Derechos Reales - Propiedad
Derechos Reales - Propiedad
Derechos Reales - Propiedad
DISPOSICIONES GENERALES
DEFINICIN DE PROPIEDAD
ARTICULO 923
La propiedad es el poder jurdico que permite usar, disfrutar, disponer y reivindicar
un bien. Debe ejercerse en armona con el inters social y dentro de los lmites de
la ley.
CONCORDANCIAS:
C. art 2 ne. 16), 70, 71
C.e. arts.78, 136, 156, 327, 488, 660, 1066, 1111, 1130, 1484
C.p.e. arts. 20, 24, 586
D.LEG.822 art. 18
D.LEG. 823 art. 3
LEY 26887 arts.22, 91, 110,443
D.S. 017-93-JU5 art. 57 inc. 1)
Esta norma define la propiedad, que es sin duda el ms importante de los
derechos reales. La propiedad puede ser analizada desde muchos puntos de
vista: histrico, sociolgico, econmico, antropolgico, poltico, etc. Nosotros nos
limitamos ahora a sus aspectos jurdicos.
La propiedad es, en primer lugar, un poder jurdico. El poder adopta muchas
formas. As, hay el poder de la fuerza, el poder poltico, el poder blico. En este
caso es un poder que nace del derecho, recae sobre un bien o sobre un conjunto
de bienes, ya sean corporales (cosas) o incorporales (derechos).
Cuatro atributos o derechos confiere la propiedad a su titular: usar, disfrutar,
disponer y reivindicar.
Usar es servirse del bien. Usa el automvil quien se traslada con l de un lugar a
otro. Usa la casa quien vive en ella. Usa un reloj quien lo lleva puesto y verifica la
hora cuando desea.
Disfrutar es percibir los frutos del bien, es decir, aprovecharlo econmicamente.
Los frutos son los bienes que se originan de otros bienes, sin disminuir la
sustancia del bien original. Son las rentas, las utilidades. Hay frutos naturales, que
provienen del bien sin intervencin humana, frutos industriales, en cuya
percepcin interviene el hombre, y frutos civiles, que se originan como
consecuencia de una relacin jurdica.
Ejemplo de los primeros son las cras de ganado de los frutos industriales son las
cosechas o los bienes que se obtienen de la actividad fabril; y ejemplo de los
frutos civiles son los intereses del dinero o la merced conductiva de un
arrendamiento.
Disponer es prescindir del bien (mejor an, del derecho), deshacerse de la cosa,
ya sea jurdica o fsicamente. Un acto de disposicin es la enajenacin del bien;
otro es hipotecario; otro, finalmente, es abandonarlo o destruirlo.
Nos dice tambin el Cdigo que el propietario puede reivindicar el bien.
Reivindicar es recuperar, esto supone que el bien est en poder de un tercero y no
del propietario A qu se debe esto? Muchas pueden ser las causas, desde un
desalojo o usurpacin, hasta una sucesin en la que se dej de lado al heredero
legtimo y entr en posesin un tercero que enajen a un extrao, el cual ahora
posee. En cualquier caso, el propietario est facultado, mediante el ejercicio de la
accin reivindicatoria, a recuperar el bien de quien lo posee ilegtimamente. Por
esto se dice que la reivindicacin es la accin del propietario no poseedor contra el
poseedor no propietario.
Los atributos clsicos de la propiedad son el uso, el disfrute y la disposicin. La
reivindicacin no es propiamente un atributo sino el ejercicio de la
persecutoriedad, que es una facultad de la cual goza el titular de todo derecho
real. El poseedor, el usufructuario, el acreedor hipotecario, todos pueden perseguir
el bien sobre el cual recae su derecho. No nos parece entonces que la
reivindicacin deba ser colocada en el mismo nivel que los otros atributos, los
cuales, en conjunto, configuran un derecho pleno y absoluto. Ningn otro derecho
real confiere a su titular todos estos derechos.
Aparte de los atributos o derechos del propietario, la doctrina analiza los
caracteres de la propiedad, que son cuatro: es un derecho real; un derecho
absoluto; un derecho exclusivo y un derecho perpetuo. En cuanto a lo primero, la
propiedad es el derecho real por excelencia. La propiedad establece una relacin
directa entre el titular y el bien. El propietario ejercita sus atributos sin la mediacin
de otra persona.
Adems, la propiedad es erga omnes, esto es, se ejercita contra todos. Es esta la
expresin de la llamada "oponibilidad" que caracteriza a todos los derechos reales
y, en especial, a la propiedad, es tambin un derecho absoluto porque confiere al
titular todas las facultades sobre el bien, esto ya lo vimos: el propietario usa,
disfruta y dispone. El usufructo, en cambio, no es absoluto pues solo autoriza a
usar y disfrutar, la propiedad es exclusiva (o excluyente, podra decirse mejor),
porque elimina o descarta todo otro derecho sobre el bien, salvo desde luego que
el propietario lo autorice. Tan completo (absoluto) es el derecho de propiedad que
no deja lugar a otro derecho. La institucin de la copropiedad (propiedad que
ejercitan varias personas) no desvirta este carcter de la exclusividad porque en
la copropiedad el derecho sigue siendo uno. Lo que ocurre es que lo ejercitan
varios titulares. Estos constituyen un grupo, que es el titular del derecho y que
excluye a cualesquiera otros.
Finalmente, la propiedad es perpetua. Esto significa que ella no se extingue por el
solo no uso. El propietario puede dejar de poseer (usar o disfrutar) y esto no
acarrea la prdida del derecho. Para que el propietario pierda su derecho ser
necesario que otro adquiera por prescripcin. Esto lo dice el artculo 927 que en
primer trmino sanciona la imprescriptibilidad de la accin reivindicatoria, con lo
cual se declara la perpetuidad del derecho que esa accin cautela; y en segundo
lugar dice que la accin no procede contra quien adquiri el bien por prescripcin,
lo que significa que no hay accin (y por tanto la propiedad ya se ha extinguido) si
otro ha adquirido por prescripcin.
El artculo 923, objeto de estos comentarios, dice en su parte final que la
propiedad debe ejercerse en armona con el inters social y dentro de los lmites
de la ley. Esto requiere ciertas precisiones:
1. La norma alude al inters social porque cuando se expidi el actual Cdigo
estaba vigente la Constitucin de 1979, la cual deca, en su artculo 124,
que la propiedad obliga a usar los bienes en armona con el inters social.
Pero la actual Constitucin ha eliminado el inters social, reemplazndolo
en el artculo 70 por la nocin del bien comn. Debemos entonces entender
que el artculo 923 del Cdigo Civil est modificado: hay que leer "bien
comn" en vez de "inters social".
2. Hay diferencia entre el bien comn y el inters social? S la hay. El bien
comn es el bien general, el bien de todos. El inters social, en cambio, es
el que puede tener un grupo social determinado. As, por ejemplo, existe el
inters de los campesinos, de los empresarios y de quienes viven en
pueblos jvenes, otra diferencia es que la nocin de "bien" alude a
beneficio, a lo que es conveniente, el "inters", por otra parte, responde a la
satisfaccin de una necesidad.
3. Como consecuencia de lo anterior, es distinto que el ejercicio de la
propiedad armonice con el inters social o con el bien comn. En el primer
caso, por ejemplo, el ejercicio de la propiedad e incluso su subsistencia
pueden ceder ante un programa de vivienda para personas de escasos
recursos, lo cual ciertamente no se dara cuando est de por medio el bien
comn.
4. Otros lmites que pueden imponerse al ejercicio de la propiedad resultan de
la ley misma. Es decir, la ley puede imponer vlidamente lmites a la
propiedad. Ejemplos de esto son la imposibilidad de la disposicin total de
sus bienes que se impone a un testador que tiene herederos forzosos, y la
determinacin por ley de la rentabilidad de ciertos bienes (caso de las
viviendas de bajo costo).
5. Surge una pregunta elemental: cmo se puede explicar que la propiedad
sea un derecho absoluto y al mismo tiempo admita limitaciones o
restricciones? La respuesta es que comparativamente con otros derechos
reales, la propiedad es absoluta. Ningn otro derecho real confiere todas
las facultades juntas. Pueden estar restringidas, pero estn todas.
EJERCICIO ABUSIVO DEL DERECHO DE PROPIEDAD
ARTICULO 924
Aquel que sufre o est amenazado de un dao porque otro se excede o abusa en
estriba en que las limitaciones genricas a la propiedad pueden ser exigidas por
cualquiera, en cambio el abuso del derecho solo puede ser accionado por el
perjudicado, la funcin social implica que el propietario tiene la cosa en nombre y
con autorizacin de la sociedad y que solo puede hacer uso de las facultades que
sobre ella tiene en forma concordante con los intereses de esa misma sociedad.
La funcin social de la propiedad es ms que una limitacin o una carga que se le
impone a esta desde afuera, pues pasa a constituirse en un elemento esencial de
lo que toca al propietario y en tal sentido entra a formar parte integrante del
contenido de la propiedad conforme al concepto moderno. As, hoy la propiedad es
a un tiempo derecho y deber. En esta misma lnea de desarrollo del inters social
de la propiedad, se inserta el nacimiento y evolucin de la figura del abuso del
derecho, que representa un punto importante en la historia del derecho de
propiedad. En el diseo de esta figura la doctrina y la jurisprudencia francesa han
tenido un destacadsimo papel. Mencin especial merece Josserand, quien para
fundamentar esta figura, parte de la base de que los derechos subjetivos no
permiten a sus titulares si no un ejercicio de ellos que sea realizado en forma
coincidente con los fines sociales. Para ello tiene en cuenta la razn de ser de
esos derechos dentro del ordenamiento jurdico, que no es otra cosa que la de
favorecer al ser humano dentro de una convivencia social armnica. Si tales
derechos son reconocidos con fines sociales, ha de rechazarse que su titular est
facultado para ejercerlos en todos aquellos casos en que no va a obtener beneficio
alguno y va a causar, por el contrario, dao o menoscabo a otro.
De ah que resulta que en esos derechos est presente un relativismo que se
origina en su propia finalidad, que es la de ser usados conforme a la misin social
que les corresponde. Por consiguiente, es de la esencia de esos derechos el ser
relativos y no absolutos. Luego, todo el que no usa de su derecho conforme a su
espritu, abusa de l, puesto que las facultades que confiere no se dan para la
injusticia, sino para un uso legtimo y regular.
En apariencia la teora del abuso del derecho encierra un contrasentido. Puede el
ejercicio de un derecho generar para su titular responsabilidad civil? Puede haber
abuso cuando uno ejerce su derecho? Una lectura superficial de nuestro
ordenamiento podra llevamos a un apresurado no, pues el inciso 1 del artculo
1971 del Cdigo Civil establece: no hay responsabilidad en el ejercicio regular de
un derecho. Sin duda la clave de la respuesta est en la expresin: "ejercicio
regular de un derecho", lo cual significa ejercer el derecho en armona con el
ordenamiento jurdico y con los fines que este persigue. En este sentido, todo
aquel que causa un dao injustificado, deslegitimado, deber repararlo. Regia que
constituye un principio bsico del Derecho Privado (artculo 1969 del Cdigo Civil).
El propietario no est exento del cumplimiento de esta regla, el tema en realidad
ya no se discute, nuestro Derecho ha reconocido, siguiendo la doctrina y la
jurisprudencia comparada, la posibilidad de que el propietario ejerza abusivamente
su derecho. No se trata ya de discutir la viabilidad de ejercer abusivamente un
derecho, sino de saber cundo se produce tal abuso.
De este modo, es perfectamente posible que en el ejercicio de un derecho pueda
causarse dao a un tercero. Sin embargo, no todo dao es ilegtimo. As, por
ejemplo, quien ejerciendo su derecho de libertad de empresa, desplaza a su
buscan impedir que esta propiedad sea perpetua. Recurdese el caso de los
derechos de autor, cuya propiedad se traslada a los herederos de este con un
lmite de setenta aos. La razn que palpita en esta limitacin es la necesidad que
tiene el hombre y la sociedad de conciliar el legtimo derecho que tienen los
autores de explotar econmicamente su obra y la necesidad que tiene la sociedad
de liberalizar el conocimiento, en ocasiones las limitaciones pueden estar referidas
al plazo de vigencia del derecho y al cumplimiento de ciertos procedimientos
administrativos para renovarlos, tal es el caso de los derechos industriales como
las marcas, cuya vigencia del derecho es de diez aos, los cuales podrn
renovarse por periodos iguales. Algo parecido sucede con las concesiones
mineras cuando no se ponen en produccin dentro del trmino fijado por la
autoridad respectiva.
Otra limitacin que tienen que tolerar estos nuevos tipos de propiedades son
ciertas obligaciones de hacer. As por ejemplo, en el caso de la titularidad sobre
una marca, esta puede ser cancelada si no se ha usado dentro de los tres aos
anteriores al momento en que se solicita la cancelacin. En igual sentido, si no se
ha explotado una patente por ms de un ao, la autoridad podr otorgar una
licencia legal.
Es evidente que las limitaciones a la propiedad pueden estar referidas a diversas
clases de bienes o derechos; sin embargo, pese al incremento en la diversidad de
propiedades y en las limitaciones, an siguen teniendo en nuestro derecho cierta
preponderancia aquellas limitaciones vinculadas a la propiedad inmueble.
Por ltimo, es importante precisar que la propiedad puede experimentar, por
propia voluntad de su titular, ciertas limitaciones; sin embargo, la norma bajo
comentario se refiere a las limitaciones provenientes del Derecho Pblico. Tales
limitaciones surgen de la relacin entre estado y sociedad, y se formulan en
medida creciente a los individuos. De este modo los alcances y contenido del
derecho de propiedad quedan alterados, dotando a este derecho de nuevos
contornos que se revelan en las facultades concedidas al titular.
A partir del anlisis de la estructura de la norma que comentamos, puede
advertirse que estamos ante un dispositivo que podra ofrecer una particular
complejidad, tanto en el supuesto de hecho que contiene, como en sus
consecuencias jurdicas. En efecto, una primera lectura permite detectar tres
causal es de restricciones legales de la propiedad: i) restricciones legales por
necesidad pblica, ii) restricciones legales por inters pblico y iii) restricciones
legales por utilidad social; asimismo, la norma presenta dos posibles
consecuencias jurdicas atribuibles a cualquiera de los tres supuestos de hecho
antes mencionados, estas son: i) que tales restricciones no pueden modificarse
por acto jurdico y ii) que dichas restricciones no pueden suprimirse por acto
jurdico, es decir, estaramos en realidad ante seis preceptos normativos distintos
que pueden aplicarse independientemente uno del otro.
Sin embargo, la lectura debera en realidad ser distinta si aceptamos, como lo
hace gran parte de la doctrina y la jurisprudencia comparada, que las expresiones
necesidad pblica, inters pblico y utilidad social tienen una cierta sinonimia,
Ya desde tiempos inmemoriales, esto es, desde el derecho romano, que inspir al
derecho espaol y consecuentemente al derecho peruano, esta accin tomaba el
nombre de "rei vindicatio" cuyo fundamento y base de la misma subsisten hasta
nuestros das, sealando as que la accin reivindicatoria ampara al propietario
civildominus, ex iure quiritium- que no posee la cosa, contra el tercero que la
posee ilcitamente o contra el poseedor no propietario, a fin de que se le otorgue la
propiedad del bien mediante una resolucin judicial, que ampare o reconozca su
derecho y, consecuentemente, se le restituya la cosa a su dominio o se haga
efectivo el pago equivalente de la misma.
Haciendo una visin retrospectiva en nuestra legislacin sobre la accin
reivindicatoria, nuestro Cdigo Civil de 1852 no establece dispositivo alguno que
defina expresamente la mencionada accin, sin embargo, podemos apreciar que
el fundamento de la misma y los alcances de dicho concepto se encuentran en el
inciso 4) del artculo 461, al sealar que: "son efectos del dominio: (o) el de excluir
a otros de la posesin o uso de la cosa".
Del mismo modo, nuestra norma sustantiva civil de 1936 legislaba esta accin en
el artculo 850 como una de las caractersticas omnipotentes del derecho de
propiedad, vale decir que el propietario de un bien, adems de poseer, percibir los
frutos y disponer de l dentro de los lmites de la ley, tambin estaba facultado
para reivindicarlo, otorgndole con ello un poder amplio y exclusivo respecto del
bien.
De igual forma, cabe anotar que nuestro actual Cdigo Civil en el numeral 923,
contiene una semejante redaccin al artculo 850 del acotado Cdigo Civil de
1936, ya que ambos sealan expresamente las caractersticas del derecho de
propiedad a que se hace referencia en el prrafo precedente, siendo una de ellas
el derecho a reivindicar el bien como facultad inherente, absoluta e inoponible del
derecho de propiedad. Asimismo, en el artculo 927 de nuestro actual cdigo civil
acertadamente el legislador califica en forma expresa a la accin reivindicatoria
como un derecho exclusivo del titular legtimo del bien, agregando que esta accin
es imprescriptible. Esta caracterstica es resaltada por el maestro Castaeda,
quien afirma que la accin reivindicatoria no se extingue por el transcurso del
tiempo, es decir, protege al titular del derecho de propiedad durante todo el
tiempo, sean 40, 50 o ms aos, de modo que el propietario siempre podr
reivindicar el bien de su propiedad en caso de desposesin.
Teniendo en cuenta que la prescripcin consiste en un modo de adquirir la
propiedad de un bien por el simple transcurso del tiempo (artculo 950 del C.C.),
nuestra norma adjetiva civil, bajo la denominacin de "prescripcin adquisitiva de
dominio" (artculo 504 inc. 2 del C.P. C.), establece el procedimiento para lograr el
reconocimiento del derecho de propiedad a favor del prescribiente. Contrario
sensu, la imprescriptibilidad supone el hecho de que la propiedad del bien no
puede perderse por la falta del ejercicio de los elementos inherentes a la
propiedad a travs del transcurso del tiempo.
