Cuento Ocurrio en La Arena
Cuento Ocurrio en La Arena
Cuento Ocurrio en La Arena
As lo hicieron. Se casaron en una alegre y colorido ceremonia que culmin con un baile en
el arenal una noche de luna llena. Fue una descomplicada rumba de pobres, alegre y
bulliciosa, amenizada por la famosa orquesta de grillos y chicharras, que se prolong hasta el
amanecer en el bailadero alumbrado por las lucirnagas y los cocuyos.
Poco tiempo despus, como le pasa a los que se quieren tanto, empezaron a tener hijos.
Eran bastante extraos; no eran feos, porque a todos los padres sus hijos siempre les
parecen bellos, pero a los vecinos s les parecieron como raros porque eran as: no tenan
tantas patas como el pap cangrejo, ni eran todos de vidrio como la mam botella.
-Qu va a ser de nuestros hijos en la vida? -se preguntaban ellos por la noche, mirndolos
a todos acostaditos, dormidos en sus mullidas camas de algas.
-Yo no s -deca el cangrejo-, pero ellos son hijos de tanto amor, que no les puede ir mal en
la vida, para algo tienen que ser buenos.
Entonces, sucedi que a aquella lejana playa lleg tropezando alguien que no poda ver bien
las flores, ni los atardeceres en el mar, ni las formaciones de aves marinas en el cielo del
atardecer, camino de sus nidos. Encontr por casualidad a uno de los hijos del cangrejo y la
botella y, como deba hacer siempre por lo corto de su visin, lo acerc a sus ojos y mir a
travs de las transparentes conchas de cristal del animalito y fue como un milagro: Pudo ver
perfecto el rojo de las rosas y el plido violeta de las delicadas orqudeas; el amarillo de
fuego en las verdes alas de los loros del monte y el azul definitivo del cielo navegado por los
pelcanos camino de su casa en la escollera.
Los animalitos de la playa, descubri esa persona maravillada, servan para mirar clarito la
belleza de este mundo. Las personas con visin defectuosa los llamaron "ante-ojos" y los
juzgaron hermosos, y los llevaron gustosos en el rostro, a pesar de ese aspecto de cangrejo
de dos patas, agarrndose de las orejas, abrazando la cabeza de los agradecidos hombres
de corta vista.
Escritor colombiano cuyos cuentos son contados por muchos cuenteros del mundo.
Este maravilloso relato aparece en su libro Fu, el protector de los artistas y otros relatas. Ed.
Panamericana.