Hipnosis y Terapias Hipnoticas
Hipnosis y Terapias Hipnoticas
Hipnosis y Terapias Hipnoticas
Watzlawick
HIPNOSIS
Y TERAPIAS _
HIPNTICAS
Una gua que desvela
el verdadero poder de la hipnosis
ndice
Prlogo ............................................................
Captulo 1 - Del sueo mgico a la Nueva
Hipnosis .......................................................
Introduccin histrica ......................................
Del sueo mgico al magnetismo ............
Del magnetismo a la psicoterapia hipntica .
Milton 11. Erickson y los fundamentos de la
nueva hipnosis .........................................
El nuevo concepto del trance ......................
El cambio en el rol del hipnotizador ...........
El rapport ....................................................
La hipnosis ericksoniana y el cambio del
setting de la psicoterapia ........................
El nuevo concepto de la resistencia y la
neutralidad del terapeuta ........................
La relacin tcnica/proceso.........................
El verdadero inters por la persona ............
Captulo 2 - Induccin hipntica ....... ..: ............
Hipnosis tradicional ..........................................
Caractersticas del trance ..................................
La fenomenologa de la hipnosis.......................
Alteracin de la atencin .............................
Variaciones de intensidad ...........................
Disociacin .................................................
Cambios en la sensibilidad ...........................
Mtodos indirectos ............................................
El yes set .................................................
Las rdenes integradas .................................
Las afirmaciones de disociacin ..................
El causativo implcito...................................
El modelo ARE ................................................
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La absorcin .....................................................
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Estrategias adicionales de absorcin ...........
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- El lenguaje de la hipnosis ............................
Ratificacin .................................................
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Estimulacin ................................................
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Captulo 3 - Hipnosis indirecta: tcnicas y
estrategias ....................................................
La observacin ..................................................
Utilizar los recursos ..........................................
Crear las condiciones favorables al cambio ....
La induccin y el proceso hipntico .................
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Prlogo
Giorgio Nardone
La hipnosis disfruta desde siempre de una fama peligrosa: en el mejor de los
casos ha sido considerada sinnimo de manipulacin, prdida de control,
alteracin de la voluntad, y en el peor una experiencia sobrenatural, incluso
esotrica. Sin embargo, pocos conocen la historia del concepto cientfico y
poqusimos saben que, en realidad. la hipnosis es una experiencia repetida en la
vida de los seres humanos: un estado de alteracin de las percepciones y de la
conciencia que, en distintos niveles de intensidad, acompaa constantemente
nuestra relacin con la realidad circundante. No es un estado que alguien nos
impone desde fuera, sino un efecto de nuestras caractersticas psicolgicas y
fisiolgicas.
Sin ser conscientes de ello, en la vida cotidiana pasamos continuamente a
travs de estados de sugestin, si no de trance real. Esto no significa que seamos
vctimas de fenmenos psicofisiolgicos inconscientes, sino que, de vez en
cuando, y de forma totalmente natural, entramos en un estado alterado de
conciencia atenta que nos hace ms capaces de gestionar nuestras reacciones en
la realidad circundante. Por ejemplo, le ha sucedido a cualquiera que use a
menudo el coche, el llegar a su destino, al final de un viaje, sin recordar lo ms
mnimo el recorrido realizado, pero sintindose del todo lcido y totalmente
relajado. Es ms, quizs le habr sucedido que mientras conduca, en este estado
de trance natural, la reaccin ante un evento imprevisto haya sido ms rpida y
eficaz de lo que hubiera sido en un estado normal de vigilia. Bien, son stos los
modos en los que se entreteje la hipnosis en la experiencia cotidiana, ampliando
nuestras capacidades de percepcin y relacin frente, a la realidad, ya sea interior
o exterior. Reconocerla como fenmeno natural es el primer paso para despejar el
campo de mitologas, de prejuicios y de supersticiones que hacer que sea
considerada errneamente como un instrumento de manipulacin, fascinante pero
peligroso.
Precisamente porque se trata de un evento del todo comn, si se utiliza bien la
hipnosis puede tener efectos extraordinarios; de stos trataremos en los artculos
que siguen. Tras haber recapitulado el recorrido histrico y cientfico del concepto
de hipnosis y haber examinado sus caractersticas, pasaremos a considerar los
usos especficamente teraputicos.
Como veremos, cada fenmeno hipntico es en realidad autohipntico: un
trance puede inducirse en cuanto la propia persona se lo induce, y el rol del
hipnotizador es nicamente el de facilitar un proceso que es, de por s,
autosugestivo. Desde el punto de vista de la comunicacin no existe manipulacin
por parte del hipnotizador, pero s que desarrolla ms bien una forma de
Captulo 1
Del sueo mgico a la Nueva Hipnosis
Camillo Loriedo1
Introduccin histrica
Del sueo mgico al magnetismo
La utilizacin de la hipnosis para el tratamiento de problemas y del sufrimiento
humano es probablemente tan antiguo como la historia de los intentos del hombre
por curar a sus semejantes (Watkins, 1987). Aunque con formas y nombres
diferentes, la hipnosis era conocida tambin por los ms antiguos pueblos
primitivos, que la utilizaban como objetivo no nicamente teraputico, sino tambin
adivinatorio: los fenmenos de la hipnosis ledos como dones o poderes de lo
divino y aplicados en las situaciones ms dispares a travs del profeta, del
chamn o del mdico sacerdote. En las antiguas civilizaciones mediterrneas la
utilizacin teraputica de la hipnosis se describe como sueo mgico por los
egipcios, los griegos y los romanos.
En general, el origen del desarrollo de la moderna hipnosis, y tambin el de la
psicoterapia, se vincula a la obra del mdico vienes Antn Mesmer (a partir de
1775), pero tenemos indicios y conocimientos suficientes para afirmar que toda
forma de civilizacin ha desarrollado formas de terapia que hoy no dudaramos en
definir como hipnticas.
Por lo que respecta a los pueblos primitivos, como tambin en las antiguas
civilizaciones tibetanas, australianas, indias cuyos ritos de curacin han sido
descritos y documentados (Ellenberger, 1976), se puede deducir con suficiente
certeza que los principales factores de curacin eran la capacidad sugestiva y la
capacidad de activar representaciones fantsticas, que el curandero o sacerdote
lograba inducir en el creyente/paciente.
Wang Tai, fundador de la medicina china (s. XX, a.C.), enseaba a sus
seguidores una tcnica teraputica que utilizaba el encantamiento y el paso de las
manos sobre el cuerpo del paciente.
En el Antiguo Testamento y a menudo en los Evangelios se hace referencia a
casos de curacin obtenidos limitndose a pasar las manos sobre la parte enferma
(el toque real) o con la mirada, el mismo mtodo utilizado para hacer profecas
(Pavesi y Mosconi, 1974; Gravitz, 1991;Watkins, 1987).
1
Siguiendo el principio del baquet, otro gran estudioso del magnetismo, Arnand
Marie Jacques De Chastener, marqus de Puysgur (17511825), magnetiz un
gran rbol situado en la plaza mayor del pueblo. Bajo la copa del rbol se reunan
diferentes personas que, siguiendo sus instrucciones, lograban un estado de crisis
que se caracterizaba por la tranquilidad y el silencio.
En mayo de 1784, De Chastener hizo una observacin destinada a revolucionar
el concepto mismo del magnetismo animal: se dio cuenta de que una trabajador
suyo afectado de un problema pulmonar, Vctor Race, mientras era magnetizado,
presento una crisis de carcter inslito, en la que no se manifestaban las
habituales convulsiones o las implosiones descoordinadas de movimientos, sino
un extrao sueo en el que se mostraba ms vigilante y atento de lo que estaba
en estado de vigilia.
En este estado, aunque la persona pareca profundamente dormida, era capaz
de seguirlas indicaciones del magnetizador, hablaba en voz alta con gran
seguridad y pareca disponer de mayores informaciones e inteligencia de la que
demostraba normalmente. Adems, una vez fuera de este estado inducido, no
recordaba lo sucedido fenmeno que hoy se define corno amnesia poshipntica.
Puesto que el comportamiento se pareca en algunos aspectos al sonambulismo.
