Practica Entre Varios en Institucion
Practica Entre Varios en Institucion
Practica Entre Varios en Institucion
Marcela Errecondo
Condiciones para los que se quieran hacer partenaire del sujeto en posicin
autista
Se trata aqu de una doble operacin:
1- por un lado hay que inventar una puesta en cadena del trabajo que ya ha
comenzado el nio a partir de las manipulaciones que hace sobre su cuerpo y sus
objetos para elevarlos a la dignidad de significantes, es decir metforas de su posicin
subjetiva. Tenemos aqu proscrito el recurso a la interpretacin, como tambin la va de
la suposicin de saber. Es el sentido de la expresin: saber no saber.
Hay que inventar una continuacin a esas manipulaciones.
Al mismo tiempo que es una oferta es un forzamiento con respecto a la inercia de su
repeticin,
Ampliando el circuito, trayecto, construccin, invencin, hay chances de que se
produzca un sujeto.
2- Tambin los parteners (compaeros) del nio autista - el adulto que trabaje con lse tienen que sostener a partir de un Otro regulado, reglado y limitado. Esto les
permitir ser dcil al sujeto pero intratable con el Otro loco.
Para cada partener es fundamental saber hacer ah (es decir en la contingencia) en
primera persona. Cuando nos referimos a esto sealamos que es asumir su
responsabilidad sin descargarse en el compaero o en el nio.
Es fundamental saber destituirse del puesto de ser el nico partenaire del nio, poder
recurrir a otros en un juego permutativo reglado y calculado que pone en movimiento
una cadena de intereses y deseos.
Usar su propio estilo, saber jugar de su imagen, de su presencia, de sus intereses, de
su cuerpo, de su humor.
Todo esto es necesario para que el nio autista pueda tener una chance de percibir la
ganancia que obtendra si trocara real por semblante.
Cmo hacer para que no se defienda de nosotros, sino que nos incluya como sus
parteners de su elaboracin? Se trata de hacerse el destinatario: "lo que dice me lo dice
a mi y yo lo recibo", acuso recibo de eso. Como cuando hay alguien en la ventanilla de
una oficina burocrtica que recibe los papeles que le traen y acusa recibo con un sello,
por ejemplo.
Condiciones con respecto al tiempo y al espacio
Estas dos operaciones requieren en el trabajo con el nio autista ciertas condiciones de
continuidad en el tiempo y en el espacio.
Continuidad en el estar siempre listos a responder cuando se es convocado por sus
solicitaciones.
Continuidad en la instalacin de este Otro regulado y limitado, para barrar al Otro
destructor.
Tambin son necesarias condiciones de discontinuidad.
Discontinuidad en la presencia de los parteners, en donde se d un funcionamiento
permutativo pero regulado. Tratando de esta manera de encarnar un Otro que no es
todo, completo y masivo para impedir el Otro persecutorio. Esto implica discontinuidad
en cuanto a los estilos, como tambin proscribir las relaciones muy exclusivas con un
chico.
Se trata de mantener una presencia deseante al servicio de una oferta de encuentro en
primera persona pero sin el Otro, o con otro amputado de goce, siendo el tercero
siempre convocado, es decir el Otro del lenguaje.
Los parteners no se encuentran ni en una posicin de terapeutas, ni de analistas, sino
que ponen en juego sus deseo, sus preferencias.
Esto es lo que llamamos talleres: el adulto en relacin a algo que le interesa (comida,
teatro, huerta, cuentos, msica), un objeto y a partir de ese objeto que circula se
puede crear un campo regido por el deseo, as puede llegar a darse un encuentro.
A partir de ese campo se le puede hacer un espacio al nio autista, a veces por el bies
del objeto que lo completa, tratando de ponerlo en movimiento o en serie al interior de
ese campo, tentando que el campo sea elevado a un elemento que en cierta forma lo
represente.
En su manipulacin el chico intenta recortar tiempo y espacio, le ofrecemos un recorte
del tiempo y espacio en un taller. Espacio de articulacin binaria heterclita, para poner
en serie, poner en la cadena significante su objeto.
Se trata de que estn implicados, nombrados los presente y los ausentes, adultos y
nios para que se una atmsfera en donde se de una circulacin de deseo
Entonces, tal vez, el nio pueda elevar entonces al adulto a la categora de partenaire.
