Interculturalidad Critica y Educacion Intercultural
Interculturalidad Critica y Educacion Intercultural
Interculturalidad Critica y Educacion Intercultural
Catherine Walsh
Catherine Walsh
Catherine Walsh es profesora principal y directora del doctorado en Estudios Culturales Latinoamericanos de la Universidad
Andina Simn Bolvar, sede Ecuador, donde tambin dirige el Taller Intercultural y el Fondo Documental Afro Andino. Tiene
una trayectoria larga de acompaamiento a los procesos de los movimientos indgenas y afrodescendientes en Amrica Latina y
la regin andina. Su trabajo est principalmente enfocado en el proyecto poltico, epistmico y tico de la interculturalidad
crtica y en asuntos de la de-colonialidad.
Desde los aos 90, la interculturalidad1 se ha convertido en un tema de moda. Est presente en las
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ha existido en Amrica Latina porque siempre ha existido el contacto y la relacin entre los
pueblos indgenas y afrodescendientes, por ejemplo, y la sociedad blanco-mestiza criolla,
evidencia de lo cual se puede observar en el mismo mestizaje, los sincretismos y las
transculturaciones que forman parte central de la historia y naturaleza latinoamericanacaribea2.
No obstante, el problema con esta perspectiva es que, tpicamente, oculta o minimiza la
conflictividad y los contextos de poder, dominacin y colonialidad continua en que se lleva a
cabo la relacin3. De la misma forma, limita la interculturalidad al contacto y a la relacin muchas veces a nivel individual-, encubriendo o dejando de lado las estructuras de la sociedad sociales, polticas, econmicas y tambin epistmicas- que posicionan la diferencia cultural en
trminos de superioridad e inferioridad. Por eso mismo, es necesario problematizar y ampliar la
perspectiva relacional, considerando dos perspectivas adicionales que dan contexto y sentido al
uso de la palabra y concepto de interculturalidad en la coyuntura actual, evidenciando a la vez
sus significados, usos, intencionalidades e implicaciones sociales y polticas.
A nuestra segunda perspectiva de interculturalidad la podemos denominar funcional,
siguiendo los planteamientos del filsofo peruano Fidel Tubino (2005). Aqu, la perspectiva de
interculturalidad se enraza en el reconocimiento de la diversidad y diferencia culturales, con
metas a la inclusin de la misma al interior de la estructura social establecida. Desde esta
perspectiva -que busca promover el dilogo, la convivencia y la tolerancia-, la interculturalidad es
funcional al sistema existente, no toca las causas de la asimetra y desigualdad sociales y
culturales, tampoco cuestiona las reglas del juego, por esoes perfectamente compatible con la
lgica del modelo neo-liberal existente (Tubino, 2005).
Esto forma parte de lo que varios autores han definido como la nueva lgica multicultural
del capitalismo global, una lgica que reconoce la diferencia, sustentando su produccin y
administracin dentro del orden nacional, neutralizndola y vacindola de su significado
efectivo, volvindola funcional a este orden y, a la vez, a los dictmenes del sistema-mundo y la
expansin del neoliberalismo (Muyolema, 1998). En este sentido, el reconocimiento y el respeto
a la diversidad cultural se convierten en una nueva estrategia de dominacin, que apunta no a
la creacin de sociedades ms equitativas e igualitarias, sino al control del conflicto tnico y la
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El hecho de que la dominacin racial-relacional haya sido parte clave de la construccin de la identidad
nacional, y a veces hasta posicionada como patrimonio nacional, evidencia el problema. Un ejemplo, entre
muchos otros, es Colombia, con los esfuerzos del ex presidente liberal colombiano Alfonso Lpez Michelsen
por crear la nocin de una Colombia tropical y sensualista a partir de las imgenes de las relaciones sexuales de
las lites regionales costeas con sus empleadas negras o mulatas, imgenes reproducidas y elogiadas en los
vallenatos (Figueroa, 2009).
conservacin de la estabilidad social con el fin de impulsar los imperativos econmicos del
modelo (neoliberalizado) de acumulacin capitalista, ahora incluyendo a los grupos
histricamente excluidos en su interior. Sin duda, como discutiremos ms adelante, la ola de reformas4 educativas y constitucionales de los 90 -las cuales reconocen el carcter multitnico y
plurilingstico de los pases e introducen polticas especficas para los indgenas y
afrodescendientes- son parte de esta lgica multiculturalista y funcional.