Puysgur lo denomin sonambulismo artificial.
Puysgur se dio cuenta de que en este estado, indicado tambin con el nombre
de crisis perfecta, la persona sonmbula estaba dispuesta a hablar de forma
espontnea de las cosas que hacan referencia a ella, tras lo cual se senta ms
aliviado y prestaba ms atencin a las opiniones que el magnetizador expresaba
en el curso de, podramos decir ahora, la sesin psicoteraputica.
De Chastener se detuvo, adems, sobre la que le pareca una especie de
dependencia infantil del paciente con el terapeuta. Su enfoque, que hoy
definiramos de tipo regresivo, tena por objeto reproducir la relacin madre-hijo,
con el fin de interrumpir, gracias a la sucesiva intervencin teraputica, la
tendencia a la dependencia propia de la persona. Tambin esta intuicin puede
considerarse una anticipacin del concepto de transfert y de sus posibles
implicaciones teraputicas.
Los estudios de Puysgur y de sus seguidores permitieron determinar algunas
caractersticas psquicas del estado hipntico de tipo sonamblico: la capacidad
de volver a evocar recuerdos y detalles que parecan olvidados (hipermenesia); la
amnesia postsonamblica, que permita olvidar todo lo sucedido en el curso de la
experiencia hipntica; la regresin de la edad, que permita revivir, con fuerte
intensidad emocional, experiencias precoces de la persona.
Al contrario de Mesmer, Puysgur no crea del todo necesario el fluido como
mediador fsico en la relacin entre la persona y el magnetizador; segn l, para
obtener el resultado teraputico eran fundamentales, en cambio, la intencin del
magnetizador y La voluntad de curacin de la persona (Gulotta, 1980, pp. 2425).
Erickson no aceptaba el nfasis puesto por Hull en la figura del hipnotizador, cuyo
papel ste consideraba preeminente, y en el valor de la adopcin sistemtica de
tcnicas de induccin estandarizadas para utilizar en la investigacin de
laboratorio. Erickson, en cambio, atribua una importancia determinante al
complejo proceso interno que se desarrollaba en la necesidad de adaptar
(tayloring) los mtodos inductivos a las caractersticas individuales de cada uno.
Milton H. Erickson y los fundamentos de la nueva hipnosis
El concepto ericksoniano del estado de trance introduce una profunda
innovacin, e igualmente innovador es el modo en que Erickson ha modificado el
proceso teraputico y las tcnicas utilizadas tradicionalmente por los
hipnotizadores antes que l. Esta revolucin de la perspectiva hipntica ha
inducido a Daniel Araoz (1985) a definir el modelo ericksoniano como nueva
hipnosis y numerosos autores han reconocido esta definicin (Loriedo, 1999).
El nuevo concepto del trance
Como hemos visto, el estado de trance es considerado por Erickson un estado
natural, que se verifica espontneamente en diferentes momentos de la vida diaria
(common everyday trance), y que puede ser inducida artificialmente por el
hipnotizador, con igual naturalidad y en pleno respeto de las exigencias y las
capacidades de la persona.
Desde sus primeras investigaciones, Erickson no conceba el trance ligado a
tcnicas particulares hipnticas o a sugerencias para su induccin, sino como un
estado obtenible en condiciones muy similares a las que se instauraban de forma
natural cuando se desarrollan ciertas tareas. Pero, sobre todo, la adquisicin de
este estado, que hasta poco tiempo antes se encomendaba exclusivamente a la
aparicin de determinados fenmenos que constituan la seal del trance (y
cuya ausencia indicaba, por tanto, ausencia de trance), para Erickson se basa, en
cambio, en una particular modalidad de actuacin de determinadas tareas.
El estado de consciencia hipntico se considera, pues, muy diferente al sueo
y, al contrario, estrechamente contiguo al de vigilia; tanto que, en algunos casos,
resulta difcil distinguir claramente entre las dos condiciones (Edelstein,1982).
Otra importante diferencia: en la nueva hipnosis, al contrario que en la hipnosis
tradicional, ya no se consideran necesarios para identificar el estado de trance las
seales de relajacin fsica y mental, la desaceleracin en las respuestas, la
amnesia por la experiencia hipntica y la sensacin de prdida ms o menos
completa del control consciente. Sin estos factores, una vez considerados tpicos
de la experiencia hipntica, el trance se acerca an ms afectado de vigilia,
confirmndose como un estado fisiolgico del organismo.
La distincin entre esas dos condiciones no se hace menos valorable, se
convierte en ms sutil, nicamente gracias a pequeos detalles (minimal cues),
El rapport
La relacin hipntica es tan exclusiva que merece una denominacin especfica:
rapport.
Erickson define el rapport de este modo:
El estado en el cual la persona responde slo al hipnotizador y parece incapaz de or,
ver, percibir o responder a nada, a menos de que reciba la orden suya. En la prctica, la
concentracin y la consciencia de la persona estn dirigidas nicamente al hipnotizador y
a cuanto el hipnotizador desea insertar en la situacin de trance, con el efecto de disociar
a la persona misma de cualquier otra cosa (1984, p. 36),
La relacin tcnica/proceso
Las tcnicas de Erickson, ya sea las formalmente hipnticas o las que lo son sin
parecerlo, son, desde luego, la parte ms conocida de su trabajo, no slo porque
son innovadoras, sino porque tienen amplias posibilidades de uso, en la hipnosis o
en otros enfoques psicoteraputicos. Sin embargo, el inters suscitado por la
tcnica de la confusin, por la tcnica de la diseminacin y por las otras
numerosas tcnicas inventadas por Erickson han dejado en segundo piano su
atencin al Gestalt total de la terapia, al proceso teraputico considerado tanto en
su conjunto como en las diferentes fases que lo componen.
Un conocimiento ms atento de la obra de Erickson, que se base sobre sus
mismas descripciones de las intervenciones ms que sobre las ancdotas no
siempre fiables de algunos de sus entusiastas seguidores, puede permitir entender
esta atencin suya a la evolucin del caso entero, antes que a los instrumentos
teraputicos utilizados.
El tiempo dedicado a la observacin del paciente, el desarrollo de una slida
relacin teraputica, la paciente y meticulosa preparacin de la induccin
estrechamente ligada a la propia terapia, la cuidada observacin de los fenmenos
del trance y la utilizacin teraputica de los comportamientos individuales, el
cuidado dedicado a la fase del despertar y el mantenimiento del rol teraputico
hasta el momento de la despedida, testimonian esta capacidad no comn de
seguir constantemente la marcha del proceso teraputico en todas sus fases, y de
dirigirlo con gran maestra. Al mismo tiempo es evidente que la hipnoterapia
Ericksoniana est continuamente puesta al servicio de la persona que la recibe y
se lleva a cabo en armona con la evolucin personal que sta atraviesa en el
tiempo.
apremia: Para poderse unir a usted en esta situacin?, pero Erickson le rebate
con conviccin: No, para hacerle entender que de verdad me interesaba.
De hecho, estas cuatro categoras no son del todo exhaustivas. En efecto, los
pacientes que han estado bajo hipnosis relatan a menudo vivencias de otro tipo,
como por ejemplo una sensacin suspendida entre experiencia mstica e
irrealidad.
Por otra parte, un factor adicional de trance es el condicionamiento social que
atae a la definicin misma de la situacin como hipntica (Barber, 1969), que
puede influenciar el modo en que la persona hipnotizada acoge las sugerencias
del hipnotizador.
Los cuatro factores destacados arriba son, de todas formas, predominantes y
pueden ser considerados como la fenomenologa primaria de la hipnosis; todos los
dems son factores secundarios. Las caractersticas primarias y secundarias de
una experiencia hipntica dependern de la interaccin entre las tendencias del
paciente y las del hipnotizador.
Para construir la induccin ms eficaz el clnico debe coger la fenomenologa
hipntica propia del paciente, articulada en las cuatro caractersticas
fenomenolgicas primarias.
Alteracin de la atencin
En la hipnosis, la atencin de la persona se altera habitualmente de dos
maneras: se dirige hacia el interior y se concentra.
