Pausa para El Café - D. F. Jones
Pausa para El Café - D. F. Jones
Pausa para El Café - D. F. Jones
D. F. Jones
constituye el elemento constante. Quiz fue un vestigio del cloro aadido para
purificar el lquido, o algn elemento natural presente en las aguas de la ciudad
neoyorquina. Sea como fuere, lo cierto es que esa extraa sustancia se enamor
del componente del insecticida, ya probablemente modificado en el grano de caf,
y origin una satisfactoria y complicada combinacin con l. Posteriormente, un
qumico de renombre alcanz nuevo prestigio al construir un modelo de la
molcula de dicho compuesto. E incluso corrieron rumores acerca de un museo
que trat de comprar el modelo alegando que ste era un ejemplo cabal del arte
moderno; pero tales sospechas resultaron totalmente infundadas.
En la Asamblea General la maana haba transcurrido normalmente. Los
delegados y jefes de misin, que representaban a una buena parte de los
habitantes de la Tierra, acababan de pasar la primera hora de sesiones mirndose
unos a otros con mayor grado de hostilidad, mientras aguardaban
esperanzadamente poder captar algunas palabras interesantes. Un delegado se
olvid de poner mala cara al representante israelita, pero esto fue pura casualidad.
Un britnico se las arregl para mostrar una expresin discretamente insultante
ante una mirada inquisitiva de un representante del Mercado Comn Europeo. Y
es que Gran Bretaa podr ser tan slo una sombra de lo que era, pero Savile
Row an sigue siendo Savile Row...
Cierto antiptico delegado ocupaba la tribuna desde que comenzara la sesin
de la maana, y por centsima vez insista en el mismo punto de vista. Pocos
eran, por lo tanto, quienes se molestaban en pasar los auriculares de traduccin
simultnea. Se echaban discretas ojeadas a los relojes, se dibujaban garabatos,
se intercambiaban confidencias. Un delegado pareca estar ensimismado en el
clculo de sus impuestos.
El orador prosigui valerosamente, persuadido sin duda del hecho que no iba a
convencer a nadie, pero animado con el pensamiento que su discurso sera al
menos bien acogido por la Prensa de su pas, hecho de suma importancia desde
el punto de vista poltico para el gobierno del cual era el representante. Declar
con firmeza, neg rotundamente y reiter, siendo sobre todo evidente lo de
la reiteracin. Entre un concierto de bostezos mal disimulados, el orador lleg al
momento culminante de su perorata y golpe con el puo el pupitre, pues el suyo
era un pas pequeo y los delegados suelen ser muy puntillosos en lo que
concierne a sus derechos y privilegios. Por fin lleg al trmino de su discurso o
prueba de resistencia, segn se mire.
El presidente suspir ligeramente, mir sin necesidad al reloj, y tras hacer un
gesto de asentimiento resolvi aplazar la reunin. Con celeridad disimulada, pero
muchas veces puesta en prctica, los delegados se dirigieron hacia la cafetera.
Slo el representante que batallaba con el tema de los impuestos se haba
retrasado. Pero hay que tener en cuenta que era el nico realmente ocupado.
Cuando se reanud la sesin no se apreci un cambio inmediato en el
ambiente, si bien algn observador perspicaz habra advertido un clima general de
inusual camaradera. Slo quince minutos ms tarde, cuando otro orador rebata
Aqu dirigi una significativa mirada al irascible delegado. Luego exclam con
repentina vehemencia:
El tiempo no est de nuestra parte!
Nadie pareci dispuesto a llevarle la contraria en este aspecto.
Veamos, entonces aadi. Empecemos por un asunto sencillo que nos
viene incomodando desde hace mucho tiempo. Se trata de esa infortunada disputa
fronteriza entre Nueva Groglie y Elingilanda.
