¿El Poder Gris. Poder e Influencia Política

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Los Cuadernos de la FIAPA: El poder gris?

Tomo 1: Poder e influencia poltica


MINISTERIO
DE TRABAJO
Y ASUNTOS SOCIALES

SECRETARIA DE ESTADO
DE SERVICIOS SOCIALES,
FAMILIAS Y DISCAPACIDAD

IMSERSO

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El poder gris?
Tomo I: Poder
e Influencia Poltica

MINISTERIO
DE TRABAJO
Y ASUNTOS SOCIALES

SECRETARIA DE ESTADO
DE SERVICIOS SOCIALES,
FAMILIAS Y DISCAPACIDAD

IMSERSO

Federacin Internacional de Asociaciones de Personas Mayores


(FIAPA: Fdration Internationale des Associations de Personnes Ages)

Los Cuadernos de la FIAPA


Investigacin - Accin sobre el Envejecimiento

El poder gris?
VOLUMEN I: PODER E INFLUENCIA POLTICA

Nmero 2 - diciembre de 2002

Federacin Internacional de Asociaciones de Personas Mayores


(FIAPA: Fdration Internationale des Associations de Personnes Ages)
Los Cuadernos de la FIAPA
Investigacin - Accin sobre el Envejecimiento
El poder gris?
Volumen I: Poder e influencia poltica
Nmero 2 - Diciembre de 2002

El Instituto de Mayores y Servicios Sociales


no comparte necesariamente las opiniones y juicios
expuestos, y en ningn caso asume responsabilidades
derivadas de la autora de los trabajos que publica.

Catlogo general de publicaciones oficiales:


http://publicaciones.administracion.es

Primera edicin, 2006


Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO)
EDITA:
Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales
Secretara de Estado de Servicios Sociales, Familias y Discapacidad
Instituto de Mayores y Servicios Sociales (IMSERSO)
Avda. de la Ilustracin, s/n. 28029 Madrid
Tel. 913 638 935 - Fax: 913 638 880 - 913 638 973
e-mail: publicaciones.imserso@mtas.es
http://www.seg-social.es/imserso/documentacion/pubcat.htlm
NIPO: 216-06-032-1
D.L.: BI-1.790-06
Impresin: GRAFO, S.A.

Sumario

PRESENTACIN

PRLOGO

11

INTRODUCCIN

13

1. HAY QUE TENER MIEDO DEL PODER GRIS?

23

La explosin del envejecimiento

25
5

PETER PETERSON (traducido del ingls)

Entrevista con ANNE-MARIE GUILLEMARD

39

MATHIEU SCHMITT

Entrevista con PAUL HEWITT

47

JEAN-PHILIPPE VIRIOT DURANDAL (traducido del ingls)

Entrevista con LOUIS CHAUVEL

53

JEAN-PHILIPPE VIRIOT DURANDAL

Entrevista con JOHN ROTHER

57

JEAN-PHILIPPE VIRIOT DURANDAL (traducido del ingls)

La fuerza electoral de los jubilados: el ejemplo francs

67

VINCENT DROUIN

Cuando el poder gris no es ms que una palabra Del conjunto


al grupo, pasando por la identidad

81

DIDIER VRANCKEN

La identidad de los jubilados rusos


TATANIA KOZLOVA (traducido del ingls)

95

EL PODER GRIS?

2. LOS PROTAGONISTAS

105

Organizaciones y grupos de presin de jubilados.


Cmo se organizan los jubilados estadounidenses:
gran angular sobre los grupos de presin de jubilados
en los Estados Unidos

107

CHRISTINE DAY (traducido del ingls)

Presentacin de los Panteras Grises


Entrevista con TIM FULLER (director de los Panteras Grises)

125

JEAN-PHILIPPE VIRIOT-DURANDAL (traducido del ingls)

La movilizacin de las personas mayores en Quebec:


de las asociaciones a las coaliciones

135

DANIEL THOMAS

El inters de los jubilados: de la defensa de los derechos


a la bsqueda de la ciudadana

143

DOMINIQUE ARGOUD

Los sindicatos de jubilados


Entrevista con MARTIN KOHLI

157

MATHIEU SCHMITT (traducido del ingls)

Los partidos de jubilados


Los partidos polticos y los jubilados: el caso israel

161

ESTHER IECOVICH (traducido del ingls)

El partido democrtico de los jubilados en Eslovenia

179

DOROTEA VERSA y MATHIEU SCHMITT (traducido del ingls)

Las organizaciones reivindicativas de jubilados en los pases


en vas de desarrollo. El papel de los grupos de ciudadanos
y sus relaciones con los responsables pblicos

183

S. D. GOKHALE (traducido del ingls)

La participacin y las personas mayores en los pases en vas


de desarrollo: empoderamiento y toma de decisiones

195

MARK GORMAN (traducido del ingls)

El movimiento ecuatoriano de las personas mayores


NELSON JURADO (traducido del espaol)

199

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

3. HACIA UN DILOGO INSTITUCIONAL CON LOS


JUBILADOS?

203

A escala local y nacional


Entrevista con KOFI YAMGNAGNE

205

JEAN-PHILIPPE VIRIOT DURANDAL

Entrevista con ALAIN GILLETTE

211

JEAN-PHILIPPE VIRIOT DURANDAL

El caso francs del Comit Nacional de Jubilados y Personas


Mayores (CNRPA)

219

ANNE GAMBLIN-SRECKI y JEAN-PHILIPPE VIRIOT DURANDAL

Los encuentros nacionales de personas mayores

225

JEAN-PHILIPPE VIRIOT DURANDAL

El dilogo entre las personas mayores y los poderes pblicos:


el ejemplo britnico

227

MARIAN BARNES (traducido del ingls)

La experiencia africana del dilogo nacional con los jubilados:


nueva estructura en Senegal
Entrevista entre el Sr. DIALLO y MAMADOU N' DOYE

247

A escala europea
La Plataforma AGE, nuevo interlocutor de la Comisin Europea

249

GUIDO VERBBRUGHE

Cmo se expresa la fuerza de los sindicatos de jubilados


en Europa?

253

MICHEL BRUNEAU

A nivel mundial
Entrevista con ALEXANDRE SIDORENKO

261

JEAN-PHILIPPE VIRIOT DURANDAL (traducido del ingls)

Ciudadanos: durante toda la vida.


Entrevista con ALBERT MAGARIAN

265

JEAN-PHILIPPE VIRIOT DURAMDAL

Seis cuestiones sobre la integracin institucional de los jubilados


JEAN-PHILIPPE VIRIOT DURANDAL

277

EL PODER GRIS?

4. PUESTA EN PERSPECTIVA

283

El lugar del anciano en el espacio pblico:


una suma de paradojas

285

BERNADETTE PUIJALON y JACQUELINE TRINCAZ

Presentacin

Con la publicacin de este ejemplar el Instituto de Mayores y Servicios


Sociales (IMSERSO) inicia una nueva colaboracin con la Federacin
Internacional de Asociaciones de Personas Mayores (FIAPA) que se instrumenta en la traduccin al castellano y en la distribucin de los Cuadernos FIAPA
en Iberomrica.
El IMSERSO quiere corroborar con esta accin su estrecha vinculacin con
las personas mayores y su entorno sociocultural. Como es conocido, el IMSERSO es el instrumento de la Administracin General del Estado espaola encargado de impulsar y gestionar las polticas sociales dirigidas a la poblacin mayor.
Los servicios sociales dirigidos hacia las personas mayores son su razn de ser.
La actividad del IMSERSO se articula en torno a las polticas orientadas a un
envejecimiento activo y saludable y las polticas enfocadas a la atencin a las
situaciones de carencia de autonoma personal o dependencia, ambas situadas
en el contexto del sistema de servicios sociales.
En este sentido, debemos sealar que la dependencia ha dejado de verse
como un problema exclusivamente individual o familiar, para pasar a percibirse
como un problema que afecta a la sociedad en su conjunto, por lo que la adecuada regulacin de un sistema de proteccin social para estas personas se ha
convertido en una prioridad.
En la actualidad el 5 de octubre el Congreso de los Diputados acaba de
aprobar, por una amplia mayora, el proyecto de la LEY DE PROMOCIN
DE LA AUTONOMA PERSONAL Y ATENCIN A LAS PERSONAS EN
SITUACIN DE DEPENDENCIA. Est previsto que la Ley entre en vigor en
enero del ao 2007.

EL PODER GRIS?

El IMSERSO, como Instituto dedicado a disear y gestionar polticas sociales


para las personas mayores, viene desarrollando un amplio abanico de actividades.
Estos Cuadernos son el exponente de la transversalidad de las polticas que
afectan a los mayores. A travs de sus distintos nmeros tendremos ocasin de
conocer los anlisis en profundidad que han hecho expertos y profesionales de
todo el mundo.
La formacin, la salud, los cuidados, la participacin de los mayores en la
toma de decisiones en los temas que les afectan son, junto la asistencia y la proteccin social, algunos de los temas que se abordan en estos Cuadernos.
Desde el IMSERSO somos conscientes de la responsabilidad que tenemos
de facilitar el conocimiento y difundir la informacin sobre las polticas que se
planifican y desarrollan desde las distintas Administraciones e Instituciones
espaolas, de otros pases e internacionales.
Creemos que estos Cuadernos pueden ser el cauce adecuado para canalizar todas estas reflexiones y actuaciones haciendo participe de las mismas a un
amplio conjunto de la ciudadana.
10

LA DIRECCIN GENERAL

Prlogo
Homenaje a RAYMOND MANICACCI

Hay un acto de valenta en la gnesis de este nmero!


Al aceptar abrir un amplio debate sobre el poder de los jubilados y de sus organizaciones,
la FIAPA asume el riesgo, nada despreciable, de molestar y desagradar. Al dar carta blanca a un joven investigador independiente, sin restricciones ni de tema ni de espacio, esta
Federacin tambin acept exponerse a un autntico debate contradictorio. Bajo la condicin
expresa de poder realizar sin control de ninguna clase una labor de investigacin y anlisis,
acept, hace dos aos, abrir el primer captulo de esta aventura. El contrato moral, desde entonces, nunca se ha denunciado.
En consecuencia, el lector encontrar tesis contradictorias en esta edicin. Algunas, defendidas con mucho talento por investigadores y protagonistas del mundo poltico o social, estn
en contradiccin con las lneas que defiende la FIAPA. He aqu su grandeza (y tambin, un
poco, el privilegio de la edad), que da a la experiencia y al desprendimiento el poder de ser
osado.
Como investigador, y tambin como joven activo, y ciudadano, deseo que los interrogantes
que aqu se plantean puedan contribuir a iluminar con moderacin y pragmatismo los desafos a los que se enfrentarn las organizaciones de jubilados en el futuro.
Aceptar abrir estas pginas, escribirlas, y tambin leerlas, es apostar porque hoy es posible
prever con serenidad un debate a menudo pasional y fcilmente irracional.
Con Albert Magarian, Presidente de la FIAPA, es tambin una manera de asumir a
cuatro manos nuestras responsabilidades respectivas, uno en el campo de la investigacin y el
otro en el mbito de la accin internacional a favor de los jubilados y las personas mayores.
La intergeneracin en la construccin de este trabajo no es una palabra intil, puesto que
los equipos que han trabajado renen todos los tramos de edades adultas de 18 a 84 aos.

11

EL PODER GRIS?

Doy las gracias, con este motivo, a todos los que aceptaron contribuir a la redaccin y realizacin de este nmero.
Debe rendirse aqu un ltimo homenaje a un hombre cuya existencia supo encarnar la
doble exigencia de la investigacin y el compromiso. Para concluir, quiero hacer los honores a
la memoria de Raymond Manicacci. General del cuerpo de ejrcito, apasionado de la telecomunicacin y de las ciencias, traductor de Schelling, su compromiso para la realizacin de este
nmero fue constante hasta sus ltimos momentos.
Pianista ocasional, humanista de cada instante y enamorado de la vida, se fue de visita un
poco ms arriba antes de la conclusin de nuestro trabajo comn. A l se le dedica esta
obra.
JUAN-PHILIPPE VIRIOT DURANDAL

12

Introduccin
JUAN-PHILIPPE VIRIOT DURANDAL

En el anlisis de las sociedades contemporneas, el envejecimiento se considera, en muchos aspectos, como un factor de desestabilizacin del tejido social
y de las colectividades humanas. Cuando no es ya solamente el atributo propio
de las clulas y de los mecanismos biolgicos individuales; cuando atae al cuerpo social en su conjunto y atraviesa el mbito poltico, econmico y social, el
envejecimiento interroga entonces los fundamentos, incluso, de la organizacin
de las solidaridades humanas. En resumen, la revolucin de la longevidad lleva
consigo la ambivalencia de una oportunidad histrica y de los retos relacionados con ella. Alargar el horizonte temporal de los hombres de este siglo al prometerles envejecer en mejor salud requiere tambin hacer frente a la revolucin
de los ciclos de vida relacionados. Si la edad biolgica evoluciona, la edad social
por la que nuestras sociedades adjudican los registros en cuanto a papeles, derechos y deberes, no siempre ha tomado nota del nuevo estado de la vejez. Peter
Peterson y Anne-Marie Guillemard abren el debate en la primera parte, invitando a reexaminar la forma en que el nuevo reparto de las edades puede llevar a
volver a establecer la organizacin del tiempo social y a replantearse las solidaridades colectivas.
Ya se asiste, desde hace varias dcadas, en los Estados Unidos, y ms recientemente en Europa, a poner en tela de juicio los ciclos de vida ternarios que clasificaban la existencia en tres perodos separados: el aprendizaje, el trabajo y la
jubilacin. Estos ritmos que han escandido el tiempo de las sociedades industriales difcilmente resisten a los modelos en los cuales se bas el desarrollo de
la economa de servicio e informacin, desde hace ms de un cuarto de siglo. El
primer reto que se impone, por consiguiente, a los pases desarrollados es el de
la descompartimentacin de las distintas formas de la actividad humana (formacin, actividad profesional, tiempo social libre...) y su valorizacin econmica y

13

EL PODER GRIS?

social (situacin del trabajo remunerado, de los periodos de prcticas, del voluntariado...). Guarda relacin con la transformacin de la estructura de los derechos en pocas no productivas. Una de las principales obras polticas consiste
en redefinir las condiciones de este tiempo libre concedido a los individuos en
determinados momentos de su existencia (perodos de desempleo, derecho a la
formacin, permisos sabticos, excedencia por cuidado de hijos, excedencia por
cuidado de padres de edad avanzada...) y el reparto de las responsabilidades en
estas nuevas delimitaciones de la existencia.

14

Si se acepta hacerse cargo de los retos del envejecimiento a partir de la reorganizacin de la actividad econmica y del tiempo social, no puede bastar slo
el debate sobre la solvencia de los sistemas de pensiones. La asuncin progresiva de los sistemas de pensiones y los diferentes incentivos que han sido activados por los pases desarrollados para afrontarla (aumento de las cotizaciones,
constitucin de un fondo de reserva, reduccin del importe de la pensin,
aumento del nmero de aos de cotizacin, financiacin complementaria
mediante capitalizacin) deben integrarse en una respuesta global a los desafos
de la sociedad que aqu se subrayan. La sola racionalidad contable no puede
reemplazar de forma razonable a un proyecto poltico. Y la crisis del Estado del
bienestar no implica necesariamente el recurso al juego del mercado en mbitos
hasta entonces cubiertos por la accin pblica. La participacin de los agentes
privados y la mercantilizacin de la cobertura de los riesgos sociales a menudo
han sido presentados, de manera simplista, como una panacea universal.
Muchos ejemplos de la actualidad econmica y burstil han demostrado los lmites de estos enfoques binarios en beneficio de anlisis basados en un diagnstico ms medido del estado de la crisis y de los remedios mixtos ms acordes con
las distintas culturas de la intervencin pblica (Palier).
Lo que est en juego aqu es conciliar la flexibilidad que requieren las transformaciones del sistema productivo y la desestandarizacin de la trayectoria vital
tanto profesional como privada, con el mantenimiento de unos derechos sociales suficientemente protectores para los individuos en los diferentes riesgos que
determinan la existencia.
El segundo reto del envejecimiento concierne a los sistemas de cobertura de
los riesgos de sanidad y dependencia. En la mayora de los pases que han desarrollado un sistema de seguridad social, el control de los gastos sanitarios
forma parte del orden del da social. El aumento del nmero de personas de
edad muy avanzada en las prximas dcadas reforzar la cuestin de la cobertura de la dependencia. Algunos pases, como Alemania, Luxemburgo o Francia,

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

habilitaron sistemas de solidaridad colectiva en la dcada de 1990. Diferentes


pases europeos han afirmado claramente la necesidad de no dejar a los individuos solos ante los problemas de autonoma y han abierto el debate sobre las
respuestas de las sociedades avanzadas a este problema.
Todos los desafos vinculados al envejecimiento y al coste correspondiente a
la poltica en materia de vejez comportan una reflexin sobre la forma en que
las familias, y tambin los propios individuos y las colectividades a las que pertenecen, prevn la distribucin de los riesgos y tambin la distribucin de los
derechos y responsabilidades de cada uno. El debate sobre el papel y los lmites
de la socializacin de los riesgos plantea la cuestin del contrato social entre la
sociedad y las personas mayores, pero plantea igualmente el espinoso problema
del contrato moral entre estas mismas personas y sus familias.
Estas respuestas, ms all de la ingeniera financiera, de las concepciones de
la persona humana y de las responsabilidades colectivas, entran en la forma en
que las sociedades se proponen encarnar concretamente, en la vida de los individuos, los conceptos de envejecimiento con xito, de dignidad y, tambin,
de equidad entre generaciones y de justicia social. Los gobiernos comprometidos en la reforma de las polticas sociales no podrn ahorrarse una justificacin de su eficacia a la vista de estos principios.
En el centro de estos debates vinculados a las amplias obras de ordenacin
de la poltica en materia de vejez es donde se plantea la cuestin del poder de
las organizaciones de jubilados. Con el desarrollo de la poltica en materia de
vejez, han florecido los grupos de intereses vinculados a la edad (Quadagno y
Myles, 1991). Las tensiones con respecto a los sistemas de pensiones y de salud
comprometen directamente, por tanto, a los grupos de presin que representan
a los beneficiarios de las polticas pblicas. La base de estos grupos es tanto ms
amplia cuanto que a menudo tambin engloba los intereses de los mayores. Con
los trabajadores de edad avanzada, afectados por las cuestiones de envejecimiento y ms prximos a la jubilacin que las generaciones jvenes, parece considerable el poder del nmero de quienes se encuentran vinculados por un sistema
de inters comn a causa de su avance en la edad. Henri Pratt ya haba destacado, en la dcada de 1970, la aparicin de grupos de presin grises (Pratt,
1976). Designaba as las formas organizadas de asociaciones de jubilados, agrupados en torno a la defensa de sus intereses ante los poderes pblicos. Slo ms
tarde aparecer el concepto de poder gris y pasar al dominio pblico a travs de los medios de comunicacin. Nocin imprecisa, el poder gris designa el
conjunto de los medios de que disponen los jubilados y los mayores para prote-

15

EL PODER GRIS?

ger y defender sus intereses tanto materiales como inmateriales (Viriot


Durandal, 2003). El poder, como concepto, se entiende aqu, en el sentido de
Weber, como una probabilidad de que un protagonista (individuo o grupo)
pueda imponer su voluntad en una relacin social y ello a pesar de las posibles resistencias y cualquiera que sea el fundamento de esta relacin de fuerza
(Weber, 1971, p. 24)1.
El poder gris se percibe, esencialmente, como fuerza poltica en las fases ms
visibles de los lugares de encuentro democrticos que son las elecciones o los
debates sobre las reformas de la poltica social. La atencin se concentra entonces en el poder electoral de los jubilados y su instrumentalizacin para el mantenimiento de los derechos adquiridos y una mejor integracin de las necesidades vinculadas a la edad en las polticas pblicas. Puede entonces preguntarse,
con toda legitimidad, por la influencia del envejecimiento de la poblacin en el
nivel de los gastos sociales y en la capacidad de bloqueo de las reformas de que
disponen los grupos de presin que se proponen representar los intereses de los
mayores (Hudson, 1978; Pratt, 1993). En el centro de este debate, Paul Hewitt,
Louis Chauvel y John Rother han aportado cada uno un punto de vista especialmente enriquecedor.
16

Pero cul es el poder real de estas organizaciones? Y en qu medida el


poder gris no es, en definitiva, un seuelo tctico, del orden del espejismo poltico, sabiamente orquestado por estas organizaciones y que, despus de todo,
slo compromete a quienes estn dispuestos a creerlo?
Vincent Drouin analiza la complejidad de los efectos de la edad y las generaciones sobre el voto. Abre la reflexin a perspectivas ms amplias sobre las actitudes polticas que integran los valores y las expectativas especficas de los electores de edad avanzada. En una doble lectura, contribuye tambin al replanteamiento de las representaciones totalizadoras y homogneas del jubilado pblico.
Didier Vrancken vuelve a esta constatacin cuando analiza la construccin de la
accin colectiva de los jubilados en el seno de las organizaciones. La representacin de los intereses de los jubilados es un imperio fragmentado, una construccin social compleja en muchos aspectos por los tipos de inters en juego,
no siempre convergentes en una categora social muy heterognea. Se aade a
esta complejidad gentica el hecho de que la defensa de los jubilados se inscribe tambin en las divisiones propias del mundo social. Divisiones que slo trascienden la condicin de viejos o el estatus de jubilados porque se arraigan
1

WEBER MAX, conomie et socit, Pars, Plon, 1971, 650 pginas.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

en la trayectoria vital. Los individuos de edad avanzada pertenecen a grupos de


identidad y a sistemas de valores cuya influencia sobre las actitudes y los comportamientos es, a menudo, ms fuerte que la sola comunidad de edad biolgica o social. El desmembramiento de las organizaciones de jubilados guarda relacin con la pertenencia a otros grupos que son profesionales, polticos, ideolgicos (partido, sindicatos) y tambin espirituales, religiosos o etnolingsticos.
Para entender mejor el alejamiento de la identidad de los jubilados con respecto a su categora, Tatiana Kozlova nos suministra los resultados de un estudio de opinin realizado a lo largo de diez aos con jubilados rusos, que
demuestra cmo su identidad es variada y, a la vez, est vinculada de manera bastante dbil a su situacin de jubilados.
Gracias a los puntos de vista de la primera parte, la presentacin de los protagonistas puede comenzar. La sociologa de la accin colectiva y el estudio de
los movimientos sociales (Neveu, 2002) ofrecen numerosas herramientas para
percibir el poder gris como fenmeno estructurado en el seno de organizaciones especficas. Socilogos y politlogos aceptaron suministrar su anlisis sobre
este fenmeno. Para hacer eco a estos anlisis, los protagonistas contratados
aportaron tambin su punto de vista.
Obviamente, las perspectivas son diferentes de los sistemas de oportunidad
poltica (Tarrow, 1988). Las diferencias nacionales guardan relacin con los
contrastes en las condiciones culturales, estructurales y coyunturales que facilitan o, por el contrario, suponen un obstculo para la influencia de los representantes de los grupos sociales sobre los sistemas de decisiones pblicas. Los grupos de presin de jubilados en los Estados Unidos, Canad y Francia no evolucionan en el mismo contexto. Se presentan aqu a travs de rejillas de anlisis
sociolgicos particularmente esclarecedores de la naturaleza de las relaciones de
poder entre las asociaciones de jubilados y los responsables pblicos. Christine
Day presenta el ejemplo de los grupos de presin en el contexto de la democracia pluralista estadounidense. Tim Fuller, protagonista comprometido del
mundo social, da otra perspectiva a travs de su experiencia en los Panteras
Grises cuyo color influy, probablemente, en el concepto de poder gris.
Siempre en Norteamrica, pero en su espacio francfono, Daniel Thomas expone la diversidad de las organizaciones de Quebec y destaca la dinmica de coalicin que se instala progresivamente en la relacin con los responsables pblicos. En Francia, Dominique Argoud plantea la cuestin del poder como voluntad de integracin de los jubilados en los procesos de toma de decisiones. Por
lo tanto, no se trata solamente de actuar como defensor de una categora social,

17

EL PODER GRIS?

sino de mantenerse en una relacin de intercambio en la cual se facilita tener en


cuenta la palabra y las necesidades de las personas mayores.
Existen otras formas de organizaciones reivindicativas, algunas de las cuales
prolongan los compromisos de la vida activa. Es el caso de los sindicatos que,
bajo distintas formas, mantienen la actividad militante. Martin Kohli, a travs de
una exploracin de las distintas configuraciones europeas, presenta el paisaje
sindical de los jubilados y los retos a los cuales se encuentra enfrentado en el
contexto demogrfico actual.

18

Por ltimo, los grupos reivindicativos de personas mayores a veces han adoptado formas comunitarias bastante cerradas con la creacin de partidos polticos de jubilados. A partir del final de la dcada de 1980, el poder gris hace su
aparicin en Europa continental bajo formas particulares. Contrariamente a los
grupos de presin, que no tienen vocacin de entrar en competicin con los
partidos polticos o sustituirlos, algunos grupos intentaron constituir partidos
polticos de jubilados. En los Pases Bajos, Luxemburgo o la Repblica Checa,
comenzaron a surgir partidos de jubilados que suscitaron la emocin de los
agentes polticos y sociales y el inters de la prensa (Buscall, 1994). Sobre todo
teniendo en cuenta que la experiencia de los Pases Bajos demostr que el
potencial electoral de los jubilados poda derribar una mayora parlamentaria.
En 1994, al conseguir 7 de los 150 escaos del Parlamento, los partidos holandeses de jubilados pusieron en peligro al partido cristiano demcrata, en el
poder desde hace varias dcadas (Teilen, 1995). El acontecimiento se apoyaba
en un fenmeno cuya amplitud rebasaba con creces este solo pas. Diez aos
ms tarde, si los partidos polticos de jubilados en su mayora se han disuelto en
el universo poltico, persisten an particularmente en Israel (Esther Iecovich) y
en Eslovenia (Dorotea Versa). Este ltima recuerda que la aparicin de las manifestaciones comunitarias del poder gris es tambin una reaccin a la exclusin
social. La aparicin de partidos de jubilados en la dcada de 1990 se basaba, adems, en gran manera, en un sentimiento de relegacin. Hasta tal punto que un
sondeo del Observatorio de la Comunidad Europea para las personas Mayores
revelaba en 1993 que una minora significativa de jubilados estaba dispuesta a
conceder sus votos a un partido poltico dedicado a la defensa de sus intereses.
Resulta de este estudio que, por trmino medio, el 22% de los jubilados de los
doce pases que componan entonces la Comunidad era favorable, y que los pases del sur superaban, con mucho, la media europea (ms del 40% para Portugal
y ms del 30% para Italia y Grecia). Francia, al rebasar el 20%, ofreca buenas
perspectivas a las organizaciones. La atencin recay entonces en las distintas

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

formas del poder poltico de los jubilados en Europa2. El viejo continente asista de manera manifiesta a la subida espordica de un fenmeno a la vez diferente del modelo estadounidense y similar en la problemtica que planteaba a las
democracias occidentales.
Singularmente, la problemtica de exclusin o relegacin suscitada en los pases ricos no se aleja de la que surge en los pases en vas de desarrollo, y ello a
pesar de las diferencias de contexto extremas. En el enfoque defendido aqu por
S. Gokhale para el caso indio, y compartido por Marco Gorman ms tarde, la
cuestin de la consideracin de las necesidades sociales no se limita solamente
a la aceptacin de una asistencia y a la administracin de la demanda social,
puesto que la poltica en materia de vejez implica tambin la integracin de las
personas mayores en la elaboracin de las respuestas polticas que se les hacen.
Si se acepta abrir esta perspectiva en el contexto de los pases en vas de desarrollo, dos interrogantes determinan entonces el cuestionamiento. Ante todo, en
qu medida la accin de las comunidades tradicionales ya no es suficiente en la
cobertura de las necesidades esenciales de las personas mayores (salud e ingresos, esencialmente)? Slo la exhortacin a la responsabilidad individual o a la
vuelta a las solidaridades familiares puede bastar para hacer frente a las situaciones de desamparo que marcan la vejez en algunos de estos pases? Y si la accin
pblica se justifica, aunque slo fuera para garantizar una red de seguridad contra la pobreza, la precariedad, las enfermedades y la discapacidad, de qu forma
pueden actuar los jubilados, como grupo, para la integracin de este mnimo
social en las polticas pblicas de su pas? Pero la accin de los grupos de personas mayores para actuar en su entorno no se limita a las actividades de presin sobre el poder poltico. Una parte de las respuestas tambin puede ser elaborada directamente por los propios grupos. Ms all de la autoorganizacin y
la administracin, de los dispositivos de ayuda y de la ayuda mutua, tambin pueden transformar sus quejas en pretensiones polticas. El testimonio de Nelson
Jurado sobre el caso ecuatoriano ilustra muy oportunamente la manera en que
una reagrupacin de jubilados y personas mayores puede constituir tambin una
fuerza de presin. En cuanto constituyen grupos organizados ante los poderes
pblicos, las organizaciones se convierten en protagonistas sociales en el mbi2

El inters por la movilizacin del poder electoral de los jubilados se traduce, en particular, en algunos artculos de
prensa, tales como LAutriche vote sur fond de grogne des retraits, Libration, 15 de diciembre de 1995; Floride,
paradis des vieux, dcisive pour les primaires, Libration, 13 de marzo de 1996; Tchquie: La glorieuse ascension du
parti des retraits, Courrier International, 4 al 10 de julio de 1996. Vase tambin para Francia, por ejemplo:
Limoges, les retraits font de la rsistance, Libration, 12 de mayo de 1997. Para obtener ms detalles, vase: VIRIOT
DURANDAL, JEAN-PHILIPPE, Le Pouvoir Gris. Sociologie des groupes de pression de retraits, PUF, Le lien social, 2003.

19

EL PODER GRIS?

to poltico. Como tales, son raros los que no han reivindicado, ms all de las
reacciones espordicas, una instalacin en un verdadero dilogo institucionalizado con los responsables pblicos. Ante esta voluntad de inscribir las relaciones
con los poderes pblicos a largo plazo, los gobiernos han elaborado diferentes
dispositivos. Sin pretender ser exhaustivos, examinaremos antes de nada el caso
de un pas de Europa continental a travs del ejemplo de Francia que analiza
Alain Gillette. Marian Barnes ampliar la reflexin al Reino Unido, que ofrece
tambin perspectivas originales en la reflexin sobre la integracin de los jubilados en los sistemas de decisiones pblicas. La dimensin africana, por ltimo,
ser abordada por Kofi Yamgnagne, quien mencionar la influencia del modelo
del Consejo de Sabios en la creacin de estructuras de consulta de las personas
mayores a escala local en Francia. En el plano nacional, nuevas iniciativas toman
cuerpo igualmente en el continente africano, como en Senegal. Mamadou
N'Doye y Diallo presentarn la nueva estructura de consulta de los jubilados.

20

Pero la lgica de integracin institucional de las organizaciones de jubilados


no se limita al plano nacional. Se adapta a los centros de gravedad poltica. En
Europa, las organizaciones nacionales reivindicaron una representacin en
todas las escalas de las decisiones pblicas, desde la ms local hasta el nivel de
la Unin. Con el refuerzo de la Unin Monetaria y Poltica, las asociaciones
nacionales de jubilados adoptaron una estrategia de coalicin, no sin dificultades a veces. Guido Verbrugghe evocar sucintamente la evolucin. Los sindicatos de jubilados tambin reforzaron su cooperacin a escala europea. Michel
Bruneau explica cmo se expresan las fuerzas sindicales de jubilados en esta
nueva dimensin.
La dinmica supranacional supera la sola dimensin europea. Y desde la
dcada de 1980, las organizaciones de jubilados se han asociado en los trabajos
de las Naciones Unidas. A este respecto, es esclarecedora la mirada cruzada de
Alexandre Sidorenko, a cargo del programa de las Naciones Unidas sobre el
envejecimiento, y de Albert Magarian, que preside una de las ms importantes
federaciones internacionales de jubilados con sede en el Consejo Econmico y
Social de las Naciones Unidas. Este panorama vertical de la integracin institucional de la escala ms baja a nivel internacional plantea algunas cuestiones
sobre las condiciones de participacin de los jubilados y de sus organizaciones
en los sistemas consultivos y de toma de decisiones. Mencionaremos, como conclusin de este captulo, seis ejes de reflexin para la construccin de un espacio institucional entre los jubilados y los agentes de la poltica en materia de
vejez. La construccin de un dilogo institucional plantea, en particular, la cues-

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

tin de la representatividad de las organizaciones, la oportunidad de reconocer


a un grupo especfico que se basa en su avance en la edad y en su estatus, y la
capacidad de las propias instituciones y de las estructuras polticas para tolerar
esta integracin dando a las personas mayores los medios de influir en el dilogo.
Pero ms all de las palabras, la democracia participativa implica una autntica ingeniera social. Y los dispositivos solos no bastan si no se establecen, al
mismo tiempo, las condiciones de una profunda transformacin de las culturas
de gobierno, lo que implica, a su vez, cambios en la actitud de los responsables
pblicos y en el comportamiento de sus administrados, a menudo expectantes
pasivos, poco informados y poco formados. Marian Barnes ofrece una interesante perspectiva de los principios y lmites de una poltica voluntarista en la
materia. Pero, al mismo tiempo, se trata de superar la cuestin de la insercin
institucional integrando la participacin de los jubilados en los sistemas de toma
de decisiones que les conciernen, como una forma de tica democrtica de la
relacin social que nicamente supera, con mucho, a las instituciones pblicas.
Ese es el motivo de que se convoque aqu la nocin de poder. Porque nos remite al estado de una relacin social sea quien sea el protagonista al que introduce
en la relacin, en cuanto que ste dispone del poder de actuar sobre los intereses materiales o morales de otra persona (mayor, en este caso). Por lo tanto, la
cuestin de la participacin en las decisiones integra al conjunto de los protagonistas implicados en el mbito gerontolgico (Estados, entes locales, empresas
privadas, asociaciones, iglesias, familias...). Por otro lado, la integracin no slo
se prev en lo que respecta a la sola faceta de los mecanismos de redistribucin
(subvenciones, rentas, pensiones, donaciones...), sino tambin en cuanto a las
prestaciones, los productos y los servicios con destino a las personas mayores.
Para concluir, y a manera de obertura para el futuro volumen, Bernadette
Puijalon y Jacqueline Trincaz nos invitan a situar este primer volumen en la perspectiva de la relacin particular entre la edad y el poder que mantienen las sociedades contemporneas con respecto a las que les precedieron. Una manera de
ampliar la reflexin sobre toda forma de poder en la sociedad.

21

1. HAY QUE TENER MIEDO DEL PODER GRIS?

La explosin del envejecimiento


PETER G. PETERSON
Jefe del Grupo Blackstone
Presidente del Consejo de Relaciones con el Extranjero
y del Instituto de Economas Internacionales

Una bomba demogrfica espera su hora, disimulada en el corazn de las


economas ms ricas del planeta. Lo que ya es perceptible desde ahora, es una
diferencia sin precedentes entre el nmero creciente de personas mayores y el
nmero de quienes estn en edad de trabajar. Lo que es menos perceptible,
pero no menos preocupante, son las consecuencias econmicas y fiscales de tal
situacin.
En un pasado an reciente, las personas mayores (de 65 y ms aos de edad)
no superaban nunca el 2 el 3% de la poblacin. En la actualidad, en los pases
desarrollados, representan alrededor del 14%. En el ao 2030, su nmero se
acercar al 25%, y se aproximar al 30% en Japn y en algunos otros pases de
Europa continental3. En general, y en un futuro previsible, la poblacin de los
pases en vas de desarrollo seguir siendo mucho ms joven. Segn las previsiones, una serie de pases asiticos, entre los cuales se encuentran China, Singapur
y Corea del Sur, recuperarn, hacia la mitad del siglo, unos niveles de dependencia de las personas mayores comparables a los de los pases desarrollados.
Envejecer significa pagar, pagar ms por las jubilaciones, pagar ms por los
gastos mdicos y pagar ms por las residencias de ancianos. En general, el nivel
de las prestaciones por vejez debera aumentar aproximadamente el 10% del
producto interior bruto (PIB) en los prximos 50 aos, y ello en la mayora de
los pases desarrollados. Este considerable aumento representa un suplemento
del 25 % deducido de los ingresos de cada trabajador en las sociedades en que
las retenciones fiscales ya superan a menudo el 25%.
3

Las proyecciones demogrficas de este artculo se han tomado de World Population Prospects: The 2000 Revision
(NN.UU., 2001); algunas cifras se han tomado tambin de The 1998 Revision (NN.UU., 1998).

25

EL PODER GRIS?

La cuestin central no consiste en saber si los pases desarrollados cambiarn de


poltica, sino solamente cundo y cmo lo resolvern. Lo harn cuando an es
tiempo o, ms tarde, en medio de una crisis econmica y poltica sin precedentes?
Las reformas, mientras an fueran a tiempo, no seran fciles de poner en
prctica. Los electores se han acostumbrado a que las generaciones que se incorporan paguen por las generaciones salientes. La menor tentativa de reforma
debera afrontar un importante escepticismo. La gente piensa que un sistema
que hizo maravillas por sus padres (que cotizaron muy temprano) debera proseguir sin cambios para sus hijos. En Europa, donde el Estado del bienestar
es ms costoso, el pblico considera las pensiones de reparto como la piedra
angular de la democracia social. En los Estados Unidos, el problema no es exactamente el de una dependencia del Estado del bienestar, sino la idea extraa
de que el ciudadano ha adquirido derechos y que, por lo tanto, tiene derecho a
percibir tal o cual subsidio que el gobierno hubiera prometido.

26

Una buena reforma debera ir ms all de un simple sacrificio fiscal y proponer una visin positiva del futuro. Tal reforma, por aadidura, debera preparar
a la sociedad a hacer frente a las necesidades de un nmero creciente de personas mayores, sin asfixiar, no obstante, la economa o someter a las jvenes generaciones a una mayor presin fiscal. Aunque limite las promesas hechas por el
antiguo sistema, una buena reforma debera fomentar (si no exigir) que la gente
entrara en un nuevo sistema. En otras palabras, una buena reforma debera establecer un nuevo paradigma, un paradigma que hiciera del envejecimiento rpido
de las poblaciones algo controlable y econmicamente viable.
No tenemos ninguna duda: el grupo de presin de las personas mayores desempear un papel determinante en estas cuestiones del envejecimiento viable.
Queda por saber si este grupo de presin usar su crdito poltico para intentar
preservar el statu quo o si contribuir a la bsqueda de soluciones innovadoras
participando en la negociacin de un nuevo contrato social.
Afirmaciones desmentidas
En los veinte aos que siguieron a la Segunda Guerra Mundial, los pases
desarrollados extendieron considerablemente sus regmenes de proteccin
social y de jubilaciones. En la poca, pareca realizable. El nmero de jubilados
era modesto, as como el coste sanitario. Un crecimiento rpido de la economa
y de los recursos fiscales era lo evidente. Desde mediados de la dcada de 1970,
estas certezas se derrumbaron.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

La esperanza de vida se ha alargado ms en estos ltimos cincuenta aos que


durante los ltimos cinco mil aos. En los Estados Unidos, cuando se instituy la
seguridad social se supona que un trabajador se jubilara a los 65 aos. Para evitar
que el nmero de aos de prestacin aumente, este mismo trabajador debera jubilarse hoy a los 73 aos. En verdad, los trabajadores, en los pases desarrollados, no
se jubilan ms tarde, sino ms temprano. As, ha crecido an ms el nmero de los
beneficiarios en detrimento del nmero de quienes cotizan. En Europa oriental, la
mayora de los trabajadores tienen la posibilidad de jubilarse a la edad de 60 aos.
Desde 1970, la proporcin de hombres mayores de 60 a 64 aos que tenan trabajo ha cado en picado del 72% al 31% en Alemania y del 68% al 16% en Francia.
Al mismo tiempo, el ndice de fertilidad de los pases desarrollados ha entrado en un profundo descenso. A principios de la dcada de 1960, esta tasa era del
2,7 por mujer. Hoy ha cado al 1,6, es decir, muy por debajo de la tasa de sustitucin de las poblaciones. En algunos pases, este descenso es tan profundo que
si la situacin no cambia (en Japn, en Italia y en la mayora de las regiones de
Europa del Este y del Sur) antes del final del siglo, estos pases perderan los dos
tercios de su poblacin actual. En cada pas desarrollado, con la posible excepcin de Australia, Canad, Irlanda y los Estados Unidos, la poblacin en edad
de trabajar comenzar a disminuir mucho antes de 2020. Esta perspectiva limita radicalmente las proyecciones oficiales de crecimientos reales de los salarios
que constituyen la base imponible que permite la continuacin del actual sistema de pensiones de reparto, as como la de los regmenes de la seguridad social.
Uno de los indicadores del coste del envejecimiento es la relacin entre la gente
en edad de trabajar y las personas mayores. En 1960, esta proporcin era de 7,4 a
1 en los pases desarrollados. Hoy ha cado a 4,7 a 1. Es previsible que caiga a 2,7
a 1 en 2030. Estas cifras, que dan miedo, subestiman, sin embargo, la seriedad de
la situacin, ya que no tienen en cuenta una evolucin hacia las jubilaciones anticipadas. La proporcin actual entre contribuyentes y jubilados (o discapacitados)
es mucho ms baja y cae en picado ms rpido: 3,2 a 1 en los pases desarrollados
para, segn las previsiones, desembocar en 2,0 a 1 hacia 2030. En algunos pases
de Europa, las previsiones para el mismo perodo seran menores de 1, lo que
quiere decir que habr menos trabajadores que cotizarn que jubilados4.
Estas previsiones oficiales podran subestimar, incluso, la importancia de la
tendencia al envejecimiento. Consideran que la fertilidad debera subir para
alcanzar la tasa de sustitucin de las generaciones, y ello a pesar de un nmero
4

Vase SHEETAL K. CHAND y ALBERT JEAGER, Aging Populations and Public Pensin schemes, Autres articles 147 (FMI:
diciembre de 1996).

27

EL PODER GRIS?

creciente de mujeres en el trabajo, el uso de la contracepcin y el recurso al aborto. Por otra parte, estas mismas previsiones se basan en una menor progresin
de la longevidad. Se trata de una afirmacin pesimista en un tiempo de descubrimientos mdicos sin precedentes donde algunos expertos consideran que los
progresos de la gentica podran llevar la esperanza media de vida a 100 o ms
aos. Sin embargo, no se est obligado a admitir estas perspectivas extraordinarias para rebatir las previsiones oficiales. Tres investigadores patrocinados por el
Instituto Estadounidense sobre el Envejecimiento examinaron las previsiones
oficiales de mortalidad por grupo de edad (en los principales pases desarrollados) con el fin de relacionarlos con las extrapolaciones estadsticas efectuadas
desde hace medio siglo5. En todos los casos descubrieron que las previsiones
oficiales se basaban en una esperanza de vida ms corta que las extrapolaciones.
Para los pases del Grupo de los Siete pases ms industrializados, hacia 2050 la
diferencia media ser de 3,5 aos; en cuanto a Japn, por increble que pueda
parecer, la diferencia ser de 8 aos.
Costes insuperables
28

Durante la dcada de 1990, los gobiernos de los pases desarrollados comenzaron a interrogarse sobre los retos del envejecimiento y a implantar reformas
destinadas a reducir el coste de los programas de pensiones. Se subi la edad
para obtener una jubilacin a tasa plena y las normas de admisin a la jubilacin
se volvieron menos generosas. A pesar de ello, todas las proyecciones conducen
a un callejn sin salida.
Para los prximos 50 aos, segn la Organizacin para la Cooperacin y el
Desarrollo Econmico, los costes medios para los sistemas de pensiones de
reparto progresarn un 4% del PIB6. En la Europa continental, los costes progresarn un 5% del PIB y en algunos pases (por ejemplo, Grecia y Espaa) an
ms. En los Estados Unidos la progresin ser menor: un 2%, aproximadamente, del PIB. Slo el Reino Unido llega a mantener una proporcin constante de
los costes. Ello se debe, en parte, a la modestia de las pensiones pblicas en este
pas, as como a las nuevas frmulas de ahorro privadas que, al favorecer una
disminucin de las prestaciones sociales, contribuyen a reducir el peso de las
cotizaciones sociales de un salario medio.
5

SHRIPAD TULJAPURKAR, NAN LI, y CARL BOE, A universal pattern of Mortality Decline in the G7 Coutries, Nature
(15 de junio de 2000).
6
Vase THAI THAN DANG, PABLO ANTOLIN y HOWARD OXLEY, Fiscal Implications of Ageing: Projections of Age-Related
Spending, Economics Departament Working Papers 305 (OCDE, 2001).

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

No obstante, el coste de las pensiones pblicas no es la nica cosa que


aumenta al tiempo que la poblacin envejece. Los costes sanitarios podran ser
de un peso an ms importante. No slo los costes sanitarios aumentan ms
rpidamente que el PIB, sino que las personas mayores consumen de tres a cinco
veces ms prestaciones mdicas que las ms jvenes. Adems, cuanto ms envejecen las personas, ms cuesta su asistencia mdica. El nmero de esta poblacin de ms edad es, precisamente, el que crecer ms rpidamente. Hacia 2050,
la poblacin de 13 pases estar compuesta de, al menos, un 10% de personas
mayores de 80 o ms aos. En Italia la proporcin ser del 14%. A ttulo informativo, el lder mundial es hoy Suecia con un modesto 5%.
Al cruzar todos estos factores obtenemos una tendencia explosiva. Si los gastos sanitarios per cpita aumentan al ao un 1% ms rpido que el salario medio,
las prestaciones de salud aumentarn un 6% hacia 20507, y se trata de un enfoque conservador. En los Estados Unidos, donde los gastos sanitarios per cpita
aumentaron histricamente un 4% ms rpido que el salario medio, la progresin de los costes podra ser ms importante. El anhelo en los Estados Unidos,
por las tecnologas mdicas avanzadas, y de hecho costosas, es tal que anula las
ventajas que este pas obtiene del coste relativamente modesto de sus pensiones
pblicas.
Las pensiones pblicas y los costes sanitarios se encuentran en el camino
de una ampliacin del 10% del PIB en la mayora de los pases desarrollados.
Este aumento masivo de los costes enfrenta a los pases desarrollados a opciones difciles. Concentrar todos los recursos sociales en las pensiones pblicas
apenas sera realista. El aumento de los costes, por otra parte, es tan importante que muchos gobiernos podran suprimir todos sus gastos (defensa,
infraestructuras, polica, escuelas, etc.), excepto los gastos sociales, y, a pesar
de todo, estar en dficit hacia 2020. Aumentar los impuestos no sera posible.
Muchos pases desarrollados han alcanzado, o han superado ya, unos umbrales impositivos aceptables, es decir, que una fiscalidad ms importante dificultara la economa y no reportara beneficios. Pedir prestado casi no sera aceptable. Hacia 2030, financiar las pensiones pblicas agotara la totalidad del
ahorro. Mucho tiempo antes de ello asistiramos a un hundimiento de las
inversiones, pero un gigantesco servicio de la deuda pronto habra hecho
poner fin a la experiencia.
7

La proyeccin se basa en Ageing in OECD Countries: A Critical Policy Challenge, Etudes sur les poltiques sociales
20 (OCDE, 1996), y prosigue hasta 2050.

29

EL PODER GRIS?

Hacia un nuevo paradigma


Ha pasado medio siglo desde que, en los pases desarrollados, las pensiones
de reparto se convirtieron en el principal medio de mantener las necesidades de
las personas mayores. Este paradigma conoci algunos xitos. Contribuy a elevar la renta de las personas de edad avanzada al permitirles escapar de los trabajos penosos y conquistar su independencia. Este paradigma les proporcion tambin la posibilidad de beneficiarse de lo mejor que la medicina moderna poda
ofrecer. No obstante, este mismo paradigma conoci evidentes debilidades: una
cierta dependencia con respecto a los gobiernos, la disgregacin de las familias
numerosas y, para muchas personas mayores, un cierto aislamiento. Entre los fracasos es necesario citar tambin, a largo plazo, la imposibilidad, por razones econmicas, de proseguir la experiencia. Eso parece abstracto o indeterminado,
pero, con todo, es este fracaso lo que conducir al abandono del paradigma.

30

El objeto de una reforma sera hacer el envejecimiento ms seguro para las


generaciones salientes y menos pesado de asumir para las generaciones que se
incorporan. Los gobiernos tendrn que reducir el coste estimado de las pensiones pblicas, pero, al mismo tiempo, deben prever soluciones de sustitucin ya
que, despus de todo, muchos trabajadores dependen en gran manera de estas
prestaciones. En el conjunto de la Europa comunitaria, nicamente menos del
10% de los trabajadores reciben una pensin capitalizada financiada por el
empresario. En cuanto al ahorro personal, est condicionado por los ingresos.
Incluso en los Estados Unidos, donde hay un vasto mercado financiero y tradiciones de autonoma personal, la mayora de los miembros familiares llegan a la
edad de la jubilacin con menos de un ao de autonoma financiera. En la
mayor parte de los pases, lo que marca la diferencia entre una vejez decente y
una vejez miserable es un cheque del gobierno.
En resumen, los pases desarrollados tienen necesidad de evolucionar hacia
un nuevo paradigma de edad, un paradigma de todo punto tan revolucionario
como las transformaciones demogrficas hacia las cuales nos encaminamos.
Una mirada sobre la historia y sobre las culturas del mundo permite pensar que
todo paradigma eficaz podra basarse en la totalidad o en una parte de las seis
estrategias elementales que se describen a continuacin:
1. Reducir la dependencia de las personas mayores fomentando jubilaciones
ms tardas y suprimiendo los obstculos que existen en cuanto al empleo
de las personas de ms edad. Por todas partes, los gobiernos, especialmente en Europa continental, podran generar economas considerables, y ello

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

sin comprometer el nivel de vida de las personas en cuestin. Bastara con


aumentar la edad en que pueden alcanzar su jubilacin.
2. Ampliar la base de la economa futura (y, en consecuencia, la base fiscal)
fomentando una mayor productividad de las personas ms jvenes. Eso
puede realizarse permitiendo que los ciudadanos en edad de trabajar trabajen ms, o permitiendo la integracin de an ms inmigrantes en edad
de trabajar. Las naciones con un ndice de inmigracin bajo (Japn, por
ejemplo) o con un coste laboral importante y un desempleo alto (como en
Alemania) seran muy sensatas si reflexionaran sobre esta estrategia a la
estadounidense.
3. Ampliar la base de la economa futura (y, en consecuencia, la base fiscal)
criando hijos ms numerosos y productivos. De hecho, se trata de repartir la carga de las generaciones salientes sobre las nuevas generaciones,
ms numerosas y ricas. En respuesta, en parte, a las inquietudes relativas
al descenso demogrfico, las generosas polticas escandinavas y francesas de ayuda a la natalidad podran ser adoptadas por otros pases desarrollados.
4. Reducir el coste fiscal de la dependencia de las personas mayores haciendo
hincapi en las responsabilidades filiales. Se tratara de estimular la buena
voluntad de los hijos adultos, cualquiera que sea su nmero o su productividad, para sostener a sus padres de edad avanzada. Las sociedades donde
las familias numerosas son menos vigorosas, donde es mayor la pobreza de
los padres ancianos y donde los costes de los cuidados a largo plazo se elevan rpidamente (en los Estados Unidos, por ejemplo), tienen mucho que
aprender de las culturas inspiradas por el confucionismo, como Japn,
donde la mayora de las personas mayores viven con sus hijos adultos.
5. Reducir la carga fiscal de las personas mayores dependientes ajustando las
prestaciones a las necesidades. Australia es el nico pas desarrollado
donde las pensiones pblicas se ajustan en funcin de los recursos de los
beneficiarios. Otros muchos pases podran inspirarse en esta estrategia.
6. Reducir los costes fiscales y econmicos de las personas mayores dependientes exigiendo a los interesados que inviertan para su vejez y ahorren
ms cuando estn todava en edad de trabajar. El Reino Unido, Australia
y Suecia (con Singapur y Chile) demuestran que hay muchas posibilidades
para financiar las jubilaciones en los pases desarrollados.

31

EL PODER GRIS?

No slo la totalidad o una parte de estas estrategias ayudarn a superar el


problema de los recursos financieros en descenso vinculados a la explosin
del envejecimiento, sino que permitirn constituir importantes reservas para
las generaciones futuras; sin olvidar una mayor productividad laboral y un
mejor nivel de vida para todos. No obstante, muchas de estas estrategias sern
difciles de aplicar. Algunas de ellas, como las jubilaciones ms tardas o las
prestaciones ajustadas a las necesidades, se opondrn a las prcticas y a las
expectativas de las poblaciones. En ese caso preciso, los gobiernos deberan
financiar las jubilaciones anticipadas a todos los hogares. Las polticas en
materia de natalidad o a favor de la inmigracin causaran inevitables polmicas. Otras estrategias consistentes en invertir ms en la juventud podran
requerir ms paciencia o, quin sabe, ms sabidura que la que poseen los
gobiernos. Algunas de estas estrategias, por otra parte, seran mejor aceptadas
en algunos pases que en otros. Hacer hincapi en el amor filial sera ms fcil,
por ejemplo, en Asia que en Norteamrica, al mismo tiempo que un ahorro
vejez obligatorio les parecera ms normal a los norteamericanos que a los
europeos continentales.
32

Por lo que se refiere a los Estados Unidos, hace mucho tiempo que me hice
abogado de dos reformas importantes: la jubilacin pblica fijada a la edad de
70 aos (despus ajustada segn la longevidad) y las prestaciones federales
ajustadas de acuerdo a los recursos. Fomentara igualmente la sustitucin del
sistema actual de reparto por un sistema capitalizado basado en el ahorro personal. Los medios de financiacin son importantes, ya que permitiran superar uno de los mayores retos de las sociedades que envejecen, a saber: cmo
mantener un nivel suficiente de ahorro e inversin para la economa. Eso
garantizara unas devoluciones ms elevadas a los contribuyentes, y liberara
los recursos gubernamentales, lo que tendra como efecto garantizar un mejor
umbral de proteccin social. Sera la nica estrategia sin retenciones fiscales,
directas o indirectas; tendra tambin la ventaja de no influir en las generaciones futuras.
Cualquiera que sea la forma o la dosificacin de las reformas mencionadas
ms arriba, no tendran ningn efecto si no se aplicaran! En este momento es
cuando la poltica vuelve a entrar en escena, gracias, en particular, a las intervenciones de las asociaciones de personas mayores. No lo olviden: la tendencia
demogrfica al envejecimiento, si produce muchos jubilados, tambin produce
muchos electores!

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Poltica antigua frente a poltica nueva


Hacia 2015, segn las Naciones Unidas, ms de un tercio de la poblacin
adulta de los pases desarrollados habr alcanzado la edad de percibir una pensin pblica o habr superado dicha edad. Hacia 2035, Asia habr alcanzado
tambin esta misma etapa, as como Sudamrica hacia 2055. Por consiguiente,
se plantea un problema con una particular gravedad: un nmero creciente de
electores est en edad de percibir una pensin del Estado, mientras que un
nmero decreciente de electores cra a un nmero decreciente de hijos. En estas
condiciones, qu podra motivar a los dirigentes polticos para que emprendieran reformas de fondo? La explosin del envejecimiento puede colocar a las
personas mayores en el papel de rbitro indiscutible o, un nuevo problema, un
mundo dominado por los mayores sera capaz de hacer sitio a las aspiraciones
de la juventud?
En un mundo estable y pacfico, las personas mayores siempre han tenido
una influencia poltica desproporcionada. Al contrario que a los jvenes adultos,
estn, por definicin, mejor informadas; votan ms a menudo, efectan un
mayor control sobre las propiedades familiares y sobre las instituciones pblicas. El nacimiento de organizaciones de personas mayores ha acentuado ms
esta tendencia en su favor, animndoles a tomar una parte cada vez ms activa
en la vida poltica.
En los Estados Unidos, el grupo de presin de las personas mayores se ha
vuelto tan potente que amenaza las aspiraciones de los dems grupos. Existe la
AARP, conocida anteriormente bajo el nombre de American Association of Retired
Persons8, con 35 millones de miembros y 1.700 empleados, a los cuales es necesario aadir un nmero de voluntarios 10 veces ms elevado. El presupuesto
anual de esta organizacin es de 5,5 millardos de dlares. Tambin estn el
National Council of Senior Citizens9, Save Our Security10 y Families USA11, sin olvidar
a docenas de otros grupos ms especializados, como la National Retired Teachers
Association12 o la National Association of Federal Employees13. A escala nacional, se
consulta a estos grupos sobre todo lo que puede afectar a las prestaciones destinadas a las personas mayores. Cuando estas asociaciones estn descontentas,
8

Asociacin de Jubilados de los Estados Unidos [N. del T.].


Consejo Nacional de Ciudadanos Mayores [N. del T.].
Salvar nuestra Seguridad [N. del T.].
11
Familias de los Estados Unidos [N. del T.].
12
Asociacin Nacional de Profesores Jubilados [N. del T.].
13
Asociacin Nacional de Empleados Federales [N. del T.].
9

10

33

EL PODER GRIS?

tienen los medios (vase la Mediscare Campaign14 de 1996) de causar fracasos electorales a sus adversarios. A escala local, las organizaciones de personas mayores
recurren a las presiones militantes para obtener ventajas fiscales (contribuciones
territoriales, impuestos sobre la renta) u otros servicios generosamente financiados por la colectividad. En algunos sectores han combatido con energa y han
hecho fracasar diferentes proyectos e inversiones a favor de las escuelas y la
juventud. Hasta ahora, tales actividades se circunscriban a estados como
California, Florida o Arizona que, tradicionalmente, acogen un mayor nmero
de jubilados. En adelante, se pueden observar estas prcticas sobre el conjunto
del pas.

34

En Europa, el poder de los mayores est tambin en progresin. Se manifiesta menos a travs de las organizaciones de personas mayores independientes
que por mediacin de los sindicatos o los partidos polticos, los cuales tienen
posturas a favor de los jubilados. En Europa, en contraste con los Estados
Unidos, la mayora de los trabajadores jubilados siguen siendo miembros de un
sindicato y continan identificndose con su accin, poltica y socialmente.
Porque Europa es ms vieja y los trabajadores se jubilan antes, los jubilados forman una parte an ms importante del electorado que en Estados Unidos.
Adems, dado que la mayora de los electores dependen completamente de las
prestaciones pblicas, son ms propensos a votar en el sentido de sus intereses.
A pesar de la atencin y el respeto que las polticas conceden a las reivindicaciones de los jubilados, las pruebas indican que tres cuartas partes de ellos consideran que sus gobiernos no hacen bastante por ellos. Una cuarta parte de ellos
estara incluso dispuesta a afiliarse a un partido exclusivamente consagrado a la
defensa de sus intereses.
Podra encarnar el futuro un partido basado en la edad? La idea parece
increble, pero tal partido ya existe en los Pases Bajos. En Rusia, los comunistas se rehabilitaron como partido de los jubilados. Estos ltimos, en efecto,
estn especialmente descontentos de su suerte debido a la fuerte inflacin que
afecta a sus rentas. En 1995, para la eleccin de la Duma, ms de la mitad de las
personas de 55 y ms aos de edad votaron al Partido Comunista, contra solamente un 10% de los menores de 40 aos.
14

Campaa Mediscare. Juego de palabras para establecer relacin entre Mediscare (medical + scare = alarma mdica)
y Medicare (medical + care = atencin mdica). Fue utilizado en 1996 por el Partido Republicano, que acusaba al
Partido Demcrata de utilizar el pnico para asustar a las personas mayores. Estaba en litigio la reduccin del tipo de
incremento anual del presupuesto de Medicare, que los republicanos queran que fuera menor que el que propona el
Presidente Clinton. Los demcratas hicieron creer a la opinin pblica que la reduccin propuesta por la oposicin
hara que muchos mayores se convirtieran en homeless (personas sin hogar). El trmino ha quedado como sinnimo
de campaa en la que se vilipendia al oponente para tratar de conseguir los propios objetivos [N. del T.].

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

A medida que las personas mayores aseguran socialmente la defensa de sus


intereses, las jvenes generaciones parecen haber perdido su legendaria capacidad de deshacerse de las rmoras! Con nombres modernizados como
seniors las personas de edad avanzada se han comprometido polticamente.
En cambio, con conceptos como X o generacin Bof , las jvenes generaciones aparecen ms bien como dimisionarias. Gracias a los esfuerzos de los
gobiernos, la mayora de los jubilados ven colmadas sus esperanzas. En la indiferencia de los poderes pblicos muchos jvenes adultos, por el contrario, ven
contrariadas sus esperanzas. En los Estados Unidos, durante este ltimo cuarto
de siglo, las diferencias de ingresos por clase de edad aumentaron mucho. Segn
el US Census Bureau15, la renta media de los miembros familiares de 65 y ms aos
de edad progres ms all de un 35% desde el principio de la dcada de 1970,
mientras que la de quienes estn por debajo de los 45 aos sigui siendo estacionaria, y eso, antes de impuestos! En Europa, donde los jvenes tienen dificultades para encontrar trabajo, los gobiernos dan claramente a entender que
garantizar las pensiones es ms importante que garantizar el empleo. Una dinmica perversa podra hacer, por tanto, que cada grupo de edad militara en vas
antagnicas.
Se anuncia con ello una guerra entre generaciones en torno a unos recursos
pblicos en descenso? Algunos comentaristas lo dudan. Una escuela de pensamiento opina que el aumento mecnico del grupo de presin de las personas mayores lleva en l su propia derrota. En esta hiptesis, tales organizaciones de defensa
de intereses clasificados por categoras siguen siendo eficaces mientras no causen
una rebelin fiscal en el resto de la poblacin. Hacia la mitad del siglo XXI, el
grupo de presin de las personas mayores slo podr esperar una influencia poltica tan escasa como la de los agricultores de mediados del siglo XIX, cuando estos
ltimos representaban ms de la mitad del conjunto de los trabajadores.
Otros piensan que la situacin actual podra reflejar simplemente la personalidad colectiva de las generaciones presentes. En su juventud, las personas mayores de hoy se forjaron en y por las fuertes experiencias de la reconstruccin y tras
los pasos de la depresin y la guerra. Esta generacin est habituada a la esplendidez pblica y a los grandes programas generales. En todos los pases desarrollados, los electores, sin distincin de categoras de edad, son ms o menos del
parecer de que las personas mayores merecen la suerte especialmente favorable
que es la suya. Por su parte, las personas hoy de edad madura fueron formadas
15

Departamento del Censo de los Estados Unidos [N. del T.]

35

EL PODER GRIS?

en circunstancias menos positivas, a raz de las transformaciones culturales de la


dcada de 1960 y de las consecuencias de la estanflacin16 de la dcada de 1970.
Esta generacin, ms individualista, menos penetrada de civismo, tiende a contar
menos con la solidaridad entre los ciudadanos y confa ms en el mercado. En
funcin de esta diferencia de enfoque, esta generacin bien podra producir una
nueva imagen de s misma en el momento de la jubilacin. Sus miembros, en
efecto, podran sentirse menos dependientes de la colectividad y los ms jvenes
an podran venir a reforzar esta tendencia.

36

Las visiones de estas dos escuelas de pensamiento a lo mejor son demasiado


optimistas. No obstante, se puede afirmar, sin temor a equivocarse, que las
transferencias de recursos de los jvenes hacia las personas mayores no podrn
seguir creciendo indefinidamente ms rpido que la economa, y nadie puede
decir qu traumatismo poltico o financiero sera necesario para romper la tendencia. El tiempo en que todo el mundo superaba esta situacin casi ha terminado del todo. Por el momento, la pequea cohorte de la gente nacida durante
la gran depresin est an a punto de jubilarse, mientras que los pesados batallones del baby boom17 todava estn trabajando. Durante la dcada de 1990, esta
disposicin favorable de la demografa retras la tendencia al envejecimiento y
mantuvo el crecimiento. Sin embargo, estos mismos datos demogrficos pronto jugarn a la inversa.
Elevarse por encima de la ideologa
Contrariamente a muchas predicciones, la explosin de la edad no es una simple hiptesis. Ya son conocidos el momento de su aparicin y su importancia. Se
trata de un fenmeno inevitable al final del cual ya nada ser como antes.
Ms all de una formidable carga fiscal, la explosin de la edad plantea
importantes cuestiones tanto en lo referente al plan de las polticas nacionales
como en lo que respecta al de las internacionales. Cmo podra reestructurarse la economa mientras que el nivel del ahorro (y quizs de la productividad)
seguira la pendiente hacia abajo del nmero de personas que an trabajan?
Cmo afectar ello a los mercados financieros y a las uniones monetarias
16

Abreviatura de 'estancamiento con inflacin', fenmeno macroeconmico que describe la situacin de una economa en la cual se presenta una reduccin en el nivel de la actividad econmica acompaada por una inflacin elevada y creciente [N. del T.].
17
La expresin se refiere a la explosin demogrfica registrada en los Estados Unidos y Canad y, en menor medida, en
algunos pases europeos occidentales despus de la Segunda Guerra Mundial. Suelen distinguirse dos perodos, sin solucin de continuidad: de 1946 a 1949, tras el regreso en masa de los soldados, y de 1950 a 1964, coincidente con el auge
del denominado "Estado de bienestar". A los nios nacidos en esa poca se les conoce como baby boomers [N. del T].

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

(como la Unin Monetaria Europea) en un momento en que las naciones


encuentran respuestas, a veces muy diferentes, para las reformas de las prestaciones y de las polticas fiscales? Cmo afectar a la geopoltica, y especialmente a la capacidad de las grandes potencias para mantener sus compromisos militares, en un momento en que la divisin tradicional entre ricos y pobres tiende
a difuminarse en favor de una divisin entre mayores y jvenes?
La mayora de las cuestiones suscitadas por la explosin del envejecimiento
se plantean de manera menos apremiante en los pases en vas de desarrollo. La
tendencia al envejecimiento es ms lenta y las pensiones pblicas y los programas de salud son menos esperados all por el cuerpo social. Estos pases an tienen tiempo de reformar su sistema de seguros sociales antes de que lleguen a la
madurez. Por consiguiente, pueden evitar as algunos de los escollos que no
dejarn de producirse en sus vecinos ms ricos.
En los pases desarrollados, las transformaciones demogrficas de que se
trata en este artculo ya han entrado en el terreno de los hechos. Para hacer frente a un reto as, los dirigentes polticos debern elevarse por encima de las ideologas y agarrar al toro por los cuernos. La izquierda deber dejar de defender
las pensiones de jubilacin como si fueran la marca de todo gobierno progresista y darse cuenta de que, en el caso opuesto, se encaminaran hacia el agotamiento de los recursos pblicos. Por su parte, la derecha deber ir ms all de un simple programa de rigor fiscal y presentar propuestas para intentar solucionar los
problemas resultantes de la explosin del envejecimiento.
Por su parte, el grupo de presin de las personas mayores deber tener presente que el contrato entre generaciones que sirve de base a los programas de
pensiones pblicas es una carretera de dos carriles y que la mejor manera de asegurar la perpetuidad de estos programas es limitar el coste. La supervivencia de
este contrato entre generaciones depende de su viabilidad a largo plazo. Si las
jvenes generaciones de los pases desarrollados cuestionan esta viabilidad, ello
podra ser el certificado de defuncin de estos dispositivos. O se reforman los
programas de pensiones pblicas o una pendiente incontrolable conducir a
cortes repentinos y draconianos que tendran como efecto penalizar a los ms
vulnerables. Combatiendo cada reforma de las prestaciones pblicas, el grupo
de presin de las personas mayores podra llegar a proteger los intereses de los
jubilados de hoy, pero es algo que comprometera seriamente los intereses de los
jubilados de maana.

37

Entrevista con ANNE-MARIE GUILLEMARD


Doctora en sociologa, letras y ciencias humanas
Profesora de las Universidades (clase excepcional) Pars V Sorbona
Miembro del Instituto Universitario de Francia y la Academia Europea de las Ciencias

POR MATHIEU SCHMITT

MS: Cmo hay que percibir hoy el envejecimiento? Es una desventaja o una oportunidad?
AMG: Actualmente, el envejecimiento se considera como una catstrofe. Es
una bomba demogrfica, un choque catastrfico ante el cual no se puede sino
adaptarse, sobre todo disminuyendo los derechos sociales. El envejecimiento
equivale as a algo completamente negativo.
Yo defiendo todo lo contrario, ya que no hay fatalismo demogrfico.
Cuando se observan ejemplos en el extranjero, se ve claramente que la demografa nunca dicta las decisiones polticas de un pas. Cada pas, en funcin de
sus configuraciones institucionales, de la manera en que se ha construido la
definicin del envejecimiento, puede hacer del envejecimiento una fatalidad o
una oportunidad.
Tomemos el ejemplo de Finlandia. Un pequeo pas de cinco millones de
habitantes, cuya poblacin envejeca antes que la nuestra. Finlandia haba establecido mecanismos de abandono precoz (del mercado laboral) que condujeron a
una reduccin considerable del tipo de actividad ms all de los 55 aos. El porcentaje de empleo a esta edad era del 38% (en Francia, hoy somos al 33%). El
envejecimiento se consideraba negativamente. De ah la poltica de abandono
anticipado de los trabajadores de edad avanzada. Finlandia consigui invertir esta
concepcin actuando, ante todo y en primer lugar, sobre la actitud de la gente. La
visin de los ciudadanos finlandeses en cuanto a la vejez y el envejecimiento se
reconstruy con un eslogan que, a mi juicio, habla por s mismo: La experiencia es una riqueza nacional. Los viejos dejan de ser viejas glorias que es necesario echar del trabajo porque ya no son competitivos. Al contrario: se invierten
las cosas. Finlandia, por consiguiente, estableci un programa nacional y acept

39

EL PODER GRIS?

financiar los costes. El voluntarismo de los poderes pblicos es muy importante.


Se adoptaron algunas medidas muy coordinadas con respecto a las polticas en
materia de empleo y el mantenimiento de la reforma de las pensiones.
Los finlandeses, con su plan nacional para el empleo de los trabajadores de
edad avanzada, aumentaron la productividad y la competitividad de sus industrias, cuando eran las personas de ms edad de Europa. Si el poder poltico toma
buenas decisiones, el envejecimiento puede volverse, incluso, ms competitivo.
Si se mantiene la capacidad de empleo de los mayores de 45 aos, si se hace un
esfuerzo masivo para mantener sus competencias y continuar su formacin, se
hacen progresos de competitividad. Un pas que envejece, no es un pas que est
retrasado, que ya no est al corriente. Finlandia est a la vanguardia de las nuevas tcnicas de informacin y comunicacin.

40

Por otra parte, es notable que la reforma de las pensiones no se haya tratado
ms que en segundo lugar en este pas. Finlandia -y tambin los Pases Bajosprocedi a las reformas de sus sistemas de proteccin social debido al envejecimiento, pero eso no supuso recortes en los presupuestos sociales o retrocesos
en las condiciones de jubilacin. Estos pases ampliaron las posibilidades de
vida, volvieron ms atractiva la prolongacin de la actividad. No hubo medidas
coercitivas.

MS: Por lo que se refiere a las pensiones, est condenado el modelo de reparto?
AMG: No digo que deba existir indefinidamente. Se hizo un modelo en 1945
que corresponda a la sociedad industrial. Est claro que hoy es necesario reconsiderar este modelo de reparto con respecto a las pensiones, en las condiciones
totalmente nuevas de la sociedad del conocimiento y la informacin. Ya no estamos en el mismo reparto que en 1945.
Pero cuestiono que slo se concentre en las pensiones. Deberamos situar el
debate en la perspectiva del ciclo de la vida. Se permanece en la transicin trabajo / jubilacin diciendo que hace falta alargar la vida activa. No, no son esos
los trminos en que se piensa. Se piensa en trminos de perspectiva de todo el
transcurso de la vida, de todas las generaciones sucesivas, de un contrato entre
las generaciones. Es necesario trabajar en las formas de redistribuir las horas de
trabajo y las horas de no trabajo en el ciclo de la vida. La cuestin est all.
Cuando slo se toma la transicin a la jubilacin, la duracin de la actividad y la
edad, slo se trata una parte de la cuestin. Eso no permite comprender el caso

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

francs, ya que nuestro problema es, en primer lugar, un problema de empleo,


de horas de trabajo y de no trabajo que hay que redistribuir en el recorrido de
las edades de la vida.
El informe Charpin hablaba de alargar la vida de trabajo. Est en contradiccin
con lo que pasa: la duracin de las horas de trabajo se reduce globalmente. Pero
no se reparte de la misma forma en el curso vital: se entra ms tarde en la vida
profesional y se sale sin duda ms tarde. Pero eso no quiere decir trabajar ms. En
primer lugar, se trabaja de manera intermitente. Sern necesarios amplios perodos de formacin y aos sabticos en medio de la vida laboral.
El centro del problema est all: tener un instrumento para pensar de otro
modo el reparto del tiempo social en el ciclo de la vida. La jubilacin no es ms
que uno de los instrumentos para pensarlo. No digo que deba preservarse a toda
costa en estas condiciones. Debe concebirse en ese conjunto.