Hay algo en esta prctica que se correlaciona con la abstinencia y la neutralidad del
dispositivo inventado por Freud: el vaco de saber que concierne al sujeto, el saber no
saber . Esto es tctico y estratgico, concierne a la interpretacin y a la transferencia,
no es poltico, es tico y utiliza los instrumentos del psicoanlisis.
Tres puntos de anclaje
Estos tres puntos no se refieren al nio autista o psictico.
Son tres puntos para estructurar el trabajo en la institucin.
1- la reunin de equipo
2- el responsable teraputico
3- Freud y Lacan como referencia terica y clnica, es decir la orientacin. Se refiere al
Psicoanlisis como saber de la estructura del lenguaje, de los lazos humanos, de lo que
nos ensea sobre las instituciones.
1-La reunin de equipo no tiene como objetivo hablar de lo que el nio produce en el
adulto: afectos, impotencia, angustia, etc. que sin duda estn pero son para ser
tratados en otro lugar.
El objetivo de la reunin es producir una disyuncin en relacin al saber que se tiene
del nio y permitir entonces la elaboracin de ese saber que no es un saber para
objetivarlo sino para calcular mejor nuestra operacin en vistas a su trabajo. Crear un
lugar en donde se habla del chico por los dichos que estos movilizan y se intenta que
haya efectos de discurso. Como dice Antonio Di Ciaccia, despus de la reunin cada uno
tendra que ser mas apto para poder responder al sujeto autista.
Tambin tiene como objetivo, operar una separacin de cada uno de los partenaires del
saber que creen haber obtenido, para pasar a un saber en suspenso, en relacin al
Pero hay sujetos psicticos, que tienen una relacin a la palabra, al smbolo, al
significante y al lenguaje, no tan frgil y entonces les da mayores posibilidades
establecer diferencias de especialidades, como por ejemplo el psiquiatra, la asistente
social, la enfermera, el psiclogo o el psicoanalista, los diferentes talleres. Esto tambin
permite una pluralizacin de la transferencia, pero con caractersticas diferentes, ya que
tienen mayores recursos. Ah es necesario mantener el lugar de cada uno y el del
psicoanalista que lleva adelante la oferta de tratamiento.
III _ LA CLINICA
Quisiramos dar cuenta de la construccin de dos sujetos: Gustavo, sujeto psictico de
diez aos y Titina, sujeto autista. El trabajo de Gustavo lleva 5 aos y el de Titina 4
aos.
Estas construcciones ha sido posible en la medida en que estos sujetos encontraron
ciertos partenaires que le ofrecieron las condiciones de un Otro compatible con su
estructura, es decir afectado por la falta, dcil a la experiencia y a la contingencia.
Quienes han participado en este trabajo institucional son psiclogos, psicoanalistas,
maestra de gimnasia, maestra plstica, fonoaudiologa, musicoterapeuta. Como cada
uno de ellos ha declinado su especialidad para estar disponible para el encuentro con el
sujeto, los llamamos "adultos", en tanto los suponemos responsables en primera
persona de sus actos.
La clnica que practicamos toma en cuenta las modalidades de goce propia a cada
sujeto.
GUSTAVO Y LA DIFERENCIA SEXUAL
Despertar a la palabra
Gustavo llega a la institucin a la edad de 6 aos, luego de graves dificultades de
integracin escolar, que dejan a sus padres, sobre todo a su madre , en un gran
desasosiego. No puede dejarlo solo ni un instante sino, es la crisis. Cuando llega al
Equipo se quiere ir, llora. Lo tranquilizamos y le garantizamos que lo vendrn a buscar
al final del da: a las cinco menos cuarto. Entonces se queda, pero aislado, sin participar
en ningn taller. Los das que siguen habla slo para preguntar a que hora lo vienen a
buscar. No es mudo, pero su palabra no est articulada. No juega con los otros chicos,
se queda slo, pegado a dos muecos plsticos que trajo de su casa. Los manipula, al
mismo tiempo que deja escuchar un cierto murmullo. Si alguien se acerca para
escucharlo, l se calla. Estos muecos que representan personajes de la televisin, se
los han regalado para su cumpleaos. Nuestra estrategia ha sido dejarle esos muecos,
e incluso introducirlos en las actividades. Poco a poco lo0s ha dejado de lado para tratar
de hacer otra cosa.
Durante el primer tiempo uno de sus compaeros intent morderlo. Nuestra
intervencin consisti en decirle a Gustavo: decile que no puede morderte, que vos no
sos una galletita!!
