Frank Fernc3a1ndez El Anarquismo en Cuba
Frank Fernc3a1ndez El Anarquismo en Cuba
Frank Fernc3a1ndez El Anarquismo en Cuba
f)
, ,
1)
PREFACIO DE
Lily Litvak
PRLOGO DE
Francisco Olaya Morales
Fundacin de Estudios Libertarios
Anselmo Lorenzo
Madrid, 2000
Coleccin Cuadernos Libertarios / 6
FERNNDEZ, Frank
El anarquismo e~ Cuba / Frank Fernrlpef;>~efacio de
LiIV Litvak ; prlogo de Francisco Olaya'if&i1orales. -
Madrid: Fundacin de Estudios Librtarios Anselmo
Lorenzo, 2000. - 142 p. : 11. ; 21 c:m;-"'t9uadernos
Libertarios; 6) e'
Bibliografa: p. 135-137 '" ."
ndice onomstico: p. 139-142 ',' ':: ,
IS B N 84 86864-41-0 ,<', f :'
1. Anarquismo-Cuba~ 2. CUba-Hi~tor{a.~~ XIX-XX.
1. Litvak, LiIV, pro 11.Olava M9rale~i};Fr<ill~(sco, pro 111.
Ttulo. IV. Serie ',e
o
Fundacin de Estudios Libertarios Anselmo Lorenzo, 2000
Paseo de Alberto Palacios, 2
28021 Madrid
Telf 91/797 lf
Fax 91/5052183
ISBN
84-86864--41-0
DEPSITO LEGAL
SE-762-2000
'';;(()'!lt)l' :r,f-",
DIGITALIZACI
Jos V
DISEO y MAQiCIN
Enrique Lpez Marn
IMPRESO EN ESP~A
NDICE
PRLOGO
[5 ]
PREFACIO
[11 ]
DEDICATORIA
[21 ]
ABREVIATURAS y SIGLAS
[20 ]
A MODO DE DECLARACiN
[21 ]
CAPTULO I
Colonianismo y separatismo
1865-1898
[ 23 ]
CAPTULO II
Intervencin y repblica
1899-1933
[471
~
......... [ 3 l .... ..
CAPTULO 111
Constitucin y revoluci6n
1934-1958
[69 ]
~
CAPTULO IV
Castrismo y confrontacin
1959-1961
[87 ]
CAPTULO V
Exilio y sombras
1962-1980
[103 ]
EpLOGO
[123 ]
BIBLIOGRAFA
[135 ]
NDICE ONOMSTICO
[139 ]
......... [ 4 ] .
PREFACIO
Qu es la historia? Actualmente se ha planteado la necesidad de redefinir la
historia de un pas, enfocando el devenir del pueblo. La pregunta es an ms
urgente al referirse a Cuba, no solamente por el parti pris con que se observa
su presente, sino por la incertidumbre de su futuro. Este importante libro
intenta dar algunas respuestas. Para empezar, Frank Fernndez destruye el
mito marxista que insistentemente ha negado la participacin de los
anarquistas en la formacin del pas. Escoge una meticulosa exposicin
crono1gica para desarrollar la historia del movimiento en la isla.
La investigacin para este trabajo fue llevada con la, erudicin y el
cuidado documental que caracteriza el trabajo de Frank Fernndez. Acuciado
por la necesidad de explicarse qu pas, y pese al profundo compromiso con
su pas de origen, el autor se ha negado a aceptar ideas hechas y recomienda
dejar que 10 hechos abran el camino a la investigacin. A pesar de la actitud
negativa que la crtica marxista ha tenido con otras obras de Fernndez, l no
pretende hacer un panfleto panegrico del anarquismo, comprende que cada
sector social tiene derecho de exponer lo que se conoce como su verdad
histrica, pero insiste en que debe basarse en datos evidentes y bien.
interpretados. Por ello, ha estudiado una enorme cantidad de materiales de
primera mano, ha ledo documentos, peridicos, diarios, memorias, ha
explorado bibliotecas y archivos. Por ello, el texto se sustenta en un aparato
crtico detallado y en una fuerte base bibliogrfica tomada de fuentes
primarias y difcilmente accesibles. Se aade a ello la propia experiencia de
varias dcadas de acontecimientos vividos por l y el contacto personal con
los compaeros y grupos del exilio. De all llega a una sntesis perfecta en sus
conClusiones, donde no slo aclara un captulo poco conocido de la historia,
sino muchos otros conceptos ms vastos que informan las discusiones
......... [ 5 ] .
ideolgicas sobre Cuba. Hay que agradecer a Fernndez su dedicacin a la
bsqueda de una claridad expositiva que nos pone al alcance esta sabidura,
porque as, en este libro se expresa un cuerpo de conocimientos y
apropiaciones que son patrimonio de un pueblo.
Adems de la erudicin que guardan estas pginas, lo que hace a este libro
tan atractivo a la lectura es un estilo de prosa transparente, clara, inteligente,
controlada, que hace que el lector quede inmerso en los acontecimientos, casi
como testigo ocular. Se ve la pasin que Fernndez tiene por su tema. Su obra
es sobre gente y acontecimientos que le interesan, y a travs de su
investigacin encuentran nuevas perspectivas, nuevo sentido, y nueva vida.
Explica que ha buscado la influencia que han tenido las ideas libertarias en el
pueblo cubano, por un sentido del deber, y hasta necesidad histrica, puesto
que en ese pas los anarquistas han combatido incansablemente en defensa de
la libertad y la justicia.
El primer captulo cubre el perodo colonial de 1865 a 1898. Se presta
particular atencin a las corrientes del pensamiento anarquista filtradas
durante la formacin y desarrollo de la nacin cubana. Primeramente se nota
la influencia de Proudhon, que tuvo seguidores y discpulos entre artesanos y
obreros progresistas, sobre todo del sector tabacalero, la primera industria
trabajadora que en Cuba haba tomado conciencia de clase y la subsecuente
formacin de la primera sociedad mutalista en Cuba de origen proudhoniano
en 1857. Se analiza despus la trayectoria que va desde la primera huelga en
1856, y la fundacin del semanario La Aurora por el, asturiano Saturnino
Martnez, y la creacin de la lectura en los talleres de tabaquera que tanto
influyeron en la propagacin del ideario anarquista.