MS: Otro instrumento, ha dicho usted, es el empleo


AMG: En Francia, el desempleo es considerable y los ndices de actividad de
los trabajadores mayores de 55 aos son absolutamente lamentables. De qu
sirve hacer sobre el papel una jubilacin ms tarde si no se garantiza que la gente
vaya a trabajar ms tarde? Actualmente, en Francia, la edad efectiva de salida del
mundo laboral es la de los 58 aos. No sirve de nada razonar sobre las edades
de jubilarse si no se llega a hacer que la gente trabaje hasta la edad mnima de
jubilacin. Entonces se tiene un margen de financiacin considerable, dado que
la poblacin activa envejece. En efecto, no es slo la poblacin de ms edad la
que envejece: es toda la poblacin. Es decir, que los mayores de 50 aos ocupan
un lugar cada vez ms importante en la poblacin activa. Si se descuida su insercin laboral, se descuida una enorme masa de financiacin de los sistemas de
pensiones. Puesto que esas personas no cotizan ya en ese momento, influyen en
otros sistemas de seguro y de reparto. No sirve de nada mejorar un sistema si es
para hacer por otro lado desembolsos en prestaciones por desempleo o discapacidad.
En el caso francs, como era el caso de Finlandia, hay que hacer antes que
nada una poltica de empleo. El aumento del ndice de actividad de los mayores
de 55 aos dar un margen de financiacin totalmente importante para los sistemas de pensiones. Despus, se hace una reforma de las pensiones. Es lo que
acaban de hacer los finlandeses, tras cinco aos de una reforma nacional del
empleo.

41

EL PODER GRIS?

MS: Ya tiene una visin de lo que podra ser la reforma de las pensiones?
AMG: Se ha planteado demasiado el problema en trminos tcnicos. No ha
habido en Francia un debate social. Todo ha quedado en un debate entre expertos. Qu reparto de las horas de trabajo y de las actividades retribuidas queremos en esta sociedad del conocimiento y la informacin?

42

Las nuevas normas no deben ser las mismas para todo el mundo, ya que se
va hacia una diversificacin de las trayectorias. Por consiguiente, hace falta
ofrecer un margen de opcin muy superior a los individuos. Tenemos el sistema ms tajante que existe. No hay ninguna posibilidad de que la gente elija el
momento de su salida del mundo laboral. Se les incita a no prolongar su actividad ms all de los 60 aos en cuanto tienen su perodo de cotizacin para
tener derecho a la jubilacin plena. La gente slo puede elegir entre actividad
plena o jubilacin plena. Por el contrario, es necesario habilitar unos programas de opciones muy amplios entre las personas que querrn seguir trabajando porque mejorarn sus pensiones y las que quieren dejarlo antes. En
Finlandia o Suecia se adopt este sistema. Hacen falta mayores niveles de contribucin del sistema de reparto. En Francia, se permanece en el sistema de
reparto (para ser sinceros, el problema no se plantea, todo el mundo se adhiere a l, aunque se abre la va a posibilidades de pensiones mediante capitalizacin). Se debe rechazar todo criterio nico, todo pensamiento nico debe ser
jubilado. Por consiguiente, debemos ampliar los mrgenes de opcin, dar a los
individuos la posibilidad de elegir el momento de su salida y establecer mecanismos de estmulo -de los que estamos completamente desprovistos en
Francia- para animar a la gente a prolongar su perodo laboral. La gente debe
tener un inters financiero, pero tambin unas perspectivas atractivas de fin de
carrera. Eso supone negociaciones sobre el empleo, con modificaciones en los
puestos de trabajo y cambios en la actitud de los empleados y los empresarios.
Sin embargo, sera necesario un mnimo de normas legales: una edad mnima de apertura de los derechos a la jubilacin (por qu no mantener los 60
aos?). Con el fenmeno de la parentalidad tarda, la gente quiere jubilarse
ms tarde. Es necesario hacer subir el ndice de actividad de los mayores de 55
aos. Excepto para las personas que ejercieron profesiones extremadamente
penosas y que podran beneficiarse de un sistema de jubilacin anticipada
especfico. Esta gente debe poder irse antes de la edad mnima de salida (al
menos, en un perodo transitorio, puesto que hay generaciones que hicieron
trabajos fatigosos). En las normas, se pueden introducir mecanismos que per-

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

mitan una estabilidad a largo plazo del coste de las pensiones. Por ejemplo,
Suecia introdujo variantes en el ndice de sustitucin de las pensiones, posibilitadas por la prolongacin de la esperanza de vida. Las personas deben poder
elegir el momento de su salida y hacer su propio clculo. Deben poder arbitrar ellas mismas, ya que los intereses de la gente son diferentes. Hay quien
tuvo carreras largas, otros que empezaron tarde Entre los 60 y los 70 aos,
la gente debe tener la posibilidad de mejorar su jubilacin. Situmonos una vez
ms en la perspectiva del ciclo de la vida. Es la mejor manera de llegar a un
consenso entre las generaciones, consenso necesario para toda reforma del
sistema de pensiones.

MS: Pero, qu es lo que quieren los jubilados?


AMG: Por el momento, los jubilados no se vern afectados, puesto que la
reforma no es retroactiva. Concierne a la poblacin activa actual. No hay que
causar perdedores ni ganadores. La equidad entre generaciones es muy importante. Si en el sector pblico francs se lleva repentinamente el perodo de cotizacin a los 40 aos, se crean numerosos problemas entre una cantidad nada
despreciable de trabajadores en activo. En particular, los empleados pblicos
que estn en la cincuentena ya no podran recuperar su retraso, puesto que no
podrn retrasar su salida.
Las organizaciones de jubilados deben encontrar su lugar en un envejecimiento activo, en las opciones vitales. Algunos jubilados se han introducido en
el voluntariado y estn muy atentos a una reforma que vaya hacia una diversificacin de edades, con formacin a todas las edades. Se debe tener un sistema de
proteccin social que permita combinar el tiempo social a cada edad (el tiempo
para uno mismo, para la familia, para la formacin). Me parece que todas las
generaciones pueden encontrarse en torno a desafos parecidos. La Comisin
Europea, adems, se ha fijado el objetivo de una sociedad para todas las edades.
En Francia, como en otros pases, slo se ha hecho la gestin por edad (con
barreras de edad por todas partes). Ahora, se deben gestionar las edades. La gestin de las edades debe hacerse en la empresa, en la organizacin del tiempo
social y en la manera en que se compensan las horas de trabajo a lo largo de la
vida, en vez de concentrarlo en el final de la vida. Salgamos del esquema todo
el descanso es para los jubilados, todo el trabajo para la poblacin activa. Ya no
es coherente del todo con la sociedad del conocimiento y la informacin, donde
precisamente se necesita una formacin continua a lo largo de la vida.

43

EL PODER GRIS?

MS: Cmo pueden mantener su sistema de pensiones los pases del


Este sin sacrificar una generacin?
AMG: El problema es de otro tipo que en los pases occidentales. Es un
caso hipottico completamente diferente. En el Este, se produjo el hundimiento de un sistema de pensiones pblicas las mismas para todos dirigido por el
Estado. Pasar a la capitalizacin no es satisfactorio, ya que hay un plazo considerable. Adems, conocemos los riesgos de la capitalizacin, especialmente en
los Estados Unidos con los fondos de pensin y tambin en Francia con los
seguros sociales durante la Segunda Guerra Mundial. El reparto tuvo el mrito
de producir pensiones, incluso a quienes no haban cotizado. La capitalizacin
no es una solucin en s. Para los pases del Este, hace falta, por tanto, una mezcla entre reparto y capitalizacin. El reparto debe garantizar las pensiones de
hoy; si no, los jubilados se encuentran en la miseria. La capitalizacin sirve a
ms largo plazo y ofrecer un margen de maniobra complementario.

MS: Cul es el camino que debe seguirse para los pases en vas de
desarrollo?
44

AMG: Tambin all el caso hipottico difiere por completo de lo que sucede
en Europa Occidental y se asemeja mucho ms al problema de los pases del
Este. Incluso el Banco Mundial desisti de la toda capitalizacin. En Chile, la
reforma de las pensiones no dio sus frutos. Argentina haba adoptado un sistema hbrido y es ahora catastrfico, pero los problemas son ms profundos y
sobrepasan el sistema de pensiones nico. En el caso argentino, hay un problema, ya que la gente no se afili. Es necesario creer en el sistema de pensiones
para afiliarse. El sistema de reparto al menos sobre una base mnima garantiza algo por ahora y da confianza a los jvenes para que se afilien. Al principio,
los pases en vas de desarrollo deben obtener prstamos para abrir el surtidor,
ya que la jubilacin exige reservas importantes.
El sistema de reparto requiere confianza y obligacin bajo la direccin del
Estado. Las pensiones nunca han funcionado sin ello. Esta garanta mnima que
da el sistema de reparto sera una primera etapa.

MS: En este contexto especialmente complejo, cul puede ser


papel de las organizaciones de jubilados? Y considera usted la aparicin de los grupos de presin de jubilados como un peligro o como una
oportunidad?
AMG: Los jubilados y los modelos de pensiones evolucionan. Desde la dca-

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

da de 1980, en particular con la exclusin de los trabajadores de edad avanzada,


se ha asistido a la aparicin de grupos reivindicativos de jubilados que acusan a
los procesos de exclusin por la edad. Estos grupos toman formas diferentes,
tanto sindicales como no. En los Estados Unidos, la presin que ejercen los
mayores es ms profesional y mejor establecida en una tradicin de democracia
pluralista y participativa especialmente vivaz.
Cualesquiera que sean las formas de los grupos de presin de jubilados, tendrn que afrontar los retos del envejecimiento en un contexto difcil. La adaptacin de un dilogo con la sociedad civil es deseable y los jubilados han entendido bien toda su situacin. En ese sentido ayud a crear en Francia, a principios
de la dcada de 1980, el CNRPA (Comit National des Retraits et des Personnes
ges)18 o los CODERPA (Comits Dpartamentaux des Retraits et des Personnes
ges)19*. Cualquiera que sea la cultura institucional de los pases, es necesario
recordar que una poltica pblica se basa tambin en las capacidades de los
poderes pblicos para abrir un debate constructivo con sus administrados. Las
organizaciones de jubilados tendrn entonces que dar pruebas de su capacidad
para tener en cuenta todas las obligaciones que influyen en las polticas pblicas
y para defender, al mismo tiempo, el inters de las personas mayores por tener
una visin clara y equilibrada del contrato intergeneracional. Ser interesante
observar en los prximos aos la forma en que se llevar a estas organizaciones
a estructurar sus conocimientos especializados para influir en las tecnoestructuras20
e imponerse como verdaderos socios tcnicos. Del mismo modo, en Europa
queda por saber si estos grupos sern capaces de movilizar a los jubilados y de
influir en los responsables pblicos. Sobre este punto, es probable que los prximos aos nos reserven interesantes perspectivas.
(* Nota de la Redaccin: vanse los artculos de la tercera parte.)

18

Comit Nacional de Jubilados y Personas Mayores [N. del T.]


Comits Departamentales de Jubilados y Personas Mayores [N. del T.]
Technostructure: calco del ingls technostructure, trmino propio del mbito ecolgico que alude al componente
bsico del medio ambiente humano, referido a los dispositivos, aparatos, vehculos, construcciones y todo elemento
antropognico (o acto, por lo general perturbador, que es originado y ejecutado por los seres humanos). Al no existir
equivalente espaol, se usa igualmente un calco [N. del T.]

19
20

45

Entrevista con PAUL HEWITT


Director del Programa Iniciativa Global sobre el Envejecimiento
Centro de Estudios Estratgicos e Internacionales

POR JUAN-PHILIPPE VIRIOT DURANDAL

JPVD: Qu influencia ejercen los grupos de personas mayores sobre


nuestras sociedades que envejecen?
PH: Si llegan a frenar algunos cambios, en una poca en que estos son especialmente urgentes, pienso que tales grupos seran entonces peligrosos. Tienen
responsabilidades hacia los ciudadanos. Por lo tanto, les hace falta comprender
los problemas de la sociedad contempornea y no oponerse de manera irracional, o ilgica, a los avances que requieran algunos sacrificios por su parte. Les
hace falta comprender, por ltimo, que los ciudadanos de edad avanzada no tienen de ningn modo la obligacin de convertirse en jubilados; que la jubilacin
es una institucin relativamente reciente y que estaran en su papel preparando
a la gente a una vida ms larga que es, en adelante, nuestro sino si tenemos
suerte! De hecho, nos enfrentamos a un doble problema, bueno y malo a la vez.
En el primer perodo de nuestra vida podramos ejercer, durante unos sesenta
aos, una vida profesional seguida, en un segundo perodo, de una jubilacin de
la misma duracin!

JPVD: El envejecimiento de las sociedades representa una oportunidad o un riesgo?


PH: Es un riesgo para las instituciones y un riesgo para la sociedad si las instituciones son demasiado rgidas. Es una oportunidad para los individuos y una
oportunidad para la sociedad si aprendemos a vivir positivamente con este regalo
y, sobre todo, si adoptamos una tica positiva con respecto al envejecimiento.

JPVD: Qu anlisis hace usted de la influencia de los grupos de presin de personas mayores, en los Estados Unidos, durante las ltimas
elecciones (2000)?

47

EL PODER GRIS?

PH: Pienso que esta influencia fue especialmente modesta, sobre todo si se la
compara con las elecciones de la dcada de 1980. En el transcurso de estas consultas, hay bastante poca solidaridad entre las personas de este grupo de edad. Se
acuerda?, en la dcada de 1980, las personas mayores haban formado sus actitudes y opiniones polticas durante la gran depresin. Estaban respaldadas por los
gobiernos. Franklin Roosevelt hasta haba constituido un sistema de seguridad
social para preservarlos de una suerte similar a la de sus padres y abuelos. Era la
generacin que haba combatido y ganado durante la Segunda Guerra Mundial.
Tena un sentido agudo de su identidad colectiva. Esta generacin pensaba tener
derechos importantes. En cambio, los ciudadanos de hoy no han combatido en
ninguna gran guerra, no piensan tener derechos particulares y Roosevelt no
cont mucho en su existencia. Por consiguiente, su experiencia colectiva es muy
diferente de la de sus antecesores, as como su sentido de la solidaridad.

48

Por otra parte, las personas mayores de hoy estn mucho mejor informadas
sobre el funcionamiento de los sistemas de seguridad social. En la dcada de 1980,
la gran mayora de los ciudadanos de edad avanzada consideraban que las cotizaciones que haban pagado se encontraban en alguna parte de un banco y que este
dinero era el que en parte se les redistribua. Muchos de ellos pensaban que no reciban la totalidad de lo que haban pagado, mientras que reciban, por trmino
medio, ms de seis veces lo que haban pagado, ms los intereses. La actual generacin de personas mayores est mejor informada, mejor instruida. Por lo tanto, no
es tan fcil manipularla ni es tan fcil polarizarla con respecto a las lneas polticas
inspiradas por organizaciones. Los grupos de edad avanzada y los ms vulnerables
entre los mayores de 65 aos suelen asustarse del debate sobre la seguridad social.
La situacin actual es bien diferente de la de hace quince aos, cuando fund el
Generational equity movement 21. En la actualidad, por primera vez desde 1936, tenemos
un autntico debate sobre las estructuras de la seguridad social. Es la primera vez,
desde 1952, que un presidente de los Estados Unidos deber intervenir y tomar
importantes decisiones relativas al futuro de la seguridad social. El momento es
muy diferente hoy. El hecho de que George Bush haya echado mano al expediente explosivo de la jubilacin, que haya podido derrotar a un hombre poltico en su
posicin (el vicepresidente Al Gore), identificado, sin embargo, con un gobierno
que haba conocido el xito, me confirma en la idea de que, de una forma u otra,
los grupos de presin de personas mayores no fueron muy activos durante las elecciones del 2000.
21

Movimiento de la Equidad Generacional [N. del T.]

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

JPVD: Tiene algo que decir sobre la clasificacin de la revista


Fortune, que designaba en 1997 a la AARP como el primer grupo de
presin estadounidense? Se trata todava del grupo de presin ms
importante de los Estados Unidos?
PH: No lo creo. Hay hoy menos solidaridad, menos temores y menos rumores sin fundamentos. Tambin se desarroll un cierto escepticismo hacia la
direccin de la AARP. Una gran parte de sus miembros ya no es fcilmente teledirigible por la organizacin. En la actualidad, la AARP dispone de menos tropas ciegamente fieles. Todava es poderosa gracias a su imperio meditico, pero
ya no influye tanto en la medida en que la mayora de las polticas ahora ya no
tienen miedo de abrir el debate sobre las jubilaciones. Al abrir al debate sobre
una reforma del sistema de seguridad social, un representante del Congreso preocupado por las reformas no arriesga ya su futuro poltico. En estas circunstancias, las organizaciones que van dirigidas directamente a los ciudadanos de edad
avanzada no son ya tan poderosas.

JPVD: Una ltima cuestin sobre la AARP: como grupo de presin de


personas mayores, esta organizacin representa los intereses de un sector importante de la sociedad. La considera usted legtima? Y piensa
que se gestiona democrticamente?
PH: Es una empresa. No es ms democracia que la ITT o la Societ Gnrale,
o cualquier otra compaa de este tipo. La AARP es una empresa con un Consejo
de administracin, pero no tiene accionistas a quienes rendir cuentas. Nadie puede
pronunciarse por un voto, salvo la direccin, que tiene la posibilidad de quedarse en su sitio y perpetuarse! Se administra en verdad como una empresa privada. Hay facciones. Algunos grupos, como la Retired Teachers' Association, se benefician de una voz preferente en la conducta de la asociacin.
El miembro de base slo tiene la posibilidad de votar con los pies22. Es decir,
que este ltimo puede, o bien comprar los productos de la AARP, o bien renunciar a su afiliacin si, no obstante, intenta expresar una protesta poltica. En cambio, no hay en absoluto medios de organizarse en la asociacin, ni existe, en efecto, libertad de palabra o cualquier otro medio de consulta; en resumen, no hay
22

En oposicin a votar con las manos. La expresin procede de la aplicacin del modelo de movilidad fiscal propuesto en 1956 por el economista estadounidense CH. M. TIEBOUT, que consiste en afirmar que la movilidad interjurisdiccional de los ciudadanos les permite revelar sus preferencias por los bienes pblicos desplazndose a aquella localidad donde les ofrecen la oferta impuestos-servicios pblicos que mejor se adapta a sus preferencias. En los casos ms
simples, tal desplazamiento equivale a salir de la sala para no votar una mocin o sacar a los hijos de un colegio pblico para matricularlos en uno privado, pero en muchos casos supone emigrar a otro pas [N. del T.].

49

EL PODER GRIS?

normas en funcin de las cuales deba consultarse a los afiliados. Lo que no est
de acuerdo con los reglamentos internos o con la lnea del partido, simplemente no se tiene en cuenta. Se expulsa a gente de la organizacin, o del consejo de
administracin, por haber expresado puntos de vista considerados por la direccin como discutibles. Sin embargo, hay una apariencia de representatividad. En
efecto, para guardar las apariencias existen algunas plataformas de discusin
Incluso se seleccion a los administradores como resultado de un complicado
engranaje que tuvo lugar en las direcciones regionales. A pesar de estas prcticas,
aparentemente democrticas, la direccin de la AARP sigue siendo extraordinariamente estable y en eso es comparable a la direccin de una empresa clsica.
No es, en verdad, responsable ante sus afiliados, excepto en el sentido muy
amplio de la oferta y la demanda en un mercado dado.

JPVD: Cules deberan ser, segn usted, las perspectivas de estos grupos de presin de personas mayores en una sociedad que envejece?

50

PH: El mayor peligro sera el siguiente: hacia la mitad de este siglo podramos
alcanzar la edad media de 60 aos. Si a partir de all se alinea la vida poltica sobre
las reivindicaciones de las personas mayores (por lo tanto, mayoritarias), estas
ltimas podran obtener todo lo que desean y nada se les podra oponer.

JPVD: Al expresar este punto de vista, quiere usted decir que los
mayores podran ejercer un verdadero derecho de veto sobre las decisiones polticas?
PH: Sera ms que un grupo que cuenta con un derecho de veto sobre los
asuntos pblicos. Sin embargo, una situacin as podra conducir a una forma
de autodestruccin. Uno puede destruirse fcilmente por exceso de bebida o de
comida, pero est obligado a hacerlo? Podra existir un mecanismo de autorregulacin y de qu podra estar constituido? En algunos sistemas, como en
Francia, los costes sanitarios se han contenido mediante un proceso de racionamiento, lo que significa que el sistema de salud limita los gastos intiles negndose a cubrir algunas prestaciones.
A causa de la revolucin mdica que conocemos (revolucin que puede fcilmente aadir una dcada suplementaria a la existencia de cada uno), hay que
temer importantes conflictos entre los gestores del sistema de salud que intentan contener los costes y la poblacin en su conjunto que dispone de la fuerza
electoral. Por triste que pueda parecer, un sistema de pensiones slo puede funcionar correctamente si la gente se muere, lo que significa que los progresos

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

actuales de la medicina pueden causar una explosin de los costes sanitarios. En


un contexto as, un sistema de salud podra desestabilizar perfectamente las
bases financieras de la economa.
Entramos, creo, en un perodo de grandes peligros. Lo que podran hacer las
asociaciones de personas mayores sera detenerse para hacer balance de lo que
ha cambiado y reflexionar sobre la instauracin de un nuevo contrato entre
generaciones. Si la gente an goza de buena salud en torno a los 70 aos (como
ser el caso probablemente, dicen, hacia 2030), entonces ser necesario encontrar el medio de envejecer de manera ms productiva. Si los grupos de ciudadanos de edad avanzada adoptan una actitud dirigida por entero a las actividades
recreativas, en detrimento de los dems estratos de la sociedad, el sistema se desplomar sobre sus cabezas. Se trata de una situacin muy preocupante, pero no
creo que se produzca. No nos hacemos ms sabios a medida que envejecemos?

51

Entrevista con LOUIS CHAUVEL


Socilogo, profesor de las Universidades de Ciencias Polticas de Pars, investigador
del Observatorio Francs de las Coyunturas Econmicas (OFCE) y del Observatorio
Sociolgico del Cambio (OSC)

POR JUAN-PHILIPPE VIRIOT DURANDAL

JPVD: En un artculo sealado, usted ha puesto en guardia a Francia


contra una influencia demasiado marcada de la generacin del baby
boom en la vida poltica. Debe decirse que teme una especie de confiscacin de la democracia por una generacin?
LC: En diferentes artculos, pero sobre todo en mi libro El destino de las generaciones, hago hincapi en el hecho de que si un lugar para los jvenes es una
mala respuesta, la verdadera cuestin es qu lugar para las diferentes generaciones?. Es necesario recordar los hechos: en la Asamblea Nacional, el bache
es enorme. En 1981, el 38% de los diputados tenan menos de 45 aos. En
2002, el porcentaje cay al 15%! De la misma forma, en 1982 la edad media de
un cargo electo sindical o poltico era de 45 aos. En 2000, es de 59 aos. Es
decir, en la cima del poder, la renovacin de las generaciones es ms o menos
inexistente y entre los militantes de base, el movimiento es similar. Esta marginalizacin masiva de las nuevas generaciones es determinante para el futuro del
Estado del bienestar, en particular, pero no exclusivamente, para el debate sobre
las jubilaciones. En la actualidad, la poltica es cosa de quincuagenarios masculinos socialmente llegados. Por consiguiente, la renta mnima de insercin (RMI)
de los jvenes, el subsidio de autonoma de los estudiantes, las guarderas y la
planificacin sobre veinticinco aos de las contrataciones en la educacin no
son prioridades a priori.

JPVD: Cree usted que la simple pertenencia a una generacin produce necesariamente un fenmeno de poder?
LC: Es necesario cuidarse de todo simplismo. Cuando la gente est correctamente informada y es consciente de las consecuencias de sus acciones, est dispuesta a tomar buenas decisiones, incluso si hacen falta algunos sacrificios per-

53

EL PODER GRIS?

54

sonales para ello. Cualquier persona normalmente constituida sabe que no es


bueno dejar a las generaciones siguientes grandes deudas, un medio ambiente
natural y social degradado, una ausencia de medios e, incluso, de esperanza. Sin
embargo, cuando se soslaya el largo plazo, cuando se pasa de una idea de inversiones masivas para las generaciones futuras (las de nuestros mayores, antes,
durante la edificacin del Estado del bienestar en la Liberacin) a una ausencia
de reflexin con respecto a lo que llega despus, a un egosmo y una falta de
apetencia por la solidaridad, a un repliegue sobre uno mismo, queda claro que
pueden establecerse relaciones de poderes entre los grupos sociales. Eso slo
afecta a las generaciones, pero, en un caso, hay inters por hacer experiencias,
por intentar cosas nuevas con gente nueva y, en otro caso, se confa en la experiencia adquirida, a menudo en descrdito, de quienes preparan las experiencias
futuras. Pero estas relaciones de poder son mucho ms amplias; por ejemplo,
entre los que tienen y los que no tienen; entre los que disponen de alojamiento
y los que tienen que alojarse; entre los que tienen ahorros y los que deben trabajar para vivir Es toda la historia de la humanidad! Pero eso cubre las cuestiones generacionales, porque los que volvieron a entrar en el mundo laboral
antes de 1975, cuando slo haba un 4% de desempleo a los dos aos de salir
de los estudios, y los que entraron despus, en que este porcentaje alcanz el
33% en 1985 y en 1993, nunca volvieron a caer por debajo de un 20% ni conocieron la misma historia colectiva: unos pueden irse hoy a los 60 aos con anualidades de pensiones completas en la mayora de los casos. Otros no podrn,
porque cuando se estudia hasta los 21 aos, se est en el paro o se realizan actividades de voluntariado no retribuidas durante 3 aos por trmino medio, y se
exigen, por otro lado, 46 anualidades y media, como sugiere el MEDEF
(Mouvement des Enterprises de France)23, la jubilacin a los 70 aos se perfila en el
horizonte de vida de las nuevas generaciones de adultos de hoy.

JPVD: Qu influencia puede tener el envejecimiento de los responsables pblicos sobre la toma de decisiones polticas en cuanto a la poltica en materia de vejez?
LC: Cuando las personas que cotizan (todos los empleados de 20 a 60 aos)
no son las que toman las decisiones sobre los gastos relativos a la jubilacin
(hoy, la gente entre 55 y 65 aos), es decir cuando los pagadores no participan
en las decisiones tomadas por los beneficiarios, siempre pueden esperarse dificultades. Ahora bien, esa es la situacin de hoy, en que se planifican las pensio23

Movimiento Empresarial Francs [N. del T]

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

nes en el horizonte de 2040, sin asociar a las generaciones que pagarn durante
todo este perodo cotizaciones sumamente fuertes sin saber si algo volver a
ellos. Este desequilibrio de la representacin de las generaciones en la toma de
decisiones me parece que subraya, en s mismo, los riesgos asumidos. Este riesgo es el de procurar que el futuro de las pensiones en el horizonte de 2030 vaya
a ser, si no radiante, en cualquier caso aceptable, para diferir todos de los sacrificios sobre los que vienen detrs. Por el contrario, hace falta que todas las generaciones estn presentes en la reconstruccin del contrato intergeneracional; si
no, se quedar obsoleto rpidamente. En las negociaciones en torno a las pensiones de reparto, la verdadera cuestin es sta: si se pide una subida de las cotizaciones, qu se propone a cambio a las nuevas generaciones que van a tener
que pagar ms? De igual modo, en torno a la capitalizacin se plantea el mismo
problema generacional: para pasar de un sistema de reparto puro a un sistema
de capitalizacin pura hace falta una generacin de dobles pagadores, ya sea una
generacin que no tendr nada a cambio de sus cotizaciones, ya sea una generacin que estar obligada a ahorrar mientras paga por sus mayores y mientras
educa a sus hijos en condiciones decentes. Bien se advierte que si las decisiones
no se toman con una representacin equilibrada de las generaciones, las respuestas podrn ser injustas.

JPVD: Cree usted en una guerra de edades?


LC: Cuando se dice que existe un problema entre los jvenes y los viejos, o
una guerra de generaciones que sustituira a la lucha de clases, se est en el
registro de la caricatura. Basta con recordar que, cada ao, los mayores de 60
aos transfieren a los siguientes ms de 20 millardos de euros en subvenciones,
y cerca de 40 en herencia, con todas las desigualdades concomitantes. Por lo
tanto, se dir que todo va bien en Francia y que la solidaridad entre las generaciones es ideal. Es olvidarse, entonces, de que las cotizaciones sobre los salarios
hacen que se les deduzcan 150 millardos de euros a los jvenes, quienes tambin
podran dedicar una parte a hacer otra cosa (equiparse, consumir mejor, tener
hijos, criarlos en mejores condiciones). La verdadera cuestin consiste en
saber si existe o no un equilibrio entre unos y otros. Cuando se constata que el
nivel de vida de los menores de 45 aos est estancado desde hace 20 aos,
mientras que el de los mayores de 50 aos ha aumentado ms de un tercio; cuando se ven las condiciones en que las parejas jvenes luchan por encontrar un
empleo con salarios que no paran de ser ms bajos para un nivel de titulacin
dado, se esfuerzan por encontrar los medios de guardar decentemente a sus
hijos y aceptan condiciones de alojamiento cada vez ms difciles en barrios en

55

EL PODER GRIS?

deterioro social, se puede tener curiosidad por saber quines son los perdedores
de la guerra de generaciones.

JPVD: Por ltimo, qu significa para usted el poder gris?


LC: La cuestin no es el nombre del jefe de estacin24, sino procurar que
todas las poblaciones estn representadas en la toma de decisiones colectiva. En
los Gloriosos Treinta25, la representacin poltica no inclua a las mujeres, pero
an haba aristcratas, y tambin burgueses y sindicalistas y, sobre todo, jvenes
y viejos y gente de edad media en paridad. Ahora, las mujeres todava estn
ausentes, pero el poder es cada vez ms monocolor: los mayores de categoras
acomodadas ocupan todos los lugares. La dificultad consiste hoy en fomentar la
solidaridad entre los viejos ricos y los jvenes pobres. Nada es ms difcil. El
problema consiste en administrar el momento en que, al pasar el relevo estos
mayores, no exista una generacin formada para volver a tomar el testigo: los
desequilibrios polticos podran ser entonces cruciales.

56

24

L'ge du capitain, en el original. Hace referencia a la pregunta de humor absurdo que se formula tras el planteamiento, aparentemente serio, de un problema del tipo de "un tren sale de Madrid en direccin a Barcelona a las 9 de la
maana a una velocidad de 200 km por hora y hace una parada de 3 minutos cada media hora; otro tren sale de
Barcelona en direccin a Madrid a las 10 de la maana a una velocidad de 150 km por hora y hace una parada de 5
minutos cada hora; averiguar el nombre del jefe de estacin de la localidad en que ambos trenes se cruzan" [N. del T.].
25
Las tres dcadas que van de 1945 a 1975, que supusieron un auge econmico en Francia coincidente con la reconstruccin y recuperacin de las economas europea y asitica tras la Segunda Guerra Mundial [N. del T.].

Entrevista con JOHN ROTHER


Responsable del Departamento de Actividades de Presin de la AARP (Asociacin
de Personas Mayores de los Estados Unidos) 26

POR JUAN-PHILIPPE VIRIOT DURANDAL

JPVD: Sr. Rother, usted es el responsable del Departamento de


Actividades de Presin de la AARP. Puede hablarnos de su compromiso en el sector gerontolgico?
JR: Desde hace ms de veinte aos me intereso por los problemas del envejecimiento. Yo trabajaba en esa poca en el Senado de los Estados Unidos. El
senador J. Heins me pidi hacerme director de gabinete en la Comisin
Senatorial sobre el envejecimiento. As que trabaj para el Senado durante ocho
aos; luego, en 1984, volv a entrar en la AARP, donde ocupo las funciones de
responsable de asuntos legislativos y polticas pblicas. Durante este perodo, la
organizacin ha conocido un perodo de crecimiento extraordinario, y ello en un
contexto donde el debate pblico sobre el envejecimiento se ha desarrollado
considerablemente a causa de la importancia que adquiri la poltica en materia
de vejez en los presupuestos federales.

JPVD: A finales de la dcada de 1990, la revista Fortune clasific a la AARP


en el primer lugar de los grupos de presin de los Estados Unidos. Qu
lugar tiene su organizacin en la democracia estadounidense y cul es su
influencia sobre las decisiones pblicas en materia de envejecimiento?
JR: La AARP rene a 35 millones de miembros que tienen 50 o ms aos de
edad y, en este sentido, representamos, por tanto, la voz de una parte del pueblo
26

Esta identificacin no es del todo exacta. La AARP fue fundada por la Dra. Ethel Percy Andrus en 1958 como
Association of American Retired Persons (Asociacin de Jubilados de los Estados Unidos) para desarrollar la National
Retired Teachers Association (Asociacin Nacional de Profesores Jubilados) que la misma doctora haba fundado en 1947
y que, en la actualidad, es una divisin dentro la AARP. En 1999, y dado que la afiliacin estaba abierta a cualquier persona mayor de 50 aos, con independencia de que estuviera o no jubilada y de que fuera o no ciudadana de los Estados
Unidos, la Asociacin redujo su nombre a las cuatro siglas y pas a denominarse nicamente AARP. [N. del T.].

57

EL PODER GRIS?

estadounidense. Cerca de la mitad de la poblacin de ms de cincuenta aos son


miembros de la AARP. En consecuencia, en el contexto poltico actual, donde
las instituciones y las grandes empresas son dominantes, resulta que somos los
representantes y la voz del pueblo en las decisiones polticas. Somos esencialmente apolticos, en el sentido de que no apoyamos ni financiamos a ningn
candidato. Esta posicin nos permite, a veces, desempear el papel de mediador
que invita al debate a los partidos antagnicos. Pero a veces tambin nos encontramos en conflicto con los grandes grupos farmacuticos y las grandes compaas de seguros, ya que sus intereses no concuerdan siempre con los de nuestros
miembros.

JPVD: Quiere decir que el papel de la AARP no se limita a simples


intervenciones en el mbito poltico y que su organizacin se implica
tambin en las decisiones del sector privado?

58

JR: S, es totalmente exacto: pensamos que tenemos un papel que desempear a la vez en el sector pblico y en el privado como partidarios de las personas que envejecen. Tratamos de trabajar con muchas organizaciones del sector
privado y de los comerciantes, as como de sociedades comerciales e industriales. Pero, por supuesto, tambin somos activos en el mbito de las polticas
pblicas. La dificultad consiste en intentar llevar al sector privado y al pblico a
trabajar juntos. Es la llave del xito de la poltica social.

JPVD: Cuntas personas estn asignadas a las misiones de presin?


JR: Tenemos mucho personal en la AARP, pero pocas de esas personas estn
asignadas a las funciones de presin. Actualmente contamos con cerca de dieciocho miembros del grupo de presin inscritos en el Congreso, pero tambin
establecemos importantes medios de formacin de nuestro personal sobre este
tema. Igualmente, establecimos importantes medios en el pas con el fin de tratar de solucionar algunos de los principales problemas con los que se enfrentan
las personas mayores. Por ello, la parte relativa a la presin es, simplemente, una
pequea parte de las acciones que desarrollamos.

JPVD: Cmo entienden el poder de los mayores? Si este poder no


se limita a la presin, puede decirse que tambin supone influir en las
mentalidades y las formas de pensar la cuestin del envejecimiento?
Es eso tambin el poder de los mayores?
JR: S, pero nos no gusta utilizar este trmino, ya que eso implicara una dicotoma entre los intereses de los mayores y los de los dems, algo que no quere-

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

mos, por supuesto. Pensamos que hay una forma de ver la poltica social que
conviene actualmente a la mayora de la gente: a su grupo de edad, a su participacin en la vida familiar, en el trabajo y en su comunidad. En consecuencia,
garantizar la cohesin de la familia, reforzar la de la comunidad y mejorar las
condiciones laborales es lo que constituye el credo de nuestra organizacin. No
se trata de defender una clase de edad contra otra, sino, ms bien, de seguir a la
gente a lo largo de su vida, no simplemente como individuos, sino como parte
de la sociedad.

JPVD: Pero la AARP, cuando acta como grupo de presin, lo hace


en inters de los mayores de 50 aos? En qu es compatible con la
defensa de las solidaridades que predica?
JR: Desde luego. Estamos constituidos hoy por personas de cincuenta y ms
aos de edad y por sus familias, y estas ltimas, por supuesto, van a superar los
cincuenta aos en el futuro. Por tanto, debemos tener en cuenta su opinin con
el fin de poder establecer una poltica social que pueda ayudar a la gente en el
futuro, como lo hacemos en el presente. Por ejemplo, formamos muy precisamente a que las personas mayores se hagan profesores en las escuelas pblicas
con el fin de ayudar a los analfabetos. Trabajamos en estrecha colaboracin con
asociaciones de ayuda a la infancia, sobre todo en el mbito de la salud, de la alimentacin, de los vales para restaurantes y en el sector de la ayuda. En estas
acciones, los miembros de la AARP no tienen un inters directo, pero contribuyen a la mejora de la calidad de vida de las familias en nuestro pas.

JPVD: Ciertamente, pero, por lo que se refiere a las reformas que conciernen a la poltica en materia de vejez, y ms en particular, a la seguridad social, piensa que la AARP defiende el inters comn o bien que
hay dos tipos de intereses: el inters de los Estados Unidos y el de los
dems? Cul va a ser la posicin de la AARP en el futuro: va a actuar
como un grupo de veto en la reforma de la seguridad social, la salud y
los otros temas relativos al envejecimiento?
JR: Me gustara responder en dos puntos. En primer lugar, la seguridad social
es hoy un programa a favor de muchos jvenes. Ms o menos, un dlar de cada
tres desembolsados por la seguridad social se destina a alguien menor de sesenta y cinco aos, porque es el nico programa de seguro de discapacidad que existe. Y es en beneficio inmediato de los trabajadores jvenes. Eso ilustra bien la
forma en que nuestro programa puede beneficiar a las personas mayores, as
como a las ms jvenes. En segundo lugar, nuestra postura con respecto a la

59

EL PODER GRIS?

seguridad social es que no debe ampliarse a los jvenes, ya que estos tienen confianza en el programa para el futuro.
Y ejercemos presin actualmente sobre el Congreso y ante el Presidente para
que efecten algunas modificaciones en la seguridad social, de tal modo que su
financiacin se mantenga a largo plazo en una perspectiva de 75 aos.
Y, por supuesto, nadie conoce exactamente las cifras futuras, pero nosotros
sabemos que sera prudente efectuar algunos cambios, de forma que cada uno
est informado de antemano y pueda preparar su futuro con pleno conocimiento de causa. Es algo mucho ms eficaz que esperar la llegada de una crisis y tener
la obligacin de efectuar cambios brutales muy difciles de hacer aceptar.

JPVD: Cmo justifica que las generaciones de ms edad se beneficien de la seguridad social ms que los jvenes?

60

JR: La vieja generacin hizo el grueso del trabajo: construy nuestra economa e hizo muchos sacrificios durante su vida en beneficio de los ms jvenes.
La economa en el futuro ser ms fuerte y el nivel de vida ms elevado que en
la actualidad. As pues, los jvenes podrn aprovecharse de una calidad de vida
muy superior a la de las generaciones actuales.
En cuanto a la cotizacin, el ligero sacrificio actual es necesario en el mbito
de las cotizaciones sociales. Pienso que debemos ver las cosas de manera ms
abierta: queremos que las personas con ingresos limitados, cualquiera que sea
su edad, haga an ms sacrificios para conservar una seguridad social fuerte o
pediremos a las personas de edad muy avanzada que se sacrifiquen un poco
ms?
En vez de pensar en trminos de edad, es necesario reformular el debate en
torno a los que tienen medios y los que no los tienen. Eso podra clarificar los
fundamentos del debate actual.

JPVD: Una de las crticas dirigidas a la AARP consiste en subrayar el


arraigo de las clases medias en la organizacin. El perfil particular de
sus miembros es compatible con un fuerte compromiso para la defensa
de los intereses de las poblaciones con rentas modestas?
JR: Desde luego. Como le deca anteriormente, la mitad de la poblacin de
cincuenta y ms aos de edad es miembro de la AARP y, dado que los Estados
Unidos, en su mayora, estn formados por clases medias, tenemos muchos
miembros de esta categora a los cuales aportamos servicios indispensables para

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

su seguridad. Por otra parte, probablemente hemos sido la primera organizacin


en defender en el Congreso los derechos de las personas con rentas modestas,
con el fin de proteger a las personas de todas las edades, y tambin a los mayores, ofreciendo vales para restaurantes, proponiendo alojamientos de alquiler
moderado y una asistencia para las personas con ingresos escasos. Se trata de
todo un conjunto de servicios destinados a ayudar a las personas situadas en el
extremo inferior de nuestra escala econmica y ello a lo largo de su vida, pero
sobre todo cuando se hacen viejos y no tienen ya la posibilidad de complementar sus magros ingresos.

JPVD: Volviendo a la clasificacin de la revista Fortune, cree usted que


la AARP es todava el primer grupo de presin en los Estados Unidos?
JR: No s muy bien cmo se producen estas estimaciones pero, por mi parte,
cuando nos peleamos contra la industria farmacutica por los reembolsos de las
recetas mdicas, tenemos alrededor de tres o cuatro personas que, al mismo
tiempo, ejercen presin sobre el Congreso. Ellos, los fabricantes de productos
farmacuticos, emplean a 397 personas para ejercer presin en el Congreso. La
gente se imagina que tenemos mucha influencia, pero, si se tiene en cuenta la
cantidad de dinero invertida por la otra parte, no se puede decir que ese sea un
combate equitativo. Por consiguiente, se puede prever ms o menos que, en las
cuestiones importantes que implican una parte de nuestra economa y grandes
sumas de dinero, las compaas van a gastar muchos medios financieros con el
fin de proteger sus intereses, y ello en detrimento del ciudadano medio de los
Estados Unidos. Frente a eso, somos, pues, la voz de la oposicin.

JPVD: Definamos ms profundamente la descripcin del entorno de


los grupos de presin. Qu poder se puede oponer al de la AARP?
Hemos hablado de la industria farmacutica, pero cules son los otros
grupos clave presentes en el mbito del envejecimiento?
JR: Y bien, estrictamente hablado no hay un mbito reservado al envejecimiento, sino ms bien a las cuestiones sobre los servicios mdicos, la ayuda a los
jubilados y la defensa de los consumidores. Cada problema es bien diferente, y
las personas se interesan porque tienen intereses financieros que no son los mismos. Por ejemplo, para la proteccin de la salud, por una parte estn la industria farmacutica, los seguros de enfermedad y frecuentemente los mdicos de
los hospitales. Por la otra, nosotros mismos representando a los consumidores.
Por lo que se refiere a la seguridad social, estn las grandes empresas y las grandes instituciones de Wall Street, en frente de las cuales nos encontramos.

61

EL PODER GRIS?

Por lo que se refiere a las cuestiones relativas a la proteccin del consumidor,


todo depende del tipo de industria: puede tratarse de las pompas fnebres, de la
comunidad de surfistas de Internet o, incluso, de las compaas de telecomunicaciones. En realidad, estamos implicados en todos estos mbitos ante la industria para poder garantizar una mejor defensa de los consumidores. Por lo tanto,
el mbito relativo al envejecimiento no es nico. Todo depende del tipo de problema y del tipo de industria afectado por el conflicto.

JPVD: Pero, a veces, la AARP acta en calidad de proveedora de servicios. Cmo llegan a conciliar sus dos posiciones: grupo de presin y
empresa?
JR: Es una buena pregunta, ya que nuestro poder permite ofrecer a nuestros
miembros mejores condiciones que las que podran obtener individualmente en
muchos mbitos de la economa. Creemos en el poder adquisitivo agrupado,
pero, por supuesto, siempre en el contexto de lo que pensamos ha de ser una
poltica pblica. La primera cosa que tenemos en cuenta es la exactitud de la
poltica pblica. A continuacin, nos esforzamos por contratar los mejores
negocios que podemos hacer en el mercado para nuestros miembros.
62

JPVD: Por ltimo, la AARP es, ms bien, un grupo de defensa del


consumidor o del ciudadano?
JR: Me temo que no distingo bien la diferencia: la mayora de los ciudadanos
son consumidores y nosotros nos consideramos como los defensores de los
consumidores. As, tambin intentamos, naturalmente, reforzar las instituciones
gubernamentales para unas elecciones ms equitativas, o apoyamos reformas
financieras destinadas a reformar los presupuestos de las campaas electorales
y a luchar por una mejor informacin de los electores.
Trabajamos tambin para reforzar el papel del ciudadano activo. Pero creo
que nuestra primera vocacin es la del apoyo al consumidor, y queremos representar a nuestros miembros cualesquiera que sean sus clases sociales.

JPVD: Hasta qu punto tiene influencia la AARP?


JR: Creo estar bastante mal situado para que poder juzgar realmente. Sin embargo, se puede decir, a pesar de todo, que influimos en ms de treinta y cuatro millones de estadounidenses, los periodistas hablan a menudo de nosotros y somos muy
reconocidos y respetados entre nuestros miembros, as como en la prensa. Todo
eso nos da una cierta credibilidad que deseamos conservar. Pero, finalmente, nues-

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

tro poder es el de nuestros miembros. No hay un poder independiente y dependemos por entero de la voluntad y los deseos de nuestros miembros.
Por consiguiente, si tomramos decisiones contrarias a las expectativas de
nuestros miembros, no tendramos ya ningn poder.

JPVD: Hablamos del poder de los miembros. Es necesario verlos


como ciudadanos o bien como consumidores? Siguen ellos el programa poltico de ustedes o no esperan ms que ventajas materiales?
JR: Tenemos una diversidad de miembros a los que representamos. 35 millones de personas representan todas las clases de la sociedad con distintas visiones polticas. Sin embargo, constatamos que tienen algunos intereses y prioridades comunes. En el momento actual, el proyecto de mejora de los servicios
mdicos o de la seguridad social est en cabeza de las prioridades establecidas
por nuestros miembros, tanto si son demcratas como si son republicanos. Por
ejemplo, el problema de los reembolsos de las recetas mdicas se considera
como la cuestin urgente que hay que solucionar para todos nuestros miembros,
cualesquiera que sean los tipos de clases a las que pertenecen.
Todos los miembros de la AARP desean solucionar problemas como el de la
limitacin de los intereses especiales o particulares, y el de desarrollar, por el
contrario, el inters comn. Lo que intentamos hacer, pues, es tratar los problemas que afectan a todos los sectores demogrficos y traspasan las fronteras
sociales. En efecto, observamos que, ante la mayora de estos grandes problemas, nuestros miembros estn unidos.

JPVD: En general, los grupos de presin de personas mayores estn


formados por distintas organizaciones. Si se constituyera una alianza
entre estos diferentes grupos, sera eficaz?
JR: En los Estados Unidos tenemos el Leadership Council On Aging (LCOA)27,
que est formado por todas las organizaciones que muestran inters por las personas mayores en la poltica en materia de vejez. La mayor parte de aquellas son
pequeas. Su objetivo es compartir la informacin que poseen. Para muchas
organizaciones pequeas, es una forma de beneficiarse de las ventajas y recursos de organizaciones ms importantes, como la AARP, sobre todo en lo que
respecta a informacin y anlisis.
27

Consejo de Direccin sobre el Envejecimiento [N. del T.]

63

EL PODER GRIS?

JPVD: Eso quiere decir que el "grupo de presin de personas mayores" es ms homogneo?
JR: No. Hay toda una panoplia de asociaciones que representan a los mayores. Histricamente, los ms antiguos son ms bien liberales de izquierda (el
Consejo Nacional de Ciudadanos Mayores est muy vinculado a los sindicatos),
pero desde hace poco tiempo se ve la aparicin de organizaciones de mayores
ms conservadoras, que se basan en las tcnicas de direct mailing (correo directo) para recaudar fondos. No sabemos an si estas tcnicas darn resultado, pero,
como toda cosa en Amrica, hay un panel bastante amplio de puntos de vista.
Uno se puede encontrar con toda clase de grupos que quieren representar una
pequea parcela de estos puntos de vista. Es lo que hace nica a la AARP, dado
que nuestra ambicin es unificar estas perspectivas para alcanzar un consenso
general. Creo que es una poltica muy sana, ya que sin ella se encontrara sin cesar
enfrentada a disputas internas de carcter ms o menos ideolgico.

64

JPVD: Qu diferencia hace usted entre el poder de los grupos de


presin (organizados) de jubilados y el poder latente de las personas
mayores como grupo social? En este sentido, cul es el verdadero
poder numrico de los mayores?
JR: En realidad, el poder de toda democracia reside en el ejercicio del derecho de voto. Es, al menos, lo que se pudo constatar recientemente en los
Estados Unidos. Ahora bien, los mayores tienen mucha influencia, ya que han
comprendido muy bien la importancia del derecho de voto y hacen uso de este
derecho con regularidad. Por ejemplo, en las ltimas elecciones presidenciales,
un 40% de los votos contabilizados procedan de personas que tenan ms de
50 aos. Los mayores representan, pues, una amplia parte del voto general. Pero,
en fin, creo que el poder del dinero tiene un lugar desmesurado en nuestra
democracia. Desde hace unos aos, el dinero ha adquirido una influencia demasiado grande en nuestro sistema poltico. No es bueno y, por tanto, nos encontramos ante un reto: el de restaurar el poder del elector, frente a los que controlan una gran parte de los recursos financieros.

JPVD: En qu medida influyeron los mayores en las ltimas elecciones presidenciales?


JR: En las ltimas elecciones hubo muchas polmicas en torno a las cuestiones sobre el envejecimiento como, por ejemplo, el problema de la ayuda mdica y la seguridad social. Creo que hay tres razones:

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

En primer lugar, por primera vez desde hace tiempo hubo 2 candidatos
con visiones muy diferentes sobre el envejecimiento.

A continuacin, en varios Estados clave, en los que la mayora de los electores eran mayores (Florida, Pensilvania), el debate se inflam.

Por ltimo, los resultados se referan tanto a las personas de edad media
como a los mayores, y esto es especialmente importante para las mujeres,
puesto que ellas, con los mayores, representan las 2 categoras de electorado ms importantes. Los dos candidatos se concentraron en los dos
grupos. Las mujeres son muy sensibles a la ayuda mdica y a los seguros
de enfermedad o de vejez, ya que son ellas quienes tienen a su cargo a sus
padres de edad avanzada y ellas mismas son ms vulnerables que los hombres en cuanto a la jubilacin.

JPVD: En ese caso, cmo explica usted que los mayores de Florida,
cuya importancia numrica se conoce, no hayan votado en masa por el
partido demcrata?
JR: Sabe?, pienso que los dos partidos fueron muy competitivos y muy dinmicos, sobre todo en lo referente a las cuestiones del envejecimiento visto el
inters que tena la poblacin.
Los dos partidos propusieron distintas maneras de tratar este tema y no concedan cualquier cosa al uno con relacin al otro, de modo que el voto en Florida
naturalmente se reparti en partes iguales. Es probable que eso sea lo que pase
en el futuro.

JPVD: Cules son las cuestiones que parecen ms pertinentes sobre


el poder de los mayores en una sociedad que envejece?
JR: El nmero de las personas mayores de sesenta y cinco aos se va a duplicar en los prximos veinticinco aos y asistiremos a un juego poltico ms
importante en direccin a los mayores que en el pasado. No sabemos an de qu
manera se har. Sabemos, por el contrario, que las personas suelen forjar de
jvenes sus opiniones polticas y no cambian de opinin porque hayan alcanzado los 65 aos.
Desde nuestro punto de vista, podemos prever que los mayores sern ms liberales (a la izquierda) en el futuro que los de hoy, ya que los baby boomers (los hijos
de la generacin de la posguerra) son menos conservadores hoy que sus padres.
Pero igualmente podemos predecir que los mayores cuanto ms tengan un nivel

65

EL PODER GRIS?

econmico estable, tanto ms destinarn su voto a los conservadores. Todo eso


va a transformar el debate poltico as como el modo en que el pas elabora su poltica pblica. Vivimos en una sociedad que evoluciona rpidamente y todo esto es
inevitable. No creo que los mayores vayan a votar de repente monolticamente
para beneficiarse de la totalidad de los recursos del presupuesto federal; como es
algo que nunca se ha visto en el pasado, eso no se producir en el futuro.

JPVD: En qu medida se puede considerar el envejecimiento mundial como un peligro o como una oportunidad?
JR: Estamos en el contexto de una poblacin que envejece. Pienso que es una
buena oportunidad, lo que significa que vamos a tener que gastar una parte
importante de nuestros recursos econmicos para sostener a las personas mayores. Actualmente tenemos muchas ms personas mayores que las que hubo en
el pasado. Pero tenemos tambin un nivel de vida ms elevado, ya que los trabajadores son ms productivos que antes. Si podemos mantener un aumento del
ndice de productividad, incluso a un ritmo ligero, podremos asumir con facilidad un mayor nmero de personas mayores en el futuro. Pero eso significa que
debemos cotizar ms, tanto en el sector pblico como en el privado.
66

JPVD: La AARP es el mayor grupo de presin mundial de personas


mayores. En el marco de la globalizacin, cul puede ser su influencia
fuera de los Estados Unidos?
JR: Muchos responsables de organizaciones vienen del extranjero para encontrarse con nosotros, ya que desean desarrollar un sistema equivalente en su propio
pas. Nosotros les animamos mucho, pero en la actualidad preferimos trabajar con
organizaciones como las Naciones Unidas y sus afiliadas, o como la Organizacin
Mundial de la Salud o, incluso, la Organizacin Internacional del Trabajo, para ayudarles, a travs del mundo, a sensibilizar a la gente sobre su accin.
En el futuro, pienso que vamos a tratar de trabajar directamente con otros
pases donde hay un inters y una demanda para desarrollar organizaciones
independientes en las cuales se impliquen los ciudadanos, de manera que no
dependan estrictamente de los proyectos gubernamentales.
La mayora de los pases extranjeros consideran que la AARP cumple una
necesidad en lo que respecta a la ayuda mutua (self help) entre jubilados, que es
una parte de la tradicin cultural de los Estados Unidos, pero que no es obligatoriamente tradicin en otros pases del mundo.

La fuerza electoral de los jubilados:


el ejemplo francs
VINCENT DROUIN
Periodista de la AFP (Agencia France Presse)
Doctor en ciencias polticas
Profesor del Instituto de Estudios Polticos de Pars

El peso electoral de los jubilados es potencialmente considerable, pero en


qu sentido juega y en qu sentido jugar en el futuro? Para intentar responder
a esta cuestin, que se plantea en todas las democracias, nos ceimos al caso
francs, pero recurriendo a conceptos y mtodos en torno a la delicada combinacin de los efectos de edad y generacin, vlidos para muchos otros pases.
Un lector de cada tres
El nmero exacto de jubilados en Francia en cualquier caso, superior a diez
millones no se conoce con precisin: las cifras avanzadas por los organismos
de jubilacin se solapan. Por ello, nos pareci ms riguroso ceirnos al voto de
las personas mayores, cuyo nmero se conoce con mucha ms precisin, que al
de los jubilados, puesto que, en total, las dos nociones se asocian para lo fundamental. Las dificultades de los datos disponibles nos llevarn a hacer referencia,
segn los casos, ya sea a los mayores de 65 aos, ya sea a los mayores de 60 aos
(distinguiendo, a veces, a los que estn entre los 60 y los 69 aos y a los mayores de 70 aos).
A 1 de enero de 2001, figuraban en la Francia metropolitana28 12.179.789 personas mayores de 60 aos, lo que representa un 26,7% de la poblacin adulta29
segn el INSEE30. Pero todos los adultos no votan, bien porque no tienen el
derecho de voto (extranjeros, personas condenadas por la justicia), bien porque
no se inscribieron en los padrones electorales (Hran y Rouault, 1995; Hran,
1997). El hecho de no inscribirse en las listas, ndice de una an dbil integra28

La Francia metropolitana excluye los departamentos y territorios de ultramar.


La edad de la mayora se fij en Francia, a partir de 1974, en los 18 aos.
30
Instituto Nacional de Estadstica y Estudios Econmicos.
29

67

EL PODER GRIS?

cin en la sociedad, es caracterstica sobre todo de los jvenes, algunos de los


cuales se metern varios aos antes de cumplir el trmite. Tres cuartas partes de
los menores de 20 aos estn inscritos frente al 95% de los mayores de 45 aos
(Hran et Rouault, 1995). Por lo tanto, el porcentaje de personas de 60 aos en
el electorado inscrito es muy superior a su peso en la poblacin adulta. En 1997,
un 33,6% de los electores tenan ms de 60 aos, sobre una muestra de los
mayores de 100.000 electores inscritos estudiada por el INSEE.
Si se tiene en cuenta a los votantes, la constatacin es la misma. La participacin electoral es mxima entre los 45 y los 75 aos31, es decir, antes y despus
de la edad de jubilacin: el peso de los jubilados entre los votantes no se modifica. Un elector de cada tres tiene ms de 60 aos. Pero qu hace de su papeleta de voto?
Un voto ms bien orientado a la derecha

68

Las cifras publicadas por los institutos de sondeo del voto segn la edad no
permiten un anlisis muy afinado, ya que el voto de los mayores suele agruparse en una extensa clase de edad de 65 y ms aos de edad (Percheron y Chiche,
1988). Por consiguiente, es imposible aislar el caso de los electores mayores de
75 aos, mientras que, al menos en lo referente a la participacin electoral, esta
edad seala una distincin. Es tambin imposible entender el voto de quienes se
encuentran entre los 60 y los 65 aos, sumergidos en la categora que abarca de
50 a 64 aos. No obstante, algunos sondeos publicados en las ltimas elecciones presidenciales y legislativas distinguen los de 60 a 69 aos y los de 70 y ms
aos de edad.
A pesar de estos lmites, las pruebas nos informan de que el voto de los
mayores de 65 aos se aleja del voto del conjunto de los electores de manera
sensible, pero no espectacular. Globalmente, el voto de las personas mayores
est una decena de puntos ms a la derecha que la media del electorado, desde
luego con variaciones de un escrutinio a otro.
En la primer vuelta de las elecciones presidenciales de 2002 (cuadro 1),
Jacques Chirac obtuvo un 25% entre los de 60 a 69 aos y un 34% entre los de
31

El ndice de participacin en las elecciones legislativas de 1997 ascenda al 90% entre los menores de 20 aos (este
nivel elevado se explica por el hecho de que los jvenes que se inscriben, a partir de su mayora de edad, en los padrones electorales son precisamente los ms motivados), al 65% hacia los 25 aos, a ms del 80% hacia los 45 aos, a
cerca del 90% entre los 60 y los 75 aos, al 80% a los 80 aos y al 50% a los 90 aos (Hran, 1997). Se encuentra as
la curva en U del abstencionismo segn la edad, clsica de la sociologa electoral estadounidense (Campbell, 1960).

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

CUADRO 1: El voto segn la edad en la primera vuelta de la elecciones presidenciales de 2002 (en porcentaje
de los sufragios expresados)
Mamre
Hue
Taubira
Otra
izquierda

Chevnement
Polo republicano
independentista

Saint-Josse
CPNT
Defensa de
la caza

Chirac
Derecha

Bayrou
Madelin
Lepage
Boutin
Otra derecha

Edad

Laguiller
Besancenot
Gluckstein
Extrema
izquierda

De 18 a 24

15

14

16

14

14

18

De 25 a 34

10

13

13

18

17

20

De 35 a 44

16

16

12

13

14

19

De 45 a 59

12

15

11

18

12

21

De 60 a 69

22

25

14

19

Jospin
Partido
socialista

Le Pen
Mgret
Extrema
derecha

70 y ms

17

34

13

18

Conjunto

10,4

16,2

10,9

5,3

4,2

19,9

13,8

19,2

Sondeo de IPSOS realizado el da de la 1 vuelta (21 de abril) basado en una muestra representativa de 4.044 electores ins32
critos consultados por telfono (mtodo de las cuotas) para Vizzavi, Fgaro, France 2, Europe 1 y Le Point . La lnea "conjunto" indica el resultado (redondeado al primer decimal) obtenido por el o los candidatos en el conjunto del electorado
(resultados oficiales de la eleccin).

70 y ms aos de edad, frente a apenas un 20% en el conjunto del electorado.


Los votos para los cuatro candidatos restantes de la derecha moderada, por otra
parte, son similares cualquiera que sea la edad de los electores.
La ventaja de la que goz Jacques Chirac depende por tanto no slo de su
etiqueta poltica, sino tambin de su posicin de Presidente saliente, ya que el
voto de las personas mayores suele tender a favorecer a los candidatos y a los
partidos en el poder o, al menos, a los ms integrados en las instituciones, una
actitud que puede calificarse de legitimista33.
Este reflejo legitimista benefici tambin, en la izquierda, a Lionel Jospin,
Primer Ministro socialista saliente, que obtuvo un resultado comparable (alrede-

32
Los resultados de este sondeo son los mismos, globalmente, que los de otras encuestas postelectorales, en particular
las realizadas por SOFRES para varios centros de investigacin en ciencias polticas y la de Louis-Harris para AOL y
Libration. Hemos elegido la encuesta de IPSOS debido a la delimitacin ms afinada de las clases de edad adoptada
por este instituto y a que tiene en cuenta a todos los candidatos en sus cuadros de resultados.
33
En las elecciones presidenciales anteriores, en 1995, este reflejo legitimista haba perjudicado, por otra parte, y en la
primera vuelta, al propio Jacques Chirac. ste no tena en la poca ninguna funcin gubernamental, al contrario que
su adversario en la derecha moderada, el entonces Primer Ministro Edouard Balladur. Mientras que la mayora de los
electores de la derecha, y especialmente los ms jvenes, eran seducidos por el discurso de Jacques Chirac, los mayores expresaban de forma masiva su preferencia por Edouard Balladur, jefe del gobierno. Slo en la segunda vuelta fue
cuando los mayores de 60 aos votaron masivamente a Chirac en 1995.

69

EL PODER GRIS?

dor del 17%) entre los mayores que en el conjunto de los electores, mientras que
los otros candidatos de la izquierda y de la extrema izquierda conseguan resultados claramente peores entre los mayores de 60 aos que en las otras clases de
edad.
Ante la extrema derecha, cuya presencia en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales constituy un sesmo en la vida poltica francesa, las personas
mayores, que hasta el momento se resistan, ms que otras clases de edad, a la
tentacin del voto para Jean-Marie Le Pen, no se comportaron de manera diferente que el conjunto de los franceses.
Tanto en la primera como en la segunda vuelta (cuadro 2), el Presidente del
Frente Nacional obtuvo ms o menos el mismo resultado entre los mayores y
los dems electores. La nica diferencia significativa observada en funcin de
la edad se refiere a los ms jvenes que, en la segunda vuelta, parecieron rechazar de forma ms masiva al lder del Frente Nacional que las otras clases de
edad34.

70

En la elecciones presidenciales de 1995, Jean-Marie Le Pen, que haba obtenido un 15,5% en el conjunto del electorado, slo recogi un 9% entre las personas de edad avanzada. Siete aos ms tarde, la dimensin que tom el tema
de la inseguridad en la campaa electoral contribuy, sin duda, a atraer hacia el
Frente Nacional a los electores mayores.
CUADRO 2: El voto segn la edad en la segunda vuelta de la elecciones presidenciales de 2002 (en porcentaje

de los sufragios expresados)


Edad

Jacques Chirac

Jean-Marie Le Pen

De 18 a 24

93

De 25 a 34

78

22

De 35 a 44

81

19

De 45 a 59

82

18

De 60 a 69

78

22

70 y ms

83

17

Conjunto

82,2

17,8

Sondeo de IPSOS realizado el da de la 2 vuelta (5 de mayo) basado en una muestra representativa de 2.886 electores inscritos consultados por telfono (mtodo de las cuotas) para Vizzavi, Fgaro, France 2, Europe 1 y Le Point.

34

No obstante, en otro sondeo (Louis Harris-AOL-Libration), no aparece esta especificidad de los ms jvenes.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Un voto poco reivindicativo


En funcin de qu posturas deciden su voto los jubilados? Cules son los
problemas que preocupan ms a los electores mayores de 65 aos? Segn las
encuestas efectuadas en las elecciones presidenciales de 199535, en las legislativas
de 199736 y en las presidenciales de 200237, sus preocupaciones se unen de sobra
a las de los dems electores, aunque con una inquietud un poco mayor en cuanto a la seguridad, una gran desconfianza con respecto a los inmigrantes y una
menor confianza hacia la Unin Europea.
En 1995, los mayores de 65 aos, como los dems electores, se preocupan
prioritariamente por el desempleo, preocupacin que ser algo menos intensa
despus, pero que entonces empequeece todas las dems posturas. Al respecto, los jubilados, preservados por naturaleza de la prdida de empleo, reaccionan
como ciudadanos y como padres de trabajadores en activo amenazados por el
desempleo y no en funcin de su propio inters. Del mismo modo que la poblacin activa, citan a continuacin como tema ms importante el mantenimiento
de los logros sociales. Y sitan la seguridad en tercera posicin, mientras que los
ms jvenes consideran ms importante la lucha contra las exclusiones.
En 1997, un 67% de los mayores de 65 aos considera que hay demasiados
inmigrantes en Francia, contra un 56% del conjunto del electorado y un 45% de
los que estn entre los 18 y los 24 aos. Y, de igual modo, slo la mitad de los
mayores (51%) rechaza la idea segn la cual hay razas menos dotadas que
otras, afirmacin rechazada por un 67% del conjunto de los electores y un 84%
de los jvenes.
En 2002, dos tercios de las personas de ms edad como de todos los electores citan en primer lugar la inseguridad como uno de los temas que ms cuentan en su voto, por delante del desempleo y, con creces, por delante del mantenimiento de los logros sociales y los problemas de educacin.
Los mayores son ms escpticos que el conjunto del electorado con respecto a los beneficios de la Unin Europea. Solamente un 44% piensa, en 1997, que
Francia se benefici de su pertenencia a la UE, contra un 51% del conjunto de
los electores y un 61% de los ms jvenes. Pero en junio de 2002, seis meses
35

Sondeo postelectoral de SOFRES para una muestra de 2.000 electores (informe de la encuesta).
Sondeo postelectoral realizado por SOFRES para tres centros de investigacin en ciencias polticas (Cevipof, de Pars;
Cidsp, de Grenoble, y Craps, de Lille) y el diario Libration basado en una muestra de 3.010 electores (informe de la
encuesta).
37
Sondeo de SOFRES para TF1/RTL/Le Monde realizado los das 10 y 11 de abril de 2002 basado en una muestra de
1.000 personas.
36

71

EL PODER GRIS?

despus de la introduccin definitiva del euro, los nostlgicos del franco son
apenas ms numerosos entre los mayores de 65 aos que en el conjunto de la
poblacin (53% contra 48%)38.
En cualquier caso, es un tema en el que, paradjicamente, los jubilados no
se diferencian de los dems electores: la jubilacin. En 1999, manifiestan la
misma inquietud a este respecto que los dems franceses, ni ms, ni menos.
Como ellos, son poco favorables a la idea de retrasar la edad de la jubilacin,
aunque consideran inevitable esta evolucin. Y, lejos de toda reivindicacin
generacional, un 61% de los mayores de 60 aos, como el conjunto de los electores sin distincin de edades, considera su propia generacin como privilegiada, mientras que juzga en la misma proporcin la de los jvenes (de los 25
a los 35 aos) como sacrificada39.

72

As pues, lejos de constituir un segmento del electorado que defendera sus


intereses clasificados por categoras, los jubilados amplifican las tendencias presentes en el conjunto del electorado, como la preocupacin por la seguridad o
un cierto euroescepticismo. Y, a cambio, se puede suponer que el peso cuantitativo de los electores de edad avanzada contribuye a que los partidos polticos
franceses, sobre todo de la derecha, se muestren tan prolijos sobre el tema de la
seguridad y tan prudentes sobre el de Europa.
Al gozar de una mayor experiencia electoral que sus menores, y al disponer
de ms referencias que ellos, los jubilados se deciden con mayor antelacin que
los dems electores. En las elecciones legislativas de 1997, un 76% de los mayores de 65 aos indican haber decidido mucho tiempo antes a quin iban a
votar, caso del 62% del conjunto de los electores y de solamente el 49% de los
ms jvenes. Por el contrario, un 12% de los mayores reconocen haber dudado hasta el ltimo momento, contra un 21% del conjunto de los electores y un
28% de los menores de 25 aos40.
Cules son las motivaciones profundas de esta eleccin tan estable y garantizada? La fidelidad a los votos anteriores, expresados a lo largo de la vida, lo
que sera la expresin de un efecto de generacin? O, al contrario, el efecto del
envejecimiento, factor de conservadurismo?
38

Sondeo de IFOP para Dimanche Ouest France basado en una muestra de 1.005 personas. La cuestin planteada era
la siguiente: seis meses despus de la implantacin del euro, echa de menos el franco?.
Sondeo realizada por SOFRES para Le Nouvel Observateur en marzo de 1999 (Teinturier, 2000).
40
Los dems electores interrogados indican haberse decidido durante la campaa o no responden a la cuestin. Sondeo
postelectoral realizado por SOFRES para tres centros de investigacin en ciencias polticas (Cevipof, de Pars; Cidsp, de
Grenoble, y Craps, de Lille) y el diario Libration basado en una muestra de 3.010 electores (informe de la encuesta).
39

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Constante y variaciones
Para entender el significado del voto de los jubilados es necesario situarlo de
nuevo en una perspectiva histrica. A falta de un estricto anlisis por cohortes,
que permitira un verdadero seguimiento de las generaciones (Glenn, 1977), el
cuadro 3 presenta, por clases de edad, el resultado de la derecha en la segunda
vuelta de las elecciones presidenciales desde 1965 (ao en que, por primera vez,
al menos en el siglo XX, se eligi al jefe del Estado francs por sufragio universal directo) hasta 1995.
No incluimos en este cuadro el escrutinio de 2002, puesto que en ste, en la
segunda vuelta, se vio que la derecha se opona no a la izquierda, como las veces
precedentes, sino a la extrema derecha. Por lo tanto, la comparacin no habra
sido pertinente41.
CUADRO 3: El voto a la derecha segn la edad en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales (en porcentaje de los sufragios expresados)
Edad

1965

1974

De 18 a 24

1981

1988

1995

37

40

55

De 25 a 34 (o de 21 a 34)

49

41

37

37

48

De 35 a 49

55

51

49

49

47

De 50 a 64

55

54

53

49

55

65 y ms

65

60

60

53

62

Conjunto

55

51

48

46

53

Mxima diferencia

+ 16

+ 19

+ 23

+ 16

+ 15

Diferencia 65 y ms / conjunto

+ 10

+9

+ 12

+6

+9

Voto para el general De Gaulle en 1965, para Valry Giscard de Estaing en 1974 y 1981, y para Jacques Chirac en 1988 y
1995.
1965: sondeo de IFOP entre las dos vueltas, 2.253 personas. Fuente: Platone, 1991.
1974, 1981 y 1988: sondeos de SOFRES despus de la segunda vuelta; 2.000 personas cada vez. Fuente: Platone, 1991.
1995: sondeo de SOFRES despus de la segunda vuelta; 2.000 personas. Fuente: informe de la encuesta.

Esta visin general de las presidenciales se complementa con una comparacin, referida esta vez al voto a la izquierda, entre las elecciones legislativas de 1978, de 1997 y de 2002, escrutinio, este ltimo, que se celebr
41

Del mismo modo, no se tienen en cuenta las elecciones presidenciales de 1969, ya que la configuracin muy particular de este escrutinio, producido tras la dimisin del general De Gaulle, hace imposible toda comparacin con las
dems elecciones. En la segunda vuelta, en efecto, se haban opuesto no la izquierda y la derecha, sino un candidato
de la derecha, Georges Pompidou, que gan, y un candidato del centroderecha, Alain Poher.

73

EL PODER GRIS?
CUADRO 4: El voto a la izquierda segn la edad en la primera vuelta de las elecciones legislativas (en porcentaje de los sufragios expresados)
Edad

1978

1997

2002

de 18 a 24

65

48

42

de 25 a 34

59

47

47

de 35 a 49

50

52

49

de 50 a 64

46

41

35

65 y ms

34

35

29

Conjunto

50

44,5

40

Mxima diferencia

- 31

- 17

- 20

Diferencia 65 y ms / conjunto

- 16

- 9,5

- 11

Izquierda: extrema izquierda, Partido Comunista Francs, Partido Socialista, otra izquierda + Verdes en 1997 y 2002 + Polo
republicano en 2002.
1978: sondeo de SOFRES-CEVIPOF, 4.507 electores. Fuente: Platone (1991).
1997: sondeo de SOFRES para tres centros de investigacin (CEVIPOF, CIDSP, CRAPS) y Libration, 3.010 electores.
2002: sondeo de Louis Harris para AOL y Libration. 2.030 personas.

inmediatamente despus de las elecciones presidenciales (cuadro 4)42.


