Armando Uribe Pound
Armando Uribe Pound
Armando Uribe Pound
EZRA POUND
1 U N L E C T OR DE P OU N D
! #
Durante mds de cinco afios he leido a Pound con sumo
inter&, con sumo cuidado, con desconfianza. No creo
tener otra excusa ahora que deseo hablar de sus obras
y de sus hechos que la de haber leido gran cantidad de
pdginas acerca de lo que hizo y dej6 de hacer, y mis
todavia de aquellas que constituyen sus hechos y sus
obras verdaderas: sus libros de poemas y ensayo, sus tra-
ducciones de mdltiples idiomas, en prosa y verso, sus
cartas, en fin, todo lo que ha escrito y nos resulta
accesible en nuestro medio.
Confieso que cuando adquiri por primera vez un li-
bro de Pound, en 1958 y en Roma, conocia apenas su
nombre. Su breve poema famoso, que le cost6 tanta pre-
paraci h y habilidad, seg6n supe despubs,
The apparition of these faces in the crowd;
Petals on a wet, black bough.
!lamado I n a Station of the Metro, me habia interesa-
do mucho menos que dos lineas cualesquiera de T. S.
Eliot, su contempordneo, su amigo, su hermano.
Estns caras que aporecen entremedio;
pe'talos en, ranzaje negro y hi'lmedo.
Era poco y demasiado a la vez. En una estacidn del
Metro, el solo titulo, alcanzaba la categoria de un verso
indispensable; si se le excluia, la impresi6n de realidad
concreta, de instantdnea feliz, daba lugar, hecha humo,
a la imagen laboriosa de una composicih de alumno
aventajado; composicih en prosa, agregaba para mis
adentros.
En Italia, Ezra Pound estaba de gran moda el afio
1958. Sus Selected Essays acababan de ser traducidos en
71
- - _ _ _ - - , -.- --tcelente revista IZ Verri dedicaba una par-
te del n6mero 1, aiio 11, a su personalidad, transcri-
bierido el ensayo de Wyndham Lewis fechado en 1950;
el n6mero final de la revista Prospetti, publicada en
cuatro lenguas, reproducia una selecci6n de sus poemas,
ilustrindola con un estudio de Hayden Carruth, en el
cual se expresaba: .Pound ha restituido integridad a1
lenguaje. Por este don todos 10s escritores de hoy deben
darle las graciasa.
Era suficiente para deslumbrar a un joven becario.
El becario distrajo dinero vital y compr6 10s ensayos
literarios, cuya lectura en la traducci6n italiana le sir-
vi6 de ejercicio cosmopolita: entraba en las ideas de
un norteamericano que habia vivido en Inglaterra, en
Paris y en Rapallo; le oia hablar de Propercio y 10s
poetas provenzales, de Confucio y 10s traductores del
griego; lleg6 a saber que se las veia con si1 miglior
fabbroa, con el maestro de Eliot, con un Mecenas po-
hre e ingenioso, amigo de Yeats, de Joyce, de Heming-
way, enemigo terrible de sus enemigos, redactor de in-
contables *little reviews<, esas que todos nombran y
nadie ha tocado, un poeta Cpico, un teorizador politico,
recluido actualmente (se decia el becario con fruici6n)
en el Manicomio de Saint Elizabeth en Washington D.
C., donde ha escrito buena parte de sus producciones
fundamentales, etc. Me daba vueltas la cabeza. Avan-
zaba en la lectura velozmente. De SLIS ensayos pas6 a
sus cartas. iQuC dificultades sufrfa a1 leerlas! Un inglCs
que no era tal, un dialect0 americano que reproducia
de manera fonetica las particularidades de quien lo
usaba, no Ias de todos 10s americanos ni las de cierta
regi6n: un estilo que era slhomme msmea, demasiado,
demasiado humano. Con tenacidad, hija del inter& ca-
si maniaco que me despertaban las ideas que adquiria
en su lectura, alimentado por el fie1 cumplimiento de
10s consejos de que su correspondencia entera est5 ador-
nada, fui avanzando por Cste que no era propiamente
un camino intelectual, sino la experiencia de una re-
laci6n directa con un hombre que parecia haber estado
reciCn aqui, a la mano, haber salido recidn de la habi-
taci6n en la cual yo quedaba repitidndome sus pala-
bras, procurando comprender a posteriori las que no
habia entendido a tiempo. El solo hecho de no haber
sabido aprovechar en su integridad cada palabra que
ieyera me inducia a continua en la empresa de fre-
cuentarle, abrir el libro de nuevo y proseguir la con-
versaci6n. sEsto lo escribi6 Pound a 10s veintitrds
afiosa, me decia. BEsa edad tengo yo ahora, (Lo escribi-
ria yo en este momento? 2Sabria escribirlo? <Querria?e.
No podia contestar, pues a menudo hablaba ese joven
Pound de 1908 de cosas que oia yo por primera vez
en 1958, mencionaba autores que yo Iiabia visto citados
en bibliografias de libros de texto, o que s610 *me
sonabana como nombres conocidos de sgrandes
poetasa.
Pues bien, fui a librerias y bibliotecas y comencd a
abrir las obras secretas de 10s antiguos que Pound con-
sideraba necesarios, indispensables, absolutamente ti-
les para un poeta que quisiera ser lo mejor de su dpoca
y encontrarse s610 con 10s mejores de su especie. Safo,
desde luego. Nadie me habia hablado de Safo como
este norteamericano; tornaba el nombre vagamente
obsceno y floreado de la poetisa griega en pan blanco
y comestible, en flores frescas Bllenas de rocioe. Permi-
ria echarse de lleno en sus prados; incitaba a revolcar-
se en esa tierra. No importa, parecia aconsejar, que
uno se levante sucio o magullado. Lo importante es
conocer con el propio cuerpo espiritual la existencia,
el espesor de esas tierras.
Tuve la dicha de conocer a Safo en la traduccibn
de Salvatore Quasimodo. De tal modo pude gozar de
sus Baneldosa o contemplar Puna ligera lunae, sblanca
sobre la tierraa, sin tener que comprobar de reojo si la
luna de1 libro estaba mintidndole a la que iluminaba,
soberana, el Coliseo.
Tambidn tom6 a CatuIo de la mano del italiano
Quasimodo. Y el gusto fue mayor aun que el del en-
cuentro con Safo. La mujer, tan perfecta, danzaba en
medio de una naturaleza celeste, sin trizaduras; 0, mi s
bien, las trizaduras recibian de inrnediato una guirnaI-
da que entrelazaba todo, convirtidndolas en belleza:
aQuisiera estar verdaderamente muerta.. . yo quiero
recordar nuestros celestes padecimientos: las guirnaldas
de violeta y rosas numerosas que junto a mi, sobre mi
falda entrelazastea.. . Per0 el latino, el ir6nico Valerio
Catulo, pertenecia a una naturaleza mds cercana a la
que yo vivia: la naturaleza social, en que el amor es
un juego de cortesias, en donde las cortesias significan
pequeiias muertes y resurrecciones; la muerte de un pa-
jarillo de mi niiia debe ser celebrada funeralmente co-
mo un grave suceso politico, el odio a esa misma niiia,
vuelta ya mujer capaz de crueldad, es alta politica y
debe ser enfrentado como un problema de 16,' uica o
psicologia. Y junto a la del amor, cuintas otras pasio-
nes celebraba y denigraba Catulo. DDespuds, bajo 10s
p6rticos de Pompeyo he agredido a las mds alegres mu-
chachas de paseoa.. . La fortuna material, la riqueza
y la abundancia de comida y de sueiio tienen una fun-
ci6n para el poeta que vive en Roma, tal como en 12s
novelas de Balzac. El dinero o su carencia son motivos
espirituales de importancia, la envidia, la mofa de 10s
Cdsares, el temor a 10s parteros.
Y Propercio. Y Ovidio. Y algo de Marcial.
Ovidio se me hizo gravoso y dificil; advertia su hu-
mor y la variedad de sus recursos, su imaginaci6n cons-
tructiva y su protocolar conocimiento de innumerables
formas de ser y decir, de actuar y simular. Per0 su mis-
ma abundancia, su Dacabadoa, eran ejemplos de una
destreza que agotaba aun antes de empezar. ComencC
muchas veces las Metamorfosis, lei todos 10s Amores, y
el Arte de Amar; me propuse leer sus Tristes.. . y me
detuve. Pound insistia e insistia. Le puse oido sordo.
Para Propercio, en cambio, fui todo oidos. Cada una
de sus elegias me hallaba dispuesto a imitarla; sea sen-
tado a la sombra de cipreses en la plaza del Priorato
de Malta, sea caminando sobre el empedrado ardiente
de una calle abierta hacia pocos aiios, me juraba cum-
plir las promesas de Propercio a su Cinthia; pese a
que el propio poeta no creia -seg6n vine a darme
cuexa mPs tarde- en sus promesas. El mundo de Pro-
percio, como lleguC a saber en carne y huesos, era harto
mis complicado que el mio; la delicadeza de sus ani-
lisis, mPs semejante a las lucubraciones de Proust que
a mis pobres recuerdos o deseos.
Marcial, en fin, me entretuvo tanto como 10s Recuer-
dos del Egotismo, de Stendhal. Pound no hacia gran
cas0 de sus dotes; pero lo mencionaba como a un ser
vivo. Cuando abri sus epigramas, le temi como a una
mala lengua celebre.
(Por que dar cuenta de mis lecturas ingenuas de
griegos y romanos, si en realidad debo tratar de Pound?
Pues, porque a traves de las cartas y ensayos de Cste
adquiri la convicci6n de que debia conocerlos, porque
la convicci6n tuvo la fuerza suficiente para obligarme
a ello, porque oi a unos y a otros bajo el dictado de
este educador sospechoso, per0 cuin persuasivo.
Muchos profesores en distintas partes del mundo se
hacen lenguas de la ineptitud de Ezra Pound en cuan-
to ensayista, de la torpeza y parcialidad de sus juicios
estCticos, de sus violencias de mal gusto, lo obsesivo
de sus idolatrias por algunos autores o periodos y lo
injusto de sus exclusiones de grandes obras y Cpocas
de oro. Acaso sea ello cierto; sin duda tienen tales cri-
ticos la autoridad que permite juzgarlo. Pero hay una
virtud en la prosa critica de Pound que me consta, asi
como le consta a muchos: la de que sus conceptos Dse
eclipsanc -corn0 61 dice- ante 10s valores que ha con-
jurado y que vienen a sustituir a sus palabras; pues 61
prefiere aquello que elogia a sus propios tdrminos a1
elogiarlo. Pocos ensayistas pueden honradamente a tri-
buirse tal privilegio; el privilegio de una concreta hu-
mildad intelectual. .Con raz6n o sin ella, creo que mis
maldiciones y mis ensayos han sido eficaces, y que aho-
ra probablemente muchos mPs van a las fuentes que
cuantos leen mis ensayosa.
Hasta entonces, todavia a mediados de 1958, daba
yo por sentado el precio de Ezra Pound como poeta
s610 porque me apasionaba su labor de ensayista pro-
fuso y estimulante. Per0 61mismo se cuidaba de repe-
tir a menudo que no hay que hacer cas0 de las opi-
niones de quienes establecen categorias entre obras de
arte antes de haber dado prueba directa de su perso-
nal categoria artistica. No exigia, por cierto, que todo
critic0 fuese un creador, per0 si que en el Pmbito de
su muneru de escribir, mostrara cudles eran 10s defec-
tos y las cualidades que fundaban su criterio; no era
concebible, solia expresar, que un escrupuloso contabi-
lizador de 10s estilos ajenos usara en sus crfticas un
estilo que de acuerdo a su canon seria detestable.
En el cas0 de Pound se dispone de algo niejor que
su prosa, algo a lo cual una atenci6n continua y una
dedicaci6n completa otorgan la importancia de un i ns
trumento para medir el snivel.: de sus opiniones: su
poesia. Pound es primordialmente un poeta que ade-
mds ha escrito en prosa, que por circunstancias publi-
cas y privadas accesorias ha tenido un papel en la vida
literaria de un largo period0 y en la obra de sus ami-
gos y corresponsales. Comenzar su conocimiento por la
lectura de sus cartas y ensayos era, entonces, peligroso
y equivocado.
ComprC 10s Cantos Pisanos, The Pisun Cantos, I
Cunti Pisani. iNunca lo hubiera hechol
The enormous tragedy of the dream in the peasents
[bent sh ou 1 d e n
Manes! Manes was tanned and stuffed,
Thus Ben and la Clara a Milano
by the heels at Milano
That maggots shd / eat the dead bullok
D I G E N E S
Y despuCs de D I C E N E S , una palabra en griego. La
deletrte trabajosamente: d-i-g-e-n-e-s. Era la misma pa-
labra, en caracteres griegos. &$& sacaba con ello, si
tampoco en caracteres latinos sabia qut significaba? Y
Ben y la Clara 2quitnes eran? La traducci6n italiana
a1 frente, que consult6 esperanzado no me aclar6 nada.
iY Manes1
La enorme tragedia del sueiio en 10s hombros curnos
[del campesino
,Manes! Manes curtido y disecado,
Asi Ben y la Clara a Milano
por 10s talones en Milrin
para que 10s gusanos royeran et toro muerto
DI GE NE S
Per0 segui leyendo; y aunque a saltos y de bruces
cada tres lineas, o varias veces en una sola, crucd este
subterrheo en el cual escuchaba voces sin saber de d6n-
de venfan, identificaba nombres que eran sonidos ape-
nas, sin referencia a nada que conociese yo de antema-
no; detenitndome satisfecho ante inscripciones que me
recordaban mis visitas a 10s museos: Duccio, Zuan Be-
llin (Giovanni Bellini, me decia astuto). {Quitn era
sthe Possum*? (QuiCnes >Kiang and Hane, sCharlie
Sung., .the R. c.8, .Rouse*, sWanjinaa, souan J ine?
E iba en la segunda pAgina del primero de 10s Cantos
Pisanos, que por lo demPs lleva el nGmero LXXIV del
total de 10s Cantos. sQuien 10s lea enteros antes de
preguntarse quC es lo que entiende en ellos, creo que
se hallari a1 final entenditndolose. Tal era el consuelo
que con palabras de Pound (Dit is worth recalling so-
me words of Mr. Pounda) , ofrecia el editor inglCs, irre-
prochable, en la solapa de su edici6n de 10s primeros
ochenta y cuatro. Confiado en la seriedad de Faber
and Faber lei de punta a cab0 10s once Pisan Cantos;
en inglCs, luego en la traduccih italiana, luego en in-
glCs de nuevo.
La tercera vez ya sabia naturalmente que Ben y la
Clara eran Mussolini y su amante, colgados de 10s ta-
lones en Mildn, sabia que .the Possuma era T. S .
Eliot, aunque en verdad ignoro c6mo lleguC a saberlo
rntonces, antes de conocer su Old Possum's Book of
Practical Cats. Supe que para Pound la historia de las
dinastias chinas era fundamental: el especticulo de una
Moral en acci6n y el de sus tropiezos; record6 que
Rouse era un erudito latinista y traductor de varias
cbras para la DLOeb Classical Librarya, obras que yo
conocia segh catAlogos; y me acostumbrC asimismo
a gozar de la extraiia poesia simple que iluminaba 10s
intersticios de este interminable mondogo que me to-
caba oir como escucha un intruso las conversaciones
de un sal6n donde se re6ne gente de sociedad, o un
curioso 10s fragmentos de charla en un vehiculo en
movimien to.
. . .terrazas del color de las estrellas.
Los ojos suaves, trnnquilos, sin desde'n,
No es del camino de lo que te apartns
y el olivo blnnquecindose en el viento
i qui blancura agregariis a esta blancura,
tambie'n la lluvia forma parte del proceso.
tambie'n la lluvia forma parte del proceso.
que' candor?
Luz en 10s intersticios, y cement0 durisimo en la
masa de la construcci6n. Pedazos de mPrmol con le-
tras grabadas por otro, citas integras de poemas ajenos,
de documentos, de reminiscencias en varios idiomas. Y
nombres, nombres, nombres propios y extraiios. Fer-
Eonas, lugares geogrbficos, restaurants, padres de la Igle-
sia Catblica Apostblica Romana, sectas herCticas, dioses
griegos y deidades presumiblemente orientales, monu-
mentos. Y sobre todo, signos jeroglificos; lo que apren-
di a llamar Dideogramase. No abundaban demasiado 10s
Dideogramasa como ocurre en otros Cantos que mbs
tarde, mucho mhs tarde, me atrevi a leer; y sin embar-
go fue tal mi estupefaccibn irritada ante cada uno, que
se multiplicaron ante mi como sombras y cubrieron mbs
de una vez todo el texto, haciCndolo indescifrable, ro-
yendo incluso las bellas frases que coleccionaba cuida-
dosamen te.
,Si nunca escribimos nada except0 lo que ya es co-
nocido, el campo del conocimiento no se extenderh
nunca. Uno demanda el derecho, ahora y despues, de
escribir para unas pocas personas con especiales inte-
reses y cuya curiosidad alcanza a1 mayor detallea. Esta
nota de Pound a1 pie de su Canto 96, deberia taparnos
la boca e impedir todo intento de burla rhstica. Quien
penetra a este mundo especial, que se proclama exclu-
sivo, es ;I propio riesgo; se sabe que el autor en una
linea del Canto XI describi6 aquello de lo cual se ocu-
pba como slos temas usuales de la conversaci6n entre
gente inteligentea. Quien desea pasar por gente de esa
laya debe aceptar las convenciones del grupo que le
parece representarla. En la poesia de Pound hay con-
venciones que el autor respeta; pueden ser objeto de
ludibrio fuera de sus libros; entre sus phginas son leyes
positivas y necesarias; el movimiento de su mundo se
sujeta a ellas.
Asi es como recorri, prudente e inquieto, 10s once
Cantos Pisanos. Asi, entrC a la poesia de Cste que me
habia recomendado previamente la de Franqois Villon,
la de T4.ophile Gautier, la de Tristan Corbih-e, la de
Arthur Rimbaud. Ni Villon ni Gautier ni Corbikre
me presentaron ninguno de 10s problemas que se agol-
paban a1 solo entreabir 10s Cantos Pisanos. El mismo
Rimbaud, con sus fantasmagorias que mezclan lo muy
concreto y las abstracciones, seg6n normas que para
mis adentros emparentaba a las reglas migicas de 10s
cuentos infantiles, no me atemorizaba tanto como las
figuraciones y alegorias de este adulto implacable, dis-
puesto a expulsarlo a uno de su posesi6n a la menor
-sefial de timidez, con una vara tallada de signos mis-
teriosos en la mano, una vara que no parecia ser .de
virtude, dura, profesoral. Entre las facultades, entre
10s derechos soberanos de Pound estaba, como pedia
su apologista Hugh Kenner, a1 suponer conocimientos
profundos de Homero, Dante y la Mitologia de Ovidio.
Ay, era mucho suponer.
El joven que estudiaba en Roma y se emboscaba en
10s Cuntos Pisanos tuvo que dejar la gran ciudad y
volver a1 continente de nombre equivocado. @e deja
alguna vez una ciudad en que se ha vivido un aiio
cntero, un aiio angosto, en el filo de la adolescencia
y la edad adulta, un tiempo que marca, una ciudad de
sello tan amplio, con un relieve profundo? <No la lla-
man eterna? Es imposible vivir un afio en la eternidad
y no recordarla siempre.
Por amor propio y por amor ambivalente a la obra
de este escritor que me habia guiado, quisieralo yo o
no, durante aquella eternidad, continue la lectura de
su poesia y su prosa, sin perder de vista el dictamen
de T. S. Eliot en su Introduccidn a 10s Ensayos Lite-
rarios de Pound: DSU critica y su poesia, su precept0
y su prictica, componen una sola oeuvre. Para leer la
poesia de Pound es necesario entender su critica, para
leer su critica entender su poesias.
iC6mo buscaba entonces citas de autoridades que me
confirmaran en mi elecci6n de un mentor extranjero!
Cada parecer favorable a Pound lo recibia como un ho-
menaje a mi sagacidad. Nada me satisfizo tanto como
The Poetry of Ezra Pound, del critico de .Hudson
Reviewa y profesor de Yale, Hugh Kenner. A lo largo
de muchas piginas justificaba, defendia, explicaba y
desarrollaba la obra de Pound y su caricter, el valor
de sus descubrimientos, su sentido moral, sus impreca-
ciones y elogios. Ahi encontrC igualmente un plan de
lecturas ideal para conocer lo mejor de Pound: . I. De-
be recomendarse la incursi6n en Pisan Cantos al lec-
tor primerizo. 2. Toda la prosa de Pound que sea
posible. 3. Especialmente A Guide to Culture (0 KuZ-
chur, como decia la edici6n inglesa). 4. Y la traduc-
ci6n crucial de The Unwobbling Pivot (El eje que no
vacita), de Confucio. 5. DespuCs.. . debe comenzarse
por el Canto I y progresar a traves de toda la obraa.
Cumplf ese plan; estaba dispuesto a cumplir cuales-
quiera planes, con tal de entender esta poesia que me
intrigaba y desesperaba, a la cual concedia todo el
valor de lo que se ignora y otros declaran esencial.
Per0 cabecCe sobre El eje que no vacila: .Una sola
familia colmada de humanidad, y el Estado se huma-
niza. Una familia cortds hace gentil a todo el reino.