Fue en los primeros aos de la dcada de los 80 en el siglo pasado cuando
entraron en Cuba los conceptos sociales procedentes de la Federacin
Regional Espaola, recogidos en el Congreso de Barcelona de 1881,y cuando
el bakuninismo reemplaz a la influencia de Proudhon. Se estableci por esos
aos la Junta Central de Artesanos y el Crculo de Trabajadores de la
Habana y empez a destacar Enrique Roig San Martn, pensador y escritor
que propagaba las ideas desde El Productor. El autor pasa a continuacin a
hacr una minuciosa revisin de los diferentes acontecimientos que jalonan
el establecimiento de las ideas libertarias en la isla; las huelgas en el sector
......... [ 6 ] .
del tabaco que paralizaron la industria, el establecimiento de la Federacin
Local de Tabaqueros que sera el idelogo del anarquismo en Cuba, la
primera celebracin del primero de mayo en 1890, as como las continuas
represiones gubernamentales.
Se analiza con todo cuidado la importante discusin que se origin por la
divisin de opiniones entre los anarquistas partidarios de la independencia y
los que no se adhirieron a la causa porque buscaban otro ideario social. Pero
tambin Fernndez revela cmo los focos revolucionarios que operaban
mayormente desde ciudades de la Florida, eran verdaderos enclaves de
patriotas cratas separatistas. En 1895 la guerra convocada por Mart estall
en Cuba y entre los combatientes figuraron algunos destacados anarquistas,
sobre todo los de la emigracin a Estados Unidos. Un importante tema del
libro es el anlisis de la relacin entre los acontecimientos cubanos y el
movimiento en Espaa. Explica el autor que la crueldad de la guerra
favoreci el separatismo cubano por libertarios como Salvochea y Pedro
Vallina, y las actividades de Betances en Pars, que ayudaron a fomentar
huelgas y protestas. Algunas de las ideas y datos expuestos por Fernndez en
su reveladora obra La sangre de Santa Agueda. Angiolillo, Betances y Cnovas,
(Miami, Ediciones Universal, 1994) son exploradas nuevamente aqu. Y se ve
hasta qu punto el ajusticiamiento de Cnovas fue principio y causa
fundamental de lo que despus se llam El desastre del 98.
En el segundo captulo se estudian las consecuencias de la guerra y las
repercusiones en la isla de las ambiciones poltico-econmicas de
Washington. Cuba era fundamental para los planes estadounidenses debido a
su situacin geogrfica, estratgica no slo para las comunicaciones norte sur
del continente, sino por ser la llave del ya planeado canal interocenico en
Panam. El resultado fue la ocupacin norteamericana de Cuba que empez
el primero de enero de 1899. El libro relata los acontecimientos del mbito
libertario en estos aos, varias huelgas de gran importancia como la de Sagua
la grande, la formacin de la nueva organizacin obrera, Liga General de
Trabajadores, y la visita de Malatesta a la isla. Estudia tambin la segunda
ocupacin americana, y el eco de la revolucin sovitica, la formacinpe la
Fede~acin Obrera de La Habana, y la llegada de la presidencia de Machado,
que determin una persecucin a los anarquistas .
......... [ 7 ] .
El captulo siguiente est dedicado a los acontecimiento que van desde
1934 a 1958. Se inicia con un nuevo gobierno de corte izquierdista y tonos
nacionalistas, cuya figura cumbre fue Fulgencio Batista. Una ley promulgada
por ese gobierno afect mucho al anarquismo en Cuba, pues prohiba el
empleo de ms del cincuenta por ciento de empleados extranjeros. Muchos
militantes tuvieron que abandonar el pas y trasladarse a Espaf\a, donde les
iba a encontrar la guerra civil.
Los avatares del movimiento anarquista quedaran a partir de este
momento a merced del entonces Coronel Batista que se convirti en el
hombre fuerte de Cuba, estableci la dictadura, con el frreo control
subsiguiente de las actividades laborales. A pesar de ello prosperaron algunas
agrupaciones, como la asociacin Juventud Libertaria de Cuba. Nos
enteramos en esas pginas que al estallar la guerra civil espaola, los
anarquistas cubanos se sumaron a la defensa de la Repblica y fundaron en
La Habana la Solidaridad Internacional Antifascista, que trabaj con ahinco
para enviar fondos y armas a los compaeros de la CNT -FAr. Tambin
sabemos que al fin de la guerra, por la gestin de elementos libertarios,
llegaron a Cuba muchos anarquistas espaoles que salieron de Francia y
Espaa con pasaportes cubanos.
Los ltimos captulos revelan hechos casi completamente desconocidos
hasta ahora. Detalla Fernndez cmo los anarquistas haban participado
activamente en la lucha contra Batista; unos desde las guerrillas orientales o
las del Escambray, otros en la lucha urbana. Y ya en ~l folleto Proyecciones
Libertarias, de 1956, donde se atacaba a Batista, se 'mencionaba la poca
confianza que inspiraba Pidel Castro. Aunque al principio se observ una
actitud de cautela con respecto al gobierno revolucionario, al poco tiempo,
en varias publicaciones anarquistas se empezaron a condenar los
procedimientos dictatoriales del rgimen. En retribucin, desde los primeros
das de enero, el gobierno revolucionario expuls a los anarcosindicalistas de
los diversos sectores obreros. Ya en el verano de 1960, convencidos de que
Castro se inclinaba hacia el gobierno totalitario marxista leninista, los
anarquistas lanzaron una declaracin a travs del rgano de agrupacin
sindicalista libertaria, reafirmando la posicin anarquista contra el Estado,
respaldando el trabaj o colectivo y cooperativo en contraste con el
......... [ 8 ] .
