El documento presenta resúmenes de varios milagros realizados por Jesús descritos en el Nuevo Testamento, incluyendo la conversión de agua en vino en las bodas de Caná, la curación de un leproso, la curación de un paralítico, la multiplicación de los panes y los peces, y la resurrección de la hija de Jairo. Todos estos milagros muestran el poder y la autoridad de Jesús para sanar enfermedades, perdonar pecados, y vencer a la muerte.
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El documento presenta resúmenes de varios milagros realizados por Jesús descritos en el Nuevo Testamento, incluyendo la conversión de agua en vino en las bodas de Caná, la curación de un leproso, la curación de un paralítico, la multiplicación de los panes y los peces, y la resurrección de la hija de Jairo. Todos estos milagros muestran el poder y la autoridad de Jesús para sanar enfermedades, perdonar pecados, y vencer a la muerte.
El documento presenta resúmenes de varios milagros realizados por Jesús descritos en el Nuevo Testamento, incluyendo la conversión de agua en vino en las bodas de Caná, la curación de un leproso, la curación de un paralítico, la multiplicación de los panes y los peces, y la resurrección de la hija de Jairo. Todos estos milagros muestran el poder y la autoridad de Jesús para sanar enfermedades, perdonar pecados, y vencer a la muerte.
El documento presenta resúmenes de varios milagros realizados por Jesús descritos en el Nuevo Testamento, incluyendo la conversión de agua en vino en las bodas de Caná, la curación de un leproso, la curación de un paralítico, la multiplicación de los panes y los peces, y la resurrección de la hija de Jairo. Todos estos milagros muestran el poder y la autoridad de Jesús para sanar enfermedades, perdonar pecados, y vencer a la muerte.
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La boda de Can
Jess acudi con los discpulos y Mara a
una boda en Can, Mara estaba con Jess en la fiesta y se fija en un momento determinado que ya no haba vino y le dice a su Hijo:"no tienen vino: Jess responde " an no ha llegado mi hora"; se cruzan las miradas. Mara amablemente compenetrada con su Hijo dice en voz baja a los sirvientes: "Haced lo que l os diga" . Entonces Jess se levanta, y se dirige a los sirvientes y les indica que llenen las hidrias de agua. Los sirvientes obedecen. Y se realiza el milagro de convertir el agua en vino. Entonces los discpulos se dan cuenta de lo que ha pasado. La pesca milagrosa Aconteci que Jess predicaba la palabra de Dios las multitudes se agolpaban sobre l y, Jess estaba de pie junto al lago de Genesaret, y vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores haban salido de ellas y estaban lavando sus redes. Al entrar l en una de las barcas, la cual perteneca a Simn, pidi a ste que la apartase de tierra un poco. Luego se sent y enseaba a las multitudes desde la barca. Cuando acab de hablarles, dijo a Simn: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Simn le respondi y dijo: Maestro, toda la noche hemos trabajado duro y no hemos pescado nada. Pero por tu palabra echar la red. Cuando lo hicieron, atraparon una gran cantidad de peces, y sus redes se rompan. Hicieron seas a sus compaeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles. Ellos vinieron y llenaron ambas barcas, de manera que se hundan. Y Simn Pedro, al verlo, cay de rodillas ante Jess exclamando: Aprtate de m, Seor, porque soy hombre pecador! Por la pesca que haban logrado, el temor se apoder de Pedro y de todos los que estaban con l, y de igual manera de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran socios de Simn. Entonces Jess dijo a Simn: No temas; de aqu en adelante estars pescando hombres. Despus de sacar las barcas a tierra, lo dejaron todo y le siguieron. El milagro de los panes y los peces A Jess le segua una gran muchedumbre porque vean los milagros que haca con los enfermos. Jess subi al monte, y se sent all con sus discpulos. Estaba prxima la Pascua, la fiesta de los judos. Jess, al levantar la mirada y ver que vena hacia l una gran muchedumbre, dijo a Felipe: Dnde compraremos pan para que coman estos? Lo deca para probarle, pues l saba lo que iba a hacer. Felipe le respondi: Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno coma un poco. Uno de sus discpulos, Andrs, el hermano de Simn Pedro, le dijo: Aqu hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero qu es esto para tanta gente? Tradmelos ac y que se siente todo el mundo. Se acomodaron en grupos. Jess tomo los panes y los peces, mir al cielo; los bendijo, y los parti. Luego mand a sus discpulos que los distribuyeran entre la multitud. Los cinco mil hombres que haba, sin contar mujeres y nios, se saciaron de pan y pescado. An se recogieron doce canastos de los pedazos que sobraron. Curacin de un leproso Aconteci que Jess estando en la ciudad, Se le acerca un leproso, que rogndole de rodillas, le deca: Si quieres, puedes limpiarme. Y compadecido Jess , extendi la mano, le toc y le dijo: queda limpio. Y al momento, desapareci de l la lepra y qued limpio. Le conmin y enseguida lo despidi, dicindole: Mira, no digas nada a nadie; pero anda, presntate al sacerdote y ofrece por tu purificacin lo que orden Moiss, para que les sirva de testimonio. Sin embargo, una vez que se fue, comenz a proclamar y a divulgar la noticia, hasta el punto de que ya no poda entrar abiertamente en ciudad alguna, sino que se quedaba fuera, en lugares apartados. Pero acudan a l de todas partes"
