Tierra Almohada - Alex Albornoz
Tierra Almohada - Alex Albornoz
Tierra Almohada - Alex Albornoz
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Alex Albornoz / Tierra Almohada
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ALEX ALBORNOZ MOLINA
Tierra Almohada
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EDITORIAL CASATOMADA
Serie: Orillas
© De esta edición:
Serie Orillas
Editorial Casatomada S.A.C.
Av. 28 de Julio – Of. 31 Lima 11, Perú
www.rcasatomada.blogspot.com
ecasatomada@gmail.com
(511) 433 – 1352 / 991 951 159 / 988 939 974
DIRECCIÓN EDITORIAL
Gabriel Rimachi Sialer
DISEÑO Y DIAGRAMACIÓN
Daniel Rimachi Sialer
FOTOGRAFÍA
Alex Albornoz Molina
IMPRESIÓN
Editorial Casatomada S.A.C.
ISBN 978—612—45227—4—1
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Contenido
A manera de Prólogo 9
Minúsculo 17
Allá Afuera 19
Tierra Almohada 21
Esa calle, Tan nuestra 23
Hay Escenas por Componer 25
Tribulaciones 27
Suaves Vibraciones 29
Ayer, Hoy, Mañana 31
¿Son sólo Caminos? 33
Sustentos 35
Se abrirá un Cielo 37
Amigo de Esto y Aquello 38
6
RECINTOS QUE DOMINAN LOS DÍAS
Cincel en la Dermis 43
Tal vez 45
Tiempo Quemante 46
Cuando el Sol Duerme 48
Presos del Vació 50
Bitácora del Mal 51
Ese no sé cuando 53
El Rifle 54
Mira Lima, Tu Limeño 56
En Leteo y Styx 58
Bajo la Seda Oscura 59
A manera de Epílogo 85
7
A manera de prólogo
9
poeta es la búsqueda por hallar la belleza en la expresión
que brinda el verso.
Son los instantes del papel tomado, de los rabiosos
garabatos, de escribir en el suelo, en el aire, en la piel
misma de la noche. Es versar con una sonrisa en los labios
o con lágrimas recorriendo las mejillas, ordenando los
retazos de nuestra alma dispersa, con la esperanza de que
al final, el verso refiera el grito callado que se agita cada
vez que cogemos la pluma de nuestro diario tintero.
Y hay quienes dicen que la poesía intenta a través de la
palabra trasmutar los problemas del hombre y la vida, en
ramilletes de ideas que hecha raíces en una lobreguez, pero
que se orienta hacia la luz, por una senda temblorosa que
nos empuja a amar y a vivir cada instante.
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11
«No todo depende de los deseos, pero, aún así, soy de los que han
decidido intentar llevar a cabo sus deseos.
El cielo me libre de la cordura»
SILVIO RODRÍGUEZ
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Vertidos los Aullidos
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Minúsculo
Insuficiente y palpitante
depongo mis fuerzas ardientes,
transitando entre arenas movedizas.
No me miren lejano.
Soy de aquí también.
17
Allá afuera
Díganme,
para no levantar mis maletas
he irme hacia un viaje sin retorno
a atravesar aquel umbral
donde todo sueño es falso. Allá afuera.
19
Tierra almohada
A veces la estadía es
fuente de punzantes deseos
que bombean sinuosas las sonrisas caídas.
Tocando de a poco. Buscando.
Y en volcánicas cunetas
las luchas marchan al compás de nostalgias.
En fantasmagóricos duelos
de emigrantes sueños.
21
Esa calle, tan nuestra
Esa calle,
que alumbra sus instantes
donde camina el pasado
y la cicatriz es un hueco tapizado de fervor,
cada batalla ganada
es un estandarte que alumbra las noches.
En esa calle,
a veces la ilusión asoma
temerosa siempre en fuga,
mientras los balones de corazones
ruedan rompiendo el silencio.
22
En esa calle,
tan nuestra
de sueños, espejos y destellos,
estamos descalzos, incólumes al olvido.
Algunos aún intactos
alzando nuevos ladrillos.
23
Hay escenas por componer
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Tribulaciones
Dije:
Levanta aliento, tu valor.
Empuja fuerza, tu arrebato.
Canta palabra, tu dolor.
Entoné:
Libre alma, vive alegre,
sueños y risas alimenten,
decadencia ruge tu último sopor.
Escuché:
Duerme entre alcancías la ilusión,
existió hace tanto la valentía,
ahora se esconde la pasión.
Repetí:
Aquí se libra las blancas batallas.