centralismo agrario propuesto por el gobierno, y afirmando su actitud
antinacionalista, antimilitarista y antiimperialista. Condenaban el
centralismo burocrtico y las tendencias autoritarias que bullen en el seno
mismo de la revolucin. Este fue uno de los primeros ataques que se
hicieron al rgimen desde un punto de vista ideolgico. Desde ese momento,
los anarquistas tuvieron que sumergirse en la clandestinidad, acusados por el
rgimen de actividades contrarrevolucionarias. Da cuenta Fernndez de las
actividades opositoras del perodo, la publicacin del boletn clandestino
Movimiento de Accin Sindical, y la participacin anarquista en el
sostenimiento de focos guerrilleros en diferentes partes del territorio. Los
compaeros desde mediados de 1960, comprometidos o no con la oposicin
violenta, tuvieron que iniciar la marcha al destierro, y en 1961se inici el
xodo en direccin a los Estados Unidos.
Es ejemplar de la capacidad de supervivencia del anarquismo, la
incansable actividad intelectual de los diversos grupos exiliados, su espritu
emprendedor y claridad de conciencia, pues continuaron sus actividades.
Entre los ya pocos militantes que quedaron en Cuba, muchos fueron presos
en la siniestra prisin de La Cabaa, otros pudieron salir y continuaron su
labor ideolgica y cultural por medio de la publicacin y contacto con los
diversos grupos de compaeros en el exilio. Un importante eplogo nos
proporciona las meditaciones del autor sobre la situacin cubana actual y la
viabilidad de las ideas anarquistas. Un prrafo de Fernndez resume esa
siempre heroica lucha: los anarquistas cubanos han mantenido ese espritu
de lucha y desinters por Cuba y su pueblo, han sido los poseedores de una
larga tradicin de libertad y justicia, unidos por una decisin indestructible,
confiados en que el siglo futuro ser la aurora de un mundo mejor, ms
solidario y ms libre.
Esta obra llena un vaco en la literatura histrica cubana. Es necesario
tener conciencia de esa lucha en un momento en que el pueblo cubano ha
de enfrentar el futuro y tratar de lograr, al fin, la realizacin de sus ideales de
liberacin nacional y social.
Lily Litvak
......... [ 9 ] .
PRLOGO
El tema que trata este librito tena necesidad de un estudio serio y
responsable, como el que aqu se hace, por razones de tica y de oportunidad,
aunque algunos aspectos se hayan condensado en exceso. No solamente
porque fuera necesario terminar con la parcialidad de las fuentes
testimoniales y los intereses facciososque han deformado intencionadamente
la verdad histrica sino, sobre todo, por los interrogantes y cuestiones que
plantea, que deben esclarecerse.
La publicacin de este pequeo librito por su nmero de pginas, pero
grande por su contenido, obedece, pues, a una doble necesidad. En primer
lugar porque va a permitir divulgar la evolucin de la historia cubana, para
terminar con mitos, fbulas y leyendas y, en fin, porque consigue exponer las
aspiraciones ms ntimas de un pueblo que lucha contra la opresin y la
injusticia.
Modestamente, Frank Fernndez, en su a modo de declaracin, deja
constancia de que se trata de una breve y condensada referencia al impacto
de unas ideas determinadas sobre el pueblo cubano, que han hecho
historia. En este aspecto, no obstante, hubiera sido til, quizs, dejar
constancia de que, precisamente, estas teoras, siglos antes, fueron substrato
substantivo de la sociedad cubana, extirpadas por el fanatismo catlico de
los conquistadores.
En realidad, no hay una obra pequea cuando est hecha a contracorrien-
te, por decir la verdad, y tanto ms si no se la acomoda a pequeos intereses
mezquinos, personales o de faccin. La historia que se hace con intencin de
divulgar verdades, sin ms propsito que el de entiquecer la cultura, fomentar
el progreso y abrir nuevos cauces al futuro humano, es siempre grande.
Hay una historia oficial, hecha por funcionarios del Estado, o vividores a
......... [ 11 ] .
cuenta de partidos polticos o de intereses determinados, que se escribe con el
propsito de hacer mritos u obtener recompensas, y la dedicada a la
exaltacin de santos y hroes, que se valen unas a otras. Pero, hay tambin,
por fortuna, la que se escribe sin otro inters que el del deber de conciencia y
el honor que nos merece el lector, al que se trata de informar y documentar.
La historia de Cuba no es simplemente el panegrico mitolgico de
quienes vivieron del sacrificio de su pueblo y de su expolio. Es, ante todo y
sobre todo, la de los hombres y mujeres de este pueblo que, con sangre, sudor
y lgrimas, trataron de plantar hit;~ y abrir surcos en el camino del progreso
y de la libertad, en una sociedad dominada por las mismas lacras impuestas
por los colonizadores hasta 1898.
Si es cierto que, como se afirma con fundamento, los pueblos felices no
tienen historia, la del pueblo cubano es rica y densa porque ha sido fertilizada
por las ideas, la nobleza, la generosidad y el altruismo de los miles de hombres
annimos a los que Frank Fernndez rinde aqu ju.sto homenaje. Pero
tambin es verdad que nos es deudor de siglos de historia que deben
ampliarse, con la probidad que distingue al autor, para permitir conocer lo
que adeudamos al pueblo cubano en el terreno de la teora y de la prctica,
respecto allegado tico e ideolgico que le restituimos despus.
En realidad, para poder valorar esta aportacin en sus justos trminos, habra
habido necesidad de exponer la contrapartida que recibimos a raz del
descubrimiento de Amrica, que tanta influencia tuvo en la elaboracin de
las utopas que sirvieron de fundamento a las ideas socialistas y de ariete para
levantar la pesada losa de la ignorancia y fanat;ismo que pesaba sobre la
Europa medieval. De Moro a Campanella y de WilliamGodwin a Proudhon,
Bakunin y Kropotkin, hay una continuidad ideolgica que se nutre en las
clebres cartas de Amrica Vespucio, sobre la sociedad paradisac~ del
Nuevo Mundo, a la que el anarquismo es tan deudor como a las teoras de
Zenn y de Aristipo.
