Antologia Mio Cid
Antologia Mio Cid
Antologia Mio Cid
4
Nadie da hospedaje al Cid por temor al Rey. Slo
una nia de nueve aos pide al Cid que se vaya. El
Cid acampa en la glera del ro Arlanzn
Le convidaran de grado, mas ninguno no osaba;
El rey don Alfonso tena tan gran saa;
Antes de la noche, en Burgos de l entr su carta,
Con gran recaudo y fuertemente sellada:
Que a mo Cid Ruy Daz, que nadie le diese posada,
Y aquel que se la diese supiese veraz palabra,
Que perdera los haberes y adems los ojos de la cara,
Y an ms
los cuerpos y las almas.
Gran duelo tenan las gentes cristianas;
Escndense de mo Cid, que no le osan decir nada,
El Campeador adeli a su posada.
As como lleg a la puerta, hallola bien cerrada;
Por miedo del rey Alfonso que as lo concertaran:
Que si no la quebrantase por fuerza, que no se la
abriesen por nada.
Los de mo Cid a altas voces llaman;
Los de dentro no les queran tornar palabra.
Aguij mo Cid, a la puerta se llegaba;
Sac el pie de la estribera, un fuerte golpe le daba;
No se abre la puerta, que estaba bien cerrada.
Una nia de nueve aos a ojo se paraba:
-Ya, Campeador, en buena hora ceisteis espada!
El Rey lo ha vedado, anoche de l entr su carta
Con gran recaudo y fuertemente sellada.
No os osaramos abrir ni acoger por nada;
Si no, perderamos los haberes y las casas,
Y, adems, los ojos de las caras.
Cid, en el nuestro mal vos no ganis nada;
7
16
El Cid da nimos a doa Jimena
Merced, oh Cid, barba tan cumplida!
Heme ante vos,
yo y vuestras hijas,
Infantes son y de das chicas,
Con estas mis dueas de quien soy servida.
Yo lo veo que estis vos en ida
Y nos de vos nos hemos de partir en vida.
Dadnos consejo,
por amor de santa Mara!
Inclin las manos
en la su barba bellida;
A las sus hijas
en brazos las prenda;
Llegolas al corazn,
que mucho las quera.
Llora de los ojos, tan fuertemente suspira:
-Ay, doa Jimena, la mi mujer tan cumplida,
Como a la mi alma, yo tanto os quera!
Ya lo veis que partir nos hemos en vida;
Yo ir y vos quedaris retenida.
Plega a Dios
y a santa Mara,
Que aun con mis manos case estas mis hijas,5
O que d ventura y algunos das vida
Y vos, mujer honrada,
de m seis servida!
[]
14
El Cid va a San Pedro de Cardea
Con estos caballeros que le sirven a su sabor.
Aprisa cantan los gallos y quieren quebrar albores.
Cuando lleg a San Pedro, el buen Campeador,
El abad don Sancho, cristiano del Criador,
Rezaba los maitines, a vuelta de los albores.
All estaba doa Jimena con cinco dueas de pro,
Rogando a San Pedro y al Criador:
-T que a todos guas, vale a mo Cid el Campeador.
15
Llegada del Cid a San Pedro de Cardea
Llamaban a la puerta, all supieron el mandado.
Dios, qu alegre fue el abad don Sancho!
[]
8
19
El ngel Gabriel se aparece en sueos al Cid
39
Martn Antolnez lucha contra Galve. Huida de los
moros
[]
36
Descripcin de la batalla de Alcocer
Martn Antolnez
un golpe dio a Galve;
Los rubes del yelmo
echselos aparte;
Cortole el yelmo,
que lleg a la carne.
Sabed, el otro
no se atrevi a esperarle.
Derrotado es
el rey Friz y Galve.
Tan buen da
para la cristiandad
Pues huyen los moros
de una y otra parte!
Los de mo Cid
hiriendo en alcance;
El rey Friz
en Terrer se fue a entrar,
Y, a Galve,
no le acogieron all;
Para Calatayud,
cuanto puede se va.
El Campeador
balo en alcance;
Hasta Calatayud
dur el acosar.
40
lvar Fez cumple su voto. Fin de la batalla.
