Semiotica
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Semiotica
Bibliografa
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Enciclopedia filosofica, Bompiano, Miln, 2006,
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Semitica
Introduccin 1. El signo en la Antigedad;
2. El signo en la Edad Media. 3. El signo en
la Edad Moderna. 4. La semitica de Charles
S. Peirce. 5. La semiologa de Ferdinand de
Saussure. 6. La semitica en el siglo XX
INTRODUCCIN. Vivimos inmersos en signos.
cieran posible una comparacin entre los diferentes sistemas simblicos: Para una semitica general, el discurso filosfico no es
ni aconsejable ni urgente, sino sencillamente constitutivo, escribi Umberto Eco. Por
este motivo, y con la finalidad de ofrecer una
visin ms ajustada de la semitica, la exposicin se har con un enfoque histrico, centrando la atencin en algunos de los autores
que mayor importancia han tenido para el
estudio del signo desde la Antigedad hasta
nuestros das.
1. EL SIGNO EN LA ANTIGEDAD. Las primeras re-
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Aristteles, en cambio, opta por el convencionalismo, lgicamente ligado a su concepcin de la proporcionalidad como principio orientador de la conducta y de la razn,
pues cuanta ms regularidad se encuentre
en un sistema de comunicacin arbitrario y
convencional, tanto ms eficiente ser. Adems, Aristteles reflexiona sobre las distintas unidades sgnicas del lenguaje y distingue entre onoma, signo que por convencin
significa una cosa; rema, signo que significa
tambin una referencia temporal; lgos, un
signo complejo, un discurso significativo entero; y syndesmoi, signos cuyo significado
no es autnomo sino que se establece por el
contexto. A causa de su identificacin entre
lgica, semntica y gramtica, Aristteles
elabora sus categoras lgicas sobre el modelo de las categoras gramaticales. La lgica aristotlica est considerada como una
lgica sustancial, que reproduce en la forma
del pensamiento, y, por tanto, del discurso,
las formas de la realidad; pero las formas de
la realidad han de ser universales y, en cambio, las formas del lenguaje, para Aristteles, son las de la lengua griega. Basta con
cambiar el modelo lingstico para descubrir
que la conexin sujeto-cpula-predicado no
siempre se mantiene.
Con los estoicos se dio un paso importante en el conocimiento de la lengua, e incluso
desarrollaron una teora del signo lingstico. Frente a la posicin analogista de Aristteles, consideraron el lenguaje como una
capacidad humana natural que haba que
aceptar tal como era, con todas sus irregularidades caractersticas. Segn ellos, el significado, el significante y el objeto se unen entre
s de tres maneras: En efecto, el significante es la imagen fnica, el significado es la
cosa misma expresada por la imagen fnica,
cosa que nosotros aprehendemos pensando
simultneamente en lo que se representa y
en la imagen fnica, pero los extranjeros no
lo aprehenden aunque oigan el sonido; finalmente, el objeto es lo que existe fuera de nosotros. De estos tres conceptos, dos son materiales, o sea la imagen fnica y el objeto, y
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el tercero inmaterial, es decir, la cosa designada y enunciada que puede ser verdadera o
falsa (H. Arens, La lingstica).
A diferencia de los estoicos, los alejandrinos estaban interesados principalmente en
el lenguaje como parte de los estudios literarios y fueron partidarios de la posicin
analogista. La obra de sus principales representantes, Dionisio de Tracia y Apolonio,
centrada sobre todo en la gramtica de la
lengua griega, penetr en la gramtica latina. A su vez, la obra del gramtico latino
Prisciano constituy el puente entre la Antigedad y la Edad Media.
Pero antes de pasar al Medievo, hay que
mencionar la teora de los signos de san
Agustn, de especial inters por el hecho de
que no se cie exclusivamente al lenguaje. Segn este autor, un signo es algo que,
adems de la impresin que hace en los sentidos, suscita en la mente alguna otra cosa.
San Agustn distingue entre signos naturales, aquellos que, sin propsito o intencin
de significar nada exterior a ellos, permiten
conjeturar alguna cosa, y los signos conscientemente dados, aquellos que todos los
hombres se hacen para, en la medida de lo
posible, mostrar todo lo que les sucede: lo
que sienten y lo que piensan. Entre los distintos signos concede primaca a los verbales, pues la gran cantidad de signos con
que los hombres comunican sus pensamientos consisten en palabras. Todos los otros
signos, de que brevemente he hablado, he
podido exponerlos con palabras, pero yo no
hubiera podido expresar las palabras con
aquellos signos.
2. EL SIGNO EN LA EDAD MEDIA. Con los modistae
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gica que expresan. Es una lgica de la sustancia para la que la estructura profunda
de los enunciados es la estructura profunda de lo real.
Finalmente, destaca la lnea de Gottfried
W. Leibniz, intermedia entre las dos anteriores. Segn este filsofo, cada lengua no solamente refleja la historia de un pueblo, sino
que condiciona su mentalidad y sus costumbres. El objeto de la ciencia es elaborar un
instrumento lgico que sea capaz de superar
estas diferencias y establezca una correspondencia rigurosa entre un sistema de signos y el sistema de las ideas lgicas, puesto
que en las lenguas naturales no existe esta
correspondencia.
En el siglo XVIII tienne Bonnot de Condillac contina de un modo tajante con la lnea racionalista: toda lengua es un mtodo analtico y todo mtodo analtico es
una lengua []. Las primeras expresiones
del lenguaje de los gestos vienen dadas por
naturaleza, puesto que resultan de la constitucin orgnica del hombre: son las primeras que aparecen, pero la analoga forma las
restantes y difunde esa especie de lengua;
poco a poco aqulla es capaz de expresar representaciones de todo tipo []. El lgebra
es un lenguaje bien formado, y por cierto el
nico. Nada en l es caprichoso. La analoga siempre evidente conduce claramente de
expresin en expresin. El uso aqu no tiene vigencia []. En la analoga, pues, estriba toda la ciencia del pensamiento y del lenguaje.
4. LA SEMITICA DE CHARLES S. PEIRCE. El filsofo
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siglo la influencia de la semitica en la filosofa ha sido limitada. Ms an, las relaciones entre filosofa y semitica no han sido
fciles, en particular por el incierto estatuto
disciplinar de la semitica, que ha oscila-
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