Somos el pincel que delinea
una existencia de colores mágicos.
Replicó:
Aromas que se desvanecen álgidos,
fragilidad que tributa ideas,
locuras que se posan despacio.
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Y esbocé:
Bajo estas sombras vendidas
por espejos marchitos,
se levanta en el prado, precisa la rebelión.
27
Suaves vibraciones
30
Hoy se despinta
lo absurdo del maquillaje
que encerraba risas por llantos,
hoy duermen los dados
en sólo horas
y la suerte arroja sus cuerpos abandonados.
31
¿Son sólo caminos?
Caminos hay,
caminos vemos.
En ellos danzamos como hojas
que el viento cansado empuja.
Disímiles proyecciones bizarras
de un alquimista y su brújula.
Caminos tomamos,
caminos nos venden,
caminos abandonamos,
caminos empeñamos,
porfiados,
luego drenamos por las cunetas
del placer, en espejismos de señales.
Caminos cruzamos,
caminos tentamos, usurpamos.
En un simulacro de sueños
sellamos la huella que ofertamos.
33
Sustentos
Sentado en su silla
empecinó sus sentidos,
en tal distancia y precoz cordura
que extravió sus tornillos.
En su sala de espera
escondió los pies, ocultó sus manos,
y se elevó silenciosamente
observando apurado cada rincón.
En su palacio se filtra
gotas de imprecisión,
se arruma el discurso, se lanza parodias
papeles y sellos hacen fila.
Sustentos escurridizos
se fugan tras los ventanales
tras los portales, por entre el olvido
y en la cornisa de su aliento
se inscribe el tiempo de sus bajas pasiones.
34
Se abrirá un cielo
Habrá momentos
de marginales cuentos,
también instantes continuos
de alquimias
de filantropías
de nostalgias.
Cada uno empaquetado.
35
Amigo de esto y aquello
37
Recintos
que dominan los días
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39
Cincel en la dermis
40
¿Ser nadie o ser alguien en batalla continua?
Es cincel que se entierra en la dermis.
En este juego de redención
a veces se naufraga alegre
por este todo universo,
por que nada es lo que es
por fundir nuevos aires. Expresiones.
41
Tal vez
Energía intempestiva.
El amor suena y se impregna
El amor se olvida
de silencio en desierto.
En mi pequeña ventana
suele colarse a veces un viento frío
y entonces mis sabanas
suelen envejecerse
quedando tieso mi esqueleto.
He creído a veces
que el amor es complicado
y otras donde he contemplado
que siendo el rompecabezas
a espera de su pieza
entonces el amor se acostará sin mayores reveses.
42
Tiempo quemante
44
Cuando el sol duerme
45
Cuando el sol duerme
se erizan tormentas,
claudicando cada recoveco habitado.
El sol intenta quebrar su estancia,
ya no quiere olvidarse, quiere arder en cada sombra.
46
Presos del vacío
Es desierto y espejismo.
Tiempo y condena.
En su fibra el oscurantismo
sotierra los sueños.
El vacío es veneno
que en decadente menguante
estrena su acto.
Fango imprevisto donde caemos.
El vacío es el impuesto
que de vez en cuando pagamos,
y si pecamos de esquivos
la multa de incertidumbre
será sentencia que sin anuencia
nuestra alma cargará de ingentes vacíos.
47
Bitácora del mal
En su voz tranqueada
la armonía se dilata
y eufemismos embolsan el crimen de sus deseos.
48
Sólo disparos esculpen su ser,
a veces nuestro ser,
perturbado, desquiciado.
Un sayón en diseño y misión.
Un advenedizo calculador
que adosa, que efectúa, que en su aforismo concreta.
49
Ese no sé cuando
Ese no sé cuando,
cuando las ideas eran descargas
que apagaban la vida,
ensordeciendo la mañana.
Ese no sé cuando,
hace tanto, pero tan cercanas las vivencias.
Apareció repentinamente
una mañana
cuando el miedo lo adoptó,
olvidando el instinto de sus venas pólvora.
El costo de su alquiler,
elevado tributo.
El rifle que repujó cuantos pechos de ráfagas.
52
Mira lima, tu limeño
Mira Lima,
tu limeño sin Lima viva.
A falta de consuelo,
ingrato embustero.
Lloran sus viejas calles,
remedos absurdos de ácidas conciencias.
Mira Lima,
tu limeño sin procaz previsión.
Huésped de tierra guerrera
dueño de perjurio
y alianzas de amores perros.
Mira Lima,
tu limeño sin lucha viva
inquilino de lugares trucos.