Esta intervencin sorprendi tanto a Gustavo, que apenas lleg a su casa se lo cont a
sus padres. Luego los padres nos han comentado que era la primera vez que l contaba
algo. A partir de este momento, tom la palabra y fue un poco ms charlatn.
Su discurso est centrado en lo que ve en la televisin, especialmente una emisin que
se llama "El negro no puede". El Negro, sobrenombre de un personaje muy popular- es
completo que goza del sujeto y ponerle entonces un lmite. De esta manera la
construccin del sujeto continuar.
Toma entonces muecos de plstico con los que hace un trabajo de despedazamiento,
los que les da un aire de "Frankestein". Son cuerpos despedazados y vueltos a pegar,
mounstruosos y desproporcionados. Pasa horas cortando, pegando, despegando, y
volviendo a pegar los pedazos de diferentes muecos. Las piernas deben, en algunos
casos, ser mas cortas, en otros los brazos mas largos, o bien a la inversa, o bien
plegados. Utiliza la pierna de una mueca grande de la cual hace surgir un mueco que
tiene una cabeza minscula. Las variaciones se suceden unas a otras. Les hace una
coraza de cinta scotch para cuidar que no aparezca ninguna fisura.
La reunin general
La reunin general es muy importante en la prctica entre varios. Cada uno puede
hablar de sus impases y elaborara colectivamente un saber con eso que Gustavo nos
ensea. El hecho de que nadie sea el propietario del saber permite relanzar el trabajo
de Gustavo.
Bigotes negros para ser hombre
Se inicia una nueva etapa del trabajo alrededor de los bigotes. Gustavo tiene muchas
dificultades para dibujar. Se encuentra entonces limitado para hacer sus construcciones
que tienen que responder a ciertas exigencias. Sabiendo que l no pude hacerlo solo
buscar entre los adultos de la institucin aqul que mejor pueda seguir sus
instrucciones para obtener el resultado buscado. Los adultos se convierten en su
asistente. Este tiene que ayudarlo en su construccin y garantizarle que sus manos
estn a su servicio. Una vez que el bigote est dibujado, se lo pone y pasa mucho
tiempo murmurando frases incomprensibles. Mira su reflejo en un vidrio de la ventana y
habla con su imagen. Los bigotes, la barba y los anteojos, en tanto regula la mirada de
sus semejantes, lo pacifican. Ahora, cuando cruza a alguien le dice : Mir! Y le muestra
sus nuevos atributos.
El mundo comienza a ordenarse en dos grupos: de un lado estn los hombres con
barba, bigotes y anteojos; del otro los hombres afeitados y sin anteojos. Los dos
grupos se enfrentan en peleas.
Esta construccin le permite establecer una diferencia sexual en los dichos: "Los
hombres tienen bigotes, las mujeres se pintan las uas...yo, yo no me pinto las
unas...noo!!"; o bien: "Los hombres tienen bigotes, las mujeres tienen tetas" Se puede
observar como para encontrar un rasgo distintivo entre hombres y mujeres, Gustavo le
atribuye a las mujeres un rasgo positivo que no hace valer la falta. Tambin puede
llegar a decir: Yo soy una nena, me llamo Julieta, o bien . "Tengo bigotes como todos
los hombres, pero me pods llamar Julieta".
Para ser eficaces los bigotes tienen que estar bien "pegaditos". Nos pide que los
cosamos, o que le pongamos un gancho con la abrochadora como hace con sus
muecos. En general nunca estn bien puestos. Nos dice entonces: "No me alcanza...no
me alcanza".
Gustavo hace dibujar un mueco mujer segn el modelo de Soledad, una compaera
del Equipo, con quien jugaba al papa y a la mama. Har del mueco Soledad su esposa,
llevndola al hotel para tomar jugo de naranja y mirara la T.V. Luego tendran un hijo. Es
Gustavo quien est embarazado, el medico tiene que sacarle el bebe y luego coserlo, de
la misma manera en que el lo hacia con sus muecos de plstico. Teatraliza una
cesarea. Este escenario se repite durante un tiempo. Utiliza entonces la expresin
Recibimos a Titina, una nia de 4 aos, muy menudita para su edad, con cara de
viejita. No habla, slo enuncia sonidos guturales, come con las manos, no controla
esfnteres, est aferrada a unas hojas de revista, apenas si le presta atencin a los
adultos que se encuentran ah y mira de reojo y con miedo a los otros nios. No se deja
tocar, ni vestir, ni peinar. Los padres nos relatan que recin hace un tiempo que camina,
pues se negaba a hacerlo, tampoco gate, se arrastraba haciendo toda la fuerza con los
codos. Para intentar que caminara la ponan de pie, apoyada contra la pared, se
alejaban y la estimulaban a dar unos pasos, Titina caa desplomada de cara contra el
piso, sin poner siquiera las manos para resguardarse.
