Miller - Clínica Del Superyó
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Miller - Clínica Del Superyó
QUEHACER DEL
PSICOANALISTA
RECORRIDO
DE LACAN
Jacques-Alain Miller
O C H O CONFERENCIAS
D.S.R.
MANANTIAL
MANANTIAL
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Qu autorizara plantear que la divisin del sujeto contra s mis,, mo es la intuicin esencial de Lacan? Algo muy preciso y nada especula// tivo. El supery es el primer concepto freudiano que Lacan retuvo, el
// concepto que lo enganch a la teora freudiana.
'
Los remito a la tesis de psiquiatra de Lacan"*, que es de 1932.
Vern, porque salta a la vista, que esa tesis es una contribucin a la
clnica del supery. Conocen quiz el caso que es el centro de ese
trabajo de Lacan, el caso Aime, que concluye con una cura total,
satisfactoria, que no se debe al terapeuta en juego que estaba, como
lo seala Lacan mismo, como espectador. Lo que cura a la paciente
es lo que ella hace: ataca al otro, a la perseguidora, al ideal exteriorizado, a la imagen ideal que tambin es odiada. E l ataque no la deja
en libertad. Por lo general, cuando uno ataca se lo retira de circulacin y de este modo las cosas andan mejor.
Lacan se interroga acerca de esto y formula entonces un principio
muy elegante, que no corresponde a lo que posteriormente ser su
i estilo, dice: "la naturaleza de la cura demuestra la naturaleza de la
enfermedad". Ms adelante no dir naturaleza dos veces en una frase,
' ' ni siquiera dir esa palabra, ni tampoco la palabra enfermedad. Lo
nico que dir luego es la palabra demostrar, que s forma parte de su
vocabulario ulterior. Sin embargo, este es un principio epistemolgico
sumamente potente. Cmo, si su hiptesis es correcta, el acto de
// Aime, produce la reduccin inmediata de su delirio? Lacan seala
que no es tanto el haber atacado lo que determina la curacin, sino
la consecuencia de su acto, es decir que se la castig por L-A Lacan
/ le parece que el castigo muestra cul es el resorte del dehrio, la causa
I i de su locura. Aqu encuentra nuestro psiquiatra, Lacan, su va en el
[ psicoanlisis, que le brinda, servido en bandeja, ese concepto masivo
de supery en tanto fundamento de los mecanismos autopunitivos.
Inscribe entonces la paranoia de Aime en una categora clnica
que crea: la paranoia de auto-punicin, es decir una paranoia superyoica. Suele decirse que el crimen no paga, pero para Aime el cri-'
men paga, porque al ser castigada se ve satisfecha, lo que Lacan califiI ca en esa poca como una pulsin autopunitiva, que se satisface pul' sionalmente a travs de la punicin. Es un invento un poco burdo
pero pueden observar en l cul es el punto de entrada de Lacan en el
psicoanlisis.
Su primera clnica es una clnica del crimen del supery. Si leen
esa tesis podrn apreciar como Lacan seala el impacto de la obra
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de Freud, El yo y el ello, tanto dentro como fuera de la escuela freudiana, y como alude a algunos de los postfreudianos, especialmente
Reik y Alexander, que se consagraron a seguir las pistas dejadas por
Freud en lo que respecta al supery.
Lacan inventa para justificar esta creacin de la paranoia de
auto-punicin, con la cual pretenda hacer su entrada en la teora
psiquitrica, y que es el reverso de la paranoia reivindicatora, una
detencin evolutiva de la personalidad en un estadio gentico del
supery, recurso que nos parece, obviamente, algo equvoco.
Creo justificado considerar entonces al supery, incluso en la
obra de Freud, como el modo en que se evidencia al inicio del psicoanlisis la divisin del sujeto. Utilizo el trmino evidencia, trmino
que Lacan usa al comienzo de su texto Subversin del sujeto y dialctica del deseo^^ cuando seala que el psicoanalista est sumergido
en la evidencia de la divisin del sujeto, que sta es constitutiva de la
experiencia analtica en s misma.
