Verdad Definicion
Verdad Definicion
Verdad Definicion
Papini decía que la mas grande industria del mundo moderno era la de la mentira. Por
lo tanto, la virtud que mas perjuicio ha sufrido es la veracidad, entendiendo por ella no
sólo el amor a la verdad, sino la voluntad de reconocerla, amarla y buscarla. Tres
cosas se necesitan para ser sincero: tener amor a la verdad, conocerse bien, y no
perdonarse jamás una mentira.
Nuestra existencia entera reposa en la verdad. Las relaciones entre las personas, las
formas de la sociedad, la ordenación del estado, toda la obra humana en sus
incontables formas, toda ella descansa en la verdad.
La veracidad significa que se diga la verdad, y no sólo una vez, sino una y otra vez, de
tal forma que sea una actitud permanente. La veracidad aporta algo claro y firme a
todo el hombre, a su ser y a su actuación.
La verdad no sólo dice, sino que también actúa, también se puede mentir con
acciones, actitudes y gestos, si expresan algo que no es. Así como los colores puros
casi no existen en la naturaleza, sino mezclados con otros colores, así tampoco puede
existir una pura veracidad, la cual sería dura y ella misma se pondría en sinrazón. Lo
que si existe es la veracidad viva, en la que influyen los demás elementos del bien. La
verdad no se dice en el espacio vacío, sino que el que habla debe darse cuenta lo que
causa en otro.
La verdad tiene que decirse pero con amor. Por eso, para que la verdad se haga
viviente, debe añadirse el amor. Una verdad dicha en un mal momento o de mala
manera puede confundir a una persona o provocar el efecto contrario al buscado. Esta
verdad no sería viva sino perjudicial y hasta destructora. Es cierto que hay momentos
en los que no se debe mirar ni a la izquierda ni a la derecha, sino ir para adelante con
la pura verdad.
Siempre hay que tener en cuenta a las demás personas, y al expresar la verdad para
que tenga valor humano tiene que tener tacto y bondad. Y esto no tiene nada que ver
con los que debilitan a la verdad, o la subrayan excesivamente, cuando pretenden
hacer ver una igualdad de opinión donde en realidad no la hay. De lo que todos
debemos estar convencidos es que nuestra dignidad de persona cae o se mantiene
según sea nuestra fidelidad a la verdad.
Se trata un término de difícil definición, a pesar de ser un concepto que el hombre utiliza en cada
momento de su vida. La verdad es algo fundamental en la vida humana, que, a modo personal,
creo que sólo puede definirse en términos de lo que no es. En este sentido la verdad se comporta
como aquello que no es falso y que se configura en conformidad de lo que se piensa con lo que se
hace o dice.
Es en torno a la dificultad de su definición y el alto impacto que provoca en la vida de todos los
seres humanos que la verdad ha sido un tema de constante discusión, a lo largo de toda la historia,
para lógicos, teólogos y filósofos. Sin embargo, han sido los lógicos quienes han logrado responder
a dicha interrogante con una manera más concreta y simple de comprender, a través de un sistema
de falsación que intenta llegar hasta la esencia de todo enunciado.
La verdad, desde todas las perspectivas que se ocupan de responder los problemas asociados a
ella, se ha configurado como un concepto abstracto de gran influencia para todas las disciplinas, de
esta manera, al lograr definir con exactitud la verdad, y en ciertos términos, la realidad, se logran
establecer enunciados imposibles de refutar, lo que se encuentra en constante tensión.
La verdad es algo tan fundamental que no sólo se comporta como uno de los problemas filosóficos
por excelencia, sino que es también una de las bases del comportamiento social humano. No es
posible establecer relaciones sociales significativas y duraderas sin tener la facultad de confiar en
un otro. Una vez que la confianza se rompe, el establecimiento de relaciones con otros
significantes se vuelve bastante difícil. De este modo, una vez que nuestro comportamiento
comienza a basarse en aspectos que poco se relacionan con la verdad, las relaciones basadas en
la confianza se rompen y poco queda de relaciones sociales valorables.
Si bien las verdades fácticas o empíricas, como el peso de un objeto, su tamaño, o el resultado de
una suma, son verdades absolutas e indiscutibles, las verdades en el ámbito filosófico se vuelven
más relativas, y si llegamos al plano metafísico o de verdades espirituales, el tema se vuelve más
complicado; cada cual defenderá su punto de vista o su "verdad". Un punto importante en torno a la
verdad espiritual, es la tolerancia frente al significado que pueda tener este concepto para los
demás; históricamente se han librado guerras en torno a ella, y es mejor comprender que dadas
nuestras limitaciones y particularidades culturales y sociales es posible concebir a Dios de
diferentes maneras. Un buen cuento que refleja esto proviene de la India, en donde se habla de un
grupo de ciegos que se acercan a un elefante e intentan determinar que es lo que tocan; todos
tocan una parte distinta del elefante, y por lo tanto discuten sobre la naturaleza de lo que están
tocando, y sin embargo para todos ellos es lo mismo, solo que están "viendo" aspectos diferentes
de una única verdad.