La tercera perspectiva -la que asumimos aqu- es la de la interculturalidad crtica. Con esta
perspectiva, no partimos del problema de la diversidad o diferencia en s, sino del problema
estructural-colonial-racial. Es decir, de un reconocimiento de que la diferencia se construye
dentro de una estructura y matriz colonial de poder racializado y jerarquizado, con los blancos y
blanqueados en la cima y los pueblos indgenas y afrodescendientes en los peldaos inferiores.
Desde esta posicin, la interculturalidad se entiende como una herramienta, como un proceso y
proyecto que se construye desde la gente -y como demanda de la subalternidad-, en contraste a la
funcional, que se ejerce desde arriba. Apuntala y requiere la transformacin de las estructuras,
instituciones y relaciones sociales, y la construccin de condiciones de estar, ser, pensar, conocer,
aprender, sentir y vivir distintas.
La interculturalidad entendida crticamente an no existe, es algo por construir. Por eso, se
entiende como una estrategia, accin yproceso permanentes de relacin y negociacin entre, en
condiciones de respeto, legitimidad, simetra, equidad e igualdad. Pero an ms importante es su
entendimiento, construccin y posicionamiento como proyecto poltico, social, tico y epistmico
-de saberes y conocimientos-, que afirma la necesidad de cambiar no slo las relaciones, sino
tambin las estructuras, condiciones y dispositivos de poder que mantienen la desigualdad,
inferiorizacin, racializacin y discriminacin.
Por tanto, su proyecto no es simplemente reconocer, tolerar o incorporar lo diferente dentro de
la matriz y estructuras establecidas. Por el contrario, es implosionar -desde la diferencia- en las
estructuras coloniales del poder como reto, propuesta, proceso y proyecto; es re-conceptualizar y
re-fundar estructuras sociales, epistmicas y de existencias que ponen en escena y en relacin
equitativa lgicas, prcticas y modos culturales diversos de pensar, actuar y vivir. Por eso, el foco
problemtico de la interculturalidad no reside solamente en las poblaciones indgenas y
afrodescendientes, sino en todos los sectores de la sociedad, con inclusin de los blanco-mestizos
occidentalizados (Rivera, 1999).
Y es por eso mismo que la interculturalidad debe ser entendida como designio y propuesta de
sociedad, como proyecto poltico, social, epistmico y tico dirigido a la transformacin
estructural y socio-histrica, asentado en la construccin entre todos de una sociedad
radicalmente distinta. Una transformacin y construccin que no quedan en el enunciado, el
Poner el -, es enfatizar que ms que ofrecer cambios sustanciales, las modificaciones constitucionales y de
polticas educativas no hicieron ms que re-formular (o re-formar) lo mismo.
discurso o la pura imaginacin; por el contrario, requieren de un accionar en cada instancia social,
poltica, educativa y humana. Pero antes de explorar con un poco ms de profundidad la
interculturalidad como proyecto poltico y de sociedad, veamos los antecedentes pasados y
presentes del trmino y concepto en el campo educativo.
No obstante, la utilizacin de lo intercultural tambin tiene otros referentes. En el Ecuador, el Estado lo utiliz
en la reforma constitucional de 1983, donde se dispone que En los sistemas de educacin que se desarrollan en
las zonas de predominante poblacin indgena, se utilice como lengua principal de educacin el quichua o la
lengua de la cultura respectiva y el castellano como lengua de relacin intercultural. Con esta incorporacin se
establece una de las primeras polticas educativas sobre lo intercultural, una poltica con sentido singular y
unidireccional: de indgenas hacia la sociedad blanco-mestiza y no viceversa, ni tampoco entre los distintos
pueblos y nacionalidades originarias.
El caso contrario es el de Panam, que crea la Direccin Nacional de Educacin Bilinge el 30 de agosto de
2007, estableciendo programas de educacin y promocin para los grupos indgenas y, adicionalmente,
garantizando el desarrollo de la Educacin Intercultural Bilinge en todos los niveles y modalidades del
sistema educativo, para lograr que los pueblos culturalmente diferenciados desarrollen una educacin de
calidad, con equidad, eliminando la exclusin y marginalidad mediante un proceso de educacin intercultural
(Ministerio de Educacin, Decreto Ejecutivo 274, 31 de agosto de 2007).