El supery implica en psicoanlisis el cuestionamiento del Bien
como valor. En estos trminos se referan los psicoanalistas, antes de
Hartmann, al supery. El supery cuestiona la positividad del Bien,
ya que enfrentamos a un sujeto que desmiente de manera que le
resulta incomprensible a l mismo esa bsqueda del bien, ese axioma del cual los filsofos no logran desembarazarse. Por esta razn, el
supery introduce una tica que no sera la del bien, y a eso se debe
que Lacan haya dedicado un seminario a la tica del psicoanlisis. Si
es necesario hacer una tica es porque la tica del psicoanlisis no se
parece a las dems, precisamente porque toma en cuenta la existencia
del supery, una tica que no es la del bien, en la medida en que se
confunde al bien con el bienestar. La paradoja del supery reside en
que el sujeto est apegado a algo que no le hace bien, es decir a algo
que no colabora con su bienestar. El supery debe entonces ser incluido en una serie comn con la pulsin de muerte y el masoquismo
primordial, categoras ambas expulsadas de la teora analtica por los
psicoanalistas, quienes no pudieron asumirlas.
El supery encuentra su lugar en Lacan, desde esta ptica, con el
nombre de goce, del goce en tanto que ste constituye un bien para
el sujeto, incluso un bien absoluto, un bien separado de su bienestar,
que se traduce generalmente en el paciente en ese tan mentado malestar del que habla Freud, cuando no se confunde con el dolor. El texto en que Lacan habla del supery, aun cuando la palabra no est
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seminario
y en el seminario I P ' ubica al supery sobre todo en lo
simbhco, incluso hace de l el resorte mismo del orden simblico.
Esto altera un poco la idea de que lo simblico vendra a establecer
la paz entre los hombres. Suele creerse que en lo imaginario encontramos la guerra, la guerra estipulada por el estadio del espejo y que el
supery simblico, por el contrario, permite a los individuos vivir juntos. Muchos pasajes de Lacan apuntan en este sentido, son pasajes
de los que luego se burlar. El supery ciertamente es la ley, pero no
la ley pacificadora, socializante, sino la ley insensata, en tanto entraa
un agujero, una ausencia de justificacin. Es la ley como significante
unario, S j , cuya significacin desconocemos, pues para conocerla
sera necesario un segundo significante a partir del cual retroactivamente el primero cobra su sentido. El supery es la evidencia y la
paradoja que resuUa de un significante nico que, por estar solo, es
insensato. Por esta causa podramos situar, en un primer anlisis, al
supery en S
que supone que la supuesta ley total del Otro
puede ser percibida en su falla. En ese momento la voz insensata del supery se hace escuchar por el sujeto. Es el Otro en tanto no hay
Otro del Otro, el Otro en tanto hace la ley pero tambin en tanto l
mismo no est regulado.
El supery como ley insensata est muy cercano al deseo de la
Madre antes de que ese deseo sea metaforizado e incluso dominado
por el Nombre-del-Padre. El supery est cerca del deseo de la Madre
como capricho sin ley, por esta razn se tiende a recurrir constantemente al supery matemo, como se hizo, por ejemplo, en el caso
de Schreber y se lo valoriza tanto en la psicosis. Se cree que al destacar la funcin de la madre en la psicosis se est diciendo lo contrario
a lo que dice Lacan cuando destaca la funcin del padre. En realidad,
hay que tener claro que al valorizar la funcin de la madre estamos >
'
valorando la incidencia traumatizante del goce puro.
/
La tercera vertiente que estudiaremos en la Seccin Clnica es la
del supery como real. Existe cierta proximidad entre el significante
unario en tanto que insensato y el objeto o en tanto fuera de sentido, y
Lo que los vincula es que ambos se encuentran en dificultades en l '
que respecta al sentido, aunque estas dificultades son diferentes.