Sera ms apropiado hablar en plural, de alteraciones de la atencin, porque
en algunas situaciones clnicas la hipnosis puede tener mayor eficacia estimulando
una atencin difusa y exterior. Sin embargo, el tema nos llevara demasiado lejos,
y adems la mayora de los pacientes entrevistados, cuando habla del propio
proceso ce atencin en hipnosis, describe explcitamente su propia atencin como
dirigida hacia el interior, y ms bien concentrada que imprecisa.
Variaciones de intensidad
Hay dos direcciones en las que la intensidad de las percepciones puede ser
alterada se puede aumentar o bien disminuir.
Pacientes con experiencia en hipnosis refieren a menudo percepciones ms
vividas, como por ejemplo una profunda sensacin de relajacin u otras
experiencias sensoriales fuertes, entre las cuales destacan cambios en la
percepcin tctil, visual, auditiva, propioceptiva y en los sentidos qumicos del
gusto y del olfato. Las sensaciones del cuerpo pueden ser ms vivas y tambin los
sonidos, la percepcin del tiempo que pasa, etctera.
Por otra parte, los pacientes hipnotizados explican a veces una remarcable
ausencia de experiencia en cada esfera sensorial. Un paciente puede explicar que
Disociacin
Dos son los aspectos de la disociacin: la sensacin de estar al mismo tiempo
dentro de y fuera de una experiencia, y la sensacin de que sta sucede
de forma automtica. Es comn que pacientes hipnotizados relaten: distaba aqu
en el despacho, pero en realidad estaba en otro lugar, absorto en mis fantasas.
La automaticidad de una experiencia puede ser mental adems de fsica:
imgenes o recuerdos pueden presentarse exactamente como puede suceder
con los movimientos, como en el caso de la levitacin de un brazo.
Cambios en la sensibilidad
Los pacientes en estado de hipnosis reaccionan comnmente tambin a las
sugestiones ms leves la alusin y la implicacin.A este tipo de
comportamiento se le ha dado el nombre de sensibilidad a sugerencias
mnimas. Por ejemplo, si el hipnotizador propone: Durante el trance puede
suceder que la cabeza se mueva hacia delante, el paciente en estado de
hipnosis por accin de la sugestin podra como toda respuesta mover la cabeza
hacia delante.
Adems, los pacientes en estado de hipnosis activan a menudo una intensa
bsqueda del significado, yendo a localizar en la conminacin del hipnotizador
significados profundos ligados a su propia vida interior y a su experiencia. Si por
ejemplo el terapeuta cuenta una historia ambigua, las personas en estado de.
.hipnosis tienden a personalizarla ms de lo que haran en estado de vigilia.
Es difcil conocer para cada paciente la fenomenologa especfica capaz de
conducirlo a decir estoy hipnotizado. Se puede considerar que si en una
situacin hipntica el paciente refiere fenmenos relativos a las cuatro
caractersticas primarias, ste estar de acuerdo en haber alcanzado el estado de
hipnosis. Algunos pacientes afirman, sin embargo, haber alcanzado el trance
hipntico aun habiendo experimentado solamente un fenmeno individual, por
ejemplo la concentracin de la atencin hacia el interior. El arte del hipnotizador
es, entre otras cosas, el de coger las caractersticas fenomenolgicas apropiadas
que en un paciente determinado indican la existencia de un trance. Como ya se ha
Mtodos indirectos
La importancia fundamental de los mtodos indirectos para la hipnosis es
particularmente evidente en relacin con el rea de la fenomenologa. Las dos
primeras categoras de fenmenos, alteraciones de la atencin, variaciones de
intensidad, pueden ser evocadas mediante la sugestin directa. Para la
disociacin y la sensibilidad a mnimas sugerencias, en cambio, la sugestin
indirecta es ms eficaz. No se puede decir al paciente levanta una mano y
esperar el movimiento involuntario. Se necesita un cierto grado de no directividad
para provocar el automatismo.
Al construir la sensibilidad, el hipnotizador puede utilizar la sugestin directa
cierra los ojos. Sin embargo, para favorecer respuestas a sugerencias
mnimas durante el proceso de estimulacin hipntica, han de darse sugestiones
cada vez ms indirectas, espaciando rdenes integradas, como Tu puedes...
levanta la mano, con la narracin de ancdotas que tengan que ver con el acto
de levantar la mano, como el estudiante que hace una pregunta en clase o el nio
que quiere una galleta, levantadas por una creencia, hasta que se obtiene la
respuesta de la levitacin del brazo.
Las sugestiones indirectas refuerzan el trance precisamente porque hacen ms
fcil la obtencin de los fenmenos deseados. Erickson cre un muestrario de
sugestiones indirectas, y sus colaboradores, como Rossi (1976) han categorizado
los tipos de sugestin indirecta que ste adopt. Citamos cuatro ejemplos de
sugestin indirecta dirigidas a inducir una respuesta fenomenolgica especfica;
consideraremos detalladamente su estructura y su valencia especfica dentro del
proceso de induccin.
El yes set
La rdenes integradas
Las afirmaciones de disociacin
El causativo implcito
El yes set
El yes set se construye formulando una secuencia de verdades evidentes,
por ejemplo:
T puedes or los sonidos del exterior
T puedes escuchar mi voz
T puedes sentir tu propia respiracin
Y puedes notar cmo cambian los sonidos cuando te concentras dentro de ti
Este mtodo de sugestin indirecta est particularmente indicado para estimular
respuestas de fenmenos de atencin guiada. En el ejemplo citado, el yes set
gua la atencin a la esfera auditiva, progresivamente de la realidad exterior a la
interior.
El causativo implcito
El causativo implcito es el nexo lgico contenido en frases con esta estructura:
cuando X entonces Y, donde X puede ser un comportamiento e Y un estado, o
viceversa; por ejemplo, cuando respires profundamente, entonces podrs entrar
en trance, o cuando t entres en trance, podrs respirar profundamente. El
causativo implcito se utiliza para activar la sensibilidad, una de las cuatro
caractersticas fenomenolgicas primarias.
Estos cuatro ejemplos de sugestin indirecta representan de cualquier manera
el lenguaje de la hipnosis y pasan a formar parte de la induccin como material
til para producir los fenmenos deseados. Por otra parte, las sugestiones
indirectas actan tambin en la induccin multinivel, activando en el paciente la
bsqueda de significados personales.
Examinemos ahora la estructura de la induccin usada en la Fundacin
Erickson, para entender mejor cmo se utiliza el lenguaje de la hipnosis.
El modelo ARE
En el mbito del programa de entrenamiento intensivo de la Fundacin M.
Erickson, Bent Geary y yo hemos desarrollado un modelo general ericksoniano.
Enseamos un procedimiento en tres fases mediante el cual se pone el material
hipntico en la escena del paciente. Hemos llamado a este procedimiento de
induccin modelo ARE: A de absorber, R de ratificar y E de elicitar.
Los terapeutas pueden utilizar el modelo ARE en secuencia. La absorcin (o
implicacin) es estimulada gracias a tcnicas especializadas, muchas de ellas
indirectas. La ratificacin se realiza de un modo ms directo. La estimulacin
tambin es indirecta.
La absorcin
Por lo que respecta a la absorcin tenemos que tratar con estrategias y con
tcnicas. Un posible recurso consiste en implicar al paciente en una, sensacin o
percepcin, un fenmeno hipntico, una fantasa o una memoria Un clnico
experto no dejar a la casualidad la eleccin de un recurso de la absorcin, sino
que lo seleccionar a partir de las caractersticas del paciente, del objetivo a
alcanzar, del tipo de induccin y de la terapia. La eleccin de los recursos de la
induccin, sin embargo, va ms all del objeto de este captulo.
Para estimular la absorcin existen numerosas tcnicas primarias y
secundarias. Las tcnicas primarias incluyen la utilizacin del tiempo presente, la
Ratificacin
Durante la fase de ratificacin, el hipnotizador utiliza una serie de simples frases
declarativas para ratificar el trance recapitulando los cambios producidos en el
paciente desde el inicio del proceso de estimulacin. Se nota que en la fase de
ratificacin el hipnotizador no describe ms posibilidades, sino hechos. Por
ejemplo, puede decir:
Captulo 3
Hipnosis indirecta: tcnicas y estrategias.
