Gide Andre - El Regreso Del Hijo Prodigo
Gide Andre - El Regreso Del Hijo Prodigo
Gide Andre - El Regreso Del Hijo Prodigo
EL REGRESO DE L
HIJO PRODIGO
p r e c e d i d o d e o t r o s c in c o t r a t a d o s :
EL T R A T A D O DE NA R CISO - I.A SE D U C C IO N A M O R O S A
EL FALSO P R O F E T A - F I L O C T E T O O LAS T R E S
MO RALES - B E T H S A B
T I R S O
Q ueda
he c h a
(g)
C opyrigth
Buenas
by
11723
T I R S O , S.R.L .
A ire s - Pars,
1962
T R A T A D O D E N A R C IS O
(T eo ra del Smbolo)
Paul
V alr y
1 N D R
G I D E
T R A T A D O
DE
A'
A R C 1S O
A N D R
G I D E
TRATADO
DE
NARCISO
ANDR
GIDE
JI
ANDR
GIDE
TRATADO
DE
S A R C SO
ANDR
GIDE
18
III
El Poeta es aq u el que m ira. Y q u ve? E l Paraso.
Pues el Paraso est e n todas partes; n o creamos
en las apariencias. Las apariencias son im perfectas:
balbu cean la verdad qu e ellas ocu ltan; el P o eta de
be c o m p re n d e r con m edia p alab ra, luego re p e tir esas
verdades. Acaso el Sabio hace otra cosa? T a m b i n
l busca el a rq u e tip o de las cosas y las leyes de
su sucesin; recom pone u n m u n d o , en fin, id eal
m e n te sim ple, d o n d e todo se o rd en a n a tu ra lm e n te .
A u n q u e el Sabio busca esas form as prim eras m e
d ia n te u n a in d ucci n le n ta y m edrosa, a travs de
num erosos ejemplos: pues l se detiene en la a p a
riencia, y, deseoso de certeza, se p ro h ib e adivinar.
El Poeta, q u e sabe qu e crea, adiv in a a travs de
cada cosa, y u n a sola le basta, smbolo, p a ra revelar
su arq u e tip o ; sabe qu e la a p arien cia slo es el
pretexto, u n ro p a je qu e la encu b re y d o n d e se de
tiene el ojo profano, pero qu e nos m u estra que
all e x is te 1.
1 Se ha c om prendido cjue llamo smbolo todo lo q ue
parece.
ANDR
GIDE
TRATADO
DE
NARCISO
L A S E D U C C I N A M O R O SA
O
T R A T A D O D E L V A N O DESEO
a F r a n c is J a m m e s
fe
I
LA
S E D U C C I N
/ MOROSA
ANDR
GIDE
LA
SEDUCCIN
AMOROSA
ANDR
GIDE
LA
SEDUCCIN
a m o r o s a
A N D R
G l E
LA
SE D C C Ci N
A MORO S A
A N D R
G IDE
LA
SEDUCCIN
AMOROSA
n d r
g i d e
LA
SEDUCCIN
AMOROSA
ANDR
GIDE
40
III
A N D R
GIDE
LA
SEDUCCIN
AM O RO SA
ANDR
GIDE
LA
SEDUCCIN
AMOROSA
45
E L
H A D j
O
E L T R A T A D O D E L FALSO P R O F E T A
F e d e r ic o R
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causa
haces,
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GIDE
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P R IM E R A C TO
Cielo gris y bajo sobre una planicie de
nieve y de hielo
ESCENA I
ULISES y N EOPTOLEM O
N EO PTO L EM O
ANDR
GIDE
FILOCTETO
t les
ULISES
Hijo, t no debes morir. No sonras. Ahora, te hablar. Escchame sin interrum pirm e. Pluga a los
dioses que el sacrificio de uno de nosotros les con
tentare! Nuestra tarea aqu, Neoptolemo, resulta ms
difcil que m o r i r . ..
Esta isla que te parece desierta no lo est. Vive
en ella un griego; se llam a Filocteto y tu padre lo
amaba. En otros tiempos se embarc con nosotros en
la flota que, llena de orgullo y esperanza, parta de
Grecia para el Asia; era el amigo de Hrcules y uno
de los nobles entre nosotros; si t no hubieras vivi
do hasta ahora lejos del campamento, sabras ya su
historia. Quin no adm iraba entonces su valenta?
y quin no la llam ms tarde temeridad? Ella, lo
arrastr en una isla desconocida ante la cual se d etu
vieron nuestros remos. Las orillas tenan extrao as
pecto; los malos presagios haban alterado nuestro
valor. La orden de los dioses haba sido, nos dijo Cal
chas, sacrificar en esta isla, y por ello esperbamos
que alguien quisiere descender; Filocteto se ofreci
sonriente, t n la playa de la isla una prfida ser
piente le pic. Sonriendo al principio, Filocteto, de
nuevo sobre la barca, nos mostr cerca del pie su
pequea herida. Empeor. Pronto Filocteto dej de
senreir; su cara palideci, luego sus miradas ansio
sas se llenan de asombrada angustia. Al cabo de
unos das su pie tumefacto se endureci; y l, a
quien nunca habamos odo lamentarse, comenz a
gemir. Al principio todos nos apresurbamos.a ocu79
ANDR
GIDE
Entonces?