Lacan seala que en su aspecto ms profundo el supery es el objeto a
en tanto que voz. Busca para este punto sus referencias en el trabajo
de Reik sobre el shofar^^ . Debemos ubicar en la enseanza de Lacan
al supery en las tres vertientes de lo imaginario, lo simblico y lo
real.
,
yi
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cimiento, que slo puede acceder a su identidad a travs de la mediacin de otro sujeto, fundndose as una dialctica del mutuo reconocimiento. Escribe por ejemplo: ". . .ninguna palabra verdadera es
nicamente palabra del sujeto, puesto que es siempre fundndola en
la mediacin de otro sujeto como ella opera, y puesto que por ese
camino est abierta a la cadena sin fin pero sin duda no indefinida,
puesto que se cierra- de las palabras donde se realiza concretamente
en la comunidad humana la dialctica del reconocimiento".'" Este es
un pasaje anti-lacaniano. En esta poca Lacan considera que lo simbhco, la palabra, entraa la mediacin de otro sujeto. Cuando existe
forclusin de la mediacin simbHca, cuando el sujeto permanece en
' la relacin imaginaria de identificacin narcisista, puede llamarse a
esa hiancia supery, es decir que el supery es entonces un efecto de
' la forclusin de la ley simbhca del reconocimiento.
Esto, por supuesto, nos interesa. Recordemos que dijimos que el
Nombre-del-Padre en lo simblico es correlativo de la apertura de la
hiancia fhca. La hiancia a la que alude Lacan es la de la forclusin,
la hiancia en lo imaginario de la funcin flica. En la pgina 256 del
Tomo II de la edicin castellana de los Escritos Lacan dice: "Este
otro abismo, se form por el simple efecto del llamado vano hecho
en lo simblico a la metfora paterna? O tendremos que concebirlo
como producido en un segundo grado por la elisin del falo, que el
sujeto remitira para resolver la hiancia mortfera del estadio del
espejo?". En el pasaje de Variantes de la cura-tipo que cit antes,
' Lacan hace del supery el precio pagado por la prevalencia de lo imaginario sobre lo simbhco, caracterizado por dos rasgos: la beatitud
sin medida del sujeto y la amenaza que al mismo tiempo le hace el
supery. A esta beatitud sin medida hay que darle su nombre: es el
goce, incluso el goce como goce del Otro. Una sola cosa da su medida
al goce, una medida algo escasa como lo seala Lacan, ese algo es la
funcin fhca. El supery, pese a lo que podramos deducir del pasaje de Lacan, no es una funcin imaginaria. El supery es una funcin
que no est regulada, pero como en ese momento de su enseanza
lo simblico es funcin de regulacin va el reconocimiento y la
mediacin, la forma que tiene Lacan de referirse al supery como
instancia no regulada es remit-lo a lo imaginario. El supery es una
funcin desencadenada, que no conoce lmites y que por esa causa ha
sido proscripta por los psicoanalistas. El deseo, en comparacin con
el goce es extremadamente civilizado, es plstico al significante.
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REFERENCIAS BIBLIOGRAHCAS
1 S. Freud,'/>'o y el ello, Obras Completas, Tomo XIX, Amorrortu Editores, Bs. As., 1981.
2 H. Hartmami y R. Lowenstein, "Notes on the Super-ego" (1962) en The
psychoanalytic study of the child, NO 16,N. York, International University Press.
3 Ibid,Op.Cit.
* S. Freud, Ms all del principio del placer. Obras Completas, Tomo
XVIII, Amorrortu Editores, Bs. As., 1981.
s E . Jones, "The Origin and Structure of the Superego" en International
Journal of Psychoanalysis, VII, 1926.
6 J. Lacan, "Observaciones sobre el informe de Daniel Lagache": "Psicoanhsis y estructura de la personaUdad". En Escritos, Tomo II, Editorial Siglo
XXI, Mxico, 1975.
7 J. Lacan, Seminario, libro XI, Los cuatro conceptos fundamentales del
psicoanlisis. Barral, Espaa, 1978.
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