Antijuridicidad Como Requisito de La Responsabilidad Civil

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ESTUDIOS MONOGRFICOS

La antijuridicidad como requisito


de la responsabilidad civil
Martn Garca-Ripoll Montijano1
Profesor Titular de Derecho civil
Universidad de Murcia

Resumen
Este artculo pretende ser un estudio profundo de la antijuridicidad
como requisito de la responsabilidad civil, el cual no aparece en nuestro
Cdigo Civil, pero s en los de otros pases de Europa occidental, y que
muchos autores consideran que es exigible tambin en nuestro Derecho.
A propsito de aquella cuestin se estudia tambin la responsabilidad civil
de los inimputables. La perspectiva es de Derecho espaol y comparado.
PALABRAS CLAVE
Responsabilidad civil, antijuridicidad, culpa, inimputables.
ABSTRACT
This paper studies the problem of unlawfulness as a possible element of
tort law, which appears in the Civil Codes of some European countries, but
not in the Spanish one; notwithstanding, many Spanish scholars consider
that unlawfulness is also a requisite for an action in tort in our system.
Agood part of the work deals with the concept of fault and the legal liability
of minors and mentally ill persons. The point of view is one of Spanish and
comparative law.
1 Trabajo realizado con el apoyo del Proyecto DER2010-20873 del Ministerio de
Ciencia e Innovacin, titulado Capacidad jurdica, discapacitados e incapacitacin. Bases
para una adecuacin del Derecho espaol a la Convencin de Nueva York.

ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

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Martn Garca-Ripoll Montijano

KEY WORDS
Tort law, unlawfulness, fault, liability of minors and mentally ill persons.
SUMARIO: I. Introduccin.II. Origen histrico de la antijuridicidad.
1. Derecho romano. 2. La tradicin del Ius Commune y su corolario:
el Cdigo civil francs. 3. Edad Moderna, Derecho natural racionalista
y Usus Modernus Pandectarum. 4. El siglo xix y la promulgacin del
Cdigo Civil alemn.III. Contenido del juicio de antijuridicidad.
1. Antijuridicidad de la conducta o del resultado. 2. Doctrina y jurisprudencia espaolas. A) Posturas afirmativas en la doctrina. B) Posturas negativas. C) Posturas intermedias. D) La jurisprudencia.
E) Derecho Administrativo. 3. Crtica de la doctrina de la antijuridicidad del dao. 4. La doctrina de la antijuridicidad de la conducta.
A) Consideraciones generales. B) Negligencia como comportamiento antijurdico. C) El dolo. 5. Conclusin parcial.IV. Culpa en sentido subjetivo. 1. Concepto, historia y Derecho comparado. 2. La
incapacitacin, la menor edad y la responsabilidad civil. 3. El Cdigo
penal. A) Introduccin. B) La responsabilidad civil del inimputable.
C) La distribucin de la responsabilidad entre el causante y los guardadores. 4. Cdigo civil.V. Caso fortuito o fuerza mayor.VI. Utilidad de la distincin entre antijuridicidad y culpa.

I.INTRODUCCIN
Uno de los tpicos o lugares comunes en materia de responsabilidad civil es el de si la antijuridicidad es un requisito de aqulla,
y, en caso de que lo sea, en qu consiste. El estudio de este problema nos ayudar tambin a clarificar el asunto de la responsabilidad
civil de los inimputables.
El trmino antijuridicidad tiene su origen en la doctrina jurdica
germnica y, consecuentemente, en el Cdigo civil alemn (Brgerliches Gesetzbuch, BGB). La tremenda influencia de este Cdigo ha
hecho que los Cdigos civiles de otros pases hayan incluido este
requisito en la accin de daos. El elemento ha sido recogido en
orden de promulgacin en el Cdigo italiano (art. 2043), el portugus (art. 483.1) y el holands (Burgerlijk Wetboek, BW, art.6:162)2.
2 Cdigo italiano: Cualquier hecho doloso o culposo que causa a otros un dao
injusto (un danno ingiusto), obliga a quien ha realizado el hecho a resarcir el dao. Cdigo Portugus: Aqul que, con dolo o mera culpa, viola ilicitamente el derecho de otro o
cualquier disposicin legal destinada a proteger intereses ajenos queda obligado a indemnizar al lesionado por los daos resultantes de la violacin. Holands: Quien comete un
acto antijurdico (onrechtmatige daad) contra otro, que puede ser imputado al infractor,
debe indemnizar el dao que la otra persona sufre como consecuencia de l.

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No obstante, ya durante el siglo xix haba cdigos civiles en el


rea lingstica alemana que hacan referencia a la antijuridicidad
con anterioridad al BGB. El Obligationenrecht (OR) suizo de 1881
(que entr en vigor en 1883) contena una alusin a la antijuridicidad en el artculo 503, y el Cdigo civil austriaco de 1811 se refiere
tambin a la antijuridicidad en el 1294, aunque el 1295, el central en este mbito, emplea slo el trmino culpa (Verschulden4),
que se discutir ms adelante. Pero, en cualquier caso, la influencia
sobre el rea continental liderada por Francia proviene del BGB,
que represent la culminacin de la pandectstica.
Por otra parte, otros cdigos civiles no hacen referencia a la
antijuricidad (el francs5, belga6 y espaol, especialmente), aunque es objeto de algn debate en Blgica y, sobre todo, Espaa. En
el Derecho anglosajn el concepto es prcticamente desconocido7.
En cuanto a Espaa, el trmino se recibi por la doctrina penal
a principios del siglo xx, probablemente a travs de autores italianos8. La primera obra que hemos encontrado en que se emplea el
adjetivo antijurdico es las Adiciones de Quintiliano Saldaa a la
3 Quien antijurdicamente (widerrechtlich) causa dao a otro, intencionada o negligentemente, tiene que compensarle el dao. Repite casi literalmente la redaccin el artculo 41
OR, de 1911, actualmente en vigor.
4 1294: El dao puede surgir de la conducta u omisin antijurdica (widerrechtlich) de un tercero; o de un caso fortuito. El dao antijurdico puede ser causado voluntaria
o involuntariamente. El dao voluntario est fundado a su vez bien en la mala intencin,
cuando el dao es causado con conocimiento y voluntad; bien en la negligencia cuando se
ha producido con ignorancia culpable, o por falta de la adecuada atencin o esfuerzo.
Ambos sern llamados culpa (Verschulden).
1295.1: Cualquiera est autorizado para requerir del daante la indemnizacin del
dao que ha causado con culpa (Verschulden); el dao puede ser causado mediante el
incumplimiento de una obligacin contractual o sin relacin con un contrato.
En este sentido, se ha llegado a afirmar que Desde distintos puntos de vista el ABGB
tiene ms en comn con el Code Civil, de la misma generacin codificadora, que con el
alemn BGB [Posch, Das zweihundertjhrige ABGB und das europische Vertragsrecht, ZEuP (2010), p. 43, citando a Mayer-Maly, NZ (1986), p. 265].
5Segn Viney, En Derecho francs, la ilicitud no es un elemento distinto de la
culpa [faute]: ambas nociones estn confundidas. V. Le Wrongfulness en Droit
Franais, in Koziol (ed.), Unification of Tort Law: Wrongfulness, Kluwer, The Hague
(1998), p. 57.
6 Cornelis, Lacte illicite, Bruylant, Bruxelles (1991), p. 23, texto and n. 1, afirma
que el Derecho belga solo reconoce la culpa [faute], y que, a diferencia de Holanda y
Alemania, no hay diferencia entre faute e illiceit. Igualmente, Coussy: Wrongfulness in Belgian Tort Law, en Koziol (n. 5), p. 31, afirma que: el concepto de illiceit
(onrechtmatigheid) no ha tenido xito en sustituir (o ser aadido a) el concepto de culpa
(fault) en sistemas como el belga, que derivan del Derecho francs.
7 V., no obstante, Horton, Wrongfulness under English Tort Law, en Koziol
(n.5), pp. 39 y ss.; Howarth, General Conditions of Unlawfulness, en Hartkamp et al.
(eds.), Towards a European Civil Code, 3rd edn., Kluwer, Nijmegen (1994), pp. 607 y ss.;
Cane, The Anatomy of Tort Law, Hart Publishing, Oxford (1997), pp. 57 y 58. Se observa
con facilidad que en el rea del Common Law los autores escriben sobre antijuridicidad
principalmente en el contexto de comparacin entre sistemas o en el de los esfuerzos dirigidos a la unificacin del Derecho de la responsabilidad extracontractual en Europa.
8 Ferrini, Il Digesto italiano, IV, 1, Unione Tip-Editrice Torinese, Milano-RomaNapoli (1887-1888), voz Delitti e quasi-delitti, n. 23, p. 740, habla ya de azioni antigiu-

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traduccin, de 1916, del tratado de von Liszt9; el sustantivo antijuridicidad lo hemos encontrado por vez primera en una obra de
Jimnez de Asa de 192210. Hoy es la denominacin generalizada
entre la doctrina penal.
De sta pas a un sector de la civil. Aparece ya con absoluta
naturalidad en la traduccin y anotaciones de Prez Gonzlez y
Alguer a la obra de Enneccerus/Kipp/Wolff11. Sin embargo, el primer civilista que aplic la idea de la ilicitud como categora sistemtica dentro de la responsabilidad civil fue de Diego, gran jurista
y buen conocedor de la doctrina alemana; segn l, No basta, en
efecto, que el hecho sea daoso para producir la obligacin de
reparar el dao. Del ejercicio legtimo de un derecho o del exacto
cumplimiento de un deber legal, jams se deriva esta obligacin,
aunque con ello se cause dao a otro. La ley Aquilia ya nos hablaba
del damnum iniuria datum, dao realizado sin derecho o contra
derecho: el Cdigo suizo y el alemn insisten tambin en esta idea.
El hecho, por consiguiente, adems de ser daoso, ha de ser ilcito,
contrario al derecho; ha de contener la violacin de una norma
legal12.
Despus de este breve repaso, la cuestin que surge inmediatamente es: necesitamos un requisito que aparece slo en algunos
cdigos civiles europeos y no en el nuestro cuando las resoluciones
judiciales se inspiran en buena medida en los mismos principios?
II. ORIGEN HISTRICO DE LA ANTIJURIDICIDAD
1. Derecho romano
Para responder a la pregunta anterior, es esencial echar un vistazo a la historia del trmino antijuridicidad. Como ya se ha dicho,
ridiche; azione antigiuridica escribe Masucci, Il Codice penale italiano, vol. 2, 2.,
Napoli (1894), p. 315.
9 Tratado de Derecho penal, II, traducido de la 20. ed. alemana por Jimnez de
Asa, y adicionado con el Derecho espaol por Saldaa, Reus, Madrid (1916), pp. 314 y
ss.; el adicionador tambin utiliza en otras ocasiones el trmino antilegal (p. ej., pp. 362,
459 y 460). Por su parte, el traductor de la misma obra, Jimnez de Asa, utiliza el trmino ilegalidad (p. 251).
10 Trabajos del Seminario de Derecho Penal, Reus, Madrid (1922).
11 Tratado de Derecho civil, t. I, vol. II, traduc. y anotaciones de Prez Gonzlez y
Alguer, Bosch, Barcelona (1935), p. 421 (traduccin) y p. 424 (notas).
12 Curso elemental de Derecho civil espaol, comn y foral, t. 5., Victoriano Surez, Madrid (1920), p. 343. Le siguen luego de Buen, Derecho civil espaol comn, Reus,
Madrid (1922), p. 539; Garrigues, en Castn/Garrigues/Goicoechea, Derecho civil comn
y foral, Reus, Madrid (1922), p. 273; Castn Tobeas, Derecho civil espaol comn y
foral, II, Reus, Madrid (1925), p. 712; y una lista interminable.
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tiene su origen cercano en los juristas en lengua alemana, pero su


raz ms lejana se encuentra, como tantas otras veces, en el Derecho romano. Para ser preciso, en la Lex Aquilia de damno (del principio del siglo iii a. C., aproximadamente; en realidad, era un plebiscitum y no una lex). Posteriormente fue recogida en el llamado
Corpus Iuris Civilis, en particular en tres lugares: Institutiones 4,3,
Digesta 9,2 y Codex 3,35 (formula en D. eod. 27,5). Inst. 4,3
comenzaba diciendo que Damni iniuriae actio constituitur per
legem Aquiliam (la accin de daos procedentes de injuria fue
creada por la Ley Aquilia), y su pargrafo 12, el ms importante
para la prctica en la Edad Moderna, ya que regulaba el dao en
general, requera un damnum iniuria datum, es decir, un dao causado con iniuria (v. tambin, usando literalmente la misma expresin, D. 9,2,11,7; eod. 17; y especialmente eod. 49,1).
Iniuria significaba etimolgicamente injusto o contra la
ley, siendo ius-iuris Derecho, e in un prefijo negativo de origen
protoindoeuropeo13. Con todo, ese significado tena muchos matices que, adems, cambiaron con la evolucin del propio idioma
latino14. Es imposible tratar aqu las numerosas discusiones sobre
el asunto, as como todas las opiniones. Por ello, sobre la base del
argumento de autoridad, se seguir la de aquellos que piensan que,
en su origen, la insercin de iniuria se debi a la intencin de dejar
claro que un dao slo poda dar lugar a la accin mencionada
13 Fortson, Indo-European Language and Culture, 2 nd edn., Blackwell, Oxford
(2010), nms. 7.25 and 8.29. In (i ante l y r) aparece en todas las lenguas procedentes del latn; ingls, in y un; alemn un; holands on; griego clsico ,
etc; todo del protoindoeuropeo *no-.
Las lenguas nrdicas utilizan u u o por un-, debindose la u larga a la prdida de
la n [Skeat, An Etymological Dictionary of the English Language, Clarendon Press,
Oxford (1893), voz un, p. 674].
14 De los diferentes significados de la palabra, el que ha prevalecido en las lenguas
romnicas es insulto, y a ese sentido se dedica el captulo siguiente, 4,4, de las Inst.
Seala dOrs, Derecho privado romano, 4. edn., Eunsa, Pamplona (1981), 360, que
El trmino ms amplio para designar todos los actos ilcitos que dan lugar a una reprensin jurdica es el de iniuria, es decir, lo contrario al ius; si ius equivale al moderno derecho, iniuria equivale exactamente a torcido, o para volver a emplear una antigua palabra hispnica que coincide con el ingls, tort. Puede consultarse tambin Plescia,
The development of iniuria, Labeo, 23 (1977), pp. 271 y ss., y all ms referencias.
V. tambin D. 47,10,1, pr., e Inst. 4,4: Generaliter dicitur iniuria omne quod non iure
fit (En general, es llamado antijurdico lo que no es acorde con el Derecho); frase repetida
literalmente en Mosaicarum et Romanarum legum Collatio siglo iv, 2,5,1. De todas formas, estos textos estn escritos mucho despus que la Lex Aquilia y, como se ha sealado ya,
muestran la evolucin del lenguaje latino, pero no dan pista alguna sobre el significado de
iniuria en la mencionada Lex. Como Play: Iniuria dicitur omne, quod non iure fit, Bullettino del Instituto di Diritto Romano, 86 (1985), p. 76, afirma, una clusula general acerca de
la iniuria, como iniuria dicitur, quod non iure fit, no es posible encontrarla en esta poca (es
decir, en la de la promulgacin de la Lex), sino que apareci en el perodo postclsico (p. 79).
V. tambin, recientemente, Paschalidis, What did iniuria in the lex Aquilia actually
mean?, Revue Internationale des Droits de lantiquit, 55 (2008), pp. 321 y ss., que toma
como base la tica de Aristteles; el resultado no es muy convincente.

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cuando se causaba a propsito (dolus malus); slo con el paso del


tiempo los iurisprudentes incluyeron en la expresin la negligencia
o culpa15.
Por tanto, la actividad del sujeto era acorde con el Derecho
cuando haba una causa de justificacin, especialmente, legtima
defensa; de hecho, Inst. eod., 2 seala que Iniuria autem occidere
intellegitur, qui nullo iure occidit. Itaque qui latronem occidit, non
tenetur, utique si aliter periculum effugere non potest (se considera tambin mala intencin matar cuando quien lo hace no tiene ningn derecho a ello; por consiguiente, quien mata a un ladrn no es
responsable cuando no puede escapar del peligro de otro modo;
v.tambin, entre otros lugares, D. 1,1,3; D. 4,2,12,1).
Con todo, a pesar de la opinin de algunos de los romanistas
citados, resulta difcil aceptar que el requisito de mala intencin
fuese introducido pensando precisamente en las causas de justificacin, ya que no se les dedica ningn captulo en el Corpus Iuris
Civilis, un trabajo mucho ms elaborado que la Ley Aquilia, con
gran influencia de la Escuela de Berito, que hizo una construccin
del Derecho romano mucho ms abstracta; en el Corpus Iuris, las
causas de justificacin estn diseminadas aqu y all.
2.La tradicin del Ius Commune y su corolario:
el Cdigo civil francs
Cualquiera que fuera el significado de iniuria en Derecho
romano, los autores del llamado Ius Commune no se preocuparon
sobre ese trmino en la Lex Aquilia. Una vez que la negligencia o
culpa haba sido introducida entre los elementos de la responsabilidad aquiliana, iniuria, la intencin maliciosa, perdi inters para
los juristas16. P. ej., si nos fijamos en los comentarios de Barto15 Arangio-Ruiz, Responsabilit contrattuale in diritto romano, reimpr. de
la2.edn, Jovene, Napoli (1958), pp. 226 y ss.; Kaser, Das rmische Privatrecht, vol 1, 2.
Auf., C.H. Beck, Mnchen (1971), 41, IV, 2, p. 162 (dolus malus); Plescia (n. 14),
p.272; dOrs (n. 14), 361 y 374; Zimmermann: The Law of Obligations. Roman Foundations of the Civilian Tradition, Clarendon Press, Oxford (1996), p. 1005. Opiniones diferentes, a veces influidas por el Derecho vigente en cada pas, mantienen, p. ej., Valditara,
Damnum iniuria datum, Giappichelli, Torino (1996), p. 33, que opina que el elemento
bsico por el que el dao poda ser calificado como iniuria datum era la antijuridicidad de
la conducta, es decir, la ausencia de causas de justificacin Una causa de justificacin,
probablemente la ms antigua, era la legtima defensa, en cuyo fundamento se reconoca
incluso una naturalis ratio; v. tambin Castresana, Nuevas lecturas de la responsabilidad aquiliana, edcs. Univ. Salamanca, Salamanca (2001), pp. 43 y ss.; Guarino, Diritto
privato romano, 12. edn., Jovene, Napoli (2001), nm. 89.3.3, p. 1001.
16Seala Castresana (n. 15), pp. 51 y 52, que cuando la Jurisprudencia integra el
dolo y la culpa como elementos cualificadores de aquella intervencin humana que produce el resultado damnum, la antijuridicidad deja de ser la variable que funda responsabilidad
por daos y su lugar lo toma la culpabilidad.

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lo(1313-1357) sobre la cuestin, la palabra iniuria aparece rara


vez, y no existe un tratamiento general del concepto17.
Y Jacobus Cujacius (Jacques Cujas), dos siglos despus (15201590), al estudiar la Lex Aquilia conforme al llamado mos gallicus,
ligaba el concepto de iniuria con el de culpa en sentido amplio, o
sea, intencin o negligencia: In ea lege iniuria significat culpa18.
Desde el inicio de la Edad Moderna, el Derecho privado en general, o sea, el Derecho romano, comenz a diferenciarse y tomar su
propio camino en cada pas. No obstante, el pas lder en este movimiento fue Francia, copiado en gran medida por otros tras su Cdigo. Jean Domat (1625-1696) y Robert Pothier (1699-1772)19, los
juristas ms importantes de esta poca en ese pas, consideraban que
eran necesarios tres elementos para interponer con xito una accin
de responsabilidad civil: a)dao (damnum); b) intencin (dolus,
dlict) o negligencia (culpa, quasi-dlict); y c) una relacin de causalidad, aunque sobre este ltimo elemento apenas se haca hincapi.
No obstante, es importante dejar claro que la expresin culpa era
utilizada en tres sentidos distintos: a) como negligencia; b) como
negligencia y dolo conjuntamente; c) o, finalmente, para referirse a
la inimputabilidad de los enfermos mentales y los menores.
En conclusin: El concepto de iniuria se convirti en completamente irrelevante. Dolo y culpa era ms que suficientes.
3.Edad Moderna, Derecho natural racionalista y Usus Modernus Pandectarum20
Los juristas del rea germnica siguieron las enseanzas del Ius
Commune. Pero con el holands Hugo Grocio (Huigh de
17 In Primam D. Veteris Partem, Iuntas, Venetiis (1570) fol. 192 vto. y ss. En un rpido
repaso se observa que la palabra iniuria aparece una sola vez en cuatro folios dedicados a la
Lex Aquilia (en lex Liber homo, D. 9,2,37, pr.). En sus comentarios sobre el Cdigo justinianeo no hay una sola referencia al trmino [In Primam Codicis Partem, Iuntas, Venetiis
(1570), fol. 119]. De inters sobre este asunto, Winiger, La responsabilit aquilienne en
droit commun. Damnum Culpa Datum, Helbing & Lichtenhahn, Genve (2002), passim.
18 Opera Omnia, t. VII vel Quarti Operum Postumorum, Recitationes solemnes,
Pauria, Neapoli (1758), Ad Digestum II, I, col. 90, B.
V. tambin Opera ad Pariesiensem Fabrotianam editionem, t. I, Notae in IV Libros
Institionum Storti, Venetiss (1778), iv, iii, donde, despus de reproducir Inst. 4,3,2 seala:
III. Sin embargo, no est sujeto a esta lex el que mata a otro por caso fortuito: esto es, si
se encuentra en una situacin en la que no hay culpa: ya que no puede encontrarse en peor
posicin que cualquier otro que solo es responsable por dolo o culpa.
19 Domat: Les lois civiles dans leur ordre natural, Le Breton, Paris (1767), III, V, II,
pp. 238 y ss.; Pothier, en Dupin (ed.), Oeuvres de Pothier, I (1835), Trait des obligations,
I, I, II, nms. 116 y ss., pp. 62 y ss.
20 Kaufmann, Rezeption und Usus Modernus der Actio Legis Aquiliae, Boehlau,
Kln (1958), pp. 73 y s. dedica slo una p. y un pargrafo a la iniuria, sin arrojar luz alguna sobre el problema.

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Groot,1583-1645) y el alemn Samuel von Pufendorf (1632-1694)


comenz una nueva era en la filosofa del Derecho continental. La
fundamentacin de Grocio del Derecho natural simplemente en la
razn humana, exista o no Dios, o no se preocupe de los problemas
humanos21 fue el punto de partida del racionalismo en Derecho. El
xito de su obra fue, adems de en los Pases Bajos, excepcional en
el rea de lengua alemana (de hecho, vivi algn tiempo en lo que
hoy es Alemania). Y para estos autores, casi todo el Derecho poda
ser deducido de ciertos axiomas racionales22.
Aplicando tales ideas al mbito que nos concierne, igual que
exista el axioma conforme a Derecho, deba existir el axioma
contra Derecho o iniuria, y del mismo podan ser inferidos sus
efectos criminales y civiles.
Grocio emple la palabra iniuria en su obra ms importante, ya
mencionada, pero no trat el asunto que nos interesa23. A pesar de ello,
en su Introduccin al Derecho de Holanda dedica algunas pginas a
las fuentes de las obligaciones e incluye el delito entre ellas24. Desde
su punto de vista, El delito es un hacer o dejar mantenerse un estado
de cosas como estaba, cuando no est autorizado por su propia naturaleza o por una ley25, y Del crimen pueden surgir dos obligaciones:
por un lado, la pena; por otro, la indemnizacin del dao. A partir de
estas lneas, se ha llegado a afirmar por la doctrina holandesa contempornea que Grocio ya tena en mente el concepto de antijuridicidad,
que supuestamente fue copiado por Domat y Pothier26.
En cualquier caso, el primer autor en siglos que dedic algunas
lneas al trmino iniuria fue Pufendorf en su trabajo Elementorum jurisprudentiae universalis libri duo (primera edicin, 1660)27. En I, XVII,
VI se pregunta Iniuria quid propie (Qu es propiamente la antijuridicidad?), respondiendo en el siguiente pargrafo (VII) que Ad injuriam
quoque propie dictam requiritur, ut ex proeaeresi ea processerit; o sea,
Hablar propiamente de antijuridicidad requiere tambin que sta provenga de una libre eleccin moral. Por tanto, no es antijurdico causar
un dao por caso fortuito, aadiendo el autor algunos ejemplos, y
21 De iure belli ac pacis libri tres, Buon, Parisiis (1625), Prolegomena: eatiamsi
daremus, quod sine summo scelere dari nequit, non esse Deum, aut non curari ab eo negotia humana.
22 Es ilustrativo que Pufendorf (v. n. 27) dedique el segundo libro de su obra a dos
axiomas y a las conclusiones que se derivan de ellos.
23 V., no obstante, libro I, I, nm. 10.
24 Emple la palabra misdaet (holands actual: misdaad), aunque el vigente Cdigo
penal holands prefiere la palabra misdrij. V. Inleydinge Tot de Hollandtsche Regts-geleertheyt, Bouman, Amsterdam (1652), III, 32., p. 228 (edicin original: 1631).
25 Traduccin libre. Original: Misdaet is een doen ofte laten zijnde uit sig selen,
ofte door eenige wet ongeoorloft.
26 Hartkamp/Asser: Verbintenissenrecht, Verbintenis uit de wet, 12 d., Kluwer,
Deventer (2006), pp. 8 y 9.
27 La edicin usada aqu es la de J. Meyer, Francofurti et Jenae (1680), pp. 307 a 309.

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haciendo finalmente la distincin tradicional del Ius Commune entre


culpa lata, levis y levissima.
Muchos otros filsofos del Derecho pertenecientes a la escuela
racionalista siguieron la estela de Pufendorf. Entre ellos merece ser
destacado Christian Thomasius (1655-1728), que tambin afirmaba que Iniuria es lo opuesto al Derecho y la obligacin, porque
quien usa de su derecho no causa iniuria a nadie. Y de la iniuria, es
decir, del rechazo del Derecho cuando alguien debe actuar de otra
manera, surge un acto ilcito contra una justa obligacin28.
El ltimo filsofo del Derecho destacado que se va a mencionar
aqu es Christian Wolff (1679-1754), conforme al que Se llama
iniuria a la violacin del derecho perfecto de otro, de lo que se
deduce que es meridianamente claro que la iniuria est prohibida y
naturalmente va contra el Derecho, y en el siguiente pargrafo
aade que Daar a otro es ya infringir su derecho perfecto, ya
causarle un acto ilcito; por tanto, todo dao significa iniuria29
(las cursivas son del original).
Por otra parte, los autores del rea germnica comenzaron a
explicar el Derecho positivo sobre diferentes bases y mtodo. Esto
supuso el surgimiento del llamado Usus Modernus Pandectarum,
cuya principal caracterstica fue la superacin de la llamada recepcin terica (del Ius Commune), que mantena la conviccin de
que el Derecho romano tena validez general en el Imperio de la
Edad Media como consecuencia de la translatio imperii30 (transferencia de la autoridad del Imperio romano al Sagrado Imperio romano, regido por los pueblos germnicos). Ahora las nicas fuentes del
Derecho eran la razn humana y el poder del emperador31.
Con todo, se puede observar con facilidad que tanto los filsofos del Derecho como los autores centrados en el Derecho positivo,
aunque apelaban a la razn natural, tomaron el concepto de antijuridicidad de los textos del Derecho romano. Los escritos del Derecho racionalista ya mencionados estn llenos de citas del Derecho
romano, el que estos autores conocan muy bien, aunque normalmente no citaban la fuente en sus trabajos. As, p. ej., en el campo
28 Fondamenta Juris Naturae et Gentium, 4. ed., Salfeld, Halae & Lipsiae (1748), I,
V, XV, p. 148. Primera edicin de 1705.
29 Institutiones Juris Naturae et Gentium, Officina Rengeriana, Halae & Magdeburdicae (1768), I, IV, 87 y 88, pp. 43 y ss. Edicin original: 1750.
30 Wieacker, Privatrechtsgeschichte der Neuzeit, 2. Auf., Vandenhoek und
Ruprecht, Gttingen (1967), p. 206.
31V. Schlosser, Grundzge der Neueren Privatrechtsgeschichte, 4. Auf., C.F.
Mller, Heidelberg (1982), pp. 53 y ss.

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de la responsabilidad civil, Thomasius escribi un pequeo libro


titulado Larva legis aquiliae, detracta actioni de damno dato32.
Lo dicho anteriormente se confirma echando una ojeada superficial a los autores que trataron el Derecho penal y la responsabilidad civil. Sus exposiciones estaban basadas, por una parte, en la
nueva filosofa del Derecho, de manera que, poco a poco, el requisito de la iniuria se convirti en esencial para definir el delito y la
accin de dao extracontractual; y, por otra parte, en los textos del
Derecho romano.
En estas lneas es imposible tratar esta evolucin con detalle.
Por ello, haremos un examen rpido de algunos de los autores ms
importantes, especialmente aquellos que muestran la evolucin
mencionada ms claramente. Adems, ha de tenerse en cuenta que
a veces el aspecto penal y civil de una accin eran tratados conjuntamente, pues ya en Derecho romano el dao era un delito privado.
Como se ha dicho antes, el punto de partida era las enseanzas
del Derecho Comn. As, antes de que las nuevas ideas se extendiesen, Wolfgang A. Lauterbach (1618-1678) afirmaba, bajo el encabezamiento De Privatis Delictis, que Delictum [palabra que aqu
inclua delito y dao extracontractual] es un evento voluntariamente admitido contra la honestidad y el Derecho Requiere (1) un
evento (2) que es voluntariamente admitido, es decir, intencional
o culposo; el caso fortuito est excluido33. Igualmente, en su trabajo ms amplio Collegium theoretico-practicum ad quinquaginta
Pandectarum libros, al tratar el concepto de iniuria, lo explicaba
poniendo entre parntesis las palabras dolo y culpa34.
Pero pronto los autores de Derecho penal y de la responsabilidad
civil incluyeron la antijuridicidad como un requisito especfico y distinto en el delito y en el Derecho de daos. Veamos unos ejemplos:
Georg A. Struve (1619-1692) escribi que Delictum en
general es un evento ilcito en s cometido voluntariamente contra
una ley prohibitiva35.
32 Salfeld, Halae & Magdeburdicae (1730), 39 pp. Existe una reciente traduccin al
ingls y un comentario adicional por Hewett/Zimmermann (eds.), Larva Legis Aquiliae:
The Mask of the Aquilia Torn off the Action for damage done, Hart Publising, Oxford
(2000), 68 pp.
33 Compendium iuris, Tubingae, Francofurti & Lipsiae, J. G. Cottae (1697), XLVII,
I, p. 649.
34 Pars prima, J. G. Cottae, Tubingae (1707), Ad Legem Aquiliam, II, p. 667: damnum cum facientis injuria per injuriosam rei corruptionem (Dolo vel culpa) datur.
35 Jurisprudentia Romano-Germanica Forensis, 4. ed., Bircknerum, Jenae (1683),
III, XXIII, I, p. 523.

ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

1513

Para Johann G. Heineccius (1681-1741), En realidad, el


dao causado ilcitamente es cualquier disminucin de bienes
hecha por un hombre libre sin derecho a realizar tal cosa36.
Entre los expertos en Derecho penal destaca Johann S. Bhmer (1702-1772), conforme al que Los delitos son cualesquiera
acciones u omisiones contra las leyes, voluntariamente admitidas37.
Cuando los autores del rea germnica empezaron a escribir
en su lengua materna, tradujeron el trmino iniuria bien como
Unrecht38 (literalmente, no Derecho o antiderecho), bien
como Rechtswidrigkeit o Widerrechtlichkeit (antijuridicidad),
aunque probablemente el trmino ms usado hoy da sea
Rechtswidrigkeit39. Al final de este proceso, el ltimo autor del
Usus Modernus Pandectarum, Christian F. Glck (1755-1831)
escribi que El dao puede ser causado por una persona cabal
mediante la lesin antijurdica (widerrechtlich) en la cosa de un
tercero. Tal dao antijurdico (rechtswidrig) es llamado damnum iniuria datum40.
Entre las legislaciones, la austriaca Constitutio Criminalis
Theresiana, de 1768, obra influida por Bhmer41, dispona en su
artculo 1, 1 que Un delito no es sino un hacer o dejar contrario
a la ley (gesetzwidrig); y su artculo 81, 1 requera en caso de
legtima defensa (Notwehr) que el ataque fuera contra el Derecho
(widerrechtlich). La edicin oficial de la norma contiene unos
resmenes marginales en latn, y, significativamente, traduce
widerrechtlich por injuste42.
Y el Allgemeines Landrecht prusiano, de 1794, estableca:
Quien antijurdicamente (widerrechtlich) causa dao a otro
mediante una conducta voluntaria, comete un delito.
36 Elementa Iuris Civilis secundum Ordinem Institutionum, Ianssonio-Waesbergios,
Amstelodami (1733), IV, III, MLXXX, p. 337.
37 Elementa iurisprudentiae criminalis, 3. ed, reimpr. de la edn. Halle (1743), 1996,
I, II, XXIX, p. 17.
38 Por ejemplo, la traduccin hecha por el propio Wolff de su trabajo previamente
mencionado [Grundstze des Natur- und Vlkerrechts, Rengerischen Buchhandlung, Halle
im Magdeburgischen (1754), I, II, 87, p 54]; y la traduccin al alemn de la obra de
Pufendorf De iure naturae et gentium libri octo, 1672 [Acht Bcher vom Natur und
Vlker Rechte, F. Knochen, Frankfurt am Mayn (1711), I, VII, XIV, p. 217].
39 La estructura de los tres trminos est tomada del latn, pero traduciendo la raz
latina ius iuris y el prefijo in.
Acerca de la influencia del latn legal en la lengua alemana, v. Elsener, Deutsche
Rechtssprache und Rezeption. Nebenpfade der Rezeption des gelehrten rmisch-kanonischen Rechts im Sptmittelalter, en Gernhuber (ed.), Tradition und Fortschrift im Recht.
Festschrift gewidmet der Tbinger Juristenfakultt (1977), 47 ff.
40 Ausfrliche Erluterung der Pandecten, vol. 10, 2, Palm, Erlangen (1808), IX, II,
698, p. 306.
41 Schmidt, Einfhrung in die Geschichte der deutschen Strafrechtspflege, 3. Auf.,
Vandenhoeck & Ruprecht, Gttingen (1965), 172, p. 173.
42 Constitutio Criminalis Theresiana, reimpr de la edn. Wien (1769), 1975.

ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

1514

Martn Garca-Ripoll Montijano

En cuanto a la responsabilidad extracontractual, el mismo


Allgemeines Landrecht (1. Theil, 6. Titel, 16) consideraba que
El dao casual procedente de una conducta debe ser satisfecho
slo cuando la conducta misma contradice una ley prohibitiva; o
cuando el que acta se ha colocado mediante un comportamiento
ilegal (gesetzwidrig) en las circunstancias que han motivado la
conducta. Igualmente, Zweiter Theil, 20. Titel, 517 sealaba
que Cualquiera tiene la autorizacin de evitar el peligro de un
dao contrario a Derecho (unrechtsmssig) que le amenaza a l,
a los suyos, o a sus conciudadanos mediante los medios de ayuda
adecuados a la ocasin43.
4.El siglo xix y la promulgacin del Cdigo
Civil alemn
Por consiguiente, a principios del s. xix el requisito de la antijuridicidad en la responsabilidad civil y el uso de los trminos
Rechtswidrigkeit o Widerrechtlichkeit (y los correspondientes adjetivos rechtswidrig y widerrechtlich) estaban ampliamente difundidos entre los autores en lengua alemana44. Pero decir que algo es
43 Una evolucin mucho ms pobre, pero similar, se produjo en Espaa. de Asso/de
Manuel, Instituciones de Derecho civil de Castilla, 4. ed., imprenta de Andrs de Sotos,
Madrid (1786), p. 238, distinguan entre homicidio casual, determinado y justo; El homicidio justo (cursiva del original) es quando alguno mata otro con justa razon, como
defendindose, vengando el agravio hecho en su persona, bienes en el mismo acto.
A la misma tradicin responden los primeros Cdigos penales espaoles. El artculo 621
del Cdigo de 1822 regulaba la legtima defensa dentro del delito de homicidio, segn era
costumbre en la doctrina espaola de la poca, disponiendo que No estar sujeto pena
alguna el homicidio que se cometa en cualquiera de los cuatro casos siguientes: Primero: en
el de la necesidad de ejercer la defensa legtima y natural de la propia vida, de la de otra
persona contra una agresion injusta, en el acto mismo del homicidio, cuando no hay otro
medio de repelerla. Segundo: en el de rechazar al agresor injusto que de noche invade violentamente trata de asaltar incendiar la casa, habitacion heredad, rompe puertas, escala
pared cerca. Tercero: en el defender su casa, su familia y su propiedad, contra el salteador,
ladron otro agresor injusto, que abierta y violentamente trata de robar, incendiar, invadir,
hacer algun dao las personas, aunque sea de dia, siempre que no haya otro medio de impedirlo. Cuarto: en el defender la libertad propia la de otra persona contra el que injusta y
violentamente trata de quitrsela.... Por su parte, el Cdigo de 1848, de una manera ms
sistemtica, recogi la legtima defensa en la parte general, e incluy el requisito de que la
agresin al defensor fuese ilegtima (art. 8.4., Primera). Sin embargo, la necesidad de la
agresin injusta no llev al desarrollo doctrinal que provoc en Alemania.
44 Una aclaracin sobre la terminologa en castellano. El trmino que, desde el
punto de vista etimolgico, mejor traducira Rechtswidrigkeit sera injuria, hasta tal
punto que la palabra alemana surgi para traducir el iniuria latino. Sin embargo, injuria
ha adquirido un significado muy particular en castellano que desaconseja su uso.
Las palabras clsicas castellanas para designar estas situaciones han sido siempre ilcito e ilicitud, mientras que antijuridicidad es un neologismo doctrinal reciente. En
nuestro idioma, tradicionalmente, lo jurdico ha sido lo referido al Derecho, no lo conforme al Derecho (ej., problema jurdico, estudios jurdicos, etc.). Adems, est compuesta de
muchas slabas, lo que es bastante corriente en alemn, pero no en castellano; por ello, se
la ha calificado de feo trabalenguas [Jimnez de Asa, Tratado de Derecho penal, IV,

ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

1515

antijurdico es una afirmacin puramente formal contrario al


Derecho que requiere un contenido material, y ese era precisamente su principal fallo.
Durante el siglo xix, e incluso antes, los penalistas germnicos
tuvieron especial importancia en el desarrollo del trmino antijuridicidad, sobre todo por el tratamiento de la legtima defensa, pues
la doctrina alemana, basada en los comentaristas del Derecho
Comn45, exiga que el ataque que justificaba aqulla fuera antijurdico, que existiera una iniusta aggressio u offensio46; la razn era
explicar que no era posible la legtima defensa frente a ataques justificados de la polica, o del propietario que rechazaba un intruso
en su finca.
Adems, los penalistas intentaron durante todo el siglo xix
estructurar el delito conforme a los principios del racionalismo y,
luego, del positivismo. Este estudio sistemtico supuso que hacia
la mitad de siglo los elementos del delito estuvieran claramente
fijados47: accin (incluida la causalidad, que ahora se estudiaba de
forma profunda), antijuridicidad y culpa (en sentido amplio) aunque la doctrina suele tener por el ms importante exponente de esta
tendencia a von Liszt48. El delito, pues, tena una parte objetiva el
hecho en s y una subjetiva la intencin del autor49. La doctrina
actual suele explicar esta divisin por el positivismo de los autores
y su deseo de acomodarse al mtodo de las ciencias naturales50.
Con todo, no todo se explica por esa razn, sino que tambin se
2. parte, 2. ed., Losada, Buenos Aires (1961)], que propuso luego el trmino antijuricidad, que es el que utilizan algunos autores, como Muoz Conde, Derecho penal. Parte
general, 8. ed., Tirant lo Blanch, Valencia (2010), pp. 300 y ss.; o Pantalen, Comentario del Cdigo Civil, Ministerio de Justicia, t. II, Madrid (1993), artculo 1902, p. 1993].
45 En los escritos romanos no exista un apartado dedicado a la legtima defensa,
sino diferentes expresiones y ejemplos aqu y all. V., p. ej., D. 9,2,45,4; D. 43,16,1,27;
C.8,4,1. Por otra parte, el Derecho Comn influy profundamente en la alemana Constitutio Criminalis Carolina (1533).
46 Bhmer (n. 37), II, XVI, CCVI, p. 416.
47 P. ej., Rein, Das Kriminalrecht der Rmer von Romulus bis auf Justinian, Leipzig
(1844), reprod. facsmil por Scientia Verlag, Aalen, 1962.
En este proceso es de especial relevancia la obra de Feuerbach (1775-1833)
Lehrbuch des gemeinen in Deutschland gltigen peinlichen Rechts, 5. Auf. (1822) que fue
el manual de Derecho penal ms empleado durante la primera mitad del siglo y tuvo gran
influencia sobre el Cdigo Penal de Baviera, de 1813. Consideraba que el delito requera
La carencia de causa jurdica que la determine (la accin), porque una accin que est
determinada por un motivo jurdico es adecuada a Derecho ( 32, p. 33).
48 Lehrbuch des Deutschen Strafrechts, 10. Auf. (1900); considera ya que el Delito
es el acto culpable contrario a Derecho (rechtswidrig) ( 26, p. 120).
49Igual, Meyer, Lehrbuch des Deutschen Strafrechts, Deichert, Leipzig (1888),
23-27 (La voluntad o parte subjetiva del delito) y 28-32 (El hecho o parte objetiva del delito).
50As, Roxin, Strafrecht. Allgemeiner Teil, I, 4. Auf., Beck, Mnchen (2006), 7,
nm. 20; Zielinski, Handlungs-und Erfolgsunwert im Unrechtsbegriff, Duncker & Humblot, Berlin (1973), p. 12. En Italia, Cian, Antigiuridicit e colpevolezza. Saggio per una
teoria dellillecito civile, Cedam, Padova (1966), pp. 48 y ss.
ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

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Martn Garca-Ripoll Montijano

debe a una primera intuicin muy comn en cualquiera. Ya en la


doctrina penal del Derecho Comn era corriente distinguir entre
imputatio facti e imputatio iuris51, y todava en la doctrina anglosajona se distingue entre actus reus aspecto objetivo y mens rea
aspecto subjetivo.
La funcin del juicio de antijuridicidad era reconocer una serie
de causas que justificaban la accin aparentemente criminal, y as
se suele considerar por la mayora an hoy. A estos elementos aadi finalmente Beling52 la tipicidad.
Desde el punto de vista civil, la evolucin legislativa acaba provisionalmente con el Cdigo Civil alemn, de 1896. Los 226
a228 regulan con detenimiento la legtima defensa, el estado de
necesidad y la autoayuda (Selbsthilfe); para la legtima defensa se
requiere que el ataque sea antijurdico (rechtswidrig).
En materia de responsabilidad extracontractual, el 823.1 dispone que Quien dolosa o negligentemente daa de forma antijurdica la vida, el cuerpo, la salud, la libertad, la propiedad u otro
derecho especial de otro, est obligado a indemnizarle el dao causado. Aunque se ha escrito mucho sobre ello, y hay muy diversas
opiniones, desde nuestro punto de vista, la insercin de la antijuridicidad se debe al respeto a la tradicin y al deseo filosfico de
reafirmar que el acto que daba lugar a responsabilidad civil deba
ser contrario a Derecho.
En el mbito penal, el 32 del Cdigo penal alemn dispone
que (1) Quien comete un hecho que est permitido por legtima
defensa, no acta antijurdicamente. (2) Legtima defensa es la
defensa que es necesaria para evitar para s o para otro un ataque
actual antijurdico.
III. CONTENIDO DEL JUICIO DE ANTIJURIDICIDAD
1. Antijuridicidad de la conducta o del resultado
Ya se ha dicho previamente que decir que antijuridicidad significa contra el Derecho es una afirmacin puramente formal. Para
llegar a la clave de la cuestin es necesario darle un contenido a esa
afirmacin.
51V. Silva Snchez/Bald Lavilla: La teora del delito en la obra de Manuel de
Lardizbal, en Estudios de Derecho penal y criminologa. En homenaje al profesor Jos
Mara Rodrguez Devesa, II, Madrid (1989), pp. 345 y ss.
52 Die Lehre vom Verbrechen, Mohr, Tbingen (1906).

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La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

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Antijuridicidad es un concepto que, en el fondo, constituye un


problema de filosofa del Derecho y que, en cualquier caso, puede
tener significados muy diferentes. Veamos algunos tomados slo
del Derecho privado.
En muchos pases, el causante ha de dejar parte de sus bienes
a determinados parientes; para calcular la cuota de cada pariente
se tienen normalmente en cuenta las liberalidades inter vivos.
Imaginemos ahora que una persona de buena posicin econmica
realiza diversas donaciones, pensando que le quedan bienes suficientes para respetar la legtima. Con posterioridad, debido a una
crisis econmica, viene a una mala situacin, de modo que lo
dejado a su muerte no cubre la legtima si sumamos el valor de
las donaciones. Podramos decir que el testamento o las donaciones son ilcitas o antijurdicas, pero, desde luego, en un sentido
muy distinto de aqul en el que lo hacemos en el Derecho de
daos.
Igualmente, podramos considerar que la posesin de buena fe
es una situacin ilegal, pero este es ms bien un problema de enriquecimiento injusto.
Dentro del mbito de la responsabilidad civil, lo que se discute
fervientemente es si el requisito de la antijuridicidad se refiere a la
conducta del agente o al resultado, es decir, al dao.
La doctrina alemana suele fijar el punto de partida fundamental
de este debate en la discusin entre un penalista de la segunda mitad
del xix, Adolf Merkel, y Jhering. El debate tiene como trasfondo las
distintas concepciones que de la antijuridicidad se iban desarrollando entre los penalistas decimonnicos, y la clasificacin de Hegel
sobre los distintos tipos de actos contrarios a Derecho.
Siguiendo su famoso esquema dialctico, piensa Hegel (17701831) que el que una existencia en general sea existencia de la
voluntad libre, es el Derecho. Es, por tanto, en general la libertad
como idea ( 29; tesis); tal libertad se afirma especialmente
mediante la propiedad (41) y el contrato ( 72). Pero si la voluntad
particular se opone a la libertad universal nos encontramos ante la
antijuridicidad ( 82; anttesis). Finalmente, el Derecho se reafirma
mediante la negacin de esa negacin, es decir, mediante la pena o
la responsabilidad civil (sntesis; 97: La infraccin acaecida del
Derecho como Derecho es, ciertamente, una existencia positiva,
exterior, pero que en s es nula. La manifestacin de su nulidad es el
aniquilamiento de aquella infraccin, que asimismo aparece en la
ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

1518

Martn Garca-Ripoll Montijano

existencia; la realizacin del Derecho como su necesidad en s sich


mit sich interveniente mediante la eliminacin de su infraccin)53.
En el mbito de la ilicitud (Unrecht), distingue el filsofo idealista entre ilicitud inintencionada (unbefangen), fraude (Betrug) y
delito (Verbrechen; 83). En la primera, propia del Derecho civil,
el sujeto no se opona al Derecho en s, sino que su voluntad particular crea estar haciendo el Derecho; pone como ejemplo el caso
de que dos disputen ante los tribunales por la propiedad creyendo
ambos que son propietarios ( 84 a 86).
El engao supone una voluntad particular contraria a la general,
pero haciendo creer a la otra parte que su voluntad particular estaba
conforme con la general ( 87 a 89)54.
Finalmente, el delito constituye una voluntad particular que con
plena violencia se dirige contra la voluntad general y la particular
de otro individuo, y es el autntico ilcito ( 90 y ss.; especialmente 95); parece, por tanto, que el acto doloso slo pertenece a
la esfera del Derecho penal, y as lo interpretaron bastantes de los
penalistas hegelianos55.
Pues bien, en 1867, Merkel (1836-1896), con la finalidad de
fijar lo que l considera como antijurdico, analiza la postura anterior, rechazndola: Cuando contraponemos la antijuridicidad civil
con la penal, no debemos pensar en una graduacin de comportamientos antijurdicos pues muchas infracciones jurdicas, como,
p. ej., la mayora de los perjuicios patrimoniales, se presentan
como ilcito civil y penal sino en principio en una diferenciacin
de las consecuencias jurdicas de la antijuridicidad, o lo que es lo
mismo, en distintas aspectos de la responsabilidad jurdica que
puede fundarse en comportamientos antijurdicos56.
A su juicio, toda antijuridicidad comprende dos aspectos:
a) una infraccin de la voluntad general objetivada en el Derecho;
b) la imputabilidad. El Derecho se puede definir como un conjunto de mandatos y prohibiciones de carcter jurdico; la antijurdicidad, pues, como una infraccin de tales mandatos y prohibiciones. Pero estos mandatos se dirigen a la voluntad del ser humano
imputable... Por tanto, la infraccin del Derecho corresponde a una
infraccin del deber por el infractor. Pero solo existen deberes para
53 Grundlinien der Philosophie des Rechts, mit Hegels eigenhndigen Randbemerkungen in seinem Handexemplar der Rechtsphilosophie, Berlin (1821); herausg.
von Johannes Hoffmeister, Verlag Felix Meiner, Hamburg, 1955.
54 El papel de este engao como algo distinto del ilcito civil nunca ha estado claro
para nadie, ni siquiera para los primeros hegelianos, que optaron por incluirlo dentro del
delito.
55 Recogidos detalladamente por Merkel: pp. 6 y ss. (v. nota siguiente).
56 Von dem Verhltnisse des strafbaren Unrechts zum Zivilunrechte, en Kriminalistische Abhandlungen, I, Leipzig (1867), reprod. facsmil Glashtten im Taunus, 1971, p. 1.

ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

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los seres humanos imputables y se miden segn sus capacidades.


No hay ningn deber de realizar lo imposible para el hombre, de
prever y evitar lo inevitable. En consecuencia, no puede haber una
infraccin jurdica en ese no prever y no evitar.
Evidentemente, la accin de un inimputable perjudica bienes
protegidos por el Derecho, pero su valoracin tiene que ser exactamente igual que la de los acontecimientos naturales; de lo contrario, tambin tendramos que considerar el viento y la tormenta
como sujetos de la antijuridicidad 57. Lo anterior, con todo, no
implica que no podamos acudir a la legtima defensa u otras acciones para el mantenimiento de estados conforme a Derecho (p. ej.,
el propietario frente al poseedor de buena fe), porque la posibilidad
de estas actuaciones no depende de la culpa ajena58.
Unos meses despus del mismo ao, responde Jhering (18121892) a lo anterior en una obrita titulada Das Schuldmoment im rmischen Privatrecht (El momento de la culpa en el Derecho privado
romano)59: Cualquiera siente la diferencia entre la pretensin del
propietario contra el tercero poseedor de buena fe de su cosa y la del
robado contra el ladrn. En aquel caso se trata simplemente de la existencia del derecho discutido, sin que el demandante necesite aadir el
reproche de una ofensa jurdica consciente y culpable... con otras palabras, el momento de la culpa subjetiva es irrelevante para esta pretensin, que tiene simplemente por objeto la falta de conformidad a Derecho de un estado de cosas en la persona del demandado. Por el
contrario, la demanda contra el ladrn descansa esencialmente sobre el
reproche de la ofensa jurdica, es decir, infraccin consciente y voluntaria de nuestro derecho; el momento de la culpa subjetiva es aqu
indispensable, no hay robo sin intencin.
En ambos casos se trata de la efectividad del derecho del
demandante; por tanto, la sentencia que lo reconoce y lo restablece
pone fin a una antijuridicidad en la persona del contradictor, y a
mis ojos no existe duda fundada de que en ambos casos se puede
hablar de una antijuridicidad (Unrecht), para la que se recomienda
en un caso la denominacin de antijuridicidad objetiva, y para el
otro de subjetiva60.
57

P. 47.
P. 50.
59 Das Schuldmoment im rmischen Privatrecht (1867), recogido luego en
Vermischte Schriften juristischen Inhalts, Leipzig, 1879 (por donde se cita).
60 Pg. 159. Jhering aade algunos otros casos de distincin entre injusto objetivo y
subjetivo, tomados especialmente del Derecho procesal.
Por otra parte, el autor se remite en nota a la opinin de Hegel en su Philosophie des
Rechts. Es sintomtico que el ejemplo que emplea para referirse al injusto civil sea precisamente la disputa sobre la propiedad de una cosa ( 84 y 85). De cualquier modo, la
doctrina actual discute si, en verdad, la concepcin de Jhering sigue la de Hegel.
58

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1520

Martn Garca-Ripoll Montijano

El debate contina hoy, aunque la doctrina penal alemana


defiende casi unnimemente que la antijuridicidad se refiere a la
conducta61. Por el contrario, los civilistas estn divididos, pero la
mayora mantiene la opinin de que la antijuridicidad se refiere al
dao, al resultado, pues la antijuridicidad de la conducta no cuadra
con la redaccin del 823 BGB, ya que ese punto de vista tiene
que incluir el dolo y la negligencia que ya aparecen mencionados
en el precepto en la antijuridicidad. Adems, reduce las posibilidades de defensa de la persona que puede ser daada: frente a una
conducta diligente sera imposible la legtima defensa o una accin
negatoria o de omisin (Unterlassungsanspruch; 1004 BGB, que
regula la llamada pretensin de omisin, en virtud de la cual el
propietario puede exigir la omisin de cualquier actividad que perturbe su derecho, con independencia de la negligencia o diligencia
de la conducta del agente). En la doctrina latina se han asimilado al
caso del BGB los llamados interdictos de obra nueva y obra ruinosa, que se dice tampoco dependen propiamente de la diligencia o
negligencia del demandado62; por el contrario, cuando el propietario puede reclamar la omisin de una conducta o la modificacin
de cierta situacin, el resultado de la conducta, la situacin, es
siempre antijurdica63.
61 Baumann/Weber/Mitsch: Strafrecht. Allgemeiner Teil, 11. Auf., Gieseking,
Bielefeld (2003), 16, nm. 11; Khl: Strafrecht. Allgemeiner Teil, 2. Auf., Vahlen, Mnchen (1997), 3, pp. 3 y ss.; Otto, Grundkurs Strafrecht. Allgemeine Strafrechtlehre, 5.
Auf., Gruyter, Berlin-New York (1996), 8, 217 y ss.; Roxin (n. 50), 10, nms. 88 y ss.;
Schnke/Schrder/Leckner, Strafgesetzbuch, 26. Auf., Beck, Mnchen (2001), Vorbem 13 ff., nm. 49; Stratenwerth/Kuhlen: Strafrecht. Allgemeiner Teil, 6. Auf.,
Vahlen, Mnchen (2011), 7, nms. 14 y 21 (pero slo para el ilcito penal); Zielinski:
(n.50), passim.
Tambin dominante en Espaa, aunque en menor medida: Landecho/Molina: Derecho penal espaol, Parte General, 8. ed., Tecnos, Madrid (2010), p. 246; Molina Fernndez, Antijuridicidad penal y sistema del delito, J. M. Bosch, Barcelona (2001), passim.
Otros autores, con nimo conciliador, consideran que en todo delito existe una antijuridicidad del dao y una antijuridicidad de la conducta: Mir Puig, Derecho penal. Parte
general, 8. ed., Reppertor, Barcelona (2008), pp. 165 y 166; Muoz Conde (n. 44),
pp.303 a 305; Kindhuser, Strafrecht. Allgemeiner Teil, 5. Auf., Nomos, Baden-Baden
(2011), nm. 7; Wessels/Beulke: Strafrecht. Allgemeiner Teil, 41 Auf., C.F. Mller, Heidelberg (2011), nm. 15. Sin embargo, esta postura tiene que explicar entonces para qu
sirve la tipicidad y por qu se califica de antijurdicas a dos cosas distintas.
62 Cian (n. 50), p. 114.
63 P. ej., Grundmann, Mnchener Kommentar zum Brgerlichen Gesetzbuch,
Beck, Mnchen (2007), 276, nm. 19; Katzenmeier, Anwaltskommentar BGB, Deutscher Anwaltverlag, Bonn (2005), 823, nm. 99; Wagner, Mnchener Kommentar zum
Brgerlichen Gesetzbuch (2004), 823, nms. 12 y ss.
Este punto de vista tiene su base en la redaccin del 1004 BGB en relacin con el
904. El primero dispone que (1) Si la propiedad es perjudicada de modo distinto a la
privacin o retencin de la posesin, el propietario puede exigir del perturbador la eliminacin del perjuicio. (2) La pretensin est excluida cuando el propietario est obligado a
soportarla. Por su parte, el 904 establece que El propietario de una cosa no est autorizado a prohibir la influencia de un tercero sobre la cosa, cuando la influencia es necesaria
para evitar un peligro y el dao amenazante es comparativamente mucho mayor. El propietario puede exigir indemnizacin de los daos que se le hayan causado.

ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

1521

En segundo lugar, los autores germanos64 se basan tambin en el


equivalente al artculo 32 de nuestra Ley de Competencia Desleal, que
no hace depender las acciones declarativa, de cesacin, de remocin
de los efectos y de rectificacin del dolo o negligencia del agente.
stos slo son necesarios para que se de lugar a una indemnizacin de
daos y perjuicios (art. 32.5. LCD). De ello se derivara que las primeras acciones citadas dependeran exclusivamente de la antijuridicidad
objetiva del acto, independientemente de la actitud del agente.
Una opcin intermedia, que proviene de von Caemmerer65, distingue la antijuridicidad del resultado para los casos tpicos del
823.I BGB, que provoca lo que llaman daos inmediatos, y la
antijuridicidad de la conducta, que provoca los llamados daos
mediatos, que son los ocasionados mediante la infraccin de las
llamadas normas de proteccin de una ley que no protege los daos
considerados tpicos ( 823.II BGB)66. La ventaja de esta diferencia
es que permite ejercitar la accin negatoria o de omisin en los casos
tpicos del 823.I independientemente de la actitud del agente.
En otros pases en que se ha planteado la cuestin de la antijuridicidad, la doctrina y la jurisprudencia siguen el modelo alemn
slo en cierta medida.
Empezando por los pases cuyos Cdigos civiles requieren antijuridicidad, pero cuyos redactores no se plantearon detenidamente
el problema de su significado, en Austria el punto de vista del autor
ms importante en esta materia es que la antijuridicidad se refiere a
la conducta porque antijuridicidad no significa sino la valoracin
de que hay una infraccin de una norma. Y solo los seres humanos
pueden actuar contra las normas legales, en la medida en que ellos
son los nicos destinatarios de las normas67.
En Suiza la actitud preponderante parece ser que la antijuridicidad
se refiere al dao, aunque el asunto es muy discutido y las conclusioLa antijuridicidad de la conducta es defendida especialmente por doctrina relativamente antigua, p. ej., por Nipperdey, Rechtswidrigkeit, Sozialadquanz, Fahrlssigkeit,
Schuld im Zivilrecht, NJW (1957), II, pp. 1777 y ss., especialmente p. 1778; Zippelius:
Die Rechtswidrigkeit von Handlung und Erfolg, AcP, t. 157 (1958/59) pp. 390 y ss.;
Mnzberg, Verhalten und Erfolg al Grundlagen der Rechtswidrigkeit und Haftung,
Klostermann, Frankfurt a. M. (1966), passim.
64 Deutsch, Allgemeines Haftungsrecht, 2. Auf. Carl Heymanns, Kln-Berlin, etc.
(1996), pp. 203 y 204.
65 Wandlungen des Deliktsrecht, en Gesammelte Schriften, I, Mohr Siebeck,
Tbingen (1968), recogido especialmente en pp. 543 y ss. A su vez, se apoya para ello en
la opinin de von Tuhr, Der Allgemeine Teil des Deutschen Brgelichen Gesetzbuch, II,
2, Duncker & Humblot, Mnchen y Leipzig (1918), 88, VI, pp. 476 y ss.
66 As, entre otros, Looschelders, Schuldrecht. Besonderer Teil, 5 Auf., Vahlen,
Mnchen (2010), nm 1241; Lwisch, Staudingers Kommentar zum Brgerlichen
Gesetzbuch, Sellier/de Gruyter (2004) 276, nm. 12; Medicus/Lorenz: Schuldrecht II.
Besonderer Teil, 15. Auf., Beck, Mnchen (2010), nm. 1175.
67 Koziol, Grundfragen des Schadenersatzrechts, J. Sramek, Wien (2010), par. 6/3,
p. 172.
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1522

Martn Garca-Ripoll Montijano

nes un tanto confusas68. As, p. ej., el Tribunal Supremo Federal ha


afirmado que Por tanto, la causacin de un dao es antijurdica cuando infringe un deber legal ya porque un derecho absoluto es violado
(antijuridicidad del resultado), ya porque se ha provocado un dao
puramente econmico mediante la violacin de una particular norma
de proteccin (antijuridicidad de la conducta). Antijuridicidad significa una objetiva violacin de una norma, y no se da cuando hay una
causa de justificacin (23 de noviembre de1990, BGE 116, Ib, 367;
similar, 18 de marzo de 1993 BGE 119, II, 127).
En Holanda, el ltimo pas de Europa occidental que ha incluido la antijuridicidad en su legislacin, los redactores se enfrentaron
directamente al problema antes de la promulgacin de libro 6 del
Cdigo civil, y la estimacin general es que Slo una conducta
inadecuada es antijurdica y puede dar lugar a responsabilidad conforme al artculo 6:16269, hacindose hincapi en que la opinin
contraria llevara al absurdo de que todas las lesiones y daos en
las cosas fueran antijurdicos70.
Por el contrario, en Portugal, sin duda alguna, el trmino ilicitamente fue incluido pensando en el resultado, ya que el legislador
68 Los autores utilizan aqu una terminologa distinta, distinguiendo entre antijuridicidad objetiva (resultado) y subjetiva (conducta). La primera es mantenida, p. ej., por Honsell: Schweizerisches Haftpflichtrecht, 4. Auf., Schulthess, Zrich (2005), 5, nms. 1
yss., que considera el dao siempre antijurdico excepto cuando existe una causa de justificacin; el mismo punto de vista es compartido por Oftinger/Stark, Schweizerisches
Haftpflichtrecht, vol I, 5. Auf., Schulthess, Zrich (1995), 4, nm. 9, y Werro: La responsabilt civile, Schulthess, Zrich (2005), nms. 291 y 326. La opinin contraria es
defendida por Schwenzer, Schweizerisches Obligationenrecht. Allgemeiner Teil, 3. Auf.,
Stmpfli, Bern (2003), par. 50.04, p. 305, con los argumentos de que tiene la ventaja de que
protege no solo los derechos de propiedad, sino tambin el dao puramente econmico, y
que hace posible establecer un lmite a la responsabilidad mediante la introduccin de
determinados deberes de cuidado; similares, Brehm: Berner Kommentar zum schweizerischen Privatrecht. Das Obligationenrecht, vol. VI, 1; 3, 1, 2. Auf, Stmpfli, Bern (1998),
artculo 41, nm. 33, pp. 18 y ss.; Widmer, Function and Relevance under Swiss Law, in
Koziol (n. 5), 116, apelando as mismo a la estructura semntica del artculo 41 OR en
comparacin con el Cdigo civil italiano; Stckli, Notizen zur Widerrechtlichkeit, en
Niggli/Hurtado/Queloz (eds.), Festschrift fr Franz Riklin, Schulthess, Zrich (2007),
pp.227 y ss., arguyendo que el problema del dao puramente econmico no fuerza a
aceptar una concepcin objetiva de la antijuridicidad. Dubitativo, Schnyder, Basler
Kommentar zum Schweizerischen Privatrecht. Obligationenrecht, I, 3. Auf., Helbing &
Lichtenhahn, Basel (2003) artculo 41, nms 30 y ss, pp. 329 y s.
69 Kortmann, Onrechtmatige overheidsbesluiten, Kluver, Deventer (2006), p. 22.
Fue igualmente la intencin de los redactores del Libro de Obligaciones, quienes dejaron
escrito que En el proyecto, como en el existente Cdigo holands de 1838, la antijuridicidad es considerada una calificacin de la conducta [The Netherlands Civil Code. Book 6,
The Law of Obligations, Draft text and commentary, Netherlands Ministry of Justice
(1977), 6.3.1, p. 378].
70 Asser/Mijnsen/Van Dam/Van Velten, Goederenrecht. Zakelijke recht, 14 d.,
Kluwer, Deventer (2002), pp. 37 y ss. En el mismo sentido, Jansen, Onrechtmatige daad:
algemene bepalingen, 2 d., Kluwer, Deventer (2009), nm. 12, p. 23; Schut: Onrechtmatige daad, Kluwer, Deventer (1997), p. 58; Van Workum/Arets, Arrestenbundel HBO
Rechten, Kluwer, Deventer (2007), NJ 1996, 403, p. 788. Dubitativo y crtico, Spier,
Wrongfulness in the Dutch Context, en Koziol (n. 5), pp. 87 y ss.

ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

1523

pretendi proteger slo ciertos bienes mediante la responsabilidad


extracontractual71. Pero segn la doctrina actual su sentido es referirse al comportamiento del sujeto, basndose en la razn que si el
agente actu conforme a las reglas del trfico, parece incorrecto
considerar presente la ilicitud (incluso en el caso de que no haya
ninguna causa de justificacin) simplemente porque el comportamiento llev al resultado, como en el ejemplo del conductor de un
tren que, conduciendo correctamente, mata a un suicida que se
arroja a las vas frreas72.
Partiendo de una perspectiva completamente distinta, los redactores del Codice civile, al elaborar el artculo 2043, que requiere un
danno ingiusto, estaban pensando en las causas de justificacin;
esto resulta absolutamente claro cuando se lee la Relazione del
Guardasigilli73. Sin embargo, el problema de la antijuridicidad ha
cambiado hoy da en Italia, y su estudio se refiere a qu clase de
daos pueden desencadenar responsabilidad74.
2.Especial anlisis de la doctrina y jurisprudencias espaolas
Si bien durante un largo perodo nuestra doctrina ha aceptado
sin demasiados problemas el requisito de la ilicitud o antijuridici71 Esto queda corroborado si se lee a Antunes Varela, Rasgos innovadores del
Cdigo civil portugus de 1966 en materia de responsabilidad civil, Real Academia de
Jurisprudencia y Legislacin, Madrid (1971), pp. 32 a 35. Joo de Matos Antunes Varela
(1919-2005) fue Ministro de Justicia desde 1954 a 1967 y el principal promotor del nuevo
Cdigo Civil portugus, tomando parte activa en el proyecto de Cdigo. Todava a favor de
la ilicitud del resultado, Almeida Costa, Direito das Obrigaoes, 9. ed., Almedina,
Coimbra (2001), pp. 513 y ss.
72 Teles de Menezes Leito: Direito das Obrigaoes, I, Almedina, Coimbra
(2000), pp. 257 y ss.
73 En ella se dice literalmente que con la ingiustizia del dao se deja ms claro que
en la norma del Cdigo civil de 1865 que culpa y antijuridicidad son conceptos diferentes;
y, por tanto, se requiere que el acto o la omisin, para ser fuente de responsabilidad, debe
ser doloso o culposo, esto es, imputable, y debe ser llevado a cabo mediante un dao a la
esfera jurdica de otro. No habr responsabilidad cuando el dao es causado en legtima
defensa porque quien acta en tal situacin tiene el poder de defender su propio derecho
frente al agresor; el dao causado en tal situacin no puede ser calificado de injusto. En
otras palabras, hay antijuridicidad cuando se lesiona, sin justificacin, la esfera de otro.
Citado siguiendo a Alpa, Danno ingiusto e ruolo della colpa. Un profilo storico, Rivista
di diritto civile, 36-II (1990), p. 154.
74 Cian/Trabucchi, Commetario breve al Codice civile, Cedam, Padova (1981),
artculo 2043, pp. 865 y ss.; Busnelli/Command, Wrongfulness in the Italian Legal System, en Koziol (n. 5), pp. 70 y ss.; Inzitari/Piccinini, La responsabilit civile. Casi e materiali, Giappichelli, Torino (2009), pp. 3 y ss. El cambio se debe sobre todo al accidente areo
que sufri el equipo del ftbol Torino el 4 de mayo de1949, que produjo la muerte de varios de
sus jugadores y el consiguiente perjuicio para el club (sentencia de la Corte de Cassazione 4 de
julio de1953; Foro italiano, 1953, I, pp. 1087 y ss.); hasta ese momento la accin de responsabilidad civil deba tener por objeto la indemnizacin por daos causados a derechos reales, no a
los derechos de crdito. Adems, el mismo club sufri la muerte de uno de sus jugadores en un
accidente automovilstico, lo que plante de nuevo el mismo problema [sentencia de la Corte
de Cassazione 29 de marzo de1978; Foro italiano (1978), pp. 833 y ss.].

ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

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Martn Garca-Ripoll Montijano

dad como presupuesto de la responsabilidad civil, nunca ha habido


acuerdo sobre en qu consiste esta antijuridicidad, y ltimamente
se rechaza incluso que exista tal requisito.
A) Posturas afirmativas en la doctrina
Como ya se ha dicho, la doctrina suele defender la existencia de
este presupuesto, que, para ella, consiste precisamente en la produccin de un dao a un bien protegido por el ordenamiento.
As, Albaladejo incluye entre los requisitos de la responsabilidad civil que el acto sea objetivamente antijurdico, ilcito (en
cursiva en el original), es decir, que choque con una norma que
proteja el bien daado. Requisito ste no exigido explcitamente
en la ley, pero presupuesto por la misma, al requerir que el acto sea
culpable, pues la culpabilidad consiste en que sea imputable y haya
sido realizado consciente y voluntariamente un acto ilcito. No hay
antijuridicidad o ilicitud principalmente cuando se obra en uso de
un derecho... por legtima defensa o consentimiento del
perjudicado75.
En tono parecido, Lacruz opina que la obligacin de reparar
nace de un nmero ilimitado de conductas atpicas que vulneran
una regla tan general como la que ordena alterum non laedere...: a
falta de tipicidad, todo dao irrogado a una persona en sus sentimientos, en su cuerpo o en sus bienes jurdicos... ha de ser reparado
mientras el agente no proceda en el ejercicio regular y no abusivo
de un derecho (y todava con la debida diligencia) o medie una
causa de justificacin... La antijuridicidad, entonces, se manifiesta
de forma negativa: la juridicidad del acto o la presencia de una
causa de justificacin pueden, aun habiendo dao, excluir la responsabilidad... Si negsemos su [de la regla alterum non laedere]
presencia en el trasfondo del ordenamiento, habramos de aceptar
esta otra regla: es lcito causar cualquier dao a otro, salvo si una
regla prohibe ese dao concreto76.
75 Derecho civil, II, 11. ed., con la colaboracin de Reglero Campos, Bosch, Barcelona (2002), p. 931. Siguen la misma lnea Lasarte: Principios de Derecho civil, II,
15.ed., Marcial Pons, Madrid (2011), pp. 298; y de Salas Murillo, Responsabilidad
civil e incapacidad. La responsabilidad civil por daos causados por personas en las que
concurre causa de incapacitacin, Tirant lo Blanch, Valencia (2003), p. 76.
Sin embargo, Albaladejo cambia aparentemente de opinin en la 14. ed., Edisofer,
Madrid (2011), p. 926, donde seala como tercer requisito de la responsabilidad civil Que
choque con una norma que proteja el bien daado, es decir que sea objetivamente antijurdico, ilcito o culpable, en sentido amplio, o sea, atribuible bien a culpa en sentido estricto
(negligencia), bien a dolo del agente (es decir, imputable a ste a ttulo de culpa o dolo).
76 Elementos de Derecho civil, II, 1., 2. ed., J. M. Bosch, Barcelona (1985), p. 502,
texto y nota 2. V. tambin Martn-Casals/Sol Feliu, Fault under Spanish Law, en
Widmer (ed.), Unification of Tort Law: Fault, Kluwer (2005), pp. 239 y 240.

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La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

1525

Con todo, el autor que forma ms contundente y extensa ha


defendido la antijuridicidad como presupuesto de la responsabilidad civil ha sido Busto Lago77, para lo que se basa en distintos
argumentos:
Por un lado, es conforme con los antecedentes histricos. Ya la
ley Aquilia exiga un damnum iniuria datum, e Iniuriam hic accipimus quod non iure factum est, hoc est contra ius. Por otra parte, tanto
en el proyecto de Cdigo Civil de 1836 y como en el de 1851 haba
ciertas referencias literales a que los delitos eran acciones ilcitas o
prohibidas por la ley, aunque la ilicitud no apareca expresamente
citada en los artculos equivalentes al actual artculo 190278.
El tenor literal del artculo 1089 CC, que dispone que Las
obligaciones nacen... de los actos y omisiones ilcitos o en que
intervenga cualquier gnero de culpa o negligencia. El autor considera que la primera conjuncin o no tiene aqu carcter disyuntivo sino valorativo o explicativo79.
La antijuridicidad es, precisamente, el factor de discriminacin que delimita el mbito de los daos civilmente resarcibles a
travs del mecanismo de la responsabilidad civil extracontractual.
La respuesta a por qu el paseante carece de accin en relacin con
los daos ambientales, reside en el hecho de que su inters lesionado no se halla jurdicamente protegido y, por tanto, careciendo
estos daos causados al paseante de la nota de la antijuridicidad
no devienen resarcibles frente, v. gr., al titular de un inmueble cuya
fachada manchada por la contaminacin producida por la misma
fbrica que s puede reclamar la indemnizacin de estos daos y
perjuicios. Es precisamente el hecho de que se trate de la lesin de
derechos o intereses legtimos jurdicamente protegidos lesin
contra ius no justificada non iure lo que va a discriminar frente
a otros daos... no resarcibles. Es, por tanto, el presupuesto de la
antijuridicidad el elemento delimitador de los daos resarcibles a
travs del mecanismo de la responsabilidad civil extracontractual.
Criterio o presupuesto que, a nuestro juicio, no ve alterada su funcin por el hecho de que la ilicitud se integre en el propio concepto
de dao que se utilice a efectos de la responsabilidad civil extracontractual, pues siempre sern elementos diferenciables80.
77 La antijuridicidad del dao resarcible en la responsabilidad civil extracontractual, Tecnos, Madrid (1998), especialmente pp. 175 y ss.
78 Pp. 180 a 184.
79 Pp. 184 y 185.
80 Pp. 187 y 188. Cf. Bustos Pueche, La antijuridicidad, presupuesto de la responsabilidad extracontractual, La Ley, 22 de septiembre de 2004, Ref. D-188, p. 3, que
dice que slo puede hablarse de acto ilcito cuando se ofende un bien jurdico protegido
por la norma que se infringe.