Reclama su suelo la mañana pérdida,
ese cuando… la noche se posó en el imaginario.
Mira Lima,
tu limeño que a su latido insto,
por sus calles flemáticas
de trincheras y ganglios hinchados,
de enloquecidos palpites de seres invisibles.
53
Mira Lima,
mira a tu limeño
que sin limar,
lió insulso sus ficciones. Sin Lima viva.
54
En leteo y styx
En inútiles fervores
que no dejan de ser parches
de instantes soñados,
que bajo la suerte de dos dados
el todo anhelado, azaroso,
ofrece horas de promesas, compuestas, ilusorias.
57
Rasguños de esencias
y destellos
58
59
Si fuese el silencio, sólo silencio
61
Ahí donde no hay movimiento
rueda una mágica atmósfera.
Detrás de cada centímetro transitado
hay un eterno viento
que refresca nuestro mundo.
62
Sin juez y sin parte
63
¿No es suficiente estar aquí?
pregunté,
y los ecos de mi voz
retumbaron y se multiplicaron
como arena de mar sin sus olas.
Y sin juez y sin parte
mis sueños se han estacionado
en espera de mi alma.
64
Hay lo que hay
Trate de orar
y balbucee.
Trate de cantar
y mastique.
No hay oración aprendida.
No hay oración concebida.
Sólo oraciones esbozadas con olor a red.
En un breve espacio.
Donde se forma el verbo.
Donde se fecunda el sentir.
Donde se arroja la frase.
En tambores que proclaman atención.
65
No hay más,
hay lo que hay.
Sin mandamientos provisorios,
sin recetas e ingredientes,
sin novelas y capítulos inconclusos.
Sólo hay una voz,
capitulando su dolor.
66
Halitos del alma
I
El timbrar de una esquila
en ruiseñor suspiro de la alborada.
A penas.
El eco de las voces nauseantes
en lecho vacío, enloquecido.
¡Cómo truenan!
lejanas las bocinas.
Ante tanto y tanto
liberación silenciosa del nirvana.
Tan menudo.
Tan menuda habitación.
Ante el tantarantán de dios.
Ante el frió hálito de una brisa
arrojada al silencio.
II
Las fantasías trastornadas,
cual nieblas pululan compasivas.
En perdidas huellas,
en riegos incesantes.
III
Detrás de este hálito.
Detrás de estos ojos,
desairados, desaislados.
69
Campos de tensión
Soy vestuario
de mi intelecto.
Soy herramienta
de las causas encontradas.
Soy arcilla
de un amasijo de escombros.
Por mis huesos se filtra la vehemencia.
¿Cuándo fue?,
que la cuadrícula expiró sus líneas
en osados campos de tensión.
Inmortalidad…eso debe ser,
porque somos mortales ciervos
de la escopeta del tiempo.
70
¿Quién soy?, sino una mera cueva
donde confluyen ríos en busca
de su luz …aunque ello cueste distancias.
¿Cuándo fue?
¿Cómo fue?
Que sin pretender,
las palabras en derredor aguardaron
la llegada de su esfinge melodía.
Ahora con licencia a suscribir.
71
Apología a la sonrisa
73
Aquí, busco, existo, corro
74
Aquí los lápices se rompen
y las historias se tejen,
en cada uno, en cada alma,
se empuña el filo de las mentiras.
Aquí, rueda, camina, golpea.
75
Por estas palabras
76
Quiero terminar con la rutilante
noche estival,
áspera, de babel.
77
Cuerdas en pacto
Su pecho es la alcancía
de los días impíos.
Donde se deslizan los conflictos
que firman sin tinta su tratado.
Donde la filosofía
deja racimos de valor
de los que no se puede acompañar.
Dulce aroma.
78
En este teorema de vacilación,
no cabe la precisión
sino la inspiración.
Es el instante de la ausencia y la cuerda
de la metáfora en factoría de sus plegarias.
Aquí la arquitectura
enlaza suelos y cielos
en formación sonora de los tiempos,
donde lo mayor surraza a sol
donde el bemol asota bizarro los temores.
Luego,
al consumirse los restos tocados,
la inocencia amarra sus extremos
en solitarios rocíos
que nutren un lago,
donde cae hondo el orgullo
ya sin fervor. Hecha la trova.
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80
A manera de
epílogo
81
82
I
De vez en cuando
desenvainamos el coraje.
De vez en cuando
maniobramos.
De vez en cuando se nos delinea
una acogedora sonrisa entre las mejillas,
por el calor que da cada intento.
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II
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