La Ruta Del Oro en La Frontera Del Bio Bio.
La Ruta Del Oro en La Frontera Del Bio Bio.
La Ruta Del Oro en La Frontera Del Bio Bio.
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Cuenta la historia que cuando en 1553 los indios le mostraron a don Pedro de
Valdivia una batea llena con oro que haban extrado del estero de Quilacoya, ste
exclam de inmediato: desde ahora comienzo a ser un seor. Se daba inicio as a
la legendaria ruta del oro, una ruta que se remonta mucho antes de la llegada de los
conquistadores. Antiguas crnicas sealan que los incas del Per llegaron hasta las
orillas del gran Biobo, cerca de Hualqui, estableciendo un centro ceremonial en el
cual ocultaron valiosos tesoros. Hoy en da el lugar conserva las huellas de quienes
han intentado desenterrar aquellas riquezas. Un siglo despus don Pedro de Valdivia
estableci cerca de all una encomienda de indios con el fin de explotar las minas
de oro del estero de Quilacoya, pero su muerte interrumpi este breve auge minero.
Ms tarde la poca del oro se trasladar a Buena Esperanza de Rere, un pueblo de
gran atractivo histrico y por cuyos campos cruzan una infinidad de esteros que
arrastran ricas arenas aurferas que an son explotadas por los lugareos. La riqueza
acumulada permiti que los jesuitas fundieran a comienzos del siglo XVIII una
campana que contiene gran cantidad de oro y cuyo tamao, belleza y sonido son
inigualables. Incluso se logr la formacin de un banco privado a fines del siglo XIX,
el que alcanz a emitir billetes.
No obstante las dificultades que afectaron su explotacin, la ruta del
oro en la frontera del Biobo ha seguido enriquecindose a lo largo de los siglos
con las mltiples historias y tradiciones que se han transmitido de generacin en
generacin, convirtindose en un atractivo desafo por
conocer y valorar nuestro patrimonio regional.
EL PUEBLO DE QUILACOYA:
En la actualidad Quilacoya es una pequea localidad ubicada a orillas del Biobo. Cerca
de all desemboca el estero homnimo en cuyo curso superior se localizaron los famosos
lavaderos de oro que explot don Pedro de Valdivia en el siglo XVI. Tambin en sus
proximidades se encuentran los vestigios incsicos del Cerro o Piedra de la Costilla.
Sin embargo, su existencia como pueblo se remonta a la llegada del ferrocarril a fines
del siglo XIX. Hoy es una tranquila comunidad que invita al descanso y disfrute de sus
bellos parajes campestres.
Puente ferroviario
sobre el ro Quilacoya.
El tren Corto del Laja
une diariamente al
pueblo con la ciudad
de Concepcin.
Un viejo letrero
ferroviario recibe
a los viajeros
Recorrer la ruta del oro nos hace de algn modo regresar en el tiempo.
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El Cerro o Piedra de La Costilla recibe este singular
nombre por la similitud que presentan las piedras
que rodean el paraje con esta parte del cuerpo
humano. Desde remotos tiempos ha sido visitado
por muchos aventureros, la mayora de ellos
llevados por la ambicin de encontrar un tesoro
dejando innumerables excavaciones y seales
sobre las mismas rocas. Se cuenta que en cierta
ocasin uno de estos aventureros intent mover las
piedras con dinamita, destruyendo de esta forma
un patrimonio histrico que sin duda guardaba
secretos mucho ms valiosos que el supuesto
tesoro inca que nunca se ha encontrado.
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Las excavaciones
dan testimonio de la
ambicin de muchos
visitantes que han
pretendido encontrar
un tesoro.
Un viajero dej
estampada su
visita hacia
1918.
Misteriosas figuras
talladas en las rocas
parecen mirar a los
viajeros como si vigilaran
celosamente algn
tesoro.
Jos Lermanda es
un lugareo que
vive en Talcamvida,
localidad situada a
unos 25 kilmetros
de Hualqui. Cuando
era un muchacho
fue contratado por
Jos Lermanda asegura unos
hombres de
que el lugar posee
Santiago
para que
una fuerza misteriosa
los
llevara
al Cerro o
difcil de entender.
Piedra de la Costilla.
