su caballo y esto les enfureci mucho. Owein se escap
en medio de ellos, se dirigi hacia la doncella y puso la mano sobre su hombro. Ella empez a andar
seguida de Owein y llegaron a la puerta de una cmara grande y hermosa. Ella abri, entraron y cerraron
la puerta. Owein pase su mirada por toda la estancia: no haba ni un solo clavo que no estuviera
pintado de un bello color, ni panel que no estuviera cubierto de imgenes doradas. La doncella encendi
un fuego de carbn, cogi un recipiente de plata con agua y una servilleta de fina tela blanca y la puso
sobre su hombro y ofreci a Owein el agua para que se lavara. Seguidamente coloc delante de ella una
mesa de plata dorada, cubierta por un mantel de fina tela amarilla, y le trajo la cena. No haba all
manjares conocidos por Owein que no hubiera en abundancia, con la diferencia de que los manjares que
vea estaban mucho mejor preparados que en cualquier otro lugar. En ninguna parte haba visto ofrecer
tantas excelentes comidas y bebidas como all. Ni un solo vaso que no fuera de oro o plata. Owein
comi y bebi hasta la hora de nonas. Despus oyeron grandes gritos en el castillo. Owein pregunt a la
doncella qu eran aquellos gritos:
-Estn dando la extremauncin al seor del castillo -dijo ella.
Owein fue a acostarse. El lecho que le hizo la doncella, de tejidos escarlatas, de brocado, cendal y tela
fina, era tan rico que habra sido digno de Arturo.
Hacia medianoche oyeron agudos gritos.
cit., pp. 46-47).
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Klydno, les serva de gua. Llegaron al castillo fortificado donde haba estado Kynon: los jvenes
estaban lanzando sus cuchillos en el mismo lugar, el hombre rubio estaba de pie junto a ellos. En cuanto
vio a Arturo le salud e invit. Arturo acept la invitacin. Se dirigieron al castillo. A pesar de que la
hueste era grande, no se notaba su presencia en el castillo. Las doncellas, se levantaron para servirles.
Siempre haban notado defectos en los servicios, pero nada pudieron decir del servicio de las doncellas.
Aquella noche, los palafreneros no fueron peor servidos que Arturo en su propia corte.
Al da siguiente por la maana, Arturo se puso en marcha, con Kynon como gua. Llegaron al lugar
donde estaba el Hombre Negro y su estatura le pareci a Arturo an mayor de lo que le haban dicho.
Subieron hasta la cima de la colina, y siguieron el valle hasta el rbol verde y vieron la fuente y el
recipiente sobre la losa. Entonces Kei fue a ver a Arturo y le dijo:
-Seor, conozco perfectamente el significado de esta aventura y te ruego que me dejes tirar el agua
sobre la losa y soportar la desventura que pueda ocurrir.
Arturo se lo permiti. Kei tir el agua sobre la losa y en seguida retumb el trueno y despus del trueno
vino el aguacero. Nadie haba odo jams ruido ni aguacero semejante. El aguacero mat a muchos
sirvientes del squito de Arturo. Tan pronto como ces la tormenta, el cielo se aclar. Cuando
levantaron los ojos hacia el rbol no vieron ni una sola hoja. Los pjaros se posaron en el rbol; con
toda seguridad, jams haban odo msica comparable a su canto. En esto vieron a un caballero montado
en un caballo negro vestido de brocado negro que se acercaba velozmente. Kei fue a su encuentro y
combati con l. El combate no fue largo: Kei fue derribado. El caballero levant su pabelln y Arturo
y sus gentes hicieron lo mismo aquella noche.
Al levantarse al da siguiente por la maana, vieron la ensea del combate en la lanza del caballero. Kei
fue a ver a Arturo:
-Seor -dijo-, ayer fui derribado injustamente; te complacera que hoy fuera a combatir con el
caballero?
-Te lo permito -dijo Arturo.
Kei se dirigi hacia el caballero, que en seguida lo derrib al suelo. Luego le lanz una mirada y le
golpe con el extremo de su lanza en la frente de tal modo que le rompi el yelmo y almfar y penetr
en la piel y la carne hasta el hueso en toda la punta de la lanza. Kei regres junto a sus compaeros.
Entonces las gentes de la casa de Arturo fueron uno a uno a combatir con el caballero hasta que slo
quedaron en pie Arturo y Gwalchmei. Arturo se arm para ir a luchar contra el caballero. Gwalchmei le
dijo:
-Oh, seor, djame ir a m primero a luchar con el caballero!
Y Arturo le dio permiso. Fue a combatir con el caballero, vestido l y su caballo con una tnica de
brocado que le haba enviado la hija del conde de Anjou. Por esta razn nadie del ejrcito le reconoci.
Aquel da se enfrentaron y combatieron hasta la noche y, sin embargo, ninguno de ellos estuvo cerca de
derribar el otro al suelo.
Al da siguiente fueron a combatir con lanzas gruesas, pero ninguno de ellos pudo vencer al otro. Al
tercer da fueron a combatir con resistentes lanzas, gruesas y fuertes. Inflamados por la clera,
combatieron hasta el medioda y finalmente chocaron de forma tan violenta que las cinchas de sus
- -
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caballos se rompieron y ambos rodaron por encima de las grupas de sus caballos al suelo. Se levantaron
rpidamente, desenvainaron sus espadas y combatieron y todos los de la hueste se convencieron de que
jams haban visto a hombres tan valientes ni tan fuertes. Si la noche hubiera sido oscura, se habra
iluminado por el fuego que surga de sus
armas. Finalmente el caballero dio a Gwalchmei tal golpe, que apart el yelmo 277 de su rostro y pudo
reconocer a Gwalchmei.
-Seor Gwalchmei -dijo entonces Owein-, no te reconoca a causa de tu tnica; t eres mi primo
hermano. Toma mi espada y mis armas.
-Te corresponden a ti, Owein -respondi Gwalchmei-, t has vencido, toma mi espada.
-Seor -dijo Owein-, es l el vencedor, y no quiere mi espada.
-Dadme vuestras espadas -dijo Arturo-, y as ninguno de vosotros habr vencido al otro.
Owein ech los brazos alrededor del cuello de Arturo y se besaron. En esto toda la hueste corri hacia
ellos y se apresuraron tanto para ver y abrazar a Owein que poco falt para que hubiera muertos.
Y aquella noche todos fueron a sus pabellones.
Al da siguiente Arturo manifest la intencin de ponerse en camino.
-Seor -dijo Owein-, no obras con justicia. Hoy hace tres aos que te dej y esta tierra me pertenece.
Desde entonces hasta ahora he estado preparando un banquete en tu honor. Saba que vendras en mi
bsqueda. Vendrs conmigo para reponerte de tu fatiga, t y tus hombres. Os podris baar.
Y todos juntos se dirigieron al castillo de la Dama de la Fuente y el festn que haba sido preparado
durante tres aos, fue consumido en tres meses. jams banquete les pareci ms agradable ni mejor.
Entonces Arturo pens en partir y envi mensajeros a la condesa para pedirle que dejara ir a Owein con
l, para que los nobles y las damas de la isla de Bretaa pudieran estar con l durante tres meses, y la
condesa dio su permiso, a pesar de la pena que experimentaba por ello.
Owein se fue con Arturo a la isla de Bretaa. Una vez estuvo con sus parientes y compaeros
permaneci all tres aos en lugar de tres meses.
Un da se encontraba Owein sentado a la mesa en la corte del emperador Arturo de Kaer Llion, junto al
Wysc, cuando una joven se present montada sobre un caballo bayo con las crines rizadas que le
llegaban hasta el suelo. Vesta brocado amarillo. Las bridas y todo lo que poda ver de la silla era de
oro. Avanz hasta Owein y le quit el anillo que llevaba en el dedo.
-Es as como se trata a un embustero y a un traidor sin palabra. Caiga la vergenza sobre tu barba! -dijo
ella.
Volvi grupas y se march. El recuerdo de su aventura volvi a Owein y se apoder de l gran tristeza.
Terminada la comida, se retir a su estancia y all pas la noche con gran turbacin.
Ello confirmara nuestra interpretacin de que posiblemente se trate de un yelmo cerrado en forma de
tonel
277
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Al da siguiente se levant, pero no se dirigi a la corte, sino a los confines del mundo y a las montaas
desiertas. Y err hasta que sus ropas perecieron y su cuerpo estuvo a punto de perecer y largos pelos
creceron por todo su cuerpo. Se acompa de animales salvajes y comi con ellos, hasta que se
acostumbraron a l. Pero al final se debilit tanto que no pudo seguirles. Descendi de las montaas
hasta el valle y se encamin hacia un jardn, el ms bello del mundo, que perteneca a una condesa
viuda.
Un da la condesa y sus doncellas fueron a pasearse junto a un lago que haba en el jardn y vieron una
forma y figura de hombre. Tuvieron cierto miedo, pero, no obstante, se acercaron a l, lo tocaron y lo
examinaron. Estaba cubierto de bichos y se quejaba por el calor del sol. La condesa volvi al castillo y
llen una botella de ungento precioso que dio a una de sus doncellas dicindole:
-Ve junto a ese hombre y lleva este caballo y estas ropas que pondrs a su alcance. Frtale con este
ungento en la direccin de su corazn. Si an hay vida en l, este ungento le har levantarse. Qudate
para vigilar lo que hace.
La doncella fue al lugar donde estaba el hombre. Extendi sobre l el ungento y dej el caballo y las
ropas al alcance de su mano. Se alej un poco de l, se escondi y lo vigil. Al cabo de poco tiempo vio
cmo se rascaba los brazos, se incorporaba y miraba su piel. Sinti vergenza por su aspecto tan
horrible. Al ver el caballo y la ropa, se arrastr hasta que pudo coger la ropa de la silla y vestirse. Con
gran esfuerzo pudo montar en el caballo. Entonces apareci la doncella y le salud. El la salud a su vez
y le pregunt de quin eran aquellos dominios y cul era aquel lugar.
-Aquel castillo pertenece a una condesa viuda -dijo ella-. Cuando muri su marido, le dej dos
condados y ahora no posee otro bien ms que esa residencia: todo lo dems le ha sido arrebatado por un
joven conde, su vecino, porque no ha querido convertirse en su mujer.
-Es triste -dijo Owein.
Y la joven y l se dirigieron al castillo.
Owein desmont y la joven le condujo a una habitacin confortable, encendi el fuego y lo dej all.
Luego acudi junto a la condesa y le devolvi el frasco.
-Doncella -dijo la dama-, dnde est el ungento?
-Lo he utilizado todo -respondi.
-Me resulta difcil reprocharte algo. Sin embargo, no ha sido muy acertado gastar un ungento de ciento
veinte libras para un hombre que no conozco. A pesar de todo, srvele todo lo que necesite de modo que
no le falte nada -aadi.
Y eso fue lo que hizo la doncella. Le provey de alimentos, bebida, fuego, leche, baos hasta que se
restableci y la piel se le fue cayendo a capas durante tres meses. Entonces su piel estuvo ms blanca de
lo que nunca lo haba estado.
Un da Owein oy tumulto en el castillo, grandes preparaciones y transporte de armas. Pregunt a la
doncella qu significaba aquel tumulto.
-El conde del que te habl viene hacia el castillo con una gran hueste para arruinar a mi seora
- -
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-dijo ella.
Owein pregunt si la condesa tena caballo y armas.
-S -dijo ella-, las mejores del mundo.
-Querras ir a pedirle en prstamo un caballo yarmas para m? Me gustara ver de cerca el ejrcito.
-Ir con gusto -le respondi la doncella.
Y la doncella acudi junto a la condesa, a la que cont lo que le haban dicho. La condesa se ech a rer.
-Por m y por Dios -exclam-, le doy el caballo y las armas para siempre. Y seguramente jams tendr
unas mejores. Me complace ms que las acepte que verlas maana convertidas, en contra de mi
voluntad, en la presa de mis enemigos. De todos modos no s para qu las quiere.
Le trajeron un hermoso gascn negro con una silla de haya y todas las armas para caballo y caballero.
Owein se arm, mont a caballo y sali con dos escuderos completamente armados y montados a
caballo. Al llegar ante el ejrcito del conde no vieron ni principio ni fin. Owein pregunt a los escuderos
en qu hueste estaba el conde.
-En la hueste donde hay cuatro estandartes amarillos, dos delante y dos detrs -le respondieron.
-Bien -dijo Owein-, volved sobre vuestros pasos y esperadme junto a la entrada del castillo.
Ellos regresaron y l avanz entre las dos huestes principales hasta que encontr al conde. Owein lo
sac de la silla y lo coloc entre l y el arzn delantero y volvi grupas hacia el castillo. A pesar de
todas las dificultades, lleg con el conde hasta la puerta donde le esperaban los escuderos. Entraron y
Owein entreg al conde como presente a la condesa dicindole:
-Acptalo a cambio del ungento bendito que recib de ti.
La hueste levant sus pabellones alrededor del castillo. Para conservar la vida, el conde devolvi a la
dama sus dos condados y para recobrar la libertad le dio la mitad de sus dominios, todo su oro, su plata,
sus joyas y sus rehenes. Entonces Owein parti. La condesa le invit a quedarse, ofrecindole su mano
y todos sus dominios, pero l no acept y se dirigi a los confines del mundo y a las tierras salvajes.
En su camino oy un grito de dolor en un bosque, luego un segundo y despus un tercero. Se dirigi en
aquella direccin y vio un gran cerro escarpado en medio del bosque y una roca gris en el cerro. En una
grieta de la roca haba una serpiente y junto a la serpiente un len blanco, y cada vez que el len
intentaba escapar la serpiente le lanzaba el aguijn y l ruga. Owein desenvain su espada y avanz
hasta la roca. En el momento en que la serpiente sala de la roca, Owein le golpe con su espada y la
cort en dos. Sec su espada y reemprendi su camino. De pronto vio que el len le segua y jugueteaba
a su alrededor como un lebrel al que l mismo hubiera educado. Marcharon todo el da hasta el
atardecer. Cuando Owein estim que era tiempo de reposar, desmont, at su caballo en medio de un
prado llano y encendi un fuego. Cuando el fuego estuvo dispuesto, el len trajo suficiente lea para
tres noches. Luego desapareci y en un instante regres llevando un fuerte y soberbio corzo. Lo ech
delante de Owein y se ech entre aqul y el fuego. Owein cogi el corzo, lo desoll y lo parti en
rodajas para asar sobre las brasas alrededor del fuego. El resto del corzo se lo dio al len.
166
Mientras estaba ocupado en esto, oy un gran gemido, luego un segundo y despus un tercero muy
cerca de l. Pregunt si haba all alguien.
-S, puedes estar seguro -respondieron.
-Quin eres t? -pregunt Owein.
-Soy Lunet, la doncella de la Dama de la Fuente.
-Qu haces aqu?
-Me han encerrado a causa de un caballero que vino de la corte de Arturo para casarse con mi dama;
permaneci algn tiempo con ella, luego fue a la corte de Arturo y jams volvi. Era para m un gran
amigo, el que ms amaba del mundo. Un da, dos criados de la cmara de la condesa hablaron mal de l
en mi presencia y le llamaron traidor. Les dije que sus dos cuerpos no podan competir con el suyo solo
y por este motivo me encerraron en este cofre de piedra, dicindome que perdera la vida si l mismo no
vena a defenderme el da fijado. Y ese da es maana y no tengo a nadie para que vaya a buscarle: es
Owein, hijo de Uryen.
-Ests segura de que si el caballero lo supiera vendra a defenderte?
-Estoy segura, por m y por Dios.
Cuando las rodajas de carne estuvieron suficientemente cocidas, Owein las parti por la mitad para l y
la doncella. Comieron y hablaron hasta que amaneci.
Por la maana, Owein le pregunt si haba un lugar donde pudiera encontrar comida y alojamiento para
la noche.
-S, seor -dijo ella-. Ve por el atajo, sigue el camino a lo largo del ro y al cabo de poco tiempo vers
un castillo coronado de numerosas torres. El conde al que pertenece el castillo es el mejor hombre del
mundo. Podrs pasar all la noche.
Jams centinela vigil tan bien a su seor como lo hizo el len con Owein aquella noche.
Owein equip su caballo y sigui el vado hasta que vio el castillo. Entr y le recibieron con honor.
Atendieron muy bien a su caballo y ante l dispusieron comida en abundancia. El len fue a acostarse
en el establo del caballo, de modo que nadie de la corte se atrevi a acercarse al caballo. Owein estaba
seguro de que jams haba visto un lugar con un servicio tan bueno como aqul. Pero todos sus
habitantes estaban tan tristes como si la muerte pesara sobre cada uno de ellos. Se dispusieron a comer y
el conde se sent a un lado de Owein y su hija nica al otro, y Owein estaba seguro de que jams haba
visto doncella ms encantadora que aqulla. El len fue a colocarse debajo de la mesa, entre los pies de
Owein, y Owein le dio de todos los manjares que a l mismo le sirvieron y Owein no vio all ms
defecto que la tristeza de sus habitantes. En medio de la comida, el conde expres su bienvenida a
Owein:
-Ya es hora de mostrarte alegre -dijo Owein.
-Dios sabe -dijo- que no nos mostramos alegres contigo porque tenemos motivos de gran tristeza y
preocupacin. Mis dos hijos fueron ayer a cazar a la montaa. Hay all un monstruo salvaje que mata
- -
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hombres y los devora. Se ha apoderado de mis hijos y maana es el da convenido entre l y yo para
entregarle a esta joven hija ma, o de lo contrario matar a mis hijos ante mis ojos. Tiene figura de
hombre, pero no es ms pequeo que un gigante.
-Es realmente triste -dijo Owein-. Y qu decidirs?
-Considero menos vergonzoso dejar que mate a mis hijos que ha conseguido contra mi voluntad, que
entregarle de mi propia mano a mi hija para que la mancille y la mate.
Y hablaron de otros temas. Owein pas la noche en el castillo. Al da siguiente oyeron un ruido
increble: era el gigante que vena con los dos jvenes. El conde resolvi defender el castillo contra l y
abandonar a sus dos hijos. Owein se arm, sali y fue a luchar con el gigante, seguido del len. En
cuanto vio a Owein armado, el gigante le atac y combati con l. Y el len luch con el gigante mucho
mejor que Owein.
-Por m y por Dios -dijo a Owein-, no, me costara tanto luchar contigo si no te ayudara este animal.
Owein llev el len al castillo, cerr la puerta detrs de l y fue a
continuar la lucha contra el gran hombre. El len empez a rugir al
ver que Owein estaba en peligro. Trep hasta la sala del conde y
de all hasta las murallas. Desde las murallas salt hasta donde
estaba Owein y el len dio tal zarpazo al gigante en el hombro que
le desgarr hasta la juntura de las caderas, de modo que las
entraas se le salieron del cuerpo. El hombre cay muerto.
Entonces Owein devolvi al conde sus dos hijos. El conde invit a
Owein a quedarse, pero l lo rechaz y se dirigi al valle donde
estaba Lnet. Y all vio una gran hoguera y a dos jvenes de
cabellos castaos y rizados que encendan un gran fuego.
Conducan a la doncella a la hoguera, cuando Owein les pregunt
qu tenan contra la doncella. Y ellos le contaron su historia como
se la haba contado la doncella la noche anterior.
-Y Owein no ha venido -aadieron-, y por eso vamos a quemarla.
-En verdad -dijo Owein-, era un buen caballero y mucho me maravillara que no hubiera venido a
defender a la doncella sabindola en este apuro. Si queris aceptarme, me enfrentar con vosotros en su
lugar.
-Por aqul que nos ha creado, aceptamos.
Y fueron a combatir con Owein y mucho trabajo le dieron los dos jvenes. El len fue a ayudarle y
tomaron ventaja sobre los dos jvenes.
-Seor -le dijeron-, hemos convenido en luchar contra ti solo, pero nos resulta ms difcil combatir con
este animal que contigo.