CONCORDANCIAS:
C.C. arto 499 ne. 4)
C.P.C.arts. 20, 486 inc. 4), 519 Y ss.
LEY 27117 arto 1 y ss.
En una economa social de mercado, como se supone debe ser la nuestra, es
preciso conciliar el inters particular, que es el motor de toda economa de
mercado, con el inters comn, que legitima todo derecho particular. Hasta dnde
puede el estado limitar o restringir los derechos es una pregunta esencial que toda
sociedad y ordenamiento legal debe formularse, y cuya respuesta define el tipo de
estado y economa que queremos. De ah que deba protegerse lo mismo la
propiedad como el derecho al trabajo, y del mismo modo que no es posible admitir
derechos absolutos en materia laboral, tampoco es posible reconocer un
absolutismo en materia de propiedad u otros derechos patrimoniales.
La expropiacin es un derecho del Estado con base constitucional y una limitacin
conocida por todo propietario. Ahora bien, si se admiten restricciones en el
derecho de propiedad, es preciso que la ley defina los lmites de tales
restricciones. Los requisitos para la expropiacin sealados en la Constitucin y la
dacin de una ley de expropiacin apuntan en ese sentido. No hay duda que la
expropiacin es la expresin ms radical de las limitaciones al derecho de
propiedad, ya que elimina la "perpetuidad" de este derecho. Expropiar es sustraer
un bien de la esfera patrimonial de su titular, para trasladarlo a la esfera
patrimonial del estado. Para nuestro ordenamiento la expropiacin es la
transferencia forzosa del derecho de propiedad privada, autorizada por ley
expresa del congreso a favor del estado, previo pago del justiprecio y del eventual
perjuicio.
De su definicin legal (artculo 1 de la Ley N 27117), puede advertirse que la
expropiacin tiene las siguientes caractersticas:
1. Es un acto unilateral del Estado.
2. El nico beneficiario de la expropiacin es el Estado.
3. Solo procede sobre bienes que se encuentran en propiedad de particulares:
propiedad privada.
4. La expropiacin es improcedente cuando tiene por objeto incrementar las
rentas o el ejercicio de derechos reales temporales.
5. Debe ser autorizada por ley del Congreso que declare el bien de necesidad
pblica o seguridad nacional.
6. Solo procede la transferencia a favor del Estado siempre que se haya
cumplido con el previo pago e indemnizacin del eventual perjuicio.
De lo expuesto se desprenden varias cuestiones sobre las que es preciso reparar.
Primero, siendo la expropiacin un acto unilateral por el cual el estado priva de la
propiedad de un bien a su titular, se ha previsto que tal acto se revista de un
conjunto de exigencias sustanciales que impidan que el propietario se vea
expuesto a la arbitrariedad del estado. En ese sentido apunta la exigencia del
Como se puede advertir "el estado ejerce sobre la fauna silvestre y los recursos
hidrobiolgicos un derecho de dominio eminente cuando ellos no han entrado al
dominio del particular'.
Conforme hemos anotado, una aprehensin o apropiacin reglamentada deja de
ser un modo originario de adquirir la propiedad, para convertirse en un modo
derivado. En efecto, "al ser reglamentadas por el derecho pblico prima el inters
de la comunidad, interesada como est en la conservacin e incremento de los
recursos naturales, sobre el cdigo civil".
Por tanto. es posible establecer que "los animales de caza y pesca son aquellos
sealados en el artculo bajo comentario y constituyen el ltimo reducto de las
cosas de nadie o 'res nullius'. Por lo dems, la tendencia imperante es
considerarlos como parte del patrimonio de la nacin. Por lo tanto, cada vez se
restringe ms el derecho de caza y pesca, prohibindose en determinadas
circunstancias y reglamentndose en casi todos los casos".
En este sentido, la caza constituye el ejemplo ms paradigmtico de las
restricciones que genera la intervencin estatal en este campo.
As, el artculo 1 de la ley n 27308 establece que dicha norma "tiene por objeto
normar, regular y supervisar el uso sostenible y la conservacin de los recursos de
fauna silvestre del pas, compatibilizando su aprovechamiento con la valorizacin
progresiva de los servicios ambientales del bosque, en armona con el inters
social, econmico y ambiental de la nacin". Agrega el numeral 2.2., del artculo 2
que "son recursos de fauna silvestre las especies animales no domesticadas que
viven libremente y los ejemplares de especies domesticadas que por abandono u
otras causas se asimilen en sus hbitos a la vida silvestre"; mientras que de
acuerdo al artculo 3, numeral 3.2., el estado fomenta la conciencia nacional sobre
el manejo responsable de la fauna silvestre y realiza acciones de prevencin y
recuperacin ambiental.
A su turno, el artculo 21 regula con detalle las diversas modalidades de manejo 'f
aprovechamiento de la fauna silvestre, figurando entre ellas las siguientes:
1. Con fines comerciales (zoocriaderos, reas de manejo y cotos de caza),
disponiendo peridicamente la lista de especies autorizadas para su
aprovechamiento con fines comerciales o industriales, sealando que los
propietarios de predios privados pueden solicitar la autorizacin para el
manejo y aprovechamiento de especies de fauna silvestre en el mbito de
su propiedad.
2. Sin fines comerciales (zoolgicos, centros de rescate, centros de custodia
temporal y relacin de especies susceptibles de ser mantenidos como
mascotas).
3. Calendarios de caza, aprobados por resolucin ministerial del Ministerio de
Agricultura, para regular el aprovechamiento de la fauna silvestre a travs
de la caza deportiva o comercial.
4. Extracciones sanitarias de especies de fauna silvestre que autoriza el
Ministerio de Agricultura con fines sanitarios, a solicitud del Servicio
Nacional de Sanidad Agraria (SENASA).
5. Caza con fines de subsistencia, permitida cuando est destinada al
consumo directo de los pobladores de las comunidades nativas y
comunidades campesinas.
Por otro lado, en materia de pesca, el D.L. N 25977 contiene una regulacin
semejante, estableciendo en su artculo 76 diversas prohibiciones, como la de no
poder realizar actividades pesqueras sin la concesin, autorizacin, permiso o
licencia correspondiente, o contraviniendo las disposiciones que las regulan;
extraer, procesar o comercializar recursos hidrobiolgicos no autorizados, en veda,
de talla o peso menor a los permitidos, hacerlo en zonas diferentes a las
sealadas o en reas reservadas o prohibidas; utilizar implementos o
procedimientos no autorizados o ilcitos; transbordar el producto de la pesca o
disponer de l sin previa autorizacin antes de llegar a puerto, etc.
Las mencionadas normas, concordadas con el artculo 66 de la Constitucin, no
indican, sin embargo, que los animales que pueden ser objeto de caza o de pesca
sean de propiedad del estado; solo se refieren a que su aprehensin o apropiacin
est sujeta a determinadas limitaciones y se encuentra regulada por las
disposiciones administrativas que se han dictado al respecto.
Se advierte, pues, que las reglas sobre este tema han sido desplazadas por la
avasallante normatividad administrativa, pues como se puede advertir, la caza de
animales salvajes estar regida de manera preferente por las normas impartidas
por el estado a travs de la entidad correspondiente. Conforme hemos indicado, el
carcter residual del cdigo civil en esta materia es incontestable.
De otro lado, el artculo bajo comentario, en atencin al principio de lealtad de
caza, establece que un animal perseguido por un cazador no puede ser cazado
por otro.
Finalmente, este artculo propone una asignacin eficiente de titularidades, habida
cuenta que asigna el producto de la caza o pesca a quien se esforz por atrapar el
animal, sea que lo haya cogido o simplemente que haya quedado atrapado en
trampas o redes, salvo el supuesto regulado por el artculo 931.
Es ms, consideramos que el artculo 931 debe interpretarse con mayor amplitud,
de manera que no solo se entienda que las prohibiciones de caza o de pesca
operan nicamente en terrenos ajenos cercados o sembrados, sino tambin
cuando en dichos terrenos hubieran otros elementos distintos al cerco o la siembra
que dieran noticia de que son de propiedad privada.
Por otro lado, en cuanto al segundo prrafo del artculo 931, se advierte del texto
de la norma que la contravencin a la que alude se configurara cuando no se
cuenta con la autorizacin del propietario o poseedor y el terreno en el que se
caza o pesca est cercado o sembrado. En otras palabras, la nica posibilidad de
que no se contravenga la norma es que la caza o la pesca se realicen en terrenos
ajenos que carezcan de cerco o de siembra o de cualquier otro elemento que
permita advertir que son terrenos con propietario o poseedor determinado.
Producida la contravencin, el segundo prrafo del artculo 931 establece que el
producto de la caza o de la pesca pertenece al titular (propietario) o poseedor del
terreno, sin perjuicio de la indemnizacin que corresponda.
Al respecto, por un lado, Arias-Schreiber (p. 257) sostiene que la reparacin que
menciona el precepto "est referida a los daos ocasionados por el cazador o el
pescador en la propiedad y ser exigible aun cuando el propietario del predio o
quien lo pesca haga suyas las piezas cazadas o pescadas, pues no existe razn
que justifique la compensacin entre uno y otro valor (...). No interesa, para estos
efectos, la existencia o la falta de consentimiento del dueo, pues lo que se repara
es el dao considerado en s mismo".
En opinin de Cuadros Villena, en cambio, la norma bajo anlisis es injusta, pues
establece doble sancin. Ello se debe a que "obliga a perder las piezas cazadas o
pescadas y adems a indemnizar el perjuicio que se hubiese ocasionado. Es una
sancin que repugna a los principios del Derecho y no condice con la supuesta
naturaleza nullius del objeto de caza y pesca". Asimismo, se percibe que "en esta
sancin injusta est implcito el reconocimiento del derecho de propiedad del
dueo o del poseedor, sobre los animales de caza o de pesca" (CUADROS
VILLENA, p. 364).
Este ltimo argumento resulta contundente, pues si nos encontramos ante un
supuesto de adquisicin originaria de la propiedad, mal podramos partir de que
los animales cazados o pescados en predio ajeno son de propiedad del dueo o
del poseedor del predio.
Aparentemente la discrepancia entre estos dos autores parte de una interpretacin
distinta de los conceptos por los cuales se puede reclamar indemnizacin. As, la
opinin de Arias-Schreiber parte del supuesto de que la caza y/o pesca prohibida
han generado daos adicionales -por encima de la aprehensin de las especies
atrapadas- en el predio ajeno, de ah que estos daos deban ser indemnizados de
manera adecuada, no siendo suficiente la entrega de las piezas obtenidas. La
segunda interpretacin, en cambio, considera que los nicos daos que puede
generar la caza y/o pesca sin autorizacin estn representados por la actividad
misma (el hecho de pescar o cazar) en cuyo caso, la nica sancin posible sera la
prdida de los animales aprehendidos.
ARTICULO 934
No est permitido buscar tesoro en terreno ajeno cercado, sembrado o edificado,
salvo autorizacin expresa del propietario. El tesoro hallado en contravencin de
este artculo pertenece ntegramente al dueo del suelo.
Quien buscare tesoro sin autorizacin expresa del propietario est obligado al
pago de la indemnizacin de daos y perjuicios resultantes.
CONCORDANCIAS:
C.C. arts.965, 1969 Y ss.
1. Cuestin preliminar
El Cdigo Civil peruano dedica tres artculos a regular el descubrimiento de
tesoros, que constituye una forma originaria de adquirir la propiedad de un bien.
No faltar quienes cuestionen la necesidad de mantener estos dispositivos, dada
la marcada excepcionalidad de la actividad, la que solemos relacionarla ms con
la ficcin, expresada en libros o pelculas sobre piratas, o del Viejo Oeste y la
fiebre del oro en los Estados Unidos.
Puede decirse, entonces, como lo hace BORDA, que la regulacin de la
bsqueda de tesoros es una materia "casi desdeable"? Todo depende de lo que
entendamos por ''tesoro''. Por ejemplo, en un pas como el Per, donde es
sumamente alta la posibilidad de toparse con restos arqueolgicos, si estos bienes
fueran calificados como ''tesoros'', el marco de actuacin del Cdigo Civil sera
formidable. Y es que, en sentido lato, en nuestro pas la bsqueda de tesoros es
una actividad muy frecuente (aunque generalmente con ribetes de ilegalidad).
Por ello, aunque desdeable, el anlisis de los dispositivos del Cdigo Civil sobre
el tesoro sirve, por lo menos, para establecer los lmites legales correspondientes.
As, pues, podr saberse por ejemplo si deben aplicarse los artculos 934 y
siguientes del Cdigo Civil cuando alguien excava en un predio ajeno privado y
encuentra un huaco. Por cierto que esta pregunta no puede responderse tan
fcilmente dada la falta de claridad de la legislacin referida al patrimonio cultural
de la Nacin, que necesariamente entra a tallar aqu.
En primer lugar, explicaremos las caractersticas de este rgimen legal, definiendo
su marco de actuacin o alcances. Luego daremos un vistazo al resto del rgimen
legal sobre la bsqueda y descubrimiento de tesoros, para lo cual revisaremos
algunas otras reglas legales aplicables a casos especficos y que pueden
responder tanto a la naturaleza del bien encontrado (un bien que constituye
patrimonio cultural, por ejemplo) como al lugar donde este se encuentra (entre
otros, los tesoros encontrados en el mar o en terrenos del Estado). Verificaremos
si el Cdigo Civil se aplica supletoriamente en alguno de estos casos.
2. Qu es un tesoro?
Interesa, en principio, saber en qu casos nos encontramos frente a un tesoro. El
Cdigo Civil vigente no contiene definicin alguna a diferencia del artculo 110 del
Cdigo Civil de 1936 que deca que "el tesoro es cualquier cosa mueble de mrito
oculta o enterrada de la que nadie puede probar que es propietario". En nuestra
opinin, un bien es tesoro cuando cumple dos principales requisitos de carcter
negativo: no puede ser advertido con la vista (imposibilidad de encontrarlo) y no
puede probarse el derecho de propiedad del mismo, independientemente de la
propiedad de la cosa en la que ha sido encontrado.
Hablemos sobre lo primero; como se ve, el Cdigo Civil vigente no dice
expresamente que el tesoro deba estar oculto. Este elemento, sin embargo, se
sobreentiende de la propia redaccin del artculo 934 que habla de una actividad
de bsqueda, lo cual solo se explica con un objeto oculto, y del artculo 935 que
alude al "descubrimiento", lo que supone desvelar algo que se encontraba de
algn modo escondido. Por cierto que el ocultamiento del bien no siempre
responde a la mano del hombre. A veces un objeto que se encontraba al
descubierto es ocultado por fenmenos naturales (un deslizamiento de tierra,
hojas u otros objetos que lo cubren). En estos casos, el bien adquiere la calidad de
tesoro.
Ahora bien, en referencia a la legislacin italiana MESSINEO seala que tambin
es requisito la ignorancia de la existencia del bien. Es decir, que adems de oculto,
el tesoro no debi ser previamente conocido por quien lo encontr, por lo cual el
descubrimiento es totalmente fortuito. Debe tenerse en cuenta que si bien un
descubrimiento puede ser accidental, en muchos de los casos el descubridor
conoca de la existencia del tesoro (en mayor o menor medida) y que al final es lo
que explica la labor de bsqueda. O sea, no cualquiera se lanza a buscar un
tesoro sin tener al menos alguna idea de que este existe. Para el autor
mencionado, sin embargo, solo el primer caso supone un tesoro.
Lo cierto es que las reglas del Cdigo Civil peruano no estn pensadas solo para
los descubrimientos fortuitos, sino principalmente para las bsquedas deliberadas.
El artculo 934 regula especficamente la bsqueda de un tesoro, por lo cual no se
requiere de la ignorancia expresada por el autor citado. En todo caso, si de alguna
ignorancia puede hablarse, a lo mucho esta se restringe al hecho de que aun
cuando medie un conocimiento previo, difcilmente habr total certeza de que va a
encontrarse el tesoro all, donde se lo busca, precisamente porque no se lo puede
apreciar a simple vista (existir siempre el riesgo de que el dato que se tiene de su
ubicacin no sea del todo confiable, o que el tesoro haya sido movido de lugar, o
que alguien se adelant y lo encontr primero, etc).
El segundo requisito mencionado es ms interesante todava: que no pueda
probarse claramente el derecho de propiedad sobre el bien encontrado. Hay que
partir de que, por s solo, el tiempo no extingue el derecho de propiedad sobre un
bien mueble, por lo cual, en principio, todo tesoro pertenece a alguien. O sea, no
puede considerrsele un mero res nullius (tipo las conchas, piedras, etc., a las que
hace referencia el artculo 929) porque jurdicamente hay un dueo. Si este ltimo
no es quien tena la propiedad del tesoro al momento en que este fue ocultado
Ahora qu sucede cuando el tesoro es encontrado por terceros que actuaron por
cuenta del propietario, siguiendo una orden o encargo especfico para la bsqueda
del tesoro? Nuestro Cdigo Civil no hace una precisin respecto a la titularidad del
tesoro, pero debe entenderse que este corresponder ntegramente al propietario
del suelo. En el fondo es como si el mismo propietario del suelo hubiese hecho el
descubrimiento y por ende se beneficiar con el ntegro del tesoro, salvo pacto en
contrario.