Esta incorporacin al Estado ha sido diferente en el caso ecuatoriano. Con la oficializacin de la Direccin
Nacional de Educacin Intercultural Bilinge (DINEIB) en 1988, se estableci una co-gestin en la que las
organizaciones indgenas nombran a los funcionarios y mantienen su autonoma en el manejo de la EIB
respecto del Ministerio de Educacin, dentro de un sistema bifurcado: la EIB y la educacin hispana. No
obstante, y a pesar de su base jurdica, la EIB en el Ecuador, al igual que en otros pases, queda marginada
frente a la continua hegemona cultural y educativa, situacin que se complic aun ms en el contexto
neoliberal, donde la responsabilidad estatal ha favorecido la privatizacin y la descentralizacin.
Claro est que, por esta misma definicin de ser parte de la educacin tnica, la interculturalidad, dentro del
marco que acabamos de describir, ha sido limitada a los pases con poblaciones tnicamente definidas, es decir
y en mayor medida, poblaciones indgenas. En este sentido, la interculturalidad no ha sido parte -hasta el
momento- de los debates educativos en el Caribe, por no tener una poblacin indgena claramente identificada
y por negar tpicamente la existencia de una diferencia afro.
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Tal fue el caso de la Reforma Educativa de 1996 en Ecuador, donde la identificacin de la interculturalidad
como eje transversal qued principalmente como enunciado, y de la Reforma Educativa de 1994 en Bolivia, que
dispona la incorporacin del enfoque intercultural y la modalidad bilinge, que no se cumpli.
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enfocada en adelantar y asegurar la cohesin social por medio de la inclusin13. Mientras tales
esfuerzos pretenden promover la interculturalidad, su preocupacin es la radicalizacin de
imaginarios tnicosy la necesidad -social, poltica y econmica- de asentar un nuevo sentido
comn compatible con el mercado14. La interculturalidad aqu es funcional no slo al sistema,
sino tambin al bienestar individual, al sentido de pertinencia de los individuos a un proyecto
comn, y a la modernizacin, globalizacin y competitividad de nuestra cultura occidental, ya
asumida como cultura propia latinoamericana.
El segundo eje de cambio se define dentro de las nuevas polticas que tratan de afianzar una
educacin universal, nica y diversa para alcanzar la igualdad e incorporar plenamente la
diversidad. As, en varios pases de la regin se empieza a establecer leyes para crear un sistema
denominado Educacin Intercultural. Mxico fue uno de los primeros en plantear, en el 2001,
un nuevo modelo educativo desde la primaria hasta la universidad en el que se estudie y se
privilegie la interculturalidad. La creacin de universidades interculturales, por parte de los
Estados Mexicanos desde 2003, es parte de tal iniciativa. Sin embargo, en su conceptualizacin,
podemos atestiguar la continua asociacin de lo intercultural con lo indgena.
Segn su decreto de creacin (10 de diciembre de 2003), las universidades interculturales
mexicanas tienen la funcin de impartir programas de educacin superior y formar a
profesionistas comprometidos con la valoracin, estudios, la investigacin y la enseanza de las
lenguas y culturas indgenas. Es decir, son universidades pensadas para indgenas y para
abordar temas indgenas. La cuestin entonces es por qu no llamarlas indgenas en vez de
interculturales15. Al parecer, la comprensin de lo intercultural an sigue estando centrada en
el indgena; aunque existe el reconocimiento de que la educacin intercultural es para todos, su
propuesta fcilmente termina siendo poco ms que la incorporacin de asignaturas relacionadas a
la diversidad lingstica y cultural.
Pensar la educacin intercultural como proceso de estudio y aprendizaje inter-epistmicos,
an parece estar lejos, en la mayora de los pases, de una nueva prctica y poltica educativas.