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Martn Garca-Ripoll Montijano

La existencia en nuestro ordenamiento de daos no antijurdicos que producen efectos jurdicos distintos de la responsabilidad civil. As sucede especialmente con las causas de exclusin de
la antijuridicidad, como la legtima defensa.
B) Posturas negativas en la doctrina
En 1981 el profesor Pantalen defendi una tesis doctoral,
indita, donde consider intil la categora ilicitud en nuestro
Derecho de daos. Su postura fue reproducida por Lacruz Berdejo
en su obra arriba citada, y desde entonces va ganando continuamente adeptos.
Parte aquel autor de dos presupuestos bsicos: nuestro sistema
de responsabilidad extracontractual no es tpico sino de clusula
general; el artculo 1902 no exige siquiera, para dar lugar a la
indemnizacin, la lesin de un derecho subjetivo u otra situacin
jurdica del daado. Desde las premisas anteriores, es evidente
que en nuestro Derecho es imposible afirmar a la vez que la responsabilidad extracontractual exige la antijuricidad de la conducta
del daante, y que dicha antijuricidad consiste en la violacin de la
norma primaria (el art. 1902 sera una norma secundaria) protectora del bien lesionado.
Tampoco parece aceptable la tesis de que la antijuricidad consiste en la violacin de la pretendida norma primaria alterum non
laedere. Una norma jurdica as... no puede formar parte del ordenamiento jurdico de un sistema econmico-social fundado en la
competencia, y que permite e incentiva la realizacin de actividades que se demuestran estadsticamente productoras de importantes daos a los dems.
Restara la alternativa de fundar el juicio de antijuricidad, no en
el desvalor del resultado producido por la conducta del daante,
sino en el desvalor de la conducta en s... Pero la aceptacin de
esta postura... exigira demostrar qu necesidad existe de aadir el
elemento de la antijuricidad al elemento de la culpa. Y sobre todo,
esta postura, al situar el centro de gravedad del supuesto de hecho
del artculo 1902 CC en la conducta del responsable, y no en el
dao, contradice la funcin propiamente resarcitoria del precepto:
no se impone al daante la obligacin de indemnizar porque puede
serle reprochado haber obrado antijurdicamente, y con el fin de
que no vuelva a actuar as, sino porque, dado que el dao es objetivamente imputable a la conducta culposa de aqul, se estima justo
que sea l quien lo soporte en vez del daado81.
81

(N. 44), pp. 1994 y 1995.

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La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

1527

Como se ha dicho, a este autor est siguiendo ahora una buena


parte de la doctrina82.
C) Posturas intermedias
Incluimos aqu a dos autores que partiendo de posturas contrarias, uno de la antijuridicidad de la conducta y otro del dao, llegan
a posiciones intermedias que intentan ser conciliadoras.
El primer autor espaol que intent tratar en serio el requisito
de la ilicitud o antijuridicidad teniendo en cuenta las aportaciones
de la doctrina alemana fue Santos Briz: El concepto de antijuridicidad significa un juicio de menosprecio hacia el ordenamiento
jurdico por parte de una determinada conducta. Ha de diferenciarse del concepto de la culpa, que igualmente representa un juicio de
valor, el cual necesariamente presupone una accin antijurdica,
pero que versa acerca de si esa accin es personalmente reprochable a su autor. Por ello una accin puede ser antijurdica sin que al
mismo tiempo le afecte al agente culpa ninguna, por ejemplo, porque al tiempo de la accin era inimputable83.
Critica el autor la doctrina dominante sealando que El punto
de vista del menosprecio del resultado no puede explicar por s
solo la antijuridicidad en todos los casos de infraccin de bienes
jurdicos por medio de omisiones, por negligencias o por actividades y explotaciones peligrosas admitidas por el ordenamiento jurdico. Se reconoce generalmente que una omisin es antijurdica
solamente cuando haya sido la causa de la infraccin de un bien
jurdico y haya violado el deber de evitar un resultado. El juicio de
antijuridicidad no puede referirse entonces en ningn caso al resultado de la omisin84.
Finalmente, la teora dominante... no puede resolver satisfactoriamente tampoco los casos en que a pesar de la observancia de
la diligencia mayor posible en el hombre se producen infracciones
de bienes jurdicos por medio de actividades o explotaciones peligrosas toleradas por el ordenamiento jurdico... Segn este criterio
infringen antijurdicamente un bien jurdico el maquinista que ve a
82 Asa Gonzlez, en Puig i Ferriol y otros, Manual de Derecho Civil, II, 3. ed.,
Marcial Pons, Madrid, Barcelona (2000), p. 477; Yzquierdo Tolsada, Sistema de responsabilidad civil, contractual y extracontractual, Dykinson, Madrid (2001), pp. 110
a113; Roca Tras, Derecho de daos. Textos y materiales, 6. ed., Tirant lo Blanch, Valencia (2003), p. 73; Monts Penads, Causalidad, imputacin objetiva y culpa en la concurrencia de culpas, en Estudios jurdicos en homenaje al profesor Luis Dez-Picazo, II,
Thomson-Civitas, Madrid (2003), p. 2592; Parra Lucn, en Martnez de Aguirre (coord.),
Curso de Derecho Civil, II, 3. ed., Colex, Madrid (2011), p. 889: el concepto de antijuridicidad no parece aadir nada a los dems presupuestos analizados.
83 Derecho de daos, Edersa, Madrid (1963), p. 24.
84 P. 26.

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Martn Garca-Ripoll Montijano

un suicida que se arroja a la va o el conductor que en forma por


completo imprevisible arrolla a un borracho, aunque ninguno de
aqullos se halle en situacin de evitar el accidente85.
El autor llega a una solucin intermedia aseverando que Slo
puede asentirse a la doctrina dominante sobre el injusto en cuanto
ha elaborado y dado importancia al resultado de la accin, a la
lesin de intereses. Pero necesita ser complementada basndonos
en el conocimiento obtenido de que el juicio de valor acerca de la
situacin producida, prescindiendo de la existencia de causas especiales de justificacin, no puede ser transferido sin ms a la accin
productora de esa situacin. El defecto terico decisivo de la opinin dominante... est en que al verificar el juicio de antijuridicidad deja enteramente la funcin determinante de la norma jurdica
y slo se preocupa de cmo ha de valorarse la perturbacin habida
en el inters reconocido como digno de proteccin... Por consiguiente, podemos definir la antijuridicidad (lo injusto) como la
lesin (en ciertas circunstancias, tambin la creacin de un riesgo)
de intereses jurdicamente reconocidos (bienes jurdicos) por
medio de acciones contrarias a los mandatos o prohibiciones del
ordenamiento86.
Una de las ltimas aportaciones detenidas sobre el asunto que
nos ocupa ha sido realizada por Dez-Picazo. Segn l, para plantear definitivamente el problema del concepto de antijuridicidad en
materia de Derecho de daos, parece conveniente volver a los planteamientos de los penalistas. En la doctrina del Derecho penal... se
admite que al lado de una antijuridicidad formal, definida abstractamente como contraposicin con el ordenamiento jurdico, existe
una antijuridicidad material que est referida a juicios de valor.
Constituye un lugar comn entre los penalistas, que la antijuridicidad no puede contentarse con la descripcin externa de las caractersticas de un delito, sino que la tiene que explicar desde su significado valorativo, pues slo desde un punto de vista valorativo se
puede explicar que en la antijuridicidad tengan que encontrar su
fundamento y su asiento las causas de justificacin. En sentido
material, la antijuridicidad es un juicio valorativo o juicio de desvalor que expresa dice Mir Puig el carcter objetivamente indeseable para el ordenamiento jurdico, de una lesin o puesta en peligro
de bienes jurdicos y puede ser un juicio de desvalor acerca del
resultado o juicio de desvalor acerca de la conducta cuando sta
85

P. 27.
P. 29, siguiendo a Nipperdey (cursiva del original). V. tambin La responsabilidad
civil. Derecho sustantivo y Derecho procesal, 5. ed., Montecorvo, Madrid (1989), pp. 28 y
ss. A esta postura se adhiere de la Vega Garca, Responsabilidad civil derivada del ilcito concurrencial, Civitas, Madrid (2001), p. 189.
86

ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

1529

pueda ser considerada peligrosa ex ante. A nuestro juicio... la antijuridicidad que es propia del Derecho de daos entraa, desde
luego, un juicio de desvalor del resultado. Un concepto de antijuridicidad que comprenda tambin un juicio de valor de la conducta,
que para algunos puede resultar necesario, slo es posible realizarlo en la medida en que se entienda, como tambin entienden normalmente los penalistas, que el juicio sobre la culpabilidad queda
embebido en el juicio de calificacin de antijuridicidad87.
Por otra parte, vale la pena recordar que un sector de la filosofa
del Derecho moderna niega la posibilidad de la ilicitud dentro del
ordenamiento, porque, a diferencia de la mayora, piensan que no
hay una norma primaria que ordena u prohibe algo, y luego otra
secundaria que ordena al juez; segn esta corriente, la norma va
dirigida exclusivamente al juez, y la produccin del resultado lesivo es simplemente un presupuesto de la aplicacin de la norma88.
D) Jurisprudencia
El TS suele sealar que es doctrina pacfica y constante,
tanto jurisprudencial como cientfica, la que determina que para
una declaracin de una responsabilidad extracontractual plasmada en el artculo 1902 del Cdigo Civil, es preciso que concurran
los siguientes requisitos: a) Una accin u omisin culposa o
negligente, b) La produccin de un dao efectivo y evaluable
pecuniariamente, y c) Un nexo causal entre dicho acto humano
y el resultado daino (21 de marzo de 2001, RJ 4747; similar, 23
de mayo de 2006, RJ 3535; 2 de abril de 2004, RJ 1671; 22 de
julio de 2003, RJ5852; 22 de abril de 2003, RJ 3545; 25 de octubre de 2001, RJ8670; 13 de julio de1999, RJ 5046; 20 de mayo
de 1998, RJ3379; 3 de diciembre 1997, RJ 8722; 10 de noviembre1997, RJ7867).
87 Fundamentos de Derecho civil patrimonial, V, Civitas-Thomson Reuters, Madrid
(2011), pp. 303 y 304. Le sigue, respecto de una edicin anterior, Macas Castillo, El
dao causado por el ruido y otras inmisiones, La Ley, Las Rozas (2004), p. 270. En sentido tambin similar, Pea Lpez, La culpabilidad en la responsabilidad civil extracontractual, Comares, Granada (2002), pp. 259 y ss.
En materia contractual, opina Carrasco, en Albaladejo (dir.), Comentarios al Cdigo
Civil y Compilaciones Forales, Edersa, Madrid (1989), sub art. 1101, p. 593, que En el
rgimen de la responsabilidad contractual han de mantenerse perfectamente separados los
juicios de licitud (antijuricidad) y el juicio de reproche, puesto que, por definicin, el
incumplimiento es un resultado injusto. Yo no creo, contra el parecer de Jordano, que el
juicio de licitud sea coincidente con el juicio de imputabilidad-responsabilidad, de manera
tal que el deudor responde en tanto incumple, y deja de responder cuando se libera de la
obligacin por causa sobrevenida no imputable. Aadiendo a continuacin que La
observancia de la diligencia debida no es licitud cuando la diligencia fue ineficaz para
procurar el cumplimiento.
88 Kelsen, Reine Rechtslehre, Deuticke, Wien (1967), passim.

ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

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Martn Garca-Ripoll Montijano

En ocasiones, el TS sustituye los trminos culposa o negligente del primer requisito por ilcita. La de 7 de diciembre de 2000
(RJ9438) seala que toda responsabilidad derivada de un acto ilcito, segn constante y pacfica jurisprudencia, exige ineludiblemente
los siguientes requisitos: a) Una accin u omisin ilcita, b) La realidad y constatacin de un dao, c) Un nexo causal entre ambos
requisitos (en el mismo sentido, 7 de noviembre de 1996, RJ 7913).
Otras veces, se dice, como en la Sentencia de 29 de julio de
2010 (RJ6946), que toda obligacin, derivada de un acto ilcito,
segn constante y, tambin, pacfica jurisprudencia exige ineludiblemente los siguientes requisitos:
a) Una accin u omisin ilcita,
b) La realidad y constatacin de un dao causado,
c) La culpabilidad, que en ciertos casos se deriva del aserto,
que si ha habido dao ha habido culpa (?) y
d) Un nexo causal entre el primer y segundo requisitos. Idnticas, SS de 10 de diciembre de 2008 (RJ 2009/16), 7 de julio de2005
(RJ 9550), 14 de mayo de 2002 (RJ 4444), 7 de diciembre de 2000
(RJ 9438), 2 de marzo de 2000 (RJ 1304), 17 de noviembre de 1998
(RJ 8809), 29 de diciembre de 1997 (RJ 9602); similares, pero sin la
aclaracin de la culpabilidad, SS de 7 de diciembre de 2000
(RJ9438), 27 de diciembre de 1996 (RJ 9377), 7 de noviembre
de1996 (RJ 7913). En estos casos, adems del discutible aserto del
requisito c), no se aclara en absoluto en qu se diferencian la ilicitud del primer requisito de la culpabilidad del tercero, pareciendo
que quieren decir lo mismo (v. especialmente la Sentencia de 7 de
julio de2005).
Las primeras sentencias que hemos podido localizar en las que se
habla de antijuridicidad son las de 10 de octubre de 1968 (RJ 4271)
y 25 de octubre de 1968 (RJ 4796), de las que fue ponente el Sr.
Bonet Ramn. En ambas se dice Que para que pueda ser estimada
la responsabilidad civil extracontractual, es necesario la concurrencia de diversos requisitos o supuestos integrados por la accin u omisin, la lesin o dao, la antijuridicidad o ilicitud, la culpa del agente
y la relacin de causalidad entre el dao y la falta. Como en las
sentencias del grupo anterior, se emplea el trmino ilicitud, al que se
equipara el de la antijuridicidad, pero igualmente no se explica en
qu consiste.
La descripcin ms amplia de qu sea la antijuridicidad aparece
en la STS de 17 de marzo de 1981 (RJ 1009, ponente Sr. Santos
Briz), al sealar que Que la relacin o juicio de antijuridicidad,
aludido en la Jurisprudencia de este Tribunal como uno de los
requisitos para exigir la responsabilidad civil extracontractual
ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

1531

(SSde 10 y 25 octubre de 1968), no se basa exclusivamente en ser


el acto incriminado contrario a una determinada norma jurdica, en
el caso concreto a las normas que para el funcionamiento de la instalacin fabril exige la normativa vigente, ya que segn reiterada
doctrina de esta Sala SS de 25 de marzo de 1954, 11 de marzo y
13 de diciembre de 1971, entre otras cuando las garantas adoptadas conforme a las disposiciones legales para prever y evitar los
daos previsibles y evitables no han ofrecido resultado positivo
revela ello la insuficiencia de las mismas y que faltaba algo por
prevenir y que no se hallaba completa la diligencia; de ah que la
antijuridicidad, como requisito de esta clase de responsabilidad, no
se elimine al presuponer un acto conforme a las normas sino que se
integra por faltar al mandato general de diligencia al actuar frente a
bienes ajenos jurdicamente protegidos; o, desde otro punto de
vista, algunos Cdigos extranjeros, como el austriaco, el alemn y
el suizo y tambin el italiano y el portugus, identifican la antijuridicidad de una conducta con la ilicitud o injusticia en el obrar,
incluyendo en ella no slo lo que es contra ius, sino adems lo no
justificado (non iure), y aunque nuestro C. Civ., siguiendo al francs, no menciona expresamente la nota de antijuridicidad en su
artculo 1902, no cabe duda que ha de verse la misma no slo en la
actuacin ilcita caracterizada por la falta de diligencia contraria a
una disposicin legal, sino tambin en consecuencias de actos lcitos no realizados con la prudencia que las circunstancias del caso
requeran.
Por tanto, aqu antijuridicidad parece significar negligencia, y
lo mismo parece deducirse de otras muchas sentencias que mencionan el mismo requisito (as, 26 de marzo de 2004, RJ1952; 6
de febrero de 2003, RJ 1075; 18 de marzo de 2002, RJ 2413; 4 de
noviembre de 1999, RJ 8860; 7 de octubre de1998, RJ 7388; 3
deabril de 1998, RJ 1873; 31 de diciembre de 1997, RJ 9195; 25
de marzo de 1996, RJ 2440; 8 de mayo de 1995, RJ3626; 15 de
julio de 1986, RJ 4566; 3 de julio de 1984, RJ 3792; 15 de
noviembre de1979, RJ 3828).
En otras ocasiones se dice que la antijuridicidad de carcter
civil proviene de la prohibicin del principio alterum non laedere
(STS 28 de febrero de 1994, RJ 1995/686; similares SSTS 18 de
marzo de 2002, RJ 2413; 21 de enero de 2000, RJ 225; 12 de
diciembre de 1984, RJ 6039), o que en el tema de la antijuridicidad no se puede ir ms lejos del principio alterum non laedere
(STS de 29 de diciembre de 1997, RJ 9602).
Excepcin aparente a esta jurisprudencia desvada es la STS
de5 de mayo de 2008 (RJ 2947), que, en un supuesto de absoluADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

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Martn Garca-Ripoll Montijano

cin por legtima defensa, seala la indeclinable necesidad de


acreditar, en sede de responsabilidad extracontractual, que el acto
daoso sea antijurdico y culpable; decimos que es excepcin
aparente porque no dice qu es la antijuridicidad ni la culpa, aunque se puede suponer que lo que la doctrina penal entiende por
ella, de manera que la antijuridicidad se referira a la conducta por
dolo o negligencia, y la culpa a la responsabilidad de los imputables.
Por ltimo, existe una tendencia, influida por la doctrina ms
reciente, que se muestra escptica sobre el requisito de la antijuridicidad en la responsabilidad civil. As, en la STS de 11 de
julio de2002 (RJ 8247) se dice, al hablar de la objetivacin creciente de la culpa, que dicha atenuacin culpabilista e incluso
de la antijuridicidad, que alguna doctrina moderna rechaza
como elemento constitutivo, y dicha inversin de la carga probatoria, lleva inexcusablemente a una enorme ampliacin de la
obligacin in vigilando y a un plus en la diligencia normalmente
exigible (similar, SS de20 de junio de2001, RJ 5065; 2 de
marzo de 2000; RJ 1304; 10 de noviembre de1999, RJ 8055; 18
de mayo de1999, RJ 4112; 28 de diciembre de1998, RJ 10161;
25 de septiembre de 1998, RJ 7070; 7 de mayo de 1998, RJ 2142;
29 de diciembre de 1997, RJ 9602; 17 de abril de1997, RJ 5414;
7 de noviembre de 1996, RJ 7913)89.
En fin, se puede concluir que la Sala de lo Civil TS emplea el
trmino antijuridicidad solo de vez en cuando (entre las ms
recientes, 14 de octubre de2008, RJ 6913; 9 de octubre de 2008,
RJ 6042; 10 de octubre de2006, RJ 6466; 23 de enero de2004,
RJ 1; etc.), especialmente en casos en que el demandado ha cumplido las prescripciones administrativas sobre seguridad, que el
Tribunal considera insuficientes para evitar la calificacin del acto
como antijurdico (p. ej. 12 de enero de2010, RJ 2011/305: ruido
procedente de una fbrica de mrmol, que afecta a los vecinos, a
pesar de que la fbrica cumpla las normas administrativas sobre
ruido; cfr. con S de 18 de febrero de2010, RJ 1286). En cualquier
caso, no hace excesivo hincapi en este supuesto requisito, no clarifica la diferencia entre culpa y antijuridicidad, y a veces incluso
insina que este ltimo no es un elemento de la responsabilidad
civil (p. ej. 9 de marzo de2010, RJ 3787; 11 de julio de2002,
RJ8247).
89 El mismo tono escptico se manifiesta en las ltimas sentencias de que es ponente el Sr. Santos Briz. As, la de 9 de julio de1992 (RJ 6273) seala que el artculo 1902
exige para su aplicacin que se acrediten los tres requisitos integrados por la accin u
omisin culposa, el resultado daoso y la relacin de causa a efecto entre ambos; a los que
alguna sentencia de esta Sala ha aadido los de antijuridicidad de la accin u omisin.

ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

1533

E) Derecho administrativo
El artculo 141.1 LRJAP y PAC seala que Slo sern indemnizables las lesiones producidas al particular provenientes de daos
que ste no tenga la obligacin jurdica de soportar de acuerdo con
la ley. Y ya desde hace dcadas, la jurisprudencia administrativa
ha pasado a decir que este dao que no hay obligacin de soportar
es antijurdico (v., entre las ms recientes, p. ej., SS de 21 de
julio de 2011, dos, RJ 6773 y 6774; 19 de julio de 2011,
RJ2012/638; 7 de julio de2011, RJ 6236; etc., etc.).
Aunque es difcil de aseverar con seguridad, este modo de
expresarse la jurisprudencia administrativa parece tener su origen
en la doctrina civil italiana antes expuesta.
3.Crtica de la doctrina de la antijuridicidad
del dao
Como hemos visto, la mayora de la doctrina civil espaola y de
algunos otros pases opina que la ilicitud recae sobre el dao producido. Por su parte, la jurisprudencia suele considerar que la antijuridicidad es la vulneracin de la norma no perjudicar a otro
(alterum non laedere).
A nuestro entender, el juicio de antijuridicidad no puede recaer
sobre el puro hecho daoso, tanto por razones filosficas, como
tcnicas, como de orden prctico.
Desde el punto de vista filosfico, es evidente que el Derecho
regula relaciones entre seres humanos, y slo los seres humanos pueden realizar actos antijurdicos, contrarios a Derecho. Si lo antijurdico fuera el dao, tendramos que considerar como ilcito el causado por una tormenta de granizo, un perro o un oso, lo que contradice
la forma de hablar y las valoraciones sociales corrientes90.
Ante ello, podra defenderse que hay daos que son indemnizables y otros no, por lo que s tendra sentido hablar de ilicitud de
unos daos y no de otros (y de ah la interminable discusin de la
doctrina italiana sobre el danno ingiusto que exige el artculo 2043
del Codice civile). Y, ciertamente, podemos pensar en ciertos valores que, de forma incondicionada, en ningn caso, podran fundamentar una responsabilidad civil. As, parece que en nuestro Derecho la mera infidelidad conyugal (si no conlleva engao sobre la
90 Con todo, de un modo sorprendente, la SAP Navarra 5 de mayo de1999 (ARP
1452) aprecia la eximente de legtima defensa en el acto de un pastor que mata dos perros
de caza que agredan su rebao.

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paternidad de la prole, v. SSTS de 14 de julio de2010, RJ 5152,


y18 de junio de2012, RJ 6849) no puede dar lugar a una indemnizacin, aunque esto pueda ser ilcito desde otros puntos de vista
(as, SSTS de 22 de julio de1999, RJ 5721, y 30 de julio de1999,
RJ5726); la razn es, probablemente, no abrir una puerta a constantes reclamaciones indemnizatorias en los procesos de separacin y divorcio91.
Si es verdad que hay desvalores nunca indemnizables, la discusin que planteamos sera puramente terminolgica. Es decir, como
veremos despus, una cosa es que el bien afectado sea valorado positivamente por el Derecho, y otra que de toda afectacin a ese bien se
derive sin ms la responsabilidad civil92. Pero es que, incluso desde
el punto de vista terminolgico, ya hemos visto que es mejor restringir la antijuridicidad a la conducta de los seres humanos.
Aqu aparece la clave de la doctrina de Jhering a la que antes
nos hemos referido. Este autor utiliz el mismo trmino (Schuld,
culpa) para referirse a dos fuentes diferentes de la obligacin,
que tienen diferentes premisas: enriquecimiento y dao. La relevancia del comportamiento de la persona en caso del uso de la cosa
de otro y en caso de destruccin de la cosa de otro es completamente distinta. La obligacin de devolver la posesin no depende
de la valoracin de la conducta del poseedor, a diferencia de la
obligacin de indemnizar un dao.
En contra de la opinin de buena parte de la doctrina alemana
de que es un sin sentido que el propietario de un terreno pueda
repeler la perturbacin de un agresor, y que, al mismo tiempo el
agresor tenga el derecho de pisar el terreno ajeno, se puede alegar
91Seala Ferrer Riba, Relaciones familiares y lmites del Derecho de daos, en
Estudios jurdicos en homenaje al profesor Luis Dez-Picazo, II, Thomson-Civitas, Madrid
(2003), pp. 1855 y 56, que la razn ms importante de esta exclusin tiene que ver con la
interferencia que una accin de daos provoca en los principios que rigen un sistema de
separacin o divorcio no culpabilstico... En un sistema de estas caractersticas, admitir la
indemnizacin de daos por adulterio u otras violaciones graves de deberes matrimoniales
supondra regresar a un sistema de culpa por la puerta trasera, aumentar la conflictividad
en las crisis matrimoniales y desvirtuar gravemente un principio normativo que ha merecido, aun con algunas reservas, un alto grado de consenso entre los operadores jurdicos.
92 Como seala acertadamente Ataz: Los mdicos y la responsabilidad civil, Montecorvo, Madrid (1985), pp. 266 y 267, Es evidente que para que un acto daoso d lugar a reparacin, debe haber recado sobre un bien tutelado por el Ordenamiento, pues de otra forma no
habra proteccin; sin embargo, esto es cosa distinta del concepto de culpa, ya que si se pone el
punto de vista no en la accin u omisin que calificamos de culposa, sino en el resultado de la
misma, no hacemos ms que trasladar el tema a otro de los elementos de la responsabilidad
civil, como es el dao. Por ello parece que decir que la culpa es un acto que supone la violacin
de un derecho de otro, si bien puede ser cierto, no resuelve el problema del concepto de culpa,
pues no hay forma de saber cundo se ha violado el derecho de otro (cursiva del original), a no
ser que se afirme que ste resulta violado siempre que recibe un dao... Por otra parte, esta tesis
es hasta cierto punto el pez que se muerde la cola, porque se sostiene de un lado que la culpa es
la causacin de un dao injusto; pero si se pregunta por qu el dao es injusto, parece que habra
que responder que lo es porque ha sido causado por la culpa de otro.

ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

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lo siguiente: el hecho de que alguien sea propietario de una finca y


que tenga en principio la facultad de repeler la perturbacin de un
agresor, no significa que su derecho sea tan absoluto que no pueda
ser sometido a una ponderacin de valores, porque ningn derecho
es absoluto, ni siquiera la vida.
Por ejemplo, si un homicida persigue a un tranquilo paseante, y
ste no tiene otra alternativa que pisotear la flores que con tanto
cario cuida el dueo de un jardn, estamos ante un estado de necesidad, y, al menos desde el punto de vista del Derecho espaol93,
no tiene que indemnizar el dao pues no hay antijuridicidad en su
conducta y est intentando defender su integridad fsica, no sus
bienes.
Imaginemos ahora que alguien est convencido con buenas
razones que cierto trozo de tierra es suyo, y el vecino piensa exactamente lo contrario. Probablemente, ambos estn actuando lcitamente cuando atraviesan la disputada franja de tierra.
En el fondo, aqu subyace una profunda cuestin de filosofa
jurdica. Las normas tratan de hacer la vida social lo ms fluida
posible, pero hay casos en que es imposible impedir fricciones,
incluso desde el punto de vista terico. La vida social se relaciona
con el comportamiento humano y ste, a su vez, con la persona que
acta. Conviene remachar lo que se acaba de decir. Expresado de
un modo algo simplificado, podemos decir que la responsabilidad
civil presupone que cada ciudadano dispone de un mbito de libertad. Buena parte de la doctrina parece partir del presupuesto de que
la relacin entre los mbitos de libertad de las personas son crculos tangentes, por lo que, desde esta premisa, es lgico que el que
se introduzca en el mbito de actuacin de otro causndole un
dao, tenga que indemnizarlo como regla general.
Pero lo anterior no es cierto. Debido a la propia vida en comunidad y a las limitadas capacidades del hombre, la relacin entre
los ciudadanos presupone mbitos de libertad que son secantes.
Es decir, por mucho que deseemos lo contrario en un supuesto
mundo ideal, los mbitos de actuacin de los hombres entran continuamente en conflicto. Cuando analizamos la conducta de, p. ej.,
A, lo que comprobamos es si se ha mantenido dentro de su mbito de libertad concedido por el ordenamiento. Slo cuando A
sale de su crculo y causa un dao a B aparece la responsabilidad
93 Conforme al 904 BGB, el propietario s tiene derecho a la reposicin del dao,
pero, como se ha dicho acertadamente [Mnzberg, Bemerkungen zum Haftungsgrund
der Unterlassungsklage, JZ (1967), p. 690], en ningn lugar del 1004 BGB regulador
de la accin de omisin se dice que la conducta del agresor en estado de necesidad sea
antijurdica; de hecho, al menos cuando se enfrentan la vida y el derecho de propiedad,
podramos decir desde el punto de vista del Derecho alemn que estamos ante una responsabilidad objetiva.

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civil. Y en esto consiste precisamente la justicia conmutativa que


subyace al artculo 1902 CC; el que se excede de su mbito de
actuacin ha de reparar el dao que ha causado por ello.

Por el contrario, si A no se excede de su crculo activo y a


pesar de ello produce un dao a B (zona de confluencia) no hay
razn, segn el principio bsico de nuestro Derecho, para imponerle responsabilidad alguna. La justicia conmutativa no consiste en
que el que ha causado un dao tiene que indemnizarlo sin ms,
porque eso supone trasladar artificialmente el dao de un patrimonio a otro. El Derecho no establece la responsabilidad civil porque
s; el dao, por hiptesis, ya ha ocurrido94, y es necesario justificar
el traslado de ese dao de un patrimonio a otro, y esto ocurre cuando el causante no se ha comportado adecuadamente.
Asunto distinto es si B, en la zona de confluencia, que est
tambin dentro de su crculo de actividad, puede defenderse frente
al dao previsible de A (problema del estado de necesidad).
A todo lo anterior se puede oponer que hay casos en nuestro
ordenamiento en que existe responsabilidad civil sin necesidad de
valorar la conducta del daante. As, se ha dicho que en el Derecho de daos no puede hablarse, en la actualidad, de un concepto
preciso de accin o de conducta que pueda formar parte de la teora
general del ilcito. En la mayora de los distintos regmenes objetivos que hoy conforman el Derecho de la responsabilidad civil no se
exige que el sujeto al que el criterio de imputacin seala como
responsable haya realizado una accin o un comportamiento concreto en cuya realizacin deba encontrarse la causa del dao95.
En realidad, esto no arguye nada contra lo anteriormente dicho,
sino que solamente demuestra que en ocasiones nuestro Derecho
prescinde de la antijuridicidad como uno de los requisitos desencadenantes de la responsabilidad. Por otra parte, en la mayora de los
supuestos de responsabilidad objetiva s se exige una accin del
responsable (sin nexo causal no suele haber responsabilidad objetiva), pero lo que no se exige es que sta sea antijurdica.
94
95

Fleming, The Law of Torts, 9th edn., LBC Information Services, Sydney (1998), p. 5.
Pea Lpez (n. 87), p. 277.

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La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

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Respecto de la norma de competencia desleal que antes se ha


mencionado, precisamente creemos que la propia diccin del
artculo 32.5 LCD deja claro que la indemnizacin de daos y perjuicios depende de una conducta incorrecta del causante y no del
resultado96. En cambio, las dems acciones que contempla el precepto no dependen de una valoracin de la conducta del competidor, sino que el acto de competencia desleal se apreciar objetivamente (v. art. 5 LCD). Por eso, en la doctrina alemana se ha dicho
que estas acciones tienen una estructura similar a la accin de omisin del 100497. Y es que, en el fondo, hay un estado de cosas que
el legislador considera ideal (norma de valoracin, aspecto valorativo o axiolgico), pero para imponer una forma de actuar tiene que
tener en cuenta las capacidades y limitaciones humanas (aspecto
dentico).
En cuanto a la supuesta regla alterum non laedere (D.1,10,10,1),
tampoco se sostiene98. De entrada, fcilmente se le puede oponer el
brocardo qui iure suo utitur, neminem laedit (D. 50,17,55: Nullus
videtur dolo facere, qui suo iure utitur; eod. 155,1: Non videtur
vim facere, qui iure suo utitur et ordinaria actione experitur).
Y basta observar que los seres humanos nos causamos continuamente daos unos a otros, sin que ello tenga consecuencia jurdica
alguna. Si uno pone un bar enfrente de otro ya existente, es muy
posible que los beneficios de este ltimo negocio disminuyan, pero
ese dao no es indemnizable (principio de economa de mercado,
art.38 CE); si estoy esperando para pagar el tiempo que he depositado mi vehculo en una plaza de aparcamiento, y la cola es tan
lenta que en ese lapso transcurre el salto de un tramo a otro del
precio, no puedo pedir a nadie indemnizacin; si el que me pidi
en matrimonio se echa para atrs, tampoco hay indemnizacin de
todos los daos sufridos (art. 43 CC; no se entera, o no se quiere
96 En el mismo sentido, de la Vega Garca (n. 86), p. 196, que aade que Ello se
confirma con el hecho de que durante la tramitacin de la LCD se intentaron realizar
enmiendas al artculo 18.5. en el sentido de eliminar la expresa mencin de la culpabilidad, a lo que finalmente no se procedi para no llegar a un sistema de responsabilidad
objetiva. En cualquier caso, es muy difcil afectar a la competencia sin dolo o negligencia
de agente.
Para el Derecho alemn, Baumbach/Hefermehl: Wettbewerbsrecht, 19. Auf., C.H.
Beck, Mnchen (1996), Einl UWG, nm. 339: El deber indemnizatorio se desencadena
mediante un comportamiento contrario a la competencia, y adems culposo, sin excepcin (v. tambin n. 366).
97 Baumbach/Hefermehl (n. previa), Einl UWG, nm. 251a.
98 Como dice Dez-Picazo (n. 87), p. 298, La alusin, tantas veces repetida, al
brocardo o aforismo alterum non laedere, resulta enormemente perniciosa e incrementa la
confusin.
Proveniente de Inst. 1,1,3: Iuris praecepta sunt haec: honeste vivere, alterum non
laedere, suum cuique tribuere. Sobre el origen estoico de esta frmula y su posterior desarrollo a lo largo de la historia, Schiemann, Das allgemeine Schdigungsverbot: alterum
non laedere, Juristische Schulung, 29 (1989), pp. 345 y ss.