74

De estas dos series de escrutinios, es claramente evidente que, desde hace 40


aos, las personas mayores votan siempre mayoritariamente a la derecha, y siempre ms a la derecha que el conjunto del electorado. Pero esta diferencia sufre
netas variaciones segn los tiempos.
En 1965 y 1974, el voto a la derecha de los mayores de 65 aos es igual o
supera el 60%, y la diferencia con el resto del electorado es de una decena de
puntos. En 1978, el voto de las personas mayores se aleja mucho, con mayor
fuerza que en aos anteriores, del voto del conjunto de los electores, sobre todo
debido a un voto muy a la izquierda de los ms jvenes, por otra parte cada vez
ms numerosos. Un tercio solamente de los mayores vota a la izquierda, frente
a la mitad del conjunto del electorado y los dos tercios de los que estn entre los
18 y los 24 aos. Las diferencias segn la edad estn en su apogeo. En 1981, son
casi tan fuertes. El 60% de los mayores vota por la derecha, como en 1974, y la
42

Comparar las elecciones legislativas, donde las candidaturas son mltiples, incluso en la segunda vuelta, es menos
fcil que comparar las elecciones presidenciales, cuya segunda vuelta es necesariamente binaria, puesto que solamente dos candidatos pueden quedar en liza. Para las legislativas, se planteaba, sobre todo, el problema de la extrema derecha, ausente del juego poltico en 1978 pero muy fuerte en 1997 y 2002, y en una lnea tan hostil a la derecha moderada como a la izquierda. Por esta razn, tomamos como referencia el resultado de la izquierda y de la extrema izquierda en la primera vuelta, y no el de la derecha.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

diferencia con los dems electores, pasados mayoritariamente a la izquierda, es


de 12 puntos.
En 1988, inversin de la tendencia: slo el 53% de las personas mayores vota
a la derecha, y la diferencia con el resto del electorado se reduce, por tanto, a la
mitad, para alcanzar su nivel ms bajo. Hecho muy nuevo, el voto de las personas mayores se aleja ms, no del de los comprendidos entre los 18 y los 24 aos,
sino del de los que estn entre los 25 y los 34 aos. En 1995, nuevo cambio: el
voto a la derecha de los mayores de 65 aos supera otra vez el 60% y aumenta
la diferencia con el conjunto del electorado, aunque ste tambin haya votado
mayoritariamente a la derecha. En 1997 y en 2002, la situacin es muy prxima
a la de 1995, con una diferencia de una decena de puntos entre el voto de los
electores de edad avanzada y la media del electorado. Y desde 1995, las diferencias ms importantes no se sitan entre las personas mayores y las ms jvenes,
sino entre las personas mayores y las clases de edad intermedias (de los 35 a los
49 aos).
Mortalidad diferencial y efecto de la edad
El voto en masa ms a la derecha de las personas mayores a finales de la dcada de 1970 y a principios de la de 1980 se analiz entonces como el reflejo de la
estructura sociolgica de las clases de edad implicadas (Denni, 1981), que incluyen ms trabajadores por cuenta propia mayores (principalmente, agricultores),
ms catlicos practicantes y ms mujeres en una poca en la que, por el contrario,
son los hombres obreros no practicantes quienes ms votan a la izquierda. Esta
composicin particular se explica por un doble movimiento:

LA MORTALIDAD DIFERENCIAL. La esperanza de vida de las clases sociales


ms favorecidas, como la de las mujeres, es la mayor que consigue la
representacin excesiva de estas categoras entre los jubilados;

UN EFECTO DE GENERACIN, SOCIOLGICO Y NO DIRECTAMENTE POLTICO. Las generaciones que se jubilan en la dcada de 1970, nacidas a finales del siglo XIX y a principios del XX, reflejan el estado de la poblacin
activa en la poca en que trabajaban, durante la primera mitad del siglo
XX, con una proporcin claramente mayor de agricultores y patronos de
la industria y el comercio (Denni, 1981).

En la dcada siguiente, el reflujo muy evidente de la derecha entre las personas


mayores, en las elecciones presidenciales de 1988, apareci como el ndice de un

75

EL PODER GRIS?

efecto de generacin, inmediatamente despus de los anlisis anteriores. Llegaban


a la edad de la jubilacin las generaciones que incluan ms asalariados mayores y,
en consecuencia, menos a la derecha. Lgicamente, bajo el efecto de la renovacin
de las generaciones, se produjo que el movimiento continuara, que el voto de los
jubilados fuera cada vez menos a la derecha y que se redujeran las diferencias
segn la edad, sobre todo teniendo en cuenta que los jvenes, por su parte, aparecan ms a la izquierda que su mayores inmediatos (Drouin, 1995a y 1995b).

76

Los resultados de los ltimos aos llevan a matizar estos anlisis.


Ciertamente, las diferencias no alcanzan ya las cimas de 1978 y 1981, diferencias
que se deban ms al voto muy a la izquierda de los jvenes que al voto a la derecha de los mayores. Pero son bien superiores a los que haba durante las elecciones presidenciales de 1988, las cuales, de hecho, haban constituido un caso un
poco aparte. Por primera vez, el Presidente saliente, garante al respecto de la
legitimidad de la Repblica, era de izquierdas, lo que pudo atraerle los sufragios
de una parte de los electores de edad avanzada, propensos, al envejecer, a votar
por el poder establecido, cualquiera que sea. Este factor, mencionado en la
poca, pero sin duda subestimado (Drouin, 1995a y 1995b), pone de manifiesto que los efectos de la edad existen y pueden ser activados por una coyuntura
particular.
La situacin actual, con un voto a la derecha de las personas mayores comparable al de la dcada de 1970, aunque no se trate ya de las mismas generaciones, se explica siempre, por una parte, por la mortalidad diferencial. La diferencia de la esperanza de vida al nacer entre hombres y mujeres, en favor de estos
ltimos, se estima en siete aos y medio en el ao 200043. Y a los 35 aos, un
directivo puede, por trmino medio, contar con cinco aos ms de vida que un
obrero, una diferencia de la misma amplitud en la dcada de 1980 que en la de
1960 (Desplanques, 1993).
Pero juegan otras variables, que compensan el efecto de renovacin de las
generaciones. No puede descartarse la hiptesis de un efecto de la edad y de un
determinado aumento del conservadurismo con la edad, vinculado, sobre todo,
a la necesidad de seguridad y a un cierto miedo al cambio.
En total, el comportamiento electoral actual de las personas mayores se
puede atribuir a tres factores:

43

Cifras provisionales del INSEE, que pueden consultarse, en particular, en el sitio de Internet del Instituto Nacional
de Estudios Demogrficos: www.ined.fr.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

La mortalidad diferencial, que explica, en gran parte, el voto ms a la derecha de esta clase de edad, sobre todo teniendo en cuenta que se ve reforzado, sin duda, por lo que llamaremos la exclusin diferencial. Las clases
sociales ms favorecidas son las que permanecen mucho ms tiempo con
buena salud e integradas socialmente y, en consecuencia, ms a menudo
en condiciones de ir a votar, lo que aumenta su peso relativo en el electorado de los mayores.

Un efecto de edad legitimista que impulsa a las personas mayores, con


la edad, a conceder una prima a los candidatos investidos de la legitimidad
del poder. Este factor puede implicar un voto muy coyuntural de las personas mayores, como para Franois Mitterrand en 1988 y Edouard
Balladur en 1995.

Y, sin duda, otro efecto de la edad, el crecimiento del conservadurismo a


medida de los aos, que contrapesara el efecto de generacin que representa la llegada a la edad de la jubilacin de un nmero siempre creciente
de asalariados mayores, en principio ms a la izquierda que los no asalariados que les precedieron.

Pero la combinacin de estos tres factores, operativos para explicar el voto


pasado y presente de los jubilados, no es de gran utilidad para prever su voto
futuro, a causa de los potentes efectos de generacin que van a operar en los
prximos aos.
Cambio probable
La visin general del voto segn la edad desde la dcada de 1960 puso de manifiesto que la especificidad de los baby boomers, esta generacin nacida en los 15 a 20
aos que siguieron a la Segunda Guerra Mundial y destacada en numerosos mbitos de la vida social, tambin guardaba relacin con el mbito poltico. Las generaciones que conocieron los acontecimientos de mayo de 1968 (los sesentaiochistas) y ms an las, un poco ms jvenes, que conocieron, inmediatamente despus, la dcada de 1970 (los postsesentaiochistas), se caracterizan por un sinistrisme44-45 relativo, es decir, por un voto ms a la izquierda que la media del electorado,
que persiste de una encuesta a otra, de una eleccin a otra.
44

Del latn sinistra: izquierda.


Trmino introducido en 1932 por el crtico francs Albert Thibaudet para expresar la atraccin que sentan sus compatriotas por las ideas de la izquierda; posteriormente, fue reutilizado por Raymond Aron, con el mismo sentido, a
raz de los acontecimientos franceses de mayo de 1968. Carece de equivalente en espaol. [N. del T.]
45

77

EL PODER GRIS?

Si se hace referencia a los cuadros 3 y 4, estas generaciones corresponden a


las clases de edad ms jvenes, menores de 35 aos, hasta 1981 incluido. Su voto
est cada vez una decena de puntos ms a la izquierda (o ms a la derecha) que
la media del electorado e, incluso, una quincena de puntos para los que tenan
entre 18 y 24 aos en 1978. En 1988, esta generacin se encuentra entre los 25
y los 34 aos y vota menos a la derecha que todas las dems clases de edad,
incluidos los ms jvenes. En 1995, los sesentaiochistas y los postsesentaiochistas se incluyen entre los 25 y los 49 aos y estn todava ms a la izquierda, con
un contraste sobrecogedor con respecto al voto de los ms jvenes. Y en 1997,
los que tienen entre 35 y 49 aos de los cuales, los de edad avanzada tenan 21
aos en 1968 y los ms jvenes 18 aos en 1980 votan ocho puntos ms a la
izquierda que el conjunto del electorado y 17 puntos ms que los mayores de 65
aos.

78

En 2002, los comprendidos entre los 35 y los 49 aos son todava quienes
estn ms a la izquierda. Esta clase de edad corresponde siempre a los postsesentaiochistas, adolescentes en la dcada de 1970 aos de grandes conmociones en
la sociedad y en las costumbres y que todava aparecen an ms a la izquierda
que los que tenan 20 aos en 1968. En cambio, los sesentaiochistas se encuentran, en compaa de generaciones de edad ms avanzada, entre los 50 y los 64
aos, categora algo menos a la izquierda que la media del electorado.
El carcter muy heterogneo, en lo referente a generaciones, de esta ltima
clase de edad no permite sacar conclusiones fiables, pero su voto en 2002 pone
de manifiesto que no se puede excluir que un efecto de edad el conservadurismo aumenta con el envejecimiento juegue tambin para los baby boomers. Pero,
en nuestra opinin, probablemente no ser bastante fuerte para compensar un
efecto de generacin de tal potencia y de tal resistencia al tiempo.
Sobre todo teniendo en cuenta que esta especificidad de los baby boomers se
integra en un efecto de generacin ms amplio relacionado con todas las
cohortes nacidas desde la Segunda Guerra Mundial, que se diferencian de las
nacidas antes del conflicto por un enorme liberalismo cultural, una escasa prctica religiosa y una permisividad sexual incomparablemente mayor. Esta divisin entre generaciones de antes y despus de la guerra, en el centro de las teoras de Ronald Inglehart sobre el postmaterialismo en el conjunto de los pases
industrializados (Inglehart, 1990), ha sido puesta de manifiesto, para Francia,
por varios anlisis por cohorte (Drouin, 1995a y b; Grunberg y Schweisguth,
1997).

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Adems, la mortalidad diferencial, que sigue favoreciendo a las mujeres y a las


clases ms acomodadas, ya no tendr las mismas consecuencias en el futuro. En
efecto, cada vez ms, los directivos y las profesiones intermedias no estn ms a
la derecha que los obreros (Mayer, 2000), y las mujeres no votan ms por los partidos conservadores que los hombres (Sineau, 2000). La esperanza de vida ms
larga de estas categoras no va a favorecer, pues, a la derecha.
El voto de los jubilados, asociado a la derecha desde hace dcadas, podra
pasar a ser as, en los prximos aos, sinnimo de un voto ms a la izquierda
que la media del electorado, a condicin, por supuesto, de que la izquierda francesa sea otra vez capaz de ofrecer una oferta poltica creble, despus de su
importante derrota de la primavera de 2002. Un cambio que, ms all de las particularidades polticas francesas, debera afectar ms o menos al conjunto de los
pases industrializados, todos ellos pronto enfrentados a la prxima llegada a la
edad de la jubilacin de las generaciones del baby boom.
Esta nueva generacin de jubilados, ms abierta que las precedentes a manejar el registro de la contestacin, corre el riesgo de encontrarse ms expuesta,
debido a los desequilibrios demogrficos, a posibles amenazas sobre el nivel y la
perpetuidad de las pensiones.
La cuestin de las pensiones y, ms generalmente, el tema de la proteccin
social, elementos desdeables en las motivaciones del voto de los actuales jubilados, pueden convertirse entonces, cuando esta numerosa generacin cese su
actividad, en el mayor desafo poltico de las prximas dcadas.
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EL PODER GRIS?

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80

Cuando el poder gris no es ms que


una palabra Del conjunto al grupo,
pasando por la identidad
DIDIER VRANCKEN
Profesor de la Universidad de Lieja (Blgica)
Director del Centro de Investigacin e Intervencin Sociolgicos

La aparicin de grupos de presin o partidos polticos que defendan especficamente los derechos e intereses de las personas mayores, ha contribuido, con
toda seguridad, a la difusin del trmino de poder gris, para tratar de dar
cuenta de las iniciativas muy numerosas nacidas ac y all en diferentes pases
occidentales. De este modo, la verdadera revolucin demogrfica que representa el envejecimiento de la poblacin para estos pases se traducira en la aparicin de una nueva fuerza dispuesta a influir en las decisiones polticas. Sera, sin
duda, una de las expresiones ms patentes de esta formidable conmocin que se
est operando.
No obstante, a lo largo de este artculo intentaremos relativizar mucho esta
idea, interesndonos, por una parte, por la aparicin de formas de participacin de los jubilados y, por otra parte, por la temtica de las representaciones
sociales de estos ltimos. A partir de la hiptesis de que el poder gris no es
ms que una palabra, intentaremos poner de manifiesto que las distintas iniciativas participativas de los jubilados no contemplan una redefinicin del
poder o sus mtodos de reparto. Por el contrario, ms bien anunciaran, sin
duda, por parte de los poderes pblicos, nuevas dinmicas de accin actualmente en construccin para encontrar la diversidad de las peticiones que emanan de la sociedad civil.
Muy marcadas por una fuerte presencia femenina, estas diferentes experiencias no son, sin embargo, una invencin reciente. As, la potente National Retired
Teacher Association, que dio nacimiento a la American Association of Retired Persons
(AARP), vio la luz en la inmediata posguerra. Siempre en los Estados Unidos,
los Grey Panthers46 nacieron en la dcada de 1970. En Alemania, el Graue Panther,
46

Panteras Grises [N. del T.].

81

EL PODER GRIS?

que naci en 1975, fue el movimiento que origin el partido poltico, hoy desaparecido, Die Grauen, que obtuvo una sede a escala regional en 1991. Los Pases
Bajos y el Reino Unido no quisieron ser menos y tambin surgieron varias asociaciones que defendan los derechos e intereses de los jubilados. En Francia,
Maximilienne Levet-Gautrat sent las bases del movimiento La Flamboyance.
Blgica cuenta igualmente con diferentes asociaciones para personas mayores. A
mediados de la dcada de 1990 se crearon, incluso, tres partidos polticos, sin
por ello encontrar el xito previsto: en Flandes, el Waardig Ouder Worden (WOW)
y el Algemeen Ouderendbond Vlaanderen, y en Valonia, el Partido Plus.
Las iniciativas nacidas en el contexto del Estado social

82

Si se examina un momento este ltimo pas, que constituy nuestro espacio


de estudio de predileccin, es forzoso establecer una primera constatacin.
Muchas iniciativas surgieron en el marco de lo que tradicionalmente se califica
de grandes pilares, que son constitutivos del Estado social belga. En Blgica,
este modelo de pilares se forj a partir de verdaderos conglomerados verticales
que agrupaban partidos polticos, sindicatos, mutualidades, redes de enseanza,
organizaciones de educacin permanente, de sanidad, de actividades recreativas,
prensa, etc., en el seno de grandes familias ideolgicas (principalmente, cristiana y socialista). Esta organizacin de la sociedad civil tuvo por funcin facilitar
un doble movimiento: lgica ascendente de representacin de los ciudadanos
ante el Estado y lgica descendente de servicios y asignaciones de recursos a los
ciudadanos miembros del pilar. As pues, grandes organizaciones sociales como
los sindicatos y las mutualidades ven a sus representantes relacionarse con los
del empresariado y las organizaciones profesionales (por ejemplo: las potentes
organizaciones mdicas en materia de enfermedad y discapacidad) para negociar
en el seno de los diferentes rganos pblicos a cargo de los cinco sectores tradicionales de la seguridad social (seguro de enfermedad y discapacidad, empleo
y desempleo, pensiones, subsidios familiares y vacaciones anuales).
El trmino pilar' procede de la traduccin del trmino zuil, forjado por los
neerlandeses para caracterizar su sistema poltico. La pilarizacin (verzuiling)
es una alternativa del modelo neocorporativista del Estado socialdemcrata
europeo, alternativa compartida por otros Estados como los Pases Bajos
(entre 1918 y 1967), Austria (de 1945 a 1966) y Suiza. Este modelo (Dumont,
1999) se distingue por una gran segmentacin vertical de sus componentes
alrededor de distintas comunidades religiosas, ideolgicas, lingsticas o tnicas. Presenta una cohesin interna en cada comunidad o mundo. Los dife-

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

rentes mundos se relacionan poco, mientras que sus lites negocian continuamente en el marco de una democracia consociativa (Duhamel, 1993) ms
caracterizada por el arte del compromiso que por las decisiones mayoritarias y
unilaterales.
Por lo que respecta a la ciudadana de los mayores, se observa que las organizaciones sindicales y mutualistas que pertenecen a los pilares cristiano y socialista establecieron diferentes gestiones a iniciativa, a menudo, de los propios
jubilados. En la prctica, esto significaba una fuerte segmentacin de las organizaciones de jubilados sobre una base tanto filosfica (organizaciones del mundo
catlico, por una parte, y organizaciones del mundo socialista, por otra) como
lingstica (cada organizacin atravesada por la separacin belga entre francfonos y neerlandfonos). En el marco de una sociedad pilarizada, la defensa de
los intereses de los jubilados pasaba por una capacidad de influencia de los jubilados sobre los sindicatos y las mutualidades, a travs de la organizacin de
comisiones y de rganos de concertacin y consulta. As pues, junto a una cultura esencialmente orientada hacia los servicios, las actividades recreativas y el
empleo (Vrancken, 1995), a partir de la dcada de 1970 apareci una cultura de
la reivindicacin llevada por algunos militantes, antiguos directivos jubilados o
prximos a la jubilacin. Dado que encuentra sus races en el pasado militante
y reivindicativo de sus miembros, esta cultura se apoyaba en la denegacin del
papel pasivo de los jubilados, en su participacin en grandes organizaciones percibidas a la vez como medios de resistencia y como correas de transmisin hacia
los poderes pblicos.
Aparecida relativamente tarde (en la dcada de 1970), esta forma de participacin se inscriba plenamente despus del modelo de la participacin por pilares. Pero hoy, con la crisis econmica, la subida del desempleo y la aparicin de
nuevas formas de exclusin, el contexto es bien diferente. Todo un modelo de
proteccin social, y tambin de participacin, se ha visto cuestionado. Basada en
el equilibrio y la concertacin, la estructuracin del sistema ha revelado su gran
fragilidad desde hace varios aos47. La constatacin que suelen establecer los
analistas consiste en que, debido a una mediacin cada vez ms instrumental
ofrecida por los diferentes pilares, la bsqueda de nuevas experiencias de participacin tena tendencia a operarse fuera del marco formal diseado por estos
ltimos. De este modo, numerosas iniciativas recientes, como la organizacin de
47
Sobre esta cuestin, consltense dos nmeros de La Revue Nouvelle consagrados al tema de la crisis de los pilares
en Blgica: "Mitoyens ou citoyens. Pour en finir avec les piliers?", 1990, 10, y "Les piliers ou la libert cache-cache",
1999, 3.

83

EL PODER GRIS?

coloquios, foros de personas mayores, jornadas de estudios, asociacin entre


ciudades, comisiones consultivas, y la aparicin de asociaciones, eran propensas
a afirmar un carcter pluralista y a salir de los estrechos marcos estrictamente
vinculados a la pilarizacin de la sociedad. En un contexto general de desconfianza con respecto a los partcipes tradicionales (partidos polticos y grandes
organizaciones sociales), estas iniciativas aparecen, en comparacin, poco
estructuradas. Tal como las hemos mostrado en el marco de la participacin de
los jubilados en proyectos intergeneracionales (Vrancken, 1995), estn mucho
ms afianzadas en lo local, valorizando el intercambio y las relaciones de proximidad. No han dado lugar a una verdadera recomposicin de la sociedad civil
en torno a bases renovadas, pero anuncian sin duda, como examinaremos ms
adelante, una voluntad de expresar expectativas especficas sin pasar por las vas
estructuradas y tradicionales (los pilares) de la mediacin poltica y social.
De las nuevas formas de participacin

84

El ejemplo de Blgica ilustra la forma en que deben determinarse, a travs de


las vicisitudes de nuestras formas de participacin social, las nuevas iniciativas
que provienen de los jubilados. Aunque especfico, el modelo belga slo es una
variante entre los diferentes estados sociales occidentales que, todos ellos, desde
luego a diferentes grados, se ven afectados por los mismos repartos objetivos de
una profunda reestructuracin de nuestras formas de solidaridad y participacin
social.
Solidaridad, participacin y ciudadana se convierten en palabras clave a
medida que su contenido parece ocultarse y plantean de veras problemas. Las
formas de participacin suscitan la atencin porque provocan abiertamente la
cuestin de la crisis de modelo y revelan la desconfianza creciente con respecto a los poderes organizados. Interesndose por la situacin francesa, Legrand
(2001) se basa en los resultados de varias investigaciones y seala la forma en
que el compromiso asociativo se convierte en un hecho que caracteriza ms a
los jubilados que a las dems clases de edades. Ms de un mayor de cada dos
es miembro, al menos, de una asociacin! Pero, otro hecho notable, los jubilados favoreceran cada vez ms a las asociaciones no exclusivamente reservadas
a las personas mayores, buscando contactos con otras clases de edades ms
jvenes.
Estos diferentes anlisis convergen en un sentido: el de un movimiento de
salida progresiva de la cultura de retiro que haba analizado Guillemard (1972).

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Cultura del repliegue sobre s mismo, cuando la sociedad era incapaz de producir otras formas de integracin que la que ofreca el trabajo. Y tambin lo tiene
en cuenta el autor en una reciente publicacin: estoy convencido (...) de que
precisamente la jubilacin no es ya el retiro, como a menudo era el caso al
comienzo de mis propias investigaciones, a principios de la dcada de 1970. (...)
Indudablemente, existen, como hemos escrito todos, nuevos modelos culturales
de la vida postprofesional que toman diferentes formas: solidaridad, utilidad
social, ciudadana, etc., y traducen la aparicin de una jubilacin activa tras la
jubilacin / el retiro (2001, p. 177).
Con esta constatacin de jubilados menos en retiro y en adelante ms activos, hay derecho a preguntarse si no vamos a observar una penetracin creciente de las esferas de la vida asociativa y civil por parte de los jubilados, incluso un
efecto sobre la representacin poltica. Nos parece que podemos responder a
esta pregunta que, ms que a la aparicin de un verdadero contrapoder poltico,
asistimos a una verdadera transformacin de las formas mismas de sociabilidad
en los grupos de personas mayores. Se sabe, por una parte, que las diferentes
iniciativas polticas apenas han conocido un autntico xito en numerosos pases. Se sabe, por otra parte, que el voto jubilado est l mismo en plena evolucin. Tal como lo muestra Viriot Durandal (2001), los comportamientos electorales de los nuevos jubilados de la dcada de 1990 se alejan de los de las cohortes precedentes: no indican ya una misma actitud de fidelidad con respecto a un
partido en particular. Si la sociologa electoral ha conseguido que las personas
mayores, probablemente ms legitimistas, tengan ms tendencia a votar por el
poder establecido que los ms jvenes, se puede aceptar que este efecto se esfuma ante las generaciones de jubilados ms jvenes.
El poder gris no aparece de ninguna manera como concepto cientfico
autorizado, apto para resistir a la prueba de los hechos. Es un concepto hueco
cuyo nico mrito sera intentar encerrar el tiempo, como para retener mejor
toda la fuerza explicativa. Pero se han sobreestimado en exceso los efectos de la
edad sobre el conjunto de nuestros comportamientos sociales. El entusiasmo,
relativamente reciente, por los estudios consagrados a los problemas del envejecimiento no debe hacernos olvidar que la edad no es ms que una variable entre
otras. No es la variable explicativa por excelencia. As pues, en lo que respecta al voto electoral, los intereses vinculados a la edad encubren a menudo diferencias mucho ms pertinentes en trminos polticos, econmicos, culturales y
tnicos (Viriot Durandal, 2001, p. 87-88).

85

EL PODER GRIS?

La vejez, una realidad social heterognea


Tanto si se trata de votos electorales como del compromiso en el sector asociativo, la observacin de los comportamientos de los jubilados revela una fuerte
heterogeneidad de las prcticas, cortando claramente con la idea de un grupo o de
un bloque homogneo (Legrand, Noyer, 2001). Grupo que estara en condiciones
de garantizar cualquier posicin de poder especfico en el seno de la sociedad.

86

En la actualidad, ya no puede definirse la vejez por la edad oficial de jubilacin. Por otra parte, la edad no puede correlacionarse con una realidad
social homognea. Ms a fondo, vivimos una transformacin de las edades y
de nuestras propias formas de temporalidad. El curso de las edades se vio claramente afectado, sobre todo, bajo el efecto de los dispositivos pblicos y privados destinados a controlar las salidas precoces del mercado laboral de los
trabajadores de edad avanzada. All donde un ciclo ternario de las edades permita situar una juventud para aprender y formarse, una edad adulta para trabajar y una vejez para descansar, los estudios demogrficos nos ensean que
ahora es necesario hablar de diferenciacin de las edades. Interesndose por
la temtica de las generaciones, Gaullier (1998) pone de manifiesto que las
generaciones se amplan y que no es raro encontrar tres o incluso cuatro
generaciones viviendo bajo el mismo techo. En lo que se refiere a los jubilados, se deben contar tres generaciones: la del baby boom, la de los Gloriosos
Treinta y la de la gran edad48. Se ve en qu medida se hace aicos la unidad
de apariencia del grupo de las personas mayores ante esta diversificacin de
las edades y tambin de las representaciones y referencias sociales.
Del mismo modo que no se puede hablar de un poder gris que se enfrenta a las aspiraciones polticas de un grupo homogneo de personas mayores,
tampoco puede hablarse, por comodidad, de una identidad especfica con respecto a los jubilados o a las diferentes generaciones de jubilados. Como anticipa Gaullier (1998, p. 32), el concepto de generacin es en s mismo paradjico
y ambiguo. En realidad, no hay una identidad colectiva de generacin, de ideologa estructurante, de compromisos polticos comunes. Ante tal constatacin, cabra entonces preguntarse qu inters tendran an los investigadores en
ciencias sociales de centrarse en un objeto de estudio que, a medida que se aproximara, parecera eludir los trminos mismos del anlisis.
48
Alcanzada la cincuentena, la primera sera la de la dcada de fin de carrera, vivida como la generacin sacrificada.
La segunda ha estado activa durante el perodo de la posguerra y se identifica con la Generacin de Bienestar. La tercera es la generacin ignorada, marcada por los problemas de salud y de soledad, predominantemente femenina.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Los vocablos jubilados, mayores, viejos, personas mayores, podran


utilizarse indiferentemente? Como indic Ennuyer (1991, 1998), la reflexin
sobre persona mayor como objeto de anlisis tiene, sin embargo, un sentido
preciso. Se declina a partir de finales de la dcada de 1970, no en torno a los
jubilados, sino en torno a la dependencia social de las personas de edad muy
avanzada, a las que asigna un papel de poblacin de riesgos y a cargo de la
colectividad. En lnea con este anlisis, Guillemard (1998) seala la forma en
que las polticas de asistencia contribuyeron a la construccin social de la vejez
como perodo de dependencia con respecto a las redes de prestaciones, desglosando la persona del beneficiario mayor en mltiples necesidades (cuidados,
ayuda domstica, atencin a domicilio, etc.). Convertida en una categora
dependiente social y econmicamente, la vejez se consagrara como el perodo
de la inutilidad social. Al tiempo que identificaba los numerosos efectos paradjicos de las polticas sociales, este tipo de anlisis contribuy en gran manera a poner de manifiesto un innegable movimiento de desmembramiento de las
acciones y representaciones de las personas mayores y de sus cuerpos.
A la vista de estos anlisis, que no se trata de ignorar, se pueden plantear, no
obstante, algunas preguntas. En primer lugar, no han contribuido a nombrar, es
decir, a objetivar, lo que precisamente denunciaban y, por ello, han participado en
un efecto ms amplio de enunciacin de los efectos de fragmentacin? En segundo lugar, cmo percibir, en una perspectiva ms constructivista, el sentido que
intentan dar las personas mayores a sus actividades all donde el anlisis percibe,
ante todo, efectos de imposicin? Y, por ltimo, cmo dar cuenta de efectos
emergentes ante las poblaciones de mayores o de jubilados jvenes que no
comparten las caractersticas asociadas a las personas de edad muy avanzada?
Unos jubilados cada vez ms reflexivos
Desde luego, se puede estar de acuerdo con la idea de una contribucin de
las polticas pblicas a la clasificacin de las personas mayores como grupo de
edad dependiente, categora que, como se ha visto, no resiste la heterogeneidad
de las prcticas y situaciones a que se enfrentan los interesados. No obstante,
tomando como base una investigacin llevada a cabo en dos provincias belgas
(Vrancken 2001a, 2001b), podemos postular que las personas mayores (de edades comprendidas entre los 50 y los 75 aos), si bien aparecen en el centro de
los dispositivos normativos de clasificacin, no son por ello testigos pasivos de
un proceso de atribucin de sentido. Hacen alarde, cada vez ms, de una capacidad de depender de las formas de representacin y participacin tradicional-

87

EL PODER GRIS?

88

mente ofrecidas. Han aparecido nuevos jubilados, con nuevas expectativas y


nuevas aspiraciones diferentes de las de sus mayores de edad muy avanzada. En
nuestra opinin, esta es la idea que ilustra Legrand (2001, p. 99) a partir de la
experiencia de Nancy, cuando tiene en cuenta la desconfianza de las nuevas
generaciones de jubilados con respecto a los clubes compuestos de personas de
edad muy avanzada no slo debido a su carcter cerrado, sino tambin al control efectuado por los poderes pblicos. De forma ms global, la aparicin de
nuevas formas asociativas de jubilados da buena prueba de una voluntad de
rechazo de la ociosidad, la inutilidad y la relegacin. Se puede ver all una expresin de lo que hemos calificado de dinmica reflexiva49 en el marco de nuestra investigacin. El anlisis, por tanto, pudo poner de relieve hasta qu punto
las entrevistas se ven atravesadas a fondo por conocimientos y saberes relativos
no slo a la poblacin de los jubilados, sino, ms ampliamente, a la gran vejez.
A causa del desarrollo de estos conocimientos y de la difusin de la informacin, la reflexividad de los jubilados parece abastecida por los medios de comunicacin, las lecturas, las conferencias, los encuentros con los allegados o con los
profesionales. Cuando hablan de s mismos y de sus actividades, movilizan
representaciones cognoscitivas de otros de edad muy avanzada. Al situarse
frente a los problemas de la gran vejez, llegan as a proyectarse en el futuro, a
contemplarse de manera distinta a travs de los conocimientos de que disponen,
ya que su probable vejez se ve as proyectada. En concreto, este anlisis encuentra las observaciones de los mayores cuando mencionan su voluntad de no envejecer dependiendo de los allegados, cuando hablan de sus proyectos, de la forma
en que prevn o anticipan los problemas que esperan conocer un da. Con relacin a los trabajos de Guillemard (1972) sobre la muerte social, esta situacin parece relativamente nueva. Los jubilados no ignoran ya, al menos como hace treinta aos, un problema que contribuyeron a clasificar tanto las polticas pblicas
como los profesionales y los investigadores. En otras palabras, el ejercicio de
clasificacin social operado en torno a las personas mayores contribuy a generar formas de reflexividad y distanciamiento.
Tal como indican los trabajos de Guillemard y de Ennuyer, las polticas pblicas no slo proporcionaron un marco legal para objetivar el objeto personas
mayores, sino que tambin ofrecen marcos de descripcin de la accin y pro49

Para seguir a Giddens (1987), la reflexividad es este uso regularizado de la informacin y de los conocimientos para
orientar la accin as como la reproduccin de los sistemas sociales. Es caracterstica de la modernidad y est muy
adscrita a las ciencias sociales que producen saberes y conocimientos sobre el funcionamiento de las sociedades y las
representaciones de los agentes sociales. Estos saberes y estos conocimientos terminan por influir en las representaciones ordinarias del conjunto de la poblacin.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

ponen toda una semntica para calificar la accin a travs de las lenguas del paradigma biomdico, de la razn jurdica y gestora o tambin de las ciencias sociales. Pero no nos parece que esta semntica haya corroborado el sentido de la
accin de una vez por todas. Mientras nombraba el objeto y sus problemas, ofreca saberes de los que se apropiaron poco a poco los mayores para reflexionar y
situarse. En otras palabras, si las polticas pblicas contribuyeron mucho a la
aparicin de cuadros normativos, a pesar de todo generaron dispositivos cognoscitivos ms reflexivos y autorizaron un profundo trabajo de relectura y reinterpretacin, realizado por los propios interesados en funcin de los recursos de
que disponen, de las situaciones y de los medios sociales en cuyo seno evolucionan. Esta dinmica reflexiva no es nueva en absoluto. No obstante, tendera a
desarrollarse an ms en el momento de la llegada de una sociedad de redes en
la que la comunicacin y el conocimiento van a convertirse en los principales
desafos.
Hacia nuevas formas de accin pblica
En nuestra opinin, si la reflexividad se convierte en una caracterstica pertinente de una actividad crtica ante los jubilados, an as sera necesario guardarse de toda veleidad por demasiado universalista, en cuyo caso incurriramos
en el defecto normalizado que hasta ahora se critica. Adems de la extrema
complejidad metodolgica por detectarla, esta reflexividad aparece de manera
indirecta, lo que explica su tenue presencia (16% de los casos) en una muestra
ciertamente razonada, pero no representativa (enfoque cualitativo) de la poblacin de los jubilados. Por otra parte, no se trata de no sacrificar unilateralmente los nuevos convenios en vigor, que celebran las nuevas virtudes activas, ciudadanas y participativas de los nuevos jubilados identificados con esta circunstancia, como para sealar mejor toda la distancia que en la actualidad los
separa del aislamiento social. Por el contrario, nuestra investigacin puso de
relieve tambin una fuerte proporcin de mayores en retiro (31%). Aunque el
retiro tiende a redefinirse mucho, o incluso a reivindicarse como perodo de
merecido descanso, o como buena poca para uno mismo, percibimos la
multiplicidad de los mundos de representacin de los jubilados. Al menos, no
permiten poner fin a la existencia de identidades colectivas fuertes y homogneas. Encontramos otra vez all nuestra constatacin inicial, la de la dificultad
de entender al protagonista colectivo de la jubilacin, en particular, como
grupo capaz de aparecer de manera duradera sobre la escena pblica para hacer
or su voz.

89

EL PODER GRIS?

90

Pero hablar de un poder gris imposible de encontrar no es, de ningn


modo, estar de acuerdo con una despolitizacin de la sociedad y, en este caso, la
de los jubilados. Al contrario, las investigaciones actuales muestran mucho una
tendencia a una afirmacin cvica creciente de estos ltimos. Y esta tendencia
debera inscribirse en este movimiento que Gauchet (1998) califica no de despolitizacin, sino de dsencadrement50 poltico de la sociedad civil. Movimiento
que se distingue por una tendencia creciente a querer influir en la poltica a travs de un lenguaje deliberadamente no poltico (1999, p. 100). Esta nueva configuracin de la sociedad civil contara, sobre todo, con la expresin de peticiones diversificadas para que las realidades mltiples y cambiantes vividas por los
individuos puedan objetivarse, reconocidas en el nombre, precisamente, de una
diversidad que se espera que se vuelva manifiesta. Esta sera, sin duda, una de
las novedades resultantes de los grupos de jubilados con respecto a un modelo
de ciudadana clsico. Si la temtica de una jubilacin ciudadana consigue bien
toda su importancia, nos parece que se debe menos a la aparicin de un poder
gris cualquiera entendido como un razonamiento convencional que se preocupa de las mayoras y de las relaciones de fuerza que a esta tendencia actual a
representar diferencias y a distinguir los grupos. Para los nuevos colectivos de
jubilados, se tratara menos de transformarse en partidos polticos que pretenden asumir total o parcialmente la colectividad que de hacer or sus peticiones y
expectativas de derechos y de reconocimiento. La democracia de las identidades se basara, sobre todo, en la bsqueda de la autenticidad y la expresin de
la diversidad de las experiencias.
Por tanto, se puede apostar que las diferentes formas asociativas y participativas a las que se asiste, en particular en Francia y Blgica, anuncian nuevas formas de accin pblica. En efecto, una cosa es reconocer una cierta desconfianza con respecto a los poderes pblicos o hablar de voluntad de reconocimiento
de las personas mayores. Y otra, poner de manifiesto que se conocen estas
expectativas. El cambio de direccin que van a tener que abordar nuestras
democracias occidentales, enfrentadas a un problema demogrfico sin precedentes, es el de las normas de procedimiento que deben establecerse y respetarse, ya que el hecho de tener en cuenta las opiniones y las especificidades de cada
grupo va a requerir que se consideren cada vez ms los procedimientos que
50
Trmino introducido por el filsofo francs Marcel Gauchet en su obra La religion dans la dmocratie. Parcours de
la lacit, Gallimar, Pars 1998. El Gran Diccionario Terminolgico de la Office Qubcoise de la Langue Franaise lo
define como "supresin parcial o total de los marcos y de las estructuras que limitan una actividad". Sin embargo, no
figura en el Dictionnaire de l'Acadmie Franaise ni en el Dictionnaire Historique et Critique de Pierre Bayley, y tampoco en el Trsor de la Langue Franaise. Carece de equivalente en espaol [N. del T.].

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

garantizan el encuentro, el dilogo y la mediacin con una diversidad que ha llegado a ser cada vez ms difcil de representar.
Sera tentador deducir que la crisis del Estado social, rpidamente evocada al principio del artculo, ha contribuido inevitablemente a la crisis de un
modelo de participacin. Pero la crtica del Estado social no significa necesariamente una salida unvoca del modelo, sera prescindir de una evolucin
notoria incluso en lo referente al papel del Estado social. En efecto, si filosofa originaria de esta forma estatal fuera en verdad garantizar una red de seguridad a las personas incapacitadas o incapaces de trabajar, el Estado social
moderno ha abandonado poco a poco una filosofa minimalista (EspingAndersen, 1999) pretendiendo acrecentar las capacidades de cada uno para
trabajar o encontrar trabajo. Su finalidad se ha ampliado progresivamente a la
voluntad de armonizar la vida laboral y la vida familiar, de desarrollar la cultura, el tiempo libre, la salud y la formacin. El Estado social ha venido a
influir en los acontecimientos externos a su esfera de accin de origen, vinculada al mantenimiento del trabajo remunerado. Desde este punto de vista,
las polticas pblicas han evolucionado sensiblemente. Sin dar la espalda a
una lgica llena de racionalizacin, planificacin y programacin de los servicios y de los medios humanos, tcnicos y financieros51, ha visto la luz otro
contexto de accin pblica, el cual se afianza an ms en las realidades territoriales y busca encontrar, a travs de dinmicas de procedimiento y convencionalistas, tanto la capacidad de reaccionar de los ciudadanos como la especializacin profesional. De este segundo movimiento es del que procedera,
en especial, la creacin de foros y comisiones consultivas ante las personas
mayores para pedir sus reacciones. Toda la cuestin es saber en esta fase
cmo llegarn a articularse concretamente la lgica de planificacin y la lgica de procedimiento.
Al trmino de este trayecto, no nos parece, por tanto, que el poder gris
cualquiera que sea el contenido que se sita detrs de este trmino se enfrente con la realidad actual de las prcticas electorales y asociativas de los jubilados,
del mismo modo que aquellas tampoco anuncian una guerra de generaciones
muy improbable. Al contrario, los trabajos actuales sobre las dinmicas intergeneracionales muestran, ms bien, en qu medida se intensifican estas ltimas en
el espacio familiar y hasta qu punto desempean un papel clave los jubilados.
Todo nuestro proceso habr consistido en poner en perspectiva las prcticas y
51

Las polticas hospitalarias que actualmente se desarrollan en numerosos pases occidentales se inscriben, en su mayora, en esta lgica.

91

EL PODER GRIS?

representaciones de los jubilados con una interrogacin referente a las polticas


pblicas, como teln de fondo. El conocimiento de estas ltimas es especialmente interesante y debera preocupar ms a las investigaciones futuras sobre los jubilados. En efecto, por nuestra parte, las polticas pblicas no constituyen slo un
simple contexto de accin o un marco general puramente normativo sobre el
cual vendra a depositarse la experiencia colectiva de los jubilados. Al contrario,
aunque sigan siendo sumamente apremiantes, ofrecen un lenguaje, un marco
semntico para entender las prcticas. En la actualidad, este lenguaje parece traducirse cada vez menos en trminos de participacin masiva en grandes conjuntos colectivos. Ya no es ese vehculo que busca expresar, de manera abierta y
pblica, conflictos y tensiones. En un contexto de inflacin del derecho y de los
derechos, la reaccin puede parecer ms imprecisa o, incluso, ms contenida. Sin
duda, hay que buscarla menos en el fracaso de las estructuras que en la aparicin
progresiva de una conciencia crtica, que se expresa mediante la desconfianza
hacia los marcos normativos, pero tambin mediante la voluntad de mostrar los
particularismos y las diferencias.
Bibliografa
92

DUHAMEL, 0. ( 1993): Les dmocraties. Rgimes, histoires, exigences. Pars, Seuil.


DUMONT, H. ( 1999): La pilarisation dans la socit belge, La Revue Nouvelle, 3, pp. 46-75.
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LEGRAND, M.; NOYER, M.P. (2001) (editores): La retraite citoyenne, Nancy, Presses Universitaires de
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TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

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LEGRAND, M., (Ed), La retraite, une rvolution silencieuse, Toulouse, Ers, de prxima aparicin.

93

La identidad de los jubilados rusos


TATIANA Z. KOZLOVA.
Investidagora del Instituto de Sociologa de la Academia de las Ciencias de Rusia

Examinaremos aqu las principales tendencias que dominan la autoidentificacin de los jubilados en Rusia. Nos basaremos en dos sondeos de opinin realizados en 1989 y 1999 sobre el conjunto de la poblacin rusa, as como en un
reciente estudio que incluye entrevistas con jubilados de Mosc. Analizaremos
los principales cambios operados durante este perodo de diez aos y examinaremos de cerca el material resultante de entrevistas recientes con el fin de entender mejor las identificaciones primarias de las personas mayores y establecer
comparaciones entre diferentes grupos (edad y sexo).
La identificacin de una persona pasa, en primer lugar, por su autoidentificacin (autodeterminacin) como individuo en un espacio social particular (identificacin en grupo); en segundo lugar, viene la autodeterminacin, que tiene en
cuenta las aptitudes particulares de un individuo (identificacin personal). Los
investigadores rusos que trabajan en la identificacin alegaron, en la dcada de
1990, el hecho de que los cambios en el mtodo de vida haban estado acompaados de transformaciones importantes en la identificacin de los rusos. Pero
nada es simple al respecto. Mientras que la inestabilidad en los mbitos econmicos y polticos deforma las relaciones entre el pasado, el presente y el futuro,
el pasado acta muy a menudo como un determinante directo de la identificacin social actual (Yadov, 1994, p. 272).
El presente artculo se basa en el anlisis de datos sociolgicos del All-Russia
Center for Public Opinin Research53 (VCIOM), y en las investigaciones personales de
su autor. Estas ltimas se examinarn con ms detalle a continuacin.
53

Centro de Investigacin de la Opinin Pblica de Todas las Rusias [N. del T.].

95

EL PODER GRIS?

Comenzaremos por la identificacin social de los rusos basada en los datos


sociolgicos del VCIOM. Tendremos en cuenta los resultados de dos estudios
que aplican tcnicas similares, dirigidos con diez aos de intervalo. Los dos son
representativos de sondeos sobre los rusos dirigidos por el VCIOM en 1989 y
1999. En 1989, el VCIOM efectu un sondeo de todas las Rusias sobre la
cuestin de la nacionalidad sovitica. Uno de sus objetivos era el de dar a
conocer las comunidades y las figuras ms populares con las que se identificaban las personas sondeadas, procedentes de diferentes estratos sociales y de
diversos grupos sociales (Sedov, 1990, p. 34).

96

La pregunta se formulaba as: Qu elemento de la lista siguiente le aporta


la mejor imagen de usted mismo y con cul se identifica usted con orgullo?, y
propona 20 respuestas:
1 Padre (madre) de mis hijos.
2 Hijo (hija) de mis padres.
3 Amo de mi hogar.
4 Amo de mi territorio.
5 Habitante de una ciudad, de un pueblo, de una regin.
6 Hijo (hija) de la nacin.
7 Experto en un mbito de los negocios.
8 Sovitico.
9 Creyente.
10 Miembro de un crculo, de un grupo.
11 Trabajador en una empresa, un establecimiento.
12 Persona de mi generacin.
13 Hombre que ocupa una situacin excepcional.
14 Representante de la naturaleza humana.
15 Ex combatiente de la Segunda Guerra Mundial.
16 Ex combatiente de la guerra de Afganistn.
17 Participante en un gran proyecto, estajanovista, trabajador en territorios
vrgenes.
18 Participante en un movimiento nacional.
19 Miembro del Partido Comunista (de la Unin Sovitica).
20 Otro (especificar).
21 Difcil de responder.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Las personas interrogadas tenan varias posibilidades de respuesta. En el cuadro 1 se presentan los modelos de identificacin que se utilizaron ms a menudo (ms del 10% de las personas interrogadas). Las diferencias son vlidas para
(p) inferior o igual a 0,01.
CUADRO 1: Objetos preferidos de identificacin segn el sondeo de 1989
Objetos de identificacin

Porcentaje del total (2.750) de los encuestados

Rango

Padre (madre) de mi hijo

43.7

Sovitico

22.4

2-3

Experto en un mbito

21.8

2-3

Hijo (hija) de mis padres

19.7

4-5

Amo de mi hogar

18.9

4-5

Habitante de una ciudad, de un pueblo, de una regin

12.5

6-7

Persona de mi generacin

12.4

6-7

Amo de mi territorio

12.2

Las identificaciones preferidas son prcticamente las que prevalecen para cada
grupo de edad. En 1989, la tendencia era una fuerte identificacin con el grupo
primario (la familia, incluida la relacin y la identificacin con los padres) y, en
segundo lugar, la identificacin con la nacionalidad sovitica, seguida de una
cierta tendencia a la identificacin segn el criterio control y autocontrol en las
situaciones de actividades y condiciones de vida. Vienen a continuacin los factores como experto en el trabajo, amo de casa, amo de mi territorio. La
cuarta tendencia es la identificacin con grandes comunidades (lugar de residencia, generacin), o tambin lo que se llama identificacin de afiliacin.
En 1989, se experimentan claramente las carencias de una crisis de sociedad
en la cual los individuos se esfuerzan en controlar sus condiciones de vida, como
lo confirman las tendencias que se extraen ms arriba.
Habida cuenta del estudio dirigido en 1989, evaluamos y publicamos los
principales criterios de identificacin de los diferentes grupos de edad
(Kozlova, 1999). Tuvimos en cuenta la identificacin social de dos grupos de
edad: (de 50 a 59 aos) y (60 y ms aos de edad). Para la poblacin situada
entre los 50 y los 59 aos, para la mayora en situacin de jubilacin (para las
mujeres) o a punto de jubilarse (para los hombres), la identificacin con la
familia con a la nacionalidad sovitica es dominante. Los representantes
de este grupo de edad nacieron durante la dcada de 1930 o a principios de la
dcada siguiente. Se han criado en el sistema de valores sovitico y patri-

97

EL PODER GRIS?

tico. A una parte de esta generacin se le llama comnmente la gente de la


dcada de 1960, pero por lo general se les designa como un grupo de conservadores. Es el nico grupo de edad donde la identidad religiosa es equivalente a las otras identificaciones. Para los de 60 aos en adelante, se acerca
la etapa difcil, el otoo de la vida. Los miembros de este grupo de edad se
preocupan an ms de su alma, de acuerdo con la representacin comn.
Probablemente es la razn de que la identificacin con creyente sea mayoritaria en este grupo de edad, al mismo tiempo que una identificacin con la
nacionalidad sovitica.
En 1999, el VCIOM emprendi una investigacin por categora de identificacin de los rusos (a las personas interrogadas se les ofrecieron los mismos factores de identificacin que en 1989). En el cuadro 2 se dan los principales factores de identificacin (aqu tambin slo figuran los factores elegidos por ms
de un 10% de las personas interrogadas). Las diferencias son vlidas para (p)
inferior o igual a 0,01.
CUADRO 2: Identificaciones preferentes en el sondeo de 1999

Identificacin

98

Porcentaje del total


(2.000 personas encuestadas)

Rango

Padre (o madre) de mis hijos

57

Ruso

43

Amo de mi hogar

32

Hijo (hija) de mis padres

24

4-5

Experto en un mbito

23

4-5

Habitante de una ciudad, de un pueblo, de una regin

21

Persona de mi generacin

19

Sovitico

13

Al comparar los aos de 1989 y 1999, los investigadores del VCIOM tuvieron
en cuenta: en primer lugar, una fuerte estabilidad, sobre 10 aos, de algunos criterios de identificacin, como el orgullo de pertenecer a un grupo social, como
hijo de la nacin, amo de mi territorio, experto en un mbito, miembro
de una empresa, representante de la raza humana. Como antes, la referencia
a la generacin (hijos - padres) es la ms frecuente y su posicin hasta parece
reforzarse. Las referencias locales (ciudad, regin) se refuerzan tambin. El
cambio ms sealado de identificacin se observa en el mbito nacional y poltico: no slo ruso gana por la mano a sovitico, sino que se menciona an ms
esta referencia que diez aos antes. Parecera que el atributo sovitico se hubie-

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

ra elegido hace diez aos como un trmino comn y oficial, mientras que en
1999 el atributo ruso haca referencia a una clase de refugio despus de un
perodo de confusin y perturbaciones (Levada, 1999, p. 9). As pues, durante
diez aos (de 1989 a 1999), las personas mayores retuvieron su identificacin en
la familia. En segundo lugar viene la identificacin con ruso. Se mencionaron
an ms las identificaciones de afiliacin, como la afiliacin a la generacin, a
los residentes de una misma regin. Las identificaciones polticas se volvieron
ms raras. Transcurrido el tiempo, la identificacin con la nacionalidad sovitica perdi su ltimo significado.
En la actualidad, consideramos estos resultados a la luz de nuestra investigacin sociolgica (mediante entrevistas). Para las necesidades de estas entrevistas,
elaboramos una tcnica basada en cuatro sondeos. Uno a travs de la pregunta
quin soy yo? se refiere a la evaluacin de las identificaciones psicolgicas y
sociales. Se distinguieron cinco grupos de jubilados para estas entrevistas: mujeres jubiladas entre 55 y 59 aos, un grupo de hombres y un grupo de mujeres
entre 60 y 64 aos, y un grupo de hombres y un grupo de mujeres entre 65 y 69
aos. Cada grupo lo formaban entre 25 y 30 personas. Encontramos a las personas encuestadas, procedentes de lugares diferentes, segn el mtodo denominado de la bola de nieve.
Junto a la prueba quin soy yo?, nuestra tcnica recurri a otras preguntas relativas a la identificacin de las personas interrogadas. Se trata de las preguntas n. 1 (cmo le gusta que le llamen?), n. 8 (sobre la afiliacin social
del jubilado) y n. 19 (con respecto a la correspondencia entre la edad biolgica
y la edad real).
Analicemos ahora el reparto de la identificacin entre los grupos de sexo y edad.
Las mujeres de 55 a 59 aos de edad

El anlisis de los resultados de la prueba quin soy yo? ha permitido sacar las
siguientes conclusiones: 1) Cuando las mujeres jubiladas han dejado recientemente su empleo, a menudo hacen alusin a su antigua profesin (mdico, profesora,
cocinera) como identificacin primaria. Slo dos personas mencionaron el
empleo de jubilada. 2) Para la mayora de las jubiladas, la familia se ha vuelto prioritaria (y, para algunas, la nica clula social). En estas condiciones, la identificacin
con la familia (madre, esposa, abuela) es dominante. 3) Hay que tener en cuenta
que cuando pretenden caracterizarse (bonita, en buena forma, de carcter
moderado, emotiva, coqueta), las mujeres rara vez hablan de sus aspectos

99

EL PODER GRIS?

negativos. Una de ellas se declar egosta, otra peleona o autoritaria. 4)


Algunas mujeres hacen referencia a su estado de salud: con mala salud, pero
estos casos son poco numerosos. 5) La mayora de las personas interrogadas eran
rusas, y las que no lo eran lo aclaraban, por ejemplo: ucraniana.
A la pregunta n. 1 (cmo queran estas mujeres que se dirigieran a ellas?)
respondieron seora, seorita, etc. Al final, no quieren que se les llame
jubiladas. Lamentablemente, en nuestro pas no existe una expresin bien
establecida y positiva para designar a los jubilados que sean hombres o mujeres.
Las personas se dirigen las unas a las otras en pblico hablando a un hombre
o a una mujer, lo que, por supuesto, apenas es corts. Catorce personas de
este grupo (ms de la mitad) se sienten ms jvenes que su edad (en respuesta
a la pregunta n. 19). Era de esperar: la edad biolgica de una persona raramente coincide con su edad definida por el calendario. Ninguna de las personas interrogadas se consider ms vieja que su edad.

100

Prcticamente todas las personas interrogadas consideraron que pertenecan


a la clase media. Tres mencionaron la clase obrera. Dos mujeres con alta titulacin acadmica se consideraron pertenecientes a la clase inferior debido a dificultades financieras.
Las mujeres de 60 a 64 aos de edad

Los datos obtenidos con la prueba quin soy yo? se han analizado y han
permitido extraer los siguientes resultados: 1) Las mujeres de este grupo eran de
edad ms avanzada que las del grupo precedente, se jubilaron antes y hacen referencia ms raramente a su antigua profesin. 2) Para la mayora de las mujeres
jubiladas, la familia se ha vuelto prioritaria (y, para muchas, la nica clula social).
La identificacin con la familia se hace entonces dominante. 3) Es interesante
tener en cuenta que las representantes de este grupo muy rara vez hacen mencin de sus defectos. Una mencion la palabra descuidada; otra, hablando de
su situacin financiera precaria, se calific como empobrecida, destrozada,
esperando la muerte. 4) Con respecto a su estado de salud, algunas mujeres,
pero en un nmero reducido, se declararon con mala salud. 5) Muchas se
caracterizaron como moscovitas, amantes de la lectura y de ir al teatro.
La pregunta n. 1 recibi respuestas tales como seora, camarada y
abuela. Quince mujeres se juzgaron ms jvenes que su edad, las dems aceptan su edad. Una mujer enferma se juzgaba ms vieja. Tres mujeres se situaron
en la clase superior (efectivamente, estn desahogadas), cuatro en la clase

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

obrera, las dems hablan de clase inferior (la vida no es satisfactoria, la


situacin financiera es precaria).
Las mujeres de 65 a 69 aos de edad

La prueba quin soy yo? ha revelado los siguientes puntos: 1) Muy escasa identificacin con el empleo anterior, debido al hecho de que la jubilacin se produjo hace
mucho tiempo ya (ex ingeniero). 2) Una vez ms, la identificacin con la familia se
ha vuelto dominante. 3) Las representantes de este grupo rara vez hicieron referencia tambin a los defectos, slo una declar ser inculta. Considerarse bella era,
ante todo, un recuerdo del pasado. 4) Los efectos de la mala salud se hacen sentir a
esta edad (sorda, enferma, etc., fueron respuestas frecuentes). 5) Este grupo de
edad se siente muy asociado a Mosc. 6) Cuanto ms anciana es la persona, ms
hace referencia a Dios. Esta es la razn de que en este grupo de edad se observen
referencias como cristiana ortodoxa, creyente
En respuesta a la pregunta n. 1, se recibi generalmente querida, abuela, jubilada, y mujer. Doce mujeres se sintieron ms jvenes que su edad,
tres mencionaron su estado de salud deteriorado y se sentan ms viejas, las
dems declararon sentirse de su edad.
Dos mujeres se refirieron a la clase superior: una viva bien y la otra de
forma satisfactoria. Obviamente, su relacin con la nocin de clase se remontaba a su vida anterior. Siete mujeres se definieron como miembros de la clase
obrera (las que disponan de un bajo nivel de educacin) y tambin una persona declar pertenecer a la clase ms baja a pesar de su titulacin acadmica, al
parecer debido a las malas condiciones de vida.
Los hombres de 60 a 64 aos de edad

La prueba quin soy yo? ha puesto de relieve las siguientes tendencias: 1)


Estos hombres se jubilaron hace poco, relativamente. Por tanto, la prueba ha
destacado el hecho de que las personas interrogadas se identificaron con su profesin (profesor, soldador, conductor de vehculos pesados, mecnico, etc.).
Esta constatacin est vinculada al hecho de que, una vez jubiladas, varias de
estas personas siguieron trabajando a tiempo parcial. Ninguna se present como
jubilada. 2) La familia es ahora, en su vida, la referencia ms importante y la
principal prioridad. 3) Rara vez se hizo alusin a los aspectos negativos de sus
caracteres, y slo uno se declar desorganizado. Un nmero importante de
hombres se identificaron con sus aficiones: jardinera, pesca, fotografa, espec-

101

EL PODER GRIS?

tador de competiciones deportivas. Por lo general, los hombres se sienten


menos afectados por los problemas familiares. Tienen ms tiempo para consagrarse a lo que les interesa. 4) Slo un hombre habl de su salud.
Camarada, ciudadano, joven camarada, amigo, etc., son las respuestas que recibimos para la pregunta n. 1. Las personas no quieren que se les
llame jubilados. Once hombres, lo que representa menos que las mujeres de la
misma edad, se sentan ms jvenes que su edad y cuatro ms viejos, frente a
ninguna mujer. En comparacin con estas ltimas, los hombres tienen una salud
ms precaria, cuidan menos de s mismos y beben mucho ms. El balance es
simple: viven peor y menos tiempo.
Doce hombres declararon pertenecer a la clase obrera, uno a la clase ms
baja y el resto a la clase media.
Los hombres de 64 a 69 aos de edad

102

Observamos que esta generacin respondi a la cuestin quin soy yo?: 1)


La identificacin con la profesin anterior es importante. En comparacin con
el grupo de edad correspondiente en las mujeres, el empleo anterior parece haber
desempeado un papel social ms importante. 2) Los jubilados masculinos consideran a su familia como el elemento ms importante de su existencia. 3) Muy
pocos hombres hablan de sus defectos. Slo uno de ellos se consider como
alguien aburrido. Las caractersticas positivas son ms numerosas, tales como
hbil, ahorrador, calmado, de carcter uniforme, aventurero. Algunos
hombres de los dos grupos de edad declararon haber sido infieles a su esposa:
amante, falta de respeto por mi mujer, etc. Las mujeres nunca mencionan
estas cuestiones. 4) La tendencia a identificarse con una actividad secundaria es
tambin significativa: cine, msica, jardinera, pesca, fotografa. Esta tendencia
est probablemente vinculada al tiempo libre ms considerable de que disponen
los hombres. 5) Por supuesto, habida cuenta de su edad avanzada, muchos hombres describen su mala salud: enfermo, discapacitado
A la pregunta n. 1, cmo quiere que le llamen?, recibimos respuestas
como camarada, ciudadano, abuelo. Once hombres se sintieron ms
jvenes que su edad, uno ms viejo y otro simplemente de su edad.
Tres hombres se identificaron con la clase superior, aunque esta referencia se
asociaba a su vida pasada, ya que actualmente viven peor. Diez personas se calificaron de trabajadores y el resto se consider ms bien como perteneciente
a la clase media.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Segn los estudios dirigidos por el VCIOM, durante los diez aos transcurridos entre 1989 y 1999, las personas mayores se identificaron prioritariamente
con la familia. En segunda posicin viene la identificacin como ruso. Las
dems identificaciones fueron por afiliacin: identificacin segn los criterios
de edad, de habitantes de la misma ciudad o regin. Las identificaciones polticas fueron menos que las aducidas para el pasado. La identificacin con la identidad sovitica se difuminan.
Habida cuenta de nuestras investigaciones, se han observado las siguientes
tendencias:
La familia se convirti en una prioridad para los jubilados y, para muchos de
ellos, es ahora su nico punto de contacto con lo social. Aunque estas personas
a menudo hayan dejado de trabajar desde hace muchos aos, se identifican an
con su antiguo oficio. Es especialmente cierto en los hombres.
Cuando hablan de s mismas, las personas interrogadas tienden muy poco a
mencionar sus defectos. Los hombres tienden a identificarse con sus actividades recreativas (aficiones). Por lo general, los hombres dedican a diario menos
tiempo a su familia, de modo que disponen de ms tiempo libre.
103

Aquellos de nuestros interlocutores que tienen una formacin puramente


profesional (no de escolaridad a nivel de enseanza media) se asimilan a la clase
obrera; los que tienen una educacin ms avanzada, a la clase media. No obstante, entre estos ltimos algunos se identifican con las clases modestas debido
a sus malas condiciones de vida.
BIBLIOGRAFA
YADOV, V.A., (1994) Social identifications of a person in the conditions of rapid social changes, en:
YADOV V.A., (Ed), Social identification of a person, volumen 2. Mosc, Instituto de Sociologa, RAS,
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2. LOS PROTAGONISTAS

Organizaciones y grupos de presin


de jubilados
Cmo se organizan los jubilados estadounidenses:
gran angular sobre los grupos de presin
de jubilados en los Estados Unidos

CHRISTINE L. DAY
Profesora de Ciencias Polticas . Departamento de Ciencias Polticas
Universidad de Nueva Orlens

En los Estados Unidos, el "poder de los mayores" es paradjico en muchos


aspectos Las personas mayores representan una parte importante y creciente
de la poblacin. Resulta que, en proporcin, son los ms numerosos en participar en las elecciones, lo que mejora su influencia poltica. Los gastos federales
dedicados a los programas y a las prestaciones a favor de las personas de edad
avanzada aumentaron mucho durante las ltimas dcadas. La seguridad social y
el programa de salud Medicare54 a favor de las personas mayores representan ya 107
ms del tercio del presupuesto federal, y se prev que esta parte aumente mucho
hacia mediados del siglo (Rix, 1999). Los dos principales candidatos a las elecciones presidenciales de 2000 hicieron una corte asidua a los jubilados al proponer salvar o reformar la seguridad social y Medicare. El aumento del nmero, la envergadura y la visibilidad poltica de las organizaciones que representan
a las personas mayores fue espectacular durante las ltimas dcadas. Incluso
para un observador superficial de la poltica estadounidense, las personas de ms
edad constituyen, en la actualidad, una fuerza poltica considerable.
Esta poblacin de la tercera edad, en nmero creciente, es tambin cada vez
ms variada; representa un surtido de opiniones e intereses muy diferentes. Por
otra parte, el apoyo popular a la seguridad social y a Medicare no es slo obra de
las personas mayores: es tambin importante en otros grupos de edad (Day,
1990; MacManus, 1996; Rhodebeck, 1998). Por consiguiente, los discursos de
campaa a favor de los beneficiarios de la poltica en materia de vejez iban dirigidos tambin a otros muchos electores. Esta retrica, al tiempo que afirmaba
54

Programa federal de seguro mdico para las personas mayores y las personas con discapacidad gestionado por la
Administracin de la Seguridad Social de los Estados Unidos [N. del T.]

EL PODER GRIS?

la necesidad de salvar o reformar estos programas muy populares, inclua


propuestas muy variadas, que iban desde una posible privatizacin a una evolucin gradual o, incluso, a una ampliacin que llegaba hasta la cobertura de los
medicamentos en el marco de Medicare. En otras palabras, las promesas de la
campaa en materia de prestaciones a las personas mayores tambin fueron tan
variadas como las personas afectadas.

108

A fin de cuentas, la diversidad de los estadounidenses de edad avanzada debe


ponerse en paralelo con la pluralidad de las organizaciones polticas que se proponen representarlos. (Day, 1990, 1998; Pratt, 1976, 1993; Van Tassel y Meyer,
1992). En este amplio conjunto, se encuentran organizaciones como la AARP,
que tienen vocacin de reunir a todas las categoras de personas mayores, as
como a grupos ms categorizados basados en identidades tnicas, sexuales, profesionales Algunos de estos grupos renen personas mayores, pero otros son
asociaciones de profesionales del sector gerontolgico. Varias organizaciones
poseen estructuras locales, otras tienen su sede en Washington D.C. y se ponen
en contacto con sus miembros por correo postal o electrnico. Lejos de presentar concepciones polticas homogneas, estas organizaciones cubren el conjunto del espectro ideolgico de la izquierda a la derecha, y algunos grupos de personas mayores llegan incluso a considerar a grupos de la misma categora como
sus principales adversarios. Por lo dems, estas divisiones y desacuerdos no se
limitan a los conflictos entre grupos y los 35 millones de miembros de la AARP,
por ejemplo, distan mucho de presentar un frente unido ante los problemas del
envejecimiento. El presente artculo tiene por objeto exponer el panorama
actual de las organizaciones polticas basadas en la edad en los Estados Unidos:
sus orgenes, su crecimiento, sus estrategias de reclutamiento y de accin y su
influencia poltica (actividades de presin).
El pluralismo de los grupos de inters en los Estados Unidos
Como ensea cualquier obra de introduccin a la vida poltica estadounidense, los Estados Unidos reflejan una sociedad plural. Se crean numerosos grupos
de inters, independientes o agrupados en alianzas ms amplias, y luchan para
influir en las decisiones polticas, y ello, probablemente, mucho ms que en cualquier otra democracia de los pases industrializados. De hecho, los autores de la
Constitucin de los Estados Unidos reconocieron el carcter inevitable de la
existencia de facciones, representantes de diferentes intereses, dado que concibieron un sistema de gobierno descentralizado que fomenta la formacin y las
actividades de grupos numerosos y variados, lo que impide que una faccin

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

supere a otras (Baumgartner y Leech, 1998; Berry, 1997). Alexis de Tocqueville,


observador sensato de la Amrica de la dcada de 1830, haba notado esta propensin de los estadounidenses a crear asociaciones (Tocqueville, 1948). Los
universitarios se plantearon mucho tiempo la cuestin de saber si este sistema
ofreca a todos las mismas oportunidades o favoreca a determinados grupos,
pero nadie pone en duda la proliferacin de las organizaciones polticas.
Hoy en da, existen decenas de millares de organizaciones nacionales y varias
decenas de millares de otras, que actan a escala estatal o local. Estas cifras no
tienen en cuenta a los millares de secciones locales de los organismos nacionales, a los pequeos grupos poco estructurados dispersados por el pas, ni a las
empresas individuales y a los grupos de inters econmico que actan cada uno
por su lado (Baumgartner y Leech, 1998; MacManus, 1996; Schlozman y
Tierney 1986). Todo bien medido, existen probablemente centenares o, incluso,
millares de organizaciones que representan a las personas mayores o que se preocupan de los problemas vinculados al envejecimiento.
De dnde vienen todos estos grupos? Las teoras clsicas relativas a la creacin de grupos de inters presentan estas organizaciones como la consecuencia
natural de problemas o amenazas, en busca del bienestar de un grupo social par- 109
ticular (Truman, 1951). Pero estas teoras no explican, sin embargo, por qu
algunas organizaciones tienen xito all donde otras se estancan (Baumgartner y
Leech, 1998). Algunos especialistas de los grupos de inters reconocen la importancia de los conflictos en la creacin de los grupos de presin. Pero sealan tambin que los grupos que disponen de numerosas redes y que disponen del capital social y econmico ms importante, son tambin los que gozan de las mejores capacidades de organizacin para estructurarse e influir en las polticas pblicas y los que reflejan, por lo general, los intereses de las clases superiores de la
sociedad (Schattschneider, 1960).
Otros especialistas han destacado la importancia de la propia poltica gubernamental en el proceso de formacin de las organizaciones polticas. Walker
(1983) observa que la mayora de las organizaciones polticas para personas
mayores se crearon despus de la implantacin de los principales programas que
les concernan, como Medicare, Medicaid 55 (para los estadounidenses con rentas
bajas) y la Older Americans Act 56, as como un aumento sustancial de las prestaciones de la seguridad social durante la dcada de 1960 y a principios de la dca55

Programa de asistencia mdica para las personas pobres y con ingresos bajos, financiado por los estados federales y
el gobierno de los Estados Unidos [N. del T.]

EL PODER GRIS?

da siguiente. Por lo dems, las organizaciones existentes se volvieron ms polticas despus de establecer las polticas pblicas que crearon categoras de intereses particulares. Walker destaca el papel positivo de instituciones como los
gobiernos, las empresas y las fundaciones privadas en el origen y en el respaldo
de estas organizaciones. Por otra parte, la creacin y la ampliacin de las ventajas concedidas por el Gobierno implicaron la aparicin de grupos especialmente receptivos a la defensa de estos programas (Pratt, 1983). Por consiguiente, las
acciones gubernamentales a menudo son ms la causa que la consecuencia de la
formacin y la continuidad de estos grupos de inters.
Este enfoque centrado en la estructura estatal ayuda a comprender mejor el
origen y la evolucin de las organizaciones polticas basadas en el envejecimiento, e incluye a tres de las ms importantes, por el nmero de sus miembros (Day,
1990, 1993; Pratt, 1983; Van Tassel y Meyer, 1992). Inicialmente, la AARP era
una organizacin de servicios fundada en 1947 con el fin de procurar a los jubilados seguros a bajo coste. Su desarrollo posterior en el mbito de la accin poltica est vinculado al aumento de los programas federales relativos al envejecimiento y las pensiones.
110

Los sindicatos tambin estn presentes en las organizaciones de jubilados. La


Alianza para los Jubilados Estadounidenses (Alliance for Retired Americans, inicialmente Consejo Nacional de Ciudadanos Mayores: National Council of Senior
Citizens) fue polticamente activa a partir de su fundacin, en 1961, gracias a la
presencia activa de responsables sindicales (Labor Unions 57). La mayor parte de
sus recursos financieros la proporcionaron los sindicatos y el Partido
Demcrata. Durante la dcada de 1990, las subvenciones limitadas procedentes
del Gobierno federal constituan un 90% de sus recursos (a excepcin de su
Comit de accin poltica, que contribuye a las actividades de los candidatos).
Actualmente, la mayora de sus 2,5 millones de miembros jubilados son antiguos
sindicalistas cuyas cotizaciones son pagadas por el sindicato.
La tercera gran organizacin, el Comit Nacional de Proteccin de la
Seguridad Social y de Medicare (National Committee to Preserve Social Security and
Medicare: NCPSSM), empez en 1982 como organizacin que trabajaba por
correspondencia y propona a los destinatarios de sus correos adherirse y ejercer presin sobre los responsables polticos. En pocos aos, condujo numerosas campaas de envo en masa de cartas al Congreso. Reclut as millones de
56

Ley sobre personas mayores de los Estados Unidos [N. del T.]
Sindicatos [N. del T.]

57

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

miembros. La principal razn de este xito se basa en la defensa de programas


existentes, lo que explica la motivacin de los beneficiarios de tales programas
gubernamentales que teman perder las ventajas.
Los fondos gubernamentales o privados son importantes para la formacin,
la financiacin y el funcionamiento de las organizaciones representantes de grupos ms limitados de estadounidenses de edad avanzada, sobre todo cuando sus
ingresos son modestos o cuando se trata de categoras desfavorecidas que disponen de escasos medios. Se cuenta en esta categora Families USA, que defiende la cobertura de la asistencia sanitaria y de la atencin a la dependencia de las
personas mayores con rentas bajas. Otras organizaciones defienden los intereses
de las personas mayores miembros de minoras tnicas o raciales, como el
National Caucus and 58 Center on Black Aged 59, el National Indian Council on Ageing60,
y el National Hispanic Council on Ageing 61.
Otra crtica de las teoras clsicas sobre la formacin y la financiacin de los
grupos de inters fue formulada por Olson (1965), quien mantuvo que las amenazas relativas al bienestar de un grupo determinado no bastaban para convencer a sus miembros de organizarse. En un anlisis clsico de la racionalidad de
los protagonistas, los individuos pueden actuar por su cuenta o beneficiarse de
111
los resultados obtenidos por un grupo de inters, sin por ello unirse a l o contribuir a su accin. La teora del intercambio, tal como resulta de los trabajos de
Olson, indica que los lderes de los grupos de inters pueden superar el problema de actuar por su cuenta ofreciendo tres posibles incentivos a quienes se les
unan: incentivos materiales (productos que presenten un valor monetario), una
llamada a la solidaridad que brinde la ocasin de unirse con otros individuos que
tienen las mismas preocupaciones o, por ltimo, haciendo resaltar el inters que
tendra apoyar una causa que vale la pena (Clark y Wilson, 1961; Salisbury,
1969).
Los dirigentes de las organizaciones de personas mayores, en efecto, proponen a sus miembros diferentes formas de incentivos. La AARP es conocida por
las ventajas materiales que est en condiciones de procurar: seguros a bajo coste,
rebajas en productos y servicios, posibilidades de inversiones, revistas y cartas
informativas. 35 millones de miembros pagan anualmente 12 dlares para bene58

No se trata de dos entidades diferentes, como parece indicar el uso de 'et le' en el texto original, sino de una sola:
National Caucus and Center on Black Aged [N. del T.].
59
Centro y Comit Nacional para Personas Mayores Afroamericanas [N. del T.].
60
Consejo Nacional Amerindio sobre Envejecimiento; el nombre en ingls que figura en el texto original est incompleto [N. del T.].
61
Consejo Nacional Hispano sobre Envejecimiento [N. del T.].