Frenticos vtores acogieron la resolucin. Ni siquiera el que no haba tomado
caf pudo oponer reparos al comentario. Aquel caso nunca haba figurado entre
los diez principales. Ninguno de los dos pases litigantes tena el podero o el
ascendiente necesario como para que el caso que los enfrentaba llegase a
desembocar en una crisis general. Ni el Este ni el Oeste tenan inters alguno en
la zona, por lo que dejaban que el problema se resolviese por s solo. Mientras los
interesados se ocuparan de sus asuntos, menos probabilidades de crear un
conflicto que afectara a las grandes potencias.
Ambos pases reclamaban una franja de terreno asolada por un horrendo clima.
Sus habitantes, vctimas del subdesarrollo, padecan el hambre, la miseria y la
desesperanza. Esta tristeza se agrav cuando advirtieron la repentina llegada de
unos camiones con soldados de los pases vecinos, tropas que para las gentes
locales resultaban muy elegantes con sus uniformes de tercera mano. Algunos
jefes de aquellas bizarras huestes explicaron a los nativos con inusitado ardor, que
su futuro dependa de X. Otros trataban de convencerlos del hecho que la nica
solucin para ellos era X. Pero en realidad nada de esto preocupaba a los
pobres nativos de la zona en conflicto. El verdadero problema para ellos era la
comida y la ropa. Hubo algunas escaramuzas entre los bandos rivales, y al
principio los nativos encontraron interesante la accin, pero luego se
desilusionaron al ver que ninguno de los bandos sufra muchas bajas. Al final
quienes sufrieron bajas fueron ellos, los propios nativos. Una serie de rfagas de
ametralladora en una aldea que poda estar ocupada por el enemigo resulta
mucho menos peligroso que disparar contra un enemigo que est armado.
Los nativos tambin descubrieron que sus libertadores esperaban gratitud y
toda clase de ayuda de ellos. Aquellas atrasadas gentes, que vivan prcticamente
en el Medioevo, se acostumbraron rpidamente al mecanismo de las requisas, de
los reglamentos, de la toma de rehenes y otros brillantes ejemplos de la era de
plstico. Tuvieron, asimismo, que ver cmo derruan sus mseros hogares, y
cuando las tropas se retiraron, ebrias de victoria inevitablemente triunfaron
ambos bandos, tuvieron que dedicarse a enterrar a sus muertos y a reparar sus
chozas.
Claro est que haba un hecho ms esperanzador. Los libertadores no se
presentaron con las manos vacas. Sin embargo, los nativos no encontraron muy
satisfactorios sus obsequios. La mayor parte de las banderas eran de papel, y si
bien los retratos de los respectivos jefes de estado resultaban interesantes, en
cambio los panfletos no tenan utilidad alguna, puesto que nadie all saba leer, y
siendo gentes de corto alcance no se les ocurri destinar a ningn otro uso
aquellos papeles.
tomar caf, y tambin lo tomaron algunos que no lo haban hecho por la maana.
El saln-comedor estaba abarrotado de comensales. Cierto nmero haba
proyectado comer en la ciudad, pero se quedaron por hallarse demasiado
interesados. Se escuchaban conversaciones realmente increbles.
El problema de Cachemira no es tal problema... Pronto solucionaremos eso,
lo mismo que el conflicto de...
No hay duda del hecho que su gobierno es tan retorcido como un
sacacorchos, pero ofreceremos lo que est en nuestras manos para llegar a un
acuerdo...
En efecto, supone una necedad el que nos perjudiquemos as, compitiendo
en la carrera espacial. Por lo tanto, si hacemos un programa conjunto...
La ONU podra administrar el canal, siempre que nos ofreciesen una parte
razonable de los beneficios. Es algo que resulta lgico...
La claridad no quedaba limitada a la weltpolitik, y as se oa tambin decir:
Mi mujer es una persona imposible... Bueno, en realidad yo tambin lo soy.