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enterar, la STS de 16 de diciembre de1996, RJ 9020); ni es indemnizable el dao que el profesor causa al alumno al que suspende
correctamente; ni el que deriva de recluir a un delincuente en la
crcel; ni que mi hijo se drogue o se case con alguien que me disgusta profundamente, etc.
La defensa de este principio alterum, basada en la idea de
que, de no admitirlo, habramos de aceptar la regla es lcito causar
cualquier dao a otro, salvo si una regla prohbe ese dao
concreto99, se presta a un debate algo complejo.
La regla alterum non laedere puede valer en todo caso como
norma prima facie. Desde la obra del filsofo ingls Willian David
Ross (1877-1971), de 1930, la tica contempornea, especialmente
la de origen anglosajn, distingue entre deberes prima facie y
deberes all things considered. Aunque el pensamiento del autor no
es del todo claro, analiza en su obra ciertos deberes, que, cuando se
consideran todas las circunstancias concurrentes en un caso concreto, resultan meramente aparentes: Sugiero deber prima
facie o deber condicional como una forma breve de referirse a
la caracterstica (bien distinta de aqulla de ser un deber propiamente dicho) que tiene un acto por razn de ser de cierta clase
(p. ej., el mantenimiento de una promesa), de ser un acto que sera
un deber propiamente dicho si no fuera simultneamente de otra
clase que es moralmente significativa. Si un acto es un deber propiamente dicho o deber efectivo depende de todos los casos moralmente significativos de los que es un ejemplo100. Como supuestos
de prima facie duties propone los de fidelidad, reparacin por algo
hecho mal previamente, gratitud, justicia, beneficiencia, desarrollo
de nuestras propias capacidades, y no causar daos a otros101.
Esta teora es criticada por bastantes autores, y uno de ellos ha
dicho que Calificar como deber prima facie cierto acto individual es una forma de decir que puede ser descrito como un caso
genrico que se considera prima facie debido (es decir, respecto
del cual se acepta un juicio de deber que funciona a modo de
norma probabilstica). Esta constatacin es meramente uno
de los pasos preliminares de la deliberacin moral102. Estamos de
acuerdo con esta ltima constatacin, pero ni siquiera aceptamos el
carcter de norma probabilstica del deber prima facie porque el
99

V. n. 76 y su texto.
The Right and the Good, Clarendon Press, Oxford (1930), p. 19.
101 Pp. 21 y 22.
102 Bayn Mohino, La normatividad del Derecho: deberes jurdicos y razones
para la accin, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid (1991), p. 403. Por su parte,
Searle, Prima facie obligations, en Raz (ed.), Practical Reasoning, Oxford University
Press, Oxford (1978), p. 84, seala explcitamente que Haramos bien en filosofa abandonando la terminologa obligaciones y deberes prima facie, ya que lleva a confusiones.
100

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La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

1539

deber de no daar a otro no nos parece una norma desde el punto


de vista estadstico, ni siquiera conforme a la tica. Ya hemos sealado anteriormente que todos nos causamos daos a otros continuamente, sin que ello tenga la menor relevancia moral (ej., me
caso con quien a mis padres no les agrada, o no me caso con quien
me voy a convivir; no le compro a mi hijo las carsimas zapatillas
de deporte que me pide; no le pago a mis empleados todo lo que a
ellos les gustara, etc.). Ahora bien, no aceptar la regla alterum non
laedere tampoco significa admitir cualquier dao a menos que est
expresamente prohibido. El proceso de deliberacin jurdica es lo
suficientemente arduo como para aadirle apriorismos103.
Desde el punto de vista tcnico:
Prcticamente todos los autores que defienden la antijuridicidad del dao luego apelan a las llamadas causas de justificacin
como causas de la exclusin de la antijuridicidad. Ahora bien, si lo
antijurdico es el dao, lo es independientemente de la valoracin
conducta del agente. Es decir, la antijuridicidad del dao tratara de
resolvernos el problema de qu bienes o valores son protegidos por
las normas de responsabilidad extracontractual; cuestin distinta
de si el que caus el dao antijurdico tiene alguna causa que justifique su conducta.
Por eso, para que esta postura fuera coherente, tendra que considerar la muerte de otro en legtima defensa como antijurdica,
pues si lo antijurdico es el dao, el que agente haya actuado correctamente no elimina el desvalor del resultado (aqu, la muerte de un
ser humano). Pero tal postura no se encuentra en ningn autor o
sentencia.
Aun ms, si hasta que no se produzca un dao no hay antijuridicidad, no podra una persona actuar en legtima defensa o realizar cualquier de las llamadas conductas justificativas hasta que no
se produzca el dao. Es decir, el agredido no podra defenderse
hasta que el agresor le ha causado un dao104.
En los casos en que se producen daos para los dos intervinientes en el hecho daoso, y la responsabilidad es claramente de uno,
habra que decir, no obstante, que ambos han causado un dao antijurdico.
103 Como dice de Castro: Derecho civil de Espaa, I, 2. ed., Instituto de Estudios
Polticos (1949), pp. 433 y 434, Justiniano nos ha conservado una coleccin de regulae
iuris, base de las diversas colecciones de aforismos jurdicos Las reglas jurdicas no
tienen en s valor jurdico propio ni menos eficacia de fuente jurdica; son expresiones
tcnicas o recursos pedaggicos, y las ms de las veces cobertura de la pereza del pensar
jurdico y signo de decadencia de la ciencia del Derecho.
104 Mnzberg (n. 63), p. 113.

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Martn Garca-Ripoll Montijano

Desde el punto de vista prctico, la doctrina y jurisprudencia


espaolas suelen considerar que en nuestro Derecho todos los
daos, sean patrimoniales, fsicos o psquicos, son indemnizables105. Si esto es as, adjetivar de antijurdico el dao no aadira
absolutamente nada; ya tenemos el dao como presupuesto esencial de la responsabilidad civil106. En todo caso, acercndonos a la
doctrina penal, podramos hablar de bienes jurdicamente protegidos y bienes no protegidos,
En fin, que la regla fundamental desde el Derecho romano es
casum sentit dominus. Para que se imponga el deber de indemnizar
a un tercero es necesaria en nuestro ordenamiento una causa que
especialmente lo justifique.
4.La doctrina de la antijuridicidad de la conducta
A) Consideraciones generales
Una vez rechazada la antijuridicidad del resultado, vamos a tratar en este punto la posible validez de la antijuridicidad de la conducta. Antes de ello, son indispensables ciertas observaciones filosfico-jurdicas.
Fruto del positivismo decimonnico y del complejo de inferioridad frente a las ciencias experimentales, se ha querido ver durante mucho tiempo la aplicacin de las normas como un proceso
puramente lgico, en concreto, el del silogismo. Dado un determinado supuesto de hecho, aplquese determinada consecuencia jurdica. Si en el caso concreto se da el presupuesto de hecho, se aplica
la consecuencia jurdica.
En trminos lgicos:
1.A B (premisa mayor).
2. A (premisa menor)
3. B (conclusin).
[ = si entonces]
105 P. ej., Parra Lucn (n. 82), p. 899; Vicente Domingo, en Reglero (coord.),
Tratado de responsabilidad civil, t. I, Thomson-Aranzadi, Cizur Menor (2008), p. 310.
106 Como dice Mnzberg (n. 63), p. XVII, El concepto de la ilicitud objetiva, que al
tiempo de su incorporacin a la legislacin alemana era muy reciente y cualquier cosa menos
claro, est en peligro de descender a un concepto jurdico sin contenido, superfluo... Lo que,
segn la opinin de algunos autores especialmente en Derecho civil, de la ilicitud permanece como contenido positivo es simplemente la razn por la que se responde, cuando hay
culpa o cuando no es presupuesta por la ley; es decir, no es otra cosa que el dao material o
inmaterial, lo que es idntico con el concepto jurdico del dao patrimonial.

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La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

1541

En el caso que nos ocupa:


1. Si alguien causa dao a otro mediante culpa o negligencia
(A), est obligado a reparar el dao causado (B).
2. Fulano ha causado dao a Mengano mediante culpa o
negligencia (A).
3. Fulano debe indemnizar a Mengano (B).
Sin embargo, las cosas no son tan fciles, porque, como ha
puesto de manifiesto buena parte de la doctrina, sobre las premisas
de este supuesto silogismo no hay certeza. En el Derecho predomina el razonamiento retrico-dialctico, cuya finalidad no es la
demostracin sino la persuasin; es decir, el entimema o silogismo
dialctico, que, al partir de premisas slo probables, slo puede
obtener conclusiones tambin probables107. De ah que haya llegado
a decirse que La prctica del Derecho no es el descubrimiento de
la verdad; es el arte de la persuasin108 y que el razonamiento
jurdico conlleva la prctica de la argumentacin. Las razones
dadas para las conclusiones alcanzadas deben ser medidas por su
capacidad de persuasin y no por referencia a un verdadero estado
de hecho supuestamente establecido109.
Imaginemos que un tren que circula a velocidad regular segn
las normas vigentes choca con un coche que se ha saltado un paso
de nivel con barreras, provocndose diversas heridas en el conductor del coche, daos en el coche y daos en el tren. Primero, hemos
de decidir si ha habido negligencia del maquinista del tren, pero,
an fijada sta, no est en absoluto claro si ha de responder, o ms
bien pesa ms la negligencia del conductor del coche.
Por otra parte, el conductor del automvil haba padecido con
anterioridad una rotura de los ligamentos de la rodilla derecha, que
le limitaba la flexin en un 10%. Tras el accidente, el conductor ha
quedado completamente cojo, y debe andar con muletas, sin poder
flexionar en absoluto la rodilla. Debemos decidir si el dao a
indemnizar es la prdida total de movilidad de la pierna, o a ese
dao hay que descontarle la lesin anterior; etc.
A nuestro juicio, determinar en ltima instancia qu permite o
no hacer el Derecho es una cuestin de contraposicin o ponderacin de valores. En todo acto o suceso daoso se enfrentan como
mnimo estos dos: el bien jurdico protegido que ha sido daado
107 Montoro Ballesteros, Aproximacin al estudio de la lgica jurdica, Universidad de Murcia, Murcia (1986), p. 21.
108 Huhn The Use and Limits of Syllogistic Reasoning in Briefing Cases, Santa
Clara Law Review, 42 (2002), p. 828.
109 Hermann, Legal Reasoning as Argumentation, Northern Kentucky Law
Review, 12 (1985), p. 507.

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Martn Garca-Ripoll Montijano

(vida, libertad, propiedad, etc.) y la libertad del que llamamos


daante. Slo a partir de ah podemos fijar qu es lcito o ilcito.
Cuando se dice que ha lugar a la responsabilidad porque el causante no se ha comportado cuidadosa, reflexivamente, etc., en el
fondo estamos comparando la importancia del bien daado y el
grado de restriccin o control de su libertad que hubiera debido
prestar el daante.
La ponderacin de valores aparece continuamente en las resoluciones del Tribunal Constitucional como medio de solucin de
conflictos. En el mbito de la responsabilidad civil se plantea sobre
todo a propsito de los conflictos entre la libertad de expresin, por
una parte, y el honor y la intimidad, por otra.
Por todo lo anterior, se ha dicho muy autorizadamente que La
Frmula de la Subsuncin se representa mediante un esquema que
funciona de acuerdo con las reglas de la lgica, mientras que la
Frmula de la Ponderacin lo hace conforme a las reglas de la
aritmtica110. Con todo, esto no deja de plantear sus problemas,
pues intentar solucionar cualquier conflicto ponderativo supone
dar por supuesto que a todos los valores susceptibles de ser considerados como objeto de un deber moral les cabe ser ordenados
como las rayas de un termmetro en una escala unitaria111, y
precisamente esto es ms que discutible.
En consecuencia, realizar esta ponderacin de valores es enormemente difcil, y es imposible dar soluciones apriorsticas definitivas a todos los conflictos imaginables, porque las variantes que
pueden aparecer son infinitas.
De hecho, porque se trata de una cuestin valorativa, y aunque
desde un punto de vista formal la ponderacin es igual en materia
penal y de responsabilidad extracontractual, los tribunales admiten
que la absolucin penal no impide la condena en va civil. Es decir,
que la contraposicin entre la libertad del sujeto para actuar y la
debida proteccin del bien protegido puede tener un saldo distinto
debido a las distintas funciones del Derecho penal y de la responsabilidad civil 112. En este sentido, seala la STS de 26 de mayo
de1994 (RJ 3749) que segn doctrina reiterada de esta Sala, la
sentencia absolutoria recada en juicio penal no prejuzga la valoracin de los hechos que pueda hacerse en va civil, correspondiendo
a los Tribunales de este orden apreciar y calificar los efectos que de
los mismos se deriven con plena autonoma, fuera del supuesto de
declaracin de que el hecho no existi (que no es el caso), lo que
110 Alexy, On Balancing and Subsumption. A Structural Comparison, Ratio
Juris, 16 (2003), p. 433.
111 Kolakowski, citado por Bayn Mohino (n. 102), p. 389, nota 200.
112 Cfr. Ataz (n. 92), pp. 282 y ss.

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La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

1543

les permite no slo valorar y encuadrar el hecho especfico en el


mbito de la culpa extracontractual, sino tambin apreciar las pruebas obrantes en autos y sentar sus propias deducciones en orden a
la finalidad fctica, sin que la sentencia absolutoria penal, repetimos, vincule a los Tribunales civiles ni prejuzgue su apreciacin y
valoracin de los hechos (ver Sentencias de 30 marzo 1983, 24
febrero 1986, 28 enero 1987, 9 junio 1989 y 6 marzo 1992). En la
misma lnea, entre las ms recientes, SS de 28 de junio de2011
(RJ2011) y 1 de febrero de2007 (RJ 788).
Por tanto, a nuestro entender, como ya hemos explicado, la
antijuridicidad en materia de responsabilidad extracontractual no
puede recaer sobre el dao. El Derecho lo nico que puede hacer es
regular conductas humanas en cuanto stas pueden provocar efectos daosos que se consideran indeseables, pero nada ms.
Lo anterior no quiere decir que se defienda aqu una concepcin
puramente imperativista de las normas. La doctrina iusfilosfica
actual distingue, junto a normas que prescriben o prohiben, normas
que conceden poderes, autorizan, etc. As, p. ej., el artculo 348 CC,
al sealar que La propiedad es el derecho de gozar y disponer de
una cosa, sin ms limitaciones que las establecidas en las leyes no
est imponiendo ningn comportamiento, salvo que se defienda la
llamada teora obligacionista de los derechos reales, segn la que el
contenido del derecho real es slo la obligacin pasiva de los dems
de no perturbar al propietario. Otras muchas normas son simplemente imperativos hipotticos en el sentido kantiano, tambin llamados
normas tcnicas, que se limitan a sealar los presupuestos para
alcanzar un determinado efecto jurdico; as, el artculo 1875 CC dispone que ... es indispensable, para que la hipoteca quede vlidamente constituida, que el documento en que se constituya sea inscrito en el Registro de la Propiedad; como se ve, la norma no impone
nada, nadie como regla general est obligado a constituir una
hipoteca, pero para constituirla es necesaria la inscripcin.
Sin embargo, es caracterstico de las normas que determinan la
responsabilidad extracontractual el imponer deberes de actuacin o
prohibir conductas, y slo la infraccin de stas, unidas al dao y
otros requisitos, determinan el surgimiento de la obligacin civil de
indemnizar.
Por eso, lo que puede ser lcito o ilcito es la conducta del hombre, no el resultado producido113; ello sin perjuicio de que el resultado, el dao, pueda ser considerado como deseable o indeseable,
provechoso o no. En el fondo, en toda norma jurdica sobre com113 En este sentido, en la doctrina civil, toda la obra de Mnzberg (n. 63), y Cian
(n. 50). V., adems, para la doctrina penal, n. 61.

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Martn Garca-Ripoll Montijano

portamientos humanos subyace el deseo de proteger ciertos bienes


que se consideran valiosos (lo que la doctrina penal alemana llama
norma de valoracin, Bewertungsnorm aspecto axiolgico),
para lo que, con carcter instrumental, se establecen ciertas conductas que los promuevan o eviten su perjuicio (norma de determinacin, Bestimmungsnorm aspecto dentico)114.
Lo anterior se ve con toda claridad en el caso de la omisin que
determina un dao indemnizable. En tal supuesto, el responsable
no ha producido ningn dao desde el punto de vista ontolgico.
Slo desde la perspectiva de la norma que determina la conducta
humana podemos entender que tal conducta sea contra ius.
En consecuencia, la omisin lo es siempre de una accin
impuesta por el ordenamiento, que en muchas ocasiones slo afecta a determinadas personas, pero no a todas; lo que la doctrina
penal llama posicin de garante (Garantenstellung). El padre o
tutor responden de los actos causados por los sometidos a su potestad, pero porque slo ellos estn sometidos al deber de cuidar al
menor. En teora, el resto de los seres humanos podran haber evitado el dao si hubieran vigilado al menor m, pero no todos aqullos responden civilmente de los daos causados por ste.
Y lo mismo sucede en los casos que la doctrina penal llama de
omisin en la accin. Si el conductor de un vehculo causa un dao
a otro provocando slo daos materiales, la razn de su responsabilidad no es el mero hecho de provocar el dao, sino la omisin de
una conducta que el ordenamiento le ha impuesto: no desviar la
atencin de la calzada, frenar a tiempo, etc.
Incluso entre los negadores de la antijuridicidad como elemento
de la responsabilidad se utiliza como elemento corrector de su
amplitud el llamado fin de proteccin de la norma; se responde,
no meramente cuando se ha infringido una norma, sino cuando se
ha infringido la norma que trata de proteger el bien jurdico en
cuestin.
De todo lo anterior se deriva tambin una conclusin fundamental: Para apreciar si una conducta est permitida o no por el
ordenamiento hay que situarse en un momento inmediatamente
anterior al hecho daoso, porque un deber slo puede referirse a
conductas futuras. Se trata de comparar el comportamiento del
sujeto con el que debera haber tenido115. De ah que no convenza la
recurrente frase jurisprudencial de que si el sujeto hubiera empleado la diligencia adecuada no se habra producido el dao (as,
114 Por supuesto, la norma puede tener otras muchas funciones: prevencin general,
prevencin especial, educativa, etc.
115 Cfr. Mnzberg (n. 63), pp. 11 y 12; 64 a 67. En el mismo sentido, la doctrina
penal dominante: Mir Puig (n. 61), p. 165 y 166; Molina Fernndez (n. 61), pp. 690 y ss.

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La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

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la STS de 28 de enero de2004, RJ 153, dice que la concurrencia


de culpabilidad... es innegable y se deduce de tal hecho el dao,
pues de no haber culpa no habra dao); esto supone situarse en
una perspectiva ex post, y no justificar qu hizo mal el agente antes
del dao para considerarlo indemnizable. Pero lo que hay que analizar ex post es si ha habido dao, sin mezclar el anlisis del dao
con el de la conducta del agente.
Siguiendo el razonamiento, conviene decir que la perspectiva
fundamental para analizar la responsabilidad civil es la del daante, no la del daado116. Sin embargo, se ha llegado a afirmar que
existe nada menos que un principio general del Derecho, que
podra formularse como el favor victimae o principio pro damnato
que... encierra una regla general por que todos los perjuicios y
riesgos que la vida social ocasiona deben dar lugar a resarcimiento,
salvo que una razn excepcional obligue a dejar al daado solo
frente al dao117.
No podemos estar de acuerdo con esta opinin. Nuestro Cdigo
Civil exige como criterio general para generar responsabilidad
dolo o negligencia, y ambos conceptos determinan un examen de
qu es lo que debi hacer el causante y qu no ha hecho, no de si el
daado debe o no soportar el dao. Por eso, la antijuridicidad de la
conducta, como presupuesto autnomo de la responsabilidad, no
requiere la existencia del dao; puede haber perfectamente antijuridicidad sin responsabilidad. P. ej., el padre no cuida adecuadamente a su hijo, pero ste no causa ningn dao; el homicida dispara
sobre su pretendida vctima, pero la bala no le alcanza, etc. En el
fondo, el surgimiento de la obligacin de indemnizar depende de
un dao que el hombre no puede controlar totalmente, tiene un
cierto componente aleatorio; el conductor que adelanta indebidamente en un cambio de rasante puede no encontrar ningn otro
vehculo, o bien colisionar contra uno, que puede ir ocupado por
una, dos o ms personas. La existencia del dao y su cuanta no
dependen sin ms de la antijuridicidad de la conducta.
Por eso, frente a la opinin de otros autores ms arriba expuesta, hay que afirmar que s existe una norma primaria que exige al
sujeto comportarse de cierta manera, y la infraccin de tal norma
primaria, unida a otros presupuestos, da lugar al surgimiento de la
116 Lugar comn en la doctrina penal respecto de la tipicidad de la conducta, Mir
Puig (n. 61), p. 166.
117 Llamas Pombo: Responsabilidad mdica, culpa y carga de la prueba, en
Moreno Martnez (coord.), Perfiles de la responsabilidad civil en el nuevo milenio, Dykinson, Madrid (2000), p. 301, donde se remite a Dez-Picazo. A Llamas le sigue Macas
Castillo (n. 87), p. 272.

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norma secundaria que ordena al juez dictar sentencia en un determinado sentido.


Tampoco convence la opinin ya referida de que colocar el centro del artculo 1902 CC en la conducta contradice la funcin puramente resarcitoria del precepto. La ley puede establecer la obligacin de resarcir exigiendo ms o menos requisitos, y colocar entre
ellos (en la mayora de las ocasiones) la conducta inadecuada del
obligado parece una muy adecuada decisin de poltica jurdica.
Pero ello no empece nada la relevancia fundamental del dao.
B) Negligencia como comportamiento antijurdico
No parece poder dudarse que cuando nuestro Cdigo menciona
la negligencia y, a veces, la culpa, se est refiriendo, al menos parcialmente, al comportamiento de una persona y a la calificacin
que le merece. Si la conducta es negligente, es contraria a Derecho
y, por tanto, antijurdica. El principal pero que se le puede poner
a esta opinin es que la antijuridicidad es entonces un requisito
reiterativo. Se volver sobre ello ms tarde (v. punto III.5. Conclusin parcial).
El artculo 1902 CC dice literalmente que se responde cuando
hay culpa o negligencia. Es lugar comn en la doctrina sealar
que, por supuesto, se responde cuando hay dolo, que el Cdigo
omite tal vez porque pens que toda conducta dolosa que causara
un dao era delito118.
Esto tiene visos de verosimilitud, pues tales trminos ya aparecan en el Proyecto de Cdigo de 1836, con expresa referencia al
Cdigo penal. Su artculo 1855 estableca que Los delitos, esto es,
las acciones prohibidas por la ley, en virtud de las cuales se causa
un perjuicio a un tercero, imponen al que las comete la obligacin
de reparar aquel perjuicio; ya sea reponiendo las cosas, cuando
fuere posible, al estado que tenan antes del hecho ilcito, ya indemnizando los daos que no se pudieren reparar de otra suerte. Estas
obligaciones se demarcan con ms especificacin en el Cdigo
penal. Y el 1856 dispona que Los hechos que causan perjuicio a
una persona sin estar declarados por delitos, y que no proceden de
caso fortuito, sino de culpa o negligencia de otra persona, se llaman cuasi delitos.
Por su parte, el Proyecto de 1851 prevea en su artculo 1900
que Todo el que ejecuta un hecho en que interviene algn gnero
118

Lacruz (n. 76), n. 229, p. 505.

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La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

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de culpa negligencia, aunque no constituya delito falta, est


obligado la reparacin del perjuicio ocasionado tercero119.
Ante todo, lo que conviene plantearse ahora es qu es esa negligencia a la que se refiere el Cdigo. La verdad es que es un concepto huidizo, como lo muestra el propio artculo 1104 CC, al tratar de
definirla en materia contractual. Dice el artculo que La culpa o
negligencia del deudor consiste en la omisin de aquella diligencia
que exija la naturaleza de la obligacin y corresponda a las circunstancias de las personas, del tiempo y del lugar. Pero resulta que
diligencia y negligencia son precisamente antnimos; etimolgicamente significan elegir bien y elegir mal120.
Con todo, algunas pautas s que se pueden indicar121:
Ante todo, como punto de apoyo de la valoracin est el
modelo de persona que establece el ordenamiento.
El Cdigo apela en ocasiones al modelo del buen padre de
familia (cfr. art. 1104.II), pretendiendo indicar cmo ha de comportarse el ciudadano. Como es sabido, la expresin procede del Derecho romano, donde bonus pater familias designaba simplemente a
la persona capaz sui iuris.
A nuestro juicio, este modelo responde al de una persona que
fsica y psquicamente se encuentra en perfectas condiciones, y que
es honrada y cuidadosa. Por eso, nuestro sujeto tiene una fuerza
fsica mediana, una inteligencia aceptable, ve y oye bien, sabe
leer,etc. Por supuesto, tal sujeto no existe, es slo un modelo tomado en sus aptitudes fsicas y psquicas de lo que sera la media
social en un determinado margen de edad. Y en cuanto a las actitudes psquicas de comportamiento, es, como se ha dicho, una persona honrada y cuidadosa. Ms no se puede decir.
119 De los comentarios de Garca Goyena, Concordancias, motivos y comentarios
del Cdigo civil espaol, IV, Sociedad Tipogrfico-Editorial, Madrid (1852), p. 253, queda
claro que, para l, la alternativa culpa negligencia no era en realidad tal (es decir, que
o no era disyuntivo).
120 Corominas/Pascual, Diccionario crtico etimolgico castellano hispnico, II,
edt. Gredos, Madrid (1980), voz Elegir, pp. 551 y 552. Y lo mismo sucede con los trminos prudencia e imprudencia, que, etimolgicamente, significan conocimiento y desconocimiento, respectivamente.
En opinin de Carrasco (n. 87), p. 585, Incluso resulta admisible pensar que el
concepto de negligencia que ofrece el precepto va ms all de la propia funcin vinculada
a la responsabilidad obligacional.
121 De los innumerables ejemplos doctrinales, se cita aqu la enumeracin de
Koziol, Conclusions, en idem (n. 5), p. 134, por ser la conclusin de una serie de ensayos sobre el asunto: la aptitud de la conducta para causar el dao, la previsibilidad del
dao, la proximidad entre la persona en peligro y el agente, el conocimiento por el agente
de que la persona en peligro confa en su conducta, la asegurabilidad del riesgo de que se
trata, los costes de evitar la puesta en peligro del inters protegido y la razonabilidad de
tales costes. Tambin se debe tener en cuenta si la proteccin demanda simplemente la
omisin de una conducta peligrosa o incluso el tener que realizar una accin positiva para
prevenir el dao.

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Martn Garca-Ripoll Montijano

A pesar de las crticas que a veces se hacen a este modelo de


referencia, creemos que sigue siendo vlido, porque es el que
determina el canon de comportamiento en nuestra sociedad. Si el
hombre pudiera correr a 80 km/h, pudiera divisar lo que est escrito a 3 kms, sus reflejos fueran muy superiores o inferiores a los
que son, si fuera capaz de aprender en un ao lo que ahora puede
en 20, etc., la sociedad estara organizada de otra manera y el
modelo de comportamiento sera otro.
Por otra parte, el ciudadano ha de comportarse conforme al
hombre modelo segn el mbito social en el que acta. El conductor de un automvil, como conductor de automvil, el mdico
como mdico, el arquitecto como tal, etc. Es decir, el hombre puede
realizar distintas actividades y funciones en la vida social, y cada
funcin requiere la acomodacin de la conducta a ella122.
En relacin con lo anterior, como el Derecho trata de regular
la actividad de los ciudadanos, presupuesto lgico indeclinable
para que haya antijuridicidad es que la conducta exigida sea realmente posible (ad impossibilia nemo tenetur). Sin embargo, si pensamos bien, hay muy pocas cosas que sean imposibles de cara a
evitar daos a terceros, porque el daado siempre puede apelar a
que, en un momento temporal anterior al dao, el daante podra
haber tomado las medidas precautorias adecuadas para evitarlo. Un
hombre no puede, p. ej., levantar una piedra de 500 kgs., pero si
122 Seala con acierto Carrasco (n. 87), p. 613, que La crtica al modelo p. f. proviene de un defectuoso uso de los instrumentos lingsticos. Buen padre de familia no
es un concepto de una determinada diligencia, de manera que al mencionar el concepto
tuvisemos dada ya la diligencia de la cual es definicin. No es concepto, sino ndice (en la
terminologa lgica), o bien el simple nombre de la diligencia prestable en cada caso.
B. p. f. es el nombre de la diligencia prestable, atendidas las circunstancias del caso. De
manera que no puede decirse que diligencia b.p.f.=una diligencia del tipo X (que sera
distinta de una diligencia del tipo Y); sino: sean X, Y o Z la diligencia prestable al
caso=diligencia b. p. f. Siendo nombre o ndice, la diligencia b. p. f. no es un criterio de
determinacin de la diligencia exigible, sino la clase de todas las diligencias prestables en
cada caso y segn las circunstancias, cuya aplicacin se determin en base a determinados
criterios.
Y en relacin con la responsabilidad civil de los mdicos, indica tambin Ataz
(n.92), pp. 239 a 241, que el criterio objetivo del buen padre de familia, recogido en el
Cdigo, se transforma en el criterio del buen profesional o el buen tcnico de la medicina. Y tal transformacin no supone en ningn caso una espeficidad del criterio de
medida de la diligencia exigida en la actividad profesional, sino que parece ms bien una
concrecin del criterio genrico contenido en el artculo 1.104 del Cdigo civil; lo que en
definitiva no es ms que la necesaria adaptacin de las normas a las circunstancias en que
han de ser aplicadas... si adems la actividad profesional consiste, como es el caso de las
profesiones mdicas, en la actuacin sobre el cuerpo humano, y de la competencia o diligencia depende o puede depender, la salud o la vida del paciente, debe el mdico aumentar
su grado de atencin a la actividad realizada; y dicho grado de atencin aumentar tanto
ms cuanto ms importante sea para la salud o la vida del paciente el acto concreto que se
est ejecutando. Claro que esto no quiere decir que crezca la diligencia exigible, pues al
determinarse esta mediante un parmetro abstracto, la diligencia exigible ser siempre la
misma: la necesaria para la correcta realizacin del acto de que se trate (las cursivas son
del original).

ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

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con anterioridad hubiera previsto el evento, podra haber alquilado


una gra para que lo realizara. En materia de accidentes automovilsticos es muy corriente que los tribunales sealen que, si el daante hubiera conducido ms despacio, habra evitado el dao123.
Con todo, el carcter limitado del ser humano en todos los
aspectos nos da un indicio de solucin de la repetida distincin
entre obligaciones de medios y de resultado, que la jurisprudencia
aplica tambin a la responsabilidad extracontractual. Hablando en
sentido estricto, el hombre no se puede obligar nunca a un resultado porque no puede controlar todas las circunstancias que rodean
su actuar. Para que el hombre pudiera obligarse realmente a un
resultado tendra que ser omnipotente y omnisciente.
La distincin entre medios y resultados se aplica con frecuencia a
la actividad mdica, sealando el TS que en el caso de ciruga paliativa la obligacin es de resultado (p. ej., SSTS de 26 de abril de2007,
RJ 3176; 11 de diciembre de2001, RJ 2002/2711; 11 de febrero
de1997, obiter, RJ 940; otras veces se utiliza la expresin dao
desproporcionado para referirse prcticamente a lo mismo: p. ej.,
SS de 31 de enero de2003, RJ 646; 17 de noviembre de2004,
RJ7238). Pero cualquiera ve que si el mdico, el da antes de la operacin comprometida, es secuestrado, no responde de ese supuesto
incumplimiento; lo mismo si sufre un infarto. Otra cosa distinta es
que la otra parte pueda resolver el contrato pactado y que el mdico,
por tanto, no tenga derecho a la contraprestacin. Pero, como ha
sealado ya alguna doctrina, esto es solamente una cuestin de riesgo contractual124. En realidad, cuando la jurisprudencia seala que la
obligacin del cirujano paliativo es de resultado est planteando un
problema de carga de la prueba. Si determinado tipo de operacin no
reviste riesgo aparente y slo en un porcentaje despreciable de casos
presenta complicaciones, ser el mdico el que tenga que convencer
al tribunal de que algo sucedi sin negligencia suya para que la intervencin tuviera un resultado negativo (v., obiter, STS 26 de marzo
de2004, fund. 4., RJ 1668)125.
El carcter limitado de las capacidades humanas nos da tambin el criterio para solucionar los supuestos de error. El error en
123 No obstante, esta manera de razonar, aisladamente considerada, es muy poco
convincente. Desde luego, si los conductores manejaran siempre sus vehculos a 10 km/h,
se produciran muchos menos accidentes, pero desde Murcia a Barcelona tardaran seis
das y no seis horas.
Como ha sealado con frecuencia la doctrina, el establecimiento de exigencias exorbitantes de precaucin acabara paralizando la vida social.
124 Carrrasco (n. 87), artculo 1105, pp. 592 y 654.
125Cf. Ataz (n. 92), p. 259. En contra de este planteamiento Daz-Regan, El
rgimen de la prueba en la responsabilidad civil mdica: hechos y derecho, Aranzadi,
Pamplona (1996), p. 61, nota 64.

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Martn Garca-Ripoll Montijano

las circunstancias que rodean la produccin del dao (lo que la


doctrina penal llama error en el tipo) depende de lo que un hombre
modelo puede apreciar. Si un polica secreto es perseguido por un
delincuente y aqul se intenta refugiar durante la noche en una casa
de campo aislada, es posible que el dueo de la casa oiga ruidos y
divise confusamente al polica; si, ante sus requerimientos, ste
calla para no ser localizado por el delincuente es posible que el
dueo de la casa dispare sobre l. Hay error sobre las circunstancias de la legtima defensa, pero nadie le puede reprochar nada a
nuestro paisano.
Tambin hay que considerar la probabilidad de que la conducta provoque el dao (que la doctrina llama a veces riesgo de que
se produzca el dao). Cuando la probabilidad desciende a niveles
nfimos, la conducta est probablemente permitida a pesar de que
se produzca el dao, y de modo independiente de la intencin del
agente. As, p. ej., en el recurrente caso escolstico del sobrino que,
deseoso de heredar a su to, lo incita a realizar un paseo con la
esperanza de que la tormenta que se avecina descargue un rayo y lo
mate; o la persona que dispara una bala verticalmente con la intencin de que, al caer por la fuerza de la gravedad, lo haga sobre la
persona que tiene a su lado126. En cualquiera de los dos casos, aunque se produzca el hecho daoso, no parece que haya responsabilidad (aunque, volvemos a insistir, como es cuestin valorativa,
siempre es asunto discutible).
En esta lnea de la probabilidad, a veces las leyes distinguen
entre culpa (negligencia) grave o lata y leve, generalmente para
hacer responder slo cuando haya negligencia grave o bien para
equiparar sta al dolo (cfr. artculo 1366 CC; tambin frecuente en
la Ley de Contrato de Seguro). En estos casos estamos ante un
mero clculo probabilstico entre la accin u omisin y la posibilidad de que se produzca el dao (p. ej., si el padre deja una escopeta
cargada encima de una mesa y tiene un hijo de cinco aos que
luego dispara, su negligencia es grave; si la tiene guardada bajo
llave y su hijo es de 15 aos, que igualmente la utiliza, su negligencia es leve v. STS 14 de febrero de1959, RJ 484)127.
La doctrina aade a veces como elemento para cualificar el
grado de imprudencia la mayor o menor importancia del bien jurdico afectado128. A nuestro juicio, esto no es exactamente as. La
126

Krau, ZStW, 76 (1964), p. 45, citado por Mnzberg (n. 63), p. 151, nota 303.
Carrasco (n. 87), pp. 607 y 608, respecto de la responsabilidad contractual,
opina que el artculo 1104 ha acabado con los distintos grados de diligencia: El modelo de
diligencia en el Cdigo civil es hoy el del padre de familia en su grado medio (buen), cuya
negacin es la culpa leve. La culpa levsima no se presta nunca; la culpa grave se presta
siempre.
128 Mir Puig (n. 61), p. 286.
127

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La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

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mayor relevancia del bien lo nico que determina es cul es el


grado de restriccin de su libertad que tiene que aplicar el posible
daante; fijado ste, clasificaremos la infraccin en grave o leve.
Como las normas suponen una restriccin a la libertad del
sujeto, punto fundamental es determinar en qu medida ha de restringirla el sujeto actuante, es decir, qu grado de esfuerzo o gasto
ha de emplear una persona para evitar los daos que se derivan de
su actividad. Cuando los tribunales condenan a RENFE por los
atropellos a personas que, a pesar de todas las advertencias, circulan por la va, en realidad se est presuponiendo que RENFE debe
tener valladas todas las vas129; es decir, el tribunal determina que
ese gasto o esfuerzo es necesario si se quiere evitar la responsabilidad (v. el caso especialmente sangrante de la STS de 31 de diciembre de1997, RJ 9195, en que unos jvenes de 16 17 aos de edad
jugaban bebidos a tumbarse sobre las vas del tren y fueron atropellados).
En la actualidad existe una corriente doctrinal, procedente del
mundo anglosajn y encabezada por economistas, segn la que
todo el clculo del esfuerzo exigible depende de factores econmicos. Tal postura, llevada al extremo, no parece aceptable, pero s
son muy provechosas algunas de sus aportaciones.
Pongamos un ejemplo de esta tendencia doctrinal. Imagnese
que alguien realiza una actividad que puede causar daos a terceros, y el peligro del dao disminuye tanto ms, cuanto mayores
sean las medidas que se tomen para su prevencin. Tales medidas
tienen un coste, suponiendo, por tanto, prdidas para el que las
lleva a cabo. Igualmente, los posibles accidentes producen prdidas, que tambin son valorables econmicamente.
Coste de las medidas

Daos por accidentes

Prdidas de ambos

0
10
25
45

100
60
40
35

100
70
65
75

Conforme a todo lo anterior, podramos decir que el nivel de


diligencia, de esfuerzo exigible, es 25 porque desde el punto de
vista global es el que menos prdidas produce130.
129 O bien, que se acepta la realizacin de la actividad, protegindose los derechos
de los dems, no mediante property, sino liability rules.
130 En el cuadro resulta evidente que el beneficio marginal de cada unidad monetaria
no es constante.

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El planteamiento expuesto es enormemente discutido, y est


sujeto a muchas crticas, la primera de las cuales es que se basa en
una concepcin filosfica meramente utilitarista.
Aqu slo queremos destacar un aspecto. El mtodo es especialmente til cuando se aplica a actividades empresariales en las
que el esfuerzo preventivo y el dao se pueden medir en trminos
monetarios (p. ej., esfuerzo para hacer un edificio slido que no
deba ser abandonado a los cinco aos por sus propietarios). Sin
embargo, se hace mucho ms difcil de aplicar si uno de los trminos de comparacin no es apreciable en dinero, como cuando est
en juego la vida de una persona, o simplemente su libertad de
deambular. Y no digamos nada si ambos trminos de comparacin
no pueden sujetarse a la valoracin econmica. P. ej., cuando yo
paseo por la calle y doblo una esquina me puedo tropezar con otra
persona y causarle daos; cmo se mide econmicamente la restriccin de mi libertad y el posible dao fsico y psquico que puedo
causar?131
De hecho, uno de los problemas que tiene planteado en la actualidad la tica es el de la incommensurability132, en el fondo aplicable a todo el asunto de cundo un acto es lcito o no.
Por tanto, determinar qu es negligencia supone una difcil
ponderacin de valores. Pero al menos una cosa est clara: la negligencia implica falta de dolo o intencin de causar el dao. Esto es,
sean X, Y, Z y D los valores o factores a considerar en la
incorreccin de una conducta, y sea D dolo, hay un problema de
negligencia cuando no hay D en el caso dado.
En trminos lgicos: N X Y Z D
[ N = negligencia; si entonces; = y; = no]
De acuerdo con la caracterstica de que en la negligencia no hay
intencin, ha sido afirmado muy autorizadamente que la negligencia no es un estado mental, sino una conducta que se encuentra por
debajo del nivel considerado o deseable133. No obstante, hasta esta
aseveracin ha de ser matizada, sin que afecte al carcter objetivo de
la conducta. Toda actividad humana requiere un grado de concentracin o, como se prefiere en psicologa cognitiva, de atencin. Es evi131 No, desde luego, aplicando el llamado Baremo que figura en el Anexo al TR
LRCSCVM.
132 El trmino y el problema procede de una cuestin de filosofa de la ciencia planteado por los filsofos americano y austriaco, respectivamente, Thomas Kuhn y Paul Feyerabend. V., adems, Veel, Incommesurability, Proportionality, and Rational Legal Decision Making, Law & Ethics of Human Rights, vol. 4 (2010), nm. 2, artculo 2
133 Fleming (n. 94), p. 114; similar, Dobbs, The Law of Torts, West Group, St. Paul,
Minnesota (2000), 116, p. 275. En Espaa, respecto de la responsabilidad contractual,
Carrasco (n. 87), p. 594. En Italia, Cian (n. 50), p. 173.