EL PODER GRIS?

ficiarse de estas ventajas. La mayora de los dems grupos proponen ventajas


comparables, aunque a menor escala que la AARP. Algunos grupos como los
Panteras Grises (Gray Panthers), ms bien situados a la izquierda, la Liga de
Mujeres Mayores (Older Women's League) y la Asociacin Nacional de Empleados
Federales Jubilados (National Association of Retired Federal Employees), recurren a la
solidaridad para incitar a sus miembros a participar en las reuniones locales y en
las redes dispersadas por todo el pas. Se dirigen a grupos especficos de personas mayores recurriendo a la ideologa, al sexo o al estatus de empleado federal.
Hacen hincapi as en las relaciones concretas entre los individuos, lo que contribuye a crear una dinmica de solidaridad entre los miembros (Day, 1998).

112

Algunos grupos utilizan el correo electrnico para solicitar el talonario de


cheques (Haces, 1983): al enviar sus cotizaciones y, llegado el caso, al escribir
las cartas o al firmar las tarjetas postales o las peticiones destinadas a los parlamentarios, los miembros pueden apoyar una causa a menor coste, en dinero o
en tiempo. Con los ordenadores personales y los programas informticos que
facilitan el envo directo de correo, los medios de los grupos de inters se cambiaron a Washington D.C. Surgieron numerosas organizaciones nuevas y los grupos ms antiguos vieron aumentar el nmero de sus miembros con la ayuda de
los nuevos medios de comunicacin, combinados con llamadas telefnicas muy
militantes, a veces amenazando o negativas, para respaldar una causa o derrotar
a un adversario (Godwin, 1988). El Comit Nacional de Proteccin de la
Seguridad Social y de Medicare es, desde este punto de vista, uno de los grupos
ms conocidos entre las organizaciones de personas mayores. Otras tres organizaciones, pertenecientes a esta categora, surgieron a finales de la dcada de 1980
y a principios de la dcada siguiente y utilizaron las mismas tcnicas de correo
directo: Seniors Coalition 62, United Seniors Association 63, y 60 Plus Association 64 (Day,
1998; Serafini, 1995). Las tres son ideolgicamente conservadoras y abogan por
una limitacin de la accin del Gobierno en el mbito social, por reformas en
favor del libre comercio, de las disminuciones de impuestos y de la privatizacin
parcial o total de la seguridad social y de Medicare. En realidad, un poco despus
de que Pratt (1983) observara una saturacin aparente de los grupos de inters basados en la edad en la poltica nacional hacia finales de la dcada de 1980,
el advenimiento de nuevas tcnicas de comunicacin facilit la aparicin de
estos tres grupos complementarios.
62

Coalicin de Mayores [N. del T.]


Asociacin de Mayores Unidos [N. del T.]
64
Asociacin 60 y ms [N. del T.]
63

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Las estrategias polticas


Las organizaciones polticas recurren a tcticas variadas para influir en el
Gobierno. Realizan actividades de presin directa ante los polticos, a los que
dan informacin til sobre sus reivindicaciones. Al mismo tiempo, informan a
su base, pidindole que se ponga en contacto con los responsables polticos para
exponerles sus preferencias en determinados mbitos. Tambin organizan coaliciones con otros grupos y contribuyen a las campaas de los candidatos a las
elecciones. Las organizaciones de personas mayores no hacen excepcin: en
diferentes grados, recurren a estos cuatro procedimientos tcticos. Para estos
grupos, presionar a la base es el mtodo ms eficaz, sobre todo para las organizaciones que renen un gran nmero de miembros. Algunas organizaciones de
personas mayores animan tambin a los comits de accin poltica a que participen en las campaas polticas, pero sin financiar a los candidatos. La ms
importante y ms prspera, la AARP, no dispone, por ejemplo, de un comit de
accin poltica y no contribuye financieramente a las campaas.
La base y la presin directa
Durante las ltimas dcadas, las actividades de presin sobre el terreno 113
han visto crecer su importancia en los grupos de inters polticos en los
Estados Unidos, y a menudo, incluso, han hecho pasar a segundo plano las
tcticas ms tradicionales de la presin directa (Cigler y Loomis, 1995). La
movilizacin a gran escala, de la base al nivel del distrito o del estado, al poner
de relieve el peso electoral de las reivindicaciones, resulta a menudo ms
importante que las contribuciones a las campaas, sobre todo en el mbito de
las grandes preocupaciones ideolgicas. La afiliacin en masa de las personas
mayores a las organizaciones representativas las vuelve ms eficaces para
inundar el Congreso de correos y llamadas telefnicas, y, llegado el caso, para
desencadenar manifestaciones masivas (Cook y Barrett, 1992; Day,
1990,1998; Fowler y Shaiko, 1987). Al mismo tiempo, numerosos parlamentarios se burlan de estos procedimientos o se indignan por los envos masivos de correos por parte de organizaciones que no hacen presin directa ante
los polticos. Califican estas campaas de Astroturf 65 o de base artificial
65

Marca comercial de una hierba artificial confeccionada a base de fibra de nailon tricotado con fibra de polister,
que se utiliza para cubrir superficies de uso deportivo (campos de juego de jockey, por ejemplo). En lenguaje poltico, designa un tipo de campaas cuidadosamente diseadas por los polticos u otros profesionales para dar la impresin de que son resultado de la expresin de sentimientos populares espontneos ms que una manipulacin. No tiene
equivalente en castellano [N. del T.].

EL PODER GRIS?

(Cigler y Loomis, 1995; Day, 1998). Las organizaciones ms eficaces, aquellas


que personifican la mayor legitimidad a los ojos de los polticos, recurren a
un conjunto de procedimientos tcticos y no se limitan, por tanto, a uno solo
(Baumgartner y Leech, 1998).

114

En cualquier caso, con el paso de los aos las organizaciones basadas en el


envejecimiento han ampliado sus estrategias polticas y han combinado las
manifestaciones bsicas con la presin directa. Otras, por el contrario, han recurrido a profesionales de las actividades de presin para diversificar sus acciones
de movilizacin de la base ms all de las campaas de correo (Day, 1990, 1998).
La AARP, por ejemplo, se provey de un importante equipo de especialistas en
cuestiones polticas y de miembros profesionales de grupos de presin y evolucion del estatus de prestador de servicios al de organizacin ms poltica. Estos
esfuerzos por desarrollar las campaas de envo de cartas consiguieron, a mediados de la dcada de 1980, la creacin de AARP/VOTO, programa de formacin
de electores que publica las posiciones de los candidatos sobre los temas en
cuestin. Otros grupos de defensa, como la Alliance for Retired Americans y
Families USA 66, aumentaron igualmente sus envos de correo durante las dcadas de 1980 y 1990, no slo para atraer nuevos miembros y donantes, sino tambin para reforzar sus actividades de presin poniendo de relieve el soporte con
que benefician a la base.
Otros esfuerzos para movilizar las tropas incluyen una ampliacin de la participacin de los miembros en las asociaciones locales, combinados con un control ms centralizado de sus actividades. Los Panteras Grises (Gray Panthers) y la
Liga de Mujeres Mayores (Older Womens League), que inicialmente haban hecho
hincapi en las actividades de la organizacin a escala local, desplazaron a sus
estados mayores a Washington D.C., durante la dcada de 1980, y centralizaron
parcialmente sus estructuras con el fin de coordinar mejor sus esfuerzos a escala local. La Asociacin Nacional de Empleados Federales Jubilados (National
Association of Retired Federal Employees) pretendi desarrollar sus actividades en el
distrito, as como sus presiones sobre las personalidades polticas, y pidi a sus
miembros que se unieran a las asociaciones locales a partir de 1986. La AARP,
por su parte, comprende ms de a 4.000 asociaciones locales, pero la mayora
tienen ms un carcter social que poltico. Sus miembros no superan, en nmero, el 3% de sus miembros. Ms recientemente, la AARP comenz a desarrollar
66
No es una nica entidad, como parece indicar el uso de 'and' en el texto original, sino de dos diferentes: Alliance
for Retired Americans [Alianza de Jubilados de los Estados Unidos], por un lado, y Families USA, por el otro [N.
del T.]

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

sus oficinas y asociaciones tanto a escala local como en los estados (Day, 1998;
Congreso de los Estados Unidos, 1995). Estos esfuerzos por aumentar la movilizacin a escala local, o en el distrito, y al de los estados, traducen a la vez el
deseo de influir en los resultados de las elecciones y el reciente traspaso a los
estados, por parte del nivel federal, de numerosas responsabilidades polticas
(Liebig, 1992).
Mientras que algunos grupos aadieron actividades a la base de su presin
directa, otros evolucionaron en la direccin opuesta y aadieron posibilidades
de presin directa a sus esfuerzos de movilizacin de la base. Estos cambios
mejoraron su imagen en el Capitolio. El Comit Nacional de Proteccin de la
Seguridad Social y de Medicare (NCPSSM) es un buen ejemplo. Comenz en
1982 con el envo cartas en las que peda a sus destinatarios interpelar a las personalidades polticas y pagar la cuota de la organizacin. Demostr con rapidez
al medio poltico que era capaz de inundar las oficinas del Congreso de tarjetas
postales preimpresas y firmadas, de cartas y peticiones de respaldo de las posiciones del NCPSSM sobre determinadas cuestiones. Este tipo de accin todava
no parece que haya sido muy eficaz. Los parlamentarios y sus ayudantes a menudo han emitido reservas sobre estas campaas de correo, debido a su falta de 115
sinceridad y su tendencia a inducir a temas de reivindicacin a veces discutibles.
Durante aos, el NCPSSM organiz a un programa de investigacin y un equipo de miembros profesionales de grupos de presin, cre un comit de accin
poltica y reclut a importantes personalidades, entre ellas su actual Presidenta,
la ex comisaria de la seguridad social, Martha McSteen. Estas acciones reforzaron sensiblemente la legitimidad del NCPSSM a los ojos del personal poltico
(Day, 1990,1998).
Los tres grupos, ms bien conservadores, creados entre 1989 y 1992 60 Plus
Association, Seniors Coalition y United Seniors Association siguieron un itinerario
comparable. Las tres comenzaron estructurando su organizacin para la recaudacin de fondos por correo con solicitud de afiliacin. El pionero de la correspondencia directa favoreci esta demanda: Richard Viguerie, un hombre conocido por sus opiniones de derecha. Este comportamiento llev a los polticos a
considerar que estos tres grupos se preocupaban ms de recaudar dinero que de
influir realmente en el Gobierno. Slo despus de haber reforzado sus capacidades de investigacin y presin y de haber tenido vnculos directos con los responsables pblicos fue cuando su reputacin comenz a mejorar en el medio
poltico (Day, 1998).

EL PODER GRIS?

La AARP, que es la ms importante organizacin de masas del pas, es, probablemente, el ms eficaz de estos grupos. No obstante, 35 millones de miembros presentan inconvenientes en cuanto a la influencia poltica. Representar a
una poblacin tan importante y variada no tiene ventajas en lo referente a las
relaciones internas y externas. Las posiciones de los lderes pueden implicar divisiones en el grupo; cuando una mayora se pronuncia, los opositores pueden
representar millones de miembros. Vista desde el exterior, la AARP est abierta
a las crticas tanto de la derecha como de la izquierda.

116

Los polticos y los lderes de las organizaciones liberales afirman que la


AARP representa sobre todo a sus miembros ms acomodados y privilegiados,
que tienden a ser los ms activos y comprometidos. Al mismo tiempo, los responsables conservadores y los lderes de organizaciones conservadoras acusan
a la AARP de apoyar el desarrollo de programas sociales a los cuales se opone
un gran nmero de sus propios miembros (Crystal, 1990; Day, 1993, 1998;
Himmelfarb, 1995; New York Times, 1994). Por consiguiente, la AARP debe
tomar precauciones con respecto a la seleccin y publicacin de sus prioridades
a fin de no perder una parte de sus miembros; pero esta precaucin tambin
puede reducir su influencia poltica.
Elaboracin de alianzas, especializacin y competicin entre los grupos
La diversidad de fuerzas que animan el sistema poltico de Estados Unidos
llev a los grupos de inters a elaborar a la vez alianzas ampliadas y a definir una
identidad independiente. Por una parte, las coaliciones ampliadas ponen en
comn los recursos humanos y materiales de varios grupos, lo que puede resultar polticamente eficaz. Los grupos de inters parecen ms directamente eficaces
cuando se caracterizan, se especializan en su mbito poltico particular y se concentran en objetivos especficos y limitados (Browne, 1990; Ripley y Franklin,
1991; Schlozman y Tierney, 1986).
Las organizaciones polticas de personas mayores se enfrentan a las mismas contradicciones. En los Estados Unidos, el movimiento conservador en su conjunto
pretende reducir el papel del gobierno en la esfera privada y procurar que las responsabilidades sociales de nivel federal retornen a los estados: los grupos de defensa de las personas mayores deben pues constituir un frente unido con otros grupos
que combaten para el mantenimiento de programas sociales. Pero la constitucin de
una coalicin resulta difcil cuando los intereses de uno de los grupos parecen amenazados. Cada grupo intenta proteger los intereses especficos de sus miembros.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

En el mbito de las coaliciones en favor de las personas mayores, los intereses comunes de los grupos tienden a ser temporales, fragmentarios y especficos
a un tema particular. All se reconoce bien un derecho tpico del panorama poltico de los Estados Unidos (Gais, Peterson, y Walker, 1984). La mayor parte de
las organizaciones de personas mayores, que aspiran a impedir la reduccin de
los programas existentes, tienden a constituir alianzas con una gran variedad de
grupos, como las asociaciones de consumidores y las organizaciones de defensa de los derechos del nio, de las mujeres y de los empleados. Las alianzas integran igualmente asociaciones de carcter ideolgico y a otros grupos basados en
la edad. En algunos mbitos, sobre todo para la asistencia sanitaria, los grupos
de personas mayores forman alianzas con organizaciones que prestan cuidados
y servicios, que, por otra parte, son adversarios suyos a menudo. Las organizaciones que representan a los mdicos, los hospitales, los establecimientos de
asistencia y los productores de medicamentos se oponen con frecuencia a los
grupos de personas mayores en mbitos tales como las reglamentaciones gubernamentales o la limitacin de los gastos. Pero todos comparten a veces los mismos intereses en el mbito del mantenimiento y la posible ampliacin de la
financiacin, por parte del gobierno, de Medicare y Medicaid. Esta comunidad de
inters llev, por tanto, a la AARP y a los sindicatos a unirse a la American Medical
117
Association 67 a mediados de la dcada de 1990 para apoyar pblicamente la cobertura universal de la asistencia, as como la libertad para el paciente de elegir su
mdico y su programa de salud (Cigler y Loomis, 1995).
Los grupos de jubilados han oscilado a menudo entre la puesta en comn de
sus fuerzas y la divisin (Torres-Gil, 1992). Una alianza que agrup un gran
nmero de estos grupos, el Leadership Council of Ageing Organizations 68, se cre en
1978 y mostr su eficacia en los mbitos de la divisin de los recursos y de la
definicin de estrategias comunes. No obstante, esta alianza se deshizo debido
a numerosos problemas polticos vinculados al envejecimiento, como el desdichado apoyo a la Medicare Catastrophic Coverage Act 69 de 1988 (proyecto de subsidio de dependencia) y a los principios de la cobertura sanitaria al inicio de la
dcada de 1990 (Crystal, 1990; Day, 1993, 1998; Himmelfarb, 1995).
Por otra parte, en la medida en que las organizaciones polticas que se preocupan de las personas mayores cubren, en los Estados Unidos, el conjunto del
espectro ideolgico, algunos conflictos marcan los debates sobre el envejeci67

Asociacin Mdica de los Estados Unidos [N. del T.].


Consejo Directivo de Organizaciones de Envejecimiento [N. del T.].
69
Ley sobre la cobertura de Medicare para situaciones catastrficas [N. del T.].
68

EL PODER GRIS?

miento y provocan enfrentamientos importantes entre los grupos que representan a las personas mayores. Sirva como ejemplo el hecho de que, durante los
debates de 1988 sobre la atencin de la dependencia, los lderes de los Panteras
Grises (a la izquierda del tablero poltico) y los de Asociacin 60 y ms,
Coalicin de Mayores y Asociacin de Mayores Unidos (a la derecha) mencionaran simultneamente a la AARP como principal adversario poltico. Por su
parte, los lderes de la AARP, as como los de otras organizaciones de personas
mayores, citaron entre sus principales adversarios a los grupos de expertos (think
tanks) conservadores representantes de grupos de inters favorables a la deduccin de los gastos sociales y a la privatizacin de la seguridad social y de Medicare
(Day, 1998). En tal contexto, las lneas de fractura entre los grupos de inters de
personas mayores parecen ms determinadas por criterios ideolgicos que por
la edad.
Poder y poltica

118

El Grupo de Presin Gris (Pratt, 1976) haba adquirido una influencia considerable e inspiraba respeto en los crculos polticos estadounidenses durante las
dcadas de 1970 y 1980. Al mismo tiempo, el consenso del que se beneficiaba el
gobierno en el mbito de los programas y beneficios a favor de las personas
mayores comenz a agrietarse con el aumento de los gastos (Hudson, 1978). Las
personas mayores, cuya imagen era, hasta entonces, la de personas pobres y meritorias, han sido criticadas cada vez con ms frecuencia por la carga que imponen
al presupuesto federal (Binstock, 1983). En nombre de la equidad entre las generaciones se han formulado, cada vez ms a menudo, argumentos destinados a
destacar que las personas mayores reciban ms que su aportacin (Rhodebeck,
1998; Torres-Gil, 1992). Esta evolucin ha daado la legitimidad y la influencia
de los grupos de defensa de personas mayores.
Este problema persiste a principios del siglo XXI, pero menos como consecuencia de un conflicto entre las generaciones que como una polarizacin ideolgica. A principios de la dcada de 1990, las orientaciones polticas en materia
de envejecimiento se entremezclaron con los conflictos relativos al papel del
gobierno en materia de poltica social (Day, 1998). Una de las diferencias esenciales que sealan el realineamiento ideolgico actual y los movimientos anteriores como, por ejemplo, la extensin de la coalicin del New Deal 70 en la dca-

70

Literalmente, nuevo trato. Programa de reformas econmicas introducido por el Presidente Roosevelt en 1933 para
hacer frente a la severa depresin econmica de la poca [N. del T.].

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

da de 1930 o los compromisos de la Great Society 71 de la dcada de 1960 en favor


de una mejor igualdad en los mbitos sociales y econmicos reside en el hecho
de que los debates anteriores enfrentaban a quienes recomendaban el mantenimiento del statu quo y a los que estaban a favor de un esfuerzo ms importante por parte del gobierno en materia de igualdad y de bienestar social. Hoy da,
el debate enfrenta, sobre todo, a quienes desean, como mnimo, el mantenimiento del statu quo y a los que se preocupan de reducir el papel del gobierno en
materia social.
Hasta una fecha reciente, los principales programas gubernamentales en beneficio de las personas mayores han escapado de importantes reducciones presupuestarias, por lo que las personas mayores han sido las menos afectadas. La seguridad
social y Medicare siguen siendo populares en la opinin pblica, y pocos parlamentarios han corrido el riesgo de proponer importantes reformas o reducciones de
estos programas. No obstante, hoy en da, reformas principales como una privatizacin parcial son objeto de debates serios en la medida en que la generacin del
baby boom nacida durante el perodo de alta natalidad que sigui a la Segunda
Guerra Mundial entre 1946 y 1964 comienza a superar el lmite de los 50 aos y
se acerca al de la jubilacin (Rix, 1999). En un clima semejante, cul puede ser la
119
influencia de las organizaciones polticas de personas mayores?
Actualmente, lo fundamental de la influencia atribuida a las organizaciones
de personas mayores en los Estados Unidos est vinculado a dos factores: una
legitimidad simblica y la capacidad de movilizar de una manera apreciable el
voto de las personas mayores (Binstock, 2000). Los esquemas de votos en las
recientes elecciones nacionales son similares en los grupos de personas mayores. Por consiguiente, Binstock calific de bluff electoral la influencia electoral
de las organizaciones: movilizan un gran nmero de personas mayores para ejercer presin sobre los parlamentarios e interesarlos por los problemas que les
conciernen, pero les queda por demostrar que sus miembros son capaces de
votar como un bloque.
La legitimidad simblica de los grupos de inters de personas mayores est
vinculada a sus relaciones relativamente fciles con los polticos, as como su
participacin en la red encargada de la vejez. Pero esta funcin se debe, en parte,

71
Literalmente, gran sociedad. Conjunto de iniciativas econmicas anunciado en 1964 por el Presidente Johnson para
acabar con la pobreza y la injusticia racial. No puedo llevarse a efecto porque la guerra de Vietnam consuma todos
los recursos [N. del T.].

EL PODER GRIS?

120

al inters electoral de los hombres polticos por hacer alarde de sensibilidad


frente a las necesidades e intereses de las personas mayores. Para los responsables polticos, el contacto con los grupos de personas mayores es una manera
simblica de interesarse por el componente de ms edad del electorado
(Binstock, 2000). En la medida en que las organizaciones de personas mayores
cubren el conjunto del espectro ideolgico, los responsables polticos de los dos
partidos, as como las diferentes frmulas de pensamiento, pueden obtener ventaja de sus relaciones con estos grupos. Por ello, los liberales y los demcratas
apoyan a los grupos que defienden los programas existentes en beneficio de las
personas mayores, mientras que los conservadores y los republicanos ponen por
delante a los grupos conservadores favorables a las reducciones de los programas de bienestar social o a las privatizaciones (Day, 1998). En el mismo orden
de ideas, durante los diez aos transcurridos se tuvo en cuenta a las organizaciones de personas mayores en el transcurso de las audiencias del Congreso en funcin de sus posiciones polticas o ideolgicas. De tal manera que la Cmara de
Representantes, de mayora demcrata, celebr audiencias en 1992 para examinar las campaas de correos consideradas engaosas procedentes de grupos
conservadores, entre los cuales figuraban Coalicin de Mayores y Asociacin de
Mayores Unidos (Congreso de los Estados Unidos, 1992). Tres aos ms tarde,
los senadores republicanos hicieron lo mismo para examinar las prcticas de la
AARP, considerada como ms a la izquierda, para impugnar, quiz, su estatus
fiscal favorable (Congreso de los Estados Unidos, 1995).
No obstante, numerosos observadores consideran que la legitimidad simblica de las organizaciones de personas mayores rara vez se traduce en una
autntica influencia poltica. Las opciones importantes relativas a las personas
mayores, tal como la seguridad social y Medicare, generalmente no tuvieron en
cuenta a los grupos de defensa de personas mayores. De hecho, la mayora de
estas organizaciones fueron creadas despus de la aprobacin de los programas.
Los grupos de inters de personas mayores fueron mucho ms eficaces en la
defensa de programas relativamente menos importantes o en la oposicin a la
reduccin progresiva de programas ms importantes (Binstock, 1972; Heclo,
1988; Walker, 1983; Wallace y Williamson, 1992). Los ndices de influencia de las
organizaciones de personas mayores todava son relativamente tenues. Por ello,
las recientes propuestas con respecto a la ampliacin de Medicare para la cobertura de los medicamentos prescritos fracasaron, al menos temporalmente, ante
la presin intensiva y las campaas publicitarias de los fabricantes (Broder,
2000). La Comisin bipartita de la seguridad social, recientemente creada por el
Presidente George W. Bush para estudiar las posibles reformas de este sistema,

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

no incluye representantes de los grupos de defensa de jubilados, sino principalmente personalidades de la industria y las finanzas, as como antiguos miembros
del gobierno.
Si se tienen en cuenta los debates en curso sobre las reformas de la seguridad social y Medicare, la influencia de las organizaciones de personas mayores
podra depender de la capacidad de estos grupos para aumentar la toma de conciencia del factor edad por parte de sus miembros y para constituir alianzas entre
las generaciones a fin de defender sus ventajas actuales. El envejecimiento y la
solidaridad entre las generaciones podran eclipsar las diferencias ideolgicas o
de otra clase, en la medida en que algunas ventajas basadas en el envejecimiento o la jubilacin fueran amenazadas por reducciones o modificaciones importantes (MacManus, 1996; Torres-Gil, 1992). Las alianzas entre las generaciones
que hacen hincapi en la familia y las comunidades, como Generations United 72
(coalicin nacional de grupos de personas mayores, jvenes y nios) disponen
de un potencial que les permite prever una mayor eficacia en las actividades de
presin (Day, 1990). No obstante, habida cuenta de la creciente diversidad de las
generaciones ms antiguas y de la naturaleza fragmentaria de los grupos de inters polticos en los Estados Unidos, sigue siendo incierto el poder poltico de las
121
organizaciones que representan a las personas mayores.
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Presentacin de los Panteras Grises


Entrevista con TIM FULLER
Director de los Panteras Grises

POR JUAN-PHILIPPE VIRIOT-DURANDAL

JPVD: Podra recordarnos brevemente la historia de los Panteras


Grises?
TF: Los Panteras Grises se fundaron a principios de la dcada de 1970, en relacin con el movimiento contra la guerra de Vietnam y en asociacin con los
estudiantes bajo el lema: los viejos y los jvenes juntos en la accin. Nuestra
reputacin de movimiento protestatario extrae sus races de esta poca. Durante 125
largos aos, los Panteras Grises fueron identificados como la voz de los mayores
y relacionados con cuestiones como el gisme 73 (discriminacin contra la edad)
o las filosofas progresistas. En realidad, los Panteras Grises no contribuyeron
directamente a la organizacin de los movimientos estudiantiles o del movimiento de los derechos civiles, pero estructuraron mucho la filosofa y los principios de estos movimientos. Por ello, las cuestiones de los derechos civiles y del
envejecimiento se asociaron para formar un concepto operatorio. Los Panteras
Grises exploraron igualmente los problemas del envejecimiento y la jubilacin
con respecto a los prejuicios y las discriminaciones de que son vctimas con frecuencia las personas mayores. Por tanto, el movimiento de los Panteras Grises fue
especialmente eficaz para hacer surgir la idea de que la calidad y la dignidad del
envejecimiento puede ser objeto de orgullo y no objeto de vergenza, afrenta y
discriminacin.

JPVD: Como director ejecutivo de los Panteras Grises y como militante, podra decirnos ms sobre sus compromisos en el mbito del envejecimiento?
73
Aunque se han barajado diversos neologismos, poco satisfactorios (agesmo, edasmo, etasmo, viejismo, gerontismo,
juventismo...), no ha cuajado ninguno de ellos y el trmino carece de equivalente en castellano, por lo que se utiliza
una parfrasis: discriminacin por motivos de edad (ya que no slo se aplica a las personas mayores) [N. del T.].

EL PODER GRIS?

126

TF: En realidad, llegu un poco por casualidad a los Panteras Grises. Al principio, se me reclut como asesor para ayudar a determinar y desarrollar nuevos
programas con el fin de renovar la organizacin. Una vez en el trabajo, y tras
haber tenido conocimiento de los casos, tom rpidamente conciencia del
potencial de los Panteras Grises. La organizacin pretenda renovarse despus de
la desaparicin de su fundadora: Maggie Kuhn. El consejo de administracin
necesitaba ayuda para renovar su direccin y su proyecto colectivo. Los Panteras
Grises son una verdadera organizacin democrtica que se funda en una base
militante. Como fundadora, Maggie era la principal inspiradora del movimiento.
Despus de su muerte fue necesario pasar de una dinmica individual a una
dinmica colectiva. Durante treinta aos, mi trayectoria personal, como organizador y militante, constituy un nico equilibrio entre Sociedad Civil y compromiso poltico. Fui director de campaa del partido demcrata en uno de los estados. Por lo tanto, dirig campaas polticas y tambin campaas relativas a algunos temas de sociedad, tanto en este estado como a escala nacional. As, organic una campaa nacional contra el hambre y por el derecho al alojamiento.
Ms recientemente, tuve la ocasin de poner en marcha la campaa nacional en
favor de una cobertura sanitaria universal. Son actividades cvicas que toman
una dimensin poltica.

JPVD: En qu medida representan una fuerza poltica los Panteras


Grises?
TF: Nuestro objetivo es que, de aqu a 5 10 aos, los Panteras Grises lleguen
a ser una de las primeras organizaciones de ciudadanos en condiciones de influir
en la vida y el contenido de la poltica. En cualquier caso, es la ambicin del
nuevo Consejo de Administracin constituido para reformar y apoyar el movimiento progresista en los Estados Unidos. La nueva direccin de la organizacin es sensible, sobre todo, a la posibilidad que tendran los Panteras Grises de
desempear un papel en el foro poltico. Ha habido, pues, un desplazamiento a
partir de un compromiso propiamente cvico hacia orientaciones mucho ms
polticas.

JPVD: Dnde se sita justamente la frontera? Cul es la diferencia,


a su modo de ver, entre un compromiso cvico y poltico?
TF: Cuando pronuncio la palabra poltica hago referencia, en primer lugar,
a una actividad electoral. Esta actividad consiste en establecer listas de electores,
en sensibilizarlos y, llegado el caso, en conducirlos a las urnas el da de las elecciones con el fin de garantizar que vendrn a votar bien. De esta forma, se puede

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

intentar influir en tal o cual expediente poltico. Comprometerse civilmente se


refiere ms a la educacin del pblico y a una mayor implicacin en las cuestiones de la sociedad. Es la diferencia entre convencer al pblico para que respalde la cobertura sanitaria universal y hacer elegir a un candidato que presentar
una proposicin de ley en el Congreso sobre este mismo tema.

JPVD: A propsito de su estrategia... Cules son los diferentes instrumentos y qu hacen ustedes con destino a su base y tambin por
ocupar el terreno poltico?
TF: Nuestra campaa nacional en favor de una cobertura de enfermedad universal constituye un buen ejemplo. Agrupamos una serie de organizaciones para
formar una coalicin que denominamos U2K universal health care 2000 74.
Juntamos grupos resultantes del medio laboral, de los sindicatos y de las iglesias,
as como grupos de presin especializados en la defensa especfica de algunas
causas (Advocacy groups)75. Los Panteras Grises figuraban entre los tres principales
pilares de esta manifestacin al lado del National Council of Churches (Consejo
Nacional de las Iglesias) y la Universal Health Care Action Network (Red de Accin
para una Cobertura Sanitaria Universal)76. Juntos, reclutamos a ms de 500 organizaciones, tanto a escala nacional como en los estados, para ayudar a la implan- 127
tacin de nuestra estrategia. Nuestras acciones se basaban en dos tcnicas: en
primer lugar, la organizacin de las personas predispuestas a respaldar nuestra
lucha. Fuimos a los barrios donde conocamos la sensibilidad en relacin con
este tema, debido a las investigaciones previas y a los estudios que habamos
hecho antes; los Panteras Grises fueron, ms concretamente, a los barrios habitados por personas mayores, mientras que los trabajadores hacan prospecciones
en las zonas obreras. En funcin de este modelo, los diferentes componentes de
la coalicin iban a los barrios que mejor les correspondan. Se llamaba a la puerta de las personas que estaban ya presentes en nuestras listas y tambin a la de
aquellas que no lo estaban. Se tenan en cuenta tambin los nombres de quienes
manifestaban inters por el proyecto de cobertura de enfermedad en cuestin.
Estas listas se compilaban luego en una base de datos, lo que nos permiti informar a todas las personas con quienes estuvimos en contacto de los progresos de
74

La denominacin exacta de la campaa era U2K - universal health care 2000, en la que U2K son las siglas de
Universal (U) y ao 2000 (2K), respectivamente: 'Asistencia Sanitaria Universal en el ao 2000'; la campaa se emprendi en 1999 [N. del T.].
75
Grupos de defensa de intereses (en muchos casos, sinnimo de grupos de presin) [N. del T.].
76
Se ha respetado el texto original francs, pero la traduccin correcta de health care sera 'asistencia sanitaria' [N.
del T.].

EL PODER GRIS?

la operacin, as como invitarles a reuniones y mostrar la forma en que sus actitudes combativas aadidas podan constituir una autntica fuerza. Despus,
segn la configuracin poltica de algunos estados, resultaba posible capitalizar
votos sobre el proyecto ya mencionado. Esta tcnica se conoce bajo el nombre
de GOTV (go to votes)77. En los ltimos momentos de la campaa, redoblamos la
frecuencia de nuestros mensajes en las ondas de radios y televisiones y, al mismo
tiempo, reanudamos el contacto con los que respaldaban nuestras propuestas.
Esta estrategia funcion bien en las zonas que controlbamos. No obstante, al
insistir en estas zonas, a menudo predicbamos a convertidos, y eso por la sencilla razn de que ya figuraban en nuestras listas!
Era la primera vez que, como Panteras Grises, llevbamos a la prctica esta tcnica. Antes de ello, nuestro papel se limitaba a difundir comunicados en los
medios de comunicacin. Antes de esta campaa, no hacamos el puerta a puerta para individualizar nuestros mensajes.

JPVD:: En qu medida es compatible esta tcnica del puerta a puerta con su estrategia de medios de comunicacin? Se sita en la continuidad de la va trazada por Maggie Kuhn?
128

TF: Se trata de dos cosas diferentes. Una estrategia de medios de comunicacin se asemeja a la accin de una escopeta de caza. Por su naturaleza, roca
mucho y sin discriminacin. Cada uno puede escuchar tu mensaje, pero t no
ejerces ningn control sobre el resultado. Con el puerta a puerta, por el contrario, tocas a individuos determinados en barrios especficos con comunidades
perfectamente identificables y gente a la que puedes llamar por su nombre. La
accin meditica consiste en apoderarse de una idea y hacer un smbolo accesible para la mayora. La accin meditica consiste en decirle a la gente: he aqu
lo que pensamos y esta es la forma en que os afecta personalmente. Se trata,
por tanto, de dos enfoques diferentes.
Los medios de comunicacin se vuelven extraordinariamente caros hoy por
poco que te sites en lo que llamamos earned media 78(medios de comunicacin
regalados) o paid media 79 (medios de comunicacin pagados). Earned media
significa que debes organizar los acontecimientos, que tambin debes tener una
77

Ir a por votos [N. del T.].


Literalmente, medios de comunicacin ganados. Se trata de contenidos gratuitos obtenidos gracias a influencias o relaciones pblicas y que se plasman, sobre todo a escala local, en artculos de opinin publicados en peridicos y revistas
o en pginas web, declaraciones o entrevistas difundidas por radio y televisin, cartas al director, etc. [N. del T.].
79
Literalmente, medios de comunicacin pagados. Es la publicidad de pago: anuncios en la prensa, cuas radiofnicas, espacios publicitarios en televisin, carteles y vallas, etc. [N. del T.].
78

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

personalidad impactante, que debes agitar bien alto los artilugios, todas las cosas
a partir de las cuales los periodistas de la prensa escrita o electrnica te pondrn
en escena. Desde este punto de vista, para ser eficaz debes producir permanentemente nuevos acontecimientos, ya que un nico buen golpe no lleva muy
lejos. Debes suscitar un sentimiento de simpata en el pblico y debes hacerlo
con un mensaje muy simple. Eso exige una puesta en prctica estratgica de
masas muy costosa. La segunda frmula consiste en tener como objetivo una
poblacin dada, quiz costosa, pero tambin puede ser realizada por un gran
nmero de voluntarios. As pues, pasar del trabajo con los medios de comunicacin al puerta a puerta es un asunto tanto de eficacia militante como de economa. Es posible tener cientos de voluntarios que llamen a las puertas, que se
entrevisten con las personas, les proporcionen informacin y les inciten a hacer
uso de su derecho de voto. Por su parte, una campaa de informacin es sumamente costosa y requiere una estructura de la que no siempre disponemos.

JPVD:: Se debe entender que existira un combate desigual entre las


grandes empresas privadas y el movimiento de personas mayores
con el puerta a puerta como una especie de arma del pobre?
TF: De hecho, es un combate desigual. Cuanto ms se propagan tus opiniones, 129
tanto ms puedes reunir recursos para mantener o reforzar el statu quo. Cuanto
ms innovadoras sean tus ideas o, incluso, provocativas con respecto al sentido
comn, tanto ms difcil es encontrar los medios de promoverlas. Eso es cierto
tambin para todas las corrientes minoritarias. El carisma de Maggie atraa gratuitamente mucha atencin meditica. Ella se basaba en una cuestin que la sociedad
dominante mantena oculta: la discriminacin contra los mayores o gisme.
Cuando se expresaba, la gente la escuchaba y reaccionaba. Los casos en los que trabajamos actualmente son casos que comienzan a surgir en la Sociedad Civil. Al
organizar una campaa para la cobertura de enfermedad universal, procuramos
que esta cuestin se convierta en una preocupacin social importante para combatir mejor a quienes se oponen a una poltica sanitaria ms democrtica. Ninguna
campaa puede llevarse con xito sin una estrategia de medios de comunicacin
digna de este nombre, pero no puedes tener una estrategia de medios de comunicacin si no tienes medios. Tomas un pequeo elemento de la actualidad y le das
cada vez ms importancia. Se trata de trabajar sobre perodos de 4 5 aos. Nos
construimos a partir de barrios que juzgamos importantes en zonas determinadas
de ciudades clave, sabiendo que en 5 aos se tratar del expediente ms candente
y que entonces tendremos los medios de promocionarlo a una escala ms amplia.
Cuando se planifican las cosas en funcin de una estrategia a largo plazo, se hace a

EL PODER GRIS?

menudo, en todo caso al principio, con recursos limitados.

JPVD: Los Panteras Grises son un movimiento de personas mayores


o una organizacin poltica de carcter intergeneracional?
TF: Se trata de una cuestin crucial. Nos consideramos ms bien como una
entidad de dilogo entre las generaciones dirigidas por personas mayores.
Organizamos a pblicos variados y los Panteras Grises son, en un sentido, los dirigentes de ms edad de un movimiento transgeneracional. Hemos puesto en
marcha la campaa para la cobertura de enfermedad universal y con ello hemos
estado ms all del marco estricto de las personas mayores. Hemos asociado los
medios del trabajo y los grupos religiosos y todos nosotros estamos inscritos en
el movimiento as constituido. Uno de nuestros socios ms importantes es la
American Medical Students Association 80. Sin embargo, no considerbamos esta
campaa como especficamente relacionada con las personas mayores.
Comprendimos, simplemente, que para suscitar un movimiento mayor debamos ser capaces de organizar grupos especficos ms all de las reivindicaciones
de las personas mayores.

JPVD: Qu pasa con su cooperacin, o su alianza, con otros movi130 mientos de personas mayores como la AARP, por ejemplo?
TF: Las causas que defendemos no se limitan a las que interesan ms particularmente a las personas mayores. Bien sabemos que la cobertura de enfermedad universal o la seguridad social es algo que concierne a todos los grupos de
edad. Para darle un ejemplo, ms que concentrarnos exclusivamente en Medicare,
trabajamos para una Cobertura de Enfermedad Universal (Universal Health Care).
Sabemos, como decanos del cuerpo social, que tenemos la responsabilidad de
organizarnos, pero no simplemente para encerrarnos en los lmites de nuestros
intereses particulares.

JPVD: Pero estos casos tambin podran ser defendidos por un partido
poltico. Cul es la diferencia entre las actividades de un militante de los
Panteras Grises y las actividades de un militante de un partido poltico?
TF: Existen algunas semejanzas entre nuestra accin y la de los partidos polticos. El sistema poltico estadounidense refuerza el bipartidismo. De ah la
necesidad de grupos de presin en la Sociedad Civil. Estos grupos ejercen presiones o, a veces, apoyan las propuestas de los dos grandes partidos nacionales.
80

Asociacin de Estudiantes de Medicina de los Estados Unidos [N. del T.].

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Sucede que estos grupos de presin llegan a ser bastante importantes y puedan
formar un tercer partido nacional. En otros casos, el tercer partido, o una fuerte coalicin de grupos de presin, puede desempear un papel importante influyendo en su propio beneficio en el resultado de las elecciones generales. Cuando
los partidos polticos no tienen en cuenta suficientemente los intereses de
amplias fracciones de la poblacin, los grupos de presin se refuerzan. Los
Panteras Grises se ocupan de cuestiones que los grandes partidos no tienen bastante en cuenta. En ese sentido se puede decir que usurpamos las prerrogativas
de los partidos polticos. Nos situamos fuera de los partidos y tratamos de responsabilizarlos ante de la poblacin. Nos situamos, por principio, fuera de los
partidos, lo que nos permite forzarlos a dar cuentas al tiempo que los criticamos
desde fuera. Hoy no existen diferencias significativas entre los republicanos y los
demcratas. Esta es la razn por la que trabajamos mucho para acentuar las divisiones entre las dos organizaciones. Empujamos a los demcratas hacia la
izquierda, es decir, hacia el lado ms liberal (en el sentido poltico y no econmico) de sus propias posiciones, y eso, cada vez que llamamos a votar.

JPVD: Qu representan los Panteras Grises en cuanto a influencia en


la sociedad estadounidense?
TF: Sobre qu escala se puede juzgar? Comparado a qu? Nos desarrollamos ms en los estados que a escala nacional. En algunas partes del pas tenemos mucha influencia en una ciudad o en la poltica de un estado. A escala
nacional, nuestra influencia es seguramente bastante escasa. No tenemos ni los
medios ni los directivos para ser tan eficaces a esa escala como quisiramos.
Hace 10 aos ramos bastante fuertes, pero actualmente estamos en una fase de
reestructuracin. Lo mismo ocurre con nuestras estrategias. En un futuro prximo, deberamos mejorar en gran medida.

JPVD:: Dice usted que eran ms fuertes. Por qu este debilitamiento?


TF: Ms que nada, debido a nuestra antigua direccin. Era una organizacin
que se basaba esencialmente en los medios de comunicacin y en una presidenta carismtica. Cuando esta ltima comenz a declinar, a hacerse menos popular,
la organizacin no se inclin por estrategias eficaces, sino que, por el contrario,
se comprometi en vas sin salidas. Los casos no haban podido cambiarse bsicamente, pero las reacciones de la poblacin se haban modificado. Una estrategia debe responder a las realidades de la vida poltica y social de la poca. Durante
este perodo de transicin hemos sufrido una dramtica prdida de velocidad.

131

EL PODER GRIS?

JPVD: El poder es tambin el nmero. Qu pasa con sus miembros?


TF: Los miembros siguen abandonndonos. ramos probablemente, no
puedo decirles la cifra exacta, entre 200.000 y 300.000 en nuestros mejores
momentos. Hoy debemos ser 20.000. En efecto, hemos perdido mucho. En 10
aos, habremos vuelto de nuevo a un nivel a partir del cual podremos reforzar
mejor nuestra accin. Puesto que tenemos un nmero de miembros insuficiente,
debemos ir a buscar fuera recursos financieros, pero para obtenerlos debemos
hacer concesiones. En este perodo de transicin es difcil encontrar donantes
convencidos de la ventaja que sera invertir en una organizacin como la nuestra,
es decir, democrtica y autogestionada. Por lo tanto, buscamos personas que
estn de acuerdo con nuestra visin y con nuestros objetivos y que, en consecuencia, nos ayuden financieramente. No obstante, como se trata de su dinero,
con frecuencia debemos pasar por sus exigencias, lo que reduce el nmero de
nuestros donantes con los que estamos de pleno acuerdo, y viceversa.

JPVD: Son financiados por empresas privadas?

132

TF: Recibimos fondos de algunas fundaciones privadas, y un poco de dinero


procedente de los sindicatos de trabajadores. La mitad de nuestros recursos procede de nuestros miembros. Tenemos una serie de pequeos donantes y tambin algunos ms importantes. Durante estos tres ltimos aos, nuestro presupuesto ha pasado de 150.000 dlares a cerca de un milln de dlares. En el
transcurso de los cinco aos que precedieron a mi llegada al frente de la organizacin, el presupuesto apenas rebasaba los 100.000 dlares al ao. A partir de
mi primer ao, comenzamos a recuperar el terreno. Sin embargo, estamos an
en la parte baja de la escala. Nuestro nombre representa una parte de nuestro
capital, pero, an as, es un nombre que evoca el pasado, un poco como la sopa
Campbell. Nos hace falta encontrar un nuevo embalaje, es lo que estamos buscando. Estamos a la bsqueda de nuevas pistas para proyectarnos mejor en el
futuro. Tratamos de pedir de nuevo a la gente que se hagan Panteras Grises.

JPVD: Para concluir, cmo ven el movimiento de personas mayores


en la prxima dcada?
TF: No s muy bien cmo decirle La generacin actual de los Panteras
Grises tiene la experiencia de la militancia y un sentido agudo de las responsabilidades polticas y sociales. Pero es necesario tambin tener en cuenta que
nuestra generacin desarroll un cierto escepticismo con respecto a las instituciones. Para muchos, las iglesias fallaron en su misin, as que dejaron las igle-

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

sias; los partidos polticos fallaron en su misin, as que dejaron la poltica.


Muchos consideran que las instituciones escolares fallaron, que no siguieron las
evoluciones de la sociedad. Esta generacin posee cualidades de altruismo, es
asptica en lo referente a la posibilidad de volver a poner en orden las instituciones. No s cmo va a tener lugar todo ello, pero querra ver a los Panteras
Grises restaurar la confianza en una militancia democrtica. La generacin que
est sucediendo a la nuestra, la que tiene entre 30 y 50 aos, es mucho ms centrada que la generacin de los 50 a los 70 aos. Cul sera, en estas condiciones, la prxima etapa? El movimiento de personas mayores, como usted dice,
procurar promover ms la responsabilidad social de lo que lo han hecho los
dirigentes de nuestro movimiento durante estos 10 15 ltimos aos. Pienso
que habr un mayor inters por las necesidades de la gente, as como una mayor
implicacin poltica. Dos cosas importantes van en el sentido de una reorganizacin y de una concentracin de nuestra accin. Por una parte, se trata de la
ambicin que anima a los Panteras Grises para los 10 prximos aos y, por otra,
estn los trabajadores jubilados que empujan para marchar bien. Se saldrn
con la suya? La generacin actual es rica; es una generacin que tiene sentido
de la responsabilidad. Si es bastante perspicaz para entender el funcionamiento del mercado y aprender de ello, ganar una influencia considerable en los 20
prximos aos. Ser necesario combatir las fuerzas que militan sin descanso 133
para una privatizacin de las instituciones pblicas. Esta fractura entre dos
corrientes apareci muy claramente en las elecciones de 2000. El pas estaba
dividido entre quienes militaban para que el sector privado se hiciera cargo de
las prisiones, las escuelas, la sanidad, etc., de las instituciones pblicas contra
los que preferan un gobierno responsable ante la poblacin. La generacin de
ms edad deber pronunciarse para saber si una determinada idea del bien
comn debe ser obra de organismos elegidos democrticamente o simplemente dejada a las iniciativas de la empresa privada. No puedo decir cul ser la va
elegida pero, hoy en da, los ms jvenes se inclinan ms por el sector privado
que por las intervenciones gubernamentales.

La movilizacin de las personas mayores en


Quebec: de las asociaciones a las coaliciones
DANIEL THOMAS
Universidad de Quebec en Abitibi-Tmiscamingue, Rouyn-Noranda,
Quebec, Canad

En Quebec, el envejecimiento de la poblacin se realiza de manera acelerada: el grupo de las personas mayores de 65 y ms aos de edad, que compona
un 7% de la poblacin en 1976, representa alrededor del 13% en 2000 y se prev
que esta proporcin sobrepasar el 24% en 2026 (Consejo de los Mayores,
2000). Un estudio realizado a principios de la dcada de 1980, basado en una
muestra representativa de personas mayores de 65 o ms aos con domicilio en
Quebec, indica que un 35,6% de las personas de edad avanzada son miembros 135
de organismos comunitarios; entre ellos, el 40% participa en las actividades
sobre una base semanal (Bouchard y Therrien, 1983). De manera ms precisa,
Delisle (1995) observa que el porcentaje de miembros de las asociaciones (de
todas las edades) vara mucho segn las diferentes regiones de Quebec. En diferentes estudios realizados entre 1985 y 1993 en siete regiones, el porcentaje de
personas de edad avanzada que se adhieren a las asociaciones vara entre el
42,2% y el 66,4%, pero sigue siendo cada vez ms elevado en las regiones que
en el conjunto de Quebec. De modo ms especfico, Delisle observa que el porcentaje de afiliacin a las asociaciones por parte de las personas mayores vara
entre el 31,1% y el 62,9% segn las regiones. En resumen, las asociaciones de
personas mayores ocupan un lugar numricamente ms importante desde hace
una treintena de aos y en algunas regiones pueden suscitar la afiliacin de una
gran proporcin de la poblacin de edad avanzada.
Los 25 ltimos aos corresponden tambin a un desarrollo asociativo importante. As pues, entre 1973 y 1989, se crearon ms de 32.500 asociaciones nuevas, legalmente registradas. Las asociaciones centradas en el desarrollo de vnculos sociales y comunitarios conocieron un crecimiento importante durante la
dcada de 1970, pero la dcada siguiente se caracteriza ms bien por el desarro-

EL PODER GRIS?

llo de asociaciones que hacen la promocin de intereses de diferentes grupos


sociales o que se implican en la accin social y poltica (Langlois y col., 1990).
En el marco de este doble movimiento, demogrfico y asociativo, es donde se
multiplicaron las asociaciones de personas mayores. La mayora estn relacionadas con las actividades recreativas, a las que incorporan preocupaciones de
representacin pblica, de defensa de derechos y de desarrollo de servicios, as
como de oportunidades de compromiso social.

136

Entre estas asociaciones de personas mayores, la ms importante numricamente es la Federacin de la Edad de Oro de Quebec (FADOQ: Fdration de
l'ge d'Or du Quebec). Las primeras asociaciones locales de personas mayores
nacieron a partir de 1962; luego, las primeras reagrupaciones regionales se organizaron en 1969. La Federacin se constituye oficialmente en 1970 y, a partir del
primer ao, agrupa 500 clubes locales y a cerca de 50.000 miembros. Los clubes
de la Edad de Oro representan un 4,1% del conjunto de las nuevas asociaciones
creadas en Quebec durante el perodo que va de 1973 a 1989. El desarrollo de
estas asociaciones estuvo respaldado financieramente por el Estado provincial
en el marco de una poltica de apoyo a las asociaciones orientadas a las actividades recreativas. En la actualidad, la Federacin cuenta con ms de 280.000
miembros de 50 y ms aos de edad, distribuidos en cerca de 900 clubes y 16
reagrupaciones regionales, lo que constituye, de hecho, la ms importante reagrupacin voluntaria de mayores de Quebec (FADOQ, 2002).
La Federacin se presenta como la asociacin mejor situada para representar
a las personas mayores en Quebec. Actualmente, define as su misin: agrupar
a las personas de 50 y ms aos de edad; representarlas ante todos los organismos que requieran el reconocimiento de sus derechos y sus necesidades; organizar actividades y ofrecer programas y servicios que respondan a sus necesidades, con el fin de favorecer su calidad de vida y su realizacin personal
(FADOQ, 2001). En efecto, durante estos ltimos aos llev a cabo varias
representaciones ante los organismos gubernamentales sobre diferentes temas,
como los sistemas complementarios de pensiones, el sistema pblico del seguro de medicamentos, la seguridad de los ingresos y las finanzas pblicas.
En los clubes de la Edad de Oro, el reclutamiento de los miembros lo realizan habitualmente los clubes locales. Fijada, en principio, en los 65 aos, la edad
de admisin se redujo, a principios de la dcada de 1990, a los 50 aos. El reclutamiento de miembros ms jvenes es importante por varias razones. Por una
parte, en la perspectiva de la representacin poltica de los prejubilados y jubilados, el nmero de miembros constituye un argumento de peso. Por otra parte, la

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Federacin negocia para sus miembros un sistema colectivo de seguro de vida


con compaas aseguradoras privadas. Ahora bien, tales sistemas slo pueden ser
interesantes en el plano financiero en la medida en que la edad media de los
miembros disminuya o que el coste de las primas aumente.
La Federacin no representa a todos los clubes locales de la Edad de Oro. En
efecto, su crecimiento numrico, presentado la mayor parte del tiempo como un
fenmeno regular, encubre tres fenmenos importantes. En primer lugar, la
Federacin fue sacudida por una crisis importante en 1989. En 1988, agrupaba a
1.155 clubes locales y contaba con 207.912 miembros individuales en todas las
regiones de Quebec. Estas dos cimas en cuanto al nmero de clubes y al de miembros, resultantes de un crecimiento continuo desde principios de la dcada de
1970, as como esta representacin del conjunto de las regiones de Quebec, no las
volver a encontrar la Federacin. En 1989, la Federacin perda tres regiones: la
del suroeste; la de Bas-Saint-Laurent, Gaspsie, les-de-la-Madeleine; y la del
Abitibi-Tmiscamingue. En 1988, estas tres regiones contaban con 294 clubes
locales y 3.494 miembros. Las prdidas fueron, por tanto, importantes. En 1989,
la Federacin pasaba as a 878 clubes locales, una disminucin del 24%, y a
187.460 miembros, una disminucin del 9,8%. En 1995, la Federacin slo contaba con 865 clubes locales y 166.898 miembros (FADOQ, 1996). Multiplic las 137
acciones con el fin de acercarse a las regiones disidentes, aumentar su visibilidad
y aumentar sus afiliados, lo que logr con xito desde los cinco ltimos aos. Pero
eso se realiz, al menos parcialmente, gracias a la ampliacin de su base de reclutamiento, lo que nos conduce al segundo fenmeno importante que hay que considerar. En efecto, en este perodo es cuando la Federacin redujo la edad de afiliacin de sus miembros a los 50 aos. Y en 1996, la Federacin ya contaba entre
sus miembros a cerca del 25% de personas menores de 65 aos. Qu es lo que
atrae a estos miembros? Ciertamente, no la identificacin con un club de la edad
de oro ni la participacin en actividades tradicionales de tipo recreativo, puesto
que las dificultades de reclutar y hacer participar a los miembros ms jvenes en
esta clase de actividades constituyen un tema recurrente entre las personas electas
de las asociaciones locales. As pues, el tercer fenmeno conectado al crecimiento
numrico de la Federacin es el desarrollo de servicios para los miembros y, en
particular, la afiliacin a sistemas de seguro colectivo ventajosos. De este modo, la
posibilidad de hacer alarde de un sistema de seguro colectivo constituy un argumento importante para el reclutamiento de individuos en los clubes locales y de
estos ltimos en la federacin provincial. Sin embargo, en Abitibi-Tmiscamingue,
por ejemplo, la mayora de los clubes locales siguen siendo independientes o estn
afiliados a una federacin regional diferente.

EL PODER GRIS?

De esta manera, la Federacin desarroll progresivamente, a escala provincial, un papel de representacin de los intereses de las personas mayores, sobre
todo ante los organismos gubernamentales. Pero el reciente aumento de los afiliados, basado en los intereses individuales de los miembros, es contradictorio
con la bsqueda de una mayor participacin de stos en las actividades de la asociacin. Algunos incentivos materiales, en particular los sistemas de seguros, se
asocian nicamente a la afiliacin a la asociacin y no a la participacin. Por consiguiente, su dinmica asociativa se basa en gran parte, por un lado, en los miembros individuales para los que la obtencin de servicios constituye una motivacin importante y, por otro lado, en las asociaciones locales cuyas actividades
siguen estando orientadas, principalmente, hacia el tiempo libre.
Los Centros comunitarios para personas mayores constituyen un segundo
tipo de asociacin que desempea un papel importante en la movilizacin de las
personas mayores en Quebec. Se definen de la siguiente forma:

138

Un organismo sin nimo de lucro que, gracias a la implicacin y a la participacin de las personas mayores, a la asuncin de sus propias necesidades y
aspiraciones, constituye un medio de vida social, educativo y comunitario que
pretende promover el bienestar y la calidad de vida de los mayores y de la comunidad. Las personas mayores se agrupan y juntas se dan los medios de conservar o reconquistar su autonoma. Los medios se eligen segn las necesidades de
los mayores de una regin, de una localidad, de un barrio. Su enfoque es polivalente. Por su accin, el centro tiene por objeto desarrollar la autonoma de las
personas mayores, mejorar su calidad de vida y favorecer su participacin en el
proceso de toma de decisiones y favorecer su atencin. Se excluye todo organismo o asociacin que tenga las actividades recreativas como principal actividad
(AQCCA, 2002).
Desde 1992, una parte de estas asociaciones locales que van dirigidas a las
personas mayores de 50 y ms aos de edad se agrupa en una asociacin provincial. Actualmente, sta concentra 50 centros comunitarios (de los 80 existentes), ms de la mitad de los cuales se sitan en la regin de Montreal. Cada centro comunitario agrupa entre 100 y 800 miembros. Los centros comunitarios de
mayores desempean un papel importante en el desarrollo de oportunidades de
compromiso social, actividades culturales y actividades de formacin para las
personas mayores autnomas. Pero los centros comunitarios son tambin activos en el desarrollo de servicios para las personas mayores con prdida de la
autonoma (entrega de comida, ayuda a domicilio). En efecto, varios de ellos
estn implicados en el desarrollo de empresas de economa social en ayuda

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

domstica que adoptan la forma de organismos sin nimo de lucro o de cooperativas de solidaridad y que respalda el Gobierno de Quebec a raz de la Cumbre
Socioeconmica de 1996. Estos centros comunitarios, que agrupan a varios
millares de personas, se definen como medios de vida cuyas acciones contribuyen a la mejora de la calidad de vida de las personas prejubiladas y jubiladas.
Las asociaciones de jubilados de empresa combinan las actividades recreativas y la defensa de los intereses de sus miembros. No existe inventario del conjunto de estas asociaciones. Algunas se crearon a partir de la dcada de 1960 o
a principios de la de 1970, como la Asociacin de Jubilados del Gobierno de
Quebec, la Asociacin de Jubilados de la Enseanza de Quebec o la Asociacin
de Jubilados de Hydro-Quebec. Las ms importantes desde el punto de vista
numrico estn relacionadas con el sector pblico y parapblico. Sus preocupaciones se asocian a menudo con la defensa de los derechos de sus miembros en
lo referente a inquietudes sociales ms amplias, definidas por las asociaciones
sindicales con las que mantienen vnculos. Se relacionan con instituciones oficiales (funcin pblica, sector pblico o parapblico), con grandes empresas o
sindicatos y conceden mucha importancia al acceso de sus miembros a un rgimen de seguro colectivo que prolongue el negociado por el sindicato para el personal de la empresa. Su estructura de funcionamiento es ms compleja que la de 139
los clubes de la Edad de Oro y los Centros comunitarios, puesto que estas asociaciones actan en varios niveles territoriales. Un estudio realizado en la regin
de Abitibi-Tmiscamingue (Thomas, 1998) permiti constatar que las asociaciones de jubilados de empresa tienen debates internos mucho ms intensos que
los clubes de la edad de oro en lo concerniente a los sistemas de pensiones y las
polticas gubernamentales (por ejemplo, la que instituye un sistema pblico del
seguro de medicamentos).
La Asociacin Quebequesa de Defensa de los Derechos de los Prejubilados
y Jubilados (AQDR: Association Qubcoise de Dfense des Droits des Prretraits et
Retraits) naci a finales de la dcada de 1970. Desde el principio, adopt un
punto de vista de defensa de los derechos de todas las personas mayores,
como en la publicacin de un manifiesto sobre la situacin econmica de los
jubilados (1978) y un manifiesto sobre las condiciones de vida a domicilio
(1980). En 1983, organiz una exposicin-manifiesto sobre el tema Se ven
nuestros derechos, que se expuso en la Universidad de Quebec, en Montreal,
y luego, en octubre del mismo ao, en la colina parlamentaria de Ottawa al
tiempo que el Gobierno federal organizaba una conferencia nacional sobre el
sistema de pensiones y su financiacin pblica. Actualmente, dicha Asociacin

EL PODER GRIS?

cuenta con 44 secciones locales, lo que representa alrededor de 10.000 miembros individuales.
En el desarrollo de las prcticas de defensa de los derechos de los jubilados, el
ao 1985 marca un giro cuyas consecuencias sobre las asociaciones de personas
mayores no han sido analizadas. En 1985, la Asociacin Quebequesa se une a una
coalicin nacional de personas mayores favorable al reajuste, que organiza varias
actividades de representacin ante el gobierno federal y que conducirn al restablecimiento del pleno ajuste de la pensin de base federal (Carette, 1992). El
movimiento de oposicin a esta medida gubernamental trajo la creacin de las
Ontario Coalition of Senior Citizens Organizations81, as como la del Frente Comn de
Personas Mayores de Quebec (David, 1989). Este episodio se invoca a menudo
como marcador de la creacin de un movimiento de personas mayores (Gifford,
1990; Carette, 1992) y como prototipo de su accin colectiva. Las coaliciones, centradas sobre todo en la defensa de los derechos asegurados por el Estado, constituyen, en efecto, un nuevo modo de accin privilegiada de las personas mayores.
Pero, en realidad, estas mismas coaliciones han sido muy poco estudiadas.

140

En Canad y en Quebec, el anlisis de las asociaciones de mayores personas


est muy poco desarrollado. Sin embargo, Brault (1987) demuestra que estas
asociaciones constituyen lugares de innovacin social. Por su parte, David
(1989) describe la aparicin, desde mediados de la dcada de 1960, de asociaciones de defensa de los derechos de las personas jubiladas en Quebec y analiza sus
intervenciones en el mbito laboral y de la jubilacin. Observa que, en el transcurso de la dcada de 1980, estas asociaciones multiplicaron sus campos de
intervencin y desarrollaron varias alianzas con el fin de combatir las medidas
gubernamentales restrictivas. Indica, igualmente, que la aparicin de nuevos desafos sociales, que afectan a toda la sociedad, tambin corre el riesgo de dividir
estos grupos, en particular tomando como base divergencias socioeconmicas.
En la perspectiva propuesta por Pratt (1976), Gifford (1990) describe la gnesis
sociohistrica de las asociaciones de jubilados implicadas en la accin poltica no
partidaria en Canad. Se interesa, en particular, por los grupos de defensa de los
derechos y por las federaciones de grupos sociales, as como por las coaliciones
que se crearon desde mediados de la dcada de 1980. En la perspectiva del anlisis de los movimientos sociales, Carette y Lamont (1988) se refieren al movimiento de los adultos que envejecen como el nuevo agente colectivo al que reconocen tres niveles de accin, es decir, un poder gestor y organizativo en los dife81

Organizaciones de Coaliciones de Ciudadanos Mayores de Ontario [N. del T.]

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

rentes mbitos de organizacin de su vida de no trabajadores definitivos, el ejercicio de un poder sobre los diversos mbitos de decisin que les conciernen y,
por ltimo, un poder sobre las orientaciones generales de la accin de la sociedad sobre s misma. Consideran que ningn grupo de jubilados alcanz an el
nivel del movimiento social, pero que algunos de ellos alcanzaron el segundo
nivel, reclamando con fuerza un autntico reparto del poder poltico (Carette
y Lamont, 1988: 14-0). Sin embargo, estos anlisis siguen siendo someros si se
los compara, por ejemplo, con los trabajos de Noreau (1990) sobre la institucionalizacin del movimiento de las personas mayores en los Estados Unidos.
De hecho, la dinmica de las asociaciones de personas mayores en Quebec
ha sido muy poco estudiada, excepto desde el punto de vista del discurso que
mantienen. Ahora bien, tendramos la ventaja, por una parte, de comprender
mejor la dinmica asociativa, en particular desde el punto de vista de la cohabitacin de los diferentes intereses de los miembros y de los proyectos que stos
quieren desarrollar en el marco asociativo. Por otra parte, el desarrollo de las
coaliciones ha cobrado tal importancia que tambin ellas deberan ser objeto de
anlisis. A este respecto, es importante recordar que las coaliciones son diferentes de las asociaciones, ya que constituyen un conjunto concertado y temporal
de agentes individuales y colectivos que mantienen relaciones de cooperacin y 141
de conflicto con el fin de conseguir ventajas que pueden ser simblicas o materiales, inmediatas o diferidas, esperadas o inesperadas (Lemieux, 1998). As,
podramos desarrollar una mejor comprensin de la contribucin de las asociaciones de personas mayores al cambio social.
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EL PODER GRIS?

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142

El inters de los jubilados: de la defensa de los


derechos a la bsqueda de la ciudadana
DOMINIQUE ARGOUD,
Universidad Pars XII,
UFR SESS

Los jubilados desean hacer or su voz. Es cierto que la actualidad ha puesto en


evidencia una serie de temas sensibles que interesan directamente a la vida de
los jubilados, como la evolucin del sistema de pensiones y la instauracin de
una prestacin de dependencia. Para defender los intereses de los jubilados,
existen organizaciones sindicales y asociativas cuya vocacin no exclusiva es
ejercer presin sobre los poderes pblicos de modo que se tengan mejor en
cuenta las necesidades y expectativas de sus miembros. En este sentido, el 143
Comit Nacional de Jubilados y Personas Mayores82 reivindica una mayor presencia y representacin en los rganos consultivos y de toma de decisiones relativos a la vida de los jubilados (CNRPA, 1995).
La escalada de reivindicaciones que se observa estos ltimos aos puede parecer paradjica en la medida en que, contrariamente a las generaciones anteriores,
los jubilados disponen de una parte no desdeable de poder poltico y econmico. As pues, las polticas de aumento del nivel de vida de los jubilados, efectuadas
por los poderes pblicos, contribuyeron a que su poder adquisitivo no deje de progresar, hasta el punto de que los mayores se han convertido hoy en un objetivo
privilegiado para una serie de ofertas comerciales. Del mismo modo, en el plano
poltico, los jubilados representan un tercio del electorado, ms del 40% de los
alcaldes tienen ms de 60 aos (Paillat, 1995) y la mayora de los altos responsables del Estado superan los 60 aos de edad (Vron, 1995). En tales condiciones,
cmo explicar el creciente descontento de los jubilados que desemboc, entre
1996 y 1998, en las primeras manifestaciones unitarias de jubilados?
82
Este Comit fue instituido mediante Decreto de 4 de agosto de 1982 con el objetivo de garantizar la participacin
de los jubilados y de las personas mayores en la elaboracin y la puesta en prctica de la poltica de solidaridad nacional que les concierne.

EL PODER GRIS?

En realidad, querramos demostrar que este tipo de cuestionamiento es el


rbol que oculta el bosque. Las organizaciones nacionales de jubilados constituyen grupos de inters en la medida en que se les faculta para hacer or la
voz de los jubilados. Por tanto, participan en la construccin social de los
intereses del grupo de jubilados y personas mayores. Ahora bien, como veremos, este trabajo de elaboracin y transformacin del grupo en un inters por
defender es necesariamente reductor (Offerl, 1998). Esta constatacin llega a
ser tanto ms evidente hoy, que el perfil sociolgico de los jubilados es ms
heterogneo.
Por el contrario, en la ciudad parecen surgir nuevas formas de expresin de
los intereses de los jubilados. stas no pasan siempre por las organizaciones
representativas tradicionales, por lo que el investigador debe desplazar su ngulo de anlisis al nivel microsocial para detectar nuevos mtodos de implicacin
de los jubilados en la vida social y poltica. Su escasa visibilidad conduce, a veces,
a echarlos al terreno de las iniciativas marginales. No cabe duda de que, con
todo, se asiste a una nueva configuracin del inters de los jubilados y, en consecuencia, de la identidad social de esta poblacin.
144

Los lmites de la representacin institucional


La institucionalizacin de la representacin, por medio de una entidad nacional y de comits departamentales, tena por objetivo crear una interfaz entre los
grupos de jubilados y los poderes pblicos en un contexto de reactivacin de la
poltica social y mdicosocial dirigida a las personas mayores. En realidad, la
incorporacin orgnica del comit nacional en el Ministerio responsable de las
personas mayores no favoreci este papel de mediacin83. Pero, ms all de estos
problemas estructurales, querramos hacer hincapi en el creciente desajuste
entre la representacin institucional de los jubilados y la evolucin sociolgica de
la poblacin de ms edad. La construccin social del inters del grupo de los
jubilados slo cubre actualmente, y de forma muy insuficiente, la diversidad de
las aspiraciones y preocupaciones de las personas mayores.
LA

CRISIS DE LA REPRESENTACIN

Un mismo fenmeno se observa en todos los pases europeos: la deceleracin del crecimiento econmico y la crisis del Estado del bienestar han favore83

Desde el Decreto de 4 de mayo de 1995, el vicepresidente del comit es elegido de entre su seno y ya no lo designa
el ministro competente.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

cido la aparicin de nuevos grupos de inters y de una actitud ms reivindicativa. Segn Alan Walker, el enfoque consensual que prevaleci en los Gloriosos
Treinta evolucion hacia un enfoque ms conflictivo. No slo el Estado es
menos generoso con respecto a los grupos beneficiarios de las redistribuciones
del Estado del bienestar, sino que tambin han hecho su aparicin nuevos grupos y cuestionan el lugar de las organizaciones representativas tradicionales
(Walker, 1999).
En este sentido es en el que hacemos referencia a la crisis de la representacin. No se trata de discutir el lugar y el papel del Comit Nacional de
Jubilados y Personas Mayores, sino los desafos que afronta la representacin
institucional de los intereses de los jubilados, habida cuenta del carcter conflictivo del juego de los protagonistas84. En este caso, la cuestin de la representacin de los intereses de los jubilados es objeto de dos lneas de fractura
importantes. La primera opone las confederaciones sindicales a las dems asociaciones85. La supremaca sindical concedida por el Estado inmediatamente
despus de la Segunda Guerra Mundial se impugna hoy en nombre de la no
representatividad de las organizaciones sindicales. De hecho, el lugar que
ocupa el trabajo en la definicin de la identidad del jubilado tiende a relativizarse.
145
Pero existe otra lnea de fractura que cubre de modo imperfecto la lnea anterior. Mientras que, tradicionalmente, las organizaciones sindicales se oponan a la
constitucin de una representacin especfica de los intereses de los jubilados (en
nombre de la solidaridad intergeneracional), con regularidad se elevan voces para
reivindicar el hecho de que los jubilados deben ser representados como tales en
diferentes organismos en los que se toman decisiones. La constitucin del grupo
de los jubilados en una fuerza viva de la nacin, sobre todo en una entidad como el
Consejo Econmico y Social86, sera un medio de aumentar la eficacia de la defensa de sus intereses. Estos ltimos aos, la derecha parlamentaria present, en este
sentido, varias proposiciones de ley, pero estas chocan, ms que nada, con el
medio sindical y mutualista, que se opone a una disociacin de la representacin
en funcin del criterio de la edad.
84

Estos desafos aparecen claramente en el informe del grupo de trabajo n 1, El lugar de los jubilados en una Francia
solidaria y ciudadana, instituido en el marco del Ao Internacional de las Personas Mayores, y, sobre todo, en su
anexo n 4.
85
Esta situacin se tradujo, por ejemplo, en las manifestaciones separadas los das 6 y 22 de octubre de 1998 en torno
a unas reivindicaciones por lo dems relativamente similares.
86
El Consejo Econmico y Social fue instituido por la Orden del 29 de diciembre de 1958 para favorecer la colaboracin de las distintas categoras profesionales entre ellas y (para asegurar) su participacin en la poltica econmica
y social del Gobierno.

EL PODER GRIS?

Detrs de las estrategias organizativas se establece, en realidad, un espacio


de confrontacin entre los protagonistas para imponer una determinada
visin del inters de los jubilados. Lo que est en juego no es anodino, ya que
conducir a largo plazo a una reconfiguracin de la representacin institucional. Pero en el momento actual, el hecho de poner de relieve la cuestin de la
representatividad genera, ms bien, un statu quo y una crispacin de los grupos de inters en torno a la defensa de los derechos de los jubilados, lo que
constituye un obstculo para la aparicin de nuevas vas destinadas a aumentar la participacin de los jubilados en la vida poltica y social. Las transformaciones que registra la tercera etapa del ciclo de la vida, con una ampliacin
de este perodo, tanto antes del momento del cese de la actividad profesional
como despus del hecho del aumento de la esperanza de vida, no han generado todava una reformulacin del mbito de la vejez por parte de los agentes sociales, que permanecen limitados en los mbitos de accin tradicionales, al mismo tiempo que se enfrentan a una menor movilizacin de sus
miembros.

