El Mapa Del Centenario
El Mapa Del Centenario
El Mapa Del Centenario
Revista Iberoamericana de
Filosofa, Poltica y Humanidades
ISSN: 1575-6823
hermosa@us.es
Universidad de Sevilla
Espaa
Lois, Carla
El mapa del Centenario o un espectculo de la modernidad argentina en 1910
Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofa, Poltica y Humanidades, vol. 12, nm. 24, 2010, pp.
176-196
Universidad de Sevilla
Sevilla, Espaa
Araucaria
1
Marshall Berman, Todo lo solido se desvanece en el aire: la experiencia de la modernidad, trad.
Andrea Morales Vidal, Mxico, Siglo Veintiuno, 1998, 244.
Araucaria. Revista Iberoamericana de Filosofa, Poltica y Humanidades, Ao 12, No. 24. Segundo semestre de
2010. Pgs. 176-196
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Abstract:
Introduccin
Inspirada en las exposiciones universales y, en general, en sintona con
los modos de celebracin de la modernidad que ya tenan una larga tradicin
en Europa y en Estados Unidos, Argentina organiz una serie de festejos para
celebrar el primer Centenario de la Revolucin de Mayo. Por la ley 6.286 del
13 de diciembre de 1909 se cre la Comisin Nacional del Centenario, presidida por el Ministro del Interior Dr. Marco Avellaneda2. Esta Comisin se ocupara de coordinar los concursos artsticos, las intervenciones arquitectnicas,
la ereccin de monumentos y la organizacin de las exposiciones. Entre los
objetos auspiciados por la Comisin se cuentan diversos mapas de la Repblica Argentina que fueron publicados con el fervor de esa fiebre demoledora y
edificadora que buscaba instalar nuevos elencos legtimos que compendien
2
La Comisin Nacional del Centenario estaba compuesta por: Manuel Giraldes, Intendente de la
ciudad de Buenos Aires (vicepresidente 1), Dr. Norberto Quirno Costa (vicepresidente 2); Dr. David Pea (secretario) y Francisco P. Moreno, Carlos A. Estrada, Brgido Tern, Adolfo Carranza y el
general Jos Ignacio Garmendia (Comit Ejecutivo). Vase Mara del Carmen Magaz, Buenos Aires
1910: el Centenario y el arte pblico. Documentos, 2006, Academia Nacional de la Historia, Buenos
Aires. <http://www.academiahistoriaba.org.ar/docs/docs0003.htm>, pg. 4.
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El Mapa General es un ejemplar particular y representativo de ese universo de materiales. Es particular porque es un folio plegable, de distribucin
independiente, que se presta a diferentes formas de consumo: es plausible tanto
de ser exhibido sobre una pared como de ser transportado en un maletn. Sin
embargo es tambin representativo porque, a menor escala y con recursos ms
limitados que los que pueden desplegarse en un libro, este folleto articula en
forma condensada los mismos elementos temticos y estilsticos que se encuentran en los libros editados con ocasin de las exposiciones.
El inters vertebral de este trabajo no es slo interpelar la geografa nacional imaginada que fue puesta en circulacin a travs del Mapa de la Repblica
Argentina, publicado en 1910 en un documento de divulgacin producido por
el Comit del Centenario, sino, sobretodo, interpretar dicho mapa como parte
de una cultura visual geogrfica a partir de una interrogacin ms general acerca de qu significa celebrar el centenario con un mapa. Para retomar las palabras de Berman con las que se abre este artculo: cules fueron las fantasas,
los sueos y los espejismos puestos en escena en la cartografa del Centenario?
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Sobre el caso mexicano vase: Mara de las Nieves Rodrguez y Mndez de Lozada, La Celebracin del Centenario de la Independencia de Mxico en 1910 a travs de algunos grabados de
Jos Guadalupe Posada, Takw, nos. 11-12, 2007, pgs. 157-172. Sobre el caso colombiano, vase
Alejandro Garay, La Exposicin del Centenario: una aproximacin a una narrativa nacional, Museo
de Bogot, <http://www.museodebogota.gov.co/descargas/publicaciones/pdf/La%20exposicion%20
del%20Centenario.pdf>, 2007.