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dente que la persona que conduce un automvil, pasea por la calle,


trabaja en una obra, etc., debe prestar un nivel de atencin a la actividad que desarrolla. Ciertamente, para unos el esfuerzo puede ser
inferior al de otros en orden a lograr el resultado deseado (ah est el
aspecto objetivo), pero toda actividad y todo deseo de evitar un dao
requiere un grado de atencin. Y la atencin o concentracin no es
una conducta, sino un estado mental134. Por eso, el que no presta
atencin suficiente est actuando negligentemente.
De ah que buena parte de la doctrina penal repita que la imprudencia supone la infraccin del deber objetivo de cuidado135.
Por tanto, podemos concluir afirmando que la negligencia es una
conducta, pero que presupone tambin un estado mental. Es lo que
explica desde el punto de vista civil que se pueda detener un automvil conducido por un borracho o que se sea responsable civil del
atropello de un nio pequeo que ilcitamente invade la calzada de
modo fcilmente visible, pero no percibido por el conductor.
C) El dolo136
a) En general
La inclusin del dolo como elemento de la antijuridicidad de la
conducta se debe a algunos autores, especialmente penalistas del
primer tercio del s. xx, que observaron que eran imposibles ciertos
delitos sin la existencia del dolo; p. ej., la estafa. Pero quien le dio
un armazn terico fue la llamada en Derecho penal doctrina final
134 Baste la cita de una autoridad en la materia: Seala Knudsen, Fundamental
Components of Attention, Annual Review of Neuroscience, 30 (2007), p. 58, que Para
comportarse adaptativamente en un mundo complejo, un animal debe seleccionar, de la
riqueza de informacin que le es accesible, la informacin que es ms relevante en cualquier momento temporal. Esta informacin es entonces evaluada en la memoria de trabajo
(working memory), donde puede ser analizada con detalle, se pueden tomar decisiones
sobre esa informacin, y planes de accin pueden ser elaborados. Los mecanismos de atencin son responsables de la seleccin de informacin que llega a la memoria de trabajo.
135 Roxin (n. 50), 24, nm. 8; Mir Puig (n. 61), p. 289; Muoz Conde (n. 44), p. 284.
136 La distincin de solo dos pretendidos momentos psicolgicos en el autor, dolo y
negligencia, no responde a la realidad de la persona; por eso, la doctrina penal suele distinguir dolo directo de primer grado y de segundo grado, dolo eventual, imprudencia con
representacin del resultado e imprudencia sin tal representacin. El problema es que
nuestro Derecho civil slo conoce dos formas de antijuridicidad y todas esas actitudes
psicolgicas y ms que pudiramos individualizar han de ser encajadas necesariamente
en una de esas dos modalidades. As, toda persona que se pone a conducir un automvil
sabe que es posible que cause la muerte de otro, se representa y acepta esa posibilidad,
pero nadie dira que, por ese solo hecho, existe dolo eventual. Molina Fernndez (n.61),
p. 711, hace notar con acierto que Se intenta encontrar un criterio exacto para distinguir
dos escalones imputacin subjetiva del resultado (dolo) imputacin slo del peligro
(imprudencia) donde en realidad hay una progresin continuada (cursiva del original).
Ms que hechos blancos o negros hay una escala de grises.

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de la accin, cuyo mximo representante fue Welzel137. Aunque


esta teora est en la actualidad desechada, s se acepta de forma
general esta aportacin.
La admisin del dolo como elemento del tipo trajo posteriormente como consecuencia que se incluyera tambin en l la negligencia o imprudencia.
La doctrina civil no se ha preocupado en demasa del dolo, porque parece pensarse implcitamente que lo que hay que indemnizar
es el dao, y a estos efectos es igual que se haya producido con o sin
intencin. Incluso se ha llegado a decir muy autorizadamente que
Los comentaristas coinciden en afirmar con una afirmacin que ha
de compartirse que cuando en las normas definidoras de la responsabilidad civil extracontractual se habla de culpa, se comprenden
todas las formas de culpabilidad. Comoquiera, adems, que los perfiles que definen la citada figura, hacen que sta carezca de funcin
punitiva, no presenta especial inters en el tratamiento de la responsabilidad extracontractual establecer diferencias como hacen los
penalistas entre el dolo directo y el eventual, la preterintencionalidad, la imprudencia grave y la imprudencia leve. Todas estas figuras,
perfectamente definidas por la doctrina del Derecho penal, acarrean
importantes consecuencias en punto a la pena que ha de imponerse al
autor de un delito o falta... En cambio, en la responsabilidad civil
extracontractual, el resarcimiento integral del dao se produce cualquiera que sea la forma de culpabilidad que haya concurrido138.
Sin embargo, la intencin dolosa tiene una enorme virtualidad
en multitud de supuestos, y este descubrimiento puede ser considerado como el principal logro de la doctrina alemana de la teora
finalista de la accin:
Por un lado, no es necesario infringir la norma de conducta
negligente para ser responsable (p. ej., conducir a 50 km/h con la
137 El primer escrito Kausalitt und Handlung, ZStW, 51 (1931), pp. 703 y ss.,
recogido luego en Abhandlungen zum Strafrecht und zur Rechtsphilosophie, Gruyter, Berlin, New York, 1975, pp. 7 y ss. (por donde se ha consultado), pp. 703 y ss.; v. adems su
obra ms general, Das Deutsche Strafrecht, 11. edn., Gruyter, Berlin (1969), passim.
138 Dez-Picazo, Derecho de daos, Civitas, Madrid (1999), p. 351 [en los Fundamentos (n. 87) dice simplemente en p. 253 que la aplicacin en materia civil de las figuras
del dolo, del dolo eventual y de la pretereintencionalidad, no es problemtica].
La idea no es nueva. En Francia ya sealaba Planiol que La cuestin de saber si el
agente ha cometido el acto ilcito (faute) con o sin intencin de perjudicar es indiferente [Trait lmentaire de droit civil, 8.e edn., II, Libraire Gnrale de Droit & de Jurisprudence, Paris
(1921), nm. 863, p. 275]; dolo y negligencia son ambos actos ilcitos, ambos obligan de la
misma manera a su autor a reparar el dao que ha causado. Parece, pues, que la distincin debera desaparecer, ya no que no se funda en ninguna diferencia prctica (nm. 827, p. 264).
Tambin escptico en Alemania sobre el papel de los elementos subjetivos del injusto
respecto de la ilicitud, Mnzberg (n. 63), pp. 157, 159, n. 316, y 163.
En Austria, opina Koziol, Wrongfulness under Austrian Law, en idem (n. 5), p. 17,
que slo los factores objetivos son decisivos para determinar la antijuridicidad.

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intencin de atropellar al que atraviesa la calzada sin paso de cebra).


Aqu vuelve a aparece con toda su fuerza la norma de valoracin;
como lo que pretende el Derecho en ltima instancia es proteger
ciertos bienes, la voluntad de daarlos determina la responsabilidad
independientemente de los medios que empleara el causante139.
Puede ampliar el mbito de los bienes jurdicos protegidos,
de manera que as sea indemnizable un dao que no lo sera en
caso de negligencia.
Por ejemplo, en el caso de la promesa de matrimonio (art. 42 CC)
no hay derecho a indemnizacin por dao moral, pero probablemente s lo habra si se hubiera prometido el matrimonio con la nica
finalidad de burlarse de la otra persona.
Igualmente, esto puede explicar algunos casos de abuso del
derecho del artculo 7 CC140:
Cuando uno construye una chimenea falsa con la nica finalidad de perjudicar al vecino, ste puede pedir una indemnizacin de
daos que en otro caso no podra (conocido caso planteado ante la
Cour dAppel Colmar, 2 de mayo de1855, Recuil Dalloz Periodique et Critique, 1856-II, p. 9)141.
Uno de los autores que defiende que la ilicitud recae en el dao
seala que La respuesta a por qu el paseante carece de accin en
relacin con los daos ambientales, reside en el hecho de que su
inters lesionado no se halla jurdicamente protegido y, por tanto,
careciendo estos daos causados al paseante de la nota de la
antijuridicidad no devienen resarcibles frente, v. gr., al titular de un
inmueble cuya fachada manchada por la contaminacin producida
por la misma fbrica que s puede reclamar la indemnizacin de
estos daos y perjuicios142. El aserto es discutible. Desde luego, s
139 Sin embargo, Carrasco (n. 87), p. 595, opina que Del dolo se distinguira [la
culpa] no por la mera infraccin de la diligencia ya que el dolo tambin lo es.
140 El artculo 3:13.II BW establece que Casos de abuso de derecho son el ejercicio
de un derecho con la nica intencin de daar a otro.
La doctrina alemana no ha tenido que acudir a la doctrina del abuso del Derecho, sino
que le ha bastado tener en cuenta el dolo del autor del dao. De hecho, en materia de responsabilidad extracontractual, establece el 826 que Quien dolosamente causa dao a
otro de forma contraria a las buenas costumbres est obligado a la indemnizacin a ese
otro. En el Derecho italiano, vase el artculo 833 Codice y Cian (n. 50), p. 172.
141 En esta lnea, la AP Cuenca 16 de enero de2004 (JUR 53910) seala, respecto de
una accin negatoria de servidumbre de luces y vistas, que si las ventanas miran a un
muro de mayor altura que la pared en la cual estn abiertas las ventanas, sin posibilidad de
fiscalizacin del predio ajeno, sera claramente antijurdico obligar al demandado a la clausura de las ventanas cuando no se produce ningn beneficio a la contraparte, ya que el fin
de la accin negatoria de servidumbre de luces y vistas es proteger la intimidad del propietario de la finca ajena a los actores. El artculo 7.2 del Cdigo Civil establece que la Ley no
ampara el abuso del derecho.
142 Busto Lago (n. 77), p. 187.

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puede un paseante demandar los daos que le causa la aspiracin


del humo txico de una fbrica.
En cuanto al posible perjuicio esttico, la razn de que no se
indemnice es que el ordenamiento considera ms importante el que
cada uno haga lo que le venga en gana (especialmente, edificando
como ms le guste) que otra persona sufra unos supuestos daos
estticos. Como dice una autora, En base a qu criterio se puede
hacer primar la esttica de un vecino frente a la de otro para prohibirle realizar un determinado tipo de construccin?143.
Precisamente, en la doctrina alemana (y tambin espaola) se
discute, a propsito de la accin negatoria, si el dueo de una
vivienda puede pretender con xito que cese una inmisin ideal
(tambin llamada inmaterial, psquica o moral), entre las
que se incluye el perjuicio esttico de la vivienda cercana [as, una
fea fachada que afecta tambin a la esttica de la fachada vecina,
sentencia del Oberlandsgericht de Celle, NJW (1953), p. 388]144.
En general, la jurisprudencia de aquel pas se opone. Sin embargo,
es famosa la sentencia del Amtsgericht de Mnster [NJW (1983),
p.2886]145 en que el tribunal concedi la accin negatoria frente a
un vecino que haba colocado piedrecillas, un contenedor de basura y dos cubos en el lmite de su finca, protegindose de tal vista
mediante un murete, pero dejndola al alcance de la del vecino
(acto de emulacin, en la terminologa clsica).
De la misma manera, algunos casos de la llamada lesin extracontractual del derecho de crdito: Si A y B realizan un contrato de
opcin no inscrito en el Registro, y A, incumpliendo su contrato
anterior, vende a C, ste no resulta afectado por el acuerdo anterior,
a menos que tuviera conocimiento de la relacin previa (bastara
un dolo directo de segundo grado: no se pretende directamente perjudicar a otro, pero se sabe que de esa actuacin se deriva necesariamente un dao).
Asimismo, el llamado baremo por daos en la circulacin establece de modo fijo el lmite de la indemnizacin, salvo que estos se
produjeran por delito doloso (Anexo, 1.1 TR LRCSCVM).
Incluso en materia de responsabilidad por los hechos de un
menor de edad, se suele decir que si los padres responden en caso de
143Algarra Prats, La defensa jurdico-civil frente a humos, olores, ruidos y otras agresiones a la propiedad y a la persona, McGraw-Hill, Madrid-Buenos Aires, etc. (1995), p. 325.
144 Citada por Staudinger/Gursky (1993), 1004, n. 74.
145 Citada por Mnchener/Medicus (1997), 1004, n. 31a. Se hacen eco tambin
de este problema, rechazando su aplicacin al Derecho espaol, Egea Fernndez, Accin
negatoria, inmisiones y defensa de la propiedad, Marcial Pons, Madrid (1994), p. 36;
Algarra Prats (n. 143), pp. 313 y ss.

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actividad negligente del hijo, con mayor razn cuando sea dolosa. Sin
embargo, cualquiera percibe que no es lo mismo controlar a quien es
revoltoso que a la persona que a propsito pretende causar un dao. En
este sentido, es ilustrativa la STS de 2 de marzo de1994 (Penal,
RJ2097) que absuelve a los padres de la responsabilidad civil por un
delito de violacin cometido por su hijo mayor de 16 aos y menor
de18146.
Etc., etc.
En realidad, como ya hemos visto, la manera de determinar si
una conducta es ilcita es hacer una ponderacin de valores, y, por
decirlo as, el dolo, la intencin de causar el dao, no es sino un
elemento desfavorable ms a aadir a nuestra balanza. El menosprecio expreso del bien jurdico protegido es una circunstancia que
el Derecho tiene muy en cuenta para determinar si una conducta es
antijurdica o no.
Por eso, en el fondo, dolo y negligencia no son dos problemas
distintos, sino solamente el mismo: determinar si la conducta es
correcta o no conforme al ordenamiento.
De la consideracin del dolo por el Derecho se deriva que el que
tiene conocimientos o habilidades especiales, por la razn que sea,
debe actuar en muchas ocasiones conforme a sus habilidades, es
decir, mejor que el hombre medio establecido como modelo. P. ej.147,
si el guarda de una piscina ve que alguien se est ahogando, no le
basta con nadar con la rapidez media de un salvavidas, sino que ha
de emplear todas sus capacidades. Por qu? Aqu vuelve a surgir de
nuevo la norma de valoracin; ese desprecio consciente de la vida
ajena no es tolerado ni por el Derecho penal ni por el civil. Lo mismo
podramos decir del mdico que est especialmente dotado y es
conocedor, incluso nico, de tcnicas muy especiales.
Esta consideracin de la intencionalidad como elemento valorativo a la hora de determinar la responsabilidad por daos rompe parcialmente la concepcin de que el anlisis de la correccin de la actividad del agente ha de ser puramente objetivo y se dirige
nicamente a la conducta externa. Como se ve, las tendencias internas del sujeto pueden desempear un papel fundamental. O sea, que
la antijuridicidad puede incluir una conducta ms un estado mental.
As, p. ej., si una persona va conduciendo un coche a velocidad adecuada y un nio salta inopinadamente a la calzada, el conductor no
responde ya que hay culpa exclusiva de la vctima; ahora bien,
146 En el mismo sentido, la SAP Palencia 15 de mayo de2000 (ARP 1961), respecto
de la complicidad de un menor en un delito de homicidio.
147 Roxin (n. 50), 24, nm. 61. De acuerdo con esta opinin, en general, toda la
doctrina penal alemana. En la doctrina civil, Pantalen, voz culpa, en Montoya Melgar
(dir.), Enciclopedia Jurdica Bsica, II, Civitas, Madrid (1995), p. 1864; Cian (n. 50), p. 218.

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imaginemos que el copiloto que con l viajaba, al no estar mirando la


carretera, se haba apercibido de que el nio iba detrs de un baln y
estaba a punto de acceder a la calzada, a pesar de lo cual por la
razn que sea se calla y no hace nada. El conductor, como hemos
dicho, es irresponsable, pero no as el copiloto.
Hasta ahora hemos hablado del dolo, pero no hemos dado un concepto preciso de l. En la doctrina civil espaola se dice que El dolo
supone la voluntad de realizar un acto antijurdico con conocimiento
de su ilegalidad148. Este concepto responde a la teora tradicional del
dolo en materia penal, pero hoy da es muy discutida, decantndose
bastantes autores por lo que se llama dolo natural, es decir, en nuestro caso, simple intencin de causar o dejar que se produzca un dao
(en la que habra que incluir la indiferencia absoluta sobre la produccin del dao); la mayora de los autores penales modernos consideran
que son necesarios el conocimiento y la voluntad149.
Lo anterior tiene relevancia en los casos de error. La doctrina
penal distingue habitualmente entre error en el tipo y error de prohibicin. Desde el punto de vista civil parecera ms conveniente
distinguir entre error en los elementos del supuesto de hecho y
error en la prohibicin o el deber.
Esta distincin no es equiparable a la del error entre elementos
normativos y no normativos o fcticos. Cuando una persona estropea una cosa que cree que es propia (p. ej., por considerar que,
conforme al ltimo testamento notarial del causante, es heredero),
el error recae sobre un elemento normativo (propiedad), pero se
trata de un error sobre un elemento del supuesto de hecho.
A nuestro juicio, hay que considerar como elementos del
supuesto de hecho todos, excepto la ponderacin o valoracin entre
libertad de actuacin y bien daado en que, como ya hemos sealado, consiste el juicio de antijuridicidad.
P. ej., si compro un automvil y lo desguazo, resultando luego,
contra lo que crea, que el vehculo haba sido robado, no respondo
de los daos causados. Si, yendo de caza, disparo contra una persona que se encuentra entre arbustos, creyendo que es un jabal, no
hay dolo, porque no hay intencin de matar, y lo nico que se
puede enjuiciar es si no prest la atencin suficiente antes de disparar; es decir, el dao podra ser negligente.
Por el contrario, si, siguiendo uno de los ejemplos anteriores,
construyo una chimenea falsa con la nica finalidad del taparle las
vistas al vecino, el sujeto conoce todas las circunstancias del
148 Lacruz (n. 76), p. 505. En el mismo sentido, seala Albaladejo (n. 75, 11. ed.),
p. 929, que son actos dolosos los realizados con previsin del resultado daoso y conocimiento de su ilicitud. Tambin Pea Lpez (n. 87), p. 423.
149 Muoz Conde (n. 44), p. 267; Roxin (n. 50), 10, nm. 62, y 12, nm. 4.

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supuesto de hecho, pero puede equivocarse creyendo que el derecho de propiedad incluye la libertad de realizar tal obra con tal
intencin. El error sobre la ponderacin necesaria entre mi libertad
de actuar y el posible dao causado no elimina el dolo, la intencin
de daar. Por eso, el error lo es de prohibicin.
Lo mismo se puede decir del caso del que compra sabiendo que
el vendedor estaba infringiendo una opcin de compra. Dolo hay,
y, por tanto, antijuridicidad de la conducta; puede haber, en su caso,
un error de prohibicin. En materia de responsabilidad civil creemos que tal error ser normalmente irrelevante porque la validez de
la norma no depende de su conocimiento por el destinatario (pero
v. lo que se dice en el apartado IV Culpa, y en el VI Utilidad de
la distincin entre antijuridicidad y culpa).
Frente a lo aqu afirmado, se ha vuelto a defender autorizadamente la postura ms tradicional aduciendo que dado que para
poder afirmar que existe dolo en el comportamiento de aqul que
incumple un contrato, es preciso que en su actuacin intervenga
mala fe, es decir, el conocimiento de que se est conduciendo de
forma contraria a aquello a lo que se encuentra obligado, si actuase
creyendo que tiene derecho a incumplir no existira dolo y, como
mucho habra que entrar en considerar si su actuacin es
negligente150.
Sin negar las dificultades de la distincin entre error entre los
elementos del supuesto de hecho y el error de prohibicin, creemos
que el caso expuesto no es de dolo, porque en ningn momento se
ha intentado daar a otro. El que, segn contrato, cree que debe
pagar el da 15, y as lo hace, cuando se comprometi en realidad a
pagar el da 14 (error inducido, p. ej., porque el plazo se estableci
por das y no por meses), no hay intencin de perjudicar al acreedor y, por eso, no hay dolo.
Comparemos este caso con el del que promete matrimonio por
una apuesta con un amigo, y luego se echa atrs: Hay intencin de
daar, aunque puede haber error sobre la interpretacin de los artculos 42 y 43 CC; por eso, hay dolo con error de prohibicin.
En realidad, la distincin en materia de dolo que es verdaderamente relevante, dejando aparte consideraciones ms profundas
sobre teora de la norma, es la que existe entre quien no quiere
daar y el que lo quiere, pero porque piensa que tal dao est legalmente autorizado (error de prohibicin).
150

Pea Lpez (n. 87), p. 425, con cita de Badosa Coll.


ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

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Martn Garca-Ripoll Montijano

b) Las llamadas causas de justificacin


b.1 En general
En todos los pases de Europa occidental, tanto en Derecho
penal como de la responsabilidad civil, los autores y las legislaciones recogen una serie de razones que evitan la antijuridicidad del
acto aparentemente ilcito. A veces, especialmente en el rea del
Common Law151, la lista es muy variada, incluyndose toda clase
de posibles justificaciones; por el contrario, en otros pases, como
Espaa y Alemania, se distinguen causas de justificacin y causas
de excusa o inimputabilidad.
La doctrina penal suele considerar que la conducta tpica es
antijurdica a menos que haya concurrido una causa de justificacin, y lo mismo suele sealar la civil, sustituyendo conducta tpica por dao. As, se dice que La comprobacin ltima de la
antijuricidad de una conducta tiene carcter negativo. Primero se
trataba de determinar si concurran positivamente los elementos
fundamentadores del injusto penal esto es, si se realizaban los elementos especficos de un tipo de injusto penal. Ahora, en cambio,
importa averiguar a continuacin si concurre alguna causa que
excluya la antijuricidad. Si no concurre ninguna causa de justificacin, el hecho ser sin ms antijurdico152.
151 En Derecho penal y de daos la doctrina tiende a hablar simplemente de defences, sin ms distinciones. Vase, en cuanto a la responsabilidad extracontractual, p. ej.,
Rogers, Winfield and Jolowicz on Tort, 18th (2010), par. 25-1 y ss.
McBride/Bagshaw, Tort Law, 2nd edn. (2005) dedican un apartado especial en cada
tort a la justificacin legal o excusa (lawful justification or excuse), esto es, sin distinguir entre justificacin y excusa.
Una buena parte de la doctrina anglosajona incluye la culpa de la vctima entre las
defences, y, adems, como una defensa dentro de la negligencia. As, Deakin/Johnston/
Marquesinis, Markesinis and Deakins Tort Law, 6th edn., Oxford University Press,
Oxford (2008), pp. 892 y ss.; Dobbs (n. 133), 199 y ss., pp. 494 y ss.; Lunney/
Oliphant, Tort Law. Texts and materials, 4th edn. (2010), pp. 300 y ss.; Weir, Tort Law,
Oxford University Press, Oxford (2002), p. 119: La culpa de la vctima es incuestionablemente una defence. Pero, por una parte, la culpa de la vctima no tiene nada en comn
con, p. ej., la enfermedad mental; y, por otra parte, negligencia significa per se antijuridicidad. Una cosa es antijuridicidad y otra responsabilidad; en caso de culpa de la vctima, la
negligencia del responsable no se ve disminuida, sino slo su responsabilidad: Mnzberg
(n. 63), p. 81, n. 161.
Respecto del Derecho penal, v., p. ej., Asworth, Principles of Criminal Law (2003),
Oxford University Press, Oxford, pp. 204 y ss.; Ormerod, Smith & Hogan Criminal Law,
11th edn., Oxford University Press, Oxford (2005), pp. 296 y ss.
Excepciones a lo anterior son, en Derecho de daos, p. ej., Dobbs (n. 133), 69,
pp.156 y ss. En cuanto al Derecho penal, p. ej., LaFave, Criminal Law, 4. edn., Thomson-West, Saint Paul (2003), 9.1, pp. 447 y ss.; aunque reconociendo que Las defensas
reales o propuestas en el captulo actual son una mezcla de todo un poco (p. 450).
152 Mir Puig (n. 61), p. 421; la negrita y cursiva son del original; en sentido similar,
aunque no tan contundente, su discpulo Bald Lavilla, Estado de necesidad y legtima
defensa: un estudio sobre las situaciones de necesidad de las que derivan facultades y
deberes de salvaguarda, J. M. Bosch (1994), p. 35.

ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

1561

Por ello, en la doctrina penal es muy frecuente sealar que la


tipicidad es ratio cognoscendi de la antijuridicidad o que la tipicidad es indicio de la antijuridicidad153, lo que ha sido trasladado
al mbito civil considerando que el dao indica la antijuridicidad.
Se dice, pues, que todo dao infligido a otro es injusto y da lugar
a resarcimiento si no concurre alguna de las circunstancias que lo
legitiman. La antijuridicidad, entonces, se manifiesta de forma
negativa: la juridicidad del acto o la presencia de una causa de justificacin pueden, aun habiendo dao, excluir la responsabilidad.
La violacin de un derecho subjetivo de otro o de una norma
destinada a proteger intereses ajenos constituye, en principio, un
hecho ilcito o antijurdico; sin embargo, esta violacin puede estar
cubierta mediante la concurrencia de alguna causa de exclusin de
la antijuridicidad idnea para eliminar la aparente antijuridicidad
del hecho daoso154.
Sin embargo, la idea y las frases arriba transcritas son un modo
de razonar que se refieren al procedimiento de deliberacin jurdica del juzgador, mezclado con el problema puramente procesal de
la legitimacin155 o de la carga de la prueba, que alguno incluso
llega a atribuir al demandado156.
Pero, en primer lugar, no sirve en absoluto cuando la causa
del dao ha sido una omisin, porque el que se produzca un dao
no indica de ninguna manera que alguien haya omitido una conducta que hubiera debido realizar y no ha hecho; y la misma omisin tampoco indica quin es el que ha omitido de modo relevante
para que a l se le impute el resultado producido157.
153 Roxin (n. 50), 10, nm 23. De modo similar, Khl (n. 61), 6, nm. 2; Stratenwerth/Kuhlen (n. 61), 7, nm. 14; Welzel (n. 137), 14, I, nm. 1. En Espaa, p.
ej., Bustos Ramrez/Hormazbal, Lecciones de Derecho penal, II, Trotta, Madrid
(1999), pp. 34 y 35. Muoz Conde (n. 44), p. 299, degrada esa funcin indiciaria a mera
sospecha. V., en general, todos los partidarios de la concepcin tripartita del delito (es
decir, los que defienden que tipicidad y antijuridicidad son elementos distintos).
154 Lacruz (n. 72), n. 228, p. 502. Similar, de ngel Yagez, Tratado de responsabilidad civil, 3. edn., Universidad de Deusto-Civitas, Madrid (1993), p. 258; Busto
Lago (n. 77), pp. 251 y 252; Dez-Picazo (n. 87), pp. 304 y 305; Pea Lpez (n. 87),
p. 274; Puig Brutau, Fundamentos de Derecho civil, t. II, vol. III, Bosch, Barcelona
(1983), p. 81; Rogel Vide, La responsabilidad civil extracontractual. Introduccin al
estudio jurisprudencial, Civitas, Madrid (1976), pp. 82 y 83. En Alemania, Deutsch, Allgemeines Haftungsrecht, 2. Auf., Heymanns, Kln (1995), pp. 202 y 203; Larenz/Canaris, Lehrbuch des Schuldrechts, t. II, vol. 2, 13. Auf., Beck, Mnchen (1994), II, 75, 3, c),
pero slo para lo que llaman daos inmediatos.
155 La obra de McBride/Bagshaw (n. 151), pp. 496 y ss. es un buen ejemplo. Los
autores tratan algunas defences bajo el ttulo Lmites del derecho a demandar, e incluyen
ah la defensa volenti non fit iniuria, pero, conforme a las Civil Procedure Rules para
Inglaterra y Gales, de 1998, tal defensa es una cuestin de Derecho sustantivo, que no
impide el proceso a limine, sino que tiene que ser decidida en la sentencia.
156 Loubser, en van der Merwe/du Plessis, Introduction to the Law of South Africa,
Kluwer Law International, The Hague (2004), p. 291.
157Cf. Mnzberg (n. 63), p. 262.

ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

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Martn Garca-Ripoll Montijano

En segundo lugar, cuando estamos ante una accin, aquella opinin no se sostiene desde el punto de vista lgico. Si para que se
produzca una consecuencia jurdica C son necesarios en el supuesto
de hecho los requisitos a, b y c, el que se d el requisito a no supone
que se d el b, porque, de lo contrario, a implicara b (a b), con lo
que a y b no necesitaran expresarse como requisitos distintos para
que surja la responsabilidad extracontractual.
Por otra parte, cuando la doctrina seala que el dao o la tipicidad es indicio de la antijuridicidad no est queriendo decir que tal
dao implica necesariamente la antijuridicidad. De ah que, p. ej.,
la frase Todo el que mate a otro dolosamente acta antijurdicamente, a menos que exista una causa de justificacin, no contenga
ninguna declaracin independiente, sino que, en el fondo, lo que
hace es repetir la premisa (es decir, para actuar antijurdicamente,
es necesario actuar antijurdicamente)158.
Todava se podra entender la frase discutida en un sentido estadstico, que llevara a desplazar la carga de la prueba: cuando hay
un dao, hay normalmente antijuridicidad de la conducta daosa.
Pero esto tampoco es siempre cierto. Pensemos en el tipo de detencin ilegal de los artculos 163 y ss. CP. El artculo 163.1 dispone
que El particular que encerrare o detuviere a otro, privndole de
su libertad, ser castigado con la pena de prisin de cuatro a seis
aos. El nmero de estos delitos al ao en Espaa es muy bajo,
sin embargo, el nmero de internamientos psiquitricos forzosos es
de miles. Lo mismo en cuanto a la detencin ilegal cometida por
funcionario pblico (art. 167 CP); la mayora de las detenciones de
la polica son lcitas. El dao estar encerrado no indica, ni siquiera estadsticamente, la ilicitud de la conducta159.
En realidad, la oscura frase a que nos hemos referido se debe a
la idea general de la doctrina penal y civil de que el hecho tpico o
el dao causado es antijurdico a menos que exista una causa de
justificacin160. Esta opinin no convence. En realidad, la norma
158 En este sentido, Otto, Die Lehre vom Tatbestand und der Deliktsaufbau, Jura
(1995), p. 472. Tambin crticos con el carcter indiciario del tipo, Esser/Schmidt,
Schuldrecht, t. I, vol. 2, 8. Auf., Mller, Heidelberg (2000), 25, IV, nm. 1, p. 64; Ktz,
Deliktsrecht, 7. Auf. Luchterhand, Berlin (1996) , nms. 100 a 103, pp. 42 a 44; Mnzberg (n. 63), pp. 84, 93, 108 y 262.
159 Similar, para el Derecho alemn, Otto (n. 158), p. 469. Por ello, en el Derecho
penal anglosajn se ha llegado a decir muy autorizadamente que Est claro que la carga
de eliminar las defensas basadas en causas de justificacin pblicas o privadas recae sobre
la acusacin [Omerod (n. 151), p. 434].
160 En la doctrina penal anglosajona se considera tambin como requisito del delito
la absence of justification [Ashworth (n. 151), p. 97].
En la civil se utiliza el trmino privilege; el Restatement of the Law of Torts Second
dispone en su 10: Privilegio. (1) La palabra privilegio es usada a lo largo del Restatement dedicado a esta materia para denotar el hecho que conductas que, en circunstancias
ordinarias, someteran al agente a responsabilidad, en circunstancias particulares no lo

ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

1563

que determina cul ha de ser el comportamiento de una persona no


resulta del texto de un artculo de cualquier ley, sino de un conjunto
de disposiciones, incluyendo, en su caso, los principios generales
del ordenamiento de que se trata161. P. ej., podramos pensar que
existe una norma segn la que el propietario puede impedir el acceso de cualquiera a su finca (v. arts. 348 y 388 CC); sin embargo, si
una persona es perseguida por un delincuente con una pistola, el
perseguido puede, desde luego, invadir la finca del dueo con la
finalidad de huir, y esta accin no es ilcita (contra lo que crea
Jhering). An ms, si el dueo percibe la situacin, no puede impedir al fugitivo que entre en su finca, porque entonces sera l el que
estara actuando ilcitamente (v. arts. 195 y 450 CP). En realidad, la
aparente antijuridicidad es, como ya se ha sealado, un momento
ms de la deliberacin jurdica, pero sin contenido independiente
propio.
En este sentido, cuando el artculo 20.5. CP intenta describir el
estado de necesidad permitiendo que el daante infrinja un
deber, no se est expresando con mucha propiedad. El daante no
est infringiendo un deber porque el ordenamiento le autoriza para
realizar tal actividad, y choca directamente con el principio lgico
de no contradiccin que una misma cosa sea simultneamente
debida y no debida. El deber al que se refiere el precepto no es
ms que un aparente deber.
Por tanto, determinar si una conducta es antijurdica o no
requiere, desde el punto de vista dialctico, justificar qu ha hecho
la persona incorrectamente; cuestin completamente distinta de la
de la carga de la prueba. El que haya existido un dao es simplemente un momento de la valoracin jurdica, referida al resultado,
pero no a la conducta que hace al acto antijurdico y, por tanto,
responsable a su autor.
A qu se debe, pues, el tratamiento especial que hacen el Cdigo penal y la doctrina penal y civil sobre las causas de justificacin? En realidad, la circunstancia que llam poderosamente la
atencin de los juristas desde antiguo es que en estos casos el dao
se haba producido intencionadamente, a pesar de lo cual el sujeto
sujetan a tal responsabilidad [American Law Institute, Restatement of the Law of
Torts Second, vol. 1, American Law Institut Publishers, St. Paul, Minnesota (1965), p. 7].
V. tambin Fleming (n. 94), p. 83; Dobbs (n. 133), pp. 155 y ss.
161Seala de Castro (n. 103), p. 47, que en casi ningn artculo de una ley se
encontrar una norma completa, generalmente se indican, en unos, los requisitos que ha de
reunir un acto, se describe o define por sus caracteres y se dejan, para sealar en otros las
consecuencias que puedan acarrear su existencia, su falta o su contradiccin. Pocas veces
coincidirn materialmente disposicin y norma; mientras la disposicin en general se ver
inmediatamente, la norma ser preciso reconstruirla, buscando todos los preceptos que
resulten precisos, dentro del mismo cuerpo legal o fuera de l.
ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

1564

Martn Garca-Ripoll Montijano

resultaba irresponsable. O sea, que se aprecia aqu una vez ms la


importancia que en la valoracin de la conducta se concede a la
intencin daosa.
Lo anterior queda an ms claro si pensamos en los daos causados por negligencia. Casi nadie habla aqu de causas de justificacin porque lo que todos hacemos igual que en el caso del
dolo es analizar de modo global si el sujeto ha actuado o no adecuadamente162.
En cualquier caso, estudiando la cuestin desde el punto de vista
sustantivo, las causas de justificacin funcionan de la siguiente
manera: sean X, Y y Z los factores que hacen una conducta
antijurdica por negligencia. En cierto caso, uno de esos valores falta,
pero por el contrario el valor D (dolo) est presente. Decimos
entonces que el acto es antijurdico, excepto cuando hay una causa
de justificacin, p. ej., E, F, G. Pero si consideramos el problema con cuidado, vemos que E, F, G tienen relevancia en
orden a considerar el acto antijurdico si y solo si D est presente.
En otro caso son irrelevantes. Por tanto, sean D, E, F, G un
grupo valorativo, como X, Y y Z lo eran a propsito de la
negligencia, hay antijuridicidad cuando hay intencionalidad o dolo y
falta una causa de justificacin en el caso dado.
En trminos lgicos: A D E F G
[A = antijuridicidad; = si entonces; = no]
Por esta razn, las causas de justificacin deben ser consideradas
dentro del estudio del dolo, y no como un requisito negativo independiente, aplicable tanto al dolo como a la negligencia. De ah que hayan
de considerarse incorrectos todos los tratados comunes de Derecho
162

En el mismo sentido, Mnzberg (n. 63), p. 108.