Un hombre ivido y pervertido.. . y el Estado i ri a la
confusi6na. La Guia para la Cultura me produjo in-
dignaci6n. Arist6teles era llamado en ella BArryc. J un-
to a observaciones cuerdas y hasta agudas, florecian
hip6tesis de science fiction sobre el origen de las aguas
subterrineas, sobre el modo de encontrarlas, con ayu-
da de una vara, en el desierto. De todo ello sacaba
consecuencias el autor para exaltar sus dictimenes so-
bre politica e historia, literatura en incontables lenguns
y economia y religi6n. DejC la Guia para despub.
{No conviene empezar por el principio? Decidi leer
10s primeros poemas de Pound, 10s de Personae, sus
mon6logos drambticos, sus .miscaras.: como las deno-
minan cuantos saben l ath.
Eres una persona de cierto inter&, uno viene
a uerte y gana extrafiamente
trofeos de pesca y alguna sugestidn cztriosa:
hechos que no lleuan a ninguna parte,
un cuento o dos, prefiados de mandrcigoras o de otra
cosa que puede ser titi1
y sin embargo no es zitil,
no cabe en un rincdn ni sirue a nada.
iNo! i No hay nada! En total y en conjunto
nada que sea tuyo.
Y sin embargo eso eres tri.
El poema se llama, en francb, Portrait d'une femme,
per0 podria ser el del autor para quien recorre sin
precauciones las seis o siete partes que coniponen sus
Poemas escogidos o Personae: las primeras Personae, de
1908, 1909 y 1910, correspondientes a otros tantos li-
bros sucesivamente publicados; Ripostes, de 1912; Lus-
tra y Otros Poemas de Lustra (1915); Cathay, traduc-
ciones del chino adivinadas mis que transcritas del ori-
ginal, en 10s aiios de la Primera Guerra Mundial, cuan-
do Pound descifraba 10s manuscritos del sin6logo nor-
teamericano Ernest Fenollosa, confiados a1 poeta por
la viuda del estudioso. Y Hugh Selwyn. Mauberley, ex-
tenso poema en varios metros y poblado de personajes
semejantes a 10s de T. S . Eliot: Mr. Nixon, Monsieur
Verog, Dr. Dundas, Lady Valentine, con citas en grie-
go y franc& y versiones de otras lenguas. Este era su
Testamento a 10s treinta afios, en nL'an trentiesme de
son eagea, como lo dice en su primera parte, E. P. Ode
pour I'dection de son sepulchre, con palabras de Villon.
Cuando el poluo de nmbos yazga. . .
mnicillo y mnicillo en el oluido.. .
Per0 sobrevivid a sus treinta aiios, y el lector de
1959, de 1960, sobrevivid a la lectura de Hugh Selwyn
Mauberley. DNadie conoce, a la vista, una obra maestrac.
Finalmente fui a dar en la obra que cierra las Per-
sonae, el antifaz de un poeta que ya se atrevia a con-
fesar que nunca era tan sincero como cuando imitaba:
Homage t o Sextus Propertius (1917). Ahi respirC. Todo
el vagar anterior adquiria sentido en la atm6sfera
abierta de estas parAfrasis; 10s tropiezos, las caidas, las
distracciones se daban por bien empleados. Las doce
secciones y el Cantus Planus final correspondian direc-
tamente a mi experiencia de Propercio; no a la letra
del latino sino a1 hecho de leer aquellas Elegias dos
mil aiios despuds de compuestas, a las vicisitudes de una
experiencia en la cual interferian la vida diaria del
siglo veinte, la posibilidad de encontrar una antigua
Dpantera negra que yace bajo el rosala en el parque
pGblico frecuentado por gentes de chaqueta, de vestido
zlmidonado, entre niiios con grandes corbatas blancas
de lazo.
Medianoche, y una carta me llega de mi querida:
que vaya a Tivoli:
A1 tiro!!
.De las torres mellizas salen yemas brillantes,
en lagunas extensas cae el agua que surge del Anienea.
&ue' debe hacerse en cuanto a esto?
gMe confiart a las sombras intrincadas,
donde manos audaces puedan violentarme?
Si continue adscrito a la lectura fie1 de cuantos libros
de Pound logrd situar, se debi6 precisa y Gnicamente
a1 Bdescubrimientoa de su Homenaje a Sixtus Proper-
tius. Ni 10s Cantos Pisanos me habrian llevado a 10s
otros 99 Cantos que desconocia, ni 10s Literary Essays
a su ABC of Reading, a The Spirit of Romance, a
Pauannes and Divagations. Por cierto el Eje que no va-
cila dificilmente habria sido aguij6n para empujarme
a la versi6n de las Analectas de Confucio, a1 ensayo
sobre The Classic Noh Theatre of Japan, y por idtimo
a 10s 305 poemas de la antologia cldsica de Confucio,
The Confucian Odes. En ellas me detuve por largo
tiempo. Las 305 Odas son poemas de muy variada for-
ma, de temas y observaciones casi infinitos; como si
todo el tiempo que ha existido y existiri estuviera en
sus palabras, en sus pausas:
Un tiempo para estar en casu, un tiempo
para vivir en el bivouac, un tiempo
para contar histotias y contarlas.
Dos aiios, tres afios, cuatro y cinco. En 1961 termin6
10s Cantos, en 1962 las Odas, lei 10s ensayos y panfletos
polfticos de la dCcada de 1930. reunidos con el titulo
de Impact, volvi a leer sus poemas iniciales en anto-
logias y recensiones de revistas inglesas, articulos pia-
dosos y diatribas contra 10s defectos del escritor y el
hombre, una biografia muy documentada y no obstante
burlona, un libro dedicado a Hugh Selwyn Mauberley,
en que se tomaba el hilo a las menores alusiones eru-
ditas o sociales del poema y sus epigrafes y se le decla-
raba el mejor poema de Pound, el hi co poema de
Pound, el mejor entre 10s escritos alrededor de 10s aiios
14 y 18 en lengua inglesa, en cualquier lengua, en
todas. CerrC por fin todos sus libros, exasperado, abu-
rrido de mi mismo y de su modo de moldearme.
No es posible librarse de la eternidad escribiendo
un libro a su prop6sito. Pero si es posible entender
el tiempo en el cual se ha vivido, y a uno mismo en
ese tiempo, ordenhndolo en palabras, dividihdolo en
capitulos, llegando a la palabra fin.
Tal es el prop6sito de este ensayo.
10s franceses, italianos, irlandeses que han sido contem-
porbneos o sucesores suyos?, tqui h es en la tradici6n
de la literatura inglesa y en la conciencia ilustrada de
las dembs lenguas europeas que ha frecuentado 61mismo
y que lo han conocido directamente o por medio de
traducciones?
Las preguntas chocan unas con otras y se precipitan,
multiplicbndose. Este autor suscita mris preguntas que
contestaciones. Reduzcbmonos a la primera.
Pound .a menudo presenta el aspect0 de un hombre
tratando de comunicar a una persona muy sorda el
hecho de que la casa est& en llamasc, dice T. S. Eliot,
uno de 10s primeros que oyeron aquella voz de alarma,
uno de quienes la han creido cierta y han huido de
esa casa a otra. SCuando estoy mbs complacido de mi
mismo, descubro que he atrapado alglin eco de un
verso de Poundc, agregaba en 1928. Y, alin mAs, le
otorga un honor de taumaturgo, de ventrflocuo: 4 1
ha beneficiado la poesia a travbs de otros hombres
tanto como por si mismog. El principal de entre esa
otra gente, que duda cabe y aunque 61 10 diga con
modestia, es el propio Eliot. Compara entonces, con
paroxismo, su metodo y espfritu won aquella especie
de ideaci6n que se encuentra en la Divina Comedia
de Dantec.
TambiCn Pound invoca sus relaciones con Dante
Alighieri. Tiene cierta autoridad para nombrar a1 flo-
rentino, porque asf como Eliot, parsimonioso, le dedi-
c6 dos grandes ensayos, uno en I929 y otro en 1950,
Pound, desde su desordenada revisi6n de la obra dan-
tesca en The Spirit of Romance (I910), ha persistido en
citarlo a diestro y siniestro, en poemas y articulos -uno
sobre el Infierno, en 1934 entre muchos-, en cartas y
en su Guide to Kulchur, de fines de dicha ddcada.
BQuien no conoce la Divinu Cornediu es por eso mismo
un ignorantea, concluye con buenas razones en alguno
de esos textos. Y en la quinta linea del Canto 89, si
por azar uno esti detenido en el Canto 89, lcon quC
se topa, despuds de aprender que .Para saber las his-
torias (ideograma irreproducible) / para conocer el
bien del mal (nuevo ideograma irreproducible) / y
saber en quien confiar / Ching IT.aoc? Con ninguna
otra cosa sino dos palabras de Dsnte, dos tCrmirios
italianos y, entre pardntesis, B (Par.idiso) a . Poco mris
adelante: vQuiditas, remarked D. Alighieria. Pero seria
mezquindad seguir cazando citas en 10s libros de Pound.
He hojeado con mejor espiritu 10s ensayos de Eliot
sobre el toscano y creo situar la relaci6n que Cste ve
entre la comedia y el intento de Pound en esta frase:
*Mi opini6n es que no nos podemos permitir ignorar
las creencias filodficas y teol6gicas de Dante, ni pasar
de largo 10s pasajes que las expresan con mris claridad;
pero creo, por otra parte, que no tenemos la obliga-
ci6n de compartirlas nosotros mismosc. Si leemos Beco-
nomia y politica, literatura o politica literariaa, disci-
plinas de menor importancia que las dantescas, per0
respetables, donde Eliot dice vfilosofia y teologiac,
daremos con un eje bastante seguro para la balanza
de 10s juicios de Eliot sobre su amigo. La videaci6na
de Dante tiene su eco en la de Pound justamente por-
que ambas se rodean de altas murallas; no es necesa-
rio encerrarse en su domini0 para comprender a1 poeta,
pero si conocer sus lindes.
En todo caso, el lugar que le asigna Eliot a Pound
es magnifico: compartir 10s defectos o las dificultades
con Dante es una hazaiia de hCroe.
Por su parte, Yeats, el irlandCs que gozaba ya de
fama cuando Pound, el cabello y la barba rojizos, cay6
en Londres xomo una gota de aceite en un vas0 de
agua., seg6n el testimonio no demasiado cariiioso de
otro fxitimo amigo suyo, acept6 sin embargo el precio
que esta especie de scowboy cantantes queria hacer
pagar a cuantos lo trataban. Y lo aprecib todavia mis
cuando fueron publicados 10s primeros Cantos: sCuan-
do el Canto 100 est6 terminado, todo el poema des-
plegarb una estructura como la de una fuga de Bach.
No habd argumento, ni crbnica, ni 16gica discursiva,
sino dos temas: el descenso en el Hades, de Homero, y
una hiletamorfosis de Ovidio; y mezclada a estos, carac-
teres histbricos medievales y modernosc. Serb, anuncia-
ba el irlandes, suna pintura.. . un trabajo tan caracte-
ristico del arte de nuestro tiempo como las pinturas
de Cezannea. Invoca Yeats a demasiados testigos para
acreditar la grandeza del propbsito poundiano; ocurre
con este elogio lo que con las mliltiples excusas para
salvar un mismo y unico desliz: la superposici6n de
argumentos va probando su ineficacia respectiva. Asi se
explica que m&s tarde, en A Vision, Yeats trate a Pound,
en la buena compaiiia de Pirandello, Eliot y Joyce,
como Dejemplo de la desintegracibn de la conciencia
unificada de 10s artistas anterioresc y critique su %aver-
si6n a lo abstracto. El intelecto gira alrededor de si
mismoa. *Pound se perjudica por hacer demasiados
experimentos y son mPs sblidos sus principios que su
gusto*, escribia Yeats en 1919. @uC pensaba J ames
Joyce, protegido de Pound, pero mAs orgulloso que
&e? Preocupado s610 del estilo, como estaba en su
madurez, Joyce no se permitia pensar mucho en quienes
no le interesaban extraordinariamente. Y Pound le in-
teresaba poco. Se dice que con toda se<guridad no ley6
nunca la mayor parte de 10s Cantos; cuando le pidie-
ron una carta para un homenaje colectivo a Pound
escribib 12 lineas llamindole Mr. Pound y poniendo por
10s cielos su bondad humana.. . En un estudio sobre
las alusiones literarias de Finnegans Wa k e puede uno,
ademh, detenerse en cierta frase que describe, si no
miente el analista de alusiones, el estilo epistolar de
Pound: mblurtbruskblunt as an Esrae (sic). Per0 una
cosa es lo que el padre, el abuelo, el dios de Stephan
Dedalus confiesa deber, y no confiesa mi s que des-
precio, y otra lo que le atribuyen terceros. Dice un
tercer0 autorizado. el autor de The Books at the Wake,
que asf como adopt6 Joyce literalmerite un motto de
TCophile Gautier: .lo inexpresable no existee, se apro-
pi6 uno de Pound: BBuena literatura es simplemente
lenguaje cargado de sentido a1 mayor grado posiblec
Es algo. Y es mis todavia el que coincidan ambos en
la sentencia de Gautier, cuya poesfa Pound vener6 du-
rante un tiempo.
@IC pensaba tal o cual otro y el de mi s all& y uno
de menos categoria? Hojeando fichas y revolviendo li-
bros en estantes no es dificil reunir decenas de ora-
ciones de artistas ingleses, irlandeses, norteamericanos y
demis sobre su colega Pound. Dificil no, per0 si abu-
rrido. Y menos aburrido que i n~ti l . Porque la gama de
opiniones no esti compuesta de tintas de color varia-
do, sin0 de cristales de un coIor parejo, el de la per-
sonalidad y 10s ideales artisticos de quienes Ias pro-
nuncian. Hay para todos 10s gustos y repugnancias.
T. E. Lawrence, con quien doy mientras estaba en
busca de D. H. Lawrence (a quien Pound estimul6 en
1913), lo pone en ridiculo sin convencer; su criterio
es el de lo mimpropere, por cuyo influjo, si podemos
creerle a Balzac se petrificari un buen dfa Inglaterra.
Sir Herbert Read estima, a su vez, que 10s Cantos, ya
no impropios, son me1 mAs amplio y diria sin hesita-
ci6n, el mis grande logro poCtico de nuestro tiempou.
a mala influen-
!nos son Binfor.
rillas sin signifi.
__---. __..__. _ _ _ _ _ _ ---.., , __-__-_ -.- -1 azar, he aqui
a cuatro escritores muy distintos, ninguno de ellos de
y grande, per0 todos honestos y
todos de superar 10s limites de
J . B. Priestley: sun poeta mayor y un
ciae. Mr. Allen Tate: Los Cantos Pisa
mes, exdntricos, y personales. . . .Mars\
rarlnr Racta intpntn v t2mhibn a
.~ --.. .~ - _ _ _ ~_ ._ - ~~
un poder creativo mu!
celebres: e incapaces I
la propia obra creadora para ver la de Pound como
un objeto real. La cubren de adjetivos ventajosos y
deslumbrantes, o la iluminan desde un dngulo impo-
sible con una rApida paradoja, o le niegan toda luz.
Hay una causa para esta feria de tiros a1 blanco
equivocados. Incidentalmente la misma que da raz6n
de la existencia de una feria alrededor de este poeta:
que Pound ha influido sobre 10s escritores de su gene-
racibn, sobre 10s de las siguientes y -1proeza notable!-
sobre sus antepasados, Yeats como ejemplo insigne. Sea
o no un poeta mayor, ha sido y es un influjo mayor,
una influencia mayGscula, temible, detestada, preferida,
perseguida. Su prosa crftica Des la mds importante cri-
tics contempordnea en su generoc. Y su gCnero es
Bensefiar a 10s otros el arte de escribirc (Eliot, Intro-
dziccidn a Literary Essays of Ezra Pound) . <Quienes
son estos otros? Nadie mds que escritores, escritores,
escritores. Hayan aprendido o no la lecci6n, la necesi-
ten o la rechacen, les guste o no, les encante o les pro-
duzca repulsi6n intelectual, han debido escucharla y
se han visto obligados a tomar una actitud ante ella.
No son muchos 10s artistas men armasa que teorizan
a1 tiempo que luchan con su materia y su espiritu: 10s
demAs escritores oyen estas palabras con mAs atenci6n
que las del estratega de ministerio literario, amateur,
profesor, ensayista de tierra firme. Este americano que
anhela provocar un .revival. practica sus sermones,
publica 10s resultados de su ejercicio, corre el riesgo
de probar que sus consejos eran pgsimos. lC6mo no ha
de llamar la atenci6n si estd gritando que la casa se
quema? Y se dirige a sus compaiieros de arte, a quienes
viven y laboran junto a 61. Le han ofdo y lo desmien-
ten, le echan jarros de agua frfa encima o arrojan, con
61, 10s muebles por la ventana, en la esperanza de
pasarlo a llevar si es factible. Per0 no permanecen indi-
ferentes. Aun 10s sordos demuestran oirle, porque aprie-
tan 10s puiios contra 10s ofdos.
La influencia no se reduce a la eficacia de sus ensa-
yos. Igual o mayor es la de su poesia, modelo activo
de lo que se debe o no se debe hacer, a juicio de 10s
que miran. Los Cantos.. . se han demostrado ya una
escuela de versificacih para 10s poeras jbvenesc, dice
un espectador irreprochable, F. 0. Matthiessen, en Th e
Achievement of T. S. Eliot, antes de advertir que son
.comparatively formlessa. Matthiessen es un critico muy
inteligente y me gustaria mucho seguir copiando sus
estimaciones sobre Pound. Pero quiero intercalar una
advertencia, ya que es Eliot el foco de hlatthiessen.
BOId Possum<, cuando actua felinamente, deja resba-
lar ciertas insinuaciones frias y ductiles: .No se puede
evitar el ataque a ciertos nombres venerables, porque
el verdadero objetivo del ataque es la idolatria de un
gran artista por criticos no inteligentes y su imitaci6n
por practicantes sin genioe. Claro est& que se refiere
Eliot, a la letra, a 10s antiguos ataques del propio
Pound contra autores de segura fama, de Virgilio a
Milton, de Petrarca a 10s Georgianos de la primera
guerra, pero <no es aplicable el parecer a la situaci6n
de su apadrinado?, <no fue escrita esta Introduccidn
el ario 1925, cuando todos 10s problemas apuntados mos-
traban la cnbeza y 10s dientes? Y todavia, como si no
fuera nada, Eliot contin6a ambigua, inocentemente:
BUn gran escritor puede tener, en determinado mo-
mento, una influencia perniciosa o debilitante, y Psta
puede ser atacada de la manera mi s efectiva seiialando
aquellos defectos que no deben ser copiados y esas vir-
tudes cuya emulaci6n es anacronismoc.
Pound tiene considerable importancia en la poesia
y critica de lengua inglesa. Lo que se le reconoce como
valioso por algunos es negado sin miramientos por otros
tantos, o mds. Son numerosos sus enemigos. Es objeto
de un culto sin discrecih. Pero es menos singular el
rito que lo rodea, que las imprecaciones en contra de
ese rito. A decir verdad, prkticamente nunca he po-
dido asistir, por medio del truco de la lectura, a las
ceremonias perversas en que se le erige sobre altares;
en circunstancias de que me faltarian dedos para contar
las pAginas en que se hace mofa o alta politica des-
deiiosa contra sus fieles y prosdlitos.
Debe ser en si mismo dificil hacer una defensa co-
herente de la obra poundiana. En 1950 todavia, seg6n
el articulo ardoroso de un sicofante suyo que lo llama
.The Sage of Rapalloc -no se le habia dedicado libro
alguno con excepci6n del folleto de T. S. Eliot, Ezra
Pound-His Metric and his Poetry, fechado en 1917.
Desde 1950 ha cambiado esa situacih. Primer0 con 10s
ensayos selectos de An Examination of Ezra Pound, de
sus amigos, Eliot, Heminagway, Wyndham Lewis, y 10s
de Edith Sitwell (a quien Pound trat6 mds de una vez
con dudosa benevolencia), de G. S. Fraser, J ohn Drum-
mond (traductor de alguno de sus libros), y Hugh
Kenner, entre otros. En 1951 apareci6 The Poetry of
Ezra Pound, de este iiltimo, libro inteligente que no
estima a1 lector. En 1955, Ezra Pounds iVauberley, a
study in composition, de J ohn J . Espey. Un Indice
anotado de 10s Cantos en 1959; una Lista preliminar
de sus escritos en 1953; y otros seis libros, casi todos
obras de universitarios norteamericanos, entre 1952 y
1962. Pound, es el niimero favorito de 10s trabajos de
tesis, de seminarios y conferencias, de comentarios y
notas en revistas especializadas. iEstrafi0 destino para
el mds violento detractor del sistema universitario de
su pais!
Un examen detallado y 16gico es cosa rara, per0 un
breve conjunto de observaciones, una nota humoristica
y erudita, el hallazgo y transcripcidn de cartas sups,
de pequefios ensayos olvidados, es el bocado mhs fre-
cuente de 10s lectores de revistas literarias, *little re-
viema o enormes voliimenes peri6dicos a todo lujo. He
contabilizado muchisimos articulos de esta indole, y he
leido algunos con placer; he dejado de leer el resto
con placer no menor, favorecido por la dificultad de
encontrarlos en Chile. Las Bibliografins de Publicacio-
nes Periddicas son instrumentos muy perfectos, y en
ellas se rehen como en las altas construcciones late-
rales de 10s cementerios, todas las inscripciones mor-
tuorias con que la piedad de 10s sobrevivientes acredita
de Kossetti, mucho de Browning y algo de Kipling. SI
eliminamos a Kipling, subtituyrindole por Algernon
Charles Swinburne, pisaremos la linea de la cual parti6
Pound. El exotismo provenzal e italiano de Rossetti,
la pasi6n por lo g-riego de Swinburne, aliada a una
vida urbana moderna; la
que centelleas, luces, pasas
des, revocas o perduras!
i soy yo, soy yo, soy yo?
iQuren eres TU{
Asf le hablaba, clarividente y enceguecido, a Su propia
cara en el espejo.