12
Santiago Alcorta, La Repblica Argentina en la Exposicin Universal de Paris de 1889. Coleccin de informes reunidos por el delegado del gobierno D. Santiago Alcorta. Publicacin oficial.
Tomo I. Pars. Sociedad Annima de Publicaciones Peridicas. Imprenta P. Mouillot, 1890, pg. 4.
13
Vase Adrin Gorelik, La grilla y el parque. Espacio pblico y cultura urbana en Buenos Aires,
1887-1936, Buenos Aires, Universidad Nacional de Quilmes, 1998, en particular la segunda parte:
Omisiones (en torno al centenario), pgs. 175-308.
14
Patricia Mndez y Rodrigo Gutirrez Viuales, Buenos Aires en el Centenario: Edificacin de la
nacin y la nacin edificada, Apuntes. Vol 19, nm 2, pgs. 216-227, pg. 223.
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cin de vnculos duraderos, podemos imaginar el microcosmos de la exposicin como una sociedad del espectculo. Guy Dbord acu esa expresin
para caracterizar la sociedad de los aos 1960s y, en particular, para sealar que
en esas sociedades todo lo que una vez haba sido vivido directamente se haba
convertido en una mera representacin. Es probable que la idea de Dbord sea
apropiada para aproximarnos a esa lgica miniaturizante de las exposiciones
que articula un doble juego entre geografas que podan ser transitadas en el
mundo o en las exposiciones. El mapa se inscribe en esa articulacin como un
dispositivo de sntesis de esa geografa que puede ser recorrida en un viaje real
y que tambin puede ser transitada a escala en la exposicin.
Pero adems, para comprender la clave de apreciacin que el mapa pudo
haber tenido en esas audiencias (no especialmente entrenadas en los lenguajes
formales de la cartografa) hay que considerar que la imagen-mapa en su sentido ms genrico formaba parte de una cultura visual de la poca asociada a las
ciencias. Como tal, era vista como parte del desarrollo de lenguajes grficos de
los que la ciencia se serva para dar formas visibles y racionales a sus objetos
de estudio. En particular interesa destacar que, como seala Bruno Latour, las
imgenes sus lenguajes, sus condiciones tcnicas de reproduccin, su potencialidad de trasladar la experiencia de lo visto y recrearla en lugares lejanos
respecto de esa primera experiencia de observacin- permitieron y exacerbaron
la movilidad del saber: los objetos de estudio localizados en diferentes partes
del mundo tomaron formas manejables, mviles, inmutables al desplazamiento
y podan ser, por tanto, llevados a los centros de clculo donde seran analizados, consumidos e incluso reproducidos21. Se trataba de imgenes legibles y
combinables que se plegaban tanto a las exigencias del saber cientfico como a
las redes de poder y negociacin que entramaban esas geografas de la ciencia.
Adems, en sus formas ms sencillas y simples, se transforman en herramientas de convencimiento y persuasin, incluso ante audiencias escpticas. Desde
estas premisas resulta fcilmente imaginable el rol de los mapas en las Exposiciones: trasladar geografas lejanas hacia teatros distantes y montar espectculos que combinaban dosis apropiadas de formas cientficas (tambin cuando se
resignara el lenguaje sofisticado por figuras sencillas, como es el caso del mapa
que est en el centro del anlisis de este artculo) con experiencias de viajes,
placer y exotismo.
En este contexto, los mapas exhibidos estaban ms llamados a demostrar
el progreso de la ciencia (encarnado en la representacin cada vez ms detallada del terreno y en el acopio de informacin) que a ser objeto de discusiones
tericas o tcnicas relativos a la confeccin cartogrfica propiamente dicha.
21
Bruno Latour, Les vues de lesprit. Une introduction lanthropologie des sciences et des techniques, en Madeleine Akrich y Michel Callon, eds., Sociologie de la traduction. Textes fondateurs.