Los padres nos relatan que la mayor dificultad en la convivencia con Titina es que no se
le entiende cuando pide algo imperiosamente.
Ellos dicen que al no entenderle, no le pueden dar lo que pide y entonces entra en
crisis: llora, grita, se retuerce en el piso, se tira del cabello, se arranca la ropa, tira las
sillas, el telfono, la T.V.
Esto trae ms enojo y nerviosismo y empeora la crisis.
Por las noches no duerme. No controla esfnteres. Se cae todo el tiempo, se lastima, se
quema con el gas de la cocina, la plancha, los cigarrillos. Se masturba casi
constantemente.
En la institucin no participa de las actividades. Est sola con sus objetos: pedazos de
revistas, una caja, una prenda.
Deambula por la casa y el jardn sin prestarle atencin a nadie, mojada de pis y caca,
como si eso no le molestara.
Titina ha hecho un gran trabajo en este tiempo, pero hoy slo quisiera transmitirles un
aspecto de este trabajo que tiene que ver con la posibilidad que la prctica entre varios
le ha dado para que ella instale un procedimiento para que su cuerpo funcione(16).
Esto es una construccin del sujeto, una invencin que le permite entonces un punto de
anclaje(17). Es decir que voy a articular dos aspectos: las condiciones necesarias del
Otro para que sea posible la invencin del sujeto y la invencin del sujeto.
Titina tiene una relacin particular a la ropa, la manipula muy delicadamente, la dobla,
la acomoda. Tanto la ropa que ella se pone, como la de los otros chicos, como la ropa
que se encuentra en el placard de la direccin que es la ropa de la institucin que sirve
para casos de urgencia y que tiene marcada una E111 para diferenciarla de la ropa de
los nios que traen diariamente en sus mochilas.
Durante el verano puede estar vestida con 5 pulloveres y 3 pantalones, en el invierno,
apenas con una remera sin mangas, y a veces durante 4 das la misma. Intentar
cambiarle la ropa es como si se le arrancara la piel, una desesperacin incontenible.
Incluso si se ha mojado, o ensuciado no hay posibilidad de cambiarla. Entra en crisis y
comienza a tirar las mochilas, sacar la ropa que est ah y la desparrama, cada vez se
desespera ms. Tratar de hablar para calmarla o retarla no tiene efecto, no puede
escuchar, el horror y la angustia aparecen en su cara.
Un da Vernica que trabaja con ella, se encuentra en dificultades, Titina se haba
mojado mucho lavando los platos y no haba forma de cambiarla, era una crisis de
llanto, se retorca contra el piso, se tiraba ella misma su cabello, no haba forma de
hacer ninguna intervencin porque no escuchaba la palabra de Vernica, slo gritaba.
Es ah cuando aparece entonces Ma. Eugenia, preguntndole que sucede Porqu Titina
llora tanto? Vernica sabe algo de esto? Vernica dice que no entiende muy bien. Tal
vez Ma. Eugenia pueda hablar con ella y Titina le explicara, Ma. Eugenia la invita
entonces a ir a la direccin para conversar a solas. Ah, Titina se dirige enseguida a
buscar algo que est marcado E111, una vez que lo encuentra pide sacarse la ropa
sucia y mojada y ponerse la prenda elegida. Luego, con una sonrisa, sale pacificada
para continuar en su taller.
Esta nia parece muy coqueta, se mira a s misma su ropa, se sonre, da unas vueltas y
pasa delante del otro para que ste la mire. Si se enoja con un adulto le tironea la ropa,
si se enoja con uno de los chicos, descuelga la mochila de ste, saca toda la ropa que
ah se encuentra y la desparrama por el piso en un ataque de clera y llanto. En otras
ocasiones busca vestirse de manera especular al adulto que est con ella, si no es
posible se presenta una crisis. Por ejemplo, Ma. Eugenia tena un pullover sobre los
hombros atado por las mangas, Titina quera hacer lo mismo con el de ella, por medio
de seas y sonidos le da a entender a Ma. Eugenia que se lo ate de la misma forma,
pero tena mangas cortas y no era posible atarlo. Titina entra en crisis, llora, grita,
parece que el mundo se le desarma.
