Correcciones Astronómicas
Correcciones Astronómicas
Correcciones Astronómicas
LA PRECISIN DE LA SITUACIN
RESUMEN
Se analizan y proponen algunos cambios y mejoras que debern
introducirse en la navegacin astronmica, si se desea que sta mantenga algn inters hoy en da, cuando el clculo de la situacin de los
buques ha pasado, casi exclusivamente, a los sistemas satelitarios. Aunque
la Organizacin Martima Internacional exige el mantenimiento en los
planes de estudio para la formacin de marinos y la prctica en la mar
de la navegacin astronmica, cuando se comparan los resultados de sta
con los del sistema de posicionamiento global GPS, surgen discrepancias
que, en ocasiones, no contribuyen a que las tcnicas tradicionales mantengan su bien ganado prestigio.
Introduciendo el clculo informtico de las coordenadas celestes y de
la situacin, y aplicando mtodos bien conocidos en Geodesia y
Topografa, es posible que la astronoma de posicin siga jugando un papel
en la mar, si no ya preponderante, s como valioso auxiliar y contraste de
los mtodos ms modernos de posicionamiento de los buques.
INTRODUCCIN
En un mundo en el que las radio ayudas a la navegacin han relegado a una situacin
testimonial al grueso de los conocimientos que hasta hace un par de dcadas permitan a
los marinos determinar su situacin en la mar, se alzan con cierta frecuencia voces en
demanda de una mayor utilizacin de los mtodos tradicionales para seguir disponiendo
del necesario contraste entre las soluciones obtenidas por distintos procedimientos.
Parece claro que los EEUU, como la ltima versin de su Plan Federal de
Radionavegacin pone de manifiesto, han decidido que el GPS con todas sus mejoras y
ampliaciones que ya estn en marcha ser a medio plazo el sistema primario de posicionamiento, cuando no el nico. Ni el DECCA, ya desaparecido, ni el Loran-C, dada su
cobertura limitada, han podido resistir el empuje del GPS y, al menos en los EEUU, este
ltimo sistema hiperblico tan slo tiene garantizada su supervivencia a corto plazo.
El GLONASS ruso, a pesar de los ltimos esfuerzos de la Federacin Rusa no est en
69
PRECESIN
Si la Tierra tuviese la forma de una esfera homognea o estuviese compuesta de capas
esfricas de igual densidad, y fuese un cuerpo
absolutamente slido, la direccin de su eje de
rotacin y su perodo de revolucin permaneceran constantes en el transcurso de cualquier
intervalo de tiempo, de acuerdo con las leyes de
la Mecnica.
Sin embargo, la Tierra no tiene una forma
esfrica exacta, sino que se aproxima a un elipsoide de revolucin (figura 1). La atraccin de un
elipsoide por cualquier cuerpo material L se
compone de la atraccin F, que acta sobre la
esfera inscrita en el interior del elipsoide (y cuyo
centro de aplicacin se encuentra en el centro del
Fig. 1. - Fuerzas de atraccin de un cuerpo
elipsoide), de la atraccin F1, que acta sobre la
sobre el elipsoide
protuberancia ecuatorial ms cercana al cuerpo L
y de la atraccin F2, que acta sobre la protuberancia ecuatorial ms lejana a L. La fuerza F1 es mayor que la fuerza F2 y, por esta razn, la
atraccin del cuerpo L tiende a hacer girar el eje PnPs de rotacin del elipsoide, de tal mane-
70
71
72
Por tanto, desde aquella poca el punto Aries se ha desplazado prcticamente una constelacin, y cuando el Sol se encuentra en el equinoccio de primavera, la constelacin sobre
la que el Sol se proyecta no es la de Aries, sino la de Piscis. Sin embargo, se sigue diciendo que el Sol est en Aries el 21 de marzo y, sucesivamente, las restantes constelaciones se
corresponden con otros tantos meses.
Vamos a suponer que slo existe precesin originada por la Luna to y el Sol. Por lo
tanto, de acuerdo con la figura 5, consideremos un instante inicial to. A l corresponde un
0 y un Pn0 y, naturalmente, para una estrella E, unas coordenadas ecuatoriales absolutas
0, 0 y unas coordenadas eclpticas 0 , 0.