Reparto del botn. El Cid enva el primer donativo
al rey
Qu bien lidia
sobre dorado arzn
Mo Cid Ruy Daz,
el buen lidiador!
Minaya lvar Fez,
que Zorita mand;
Martn Antolnez,
el burgals de pro;
Muo Gustioz,
que su criado fue;
Martn Muoz,
el que mand a Montemayor;
lvar lvarez
y lvar Salvadrez;
Galn Garca,
el bueno de Aragn;
Flez Muoz,
sobrino del Campeador.
Desde all adelante
cuantos all son,
Socorren la ensea
y a mo Cid el Campeador.
38
El Cid socorre a lvar Fez y lucha contra Friz
A Minaya lvar Fez,
matronle el caballo;
Bien le socorren
mesnadas de cristianos;
La lanza ha quebrado,
a la espada meti mano;
Aunque de pie,
buenos golpes va dando.
Violo mo Cid,
Ruy Daz el castellano,
Arrimose a un alguacil,
que tena buen caballo,
Diole tal golpe de espada
con el su diestro brazo,
Cortole por la cintura,
el medio ech en el campo;
A Minaya lvar Fez,
bale a dar el caballo:
-Cabalgad, Minaya,
vos sois el mi diestro brazo!
Hoy en este da,
de vos habr gran amparo.
9
An me place de mo Cid
que hizo en tal ganancia.
Adems de todo esto,
a vos libro, Minaya,
Honores y tierras
tenedlas condonadas;
Id y venid,
desde aqu os doy mi gracia;
Mas, del Cid Campeador,
yo no os digo nada.
Adems de todo esto,
deciros quiero, Minaya:
48
El Rey autoriza a los guerreros a ir con el Cid
- De todo mi reino,
los que quisieren marchar,
Buenos y valientes,
para mo Cid ayudar,
Sultoles los cuerpos
y lbroles las heredades.
Besole las manos
Minaya lvar Fez.
-Gracias, Rey,
como a seor natural;
Esto haces ahora
ms haris adelante.
[]
55
El conde de Barcelona se entera de que el Cid le
corra la tierra amparada bajo su proteccin
Llegaron las nuevas
al conde de Barcelona:
Que mo Cid Ruy Daz
que le corra la tierra toda.
Tuvo gran pesar
y tvoselo a gran deshonra.
41
El Cid quiere cumplir el voto a Santa Mara
56
Bravatas y desafo del conde cataln y respuesta del
Cid
He aqu
oro y plata,
Una bota llena,
que nada no le menguaba.
En Santa Mara de Burgos,
pagad mil misas;
Lo que sobrare
dadlo a mi mujer y a mis hijas,
Que rueguen por m
las noches y los das;
Si yo les viere,
sern dueas ricas.
[]
47
Embajada de Minaya. El Rey acepta los regalos y
perdona a Minaya, mas no al Cid
Mo Cid Ruy Daz,
de Dios haya su gracia!
Ido es a Castilla
lvar Fez Minaya,
Treinta caballos
al Rey los presentaba;
Violos el Rey,
hermoso se alegraba:
-Quin me los dio estos? As os valga Dios, Minaya!
-Mo Cid Ruy Daz,
que en buena hora ci espada,
Venci dos reyes de moros
en esta batalla;
Sobejana es seor, la su ganancia.
A vos, rey honrado,
este presente manda;
Bsaos los pies
y las manos ambas;
Que le hagis merced,
as el Criador os valga!
Dijo el Rey:
-Mucho es maana,
Hombre airado,
que de seor no ha gracia,
Para acogerlo
al cabo de tres semanas!
Mas, ya que de moros fue,
tomo esta manda;
10
Ellos repartiendo
estas ganancias grandes,
No le pueden hacer comer
un bocado de pan.
Entonces lo conoce
mo Cid el de Vivar
Que a menos de batalla no se pueden de all escapar.
[]
62
Al fin, come el conde y el Cid le da la libertad
58
El Cid vence al conde de Barcelona y gana la espada
Colada
A tierras de Castilla,
envi sus mensajes:
Quien quiera olvidar cuita
y riqueza ganar,
Viniese a mo Cid
que tiene ganas de cabalgar;
Cercar quiere a Valencia
para a cristianos la dar.
