Cantar de Mio Cid Texto
Cantar de Mio Cid Texto
Cantar de Mio Cid Texto
Los ojos de Mío Cid mucho llanto van llorando; Gran dolor tienen en Burgos todas las gentes cristianas
hacia atrás vuelve la vista y se quedaba mirándolos. de Mío Cid se escondían: no pueden decirle nada.
Vio como estaban las puertas abiertas y sin candados, Se dirige Mío Cid adonde siempre paraba;
vacías quedan las perchas ni con pieles ni con mantos, cuando a la puerta llegó se la encuentra bien cerrada.
sin halcones de cazar y sin azores mudados. Por miedo del rey Alfonso acordaron los de casa
Y habló, como siempre habla, tan justo tan mesurado: que como el Cid no la rompa no se la abrirán por nada.
"¡Bendito seas, Dios mío, Padre que estás en lo alto!
Contra mí tramaron esto mis enemigos malvados".
La gente de Mío Cid a grandes voces llamaba,
Ya aguijan a los caballos, ya les soltaron las riendas. los de dentro no querían contestar una palabra.
Cuando salen de Vivar ven la corneja a la diestra, Mío Cid picó el caballo, a la puerta se acercaba,
pero al ir a entrar en Burgos la llevaban a su izquierda. el pie sacó del estribo, y con él gran golpe daba,
Movió Mío Cid los hombros y sacudió la cabeza: pero no se abrió la puerta, que estaba muy bien cerrada.
"¡Ánimo, Álvar Fáñez, ánimo, de nuestra tierra nos echan,
pero cargados de honra hemos de volver a ella! "
TEXTO 2: La última noche que el Cid duerme en Castilla un ángel consuela al desterrado
En cuanto que fue de noche el Cid a dormir se echó, que nunca tan en buena hora ha cabalgado varón,
le cogió un sueño tan dulce que muy pronto se durmió. bien irán las cosas vuestras mientras vida os dé Dios."
El arcángel San Gabriel a él vino en una visión: Mío Cid al despertar la cara se santiguó.
"Cabalgad, Cid -le decía-, cabalgad, Campeador,
[404-415]
Embrazaron los escudos delante del corazón, Allí vierais tantas lanzas, todas subir y bajar,
las lanzas ponen en ristre envueltas con su pendón, allí vierais tanta adarga romper y agujerear,
todos inclinan las caras por encima del arzón las mallas de las lorigas allí vierais quebrantar
y arrancan contra los moros con muy bravo corazón. y tantos pendones blancos que rojos de sangre están
A grandes voces decía el que en buen hora nació: y tantos buenos caballos que sin sus jinetes van.
"¡Heridlos, mis caballeros, por amor del Creador, A Santiago y a Mahoma todo se vuelve invocar.
aquí está el Cid, don Rodrigo Díaz el Campeador!" Por aquel campo caídos, en un poco de lugar
Todos caen sobre el grupo donde Bermúdez entró. de moros muertos había unos mil trescientos ya.
Éranse trescientas lanzas, cada cual con su pendón.
Cada guerrero del Cid a un enemigo mató, [715-732]
al revolver para atrás otros tantos muertos son.
TEXTO 4: Después de la batalla el Cid envía una parte del botín al rey Alfonso
Gran gozo tiene Ruy Díaz, con él todos sus vasallos. para vos queráis cogedlo con vuestra mano.
Repartir manda el dinero y aquellos bienes ganados, Para que se sepa allí, quiero a Castilla mandaros
en su quinta parte al Cid tocáronle cien caballos. con nuevas de esta batalla que a moros hemos ganado.
¡Dios, y qué bien que pagó Mío Cid a su vasallos, Al rey don Alfonso, al rey que de Castilla me ha echado
a los que luchan a pie y a los que luchan montados! quiero hacerle donación de treinta buenos caballos,
Muy bien que lo arregla todo Mío Cid el bienhadado, cada uno con su silla, todos muy bien enfrenados,
los hombres que van con él satisfechos se quedaron. todos con sendas espadas de los arzones colgando".
"Oídme, Álvar Fáñez Minaya, vos que sois mi diestro brazo: Dijo Minaya Álvar Fáñez: "Yo lo haré de muy buen grado".
de todas esas riquezas que el Creador nos ha dado cuanto [803-819]