La descripcin de una sesin: de las
fases del proceso hipntico a la
construccin del rapport
Camillo Loriedo2
Lo que Erickson haca era construir ia terapia paso a paso, as que cuando llegaba al punto en
el que el paciente estaba preparado para cambiar, esto era sencillamente lo ltimo de una serie de
peldaos ya dispuestos previamente
(E. Rossi)
Las fases del proceso hipntico, a travs dejas cuales se puede inducir un
trance, segn los autores que las han descrito, son uas doce o trece. Sin
embargo, segn el modelo ericksoniano, para guiar el proceso un hipnotizador
lleva a cabo esencialmente tres pasos: observar para identificar las minimal
cues y los recursos de la persona, utilizar los recursos y, finalmente, crear las
condiciones favorables para que, el cambio se manifieste.
En la demostracin que sigue hemos intentado identificar las trece fases del
proceso hipntico y, en la medida de lo posible, tambin estos tres pasos. En
algunos puntos, un observador atento podra identificar igualmente los puntos
destacados, a travs de los cuales la persona traslada gradualmente su atencin
de la realidad fctica a la hipntica y entra en hipnosis.
Lo que vamos a describir no es una intervencin teraputica, sino una
demostracin. A pesar de que la diferencia entre los dos tipos de hipnosis (y de
implicacin teraputica) es enorme, en la aplicacin demostrativa, de todas
formas, han de quedar intactos los principios fundamentales del enfoque
ericksoniano. Uno de ellos es dejar la iniciativa en manos del paciente; el proceso
hipntico ha de estar constantemente guiado por una cuidadosa observacin del
paciente y, por lo tanto, por una actitud de gran esfuerzo personal por parte del
hipnotizador. Un tercer principio, fundamental tambin en el caso de una sencilla
demostracin es la atenta proteccin de la, persona respecto a riesgos que una
era profundo, pero en una forma que permita continuar mirando en una direccin
especfica, para mantener la certeza de que no sucedera nada indeseable a la
hermana menor.
Quisiera tambin hacerles notar que Z presenta otro, fenmeno, que para los
que estn ms lejos ser difcil de observar. En los ojos de Z se puede notar un
abundante lagrimeo que no produce llanto, pero los vuelve particularmente
lcidos. Se trata de otra seal indirecta de la presencia del trance, as como lo es
el enrojecimiento de la esclertica. Cuando la persona presenta un enrojecimiento
de la esclertica que persiste durante algunos minutos sin producir sensaciones
apreciables de molestia, podemos deducir tranquilamente que est en trance. En
este punto, podran preguntarme si las seales de que disponemos son suficientes
para poder intervenir. Ahora puedo responder que s sin dudarlo mucho, porque
hemos extrado informaciones suficientes para trabajar con nuestra persona en
hipnosis. Sin embargo, dado que la persona ha adelantado una demanda
especfica, quizs podramos hacer alguna cosa ms...
[Se dirige de nuevo a la persona] Ha estado ya en hipnosis antes de esta vez?
PERSONA: Ayer durante la clase.
L: [Dirigindose otra vez al auditorio] sta es otra pregunta que comporta una
ilusin de alternativas implcita. Has tenido ya una experiencia de hipnosis antes
de sta? quiere decir que sta ya es una experiencia hipntica.
[Hablando de nuevo a Z] Por lo tanto, cmo entraste ayer en hipnosis?
PERSONA: No s ni tan siquiera cmo lo hice.
L: T misma no sabes explicar cmo sucedi...
PERSONA: Fue una experiencia que fluctuaba...
L: Algo que fluctuaba... Te gustara volver a conectarte con aquella
experiencia o partir de algo completamente nuevo?
PERSONA: No, quisiera partir de algo completamente nuevo.
L: Adnde te gustara ir?
PERSONA: Arriba...
En la hipnosis tradicional la Fase V, que consiste en la concentracin de la
atencin, se obtiene por lo general mediante la fijacin de la mirada en un punto o
en un objeto. Al mantener suficientemente la atencin en una nica direccin se
puede, pues, obtener el paso gradual hacia el monoideismo que comporta la
instauracin del estado de trance.
En la hipnosis indirecta la fijacin de un objeto o de un punto sustituida por la
concentracin de la atencin en una idea o en un concepto abstracto, que se
puede obtener tambin sin la indicacin explcita del hipnotizador, pero sobre todo
escogiendo un tema de particular inters para el paciente y tratndolo
extensamente dentro de una conversacin informal.
En la situacin que estamos describiendo, la atencin de la persona ya ha sido
fijada en la fase inicial de la demostracin, a travs de una larga digresin
Captulo 4
Una pequea magia: dejar
De fumar con la hipnosis
Paul Watzlawick
Giorgio Nardone
sta es la transcripcin literal de la demostracin de una tcnica especfica de
hipnoterapia, efectuada por Paul Watzlawick durante una conferencia. Los
comentarios de la fase del tratamiento y de las maniobras par ticulares son de
Giorgio Nardone.
Creemos que este ejemplo ilustra mejor que una disertacin las caractersticas
de una intervencin hipntica y estratgica sobre un problema tan difundido y a
menudo difcil de resolver.
Fase I: preparacin a la induccin hipntica y entrevista estratgica relativa al
problema y a su persistencia.
[El paciente se estira en el divn. El profesor Watzlawick est sentado a su lado
en una silla]
w: Podemos comenzar, verdad? Cunto tiempo hace que fuma?
P: Catorce aos.
w: Catorce aos. Y qu es lo que ha hecho hasta ahora para dejarlo?
P: LO he intentado con los parches, luego me han dado pastillas, que he de
tomar hasta seis, siete al da y luego... nada.
w: [Re]
P: He intentado... Me han dado una medallita para poner encima de la
fotografa... pero... [Re],
w: [Re]
P: Me han dado una medalla... un piano terapeuta... para que tenga encima de
la fotografa... la ma...
w: Eh?
P: Pero nada. Fumo dos paquetes de cigarrillos al da.
w: Dos paquetes?
P: S, dos.
w: Por qu quiere acabar, terminar... dejarlo, ahora?
P: Porque al haber dejado de hacer una actividad deportiva, me doy cuenta de
que tengo... es decir, me siento incmodo, al hacer tambin un poco de deporte
liviano me encuentro enseguida con dificultades. Por la noche tengo a menudo
P: No.
W: Explqueme brevemente cmo ve usted este fenmeno.
P: Bah, he venido aqu aconsejado por el profesor Nardone. Me ha dicho que
me ayudara a resolver este problema. He venido consciente de conseguir dar
este paso, ya que es la primera experiencia de hipnosis, por tanto, no s como
reaccionar. Esto no lo s...
W: Tampoco lo s yo.
P: Espero de todo corazn que funcione [mueve la cabeza].
Con un rpido intercambio, Paul crea una comunicacin ambivalente respecto a
los posibles resultados de la intervencin; de este modo moviliza la colaboracin
activa del paciente, aumentando las expectativas precisamente gracias a un
aparente escepticismo.
Fase III: induccin al trance hipntico
W: Est cmodo?
P: S, s.
W: Uno de los errores ms comunes es pensar que la hipnosis es un fenmeno
provocado solamente por el hipnotizador... pero no es as. El hipnotizador no tiene
una fuerza capaz de cambiar el comportamiento de una persona... No, toda
hipnosis es autohipnosis, soy yo quien la hace, no l. Esto es importante porque
muchsimas personas, repito, creen que el hipnotizador es un gur que tiene
fuerzas, poderes especficos o fantsticos. Yo no tengo nada de todo esto. Creo
que la tarea del hipnotizador es precisamente la de demostrar cmo se puede
producir un estado de autohipnosis. Bien, entonces, me gustara empezar. [Habla
muy lentamente y espera que el paciente cumpla las indicaciones]. Quisiera que
usted pusiera los ojos lo ms arriba posible y, dejndolos all arriba, los cerrara
lentamente. Muy lentamente, cerrar, cerrar... Y ahora respire profundamente una
vez por la nariz, retngala un poco y luego relaje los ojos y respire normalmente.