Owein encerr al len donde estaba la doncella y coloc piedras contra la puerta y volvi a combatir
con ellos, y an no haba recobrado su fuerza y los dos jvenes ya le aventajaban. El len no cesaba de
rugir a causa del peligro en el que se encontraba Owein y el len hizo una brecha en la piedra y sali.
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Rpidamente mat a uno de los criados y despus al otro278. Owein y Lunet se dirigieron juntos a los
dominios de la Dama de la Fuente. y despus llev a la dama con l a la corte de Arturo y fue su mujer
mientras ella vivi.
Entonces tom el camino de la corte de Du Traws (el Negro Opresor) y combati con l. El len no
abandon a Owein antes de que lo hubiera vencido. Tan pronto lleg a la corte del Negro Opresor, se
dirigi a la sala. Vio all a veinticuatro mujeres, las ms hermosas que jams hubiera visto. Todas juntas
no lograban reunir ni veinticuatro monedas de plata y estaban tan tristes como la muerte. Owein les
pregunt la razn de su tristeza. Ellas le dijeron que eran hijas de condes que haban ido a aquel lugar en
compaa de los hombres a los que ms amaban.
-Al llegar aqu -aadieron- encontramos acogimiento corts y respeto. Nos emborracharon y cuando
estuvimos ebrias vino el demonio a quien pertenece esta corte, mat a nuestros maridos y se llev
nuestros caballos, nuestras ropas, nuestro oro y nuestra plata. Los cuerpos de nuestros maridos estn
aqu, al igual que muchos otros cadveres. Esta es, seor, la razn de nuestra tristeza. Lamentamos
mucho que hayas venido aqu, pues tememos que te suceda desgracia.
Owein se apiad de ellas y sali. Vio venir a un caballero que le acogi con tanta cortesa y afecto como
a un hermano: era el Negro Opresor.
-Dios sabe -dijo Owein- que no he venido aqu para recibir buena acogida.
-Dios sabe que tampoco la recibirs -replic l. Y en seguida se precipitaron uno sobre otro y tuvo lugar
un enfrentamiento terrible. Owein le venci y le at las dos manos tras la espalda. El Negro Opresor le
pidi merced diciendo:
-Seor Owein, estaba predicho que vendras aqu para someterme. Has venido y lo has hecho. He sido
en estos lugares un expoliador y mi casa ha sido una casa de despojos; dame la vida y ser hospitalario
y mi casa, mientras viva, ser un hospicio para dbiles y fuertes por la salvacin de tu alma.
Owein acept. Pas all la noche y al da siguiente llev consigo a las veinticuatro mujeres con sus
caballos, sus ropas y todos los bienes y joyas que haban trado. Se dirigi con ellas a la corte de Arturo,
y si Arturo siempre le haba recibido bien, sta fue su mejor acogida. En lo que respecta a las mujeres,
aqullas que quisieron quedarse en la corte tuvieron toda la libertad de hacerlo, y las dems pudieron
irse.
Y Owein permaneci desde entonces en la corte de Arturo como penteulu 279, muy amado por Arturo,
hasta que regres a sus posesiones. Estas eran las Trescientas Espadas de Kyrnvarch y el Vuelo de los
Cuervos280. Y adonde Owein iba, all alcanzaba la victoria. Y este cuento es el llamado Cuento de la
Dama de la Fuente.
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-Ve directamente a la corte de Arturo. All estn los mejores hombres, los ms generosos y los ms
valientes. Donde veas una iglesia, reza un Pater. En cualquier lugar donde veas alimentos y bebidas, si
tienes necesidad y no tienen la suficiente cortesa ni bondad para ofrecrtelos, cgelos t mismo. Si
oyes gritos, ve en esa direccin; el grito de una mujer est por encima de todos los gritos del mundo. Si
ves bellas joyas, cgelas y dselas a otro, y as adquirirs fama. Si ves a una mujer hermosa, hazle la
corte, aunque ella no quiera nada de ti. Eso har que seas un hombre mejor y ms noble que antes.
Y Peredur mont a caballo con un puado de jabalinas aguzadas y se alej.
Cabalg durante dos das y dos noches a travs de tierras desiertas y salvajes, sin comida ni bebida.
Finalmente lleg a un gran bosque desolado y a lo lejos del bosque vio un hermoso claro y en el claro
vio un pabelln y creyendo que era una iglesia rez su Pater. La puerta del pabelln estaba abierta y
cerca de la puerta haba una silla de oro en la cual estaba sentada una hermosa doncella de cabellos
castaos, llevando alrededor de la frente una diadema de oro enriquecida con piedras brillantes y en las
manos llevaba anchos anillos de oro.
Peredur desmont y entr. La doncella le acogi amigablemente y le dese la bienvenida. Al final del
pabelln, Peredur vio comida y dos botellas llenas de vino, dos tortas de pan blanco y rodajas de carne
de lechal.
-Mi madre -dijo Peredur- me ha recomendado que coja comida y bebida en cualquier lugar donde la
vea.
-Te lo permito con gusto, seor -dijo ella.
Entonces Peredur cogi la mitad de la comida y de la bebida para l y dej el resto para la doncella.
Cuando termin de comer se levant y fue hasta donde estaba la doncella y dijo:
-Mi madre me ha recomendado que all donde vea una joya hermosa la coja.
-Cgela, amigo -dijo ella.
Peredur cogi el anillo, bes a la doncella, cogi su caballo y se march.
Despus de esto lleg el caballero al que perteneca el pabelln: era el Orgulloso del Claro 283. Vio las
huellas del caballo.
Dime -dijo a la doncella-, quin ha estado?
-Un hombre de extrao aspecto, seor -respondi.
Y le describi con detalle el aspecto y el comportamiento de Peredur.
-Dime -exclam, ha tenido relaciones contigo?
-No, a fe ma -respondi la doncella.
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-No te creo, y hasta que lo encuentre para vengar mi deshonor y mi vergenza, no permanecers dos
noches bajo mi mismo techo.
Y el caballero se levant y parti en busca de Peredur.
Por su parte, Peredur se diriga hacia la corte de Arturo. Antes de que llegara, otro caballero apareci en
la corte y dio al hombre de la entrada un gran anillo de oro para que se ocupara de su caballo.
Se dirigi a la sala donde se encontraban Arturo con toda su gente y Gwenhwyvar con sus doncellas. Un
criado serva bebida a Gwenhwyvar en una copa de oro: el caballero cogi la copa de la mano de
Gwenhwyvar y derram todo el licor que haba sobre su rostro y pecho y le dio una gran bofetada, y el
caballero dijo:
-Si hay alguien aqu que quiera combatir conmigo por esta copa y vengar el ultraje a Gwenhwyvar, que
me siga hasta el prado y all le esperar.
Y el caballero cogi su caballo y se dirigi al prado. Entonces todas las gentes de la corte bajaron la
cabeza, por miedo de que se pidiera a uno de ellos vengar el ultraje de Gwenhwyvar. Pensaron que
jams ningn hombre habra cometido un ultraje semejante a no ser que tuviera valor y fuerza
particulares, magia o encantamientos, de forma que nadie pudiera infligirle venganza. En ese momento
lleg Peredur a la sala sobre su caballo po, huesudo, muy pobremente ataviado para una corte tan noble
como aqulla. Kei estaba de pie en medio de la sala.
-Dime, hombre alto -dijo Peredur-, quin es Arturo?
-Qu quieres de Arturo? -dijo Kei.
-Mi madre me recomend que me dirigiera a l para que me ordenara caballero -dijo Peredur.
-A fe ma -exclam Kei-, vienes mal equipado de caballo y armas.
Y entonces toda la corte fij su mirada en l y todos empezaron a rerse y a tirarle bastones. En aquel
momento entr un enano que desde haca un ao haba llegado a la corte de Arturo con una enana para
pedirle hospitalidad, y Arturo se la haba concedido, pero en todo el ao ninguno de ellos haba dirigido
la palabra a nadie.
-Ay! Ay! -exclam el enano al ver a Peredur-. Dios te bendiga, Peredur, hijo de Evrawc, jefe de
guerreros y flor de los caballeros!
-En verdad -dijo Kei-, triste comportamiento el tuyo; permanecer un ao mudo en la corte de Arturo,
teniendo la libertad de escoger con quin conversar y beber, para luego llamar a un hombre como ste,
en presencia del emperador y de su corte, jefe de guerreros y flor de caballeros!
Y le dio tal bofetada que lo tir al suelo desvanecido.
-Ay! Ay! -exclam en seguida la enana-. Dios te bendiga, Peredur, hijo de Evrawc, flor de guerreros
y luz de los caballeros!
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-En verdad, mujer -dijo Kei-, triste comportamiento el tuyo; permanecer un ao muda en la corte de
Arturo y llamar a hombre como ste, en presencia del emperador y de su corte, flor de guerreros y luz
de los caballeros!
Y Kei le dio tal puntapi que cay al suelo desvanecida.
-Hombre alto -dijo entonces Peredur-, dime dnde est Arturo.
-Cllate! -dijo Kei-. Ve junto al caballero que ha ido al prado, qutale la copa, derrbale, coge su caballo
y sus armas y despus te ordenarn caballero.
-Lo har, hombre alto -le respondi Peredur.
Y Peredur volvi grupas y se dirigi al prado. All encontr al caballero 284 cabalgando muy orgulloso de
su fuerza y del valor que crea tener.
-Dime -dijo el caballero-, has visto si alguien de la corte de Arturo me segua?
-El hombre alto que estaba all me ha pedido que te derribe, te quite la copa y coja tu caballo y tus
armas para m.
-Cllate. Vuelve a la corte y pide a Arturo en mi nombre que venga l u otro a combatir conmigo; si no
viene inmediatamente, no le esperar.
-Escoge. Con tu permiso o sin l, quiero tu caballo, tus armas y la copa -dijo Peredur.
El caballero se precipit con furor sobre l y con el extremo de la lanza le dio un golpe muy doloroso
entre los hombros y el cuello.
-Compaero -dijo Peredur-, los sirvientes de mi madre no jugaban as conmigo. Pero as jugar yo ahora
contigo.
Cogi una jabalina de punta aguzada y se la lanz a un ojo, de tal forma que le atraves la cabeza y lo
derrib muerto en el acto.
-En verdad -dijo Owein, hijo de Uryen, a Kei-, has obrado mal enviando a ese loco a combatir con el
caballero. Una de las dos cosas: o lo ha derribado o est muerto. Si lo ha derribado, el caballero querr
considerarlo como un hombre de rango y esto ser vergenza eterna para Arturo y sus guerreros. Si lo
ha matado, el deshonor ser el mismo y adems t tendrs la culpa. Y que caiga la vergenza sobre m,
si no voy al prado para saber cul ha sido su aventura.
Y Owein se dirigi al prado y cuando lleg, vio a Peredur arrastrando al caballero a lo largo del prado.
-Aguarda. Le quitar sus armas -le dijo.
-Jams le abandonar esta ropa de hierro; es parte de l -dijo Peredur.
Owein le quit las armas y la ropa.
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-Aqu tienes, amigo, mejor caballo y armas que las tuyas; cgelas y ven conmigo junto a Arturo para
que te ordene caballero. Realmente lo mereces -le dijo Owein.
-Que pierda mi honor, si voy -dijo Peredur-. Pero lleva de mi parte la copa a Gwenhwyvar y di a Arturo
que en cualquier lugar donde me encuentre ser su vasallo y que si puedo prestarle servicio, lo har. Y
dile que no ir a la corte antes de haberme encontrado con el hombre alto, para vengar el ultraje del
enano y la enana.
Entonces Owein regres a la corte y cont la aventura a Arturo, a Gwenhwyvar y a las gentes de la
corte, sin olvidar la amenaza contra Kei.
Peredur parti. Cuando cabalgaba, encontr a un caballero que le dijo:
-De dnde vienes?
-De la corte de Arturo -respondi.
-Eres un vasallo de Arturo? -le pregunt.
-Lo soy, a fe ma -dijo Peredur.
-Buen lugar para reconocerte de Arturo! -exclam.
-Por qu? -pregunt Peredur.
-Te lo dir -le respondi-. Siempre que he podido, he robado a Arturo, y cuando me he encontrado con
alguno de sus hombres lo he matado.
Eso fue todo y combatieron. No haba transcurrido mucho rato cuando Peredur ya lo haba derribado al
suelo por encima de las grupas de su caballo. El caballero pidi gracia.
-La tendrs -dijo Peredur-, si juras que irs a la corte de Arturo y que le dirs que te he vencido para su
honor y en su servicio: le dirs tambin que no ir a su corte antes de haberme encontrado con el
hombre alto que hay all, para vengar el ultraje del enano y la enana.
El caballero lo jur y se dirigi a la corte de Arturo. Cont toda su aventura y la amenaza contra Kei.
Peredur sigui su camino y en la misma semana se enfrent con diecisis caballeros a los que venci e
hizo ir a la corte de Arturo; y todos llevaron las mismas palabras que el primer caballero y la misma
amenaza contra Kei. Kei fue vituperado por Arturo y la corte, y l mismo se inquiet entonces por aquel
motivo.
Peredur sigui su camino. Lleg a un gran bosque desolado y en el lindero del bosque haba un lago y al
otro lado del lago un hermoso castillo fortificado. En las orillas del lago vio a un hombre de cabellos
blancos, sentado sobre un cojn de brocado, vestido con una tnica de brocado, y a unos criados
pescando. Al ver a Peredur, el hombre de los cabellos blancos se levant para dirigirse al castillo y el
hombre era cojo285. Peredur se dirigi a la corte, encontr la puerta abierta y entr en la sala. El anciano
estaba sentado en un cojn de brocado, ante un gran fuego. Las gentes de la corte se levantaron para ir al
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encuentro de Peredur y lo desarmaron. El anciano rog al joven que se sentara sobre el cojn. Se sent a
su lado y hablaron. Cuando lleg el momento, pusieron las mesas y empezaron a comer. Peredur se
sent al lado del dueo de la corte. Cuando hubieron terminado de comer, pregunt a Peredur si saba
manejar la espada:
-No s -dijo Peredur-, pero si hubiera tenido ocasin de aprender, sabra.
-Quien sepa jugar bien al bastn286 y al escudo, sabr luchar con la espada.
El anciano tena dos hijos, uno de cabellos rubios y otro de cabellos castaos.
-Levantaos, jvenes -dijo-, para jugar al bastn y al escudo.
Los jvenes fueron a jugar.
-Dime, amigo -dijo el anciano-, quin crees que juega mejor?
-Segn mi opinin -dijo Peredur-, el rubio podra sacarle sangre al otro si quisiera.
-Coge el bastn y el escudo del joven de cabellos castaos y scale sangre al joven rubio, si puedes.
Peredur se levant, levant la mano sobre el joven de cabellos rubios y le descarg tal golpe que una de
sus cejas le cay sobre el ojo y la sangre empez a correr a borbotones.
-Bien, amigo -dijo el anciano-, ven a sentarte ahora; sers el hombre que mejor combata con la espada
en esta isla. Soy tu to, el hermano de tu madre. Te quedars ahora algn tiempo conmigo para aprender
las costumbres y los usos del pas, las bellas maneras y la cortesa. Olvida ahora las palabras de tu
madre. Ser tu maestro y te ordenar caballero. Debers hacer lo siguiente: siempre que veas algo que te
parezca extrao, no preguntes nada, a menos que haya suficiente cortesa y te lo expliquen. La falta no
caer sobre ti, sino sobre m, que soy tu maestro.
Y les ofrecieron todos los honores y servicios y cuando lleg el momento se fueron a dormir. En cuanto
se hizo de da, Peredur se levant, cogi su caballo y con el permiso de su to sigui su camino. Lleg a
un gran bosque, luego, al final del bosque, a un prado llano, y al otro lado del prado vio un gran castillo.
Peredur se dirigi hacia all, encontr la puerta abierta y entr en la sala. En un rincn de la sala estaba
sentado un hombre de cabellos blancos, majestuosos, rodeado de numerosos escuderos. Se levantaron y
fueron al encuentro de Peredur y excelentes fueron su cortesa y servicios. Lo sentaron al lado del dueo
de la corte y conversaron. Cuando lleg el momento de ir a comer, Peredur se sent y comi al lado del
noble. Despus de que hubieron comido y bebido a sus anchas, el noble pregunt a Peredur si saba
manejar la espada.
-Si hubiera podido aprender -dijo-, creo que sabra.
En la sala haba una gran columna de hierro que con esfuerzo habra podido abrazar un guerrero.
-Coge esta espada -dijo el anciano a Peredur- y golpea la columna de hierro.
En el sentido medieval de arma ofensiva. Aparece citado entre los veinticuatro juegos galeses (Loth,
Mab., II, 57).
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Peredur se levant y golpe la columna de tal forma que la parti en dos trozos y la espada tambin.
-Coloca los dos trozos juntos y nelos.
Peredur los coloc juntos y se unieron como antes. Golpe una segunda vez la columna, de tal forma
que la rompi en dos trozos y la espada tambin, y como antes, los trozos se volvieron a unir. La tercera
vez dio tal golpe que la columna se rompi en dos trozos y la espada tambin.
-Colcalos juntos otra vez y nelos.
Peredur los coloc juntos de nuevo, pero ni la columna ni la espada quisieron unirse.
-Bien, joven -dijo el anciano-, ven a sentarte y que la bendicin de Dios sea contigo. Eres el hombre que
mejor maneja la espada en el reino. Has conseguido los dos tercios de tu fuerza y te falta un tercio por
conquistar. Cuando la hayas conseguido toda, nadie ser capaz de luchar contigo. Soy tu to, el hermano
de tu madre; soy hermano del hombre en cuya corte estuviste ayer noche.
Y Peredur se sent junto a su to y conversaron. En esto vio venir a la sala y seguir hasta la habitacin a
dos jvenes llevando una lanza enorme de la que manaban tres ros de sangre 287. Al ver aquello, todos
empezaron a lamentarse y a gemir. A pesar de esto, el anciano no interrumpi su conversacin con
Peredur. No le dio ninguna explicacin y Peredur tampoco le pregunt nada. Despus de un momento
de silencio entraron dos doncellas llevando una gran bandeja sobre la cual haba una cabeza de hombre
baada en sangre288. Y entonces todos lanzaron tales gritos que se hizo difcil permanecer en aquella
sala. Al final se callaron.. Cuando lleg el momento de dormir, Peredur fue a acostarse en una
habitacin preparada para l. Al da siguiente, Peredur se levant y con el permiso de su to sigui su
camino. Lleg a un bosque y, a lo lejos del bosque, oy agudos gritos, se dirigi hacia all y vio a una
hermosa mujer de cabellos castaos y cerca de ella un caballo completamente equipado y a su lado un
cadver. Intentaba subirlo a la silla, pero caa al suelo y cada vez ella lanzaba grandes gritos.
-Dime, hermana ma -pregunt Peredur-, por qu te lamentas?
-Maldito Peredur -exclam ella-, poca ayuda puedo esperar de ti.
-Por qu me maldices?
-Porque eres la causa de la muerte de tu madre. Cuando te alejaste de ella a su pesar, una lanza de dolor
penetr en su corazn y muri. Por esa razn eres maldito. El enano y la enana que viste en la corte de
Arturo eran los enanos de tu padre y de tu madre; yo soy tu hermana de leche y ste es mi marido. El
caballero del claro del bosque lo ha matado; no te acerques a l porque te matar.
El tema de la lanza sangrante posee, al parecer, tradicin celta. En el Togail Bruidne Da Derga
aparece una lanza mgica y malfica, que cuando derrama sangre, se la debe sumergir en un. caldero. Es
tambin el arma infalible de Cuchulainn. Oengus, dios y iefe de los Tuatha De Dannan, lleva a veces
una lanza sangrante. Entre los galeses, Beli tambin posee una lanza de la cual mana sangre, J. Marx,
Nouvelles recherches, pp. 117 y ss.
288
Algunos autores consideran que el trmino dyscyl es equivalente al graal (I. L. Foster, Gereint, Owein
and Peredur, en R. S. Loomis, Arthurian literature, p. 203). Sin embargo, he preferido traducirlo por un
concepto menos especfico (=bandeja). En cualquier caso, otros autores consideran abusiva la
asimilacin de este concepto con el de graal, P. le Rider, Le chevalier dans le conte du Graal, p. 58.