Al transcurrir un tiempo t' , tendremos un ' y un Pn' y unas coordenadas para la
estrella E: 1 , 1 y 1 , 1 (0 = 1).
El tringulo 01' es rectngulo en 1, siendo 0'
01=d=Pn0 P'n ser la precesin de en declinacin.
Anlogamente:
Finalmente:
73
(1.1)
Frmulas que representan el incremento anual de y de , respectivamente.
Consideremos ahora el tringulo de posicin de la estrella E y escribamos para l las
frmulas de Bessel:
nos queda:
O sea, que:
(1.2)
74
(1.4)
El problema se complica al considerar, junto a estos razonamientos, la existencia de la
precesin planetaria. Al intervenir sta, la Eclptica no puede ya considerarse fija.
Consideremos, por tanto, junto a la precesin lunisolar, la planetaria y vamos a representar (figura 6) en las inmediaciones del equinoccio las variaciones que corresponden a
ambos fenmenos, y que movern respectivamente el Ecuador y la Eclptica.
Naturalmente, a sta mucho ms dbilmente que al anterior.
Newcomb, en el ao 1.897, determin los valores que aparecen en la figura. El arco
1' es la precesin planetaria anual en ascensin recta, cuyo valor es de:
En la misma figura, 0' es la precesin lunisolar anual en longitud, cuyo valor es:
(1.5)
75
Ecliptica (Se
mueve por precesin planetaria)
Los valores de m y n que en la hiptesis anterior habamos considerado como constantes tampoco lo son, siendo sus expresiones:
(1.6)
La oblicuidad tambin vara con el tiempo. Su valor, segn Newcomb, es:
Todos estos valores son, como vemos, dependientes de t, que es el nmero de aos
trpicos transcurridos desde 1.900.
De la figura obtenemos las siguientes relaciones:
NUTACIN
Hay un segundo fenmeno que se superpone con la precesin, segn el cual, lo que
realmente describe el crculo menor citado en el apartado anterior en un perodo de
26.000 aos no es el polo verdadero, sino el centro de una elipse recorrida por dicho polo
verdadero. Este centro de la elipse que es a lo que se denomina polo medio, recorre dicho
crculo menor en 26.000 aos; el polo verdadero recorre, pues, esta elipse con un perodo
de 18 aos y 2/3. Este es el fenmeno de la nutacin, descubierto por Bradley en 1.730.
Las oscilaciones de nutacin surgen porque las fuerzas de precesin del Sol y de la Luna,
que actan sobre la protuberancia ecuatorial de la Tierra, cambian constantemente de
magnitud y direccin; estas fuerzas son iguales a cero cuando el Sol y la Luna se encuentran en el plano del Ecuador de la Tierra, y alcanzan el mximo cuando estos astros se
hallan ms alejados de dicho ecuador.
76
El polo verdadero, pues, recorre una elipse en sentido directo, estando su eje mayor en la
direccin del polo de la eclptica y el eje menor paralelo a la misma.
Los ejes de esta elipse son:
(1.7)
Donde: es la longitud del nodo ascendente de la rbita lunar.
77
78
Por otra parte, como es lgico, tendremos una latitud y una longitud asociadas a cada uno de los
dos polos:
Las ecuaciones que relacionan ambos sistemas y que nos permiten obtener las coordenadas referidas al polo medio, que son las que hay que comparar con los datos de los
almanaques, son:
(1.8)
79
Luego:
(1.9)
Las frmulas (1.8) y (1.9) expresan las correcciones que compensan los efectos del
movimiento del polo terrestre. Estas correcciones son siempre muy pequeas.
80
REFRACCIN
La posicin aparente de un astro sobre el horizonte difiere de la que realmente
ocupa de acuerdo con las frmulas tericas. Este hecho se debe a que los rayos de luz procedentes del cuerpo celeste, antes de caer
en el ojo del observador, atraviesan la
atmsfera terrestre, que es un medio
refringente y, por tanto, se refractan en ella
y, puesto que la densidad de la atmsfera
aumenta al acercarse a la superficie de la
Tierra, el rayo de luz se desva ms y ms
hacia un mismo lado por una lnea curva,
siendo as que la direccin OE1, en que el
observador O ve el astro, resulta estar desviada hacia el cenit, y no coincide con la
direccin OE2, en la que dicho observador
vera el astro de no existir atmsfera.