Resultara interesante documentar la analoga existente entre las teoras
anarquistas que se difunden en la isla a partir de 1850, como documenta
Frank Fernndez en su primer captulo, y las prcticas de vida comunitaria y
libre de la sociedad precolombina cubana. Tanto ms si se tiene en cuenta
que este sistema social guardaba ms similitud con las teoras de Godwin
......... [ 12 ] .
sobre la sociedad sin obligacin ni sancin, precursoras en el campo
anarquista, o las defendidas por Bakunin sobre el derecho soberano de cada
individuo a no buscar ms sancin a sus actos que su propia conciencia.
Ciertamente, la difusin de las ideas de Proudhon a partir de mediados
del sigloXIX, cuando la sociedad cubana haba perdido sus seas de identidad
bajo la opresin de la que Frank llama con mucho acierto aristocracia
criolla de la sacarocracia, debieron provocar un fuerte impacto en los
medios obreros, como 10pone en evidencia la primera huelga de la industria
tabaquera, en 1865. Y tanto ms sitenemos en cuenta que, .como el' autor
seala, el trfico de esclavos negros procedentes de frica se encontraba
entonces en pleno apogeo, hasta el extremo de que en 1879 haba an
396.000 esclavos en Cuba, y que este sistema no fue abolido completamente
hasta 1886, medida en la que la influencia de las ideas anarquistas de
emancipacin humana hubieron de desempear un papel destacado.
De todas maneras, resulta reconfortante el estudio hecho sobre la evolucin
histrica y las luchas que le sirven de soporte, planteadas por las primeras
sociedades obreras de tendencia anarquista inspiradas en las teoras de
Bakunin, contra la inhumanidad de la plutocracia islea y el colonialismo
espaol, hasta llegar a la independencia de Cuba. Merece, sin embargo, hacer
objecin a la afirmacin de Frank sobre el magnicidio de Cnovas cometido
porAngio1i1lo, en coordinacin con Betances desde Pars, tema sobre el que
le he facilitado ya la informacin demostrativa de que esa coordinacin no
existi nunca.
Este magnicidio, desde luego, y situndonos en el terreno de la
interpretacin, debi tener sus consecuencias, aunque tampoco son de
desdear la incapacidad de los gobernantes espaoles y la brbara actuacin
de generales, como Wey1er, que sacrificaron en la manigua a decenas de
miles de espaoles y en los campos de concentracin a miles de campesinos
cubanos, incluidos mujeres y nios. Evidentemente, Frank lleva razn
cuando afirma que durante ese perodo el gobierno espaol [cometi] un
genocidio sin precedentes, aunque ello fuera simplemente la continuidad de
la labor represiva iniciada a raz de la descubierta Amrica, que llev al
ext~rminio total de los indios Arawak de las Antillas, siguiendo la lgica
catlica de los conquistadores.
......... [ 13 ] .
No obstante, durante esta poca que Frank historia muy documentada-
mente, en la que hace resaltar la unidad de independentistas y anarquistas
cubanos contra la barbarie gubernamental espaola, las divergencias de pro-
psito no tardan de ponerse en evidencia. Cuba conquist su independencia
en 1898, y pas de la autonoma tutelada por Espaflaal proteccionismo
autonmico norteamericano, bajo la gida de un general de este pas, hasta
que tras la llamada Enmienda Platt, en 1901, los EE.UU. legalizaron su
dominio sobre la isla, poniendo en evidencia las diferencias de actuacin
entre independentistas, sin ms aspiraciones que la defensa de sus privilegios
personales, y anarquistas, que luchaban por los de la comunidad.
Frank Fernndez nos ofrece, pues, un estudio sistemtico de la sociedad y
del anarquismo cubano y de su originalidad, haciendo un anlisis imparcial
que pone en evidencia la propaganda hecha para defender actividades que
nunca fueron consecuentes. Es decir que, desde una perspectiva temtica, se
trata de un libro nico, porque no tiene otra preocupacin que la de ofrecer
un anlisis histrico, sin compromisos.
Frank estudia en esta obra el siglo y medio de historia densa y profunda,
mal conocida y peor analizada, haciendo resaltar la dimensin fundamental
del anarquismo en esta evolucin. Pero tiene la virtud y la honestidad,
actitud poco frecuente, de no ocuftar los fallos ni los errores que pudieron
cometerse, lo que contribuye a realzar su labor y su independencia crtica.
Hay, sin embargo, en la obra dos temas que, a fuerza de querer sintetizar, se
les hace perder su facultad sinptica. Me refiero concretamente a la
conversin ideolgica del joven conservador Fidel Castro al bolchevismo tras
la nacionalizacin de las industrias americanas en la isla, y la de la ejecucin
del general castrista Arnaldo Ochoa.
En el primer caso me parece que no basta con afirmar que Castro, al
principio, fue ayudado econmicamente por los EE.UU, que fueron los
primeros en reconocer su rgimen diplomticamente, y hasta se podra
afirmar que la ayuda que le prest la ClA no fue desdeable. Pero creo
tambin que para mejor interpretar su evolucin ideolgica habra que tener
en cuenta que la burguesa norteamericana, en el momento del
derrocamiento de la dictadura batistiana, controlaba en Cuba el 40 por 100
de la industria azucarera, el 90 por 100 de minas y haciendas, el 80 por 100 de
......... [ 14 ] .
los servicios pblicos, el 50 por 100 de los ferrocarriles, y la casi totalidad de
garitos y cabarets de la capital.
En segundo lugar, habra que profundizar en el fusilamiento del general
Ochoa, que de acuerdo con la tesis oficial fue ejecutado por estafa y
corrupcin. En primer lugar, porque de ser cierta la acusacin oficial, ella
misma demostrara que las virtudes del rgimen no son tan evidentes como la
propaganda oficial lo pretende, y, en segundo lugar, porque habra que saber
si la versin que hoy defiende la propia hija del ejecutado permitira conocer
otras facetas de la idiosincrasia y de las debilidades de Fidel Castro.