Esto significa que el propietario del suelo es el "descubridor"? ALBALADEJO, por
ejemplo, considera que en todos los casos solo puede considerarse descubridor a
la persona que hace visible el tesoro, a quien lo halla directamente e
independientemente de que acte por cuenta ajena. En su opinin, no cabe
hablar, pues, de un descubridor "moral" sino solo material.
Nosotros creemos que la respuesta depende de si el propietario dirige o no la
bsqueda, por lo cual no siempre el descubridor es quien halla materialmente el
tesoro. Asi, pues, cuando los operarios contratados solo se dedican a cavar,
buscar, etc. Y es el propietario quien conduce directamente la operacin, este
ltimo debe ser calificado como descubridor. Esto parte adems de lo que sucede
en la prctica, pues en casi cualquier operacin de bsqueda de objetos (tesoros,
restos arqueolgicos, restos fsiles, etc.) se reputa descubridor a quien dirige
efectivamente la operacin y no al subordinado que trabaja para l.
Algo parecido sucede si para buscar el tesoro se contrata a un tercero que acta
de forma independiente, prestando sus servicios profesionales. Si bien el tesoro
encontrado igual pertenecer ntegramente al propietario del suelo, salvo acuerdo
diferente, el tercero ser ahora el descubridor dado que este realiz o dirigi la
bsqueda e hizo efectivo el descubrimiento.
La segunda eventualidad planteada por JOSSERAND importa dos situaciones
generales en las cuales se entiende que el descubrimiento es obra de un tercero:
primero, que este acte por su cuenta, sin seguir orden o encargo alguno del
propietario del suelo y en esas circunstancias halle el tesoro. En este caso el
tercero es, en estricto, el descubridor, pero la forma de reparticin del tesoro
depender de otras circunstancias: si medi o no autorizacin para la bsqueda
del tesoro por parte del propietario del inmueble y si el terreno estaba o no
cercado, sembrado o edificado. Al efecto, se aplican las reglas de los artculos 934
y 935, cuyos alcances se describirn ms adelante.
La segunda situacin es el caso especial de que el propietario encargue a un
tercero (dependiente o no) efectuar algn tipo de labor en su predio, pero distinta
de la bsqueda de un tesoro y que en su ejecucin se d el descubrimiento. Por
ejemplo, se contrata a una persona para que construya un pozo y producto de las
excavaciones desvela el tesoro. En estos casos el descubridor ser el tercero pero
el tesoro ya no deber atribuirse estrictamente al propietario, como s sucede
cuando hay una orden o encargo expreso para la bsqueda.
Qu pasa si el tercero contratado tiene a su vez sus propios operarios y uno de
estos descubre fortuitamente el tesoro? Dado que la operacin no estaba dirigida
a buscar un tesoro, el operario deber ser reputado como descubridor y obtendr
los derechos consiguientes.
propiedad exclusiva del dueo del suelo, en aplicacin estricta del artculo 934.
Por su propio espritu, este supuesto incluye el caso de quien irrumpe en un
inmueble y encuentra fortuitamente un tesoro, pues precisamente la regla busca
desincentivar cualquier ingreso no autorizado a terrenos manifiestamente ajenos.
Terrenos "cercados, sembrados o edificados". Teniendo en cuenta lo ya sealado,
interesa dilucidar seguidamente si la referencia del artculo 934 a un terreno
"cercado, sembrado o edificado" debe interpretarse literalmente o no, sea, qu
pasa si la bsqueda se hace en un terreno debidamente sealizado pero no
cercado, sembrado o edificado? Es claro que en el trasfondo de la norma
estudiada existe el nimo de sancionar la bsqueda no autorizada de tesoros en
lugares donde se evidencia un derecho privado de propiedad, que es lo que
sucede cuando existen cercos, siembras o edificaciones. Pero dado que la
propiedad de un terreno puede darse a conocer claramente de otros modos -por
ejemplo, cuando existan indicaciones ms que suficientes (letreros u otros) al
respecto-cabe preguntarse si en estos casos debiera aplicarse tambin la regla del
artculo 934.
En nuestra opinin, lo ideal es que la regla abarque tambin la bsqueda no
autorizada de tesoros all donde haya otros elementos fsicos que patenticen el
derecho de propiedad para cualquiera que ingrese al predio, pues finalmente ese
es el sentido del dispositivo. Lo contrario supondra exigir la construccin de
cercos cuando a veces es innecesario o demasiado costoso hacerla, que no es lo
querido por ley. En esa lnea, nos parece que la referencia del artculo 934 a
cercos, siembras o edificaciones no debe interpretarse en sentido literal sino
valorativo, admitindose la situacin planteada.
Es verdad que la regla recin propuesta genera un costo adicional: el operador
juez u otro) deber analizar si el derecho de propiedad estaba claramente
publicitado dadas las circunstancias. Ms fcil, por supuesto, es verificar
nicamente si hay un cerco, siembra o edificacin. Para minimizar esta
problemtica, por tanto, nos parece que a falta de estos ltimos elementos fsicos
debe exigrsele al dueo del suelo que pruebe fehacientemente que su derecho de
propiedad era totalmente conocible dados los elementos fsicos existentes (por
ejemplo, si el predio tiene una nica va posible de ingreso y hay un control para
entrar o uno o ms letreros fcilmente visibles que den clara noticia del derecho de
propiedad).
8. Las Sanciones
Por ltimo, cabe analizar las consecuencias de la bsqueda no autorizada en
terrenos cercados, sembrados o edificados. En primer lugar, el propietario del
suelo adquiere la propiedad del tesoro, aun cuando este no hizo esfuerzo alguno
para encontrarlo. La regla es conveniente pues si bien el fundamento de la
adquisicin de la propiedad del tesoro se encuentra en la necesidad de incentivar
(y hasta cierto punto premiar) la labor de bsqueda, debe desincentivarse el
ingreso no autorizado a terrenos ajenos. La posibilidad de perder el tesoro
encontrado fuerza entonces al buscador a negociar con el dueo del suelo, de
modo que su ingreso al predio y la bsqueda se efecten armoniosamente y el
beneficio social sea mayor. En cuanto a la indemnizacin de los daos, se justifica
debido al carcter injusto del dao producido por quien irrumpe en un predio
ajeno, ms an cuando si no haba mayor impedimento para pedir la autorizacin
respectiva al propietario. En el fondo, se trata de la aplicacin de las reglas
generales de la responsabilidad extracontractual, por lo cual hasta cierto punto la
precisin del dispositivo es innecesaria.
Finalmente, no debe pensarse que la indemnizacin de daos funja aqu como
sancin, pues esa no es una funcin propia de las indemnizaciones, por lo menos
no en el contexto de nuestro Cdigo Civil. Se trata solo de compensar al
propietario del suelo por el dao patrimonial (emergente, lucro cesante) sufrido, si
realmente lo hubo.
PARTICIN DEL TESORO
ARTICULO 935
El tesoro descubierto en terreno ajeno no cercado, sembrado o edificado, se divide
por partes iguales entre el que lo halla y el propietario del terreno, salvo pacto
distinto.
CONCORDANCIAS:
C.C. arts. 933, 934
C.P. arto 192
1. Los alcances del dispositivo
El Cdigo Civil diferencia el rgimen legal de la adquisicin de propiedad de un
tesoro tomando en cuenta el terreno donde se hace el descubrimiento. As, pues,
cuando el tesoro aparece en un terreno cercado, sembrado o edificado se aplica la
regla del artculo 934. Cuando el terreno no cuenta con estas referencias, en
cambio, resulta aplicable el artculo 935, por el cual el tesoro descubierto se divide
por mitades entre el descubridor y el propietario del terreno, salvo pacto distinto.
Pues bien, lo primero que no debe perderse de vista sobre el artculo 935 son sus
alcances cuando se refiere a un terreno "no cercado, sembrado o edificado": La
idea es que no haya elemento fsico alguno que evidencie un derecho privado de
propiedad. Puede darse el caso, por tanto, de que existan indicaciones ms que
suficientes sobre el derecho de propiedad del terreno y distintas de un cerco,
siembra o edificacin, supuesto en el cual, en nuestra opinin, debe aplicarse el
artculo 934 y no la norma en comentario.
En cuanto a los supuestos de hecho que contempla, el artculo 935 tiene la virtud
de regular de modo general todas las posibilidades de descubrimiento de tesoros
en terrenos no cercados, sembrados o edificados. Vase que la norma se refiere
ampliamente a un tesoro "descubierto", sin hacer mayor indicacin sobre las
circunstancias del descubrimiento. Por consiguiente, la regla de la divisin por
mitades all recogida se aplica tanto si hubo autorizacin para que el tercero
ingresara al inmueble, sea para realizar una bsqueda deliberada o para un fin
totalmente diferente, como cuando no medi permiso alguno y sin importar si el
fsicos para saber si el descubridor debi pedir la autorizacin, sin que quepan
mayores valoraciones subjetivas.
3. La reparticin
El artculo 935 establece que el tesoro descubierto en el terreno ajeno no cercado,
sembrado o edificado, se divide por partes iguales entre el que lo halla y el
propietario del terreno. Esto supone establecer una autntica regla de copropiedad
(DEZ PICAZO).
Ahora, puede pensarse que se trata de una regla injusta, porque no hace mayores
distinciones. O sea, por ejemplo, le da la mitad del tesoro tanto a quien ingres
con permiso como a quien se meti furtivamente al inmueble. De igual modo,
reciben lo mismo quien realmente buscaba un tesoro y quien excav por cualquier
otra razn y encontr, sin querer, un tesoro. Es conveniente un tratamiento legal
as? Particularmente pensamos que la regulacin es correcta. Primero, porque la
ley parte de la presuncin ya mencionada: cuando no hay cercos u otros
elementos fsicos que evidencien una propiedad privada, quien busca el tesoro
puede tener dificultad para identificar al propietario.
En segundo lugar, por los incentivos que se generan. As, pues, sin importar si la
bsqueda se hace con o sin autorizacin, no darle la mitad del tesoro al
descubridor desincentiva las bsquedas eficientes; lo mismo puede decirse
cuando la bsqueda es autorizada, pues precisamente la posibilidad de un
beneficio es lo que anima a buscar. A su vez, debe drsele la mitad del tesoro al
dueo del suelo porque en caso contrario este tendra un gran desincentivo para
conceder permisos. La regla cuando haya no autorizacin, por tanto, debe ser la
misma.
Cuando el descubrimiento es fortuito, el tema es un poco ms discutible. Hay
quien opina que el tesoro debera corresponder solo al propietario del suelo, por lo
menos cuando no hubo autorizacin para el ingreso. La idea sera desincentivar
simplemente la excavacin en fincas ajenas (PANTALEN PRIETO). Sin
embargo, tambin se dice que dado que el tesoro es una cosa distinta de la tierra,
en ningn caso el propietario tiene por qu beneficiarse con el descubrimiento
hecho por otro (BORDA).
Particularmente pensamos que la ley debe darle valor a la actividad de la cual
deriva el descubrimiento aun cuando no hubo autorizacin, porque sin ella el
tesoro quizs nunca vera la luz y no habra beneficio social alguno. En tal sentido,
el descubridor debe recibir parte del tesoro. Si no, simplemente se reducirn al
mnimo los incentivos para que -luego del descubrimiento- el propietario sea
ubicado por el descubridor o para que este ltimo se deje ubicar por el primero.
Admitimos, sin embargo, que este problema puede presentarse en todo
descubrimiento de tesoro, en tanto siempre se conceda algn derecho al
propietario (que el descubridor querr retener), peor si es alto el costo de
ubicacin o identificacin.
Por lo dems, es conveniente tambin que el descubridor fortuito no reciba todo el
tesoro, de modo que no se d total carta libre para ingresar a predios y realizar
labores (excavaciones u otras) con finalidades a veces desconocidas. Cuando
medi autorizacin para el ingreso, se justifica que el dueo del suelo participe del
beneficio, en tanto su conducta, inconscientemente, tambin es causa (aunque no
inmediata) del descubrimiento. Lo ms razonable, entonces, es que la reparticin
sea siempre por mitades.
Finalmente, es bueno notar que dado que el tesoro no es un accesorio del suelo,
su descubrimiento nunca beneficia a quien tenga un derecho de hipoteca o
anticresis sobre el inmueble, est este cercado o no (AREN).
4. El pacto distinto (anterior o posterior)
El Cdigo Civil permite el pacto distinto frente a la regla de la divisin por mitades
fijada en el artculo 935. En realidad, lo que la ley est permitiendo son dos
posibles pactos de reparticin: uno previo al descubrimiento y otro posterior.
En efecto, antes de realizarse la bsqueda, o incluso durante esta, el buscador
puede acordar con el dueo del suelo alguna forma de reparticin del tesoro a
encontrarse y que difiera de la divisin por mitades. Pueden fijar as un porcentaje
distinto o algn otro tipo de regulacin especial, de acuerdo a sus intereses
subjetivos o a los riesgos que quieran asumir (por ejemplo, yo me quedo solo con
los objetos de plata y t con todo lo dems). Sin embargo, el acuerdo puede
producirse tambin una vez encontrado el tesoro. Las partes podran decidir recin
en ese momento un criterio de reparticin. Es probable adems que el valor
comercial de los bienes sea difcil de fijar, por lo cual no quepa hacer una divisin
exacta. Incluso, la reparticin puede atender a valoraciones estrictamente
subjetivas (yo me quedo solo con estas fotos y t con todos los objetos de valor). A
efectos prcticos, el rgimen es el mismo al de todo bien sujeto a copropiedad.
PROTECCIN AL PATRIMONIO CULTURAR DE LA NACIN
ARTICULO 936
Los artculos 934 y 935 son aplicables solo cuando no sean opuestos a las normas
que regulan el patrimonio cultural de la Nacin.
CONCORDANCIAS:
C. art.21
LEY 24047 arts. 1 y ss.
1. Se aplican a los bienes culturales las normas sobre adquisicin de tesoros?
El primer problema interpretativo que debe enfrentarse cuando se analiza el
artculo 936 del Cdigo Civil es la variacin del contexto constitucional. El Cdigo
Civil fue promulgado bajo la vigencia de la Constitucin Poltica de 1979, cuyo
artculo 36 deca que "los yacimientos y restos arqueolgicos, construcciones,
monumentos, objetos artsticos y testimonios de valor histrico, declarados
patrimonio cultural de la Nacin, estn bajo el amparo del Estado. La ley regula su
por el Cdigo Civil, pues para la calificacin de un bien como "tesoro" no se exige
la extrema dificultad o imposibilidad para la identificacin del propietario. Al efecto,
puede verse que el Decreto Supremo N 028-DE-MGP obliga a los propietarios de
las naves, aeronaves, instalaciones acuticas, cargas u otros objetos hundidos a
que inicien la extraccin o recuperacin de sus bienes en el plazo de un ao
contado desde la fecha en que ocurri el hecho, pues si no, se produce de pleno
derecho el abandono a favor del Estado. Es decir, en todo momento los tesoros
sumergidos tienen un propietario plenamente reconocido: antes del ao, es el
propietario que sufri la prdida; despus del ao, es el Estado.
Pues bien, esto significa que los bienes hundidos no pueden ser considerados
''tesoros''? Creemos que si el descubrimiento se produce antes del ao de
hundimiento, el rgimen es similar al de un bien perdido, por lo cual el propietario
podr reclamar los bienes cuando los encuentre un tercero. Transcurrido el ao,
sin embargo, los bienes califican como tesoro, pues cualquiera puede obtener
autorizacin para su bsqueda y recuperacin y hacerse propietario del porcentaje
respectivo, de acuerdo con lo pactado con la autoridad estatal.
En trminos prcticos, nos encontramos frente a una forma acelerada de convertir
un bien perdido en tesoro.
3. Tesoros en bienes de propiedad estatal
La bsqueda de tesoros en los bienes inmuebles (de dominio pblico o privado)
del Estado tambin es objeto de una regulacin especial, conforme a los artculos
105 y siguientes del Decreto Supremo N 154-2001-EF, Reglamento General de
Procedimientos Administrativos de los Bienes de Propiedad Estatal. Con esta
normativa se cubre finalmente el resto de situaciones posibles de descubrimiento
de tesoros, esto es, distintas de los predios privados y del mar, ros y lagos
navegables.
Pues bien, para buscar tesoros en terrenos de propiedad estatal es necesaria
tambin una autorizacin, que debe ser tramitada y aprobada por la
Superintendencia de Bienes Nacionales. Por su relevancia mencionamos los
requisitos de la solicitud, que son los siguientes:
a) Si la solicitud se refiere a un terreno de dominio pblico o a uno de dominio
privado que no se encuentre debidamente inscrito o no sea de libre disponibilidad,
solo se otorgar la autorizacin previa coordinacin e informes con las autoridades
encargadas de su conservacin y administracin.
b) No procede la autorizacin si la bsqueda puede comprometer la estabilidad e
integridad topogrfica del respectivo suelo y subsuelo, ni la de los terrenos
adyacentes.
c) En ningn caso procede autorizar bsquedas en zonas declaradas como
patrimonio cultural de la Nacin, zonas intangibles o de reserva, ni en los terrenos
adyacentes a ellas, y, en general, en zonas regidas por leyes especiales.
ARTICULO 937
El objeto que se hace de buena fe con materia ajena pertenece al artfice,
pagando el valor de la cosa empleada.
La especie que resulta de la unin o mezcla de otras de diferentes dueos,
pertenece a estos en proporcin a sus valores respectivos.
CONCORDANCIAS:
c.c.
1. Especificacin
El texto legal contiene dos normas jurdicas distintas. La primera de ellas regula la
especificacin y la segunda el supuesto de mezcla, tambin conocido como
confusin.