Fig.12. - Refraccin astronmica.
(1.10)
Y podemos observar que la distancia cenital verdadera de un astro es mayor que la aparente en la magnitud de la refraccin R, por lo que la refraccin aparenta elevar el astro
sobre el horizonte.
Las leyes de la refraccin de la luz establecen que el rayo incidente y el rayo refractado yacen en un mismo plano. Por consiguiente, la trayectoria del rayo EBO y las direcciones OE2 y OE1 se encuentran en un mismo plano vertical. Por esta razn, la refraccin
no altera el acimut del astro y, adems, es nula si el astro se encuentra en el cenit.
Si el astro se halla en su culminacin, la refraccin modifica solamente su declinacin;
adems, en la misma medida en que cambia la distancia cenital, ya que en este caso coinciden los planos de los crculos horario y vertical del astro. En los dems casos, cuando
estos planos se cortan formando un cierto ngulo, la refraccin altera tanto la ascensin
recta como la declinacin del astro.
81
CLCULO DE LA REFRACCIN
El clculo de la refraccin atmosfrica constituye, probablemente, uno de los fenmenos ms estudiados por los hombres de ciencia. A pesar de los enormes avances conseguidos, sigue constituyendo un elemento de incertidumbre e incluso en el GPS puede constituir una de las fuentes de error ms complicadas de eliminar, al menos en receptores de
una sola frecuencia. Hay diversas frmulas de distintos autores para expresar el valor de la
refraccin atmosfrica.Todas ellas se han obtenido mediante un razonamiento matemtico unido a una determinacin emprica, impuesta por la observacin del fenmeno en
supuestos diferentes y en condiciones atmosfricas y topogrficas tan dispares como permite el modelo de Tierra y atmsfera elegido.
La exactitud en la determinacin de la refraccin atmosfrica depende
esencialmente de las siguientes fuentes de error:
1. De considerar las capas que rodean la Tierra de forma plana, esfrica o elipsidica.
2. Del espesor que consideremos para dichas capas.
3. De la diferencia entre la verdadera atmsfera y el modelo elegido.
4. De la discrepancia entre la longitud de onda de la luz de la estrella observada y la
longitud media elegida para confeccionar la tabla de refraccin.
5. De los errores cometidos en la determinacin del ndice de refraccin en la esta
cin de observacin.
6. De los movimientos del aire (suaves o turbulentos).
EFECTOS DE LA REFRACCIN
Los efectos ms importantes de la refraccin son:
1. Las alturas observadas son mayores que las verdaderas.
2. Adelanta la hora de salida de los astros (orto) y atrasa la puesta (ocaso).
Como conse-cuencia, una estrella la vemos sobre el horizonte ms tiempo de lo
que realmente est.
3. Cuando vemos el Sol tangente al horizonte y sobre l, realmente est debajo y precisamente tangente a dicho plano, pues el valor de la refraccin en el horizonte es sensi
blemente igual al dimetro del disco solar, aunque esto vara con la elevacin del obser
vador.
4. El Sol y la Luna aparecen achatados al salir o al ponerse (contraccin del semidi
metro).
82
Este modelo da resultados aceptables para observaciones prximas al cenit, que no son
precisamente las ms habituales en la mar. La correccin adopta la forma siguiente:
(1.11)
Donde 0 es el ndice de refraccin de la capa ms baja. Para condiciones normales de
presin 760mm, temperatura 0 y longitud de onda de la luz blanca 0,574 m, la expresin (0-1)alcanza un valor de 60,37 y se denomina constante principal de refraccin.