Mientras que esfuerzos como la Ctedra de Estudios Afrocolombianos -que pretende hacer
obligatorio el estudio sobre lo afrocolombiano en todas las escuelas colombianas- podran ser
vistos como avances, su incorporacin -an muy limitada a nivel nacional- se da como materia
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tnica y no como base para pensar con los conocimientos, las historias, memorias y
actualidades de la Colombia de descendencia africana. Inclusive en Venezuela, donde desde 2007
se abre una discusin sobre el diseo curricular bolivariano -considerando tanto a los pueblos
indgenas como a los afrovenezolanos (que conforman aproximadamente el 30% de la poblacin), la educacin intercultural se mantiene slo como subsistema y como eje integrador. La
educacin intercultural atiende la educacin integral de los pueblos y comunidades indgenas y
afrodescendientes desde los contextos de coexistencia, de convivencia cultural, teniendo como
punto de partida la educacin propia (Daz, 2009a)16. Y aunque este paso -histrico en el caso
venezolano y parte de la Constitucin de 199917- es fundamental, tambin es necesario extender lo
intercultural al contexto de repensar, refundar y descolonizar lo nacional, algo que an no
ocurre.
Tal vez Bolivia y Ecuador representan casos distintos por sus planteamientos, que giran
alrededor de la transformacin, refundacin y descolonizacin del sistema. As pretenden
procurar la concepcin y prctica de los principios de interculturalidad y plurinacionalidad en el
sistema educativo nacional, alentar la descolonizacin educativa y definir una poltica nacional de
educacin que pretende acabar con el problema estructural de la diferencia y desigualdad como
problema, para as construir una sociedad ms equitativa y justa. Dentro de tal esfuerzo, se
entienden la transformacin educativa y la transformacin estatalcomo procesos de refundacin,
clara y necesariamente interdependientes 18 . En estos trminos, Bolivia declara, en su nueva
Constitucin de 2009, el carcter intracultural, intercultural y plurilinge en todo el sistema
educativo (Art. 78: 2), su fundamentacin abierta, humanista, cientfica, tcnica y tecnolgica,
productiva, territorial, terica y prctica, liberadora y revolucionaria, crtica y solidara (Art. 78:
3), y su contribucin al fortalecimiento de la unidad e identidad de todas y todos como parte del
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Tambin ver: Daz, 2009b. La aproximacin de Daz al concepto de educacin intercultural en Venezuela es til:
es el tipo de educacin que se encarga de trasmitir los conocimientos, valores ancestrales, expresiones
culturales, idioma, cosmovisin y prcticas pedaggicas de los pueblos y comunidades indgenas y
afrodescendientes, propiciando el reconocimiento y fortalecimiento de la cultura propia, en la convivencia y
respeto de la diversidad cultural. Eliminando el racismo y cualquier tipo de discriminacin.
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De hecho, la presencia de los pueblos indgenas frente a los gobiernos en la historia reciente (y la presencia
aunque de manera distinta de los pueblos afro), ha politizado la diferencia tnico-cultural-colonial, situndola
no como problema tnico sino como problemtica de la sociedad nacional. Es en esta politizacin que la
interculturalidad viene asumiendo significados y enfoques ms all de la educacin, mismos que apuntan a la
transformacin radical de la sociedad y sus estructuras e instituciones nacionales, incluyendo el propio
Estado.
Estado Plurinacional, as como la identidad y desarrollo cultural de los miembros de cada nacin
o pueblo indgena originario campesino, y el entendimiento y enriquecimiento intercultural
dentro del Estado (Art. 80: 2). El proyecto de Ley de Educacin Avelino Siani y Elizardo Prez
sienta las bases y pautas para esta descolonizacin y refundacin educativa.