Paris, Presses de lEcole des Mines de Paris, 1996, pgs. 33-70.
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Argentina haba presentado varios mapas en diversas exposiciones internacionales y algunos de ellos haban sido incluso premiados35. Ante esta
audiencia, pareca vital insistir sobre ciertas premisas que funcionaban como
pilares de la autoimagen que Argentina tena de s misma y que quera promocionar: los mapas exhibidos mostraban un territorio organizado en provincias
y gobernaciones, un Estado que haba logrado avanzar sobre los territorios indgenas del Chaco y de la Patagonia para sumar terrenos loteados dedicados
a la produccin (colonias agrcolas y latifundios ganaderos), un territorio sin
geografas desconocidas y con lmites internacionales establecidos. El primer
mapa oficial impreso de la Argentina que incluy dentro de su contorno la Patagonia fue el que hicieron Arthur von Seelstrang y A. Tourmente en 1875 para
la Exposicin de Filadelfia de 187536 como parte de la obra de geografa firmada por Richard Napp Die Argentinische Republik37. En rigor, todo el proyecto
montado para la presentacin de Argentina en la Exposicin de Filadelfia, y el
mapa en particular, fueron pensados como una potente carta de presentacin
ante la comunidad internacional. Se confiaba en que esas seales de progreso
tambin posibilitaran un posicionamiento poltico favorable ante los estados
europeos y ante Estados Unidos, especialmente en lo concerniente al reconocimiento de la institucionalidad poltica y la potencialidad del desarrollo econAlcorta, La Repblica Argentina, pg. 21.
En la Exposicin Universal de Chicago de 1893 se premi el Mapa topogrfico de la Repblica
Argentina. Construido sobre los datos ms recientes y dedicado al Exmo. Gobierno de la Nacin por
H.D. Hoskold, Ingeniero Civil y de Minas; Director General del Departamento Nacional de Minas
y Geologa; Inspector General de Minas de la Repblica El ejemplar original del presente mapa
mereci el ms alto premio en la exposicin de Chicago en 1893. Escala 1: 2.000.000.
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Una copia de esta imagen est disponible en: http://collections.lib.uwm.edu/cdm4/document.
php?CISOROOT=/agdm&CISOPTR=567
37
La obra de Napp fue publicada por el Comit Central Argentino para la Exposicin de Filadelfia
en 1876 en Buenos Aires, en castellano, francs, alemn e ingls. Adems de haber sido entregada en
la Exposicin, fue distribuida en los consulados argentinos en Europa.
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Perla Zusman, Negociando las imgenes de la Nacin. Representaciones geogrficas y participacin Argentina en dos Exposiciones Universales estadounidenses (1876-1893), en Geraiges de
Lemos, A. I, Galvani, E. (org.) Geografa. Tradioes e Perspectivas. A presena de Pierre Monbeig,
So Paulo, Clacso-USP-Expresso Popular, 2009, pgs. 269-290.
Figura 1
Figura 2
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Alberto B. Martinez, Mapa general de la Repblica Argentina, Centenary Committee, Argentine Republic, 1910. Scale 1:5,000,000. 92 x 54 cm. From the American Geographical Society
Library, University of Wisconsin-Milwaukee Libraries. URL:
http://collections.lib.uwm.edu/cdm4/document.php?CISOROOT=/agdm&CISOPTR=570
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ros sino de datos disciplinados, organizados y comparables. El texto completamente escrito en ingls sugiere que este material est destinado a una audiencia
extranjera.