En lo que respecta al tema de la cabeza cortada, ver nota a Branwen, hija de Llyr.
287
- -
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-Hermana ma, no debes hacerme reproches. Apenas podr vencerle por haber estado tanto tiempo con
vosotros, pero mucho ms difcil sera si me hubiera quedado ms tiempo. Deja ya de lamentarte.
Enterrar al muerto y luego ir al lugar donde est el caballero y si puedo vengarte lo har.
Despus de haber enterrado al muerto se dirigieron al :laro, donde el caballero cabalgaba con orgullo.
En seguida el caballero pregunt a Peredur de dnde vena.
-Vengo de la corte de Arturo -respondi.
-Eres hombre de Arturo? -le pregunt.
-Lo soy -respondi Peredur.
-Buen sitio para reconocerte fiel de Arturo.
Eso fue todo y se enfrentaron. Peredur derrib al caballero n un instante. El caballero le pidi gracia.
-Te la concedo -dijo Peredur- a condicin de que tomes a esta mujer por esposa y la trates con todo el
honor y la consideracin que puedas, por haber matado a su marido sin motivo. Irs a la corte de Arturo,
le dirs que he sido yo quien te ha vencido en su honor y servicio y que no ir a su corte antes de
haberme encontrado con el hombre alto para vengar el ultraje del enano y la enana.
Peredr tom los gajes del caballero con tal fin. Este provey a la mujer de caballo y vestimenta y se
dirigi a la corte de Arturo, a quien cont la aventura y la amenaza contra Kei. Arturo y su corte
reprocharon a Kei que hubiera obligado a errar lejos de la corte de Arturo a un hombre como Peredur.
-Este joven no vendr jams a la corte si Kei no se va de aqu -dijo Owein, hijo de Uryen.
-A fe ma -exclam Arturo-, ir en su bsqueda por las tierras salvajes de la isla de Bretaa hasta que lo
encuentre y entonces que cada uno haga al otro todo el mal que pueda.
Peredur sigui su camino y lleg a un gran bosque desierto donde
no vio rastro de hombres ni animales, sino tan slo espesos
matorrales y vegetacin, y cuando lleg al final del bosque vio una
gran muralla cubierta de hiedra y coronada de numerosas y fuertes
torres. Cerca de la entrada, la vegetacin era ms alta que en
cualquier otro lugar. Golpe la puerta con el asta de su lanza; de
inmediato un joven de cabellos pelirrojos y delgado le dijo desde
la almena de la muralla:
-
doncellas de una habitacin y entraron en la sala. Peredur estaba seguro de que jams haba visto nada
ms bello. Vesta una vieja tnica de brocado, que antao debi ser buena, pero que ahora estaba
completamente gastada. Si se hubiera podido ver su piel a travs de la tnica, se habra comprobado que
su piel era ms blanca que el ms blanco cristal. Sus cabellos y cejas eran ms negros que el jade y en
las mejillas haba dos puntos ms rojos que lo ms rojo que existe. La doncella salud a Peredur, le ech
los brazos alrededor del cuello y se sent a su lado. Poco tiempo despus llegaron dos monjas, una
llevaba una botella llena de vino y la otra seis tortas de pan blanco.
-Seora -dijeron ellas-, Dios sabe que esto es todo lo que queda de alimentos y bebida en nuestro
convento esta noche.
Se sentaron a la mesa. Peredur se dio cuenta de que la doncella quera darle ms alimentos y bebidas
que a los dems.
-Hermana ma -dijo-, voy a repartir los vveres y la bebida.
-De ningn modo,. amigo mo -le respondi la doncella.
-Si no lo hago, que caiga la vergenza sobre mi barba.
Y Peredur cogi el pan, dio a cada uno una parte igual y del mismo modo verti de la botella una
medida igual a cada uno. Cuando terminaron de comer prepararon una habitacin para Peredur y ste se
fue a dormir.
-Escucha, hermana -dijeron los jvenes a la doncella-, queremos aconsejarte.
-Cul es vuestro consejo? -pregunt ella.
-Que vayas a la habitacin de arriba y te ofrezcas al joven como mejor le parezca, como mujer o
amante.
-Me parece impropio. jams he tenido relacin con hombre alguno y ofrecerme a l, antes de que l me
lo haya pedido, no lo puedo hacer por nada del mundo.
-Ponemos a Dios por testigo le dijeron-, si no lo haces, dejaremos que tus enemigos hagan aqu lo que
quieran.
Entonces la doncella se levant y se dirigi a la habitacin llorando. Con el ruido de la puerta al abrirse,
Peredur se despert. Las lgrimas corran por las mejillas de la joven.
-Dime, hermana, por qu lloras de este modo? -le pregunt Peredur.
-Te lo voy a decir, seor. Esta corte perteneca a mi padre y dominaba el mejor condado del mundo. El
hijo de otro conde me pidi a mi padre en matrimonio. Yo no quera ir con l de buen grado y mi padre
jams me habra entregado contra mi voluntad, ni a l ni a ningn conde del mundo. Y mi padre no
tena ms hijos que yo. A su muerte, los dominios pasaron a mis manos y deseaba al conde aun menos
que antes. Me hizo la guerra y se apoder de mis dominios, a excepcin de esta nica casa. Gracias al
gran valor de los hombres que has visto, mis hermanos de leche, y a la propia resistencia de la casa,
jams podra ser tomada en tanto duraran los alimentos y la bebida. Pero ya se han agotado y slo
tenemos lo que las monjas que has visto pueden traernos, gracias a la libertad que gozan de recorrer los
- -
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dominios y el pas. Pero ahora ya no tienen ni comida ni bebida. El conde vendr maana con todas sus
fuerzas a atacar este lugar. Si me coge, no correr mejor suerte que la de ser entregada a sus
palafreneros. Por ello he venido a ofrecerme a ti, seor, para que hagas lo que te parezca bien, a cambio
de que nos ayudes a salir de aqu o a defendernos.
-Ve a descansar, hermana ma; no te abandonar sin hacer una cosa o la otra.
La joven fue a dormir.
Al da siguiente por la maana la doncella se levant, acudi junto a Peredur y le salud.
-Dios te d bien, amiga ma -dijo-. Qu noticias traes?
-Mientras t ests bien, seor, no podra haberlas peores; el conde y todas sus fuerzas han asediado el
castillo, jams vi en ningn lugar ms pabellones ni caballeros llamndose unos a otros para justar.
-Bien -dijo Peredur-, que preparen mi caballo.
Equiparon su caballo. Peredur mont y se dirigi al prado. Haba all un caballero cabalgando sobre su
caballo y con el estandarte de combate alzado. Combatieron y Peredur derrib al caballero al suelo por
encima de las grupas de su caballo y a muchos otros venci aquel da, y al anochecer, un caballero de
alto rango fue a combatir con l y tambin fue derribado.
-Quin eres t? -dijo Peredur.
-En verdad -respondi-, soy el penteulu289 del condado.
-Qu parte de las posesiones de la condesa est en tu poder?
-El tercio -respondi.
-Pues bien! -dijo Peredur-, devulvele todo el tercio y todo el provecho que has sacado de esa parte.
Adems, haz que traigan esta noche a la corte comida y bebida para cien hombres, y caballos y armas, y
t sers su prisionero y con esa condicin salvars tu vida.
Tuvo todo aquello sin tardanza. La doncella se alegr mucho aquella noche, pues tena la tercera parte
de sus dominios y comida, bebida, armas y caballos en abundancia.
Al da siguiente, Peredur se dirigi al prado y derrib a gran nmero de guerreros. Al final del da, un
caballero, orgulloso y de alto rango, se enfrent con l. Peredur lo derrib y le concedi merced.
-Quin eres t? -le dijo.
-El senescal de la corte -respondi.
-Qu parte de los dominios de la doncella estn en tu poder? -le pregunt Peredur.
-Un tercio -respondi.
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-Pues bien -dijo Peredur-, adems del tercio de los dominios de la doncella le devolvers todo el
provecho que hayas tenido y le dars comida, bebida, caballos y armas para doscientos hombres y sers
su prisionero.
Tuvo todo aquello sin demora.
Al tercer da, Peredur se dirigi al prado y derrib a ms caballeros que en los das anteriores. Al final,
el conde fue a combatir con l; fue derribado y pidi gracia.
-Quin eres? -dijo Peredur.
-No quiero ocultarlo -respondi-, soy el conde.
-Pues bien, devolvers todo su condado a la doncella, y le dars el tuyo y comida y bebida para
trescientos hombres y todos tus caballos y armas y t mismo estars en su poder.
Y Peredur permaneci all tres semanas para vigilar el cumplimiento de los tributos y la sumisin.
Despus estableci a la doncella en sus dominios.
-Con tu permiso -dijo entonces Peredur-, quiero seguir mi camino.
-Es eso lo que deseas, hermano mo?
-S, a fe ma: si no hubiera sido por amor a ti, no me habra quedado tanto tiempo.
-Amigo mo, quin eres? -le pregunt la doncella.
-Peredur, hijo de Evrawc del Norte. Si algo te aflige o corres algn peligro, hzmelo saber y te
defender si puedo.
Entonces Peredur se march lejos de all y encontr a una mujer montada en un caballo muy delgado y
cubierto de sudor. Salud a la joven.
-De dnde vienes, hermana ma? -dijo Peredur.
Ella le explic la razn de su viaje. Era la mujer del Orgulloso del Claro.
-Pues bien -1e dijo-, soy el caballero a causa del cual has sufrido tanto. Se arrepentir de esto el que te
haya causado este sufrimiento.
En ese momento lleg un caballero que pregunt a Peredur si haba visto a un caballero al que estaba
buscando.
-Ya est bien de palabras -dijo Peredur-. Soy el hombre que buscas. A fe ma, la doncella es
completamente inocente en lo que a m concierne.
No obstante, combatieron y el combate no dur mucho: Peredur derrib al caballero y ste le pidi
gracia.
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-Te la concedo, a condicin de que vuelvas por el mismo camino por el que has venido, hagas saber que
consideras inocente a la doncella y que has sido derribado por m para reparar el ultraje que le has
hecho.
El caballero lo jur y Peredur sigui su camino. Y vio un castillo en una montaa. Se dirigi hacia all y
golpe la puerta con su lanza. En seguida le abri la puerta un hermoso joven de cabellos castaos, con
estatura y cintura de guerrero, pero de la edad de un adolescente. Al entrar en la sala, Peredur vio a una
gran mujer, majestuosa, sentada en una silla y alrededor de ella haba un gran nmero de doncellas. La
dama lo acogi bien. Cuando lleg el momento, se sentaron a la mesa. Terminada la comida, ella le
dijo:
-Seor, haras bien yendo a dormir a otro lugar.
-Por qu no puedo dormir aqu? -pregunt.
-Hay aqu, amigo mo, nueve brujas de Kaerloyw (Gloucester) con su padre y su madre, y si al
amanecer intentamos escaparnos nos matarn en seguida. Ya se han apoderado de mis dominios y los
han devastado todos, a excepcin de esta nica casa.
-Pues bien -dijo Peredur-, me quedar aqu esta noche. Si ocurre algn peligro, os socorrer, si puedo;
en todo caso, no os causar ningn perjuicio.
Se fueron a dormir. Al amanecer, Peredur oy gritos espantosos. Se levant apresuradamente y sali
con la camisa, las calzas y la espada al cuello. Vio cmo una de las brujas alcanzaba al vigilante, que
lanzaba grandes gritos. Peredur cay sobre la bruja y le dio tal golpe con su espada en la cabeza que le
abri el yelmo y cofia como si fueran una simple bandeja.
-Merced, Peredur, hijo de Evrawc! -dijo-. Merced de Dios!
-Cmo sabes, bruja, que soy Peredur?
-Estaba predicho que me causaras desgracia y que te llevaras mi caballo y mis armas. Tambin que
permaneceras conmigo para aprender a cabalgar y a manejar las armas.
-Te conceder merced con esta condicin: dars tu fe de que jams causars perjuicio en las tierras de la
condesa -dijo Peredur.
Peredur le tom el juramento y con el permiso de la condesa se march a la Corte de las Brujas.
Permaneci all tres semanas. Luego escogi un caballo y armas y sigui su camino.
Hacia el atardecer lleg a un valle, y al final del valle, ante la celda de un ermitao. El ermitao lo
acogi bien y pas all la noche. Al da siguiente por la maana se levant y sali. Haba nevado durante
la noche y un halcn haba matado a un pato delante de la celda. El ruido del caballo hizo huir al halcn
y un cuervo se pos sobre la carne del pjaro. Peredur se detuvo y al ver la negrura del cuervo, la
blancura de la nieve y la rojez de la sangre, pens en los cabellos de la mujer que ms amaba, tan negros
como el jade, en su piel tan blanca como la nieve, y en sus pmulos tan rojos como la sangre sobre la
nieve.
Mientras tanto Arturo y su corte iban en bsqueda de Peredur.
182
-Sabis quin es el caballero de la lanza larga290 que est all abajo en el valle? -pregunt Arturo.
-Seor -dijo alguien-, voy a averiguar quin es.
Entonces el escudero acudi junto a Peredur y le pregunt qu haca y quin era. Y tan clavado estaba el
pensamiento de Peredur en la mujer que ms amaba, que no le contest. El escudero se enfrent con su
lanza y Peredur se volvi contra l y lo derrib por encima de las grupas de su caballo. Veinticuatro
escuderos acudieron, uno tras otro, a verle, pero no respondi a ninguno de ellos y con todos jug al
mismo juego: de un solo golpe los derrib al suelo. Entonces fue Kei a verle y le dirigi palabras rudas
y desagradables291. Peredur le golpe con la lanza bajo el mentn y lo derrib muy lejos de l, de tal
forma que se rompi el brazo y el omplato y luego pas con su caballo por encima de su cuerpo veinte
veces. Mientras Kei permaneca desvanecido por el dolor, su caballo regres a galope tendido y cuando
las gentes de la corte lo vieron venir sin el caballero, se dirigieron apresuradamente al lugar del
encuentro. Al llegar all, creyeron que Kei estaba muerto; pero vieron que con los cuidados de un buen
mdico vivira. Peredur tampoco sali de su meditacin al ver la muchedumbre que rodeaba a Kei.
Transportaron a Kei al pabelln de Arturo e hicieron venir a buenos mdicos. Arturo se apen mucho
por los daos que haba sufrido Kei, pues senta gran amor por l.
Gwalchmei dijo entonces que nadie deba molestar en sus meditaciones a un caballero ordenado, pues
poda ser que hubiera tenido alguna prdida, o que estuviera pensando en la mujer que ms amaba.
-Probablemente, el que se ha encontrado el ltimo con el caballero ha cometido esa inconveniencia
-aadi-. Si te parece bien, seor, ir a ver si ha salido de su meditacin. En ese caso, le pedir
amablemente que te venga a ver.
Entonces Kei se irrit y dijo palabras amargas y envidiosas:
-Gwalchmei, no dudo que lo traers hasta aqu de las riendas. Poca gloria y honor conseguirs por
vencer a un caballero fatigado y agotado por el combate. De todos modos, as has vencido muchas veces
y mientras te duren tu lengua y tus bellas palabras, suficiente arma ser para ti una delgada tnica de
fina tela. No necesitars quebrar lanza ni espada para combatir con el caballero que se encuentra en tal
situacin.
-Kei -respondi Gwalchmei-, si quisieras podras hablar con ms amabilidad. No deberas vengar tu
furor y resentimiento conmigo y, en efecto, creo que traer al caballero sin que me cueste brazo ni
hombro292.
-Has hablado como hombre sabio y sensato -dijo Arturo a Gwalchmei-. Ve, coge armas adecuadas y
elige tu caballo.
291
- -
183
Gwalchmei se arm y se dirigi rpidamente al paso de su caballo, donde se encontraba Feredur. Estaba
apoyado sobre el asta de su lanza, sumergido todava en la misma meditacin. Gwalchmei se acerc a l
sin aspecto hostil y le dijo:
-Si supiera que te iba a resultar tan agradable como a m, conversara gustosamente contigo. Vengo de
parte de Arturo, para rogarte que vayas a verle. Dos se han presentado ante ti con el mismo mensaje.
-Es verdad -dijo Peredur-, pero se han presentado de forma desagradable. Han combatido conmigo para
mi disgusto, pues no me complaca ser distrado de mi meditacin: pensaba en la mujer a la que ms
amo. La he recordado al ver la nieve, el cuervo y las gotas de sangre del pato que el halcn mat en la
nieve, y pens que la blancura de su piel se pareca a la nieve, la negrura de sus cabellos y sus cejas al
plumaje del cuervo, y los dos puntos rojos de sus mejillas a las dos gotas de sangre.
-No son esos pensamientos innobles -dijo Gwalchmei-, y no me sorprende que te haya disgustado que te
distrajeran.
-Me dirs si Kei se encuentra en la corte de Arturo? -pregunt Peredur.
-All est. Es el ltimo caballero que ha combatido contigo y ha salido malparado del encuentro. Se ha
roto el brazo y el omplato al caer por el golpe de tu lanza -le respondi.
-Bien! -dijo Peredur-, no pensaba haber comenzado ya a vengar el ultraje del enano y la enana.
Gwalchmei se sorprendi al orle hablar del enano y la enana. Se acerc a l, le ech los brazos
alrededor del cuello y le pregunt su nombre.
-Me llaman Peredur, hijo de Evrawc -respondi-, y t quin eres? -dijo.
-Gwalchmei es mi nombre -respondi.
-Me alegra verte -dijo Peredur-. En todos los pases donde he estado he odo hablar de tu valor y lealtad.
Te ruego que me concedas tu compaa.
-La tendrs, a fe ma; pero dame tambin la tuya -le respondi.
-Con mucho gusto -dijo Peredur.
Y juntos fueron con alegra y amistad donde estaba Arturo. Y cuando Kei oy que venan, exclam:
-Ya saba que Gwalchmei no necesitara combatir con el caballero. No es sorprendente que conquiste
gran reputacin. Hace ms con sus bellas palabras que nosotros con la fuerza de nuestras armas.
Peredur y Gwalchmei se dirigieron al pabelln de Gwalchmei para desarmarse. Peredur cogi las
mismas ropas que Gwalchmei y luego se dirigieron de la mano junto a Arturo y le saludaron.
-Seor, ste es el hombre que ests buscando desde hace tanto tiempo -dijo Gwalchmei.
-Seas bienvenido, seor -dijo Arturo-. Te quedars conmigo; si hubiera sabido que tu valor deba
mostrarse como lo ha hecho, no habra permitido que me abandonaras. Ha ocurrido lo que te predijeron
el enano y la enana a los que Kei maltrat y a los que t has vengado.
184
En ese momento llegaron la reina y sus doncellas. Peredur las salud; le saludaron y dieron la
bienvenida. Arturo mostr gran respeto a Peredur y regresaron a Kaer Llion.
La primera noche de su estancia en la corte de Arturo, en Kaer Llion, Peredur recorri el castillo
despus de la comida. Encontr a Ygharat293 Llaw Eurawc (Mano de Oro).
-A fe ma, hermana -dijo Peredur-, eres una doncella agradable y digna de amor. Si quisieras, podra
amarte ms que a cualquier otra mujer.
-Te doy mi fe -respondi-, que no te amo y que jams consentir en amarte.
-Te doy mi fe, que no dir palabra a un cristiano antes de que vengas a amarme ms que a cualquier otro
hombre -dijo Peredur.
Al da siguiente, Peredur parti y sigui el gran camino a lo largo de la cima de una montaa. Cuando
lleg al final de la montaa vio un valle redondo cuyos lmites eran boscosos y escarpados, mientras
que el centro era llano y con praderas, y entre las praderas y el bosque haba campos labrados. En medio
del bosque pudo ver grandes casas negras, de construccin tosca. Desmont y condujo su caballo al
bosque, y a cierta distancia del bosque vio una roca escarpada y un sendero que conduca hasta la roca.