ULISES
FILOCTETO
N E O PTO L EM O
T iene su arco.
N EO PTO L EM O
Su arco?
ULISES
Si, el arco de Hrcules. Adems, debo decirte: supie podrido exhalaba por todo el navio la hediondez
ms intolerable.
N EO PTO L EM O
,-Ah?
ULISES
ANDR
G! DE
FILOC TETO
N E O PTO LEM O
ANDR
GIDE
FILOCTETO
ULISES
ANDR
GIDE
N EO PTO LEM O
a la escucha
FILOCTETO
N E O PTO LEM O
Qu canta?
ULISES
riendo.
Y
he aqu que comienza nuevamente a gritar.
Ah! Filocteto!
NEO PTO LEM O
ANDR
GIDE
ss
A C T O SEGUNDO
ESCENA I
ULISES, FILO CTETO , N EO PTO L EM O
ANDR
GIDE
FILOCTETO
S, la ma.
FILOCTETO
Cul es?
ULISES
contra ellos, s, en
ULISES
ANDR
GIDE
F ILOCTETO
Y si no?
F ILOCTETO
FILOCTETO
ULISES
A N D R
G I D E
declamando.
riendo.
Y luego. . .
F ILOCTETO
FILOC TETO
ULISES
Ya no s hablar.
se levanta.
ANDR
GIDE
alejndose.
ESCENA II
FILO CTETO , NEO PTO LEM O
ACTO
TERCERO
ESCENA I
filo c te to
(entra.)
F ILOCTETO
A iY D R
G I D E
ESCENA 11
FILO CTETO y NEO PTO LEM O
n eo p t lem o , llamando
. . .Filocteto! (se aproxima y, casi desfalleciente.)
Ah!, estoy e n fe rm o ...
FILOCTETO
Enfermo?. . .
NEO PTO LEM O
F I L O C T E T O
F IL O C T E T O
. . .Sacrificarse.
N EO PTO LEM O
.. .A la patria.
N EO PTO LEM O
eludiendo el tema
S. Por qu?
FILOCTETO
desconcertado.
aparte.
indeciso.
Y a h o ra . . .
filo c te to
ANDR
GIDE
R e to m a el arco.
N EO PTO L EM O
No te comprendo.
FILOCTETO
FILOCTETO
NE O PTO L EM O
atento.
Y hasta?. . .
NEOPTOLEM O
Si s u p ie ra s... qu?
n e o p to le m o ,
recobrndose
ANDR
GIDE
F ILOCTETO
. . .Sacrificarse. . . sacrificarse. . .
neoptolem o
Lloras!
f il o c t e t o
Adis.
Entra Ulises.
ESCENA
lll
ULISES y N E O PTO L EM O
ULISES
FILOCTETO
N E O P TO L EM O
El hbil
Qu deca?
a m ig o !...
Piensas que
desconfa?
NE O PTO L EM O
Veis!. . .
NE O PTO L EM O
ANDR
GIDE
ULISES
Te d ijo ? ...
NEOPTOLEM O
Qu?
NEO PTO LEM O
Comprender qu?
NEO PTO LEM O
FILOCTETO
A N D R
es,
GIDE
sonriendo
irrumpe en sollozos.
106
FILOCTETO
A C TO C U A R TO
ESCENA
FILOCTETO V NEOPTOLEM O
entra corriendo.
Lo saba.
n eoptolem o
ANDR
GIDE
N E O PTO LEM O
Y traicionas a Ulises. . .
NEO PTO LEM O
H ijo ! ...
N E O PTO LEM O
FILOCTETO
N E O PTO L EM O
Qu!, desdichado, e s . ..
FILO CTETO
ESCENA II
FILO CTETO ,
luego
ULISES
FIL O C T E TO ,
Solo
ANDR
GIDE
u l is e s ,
entrando y viendo a
f il o c t e t o
viva
ri.iss, solo
Se acerca a Filocteto, inclinndose
FILOCTETO
solo
Y
ahora, adis, duro Filocteto. Me has despre
ciado mucho? Ah, me gustara saberlo!. . . Q ue
rra que l supiera que lo encuentro ad m irab le. ..
y q u e . . . gracias a l, venceremos.
neoptolem o
Ulises!
ULISES
Aqu estoy.
Sale.
ANDR
GIDE
murmura calmosamente
BETHSAB
a la seora
L
u c ie
elarue
-M
ardrus
ESCENA I
erdotales,
DAVID
... A n el hombre robusto cede, y an el joven
vacila.
Pero aquel que se confa a D ios. . .
jo a b en Ira
Vienes demasiado pronto, Joab; 110 lie acabado mi
plegaria.
Cllate. Dnde estab a?... A h !...
Este no vacilar tanto.
Dios dar fuerzas al fatigado;
Las alas le brotarn como a las guilas.
Antes haba colocado:
Sus alas brotarn como las d e . . .