Desde una perspectiva cultural, revolucionaria y sociolgica, como aqu
queda demostrado sin lirismos pero documentalmente, me parece excelente
la historia que se hace del anarquismo cubano, su compromiso permanente
con la revolucin y su homrica lucha por la transformacin de la sociedad,
como la que se hace de la plutocracia criolla, proclive a todas la perfidias y
perjurios, lo mismo que los colonos de horca y cuchillo. Es igualmente
excelente y no merece ninguna objecin, el anlisis que se hace del Partido
Comunista y de sus dirigentes, y la discontinuidad que se documenta y queda
puesta en evidencia, entre sus discursos propagandsticos y su colaboracin
vergonzante con dictadores del temple de Gerardo Machado, Fulgencio
.Batista y Fidel Castro en la represin, la mutilacin y el asesinato de los
defensores de la libertad y de la justicia social.
Pero todo eso es insuficiente, y aunque a las personas informadas como
ocurre con Frank Fernndez les parezca que 10 fuera, al lector que no dispone
de los mismos elementos de juicio se le habr substrado la parte fundamental
de la informacin. Porque para conocer la evolucin poltica de Fidel Castro
y del rgimen castrista no basta la referencia a su formacin burguesa o
socialdemcrata, sino que es preciso desarrollar el proceso que sigue, la ayuda
que recibe de Norteamrica e inclusive de la CrA, la nacionalizacin de la
agricultura y de la industria azucarera, el 17 de mayo de 1959, hasta la
nacionalizacin de las instalaciones de las compaas petroleras Standard
Oil, Texaco y Shell, en julio de 1960, completada con la nacionalizacin de
las empresas americanas, en agosto de 1960, muchas de ellas de origen
mafioso, hasta la ruptura de las relaciones diplomticas con los EE.UU., en
enero de 1961, que son su efecto, y que no le dejan otra alternativa que la de
......... [ 15 ] .
echarse en brazos de Rusia.
Me parece que ha llegado la hora de decir la verdad desnuda, por cruel e
implacable que nos pueda parecer y estoy convencido de que todos estos
aspectos que sealo, Frank Fernndez es capaz de ampliarlos y documentarlos
con la capacidad analtica y crtica que le es consustancial. De ah que me
crea en la obligacin de tener que seal arlo, con el convencimiento de que
esa ampliacin enriquecer su libro y nos ofrecer motivos de reflexin,
rindiendo merecido servicio al pueblo cubano y a todas las vctimas de la
codicia y el sadismo de los dictadores de turno, tanto ms si no omite la
proclividad de Fidel Castro a encender una vela a Stalin y otra a los fascistas
espaoles, de la catadura de Fraga Iribarne, o al pontfice romano.
No obstante, y en particular, no puedo pasar en silencio el litigio que
plantea en los captulos IV y V sobre la impresionante soledad que ha
sufrido el movimiento anarquista cubano, despus del golpe de Estado de
Pidel Castro, y la insolidaridad de que le ha hecho vctima el anarquismo
mundial. Tanto ms, porque se trata de un problema que no puede dejamos
insensibles, porque las cuestiones que plantea en el terreno tico y terico
son de actualidad y mereceran ser analizadas definitivamente, en nombre del
inters general.
Como el propio Frank reconoce, tanto la revolucin mexicana, de 1910,
como la rusa, de 1917, o las castrista, de 1957, provocaron un serio
impacto en los medios anarquistas internacionales, cubanos incluidos, que
tuvo desastrosas consecuencias, con su inevitable cortejo de escisiones, por
motivos subjetivos ms que racionales. Pero esta obstinada repeticin del
mismo error, por falta de anlisis del fenmeno, plantea en principio unos
interrogantes que convendra tener en cuenta, so pena de querer seguir
tropezando eternamente en la misma piedra, a saber:
No existe una confusin irracional o semntica en querer identificar
revolucin, motn o golpe de Estado? Es que la transformacin de la
sociedad no puede hacerse ms que por medio de la violencia? Es que la
revolucin no puede evolucionar sin caer entre las garras del autoritarismo?
Es que el movimiento anarquista no debera profundizar en estos temas y
dotarse de los medios necesarios que impidan la desviacin de la revolucin
por las horcas caudinas de la dictadura?
......... [ 16 ] .
De otra parte, hay que reconocerlo con toda honestidad, la llamada
revolucin cubana, como la mexicana o la rusa, provocaron sensibles
desviaciones que an estn vigentes, por deformacin, falta de informacin o
desviacin, estrictamente en el plano personal. Sera, pues, injusto o cuando
menos excesivo, pretender que esta desorientacin fue permanente y
colectiva, sin que por ello se pretenda minimizar la gravedad del impacto.
La verdad que puede documentarse es que el movimiento anarquista
internacional fue solidario con el primer impulso revolucionario del pueblo
cubano para derrocar la tirana de Fulgencio Batista y transformar la sociedad,
posicin rectificada rpidamente cuando se pudo constatar la desviacin que
se produjo de tipo autoritario. En este caso concreto, las experiencias
anteriores, permitieron una rpida rectificacin del conjunto orgnico,
aunque algunas excepciones, muy limitadas, hicieron efecto, inclusive en los
medios cubanos, como el propio Frank reconoce.
De todas formas es innegable, y hay que reconocerlo con sinceridad, que
en el primer momento la falta de informacin responsable fue un factor de
confusin evidente, que no se puede desdear. Mas parece tambin evidente
que esta carencia no es solamente imputable a quienes se encontraban a
miles de kilmetros del epicentro del fenmeno, acosados de una y otra parte
por versiones interesadas.