Era natural ese punto de pari
siglo y en Inglaterra; la adopci6n uc paurcs quc PIC-
ferian el exilio, tal como este norteamerlcano en Euro-
pa; ejemplos dificiles, soberbios y solitarios, exquisitos
o inclinados a la profundidad, sobre las profundidades.
Pero podia sorprender un poco el que no cupiera re-
cordar a Whitman; aunque m& tarde repar6 Pound
ese olvido: BTe he detestado mucho tiempo.. . Ya no
tengo edad de ser tu amigo.. . Que haya comercio en-
tre nosotrosa; ese Pacto tuvo que esperar hasta 1916,
cuando apareci6 en Lustra. Que no hablara de Emily
Dickinson o Gerald Manley Hopkins era mPs justifi-
cado: ni uno ni otro, de fama p6stuma e inestable,
recibian votos de nadie por esos afios; y no 10s reci-
bieron nunca de Pound en el hecho. La gran figura
oficial de Alfred, Lord Tennyson, se veia reemplazada
con mejor titulo por la de Browning, mAs delicado y
mPs firme a la vez. Robert Bridges, Laureate Poet des-
de 1913 hasta 1930, es tildado de Rabbit Britches en
alguna carta mPs tardia. Lo que sf admira es la insis-
tencia en 10s sufragios de respeto, de cblera, de amor
a Robert Browning: %Master Bob Browning*, Bold
Hippety-Hopa, .Clear sight's electors (sobrenombres
que le impone en itfesmerism).
Pocos escritores ilustres del siglo pasado son menos
conocidos que >Master Browning.. Ninguno de 10s in-
gleses rinde tanto a1 conocerlo: en el doble sentido de
Brendira. Su obra es dificilisima de leer; carga la fa-
ma de no ser comprensible sin0 para quienes imagi-
nan entenderla: sS610 dos lfneas de SordeZIo (su poe-
291
ma mis ambicioso) eran inteligiblese. Pound se vana-
gloria de ser el tinico que lo habia leido enter0 y go-
zado casi todo.
Por cierto yo soy de aquellos que entienden poco y
nada de Sordello; per0 gozo con 10s Bfragmentos de
un conjunto predestinadoa:
Ah, fragments of a whole ordained to be ...
Soy de quienes se toman la cabeza a dos manos cada
dos versos; per0 me pasma igualmente el hecho de que
fuera escrito antes de 10s 28 aiios de la edad de su
autor, A. D. 1840. Esta historia de un poeta joven, del
nacimiento de un poeta, de un hombre de accibn que
es un poeta en accibn, anuncia, tpor quC motivo?, la
verdadera historia de un real poeta joven que naceri
en 1854: el franc& Rimbaud. Versos sueltos de Sorde-
110 parecen profecias de Les Pottes de sept ans. La
misma frialdad soberana respecto a una vida que se
siente propia y se muestra empero a la distancia de
todo el brazo extendido: *El reflexion6 largamente
sobre el puntoa. La diferencia est& en que la soluci6n
encontrada por Rimbaud despues de sus 21 aiios -de-
jar el mundo europeo, o mi s bien llev4rselo consigo
a una tierra en la cual screara, crear vida y no pala-
bras- se convirti6 en palabras para Browning: las de
Sordello y sus demis poemas. Rimbaud cre6 con ello
su muerte; Browning tampoco habia elegido la mejor
parte, pues, <no es su obra una perpetua elegia a la
imposibilidad de una obra?
Con todo, quC dotes las de ambos, *like an escape
of angels<, abundantes, tranquilas, cada una en su lu-
gar .Visibly through his garden walketh God*, como
cualidades de dia domingo.
Del Rimbaud maduro no quedan m5s que documen-
tos: cartas, informes mCdicos o burocriticos. Del gran
fracas0 de Browning queda un patrimonio mAs impor-
tante: su obra, el hecho mismo de su frustracidn, eter-
repetido, repetible, admonicidn y modelo en
un solo volumen.
Men and Women, libro de plena madurez, tiene
un gusto tan amargo por debajo de la lengua, que uno
se pregunta si seri un destino ineludible para 10s mi s
sabios de cada generaci6n el descubrimiento de nuevas
foi-mas de experimentar la vanidad de las vanidades.
Pound aprendi6 primer0 la leccihn, sigui6 antes el
ejemplo de Sordello, que la enseiianza de 10s Hombres
y Mujeres. En verdad, no sabria yo decir si se ha des-
prendido hoy de la fascinaci6n que desde su juventud
lo llev6 a rondar 10s prop6sitos de Browning, a escri-
bir un poema de significado universal, una especie de
Divina Comedia. Browning habia rechazado ese mal
pensamiento, ese designio meditado con acidia, lo ha-
bia conjurado por el dnico medio eficaz: endosindo-
selo a1 protagonista del poema, a Sordello mismo, aqud
que fracasa en el poema, salvando asi a su autor que
10 sobrevive. Pound intent6 crear Infierno, Paraiso y
Purgatorio directamente en su poema, en sus Cantos,
en 10s cuales 61 es Yo, y nadie mis. Cay6, entonces,
en la trampa de Sordello, y no sigui6 en realidad su
lecci6n; menos a6n seguiria la humanisima y final de
Men and Women, la conformidad con lo trivial, la
b6squeda de lo definitivo (ay, transitoriamente defi-
nitivo), en lo cotidiano y f6ti1, en todos 10s hombres,
en cualquier hombre o mujer.
Aun prescindiendo de las intenciones de Browning
en sus poemas mayores y nienores, y de las caracteris-
ticas formales de sus mon6logos, que cogi6 Pound casi
en calco, hay otro motivo central de influjo de aquel
sobre &te. Dice Eugenio Montale que desde .Browning
adelante, el suefio de todos 10s poetas modernos en un
verso que sea tambie'n prosaa. Pound ha insistido, has-
ta el cansancio, desde 1914, desde antes con toda segu-
ridad, en la tradicidn posaica en poesia. Lo hizo ini-
cialmente en elogio de Ford Madox Ford, entonces
llamado Ford Madox Hueffer, colaborador de J oseph
Conrad y empresario intelectual de un n6mero eleva-
do de escritores muy distinguidos, D. 3. Lawrence y
Walter de la Mare por lo menos. Fue Hueffer quien
ideb esa famosa frase, *que la poesia deberia escribir-
se a1 menos tan bien como la prosac, desarrollada por
Pound en &a: lo que puede decirse tan bien en poe-
sia como en prosa, estarh siempre mejor dicho en prosa.
Ya desde antes de 1914 hablaba n-@+- -=*+oc-nn
del versoe de aquella sprosa tradition
1913 entendia por ella .la prActica d
a la buena prosa y el buen verso de moa0 semejanre.
Ella es ai verso modern0 lo que a la moderna prosa
el metodo de Flaubert. Significa constataci6n de he-
chos. Presenta, no comenta. No es una critica de la
vidac. Ha citado a Flaubert, uno de sus semidioses
tutelares. .Stendha1 dijo y Flaubert.. . prob6 que la
prosa era el arte mis alto -su prosa a1 menosc. Am-
bos escritores franceses, dice Pound, son escuelas ade-
cuadas para quien quiera escribir verso y no mentir.
Habria que agregar a Voltaire, omisi6n que llena en
otras piginas. Desde mediados del siglo XVIII, expresa,
el arte serio de escribir pas6 a la prom y por alg6n
tiempo 10s desarrollos importantes de! lenguaje como
medio de expresi6n fueron 10s de la prosa. Los descu-
brimientos mds destacados en el arte de infundir ener-
gia en el lenguaje, de cargar de sentido las palabras,
agrega, se hicieron durante el siglo XIX en prosa y en
Francia. Deben estudiarse esas obras niaestras: Bouvard
et Pecuchet, antecedente del Ulysses, de Joyce, 10s Trois
Contes, Madame Bovary, LEdzLcnfion, la primera mi-
tad de La Chartreuse, Le Rouge et le Noir. DNadie
puede escribir hoy buena poesia si no conoce a Sten-
dhal y Flauberta (1927).
Seria 16gico entrar por aqui a1 bosque de las rela-
ciones de Pound con la literatura francesa y examinar
su saqueo de ciertos simbolistas, para mayor gloria de
la lengua inglesa, Rimbaud, Corbikre, Laforgue, su
exaltacidn de Tdophiie Gautier, en que le ayud6 Eliot
con grave daiio propio seg6n 10s entendidos, sus estu-
dios de Villon, dejando de lado a 10s menores, Tailha-
de, Romains, Vildrac, etc. Per0 el viaje nos llevaria
demasiado lejos.
Lo justo es volver a la tradici6n de la poesia in-
glesa y a la conciencia de Pound respecto a esa litera-
tura madre.
.Me impresion6 el hecho de que la mejor historia
de la pintura fuera, en Londres, la National Gallery;
y el que la mejor historia de la literatura, y de la
poesia en particular, seria una antologia en doce vo-
16menes en la cual cada poesia no fuese elegida por
tener gracia o porque le gustaba a la tia Hepsy, sino
por contener una invencion, una contribucih precisa
a1 arte de la expresi6n verbala. *DeSpu& de algunos
aiios de pausa y reflexi6n.. . propuse a una casa edi-
tora, ya no una antologia en doce vohimenes, sino
,
iina brew m i i s cnhre ~1 arviimentna Flip n i i h l i r ad n
tan la vida, uno con jocosa amplitud de criterio y
paciencia de hombre corrido en el mundo y en 10s
libros, el otro con bcido sarcasm0 de intelectual ence-
rrado en una pieza, el tercer0 con desengafio que mbs
bien alimenta la tenacidad de sobreponerse a todo y
a nada y perdurar. Pound, guardando las distancias
y 10s respetos, imit6 esas actitudes alternativamente y
de golpe.
Su criterio selectivo no se conforma con rasgos si-
milares en escritores reconocidos; tambidn indaga en
personajes generalmente mirados como epigonos o au-
xiliares de 10s creadores. Dos obras de traductores re-
nacentistas, Eneados, de Gavin Douglas (1474-1522) ,
smejor que el original, porque Douglas habia escucha-
do el ruido del mare, y Metamorphoses, de Arthur
Golding, Gentleman (1536-16C5) , Bthe most beautiful
book in the languagea.
SToda Cpoca reconocida como grande es epoca de
traductores, comenzando por Geoffray Chaucer, le
grand translateur del Romaunt de la Rose, autor de
parAfrasis de Virgilio y de Ovidio, condensador de
viejas historias que habia encontrado en latin, franc&
e italianoa. {No se retrata asi Pound, trasladador de
franceses como Rimbaud (por no hablar de 10s pro-
sistas Fontenelle y RCmy de Gourmont), imitador de
Heine, traductor sutil de Arnaut Daniel, provenzal, y
Guido Cavalcanti, el italiano, del Seafarer anglosajbn,
y, como ya sabemos, del japones, del chino, de teatro
primitivo, prosa doctrinal, poesia reguladora de la vi-
da? DCada generaci6n debe traducir para si mismo, por
si mismaa, exclama Eliot en su lntroduccidn de 1928
a la poesia de Pound. DLa poesia china, tal como la
conocemos hoy, es algo inventado por Ezra Poundu; 61
aha enriquecido mis la poesia inglesa moderna de lo
que Fitzgerald la enriquecibu.
Nos faltaba tocar las cuerdas del Ruba'iyat of Omar
Khdyyam, .la hi ca obra de verdadera poesia de su
period0 que haya llegado a1 puebloa; y en ese yuculu
se incluia Ezra Pound. En carta de 9 de julio de 1922
se considera semejante a 61 .YO soy tal vez (poeta) di-
dictico; en un sentido, o en diferentes sentidos lo son
Homero, Dante, Villon y Omarcr.
Su didactismo nos ha convencido en lo que a1 elo-
gio de Edward Fitzgerald (1809-1883) se refiere. Nos
convence e intriga en cuanto a Browning, a quien con-
tinuamos leyendo. Su insistencia nos mueve a buscar
poemas de Thomas Hardy.
Con Hardy volvemos a1 siglo xx, a entrado el siglo,
1QuC hallazgo para el ignorante, para el lector de no-
velas, la poesia sblida, di da, de este hombre de edad!
.Si vivimos lo suficiente, como para ponderar la Dpoe-
sia del periodoa, <quC vamos a oponer a las 600 pP-
ginas de Hardy?. Este acto de humillaci6n p6blica de
Pound en Guide to Kulchur anticipa la contrici6n cu-
riosisima que avalaria el titulo de DSabio de Rapalloa
si no fuera porque de nuevo pec6 mis tarde. *Mi ge-
neracih, una generaci6n de experimcntadores, fue in-
capaz de producir un c6digo para la acci6n. Creimos
y descreimos en todo, en cualquier cosa, 0, para po-
nerlo de otra manera, creimos en el cas0 particular.
Los mejores de nosotros aceptaron cualquiera y cuanto
dogmaa pueda concebirse, como la verdad de una si-
tuacidn, como la verdad de una crux, crisis o tempera-
mento particularesa. Hardy crey6 en algo mis, despuCs
de una vida completa dedicada a estructurarlo y de la
escritura de novelas que heron una larga y silenciosa
ascesis paradojal y a la vez un objeto moral en si
mismas. DLa mayor de las cosas es la Caridada, h e
su Siiruiew final, segh Pound.
El otro gran anciano que avanza en el siglo con ves-
timenta anticuada y una inteligente sensibilidad a flor
de piel, venerado por Pound que le dedica ensayos y
lo describe en el Canto VII D C O ~ gli occhi onesti e
tardi. . . bebiendo el tono de las cosasa, es Henry Ja-
'
mes. Fue prosista hasta el fin de sus dias y noches, en
1916, pero su prosa est& entroncada con la que pus0
la base del OONDENSAR necesario a la poesfa y que ella
perdi6 por vanidad o decreto de la providencia; lo
mismo recuperaba con trabajo en la Cpoca de Pound.
La Cpoca de Pound es la de Henry J ames; uno y otro
son norteamericanos que viven en Europa (James se
nacionaliz6 inglCs en 1915, como Eliot mi s tarde), am-
bos quieren dar una Clara y exacta idea de 10s smou-
vements du coeure, con objetividad. J ames obtiene la
que seria suprema recompensa a1 artista: hacerse .the
great true recordere, en quien se graban las cosas, 10s
movimientos del coraz6n que es tambitn una cosa, con
Ebsoluta fidelidad.
He vuelto a hablar por boca de Pound. Henry J ames
para mi es muy alto per0 no superior a .that ouistiti
Prouste, a quien Pound escarnece en una carta fecha-
da en Rapallo. Prefiero que se las avenga Pound con
J ames en privado, ya que carezco de la conciencia de
sus categorfas mutuas y dud0 ante una frase como tsta:
.Henry J ames fue el primero en agregar a1 arte de la
novela decimondnica, algo que 10s franceses no sabfane.
En la vida de Pound, su encuentro con T. S. Eliot
asume el sitio de una fundamental ocurrencia en el
reino del espiritu. Las biograffas de uno y otro, Ezru
Pound, de Charles Norman, por ejemplo, ocupan ca-
pitulos enteros detallando 10s trajes que usaron en tal
ocasibn, y averiguando si fue o no Conrad Aiken el
hilo conductor entre ambos, etc., y eso aunque el se-
Aor Norman demuestra harta mala le para juzgar la
conducta polftica y humana de Pound.
El hecho desnudo y trivial es que se encontraron
y Pound ley6 un poema de Eliot que le gust6 sobre-
manera; el individuo, con su sobria voluntad de ser un
Foeta, para lo cual se habfa preparado adecuadamente,
mejor que ningdn otro postulante que Pound conocie-
ra, lo entusiasm6 ya desde su primera entrevista. .El
se ha entrenado y modernizado por su propia menta.,
decia en carta de septiembre de 1914.
El poema leido fue The Love Song of J . Alfred
Prufrock, y el entusiasmo empuj6 a Pound a enviarlo
en octubre a la revista Poetry, de Chicago, en la cuaI
oficiaba de corresponsal europeo. Tuvo dificultades
para obtener la publicaci6n. Insist%, generosamente
indignado. En 1915 apareci6 el poema, T. S. Eliot CO-
menz6 a ser conocido, y Pound persisti6 en dirigir su
entrada a1 mundo, consiguihdole facilidades de pu-
blicaci6n y presenthdolo a sus amigos con desmesura-
dos elogios, lmuy justos en este cam!
Por esos aiios, Eliot laboraba duramente en un Ban-
co, sin ecnar raices todavfa en Inglaterra, y afrontando
rrisin esniritiialen. nsirnlhrricas v emnr5micas. En 1g22
Pound ide6 para solucionar ~U S problemas una asocia-
ci6n denominada .Bel Esprit., imprimiendo un pros-
pecto, a la manera de ciertas circulares balzacianas, que
empezaba asi: .Ya no queda uvilitacibn organizada ni
coordinada, s610 individuos sobrevivientes, dispersosc.
.Lo Gnico que se le puede dar a1 artista es tranquili-
dad (ocio) para trabajar. La Gnica manera de obtener
obras es asegurindole tal ocioa. .Eliot en el Banco ga-
na E 500. Demasiado cansado para escribir, enferma;
durante la convalecencia en Suiza realiz6 The Waste
Land, una obra maestra, de las mi s importantes 19 pb
ginas en inglb. De vuelta en el banco y de nuevo des-
trozado, ffsicamentea.
Eliot era propuesto como el primer beneficiado. .No
es caridad. No se trata de piedad para el pobre artista.
Eliot preferiria trabajar en el banco antes que escribir
nhrac merl i nmPc U a nmriitadn vivir de r i i nliima v nn
r---- I **-
VU..." . YI UI VI I I " . - A- ----.." .a.A- -.. "-
(mala salud, esposa invhlida) a . La Socie-
sprita fracas6 per0 Ezra Pound revela en
CILC UULulllCnto conmovedor e indiscreto sus DrinciDales
r
n
arte mejor, no rnis artee. Ayud6 a Eliot personalmen-
te, de su bolsillo, privindose de lo necesario porque
no tenia entonces mi s de lo necesario. Le acompaii6,
discuti6 con el, sac6 partido de sus discusiones, vigil6
sus ejercicios tecnicos, materia en la cual Eliot le reco-
nocia preeminencia, recort6 The Waste Land, transfor-
mPndola en lo que es ahora, las 19 pAginas inglesas
mPs notables del siglo. {Que no hizo por 61, entre 1914
y la decada del ZO? Mucho mis de lo que Eliot, sin ser
ingrato, ha cumplido en la kpoca de desgracia del .mi-
glior fabbroa. Cualquier estudio del .background< y
desarrollo de Eliot requiere establecer claramente el
credit0 de Pound.
2A que se debe, entonces, que Pound no se divise
a la sombra de su amigo, que a 10s ojos del mundo
el segundo sea un genio venerable y el primer0 escin-
dalo vergonzoso y trampa? .Pound se detuvo en su teo-
ria, en la definici6n de 10s detalles; y fue Eliot quien
llev6 esos descubrimientos a su total fruicidn, constru-
yCndolos en un todo con arquitecturae, contesta un
apologista del poeta oficial. SMuchos entre la falange
de 10s lectores de Mr. Eliot sin duda extraen de sus
pPginas una especie de confortamiento psiquico.. . la
respuesta de lo inconsciente a1 Inconsciente. Es el ob-
jet0 principal a que se Cree propia la poesia ahora.. .
Esto explica que Pound, que no es susceptible de esta
mala lectura, haya tenido, en esta Cpoca que no se
preocupa de la poesia sin0 como terapdutica, algo pa-
recido a ninguna reputacibn, except0 entre ciertos es-
critoresa. Con esto replica Hugh Kenner a Matthiessen.
Como sea, la relaci6n entre estos dos poetas que cier-
tamente son 10s dos polos intelectuales y sociales de la
literatura inglesa del siglo (dos polos de un mundo
que no se sabe si a h gira), ha sido tan estrecha, tan
prolongada, que no es posible situar a ninguno de 10s
dos sin indicar a1 otro.
Es hora de situar a Pound en su t
S U V I D A
Pound no ha hecho otra cosa que contar su vida, des-
de que public6 sus primeras Personae; entonces lo hi-
zo bajo mPscaras de carnaval, en que lucia como tro-
vador y como chino, o hacia juegos de manos de pres-
tidigitador, o aparecia por el dngulo del saldn, dicien-
do un breve epigrama; luego asomado por la ventana,
desde el jardin, lanzaba otro. En Hugh Selwyn Mau-
berley se present6 como remedo de si mismo, en el
Propertius envolvi6se en toga romana e ironiz6 acerca
de 10s romanos y sus sucesores ingleses. DespuCs, en
10s Cantos, esa larga conversaci6n con el pasado y el
presente, y ajuste de cuentas con sus contemporineos
de todos 10s tiempos, describe hasta 10s hechos mds in-
significantes de sus viajes y encuentros, reproduce PA-
rrafos de sus lecturas y estudios, menciona a cu6ntos
componen para 61 SLIS *happy few., que no son acaso
ni .happy.: ni .few*, vuelve a contar su vida, a enu-
merar sus hazaiias y fracasos, con la minucia y el es
crGpulo de un eterno Bloom.