Un len encadenado dorma junto a la roca. Al lado del len haba un profundo precipicio, inmenso,
lleno de huesos de animales y hombres. Peredur desenvain su espada y golpe al len, de modo que
cay suspendido de la cadena sobre el precipicio; con un segundo golpe rompi la cadena y el len cay
en el precipicio. Peredur hizo pasar a su caballo por el lado de la roca y lleg al valle. En el centro haba
un hermoso castillo y se dirigi hacia all. En el prado que haba delante del castillo vio a un gran
hombre de cabellos grises, el ms grande que nunca hubiera visto, y a dos jvenes lanzando sus
cuchillos, cuyos mangos eran de hueso de cetceos; uno de ellos tena los cabellos castaos y el otro
rubios. Peredur se acerc al hombre de los cabellos grises y le salud.
-Que la vergenza caiga sobre la barba de mi portero! -exclam.
Peredur comprendi que el portero era el len. El hombre de los cabellos grises y los dos jvenes se
dirigieron con l al castillo. Era un lugar hermoso y de noble aspecto. Entraron en la sala: las mesas
estaban puestas y sobre ellas haba comida y bebida en abundancia.
En aquel momento salieron de la habitacin una mujer de cierta edad y una joven. Eran las mujeres ms
grandes que jams haba visto. Se lavaron y fueron a comer. El hombre de los cabellos grises se sent
en la cabecera de la mesa, en el lugar ms digno, y la mujer de cierta edad a su lado, y Peredur y la
doncella se sentaron juntos. La doncella mir a Peredur y se puso muy triste. Peredur le pregunt la
causa de su tristeza.
-Amigo mo -respondi-, desde que te he visto, eres el hombre a quien ms amo del mundo. Mucho me
pesa ver a un joven tan noble como t condenado a morir maana. Has visto la gran cantidad de casas
negras que hay en el bosque? Todos son vasallos de mi padre, el hombre de los cabellos grises, y todos
son gigantes. Maana se levantarn contra ti y te matarn. Valle Redondo (Dyffryn Grwn) es el nombre
que se da a este valle.
293
Ygharst o Angharat, segn las Tradas una de las damas joviales de Bretaa (Loth, Mab., 11, 75).
- -
185
-Y bien!, hermosa doncella, cuidars de que mi caballo y mis armas estn en mi habitacin esta
noche?
-Por m y por Dios, lo har con mucho gusto, si puedo.
Cuando les pareci ms oportuno dormir que beber, se fueron a dormir. La doncella cuid de que el
caballo y las armas de Peredur estuvieran en la misma habitacin que l.
Al da siguiente por la maana, Peredur oy tumulto de hombres y caballos alrededor del castillo. Se
levant, se arm, equip a su caballo y se dirigi al prado. La mujer mayor y la doncella fueron a ver al
hombre de los cabellos grises.
-Seor dijeron-, toma la fe del joven de que no dir nada de lo que ha visto aqu y nosotras daremos la
fe de que no lo har.
-De ningn modo -respondi.
Peredur combati con la hueste y hacia el atardecer ya haba matado al tercio de la hueste, sin que
ninguno de ellos le hubiera causado el menor dao. La mujer mayor dijo entonces:
-Bien! El joven ha matado a muchos de tus hombres, concdele gracia!
-De ningn modo -respondi.
La mujer y la bella doncella miraban desde la almena del castillo. En esto Peredur se enfrent con el
joven de cabellos rubios y lo mat.
-Seor -exclam la doncella-, concede gracia al joven.
-De ningn modo -respondi el hombre de cabellos grises.
Entonces Peredur se enfrent con el joven de cabellos castaos y lo mat.
-Habras hecho mejor concediendo gracia a este joven antes de que hubiera matado a tus dos hijos.
Ahora te resultar difcil escapar.
-Ve t, doncella, y rugale que nos conceda gracia, puesto que nosotros no se la hemos concedido a l.
La doncella acudi junto a Peredur y le pidi. gracia para su padre y aquellos hombres que an estaban
con vida.
-Te la concedo -dijo Peredur- a condicin de que tu padre y todos los que estn por debajo de l vayan a
prestar homenaje al emperador Arturo y le digan que es Peredur quien le ha hecho este servicio.
-Lo haremos con mucho gusto.
-Adems os haris bautizar y pedir a Arturo que otorgue para siempre este valle a ti y a tus herederos.
Entonces entraron y la mujer y el hombre de los cabellos grises saludaron a Peredur. El hombre le dijo:
186
-Desde que poseo este valle, eres el primer cristiano que he visto salir de l con vida. Iremos a prestar
homenaje a Arturo, tomar la fe y el bautismo.
-Doy gracias a Dios -dijo Peredur- de no haber roto el juramento que hice a la mujer que ms amo de no
hablar a ningn cristiano.
Aquella noche permanecieron en el castillo. Al da siguiente, el hombre de cabellos grises y su hueste se
dirigieron a la corte de Arturo y le prestaron homenaje y Arturo los hizo bautizar. El hombre de los
cabellos grises cont a Arturo que haba sido Peredur quien le haba vencido. Arturo entreg el valle al
hombre de cabellos grises y a sus herederos para conservarlo bajo su poder, tal como le haba pedido
Peredur. Luego, con el permiso de Arturo, el hombre de cabellos grises regres al Valle Redondo.
Al da siguiente por la maana, Peredur sigui su camino a travs de tierras salvajes sin encontrar
ninguna construccin. Finalmente lleg a una pequea casa muy pobre y all oy decir que una
serpiente que yaca sobre un anillo de oro no permita vivienda alguna a siete millas a la redonda.
Peredur se dirigi donde estaba la serpiente y luch con furia, valor y desesperacin. Al final la mat y
se apoder del anillo.
Durante mucho tiempo err, sin dirigir la palabra a ningn cristiano; al final perdi su color y belleza, a
causa de la nostalgia que senta por la corte de Arturo, la mujer que ms amaba y sus compaeros.
Entonces se dirigi a la corte de Arturo y por el camino encontr a gentes de Arturo y a Kei a su cabeza,
que iban a cumplir una misin. Peredur les reconoci a todos, pero nadie le reconoci a l.
-De dnde vienes, seor? -dijo Kei.
Se lo pregunt dos y tres veces y Peredur no respondi. Kei le golpe con su lanza y le atraves el
muslo. Para no verse forzado a hablar y romper su juramento, Peredur hizo caso omiso y no se tom
venganza.
-Por m y por mi Dios, Kei -dijo Gwalchmei-, has hecho mal al herir a un joven como ste, porque no
puede hablar.
Regres a la corte de Arturo.
-Seora -dijo a Gwenhwyvar-, mira con qu maldad ha herido Kei a este joven porque no poda hablar.
Haz que los mdicos lo cuiden y a mi regreso sabr reconocer este servicio.
Antes de que los hombres hubieran regresado de su expedicin, un caballero lleg al prado junto a la
corte de Arturo a buscar a un hombre con quien combatir. Lo consigui: el caballero derrib a su
adversario y todos los das derribaba a algn hombre. Un da, Arturo y su squito fueron a la iglesia.
Vieron al caballero con su estandarte de combate alzado.
-Por el valor de mis hombres -dijo Arturo-, no me ir de aqu antes de que me traigas mi caballo y mis
armas para combatir con este patn.
Los sirvientes fueron a buscar su caballo y sus armas. Y Peredur se encontr con ellos cuando volvan y
cogi el caballo y las armas, y se dirigi al prado. Entonces todos, al verle ir al encuentro del caballero,
subieron a lo alto de las casas, a la colina y a lugares elevados para contemplar el combate. Peredur hizo
un signo al caballero con la mano, que indicaba el comienzo del combate. El caballero se precipit
contra l, pero no le movi del sitio. Entonces Peredur lanz su caballo a todo galope, le atac con valor
- -
187
y furia, terrible y duramente, y con ardor y fiereza le golpe bajo el mentn, le hizo saltar de la silla
lanzndolo muy lejos de l. Luego volvi y dej el caballo y las armas a los escuderos. Despus se
dirigi a pie a la corte. Desde entonces le llamaron el Caballero Mudo.
En aquel momento le vio Agharat Law Eurawc (Mano de Oro).
-Por m y por Dios, seor -dijo ella-, es una gran lstima que no puedas hablar. Si pudieras, te amara
ms que a cualquier hombre; y a fe ma, aunque no puedas, te amar ms que a nada del mundo.
-Dios te lo pague, hermana -dijo Peredur-; a fe ma, yo tambin te amo.
Entonces reconocieron a Peredur. Vivi en compaa de Gwalchmei, de Owein, hijo de Uryen, y de
todos los caballeros de la corte y permaneci en la corte de Arturo.
Arturo estaba en Kaer Llion, junto al Wysc. Un da fue a cazar con Peredur. Peredur lanz a su perro
sobre un ciervo. El perro mat al ciervo en un lugar desierto. A cierta distancia de l, Peredur vio
indicios de viviendas y se dirigi en aquella direccin. Vio una sala, y en la puerta a tres jvenes calvos
y de piel curtida jugando al ajedrez. Al entrar vio a tres doncellas sentadas sobre un lecho, con regios
atavos, tal como corresponde a gentes de noble nacimiento. Fue a sentarse junto a ellas, y una de ellas
le mir con atencin. y empez a llorar. Peredur le pregunt por qu lloraba.
-Mucho me pesa ver cmo matan a un joven tan hermoso como t -dijo ella.
-Quin quiere matarme? pregunt Peredur.
-Si no fuera peligroso que permanezcas aqu, te lo dira.
-Por muy grande que sea el peligro si permanezco aqu, te escuchar.
-Mi padre es el dueo de esta corte y mata a todos los que vienen aqu sin su permiso.
-Qu tipo de hombre es vuestro padre, para que pueda matar as a todos?
-Un hombre que odia y oprime a todos sus vecinos y que jams ha hecho bien a nadie de los que le
rodean.
En aquel momento vio que los jvenes se levantaban y quitaban las piezas del tablero. Oy un gran
ruido y despus del ruido entr un gran hombre negro y tuerto. Las doncellas se levantaron y le quitaron
sus vestimentas. Fue a sentarse. Cuando estuvo cmodamente sentado, dirigi la mirada a Peredur y
pregunt quin era aquel caballero.
-Seor -dijo la doncella que haba hablado con Peredur-, es el joven ms hermoso y ms noble que
jams hayas visto. Por Dios y en nombre de tu dignidad, comprtate gentilmente con l.
-Por amor a ti, as lo har y le conceder la vida por esta noche.
Entonces Peredur se acerc con ellos al fuego, comi, bebi y convers con las doncellas y cuando
estuvo ebrio por la bebida, Peredur dijo al hombre negro:
-Me sorprende que te consideres tan fuerte. Quin te quit el ojo?
188
-Siempre he tenido por costumbre no dejar con vida, ni por favor ni a ningn precio, a cualquiera que
me preguntara lo que t acabas de preguntar -respondi.
-Seor -dijo la doncella-, aunque diga necedades por la embriaguez, se fiel a tu palabra y a la promesa
que me has hecho.
-Lo har con mucho gusto, por amor a ti -dijo el hombre negro-. Le dejar con vida esta noche.
Y as fue. Al da siguiente, el hombre negro se levant, se arm y dijo a Peredur:
-Levntate, hombre, para sufrir la muerte.
-Si quieres combatir conmigo, hombre negro, una de las dos cosas: o te quitas tus armas o me das armas
para el combate -dijo Peredur.
-Ah! -le respondi-, podras combatir si tuvieras armas? Coge las que quieras.
En esto la doncella llev a Peredur las armas que le convinieron. Combati con el hombre negro hasta
que ste tuvo que pedirle gracia.
-Hombre negro, tendrs gracia durante el tiempo que tardes en decirme quin te sac el ojo -dijo
Peredur.
-Seor, te lo dir: ocurri combatiendo con la Serpiente Negra de Carn294. Hay all un montculo al que
llaman Cruc Galarus (Monte Doloroso) y en este montculo hay un carn, y en el carn una serpiente y en
la cola de la serpiente una piedra. La piedra tiene la virtud de que cualquiera que la tenga en una mano
puede tener en la otra el oro que desee. Combatiendo con la serpiente perd mi ojo. Mi nombre es el
Negro Opresor (Du Trahaawc) y me llaman as porque siempre he oprimido a todos los que estaban a
mi alrededor y no he hecho bien a nadie.
-A qu distancia de aqu se encuentra el monte que dices?
-Contar las jornadas de viaje que hay hasta all, y te dir a qu distancia est. El da en que partas de
aqu, llegars a la corte de los Nios del Rey del Sufrimiento.
-Por qu se les llama as?
-El addanc295 del lago los mata cada da. De all te dirigirs a la corte de la Seora de las Proezas.
-Cules son sus proezas?
-Su casa se compone de trescientos hombres. A todo extranjero que llega a la corte le cuentan las
proezas de la casa. Los trescientos hombres estn sentados lo ms cerca posible de la seora, no por
En el Irish-englisb Dictionary de P. S. Dinneen, se define carn como un montn de piedras con las
que los druidas realizaban sus hogueras el primero de mayo; el concepto carn se utiliza con mucha
frecuencia para dar nombre a lugares geogrficos (p. 119). Ver nota a Kulhwch y Olwen.
295
Ms frecuentemente avanc, designa un animal ms o menos fabuloso, segn unos autores un castor,
segn otros un cocodrilo (Loth, Mab., II, 85).
294
- -
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falta de consideracin hacia los huspedes, sino para contar las proezas de la casa. El da en que te
vayas de aqu llegars al Monte Doloroso. All se encuentran alrededor del monte los propietarios de
trescientos pabellones guardando la serpiente.
-Puesto que durante tanto tiempo has sido una plaga -dijo Peredur-, me ocupar de que en lo sucesivo
dejes de serlo.
Y Peredur lo mat y la doncella que haba hablado con l le dijo entonces:
-Si al venir aqu eras pobre, sers rico en lo sucesivo con el tesoro del hombre negro al que has matado.
Ya ves qu bellas y agradables doncellas hay en esta corte. Podrs tener a la que desees.
-No he venido aqu desde mi pas para tomar mujer, seora. Pero veo aqu a jvenes amables: que todos
se emparejen como deseen. No necesito nada de vuestros bienes.
Peredur sigui su camino y lleg a la corte de los Hijos del Rey de los Sufrimientos. Cuando entr en la
corte slo vio mujeres. Se levantaron a su llegada y le dieron la bienvenida. Empezaba a conversar con
ellas cuando vio venir a un caballo con una silla y sobre la silla un cadver. Una de las mujeres se
levant, cogi el cadver de la silla, lo ba en una tina llena de agua caliente, ms baja que la puerta, y
le aplic un ungento precioso. El hombre resucit, fue a saludar a Peredur y le dio la bienvenida.
Llegaron otros dos cuerpos en las sillas y la mujer los trat del mismo modo que al primero. Peredur
pregunt qu era todo aquello. Le dijeron que haba un addanc en una cueva y que los mataba cada da.
Y no dijeron ms aquella noche.
Al da siguiente, los jvenes se dispusieron a partir y Peredur les pidi que le dejaran ir con ellos por
amor a sus amantes. Ellos se negaron, dicindole que si le mataban nadie podra volverle a la vida.
Entonces se marcharon y Peredur les sigui. Los haba perdido de vista cuando encontr, sentada en lo
alto de un monte, a la mujer ms bella que jams haba visto.
-Conozco el objeto de tu viaje -le dijo-. Vas a combatir con el addanc y te matar no por su valor, sino
por su astucia. A la entrada de la cueva hay un pilar de piedra y puede ver a todos los que llegan sin ser
visto por nadie. Protegido por el pilar, mata a todos los que llegan con una lanza envenenada. Si me das
tu fe de amarme ms que a ninguna otra mujer en el mundo te dar una piedra, de forma que al entrar t
le podrs ver sin ser visto por l.
-Lo juro -dijo Peredur-. En cuanto te he visto, te he amado. Y dnde podr encontrarte?
-Bscame en direccin a la India -le respondi. Y la doncella desapareci despus de haber puesto la
piedra en la mano de Peredur.
Sigui su camino a travs de un valle regado por un ro. Sus limites eran boscosos, pero a ambos lados
del ro se extendan prados. En una de las orillas haba un rebao de corderos blancos y en la otra un
rebao de corderos negros. Cada vez que un cordero blanco balaba, un cordero negro atravesaba el agua
y se volva blanco. Cada vez que balaba, un cordero negro, un cordero blanco atravesaba el agua y se
volva negro.
En la orilla del ro vio un gran rbol y la mitad del rbol arda desde la raz hasta la cima y la otra mitad
tena verde hojarasca. Ms arriba, Peredur vio sentado en la cima del monte a un joven que sujetaba con
la correa a dos perros de caza de pecho blanco y moteados, tendidos a su lado. Peredur pens que jams
haba visto a nadie de aspecto tan regio. En el bosque que se encontraba frente a l oy a perros
190
levantando una manada de ciervos. Peredur salud al joven y ste le devolvi el saludo. Como del
monte salan tres senderos, dos de ellos anchos y el tercero ms estrecho, Peredur le pregunt a dnde
conducan.
-Un sendero conduce a mi corte contest-. Te aconsejo que te dirijas all donde est mi mujer o que te
quedes aqu conmigo y vers a los perros acosando a los fatigados ciervos desde el bosque hasta la
llanura; luego vers a los mejores lebreles y a los ms bravos que jams hayas visto, matando a los
ciervos junto al agua a nuestro lado. Cuando llegue el momento de comer, mi criado vendr con mi
caballo y sers bien recibido esta noche en la corte.
-Que Dios te lo pague, pero no me quedar. Quiero seguir mi camino.
-El segundo sendero conduce a una ciudad que est cerca de aqu, donde encontrars, a cambio de
dinero, comida y bebida. El tercero, ms estrecho, conduce a la cueva del addanc.
-Con tu permiso, seor, a ese lugar me dirijo.
Y Peredur se dirigi a la cueva y cogi la piedra en su mano izquierda y la lanza en su mano derecha. Al
entrar vio al addannc. Lo atraves de un golpe de lanza y le cort la cabeza. Al salir de la cueva
encontr en la entrada a sus tres compaeros. Saludaron a Peredur y le dijeron que estaba predicho que
sera l quien destruyera la plaga. Peredur les dio la cabeza de la serpiente y ellos a cambio le ofrecieron
que tomara como mujer a la que prefiriera de sus tres hermanas y la mitad de su reino con ella.
-No he venido aqu para tomar mujer -dijo Peredur-. Pero si hubiera deseado a alguna mujer,
posiblemente habra sido vuestra hermana a la que ms hubiera deseado.
Y Peredur continu su camino y oy un gran ruido detrs de l. Se gir y vio a un hombre montado en
un caballo rojo y cubierto de armas rojas. Al llegar frente a Peredur, el caballero le salud en nombre de
Dios y de los hombres y Peredur salud al caballero con amabilidad.
-Seor -dijo ste-, he venido aqu para hacerte una peticin.
-Cul? -pregunt Peredur.
-Quiero ser tu vasallo -le respondi.
-Y a quin tendra por vasallo, si te tomara?
-No ocultar quin soy. Me llaman Etlym Gleddyvcoch (Espada Roja) y soy conde de las marcas del
Este.
-Me sorprende que te ofrezcas como vasallo a un hombre cuyos dominios no son mayores que los tuyos.
Slo poseo un condado. Pero puesto que quieres ser mi vasallo, te acepto gustoso.
Se dirigieron a la corte de la condesa de las Proezas. En la corte fueron bien recibidos. Les dijeron que
si les sentaban en la mesa en un lugar ms bajo que a la familia, no era para faltarles al respeto, sino
porque era la costumbre de la corte. Aqul que venciera a los trescientos hombres de la condesa tendra
el derecho de sentarse a la mesa lo ms cerca posible de ella y sera a quien ella ms amara. Peredur
derrib a los trescientos hombres de la casa y se sent junto a la condesa, que le dijo:
- -
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-Doy gracias a Dios por tener a un joven tan hermoso y valiente como t, puesto que jams he tenido al
hombre que ms amaba.