Segn relata Lermanda, en su equipaje
traan mapas y planos muy antiguos y en
sus conversaciones diarias mencionaban
la existencia de una gran cantidad de oro
sepultado bajo las piedras. Cada da se
levantaban muy temprano con la intencin
de seguir las sombras que proyectaban
aquellas formaciones en distintas
direcciones y luego indicaban el lugar
donde deban excavar. Cuenta que estuvo
trabajando cerca de una semana siguiendo
cada una de las pistas dadas por aquellos
hombres pero no encontr nada. Lo curioso
es que al caminar todo el lugar retumbaba
como si bajo tierra hubiese algn vaco.
Amparado en sus aos de experiencia,
asegura que el cerro est maldito y que
mientras ms ambicin tenga el
hombre que se atreva a buscar ese
tesoro, menos posibilidades tendr
de encontrarlo.
volvieron
los
emisarios
gozosos
por
la
descubierta
que
haban
hecho
y
que
demostraban ser muy ricas, principalmente las de Quilacoya, cuya noticia
la celebraron los espaoles con demostraciones singulares de alegra.
(Cordova y Figueroa, Pedro de, Hist. de Chile, CHCH, cap. 26, pg. 54)
De inmediato Valdivia se preocup personalmente de iniciar los trabajos en los
lavaderos acompaado por un contingente de soldados. Segn la voluntad del rey,
los conquistadores tenan el derecho de cobrar a todos los indgenas un tributo
que deba ser pagado en dinero, especies o trabajo personal. Como los naturales
no disponan de grandes bienes, entonces fueron obligados a trabajar lavando las
arenas de los ros en busca de oro.
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Indgenas encomendados lavando las arenas ricas en oro con sus bateas
o challas
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Poco o nada
deba
quedar
de ellas y del
fuerte despus
de ms de tres
siglos
de su
existencia. Pero
veamos lo que
nos relata Vicua
Mackenna:
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En mayo de 1879 algunos de mis amigos del surse dirigieron a reconocer los vestigios
de las minas de Quilacoya, y he aqu lo que uno de ellos nos deca en carta de Chilln,
junio 4 de 1879: El estero de Quilacoya nace en la cima de la montaa de la costa
y, despus de recorrer cinco leguas por inmensas pendientes y pasar al pi de altos
cerros todos aurferos, desemboca en el Bo Bo. Se tiene evidencia que lo que se llama
vega de Quilacoya est compuesta de arenas aurferasHace algn tiempo que a don
Manuel Barragn se le ocurri hacer un pique en la ribera del ro, y a los doce metros
encontr palas gruesas y trabajadas con serrucho, y bajo esas palas, cieno de mal olor.
Este trabajo estaba ubicado frente al fuerte de don Pedro de Valdivia.
Existen todava los fosos del
fuerte de Valdivia y los perales
que circundaban el castillo. Existe
tambin el rasgo de un canal que
sacaron sobre los cerros. Y como
para decir a los codiciosos y viajeros
que en aquella tierra tambin se
muere, existe an una cruz sobre la
tumba de alguno de los compaeros
del conquistador, conservada por
los moradores de aquella comarca
con respetuoso cuidado ( Vicua
Mackenna, Benjamn, La Edad del
Las Vegas de Quilacoya, lugar donde estuvo
Oro en Chile, pp. 101-102)
el fuerte del gobernador Valdivia. Debido al paso
En la actualidad no existen los del tiempo y el breve perodo de explotacin,
vestigios aludidos por estos viajeros no existen indicios del lugar en que estuvo el
hace ms de un siglo, pero algunas gobernador Pedro de Valdivia.
huellas nos hacen recordar el
esplendor de aquella poca dorada. Los lugareos an sacan oro del lugar del mismo
modo como lo hicieron los viejos conquistadores, es decir, con challas y bateas que ellos
mismos construyen y que en ocasiones suelen ser de metal. Incluso existe un sector
denominado Millahue, que en lengua mapuche significa lugar de oro. Una antigua
familia de Hualqui ha sido la propietaria por largos aos de vastos sectores donde
supuestamente estuvieron los lavaderos de oro de don Pedro de Valdivia: la familia
Morales. Uno de sus jerarcas ya fallecido encontr unas medidas destinadas a pesar el
oro que se extraa en algn tiempo remoto, adems de herramientas trabajadas por los
indgenas.
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Depolinares Altamirano Soto, ms conocido
como don Polo, es un amante de la historia de
Talcamvida.Su casa es un verdadero museo
donde guarda una interesante coleccin de
antigedades.Una de ellas es esta antigua challa
destinada a sacar oro en los riachuelos de la
zona.