Los filósofos (predominantemente los de la escuela analítica) suelen aceptar que la verdad
(o la falsedad) es una propiedad que sólo tienen los portadores de verdad. Por definición,
los portadores de verdad son aquéllos objetos que pueden adquirir un valor de verdad (ya
sea Verdadero, Falso u otro, si es que existen más). Algunas propuestas identifican a los
portadores de verdad con las proposiciones. Pero, dado que las proposiciones son objetos
abstractos (ver abajo), los filósofos que rechazan la existencia de este tipo de objetos no
aceptan que las proposiciones sean los portadores de verdad. Algunas propuestas
(generalmente de corte psicologista) identifican a los portadores de verdad con los juicios,[3]
mientras que otras (generalmente de tendencia nominalista) los identifican con oraciones-
ejemplo del lenguaje natural o actos de habla.[4]
Algunos de estos filósofos excluyen una o más de estas categorías, o argumentan que
algunas de ellas son verdad sólo en un sentido derivado. Estas reivindicaciones están
hechas sobre la base de teorías sobre la verdad como las tratadas más abajo.
Puede tomar un valor de verdad: verdadero, falso o (si existen más valores de
verdad), algún otro.
Puede ser el sujeto de una actitud proposicional: podemos pensar en ellas, creer en
ellas, desearlas, etcétera. (Por ejemplo, podemos desear que llueva hoy, creer que
lloverá hoy, pensar que lloverá hoy, etcétera. En estos casos, la proposición
involucrada es Hoy llueve). Sin embargo, su existencia es independiente de
cualquier mente. (Algunas posturas teístas dicen que su existencia sólo depende de
la mente de Dios[6] )
Puede ser enunciada mediante los lenguajes, pero su existencia es independiente de
la existencia de los lenguajes. Es decir: aún si no existieran seres con lenguajes en el
universo, existiría la proposición Cicerón denunció a Catilina. Además, ésta misma
proposición puede ser enunciada por lenguajes diferentes: "Cicero denounced
Catilina" y "Cicerón denunció a Catilina" son oraciones de dos lenguajes (inglés y
español) que enuncian la misma proposición.
Son objetos abstractos. Es decir, aunque existen, no tienen localización temporal ni
espacial.
Un ejemplo de un filósofo que rechaza que la verdad sea una propiedad exclusiva de las
proposiciones es Martin Heidegger. Según argumenta Heidegger, verdad (Alétheia), ser
(Sein) y Dasein son inseparables. No es posible, en rigor, abordar un ingrediente de esta
tríada sin abordar necesariamente los otros dos. Habitualmente, se conoce su interpretación
de la verdad como la teoría de la verdad en tanto alétheia: des-encubrimiento.[7] También la
postura de José Ortega y Gasset podría ponerse bajo ese rótulo.[cita requerida]
Muchos filósofos y lógicos han propuesto un gran número de extensas teorías sobre la
verdad, que ahora son frecuentemente clasificadas en dos campos:
Otros filósofos rechazan la idea de que la verdad es un concepto robusto en este sentido.
Desde este punto de vista, decir "2 + 2 = 4" es verdad es no decir más que 2 + 2 = 4, y no
hay más que decir sobre la verdad que eso. Estas posiciones son llamadas teorías
deflacionistas de la verdad (porque el concepto ha perdido valor) o teorías
"desentrecomilladoras" (para llamar la atención a la mera "desaparición" de las comillas de
citación en casos como el del ejemplo de arriba). La preocupación más importante de estas
visiones es aclarar esos casos especiales donde parece que el concepto de la verdad tiene
propiedades peculiares e interesantes. (véase Paradoja semántica, y abajo).
Desde este punto de vista (véase Gottlob Frege y F. P. Ramsey), la verdad no es el nombre
de alguna propiedad de las proposiciones — algo sobre lo que uno podría tener una teoría.
La creencia de que la verdad es una propiedad es sólo una ilusión causada por el hecho de
que tenemos que predicar "es verdad" en nuestro lenguaje. Como la gran parte de los
predicados nombran propiedades, nosotros asumimos de forma natural que "es verdad"
también lo es. Pero, de acuerdo con los deflacionistas, las declaraciones que parecen decir
la verdad realmente no hacen más que indicar estar de acuerdo con la declaración.