73
Pregn de los heraldos del Cid
-Quien quiera ir conmigo
a cercar a Valencia,
Todos vengan de grado,
ninguno a la fuerza;
Tres das le esperar
en el canal de Celfa.
74
Muchos guerreros acuden en ayuda del Cid. Cerco y
rendicin de Valencia
Esto dijo mo Cid,
el Campeador contado.
Tornbase a Murviedro,
que l se la ha ganado.
Llegaron los pregones, sabed, a todas partes.
Al sabor de la ganancia, no lo quieren retardar;
Muchas gentes se le acogen
de la buena cristiandad.
Creciendo va en riqueza
mo Cid el de Vivar;
Cuando vio las gentes juntadas, se empez a alegrar.
Mo Cid don Rodrigo
no lo quiso retardar;
Se march para Valencia y sobre ella se va a echar.
Bien la cerca mo Cid, que no haba falsedad;
Vdales salir
y vdales entrar.
Sonando van sus nuevas
todas a todas partes;
Ms le vienen a mo Cid,
sabed, que no se van.
Metiola en plazo
por si les viniesen a ayudar;
Nueve meses cumplidos,
sabed, sobre ella yace;
Cuando vino el dcimo,
se la tuvieron que dar.
Grandes son los gozos
que van por ese lugar,
Cuando mo Cid gan a Valencia y entr en la ciudad.
Los que fueron de a pie
caballeros se hacen;
El oro y la plata,
quin os lo podra contar?
Todos eran ricos
cuantos all hay.
Mo Cid don Rodrigo
la quinta mand tomar;
En el haber monedado,
treinta mil marcos le caen;
Y los otros haberes,
quin los podra contar?
Alegre estaba el Campeador con todos los que ha.
[]
77
El Cid pasa lista de los suyos y enva a Minaya con
presentes al Rey, pidiendo que deje salir a la mujer
y a las hijas del Cid
Mandolos venir a la corte
y a todos ellos juntar.
Cuando les hall,
por lista los hizo nombrar:
Tres mil seiscientos tena
mo Cid el de Vivar.
12
[]
82
Embajada de Minaya al Rey. Irritacin de Garca
Ordez. El Rey perdona al Cid y a su familia, y da
autorizacin a los que quieran ir con el Cid. Los
infantes de Carrin planean el matrimonio con las
hijas del Cid
-Merced, seor Alfonso,
por amor del Criador!
Besbaos las manos
mo Cid lidiador,
Los pies y las manos,
como a tan buen seor,
Que le hayis merced, as os valga el Criador!
Le echasteis de tierra,
no tiene el vuestro amor;
Aunque en tierra ajena, l bien lo suyo cumpli;
Ha ganado a Jrica
y a Onda por nombre;
Tom a Almenar
y a Murviedro que es mejor;
As hizo con Cebolla y despus con Castelln,
Y Pea Cadiella,
que es una pea fuerte;
Con estas todas,
de Valencia es seor
Obispo hizo de su mano
el buen Campeador;
E hizo cinco lides campales
y todas las gan
Grandes son las ganancias
que le dio el Criador.
He aqu las seales, verdad os digo yo:
Cien caballos
fuertes y corredores,
De sillas y de frenos,
todos guarnecidos son;
Bsaos las manos
y que los tomis vos;
Tinese por vuestro vasallo y a vos tiene por seor.
Alz la mano diestra,
el Rey se santigu:
-De tan grandes ganancias, como hizo el Campeador,
As me valga san Isidro!, plceme de corazn,
Y plceme de las nuevas que hace el Campeador;
86
Recibimiento del Cid a Jimena. El Cid corre a
Babieca en un alarde de gozo. Encuentro con doa
Jimena y sus hijas
Salan a recibir a las dueas
y al bueno de Minaya.
El que en buena hora naci
no lo retardaba:
Ensllanle a Babieca,
coberturas le echaban;
Mo Cid sali sobre l y armas de fuste tomaba;
Vistiose el sobremanto,
luenga trae la barba;
Dio una corrida,
sta fue tan extraa;
13
89
Las tropas de Marruecos acampan frente a Valencia
87
Suben las damas al alczar y contemplan la ciudad y
sus alrededores
All las suba,
al ms alto lugar.