Sobre la definicin de especificacin cabe decir que, en efecto, la especificacin
se produce cuando a partir del trabajo de una persona, la materia de propiedad de
una persona distinta se transforma en una nueva. Luis Dez Picazo y Antonio
Gulln afirman que "la especificacin tiene lugar cuando una persona que no es
propietaria de la cosa, ni acta de acuerdo con su dueo, pone en ella su trabajo y
la convierte en cosa distinta".
La definicin que recoge nuestro Cdigo Civil solo se refiere al supuesto de
especificacin de buena fe, cuando la dogmtica de la institucin prev tambin el
supuesto de especificacin de mala fe.
En efecto, la doctrina destaca que cuando la especificacin se efecta a
sabiendas o en circunstancias en que se debera conocer que la materia
empleada es ajena, el propietario puede optar por apropiarse de la nueva especie
sin pagar nada por ella o exigir al especificante que le pague el valor de la materia
y le indemnice por los daos y perjuicios que pudiera haberle ocasionado.
El Cdigo Civil espaol, artculo 383, opta por asignar a la especificacin de mala
fe un rgimen civil similar en el prrafo precedente. El Cdigo Civil italiano, al igual
que el peruano, no menciona este supuesto. El Cdigo Civil alemn, en su artculo
951, en cambio, s se refiere a este supuesto atribuyndole la condicin de acto
ilcito.
Nosotros coincidimos con la calificacin de acto ilcito atribuida a este supuesto y
consideramos que, en este sentido, conforme a nuestro ordenamiento, la
especificacin de mala fe no est sujeta a la ordenacin civil. As, cabe sostener
que la especificacin de mala fe es un supuesto cuyo tratamiento es susceptible
de ser en marcado en el Ttulo V de Libro 11 del Cdigo Penal, referido a los
delitos contra el patrimonio.
En lo que atae a la composicin de los intereses en juego, el Cdigo Civil hace
prevalecer los de aquel que modifica la materia ajena sin saber y sin haber debido
saber, de acuerdo a las circunstancias, que era ajena. As, tcnicamente concede
un poder por el que a travs de su comportamiento adquiere la propiedad, con la
sola carga de pagar el precio de la materia utilizada.
El valor a pagar lo determinar el juez o a un mecanismo de composicin de
conflictos extrajudicial, si las partes consienten en ello, sobre la base de
consideraciones que estimamos deben hacerse en cada caso. La evaluacin
casustica del precio que corresponde debe entenderse como el mtodo a preferir,
creemos, porque la norma no contiene un mandato a.1 respecto. De otro lado, fijar
de antemano, normativamente, un mtodo de valoracin para todos los casos
podra llevar a equvocos y soluciones injustas, en la medida en que la realidad
ofrece situaciones sociales particulares siempre diferentes.
Una razn tradicional que justifica una opcin legal sobre los intereses, como la
adoptada por nuestro Cdigo, es aquella que se sustenta en el mayor valor que se
le puede dar al trabajo sobre la cosa, frente al descuido de quien permite que sea
modificada. Razones utilitarias pueden llevar a apoyar una medida de esta
naturaleza siempre que se considere ms eficiente favorecer el trabajo, o se
piense que siempre se genera un mayor valor tras la especificacin.
Esta solucin no considera, sin embargo, los casos en que la materia aun luego de
especificada es ms valiosa que el trabajo que se ha aplicado sobre ella. Como
podra pasar con el oro de un par de aretes regulares que se convierten en una
sortija regular (hacemos nfasis en regular, porque si los aretes no tenan autor
conocido y son convertidos en sortija por un muy famoso joyero, estaramos en un
supuesto que nos llevara ms bien a preferir la solucin de nuestro Cdigo).
En este ejemplo no parece fcil encontrar una razn para favorecer el trabajo
sobre el derecho de propiedad, pero el propietario original se vera privado de ella
y recibira a cambio un precio, fijado por el juez o a travs de un mecanismo de
composicin de conflictos extrajudicial, en el mejor de los casos.
La constitucionalidad de la aplicacin del artculo bajo comentario a supuestos
como el descrito en el prrafo precedente es, por lo menos, discutible.
2. Mezcla
En el caso de la mezcla, la determinacin de la realidad prefigurada por la norma
es menos clara. La norma permite colegir, no obstante, que el objeto de su
regulacin estriba en el hecho de que materias de diferentes dueos se unan y
resulte de ellas una distinta.
La comprensin de la unin de dos materias no ofrece mayores problemas. Sin
embargo, debemos recurrir a la funcin explicativa de la doctrina como fuente del
derecho para entender que al mencionar que surge una "nueva especie", nuestro
Cdigo pretende hacer referencia al hecho de la denominada inseparabilidad.
La posibilidad de separar los bienes sin detrimento es el criterio que ha permitido a
El segundo prrafo del artculo 382 del Cdigo Civil espaol regula este supuesto
a establecer que si la mezcla se hace por voluntad de uno solo de los propietarios
con mala fe, quien acta de mala fe pierde la propiedad de su bien a favor del
propietario (o propietarios) de los otros bienes muebles que intervienen en la
mezcla. Adems, el que genera la mezcla de mala fe queda obligado a la
reparacin de daos y perjuicios que corresponda.
Con mejor tcnica, nuestro Cdigo Civil, como el Cdigo Civil italiano y el Cdigo
Civil alemn, no regula este supuesto, legando su tratamiento a otras normas del
ordenamiento que regulen la disposicin de la propiedad ajena de mala fe. En
nuestro pas el Ttulo V del Libro II del Cdigo Penal, denominado "delitos contra el
patrimonio", regula tales actos ilcitos.
Respecto de la disposicin normativa, la norma declara que el bien resultante
pertenece a los propietarios de los bienes que conforman la nueva especie. No
declara este mandato bajo qu rgimen de propiedad asumen los propietarios
originales la nueva cosa. Cabe entonces, tcnicamente, interpretar esta norma. En
este caso el mtodo de interpretacin orgnica o sistemtica nos permite
determinar que la propiedad comn es regulada por el Captulo V del Libro V del
Cdigo, que contiene la ordenacin de la copropiedad.
La opcin por la copropiedad es adoptada expresamente en el artculo 947 del
Cdigo Civil alemn, que seala que "los hasta ahora propietarios se hacen
copropietarios" en funcin del valor de cada cosa que interviene en la formacin
de la nueva; y, tcitamente, por el artculo 939 del Cdigo Civil italiano, que
sanciona que "la propiedad se hace comn en proporcin a las cosas
correspondientes a cada uno"; por el artculo 698 del Cdigo Civil ecuatoriano, que
menciona que la nueva cosa "pertenecer a dichos dueos pro indiviso, a prorrata
del valor de la materia que a cada uno pertenezca"; por los artculos 381 y 382 del
Cdigo Civil espaol, que se refieren a que "cada propietario adquirir un derecho
proporcional a la parte que le corresponda atendido el valor de las cosas
mezcladas o confundidas"; por el artculo 147.1 del Cdigo Civil boliviano, que se
refiere a que "la propiedad del todo se hace comn en proporcin al valor de las
cosas correspondientes a cada propietario"; y, por el artculo 574 del Cdigo Civil
venezolano, que prescribe que "el objeto formado se har comn en proporcin al
valor de las materias pertenecientes a cada uno".
Nuestro Cdigo se aleja, en cambio, de regulaciones como la alemana, italiana, y
venezolana, entre otras, al no regular el supuesto en que uno de los bienes
muebles pueda considerarse, por su vala o relevancia en el todo resultante,
principal respecto del otro (o de los otros, claro est). Estas regulaciones asignan
la propiedad del bien mueble resultante al propietario del bien principal y obligan a
este al pago del valor de la materia del otro proletario.
En consecuencia, siendo que no est regulado expresamente, una recta
inteleccin de nuestra normativa nos debe llevar a no hacer una excepcin en
donde nuestra legislacin no distingue una y asignar el rgimen de copropiedad
incluso a un supuesto como el comentado.
Un aspecto importante del estudio de esta materia, que merece la pena ser
resaltado aqu, es la inexistencia de jurisprudencia sobre esta materia clasificada
en las diferentes recopilaciones que han sido publicadas en nuestro medio.
Subcaptulo III
Accesin
DEFINICIN
ARTICULO 938
El propietario de un bien adquiere por accesin lo que se une o adhiere
materialmente a l.
CONCORDANCIAS:
C.C. arts. 939, 940, 941, 942, 943, 944, 945, 946
La accesin es una de las formas originarias de adquirir la propiedad mueble o
inmueble, entre las que tambin se encuentran la apropiacin, la especificacin y
mezcla y la prescripcin, ello debido a que una persona se hace titular de la
propiedad de un bien por un acto exclusivo de su parte o por un hecho natural sin
que el propietario derive su ttulo de uno anterior.
Doctrinariamente en el instituto de la accesin encontramos dos manifestaciones:
a) frente al hecho segn el cual a un bien se le adhiere o une otro bien de manera
artificial o natural, formando un bien nico e inseparable, de tal suerte que el
propietario del bien que recibe el otro bien resulta siendo el dueo de ambos;
sucede cuando se unen bienes cuyo titular es distinto y se denomina tambin
accesin continua o propia; y b) la del derecho del dueo de una cosa para hacer
suyos los frutos naturales o civiles que ella produzca y que se conoce con el
nombre de accesin discreta o impropia (el caso de la accesin natural acogida
por el artculo 946 del Cdigo vigente).
Algunos autores VALENCIA ZEA, MANRESA y NAVARRO afirman que la nica
accesin es la continua, toda vez que en el caso de la accesin discreta, ms bien
se tratara de la consecuencia de uno de los atributos del derecho de propiedad,
especficamente el ius fruendi o facultad de disfrute (artculo 923 del Cdigo Civil).
En el supuesto de la accesin continua, por la unin o incorporacin de dos
bienes, la adherencia debe ser de tal entidad que las cosas unidas entre s no
puedan separarse o pueda ser que su separacin implique una prdida econmica
mayor y, por lo tanto, el tema de la accesin es el de decidir a quin se le atribuye
la cosa obtenida. En otras palabras se trata de decidir a quin corresponde el
poseedor que ocupa la edificacin que construye sobre terreno ajeno, no puede
tener la condicin de ocupante precario respecto de dicho predio"
(Cas. N 2552-98).
ACCESIN POR ALUVIN
ARTICULO 939
Las uniones de tierra y los incrementos que se forman sucesiva e
imperceptiblemente en los fundos situadas a lo largo de los ros o torrentes,
pertenecen al propietario del fundo.
CONCORDANCIAS:
C.C. art.938
Se ha definido al aluvin como el depsito de materiales sueltos, gravas, arenas,
etc., acumulados por el agua al disolverse. Otra acepcin comnmente utilizada la
define como el traslado realizado por ros o inundaciones y depositado donde la
corriente disminuye, a las cuales se denominan tierras de aluvin.
Respecto de las tierras de cultivo que se forman con materiales de aluvin o
inundacin, se ha establecido el derecho de accesin, es decir, el derecho del
propietario del inmueble respecto del cual se incorpora natural o artificialmente.
Se trata especficamente de la adquisicin de propiedad por accesin que las
propiedades ribereas reciben paulatinamente por efecto de las corrientes de
agua. Normalmente se trata de un fenmeno natural, la continua accin erosiva de
las aguas, el arrastre de tierras, el curso del agua que se desva, los cuales tienen
como consecuencia la acumulacin de materiales, se desprenden de un bien y se
trasladan a otro, siendo que el titular de este ltimo predio acrece su extensin al
decidirse por mandato legal que sea tambin propietario de la porcin que se le
adhiere.
El Cdigo Civil lo ha acogido como accesin por aluvin y se trata de un supuesto
de accesin de inmueble a inmueble, en el cual como consecuencia de un hecho
de la naturaleza, el derecho le confiere efectos jurdicos relativos a la adquisicin
de la propiedad del bien.
La figura del aluvin es uno de los cuatro supuestos de la denominada accesin
de inmuebles, las otras son: la avulsin, la mutacin del lveo o cambio de cauce
de un ro y la formacin de una isla nueva. Debe sealarse que los supuestos de
mutacin del lveo o cambio de curso del ro se encuentran regulados por los
artculos 79 y siguientes de la Ley N 26865, mientras que la formacin de una isla
nueva es regulada por el artculo 6 inciso f) de la Ley General de Aguas (Ley N
17752).
Los requisitos para que nos encontremos frente a un aluvin son los siguientes:
a) Que se produzca un incremento del terreno ribereo.
b) Que el aumento de terreno se produzca en forma lenta, sucesiva e
imperceptible y que su origen sea la naturaleza.
Como poder apreciar, el artculo 939 de nuestro Cdigo ha regulado el hecho del
aluvin, no habindose referido a los otros supuestos de accesin de inmueble a
inmueble que hemos mencionado precedentemente. Por otro lado, debe tenerse
presente que el solo hecho de la adherencia al suelo de propietario distinto lo hace
propietario, no existiendo plazo de caducidad establecido; en tanto, consideramos
que no es posible determinar la titularidad e identidad del bien que viene a acrecer
el predio principal.
Finalmente respecto de la figura del aluvin y conforme ya lo han sealado
diversos autores (Arias Schreiber y Ramrez Cruz), esta institucin debe ser
regulada por especialidad, por la legislacin agraria, debindose precisar que en
caso de incompatibilidad es de aplicacin la ley especial sobre la general.
ACCESIN POR AVULSIN
ARTICULO 940
Cuando la fuerza del ro arranca una porcin considerable y reconocible en un
campo ribereo y lo lleva al de otro propietario ribereo, el primer propietario
puede reclamar su propiedad, debiendo hacerlo dentro de dos aos del
acaecimiento. Vencido este plazo perder su derecho de propiedad, salvo que el
propietario del campo al que se uni la porcin arrancada no haya tomado an
posesin de ella.
CONCORDANCIAS:
C.C. art.938
La avulsin supone que un hecho sbito produce un desprendimiento violento
originado por la fuerza de una avenida o creciente repentina del ro, la misma que
arranca una porcin considerable e identificable de terreno, cultivos, y los conduce
a la ribera opuesta o los traslada cauce abajo, el terreno desglosado pertenece a
propietario distinto al propietario del suelo que lo recibe.
Estimndose que el desprendimiento ocasionado tiene su origen en un hecho
fortuito y se trata de una porcin identificable en entidad y por tanto se puede
identificar al titular del bien, a diferencia del aluvin, se faculta al propietario del
predio del cual se produjo el desprendimiento de suelo, a reivindicar dicha porcin
en el plazo de dos aos. Se establece en este caso un plazo de caducidad, en
tanto transcurrido el mismo, .el primer propietario ya no podr reclamar dicha
porcin. Sin embargo, debe sealarse que es una excepcin a lo establecido en el
artculo 927 del Cdigo Civil.
Para la procedencia de la accesin por avulsin se exigen en consecuencia dos
requisitos:
a) Que el desprendimiento se produzca a consecuencia de una fuerza
violenta, puede ser un terremoto.
b) Que el dueo del predio del cual se desprende haya hecho abandono de la
ARTICULO 943
Cuando se edifique de mala fe en terreno ajeno, el dueo puede exigir la
demolicin de lo edificado si le causare perjuicio, ms el pago de la indemnizacin
correspondiente o hacer suyo lo edificado sin obligacin de pagar su valor. En el
primer caso la demolicin es de cargo del invasor.
CONCORDANCIAS:
C.C. arts.909, 910, 941, 942, 944, 968, 1969
El presente artculo nos lleva, en primer lugar, al anlisis de las construcciones
que una persona realiza sobre un terreno que no le pertenece.
En principio, podramos sealar que, por efecto de la accesin cuyo antecedente
ms remoto aparece en el Derecho Romano "superficies solo cedit" esas
construcciones pasaran a ser propiedad del dueo del suelo, sin embargo, la ley
establece diferencias sustanciales en las construcciones efectuadas en terreno
ajeno, ya que dichas construcciones pueden haber sido realizadas de buena fe o
de mala fe.
Al respecto, debemos sealar que la mala fe es toda intencin perversa o
conviccin ntima de que no se acta legtimamente, ya sea por existir una
prohibicin legal o una disposicin en contrario, o por saber que se lesiona un
derecho ajeno o no se cumple con un deber propio (CABANELLAS).
Asimismo, y tal como ya explicamos en el artculo anterior, para la materializacin
de la mala fe es necesaria la concurrencia del dolo o intencin deliberada de
causar perjuicio a otra persona, y obviamente esta mala fe del constructor debe
probarse.
Ahora bien, cuando el edificador construye de mala fe, es decir, con pleno
conocimiento de que el terreno es ajeno, el artculo seala que el dueo del suelo
tiene dos opciones:
1) Exigir la demolicin de lo edificado si es que le causa perjuicio, ms el pago
de la indemnizacin correspondiente.
2) Hacer suyo lo construido sin tener que pagar suma alguna.
En el primer supuesto, coincidimos con el maestro Eleodoro Romero Romaa,
quien afirma que "en el derecho moderno no debe admitirse el derecho de destruir,
que corresponde a la pasada concepcin individualista de la propiedad", por lo
tanto la demolicin no es una frmula muy feliz, ya que ha sido cuestionada desde
tiempos inmemoriales, sin dejar de mencionar la indemnizacin que debe pagar el
constructor de mala fe.
En cuanto al segundo supuesto, nos parece excesiva la sancin que seala el
presente artculo, la cual adems podra generar un enriquecimiento sin causa,
conforme a lo preceptuado por el artculo 1954 de nuestra norma sustantiva civil.
Ahora bien, todo ello nos lleva a plantear una interrogante: Desde cundo hay
mala fe?