Por ejemplo, la teoría redundante de la verdad sostiene que afirmar que una declaración es
verdad es sólo afirmar la propia declaración. Así, decir que "La nieve es blanca" es verdad
no es sino decir ni más ni menos que la nieve es blanca.[cita requerida]
La idea de que algunas afirmaciones son más acciones que declaraciones comunicativas no
es tan extraño como podría parecer. Considerar, por ejemplo, que cuando la novia dice "Sí,
quiero" en el momento adecuado en una boda, está realizando el acto de tomar a ese
hombre como esposo de por ley. No está describiéndose a sí misma como tomando a ese
hombre.[cita requerida]
La teoría semántica de la verdad tiene como caso general para un lenguaje dado:
Saul Kripke sostiene que un lenguaje natural puede de hecho contener su propio predicado
sin ocasionar contradicción alguna. Él mostró cómo construir una tal y como sigue:
para que entonces verdad quede definida para El granero es grande; después para '
El granero es grande es verdad'; y luego para "' El granero es grande es verdad' es
verdad", y así sucesivamente. [cita requerida]
Nótese que verdad nunca es definida para oraciones como Esta oración es falsa, dado que
no estaba en el subconjunto original y no predica verdad de ninguna oración en el
subconjunto original ni en ninguno de los conjuntos subsecuentes. En palabras de Kripke,
"no tienen base". Como a estas oraciones nunca se les asigna verdad o falsedad incluso si el
proceso se repite infinitamente, la teoría de Kripke implica que algunas oraciones no son ni
verdaderas ni falsas. Según algunos autores, esto contradice el Principio de bivalencia: toda
oración debe ser verdadera o falsa. [cita requerida] Como este principio es una premisa clave para
derivar la Paradoja del mentiroso, la paradoja se disuelve. [cita requerida] (Véase: Saul Kripke)
Las verdades relativas son aquellas ideas o proposiciones que únicamente son verdad en
relación a alguna norma, convención o punto de vista. Usualmente, la norma mencionada
son los principios de la propia cultura. Todo el mundo acuerda en que la veracidad o
falsedad de algunas ideas es relativa: Si se dice que el tenedor se encuentra a la izquierda
de la cuchara, ello depende de desde dónde uno esté viendo. Sin embargo, el Relativismo es
la doctrina que señala que todas las verdades de un dominio particular(dígase moral o
estética) son de esta forma, y el Relativismo implica que toda verdad sólo es en relación a
la propia cultura. Por ejemplo, el Relativismo Moral es la perspectiva que apunta a que
todas las verdades son socialmente inspiradas. Algunos problemas lógicos sobre el
relativismo se explican en el artículo Falacia Relativista.
Las verdades relativas pueden ser contrastadas con las verdades absolutas u objetivas. Estas
últimas son ideas o proposiciones que serían verdaderas para todas las culturas y eras, aún
si las personas que viven en ellas no lo supieran. Por ejemplo, si las matemáticas son
verdades objetivas, entonces hasta los teoremas más abstractos eran verdaderos para los
vikingos o los hititas, incluso aunque ellos no lo supieran. Estas ideas frecuentemente son
atribuidas a la misma naturaleza del universo, de Dios, la naturaleza humana o a alguna
esencia fundamental o significación trascendental.
En el primer caso se usa para distinguir una realidad como realidad verdadera en oposición
a una realidad “aparente”, “ilusoria” “irreal” o “inexistente”; lo que ocurre cuando
tomamos una realidad por “otra”. En este sentido afirmamos, es “oro falso” o “falso oro”,
parece oro, pero no lo es.
Los escolásticos afirmaban que el “ente” poseía la cualidad de su propia verdad. Omne ens
est verum,[19] con independencia de su ser o no ser conocido.
Estas dos formas de consideración de la verdad no siempre aparecen claros en el uso vulgar
de la palabra.
Sin embargo la posibilidad del conocimiento de la verdad así entendida es rechazado por
los escépticos considerando que no es posible para el conocimiento humano el
conocimiento de la realidad.
El máximo exponente de una filosofía basada en este sentido de verdad es Platón. Los
cristianos y escolásticos encontraron la solución situando esa verdad en el mismo
conocimiento divino, pues el conocimiento de Dios es un acto creador; pues en Dios
conocimiento y realidad coinciden.
El empirismo puro, por el contrario, piensa que todo conocimiento es verdad de hecho
relativa a la realidad “conocida” por la experiencia, y no es posible el conocimiento
metafísico como en los escépticos.
En la actualidad, dada la valoración que se tiene de la posibilidad de un conocimiento
metafísico de la “realidad en cuanto tal” este concepto no suele ser tenido mucho en cuenta.
Lo que deja abierto el campo de la verdad lógica a otros tipos de conocimientos verdaderos
no sometidos estrictamente al ámbito y al método científico.
Si todos los elefantes tienen alas y todos los seres alados vuelan, entonces los elefantes
vuelan.
Sin embargo en cuanto a su forma o estructura lógica es una verdad no solo respecto a este
discurso concreto sino en cuanto que todo discurso que mantenga la misma forma o
estructura lógica será siempre y necesariamente verdadero. Su forma lógica hace
verdadero el discurso en este sentido. Su verdad formal es verdad.
Es interesante considerar cómo la Lengua usa el mismo término "verdad" para tantos
significados, incluido este, mientras que en el polo contrapuesto en este caso que es la
"mentira" no ofrece la más mínima duda de su sentido, aun dentro de sus variedades
tipificadas.