-Quin era? -1e pregunt Peredur.
-Por mi fe, Etlym Gleddyvcoch (Espada Roja) era el hombre que ms amaba, pero jams le he visto.
-En verdad -respondi-, Edym es mi compaero y est aqu. Por amor a l he combatido con tus gentes;
l habra podido hacerlo mejor que yo, si hubiera querido. Te lo entrego.
-Dios te lo pague, hermoso joven; acepto al hombre al que ms amo.
Y aquella noche Etlym y la condesa se acostaron juntos.
Al da siguiente Peredur quiso partir hacia el Monte Doloroso.
-Por tu mano, seor -dijo Etlym-, quiero ir contigo.
Siguieron su camino hasta que vieron el monte y los pabellones.
-Dirgete a esas gentes -dijo Peredur a Etlym-y ordnales que vengan a prestarme homenaje.
Etlym fue hacia ellos y les dijo:
-Venid a prestar homenaje a mi seor.
-Y quin es tu seor? -le preguntaron.
-Peredur Paladyr Hir (Lanza Larga) -respondi Etlym.
-Si estuviera permitido matar a un mensajero, no volveras vivo junto a tu seor por haber hecho a
reyes, condes y barones una peticin tan arrogante como la de ir a prestar homenaje a tu seor.
Etlym regres junto a Predur. Peredur le pidi que regresara junto a ellos y les diera a escoger entre
prestarle homenaje o combatir con l. Prefirieron combatir. Y aquel mismo da Peredur derrib a los
propietarios de cien pabellones. Al da siguiente derrib a los propietarios de otros cien. Al tercer da,
los cien que quedaban decidieron prestarle homenaje. Peredur les pregunt lo que hacan all. Le
respondieron que vigilaban a la serpiente hasta que estuviera muerta; luego combatiran entre ellos por
la piedra y sta pertenecera al vencedor.
-Esperadme aqu -dijo Peredur-, voy a luchar contra la serpiente.
-No, seor -dijeron-. Iremos juntos a combatir con la serpiente.
-En modo alguno -dijo Peredur-. Si alguien matara a la serpiente jams conquistara la fama entre
vosotros.
Y se dirigi al lugar donde estaba la serpiente y la mat. Luego volvi junto a ellos y les dijo:
-Contad vuestros gastos desde que habis venido aqu y os pagar en oro.
192
Pag a cada uno lo que corresponda y slo les pidi que fueran sus vasallos. Luego dijo a Etlym:
-Vuelve junto a la mujer que ms amas y yo seguir mi camino, quiero recompensarte por el homenaje
que me has prestado.
Y entonces dio la piedra a Etlym.
-Dios te lo pague y allane el camino ante ti -dijo Etlym.
Peredur se alej y lleg a un valle regado por un ro, el ms bello que jams hubiera visto. Vio all
muchos pabellones de diferentes colores; pero lo que ms le sorprendi fue la gran cantidad de molinos
de agua y molinos de viento que haba all. Tropez con un hombre de cabellos castaos que tena
aspecto de artesano y le pregunt quin era.
-Soy el jefe molinero de todos estos molinos -respondi.
-Podras alojarme en tu casa? -le pregunt Peredur.
-Con mucho gusto -le respondi.
Peredur fue a casa del molinero y vio que la casa del molinero era bonita y agradable. Pidi dinero en
prstamo al molinero para comprar comida y bebida para l y las gentes de la casa, y se comprometi a
devolvrselo antes de partir. Luego pregunt al molinero la razn de toda aquella aglomeracin. El
molinero dijo a Peredur:
-Una de las dos cosas: o vienes de muy lejos o eres un necio. La emperatriz de la gran Cristinobyl
(Constantinopla) est aqu y slo quiere por esposo al hombre ms valeroso, pues no necesita riquezas.
Se han establecido aqu una multitud de molinos porque sera imposible traer vveres para tantos
millares de hombres.
Aquella noche descansaron.
Al da siguiente Peredur se levant, se arm y equip a su caballo para ir al torneo. En medio de los
pabellones distingui uno, el ms bello que jams hubiera visto, y vio a una bella doncella que sacaba la
cabeza por la ventana del pabelln. Jams haba visto una doncella ms bella. Iba vestida con brocado
de oro. Peredur la mir fijamente y su amor le penetr profundamente. Se qued contemplndola desde
la maana hasta el medioda y desde el medioda hasta nonas. El torneo termin y volvi a su
alojamiento. Se quit las armas y pidi dinero en prstamo al molinero. La mujer del molinero se
indign con Peredur, pero no obstante, el molinero se lo prest. Al da siguiente hizo lo mismo que el
da anterior. Luego volvi por la noche a su alojamiento y tom dinero prestado del molinero.
Al tercer da, mientras estaba en el mismo lugar contemplando a la doncella, recibi un gran golpe del
mango de un hacha entre el cuello y los hombros. Regres, y cuando el molinero le vio, le dijo:
-Escoge una de las dos cosas: o te marchas o vas al torneo.
Peredur sonri al orle y se dirigi al torneo. Derrib a todos los que se enfrentaron con l aquel da;
envi todos los hombres que derrib como presente a la emperatriz,y los caballos y las armas a la mujer
del molinero como pago por el dinero prestado. Peredur sigui en el torneo hasta que los hubo derribado
- -
193
a todos. Y envi a la emperatriz como prisioneros a todos los hombres que derrib y los caballos y las
armas a la mujer del molinero como pago por el dinero prestado.
La emperatriz envi a un mensajero, junto al Caballero del Molino, para pedirle que fuera a verle.
Peredur hizo caso omiso al primer mensaje y la emperatriz envi un segundo. A la tercera vez le envi a
cien caballeros a pedirle que fuera a verle y si no iba por su propia voluntad orden que lo llevaran a la
fuerza. Acudieron junto a l y le transmitieron el mensaje de la emperatriz. Jug muy bien con ellos.
Los hizo atar con cuerdas de nervios de corzos y los ech en el cercado del molino.
La emperatriz pidi consejo al ms sabio de sus consejeros. Le dijo que con su permiso ira a ver a
Peredur. Acudi junto a l, le salud y rog, por el amor de su amante, que fuera a ver a la emperatriz, y
Peredur fue all con el molinero y se sent en el primer sitio que vio al entrar en el pabelln. La
emperatriz fue a sentarse junto a l y, despus de una breve conversacin, Peredur se despidi de ella y
volvi a su alojamiento.
Al da siguiente volvi a verla. Cuando entr en el pabelln no haba lugar que se encontrara en ms
pobre estado que otro, ya que no saban dnde ira a sentarse. Peredur se sent junto a la emperatriz y
conversaron amigablemente. En esto entr un hombre negro que en la mano llevaba una copa de oro
llena de vino. Se arrodill ante la emperatriz y le rog que slo se lo diera a aqul que quisiera combatir
con l delante de ella.
Ella mir a Peredur.
-Seora -dijo Peredur-, dame la copa.
Bebi el vino y dio la copa a la mujer del molinero. En esto entr otro hombre negro, mayor que el
primero, llevando una ua de pryv296 en la mano, en forma de copa y llena de vino. Se lo dio a la
emperatriz y le rog que slo se lo regalara a quien combatiera con l.
-Seora -dijo Peredur-, dmela.
Y, se la dio a Peredur y Peredur bebi el vino y dio la copa a la mujer del molinero. En aquel momento
entr un hombre de cabellos pelirrojos rizados, ms grande que los dos anteriores, con una copa de
cristal en la mano llena de vino. Se arrodill y la puso en la mano de la emperatriz pidindole que slo
se la diera a quien combatiera con l. Ella se la dio a Peredur y
ste se la envi a la mujer del molinero. Peredur pas aquella noche en su alojamiento. Al da siguiente
se arm y equip a su caballo y se dirigi al prado. Peredur mat a los tres hombres negros y luego se
dirigi al pabelln.
-Bello Peredur -le dijo la emperatriz-, recuerda la fe que me diste cuando te regal la piedra y mataste al
addanc.
-Seora, dices verdad, no lo he olvidado -respondi Peredur.
Y Peredur gobern con la emperatriz durante catorce aos, segn cuenta la historia.
Arturo se encontraba en Kaer Llion, junto al Wysc, su corte principal. En medio de la sala estaban
sentados cuatro hombres sobre un manto de brocado: Owein, hijo de Uryen; Gwalchmei, hijo de Gwyar;
296
Propiamente gusano. En Nennius, vermes se refiere tambin al dragn (Loth, Mab., II, 95).
194
Hywell, hijo de Emyr Llydaw, y Peredur Paladyr Hir (Larga Lanza). De pronto entr una joven con los
cabellos negros rizados en un mulo amarillo, llevando en la mano bastas lanas. Su aspecto era rudo y
desagradable: su rostro y sus manos eran ms negras que el hierro ms negro templado en la pez. Pero
el color no era lo ms feo de ella, sino la forma de su cuerpo; tena prominentes mejillas y la piel de la
cara le colgaba, su nariz era pequea pero de amplias aletas y tenia un ojo gris verde brillante y el otro
negro como el jade, hundido profundamente en la cabeza. Los dientes eran largos y amarillos, ms
amarillos que la flor de la retama, y su vientre se abultaba en el esternn hasta ms arriba del mentn.
Su espina dorsal tena forma de cayado. Sus caderas eran anchas de hueso, pero toda la parte inferior de
su cuerpo era delgado, a excepcin de los pies y las rodillas que eran gruesos.
Salud a Arturo y a toda su casa menos a Peredur. Habl a Peredur en trminos irritados y
desagradables:
-Peredur, no te saludo, pues no lo mereces. El destino estaba ciego cuando te concedi sus favores y la
gloria. Cuando fuiste a la corte del Rey Tullido, viste all a un joven que llevaba una lanza de cuyo
extremo manaba una gota de sangre que corri, como si fuera un torrente, hasta el puo del joven; y
viste adems otros prodigios, pero no preguntaste ni por el significado ni por la causa. Si lo hubieras
hecho, el rey habra conseguido salud y paz para sus estados. Pero en lo sucesivo slo habr combates y
guerras, caballeros muertos, mujeres viudas y doncellas que no encontrarn socorro, y todo por tu culpa
-y dirigindose a Arturo dijo-: Seor, con tu permiso, mi alojamiento est lejos de aqu y no es otro que
el Noble Castillo (syberw). No s si has odo hablar de l. Hay all quinientos sesenta y seis caballeros
ordenados y cada uno tiene con l a la mujer que ms ama. Cualquiera que desee conquistar la gloria
por las armas, la justa y los combates, la encontrar all, si es digno de ello. Pero aqul que aspire a la
mayor fama y gloria s dnde podr conquistarla. En una montaa que se ve desde todos los lugares hay
un castillo, y en ese castillo una doncella a la que tienen asediada. Quien la libere adquirir la mayor
fama del mundo.
Diciendo estas palabras, ella sigui su camino.
-A fe ma -dijo Gwalchmei-, no dormir tranquilo hasta que sepa si puedo liberar a la doncella.
Muchos hombres de Arturo sintieron lo mismo que Gwalchmei. De otra forma habl Peredur:
-A fe ma, no dormir en paz hasta que no conozca la historia y el significado de la lanza de la que ha
hablado la joven negra.
Todos se estaban preparando, cuando se present en la entrada un caballero que tena la estatura y el
vigor de un guerrero, equipado de caballo y armas. Salud a Arturo y a toda su casa menos a
Gwalchmei. En el hombro llevaba un escudo labrado en oro con una banda de azur y todas sus armas
eran del mismo color. Dijo a Gwalchmei:
-Has matado a mi seor con engaos y a traicin, y lo probar contra ti.
Gwalchmei se levant y dijo:
-Toma mi gaje contra ti, aqu o en el lugar que quieras, pues no soy ni embustero ni traidor.
-La batalla entre t y yo deber ser en presencia del rey, mi soberano.
-Con mucho gusto --dijo Gwalchmei-, Sigue tu camino, yo te seguir.
- -
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El caballero sigui su camino y Gwalchmei hizo sus preparativos. Le ofrecieron ms armas, pero l slo
quiso las suyas. Una vez armados, Gwalchmei y Peredur partieron tras el caballero juntos por
camaradera y por el gran afecto mutuo que sentan. Pero no fueron juntos a la bsqueda, sino cada uno
por su lado.
Al amanecer, Gwalchmei lleg a un valle regado por un ro y en el valle vio un recinto amurallado y en
el recinto una gran corte rodeada por poderosas torres muy elevadas. Vio salir a un caballero que parta
para la caza, montado sobre un palafrn de un negro reluciente, con ollares anchos que trotaba a paso
fogoso y acompasado, rpido y seguro. El hombre era el propietario de la corte. Gwalchmei le salud.
-Dios te proteja, seor -dijo el caballero-, de dnde vienes?
-De la corte. de Arturo -respondi.
-Eres vasallo de Arturo? le pregunt.
-S, a fe ma -elijo Gwalchmei.
-Te dar un buen consejo -dijo el caballero-. Te veo cansado y agotado, ve a mi corte y qudate all esta
noche, si te parece bien.
-Con mucho gusto, seor. Dios te lo pague.
-Toma este anillo como seal para el portero; luego dirgete a aquella torre. All se encuentra mi
hermana.
Gwalchmei se present en la entrada, ense el anillo al portero y se dirigi a la torre.
En el interior arda un gran fuego del que sala una llama clara, elevada y sin humo; junto al fuego
estaba sentada una hermosa y majestuosa doncella, y la doncella se alegr al verle, le dio la bienvenida
y fue a su encuentro. Y l fue a sentarse junto a la joven. Comieron y despus mantuvieron una
conversacin amigable. En esto entr un hombre de cabellos blancos, respetable.
-Ah, miserable puta! -exclam-. Si supieras lo impropio que es estar aqu sentada y jugando con este
hombre, con toda seguridad ni te sentaras ni jugaras con l!
Diciendo estas palabras se march.
-Seor -dijo la doncella-, s siguieras mi consejo, cerraras la puerta, pues este hombre puede ponerte en
peligro.
Gwalchmei se levant. Al llegar a la puerta vio que el hombre completamente armado suba a la torre
con otros sesenta compaeros.
Gwalchmei se protegi con el tablero de ajedrez y logr impedir que subieran, hasta que el conde hubo
regresado de la caza.
-Qu ocurre aqu? --dijo el conde al llegar.
196
-Algo poco honroso -respondi el hombre de los cabellos blancos-. Esa vil mujer ha estado toda la
noche sentada y bebiendo en compaa del hombre que mat a vuestro padre: es Gwalchmei, hijo de
Gwyar,
-Deteneos ahora -dijo el conde-. Voy a entrar.
El conde dio la bienvenida a Gwalchmei.
-Seor -dijo-, has obrado mal viniendo a nuestra corte, si sabas que habas matado a nuestro padre.
Aunque nosotros no podamos vengarle, Dios le vengar.
-Amigo -dijo Gwalchmei-, la verdad a este respecto es la siguiente: no he venido aqu para confesar que
mat a vuestro padre ni para negarlo. Estoy cumpliendo una misin para Arturo y que tambin a m me
atae, Te pido un plazo de un ao, hasta la vuelta de mi misin, y entonces, a fe ma, vendr a esta corte
para confesarlo o negarlo.
Se le concedi el plazo y pas la noche en la corte. Al da siguiente parti y la historia no dice nada ms
con respecto a esta expedicin de Gwalchmei297.
Peredur segua su camino. Err a travs de la isla buscando noticias de la joven negra, pero no logr
saber nada, y lleg a una tierra que no conoca, en el valle de un ro. Cuando estaba atravesando el valle
vio venir a un hombre a caballo con insignias de sacerdote y le pidi su bendicin.
-Miserable -respondi-, no mereces mi bendicn y ninguna ventura te aportar llevar armas en un da
como hoy.
-Qu da es hoy? -pregunt Peredur.
-Hoy es Viernes Santo -le respondi.
-No me hagas reproches, no lo saba. Hoy hace un ao que sal de mi pas.
Entonces Peredur desmont y llev su caballo de las bridas. Sigui durante un rato el camino grande y
luego cogi un atajo que le condujo a travs del bosque. Al final del bosque vio un castillo que le
pareci habitado. Se dirigi all y a la entrada encontr al mismo sacerdote con el que se haba
encontrado antes y le pidi la bendicin.
-Dios te bendiga -respondi el sacerdote-, es ms adecuado viajar as en el da de hoy. Esta noche te
quedars conmigo.
Peredur pas la noche en el castillo. Al da siguiente, como Peredur pensaba partir, el sacerdote le dijo:
-No es da hoy para viajar. Te quedars conmigo, hoy, maana y pasado maana, y te dir todo lo que
s con respecto a lo que buscas.
En el Perceval de Chrtien, se relatan con gran extensin las aventuras de Gauvain (Gwalchmei) que
se alternan con las de Perceval
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Al cuarto da Peredur decidi seguir su camino y pregunt al sacerdote por el Castillo de los
Prodigios298.
-Te dir todo lo que s -le respondi-. Atraviesa aquella montaa y al otro lado de la montaa
encontrars un ro y en el valle de ese ro la corte de un rey. En Pascuas estuvo all el rey. Si hay un
lugar donde te puedan decir algo del Castillo de los Prodigios, se es realmente el nico.
Peredur parti y lleg al valle del ro y all encontr un squito que iba a cazar y en medio de aquellas
gentes haba un hombre de alto rango. Peredur le salud y aquel hombre le dijo:
-Escoge, seor: o vienes de caza con nosotros o vas a la corte. Enviar a alguien de mi squito para que
te conduzca hasta mi hija que est en la corte, y ella te dar de comer y beber mientras esperas que
regrese de la caza. Si ests buscando algo que yo te pueda procurar, lo har con mucho gusto.
El rey hizo acompaar a Peredur por un criado pequeo y rubio. Cuando llegaron a la corte, la seora
acababa de levantarse y se dispona a lavarse. Peredur se acerc a ella, le salud con cortesa y le hizo
sentar a su lado. Comieron juntos. A todo lo que Peredur le deca, ella responda con fuertes risas, de
modo que toda la corte poda orla.
-A fe ma -dijo entonces el pequeo criado de cabellos rubios-, si alguna vez has tenido marido, es
realmente este joven. Si todava no lo has tenido, con toda seguridad que tu espritu y pensamiento se
han clavado en l.
Luego el pequeo criado rubio se dirigi junto al rey y le dijo que, segn su parecer, el joven al que
haba encontrado era el marido de su hija.
-Si an no lo es -aadi-, lo ser en seguida, si no te pones en guardia.
-Cul es tu consejo, criado? -dijo el rey.
-Te aconsejo que enves a hombres valientes para que caigan sobre l y lo tengas en tu poder hasta que
ests seguro de l.
El rey envi a sus hombres para que apresaran a Peredur y lo encerraran. Entonces la doncella fue a ver
a su padre y le pregunt por qu haba hecho encerrar al caballero de la corte de Arturo.
-En verdad -respondi-, no estar libre ni esta noche, ni maana, ni pasado maana y jams saldr del
lugar donde est.
Ella no protest a lo que haba dicho el rey y acudi junto al joven.
-Te resulta desagradable estar aqu? -le pregunt.
-Preferira no encontrarme en esta situacin -respondi.
-Tu lecho y tu estancia no sern peores que los del rey y tendrs a tu gusto las mejores canciones de la
corte. Si te resulta agradable que coloque aqu mi lecho para conversar contigo, lo har con mucho
gusto.
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-Que Dios Nuestro Seor te lo pague, pero no he venido aqu para tomar mujer.
-Qu buscas entonces, seor?
-Voy en bsqueda del Castillo de los Prodigios.
-Los pensamientos de este seor son mucho ms elevados de lo que creamos -dijo la doncella-. Tendrs
noticias del castillo, hombres que te conducirn a travs de los dominios de mi padre y abundantes
provisiones y t, seor, eres el hombre al que ms amo.
Y entonces le dijo:
-Atraviesa aquella montaa, luego vers un pantano y, en medio del pantano, un castillo: ese castillo lo
llaman el Castillo de los Prodigios.