Muy bien. Y con esto ya ha alcanzado un estado de relajacin. Empezamos por la
cabeza, permita que todos los msculos de la cabeza se relajen gradualmente, por
favor, tmese todo el tiempo que necesite. Gradualmente permita que esta
sensacin de relajacin, de gran, gran relajacin, contine hacia abajo, y entre
tambin en los hombros y baje a los brazos, hasta llegar a la punta de los dedos y
luego deje salir las tensiones a travs de las manos. Despus, contina
relajndose... ms... ms... todava... todava... gradualmente ms... ms... y deje
que esta sensacin agradable contine a travs de las rodillas, los pies, y cuando
llegue a los pies, por favor, sin ninguna prisa, cuando llegue a los pies, permita
que... la ltima tensin vaya hasta la punta de los pies y de all salga por completo
del cuerpo, de las suelas de los zapatos... muy bien. Y ahora por favor, con esta
fuerza de autohipnosis que t ya demuestras, por favor, imagina que la mano
este ejercicio y cuando llegue al punto donde est ahora, repetir tres frases:
Para mi cuerpo, no para m, para mi cuerpo fumar es veneno; Necesito mi
cuerpo para disfrutar de la vida; Le debo a mi cuerpo este respeto y esta
proteccin. Esto es todo lo que tiene que hacer. Esto durar menos de diez
minutos y lo repetir varias veces al da. Y despus, al acabar estas... de repetir
en su cabeza estas tres frases, estas tres... s... que le acabo de decir, usted
despus har un pequeo movimiento con su mano izquierda: arriba y abajo...
depende... a la izquierda a la derecha... no importa... es su sensacin habitual de
la mano izquierda, del brazo izquierdo... volver abajo, y usted abrir los ojos...
esperamos hasta que sea ligero este... y este es el final, el final de este ejercicio
autohipntico [el paciente baja lentamente el brazo]... bien, bien. Puede abrir los
ojos. Cmo se siente? [El paciente al abrir los ojos realiza una serie de
movimientos como si se acabara de despertar, despus de lo cual asiente con la
cabeza]. S, est bien?
P: S, s... [Luego estira los brazos, sobre todo el izquierdo].
Fase VI: despus de despertarse del trance, para reforzar en el paciente la
sensacin de poder reproducir todo esto, Paul le hace hablar de la experiencia
vivida y sobre posibles cuestiones. Enfatizando el hecho de que ha sido un
proceso autohipntico que l podr reproducir con facilidad precisamente porque
depende solamente de ! y no del hipnotizador.
W: Bien... [dirigido hacia el paciente]... preguntas, explicaciones...
P: Cmo es que cuando me ha hecho abrir los ojos la mano haba...
[representa el movimiento de la mano que se levanta]... subido...
W: S, s, estaba arriba...
P: ... y cmo es?
W: Este es el resultado de su autohipnosis.
P: Ha ido as... [Riendo se toca el brazo, casi incrdulo].
Fase VII: repeticin de la experiencia para reforzar el efecto y la sensacin por
parte del paciente de que tiene el control.
W: Bien, bien... Ahora repitamos una vez ms y despus, despus de esto... [el
paciente contina tocndose la mano. Watzlawick se detiene a mirarlo].
P: S... controlaba... [sonriendo].
W:... ahora otra vez con los ojos abiertos, ponga los ojos lo ms arriba posible,
lentamente, bajando la cabeza, manteniendo los ojos arriba... bien, empieza otra
vez a sentir la ligereza en su mano izquierda... muy bien... empieza a subir... y
esto es para usted la indicacin de que la autohipnosis ha comenzado de nuevo...
ligeramente ms arriba... arriba... ms y ms ligero... ms y ms ligero... bien... y..,
su codo aqu en la silla, pero el brazo empieza a girar, la mano contina, sube,
sube... un poco ms, un poco ms... bien, bien... as usted gradualmente volver a
una elevacin de casi noventa grados... ms, ms ligero... cada vez ms, cada vez
ms esta sensacin interesante de la ligereza de la mano, del brazo... Y as vuelve
a entrar ahora en esta zona donde usted puede dar a su cuerpo instrucciones,
puede cambiar ciertos hbitos: Para mi cuerpo, no para m, para mi cuerpo fumar
es veneno; Necesito de mi cuerpo para disfrutar de la vida; Le debo a mi
cuerpo respeto y proteccin. Esto es todo lo que tiene que hacer. Ahora, de
nuevo, con los ojos cerrados, ok?, ponga los ojos hacia arriba, arriba, apriete la
mano, as, y deje que la mano baje, el brazo, y luego abre los ojos poco a poco y
est completamente despierto, Muy bien. Preguntas?
P: No [sonre].
W: Bien, bien.
P: Noto mucho... una sensacin de tranquilidad.
Fase VIII: se vuelve a conminar el ritual teraputico anticipando sus efectos. La
prescripcin se formula como una profeca que se autorrealiza en virtud de la
repeticin del ritual sugestivo.
W: Ah, s, s, s. Mire, stas son las tres frases que debe repetir, no?, y es
necesario hacer este ejercicio cada dos horas.
P: Tengo que repetir estas...
W: S, las aprender de memoria y ha de repetirlas una vez que la mano
empiece a subir. Usted repite estas tres frases y luego cierra la mano, la baja y se
acaba. Cada dos horas. No por la noche, naturalmente, cuando se va a la cama
duerme, no? Cuando note que este, este deseo de encender una sola vez un
cigarrillo empieza a ser menos fuerte, usted podr prescindir de estos ejercicios,
hasta que ya no fume. Le ruego que se d cuenta de que un no fumador no es una
persona que fuma slo dos o tres cigarrillos, no? Un no fumador quiere decir
cero, cero, no?
P: No, no, adems yo... es decir... siempre he... dos-tres, dos-tres, dos-tres y
despus... durante algunos das, luego volvemos a las habituales...
W: No, no, ve, usted ha de tomar este momento de su vida como el final de
fumar, no? [Sonre]. Cuando hayan pasado dos horas y tenga que hacer una
auto-hipnosis.y se est con otras personas en el trabajo, entonces, en este caso
basta con cerrar los ojos y repetir estas... estas [indica el papel con las frases]. Sin
embargo, cuando sea posible ha de cumplir el ritual completo.
Algunos meses despus el paciente se present en nuestro Centro de Terapia
Estratgica, con un regalo 'simblico: su coleccin de cigarros.
Captulo 5
Hipnoterapia sin trance.
Volver mgicas las palabras
Giorgio Nardone
Sugestiones y alteraciones perceptivas
Una vez hecha la luz sobre el fenmeno de la hipnosis y sobre sus
caractersticas concretas y aplicaciones^ reales, hace su aparicin otra dimensin
por explorar, que en ciertos aspectos puede ser an ms misteriosa y fascinante,
la hipnosis sin trance.
Este fenmeno se presta an ms a interpretaciones esotricas porque es un
fenmeno escurridizo y mucho ms difcil de circunscribir que el trance hipntico,
en cuanto no se tienen referencias fisiolgicas precisas mensurables o
alteraciones evidentes en el estado de la persona, sino nicamente vina serie de
indicadores del estado de sugestin de sta. Sern solamente los efectos de las
conminaciones sugeridas las que verifiquen si se ha obtenido el estado de
hipnosis sin trance. En otras palabras, mientras que con la hipnosis con trance se
pueden tener indicadores claros; concretos y rigurosos, por lo que respecta a la
hipnosis sin trance, la nica medida concreta est representada por su eficacia, es
decir, la posibilidad de Mar indicaciones y aclaraciones que la persona, si no
estuviese en estado de trance, no aceptara.
La hipnosis sin trance puede describirse como un estado de fuerte sugestin a
continuacin de maniobras comunicativas que permiten a la persona abandonar el
estado de rigidez, dilatando su capacidad de percibir. En una observacin externa,
la persona en este estado se muestra con una postura relajada, sin ningn signo
de agitacin, con los ojos bien abiertos, las pupilas dilatadas y la presencia
eventual de movimientos rtmicos en los prpados; su voz es clara; ralentizada en
el ritmo y las palabras bien pronunciadas; su atencin se concentra en el tema de
discusin o en la accin en curso sin ninguna seal de distraccin o fuga cognitiva.