Es cierto que algunos, de forma personal e indirecta, tuvimos noticias de
la constitucin en Nueva York y en Miami de Agrupaciones Anarquistas de
cubanos exiliados, aunque stas no dieron nunca seales de vida ni nos fuese
posible establecer una relacin indirecta. Los anarquistas cubanos, entonces
como ahora, es posible que, como afirma Frank Fernndez, entraran en
relacin directa con militantes ms o menos conocidos del movimiento
anarquista, pero no lo hicieron nunca de manera orgnica y responsable,
porque en ese caso se puede afirmar sin ambages que la CNT de Espaa en el
exilio hubiera sabido honorar el principio de solidaridad que le fue siempre
consustancial.
Evidentemente, Frank Fernndez, cita una veintena de nombres, pero la
mayor parte de ellos no fueron nunca anarquistas o hace mucho tiempo que
dejaron de serlo, lo que en la poca como ahora es posible que contribuya a
sembrar la confusin. Tanto ms si tenemos en cuenta que algunos de lqs
......... [ 17 ] .
individuos citados tenan relaciones equvocas, y que otros eran conocidos
por su volubilidad ideolgica.
Conviene precisar tambin que Abelardo Iglesias, en 1965, a su paso por
Toulouse y Pars, se limit a establecer relaciones personales, desdeando las
orgnicas entre los anarquistas cubanos y los de otras latitudes, que hubiera
podido y debido evitarse. Claro est que todo esto no justifica de ninguna
manera el fallo de la solidaridad y el trauma que ha podido ocasionar, que
debe ser denunciado con energa para evitar su repeticin, puesto que parece
evidente que las carencias en la r~lacin del anarquismo internacional que
hicieron defecto ayer, lo sigue haciendo hoy.
La acusacin de Frank contra un Comit de la CNT y contra la directora
de su peridico, pone bien en evidencia que las omisiones sealadas fueron
siempre personales, aunque implicaran escandalosa vulneracin de
atribuciones y violacin del principio de solidaridad, fundamental y bsico.
La prueba la ofrece el propio Frank al reconocer que la CNT, de manera
responsable y desautorizando gestiones anteriores, invit oficialmente a los
anarquistas cubanos con motivo de la celebracin de su Congreso en Madrid,
en 1979, reanudndose las relaciones y lazos orgnicos quebrantados, lo que
en cierto modo nos lava del ludibrio de actuaciones censurables.
He escrito este prlogo a peticin de Frank y de la Fundacin Anselmo
Lorenzo, pero ms que nada por obligaciones de tipo tico. En cierto modo es
la manera que me ha parecido ms adecuada para manifestar mi solidaridad,
de ayer y de hoy, a l y a los que con 'l han sufrido de una insolidaridad que
nos ha parecido siempre ajena.
Francisco Olaya Morales
......... [ 18 ] .
A la memoria de Mara Teresa,
que siempre estar con nosotros
Frank Femndez
AIT
ALC
ARS
ASL
BIL
CDR
CGT
CIRA
CNOC
CNT
CO
CONI
CTC
CTCR
DDG
FAF
FAI
FAIT
FGAC
FAM
FLA
FOH
FRE
MAS
MLCE
M26J
PCC
PRC
PRCA
SAC
SGT
SIA
UN
ABREVIATURAS y SIGLAS
Asociacin Internacional de Trabajadores
Asociacin Libertaria de Cuba
Alianza Revolucionaria Socialista
Agrupacin Sindical Libertaria
Boletn de Informacin Libertaria
Comit de Defensa de la Revolucin
Confederacin General de Trabajadores
Centre International de Recherches Sur L'Anarchisme
Confederacin Nacional Obrera de Cuba
Confederacin Nacional del Trabajo
Comisiones Obreras
Comit Obrero Nacional Independiente
Confederacin de Trabajadores de Cuba
Confederacin de Trabajadores de Cuba Revolucionaria
Documento de Gaona
Federacion Anarchiste Francaise
Federacin Anarquista Ibrica
Federazione Anarchica Italiana
Federacin de Grupos Anarquistas de Cuba
Federacin Anarquista Mexicana
Federacin Libertaria Argentina
Federacin Obrera de La Habana
Federacin Regional Espaola
Movimiento de Accin Sindical
Movimiento Libertario Cubano en el Exilio
Movimiento 26 de Julio
Partido Comunista Cubano
Partido Revolucionario Cubano
Partido Revolucionario Cubano Autntico
Sueriges Arbetares Centralorganisation
Sociedad General de Trabajadores
Solidaridad Internacional Antifascista
Umanita Nova
......... [ 20 J
A MODO DE DECLARACIN
Este trabajo consiste en una breve y condensada resea de la influencia que
dentro del pueblo cubano han tenido las ideas libertarias. Creemos que es un
deber y hasta una necesidad histrica el dejar reflejada una sntesis de las
crnicas anarquistas en Cuba. Por ms de un siglo de sacrificios y luchas a
favor de las clases ms humildes de nuestro pas, los cratas han combatido
sin descanso en defensa de la libertad y la justicia social al servicio del pueblo
cubano.
Nos concentraremos en los actos ms notables y las figuras prominentes
de un grupo de hombres y mujeres que, sin recursos de ningn tipo, ayuda o
patrocinio de ninguna clase, olvidados y perseguidos, no slo fueron capaces
de legamos sus ideas de libertad y redencin social, sino tambin de dejar
una huella en el panorama de la cultura y la historia de Cuba. Estos
anarquistas y sus actividades ms relevantes, sus sacrificios y persecuciones,
pertenecen tanto a los anales de las clases obrero-campesinas como al inicio
y la organizacin del movimiento obrero en Cuba, al mismo tiempo que son
parte importante de nuestra formacin como pueblo y sociedad.