146

Las estadsticas indican, en efecto, que las generaciones de jubilados ms


jvenes tienden a olvidar las organizaciones de la tercera edad o de carcter sindical (Crenner, 1997) y, por su parte, los jubilados de edad avanzada participan
menos activamente como consecuencia de los achaques que se presentan en la
edad avanzada (Thomas, 1996). En total, segn un sondeo realizado en 1992,
solamente el 22% de los jubilados consideran que las asociaciones nacionales de
jubilados defienden realmente sus intereses87.
Las organizaciones actuales tienen dificultades para volver a definir los lmites y la identidad de los jubilados y las personas mayores. Nuestras diferentes
investigaciones sobre el terreno sacaron a la luz una toma de conciencia, en algunos organismos, de la necesidad de hacer evolucionar las prcticas sobre el terreno para no reforzar las posibles tensiones intergeneracionales en un contexto
econmico difcil. Sin embargo, las tentativas de algunos clubes de la tercera
edad, as como de algunas secciones sindicales, tropiezan con reticencias que
proceden tanto de los propios miembros, ms acostumbrados a ser encuadrados, como los responsables institucionales. En el plano sindical, la primaca
concedida en el trabajo y el temor de comprometerse en acciones de carcter
voluntario contribuyen a mantener el statu quo en lo que se refiere a los mbitos de accin de los distintos grupos. De hecho, las posibilidades de xito de
87

Sondeo de Notre Temps, n274, octubre de 1992.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

estas tentativas de evolucin resultan relativamente aleatorias con respecto a una


estrategia de promocin de la figura del jubilado portador de derechos, que
presenta la ventaja de ser universal e igualitaria en todo el territorio nacional y,
por lo tanto, de ir acompaada fcilmente de la estructura piramidal de los grupos de inters.
LOS GRUPOS DE INTERS CENTRADOS EN LA FIGURA DEL JUBILADO PORTADOR DE DERECHOS

En Francia, existen mltiples grupos de inters de jubilados. Esta fragmentacin contribuye, por otra parte, a la debilidad de las organizaciones de defensa de sus intereses, ya que ninguna de ellas est en condiciones de hacer uso de
una legitimidad que les habilite para hablar en nombre del conjunto de los jubilados. La creacin de una entidad como el Comit Nacional de Jubilados y
Personas Mayores modific, sin embargo, el espacio de representacin, ya que,
para retomar la tipologa de Rmi Lenoir, la legitimacin poltica de dicho espacio le impulsa a convertirse en un grupo de consenso, a diferencia de un grupo que
aparecera estructurado en torno a intereses clasificados por categoras (Lenoir,
1986). Por su composicin heterclita, se supone que el Comit Nacional representa el conjunto del espacio social de los jubilados y, por lo tanto, intenta
reconciliar los irreconciliables.
147
Habida cuenta de los desafos institucionales, no es cierto que el citado
Comit Nacional haya conseguido realmente este fin. Pero es innegable que,
estos ltimos aos, las organizaciones de jubilados han tenido que recurrir a un
discurso que tiende a homogeneizarse, mientras que la poblacin jubilada, por
el contrario, se hace cada vez ms heterognea. En este caso, la dcada de 1990
se caracteriz por la aparicin de un discurso de protesta centrado en los derechos de los jubilados. Esta restriccin de la problemtica puede parecer sorprendente, ms an cuando la dcada de 1980 haba marcado ms bien una voluntad de ampliar el horizonte de los intereses considerados. Tal evolucin debe
buscarse menos en una estrategia organizativa de aproximacin explcita entre
los representantes de los jubilados que como resultado de una reaccin colectiva a la poltica pblica destinada a las personas mayores. Es decir, el principio de
oposicin triunfa claramente sobre los principios de identidad y totalidad para que se
pueda hablar del nacimiento de un movimiento social, en el sentido definido por
Alain Touraine (Touraine, 1978).
El punto de partida de esta evolucin se remonta indiscutiblemente a finales
de la dcada de 1970 con la aparicin de asociaciones de defensa de los intereses de los prejubilados, que presentan la particularidad de no proceder del medio

EL PODER GRIS?

sindical. Se desarrollaron, sobre todo, como consecuencia del Decreto


Brgovoy de 24 de noviembre de 1982, que reconsideraba una serie de ventajas que haban adquirido los prejubilados88. Al hacer irrupcin en la escena de la
representacin, estas organizaciones introdujeron un inters especfico (la
defensa de los derechos de los prejubilados) y pusieron en entredicho las reglas
y la naturaleza del juego entre los grupos de inters y los poderes pblicos. En
efecto, por la virulencia de su discurso y por la especificidad de su combate,
estas asociaciones, situadas al margen del sistema de representacin, introdujeron una dosis de conflictividad que se propag progresivamente al conjunto de
las organizaciones.

148

Bajo la presin de las reformas iniciadas por los poderes pblicos, que tuvieron como consecuencia poner en entredicho los logros sociales de categoras
ms amplias que slo los prejubilados (desajuste de las jubilaciones con relacin
a los salarios, acuerdos de supresin de las bonificaciones para los jubilados que
tienen al menos tres hijos, sometimiento a la contribucin social generalizada y
al reembolso de la deuda social...), la defensa del poder adquisitivo constituy
una base comn para el conjunto de las organizaciones de jubilados, incluso las
que no recurran tradicionalmente a un modo de accin protestataria. El punto
culminante de este movimiento lo constituy la manifestacin del 22 de octubre
de 1996, que reuna por primera vez a todas las organizaciones de jubilados
(excepto el Sindicato Fuerza Obrera y la Asociacin de Personas Mayores
Rurales) en torno a los temas de la defensa del poder adquisitivo y la reivindicacin de una prestacin de dependencia.
Todo sucede como si la poltica en materia de pensiones y la poltica fiscal
del Gobierno hubieran cristalizado los descontentos y favorecido la homogeneizacin del inters de los jubilados en torno a la defensa del poder adquisitivo, a
pesar de las divergencias ideolgicas de las organizaciones. En este contexto, la
lnea divisoria tradicional entre las organizaciones sindicales y las asociaciones
de la tercera edad se atenu en beneficio de una espiral reivindicativa que se
extendi con rapidez a la cuestin de la prestacin de dependencia. Por lo tanto,
las organizaciones de jubilados adoptaron progresivamente un discurso comn
que contribua a la definicin de un inters que ya no apareca como categorizado y fragmentado, pero que est dotado de un capital simblico susceptible de
reunir ampliamente a las personas mayores.
88

Muchas de estas asociaciones estn ahora federadas en la Unin Federal de Jubilados.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Sin duda alguna, este proceso favoreci la toma de conciencia y la visibilidad


del inters de los jubilados ante un pblico ms amplio que slo los grupos de
intereses tradicionales. Pero, como contrapartida, redujo el mbito de la problemtica vinculada a la vejez. Como demuestra un anlisis del contenido de los
estudios de seis organizaciones de jubilados, la figura del jubilado portador de
derechos es mayoritaria (Argoud, Puijalon, 1999). As pues, si se excluyen las
Personas Mayores Rurales y la Unin Nacional de Jubilados y Personas Mayores
(UNRPA: Union Nationale des Retraits et Personnes ges), ms de la mitad de los
estudios de las dems organizaciones consideradas se consagra a la actualidad,
en particular a los dos temas principales que fueron objeto de las manifestaciones de 1996 y 199889.
Existe una gran proximidad entre la palabra de los portavoces y la de los
profesionales y expertos de la poltica en materia de vejez. En efecto, los
temas abordados por los representantes de los jubilados son, sobre todo, los
que estn en la agenda pblica. En este caso, durante el perodo estudiado, los
dos temas centrales son el poder adquisitivo de los jubilados y la prestacin
destinada a dar solvencia a las personas mayores dependientes. Esta proximidad entre la palabra de los portavoces y la de los expertos y poderes pbli- 149
cos est reforzada por uno de los criterios de acceso a la escena institucional
de la representacin: se trata de una palabra cuantificable, uno de cuyos objetivos es permitir la accin. A este respecto, una palabra individual apenas
tiene valor, ya que, por su singularidad, no permite guiar la accin colectiva.
La escasa consideracin de la palabra singular por parte de los representantes de las personas mayores y de los poderes pblicos explica el desfase que a
veces se constata en los grupos de inters entre la cima y la base. Por no tomar
ms que un ejemplo que ilustra dicho desfase, podemos mencionar la soledad.
En efecto, a travs de nuestras distintas investigaciones sobre el terreno, todo
indica que la soledad (y/o el aislamiento) aparece como un problema primordial
desde el punto de vista de las personas mayores. Ahora bien, las discusiones y
debates pblicos vinculados a la defensa de los derechos de los jubilados no
incluyen esta preocupacin.
89
En este caso, se trata de los estudios de FO, de la CNR, de la FNAR y, en una menor medida, de la CFDT. Las siglas
corresponden al sindicato Fuerza Obrera (FO: Force Ouvrire); a la Confederacin Nacional de Jubilados (CNR:
Confederation Nationale des Retraits); a la Federacin Nacional de Asociaciones de Jubilados (FNAR: Fdration
Nationale des Associations des Retraits) y al sindicato Confederacin Francesa Democrtica del Trabajo (CFDT:
Confederation Francaise Democratique du Travail)] [N. del T.].

EL PODER GRIS?

La redefinicin de la identidad del grupo de jubilados


Con la diversificacin de los modos de vida en la jubilacin, la edad se convirti en una variable menos operativa. As pues, distintos estudios realizados
recientemente por el CLEIRPPA90 atestiguan que, para la mayora de los indicadores relativos al modo de vida de los jubilados, existe una correlacin mucho
ms fuerte con una variable como la categora socioprofesional que con la variable tradicional de la edad91.

150

A diferencia del anciano de posguerra, la figura del jubilado cubre una realidad muy heterognea. Por una parte, el espacio-tiempo correspondiente al perodo de jubilacin se ampli sensiblemente. Por otra parte, el efecto generacional
y la diversificacin de los modos de vida en la jubilacin hacen cada vez menos
pertinente el criterio de la edad para entender el inters de los jubilados. De este
modo, se hace cada vez ms difcil hacer or la voz del jubilado, para recobrar
el ttulo de la revista mensual para informacin y defensa de los jubilados y viudas que se fund en 1919. La diversidad sociolgica de la poblacin jubilada entra
en colisin con el trabajo de elaboracin de los grupos de inters, que consiste
en incorporar las posiciones individuales en un posicionamiento colectivo. Con
ello, este movimiento tiende a forjar una representacin social del grupo que se
convierte en sujeto y objeto de la palabra.
Para aumentar su legitimidad representativa, la mayora de los grupos de inters pretenden cubrir lo ms ampliamente posible el mbito de los jubilados. As
pues, la Unin de Ancianos de Francia (UVF: Union des Vieux de France) se defina como la organizacin de defensa de los pensionistas, jubilados, beneficiarios
de subsidios y rentistas vitalicios. La evolucin de la poblacin jubilada le llev
progresivamente a sustituir a los rentistas vitalicios por los prejubilados. Por
su parte, las consignas de las organizaciones sindicales tienen hoy por objeto
movilizar sistemticamente a los jubilados, a los prejubilados... y a los parados.
Esta ampliacin de la poblacin objeto oculta, de hecho, una dificultad creciente de las organizaciones en cuanto a movilizar a un conjunto de individuos en
torno a los desafos federativos. A pesar de ser un tema ms bien movilizador
(el poder adquisitivo y los derechos de los jubilados), parece que las organizaciones tengan dificultades para representar el conjunto del espacio social. Ms
90

Centro de Conexin, Estudio, Informacin e Investigacin de los Problemas de las Personas Mayores (Centre de
Liaison, d'tude, d'Information et de Recherche sur les Problmes des Personnes ges, 86 avenue de Saint-Ouen,
75018 Pars, correo electrnico: cleirppa@wanadoo.fr).
91
Por ejemplo, vase Argoud (D.), Melan (S.), Vivre ensemble. Enqute AGRR auprs d'un echantillon reprsentatif
d'allocataires gs de plus de 60 ans, AGRR, diciembre de 1999, 58 p.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

globalmente, en los coloquios gerontolgicos es frecuente preguntarse por la


pertinencia de las palabras utilizadas para denominar a la poblacin de ms
edad.
Por otra parte, existe un efecto generacional que contribuye a que las nuevas
generaciones de jubilados sean menos propensas a definirse por la edad. Nuevos
valores como el consumismo, la realizacin personal o la ciudadana estn surgiendo entre los jubilados. Aunque en el momento de la invencin de la tercera edad la pertenencia a un grupo social definido por su edad era importante,
hoy ha llegado a ser estigmatizante.
Segn una amplia encuesta cuantitativa realizada por Fabienne MarmierGrigis, el estudio de las representaciones, en lo referente a la evolucin de la vida
de los jubilados92, pone de manifiesto que un 75% de los encuestados de 55 a 59
aos de edad sitan el cambio en el plano social (haciendo referencia a la mejor
integracin de los jubilados, a su actividad ms importante...) frente a un 69%
de entre 60 y 64 aos, y a un 60% de entre 65 y 69 aos. La expresin los jubilados estn mejor insertados socialmente es citada por menos de un 1% de los de edad
avanzada y por un 7% en la clase intermedia, hasta llegar a un 9% entre los ms
jvenes. A la inversa, la evocacin de las evoluciones producidas en el plano 151
individual (modificacin de ingresos, progresos domsticos) es la caracterstica
del 14% del primer tramo de edad, del 20% del segundo y del 35% del tercero.
Es evidente, con toda claridad, que los jubilados jvenes son muy conscientes
de la evolucin del lugar social que se les concede, mientras que los de edad
avanzada miden prioritariamente la mejora de las condiciones de vida diarias.
Esta constatacin saca a la luz la importancia que los nuevos jubilados conceden a su integracin en el tejido social (Marmier-Grigis, 2001).
Adems, la observacin de grupos de jubilados jvenes tiende ms bien a
indicar una bsqueda de compromiso en las organizaciones extravertidas, es
decir, las que se vuelcan en servir a los dems y no en servir exclusivamente a
sus miembros. Sobre todo, el carcter extravertido de estas asociaciones contribuye a ampliar los mbitos de accin que la poltica en materia de tercera edad
haba definido de manera restrictiva. Por otra parte, es clarificador que, en las
entrevistas a jubilados jvenes que hemos realizado estos ltimos aos, stos no
se definen prioritariamente como jubilados, sino como ciudadanos. La
identidad del partcipe de la jubilacin ya no parece que se defina ahora como el
92

En respuesta a la pregunta "Considera usted que vive la misma jubilacin que la de sus padres?; si su respuesta es
'no', por qu?".

EL PODER GRIS?

beneficiario unilateral de derechos, sino como un ciudadano que participa en la


vida social93.
As pues, se crea un desfase con las organizaciones de jubilados que son, en
gran medida, introvertidas en lo que respecta al criterio de la edad. Su estrategia
de adaptacin consiste, en el momento actual, en pretender englobar a los prejubilados para ampliar su base. Las manifestaciones de jubilados de finales de la
dcada de 1990 no deben llamar a engao sobre la posibilidad de que la edad se
convierta en un potente factor de movilizacin. En efecto, es significativo que
los jubilados ms activos en la protesta representan una lite. As pues, una
encuesta cuantitativa realizada en la manifestacin no sindical del 6 de junio de
1996 revela que los manifestantes (ms de un 70% de ellos) son directivos que
proceden del sector privado, en especial de las grandes empresas, y se benefician
de pensiones sumamente considerables (Viriot-Durandal, 1996). Por consiguiente, la poblacin de personas mayores ms reivindicativa forma parte, ms
bien, de un grupo social privilegiado, pero que, sin embargo, vivi una expulsin precoz, y a menudo no deseada, del mundo de la empresa. La poltica social
y fiscal de los ltimos gobiernos refuerza as su voluntad de luchar contra la
exclusin social por motivos de edad.
152

La invencin de los nuevos modos de participacin


Las debilidades efectivas de los mecanismos de representacin de los jubilados llevan a una situacin paradjica. Aunque en los planos nacional y departamental existen organismos representativos que agrupan a todos los organismos
de defensa de los intereses de los jubilados, estos ltimos tienen el sentimiento
de que su voz no es oda por los poderes pblicos. En sentido contrario, nuestras encuestas sobre el terreno, realizadas en las colectividades locales, demuestran las importantes dificultades con que se topan los consejos generales y los
municipios para encontrar interlocutores que representen realmente a las personas mayores. La movilizacin del Comit Nacional de Jubilados y Personas
Mayores y de los Comits Departamentales de Jubilados y Personas Mayores
contra las modalidades actuales de la prestacin especfica de dependencia pudo
producir la ilusin de una inversin de tendencia. Sin embargo, no cabe duda de
que hoy, globalmente, los portavoces de las personas mayores son, sobre todo,
los profesionales de la accin gerontolgica, ms que las mismas personas
93
Una comparacin muy interesante, efectuada entre la problemtica suscitada durante los Encuentros Nacionales de
1983 y la que se plante durante el Ao Internacional de las Personas Mayores, hace patente esta evolucin en cuanto a la identidad (vase el Anexo n. 8 del informe del Grupo de Trabajo n. 1).

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

mayores (Argoud, 1998); lo que introduce necesariamente un sesgo en la funcin de representacin.


De hecho, la institucionalizacin de la representacin de los jubilados tendi
a reducir la visibilidad de otras formas de representacin. No es fcil localizar
estas iniciativas, ya que suelen ser de tamao modesto y, precisamente, su no institucionalizacin obliga al observador a desplazar su ngulo de anlisis al mbito microsocial. Existen experiencias de una gran diversidad. Entre ellas podemos citar las iniciativas del tipo de los Consejos de Sabios o las asociaciones de
residentes que viven en una institucin.
A travs de estas experiencias, no se trata de representar la categora de los
jubilados y personas mayores en tanto que clase de edad definida. Por el contrario, estas distintas iniciativas sitan al jubilado en una situacin de interrelacin
con los dems componentes de la ciudad. El criterio de la edad desaparece
entonces en favor de una concepcin ms intergeneracional del vnculo social
(Argoud, 1996).
En cuanto a las asociaciones de residentes en establecimientos (tal como
Libert du Rsident en Institution 94), no tienen vocacin de competir con las asociaciones tradicionales, ms an cuando estas ltimas tienen enormes dificultades 153
para cuidar a los miembros, o para reclutarlos, tan pronto como se produce la
discapacidad. Tales asociaciones tienen por objetivo, sobre todo, ser lugares
donde expresarse y no lugares de representacin de un inters supuestamente
homogneo.
A pesar de su diversidad, estas distintas formas de representacin / participacin tienen en comn una consideracin de la palabra singular. Las palabras individuales y subjetivas de las personas mayores se reconocen como pertinentes en el
modo de funcionamiento de estos organismos. Se deducen, al menos, dos consecuencias: por una parte, por su escaso grado de institucionalizacin, tales lugares
son poco visibles y se caracterizan por una proximidad y un arraigo locales. Por
otra parte, la identidad del jubilado no es la de un protagonista colectivo portador
de derechos y caracterizado por su edad: es la de individuos que se expresan en su
propio nombre sobre problemas concretos que les ataen personalmente.
Las entrevistas a jubilados ponen de manifiesto, en efecto, que su implicacin
en tales organismos traduce y aumenta un sentimiento de pertenencia a la comu94

Libertad del Residente en Institucin [N. del T.]

EL PODER GRIS?

nidad local. Por consiguiente, es un grupo de inters que no es portador a priori de intereses sectoriales destinados a asociarse para ejercer presin a escala
nacional. Del mismo modo, a diferencia de las organizaciones tradicionales de
jubilados, los Consejos de Sabios y de ancianos han de comprometerse en mbitos muy diversos, que rebasan los nicos polos de las reivindicaciones y las actividades recreativas. Para convencerse, no hay ms que observar los mltiples
mbitos de reflexin y de accin en los que se comprometen tales organismos.
Este posicionamiento en todos los frentes no hace ms que reflejar la diversidad de los problemas que se plantean a escala municipal.

154

Por su falta de representatividad, estas nuevas formas de representacin /


participacin son, pues, relativamente diferentes de las organizaciones representativas tradicionales, que, por otra parte, apenas las tienen en cuenta. Con
todo, estas nuevas formas de implicacin de los jubilados son portadoras de
una renovacin del proceso de construccin social del grupo de jubilados y
personas mayores y de sus intereses. Podra resultar una mayor presencia de
los jubilados y una mejor coproduccin en la elaboracin de la accin pblica local. En la actualidad, muchas acciones pblicas se centran en los jubilados y las personas mayores, es decir, en una categora que, ante todo, es una
construccin colectiva elaborada en exterioridad. Ahora bien, varias evaluaciones sociolgicas pusieron de manifiesto el hecho de que el recurso a categoras construidas por los poderes pblicos y recogidas por los profesionales
hace que los principales interesados no se reconocieran. Los jubilados se
sienten interpelados como destinatarios de las acciones puestas en prctica,
pero no como protagonistas. Los procedimientos establecidos para conocer
sus expectativas o sus demandas no llegan, por tanto, a favorecer su participacin.
A diferencia del jubilado portador de derechos, la figura del jubilado ciudadano se afianza a escala local. Si se excluye a las grandes asociaciones nacionales, la mayora de las iniciativas se sitan a escala microlocal, lo que permite la
introduccin de una nueva mediacin en las relaciones sociales, que el Estado
del bienestar contribuy a endurecer al generar formas de solidaridad relativamente lejanas y burocrticas. Estas prcticas locales constituyen tambin el vector de una transformacin de la sociedad, e impulsan un nuevo modo de vida
para la jubilacin, que se apoya en otra relacin con el trabajo, en el marco de
un tiempo libre cada vez ms importante.
La aparicin de estas nuevas prcticas contribuye a definir de otro modo al
jubilado. ste ya no es simplemente el beneficiario de prestaciones debidas a su

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

edad. Al poner en entredicho algunas compartimentaciones, el jubilado adquiere una ciudadana basada en su implicacin y en el reconocimiento de su papel
social en la ciudad. El criterio de la edad desaparece ante l por la pertenencia a
la comunidad local. As, tal evolucin genera una menor segregacin entre las
edades. Realmente, la aparicin del jubilado ciudadano no hace ms que traducir la disociacin creciente que existe entre vejez y jubilacin. En este contexto,
el medio asociativo ofrece suficiente flexibilidad para permitir un ajuste de las
prcticas a este proceso de redefinicin del ciclo de vida. Pero eso se efecta a
menudo al margen de las organizaciones tradicionales, que es el fruto de la historia de las polticas en materia de vejez, y que a veces tiene dificultades para
promover nuevas representaciones de la vejez. Esta es la razn por la que se
puede pensar que el factor local es portador de una serie de evoluciones que permiten al jubilado ejercer su plena ciudadana sobre la base de una reciprocidad
de los intercambios, y no sobre la base de prcticas introvertidas, que tienden a
endurecer las relaciones entre generaciones.
A nuestro entender, la introduccin ms sistemtica a escala local de mecanismos de participacin de los jubilados en la vida poltica y social puede permitir la expresin de la diversidad de sus intereses y, por consiguiente, una presencia ms activa en los lugares donde se elaboran las normas de la accin pbli- 155
ca. Estos mecanismos no entran en contradiccin con las formas clsicas de
representacin de los jubilados y las personas mayores, pero se inscriben en
complementariedad y contribuyen a ampliar el inters de los jubilados.
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156

Los sindicatos de jubilados


Entrevista con MARTIN KOHLI
Profesor de Sociologa de la Universidad de Berln

POR MATHIEU SCHMITT

MS: Los sindicatos de jubilados son protagonistas de pleno derecho


en el mundo de la jubilacin. Por qu es interesante para los sindicatos conservar a sus miembros despus de que se hayan jubilado?
MK: En primer lugar, los sindicatos tienen inters en conservar a los jubilados como miembros porque su fuerza, en el momento de las negociaciones,
depende del nmero de estos ltimos. En segundo lugar, en caso de conflicto, 157
los militantes de ms edad pueden ser muy tiles. En una huelga, por ejemplo,
los jubilados estn en una posicin mucho ms cmoda que los trabajadores en
activo. No tienen nada que perder, en efecto, ya que no pueden ser despedidos.
Los jubilados son tiles no slo para aumentar las bases sindicales, sino tambin como voluntarios para apoyar a la organizacin sindical en el momento en
que se desarrollan negociaciones; tambin pueden resultar tiles para la contratacin de nuevos miembros. Una tradicin sindical en las familias sera difcilmente concebible si se prescindiera de los militantes de ms edad. Si los sindicatos dejaran de ocuparse de los jubilados, podran perder un activo importante.
Esta es la razn por la que los sindicatos intentan conservar a sus jubilados.
En Alemania, en 1989, existan tres grupos de sindicatos: los que contaban con
una escasa proporcin de jubilados (educacin, comercio o banca), los que se
encontraban en la media y los que contaban en sus filas con mas de un tercio de
jubilados, como en los ferrocarriles o las minas.
Tras la unificacin, los esfuerzos de los sindicatos tuvieron an ms xito
entre los trabajadores en activo que entre los jubilados, lo que produjo un rejuvenecimiento de sus bases.

EL PODER GRIS?

En 1994, se puede observar otro cambio. Los sindicatos pierden la mayora


de los miembros que haban ganado durante el perodo de unificacin. El sindicato de los trabajadores de la metalurgia, por ejemplo, perdi un 70% de su personal. En este perodo, adems, haba menos afiliaciones debido a una reduccin
del nmero de obreros en este sector y a una tendencia general a la jubilacin
anticipada de los trabajadores con antigedad. Aument la proporcin de obreros que mantuvieron su afiliacin despus de su jubilacin. La proporcin de los
jubilados se elev, finalmente, hasta superar los niveles de 1989.

MS: Paradjicamente, los sindicatos no siempre tienen en cuenta al


jubilado a la hora de tomar decisiones.
MK: Los sindicatos se enfrentan a un conflicto entre varios objetivos. Por
una parte, deben seguir atentos a los problemas laborales y a las relaciones
industriales, a la vez que necesitan tener en cuenta las reivindicaciones, cada vez
ms importantes, de los jubilados.

158

En Alemania, el contrato intergeneracional asocia el empleo al Estado del


bienestar. El resultado de toda negociacin entre los sindicatos y la patronal
influye directamente, por tanto, en el nivel de las pensiones pblicas. No obstante, la alianza entre los trabajadores por cuenta ajena y los jubilados se ve amenazada por la aparicin de una nueva posibilidad de conflicto: la parte de las
cotizaciones salriales destinada a las pensiones.
Ciertamente, los jubilados constituyen un elemento importante de la sociedad,
pero existe un dilema: los sindicatos intentan superarlo creando formas de organizacin particulares para sus miembros de ms edad. No parece que exista una estrategia
colectiva para la solucin de este dilema. As pues, los jubilados del sindicato de la
metalurgia pagan cotizaciones sindicales menos elevadas y, por lo tanto, pierden algunos de los derechos vinculados a la afiliacin. Algunos sindicatos eximen a los jubilados del pago de algunas contribuciones, mientras que otros les aumentan el nivel.
A veces, y especialmente en los servicios pblicos, los sindicatos crearon derechos particulares para sus miembros de ms edad: los jubilados elegidos por sus
compaeros tienen la posibilidad de participar en el comit ejecutivo de la organizacin y de expresarse. Durante su jubilacin, los trabajadores de edad avanzada siguen, a veces, con algunas actividades. En consecuencia, reivindican mayores derechos, pero, hasta ahora, el lugar de los jubilados en el mercado laboral se
situaba fuera del campo de las preocupaciones sindicales ms urgentes.
Se eligieron dos opciones divergentes.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

La ms popular de ellas acta sobre la base de grupos (a menudo compuestos de antiguos responsables sindicales) que discuten sobre la actualidad
poltica y sindical y organizan reuniones de informacin para los miembros.
Estos grupos abogan por una mayor participacin de los jubilados en la vida
sindical.
La segunda opcin supera la simple proteccin material y se interesa ms por
la difusin de informaciones sobre los servicios a las personas mayores y sobre
los problemas de la salud.
Un sondeo efectuado entre los jubilados (entre 55 y 70 aos) del sindicato de la
metalurgia pone de manifiesto que un 73% de los encuestados piensa que su sindicato es el que debera representar los intereses de las personas mayores, ms que los
partidos polticos (64%). Por otra parte, los afiliados han criticado a menudo a los sindicatos, a los que acusan de no hacer bastante en este mbito. Al mismo tiempo, no
se sentan en absoluto alejados de las estrategias de sus sindicatos. Por el contrario, se
manifestaban de acuerdo con la mayora de los objetivos sindicales (mejora de la
democracia en la empresa, lucha contra el desempleo, negociaciones colectivas).
As pues, los sindicatos deberan establecer medios para permitir que los jubilados pugnaran por una mejor representacin y una mejor defensa de sus inte- 159
reses. En la parte ms progresista de las direcciones sindicales existe un creciente sentimiento de urgencia en favor de tal evolucin. Cul debera ser la amplitud de los cambios si las necesidades de los miembros llegaran a cambiar?

MS: Usted dirigi un estudio relativo a los jubilados y los sindicatos


en Europa. Cules son los principales modelos de integracin?
MK: Los sindicatos podran definirse como organizaciones enteramente dirigidas a los trabajadores en activo con exclusin de los jubilados. Este modelo,
sin embargo, no existe ya en el mundo moderno.
En Alemania, y en la mayora de las dems sociedades europeas, incluidos los
Pases Bajos y el Reino Unido, los sindicatos ofrecen a los jubilados la posibilidad de conservar su afiliacin, mientras que en este segundo modelo no se
encuentra ninguna participacin o representacin de los militantes de ms edad
en los organismos con poder de decisin. Durante la ltima dcada, los sindicatos han evolucionado, o estn evolucionando, hacia un tercer modelo. Este ltimo permite a los jubilados constituir un grupo aparte en la organizacin. Tienen
la posibilidad (en gran medida simblica) de participar en las tomas de decisiones y de organizar reuniones y manifestaciones para los jubilados sindicados. No

EL PODER GRIS?

obstante, la parte fundamental de las actividades sindicales permanece centrada


en los trabajadores en activo.
Los jubilados sindicados son los representantes y los abogados de la poblacin de ms edad. Representan un cuarto modelo. En este caso, algunos de estos
jubilados, activos en el plano sindical, estn tambin presentes en las asociaciones y las instituciones para personas mayores, donde hacen valer la opinin sindical. Este modelo responde a las directivas del sindicato alemn de los metalrgicos para la promocin de los jubilados.

160

Tenemos, a continuacin, el modelo italiano. Se trata de sindicatos esencialmente concebidos para los jubilados; sindicatos de jubilados que son miembros de pleno
derecho de sus confederaciones respectivas. Los sindicados tienen la posibilidad de
transferir su afiliacin del sindicato de los trabajadores en activo al de los jubilados
a partir del momento en que se jubilan. Existe en este modelo una nueva categora
de miembros que no se sindic nunca. En Italia, los sindicatos de jubilados representan alrededor de un 40% de la totalidad de los sindicalistas. Estos sindicatos de
jubilados tienen un papel poltico importante, principalmente en el sector de los
derechos sociales: seguridad social, alojamiento, circulacin por carretera, educacin
etc. La principal ventaja de este modelo reside en la relativa homogeneidad de sus
reivindicaciones; no hay conflicto en los objetivos, pero tiene una desventaja: se pierde el importante recurso que representa el compromiso del jubilado con su anterior
organizacin, es decir, la experiencia adquirida durante su vida sindical.
Este ltimo modelo podra representar una solucin bastante buena: los jubilados sindicados tendran la posibilidad de permanecer en sus organizaciones sindicales respectivas o de afiliarse a una organizacin de jubilados adjunta al sindicato
o, tambin, de ser miembro de las dos estructuras. En este caso, no se perderan las
relaciones adquiridas ni los compromisos asumidos durante el perodo de actividad. Este dispositivo tendra por principal mrito la no exclusin de los jubilados
sin experiencia sindical. Los sindicalistas jubilados podran, pues, conservar a la vez
sus tradiciones y beneficiarse del respaldo de sus sindicatos respectivos; no obstante, la plataforma reivindicativa sera resultante de la asociacin que agrupa a los distintos sindicatos de jubilados. Este modelo se puso a punto en Escandinavia y en
Austria y funciona parcialmente en el Reino Unido, pas donde las organizaciones
de jubilados suelen estar respaldadas por sus sindicatos, pero que no estn reservadas exclusivamente a los miembros de las organizaciones sindicales.
(NOTA: Vase tambin sobre este tema, en la tercera parte, el artculo de Michel Bruneau sobre los sindicatos de jubilados europeos.)

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Los partidos de jubilados


Los partidos polticos y los jubilados: el caso israel

ESTHER IECOVICH
Profesora de Ciencias Sociales, Universidad Ben-Gurion, Israel

La implicacin y la participacin de las personas mayores en poltica y en los


sistemas polticos es el reflejo de la manera en que estn integradas en el sistema social y en las situaciones de poder, igual que lo estn los dems grupos de
inters. El compromiso poltico y la participacin de las personas mayores
representan un medio de promover sus intereses particulares, vinculados a su
paso a la jubilacin y a los problemas especficos del envejecimiento. En 1980,
las personas mayores representaban el 8,6% de la poblacin; en 1999, este por- 161
centaje haba pasado al 10% (Brodsky, Shnor y Beer, 1998).
Durante las dos ltimas dcadas, en Israel se han formado partidos polticos de
jubilados que han presentado candidatos a las elecciones nacionales, pero, en conjunto, han soportado fracasos. El objeto del presente artculo es doble: por una
parte, describir este fenmeno de partidos polticos de jubilados en Israel, estudiar
las circunstancias de su aparicin, presentar sus objetivos y sus plataformas polticas; y, por otra parte, identificar y analizar las causas de su fracaso en las elecciones
nacionales. Este artculo comprende cuatro partes. En la primera, se pasa revista a
diferentes ejemplos de partidos de jubilados en el mundo; en la segunda, se describe el desarrollo de los partidos polticos de jubilados en Israel y sus plataformas;
en la tercera, se determinan e identifican los motivos de sus derrotas en las elecciones nacionales. Por ltimo, en una cuarta seccin nos preguntaremos en qu medida los partidos especficos de jubilados constituyen el medio ms apropiado para
defender los intereses de las personas mayores en Israel.
La participacin de las personas mayores en la poltica
Si bien los mayores se interesan por la poltica, su eficacia en este mbito es
relativamente reducida (Binstock y Day, 1996) y, cuando los individuos enveje-

EL PODER GRIS?

cen, aumenta su sentimiento de impotencia (Jennings y Markus, 1988). Adems,


en numerosos pases occidentales, las personas mayores son excluidas de toda
forma de participacin y representacin poltica (Walker, 1999), de manera que
este grupo importante slo ejerce una influencia limitada. En s mismo, el hecho
de jubilarse constituye un proceso de exclusin social y poltica por el sencillo
motivo de la retirada de los sistemas de participacin formales en las estructuras econmicas e institucionales. Adems, los estereotipos con respecto a la
edad representan a menudo a las personas mayores como individuos inactivos,
volcados en sus familias y desinteresados por completo de su representacin
poltica, es decir, de su propia presencia en los parlamentos nacionales (Walker,
1999, p. 8). Por ello, durante muchos aos se ha descrito a los mayores como
polticamente impotentes; imagen que no ha comenzado a cambiar hasta hace
poco. En algunos pases como los Estados Unidos, el poder poltico de las personas mayores ha llegado a ser un factor central en el foro poltico (Jirovec y
Erick, 1992).

162

Sin embargo, varios estudios han puesto de manifiesto que los hombres de
edad avanzada acomodados, con buena salud e instruidos, son polticamente
ms activos que quienes son pobres, tienen alguna discapacidad, sufren enfermedades crnicas o son menos instruidos. En otras palabras, los mayores que
disponen de ms recursos tienen tendencia a ser ms activos polticamente
(Bazargan, Barbre y Torres-Gil, 1972; Jirovec, Erich y Sanders, 1989; Jirovec &
Erich, 1992).
CUADRO 1: Miembros de edad avanzada del Parlamento de Israel (edad, partido y aos de eleccin)
Ao de las
elecciones

Edad: de 60 a 69 aos
Likud
Otros
Laborista

Edad: de 70 y ms aos
Laborista
Likud
Otros

Total
N

1977

11

25

20,8

1981

10

23

19,2

1984

11

27

22,5

1988

29

24,2

1992

21

17,5

1999

18

15,0

Existen varias maneras de participacin de los mayores en la vida poltica.


Los ciudadanos de los pases democrticos, por lo general, tienen la ocasin de
escoger sus partidos polticos y sus candidatos. El voto es la forma ms importante de participacin de las personas mayores en la vida poltica (Jennings y
Markus, 1988). Los estudios consagrados a los votos de los mayores han puesto de manifiesto que esta poblacin no es homognea y que tiende a votar ms

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

o menos como los grupos tnico-culturales a los que pertenece (Binstock,


1992). Si bien no disponemos de datos precisos, sabemos que los electores favorables al Partido Laborista israel suelen ser personas de edad ms avanzada que
los que votan al Likud, partido de derecha (Abramson, 1989). Los que votan a
estos dos partidos son generalmente personas de edad ms avanzada que los que
votan a otras organizaciones (13 partidos en las elecciones de 1999).
Otra forma de participacin en las actividades polticas consiste en obtener
mandatos electivos. Para las personas mayores, existen varios modos de hacerse elegir, pero, si son elegidas, no suele ser con motivo de su edad, sino por sus competencias. Por otro lado, no pretenden representar los intereses de las personas mayores. Al contrario, a veces evitan ser asimiladas a un grupo de edad. En muchos pases desarrollados, la proporcin de individuos de 50 o ms aos que ocupan puestos clave en poltica es superior a la media de este tramo de edad en la poblacin
global, aunque esta tendencia haya cambiado en el transcurso de los ltimos aos
(Bonnir, 1996; Hudson y Strate, 1986). Por otro lado, los mayores pueden ser incitados a procurar una cierta representacin de su grupo de edad en los partidos polticos, como ocurre con otros sectores (grupos tnicos, mujeres, etc.). Por ltimo,
los mayores son susceptibles de fundar partidos polticos independientes con el fin
de promover sus intereses comunes.
163
En un contexto as, es interesante ver en qu proporcin los individuos
mayores de 65 aos han tenido cargos electos en la Knesset durante las dos ltimos dcadas (Cuadro 1). De este examen se desprenden dos tendencias. En primer lugar, para las elecciones que tuvieron lugar entre 1977 y 1988, el nmero
de personas mayores se increment en la Knesset. En 1992 cambi esta tendencia. Este nmero disminuy de manera significativa, aparentemente con motivo
de la modificacin del sistema electoral en cuanto a la eleccin de las personas
al puesto de Primer Ministro y las elecciones primarias en los partidos que sustituyen al antiguo sistema, en el que los partidos elaboraban las listas de candidatos. Ya sea porque las personas mayores no hayan figurado como candidatos
en las primarias, ya sea porque hayan sido derrotadas en ellas, desde luego no
figuraban en la lista final de candidatos. Por otra parte, el nmero de los miembros de la Knesset mayores de 70 aos era muy reducido, incluso inexistente en
el caso del Partido Laborista entre 1977 y 1988.
En el transcurso de las ltimas dcadas, han surgido partidos polticos de personas mayores en numerosos pases europeos, como Italia, Portugal, Rusia,
Bosnia Herzegovina, la Repblica Checa, Estonia, Luxemburgo, los Pases
Bajos, Polonia, Noruega, Rumania, Eslovenia e, incluso, los pases de Amrica

EL PODER GRIS?

Latina (como Argentina, por ejemplo). En los Pases Bajos, Luxemburgo y la


Repblica Checa (Kohli, 2000), los partidos de jubilados han obtenido un determinado nmero de escaos en sus parlamentos, mientras que, en los dems pases, no haban alcanzado el umbral que permite su representacin.
El sistema poltico israel
Israel es una democracia cuya institucin nacional suprema es el parlamento
(la Knesset), que comprende 120 miembros. El gobierno es una coalicin de los
partidos que hayan obtenido votos suficientes para enviar representantes a la
Knesset. En caso de desacuerdo entre los socios polticos, la coalicin puede deshacerse, lo que obliga al gobierno a organizar nuevas elecciones. Las elecciones
a la Knesset y al puesto de Primer Ministro tienen lugar simultneamente, en principio cada cuatro aos.

164

El sistema electoral israel se basa en una representacin proporcional a escala nacional. Al contrario que en la mayor parte de las democracias occidentales,
este sistema permite que estn representados grupos muy pequeos, con la
nica limitacin de haber obtenido el 1,5% de los sufragios. La naturaleza
misma del sistema electoral permite, e incluso estimula, una cierta proliferacin
de partidos. Si bien los dos principales han sido el Partido Laborista y el Likud
durante los veinte ltimos aos, cada vez hay ms partidos pequeos que representan grupos de intereses particulares en la sociedad israel y que presentan
candidatos en las elecciones nacionales. Por esta razn, en 1999 se presentaron
a los electores 31 listas de partidos, de las que 15 consiguieron sobrepasar el
umbral de elegibilidad.
En 1988, este umbral se fij en el 1,5% de los votos. As, en las elecciones de
1999, el nmero total de electores fue de 3.193.494, y el umbral correspondiente de 49.672. Si menos del 10% de los electores de 65 y ms aos hubieran votado a los partidos de jubilados, stos habran podido superar este umbral y disponer de dos representantes en la Knesset. Pero no consiguieron obtener el
nmero mnimo necesario.
El anlisis de las elecciones, sobre todo en el transcurso de las ltimos dcadas,
pone de manifiesto la importancia de las delimitaciones ideolgicas, tnicas y religiosas en el comportamiento electoral de los israeles, que son reflejo, en cierta
medida, de las subculturas de la sociedad (Kimerling, 1999). El Partido Laborista
y el Likud han perdido un nmero significativo de escaos en la Knesset representando intereses tnicos o de otro tipo. Es as como los partidos rabes han visto

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

pasar su nmero de escaos de ocho a diez entre las elecciones de 1996 y las de
1999. Su objetivo es el reconocimiento de los rabes como minora nacional.
En el seno de la poblacin juda, partidos tnicos como Shas partido religioso que representa a los residentes nacidos en Asia y en frica (en especial en
frica del Norte) e Israel Ba'Aliya que agrupa a los inmigrantes de la antigua Unin Sovitica a lo largo de los diez ltimos aos (alrededor de un milln
de individuos que constituyen, aproximadamente, el 20% de la poblacin israel) han visto a su representacin pasar de 17 escaos, en 1996, a 23, en 1999.
La plataforma de los partidos tnicos se basa en la igualdad social y en un mejor
reparto de los recursos de la sociedad israel (Ishay, 1999). Los partidos puramente religiosos o laicos han alcanzado en conjunto 16 representantes. Los
dems partidos que representan intereses particulares, y en especial los de las
personas mayores, no han alcanzado el umbral de suficiencia.
Los partidos polticos de jubilados
El primer partido poltico de los jubilados, Resimat HaGimlaim Vehakshishim
BeIsrael (Partido de Personas Mayores y Jubilados de Israel), fue fundado en
1981 por Myriam Gehatia, ella misma era una mayor que se haba comprome- 165
tido como voluntaria para ayudar a las personas mayores que vivan en residencias especficas. La fundadora estaba persuadida de que la participacin en las
elecciones nacionales y la entrada en la Knesset poda poner remedio al desamparo social y econmico de las personas mayores. Pensaba que un compromiso
poltico era indispensable para inducir a la Knesset a preocuparse de las necesidades y de los intereses especficos de las personas mayores, sobre todo en el mbito de las pensiones. Su partido slo obtuvo 2.000 votos, la mayora de los cuales procedan de pensionistas de residencias para personas mayores situadas en
la parte metropolitana de Tel-Aviv. Este nmero era insuficiente.
La segunda tentativa tuvo lugar en 1988, cuando Aba Gaffen, antiguo empleado del Ministerio de Asuntos Exteriores, ya jubilado y miembro del Partido
Laborista, fund un nuevo partido de jubilados, Gimlain (Los jubilados), cuya presidencia asumi. Varias asociaciones de jubilados se afiliaron a este partido, as
como personas ms jvenes que tenan una determinada experiencia personal en
el mbito de la ayuda prestada a sus padres de edad avanzada y que queran llamar
la atencin sobre las dificultades que haban encontrado. Durante la primera fase
de la actividad de este partido, se celebraron negociaciones con Gehatia, al frente
de Resimat HaGimlaim Vehakshishim BeIsrael, con el fin de crear una coalicin. Pero

EL PODER GRIS?

conflictos y rivalidades personales minaron sus esfuerzos. A fin de cuentas, el partido Gimlain obtuvo 16.700 sufragios, pero le faltaron 6.000 para franquear el
umbral mnimo de representacin.
Gimlain, dirigido por el mismo lder, volvi al ruedo poltico con ocasin de
las elecciones nacionales de 1992. Aunque esta vez se uni con una organizacin
de nuevos inmigrantes procedentes de la antigua Unin Sovitica, Yad Beyad
(Cogidos de la mano), el partido slo consigui 8.000 votos y abandon la escena
poltica. Es preciso subrayar aqu que, con ocasin de las elecciones de 1988, el
umbral de elegibilidad era del 1% de los votantes y los partidos que superasen este
umbral podan beneficiarse de, al menos, un escao en la Knesset. Este umbral se
elev al 1,5% en 1988, lo que plante dificultades a los partidos pequeos, para los
cuales se hizo casi imposible tener un solo escao en la Knesset.
Antes de las elecciones nacionales de 1996, Nava Arad, que era miembro del
Partido Laborista y de la Knesset, fund un nuevo partido de jubilados: Gil
(Edad). Tres meses antes de las elecciones, envi a los jubilados una carta en la
que expuso los motivos de la creacin de este partido:
166

La situacin de los jubilados no ha sido nunca tan mala ni tan preocupante


como ahora. El importe de las pensiones se erosiona de manera importante, y el
porvenir de los jubilados se ensombrece. Muchos de ellos estn llamados a vivir
en la pobreza. Para mejorar esta situacin, he fundado un partido de personas
mayores llamado Gil. Los dems partidos ignoran los problemas de esta poblacin. Se mofan de nosotros y las personas mayores no deben dejar que lo hagan.
Los jubilados deben poner de manifiesto que tienen la capacidad poltica de modificar esta situacin. Por este motivo hemos fundado este partido, que combatir
en la Knesset para mejorar las condiciones de vida de las personas mayores. No hay
justicia social sin justicia para los jubilados. Nuestros derechos han sido violados.
Hemos decidido reaccionar. Tenemos la fuerza y el poder de modificar esta situacin, pero slo podemos conseguirlo si nos unimos bajo la forma de un poder
poltico para ganar las elecciones y conseguir nuestros objetivos en la Knesset.
Gil se constituy con miembros de organizaciones de jubilados de los municipios locales, y de zonas de empleo importantes. Sin embargo, slo pudo obtener unos 17.000 votos, es decir, 20.000 por debajo del umbral.
En el transcurso de las elecciones nacionales ms recientes, en el mes de mayo de
1999, apareci un nuevo partido de jubilados y personas con discapacidad, Coah
HaGimlaim (El poder para los jubilados), con Gidon Ben-Israel al frente. Este ltimo

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

CUADRO 2: Plataformas de los partidos de jubilados en Israel


Elecciones de
1988 y 1992

Elecciones
de 1996

Elecciones
de 1999

+
+
+

+
+
+

+
+
+

Puesta a punto de un mecanismo de actualizacin de las pensiones y mejora de las exenciones en el impuesto sobre la
renta

Cobertura sanitaria de larga duracin

Incrementar el nmero de instituciones de asistencia de larga


duracin y de clubes de ciudadanos mayores

Buscar la exoneracin de impuestos municipales y gubernamentales

Satisfacer las necesidades particulares de determinados grupos


de mayores, como los supervivientes del Holocausto y los
nuevos inmigrantes

Objetivos

Promocin y estatuto blindado de los derechos de los jubilados


mediante leyes especficas
Mejora del nivel de vida de las personas mayores
Mejora del estatus social de las personas mayores
Adopcin de una ley nacional relativa a las pensiones

Responder a las necesidades especficas de las personas con


discapacidad y enfermas

Mejorar las condiciones de residencia y los servicios a las personas mayores

Aumentar la cobertura de la asistencia a domicilio

+
+
+
+

Hacer ms flexible la edad de jubilacin


Desarrollar la geriatra mdica
Crear una administracin nacional sobre el envejecimiento
Reconocer a la Organizacin de Pensionistas Histarut
HaGimlaim como la organizacin representativa de las personas mayores y consultarla para todas los decisiones que les
afecten

167

es el presidente de Histadrut HaGimlaim, la organizacin de jubilados ms importante de Israel, con alrededor de 250.000 miembros. Esta organizacin, aunque independiente, se asoci con la organizacin federal de sindicatos, Hahistadrut Haclalit. Hasta
las ltimas elecciones, estas dos organizaciones (Hahistadrut Haclalit e Histadrut
HaGimlaim) estaban afiliadas al Partido Laborista, que las controlaba. Varios meses
antes de las ltimas elecciones, los presidentes de estas dos organizaciones decidieron
presentarse a ellas por separado y de manera independiente. El secretario general de
Hahistadrut Haclalit, Amir Peretz, miembro de la Knesset, abandon el Partido
Laborista para fundar un nuevo partido denominado Am Ehad (Un pas), que pidi

EL PODER GRIS?

la adhesin de empleados y jubilados. Ben-Israel, por su parte, fund el partido Coah


LaGimlaim. Ben-Israel, en calidad de antiguo miembro de la Knesset y activo en el
Partido Laborista, public en los peridicos, varios meses antes de las elecciones, un
comunicado de prensa en el que justificaba la creacin del nuevo partido: Ninguna
evolucin sustancial se ha producido en los mbitos importantes y fundamentales
que afectan a los jubilados. Estos mbitos concernan a: el ndice de reevaluacin de
las pensiones y la puesta en marcha de un mecanismo de prevencin de su erosin,
el incremento de las cotizaciones mensuales de los seguros nacionales, la bajada de
las tarifas mdicas y sanitarias y la votacin de una ley relativa a las jubilaciones....

168

En el transcurso de una entrevista con Ben-Israel, ste precis que, antes de decidirse a fundar un partido de jubilados, se haba dirigido a las principales formaciones
polticas para pedirles que concedieran un puesto a un partido de jubilados, para permitirle figurar en posicin aceptable en relacin con las dems listas. En sus anuncios
publicados en los diarios israeles, declaraba: Ya no somos prisioneros de nadie. El
gobierno viola nuestros derechos porque no estamos representados en la Knesset. Y
los grandes partidos nos consideran como irrisorios porque no detentamos ningn
poder en la Knesset. Por el momento, slo podemos contar con nosotros mismos. A
pesar de los son-deos favorables a Coah LaGimlaim, este partido slo obtuvo 37.525
votos, o sea, 12.147 menos que el mnimo indispensable para beneficiarse del mnimo de dos escaos en el Parlamento.
Objetivos y plataformas
As es como las cinco tentativas iniciadas en, prcticamente, 20 aos para
colocar a un representante de un partido de jubilados en la Knesset se han traducido en otros tantos fracasos. Cules eran los objetivos de estos partidos y qu
esperaban de su presencia en el parlamento? En el cuadro 2 se resumen sus principales objetivos, tal y como figuraban en las plataformas de Gimlaim y Yad Beyad
(1988,1992), Gil (1996) y Coah LaGimlaim (1999). La plataforma de Resimat
HaGimlaim Vehakshishim BeIsrael no estaba disponible.
La comparacin de estas plataformas pone de manifiesto que todas estas organizaciones se interesan por la seguridad social de las personas mayores, por su estatus econmico y social y tambin por la asistencia sanitaria, en especial la de larga
duracin. Pueden sacarse a la luz algunas diferencias entre las plataformas. Se refieren a las circunstancias particulares de su puesta a punto, las perspectivas de cada
partido, as como su composicin, sus dirigentes y sus prioridades. Estos matices
no cambian gran cosa de sus miras ideolgicas y polticas.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Para concluir, los programas de los partidos de jubilados ponen de manifiesto


que se interesan prioritariamente por la mejora de los derechos de las personas
mayores, en general, y por la promocin de sus intereses en los mbitos de la seguridad social, la salud y, en especial, de los servicios que pueden percibir. Los programas se interesan tambin por las necesidades particulares de determinados
subgrupos, como las personas que sufren enfermedades crnicas, las personas
con discapacidad, los pobres, los nuevos inmigrantes y los supervivientes del
Holocausto. Por principio, estos programas no incluan secciones relativas a la
poltica general, como, por ejemplo, los asuntos exteriores y la poltica fiscal. Los
dirigentes pensaban, en efecto, que si se concentraban exclusivamente en los problemas de las personas mayores atraeran ms fcilmente a una poblacin heterognea. Por ltimo, estos partidos no sostenan oficialmente a ningn candidato
particular para el puesto de Primer Ministro y dejaban a sus miembros elegir a su
arbitrio en este terreno. Sin embargo, la mayora de la poblacin de edad avanzada no ha votado a estos partidos de jubilados. Por qu?
Los partidos de jubilados: los motivos de sus fracasos
UN

COMPORTAMIENTO POLTICO CONSERVADOR

Los estudios realizados a la vez en Europa y en los Estados Unidos han puesto de manifiesto que la pertenencia a un partido poltico, eleccin que se efecta generalmente cuando se llega a la edad adulta, tiende a permanecer estable
a lo largo de la existencia, incluso a reforzarse con la edad (Campbell, 1971;
Liechsenring y Strumpel, 1994). Las personas tienen tendencia a mantenerse fieles al mismo partido (Binstock y Day, 1996). Varios estudios realizados en Israel
(Diskin, 1990; Shahar, 1992; Shahar y Eckstein, 1992) han llegado a conclusiones similares. La mayor parte de los electores israeles consideran el factor ideolgico como el ms importante en su decisin de votar a un partido dado
(Arian, 1990; Mahler, 1991). De hecho, la mayora de los electores del Partido
Laborista tienen cincuenta aos o ms (Arian, 1990).
Como ya hemos sealado, los electores del Partido Laborista o del Likud son
personas de edad ms avanzada que los que votan a partidos que se hacen eco
de intereses particulares. Muchas personas mayores participaron, en su momento, en la fundacin del Partido Laborista y se identifican con ste ltimo. Tienen
tendencia a dejar de lado sus intereses particulares y confan en que este partido los represente. Los elementos programticos especficos del Partido
Laborista subrayan su compromiso en relacin con sus fundadores. Por parte de

169

EL PODER GRIS?

stos ltimos, cualquier otro compromiso poltico se percibira como una traicin y una seal de ingratitud. Todos los dirigentes de los partidos de jubilados,
con excepcin de uno solo, eran miembros del Partido Laborista y fueron
excluidos del mismo despus de haber creado su propio partido.
En la actualidad, las personas mayores tienen tendencia a votar ms a la
izquierda que los ms jvenes, pero, si bien persiste el principio del comportamiento poltico conservador, es de prever que, en el futuro, las personas mayores votarn ms a la derecha, lo que modificar el mapa poltico israel. El cambio de los esquemas de voto de los ms jvenes son el reflejo de cambios socioeconmicos y de la evolucin de los orgenes tnicos, por ejemplo: los judos procedentes de Asia o de frica experimentan una reduccin del nivel de vida que
los incita a votar a los partidos de derecha (Abramson, 1989; Diskin, 1990).
Las presiones polticas contra los partidos de jubilados

170

Otro motivo posible de la falta de xito de los partidos de jubilados es que el


Partido Laborista los ha considerado como una amenaza y ha ejercido presiones
sobre sus propios miembros de edad avanzada para que no les voten. As es
como Gehatia, la dirigente del primer partido de jubilados en 1981, declar en
el transcurso de una entrevista que los sindicatos federales, el Histadrut (que
siempre se ha identificado como un brazo del Partido Laborista), ha amenazado a sus miembros y les ha pedido no afiliarse a los partidos de jubilados, y
que stos ltimos se hayan asustado. Ha insistido en que Histadrut tema que
los jubilados levantasen la cabeza y reclamasen sus derechos (Kon, 1986).
En 1998, cuando se cre el nuevo partido Gimlaim, el Partido Laborista
envi una carta a cada uno de sus miembros de edad avanzada que deca en
especial: No deis vuestros votos a los que han creado un partido para satisfacer sus intereses personales, y produzcis as menoscabo a los esfuerzos del
Partido Laborista por ganar las elecciones y constituir un gobierno capaz de
cumplir los objetivos sociales, econmicos y nacionales y de garantizar a cada
uno una vida digna....
La organizacin de jubilados vinculada al Partido Laborista (Histadrut
HaGimlaim) envi tambin a sus miembros una carta que declaraba:
Nosotros, los jubilados, debemos preguntarnos qu ventaja podramos sacar de un
voto a favor de un partido efmero. Tiene este partido verdaderamente el poder de representar las necesidades complejas y mltiples de las personas mayores? Tiene este partido la posibilidad de satisfacer a los jubilados? No dilapidarn los jubilados sus votos?.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Las presiones ejercidas sobre los jubilados para que no voten al Gimlaim se describen en un libro de Geffen, dirigente del partido de los jubilados en 1988.
Seala, por ejemplo, los anuncios pblicos del Partido Laborista en los peridicos
hostiles a los partidos de jubilados, el temor del Partido Laborista de ver alejarse una parte de los votos que consideraba destinados a l y, por consiguiente, las
enormes presiones ejercidas sobre quienes apoyaban estos partidos de jubilados o
se afiliaban a ellos... Los jubilados que confiaban en el Partido Laborista, le votaron en detrimento de sus intereses econmicos y sociales (Geffen, 1990).
El mismo escenario se repiti en las elecciones de 1996, cuando se cre Gil. La
organizacin de jubilados vinculada al Partido Laborista, Histadrut HaGimlain,
envi una carta a todos sus miembros para pedirles que no votasen a los partidos
de jubilados e insistiendo en que el Partido Laborista se preocupara de sus necesidades. Paralelamente, el Partido Laborista envi una carta a sus miembros de
edad ms avanzada, firmada por sus tres dirigentes principales, que deca:
Queremos ser claros. No apoyamos a este partido y nos oponemos a toda organizacin polticamente distinta con ocasin de las elecciones. La aparicin de organizaciones de jubilados en este momento particular es extraa, en la medida en que acaban de adoptarse determinadas enmiendas importantes de la Ley relativa a las
Personas Mayores, que concede a estas personas derechos y ventajas significativos en
el mbito de las exenciones y de las reducciones fiscales. Nos falta todava por alcanzar objetivos difciles, como la puesta en marcha de una Ley sobre las pensiones que
comprenda una cobertura de la asistencia de larga duracin. Despus de las elecciones, nos esforzaremos por lograr este objetivo. En estas condiciones, pedimos a nuestros miembros de edad avanzada que no voten a partidos efmeros, lo que nos hara
perder muchos votos. Los jubilados, muchos de los cuales han contribuido a la fundacin del Partido Laborista, tienen la vocacin de apoyarlo.

En resumen, el Partido Laborista ha incrementado sus presiones para que sus


miembros de edad avanzada no voten a los partidos de jubilados por motivos
ideolgicos, pero tambin se compromete a defender sus intereses. Las presiones
incluan, incluso, ataques personales contra los dirigentes de estos partidos y la
promesa de colocar a personas mayores en puestos influyentes. Estas maniobras
han disuadido a muchas personas mayores de votar a los partidos de jubilados.
La falta de solidaridad de grupo entre las personas mayores
Para participar en actividades polticas basadas en la edad y organizarlas,
es fundamental la existencia de una conciencia de grupo (Peterson y Somit
1992, Verba y Nie, 1972). Pero las personas mayores, por lo general, carecen
de ella. Dicho de manera ms especfica, tienen dificultad en identificarse con

171

EL PODER GRIS?

su clase de edad, y ello en contraste con las dems identidades que los componen y que se han consolidado en el transcurso de su existencia. Diversos
estudios (por ejemplo, King, 1993) ponen de manifiesto que la mayora de las
personas mayores no se consideran como de edad avanzada. Cuando encuentran dificultades, no las asocian a los procesos de envejecimiento. En un estudio realizado en 12 pases europeos (Walker, 1999), se les pregunt si estaban
dispuestos a votar a partidos de jubilados cuyos objetivos incluyeran la defensa de sus intereses. La mayora (el 68%) respondi que no votara a un partido de esa clase, y slo la quinta parte (el 22%) indic que lo hara. Al contrario de lo que podra creerse, las personas mayores no constituyen un grupo
homogneo: lo que los separa supera a lo que los une.

172

Igual que la poblacin global, los israeles de edad avanzada son muy heterogneos en relacin con su estatus socioeconmico, su origen tnico y su pertenencia cultural (religin, sexo, educacin...). Estas diferencias influyen en la
comprensin de los fenmenos polticos en mbitos como la seguridad y el proceso de paz, y en mbitos sociales y econmicos a mayor escala. Estas diferencias en las preferencias polticas, y las prioridades que de ellas se derivan, pueden contrariar las solidaridades de edad que, por lo tanto, son insuficientes para
crear grupos solidarios a escala nacional.
Este argumento est respaldado por el dato de que, en las ltimas elecciones
locales, varios partidos de jubilados consiguieron obtener algunos escaos en
consejos locales, como en Tel-Aviv. Este xito en las elecciones locales, comparado con los fracasos en las elecciones nacionales, sugiere que, en mbitos particulares que afectan a la vida diaria (la calidad de vida, los servicios comunitarios, etc.), las personas mayores tienen mayor tendencia a ser solidarias y a compartir intereses comunes que en los asuntos de orden nacional.
La falta de estructuras de la organizacin
Para crear un partido nuevo es esencial disponer de recursos variados, como,
por ejemplo, tiempo libre, voluntariado y militancia, pero tambin estructuras
locales. Todos los partidos de jubilados, salvo uno, han carecido de uno de
estos componentes, como mnimo. Entre los motivos de este fracaso hay que
sealar que los partidos de jubilados no se han creado hasta muy poco tiempo
antes de que se realizara la inscripcin para las elecciones nacionales, en una
accin en profundidad y a largo plazo. Esto fue, en realidad, una reaccin
espontnea de desengao frente a la indiferencia de los responsables de los

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

grandes partidos. As ocurri, por ejemplo, cuando la segunda tentativa de creacin del partido de los jubilados en 1988 tuvo lugar varios meses antes de las
elecciones generales. El foro de los miembros veteranos del Partido
Laborista se dirigi al secretario general de ste ltimo para hablar con l. ste
acept su invitacin, pero lleg muy tarde a la reunin y no tuvo tiempo de
contestar a sus preguntas. Muchos participantes se fueron muy vejados y luego
decidieron formar Gimlain.
Igualmente, en 1999 se cre un nuevo partido de jubilados despus de que el
presidente de Histadrut HaGimlaim escribiera una carta a los dirigentes de los partidos mayoritarios para pedirles que asignaran puestos de esas organizaciones en
sus listas de candidatos. Ningn partido contest. Los jubilados consideraron esta
ausencia de respuesta como una seal de apata y menosprecio hacia ellos.
Decidieron que necesitan ocuparse ellos mismos de sus propios asuntos. Fue as
como se cre Coah LaGimlaim varios meses antes de las elecciones y el presidente
de esta organizacin, Ben-Israel, fue elegido su presidente.
Uno de los principales obstculos para su xito ha sido la falta de coordinacin entre estos partidos. Si hubieran proseguido sus actividades despus de las
173
elecciones, y dedicado suficiente tiempo a elaborar los vnculos y las infraestructuras indispensables para la preparacin de las elecciones siguientes, quiz stas
podran haberse ganado, pero no fue as.
Aunque los partidos de jubilados no hayan conseguido hacer elegir representantes en la Knesset, habran podido utilizar los perodos que separan las elecciones nacionales para extraer lecciones de sus fracasos y preparar las elecciones
siguientes. Por ejemplo, habran podido constituir redes locales con este fin. No
lo hicieron. Por otra parte, no se ha esbozado ninguna cooperacin entre los dirigentes anteriores y los actuales. Por el contrario, sus rivalidades polticas no han
dejado de debilitar a sus partidos. As, por ejemplo, en las elecciones de 1996,
Arad, lder de Gil, fue acusado por un veterano del Partido Laborista de haber
traicionado a ste ltimo. El mismo veterano, Ben-Israel, formaba parte del
grupo de firmantes de una carta que se haba enviado a todos los miembros para
pedirles no votar a Gil y que, ms tarde, han creado su propio partido de jubilados, Coah LaGimlaim, en 1999. Mientras que Ben-Israel se presentaba a las elecciones, Arad, lder de Gil, se afiliaba a otro nuevo partido, Am Ehad (One Nation
- Un Pas), y peda a los jubilados que votasen a ste ltimo. Estas rivalidades personales han ejercido un efecto negativo sobre los resultados de las elecciones.

EL PODER GRIS?

La falta de infraestructura econmica

174

Para presentarse a las elecciones se necesita disponer de importantes recursos


financieros para publicaciones, anuncios, difusin en prensa y televisin, envos
postales, sondeos, consejos jurdicos y relaciones pblicas, etc. En una poca en
que la prensa electrnica e impresa tiene un efecto significativo en el condicionamiento de la opinin pblica, es vital un uso adecuado de estos numerosos medios
de accin (Harrop y Miller, 1987). La preparacin de la jornada de las elecciones
reclama la puesta en marcha de medios de transporte para llevar a los electores
hacia los centros de votacin, en especial a quienes tienen dificultades para trasladarse por sus propios medios. La experiencia israel pone de manifiesto que una
buena organizacin de la jornada electoral es muy importante en la opcin de los
electores (Bick, 1998). La falta de recursos financieros impide a los partidos de
jubilados crear campaas ofensivas. El partido que se enfrent a las elecciones de
1988 slo dispona de 10.000 dlares procedentes de donaciones. Por otra parte,
una ley israel votada en 1973 limita la financiacin de los partidos con fondos
pblicos, es decir, a los partidos que ya disponen de escaos. Esta ley prohbe tambin la financiacin mediante donaciones de empresas comerciales y limita las
donaciones personales a unos 350 dlares por persona (Mahler, 1991). Desde
entonces, Arad, en su condicin de miembro de la Knesset, haba podido recibir
unos 40.000 dlares, lo que se revel insuficiente para cubrir los gastos de una
campaa electoral bastante importante. Los otros partidos pequeos tambin se
encontraron en situaciones precarias.
La falta de apoyo del gran pblico
En la medida en que los jubilados eran el objetivo natural de la campaa, la
mayor parte de los partidos de jubilados no se dirigieron a la poblacin en general, ni siquiera a los prejubilados o a las familias enfrentadas con problemas de
envejecimiento de sus padres o de sus familiares de edad avanzada. Adems, su
actividad ante las personas mayores se refiri prioritariamente a los miembros
de asociaciones de jubilados, sin tener en cuenta a las personas mayores que se
sitan fuera de cualquier afiliacin. Esta estrategia no ha ocasionado la simpata
y el apoyo del gran pblico y ha suscitado reservas en torno a los objetivos de
estos partidos. Por haber convocado a categoras muy particulares de electores
de edad avanzada, y haber pasado por alto toda una poblacin de potenciales
simpatizantes, estos partidos no han conseguido persuadir a la opinin pblica
de que su combate concerna al conjunto de la sociedad. El hecho de que el partido de jubilados Coach LaGimlain haya reunido a organizaciones de personas

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

con discapacidad se explica, quizs, porque ha obtenido el mejor resultado registrado hasta ahora por este tipo de partidos. A fin de cuentas, despus de tres tentativas infructuosas para obtener un apoyo popular, parece que estos partidos
sean considerados como un despilfarro de los votos, dado que ninguno de ellos
ha logrado obtener ni un solo escao en la Knesset.
Liderazgo y experiencia poltica
Aunque la poblacin vote a un partido o a una lnea poltica, numerosos electores potenciales son seducidos por las cualidades personales de los que se
encuentran al frente de los partidos. La personalidad de los candidatos, sus competencias, sus experiencias polticas y su carisma tienen un efecto incontestable
en las decisiones de los electores (Harrop y Miller, 1987; Markus y Converse,
1979). Los que ocupan los puestos de dirigentes son tanto ms importantes
cuanto ms pequeo es el partido y ms reciente su creacin. La buena voluntad y la ambicin personal son insuficientes para convencer a los electores de
que abandonen su partido habitual en provecho de un partido que no ha pasado todava sus pruebas.
Los resultados de las elecciones habran podido ser diferentes si los partidos 175
de jubilados hubieran sido dirigidos por personalidades ms carismticas y ms
experimentadas en el plano poltico (Kon, 1986). Dos dirigentes estaban en este
caso y carecan tambin de dinamismo suficiente. As, la dirigente Gehatia del
primer partido, Resimat HaGimlain Vehakshishim Belsrael, era una mujer apagada,
sin experiencia poltica, cuyas intervenciones eran buenas, pero que no consegua suscitar el entusiasmo de los mayores. Geffen, dirigente del segundo partido de jubilados, Gimlain, era un funcionario ya jubilado y, por lo mismo, su experiencia poltica era poco convincente. Adems, era poco conocido por el gran
pblico. Arad y Ben-Israel, los dirigentes de los dos partidos de jubilados ms
recientes, Gil y Coah LaGimlaim, haban tenido ya escao en la Knesset, pero no
eran considerados muy carismticos y la mayor parte de los candidatos de sus
listas eran desconocidos. Por otra parte, el hecho de que tres de los cuatro dirigentes hayan sido antiguos miembros del Partido Laborista puede haber dado a
sus nuevos partidos unos colores polticos demasiado marcados. En estas condiciones, los antiguos miembros del Partido Laborista podan pasar por traidores a ste ltimo, mientras que los miembros de partidos de oposicin podan
tener escrpulos en votar a personas que, a sus ojos, estaban situadas demasiado a la izquierda.

EL PODER GRIS?

En resumen, si pueden evocarse circunstancias particulares para explicar los


fracasos de los partidos de jubilados, los motivos ms evidentes son la lealtad de
las personas mayores a su partido tradicional y las enormes presiones ejercidas
por el Partido Laborista para desanimar a esta categora de electores.
Perspectivas de futuro

176

La evolucin demogrfica actual, as como el crecimiento de la poblacin de


edad avanzada en Israel y en numerosos pases desarrollados, aumentan su
poder de influencia y obliga a los responsables polticos a que lo tengan en cuenta (Beilin, 1993). Por otra parte, las nuevas generaciones de personas mayores
tienen mejor salud, viven ms tiempo y tienen ms experiencias y competencias
en materia de participacin poltica. Por ello, podran reivindicar una mayor integracin en las decisiones referentes a sus estatus y al reparto de las riquezas
nacionales. Estas nuevas generaciones de personas mayores debern elegir entre
la adhesin a los nuevos partidos de jubilados y un puesto ms influyente en el
seno de los partidos u organizaciones existentes. Algunos piensan que estas nuevas generaciones de personas mayores estarn, de hecho, menos implicadas en
los partidos polticos y ms en las organizaciones especficas que defiendan
mejor sus intereses (Cutler, 1983). Si esta hiptesis se verificase, podra explicar
el desarrollo de nuevas organizaciones polticas (movimientos sociales de personas mayores, grupos de inters, partidos de jubilados), de manera que los sindicatos y los partidos polticos existentes debern adaptarse al envejecimiento de
sus propios miembros (Liechsenring y Strumpel, 1994). El verdadero problema
es saber si, en Israel, las personas mayores son capaces de organizarse en un
marco poltico susceptible de promover sus intereses y si una organizacin de
esta clase sera realmente deseable para las propias personas mayores.
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178

El Partido Democrtico de los Jubilados


de Eslovenia
Entrevista con DOROTEA VERSA
Consejera del Departamento de Anlisis del Servicio del Empleo de Eslovenia
Miembro de la red europea COSTA XIII

POR MATHIEU SCHMITT

MS: Cundo se fund el Partido Democrtico de los Jubilados de


Eslovenia?
DV: Como usted sabe, Eslovenia es independiente slo desde 1991. El sistema parlamentario en este pas existe desde esa poca. A este respecto, el Partido
Democrtico se fund en 1990. Y particip por primera vez en las elecciones
legislativas de 1996 y, ms tarde, en el 2000.

MS: Cul es la razn de ser del partido?


DV: El partido se denomina: Partido Democrtico de los Jubilados de
Eslovenia, lo que significa que su ncleo fundador est formado por jubilados.
Un 23% de los ciudadanos de Eslovenia son jubilados. Eslovenia tiene 2 millones de habitantes, aproximadamente, de los cuales 450.000 son jubilados. Se trata,
por tanto, de un grupo importante, debido a su edad y tambin a causa de su estatus social. Es lgico que un partido poltico se interese por un grupo que representa tal proporcin del electorado. Los jubilados distan mucho de estar entre los
ms pobres, son polticamente activos y participan en las elecciones. Por ello, el
Partido Democrtico de los Jubilados de Eslovenia ocupa un espacio importante en el arco poltico esloveno. En Eslovenia, los jvenes apenas se interesan por
la poltica. Las personas mayores son las que ms se comprometen en los asuntos electorales. Por todas estas razones, es normal que alguien haya tenido la idea
de crear el Partido Democrtico de los Jubilados de Eslovenia.
Este partido favorece los derechos especficos de las personas mayores: jubilaciones, salud, etc., pero este programa es ms extenso. Incluye: el desarrollo
sostenible, los derechos de los trabajadores, la igualdad entre hombres y mujeres y otras cuestiones de inters general.

179

EL PODER GRIS?

El programa del Partido Democrtico de los Jubilados es totalmente de tipo


general. Contiene algunas opiniones especficas en lo que se refiere, por ejemplo, a las pensiones, pero tambin tiene en cuenta los problemas generales de la
sociedad. Busca los electores entre los jubilados, as como en el resto de la
poblacin. Este partido se sita bastante a la izquierda en el espectro poltico.
Propugna una mejora del rgimen de seguridad social, no slo para los pensionistas, sino tambin para la poblacin en su conjunto.

MS: Cul es la composicin social del Partido Democrtico? Sus


afiliados son importantes?
DV: Son 36.000. Puede parecer modesto, pero no lo es si se piensa en el
nmero total de la poblacin eslovena. Los que presentan su candidatura bajo
la etiqueta del Partido Democrtico tienen ms de 50 aos. La mayora son
hombres y no todos ellos han alcanzado la edad de la jubilacin. Tienen titulacin universitaria.

MS: Qu papel desempean en la escena poltica?

180

DV: El Partido Democrtico particip en las elecciones legislativas de 1996


y de 2000. En el ao 2000 obtuvo 4 escaos en el Parlamento esloveno, que
tiene 90. En las ltimas elecciones municipales obtuvieron 141 escaos (hay casi
200 municipios en Eslovenia).
Despus de las dos ltimas elecciones legislativas, el Partido Democrtico se
inscribi en una coalicin con el partido ms influyente. La vida poltica eslovena se divide en derechas e izquierdas. La izquierda est dominada por el Partido
Liberal Demcrata y la derecha por el Partido Nacional. Los otros partidos ocupan los mrgenes del sistema. El Partido Liberal Demcrata, partido de centro
izquierda, gan las elecciones durante 8 aos consecutivos. Este ltimo form
coalicin con el Partido Democrtico con el fin de poder constituir un gobierno. As pues, en su primera eleccin, candidatos del Partido Democrtico entraron en el gobierno.
Normalmente, el Partido Liberal Demcrata necesita la contribucin de otro
partido para formar gobierno. No obstante, en la segunda eleccin, el Partido
Democrtico haba elegido una frmula de apoyo sin participacin gubernamental. En las ltimas elecciones, el Partido Liberal Demcrata eligi como
socio al Partido de los Jvenes Eslovenos. Este partido se haba constituido
aproximadamente dos meses antes de las elecciones generales y consigui tambin 4 5 escaos en el Parlamento. Cuando un nuevo partido se crea en

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Eslovenia progresa rpidamente debido al hecho de que no est comprometido


en ninguno de esos "escndalos" que ocurren a veces cuando se gobierna un
pas.