Sentidos y mente activados al unsono y de manera complementaria y no en
oposicin, Y es precisamente esta dimensin de relajacin la que permite a la
persona superar sus resistencias o bloqueos.
Tenga presente el lector que los grandes artistas, los grandes atletas y los
grandes inventores tienen la capacidad, natural o construida, de producir este
estado alterado de conciencia en el momento en que se dedican a su actuacin y,
gracias a esto, ir ms all de los lmites ordinarios. Tambin, en las antiguas
disciplinas marciales, orientales u occidentales, existe una serie de procedimientos
fenmenos muy difundidos que influencian desde siempre las acciones y las
convicciones humanas. Estas lneas no quieren ser un sermn polmico contra las
estrategias de comunicacin sugestivas y persuasivas practicadas en la historia
tambin por el que se presenta partidario de la pureza y honestidad de espritu y
de intencin, sino solamente un modo de resaltar lo importante que es conocer
estos fenmenos y apropiarse de los instrumentos y de las competencias que nos
permiten utilizar sus efectos o, al menos, no padecerlos.
Es evidente que describir las caractersticas de la sugestin nos lleva de forma
inevitable a tratar de la comunicacin y de sus efectos pragmticos, ya sea a nivel
personal, o interpersonal y social. Teniendo en cuenta que es imposible no
comunicar (Watzlawick, 1969), es tambin imposible evitar influenciar o ser
influenciado, as como es inevitable sugestionar o ser sugestionado. Una vez
aclarado esto, se deriva que el conocimiento y la adquisicin de estas tcnicas de
comunicacin y de comportamiento representan una competencia fundamental
para cualquiera que quiera mejorarse a s mismo, a los dems o al mundo. De
hecho, en cualquier campo en que me mueva, no podr eludir los efectos
sugestivos de m comunicacin con los dems y conmigo mismo. Que yo sea un
terapeuta o un directivo, un profesor o un investigador, la capacidad de utilizar
competencias de comunicacin capaces de sugestionar y sugestionarme surge
como un instrumento fundamental para hacer ms eficaz mi trabajo y el de
aquellos que estn a m alrededor.
Antes de pasar a una exposicin detallada de las tcnicas, me parece
importante subrayar que el fenmeno de hipnosis sin trance tiene que ver con todo
lo que hace referencia a la comunicacin sugestiva y persuasiva. Ambas cosas
son interdependientes, dentro de este universo de reciprocidad circular que
caracteriza la relacin que cada uno de nosotros tiene constantemente consigo
mismo, con los dems y con el mundo. Tratar de comunicacin persuasiva es al
mismo tiempo discutir de hipnosis e hipnoterapia sin trance, as como tratar de
estrategias de comunicacin orientadas a fines especficos significa discutir de la
utilizacin estratgica hipntica. Las tcnicas de hipnosis e hipnoterapia sin trance
coinciden con las tcnicas de comunicacin estratgica: utilizar el lenguaje verbal
y no verbal, junto a procedimientos de problem-solving, para obtener cambios en
las percepciones y en las acciones de nuestros interlocutores o de nosotros
mismos. Dicho de otro modo: como volver mgicas las palabras.
todo aquello que no es verbal, para despus pasar a las tcnicas ligadas al
lenguaje y al razonamiento. Recordemos, de todas formas, que tambin durante
un intercambio verbal los aspectos no verbales de la comunicacin actan de un
modo consistente.
Durante un dilogo, la comunicacin no verbal llega siempre antes que la
verbal. H efecto de la primera impresin, por ejemplo, influencia fuertemente las
opiniones que tenemos sobre la persona con la cual estamos hablando.
Los estudios sobre la comunicacin no verbal (Patterson, 1982; Ricci Bitti, 1983;
Nardone 1994) coinciden en resaltar factores muy identificables que se pueden
utilizar para influenciar la persuasin que el otro tendr de nosotros, ya sea en los
primeros contactos, como en el resto de la conversacin. Lo que sigue es un breve
resumen de estos actos de comunicacin y de su posible uso estratgico.
Tcnicas no verbales
La mirada
La mirada representa un fenmeno comunicativo que, tambin a los ojos del no
especialista, aparece como algo realmente relevante en la interaccin con el otro.
Una mirada puede provocarnos, puede seducirnos, puede molestarnos, puede
enfermarnos, puede crearnos dudas, puede confirmarnos certeza, etc. La lista de
los posibles efectos de un intercambio de miradas es casi tan ilimitada como lo
pueden ser nuestras sensaciones y, como deca Santo Toms de Aquino. No hay
nada en el intelecto que antes no pase por los sentidos, no podemos ignorar lo
importante que es la gestin de la mirada para establecer una buena relacin. Uno
de los primeros mitos que hay que desmontar totalmente es que el mejor contacto
visual es mirar fijamente a los ojos de nuestro interlocutor con una mirada cargada
de asertividad. Esta forma, no slo no facilita un contacto agradable, sino que crea
malestar en el interlocutor que, si se trata de una persona tranquila j sumisa, se
sentir sometido y casi violentado, y tender a evitar la relacin; por el contrario, si
se trata de una persona segura de s y emprendedora, se sentir provocada y
establecer una especie de duelo, respondiendo con una mirada directa a la
recibida, creando as una oposicin simtrica a la agresin sufrida.
Como prueba de todo esto, basta un detalle etolgico: si miras fijamente a los
ojos de un perro seguro de s y con tendencia a reaccionar, ste te atacar para
defenderse, porque esta comunicacin representa un autntico desafo agresivo.
Esto no quiere decir que tenga que evitarse el contacto ocular, porque si yo
evito mirar a los ojos a mi interlocutor, le estoy comunicando rechazo o le muestro
mi malestar. La manera ms eficaz para hacer que nuestro interlocutor se sienta a
gusto y hacer agradable su contacto con nosotros es mirarle alternativamente a
Est claro que la mirada y el contacto ocular debern estar sintonizados con los
dems aspectos de la comunicacin para ser de verdad un instrumento eficaz
para la creacin de un estado de sugestin y de influencia.
Prosodia y tono de la voz
Un segundo factor de la comunicacin no verbal lo representa lo que Romn
Jacobson define como aspectos supra segmntales del lenguaje>>, es decir, las
variaciones del tono de la voz, las pausas, el ritmo del dilogo y todos los otros
tipos de interpretacin, en el sentido de autntica actuacin, del enunciado verbal.
Es evidente, tambin para el no experto, porque es una experiencia cotidiana
en todos nosotros que un mensaje verbal dado con cierto tono de voz produce
efectos diferentes que si se da con un tono distinto. Si yo digo una cosa muy
importante, que quisiera que quedara grabada en mi interlocutor, en un tono
distendido o huidizo, muy probablemente el efecto sera contrario al deseado. Por
el contrario, si quiero evitar que mi interlocutor se detenga en un tema incmodo,
tendr que citarlo en un tono leve, sin ninguna importancia. Si quiero que el
interlocutor preste mucha atencin a lo que voy a decir, estar bien anteponer una
pausa de silencio para crear en ste una expectativa: si, en cambio, quiero que no
se le d importancia, estar bien evitar pausas prosdicas.
stos son algunos ejemplos de cmo, durante un dilogo, los aspectos de la
enunciacin no puramente inherentes al lenguaje hablado, sino a su marco,
pueden ampliar, reducir o incluso transformar su potencial y su efecto.
Prosmica, postura y movimientos del cuerpo
Otro aspecto importante de la comunicacin no verbal lo representa el conjunto
de posiciones y movimientos de todo el cuerpo, que indican el estado emocional
de la persona ms que la mirada o la voz, puesto que son menos controlables. Por
desgraciada mayora de los estudios solamente considera alguno de estos
factores y tiende a sealar el efecto aislado en vez de la interaccin de este
elemento con los dems.
Analizar un solo factor y sus posibles efectos, sin considerar el contexto y su
interaccin con el fluir consistente del comunicar, es una operacin reduccionista y
poco til al conocimiento operativo efectivo de esta parte de la comunicacin no
verbal. Nosotros trataremos, por lo tanto, en el mismo prrafo, algunos factores
como la distancia que se asume frente al interlocutor y sus variaciones, la postura
y el fluir de los movimientos del cuerpo, en particular los movimientos de las
manos y de la cabeza durante el dilogo.