Ojos bellidos
catan a todas partes;
Miran a Valencia, cmo yace la ciudad;
Y, de la otra parte, a ojo tienen el mar;
Miran la huerta,
frondosa es y grande;
Alzan las manos
para a Dios rogar
Por esta ganancia
cmo es buena y grande
Mo Cid y sus compaas
con tan gran sabor estn.
El invierno es ido
que marzo quiere entrar;
Deciros quiero nuevas
de la otra parte del mar,
De aquel rey Yusuf, que en Marruecos est.
[]
99
El Rey recibe con benevolencia la embajada. Garca
Ordez no puede reprimir la envidia
88
El rey de Marruecos viene a conquistar Valencia
14
Y, haciendo yo a l mal
y l a m gran pro,
Del casamiento
no s si tendr sabor;
Mas, pues vos lo queris,
entremos en la razn.
A Minaya lvar Fez
y a Pero Bermdez,
El rey don Alfonso
entonces los llam;
A una cuadra,
l los apart:
-Odme, Minaya,
y Pero Bermdez, vos:
Srveme mo Cid, el Campeador,
l lo merece y de m tendr perdn;
Viniseme a vistas si de ello hubiese sabor.
Otros mandados hay
en esta mi corte:
Diego y Fernando,
los infantes de Carrin,
Sabor han de casar
con sus hijas ambas a dos;
Sed buenos mensajeros
y rugooslo yo
Que se lo digis
al buen Campeador:
Habr con ello honra
y crecer en honor
Por consagrar
con los infantes de Carrin.
Habl Minaya
y plugo a Pero Bermdez:
-Se lo rogaremos
lo que decs vos;
Despus, haga el Cid
lo que hubiere sabor.
-Decid a Ruy Daz,
el Campeador contado,
Que le ir a vistas
donde fuere aguisado;
Donde l dijere,
all sea el mojn.
Favorecerle quiero
a mo Cid en toda pro.
Despedanse del Rey;
con esto, tornados son.
Van para Valencia
todos cuantos ellos son.
Cuando lo supo
el buen Campeador,
Aprisa cabalga,
a recibirlos sali;
Sonriose mo Cid
y bien los abraz:
-Vens, Minaya,
y Pero Bermdez, vos!
En pocas tierras
hay tales dos varones.
Cmo son las nuevas
de Alfonso mi seor,
Si est contento
o recibi el don?
Dijo Minaya:
-De alma y de corazn.;
Est contento
y os da su amor.
Dijo mo Cid:
-Gracias al Criador!
Esto diciendo,
exponen la razn:
Lo que le rogaba
Alfonso el de Len
De dar sus hijas
a los infantes de Carrin;
Que le reportara ello honra
y crecera en honor;
Que se lo aconsejaba
de alma y de corazn.
Cuando lo oy mo Cid,
el buen Campeador,
Una gran hora
pens y medit:
-Esto agradezco
a Cristo mi seor.
Echado fui de tierra
y perdido el honor;
Con gran afn gan
lo que tengo yo;
A Dios lo agradezco
que del Rey tengo su amor
Y me piden mis hijas
para los infantes de Carrin.
Ellos son muy orgullosos
y tienen parte en la corte;
De este casamiento
no tendra sabor;
Mas, pues lo aconseja
el que ms vale que nos,
Hablemos de ello
y en la puridad estemos nos.
A fe Dios del cielo
nos acuerde en lo mejor!
[]
Recibiolos mo Cid
con todos sus vasallos;
A l y a su mujer,
delante se le humillaron,
E iban a posar
en un precioso escao.
Todos los de mo Cid
tan bien se han acordado,
Al que en buena hora naci, mientes estn prestando.
El Campeador
en pie se ha levantado:
-Pues que lo hemos de hacer,
por qu lo vamos
tardando?
Venid ac, lvar Fez, el que yo quiero y amo!
He aqu ambas mis hijas, pngolas en vuestra mano;
Sabis que al Rey
as se lo he mandado;
No lo quiero fallar por nada de cuanto hay acordado;
A los infantes de Carrin,
dadlas con vuestra mano
Y reciban las bendiciones
y vayamos acabando.
Entonces dijo Minaya:
-Esto har yo de grado.