Para condiciones atmosfricas diferentes, empleando la ley de Gladstone se llega a:
(1.12)
83
(1.13)
El primer trmino se denomina refraccin pura y el segundo correccin paralctica, que tiene
como expresin:
(1.14)
84
(1.15)
En la frmula anterior no se ha efectuado hiptesis alguna sobre distribucin de densidades atmosfricas. Estableciendo una ley de este tipo se puede ampliar la frmula de
Laplace obteniendo un desarrollo en las potencias impares de dz:
(1.16)
Esta expresin da excelentes resultados para alturas superiores a los 20, salvo para
observaciones de alta precisin. Para este tipo de observaciones, la evaluacin de la refraccin en la actualidad se realiza por medio de modelos matemticos del comportamiento
atmosfrico de gran complejidad y que sobrepasan con mucho las posibilidades de este
trabajo. Basta decir que se calculan por separado las componentes estratosfrica y troposfrica y se introducen en los mismos los efectos de las capas atmosfricas inclinadas y los
debidos a la refraccin anmala.
CONCLUSIONES
Al presentar las principales correcciones que se aplican a las observaciones de precisin efectuadas en tierra, se ha intentado poner de manifiesto lo inapropiado de la comparacin directa de las situaciones GPS con las obtenidas por medio de las observaciones
astronmicas tradicionales en la mar, ya que ninguna de las aqu presentadas se tienen en
cuenta, salvo la correspondiente a la refraccin atmosfrica del modelo de Tierra plana.
Para poder llevar a cabo una comparacin ms aceptable, no slo han de tenerse en
cuenta estas correcciones, sino tambin los cambios de origen de los sistemas de coordenadas debidos tanto a los distintos tipos de aberracin como de paralaje, as como la forma real de la Tierra, cambiando el modelo de Tierra esfrica a elipsidica, y los problemas
que presenta la adaptacin de la cartografa tradicional a los sistemas geodsicos globales.
Como ya se ha apuntado en la introduccin, la complejidad de los clculos necesarios
requieren para su resolucin un ordenador o una calculadora de alta capacidad. Con cualquiera de estos medios se pueden tambin calcular las coordenadas astronmicas de los as-
85
tros observables referidas al primer meridiano, prescindiendo del Almanaque Nutico por
primera vez en varios siglos.
Si adems se dispusiera de un instrumento de observacin con lectura digital y transmisin de la misma a distancia, se podra conectar al ordenador que ya dispondra de la
hora exacta obtenida, por ejemplo, por medio del GPS. De esta manera, el clculo de la
situacin se obtendra analticamente de manera prcticamente instantnea al finalizar las
observaciones y sin apenas intervencin del observador. La situacin se obtendra con una
precisin muy superior a las obtenidas hasta ahora y resultara un respaldo eficaz para
complementar los resultados obtenidos con otros medios.
Los interesados en profundizar en estos temas pueden dirigirse a las referencias que se
incluyen a continuacin.
REFERENCIAS
Aller, J. M.: Introduccin a la Astronoma. Universidad de Santiago. Servicio de
Publicaciones. Santiago de Compostela, 1.985.
Bakulin, P. I., Kononovich, E.V. y Moroz,V. I.: Curso de Astronoma General.
Editorial Mir. Mosc, 1.987.
Baldi, P.: La Refrazione in Geodesia. Projettazione e Ohimizza-zione del Rilievo
Topografico e Fotogrammetrico di Controllo. International Center for Mechanical
Sciences. Milan, 1.991.
Barrell, H. y Sears, J. E.: The Refraction and Dispersion of Air for Visible
Spectrum. Phil. Trans. Royal Society.Vol 238. Series A, 1.939. Pp 6-62.
Bowditch, N.: American Practical Navigator. An Epitome of Navigation. Defense
Mapping Agency Hydrographic/Topographic Centre. Washington, 1.975.
Danjon, A.: Astronomie Gnrale: Astronomie Sphrique el lments de
Mcanique Cleste. Librarie Scientifique et Techni-que. Pars, 1.986.
Edlen, B.:The Refractive Index of Air. Metrologia,Vol. 2. N_ 2, 1.965. Pp. 71-80.
Ferrer Torio, R. y Pia Paton, B.:Astronoma de Posicin. Universidad de Cantabria.
Santander, 1.987.
Martn Asn, F.: Astronoma. Paraninfo, S.A. Madrid, 1.982.
Vaniceck, P y Krarkiwsky, E.J.: Geodesy: The concepts. Elsevier.
Amsterdam, 1996.
Williams, R.: Geometry of Navigation. Horwood Publishing. Chichester,
UK, 1998.
86