El hilo narrativo del texto propone que las condiciones naturales garantizan el progreso productivo y que el crecimiento econmico es un atractivo
para la inmigracin. Por cierto, en esos tiempos era habitual encontrar este
tipo de argumentacin en materiales de diverso gnero, a veces en obras que se
publicaban con el objetivo de seducir inmigrantes e inversores europeos, pero
tambin en obras geogrficas de corte acadmico41. Tampoco era una rareza el
hecho de que los materiales de promocin dirigidos a inversores e inmigrantes
incluyeran mapas que daban visibilidad bajo lenguajes, cdigos y formatos conocidos a un pas lejano y desconocido: los casos abundan, desde los mapas de
Arrowsmith reproducidos en la obra de Woodbine Parish42 editada y reeditada
varias veces tanto a uno como al otro lado del Atlntico a lo largo del siglo XIX
con el principal objetivo de atraer inversores ingleses, hasta los mapas publicados para la Sociedad de Fomento de la Inmigracin Alemana43.
Pero, en qu se diferencian estos mapas del mapa del Centenario? Mapas
como el de Parish o el de la sociedad para el fomento de la migracin alemana
ponan el acento en el proyecto econmico de prosperidad y civilizacin y, por
tanto, solan prestar poca o ninguna atencin a los territorios patagnicos (a
punto tal de limitar o excluir su lugar en el mapa). En cambio, el espectculo
cartogrfico que se montaba como parte del discurso nacional, como en el caso
del Mapa del Centenario, comulgaba con una imagen que la Repblica Argentina tena de s misma y que devendra en una imagen-logo (por usar la expresin
que ha acuado Benedict Anderson para definir la relacin entre cartografa y
nacionalismo en los estados modernos). En un contexto en el que el pblico
internacional todava no asociaba necesariamente la Patagonia a la Argentina44,
estos mapas insisten en presentarla integrada en el territorio nacional.
Al decir que una de las cuestiones cruciales de esta autoimagen est puesta
en la incorporacin definitiva e irreversible de la Patagonia al contorno del territorio de la Repblica Argentina, estamos buscando llamar la atencin sobre
dos puntos. El primero de ellos es que la adicin de los territorios australes
requera un importante cambio de escala: mientras que la representacin del
cono patagnico en un recuadro lateral a mayor escala (como se haca en el
La Rpublique Argentine. La mise en valeur du pays, Pars, Librairie Armand Colin, 1920.
Woodbine Parish, Buenos Aires y las Provincias del Ro de la Plata (Buenos Aires, 1853; la
primera haba sido Buenos Ayres and the Provinces of the Rio de la Plata from their discovery and
conquest by the Spaniards to the establishment of their political Independence (Londres, 1852).
43
Eisenbahnkarte der La Plata-Staaten Argentinien, Uruguay u. Paraguay. Herausgegeben vom
Verein zur Frderung germanischer Einwanderung. American Geographical Society, University of
Milwaukee, 1905.
44
Los mapas publicados en el exterior siguieron limitando el territorio de la Argentina al ro Negro.
Vase, entre otros, las publicaciones de Rand Mc Nally de los aos 1890s.
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mapa de Paris y en tantos otros) haba permitido un mayor detalle en la representacin de las zonas ms habitadas y ms rentables del pas, la nueva imagen
de la Argentina sacrificaba esa economa grfica del mapa en beneficio de la
congruencia con un discurso geopoltico militante.
El segundo punto es que esta geografa nacional que consagra el mapa
vena a resolver algunos problemas histricos de la organizacin estatal y nacional de la Argentina. Por un lado, esta geografa est montada sobre un esquema tipo puzzle en el que cada una de las piezas corresponde a una unidad
poltico-administrativa. Se trata de una particin y, como tal, presupone relaciones equivalentes, tanto entre las partes entre s como entre las partes y la
unidad fraccionada que las contiene: a prima facie cada una de las unidades
resultantes de la particin guarda una relacin de equivalencia (por ejemplo,
transitiva, simtrica y reflexiva)45 que, en este caso, tiene el efecto de enmascarar la flagrante desigualdad del status jurdico de las provincias y los territorios
nacionales46. La familiaridad que tenemos con ese esquema nos lleva a olvidar
que esa forma de partir el territorio en unidades exclusivas y excluyentes no era
el nico modo admisible de organizar un territorio47. Sin embargo, este diseo
se apoyaba en una concepcin muy clara y definida acerca de lo que Argentina
deba ser: en el contexto de las ofensivas militares sostenidas contra los indgenas iniciada con las campaas a la Patagonia (1879) y al Chaco (1884)- y de
un conjunto amplio de polticas de construccin de la nacionalidad argentina
(de entre las que destaca la masificacin de la educacin pblica y el desarrollo
de la currcula geogrfica) que obliteraron deliberadamente la cuestin indgena, este mapa destaca, como muchos otros de su tiempo, en la eliminacin de
toda huella de formas de organizacin territorial indgenas que todava funcionaban en algunas zonas del Chaco y de la Patagonia (y que estaban organizadas
bajo la figura de territorio nacional). As, la plantilla de la modernidad se
impone sobre un territorio que parece haber sido transformado en una tabula
45
Tomado de la entrada partition de The Cambridge Dictionary of Philosophy. Audi, Robert (ed.)