La jurisprudencia nacional ha sealado desde tiempo atrs que "las edificaciones
hechas en terreno ajeno despus de haber sido citado el poseedor con la
demanda del propietario, se consideran de mala fe" y tal como lo mencionamos
anteriormente, esta mala fe debe probarse, por lo que la jurisprudencia concluye
diciendo "no habindose acreditado que se hubiera edificado de mala fe, o sea
conociendo que el terreno era ajeno, el dueo del suelo deber pagar el valor de
lo edificado".
Creemos, pues que el fundamento de esta norma es cautelar los intereses del
propietario del suelo; sin embargo, reiteramos nuestra posicin al sealar que la
segunda alternativa planteada por nuestra norma sustantiva civil, es tal vez muy
drstica, pero necesaria a fin de desalentar la construccin de mala fe en terreno
ajeno.
Finalmente, debemos agregar que el artculo tiene su fuente en lo que dispona la
segunda parte del artculo 868 del Cdigo Civil de 1936, cuando estableca que si
la construccin en terreno ajeno haba sido hecha de mala fe, el dueo tena la
facultad de pedir la restitucin de las cosas al estado anterior y adems la
indemnizacin por el perjuicio causado.
A nuestro entender, la solucin que planteaba el Cdigo Civil derogado nos parece
mucho ms justa y equitativa, en razn de que al haberse alterado de mala fe el
estatus de un bien, lo correcto sera que se repongan las cosas al estado anterior.
JURISPRUDENCIA
"La accesin de propiedad por edificacin de mala fe en terreno ajeno tiene dos
elementos objetivos consistentes en que el propietario del bien puede optar
alternativamente por exigir la demolicin de lo edificado si le causare perjuicio,
ms el pago de la indemnizacin correspondiente o hacer suyo lo edificado sin
obligacin de pagar su valor; por otro lado, la norma exige que se pruebe la mala
fe del invasor que ha edificado" (Cas. N 1006-96-Callao, El Peruano, 2/05/98, p.
847).
"El que de mala fe edifica en terreno ajeno carece de derecho para demandar el
pago del valor de lo edificado" (Revista Jurdica. 1956, N 1, p. 32).
"Las edificaciones hechas a mrito de un ttulo que despus fue invalidado, no
pueden ser consideradas como levantadas de mala fe" (Revista de Jurisprudencia
Peruana, 1973, p. 598).
"Las edificaciones hechas en terreno ajeno, despus de haber sido citado el
poseedor con la demanda del propietario, se consideran de mala fe, y, por tanto,
no procede el pago de su valor" (Anales Judiciales, 1970, p. 9).
"Cuando una persona edifica en terreno ajeno, existe buena fe cuando ignora que
el terreno no es de su propiedad, en cuyo caso el dueo del suelo debe pagar el
valor de la edificacin o el invasor debe pagar el valor comercial del terreno; de
otro lado, existe mala fe cuando el que construye sabe que el terreno en el cual
edifica no le pertenece, no es de su propiedad; en este caso, el dueo del terreno
puede exigir la demolicin de lo edificado si le causa perjuicio ms el pago de la
correspondiente indemnizacin, o sino, hacer suyo lo edificado sin obligacin de
pagar su valor. Se considera que hay mala fe cuando el demandado tena
conocimiento que dicho inmueble no era de su propiedad, no es suficiente la
afirmacin que se construy porque crey que l era el propietario al haber
comprado el terreno sin firmar documento alguno, el demandado no ha probado
que el propietario haya prestado su consentimiento para edificar dicha
construccin ni que por el transcurso del tiempo el demandante haya perdido el
ejercicio de sus derechos a la propiedad" (Cas. N1589-99 del 09/12/1999
Explorador Jurisprudencial. Gaceta Jurdica).
Como ya tiene establecido esta Corte Suprema, no tiene la calidad de poseedor
precario quien es dueo de la edificacin construida sobre terreno ajeno, no
siendo objeto de un proceso de desalojo determinar si la edificacin fue hecha de
buena o mala fe, por lo que no resulta pertinente, en este proceso, aplicar la
norma contenida en el artculo 943 del Cdigo Civil. En consecuencia habindose
establecido que los propietarios del suelo no lo son de la fbrica no resultan
aplicables las normas contenidas en los artculos 911 y 923 del Cdigo acotado,
no siendo posible proceder al desalojo de solo el terreno (Cas. N 1830-99. El
Cdigo Civil a travs de la Jurisprudencia Casatoria, p. 319).
INVASIN DEL SUELO COLINDANTE
ARTICULO 944
Cuando con una edificacin se ha invadido parcialmente y de buena fe el suelo de
la propiedad vecina sin que el dueo de esta se haya opuesto, el propietario del
edificio adquiere el terreno ocupado, pagando su valor, salvo que destruya lo
construido.
Si la porcin ocupada hiciere insuficiente el resto del terreno para utilizarlo en una
construccin normal, puede exigirse al invasor que lo adquiera totalmente. Cuando
la invasin a que se refiere este artculo haya sido de mala fe, regir lo dispuesto
en el artculo 943.
CONCORDANCIAS:
C.C. arls. 914, 941, 966
Suele suceder que en determinadas circunstancias y por un error de medicin,
confusin de linderos o deficiencia en los ttulos se invade, mediante una
edificacin o construccin, la superficie del predio vecino, de buena fe.
Como el precepto exige que en estos casos el dueo del suelo invadido no se
haya opuesto, no rigen en este supuesto las reglas generales de la accesin y
ser el invasor de buena fe quien adquiera el terreno ocupado, pagando su valor,
salvo que por razones de conveniencia destruya lo construido.
Se trata, segn se aprecia, de una situacin especial que ha exigido, con acierto,
ARTICULO 945
El que de buena fe edifica con materiales ajenos o siembra plantas o semillas
ajenas adquiere lo construido o sembrado, pero debe pagar el valor de los
materiales, plantas o semillas y la indemnizacin por los daos y perjuicios
causados.
Si la edificacin o siembra es hecha de mala fe se aplica el prrafo anterior, pero
quien construye o siembra debe pagar el doble del valor de los materiales, plantas
o semillas y la correspondiente indemnizacin de daos y perjuicios.
CONCORDANCIAS:
C.C. arts. 914, 941, 942, 943
Este dispositivo prev la adquisicin por accesin de aquellos bienes muebles que
acceden a los inmuebles, lo que estaba recogido en la legislacin romana. Segn
el pargrafo 29, Ttulo 1, Libro 11, de las Institutas: "cuando alguno hubiere
edificado en su suelo con materiales ajenos, se entiende que el mismo es dueo
del edificio, porque cede del suelo todo lo que l se edifica, y respecto de las
plantas indicaban las mismas Institutas en su pargrafo 31 Ttulo 1, Libro II, que "si
hubiere puesto en su suelo una planta ajena, ser de l, con tal que la planta
hubiere fincado races. Igualmente ceden al suelo los granos sembrados".
La Ley de las Siete Partidas recoga tambin el principio clsico de la accesin. En
efecto "si algn hombre introdujere en una casa, ladrillos, pilares, maderas u otra
cosa semejante ajena, no podr reivindicarlas si el propietario de las mismas, una
vez asentadas, ganndolas el propietario del suelo, fuera de buena fe o de mala
fe, y debiendo abonar el doble del precio" (Ley 38, Ttulo XXVIII, Partida 111), y en
la Ley 43 del mismo Ttulo y Partida se estableca que "si alguno plantare rboles
ajenos en su heredad, y estos quedaren arraigados, los adquiere, no importa que
acte de buena como de mala fe, abonando su valor".
Se advierte de lo expresado que en estas legislaciones no se hacan distingas
entre quienes actuaban de buena y de mala fe.
El artculo 508 del Cdigo Civil de 1852 dispona, en cambio, que "el que edifique
con materiales ajenos creyendo que eran suyos, pagar su valor al dueo de ello,
ms si supo que eran de otro, pagar el doble. El dueo de los materiales podr
elegir-que se pague en dinero, o en la misma especie y calidad de aqullos".
A su vez, el artculo 870 del Cdigo Civil de 1936 mantuvo el mismo principio de la
accesin (superficie solo cedit), sin establecer diferencia entre el propietario del
suelo que acta de buena o de mala fe.
El artculo 945 del Cdigo vigente se mantiene dentro de la lnea de la accesin de
los objetos muebles a bienes inmuebles, siguiendo la tnica del artculo 870 del
Cdigo Civil derogado pero con un agregado de alcance tico, pues distingue los
casos de buena o mala fe del edificador o sembrador. En esta ltima hiptesis, el
dueo del terreno que utiliza materiales o semillas que saba era ajenas, est
obligado a pagar el doble de su valor y a satisfacer los daos y perjuicios
resultantes.
De los materiales, plantas o semillas el valor ser el actual, siendo nuevamente
aplicable esta vez por analoga lo dispuesto en el artculo 942 del Cdigo Civil.
Entre el artculo 943 y el precepto bajo comentario existe una manifiesta
diferencia. En efecto, mientras que en el primero de estos dispositivos un tercero
extrao realiza edificaciones o construcciones en suelo ajeno, el artculo 945 se
refiere al caso distinto de lo edificado, plantado o sembrado por el propietario del
suelo y no por un tercer extrao, siendo los materiales, plantas o semillas ajenos.
Siguiendo la tnica del Cdigo Civil italiano, Lucrecia Maisch von Humboldt
discrepa del texto final aprobado por la Comisin Revisora y sostiene que debi
recogerse el artculo 114 de su ponencia, el cual "sin calificar la buena o mala fe
del propietario del suelo, admite adems el derecho del propietario a reivindicar
sus materiales, durante seis meses, si la separacin no ocasiona grave dao a la
obra o el perecimiento de la plantacin. Solucin ms justa pues mejora el
derecho del propietario de los materiales" (MAISCH VON HUMBOLDT, pp. 184 Y
185).
Nosotros preferimos la frmula existente, que distingue las hiptesis de buena o
mala fe del propietario del suelo, poniendo nuevamente de relieve su alto
contenido moral.
ADQUISICIN DE LAS CRIAS
ARTICULO 946
El propietario de animal hembra adquiere la cra, salvo pacto en contrario.
Para que los animales se consideren frutos, basta que estn en el vientre de la
madre, aunque no hayan nacido.
En los casos de inseminacin artificial realizada con elementos reproductivos
procedentes de animal ajeno, el propietario de la hembra adquiere la cra pagando
el valor del elemento reproductor, si obra de buena fe, y el triple de dicho valor, si
lo hace de mala fe.
CONCORDANCIAS:
c
1. Antecedentes
El viejo Cdigo de Louisiana, de acuerdo con la ley romana, deca que los
esclavos an no nacidos durante el uso temporal de sus madres, no pertenecan
al arrendador de la esclava sino al dueo permanente. Pero la descendencia de
un esclavo nacido durante un alquiler vitalicio perteneca al arrendatario de por
vida. Caso curioso que trata de la propiedad de la descendencia humana cuando
estaba de por medio la esclavitud. Y es precisamente lo que trata el artculo en la
propiedad de la descendencia de los objetos animados.
madre fue tratada como una proposicin universal de Derecho Natural" (vid.
EPSTEIN, p. 83).
Las cras de los animales son frutos y le corresponden al propietario de la hembra
que los pari.
3. Propiedad de la cra
La premisa consagrada en el artculo bajo comentario es que "la cra del animal es
de propiedad del dueo de la hembra que la pari". Las consideraciones que se
toman en cuenta son las siguientes:
1) Econmicas: El proceso de gestacin y parto as como el cuidado de la
rastra hasta su destete es toda una inversin econmica para el dueo de
la hembra, por lo que se justifica su propiedad respecto de la camada.
Los gastos incurridos en el mantenimiento del animal hembra preado, y el
futuro cuidado de la cra, se ven compensados con la propiedad de la
descendencia.
2) Biolgicas: La trascendencia biolgica de la hembra es mayor a la del
macho, razn por la cual la cra ha de pertenecerle al propietario del animal
que ms aporta para el desarrollo del bien. En este sentido, se ha
sostenido, y en esta materia con legitimidad, que es a la madre a quien
corresponde la gestacin y el sacrificio que supone el parto y la lactancia,
por lo que la cra es una porcin de las entraas de la madre: partio
viscerum matris (CASTAEDA, p. 245).
3) Jurdicas: Se aplica el principio de que la maternidad est antecedida por el
parto y este a la gestacin, hechos biolgicos tpicos de la hembra. Se
aplica el axioma ventrem de sequitur de partus. De aqu nace la calidad de
ser un fruto.
El artculo 946 se ha estructurado tomando en cuenta la propiedad de la cra
respecto de aquellas especies de animales unparas, es decir aquellas que paren
solo una cra; el articulado dice en sentido singular que: "el propietario del animal
hembra adquiere la cra". Situacin distinta de la que sucede con las especies de
animales multparas (que son las ms comunes) en las que (a partir de un criterio
de equidad) ha de corresponderle al propietario del macho parte de la camada o
ventregada.
4. De la fecundacin natural
Producto de la fecundacin natural, del cruce del macho con la hembra, se
concibe a la cra en el tero del animal. Dado que la monta (cruce o
acaballamiento) se ha producido con animal distinto del propietario de la hembra,
es preciso determinar a quin le corresponder la cra, tomando en consideracin
que los animales, como objetos de derecho, tienen un dueo, pertenecen a
alguien, es decir, a un sujeto al que le corresponde la propiedad de ese bien
semoviente (el Cdigo Civil de Quintana Roo, artculo 1736, seala expresamente
propietario de la hembra que los pari". Ahora bien, para que los animales se
consideren frutos naturales basta que estn en el vientre de la madre, aunque no
hayan nacido.
8. De los contratos de cruza
Para evitar controversias sobre estos temas las asociaciones de criadores,
propietarios y arrendatarios de sementales han estructurado algunas reglas a
tenerse en cuenta en el cruce de animales, segn el Reglamento Internacional de
Crianza de la Federation Cynologique Internationale. Estas reglas normalmente se
plasman en los denominados "contratos de cruza", entre los propietarios de la
hembra como del semental, establecindose las siguientes consideraciones:
a) Responsabilidad: la hembra de cruza permanecer en custodia del
propietario del semental para las montas necesarias, corriendo con los
gastos de alimentacin y cuidados necesarios.
b) Prdida de la hembra: si la hembra se pierde durante la estancia con el
macho, el propietario de este tiene la responsabilidad de pagar el importe
de la misma.
c) Cruza accidental: en caso de que la hembra sea cubierta accidentalmente
por un macho distinto del contratado, el dueo del macho ser responsable
por los gastos incurridos. Una vez cubierta la hembra por un semental
distinto, no es permisible cubrirla con el macho nombrado en este contrato y
el propietario del semental contratado no cobrar los gastos al propietario
de la hembra.
CONCORDANCIAS:
c.c. arts. 900, 901, 948, 949
LEY 27287 arto 22
LEY 26887 arto 23
Este artculo no se encontraba en el cdigo derogado y contiene la regla general
relativa a la tradicin como factor traslativo de dominio de los bienes muebles
determinados.
Al ocuparnos en nuestra obra sobre la problemtica de la tradicin en la posesin
(ARIAS-SCHREIBER, tomo IV, pp. 123, 124, 148), explicamos que el poseedor es
reputado propietario mientras no se pruebe lo contrario, agregando que esta
presuncin no puede oponerla el poseedor inmediato al mediato ni tampoco al
propietario con derecho inscrito.
En coherencia con lo expresado anteriormente, el artculo 947 seala que para los
efectos de la transferencia de la propiedad de cosas muebles determinadas ella se
efecta con la tradicin a su acreedor, salvo que exista un rgimen legal distinto.
Desde luego, la regla general contemplada por este artculo no funciona cuando
existe disposicin legal diferente, como es la de aquellos casos en los cuales para
la transferencia del dominio de cosas muebles se requiere la inscripcin en un
determinado Registro.
El artculo 947 se contrae exclusivamente a la transferencia de propiedad de una
cosa mueble, y no se extiende a los bienes incorporales. Sobre este particular
expresamos nuestra discrepancia con la opinin de Planiol y Ripert.
Lucrecia Maisch von Humboldt, al comentar el artculo 947, ha sealado que la
frmula del artculo siguiente, esto es el 948, "por simple inercia legislativa repite el
controvertido artculo 890 del Cdigo de 1936" agregando que es "deficiente;
legisla en forma confusa y conduce a contradicciones al expresar que se adquiere
dominio aun cuando el enajenante de la posesin carezca de facultad para
hacerlo". Concluye afirmando que en realidad hubiera sido ms tcnico el incluir
solo el artculo 947, que establece que la tradicin es la forma de adquirir la
propiedad de una cosa mueble determinada, con algunas excepciones: la de los
bienes muebles sujetos a la obligatoriedad del Registro, como los vehculos, los
que son inscritos en el Registro Fiscal de Ventas a Plazos; los que se obtengan
con infraccin a la ley penal; y el caso del ganado, cuya propiedad se prueba con
la marca registrada, de acuerdo al artculo 891 del cdigo derogado (MAISCH
VON HUMBOLDT, p. 186).
JURISPRUDENCIA
"La transferencia de propiedad de un vehculo automotor se perfecciona con la
tradicin, no teniendo efectos constitutivos la inscripcin registral de dicha
transferencia, por cuanto el Reglamento de Inscripciones del Registro de
Propiedad Vehicular, no le otorga tal calidad, adems de que el artculo 94 del
Cdigo de Trnsito y Seguridad Vial establece que se presumir propietario de un
e) El sujeto en cuestin deber actuar de buena fe, esto es, bajo el firme
convencimiento acerca de la licitud y legitimidad de la transferencia de
dominio.
f) No deben concurrir determinadas situaciones especiales que enervan la
eficacia de todo el principio, como son las que corresponden a los bienes
perdidos y a los adquiridos con infraccin del Cdigo Penal.