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Foto y plano del fuerte de Talcamvida. Se aprecia el foso que rodeaba la fortaleza, nico
vestigio existente hoy en da. El sitio es un predio particular
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Hasta fines del siglo XX, el cruce del Bio Bio desde
Talcamvida a Santa Juana se realizaba diariamente.
Hoy en da slo es parte del recuerdo.
El vado o paso de Talcamvida era utilizado por los conquistadores para cruzar la frontera del Bio Bio. El 19
de diciembre de 1553 don Pedro de Valdivia pas por este lugar procedente de las minas de oro de Quilacoya
para ir en auxilio del fuerte de Tucapel donde encontrara la muerte. Al frente se puede divisar las montaas
de Catiray, al pie de las cuales se encuentra la ciudad y fuerte de Santa Juana de Guadalcazar.
1.
1. Una pausa en el camino nos permite ensayar el lavado de las arenas del
ro Gomero en busca de oro. Durante la poca estival las aguas de este ro
se tranquilizan y ofrecen las arenas aurferas que han arrastrado durante el
invierno.
2. A orillas de ro Gomero, la Sra. Mara Salas nos muestra
la balanza que utiliza su marido para pesar el oro que
extrae cada temporada del ro y que luego vende en
Concepcin.
2.
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EL ORO EN RERE:
Fundado como estancia agrcola hacia
1603 por el gobernador Alonso de Ribera,
con el transcurso de los siglos adquiri
una importancia vital en el proceso de
conquista de la zona de la frontera del Bio
Bio. Prontamente fue convertido en una
misin jesuita, en una fortaleza militar y
en lugar de residencia de los gobernadores
en la poca estival. Hacia el siglo XVII una
nueva actividad centrar la atencin de
la creciente poblacin: la minera del oro.
Refiere el gobernador Amat y Juniet que
por medio de la villa corre un estero pequeo
que le da buen beber, y se origina de la
misma quebrada en cuyas arenas tienen los
pobres fincado su alimento diurno, porque
ocurren por la madrugada a lavarlas y sacar
la cantidad de oro que les basta para el
day todo el terreno es panadizo de oro
y se saca de todos los arroyos. En tiempos
pasados fue clebre una pepita que se hall
en la hacienda de un minero nombrado
Saturnino Matamala, la cual tena la figura
de un gallo pequeo.(27)
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Sentado sobre un viejo silln y afirmado en su
antigua challa que us durante muchos aos para
sacar oro en quebradas
y riachuelos, don Luis
Pincheira
mantiene
su vista extraviada
en los recuerdos. Hoy
sus sobrinos y nietos
juegan a buscar
oro cada verano en
el estero que corre
cerca de su casa en el
sector de Las Minas de
Matamala.
El oro que extraan los lugareos se venda
usualmente en Concepcin y Santiago. Algunos
intermediarios compraban la produccin local,
como es el caso de don Jos Moreno en Rere. Hoy
en da ha dejado de adquirir el preciado metal,
pero an conserva como recuerdo pequeas
muestras. Al pesarlas, obtuvimos 46 gramos. Sin
duda que para
don Jos es un
recuerdo muy
valioso.
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Hoy en da la ruta del oro sigue ms viva que nunca, pero ella no slo se sustenta
en la bsqueda de placeres aurferos, sino tambin en las innumerables tradiciones
que se conservan en cada uno de las localidades y pueblos en los que algn da
pasaron indios y conquistadores en busca del preciado metal que los convirtiera en
verdaderos seores. En cada uno de estos pueblos quedan buscadores de oro que
de tanto en tanto escudrian las arenas de los riachuelos, vendiendo lo producido
en las joyeras del gran Concepcin.
Estero que cruza el pueblo de Rere
y en el cual hasta hace poco se
extraa oro. La tradicin cuenta que
antiguamente era tal la abundancia
del metal que muchas gallinas se
tragaban las pepitas que haban en
los patios de las casas guardndolas
en su buche.
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El museo de Rere nos permite viajar a la poca de oro del pueblo. Sin embargo,
tanto en Rere como en otros pueblos de la zona fronteriza las casas-museos
reflejan sin duda el esplendor de una poca que intenta sobrevivir al paso
de los siglos y que simbolizan el verdadero tesoro de una ruta que recin
comenzamos a descubrir.
www.rutaoro.blogspot.com
Diseo e Impresin: Impresora Icaro Ltda.
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