Empero, no es fAcil relatar su vida con esos datos.
Los acontecimientos que revela, incluso 10s de aparien-
cia m6s personal (*Me sent6 en las gradas de la Adua-
na / porque las g6ndolas costaban carisimas ese aiio,
y no habia de esas nifias. . .a, dice en el Canto 111 re-
memorando su llegada a Venecia), nu existen para sa-
tisfacci6n sentimental del poeta o el lector que tam-
bi h estuvo en Venecia, por ejemplo, sino que son he-
chos morales, entregan la medida exacta de un nivel
de experiencia, la cual permite valorar otras categorias
de sucesos, ya no personales, ni menores, sin0 gent%-
cos, que interesan a toda la humanidad o a lo que
Pound estima la humanidad de 10s inteligentes. Lo
mismo ocurre en 10s Cantos Pisanos, cuya atracci6n es-
terior est& en el relato de su prisi6n en el campamento
militar cercano a Pisa, dentro de una jaula, en las re-
miniscencias superficiales de sus aiios felices de Londres,
Paris y Rapallo y en el sarrepentimientoa que demos-
traria a1 exclamar sAbajo con tu vanidad. .. iDep6n-
lala, o a1 concluir .NO soy nadie, mi nombre es na-
diea. En todas esas !ineas refleja con evidente frialdad
la luz de un rinc6n extremo en la vida de un hom-
bre, que puede llamarse Pound o Confucio o como
I
mentineo de fuerzas malvadas o a1 menos equivocadas
o inconscientes. Esclarece el punto la observaci6n de
que fue Ulises quien dijo: sMe llamo Nadiea, y que
se lo dijo a1 gigante Polifemo.
1
compulsando un texto suyo en prosa, donde con ini-
mo resuelto de mixtificar, pasa revista aparte de su vi-
da y al ambiente en que se movi6 cuando niiio: Indis-
cretions or, Une Revue de Deux Mondes (1920), pu-
blicado en Pavannes and Divagations, pero inconcluso.
The letters of Ezra Pound (1907-1941), editada en
1951 por D. D. Paige, serin utilisimas aunque, pox
suerte, su elemento es la disquisici6n literaria, el con-
sejo a 10s j6venes y a 10s amigos, la exdgesis de la
propia obra, y casi nunca toca el tema de sus idas y
venidas por Europa, de su modo de vivir, de su bue-
na mano para cocinas y demds circunstancias esencia-
les de las biografias que respetan a1 pGblico. Las me-
morias de sus congdneres ayudarin, las alusiones de 10s
criticos y profesores permitirin cortar cada cabello en
cuatro, y la extensa biografia de Charles Norman, snin-
mi ni r i i v a c nartpr ni i pdp p p r rpnmrliirida de ni nmi na
0----
- -r -------- -- ---__
r ---- ---
e"'" '.-I"" r.----"
maneraa, seg6n expresa el Copywright, se aceptarin
como articulos de fe, que ~610-mueve montaiias si se
transforma en obra.
Las Indiscreciones, de Pound, son apellidadas por
61mismo, sexperimentoa en el Postschipt de 1923; sun
pwnerimento no necesita iustificaci6r - -e=-'- -- -----'
-da sthe infant Gargantuaa, nombre que elige para sf.
.Hayley tenia un hotel, una calle, 47 saloons y un
peri6dicoa; en ese punto de Idaho, USA, Hermione,
la madre, y Rip, el padre (en la vida civil Hoomer
Loomis Pound), reciben alborozados a1 nifio Gargan-
tha, en 1885. La familia de la madre y del padre son
puestas en solfa con justicia distributiva en la revue
de deux mondes, de modo irrelevante. Uno de sus
naci6 en el pueblo de Elk, Warren County, Pa., hi-
jo de Ezequiel, hijo de Ezequiel, hijo de Ezequiel,
de Ezequiel.. . de religi6n cuPquera. Otros de sus
parientes tuvieron que ver con mnegocios de ganadoa,
otro fue arquitecto, una tia suya .era una romhti -
ca confirmada; comenz6 a leerme las novelas de Scott
en el sPptimo aiio de mi edad; ella conservaba otras
ilusiones -iSi es que el romanticismo es una ilusi6n!a
Rip era >from the West.; Miss Hermione, si no me
equivoco, provenia de New England. I QUC mds dat
El destino y la Providencia habian decidido que na-
ciera a su debido tiempo el niiio Gargantha, y 41 cum-
pli6 ese decreto.
A 10s dieciocho aiios estudiaba en la Universidad de
Pennsylvania, donde habia entrado dos aiios antes, justo
en el momento final de su autobiografia. De ahi pas6
a1 Hamilton College, del mal retorn6 a su primera
Universidad. Ya empezaba a ser .nothing but a
nomadla como de 41 dijo el padre de Hilda Doolittle,
mAs tarde BH. D.a, de quien el joven estaba enamorado.
Compaiiero suyo de estudios, y amigo intimo (aunque
envidioso) era entonces William Carlos Williams. Ma-
rianne Moore era a su vez compaiiera de curso de H. D.
Esta reuni6n fortuita de poetas en una sola sociedad
juvenil, que organizaba bailes y paseos, probablemente
no tenia nada de brillante; unos y otros opacados por
el gran n6mero de no-poetas que ahora no se ven a
su alrededor. Mrs. Pound cantaba tocando el piano;
Williams practicaba el violin; Ezra tenia pCsimo oido,
lo que no deja de sorprender en el organizador de
recitales y conciertos en Rapallo, descubridor de parti-
turas de Vivaldi, propagandista de Cmrw Ant hd v
autor de una 6pera titulada DVilloc
Ezra lveston Loomis Pound habia V l d J d U O Q LUl Up Q
y T6nez con una tia abuela en 1898, a 10s trece afios, y
conocido Venecia por primera vez. No se sabe si cruz6
Provenza, per0 en la Universidad hablaba ya de esa
regi h como de una tierra madre, y escribia poemas a
prop6sito de sus trovadores; 10s leia a sus amigos, que
eran pocos: .Una persona de mil lo quiere, y mucha
gente lo detesta zy por que? Porque estri lleno de agu-
dezas y afectaci6ns (Carta de William Carlos Williams
a su madre en 1904).
Sin impox tarle esa disparidad de criterio, avanzaba
en sus estudios de literatura, mris resuelto a ser poeta
oral y por escrito que a enseiiar en scollegesa. AI ter-
minar su curso, despuCs de estudiar latin y literaturas
romances, obtuvo una sfellowships por un aiio, y se
fue a Europa. Sabia leer el franc& y el al emh. En
Madrid investig6 sobre Lope de Vega, a quien dedica-
ra mris tarde un ensayo en The Spirit of Romance.
Escribi6, entonces, un articulo acerca de un episo-
dio del Cid, heroe a1 cual conservard fidelidad eterna,
cithdolo varias veces en 10s Cantos y preservando su
gesta entre 10s pocos libros que un verdadero poeta
dispuesto a ser un gran poeta debe leer.
En 1907 estaba nuevamente en su patria. sQuiero
escribir 10s mPs grandes poemas que nunca se hayan
escrito, antes de mi muertea, dijo a sus padres. Mientras
tanto hizo clase en el Wabash College, de Crawford-
ville, Indiana. Per0 un incidente gracioso y comprome-
iedor, la asistencia que prest6 a una sospechosa seiiori-
ta en apuros, lo hizo renunciar. En 1908 lleg6 a Vene-
cia; solitario, sentado en las gradas de la Aduana, mi-
iaba los canales y las ghdolas, mcarisimas ese aiios. Pa-
g6 sin embargo, una edici6n de su primer libro A Lu-
me Spento (Con la luz apagada), en cien ejemplares,
cy 10s arroj6 casi todos a un canal? No; 10s regalb, en-
viindolos por correo, incluso a gente a la que nunca
habia visto.
Se fue a Londres. En las temporadas de 1908-09 y
1910-1911 enseii6 literatura romance y medieval en
.the Regent Street Polythecnica. En 1909 public6 sus
primeras Personae. Las recensiones lo elogiaron. Ya
era alguien; no todavia el mayor de 10s poetas que ja-
inis existieron, per0 si un poeta interesante, con su ca-
bello leonino. Sin embargo, en sociedad no cuajaba.
.El se habia arrojado con toda la cruda solemnidad
del clAsico Middle West en una sociedad sofisticada fin
de sie'cle, que soiiaba con el ochocientos . . . a, recuerda
'Wyndham Lewis. Pocos simpatizaban con 61. BEran 10s
dias en que un hombre a1 prepararse para un largo
viaje en tren se metia a1 bolsillo un ejemplar de la
l l i ada en griegoa. Pound queria declamar la Iliada en
alta voz, enseiiirsela a 10s ingleses que no viajaban,
traducirla, componer parifrasis, elogiar versiones lati-
r.as y francesas del Renacimiento, que nadie habia oido
mencionar, hacerse presente y pesar en este mundo.
TEncerraba todo lo bueno, lo malo y lo indiferente del
americanismoa.
Siempre habri una minoria celosa de su caricter de
tal, segregindose con gusto de .la multitude, dando
razones para ello. A veces las razones son buenas. En
1909, algunas personas de calidad aceptaron el valor
de Pound, acogieron su presencia y formaron a su al-
iededor la concha protectora que sirve de cAmara aclis-
tica a todos aquellos que crean ruidosamente: poetas,
mlisicos, artistas en general.
Asi Pound, pese a 10s ingleses serios y a 10s snobs,
pudo aprovechar la amistad de un grueso n6mero de
poetas y ensayistas en Londres, encabczados por Yeats,
el mis destacado entre 10s que le recibieron bien.
1
I
'
Tengo nostalgia de mis semejantes
y la gente comb no me interesa.
Cantare' de 10s pdjaros blancos
en las aguas azules del cielo.
Palabras como una pequefia hoja cafk gritando .una
[cancidna
palabras con0 una pequeiia hoja verde clamando POT
[una cancidn
. . . Las palabras son como hojas, viejas hojas cafe' e n
Primavera,
brotando sin saber addnde, burcando una cancidn.
(PRAISE OF YSOLT)
Si, lleno el aire con mi mzisica
(SESTINA: ALTAFORTE)
Dos de 10s oyentes de su mlisica le soplaron gran par-
te de la letra. Figuras relativamente ignoradas fuera
de las naciones de habla inglesa, T. E. Hulme (nacido
en 1883) y Ford Madox Ford (1813-1939) influyen aun
mPs que Yeats en el Pound de antes de 1918.
Thomas Ernest Hulme es hueso mPs duro que Pound,
Ejerci6 poder sobre gran cantidad de j6venes entre
1908 y 1917, aiio en que murid en el frente de Flandes,
y ello s610 a traves de su conversaci6n y unas breves
priginas publicadas aquf y all5, en revistas. Su dnica
obra, Speculations, colecci6n de ensayos escogidos, fue
editada recitn en el aiio 1921. Ya su influjo habia fruc-
ti f icado.
Traductor de Sore1 y de Bergson, Hulme tenia ideas
netas y heterodoxas sobre la poesia y la politica; por
nids que propiciara lo que el llamaba una nueva dpoca
de clasicismo y autoridad, postulado formalmente orto-
doxo. Asi como sus ideas acerca del orden politico eran
de la especie que llev6 aiios despuds a1 fascismo, su no-
ci6n del orden literario condujo sin desvio a la obra
de Pound y a la de T. S. Eliot, 10s cuales no pueden
estimarse, a pesar de las protestas de este filtimo, en
modo alguno clisicos.
Su estilo voluntarioso y lleno de desdCn hacia el lec-
tor, excitaba a 10s componentes de su grupo, congre-
gado semanalmente en un restaurant londinense bajo
cl nombre de .Poets Clube.
BProfetizo que viene un period0 de verso seco, As-
pero, clAsicoc.
.No obtendremos ninguna nueva erupci6n de poe-
sia hasta que no tengamos una nueva tbcnica, una con-
venci6n nuevac. BDureza y precisi6n en la imagene.
ZImagen cuidadosa, precisa y definidac, .para probar
que la belleza puede estar en las pequeiias cosas secase.
.Lo que yo entiendo por clisico en el verso.. . es esto.
Que am en 10s vuelos mis imaginativos hay siempre
una contencidn, una reserva. El poeta clAsico nunca 01-
vida esto finito, este lfmite del hombree. .Hay dos po-
siciones: . . .que el hombre es intrinsecamente bueno, y
rchado a perder por las circunstancias.. . un reservoir
lleno de posibilidades.. . la romdntica; . . . y que es in-
trinsecamente limitado, per0 disciplinado por el orden
y la tradici6n hasta ser algo mAs o menos decente.. .
una creatura muy fija, finita ... la clAsicaa.
Hulme era tambien un poeta, aucque no muy fecun-
do. Es probable que despreciara a 10s poetas. Pound,
como apendice a Ripostes (1909) edit6 The Complete
Poetical Work of. T . E. Hulme, cinco composiciones
brevisimas. Varias de ellas poseen real categoria litera-
ria, y, ademh, un valor hist6rico equivalente a1 de sus
1
teorias, pues son nuestras anticipadas del Ima.cism
que Pound capitanearia en 1914.
Sobre una mesa grande, lisa, en e'xtasis pendt
de un suefio.
Ha estado en bosques, conversando, caminando con
[&boles.
De@ el mundo
y trajo esferas y efigies de piedras
Huime aesprecio, a su manera, a rouna. .La actitua
de Hulme hacia Pound era levemente desdefiosa y mAs
que levemente la de un patronoa, dice un bi6grafo de
Hulme. BParece que Pound nunca advirti6 la extensi6n
de la tirania que Hulme practicaba sobre 41 y que era
harto obvia para 10s presentesa; una sironia sin inge-
nuidada acota el profesor Alum J ones. No hay que ha-
cerse ilusiones de que sea Csta la verdad definitiva. El
Profesor Kenner, defensor de Pound y no de Hulme,
reproduce como apendice a su libro una nota en que
Pound reivindica 10s principios del Imagism (no me
arriesgo a traducir el nombre por Imagism0 ni menos
por Imaginismo) y reduce la importancia de Hulme en
e! episodio. Por otro lado se ha dicho que Pound no
tiene ideas popias, per0 digiere rnuy bien las ajenas.
Crease lo que se crea, la gravitaci6n de Hulme y sus
conceptos sobre religidn, estetica y politica, atrajo a
muchos intelectuales ingleses a una 6rbita en la que
se desplazaron por varias ddcadas Eliot y Pound, y hoy
mismo siguen imperando, por reacci6n y a distancia.
TCngase en cuenta que Eliot traducia a Charles Mau-
nas en 1927 o 28 para su revista Kh-iteriona y Pound
clogiaba a Mussolini en 1935 (Jefferson and or Musso-
lini).
DEL ACONTECIMIENTO de 1909-10 fue la English Re-
view de Ford Rladox (Hueffer) Ford., anota Pound en
el texto referido, cuya fecha es 1938. Ese escritor de
ascendencia germana estaba diversificando su prosa con
Pspresiones tomadas del habla comh, escribia verso
libre y cultivaba a 10s j6venes a 10s que describia como
Bmes jeunesa. Sobrino, por si fuera poco, de Cristina
Rossetti, su prestigio post-prerrafaelista sedujo a1 im-
petuoso Americano, que le escuch6 entonces y, en 1914
y en 1935, como testimonian sus Polite Essays: rFue
Ford quien insisti6, frente a una prensa todavia Vic-
toriana, en la importancia de lo bien escrito como
opuesto a la palabra opalescente y a la tradici6n ret&
ricaa. Esto es, con terminos de Hulme, en la necesidad
de nuevas convenciones. El principal consejo de Ford
a1 escritor novel era el de leer, con atento escr6pul0,
un Diccionario.
BHueffer (Ford) leia a Flaubert y Maupassant de
una manera en que George Moore no lo hacia. Impre-
sionismo significaba para Cl algo que no significaba pa-
ra Mr. Symonsc. Moore y Arthur Symons, de moda el
uno y de valor el otro, eran las vias oficiales de comu-
nicaci6n con la literatura wontinentalc, sobre todo fran-
cesa. Las versiones de Symons y las noticias que trans-
mitia a Pound fueron la tarjeta de visita que &e us6
para tener acceso a 10s simbolistas franceses.
Tales relaciones de cortesia y conveniencia entre
Pound y la novedosa ret6rica simbolista (novedad toda-
via en Inglaterra, porque las costumbres estCriles de un
grupo social pueden ser atractivo fertilizador en otro) ,
no son rasgos de la biografia a ras de pie1 que trazo
aqui, sino marcado relieve de su desarrollo poCtico y
se las apuntar; donde corresponde.
Durante el otofio de 1909 aparecen las Exultations of
Ezra Pound. Entre 1910 y 1912, 10s ensayos The Spirit
of Romance, las traducciones de Sonetos y Baladas d e
Guido Cavalcanti (uno de sus idolos perennes), y dos
vol6menes de versos, Canzoni of Ezra Pound y Ripos-
tes of Ezra Pound. Lo que permanecia en todos, a
despecho de la diferencia de idiomas entre cada uno,
era el nombre ripido y conclusivo del autor.
Las Exultations fueron acopladas en su edici6n final
a Personae y no se diferencian mayormente de Cstas.
Hipostes, mds lapidarias, dejan sospechar otro espiritu,
que PersistirA. Dice a Nueva York:
Ciudad mia, mi amada,
Tzi, doncella sin pechos ...
Y a UNA N I ~ ~ A :
Tzi eres violetas con el viento encima.
Leves sus brazos, sin embargo, me atan
y me dejan velado como con gasa de tter;
como con hojas dukes; como con claridad.
(A VIRGINAL)
Ripostes contiene la versi6n libre del Seafarer angle
saj6n:
Ahi no oi nuda salvo el mar agrio,
la ola helada de hielo, a ratos gritos
de cisne ...
Pero, como siempre, pensaba demasiado en la inmor-
talidad:
Dejemos que 10s Dioses
hablen bien de nosotros
en 10s dias futuros.
Su deseo no siempre se cumplib.
En esos aiios se inici6 la correspondencia de Pounc
con las .little reviews de varios paises, Estados Unido
pn nartirular. E a miiv di f i r i l extender iina lista de la
--- -- -- - -- -- - I - --_ - , --^_--- --_------- ----- -- -.-s
que lo tuvieron de colaborador. Poetry (1912, cas0 6ni-
co de longevidad), The Dial, Blast, The New Freewo-
man, feminista como se comprenderP, per0 que acab6
:ransfomindose en The Egoist, donde publicaban Eliot
y Joyce sus obras como seriales, The Little Review
(1914-1929), Smart Set, dirigida por H. L. Mencken,
The Exile, etc.
Era la kpoca dorada de las pequefias revistas de van-
guardia, con capitales medio fanthticos y el respaldo
s6lido de una mujer o un hombre dedicados en cuerpo
y alma a una vocaci6n absurda, irrisoria: la de mece-
Iias sin dinero contante, que no ofrecian una casa r6s-
.:-- ..- :--A:-.-- 1-1, _ _ _ ^ 2- - \ -:-- ^--^^:- --
L l L d Cl l JUJ Jdl Ul l l C3 \UC q U C LdI CLl dl l ) 31110 C 3 ~ d L l U Cl l
hojas de papel.
Pound lleg6 a ser el mPs grande especialista en .lit-
tle reviewc que se conozca. Sabia a1 dedillo todos 10s
trucos v las mafias de la Drofesi6n o i u em. Primordial
L BLAST y del Great English
Y WI L C A , pdl dU1a ~ U C c d n pidiendo 10s signos de ex-
clamaci6n. La ratifican su amistad y las confabulacio-
lies con Eliot, a quien public6 en cuanto peri6dico y
antologia era posible, Yeats, a quien adoctrinaba en
poCtica, pese a la diferencia de edades y reputaci h
(D.. . Me ayuda a volver a lo definido y concreto, hu-
Tendo de las modernas abstraccionesa, declaraba el ir-
land& en 1913); con Joyce, con Robert Frost, que
desconfiaba y agradecia; con Lewis y Williams, con
10s escultores Gaudier-Brzeska y Brancusi, el mdsico
Antheil, el fabricante de instrumentos e historiador
de la mdsica antigua Arnold Dolmetsch, y con mil
otros de mil artes distintas (ya no s610 nueve), y di-
versas nacionalidades y culturas.
Algunos de ellos murieron durante la Gran Guerra.
Pound 10s record6 con amargura y contribuy6 a su re-
lativa inmortalidad, per0 fueron prontamente reem-
plazados.
Durante la misma guerra, grande y tambiCn reem-
~ plazada, aparecieron Lustra, epigramas y canciones,
zofrecimientos por 10s pecados de todo el puebloe, y
Cathay (1915), versiones del chino o mejor dicho, da-
do el conocimiento rudimentario de Pound a la fecha,
adivinaciones acertadisimas del chino.
LUSTRA (1916) :
I d, pequeiias canciones impitdicas y desnudas,
I d con pie tigero!
(0 con tos pies tigeros, n t u gusto!).