- La funcin de la duplicidad
A Titina le gusta acompaar a lavar los platos, pero ella tiene que estar igual que el
adulto que lava: con delantal y con guantes, si no es insostenible.
En un taller de gimnasia, ubica a una residente en forma paralela a ella y la invita a
hacer la misma gimnasia. Titina tiene necesidad de la presencia real de otro que
sostenga una imagen siempre en duplicidad. As, durante la "reunin de palabras" (una
reunin en la que se da la palabra a cada uno de los presentes), estamos todos
sentados en una ronda, ella acomoda a las mujeres juntas, trata de que todas tengan
las piernas cruzadas para el mismo lado y se pone en la serie con la misma postura.
Expresa entonces su sonrisa de satisfaccin. Cuando dibuja en el pizarrn con tiza,
suele tomar una tiza con cada mano y hacer trazos simultneos perfectamente
simtricos, dejando un espacio en el medio.
Este mundo doble, o simtrico que ella construye, no implica el funcionamiento del
estadio del espejo. Durante un taller que se llama "Coqueteras", el adulto que estaba
con ella se maquillaba ante un espejo de mano mientras Titina miraba por detrs de su
hombro la imagen en el espejo. Una interrupcin obliga al adulto a dejar el espejo
sobre la mesa, cuando regresa, Titina tenia el espejo en la mano y estaba pasndole
lpiz labial al espejo sin mirarse en el.
- Un pequeo ritual para ponerse en movimiento
En un taller de disfraces que conduce Vernica, Titina comienza siempre ponindose
una misma camisa, despus de un rato se la saca y comienza a probarse otra ropa,
stos son siempre conjuntos de un mismo color o en degrad: pantaln y blusa azul y
celeste o pollera y top naranja. En otro taller de construcciones en donde se trabaja con
bloques de madera tambin comienza siempre tomando las mismas dos maderas, y
luego las puede dejar y utilizar otras.
Cada actividad comienza con un ritual que le permite luego pasar a otras cosas.
En este caso estamos dciles al trabajo de Titina: el mismo es una restauracin del eje
imaginario y un montaje que le permite tener eficacia sobre el goce. Habiendo llevado a
cabo su trabajo. Titina puede relacionarse con los otros, traer una revista para verla
juntos, jugar a correrse y rer a carcajadas, ayudar en la casa para acomodar, mirar a
su semejante y sonrer, acariciar afectuosamente a un compaero. Esto da cuenta de la
instalacin de un nuevo tipo de lazo social(18).
No olvidaremos de nombrar los efectos sobre el cuerpo: una pacificacin de las crisis,
control de esfnteres, posibilidad de dormir plcidamente, un uso de las manos que
antes no era posible, come con cubiertos, intenta dibujar, manipula los objetos con
mayor precisin, saluda al que se va.
Consideramos que ha inventado una forma de abrochamiento del goce que le permite
darse un cuerpo y poder sostener una nueva forma de lazo social.
Al pasar bajo el cristal de las enseanzas de Freud y Lacan, podemos dejarnos ensear
por Titina. Aprender de qu manera ella no deja de explorar lo real y tratarlo, utilizando
la ropa para darse un cuerpo y el color o la marca E111, para darse unidad, unificacin
(S1), consistencia.
IV_ LA PRCTICA ENTRE VARIOS: EL LUGAR DE LOS PADRES
Recibimos a dos hermanos psicticos, el ms chico Fabin de tres aos y el mayor Len
de cinco aos, viven alejados de la ciudad en un pueblo del interior de la provincia.
Cuando llegaron el ms pequeo pareca muy afectado. Su mirada estaba ausente,
tena el aspecto de un beb de cuatro o cinco meses y no poda mantenerse sentado,
cuando se lo pona en esta posicin se caa hacia un costado, sin llorar ni hacer ningn
gesto. Las circunstancias de su nacimiento haban sido difciles. Su padre haba dejado
la casa, la madre se encontr sola en el hospital para ese momento.