Levntanse derechas
y metiselas en mano;
A los infantes de Carrin,
Minaya va hablando:
-Heos ante Minaya, ambos sois hermanos;
Por mano del rey Alfonso, que a m lo hubo mandado,
Os doy estas dueas, ambas son hijasdalgo,
Que las tomis por mujeres a honra y por contrato.
Ambos las reciben
con amor y con agrado;
A mo Cid y a su mujer
van a besar las manos.
Cuando hubieron hecho esto,
salieron del palacio,
Para Santa Mara, aprisa adeliando.
El obispo don Jernimo
revistiose apresurado,
A la puerta de la iglesia,
estbalos esperando;
Dioles las bendiciones,
la misa ha cantado.
()
Ricos tornan a Castilla los que a las bodas llegaron.
Ya se iban partiendo
estos hospedados,
Despidindose de Ruy Daz, el Campeador contado,
Y de todas las dueas y de los hijosdalgo;
Por pagados se parten de mo Cid y de sus vasallos.
Muy bien hablan de ellos,
como era aguisado.
Muy alegres estaban
Diego y Fernando;
Estos fueron hijos
del conde don Gonzalo.
Venidos son a Castilla
estos hospedados;
El Cid y sus yernos
en Valencia se han quedado;
All moran los infantes
bien cerca de dos aos;
Los amores que les hacen
eran muy sobejanos.
Alegre estaba el Cid
y todos sus vasallos.
Plega a santa Mara
y al Padre santo
Que se pague de ese casamiento
mo Cid o el que lo
hubo en algo!
Las coplas de este cantar
aqu se van acabando,
El Criador os valga
con todos los sus santos.
108
El Cid anuncia el casamiento a su mujer y a sus
hijas
Todos esa noche
fueron a sus posadas;
Mo Cid el Campeador
al alczar entraba;
Recibiolo doa Jimena
y sus hijas ambas:
-Vens, Campeador? En buenahora ceisteis espada!
Muchos das os veamos con los ojos de las caras!
-Gracias al Criador,
vengo, mujer honrada.
Yernos os traigo
con que tendremos ganancia;
Agradecdmelo, mis hijas, que bien os tengo casadas.
109
Doa Jimena acepta lo pactado por el Cid
Besronle las manos,
la mujer y las hijas,
Y todas las dueas
que las servan:
-Gracias al Criador
y a vos, Cid, barba vellida!
Todo lo que vos hacis es de buena guisa.
No sern menguadas
en todos vuestros das!
-Cuando vos nos casarais, padre, bien seremos ricas.
110
Recelo y justificacin del Cid sobre los matrimonios
-Mujer doa Jimena,
gracias al Criador!
A vos digo, mis hijas, doa Elvira y doa Sol:
Con este vuestro casamiento, creceremos en honor;
Mas, sabed bien la verdad,
que no lo levant yo;
Os ha pedido y rogado
Alfonso mi seor,
Tan firmemente
y de todo corazn
Que yo a ninguna cosa
no le supe decir no.
Os met en sus manos,
hijas, ambas a dos;
Bien me lo creis
que l os casa, que no yo.
111
Preparativos en Valencia. Recibimiento de los
infantes. Ceremonia civil y religiosa de los
esponsales. Regocijo de las bodas. Despedida de los
invitados
Pensaron en preparar
entonces el palacio,
Por el suelo y por arriba, tan bien encortinado;
Tanta prpura y tanta seda
y tanto pao preciado;
Sabor tendras de estar y de comer en el palacio.
Todos sus caballeros
aprisa se han juntado.
Por los infantes de Carrin,
entonces enviaron;
Cabalgan los infantes, adelante se dirigan al palacio
Con buenas vestiduras y ricamente ataviados;
De pie y a gusto,
Dios, qu quedos entraron!
16
Y muchas vestiduras
de paos y de ciclatones.
Os dar dos espadas, a Colada y a Tizn;
Bien lo sabis vos
que las gan a guisa de varn;
Mis hijos sois ambos
cuando mis hijas os doy;
All me llevis
las telas del corazn.
Que lo sepan en Galicia
y en Castilla y en Len
Con qu riqueza envo mis yernos ambos a dos.
A mis hijas sirvis, que vuestras mujeres son;
Si bien las servs,
yo os dar buen galardn.