Lo primero que constatamos, observado en nuestros estudios sobre la eficacia
en la comunicacin, es precisamente el hecho de que el conjunto de estos
factores debe hacerse de manera suave, relajada y sintonizada con las diferentes
fases prosdicas. En otras palabras, postura, desplazamientos, movimientos de
las manos y de la cabeza tienen que armonizarse con los cambios del tono de voz,
las pausas, las aceleraciones y desaceleraciones del dilogo, reforzando as los
efectos sugestivos del habla y de la mirada.
Si el lector tuviese una duda sobre la real eficacia sugestiva de los elementos
tratados aqu, tendra que pensar que existe una prueba verdaderamente
irrefutable, la sugestin y la hipnosis aplicada a los animales en la cual la parte
esencial de la induccin se hace precisamente con los movimientos del cuerpo, de
las manos y de la cabeza.
El ejemplo ms brillante de esto lo representan los encantadores de serpientes,
que no encantan a la cobra con la msica el animal es sordo sino con los
movimientos de la cabeza. Se sabe que los movimientos oscilatorios rtmicos al
cabo de un cierto tiempo crean un efecto sugestivo hipntico en el observador.
Surge ahora un aspecto crucial: para ser capaces de sintonizar el lenguaje de
nuestro cuerpo con nuestra voz y nuestra mirada, hay que ser ciertamente capaz
de relajarse y liberar toda tensin durante un intercambio comunicativo; en otro
caso, nuestro cuerpo indicara tambin la mnima forma de rigidez. Esto quiere
decir que no puede haber ficcin, en cuanto o de verdad se es capaz de entrar en
este estado fluido y relajado, o nuestras tensiones se dejarn notar. Y con esto
abrimos un tema muy apreciado en la tradicin de la nueva hipnosis ericksoniana,
pero an ms apreciado por la antigua tradicin de la formacin del sabio y del
guerrero, es decir, la capacidad personal de inducir en uno mismo aquello que se
quiere inducir en otro.
Dicho de otro modo, es difcil ser sugestivos sin ser capaces de
autosugestionarse; tanto que, un poco en todas las antiguas tradiciones, la
elevacin de la persona a travs del aprendizaje, la capacidad de autoinducirse un
estado alterado de consciencia sin caer en un trance formal, representa desde
siempre el camino para aumentar las propias capacidades sensoriales y mentales,
as como la capacidad de llevar a cabo actuaciones, fsicas o mentales, fuera de lo
comn.
malestar o nos irrita. Tambin en este caso como en los anteriores, vale la regla
de que la mmica facial y la sonrisa han de estar armonizadas con el resto de la
comunicacin verbal y no verbal para que sean elementos de comunicacin
realmente eficaces.
Sin embargo, por lo que respecta a a mmica facial, a veces su contraste, su
contradiccin, o el hecho de ser paradjica respecto a la verbalizacin puede ser
de gran impacto comunicativo.
En particular existen situaciones en que comunicar de manera ambivalente
puede servir para desbloquear la rigidez del interlocutor. Como por ejemplo decir
algo cortante con una sonrisa serena, un gesto relajado o una mirada dulce. Este
contraste har aceptable un mensaje que, si se hubiera comunicado de forma
coherente, a nivel verbal y no verbal, probablemente hubiera sido inaceptable.
La mmica facial representa el instrumento principal de formas de comunicacin
ambivalentes o paradjicas, porque las seales que provienen de la expresin de
nuestro rostro son recogidas al unsono connuestras palabras y su significado.
El estudio sistemtico (Rampin, Nardone, 2002) del trabajo de algunos grandes
terapeutas conocidos por su capacidad de influenciar sugestivamente a sus
pacientes Milton Erickson; John Weakland, Steve de Shazer, Cloe Madanes y el
propio autor de estas lneas han evidenciado que stos, en su comunicacin,
recurren a menudo a ambivalencias comunicativas, ms que una constante lgica
coherente.
En la aparente magia de su comunicacin, segn Matteo Rampin, que ha
dirigido este minucioso trabajo comparando los estilos de comunicacin de estos
terapeutas, se ha observado precisamente la capacidad de oscilar entre
coherencia y ambivalencia, contradiccin y paradoja, en particular entre el
significado de las palabras y los mensajes no verbales asociados.
Todo esto desmiente tambin una creencia muy arraigada dentro de la
psicologa cognitiva, o el hecho de que coherencia, congruencia o contradiccin
entre el significado de lo que quiere expresarse, comunicacin verbal y no verbal,
es la ms eficaz de las formas de comunicacin.
Si por ejemplo, tengo que tratar con un paciente deprimido que. corno suelen
Hacer estas personas, se lamenta de su incapacidad de reaccionar a su malestar
asumiendo una posicin de vctima, la manera verdaderamente eficaz para
inducirle a salir de su estado depresivo no ser sencillamente apoyar su posicin,
sino declarar que su reaccin comprensible a las miserias de la vida parece ser la
renuncia, aunque la renuncia es un suicidio cotidiano. Esta reestructuracin de
las percepciones y reacciones del paciente, primero se alinea con l para despus
introducir una rompedora imagen evocativa. En otras palabras, primero se apoya
la visin de la persona deprimida y luego se aade algo que conduzca esta visin
a una evolucin autodestructiva.
El efecto ser hacer sentir a nuestro paciente una fuerte sensacin de aversin
hacia su propio enfoque anterior frente al malestar experimentado.
En este caso se trabaja al mismo tiempo sobre el nivel sugestivo de la forma de
comunicar y sobre el de los significados atribuidos a los acontecimientos. Todo
ello mediante una tcnica refinada que crea en la persona no slo una posible
alternativa a sus anteriores reacciones perjudiciales, sino tambin una inevitable
reorientacin de stas hacia la direccin teraputica.
Si esta maniobra no fuese bastante rompedora, siempre utilizando la misma
estrategia sugestivo-evocadora pero incrementando su impacto, podemos aadir:
usted me recuerda a Frank Kafka cuando escribe sobre un prisionero que desde
su celda ve que estn construyendo un patbulo en el patio de la prisin.
Convencido de que es para l, intenta escaparse desesperadamente. Por la noche
consigue salir de su celda, corre al patio, sube al patbulo y se ahorca.
La suma de las dos restructuraciones consigue normalmente crear en el
paciente deprimido un estado de alteracin perceptivo-emocional, connotado por
la induccin de sugestin indicada usualmente por las seales no verbales de
estado hipntico sin trance: es decir, la persona dilata la mirada y parece un gato
frente a los faros de un coche por la noche. Este estado de alteracin de la
posicin de la persona puede permitir guiarla mediante indicaciones directas a que
modifique las modalidades disfuncionales con las que gestiona su trastorno y abrir
as un espacio al cambio teraputico.
Si analizamos bien la secuencia de este acto de comunicacin teraputico,
basado en el recurso de una serie de imgenes evocadoras, se puede observar
que: primero se crea una sintona y luego se aaden factores de sugestin que
van a modificar la ruta hacia el cambio de las anteriores modalidades perceptivas
de la persona. Las resistencias no se contrastan directamente sino que se utilizan
como energa que empuje hacia la modificacin de las reacciones existentes.
Queda claro que un recurso al lenguaje hipntico sin una concreta y subyacente
lgica estratgica, que gue la seleccin de las formulaciones especficas de los
enunciados, ser solamente un mero ejercicio de capacidad sugestiva. De hecho,
el paso de la hipnosis a la hipnoterapia sin trance prev el recurso a una lgica
El lenguaje evocador
El recurso a imgenes evocadoras es una de las prerrogativas del comunicar
hipnticamente. Esta caracterstica es crucial en la hipnoterapia sin trance. Evocar
sensaciones reales durante un dilogo representa la posibilidad de hacer nacer
experiencias concretas de modos nuevos y diferentes de percibir. Si esta nueva
por el ms experto de los dos autores. Para terminar debera quedar claro que no
existen lmites para crear redundancias sugestivas, en cuanto las posibles
combinaciones poticas y musicales son infinitas. Lo que es importante es que se
haga una utilizacin dirigida al cambio y que no se trate de una mera expresin
artstica.