Luego del nacimiento, Len el mayor, estaba insoportable. Acapar tanto a su madre,
que ella no pudo, segn sus propios trminos, darse cuenta durante seis meses que ella
tena un bebe. Fabin estaba siempre en el bebesit.
La madre de Len y Fabin nos pidi que tomemos a sus hijos, porque ella tema
matarse o matarlos. Nosotros tomamos a los dos chicos y comenzamos a ver a los
padres, por separado, una vez por semana. Ellos, que haban intentado, despus del
nacimiento de Fabin, retomar la vida en comn, estaban nuevamente separados.
Cada uno formulaba su queja de la siguiente manera: "Dos chicos discapacitados, no es
posible de soportar!" La madre, licenciada en literatura, haba hecho investigaciones
estadsticas para saber con que frecuencia poda darse la psicosis o el autismo en
hermanos, al mismo tiempo. El padre, mdico, se quejaba de que nadie le haba dado
un diagnstico preciso. Denunciaba la inconsistencia del saber y desconfiaba. Pero
sobre todo se preguntaba qu tena que hacer para controlar la agresividad de Len y
sus demandas imperativas.
Hemos recibido todas estas preguntas sin responder a ellas tratando de ponerlas al
trabajo.
Luego de un ao, los padres estaban mucho menos angustiados y buscaban la mejor
manera de vivir con sus hijos: cmo arreglrselas para ir de paseo, asistir a una
reunin familiar, preparar una buena comida, etc. Sin embargo, un cierto nmero de
preguntas continuaban preocupndoles.
El padre se daba cuenta que nunca sera abuelo y esta idea le haca mal. La madre
estaba siempre acaparada por su hijo mayor. Deca: "Len transgrede, l es tan
inteligente! Para mi la transgresin est ligada a la literatura, a la creacin. Con l, yo
me siento potente, se puede negociar y yo lo puedo satisfacer. Es tan especial!! Pero
Fabin... no lo puedo contentar, no s como calmarlo, no encuentro lo que le gusta.
Nunca me mira, slo le sonre al plato de papilla"
Fabin, por su lado, haba comenzado a caminar luego de un ao de trabajo, de tanto
en tanto miraba furtivamente a los ojos y sucedi que sonrindole le dijo "mama" a uno
de los adultos que trabajaba con l.
Fue en este perodo que tuvo una enfermedad muy grave: un virus afect el rin y el
cerebro. Fue hospitalizado de urgencia en terapia intensiva debido a una serie de
los padres que cubre el puesto del chico y entonces ese saber se transforma en una
pregunta personal y privada.
Lo que tenemos que decir es que los padres ocupan un puesto que es decisivo cuando
se toma a los chicos para trabajar con ellos. Tener esto en consideracin nos permitir
poder armar una estrategia de trabajo.
Primero es necesario una operacin sobre nosotros mismos y no sobre los
padres.
En un primer tiempo lgico, situarnos en una posicin en la que le hacemos lugar, le
damos un puesto a los padres como sujetos.
En un segundo tiempo lgico, promovemos asociarlos como partenaires de su hijo, y
situarse con nosotros del lado del Otro (Otro regulado) en relacin a su hijo.
Si es una operacin sobre nosotros es porque tambin requiere de nuestra parte una
posicin de no saber.
El hecho de tener que recurrir a nosotros implica una cuestin de saber, deja implcito
en cierta forma, que ellos han fracasado en la tarea educativa, y que suponen que
nosotros sabemos ocuparnos de su hijo.
Esta posicin los destituye y puede llevarlos a pensar que gozamos de su hijo, que
somos sus jueces, que somos sus rivales, etc. Sin duda esto anuncia la imposibilidad
del trabajo.
En el trabajo con los padres es necesario fundarlos como sujetos y como Otro,
de su hijo. Esta fundacin es necesaria a su consentimiento.
Los padres como sujetos
Para que acepten el trabajo con su hijo es imprescindible que los abordemos como
sujetos, que los fundemos como sujetos, para esto es necesario que hagamos colocar la
barra sobre nosotros y esto se da desde el momento en que no les planteamos saber lo
que convendra para su hijo. Al contrario, planteamos que la tarea de los padres es
irremplazable y que ellos tienen toda la responsabilidad de la educacin y que sabrn
como hacerlo y como explicarnos a nosotros lo que slo ellos saben de su hijo.
De esta manera, el equipo se deja ensear por Freud, Lacan, Miller, los chicos y
tambin los padres.