Con estas palabras comenzaba mi folleto Cuba, the Anarchists and
Freedom, publicado en ingls en 1987, editado en varias ocasiones e incluido
en una versin electrnica en Internet en 1995, folleto que he tomado como
base para este trabajo corregido y aumentado, con la intencin de hacerla
conocer en espaol, haciendo nfasis' en los dos captulos finales de mi obra
sobre los ltimos aos del anarquismo organizado en Cuba, con el deseo de
dar a conocer a otros lectores una serie de incidentes y datos que no fueron
incluidos por diferentes razones en la primera edicin australiana de Monty
Miller Press, publicada en Sidney y distribuida por todo el mundo de habla
......... [ 21 J
inglesa. Como era de esperar y por 10 difundido de esta pequea obra, la
crtica marxista o pro castrista hizo el propsito de difamar y calumniar este
trabajo. Los menos cnicos me acusaron de hacer un panfleto panegrico
maniquesta y lleno de informaciones apo10gticas a favor del anarquismo
cubano con fines propagandsticos. Nada de eso es cierto. Por el contrario,
entiendo que cada sector social tiene derecho a exponer 10 que se conoce
como su verdad histrica basada, por supuesto, en datos evidentes y bien
interpretados, y se fue y sigue siendo el motivo de esta obra.
El autor quiere agradecer la 200peracin y paciencia de los ltimos
sobrevivientes del anarquismo cubano en la dispora que hicieron posible la
versin oral y final de este proyecto. Suria Linsuan, C1audio Martnez, Len
G. Monte10ngo y Helio Nardo colaboraron en los captulos finales. Tambin
el autor recibi la informacin directa de los desaparecidos Marcelo Salinas,
Casto Mosc, Manuel Ferro, Manuel Gonz1ez, Agustn Castro y Abelardo
Iglesias, que aportaron sus memorias a esta sntesis.
Para finalizar, este trabajo est dedicado en su totalidad a todos aquellos
militantes annimos cuyos nombres no aparecen en este relato, pero que con
su ejemplo y humildad dejaron una huella imborrable en nuestro destino. Sin
ellos esta historia nunca hubiera podido ser escrita .
. .. . . .. . . [ 22 ] .
CAPTULO I
Colonianismo y Separatismo
1865-1898
La sociedad cubana del siglo XIX posea una serie de caractersticas que la
hacan nica en el continente americano. Desde principios de siglo la
explotacin econmica de las riquezas cubanas haban sido obra de la clase
blanca dominante originaria del pas con ttulos de nobleza espaola. Esta
aristocracia criolla posea recursos y poder suficientes para influir en la
poltica colonial con respecto a la Isla. Mientras que el resto del continente
decida separarse violentamente del dominio colonial espaol, la plutocracia
criolla se senta ms espaola que Fernando VII y se opuso deliberadamente a
cualquier tipo de sentimiento reformista, por muy modesto que realmente
fuera.
El cultivo de la caa, el tabaco y el caf, que eran los tres productos ms
importantes de la riqueza agrcola cubana, necesitaba de mano de obra barata
para poder competir en los mercados internacionales, y fue de esta manera
que, en abierto contubernio con la Corona espaola y con las autoridades
coloniales, se increment notablemente el trfico de esclavos negros
procedentes de frica, establecindose una sociedad esclavista y abusiva. Ya
para mediados del siglo XIX la aristocracia criolla se haba convertido en una
poderosa sacarocracia y la economa cubana dependa en forma anormal de la
trata de negros y de la deplorable institucin de la esclavitud.
La divisin clasista cubana por esos aos era piramidal. En el tope la
sacarocracia y los funcionarios coloniales espaoles; en la base se mezclaban
artesanos, obreros de la industria azucarera y tabacalera con negros libertos,
campesinos pobres y esclavos africanos. En esta divisin haba tanto
diferencias raciales como sociales y tan discriminado o explotado poda ser
......... [ 23 ] .
un esclavo negro como un campesino o un emigrante espaol. Se debe tener
en cuenta, por lo tanto, que las diferencias clasistas fueron impuestas por las
clases dominantes y no establecidas en Cuba por la base de la pirmide.
Era natural que, preocupados por las ideas sociales que explotaban
constantemente en Europa, los obreros y artesanos cubano-espaoles
aspiraran a tener una sociedad ms justa y ms libre. La emigracin espaola
casi masiva a mediados de 1850, propiciada por el evidente temor de los
criollos de africanizar a Cuba, como amenazaba la Corona desde Madrid,
trajo consigo en su equipaje una serie de conceptos sociales totalmente
nuevos en Cuba. Y fue de esta manera como las ideas sociales del tipgrafo
francs Pierre-Joseph Proudhon, uno de los pensadores socialistas ms
originales de ese siglo, llegaron a Cuba.
Proudhon, cuyas ideas y teoras econmicas haban causado un gran
impacto en Europa, influyeron decisivamente en los orgenes del anarquismo
en Cuba. El pensador francs, que fue sin duda el primer idelogo del
pensamiento crata moderno, tuvo en la Isla seguidores y discpulos entre
artesanos y obreros progresistas de su tiempo, sobre todo dentro del sector
tabacalero, que fue la primera industria en Cuba que haba tomado cierta
conciencia de clase dentro del pueblo trabajador. En 1857 se fund la
primera sociedad mutualista en Cuba de origen proudhoniano con la idea de
crear una especie de asociacin laboral libre de la influencia patronal o
estatal. Fue el primer paso de la creacin de una sociedad civil dentro del
proletariado en Cuba.
En agosto de 1865 se declara la primera huelga en Cuba dentro de la
industria del tabaco que termin en un acuerdo obrero-patronal. A finales de
ese ao el asturiano Saturnino Martnez funda el primer semanario obrero en
La Habana, La Aurora, donde se planteaban algunas de las ideas de
Proudhon, debidas a un ingeniero mecnico llamado Jos de Jess Mrquez.
Fue en La Aurora y no por casualidad, que Mrquez propuso por primera vez
en Cuba la idea de las sociedades cooperativas. Martnez por esos aos,
estaba influido por las ideas de Proudhon en algunos aspectos de su filosofa
federalista y de ayuda mutua, aunque sus proposiciones laborales no eran
realmente revolucionarias con respecto a los obreros de la industria que deca
representar. Martnez, sin embargo, dio el primer paso en la proteccin de las
......... [ 24 ] .
asociaciones obreras y fue el creador de la lectura en los talleres de tabaquera
que de tanta utilidad resultaran en los aos por venir en la propagacin del
ideario anarquista dentro de esa industria.