De forma similar, la nueva Constitucin de Ecuador, aprobada en referndum popular en
septiembre de 2008, identifica la nueva educacin como participativa, obligatoria, intercultural,
democrtica, incluyente y diversa, de calidad y calidez [y que] impulsar la equidad de gnero, la
justicia, la solidaridad [] y el sentido crtico [] (Art. 27). Y aunque no tiene la profundidad de
cambio que tiene la boliviana, pretende construir
El sistema nacional de educacin tendr como finalidad el desarrollo de capacidades y
potencialidades individuales y colectivas [] que posibiliten el aprendizaje, y la
generacin y utilizacin de conocimientos, tcnicas, saberes, artes y cultura [que]
integrar una visin intercultural acorde con la diversidad geogrfica, cultural y
lingstica del pas, y el respeto a los derechos de las comunidades, pueblos y
nacionalidades. (Art. 343) 19
Pero tal vez el mejor ejemplo de su esfuerzo de interculturalizar, tiene relacin con los
saberes y conocimientos. Al reconocer que la ciencia y el conocimiento no son singulares y
nicos,e identificar los conocimientos ancestrales como conocimientos cientficos y tecnolgicos,
relevantes y necesarios para todos, la Constitucin ecuatoriana extiende la interculturalidad al
campo epistmico. Adems, realiza un cambio de lgica que supera el monismo en la definicin
de ciencia y conocimiento, relacionando los conocimientos con la vida misma, no con el
bienestar individual sino con el buen vivir: Ser responsabilidad del Estado [] potenciar los
saberes ancestrales para as contribuir a la realizacin del buen vivir, al sumak kawsay (Art. 387).
Sin idealizar los procesos emergentes en Bolivia y Ecuador -procesos que, de hecho, tienen sus
problemas y contradicciones-, vale la pena destacar la diferencia que marcan con las re-formas
anteriores de ambos pases y con las polticas educativas vigentes en la regin, y las posibilidades
que ofrecen para adelantar apuestas, procesos y proyectos de interculturalidad crtica. Una
interculturalidad crtica con un afn de-colonial.
19
De manera preocupante y contradictoria, esta misma nocin de un sistema nacional ha sido usada ya por el
Presidente de la Repblica del Ecuador al eliminar el estatus de autonoma que manejaba DINEIB, mencionado
anteriormente. El argumento, presentado en un boletn del Ministerio de Educacin, es que la educacin
pblica ecuatoriana debe estar libre de toda injerencia corporativista, ya sea de movimientos polticos, de
gremios o de organizaciones tnicas de diversa naturaleza que se arrogan la representacin del conjunto de la
sociedad. [] De esta manera la DINEIB dejar de actuar aisladamente y de responder a los intereses polticos
de una cpula de dirigentes indgenas, que ya no podrn, bajo el viejo esquema corporativista, imponer
autoridades ni visiones polticas racistas y sesgadas, ni utilizar el espacio educativo para sus tareas de
adoctrinamiento (Ministerio de Educacin, febrero de 2009). El problema aqu no est en la creacin de un
nuevo sistema educativo intercultural, sino en usar este sistema como razn para desacreditar a las
organizaciones indgenas y restarles el poder (ganado en lucha) de definir sus procesos educativos. Sugerir que
el problema est en estos procesos por difundir una visin racista del pas puesto que ignoran por completo la
existencia del mundo mestizo, es elevar nuevamente un Estado monocultural y uninacional.
20
Rafael Bautista, Bolivia: del Estado colonial al Estado Plurinacional, documento indito, La Paz, 25 de enero
de 2009.
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programas especiales que permitan que la educacin normal y universal siga perpetuando
practicas y pensamientos racializados y excluyentes.
Es sealar la necesidad de visibilizar, enfrentar y transformar las estructuras e instituciones
que diferencialmente posicionan grupos, prcticas y pensamientos dentro de un orden y lgica
que, a la vez y todava, es racial, moderno-occidental y colonial. Un orden en que todos hemos
sido, de una forma u otra, partcipes. Asumir este tarea implica un trabajo de orientacin decolonial dirigido a quitar las cadenas que an estn en las mentes, como deca el intelectual
afrocolombiano Manuel Zapata Olivella, desesclavizar las mentes, como deca Malcolm X, y
desaprender lo aprendido para volver a aprender, como argumenta el abuelo del movimiento
afroecuatoriano Juan Garca. Un trabajo que procura desafiar y derribar las estructuras sociales,
polticas y epistmicas de la colonialidad, y alentar nuevos procesos, prcticas y estrategias de
intervencin para crticamente leer el mundo, como deca Freire, y para comprender, (re)aprender
y actuar en el presente.