No obstante, es curiosa la sentencia del BGH alemn de 4 de marzo de1957 (BGHZ,
t. 24, pp. 21 y ss.) en la que el Tribunal considera como causa de justificacin el comportamiento adecuado en el trfico. Tal pronunciamiento dio lugar a una cascada de publicaciones sobre el asunto, en su mayora crticas con su fundamentacin, pero no todas. Para
Wieacker, Rechtswidrigkeit und Fahrlssigkeit im Brgerlichen Recht, JZ (1957) pp.
535 y ss., es de agradecer que la Sala de lo Civil del Tribunal Supremo incorpore conceptos
provenientes de otras disciplinas, como el Derecho penal en este caso (se trataba de la
teora de Welzel sobre la adecuacin social). Como explica Nipperdey, Rechtswidrigkeit,
Sozialadequnz, Fahrlssigkeit, Schuld in Zivilrecht, NJW (1957), II, p. 1777, segn la
mencionada teora, Todos los comportamientos son socialmente adecuados cuando se
mueven en el marco histrico y social tico del ordenamiento de la sociedad y son abiertamente aceptados por ella. La causacin (dolosa o no dolosa) de determinados resultados
tpicos (p. ej., muerte, lesiones, privacin de libertad, dao a las cosas, provocacin de un
fuego) es normalmente antijurdica, salvo cuando excepcionalmente est justificada por
causas de justificacin (p. ej., legtima defensa, estado de necesidad, consentimiento, gestin de negocios ajenos sin mandato, etc.). Este ltimo autor tambin se congratula de la
decisin del BGH. Sin embargo, la mayora, con mejor sentido, la critic: Dunz, Das
verkersrichtige Verhalten, NJW, 1960, pp. 507 y ss. (el TS se ha metido en un callejn
sin salida); Wiethlter, Der Rechtfertigungsgrund des verkehrsrichtigen Verhaltens,
C.F. Mller, Karlsruhe (1960), passim, y la doctrina que cita.
ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

1565

penal que consideran la antijuridicidad un elemento del delito completamente distinto de los dems y cuya nica funcin es examinar si
existe una causa de justificacin o de exclusin de la antijuridicidad.
La consecuencia de todo lo anterior es la siguiente: las causas
de justificacin no son un totum revolutum, sino slo aquellos valores o circunstancias que impiden la antijuridicidad de la conducta
intencional.
5. Conclusin parcial
Ahora estamos en condiciones de sealar la principal conclusin de este artculo. Hay dos modos de evaluar si un acto es acorde o no con el Derecho: negligencia o dolo (cuando todos los elementos de la negligencia no estn presentes). Y necesitamos un
concepto que comprenda la incorreccin en ambos casos. ste
puede ser llamado culpa en sentido amplio, incorreccin, antijuridicidad o como se quiera. Pero aqu se defiende el uso de la antijuridicidad porque evita la anfibologa del trmino culpa (que puede
referirse a la antijuridicidad, a la negligencia y a la situacin de los
inimputables) y facilita un lenguaje jurdico ms preciso.
Al final, por tanto, A (X Y Z) V (D F G H)
[A = antijuridicidad; si entonces; V = disyuncin;
= no]
Por otra parte, la frmula (X Y Z) (D E F G) [ = y] es
irrelevante porque el grupo (X Y Z) es ya suficiente para considerar la
accin antijurdica y la intencin de daar (D) no aade nada a esa
antijuridicidad (p. ej., disparar a alguien en una calle muy concurrida),
excepto en aquellos pases en que se admiten los daos punitivos.
En definitiva, qu es la antijuridicidad? Una cualidad de la
conducta, consistente en ser contraria a Derecho, en la medida en
que causa (o puede causar) un dao, partiendo de una ponderacin
entre la libertad del agente (en la cual la intencin de daar es un
factor bsico) y el valor del bien que puede ser (o ha sido) daado.
IV. CULPA EN SENTIDO SUBJETIVO
1. Concepto, historia y Derecho comparado
Distinto del problema de si una conducta es correcta o no es el de
si el sujeto agente posee las capacidades fsicas y psquicas necesaADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

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Martn Garca-Ripoll Montijano

rias para acomodarse al modelo de conducta establecido. Aparentemente, el Cdigo civil no regula de modo directo este asunto.
En Derecho romano, D. 9,2,5,2 Ulp. dice expresamente que los
que no estn en su juicio no estn sujetos a la accin de la ley Aquilia163; y la P. 7,34,4 dispona que el ome que es fuera de su seso no
face ningun fecho endereadamente: e porende no se puede obligar, porque non sabe, nin entiende pro, nin dao.
Por su parte, Pothier, que tanto influy en el Code y, por tanto,
mediatamente en nuestro Cdigo, consideraba que slo las personas que tienen uso de razn son capaces de delitos y cuasidelitos:
pues las que no son razonables, tales como los nios y los insensatos, no son capaces ni de maldad ni de imprudencia164.
Este modo de pensar fue el general en toda Europa en la Edad
Moderna, pero el ABGB austriaco, de 1811, despus de establecer la
irresponsabilidad de los menores y enfermos mentales, previ en su
1310 que el juez puede reconocer, en consideracin al patrimonio del daante y del daado, una indemnizacin total o parcial.
Posteriormente, el 829 BGB alemn dispuso que se puede establecer una indemnizacin por razones de equidad, segn las circunstancias, en especial, las relaciones entre los partcipes en el acto
daoso, y en la medida en que dicha indemnizacin no afecte a los
alimentos del daante o a los que ste ha de prestar a un tercero.
Esta solucin ha tenido cierto xito y se ha incorporado a los
Cdigos civiles de otros pases de Europa occidental. As, Suiza,
Blgica, Italia o Portugal165.
163 Et ideo querimus, si furiosus damnum dederit, an legis Aquiliae non sit? Et
Pegasus negavit; quae enim in eo culpa sit, quum suae mentis non sit? Et hoc est verissimum; cassabit igitur Aquiliae actio, quemadmodum si quadrupes damnum dederit, Aquiliae cessat, aut si tegula ceciderit. Sed et si infans damnum dederit, idem erit dicendum.
Quodsi impubes id fuerit, Labeo ait, quia furti tenetur, teneri et Aquilia eum; et hoc puto
verum, si sit iam iniuriae capax (Y por eso preguntamos, si un furioso hubiera causado
un dao no se le aplicara la ley Aquilia? Y Pegaso lo rechaz, pues qu culpa tendra si
no estaba en su sano juicio? Esto es muy cierto; no se aplicar, por tanto, la ley Aquilia,
como si un cuadrpedo hubiera causado un dao o una teja se hubiera cado. Y si un infante causara un dao, se aplicar lo mismo. Pero si lo hubiera hecho un impber, Labeo dice
que puesto que se obliga por el hurto, se le aplica tambin la ley Aquilia. Y esto lo considero cierto si fuere ya capaz de injuria); D. 50,17,5 Paulus 2 ad sab.: In negotiis contrahendis alia causa habita est furiosorum, alia eorum qui fari possunt, quamvis actum rei
non intellegerent: nam furiosus nullum negotium contrahere potest, pupillus omnia tutore
auctore agere potest; Dig. eod., 40, Pomponius 34 ad sab.: Furiosi vel eius, cui bonis
interdictum sit, nulla voluntas est.
164 (n. 19), pp. 63 y 64.
165 Suiza (art. 54.1 OR): El Juez puede condenar a una persona incapaz de discernir a una indemnizacin total o parcial, basndose en razones de equidad.
Blgica (art. 1386-bis, incluido en 1935): Cuando una persona se encuentre en un
estado de demencia o en un estado grave de desequilibrio mental o de debilidad mental que
le hace incapaz del control de sus acciones, y cause un dao a otro, el juez la puede condenar a todo o parte de la reparacin a la que estara sujeta si tuviera el control de sus actos.
Decidir segn la equidad, teniendo en cuenta las circunstancias y la situacin de las partes.

ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

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En otros ordenamientos se distingue entre la situacin de los


menores y la de los enfermos mentales. As, el Cdigo holands o
BW establece en su artculo 6:164 que los actos de un menor de 14
aos no pueden considerarse como un acto antijurdico, mientras el
artculo 6:165 dispone que los actos de una persona deficiente fsica o psquicamente no dejan de considerarse como antijurdicos,
as como los de los mayores de 14 aos. No obstante, si existen
personas con deberes de supervisin sobre ellas y no los han cumplido adecuadamente, pueden ser declaradas responsables por el
todo. Adems, por los actos de un menor siempre es responsable el
guardador legal (art. 6:169). Por tanto, en el caso de un menor,
alguien tiene que pagar el pato. Por debajo de 14 aos son responsables los guardadores; entre 14 y 16 los guardadores son responsables si hubieran podido y debido evitar el dao; en otro caso,
responde el propio menor.
Y la misma disparidad de criterios entre menores y perturbados
mentales se encuentra en el Derecho anglosajn. Se dice, por una
parte, que El nivel de cuidado exigible a un adulto que sufre una
incapacidad mental o una perturbacin psicolgica se mantiene en
el nivel exigible a una persona prudente, razonable y de normal
inteligencia; y, por otra, los nios no estn sujetos al nivel de la
persona razonable, sino sometidos a un nivel que es ampliamente
subjetivo. A un menor, incluso a uno de cierta edad, se le exige
comportarse slo con el cuidado de un menor de su misma edad,
inteligencia y experiencia en similares circunstancias166. Este
enfoque ha sido admitido por algn reputado autor espaol, que
llega a decir que el cuidado exigible a un anciano impedido es el
razonablemente exigible a los ancianos impedidos, no a los adultos
sanos, para luego aadir que respondera en la medida en que la
equidad lo justificase, por ejemplo, el nio de 12 aos de edad o el
anciano de setenta que hubiera causado un evento daoso imprevisible o inevitable para los nios de doce aos o los ancianos de
setenta prudentes y cuidadosos, pero previsible y evitable para un
adulto de mediana edad prudente y cuidadoso167.
Italia (art. 2047.II): Despus de establecer la irresponsabilidad de los inimputables y
la posible responsabilidad de los cargos tutelares, dispone que En el caso de que el daado no hubiera podido obtener el resarcimiento del encargado del cargo tutelar, el juez, en
consideracin a las condiciones econmicas de las partes, puede condenar al autor del
dao a una indemnizacin equitativa.
Portugal (art. 489, que es el que ms se parece al BGB): 1. Si el acto causante de los
daos hubiera sido hecho por persona no imputable, puede sta, por motivos de equidad,
ser condenada a repararlos, total o parcialmente, cuando no sea posible obtener la debida
reparacin de las personas a quienes incumbe su vigilancia.
166 Dobbs (n. 133), 120, p. 284 y s. La misma opinin es mantenida por Fleming
(n. 94), p. 126; Rogers (n. 151), par. 24-16; Lunney/Oliphant (n. 151), p. 196.
167 Pantalen (n. 147), pp. 1864 y 1865.
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Martn Garca-Ripoll Montijano

El Cdigo francs, que tena una redaccin similar al nuestro


(o, ms bien, viceversa), seala desde 1968, ahora en su artculo
414-3 (antes en el 489-2), que Aqul que causa un dao a otro
bajo la influencia de una perturbacin mental no est menos obligado a la reparacin. La inclusin del precepto no estuvo exenta
de polmica y dio lugar al rechazo de una parte de la doctrina 168.
Pero luego la jurisprudencia de aquel pas la ha extendido a los
menores, incluso de corta edad169.
Por ltimo, no puede terminar este repaso a otros ordenamientos sin analizar el impacto que sobre ellos y el espaol pueda tener
la Convencin de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, de 2006 (BOE de 21 de abril de2008,
entrada en vigor el 3 de mayo de2008). A nuestro juicio, ninguno,
pues el artculo 2 se refiere claramente al disfrute de derechos y
libertades, no a la liberacin de deberes: Por discriminacin por
motivos de discapacidad se entender cualquier distincin, exclusin o restriccin por motivos de discapacidad que tenga el propsito o el efecto de obstaculizar o dejar sin efecto el reconocimiento,
goce o ejercicio, en igualdad de condiciones, de todos los derechos
humanos y libertades fundamentales en los mbitos poltico, econmico, social, cultural, civil o de otro tipo. Por otra parte, el discutido artculo 12.2, que seala que Los Estados Partes reconocern que las personas con discapacidad tienen capacidad jurdica en
igualdad de condiciones con las dems en todos los aspectos de la
vida, no plantea problema alguno en su versin espaola, adems
de que son cosas distintas la imputabilidad en el Derecho de daos
y la capacidad de obrar, como se ver en el apartado siguiente.
Como dice la STS 29 de abril de2009 (RJ 2901), que admite la
concordancia del CC y la LEC a la mencionada Convencin, al
enfermo psquico al que se refiere el caso concreto se le proporciona un sistema de proteccin, no de exclusin.
2.La incapacitacin y la menor edad, y la responsabilidad civil
Toda la doctrina est conforme en que el hecho de que el inimputable est incapacitado no tiene relevancia en cuanto a su res168 P. ej., Savatier, Le risque, pour lhomme, de perdre lesprit et ses consquences en droit civil, Chronique Dalloz, 19 (1968), pp. 109 y ss.; Viney, Rflexions sur
larticle 489-2 du Code civil, RTDC (1970), p. 254: Repugna instintivamente admitir
que el enajenado pueda ser considerado como el autor de un hecho ilcito (faute).
169V. Viney/Jourdain, Les conditions de la responsabilit, 2e edn., LGDJ, Paris
(1998), nm. 593, pp. 540-542.

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La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

1569

ponsabilidad civil directa (s, lgicamente, respecto de la de los


guardadores). Sin embargo, esto se afirma de una forma ms bien
intuitiva, sin ulterior explicacin.
El asunto requiere un somero examen de cuestiones de teora
general de las normas. Cierta corriente filosfica distingue hechos
de la cruda realidad (brute facts) y hechos institucionales (institutional facts). Los primeros, a los que preferimos llamar materiales, se refieren a situaciones o actividades que se pueden definir
independientemente de un sistema normativo (una montaa, una
casa, correr, pegarle al vecino, etc.). Los segundos a aqullas que
slo se producen en la medida en que previamente exista un sistema normativo del que son parte precisamente dichos hechos. Por
ej., la moneda, el contrato, el testamento, el matrimonio; no hay
testamento sin sistema normativo, sino slo unos trazos en un
papel, etc.170.
Sobre la base de lo anterior, se distinguen entonces normas
regulativas y constitutivas. Las primeras regulan hechos materiales, las segundas, institucionales171.
Por otra parte, y desde otro punto de vista, la mayora de los
filsofos del Derecho modernos distinguen ms bien entre normas
imperativas o regulativas, normas de competencia y normas que
conceden poderes. Las normas de competencia son las referidas a
las autoridades u rganos que pueden dictar normas172. Aqu nos
referiremos a las normas que conceden poderes, aunque a veces se
diga que conceden una competencia.
Pues bien, las normas sobre incapacitacin y tutela confieren al
tutor o curador una competencia o poder sobre distintos mbitos,
conforme a la sentencia de incapacitacin (art. 760 LEC):
Por una parte, declara la competencia del tutor para realizar
actos institucionales en nombre del pupilo, salvo que sean personalsimos. De acuerdo con ciertas posiciones doctrinales, se tratara,
pues, de una cuestin de legitimacin. A partir de ese momento, ya
no es el pupilo la persona competente para realizar tales actos, sino
el tutor (art. 267 CC). En el caso del sometido a curatela, no se
170Fundamental, Searle, The construction of social reality, The Free Press, New
York (1995) passim, aunque pueden verse especialmente pp. 27 a 29; y, antes, Speech acts,
Cambridge University Press, reimpr. 1977 de la ed. (1969), pp. 50 a 53.
171 Searle (n. previa, 1995), pp. 27 a 29; y (n. previa, 1969), pp. 33 a 42; especialmente en p. 34: Las normas regulativas regulan una actividad preexistente, una actividad
cuya existencia es lgicamente independiente de las normas. Las normas constitutivas
constituyen y, por tanto, regulan una actividad cuya existencia es lgicamente dependiente de las reglas.
172 V., por todos, Ferrer Beltrn, Las normas de competencia: un aspecto de la
dinmica jurdica, Centro de Estudios Polticos y Constitucionales BOE, Madrid (2000),
passim.

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1570

Martn Garca-Ripoll Montijano

priva totalmente de competencia al pupilo, pero se concede al curador la competencia para vetar la actuacin de aqul (art. 289 CC).
Esta privacin de competencia, con consiguiente traslacin a otro,
es lo que podramos llamar incapacidad de obrar en sentido estricto; y se manifiesta, no slo en sentido activo, sino tambin pasivo;
por ejemplo, requerimientos, demandas, etc., que ahora han de ser
dirigidos al titular de la competencia.
En segundo lugar, la sentencia afecta al incapacitado en
cuanto a la realizacin de actos materiales o brutos, pero no de la
misma manera que en el caso anterior. Se concede al tutor la competencia para ordenar o prohibir al pupilo la realizacin de estos
actos, pero, evidentemente, sobre ellos no hay cuestin de competencia, sino que, sencillamente, se hacen o no (se trata, pues, de
una norma regulativa, no constitutiva); es decir, no se puede representar a otro en cuanto a ir a un concierto, hacer deporte o comer
un helado. Por ello, si el pupilo desobedece las rdenes del tutor,
podr ste en ltimo extremo recabar el auxilio de la autoridad
(art. 268. II CC).
El concepto de acto material explica entonces la independencia
de la responsabilidad extracontractual de la incapacitacin del
daante. No existe aqu cuestin de competencia, sino una norma
regulativa; no se autoriza a nadie a destruir una cosa en nombre de
otro. Y la destruccin de la cosa de otro es algo que se produce
independientemente de una incapacitacin173.
Y lo dicho respecto del incapacitado es aplicable igualmente
respecto del menor de edad. Por eso, el artculo 61 de la Ley Penal
del Menor hace al menor responsable civil de los daos que cause,
lo que tiene sentido pues la Ley slo se aplica a los mayores de 14
aos, y a esta edad se tiene ya normalmente madurez suficiente
para distinguir lo que es correcto de lo que no lo es.
3. El Cdigo Penal
A) Introduccin
El artculo 118 CP establece:
1. La exencin de la responsabilidad criminal declarada en
los nmeros 1., 2., 3., 5. y 6. del artculo 20, no comprende la
de la responsabilidad civil, que se har efectiva conforme a las
reglas siguientes:
173 Sobre esta cuestin puede verse, ms detenidamente, Garca-Ripoll, Comentario a sentencia de 26 de julio de 1999, CCJC (2000), pp. 133 y ss.

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La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

1571

1. En los casos de los nmeros 1. y 3., son tambin responsables por los hechos que ejecuten los declarados exentos de responsabilidad penal quienes los tengan bajo su potestad o guarda
legal o de hecho, siempre que haya mediado culpa o negligencia
por su parte y sin perjuicio de la responsabilidad civil directa que
pudiera corresponder a los imputables.
Los Jueces o Tribunales graduarn de forma equitativa la medida en que deba responder con sus bienes cada uno de dichos sujetos.

La regla trata la responsabilidad civil por los daos causados


por los inimputables incluidos en los nmeros 1. y 3. del artculo20; a saber: El que al tiempo de cometer la infraccin penal, a
causa de cualquier anomala o alteracin psquica, no pueda comprender la ilicitud del hecho o actuar conforme a esa comprensin; y El que, por sufrir alteraciones en la percepcin desde el
nacimiento o desde la infancia, tenga alterada gravemente la conciencia de la realidad.
La redaccin del precepto comentado es muy desafortunada y
oscura y ha dado lugar a no pocas discrepancias en la doctrina. As,
ante todo, es discutible si estos inimputables penales responden
civilmente. Se dispone que en los casos de los nmeros 1. y 3.
(del art. 20) son tambin responsables los guardadores; por tanto,
si stos son tambin responsables es porque se parte de que primeramente lo son los inimputables.
Sin embargo, el ltimo inciso del primer prrafo de la regla primera dice que lo anterior se aplica sin perjuicio de la respon
sabilidad civil directa que pudiera corresponder a los imputables.
Quines son estos imputables? Buena parte de la doctrina considera que se trata de un simple error material de transcripcin y
que en realidad se quiere decir los inimputables. Si esta opinin
fuera cierta, no quedara claro si los penalmente inimputables responden siempre civilmente.
Adems, el segundo prrafo de la regla dispone que los Jueces
o Tribunales graduarn de forma equitativa la medida en que deba
responder con sus bienes cada uno de dichos sujetos. A qu sujetos se est refiriendo? A los imputables y los guardadores? A los
inimputables y a los guardadores? A los inimputables, a los imputables y a los guardadores? Adems, frente al perjudicado no queda
claro si tal responsabilidad es mancomunada o bien solidaria,
teniendo entonces relevancia esa medida slo en la relacin
interna.
Por otra parte, del proceso parlamentario de elaboracin del
precepto poco se puede sacar en claro. El Proyecto de Ley pre
sentado por el Gobierno en 1992 deca en el correspondiente
ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

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artculo (el 120.1, regla 1.) que en los casos de los nmeros 1.,
3. y 4. son responsables por los hechos que ejecuten el enajenado,
el menor de diecisis aos (en un principio, ste era el lmite de
edad de la imputabilidad penal) y aquellas personas que sufran
alteraciones en la percepcin desde el nacimiento o desde la infancia, los que los tengan bajo su potestad o guarda legal o de hecho,
siempre que hubiere por su parte culpa o negligencia. Cuando no
quepa exigir la responsabilidad anterior o si el responsable fuere
insolvente, podrn responder con sus bienes los mismos enajenados, menores o aquellas personas que sufran alteraciones en la percepcin desde el nacimiento o desde la infancia, en la medida en lo
que (sic) considere equitativo los Jueces o Tribunales174.
Por tanto, el sistema se aproximaba bastante al del Cdigo
derogado; respondan en primer lugar los guardadores, y slo subsidiariamente el inimputable penal. Aun as, se aadan algunas
modificaciones respecto del texto refundido de 1973: de un lado,
desapareca la limitacin de responsabilidad segn las normas
sobre embargo de bienes de las Leyes de Enjuiciamiento Civil y
Criminal (antiguo art. 20, regla primera, prrafo 2.); de otro, esta
responsabilidad no era automtica, sino que quedaba al buen arbitrio del Tribunal, segn lo que considerara equitativo.
Parece, entonces, que se pretenda incorporar a nuestro Dere
cho la norma de otros ordenamientos de nuestra rea cultural que,
partiendo de la irresponsabilidad civil del inimputable, permite la
imposicin parcial o total de la obligacin de resarcir en atencin a
la equidad.
Tras la disolucin de las Cmaras en 1993, el Gobierno de la V
Legislatura volvi a presentar un nuevo Proyecto de Ley de Cdigo
penal esencialmente igual al anterior, salvo ligeras modificaciones.
Entre stas se encuentra el cambio de redaccin del artculo referido
a la responsabilidad civil de los inimputables por falta de discernimiento o voluntad. Sin embargo, los preceptos sobre responsabilidad
civil, como ya hablan sido discutidos en la legislatura anterior, no lo
volvieron a ser en la nueva, sino que la Comisin de Justicia del
Congreso continu los debates del nuevo Proyecto por donde se
haba quedado anteriormente; o sea, justo al final del libro I. Con lo
cual no podemos entresacar de la discusin parlamentaria el sentido
de este oscuro artculo, ni el porqu del cambio de redaccin175.
174 Boletn Oficial de las Cortes Generales, Congreso de los Diputados, IV
Legislatura, Serie A, nm. 1021, 46.
175 Respecto de la nueva redaccin presentada en la V Legislatura, slo hubo una
enmienda presentada por el Grupo Vasco, que solicit que se introdujera la palabra directa en el inciso que deca sin perjuicio de la responsabilidad civil que pudiera corres
ponder a los imputables. Se justific la enmienda porque no queda claro si en tales casos
se est estableciendo una responsabilidad civil directa o subsidiaria, resultando perturba-

ADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

1573

B) La responsabilidad civil del inimputable


De las distintas cuestiones que plantea el precepto, la primera
que pretendemos aqu dilucidar es si los inimputables penales responden o no civilmente y si su responsabilidad es directa o subsidiaria. La duda se puede plantear sobre todo si partimos de que la
ltima palabra de la regla primera, primer prrafo, es un error de
transcripcin y que donde se dice imputables se quiso decir
inimputables176. Si ello fuera as, se podra discutir que los inimputables hubieran de responder necesariamente de todo hecho
daoso por ellos causado, porque el precepto habla de la responsabilidad que les pudiera corresponder, en subjuntivo, refirindose
entonces a una posibilidad que puede suceder o no. En este sentido,
se ha apuntado la interpretacin de que el artculo quisiera distinguir un espacio entre la inimputabilidad penal y civil, de manera
que hubiera casos en que el sujeto fuera inimputable penal pero no
civil, y sera precisamente entonces, y slo entonces, cuando respondera civilmente177.
Sin negar esta posibilidad, es ms probable que la intencin del
Cdigo sea que el inimputable penal responda en todo caso civilmente (a salvo de lo dispuesto en el prrafo 2.). En favor de ello
militan otras razones de redaccin que consideramos de ms peso:
En primer lugar, la regla comienza diciendo que en los
casos de los nmeros 1. y 3. son tambin responsables los guardadores. Este tambin slo puede significar que se parte de la
responsabilidad civil previa del causante del dao, aunque sea
inimputable178.
En segundo lugar, la regla 2. dice que son igualmente responsables el ebrio y el intoxicado, y ese igualmente supone que
responden civilmente como los perturbados mentales de los casos
1. y 3. del artculo 20; es decir, siempre.
En tercer lugar, la mencin de la graduacin de la respon
sabilidad en el prrafo 2. de la regla primera slo puede entenderse
dora tal imprecisin (Boletn Oficial de las Cortes Generales, Congreso de los Diputados, V Legislatura, serie A, nm. 776, 108). La enmienda se acept por la Ponencia sin
ms discusin (nm. 778, 457).
176 As opinan Molina Blzquez, La responsabilidad civil en el Cdigo penal
de1995, Poder Judicial, 38 (1995), p. 140, nota 30; Monts Penads, en Vives Antn
(coord.), Comentarios al Cdigo Penal de 1995, I, Tirant lo Blanch, Valencia (1996), sub
art. 118, p. 631; Yzquierdo Tolsada, Aspectos civiles del Nuevo Cdigo Penal, Dykinson, Madrid (1997), p. 242.
177Cf. Yzquierdo Tolsada (n. previa), p. 243, aunque no considera probable que
sta fuera la voluntad del legislador. Le sigue de Salas Murillo (n. 75), p. 99. De la
misma opinin, Yaez Vivero, Culpa civil y dao extracontractual originado por persona incapaz, Aranzadi, Cizur Menor (2009), pp. 186 y ss.
178Conforme, Pea Lpez (n. 87), p. 345.
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Martn Garca-Ripoll Montijano

desde el punto de partida de que el inimputable responde civil


mente179.
Desde el punto de vista de los antecedentes histricos, se
corresponde mejor con la legislacin anterior.
Por ltimo, en cuanto al trmino imputables, ste tiene
sentido si lo referimos a otros posibles copartcipes en el dao
delictivo que no tengan la condicin de inimputables180. Y porque
esto no ha de suceder necesariamente, se explica la utilizacin del
subjuntivo en vez del indicativo. Asimismo, cabe alegar que, no
habindose publicado una correccin de errores del texto, parece
preferible interpretar que no hay tal yerro en su redaccin181.
Por su parte, la jurisprudencia aplica la responsabilidad civil de
los inimputables por los daos tpicos causados sin plantearse ningn problema al respecto. En este sentido, la STS 22 de abril de2004
(RJ 3992) seala ratio decidendi que debe advertirse que, frente al
sistema del anterior Cdigo Penal (art. 20, 1 ACP) que cargaba
directamente la responsabilidad civil por hechos cometidos por los
inimputables a aqullas personas que los tuvieran bajo su potestad,
tutela o guarda, salvo el caso de que esas personas no existieran o
fueran insolventes, el nuevo Cdigo hace recaer la responsabilidad
civil directa siempre en el propio inimputable, y una vez establecida
tal responsabilidad civil, admitiendo responsables civiles solidarios,
junto a esos inimputables. V. tambin en lnea similar, en la jurisprudencia menor, SS AP Madrid 21 de octubre de2010 (ARP/1485),
AP lava 12 de noviembre de2008 (ARP/2009/37), AP Madrid 1 de
octubre de2007 (ARP/621), APAsturias 20 de octubre de2005
(JUR/261376), AP Las Palmas 8 de junio de2004 (JUR 206312),
TSJ Navarra 16 de febrero de2004 (JUR 11844), AP Valladolid 30
de octubre de2002 (JUR 285693).
Admitida la responsabilidad civil del inimputable en todo caso,
se puede discutir si sta es principal o subsidiaria a la de los guardadores, de manera que slo sera exigible cuando stos no hayan
179 Parra Lucn (n. 82), p. 889. Para Pea Lpez (n. 87), p. 351, Esta tesis, en el
mejor de los casos, atribuye al inciso final del artculo 118.1.1. C.P. un carcter totalmente
reiterativo y superfluo; cierto, pero, a pesar de ello, nos sigue pareciendo la interpretacin
ms plausible.
180 Quintero Olivares, en idem (dir.) Comentarios al nuevo Cdigo penal, Aranzadi, Pamplona (1996), p. 580; as lo insina tambin Albcar Lpez, en Conde-Pumpido (dir.), Cdigo penal. Doctrina y jurisprudencia, I, Trivium, Madrid (1997), sub artculos118 y 119, p. 1462. Pea Lpez (n. 87), p. 345, considera que Una solucin
interpretativa para este extremo sera entender que el hipottico pudiera se refiere a los
casos en los que el inimputable no puede hacerse cargo de su parte de la indemnizacin por
no poseer bienes que se le puedan embargar.
181 No obstante, la enmienda del Grupo Vasco que introdujo la palabra directa
sigue sin tener mucho sentido, porque para el caso de coparticipacin ya existe la regla del
artculo 116 (v. n. 175).

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La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

1575

incurrido en negligencia, no existan o sean insolventes182. Como


seala la mencionada sentencia, se trata de una responsabilidad
civil directa, porque el Cdigo no hace ninguna reserva al respecto,
as como por el intencionado cambio de redaccin respecto del
texto refundido de 1973 y el proyecto de 1992.
C)
La distribucin de la responsabilidad entre el causante y
los guardadores
Pasando a otra cuestin, el prrafo segundo de la regla primera
dispone que los Jueces o Tribunales graduarn de forma equitativa la medida en que deba responder con sus bienes cada uno de
dichos sujetos. Como ya hemos indicado al principio de este apartado, en otros ordenamientos se prev la equidad en cuanto a la
distribucin del dao entre el causante y el perjudicado. Aqu, aunque la redaccin no es del todo clara, no se menciona para nada al
daado, y, por tanto, hay que entender que para l la reparacin ha
de ser total.
Las personas a las que se refiere la graduacin son, creemos, el
causante del dao y los guardadores legales o de hecho. Si han
intervenido en el delito daoso personas distintas del inimputable
como autores o cmplices, ser de aplicacin adems el artculo116.2 CP, respondiendo los guardadores en el mismo concepto
participativo que el inimputable.
Problema aadido es si la distribucin de la indemnizacin se
ha de producir slo en la relacin interna entre el causante y el
guardador (o sea, con carcter solidario) o bien con eficacia res
pecto al daado, supuesto en que la responsabilidad sera man
comunada.
Aunque del texto de la norma no se deriva una solucin clara,
creemos que, respecto al daado, se trata de una responsabilidad
solidaria, porque sta es la regla general respecto de los autores
(art. 116.2 CP) y en el mbito de la responsabilidad civil la ley atribuye el dao causado a la omisin de los guardadores, de manera
que se considera que tanto stos como el inimputable son causa
eficiente de la produccin del dao.
Se puede argir tambin que el hecho de que el artculo 116
exija la fijacin de cuotas no impide la solidaridad, y el artculo
118.1.1..II habla de medida, expresin que parece significar lo
mismo que cuota.
182

As lo admite Pea Lpez (n. 87), pp. 354 y 355. Cf. Yzquierdo (n. 176), p. 243.
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Martn Garca-Ripoll Montijano

Por otra parte, ste es el criterio general de la jurisprudencia en


materia de responsabilidad extracontractual (aunque contra
diciendo los arts. 1137 y 1138 CC), especialmente cuando no se
puede fijar con claridad la influencia de cada participe en la causacin del dao; y en este caso, siendo la imputacin fijada por la ley,
y tratndose de una omisin, mal se puede determinar la contribucin de cada cual al resultado producido183.
Por tanto, los guardadores y el inimputable responden solida
riamente frente a la vctima. Ser en la relacin interna donde se
fije el alcance de la responsabilidad de cada uno. Cmo fijar el
Juez la cuanta? Las circunstancias a tener en cuenta pueden ser
muy diversas: el patrimonio personal de unos y otros, la posibili
dad de obtencin o no de nuevos ingresos, la mayor o menor importancia de la omisin de los guardadores, etc.
Tambin a propsito del antiguo artculo 20 CP se haba planteado ante los tribunales si era necesario demandar al inimputable
para reclamar a los guardadores. El TS lo neg (SS de lo Civil
de13 de septiembre de 984 RJ 4296 y 5 de marzo de1997
RJ1650) porque la responsabilidad de los guardadores era principal y la del enajenado subsidiaria. En la actualidad, si partimos de
que la responsabilidad es solidaria, parece claro que no es necesario demandar a uno y otros conjuntamente, sino que el daado
podr dirigirse contra uno solo de ellos (cfr. art. 1144 CC); lo que,
desde luego, no puede hacer el acreedor es dirigirse en ejecucin
de sentencia contra el no demandado (art. 542 Lec, a pesar del
art.1141.II CC).
Finalmente, por la parte de la deuda correspondiente al guar
dador, tiene accin de regreso contra el inimputable? Creemos
que en este caso no, porque el precepto seala con claridad que el
Juez fijar en la sentencia de forma equitativa la medida en que
deba responder con sus bienes cada uno de dichos sujetos.
4. El Cdigo civil
La doctrina se ha planteado si la responsabilidad civil del inimputable segn el artculo 118 CP es tambin aplicable a los ilcitos
meramente civiles, ya que el CC no hace referencia alguna al incul183 Conformes con el carcter solidario de la responsabilidad, Monts Penads
(n. 176), pp. 632 y 633; Quintero Olivares (n. 180), pp. 579 y 580; Pea Lpez
(n. 87), pp. 347 y 348.
Por el contrario, Yzquierdo Tolsada (n. 176), p. 243, no considera al artculo 116
decisivo a este respecto, y opina que ser el juez el que decidir en la sentencia si la responsabilidad es mancomunada o solidaria (pero, segn qu criterio?).V. tambin Molina
Blzquez (n. 176), p. 142.

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pable, sino que tan slo existe la clusula general del artculo 1902,
que exige culpa o negligencia.
La cuestin tiene especial relevancia prctica, pues el juez penal
slo podr imponer la responsabilidad civil del inimputable si el
proceso concluye con sentencia absolutoria (art. 119 CP). En
muchas ocasiones la perturbacin mental se apreciar fcilmente,
con lo que no ser necesario llegar al juicio oral, sino que el proceso terminar con auto de sobreseimiento libre conforme al artculo637 LECrim. En tal caso, el daado deber acudir al orden jurisdiccional civil. Y entonces surge el problema de si en esta va se
puede condenar al inimputable a la reparacin; una buena parte de
la doctrina lo defiende, y veremos aqu con brevedad sus argumentos principales.
La analoga con el artculo 118.1.1. CP. La mayora de los
defensores de la responsabilidad civil del inimputable se basan en
la analoga para defender esta obligacin indemnizatoria184. Ms
an, se seala que esta responsabilidad se deduce, no tanto de una
extensin analgica del artculo 20-1. [TR CP 1973] como del
hecho de suministrar este precepto un criterio seguro para interpretar el artculo 1.902, por cuanto no hay razn para distinguir, en
este aspecto, entre la indemnizabilidad del hecho daoso cuyo tipo
constituye delito o falta, y el que no; y menos para suponer que la
regla del artculo 20 citado sea excepcional185.
La analoga es un argumento que, para ser aplicado, requiere
que el mbito de normas en que se encuentra cada uno de los
supuestos (el regulado y el no regulado) se inspiren en los mismos
principios186. Y las normas del Cdigo penal y las del Cdigo civil
sobre responsabilidad civil no se basan en los mismos principios en
lo que a esta cuestin toca.
Para ello es necesario echar una ojeada a los antecedentes histricos de la elaboracin de aquellas normas del Cdigo penal.
Dichas normas fueron tomadas bsicamente del Cdigo penal de
Brasil de 1831187, que tambin regulaba la responsabilidad civil
184 Daz Alabart, La responsabilidad por los actos ilcitos daosos de los sometidos a patria potestad o tutela, ADC (1987), pp. 876 y 877; Gmez Calle, La responsabilidad civil del menor, Derecho privado y Constitucin, 7 (1995), pp. 127 y 128; Pantalen (n. 147), p. 1865; de Salas Murillo (n. 75), p. 302.
185 Lacruz (n. 76), p. 467; de ngel (n. 154), p. 308.
186 Larenz, Methodenlehre der Rechtswissenschaft, 4. Auf., Springer, Berlin-Heidelberg-New York (1979), p. 366: La integracin de la laguna legal mediante el recurso a
un principio establecido por la ley, se basa en que el hecho no regulado expresamente por
la ley es precisamente aqul al que el principio (igualmente) se aplica, sin que intervenga
aqu un principio contrario.
187 Los autores espaoles utilizaron una traduccin francesa, realizada por Foucher, autor francs que se dedic a traducir a su lengua algunos de los Cdigos penales de
la poca: Code Criminel de lempire du Brsil, LImprimerie Royale, Paris, 1834.