Por desgracia, aqul no era el comienzo de la Edad del Hombre Razonable,
sino tan slo un da de paz. La sesin de la tarde qued limitada a unas
conversaciones directas y al arreglo de problemas secundarios, pero
insoslayables. Se acord tcitamente que todos aquellos asuntos que pudieran ser
resueltos rpidamente con un oportuno estudio, se incluyeran primeramente en el
plan de trabajo de la Asamblea. Los delegados estaban al corriente del diluvio de
telegramas que llegaban de todas partes, y cuyo contenido iba desde el fulminante
despido de cargo, hasta una colrica peticin de explicaciones. El tiempo
apremiaba, y a pesar de todo, los representantes se mostraban confiados en que
podran convencer a sus gobiernos acerca de la justicia de las decisiones que
haban tomado. Por otra parte, sus consejeros chillaban como una bandada de
pjaros, pero aquello no era ninguna novedad.
Haba cierta base para aquel optimismo, pues incluso muchos que no tomaron
caf se plegaron a la tendencia general como si aquello fuese una especie de
infeccin. Evidentemente, era una gran idea el enviar vehculos espaciales para
investigar las propiedades fsicas de Jpiter; pero, por qu hacerlo tantas veces y
a un costo tan enorme, cuando dos terceras partes de la poblacin mundial se
hallaba sin alimentos, y tanta gente mora de hambre? Era como el cuento del
traje del rey. Pero como en todas las historias, aquello no poda durar.
Detrs de la escena, los perspicaces servicios de Seguridad se estaban
volviendo locos. Tardaron algn tiempo en comprender la existencia del cambio,
pero una vez que se haban establecido los hechos, fue un asunto relativamente
sencillo el deducir que algo raro le ocurra a la Asamblea. Ningn grupo de
personas puede actuar de un modo tan razonable, y estar a la vez en su sano
juicio.
Todo se hizo silenciosa y eficazmente, una vez que la sesin se hubo
reanudado en medio de aquel fantstico ambiente. Result irnico que tambin en
este punto se llegase a un completo acuerdo entre los servicios de Seguridad de
las distintas naciones. Nadie procur siquiera insinuar que se trataba de una
una esposa comprensiva? Por ello, aunque se tienen muchas esperanzas puestas
en el cambio, se teme su llegada. Es una actitud humana y perfectamente normal.
En cuanto a Manuel Ortega de Gmez-Jackson, podemos asegurar que ahora
es un hombre totalmente diferente. No es tan delgado como antes, sino bastante
ms gordo. El fulgor de sus ojos es menos intenso; se muestra ms aprensivo y
nervioso, y siente cansancio a menudo. Su caf contina alcanzando precios
astronmicos, pero cuando uno est atado a dos amantes y a una esposa, con el
problema de procurar que cualquiera de ellas no se entere de la existencia de las
otras dos...
Adems, recordemos el caso del diplomtico extranjero que iba a salir en avin
del aeropuerto J. F. Kennedy y cuya maleta, que gozaba de proteccin
diplomtica, cay accidentalmente del camin que la transportaba hasta el reactor,
debido a lo cual se derramaron los diez litros de agua de Nueva York que
contena...
Un leal miembro de ese cuerpo integrado por hombres sencillos y afables, que
es el de la Aduana de Estados Unidos, funcionario que se hallaba casualmente
cerca del diplomtico, dijo que ya haba visto todo lo que poda ver.
Yo me atrev a decirle que no lo haba visto todo; an no haba visto todo ni
mucho menos.
Existe una organizacin muy discreta, no exenta totalmente de relaciones con la
CIA, que ha hecho que le enven unos ocho mil litros de agua de Nueva York, y
por ms que las fuerzas de Seguridad prohben la entrada a sus instalaciones a
toda persona no autorizada, no pueden impedir que el fuerte aroma a caf tostado
salga al exterior.
Y no menos diligentes se muestran algunos partidos, pues si se llegara a
administrar la sustancia a los polticos durante la poca de las elecciones, bueno,
entonces...