Por eso, la interculturalidad crtica debe ser entendida como una herramienta pedaggica, la
que pone en cuestionamiento continuo la racializacin, subalternizacin e inferiorizacin y sus
patrones de poder, visibiliza maneras distintas de ser, vivir y saber, y busca el desarrollo y
creacin de comprensiones y condiciones que no slo articulan y hacen dialogar las diferencias en
un marco de legitimidad, dignidad, igualdad, equidad y respeto, sino que tambin -y a la vezalientan la creacin de modos otros22 de pensar, ser, estar, aprender, ensear, soar y vivir que
cruzan fronteras. La interculturalidad crtica y la de-colonialidad, en este sentido, son proyectos,
procesos y luchas -polticas, sociales, epistmicas y ticas- que se entretejen conceptual y
pedaggicamente, alentando una fuerza, iniciativa y agencia tico-moral que hacen cuestionar,
trastornar, sacudir, rearmar y construir. Esta fuerza, iniciativa, agencia y sus prcticas sientan las
bases de lo que yo llamo pedagoga de-colonial23.
De hecho, estas perspectivas se alan con las de la llamada pedagoga crtica, iniciada por
Paulo Freire en los 60 y retomada por muchos educadores y activistas-intelectuales a lo largo del
mundo hasta los 90,cuando empez su declive. Esto coincide con el auge del proyecto neoliberal,
la casi desaparicin de una agencia y proyecto de la izquierda, y el conservadurismo creciente de
las universidades incluyendo de las ciencias sociales y humanas24-, como de la institucin de
educacin en su total. Pero no se quedan simplemente en este legado; se interesan, ms bien, por
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Hablar de modos otros es tomar distancia de las formas de pensar, saber, ser y vivir inscritas en la razn
moderno-occidental-colonial. Por eso, no se refiere a otros modos, ni tampoco a modos alternativos, sino a
ellos asentados sobre las historias y experiencias de la diferencia colonial. Al inicio del siglo VI, como parte de
la expansin imperial/colonial en las Amricas, estas historias y experiencias marcan una particularidad del
lugar epistmico -un lugar de vida-, que rehsa la universalidad abstracta. Ver: Mignolo, 2003.
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extender, ampliar y profundizarlo desde una postura de-colonial25. En este sentido y ante los
cambios ocurridos en Amrica Latina y el Caribe hoy, parece esencial tomar con seriedad el
llamamiento que hizo Franz Fanon -intelectual el afro-martinico muy importante en el
pensamiento de Freire- a una pedagoga para construir una nueva humanidad cuestionadora
(Fanon, 1968).
Nos referimos a una praxis pedaggica crtica, intercultural y de-colonial que pretende pensar
no slo desde las luchas de los pueblos histricamente subalternizados, sino tambin con
sujetos, conocimientos y modos distintos de estar, ser y vivir, dando un giro a la uninacionalidad
y monoculturalidad fundantes de la empresa educativa y su razn moderno-occidentalcapitalista, para dar centralidad, ms bien, a la vida y, por ende, al trabajo an incompleto de la
humanizacin y descolonizacin.
Como deca Fanon, La descolonizacin que se propone cambiar el orden del mundo es []
un programa de desorden absoluto [] un proceso histrico [] aportado por nuevos hombres,
un nuevo lenguaje, una nueva humanidad (1961, 2000: 30-31). Este es el desafo y proyecto que
apuntala la interculturalidad crtica. Desafo y proyecto que deben provocar una serie de
consideraciones, preocupaciones y cuestionamientos ante las actuales conceptualizaciones,
prcticas, y polticas educativas.
Educar para qu? Con qu propsitos y bajo qu visin de pas y sociedad? Estas preguntas,
entre otras, constituyen el fondo de este artculo y de la organizacin de este seminario; asumirlas
desde una postura consciente, de compromiso y de praxis ms all de los debates de estos das y
dentro de lo cotidiano es emprender un caminar hacia nuevos designios histricos y horizontes
de-coloniales.
Bibliografa
Alban, A. (2008). Interculturalidad sin decolonialidad? Colonialidades circulantes y prcticas de
re-existencia En: Grueso Bonilla, A. y Villa W. (eds.). Diversidad, interculturalidad y
construccin de ciudad. Bogot: Alcalda Mayor de Bogot y Universidad Pedaggica
Nacional.
Bautista, R. (2009). Bolivia: del Estado colonial al Estado Plurinacional. Documento indito. La Paz,
25 de enero de 2009.
Csaire, A. (2006). Discurso sobre el colonialismo. Madrid: Akal.
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