Tampoco el artculo rige respecto a los bienes muebles vendidos a plazos y
sujetos a la Ley N 6565, de 12 de mayo de 1929. Por mandato de esta ley fue
creado para Lima, Callao y Balnearios un Registro Fiscal de Ventas a Plazos,
supervigilado por el gobierno. En este Registro se inscriben todos aquellos bienes
muebles enumerados por el artculo 2 de la ley, sometidos a una operacin de
venta a plazos.
Los muebles que se encuentran registrados no pueden transferirse por la simple
entrega, segn el principio del chate/et, sino que estn exceptuados del mismo y
opera para ellos el derecho reivindicatorio. El Registro cumple una funcin
publicitaria, de donde todos los que deseen asegurarse frente a cualquier
eventualidad debern acudir a l solicitando un certificado. Si no se recurre al
Registro el adquirente de un bien mueble corre el peligro de ser desplazado por
quien inscribi la venta a plazos (artculo 4 de la Ley N 6565).
La Ley N 6565 requiere su reemplazo por otra ms amplia y dinmica, que se
ajuste mejor a las exigencias de la poca y a las necesidades del trfico mercantil.
Los casos de excepcin al principio del chate/et son el de los objetos perdidos a
que se refiere el artculo 932, y el de los objetos que estn sujetos al Cdigo
Penal.
Los bienes adquiridos con infraccin de la ley penal son todos aquellos
involucrados dentro de las figuras delictivas del hurto, robo, apropiacin ilcita o
receptacin de cosas perdidas.
Consecuentemente, quien adquiere un bien mueble como propietario de buena fe
y dicho objeto fuere robado, hurtado o apropiado ilcitamente (Ttulo V, Delitos
contra el Patrimonio, Captulos I, II, III Y IV, artculos 185 a 195 del Cdigo Penal)
no est protegido por el principio del chate/et.
Jorge Eugenio Castaeda sostena, que la regla que exista igualmente en el
artculo 890 del Cdigo Civil de 1936 deba ser interpretada restrictivamente y que,
por consiguiente, no surte efectos el principio del chate/et "en delitos contra el
patrimonio sin otra excepcin que la del robo. Si por virtud de una apropiacin
indebida, de un abuso de confianza, la cosa mueble es materia de sucesivas
transferencias, se est fuera del campo de las excepciones a la primera parte del
artculo 890 del Cdigo Civil (CASTAEDA, p. 75).
No coincidimos con la opinin de este calificado tratadista. En efecto, la letra del
artculo 890 y la del actual artculo 948 es sumamente clara y genrica, no
limitndose a los casos de bienes sustrados por robo. El espritu de ambos
preceptos, al establecer una excepcin como la que existe, no permite
diferenciaciones ni limitaciones pues el legislador ha querido proteger a todos los
que sufren un desmedro de su patrimonio, por accin de un hecho delictivo. Y tan
delictivo es el robo, como el hurto y toda la gama de las apropiaciones ilcitas.
En suma, la ltima parte del artculo 948 recorta drsticamente los alcances de la
primera parte y tratndose de objetos perdidos como de aquellos adquiridos con
infraccin del Cdigo Penal no estn amparados por el principio del chate/et y un
tercer poseedor solo poda adquirir dichos bienes invocando la usucapin o sea la
prescripcin adquisitiva larga.
Es pertinente repetir aqu lo que expresara Jorge Eugenio Castaeda cuando
manifestaba que el ladrn puede rechazar la accin reivindicatoria del propietario,
si ha ganado la propiedad de la cosa mueble por prescripcin de cuatro aos
(CASTAEDA, p. 75).
Para una mejor comprensin de lo expresado nos remitimos a las normas relativas
a la prescripcin adquisitiva (artculo 950 y siguientes, vid. ARIAS-SCHREISER,
tomo V, p. 11 Y ss).
Debemos hacer notar que tanto el ladrn como cualquier sujeto activo de un delito
patrimonial encuentran un obstculo a su pretendido dominio adquirido por
usucapin, cual es el relativo a la reparacin civil. En efecto, el inciso 1) del
artculo 93 del Cdigo Penal establece que la reparacin civil conlleva la
restitucin del bien o, si no es posible, el pago de su valor.
En lo que concierne a los vehculos automotores, el derogado Decreto Legislativo
N 420 de 5 de mayo de 1987, que aprob el Cdigo de Trnsito y Seguridad Vial,
dispona en su artculo 90, que la constitucin de dominio, la transferencia y los
gravmenes a los vehculos motorizados se sujetaban a las normas sobre la
materia, haciendo notar en el artculo 94 que se presuma propietario de un
vehculo a la persona cuyo nombre figurara inscrito en el Registro, salvo prueba en
contrario. Se trataba, en consecuencia, de una presuncin juris tantum, de modo
que poda ser superada si se demostraba que la transferencia del vehculo se
haba realizado mediante tradicin.
Esta norma ha sido derogada (cuestionablemente en razn de su jerarqua
jurdica) por el Decreto Supremo N 033-2001-MTC de 24 de julio de 2001,
mediante el cual se aprob el nuevo Reglamento Nacional de Trnsito, en cuyo
texto se omite toda referencia al dominio, transferencia y gravmenes de los
vehculos motorizados.
JURISPRUDENCIA
"El artculo 948 regula la transmisin de propiedad de bienes muebles, por lo que
si el bien es de naturaleza inmueble, la referida norma no es de aplicacin" (Cas.
N 953-96-Lambayeque, El Peruano, 24/04/98, p. 760).
"En va de casacin no se puede reexaminar un hecho probado como es si la
adquiriente tena o no buena fe" (Cas. N 2106-98. El Cdigo Civil a travs de la
Jurisprudencia Casatoria, p. 321).
TRANSFERENCIA DE BIEN MUEBLE
ARTICULO 949
Esto que parece evidente, sin embargo no tiene un correlato desde la teora,
dadas las divergencias entre los distintos autores nacionales sobre el esquema
jurdico de la transferencia de propiedad conforme al artculo 949 del Cdigo Civil.
En el fondo, el tema pasa por determinar si cabe hablar an de ttulo y modo
respecto de la transferencia de propiedad de bienes inmuebles en el Per. Cabe
sealar que esta controversia, si bien en principio es conceptual, tiene tambin
implicancias prcticas, pues de admitirse ciertas posiciones, como la de Miguel
Torres Mndez, por ejemplo, se llegara a la conclusin de que respecto de
determinados contratos la transferencia requiere de una actividad concreta
(modo), que sera la entrega en el caso del contrato de compraventa.
Dada la situacin descrita, a continuacin revisaremos el estado de la cuestin,
esto es, realizaremos una descripcin sucinta de las principales posiciones
existentes y propondremos adems nuestra opinin particular.
Una primera posicin postula que en aplicacin del artculo 949 la transferencia de
propiedad inmueble se efecta en virtud de un contrato con efectos reales. Sobre
el particular, Hugo Fomo atribuye carcter traslativo y no obligacional a la
trasferencia de inmuebles, advirtiendo que el cumplimiento de una obligacin
requiere de una actividad del deudor, pues precisamente en eso consiste la
prestacin. Por ello, como el artculo 949 no exige conducta alguna para que
opere la transferencia de propiedad, debe entenderse que dicha transmisin no
deviene del cumplimiento de una obligacin (la de enajenar a que hace referencia
el dispositivo), sino que surge directamente del contrato. No existira, pues, un
modo para que opere la transferencia, a ese efecto bastara el ttulo.
Esta posicin se contrapone a la manifestada por Manuel de la Puente y LavalIe,
quien seala que el Libro de los Derechos Reales del Cdigo vigente conserva la
antigua distincin romana entre el ttulo de adquisicin y el modo de adquirir en la
transferencia de bienes. En el caso de los inmuebles, la transferencia opera por
aplicacin del artculo 949, por lo cual la obligacin de transferir (ttulo) cobra
efecto traslativo (modo). Es decir, hay una causa remota de adquisicin que es el
contrato consensual celebrado (por ejemplo, de compraventa) que constituye el
ttulo, y una causa prxima o modo que es la aplicacin misma del artculo 949
(que hace al comprador propietario del bien). Tal como lo precisa Felipe Osterling,
el modo de transmisin sera propiamente una cesin de derechos.
Jack Bigio, por su parte, opina tambin que el Cdigo Civil recoge el sistema de
ttulo y modo en la transferencia de inmuebles, pero ve el asunto de un modo
menos complejo sealando que en estos casos el contrato cumple al mismo
tiempo el doble rol de ttulo y modo.
La admisin del sistema del ttulo y modo es rebatida, entre otros, por Miguel
Torres Mndez, quien discrepa en cuanto a que el modo en la transferencia de
inmuebles pueda ser la aplicacin del artculo 949, al carecer del efecto publicitario
propio de todo modo. El modo supone un hecho o acto material, un signo de
cognocibilidad, y no puede atribursele tal naturaleza al efecto legal del dispositivo
en cuestin. El planteamiento lleva al autor a considerar que respecto de la
compraventa de inmuebles no es aplicable el artculo 949, constituyendo este
contrato una excepcin legal (que permite el artculo citado) a la regla de que la
Debe notarse, adems, que el artculo 2014 del Cdigo Civil restringe la proteccin
del tercero registral a los casos de nulidad, rescisin o resolucin del derecho del
otorgante, pero no frente a una prescripcin contra tabulas. La buena fe registral
es entonces un remedio frente a situaciones especficas prefijadas y no contra
cualquier acto o hecho jurdico que no conste en el Registro. Es en estricto una
proteccin de corte contractual o negocial (y no real) frente a causales de invalidez
o ineficacia. Por tal motivo, el preescribiente vence siempre al tercero registral, sin
importar si el derecho de este sea anterior o posterior.
La consecuencia evidente de esta regulacin es que el Registro no ofrece
seguridad respecto a la posibilidad de exclusin absoluta de terceros, con los
efectos negativos ya precisados.
5. Cmo debera regularse el rgimen de transferencia de propiedad inmueble?
Que en nuestra opinin el Registro sea el mejor signo de cognocibilidad, el que
garantice de modo ms eficiente la posibilidad de excluir a terceros respecto de
los bienes inmuebles, no significa, sin embargo, que en el Per deba adoptarse
necesariamente un sistema registral constitutivo, por lo menos no de modo
integral.
Los sistemas registrales constitutivos enfrentan diversos inconvenientes, algunos
vinculados al costo de su implementacin (costos administrativos, la necesidad de
una catastro, el costo de inscribir las propiedades no inmatriculadas, etc.) y otros
que derivan de la falta de una "cultura registral", por lo cual las transferencias de
propiedad, sobre todo en zonas rurales (pero no exclusivamente en estas), se
hace por costumbre fuera de Registro. Puede ser contraproducente, por tanto,
exigir este trmite para que opere la transferencia inmobiliaria.
Gastn Fernndez Cruz, aunque discrepando en algunos aspectos con la posicin
antes citada de Alfredo Bullard, precia claramente el asunto. Segn aquel autor, la
funcin social de un sistema de transferencia inmobiliario supone un conjunto de
condiciones, permisiones y prohibiciones dadas o impuestas a los individuos para
la autorregulacin de su riqueza inmobiliaria, es decir, que es la misma comunidad
la que, respondiendo a las necesidades de sus propios individuos, a su realidad
social y econmica, decide su mejor sistema de transferencia inmobiliario. Esto
explica, por ejemplo, por qu un pas desarrollado como Italia mantiene an un
sistema de transferencia de propiedad basado en el consenso.
En cuanto a la realidad concreta del Per actual, tanto por su problema estructural
de Estado-Nacin como por su economa preponderantemente rural y agraria, no
es posible establecer un sistema que priorice la reduccin de riesgos, por ejemplo,
va un sistema registral constitutivo, lo que, en opinin del autor citado, determina
la seleccin del consenso como mecanismo adecuado a nuestra realidad para
regular la transmisin inmobiliaria. Esto sin perjuicio de que en zonas urbanas ya
pueda implementarse un Registro constitutivo de la propiedad sobre la base de un
adecuado plano catastral.
Sobre el particular, puede verse que el proyecto modificatorio del Libro de
Derechos Reales del Cdigo Civil contempla un nuevo rgimen de transferencia
Bienes de Propiedad Estatal), aclara este punto, al sealar que los bienes de
dominio privado del Estado se sujetan a las normas del derecho comn. En
consecuencia, estos son prescriptibles.
Asimismo, y conforme lo prescribe el artculo 7 de la Ley N 24656 (Ley General
de Comunidades Campesinas), las tierras de las comunidades campesinas no
pueden ser materia de prescripcin.
4. Clases de prescripcin adquisitiva y sus requisitos
Existe unanimidad en la doctrina respecto de que los elementos de la prescripcin
adquisitiva son: el tiempo y la posesin, siendo esta ltima "el contenido esencial
de la usucapin, para que la usucapin se produzca es preciso que la posesin
rena determinados requisitos con los que se construye una verdadera categora
de posesin" (HERNNDEZ GIL, p. 407).
Los artculos 950 y 951 del C.C. distinguen dos clases de prescripcin, la ordinaria
(corta) y la extraordinaria (larga), necesitando en ambas clases lo siguiente:
(i)
(ii)
"Se encuentra habilitado para demandar prescripcin adquisitiva quien alegue una
posesin mediata o inmediata de un bien inmueble, pues el ordenamiento legal
vigente no distingue si la posesin para adquirir va prescripcin adquisitiva la
propiedad deba tener algunas de las caractersticas mencionadas, sino que solo
exige que aquella sea continua, pacfica y pblica" (Cas. N1126-2001 del
10/10/2000. Explorador Jurisprudencial. Gaceta Jurdica).
"El fundamento de esta institucin (prescripcin adquisitiva) radica en que ante la
existencia de relaciones jurdicas inestables se debe otorgar seguridad a la
propiedad misma, por lo que existiendo certeza de este sobre el predio litigioso
(...), no procede la adquisicin por prescripcin" (Cas. N135-98. Explorador
Jurisprudencial. Gaceta Jurdica).
"Constituye (la prescripcin adquisitiva) una forma legtima de adquirir la
propiedad, oponible a quien se halla registrado como propietario" (Cas. N1541-98
del 24/09/1999. Explorador Jurisprudencial. Gaceta Jurdica).
"No existe posesin pacfica cuando el poseedor ha sido vencido en los procesos
sobre impugnacin de resolucin administrativa y nulidad de ttulo de propiedad;
en este caso, no se cumple con uno de los requisitos para adquirir la propiedad
por usucapin" (Cas. N 431-96. El Cdigo Civil a travs de la Jurisprudencia
Casatoria, p. 324).
"Para que se adquiera la propiedad por prescripcin adquisitiva, se requiere, entre
otros requisitos, que la posesin sea pacfica, entendindose por esta que no se
adquiri por la fuerza, que no est afectada por violencia y que no es objetada
judicialmente en su origen.
No es pacfica la posesin cuando el poseedor es demandado en va de accin
reivindicatoria" (Cas. N 1676-96. El Cdigo Civil a travs de la Jurisprudencia
Casatoria, p. 324).
"Habindose establecido que el actor antes de interponer la presente demanda
sobre prescripcin adquisitiva de dominio, fue emplazado judicialmente para que
desocupe el predio objeto de litis, tal hecho ha perturbado la posesin del
demandante, por lo que ella ha dejado de ser pacfica" (Cas. N 770-97. El Cdigo
Civil a travs de la Jurisprudencia Casatoria, p. 325).
"Para que la posesin continua permita acceder al derecho de propiedad debe ser
fundamentalmente pacfica, lo que significa que debe transcurrir sin generar
ningn conflicto con los derechos de los dems" (Exp. N78-96-Hunuco, Gaceta
Jurdica, Tomo N 55, p. 15-A).
"La sentencia regulada por el segundo prrafo del artculo 952 del Cdigo Civil es
de naturaleza declarativa, por las siguientes razones:
a) La inscripcin del derecho de propiedad es un acto voluntario, que otorga
publicidad al derecho adquirido y no es constitutiva de derechos.
b) No corresponde su cumplimiento a los vencidos, sino al Registro de la
Propiedad Inmueble
c) porque la inscripcin es un acto administrativo facultativo.
En ese sentido, no es procedente la ejecucin judicial de esta sentencia, ya que la
sucede en el sistema espaol (al igual que el nuestro) en que las inscripciones no
convalidan los actos y contratos que sean nulos. En el primer caso, el titular
registral en la realidad no lo es, a travs de la prescripcin adquisitiva se
convertir en verdadero titular y por ello se habla de la prescripcin segn el
Registro o 'Secumdum tabulas". En el segundo, la prescripcin se produce en
contra del titular registral, por eso se habla de prescripcin "contra tabulas", en la
cual realmente surte un conflicto entre el titular registral y el adquirente por
prescripcin.
El segundo prrafo del artculo 952 del C.C. seala las expresiones "para la
inscripcin de la propiedad" y "para cancelar el asiento a favor del antiguo dueo"
que nos lleva a la conclusin de que solo recoge el supuesto de "contra tabulas".
En ese sentido, se puede inferir que el adquirente por prescripcin inscribir su
derecho por haber demostrado una posesin continua, pacfica, pblica y como
propietario durante diez o cuatro aos, segn si el bien inscrito es inmueble o
mueble. La prescripcin corta en este caso es de difcil aplicacin, ya que para ella
se necesita justo ttulo y buena fe, y este ltimo requisito, en general, no cumplira
por ser el objeto de la prescripcin un bien inscrito, que goza de la presuncin de
que toda persona tiene conocimiento del contenido de las inscripciones (artculo
2012 del C.C.).