Otorgado lo han esto los infantes de Carrin;
Aqu reciben
las hijas del Campeador;
Comienzan a recibir
lo que el Cid mand.
[]
126
El Cid manda a Flez Muoz que acompae a sus
hijas. ltimo adis.
-Do ests, mi sobrino, t, Flez Muoz?
Primo eres de mis hijas ambas de alma y de corazn!
Mndote que vayas con ellas hasta dentro en Carrin;
Vers las heredades que a mis hijas dadas son;
Con estas nuevas,
vendrs al Campeador.
Dijo Flez Muoz:
-Plceme de alma y de corazn.
Minaya lvar Fez
ante mo Cid se par:
-Tornmonos, Cid,
a Valencia la mayor;
Que, si a Dios pluguiere y al Padre Criador,
Las iremos a ver
a tierras de Carrin.
A Dios os encomendamos, doa Elvira y doa Sol;
Tales cosas haced
que nos den placer a nos.
Respondan los yernos:
-As lo mande Dios!
Grandes fueron los duelos
en la separacin;
El padre con las hijas
lloran de corazn;
As hacan
los caballeros del Campeador.
-Oye, sobrino,
, Flez Muoz!
Por Molina iris, all posaris una noche;
Saludad a mi amigo, el moro Abengalbn:
Reciba a mis yernos como l pudiere mejor.
Dile que envo a mis hijas
a tierras de Carrin;
De lo que necesitaren, srvalas a su sabor;
Desde all las acompae hasta Medina por mi amor;
Por cuanto l hiciere,
yo le dar por ello buen
galardn.
Como la ua de la carne,
ellos partidos son.
Ya se torn para Valencia el que en buena hora naci.
Pinsanse en ir
los infantes de Carrin.
124
Los infantes de Carrin traman vengarse en las
hijas del Cid que desconoce las intenciones de los
infantes. El Cid les entrega a sus hijas. Despedida de
Valencia
-Pidamos nuestras mujeres
al Cid Campeador;
Digamos que las llevaremos
a tierras de Carrin;
Las ensearemos do las heredades son;
Las sacaremos de Valencia de poder del Campeador;
Despus, en la carrera,
haremos nuestro sabor,
Antes que nos retraigan lo que aconteci con el len.
Nos de linaje somos de los condes de Carrin!
Haberes llevaremos grandes
que tienen gran valor;
Escarneceremos las hijas del Campeador.
Con estos haberes, siempre seremos ricos hombres;
Podremos casar con hijas de reyes o emperadores,
Que de linaje somos
de condes de Carrin.
As las escarneceremos a las hijas del Campeador,
Antes que nos retraigan
lo que fue con el len.
Con este consejo
ambos tornados son.
Habl Fernn Gonzlez
e hizo callar a la corte:
-As os valga el Criador,
Cid Campeador!
Que plazca a doa Jimena
y primero a vos,
Y a Minaya lvar Fez y a cuantos aqu son:
Dadnos nuestras mujeres,
que tenemos a bendicin;
Las llevaremos
a nuestras tierras de Carrin.
Las meteremos en las villas
que les dimos por arras
y por honores;
Vern vuestras hijas lo que tenemos nos;
Los hijos que hubiremos
en qu habrn particin.
Dijo el Campeador:
-Daros he mis hijas
y de lo mo algn don.
El Cid no se cuidaba de tan grande deshonor!
-Vos les disteis villas por arras en tierras de Carrin;
Yo les quiero dar en ajuar
tres mil marcos de valor;
Os dar mulas y palafrenes
lucidos de condicin;
Caballos para en diestro,
fuertes y corredores,
[]
18
Ensayndose ambos
cul dar mejores golpes.
Ya no pueden hablar doa Elvira y doa Sol;
Por muertas las dejaron
en el Robledo de Corpes.
128
Los infantes y sus mujeres se desvan de la comitiva.
La afrenta del Robledal de Corpes
Entrados son los infantes
al Robledo de Corpes;
Los montes son altos, las ramas pujan con las nubes;
Y las bestias fieras
que andan alrededor.
Hallaron un vergel
con una limpia fuente;
Mandan hincar la tienda
los infantes de Carrin;
Con cuantos ellos traen,
all yacen esa noche;
Con sus mujeres en brazos
demustranles amor.