Curacin de un paralitico Jess Subi a una barca, cruz de nuevo el mar y lleg a su ciudad. Entonces, le presentaron a un paraltico tendido en una camilla. Al ver Jess la fe de l, le dijo al paraltico: - Ten confianza, hijo, tus pecados te son perdonados. Entonces algunos escribas dijeron para sus adentros: Este blasfema. Conociendo sus pensamientos, dijo: - Por qu pensis mal en vuestros corazones? Qu es ms fcil decir?: Tus pecados te son perdonados, o decir :levntate y anda? Pues para que sepis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la tierra para perdonar los pecados- se dirigi entonces al paraltico-, levntate, toma tu camilla y vete a tu casa. l se levant y se fue a su casa. Al ver esto, la gente se atemoriz y glorifico a Dios por haber dado tal potestad a los hombres.
Curacin de dos ciegos de Jeric Al salir Jess de Jeric, le sigui una gran multitud. Y he aqu, dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al or que Jess pasaba, gritaron, diciendo: Seor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! Y la gente los reprenda para que se callaran, pero ellos gritaban ms an, diciendo: Seor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros! Detenindose Jess, los llam, y dijo: Qu queris que yo haga por vosotros? Ellos le dijeron*: Seor, deseamos que nuestros ojos sean abiertos. Entonces Jess, movido a compasin, toc los ojos de ellos, y al instante recobraron la vista, y le siguieron. Jess sana a un sordomudo Volviendo a salir Jess de la regin de Tiro, vino por Sidn al mar de Galilea, pasando por la regin de Decpolis. Y le trajeron un sordo y tartamudo, y le rogaron que le pusiera la mano encima. Y tomndole aparte de la gente, meti los dedos en las orejas de l, y escupiendo, toc su lengua; y levantando los ojos al cielo, gimi, y le dijo: Efata, es decir: S abierto. Al momento fueron abiertos sus odos, y se desat la ligadura de su lengua, y hablaba bien. Y les mand que no lo dijesen a nadie; pero cuanto ms les mandaba, tanto ms y ms lo divulgaban. Y en gran manera se maravillaban, diciendo: bien lo ha hecho todo; hace a los sordos or, y a los mudos hablar
Curacin del endemoniado de Gerasa Jess y sus discpulos llegaron a la otra orilla del mar, a la regin de los grasenos. Apenas Jess desembarc, le sali al encuentro desde el cementerio, un hombre posedo por un espritu impuro. El habitaba en los sepulcros, y nadie poda sujetarlo, ni si quiera con cadenas. Muchas veces lo haban atado con grillos y cadenas, pero l haba roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie poda dominarlo. Da y noche, vagaba entre los sepulcros y por la montaa, dando alaridos e hirindose con piedras. Al ver de lejos a Jess, vino corriendo a postrarse ante l, gritando con fuerza: Qu quieres de m, Jess, Hijo de Dios, el Altsimo?. Te conjuro por Dios, no me atormentes!. Porque Jess le haba dicho: Sal de este hombre, espritu impuro!. Despus le pregunt: Cul es tu nombre?. l respondi: Mi nombre es Legin, porque somos muchos. Y le rogaba con insistencia que no lo expulsara de aquella regin. Haba all una gran piara de cerdos que estaba paciendo en la montaa. Los espritus impuros suplicaron a Jess: Envanos a los cerdos, para que entremos en ellos. l se lo permiti. Entonces los espritus impuros salieron de aquel hombre, entraron en los cerdos, y desde lo alto del acantilado, toda la piara unos dos mil animales- se precipit al mar y se ahog. Los cuidadores huyeron y difundieron la noticia en la ciudad y en los poblados. La gente fue a ver qu haba sucedido. Cuando llegaron a donde estaba Jess, vieron sentado, vestido y en su sano juicio, al que haba estado posedo por aquella Legin, y se llenaron de temor. Los testigos del hecho les contaron lo que haba sucedido con el endemoniado y con los cerdos. Entonces empezaron a pedir a Jess que se alejara de su territorio. En el momento de embarcarse, el hombre que haba estado endemoniado le pidi que lo dejara quedarse con l. Jess no se lo permiti, sino que le dijo : Vete a tu casa con tu familia, y annciales todo lo que el Seor hizo contigo al compadecerse de ti. El hombre se fue y comenz a proclamar por la regin de la Decpolis lo que Jess haba hecho por l, y todos quedaban admirados.