Peredur se dirigi al castillo. La puerta de la entrada estaba abierta. Al llegar a la sala encontr la puerta
abierta. Entr y vio un juego de ajedrez y los dos grupos de piezas enfrentados. Uno de ellos soportaba
perder la partida y el otro lanzaba exclamaciones de jbilo como hubiera hecho un hombre 299. Peredur
se enoj, puso las piezas en su regazo y lanz el tablero al lago. En aquel momento entr una doncella
negra que le dijo:
-Que Dios no te conceda su gracia. Con demasiada frecuencia haces mal en lugar de bien. Por tu culpa
la emperatriz ha perdido su tablero de juego y eso no lo habra deseado por todo su imperio.
-Habra algn medio de recobrar el tablero?
-S, si fueras al Castillo de Ysbidinongil. Hay all un hombre negro que est devastando una gran parte
de los dominios de la emperatriz. Mtalo y recobrars el tablero. Pero si vas all, no regresars con vida.
-Quieres guiarme hasta all? -pregunt Peredur.
-Te indicar el camino -le respondi.
Lleg al castillo de Ysbidinongil y combati con el hombre negro. Y el hombre negro pidi gracia a
Peredur.
-Te la concedo -dijo Peredur- a condicin de que el tablero est en el lugar donde estaba cuando entr
en la sala.
En aquel momento lleg la doncella negra y le dijo:
-Que la maldicin de Dios caiga sobre t por tus esfuerzos, por haber dejado con vida a esta plaga que
est devastando los dominios de la emperatriz.
-Le he dejado con vida para recuperar el tablero -dijo Peredur.
El juego de ajedrez de Gwenddoleu o Gwendoolen figura entre las trece maravillas de la isla (Loth,
Mab., 11, 106).
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-Seor -dijo-, fue a m a quien viste con la apariencia de la doncella negra en la corte de Arturo y
cuando tiraste el tablero del juego, y cuando mataste al hombre negro de Ysbidinongil, y cuando
mataste al ciervo, y cuando combatiste con el hombre de la piedra plana. Tambin era yo quien se
present con la cabeza sangrando en la bandeja y con la lanza de la que manaba un ro de sangre desde
su extremo hasta mi puo a lo largo de todo el asta. La cabeza era la de tu primo hermano. Las brujas de
Kaerloyw lo mataron y fueron ellas quienes dejaron tullido a tu to. Yo soy tu primo y est predicho que
t tomaras venganza.
Peredur y Gwalchmei decidieron enviar mensajeros a Arturo y las, gentes de su casa para pedirles que
fueran a luchar contra las brujas. Y empez la lucha contra las brujas. Una de las brujas mat a uno de
los hombres de Arturo ante Peredur y Peredur le pidi que desistiera. Por segunda vez la bruja mat a
un hombre ante Peredur y por segunda vez Peredur le pidi que desistiera. Por tercera vez la bruja mat
a un hombre ante Peredur y Peredur desenvain la espada y descarg tal golpe en la campana del yelmo
que rompi el yelmo y todas las armas y le parti la cabeza en dos. Ella lanz un grito y orden a las
brujas que huyeran dicindoles que all estaba Peredur, el hombre que haba aprendido con ellas
caballera y que su destino era matarlas. Entonces Arturo y sus gentes cayeron sobre las brujas y todas
las brujas de Kaerloyw murieron.
Y esto es lo que se cuenta del Castillo de los Prodigios.
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-Doncella -dijo-, ayer noche obtuve permiso para ir a ver la caza. Que una de vosotras vaya al establo y
me traiga un caballo apropiado para ser montado por una mujer.
Una de ellas fue all, pero en el establo slo encontr dos caballos. Gwenhwyvar y una de las doncellas
montaron en los dos caballos, atravesaron Wysc y siguieron el rastro de hombres y de caballos. Cuando
cabalgaban as, oyeron un gran ruido. Miraron atrs y vieron un caballo de caza de enorme estatura,
montado por un joven de cabellos castaos, con las piernas desnudas y aspecto principesco. De la
cadera le colgaba una espada de empuadura de oro y vesta una tnica y una cota de armas de brocado
y calzaba dos botas bajas de cordobn. Por encima llevaba una capa de color azul prpura, adornado
con una manzana de oro en cada ngulo. El caballo marchaba con la cabeza erguida, a paso rpido,
brioso y acompasado. El caballero alcanz a Gwenhwyvar y la salud:
-Que Dios te favorezca, Gereint -le respondi- Te he reconocido en cuanto te he visto. Seas bienvenido
en nombre de Dios. Por qu no has ido a cazar con tu seor?
-Porque parti sin que me enterara -dijo.
-Tambin a m me sorprendi que se fuera sin advertirme.
-Yo estaba durmiendo, seora, de modo que no me di cuenta de su marcha.
-T eres el mejor compaero que tengo. La caza podra ser tan distrada para nosotros como para ellos:
oiremos los cuernos cuando los hagan sonar, oiremos a los perros cuando los suelten y cuando acorralen
al ciervo.
Llegaron al lindero del bosque y all se detuvieron.
-Desde aqu oiremos cuando suelten a los perros -dijo ella.
En aquel momento oyeron un gran ruido. Miraron en aquella direccin y vieron a un enano montado
sobre un caballo alto y grande, de amplios ollares, fuerte y brioso que pareca devorar el espacio. El
enano sostena en la mano un ltigo; junto a l vieron una dama sobre un hermoso caballo blanco, de
paso uniforme y orgulloso, y la dama vesta una tnica de brocado de oro. A su lado vieron a un
caballero montado sobre un caballo de guerra de gran estatura y lleno de fango, y caballo y caballero
iban protegidos con resplandecientes y pesadas armas. Y pensaba que con toda seguridad jams haban
visto caballero ni armas de proporciones ms considerables. Los tres estaban uno junto a otro.
-Gereint -dijo Gwenhwyvar-, conoces t a ese gran caballero que est all?
-No le conozco -respondi-, y esas armas extranjeras no me permiten ver ni su rostro ni su expresin.
-Ve, doncella -dijo Gwenhwyvar-, y pregunta al enano quin es ese caballero.
La doncella se dirigi junto al enano; cuando el enano vio que se acercaba, la esper.
-Quin es ese caballero? -pregunt la doncella al enano.
-No te lo dir -respondi.
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el caballero a travs de la ciudad, las gentes de todas las casas se levantaban para saludarle y desearle la
bienvenida, y cuando Gereint entr en la ciudad mir todas las casas para ver si encontraba a alguien
que hubiera visto alguna vez. Pero no conoca a nadie y nadie le conoca a l, de modo que de nadie
podra esperar el prstamo de armas o sobre gaje. Vio que todas las casas estaban llenas de hombres,
armas y caballos, de gentes que bruan sus escudos, limpiaban las espadas, pulan las armas y herraban
los caballos.
El caballero, la dama y el enano se dirigieron al castillo. Todas las gentes del castillo los recibieron
bien, en las almenas, en las puertas y en todos lados se rompan el cuello para saludarles y recibirles.
Gereint se detuvo para ver si permaneceran mucho tiempo en el castillo. Cuando estuvo seguro de que
se quedaban all, mir a su alrededor y vio a cierta distancia de la ciudad una vieja corte en ruinas con
una sala muy deteriorada. Como no conoca a nadie en la ciudad, se dirigi hacia all. Y al llegar no vio
ms que una habitacin a la que conduca una escalera de mrmol. En la escalera estaba sentado un
hombre de cabellos blancos, vestido con ropas viejas y usadas. Gereint le mir fijamente durante largo
rato.
-Joven -dijo el anciano-, en qu piensas?
-Estoy pensativo porque no s a dnde ir esta noche -respondi Gereint.
-Quieres pasar aqu la noche, seor? Te daremos lo mejor que tengamos.
Gereint avanz y sigui al anciano hasta la sala. Gereint desmont en la sala y dej all su caballo y se
dirigi a la habitacin con el anciano. Vio en la habitacin a una mujer muy mayor, sentada sobre un
cojn y vestida con viejas ropas de brocado de seda: Gereint pens que si hubiera estado en la flor de su
juventud habra sido difcil encontrar mujer ms bella. A su lado estaba una doncella que vesta una
camisa y una capa muy viejas, que ya empezaban a estar radas. Gereint pens que jams haba visto
joven ms hermosa, con mayor gracia y gentileza que aqulla. El hombre de los cabellos blancos dijo a
la doncella:
-Esta noche no hay aqu ms criado que t para ocuparse del caballo de este joven.
-Le atender lo mejor que pueda, a l y a su caballo -respondi.
Y la doncella le quit las botas al joven, provey abundantemente a su caballo de paja y trigo, luego se
dirigi a la sala y regres a la habitacin.
-Ve ahora a la ciudad -le dijo entonces el anciano- y haz que traigan la mejor comida que encuentres.
-Con mucho gusto, seor -le respondi.
Y la doncella fue a la ciudad. Y ellos conversaron mientras la doncella estuvo en la ciudad. Regres en
seguida acompaada de un servidor que llevaba en la espalda un cantarillo lleno de aguamiel y un
cuarto de buey joven. La doncella llevaba en sus manos una rodaja de pan blanco y en su capa otro pan
ms delicado. Subi a la habitacin y dijo:
-No he podido conseguir mejor comida y tampoco me habran prestado para otra mejor.
-Est muy bueno -dijo Gereint.
- -
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Hicieron cocer la carne. Cuando la comida estuvo preparada, se sentaron a la mesa. Gereint se sent
entre el hombre de cabellos blancos y su mujer. La doncella les sirvi y comieron y bebieron.
Terminada la comida, Gereint se puso a conversar con el anciano y le pregunt si haba sido el primer
propietario de la corte donde habitaba.
-S -respondi-, la constru yo, y la ciudad y el castillo que has visto me pertenecieron.
-Oh! -exclam Gereint-, y por qu lo perdiste?
-Perd adems un gran condado, y sta fue la causa: tena un sobrino, un hijo de mi hermana, y en mi
poder estaban sus dominios y los mos. Cuando se sinti con fuerza, reclam sus dominios. Yo se los
negu y entonces me hizo la guerra y conquist todo lo que posea307.
-Buen seor, querras explicarme por qu han venido hace un rato a esta ciudad un caballero, una dama
y un enano, y por qu todas las gentes de la ciudad han estado preparando las armas? -pregunt Gereint.
-Son los preparativos para la justa de maana que organiza el joven conde. En el prado fijarn dos
horcas sobre las que reposar una vara de plata; sobre la vara colocarn un gaviln, que ser el premio
de la justa. All estarn todos los hombres, caballos y armas que has visto en la ciudad. Cada uno ir
acompaado por la mujer que ms ame, pues de otra forma no sera admitido en la justa. El caballero
que has visto, ha conquistado el gaviln durante dos aos consecutivos. Si lo conquista por tercera vez,
en lo sucesivo se lo enviarn cada ao, sin que tenga que venir l mismo, y ser llamado el Caballero
del Gaviln.
-Buen seor -dijo Gereint-, qu me aconsejas con respecto a ese caballero y acerca del ultraje que su
enano nos hizo a m y a la doncella de Gwenhwyvar, mujer de Arturo?
Entonces Gereint cont al hombre de cabellos blancos la historia del ultraje.
-Me resulta difcil darte un consejo -respondi-, pues no hay aqu ni mujer ni doncella de la que puedas
declararte campen. Si combatieras con l, te ofrecera las armas que llevaba antao, as como mi
caballo, si lo prefieres al tuyo.
-Buen seor -dijo Gereint-, Dios te lo pague. Prefiero mi caballo porque estoy acostumbrado a l y me
contentar con tus armas. Me permitiras declararme campen de esta doncella, tu hija, en el encuentro
de maana? Si salgo con vida de la justa, la doncella tendr mi fe y mi amor mientras viva. Si, por el
contrario, no regreso con vida, ella ser tan casta como antes.
-Con mucho gusto -dijo el anciano-. Puesto que as lo decides, maana por la maana debers tener
dispuestos tu caballo y armas. El Caballero del Gaviln anunciar la justa as: invitar a la mujer que
ms ama a coger el gaviln. Dir que es a ella a quien ms le corresponde, que ella lo gan el ao
pasado y el anterior, y que si hay alguien que quiera disputrselo por la fuerza, se enfrentar con l. As,
maana tendrs que estar all y nosotros tres te acompaaremos.
Lo decidieron as y se fueron a dormir.
307
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Se levantaron antes del amanecer y se vistieron. Cuando se hizo de da, los cuatro estaban ya en el
campo de liza. All se encontraba tambin el Caballero del Gaviln, que hizo la proclama e invit a su
amante a coger el gaviln.
-No lo cojas -exclam Gereint-. Hay aqu una doncella ms hermosa, ms gentil y ms noble que t y
que lo merece ms.
-Si afirmas que el gaviln le corresponde a ella, ven a combatir conmigo.
Gereint avanz hasta el extremo del prado, protegidos l y su caballo con pesadas armas extranjeras,
oxidadas y pobres. Se enfrentaron y quebraron un haz de lanzas, luego un segundo, despus un tercero.
Quebraban las lanzas a medida que se las traan. Cuando el conde y su hueste vean que el Caballero del
Gaviln le aventajaba, lanzaban gritos de alegra y entusiasmo; y el hombre de cabellos blancos, su
mujer y su hija se entristecan. El anciano proporcionaba a Gereint lanzas a medida que las quebraba y
el enano se las serva al Caballero del Gaviln. En esto el anciano se acerc a Gereint.
-Seor -le dijo-, sta es la lanza que tena en la mano el da en que me ordenaron caballero. Desde aquel
da su asta jams se ha quebrado, y la punta de hierro es excelente. Cgela, puesto que ninguna lanza te
ha servido.
Gereint cogi la lanza y dio las gracias al anciano. A su vez el enano llev una lanza a su seor y le dijo:
-Esta es una buena lanza. Recuerda que no has dejado en pie a ningn caballero durante tanto tiempo.
-Por m y por Dios -exclam Gereint-, a menos que una muerte sbita se me lleve, l no ser el mejor
con tu ayuda.
Y alejndose del anciano, Gereint lanz su caballo a galope y poniendo en guardia a su adversario se
precipit sobre l, y le dio un golpe tan duro, cruel y rudo en medio del escudo que le parti escudo y
armas, las cinchas se rompieron y el caballero fue arrojado con su silla al suelo por encima de las grupas
del caballo.
Gereint desmont, y enardecido por el furor desenvain su espada y se abalanz sobre l con gran
mpetu. El caballero tambin se levant, desenvain su espada contra Gereint y combatieron a pie con
las espadas, hasta que las armas se les rompieron y el sudor y la sangre cegaron sus ojos. Cuando
Gereint le aventajaba, el anciano, su mujer y su hija se alegraban, y cuando el caballero iba ganando, el
conde y su gente se alegraban. El anciano, al ver que Gereint acababa de recibir un golpe terrible y
doloroso, se acerc a l y le dijo:
-Seor, recuerda el ultraje que recibiste del enano, no viniste aqu para vengarlo, as como el ultraje
hecho a Gwenhwyvar, la mujer de Arturo?
Estas palabras llegaron al corazn de Gereint. Apel a todas sus fuerzas, levant su espada y
abalanzndose sobre el caballero le descarg tal golpe en la cabeza que todas las armas que la cubran se
quebraron, rompindole piel y carne hasta el hueso del crneo. El caballero cay de rodillas y tirando su
espada pidi gracia a Gereint.
-Demasiado tarde mi falso orgullo y presuncin me han permitido pedirte gracia -exclam-. Si no me
queda todava algo de tiempo para reconciliarme con Dios por mis pecados y hablar con un sacerdote, tu
gracia habr sido intil.
- -
209
-Te concedo gracia a condicin de que vayas a ver a Gwenhwyvar, la mujer de Arturo, para darle
satisfaccin por el ultraje hecho a su doncella por tu enano -respondi Gereint-. En lo que a m respecta,
ya te he hecho sufrir bastante por la injuria que recib de ti y de tu enano. No desmontars del caballo
antes de haberte presentado ante Gwenhwyvar para ofrecerle la satisfaccin que se decida en la corte de
Arturo.
-Lo har con mucho gusto. Dime ahora quin eres t -le pregunt.
-Soy Gereint, hijo de Erbin, y t quin eres? -dijo.
-Soy Edern, hijo de Nudd -respondi el caballero.
Le sentaron en su caballo y l, la mujer a la que ms amaba y el enano partieron hacia la corte de
Arturo, haciendo gran duelo los tres. Aqu dejamos su historia.
El joven conde y su hueste se dirigieron entonces junto a Gereint, le saludaron y le invitaron al castillo.
-No acepto -dijo Gereint-. Pasar esta noche donde estuve ayer.
-Puesto que no aceptas nuestra invitacin, me ocupar de que no te falte nada en el lugar donde
estuviste ayer noche. Har que te preparen un bao y podrs descansar de tu fatiga y cansancio.
-Dios te lo pague -dijo Gereint-. Ahora quiero ir a mi alojamiento.
Gereint se fue con el conde Ynywl, su mujer y su hija. Al llegar a la habitacin, encontraron all criados
del joven conde ocupados en su servicio, arreglando la vivienda y abastecindola de paja y fuego. En
poco tiempo el bao estuvo dispuesto. Gereint fue all y le lavaron la cabeza. En esto lleg el joven
conde con cuarenta caballeros ordenados y todos sus vasallos y
los invitados de la justa. Gereint sali del bao y el joven conde le rog que acudiera a la sala para
comer.
-Dnde estn el conde Ynywl, su mujer y su hija? -pregunt Gereint.
-Estn en la habitacin de abajo -dijo un criado del conde-, vistindose con las ropas que el conde les ha
hecho traer.
-Que la doncella no se vista con otra ropa que su camisa y capa hasta que llegue a la corte de Arturo,
donde Gwenhwyvar la vestir como ella quiera.
Y la doncella no se visti.
Entonces todo el mundo se dirigi a la sala y despus de lavarse se sentaron a la mesa y comieron. A un
lado de Gereint se sent el joven conde, luego el conde Ynywl; al otro lado de Gereint se sentaron la
doncella y su madre, y despus cada uno segn su rango. Comieron y fueron servidos con generosidad y
abundancia de manjares diferentes. Empezaron a conversar. El joven conde invit a Gereint para el da
siguiente.
210
-Por m y por Dios, no acepto -dijo Gereint-. Maana me dirigir con esta doncella a la corte de Arturo.
Despus intentar acrecentar los recursos del conde Ynywl, pues ha vivido demasiado tiempo en la
pobreza y en la miseria.
-Seor -dijo el joven conde-, si el conde Ynywl carece de dominios no se debe a mi injusticia.
-Por mi fe -dijo Gereint-, no permanecer sin sus dominios a menos que una muerte sbita se me lleve.
-Seor -dijo el conde-, en lo que respecta al litigio que existe entre Ynywl y yo, seguir con placer tu
consejo, ya que en este asunto no tienes intereses.
-Reclamo para l lo que le pertenece por derecho y una compensacin por las prdidas que ha sufrido
desde que perdi sus dominios hasta el da de hoy -dijo Gereint.
-Lo har con mucho gusto por la consideracin que me mereces -dijo el conde.
-Bien! -dijo Gereint-. Todos los que estn aqu debern ser vasallos de Ynywl y le prestarn homenaje
ahora mismo.
As lo hicieron todos los hombres y el acuerdo qued aprobado. Devolvieron a Ynywl su castillo, la
ciudad y sus dominios y todo lo que haba perdido hasta la ltima joya.
Entonces Ynywl dijo a Gereint:
-Seor, la joven de la que te declaraste campen durante la justa est dispuesta a hacer tu voluntad. Aqu
la tienes en tu poder.
-No deseo nada salvo que la doncella permanezca como est hasta su llegada a la corte de Arturo.
Arturo y Gwenhwyvar me entregarn a la doncella -respondi.
Al da siguiente partieron hacia la corte de Arturo. Aqu acaba esta aventura de Gereint.