Pero: le brotarn como a las guilas
ANDR
GIDE
No te vayas.
El rey permanece silencioso un m o
mento.
x i6
BETHSAB
queda mejor.
Qu deseas?
JO AB
El H etiano ha vuelto.
DAVID
Puede s e r . ..
D
a v id
A N D R
GIDE
BETHSAB
A N D R
G I D E
B E T H SAB
ANDR
GIDE
DAVID
No viene?. . .
SERVIDOR
ESCENA II
DAVID, JO A B
BETHSAB
Y al llegar su mujer,
(Se llama Bethsab)
Inclinada, llen mi copa.
No la haba reconocido.
Y al principio tampoco reconoc el jardn.
Vestida as, ella me pareca ms hermosa.
La ola oscura de sus cabellos
Semejaba palpitar en su derredor.
Su cara desconocida s o n re a ...
Mas el jardn, Joab! Qu podra decir del jardn?
No era ya parecido al de la m aana
Plena de brumas;
Era un lugar d iscre to ... Beb esa copa de vino.
Muchos vinos he bebido, joab, pero de ese vino
Creo que tena sed desde hace mucho tiempo;
Entraba en m cual dicha profunda;
Llenaba mi corazn como dulce acogimiento de
plegarias.
Rejuveneca la fuerza de mis lomos.
Bethsab sonrea; el jardn se inundaba de luz.
T odo resplandeca con el amor y la dicha de Urie.
T ves, rey David, toda mi dicha;
Es muy simple dijo l.
Se afirma en el hueco de un jardn;
Se afirma en u n hueco de las murallas
De tu palacio.
Contra el fro y el viento, tu palacio me protege
An sin s a b e rlo ...
Yo, el ms nfimo de tus hombres,
G ran rey David, qu soy delante de t?
Contra los filisteos tu fuerza me protege, le dije;
Y delante de Dios, dime, hetiano, qu soy yo?
No obstante, te conozco; t, uno de los ms
123
ANDR
GIDE
BETHSAB
A N D R
G I D E
Y Bethsab, seor?
DAVID
BETHSAB
m
;
%
*
ESCENA / / /
Igual sala del palacio.
El rey D avid est solo , en la noche.
ANDR
GIDE
BETHSAB
ANDR
GIDE
S, eres t.
Al fin! T e esperaba tanto como a el alba.
Vuelves de Rabba? Ha vuelto contigo el Hetiano?
Tom aron la ciudad? No. Si no me lo hubieras
dicho sin ms.
Qu habis hecho all lejos? Has seguido todas
mis rdenes?
No te haba d ic h o ... Urie se aline entre los
valientes;
Valeroso entre todos, deba estar en primera f i l a . . .
Callas. . . Lo hiciste acercar demasiado de las
murallas?
130
BETHSAB
FIN
EL REGRESO
D EL H IJO P R D IG O
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y
EL H IJO PR D IG O
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ANDR
GIDE
EL
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REGRESO
DEL
HIJO
PRDIGO
IJ9
ANDR
GIDE
EL
REGRESO
DEL
HIJO
PRDIGO
ANDR
GIDE
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D R
GIDE
EL
REGRESO
DEL
HIJO
PRDIGO
A poc., III.
ANDR'
GIDE
LA MADRE
ANDR
GIDE
EL
REGRESO
DEL
HIJO
PRDIGO
ANDR
GIDE
EL
REGRESO
DEL
HIJO
PRDIGO
DILOGO CON EL H ER M A N O M EN O R
ANDR
GIDE
EL
REGRESO
DEL
HIJO
PRDIGO
A X D R
GIDE
EL
REGRESO
DEL
HIJO
PRDIGO
A N D R
G I D E
Qu quieres decir?
Dud de todo, de m mismo; quise detenerme,
atarm e en fin a algo; la comodidad que me prom e
ta ese amo me t e n t ... s, lo comprendo ahora;
fracas.
i \ |!.
El prdigo baja la cabeza y esconde su m irada
entre sus manos.
Pero al principio?
H aba caminado largo tiempo a travs de la
inmensa tierra indm ita.
El desierto?
No era siempre el desierto.
Qu buscabas all?
Yo mismo no lo comprendo.
Levntate de la cama. Mira, en la mesa, a mi
cabecera, all, ju n to al libro roto.
Veo una granada abierta.
Me la trajo el porquero la otra noche, luego
de tres das de ausencia.
Es una granada salvaje.
Lo s; y de una acritud horrible; no obstante,
si tuviera suficientemente sed, la mordera.
Ah!, puedo decrtelo ahora: esa sed busqu en
el desierto.
U na sed que slo este fruto amargo sa c ia ...
Pero hace am ar esta sed.
Sabes dnde cojerla?
En un huertecillo abandonado, donde se llega
antes del anochecer. N ingn m uro lo separa del
desierto. All corra u n arroyo; algunos frutos, semimaduros, pendan de las ramas.
Qu frutos?
Los mismos de nuestro jardn; pero salvajes.
160
EL
REGRESO
DEL
HIJO
PRDIGO
161