Mal se lo cumplieron
cuando sala el sol!
Mandaron cargar las acmilas
con haberes de valor;
Han recogido la tienda donde albergaron de noche;
Adelante eran idos
los de criazn;
As lo mandaron
los infantes de Carrin:
Que no quedase all ninguno,
mujer ni varn,
Sino ambas sus mujeres,
doa Elvira y doa Sol:
Solazarse quieren con ellas
a todo su sabor.
Todos eran idos,
ellos cuatro solos son.
Tanto mal urdieron
los infantes de Carrin:
-Creedlo bien,
doa Elvira y doa Sol,
Aqu seris escarnecidas
en estos fieros montes.
Hoy nos partiremos
y dejadas seris de nos;
No tendris parte
en tierras de Carrin.
Irn estos mandados
al Cid Campeador;
Nos vengaremos en sta
por la del len.
All les quitan los mantos
y los pellizones;
Djanlas en cuerpo
y en camisas y en ciclatones.
Espuelas tienen calzadas
los malos traidores!
En mano prenden las cinchas resistentes y fuertes.
Cuando esto vieron las dueas,
hablaba doa Sol:
-Por Dios os rogamos,
don Diego y don Fernando,
nos!
Dos espadas tenis
tajadoras y fuertes;
A la una dicen Colada
y a la otra Tizn;
Cortadnos las cabezas, mrtires seremos nos.
Moros y cristianos
hablarn de esta razn;
Que, por lo que nos merecemos, no lo recibimos nos;
Tan malos ejemplos
no hagis sobre nos.
Si nos furemos majadas,
os deshonraris vos;
Os lo retraern
en vistas o en cortes.
Lo que ruegan las dueas
no les ha ningn pro.
Ya les empiezan a dar
los infantes de Carrin;
Con las cinchas corredizas, mjanlas tan sin sabor;
Con las espuelas agudas, donde ellas han mal sabor,
Rompan las camisas y las carnes a ellas ambas a dos;
Limpia sala la sangre
sobre los ciclatones.
Ya lo sienten ellas
en los sus corazones.
Cul ventura sera sta,
si pluguiese al Criador
Que asomase ahora
el Cid Campeador!
Tanto las majaron
que sin aliento son;
Sangrientas en las camisas
y todos los ciclatones.
Cansados son de herir
ellos ambos a dos,
129
Los infantes dejan abandonadas a las hijas del Cid
Llevronles los mantos
Mas djanlas apenadas
Y a las aves del monte
Por muertas las dejaron,
130
Los infantes se alaban por la afrenta
Cul ventura sera,
[]
138
En las cortes, tras conseguir la devolucin de sus
regalos, el Cid sigue pidiendo justicia por la mayor
deshonra
Estos pagos en especie
mo Cid tomados los ha.
133
El Cid manda a Muo Gustioz para que pida
justicia al Rey. El Rey promete reparacin
-Do ests, Muo Gustioz,
mi vasallo de pro?
20
141
Fernn Gonzlez rechaza despectivamente la
acusacin del Cid
Fernn Gonzlez
en pie se levant;
Con altas voces,
oiris lo que habl:
-Dejaos vos, Cid, de esta razn;
De vuestros haberes
de todos pagado sois.
No acrecentis la contienda
entre nos y vos.
De linaje somos
de los condes de Carrin:
Debamos casar con hijas
de reyes o emperadores,
Que no pertenecan
hijas de infanzones.
Porque las dejamos
derecho hicimos nos;
Ms nos apreciamos, sabed, que menos no.
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149
El Rey sanciona los retos para resolver la demanda.
Vienen mensajeros de Navarra y de Aragn para
pedir las manos de las hijas del Cid
Dijo el rey Alfonso:
-Calle ya esta razn.
Los que han retado
lidiarn, as me salve Dios!
As como acaban
esta razn,
He aqu dos caballeros entraron por la corte;
Al uno llaman Ojarra y al otro igo Ximenoz;
El uno es del infante de Navarra y el otro del infante
de Aragn.
Besan las manos
al rey don Alfonso;
Piden sus hijas
a mo Cid el Campeador
Para ser reinas
de Navarra y de Aragn;
Y que se las diesen
a honra y a bendicin.