(SALUTATION THE SECOND)
[ S O
Ella es tan esbelta y joven
que su ropa no puede sino perjudicarla.
('DOMPNA POIS DE ME
No' Us CAL)
Tu cara es un rio con luces.
(DANCE FIGURE)
A ella le gustaria que alguien le hablara,
Y casi tien.e miedo de que yo
cometert la indiscrecidn.
(THE GARDEN)
Yo he visto sus sonrisas
Ilenas de di ent es. . .
(SALUTATION)
SUS ,des
10 precedieron en el Averno
(THE SOCIAL ORDEN.
11. POMPES FUNEBRFS)
Ah si, canciones, resucitemos
rl excelente te'rmino .Rusticus..
(SALVATIONISTS)
Vn mar
mcis a'spero
yue granito
inquieto, que nimca cesa.
(THE COMING OF WAR.
ACTAEON)
Iiams, aanaourg, iviasiers, l ean y rouna, se eaira en
1916, con pr6logo del mismo Yeats, Certain Noble
Plays of Japan. Sus autores son Ezra Pound y Ernest
Fenollosa (1 853-1908) , orientalista norteamericano cu-
Ya viuda crey6 ver en la poesia del joven Pound un
espiritu apto para penetrar en 10s secretos manuscritos
que conservaba. El libro, impreso a continuaci6n con
diversos nombres, resulta miscel4neo para el simple
curioso y taI vez insuficiente para el curioso menos
simple. Per0 Yeats habia descubierto en el teatro
>Noh< japonCs una manera indlita y adecuada a sus
propias intenciones, una nueva convenci6n que aco-
modar a la escena irlandesa, que necesitaba de ello.
Fue asimismo la puerta de entrada de Pound a1 estu-
dio regular de las literaturas del Extremo Oriente, y
tendria consecuencias duraderas.
La guerra no cesaba, como un .mar Pspero de gra-
nitoc. v el exilado en EuroDa tendia a exilarse imag-
por nmor a la matanza, imaginada,
_. -
, a casa a una mentira,
TI L u c I L u ~ uGLsbciones.
Con esta materia, de lucha y decepcidn, de Dhistorias,
confesiones de trincheras y carcajadas de vientres
muertosa, crea Pound el poema que para una consi-
derable mayoria es su exclusivo titulo de gloria, sad-
junct to the Muses' diadema: Hugh Selwyn Mauberley,
(life and contacts). Afios 1919 y 1920.
Una edici6n de Selected Poems of Ezra Pound, publi-
cada hace poco en Nueva York, va precedida por vein-
ticinco lineas de Biografia. Uno de sus pirrafos ex-
presa a la letra: ~1918. Comenz6 Investigacibn sobre
las causas de la guerra, para oponerse a las mismasa.
Coincide esa fecha con la gestaci6n de este poema.
La estructura es aqui complicada per0 no hermCti-
ca. Dos partes, divididas por un adorable y afectado
Envoi en que cita a1 poeta Edmund Waller (1606-
;687), de quien era devoto por razones que no expli-
ca, separan a1 poeta que habla de si y sus contactos
' con la sociedad en que vivfa, y las miserias pretencio-
sas de un poeta imaginario, Mauberley, la sombra alar-
gada de lo que Pound temia lleg
dicha Sociedad. Todo esto, con n
con juego de referencias y de esptJ us uc:IuillluLcJs, pu-
lidos sus versos, sin mancha. La metrica es exquisita-
mente ortodoxa, de una regularidad mfiltiple que de-
iwauie riene aerecno, rarripvco, a i uc i i Li LI Lai a ruuiiu
con Mauberley, D (Por cierto yo no soy m5s Mauber-
ley de lo que Eliot es Prufrock. Mais passons) e.
En un momento entre 1910 y 1920, Mr. Ezra Pound
y Mr. Thomas Stearns Eliot decidieron que era necesa-
rio rechazar el verso libre que se hacia flkcido y fijar
la arauitectura de 10s poemas preparhndoles un es-
10s poemas de M. TCophile Gau-
d e s , primera edicidn, 1852, texto
oennitivo, iuiz.
La mayor parte de 10s que saben se lamentan lar-
gamente sobre este f aux pas de Eliot, que lo condujo
a 10s dominios del Hippoppotamus. La ejecucidn que
Pound dio a ese designio de sanidad y seriedad del
'Jerso, siempre necesario, fue la de Hugh Selwyn Mau-
les Laforgue, que 10s
ado, tiiie tambien el
iera superficial, es un
berley. La amarga ironia de J u!
dos poetas cultivaban por separ
exterior de este poema (*de mar
cstudio de la forma., carta de Pc
julio de 1922), y se i nsi n~a en
-
:. La otra respuesta se funda en la natu-
sta obra; existe en relaci6n a una deter-
. ..:--.. - ---" -..l..L-..- /I.. -22.. -.-- D ^--- 2
' J 1 \ 1
llevaba en Lonclres en 1918 mAs o menos), deriva de
ciertos cont nct os con esa realidad, contactos que hacen
Se instal6 en Paris, con su mujer Dorothy Shakespear,
dotada de belleza, tradici6n social-literaria (su madre,
Mrs. Olivia Shakespear, fue amiga de toda la vida de
Yeats), y ese nombre comprometedor, que le permitia
a Pound dos bromas por lo menos: la de llamar a
Shakespeare, J acques Phre, y la de repetir que su hijo
Homer era una historia viva del progreso literario:
Homer Shakespear Pound.
Resulta muy atractivo para ciertos bi6grafos de
.. 3 . . .
rouna enumerar ias ciuaaaes europeas en que na vi-
vido: Londres, Paris, Rapallo. La verdad obliga a se-
fialar que Paris fue m5s bien un lugar de paso, un
centro de incursiones Iiterarias y sociales cuya impor-
tancia relativa es muy inferior a la de Londres y Ra-
pallo. No empez6 alli ninguna obra fundamental en
su vida, pues 10s Cantos iban ya adelantados y las
grandes versiones de Confucio deberian aguardar to-
davia mucho.
Tarjeta postal, abril de 1921: BEncontrC inteligentes
a Cocteau y Picabia. Los tontos abundan per0 estdn
iuf en el camino de uno, a1 me-
No SC que haya hecho yo otra
en menor cantidad aq
nos por el momento.
cosa que retenerme d
. * 1 . 7
le acciones superfluas y posible-
mente naDiaao en exceso. .. El nuevo capitulo de
Joyce es enorme-megalos-crumptious-mastodonica.
Joyce estaba entonces en Paris, sintiendose en su ca-
sa, porque Paris era, le cont6 a Wyndham Lewis,
>la ultima de las ciudades humanas, que conserva su
intimidad a despecho de su tamafioa. Terminaba
Ulysses, piedra 'de escindalo p6blico y privado. G. Ber-
. ... .- .
Margaret Anderson, tal como el Portrait en la revista
The Egoist, dirigida por otra mujer providencial y
cuAquera, Harriet Shaw Weaver.
Pound frecuent6 a Joyce, cuyos hijos le llamaban
.Signor Sterlinaa, escribi6 dos articulos sobre UZysses
y particip6 en la vida de su DmCtiera en Paris, m5s
clivertida y estimulante que la de Londres. Sin em-
bargo, no puede relatarse acerca de su estada ningu-
na anCcdota que se aproxime siquiera a las de las
entrevistas de Joyce con T. S. Eliot (escrita de manera
inimitable por Wyndham Lewis) y con Proust, Csta
idtima desarrollada parcialmente en un taxi.
Durante este periodo, Pouiid volvi6 a intervenir en
ia vida y obra de T. S. Eliot, organizando la asocia-
ci6n .Bel Esprita y aboliendo todo lo que le pared
inirtil del manuscrito de The Wast e Land, a petici6n
del autor. Eliot le escribi6 en enero de 1922: DCher
Maitre: Aceptadas las criticas, en cuanto fueron en-
tcndidas, con agradecimientosa. Una de ellas aconse-
jaba dejar para otra publicaci6n el poema Gerontion,
que originalmente era parte del conjunto. Pound, con-
testando con su delicioso esti h etktolar. DFilio dilecto
~anor ~os z s , ae uviaio, ias unicas gum seguras en re-
r58
ligi6na. Termina con una alusi6n pasablemente blas-
fema a la Biblia, o Descrituras hebreasa. Su mal genio
resultaba evidente; Paris no le hacia bien.
Con todo, es entonces cuando publica .A D R A F T
of 16 Cantos for a poem of some length, nombre pru-
dente y prometedor. Para continuar este poema de
alguna extensih, esta larga tarea que veia solitaria,
decide trasladarse a una pequeiia poblaci6n costera
de Liguria en Italia, que no era entonces el balneario
famoso de mhs tarde.
.En sus comienzos el hombre debe trabajar en gru-
PO; por lo menos Cse parece ser el modus efectivo;
mbs adelante en su vida llega a ser gradualmente in-
capaz de trabajar en un grupoa. Con estas palabras
en carta a R. P. Blackmur, ya desde Rapallo, en
1925, explica su decisi6n sin manifestarla. La vida se
le haria corta en Rapallo para cumplir su decisihn, o
ciejor dicho, sus decisiones, porque 10s Cantos son s610
parte de un programa ambicioso que comprendia li-
teraturas antiguas y medievales, economia corporati-
vista y politica corporativa, tennis, esplhdidas veladas
musicales, una visita a Mussolini, una visita (la pri-
mera en treinta aiios) a 10s Estados Unidos, y las trans-
misiones por Radio Roma durante la guerra, indu-
ciendo con poco tacto a las potencias aliadas para que
renunciasen a la guerra, derrocando a sus gobiernos y
a 10s comerciantes y fabricantes de armas que 10s sos-
tenian sin duda.
La vida de Pound en Rapallo se identifica con sus
obras, publicadas en forma de libros, panfletos, cola-
boraciones a revistas y a homenajes y adicionadas por
su correspondencia masiva y particular. Tal vez inte-
rese comenzar por la reseiia de esta.
Entre 1925 y 1941 (aiio que cierra el tom0 de sus
Letters per0 no su estada en Italia, que se prolong6
hasta 1945), remite cartas profusamente a J ames Joy-
ce, Simon Guggenheim, H. L. Mencken, R. P. Blackmur,
nd le enseii6 a
nuyendo de las
L I C i c u i L i u y i i u v i c i i i u 1 c UL i a ~ u . la LoLcaua V L L J U ILULJ
para ser influido nuevamente, como en la temporada
campestre de 1913 y 1914, cuando Pou
svolver a lo definido y lo concreto, 1
modernas abstraccionesa.
Todavia en 10s aiios finales de 10s z. . . ~. * ~- . . ~- ,
Pound se dedicaba a lo concreto y definido en la
poesia. .This year, 27, Hotel Angioli, in Milinc.. .
(Canto XXVII) . Todo era aprovecf
iba a dar, como cayera, a 10s Ca
Quiero eludirlos, ahora afirmar
tengo autoridad para estudiarlos, . , l . _ . . r." *I. Y Y L V I . Y U Y
que me da el haberlos leido uno a uno y todos, desde el
74 a1 85 (Los Pisanos) y del I a1 xxx (titulados A
D R A F T of xxx Cantos), y despuPs A DRAFT of Cnn-
tos xxxr-XLI, Jefferson Nuevo Mundo, y del LII a1
LXXXI (de 10s Emperadores y dinastias chinas y de
J ohn Adams, el Presidente Americano) , y otra vez The
Pisan Cantos; la autoridad que me confiere la perse-
cuci6n de 10s dem6s Cantos de libreria en biblioteca:
-
iable en su vida, todo
ntos.
* con justicia que no
PvrPnt n la aiitnrirlarl
Esa autoridad resulta insuficiente.
Sin duda es sofisticaci6n y no *scholarship* hablar
de las propias impresiones y aun de las experiencias
personales relacionadas con una obra literaria y su au-
tor. Asi lo entienden numerosos intelectuales norte-
americanos, a quienes el fendmeno preocupa por la
neta raz6n de que otros tantos intelectuales lo reali-
zan con insistencia y, a veces, con Cxito feliz.
Como a lo largo de este merodeo por la obra de
Pound he incurrido sin cesar en la falta, y voy a caer
en ella de inmediato, me atribuyo el siguiente padri-
no. Montaigne dice para mi: *No me cabe duda que
sucede a menudo que hablo de cosas tratadas mejor
y mAs verdaderamente por 10s maestros en la mate-
ria.. . Aquf constan mis fantasias, por las cuales no
procuro dar a conocer sino a mia (De 10s libros).
En Italia, cuando reciCn leia 10s articulos literarios
de Pound y me quebraba la cabeza, por primera vez,
sobre 10s Cantos Pisunos, tom6 la precauci6n de reunir
todos 10s libros y folletos suyos que rastreaba en libre-
rias y puestos de anticuarios, aunque esta Gltima frase
es una manera de decir lo que me parece ahora ade-
cuado a un residente en Roma, pues en verdad no
hall6 nada que tuviera que ver con Pound en la feria
de libros viejos. No obstante, cuando me ofrecieron
A Visiting Card (19421, pequeiio fasciculo, despuCs de
hojearlo y leer la definici6n *el dinero es un titulo,
cuantivamente determinado, intercambiable a voluntad
contra cualquier clase de bienes ofrecidos en el Mer-
cadoe, lo devolvi con desgano, murmurando BNon
m'in teressa a.
Pound era un odioso pedante.
La conclusi6n ha subsistido. Sin embargo, cuando
realmente lei ese texto y 10s otros ensayos, articulos
y panfletos suyos de 10s afios 35 a cuarenta y tantos,
reunidos en 1960 con el titulo de Impact, la increible
fuerza persuasiva de este gran obseso me torci6 el espi-
ritu (y el entendimiento) hasta tal punto que 1L .-
sus mdrgenes de notas, exclamaciones y otros signos,
subray6 las palabras que me parecian claves y discuti
largas horas in6tiles con un profesor de filosofia apo-
yhdome en las ideas menesterosas o delirantes de Ps-
te que dictaminaba sobre .la ignorancia y la decaden-
cia de la civilizaci6n americanaa. {De quC eran claves
esas palabras? Ya no lo sC.
Una nube de relativa obscuridad impide ver lo que
hay de nitido y ordenado en las ideas econ6micas de
Pound. Esa nube sale de la propia cabeza de quien
mira; porque ignora en que consiste precisa y cienti-
ficamente el .Social Credita, la escuela inglesa de eco-
nomia a la cual Pound se afiliara y en cuyas publica-
ciones colabor6 durante la dCcada del 30. Otros dicen
que la confusi6n emana de las ideas mismas, que no
son coherentes ni plausibles, y agregan que su ABC
of Economics (1933) lo probaria.
Por su parte, las concepciones politicas de Pound,
tachadas com~nmente de DFascismoa, se desprenden de
tales ideas econ6micas, valgan lo que valieren. El poe-
ta rechaza el calificativo de fascista: rNunca crei en
el fascismo, maldito sea, me opongo a1 fascismoa. Asi
lo declar6 en la audiencia del juicio por traici6n a
EE. uu., en que fue declarado mentalmente incapaz de
someterse a juzgamiento (Washington, 1946). No obs-
tante, en su panfleto Whats Money For?, de 1939,
despuks de una loa a cierto piirrafo de Mei n Kampf,
escribia: ,USURA es el chcer del mundo, que s610 el
cuchillo de cirujano del fascismo puede amputar de
la vida de las nacionesa. Su antisemitismo consistid,
efectivamente, en sindicar a 10s judios de operadores
del Bmecanismo de la usura*, cuyas fPbricas principa-
les serian 10s Bancos y una de sus palancas el prbta-
mo a inter&. Per0 no es honrado sustituir a las refle-
xiones de Pound, por torcidas y errheas que fueran,
una imagen exterior.
za interna que tenian esos pensa-
lara 61 mismo, lo llevaron a utili-
na durante la guerra. No se sabe
cvll oLsuIIumu oa aL impidi6 la salida de Italia cuan-
do se produjo la intervencih de 10s EE. uu. en la
guerra o si permaneci6 en Italia por su gusto y a su
costa; el hecho es que sus transmisiones radiofhicas,
que habian comenzado antes, continuaron, mAs vio-
lentas, mAs injustificadas que antes (except0 para 41
mismo): BCada hora que pasa en esta guerra es una
hora perdida para vosotros y vuestros hijosa, expresa-
ba a sus oyentes de habla inglesa. BCada reforma, cada
vaiven hacia el justo precio, hacia el control del mer-
cado, es un acto de homenaje a Mussolini y a Hitler.
Ellos son vuestros tenders, por mAs que pens& que
sois conducidos por Roosevelt o aconsejados por Chur-
chill. Seguis a Mussolini y a Hitler en cada acto cons-
tructivo de vuestro Gobiernoa. (Audici6n de 26 de
mayo de 1942).
Se sabe poco de lo que hizo Pound durante 10s aiios
de guerra. Sus transmisiones por radio parecieran ha-
ber ocupado todo su tiempo; aunque no pudo ser asi.
S610 cesa el silencio con su detenci h en 1945 y su
internamiento en una prisi6n militar norteamericana
cerca de Pisa: el Disciplinary Training Center of t he
Mediterranean Theater of Operations, un nombre pla-
gado de la ret6rica falaz contra la cual Pound luchara
en vano. Fue en ese campo, donde era el Gnico dete-
nido civil, que le encerraron en una jaula, a1 aire,
incomunicado, bajo la l uz de reflectores, durante tres
semanas de intenso frio nocturno. En el dia, agitado
entre sus barrotes, Pound observaba el camino que va
hacia Pisa: BY un buey blanco en el camino hacia
Pisa / como si se dirigiera a la torrea:. A las tres se-
manas, enfermo, fue trasladado a otra dependencia mris
c6moda. Cumpli6 alli sus sesenta afios.
El Gobierno de 10s EE. uu. deseaba juzgarlo en Nue-
va York, con gran espectdculo. La imposibilidad de
aterrizar, a causa de la neblina, oblig6 a1 avi6n que
conducia a Pound a seguir vuelo a Washington D. C.
Ello fij6 su penultima residencia, de mds de doce aiios,
en St. Elisabeth's Hospital, para insanos, Cuatro psi-
quiatras le dieron el pase respectivo, que le permiti6
dejar la Corte que podia juzgarlo y condenarlo a una
pena cuyo ultimo grado era el de la muerte por elec-
trocuci6n. El veredicto, apoyado en la opini6n de 10s
medicos segdn la cual su personalidad era anormal y
sufria de un estado paranoideo, determinaba que es-
taba incapacitado, por su enfermedad mental, para
presentarse a juicio y cooperar en su defensa. Las le-
yes del distrito de Columbia establecen que en este
cvento el acusado debia ser recluido en un hospital
hasta no demostrar que habia recuperado sus faculta-
des en un grado que le hiciere posible sujetarse a pro-
ceso.
Pound no demostr6 nunca haber recuperado Zus fa-
cultades que le permitirfan someterse a proceso. Las
iacultades literarias no necesit6 recobrarlas, pues no
las habia perdido nunca. En St. Elisabeth's Hospital
compuso 10s Cantos Pisunos, termin6 la versi6n de El
Eje que no vacila y el Gran Digesto, de Confucio; tra-
duj o completa la AntoIogia Cla'sica definida por Confu-
cio, The Confucian Odes, y Las Analectas, tambitin de
Confucio, vigil6 las ediciones de antiguos ensayos suyos
en nueva colecci6n y la de sus Selected Poems (1956).
Recibi6 a sus amigos, hizo crecer el curnulo de su co-
rrespondencia, dirigi6 (a veces de un modo perjudi-
cial) a 10s j6venes que le visitaban. @uC no hizo, sin
recuperar empero las dotes que le permitirfan some-
terse a un jurado?
Uno de 10s Baffaires.: literarios mAs resonantes de la
postguerra, para decirlo con palabras periodisticas y
vacias, fue el de la concesi6n a Pound del ~3ollingen
Award*, premio que en el aiio 1949 le otorg6 la Bi-
1'
* A & b A L . . b *.I" " X U " b I . C I b 6""" ="A 1u V I I - . b I U I u " U Ub * " A b
el jurado, compuesto por T. S. Eliot, W. H. Auden,
Robert Lowell, Conrad Aiken, Allen Tate, etc., lo ad-
ludic6 a Pisan Cantos. Resultaba singular que un pre-
mio oficial fuere recibido por un poeta oficialmente
recluido por enfermedad mental y bajo acusau6n de
graves delitos contra la seguridad del Estado. El he-
cho caw6 una doble reacci6n. Por una parte, numero-
sas publicaciones elogiaron con justicia la libertad in-
telectual que significaba este acto, el respeto de un
rkgimen politico hacia quien se habia mostrado con-
trario a sus ideales, 0, a1 menos, opuesto a 10s repre-
sentantes legitimos de tales valores. Buen n6mero de
revistas rechazaron esos argumentos. Uno de 10s Dedi-
torsa de Partisan Review, por ejemplo, dedic6 un ar-
ticulo a1 esdndalo, declarando que la ideologia ex-
puesta en 10s Cantos Pisanos, su fascism0 y antisemi-
tismo, no merecian acaso la censura previa, per0 t am-
poco podian recibir un premio de esta categoria, que
10s justificaban, presenthdolos como valores admisi-
bles y materia de una gran poesia. El debate, en la
propia Partisan Review y en otras publicaciones, se
extendi6 con acritud. Allen Tate, ofreci6, sin encubrir-
lo demasiado, dirimir 10s juicios por las .vias de he-
choa a que se refieren 10s C6digos Criminales. De la
disputa no se deduce nada que valga desde el dngulo
estrictamente literario. Es un episodio mPs bien la-
mentable, que no desmerece de lo que veian en el
premio sus detractores; seg6n estos, 10s valores Bde la
vidaq, superiores a 10s *del artea (Clement Greenber),
deben primar sobre &e; @mo se fijan 10s limites en-
tre ambos?: *la inteligencia y la sensibilidad te lo di-
cena (Irving Howe) . Naturalmente, las explicaciones
de 10s DFellowsq que dieron el premio son mAs con.
vincentes. El informe oficial del Comid del Premio
riccion, ae noveias seguramente. puanto mas iacii ima-
ginar un libro sobre otros libros, con la ayuda de otros
libros mhl , lo cual se llama comdnmente Bcritica lite-
rariac. No quiere esto decir que sea mPs dificil .ha-
cerlaa que escribir obras maestras como las de Balzac,
per0 si que es mPs dificil que leer obras maestras, . . .y
de las otras.