Cambridge, Cambridgre University Press, 1995 [1999], segunda edicin, pgs. 647-648.
46
Nacidos como restos o residuos territoriales resultados de las sobras que quedaron tras la definicin de los lmites interprovinciales, entre 1972 y 1900 se crearon diez territorios nacionales, que,
desde 1884 se organizaron segn lo dispuesto en la Ley Orgnica de los Territorios Nacionales n
1.532. Los territorios nacionales que se crearon en ese periodo fueron: Territorio Nacional del Chaco,
Territorio Nacional de Formosa, Territorio Nacional del Neuqun, Territorio Nacional de Misiones,
Territorio Nacional de La Pampa, Territorio Nacional de los Andes, Territorio Nacional de Chubut,
Territorio Nacional de Santa Cruz, Territorio Nacional de Tierra del Fuego y Territorio Nacional de
Ro Negro. Con excepcin del Territorio Nacional de Los Andes (cuyo territorio fue repartido entre
Jujuy, Catamarca y Salta en 1943), todos los territorios nacionales fueron provincializados entre 1951
y 1991.
47
Csar Vaparsky, Pueblos del norte de la Patagonia 1779-1957, Buenos Aires, Editorial de la
Patagonia, Fuerte General Roca; y Csar Vaparsky y Graciela Oriz, Delimitacin y subdivisin
oficial de los ex Territorios Nacionales, con nfasis en el ms antiguo: el Chaco, versin preliminar,
en Documentos de Trabajo, N 24, Buenos Aires, Centro de Estudios Urbanos y Regionales (CEUR),
1994, pgs. 8-12.
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48
Carla Lois, De desierto ignoto a territorio representado. Cartografa, Estado y territorio en el
Gran Chaco argentino (1866-1916), en Territorio, n 10, Instituto de Geografa, Universidad de Buenos Aires. 2002, pgs. 16-72 y Carla Lois, Tcnica, poltica y deseo territorial en la cartografa oficial de la Argentina (1852-1941), en Geocrtica. SCRIPTA NOVA. Revista Electrnica de Geografa
y Ciencias Sociales, Universidad de Barcelona, Vol. X, nm. 218 (52), 1 de agosto de 2006. <http://
www.ub.es/geocrit/sn/sn-218-52.htm>.
49
Hacia fines de los aos 1880s esa nueva imagen territorial se encontraba lo suficientemente
consagrada como para funcionar como una metonimia de la Repblica Argentina. En ese contexto,
el mapa-logo comienza a participar junto a otras imgenes de la cultura visual que se desarrollan en
la pujante y activa prensa escrita. He desarrollado esta hiptesis en un trabajo anterior Carla Lois,
Imagen cartogrfica e imaginarios geogrficos. Los lugares y las formas de los mapas en nuestra
cultura visual. Geocrtica. SCRIPTA NOVA. Revista Electrnica de Geografa y Ciencias Sociales,
Universidad de Barcelona, Vol. XIII, nm. 298, 1 de septiembre de 2009. <http://www.ub.es/geocrit/
sn/sn-298.htm>
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