MS: Existe un vnculo entre la creacin del Partido de los Jvenes


Eslovenos y el Partido Democrtico de los Jubilados?
DV: Como le deca, Eslovenia tiene una escasa experiencia de la democracia
parlamentaria. Los polticos y los electores se buscan. Las cosas son muy inestables. Es necesario decir que el pas ha conocido grandes cambios.

MS: Existen asociaciones o sindicatos en los cuales los jubilados


podran expresar claramente sus ideas?
DV: El jubilado no tiene la posibilidad de expresarse. De un modo general,
la sociedad eslovena es muy discriminatoria con las personas mayores. Los sindicatos no tienen ni la menor idea en lo que se refiere a los jubilados. En
Eslovenia, cuando se tienen 40 aos se est ya al margen de la sociedad.

181

Las organizaciones reivindicativas de jubilados


en los pases en vas de desarrollo
El papel de los grupos de ciudadanos y sus relaciones con los
responsables de las polticas pblicas

DR. S. D. GOKHALE
Ex Presidente de la IFA (Federacin Internacional del Envejecimiento)

La aparicin de los movimientos de las personas mayores es muy reciente en


la India. Por qu son necesarios estos movimientos? Para los mayores, se trata
de exigir sus derechos o de poner en evidencia su papel en la formulacin de la
poltica. Se trata tambin de expresar su poder y de formalizar su participacin
en la elaboracin de las decisiones polticas. Este proceso es lento, pero se impone progresivamente a los responsables polticos de la India.
Estos movimientos son espontneos, mientras que las organizaciones estn construidas en torno a un fin bien definido. Las personas se agrupan con intenciones
especficas y crean una organizacin a este efecto, mientras que los movimientos
populares surgen con motivo de un sentimiento profundo de solidaridad o por la
urgencia de una expresin colectiva o de una movilizacin frente a una injusticia. Las
organizaciones pueden preocuparse de asuntos tales como las jubilaciones, mientras
que los movimientos tienen por objeto forjar una voluntad poltica a partir de una
concienciacin y de la organizacin de la defensa de los intereses.
Cuando una organizacin desarrolla una accin social colectiva, se convierte
en un movimiento popular. As pues, el movimiento es una accin social que
aspira a operar cambios polticos y estructurales, mientras que las organizaciones son estructuras sociales que tienen objetivos sociales limitados. En la India
tenemos organizaciones de mayores, pero el movimiento todava debe tomar
forma y las organizaciones no gubernamentales nacionales tienen un gran papel
que desempear en este sentido. Si las organizaciones de personas mayores slo
se dedican a la bsqueda de concesiones y ventajas materiales, se limitarn a formas sindicales o a grupos que reclamen la caridad del gobierno. Lo que se necesita es la adquisicin de un poder y el derecho a participar en la formulacin de
la poltica, objetivo para el que es esencial un movimiento.

183

EL PODER GRIS?

Ya se trate de un movimiento o de una organizacin, el objetivo es llamar la


atencin sobre la necesidad de cambiar la imagen de las personas mayores en el
espritu de la poblacin y de modificar la actitud de los agentes polticos con respecto a ellas. El profesor Dan Thursz, ex presidente de la IFA (Federacin
Internacional del Envejecimiento), ha escrito en su obra Empowering Old People
(Empoderar a las personas mayores):
La poltica y los programas desarrollados para las personas mayores estn todava bajo la influencia de imgenes potentes. La ms evidente es considerar a las personas mayores como progresivamente dependientes o como necesitadas de proteccin frente a su entorno, incluso frente s mismas. Este enfoque constituye un obstculo importante para el desarrollo de polticas basadas en las capacidades de los
individuos y en el reconocimiento de su derecho a autodeterminarse. Es evidente
que ciertas personas de edad avanzada son dbiles y algunas de ellas no son aptas
para tomar las decisiones que les conciernen. Pero esto no se aplica a la mayora de
las personas mayores, en la medida en que no slo son capaces de autodeterminarse y conservar su autonoma, sino que, adems, insisten en mantener su independencia y su dignidad, incluso frente a dificultades fsicas.

184

En las prcticas polticas y en los programas predominan todava imgenes


fuertes, pero negativas, relativas a las personas mayores. La ms manifiesta se
basa en la idea de que la mayor parte de las personas de edad avanzada son
dependientes, tienen necesidad de proteccin y estn aisladas de su familia y de
la colectividad. Dichas imgenes constituyen obstculos importantes. Por otro
lado, los medios de comunicacin han contribuido a reforzarlas durante aos.
La imagen y el movimiento
Cmo transformar esta imagen en la de una vejez participativa, productiva y
sana? El papel de los medios de comunicacin, de las organizaciones no gubernamentales y de las propias personas mayores es crucial en esta materia. Sin
embargo, no basta con modificar una imagen y convertirla en positiva para desencadenar un movimiento. Por otra parte, crear una red y coordinar las acciones
de las ONG dentro de una federacin no basta tampoco para fundar un movimiento. Para hacerlo, se necesitan un objetivo poltico de dimensin suficiente,
conductores de hombres, una voluntad poltica y el deseo de defenderse.
El objetivo de este movimiento es el empoderamiento (empowerment)95. Los
mayores constituyen uno de los ltimos grupos a los que se ha asociado la
95

En el Diccionario Panhispnico de Dudas (1 ed., octubre 2005) se incluye el siguiente artculo: empoderar(se).
Calco del ingls to empower, que se emplea en textos de sociologa poltica con el sentido de conceder poder [a un

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

nocin de empoderamiento. Grupos de mujeres, de personas con discapacidad


y de pobres luchan ya, todos, con este fin. El grupo de los mayores no se ha preparado hasta hace poco para luchar por hacer reconocer su derecho a envejecer
con buena salud, y tambin su derecho a vivir y morir con dignidad y su derecho a vivir ms tiempo y a participar en la vida econmica y social. Slo de este
modo podr erradicarse la imagen estereotipada transmitida por los medios de
comunicacin.
La carga de aquel concepto anterior est actualmente en camino de desmoronarse y los medios de comunicacin consideran ya el envejecimiento con una
actitud positiva.
La demografa
Despus de China, la India tiene la mayor cantidad de personas mayores, que
representan el 8,5% de la poblacin actual. Esta cifra vendr a ser algo menos
del 20% del electorado.
Las caractersticas principales de la demografa india son las siguientes:
1. La mayora de las personas de edad avanzada vive en el campo.
185
2. Las personas mayores que viven en la ciudad estn en familias que cuentan con tres generaciones.
3. El estatus tradicional de las mujeres de edad avanzada que viven en zonas
rurales es muy diferente del de las mujeres urbanas; stas ltimas son instruidas y estn en activo.
4. Los ndices de actividad actualmente disponibles inducen a error.
5. Los indios de edad avanzada cuentan con que sus hijos se ocupen de ellos.
6. El Estado tiene un papel limitado en materia de jubilaciones o de ayudas
a las personas mayores sin recursos.
7. La familia evoluciona.
8. Las migraciones han afectado al reparto de los grupos de edad.
9. Los sistemas de valores experimentan rpidos cambios.
colectivo desfavorecido socioeconmicamente] para que, mediante su autogestin, mejore sus condiciones de vida.
Puede usarse tambin como pronominal: Se trata pues de empoderarnos, de utilizar los bienes y derechos conseguidos, necesarios para el desarrollo de los intereses propios (Alborch Malas [Esp. 2002]). El sustantivo correspondiente es empoderamiento (del ingl. empowerment): El empoderamiento de los pobres es la palabra clave (Granma
[Cuba] 11.96). El verbo empoderar ya exista en espaol como variante desusada de apoderar. Su resucitacin con este
nuevo sentido tiene la ventaja, sobre apoderar, de usarse hoy nicamente con este significado especfico. Como quiera que el texto original lo expresa como acquisition d'un pouvoir (adquisicin de un poder), se ha credo conveniente usar el nuevo trmino, por tener el mismo sentido [N. del T.].

EL PODER GRIS?

El impacto del movimiento


Las organizaciones de personas mayores, como Help Age India, Indian
Federation on Ageing96, Age Concern, FESCOM97, etc., hablan en la actualidad de los
derechos de las personas mayores y defienden su posicin. La poltica del
gobierno indio consiste en desarrollar los conceptos de vejez productiva y participativa de conformidad con la Poltica Nacional relativa al envejecimiento,
promulgada en 1999.
El poder poltico de los mayores se expresa por mediacin de movimientos
como Los Panteras Grises y los Consejos de Personas Mayores. Este poder
poltico tiene una extensin bastante ms amplia que el mero poder de votar. La
eleccin para un mandato poltico no es ms que una de las formas de participacin en la vida poltica. La participacin en los servicios es un aspecto importante del poder de los mayores. Tanto en Hong Kong como en Singapur, los
grupos de accin de mayores son muy activos y exigentes en cuanto al reconocimiento de sus derechos.

186

Los esfuerzos de la Internacional Federation on Ageing (IFA: Federacin


Internacional del Envejecimiento) para la elaboracin y el respaldo de la Declaracin
de Derechos y Responsabilidades de los Mayores y los principios aceptados por las
Naciones Unidas constituyen un paso decisivo en esa direccin.
Las tradiciones y la herencia cultural en la India no slo conceden a los
mayores una reconocimiento en el seno de la familia y de la comunidad, sino
tambin un papel formal en las decisiones relativas a determinados mbitos
de la vida familiar. En general, su opinin se busca de manera informal, no
slo en los asuntos importantes (como los de la propiedad, la eleccin de los
futuros matrimonios y la iniciacin de nuevas actividades), sino tambin en
mbitos ms anodinos, como, por ejemplo, la eleccin del nombre de un
recin nacido. Por otro lado, en las familias indias, las mujeres de edad avanzada tienen un impacto cultural importante sobre los hijos. Esta transmisin
de la cultura se efecta tanto mediante las canciones tradicionales Lullabye 98
que se cantan a los nietos, o mediante la transmisin de los conocimientos de
la Ayurvdica (medicina local) que es til para la familia y tambin para toda la
comunidad.
96

Federacin India del Envejecimiento [N. del T.]


Siglas de Federation of Senior Citizens Organisations of Maharashtra (Federacin de Organizaciones de Ciudadanos
Mayores de Maharashtra) [N. del T.].
98
Calco del ingls lullaby: nana, cancin de cuna [N. del T.].
97

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

La familia es la forma ms reducida de la democracia en el sistema poltico


indio. Las decisiones se toman bajo el control del patriarca. Estos mayores desempean un papel importante en la toma de decisiones que ataen a la comunidad aldeana. En cada aldea existe un Panchayat, consejo que rene a los
ancianos de la comunidad y trata los asuntos de la sociedad local. Este papel
de los mayores es particularmente positivo e importante en las tomas de decisin de la comunidad local.
El escenario indio
Con la reestructuracin, en la India, de la poblacin que envejece, es evidente que el grupo ms amplio y ms experimentado ser el constituido por las personas mayores de 60 aos. Ya sea a causa del concepto de la teora de la carga,
o bien por el papel tradicional de las personas mayores en las estructuras sociales indias, hasta la dcada de 1980 la importancia de este grupo no parece haber
sido observada ni por los responsables polticos ni por las propias organizaciones de personas mayores. Ha sido recientemente cuando las organizaciones de
personas mayores y las ONG que trabajan a su favor han comenzado a implantarse en la sociedad india. El concepto de movimiento de los mayores, bien para
exigir sus derechos, bien para reforzar su papel en la toma de decisiones, no ha 187
sido apreciado en su justo valor, pero todo indica que dicho movimiento emerge lentamente, pero con seriedad, en el horizonte de la poltica india.
En la India, el envejecimiento era un asunto reservado estrictamente al mbito de la familia y de la comunidad. Bajo la influencia occidental, con la industrializacin y la urbanizacin, la atencin se ha dirigido a las necesidades de las
personas mayores. Como en los dems mbitos sociales, hasta mediados del
siglo pasado el inters se centr en las personas sin recursos, con discapacidad
o solas. En los 150 ltimos aos, pueden encontrarse escritos relativos a este
mbito en los peridicos o en los debates polticos. Pero el fenmeno evocado
era estrictamente urbano. Instituciones tales como el David Sassoon Asylum99 para
las personas mayores, en Puna, o el J.J.Dharma Shala, en Bombay, son algunos de
los ejemplos entre los ms antiguos.
Con la lucha por la independencia, la idea de caridad cedi su sitio a la responsabilidad del Estado y a la iniciativa individual. Despus de la independencia, las organizaciones responsables de las personas mayores se han hecho
99

Asilo David Sassoon [N. del T.]

EL PODER GRIS?

menos numerosas que las organizaciones de mayores que introducen cambios


de filosofa y orientacin. Esta transformacin del mbito de la beneficencia ha
modificado los organismos que se preocupaban de ella en organismos de desarrollo. Con la evolucin del esquema democrtico de las estructuras polticas y
la descentralizacin de la autoridad hasta el mbito de la aldea, el dispositivo
social ha cambiado por completo. Antes, los organismos que se ocupaban de las
personas mayores luchaban por la mejora de las jubilaciones o por concesiones
menores, como el acceso a los transportes pblicos (autobs) por la puerta principal. Pero despus, en su condicin de organizaciones para personas de edad
muy avanzada, luchan por los derechos polticos de stas ltimas. Esta presentacin no es pertinente para la totalidad de la India, pero constituye una tendencia emergente. Ese es el caso, sobre todo, en el estado de Maharastra. En la
actualidad, el gobierno indio y el de Maharastra han definido polticas y planes
para un envejecimiento productivo y participativo.

188

El anlisis efectuado en Maharastra pone de manifiesto que los factores habituales que inducen a las personas a reunirse son: 1) la edad; 2) la educacin; 3)
el xito; 4) la necesidad, y 5) los intereses. Hay ms de 200 organizaciones en el
estado del Maharastra y la mayor parte estn registradas. En el conjunto del pas,
existen 350 residencias para personas mayores, pero no suelen utilizarse ms que
en ltima instancia. En la India se cuenta con ms de 2.000 organismos de ciudadanos mayores. El estado de Maharastra ha decidido establecer una residencia para personas mayores en cada barrio.
El nmero de asociaciones que trabajan para y con los mayores vara de un
estado a otro en funcin del estado de desarrollo y de las necesidades identificadas. As, por ejemplo, en un estado poblado como el de Bihar no hay ms que
12 asociaciones, pero hay 40 en el territorio muy reducido de Goa. El mayor
nmero de asociaciones se encuentra en Maharastra.
En el caso de los mayores, las organizaciones de base en la India se han establecido en torno a centros de inters especficos, como las pensiones y las ventajas materiales diversas. Al cabo del tiempo, estas organizaciones se han dado
cuenta de que, incluso para hacer avanzar sus peticiones, no basta con una simple organizacin y que es preciso construir una conciencia poltica que origine
una decisin poltica. En estas condiciones, la mayor parte de estas organizaciones toman la forma de movimiento. Sin embargo, desde un punto de vista local
y formal, siguen siendo organizaciones especficas locales que deben incluirse en
una red con una causa comn y un liderazgo comn reconocidos como movimiento popular. Est prximo el da en que esta transformacin se materializar.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Si han hecho falta largos aos para edificar organizaciones de mayores a escala de cada estado o a escala nacional, el Gobierno no ha necesitado mucho tiempo para detectar la importancia de estos grupos de mayores en los procesos de
toma de decisiones a escala nacional. Si bien ha hecho falta un largo perodo
para construir una Poltica Nacional de la Vejez en la India, conviene observar
que, incluso en la poltica india, los dirigentes han respetado siempre a los mayores. Quizs sea a causa de estos factores culturales por lo que la mayor parte de
los lderes polticos que han dirigido la India durante los primeros cincuenta
aos tenan casi todos ms de 60 aos. Ha sido ms tarde cuando han aparecido dirigentes polticos ms jvenes. Aunque stos ltimos hayan tenido en cuenta el problema del envejecimiento, han reconocido, sin embargo, que los grupos
de ciudadanos mayores y los propios ciudadanos mayores tenan una influencia
muy benfica en la poltica pblica. Esta influencia se manifiesta en que, mientras las generaciones ms jvenes de responsables polticos deseaban un cambio
radical de rgimen, ha sido el liderazgo de los mayores, lo mismo que los grupos informales de mayores, quienes han moderado este radicalismo mediante
una orientacin ms realista. Ha sido despus de 40 aos de independencia
cuando los movimientos organizados de mayores han podido existir en la India.
Estos grupos no se contentan slo con defender una causa. Tambin crean gru189
pos de presin influyentes que cristalizan las polticas y la economa del pas.
Cuando estos grupos han comenzado a expresarse, han tomado la iniciativa
de convocar una conferencia nacional. Esta accin conoci su primer xito con
ocasin de la primera Conferencia Mundial del Envejecimiento, reunida por la
Federacin Mundial del Envejecimiento en Bombay y Puna en 1992. A continuacin, tuvieron lugar numerosas conferencias nacionales por todo el pas y el
gobierno indio tuvo que darse prisa en reconocer al menos 10 organizaciones
de mayores a escala nacional y centenares de organizaciones ms pequeas en
los estados y en los distritos.
El papel de las organizaciones no gubernamentales en la India
Las organizaciones de voluntarios que intervienen en el mbito del envejecimiento pueden influir en las actitudes, los valores y las expectativas de sus
miembros. Ejercen as una influencia ms amplia sobre el conjunto de la sociedad. Sin embargo, es ante todo su dinamismo poltico el que ha hecho que estas
asociaciones susciten la atencin simultnea de las lites polticas y del electorado. Han sido necesarios diez aos o ms para que el compromiso inicial de estos
grupos sea reconocido y apreciado. No obstante, no cabe ninguna duda de que,

EL PODER GRIS?

sin ellos, en la India habra hecho falta ms tiempo para abordar las acciones
legislativas en el mbito de la vejez y estas habran sido menos importantes en
su contenido.
La cantidad de organizaciones de personas mayores, o de las que representan sus intereses, ha aumentado, en nmero y en fuerza, incluso en regiones
donde el envejecimiento no se percibe como un mbito prioritario. Un documento, editado por las Naciones Unidas en 1988, enumera 270 organizaciones
internacionales de este tipo y, en el enunciado de sus funciones principales, gran
nmero de ellas ponen por delante sus misiones de defensa de las personas
mayores y su actuacin como grupo de presin.
En conjunto, las instituciones y los grupos de mayores indios pueden clasificarse en las categoras siguientes:

190

1. Un grupo de organismos nacionales interesados en una accin colectiva


de reivindicacin dirigida a llamar la atencin sobre categoras especficas,
como los Jubilados del Gobierno Indio, la Asociacin de Jubilados de
Ferrocarriles, las Asociaciones de Jubilados de Organismos Municipales,
las Asociaciones de Jubilados de las Fuerzas Armadas y las Asociaciones
del Antiguo Personal de las Sociedades Deportivas y Cinematogrficas.
Sin olvidar las asociaciones de antiguos empleados de las Naciones
Unidas o de otros organismos internacionales.
2. El segundo grupo est constituido por organizaciones orientadas hacia
actividades especficas, como las actividades de clubes. Estas organizaciones comprenden los centros de asistencia de da y los clubes de mayores
que organizan conciertos, conferencias, etctera.
3. El tercer grupo comprende los prestatarios de servicios, como Help Age
India, as como las diversas organizaciones que intervienen en los mbitos
de la asistencia, el alojamiento y los servicios sanitarios a las personas
mayores.
4. El cuarto grupo est constituido por personas mayores que se renen para
seguir tratamientos especiales, como los clubes de diabticos o las familias de enfermos de Alzheimer, etctera.
5. El ltimo grupo es el constituido por institutos de investigacin y de
enseanza que intervienen en el mbito del envejecimiento. Hay unas 15
universidades donde se ensea geriatra y gerontologa. Por lo dems,
existe un determinado nmero de institutos que se interesan en este
mbito.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Con el reconocimiento oficial de la poltica en materia de envejecimiento, se


ha creado un consejo a escala nacional con la colaboracin de diversas organizaciones nacionales de mayores. Los gobiernos de los estados han establecido
consejos similares a escala estatal y estos consejos son consultados ahora por los
estados o por el gobierno central en los mbitos relativos al envejecimiento.
Hay que conceder una atencin especial a las asociaciones de jubilados que
han tenido una influencia importante en la solucin de los problemas de las pensiones y los fondos de previsin. De igual modo, la asociacin de la seguridad
social india ha influido en la poltica del Ministerio del Trabajo del gobierno
indio y se le consulta muy a menudo acerca de asuntos relacionados con su
mbito de competencias. Con el fin de desarrollar un dilogo entre el gobierno
federal y las autoridades locales, y entre el gobierno federal y los representantes
de las organizaciones de mayores, se han organizado foros tales como el
Consejo Nacional del Gobierno Indio, o conferencias a escala nacional, estatal
y de los distritos con los representantes de las organizaciones de mayores. Esto
no quiere decir que la situacin actual sea ideal y se haya manifestado apta para
tratar todos los asuntos con la ayuda de las organizaciones de mayores. Pero en
la India se trata ciertamente del comienzo de un proceso.
Es importante definir el pblico potencial de estos movimientos a partir de
problemticas de envejecimiento y no en su condicin de personas mayores. De esta manera, queda incluida la totalidad de la poblacin humana y el
concepto general incluye los problemas asociados a la prejubilacin, a las necesidades de los jvenes en materia de relaciones intergeneracionales y a la investigacin fundamental en torno al misterio de la propia vida.
El acceso al poder: empoderamiento
El fin de todo despertar es el empoderamiento (empowerment) con la participacin de los ciudadanos. El empoderamiento es un proceso que dar a los
mayores el derecho a definir su propio porvenir y a aprobar o rechazar las disposiciones que para ellos han puesto a punto los gobiernos. Para confirmar la
necesidad del empoderamiento, la Dra. Charlotte Nusberg, ex Secretaria
General de la IFA, precisa en un artculo:
La aptitud para efectuar opciones, ejercer una influencia y beneficiarse de servicios en este tipo de actividad son factores esenciales para el bienestar de los mayores.
Estas opciones son evidentes para un pblico de adultos en edad de trabajar, mientras
que son ms inciertas para las personas mayores, y ello por diversos motivos, como la
pobreza, la mala salud, el escaso nivel de educacin, la falta de transporte o de acceso

191

EL PODER GRIS?
a las prestaciones... pero tambin a causa de los estereotipos negativos sobre la vejez
y de la discriminacin sutil por motivos de edad. Como la poblacin mundial vive ms
tiempo y de manera ms autnoma, est claro que el hecho de poder elegir y de conservar el control de sus decisiones personales ha tomado en todas partes una nueva
importancia y un significado especial para las personas mayores.

El contexto del trabajo

192

En la India, las personas mayores suelen mantener su actividad econmica en


niveles significativos. El carcter mayoritariamente rural de la poblacin de edad
avanzada significa que es relativamente escaso el nmero de trabajadores asalariados
que deberan jubilarse a una determinada edad y beneficiarse de una prestacin de
jubilacin o de diversas ventajas. Como muchas personas trabajan por su cuenta o
estn empleadas en la agricultura, las necesidades econmicas les inducen a seguir
trabajando mientras sean capaces de hacerlo, pero a un ritmo menos sostenido. La
jubilacin en los sectores de actividades, como los cultivos alimentarios, y el pequeo comercio de proximidad en los sectores informales no pueden detenerse brutalmente. Las mujeres implicadas en este tipo de actividad disminuyen poco a poco
su participacin con la edad, hacen jornadas ms cortas y efectan tareas menos
pesadas, pero no se quedarn ociosas mientras sean fsicamente aptas para hacerlas.
Las mujeres que se ocupan de los hijos y de las tareas familiares no retribuidas pueden disminuir su presencia dentro del mundo del trabajo. A la inversa, el nmero
importante de mujeres solas o viudas puede aumentar la presencia femenina en el
mercado del trabajo hasta edades avanzadas.
La participacin
La participacin concierne a las nociones, efectivas o percibidas como tales,
de estima de uno mismo. Comprende tambin asuntos vinculados a los papeles
sociales, econmicos y culturales. Participar, tener confianza en s mismo y
adquirir un poder sobre su entorno son temas complementarios, pero no sinnimos. La participacin en las polticas de accin y en los programas dirigidos a
garantizar la seguridad social y econmica de las personas de edad ms avanzada, as como la posibilidad de ofrecerles la ocasin de participar en la realizacin
y en los beneficios del desarrollo, es el objetivo principal de estas organizaciones voluntarias.
Las organizaciones de ciudadanos mayores pueden servir de interlocutores y
negociar en nombre de sus miembros y proteger a estos ltimos de eventuales
amenazas.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

El porvenir
En el futuro, los mayores recibirn una mejor educacin y participarn ms
en las actividades sociales, econmicas y polticas. Con una mejor conciencia de
sus derechos, la asignacin de recursos a su favor les da la posibilidad de constituir una fuerza poltica. Sin embargo, la manifestacin de todo su poder depender del contexto poltico del momento. La reaccin de los gobiernos en la
materia ser determinante para la estabilidad social y el progreso.
Las generaciones de personas mayores pueden considerar que la adquisicin
de un determinado empoderamiento poltico no lleva a gran cosa, en la medida
en que son nulas las ventajas iniciales en la materia. No se influir en los responsables polticos y en los planificadores gubernamentales mientras que la informacin que se les suministre no sea, por lo menos, igual que la presentada por
los dems grupos de presin.
El examen de la situacin actual no puede dejar de extraar, dada la rapidez con
que se producen los cambios, no slo en la actitud de los propios mayores, sino tambin en los responsables polticos y en los enfoques de los planificadores. Se llame o
no movimiento a esto, no por ello persistir menos la idea de que tiene lugar una concienciacin, y estoy seguro de que no est lejos el da en que las organizaciones de jubi- 193
lados se transformarn, conscientemente o no, en un grupo de presin poltica muy
potente, dado que este movimiento de los mayores tiene la posibilidad de influir en las
opciones polticas y en los programas gubernamentales.

La participacin y las personas mayores


en los pases en desarrollo:
empoderamiento y toma de decisiones
MARK GORMAN
Director de la Poltica de Desarrollo.

Numerosas personas mayores no pueden participar plenamente en la vida


social, econmica y poltica de sus sociedades porque son demasiado pobres, tienen mala salud, estn sujetas a discriminacin o carecen de confianza en s mismas. Las voces de las personas mayores rara vez se hacen or en los procesos de
toma de decisiones. Para que las polticas destinadas a combatir la pobreza tengan xito, las necesidades de las personas mayores muy acusadas entre los
195
pobres deben ser reconocidas e incluidas en las polticas en cuestin.
La investigacin participativa es una herramienta poderosa para asociar a las
personas mayores en los procesos de elaboracin de las polticas. Cuando se
concede importancia a las opiniones de las personas mayores, es posible recopilar informaciones relativas a su situacin que se no se podran obtener de otro
modo. Por otra parte, el proceso de recopilacin, participacin y anlisis de las
informaciones ayuda a reforzar la capacidad de las personas mayores, entre otras
cosas, para influir en las polticas y en su ejecucin. Uno los puntos de partida
de la investigacin participativa consiste en tener en cuenta las relaciones de
fuerzas y comprometerse a implicar a las personas mayores con rentas bajas en
las investigaciones que se llevan a cabo en sus propias comunidades.
El anlisis de los resultados de las investigaciones por la comunidad en cuestin, ms que por personas del exterior, es un elemento clave del proceso.
Permite a las personas mayores con rentas bajas poner de relieve diferentes
aspectos de la pobreza y de los vnculos que les unen, as como identificar a las
personas ms pobres dentro de sus comunidades. El anlisis desarrollado por
diferentes grupos de personas mayores de los dos sexos, y por personas de edad
y de perfiles diferentes, da como resultado una gama de diferentes perspectivas
y subraya los mbitos en los cuales es posible llegar a un consenso. El anlisis

EL PODER GRIS?

en grupo ayuda a crear equipos compuestos a la vez por personas afectadas y


por personas ajenas a la comunidad, que pueden as establecer una relacin entre
los resultados y las polticas puestas en prctica a todas las escalas.
En el norte de Ghana, las personas mayores que contribuyeron a la investigacin participativa pudieron entrevistarse sin intermediarios con representantes del consejo regional, del gobierno central y de diferentes organizaciones no
gubernamentales. Explicaron que, habida cuenta del carcter estacional de los
trabajos agrcolas, del carcter endmico de las enfermedades, del hambre y de
la falta de recursos, no podan conseguir asistencia mdica durante los perodos
del ao en que ms lo necesitaban. Los representantes del consejo regional reconocieron que se aplicaba mal la poltica nacional que dispensaba a las personas
mayores del pago de la asistencia mdica. Detectaron sistemas inadecuados de
aplicacin, como, por ejemplo, el hecho de dejar a la discrecin del personal
sanitario el poder de decisin en cuanto a la gratuidad de los cuidados.

196

Uno de los participantes de edad avanzada describa del siguiente modo las
ventajas vinculadas a la participacin de informaciones entre todos los miembros del equipo de investigadores: El equipo ha tenido la posibilidad de determinar lo que las personas mayores desean. Algunas personas ignoraban que
tenan derecho a la gratuidad de la asistencia mdica hasta que el equipo les
inform. Las personas mayores tambin comunicaron al equipo lo que el
gobierno y otros organismos podran hacer por ellas... y lo que ellas mismas
podran hacer si se les dieran los medios. La investigacin participativa puede
ser una experiencia de empoderamiento, pero, por lo que se refiere a las mejoras a largo plazo, las personas mayores deben continuar movilizndose y seguir
de cerca la elaboracin y el impacto de las polticas que les conciernen directamente. Por tanto, los gobiernos y las instituciones en cuestin, a escala local y
nacional, deben comprometerse a hacer participar ms a los mayores. Las informaciones, por ejemplo, deben proporcionarse de manera ms adaptada. Los responsables de la difusin de la informacin no deben olvidar que muchas personas mayores tienen dificultades para leer y escribir, por lo que sera necesario
explorar otras maneras de difundir las informaciones. Tambin es importante
conservar el contacto con los mayores, en vez de proceder nicamente a consultas puntuales.
Si este compromiso es sincero, los resultados pueden ser muy positivos.
Existen numerosos ejemplos de cambios benficos realizados por personas
mayores en el mbito de su comunidad gracias al apoyo de organizaciones intermediarias. En frica del Sur, por ejemplo, con el apoyo de la organizacin local

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Elim-Hlanganani Society for the Care of the Aged 100, cientos de mayores han ganado
pleitos contra el gobierno provincial por la falta de pago de sus pensiones.
Es esencial reconocerles a las personas mayores con bajas rentas el derecho
a influir en los programas de desarrollo tanto nacionales como internacionales,
as como darles los medios para que lo consigan. Las polticas que resulten de
ello sern ms susceptibles de ser duraderas si se basan en las prioridades de la
poblacin a la que intentan servir.

197

100

Sociedad Elim-Hlanganani para la Atencin de las Personas Mayores [N. del T.].

El movimiento ecuatoriano
de las personas mayores
NELSON JURADO B.
Doctor en Medicina y en Gerontologa
Especialista en Psiquiatra
Representante de la FIAPA en la Comunidad de Naciones Andinas

En el transcurso de los ltimos 20 aos, Ecuador ha experimentado un deterioro progresivo de las condiciones de vida de su poblacin, con motivo de graves condiciones econmicas y de la ausencia de un modelo poltico que permitiera dar una respuesta adecuada a las necesidades del pas. La democracia no
pudo consolidarse, ya que, en sucesivas ocasiones, se vio seriamente cuestionada por la irrupcin, en la escena social, de nuevas categoras de poblacin que
199
luchan por unos cambios econmicos y sociales autnticos.
Las personas mayores de 60 aos forman parte, tradicionalmente, de las
categoras de poblacin ms desamparadas y abandonadas. Sin embargo, su
nmero se ha duplicado en estos ltimos 20 aos. En 1980, de una poblacin
de 7 millones, haba 300.000 personas mayores de 60 aos. Mientras que la
poblacin total pasaba a 12 millones en 2002, los mayores de 60 aos representan hoy en da el 7% de la poblacin ecuatoriana, unas 850.000 personas aproximadamente, de las cuales slo 230.000 perciben una pensin y son beneficiarias de la seguridad social. Por ello, la gran mayora de la poblacin est desamparada.
En la primera Asamblea Mundial de Viena en 1982, en la cual se aprob
el Primer Plan Internacional sobre el Envejecimiento, participaron delegados ecuatorianos. Una de las consecuencias del Plan Internacional fue el
establecimiento de una dinmica a favor de las personas mayores de 60 aos.
As, en 1985, se implant un programa del Instituto Ecuatoriano de
Seguridad social destinado a la tercera edad en el que se establecan nuevas
modalidades de aumento de las pensiones y de un seguimiento mdico de los
jubilados.

EL PODER GRIS?

Para precisar el contexto de estas evoluciones desde 1975, la Confederacin


Nacional de Jubilados, fundada por el seor Publio Falconi Pazmio, intent
integrar a las personas mayores en el debate pblico. Su accin permiti obtener la integracin de los jubilados en los rganos dirigentes de la seguridad
social.
Esta Confederacin no tena en cuenta a los mayores de 60 aos que no estaban afiliados al Instituto Ecuatoriano de la Seguridad social, lo que les condujo
a buscar otros mecanismos que pudieran garantizar la participacin de estas personas en la vida social del pas. Por este motivo, en 1992-1993 se produjeron
grandes marchas y manifestaciones en todo Ecuador para exigir al Estado, y a la
sociedad en general, una mayor atencin a las personas mayores. El punto culminante fue la toma de posesin del Congreso Nacional y la promulgacin de
la Ley del Anciano y del Bono de Ayuda a la Tercera Edad, que permiti el
reconocimiento legal de las organizaciones de personas mayores.

200

En 1994 se constituy la Federacin de la Tercera Edad de Pichincha. Esta


federacin rene a las personas sin pensiones de 60 y ms aos de edad pertenecientes a 35 organizaciones de la Sierra Ecuatoriana. Por su parte, la asociacin
Publio Falcon Pazmio, la mayor de Ecuador, rene a jubilados y a personas no
jubiladas de la regin del Litoral. En 1998, se reorganiz el Frente Nacional de la
Tercera Edad (que agrupa a las dos asociaciones antes mencionadas), que ya exista desde 1997. Esta ltima federacin se adhiri a la Federacin Internacional de
Asociaciones de Personas Mayores (FIAPA) y en 1999 entr en la organizacin
internacional del Frente de la Dignidad de los Jubilados y de la Tercera Edad de
Ecuador (FDJTEE), que se constitua oficialmente.
El Frente de la Dignidad de los Jubilados y de la Tercera Edad de Ecuador
no es una organizacin con estatutos. Es una federacin que agrupa a las organizaciones de base ecuatorianas, con estatutos oficiales, reconocidas como tales
por el Estado ecuatoriano.
El FDJTEE constituye el ncleo ecuatoriano de la FIAPA y sus dirigentes,
nombrados democrticamente, son los portavoces de esta ltima.
Desde su creacin en 1997, se han sucedido muchas jornadas de movilizacin
y de lucha que consiguieron algunas conquistas econmicas, sociales y polticas:

La lucha contra la corrupcin: manifestacin nacional en la que particip


el FDJTEE y que culmin con la salida del Gobierno Mahuad de la poca
y durante el cual la pensin de jubilacin heredada de dicha administra-

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

cin era de apenas 8 euros mensuales.


La movilizacin fue inmediata y tena por objeto convocar el mayor nmero de personas posible. Los manifestantes ya haban participado en algunas
acciones, en especial con ocasin de la Asamblea Constituyente de 1998, que
desemboc en la inclusin, por primera vez en la Constitucin Poltica de la
Repblica del Ecuador, de un captulo entero dedicado a la proteccin y
defensa de los derechos de las personas mayores ecuatorianas.
En el transcurso de los 3 aos (1998, 1999 y 2000), continu la lucha contra la corrupcin y contra aquellos que, en nombre de las personas mayores, adquirieron determinadas ventajas econmicas.
El FDJTEE, mediante su accin, con el apoyo valiente y decidido de
todos los jubilados, obtuvo resultados importantes, como el pago retroactivo de 1.200.000 sucres (300 euros en 1999-2000), que el Gobierno no
pudo suprimir, y nuevas subidas para los jubilados en 2001. Estos resultados, obtenidos tambin con el apoyo de la FIAPA, no cambian radicalmente la situacin, pero fundamentan el reconocimiento del xito de la
lucha de los jubilados y de las personas de la tercera edad.
Esta ayuda oportuna y constante permiti tambin el abastecimiento de
medicamentos y la puesta en marcha de dos servicios geritricos de la 201
seguridad social donde los jubilados son atendidos. Se impusieron sanciones a los agentes corruptos del sistema de salud que, sin ningn escrpulo, hicieron de la enfermedad un asunto exclusivamente lucrativo. Muchos
de ellos han sido excluidos de la seguridad social.
En la actualidad se constata que hay nuevos dirigentes en las organizaciones de jubilados que demuestran una capacidad bastante buena para continuar la lucha a lo largo del tiempo. Se han ganado ya el respeto de todos
los rganos. En Ecuador, esta movilizacin ha llamado la atencin del
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos,
cuyo representante, el Dr. Brian Burdekine, recogi las demandas de los
jubilados en el transcurso de una asamblea que tuvo lugar en Guayaquil y
con motivo de reuniones de trabajo en Quito.
El mundo no permaneci insensible, puesto que estaban presentes diferentes personalidades, como Rigoberta Mench (Premio Novel de la Paz), con lo
que se consolid la posicin del FDJTEE.

En julio de 2002, gracias a que el Instituto Ecuatoriano de la Seguridad


Social tuvo en cuenta el problema de las pensiones, stas alcanzaron los
48 euros mensuales.

EL PODER GRIS?

En agosto de 2002, todas las jubilaciones subieron un 65%, salvo para los
menores de 54 aos. Hay que sealar que el 50% de stos ltimos disponen de otros tipos de recursos.
El ltimo decreto establece la pensin en 65 euros mensuales y se ha previsto una segunda subida del 65% a partir de diciembre de 2002.
No obstante, estas nuevas subidas no significan que la situacin de los
jubilados est resuelta, pero conviene subrayar la evolucin producida: se
ha pasado del nivel de pensin de 8 euros bajo el Gobierno de Mahuad a
los 65 euros actuales.
La solucin ideal pasa por la puesta en marcha de un nuevo rgimen de pensiones que garantice la permanencia y el automatismo del Principio de
Suficiencia de las Pensiones previsto en el artculo 54 de la Constitucin.

Los polticos no se han pronunciado todava en relacin con este nuevo sistema que debe ponerse en marcha en Ecuador, pero los jubilados y las personas
mayores ya han hecho sentir su peso poltico.

202

La propuesta ms constructiva consistira en establecer un sistema mixto que


combinase capitalizacin y reparto, es decir, constituir un fondo procedente de
la deuda del Estado, de la moratoria de la parte patronal y de los recursos de los
fondos ya existentes. Todo ello permitir una capitalizacin cuyos beneficios
estaran reservados para los aumentos peridicos y obligatorios de los jubilados;
esta ltima medida se hara a partir de los beneficios y no del capital de la deuda
que los morosos deben pagar.

3. HACIA UN DILOGO SOCIAL


CON LOS JUBILADOS?

A escala local y nacional


Entrevista con KOFI YAMGNAGNE
Vicepresidente del Consejo General de Finisterre y encargado de la poltica del agua

POR JUAN-PHILIPPE VIRIOT-DURANDAL Y FRANOIS CLMENT


Estudiante investigador, diploma de postgrado de ciencias administrativas.

JPVD : Seor Ministro, en 1989 tom usted la iniciativa de crear un


Consejo de Sabios en el municipio de Saint-Coulitz*. Puede explicarnos cmo tuvo esta idea?
KY : La creacin de este Consejo de Sabios tiene una simple explicacin. En
primer lugar, porque, en mi cultura de origen, a las personas de edad avanzada se les escucha, respeta y consulta. Quise instalar en Saint-Coulitz este tipo 205
de relacin con los mayores del pueblo cuya experiencia poda servirme en la
gestin de los asuntos del municipio.
Adems, los hombres y las mujeres envejecen cada vez mejor. La democracia, que, a mi modo de ver, debe ser cada vez ms participativa, puede enriquecerse escuchando al mayor nmero de ciudadanos posible.

JPVD : Puede explicarnos el funcionamiento de este Consejo: cmo


son elegidos o nombrados sus miembros, la duracin de sus mandatos
y sus competencias?
KY : El Consejo de Sabios de St. Coulitz est formado por 9 miembros. Son
elegidos por un rgano colegiado compuesto por todas las personas de ms de
60 aos. Su mandato es de dos aos y son reelegibles. Tienen amplias competencias, puesto que tienen acceso a todos los expedientes del municipio: ordenacin
del territorio, urbanismo, medio ambiente, presupuestos, cuentas administrativas Su funcin es emitir dictmenes sobre todos los puntos del orden del da
del consejo municipal, con una semana de antelacin a la reunin de ste.

JPVD : Otras ciudades han seguido su ejemplo: Grenoble o, ms


recientemente, Nancy; piensa usted que la creacin de tales comits

EL PODER GRIS?

consultivos puede extenderse a otros municipios de Francia, as como


de Europa y de otras democracias del mundo?
KY : S, por supuesto. Todos los municipios de Francia, de Europa y del
mundo que tengan una prctica democrtica del poder pueden y deben crear
estos Consejos de ancianos para aprovecharse de su experiencia. Adems, los
hay tambin en frica, as como en muchos pases de la Unin Europea.

JPVD : Segn usted, es posible que grandes ciudades, como Pars,


Marsella, Toulouse o Lyn, puedan dotarse con tal tipo de Consejo o
slo tiene una existencia limitada segn el tamao del municipio, y en
este caso, sera una iniciativa sola y puramente rural?
KY : El tamao de una poblacin, de un pas o de una comunidad no
puede ser un lmite para la prctica democrtica. En las grandes ciudades,
puede haber una adaptacin de los Consejos de Sabios; por ejemplo, constituyendo uno por barrio o por distrito, aunque federando los distintos rganos
en una estructura que cubra el conjunto de la poblacin.

JPVD : Piensa que tal Consejo podra institucionalizarse a largo


206 plazo, es decir, convertirse en una especie de segunda fuerza municipal?
KY : S, me gustara que la idea de que un Consejo as se institucionalice en
nuestro pas. No obstante, no podra ser una segunda fuerza municipal, puesto
que el consejo municipal elegido por sufragio universal tiene la potestad y la
exclusividad de la deliberacin y de la decisin.

JPVD : Algunos consideran al Consejo de Sabios como el enlace de


opiniones que puede imponer su voluntad en la adopcin o el abandono de un proyecto sometido a la aprobacin del consejo municipal.
Cul es su opinin al respecto?
KY : Por mi experiencia en St. Coulitz, me di cuenta de que el Consejo de
Sabios era un poderoso enlace de opiniones. Su presencia me ha obligado a
menudo a arbitrajes difciles entre el consejo municipal que delibera y el Consejo
de Sabios que slo emite dictmenes.

JPVD : Si los jubilados constituyen un grupo aparte, no seria favorecer una forma de discriminacin por la edad y constituir un grupo de
inters separado del conjunto de los dems ciudadanos? (El Consejo de
Jvenes se explica, ya que ellos no tienen el derecho de voto antes de

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

los 18 aos y deben poder expresarse, pero los jubilados, al contrario


que los menores, disponen del sufragio).
KY : Los jubilados no pueden constituir un grupo social aparte, porque
conducira a una discriminacin por razones de edad. Por el contrario, un
agricultor o un mdico jubilado, al no tener ms intereses corporativistas o
profesionales que defender, estn ms capacitados para observar la actividad
humana con la distancia necesaria para la objetividad. Adems, utilizar la experiencia de nuestros mayores es una manera de reconocerlos, de insertarlos en
la sociedad y, a fin de cuentas, de crear nuevas relaciones entre las generaciones, que deben superar las simples relaciones econmicas entre los trabajadores en activo y los jubilados.

JPVD : Por lo tanto, el poder poltico de los mayores presentes en


este tipo de Consejo influye en la vida poltica del municipio?
KY : Por supuesto que esta presencia influye en la vida poltica del municipio, y es deseable. Yo observ que la edad tena una influencia beneficiosa sobre
los humanos: aunque los ancianos no son todos sabios, nadie es tan insensato como para perjudicar el inters general del municipio.

JPVD : Si se tiene en cuenta una posible institucionalizacin de


estos Consejos, no corren el riesgo de hacer oscilar la vida poltica francesa? Por ejemplo, haciendo del mandato de los cargos electos un
mandato imperativo?
KY : No. La institucionalizacin de estos Consejos no puede hacer oscilar
la vida poltica francesa. El consejo municipal que se elige por sufragio universal sigue siendo el rgano legtimo para administrar el municipio. Cualquiera
que sea el modo de designacin de los sabios, no tienen la legitimidad del consejo municipal. Esta es la razn por la que su funcin no puede ser sino la de
emitir dictmenes y, con respecto a stos, los cargos electos municipales son
libres de tenerlos o no en cuenta.

JPVD : En este contexto, piensa usted que el Consejo de Sabios


pueda convertirse en una segunda asamblea de cargos electos, es decir,
objeto, a su vez, de codicias polticas y de autnticos problemas electorales?
KY : No. La institucin aun no ha llegado a este punto. Segn mis informaciones, habra en Francia algo menos de 100 Consejos de Sabios para los

207

EL PODER GRIS?

ms de 36.000 municipios que existen en nuestro territorio. Adems, le en un


reciente sondeo publicado en Notre temps, que al tiempo que las personas
mayores solicitan el Consejo de Sabios (el 80%), los alcaldes desconfan (el
77% en contra). Mientras nuestros cargos electos tengan miedo de compartir
su poder, ya que los Consejos de Sabios no se manipulan tan fcilmente como
el consejo de jvenes, la cuestin de la codicia poltica no se plantea.

JPVD : Qu piensa usted de las iniciativas tomadas por otros cargos


electos, como el Alcalde de Chantilly en Oise, ric Woerth, que incita a
los mayores y a las personas de edad avanzada de su municipio a presidir asociaciones de servicio pblico con el fin de hacerlos participar en
la vida del municipio?
KY : La iniciativa de ric Woerth, alcalde de Chantilly en Oise, es una
buena iniciativa. Para nosotros, cargos electos locales, se trata de encontrar
todas las ocasiones posibles para hacer participar al conjunto de la poblacin
en la vida pblica: tanto los jvenes como los mayores. Un proyecto es siempre mejor cuando lo lleva el conjunto de la poblacin en lugar de un grupo
especfico.
208

JPVD : Por ltimo, tom usted la iniciativa de la creacin de tal


Consejo y fue seguido por otros cargos electos, o piensa que es necesario reconsiderar las relaciones entre las personas mayores y los responsables polticos en general?
KY : S, creo que es necesario reconsiderar las relaciones entre las personas
mayores y los responsables polticos. En mi opinin, la democracia por delegacin no es suficiente para garantizar la cohesin social ideal. Me parece que
cuanto ms numerosos seamos en participar en las decisiones mejor ser. En
cualquier caso, que sean slo las relaciones financieras las que garanticen las
pensiones de los jubilados, gracias al trabajo de los trabajadores en activo, no
es suficiente. Debemos imaginar un verdadero contrato social entre las generaciones: la renovacin de nuestro sistema democrtico pasa por ah.

JPVD : Para terminar esta entrevista, querra proponerle esta frase de


Stphane Walnich, Director de SCP Comunication: las personas de 60
aos consumen su ciudad no como personas mayores, sino como ciudadanos activos e inteligentes.
KY : Precisamente el objetivo de los Consejos de Sabios, tal como yo los he
imaginado y vivido, consiste en evitar que las personas en cuestin sean slo

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

consumidores de su ciudad. Quiero que sean protagonistas y ciudadanos inteligentes y participativos. Adems, a fuerza de solicitarlos es como les evitaremos las enfermedades de la memoria que se conocen pasada cierta edad. Por
esta razn, mi lema siempre ha sido nada de jubilacin para la ciudadana.
* Pequeo municipio de Bretaa, Francia.

209

Entrevista con ALAIN GILLETTE


Ex director del gabinete del Secretario de Estado responsable
de las Personas Mayores (1981-1983)
Director de la auditora externa de las Naciones Unidas en Nueva York
Presidente de UNIORPA (Unin Nacional de Entidades de Coordinacin, Oficinas y
Redes de Personas Mayores), 2000-2001

POR JEAN-PHILIPPE VIRIOT-DURANDAL

JPVD: En la dcada de 1980, Francia quiso mejorar la integracin de


las asociaciones de jubilados en los sistemas de decisiones pblicas.
Puede recordarnos, brevemente, las etapas y los principios?
AG: La Secretara de Estado para las Personas Mayores se cre en mayo de
1981. Era la primera vez, a nivel poltico, que un gobierno pona en marcha
una Secretara de Estado especficamente dedicada a las personas de edad 211
avanzada.
Antes de 1981, la falta de visin de un interlocutor oficial explica, en parte,
por qu no hubo hasta ese momento un verdadero organismo que representase
a las instituciones gubernamentales. En esa poca, las organizaciones ms activas eran, seguramente, las asociaciones de funcionarios civiles o militares jubilados, lo que no era, a pesar de todo, ms que una parte del problema. Tambin
eran activas algunas asociaciones sindicales, pero de una representatividad y una
significacin dudosas, tal como el organismo nacional de la poca.
Cuando, en 1981, se emprende la creacin de una estructura coherente de
planificacin y programacin de las acciones pblicas para las acciones sociales, mdico sociales y sanitarias destinadas a los jubilados y a las personas
mayores, me pareci arriesgado el desequilibrio entre este organismo estatal
(por lo dems, an modesto, pero que, al menos, tena su coherencia) y la
ausencia de interlocutores suficientemente importantes y representativos por
parte de los usuarios. Ahora bien, la orientacin del Gobierno a principios de
la dcada de 1980 era reforzar de manera clara la apertura del Estado a la
sociedad civil y favorecer la interaccin entre la sociedad civil y la tecnoestructura.

EL PODER GRIS?

Por esta razn, en aquella poca me pareci la mejor solucin constituir, con
la iniciativa de las autoridades pblicas (y, por lo tanto, de manera oficial y satisfactoria para los miembros), un organismo que pudiera acoger a los principales
representantes de las organizaciones ms relevantes o que, gracias a la visibilidad
de este nuevo organismo, pudieran llegar a serlo. En consecuencia, exista la
voluntad de disponer de un punto focal interactivo con la tecnoestructura (que era
del orden de constatar las fuerzas presentes en la poca) y, a la vez, la preocupacin de crear un impulso, un movimiento que, gracias a este reconocimiento institucional, permitiera ampliar el movimiento y profundizar en l.

JPVD: Cmo procedieron para la eleccin de las organizaciones?


AG: Elaboramos un cuadro del panorama asociativo y sindical, teniendo cuidado en lo que respecta al nmero de afiliados declarados. No recuerdo muchos
detalles, pero se intent ser lo ms exhaustivo posible en funcin de los interlocutores acreditados.

JPVD: Esto significa que la estructura era flexible en la definicin de


las condiciones de entrada? Haban previsto ustedes una posible integracin de nuevas asociaciones en funcin de la evolucin del panora212 ma asociativo?
AG: S, en la medida en que un comit nacional de este tipo pueda ser flexible. El decreto de constitucin y la lista inicial de los miembros eran pragmticos.

JPVD: En concreto, cmo seleccionaron a las organizaciones no sindicales?


AG: De forma pragmtica. En esa poca, los medios gerontolgicos o gerontologocrticos (segn la expresin del aorado Michel Philibert, que, entre otras
cosas, fue buen asesor) eran ms modestos que hoy. Actubamos mucho en
comisiones ad hoc o en grupos de trabajo informales, entre los que estaban el
gabinete del Secretario de Estado, las direcciones de los ministerios en cuestin
y nuestros interlocutores externos. Describimos el estado de la situacin y as
establecimos la lista.

JPVD: Encontraron ustedes oposicin sobre el principio de tal


estructura?
AG: Sobre el principio realmente no, aunque siempre hay reticencia - deseable, por otra parte- a multiplicar las comisiones y los consejos de toda clase.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Hubo algunas reacciones un poco negativas por parte de asociaciones que antes
tenan el oligopolio de la representacin y que, de la noche a la maana, se
encontraron junto a otras en una organizacin que, si valorizaba a unas, poda
considerarse que corra el peligro de desvalorizar relativamente a otras. Pero la
innovacin se recibi positivamente. La cuestin fundamental en aquella poca
era: cules sern la utilidad y el verdadero dinamismo?

JPVD: Justamente! Cul es la influencia de los debates desarrollados


en el seno del CNRPA? Cree usted que los jubilados que se renen en
esta estructura disponen de un poder de influencia sobre los responsables pblicos?
AG: Primeros debates y trayectorias: los primeros meses no permitieron
obtener actas de gran densidad, la institucin se estableca y mi estrategia era
claramente una estrategia a largo plazo. Ni el CNRPA (Comit Nacional de
Jubilados y Personas Mayores), ni los CODERPA101 a nivel departamental, ni
los CORERPA102 a nivel regional, podan ser eficientes y eficaces en unos meses
ni en unos trimestres. Se trataba de una transformacin institucional y cultural
que yo saba que podra tardar una generacin, ni ms ni menos. El nivel de
aspiracin de estos organismos no era muy elevado en sus primeros pasos y
213
balbuceos. La primera vicepresidenta del CNRPA (el presidente era el
Secretario de Estado) de inmediato encontr exactamente el sector justo, es
decir, afirmar la institucin sin implicarse, no obstante, demasiado en serio,
pero sabiendo obtener un consenso en torno a las iniciativas que tomaba. Esta
hbil presidencia permita tener una visibilidad frecuente y un enlace para la
Secretara de Estado, sobre todo en cuanto a la informacin tanto ascendente
como descendente.

JPVD: Ha hablado usted de enlaces de informacin. En qu medida


poda tambin considerar al CNRPA como un potencial de propuestas?
AG: Este punto es importante. El objetivo fundamental consista, en efecto,
en tener este potencial de propuestas. La informacin ascendente haba aparecido muy rpidamente a principios del verano 1981 como un fallo del sistema
de la poca; las viudas de guerra, las pensiones del cnyuge superviviente y algunos otros temas eran los caballos de batalla favoritos de algunos representantes
de asociaciones de la poca. Manifiestamente, no haba una base muy amplia
101

Comits Dpartementaux des Retraits et Personnes ges: Comits Departamentales de Jubilados y Personas
Mayores [N. del T.].
102
Comits Rgionaux des Retraits et Personnes ges: Comits Regionales de Jubilados y Personas Mayores [N. del T.].

EL PODER GRIS?

sobre la que estuvieran fundadas estas propuestas, que eran, ms bien, manas
de equipos muy limitados.
El objetivo fundamental era la aproximacin entre la tecnoestructura y la
sociedad civil: forzar el dilogo a todas las escalas de la decisin pblica (departamental, regional y nacional). A continuacin, es la vala de los hombres y mujeres la que debe actuar.

JPVD: Pasemos ahora a la repercusin de su actividad en el seno de


la Secretara de Estado para las Personas Mayores, en cuanto a la creacin de los encuentros, de los cuales tambin fue usted el iniciador.
Cules fueron los principios fundadores?

214

AG: Los encuentros respondan a una lgica complementaria, pero diferente de la de las instituciones. Adems, estaban destinadas a renovarse cada cinco
o diez aos, pero no entraban en una mecnica institucional como el CNRPA o
los CODERPA, y no se fundamentaban en una base jurdica reglamentaria. El
objetivo, tras poco ms de un ao de funcionamiento de la Secretara de Estado,
era transformar el experimento movilizando a miles de personas-enlace y a los
medios de comunicacin.
En primer lugar, echemos una ojeada a la accin gubernamental. El ao 1981
se dedic a establecer, formalizar, reorganizar, ampliar y decuplicar los crditos
y los medios existentes en el sector gerontolgico. Esto se hizo, en gran medida, en el modo descendente. El pequeo equipo de la direccin de la accin
social (entonces el RV2) y las dems direcciones de los Ministerios en cuestin constituan, con el Gabinete, el equipo formal. Pero a su alrededor gravitaban algunos crculos, compuestos por los mejores especialistas acreditados. De
este modo, elaboramos, en primer lugar, la circular sobre los cuidados de enfermera a domicilio y, a continuacin, la circular del conjunto. ste fue el primer
documento global, despus de las premisas que haban constituido el programa
que termin el VI Plan, luego el PAP103 15 del VII Plan, cuyo equipo de creacin haba dirigido yo. La circular de 1981 fue realmente el primer texto ms o
menos coherente que proporcionaba la arquitectura global del sistema aplicado
por el Estado, con medios no desdeables como la incorporacin, en algunos
meses, de 400 coordinadores seleccionados localmente por las instituciones de
coordinacin cuya creacin habamos solicitado.
103

Plan d'action prioritaire: Plan de Accin Prioritario [N. del T.].

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Para romper con la lgica nicamente descendente, para garantizar una base
realista y amplia de estos impulsos oficiales, para adaptarlos a partir de las crticas del sector, se necesitaba, en primer lugar, un medio de fuerte impacto nacional, incluso en la cumbre del Estado, mediante la movilizacin del Presidente de
la Repblica, el Primer Ministro, los Ministros y los gabinetes implicados en el
tema. El mejor medio fue llamarlos, lo que obligo a los gabinetes a poner a
punto algunos planes, elaborar un poco su doctrina y validar la nuestra para llegar a un consenso siempre til ante la direccin del Presupuesto.
A continuacin se trataba de introducir estas ideas en el conjunto del aparato del Estado, regional y departamental. En cierto sentido, a travs de los delegados del gobierno, los DDASS104 y, en menor medida, los DRASS105, estbamos
un poco aprisionados entre las instituciones centrales y una presin que yo esperaba ver aparecer sobre el terreno en el proceso de seleccin, movilizacin y trabajo de los delegados de los encuentros.
Y esto fue lo que pas con creces. La misma preparacin de los encuentros
gener una nueva dinmica. Nos desplazamos mucho sobre el terreno para estimular y fomentar las iniciativas. Los partcipes locales se pusieron a reflexionar
y a trabajar. Para un gran nmero de asociaciones y profesionales, era una de las
215
primeras veces que se les llevaba a sentarse en torno a la misma mesa que los
responsables pblicos cuya posicin previa tradicional era, ms bien, la simple
concesin o denegacin de subvencin, de manera puntual, sin que hubiera este
marco global de trabajo.
As comenzaba un doble impulso de movilizacin a escala nacional y local. Los
encuentros departamentales sacaron en primer lugar las propuestas, no de los
libros de reclamaciones, sino de los documentos preparatorios. Eran poco ms o
menos las mismas, con algunas alternativas, ya que el campo de lo posible no es
ilimitado. Con respecto a estos primeros elementos, el gabinete de la Secretara de
Estado, secundado por un pequeo y formidable equipo voluntario (Claude
Desaulnois, Xavier Gaullier, Anne-Marie Guillemard, Jean- Claude Henrard, entre
otros), encarg ciertos trabajos cientficos sobre algunos temas con el fin de obtener una mejor comprensin de algunos fenmenos a escala nacional.
Hice una prueba a tamao real en la Conferencia sobre el Envejecimiento en
1981 (White House Conference on Ageing Conferencia sobre el Envejecimiento

104

Direction Dpartemental de l'Action Sanitaire y Sociale (Direccin Departamental de Accin Sanitaria y Social).
Direction Rgionale des Affaires Sanitaires y Sociales (Direccin Regional de Asuntos Sanitarios y Sociales).

105

EL PODER GRIS?

patrocinada por la Casa Blanca), dnde represent a Francia. Esta conferencia


me mostr, en el contexto social y cultural de los Estados Unidos (ciertamente,
muy diferente del nuestro), cmo se organizaban los estadounidenses. Proced a
una inmediata transferencia de tecnologa. Esta transposicin nos proporcion
un sistema que, aunque corresponda exactamente a la situacin francesa y al
desarrollo poltico adoptado en mayo de 1981, obtena su fuerza de una mecnica cuya fiabilidad y viabilidad me haban parecido totalmente favorables en la
experiencia estadounidense. Nicole Questiaux, Ministra de Estado responsable
de la Solidaridad hasta 1982, que conoca muy bien el tema; Joseph Franceschi,
Secretario de Estado responsable de las Personas Mayores hasta agosto de 1982,
y luego Georgina Dufoix, provisionalmente hasta a finales de 1982, lo comprendieron muy bien y apoyaron plenamente esta va.

JPVD: Pens usted tambin en la formacin de los miembros de los


CODERPA y CORERPA?

216

AG: A partir del otoo de 1981 y principios de 1982, habamos autorizado


una decena de centros de formacin (todos los que podan serlo, aunque poco
numerosos), como el centro multidisciplinar de gerontologa de una Universidad
de Grenoble, el equipo del Prof. Vellas de una de las de Toulouse, los equipos
de Pars y de la Universidad de Crteil, etc. En resumen, una pequea red de formacin, pero con exigencias de nivel universitario, cuyos crditos se decuplicaron de la noche a la maana. Era principalmente para formar a los 400 coordinadores de sector, y tambin para diversificar la gama de formacin. No era una
innovacin, en la medida en que el CPDG106 de Grenoble ya lo estaba haciendo
desde haca varios aos (yo mismo haba aprendido mucho all diez aos antes)
y Michel Philibert y su equipo nos proporcionaron muchas ideas. Este modelo
de Grenoble nos inspir en gran medida y, por consiguiente, hicimos fructificar
una experiencia antigua y francesa.
Para la coherencia nacional de esta poltica de formacin, la direccin de la
accin social preparaba los expedientes con el fin de armonizar los programas
de formacin y dejando, al mismo tiempo, un margen de maniobra a cada centro. En las relaciones contractuales entre cada centro de formacin y la direccin de la accin social haba una programacin que tena en cuenta unos mdulos cuya circulacin se intentaba garantizar entre los centros, incluso para la formacin de los miembros de los CORERPA y CODERPA. El Centro de
106

Centre Pluridisciplinaire de Grontologie de Grenoble (Centro Pluridisciplinar de Gerontologa de Grenoble).

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Conexin, Estudio, Informacin e Investigacin de los Problemas de las


Personas Mayores (CLEIRPPA), bajo la direccin de Jean-Claude Remy, desempe tambin su papel, sobre todo en lo que respecta a la cinemateca especializada que subvencion la Secretara de Estado.

JPVD: Este modelo parece operativo en un contexto donde la unidad de los centros de decisiones est garantizada, como fue el caso,
al parecer, con la Secretara de Estado para las Personas Mayores.
Pero es lo mismo cuando las estructuras de coordinacin son ms
escasas o cuando se han fragmentado los centros de responsabilidad
y decisin?
AG: Ms an, en la medida en que, si se fragmenta la tecnoestructura, es ms
necesario tener por parte de los usuarios una perspectiva, una fuerte polarizacin que permita tener en cuenta la poltica de envejecimiento. Pues en los dos
casos la necesidad es grande, pero puede ser an mayor cuando hay una fragmentacin del aparato de Estado.

JPVD: Hace un momento, ha hablado usted de su experiencia en los


Estados Unidos: en qu medida es transferible el ejemplo estadouni217
dense, en concreto, y hasta dnde?
AG: Siempre con la mayor precaucin, porque el contexto social, cultural,
econmico y poltico es diferente. La manera en que el Congreso de los
Estados Unidos funciona en poltica social, como en los dems sectores, en
comparacin con el modo en que funciona el Parlamento francs, es radicalmente diferente. Y eso tiene un impacto decisivo. En el Senado, como en la
Cmara de Representantes, los intereses de la comunidad de personas mayores
los defiende un equipo de 15 20 colaboradores y otros tantos parlamentarios
muy motivados, lo que supone una fuerza de choque considerable, mientras
que en la Asamblea Nacional francesa slo haba un administrador competente en materia de poltica social para las personas mayores y, en el Senado, uno
a tiempo parcial.
Pero, cualesquiera que sean las diferencias entre los dos continentes, hay una
serie de dispositivos, procedimientos y astucias que pueden servir de ejemplos
vlidos, de modelos adaptados o, incluso, refundidos en funcin del contexto
francs. Es lo que hicimos para los encuentros, y lo que otros hicieron con xito,
como Notre temps (Bayard-Presse), revista privada que est ms o menos inspirada, creo, en la experiencia estadounidense. La importancia de esta evaluacin

EL PODER GRIS?

comparativa107 de este mtodo de transposicin, se me confirm durante la


siguiente conferencia de la Casa Blanca a la que tambin asist.
Han pasado veinte aos. La Secretara de Estado responsable de las personas
mayores sigue existiendo. No ha habido nuevos encuentros y es algo lamentable. Pero el impulso dado recientemente con los CLIC108 se inscribe en la lgica
del programa del PAP 15, ya finalizado, y de esta hermosa aventura de principios de la dcada de 1980. Nos gustara que el Estado, en cumplimiento de la
descentralizacin que sigui, se consagre de nuevo a los medios de tales impulsos y a confirmar el apoyo a los enlaces asociativos.

218

107

Benchmarking; en ingls en el original [N. del T.]


Centre Local d'Information et de Coordination: Centro Local de Informacin y Coordinacin [N. del T.]

108

El caso francs del Comit Nacional de Jubilados


y Personas Mayores (CNRPA)
ANNE GAMBLIN-SRECKI
Secretaria General del CNRPA

Y JEAN-PHILIPPE

VIRIOT DURANDAL

A principios de la dcada de 1980, con la llegada al poder del nuevo gobierno socialista, Francia intenta comprometerse en la modernizacin de su enfoque de la distribucin del poder en el mbito de la gerontologa. La poltica en
materia de vejez es entonces objeto de una extensa reordenacin en la cual tambin se inscribe la renovacin de los sistemas de decisiones pblicas. Alain
Gillette, entonces Director de gabinete de la Secretara de Estado responsable
de las Personas Mayores (1981-1983), es uno de los principales diseadores de 219
la nueva arquitectura gerontolgica en Francia.
El nuevo esquema de la poltica en materia de vejez se inscriba en un plan
global de reorganizacin de los centros de decisin sobre el terreno segn una
lgica a la vez vertical y horizontal.
En el plano vertical, se trataba de transferir una parte de las competencias del
Estado a las colectividades locales y territoriales a travs de las leyes de descentralizacin y de conferir tambin ms autonoma a las administraciones locales
mediante medidas de descentralizacin administrativa.
El proyecto implicaba tambin una fase de reordenacin horizontal con
la integracin de partcipes externos a los mbitos administrativos y polticos en estructuras consultivas situadas cerca de los responsables pblicos.
La nueva arquitectura gerontolgica estableci de este modo una amplia
plataforma de encuentro entre algunos protagonistas del sector, a menudo
externos a los sistemas de decisiones pblicas (profesionales, organizaciones sindicales de jubilados, asociaciones), y los organismos de toma de
decisiones pblicas a diferentes escalas (Estado central y colectividades
territoriales).

EL PODER GRIS?

Formalmente, la creacin de un comit consultivo nacional y sus contrapartidas a escala local inauguraron un nuevo enfoque de la poltica en materia de
vejez y de las relaciones entre el Estado y las organizaciones de jubilados.
Iniciado por el Decreto n. 82-697 de 4 de agosto de 1982 por el Secretario de
Estado responsable de las Personas Mayores, el Comit Nacional de Jubilados
y Personas Mayores (CNRPA) es una estructura consultiva dedicada a las cuestiones de la poltica en materia de vejez. El decreto fundador del CNRPA precisa que el Comit puede ser consultado por el Ministro responsable de las
Personas Mayores en lo referente a todo proyecto, programa o estudio sobre
los jubilados y las personas mayores. Igualmente, puede examinar por propia
iniciativa cualquier otra cuestin relativa a la poltica social o mdico social de
los jubilados y las personas mayores (Artculo 2 del Decreto n. 82-697 de 4 de
agosto de 1982).
Esta estructura tambin existe en los niveles locales de las decisiones polticas y administrativas a travs de los Comits Regionales de Jubilados y Personas
Mayores (CORERPA) y los Comits Provinciales de Jubilados y Personas
Mayores (CODERPA). Estos comits, por el momento, slo emiten dictmenes
consultivos.
220

La arquitectura de estas estructuras se basa en una concepcin comn a los


diferentes niveles. Un comit est formado por tres rganos colegiados.
El primer rgano colegiado comprende a los responsables pblicos y a los
financieros e integra, a este respecto, a los responsables del sector social a escala nacional y local. Se trata de los proveedores de fondos que representan al
Gobierno, los Ministerios y las colectividades locales (regin, departamento,
municipio) y tambin a las cajas del seguro de enfermedad y de pensiones.
Tambin incluye, a escala nacional, a los representantes de la alta administracin109 implicada, directa o indirectamente, en las cuestiones relativas a las polticas en materia de vejez.
El segundo rgano colegiado est formado por diecisis asociaciones nacionales de jubilados. Son designadas por el Ministro de Asuntos Sociales, a quien
le corresponde la Presidencia del CNRPA.
109

El Consejo de Estado examina los proyectos de ley y de resolucin. Emite un dictamen sobre la regularidad jurdica de estos textos. El Tribunal de Cuentas es juez de las cuentas de los contables pblicos del Estado y comprueba si
se recuperaron los ingresos. Se cerciora de que los gastos pblicos se pagaron de acuerdo con las normas contables
vigentes. La Inspeccin General de los Asuntos Sociales (IGAS) es un cuerpo interministerial de control que opera
sobre los gastos sociales.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

El tercer rgano colegiado integra a los profesionales del sector gerontolgico. Agrupa a los representantes de los organismos y profesiones implicadas en
la accin sanitaria y social con destino a las personas mayores.
Por ltimo, adems de estos tres rganos colegiados, el ejecutivo del comit
designa a personalidades cualificadas en el tercer rgano colegiado.
Las principales organizaciones de jubilados encontraron as un lugar y un
reconocimiento oficial en el panorama gerontolgico al tener acceso, como
miembros cualificados, a los distintos niveles de estos comits.
A travs de esta estructura, construyeron progresivamente una parte de sus
relaciones con los poderes pblicos y reforzaron su especializacin en cuanto
a las cuestiones gerontolgicas en el marco de las distintas misiones asignadas
al comit. De este modo, el papel de reflexin y de propuesta implica la movilizacin de medios de investigacin para la produccin de dictmenes documentados y la activacin de redes en el mundo de la poltica en materia de
vejez. El ltimo informe del Consejo Econmico y Social sobre las personas
mayores en la sociedad, (Bonnet 2001) dirigido por el antiguo vicepresidente
del CNRPA, hace hincapi en la necesidad de reforzar los medios de especiali- 221
zacin del CNRPA para dotar a esta asamblea de un poder real de especializacin, necesario para influir en los debates de poltica pblica frente a la tecnoestructura del Estado. Gracias a los trabajos de las comisiones especializadas,
las organizaciones de jubilados intentan dotarse progresivamente de conocimientos especializados sobre los distintos captulos de la poltica en materia de
vejez y hacerse or y reconocerse como protagonistas legtimos en el mbito de
la gerontologa.
Adems de su trabajo especializado en comisin, los comits asumen tambin misiones de sntesis, vulgarizacin y comunicacin, fuera de los crculos
tecnocrticos. Tienen tambin la vocacin de influir en el debate pblico, por
ejemplo, invitando a los medios de comunicacin durante las ruedas de prensa
o las jornadas de estudios. As pues, por ejemplo, los encuentros nacionales del
CNRPA renen regularmente a los representantes de todos los comits locales
y les ofrecen la ocasin de intercambiar y tambin de hacer resaltar sus posiciones comunes ante los poderes pblicos sobre los grandes problemas del
momento. De este modo, los encuentros dan a conocer estas posiciones a la opinin y contribuyen a la sensibilizacin del gran pblico sobre las cuestiones
gerontolgicas.

EL PODER GRIS?