Entonces, el saber de los padres los instituye como sujetos y nos limita como rivales
potenciales, amenazantes del cual debern defenderse.
Cada vez que se acepta un nio hay que saber medir el impasse que genera esta
misma aceptacin.
Los padres como Otro
Muchas veces los padres nos relatan l desasosiego que sienten ante el rechazo y las
respuestas agresivas de su hijo. Qu podemos decirles aqu?
Para esto tenemos que responder(21)que no hay que confundir el saber anticipado de
las hiptesis de Freud y Lacan con el saber inconsciente de los padres y el lugar que el
nio ocupa en ese saber. Por otro lado, consideramos que el saber terico no es un
patrimonio reservado slo a los practicantes. As es que tratamos de transmitirles
las enseanzas de la clnica y de nuestra referencia al psicoanlisis. En esto volvemos al
tema del saber expuesto, incluso con los padres.
Muchas veces los padres se sorprenden de escucharnos hablar de su hijo como de un
sujeto que est trabajando para resolver sus impasses. Esto los lleva a percibir que es
posible encontrar algunas maniobras que les permiten estar ms aliviados. Y en
consecuencia encarnar un Otro diferente para sus hijos que desemboque en situaciones
diferentes. Cuando surge el deseo de saber en los adultos o en los padres, esto alivia a
los chicos de la presencia masiva que suelen encarnar.
Esta experiencia analtica se llama el discurso del analista, en donde la transferencia, y
no la sugestin, marca la entrada en el discurso analtico. Lo que implica la instalacin
del sujeto supuesto saber.
(2) Margaret Mahaler ha llamado a esto simbiosis.
(3) Formulacin de Antonio Di Ciaccia
(4) J. Lacan, Discurso de clausura sobre la infancia alienada.
(5) Tengamos presente el sntoma, que toma elementos del cuerpo para su
"argumento".
(6) Nos referimos a la nocin de "organo suplementario" descripto muy bien por Eric
Laurent en "Fenmenos de superficie en la psicosis y el autismo" y en "Observaciones
sobre el autismo".
(7) J-A Miller, Mostracin en Premontr, Matemas
(8) J-A Miller, Elementos de biologa lacaniana,
(9) J.Lacan, Conferencia de Ginebra sobre el sntoma
(10) En castellano no contamos con una diferenciacin neta entre estas dos palabras :
lieu: lugar y place: puesto.
En francs la diferenciacin no es tan neta tampoco porque me parece encontrar en los
usos de estas dos palabras que una lieu, es lugar en un sentido mas amplio, mas
indeterminado o extenso , por ejemplo es lugar, casa, se usa en expresiones como
lugar de recreo, lugar de perdicin, un lugar seguro, en primer lugar, en cualquier lugar,
algo que ha tenido lugar en el sentido de que ha sucedido.
En la otra, place, parecera referirse a un lugar cernido, localizado, por ejemplo : sitio,
plaza, puesto, tambin en el sentido de un asiento o una localidad en el teatro, espacio
que ocupa algo, colocacin. La expresin a la place de se traduce por en lugar de, al
puesto de, tambin se usa como empleo y en expresiones como dejar sitio, dar paso a
,no me gustara estar en tu pellejo o en tus zapatos, esta cuestin no es mi terreno.
Hay entonces para diferenciar entre un campo, una red, un sistema y ah una
localizacin determinada a veces por un espacio, una funcin, un tiempo, una
encarnacin, una representacin.
(11) aunque esta red no sea para l le lugar del inconsciente
(12) J-A. Miller, Curso, 15 noviembre del 2000
(13) J. Lacan, Seminario VII, La tica del psicoanlisis.
(14) En la neurosis es el lugar de la represin
(15) J. Lacan, Seminario V, Las formaciones del inconsciente
(16) Expresin que tomo de Eric Laurent, pronunciada durante las Jornadas del ICBA en
Bs. AS., julio del 2000.
(17) Point d'ancrage, ha sido justamente el ttulo de las IV Jornadas del RI3, publicadas
en Les Feuillets du Courtil, Blgica.
(18) Segn la formulacin de Veronique Mariage.
(19) J.A. Miller, El lugar y el lazo, 1era. Clase.
(20) Antonio Di Ciaccia, "Une pratique a l'envers" en Preliminaire n 13
(21) Antenne 110, "Pas sans la parents" en Preliminaire n 13