La hija de Jairo Pasando otra vez Jess en una barca a la otra orilla, se reuni alrededor de l una gran multitud; y l estaba junto al mar. Viene uno de los jefes de la sinagoga de nombre Jairo, y, al verlo, se echa a sus pies, y le suplica con insistencia diciendo: mi hija esta en las ltimas. Ven, impn tus manos sobre ella para q se salve y viva. Todava estaba l hablando, cuando llegan desde la casa del jefe de la sinagoga, diciendo: Tu hija ha muerto; para qu molestas ya al Maestro? Jess, al or lo que hablaban, dice al jefe de la sinagoga: No temas, tan slo ten fe. Llegan a la casa del jefe de la sinagoga, y ve el alboroto, y a los que lloraban y a las plaideras. Y al entrar, les dice: Por qu alborotis y estis llorando? La nia no ha muerto, sino que duerme. Y se rean de l. Pero l, haciendo salir a todos, toma consigo al padre y a la madre de la nia y a los que le acompaaban, y entra donde estaba la nia. Y tomando la mano de la nia, le dice: Talita qumi, que significa: Nia, a ti te digo, levntate. Y en seguida la nia se levant y se puso a andar, pues tena doce aos. Y quedaron llenos de asombro. Les insisti mucho en que nadie lo supiera, y dijo que dieran de comer a la nia.
Resurreccin de Lzaro Haba un enfermo llamado Lzaro, de Betania, la aldea de Mara y de su hermana Marta. Mara era la que ungi al Seor con perfume y le sec los pies con sus cabellos; su hermano Lzaro haba enfermado. Entonces las hermanas le enviaron este recado: -Seor, tu amigo Lzaro a quien tanto amas, est enfermo. -Esta enfermedad no es de muerte, sino para glorificar al Hijo de Dios -coment Jess con sus Apstoles. Pasados dos das les dijo que deban regresar a Judea porque Lzaro haba muerto. Se pusieron en camino y cuando ya estaban cerca de Betania, Marta, que haba sabido que llegaba Jess, sali a su encuentro dicindole. -Seor, si hubieras estado aqu mi hermano Lzaro no habra muerto... -Resucitar a tu hermano -le prometi Jess. Marta avis a su hermana Mara que el Maestro estaba all, y que la llamaba. Los judos que haban venido de Jerusaln a darles el psame y estaban en la casa pensaron que iba al sepulcro y la acompaaron. Mara, al llegar donde estaba Jess, se postr llorando a sus pies al tiempo que se quejaba igual que su hermana. Jess se conmovi y tambin llor. -Dnde lo habis puesto? -pregunt. -Ven, Seor, y lo vers. Cuando llegaron al sepulcro hizo que retiraran la losa de piedra que tapaba la entrada. Marta le advirti que ya ola mal, pues hacia cuatro das que estaba muerto. Jess mir al cielo en oracin y luego exclam en voz alta: -Lzaro, ven afuera! Al instante apareci de pie en la puerta. Jess orden que le quitaran las vendas para que pudiera caminar.