A esto callaron
y escuch toda la corte.
Levantose en pie
mo Cid el Campeador:
-Merced, rey Alfonso,
vos sois mi seor!
Esto agradezco
yo al Criador,
Cuando me las demandan
de Navarra y de Aragn.
Vos las casasteis antes,
que yo no;
He aqu mis hijas,
en vuestras manos son;
Sin vuestro mandato,
nada har yo.
Levantose el Rey,
hizo callar a la corte:
-Rugoos, Cid,
caboso Campeador,
Que plega a vos
y lo otorgar yo;
Este casamiento hoy se otorgue en esta corte,
Que os crece en ello honra
y tierra y honor.
Levantose mo Cid,
al Rey las manos le bes:
-Cuando a vos place,
otrgolo yo, seor.
Entonces dijo el Rey: -Dios os d por ello buen
galardn!
A vos, Ojarra,
y a vos, igo Ximenoz,
Este casamiento
os lo otorgo yo
De las hijas del Cid, doa Elvira y doa Sol,
Para los infantes
de Navarra y de Aragn,
Que os las d
a honra y a bendicin.
140
Confrontacin entre Garca Ordez y el Cid
El conde don Garca en pie se levantaba:
-Merced, oh Rey,
el mejor de toda Espaa!
Enviciose mo Cid
a las cortes pregonadas;
Dejola crecer
y luenga trae la barba;
Los unos le tienen miedo y a los otros espanta.
Los de Carrin
son de estirpe tan alta
Que no las deban querer a sus hijas por barraganas;
Y quin se las diera por iguales o por veladas?
En derecho obraron porque han sido dejadas
Cuanto l dice,
no se lo apreciamos nada.
Entonces el Campeador
cogiose la barba:
-Gracias a Dios
que cielo y tierra manda!
Por eso es luenga
que con regalo fue cuidada.
Qu tenis vos, conde, para reprochar mi barba?
Que desde que naci
con regalo fue cuidada,
Que no me cogi de ella hijo de persona humana;
Ni me la mes
hijo de moro ni de cristiana,
Como yo a vos, conde, en el castillo de Cabra.
Cuando tom a Cabra
y a vos por la barba,
No hubo all rapaz
que no mes su pulgarada;
La que yo mes,
an no es igualada.
21
Levantose en pie
Ojarra e igo Ximenoz;
Besaron las manos del rey don Alfonso;
Y, despus,
de mo Cid el Campeador.
Hicieron las fes
y los homenajes dados son:
Que, como es dicho,
as sea o mejor.
A muchos place
de toda esta corte,
Mas no place
a los infantes de Carrin.
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152
Los caballeros del Cid vencen los desafos. Regreso a
Valencia. Alegra del Cid. Segundos matrimonios de
las hijas del Cid. Muerte del Cid. Fin del Cantar
Los dos han vencido;
os dir de Muo Gustioz,
Con Asur Gonzlez
cmo se comport.
Dbanse en los escudos
unos tan grandes golpes;
Asur Gonzlez,
forzudo y de valor,
Dio en el escudo
a don Muo Gustioz;
Tras el escudo,
pasole la guarnicin;
En vaco dio la lanza,
que en carne no le entr.
Este golpe recibido,
otro dio Muo Gustioz,
Tras el escudo,
pasole la guarnicin,
Por medio de la bloca
el escudo le quebrant;
No le pudo guardar,
pasole la guarnicin,
Aparte le cogi,
que no cabe el corazn;
Metiole por la carne adentro
la lanza con el pendn;
Por la otra parte,
una braza se la sac;
Con l dio un giro,
de la silla lo movi;
Al tirar de la lanza,
en tierra lo ech;
Bermejo sali el astil y la lanza y el pendn.
Todos piensan
que herido es de muerte.
La lanza recobr
y sobre l se par.
Dijo Gonzalo Ansrez: -No le hiris, por Dios!
Vencido es el campo,
cuando esto se acab!
Dijeron los fieles:
-Esto afirmamos nos.
Mand despejar el campo el buen rey don Alfonso;
Las armas que all quedaron
l se las tom.
Por honrados se parten
los del buen Campeador;
Vencieron esta lid,
gracias al Criador.
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