Veamos ahora cmo Arturo caz el ciervo. Los hombres y los perros se repartieron en distintos puestos
de caza y luego soltaron a los perros sobre el ciervo. El ltimo que soltaron era el perro favorito de
Arturo. Se llamaba Cavall. Dej atrs a todos los perros y oblig al ciervo a dar una vuelta. A la
segunda vuelta el ciervo lleg al puesto de caza de Arturo. Arturo se abalanz sobre l y antes de que
nadie pudiera matarle le cort la cabeza. Tocaron el cuerno, anunciando la muerte del ciervo, y todos se
reunieron en aquel lugar. Kadyrieith acudi junto a Arturo y le dijo:
-Seor, Gwenhwyvar est all abajo, sin ms compaa que una doncella.
-Llama a Gildas, hijo de Caw, y a todos los clrigos y diles que vuelvan con Gwenhwyvar a la corte
-respondi Arturo.
Y eso hicieron. Todos se pusieron entonces en marcha, discutiendo a quin se dara la cabeza del ciervo,
uno quera regalrsela a la dama que ms amaba, otro a su dama. Se disputaban con acritud la cabeza
del ciervo y Arturo y Gwenhwyvar oyeron la disputa. Entonces Gwenhwyvar dijo a Arturo:
-Seor, mi consejo con respecto a la cabeza del ciervo es que no se la den a nadie antes de que Gereint,
hijo de Erbin, no haya regresado de su expedicin.
- -
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doncella lo mereca ms que la doncella que me acompaaba y por esa razn combatimos, y me dej,
seora, en el estado en que me ves.
-Cundo crees que llegar Gereint? -pregunt ella.
-Pienso que llegar maana, seora, con la doncella -le respondi.
En aquel momento lleg Arturo. El caballero le salud. Arturo lo contempl durante largo rato y se
estremeci al verlo en aquel estado. Como creyera reconocerle, le pregunt:
-No eres Edern, hijo de Nudd?
-S, seor, preso de grandes sufrimientos e insoportables heridas.
Y cont a Arturo toda su desventura.
-Despus de lo que acabo de or, Gwenhwyvar har bien en ser misericordiosa contigo -dijo Arturo.
-Le otorgar la merced que quieras, seor, pues el ultraje que me hizo es tan grande para ti como para
m.
-Considero justo permitir que este hombre reciba cuidados hasta que sepamos si vivir. Si vive,
decidiris la corte y t, seora, la satisfaccin que debe dar. Toma gajes con tal fin. Pero si muere, la
muerte de un hombre como Edern ser expiacin demasiado elevada por el ultraje hecho a una doncella.
-Consiento en ello -dijo Gwenhwyvar.
Entonces Arturo respondi por l junto con Kradawc, hijo de Llyr; Gwallawc, hijo de Llenawc; Owein,
hijo de Nudd; Gwalchmei y muchos hombres ms. Arturo hizo llamar a Morgan Tut, el jefe de los
mdicos, y dijo:
-Llvate a Edern, hijo de Nudd; ordena que le preparen una habitacin y que le cuiden tan bien como si
yo mismo fuera el herido, y para no turbar su reposo, no dejes entrar en la habitacin a nadie salvo t y
aquellos discpulos tuyos que le cuiden.
-Lo har con mucho gusto, seor -respondi Morgan Tut.
El senescal dijo entonces a Arturo:
-Seor, dnde llevaremos a la doncella?
-Junto a Gwenhwyvar y sus doncellas -respondi l.
Y el senescal se la confi. Aqu dejamos su historia.
Al da siguiente, Gereint se dirigi a la corte. Gwenhwyvar haba ordenado distribuir vigilantes en las
murallas para que no llegara de modo inesperado. Y un vigilante fue a ver a Gwenhwyvar.
-Seora -dijo-, me parece que veo a Gereint y a la doncella: va a caballo con ropa de viaje y creo que
ella lleva ropa blanca y por encima lleva algo parecido a una capa de tela.
- -
213
-Preparaos, mujeres, para recibir a Gereint, darle la bienvenida y desearle felicidad -dijo Gwenhwyvar.
Gwenhwyvar fue al encuentro de Gereint y la doncella. Al llegar junto a ella, Gereint la salud.
-Dios est contigo -dijo-, seas bienvenido. Has realizado una fecunda, rpida y gloriosa empresa. Dios
te recompense por haberme procurado satisfaccin con tanto valor.
-Seora -respondi-, mi mayor deseo era darte toda la satisfaccin segn tus deseos. Esta es la doncella
que me ha procurado la ocasin de librarte del ultraje.
-Dios la bendiga -dijo Gwenhwyvar-. No es impropio que le d la bienvenida.
Entraron y desmontaron. Gereint se dirigi junto a Arturo y le salud.
-Dios est contigo -dijo Arturo-; seas binvenido en su nombre. Aunque Edern, hijo de Nudd, haya
recibido de ti sufrimientos y heridas, has realizado una fecunda empresa.
-No me lo reproches a m, sino a la arrogancia de Edern, que no quiso decir su nombre. No quera
separarme de l antes de saber quin era o que uno de los dos acabara con el otro -respondi Gereint.
-Y bien, dnde est la doncella de la que he odo eres campen? -pregunt Arturo.
-Est con Gwenhwyvar en su habitacin -respondi Gereint.
Arturo fue a ver a la doncella y le dio la bienvenida, as como sus compaeros y las gentes de la corte, y
todos pensaron que sin duda era la doncella ms hermosa que jams haban visto, si sus recursos
hubieran estado en relacin con su belleza. Gereint la recibi de la mano de Arturo y se uni con Enid,
segn la costumbre de la poca. La doncella pudo escoger entre todas las ropas de Gwenhwyvar y
cualquiera que la hubiera visto as vestida la habra encontrado agradable y hermosa. Pasaron aquella
jornada y aquella noche en medio de los placeres de la msica, abundantes servicios, muchos tipos de
bebidas y profusin de juegos varios. Cuando les pareci que haba llegado el momento, se fueron a
dormir. Y en la habitacin donde estaba el lecho de Arturo y de Gwenhwyvar hicieron el lecho de
Gereint y Enid, y por primera vez durmieron juntos aquella noche.
Al da siguiente Arturo colm a los solicitantes de ricos presentes, en nombre de Gereint. La doncella se
familiariz con la corte de Arturo y se atrajo a tantos compaeros, hombres y mujeres, que no hubo en
toda la isla de Bretaa ninguna doncella de la que se hablara mejor. Gwenhwyvar dijo entonces:
-Tuve una buena idea, al pedir que no se diera la cabeza del ciervo a nadie antes de la llegada de
Gereint. Esta es la ocasin ms apropiada para drsela a Enid, hija de Ynywl, la doncella que ha
conquistado mayor fama. No creo que nadie se la dispute, pues mantiene relaciones de amistad y
compaerismo con todos los que estn aqu.
Todos lo aprobaron, Arturo el primero, y entreg la cabeza a Enid. A partir de aquel momento, su
reputacin aument an ms, al igual que el nmero de compaeros. En aquella poca Gereint tom
gusto por los torneos y por los rudos combates y de todos sala siempre vencedor. A esto se dedic un
ao, dos aos, tres aos, hasta que su gloria se extendi por todo el reino.
214
Un da, haba convocado Arturo corte en Kaer Llion, cuando acudieron all mensajeros sabios,
prudentes y de gran elocuencia. Le saludaron.
-Dios est con vosotros -dijo Arturo-; bienvenidos seis en su nombre. De dnde vens?
-De Kernyw (Cornualles), seor -respondieron-. Somos mensajeros de Erbin, hijo de Kustenin, tu to.
Te saluda como un to saluda a su sobrino y un vasallo a su seor. Te hace saber que est agobiado,
debilitado, que se acerca a la vejez y que los hombres cuyas tierras limitan con las suyas lo saben y por
ello invaden sus lmites y codician sus tierras y dominios. Erbin te ruega, seor, que dejes ir a Gereint
para que proteja sus bienes y haga reconocer sus limites, y que le digas que vale ms pasar la flor de su
juventud protegiendo los lmites de sus tierras que en torneos sin provecho, a pesar de la gloria que
pueda encontrar en ellos.
-Bien -dijo Arturo-, desarmaos, comed y reposad de vuestras fatigas. Antes de vuestro regreso tendris
una respuesta.
Y ellos fueron a comer.
Entonces Arturo pens que no le sera fcil dejar marchar a Gereint lejos de l y de su corte. Pero
tampoco le resultaba agradable impedir que su primo fuera a proteger sus dominios y limites, puesto
que su padre era ya incapaz de hacerlo. Y no eran menores la inquietud y las lamentaciones de
Gwenhwyvar y de sus doncellas, ante el miedo de que Enid las abandonase. Pasaron aquel da y aquella
noche con gran abundancia de todo. Arturo hizo saber a Gereint la llegada de los mensajeros de Kernyw
y el motivo de su misin.
-Sea cual sea la ventura o desventura que pueda sucederme, seor, har tu voluntad con respecto a esta
misin -dijo Gereint.
Y Arturo dijo:
-Aunque tu marcha me resulte dolorosa, ste es mi consejo: ve a vivir a tus dominios y a proteger los
lmites de tus tierras. Llvate como compaa el squito que desees, y que tambin te acompaen mis
hombres que ms te aman, tus propios vasallos y compaeros de armas.
-Dios te lo pague -dijo Gereint-, as lo har.
-De qu hablabais? -pregunt Gwenhwyvar. Se trata acaso de las gentes que acompaarn a Gereint
hasta su pas?
-De eso se trata -respondi Arturo.
-Tambin yo debo pensar en hacer acompaar y proveer de todo a la dama que est en mi compaa
-dijo Gwenhwyvar.
-Hars bien -dijo Arturo.
Y se fueron a dormir. Al da siguiente despidieron a los mensajeros, dicindoles que Gerent les
seguira. Tres das ms tarde Gereint se puso en marcha, y stos fueron quienes le acompaaron:
Gwalchmei, hijo de Gwyar; Riogonedd, hijo del rey de Iwerddon; Ondyaw, hijo del duque de Borgoa;
Gwilym, hijo del rey de Francia; Howel, hijo de Enyr Llydaw; Elivri Anaw Kyrdd; Gwynn, hijo de
- -
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Tringat; Goreu, hijo de Kustenin; Gweir Gwrhytvaw; Garannaw, hijo de Glotihmer; Peredur, hijo de
Evrawc; Gwynn Llogell Gwyr, el ms viejo de la corte de Arturo; Dyvyr, hijo de Alun Dyvet; Gwrhyr
Gwalstawt Ieithoedd (Intrprete de Lenguas); Bedwyr, hijo de Bedrawt; Kadwri, hijo de Gwryon; Kei,
hijo de Kynyr; Odyar el Franco, senescal de la corte de Arturo.
-Y Edern, hijo de Nudd -dijo Gereint-, pues he odo que se encuentra en estado de cabalgar y deseo que
venga tambin conmigo.
-No es conveniente que lo lleves contigo aunque est restablecido, pues no ha hecho la paz con
Gwenhwyvar -respondi Arturo.
-Gwenhwyvar podra permitir que me acompaara bajo gajes.
-Si ella lo permite, que lo deje en libertad sin gajes; bastantes penas y sufrimientos ha tenido ya este
hombre por el ultraje que el enano hizo a la doncella.
-Bien -dijo Gwenhwyvar-, puesto que os parece justo a ti y a Gereint, lo concedo con mucho gusto.
Entonces permiti a Edern, hijo de Nudd, que marchara con toda libertad y muchos otros acompaaron
a Gereint en su camino.
Partieron en direccin al Havren, formando la ms bella compaa jams vista. En la otra orilla del
Havren estaban los nobles de Erbin, hijo de Kustenin, y su padre putativo a la cabeza, para recibir a
Gereint. Tambin haba all muchas damas de la corte y su madre para recibir a Enid, hija de Ynywl,
mujer de Gereint. Todas las gentes de la corte y de todos los dominios se sintieron llenas de alegra y
jbilo por la llegada de Gereint, pues le amaban por la gloria que haba conquistado desde su marcha y
tambin porque vena a tomar posesin de su dominios y a hacer respetar sus lmites.
Llegaron a la corte. Haba all gran profusin de todo tipo de platos y gran abundancia de bebidas
diversas, rico servicio, msica y juegos variados. Todos los nobles de los dominios haban sido
invitados para honrar a Gereint. Pasaron aquel da y aquella noche del modo ms agradable y al da
siguiente por la maana Erbin reuni a Gereint y a todos los nobles personajes que le haban escoltado y
les dijo:
-Soy un hombre viejo y cansado; mientras he podido mantener los dominios para ti y para m, lo he
hecho. T eres un hombre joven y ests en la flor de la virilidad y la juventud. A ti te corresponde
mantener tus dominios.
-Si dependiera de m, ahora no pondras entre mis manos la posesin de tus dominios ni yo me habra
marchado de la corte de Arturo -respondi Gereint.
-Te entrego mis dominios y hoy te prestarn homenaje.
Gwalchmei dijo entonces:
-Lo mejor que puedes hacer es satisfacer hoy a los solicitantes y recibir maana los homenajes de tus
vasallos.
Entonces reunieron a los solicitantes y Kadyrieith se dirigi hacia ellos para sopesar sus intenciones y
preguntar a cada uno lo que deseaba. Las gentes de Arturo comenzaron a dar y en seguida vinieron las
216
gentes de Kernyw, que tambin empezaron a hacer dones. La distribucin no dur mucho tiempo, de tal
modo se apresuraban todos a dar. Nadie de los que se presentaron regres sin haber sido satisfecho.
Pasaron aquel da y aquella noche del modo ms agradable.
Al da siguiente, Erbin rog a Gereint que enviara mensajeros a sus vasallos para preguntarles si les
pareca bien que fuera a recibir su homenaje y si tenan que exponerle alguna queja contra l. Gereint
envi mensajeros a sus hombres de Kernyw para hacerles estas preguntas. Respondieron que
experimentaban el mayor jbilo y honor por la noticia de que Gereint iba a recibir su homenaje. Y
Gereint recibi en seguida el homenaje de todos los que se encontraban all y aun pasaron juntos la
tercera noche. Al da siguiente, las gentes de Arturo manifestaron el deseo de partir.
-Es demasiado pronto para que os marchis -dijo Gereint-. Permaneced conmigo hasta que haya
terminado de recibir homenaje de los nobles que tengan intencin de acudir ante m.
Permanecieron all hasta que hubo terminado y luego partieron hacia la corte de Arturo. Gereint y Enid
los acompaaron hasta Diganhwy. Al separarse, Ondyaw, hijo del duque de Borgoa, dijo a Gereint:
-Dirgete a los limites de tus dominios y selalos con precisin. Si los obstculos te resultan demasiado
gravosos, hazlo saber a tus compaeros.
-Dios te lo pague -dijo Gereint-. As lo har.
Gereint se dirigi a los limites de sus dominios, llevando con l como guas a los nobles ms expertos.
Tom posesin de los lmites ms alejados que le mostraron.
Como era su costumbre durante su estancia en la corte de Arturo, frecuent los torneos, combati con
los hombres ms valientes y ms fuertes, hasta que fue celebre en toda la regin como lo haba sido
antao, y enriqueci a su corte, compaeros y nobles con los mejores caballos, las mejores armas y las
mejores joyas.
No cej hasta que su gloria se hubo extendido por todo el reino. Pero cuando adquiri conciencia de ello
comenz a amar el reposo y las comodidades. Nadie all mereca que combatiera con l. Am a su
mujer y la paz de la corte, la msica y las distracciones y permaneca as mucho tiempo en su casa.
Pronto prefiri retirarse en su habitacin con su mujer de forma que nada le complaca salvo aquello, y
as perdi el corazn de sus nobles, el gusto por la caza y las distracciones, y el corazn de las gentes de
su corte, hasta tal punto que en secreto murmuraban y hacan burlas de l por haberse separado
completamente de su compaa por amor a una mujer. Y aquellas palabras llegaron a odos de Erbin.
Este repiti lo que haba odo a Enid y le pregunt si era ella la que haca actuar as a Gereint y le
predispona a separarse de su casa y de su ambiente.
-No, a fe ma -respondi ella-, lo declaro ante Dios y no hay nada que me resulte ms odioso
que esto.
Y Enid no saba qu hacer. Le resultaba difcil revelarle aquello a Gereint y menos an poda dejar de
advertirle acerca de lo que haba odo. Y por esta razn se apoder de ella un gran dolor.
Una maana de verano estaban en la cama. Gereint dormido en el borde de la cama y Enid despierta en
la habitacin vidriada. Los rayos del sol penetraban resplandecientes hasta la cama. Las ropas se haban
deslizado, descubriendo el pecho y brazos de Gereint. Enid le contempl y pens cuan hermoso y noble
era, y exclam:
- -
217
-Que la desgracia caiga sobre m si estos brazos y este pecho pierden toda la gloria y reputacin que
haban conquistado por mi culpa.
Hablando as, dej caer abundantes lgrimas, que cayeron sobre el pecho de Gereint, a quien
despertaron las palabras y aquellas lgrimas, y se apoder de l la idea de que ella no hablaba as por
amor a l, sino oor amor a otro al que prefera, y porque deseaba alejarse de l. Gereint se turb de tal
forma que llam a su escudero y le dijo:
-Prepara en seguida mi caballo y mis armas -y dirigindose a Enid dijo-: Levntante y vstete. Haz que
preparen tu caballo y vstete con la peor ropa que tengas para cabalgar. No regresars aqu antes de que
hayas comprobado si es cierto que he perdido completamente mi valor como afirmabas, ni tampoco
hasta que ya no desees encontrarte a solas con l308.
Enid se levant en seguida y se visti con ropas sencillas.
-No s cules son tus pensamientos, seor -dijo ella.
-Ni lo sabrs ahora -respondi.
Gereint se dirigi junto a Erbin.
-Seor -dijo-, parto por un asunto y no s cundo estar de vuelta. Vigila tus dominios hasta mi regreso.
-As lo har -respondi-, pero me sorprende que partas tan sbitamente. Y quin viajar contigo? No
eres hombre al que convenga atravesar solo la tierra de Lloegyr.
-Slo vendr conmigo una persona.
-Dios te aconseje, hijo mo, y puedan muchas gentes de Lloegyr necesitar tu ayuda -dijo Erbin.
Gereint fue a buscar su caballo y lo encontr equipado con pesadas y brillantes armas extranjeras.
Orden a Enid que montara a caballo y que fuera delante a una buena distancia.
-No vuelvas sobre tus pasos por mucho que veas y oigas, y a menos que yo te hable, no me dirijas la
palabra.
Y as se pusieron en camino. Y no eligi para el viaje el camino ms agradable ni el ms frecuentado,
sino el ms desierto y salvaje, aqul donde con mayor seguridad encontraran a ladrones, vagabundos y
venenosas bestias salvajes. Llegaron al camino principal, lo siguieron y vieron un gran bosque junto a
ellos. Atravesaron el bosque y al salir vieron a cuatro caballeros. Estos les miraron y uno de ellos dijo:
-Es sta una buena ocasin para conseguir dos caballos, armas y mujer. No nos costar mucho esfuerzo
quitrselo a ese caballero solitario, cabizbajo, abatido y necio.
Enid oy aquellas palabras, pero no saba qu hacer por temor a Gereint: si deba decrselo o callarse.
En el roman de Chrtien el tema de la recreantise de Erec posee un contenido y un matiz muy
distinto al de Gereint.
308
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-La venganza de Dios caiga sobre m -dijo finalmente- si no prefiero la muerte de su mano que de la
mano de otro. Si ha de matarme que lo haga, pero le advertir antes de que le maten por sorpresa.
-Esper a Gereint hasta que estuvo cerca- Seor, has odo lo que han dicho esos hombres de ti?
Gerent alz la cabeza y la mir encolerizado.
-T no tenas otra cosa que hacer, salvo obedecer la orden que te he dado, es decir, callarte. Nada me
importan tus advertencias, y no tengo el menor temor, aunque desees verme muerto o despedazado por
esas gentes.