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Martn Garca-Ripoll Montijano

derivada del dao constitutivo de delito. Su artculo 10 estableca


que No sern considerados como criminales: 1. Los menores de
catorce aos. 2. Los locos de toda clase, salvo cuando tuvieran
intervalos lcidos, y que, durante este tiempo, cometieran un delito. 3. Aquellos que cometieron los crmenes constreidos por la
fuerza o por un miedo irresistible. 4. Aquellos que cometieron
accidentalmente los crmenes en el ejercicio o la prctica de cualquier acto lcito, hecho con la atencin ordinaria. A continuacin,
el artculo 11 dispona que Aunque las personas mencionadas en
el artculo precedente no pueden ser castigadas, debern reparar
con sus bienes el perjuicio causado. Y el artculo 22 aclaraba que
La satisfaccin ser siempre tan completa como sea posible; los
casos de duda sern decididos a favor del ofendido.
Si se observa, se trata de normas que no tienen parangn en
ningn otro ordenamiento. Incluso en el caso del dao causado por
fuerza irresistible, accidentalmente, o en el ejercicio de un acto
lcito, aqul haba de ser reparado. Nuestro legislador no lleg a
tanto, pero ganas no le faltaron a alguno de la comisin codificadora. As, Pacheco haca notar que Hemos visto que en el caso de la
exencin 8. del artculo 8, es decir, cuando el mal o el dao han
sido causados por accidente, no slo no se exige responsabilidad
alguna criminal, sino que tampoco hay concedida la civil, a fin de
que se reintegre de sus perjuicios el daado o perjudicado. 8. Despus de haber visto con detencin lo que el artculo dispone en
otros supuestos, en los cuales tampoco hay delito, y en particular
en los casos de los dementes, de los menores y de los que obraron
por miedo, confesamos que no podemos aprobar aquella exencin
absoluta, y que si estos han de estar sujetos a responsabilidad civil,
los que por accidente daaron, no pueden menos, en justicia, de
estar tambin sujetos a ella. 9. No se nos arguya con que cuando
hay acaso, no hay delito; porque delito no hay nunca en las hiptesis del artculo 8., si hubiere moralmente delito, aquel artculo
sera injusto. Pero cuando a un menor de nueve aos, cuando a un
delirante, los hacemos responsables de sus obras para la indemnizacin del dao causado, cmo no han de tener la misma responsabilidad los que daaron o perjudicaron por accidente? Dejaron
de hacer estos el mal por una accin propia? Dejar de aplicrseles la regla de derecho que al loco y al menor aplicbamos ms
arriba? Y si es as, cmo no han de tener la responsabilidad que el
loco y el menor tienen? 10. Ya lo digamos (sic) antes. Para que de
un dao que hemos causado, no se nos siga ni responsabilidad criminal ni responsabilidad civil, es necesario que no slo nos hayamos conducido con inocencia, sino tambin con derecho. Cuando
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La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

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esto no sucede, no habr delito, no llevaremos pena; pero indemnizaremos el mal que hayamos producido con nuestras obras. Si por
accidente hemos matado a un trabajador qu ley nos ha de eximir
de indemnizar a sus hijos desvalidos y hurfanos? 11. Nos parece,
pues, que hay este defecto en el artculo. Donde este dice que no
est comprendida la exencin de responsabilidad civil en la de responsabilidad criminal declarada en los nmeros 1, 2, 3, 7 y 10 del
artculo 8., nosotros hubiramos aadido uno ms, diciendo que
tampoco estaba comprendida la del nmero 8 del mismo artculo.
La lgica y el buen sentido lo reclamaban igualmente en nuestro
concepto188.
Por otra parte, en la doctrina penal es corriente hacer una divisin tajante entre la antijuridicidad y la culpabilidad, de manera
que las conductas lcitas (ej., legtima defensa) no slo eximen de
responsabilidad criminal, sino de cualquier otro tipo de medidas
penales. Sin embargo, los actos de los inimputables s son antijurdicos y, por tanto, pueden dar lugar a la adopcin de ciertas medidas, como el internamiento en centros de rehabilitacin (cfr.
arts.101 a 104 CP). Partiendo de estas premisas, se suele consi
derar la responsabilidad civil como una consecuencia ms, auto
mtica, de la conducta antijurdica no culpable189.
En efecto, todo el artculo 118 CP se basa en esta idea, que,
aplicada con todo su rigor, lleva a consecuencias difcilmente aceptables. Veamos un ejemplo: A fallece aparentemente sin testamento, y su sobrino B es declarado heredero ab intestato conforme a las normas de la Lec. El heredero putativo decide arreglar la
casa de su to y tira unos cuantos cachivaches para l aparentemente sin valor. A continuacin, C, antigua amante de A se presenta con un testamento olgrafo del causante por el que se la nombra heredera universal de sus bienes. Toma posesin de ellos y
percibe que B destruy unas cuantas cartas de amor a las que
188 El Cdigo penal concordado y comentado, t. I, Madrid, Viuda de Perinat (1856),
sub artculo 16.4., pp. 286 y 287.
189 Dos botones de muestra:
STS 9 de diciembre de1993 (2., RJ 9761): La absolucin es una instrumentacin
procesal que puede provenir de dos fuentes distintas: 1. La inexistencia de delito o falta al
concurrir una causa de justificacin (legtima defensa, ejercicio de un derecho), en cuyo
supuesto s que no nace responsabilidad civil al no existir la fuente, que es el delito o falta.
2. La existencia de infraccin penal aunque sin responsabilidad de tal orden, como ocurre
con las causas de exclusin de la capacidad de culpabilidad (enajenacin mental, etc.) o de
inexigibilidad de otra conducta (por ejemplo, miedo insuperable); en cuyos casos s surge
la responsabilidad civil.
Quintero Olivares (n. 180), pp. 578 y 579: Lo que da lugar al nacimiento de la
obligacin ex delicto de indemnizar daos y perjuicios no es el delito... sino exclusivamente la realizacin de un acto injusto y tpico, con independencia de que adems sea
atribuible a un sujeto imputable y de que el responsable pueda ser tenido o no como culpable en sentido tcnico (el subrayado es del autor).

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tena gran afecto. Ahora C demanda a B por el dao moral


causado (error en el tipo; cfr. arts. 14 y 118.2 CP).
Otro: A trabaja en un banco, donde entra B armado con
una pistola y exige al primero que le entregue la llave de la caja
fuerte, de la que sustrae 10.000 euros. Ahora el banco, ante la
imposibilidad de encontrar a B demanda a A la restitucin del
dinero (miedo insuperable; cfr. arts. 20.6. y 118.1.4. CP).
En el sistema del Cdigo civil, para que surja la obligacin de indem
nizar, no slo es necesario que la conducta sea ilcita, sino tambin culpable. En el Cdigo penal no es as; por eso, sus preceptos referidos a
esta cuestin ni son aplicables por analoga ni constituyen un criterio
seguro para interpretar aqul. Como ha sealado alguna doctrina, se
trata, en definitiva, de normas excepcionales (cfr. art. 4.2 CC)190.
Pero es que an hay ms: En los casos anteriormente citados es
hasta discutible que esas conductas sean antijurdicas, porque el
ordenamiento no puede exigir al hombre que se comporte ms all
de lo razonable en atencin a las circunstancias, o, de lo contrario,
se est imponiendo una responsabilidad objetiva, que prescinde de
la antijuridicidad. Y, desde luego, ni al heredero putativo ni al cajero del banco les es exigible otra conducta.
El antiguo artculo 32.II CC. La redaccin original del artculo32.II CC, despus de enumerar las restricciones de la capacidad,
sealaba que los que se hallaren en alguno de esos estados son
susceptibles de derechos y aun de obligaciones cuando stas nacen
de los hechos o de relaciones entre los bienes del incapacitado y un
tercero. El artculo fue derogado por la Ley de reforma de la incapacitacin de 1983, pero la doctrina, antes y despus, se ha apoyado en su mencin literal de los hechos del incapacitado para sostener la responsabilidad civil del inimputable191.
Frente a lo anterior, hay que decir que la finalidad fundamental
del precepto era aclarar que ya no exista la muerte civil en nuestro
Derecho, y que las situaciones all enumeradas no impedan la titularidad de derechos y obligaciones, pero nada ms192.
190 El primero que insisti en este argumento fue Albaladejo, Instituciones de
Derecho civil, I, Barcelona, 1960, 997 y 998, nota 2 [ahora en n. 75 (2002), pp. 960 y 961].
Luego, Lpez Beltrn de Heredia, La responsabilidad civil de los padres por los
hechos de sus hijos, Tecnos, Madrid (1988), p. 191; Pea Lpez (n. 87), p. 357; e
Yzquierdo Tolsada (n. 176), p. 240.
191 de ngel (n. 154), p. 309; Conde Pumpido, Los problemas de la responsabilidad civil por los hechos ilcitos de los incapaces, Estudios Castn, II, Aranzadi, Pamplona (1969), p. 83; de Salas Murillo (n. 75), p. 303; Yzquierdo Tolsada (n. 176), p. 241.
Latour Brotons, Responsabilidad civil de los incapaces, Homenaje a Roca Sastre, III,
Junta de Decanos de los Colegios Notariales, Madrid (1976), pp. 148 y 149, matiza: cuando en ellos concurra una cierta capacidad de entender y querer el acto.
192 Muestra de ello es que los primeros comentaristas del Cdigo, al referirse a este
artculo, lo primero que indicaban era la desaparicin de la muerte civil. As, Manresa,

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La equidad. Tambin se ha defendido la responsabilidad civil


del inimputable acudiendo a la idea de equidad, porque no parece
justo que un menor de poca edad o un loco con gran patrimonio no
haya de indemnizar un dao por l producido193. Tal opinin creemos que no est respaldada por la ley porque el artculo 3.2 CC
dispone que la equidad habr de ponderarse en la aplicacin de
las normas, si bien las resoluciones de los Tribunales slo podrn
descansar de manera exclusiva en ella cuando la ley expresamente
lo permita. Y en este caso, de condenarse al inimputable, la decisin se basara exclusivamente en la equidad, porque no hay artculo alguno en el Cdigo civil que permita sustentarla, y porque principio general de nuestro ordenamiento es la responsabilidad por
culpa194.
Por otra parte, en el caso de enfermos mentales crnicos, la
equidad ms bien impone la solucin de la irresponsabilidad195,
porque normalmente son personas con poco patrimonio y, sobre
todo, con pocas posibilidades de incrementarlo mediante su tra
bajo, de manera que los pocos bienes de que disponen sern la
nica fuente para procurarse un tratamiento mdico y asistencial
adecuado196.
La aplicacin de las normas sobre enriquecimiento. Pacheco,
al que ya se ha citado, alegaba una razn aadida a la responsabilidad civil del inimputable: no hay aqu pena, no hay aqu castigo,
no hay expiacin, como no los hay cuando se satisface una deuda
que se contrajo. Razonable y justo es que respondamos de las consecuencias de nuestros hechos; y de esto no puede eximirnos el
triste estado de nuestra inteligencia. As como el demente ha de
pagar lo que come, as tambien ha de reparar lo que daa. Sus
semejantes no han de sufrir, porque l sea loco, ms de lo necesaComentarios al Cdigo civil espaol, I, 4. ed., Hijos de Reus, Madrid (1914), p. 220, y
Scaevola, Cdigo civil, I, 4. ed., Sociedad Editorial Espaola, Madrid (1902), p. 464.
193 Yzquierdo Tolsada (n. 176), p. 239; de Salas Murillo (n. 75), p. 306; Santos Briz, La responsabilidad civil. Derecho sustantivo y Derecho procesal, 5. edn., Montecorvo, Madrid (1989), p. 54.
194 En esta lnea, la STS 1. 29 de diciembre de1998, fund. 3., 4 (RJ 9980), donde
se rechaza expresamente la reduccin de la indemnizacin en atencin exclusiva a la
equidad.
195 De la misma opinin Viney (n. 168), p. 261.
196 La Convencin de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, en su Prembulo, t) seala que Destacando el hecho de que la mayora de las
personas con discapacidad viven en condiciones de pobreza
Y todava se puede aadir que la responsabilidad civil del enfermo mental se adecua
muy mal a determinados tipos delictivos. Pensemos en la omisin del deber de socorro
(art. 195 CP); debe responder civilmente un enfermo mental por no haber prestado la
asistencia de un hombre medio en sus mismas circunstancias? Lo mismo podra decirse del
delito de abandono de familia (art. 226), de las calumnias e injurias (arts. 205 y ss.), de la
comisin por omisin (art. 11), etc.
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rio, los desastrosos efectos de sus obras197. La alegacin no merece mucho comentario. Baste observar que la comida le reporta una
utilidad, y es por ello por lo que debe pagarla, pues de lo contrario
se producira un enriquecimiento injusto. Consecuentemente, el
artculo 1304 CC obliga al incapacitado, en caso de nulidad del
contrato, a restituir en la medida en que se enriqueci con la cosa o
precio que recibiera.
La apreciacin objetiva de la culpa. Un amplio sector de la
doctrina opina que la culpa en materia de responsabilidad extracontractual ha de apreciarse de un modo puramente objetivo. La
defensa de la irresponsabilidad del enajenado es uno de los casos
ms flagrantes en que la introduccin de las ideas morales en el
campo de la responsabilidad, la confusin constante entre el delito
civil y el delito penal ha alterado las soluciones racionales de la ley
civil. El enajenado no tiene culpa de su acto, pero s tiene culpa de
ser enajenado, como se tiene culpa de ser torpe o deshonesto. Nada
ha hecho para merecer su suerte, pero, en qu es responsable el
torpe de su torpeza?... Lo que crea la responsabilidad de una persona es el hecho de no ser como todo el mundo198. Y se aade que
el estudio del fundamento de la responsabilidad conduce, en efecto, a pensar que est en culpa (faute) aquel que no se conduce de
una manera social... La culpa civil es una nocin puramente social
y no moral, de manera que el carcter social de la culpa postula
una apreciacin objetiva de las conductas199.
Esta postura tiene coherencia interna y se la da tambin a la
distincin que se hace en este trabajo entre antijuridicidad y culpa.
Por otra parte, desde el punto de vista del Derecho espaol, se
puede sostener que el Cdigo civil no exime expresamente de responsabilidad a los que actan sin culpa, y que la palabra culpa
empleada en el artculo 1902 est unida por la conjuncin copulativa o al trmino negligencia, que, ciertamente, no parece referirse
a los inimputables, sino a los que no se comportan de acuerdo con
cierto modelo de conducta.
197

(n. 188), p. 281.


Ripert, citado por Mazeaud, H. Mazeaud, L. Tunc, 1957, Trait thorique et
pratique de la responsabilit civil dlictualle et contractualle, I, 5e edn., Montechrestien,
Sirey, Paris, nm. 461, p. 437.
199 Mazeaud/Mazeaud/Tunc, ibidem. En sentido parecido, opina Ataz (n. 92),
p.271, que porque la responsabilidad civil no es una pena, se puede condenar a un
demente a que repare un dao que ha causado por no actuar como un hombre normal, aunque no estuviera en su mano actuar de otra forma, aunque fuera imposible que el demente
en cuestin se comportara como un hombre diligente. La condena a reparar los daos y
perjuicios tan slo supone que es el patrimonio del demente el que corre con el riesgo de su
actuacin objetivamente imprudente (las cursivas son del original). Similar, Yaez Vivero (n. 177), pp. 39 y ss.
198

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Sin embargo, creemos que la solucin ms plausible en nuestro


Cdigo civil es que los llamados inimputables estn en principio
exentos de responsabilidad (no, p. ej., si se debe a una embriaguez:
actio libera in causa). Y ello, por diversas razones.
Desde un punto de vista filosfico, se puede defender, desde
luego, que el torpe no tiene culpa de su torpeza, y por la misma
regla habra de responder civilmente el inimputable. El planteamiento en estos trminos conduce, en ltima instancia, a una cuestin filosfica libertad o determinismo en el actuar humano, que
no cabe aqu tratar. Pero baste sealar que tales opiniones parten,
consciente o inconscientemente, de un determinismo moral, segn
el que nadie, sano o loco, puede actuar de modo distinto a como lo
hace. Esto lleva al fatalismo y a la destruccin de la conciencia de
la propia responsabilidad. Una sociedad que cree en el hombre, en
su mejora y perfeccin a travs de distintos instrumentos incluido
el Derecho, tiene que partir de la libertad moral de los miembros
que la componen. Y como ha sealado alguna doctrina, la responsabilidad por culpa entraa una elevada concesin a la libertad y a
la significacin moral del hombre200.
Por otra parte, en el propio Derecho de la responsabilidad civil
se admite, como ya hemos visto antes, que el dolo convierta en
antijurdico un acto que no lo sera sin la intencin de perjudicar
(as, ciertos casos de abuso del derecho). Y eso es, desde luego, una
valoracin moral.
Desde un punto de vista ms tcnico, en las opiniones defensoras de la responsabilidad civil de los inimputables subyace la idea
de que se ha producido un dao y que, a la hora de decidir quin ha
de sufrirlo, el causante material, aunque sea un demente, o el daado, es preferible que lo padezca aqul. Este enfoque nos parece
discutible por dos razones:
Se parte de la idea de que el ordenamiento se encuentra indiferenciadamente ante dos patrimonios y que debe decidir en contra
de uno de ellos. Sin embargo, esto no es exactamente as. En realidad, cuando se plantea el caso ante los tribunales ya se ha producido un dao en uno de los patrimonios, y el Derecho debe tener una
razn muy poderosa para trasladar ese dao artificialmente emple
ando los medios materiales y personales de la administracin de
justicia201, del patrimonio del daado al de otra persona. Y una de
200 Hernndez Gil, Derecho de obligaciones, Ceura, Madrid (1983), p. 257. En la
misma lnea seala Ferrini (n. 8), nm. 21, p. 738, que la valoracin del momento psicolgico extendida a todas las relaciones de Derecho privado constituye un gran ttulo de
gloria, quiz el ms grande, para la jurisprudencia romana.
201 Es decir, aadiendo lo que los economistas llaman costes terciarios.

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esas poderosas razones en nuestro sistema es la culpa del causante


del dao (salvo, lgicamente, los casos especiales).
En segundo lugar, el requisito de la antijuridicidad supone una
valoracin jurdica de las circunstancias que han producido el
dao. Por eso, no siempre que existe una relacin causal segn las
leyes fsicas sta tiene relevancia para el Derecho, sino que se discriminan causas relevantes e irrelevantes. De manera que hay
muchos supuestos en que entre el mero causante material del dao
y el daado, el ordenamiento decide que sufra este ltimo el perjuicio (ms bien, que no se traslade del patrimonio del daado al de
otra persona).
En el sistema de valores predominante en nuestra sociedad
est claro que el loco o el menor de corta edad no saben lo que
hacen y, en cambio, el torpe s puede actuar diligentemente (cfr.
art.20.1. CP, que exime de responsabilidad penal cuando no
pueda comprender la ilicitud del hecho o actuar conforme a esa
comprensin). Por ello es lgico hacerles responder en distinta
medida.
Desde el punto de vista histrico (art. 3.1 CC), existe una tradicin de 2.000 aos que hace irresponsable a los inimputables, y
para entender que el legislador cambi de opinin habra hecho
falta una afirmacin concluyente. En este sentido, todos los Cdigos que establecen la responsabilidad civil de los enfermos mentales y menores le dedican un precepto especfico202.
Aparte de lo dicho, la solucin que opta por la responsabilidad
del enfermo mental o del menor es incoherente desde otros puntos
de vista. Para ser lgicos, sus contratos deberan ser vlidos; el
cocontratante no tendra por qu sufrir las consecuencias de su
falta de discernimiento.
Algunos autores203, sin embargo, consideran que la diferencia
entre el consentimiento contractual y la responsabilidad extracontractual radica en que para contraer obligaciones voluntariamente
se requiere una madurez mental que no se necesita para discernir
entre la conducta lcita e ilcita. Ciertamente, como principio,
contratar requiere mayor discernimiento que determinar lo que es o
no lcito; por ello, la llamada Ley Penal del Menor se aplica a los
mayores de 14 aos. Es decir, que un sujeto puede tener discernimiento para saber que un acto es delictivo, pero no para contratar
202 De Salas Murillo (n. 75), pp. 305 y 306, aceptando la responsabilidad del
inimputable, llega a decir que se trata de un caso de responsabilidad objetiva. Hay aqu una
clara confusin conceptual. Se puede decir que el inimputable responde porque la negligencia se aprecia de modo objetivo, pero eso no es una responsabilidad objetiva, que es
aqulla en la que se prescinde de la antijuridicidad de la conducta del sujeto.
203 Santos Briz (n. 193), que, a su vez, recoge la opinin de Garca-Valdecasas.

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vlidamente. Ahora bien, una vez establecido por el tribunal que el


sujeto no distingue lo lcito de lo ilcito, no hay razn para distinguir en cuanto a sus efectos la limitacin de facultades intelectivas
y volitivas en el campo contractual y en el extracontractual.
Llevando el razonamiento hasta sus ltimas consecuencias, se
podra llegar al absurdo de que, declarada la nulidad de un contrato
por falta de discernimiento de uno de los contratantes, o incluso
por estar incapacitado o ser menor de edad, pudiera el otro reclamar por va extracontractual la indemnizacin de los daos y perjuicios que tal anulacin le ha causado. Sin embargo, ello se opone
a lo dispuesto en el artculo 1304, que slo obliga a restituir en
cuanto la prestacin result en utilidad del incapaz.
La divergencia entre la disciplina del consentimiento contractual
y la responsabilidad civil extracontractual de los actos del menor o el
enfermo mental podra dar lugar a otras inconsecuencias, como, p.
ej., que se declarara por un tribunal penal la responsabilidad civil del
incapaz por la realizacin de un contrato nulo civilmente (si es menor
de edad, por la va del artculo 61 de la Ley Penal del Menor). Aun
cuando el supuesto no sea fcil, ya en la STS (Penal) de 16 de junio
de1961 (RJ 2196) se apreci la atenuante de enajenacin mental en
la comisin de varios delitos de malversacin, falsedad en documento pblico y apropiacin indebida. Si en vez de atenuante, el Tribunal
hubiera apreciado eximente, resultara que las operaciones de malversacin seran nulas civilmente por falta de discernimiento del
contratante, pero daran lugar a responsabilidad civil extracontractual derivada de los preceptos del Cdigo penal.
Por otra parte, en los pases en que no se admite la exencin de
responsabilidad por falta de aptitudes mentales, se plantean graves
problemas, tanto tericos como prcticos.
As sucede en aqullos que establecen la responsabilidad civil
de los enfermos mentales y la irresponsabilidad de los menores si
se acomodan a la conducta de un menor de su edad.
No convence tal opinin. Los menores han de desarrollarse
afectiva e intelectualmente conforme a las pautas que le son necesarias, as que pueden jugar al escondite, al ftbol, a las canicas, o
lo que sea. Pero en el desempeo de sus actividades han de respetar
a los dems exactamente igual que la persona modelo. Por eso, no
pueden coger el jarrn chino en la casa donde estn invitados, jugar
al baln en un parque lleno de personas, al pillao atropellando a
los circundantes, patinar por las calzadas de las calles, ni molestar
a los dems en un restaurante, etc. De ah que los guardadores legales hayan de estar pendientes de que no realicen tales actividades,
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pudiendo y debiendo corregirles razonable y moderadamente


(antigua redaccin del art. 154 CC).
Tampoco convence la opinin que defiende que un anciano ha
de comportarse con la diligencia media de un anciano de su misma
edad. As, p. ej., no puede un seor impedido tardar cinco minutos
en cruzar una calle cuando el semforo est ya verde para los automviles. En este sentido, en la STS de 4 de octubre de2002
(RJ9254) se narra Que sobre las 21,04 horas del da 17 de febrero
de 1995 se estacion en la estacin de ferrocarril de Ribadavia el
tren 2704 Vigo/Ourense, hacindolo en la va III andn segundo,
realizando la parada reglamentariamente prevista en un minuto, en
cuyo espacio de tiempo se ape la viajera, doa Mara del Carmen
A. M., de 66 aos de edad, portando una bolsa de viaje, iniciando
el tren la marcha, en cuyo instante le empezaron a temblarle a
aqulla las piernas, tambalendose y perdiendo el equilibrio, recay hacia la va, siendo alcanzada por el ltimo vagn, sufriendo
lesiones de tal gravedad que le determinaron la muerte; RENFE
fue absuelta. O sea, el tiempo para bajarse era de un minuto: para
todos.
Con respecto a los derechos de los dems, las personas de limitadas capacidades fsicas o intelectuales han de comportarse como
cualquiera (v., otra vez, sobre este asunto, lo que se dice sobre la
culpa de la vctima en el apartado VI, Utilidad de la distincin
entre antijuridicidad y culpa). Con todo, en ocasiones, se puede dar
una relevancia superior a la norma de valoracin de manera que los
dems deban tener en cuenta la existencia en las cercanas de personas irresponsables o limitadas (p. ej., la seal de trfico que indica la
presencia de un colegio). Pero tales limitaciones no pueden establecerse indiscriminadamente porque paralizaran la vida social.
Desde el punto de vista prctico, la responsabilidad de los inimputables puede dar lugar a resultados chocantes. En Francia, tras la
reforma que impuso la responsabilidad civil del enfermo mental, se
plante ante los tribunales este caso: un hombre y una mujer estaban uno junto a otro en un mercado; el hombre sufri un infarto,
perdi el conocimiento y cay con tan mala fortuna que arrastr a
la seora en su cada, ocasionndole graves heridas. La perjudicada
demand al causante por los daos sufridos, y ste aleg que no
haba existido culpa por su parte, corroborndolo adems el dato
de que poco antes se haba sometido a un reconocimiento mdico
con resultado negativo. En primera instancia fue absuelto, pero el
tribunal de segunda instancia lo conden; finalmente, la Corte de
Casacin, Sentencia de 4 de febrero de1981, confirm la decisin
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La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

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de primera instancia, por considerar que la prdida de consciencia


como consecuencia de un infarto no es una perturbacin mental204.
En el fondo, el problema de la culpa en sentido estricto es ms
bien una cuestin de causas de disculpa. El ordenamiento parte de
la base de que los ciudadanos pueden comportarse conforme a los
criterios ms arriba sealados. Pero hay casos en que ciertas personas, por razones de carcter fsico o psquico (no slo por una
enfermedad, sino por, por ejemplo, falta de formacin) no pueden
actuar as, y entonces se les exonera de responsabilidad205.
No obstante, hay que tener en cuenta que la mayora de las personas que se encuentran menos facultadas que el hombre modelo para
actuar correctamente pueden reflexionar previamente sobre su
minusvala y tomar las medidas necesarias para comportarse conforme a la norma. Si no lo hacen, no estn disculpadas, porque pudieron
comportarse de acuerdo a lo exigido. Evidentemente, hay aqu una
cierta injusticia porque unas personas tienen ms facilidad que otras
para acomodarse a la norma, pero eso no cuenta en Derecho.
Sin embargo, existen seres humanos que carecen de conciencia
o voluntad suficiente para adecuarse a la norma. En tal caso, a
nuestro juicio, no hay responsabilidad civil.
Antes de terminar este apartado, es importante poner de manifiesto que la dificultad de acomodarse al modelo de conducta no
slo puede venir propiamente de deficiencias mentales o fsicas.
Todos los aos un nmero importante de extranjeros de frica llegan en barcas a Espaa de modo ilegal. Es evidente que estos sujetos desconocern en muchos casos hasta lo que significa un paso
de cebra206 (en el fondo, error o desconocimiento sobre el contenido de la norma).
Con todo, no se niega que distinguir entre las circunstancias
que exoneran y no lo hacen es tremendamente difcil. Frente al
caso que acabamos de poner, es evidente que el automovilista novel
o el mdico primerizo no pueden exculparse porque tienen menos
experiencia que los dems.
204 Los hechos aparecen recogidos en RTDC (1979), pp. 386 y 387, con un comentario de Durry.
Por otra parte, la inconsciencia es sin duda un estado mental y una perturbacin mental. V. Finkelstein, On the distinction between conscious and unconscious states of
mind, American Philosophical Quarterly, 36 (1999), pp. 79 y ss.
205 Muchos penalistas [en Espaa, Mir Puig (n. 61), p. 541, y Muoz Conde
(n.44), p. 355, p. ej.] hablan de la culpabilidad como capacidad de ser motivado por la
norma. A veces los civilistas recogen esta idea sin ser conscientes de que tal expresin
parte de una concepcin filosfica determinista.
206 Fleming (n. 94), p. 120, nota 21, recoge un caso americano de 1970 en que se
excus a una chica alemana por no usar el cinturn de seguridad de un automvil porque
nunca antes haba visto uno.

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La doctrina penal suele hablar, a propsito de la culpa, de culpabilidad como elemento del delito207. Aqu se evita ese sustantivo porque supone una cualidad que pertenece a la persona; esto
tiene sentido en Derecho penal respecto de los menores de 18 aos,
porque, por decisin legal, no son imputables. Sin embargo, en
materia de responsabilidad civil, no existen personas culpables o
no, sino actos culpables o no; no se libera de responsabilidad al
loco en cuanto loco, sino en cuanto que en un acto concreto no
pudo ser dueo de s.
V. CASO FORTUITO Y FUERZA MAYOR
La contrapartida de la antijuridicidad y la culpa es el caso fortuito o fuerza mayor. No se refiere a ellas el Cdigo a propsito de
la responsabilidad extracontractual, pero s aparecen definidas en
el artculo 1105, en materia de responsabilidad contractual, porque
en Derecho romano tales expresiones surgieron a propsito de los
contratos de custodia (depsito, comodato, prenda; tambin arrendamiento). Por esa misma razn, normalmente se habla de caso
fortuito como suceso extraordinario, extrao al agente, etc.; la
expresin surge para referirse a casos en que el deudor tiene la cosa
en su poder y a pesar de eso no responde, por lo que, entonces, algo
muy extraordinario, extrao al deudor, ha tenido que suceder para
exonerarle de responsabilidad (terremoto, rayo, etc.).
Aunque algunos autores y alguna sentencia aislada pretenden
distinguir entre una y otra expresin caso fortuito y fuerza mayor
en general el Cdigo las utiliza en sentido equivalente208. Suponen
que el dao, aun estando en la esfera de actuacin del agente, se
produce por un hecho imprevisible, o si previsible, inevitable. En
realidad, lo anterior no aclara mucho, porque casi todo es previsible y evitable; el Cdigo se est refiriendo a la imprevisible o inevitable de acuerdo con el esfuerzo o diligencia que es exigible al que
acta.
Por tanto, licitud y caso fortuito son dos caras de la misma
moneda (dao + licitud = caso fortuito). De hecho, lo ms lgico
sera que la ley no mencionara siquiera el caso, como hace el actual
Cdigo penal.
207Y

tambin algn sector de la doctrina civil. As, Pea Lpez (n. 87), passim.
DOrs (n. 14), 407, seala que ya en los textos romanos los trminos vis maior
y casus maior o fortuitus son sinnimos. No obstante, durante la poca del Derecho
Comn hubo algunos esfuerzos doctrinales por distinguirlos.
208

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Pero, a pesar del origen de la expresin caso fortuito y del


tenor del artculo 1105, hay que afinar lo anteriormente dicho, porque hoy da ms bien lo que se debe tener por caso fortuito es cualquier supuesto en que el dueo del bien ha de soportar el dao, bien
porque la conducta del causante no sea antijurdica, bien porque no
sea culpable209.
No obstante, el Cdigo (arts. 1905 y 1908.3., 1784) y, sobre
todo, algunas leyes modernas extracodiciales (como la LRJAP y la
reguladora de los accidentes automovilsticos) exoneran slo en el
caso de fuerza mayor, como un supuesto que pretende ser ms
excepcional an que el caso fortuito. Pero dnde radique la diferencia es un autntico misterio; las distinciones al respecto de la
doctrina y jurisprudencia administrativas son poco convincentes.
As, se suele decir que hay fuerza mayor cuando el hecho es exterior al servicio, y en los dems casos se responde; pero, p. ej., en la
actividad mdica el hecho es interior al servicio, y el criterio para
la responsabilidad no puede ser otro que el de la licitud.
VI.UTILIDAD DE LA DISTINCIN ENTRE ANTIJURIDICIDAD Y CULPA
Puesto que se ha defendido aqu que el que no incurre en culpa
no responde, podra plantearse la cuestin de para qu la distincin
si al final el resultado alcanzado es el mismo que con el antiguo
concepto amplio de culpa.
Por otro lado, tambin se ha dicho que la confrontacin entre la
ms antigua doctrina que centra la antijuridicidad en el resultado y
la ms moderna que lo hace en la conducta no tiene apenas una
significacin prctica digna de mencin en el mbito de la responsabilidad extracontractual. Pues normalmente da igual si la responsabilidad del causante del dao que ha observado las normas de
cuidado est excluida por falta de antijuridicidad o por falta de
culpa. Con otras palabras: apenas es concebible un caso que los
partidarios de la antigua y la nueva doctrina resolvieran de modo
diferente210.
Existen autores que opinan que la distincin entre antijuridicidad y culpa no tiene sentido porque, en el fondo, el hombre no
209Dice Carrasco (n. 87), p. 631, que el Cdigo civil contiene en el artculo 1.105
la descripcin del supuesto en que el deudor no responde. Cuando las normas particulares
utilicen el concepto de caso fortuito habr que entender que incorporan esta descripcin.
Y ms adelante seala ms rotundamente que hay caso fortuito siempre que el deudor no
est en culpa (p. 637). En el mismo sentido, para el Derecho italiano, Cian (n. 50), p. 14.
210 Ktz (n. 158), nm. 99, p. 42.

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puede comportarse mejor de lo que puede hacerlo conforme a sus


concretas capacidades: debe implica puede211. No tener en cuenta
las dotes individuales en la valoracin de la diligencia crea sustancialmente una forma de responsabilidad objetiva, porque evidentemente no se puede reprochar al individuo no haber hecho lo que no
estaba en condiciones de realizar212.
Por otro lado, desde la teora general de la norma, se afirma que
la ley solo puede ordenar actos de voluntad, de manera que, donde
no hay voluntad, no hay antijuridicidad213.
Se aade, adems, que, si se distinguen grados de negligencia
segn grupos de personas como suele hacer buena parte de la doctrina, se puede naturalmente acabar por individualizar la negligencia (ej., el grupo de los que viven en Murcia, tienen 49 aos y
son profesores titulares de Derecho civil, a fin de delimitar la diligencia del profesor en las explicaciones de clase)214.
Adems, toda norma requiere su conocimiento por el destinatario, en la medida en que va dirigida a la psique de ste. En los
menores y enfermos mentales no hay tal conocimiento, ni posibilidad de l, de manera que la distincin entre antijuridicidad y culpa
cae por su propio peso215.
A lo anterior se podra oponer que el Derecho (penal) reconoce
actividades antijurdicas frente a las que cabe la legtima defensa.
Ante ello, los autores negadores de la distincin sealan que el que
una conducta previa no sea antijurdica no impide necesariamente
que el sujeto se pueda oponer o defender de ella, si no tiene el
211 Molina Fernndez (n. 61), pp. 524 y ss., 574 y ss. Para Otto (n. 61), 12, 4,
aunque deber, capacidad de comprensin y capacidad de seguir esa comprensin constituyen, por tanto, una unidad objetiva (cursiva del original) en una doctrina personal del
ilcito, sin embargo es posible y adecuado distinguir entre ilicitud y culpa por razones sistemticas y de pedagoga social.
Por su parte, Mnzberg (n. 63), pp. 195 y 205 y ss. no niega expresamente la distincin pero la deja en una penumbra que, en el fondo, supone su rechazo.
212 Cian (n. 50), pp. 205 y 209.
213 Cian (n. 50), pp. 212 y 215; Molina Fernndez (n. 61), pp. 521 y 522.
214Cf. Molina Fernndez (n. 61), pp. 658 y 701.
215 Cian (n. 50), passim, pero especialmente pp. 351 y ss., y p. 388.
Igualmente, Molina Fernndez (n. 61), passim, si bien de una manera mucho ms
pormenorizada y analtica que el anterior, basndose en una teora comunicativa de la
norma, que sigue las modernas aportaciones de la filosofa del lenguaje. V., con todo,
pp.478 y ss., 580 y 581. En estas ltimas llega a defender la existencia intermitente de las
normas: las situaciones de plena inconsciencia, y en general de ausencia de accin, hacen
desaparecer el deber jurdico. Ello supone que respecto de cualquier persona el deber jurdico es intermitente no le obliga mientras duerme, por ejemplo, sin que ello entrae
problema alguno.
En p. 600 seala que si la antijuridicidad se concibe como un juicio por el que se
establece que un comportamiento es contrario a una obligacin jurdica legalmente
impuesta (a un deber jurdico), no cabe hablar de injusto no culpable. Entre los elementos
esenciales que determinan la infraccin de un deber jurdico se encuentran las circunstancias subjetivas de la culpabilidad: capacidad del destinatario de la norma, identificacin de
las circunstancias de cumplimiento y recepcin del mandato emitido.