Todo esto para llegar a bien poco: a1 comienzo de
un capitulo sobre la poesia de Ezra Pound; que dice
asi. Segh Edmund Wilson, y segGn Gilbert Highet,
la poesia de Ezra Pound, como la de T. S. Eliot, es
un retoiio del simbolismo franc&, el cual por otra par-
te, utiliza una serie de ideas y costumbres de la tradi-
ci6n podtica inglesa; a su vez, 10s simbolistas son pla-
t6nicos inconscientes cuyos simbolos vienen del mundo
imaginativo griego.
De tal manera, podriamos remontarnos a1 primer
hombre, poniendo el pie, como sobre peldaiios, en li-
bros sagrados, profanos y de 10s otros. Acaso no es
indispensable. Puede empez:trse por el simbolismo fran-
c&; por una fecha, 1886, que Paul ValCry conmemora-
bay sin saber bien por quC, 50 afios mPs tarde, por
varios nombres, Rimbaud, MallarmC, CorbiPre, Lafor-
gue, Verlaine, ViClC-Griffin, ValCry. Este dltimo, testi-
go esceptico de su propia vida, confiesa en 1936 que
la Existence du Symbolisme no dependia de acuerdos
fundamentales entre 10s que ahora reciben ese nom-
bre, sino de una negaci6n que todos compartian, la
de no ceder a 10s gustos del pdblico ni a 10s preiui-
- uAL 1d38-9 en Londres (antes del debut de H. D.):
cenPculo T. E. Hulme, Flint. D. Fitzgerald, yo, etc.,
Flint, muy afrancesado, jam& lleg6 a la condensaci6n
concentraci6n-tener centro) de 10s Simbolistas france-
.La poesia inglesa, la lengua misma, tienen rakes
.Anglo-saxon.
.Latin (de iglesia - de ley). . .
.Franc& de 1400.
.Latin cientifico.
BGriego cientifico.
.La influencia francesa sobre mi --relativamente
tardia.
DRelaciones francesas-inglesas via Arthur Symons,
etc., en 1890. Baudelaire, Verlaine, etc.
aNGmero especial de la Poetry Review, Londres, 1911
6 1912, hecho por S. F. Flint. Gran diferencia entre
Flint (tolerancia para todas las faltas e imbecilidades
de 10s poetas franceses), y yo -examen muy severo
e intoleranciae.
s es e. . .
francesas. Considerar 10s elementos de la lengua:
BCiertos progresos de tkcnicu poCtica. Francia ade-
lantada. El Albertus, de Gautier, en Inglaterra, 1890-
1908. Lo que Rimbaud logra por intuici6n (genio) en
ciertos poemas, erigido en estPtica consciente ({tal
vez?) -yo no quiero asignarme una gloria injusta-,
pero en cuanto me consta he hecho de aquello una
estktica mPs o menos sistemzitica -y he podido citar
ciertos poemas de Rimbaud como ejemplo. (Pero tam-
bien ciertos poemas de Catulo).
BY es seguro que aparte de ciertos procedimientos de
expresi6n -Rimbaud y yo no tenemos punto de seme-
janza. Pero casi toda la experimentaci6n tCcnica en
poesia, desde 1830 -hasta mi-, se habia hecho en
Franciae.
.Con toda modestia, creo que yo estaba orientado
czertarnente estaba en condlclones de servir de educu-
cidn a 10s poetas de mi lengua; desde la de 10s tiempos
las regiones intelectuales no tiene sino una patria: su
lenguaa. DEI crimen capital para un escritor, es el con-
formismo, la tendencia a imitar, la sumisi6n a las re-
glas y a las ensefianzas. La obra de un escritor debe
ser no s610 el reflejo, sino el reflejo aumentado de su
personalidad. La Linica excusa que tiene un hombre
para escribir es la de escribirse a si mismo, develar a
10s otros la especie de mundo que se contempla en su
espejo interior; su 6nica excusa es la de ser original;
debe decir cosas a h no dichas y decirlas en una forma
a6n no formulada. Debe crear su propia estCtica -y
deberemos admitir tantas esteticas como espiritus ori-
ginales hay, y juzgarlas seg6n lo que son y no seg6n lo
que no son*. *La estCtica ha llegado a ser, tambien ella,
un talent0 personala. . . ..Ahora bien, el arte no jue-
ga; es grave incluso cuando rie, incluso cuando danza.
Es necesario comprender que en arte todo lo que no
es necesario es inutil; y todo lo que es in6til es maloa.
BNada como la abundancia de ideas obliga a la con-
cisi6na.
sOcun-e en el orden literario que una revista fun-
dada con quince luises tiene mPs influencia sobre la
marcha de las ideas y, en consecuencia, sobre la mar-
cha del mundo (y quiz& sobre la rotaci6n de 10s pla-
netas) , que las orgullosas recopilaciones de capitales
zcademicos y disertaciones comercialesa. sEs curioso, en
literatura, que cuando la forma no es nueva el fondo
no lo es tampocoa. .El arte debe estar a la moda o
crear la modaa.
La mezcla de un pretendido neoclasicismo austero y
un real romanticism0 voraz y pueril, retrata desventa-
josamente a1 simbolismo en las palabras de Gourmont.
Gide, que fue de la banda, las desaprueba ya en 1900,
a1 abjurar de la Boriginalidada (De linfluence en l i t t t -
?-at we), por m6s que sus actuaciones posteriores, agu-
das u obvias o audaces, arnionizan m.ejor con aquella
p c r r i t n r a ni l e m n su intento moral do rectificarla. Es-
CldUdlllU3 Cl l C3Ld3 LIT3 pU>ILIUIICS, ~ Cl l >c l l l l U> LCllCl dl 111C-
nos tanto derecho a un nombre de grupo como aque-
lias variadas escuelas francesas anunciadas por Mr.
Flint en el ntimero de agosto de 1911 de la revista de
Harold Monro.
:la ha encontrado sadhe-
ierosas personas que, Sean
emuestran de ningGn mo-
gundo puntoe.
liento, ya muerto para 61
D. ni Aldington eran fie-
i: Amy Lowell, una poe-
izgar por sus cartas bien
s de Pound, se habia apo-
antologia Des Irnugistes,
yidores, permitiendole a
rganza: la escuela era ya
. .
gisma.
3uC Dimagisma?
imagen es lo que presenta un complejo inte-
L . I C l . , L V C U ULYL" yC." " Ub 1- I a Y u 6"" ""'"r""""" u_ "I"
mas de buen sentido que habia es-
resultaba debil. La coyuntura est4
.Hay que tenerle horror a las abs-
identificar .palabra exactaa y DtCr-
imagen seria, en ese Pngulo, el me-
dlo mas rapido de emplear palabras htiles, concretas,
que presentan 'la cosa' sin superfluidad.
Hay opiniones que exaltan la importancia de esta
Descuela de imigenesa, bajo la vara de Pound y la de
su odiada sucesora (mis inflexible y llena de celo),
hay opiniones que si bien reconocen la utilidad cir-
cunstancial de sus principios, por llamar asi a concep-
tos sin edad, dejan por el suelo el resultado prbctico,
la poesia que han producido. Los poemas y fragmen-
tos de Pound escritos en esa Cpoca, probarin si es cier-
to esto ~l ti mo. Averiguemos si es veridico el que elogia,
El que elogia es Graham Hough, en su ensayo A Li-
tera y Revolution, del libro Image and Experience. Dos
reservas, no obstante, limitan su voto; la de que mis
y mejor se entendian 10s miembros del *inzagisms so-
bre las repugnancias comunes, de cardcter hist6rico y
local, propias de la poesia inglesa, que respecto a la
LOS y necnos que consran y corresponaen a una expe-
riencia directa, yuxtapuestos en imPgenes que se impo-
nen a 10s ojos de la cara y a 10s de la mente (lo cual
explica la disposicidn grPfica de 10s Cantos y otras
obras), equivale, 0, mAs bien, vale en mayor grado que
la expresi6n de las conclusiones abstractas que podrian
deducirse de tales hechos y objetos; la eleccidn de 10s
particulares Y su orden sobre la r>kina constituve el
1
!
peran iaeogramas veraaaeros estas iineas ae 10s ban-
tos? AI menos, son versos hermosos.
Mueren 10s a'rboles y et suefio queda.
(CANTO 90)
Sus sentimientos tienen el color de la natwaleza.
(CANTO 98)
LUlUU CJ CI I I ~ I U3 , JI I VC11 l u l l L U U U 1Jcl l d 1llUJLlcll lcl I I I U U I C
de las observaciones concretas de Pound, la rapidez de
751
- I
- . - - - - - - - . . . - - - - - - - ._ - - . .. . .. - .
ella no respetd a todos 10s dioses
tal negligencia ha destruido a otrm sefioras jdvenes en
otro tiempo,
y lo que ellas juraron en las alacenas
lo han dispersado viento y ola.
(HOMAGE TO SEXTUS
PROPERTIUS. VIII)
La obra toda de T. S. Eliot y principalmente The
Waste Land, esa tierra de nadie que est5 en su centro,
se ha sujetado a una disposici6n te6rica que est5 muy
cerca del Dcomplejo intelectual y emotivo en un instan-
t P de tiemnna: hablo del sob,jective correlatives, titulo
que ha tenido fortuna: .La fmica mane-
r emoci6n en forma de arte es por el ha-
objective correlative (objeto correlativo) ,
bras un conjunto de objetos, una situa-
ma de sucesos que serAn la f6rmula de esa
oci6n; de modo que cuando se dan 10s
al.odo lenguaje poetico es un lenguaje de explora-
ci6n. Desde que se comenz6 a escribir mal, 10s escritores
han usado las imigenes como ornarnentos. El punto del
Imagisme es que no usa las imigenes como osnamentos.
La imagen es por si misma la frase. La imagen es la pa-
labra mis alli del lenguaje formulado.. . El poema es
una imagen, es una forma de supelposicibn, esto es,
una idea puesta encima de la otra. Lo encontrC conve-
niente para salir de la impasse en que me habia dejado
que llamamos un tra-
Seis meses despuCs hi-
ce un poema la mitaa mas corto; un aiio mPs tarde hice
1 0 5 p UCl l l d 5 UTI Ll pO IIOKKU a l l UI l Cl d Ud I l yd Id p d 5 l U1 1
por la poesia oriental y la decisi6n de trasladarla a1 in-
Con todo, en la Cpoca en que escribia Cathay y tra-
tajaba en 10s manuscritos de Fenollosa, substituia el
Znagisrne por *The Great English Vortexa, tambiCn
denominado BVorticisma, con un 6rgano ruidoso, la re-
vista BLAST que editaba Wyndham Lewis. En aparien-
cia eran las mbquinas sus idolos de ahora. La voluntad
de escrindalo alcanz6 entonces una de las mbs altas cur-
vas de frivolidad en la vida de Pound; podia preverse
lo que vendria en aiios posteriores. Los poemas de
BLAST, y el manifiesto del SVorticismc, pese a las loas
ae quienes loan todo lo de Pound, no pueden m4s que
tonfundir a quienes no vivieron en Londres durante la
ddcada 1910-1920.
Las relaciones de la literatura con la m6sica y 10s
medios de otras artes, la imagen por ejemplo, era el
segundo de 10s rasgos comunes a1 simbolismo franc& y
a las tendencias inglesas en el siglo xx. El tercer princi-
pi0 del Imagisnze fue, por su parte, Dcomponer seg6n
el ritmo de la frase musical. y su regla absoluta la de
cxpresarse en womplejos emotivos e intelectuales, ins-
fantrineosa, en imbgenes. MGsica e imagen son esencia-
lrs en la obra de Pound. Se sabe que durante toda su
vida Pound ha sido un empresario de todas las artes,
no s610 de la literatura. La n6mina de pintores, escul-
tores, m6sicos y ejecutantes que hnn sido amigos suyos
y que le suministraron a su hora conocimientos y le
transmitieron sus experiencias, es muy nutrida. Tam-
biCn 61 quiso entregar sus propios conocirnientos y ex-
gl b.
cicuc OIX- a la pcrrecciu~i el su~iiuu quc pruuum, y pdIa
eso es necesario saber algo de m6sica.
No es sabido si Pound ha enseiiado a pintar a cier-
tos pintores, per0 el texto en que relata la composicih
de In u Station of the Metro ilustra sus cuasiproyectos
sobre el asunto. Como sea, toda la estructura del Zma-
gisme, la teoria del Ideograma y la presentacih grifica
de sus Cantos, que por desgracia no es posible repro-
ducir aqui, con sus infinitas variaciones, algunas muy
agudas y justificadas, y otras que uno juraria arbitra-
rias y efectos de soberbio descuido que se erige en ley,
han de atribuirse a intentos de realizar en el arte de
.cargar las palabras de sentidoq 10s injertos mas varia-
dos de artes figurativas y no figurativas.
Es en un ensayo sobre el Lenguaje. aparecido en How
io Read, donde Pound ordena el juego de las relacio-
nes entre sonidos, imagen y palabra. Empieza estable-
ciendo las categorias de escritores, desde 10s inventores
y 10s maestros, aquellos que descubren un nuevo proce-
cljmiento, una forma que trae consigo su espiritu, y 10s
que asimilan una gran cantidad de invenciones prece-
dentes, las coordinan y se sirven de ellas. S610 cono-
ciendo 10s hechos relativos a estas dos categorias, sigue
Pound, pueden iuzrrarse las obras de auienes Dertene-
s han prclongado el us0 de la ter-
L, usualmente una terminologia ori-
ginal inventaaa para describir lo que se ha hecho antes
de 10s 300 aiios A. de C. y para describirlo en una for-
ma m5s bien exterior. Los escritores de segundo orden
han tratado a menudo de producir trabajos para llenar
zlguna categoria o tdrmino no ocupado aun en su pro-
pia literatura local. Si descartamos las clasificaciones que
:.e aplican a la forma externa de la obra, o a su ocasibn,
y si miramos lo que sucede actualmente en, digamos,
la poesia, encontraremos que el lenguaje est5 cargado
de energia en varias formas.
.Est0 es, hay tres clases de poesia:
DMelopoeia, donde las palabras esthn cargadas, por so-
bre y mAs all5 de su significado comb, de alguna pro-
piedad musical que dirige el rumbo y la tendencia de
ese significado.
DPhanapoeia, que es una proyecci6n de imiigenes so-
bre la imaginaci6n visual.
DLogopoeia, la danza del intelecto entre las palabras,
o sea el empleo de las palabras no s610 en su significa-
do directo, sino tomando en cuenta en forma especial
10s hAbitos del lenguaje, el context0 que esperamos en-
contrar alrededor de la palabra, sus concomitancias
usuales, sus acepciones conocidas, y el juego ir6nico.
Toma el contenido estdtico que es peculiarmente el do-
minio de la manifestacih verbal y no puede contener-
se en ninguna forma de la plhstica o de la m6sica. Es
la 6ltima moda y tal vez la mAs engaiiosa y poco digna
de confianza.
DUn extranjero de oido sensible puede apreciar la
melopea, aun cuando ignore el idioma en que estA es-
crito el poema. Es priicticamente imposible transferirla
o traducirla de un lenguaje a otro, salvo quizds por di-
vino accidente, y media linea cada vez.
.La fanopea, en cambio, puede ser traducida casi, o
enteramente, intacta. Cuando es suficientemente buena
serh imposible para el traductor destruirla, salvo me-
diante una torpeza muy crasa y la negligencia de reglas
perfectamente conocidas y sistematizadas.
>La logopea no se traduce; sin embargo, la actitud de
la mente que ella expresa puede verterse a traves de
un parzifrasis. 0, por decir asi, Ud. no puede traducirla
literalmente sino, determinando el estado mental ori-
ginario del autor, Ud. puede o no ser capaz de encon-
trar un derivado o un equivalentea.
Valia la pena transcribir el texto cornpleto, pues re-
vela el perpetuo inter& de Pound por la faena de
traducir, y permite una referencia a sus versiones de
Cavalcanti, que lo ocuparon desde 1910 hasta 1931, y
ae Arnaut Daniel y otros trovadores, cumplidas en la
dkcada de 1910 a1 20.
De acuerdo a su manera inveterada de tejer traduc-
ciones en la trama de sus ensayos, las c!e Arnaut Daniel
van precedidas de glosas apresuradas y tal vez eruditas,
cn que mucstra la figura del poeta medieval, visto a
la luz de un estudiante norteamericano de literaturas
romances. Lanza entonces a 10s ojos el poema en su
a _l..ll. one rappezzata fra le rovine. Genova, Edi-
_ _
zioni Marzano, Anno Xa. I
sayo sobre Ezra Pound, c
..--.--A- .--- LA:-- l -, - A
_ _
zioni Marzano, Anno Xa. Napoleone Orsini, en un en-
sayo sobre Ezra Pound, critic0 Zetterario, agrega que
Bcuando uno hojea las paginas y pAginas de apuntes
clesordenados y confusos que Pound amontona sobre
Cavalcanti . . . es presa de compasi6n por el tormento
in6til del improvisado fil6logo, envuelto en uno de 10s
textos medievales notoriamente rnis obscuros y dificiles,
como es la Canzone Donna mi pregu, con la sola ayu-
da de unas pocas nociones dispersas reunidas aqui y
al l i a. Y cita a un fil6logo inglb, especialista en Caval-
canti, que dice de la traduccibn: sEs mis obscura que
cualquier lecci6n del originala.
No cabe duda que estin en su derecho estos criticos
a1 destruir con gruesas palabras (afiladas algunas en
la punta) esta obra de Pound que no es, ni mucho
menos, lo primordial de su producci6n. Per0 eso no
quita el placer relativo que se tiene a1 leer la canci6n
-_ . . . _ . . -.
LJonna nzz prega en Ingles, empezando por la linea
duke: *Because a lady asks mea.. .
El tercer carkter distintivo del simbolismo, que la
poesia de Pound comparte, es la importancia que ad-
cyiere en su imbito la prictica y la teoria del wers
librea.
Como seiiala Graham Hough en su ensayo Free Ver-
se, esta ultima expresidn, que traduce la francesa, no
ha sido empleada sin0 raramente en inglb; y con ello
queda en claro la reticencia de esa lengua frente a1 fe-
n6meno mismo, que contin63 pareciendo cosa extran-
i p r s v t r an s i t n r i a. i i n a mnr l a m A s n i i ~ iin mh t n d n
-ormas que desconocen.
es inhtil, pues una de las clases
han discernido 10s hibiles, quizPs
la que toma como punto de refe-
ierales de la m6trica tradicional y
arbitrariedad que se basa en 10s
del poeta, psicol6gicos o de otra
:tamente a1 contenido del poema.
:beria usar el verso libre -dice
I se estP obligado a hacerlo, es de-
rosa se otorga a si misma un ritrno
1 que el ritmo de 10s metros fijos,
n Ps en el sentimiento de la cosa,
lo, intimo e interpretativo que la
acentuado repl are . . . (Sobre el
Esta libertad exigida por la cosa,
r relacionada con un sentimiento
0, que es sentimiento de la cosa
iiamente en el poeta, justifica sin
le las disposiciones fijas de la mC-
n lo que se define respecto a la
ubordinAndose a ella.
infianza hacia una forma tan irre-
gular es instructiva. Pound reproduce la frase ctlebre
de T. S . Eliot: .No hay verso libre para quien quiere
hacer un buen trabajoa. Podria haberla adicionado
con otras del mismo, sacadas de sus Reflections on
Yers libre (1917): BVers l i br e . . . es un grito de ba-
talla por cierta libertad, y no hay libertad en el artea;
pel llamado vers libre es bueno siempre que sea cual-
quier cosa, menos librea. . Yen libre no existe, porque
s610 hay buen verso, mal verso y caosa.
En sentido absoluto 10s dictdmenes de Eliot son
exactos, per0 hay una forma de verso, altamente irre-
gular, no del todo libre, y que mereceria ese nombre
por compromiso; la que utiliza en cada linea un es-
quema mdtrico o acentual diferente, como si cada li-
nea perteneciera a un poema distinto; y no obstante
el conjunto corresponde a una sola experiencia que
se desarrolla a travgs de todos ellos de manera fluida
y convincente.