Asimismo, considero que en nuestro pas no sera amparada una demanda de
prescripcin "secumdum tabulas" debido a que los rganos jurisdiccionales
sealaran que mientras no se declare la nulidad del acto que corre inscrito, en
virtud del principio de legitimacin (artculo 2013 del C.C.), se presume que el
derecho o la titularidad del registro existe y pertenece al titular inscrito.
Desde el punto de vista procesal existe un procedimiento en la va abreviada que
se encuentra regulado en el artculo 504 y siguientes del C.P.C, que permite hacer
efectiva la pretensin mencionada por el artculo 952 del C.C. En este sentido, la
pretensin principal sera la declaracin de propiedad a favor de quien ya
prescribi y la pretensin accesoria sera la cancelacin del dominio del anterior
propietario e inscripcin a nombre del nuevo. Inclusive, actualmente la Ley N
27157 y su complementaria la Ley N 27333 autorizan a los notarios a llevar a
cabo procedimientos de prescripcin adquisitiva de inmuebles, siempre que sea
de naturaleza urbana y no exista oposicin por parte de terceros. De igual forma,
al amparo de la Novena Disposicin Complementaria del Decreto Legislativo N
653, los predios rurales son susceptibles de adquirirse por prescripcin.
Cabe precisar, para evitar cualquier duda, que lo sealado en el segundo prrafo
del artculo no significa que no se pueda solicitar la prescripcin adquisitiva de un
bien no inscrito, con lo cual la sentencia sera el ttulo para la inmatriculacin y la
inscripcin de la primera de dominio.
JURISPRUDENCIA
"Solo se adquiere el inmueble por prescripcin cuando est inscrito en el Registro
de la Propiedad a favor de la persona contra quien ha operado aquella, en cambio
establecido por el artculo 921 del C.C., que seala que los poseedores de bienes
muebles inscritos o de inmuebles que han perdido o sido privados de su posesin
podrn utilizar las acciones posesorias y los interdictos para recuperarla, pero
estos medios sern rechazados si el poseedor actual cuenta con ms de un ao
de posesin. Esto ltimo guarda lgica con el artculo, ya que si pas ms de un
ao, la interrupcin natural ya oper, por lo que el poseedor actual comenzar a
computar un nuevo plazo de prescripcin, que a mi entender se iniciar desde que
tom posesin del bien, ya que el poseedor despojado perdi toda expectativa de
finiquitar la prescripcin por verse interrumpida.
En cuanto a la interrupcin civil, se debe entender que esta opera con el
emplazamiento judicial de la demanda que contenga una pretensin de restitucin,
por ejemplo, una demanda de reivindicacin, que interrumpir la prescripcin, si se
intima judicialmente al poseedor antes de transcurrido el plazo para prescribir, de
lo contrario, el intimado puede argumentar la prescripcin adquisitiva como medio
de defensa.
Asimismo, la doctrina reconoce que se interrumpe civilmente la prescripcin por el
reconocimiento del poseedor, a travs de cualquier acto, por ejemplo, testamento
o cualquier otra declaracin unilateral de voluntad, que no necesitan de aceptacin
del propietario, los cuales se pueden realizar por instrumento pblico o privado.
En reiterada jurisprudencia nacional se ha reconocido que existe interrupcin civil
de la posesin cuando el propietario demanda la restitucin del bien, a
consecuencia de lo cual, en virtud de la intimacin judicial, la posesin deja de ser
pacfica. Sin embargo, si bien estoy de acuerdo con que la prescripcin se
interrumpe con la intimacin judicial, por otro lado, estoy en desacuerdo de que la
posesin deje de ser pacfica, ya que el efecto jurdico de la notificacin de la
demanda es justamente interrumpir el plazo posesorio, pero el poseedor
demandado sigue con una posesin pacfica sobre el bien.
JURISPRUDENCIA
"Se interrumpe el plazo para adquirir la propiedad por prescripcin adquisitiva,
cuando el poseedor es emplazado en un proceso de desalojo en donde se
pretende la restitucin del bien" (Cas. N81-96. El Cdigo Civil a travs de la
Jurisprudencia Casatoria, p. 327).
"Adems de la interrupcin natural del trmino prescriptorio a que se refiere el
artculo 953 del Cdigo Civil, tambin procede la interrupcin civil prevista en el
inciso tercero del artculo 1966 del citado cuerpo de leyes; dicha norma establece
que se interrumpe la prescripcin con la citacin con la demanda o por otro acto
con el que se notifique al poseedor. Por citacin con la demanda se debe entender
el acto en virtud del cual se le da traslado al poseedor demandado de una
pretensin judicial contraria a la continuacin de su posesin" (Cas. N 167-99. El
Cdigo Civil a travs de la Jurisprudencia Casatoria, p. 327).
"Primero: Que existen dos clases de interrupcin de la prescripcin adquisitiva: la
natural y la civil, la primera corresponde al caso del abandono o la prdida de la
3. Antecedentes
El artculo 954 del Cdigo Civil no tiene antecedente similar en el Cdigo Civil de
1852, en cambio tiene como antecedente al artculo 854 del Cdigo Civil de 1936,
del cual se ha reproducido en su integridad el primer prrafo; precisndose en el
segundo con mayor detalle la exclusin del mbito del derecho de propiedad, de
los recursos naturales, los yacimientos y restos arqueolgicos y otros bienes
regidos por leyes especiales.
"C.C. 1936: Artculo 854.- La propiedad del predio se extiende al subsuelo y al
sobresuelo, comprendidos dentro de los planos verticales del permetro superficial,
y hasta donde sea til al propietario el ejercicio de su derecho. La regla de este
artculo comprende la propiedad de lo que se encuentra bajo el suelo, excepto las
minas y las aguas, que estn regidas por leyes especiales".
En los antecedentes de los proyectos y anteproyectos de la reforma del Cdigo
Civil de 1936, se hace referencia a la concordancia del texto bajo comentario, con
el artculo 840 del Cdigo italiano; artculo 526 del Cdigo brasileo; 1344 del
Cdigo portugus, artculo 350 del Cdigo espaol; artculo 2518 del Cdigo
argentino; artculo 748 del Cdigo uruguayo; artculo 667 del Cdigo suizo; artculo
549 del Cdigo venezolano; artculo 552 del Cdigo francs: artculo 905 del
Cdigo alemn y artculo 1267 del Anteproyecto brasileo.
4. Extensin del derecho de propiedad
La propiedad romana originariamente estaba reflejada en un concepto de
tradicional verticalidad, es decir el dueo del suelo era a su vez dueo ilimitado del
sobresuelo y subsuelo, as lo encontramos reflejado en el antiguo adagio "usque
ad coelum el usque ad inferos': traducida literalmente en la frase "Desde el Cielo
hasta el Infierno". Todo dueo dilataba la extensin de su propiedad, por arriba
hasta el cielo subiendo a la esfera de los astros y por debajo hasta las
profundidades del infierno. Se entiende as, dentro de la denominada teora
romanista o de las escuelas medievales, la existencia de un dominio ilimitado de
los aires y del subsuelo. Dicha concepcin de la propiedad fue evolucionando,
surgiendo un contenido social del dominio, por la cual sin desconocer la
propiedad, se le limita y se le hace coherente con el inters de la comunidad sobre
la base de su sentido social. Surge como consecuencia de dicha evolucin, un
nuevo concepto de la extensin de la propiedad inmobiliaria, limitado por el factor
de utilidad, el cual ha sido recogido en nuestro ordenamiento civil; al respecto,
encontramos que si bien nos referimos a la propiedad vertical, esta vez ya no la
entendemos como un concepto ilimitado, sino por el contrario limitado por la
utilidad reflejada en hechos materiales y concretos ejercidos por el propietario;
como por ejemplo, la construccin de determinados pisos de su edificacin. El
artculo 954 del Cdigo Civil extiende los alcances del poder jurdico del
propietario del suelo, dentro de los planos verticales del permetro superficial,
hasta donde sea til al propietario el ejercicio de su derecho; dicho artculo tiene
como fuente la denominada teora moderna, formulada por Jhering, seguida por el
Cdigo suizo de 1907 y el Cdigo alemn.
El derecho de dominio no es ilimitado, pues la funcin social de la propiedad y el
rol que cumple dentro de la sociedad han superado el antiguo concepto romano,
segn el cual la propiedad no tiene lmites, pues va desde el cielo hasta el infierno.
As lo establece el artculo 954 cuando enmarca las fronteras del suelo y
sobresuelo en el principio de la utilidad (ARIAS-SCHREIBER).
Por su parte, Christian Larroumet precisa que debe reconocerse al propietario del
suelo la posibilidad de utilizar un espacio razonable por encima del suelo en la
medida en que sea necesario para el ejercicio de su derecho de propiedad (por
ejemplo, para plantar, construir, etc.).
5. Alcances de la propiedad predial con respecto al sobresuelo
a Aire y espacio areo
Para delimitar los alcances del derecho que se extiende al sobresuelo,
debemos de partir por marcar la diferencia conceptual entre el aire y el
espacio areo; el primero es un elemento gaseoso, mvil, renovable y en
consecuencia inapropiable; pertenece a la categora de las cosas que los
romanos denominaban res communis onmium, es decir, que todas las
personas podan utilizar libremente. El espacio areo en cambio es el
mbito en el cual se halla contenido el aire; es fijo, definible, perfectamente
limitado.
El origen de esta definicin la encontramos en las dos categoras de aire
distinguidas por los exegetas: el aery el coelum (la propiedad del espacio areo),
la primera comn a todos los hombres y que constituye un principio de vida y la
segunda susceptible de derechos particulares; queda entendido entonces que
para efecto del tema nos referimos al espacio areo.
El espacio areo constituye entonces la prolongacin vertical hacia la atmsfera
de la porcin del suelo o superficie correspondiente de una edificacin; el espacio
areo se extiende al sobresuelo dentro de los planos verticales del permetro
superficial y hasta donde sea til al propietario el ejercicio de su derecho; aqu
cabe resaltar que conforme lo indique en la parte de la evolucin de la propiedad
predial, no existe un dominio vertical ilimitado, sino sujeto al factor utilidad
materializado en hechos concretos y objetivos, lvaro Gutirrez Zaldvar plantea la
siguiente interrogante: Es posible que como derecho real el propietario de un
terreno venda el espacio areo reteniendo el dominio del terreno? Y afirma en
respuesta que no. Para que existan derechos reales es preciso que las cosas
existan materialmente. Los derechos son reales (res) porque se aplican a cosas y
se puede actuar inmediata y directamente sobre ellas por existir materialmente
Al analizar el derecho de elevar o edificar, Ramn Mi! Roca Sastre y Luis Roca
Sastre Muncunill sealan que en orden a su fundamento y utilidad prctica, el
crecimiento constante de la poblacin en muchas ciudades impone en la
actualidad la necesidad de aprovechar hasta el grado mximo conveniente el rea
superior, as como la inferior, de las fincas, edificando o aumentando su nmero de
plantas, sea a base de elevar los edificios a mayor altura, sea a base de edificar
citada ley prescribe que en las reas cubiertas por la proyeccin de las
superficies limitadoras de obstculos de los aerdromos, as como en las
reas de aproximacin por instrumentos y circuitos de espera
correspondientes a los mismos, las construcciones, plantaciones,
estructuras e instalaciones, ya sean permanentes o transitorias, no podrn
tener una altura mayor que la limitada por dichas superficies, ni podrn ser
de naturaleza tal que acrecienten los riesgos potenciales de un eventual
accidente de aviacin. En materia de telecomunicaciones, si bien en
nuestro pas se ha dispuesto que cuando las redes de conduccin de
servicios de telecomunicaciones tienen que extenderse dentro del rea
urbana o atraviesan zonas de inters histrico, artstico o cultural, estas
debern tenderse a travs de ductos no visibles, preferentemente
subterrneos. Mediante la Ley de Telecomunicaciones se ha declarado de
necesidad pblica el desarrollo de las telecomunicaciones como
instrumento de pacificacin y de afianzamiento de la conciencia nacional,
para cuyo fin se requiere captar inversiones privadas, tanto nacionales
como extranjeras, regulndose en ese contexto, en el artculo 7 de dicha
ley, que la interconexin de las redes y los servicios pblicos de
telecomunicaciones es de inters pblico y social (ver Texto nico
Ordenado de la Ley' de Telecomunicaciones aprobado por Decreto
Supremo N 013-93-TCC).
Al respecto, el jurista espaol Manuel Pea Bernaldo de Quirs, al
comentar los alcances del artculo 350 del Cdigo Civil espaol, refiere en
cuanto al vuelo que el propietario no puede impedir intromisiones que se
verifiquen a tal altura que su inters no quede menoscabado.
c
La actual Constitucin Poltica del Per, en su artculo 66, establece que los
recursos naturales renovables y no renovables, son patrimonio de la nacin,
siendo el estado soberano en su aprovechamiento. El segundo prrafo del citado
artculo regula que por ley se fijarn las condiciones de su utilizacin y de su
otorgamiento a particulares, este se da mediante concesin con la que se otorga a
su titular un derecho real. Bajo la direccin del estado, advertimos que se busca
promover el uso sostenible de sus recursos naturales, conforme inclusive se
precisa en el artculo 67 de nuestra constitucin. Los citados artculos de la
Constitucin tienen sus antecedentes en los artculos 118 y 119 de la Constitucin
de 1979; siendo concordantes dichos preceptos con la Carta de los Derechos y
Deberes Econmicos de las Naciones, aprobada por Naciones Unidas en 1966, en
la cual se declara que el Estado ejerce la soberana permanente y plena sobre sus
recursos naturales, incluyendo su posesin, uso y libre disposicin; y la
Resolucin de la Naciones Unidas N 2158, del 25 de noviembre de 1966, por la
que se proclama el derecho de los Estados a la nacionalizacin, expropiacin y
requisicin de los recursos naturales, como superiores al inters y a la
conveniencia privada.
Con el marco antes citado, se dict el Cdigo del Medio Ambiente y los Recursos
Naturales, aprobado mediante Decreto Legislativo N613, sealndose en el
numeral 11 de su Ttulo Preliminar que: "el medio ambiente y los recursos
naturales constituyen patrimonio comn de la Nacin. Su proteccin y
conservacin son de inters social y pueden ser invocados como causa de
necesidad y utilidad pblicas".
En concordancia con dicha norma, se ha dictado la Ley Orgnica para el
aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, Ley N 26821, la misma
contempla que los recursos naturales mantenidos en su fuente, sean estos
renovables o no renovables, son patrimonio de la nacin; regulndose en su
artculo 19 que los derechos para el aprovechamiento sostenible de los recursos
naturales se otorgan a los particulares mediante las modalidades que establecen
las leyes especiales para cada recurso natural. En cualquiera de los casos, el
estado conserva el dominio sobre estos, as como sobre los frutos y productos, en
tanto ellos no hayan sido concedidos por algn ttulo a los particulares.
Se han emitido un conjunto de cuerpos legales que regulan el tratamiento de los
recursos minerales, las aguas, entre otros, en los cuales se reconoce la titularidad
que ejerce el estado con respecto a dichos recursos; as advertimos que el
numeral 11 del Ttulo Preliminar del Texto nico Ordenado de la Ley General de
Minera, aprobado mediante Decreto Supremo N 014-92, regula que todos los
recursos minerales pertenecen al estado, cuya propiedad es inalienable e
imprescriptible. Asimismo, la Ley General de Aguas, aprobada mediante Decreto
Ley N 17752, en su artculo 1, seala que las aguas sin excepcin alguna son de
propiedad del estado y su dominio es inalienable e imprescriptible; no hay
propiedad privada de las aguas ni derechos adquiridos sobre ellas.
El aprovechamiento de los recursos naturales se realiza a travs de la actividad
empresarial del Estado y de los particulares, mediante el rgimen de concesiones;
siendo la concesin un inmueble distinto y separado del predio donde se
encuentre ubicada.
JURISPRUDENCIA
"El actor debe probar su derecho de propiedad predial sobre la totalidad del
inmueble, es decir del terreno y la fbrica, si no la demanda deviene en
El artculo 956 del Cdigo Civil prescribe como presupuesto bsico para su
aplicacin, la existencia de una obra que amenaza ruina; al respecto el trmino
obra, ms que entenderla en su acepcin lata, es decir como todo aquello que
produce un agente; debe de ser entendida como una edificacin o las partes
integrantes de la misma, incluyendo en dicha acepcin la etapa del proceso
constructivo; porque (su parte la amenaza surge como el peligro de la
provocacin de un grave dao que puede ocasionar hasta su destruccin,
poniendo en riesgo con ello la seguridad no solo de los titulares de los predios
colindantes, sino de los terceros. Al respecto, conforme lo seala Max AriasSchreiber, el artculo 956 no exige que el bien se encuentre en estado ruinoso,
sino que basta que haya amenaza de dao, como sucede cuando tiene
rajaduras o desprendimientos y existe un peligro potencial para los vecinos y
transentes. Por su parte, Manuel Adrogue, jurista argentino, refiere que en la
denominacin obra vieja, del Cdigo Civil de dicho pas, se comprende como
objeto generador del peligro a toda clase de construcciones, columnas,
paredes, etc; agrega que en principio resulta indiferente la causa del vicio de la
cosa.
3. Reparacin, demolicin y medidas preventivas
El artculo comentado faculta al que tiene un legtimo inters para que pueda
pedir la reparacin, demolicin y medidas preventivas.