Tengamos en cuenta que las competencias y el dinamismo de los CODERPA


y CORERPA varan en funcin de los compromisos de los profesionales y de las
secciones locales de las grandes federaciones de jubilados. El nivel de los interlocutores de los poderes pblicos no es siempre muy homogneo. De hecho,
depende en gran parte de la capacidad de las organizaciones para encontrar,
motivar y formar voluntarios aptos y decididos para estas funciones.
Por ltimo, al CNRPA se le invita a menudo a designar, en el seno del segundo rgano colegiado, a los representantes jubilados ante las estructuras consultivas o de decisiones.
El Decreto 98-645 del 22 de julio de 1998 ya reforz el poder de los jubilados en estas estructuras al instituir, en particular, a vicepresidentes elegidos. Para
el CNRPA, el vicepresidente lo designa la asamblea del comit. Para los
CODERPA (y los CORERPA cuando existen, ya que hoy an son facultativos),
el delegado del gobierno es presidente por derecho, la primera vicepresidencia
est asegurada por el presidente del consejo general y la segunda vicepresidencia la asume un miembro elegido en el seno del rgano colegiado de los jubilados y personas mayores.
222

Los comits son comisiones administrativas, sin personalidad jurdica, y funcionan gracias a una subvencin del Ministerio de Asuntos Sociales. Sin embargo, para ganar en flexibilidad de gestin, se admiti que los comits locales puedan crear una asociacin de gestin con el fin de percibir eventualmente otros
subsidios.
Hemos de sealar que estas subvenciones ministeriales suelen ser mnimas y
deben completarse mediante una participacin en especie de la Direccin
Departamental de Accin Sanitaria y Social (DDASS): puesta a disposicin de
salas, secretara, material
El buen entendimiento entre los distintos presidentes canaliza las energas
gastadas por los jubilados y las personas mayores y garantiza igualmente la perpetuidad de estas estructuras.
Estos comits, con 20 aos de antigedad, desearan emanciparse en la actualidad.
El Consejo Econmico y Social (CES), consultado sobre las personas mayores en la sociedad, emiti un dictamen en 2001, presentado por Maurice Bonnet,
en el que se reconoca el inters de los comits como lugar de dilogo e intercam-

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

bio entre las organizaciones y asociaciones de jubilados y personas mayores. Con


los poderes pblicos y los profesionales se potencia la capacidad de especializacin de los comits. Sin embargo, el CES reconoce tambin que la estructura jurdica no es satisfactoria y que se les debe conceder mayor autonoma.
Un nuevo decreto saldr a finales de 2002, o en enero de 2003, que responder, en parte, a la peticin de las asociaciones y organizaciones de jubilados,
reconociendo a los comits una misin de especializacin, la presidencia y las
vicepresidencias en manos de los miembros elegidos por la asamblea plenaria,
reconociendo as oficialmente el CORERPA (comit regional). Pero numerosas
reservas tienen que ver con el mantenimiento de la naturaleza jurdica de la
estructura y la ausencia de un despliegue de medios financieros a la altura de las
misiones reconocidas.
Hoy sigue estando pendiente una importante cuestin: si se produjera una
reforma del Estado y, en particular, una reorganizacin de las competencias de
las regiones, qu sera de los comits provinciales y regionales que hoy permanecen adscritos a los delegados del gobierno para la secretara asegurada por
las Direcciones Departamentales de Accin Sanitaria y Social y las Direcciones
Regionales de Asuntos Sanitarios y Sociales?
Referencia bibiogrfica
BONNET, M. (2001): Les personnes ges dans la socit, Rapport du Conseil conomique et Social,
Journal Officiel de la Rpublique Franaise, p. 97.

223

Los encuentros nacionales de personas mayores


JEAN-PHILIPPE VIRIOT DURANDAL

La Secretaria de Estado para los jubilados y las personas mayores, en la lgica de su proyecto de apertura a las organizaciones de jubilados, intent un nuevo
planteamiento de consulta nacional sobre las grandes orientaciones de la poltica en materia de vejez al crear los Encuentros nacionales de jubilados y personas mayores.
A partir de 1982, Alain Gillette, Director de gabinete adjunto a la Secretara 225
de Estado para las Personas Mayores, estableci un conjunto de consultas locales en todo el territorio. La gua de los encuentros explica que: ante las aspiraciones de las nuevas generaciones de jubilados, la especificidad y la diversidad de
la poblacin de edad avanzada, los procedimientos e instancias democrticas normales no son suficientes. La vida asociativa requiere modalidades especficas de
representacin. Las asociaciones de jubilados y, en particular, las que proceden de
organizaciones sindicales, hacen or su voz al respecto cada vez con ms frecuencia. En adelante queda excluido mantener a las personas mayores alejadas de los
organismos polticos y de gestin que les conciernen. La sociedad tiene tambin
necesidad de evitar todo resurgimiento gerontocrtico110.
Los foros locales de los encuentros congregaron al mismo tiempo a los profesionales del sector gerontolgico y a las organizaciones de jubilados en un
espectro de cuestiones sumamente amplio. Se propusieron doce grandes temas
que cubran tanto las cuestiones de la jubilacin y los problemas mdico sociales como el modo de vida y la integracin de los jubilados en la sociedad. Dichos
temas dieron lugar a comisiones temticas:
110

Ministerio de Asuntos Sociales y Solidaridad Nacional, Secretara de Estado responsable de las personas mayores,
Gua departamental de preparacin de los encuentros nacionales de jubilados y personas mayores, dition du Petit
Parc, Pars, 1983, p. 39.

EL PODER GRIS?

Las doce Comisiones:


1. Acceso a la jubilacin y recursos.
2. Solidaridad de las edades, relaciones entre generaciones.
3. Formacin.
4. Investigacin.
5. Vida cotidiana, poblacin, hbitat, entorno vital, consumo.
6. Tiempo libre, innovacin, actividades recreativas, creatividad, vida asociativa.
7. Representacin y participacin, relaciones con las administraciones.
8. Seguridad diaria.
9. Informacin y Comunicacin.
10. Aspectos internacionales.
11. Prevencin del envejecimiento y preservacin de la autonoma.
12. Prdida de autonoma y dependencia.

226

Las consultas para la preparacin de estos encuentros arraigaron a escala


local con la ayuda de los CODERPA y se ampliaron a continuacin a escala
nacional. Ms de 1.000 delegados de las distintas regiones francesas se distribuyeron seguidamente en 12 grupos de trabajo para sintetizar los debates locales
en un documento final que entregaron al Presidente de la Repblica y al Primer
Ministro, a fin de que se inspiren en l en la segunda Ley del IX Plan (1984-88).
Desde 1983, los encuentros nacionales no se han renovado, a pesar de que,
inicialmente, deban hacerlo cada cinco o diez aos. En cambio, los encuentros
nacionales del CNRPA se celebran todos los aos con el fin de dar a conocer
los trabajos de los CODERPA y CORERPA.

El dilogo entre las personas mayores


y los poderes pblicos: el ejemplo britnico
DRA. MARIAN BARNES
Directora de investigacin en el Departamento de Poltica Social y Trabajo Social,
Universidad de Birmingham, Inglaterra

La poltica pblica actual en el Reino Unido favorece la participacin directa


de los ciudadanos, tanto a escala individual como colectiva. A travs de esta
dinmica se persiguen 5 objetivos:
1. Obtener mejores servicios pblicos.
2. Reforzar la legitimidad de las tomas de decisiones.
3. Revitalizar la democracia.
227
4. Responsabilizar a los ciudadanos.
5. Resolver importantes problemas en materia de poltica pblica (Barnes y
Prior, 2000).
Este abanico de objetivos y aspiraciones implica el despliegue de una vasta
gama de dispositivos que implican a grupos de ciudadanos constituidos de
manera bastante diferente. La participacin pblica todava representa un desafo para numerosos funcionarios cuya formacin les lleva a pensar que su tarea
consiste en comportarse como expertos. A pesar de ello, se constata de manera
patente un florecimiento de dispositivos adaptados a la diversidad de los contextos polticos (por ejemplo, Stewart, 1995, 1996; Knops y col., en preparacin;
Lowndes y col., 1998) y de los distintos enfoques del tipo de pblico que hay
que movilizar (Barnes y col., 2001).
Entre los diferentes objetivos propuestos para mejorar la participacin del
pblico en la formulacin de las polticas, podemos identificar un determinado nmero de temas y preocupaciones importantes:
Una preocupacin relativa a la naturaleza de los servicios pblicos y a su capacidad para satisfacer las necesidades y aspiraciones de una poblacin de consumidores cada vez ms sofisticada, bien informada y diversificada.

EL PODER GRIS?

Un cuestionamiento de la autoridad con que se inviste tradicionalmente a


los profesionales y a los expertos. Esto remite a una concienciacin de
la importancia del saber prctico y de la experiencia que los viajes tienen
de los servicios en la elaboracin de estos mismos servicios y de la construccin de la poltica pblica.
La interconexin de los problemas de las polticas pblicas (los wicked
issues )111 y la necesidad de comprender cmo influyen en la vida de las
personas.
La impresin de que los modelos tradicionales de democracia representativa pierden su legitimidad y no consiguen implicar a un nmero suficiente de ciudadanos.

228

Estas preocupaciones se afirman de manera ms o menos fuerte en los impulsos que se dan a determinados ejes de las polticas pblicas desde finales de la
dcada de 1980 en el Reino Unido. En paralelo con la accin surgida de los servicios pblicos para abrir el proceso de toma de decisiones, grupos de ciudadanos constituidos de diversos modos han tomado iniciativas con motivo de articular sus propias experiencias y sus ideas a fin de influir desde el exterior en la
poltica pblica (por ejemplo, Barnes, 1999; Campbell y Olivier, 1996; Barnes y
Bowl, 2001). En Gran Bretaa, las personas mayores han sido objeto de una poltica de integracin en los sistemas de decisiones pblicas. Pero, al mismo tiempo,
se han organizado para hacer or su voz. En este artculo, describimos los principales tipos de iniciativas que se han esforzado en dar la palabra a los jubilados.
Nos preguntamos tambin por la pertinencia de las teoras relativas a la ciudadana y a la democracia participativa para una mejor comprensin de las perspectivas, pero tambin de los obstculos al compromiso de las personas mayores en
los procesos de toma de decisiones polticas. Este artculo no pretende ser
exhaustivo, pero se propone ilustrar diferentes tipos de accin antes de presentar con ms detalles dos ejemplos de casos concretos.
Las personas mayores como consumidores de servicios pblicos
Una de las primeras iniciativas de la poltica destinada a estimular la participacin de las personas mayores en el desarrollo de servicios fue la National
Health Service and Community Care Act (Ley nacional de la seguridad social y la
111

Literalmente, temas perversos. Son cuestiones o problemas que cruzan transversalmente las fronteras departamentales y organizativas y se resisten a ser resueltos mediante soluciones disponibles en el repertorio de actuacin de una
nica organizacin [N. del T.]

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

asistencia extrahospitalaria) de 1990. Al mismo tiempo que creaba un mercado


interno para la prestacin de servicios sociales y sanitarios, esta ley tambin
convirti en consumidores a los mayores y a los dems usuarios de servicios.
La legislacin introdujo entonces un determinado nmero de mecanismos a travs de los cuales se supona que las personas afectadas ejerceran influencia
desde su condicin de consumidores activos de servicios, y no como simples
beneficiarios pasivos (Barnes, 1997). Entre estas medidas figuraban sistemas de
reclamaciones, la introduccin de una evaluacin de las necesidades (prevista
para permitir que los usuarios de servicios participaran en las tomas de decisiones referentes a los servicios que les estn destinados) y la obligacin, por parte
de los autoridades estatutarias, de proceder a consultas relativas a la planificacin de los servicios. Los prestatarios de servicios fueron ms bien lentos a la
hora de poner en marcha los mecanismos de consulta de las personas mayores
que utilizan los servicios sociales y los servicios sanitarios. Esta puesta en marcha fue ms rpida para otros grupos (como las personas con discapacidad ms
jvenes), en gran parte porque las personas de edad avanzada que perciben estos
servicios eran consideradas como demasiado dbiles o estaban demasiado
agradecidas para ejercer un verdadero efecto sobre la planificacin y el desarrollo de los servicios gerontolgicos. Algunos estudios han defendido que las
expectativas de las personas mayores eran relativamente dbiles y que ellas mis- 229
mas eran demasiado temerosas para expresar su descontento y para dar conocimiento de sus experiencias de los servicios. Las encuestas efectuadas entre los
consumidores parecan indicar que estaban muy satisfechos de los servicios.
Pero estos mtodos utilizados para recoger la opinin de las personas mayores
han sido criticados por su incapacidad para delimitar realmente sus experiencias
(Barnes, 1992; Wilson, 1993).
Al principio de la dcada de 1990, un recuento de las iniciativas destinadas a
implicar a las personas de edad avanzada en la planificacin de la asistencia
extrahospitalaria revel pocos ejemplos de participacin de personas mayores
dependientes, al contrario que los jubilados activos que estn presentes en los
comits de accin de mayores y los foros de personas mayores (Thornton y
Tozer, 1994). Observamos una excepcin con el proyecto de Age Concern
Scotland 112 (ACS) en el condado de Fife, creado con el fin de permitir que los
jubilados se reunieran para compartir sus experiencias con respecto a los servi112

Age Concern es una de las grandes organizaciones no gubernamentales que militan en pro del bienestar y la defensa de los intereses de las personas mayores en el Reino Unido. Adems de esta misin, hay grupos a escala local y
nacional implicados en la prestacin de servicios y en la investigacin y el desarrollo de iniciativas que afectan a las
polticas y su aplicacin en pro del bienestar de los mayores.

EL PODER GRIS?

cios sociales e identificar los problemas que consideraban importantes, antes de


iniciar el dilogo con los prestatarios de servicios (Barnes y Bennet-Emslie, 1996
y 1997; Cormie, 1999). Ms tarde, hubo ms ejemplos de dispositivos destinados a implicar a los usuarios de servicios de edad ms avanzada en la planificacin y evaluacin de los servicios sociales y sanitarios (por ejemplo, Murray,
1997).
Jubilados y ciudadanos

230

Las otras iniciativas por las que las personas mayores participan en la elaboracin de las polticas pblicas no se basan en la identidad de los mayores, en su
condicin de usuarios o consumidores de servicios. En efecto, la mayor parte de
las acciones desarrolladas por las personas mayores se han concentrado en el
importe de las jubilaciones. Organizaciones a escala local, regional y nacional se
han agrupado en la Convencin Nacional de Jubilados (National Pensioners'
Convention, NPC). La NPC se form en 1979 como organizacin ejecutiva del
movimiento de los jubilados. En 2001 contaba con ms de 250 agrupaciones afiliadas, junto a numerosos miembros individuales. Cada ao organiza, durante tres
das, un Parlamento de Jubilados y est implicada activamente a escala nacional con grupos que ejercen presin sobre el gobierno. Aunque el aumento del
importe de las jubilaciones est en el fondo de los objetivos de la NPC y de las
agrupaciones afiliadas a ella, la NPC tambin aborda cada vez ms los asuntos
que guardan relacin con la prestacin y financiacin de los servicios mdicos.
Para una generacin que ha conocido la creacin del Estado del bienestar, hay
una voluntad real de que los principios en los que ste se fundament no se erosionen a causa de un debilitamiento de los servicios pblicos. Las secciones sindicales de afiliados que cotizan para la jubilacin constituyen otra base para la
accin colectiva, a menudo con objetivos similares. Tales iniciativas subrayan la
importancia de que el Estado reconozca sus responsabilidades hacia las personas
mayores en su condicin de ciudadanos en posesin de derechos, tanto en el
plano de un apoyo financiero como en el de la gratuidad de los servicios mdicos. El fuerte vnculo entre los mayores y los sindicatos para este tipo de accin
se demuestra por el hecho de que los dos primeros presidentes de la Convencin
Nacional de Jubilados (NPC) han sido ambos secretarios generales de sindicatos:
Jack Jones y Rodney Bickerstaffe.
Adems de una accin prevista para influir en las polticas nacionales, se han
creado varios foros de personas mayores para ofrecer a stas la posibilidad de
tener ms influencia en la elaboracin de la poltica a escala local. Existen dife-

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

rentes modelos de foros de este tipo. Por ejemplo, el Foro de Personas Mayores
de Birmingham es un organismo independiente, pero que dispone, sin embargo, de un apoyo administrativo garantizado por el Consejo municipal. En
Liverpool, un Foro equivalente recibe un apoyo administrativo de la antena local
de Age Concern, una de las principales organizaciones de voluntarios que trabajan con los jubilados. Estos dos Foros tienen lazos con grupos de jubilados locales y con secciones de sindicados para la jubilacin a travs de una estructura
representativa. Los comits de gestin o los comits ejecutivos se componen de
representantes de otras organizaciones de mayores en las dos ciudades. El Foro
de Personas Mayores de Birmingham se cre en 1998 tras un perodo de negociaciones entre los miembros fundadores que desarrollaban su actividad en la
convencin de jubilados, en secciones de sindicados para la jubilacin y en grupos de voluntarios, junto con funcionarios y cargos electos del Consejo municipal. Aunque los miembros fundadores preconizaban constituir un Foro con
independencia del Consejo municipal, uno de sus objetivos principales era convertirse en el portavoz de las personas mayores que se hiciera or con motivo de
la elaboracin de la poltica local. En consecuencia, se aceptaron algunos vnculos formales con el Consejo municipal. El mismo Foro se beneficia de un apoyo
administrativo y las reuniones tienen lugar en los locales del Consejo municipal,
el cual reconoce la legitimidad del Foro. Los funcionarios y los cargos electos se 231
renen con el consejo de administracin del Foro para debatir los problemas
relativos a las personas mayores. A la hora en que escribimos, el Consejo municipal acaba de constituir otro rgano cuya adhesin est sometida a criterios de
representatividad fijados por el propio Consejo municipal, con una adhesin
representativa determinada por el Consejo. Aunque el Foro de Personas
Mayores est representado en esta comisin, se ignora todava cmo podra
afectar este nuevo rgano a la legitimidad de los Foros de mayores, en especial
en la construccin del dilogo directo con los jubilados y el Consejo municipal.
Democracia local
Los Foros de Personas Mayores funcionan a escala de una administracin descentralizada o de un municipio. La poltica se construye cada vez ms a partir de
la escala local o del barrio y, por consiguiente, la poltica de apoyo a la participacin pblica se concentra tambin en esa escala. En Birmingham, por ejemplo, los
comits consultivos que agrupan a habitantes y cargos electos locales funcionan a
escala de barrio. As pues, el Foro de Personas Mayores ha sido invitado a promover la implicacin de sus miembros en estos grupos para garantizar que se tienen
en cuenta los puntos de vista de los jubilados. Esta movilizacin ser cada vez ms

EL PODER GRIS?

importante a medida que se apliquen estrategias de reactivacin de los barrios en


respuesta a la poltica del gobierno central (DETR: Department of the Environment,
Transport and the Regions113, 2001). En este contexto, las personas mayores se integran, en su condicin de miembros de una comunidad local, para influir en la aplicacin de las polticas destinadas al conjunto de la poblacin y no exclusivamente
a los mayores. Uno de los problemas aqu es determinar en qu medida estas polticas tienen en cuenta, efectivamente, las necesidades y los intereses de los diversos grupos, comprendidos los distintos tramos de edad, dentro de las comunidades locales. Otro problema es la manera en que se concibe la propia participacin
local. Se trata tambin de saber si los procesos de participacin son verdaderamente accesibles a las personas mayores. En Birmingham, por ejemplo, las iniciativas dirigidas a favorecer la participacin ponen el acento con ms intensidad en
los jvenes. Los jubilados corren el riesgo de sentirse ignorados y, por lo tanto,
excluidos de este proceso.
Salud y bienestar social

232

La participacin activa de las personas mayores parece centrarse progresivamente en el bienestar y la salud. El envejecimiento activo es el tema de un gran
nmero de proyectos conocidos con el nombre de Agewell (envejecer bien), entre
los cuales figuran la gimnasia lenta, las actividades recreativas y la alimentacin,
pero tambin proyectos que estimulan el voluntariado y la formacin a lo largo de
toda la vida (del tipo Universidad de la Tercera Edad). Estos proyectos, respaldados por iniciativas asociativas y municipales, se han recuperado despus en el contexto de las Health Action Zones114, del programa Health Improvement (Mejora de la
Salud) y de otras iniciativas de cooperacin que implican a organismos de derecho
pblico y al sector asociativo en acciones destinadas a mejorar la salud y a disminuir las desigualdades en este mbito. El acento se pone en la relacin entre salud
y calidad de vida de las personas mayores. Estos programas luchan contra la inexorable asociacin entre vejez y mala salud y, para ello, estimulan a las personas
mayores a continuar activas dentro de sus comunidades, a la vez que subrayan los
113

Departamento de Medio Ambiente, Transporte y Regiones [N. del T.]


Inglaterra cuenta con 26 HAZ (Health Action Zones), zonas de acciones sanitarias situadas en zonas urbanas y rurales donde el nivel de salud general es inferior a la media nacional y donde se encuentran importantes desigualdades
en materia de asistencia. La creacin de estas zonas fue una de las primeras iniciativas del gobierno New Labour,
de izquierda, presidido por Tony Blair, elegido en 1997. Estas zonas implican asociaciones que agrupan varios organismos y sectores destinados a mejorar la salud, a disminuir las desigualdades en este mbito y a conseguir mejoras
de los servicios sanitarios y servicios conexos. El acento se pone sobre todo en la movilizacin de las comunidades
para conseguir mejoras en materia sanitaria y, al mismo tiempo, para permitir una participacin directa de las personas mayores en la toma de decisiones.

114

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

vnculos entre su estado de salud y las experiencias de la vida (Cooper y col., 1994;
Warren y Cook, 2001).
Crear conocimientos
Aqu nos interesamos en las acciones que comprometen a las personas
mayores en su condicin de productores activos de conocimientos, a travs de
su participacin directa en la investigacin, en todo cuanto atae a las experiencias que las personas de edad avanzada tienen de su propia salud (por
ejemplo, Cooper y col., ibid.; Peace, 1999; Warren y Maltby, 2000). Esto forma
parte de una evolucin ms general en el enfoque de la especializacin y de
lo que puede derivarse de este tipo de especializacin. Las personas con discapacidad, las usuarias de los servicios sanitarios con discapacidad mental y
otras personas, como las de edad avanzada, que antes estaban etiquetadas
como beneficiarias de servicios sociales y, por lo mismo, sometidas a un anlisis profesional de sus problemas, ponen en duda actualmente el derecho
de los profesionales de la sanidad a definir sus problemas y las soluciones que
se aplican al respecto (por ejemplo, Faulkner, 1997). Su participacin en la creacin de la base de los conocimientos en los que se fundamenta la formacin
233
de los trabajadores sociales y sanitarios, y su participacin directa en esta formacin, sitan a las personas mayores en un papel de experto, lo que valida
sus conocimientos mediante su aplicacin tanto en la elaboracin de la poltica como en su ejecucin.
Reunir todos los elementos: BGOP (Better Goverment for Older
People) 115
El BGOP, programa lanzado por el gobierno Blair con el fin de favorecer la
participacin de las personas mayores en las decisiones pblicas, es una iniciativa global que adopta una perspectiva holstica y entiende a las personas mayores
en su condicin de usuarias de servicios, pero tambin como ciudadanos activos
y expertos capaces de hacer aportaciones en sus comunidades locales y en la
orientacin de los servicios pblicos. Esta iniciativa reconoce tambin la necesidad de oponerse a las actitudes discriminatorias por motivos de edad (gistes )116
que puedan poner obstculos al compromiso de los jubilados.
115

Mejor gobierno para las personas mayores [N. del T.].


El trmino carece de equivalente en castellano, como suceda con gisme, por lo que se utiliza de nuevo una parfrasis; vase, ms arriba, la nota 73 [N. del T.].
116

EL PODER GRIS?

Activada en 1998, la primera fase de esta iniciativa fue una investigacinaccin que guarda relacin con 28 proyectos piloto, repartidos por todo el Reino
Unido, con asociaciones locales establecidas entre organismos pblicos, privados y asociativos, organizadas en estructuras regionales y nacionales que proponen apoyo y evaluacin (Hayden y Boaz, 2000). Los proyectos piloto se centraron en una amplia gama de temas importantes susceptibles de interesar a las personas mayores y que no slo se referan a los servicios sociales y a la salud, sino
tambin a las actividades recreativas y a las posibilidades ofrecidas en materia de
educacin, transporte, informacin y tecnologas, finanzas y diversos tipos de
asignaciones. Algunos proyectos piloto se han destinado tambin al papel potencial que las personas mayores pueden desempear en su condicin de miembros
activos de sus comunidades locales. Estos proyectos han puesto en duda las actitudes discriminatorias por motivos de edad y los estereotipos, sobre todo porque representan a los mayores como asalariados potenciales y contribuyen con
ello a la diversidad de las edades en las polticas de empleo.

234

Como demuestra este breve resumen de iniciativas referentes a las personas


mayores en el Reino Unido, existe ya un abanico de actividades diversas gracias a
las cuales los jubilados participan en la elaboracin de la poltica a escala local,
regional y, en determinados casos, nacional. En un nmero importante de casos
se ha establecido un dilogo institucional entre las personas mayores y los servicios pblicos, que se prosigue a travs de formas de movilizacin muy diferentes.
Considerando los mtodos gracias a los cuales los mayores podran representar un
papel ms importante en el proceso de toma de decisiones, vamos a adoptar dos
perspectivas tericas y a estudiar con ms detalle dos ejemplos de participacin de
personas mayores. Como hemos sealado, distintas iniciativas han adoptado construcciones sociales bastante diferentes de las personas mayores con el fin de
identificar el grupo destinatario y de situarlo en una perspectiva de participacin
activa. En primer lugar, vamos a analizar estas diversas construcciones sociales a
partir de una perspectiva relativa a la ciudadana antes de estudiar los microprocesos de interaccin en marcha, dentro de diversas iniciativas. Cmo se desarrolla
el dilogo y cmo contribuyen estas iniciativas, en la prctica, a incluir a los jubilados en una ciudadana activa?
Estatus y prctica de la ciudadana
Tres dimensiones de la ciudadana son pertinentes en el marco de esta discusin:

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

1. La responsabilizacin: deben rendir cuentas los servicios pblicos a sus


ciudadanos usuarios?
2. Los derechos: se benefician las personas de la justicia social en relacin
con los derechos civiles y polticos y tienen acceso a los servicios de asistencia social?
3. La participacin: se invita a las personas a participar en la vida colectiva
de la comunidad y a tomar posesin, en concreto, de su ciudadana?
La segunda de estas dimensiones (la identidad del ciudadano que percibe asistencia social como portador de derechos sociales y la capacidad del Estado del
bienestar de garantizar la realizacin tangible de estos derechos) es la que, por lo
general, ha estado en el centro de la relacin entre el Estado del bienestar y el
pblico (por ejemplo, Dean 1996). Sin embargo, durante la dcada de 1990, la
cuestin del dficit democrtico en la asistencia social y en los servicios pblicos llev consigo un inters ms sostenido por el concepto de ciudadana. Este
debate ha puesto el acento en la identidad del ciudadano, no slo en su condicin de beneficiario de bienes colectivos, sino tambin en su condicin de participante activo en la gobernanza de sus asuntos y como miembro de la comunidad, en su derecho de pedir al Gobierno que le rinda cuentas (Ranson y Stewart, 235
1994). En este anlisis, la ciudadana no es slo un estatus, sino tambin una prctica (Prior, Stewart y Walsh, 1995). Ms recientemente, la tica del New Labour
(Partido Laborista renovado) ha puesto el acento en el papel del ciudadano como
contribuyente activo a la sociedad y, con ello, no slo ha subrayado sus derechos,
sino tambin sus responsabilidades (Barnes y Prior, 2000). Aunque existan tensiones entre el imperativo moral de una ciudadana responsable, preconizada
mediante la poltica del New Labour, y la experiencia de exclusin sufrida por
grupos desfavorecidos, se observan resonancias, no obstante, entre este objetivo
y el de grupos que se sienten excluidos de la sociedad y que piden desempear
un papel en ella (por ejemplo, Campbell y Olivier, 1996; Sayce, 2000). En sus trabajos sobre la ciudadana de las mujeres, Lister (1998) ha subrayado el sentimiento de autonoma necesario para conducirse como ciudadano. Sostiene que el confinamiento de las mujeres en el papel de vctimas de la opresin perjudica a su
potencial de accin poltica. El mismo argumento puede aplicarse a las personas
con discapacidad y a las personas mayores, la mayora de las cuales son mujeres.
Los autores feministas han resaltado tambin las limitaciones de una nocin de
ciudadana referida nicamente a una tica de la justicia basada en los derechos,
y han evocado la necesidad de dar un nuevo significado a las nociones de igualdad y de autonoma, junto con la consideracin del punto de vista de una tica

EL PODER GRIS?

de la atencin (Sevenhuisjen, 1998). En el ncleo de esta tica se encuentran los


valores de prevencin, de compasin, de relacionalidad y de movilizacin.
Estas virtudes no deben limitarse al mbito privado, sino incluirse en nuestra
comprensin de lo que constituye la ciudadana democrtica.

236

Otro tema abordado en los debates en torno a la ciudadana contempornea se refiere a la dimensin intergeneracional. En el texto de Roche (1992) se
encuentra un ejemplo de este tipo a propsito de la dimensin ecolgica de la
ciudadana. Un concepto de ciudadana que incluye la relacin entre el hombre y el mundo natural exige tambin tomar en consideracin las responsabilidades de las generaciones actuales hacia las generaciones futuras. Se han evocado argumentos similares en relacin con el papel de los ciudadanos de edad
avanzada: Estoy convencido de que las personas mayores no deben limitarse
a defender su propia causa. Debemos actuar como los ancianos de la tribu e
investigar los mejores intereses para el futuro al mismo tiempo que preservamos el precioso contrato entre las generaciones (Kuhn, en Walker, 1996).
Cuando sugiere que la accin colectiva entre las personas mayores no debera
aspirar nicamente a su propio inters, Kuhn estima que los conocimientos de
los mayores pueden contribuir al bienestar de todos, comprendido el de las
generaciones futuras.
El estatus de ciudadano y la materializacin de los derechos sociales asociados a este estatus son importantes para el anlisis de las experiencias que las personas mayores tienen del Estado del bienestar y de los servicios de que se benefician, para permitirles conservar una salud y un bienestar adecuados. Su conceptualizacin y la concrecin de este enfoque amplio de la ciudadana pasa por
la contribucin potencial y real que pueden hacer las personas mayores en los
procesos de compromiso activo en la administracin de sus asuntos y de los
asuntos pblicos en general. Esta concepcin ms general se refuerza con la
integracin de las nociones de relacin mutua y de interdependencia, tanto en
el seno de las generaciones como entre ellas. En este mbito tambin las personas mayores pueden aportar sus contribuciones.
Podemos ver un ejemplo concreto en el proyecto User Panels (Paneles de
usuarios) del condado de Fife. Uno de los objetivos explcitos de este proyecto
ha sido el de aumentar la influencia de las personas mayores dependientes en los
servicios sanitarios y asistenciales. El proyecto se ha esforzado en alcanzar este
objetivo de dos maneras: en primer lugar, mediante el refuerzo de la capacidad
de los mayores para afirmar sus necesidades individuales gracias al empoderamiento derivado de su participacin en los paneles y, en segundo lugar,

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

mediante el aumento de su influencia colectiva a travs de una representacin


de los paneles frente a los prestatarios de servicios.
Aunque es evidente que las reacciones ante un incremento del control de los
aspectos de su vida diaria son ambivalentes, existe un sentimiento de confianza
en cuanto a la posibilidad de poder influir y, segn las palabras de un miembro
femenino del panel, de tener el valor de quejarse de un tratamiento inadecuado.
Era importante para los miembros de los paneles que se valoraran sus opiniones y experiencias. Su participacin en los paneles contribuy a su desarrollo
personal y a un aprendizaje de la implicacin en los servicios; por lo dems, los
contactos con los dems y la ocasin de compartir y comparar juntos experiencias diversas fueron muy apreciados (para saber ms sobre la evaluacin, vanse Barnes y Bennet, 1997 y 1998), como ponen de manifiesto los ejemplos
siguientes, sacados de entrevistas desarrolladas en el marco de la evaluacin:
... Siempre se puede aprender algo nuevo, sabe?... Se aprenden cosas todo el
tiempo y estimo que el panel... Vea, contribuimos todos a algo y aprendemos todos,
los unos de los otros.
Una de las mejores cosas que me haya ocurrido nunca, fue tener la ocasin de
participar para expresar mi opinin y decir lo que pienso. He tenido la impresin de
progresar al asistir, mientras que antes no tuve esa posibilidad.

En el transcurso de las entrevistas, los miembros de los paneles se guardaron bien de pronunciarse con respecto a su posible influencia en los problemas que se haban tratado con los prestatarios de servicios y los planificadores: Tendr que pasar tiempo antes de que la menor de nuestras sugerencias
se abra paso; ser preciso esperar. Los miembros del panel eran conscientes
del efecto que haban tenido en ciertos aspectos (por ejemplo, en las actitudes
de determinados prestatarios de servicios que se reunieron con ellos), pero
hubo pocos cambios sustanciales en la prestacin de los servicios suministrados en el transcurso del perodo de evaluacin. El efecto de los paneles fue
estudiado tambin con los organismos de tutela en cuestin. Se estim que los
paneles haban tenido un efecto directo en algunos sectores (por ejemplo, en
la concepcin de un cuestionario mdico y en la de fichas de informacin),
pero otros problemas, ms en concreto los vinculados a los servicios de asistencia a domicilio, se revelaron ms difciles de resolver. No obstante, la mayor
parte del personal de los servicios sociales y sanitarios encuestado estim que
los paneles constituan un medio importante para tener acceso a las opiniones
de las personas mayores y los organismos estatutarios estaban dispuestos a
continuar la financiacin del proyecto tras el agotamiento de su presupuesto
inicial.

237

EL PODER GRIS?

Los miembros de los paneles reconocieron que quizs ellos mismos no sacaran provecho de posibles mejoras, dado el tiempo necesario para poner en prctica estos cambios y la probabilidad de que acaso no estuvieran ya en este
mundo para ver tales mejoras. Pero a travs del proceso han tomado conciencia
de que podan contribuir a iniciar cambios para las generaciones de mayores
futuras. Tambin vieron el valor que tena el hecho de tejer vnculos con personas ms jvenes con el fin de crear alianzas y aumentar la comprensin entre las
generaciones.
Bsicamente, iniciativas como las del condado de Fife perciben la identidad
de las personas mayores a partir de su estatus de usuarios de servicios sanitarios
y sociales. El hecho de dar a las personas mayores la posibilidad de implicarse
en su programa de accin y de desarrollar, al mismo tiempo, una confianza en
s mismas y competencias para expresar su opinin, ha permitido abrir perspectivas mucho ms amplias en materia de implicacin ciudadana.
Dilogo y liberacin

238

Como sugiere cuanto precede, las experiencias de empoderamiento de las


personas mayores no remiten nicamente a los resultados procedentes de su
movilizacin, sino tambin al proceso de participacin en s. Con el fin de comprender cmo puede contribuir esta dinmica a reforzar el poder de los jubilados, es til revisar la teora y la prctica de la democracia participativa.
Una de las caractersticas del paso de una perspectiva consumista a un enfoque ciudadano, en el proceso de participacin pblica, reside en la ordenacin
de espacios que implican un dilogo directo entre los ciudadanos y los poderes
pblicos. Estas experiencias tienen sus fundamentos en los principios de la
democracia participativa, ms que en los de la democracia representativa. Han
sido teorizados en un marco de anlisis, mejor conocido bajo el nombre de
democracia participativa (deliberative democracy) o incluso democracia discursiva
(discursive democracy) (por ejemplo, Gutman y Thompson, 1996; Dryzek, 1994;
Fishkin, 1991).
La democracia deliberativa pretende desarrollar la capacidad de los ciudadanos
para participar en los debates pblicos, y para ello les suministra ocasiones de comprometerse en una reflexin crtica. Ms que tomar decisiones entre bastidores,
como consecuencia de las negociaciones entre grupos de inters poderosos, se
exige de los servicios pblicos, de los hombres polticos y de los expertos que expliquen los desafos polticos de manera comprensible para que las personas corrien-

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

tes puedan debatirlos. Numerosas cuestiones importantes en materia de poltica


pblica exigen que las personas tengan acceso a conocimientos tradicionalmente
limitados a comunidades de especialistas. El objetivo de la democracia participativa es permitir un examen de estos conocimientos por parte de un pblico no especialista y hacer penetrar en el espacio poltico procesos ms directos de participacin de los ciudadanos (vanse, por ejemplo, Dunkerley y Glasner, 1998; Petts,
2001; Coote y Lenaghan, 1997; Barnes, 1999). Estos enfoques se basan en la idea
de que la especializacin sola no es suficiente para resolver los problemas de poltica pblica, en la medida en que los desafos no son exclusivamente de orden tcnico. Tambin son de orden poltico y tico, y remiten tanto al modelo de sociedad
que queremos construir como a la bsqueda de las soluciones ms eficaces para
responder a los problemas planteados.
La concepcin de los procesos deliberativos a menudo est destinada a permitir que los no especialistas tengan acceso a la informacin tcnica y la debatan. As es como se constituyen los jurados de ciudadanos en torno a testimonios de expertos presentados por testigos que, a continuacin, son interrogados
por los ciudadanos de los jurados. Los miembros de los jurados deciden despus
entre ellos cul ha de ser la respuesta que dar en funcin de los testimonios que
han odo, antes de formular una opinin y emitir recomendaciones sobre las 239
medidas que haya que tomar. Se supone que los no especialistas sern capaces
de comprender suficientemente bien las informaciones tcnicas para integrarlas
en sus debates. Los jurados recurren tambin a otros tipos de conocimientos y
permiten proponer una solucin que integre todos los puntos de vista. El modelo de participacin en el proceso de toma de decisiones, en el que se basa el
enfoque conceptual de Renn y col. (1993) se basa en la integracin elemental de
tres tipos de conocimientos: los basados en el buen sentido y la experiencia
personal, los basados en la especializacin tcnica y los derivados de intereses
sociales y de su defensa (p. 190).
Los tericos de la democracia deliberativa han subrayado que la motivacin
de este potencial integrador radicaba tambin en la instauracin de un debate
racional entre iguales (por ejemplo, Fishkin, 1991). Webler (1995) sostiene que la
puesta en prctica de la democracia participativa exige condiciones en las cuales
pueda realizarse una situacin de discurso ideal, de la que habla Dryzek (1994):
... una situacin en la que el discurso se desarrolla entre partcipes que poseen
grados equivalentes de competencia comunicativa. Esta situacin es espontnea en
el sentido de que est desprovista de dominacin, de obcecacin y de interaccin
estratgica (p. 36).

EL PODER GRIS?

La base terica de la democracia participativa procede de los trabajos de


Habermas en torno a la racionalidad comunicativa (1984). En su condicin de
terico crtico, Habermas persegua en su trabajo un objetivo tanto poltico
como terico. No slo se preocupaba de saber cmo poda mejorar el Estado la
legitimidad de sus procesos de toma de decisiones, sino que se interrogaba tambin sobre la manera de poner en duda la dominacin de la racionalidad cientfica en la organizacin de la sociedad. A travs del desarrollo de prcticas que
permitan a las diferentes formas de conocimientos comunicarse entre s, se
supona que la racionalidad comunicativa mejorara el potencial de cooperacin entre las personas. Estas prcticas exigen una participacin libre e igualitaria en la esfera pblica en los debates que guardan relacin con asuntos sociopolticos o prcticos. Este tipo de participacin exige, a su vez, una competencia comunicativa: La competencia comunicativa es la capacidad de utilizar el lenguaje para crear una comprensin y un mbito de acuerdo (Habermas, 1970), para
comunicar racionalmente (citado en Webler, 1995). Webler desglosa tambin
cuatro elementos esenciales de la competencia comunicativa:
la competencia cognitiva: la capacidad de un individuo para dominar las reglas
de la lgica formal,
240

la competencia del discurso: el dominio de las reglas lingsticas,


la competencia pragmtica: el dominio de las reglas de la pragmtica, y
la competencia de la funcin: el dominio de las reglas de interaccin (ibid.,
p. 44).
No obstante, los crticos de la democracia deliberativa han subrayado la imposibilidad de crear las condiciones de igualdad que induce tal anlisis. Dichos crticos han puesto de manifiesto la forma en que las nociones normativas de lo que
constituye un proceso aceptable para un debate racional pueden excluir a las personas cuya competencia comunicativa no les permite participar en la deliberacin, o cuyo estilo de participacin en el debate es culturalmente diferente o se
considera como inadaptado al proceso de deliberacin en materia de poltica
pblica (por ejemplo, Barnes, Church, 1998). Si queremos que los procesos deliberativos incluyan a las personas que han sido tradicionalmente excluidas de la elaboracin de las polticas, se necesita una concepcin ms amplia de las modalidades del debate (Barnes, 2001). Podemos ilustrar este punto con ayuda de dos ejemplos diferentes de participacin de las personas mayores.
El proyecto del condado de Fife demuestra de qu manera la legitimidad de
las contribuciones de los mayores al debate puede ser puesta en duda por los

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

funcionarios cuya prctica se inscribe en un enfoque particular del testimonio.


En el transcurso de las reuniones de paneles, las personas mayores se contaban
sus historias acerca de sus propias experiencias de los servicios sociales.
Describan el efecto de sus enfermedades sobre sus vidas, sobre lo que les haba
ocurrido cuando esperaban para salir del hospital, o sus coincidencias diarias
con la ayuda domstica o la enfermera a domicilio. Comparaban sus experiencias, buscaban similitudes que confirmasen la validez de lo que les haba sucedido y reciban un poco de consuelo al constatar que tales experiencias no eran
exclusivamente suyas. Una de las respuestas de algunos funcionarios de estos
paneles fue que no hacan otra cosa que describir lo que ellos mismos consideraban ancdotas. Parece que hay un punto implcito a partir del cual los prestatarios de servicios estiman que una experiencia se ha descrito suficientes veces
para ser creble, puesto que a veces preguntaban: cuntas personas han
dicho esto?, en respuesta a las impresiones y experiencias que les haban transmitido los miembros del panel. Al obrar as, desprecian lo esencial de las historias o relatos, que constituyen un proceso mediante el cual las personas toman
conciencia de acontecimientos que les han ocurrido para intentar determinar la
representatividad de una experiencia particular.
En determinadas circunstancias, el intercambio de experiencias puede llevar 241
al desarrollo de una historia colectiva que englobe aspectos clave de estas experiencias. Un ejemplo de este tipo es la manera en que las historias que tratan de
experiencias difciles de salida del hospital han llevado al desarrollo de una
nueva historia de lo que debera ser una buena prctica (Barnes y Cormie,
1995). Con el fin de que los prestatarios de servicios saquen provecho de ello,
esto se expres bajo la forma de una serie de indicadores que poder utilizar
en la evaluacin de las prcticas profesionales.
Los paneles del condado de Fife se haban concebido deliberadamente para
permitir que las personas mayores identificaran los asuntos que ellas mismas consideraban importantes, antes de iniciar el dilogo con funcionarios con vistas a
actuar sobre los servicios en cuestin. Con motivo de las primeras reuniones de
paneles, los participantes fueron invitados a hablar de sus experiencias de envejecimiento, lo que condujo a conversaciones en el transcurso de las cuales los participantes compararon sus experiencias de los servicios sociales (como su salida del
hospital o sus relaciones con los servicios de asistencia a domicilio). As, por ejemplo, cuando el asunto de los servicios de asistencia a domicilio se revel de una
importancia capital, los miembros del equipo de este servicio invitaron a los participantes a definir sus prioridades con respecto a las tareas que deban realizar los

EL PODER GRIS?

cuidadores. Las prioridades de las personas mayores se compararon, a continuacin, con las del servicio de asistencia social. Los miembros del panel identificaron los asuntos clave para planterselos a un directivo que fue invitado a una reunin posterior. Tras haber tenido ocasin suficiente de formular sus propias visiones de las cosas, los participantes comenzaron a dialogar con el directivo en cuestin, el cual fue invitado a incorporarse al panel completo en lugar de recibir
representantes en su territorio. Se sorprendi al descubrir lo que se esperaba de l:
que reaccionase ante lo que las personas mayores tenan que decir, en lugar de que
les explicase por qu los servicios se prestaban de una cierta manera. Igual que
otros funcionarios que se incorporaron a los paneles, necesit un cierto tiempo de
adaptacin a este papel; en efecto, los directivos, al principio, dieron prueba de un
cierto malestar por el hecho de ser colocados en esta posicin nueva para ellos.
Este mtodo de trabajo exige competencias profesionales y personales considerables por parte de los miembros del equipo del proyecto. Las entrevistas con
los miembros del panel confirmaron que los miembros del equipo desempeaban un papel importante en la forma en que los participantes perciban las reuniones. Este papel fue descrito como sigue por una de las personas interrogadas:
A fe ma, pienso que rene todos los elementos. Os anima a expresar vuestra
opinin. Nos explica cosas y nos dice lo que ha pasado y lo que podemos hacer,
pero nos anima, sobre todo, a comunicar nuestro punto de vista.

242

Este enfoque de la deliberacin es muy diferente del que se ha podido observar


con motivo de la reunin de una asamblea general (AG) de un Foro de Personas
Mayores (SCF)117. La AG tuvo lugar en el marco formal de la gran sala del Consejo
municipal en el Ayuntamiento. Se desarroll segn las reglas formales de debate,
representativas de las reuniones sindicales y de los comits del Consejo municipal.
El secretario, el tesorero y el presidente estaban sentados en un estrado y los dems
participantes en las gradas en hemiciclo, provistos de micrfonos que deban ser
activados cuando las personas queran tomar la palabra. La reunin comenz por
los informes de actividad, seguidos de las propuestas de mociones y la eleccin del
Comit de gestin. Los participantes tenan tendencia a dirigir sus preguntas y
observaciones a los intervinientes o a los funcionarios que ocupaban el estrado,
ms que a proceder a intercambios entre ellos. Hubo numerosas referencias a la
experiencia anterior con motivo de negociaciones o de conflictos con el Consejo
municipal, o a la vivida en el seno de otros foros a los que tambin pertenecan los
miembros del SCF, entre ellos los foros de barrio o los grupos de comunidades
117

Siglas de Senior Citizens Forum (Foro de Ciudadanos Mayores) [N. del T.]

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

antillanas. Sin embargo, hubo pocas referencias a experiencias ms personales o a


tentativas de creacin de narraciones colectivas basadas en experiencias compartidas. Se siguieron las reglas formales de debate, aunque se permiti modificar un
poco las reglas, como cuando un miembro dese suscitar una cuestin tras la clausura formal de la reunin por parte del presidente.
Aunque las reuniones del SCF, como las de los paneles de usuarios, se haban
puesto bajo el control de sus miembros en lugar de ser dirigidas por funcionarios, las reglas por las que se desarrollaban eran las heredadas de las reglas institucionales conocidas de las personas que haban estado activas en los sindicatos
o que haban trabajado en organizaciones del sector pblico. Esto contrastaba
con los enfoques de desarrollo comunitario tan evidentes en los paneles de usuarios. Uno de los problemas abordados por el SCF se refera a la poltica con respecto a los establecimientos para personas mayores. El SCF no haba tenido ningn intercambio en torno a esta cuestin con los mayores que vivan en residencias de la tercera edad; algunos miembros del Foro sugirieron, incluso, que los
jubilados, dadas las circunstancias, no estaban en situacin de hablar por s mismos. De hecho, es poco verosmil que las personas mayores residentes en establecimientos hubieran tenido la posibilidad de participar en el Foro de la manera en que ste se haba organizado. No obstante, el proyecto del condado de Fife 243
y otras iniciativas que han movilizado directamente a las personas mayores
dependientes (Murray, 1997) ponen en duda los postulados segn los cuales los
mayores no pueden o no quieren representar un papel en el desarrollo de los servicios sociales o en la elaboracin de la poltica pblica.
Mi objetivo a travs de este artculo no ha sido slo el de resumir las diversas iniciativas por las que las personas mayores han tenido algo que decir en el
desarrollo de los servicios y de las polticas pblicas en el Reino Unido. Se trataba tambin de estudiar estas iniciativas en mayor profundidad y hacerse preguntas en torno a las construcciones sociales de la vejez en las que se basan, y
de estudiar la relacin entre las formas de participacin y las posibilidades que
abren al recoger opiniones y tener en cuenta lo dicho. Yo he defendido la hiptesis de que las iniciativas que perciben la identidad de las personas mayores en
su condicin de ciudadanos de edad avanzada no eran necesariamente el
mejor medio de situarlas en un modelo integrador de participacin. Las iniciativas que proponen dar una voz a quienes son considerados, a veces, como los
ms difciles de implicar, pueden trascender la identidad de las personas mayores en su condicin de usuarios o consumidores de servicios. Estas iniciativas
son tambin de tal naturaleza que ponen en duda los presupuestos en los que se

EL PODER GRIS?

funda la instauracin del dilogo entre las personas mayores y los servicios
pblicos. Tambin nos interpelan en cuanto a la creatividad de los tipos de soluciones propuestas en los servicios y las polticas destinadas a las personas mayores. Aunque a primera vista el SCF sea ms bien un foro en cuyo marco los ciudadanos de edad avanzada pueden representar un papel en la elaboracin de la
poltica pblica, el modo de funcionamiento de este foro ha contribuido a restringir el tipo de ciudadano susceptible de participar en l. Por contraste, aunque el punto de partida de los paneles del condado de Fife haya sido la identificacin de las personas mayores como usuarios de servicios sociales y sanitarios,
la nocin de ciudadano que se ha desprendido de ella, igual que el concepto y la
prctica de la deliberacin, se han revelado ms amplios.

244

El nmero de ocasiones en que los mayores tengan algo que decir en la elaboracin de la poltica es poco susceptible de disminuir; hay lugar para diferentes modelos y mtodos de participacin que convengan a diferentes tipos de
personas en diversas circunstancias. Debemos comprender cul es la contribucin de las personas mayores al empoderamiento, no slo en cuando a efectos
concretos sobre las polticas, sino tambin desde el punto de vista de las ventajas ms inmediatas resultantes del proceso de participacin y de la contribucin
de los jubilados a una definicin ms completa de la forma y el contenido del
dilogo entre los ciudadanos y los servicios pblicos.
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La experiencia africana del dilogo nacional


con los jubilados: nueva estructura en Senegal
Entrevista entre el Sr. DIALLO

MAMADOU N'DOYE

Presidente de la Federacin de Asociaciones de Jubilados


y Personas Mayores de Senegal

N'DOYE: Puede usted presentarnos brevemente la organizacin del


dilogo entre el Gobierno y las personas de edad avanzada en Senegal?
DIALLO: En un pasado reciente no exista estructura de concertacin entre
los jubilados y el Estado de Senegal. Las asociaciones de jubilados se dirigan
directamente a las instituciones de previsin social para regular, al mismo tiempo, los problemas individuales diarios y los problemas ms generales relativos al 247
inters de los jubilados en su conjunto. Pero no haba hasta entonces una estructura institucional entre el Estado y las asociaciones de jubilados.
Sin embargo, el 19 de septiembre de 2000, el Presidente de la Repblica
de Senegal recibi a las asociaciones de jubilados y, durante las conversaciones, el jefe del Estado instituy una comisin: la Comisin Nacional
Paritaria Estado - jubilados. Esta comisin est formada por el conjunto de
las estructuras gubernamentales, es decir, los ministerios y las asociaciones de
jubilados.

N'DOYE: Cules son los objetivos de esta Comisin?


DIALLO: La Comisin persigue dos objetivos principales.
En primer lugar, la Comisin estudia las vas y los medios susceptibles de
mejorar las condiciones de vida de los jubilados y de promover y salvaguardar
sus intereses.
Al mismo tiempo, se trata de buscar financiacin para los proyectos econmicos propuestos por los jubilados.
El Presidente de la Repblica precis igualmente que la misin de esta
Comisin es luchar tambin contra las injusticias de que fueron vctimas los

EL PODER GRIS?

jubilados durante su vida profesional, ya que algunos trabajaron durante mucho


tiempo e ignoran sus derechos en cuanto a jubilacin.
En este tipo de situacin, y cuando los jubilados desean hacer valer sus derechos, la Comisin paritaria Estado - jubilados debe intentar ayudarlos. Tambin en
este marco es donde se examinan los proyectos de los jubilados que crean agrupaciones de intereses econmicos para sus familias. Esta Comisin tiene vocacin
de ayudarles a poner en marcha estas agrupaciones de intereses econmicos buscando financiaciones y ponindolas a su disposicin. Incluso estn previstos seminarios de formacin para las personas que deseen desarrollar este tipo de estructuras con el fin de ayudarles a realizar estos proyectos econmicos.
La Comisin Nacional Paritaria Estado - jubilados es una comisin estructurada a escala nacional. Existe un comit de control que es una estructura permanente responsable de fomentar y garantizar el seguimiento de todas las decisiones de la Comisin Paritaria y de ejecutar, al mismo tiempo, sus decisiones.
Entre las dos sesiones plenarias de la Comisin Paritaria, el comit de control se
rene regularmente previa convocatoria de su presidente.

248

Bajo el comit de control, existen tres estructuras que se denominan subcomisiones:


la subcomisin administrativa, responsable de las pensiones de jubilacin y las relaciones de los jubilados con la administracin,
la subcomisin social, que se ocupa de las cuestiones sociales de los jubilados, tales como las tarifas preferentes para la electricidad o el telfono,
la subcomisin econmica, que se ocupa, esencialmente, de las cuestiones econmicas como acabo de mencionar al hablar del tema de la insercin o reinsercin de los jubilados, y tambin de la implantacin de un
voluntariado de la tercera edad, que es sumamente importante y sobre el
cual tenemos en estudio, en la actualidad, documentos precisos.

N'DOYE: Cmo se designan los miembros de esta Comisin, en particular, en las asociaciones?
DIALLO: El presidente de la comisin es designado por decreto del Ministro de
la Funcin Pblica, del Trabajo y el Empleo, aunque la comisin sea creacin del
propio Presidente de la Repblica. Despus, los miembros se captan en los diferentes Ministerios. De esta manera estn representados los directores de las instituciones de jubilacin y asuntos sociales. En cuanto a las asociaciones de jubilados,
preferimos hacer hincapi en los presidentes de las asociaciones de jubilados que
son miembros de oficio de la Comisin Nacional Paritaria Estado - jubilados.

A Escala europea
La Plataforma "Age", nuevo interlocutor de la Comisin
Europea

GUIDO VERBRUGGHE, DIRECTOR

DE

LBV 118

En Blgica. Miembro fundador y Tesorero de AGE


Delegado general de la FIAPA

En junio de 2001, la FIAPA (Federacin Internacional de Asociaciones de


Personas Mayores), EPSO (Plataforma Europea de Organizaciones de Personas
Mayores) y EUROLINK-AGE119 firman, de comn acuerdo, los estatutos de una
nueva estructura llamada AGE (edad) o Plataforma Europea para Personas
Mayores. Los estatutos de esta nueva estructura se publican en los Anexos del
Moniteur Belge del 27 de septiembre del mismo ao y la primera presidencia recae
249
sobre Albert Magarian, Delegado General de la FIAPA en esa poca.
En este artculo, describir brevemente la historia de esta joven plataforma.
A continuacin presentar los objetivos y las acciones en curso. Terminar con
algunas reflexiones y perspectivas de futuro relativas a la representatividad de AGE,
as como los ajustes en favor de la participacin directa o indirecta de los mayores.
Historia
La plataforma fue creada por las organizaciones no gubernamentales, miembros de un grupo de enlace establecido con el fin de tener una concertacin
regular entre dichas ONG (de personas mayores u organizadoras de servicios
para personas mayores) y la Comisin Europea.
Estos diferentes socios (FIAPA, EPSO, EURAG120, FERPA121, EUROLINKAGE y ESCU122), reivindicaban todos el estatus de representacin de los mayo118

Siglas de Liberale Beweging voor Volksontwikkeling, mutua liberal belga que promueve el desarrollo de las personas mayores y discapacitadas [N. del T.].
119
Principal red europea que agrupa a organizaciones que trabajan con personas mayores pertenecientes a 12 pases
europeos [N. del T.].
120
Federacin Europea de Personas Mayores.
121
Federacin Europea de Jubilados y Personas Mayores.
122
Unin de Ciudadanos Mayores Europeos.

EL PODER GRIS?

res europeos y se reunan entonces trimestralmente segn un orden del da establecido por la Comisin. Las reuniones eran presididas, por turno, por un
representante mayor de una de estas ONG.
En 1999, la Comisin Europea propuso un nuevo mtodo de trabajo. Justific su
decisin destacando la poca productividad de estos encuentros debido, entre otras
cosas, a la ausencia de estructuras y a la ineficaz organizacin de los trabajos.
Para tener una poltica ms activa y ms importante a favor de los mayores,
sugiri la creacin de una plataforma europea para las personas mayores en
forma de asociacin sin nimo de lucro. En este caso, la Comisin Europea apoyara financieramente esta nueva estructura en el marco de una asociacin entre
ella y las organizaciones fundadoras.
Esta construccin fue difcil. Por unanimidad, la iniciativa no se acogi como
equitativa.
Finalmente, sern la FIAPA, EPSO y EUROLINK-AGE las nicas que
afrontarn el reto y propondrn a las otras ONG asociarse a sus debates, pero
sin xito.
250

En la ltima reunin del grupo de enlace, presentarn un primer esbozo de


objetivos, mtodos de trabajo y estatutos. Las dems organizaciones no se pronunciarn y FIAPA, EPSO y EUROLINK-AGE reunirn los fondos necesarios
para el comienzo de un primer proyecto llamado AGE 1.
Esta iniciativa permitir comenzar el trabajo de AGE a partir de principios
de 2001, en espera del lanzamiento oficial de la plataforma.
Objetivos y prioridades
AGE agrupa organizaciones de y para mayores (jubilados y personas mayores) con el fin de reforzar las opiniones, las necesidades y los intereses de las personas mayores y de dotarlos de credibilidad.
La plataforma considera que, a escala europea, conviene reconocer y entender
mejor el impacto de las polticas europeas sobre las personas mayores y estima que
estas ltimas deben gozar de ms oportunidades para promover y defender sus
derechos as como sus intereses. Por ello, trabaja para tener un dilogo civil eficaz,
reconocido e integrado a escala europea.En este marco, tiene como objetivos:
La instauracin de un centro de recursos (informacin, promocin, publicacin, investigacin y formacin) para su pblico objetivo.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

El refuerzo de la cooperacin entre las organizaciones y asociaciones


europeas para el establecimiento de un dilogo cvico constructivo a escala europea, nacional y regional.
La promocin y defensa de los intereses de los mayores en las instituciones europeas.
El programa de trabajo de la plataforma contempla 5 prioridades:
La no discriminacin en general: Para AGE, la discriminacin basada
en la edad es un hecho demostrado. Lo constat a nivel del empleo, del
aprendizaje a lo largo de la vida, de la exclusin y de la proteccin social.
Puso en marcha un grupo de trabajo encargado de analizar meticulosamente estas discriminaciones en los pases miembros de la Comunidad Europea.
Su informe deber conducir a recomendaciones con respecto a la Comisin.
Las pensiones: AGE participa activamente en la coordinacin y el intercambio de informacin relativa a los distintos sistemas de pensiones en
Europa. Sigue de cerca el reciente desarrollo en cuanto a la financiacin de
la seguridad social en general por medio de un grupo de trabajo.
El empleo: AGE sigue y propone estrategias de empleo relativas al
estatus de los trabajadores mayores. De esta forma, quiere promover cam- 251
bios de actitud en los empresarios y los compaeros de trabajo.
La exclusin social: La exclusin social es pluridimensional. Adems de
la exclusin por razones financieras, existe tambin el riesgo de aislamiento por razones sociales y fsicas. El papel de la plataforma ser velar para
que las personas mayores no sean olvidadas como grupo de riesgo, en el
conjunto de las medidas que deben adoptarse.
El aprendizaje a lo largo de la vida: La participacin activa del ciudadano no puede hacerse sin tener la permanente posibilidad de diferentes
aprendizajes. En el momento en que la formacin permanente contempla
ms concretamente la actualizacin o el perfeccionamiento de los conocimientos profesionales, AGE velar para que los mayores puedan tener
acceso permanente al desarrollo de su cultura personal.
Reflexiones y perspectivas de futuro
La creacin de la plataforma no fue cosa fcil. Las relaciones de fuerza entre
los miembros del antiguo grupo de enlace no facilitaron la estructuracin de
esta nueva iniciativa, que debera reforzar, por tanto, la participacin de las personas mayores en el seno de la Comunidad Europea. Noble objetivo!

EL PODER GRIS?

Con mucha razn, algunos observadores se plantearon la cuestin del papel


activo y la verdadera posesin de poder de las personas mayores dentro de las
ONG. Lucha de representantes? O lucha por la participacin de los representados? Espinosa cuestin!
El consejo de administracin actual tiende a solucionar este debate mediante una definicin ms estricta de los criterios de adhesin. Se aadir un prembulo de intenciones a los estatutos modificados. Las modificaciones sern sometidas a la aprobacin de la prxima asamblea general de la plataforma.
Las personas reflexionaron y el tiempo hizo su trabajo! La Comisin
Europea tiene el interlocutor que deseaba.
Hoy la plataforma tiene un centenar de asociaciones afiliadas. Tal ampliacin
debe poder garantizar una representacin democrtica y geogrficamente
correcta. Adems, un equipo dinmico garantiza la comunicacin permanente
entre las organizaciones miembros y la Comisin.

252

Gracias a la creacin de un sitio web, un foro de discusin permite a todos


expresarse e informarse sobre los mltiples temas que afectan al envejecimiento de la poblacin.
Buena iniciativa, pues, cuya eficacia se evaluar en los albores de la pertinencia de sus acciones. En la lucha por la representatividad y defensa de las personas mayores, otras organizaciones vigilan muy atentamente y no dudarn en
intervenir a la menor seal de debilidad.

"Cmo se expresa la fuerza de los sindicatos


de jubilados en Europa?"
MICHEL BRUNEAU
Secretario general de la Unin Confederal de Jubilados CGT (Francia)
Ex miembro del Comit Ejecutivo de la Federacin Europea de Jubilados y
Personas Mayores (FERPA)

Es una autntica temeridad presentar el anlisis, el papel y las formas de


accin de la Federacin Europea de Jubilados y Personas Mayores (FERPA), en
un captulo general que trate de las actividades de presin de los jubilados.
Recordemos que la FERPA, miembro de la Confederacin Europea de
Sindicatos (CES), reagrupa a los sindicatos de jubilados de los 15 pases de la
Unin Europea, as como de los pases pendientes de adhesin. En efecto, nada
est ms lejos de esta nocin de fuerza por categoras que nuestra concepcin 253
de intervencin de los jubilados en el concierto europeo. Antes de explicarnos
en detalle, ya que esta cuestin es importante de determinar para quien quiera
comprender los resortes de la accin sindical, en general, y la de los jubilados,
en particular, no podemos evitar la observacin preliminar siguiente. El lugar y
el papel de los jubilados, habida cuenta de la prolongacin de la duracin de la
vida, se encuentra en el ncleo de un debate polmico, centrado esencialmente
en el coste insoportable que deber sufragar la sociedad debido al aumento del
nmero de jubilados. Y de ah a clasificar esta evolucin de la humanidad bajo
la rubrica de las catstrofes ecolgicas slo hay un paso, an no cruzado, es verdad, pero quien sabe? En nuestra opinin, es urgente declarar alto y fuerte que
esta prolongacin de la duracin de la vida y, por aadidura, con mejor salud,
constituye un avance considerable para la humanidad y que debe hacerse todo
para que el mximo de seres humanos, cualquiera que sea su localizacin continental, pueda beneficiarse. Aadir, por ltimo, que la prolongacin de la duracin de vida con una salud mejor no puede considerarse, sin riesgo de ridculo,
como una especie de premio del que se beneficiara exclusivamente una categora de afortunados: los jubilados. Es una victoria de la humanidad en todas sus
componentes de edad y, en particular, para esa nia que, por nacer hoy, tiene una
oportunidad sobre dos de estar an presente y vlida dentro de un siglo.

EL PODER GRIS?

Acciones y objetivos de la FERPA

254

Las personas mayores no pueden ser tratadas como una clase aparte, relegada y sin impacto en la sociedad, tanto a nivel poltico como econmico, social
y cultural, sobre todo teniendo en cuenta que las personas mayores representan de tres a cuatro electores de cada diez y que contribuyeron a la creacin de
la Unin Europea por su trabajo y su compromiso social. La Federacin
Europea de Jubilados y Personas Mayores (FERPA) se adhiere a la
Confederacin Europea de Sindicatos (CES), que fue creada en 1993 para que
los trabajadores jubilados de ambos sexos pudieran hacer or su voz y contribuir a la creacin de una sociedad democrtica en todos los mbitos (poltico,
econmico, social y cultural) y a todos los niveles. La FERPA es una organizacin autnoma que coordina su poltica con la de la CES, sobre todo en materia de seguridad y proteccin social, ms concretamente en lo que se refiere a
las pensiones, la asistencia sanitaria y la concesin de un mnimo de recursos a
las personas mayores, sobre la base de la solidaridad entre generaciones de trabajadores activos y jubilados. La FERPA se moviliza con el fin de influir en las
legislaciones y las polticas de la Unin Europea por medio de representaciones directas ante las distintas instituciones: Comisin, Parlamento y Consejo.
Para apoyar las reivindicaciones de la FERPA, las organizaciones afiliadas se
movilizan tambin ante sus gobiernos nacionales, en particular con motivo de
las reuniones del Consejo Europeo, que tienen en su orden del da cuestiones
sobre los jubilados y las personas mayores. La FERPA rechaza toda dictadura
y todo integrismo, todo nacionalismo lo mismo que toda discriminacin. Se
compromete a defender y mejorar el modelo social europeo, que se fundamenta en:
La posibilidad, para todos, de participar en los procesos democrticos,
polticos, econmicos, sociales y culturales.
Ms justicia para una distribucin ms justa de las riquezas a fin de reducir las desigualdades y eliminar la pobreza.
La organizacin de una proteccin social sin exclusiones, que garantice la
asistencia sanitaria y una vivienda digna para todos.
La organizacin de una sociedad solidaria que protege y emancipa, al servicio de todos los ciudadanos sin excepcin.
La realizacin personal del individuo, el perfeccionamiento de las relaciones humanas y la calidad de vida y del trabajo.
El reconocimiento de los derechos individuales y colectivos.

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Unas condiciones de vida armoniosa entre la vida personal, familiar y profesional.


La igualdad de derechos sin discriminacin, en materia de enseanza, educacin, formacin, empleo y salud.
Unas condiciones de vida armoniosa entre el individuo y la naturaleza
mediante una poltica ecolgica que proteja y mejore el medio ambiente y
la salud y garantice la vida y el porvenir de las generaciones futuras.
La FERPA exige tambin la inscripcin en el Tratado de los derechos humanos fundamentales: cvicos, polticos, econmicos y sociales.
Composicin y estructura de la FERPA
La FERPA es la organizacin representativa de los trabajadores jubilados y de
las personas mayores, surgida de la CES en octubre de 1988 y fundada el 29 y 30
de abril de 1993. La FERPA est compuesta por todas las organizaciones interprofesionales o profesionales de jubilados que forman parte de un sindicato afiliado a
la CES. Actualmente, la FERPA cuenta entre sus miembros con 41 sindicatos de
jubilados en los 15 pases de la Unin y los pases de la ampliacin. La FERPA defi255
ne sus polticas en los congresos y reuniones del Comit Ejecutivo.
El Congreso est presidido por el presidente de la federacin, que es
Georges Debunne, ex Presidente de la CES. El congreso se rene cada
cuatro aos. Est formado por delegados de organizaciones nacionales
afiliadas segn una distribucin vinculada al nmero de afiliados. Las delegaciones para el congreso deben estar compuestas de una manera muy
equilibrada en lo que se refiere a los sexos, para que reflejen lo mejor posible la composicin de los inscritos que representan.
El Comit Ejecutivo es el rgano que decide entre los congresos. El
Comit Ejecutivo se rene dos veces al ao.
El Comit de Direccin tiene el cometido de decidir las acciones intermedias y urgentes que deben emprenderse para ejecutar las decisiones
adoptadas por el Comit Ejecutivo y realizar el seguimiento de las mismas.
La Secretaria General, Luigina de Santis, de los sindicatos de jubilados italianos, es la portavoz de la federacin. Garantiza la animacin y la coordinacin de la accin y la responsabilidad de la organizacin interna.
Las actividades de la FERPA se financian, principalmente, mediante las cotizaciones de las organizaciones afiliadas.

EL PODER GRIS?

Las iniciativas ms recientes de la FERPA


La jornada europea del 15 de abril de 1999 y la jornada de accin europea
del 17 de mayo de 2000, durante las cuales las organizaciones nacionales
recordaron a sus Jefes de Estado y de Gobierno su voluntad de ver reforzar prioritariamente la solidaridad entre las generaciones y la lucha contra
la pobreza y la exclusin, en particular, de las personas mayores. Con
motivo de estas jornadas, la FERPA destac el hecho de que en el seno
de la Unin hay ms de 16 millones de parados, ms de 50 millones de
hombres y mujeres que viven por debajo del umbral de la pobreza y que
ms del 30% de estos pobres son personas mayores. La sociedad europea
tiene una responsabilidad de cara a estas personas que contribuyeron
ampliamente al desarrollo europeo.
La peticin para la inscripcin de los derechos sociales en el Tratado, que
recogi ms de un milln de firmas, se entreg a los gobiernos nacionales, a la Comisin y al Parlamento en una cita con el Sr. Prodi, la Sra.
Fontaine y el Sr. Rocard.
256

La manifestacin europea de los jubilados del 12 de octubre de 2000, en


Bruselas, reuni a ms de 6.000 jubilados europeos.
La jornada de accin europea de las mujeres de la FERPA, el 8 de marzo
de 2001, con motivo del da de la mujer, puso de manifiesto la condicin
de las mujeres mayores en Europa y en los pases de la ampliacin, una
condicin mucho ms difcil que la de los hombres.
Se organiz una semana de movilizacin del 20 al 27 de mayo de 2001,
7 das de accin para obtener 7 objetivos, decidida por el Comit
Ejecutivo de febrero de 2001. Durante esta semana, la FERPA llev, con
sus organizaciones afiliadas, varias iniciativas ante la Comisin Europea,
el Parlamento y los Gobiernos nacionales. Estas iniciativas tenan por
objeto promover una equiparacin, en cuanto al progreso, del nivel de
vida y del trabajo en la Unin, incluso en los pases candidatos a la
ampliacin.
La FERPA reivindica en particular:
1. La mejora de la Carta de los derechos europeos y su integracin en el
Tratado.
2. La fijacin de un mnimo de existencia por habitante del 40% del
Producto interior bruto (PIB).
3. La garanta absoluta del mantenimiento de los sistemas de pensiones

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

pblicas de reparto y la fijacin de un mnimo de pensin garantizado.


4. La institucin de un seguro de dependencia, la garanta de la asistencia
sanitaria de calidad y de servicio a domicilio para las personas mayores
dependientes.
5. El derecho a aprender a lo largo de la vida teniendo en cuenta el progreso tecnolgico con el fin de evitar un nuevo analfabetismo.
6. El acceso a los servicios de inters general basados en los intereses de
los ciudadanos: acceso, universalidad, continuidad, control democrtico y transparencia.
7. La participacin activa de los sindicatos de jubilados en la creacin de
los planes nacionales contra la exclusin social.
En estos ltimos aos la FERPA organiz tres conferencias europeas sobre el
tema de la solidaridad entre jvenes y personas mayores, con el apoyo de la
Comisin Europea. En 2001, la FERPA realiza el proyecto Euromamies 1 23 que
se desarrollar en 6 pases de la Unin Europea, para facilitar el paso a la moneda nica, el Euro, a las personas mayores ms desamparadas y ms aisladas.
La accin sindical de los jubilados en Europa: por categoras o
convergente? Presin o fuerza democrtica de propuesta y accin?
Considerar a los jubilados bajo el estrecho ngulo de una categora homognea de fronteras bien delimitadas, con reivindicaciones especficas que, para su
satisfaccin, requieren oponerse al conjunto de todos los dems componentes
de la sociedad en la que viven, conducira, seguramente, a una forma de organizacin de defensa de sus intereses del tipo de presin. En el mismo movimiento, conviene tomar en consideracin que la patronal en Europa desarrolla una
argumentacin muy mediatizada que trata de hacer de los jubilados un grupo
aparte, cuyo peso sobre la vida econmica se volvera insoportable a causa de su
nmero, del nivel de sus pensiones, del coste de sus gastos de salud y que, por
consiguiente, pondra en peligro las posibilidades de mejora de las condiciones
de vida de los trabajadores en activo. Este doble planteamiento (el de las asociaciones de jubilados y el de la patronal, que parte seguramente de objetivos diferentes, si no opuestos) conducira, de hecho, al mismo resultado: debilitar las reivindicaciones y los medios de accin de la poblacin activa, por una parte, de
los jubilados, por otra, oponindose a los primeros, dejando, por tanto, el campo
123

Euroabuelas [N. del T.].

257

EL PODER GRIS?

libre a la patronal que, bajo la apariencia de arbitraje, limitara as el acceso de


los unos y los otros al progreso social, al reparto de los frutos del crecimiento y
los aumentos de la productividad.