En aquel momento, el primero de ellos baj su lanza y se precipit contra Gereint. Gerint no le recibi
como hombre dbil. Esquiv el golpe y a su vez golpe al caballero en medio del escudo de tal forma
que parti el escudo y le rompi las armas. Un codo del asta de la lanza penetr en el cuerpo y lo arroj
al suelo por encima de las grupas de su caballo. El segundo caballero le atac con furor al ver a su
compaero muerto; Gereint lo derrib de un solo golpe y lo mat como al anterior. El tercero carg
contra l y muri de la misma forma, y tambin mat al cuarto.
Enid observaba triste y apenada. Gereint desmont, quit las armas a los muertos y las coloc en las
sillas. At a los caballos juntos por el freno y volvi a montar en su caballo.
-Coge los cuatro caballos y gualos -le dijo-. Irs delante, como te haba ordenado hace un rato, y no me
dirigirs la palabra si yo no te hablo. Si no lo haces as, por Dios que no quedars sin castigo.
-Har lo que pueda para satisfacerte, seor -respondi.
Avanzaron a travs de un bosque, lo abandonaron y llegaron a una vasta llanura. En medio de la llanura
haba un bosquecillo espeso y lleno de maleza. Desde all vieron acercarse a ellos a tres caballeros
montados sobre caballos bien equipados y protegidos con armas de la cabeza a los pies, ellos y sus
caballos. Enid los observ con atencin. Cuando estuvieron cerca, les oy decir:
-Esto es un buen hallazgo -dijeron-. Sin esfuerzo conseguiremos cuatro caballos y cuatro armas
completas. Tambin nos apoderaremos de la doncella, pues nada hay que temer de ese caballero
cabizbajo.
-Es verdad -se dijo ella-. Estar fatigado despus de haber combatido hace un momento con los
caballeros. La venganza de Dios caiga sobre m si no le advierto. -Esper a Gereint y cuando estuvo
cerca de ella le dijo- Seor, has odo las palabras de aquellos hombres respecto a ti?
-Qu pasa? -pregunt.
-Estn diciendo que conseguirn todo el botn a buen precio.
-Por m y por Dios, mucho ms doloroso me resulta que no te calles ni te conformes a mi orden, que las
palabras de esas gentes -exclam Gereint.
-Seor, no quiero que te cojan por sorpresa dijo Enid.
-Cllate. Nada me importa lo que me digas contest Gereint.
- -
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En aquel momento uno de los caballeros baj la lanza, se dirigi hacia Gereint y le golpe con buen
provecho, pensaba l. Pero Gereint recibi el golpe tranquilamente y lo desvi. Entonces arremeti
contra el caballero y le dio tal golpe que de nada le sirvieron las armas y la punta de la lanza y buena
parte del asta le atravesaron el cuerpo, cayendo al suelo por encima de las grupas de su caballo cuan
largos eran su brazo y lanza. Los otros dos caballeros arremetieron contra l, pero no corrieron mejor
suerte que el anterior.
La doncella se haba detenido y observaba ansiosa por miedo a que Gereint fuera herido en el combate
con aquellos hombres, pero con gran jbilo al verle llevar ventaja. Gereint desmont, at los tres
equipos de armas en las tres sillas y junt a los tres caballos por el freno, de modo que llevaba con l
siete caballos. Luego volvi a montar y orden a la joven que los condujera.
-Ser mejor que no digas nada, ya que no obedeces mis rdenes.
-Lo har, seor, mientras pueda, pero no podr ocultarte las palabras amenazadoras y terribles que oiga
respecto a ti de los extranjeros que viajan por estas tierras salvajes.
-Por m y por Dios, nada me importa lo que me digas. Cllate ahora.
-Lo har, seor, mientras pueda.
La joven sigui su camino con los caballos delante y guard una distancia.
Al salir del bosquecillo del que hemos hablado ms arriba, atravesaron una amplia regin, llana y
hermosa. A lo lejos vieron un bosque, y salvo el lindero ms cercano, no pudieron distinguir ningn
otro lado ni lmite del bosque. Llegaron al bosque y al salir vieron a cinco caballeros llenos de mpetu y
fuerza montados en caballos de guerra gruesos y robustos de amplios ollares y paso brioso. Hombres y
caballos iban completamente armados. Cuando estuvieron ms cerca, Enid oy sus palabras:
-Hemos hecho un buen hallazgo que no nos costar ningn esfuerzo. Conseguiremos todos los caballos
y las armas, y tambin la doncella, pues no hay nada que temer de ese caballero solitario, debilitado,
cabizbajo y triste.
Enid se inquiet mucho al or las palabras de aquellos hombres, pero no saba qu hacer. Al final
decidi advertir a Gereint. Volvi grupas hacia l.
-Seor -le dijo-, si hubieras odo las palabras de aquellos hombres como yo las he odo, tendras ms
cuidado.
Gereint sonri con amargura y acritud y dijo:
-Continas infringiendo mis prohibiciones; puede que tengas que arrepentirte muy pronto.
En el mismo momento, los caballeros arremetieron contra l y Gereint venci a los cinco de modo
extraordinario, coloc las armas en las cinco sillas, at juntos a los doce caballos por el freno y se los
confi a la doncella.
-No s de qu me sirve dar rdenes -dijo-. Por esta vez, que mis rdenes te sirvan de advertencia.
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La doncella sigui su camino hacia el bosque y guard la distancia tal como Gereint le haba ordenado,
y si la clera se lo hubiera permitido le habra resultado duro de ver a una doncella como ella obligada a
una marcha tan penosa a causa de los caballos. Marcharon a travs del bosque, que era espeso y vasto, y
la noche les sorprendi en el bosque.
-Doncella -dijo Gereint-, de nada nos servir empearnos en continuar nuestro camino.
-Bien, seor -respondi ella-; haremos lo que desees.
-Lo mejor que podemos hacer es desviarnos del camino para reposar en el bosque y esperar a que
amanezca.
-Con mucho gusto -dijo Enid.
Y as lo hicieron. Desmont del caballo y ayud a desmontar a Enid.
-Estoy tan cansado que me dormir -le dijo-. Vigila t los caballos y no te duermas.
-Lo har, seor -respondi.
Durmi con sus armas y pas as la noche, que no era muy larga en aquella poca del ao. Cuando Enid
vio despuntar el alba le mir para ver si dorma; en aquel momento se despert.
-Seor, hace un rato que intentaba despertarte -le dijo.
Por cansancio, Gereint no dijo nada, aun cuando no le haba autorizado a hablar. Se levant y le dijo:
-Coge los caballos, ve delante y guarda la distancia como debiste hacer ayer.
Ya haba transcurrido parte del da cuando dejaron el bosque y llegaron a un gran claro muy llano. A
ambos lados se extendan praderas y segadores cortaban all el heno. Llegaron a un ro y los caballos
bajaron hasta all y, cuando hubieron bebido, subieron por una pendiente bastante elevada. All
encontraron a un joven delgado, con una toalla alrededor del cuello o un fardo y en la mano un pequeo
cntaro azul y encima una copa. El criado salud a Gereint.
-Dios est contigo -dijo Gereint-, de dnde vienes?
-De la ciudad que est delante de ti. Te disgustara, seor, que te preguntara de dnde vienes?
-No -dijo Gereint-, acabo de atravesar aquel bosque.
-En tal caso no debiste pasar bien la noche y no debes tener nada para comer ni para beber.
-No, ciertamente, por m y por Dios.
-Quieres seguir mi consejo? Acptame esta comida.
-Qu comida?
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-El almuerzo que llevaba a aquellos segadores: pan, carne ,y vino. Si quieres, seor, no recibirn nada
de todo esto.
-Acepto -dijo Gereint-. Dios te lo pague.
Gereint desmont del caballo. El criado ayud a desmontar a Enid. Se lavaron y comieron. El criado
cort el pan, les dio de beber y les sirvi con gran solicitud. Cuando hubieron terminado, el joven se
levant y dijo a Gereint:
-Seor, con tu permiso ir a buscar comida para los segadores.
-Ve primero a la ciudad -respondi Gereint-, y procrame alojamiento en el mejor lugar que conozcas y
donde los caballos puedan estar a sus anchas. Coge el caballo y las armas que quieras en pago a tu
servicio y provisiones.
-Dios te lo pague; eso habra bastado para pagar un servicio mucho mayor que el mo.
El criado se dirigi a la ciudad y reserv el alojamiento mejor y ms confortable que conoca. Luego se
dirigi con su caballo y sus armas a la corte, fue a ver al conde y le cont toda la aventura.
-Seor -dijo seguidamente-, voy a buscar al caballero para indicarle su alojamiento.
-Ve, si lo deseara, aqu sera bien recibido -dijo el conde.
El criado regres junto a Gereint y le inform que sera bien recibido por el conde en su propia corte.
Pero Gereint no deseaba nada salvo ir a su propio hospedaje. Al llegar, encontr una habitacin
confortable, con abundancia de paja y ropa, y amplio establo para los caballos. El criado cuid de que
fueran bien servidos. Cuando se hubieron despojado de sus ropas, Gereint dijo a Enid:
-Ve al extremo de la habitacin y no pases de ah. Si quieres, haz venir a la mujer de la casa.
-Lo har como dices -respondi.
En aquel momento el hostelero acudi junto a Gereint, le salud, dio la bienvenida y pregunt si haba
tomado su comida. El respondi que s. El criado le dijo entonces:
-Deseas beber o comer algo antes de que vaya a ver al conde?
-S, treme bebida -respondi.
Entonces el criado fue a la ciudad y volvi con la bebida. Empezaron a beber, pero al poco rato Gereint
dijo:
-Necesito dormir.
-Bien -dijo el criado-; mientras duermes, ir a ver al conde.
-Ve y vuelve cuando te lo pida.
Gereint se durmi y Enid tambin.
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-Haces mal. Si lo mato, tendr todo lo que quiera y cuando me canse de ti te echar. Pero si consientes
por amor a m, habr entre nosotros acuerdo indisoluble y eterno mientras vivamos.
Reflexion las palabras del conde y le pareci ms sensato inspirarle confianza y animarle.
-Seor -dijo-, lo mejor que puedes hacer para que no se me acuse de infiel es venir aqu y llevarme
contigo, como si yo no supiera nada.
-As lo har -respondi.
En esto, se levant, se despidi y sali con sus hombres.
Por el momento, ella no cont a Gereint su conversacin con el conde, por miedo a acrecentar su clera,
inquietud y ansiedad. Se fueron a dormir y al empezar la noche Enid durmi un poco, pero a
medianoche se despert y arregl todas las armas de Gerent, de modo que no tuviera ms que
ponrselas y con mucho miedo se acerc temblorosa al borde de la cama de Gereint y en voz baja y
dulcemente le dijo:
-Seor, despirtate y vstete. Oye la conversacin que he tenido con el conde y sus intenciones con
respecto a ti.
Enid cont a Gereint toda la conversacin. Aunque se irrit con ella, tuvo en cuenta su advertencia y se
visti. Enid encendi una candela para iluminar mientras se vesta.
-Deja la candela y dile al hostelero que venga.
Ella obedeci. El hostelero acudi junto a Gereint.
-Sabes cunto te debo? -le dijo.
-Poca cosa, creo, seor.
-Sea cual sea mi deuda, coge once caballos y las armas que hay en ellos.
-Dios te lo pague, seor. Pero no he gastado en ti ni el valor de una sola arma.
-Qu importa! Sers el ms rico de todos. Amigo, quieres servirme de gua hasta que salgamos de la
ciudad?
-Con mucho gusto; y en qu direccin quieres ir?
-Deseara ir en direccin opuesta al lugar por donde entr en la ciudad.
El hostelero le sirvi de gua hasta que no le necesit. Entonces orden a Enid que tomara la delantera
como antes y ella as lo hizo. El hostelero regres a su casa. Apenas acababa de regresar cuando oy el
mayor tumulto que jams hubiera odo. Mir fuera de la casa y vio a ochenta caballeros completamente
armados y al conde Dwnn a su cabeza.
-Dnde est el caballero? -pregunt el conde.
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-Por tu mano, seor -dijo el hostelero-, se encuentra a buena distancia de aqu, pues hace ya un rato que
se ha marchado.
-Por qu le has dejado ir sin advertirme, villano?
-Seor, t no me lo habas ordenado. Si lo hubieras hecho, no le habra dejado ir.
-Qu direccin crees que ha tomado?
-No lo s, pero ha seguido el camino principal.
Volvieron grupas en aquella direccin, vieron las huellas de los caballos, las siguieron y llegaron al
camino principal.
Cuando Enid vio despuntar el alba, mir hacia atrs y vio como una gran niebla o nube que se acercaba
cada vez ms. Se inquiet y pens que el conde y su hueste les perseguan. En aquel momento vio
aparecer fuera de la nube a un caballero.
-A fe ma -dijo-, le advertir aunque me mate, prefiero morir de su mano que verle muerto sin haberle
prevenido.
-Seor -le dijo-, no ves a ese hombre que se dirige hacia ti seguido de muchos otros?
-Lo veo -respondi-, y por ms que se te ordene silencio, no te callars jams. No tendr en cuenta tu
advertencia y no me digas una palabra ms.
Se volvi contra el caballero y de un primer golpe lo derrib a los pies del caballo. Y los derrib a todos
de un primer golpe hasta que slo qued uno de los ochenta caballeros. El vencido siempre era
sustituido por uno ms fuerte, salvo el conde, que qued el ltimo, y cuando al final el conde arremeti
contra l, quebr la primera lanza y luego una segunda. Entonces Gereint se volvi contra l y le golpe
con la lanza en medio del escudo de tal forma que el escudo se quebr y le rompi todas las armas.
Cay al suelo por encima de las grupas de su caballo y la vida le peligr. Gereint se acerc a l y el
ruido de los cascos del caballo hizo que el conde se recobrara del desmayo.
-Seor, merced -dijo a Gereint.
Gereint le concedi merced. Y todos se fueron llenos de heridas mortales y con miembros rotos por los
violentos golpes que haban recibido de Gereint y por las cadas en
un suelo tan duro sobre el que haban sido derribados.
Gereint sigui adelante por el camino donde se encontraba y la
doncella guard la distancia. Cerca de ellos vieron un gran valle,
el ms hermoso que jams hubieran visto, atravesado por un gran
ro. Sobre el ro vieron un puente al que conduca un camino. Ms
arriba del puente, en el otro lado, vieron una ciudad fortificada, la
ms bella del mundo. Cuando se diriga hacia el puente, Gereint
vio venir hacia l, a travs de un bosquecillo espeso, a un
caballero montado sobre un caballo grueso y grande, fogoso pero
dcil.
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Las dos doncellas le acompaaron a la corte. Cuando llegaron, trasladaron a Gereint del atad y lo
colocaron sobre una tabla que haba en la sala. Todos se quitaron sus ropas y el conde rog a Enid que
hiciera lo mismo y se pusiera otra tnica.
-Dama, no ests tan triste -replic el conde.
-No te resultar fcil convencerme.
-Obrar de modo que no tengas motivos para estar triste, suceda lo que suceda a este caballero, muera o
viva. Tengo un buen condado, que pondr en tus manos. De ahora en adelante sers feliz.
-Pongo a Dios por testigo que no lo ser mientras viva -respondi Enid.
-Ven a comer -dijo el conde.
-No pienso ir, por m y por Dios -replic ella.
-Vendrs, por m y por Dios -dijo el conde.
La llev a la mesa en contra de su voluntad y le pidi con insistencia que comiera.
-Pongo a Dios por testigo que no comer hasta que coma el que est en el atad -dijo Enid.
-Es sa una palabra que no podrs mantener, no est acaso muerto ese hombre? -dijo el conde.
-Deber intentarlo -dijo Enid.
Entonces le ofreci una copa llena de vino.
-Caiga sobre m la vergenza, si bebo antes de que l beba!
-En verdad -exclam el conde-, no intentar ya ser corts contigo, siendo t tan descorts!
Le dio una bofetada y ella lanz un agudo y penetrante grito. Experiment un dolor mayor que nunca al
pensar que si Gereint estuviera vivo no le habran abofeteado de aquel modo.
Con aquellos gritos Gereint se recobr de su desvanecimiento, se incorpor y encontrando su espada en
el hueco del escudo se lanz sobre el conde y le descarg un furioso y mortal golpe en la cabeza, de tal
forma que lo parti en dos y la espada se clav en la mesa. Todo el mundo abandon las mesas y huy.
El miedo no se apoder tanto de ellos por ver al hombre vivo, sino por la visin del muerto
levantndose para golpearles. En esto Gereint mir a Enid y sinti doble dolor al ver a Enid tan plida y
por comprender que era inocente.
-Seora -le dijo-, sabes dnde estn nuestros caballos?
-S dnde est el tuyo, pero no s dnde ha ido el mo. Tu caballo est en la casa de all abajo.
All se dirigi e hizo salir a su caballo, mont en l y levantando a Enid del suelo, la coloc entre l y el
arzn delantero y se alej.
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Mientras cabalgaban as, entre dos setos, y empezando la noche a vencer al da, vieron de pronto entre
ellos y el firmamento astas de lanzas que les perseguan y oyeron ruido de cascos de caballos y el
clamor de una hueste.
-Oigo que vienen detrs de nosotros dijo Gereint-. Te dejar al otro lado del seto.
En aquel momento un caballero se dirigi hacia l con la lanza bajada. Al verle, Enid exclam:
-Seor, qu gloria podras conquistar matando a un hombre muerto quienquiera que seas?
-Cielos -dijo-, ser ste Gereint?
-Con toda seguridad, por m y por Dios, y quin eres t?
-Yo soy el Pequeo Rey; vengo en tu ayuda, porque supe que estabas en peligro. S hubieras seguido m
consejo, no habras sufrido tantas desgracias.
-Nada se puede hacer contra la voluntad de Dios -respondi Gereint-. No obstante, un buen consejo
puede procurar mucho bien.
-No hay duda, y ahora puedo darte un buen consejo. Vas a venir conmigo a la corte de mi cuado, que
est muy cerca de aqu, para hacerte tratar por los mejores mdicos del reino.
-Iremos con mucho gusto -respondi Gereint.
Dieron a Enid el caballo de uno de los escuderos y se dirigieron a la corte del barn. All les recibieron
bien y encontraron atenciones y servicio. Al da siguiente por la maana empezaron a buscar mdicos.
No tardaron en llegar y le cuidaron hasta que estuvo completamente curado. Mientras tanto haba
encargado al Pequeo Rey que reparara sus armas de modo que estuvieran en tan buen estado como
nunca. Permanecieron all un mes y quince das. El Pequeo Rey dijo entonces a Gereint:
-Ahora iremos a m corte para descansar y disfrutar.
-Si lo deseas -dijo Gereint-, te acompaaremos durante un da, pero luego regresaremos.
-Con mucho gusto -dijo el Pequeo Rey-. Vmonos.
En la juventud del da, se pusieron en camino. Enid se mostraba con ellos ms feliz y alegre de lo que
nunca lo haba estado. Llegaron al camino principal y vieron que se divida en dos. Por uno de los
caminos vieron acercarse a ellos a un hombre. Gwiffret le pregunt:
-De dnde vienes?
-Vengo de cumplir misiones de aquel pas -respondi.
-Dime -dijo Gereint-, cul de los dos caminos es mejor coger?
-Hars mejor cogiendo este de aqu -le dijo-. Si vas por el otro, no volvers. All hay un cerco de nubes
y juegos encantados. De todos los que han ido, nadie ha regresado. All est la corte del conde Owein.
No permite que nadie vaya a alojarse en la ciudad, a menos de que no lo haga en su corte.
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Es el Mabonagrain de Chretien
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Inquieta y triste estaba Enid en el lugar donde se haba quedado pensando en Gereint. Gereint toc el
cuerno y al primer sonido la nube desapareci. Se reunieron todas las huestes y todo el mundo hizo la
paz.
Aquella noche el conde invit a Gereint y al Pequeo Rey. Al da siguiente por la maana se separaron.
Gereint se dirigi a sus dominios y a partir de entonces los gobern de forma prspera 314. Desde
entonces su valenta y proezas no dejaron de proporcionarle gloria, al igual que a Enid.
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