Al respecto en el artculo 51 del Reglamento de la Ley N 27157 de
regularizacin de edificaciones, del procedimiento para la declaratoria de
fbrica y del rgimen de unidades inmobiliarias de propiedad exclusiva y de
propiedad comn, al definirse los tipos de obra de edificacin, se seala que la
reparacin es la obra que consiste en reforzar o reemplazar elementos
estructurales daados; y a la demolicin se le define como la obra que elimina
planificadamente una edificacin, en forma total o parcial, para ejecutar una
nueva o cumplir alguna disposicin emanada de la autoridad competente. Tanto
la reparacin como la demolicin se ejecutan a travs de la autoridad
municipal, cumpliendo con los trmites de licencia de obra y dems, que exigen
la citada Ley N 27157 y su Reglamento.
Con respecto a las medidas preventivas antes sealadas, debe de entenderse
que las mismas son acciones transitorias, que se ejecutan sobre el predio
afectado, para eliminar temporalmente el peligro existente. Pueden inclusive,
en tanto se lleva a cabo el trmite de reparacin o demolicin, ejecutarse las
citadas acciones preventivas, a fin de evitar que con la demora resulte
irreversible el dao causado.
4. El legtimo inters y el sujeto obligado
Con el artculo 956, el Derecho cumple una funcin preventiva, porque ante la
inminencia del dao, aunque la accin perjudicial no ha tenido lugar, interesa
obtener un alivio jurdico a priori, si es necesario mediante una orden judicial
para que tales daos no lleguen a producirse.
Est legitimado para accionar en aplicacin del presente artculo, no solo el o
los propietarios de los predios colindantes, sino los transentes y el tercero que
puedan ser perjudicados con la obra daada. El inters ser legtimo cuando
de acuerdo con el bien comn, con prevalencia sobre los intereses particulares.
As, hay zonas industriales, de comercio, residenciales, de usos especiales,
monumentales, entre otras, y en cada una de ellas se permiten -y se prohbendeterminados usos, coeficientes de edificacin, reas mnimas libres, retiros,
alturas, etc.
Los procesos de habilitacin son trmites que consisten bsicamente en el
cambio de uso de tierras rsticas o eriazas y que requiere la ejecucin de
servicios pblicos. La Ley N 26878 norma el procedimiento para la aprobacin
de habilitaciones urbanas. El Decreto Supremo N 011-98-MTC aprueba el
Texto nico Ordenado del Reglamento General de Habilitaciones. Los
procesos de habilitacin son de competencia de las municipalidades distritales.
El procedimiento tiene dos etapas: la aprobacin de la habilitacin y la
recepcin de obras. la aprobacin de la habilitacin tiene por objeto que el
interesado obtenga la conformidad tcnica de su proyecto y las condiciones
urbansticas que debe respetar. La recepcin de obras, por otro lado, tiene por
objeto que el interesado obtenga la conformidad de las obras que haya
ejecutado en concordancia con la habilitacin urbana aprobada.
Existen diversas clases de habilitaciones urbanas, reguladas en el Reglamento
Nacional de Construcciones, tales como para uso de vivienda, para uso de
vivienda temporal o vacacional (playas, por ejemplo), para usos industriales,
entre otras. Cada una de ellas tiene condiciones y requisitos especiales.
La subdivisin consiste en la particin de terrenos habilitados en fracciones. La
subdivisin puede ser sin obras o con obras. Las subdivisiones sin obras son
aquellas que no requieren la realizacin de ninguna obra adicional de
habilitacin de carcter pblico, como la apertura de calles o pasajes,
construccin de veredas, tuberas, etc. Las subdivisiones con obras de
habilitacin son aquellas que requieren obras de carcter pblico para ser
factibles. Debe distinguirse entre subdivisiones e independizaciones. Las
independizaciones son divisiones de predios rsticos.
Tambin se mencionan independizaciones tratndose de bienes exclusivos en
un rgimen de unidades de propiedad exclusiva y propiedad comn. Cada
unidad inmobiliaria se "independiza" en una partida registral. Con respecto a
los requisitos y limitaciones que establecen las disposiciones respectivas,
existen diversas normas que limitan la propiedad predial. Tal es el caso de la
legislacin sobre bienes culturales o de los servicios pblicos.
PROPIEDAD HORIZONTAL
ARTICULO 958
La propiedad horizontal se rige por la legislacin de la materia.
CONCORDANCIAS:
LEY 27157 arls. 37 y ss.
D.S.008-200D-MTC arls. 125 y ss.
CONCORDANCIAS:
C.C. art ll, 960, 1035, 1969.
C.P.C art. 684
C.P. arto 20 inc. 4)
1. Alcances Generales
Entre las caractersticas del dominium romano, est la de ser un derecho
absoluto; a decir de Jos Ignacio Morales, el dominio permita al dueo de las
cosas obtener de ellas todas las ventajas y provechos posibles, incluso
enajenarla; sin embargo, la propiedad estaba sujeta a limitaciones que impona
la convivencia social, por lo que merecen mencin especial las limitaciones
surgidas de las relaciones de vecindad entre predios rsticos o urbanos,
limitaciones que daban lugar a la institucin de las servidumbres prediales.
Si bien como consecuencia de ser propietario yo puedo ejercer un conjunto de
facultades sobre la cosa; dicho ejercicio, conforme al texto originario del
artculo 923 de nuestro Cdigo Civil, debe efectuarse en armona con el inters
social y dentro de los lmites de la ley; dicha redaccin guarda coherencia con
la del artculo 124 de la Constitucin de 1979; de esta manera se reconoce la
funcin social del derecho de propiedad. En la actual Constitucin (1993), en el
artculo 70 se reconoce la naturaleza inviolable del derecho de propiedad,
establecindose que la misma debe de ser ejercida en armona con el bien
comn y dentro de los lmites de la ley; de esta manera ms que resaltar la
funcin social de la propiedad y el inters de la sociedad, se utiliza el criterio de
bien comn, el cual se debe entender como un concepto referente a las
condiciones de la vida social que permiten a los integrantes de la sociedad
alcanzar el mayor grado de desarrollo personal y la mayor vigencia de los
valores democrticos. En tal sentido, puede considerarse como un imperativo
del bien comn la organizacin de la vida social en forma que se preserve y
promueva la plena realizacin de los derechos de la persona humana. Es pues
este ejercicio en armona con el bien comn, lo que permite incorporar
limitaciones a esos derechos en nombre de una mejor convivencia social.
El concepto para el individuo, para la sociedad y hasta para la comunidad
internacional consiste en acercar lo ms posible la percepcin de inters propio
a la de bien comn.
La propiedad no es una funcin social, en el sentido de que se otorgue el poder
sobre la cosa para que mediante su adecuado uso se desempee dicha
funcin en beneficio de la comunidad. La propiedad es un derecho privado,
otorgado a su titular para satisfaccin de intereses suyos dignos de proteccin
jurdica; otra cosa es que esta satisfaccin se cohoneste con las conveniencias
de la comunidad, mediante el establecimiento de lmites a las facultades del
propietario.
2. Limitaciones a la propiedad
Son los atributos que puedo ejercer como propietario los que en determinados
casos estn sujetos a ciertas condiciones o limitaciones. Bielsa expresa que
regulacin general como la del artculo antes sealado, sino ms bien una
especfica, similar a la de los artculos 2621 y 2624 del Cdigo Civil argentino,
por cuanto el primero dispone que nadie puede construir cerca de una pared
medianera o divisoria, entre otras obras, pozos, sin guardar las distancias
prescritas por los reglamentos y usos del pas; y el segundo, por cuanto en l
se dispone especficamente que el que quiera hacer pozos, con cualquier
objeto que sea, contra una pared medianera o no medianera, debe hacer un
contramuro de treinta centmetros de espesor.
No comparto la opinin formulada por Carlos Ferdinand Cuadros Villena en su
obra sobre Derechos Reales respecto del artculo 962 del Cdigo Civil, cuando
seala que dicho artculo ha corregido la redaccin del artculo 861 del Cdigo
Civil de 1936, por cuanto este ltimo tiene la misma redaccin del artculo 924
de nuestro actual Cdigo. En este sentido, no se trata entonces de una
correccin, sino ms bien de la adicin a nuestro Cdigo Civil de una
regulacin especfica.
De otro lado, cabe precisar que el artculo 962 de nuestro Cdigo Civil est
dirigido a obligar que el propietario de un predio tome las distancias necesarias
con los predios vecinos para ejecutar los trabajos antes sealados; distancias
que debern ser suficientes como para prevenir daos, ello en atencin a la
profundidad del pozo y al permetro del mismo. Sin perjuicio de la orientacin
preventiva del artculo mencionado, el mismo resalta la obligacin del pago de
una indemnizacin por los daos y perjuicios provocados, ello en concordancia
con el artculo 1969 de nuestro Cdigo Civil. Con dicha indemnizacin se busca
colocar a la vctima, en la medida de lo posible, en el estado en que se
encontraba antes del dao, con lo cual se recoge el principio de la reparacin
plena o integral, en virtud del cual, la parte afectada debe de ser resarcida por
todo el dao que se le ha causado.
OBRAS Y DEPSITOS NOCIVOS Y PELIGROSOS
ARTICULO 963
Si cerca de un lindero se construye horno, chimenea, establo u otros similares
o depsito para agua o materias hmedas, penetrantes, explosivas o
radioactivas o se instala maquinaria o anlogos, deben observarse las
distancias y precauciones establecidas por los reglamentos respectivos y, a
falta de estos, las que sean necesarias para preservar la solidez o la salubridad
de los predios vecinos. La inobservancia de esta disposicin puede dar lugar al
cierre o retiro de la obra y a la indemnizacin de daos y perjuicios.
CONCORDANCIAS:
C.C. arts. 11, 959, 960,961, 962,1969 y ss.
1. Antecedentes
El Cdigo Civil de 1852 incorpora dentro de las servidumbres legales, al
artculo 1145; en el mismo se establece la disposicin siguiente: "el que abre
zanja o acequia y el que construye chimenea, horno, almacn; de materias
corrosivas y en general cualquier obra que perjudique una pared, sea
hacer que las aguas de su propiedad corran en las propiedades vecinas, salvo
que haya adquirido ese derecho.
2. Aspectos generales
El artculo 964 de nuestro Cdigo Civil contempla dentro de las limitaciones por
razn de vecindad, aquella que obliga a restringir el paso de las aguas de un
predio a los predios vecinos; se exceptan aquellos casos en que medie
acuerdo entre vecinos para que las aguas discurran fuera de los lmites de la
extensin de un predio, establecindose la servidumbre necesaria en el marco
de lo dispuesto en el artculo 1035 de nuestro Cdigo Civil.
Max Arias-Schreiber, citando a Ricardo Ruz Serramalera, precisa que la
finalidad de la disposicin bajo comentario estriba en que el propietario de una
finca (o cualquier titular de su derecho real limitado que tenga inters, o el
mismo poseedor de un inmueble) puede impedir los perjuicios que se le
irroguen, por haber cambiado el vecino, sin deber hacerlo, el curso de las
aguas que discurren por la suya o por no realizar la limpieza o evacuacin de
las aguas estancadas.
El Reglamento Nacional de Construcciones, en su Numerallll-VI-8, al regular
los retiros laterales y posteriores, especifica que en las zonas de alta
precipitacin fluvial, las comisiones tcnicas municipales prevern los retiros
laterales y posteriores convenientes, en las zonas que corresponda, para
posibilitar la evacuacin de las aguas pluviales, de manera que no afecten a las
propiedades vecinas. De otro lado, el mismo Reglamento dispone que a fin de
que el rea habitacional bsica adquiera estabilidad y permanencia, deber
dotrsele a la misma de la infraestructura correspondiente de modo tal que le
confiera organicidad al todo. La infraestructura mencionada se refiere, entre
otras caractersticas, a aquella que posibilite los servicios de agua potable,
evacuacin de aguas servidas y servicios pblicos complementarios
correspondientes.
En el Cdigo Civil de la Repblica Argentina encontramos el artculo 2633, el
mismo que de manera similar seala que el propietario est obligado en todas
circunstancias a tomar las medidas necesarias para hacer correr las aguas que
no sean pluviales o de fuentes, sobre terreno que le pertenezca o sobre la va
pblica.
Cabe destacar que el fundamento de la presente limitacin lo encontramos en
la facultad de exclusin que ejerce el titular de un derecho de propiedad; al
respecto, resulta pertinente recoger la cita de Castn, referida por Dez-Picazo,
cuando considera a la facultad de exclusin como, un complemento de la
facultad de aprovechamiento o de realizacin directa, que es aquella que
permite al titular prevenir, impedir o poner remedio a las intromisiones o
perturbaciones causadas por personas extraas en el goce, en la utilizacin o
en la directa satisfaccin del inters.
Subcaptulo III
Derechos del propietario
DERECHO A CERCAR UN PREDIO
ARTICULO 965
El propietario de un predio tiene derecho a cercarlo.
CONCORDANCIAS:
C.C. art. 931
Cercar significa de acuerdo con el Diccionario Enciclopdico de Derecho Usual
de Guillermo Cabanellas (p. 129) "rodear con cerca, valla, muro".
Siguiendo este concepto el artculo 965 del Cdigo Civil establece que: todo
propietario tiene derecho a cercar su propiedad, siendo pertinente aclarar que
este derecho en algunos casos se convierte en obligacin, cuando nace de una
disposicin municipal de acuerdo con la Ley Orgnica de Municipalidades.
Por otro lado, este derecho no hace desaparecer las servidumbres que
pudiesen existir respecto del predio; por lo que este derecho constituye
entonces una gran garanta a la inviolabilidad del predio.
DESLINDE Y AMOJONAMIENTO
ARTICULO 966
El propietario de un predio puede obligar a los vecinos, sean propietarios o
poseedores, al deslinde y al amojonamiento.
CONCORDANCIAS:
C.C. art.1148 y ss.
Con relacin a este tema, Jos Puig Brutau dice que todo objeto de derecho ha
de tener lmites ciertos, pues otra cosa sera dejar sin delimitacin el derecho
mismo. Esta necesidad ofrece caracteres peculiares tratndose de la propiedad
sobre bienes inmuebles y con especial frecuencia en las fincas rsticas; por
ello el artculo dispone que "todo propietario tiene derecho a deslindar su
propiedad, con citacin de los dueos de los predios colindantes. La misma
facultad corresponder a los que tengan derechos reales".
El Cdigo espaol citado por el mismo autor dice: "todo propietario podr cerrar
o cercar sus heredades por medio de paredes, zanjas, setas vivos o muertos, o
de cualquiera otro modo, sin perjuicio de las servidumbres constituidas sobre
las mismas".
Como hemos visto, el Cdigo concede tambin los derechos de cerrar o cercar
las fincas, lo que presupone la certeza de los linderos, o lo que es lo mismo
proceder al amojonamiento, operacin por la que se marcan con hitos o
mojones los lmites establecidos, lo que supone igualmente la certeza de los
lmites o que ya se ha realizado el deslinde. El amojonamiento presupone que
no hay contienda sobre los lmites, o que esta contienda ha quedado resuelta
con la operacin de deslinde, a continuacin de la cual se fijan las seales o
mojones que hacen perceptibles los lmites de la finca. Es una facultad
Todo propietario puede cortar las ramas de los rboles que se extiendan sobre
el predio y las races que lo invadan. Cuando sea necesario podr recurrir a la
autoridad municipal o judicial para el ejercicio de estos derechos.
1. Facultad del vecino en orden a las ramas y races ajenas que invaden su
espacio o suelo
Este criterio se halla expuesto en el artculo 967 materia del comentario. Este
artculo supera el criterio contenido en el artculo 864 del Cdigo anterior, al
contemplar no solo la capacidad de exigir que se corten las ramas que invaden
el predio vecino, sino que ahora se confiere al dueo del predio vecino la
capacidad de poder cortarlas por s mismo.
Nuestra legislacin en este punto, creemos con buen criterio, evita caer en el
excesivo tecnicismo de la legislacin italiana. Al sealar que el vecino tiene
derecho a exigir la extirpacin de los rboles realiza una categorizacin en
base a la altura de los mismos (rboles de alto fuste, rboles de medio fuste y
rboles de bajo fuste). Asimismo, nuestro Cdigo no considera un plazo para
que el propietario del rbol que invade el predio ajeno pueda cortar las ramas
invasoras; dejando al dueo del predio invadido que ejercite su derecho en el
momento que l estime conveniente y, en caso de encontrar resistencia del otro
propietario, recurrir a la autoridad municipal o judicial para lograrlo. Si el
propietario invadido por ramas y races ajenas encuentra resistencia del
propietario o poseedor colindante, desarrollando la proteccin judicial a que
alude la norma podra incoar un interdicto de retener, porque obviamente en
este caso es perturbado en su posesin, aun cuando esta figura sera opcional
porque la norma tiene un sentido categrico: puede cortar las ramas y races,
confirindole la potestad para hacerlo.
2. A quin le pertenecen los frutos que cultivan de las ramas invasoras
La doctrina es unnime al sealar que cuando esos frutos caen al suelo en
forma natural, son de propiedad del vecino; as lo confirma Wolf al decir: "el
derecho del vecino respecto a los frutos cados en su suelo no es un derecho
de apropiacin, sino que es desde el principio un derecho de propiedad".
Los frutos se consideran de la propiedad en que caen y, por tanto,
corresponden al titular del derecho (propietario, usufructuario, al poseedor de
buena fe y al arrendatario que tenga la posesin).
Finalmente, diremos que los frutos que caen en un inmueble de uso pblico
(carretera, etc.) no se consideran como frutos del mismo, sino que siguen
siendo propiedad del dueo del rbol.
CAPITULO CUARTO
EXTINCIN DE LA PROPIEDAD
CAUSAS DE EXTINCIN
ARTICULO 968