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deber jurdico de sufrirla216. Esto ltimo es cierto; si dos desalmados me cogen en volandas y me arrojan sobre un tercero, ste puede
repeler mi cada sobre l, desvindome hacia el suelo.
En la doctrina de los autores ltimamente citados hay implcita
o explcitamente una consideracin del Derecho como fenmeno
puramente lingstico comunicativo, equiparable a la orden o mandato tal como se estudia en filosofa del lenguaje, y que ha de tener
las mismas condiciones de xito.
Determinar si el Derecho presupone un acto de comunicacin
lingstica, en el que el receptor debe tener conocimiento de la
orden, es un complejsimo problema de filosofa del Derecho en el
que apenas vamos a entrar, y simplemente porque no hace falta a
nuestro propsito.
Con todo, no podemos evitar la observacin de que la concepcin puramente comunicativa tiene que explicar muchas cosas217.
Para empezar, desde el punto de vista del emisor, la norma desaparecera cuando muriera el que la promulg218. Frente a ello se dice que
si la norma se emite por una autoridad normativa, su desaparicin no
supone la de la norma, porque otra persona toma el papel institucional de la primera219. Sin embargo, esto supone aceptar ya que la
norma jurdica no tiene la misma naturaleza que una orden o mandato corriente. Y esto lo confirma el hecho de que, cuando muere el
tutor, y se le nombra otro al incapacitado, las rdenes que le haba
impuesto el primero (p. ej., levantarse a las siete de la maana todos
los das) ya no tienen vigencia alguna. Y ello a pesar de una persona
ocupa aqu el papel institucional de otra, pero es que, como hemos
dicho, el tutor emite rdenes, no normas jurdicas.
Adems, la postura discutida no puede dar razn de la existencia de las normas consuetudinarias, porque toda norma necesitara
ser promulgada como acto formal comunicativo. Para salvar esta
objecin se dice que Si la costumbre se convierte en regla jurdica, es necesario que en algn momento entre (cursiva del original)
en el sistema a travs de los cauces que el propio sistema reconoce,
y es ese momento cuando comienza su existencia como regla jurdica, que termina cuando es expulsada del sistema... el paso de la
prctica del ser a la norma social el deber ser social requiere
que en algn momento un grupo de personas, normalmente los
propios integrantes del grupo en que se produce la prctica reitera216

Cian (n. 50), p. 389; Molina Fernndez (n. 61), pp. 645 y 646, 678, 705, etc.
Se contemplan aqu fundamentalmente los argumentos de Molina (n. 61), sin
negar el carcter magnfico de su obra.
218 Igual crtica en la Torre, Rules, Institutions, Transformations. Considerations
on the Evolution of Law Paradigm, Ratio iuris (1997) p. 317.
219 Molina (n. 61), pp. 542 y 543.
217

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da, comiencen a realizar juicios de rechazo de las posibles desviaciones de la prctica, con lo que adquiere existencia la regla social.
Son estos integrantes del grupo quienes ocupan el papel del emisor/valedor de la norma social, y es luego el legislador quien se
convierte en en emisor/valedor de la norma jurdica al aceptarla en
el ordenamiento220.
Tal concepcin se acerca a la que considera que la costumbre
existe como fenmeno lingstico desde el momento en que es
aceptada por los rganos correspondientes, es decir, por los jueces.
Sin embargo, si se considera la norma como directriz de conducta,
sta ha de ser, desde el punto de vista lgico, previa a su aplicacin
por los tribunales, o de lo contrario se fijara el modo de comportamiento a posteriori.
Menos an puede explicar el carcter de norma de los principios generales del Derecho, a los que son muy reluctantes muchos
filsofos, pero que, desde luego, estn reconocidos en nuestro
Derecho y se aplican continuamente por los tribunales. Por otra
parte, los principios generales no slo son fuente independiente,
sino que sirven para interpretar y aplicar las normas. Esto es manifiesto especialmente hoy da en Espaa, donde los cambios sociales en los ltimos treinta aos producen vrtigo; en qu momento
dejaron de ser ilcitas ciertas bromas sobre la Semana Santa que
tanto se prodigan en los programas televisivos de humor?221 Y, sin
ir ms lejos, la postura combatida no da cuenta de los cambios producidos en la apreciacin de qu es negligencia desde que se promulg el Cdigo civil (p. ej., en el siglo xix la produccin de un
incendio en un sembrado como consecuencia de la chispa producida por la circulacin del tren se consideraba caso fortuito, y ahora
no, pero no hay norma escrita especial al respecto y la solucin se
sigue basando en el mismo tenor literal del art. 1902 CC).
Lo dicho vale tambin para el Derecho penal. As, el artculo208.II CP seala que Solamente sern constitutivas de delito
las injurias que, por su naturaleza, efectos y circunstancias, sean
tenidas en el concepto pblico por graves. Este concepto pblico no puede ser sino los valores de la sociedad en un momento
dado, que se expresan por medio de sus principios generales. El
220

Molina (n. 61), pp. 542 y 543.


El artculo 525.1 CP sanciona a quienes hagan pblicamente, de palabra, por
escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de los dogmas, creencias, ritos o
ceremonias de una confesin religiosa, para ofender los sentimientos de sus miembros. La
sentencia del Juzgado de lo Penal nm. 8 de Madrid de 8 de junio de2012 (La Ley,
70576/2012) se tuvo que enfrentar a un caso en que se emiti por televisin un cortometraje en el que, mediante el smil de una receta de cocina, se manipula un crucifijo y se
introduce en el horno afirmando que a los tres das sala slo en su punto. Los acusados fueron absueltos.
221

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artculo 426 CP dispone que La autoridad o funcionario pblico


que admitiere ddiva o regalo que le fueren ofrecidos en consideracin a su funcin o para la consecucin de un acto no prohibido
legalmente, incurrir en la pena de multa de tres a seis meses.
Pero no parece que cometa delito el maestro que recibe unas naranjas de un alumno, o el mdico de un hospital pblico que recibe un
jamn de un enfermo al que ha operado; para rechazar la antijuridicidad de la conducta habr que acudir a principios generales como
la adecuacin social o la intervencin mnima, principios nunca
formulados legalmente.
Desde el punto de vista del receptor, la teora lingstica de la
orden o command supone la voluntad de aqul de cumplir sta.
Pero es evidente que respecto de la norma jurdica no es necesaria
tal voluntad: otra diferencia clara entre norma y mandato en sentido lingstico. Como se ha sealado acertadamente, Reconocer la
vinculatoriedad del derecho en el sentimiento de obligacin de los
particulares implicara reducirlo a un fenmeno emprico no normativo, porque estar vinculados equivaldra a sentirse vinculados; significara... una inhibicin psquica que nos preserva de
realizar determinadas acciones (prohibidas) o un impulso interior
que nos empuja a realizar otras determinadas acciones (ordenadas), con lo que se llegara al absurdo de que quien fuera moral o
jurdica insensible no estara obligado a cumplir las normas222.
Se dice que la norma, para ser tal, ha de ser conocida por al
destinatario, pero:
222 Prez-Luo, Teora del derecho. Una concepcin de la experiencia jurdica,
Tecnos, Madrid (1997), p. 185, con cita de Pattaro. Como dice la Torre (n. 218), p. 317,
El Derecho no es una suma de mandatos o imperativos. Un mandato o un imperativo
acta interpersonalmente y su validez depende del (fsico y/o psicolgico) poder del sujeto
que lo emite. El Derecho y las normas legales son, sin embargo, fenmenos eminentemente impersonales (cosa que ya haba sealado Olivecrona, aadimos nosotros). Las normas
legales continan siendo vlidas incluso cuando los sujetos que las emitieron estn muertos. A veces son vlidas y en vigor incluso aunque los sujetos que son sus destinatarios no
han percibido su existencia, esto es, no conocen que alguien ha emitido aquellas normas.
Como Habermas, no estoy convencido de esta tesis central del llamado prescriptivismo,
a saber, que en la estructura lgica del discurso los imperativos deben tener primaca
sobre las reglas de conducta. El significado de la exigencia de validez universal, contina el filsofo de Francfort, la exigencia de validez normativa asociada con normas de
accin puede ser analizada slo en trminos de reconocimiento intersubjetivo y no en trminos de mandatos generalizados. Una orden o un mandato escribe Nino, son actos
de formulacin de juicios normativos con la intencin de que esta formulacin sea relevante por razones que el destinatario tiene con anterioridad. Para que una orden, un mandato,
una prescripcin, un imperativo sea efectivo, el destinatario ha de tener razones que preceden a la formulacin de la orden, lo que lgicamente no puede ser fundado en la propia
orden. El hecho de que yo sea un destinatario de una prescripcin no puede, bajo peligro de
caer en la falacia naturalstica (se refiere a la conocida teora de Hume, segn la que del ser
no puede obtenerse el deber ser), justificar mi decisin de obedecer la prescripcin en s
misma.

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Martn Garca-Ripoll Montijano

Esto supondra que el extranjero que viene a Espaa y no


conoce ninguno de nuestros idiomas no est sujeto a nuestro Derecho. Igualmente, el que no sabe leer no estara vinculado por las
normas.
No hay nadie que domine el ordenamiento jurdico, porque
no hay nadie que, ni aun empleando las 24 horas del da, pueda
conocer todas las normas promulgadas por los boletines oficiales
correspondientes (de manera que tampoco vale el subterfugio de
recurrir a la posibilidad de conocer la norma)223. De ah la afirmacin del artculo 6.3 CC, segn el que La ignorancia de las
leyes no excusa de su cumplimiento, sin perjuicio de que esta
regla general tenga muchas excepciones. Regla que no implica un
deber o posibilidad de conocer el Derecho sino que ste se aplicar
inexorablemente.
Por otra parte, ya hemos sealado a propsito de la culpa que la
doctrina iusfilosfica moderna distingue entre normas regulativas y
normas constitutivas. Las primeras regulan actividades que se pueden definir con independencia de un sistema normativo, mientras
que las segundas se refieren a actividades que crea precisamente el
sistema normativo. Pues bien, respecto al aspecto constitutivo del
Derecho, es evidente que ste existe independientemente de que lo
conozca o no el ciudadano; hay Registro de la Propiedad o letra de
cambio se conozca o no. Evidentemente, el enfermo mental o el
menor no pueden participar en esas actividades porque no conocen
las reglas de la institucin (de ah que, p. ej., sus contratos sean
invlidos, pero no antijurdicos en sentido estricto).
Con todo, el menor o el loco pueden participar en esa realidad
constituida a pesar de su desconocimiento. As, la incapacitacin y
la tutela o la patria potestad se producen a pesar del desconocimiento del sometido. Igualmente, si un beb rompe un billete de
cinco euros, ha afectado a la realidad institucional, lo sepa o no.
Por otra parte, las normas regulativas configuran de un modo
nuevo la realidad preexistente a la que se refieren, estableciendo
ciertos lmites a las relaciones entre los ciudadanos. Como se ha
observado repetidamente por la doctrina, la responsabilidad extracontractual presupone el establecimiento de espacios de libertad.
Por eso, el que conduce un automvil por la parte izquierda de la
calzada en Espaa est infringiendo la norma, la conozca o no.
El Derecho, como distribuidor y delimitador de mbitos de
libertad, tiene tambin un aspecto de juego (en el sentido en que lo
emplea la filosofa jurdica moderna), del juego de la realidad
223

De hecho, hasta los abogados suelen tener un asesor fiscal.

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social. De ah que si un loco empezara a dar patadas sin sentido en


un partido de ftbol, tal vez lo apartaramos del juego, pero ningn
ser humano puede ser apartado del juego de la vida social, ni
siquiera el anacoreta. Y entonces no hay ms remedio que decir
que el loco puede actuar en contra de la norma.
Abundando en el asunto de la recepcin de la norma, hay que
tener en cuenta que hay enfermedades mentales que no afectan a la
capacidad intelectiva, sino a la volitiva, pero nadie duda en considerar del mismo modo ambos problemas.
Por ltimo, no hay que olvidar que, en materia de patria potestad, el artculo 155 CC dispone que Los hijos deben: 1. Obedecer
a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad.... Y el artculo 268 CC seala en similar sentido que Los sujetos a tutela deben
respeto y obediencia al tutor. Como se ve, el Cdigo establece un
deber de obediencia con indiferencia del discernimiento del
sometido, y ello a pesar de que la orden que dicta el cargo tutelar
no es en sentido estricto una norma jurdica.
Por otra parte, como ya se ha indicado, hay Derechos, como el
francs y los del Common Law en que los enfermos mentales no
estn exentos de responsabilidad civil. La razn no es arbitraria,
aunque nos hayamos declarado contrarios a ella; el sujeto es responsable por no haberse comportado conforme al modelo de conducta establecido por el ordenamiento. El no tener ciertas cualidades para acomodarse a ese modelo no es algo valorado
positivamente por el ordenamiento. En el fondo, la disculpa de los
inimputables se basa en una razn especial, que es el carcter moral
del ser humano.
En fin, volvemos a insistir en que creemos que una norma jurdica es algo bastante distinto a una orden o mandato en un contexto
comunicativo ordinario. Quiz convendra a este respecto un estudio semntico y pragmtico ms profundo sobre qu significa
deber en un contexto jurdico.
En cualquier caso, el Derecho es una ciencia valorativa, y aqu
lo nico que se defiende es que hay dos momentos distintos de
valoracin en la conducta del sujeto: uno, si se ha comportado conforme a las exigencias de la norma segn el modelo establecido;
dos, si est capacitado para comportarse de acuerdo a ese modelo.
La existencia de distintos presupuestos de la responsabilidad
civil se justifica solamente si de ellos se pueden derivar consecuencias jurdicas distintas. Y, a nuestro juicio, la distincin entre antijuridicidad y culpa s que da lugar a consecuencias diferenciables.
Actitud de un tercero. La norma no slo tiene como funcin
dirigir la conducta de una persona determinada, sino tambin
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impone el deber de colaborar a su logro a los funcionarios pblicos


y a todos los ciudadanos en general; delimita, a su vez, la existencia de situaciones de favor o desfavor por parte del Derecho como
conjunto224.
Por ello, la antijuridicidad de una conducta, independientemente de la culpa, determina cul es la actitud que tiene que adoptar un
tercero objetivo en una situacin de conflicto determinado, cuando
puede intervenir para ayudar a alguno de los afectados: se tendr
que poner de parte del que acta lcitamente225. Si un enfermo
mental agrede sin causa justificada a un transente, se habr de
ayudar ante todo a este ltimo, no al primero (ceteris paribus; es
decir, si las posibilidades de lesin son equivalentes tanto respecto
del transente como del enfermo).
Contra lo anterior se ha argumentado que si la valoracin de la
antijuridicidad depende de las capacidades del hombre medio en
las circunstancias del caso, puede suceder que ante un mismo
hecho con dos o ms partcipes o dos o ms observadores lo que a
uno le parezca correcto a otro le parezca lo contrario; pero ello lo
que en realidad vendra a demostrar es que el concepto de antijuridicidad no culpable no puede cumplir la funcin prctica que se le
atribuye de servir como condicin de aplicacin de normas para
terceros226. As, en el Derecho americano es famoso el caso que
tuvo que resolver el TS del Estado de Nueva York, en que un transente vio a dos policas vestidos de paisano pelendose y golpeando a un joven delincuente que no se dejaba detener, ante lo cual el
transente arremeti contra uno de los policas. Fue condenado por
assault227, a pesar de que crea que el joven estaba siendo asaltado
por dos hombres sin derecho a ello, y, por tanto, ejercitando una
ayuda en legtima defensa.
224

De Castro (n. 103), p. 522.


De hecho, Molina Fernndez (n. 61), p. 605, considera que slo hay un argumento que ha resultado verdaderamente decisivo para admitir la distincin entre antijuridicidad y culpa, que es la necesidad sentida de contar con un nivel de evaluacin jurdica del
hecho que pueda actuar como regla intersubjetiva [cursiva del original]. La evaluacin
jurdica del hecho de una persona no slo tiene importancia desde la perspectiva de lo que
podemos esperar de ella... la presencia de terceros que pueden verse lesionados en sus
bienes y a los que se atribuye un derecho de defensa, o que pueden intervenir en hechos
ajenos, o que simplemente tienen determinadas obligaciones de responder frente a hechos
que resultan lesivos, obliga a establecer un nivel de valoracin jurdica del hecho que tenga
en cuenta ante todo su lesividad desde la perspectiva de los bienes jurdicos.
225Cf. Roxin (n. 50), 7, nm 66; Stratenwerth/Kuhlen (n. 61), 7, nm. 23.
En la doctrina anglosajona, Fletcher, Rethinking Criminal Law, reimpr. 2000, Oxford
University Press, New York (1978), 10.1, pp. 759 a 762; Greenawalt, The perplexing
borders of justification and excuse, Columbia Law Review, vol. 84 (1984), p. 1900.
226 Molina (n. 61), p. 705; Greenawalt (n. precedente), p. 1919.
227 People v. Young, 11 N.Y.2d 274 (1962).
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La antijuridicidad como requisito de la responsabilidad civil

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La objecin es parcialmente cierta. En el ejemplo anteriormente expuesto el polica que se encuentra a dos personas acometindose mutuamente puede no saber quin ha comenzado la agresin
y que ha sido por la locura de uno de ellos, en cuyo caso lo nico
que le est permitido hacer es intentar que cese el acometimiento
mutuo. Ahora bien, esto slo pone de manifiesto la limitacin de
las capacidades del hombre, que no es omnipotente ni omnisciente,
por lo que a veces se producen accidentes o daos inevitables. Sin
embargo, a nadie se le oculta que si el polica conoce las circunstancias del enfrentamiento, la decisin correcta es ponerse de parte
del transente y no del loco que le agrede. Y, de hecho, a pesar de
las limitaciones sealadas, las capacidades del hombre le permiten
normalmente distinguir con claridad hasta dnde llega el mbito de
su libertad o su deber de actuacin.
Igualmente, desde el punto de vista del Derecho penal, la distincin entre antijuridicidad y culpa explica que se establezcan
medidas de seguridad frente al que ha realizado un hecho antijurdico no culpable (cfr. arts. 95 y ss. CP).
La culpa de la vctima. La distincin defendida aclara los
problemas que crea la llamada culpa de la vctima, y permite explicar que la vctima siempre ha contribuido al resultado daoso, y
que su famosa culpa es solamente un problema valorativo. Y la
valoracin de la conducta de la vctima es exactamente igual que lo
que hemos llamado antijuridicidad de la conducta, sin que se tengan en cuenta sus aptitudes personales para acomodarse a la norma.
Es muy corriente en la prctica que se considere que a la produccin de un dao concurran un reproche a la actuacin del
daante y de la vctima. A esta situacin la jurisprudencia la ha
solido llamar tradicionalmente compensacin del culpas (Mitverantwortlichkeit, contributory negligence o, en Estados Unidos,
comparative negligence).
Por su parte, las ms recientes normas sobre la cuestin son
ambiguas. As, a ttulo de ejemplo, el artculo 114 CP establece que
Si la vctima hubiere contribuido con su conducta a la produccin
del dao o perjuicio sufrido, los Jueces o Tribunales podrn moderar el importe de su reparacin o indemnizacin.
El artculo 1.1.II TR LRCSCVM seala que En caso de daos
a las personas, de esta responsabilidad slo quedar exonerado
cuando pruebe que los daos fueron debidos nicamente a la conducta o negligencia del perjudicado.... Y el pf. IV establece que
Si concurrieren la negligencia del conductor y la perjudicado, se
proceder a la equitativa moderacin de la responsabilidad y al
repartimiento en la cuanta de la indemnizacin, atendida la entiADC, tomo LXVI, 2013, fasc. IV

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Martn Garca-Ripoll Montijano

dad respectiva de las culpas concurrentes. En el Anexo del mismo


TR, 1. 2, se dice que Se equiparar a culpa de la vctima el
supuesto en que, siendo sta inimputable, el accidente sea debido a
su conducta o concurra con ella a la produccin del mismo.
Por su parte, el artculo 145 del TR LGDCU establece: Culpa
del perjudicado. La responsabilidad del fabricante o importador
podr reducirse o suprimirse en funcin de las circunstancias del
caso, si el dao causado fuera debido conjuntamente a un defecto
del producto y a culpa del perjudicado o de una persona de la que
ste deba responder civilmente228.
Como se ve, en unos casos se habla de conducta y en otros de
culpa o negligencia de la vctima.
Sin embargo, la doctrina critica la denominacin sealando que
el problema no es que haya culpa de dos, sino que hay una concurrencia de causas. Y as se afirma que La denominacin concurrencia de causas hace referencia a la concurrencia de varias causas que dan origen a un mismo y nico hecho daoso. Sin duda,
desde el primer momento, se decanta este trmino como el ms
apropiado, pues son precisamente las causas las que nos permiten
apreciar el origen del dao y clarificar al mximo la significacin
jurdica de esa coadyuvancia creadora que apreciamos en la actitud
del perjudicado que ser la base de la reduccin de la cuanta de
la indemnizacin. Actualmente, la mayora de la doctrina advierte
que el trmino concurrencia de causas es la expresin correcta,
ya que no se trata de compensar culpas sino (de), partiendo de la
objetivacin de la obligacin, distribuir el nexo causal229.
A nuestro juicio, las leyes y la jurisprudencia tradicional mayoritaria estn mucho ms cercanas que esta doctrina a la raz del problema. En todo suceso daoso intervienen siempre necesariamente el
daante y el daado; incluso, desde el punto de vista ontolgico,
puede que el daante no haya hecho nada en relacin con el dao
omisin, pero el dao se ha producido porque estaba el daado o
228 Una exposicin exhaustiva de las normas que se refieren a este problema en
Medina Alcoz, La culpa de la vctima en la produccin del dao extracontractual,
Dykinson, Madrid (2003), pp. 276 y ss.
229 Monterroso Casado, Responsabilidad Civil por Accidentes de Circulacin. La
Concurrencia de Causas, Aranzadi, Cizur Menor (2001), p. 53, con cita de OCallaghan.
Asimismo, afirma Medina Alcoz (n. previa), p. 140, que Cuando la culpa exclusiva de
la vctima se erige en la nica causa adecuada del dao se convierte en una circunstancia
exoneradora de la responsabilidad del supuesto agente daoso, ya que rompe el nexo causal entre el comportamiento de ste y el resultado producido.
Otros autores van en la lnea de considerar que lo que existe es una cuestin de causalidad jurdica o imputacin objetiva [Pantalen (n. 44), p. 1997; Sol Feliu, La concurrencia de culpa de la vctima en la jurisprudencia reciente del Tribunal Supremo, ADC, 50
(1997), pp. 882 y ss.; Monts Penads (n. 82), especialmente pp. 2617 y ss.], lo que tiene
de correcto que el juicio sobre la conducta del daado es tambin normativo, pero aqu se
rechaza la teora de la llamada imputacin objetiva, que confunde ms que otra cosa.

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sus bienes. Si el daado no hubiera estado ah, el dao no se habra


producido; o, dicho ms precisamente desde el punto de vista filosfico, el dao requiere la existencia de lo daado. Es decir, acudiendo
a la teora del cambio aristotlica, todo ser es algo en acto y est en
potencia de ser de otra manera, por lo que la posibilidad de cambio
es algo nsito en el propio ser. De forma que el daado o sus bienes
tambin son causalmente parte del dao; parte de la serie de circunstancias necesarias y suficientes para que se produzca.
Por tanto, si queremos conservar la causalidad como una realidad previa al Derecho, el daado siempre ha contribuido al dao.
De hecho, en muchas ocasiones, hablar de causante y vctima
ya es un juicio de valor. Si un tren atropella a un peatn, normalmente se producen daos para ambos; el peatn quiz pierde la
vida, pero el tren ha de detenerse, no llegar a tiempo a su destino,
los pasajeros han de sufrir la parada, tal vez se estropee la carrocera o el tren descarrile, etc. Solo analizando el comportamiento del
maquinista del tren y del peatn podemos saber quin es, jurdicamente, el responsable del dao.
Ciertamente, desde el punto de vista de la responsabilidad civil,
no siempre se puede decir que la vctima tuviera un deber de comportarse de determinada forma, pero s al menos la carga 230. Es
decir, no se tratar de imperativo incondicionado, pero s un imperativo hipottico o norma tcnica: si quieres tener derecho a una
indemnizacin por el dao sufrido, comprtate de cierta manera.
Los criterios para fijar cmo se ha de comportarse la vctima son
exactamente los mismos que hemos visto a propsito del daante.
Por eso, si el sujeto no sabe leer un cartel que dice prohibido el paso,
o es ciego, etc., el dao producido lo soportar quien no respet el
cartel (salvo que estemos junto a un colegio de nios, una residencia
de enfermos mentales, etc., debidamente sealizados o fcilmente
reconocibles); en esta lnea, la SAP Tarragona 5 de enero de2004
(Ar. C. 267) considera que hay culpa exclusiva de la vctima en el
atropello en una autopista de un anciano de 81 aos que, segn
declaracin de sus familiares, tena problemas de visin y odo.
Slo desde este punto de vista se puede entender el artculo 1.2 del
anexo al TR LRCSCVM, que dispone que Se equiparar a la culpa
de la vctima el supuesto en que, siendo sta inimputable, el accidente
sea debido a su conducta o concurra con ella a la produccin del
mismo231. Ya antes de la actual redaccin haba establecido el TS que
230 En este sentido, Looschelders, Die Mitverantwortlichkeit des Geschdigten im
Privatrecht, Mohr Siebeck, Tbingen (1999), passim; Sol Feliu (n. previa), p. 869.
231 Aunque el legislador bien podra haber optado por otro criterio en este caso especial, como se ha hecho en otros pases.

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la invasin de la calzada por un nio de seis aos supona culpa exclusiva de la vctima (Sentencia de 31 de enero de1992, RJ 540).
Y la Sentencia de 2 de diciembre de2002 (RJ 10405) fija como
hechos probados que el nio Marcos V. C., hijo de los demandantes
y con quince meses de edad en la fecha del accidente, se dirigi al
paso a nivel, tras su hermano mayor, el cual iba a probar el ciclomotor que arreglaba junto a la puerta de su casa, distante unos 70 metros
de la va frrea, y se encontraba sin vigilancia alguna cuando fue
golpeado por la locomotora, y, tambin, que el maquinista conduca
con estricto cumplimiento de las normas de RENFE, uso adecuado del silbato y del freno de emergencia, y a velocidad moderada.
Se rechaza la demanda porque nos encontramos ante un supuesto
de culpa exclusiva (causa) del menor de edad lesionado.
Al igual que respecto del daante, la actitud psicolgica del
daado es tambin aqu fundamental. Si un coche circula por una
autopista a ms velocidad de la permitida y choca contra otro que
circula en direccin contraria por una apuesta, el primero no responder por los daos producidos, porque, al tratarse de una cuestin valorativa, todos vemos que pesa mucho ms la conducta
del conductor suicida que la del que conduca a excesiva velocidad.
A lo anterior se podra oponer que es incongruente que el que
causa un dao no responde si no hay culpa, y, sin embargo, s se
aprecie como elemento valorativo cuando sufre el dao. As, se ha
dicho muy autorizadamente que esta solucin no es deseable de
lege ferenda, ponindose adems como ejemplo la responsabilidad
civil de los hospitales por los suicidios de los enfermos psquicos232. Con todos los respetos, en cuanto al ejemplo, se puede responder que se trata de casos especiales en que la norma de valoracin (proteccin de la vida humana) adquiere especial relevancia
en funcin de las circunstancias, aparte de que la jurisprudencia
delTS es en muchos de estos casos disparatada porque, por una
parte, la modernas tendencias psiquitricas tienden a conceder un
ms amplio mbito de libertad a los enfermos, pero, por otra, la
concesin del mbito de libertad conlleva lgicamente unos riesgos233. Esta jurisprudencia lo que va a producir es una medicina
defensiva que, a la larga, va a perjudicar a los propios enfermos
mentales.
232 Martn Casals, A travs del espejo: concurrencia de culpa de la vctima
y culpa del causante del dao, en Estudios jurdicos en homenaje al profesor Luis DezPicazo, II, Thomson-Civitas, Madrid (2003), pp. 2484 a 2486.
233 V., crtica y acertada, Dez-Picazo Gimnez, G., La responsabilidad civil por
los daos derivados del suicidio (A propsito de la STS de 11 de marzo de 1995), ADC,
vol. 49 (1996), pp. 101 y ss.

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En cuanto a la consideracin de lege ferenda, lo que no puede


exigirse a una sociedad es que establezca modelos de comportamiento en todos los mbitos atendiendo a que repentinamente pueda aparecer un loco o un nio; paralizara la vida social. As, se puede establecer en ocasiones un cartel en las carreteras que advierta sobre la
posible existencia de nios en la calzada, pero lo que no se puede, si
se quiere ser prctico, es conformar la conduccin de automviles en
todo el territorio nacional a que repentinamene aparezca un nio.
En fin, dicho de un modo un poco rudo, que una cosa es que los
dems tengan que soportar los daos causados por un loco o un
nio, y otra que, adems, tengan que indemnizar al loco por sus
locuras, o al nio por sus nieras.
A pesar de lo dicho, la opinin de alguna doctrina est confundiendo tambin al TS. Buena prueba de ello es la Sentencia de 26
de marzo de2004 (RJ 1952). En ella se ventila una accin de
responsabilidad civil extracontractual por muerte del nio Ricardo,
de ocho aos de edad, que el da 10 de abril de 1994, en la estacin
de Orense-Empalme, sobre las 20 horas, mientras su madre doa
Alicia, demandante en la instancia y parte recurrente en casacin,
crea que estaba jugando en el portal de su casa, desde despus de
comer, entr en las instalaciones de la estacin de RENFE, que
estaban abiertas y sin vigilancia, se encamin a una mquina-gra
estacionada en va muerta, se subi a la misma, encima de la cual
se hallaba un cable electrificado; el nio muri por electrocucin.
De los 10.000.000 de pesetas solicitados, la sentencia de instancia
conden solamente a pagar 1.100.000, considerando la concurrencia
de la culpa del menor hasta un 75%, y la de la madre hasta un 15%234.
En el recurso de casacin de la madre se impugna la sentencia
alegando segn cuenta la STS infraccin de los artculos 1902
y 1903 del Cdigo Civil por la concurrencia de culpas (rectius: de
causas) que se le hace recaer a la misma. Tal concurrencia supone...
que el resultado daoso se ha producido por causa nexo causal
del causante del dao y del propio perjudicado...
En el presente caso, esta Sala considera, como la sentencia de
instancia, que hay actuacin causal de la madre que, respecto de un
hijo de ocho aos, no lo mantiene bajo un mnimo de control desde
la hora de la comida hasta la cada de la tarde; y considera, en contra de la misma sentencia, que no se puede computar su relacin de
causalidad ms all de un simple diez por ciento.
Respecto del nio... alega la infraccin del artculo 1902 por la
concurrencia de la culpa del menor: es claro que no puede pensarse
234 Los porcentajes y la condena no cuadran, pero as es la narracin de la sentencia
del Supremo.

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en culpa de un nio de ocho aos, por lo que es tambin claro que


no se trata de concurrencia de culpas, sino de causas...
Esta Sala, partiendo de los hechos probados, estima que no hay
nexo causal entre la conducta del nio y el dao causado (en l
mismo). Tal conducta es la natural y correcta en un nio de corta
edad, que juega con lo que encuentra, se sube a lo que ve y obedece
a su corto raciocinio; por ello, el que se encarame a una mquinagra obedece a la natural reaccin del nio, cayendo en responsabilidad la entidad que deja aqulla al alcance de cualquier persona
nio incluido que puede penetrar en el recinto en que se halla sin
traba alguna. No se aprecia, pues, concurrencia de causa en la conducta del nio, vctima del suceso.
El resultado de la sentencia, condena a 9.000.000 de pesetas, es
comprensible en atencin al hecho de que exista un seguro de responsabilidad civil. Tambin se puede defender que los objetos peligrosos al alcance de cualquiera han de estar adecuadamente vigilados, aunque no en toda actividad humana se puede actuar como si,
de pronto, fuera a aparecer un nio, porque, como ya se ha dicho,
sera un lastre insoportable para el dinamismo de la vida social.
Pero la confusin conceptual de la sentencia es de campeonato.
Cmo se puede decir que el nio no ha sido causa del accidente?
Ya se ha sealado anteriormente que todo dao requiere ontolgicamente la existencia de lo daado, que, por tanto, es causa (al
menos desde el punto de vista probablemente errneo de la teora de la equivalencia de condiciones). Pero es que, adems, fue el
nio el que se acerc a la mquina-gra y no al revs.
Por otra parte, denegar la disminucin de responsabilidad porque el nio acta conforme a su corto raciocinio significa confundir los planos que antes hemos sealado de antijuridicidad y culpa
o, al menos, de carga de comportamiento y culpa. En el sentido
ms arriba defendido, es evidente que el nio no ha actuado culposamente, con lo que no recae sobre el patrimonio de sus herederos
la obligacin de indemnizar el posible dao causado a la mquina.
Ahora bien, el nio no se ha comportado conforme al modelo de
conducta del hombre responsable, que no se sube a una mquinagra que no es suya y cuyo manejo no conoce. Desde este punto de
vista, era mucho ms consistente la sentencia de instancia que
imputaba a la conducta del menor el 75% del valor del dao.
Entrando en otro asunto, la reflexin sobre la vctima pone en
cuestin la idea de accin que sostiene la mayora de la doctrina
penal, cuando considera ciertos actos del hombre como no accin,
en tanto no existe voluntad en absoluto. As, se dice que no hay
accin en la fuerza irresistible, los movimientos reflejos y la
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inconsciencia (como hipnotismo o sonambulismo)235. Este modo


de pensar hunde sus races en la escolstica medieval, que distingua entre actus hominis (acto del hombre) y actus humanus (acto
humano); los primeros eran actos moralmente irrelevantes. Esta
diferenciacin tal vez tenga sentido en tica, pero no parece que
sea as en Derecho. Por una parte, porque el dao causado en una
de estas situaciones puede justificar la reaccin defensiva de otro
(problema de estado de necesidad o de legtima defensa), y, por
otro, porque si una persona sufre un dao en unos de estos estados
es muy probable que sea ella la que tenga que soportarlo.
Finalmente, dentro de este punto, queremos aclarar una cosa
que a veces se confunde. Cuando hay compensacin de culpas,
la conducta del daante no deja de ser antijurdica, porque lo que
hace la susodicha compensacin no es disminuir la antijuridicidad, sino la responsabilidad236.
La responsabilidad vicaria. La tesis aqu defendida aclara un
punto importante de la responsabilidad vicaria o por hecho de otro.
El padre responder por el hijo, o el empresario por el empleado
cuando stos ltimos se hayan comportado antijurdicamente en el
sentido aqu utilizado, siendo indiferente si ha habido o no culpa
por su parte.
Por eso, cuanto menor es el hijo cuanto menor es su culpa
tanto mayor debe ser el control ejercido por los padres, y la falta de
culpa del menor es un indicio ms claro de la responsabilidad de
los cargos protectores.
Igualmente, en materia del empleador y dependiente, la culpa
del empleado puede suponer un claro indicio de la ilicitud de la
conducta de su patrono. Buen ejemplo de esto es la STS de 22 de
noviembre de1976 (Penal, RJ 4869), en la que se declara probado:
a) que el procesado era mozo-repartidor de la empresa Almacenes E.; b) que el da de autos, por orden, encargo y al servicio de
dicha empresa llev a la droguera propiedad de la recurrente un
pedido de 5 litros de acetona, mercanca que portaba en una garrafa, y como entrara fumando en el establecimiento le fue llamada la
atencin por el peligro que esto supona al existir all material
inflamable, por lo que despus de dejar la garrafa en el mostrador,
sali a la calle, en donde arroj el cigarro que fumaba; c) que
entrando de nuevo en el local, cuando ya haba sido trasladada la
acetona a unas botellas y para tratar de demostrar que no exista
peligro alguno encendi su mechero y lo acerc a unas gotas de
acetona, que, al efectuar el trasvase, se haban vertido en el mostra235
236

Por todos, Roxin (n. 50), 8, nms. 65-72.


Mnzberg (n. 63), p. 81, nota 161.
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dor y a las que se haba pretendido secar con una bayeta, las cuales
se inflamaron, propagndose el fuego y producindose grandes
destrozos en el local y en las existencias que contena;... e) que el
procesado es un sujeto que padece oligofrenia prxima a la imbecilidad, no pudiendo prever las consecuencias de sus actos como
consecuencia de una psicopata alcohlica... siendo inexplicable
que su empresa patronal encomendara a un cuasi insano mental la
manipulacin, transporte y entrega de mercancas tan peligrosas
por ser fcilmente inflamables, suponiendo esta encomienda una
notoria culpa in eligendo.
Desde un punto de vista ms terico, la distincin entre antijuridicidad y culpa tambin ayuda en Derecho civil en algunos aspectos:
Permite reducir la anfibologa del trmino culpa. As, permite evitar el anlisis de la conducta de los enfermos mentales o los
menores acudiendo a la repetida frase acto que sera culposo si lo
hubiera realizado un hombre cabal o un adulto. El acto es antijurdico, incorrecto, aunque lo haya realizado un menor o un loco.
La doctrina ha llegado en muchas ocasiones a defender la
responsabilidad civil de los locos y menores, porque el concepto
objetivo de culpa le impeda admitir esta excepcin. Pero si aceptamos que culpa se emplea en dos sentidos distintos, entonces no
parece tan problemtica tal excepcionalidad.

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