Esta forma es la
iniciales, y sobre t<
y Cathay. En Maubcllcy, L u l l l p c ; a L u CII c ; aLl l LLd I u c L l l -
ca, dej6 casi completamente el sistema, que por lo de-
mds requiera un oido finisimo y un gusto del todo ex-
traordinario -y no es por eso recomendable, ni cate-
cismo litil para ninguna escuela. Homage to SextuJ
Propertius es el mAs amplio gui6n de ejercitaciones en
tales artificios; sin contar 10s Cuntos, cuya estructura
mdtrica y acentual no se toca en este ensayo.
El verso, mds tardio, de The CZassic Anthology de-
fined by Confztcio, o sea la versi6n de The Confucian
Odes, logra tal variedad en el tipo de lineas usado
que en el larguisimo libro no hay poema o secci6n de
npre a las
ello prue-
ba Pound que el verso de 10s Cantos responde a un
designio perfectamente deliberado, que el poeta esti-
ma eficaz; la composici6n de las Odas es simultdnea
a la de varios Cantos, y en ellas se cifie el autor a la
disciplina que en Cstos simula desdefiar. El estudio de
las Odas, tan dificil como el de 10s Cantos, rendird
quiz& mhs placer y ensefianza, cuando alguien se atre-
va a emprenderlo. En ellas hay poesia y pensamientos
de la mAs alta calidad. (No viene de Confucio la me-
jor parte espiritual de 10s Cantos? Cuatro de las li-
neas mds dignas y emocionantes de este poema son
versi6n casi literal del Tu-Hsio que Pound tradujo
m6s tarde en prosa:
If a man have not order within him
He can not spread order about him;
And if a man have not order within him
His family will not act with due order;
And if the prince ...
(CANTO xrrr)
La mayoria de estos consejos morales se desenvuelve
a travCs de todo el libro de Odas.
Words fit to fact
folk will enact.
Calm discourse
needeth no force.
(ODA 254)
La necesidad del orden interior, la necesidad politica
del orden familiar, la obligacih Ctica y politica de
que las palabras calcen con 10s hechos, substancia de
estos textos, no fue sin embargo la medula de la ac-
tuaci6n personal de Ezra Pound. Aunque Cse es otro
ndiscursoa, y no muy mcalma . . .
A time to dwell in house, a time is meant
to live in bivouac, a time to tell
tales and make argument
(ODA 250)
~
_y __v aunque no se muevan el sol ni 10s nomDres por
su causa. Para que dicha decisi6n pueda ser manteni-
cia, requiere el poeta atribuir a su poesia un valor
compensatorio de aquellas otras vanidades, mbs s61i-
das, del reino de este mundo. Se asigna por eso la su-
pervivencia, la inmortalidad que sobrevive a 10s Cesa-
res, que 10s domina por el hecho mismo de preservar
sus nombres que de otra manera desaparecerian.
Este engafio voluntario a que el poeta se entrega
con orgullo en su Propertius me parece guardar el se-
creta profundo del poema, y explica tal vez la melan-
colia de su atm6sfera: es la flor de una renuncia a1
mundo, sincera en ese momento, el pendltimo aiio de
la Gran Guerra.
Pound no sup0 ser fie1 a este espiritu. En sus Can-
tos (except0 10s primeros), y principalmente en su
incursi6n agresiva en 10s terrenos de la economia y la
politica, el poeta demostr6 valorar por sobre el trabajo
zrtistico la realidad exterior y pretendid dominarla
mAs que por su inclusi6n en la obra de arte, a traves
cie una penetraci6n de la obra literaria en la realidad.
Este mal us0 del verso no queda nunca impune.
El Propertius da tema para mucha digresi6n sobre
asuntos que Pound durante toda su vida literaria ha
empujado a las primeras lineas de batalla: la traduc-
ci6n poPtica como una forma de critica del original, el
us0 ir6nico de 10s textos que proporciona la tradicidn,
el malentendido deliberado con efectos semejantes a
10s del surrealismo, el recuperar temporalmente lo que
una obra tiene de aprovechable; la tradici6n de la
prosa en el verso, etc. Per0 dichos resortes 10s toca
Pound directamente en sus ensayos y otros escritos en
prosa.
El ridiculo en que cay6 de bruces el profesor Hale,
de Chicago, es otro Baffairea social-literario de 10s que
menudearon en la vida de Pound. Sin advertir que el
poema no se presentaba como traduccidn, sino como
YUG bo-
uui c . a 5 w, y LJ iuiaLiiLwiuiuau LUAALL U A A VL AU
conda, para no enceguecer solidariamente.
El Propertius, declaraba Pound en carta a1 Editor
del English Journal, el 24 de enero de 1931, Dpresenta
ciertas emociones vitales para mi en 1917, enfrentado
bilidad alerta a1 cinismo elegante, informada por las
luchas de Laforgue con el sentimiento pretenciosoc.
Este juicio laudatorio, complementado por todo un Ca-
pitulo en que estudia el poema a1 derecho y a1 rev&
Ldolece con todo de una inclinacih a mirarlo desde
la distancia, como un objeto de historia y arqueologia
literarias. El Homage est5 demasiado vivo para que
lo sofiorte de buena gana.
Los Cantos no tienen forma, son pura conversacih,
conversaci6n impura, un libro de texto para j6venes
poetas, el registro mhs amplio de hallazgos y ejercicios
tdcnicos, formales; versificacibn sin contenido, su con-
r e n i r l n PC nenwrcn f f a c r i c m n antiwmiticmn urnapriza
cen a distinguidos profesores, a poetas y a memorialis
tas que fueron hombres de sociedad o de lectura a
mpnns. t ndnc mrrpsnnnrlpn 2 mic cpntimipntna ci r r ps i
vos y hasta simult6neos durante el periplo por 10s
Cantos, Cantares o como terminen por Ilamarse. Pound
dice que sus Cantos son un periplo, .no como la tie-
rra vista en un mapa, sin0 como la costa para 10s ma-
rinerosa (Canto LIX). Bien. Per0 no creo en mis sen-
timientos. Los de Yeats, por ejemplo, son mis respe-
tables. The Oxford Anthology of American Literature
considera que su visi6n de 10s Cantos incluida en A
Packet f or Ezra Pound (impreso en 1929, cuando se
habia publicado una parte pequeiia de ellos), sigue
siendo de las mejores.
.Yo habia encontrado a menudo en ellos algunas es-
cenas de distinguida belleza, per0 nunca habia descu-
bierto por que toda la colecci6n no podia tratarse en
al gh orden diferente. Ahora 61 (Pound, en una con-
versaci6n con Yeats en Rapallo) , explic6 finalmente
que cuando el Canto Cien hnya sido escrito, se desple-
gar4 una estructura como la de una fuga de Bach. No
habrd argumento, ni crbnica, ni 16gica discursiva, sin0
dos temas, el descenso a1 Hades, tomado de Homero y
una Metamorfosis de Ovidio, y, mezclados en ello, ca-
racteres hist6ricos medievales o modernos. Ha querido
crear aquella pintura que Porteous encarg6 a Nicolis
Poussin en Le Chef d'oeuvre inconnu, donde todo gira
o embiste, sin vCrtices, sin contornos -convenciones del
iiitelecto-, una salpicadura de tintas y sombras; reali-
zar una obra tan caracteristica de nuestro tiempo como
)
1
i n c m i i r n c ne I rnva rnn i n s anrianns n i i ~ srn7an nc. ro.
A la fecha, como se ve por las referencias a 10s pri-
rneros Cantos, no habian sido publicados sino muy po-
cos. La explicaci6n inicial resulta, empero, vilida para
todos, pues describe un designio general. El resto de
Ins notas sirve para concluir que cada una de las citas
y menciones de apariencia arbitraria, tiene, a1 menos
cn 10s Cantos glosados, un sentido precis0 . . . que co-
note el poeta.
A1 poeta interesa ser entendido por otros aunque
sea lanzando sus juicios a una altura mayor, quizAs pa-
ra que caigan justo en el blanco, pues el blanco est5
ltjos.
.Uno de 10s lectores mAs valiosos pareci6 encontrar
10s Cantos entretenidos; a1 menos, fue lo que dijo des-
pubs de 20 minutos, con acento de aliviada sorpresa,
l a nue habia sido criado en el conceDto italiano de la
L S I
nos ese griego, ell
gratitud duradera.
acultar el hecho
(Carta a Sarah Pe:
=------ _ _ _ _ _ ,-mderse sin saber
rrrieeo; per0 si puedo llevar a1 lector a aprender a1 me-
a o el sin duda se IlenarAn de una
Y si no, <que daiio? Yo no puedo
de que el idioma griego existibc.
rkins Cope, de 15 de enero de 1954).
yu.- cuando 10s Cantos esth terminados,
todas las palabras extranjeras, griegas, etc., serin sub-
rayados, innecesarios para el sentido. Quiero decir que
el texto Americano; per0 el griego, idea 9
indicardn una durncidn desde donde o dcsue L U~I I UV.
Si Ud. puede encontrar una manera mcis breue de ob-
tener esta repetici6n o resonancia, digaselo a paph y
procuraremos emplearla.
DNarrativo no es lo mismo que lirico; tdcnicas dife-
rentes para canci6n y relato. Deberia, podria, etc.,
abreviaciones disminuyen el esfuerzo del ojo. Tambien
muestran velocidad de la mente del personaje original
que se supone estd hablando, o varins coloraciones o
grados de importancia o Cnfasis atribuidos por el pro-
tagonista del momento.
DToda disposici6n tipogrifica, colocaci6n de palabras
en la pdgina, tiene por objeto facilitar la entonacih
en el lector, sea que est6 leyendo en silencio para si
mismo o en voz alta a sus amigos. De tener tiempo y
tdcnica, yo podria a6n haber escrito la notaci6n musi-
cal de pasajes o las entradas a la canci6n.
- - I 1-- ---
- - - - - - - -
existiri un sentido completo sin ellas; e! 1
.No hay obscuridad intencional. Hay condensacih a1
miximum. Es imposible hacer que lo hondo sea tan
rdpidamente comprensible como lo escaso.
DE^ orden de las palabras y de 10s. sonidos debertn
inducir a la lectura adecuada, a1 tono de voz adecua-
do, etc., per0 no puede salvar a 10s tontos de la estu-
pidez, etc. Si la malhadada cuerda del violin no estA
951
tcnsa no le serviri de nada a1 ejecutante doblarlo. Y asi
;1continuaci6n.
%En cuanto a la forma de Zos Cantos. Todo lo que
puedo decir o rogar es: esperen a que est6 ahi. Quiero
decir, esperen hasta que 10s haya escrito y entonces, si
no aparece, comenzax-6 la exegesis.. (Carta a Hubert
Creekmore, de febrero de 1939).
.Tal vez a medida que el poema avanza sere capaz
de aclarar muchas cosas. Teniendo la osadia de inten-
tar un poema de 100 a 120 cantos mucho tiempo des-
P U ~S de aue toda la humanidad ha sido conminada a
DLOS primeros 11 tiantos son preparacion de la pa-
leta. Tengo que conseguir todos 10s colores o elemen-
tos que deseo para el poema. Algunos quiz& demasia-
do enimhtica o abreviadamente. Tenro la emerama,
7 es-
1 . a
keiix L. snelmg, cle ij de Julio de ~Y ZZ) .
La alteraci6n en el orden cronol6gico de las cartas
transcritas permite apreciar el cambio de intenciones
del autor durante la composici6n de 10s Cantos, y c6-
mo la seguridad que demuestra en 1939 no est5 ente-
ramente avalada por sus ideas de 1922.
Son muchas mhs y de muy diversa indole las adver-
tencias de Pound sobre sus Cantos; per0 despuds de
haberlas visto en fila, nos quedamos con las de sus car-
tas, expuestas privadamente, sin Animo de benef iciar
una obra en proceso de publicaci6n y s610 dirigidas
por el afin legitim0 de esclarecer a 10s amigos el sig.
nificado general de este poema y las dificultades de su
cjecuci6n en detalle. Un cierto hastio frente a tantas
opiniones que han de recibirse como la lluvia, .sobre
mojados, nos recomienda iguaimente refugiarnos en el
silencio.
El profesor Kenner, hombre de razbn, que ha escri-
to estudios agudisimos sobre Eliot ( The Invisible Poet),
Wyndham Lewis, Joyce y Samuel Beckett, opina en
The Poetry of Ezra Pound: .Si se toma como llave el
dictum de Pound sobre la historia de la cultura como
historia de las ideas que se haccn acci6n ('ideas going
into action'), se obtiene:
Canto 1
2-16
31-41
42-5 1
52
53-61
62-7 1
74-84
Obertura: acci6n podtica.
Ideas griegas en acci6n: Renacimiento
y ContemporAneas.
Ideas J effersonianas en acci6n: America
e Italia.
Stasis: Sabidurfa popular y sumario.
Orden C6smico.
Ideas en acci6n: China.
Ideas en acci6n: Adams.
Stasis: Crisis contemporheas a guisa de
el poema no tendrA dificultad en pensar otros esque-
mas, todos 10s cuales pueden revelar alguna dimensi6n
de su vidae. .Lo que doy no es un conjunto de res-
puestas a un puzzle, sino un instrumento de exegesis
cuya utilidad, como la de cualquier otro instrumento,
depende de las manos en las que caee.
Las manos de quien escribe ahora estAn demasiado
acupadas en su intento de darse a comprender: no son
aptas para el trabajo que Hugh Kenner realiz6 tan
perfectamente en su obra con tres Apendices. Los Can-
tos, que admiro de manera ambivalente, plurivalente,
no son la materia de la cual pueda extraer espiritu.
Ese espiritu virtual no adquiere cuerpo ante mis ojos.
0, sin metAforas: mi ensayo de entrnder a Pound p
decir c6mo se detiene aqui.
La excusa ser5 sazonada por una especie de rapto
verbal en que cai cuando leia a6n este poema y pen-
saba ( ah) que llegaria el momento en que lo enten-
diese.
slQuieren saber de quC hablamos?. . . de litteris et
de armis, praestantibusque ingeniis, . . . De antiguos
t;empos y de 10s nuestros; libros, armas, y de gente de
genio extraordinario, de antiguos tiempos y 10s nues-
tros, en suma, las materias ordinarias de la conversa-
ci6n entre gente inteligentea (Canto XI ) .
Esto nos contesta Pound si le preguntamos de quC
trata su poema. Y lo dice, naturalmente, en 10s mismos
Cantos, que como toda obra mayor, contienen sus pro-
pias preguntas y respuestas.. . a qui a quiera oir.
Para oirle, hay que leerle; y pocos poetas vivos mues-
tran una cara tan dificil para el simple curioso. Es que
no conversa con el curioso. No puede ver a1 curioso;
y el simple curioso no le ve. Es cierto que, a veces, lo
dice en latin. Nosotros, que hemos traducido sthe
usual subjects of conversation between intelligent mena
por las smaterias ordinariasa . . . deteriorando 10s suje-
tos y reducihdolos a Dmateriasa, no lo entenderemos
iiicilmen te.
Podria haberlo dicho, ademiis, en griego, en franc&,
en alemPn, en italiano, chino, provenzal, aun en cas-
tellano. Porque Cstas son las lenguas en que sus cantos
conversan de letras y de armas, aunque las armas mPs
qudas, las letras mis candentes son ]as de su poderoso
inglCs de americano del oeste desterrada en plena Eu-
ropa: en Londres, en Paris, en Rapallo. SI am a pro-
duct, said the young lady, of Mitteleuropaa. (Canto
xxxv). No esti desterrado, sino arraigado, con violen-
cia de inmigrante que cava la tierra a su alrededor
hasta hacerla propicia, que honra a 10s dioses de esa
tierra (aun cuando 10s nativos, 10s naturales, ya no
crean en sus dioses) y retoria.
Esa .young lady. citada a destiempo, sufre la corro-
siva sitira del poeta, que no es un product0 de smit-
9 8
teleuropaa ni 10s admite encarnados en Bproductos de
mittelamericaa, sAtira politica, aunque no siempre *PO-
Etea, como llamb a ciertos ensayos, nunca inoportuna-
mente cortb, siempre ajustada a la mano que toma.
Los dioses lo protegen. Algunos dioses, (10s mAs gran-
des?, aman a estos humanos que se arrojan a 10s mon-
tes a buscarlos, que 10s llaman a grandes gritos, que
admiten las pruebas rudas si suponen que el Angel (0
e1 demonio) con quien luchan es un dios disfrazado.
Per0 10s pequeiios dioses, 10s pequeiios demonios que
suelen detentar el poder, odian a1 poeta que sale de su
c;:sa (ique se quede en su casa, entre sus libros y enre-
daderas!), que camina por la calle y va a donde quie-
re ir, a un sitio preciso, a la puerta de un Banco en
ocasiones, y quiere entrar a la b6veda. 1Fuera de la
E6veda 10s poetasl A1cementerio 10s poetas, a1 hospital
(para enfermos mentales). Los antiguos dioses romanos
y griegos, que este poeta americano y voluntarioso qui-
so conocer, quiso tratar, quiso imitar, se le dieron con
5us formas puras y tambien son las fomas impuras de
lo que no se puede decir; y dijo cuanto quiso. Los sa-
bios orientales, que fue a buscar, le contestaron: le con-
testaron en su propio idioma en qiie 10s signos son
complejos y 10s significados, uno por uno, sensibles, co-
mo con 10s dedos; y el poeta habl6 esa lengua de sa-
ttios, esa lengua mliltiple de erizos, per0 de sabor pu-
lido, mesurado.
El que tradujo a Propercio, y vivib a Propercio, el
que tradujo a Confucio revivihdolo, entr6 a1 reino
de ciegos y videntes que algunos llaman Economia, y
ctros abominacibn y exceso . . .
Entr6 como poeta, como ciego y vidente a la vez,
tanteando y tocando con 10s dedos, modelando con 10s
dedos lo que diria la voz: gustando y con disgusto.
TambiCn como americano: deseando .lo mejora. Este
maravilloso rasgo, no rasgo, estilo, forma de vida, es la
verdadera y mAs grata (aunque tan dificil) Bamerican
r ----
y...., .,S**..,*AS..", -Y.,..")
ries, revocas o perduras
iQuie'n e r a t
csoy yo, soy yo, soy yo?
TRADUCCIONES Y ADAPTACIONES DE HEINE
IV
Soiie ser Dios inmer!
en gozos celestiales;
angeles en sitiales
clogiaban mi verso.
EL ALTAR
Construyamos aqui una amistad memorable,
la llama y el otoiio y la rosa verdosa de amores
IlamAronsa aniii con su nombre: es un sitio famoso:
:a dama muerta
Ir, no para ser h
para besado.
L darna muerta me hablan.
a, de J acopo del Sellaio
( 1442- 1493) .
DE JACOPO DEL SELLA10
Este hombre sup0 10s caminos
del amor mk secretos. Hombre alguno
pudo pintar aquello sin saber.
Y ahora ella se ha ido, la de Cypris.
TI^ est& y eres Las Mas para mi.
He aqui lo que nos sobrevive:
Los ojos de esta dama muerta me hablan.
MEDITATIO
Cuando yo considero con cuidado
las curiosas costumbres de 10s perros
ttngo que concluir:
el hombre es superior.
do yo considero, amigo n
J riosas costumbres de 10s
em: tengo dudas.
04
EN UNA ESTACION DEL METRO
Estas caras que aparecen entremedio;
petalos en ramaje negro y h6medo.
vaaos 10s caminos,
vacios 10s caminos de esta tierra
>TO FORMIANO'S YOUNG LADY FRIEND,
AFTER VALERIUS CATULLUSe
iSaludl Oh J oven de nariz no muy
pequeiia. Cuyo pie
horrible, cuyos ojos
no son negros, 10s dedos no son largos,
(la boca es seca? jno! la lengua es sin
duda no demasiado refinada.
Eres amiga de Formiano (vende
cosmCticos) y llimante *la bellac
de la Provincia y eres
comparada con Lesbia todavial
10h edad idiota!
que aguas nan suavizaao sus Iiaurasr
Aburridores de Apolo, continuarhn, como se sabe, con
sus generalidades
Marciales,
Hemos mantenido en orden nuestras
Una Carroza de hltima moda sigue a 10s caballos de
Una Musa joven con amores j6venes en racimo alre-
gomas de borrar.
penachos floridos;
dedor
asciende conmigo a1 eter. . .,
Y no es ancho el camino a las Musas.
Los analistas continuarhn tomando nata de las repu-
Celebridades trans-caucasianas serhn loadas por sobre
Expuestas como distensiones del Imperio,
CPero en cuanto a que leer en circunstancias normales?
CUnas pocas phginas traidas del cerro hendido sin man-
taciones romanas,
celebridades romanas,
cilla?
Pido una corona que no me rompa la cabeta.
No hay prisa a su prop6sito.
HabrA sin duda un estampido desputs de mis exequias,
En vista de que una larga permanencia aumenta todo
CY quien sabria de las torres desmoronadas por un
0 de Aquiles resistiendo a las aguas en Simois
0 Hector que esparce llantas de ruedas,
0 de Polydmantus, en Scamander, o Helenos y Dei-
Escasamente serian conocidos por las puertas de sus
Poca habladuria, Oh Won, Oh Troya
sin consideraci6n a la calidad.
caballo de madera;
fobos?
casas, o por Paris.
----.da dos veces por 10s dioses Oecios,
a expuesto tu caso;
~am~i en yo entre 10s irltimos sobrinos de esta ciudad
Sin piedra sobre mi sepulcro despreciable;
Mis votos vienen de Licia, del Templo de Febo en
Y mientras tanto mis canciones viajariin,
Y las j6venes no virgenes gozarPn con ellas
Pues Orfeo dom6 a las fieras -
y Citareaon movi6 a las rocas de Tebas
y las hizo danzar hasta formar baluarte a su placer.