Redefinir resumiendo
Tras esta excursin por las prerrogativas esenciales de una comunicacin
sugestiva, capaz de crear un estado alterado de consciencia sin trance hipntico
formal, y sus usos teraputicos, no queda ms que ponerle el marco a este
cuadro.
Creo que el mejor modo es utilizar otra tcnica sugestiva, o resumir para
redefinir (Nardone Salvini, 2004). La utilizacin de la hipnoterapia sin trance
requiere de una notable preparacin por parte del terapeuta, que ha de ser capaz
de gestionar estratgicamente toda una serie de elementos de su comunicacin,
de su intuicin y de su razonamiento. Ha de ser capaz de armonizar sus palabras
y sus gestos, su mmica y los significados expresados, la forma y el contenido de
sus enunciados, hacer sus palabras musicales y cargadas de significado. En otras
palabras, ser intrprete y autor al mismo tiempo de la obra que se representa, al
mismo tiempo director y protagonista de la escena. Sin embargo, para obtener
todo esto el terapeuta debe formarse y moderarse a imagen y semejanza de su
arte. Y esto prev convertirse en lo que queremos que sea el mundo
parafraseando las palabras de Gandhi. Esto significa que no se puede ser slo
ficcin artstica: por otro lado, en la antigua tradicin del teatro griego se dice que
el autor, a fuerza de ponerse mscaras, se convierte l mismo en la mscara y
pierde su identidad. El terapeuta ha de perfeccionar a travs de un entrenamiento
prolongado, bajo una supervisin experta, sus capacidades utilizando al mximo
sus recursos personales, para ser capaz de efectuar consigo mismo lo que quiere
efectuar con otro. No es casualidad que al principio de este captulo he hecho
referencia a la importancia de saber aumentar las propias capacidades de
percepcin y de reaccin a travs de la autoinduccin de un estado hipntico sin
trance.
Por lo dems, como escribe Cioran: El psiclogo tendra que ser tan elstico
que pudiera rotar constantemente en torno a su propio eje y hacer de los ejes
ajenos otros tantos puntos de gravedad.
Captulo 6
Volver mgicas las
palabras en accin"
Tras haber descrito las caractersticas esenciales de la hipnoterapia sin trance
me parece indispensable, con el fin de hacer la exposicin ms clara y concreta,
presentar ejemplos reales.
El primero de ellos es relativo a una sesin de psicoterapia breve estratgica
desarrollada como demostracin pblica; el segundo, en cambio, es la
transcripcin de una actuacin extrema que pone a la vista el potencial
realmente sorprendente que la tcnica posee.
Dicho de otro modo, el primer ejemplo representa la actividad cotidiana de
quien practica psicoterapia adoptando la tcnica descrita; el segundo caso es una
situacin excepcional que requiri una prestacin "extraordinaria.
Este ejemplo de hipnoterapia sin trance es la transcripcin de una sesin
realizada durante un seminario con una colega que se present para una
demostracin en pblico de la tcnica.
Fase I: Indagar acerca del problema que se quiere resolver mediante preguntas
estratgicas en forma de embudo.
NARDONE: Cmo es que te han venido ganas de hablar conmigo?
PACIENTE: ES un problema ligado a la comida, en el sentido que descuido el
hecho de comer, me olvido de comer.
N: Te olvidas voluntariamente o te olvidas involuntariamente?
P: Las dos cosas.
N: Y cuando decides olvidarte voluntariamente, consigues saltarte la comida?
P: Se me da muy bien el olvidarme voluntariamente.
Fase II: Parfrasis de las respuestas para crear un acuerdo.
N: Ok... Corrgeme si me equivoco, t eres una persona muy buena olvidndote
voluntariamente de la necesidad de comer, y as te saltas continuamente las
comidas.
P: A menudo me salto las comidas.
Fase III: Las preguntas se concentran ms respecto a la intencin de la persona
con su problema.
N: Lo que me gustara pedirte es... crees que podras ser tambin tan buena
en otra direccin?
P: Of course.
Fase XII: Confeccin metafrica de la prescripcin teraputica.
N: Se trata de construirse una armadura nueva. T sabes que en la Edad Media
y en la antigua China utilizaban armaduras pesadsimas que protegan pero
aprisionaban. Si un guerrero se caa al agua se ahogaba a causa del peso de su
armadura; cuando los caballeros fueron a proteger el templo sagrado y
atravesaron desiertos, murieron abrasados dentro de sus armaduras. As que las
armaduras han cambiado, se han convertido en chalecos de cuero, no de metal,
capaces de proteger de los cortes dejando el cuerpo libre para moverse, y sin
apretarlo en algo que les aprisione. De este modo los caballeros pueden atravesar
desiertos sin quemarse y caer al agua sin ahogarse.
Fase XIII: Utilizacin de la provocacin paradjica para evocar la reactividad
teraputica.
N: Tendremos que hacer algo parecido contigo, pero esto requiere mucho
esfuerzo, mucha diligencia, mucha constancia y yo no s si tu sers capaz. Es
cierto que has sido muy buena en una direccin. Quizs podras tambin serlo en
la otra, pero no puedo saber si lo sers.
P: Normalmente consigo hacerlo que quiero.
Fase XIV: Tras haberse puesto se acuerdo sobre la necesidad del cambio y
haber creado de forma inevitable la puesta en accin del modo para llevarlo a
cabo, se sugiere una prescripcin construida a medida para el paciente y su
problema.
N: Para empezar a construir esta armadura nueva quisiera pedirte que hicieras
un experimento diario: buscar en tu jornada, tres veces, cada maana, cada
medioda y cada noche, una pequea trasgresin a tu orden. T sabes que el
orden demasiado metdico es un sistema que se muere porque no evoluciona;
todo sistema necesita un pequeo desorden para evolucionar hacia un orden
superior. Es lo que llamamos entropa de los sistemas vivientes, y t la conoces
bien. Quisiera pedirte que introdujeras en tu orden algn desorden pequesimo,
tres desordenes pequeos al da. Sin embargo, hay un truco, porque hay que
utilizar una estratagema con tu mente, y estoy convencido de que puedes usarla,
porque eres muy buena olvidando voluntariamente.
Dos trasgresiones tendrn que ser voluntarias y una involuntaria.
* Para una detallada descripcin de la tcnica de !?. oeor fantasa se remite a Nardone
(1993.2001,2003).
R: Seguro que es as, tambin nosotros tenemos miedo como todo el mundo,
pero quizs logramos gestionarlo un poco mejor porque lo conocemos, le damos
un nombre, un cuerpo.
N: Lo concedo, si superarlo y yendo ms all luego resulta agradable.
Algunas semanas despus de esta experiencia, Brbara descendi al vaco,
permaneciendo sujeta a una cuerda junto a un espelelogo, en una profunda gruta
de ms de cuarenta metros. Contact conmigo para darme las gracias diciendo
que siempre se acordara de m y de aquella extraa experiencia en la Torre
Carnegie de Nueva York.
Eplogo
Llegados al final de este viaje al interior del universo de la sugestin, de la
hipnosis y de su aplicacin teraputica, surge una duda: habremos sido
realmente capaces de alcanzar nuestro objetivo? habremos desmontado los
mitos y desvelado los misterios del arte hipntico?
Lo que es cierto es que hemos intentado sacar a la luz las caractersticas de
esta realidad y las tcnicas ms evolucionadas para utilizarlas con fines
teraputicos.
Hemos omitido polemizar y criticar los usos y los abusos de la hipnosis como
instrumento de espectculo o de manipulacin fraudulenta de una persona, no por
olvido, sino porque creemos que hablar de ello ya es darle una importancia que no
merece. Por lo tanto, la eleccin de presentar la mitad iluminada de la luna es una
manera de exaltar sus aspectos de encanto potico, de positiva fascinacin y de
concreta utilidad, evitando de este modo hacer su oscuridad morbosamente
atractiva.
Quizs la mejor manera de disentir realmente de alguna cosa no es criticar sino
callar, hacer que descienda sobre ella un sugestivo silencio.
Giorgio Nardone
Referencias bibliogrficas