258

A este respecto, la posicin de la patronal francesa, en cuanto a la edad inicial de la jubilacin, es ilustradora de este fenmeno. Por una parte, el MEDEF
(patronal francesa), basndose en la prolongacin de la duracin de la vida en
buena salud y pretextando un desequilibrio financiero de las cuentas de las pensiones de reparto, proclama a quien quiera orlo que el inters de todos es retrasar la edad inicial de la jubilacin completa (actualmente fijada en 60 aos). Seria
bien visto retrasarla progresivamente a los 65 aos o incluso ms all. Por otra
parte, tampoco se propone renunciar al despido de los trabajadores de edad
avanzada o a su jubilacin anticipada antes de los sesenta, creando as las condiciones para que una parte cada vez mayor de los jubilados no se beneficien
ms que de pensiones incompletas y deducciones vinculadas al nmero de aos
que faltan por cotizar. El objetivo de la patronal al respecto es triple:
Beneficiarse de una gran flexibilidad en cuanto al empleo de trabajadores
de edad avanzada.
Favorecer el recurso a los mecanismos individuales de pensin mediante
capitalizacin, reduciendo las prestaciones de reparto por medio de las
deducciones de los aos no cotizados.
Reservar una mano de obra cualificada, disponible, dcil y menos codiciosa en remuneracin, mediante el empleo de jubilados cuyas pensiones se
habran vuelto insuficientes.
Por aadidura, se observa que tal maniobra, si tiene xito, pesara tambin
sobre el empleo de los trabajadores en activo, por la competencia con los jubilados que solamente necesitan un salario de complemento. Esta situacin, que
es la de Francia, es ms o menos idntica, bajo distintas formas, en todos los pases de Europa. Por esta razn, nuestro sindicalismo europeo, el de la CES, el de
la FERPA, el de todas las organizaciones nacionales afiliadas, se basa en la unidad de todos los trabajadores en activo y los jubilados. La frontera principal no
pasa entre la poblacin activa y los jubilados, sino entre el conjunto de la patronal y el conjunto de los trabajadores en activo y los jubilados de todos estos pases. Nuestro modo de organizacin (que incluye las organizaciones especficas
de jubilados dentro de las confederaciones que agrupan al conjunto de los sindicados en activo), sirve de base a nuestra concepcin de luchas convergentes
de unos y otros. La palabra clave de la accin sindical es 'convergencia'.
Convergencia de las reivindicaciones, cuyo mejor ejemplo es la exigencia del

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

ajuste de las pensiones sobre los salarios. Convergencia de las luchas; as, por
ejemplo, para el empleo, los jubilados son perfectamente conscientes de que el
pleno empleo, si es una condicin de liberacin de la situacin de los trabajadores en activo, tambin es garante de la seguridad de la perpetuidad de las pensiones de reparto. Esta es la orientacin que distingue al sindicalismo de los jubilados del asociacionismo, muy extendido en los pases de Europa, que tiende a
aislar a los jubilados de la poblacin activa. Hay que tener en cuenta que el asociacionismo lo utiliza muy a menudo la patronal para canalizar y manipular el
deseo de organizacin de los jubilados (apartndolos del mbito de las luchas) y
para debilitar el sindicalismo. Por lo que se refiere a estas cuestiones, destaquemos que, para Francia, el Consejo Econmico y Social, en su dictamen sobre
las personas mayores en la sociedad (aprobado por unanimidad el 23 de mayo
de 2001), denuncia los peligros de una representacin poltica propia de las personas mayores y los peligros de una deriva de la representacin socioprofesional hacia una representacin por edad. Aadamos que, en este mismo dictamen,
los consejeros invitan al Gobierno francs a trabajar con sus socios de la Unin
en la constitucin de una autntica estructura europea de consulta y representacin efectiva de los jubilados y las personas mayores. El ejemplo del Comit
Nacional de Jubilados y Personas Mayores francs (CNRPA), tal como el presente dictamen propone la reforma, constituye un modelo interesante para pro- 259
ponrselo a los Estados de la Unin. A este respecto, la Comisin Europea
deber contribuir a la financiacin de los medios de funcionamiento de esta
estructura.

A nivel mundial
Entrevista con ALEXANDRE SIDORENKO
Responsable de la seccin de envejecimiento en el Departamento de Asuntos
Sociales de las Naciones Unidas

POR JEAN-PHILIPPE VIRIOT DURANDAL

JPVD: En qu momento decidieron las Naciones Unidas crear un


programa sobre las cuestiones del envejecimiento; un programa que se
inscribe en el marco del departamento de las polticas sociales y del
desarrollo?
AS: El Secretariado de este programa sobre el envejecimiento se cre en
1979, antes de la primera reunin mundial sobre estas cuestiones. Esta estruc- 261
tura funciona gracias al trabajo de tres directivos y de un empleado de los servicios generales. El Gobierno espaol desplaz a un experto asociado por un perodo de dos aos. La funcin esencial del programa era participar en el establecimiento y la aplicacin de las orientaciones de las Naciones Unidas sobre las
cuestiones del envejecimiento. Pienso, en particular, en el Plan de Accin
Internacional de Madrid y en los Principios de las Naciones Unidas para las
Personas Mayores.
Desde 1979, las Naciones Unidas, a travs del programa sobre el envejecimiento, trabajaron en relacin con las principales ONG (organizaciones no
gubernamentales) que, en el mundo, trabajan en estas cuestiones.
En las Naciones Unidas, los estatus de estas ONG son diferentes. Van desde
la simple acreditacin en el Centro de Informacin de las Naciones Unidas, a un
estatus de organismo consultivo del Consejo Econmico y Social de las
Naciones Unidas.

JPVD: Cmo conciben ustedes las relaciones de su estructura con las


organizaciones de las personas mayores?
AS: De dos modos: asocindolas al proceso de consulta, que conduce a la

EL PODER GRIS?

elaboracin de las principales orientaciones polticas de las Naciones Unidas


sobre el tema, o invitndolas a participar en algunas iniciativas y proyectos
comunes.

JPVD: Cul es el nivel de competencia de los grupos que representan a las personas mayores en las Naciones Unidas?
AS: Las ONG realizan interesantes contribuciones. Durante la preparacin
de la segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento (Madrid, abril de
2002), importantes ONG contribuyeron de este modo a la elaboracin del Plan
de Accin Internacional de Madrid sobre el Envejecimiento. Help Age
International, por ejemplo, organiz una serie de consultas a las personas de edad
avanzada. La Secretara recibi tambin de la FIAPA y la IFA (Federacin
Internacional del Envejecimiento de Canad) unos comentarios y propuestas
que contribuyeron a la elaboracin del Plan de Madrid.

JPVD: Existe, para los miembros de estas organizaciones, una formacin destinada a facilitarles la comprensin de los procedimientos de
consulta y de toma de decisiones en el seno de las Naciones Unidas?
262

AS: CONGO les proporciona las informaciones y las respuestas a sus cuestiones. CONGO significa Conference of the NGO 124. Para ms informaciones a
este respecto, pueden ustedes consultar la web de CONGO:
www.ngocongo.org/index2.html

JPVD: En qu medida pueden influir las organizaciones de personas


mayores en la poltica de las Naciones Unidas? Le sera posible proporcionarme ejemplos?
AS: Las ONG contribuyeron ampliamente en la elaboracin de los principios
que gobiernan las Naciones Unidas en materia de envejecimiento. La comunidad de las ONG y, ms concretamente, la red de la Federacin Internacional del
Envejecimiento (IFA), estuvieron, a partir de los primeros esbozos del proyecto, en el origen de los principios que regulan la accin de las Naciones Unidas
en este mbito del envejecimiento.

JPVD: Qu papel desempearon los grupos de personas mayores


con respecto al Plan de Accin de 1982 sobre el Envejecimiento? Qu
es lo que ha cambiado, despus de ms de dos dcadas de relaciones
entre estas asociaciones y las Naciones Unidas?
124

Conferencia de las ONG [N. del T.]

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

AS: En 1982, tenan an un papel de menor importancia; no obstante, hubo


un foro de ONG, en Viena, con ocasin de la Asamblea Mundial sobre el
Envejecimiento. En cambio, las ONG tuvieron una accin preponderante
durante el Ao Internacional de las Personas Mayores (1998) junto con los
Gobiernos. Este ao internacional de sensibilizacin puso en primera lnea las
necesidades de las generaciones ms ancianas. En la actualidad, las ONG estn
mucho mejor organizadas. La mayora de ellas estn deseando intervenir (y son
capaces de hacerlo) en los expedientes, a veces complejos, relativos al envejecimiento. Sin embargo, ejercer presiones sobre los poderes pblicos sigue siendo
la principal razn de ser de las ONG.

JPVD: Qu sera necesario hacer, a su modo de ver, para fomentar


el desarrollo de los grupos de ciudadanos mayores a escala local, nacional e internacional?
AS: Las ONG deberan proseguir sus esfuerzos para dar a conocer sus iniciativas. Es especialmente importante que divulguen estas ltimas a travs de los
medios de comunicacin locales, nacionales e internacionales.

JPVD: Como responsable del programa sobre el envejecimiento,


263
cul es su opinin acerca del aumento de los movimientos de personas mayores en el mundo?
AS: Observamos un progreso considerable del nmero de ONG en el
mundo. Tambin es cierto para las ONG que trabajan en el mbito del envejecimiento. Es importante tener en cuenta que esta progresin se observa igualmente en los pases en vas de desarrollo o en los pases con importantes cambios econmicos.

JPVD: Cules son las perspectivas de estas organizaciones para los


prximos diez aos?
AS: Sera deseable que pudieran establecerse asociaciones entre estas ONG
y los agentes ms importantes de las cuestiones del envejecimiento, que son los
gobiernos, las instituciones culturales y universitarias, el sector privado, etc. Por
ejemplo, Help Age International desempe un papel preponderante ante la
Organizacin de Pases Africanos (ahora llamada Unin Africana) para la elaboracin, en el perodo 2000 a 2002, de un plan de accin regional sobre el envejecimiento.

JPVD: Piensa usted que asistiremos, en un futuro prximo y tambin

EL PODER GRIS?

a ms largo plazo, al desarrollo de acciones de presin por parte de las


asociaciones de personas mayores?
AS: Ya est ocurriendo. El ejemplo ms famoso es, tal vez, la AARP, en los
Estados Unidos. Durante dcadas esta organizacin fue el ms importante
grupo de presin en favor de los mayores estadounidenses. En los pases en vas
de desarrollo, los recursos de las ONG son limitados; sin embargo, las presiones ejercidas sobre los gobiernos son especialmente eficaces.

264

Ciudadanos: durante toda la vida


Entrevista con ALBERT MAGARIAN
Presidente de la FIAPA (Federacin Internacional de Asociaciones de Personas
Mayores)

POR JEAN-PHILIPPE VIRIOT DURANDAL

JPVD: La FIAPA es uno de los principales representantes de los jubilados a escala mundial... Podemos hablar de un poder gris globalizado?
AM: La expresin poder gris globalizado merece que nos detengamos un
instante a analizar en qu nos hemos convertido en nuestros 22 aos de existencia. Permita que vuelva a relatar brevemente la historia de nuestra organizacin.
La FIAPA fue creada el 26 de septiembre de 1980 en el Palacio de
Luxemburgo, sede del Senado, bajo la presidencia de honor de Su Excelencia
Leopoldo Sdar Senghor.
60 asociaciones, que representan a 4 pases, deciden lanzarse a esta aventura:
defender a las personas mayores y analizar el envejecimiento de los individuos y
las poblaciones. Este fue el tema del primer coloquio que tuvo lugar en
Taormina (Sicilia), en 1981, fecha en la que la FIAPA tambin fue inscrita en el
registro del Secretariado General de las Naciones Unidas, en el Consejo
Econmico y Social.
En 1982, la FIAPA participa en Viena en la Asamblea Mundial sobre el
Envejecimiento, presentando una comunicacin sobre El Envejecimiento
Individual y Colectivo y el ao siguiente obtuvo el estatus consultivo de Categora
2 en el Consejo Econmico y Social.
Han tenido lugar diferentes coloquios, como, por ejemplo, en 1983, en
Merano (Italia) sobre el tema Personas Mayores, imagen y realidad, o en 1984, en
Palma de Mallorca (Espaa), con Personas Mayores, socios activos en la comunidad: un
desafo internacional.

265

EL PODER GRIS?

En 1985, la FIAPA obtiene el estatus consultivo en el Consejo de Europa y


organiza su 5 coloquio en Vichy (Francia) sobre los temas: Actuar juntos y envejecer en buena forma, completados con una encuesta sobre la mujer de edad avanzada cuyos resultados se presentan en la Conferencia Mundial sobre la Dcada
de la Mujer en Nairobi (Kenia).
El nmero de asociaciones aumenta regularmente y la FIAPA ya est presente en 4 continentes y agrupa a 144 asociaciones o federaciones, integrando a ms
de 3.000 asociaciones. Obtiene en 1991, en las Naciones Unidas, el estatus consultivo de Categora 1, es decir, el nivel ms alto.
Los coloquios continan bajo el auspicio del Consejo Cientfico, que reagrupa a personalidades del mundo entero, y se celebran en diferentes pases, tales
como Canad, los Pases Bajos, Senegal, Hungra, Portugal y Espaa.
En 1998, el 1 de octubre, se pone en marcha el Ao Internacional de las
Personas Mayores y la FIAPA, en colaboracin con la Fundacin IPSEN, participa en este acontecimiento, en el Trocadero, simultneamente con la OMS
(Organizacin Mundial de la Salud) de Ginebra.
266

Para finalizar el ao internacional (1998-1999), la FIAPA organiza una manifestacin internacional, en septiembre de 1999, y congrega a 1.150 delegados en
presencia del Presidente de la Repblica Francesa, Sr. Jacques Chirac, que intervendr sobre el problema de las pensiones. La FIAPA promueve el intergeneracional, con la presencia de 5 binomios, venidos de 4 continentes, premiados
por la encuesta Adolescentes de ayer y de hoy, que se haba emprendido 2
aos antes. Se ve galardonada con un premio125 de las Naciones Unidas el 30
de septiembre de 1999.
Hoy en da, la FIAPA agrupa a ms de 250 millones de personas repartidas
por 4 continentes, 54 pases y 144 asociaciones.
Su accin se lleva a cabo esencialmente a partir de encuestas orientadas hacia
las propuestas de todos los problemas que conciernen al envejecimiento.
Nuestro poder es el de alertar a los organismos internacionales, polticos y de
otras clases, sobre las condiciones de vida de las personas mayores.
No buscamos el poder por el poder. Pero defendemos la idea de un contrapoder ciudadano a escala internacional. Trabajamos, no sin dificultades a veces,
125

Award, en ingls en el original [N. del T.]

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

en la creacin de un poder bastante bien organizado a escala mundial para representar a la sociedad civil en el nivel institucional y defender a los jubilados frente a los diferentes grupos de presin cuyos intereses no siempre convergen con
los de los mayores. No ignoro el miedo que inspira la idea de un poder gris, pero
conviene siempre volver a situarlo en un juego de contrapoderes donde los intereses sociales de los ms dbiles estn siempre peor representados y, sobre todo,
peor armados financieramente para ejercer presin sobre los responsables polticos. Frente a los representantes de grandes empresas o del ramo de la industria e, incluso, frente al Estado y la comunidad internacional, es esencial que
hiciramos or la voz de los jubilados.
Queremos hacer evolucionar las mentalidades de los responsables de las polticas, ya sean pblicos o privados, porque a menudo tienden a decidir sin consultarnos. Por esta razn hemos desarrollado una estrategia de integracin total
que consiste en estar representados en todas de los organismos donde se tratan
las cuestiones del envejecimiento. Cmo concebir la democracia sin invitar a los
mayores a expresarse sobre las cuestiones que les ataen? De ah nuestro eslogan: Ciudadano durante toda la vida.

JPVD: Piensa que la edad sea un obstculo para el ejercicio de la ciu- 267
dadana?
AM: De manera ideal, no debera serlo. Los mayores no han dudado jams
de su utilidad y estn especialmente presentes en la poltica. De hecho, una parte
de los mayores esta bien integrada. La vida poltica nos recuerda lo presentes
que estn en la vida ciudadana. Por citar solamente a Francia, tiene como
Presidente de la Repblica a un mayor de 70 aos. La Asamblea Nacional, tras
las ltimas elecciones de 2002, cuenta con 122 personas mayores de ms de 60
aos (despus de la renovacin del 23 de septiembre de 2001). El Senado, por
su parte, cuenta con 106, es decir, el 33% del efectivo total. La edad media de
los alcaldes es de 54 aos (Elecciones Municipales de 2001)126.
Frente a esta situacin, el 28% de los franceses consideran que las personas
mayores estn demasiado presentes polticamente; en cambio, el 58% considera
que los partidos polticos no tienen en cuenta suficientemente las cuestiones
relativas a las personas de edad avanzada127.

126

Fuente: Unin de Alcaldes.


Sondeo de SOFRES del 17.11.2001.

127

EL PODER GRIS?

Percibimos la ambivalencia de la opinin pblica cuando le preguntamos


sobre la relacin entre la edad y la actividad poltica. La discriminacin se inscribe a menudo en las prcticas diarias ms all de las elecciones, cuando ya no se
considera ms a una persona por su competencia y su aptitud para ocupar puestos de responsabilidad pblica, sino por su edad, su sexo o su color.

268

Es lo que se denomina discriminacin por motivos de edad (gisme) y es lo


que condenamos adems de otras formas de discriminacin como el sexismo o
el racismo. La FIAPA est para recordar que los mayores no son ciudadanos a
medias! Por desgracia, constatamos a diario en Europa, frica, Asia, Amrica y
en el resto del mundo que no es as frecuentemente. Por esta razn queremos
animar a los jubilados a que se impliquen en la vida cvica y se integren en las
estructuras institucionales para que se escuchen sus necesidades sociales, que
son particularmente numerosas en los pases en vas de desarrollo, pero tambin
en los pases con economas de transicin y en los pases llamados desarrollados. El envejecimiento es un fenmeno mundial, por lo que hay que replantearse las relaciones entre edad y ciudadana, ya que las situaciones de discriminacin no pueden ser toleradas por un pblico cada vez ms numeroso y consciente de su exclusin. Hay que trabajar en un modelo que pueda desactivar los reflejos discriminatorios sin instaurar, por ello, una gerontocracia... Es un verdadero
desafo que nos remite a los debates histricos que marcaron las sociedades
humanas.
Desde siempre, los mayores han estado involucrados en la poltica. Basta con
mirar a lo largo de los siglos y las civilizaciones el papel eminente de los mayores en las tribus y los pueblos, cualquiera que sea la etnia considerada. El
Consejo de Sabios de una tribu lo componan los de mayor edad: jefes ancianos,
brujos ancianos, educadores ancianos; todos ellos participaban en la decisin
poltica que deba seguir el jefe titular, asistido por los adultos. Fijaban las normas de la vida comn y decidan las relaciones con la vecindad. Tambin servan de Tribunal de Justicia.
Esta situacin se perpetu a lo largo de los siglos. Con la llegada del concepto de nacin y el desarrollo de las democracias aparecieron las asambleas legislativas, compuestas, una vez ms, por sabios, principalmente el Senado o la
Alta Asamblea Mayores.
La sociedad industrial y, sobre todo, la sociedad de la informacin tiende
demasiado a excluir a los que representan la continuidad del tiempo y de la
memoria. Estamos en una poca de transicin en la que debemos reflexionar

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

juntos con todas las dems generaciones sobre la instauracin de un equilibrio.


Si no se cubre este dficit democrtico, produciremos un mundo amnsico y
desconectado de una parte de la realidad social.

JPVD: Qu hacen las organizaciones de jubilados contra este riesgo


de exclusin?
AM: Ejercen su ciudadana reivindicando sus derechos y tambin participando en la vida asociativa. La ciudadana no se limita a recibir. Consiste tambin
en ceder su tiempo, su experiencia y su energa para mejorar la suerte de los que
sufren. Sobre este punto tambin somos concientes de nuestro papel.
Con un nmero de mayores en aumento, estos tendrn cada vez ms peso en
la vida de los pases. Si una parte (por cierto, minoritaria) de los mayores se
implica directamente, una mayora de ellos est presente sobre el terreno a travs de las asociaciones o los sindicatos.
Ellos constituyen la Sociedad Civil, reivindican su independencia, expresan
su opinin sobre todos los temas y, ms en particular, los relacionados directamente con las preocupaciones de los mayores (salud, jubilacin, empleo, integracin en la vida activa, etc.).
269
Cuando no se nos escucha ni se nos entiende, no vacilamos en hacer presin
sobre los polticos.
Fue el caso del Ecuador, donde la FIAPA esta representada por dos asociaciones importantes: la Federacin de la Tercera Edad de Pinchicha y la Asociacin de
Jubilados y Pensionistas de los Guayas de Guayaquil. La FIAPA, alertada por estas
ltimas, intervino a todos los niveles polticos y consigui que se realizara un
pago con carcter retroactivo de las pensiones y de los nuevos aumentos en
2001.
En los pases desarrollados, citemos el ejemplo ms sorprendente de la
AARP en los Estados Unidos. La Asociacin de Personas Mayores de los
Estados Unidos cuenta con 35 millones de asociados y tiene un papel preponderante en la vida poltica estadounidense. Posee en su seno un equipo especializado en la anticipacin poltica con el fin de reaccionar de antemano si los intereses de sus miembros fueran amenazados.
Otra organizacin, menos poderosa, hizo que se hablara mucho de ella en un
cierto momento. Los Panteras Grises vieron la luz en 1970 en los Estados
Unidos y defienden el envejecimiento, en general, y a las mujeres en particular.

EL PODER GRIS?

Despus de una calma relativa, parece que salen de nuevo de caza en otros mbitos, como la lucha contra las pruebas nucleares y la desmilitarizacin.
Se levantan contra las Sun Cities 128 de Arizona y Florida, que consideran ciudades de jubilados elitistas que slo quieren relacionarse con sus semejantes.
Son voluntarios progresistas, dicen ellos, casi revolucionarios; su portal de
Internet es significativo al respecto. En Europa, estn esencialmente implantados en Alemania, donde cuentan con cerca de 100.000 socios; en Francia, su
nmero es mucho ms modesto.

JPVD: En este caso, se trata esencialmente de iniciativas nacionales,


pero existe una verdadera fuerza internacional?
AM: Ya que abordamos Europa, es importante sealar la creacin, el ao
pasado, de la Plataforma de Personas Mayores AGE, a iniciativa de la
Comisin Europea, por tres129 asociaciones europeas: EUROLINK AGE, de
espritu anglosajn; EPSO (Plataforma Europea de Organizaciones de
Mayores), que agrupa asociaciones ms bien continentales, y la FIAPA, asociacin mundial que agrupa los pases latinos, Rusia y China.
270

Esta plataforma sirve de intermediaria a la Comisin Europea y como grupo


de presin a las diferentes asociaciones, hoy un centenar, cercanas a esta misma
comisin.
En la actualidad, el tema central es la armonizacin de las pensiones en
Europa, esencialmente de reparto, sistema al que todos estamos ligados.

EN LOS PASES DE EUROPA OCCIDENTAL ASISTIMOS


A UNA AGRUPACIN DE LAS ASOCIACIONES

En ALEMANIA: BAGSO (German National Association of Senior Citizens' Organisations)130 que esta
financiada por el gobierno alemn y el Ministerio de Asuntos Sociales y agrupa, prcticamente,
a todas las asociaciones de jubilados y personas mayores alemanas.
En FRANCIA, la Confederacin Francesa de Jubilados agrupa a 4 asociaciones: la FNCAR
(Federacin Nacional de Clubes Rurales de Mayores), la UFR (Unin Francesa de Jubilados), la
CNR (Confederacin Nacional de Jubilados) y la FNAR (Federacin Nacional de Asociaciones
de Jubilados). Representa a cerca de 1.800.000 personas.
128

Ciudades del sol [N, del T.].


El texto original indica 'dos' [N. del T.].
130
Asociacin Nacional Alemana de Organizaciones de Ciudadanos Mayores [N. del T].
129

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

En BLGICA, El Comit neerlandfono de concertacin de los mayores (OOK Ouderen Overlej


Komitee) reagrupa a todas las organizaciones de jubilados, as como los servicios y las instituciones
para las personas mayores. Estos diferentes asociados representan a ms de 800.000 afiliados. As
es como este comit obtuvo el estatus consultivo de primer rango en el Ministerio Flamenco de
Asuntos Sociales y de Igualdad de Oportunidades. Teniendo como base un convenio anual, este
Ministerio le otorga subsidios que cubren, en parte, los gastos de funcionamiento y de personal.
La creacin de un comit parecido se contempla actualmente en la Blgica francfona...
En ESPAA: CEOMA (Confederacin Espaola de Organizaciones de Mayores), implantada en
Madrid, agrupa a 25 asociaciones, entre las cuales estn la FATEC (Federai d'Associacions de
Gent Gran de Catalunya)131, la UNATE (Asociacin Cultural de Aulas de la Tercera Edad), las
Aulas de la Tercera Edad de las Palmas de Gran Canaria, la Asociacin de Profesores
Universitarios Jubilados (ASPUR) y la Federacin de las Baleares; son miembros de la FIAPA.
En ITALIA: una federacin est en proceso de constitucin, dirigida por 50 Pi FENACOM132
(formada por jubilados del comercio y del turismo), ANSE (Associazione Nazionale Seniores
Enel)133, ANLA (Associazione Nazionale Lavoratori Anziani d'Azienda)134, ANAP (formada por
jubilados del artesanado) y UNITRE (formada por universitarios de la tercera edad).
Todas estas federaciones nacionales han sido creadas para dialogar con la Plataforma europea.

La FIAPA, por su parte, cre una divisin FIAPA Europa, cuya sede se
encuentra en Bruselas y de la que los asociados europeos de la FIAPA son automticamente miembros. FIAPA Europa no entra en competencia con AGE
(interlocutor de la Plataforma europea), pero congrega a las asociaciones europeas en lo referente a todos los problemas que conciernen a Europa en general,
en especial las medidas que deben adoptarse en los pases del Este, futuros
miembros de la Unin Europea.
FIAPA Europa ya haba actuado antes de ser creada, en particular por el Euro
fcil, un programa financiado por la Comisin Europea y que permita a las personas mayores familiarizarse con la nueva moneda europea. Esta accin se llevo a
cabo en diferentes pases europeos: Blgica, Espaa, Francia, Italia...
Las personas mayores se renen y se unen para hacer or su voz y tener cada
vez ms peso en la poltica local.
131

Federacin de Asociaciones de Mayores de Catalua [N. del T.].


50 y ms FENACOM (Federacin Nacional del Comercio) [N. del T.].
133
Asociacin Nacional de Mayores de Enel (Ente Nazionale per l'Energia Elettrica: Organismo Nacional de Energa
Elctrica) [N. del T.].
134
Asociacin Nacional de Trabajadores Mayores de Hacienda [N. del T.].
132

271

EL PODER GRIS?

Estn disponibles, no estn sometidas a horarios restrictivos. En su mayora,


son desinteresadas.

JPVD: - Y a escala mundial?


AM: A escala mundial, las Naciones Unidas (a travs de ECOSOC, en Nueva
York, que es el consejo Econmico y Social), reconocen a las asociaciones el
derecho a participar e intervenir en sus reuniones, sobre todo las de tipo general (antigua clase 1) que conciernen a las personas mayores. En efecto, hay tres
clasificaciones:

272

Tipo general (antigua clase 1), las asociaciones pueden ser consultadas e
intervenir sobre todos los temas en el marco de la Comisin Econmica
y Social.

Tipo temtico (antigua clase 2), las asociaciones slo pueden intervenir
sobre el tema que les concierne.

Tipo (lista135) (antigua clase 3), las asociaciones pueden ser consultadas caso
por caso.

TRES ASOCIACIONES DE PERSONAS MAYORES SON DE CLASE GENERAL


1. AARP: ya mencionada antes.
2. IFA (International Federation of Ageing: Federacin Internacional del Envejecimiento): de origen estadounidense y canadiense, orientada esencialmente al envejecimiento. En su mayora, de
afiliacin individual.
3. FIAPA: tal y como dijimos antes, la FIAPA representa hoy en da a la Europa continental, frica (salvo frica franco-inglesa), los pases de origen latino, China, Rusia y el Ocano ndico.
Intervino repetidas veces, en el ao 2000, en la tribuna de las Naciones Unidas en Nueva York;
en 2001, en el Congreso Mundial de Gerontologa en Vancouver (Canad), y en el 2002 en la
Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento de Madrid, donde la FIAPA presida la mesa redonda sobre: el envejecimiento en las zonas rurales en presencia de la Sra. Guinchard-Kunstler,
Secretaria de Estado para las Personas Mayores, y bajo la Presidencia del Doctor Deboise,
Presidente de la FIAPA. Intervinieron:
el Sr. Pinsault, Presidente del FNCAR136, sobre el envejecimiento en las zonas rurales de los
pases desarrollados ;
el Sr. Gour, Director adjunto de la M.S.A137, sobre la Reestructuracin de las tierras agrco135

Roster, en ingls en el original [N. del T.].


Federacin Nacional de Clubs Rurales de Mayores.
137
Mutualidad Social Agrcola.
136

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

las y las consecuencias sociales sobre las personas mayores en Polonia ;


la Sra. Kala-Lobe, Presidenta de las Mujeres Jubiladas de Camern, sobre los derechos a la
salud de las personas mayores pobres que viven en las zonas rurales de Camern ;
el Dr. Jurado, Delegado de las Asociaciones Ecuatorianas, sobre la experiencia de una cooperativa solidaria y el programa de servicios en Ecuador ;
la Sra. Kornfeld, Directora del programa para las Personas Mayores de la Universidad
Catlica de Santiago de Chile, que present el resultado de la puesta en marcha de un proyecto llamado Ms vida para tus aos , que trata de mejorar la calidad y el estilo de vida
de las personas mayores en uno de los municipios, el ms pobre, de las afueras de Santiago
de Chile.
La segunda mesa redonda abordaba el envejecimiento y la vida productiva: proteccin social y
apoyo , bajo la Presidencia del Sr. Juan Carlos Aparicio, Ministro de Asuntos Sociales y Trabajo
de Espaa y con la participacin del Sr. Robert Holzmann, representante del Banco Mundial, el
Sr. Dalmer Hoskins, Secretario general de la AISS138, de los Ministros de Asuntos Sociales de
Argentina y del Reino Unido, y yo mismo, como representante de las Asociaciones de Personas
Mayores.
A estas dos mesas redondas sigui una intervencin del Presidente de la FIAPA en la Asamblea
Plenaria de las Naciones Unidas, en el transcurso de la cual se hicieron dos proposiciones: la proteccin de las personas vulnerables (personas mayores y nios) en zonas de conflictos y la puesta en marcha de un observatorio del envejecimiento en el mundo.

Se celebraba un foro de asociaciones de forma paralela a la Asamblea


Mundial y la FIAPA organizaba 6 mesas redondas: el Envejecimiento Cerebral,
las Nuevas Tecnologas, el Voluntariado, lo Intergeneracional, la Ciudadana y el
Aprendizaje a lo largo de la Vida. 45 delegados de la FIAPA estaban presentes
en esta importante manifestacin.
Tras la Cumbre Mundial, en septiembre, en Berln (Alemania), se celebr una
conferencia interministerial de los pases europeos occidentales, pases de la
antigua Unin Sovitica, los Estados Unidos y Canad, donde la FIAPA presentaba su propuesta de observatorio, completada y votada por unanimidad por su
Junta General en mayo en Guadalupe. Apoyamos firmemente este observatorio
que permitira el seguimiento y la aplicacin de las decisiones y recomendaciones de las Naciones Unidas.

138

Asociacin Internacional de la Seguridad Social.

273

EL PODER GRIS?

LA FIAPA PRESENT LA SIGUIENTE MOCIN


Creacin de un Observatorio Mundial del Envejecimiento que permita el censo permanente y actualizado de las necesidades y su evolucin. Este organismo pondr en marcha un sistema de evaluacin
de las polticas y de las preconizaciones de las medidas y de las reglamentaciones marco, garantizando as los derechos fundamentales de los mayores y, ms en particular, de los ms vulnerables entre
ellos.

Este es uno de los fines de la Sociedad civil y, por lo tanto, de nuestras federaciones.

JPVD: Uno de los reproches que se les hace a las organizaciones de


jubilados, sobre todo en la Europa continental en comparacin con los
Estados Unidos, es su falta de competencia tcnica y su dbil grado de
profesionalizacin. Esto no supone un obstculo en el dilogo entre las
instituciones internacionales y las organizaciones de jubilados?

274

AM: No creemos que las asociaciones europeas tengan que avergonzarse de


su profesionalismo. La filosofa estadounidense se basa esencialmente en la economa. Como las pensiones de reparto casi no existen, se crearon asociaciones,
entre ellas la AARP, para promover las pensiones mediante capitalizacin.
Como ya dijimos antes, ella dispone de importantes recursos.
Las asociaciones europeas, por el contrario, se preocuparon ms por el
hombre y su evolucin; las pensiones forman parte de su objetivo social, pero
no son el nico objetivo.
En lo que respecta a la FIAPA, el Consejo Cientfico hizo un cierto nmero
de comunicaciones. Como ya dijimos antes, el tema del euro fcil es el motivo de nuestras asociaciones y en la actualidad apoyamos, junto a AGE, el estudio FELICIE: Future Elderly Living Conditions In Europe139, cuya financiacin fue
aceptada en septiembre por la Comisin Europea en el marco del programa
Quality of life and management of living resources140. Este estudio se desarrollar
durante 3 aos (de 2002 a 2004) y tiene como objetivo establecer previsiones de
aqu a 2030 sobre la situacin y las necesidades futuras de las personas de 75 y
ms aos en Europa, a partir de proyecciones sociodemogrficas en 9 pases:
Francia, Blgica, el Reino Unido, Alemania, los Pases Bajos, Italia, Finlandia,
Portugal y la Repblica Checa. Los modos de vida, el estado de la salud, el esta139

Condiciones de vida futuras de los mayores en Europa [N. del T.].


Calidad de vida y administracin de los recursos vitales [N. del T.].

140

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

tus, el papel en el seno de la familia, sern temas que se examinen en especial,


teniendo en cuenta las diferencias culturales presentes y probables en el futuro
segn los pases.

JPVD: Por ltimo, hay que temer al poder gris?


AM: Si el hombre mayor (o la mujer mayor) es aceptado como poltico electo (constituye una parte importante de los concejales y es muy solicitado por su
disponibilidad) y como ciudadano, pienso, por el contrario, que es una suerte y
un verdadero mensaje de esperanza para el mundo.
Si, por el contrario, se discrimina y excluye a los jubilados y a las personas
mayores, este poder se utilizar, probablemente, como un medio de defensa legtima. A veces con riesgos de desviaciones por parte de las personas ms afectadas por esta exclusin. No olvidemos que algunos partidos polticos de mayores se formaron por el simple hecho de la exclusin. Algunas tentativas aqu o
all se saldaron con fracasos; pensamos, sobre todo, en los holandeses y en los
checos.
Los mayores, en cambio, por su reagrupacin en asociaciones en el seno de
la Sociedad Civil son cada vez ms activos y escuchados. Favorecemos esta va
275
en nombre de nuestra filosofa, que se resume en un eslogan simple y, al mismo
tiempo, tan difcil de hacer aceptar y respetar en el mundo: ciudadano durante
toda la vida.

Seis cuestiones sobre la integracin institucional


de los jubilados
JEAN-PHILIPPE VIRIOT DURANDAL
Profesor titular de la Universidad de Franche-Comt
"carreras sociales" del IUT 141de Belfort
Miembro del laboratorio GEPECS (Grupo de Estudios para la Europa de la Cultura
y la Solidaridad), Universidad Pars V

La integracin institucional de los jubilados se concibe de manera muy diferente segn los pases. Gracias a la experiencia de diversas estructuras de concertacin, se plantean 6 grandes cuestiones cuando se trata de elaborar la estructura de integracin institucional de los jubilados y de sus representantes.
Nivel de intervencin
El primer ngulo de anlisis remite al nivel de integracin y a su grado de
centralizacin. La integracin se puede planificar a diferentes escalas: del nivel
ms local hasta el nivel internacional pasando por el plano nacional. Es el caso,
por ejemplo, de los consejos econmicos y sociales presentes, a la vez, a escala
regional en Francia, pero tambin a escala nacional, europea e internacional
(Naciones Unidas). Los modos de organizacin en estos diferentes niveles pueden ser centralizados, coordinados o completamente independientes unos de
otros. Aunque todas las estructuras no son necesariamente transferibles a todos
los niveles, cuando lo son, a menudo se constatan problemas de coherencia, en
particular cuando la representacin de los jubilados es reconocida slo a ciertos
niveles y no a otros; destaquemos, por ejemplo, la ausencia de niveles locales
cuando se organizan comits nacionales.
Composicin y estructuracin
Las estructuras pueden ser monolticas, es decir, nicamente formadas por
organizaciones de jubilados, o mixtas (por integrar a otros partcipes del mundo
141

Institut Universitaire de Technologie (Instituto Universitario de Tecnologa) [N. del T.].

277

EL PODER GRIS?

gerontolgico). En este caso, pueden existir disensiones entre varios colegios al


separar las diferentes categoras de partcipes. El objetivo es el de mantener la
autonoma de estas categoras de partcipes englobndolas en una estructura
donde puedan encontrarse con otros colegas. Existen distinciones en ciertos
consejos entre las organizaciones de jubilados, los profesionales del sector
gerontolgico y los representantes del Estado y de los poderes pblicos. Cul
es, entonces, el peso respectivo de estos colegios? Y quin dirige la estructura?
Cul es el reparto de poder en el seno de estas estructuras?
Modo de designacin, formas de representatividad

278

Quin designa y cmo? Se plantean muchas preguntas al examinar el funcionamiento de diferentes estructuras en el mundo. La designacin de los
miembros es fruto de un nombramiento, de una eleccin o adopta otras formas?
Es discrecional o se basa en criterios formales y estables insertados en textos
legislativos o reglamentarios? Cul es el papel del poder poltico en estas designaciones? Hay un poder de cooptacin de los miembros de los consejos designados por las autoridades pblicas? Cules son los respectivos poderes de los
miembros designados por los poderes pblicos y los miembros elegidos por
cooptacin? En lo que respecta a la designacin de los representantes de los
jubilados en las instituciones, son elegidos directamente por los jubilados (para
estas elecciones, los jubilados forman, por consiguiente, un electorado aparte) o,
por el contrario, estos elegidos son designados por sufragio indirecto a travs de
las organizaciones de jubilados que los representan? Por el contrario, los jubilados estn incluidos en el seno de un electorado ms amplio que integra a otros
grupos sociales? Por ejemplo, se podra contemplar un voto de los beneficiarios de los sistemas sociales (trabajadores en activo y jubilados) para designar
directamente a sus representantes en el seno de organismos sociales como la
Seguridad Social?
Ciertas organizaciones consideradas como imprescindibles en el dilogo
con las autoridades pueden integrarse estatutariamente como miembros de
pleno derecho. En este caso, sobre qu criterios se fundamentan estas elecciones? Existen numerosas objeciones para integrar a las organizaciones de jubilados como miembros de pleno derecho. La cuestin sobre los criterios de designacin es siempre delicada y a menudo discutible; por otro lado, la designacin
de miembros de pleno derecho puede paralizar, en ciertas circunstancias, a las
representaciones institucionales. Sobre todo, cuando las organizaciones instaladas en su estatus institucional se niegan a integrar a nuevos agentes de la socie-

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

dad civil por conservadurismo o por la voluntad de proteger su situacin. Las


nuevas organizaciones suelen amenazar el monopolio o el oligopolio institucional de las grandes organizaciones ms establecidas. La designacin de organizaciones como miembros de pleno derecho presenta ventajas, ya que permite
asentar de forma permanente el anclaje institucional de las organizaciones y perpetuar sus relaciones de colaboracin o de oposicin con respecto a las instituciones responsables de la poltica en materia de vejez. Por otro lado, la institucionalizacin de las organizaciones que representan los intereses sociales las
protege de la arbitrariedad de una decisin poltica para su renovacin. Se ven
beneficiadas as de una cierta proteccin contra las tentativas de desposesin
por parte del poder poltico o por ciertos agentes sociales opuestos a ellas. Este
tipo de designacin puede garantizar, por tanto, un cierto pluralismo en la representacin de los jubilados, en ciertas condiciones particularmente relativas al
respeto de los criterios de representatividad de la diversidad de los agentes de la
sociedad civil.
La cuestin de la representatividad: Estos criterios son numerosos y diferentemente apropiados segn los pases y sus culturas polticas y sociales. Por lo
general, se impregnan de los fundamentos sobre los que estn construidos los
eslabones sociopolticos de las sociedades.
279
El primer criterio puede ser la importancia numrica de las organizaciones. El
nmero de miembros voluntarios es uno de los indicadores de referencia. A
veces, la evaluacin del peso de la organizacin tambin se completa mediante el
examen de su superficie. La extensin de su cobertura territorial es entonces un
criterio til. En ciertos casos, este factor es discriminante, ya que las organizaciones deben representar al conjunto de los jubilados del pas. Se trata de evitar un
fenmeno de representacin excesiva en las estructuras locales por parte de asociaciones muy implantadas en ciertas regiones y muy dbilmente representadas
en otras. Este modelo es, ms bien, el de las sociedades centralizadoras muy
estructuradas alrededor de la idea de una representacin nacional que trasciende
los particularismos locales y regionales. En otras sociedades ms descentralizadas, y fundadas sobre una construccin institucional a partir de las particularidades de sus diferentes componentes locales, este criterio, por el contrario, se integrar en la construccin de la representatividad. Se tomarn en cuenta, por ejemplo, las distinciones regionales o la pertenencia a grupos etnolingsticos.
Por otro lado, otros criterios de diferenciacin vinculados a los sistemas de
afiliacin de las organizaciones de jubilados, a agentes polticos o sociales tradicionales, tambin se utilizan habitualmente para legitimar la integracin institu-

EL PODER GRIS?

cional. Anotamos, en especial, la pertenencia religiosa, poltica o sindical. Es el


caso, entre otros, de Blgica y Suiza.
Las distinciones sociogeogrficas pueden tambin aparecer, sobre todo en la
diferenciacin entre los jubilados del mundo rural y los de las zonas urbanas.
La representatividad tambin implica, a menudo, el respeto de las diferentes
categoras de intereses materiales presentes, en especial cuando estn vinculados
a sistemas de pensiones a veces muy diversos (distincin entre sector privado y
pblico, entre sectores de actividad...).
Igualmente, en ciertas circunstancias se trata de integrar los diferentes tipos
de grupos de jubilados. Por ejemplo, debemos integrar nicamente a las asociaciones de defensa? Qu se hace con las asociaciones de utilidad social o con las
asociaciones recreativas de jubilados? Estos tipos de asociaciones deben ser
apartados de la representacin institucional?
Las organizaciones pueden ser integradas, por consiguiente, sobre la base de
criterios numerosos y complejos a la vez.
280

Pero no disponen siempre del monopolio de la representacin institucional.


Los representantes de los jubilados tambin pueden ser designados por el solo
hecho de ser jubilados, sin tener que pertenecer a una asociacin en particular.
Una vez ms, en este caso se plantea la cuestin del modo de designacin (nombramiento, eleccin) y nos remite a las tpicas preguntas sobre la representatividad, la competencia, los medios, la inscripcin en el tiempo y, por ltimo, el
peso real de esta representacin en el seno de las instituciones.
mbitos de competencia
Los mbitos que cubren los sistemas de representacin pueden implicar a la
totalidad o a parte de los dominios gerontolgicos. En ciertos casos, se trata nicamente de los dominios tradicionales de la poltica en materia de vejez; en esencia, las facetas relativas a la salud y la jubilacin. Pero en otras configuraciones
los jubilados estn igualmente integrados en comisiones ms alejadas de las
cuestiones de la vejez. La representacin de los jubilados pretende integrar el
fenmeno del envejecimiento, cuyos efectos se perciben, ms all de los dos
grandes ejes tradicionales, en todos los dominios perifricos, que implican,
sobre todo, el entorno vital y la calidad de vida (transporte, vivienda, ordenacin
urbana).

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Los poderes
La cuestin del poder de los jubilados implica, por lo menos, tres dimensiones:
NATURALEZA DEL PODER DE LAS ESTRUCTURAS

La naturaleza del poder es diferente dependiendo de que la representacin


de los jubilados se refiera a una estructura consultiva o decisoria. Se plantea la cuestin de su integracin en los sistemas de decisin y gestin. La
presencia de las organizaciones de jubilados en los Consejos de
Administracin de la Seguridad Social y de los organismos sociales plantea el problema de la representacin de los beneficiarios y de los que perciben subsidios en el seno de los rganos decisorios de estas estructuras.
REPARTO DE LOS PODERES ENTRE LOS DIFERENTES RGANOS DECISORIOS DEL CONSEJO

La representacin de una categora social, incluso en el seno de estructuras decisorias, no implica necesariamente un poder de accin, ya que las
decisiones se someten tambin al equilibrio de las fuerzas presentes. La
proporcin de jubilados en los rganos decisorios e, incluso, consultivos,
se convierte entonces en un desafo. Y cuando la estructura est dirigida
por un rgano ejecutivo, los representantes de estos grupos sociales 281
(jubilados, parados...) tienen alguna posibilidad de encontrar all su sitio y
de influir en el desarrollo de las decisiones o de las posiciones adoptadas
por la institucin? Cmo se reparte el poder entre la asamblea plenaria,
el Consejo de Administracin y el ejecutivo?
DELIMITACIN DE LAS COMPETENCIAS, MODALIDAD DE RECURSO Y ALCANCE DEL DICTAMEN

La institucin puede estar limitada en su radio de accin y en su capacidad


de abarcar problemticas consideradas como particularmente adecuadas por
las organizaciones, pero contradictorias con los intereses polticos o sociales
establecidos. Adems de la delimitacin legal de los mbitos de competencia
de la institucin, esta cuestin remite al derecho de recurso. Los miembros
de las instancias consultivas o decisorias disponen de un poder de autorrecurso o estn sometidos a la conminacin de sus autoridades competentes?
En que medida los jubilados, como individuos o a travs de sus organizaciones, disponen de un poder de recurso? La consulta es obligatoria? Una
vez recurrido, se trata de interesarse por la naturaleza del dictamen. Tiene
un alcance apremiante para los responsables pblicos (dictamen favorable
necesario, por ejemplo) o es solamente indicativo?

EL PODER GRIS?

Los medios
Los medios indican lgicamente el poder de que est dotada la institucin
para cumplir las misiones que le son encomendadas. Estos medios son privados, pblicos o mixtos? De qu grado de independencia financiera gozan estas
estructuras? Estos medios estn condicionados por los vaivenes de las voluntades polticas o privadas, o asentados de manera estable a largo plazo?
Permiten completar las tareas asignadas a la asamblea? A menudo, la voluntad
de integracin surge ms de un gesto poltico simblico que de una autntica
gestin intensiva, dotada de medios sustanciales para asegurar las necesidades
organizativas y logsticas, pero tambin la formacin de los representantes de los
intereses sociales, necesarios para el control de los debates y el desarrollo de una
verdadera capacidad de especializacin autnoma frente a las tecnoestructuras
profesionales, pblicas o del sector privado.

282

Aparte de su complejidad, la representacin institucional de los jubilados


depende de una verdadera ingeniera social que, por desgracia, suele faltarle a los
responsables pblicos. Sin embargo, la construccin del dilogo social entre los
jubilados y los responsables polticos implica una construccin slida de plataformas institucionales. Apostamos que la revisin del Plan de Accin Mundial
sobre el Envejecimiento sabr estructurar la especializacin favoreciendo los
intercambios de experiencias.

4. PERSPECTIVA

El papel del anciano en el espacio pblico:


una suma de paradojas
BERNADETTE PUIJALON, JACQUELINE TRINCAZ
Antroplogas, profesoras-Universidad Pars 12

La vejez es tanto un fenmeno cultural como un hecho natural, sujeto a una


infinidad de variables personales. Se basa en una realidad que comprende elementos de orden biolgico, demogrfico y poltico, pero se basa tambin en la
imagen que genera cada sociedad. La nuestra consigui la proeza de transformar
en un problema la victoria conseguida sobre la adversidad que representa el
aumento de la esperanza de vida: nos preocupamos por el coste de la jubilacin,
por la atencin de la dependencia, por el acompaamiento en el final de la vida. 285
Las dudas que se plantean se inscriben en el campo econmico, mientras que el
principal desafo es el cultural: qu lugar reservamos para la tercera edad? Si,
para profundizar en esta cuestin, ponemos en perspectiva el ayer y el hoy, de
inmediato aparece una paradoja: los ancianos se ven sometidos a una conminacin contradictoria: saber seguir activos, a la vez que se retiran.
La historia muestra que, en funcin de sus valores y con arreglo al modelo
de hombre ideal que se crea, cada sociedad modela una representacin ms o
menos positiva de la vejez. Ciertas culturas hacen de esta edad el perodo de la
sabidura que sita al ser en un proceso de crecimiento permanente, donde el
individuo que envejece acumula cualidades y experiencias. La vejez, en estas
sociedades, aparece como la ltima etapa de una ascensin hacia la plenitud del
saber y del poder. Los ancianos tienen un papel en la sociedad reconocido a
todos los niveles: educativos, polticos y judiciales.
La cuestin ser anciano, es ser sabio? ya se encuentra en el Antiguo
Testamento. Si los Patriarcas, de longevidad sorprendente (como la de Matusaln, que vivi 969 aos), son los elegidos de Dios, los guas marcados con el
sello de la sabidura, a lo largo de la narracin bblica, entre mito e historia, esta

EL PODER GRIS?

imagen se transforma. La disminucin de la esperanza de vida, tal como se


manifiesta, poco a poco, en las Escrituras, la prdida del poder poltico y judicial de los Ancianos, en una sociedad que se vuelve ms compleja, marca una
desacralizacin del anciano. La imagen de la vejez cambia de sentido. Ya no es
ms una bendicin divina, sinnimo de sabidura, como aparece en el libro de
Job: los aos no dan sabidura, ni la edad capacidad de discernir (Job 32, 9142).
Los malvados viven tanto tiempo como los buenos, al igual que un joven puede
ser sabio, un viejo puede ser necio. El viejo Job, en su miseria, echa de menos
su juventud: ahora, en cambio, se ren de m personas ms jvenes que yo (Job
30, 1)143.
Sin embargo, la imagen de una vejez-sabidura reaparecer de manera episdica a lo largo de la historia, donde alternan los perodos dominados por los
ms ancianos con los perodos en los que el poder est en manos de los ms
jvenes.

286

Cuando el Derecho reposa sobre las palabras o sobre las costumbres y valora
el conocimiento y la experiencia, se tiende a idealizar ms a los ancianos, a hacer
de ellos modelos de virtud. Poseedores del saber y del poder en sistemas de tipo
gerontocrticos, los ancianos sern presentados, como sobre los capiteles del
Palacio de los Dux en Venecia, como hombres de ley, de ciencia y de estudios.
As, algunos perodos sern ms favorables a la vejez. En la Edad Media se
instauraron Consejos de Ancianos; los filsofos del Siglo de las Luces reconocieron nobleza y virtud en el anciano; algunos escritores, como La Fontaine, se
rinden a su experiencia; Vctor Hugo exaltar esta edad... Pero esta imagen idealizada nunca ser completamente dominante, siempre susceptible de ser cuestionada por otras mucho menos positivas.
La vejez no puede ser encerrada en ninguna definicin satisfactoria.
Idealizada por unos, o denostada por otros, a veces en el mismo perodo histrico, est hecha de imgenes multiformes y esta ambivalencia, que constituye la
herencia ambigua del pensamiento occidental, va a contribuir a considerar papeles muy diversos, incluso opuestos, para los ms ancianos entre el retiro y la
implicacin en la actividad.
142

La cita del original (Job 32, 1-9) es errnea; la traduccin del versculo se ha tomado de la Biblia de Jerusaln, 9
ed., 2000 [N. del T.].
143
La cita del original (Job 29/30) es errnea; la traduccin del versculo se ha tomado de la Biblia de Jerusaln, 9 ed.,
2000 [N. del T.].

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

Permanecer activo...
Los filsofos de la Antigedad, analizando su propio envejecimiento, se plantean la cuestin del sentido que hay que dar a la vejez. Cmo vivir mejor esta
ltima etapa de la vida?
Son numerosos los que ven en la filosofa una finalidad para la edad avanzada. Para Epicuro, como para Sneca, la vejez debe pasarse meditando sobre los
filsofos, estudiando y trabajando as para la posteridad.
Otros piensan en ejercer ellos mismos el poder, como Platn, que idealiza
esta edad. En La Repblica elogia el poder gerontocrtico: los ancianos, liberados
de las pasiones por el debilitamiento de los sentidos, capaces, por tanto, de
entregarse a la virtud y a los placeres del espritu, deben mandar, administrar
justicia, dar ejemplo a los jvenes. Plutarco desarrollar un pensamiento similar,
pero pide a los ancianos que no manifiesten avidez en el ejercicio del poder, que
no busquen acumular las cargas.
Cicern, retomando a Platn, tambin hace en De Senectute la apologa de la
vejez. El anciano, aunque ya no posee la fuerza fsica del joven, debe saber permanecer laborioso, emprender nuevos estudios, ensear, persistir joven en su 287
corazn. Los placeres son para l los del espritu, no los de los sentidos. Vivir
en el campo le proporciona la satisfaccin de ver la naturaleza actuando y le permite alimentarse de la abundancia de las cosechas. Pero no todos pueden disfrutar de una hermosa vejez. Una vida virtuosa puede conducir a ello, y cada uno
tiene el deber de luchar contra la vejez: hacer ejercicio con moderacin, tener
una alimentacin sana, evitar los festines, el vino... El anciano tiene por horizonte la sabidura.
El siglo XVI tiene una concepcin radicalmente diferente del papel que hay
que otorgar a los ancianos. Montaigne, rompiendo con la beatera de la Edad
Media e, incluso, con la Antigedad, piensa que hay que aprovechar al mximo
esta ltima etapa de la vida, no para continuar aprendiendo (en oposicin a
Cicern, sostiene que Catn fue un tonto por aprender griego en su extrema
vejez) ni para lanzarse a empresas diversas, sino para divertirse. El anciano distrae el espritu asistiendo a espectculos o viajando a regiones lejanas y no debe
temer morir durante el viaje, lejos de su casa, porque es ms fcil morir a caballo que en la cama rodeado de sus amigos.
En el Siglo de las Luces se le asign a menudo al anciano un papel educativo, pedaggico. Para Voltaire, como para Diderot, a la vejez se le deben aso-

EL PODER GRIS?

ciar la sabidura, la experiencia, la paz interior, el conocimiento y la capacidad


de transmitirlo. Junto a los sabios ancianos es donde los jvenes pueden
aprender.
Han cambiado tanto los deberes atribuidos a los ms viejos a lo largo de los
siglos? A algunos de ellos se les valora especialmente, pero las palabras no son
las mismas. El papel de educacin y consejo se integr de esta forma en un conjunto ms amplio: la actividad social. Los ancianos deben permanecer como
actores de la vida econmica, pero sin competir con los trabajadores en activo.
Ante todo, deben dar pruebas de generosidad. La inmensa mayora de las obras
que aconsejan vivir bien la jubilacin lo dicen: [la persona de edad avanzada] es
generosa. Es til para otros, participa intensamente en la vida que le rodea (S.
Mayence y col 1977, Nathan).

288

Por consiguiente, los mayores deben poner sus facultades al servicio de la


comunidad: Gracias a la solidaridad, la disponibilidad y la generosidad de los
jubilados de maana, que vivieron la expansin y el dinamismo de los Gloriosos
Treinta, se podrn resolver muchos problemas sociales o familiares, anuncia
Jacques Delas en La Gua de la jubilacin (J. Delas, 1997, Pars, Edition du Rocher).
Su papel privilegiado sigue siendo, por supuesto, el de abuelos. Dinmicos y disponibles, se cuenta con ellos para constituir un elemento de estabilidad en un
mundo donde las familias estallan y se recomponen.
Fuera del marco familiar, los mayores tienen el problema de decidir si quieren ser tiles: trabajar en la accin humanitaria, en Francia o en el extranjero,
realizar labores de apoyo escolar, ayudar a los jvenes parados a redactar un
currculum vit y a encontrar empleo... Hoy en da, del 7 al 8% de ellos se comprometen con estas actividades. Presagian que el jubilado de maana tome el
papel del padrino que permite a otros aprovechar su experiencia?
Un sondeo de SOFRES, realizado en 1992 con personas mayores de dieciocho aos, muestra que las funciones que se ven ejercer a los jubilados son el
voluntariado (45%), la solidaridad familiar (43%), la vida municipal y asociativa
(30%) y la atencin de las personas mayores dependientes (26%).
Entre los papeles tradicionales que se les reconoce a los ancianos, estn las
responsabilidades en la vida pblica. Las tres cuartas partes de los alcaldes de
Francia tienen ms de cincuenta aos y la media de edad de los concejales es de
cincuenta y ocho aos. El estatus de jubilado otorga una disponibilidad muy
apreciada, aunque suscita el temor de un poder gerontocrtico, fuente de

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

inmovilismo y conservadurismo. La edad de la banda de los cuarentones apareci como garanta de dinamismo y renovacin, pero en los puestos ms elevados del Estado, a pesar de las observaciones irnicas recurrentes sobre el
Senado, los dirigentes sobrepasaron con mucha frecuencia la edad legal de la
jubilacin, lo que es reconocido y aceptado.
Los ancianos, seran de nuevo modelos de virtud y sabidura? Es precisamente la idea de sabidura la que se retoma y explota en los Consejos de
Ancianos que se implantan a escala municipal; para justificarse, stos mismos
subrayan la importancia de la experiencia, del sentido comn y de la sabidura,
considerados propios de los ms ancianos.
Para ilustrar estos nobles sentimientos que parecen haber abandonado los
ms jvenes: coraje, optimismo, altruismo, generosidad, las dramatizaciones o
las comedias realizadas para la televisin recurren a la figura del anciano, porque
encarna unos valores ms serenos que los dems personajes, que son presa de
crisis ms agudas (D. Destouches y L. Delmas, Notre Temps n 301, enero de
1995). Por tanto, los ancianos han de amoldarse a una imagen idealizada...
La actividad social viene a completar el estudio. El precepto socrtico
dejar de aprender es comenzar a envejecer vuelve a estar de actualidad. Habra 289
hoy cien mil personas que frecuentan las cuarenta universidades intergeneracionales, creadas desde la dcada de 1970. Las conferencias y los talleres que organizan son eclcticos filosofa, historia del arte, idiomas, caligrafa, egiptologa... y pueden satisfacer todos los gustos. Renen a estudiantes entusiastas
con motivaciones diversas: algunos quieren satisfacer una curiosidad intelectual,
otros realizarse en temas abandonados, otros, incluso, hacer nuevas relaciones.
Para los que no pueden acceder les quedan la lectura, las exposiciones o los
cursos por correspondencia. Reconstituir su genealoga familiar, actividad de
moda, aparece, adems, como una bsqueda til para sus hijos y nietos, al permitirles reencontrar una pertenencia a un linaje.
Retirndose...
Sneca desprecia a los que se lanzan a los negocios, los que se preparan para
vivir cuando ya son viejos, y pide a los ancianos que renuncien a los placeres
de la juventud.
En oposicin a los que detentan la gerontocracia, que quieren devolver el
poder a los ancianos, Aristteles considera que la sabidura necesita el dominio

EL PODER GRIS?

pleno de los medios fsicos y que el gobierno debe ser confiado a hombres jvenes y robustos. El anciano, del que hace un retrato repulsivo (para l, la experiencia lleva a la desconfianza, a la mezquindad, al egosmo, a la avaricia, a las
lamentaciones), ser confinado a las funciones sacerdotales.
Tambin contemplan la oracin como tarea de los viejos, desde los primeros
siglos de nuestra era, algunos Padres de la Iglesia como Juan Crisstomo, considerando que la edad debilita las pasiones, ve en la vejez un momento muy
oportuno para purificar el alma. Pero san Agustn piensa que la lucha sigue siendo difcil, que el anciano, siempre asaltado por el deseo y la concupiscencia, tiene
el deber de no ceder a la tentacin, de no dejarse arrastrar hacia el pecado.
Vergenza de las mujeres que, para seducir, ocultan los estragos de la edad tras
el maquillaje! Haran mejor en pensar en el momento muy prximo de encontrarse con el Seor! Segn san Bernardo, el anciano respetable se prepara para
la muerte y est a punto de comparecer frente al temible tribunal de
Jesucristo. Retirarse al convento, para la nobleza que envejece, es ya una entrada en la eternidad. Slo la oracin da sentido a la vejez.

290

En el siglo XVII, la vejez vuelve a aparecer como la etapa del arrepentimiento, de la meditacin, de la preparacin para el ms all. Se aconseja retirarse del
mundo; el lugar del anciano est en el estudio y la piedad.
En cuanto a Erasmo, para el que nada es ms detestable que la vejez, ve en
la locura un remedio eficaz para no sufrir las desgracias que ocasiona la edad
avanzada. Volver a la infancia le parece el destino ms deseable.
Peridicamente, a lo largo de la historia, encontramos una crtica exacerbada
del anciano que quiere vivir como los jvenes. Es inexcusable. Durante toda la
Edad Media, se le pide hacer honor a las canas que Dios puso en su frente
como una diadema. Si quiere ser respetado por su edad, que merezca ese respeto! De forma general, los hombres de Iglesia o los escritores recomiendan
adoptar a esta edad una actitud sabia, digna y discreta, no caer en el ridculo rindose mucho, bailando, llevando ropas demasiado extravagantes reservadas a los
jvenes o entregndose a pasiones que se convierten entonces en vicios. Al final
de la Edad Media, se les pide, adems, a los ancianos que sean tolerantes con los
jvenes, que no les odien ni calumnien, lo que refleja bastante claramente los
conflictos que existen entre las generaciones.
Al trmino del siglo XVII, el irlands Swift da recomendaciones, en diecisis
prohibiciones, para que los mayores no se conviertan en una molestia para su

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

entorno: no frecuentar a los jvenes a menos que estos lo deseen, no repetir sin
cesar la misma historia, no hablar demasiado...
Del mismo modo, en el siglo XIX se editan listas de deberes y de prohibiciones para el anciano, tendiendo a hacerle poco molesto y a que se esfuerce por
aprender a vivir solo...
Respecto a los deberes enunciados a lo largo de los siglos, la ambigedad desempea su papel. Filosofar, meditar, estudiar, retirarse, viajar, no imitar o no
molestar a los jvenes... otras tantas recomendaciones, ciertamente muy diferentes, pero todas parecen tener como objetivo marginar al anciano, alejado de
otras generaciones. Por el contrario, se le pudo conceder un papel relevante en
el mbito poltico, educativo o moral.
En la imaginera social contempornea permanecen profundamente impregnados todos estos papeles que se inscriben en el registro del retiro.
Por un lado, se les dice a ciudadanos en plena forma que, aunque no tienen
cara de jubilados, deben retirarse del mundo del trabajo. Por otro lado, se anima,
se exhorta, se empuja a la gente a cultivar su cuerpo, a fortalecer su salud, a
mejorar su silueta, con el fin de parecer ms jvenes de lo que son. En el traba- 291
jo, le echan diez aos ms, pero, delante de su espejo, usted tiene diez aos
menos: veinte aos de diferencia. Este artculo de Notre Temps, de junio de
1993, muestra claramente la situacin ambivalente que conlleva el hecho de retirarse del mundo del trabajo.
Ahora bien, el retiro tambin adopta la forma de lmites de edad en los ms
diversos mbitos. Considerando que los reflejos disminuyen a lo largo de los aos
y que, cuando se es viejo, se asimilan demasiado lentamente las nuevas disposiciones del cdigo de la circulacin, Suiza, en 1998, propuso a millares de conductores de edad superior a los 70 aos que se prestaran voluntariamente a una prueba que permita determinar si seguan siendo aptos para conducir. Al 5% de los
voluntarios se le propuso realizar prcticas de revisin. Si se hubiera invitado al
conjunto de los conductores cualquiera que fuera su edad a prestarse a esta
prueba, habran sido slo los conductores de edad avanzada los que provocaron
ms accidentes y el porcentaje del 5% habra sido inferior?
El retiro tambin es siempre consecuencia de la invitacin a no imitar ni
molestar a los jvenes. Desde la dcada de 1960, varias obras para vivir bien
la vejez invitan a los ms viejos a la renuncia y a la abnegacin, como estos
diez mandamientos de la vejez (citado en A. Champigny, Grontologie 72, 8

EL PODER GRIS?

de septiembre de 1972, p. 36.) de los que se muestran aqu algunos extractos:


Habla lo menos posible de tus dolencias y de tus problemas de salud. No seran de inters para los dems.
Ve a ver a tus amigos, pero no demasiado a menudo, y no te quedes all demasiado tiempo
por miedo de cansarlos.
Si vives con tus hijos y reciben a unos amigos para cenar, pon la excusa de que se te cierran
los ojos para retirarte temprano. La conversacin que seguir a esta retirada ser ms
entretenida y animada.
No seas una carga para tus allegados (y si lo eres, lo menos posible). Un viejo debe saber
desenvolverse solo.
Aprende a apreciar, a amar, a aprovechar la soledad. Mejor amar aquello a lo que se
est condenado.
Intersate por tus vecinos y por la gente con la que tienes relaciones. Si no hay que esperar nada de los otros, en cambio hay que ayudarles tanto como sea posible, sin esperar reconocimiento ni agradecimiento. La sensacin de ser til es lo nico que cuenta.
292

El anciano es aceptable si vive retirado, discreto, invisible. Su presencia impide a los otros realizarse y expresar su alegra.
Recientemente se aconsejaba a los visitantes voluntarios de hospitales de una
asociacin benfica que no prosiguieran su actividad ms all de los 72 aos. Se
considera que, a partir de esta edad, contribuyen a deprimir a los enfermos? En
las asociaciones de jubilados, incluso, se le suele pedir al presidente que dimita
cuando alcanza una edad que se juzga demasiado avanzada para cumplir su funcin.
Estigmatizando a los nuevos viejos que slo suean con su propio placer,
el periodista Christian Combaz propone volver a la tradicin. El papel del
anciano es ser paciente y contentarse con trabajos modestos (bricolaje, hacer
punto...). Liberado de pasiones, debe esperar serenamente a la muerte. La nica
actitud digna de este nombre frente a la decrepitud es la que se adopta en una
sala de espera, cuando no se tiene el nimo de leer una revista. Consiste en mirar
al frente con calma (Combaz C [1987], loge de l'ge dans un monde jeune et bronz, Pars, Laffont, p. 17).
De modo ms radical, se dice a veces que el suicidio sera la mejor solucin
para los que acumulan achaques a una edad avanzada: s bien lo que hara si
estuviera en su lugar o, ms explcitamente, ms vale morir que vivir as, sobre

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

todo a su edad. Programar su muerte, como hizo Paul Lafargue, que se suicid, en perfecto estado de salud, el da que cumpla 70 aos, se contempla como
un acto deseable, para evitar lo que comnmente se denomina el declinar de
la vejez. Ya Plinio el Joven vea en el suicidio un remedio eficaz contra la vejez
que le pareca aportar ms tormentos que prestigio o sabidura. El mismo
Scrates, en su lecho de muerte, no reconoci que la muerte vena a liberarlo
de las invalideces de la edad? Para el anciano, se piensa hoy en da, el suicidio no
sera la renuncia a la vida, sino a una pequea porcin de existencia. El sacrificio sera ligero. Se ignora la idea defendida por Janklvitch, que, al envejecer,
recordaba que la plenitud afirmativa del eterno presente y la posibilidad de la
experiencia vivida no son menores en el caso del anciano que en el caso del
joven.
Nuevas perspectivas
Ms all de la actualizacin de los papeles tradicionales, la crisis econmica
de los ltimos veinte aos ha suscitado otros anhelos. Percibidas mayoritariamente como un grupo favorecido en el plano econmico, las personas mayores
tienen el papel de participar en la lucha contra la crisis de diversos modos. Los
manuales de mrketing lo repiten continuamente: los mayores, tomados en su 293
totalidad, disfrutan de las rentas ms altas. Dado que su nivel de vida supera en
un 5% al de la poblacin global (1.568 millardos de francos, es decir el 43% de
la renta de los hogares franceses antes de impuestos, han sido percibidos por
personas de ms de 50 aos en 1994; estas ltimas tambin poseen la mitad del
patrimonio neto de estos hogares, lo que representa cerca de 8.812 millardos de
francos), se les incita a consumir en mbitos tan diversos como la alimentacin,
la salud, la higiene, el automvil, los viajes, los productos financieros y los seguros. (Como ejemplo, el 80% de ellos compran un coche nuevo, frente al 42% de
otras franjas de edad).
Bajo el efecto combinado de la mejora del estado de salud y del aumento de
las rentas de los jubilados, el modelo de la vieja dama indigna ha ganado terreno desde la dcada de 1960. Los profesionales del ocio han comprendido el inters de dirigirse a esta franja de edad. Viajar y sacar provecho de estas vacaciones
de 365 das al ao se ha convertido en un imperativo (segn ciertas agencias de
viajes, los jubilados representan al 50% de los turistas; de abril de 1994 a mayo
de 1995, las personas de 65 y ms aos compraron el 25% de las noches de hotel
en Francia y el 24% en el extranjero, segn una encuesta de SOFRES). Las
mejores temporadas para hacerlo son la primavera y el otoo, y en estos pero-

EL PODER GRIS?

dos fuera de las vacaciones escolares es cuando las agencias de viajes aplican sus
rebajas. La segregacin de las edades es tambin consecuencia de los profesionales del turismo y de su preocupacin por la rentabilidad. La pelcula de
Giuseppe Tornatore Estn todos bien lo ilustra de modo ejemplar. Un grupo de
jubilados en un viaje organizado entre ellos, Michle Morgan se encuentra
solo en una playa de la Riviera, mientras que, bajo una lluvia torrencial, una grabacin les presenta la regin como el pas del cielo azul y del sol perpetuo... A
los que tienen menos medios financieros se les lleva a centros de ocio, donde se
dedican al scrabble, a las cartas o a la petanca: sobre todo, no hay que caer en esta
categora estigmatizante que los consultores de mrketing definen como la de
los jubilados depresivos o ensimismados. Para ello es necesario disponer, en
el mejor de los casos, de ese materia preciosa: el tiempo. El saln de los jubilados, Tempo allegro 144, organizado en 1998, era, precisamente, El saln de los
que hacen muchas cosas, salvo su edad.

294

Cmo mimar y desplumar a estos clientes de cabellos grises sin decirles


que son viejos?, se pregunta Le Nouvel Observateur en una encuesta con un ttulo explcito: Envejezca, nosotros haremos el resto (16 a 22 de junio de 1994).
Buscando nuevos nichos de potenciales compradores, el director de los laboratorios de ensayos de la FNAC sugiere que los operadores de telefona mvil se
interesen por los ancianos: De aqu a poco tiempo, podemos imaginar ofertas
especficas para las personas mayores de un telfono con una sola tecla para llamar a su mdico (Le Parisien, 28 de mayo de 1999, p. 10). Cundo somos viejos, a quin ms podramos llamar?
Ya en la dcada de 1960, podamos leer de la pluma del escritor ingls
Michael Frayn: Tome la edad de la cincuentena... Hay mucho dinero ah!
Bueno, vendales coches deportivos, aparatos para deportes violentos, botas de
vaquero, equipos pensados para jvenes... A esa edad es cuando la gente tiene
dinero para todo esto.
Hoy en da, la publicidad para pagar de antemano los gastos de las exequias
se basa en la previsin y generosidad de quienes quieren evitar a su descendencia la preocupacin material y financiera de organizar sus funerales. Por otra
parte, desde el punto de vista financiero, los jubilados tienen ahora obligaciones
con respecto a las jvenes generaciones.
144

Tiempo alegre, en italiano en el original [N. del T.]

TOMO I: PODER

INFLUENCIA POLTICA

El economista Christian Saint-tienne seala que la generacin comprendida entre los 20 y los 45 aos, al contrario de pocas pasadas (en que la reducida
esperanza de vida permita heredar siendo an joven), ahora debe esperar a la
jubilacin para cobrar su herencia. No se puede esperar ayuda por este lado,
escribe (C. Saint-tienne, obra citada). Ciertamente, pero son numerosos los
padres de edad avanzada que benefician con sus bienes a las generaciones
siguientes, echando una mano en materia econmica: ayuda en los estudios,
compra de un apartamento, de un coche... Un estudio realizado en 1995 por la
Caja Nacional de Seguros de la Vejez (CNAV) (Cf Attias-Donfut C. y Rozenkier
A. (1995), Les solidarits entre gnrations, Vieillesse, familles, tat. Nathan.) muestra
que las ayudas pblicas pensin, seguro de enfermedad benefician a los jvenes. Incluso cuando sus rentas son bajas, las personas mayores emprenden una
descapitalizacin en favor de sus descendientes, un adelanto de la herencia. Los
medios de comunicacin, los notarios o los bancos les recomiendan encarecidamente que transfieran el dinero a los jvenes, ya que ellos no practicarn la poltica del calcetn.
Si los papeles precedentes se orientan, ms bien, a la categora de los jubilados jvenes, los de ms edad estn considerados desde los ltimos diez aos 295
como una fuente interesante de generacin de empleo. Se habla cada vez ms
del yacimiento de la cuarta edad como de un filn que hay que explotar.
Cuando se vuelven dependientes, los ancianos necesitan a los jvenes para realizar los actos de la vida cotidiana y este trabajo, semejante al de las mujeres en
el hogar y que, por tanto, no parece que necesite aptitudes particulares, parece
hecho a medida para las personas no cualificadas que buscan trabajo. Basta
confrontar dos sectores en dificultades para que dos problemas encuentren su
solucin: el paro y la dependencia. En el marco de contratacin de jvenes,
hubo un enjambre de nuevos oficios lector, agente de sociabilidad, recuperador de memoria... orientados a los de ms edad. A ellos les toca responder a
esta oferta.
Adems de esta expectativa econmica, se pide a los mayores que conserven
al mximo los atributos de la juventud. Los ancianos se enfrentan a las imposiciones del culto de los valores juveniles (jeunisme), tras los cuales se disimula la
cuestin del reparto del poder entre generaciones: Sitio para los jvenes se
entiende como una conminacin a permanecer joven si no se quiere ser marginado de la sociedad.

EL PODER GRIS?

Bibliografa
ATTIAS-DONFUT, C.; ROZENKIER, A. (1995): Les solidarits entre gnrations, Vieillesse, familles, Etat.
Pars, Nathan.
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DELAS, J. (1997): Le guide de la retraite, Editions du Rocher.
GUTTON, J.P. (1988): La naissance du vieillard, Pars, Aubier.
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147 julio-septiembre, p. 167-190.
296

Los Cuadernos de la FIAPA: El poder gris? Tomo 1: Poder e influencia poltica


MINISTERIO
DE TRABAJO
Y ASUNTOS SOCIALES

SECRETARIA DE ESTADO
DE SERVICIOS SOCIALES,
FAMILIAS Y DISCAPACIDAD

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El poder gris?
Tomo I: Poder
e Influencia Poltica

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