Y td, {Oh Polifemo? Aspera Galatea, (no estuvo a
goteantes, bajo el Etna, a causa de
tendrC mi dia homble,
Patara,
cuando hayin superado la extraiieza,
y detuvo a1 rfo de Tracia;
punto de volver a tus caballos
una mhica?
Veamos bien esta materia.
Con el favor de Apolo y Baco,
1 1 5 1
labri una multitud de j6venes mujeres que honren
mi labia,
Aunque mi casa no est& sustentada en columnas Te-
narias de Laconia (relacionadas con Neptuno y
Cerbero) ,
Aunque no se despliega en tablones dorados;
Mis huertos no se extienden llanos y amplios
como 10s bosques de Phaecia, lujurio-
sos y Jdnicos,
Ni mis cavernas atestadas por la vendimia Marcia,
Mi bodega no data de Numa Pompilio,
Ni se eriza de cintaros de vino,
Ni esti equipada con patente de heladera;
Per0 10s compafieros de las 34
mantendrh si
mis libros,
de danza.
Y aburridos de datos histdricos, volverAn a mi mdsica
Felices 10s que son mencionados en mis panfletos,
mis canciones serAn una excelente 14-
pida sobre su belleza.
{Pero en contra de es
Ni carisimas pir5mides rasguiiando a lit3 CJLICIMJ CLI
Ni las casas modeladas sobre aquella de J ove en el
Ni las efigies monumentales de Mausoleus,
su via,
Eliseo,
son elucidaci6n completa de la muerte.
Arde la llama, la lluvia se hunde en grietas
Y todos van a ruina vejada bajo el roce de 10s afios,
El genio queda, ornament0 sin muerte,
nombre que no se gasta con 10s afios.
[ 114
Y de Hannibal,
Y Febo mirdndome desde el 6rbol Castalio
Dijo entonces: .Idiota! Que haces en esas aguas:
<QuiCn te ha ordenado un libro acerca de heroes?
y de J ove cuidado por ocas,
da, la arena. La altiva turba es tan mala como
f me mostr6 un sitio con su plectn
mar. e
Orgias de vendimias, una imagen te-
rrena de Sileno
Fortalecido con sus embestidas, Pan Tegeo,
Los pPjaros pequefios de la madre Citarea
tiiien sus rostros P6nicos en el lago
de la Gorgona;
Nueve niiias de otras tantas regiones
me traen sus ofrendas en sus manos
intactas.
Tal mi cohorte y ambiente. Y ella entrelaza hiedra a
Acuerda cantos en las cuerdas;
Y una entre ellas me mir6 con cara ofendida,
Caliope:
su tirso;
Rosas mellizas en sus manos.
~Siempre contento de ir lievado por
Nunca el rumor de 10s altos caballos te Ilevax-5 a bata-
Nunca 10s pregoneros di rh tu nombre por sus cuernos
Ni Marte te gritari en el bosque en Eonio,
10s cisnes blancos!
lla;
clhicos,
Ni donde Roma arruina las riquezas
germanas,
Ni donde el Rin corre con sangre bPrbara,
y la corriente lleva a heridos Suevos.
Amantes coronados obviamente, junto a puertas desco-
Perros nocturnos, las seiias de una fuga de borrachos,
Estas son tus imigenes, y por ti el hechizamiento de
nocidas,
j6venes
seiioras encerradas.
La ofensa a hombr
A
rv
asi
Salpic6 nuestra cara con el agua de Filetas de Coo.
111
Medianoche, y una carta me llega de mi querida:
Que vaya a Tfvoli:
AZ tiro!!
.De las torres mellizas suben yemas brillantes,
En lagunas extensas cae el agua que surge del hi enee.
<Que debe hacerse en Cuanto a esto?
(Me confiart a las sombras intrinca-
das,
Donde manos audaces pueden violentarme?
Per0 si pospongo mi obediencia
a causa de un temor que merece res-
Sere presa de lamentaciones peores que asaltante noc-
Y me habre equivocado
Porque sus manos no tienen cariiio a mi respecto,
No hay nadie a1 que no Sean sagrados 10s
pet0
turno.
y durar4 doce meses,
amantes a medianoche
Y en la vfa Sciro.
Si alguien es un amante
bien puede caminar por la costa Escita,
Barbaridad alguna IIegarA hasta el extremo de hacerle
La luna IlevarP su cirio,
daiio,
las estrellas le mostrarh 10s malos
pasos,
1 1 7 1
Que un lugar boscoso y apartado me cubra con follaje
0 que me inhumen bajo la duna
de una arena a6n no clasificada;
sea como sea no estarri mi epitafio en el camino real.
IV
DISCREPANCIA O N LYGDAMUS
Cuhtame lo que oiste de nyestra joven sefiora cons-
tante
Lygdamus
con igual peso sobre tus dos hombros
Y que la gracia comprada de una amante penda
Pues estoy henchido de complacencias estJ pida:
y engaiiado por tus refer
A cosas que tG piensas que yo quisiera creer.
I ' UCl d Lull CllU, Ul l l ICl U, UllU L UU" , u\-au\r b L pJ" .'~'y'V,
Yo lo engullo con las orejas extend
2Es asi? Sollozaba despeinada,
y t6 lo viste.
(Vastas aguas fluian de sus ojos?
T6, Lygdamus,
La viste tendida en su cama,
no fue un vislumbre en un espejo;
Sin gemas en sus manos de nieve, sin orfebreria,
Triste ropaje , envolvia sus brazos delgados.
Su escritorio cerrado a 10s pies de la cama.
La tristeza pendia sobre la casa, y las sirvientas de-
solada
Estaban
suefio!
Ella, velada a1 medl0 del mgar,
H6medos pafiuelos de vell6n apretados contra sus ojos
nuestras solicitas re-
tror qut- LO>& u UL Cl l Ul d 3 ~~~ul l l prl i Sa de d,
Lygdamus?
Decir muchas cosas es como tener una casa.
Y la otra mujer .no me ha seducido por sus bellas
Me ha cogido por medio de veneno de hierbas,
maneras,
ella hace girar la rueda dentada de
Ella guisa saDos hinchados. huesos de culebra, plumas
un rombo,
botadas p(
Me ata con
1191
Ahora, si alguna vez, es tiempo de lirnpiar el Helic6n;
de echar a1 campo 10s caballos
Hemonios
Romano.
Y nombrar segitn el censo a mis jefes del campamento
Y si no soy capaz, *Sed loable hacer la pruebaa
.En cosas de esa magnitud,
Los tienipos primitivos cantaron a Venus,
Y yo tambidn cantare de la guerra cuando este asunto
Arrastrando mi mascar6n a tierra procedere de modo
Mi Musa est5 impaciente por instruirme en una nueva
Arriba, arriba, mi alma, desde tu baia cantilena,
la mera voluntad es suficientee
el itltimo canta un tumulto.
de una niiia este agotado.
mAs augusto.
gama, o gambito,
[I20
Y asi adelante, Augustus. .Arabia Virgen tiembla en
Si alguna tierra se substrae en litoral lejano,
su rec6ndita moradae.
es una mera postergacibn de tu do-
minio.
Y seguirC a 10s campamentos
serC debidamente celebrado por can-
tar 10s lances de tu caballerfa,
Quieran 10s hados vigilar mis dfas.
V
2
Con todo, tC preguntas en raz6n de que yo escribo tan-
Y de d6nde vino este libro blando a mi boa.
Ni Caliope ni Apolo cantaron estas cosas a mi oido,
Mi genio no es otro que una niiia.
tas poesias amorosas
Si ella con dedos marfileiios pasea un son por la lira,
CuPn f4ciles 10s dedos moviendose; si el cabello estA
Si ella va en un fulgor de Coo, en un deslizamiento
Hay un volumen sobre la materia; si sus pestaiias se
Hay nuevas tareas para el autor;
Y si juega conmigo sin camisa,
Levantaremos muchas Ilfadas,
Y sea lo que sea, lo que dice y hace
Largos estambres hilaremos de Ia nada.
Si 10s hados hubieran consentido a tanto y si, Mecenas,
Fuese capaz de conducir hQoes en armaduras, no lo
Consideramos el proceso.
en desorden en su frente,
de paiio teiiido,
hunden en el sueiio,
harfa,
1 2 1 1
Ni cantaria de Titanes, ni de la Osa clavada en el
Ni de las calzadas en Peli6n,
Tampoco de Tebas en su antigua respetabilidad,
Olimpo,
ni de la reputaci6n de Homero en
Ni del reino dos veces cargado de J erjes, ni de Rem0
Ni de 10s dignos personajes Cartagineses,
Ni de las minas de Gales y del provecho que Marus
Recordaria 10s negocios de CCsar.. .
Aunque Calimaco actu6 sin ellos,
Sin un infierno, sin Aquiles atendido por dioses,
Sin I xi h, y sin 10s hijos de Menoetius y el Argos y
Pdrgamo,
y su familia real
sac6 de ellas.
como tel6n de fondo,
y sin Teseo,
sin la tumba de
J ove y 10s Titanes.
Y mis ventriculos no laten por el ore rotundos de
Tampoco a1 son de 10s padres Frigios.
Mariner0 a 10s vientos; campesino a sus bueyes;
AI soldado la contabilidad de las heridas, a1 pastor
Nosotros en cama angosta, de espalda a las batallas:
Cada uno donde puede, gastando el dia a su manera.
Char,
de ovejunos las ovejas,
V
3
Es noble morir de amor y honorable permanecer
por una temporada no cornudo.
Y ella habla mal de mujeres livianas,
no elogiarP a Homero
Porque la conducta de Helena es Dimpropiac.
Alguna vez lamentarPs a amigos
Ocuparse de aqutllos que pasaron,
Perdidos; es costumbre
Desde que Adonis fue corneado en Idalia, y la Citarea
Coni6 llorando con la cabellera desplegada,
En vano, Cynthia. Vana llamada a sombra sin respuesta.
En van0 llamas a la sombra,
Poco hablan pocos huesos.
VI 1
Feliz oh noche, noche llena de brillo;
Oh lecho alegre por rnis largos deleites;
CuPntas palabras conversadas entre abundantes cirios;
Luchas cuando las luces se extinguieron;
Ahora con pechos desnudos forcejea conmigo,
Y entonces ella separando mis pirpados dormidos,
Con sus labios; y era su boca que decia:
La tfinica abierta con lentitud
Flojol
Con qut abrazos variados, nuestros brazos cambihndose,
Sus besos, cuPntos, lentos en mis labios.
.No hagas de Venus un movimiento ciego,
Los ojos son 10s guias del amor,
Paris tom6 a Elena desnuda del lecho de Menelao,
Cuerpo de Endimi6n desnudo, brillante cebo de Dianaa,
-asi a1 menos lo cuentan.
Mientras se tuercen juntos nuestros hados, saciemos
pues una noche larga viene a ti
Que 10s dioses nos pongan cadenas
nuestros ojos con amor;
y un dia en que no vuelve el dia.
y no haya dia que las rompa.
Necio el que fije un t6rmino a la demencia del mor,
Pues el sol arrearh caballos negros,
El rio i ri a la fuente
la tierra sacari trigo de la cebada,
Antes que sepa moderarse Amor,
Nadari el pez en seco.
Coronas secas botan pCtalos,
No, mientras es posible, no acabe el fruto de la vida.
No puedo trasladar a otro mis penas.
Si ella me otorga tales noches
Si me da muchas,
HabrC muerto en las suyas;
mi vida es larga, larga en afios,
soy Dios por un tiempo.
VI11
J ove, ten piedad de esa mujer infortunada
0 una muerte ornamental te ser& puesta
a1 debe.
Ha venido el tiempo, el aire jadea tbrrido,
La tierra seca palpita contra el calor de la Canicula,
Per0 el calor no es la raiz de la materia:
Ella no respet6 a todos 10s dioses;
1 2 5 1
con pie aespacio o pie Iigero 12 m l l ~ ~ ~ nn ma -
que una estaci6n.
nc
3
Mi luz, luz de mis ojos,
Vuelve a las danzas de Diana la Grande portando re-
Paga tu voto de adoraci6n nocturna
Y a mi tambiCn pPgame el crddito:
Diez noches en compaiiiia me prometiste.
escapaste de un gran peligro,
gales adecuados,
a Diana diosa de las virgenes,
X
Luz, luz de mis ojos, a una hora tardia en exceso yo
I n toxicado,
Y una min6scula muchedumbre de niiios pequeiios venia
estaba merodeando
ningcn sirviente me conducia,
en contra
Y con olores mls que Arabes;
Dios sabe d6nde ha estado 61.
Ella apenas podia mantener sus ojos abiertos,
que Csa sea su f i anzn.
Ahora Andate!*
Nos acerclbamos a la casa,
Y era la mafiiana, y yo quise ver si ella estaba sola y
Y Cinthia estaba sola en su cama,
Nunca la habia visto tan hermosa,
y le dieron otro tir6n a mi capa,
durmiendo.
Quede estupefacto
No, ni siquiera cuando estaba con t6-
nica de p6rpura.
Tal apariencia me fue presentada, a mi, recientemente
Se observarA que tiene valor la pura forma.
emergido de mis visiones,
1 2 9 1
SI
2
iEscapa! No hay escape, oh idiota,
Huye, si quieres, a Ranaus,
Aunque te eleves en el nire sobrc el dorndo lomo de
Aunque tengas las sandalias aladas de Perseo
Que te alcen a traves del aire hendido,
Las altas huellas de Hemes no te darrln refugio.
te seguirA el deseo
P ega so,
130
Y aun de nuevo, y nuevamente, un rumor suena en
De ti, rumores por toda la ciudad,
mis oidos.
ninguno bueno.
.TI; nn rlehcc rrem- a
BtiicLa c> ci ~ J L U uc ia ~aiuiiiiiia.
amables lo han sabido,
1 gloria no esti manchada por el
estras manos estin inmaculadasc.
:ro humill6 el reino de Helena
ella fue devuelta a casa en vida;
I por lascivia de Marte
ina en 10s cielos respetables.. .
esto,
cavernas regadas de rocio,
endo en las rocas musgosas!
borde de las rocas;
de Zeus, en 10s dias antiguos,
diendo por Semele, perdido por Io.
UJIIIV CI p J d 1 U vu16 desde las vigas Troyanas,
daya de Eos.
1 8 1 1
bajo 10s ritos
de hospitalidad,
Y hub0 un cas0 en Colchis, J adn y esa mujer en Colchis;
V -Jr l omdc T x r n r ~ ~ s
tli estabas bebido.
tal promiscuidad?
Ella no era reputada por su fidelidad;
n cuchillo en mis miembros vitales,
:rag0
de veneno,
Preferible, hijo mio, mi querido Lynceus
Camarada, camarada de mi vida, mi peculio, mi per-
Pero a una cama, a una sola cama, mi querido Lynceus,
PedirC un don semejante, de Jove.
Y escribiste de Achelous, que contendid con HCrcules,
Escribiste de 10s cdballos de Adrastus y de 10s rhos
sona;
desapruebo tu concurrencia;
funerarios de Aquenor,
I I Hesper adest. Hesper
-5.-
L de
poe-
ha-
s a1
, ha
lo a
clari-
ver-
siona
1 10s
g0Za.
Ya
deja-
estro
43, LJ - 5 5 , 35-0; 111-4, 11-
neas 1-96.
Dos: iii-3, lineas 1-52.
Tres: iii-16, lineas 1-30.
Cuatro: iii-6, lineas 1-19, 25-33,
con unas pocas lineas
oinitidas y traspuestas.
Cinco: ii-10, lineas 1-20; ii-1,
lineas 1-26, 37-50.
Seis: ii-l3a, linea 17; iii-5, li-
neas 13-16; iii-4, lineas
1-6; iii-5, lineas 13-16;
ii-l3a, lineas 19-30, 35-6,
50-8.
J ohn J . Espey, Ezra Pound's
Mauberley. A study in
composition. University of
California Press. Berkeley
and Los Angeles, 1955.
Charles A. Fenton, T h e
Apprenticeship of Ernest
Hemingway. The early
years. The Viking Press.
New York, 1954.
Kimon Friar, Malcolm Brin-
nin, Modern Poetry. Ame-
rican and British. Apple-
ton-Century-Crofts, Inc.
New York, 1951.
Gilbert Highet, T h e Classical
Tradition. (Greek and Ro-
man Influences on Wes-
tern Literature). Oxford
University Press. New
York, 1957.
Graham Hough, Image and
Experience. Reflections on
a Lite)-ary Revolution. Ge-
rald Duckworth and Co.
London, 1960.
Samuel Hynes, Pound and
prose trodition. En: Yale
Review. Summer, 1962.
Alun R. J ones, Th e life and
opinions of T. E. Hulnze.
Victor Gollancz Ltd. Lon.-
don, 1960.
J ames J oyce, Th e Critical
ings (Edited by Ells-
h Mason and Ri-
2 Ellmann). The Vi-
Hugh Kenner, Yl ' he Poetry of
Ezra Pound. Faber and
Faber. London, 1955.
Hugh Kenner, T h e Invisible
Poet: T. S. Eliot. Mc. Do-
nald, Obolensky. ATew
York, 1959.
F. R. Leavis, New Bearings
in English Poetry. A Study
of the Contemporary Si -
tuation. Ann Arbor Pa-
perbacks. The University
of Michigan Press. Ann
Arbor, 1960.
Wyndham Lewis, Ezra Pound.
(Dol volume Ezra Pound
by TVyndham Lewis. Three
essays). (Versione dall'
inglcse d i Mary de Ra-
chezoiltz). En: I1 Verri,
N. 1, 1958.
F. 0. Matthiessen, Th e Achie-
vement of T. S. Eliot.
A n Essay on the Nature
of Poetry. A Galaxy Book.
Oxford University Press.
New York, 1959.
Michel de Montaipe, Essnis.
Text e Ptnbli, etc., par Al-
bert Thibnrrdet. BibliothP-
que de la PlFiade, N. R.
F. Paris, 1950.
Charles Norman, Ezra Pound.
The Macniillan Compa-
ny. New York, 1960.
1 3 9 1
-I-.. L Vu..-) L I . Y" I . UY. ""-
llected Shorter Poems of
Ezra Pound. Faber and
Faber. London, 1952.
Ezra Pound, Diptych Rome-
London: Homage to Sex-
tus Propertiw. Hugh Sel-
wyn Mauberley-Contacts
and life. Vanni Scheiwi-
Her. Milano, 1957.
Ezra Pound. Selected Poems.
Wi t h an Introduction by
T. S. Eliot. Faber and Fa-
be
Ezra Pound, Selected Poems
of Ezra Pound (Sugges-
tions of Hugh Kenner and
Hayden Carruth i n regard
to the texts). New Direc-
tions. New York, 1957.
Ezra Pound, T h e Cantos of
Ezra Pound. Faber and
Faber. London, 1954.
Ezra Pound, Thrones. 96-109
de 10s cantares. Faber and
Faber. London, 1960.
Ezra Pound, From Canto
CXIII (113). En: Poetry.
October, 1962.
Ezra Pound, The Spirit of
Romance. Peter Owen
Limited. London, 1952.
Ezra Pound, A B C of
Reading. New Directions.
New York. s. f.
Ezra Pound, Make it New.
Yale Universitv Press.
New Haven, 1938.
Ezra Pound, Guide to Kul-
chur. Peter Owen Limi-
ted. London, 1960.
Ezra Pound, Impact. Essays
on Ignorance and t he
J ---- /--
- - - -_- -, - - - -. - .
Faber and Faber. London,
1954.
Ezra Pound, Saggi Letterari.
A cura e con introdurione
Ai T .q Eliot. (Traduzio-
inglese di Nemi
tino). Garzanti.
1957.
Lzra Yound, T h e Letters of
Ezra Pound 1907-1941.
Edited by D. D. Paige.
Faber and Faber. London,
1951.
Ezra Pound, Rimbaud: Five
French Poems. All in-
segna del pesce doro. Mi-
lano, 1957.
:ma Pound, Riccardo da S.
Vittore: Pensieri sull
amore. All insegna della
Baita Van Gogh. Schei-
wilier. Milano. 1956.
Ezra Pound, Confucio: Stu-
dio integrale, e L u s e che
non vacilla. Versione e
I ----.- I---
---- - .,....-, --..
lects translated and intro-
duced by Ezra Pound. Pe-
ter Owen Limited. Lon-
don, 1956.
Ezra Pound. T h e Confucian
Odes. T h e Classic antho-
logy defined by Confucius.
New Directions. New York,
1959.
Mario Praz, Cronache lette-
rarie anglo-sassoni. Vol. I.
Edizioni di Storia e Lette-
ratura. Roma, 1950.
J . B. Priestley, Literature and
Western Man. Harpers
and Brothers. New York,
1960.
Sesto Properzio, Elegie. Tes-
t o latino e tratluzione in
versi italiani d i Giuseppe
Lipparini. Nicola Zaniche-
Ili Editore. Bologna, 1956.
Herbert Read, Th e Tent h
Muse. (Essays in criti-
cism). Grove Press Inc.
New York, 1958.
Alfredo Rizzardi. Eliot Mi -
T--liana Uni- Sons. New York, 1953.
l..-d V--L
N PCANTO~
HOMENA JE A SEXTUS PROPERTIUS=
NOTA A LAS VERSIONES
nmr410GRAFIA