De lo que parece no haber dudas, es que por esos aos anteriores a la
Guerra de los Diez Aos, conflicto que el separatismo armado haba iniciado
contra el colonialismo espaol, la fundacin de las primeras asociaciones y
sociedades libres de tabaqueros, cajistas, carpinteros, jornaleros y artesanos,
10 que se podra considerar como el incipiente proletariado cubano, fue
debido a la influencia de Proudhon en Cuba. El pas y el obrerismo cubano le
debe, por lo tanto, al anarquista francs, entre otras cosas, la creacin de
centros regionales, escuelas laicas, sanatorios y asociaciones obreras de ayuda
mutua. La primera guerra separatista detendra este impulso social por
mejorar de las clases ms oprimidas al mismo tiempo que obligara a cambiar
las estructuras sociales cubanas, arruinara a la sacarocracia criolla y
eventualmente terminara con la esclavitud en Cuba.
Durante el proceso de la guerra cubana de 1868 a 1878, el primer intento
blico de los cubanos por separarse del colonialismo espaol, participaron
como combatientes algunos obreros de la industria tabacalera y varios
exiliados de la Comuna de Pars. La influencia de Proudhon con relacin a
algunos dirigentes separatistas es tambin innegable. Entre stos, Salvador
Cisneros Betancourt y Vicente Garca no negaron sus simpatas por el
Federa1ismo y la descentralizacin influidos por las ideas del pensador
francs.
Pero fue en realidad durante los primeros aos de la dcada de 1880
cuando se puede notar con seguridad la presencia anarquista en Cuba,
cuando un obrero tipgrafo exiliado en Nueva York por motivo de la guerra
contra Espaa, nombrado J. C. Campos, inicia, a su regreso a La Habana, las
relaciones solidarias entre anarquistas espaoles y cubanos. La profusin de
propaganda crata que llegaba regular y clandestinamente de Barcelona en
forma de folletos y semanarios, adems de la ola migratoria proletaria que
proceda de Espaa en direccin a Cuba, fortaleci el traspaso de las ideas, y
como consecuencia nuevos adeptos dentro de la clase obrera cubana con una
nu~va definicin socialista y revolucionaria que proceda directamente de la
Alianza Revolucionaria Socialista (ARS) .
......... [ 25 ] .
Fue por esos aos cuando el pensamiento anarquista haba tomado una
fuerza inusitada dentro de obreros y campesinos en Francia, Italia, Rusia y
sobre todo Espaa. Su principal propulsor y organizador fue otra figura
notable de su tiempo, Mijal A. Bakunin, revolucionario y escritor ruso
continuador de las ideas de Proudhon. Los campos entre el socialismo
marxista de corte absolutista y el socialismo revolucionario o anarquista ya
estaban delimitados en los Congresos de La Haya y Sto Imier con la
fundacin de la ARS en 1864",y ms adelante, en 1868, la Alianza
Internacional Socialista Democrtica. Adems, la bien conocida Declara~in
de Principios redactada por el propio Bakunin haba establecido las diferencias
entre el llamado socialismo autoritario representado por Marx y el socialismo
libertario o revolucionario auspiciado por los cratas.
Estos conceptos sociales, que procedan directamente de la Federacin
Regional Espaola (FRE) recogidos en el Congreso de Barcelona de 1881,
fueron, sin dudas ni reparos, los que tuvieron un impacto definitivo entre los
elementos obreros ms revolucionarios y militantes dentro de Cuba,
suplantando en el campo sindical las ideas de Proudhon. Fue de esta forma
como el proletariado cubano empez a tomar una conciencia clasista con
relacin a los abusos patronales y las reivindicaciones sociales.
En 1882 los anarquistas empiezan una lucha contra el reformismo
preconizado dentro de las asociaciones obreras por el mismo Saturnino
Martnez, ya en otra etapa diferente de su larga vida, esta vez ms a favor de
los intereses patronales que a la causa obrera. Este tipo de ideas reformistas
de acomodo con los intereses capitalistas por parte de la clase obrera fue
combatido por los anarquistas que se negaban a este tipo de
colaboracionismo. Las ideas combativas de los cratas tuvieron resonancia
dentro del proletariado cubano, y de esta forma el anarquismo en Cuba
comenz a destacarse y ganar adeptos. Roig San Martn consideraba que
ningn gremio u organizacin obrera debiera estar atado a los pies del
capital. Siguiendo este tipo de consignas se establece en 1885 la Junta
Central de Artesanos con la idea de organizar y unir a los trabajadores en
federaciones. Ese mismo ao se haba fundado el Crculo de Trabajadores de
La Habana, entidad a todas luces cultural y educativa, pero que en la
prctica responda al ideario de los anarquistas .
......... [ 26 J
Enrique
Credo
Enrique
RoigSan
Martn.
Ya desde 1883, surga la figura ms prestigiosa del anarquismo cubano de
su tiempo, y probablemente de toda su historia, en la personalidad carismtica
de Enrique Roig San Martn (1843-1889), pensador y escritor que desde El
Obrero primero y ms adelante en El Productor de La Habana, se convierte en
idelogo y organizador del anarquismo en Cuba. Las huelgas que se producen
casi sin descanso en el sector tabacalero ya a finales de la dcada, son todas de
inspiracin y organizacin crata, sostenidas y orientadas desde el vocero de
un Semanario consagrado a la defensa de los intereses econmico-sociales
de la clase obrera. Este esfuerzo fue respaldado por un Comit en el cual
participaban algunos obreros influidos por las ideas de la ARS, entre los que
se encontraban Pedro Merino, Francisco Domenech, Gervasio Garca Purn,
Eduardo Gonzlez Boves, Enrique Messonier y Enrique Creci .
.H&beJ!ia., Jacto :Agosto de l!lp
EL PR9DUCTOR
Pcriodico lilcriario
lii.//www.lunanidad.wclcindario.con/